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NACIONAL”
AUTOR
DOCENTE
CHIMBOTE- PERÚ
2022
INTRODUCCIÓN:
Otra cosa que hacia la iglesia católica para poder acabar con los herejes es
que los sospechosos que habían confesado de herejía no podían
reconciliarse con la iglesia hasta que acusen a otro hereje, si obstaculizaban
la investigación corrían el riesgo de que vayan presos o perder todas sus
propiedades.
Los métodos que usaban para hacerlos hablar no eran humanos ya usaban
la tortura como medio, en eso podemos encontrar los siguientes:
La garrucha o la cuerda: se ataban las manos del sospechoso por
detrás de la espalda y se le alzaba por las muñecas a varios metros
del suelo por un sistema de poleas. Tras ello, se le dejaba caer sin que
tocara el suelo, quedando descoyuntado de la sacudida. Si no
confesaba, se le quebraban los brazos y las piernas hasta que moría.
El potro: se ataba al preso de manos y pies sobre una mesa. Las
cuerdas de los pies se iban enrollando a una rueda giratoria, y cada
vez que daba vueltas esta rueda se iban estirando las extremidades
hasta incluso llegar al desmembramiento.
La pera: se introducía un instrumento en forma de pera en la boca,
vagina o ano de la víctima, dependiendo de la acusación: oral a
predicadores heréticos, vaginal a las brujas y anal a homosexuales
pasivos. Esa pera en el interior se abría con un tornillo mutilando las
cavidades.
La sierra: uno de los más brutales, estaba reservado a las mujeres
acusadas de brujería y de estar embarazadas del mismísimo Satanás.
Se colgaba a la presa boca abajo con el ano abierto, y con una sierra
la cortaban hasta llegar al vientre. No buscaba tanto la tortura para que
confesara, sino acabar con su vida y con el feto supuestamente
endemoniado.
Los carbones: se aplicaban carbones al rojo vivo a unos 300 grados
sobre las zonas más sensibles de la piel.
El aplasta pulgares: era una herramienta metálica sencilla donde se
metían los dedos de las manos y de los pies, y quedaban destrozados
al voltear unos tornillos.
El agua: consistía en introducirle al reo, al que tapaban las fosas
nasales, una especie de embudo en la boca por donde le hacían
ingerir grandes cantidades de agua. Esto provocaba una sensación
muy fuerte de ahogamiento y solían morir por ruptura del estómago.
La cuna de Judas: esta tortura consistía en elevar al preso con un
sistema de cuerdas y poleas y dejarlo caer sobre una pirámide de
madera afilada con la precisión suficiente para que cayera y el aparato
le desgarrara el ano, el escroto o la vagina.
La flagelación: también se utilizaba este famoso castigo corporal, en el
que se azotaba el torso desnudo con varas o flagelos hasta sangrar,
incluso llegando al desmayo del reo.
La doncella de hierro: una de las torturas más crueles, aunque se
piensa que no era muy común. Se trataba de un sarcófago con forma
de cuerpo humano con pinchos metálicos en su interior, que se
clavaban en el cuerpo para desangrarlo poco a poco.
La cabra: una de las torturas más originales, consistía en bañar los
pies atados del reo en agua salada. Tras esto, una cabra lamía con su
áspera lengua esta parte del cuerpo desollando su piel, provocando
heridas que en muchas ocasiones se infectaban y provocaban la
muerte. Objetivo de las inquisiciones es que la gente entre en la oficina
del inquisidor para arrepentirse o acusar de forma anónima a las
personas que creían ser herejes para lograr eso usaban el miedo,
terror e interés propio; otro objetivo de la santa inquisición era acabar
con la herejía y para ello pensaban que debían acabar con los herejes.
Examen simple Tras el arresto y confiscación de bienes para pagar las costas
del proceso, se procedía a un interrogatorio del reo. Bajo juramento, se
conminaba al acusado a decir la verdad, es decir, a confesar
espontáneamente sus faltas, todo ello sin ser informado de los cargos. Si el
reo se negaba, o no tuviera nada que decir, se pasaba a la monición, es
decir, la amonestación a decir la verdad. Se le explicaba de manera general,
sin precisar demasiado. El acusado tenía derecho a procurarse un abogado y
podía presentar una lista de posibles enemigos, con objeto de recusar a los
testigos, testigos que, en realidad, desconocía. Aislamiento indefinido Se
realizaba en cárceles secretas que la Inquisición tenía preparadas al efecto.
El aislamiento
Tenía el doble objetivo de evitar la fuga del acusado, y al mismo tiempo
prepararlo psicológicamente para la siguiente fase procesal, que el acusado
de ordinario conocía. Las condiciones materiales de internamiento eran
mejores que las de las cárceles no pertenecientes a la Inquisición, pero se le
negaba el acceso a los servicios religiosos y a las visitas.
Riguroso examen
La siguiente fase se denominaba riguroso examen, que no es otra cosa que
un interrogatorio bajo tortura. Para iniciar esta fase tenían que cumplirse
cuatro condiciones:
Debian haber indicios suficientes.
Debía obtenerse permiso del Tribunal Superior.
Debía haber acuerdo con el obispo de la diócesis, que asiste al
interrogatorio.
Debía haber finalizado el periodo probatorio y testifical, es decir, debía
realizarse al final de todo el proceso.
El riguroso examen tenía tres objetivos posibles: conocer el hecho,
profundizar en el hecho o conocer la intención que había dado lugar al hecho.
Tortura
Al interrogatorio asiste el inquisidor, el obispo, los notarios o escribanos,
ocasionalmente un médico, y por supuesto, el reo. Si se negaba a confesar,
se procede a torturarlo. Primero se anota la fecha, los asistentes y el nombre
del interrogado. Luego, mediante reloj de arena, y tras desnudarlo (las
mujeres podían cubrirse con unos paños), se da comienzo al interrogatorio
bajo tormento.
Tras media hora, si el reo no confesaba, y si el Inquisidor decidía continuar la
sesión otro día, se escribía en el acta y se devolvía al torturado a su celda. Si
el reo confesaba, debía confirmar la declaración libremente y con
posterioridad, ya sin tormento. Los tipos de tortura eran variados,
suspendiéndolo de las muñecas con las manos atadas a la espalda,
quemándole las plantas de los pies, dándole baquetazos (el azote) o
aplastándole los pies o los dedos. El escribano que estaba presente en la
sesión de tortura recogía todos los detalles y "anotaba cada palabra y cada
gesto. La innovación introducida por el método inquisitorial radica en que
solamente se aplicaba una vez que las pruebas habían sido presentadas y
los testigos habían declarado. Eso explica que la falta de confesión bajo
tortura, o una retractación posterior de lo declarado, no implicaba la
absolución del reo.
La relajación
Para la ejecución de la pena impuesta el condenado era relajado, es decir,
entregado al brazo secular, que era el encargado de su ejecución pública. Si
el hereje impenitente se arrepentía y se convertía ya en el cadalso, se
permitía, antes de la quema, su ejecución por estrangulamiento (si era de
condición humilde) o por degollamiento (si era noble). En caso contrario, se le
quemaba vivo. Podía darse el caso de que el acusado ya hubiera muerto, en
cuyo caso se desenterraban sus restos y se quemaban. Si estaba ausente,
como queda dicho, se quemaba su efigie.
CONCLUSIÓN:
REFERENCIAS:
http://www.enciclopediajuridica.com/d/procedimientoinquisitorial/pr
ocedimiento-inquisitorial.htm
http://file:///C:/Users/USUARIO%20ADMIN/Downloads/ecob,
+RVIN9898110137A.PDF.pdf
PROCEDIMIENTOS JURÍDICOS DEL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN 1.
https://www.congreso.gob.pe/Docs/participacion/museo/files/museo
/inquisicion/procedimientos_juridicos_inquisicion_16_07_2012.pdf
santa-inquisicion/