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p as Referente
Al hablar de los niveles de análisis lingiístico, ya se dijo que la semánti-
ca era la disciplina que se ocupa del estudio del significado de los signos (Palabra, Nombre,...] (Realidad, Cosa,...)
lingiñísticos. Con esta definición estamos asumiendo, con Saussure y toda la
escuela estructural, que la lengua es un sistema de signos cuyo fin es la comu-
nicación de mensajes. Asumimos también la caracterización saussureana de Para introducirnos en el fenómeno del significado lingúístico, lo más
signo como unidad mínima compuesta por dos planos inseparables: signifi- importante, por el momento, es destacar que la relación que se establece
cado y significante”. Así pues, estamos reconociendo que en las unidades entre las palabras y las cosas no es directa: el significante o palabra «sim-
mínimas constitutivas del sistema lingúístico existe un significado. Aunque boliza»? un «pensamiento» o «concepto» que se relaciona, a su vez, con la
sabemos que el fenómeno general de la significación no es lineal o único, por realidad extralingúística. En este triángulo, las relaciones que se establecen
el momento centraremos básicamente nuestra atención en la función del sig- entre el significado y la cosa o el referente las estudia, tradicionalmente, la
nificado en el signo, como unidad mínima, dentro del marco abstracto que semántica filosófica, y no nos ocuparemos aquí de ello. En nuestro caso, esta-
denominamos lengua. mos asumiendo el estudio de la lengua como un estudio sistemático de uni-
dades lingúísticas, que hemos llamado signos lingiíísticos, las cuales se com-
binan entre sí para formar otras unidades de niveles superiores?. Desde esta
perspectiva, estrictamente lingúística, centraremos nuestro estudio en las
3. COSA, PALABRA Y SIGNIFICADO relaciones que se establecen en el lado izquierdo del triángulo, es decir, entre
significado y significante. :
Al definir el signo lingúístico veíamos que se consideraba signo «todo
aquello que representa a algo»!, Pero para comprender qué se entiende por
«representar a algo» hay que partir de las relaciones que se establecen entre 3.1. Significado y concepto
la cosa representada y el signo que la representa. Esto se ha explicado habi-
tualmente a partir del llamado «triángulo básico de la significación» en el
que, en el vértice superior, aparece situado el significado (también referencia, En el triángulo básico de la significación hemos visto que «concepto» y
pensamiento o concepto); en el vértice inferior derecho el referente (según los «significado» se consideran una misma cosa, pero para entender mejor el
autores, también realidad o cosa) y, por último, en el vértice inferior izquier- contenido teórico del término significado, aislándolo de otros usos habitua-
do el significante (también: símbolo, nombre o palabra) con el que esa cosa se les del mismo término y, a su vez, de lo que comúnmente consideramos «con-
representa. cepto», debemos incorporar una nueva visión, propuesta inicialmente por
E Klaus Heger (1974). Para este autor, en teoría semántica es fundamental dife-
E renciar entre el significado y el «concepto».
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* Con recelos como, por ejemplo, los expresados por Bloomfield (1933: 85 y 163). ; las lenguas es habitual que Es
3 d , q ! gn1 A cante referido a muchos signi1-
5 Remitimos a los conceptos teóricos estudiados en la asignatura Lingiística General.
* En general, la teoría de la comunicación establece tres tipos fundamentales de signos: ES cados (banco, por ejemplo), lo que no implica que se genere ambigúedad en
los bs dí ces o lA dicios (hechos reales qe ál pep sn io o d .. relaciones que se establecen entre ese concepto y la realidad a la que se
e está relacionado con éste: el humo de ego; la lluvia de humedad, etc.); los iconos (repre- 4 re lere. En definitiva h: Í ;
sentaciones [no hechos] directas que poseen una semejanza intencionada con la realidad A no tri 1 z e Sn ho plantear Em relación entre los elementos,
representada: en las señales de circulación, las curvas se representan por líneas curvas; los 3 riangular, sino trapezoidal, como la siguiente:
retratos); y los símbolos (representaciones que no poseen ninguna relación natural ni inten-
cionada con la realidad representada). Recordemos que los signos lingúísticos son los sém-
bolos por excelencia.
7 Propuesto inicialmente por Ogden y Richards (1936) en su obra El significado del sig- $ Entendiendo por simbolizar, «convertirse en el símbolo de algo», tal y como se expresó más
nificado, ha sido revisado y matizado por muy diversos autores [véase, por ejemplo, Bal- É arriba. . a .
dinger (1970: 19-31), Heger (1974: 1-7) y, para un buen resumen de su evolución, Otaola E : Si asumimos que el significado de cada nivel no depende del de sus partes, habrá que asu-
(1998: 150 y ss.)]. Sin embargo, para nuestros objetivos actuales nos basta una simplifica- mir también que los signos se combinan para formar otros signos diferentes que funcionan en
ción:del mismo. niveles superiores.
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significado concepto j Supongamos —dice Mounin— en el universo un astro, una luna (inmó-
vil, para simplificar la comparación), contemplada por los habitantes de
cuatro. planetas diferentes, uno azul, en el nadir de esta luna; otro rojo, en
su cénit; el tercero amarillo, a su oeste; el cuarto blanco, a su este.
significante referente
(sustancia fónica) cosa
rojo
110000]
Cuando los habitantes de estos cuatro mundos hablan de esta luna, no
hablan exactamente del mismo astro, al que ellos mismos iluminan por la
reflexión de su propia luz. Los habitantes de la estrella A describen la semies-
fera A+A” (el cuarto de esfera A es anaranjado; el cuarto de la esfera A” rosa)
Los de la estrella B describen la semiesfera B'+B” (B' es verde, B” azul claro).
Los de la estrella C, describen la semiesfera A+B' (A es anaranjado, B' verde).
Los de la estrella D, la semiesfera A”+B” (A” rosa, B” azul claro).
Ninguna de estas semiesferas coincide totalmente con ninguna otra
Es evidente que cabrían infinitas representaciones. Pero, además,
(los habitantes de las estrellas A y Cno conocen en comúnú más
¿dónde podemos establecer los límites, por ejemplo, entre «casa» y «caba-
-
to de esfera A, etc. PE
ña», o entre «mansión» y «palacio»? Es evidente que los límites no los deter-
mina ni la realidad ni el concepto, sino la lengua. En palabras de Coseriu Supongamos que estos habitantes no tuviesen ninguna noción de astro-
nomía (como tampoco los del planeta Tierra la tienen, en general, de lin-
(1966: 39):
gúística),
mp cor y reunámoslos: no saben q que no habl i
ablan de la misma luna. (Mou-
El lenguaje no es comprobación [de la realidad] sino imposición de lími-
tes dentro de lo experimentado.
Para Mounin este ejemplo refleja bien la situación que muestran las dife-
Así pues, el concepto es también independiente de su representación lin- rentes lenguas con relación al mundo de la experiencia humana:
gúística y, por tanto, debe quedar excluido de la semántica lingúística. Como hablan del mismo objeto, pero nunca desde el mismo punto de vista; es el
- hemos apuntado más arriba, las relaciones que se establecen entre el concep- mismo mundo lo que nombran y, sin embargo, nunca es exactamente la
to y la cosa son preocupación de la semántica filosófica, y suelen expresarse misma experiencia de este mundo lo que expresan.
en términos de la verdad o falsedad de los enunciados.
La labor de la semántica lingúística es, pues, la de establecer qué parte de
El significado, sin embargo, es ya específico de cada lengua. Cada lengua esa concepción abstracta del mundo tiene reflejo en cada lengua y cómo
«organiza» los conceptos según su peculiar concepción del mundo. Se dice estructura cada lengua sus significados.
que en el lenguaje de los gauchos argentinos se han recogido hasta doscien-
tas expresiones para expresar la diversidad de pelajes de los caballos, y que En estos capítulos veremos:
los esquimales distinguen hasta once términos para la nieve, en función de su a) Qué tipo de unidades mínimas de significado podemos aislar,
aspecto o peligrosidad. Georges Mounin muestra con un bello ejemplo que
reproducimos aquí esta especial configuración del mundo que reflejan los b) qué relaciones de significado se establecen entre tales unidades míni-
significados de cada lengua: mas, y, globalmente, considerando los dos planos del signo lingúísti-
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10 No existe unanimidad entre los autores, y podemos encontrar otras muchas cia
ciones para referirnos a estas unidades: semiema, rasgos distintivos, figuras de conteni 0
Ber- !! Es evidente, y así lo han destacado muchos autores, que, frente a los demás niveles lin-
gos pertinentes del significado, etc. Sin embargo, la denominación sema, propuesta por gúlísticos, el análisis del significado implica un alto grado de subjetividad en la selección de
nard Pottier, parece haberse generalizado en la lingúística española, y por eso la mantenemos semas. [v. más adelante, tema 21]
aquí.