DISCURSO
PERIODÍSTICO
MÓDULO 1
LECTURA: ¿Qué estudia la semiótica?
La construcción de la realidad
Se conoce como semiótica a la teoría que tiene como objeto de interés a los
signos. Esta ciencia se encarga de analizar la presencia de éstos en la
sociedad, al igual que la semiología. Ambos conceptos son tomados como
sinónimos por el diccionario de la Real Academia Española (RAE), aunque
los expertos establecen algunas diferencias.
La semiótica es una actitud de exploración de lo que existe en el fondo de
toda significación: sus raíces y los mecanismos que la sostienen. Incluye a
todas las demás ciencias, que se dedican al estudio de los signos en
determinados campos del conocimiento. Es decir, que la ven como una
ciencia orientada a estudiar cómo funciona el pensamiento para explicar las
maneras de interpretación del entorno y de creación y difusión de
conocimiento que tienen las personas.
Otros como una disciplina que se encarga de los estudios vinculados al
análisis de los signos a nivel general, tanto lingüísticos (relacionados a la
semántica y la escritura) como semióticos (los signos humanos y de la
naturaleza).
El signo lingüístico es entendido como el vínculo más relevante en los
sistemas comunicativos humanos. Está formado por un significante (imagen
acústica) y un significado (una idea que se tiene en la mente respecto a
cualquier palabra). Para Charles Pierce (1839-1914), el signo es una
entidad compuesta por el significante (el soporte material), el significado (la
imagen mental) y el referente (el objeto, ya sea imaginario o real, al que
alude el signo).
Las características más trascendentes del signo lingüístico son la
arbitrariedad, la linealidad, la inmutabilidad y la mutabilidad.
Ramas de la semiótica
- La semántica que es la encargada de estudiar qué relaciones existen
entre significantes y significados; es decir el significado de las
palabras, de los enunciados y de las oraciones.
- La onomasiología que se encarga de nombrar a los objetos y
establecer las diferentes denominaciones para una misma cosa.
- La semasiología, al contrario, estudia la relación que existe entre un
objeto y su nombre. En el caso del diálogo, parte del receptor al
emisor para el estudio del mismo
- La pragmática es la encargada de estudiar las relaciones entre
significantes y usuarios; es decir de qué forma emplean los seres
humanos los diferentes signos a la hora de comunicarse.
- Sintaxis: parte de la semiótica que se encarga de estudiar las
relaciones que se establecen entre los diversos significantes
En cada idioma la semiótica ocupa un lugar diferente y por tanto su entorno
de análisis también varía. Podemos decir que se pueden distinguir dos
líneas bien definidas dentro de la semiótica, una se encuentra enfocada al
discurso social y la otra a lo visual.
La semiótica del discurso social o socio semiótica se encarga de
estudiar el proceso a través del cual los medios de comunicación de masas
llegaron a integrarse a la cultura de la sociedad, produciendo diversas
tipologías en los discursos, tales como periodístico, publicitario y político; a
partir de los cuales ha surgido el discurso social, que toma cosas de cada
uno de ellos para expresar ideas con las que el pueblo se siente
identificado.
gracias a las tecnologías avanzadas utilizadas en el campo de las artes
audiovisuales ha generado que la semiótica deba comenzar a estudiar el
significado de los signos en el mundo de la informática y la inteligencia
artificial. Posiblemente esto exigirá una unificación entre el lenguaje
coloquial y las nuevas tecnologías, y un amplio estudio de estas
consecuencias podrá colaborar con un mayor entendimiento de las
relaciones entre sociedades
La semiología o semiótica es la disciplina que estudia el signo y aborda
la interpretación y producción del sentido, pero no trata el significado
(que es abordado por la semántica), ni las denominaciones, incluyendo en
estas las verbales (estudiadas por la lexicología, la lexicografía y la
onomástica) y las no verbales (que estudian la simbología, la iconografía y
la iconología).
analiza los fenómenos, objetos y sistemas de la significación, de los
lenguajes y de los discursos y los procesos a ellos asociados (producción e
interpretación). Toda producción e interpretación del sentido constituye una
práctica significante, un proceso de simbiosis que se vehiculiza mediante
signos y se materializa en textos.
Se suele apreciar una distinción entre semiótica propiamente dicha, que
estudia el signo en general, y semiología, que estudia los signos en la vida
social. Cabe separarlas también de la llamada teoría y de la comunicología
o ciencia que estudia los sistemas de comunicación dentro de las
sociedades humanas y la hermenéutica o disciplina que se encarga de la
interpretación de los textos. La peculiaridad del enfoque semiológico
responde al siguiente interrogante: "¿Por qué y cómo en una determinada
sociedad algo —una imagen, un conjunto de palabras, un gesto, un objeto,
un comportamiento, etc. —significa?
¿QUE ES SEMIOTICA?
Semiótica se define como el estudio de los signos, la estructura de éstos y
como se da la relación entre el significante y significado.
Un signo es todo lo que se refiere a otra cosa (referente), es la materia
prima del pensamiento y por lo tanto de la comunicación.
La "semiótica" es la que debería incluir a las demás ciencias que tratan de
los signos en determinados campos de uso o del conocimiento. Este
pensamiento es coherente con el hecho de que la semiótica se plantea
como la ciencia básica del funcionamiento del pensamiento, intentando
responder a la interrogante de cómo el ser humano conoce el mundo que lo
rodea, cómo lo interpreta y cómo crea conocimiento y lo transmite.
¿QUE ES SEMANTICA?
Semántica se refiere a los aspectos del significado o interpretación del
significado de un determinado símbolo, palabra, lenguaje o representación
formal.
En lingüística se utiliza más la palabra semántica, porque la semántica es
una ciencia que estudia los significados de los signos, pero sólo en
comunicaciones escritas (y humanas), la semiología estudia la
comunicación escrita y oral en general (y la semiótica también todos los
signos -incluyendo las que usan los animales en sus expresiones).
Signos y objetos
entender por semiótica un conjunto de conceptos y operaciones, no supone la
identificación de dos universos diferentes, aquellos que permitan comprender el
funcionamiento de las operaciones que constituyen su finalidad específica y aplicarlas.
Conceptos y operaciones interactúan en el proceso cognitivo que identifica a la semiótica:
desarrollar procedimientos analíticos y reconstructivos que permitan llegar a enunciar
explicaciones relativas a la producción e interpretación del significado de los fenómenos
sociales. Estos conceptos y operaciones integran un conjunto que, en definitiva, se
constituye en un método de investigación.
La significación es un constructo de la humanidad y todo cuanto somos capaces de ver lo
vemos porque significa y del modo como significa; y de aquí uno pasa a decir que todo es
signo (transformación, desde las investigaciones cognitivas del entorno en mundo, como
establecimiento de la identidad de todo organismo). Pero, ¿que algo signifique quiere
decir que por eso ya es signo?
En principio, podríamos decir que todo lo que vemos (o sea, percibimos, conocemos,
sentimos, intuimos, soñamos, etcétera) lo vemos porque está semiotizado (o sea, porque
ha sido el referente de un, al menos, enunciado semiótico; icónico, indicial, simbólico y/o
sus combinaciones posibles). Al admitir que efectivamente se requiere un proceso de
semiotización como condición necesaria que hace posible la identificación de las
entidades de nuestro entorno, se está admitiendo que existen dos clases de objetos: los
que semiotizan y los semiotizados: En otros términos: los signos y los objetos semióticos
Pero los objetos semióticos no son signos. Los objetos semióticos reciben ese nombre
para indicar que ya están semiotizados, ya han sido dichos desde algún discurso; ya han
sido construidos desde alguna semiosis sustituyente; que puede ser no sólo verbal (o sea,
simbólica), sino también visual (o sea, icónica), comportamental (o sea, indicial), etcétera.
Respecto de aquellos objetos que no están semiotizados, no es que no existan lo que
ocurre es que no podemos verlos (o sea, percibirlos, conocerlos, sentirlos, intuirlos,
soñarlos), ya que no tienen identidad (en cuanto posibilidad de reconocimiento mediante
su significado), es decir, carecen de existencia ontológica, para nosotros.
lo que en un momento es signo en otro puede pasar a ser objeto semiótico y viceversa.
Del mismo modo que, para el enfoque semiótico, nada es definitivamente icónico o indicial
o simbólico (una pintura clásica es un icono en la medida en que propone una
representación de la apariencia física es un índice para el trabajador que tiene que
colgarlo de una pared o para el curador que tiene que decidir junto a qué otros cuadros o
puerta o esquina o panel conviene situarlo y no sólo para éstos; y es un símbolo para el
marchand que lo mira codicioso y también para otras múltiples miradas).
Quienes se acercan al conocimiento riguroso (o científico) con la esperanza (positivista)
de pisar un suelo definitivamente firme, acostumbran criticar esta movilidad de los
conceptos semióticos y los señalan como una prueba de su inconsistencia. esa movilidad
acredita el enraizamiento cognitivo de la semiótica, la capacidad que tiene nuestra
disciplina para dar cuenta de las operaciones mentales que intervienen en la producción y
el cambio del significado de determinado fenómeno, sin necesidad de modificar sus
conceptos básicos ni sus operaciones analíticas.
Para que algo llegue a ser un objeto semiótico, es necesario que un signo (debidamente
contextualizado) lo enuncie, lo que no ocurre procesualmente sino de modo simultáneo o
en paralelo. Entonces, algo será signo cuando interviene como enunciador que semantiza
a algo diferente de sí mismo. Y algo será objeto semiótico cuando ha recibido su
significado de algo diferente de sí mismo. Dicho de modo más simple: lo que enuncia es
un signo y lo que resulta enunciado es un objeto semiótico (la semiosis sustituyente está
constituida por signos y la semiosis sustituida está constituida por objetos semióticos.)
Lectura: Signo, objeto e interpretantes
Conceptos de semiótica
- El signo es, entonces, algo que para alguien representa algo sin
referencia a otra cosa o persona, ya que es solamente un
significado potencial y se dirige a alguien (aquello que se dice, por
ejemplo).
- El objeto (relacionado con un momento de segundidad) es el
fundamento del signo o la idea de lo que se comunica de alguna
manera, por ejemplo, con palabras de un idioma particular (el
signo)
- El interpretante completa lo que luego será, nuevamente, llamado
signo y permite que cobre sentido ese signo con su objeto.
La manipulación en el análisis
se caracteriza como una acción del hombre sobre otros hombres que
apunta a hacerles ejecutar un programa discursivo dado: en el
primer caso, se trata de un hacer ser, en el segundo, de un hacer
hacer”. La manipulación del enunciador hace hacer al enunciatario al que
se dirige, con el propósito de que éste se adhiera a sus puntos, es decir a
aceptar el contrato propuesto en el discurso. Entender la manipulación en
el texto le permite al lector tomar una posición crítica y autónoma
respecto de lo que lee. Le da el poder de decidir si efectivamente acepta
el contrato propuesto o decide no hacerlo.
Estrategias de legitimación
los enunciadores (personas, medios o entidades) también activan sus
propias estrategias para resaltar sus enunciaciones con la intención de
soslayar otras.
las formas de legitimarse dependerán de su relación con el enunciado,
los enunciatarios, otros enunciadores y las instituciones.
Relación enunciador-enunciado: quien expresa algo define aquello que
responde a la verdad o lo comprobado en detrimento de otros
enunciados que expresan subjetivamente una descripción de esa
realidad. ¿Qué significa esto? Que un periodista o un medio, por ejemplo,
tratarán de legitimar su enunciado y aducirán que responde a la realidad
y se distingue de los demás discursos del mismo tema porque estos
últimos son manifestaciones de opinión, ideas no comprobadas o
intentos de manipulación de la verdad. Esta estrategia suele resultar con
prólogos que incluyan frases como luego de una investigación,
hemos comprobado con especialista, esta información responde a
aquello que realmente sucedió, entre otras formas de esgrimir esa
diferenciación.
Relación enunciador-enunciatario: en este punto suele activarse una
estrategia que construye al receptor y lo dota tácitamente de
conocimientos, capacidades o informaciones para comprender ese
enunciado emitido. En este caso, más complejo que el anterior, suele
apelarse a quien lee, mira o escucha aquello que se dice con frases
como usted que sabe de lo que hablamos, usted que conoce esta
realidad, usted que puede dar fe de lo que decimos. Se trata de una
estrategia muy aplicada entre líderes de opinión pública, incluso, políticos
en actividad.
Relación enunciador-enunciadores: podríamos decir que esta deriva
de las dos anteriores, ya que se intenta demostrar una diferenciación
con otros emisores de discursos afines a través de personas antes
validadas por la sociedad. Entonces, ya no se atiende a la relación del
enunciador con el hecho en sí ni a la relación con quien recepta ese
mensaje (y lo carga de sentido), sino que se enfoca en una búsqueda
de legitimación a través de las palabras de otros enunciadores
incluidos en el discurso que validan lo dicho por sus competencias,
originalidades, conocimientos específicos o empatía. ¿Cómo lo vemos en
los discursos? Por citas o referencias.
Agregaremos a estas estrategias formales, otras como las de
imposición de poder (el emisor impone su postura porque asume
unánimemente que es el único validado), la de demostración (con
elementos externos como fotos, videos o audios que validen el discurso
y el emisor a modo de evidencia), la de contraposición (solo se busca
legitimar por oposición a) o la de seducción (que necesariamente
supone un emisor carismático que no necesita demostrar ni
justificar aquello que dice, sino hacer uso de sus capacidades de
seducción para dar por válido su discurso y él mismo como enunciador).
Módulo 2
Video 1
Lectura: Huellas en el enunciado
Qué se dice y cómo se dice
Los usos del lenguaje nos otorgarán algunas huellas de las formas de
pensar de las personas que conviven en una sociedad.
El discurso excede la descripción literal de la realidad. Es, en efecto,
un hecho o una acción, será tan determinante el contenido, o aquello
que un enunciador emita, como la forma en la que se comunique.
las palabras en sí no pueden, en efecto, llegar a diversificar la cantidad
de usos, intenciones y objetivos de uno o varios sujetos enunciadores.
Las formas de la función descriptivo-representacional del lenguaje son
tan amplias como personas y sociedades existan. No se puede acceder,
por lo tanto, al funcionamiento del pensamiento humano analizando
tan sólo la estructura lógica sobre la que se asientan las lenguas
naturales, sino que es necesario contemplar todos los usos del
lenguaje si queremos entender tanto nuestra forma de pensar, como
nuestra forma de actuar y nuestra forma de relacionarnos con la
gente. (Íñiguez Rueda)
Pensadores fundacionales como Frege, Russell y Wittgenstein fueron
parte del proceso a través del cual se rompió con la tradición cartesiana
(objeto/signo) y comprendieron al lenguaje como la condición misma
de nuestro pensamiento. Esto agrega, a las descripciones piercianas
del signo como triangulación de sentido, la importancia de nuestro
universo interior de ideas y el contexto social que nos determina.
¿Qué función tiene el lenguaje entonces? Limitar nuestra capacidad de
descripción de la realidad: solo podremos hablar y nombrar aquellas
cosas o situación esos detalles que tengan para nosotros un signo
identificante. Eso, de hecho, limita nuestro pensamiento: “Nuestro
conocimiento del mundo no radica en las ideas que de él nos hacemos,
sino que anida en los enunciados que el lenguaje nos permite construir
para representar el mundo” (Íñiguez Rueda)
El cómo cumple una función central: ya no alcanza con el lenguaje de
signos para comunicarnos. Las formas de comunicar esos mensajes
serán determinantes para completar el significado de aquello que se
dice.
Para analizar un discurso, no solo debemos tomar lo formal del lenguaje
(el contenido o aquello que se dice), sino también –y, sobre todo– las
formas, las elecciones discursivas y las herramientas de comunicación.
Lo que no se dice
Aquello que no se expresa comunica conceptos tanto o más que aquello
que se dice. Al hablar de realidad nos referimos a todo, pero esa
totalidad no será abarcable por nuestros discursos, así que en ese
fragmento de aquello que consideramos como real se enuncia una parte
del todo y queda fuera otra parte por intención del sujeto o por falta de
signos que lo representen.
Los signos son una imagen mental o una interpretación de una porción
de la realidad representada.
El signo ofrece datos sobre la realidad representada, es un conjunto de
elementos que están en lugar de otra cosa y que la designan. Los datos
que entrega el signo son ante todo la imagen reproducida en la mente de
una persona. (Zecchetto)
Esa imagen mental no es la realidad completa, sino una copia que
representa algunas características –no todas– del objeto, la acción o el
sujeto. En este sentido, hablamos de aquello que no se dice como parte
fundamental del análisis discursivo
“el signo es un simulacro de la realidad que comienza en nuestra mente”
(Zecchetto) y si pensamos en el proceso de semiosis infinita, esa
parcialidad de la realidad expresada en palabras será luego
reinterpretada por otros sujetos que harán su propio recorte y re
significación de esa realidad significada.
La intención en la omisión
Cuando en la elaboración de los discursos existe una decisión deliberada
de omitir determinadas acciones, frases o datos, existe una intención
consciente por parte de los enunciadores.
Diferenciaremos tres tipos de omisiones dentro del oficio periodístico:
- omisión inducida u obligada
- omisión interpretativa
- omisión deliberada o argumentativa.
La omisión inducida remite al ocultamiento de datos, descripciones o
referencias discursivas de terceros por la solicitud de un referente, la
orden del medio al que pertenece el periodista en cuestión o la línea
editorial marco que no permite enunciar determinadas descripciones de
la realidad. No siempre son omisiones negativas, ya que existen algunas
limitaciones del lenguaje y el oficio en sí que hacen al buen ejercicio de la
profesión (por ejemplo, en la descripción de un asesinato muchas veces
es necesaria la omisión de detalles del delito o en una investigación con
secreto de sumario)
La omisión interpretativa tiene que ver con la mirada –siempre
personal–del periodista en cuestión. Si bien el acercamiento a la
objetividad en la descripción de la realidad es parte del oficio en cuestión,
la propia perspectiva del sujeto enunciador puede comprender que no se
vean detalles, datos o situaciones que completarían el significado total un
discurso. De esta manera, y si seguimos la teoría de que aquello que se
dice no puede abarcar todo lo que pasa en lo que llamamos realidad, la
propia mirada del enunciador en cuestión puede generar omisiones de
interpretación.
La omisión deliberada tiene que ver con una decisión consciente por
parte del enunciador. En este caso, el sujeto en cuestión priorizará
determinados datos por sobre otros para completar su cadena
argumentativa de información o la descripción de la realidad que lo
rodea. Este tipo de omisión será clave en el análisis de un discurso en
medios de comunicación, ya que aquello que no se dice deliberadamente
puede ser tan importante como aquello que se dice. En este punto entran
en juego los factores de pertenencia y las condiciones de producción y
reconocimiento de quién es la persona y el medio que comunica algo.
Si bien cada tipo de omisión responde a una intencionalidad, no es lo
mismo un ocultamiento deliberado y con intenciones manipuladoras de la
realidad, que un detalle silenciado para responder a la ética del oficio
periodístico. Lo mismo ocurre, en efecto, si la omisión es consecuencia
de una interpretación sesgada de lo sucedido por falta de apertura del
sujeto enunciador o si se da por una orden explícita –o implícita– de un
medio marco basadas en cuestiones de poder ampliado.
La intencionalidad en la omisión debe ser parte de nuestro análisis de un
discurso y es algo que la Semiótica observa a partir de las huellas del
enunciador en el texto y el significado de estas marcas formales dentro
de las posibilidades de una interpretación más completa del mensaje.
La omisión o el silencio de determinados fragmentos de la realidad en un
discurso no son siempre un acto inconsciente o interpretativo, sino una
sumatoria de percepciones y determinaciones conscientes que
completan el significado de aquello que se enuncia.
Enunciación–enunciado
usados en diferentes investigaciones con un significado tan específico
que a veces no se llegan a visualizar las conexiones existentes.
Responde en parte a una tendencia tradicional en el discurso
académico a establecer límites, Cuanta más precisión en las
definiciones, más especificidad.
sea la especificidad que queramos darle a una palabra, hay un
significado, un sentido, que deviene necesario, que es imposible
erradicar, un término necesariamente ‘designa’, construye un objeto,
otorga un significado y éste se mantiene, aunque no implique esto
que se trate de un significado homogéneo.
Los límites que la presencia de lo Real impone a toda simbolización
afectan también a los discursos teóricos
el nombre se refiere al objeto, en el que se otorga, el carácter
necesario, y por el cual continúa refiriéndose a ese objeto aun cuando
todos los rasgos descriptivos del objeto existentes hubieren
desaparecido o el efecto retroactivo del nombre.
De modo que es el nombre, el significante, el que soporta la identidad
del objeto. es la construcción discursiva del objeto mismo, concepto
que tiene que ver con la condición de que los rasgos descriptivos de
los objetos serán inestables y estarán abiertos a toda clase de
rearticulaciones hegemónicas.
podemos decir que las diferencias en los conceptos que estamos
tratando son solo rearticulaciones del mismo nombre o concepto. De
ahí la necesidad de establecer las vinculaciones entre los mismos
términos y sus correspondientes conceptos que aparecen en
diferentes paradigmas, no con el propósito de arrasar diferencias, que
seguirán existiendo, sino para deshacer obstáculos, abrir puertas,
dejar fluir el pensamiento,
La enunciación.
utterance. Traducido éste más bien hoy como ‘emisión’ o también
como ‘proferencia’ o el mismo ‘ocurrencia’, en ese momento intenta
dar cuenta de una unidad que no es exclusivamente sintáctica, a
diferencia de la oración o la frase. De algún modo en esa época los
dos términos que nos preocupan se entienden como alternantes o
sinónimos, ya que traducen la misma palabra del inglés y del alemán,
y también se propone enunciado como alternante de discurso
Décadas después no se sostiene esa indiferenciación, al distinguirse el
enunciado como lo realizado, el producto, ‘un espacio en el que
aparece la huella de la enunciación’; ésta, en cambio, se entiende
como ‘la puesta en funcionamiento de la lengua’, un ‘acontecimiento’
en la línea del tiempo que se concibe -por su propia naturaleza-
irrepetible, incognoscible; solo deja la huella de su paso, conceptos
estos que todavía se sostienen.
la enunciación tiene que ver con la lengua tanto la vía oral como la
escrita. Para la mayoría de los estructuralistas y los funcionalistas se
desarrolla en la oralidad: este rasgo es su condición de evanescencia.
Las palabras son acontecimientos, hechos...Guardan una relación
especial con el tiempo, distinta de la de los demás campos que se
registran en la percepción humana
las corrientes de estudio del discurso que surgieron de la Lingüística
toman el enunciado pero se interesan por la enunciación, porque es a
la que se le otorga mayor importancia toda vez que el concepto de
‘huella’ que define al enunciado no vale en sí mismo sino en tanto
testimonio, recuerdo, lo que queda de ese ‘algo’ que fue y que en el
mismo momento dejó de ser, según las concepciones al uso. Esto se
da simplemente mediante un mecanismo de connotación, es
inseparable de la palabra. Razonamientos posteriores pueden
hacernos ver la prioridad de eso que llamamos ‘huella’, de lo
superficial, pero todavía se sigue pensando que ‘la clave del discurso
está en el estudio de la enunciación’.
por definición la enunciación es lo-que-ya-no-es, solo tuvo existencia
durante un instante fugaz, inasible, inexistente. Es interesante notar
que no puede desvincularse este concepto de una idea de tiempo
proyectivo, y al mismo tiempo del lenguaje como algo que es en el
tiempo; el lenguaje, facultad del ser humano, que también ‘es’ en el
tiempo, visto en una sucesión lineal unidireccional. En efecto, esa
linealidad reconocida para el lenguaje es un correlato de un concepto
lineal, no cíclico, del tiempo, concepción que impregna y es
constitutiva de toda nuestra cultura. En esa línea encaja el reconocer
en la enunciación como rasgo definitorio su condición de irrepetible,
ya que está construido sobre el tiempo, que es irreversible, y eso
mismo determina su ausencia, o casi ausencia, de materialidad: solo
la tuvo en un momento en el tiempo, es toda eventualidad, toda
historia.
Vista de este modo, esta relación entre la teoría de la enunciación
que se desarrolla a partir de Benveniste y el rasgo de linealidad que
reconoce Saussure como propio de la lengua, así como el pensar la
enunciación con la mirada sincrónica (ya que es en un momento, el
movimiento diacrónico la hace desaparecer), se muestran como
elementos que tienen que ver con una visión de su teoría de raíces
estructuralistas.
este rasgo de lo-que-no-es, lo que ya nunca podrá volver a ser, y que
sin embargo se considera central en los estudios, inevitablemente
genera un movimiento frustrante por el impulso a recuperarlo;
En el enunciado que-fue-enunciación se busca el sujeto –ya sabemos
que implica tanto emisor o emisores como receptor o receptores
presentes o ausentes, etc.-, es decir, la persona, el individuo, en un
momento indiviso y único de su existencia que se produce en un
entrecruzamiento también único de las coordenadas tiempo y
espacio. El enunciado en cuanto tal no vale en sí mismo sino como
punto de partida para llegar al acto enunciativo, se trata de recuperar
el momento de la enunciación, de ‘recrear’ el espacio, tiempo, sujetos
todo lo cual nos aclaran los teóricos no es en sí mismo el contexto –lo
‘real’- sino algo así como la representación del contexto por los
elementos del discurso, con un objetivo hermenéutico: interpretar,
comprender, explicar.
En este sentido tal vez podamos decir que considerar la enunciación
lleva al estudio inmanente del discurso o texto; sujeto, tiempo,
espacio, valen no por sí mismo sino en tanto conforman deícticos y
modalizan la expresión. A diferencia de este movimiento, considerar
el enunciado lleva al estudio trascendente del discurso o texto, es
decir lleva, aunque para Foucault no directamente, al contexto, a lo
de afuera del lenguaje mismo, de ahí a la experimentación.
El enunciado.
Dijimos que en la relación enunciación–enunciado se parte del último
para llegar al primero. Una dirección opuesta encontramos en M.
Foucault, El enunciado supone la enunciación, momento singular que,
sometido a las fuerzas del azar y la necesidad, ha llegado hasta
nosotros, mientras que otros desaparecieron, pero eso no importa ni
siquiera quién es el sujeto. En cambio, nos dirá, importa el enunciado
en sí mismo, que adquiere entonces un papel central en su teoría, al
cual considera no ya una mera ‘huella’ sino una materialidad con un
determinado estatuto en el tiempo ‘hoy’.
De ahí que no le interese llegar al momento de la enunciación, lo cual
tiene que ver con su respuesta al porqué del estudio del discurso: el
objetivo no es la interpretación, nos dirá, sino la experimentación.
El enunciado sería una unidad del discurso, a su vez parte de los
saberes o formaciones discursivas. En este concepto, el enunciado
interesa porque permite construir esas formaciones históricas, y éstas
interesan porque señalan el lugar de donde hemos salido... con el
propósito de investigar alrededor de qué ‘estados mixtos de poder-
saber’ se mueve y dice la sociedad sus discursos, intenta aproximarse
a visualizar los focos de poder alrededor de los cuales se constituyen
los enunciados
S. Sontag apunta a que la pretensión de interpretar implica la
suposición, ciertas ‘reglas’ de interpretación”, con cuya aplicación se
pretende resolver una discrepancia entre el significado (evidente) del
texto y las exigencias de (posteriores) lectores. El moderno estilo de
interpretación excava, y en la medida que excava, destruye, escarba
hasta ‘más allá del texto’ para descubrir un subtexto que resulte ser el
verdadero”. S. Freud: “Interpretar es empobrecer, reducir el mundo,
para instaurar un mundo sombrío de significados. Pensar es siempre
experimentar, nunca interpretar,
Los estudios de enunciación reúnen léxico-gramática y discurso, se
los define como “la búsqueda de los procedimientos lingüísticos con
los cuales el locutor imprime su marca al enunciado, se inscribe en el
mensaje y se sitúa en relación a él” Es diferente si partimos, de
reconocer el discurso o enunciado como una función de coexistencia,
dentro de la que se puede reconocer no obstante la autonomía de
estructuras del lenguaje; por eso dirá Verón que hay que encarar lo
complejo en cuanto tal, porque “lo más complejo sobre determina lo
más simple,
Algunas conclusiones
Este tipo de herramientas nos dejarán ver en un texto quién habla (el
enunciador) y analizar también qué busca decir ese sujeto, más allá de
las palabras o los signos. No es lo mismo que quiera persuadirnos (por
ejemplo, “si usted vota a X candidato, tendrá mejores sueldos”), que
busque solamente imaginar un escenario (“podría suceder que si usted
vota a X candidato, aumenten los sueldos”) o se refiera a una causalidad
lógica de los hechos o las decisiones (“si vota a X candidato, pierde
poder su opositor Y, entonces, podrían mejorar los sueldos”).
ejemplo real, con el siguiente texto publicado por La Nación online el 16
de julio de 2017:
La polémica sobre la forma en que se notifican las denuncias en cada
distrito apareció rápidamente al conocerse la estadística oficial sobre
robos durante 2016, difundida este mes por el Ministerio de Seguridad.
Cada provincia entrega los datos y se procura homologar un protocolo
para registrar cada delito. Las autoridades de las provincias cuyas
ciudades quedaron con mayores tasas de robos buscaron apoyarse en
esa explicación
Análisis:
En color violeta vemos algunas huellas del enunciador (en este caso, un
periodista del diario La Nación en su plataforma web) que remiten a las
percepciones de temporalidad y la calificación de los hechos según su
mirada (él define que algo es o no es polémico y describe que un
acontecer fue o no veloz). Esto hace referencia al sistema pronominal,
con el que queda en claro que existe un yo y un ellos. Todo esto
marcado en violeta y verde.
A su vez, Gallo describe un tiempo y un espacio (marcado en rojo y
amarillo) que remite a las huellas del sistema deíctico del enunciador. En
ese plano, también define, en estas huellas, a otro que está validado y al
cual el mismo enunciador adhiere como fuente fidedigna de información
(esto le permite, en cierta manera, autodefinir su postura sobre el tema),
que responde al nivel lingüístico argumentativo. Luego el enunciador
queda en medio de una proposición emitida por otros sujetos
involucrados en el texto (que también pueden ser analizados en un
proceso más profundo que implique no solo las huellas del enunciador
formal, sino también las de los demás enunciadores incluidos en el
discurso).
VIDEO
VIDEO
Lectura: Poder discursivo
El poder de los enunciados
al hablar de poder no nos referimos a uno predefinido, unánime o
centralizado, sino más bien a la red de poderes que se entrelazan y se
configuran en una sociedad humana con diversos niveles de resultados,
consecuencias y espacios de influencia. No será igual el poder de un
discurso presidencial que otro emitido por un padre de familia.
A partir de esto, podemos hablar de poderes y ya no de poder en
singular. Estos modificadores discursivos de la realidad (que se dan a
través de las palabras) pueden, inclusive, oponerse, potenciarse o
anularse mutuamente en la red social de la cual los humanos (como
individuos, grupos o instituciones) somos parte y sujetos activos.
por poder hay que entender, primero la multiplicidad de las relaciones de
fuerza inmanentes y propias del dominio en que se ejercen, y que son
constitutivas de su organización; el juego que por medio de luchas y
enfrentamientos incesantes las transforma, las refuerza, las invierte; los
apoyos que dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras,
de forma que forman cadena o sistema. (Carlos Rojas Osario)
los binomios semióticos ampliados en terceridades también deberán
aplicarse al ámbito del poder. Esto significa que no existirá un dominante
y un dominado, sino una red de dominantes y dominados y se
resignificarán los signos emitidos de acuerdo con sus espacios de
acciones, comprensión, significación y aceptación para reformularlos
significados discursivos de manera constante (recordemos la idea de
semiosis social) y reconvertir, muchas veces, el poder de un discurso en
un nuevo signo por parte de los enunciatarios.
un enunciador socialmente calificado como especialista argentino en
Geología (consecuencia de sus aprendizajes universitarios) asegura que
“en 2090 se descongelarán todos los glaciares del mundo como
consecuencia del calentamiento global”. Ese enunciado tendrá un poder
específico que hará tomar medidas individuales de cambios de hábitos y
medidas nacionales de protección del medioambiente. Ese discurso se
enfrentará a otros emitidos por especialistas de igual rango que dirán que
“no está comprobado que eso suceda en este siglo” y opondrán su red
argumentativa de poder. ¿Qué sucederá entonces? Otros enunciadores
generarán nuevos discursos que conlleven una u otra teoría de
calentamiento global y asumirán acciones a favor o en contra de las
decisiones de Estado tomadas en un principio. En esa red de poder nos
encontraremos nosotros, los ciudadanos de la misma sociedad, que
avalaremos o no el primer discurso con cambios en nuestras vidas (a
favor del medioambiente) y si ahondamos más en ese entrelazamiento
de palabras, podremos conformar nuevas hipótesis enunciativas en
nuestro ámbito hogareño. Cada nueva significación de lo dicho
primeramente por el geólogo sobre los glaciares y la acción tomada en el
ámbito de influencia será una nueva forma de ejercicio que esto que
llamamos el poder de las palabras.
pensar en el poder del discurso como una potencialidad de acción
negativa sería una falta de amplitud conceptual, ya que el poder no es
necesariamente represor ni manipulador, sino que puede ser positivo,
seductor, incluso negociador según el caso.
veremos al poder como normalizador, en cuanto ley que determina los
límites de aquello que llamaremos normal y aquello que describiremos
como patológico o fuera de lo normal. Vale aclarar que estos límites se
modificarán en cada sociedad o grupo ampliado de personas, incluso con
el correr del tiempo y generarán movilidad en los discursos de poder por
nuevos paradigmas humanos, evoluciones de pensamiento o mejores
argumentaciones dentro del mismo plano discursivo, que pueden incluir,
tal vez, pruebas empíricas o de la realidad.
Foucault ha puesto en evidencia lo contrario, que la verdad y el bien no
coinciden, que el saber puede ser malo, pues está de cabo a rabo
atravesado por relaciones de fuerza. No muy distante de esto se halla lo
que afirma también Habermas al declarar que el conocimiento puede
seguir intereses particularistas, opresivos; es decir, no siempre coinciden
el bien y la verdad.
¿Es correcto hablar del poder del discurso o, en realidad, el poder es de
las ideas de los humanos que lo expresan a través de signos? Ese
pensamiento, más profundo y filosófico, deja ver al discurso en sí mismo
como un instrumento de poder, más que objeto de poder, y como un
significante de poder (a modo de efecto en la realidad), más que un
sujeto de acción.
no se trata de liberar la verdad de todo sistema de poder, sería una
quimera, ya que la verdad misma es poder, sino de separar la verdad de
las hegemonías sociales, económicas o culturales”
en cualquier análisis de texto que hagamos debe determinarse, en el
enunciador y los actores de re significación de los signos expuestos (y
los ocultos), qué mecanismos de poder están involucrados en eso que se
dice y en la forma en que se dice. Comprender que los discursos son
motivadores de acción (real) en una sociedad, es ahondar en las
explicaciones, argumentos e intenciones de un decir, sobre todo, si nos
basamos en los medios de comunicación masiva.
Para analizar un discurso, entonces, tendremos en cuenta: aquello que
se dice, cómo se dice y el poder de aquello que se dice.
el poder del discurso es un parámetro más que debemos atender cuando
hablamos de análisis pormenorizado de aquello que se dice ya que el
discurso es una práctica, una acción, que no solamente tiene
consecuencias sino también factores (condiciones de producción) que lo
hacen ese tipo de discurso y no otro.
GÉNEROS
heredada del análisis literario, un género será caracterizado
necesariamente por un cierto agenciamiento de la materia del lenguaje
(para no decir de la escritura, ya que un mismo género puede
aparecer en lo escrito de la prensa y en lo oral de la radio). A falta de
un mejor término, yo identificaría este uso como el de los géneros-L
‘entrevista’, ‘reportaje’, ‘encuesta’, ‘alocución’, ‘mesa redonda’, ‘debate’
y muchas otras expresiones que designan, en forma más o menos
confusa, los géneros-L.
Este nivel de análisis se entrecruza, desde luego, con el de la
identificación de tipos. Ya que un mismo tipo de discurso podrá ser
reconocido bajo diversos géneros-L; la ‘entrevista’, la ‘alocución’, el
‘debate’ para el discurso político, por ejemplo. Por el contrario, desde
luego, un mismo género puede encontrarse dentro de diferentes tipos
de discursos.
hace falta un segundo concepto de género, que nos permita designar
y clasificar lo que se debe llamar los productos. Hablemos, pues, en
este caso de géneros-P. Desde este punto de vista, podemos decir,
por ejemplo, que expresiones tales como ‘cotidiano de información’,
‘mensual femenina general’, ‘news’ (noticias), designan géneros de la
prensa escrita de lectura masiva, así como ‘revista de vulgarización
científica’, ‘emisión de juegos’, ‘emisión de variedades’, ‘feuilleton’
(telenovela), designan géneros de la televisión de audiencia masiva.
Los géneros-P poseen una relación mucho más estrecha con los tipos
de discursos que los géneros-L. Los géneros-P se encuentran muy
directamente ligados a los fenómenos de competencia, dentro del
universo de los medios de comunicación: una “zona de competencia
directa” no es otra cosa que el enfrentamiento de un cierto número de
productos discursivos pertenecientes a un mismo género-P. En la
caracterización de un género-P aparecen muy a menudo ciertos
invariables de “contenido”, es decir, tomar a cargo conjunto
relativamente estable de campos semánticos.
ESTRATEGIAS
Las estrategias discursivas pueden ser definidas, dentro de nuestro
cuadro, como las variaciones confirmadas dentro de un mismo tipo de
discurso o de un mismo género-P. remiten muy directamente a los
fenómenos de competencia inter-discursiva propios del campo de la
discursividad en tanto que mercado de producción de discursos. La
noción de ‘estrategia’, se ve, nos debe permitir rodear en un sector
dado de la red de medios de comunicación, las variaciones, debidas a
la competencia, entre los múltiples representantes de un mismo
género-P. La prensa escrita proporciona ejemplos brillantes de este
tipo de situación y es en consecuencia un terreno privilegiado para el
estudio de las variaciones estratégicas.
teleclase 2
https://drive.google.com/file/d/1uXSHNTUqY9Cm06TDYNfm7FbFIUe9
ZQBv/view
Bibliografía:
Análisis del discurso
Cuando nuestro discurso resulta ser confuso es porque nuestras ideas
no son lo suficientemente claras. A veces el lenguaje llega a entorpecer
la exteriorización de nuestras ideas en lugar de ayudarnos a
comunicarlas.
La lingüística pragmática
En el estudio del significado, la teoría dominante es la teoría del signo. La
pragmática se ofrece como una alternativa a la misma.
El signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras
En la teoría del signo se postula la existencia del par
significante/significado. Los significados guardan alguna relación con el
mundo, una relación de representación en virtud de la cual podemos
sustituir el objeto del mundo real por la palabra.
La concepción vehiculada por la teoría del signo ha sido el fundamento
mediante el cual se han sostenido y se sostienen muchos estudios sobre
procesos psicológicos y sociales. (estudio del pensamiento, del
aprendizaje, del proceso de comunicación y del proceso de
interpretación)
Paralelamente a la teoría del signo se ubica la teoría de la comunicación
Las implicaturas
Es una inferencia que los/as participantes en una situación de
comunicación realizan a partir del enunciado o conjunto de enunciados
- Lo que se dice depende de las palabras que se enuncian
- Lo que se comunica es toda información que transmite el
enunciado. Dicha información no es explícita, no se extrae del
significado de las palabras, sino que es implícita y se elabora en el
marco de las normas de la conversación y del contexto de
interacción.
La Etnometodología
Es el análisis de las actividades prácticas cotidianas. El foco son las
personas en su interacción cotidiana y las actividades que desarrollan en
sus contextos inmediatos. Estas actividades son concebidas y analizadas
como métodos a los que las personas recurrimos para hacer que estas
actividades sean explicables: que sean visibles, racionales y
comunicables en todos los propósitos prácticos y como organizaciones
de todas las actividades comunes de cada día.
No se postula como una teoría sino como una perspectiva de
investigación.
No hay una realidad social independiente de los individuos, cuyo
conocimiento, sólo sea posible desde un pensamiento teórico y una
investigación ajena al sentido común, sino que más bien el sentido
común es perfectamente capaz, no sólo de construir la realidad social,
sino de conocerla y de dar cuenta de ella.
MÓDULO 3
Lectura: La existencia de receptores pasivos y activos y el rol de
nuevo receptor
Completar la información
hablar de completar la información hace referencia a
comprender o significar la totalidad de aquello que se dice –y
aquello que no se dice. Completar la información no implica
darle el sentido que queramos, de manera voluntaria y
arbitraria, es comprender qué quiso decir y darle un sentido
más amplio, estructurado de acuerdo con nuestros cánones de
pensamiento, nuestras estructuras culturales y aquello que
validamos como descripción de la realidad.
La negación de lo dicho por otros o el aporte de una única
mirada (por momentos pasiva) nos convertiremos en
responsables de la involución de pensamiento.
Completar la información será, entonces, una tarea responsable
y limitada del receptor o el destinatario en relación con aquellos
detalles, datos o factores de quien enuncia que necesitamos
saber.
Se deben incluir en este plano las estructuras sociales,
culturales, políticas, educativas e incluso alfabéticas: “El sentido
brota, de la semiosis y no constituye una entidad autónoma, ni
es una cualidad en sí misma” (Zecchetto).
En el caso de los medios de comunicación masiva, es
importante completar aquello que se dice con la información
que tengamos a mano acerca del periodista que enuncia, el
tema que trata, las características ideológicas, económicas y
políticas del medio de comunicación que lo reproduce y los
factores individuales que permitieron esa mirada de la realidad
por encima de otras posibles.
La recepción pasiva
el momento de la recepción es una instancia muy compleja, ya
que no será completamente abarcable ni predecible. Por el
contrario, es una hipótesis o una idea (receptores pretendidos o
posibles) y luego se configura como tal, con cierta
independencia.
podemos hablar de un estilo de recepción considerado como
pasivo, que podría relacionarse con la aceptación de lo dicho y
no con la construcción que hace el emisor de los mensajes, ni
con los enunciatarios o destinatarios reales que hacen de ese
discurso un motivo, una excusa o un inicio de semiosis social
infinita.
La recuperación incesante de un texto por otro es una de las
condiciones técnicas y semióticas fundamentales del discurso
de la información. Es atravesado en forma constante por
desplazamientos y condensaciones. En ese torrente algunas
palabras, algunos fragmentos de frases terminan por fijarse y se
reproducen en todas las unidades. (Verón)
Verón se refiere a que si bien existirán resignificaciones
constantes, existen fragmentos, párrafos o datos que quedarán
socialmente catalogados o validados como verdades o
descripciones de la realidad tomadas como ciertas. En ese
punto, podemos hablar de la pasividad del receptor, quien, a su
vez, asume como contrato social de lectura que existen signos
que representan determinadas ideas y temas de los cuales se
informa con ciertas pruebas.
Ejemplo: Si uno o varios medios de comunicación informan que
en Argentina una de cada tres personas vive en situación de
pobreza, esa información será tomada como una certeza y una
verdad y no se reformulará la significación con el análisis de las
encuestas realizadas, la comprensión de las herramientas
utilizadas por los encuestadores, el pedido de pruebas y la
demostración de lo dicho de acuerdo con la muestra elegida.
Se toma como cierto y se asume, entonces, una actitud pasiva
frente a esa información o ese dato enunciado dela realidad.
La pasividad no es necesariamente una actitud negativa, sino
más bien de orden informativo. Sin embargo, esta postura o
esta manera de recepción puede verse movilizada con nuevas
pruebas o informaciones posteriores que refuten o demuestren
otra realidad. En ese caso, podremos volver a aplicar
inactividad intelectual o poner en duda cualquier información u
opinión que se comunique sobre ese mismo tema.
Podemos pensar que un destinatario pasivo puede ser el inicio
de una interacción de sentido posterior, que depende de las
relaciones vinculantes que tenga, los demás discursos que
recepte y las ganas (o la capacidad) de elaborar una mirada
personal de lo dicho, como modo de acción del hacer sobre el
decir.
La recepción activa
El receptor activo se siente un protagonista del proceso de
comunicación y no un simple elemento que recibe una
información y la da por cierta sin modificar nada por motivación
propia. Este receptor activo resignifica, pone en duda, enuncia
nuevamente y genera el carácter infinito de la semiosis social
como búsqueda consciente de ser un actor más en esa
comunicación.
Existe, en el universo de los estudios del discurso, una corriente
que estudió la llamada psicología discursiva. Esta se centra en
una de las escuelas de la Filosofía del lenguaje, que busca
comprender los significados de las palabras. Esto se da “no
mediante el examen de las cosas a las que hacen referencia,
sino examinando cómo se utilizan las palabras” (Rueda)
Por lo tanto, podemos hablar de interpretantes (o receptores
activos) para referirnos a las personas que recibirán un
enunciado y serán luego protagonistas de la comunicación.
¿Cómo? Le darán sentido a los discursos y los completarán con
sus ideas o significados precedentes
Así como las condiciones de producción y circulación de un
enunciado tienen implicancia en los significados y las
posteriores acciones sociales, las personas receptivas también
son parte activa de esta semiosis infinita. La psicología
discursiva no solamente hablará de los interpretantes, sino
también de los demás sujetos que son parte (en forma directa o
indirecta) de este circuito de sentido.
En la psicología discursiva se presenta como las formas de
hablar de sentido común de los participantes, como formas en
las que construyen o reducen el estado de objetividad de una
versión de los acontecimientos, a la vez que se ocupa de los
tipos de personas que deberíamos considerar que son, o el
estado de ánimo que deberíamos considerar que tienen.
(Rueda)
Esta descripción, llevada al plano de la recepción, supone un
sujeto o un grupo de sujetos activos, que distinguen los
discursos más o menos cercanos a aquello que consideran
parte de la realidad, de acuerdo con la relación entre aquello
que tienen en su mente y la realidad misma. Nos interesan los
puntos de unión entre los “estados mentales interiores o rasgos
personales y el mundo exterior”.
Esta mirada analítica, más bien pensada para los enunciadores,
funciona en los receptores cuando los asumimos como
responsables y con creencias, conocimientos previos,
capacidad crítica, posibilidad de contrastar ideas, etcétera.
Recibir un mensaje, completar su sentido y (probablemente)
reformularlo harán que el camino de circulación discursiva
tenga sentido, o mejor dicho, que tenga un sentido más
completo e interesante.
Los códigos de significación y de conducta permitirán
decodificar los discursos de forma más completa
Un periodista en un medio de comunicación masiva, además de
enunciador, será receptor de información de manera constante.
Ser conscientes de ese rol nos posibilitará un buen desempeño
de nuestra tarea social. A su vez (y esto nos interesa
puntualmente), prever un receptor activo nos permitirá analizar
las diferentes facetas de la porción de la realidad seleccionada
para comunicar.
ejemplo: si trabajamos en un medio de comunicación y
elaboramos un informe sobre un tema social cotidiano, después
de consultar varias fuentes y recabar datos pertinentes,
daremos una descripción (lo más objetiva posible) acerca de
aquello que llamamos realidad social inmediata. Enunciar esto y
considerar que quedará como una verdad establecida es olvidar
que existen sujetos activos que no solamente comprenderán
qué decimos, sino que también podrán ejercer acciones de
duda, negación, incluso refundamentación de aquello
publicado.
El receptor es cada vez más activo. Con el uso de las redes
sociales, las posibilidades amplias de comunicación con los
periodistas o medios, incluso las instancias facilitadoras de
publicaciones web gratuitas (y a veces muy masivas), los
lectores, los televidentes y los oyentes de los medios de
comunicación son parte (ya no simples receptores) de la
producción discursiva.
Auditorías sociales
Hablar de auditorías sociales no significa policías de la palabra.
Se busca pensar en la comunicación como una actividad de ida
y vuelta constante, en la que no solamente se cumpla
incesantemente la semiosis social infinita de la que hablaba
Eliseo Verón, sino también se contrasten datos, se validen o no
enunciadores y se repliquen o no algunos discursos según lo
decidan los receptores, los destinatarios o los enunciatarios de
aquello que se dice en los medios de comunicación masiva.
Pensar a los medios como espejos de la realidad y únicos
capacitados para decir qué sucede en el mundo no solo es una
idea errónea, sino peligrosa. Lo importante es tener presente
que los medios de comunicación no representan aquello que
sucede en la actualidad, sino que ellos mismos producen una
realidad social. (Verón)
Aquello que se dice en los medios no existe en términos reales,
más allá de los mismos espacios de periodismo o análisis. En
efecto, esto que se comunica es una parcialidad de una
realidad producida. Los efectos que tenga esta comunicación sí
pueden generar resultados o cambios reales a partir del código
de confianza que se produzca respecto de lo enunciado y, así,
otorgarle entidad de verdad o realidad (o, en términos
periodísticos, de actualidad). Como explica Verón, si damos
crédito, es porque hemos depositado nuestra confianza en ese
enunciado.
La mirada de cada persona, su experiencia en la realidad y la
forma que tiene de significar aquello que sucede la convertirán
en auditora de los discursos con diferentes resultados. La
experiencia y la actualidad son los órdenes que permiten a una
sociedad informada validar o no determinados enunciadores,
enunciados y construcciones de poder.
Las creencias que conforman una ideología son específicas de grupos sociales
dentro de una cultura general. Las creencias culturales -en cambio-son la base
común de prácticamente todas las creencias sociales de casi todos los grupos
de una cultura dada.
Estructura de las ideologías: Una de las propiedades fundamentales de las
ideologías radica en la autorrepresentación positiva y la representación
negativa de los otros. El esquema de polarización planteado por la oposición
NOSOTROS/ELLOS ofrece un formato de la estructura de las ideologías.
Según esa dualidad, los grupos construyen una imagen ideológica de sí
mismos y de los otros, de modo que NOSOTROS estamos representados
positivamente y ELLOS negativamente. Así, las ideologías son
representaciones de lo que somos, lo que sostenemos, de cuáles son nuestros
valores y cuáles nuestras relaciones con otros grupos (enemigos u oponentes,
que se oponen a lo que afirmamos, amenazan nuestros intereses y nos
impiden el acceso igualitario a los recursos sociales y los derechos humanos).
Desde la dicotomía NOSOTROS/ELLOS, las ideologías pueden legitimar el
abuso del poder, pero también pueden servir a la resistencia y denuncia de la
dominación y la desigualdad.
En general, todas las ideologías sociales y políticas enfatizan uno o más
valores sociales (democracia, libertad, igualdad, independencia), que les
proporcionan al grupo puntos de referencia para la construcción de su
identidad.
De todas formas, los valores positivos que definen el orden moral de una
sociedad son usados por todos los grupos para la legitimación de sus propios
intereses y objetivos. En los grupos dominantes, los valores pueden ser usados
para legitimar su dominación y en los grupos dominados, para legitimar su
oposición, disidencia o resistencia.
las ideologías supervisan cómo los usuarios del lenguaje emplean el discurso
en tantos miembros de grupos, u organizaciones (dominantes, dominados o
competidores), y de ese modo tratan de realizar los intereses sociales y
resolver los conflictos sociales. Al mismo tiempo, el discurso es necesario para
la reproducción de las ideologías de un grupo.
El primer interrogante que se plantea es: ¿qué hacen las personas con las
ideologías? La respuesta es que las ideologías son desarrolladas por grupos
dominantes para reproducir y legitimar su dominación. El discurso en este
enfoque es esencialmente un medio por el cual las ideologías se comunican de
un modo persuasivo en la sociedad y, de ese modo, ayudan a reproducir el
poder y la dominación de grupos o clases específicas.
La función social de las ideologías es principalmente servir de interfaz entre los
intereses colectivos del grupo y las prácticas sociales individuales.
las ideologías son las representaciones mentales que forman la base de la
cognición social, esto es, del conocimiento y actitudes compartidas de un
grupo. Es decir, además de una función social de coordinación, las ideologías
tienen también funciones cognitivas de organización de creencias: en un nivel
muy general de pensamiento, les dicen a las personas cuál es su posición y
qué deben pensar acerca de las cuestiones sociales.
Si las ideologías deben representar los intereses y la autodefinición de cada
grupo, deberá existir un esquema del grupo que posea las contrapartes
mentales de las categorías sociales para describir una identidad grupal:
pertenencia, actividades, objetivos, valores, posición y recursos.
Para el análisis ideológico del discurso, las primeras condiciones son
contextuales: los usuarios del lenguaje deben hablar o escribir como miembros
de grupos.
Ahora bien, se puede restringir la noción de grupo, conjeturando que un
conjunto de personas constituye un grupo si y sólo si -como colectividad-
comparten representaciones sociales (conjunto organizado de creencias
socialmente compartidas, entre las que se cuentan conocimientos, actitudes,
ideologías, etc.).
El conflicto social, la lucha y la oposición son criterios esenciales para la
definición de grupo: los grupos dominantes desarrollan una ideología que sirve
a la reproducción de su dominación; y los grupos dominados desarrollan una
ideología como base para sus actitudes, opiniones, prácticas y discursos de
resistencia u oposición.
Los grupos deben ser además relativamente organizados o institucionalizados
y con un criterio de reclutamiento de miembros basado en la identificación de
un conjunto de propiedades (como actividades, objetivos compartidos, normas,
valores, recursos, posición respecto a otros grupos).
los grupos sociales y sus miembros pueden distinguirse por:
- quiénes son: género, raza, etnicidad, casta, clase, edad, religión, lengua
y origen.
- qué hacen: por su actividad (como los profesionales).
- qué quieren: como los grupos que sostienen causas o propuestas.
- en qué creen: como los grupos religiosos.
- dónde se ubican: cuando los grupos se definen en términos de posición
social y sus relaciones con otros grupos.
- qué (es lo que) tienen o (lo que) no tienen: para los grupos cuya
identidad se basa en el acceso o la falta de él a los recursos materiales o
simbólicos sociales (como los sin techo, los desempleados, los
intelectuales, los ricos, etc.).
es factible detallar cinco factores esenciales para que un conjunto de individuos
constituya un grupo:
- Desarrollar y compartir representaciones sociales.
- La identificación de los miembros del grupo
- La defensa de recursos específicos (como la ciudadanía o la igualdad de
derechos).
- Las relaciones con otros grupos
- Actividades específicas y al menos un objetivo vagamente compartido.
Finalmente, se puede hablar de una estrategia global de comunicación
ideológica a través del discurso que implica cuatro momentos:
- Expresar-enfatizar información positiva sobre NOSOTROS.
- Expresar-enfatizar información negativa sobre ELLOS.
- Suprimir-desenfatizar información positiva sobre ELLOS.
- Suprimir-desenfatizar información negativa sobre NOSOTROS.
TELECLASE:
https://drive.google.com/file/d/1xYGcOdp162BhZOAzKrteoQPzqPSHYg8g/view
MÓDULO 4
Lectura: Discursos web
¿Cómo y cuánto influye esto en los discursos y sus posteriores análisis? Influye en la
forma y las herramientas que suponen el juego de nuevos elementos como los
hipervínculos, los emisores desconocidos y los actores virtuales que enuncian desde
plataformas web sin precedente.
debemos pensar en lo que algunos analistas llaman giro poslingüístico, que intenta
avanzar en las maneras en las que el lenguaje funciona como instrumento que abarca
completamente la realidad, en cuanto construcción discursiva.
Los seres humanos hemos formado nuestras lenguas sobre la base de una
determinada relación al mundo. Esta relación al mundo instituye un espacio
tridimensional poblado de una variedad de objetos, cuyas propiedades se definen
sobre la base de nuestros mecanismos sensoriales y perceptivos prolongados por
nuestras capacidades de análisis, abstracción y generalización. En ese mundo el
tiempo y el espacio constituyen realidades escindidas que discurren por cauces
separados. Nuestros movimientos, gestos y acciones sobre esa realidad, que es como
es porque nosotros somos como somos, han ido forjando nuestros conceptos y el
andamiaje lógico-lingüístico que los constituye
tenemos que intentar pensar a contracorriente del giro lingüístico que ha impregnado
el pensamiento de los hijos del siglo XX
hablamos de que si existen los discursos web (y las personas que viven en sociedad
los reciben, los emiten, los resignifican, etc.), no será pertinente analizar lo dicho
solamente a través de medios tradicionales y soportes validados desde identidad de
grupos de información con experiencia, marco de comunicación
si los blogs, las redes sociales y las páginas web masivas (no mediáticas) existen y
son tomadas por las personas como espacios de información, analizar solamente los
discursos enunciados desde los diarios conocidos, las radios formales o los
programas de televisión profesionales será solo una parte del todo. “Las
comunicaciones móviles experimentan otros espacios y tiempos, otras formas
expresivas, otros consumos y, en suma, otras formas de comunicación”
Los nuevos medios de comunicación permiten nuevas formas de interacción con
novedosos contextos de acción y comunicación y esto lleva a una inevitable
reestructuración de las relaciones entre las personas que viven en una sociedad y las
formas de pensar ese mundo del que son parte.
En su dinámica coexisten procesos como la construcción del sujeto de la enunciación,
la virtualidad en la interacción y el intercambio textual, los cuales están relacionados
con el establecimiento de una interacción interpersonal mediatizada por la tecnología,
más que a las consecuencias o procesos derivados de tal modalidad de
comunicación humana.
Desde esta mirada, y si pensamos en un giro pos-lingüístico, se puede asegurar que
entender al discurso como una construcción de la realidad, que es emitida a través de
signos que representan una idea que será resignificada por los destinatarios, implica
una concepción más amplia, que agrega los conceptos de viralidad, atemporalidad, fin
de las dimensiones físicas y contextuales y, además, reconfiguración de los emisores
en tanto periodistas o comunicadores comunes
Usar herramientas de comunicación web no solamente abre nuevas formas de
enunciación, sino que también influye en la manera en la que vemos el mundo y
construimos la realidad.
Lectura: Remediación
Nuevas formas de comunicar y comprender la realidad
Entre las escuelas científicas que estudian la comunicación como
fenómeno social, existe una denominada ecología de medios. ¿Qué
estudia? Analiza las tecnologías y los ambientes comunicativos de cada
tiempo.
si desde finales del siglo XX vivimos un cambio considerable en las
maneras y las herramientas que usamos para establecer diálogos, dar
informaciones e intercomunicarnos, esta ecología de los medios resaltará
la tecnología (y, sobre todo, Internet) como un nuevo hacedor de
ambientes postmodernos.
Las tecnologías inciden en la transformación de la ecología cultural de
las sociedades, un conjunto de cambios culturales que alteran nuestra
percepción del tiempo
Marshall McLuhan, quien asegura que estos cambios o los ambientes
que generan cambios “no se producen al nivel de las opiniones o de los
conceptos, sino que modifican los índices sensoriales, o pautas de
percepción, regularmente y sin encontrar resistencia”. En este sentido,
los medios configuran de alguna manera nuestra conciencia y
experiencias.
De todas formas, no le daremos a los medios la potestad de diseñar
nuestras ideas. En términos reales, sí exponen una manera de
representar el mundo que puede sesgar nuestra percepción de la
realidad, sea esta más o menos cercana a aquello que podríamos llamar
objetividad o verdad.
Si avanzamos en este fenómeno, existen procesos que antes eran
inexistentes y se configuran más allá de nuestra intención. ¿Qué nuevo
fenómeno se configura en este ambiente según la ecología de los
medios? La remediación.
El cambio tecnológico se encuentra asociado con los procesos de
aprendizaje y de transmisión del legado cultural de todas las sociedades.
Las remediaciones que experimentan los medios inevitablemente
producen cambios significativos en los ambientes educativos
En el desarrollo de todo medio de comunicación es posible percibir una
progresiva transformación que responde al propósito, no siempre
deliberado, de hacer al medio más parecido al hombre. Ese proceso es
designado como remediación. La remediación no es un proceso sencillo,
y por supuesto no todas las personas consiguen percibirlo
¿A qué refiere, entonces, el término remediación? Al cambio producido
en la comunicación para mantener vigente a los medios o algunos de sus
elementos. Hay dos tipos posibles (o reconocibles) de remediación: una
interna y otra externa.
- Remediación interna: se produce dentro de un medio de
comunicación, que ya no tiene la masividad que quiere y, a partir
de algún elemento propio, revitaliza su lugar en los medios. Por
ejemplo: un diario que ya no vende ejemplares abre una página
web con todo su staff y seduce a un nuevo público.
- Remediación externa: hace referencia a las estrategias que
aplican los medios para parecerse o competir con otros más
novedosos o creativos. No es necesario un cambio porque el
medio funciona bien, pero ve una potencial amenaza en el exterior
y, por eso, asume la necesidad de cambios. Un ejemplo de esto es
la radio televisada o los diarios que tienen cuenta en Facebook
Live y transmiten en vivo cada semana o diariamente.
TELECLASE
https://drive.google.com/file/d/16uFIu1GTeBv4QaHztXpnaW_-_Vqbb5Mz/view