Luego de revisar la administración en las colonias, el Consejo de Indias
y la Santa Inquisición, es momento de aplicar de forma práctica lo aprendido, en la siguiente actividad:
El desarrollo de un juicio ante los tribunales de la santa inquisición.
En primer lugar, la santa inquisición es aquella institución religiosa que tuvo su origen en la Europa de la Edad Media y se creó con el objetivo de terminar con la herejía en los territorios cristianos. ¿Y qué es la herejía? Pues en el caso que nos ocupa son las ideas y comportamientos que se sitúan en contra o fuera de la doctrina cristiana y que ejercen, esto es algo importante, los propios cristianos, es decir, un hereje para ser calificado como tal tenía que haber sido bautizado y ser cristiano y además actuar y creer de forma persistente en su herejía. Un no cristiano no podía ser un hereje o alguno que se arrepentía pronto de los hechos cometidos. Para la iglesia estas actividades heréticas ponían en peligro su propia existencia y por ello creó esta herramienta: para investigarlas, localizarlas y perseguirlas. El proceso inquisitorial: - La denuncia: se aplicaba la regla del secreto, para proteger a los testigos según la misma institución. - Análisis de los testimonios acusatorios: los calificadores debían ser teólogos experimentados. - Detención del presunto hereje: los calificadores al ver inicios claros del delito, entregaban al acusado con los alguaciles de la justicia civil para que lo procesaran. - Confirmación de los testimonios acusatorios: si la acusación era herejía formal, el delito más grave, pues se le congelaban todos sus bienes y si resultaba inocente se lo devolvían al usuario, pero si resultaba culpable el embargue lo ejecutarían, - Interrogatorio inicial: se le preguntaba hasta tres veces y si seguía negando ninguna actitud herética se pasaba al trámite acusatorio en el que se le leía los motivos de la detención y se iniciaba el juicio. - La defensa del reo: el acusado no estaba solo, disponía de un abogado para su defensa, eso sí, elegido por el Tribunal, y podía presentar testigos de descargo e invocar circunstancias atenuantes (embriaguez, enajenación, locura, etc.). - El interrogatorio principal: Si confesaba el delito y mostraba arrepentimiento se cerraba el proceso, pero si lo negaba actuaba el abogado del reo y los testigos favorables al reo. - La tortura: Para evitar abusos la orden de tortura tenía que ir firmada por un obispo y los inquisidores, es decir, la aplicación de la tortura tenía que hacerse con el conocimiento y aprobación de los más altos cargos eclesiásticos. - La sentencia: con toda la información recabada se dictaba sentencia leída en el auto de fe. La sentencia podía ser condenatoria o absolutoria. - Impugnación: Las sentencias del Tribunal de la Inquisición podían ser impugnadas de dos maneras: aplicación y su aplicación.