Está en la página 1de 7

Fr eud

Una vida de nuestro tiempo

PETER GAY
Ediciones PAIDOS
Barcelona • Buenos Aires • M éxico
Par a

B il l y S h ir l e y K a h n

D lCK Y PEG G Y KUHNS


In d ic e

Prefacio, 15

F u n d a m e n to s: 1 8 5 6 -1 9 0 5

U n o. Hambre de conocimiento, 25

ALIM ENTO PARA LOS R ECUERDOS, 27 EL ATRACTIVO DE LA INVESTI-


GA C ION , 45 FREUD ENAM O RADO, 62

D os. La construcción de la teoría, 81

U N AM IG O (Y EN EM IGO ) N EC ESA RIO . 81 HISTERIC A S, PROYECTOS Y


DIFICULTADES, 9 6 A U TO A N A L ISIS, 115

Tres. Psicoanálisis, 133

EL SECRETO DE LOS SU E Ñ O S, 134 U N A PSICOLOGIA PA R A PSICOLO-


G O S , 148 D E ROM A A VIENA: U N PROGRESO, 163 U N M A PA DE LA
SE X UA L IDA D , 174

E la b o r a c io n e s : 19 0 2 -1 9 1 5

C u atro. Retrato de un precursor en orden de batalla, 185

A LOS C IN CU E NT A A Ñ O S, 185 PLACERES DE LOS SE N TID O S, 195 IA


SO CIED A D PSICOLOGICA DE LOS M IERCOLES, 2 06 LOS EXTRANJEROS.
212
In d ic e

Cinco. Política psicoanalítica, 233

JUNG: EL PRINCIPE D E LA C OR ON A , 2 3 3 INTERLUDIO A M ERICANO, 242


VIENA V E RSU S Z U R IC H . 2 5 0 JUNG: EL ENEM IGO, 263

Seis. Terapia y técnica, 283

U N PR IN CIPIO PR O B L E M A T IC O , 2 8 5 D O S L E CC IO NE S C L A S IC A S , 2 9 4
S U PR O PIA FU EN TE: L E O N A R D O , SC H R E BER , F L IE SS, 3 0 7 SU PR OPIA
CAUSA: LA POLITICA D E L HOM BRE DE LOS LOBOS. 3 26 UN M ANUAL
PARA TECN IC OS, 3 3 4

Siete. Aplicaciones y consecuencias, 349

CUESTIONES DE G U ST O , 3 4 9 LOS FUND A M EN TOS DE LA SO CIEDAD, 368


LA DESCRIPCION D E LA M ENTE, 3 8 0 EL FINAL DE EUROPA, 388

R e v is io n e s : 1915-1939

Ocho. Agresiones, 407

G R A N DES Y TR A SC E N D E N T A L E S C O SA S , 4 0 7 U N A PA Z D IFIC IL, 421


LA MUERTE: EXPERIENCIA Y TEORIA. 437 EROS, EL YO Y SUS EN EM I-
G O S, 4 5 2

N u eve. La muerte contra la vida, 467

L A M UERTE R O N D A . 4 6 7 A N NA . 479 EL PRECIO DE LA PO PULARI-


D A D , 4 98 V ITALIDAD: EL ESPIRITU D E BERLIN, 512

D ie z . Luces vacilantes sobre continentes negros, 525

RANK Y LA S C O N SE C U E N C IA S, 525 LOS DILEM A S D EL D OCTOR, 546


LA MUJER, EL CONTINENTE NEGRO, 558

O nce. La naturaleza humana en acción, 583

C ONTRA LAS ILU SIO N ES, 583 LA CIVILIZACION: LA CONDICION H U M A -


N A . 605 LOS NORTEA M ER IC A NO S FEOS, 616 TROFEOS Y NECROLO-
G IC A S. 6 35
In d ic e [ 13]

D oce. M orir en libertad, 653

LA POLITICA D EL D ESASTR E, 653 E L D ESAFIO COMO ID EN TIDA D , 662


FINIS A U ST R IA E , 6 7 7 LA M UERTE DE U N ESTOICO, 697

Abreviaturas, 721
N otas, 7 23
Ensayo bibliográfico, 819
Reconocim ientos, 873
Indice analítico, 881
P r e f a c io

En abril de 1 8 8 5 , en una carta m uy citada, Sigm u n d Freud le an u n ció a


su prom etida q u e c a si “ había com p letad o una em presa que algunas p erso-
nas, aún n o nacidas pero destinadas a la desdicha, lam entarán considera-
b lem en te” . S e estaba refirien d o a su s biógrafos. “H e d estruido todas m is
notas de lo s ú ltim o s ca to rce años, a sí c o m o cartas, resú m en es cie n tífic o s
y m a n u scrito s de m is o b ras. Entre la s ca rtas, s ó lo se sa lv a ro n las de
fa m ilia .” C on tod o el m aterial borroneado am onton án d ose en torno a é l,
se sentía c o m o una e s fin g e hundida en arenas m o v ed iza s hasta la altura de
la nariz, que era lo ún ico que em ergía (b rom eó) de la s p ila s de p ap eles.
N o tuvo piedad c o n lo s que alguna v e z escribirían sob re su vida: “Q u e
lo s b ió g ra fo s trabajen y s e afanen; n o q u erem os h a c é r se lo d em a sia d o
fá c il.” Y a había p rev isto hasta qué punto iban a eq u iv o ca rse c o n é l. *>
M ientras y o in v estig a b a y escrib ía e s te libro, a m en u d o v isu a lic é la e s c e -
na sig u ien te; la e s fin g e Freud se libera d e las m on tañ as d e papel que
habrían ayudado in com parablem ente al b iógrafo. A ñ o s m ás tarde, Freud
reiteró e se g e sto destructor m ás de una v e z , y en la prim avera de 1 9 38, al
prepararse para dejar A ustria con d estin o a Inglaterra, se d esh izo d e m ate-
riales que una vig ila n te A n n a Freud, inducida por la princesa M arie B o n a -
parte, rescató d el ce sto .
Freud en contró tam bién otros m od os de d esalentar a su s futuros b ió -
grafos. Por cierto, alguno de los com entarios que h izo acerca de la redac-
ció n d e biografías deberían hacer vacilar a cualquiera que escriba sobre su
vida. “L os b iógrafos — anotó en 1 9 10, en su trabajo sobre Leonardo da
[ 1«] P r e f a c io

dem ostrado ser in clu so m ás virulentas que las concernientes a su s teorías.


Freud m ism o fa voreció la atm ósfera en la que puede florecer el rumor, for-
m ulando aforism os m em orables pero desorientadores, y dejando tras de sí
evalu a cio n es inexactas d e su propia obra. E sto e s paradójico: la creación
de Freud, el p sico a n á lisis, está después de todo com prom etida con la inda-
g a ció n m ás im placable; se presenta c o m o la N é m e sis del o cu ltam ien to, de
la hipocresía, d e las e v a sio n es bien educadas de la socied ad burguesa. S in
duda, Freud se en orgu llecía bastante de ser e l destructor de las ilu sion es,
un siervo fie l d e la veracidad cien tífica. “La verdad — le escrib ió a Sándor
Feren czi en 191 0 — e s para m í la m eta absoluta de la c ie n c ia .” *» D o s
décadas m ás tarde, repitió sus ex p resion es d irigiéndose a A lbert E instein:
“ Y a n o co n sid ero u no de m is m éritos el d ecir siem p re la verdad en la
m edida de lo p osib le; se ha con vertid o en m i o fic io ” . * 10

S a b e m o s m u c h o acerca de Freud. M antuvo una vasta correspondencia,


q u e yo he le íd o ca si por com p leto; tanto en ton o inform al c o m o íntim o,
é sta revela m uchas verdades im portantes sobre e l hom bre. P rodujo una
obra p rolífica, en parte abiertam ente y en parte encubiertam ente autobio-
gráfica. Sus cartas y p u b lic a c io n e s co n tien en fragm en tos qu e sin duda
deben aparecer en todas las b iografías de Freud, in clu so en ésta: h e tratado
d e ser más preciso que perturbador. Incluso considerando co n cuánto cuida-
d o ha sid o som etid o a ind agación , y la cantidad d e in d icios im portantes
que ha dejado, en el mapa de su vida quedan grandes áreas en blanco, y
requieren una exploración adicional. El padre de Freud, ¿se ca só d os o tres
v e ces? ¿T uvo Freud una relación am orosa con su cufiada M inna B e m a y s, o
bien e sto e s una fantasía d e un contem poráneo h ostil, o la d e un b iógrafo-
detective in gen ioso? ¿Por qué con sid eró Freud aconsejable p sicoanalizar a
su hija A nna, teniendo en cuenta que sus trabajos sobre técn ica caracteri-
zan co n severo desagrado que el analista sea alguien cercano a su analizan-
do? ¿Plagiaba Freud, y a co n tin u ación excusaba esa s apropiaciones ilícita s
q uejándose de m ala m em oria, o tales im putaciones sup on en una honesta
incom p ren sión de su m od o de proceder, o tal v e z m a licio sa s calum nias
dirigidas contra un investigador concien zu d o? ¿Fue Freud adicto a la co c a í-
na y produjo su s teorías p sico a n a lítica s bajo la in flu en cia de la droga, o su
u s o de esa droga era m oderado y en últim a instancia inocuo?
Q uedan aun m ás in terrogantes. ¿Fue Freud el p ositivista c ie n tífic o que
afum aba ser, o estaba principalm ente en deuda con la brum osa e sp ecu la -
c ió n d e lo s rom ánticos, o co n e l m isticism o judío? ¿Estaba tan aisla d o del
e s ta b lis h m e n t m é d ic o de su é p o c a c o m o dem ostrab an su s qu eja s? El
hecho, tan a m enudo declarado, d e que detestaba V iena, ¿era en realidad una
p o se , su rasgo m ás v ie n é s, o un d isg u sto auténtico? ¿Es cierto que su p ro-
greso acad ém ico se v io retrasado porque era judío, o e s ésta una leyenda
difundida por el tipo d e susceptibles recolectores de quejas, que detectan

También podría gustarte