CONCEPCIONES CURRICULARES
Parte 1
Este artículo tiene como finalidad presentar el marco contextual sobre el cual opera la Planificación del Proceso
Enseñanza Aprendizaje y visualizar las distintas concepciones curriculares que subyacen ante cada decisión
educativa.
El planeamiento del proceso educativo en distintos niveles de decisión, se hace realmente operativo –o se pone
en acción– en la clase misma, siendo el profesor el principal gestor, creador e innovador. Es él quien debe hacer
coherente y coordinar todas las instancias de Planificación previas considerando, sobre todo, las necesidades,
intereses y características específicas de sus alumnos.
El profesor de aula es quien en última instancia toma las decisiones más importantes: – ¿Qué aprenderán?,
¿Cómo aprenderán sus alumnos?– Luego, verifica dichos resultados. Estas decisiones llevan consigo una visión
de hombre, posee una pre imagen de un «debe ser», lo que le da forma y contenidos a todas y cada una de las
actividades que se realicen con los alumnos. Es el profesor quien relaciona y selecciona los conocimientos y
factores necesarios para producir el aprendizaje y conforme a determinados propósitos.
Por la importancia que reviste toda decisión tomada por el docente, se hace necesario que tenga presente y
considere en el momento de tomar decisiones sobre los objetivos, las distintas concepciones curriculares o
posibles enfoques del proceso educativo.
En la práctica cada concepción y enfoque curricular es una tendencia que conlleva una visión filosófica y
psicológica específica; le otorga una función determinada tanto al alumno como al profesor así como a la escuela
en su totalidad. También le otorga una finalidad central al proceso educativo al enfatizar algún o algunos de los
elementos, ya sea: Profesor, alumno, medios, contenidos, sociedad, etc.
Uno de los intentos más interesantes y sistemáticos por conceptualizar las distintas concepciones curriculares, ha
sido presentado en el año 1974 por Elliot Eisner y Elizabeth Ballance en su obra -Conflicting Conceptions of
Currículum».
Estas concepciones u orientaciones curriculares no se dan puras en la práctica y suele ser difícil clasificar un
determinado intento educativo o determinado pensamiento educacional en una de las tendencias recién
nombradas. Algunos autores o determinadas experiencias buscan precisamente un equilibrio entre los ideales
Esta orientación Curricular es el extremo más tradicional de las cinco orientaciones en estudio: se preocupa de
capacitar a la juventud para adquirir las herramientas para participar en la tradición cultural occidental y
procurarles el acceso a las grandes ideas y creaciones humanas.
Dado que la escuela no puede pretender enseñarlo todo, su función legítima, que es la «transmisión cultural»,
específicamente está dirigida a cultivar el intelecto del niño, proveyéndolo de las oportunidades para adquirir los
grandes productos de la inteligencia humana, reconocida universalmente como la «herencia cultural»,
acumulada y reactualizada a través del tiempo histórico social y representada por la mayoría de las disciplinas ya
probadas, clásicas y modernas: la filosofía, las lenguas, las ciencias, el arte, la técnica, la religión, la moral, etc.
En consecuencia, lo que prioritariamente importa son, los qué, los contenidos culturales sistematizados que son
peculiares, los conocimientos organizados en torno a disciplinas definidas y que, a nivel del plan de estudios de
una escuela, toman el nombre de -asignaturas- o «especialidades».
Según esta perspectiva, el currículum deberá dar auge y categoría a tales disciplinas clásicas, a través de las
cuales el hombre investiga y organiza el producto cultural acumulado, proporcionando con ello «conceptos y
criterios significativos» y, a través de los cuales, el pensamiento humano avanza y va obteniendo mayor
precisión, generalidad y poder. Se trata de garantizar la actividad intelectual en su expresión óptima: <educarse»
significa ser capaz de leer y entender las obras producidas por ellas y adquirir su conocimiento. De otra parte, se
piensa que al diseñar un currículum que incluya «aprendizajes prácticos» (como: entrenamiento para conducir
vehículos, economía doméstica, educación tecnológica), disminuye la calidad de la educación y priva a los
estudiantes de tiempo para dedicarse a las materias teóricas más fundamentales. Dicha posición estuvo
universalmente basada, desde el siglo XIX, en la construcción de una síntesis pedagógica realizada por el filósofo
y educador alemán Juan Federico Herbart (1776-1841), en orden a sistematizar el deber pedagógico y
enriquecerlo con un fundamento de validez unitaria e integral. Su pensamiento convierte a la Pedagogía en una
disciplina sistemática de base científica, asentada por una parte en una Psicología intelectualista que le
proporciona los medios y a la que quiso dar un carácter experimental, y por otra, en una Etica
Predominantemente individualista y especulativa, que le proveyó los fines.
No obstante, tal tradicional caracterización ha ido experimentando una significativa evolución en los años
recientes: aún cuando las «disciplinas> mantienen un fuerte influjo en los currículos educacionales, han
cambiado la naturaleza de la argumentación en el sentido de entrar a cuestionar el concepto de «disciplinas» y
de repensarlas en relación con la «estructura del conocimiento> dentro de una versión más novedosa y
dinámica. El racionalismo académico se prolongó por siglos sin reconocer la crucial diferencia existente entre las
«estructuras lógicas» y las «estructuras psicológicas» del contenido, que desde hacía mucho tiempo John Dewey
había postulado discriminar, cambio sustancial que hoy día acepta dentro de su nueva orientación en la
estructura del conocimiento, del reconocimiento de sus fuentes e implicaciones esenciales.
Tanto la escuela primaria, elemental o básica como los establecimientos de enseñanza media y superior han
perpetuado por largo tiempo esta posición curricular en nuestros países latinoamericanos, mediante la
aplicación de: objetivos instruccionales, planes de estudios por asignaturas, programas de materias extensos y
detallistas, clases preferentemente expositivas por parte del profesor con énfasis en la <enseñanza», con una
metodología libresca y teórica, con una actuación memorística y receptiva por parte de los alumnos. Sus
fundamentos residen principalmente en el «idealismo filosófico» y en la «disciplina mental» en psicología del
aprendizaje.
Abarca Mafalda, “Enfoques y Concepciones del Currículum Concepciones Curriculares”
2
BREVE ESQUEMA SINOPTICO DEL: CURRÍCULUM COMO RACIONALISMO ACADEMICO
Según esta concepción, el «Currículum» constituye una llave de acceso a la «enseñanza» del conocimiento
acumulado a través del tiempo y reactualizado en sectores culturales sistematizados, presentando
orgánicamente mediante la ilustración instruccional y académica de:
CUADRO 1
El Currículum, en general, se concibe como el medio, a través del cual los estudiantes aprenden a enfrentar los
asuntos y metas sociales: busca capacitar al hombre para mantenerse y funcionar con eficiencia en un mundo de
rápido cambio.
Según este enfoque, el <Currículum> es el medio formativo que provee al sujeto las herramientas necesarias
para adaptarse al <cambio socio-cultural> y también para orientarlo activamente.
CUADRO 4
Estos diversos enfoques del currículo planteados, representan las diferentes “concepciones de hombre” que la
sociedad ha ido considerando a través del tiempo.
Cada etapa histórica tiene y ha tenido sus propósitos dados por los múltiples eventos e innumerables situaciones
en los diversos campos del accionar humano: cultura propia de una época. Esto conlleva a que la educación
priorice un tipo de hombre por lo tanto “un enfoque curricular específico”; el cual es enriquecido por las demás
concepciones o enfoques curriculares vistos anteriormente.
Por lo anterior las concepciones curriculares, no son excluyentes entre sí, no obstante siempre predomina una
sobre las demás.
En relación a la fuente sociológica del currículum, se plantea la cuestión de qué tipo de contenidos hay que
enseñar. Tradicionalmente han primado de manera absolutamente prioritaria los hechos y los conceptos, de
manera que cuando se habla de contenido escolar a menudo solamente se refiere al ámbito conceptual.
Por otro lado, no es nueva la reflexión sobre la importancia de enseñar habilidades y técnicas de trabajo, es decir,
sobre la importancia de los procedimientos. Se ha dicho alguna vez que más que intentar que los alumnos se
conviertan en pequeñas enciclopedias (con muchos conocimientos factuales y conceptuales), quizás sería mejor
que les enseñásemos a saber buscar la información que necesiten en un momento dado mediante, entre otras
fuentes, la consulta de enciclopedias.
Si bien, pues, los ámbitos conceptual y procedimental se consideran hoy en día teóricamente muy relevantes, lo
que se necesita es ser verdaderamente conscientes y consecuentes con la opción que tomamos, lo cual quiere
decir, pongamos por caso, que en el momento de evaluar el rendimiento de un alumno tendremos que evaluar
los dos tipos de contenidos, y, en según qué edades, habrá que dar más valor a los procedimientos que a los
conceptos. Pensemos, por ejemplo, en los problemas de escolaridad y de integración sociocultural que se
pueden producir por no haber alcanzado un buen nivel en los aprendizajes instrumentales (procedimentales) de
lectura, escritura y cálculo en los primeros grados de la enseñanza básica.
Aún hay otro tipo de contenidos: los valores, las normas y las actitudes. …En una concepción de formación
integral no sólo no podemos dejar de lado las actitudes, sino que éstas han de ocupar un lugar destacado en
nuestras planificaciones y en el trabajo interactivo en el aula. Olvidarlo, cuando nos ponemos a programar o en
nuestra tarea diaria en la clase, no es otra cosa que esconder la cabeza bajo el ala.
Así pues, la concepción amplia del término contenido es una de las aportaciones importantes de los nuevos
planteamientos curriculares. Los contenidos se clasifican en tres grandes ámbitos:
• Hechos, conceptos y sistemas conceptuales
Se incluyen aquí:
- Hechos datos, realidades fácilmente asimilables (los nombres de los ríos de España o la fecha de un
acontecimiento histórico).