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DIANA LAURA PADILLA ALCÁZAR

155939

LP66

METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

MTRA. ANA MARIA KARAM GARCÍA

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 3. PROPUESTA POR ESCRITO DEL


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE UN PROTOCOLO DE
INVESTIGACIÓN

LAS ROSAS, CHIAPAS A 09 DE MAYO DEL 2022.


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La obesidad: un serio problema de salud pública en México.

El concepto de obesidad existe desde hace miles de años. Alrededor del 15.000
a.C. Durante el Paleolítico, la obesidad se representaba en figurillas de barro con
forma de mujeres encontradas en diferentes partes del mundo y pertenecientes a
diferentes culturas. Para entender una enfermedad tan compleja como la
obesidad, necesitamos explicarla.
Tradicionalmente se ha definido como un aumento del porcentaje de grasa
corporal o como un aumento anormal de la grasa corporal en relación con el tejido
muscular. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como
una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la
salud.
El desarrollo de la obesidad requiere la influencia combinada de la predisposición
genética a la enfermedad y la exposición a condiciones ambientales
desfavorables.
Los factores genéticos determinan la capacidad o capacidad para almacenar
energía en forma de tejido adiposo, y una menor capacidad para liberarla en forma
de calor, lo que sugiere una alta eficiencia energética en individuos obesos. Esto
se debe a que a la larga la energía consumida por un individuo es menor que la
energía que consume, es decir, hay un balance energético positivo.
La influencia de la genética está relacionada con condiciones extrínsecas como
malos hábitos alimenticios y sedentarismo. Los términos "sobrepeso" y "obesidad"
se refieren a un peso corporal que es mayor de lo que se considera normal o
saludable para cierta estatura.
El sobrepeso generalmente se debe a la grasa corporal adicional. Sin embargo, el
sobrepeso también puede ocurrir debido a exceso de músculo, hueso o agua.
Una medida internacional muy utilizada para identificar el sobrepeso y la obesidad
en adultos es el Índice de Masa Corporal (IMC) que se refiere a la proporción del
peso corporal dividido por el cuadrado de la estatura en metros y se reporta en
kg/m2.
La Secretaría de Salud establece dos principales factores de riesgo para
desarrollar obesidad, que se refieren a los conductuales y a los biológicos. En los
primeros se incluyen en forma importante alteraciones en la conducta alimentaria
como largos períodos de ayuno, horarios de comida no establecidos, dietas
densas en calorías (altas en lípidos y azúcares refinados), además de bajo
consumo de vegetales y fibra.
Ahí se menciona la falta de actividad física la cual ha sido sustituida por mayor
tiempo dedicado a los distractores antes mencionados en la justificación del
presente.
La globalización por la que atravesamos ha traído consigo una serie de cambios
fruto de muchos procesos sociales, políticos, económicos y culturales complejos
que han cambiado hábitos y costumbres, pero sobre todo, nuestra forma de vida.
Esto ha llevado a un aumento dramático en las enfermedades relacionadas con
los alimentos.
Un buen ejemplo de ello es la obesidad, que se ha vuelto cada vez más común
debido al aumento de la ingesta de alimentos bajos en nutrientes y con
demasiadas calorías, y por la falta de actividad física necesaria por su alta
probabilidad de que se produzca, existen los vehículos y nuevas formas de trabajo
y ocio.
La obesidad está asociada con una serie de enfermedades no transmisibles, como
la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, y es una de las
principales causas de muerte prematura.
Según la OMS, al menos 2,8 millones de muertes en todo el mundo se deben al
sobrepeso o la obesidad, y más de 35 millones se deben a la discapacidad.
Además, la obesidad es una de las principales causas de enfermedades óseas y
articulares y otras enfermedades crónicas.
Debido al aumento de la obesidad y el envejecimiento de la población,
especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, se prevé que aumente
la carga de enfermedades relacionadas con la obesidad.
El dramático aumento de la obesidad en todo el mundo representa una grave
crisis de salud pública que se ha asimilado a la "pandemia del siglo" con enormes
recursos humanos y económicos dedicados a combatirla, combatirla y prevenirla.
Según la Organización Mundial de la Salud hace 10 años había unos 330 millones
de adultos obesos en el planeta; llegó a 400 millones de personas en 2005 y para
2015 se espera que al menos 2.300 millones de personas tengan sobrepeso y
más de 700 millones de personas sean obesas.
Anteriormente, el problema estaba asociado con los países industrializados, pero
el sobrepeso y la obesidad han aumentado significativamente en los países en
desarrollo, especialmente en las zonas urbanas.
Es la enfermedad metabólica recurrente más frecuente en México. Considerada
como la región más densamente poblada del mundo, la incidencia aumentó de
59,7% en 2000 a 66,7% en 2006, lo que constituye el principal riesgo de
desarrollar las enfermedades de mayor rango en términos de morbilidad y
mortalidad.
El riesgo de obsesión viene con la posibilidad de enfermedades crónicas como
diabetes, presión arterial alta, enfermedades pulmonares y cardiovasculares y un
alto riesgo de varios tipos de cáncer. También daña la psique del sujeto, bajando
la autoestima de quien lo padece y afectando sus relaciones sociales.
Esto se debe a que la magnitud del problema es clara, y lo más alarmante es que
la obesidad no importa, ya que perjudica a todos, independientemente de su edad,
sexo, raza o condición socioeconómica.
Como resultado, la población infantil ha sufrido, sufriendo el cambio constante en
el estilo de vida debido a la urbanización, la inestabilidad económica y el desarrollo
tecnológico que ha llevado a una prevalencia creciente de la obesidad infantil.
En México, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2006, la
prevalencia de obesidad en niños universitarios fue de 26% para ambos sexos:
26.8% para niños y 25.9% para niñas, más de 4 millones de personas.
En 1999, por el mismo criterio, la tasa era del 18,6% (20,2% para niñas y 17%
para niños), un aumento muy significativo en tan sólo 7 años. En el estado de
Veracruz, una cuarta parte de los universitarios y una tercera parte de los adultos
jóvenes son obesos en algún grado.
En The Lancet Public Health, Solja Nyberg y sus colegas analizaron datos de diez
grandes estudios de cohortes para estimar en qué medida diferentes categorías
de índice de masa corporal (IMC) y la obesidad en particular, se asocian con la
cantidad de años sin enfermedades importantes. En comparación con el peso
normal, la pérdida de años sin enfermedad en los hombres fue de 1,8 (IC del 95%:
1,3 a 4,9) para el peso bajo, 1,1 (0,7 a 1,5) para el sobrepeso, 3,9 (2,9 a 4,9) para
los obesos de clase I y 8,5 (7,1 a 9,8) para los obesos de clase II-III; las
estimaciones correspondientes para las mujeres fueron 0,0 (–1,4 a 1,4) para el
peso inferior al normal, 1,1 (0,6 a 1,5) para el sobrepeso, 2,7 (1,5 a 3,9) para los
obesos de clase I, y 7,3 (6,1 a 8,6) para los obesos de clase II-III. La asociación
entre la obesidad y la pérdida de años sin enfermedad se observó en todas las
categorías de actividad física, tabaquismo y situación socioeconómica. Los
investigadores concluyeron que estos resultados “apoyan que la prevención de la
obesidad es una estrategia importante para la reducción de la morbilidad”.
Debido a las consecuencias sociales, económicas y biológicas de la obesidad, se
intensifica la búsqueda de causas, consecuencias y soluciones a los problemas.
Actualmente, es claro que están involucrados determinantes genéticos,
congénitos, sociales y culturales, pero el único evento que tiene un mayor impacto
en la acumulación de exceso de grasa fue influenciado por la adopción de nuevas
culturas.
El comportamiento es una combinación de cambios en la dieta habitual y un estilo
de vida sedentario. Desde 1960, tanto en países desarrollados como en vías de
desarrollo, se cree que aproximadamente el 54% de la población libre de pobreza
extrema ha cambiado sus hábitos de actividad física incorporando a su dieta
productos hipercalóricos y grasas.
La importancia que adquiere la alimentación en la niñez y la adolescencia se
fundamenta en que durante este período se dan procesos de crecimiento,
desarrollo y madurez humana que se ven afectados significativamente por la
alimentación y la nutrición.
El sobrepeso y la obesidad constituyen actualmente un problema de salud pública
en México, dada su prevalencia, consecuencias y asociación con las principales
causas de muerte.
En este escenario, como en el caso de la obesidad, los nuevos modelos de oferta
y demanda se asocian con un aumento de las enfermedades crónico
degenerativas, lo que exige cambios importantes en la política de salud y en la
estructura económica y social, principalmente en lo que respecta a la producción y
el consumo de alimentos.
La alimentación es un elemento esencial del desarrollo humano. Sin embargo, la
dieta de México en el siglo XXI es muy diferente a lo que solía ser. La industria
alimentaria ha facilitado el cambio de las dietas tradicionales basadas en cereales,
granos y legumbres a dietas de comida rápida industrializadas basadas en harinas
refinadas y bebidas dulces.
El sedentarismo es más común en la población. En estudios epidemiológicos, el
uso de indicadores como el índice de masa corporal y la circunferencia de la
cintura es una estrategia de detección clínica que ayuda a clasificar
completamente los riesgos relacionados con la enfermedad, establecer medidas
preventivas y manejar tanto la obesidad como las enfermedades relacionadas,
especialmente en poblaciones genéticamente sensibles.
Sin embargo, esto no es suficiente, ya que se deben desarrollar y coordinar
estrategias interdisciplinarias integrales para abordar los problemas que conducen
al sobrepeso y la obesidad asociados con los patrones de producción y consumo
de alimentos.
Además, no existe un marco regulatorio que garantice la calidad. Normas para
productos que ya forman parte del modelo alimentario nacional.
Considerando todas las alteraciones que pueden desarrollarse en los niños
obesos y el alarmante dato de que la obesidad infantil es un factor de riesgo para
la obesidad en la vida adulta, resulta fundamental prevenirla y controlarla desde
las primeras etapas de la vida.
Debe tomarse en cuenta que el incremento del peso del niño debe ser paulatino;
de lo contrario, se deberá buscar ayuda profesional; dependiendo de la gravedad
del caso, deberá tomarse en cuenta la opinión de un médico, un nutriólogo y un
psicólogo.
Para ello se debe buscar fortalecer hábitos saludables que puedan ser adoptados
por la familia, como balancear las comidas del día y establecer horarios de
alimentación.
Se debe adquirir conciencia de que, además de los cambios en la alimentación, es
indispensable incrementar la actividad física diaria, como hacer caminatas
cotidianas de al menos media hora y beber un mínimo de dos litros de agua al día,
porque no existe una dieta sin ejercicio.
La elevada tasa de obesidad en los niños y adultos es una realidad en nuestro
país, ante la que ya no podemos cerrar los ojos. Pero la solución se encuentra
cuando cada uno de nosotros haga conciencia y adquiera hábitos de vida
saludables.
En conclusión, la obesidad representa un problema grave para la población
mexicana y para el país por sí mismo, pues como pudimos notar a través del texto,
además de afectar la salud física de los individuos que la padecen, de diferentes
maneras, también podemos observar repercusiones a nivel emocional, la salud
mental también se ve afectada. Por otra parte también representa un problema en
el ámbito socioeconómico,
Si bien la obesidad no es una enfermedad que se transmita directamente, como
en el caso de una patología infecciosa, es bien cierto que gracias, en gran medida,
a la genética y los malos hábitos higiénico-dietéticos de la población, que esta
enfermedad se propaga de manera alarmante y que de no hacer algo al respecto
se pone en riesgo las condiciones de un futuro cercano.

Bibliografía.
I. Verdalet M. (2011). La obesidad: un problema de salud pública. Revista
de Divulgación Científica y Tecnológica de la Universidad Veracruzana,
Volumen XXIV, 19-26.
II. Torres F, Rojas A. (Abril 2018). Obesidad y salud pública en México:
transformación del patrón hegemónico de oferta-demanda de alimentos.
Revista Problemas del Desarrol, 193, 145-169.

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