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SEMINARIO 3:

03-10-2022

COMPLICACIONES DE LA ULCERA
PÉPTICA
INTRODUCCION

Las úlceras pépticas se pueden de nir como todo el defecto de la mucosa gastroduodenal que se
extienda más allá de la capa muscularis mucosae, sin llegar a la submucosa. Cuando se daña la
submucosa, se produce una perforación.

Las localizaciones más frecuentes donde se producen las úlceras son el bulbo duodenal y el estómago; y
los pacientes fumadores y consumidores de AINEs son los que tienen más riesgo de padecerlas.

Las úlceras son provocadas por la actividad dañina e in amatoria del ácido producido en el estómago y por
la bacteria Helicobacter pylori, sobre la mucosa del aparato digestivo.

Pueden ser asintomáticas o sintomáticas, provocando un dolor epigástrico post-ingesta y de predominio


nocturno, que desaparece con la ingesta de alimentos o de antiácidos.

Si el dolor empieza a cambiar sus características, eso puede ser indicación de algunas complicaciones,
siendo estas las responsables de la gravedad de la úlcera péptica.

Aún así, su incidencia está en descenso debido a las estrategias que permiten una protección gástrica y la
erradicación de H.pylori.

COMPLICACIONES DE LA ULCERA PÉPTICA

Algunas de las complicaciones más frecuentes producidas por las úlceras pépticas son:

• Penetración: no se ve, pero puede sospecharse cuando el dolor se hace más constante y no calma
con antiácidos, despierta al paciente por la noche y se irradia hacia la espalda o hacia el hipocondrio
derecho.

Ocurre cuando la úlcera contacta con los órganos/estructuras vecinas, tales como el páncreas, hígado o el
ligamento gastrocólico.
La penetración ocurre más frecuentemente en las úlceras duodenales, pues el duodeno presenta unas
paredes más nas que el estómago.

El tratamiento debe individualizarse teniendo en cuenta las características de cada lesión, y puede ser
necesario intervenir quirúrgicamente.

• Hemorragia: es la complicación más frecuente; ocurre en 21% de los casos.

En casos de presencia de úlcera, se mani esta más frecuentemente como sangrado en el tracto
gastrointestinal superior (hemorragia digestiva superior) afectando al esófago, estómago y duodeno.

Es causa de melenas, hematemesis, vómitos en posos de café o hematoquecia.

El sangrado puede ser leve o grave, y en los casos graves puede causar anemia y requerir transfusión de
sangre o cirugía.

La arteria gastroduodenal tienen un calibre importante y pasa justo por detrás de la cara posterior del bulbo
duodenal. Siendo este la localización más frecuente de las úlceras, esta arteria es la estructura con más
probabilidades de dañarse y de provocar hemorragias masivas.

Debemos tener en cuenta las características de la lesión para que podamos evaluar el riesgo de recidiva,
midiéndolo con el índice de Forrest.
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Es muy importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha de una hemorragia
gastrointestinal, ya que puede ser una emergencia médica.
Se intenta estabilizar hemodinámicamente al paciente y se hace hemostasia endoscópica.
Si esas medidas fracasan, y hay daño en la arteria gastroduodenal, se interviene quirúrgicamente.
Cuando el paciente está estable y la hemorragia ha cesado, se adoptan medidas para tratar la úlcera.

• Perforación: también es una complicación muy grave, en la que la úlcera se extiende a través de la
pared del estómago o del duodeno, permitiendo que el contenido de estos pase al espacio abdominal,
causando infecciones potencialmente mortales.

Ocurre con más frecuencia en las úlceras duodenales, puesto que el duodeno tiene las paredes más nas
que el estómago.

Los síntomas de la perforación pertenecen a un cuadro típico de paciente inmóvil, con los brazos
exionados sobre el abdomen y con sensación de gravedad.
Produce un dolor abdominal muy intenso y de comienzo brusco, que puede irradiarse hacia la espalda o
hacerse difuso.
Puede producir también ebre, náuseas, vómitos, distensión abdominal, shock (respiración super cial,
colapso periférico y peritonitis) y neumoperitoneo.

El tratamiento es quirúrgico, por laparoscopia preferiblemente.


En casos menos graves, cuando no hay neumoperitoneo o los pacientes son muy mayores, se puede
intentar curar al paciente con tratamiento conservador: antibioticoterapia, dieta absoluta y sueroterapia.

• Obstrucción: es la complicación más infrecuente.


Ocurre cuando hay un bloqueo en el tracto intestinal, debido a la formación de una masa de tejido
cicatricial en la úlcera.
La causa más frecuente de obstrucción es la estenosis pilórica o pré-pilórica.

Debemos sospecharla cuando el dolor se acentúa con la comida y aparecen vómitos de retención.
Sin embargo, puede provocar otros síntomas tales como saciedad precoz, distensión abdominal, náuseas y
pérdida de peso.

El diagnóstico se hace por endoscopia.

Puede aparecer en las fases agudas y reversibles de la úlcera (por el edema y la in amación), y se puede
curar con IBP.

Cuando ocurre en las fases de cicatrización ( brosis irreversible), el tratamiento inicial consiste en reposo
digestivo, colocación de sonda nasogástrica para evacuar el contenido, hidratación, antisecretores y
tratamiento etiológico para erradicación de H.Pylori.
Si con ello no es su ciente, se tienen que hacer dilataciones endoscópicas con balón o piloroplastia.
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