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TRIBUNAL DE LA SANTA INQUSICION

¿Qué es el tribunal de la santa inquisición?


Santa Inquisición hace referencia a las instituciones de la Iglesia Católica dedicadas
a la supresión de la herejía, dedicadas a la detección, persecución y castigo de la
herejía en sus posibles facetas. AHORA ¿Qué es la herejía o que es un hereje?
Fueron aquellas personas que sostenían opiniones o creencias contraria y también a
lso que iban en contra de la corona.
ANTES DE IR EXACTAMENTE AL NACIMIENTO DEL TRIBUNAL DE LA SANTA
INQUISICION COMO TAL YA ESTABLECIDA PRIMERO DEBEMOS CONCOCER
SU ORIGEN , CUAL ES SU ORIGEN DONDE SURGIO…. ¿Por qué PRIMERO
NACIO LA SANTA INQUISICION QUE EL TRIBUNAL DE LA SANTA
INQUISISCION QUE SON DOS FORMAS DISTINTAS.
¿Cuándo nació la santa inquisición?
La santa inquisición se creo el año 1184 en Francia en el siglo XII bajo el papado del
papa lucio III, LA PRIMERA FUE LA INQUSICION EPISCOPAL
En su origen era una institución QUE ESTABA BAJO LA AUTORIDAD DIRECTA
DEL PAPA que se dedicada a la persecución, detención, juicio y castigo de la
herejía.
¿Cuándo NACIO EL TRIBUNAL DE LA SANTA INQUISICION Y DONDE?
EL TRIBUNAL DE LA SANTA INQUISICION fue creada en España en 1478, BAJO
el orden del papa Sixto IV, y los reyes católicos para COMBATIR CONTRA
QUIENES ESTABAN EN CONTRA DE LA IGLESIA CATOLICA, EL ESTADO, Y LA
PAZ SOCIAL.
la monarquía española, para centralizar y organizar su poder, tenía constituidos
cinco consejos reales: Castilla, Aragón, Hacienda, Estado y el de la Suprema y
General Inquisición. En base a su 5 consejo de la general inquisicon la cororna
española creo los Tribunales de la Santa Inquisición, se creo como una forma
mucho más estructurada, legal y razonada, por lo menos desde su perspectiva, para
solucionar los conflictos de defensa de fe, de moral , de la fidelidad a la monarquia y
también la paz social.
Los inquisidores contaban con un cuerpo de personas de alta posición social y
oficial llamados "consultores del Santo Oficio", que integraban una especie de
consejo. Estos consultores intervenían con su voto en las decisiones graves, como
cuando un reo era condenado a muerte.
¿Qué SISTEMA PROCESAL PREVALECIO EN EL TRIBUNAL DE LA SANTA
INQUISICION?
PREVALECIO EL PROCESO PENAL INQUSITORIAL
Al establecerse el Tribunal del Santo Oficio, los primeros procedimientos consistían
en una ceremonia llamada el "Juramento", en la que, como lo dice el nombre, los
asistentes juraban denunciar a todas las personas que consideraran sospechosas y
prestar al tribunal la ayuda que pudiesen, pero, además, al concluir esa ceremonia
se solía dar lectura a un edicto de los inquisidores, llamado edicto de gracia, por el
cual se conminaba a quienes se sintieran culpables a denunciarse a sí mismos
dentro de un plazo fijado; a cambio, obtenían por lo general el perdón de la pena de
muerte o la prisión perpetua, así como el de la pena de confiscación de bienes. En el
edicto se indicaban con minuciosidad los hechos considerados punibles, aunque su
objetivo final era lograr de los autoinculpados la identificación de sus cómplices; es
decir, el edicto de gracia en era en realidad un mecanismo para provocar denuncias,
convirtiéndose en una trampa que permitía a los inquisidores la formación de un
fichero preliminar de sospechosos. En el edicto general de gracia de 1815 se dio
potestad a los propios confesores para practicar y recibir testimonios de herejía,
prohibiendo a los confesores dar la absolución a los que de algún modo no hubieren
cumplido con aquel mandamiento. Más adelante, el juramento primigenio de
delación también adquirió la forma escrita, siendo leído por el cura a los feligreses
una vez al año; esta figura tomó el nombre de edicto de fe, leyéndose una semana
después el edicto de anatema, que declaraba excomulgado a quien no hubiera
denunciado lo que sabía acerca de sus vecinos.
Toda denuncia, incluso anónima, era válida, aunque contrario a la creencia popular,
una sola denuncia no abría un proceso como tal. Para evitar que se hiciera mal uso
de las denuncias (como por ejemplo venganzas personales o para arruinar la
reputación de un rival), se iniciaba proceso sólo cuando una misma persona sumaba
numerosas denuncias, que fueran consistentes y hubiera un delito claro que le
concerniera al Tribunal. Una vez recibidas dichas denuncias, se abría una
investigación secreta que al revelar algún indicio de peso, conducía a citarse al
acusado para que se presentara de manera voluntaria ante el Tribunal; en caso de
no hacerlo se procedía entonces al arresto y a la incautación de los bienes del
acusado para su manutención durante el proceso, el cual podía durar incluso años.
Es importante señalar que la Inquisición sólo tenía jurisdicción sobre los cristianos,
es decir, no podía actuar en contra de los judíos (a menos de que fueran falsos
conversos) ni contra musulmanes, ya que ellos le concernían a la justicia civil. En el
caso novohispano, los indígenas no estaba sujetos a la juridificación de la Inquisición
sino del Provisorato. Al citarse al acusado o al arrestarlo, se le tomaba una
declaración que incluía preguntas sobre su familia y su origen, sobre su
conocimiento del dogma y prácticas sobre la religión católica, y sobre si tenía alguna
sospecha acerca del motivo de su prisión. Por lo general el acusado manifestaba
total ignorancia a ese respecto, temeroso de implicarse en algún hecho que no
figurara en la denuncia, situación que agravaba su caso. Si después de preguntarle
tres veces el acusado persistía en la misma respuesta se le declaraba "negativo" y
se abría propiamente hablando el proceso. Durante toda la secuela de este —que a
veces tardaba años— el acusado permanecía incomunicado en la llamada cárcel del
secreto y ni siquiera podía hablar con él uno de los inquisidores si faltaba alguien
que pudiera servir de testigo. El acusado nunca era informado del nombre de
quienes declaraban en el proceso, no había por supuesto la posibilidad de careos y
el recurso de tachar a un testigo por ser enemigo del acusado solo podía hacerse
efectivo si este adivinaba quien había declarado en su contra o por torpeza del
acusado en las declaraciones del testigo. A todos los testigos se les exigía el
juramento del secreto.7
Como medio para obtener las confesiones era habitual el uso del tormento.
La sentencia ponía fin al proceso, y podía consistir en la absolución del reo (hecho
infrecuente) o en su condena. En este último caso, se procedía a la lectura pública
de los veredictos en presencia de los acusados y concurriendo las grandes
autoridades, constituyendo un aparato ceremonial llamado auto de fe; en este mismo
acto se entregaba al verdugo a los condenados a muerte, pena máxima consistente
en la ejecución en la hoguera. Otras penas podían consistir
en azotes, destierro, confiscación de bienes, galeras, sambenito o reclusión, en cuyo
caso se cumplía el confinamiento en las llamadas casas de penitencia.8

El Tribunal tenía entre sus atribuciones la capacidad de confiscar las propiedades de


los acusados. El secuestro de bienes era dispuesto por los inquisidores al iniciarse el
proceso, quienes, en los casos más graves -siempre y cuando se demostrase la
culpabilidad del reo-, podían ordenar su confiscación. El dinero captado no
ingresaba en el patrimonio de la Iglesia sino de la monarquía y se destinaba a
financiar las acciones del propio Tribunal. Durante los primeros años de su
funcionamiento la Inquisición española tuvo una ingente cantidad de recursos pero,
al menos desde el siglo XVIII, no eran suficientes para cubrir sus propios gastos.
Esto la llevó a recurrir constantemente al apoyo de la corona.

El proceso se realizaba en el mayor secreto posible y tanto los procesados como sus
acusadores y los propios funcionarios y servidores del Santo Oficio se veían
obligados a no revelar nada de lo sucedido. En caso de que violasen esta
prohibición se les trataba con una severidad similar a la usada con los herejes. Este
secreto absoluto de los procedimientos inquisitoriales fue uno de los orígenes de la
muy extendida leyenda negra sobre el Santo Oficio ya que la población solía
inventar las historias más inverosímiles sobre el mismo, las que eran transmitidas de
generación en generación.

El caso de Galileo Galilei

Galilei fue acusado por defender el modelo heliocéntrico.

El científico Galileo Galilei, defensor del modelo copernicano del sistema solar (y
hasta el día de hoy una de las grandes mentes de la humanidad) tuvo que vérselas
en el siglo XVII con los tribunales de la Inquisición.

Se le acusaba de atentar contra las consideraciones eclesiásticas, al defender


el modelo heliocéntrico (la Tierra gira en torno al Sol) que el geocéntrico (el Sol gira
en torno a la Tierra) propuesto por Aristóteles y defendido por el canon eclesiástico.

En dos oportunidades se juzgó a Galilei: en 1616 y en 1633. En el primero su obra


fue condenada y en el segundo se le obligó a renegar públicamente de sus teorías y
admitir que se había equivocado, que la Tierra no se movía.

Aunque bajo la presión de la Inquisición negó su propia teoría, lo hizo a


regañadientes, agregando según la leyenda un comentario desafiante: “Eppur si
muove” (“y si embargo, se mueve”).

Fuente: https://www.caracteristicas.co/inquisicion/#ixzz7R5Lbwbd7

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