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Mariel Anahí Pérez Rodríguez

La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud

Este texto está escrito para demostrar que el hombre es siervo del lenguaje, y que sus
síntomas son la letra que el inconsciente escribe en su alma y en su cuerpo.

La instancia de la letra subraya fuertemente la relación entre el inconsciente y el


lenguaje refiriéndose a la posición dominante de la letra en el inconsciente y la letra
insiste en el inconsciente y se hace escuchar en la repetición, además también evoca
un sentido jurídico en la instancia de la letra

El sentido de la letra

La letra implica a toda la estructura del lenguaje en el inconsciente. Lacan privilegia la


letra, porque entiende al inconsciente como una escritura, con toda la idea de
materialización del lenguaje que la escritura implica.

“Designamos como letra ese soporte material que el discurso concreto


toma de lenguaje esta simple definición supone que el lenguaje no se
confunde con las diversas funciones somáticas y psíquicas que le
estorban en el sujeto hablante” (Lacan 2011, Pág. 475)

refiere a lo que Saussure llama la lengua y con discurso concreto al habla. La diferencia
entre discurso y habla es sutil pero de enorme importancia. Para Saussure habla es el
dominio de lo individual, hay un “usuario” que utiliza la lengua. Para Lacan en cambio,
el discurso siempre implica una dimensión social. Ya que se habla a otro y a partir de
ahí el sentido existe.

Es por eso que el sujeto queda marcado por la letra

“Y también el sujeto, si puede parecer siervo de lenguaje, lo es más aún


de un discurso en el movimiento Universal del cual su lugar está ya
inscrito en el momento de su nacimiento , aunque sólo fuese bajo la forma
de su nombre propio” (Lacan 2011, Pág. 475)

Lenguaje y discurso no son lo mismo, el discurso depende del lenguaje ya que toma de
él la materia que sería la Letra, por ende no se debe confundir con el sonido ni con las
articulaciones que intervienen en el lenguaje

Lacan afirma entonces que el lenguaje no es un fenómeno derivado de una sociedad


dada como una expresión más de su cultura, sino que lenguaje y cultura son una y la

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misma cosa, siendo su función la de negativizar la naturaleza y dar origen a la sociedad.
Invierte así el concepto etnográfico tradicional, solucionando definitivamente el
problema del “origen”: la solución es que no hay origen, que el problema de la causa es
indecidible, y que el drama histórico social tiene como condición previa al lenguaje, que
es ley y es cultura.

“De dónde resulta que la dualidad etnográfica de la naturaleza y de la


cultura están en vías de ser sustituidas por una Concepción ternaria:
naturaleza, sociedad y cultura, de la condición humana, cuyo último
término es muy posible que se redujese al lenguaje, o sea a lo que
distingue esencialmente a la sociedad humana de las sociedades
naturales. “ (Lacan 2011, Pág. 47)

Signo de Saussure

Es a Saussure a quien Lacan reconoce como el fundador del momento constituyente de


la Lingüística como ciencia, donde “La Lengua” será el objeto teórico de la lingüística.

“El signo escrito así merece ser atribuido a Ferdinand de Saussure,


aunque no se reduzca estrictamente a esa forma en ninguno de los
numerosos esquemas bajo los cuales aparece en la impresión de las
lecciones diversas de los tres cursos de los años 1906-1907, 1908-1909,
1910-1911, que la Piedad de un grupo de sus discípulos reunió bajo el
título de curso de lingüística general: publicado primordialmente para
transmitir una enseñanza digna de ese nombre , es decir que no se puede
ser detenida sino sobre su propio movimiento” (Lacan 2011, Pág. 477)

S/s Significante sobre significado, siendo la barra quien separa sus dos etapas.

Elimina el círculo que encierra a sus dos etapas, es decir al significado y al significante,
con lo cual la unidad del signo planteada como sustancia indisoluble queda deshecha y
se renueva el problema de cómo dar cuenta de la significación. Además elimina las
flechas, con lo cual desaparece la relación biunívoca. Aunque Saussure había colocado
al significado, en posición preeminente (arriba), como lastre de una ideología humanista
que privilegia lo espiritual, las flechas indicaban formalmente que no se trataba de una
relación de jerarquía; simplemente eran las dos caras del signo, como “las dos caras de
una hoja de papel”. Y desaparecida la unidad, la raya horizontal se convierte en “barra”;

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esta barra será “resistente a la significación”. Si para Saussure las dos caras del signo
funcionaban como un “par ordenado”, es decir unidas por una relación punto a punto
entre significado y significante, el algoritmo dará toda la primacía al significante, que por
eso se coloca sobre la barra y en mayúscula.

Para Saussure la palabra no está determinada por la cosa, Lacan dirá entonces que el
lenguaje no designa objetos en particular sino conceptos, muy diferentes a cualquier
nominativo. Aún para Saussure, su árbol no es un árbol particularizado, sino un
concepto aplicable a todos los árboles.

Saussure descubre la estructura no fenoménica que organiza al lenguaje: la lengua; a


su empleo en el discurso lo denomina: habla. A las unidades de la lengua, que consisten
en la unión de un significado y un significante las llama signo.

Para Lacan en la lengua sólo hay significantes; para que se produzca ya no un


significado (que no deja de ser unión entre dos partes) sino un efecto de significación,
se requiere del discurso en su linealidad sintagmática pero también en su espesor
paradigmático.

Metáfora y metonimia

La metonimia equivalente al desplazamiento freudiano, Lacan de sirve del ejemplo de


las treinta velas

“ La función propiamente significante que se describe así en el lenguaje


tiene un nombre. Este nombre, lo hemos aprendido en nuestra gramática
infantil en la página final donde la sombra de Quintiliano, relegaba en un
fantasma de capítulos para ser escuchar últimas consideraciones sobre
el estilo, parecía precipitar su voz bajo la amenaza del gancho. Es entre
las figuras de estilo o trompos, de donde nos viene el verbo trobar, donde
se encuentra efectivamente ese nombre. Ese nombre es la metonimia”
(Lacan 2011, Pág. 485)

La metonimia tiene la misma falta de referencia que cualquier empleo del lenguaje por
un sujeto, y se sostiene, es decir, se hace entendible, sólo del contexto discursivo, la
asociación libre, es una invitación a producir un discurso metonímico.

La metáfora otra vertiente del significante para que el sentido tome su lugar, en este
caso para dar cuenta de cómo el significante entra en la etapa de significado.

“ La chispa creadora de la metáfora no brota por poner en presencia dos


imágenes, es decir dos significantes Igualmente actualizados. Brota entre

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dos significantes de los cuales uno se ha sustituido al otro tomando su
lugar en la cadena significante, mientras el significante oculto sigue
presente por su conexión ( metonímico) con el resto de la cadena” (Lacan
2011, Pág. 487)

Lacan plantea una teoría propia de la metáfora, pero no basada en sus imágenes, donde
toda la retórica, creyó encontrar una comparación por semejanza. Su teoría apunta al
nivel de su determinación estructural, es decir, a qué es lo que la sostiene y la hace
posible. A la metáfora no la determina una relación entre imágenes, sino una serie de
acontecimientos que actúan en una cadena de discursos.

DESPLAZAMIENTO-----METONIMIA-----DESEO

CONDENSACION-----METAFORA -----,SINTOMA

Así el síntoma es metáfora como el deseo es metonimia, Metonimia: Corresponde a la


idea de que es la conexión de dos palabras en un solo significante. Corresponde a la
fórmula "palabra a palabra". Metáfora: Corresponde a la fórmula según la cual un
significante substituye al otro tomando su Jugar en la cadena significante: corresponde
a la fórmula "una palabra por otra".

Referencia

Lacan, J. (2011) La instancia de la Letra en el inconsciente, o la razón desde Freud. En:


Escritos 1. Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores.

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