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“Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la

conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”


UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DEL PERU

“DERECHO GRIEGO Y ORATORIA FORENSE”

CURSO: ARGUMENTACIÓN JURÍDICA.


DOCENTE: MGT. RITA CHURA
ALUMNOS: OCON CHOQUEHUANCA FRANK YORDY.
CCOPA VARGAS- EDITH SAYDA

Cusco-2024
Índice:

Introducción:.....................................................................................................................3
Derecho Griego Y Oratoria Forense................................................................................4
Oratoria Juridica...............................................................................................................8
Conclusión....................................................................................................................... 9
Bibliografía..................................................................................................................... 10
Introducción:

La historia de la oratoria constituye lo fascinante de las raíces evolutivas de la

humanidad y forma parte del maravilloso mundo de la comunicación. Tomando en

cuenta que esta es indispensable para el desarrollo del hombre dentro de la sociedad.

Cuando se hace referencia a la historia en la oratoria, se debe considerar donde nació

y se desarrolló. En este sentido, podemos conocer mejor por donde viene orientada.

La oratoria nació en Sicilia y fue Grecia donde se desarrolló y se consideró como un

invaluable instrumento en la política. Estudiando a fondo, se conoce acerca de la

existencia de profesionales en este ámbito.


Derecho Griego Y Oratoria Forense

Lo relevante e importante en el Derecho de la histórica Grecia es lo referente al

proceso penal ateniense, que se caracteriza -como es de conocimiento universal-, por

la participación directa de los ciudadanos en el ejercicio de la acusación y de la

jurisdicción, así como la incidencia en la ORALIDAD y la publicidad del DEBATE, que

es en realidad la base de la sentencia. Es decir, los juzgadores, tienen la

responsabilidad de escuchar a cada una de las partes en conflicto, para que se

pueda formar un real criterio de conciencia.

Este sistema tiene evidentemente su antecedente importante, que es

precisamente, la civilización jurídica de Oriente, que constituye la base para el

establecimiento jurídico en la República de Roma. La influencia griega en el

sistema romano tuvo un objetivo importante: aprehender todo lo necesario de la

cultura helénica, que como es de verse, logro resultados relevantes que lo condujo

a construir un pedestal dentro de la cultura jurídica romana.

En el Derecho griego se conocía -y subsiste hasta hoy-, la Asamblea del

pueblo que excepcionalmente actuaba para juzgar, en interés de esa gran

república solidaria y democrática, distintas figuras. La convocatoria la dirigía un

Arconte, que no estaba para ninguna formalidad, y el acusado no tenia garantías

para su defensa, tal como hoy conocemos, por lo menos en la teoría.

En muchos casos, el pueblo tenía la posibilidad de delegar su poder a través de

sesiones, a determinados ciudadanos que los representaban para defenderlos.


En Atenas, el más celebre tribunal fue el Areópago, que lo estableció

Solón, lo integraban los antiguos arcontes en numero variado. Sus juicios en sus

inicios, se realizaban en horarios nocturnos, porque durante el día, los miembros

del tribunal realizaban otras tareas, y según otros estudiosos, la celebración de

estos procesos indicados solo era para los delitos muy graves. El alegato en

estos delitos -como es de comprender-, era muy limitado, y se refería básicamente

a las cuestiones de hecho y se votaban en secreto. En sus orígenes, este tribunal

tuvo una amplia jurisdicción, pero se restringió a los homicidios premeditados,

incendios y algunos crímenes pasibles de la pena capital: mutilación,

envenenamiento y traición. Los Éfetas formaban un tribunal de jueces, elegidos

anualmente por sorteo entre los miembros del Senado y conocía: los homicidios

involuntarios o no premeditados. El tribunal de los heliastas ejercía la jurisdicción

común.

Estaba constituido por ciudadanos mayores de treinta años, de intacta

reputación y que no fueran deudores del tesoro publico.

Solón acordó a todos los ciudadanos el derecho de acusar para que se

acostumbraran "a sentirse y dolerse unos por otros, como miembros de un mismo

cuerpo". Los atenienses supieron distinguir dos especies de delitos: los públicos y

los privados. Los primeros interesan directamente a la sociedad. Aquí encontramos el

origen de nuestra clasificación de las acciones penales, que pertenecen al Derecho

Público.

La acusación de los delitos públicos no quedaba exclusivamente en

manos de los ciudadanos.


Los tesémostelas podían denunciar ante la Asamblea del pueblo o el Senado

algunos atentados que ponían en peligro a la ciudad, tales organismos

nombraban al ciudadano que debía encargarse de acusar.

Las acusaciones eran excelentes, tenían bastante nivel académico y

sustento argumentativo. El acusador asumía una grave responsabilidad, así como

en caso de condena, recibía del acusado, parte de los bienes; en caso de absolución

era objeto de graves penas, cuya magnitud dependía de los votos emitidos en uno u

otro sentido por los miembros del tribunal. Quedaba exento de pena si la quinta parte

de los jueces estimaba que la acusación no tenía fundamento.

EI juicio se realizaba oral y públicamente, pero existían actos preliminares que

hoy en día tienen formas más ampulosas. EI primer acto procesal es obviamente la

acusación, en esto radica la primera garantía del imputado, que solo es llevado a juicio

en virtud de una imputación formal y pública que genera la responsabilidad de quien la

hace. El acusador presenta querella ante un Arconte, ofrece las pruebas y presta

juramento o caución de que realmente continuara el juicio hasta la sentencia. Si la

acusación es regular y seria, el Arconte designa el tribunal competente y convoca a

quienes deben constituirlo.

La acusaci6n es fijada en el pretorio, mientras que el acusador se encarga de

reunir las pruebas de cargo.

El imputado tenía la obligación de comparecer ante el Arconte, era

llevado por agentes públicos, si es necesario por la fuerza por el mismo acusador.
En esta primera, se podía interponer excepciones o pedir algún término

para la defensa, obviamente mediante el alegato, prestando juramento de decir

la verdad. Cuando tres ciudadanos respondían por la comparecencia oportuna del

acusado, este queda en libertad; aquí se da el régimen de la excarcelación bajo

fianza.

EI día fijado para el juicio, los ciudadanos se reunían bajo la dirección de un

thesmóteta.

El debate era alturado de lo que hoy carecemos, y argumentado ante el

tribunal, y la sentencia también era pública. Un vocero leía la acusación y los

documentos relativos a la misma; a continuación, el acusador desarrollaba sus cargoso

interrogaba a sus testigos, luego el acusado o su patrocinante (abogado defensor)

hacían la alturada defensa, pudiendo presentar testigos.

Cada parte interrogaba a sus testigos, previo juramento solemne, con

exclusión de la contra parte.

En ese tiempo, la tortura fue empleada como medio de prueba -perdura hasta

nuestros días-, primero con relación a los esclavos y después a los hombres

libres. Discutían fríamente sobre su eficacia porque no tenían conciencia de su

crueldad. También se encontraban las ordalías, que después fueron medios comunes

de investigación.

Es decir el Derecho de la alta cultura griega -una república que llegó a la era de

la civilización-, era un proceso dominado por las partes.


Los jueces se hallaban básicamente en la condición de árbitros de una

lucha real y honorable entre aquellos y al final deliberaban y votaban procurando ser

leales y justos, lo que era difícil alcanzar.

Echaban en una urna habas blancas o negras que eran contadas por el

Presidente para proclamar el resultado. La sentencia se emitía por mayoría de

votos. En caso de empate, el acusado era absuelto. En este caso, la sentencia

era irrevocable, como expresión de la voluntad popular y soberana; cuando no era

absuelto se producía una apelación, procurando presentar las pruebas para que el

sentenciado sea liberado o se le disminuya en su penalidad.

Oratoria Jurídica.

La oratoria nació con la expresión oral, pero aquello a lo que en la actualidad denominamos

como oratoria, apuntando a un arte o a una técnica especial, parece proceder de la isla italiana

de Sicilia, cuando en el siglo V AC caen los llamados tiranos y ello da pie a que numerosos

ciudadanos deban actuar para recuperar sus propiedades confiscadas, apelando a aguerridas

defensas en el terreno judicial.

Tal circunstancia promovió el arribo de los llamados logógrafos, defensores y asesores de los

damnificados, entre los que descollaron Córas yTisias, personajes que redactaron un tratado

orientado a dotar de herramientas a quienes debían expresarse con fines de persuasión ante

los respectivos tribunales. Ese texto, escrito en 467 AC, es considerado por muchos el primer
tratado de retórica de la historia. Lamentablemente no hay copias de tan valiosa obra; arriesgo

a decir que era valiosa aunque desconozco su contenido, pero al ser la primera en la disciplina

su valía histórica era innegable. En Grecia, particularmente en la Atenas de Clístenes (570-507

AC), el advenimiento de procesos democráticos y el surgimiento de escuelas filosóficas, ya

habían anticipado la puesta en práctica de la oratoria, llevando la misma a escenas frecuentes

del mundo político, social y cultural helénico, pero si hablamos de la introducción formal de la

oratoria en el mundo griego, justamente se dice que fue un siciliano, Gorgias (485-380 AC),

quien tuvo a cargo tal honor, allá por el año 427 AC. Al acceder los griegos al pináculo de su

civilización, le otorgaron a la disciplina una madurez con la que antes no había contado, por

ejemplo de la mano del célebre filósofo Sócrates (470-399 AC), que desarrollaría la oratoria

como un arte con fines más elevados. Sócrates pretendía que la oratoria estuviese al servicio

de ideales sociales, aportando su poder a las causas de interés general.

Demóstenes (384-322 AC), quien a pesar de tener serias dificultades para hablar, gracias a su

manifiesto tesón por progresar, no sólo superó sus límites naturales sino que se convirtió en el

gran orador de su tiempo.

Este manifiesto impulso, experimentado en la zona del mar Mediterráneo y sus alrededores,

hizo que nacieran y se consolidaran algunas corrientes concretas que se aglutinaron en las

llamadas Escuelas de Ática, de Rodas y de Asia. Cada cual con sus preceptos básicos y sus

consecuentes modelos de discursos y de expositores.

¿Qué cantidad de cualidades debe reunir una persona para alcanzar niveles de excelencia en

oratoria? No hay acuerdo al respecto. Algunos especialistas creen que se trata de una cifra

elevada, mientras que otros prefieren inclinarse por unas pocas pero muy pronunciadas. En

realidad, no son pocas, ya lo veremos, pero es digno resaltar que no se precisa poseerlas a

todas para poder ostentar un nivel, cuanto menos, satisfactorio.


¿Qué condiciones deben tenerse para ser un gran orador? Si tuviésemos que compendiar las

supuestas virtudes básicas del orador, sean conseguidas genéticamente o logradas por obra

del tesón, tendríamos un abanico muy variado, emanado de las distintas visiones de todos los

que han realizado aportes a la temática en cuestión.


Conclusión

 La herencia filosófica y jurídica de la Antigua Grecia sigue siendo un

componente esencial en la formación y práctica del derecho en la actualidad La

habilidad para hablar y persuadir de manera efectiva se considera esencial para

la justicia y la resolución de conflictos legales. Este legado ha dejado una marca

duradera en la forma en que entendemos y practicamos la abogacía en la

actualidad.

 La oratoria jurídica es la capacidad, destreza y pericia de un profesional en

derecho para poder realizar con eficacia una buena defensa y representación

en una audiencia ya sea civil, penal, laboral, tributario etc.

Es importante considerar que una buena defensa jurídica basada en

conocimiento de hecho y de derecho será eficaz con una argumentación

razonable, precisa y convincente.

La preparación diaria en cuanto a información y manejo de conocimientos de

distintos temas que abarcan conflictos sociales bilaterales o plurilaterales nos

obligan a estar en constante preparación en conocimiento y habilidad para

expresarnos frente a situaciones de conflicto.


Bibliografía

 “ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San

Marcos, Primera Edición 2005

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