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La función central de la escuela es enseñar para que niños y jóvenes adquieran los saberes que
les permitan el ejercicio de una ciudadanía responsable y una inserción en el mundo.
Los “Núcleos de Aprendizajes Prioritarios” constituyen un conjunto de saberes que deben formar
parte de la educación de todos los niños y niñas, en tanto se consideran saberes centrales,
relevantes y significativos, que incorporados como objetos de enseñanza, contribuyan a desarrollar,
construir y ampliar las posibilidades cognitivas, expresivas y sociales que los niños ponen en juego
y recrean cotidianamente en su encuentro con la cultura, enriqueciendo de ese modo la experiencia
personal y social en sentido amplio.
Estos núcleos de aprendizaje prioritarios serán un organizador de la enseñanza orientada a
promover múltiples y ricos procesos de construcción de conocimientos, potenciando las
posibilidades de la infancia y de la juventud, pero atendiendo, a la vez, a ritmos y estilos de
aprendizaje singulares a través de la creación de múltiples ambientes y condiciones para que ello
ocurra.
Sobre la base de las realidades cotidianas en las aulas y siendo respetuosos de la diversidad de
diseños curriculares jurisdiccionales, en la actual coyuntura se acuerda poner el énfasis en saberes
que se priorizan atendiendo a los siguientes criterios generales:
Su presencia se considera indispensable, pues se trata de modos de pensar o actuar
fundamentales desde el horizonte de las condiciones de igualdad y equidad.
Como saberes claves, refieren a los problemas, temas, preguntas principales de las
áreas/disciplinas y a sus formas distintivas de descubrimiento/ razonamiento/ expresión,
dotadas de validez y aplicabilidad general.
Son relevantes para comprender y situarse progresivamente ante problemas, temas y
preguntas que plantea el mundo contemporáneo en que los niños y jóvenes se
desenvuelven.
Son una condición para la adquisición de otros aprendizajes en procesos de profundización
creciente.
Los saberes que efectivamente se seleccionan se validaran en la medida en que propongan
verdaderos desafíos cognitivos de acuerdo con la edad y favorezcan la comprensión de procesos
en un nivel de complejidad adecuado, desde distintos puntos de vista; pueden utilizarse en
contextos diferentes de aquellos en que fueron adquiridos y constituyan herramientas potentes
para entender y actuar con inventiva, promoviendo el sentido critico y la creatividad.
“El contenido a enseñar es el producto de un proceso de selección cultural”. Una vez seleccionados
ciertos elementos culturales y excluidos otros, el contenido supone que los elementos culturales
son selectivamente elegidos, trasformados y trasmitidos. El elemento cultural es trasformado en
texto pedagógico, en contenido a enseñar.
Basil Bernstein, sostiene que el mensaje pedagógico no es solo el producto de un “recorte”, sino
también supone la creación de un nuevo producto cultural, proceso al que ha denominado
“recontextualización”, que supone que los productos culturales, al pasar por un proceso selectivo,
son “descontextualizados”. El saber es modificado y simplificado para su utilización escolar. Por su
parte, un autor francés, Y. Chevallard, llamó “transposición didáctica” a estos mismos procesos.
En este proceso, se tiende a olvidar que ese saber ha sido des-contextualizado de su actividad de
origen y recontextualizado en la escuela. Producto derivado, el contenido sufre un doble proceso
de desgaste con el paso del tiempo:
1. se desactualiza respecto de los cambios de la ciencia, las artes, las técnicas, los lenguajes
que circulan y se renuevan constantemente en la sociedad;
1
2. también tiende a distanciarse de los valores morales, políticos y sociales que le dieron
origen.
2
escuela debe promover para permitir a los jóvenes participar como miembros plenos de una
sociedad.
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buscar materiales y recursos más allá de la escuela, organizar actividades propias en forma
autónoma, promoviendo así el compromiso del estudiante en el diseño, la ejecución y la evaluación
de la tarea.
Se intenta explicitar una serie de criterios que el lector, en el ejercicio de la tarea, podrá ir
ajustando, mejorando, concretando en instrumentos que le vengan bien a la medida de sus
intenciones como educador.
La tarea de reflexión sobre la actividad en si de enseñanza es importante ya que nos permite
conocerla para poder actuar e interactuar cada vez mejor. En esto será de gran ayuda el momento
de la planificación. De cara a los múltiples condicionantes1 de las situaciones de la enseñanza (el
currículum y el cuerpo de contenidos, las diversas filosofías de la enseñanza o ideas reguladoras,
la evaluación que deberá hacerse de los alumnos, los ritmos de trabajo impuestos por el contexto
social e institucional) el diseño de la práctica de enseñanza nos servirá de guía, de eje vertebrador
y nos permitirá pensar una y otra vez sobre nuestra propia tarea. Como un puente sutil tendido
entre la provisionalidad del conocimiento y la incertidumbre de la situación educativa, el diseño y la
planificación constituyen un momento y una herramienta para afirmar nuestra condición de
enseñantes.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- Chevallard, Y. (1997). La transposición didáctica. Del saber sabio al saber enseñado. Buenos
Aires: Aique.
- Bernstein, B. (1993). La estructura del discurso pedagógico. Madrid: Morata.
1
El carácter social e histórico de la situación de enseñanza; el carácter complejo; los distintos niveles de decisiones y de diseño que
funcionan en el sistema educativo