Está en la página 1de 177

ANÁLISIS DEL

DISCURSO
PERIODÍSTICO
MÓDULO 1
LECTURA: ¿Qué estudia la semiótica?
La construcción de la realidad

No se puede acceder al funcionamiento del pensamiento


humano analizando tan sólo la estructura lógica sobre la que se
asientan las lenguas naturales, es necesario contemplar todos
los usos del lenguaje si queremos entender tanto nuestra forma
de pensar, como nuestra forma de actuar y nuestra forma de
relacionarnos
La concepción cartesiana del lenguaje como un mero vehículo
para expresar ideas fue puesta en duda por pensadores
analíticos posteriores, quienes asumieron la idea de la lengua
como un instrumento de acción y construcción del mundo y
afirmaron que eso nos permite representar el mundo y no
solamente describirlo.
Estas definiciones responden a lo que se llama giro lingüístico
respecto de una tradición centrada en el estudio del mundo de
las ideas y de los enunciados lingüísticos.
El giro lingüístico sustituye la relación ideas/mundo por la
relación lenguaje/mundo, y afirma que para entender tanto la
estructura de nuestro pensamiento como el conocimiento que
tenemos del mismo, es preferible mirar hacia la estructura
lógica de nuestros discursos en lugar de escudriñar las
interioridades de nuestra mente.
¿A qué responde esto? el habla se considera una acción o una
maniobra para hacer cosas. Es decir, no será completo
considerar que aquello que se dice es literalmente un reflejo de
la realidad sin acciones o percepciones del universo intrínsecas.
¿qué define un discurso? Existen tantos autores como formas
de caracterizarlo, y estas determinarán, luego, la concepción de
análisis de discurso. Entre las tantas definiciones, tomaremos la
de Íñiguez Rueda:
La definición de enunciado es conceptualizada como la
sucesión de frases emitidas entre dos blancos semánticos y la
definición de “discurso” se concibe como el enunciado
considerado desde el punto de vista del mecanismo discursivo
que lo condiciona. En efecto, el enunciado es concebido en
esta noción como resultado, es decir, como algo que posee
memoria, pues lleva consigo la marca de sus propias
condiciones de producción. Esta posibilidad de distinción hace
que esta última concepción de discurso resulte la más
apropiada, al menos transitoriamente.
Publicación: Conceptos claves de la semiótica
Semántica y semiótica

Será el hombre quien le otorgue el significado real


Semántica: es el estudio del significado de los signos, figuras que tenemos,
así como las letras o un idioma, darle sentido a las palabras que leemos o
que escuchamos. Es como el estudio de la forma de comunicación verbal
entre nosotros
LA SEMANTICA PERTECE AL CAMPO DE LA GRAMATICA Y SU
FUNCION ES ESTUDIAR EL SIGNIFICADO DE LOS SIGNOS
LINGUISTICOS CONOCIDOS, ESTA RAMA de la CIENCIA SE ENCARGA
DE ANALIZAR EL POR QUE SE LE DA ESE SIGNIFICADO a UN
DETERMINADO SIGNO, PORQUE ESE Y NO OTRO. LA SEMANTICA
HACE REFERENCIA AL SIGNIFICADO QUE LES DAMOS A LAS
PALABRAS, QUE EN DEFINICION SE ENCARGA DEL ESTUDIO DEL
SIGNIFICADO DE LOS SIGNOS LINGUISTICOS.
LA SEMANTICA: ES LA QUE SE ENCARGA DEL SIGNIFICADO DE LOS
SIGNOS EN UNA FORMA EN GENERAL, PERO CORRESPONDIENDO
AL TIPO DE CONCEPTO REQUERIDO
La semántica es la ciencia que estudia el significado de los signos y su
relación con las cosas que lo rodean (eso quiere decir que los signos tienen
un significado en especial).
Semántica proviene de un vocablo griego que puede traducirse como
“significativo”. Se trata de aquello perteneciente o relativo a la significación
de las palabras. Por extensión, se conoce como semántica al estudio del
significado de los signos lingüísticos y de sus combinaciones
Campo semántico: conjunto de palabras o de elementos significantes que
tienen un significado similar ya que poseen como nexo común un tema. Por
ejemplo, muralla, pared o tapia tienen en común que se refieren a tipos de
muros.
La semántica, por lo tanto, está vinculada al significado, sentido e
interpretación de palabras, expresiones o símbolos. suponen una
correspondencia entre las expresiones y determinadas situaciones o cosas,
ya sean del mundo material o abstracto, la realidad y los pensamientos
pueden ser descritos a través de las expresiones analizadas por la
semántica.
La semántica lingüística estudia la codificación del significado en el contexto
de las expresiones lingüísticas. Puede dividirse en semántica estructural y
semántica léxica. La denotación: la relación entre una palabra y aquello a lo
que se refiere y la connotación: la relación entre una palabra y su
significado de acuerdo a ciertas experiencias y al contexto
El estudio del referente (aquello que la palabra denota, como un nombre
propio o un sustantivo común) y del sentido (la imagen mental que crea el
referente) también forman parte de la semántica lingüística.
semántica generativa. Este término se utiliza para referirse a un programa
llevado a cabo por un conjunto de estudiosos a mediados del siglo XX. Con
él lo que se hizo fue expandir y desarrollar las teorías planteadas en su
momento por el filósofo y lingüista estadounidense Noam Chomsky.
La semántica lógica, se encarga del análisis de los problemas lógicos de
significación. Para esto estudia los signos (paréntesis, cuantificados, etc.),
las variables y constantes, los predicados y las reglas.
La semántica en las ciencias cognitivas: se centra en el mecanismo
psíquico entre los interlocutores en el proceso comunicativo. La mente
establece relaciones permanentes entre las combinaciones de signos y
otros hechos externos que introducen significado. Por último, tendríamos
que determinar que también existe lo que se conoce como calco semántico:
Es un término que se usa para definir al préstamo o adopción de una
palabra de otra lengua por lo que sería la traducción.

Se conoce como semiótica a la teoría que tiene como objeto de interés a los
signos. Esta ciencia se encarga de analizar la presencia de éstos en la
sociedad, al igual que la semiología. Ambos conceptos son tomados como
sinónimos por el diccionario de la Real Academia Española (RAE), aunque
los expertos establecen algunas diferencias.
La semiótica es una actitud de exploración de lo que existe en el fondo de
toda significación: sus raíces y los mecanismos que la sostienen. Incluye a
todas las demás ciencias, que se dedican al estudio de los signos en
determinados campos del conocimiento. Es decir, que la ven como una
ciencia orientada a estudiar cómo funciona el pensamiento para explicar las
maneras de interpretación del entorno y de creación y difusión de
conocimiento que tienen las personas.
Otros como una disciplina que se encarga de los estudios vinculados al
análisis de los signos a nivel general, tanto lingüísticos (relacionados a la
semántica y la escritura) como semióticos (los signos humanos y de la
naturaleza).
El signo lingüístico es entendido como el vínculo más relevante en los
sistemas comunicativos humanos. Está formado por un significante (imagen
acústica) y un significado (una idea que se tiene en la mente respecto a
cualquier palabra). Para Charles Pierce (1839-1914), el signo es una
entidad compuesta por el significante (el soporte material), el significado (la
imagen mental) y el referente (el objeto, ya sea imaginario o real, al que
alude el signo).
Las características más trascendentes del signo lingüístico son la
arbitrariedad, la linealidad, la inmutabilidad y la mutabilidad.

Ramas de la semiótica
- La semántica que es la encargada de estudiar qué relaciones existen
entre significantes y significados; es decir el significado de las
palabras, de los enunciados y de las oraciones.
- La onomasiología que se encarga de nombrar a los objetos y
establecer las diferentes denominaciones para una misma cosa.
- La semasiología, al contrario, estudia la relación que existe entre un
objeto y su nombre. En el caso del diálogo, parte del receptor al
emisor para el estudio del mismo
- La pragmática es la encargada de estudiar las relaciones entre
significantes y usuarios; es decir de qué forma emplean los seres
humanos los diferentes signos a la hora de comunicarse.
- Sintaxis: parte de la semiótica que se encarga de estudiar las
relaciones que se establecen entre los diversos significantes
En cada idioma la semiótica ocupa un lugar diferente y por tanto su entorno
de análisis también varía. Podemos decir que se pueden distinguir dos
líneas bien definidas dentro de la semiótica, una se encuentra enfocada al
discurso social y la otra a lo visual.
La semiótica del discurso social o socio semiótica se encarga de
estudiar el proceso a través del cual los medios de comunicación de masas
llegaron a integrarse a la cultura de la sociedad, produciendo diversas
tipologías en los discursos, tales como periodístico, publicitario y político; a
partir de los cuales ha surgido el discurso social, que toma cosas de cada
uno de ellos para expresar ideas con las que el pueblo se siente
identificado.
gracias a las tecnologías avanzadas utilizadas en el campo de las artes
audiovisuales ha generado que la semiótica deba comenzar a estudiar el
significado de los signos en el mundo de la informática y la inteligencia
artificial. Posiblemente esto exigirá una unificación entre el lenguaje
coloquial y las nuevas tecnologías, y un amplio estudio de estas
consecuencias podrá colaborar con un mayor entendimiento de las
relaciones entre sociedades
La semiología o semiótica es la disciplina que estudia el signo y aborda
la interpretación y producción del sentido, pero no trata el significado
(que es abordado por la semántica), ni las denominaciones, incluyendo en
estas las verbales (estudiadas por la lexicología, la lexicografía y la
onomástica) y las no verbales (que estudian la simbología, la iconografía y
la iconología).
analiza los fenómenos, objetos y sistemas de la significación, de los
lenguajes y de los discursos y los procesos a ellos asociados (producción e
interpretación). Toda producción e interpretación del sentido constituye una
práctica significante, un proceso de simbiosis que se vehiculiza mediante
signos y se materializa en textos.
Se suele apreciar una distinción entre semiótica propiamente dicha, que
estudia el signo en general, y semiología, que estudia los signos en la vida
social. Cabe separarlas también de la llamada teoría y de la comunicología
o ciencia que estudia los sistemas de comunicación dentro de las
sociedades humanas y la hermenéutica o disciplina que se encarga de la
interpretación de los textos. La peculiaridad del enfoque semiológico
responde al siguiente interrogante: "¿Por qué y cómo en una determinada
sociedad algo —una imagen, un conjunto de palabras, un gesto, un objeto,
un comportamiento, etc. —significa?
¿QUE ES SEMIOTICA?
Semiótica se define como el estudio de los signos, la estructura de éstos y
como se da la relación entre el significante y significado.
Un signo es todo lo que se refiere a otra cosa (referente), es la materia
prima del pensamiento y por lo tanto de la comunicación.
La "semiótica" es la que debería incluir a las demás ciencias que tratan de
los signos en determinados campos de uso o del conocimiento. Este
pensamiento es coherente con el hecho de que la semiótica se plantea
como la ciencia básica del funcionamiento del pensamiento, intentando
responder a la interrogante de cómo el ser humano conoce el mundo que lo
rodea, cómo lo interpreta y cómo crea conocimiento y lo transmite.
¿QUE ES SEMANTICA?
Semántica se refiere a los aspectos del significado o interpretación del
significado de un determinado símbolo, palabra, lenguaje o representación
formal.
En lingüística se utiliza más la palabra semántica, porque la semántica es
una ciencia que estudia los significados de los signos, pero sólo en
comunicaciones escritas (y humanas), la semiología estudia la
comunicación escrita y oral en general (y la semiótica también todos los
signos -incluyendo las que usan los animales en sus expresiones).

Publicación: Concepto de semiótica


Entiendo por “semiótica”, como disciplina, un conjunto de conceptos y operaciones
destinado a explicar cómo y porqué un determinado fenómeno adquiere, en una
determinada sociedad y en un determinado momento histórico de tal sociedad, una
determinada significación y cuál es ésta, cómo se la comunica y cuáles son sus
posibilidades de transformación.
la semiótica puede interesarles a los estudiosos e investigadores de los fenómenos
sociales, en la medida en que buscan explicar la significación socialmente atribuida a
tales fenómenos y en la medida en que enfocan esta búsqueda de un modo riguroso, que
justifique las conclusiones a las que lleguen, y no de un modo intuitivo, que se comprende
pero cuya razón de ser se desconoce o sin que se pueda establecer por qué se considera
que es esa significación (o, más bien, conjunto de significaciones) la que corresponde
atribuirle a tal fenómeno y no cualquier otra. Todas las profesiones necesitan de la
semiótica como instrumento estructurador para la consistencia y el rigor de sus estudios e
investigaciones.
Esto se basa en que todos ellos tienen como objeto de conocimiento de sus respectivas
disciplinas a otros tantos objetos semióticos, o sea, fenómenos sociales que ya tienen
atribuido un conjunto dinámico de significados, cambiantes con el tiempo y la cultura.
la semiótica puede proporcionarles las operaciones necesarias para elaborar una
explicación básica de la significación (plural, contradictoria, competitiva) que posee, en un
momento dado de una sociedad determinada, el concreto fenómeno que están
estudiando,
entiendo por “semiótica”, en cuanto facultad, la capacidad cognitiva de que dispone la
humanidad para la producción de todas las clases de signos: icónicos, indiciales y
simbólicos, con los que da existencia ontológica a su humanidad.

Signos y objetos
entender por semiótica un conjunto de conceptos y operaciones, no supone la
identificación de dos universos diferentes, aquellos que permitan comprender el
funcionamiento de las operaciones que constituyen su finalidad específica y aplicarlas.
Conceptos y operaciones interactúan en el proceso cognitivo que identifica a la semiótica:
desarrollar procedimientos analíticos y reconstructivos que permitan llegar a enunciar
explicaciones relativas a la producción e interpretación del significado de los fenómenos
sociales. Estos conceptos y operaciones integran un conjunto que, en definitiva, se
constituye en un método de investigación.
La significación es un constructo de la humanidad y todo cuanto somos capaces de ver lo
vemos porque significa y del modo como significa; y de aquí uno pasa a decir que todo es
signo (transformación, desde las investigaciones cognitivas del entorno en mundo, como
establecimiento de la identidad de todo organismo). Pero, ¿que algo signifique quiere
decir que por eso ya es signo?
En principio, podríamos decir que todo lo que vemos (o sea, percibimos, conocemos,
sentimos, intuimos, soñamos, etcétera) lo vemos porque está semiotizado (o sea, porque
ha sido el referente de un, al menos, enunciado semiótico; icónico, indicial, simbólico y/o
sus combinaciones posibles). Al admitir que efectivamente se requiere un proceso de
semiotización como condición necesaria que hace posible la identificación de las
entidades de nuestro entorno, se está admitiendo que existen dos clases de objetos: los
que semiotizan y los semiotizados: En otros términos: los signos y los objetos semióticos
Pero los objetos semióticos no son signos. Los objetos semióticos reciben ese nombre
para indicar que ya están semiotizados, ya han sido dichos desde algún discurso; ya han
sido construidos desde alguna semiosis sustituyente; que puede ser no sólo verbal (o sea,
simbólica), sino también visual (o sea, icónica), comportamental (o sea, indicial), etcétera.
Respecto de aquellos objetos que no están semiotizados, no es que no existan lo que
ocurre es que no podemos verlos (o sea, percibirlos, conocerlos, sentirlos, intuirlos,
soñarlos), ya que no tienen identidad (en cuanto posibilidad de reconocimiento mediante
su significado), es decir, carecen de existencia ontológica, para nosotros.
lo que en un momento es signo en otro puede pasar a ser objeto semiótico y viceversa.
Del mismo modo que, para el enfoque semiótico, nada es definitivamente icónico o indicial
o simbólico (una pintura clásica es un icono en la medida en que propone una
representación de la apariencia física es un índice para el trabajador que tiene que
colgarlo de una pared o para el curador que tiene que decidir junto a qué otros cuadros o
puerta o esquina o panel conviene situarlo y no sólo para éstos; y es un símbolo para el
marchand que lo mira codicioso y también para otras múltiples miradas).
Quienes se acercan al conocimiento riguroso (o científico) con la esperanza (positivista)
de pisar un suelo definitivamente firme, acostumbran criticar esta movilidad de los
conceptos semióticos y los señalan como una prueba de su inconsistencia. esa movilidad
acredita el enraizamiento cognitivo de la semiótica, la capacidad que tiene nuestra
disciplina para dar cuenta de las operaciones mentales que intervienen en la producción y
el cambio del significado de determinado fenómeno, sin necesidad de modificar sus
conceptos básicos ni sus operaciones analíticas.
Para que algo llegue a ser un objeto semiótico, es necesario que un signo (debidamente
contextualizado) lo enuncie, lo que no ocurre procesualmente sino de modo simultáneo o
en paralelo. Entonces, algo será signo cuando interviene como enunciador que semantiza
a algo diferente de sí mismo. Y algo será objeto semiótico cuando ha recibido su
significado de algo diferente de sí mismo. Dicho de modo más simple: lo que enuncia es
un signo y lo que resulta enunciado es un objeto semiótico (la semiosis sustituyente está
constituida por signos y la semiosis sustituida está constituida por objetos semióticos.)
Lectura: Signo, objeto e interpretantes
Conceptos de semiótica

Fue bautizada con el nombre de “semiología” por Saussure, pronto el


término entró en colisión con la palabra “semiótica”. Según Saussure la
lengua es un sistema más entre otros sistemas de signos. Por
consiguiente, la lingüística es sólo una parte de la ciencia general de los
signos.
Charles Peirce introdujo algunos términos y conceptos para concebir a la
Semiótica como un campo científico articulado en torno al proceso en el
que participan un signo, su objeto y su interpretante.
La semiótica le corresponde verificar la estructura de los signos y la
validez que pueden tener en las percepciones culturales, procurando,
además, enfrentarse con explicaciones teóricas que den razones
coherentes de esos fenómenos que involucran la comunicación humana.
lo propio de la Semiótica es considerar los fenómenos y los hechos
desde el punto de vista de la comunicación. Esto significa que en un
análisis de este tipo no se tendrán en cuenta los datos etnológicos,
biológicos o ideológicos de aquello que se dice. La Semiótica, de esta
manera, solo atiende a la red de signos y hechos que se tejen en la
cultura como dimensiones de significados comunicados.

Modelo Binario: el discurso era considerado por Ferdinand de


Saussure como una construcción binaria de significado y
significante. En esta línea, existía un sujeto enunciador que emitía un
enunciado (concepto) que iba a ser luego decodificado por otro sujeto y
eso le daría sentido a la relación directa y circular de mensajes emitidos y
comprendidos, sin factores externos que modifiquen la intención (de las
palabras y sus significados) del sujeto enunciador.
si una persona enunciara una frase como la casa embrujada, el artículo
la referirá a femenino singular, el signo (sujeto de la oración) casa
remitiría a un espacio de material donde vive gente (objeto) y el signo
(adjetivo) embrujada referirá a hechizado (objeto). El receptor de este
mensaje comprenderá entonces que esa casa está embrujada sin entrar
en segundas lecturas (metáforas, ironías o intenciones poéticas) La
literalidad signo/objeto es, según el modelo binario, completa y única.
Además, esta forma de comprender aquello que se dice limita posibles
lecturas o reformulaciones ulteriores por parte del receptor del mensaje.
Modelo ternario del signo: Charles Pierce introdujo la idea de
productividad de sentido a partir de la incorporación del concepto de
semiosis, que permitió una nueva relación entre un signo, su objeto y un
interpretante, que se ubica en el plano de la racionalidad y constituye la
idea que se produce en la mente de quien inicia este proceso de
significaciones. ¿Qué es el signo para Pierce? Algo definido por alguien
la frase una casa embrujada, por el interpretante, no tendrá la única
lectura literal anterior, en la que esos signos remitían a un espacio
material donde vive gente y que está hechizado. Más bien, será el
receptor quien tenga una acción significante sobre este mensaje.
Entonces, el interpretante triangulará la relación y completará el concepto
emitido por el sujeto emisor. En este caso el significante podrá
comprender ese mensaje con valoraciones metafóricas o irónicas

- El signo es, entonces, algo que para alguien representa algo sin
referencia a otra cosa o persona, ya que es solamente un
significado potencial y se dirige a alguien (aquello que se dice, por
ejemplo).
- El objeto (relacionado con un momento de segundidad) es el
fundamento del signo o la idea de lo que se comunica de alguna
manera, por ejemplo, con palabras de un idioma particular (el
signo)
- El interpretante completa lo que luego será, nuevamente, llamado
signo y permite que cobre sentido ese signo con su objeto.

Esta relación triádica entre signo, objeto e interpretante nuevamente


será considerada un signo que tendrá infinidad de nuevas relaciones
triádicas más amplias.
un interpretante podrá generar una comprensión de eso dicho como
nuevo enunciador (sujeto o medio emisor), que genera una nueva
relación entre signo y objeto (palabra y su significado). Si seguimos el
ejemplo anterior: si un enunciador emite la frase la casa embrujada, será
un interpretante real quien complete el significado y aducirá que se
refiere a un concepto metafórico de un espacio dentro de una brújula y,
tras enunciar este nuevo signo, otro nuevo interpretante completará la
tríada con una comprensión irónica de la caja de un GPS.
Así, a partir del interpretante, Pierce introduce una idea de producción de
sentido amplia en cuanto a este, que será nuevamente parte de la tríada
de signo, objeto e interpretante, y puede ser inmediato o dinámico (al
igual que objeto):
Interpretante inmediato: refiere a una posibilidad implícita de sentido
que relaciona un signo (una palabra, por ejemplo) con un objeto (aquello
que representa esa palabra) sin tener en cuenta los factores
intervinientes en la situación comunicativa (conversación, por ejemplo).
En ese sentido, ese interpretante inmediato es una abstracción o una
idea en la comunicación.

interpretante dinámico, ya no como una abstracción o una idea


necesaria, sino como una producción más de sentido que establece las
condiciones concretas de comunicación en las que ese interpretante es
un efecto específico de momento y lugar, que le da entidad particular y
sale de la abstracción antes descripta en el interpretante inmediato. Esto
significa que el interpretante dinámico cargará de sentido ese signo
compuesto además por un objeto y un signo (recordemos la idea de
signo amplia, que conecta la concepción de signo como parte de la tríada
pierciana).
El objeto también será tomado con la doble concepción o representación
y podrá ser comprendido como inmediato, en tanto el aspecto
representado, o como dinámico, en tanto todos los objetos no asequibles
por el conocimiento humano y, por esa razón, imposibles de nombrar.

Paper: ¿Qué es la semiosis social?


Cuestiones fundamentales de la Teoría de los Signos
Un signo o representamen, es una cosa que está en lugar de otra para
alguien, en algún sentido o capacidad. Se dirige a alguien, esto es, crea
en la mente de esa persona un signo equivalente, o quizás más
desarrollado. Ese signo que crea lo llamo el interpretante del primer
signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Está en su lugar no en
todos los sentidos, sino en relación a un tipo de idea, que a veces es
llamado la base del representamen.
Pierce habla fundamentalmente de una relación triádica y es la idea más
importante que aporta a la teoría de la representación. De acuerdo a esta
definición podemos hablar de 3 elementos que participan de la semiosis:
- Signo o representamen
- Objeto
- Interpretante

El signo o representamen es el signo en cuanto elemento individual, que


tiene propiedades intrínsecas (aquellas que tiene por sí mismo) aparte de
las relaciones en las que participa y en las relaciones en virtud de las
cuales, el signo, está en lugar de otra cosa. Pueden ser individuos,
propiedades o cualidades universales, eventos, procesos, estados de
cosas, etc.
Pierce distingue dos tipos de objetos: el objeto tal y como el signo que lo
representa; y el dinámico, el objeto representado, al margen de su
relación con el signo. O, dicho de otro modo: el objeto mediato o
dinámico es el objeto exterior al signo. Pero el signo debe indicarlo
mediante algún indicio; y este indicio, o su sustancia es el objeto
inmediato
Con respecto al interpretante Pierce lo define como el efecto que produce
el signo original, es decir, el efecto mental del signo en el intérprete para
quien el signo es signo. Por lo tanto, el interpretante es algo producido
por la mente, pero no en el sentido que la mente contenga interpretantes,
sino que los propios interpretantes constituyen la mente.
Hay un concepto muy controvertido: la base. Íntimamente ligado al signo,
vendría a ser alguna cualidad, relación existencial, causal o de
contigüidad espacio-temporal, consideración convencional o cualquier
aspecto que el signo selecciona del objeto al que constituye para
establecer una relación representacional.
Cuando relacionamos la base ligada al signo, al objeto y al interpretante,
tendremos como resultado la triada.
Por tanto, la ciencia de la semiótica tiene tres ramas. La gramática
especulativa que se relaciona con la base; la rama Lógica Crítica
relacionada con el objeto y la tercera rama la Retórica Especulativa
relacionada con el interpretante
La gramática especulativa estudiará las relaciones representacionales
y las condiciones necesarias y suficientes para que se dé la
representación y se encargará de clasificar los diferentes tipos de
representación.
La Lógica crítica es la lógica propiamente dicha. Esta es la ciencia de lo
que es necesariamente verdadero de los signos de cualquier inteligencia
científica en tanto que se hace cargo de un objeto. O bien la lógica es la
ciencia formal de las representaciones verdaderas. Se encarga de
investigar las condiciones de verdad general, asumiendo que la misma
no puede ser verdadera y falsa al mismo tiempo, y a partir de allí, se ha
de estudiar las partes constitutivas de un argumento y producir una
clasificación de los mismos.
Los argumentos buenos serán separados por marcas reconocibles en las
cuales se establezcan diferentes órdenes de validez y ha de dar cuenta
de los medios para medir la fuerza de los argumentos.
En definitiva, la lógica crítica se encargará de los asuntos de los que se
ocupa la lógica tradicional y, en especial, aquellos que tienen que ver con
la verdad y la referencia. Dentro de esta rama se presenta la división de
los razonamientos en inductivos, deductivos y abductivos.
La retórica pura tiene como cometido averiguar las leyes por las cuales
en cada inteligencia científica un signo da origen a otro, y especialmente
un pensamiento provoca otro.
Debe tratar de la condición formal de la fuerza de los símbolos, o de su
poder de apelar a la mente, esto es, de su referencia en general, a los
interpretantes. Estudiará las condiciones para el desarrollo del
pensamiento y, por tanto, se encargará de abordar la relación entre
representaciones e interpretaciones.
Mientras que la lógica crítica es la ciencia de las condiciones
necesarias para encontrar la verdad, la retórica especulativa es la
ciencia de las condiciones generales para establecer la verdad. Las
cuestiones que tienen que ver con el significado y la interpretación
pertenecen a esta rama, por lo que el pragmatismo como teoría del
significado se situaría dentro de esta ciencia.

Video: Semiosis Infinita


La semiosis infinita es un nuevo signo que da el interpretante a partir del
sentido del primer signo.

Lectura: Semiosis social infinita


Semiosis social
la semiótica de los signos se ha preocupado por analizar los significantes
para establecer relación con los significados, como un plano del
contenido y otro de la forma del signo
la discursividad social como un proceso o una acción que es resultado de
las interacciones de discursos en un espacio y un momento.
la concepción saussureana: plantea un modelo binario o digital
(significado-significante) y, por el otro, el tridente de la significación
dispuesto por Peirce (interpretante-signo-objeto). la primera corriente
corresponde a la década de 1960 en Francia, y la segunda es posterior y
anglosajona.
La teoría de los discursos sociales supone la comprensión del discurso
más allá de la Lingüística y resalta la importancia de la interpretación o el
punto de vista (producción de sentido) y el análisis de la construcción de
la realidad dentro de la semiosis. Tratar de comprender los discursos
según su significancia dentro de lo real que determina la producción
colectiva de sentido de aquello que se dice, la realidad está ligada a la
noción de verdad, que es definida pragmáticamente como aquellos
signos consensuados en una comunidad y dotados de legitimidad.
Todo discurso es social (porque condicionado en sus significaciones por
la persona y su contexto) y todo fenómeno social supone una producción
de sentido. Un análisis del discurso consiste en la comprensión y la
determinación de las huellas que dejan tanto la producción como la
interpretación de sentido sobre aquello que se enuncia. En este
análisis, lo socio-contextual será clave.
El concepto de semiosis social infinita como red interminable de
significantes. no será lineal ni programable, sino dependiente de las
condiciones de producción, circulación y reconocimiento.
Esta semiosis social puede equiparase a los conceptos de Pierce de la
siguiente manera: signo como discurso, objeto como representaciones e
interpretante como operaciones de inversión de sentido.
Infinitamente se podrá dotar de sentido un signo inicial con conexiones
tríadicas similares (no en el significado, sino en la relación de signo,
objeto e interpretante, según Verón, discurso, representaciones y
sentido.
En el caso de la semiosis social, el contexto de los discursos, las
representaciones y los interpretantes determina estas conexiones
infinitas. No será lo mismo, entonces, un discurso sobre lácteos en un
hogar de una ciudad capital, que en un sindicato de lecheros

El poder del discurso


Podría definirse por los efectos que tiene en el orden de lo social
bajo algunas variantes de reconocimiento, modificación del statu quo,
incluso, manipulación –deliberada o no– de la verdad en tanto
construcción de la realidad.
Lo discursivo no precisa necesariamente de la complicidad del dominado.
Esto responde a que una producción de sentido puede tener
determinados efectos en la recepción, que son programados desde el
enunciado y bajo ciertas condiciones sociales

Paper: Huellas dentro del enunciado


Categorías de análisis para la lectura y análisis de textos
La semiótica debe centrarse en el hacer de los signos más que en lo que
representan. Su función es dar cuenta de las formas y estrategias
discursivas a través de las cuales enunciadores y enunciatarios se
inscriben en un texto y así mismo, concientizar acerca del itinerario de
sentido del mismo.

Planos para el análisis: Enunciación, enunciado y referente


todo texto se produce en una práctica discursiva. En ésta se movilizan
modos discursivos, -argumentación, narración, exposición etc.-, tipos
discursivos, -religioso, científico, literario, periodístico etc.- y géneros
textuales, -cuento, editorial, noticia etc.
todo texto se estructura en tres planos:
El plano de la enunciación, en donde se ubica a un enunciador o
enunciadora y a un enunciatario o enunciataria. Los primeros son los que
enuncian algo para alguien a propósito de algo y se constituyen
versiones discursivas de aquellos que hablan o escriben. Los segundos,
se constituyen en los que interpretan el enunciado proferido por el
enunciador. Son las versiones discursivas de aquellos que oyen o leen.
Entre ambos se establece una comunicación que si es óptima, se dará
en el proceso discursivo una convergencia entre la significación
generada por el enunciador y la significación interpretada por el
enunciatario.
Enunciadores y enunciatarios necesitan para su proceso comunicativo
asumir roles de tipo lingüístico, cognitivo y evaluativo. Esto quiere
decir que la comunicación para que sea efectiva necesita sujetos
lingüísticos o locutivos que verbalicen enunciados para que sean
interpretados. Necesita sujetos cognitivos capaces de observar e
informar aquello que saben. Y por último necesita sujetos evaluadores
o axiológicos, que evalúen desde sistemas de los que son partidarios
El plano del enunciado, que se constituye en el texto mediante el cual
un enunciador se dirige a un enunciatario. Es el resultado o producto de
una enunciación pronunciada por alguien para alguien. Es el testimonio
de que ha ocurrido un acto enunciativo. Gracias al enunciado se hace
posible la relación inter-enunciativa del enunciador y el enunciatario y la
relación de éstos con el referente
El plano del referente, es considerado como una construcción
dependiente del enunciado y enmarcado en una situación enunciativa
dada. El referente, es pues, una construcción semántica realizada por el
enunciador para que el enunciatario la interprete. Este se va
construyendo en la medida en que los sujetos de la enunciación crean
una realidad determinada. Por ello es clave tener en cuenta las
preguntas que nos hacíamos al comienzo: ¿Quién enuncia? ¿Para
quién enuncia? ¿Cómo enuncia? ¿Qué enuncia? ¿Cuándo y dónde
enuncia? ¿Por qué y para qué enuncia?, Cada una de estas preguntas
apuntan al plano de la enunciación, del enunciado y del referente y sus
respuestas se encuentran en índices lingüísticos presentes en el texto
que se analiza, lo que permite hacer un rastreo de lo que esta
explícito y de lo que no se dice abiertamente.
Roles para el análisis: Sujetos de estado y sujetos de hacer
Los roles de sujetos de estado y de hacer definen a los agentes del acto
comunicativo en su ser y hacer enunciativos. Por ejemplo, gracias a su
competencia lingüística discursiva, un enunciador es un sujeto que hace
o genera un discurso para su enunciatario y gracias a su competencia
cognitiva, puede hacer saber o informar acerca del referente enunciado
Un sujeto de estado se caracteriza por la relación de junción con los
objetos de valor, ya sea por conjunción o por disjunción. Esto significa
que un enunciador siempre tendrá una intención manifiesta en su hacer
enunciativo, ya sea, adherirá sus puntos o por el contrario disuadir por
medio de argumentos.
un sujeto de hacer es definido por la relación de proceso, ya sea por
transformación o por conservación. Estos son determinantes para influir
en el enunciatario, pues la transformación implica hacerlo cambiar, un
punto de vista por ejemplo, y la conservación implica hacer que lo
mantenga.

La Competencia discursiva en el análisis


la competencia es una estructura modal presupuesta por la performancia,
la actuación o el desempeño. Para Greimas y Courtés la competencia es
lo que hace ser; es decir todas las condiciones previas y los
presupuestos que posibilitan la acción”
los textos que pretendan producir conocimientos a través de los
discursos proferidos, deben ser competentes discursivamente. Por la
competencia discursiva se designa el conjunto de modalidades,
cognitivas y potestivas, propias de los dos interlocutores que hacen
posible la generación/interpretación de la significación en el proceso
discursivo, es decir la comunicación. No es suficiente saber qué decir,
es necesario también saber cómo decirlo para que la significación
interpretada sea convergente con la significación generada.

La manipulación en el análisis
se caracteriza como una acción del hombre sobre otros hombres que
apunta a hacerles ejecutar un programa discursivo dado: en el
primer caso, se trata de un hacer ser, en el segundo, de un hacer
hacer”. La manipulación del enunciador hace hacer al enunciatario al que
se dirige, con el propósito de que éste se adhiera a sus puntos, es decir a
aceptar el contrato propuesto en el discurso. Entender la manipulación en
el texto le permite al lector tomar una posición crítica y autónoma
respecto de lo que lee. Le da el poder de decidir si efectivamente acepta
el contrato propuesto o decide no hacerlo.

Video: ¿Cómo encontramos huellas en los enunciados?


Lectura: ¿Qué dice el enunciado?
El enunciador
Cuando hablamos de enunciador nos referimos a la persona, la
institución o la entidad responsable de un enunciado. En el caso de
los medios masivos de comunicación, nos referiremos a los periodistas,
los editores, los productores, los directores o el mismo medio que le da
soporte a los discursos (sean estos escritos o verbalizados).
el enunciador, dejará inevitablemente huellas personales en el
enunciado. Como dice Foucault: Se trata de hacer aparecer las
prácticas discursivas en su complejidad y en su espesor; mostrar que
hablar es hacer algo, algo distinto a expresar lo que se piensa, traducir lo
que se sabe, distinto a poner en juego las estructuras de una lengua;
mostrar que agregar un enunciado a una serie preexistente de
enunciados es hacer un gesto complicado y costoso, que implica unas
condiciones (y no solamente una situación, un contexto, unos motivos) y
que comporta unas reglas.

Huellas del comunicador en su discurso


Michel Foucault explicaba que un discurso es algo más que un
conjunto de enunciados, es más bien una práctica social que tiene
ciertas condiciones de producción. El autor dice: Se renunciará, pues, a
ver en el discurso un fenómeno de expresión, se buscará en él, más
bien, un campo de regularidad para diversas posiciones de subjetividad.
El discurso concebido así, no es la manifestación de un sujeto que
piensa, que conoce y que lo dice: es, por el contrario, un conjunto donde
pueden determinarse la dispersión del sujeto y su discontinuidad consigo
mismo. Es un espacio de exterioridad donde se despliega una red de
ámbitos distintos.
¿En qué podemos usar a nuestro favor que todo discurso tenga un
contexto de producción? En que ese contexto generará una cierta
formación discursiva, desde la que podremos ver algunas huellas del
enunciador.
la formación discursiva es un conjunto de relaciones que articulan
un discurso, regulan su orden mediante la organización de estrategias
y facultan determinados enunciados en detrimento de otros (de
acuerdo con estrategias de legitimación) para definir o caracterizar un
determinado objeto o acción.
Comprender o distinguir esta formación discursiva será el inicio de una
delimitación de las huellas de enunciador, ya que determinarán su forma
de establecer un discurso.
las marcas del discurso refieren, según Zecchetto, a las “reglas o
gramáticas discursivas que posibilitan la construcción de textos”.
En este punto, hablamos de las marcas que permiten la apertura de
posibles lecturas, recepciones y comprensiones de aquello que se dice.
Participan tres componentes (fenómenos, según el autor): pretexto, texto
y contexto.
- Pretexto: se refiere al ámbito previo al enunciado o el texto, los
motivos que lo generan, las personas que son parte o
intervienen, etcétera.
- Texto: refiere a aquello que fue creado, a lo enunciado de
acuerdo con una forma y un contenido.
- Contexto: son los factores que hacen a la circulación y la
recepción de estos enunciados particulares que son parte (y
conforman) los llamados discursos sociales. Hacen referencia a
visiones del mundo, imaginarios, expectativas y posibles
recepciones, el contexto cultural, político y social de
recepción, etcétera.

Si reconocemos estos componentes, podemos vislumbrar las marcas del


comunicador en su discurso. No será, sin embargo, la única manera de
hacerlo, ya que existen marcos metodológicos muy amplios para
efectuarlo.
todo contenido manifiesto en un discurso deja ver huellas, no solo de lo
que pasa sino también de construcciones acerca de quien recibe la
información (y le da sentido) y quien la enuncia.
existen rasgos modalizantes (formas en las que el enunciador se
hace presente en el discurso, que de manera más formal –y obvia–
será mediante pronombres personales, apelativos, tiempos verbales,
estilos de redacción, etc.). Con este tema, entramos en un nuevo
concepto clave que es el contrato de lectura: el vínculo que se
establece entre el medio o soporte (y quien enuncia) y el destinatario o
receptor.

Será, entonces, tarea de los receptores reconocer qué se “esconde”.


No necesariamente debemos pensar que todo discurso busca tergiversar
información, divulgar datos con finalidades manipuladoras o tomar como
pasivo al receptor de los signos.
aquello que se dice es parte de una red de significaciones y contextos
personales y grupales; y que no son una simple descripción de la
realidad.

Legitimación del enunciado


todo discurso tiene un contexto de producción que se denomina
formación discursiva: “conjunto de relaciones que articulan un discurso
mediante la organización de estrategias, facultando para la puesta en
circulación de determinados enunciados en detrimento de otros”. Esto
hace de los discursos prácticas sociales que legitiman (en los hechos) un
enunciado por encima de otros.
algunas posibilidades de legitimación de un discurso:
- legitimación por trayectoria del periodista
- legitimación por trayectoria del medio;
- legitimación por llegada a través de las redes sociales (del sujeto
emisor o el medio que lo difunda)
- legitimación por primicia
- legitimación por implicancia en el hecho comunicado
- legitimación por poder (cargos públicos, policiales, etc.)
- legitimación por conocimientos específicos (letrados, estudiosos o
especialistas en un tema específico)
- legitimación por fuerza (sociedades sin libertades)
- legitimación por réplica (en otros medios o redes sociales)
- legitimación por carisma.

Estrategias de legitimación
los enunciadores (personas, medios o entidades) también activan sus
propias estrategias para resaltar sus enunciaciones con la intención de
soslayar otras.
las formas de legitimarse dependerán de su relación con el enunciado,
los enunciatarios, otros enunciadores y las instituciones.
Relación enunciador-enunciado: quien expresa algo define aquello que
responde a la verdad o lo comprobado en detrimento de otros
enunciados que expresan subjetivamente una descripción de esa
realidad. ¿Qué significa esto? Que un periodista o un medio, por ejemplo,
tratarán de legitimar su enunciado y aducirán que responde a la realidad
y se distingue de los demás discursos del mismo tema porque estos
últimos son manifestaciones de opinión, ideas no comprobadas o
intentos de manipulación de la verdad. Esta estrategia suele resultar con
prólogos que incluyan frases como luego de una investigación,
hemos comprobado con especialista, esta información responde a
aquello que realmente sucedió, entre otras formas de esgrimir esa
diferenciación.
Relación enunciador-enunciatario: en este punto suele activarse una
estrategia que construye al receptor y lo dota tácitamente de
conocimientos, capacidades o informaciones para comprender ese
enunciado emitido. En este caso, más complejo que el anterior, suele
apelarse a quien lee, mira o escucha aquello que se dice con frases
como usted que sabe de lo que hablamos, usted que conoce esta
realidad, usted que puede dar fe de lo que decimos. Se trata de una
estrategia muy aplicada entre líderes de opinión pública, incluso, políticos
en actividad.
Relación enunciador-enunciadores: podríamos decir que esta deriva
de las dos anteriores, ya que se intenta demostrar una diferenciación
con otros emisores de discursos afines a través de personas antes
validadas por la sociedad. Entonces, ya no se atiende a la relación del
enunciador con el hecho en sí ni a la relación con quien recepta ese
mensaje (y lo carga de sentido), sino que se enfoca en una búsqueda
de legitimación a través de las palabras de otros enunciadores
incluidos en el discurso que validan lo dicho por sus competencias,
originalidades, conocimientos específicos o empatía. ¿Cómo lo vemos en
los discursos? Por citas o referencias.
Agregaremos a estas estrategias formales, otras como las de
imposición de poder (el emisor impone su postura porque asume
unánimemente que es el único validado), la de demostración (con
elementos externos como fotos, videos o audios que validen el discurso
y el emisor a modo de evidencia), la de contraposición (solo se busca
legitimar por oposición a) o la de seducción (que necesariamente
supone un emisor carismático que no necesita demostrar ni
justificar aquello que dice, sino hacer uso de sus capacidades de
seducción para dar por válido su discurso y él mismo como enunciador).

- En todo discurso existe un enunciador, un enunciado y un


enunciatario que cargan de sentido el objeto significante y (a nivel
social) generan una semiosis infinita que no es solamente parte del
universo de las palabras, sino también de la acción y los hechos.
Estos discursos, además, pueden ser validados de forma
consciente o inconsciente a partir de estrategias de legitimación –
más o menos evidentes–no solamente de aquello que se dice, sino
también de quién lo dice.
- Además, sumamos a estos factores otro que es troncal y responde
a la posibilidad de descubrir las huellas del enunciador en el
enunciado para luego analizar qué se dice y por qué se dice.
Teleclase: 1
https://drive.google.com/file/d/11rjd0-
932muBRepxJaVHHbzzvgzyXw1Z/view

Módulo 2
Video 1
Lectura: Huellas en el enunciado
Qué se dice y cómo se dice
Los usos del lenguaje nos otorgarán algunas huellas de las formas de
pensar de las personas que conviven en una sociedad.
El discurso excede la descripción literal de la realidad. Es, en efecto,
un hecho o una acción, será tan determinante el contenido, o aquello
que un enunciador emita, como la forma en la que se comunique.
las palabras en sí no pueden, en efecto, llegar a diversificar la cantidad
de usos, intenciones y objetivos de uno o varios sujetos enunciadores.
Las formas de la función descriptivo-representacional del lenguaje son
tan amplias como personas y sociedades existan. No se puede acceder,
por lo tanto, al funcionamiento del pensamiento humano analizando
tan sólo la estructura lógica sobre la que se asientan las lenguas
naturales, sino que es necesario contemplar todos los usos del
lenguaje si queremos entender tanto nuestra forma de pensar, como
nuestra forma de actuar y nuestra forma de relacionarnos con la
gente. (Íñiguez Rueda)
Pensadores fundacionales como Frege, Russell y Wittgenstein fueron
parte del proceso a través del cual se rompió con la tradición cartesiana
(objeto/signo) y comprendieron al lenguaje como la condición misma
de nuestro pensamiento. Esto agrega, a las descripciones piercianas
del signo como triangulación de sentido, la importancia de nuestro
universo interior de ideas y el contexto social que nos determina.
¿Qué función tiene el lenguaje entonces? Limitar nuestra capacidad de
descripción de la realidad: solo podremos hablar y nombrar aquellas
cosas o situación esos detalles que tengan para nosotros un signo
identificante. Eso, de hecho, limita nuestro pensamiento: “Nuestro
conocimiento del mundo no radica en las ideas que de él nos hacemos,
sino que anida en los enunciados que el lenguaje nos permite construir
para representar el mundo” (Íñiguez Rueda)
El cómo cumple una función central: ya no alcanza con el lenguaje de
signos para comunicarnos. Las formas de comunicar esos mensajes
serán determinantes para completar el significado de aquello que se
dice.
Para analizar un discurso, no solo debemos tomar lo formal del lenguaje
(el contenido o aquello que se dice), sino también –y, sobre todo– las
formas, las elecciones discursivas y las herramientas de comunicación.

Lo que no se dice
Aquello que no se expresa comunica conceptos tanto o más que aquello
que se dice. Al hablar de realidad nos referimos a todo, pero esa
totalidad no será abarcable por nuestros discursos, así que en ese
fragmento de aquello que consideramos como real se enuncia una parte
del todo y queda fuera otra parte por intención del sujeto o por falta de
signos que lo representen.
Los signos son una imagen mental o una interpretación de una porción
de la realidad representada.
El signo ofrece datos sobre la realidad representada, es un conjunto de
elementos que están en lugar de otra cosa y que la designan. Los datos
que entrega el signo son ante todo la imagen reproducida en la mente de
una persona. (Zecchetto)
Esa imagen mental no es la realidad completa, sino una copia que
representa algunas características –no todas– del objeto, la acción o el
sujeto. En este sentido, hablamos de aquello que no se dice como parte
fundamental del análisis discursivo
“el signo es un simulacro de la realidad que comienza en nuestra mente”
(Zecchetto) y si pensamos en el proceso de semiosis infinita, esa
parcialidad de la realidad expresada en palabras será luego
reinterpretada por otros sujetos que harán su propio recorte y re
significación de esa realidad significada.

Completar los significados


El signo es algo que está en lugar de otra cosa y esto significa que solo
podremos expresar la porción de la realidad que pueda ser representada
por aquellas palabras que conozcamos y dejaremos afuera esa porción
que carece de signos reconocidos como imagen mental de eso que es
real.
los significados de un discurso también se completarán con aquellas
cosas que no se dicen por intención o desconocimiento. Muchas veces
“los signos instauran una red de sentidos que van más allá del simple
reemplazar cosas, porque la semiosis es un fenómeno social, y los
signos se mueven al interior de contextos donde existe una constante y
compleja interacción comunicativa”. Los signos, pues, no son entes
abstractos sino elementos de uso vital, sometidos a continuos
reconocimientos a veces caprichosos” (Zecchetto)
¿Qué buscamos descubrir en este punto de análisis del discurso?
Aquello que el signo disimula detrás de aquello que manifiesta.
Mientras el signo hace referencia a algo que no está presente más que
en palabras, ese mismo signo omite otras cosas que también existen en
la realidad.

Esta complejidad en el enunciado nos permitirá comprender los discursos


por elaboración propia sin caer en la simple recepción de aquello que
dicen los medios o de los enunciadores que tomaremos para elaborar
informes periodísticos. No podemos ser ingenuos en la recepción, sino
que debemos tener presente que en lo dicho hay mucho que no se
enuncia, pero que sí conforma la realidad descripta. Los discursos
completan su significado en lo omitido y no solo en lo emitido.

La intención en la omisión
Cuando en la elaboración de los discursos existe una decisión deliberada
de omitir determinadas acciones, frases o datos, existe una intención
consciente por parte de los enunciadores.
Diferenciaremos tres tipos de omisiones dentro del oficio periodístico:
- omisión inducida u obligada
- omisión interpretativa
- omisión deliberada o argumentativa.
La omisión inducida remite al ocultamiento de datos, descripciones o
referencias discursivas de terceros por la solicitud de un referente, la
orden del medio al que pertenece el periodista en cuestión o la línea
editorial marco que no permite enunciar determinadas descripciones de
la realidad. No siempre son omisiones negativas, ya que existen algunas
limitaciones del lenguaje y el oficio en sí que hacen al buen ejercicio de la
profesión (por ejemplo, en la descripción de un asesinato muchas veces
es necesaria la omisión de detalles del delito o en una investigación con
secreto de sumario)
La omisión interpretativa tiene que ver con la mirada –siempre
personal–del periodista en cuestión. Si bien el acercamiento a la
objetividad en la descripción de la realidad es parte del oficio en cuestión,
la propia perspectiva del sujeto enunciador puede comprender que no se
vean detalles, datos o situaciones que completarían el significado total un
discurso. De esta manera, y si seguimos la teoría de que aquello que se
dice no puede abarcar todo lo que pasa en lo que llamamos realidad, la
propia mirada del enunciador en cuestión puede generar omisiones de
interpretación.
La omisión deliberada tiene que ver con una decisión consciente por
parte del enunciador. En este caso, el sujeto en cuestión priorizará
determinados datos por sobre otros para completar su cadena
argumentativa de información o la descripción de la realidad que lo
rodea. Este tipo de omisión será clave en el análisis de un discurso en
medios de comunicación, ya que aquello que no se dice deliberadamente
puede ser tan importante como aquello que se dice. En este punto entran
en juego los factores de pertenencia y las condiciones de producción y
reconocimiento de quién es la persona y el medio que comunica algo.
Si bien cada tipo de omisión responde a una intencionalidad, no es lo
mismo un ocultamiento deliberado y con intenciones manipuladoras de la
realidad, que un detalle silenciado para responder a la ética del oficio
periodístico. Lo mismo ocurre, en efecto, si la omisión es consecuencia
de una interpretación sesgada de lo sucedido por falta de apertura del
sujeto enunciador o si se da por una orden explícita –o implícita– de un
medio marco basadas en cuestiones de poder ampliado.
La intencionalidad en la omisión debe ser parte de nuestro análisis de un
discurso y es algo que la Semiótica observa a partir de las huellas del
enunciador en el texto y el significado de estas marcas formales dentro
de las posibilidades de una interpretación más completa del mensaje.
La omisión o el silencio de determinados fragmentos de la realidad en un
discurso no son siempre un acto inconsciente o interpretativo, sino una
sumatoria de percepciones y determinaciones conscientes que
completan el significado de aquello que se enuncia.

Paper: Teorías sobre las huellas en los discursos sociales

El discurso es sin duda un espacio en el que se entrecruzan disciplinas


para tomar una actitud propulsora de estímulo a investigaciones
complementarias, que combatan las posiciones autoritarias en la
ciencia, y que lleven a rechazar las actitudes etnocéntricas y
culturalmente imperialistas.
la mirada interdisciplinaria va más allá de la suma de ‘contenidos’
provenientes de diferentes campos. Tiene que ver con la creatividad,
con estímulos, con reconocer las propias limitaciones y el valor de lo
diferente, con tolerancia y respeto al otro, al distinto, con una actitud
libre y abierta. Sortear los límites de la disciplina, de dar y tomar, de
producir cruces.
a pesar de esta apertura, suele costarnos admitir puntos en común
con diferentes ramas de la lingüística o a veces con disciplinas
próximas. Ahí es donde se suele producir la no comprensión de
términos de uso común, como puede verse en el par enunciación-
enunciado.

Enunciación–enunciado
usados en diferentes investigaciones con un significado tan específico
que a veces no se llegan a visualizar las conexiones existentes.
Responde en parte a una tendencia tradicional en el discurso
académico a establecer límites, Cuanta más precisión en las
definiciones, más especificidad.
sea la especificidad que queramos darle a una palabra, hay un
significado, un sentido, que deviene necesario, que es imposible
erradicar, un término necesariamente ‘designa’, construye un objeto,
otorga un significado y éste se mantiene, aunque no implique esto
que se trate de un significado homogéneo.
Los límites que la presencia de lo Real impone a toda simbolización
afectan también a los discursos teóricos
el nombre se refiere al objeto, en el que se otorga, el carácter
necesario, y por el cual continúa refiriéndose a ese objeto aun cuando
todos los rasgos descriptivos del objeto existentes hubieren
desaparecido o el efecto retroactivo del nombre.
De modo que es el nombre, el significante, el que soporta la identidad
del objeto. es la construcción discursiva del objeto mismo, concepto
que tiene que ver con la condición de que los rasgos descriptivos de
los objetos serán inestables y estarán abiertos a toda clase de
rearticulaciones hegemónicas.
podemos decir que las diferencias en los conceptos que estamos
tratando son solo rearticulaciones del mismo nombre o concepto. De
ahí la necesidad de establecer las vinculaciones entre los mismos
términos y sus correspondientes conceptos que aparecen en
diferentes paradigmas, no con el propósito de arrasar diferencias, que
seguirán existiendo, sino para deshacer obstáculos, abrir puertas,
dejar fluir el pensamiento,
La enunciación.
utterance. Traducido éste más bien hoy como ‘emisión’ o también
como ‘proferencia’ o el mismo ‘ocurrencia’, en ese momento intenta
dar cuenta de una unidad que no es exclusivamente sintáctica, a
diferencia de la oración o la frase. De algún modo en esa época los
dos términos que nos preocupan se entienden como alternantes o
sinónimos, ya que traducen la misma palabra del inglés y del alemán,
y también se propone enunciado como alternante de discurso
Décadas después no se sostiene esa indiferenciación, al distinguirse el
enunciado como lo realizado, el producto, ‘un espacio en el que
aparece la huella de la enunciación’; ésta, en cambio, se entiende
como ‘la puesta en funcionamiento de la lengua’, un ‘acontecimiento’
en la línea del tiempo que se concibe -por su propia naturaleza-
irrepetible, incognoscible; solo deja la huella de su paso, conceptos
estos que todavía se sostienen.
la enunciación tiene que ver con la lengua tanto la vía oral como la
escrita. Para la mayoría de los estructuralistas y los funcionalistas se
desarrolla en la oralidad: este rasgo es su condición de evanescencia.
Las palabras son acontecimientos, hechos...Guardan una relación
especial con el tiempo, distinta de la de los demás campos que se
registran en la percepción humana
las corrientes de estudio del discurso que surgieron de la Lingüística
toman el enunciado pero se interesan por la enunciación, porque es a
la que se le otorga mayor importancia toda vez que el concepto de
‘huella’ que define al enunciado no vale en sí mismo sino en tanto
testimonio, recuerdo, lo que queda de ese ‘algo’ que fue y que en el
mismo momento dejó de ser, según las concepciones al uso. Esto se
da simplemente mediante un mecanismo de connotación, es
inseparable de la palabra. Razonamientos posteriores pueden
hacernos ver la prioridad de eso que llamamos ‘huella’, de lo
superficial, pero todavía se sigue pensando que ‘la clave del discurso
está en el estudio de la enunciación’.
por definición la enunciación es lo-que-ya-no-es, solo tuvo existencia
durante un instante fugaz, inasible, inexistente. Es interesante notar
que no puede desvincularse este concepto de una idea de tiempo
proyectivo, y al mismo tiempo del lenguaje como algo que es en el
tiempo; el lenguaje, facultad del ser humano, que también ‘es’ en el
tiempo, visto en una sucesión lineal unidireccional. En efecto, esa
linealidad reconocida para el lenguaje es un correlato de un concepto
lineal, no cíclico, del tiempo, concepción que impregna y es
constitutiva de toda nuestra cultura. En esa línea encaja el reconocer
en la enunciación como rasgo definitorio su condición de irrepetible,
ya que está construido sobre el tiempo, que es irreversible, y eso
mismo determina su ausencia, o casi ausencia, de materialidad: solo
la tuvo en un momento en el tiempo, es toda eventualidad, toda
historia.
Vista de este modo, esta relación entre la teoría de la enunciación
que se desarrolla a partir de Benveniste y el rasgo de linealidad que
reconoce Saussure como propio de la lengua, así como el pensar la
enunciación con la mirada sincrónica (ya que es en un momento, el
movimiento diacrónico la hace desaparecer), se muestran como
elementos que tienen que ver con una visión de su teoría de raíces
estructuralistas.
este rasgo de lo-que-no-es, lo que ya nunca podrá volver a ser, y que
sin embargo se considera central en los estudios, inevitablemente
genera un movimiento frustrante por el impulso a recuperarlo;
En el enunciado que-fue-enunciación se busca el sujeto –ya sabemos
que implica tanto emisor o emisores como receptor o receptores
presentes o ausentes, etc.-, es decir, la persona, el individuo, en un
momento indiviso y único de su existencia que se produce en un
entrecruzamiento también único de las coordenadas tiempo y
espacio. El enunciado en cuanto tal no vale en sí mismo sino como
punto de partida para llegar al acto enunciativo, se trata de recuperar
el momento de la enunciación, de ‘recrear’ el espacio, tiempo, sujetos
todo lo cual nos aclaran los teóricos no es en sí mismo el contexto –lo
‘real’- sino algo así como la representación del contexto por los
elementos del discurso, con un objetivo hermenéutico: interpretar,
comprender, explicar.
En este sentido tal vez podamos decir que considerar la enunciación
lleva al estudio inmanente del discurso o texto; sujeto, tiempo,
espacio, valen no por sí mismo sino en tanto conforman deícticos y
modalizan la expresión. A diferencia de este movimiento, considerar
el enunciado lleva al estudio trascendente del discurso o texto, es
decir lleva, aunque para Foucault no directamente, al contexto, a lo
de afuera del lenguaje mismo, de ahí a la experimentación.
El enunciado.
Dijimos que en la relación enunciación–enunciado se parte del último
para llegar al primero. Una dirección opuesta encontramos en M.
Foucault, El enunciado supone la enunciación, momento singular que,
sometido a las fuerzas del azar y la necesidad, ha llegado hasta
nosotros, mientras que otros desaparecieron, pero eso no importa ni
siquiera quién es el sujeto. En cambio, nos dirá, importa el enunciado
en sí mismo, que adquiere entonces un papel central en su teoría, al
cual considera no ya una mera ‘huella’ sino una materialidad con un
determinado estatuto en el tiempo ‘hoy’.
De ahí que no le interese llegar al momento de la enunciación, lo cual
tiene que ver con su respuesta al porqué del estudio del discurso: el
objetivo no es la interpretación, nos dirá, sino la experimentación.
El enunciado sería una unidad del discurso, a su vez parte de los
saberes o formaciones discursivas. En este concepto, el enunciado
interesa porque permite construir esas formaciones históricas, y éstas
interesan porque señalan el lugar de donde hemos salido... con el
propósito de investigar alrededor de qué ‘estados mixtos de poder-
saber’ se mueve y dice la sociedad sus discursos, intenta aproximarse
a visualizar los focos de poder alrededor de los cuales se constituyen
los enunciados
S. Sontag apunta a que la pretensión de interpretar implica la
suposición, ciertas ‘reglas’ de interpretación”, con cuya aplicación se
pretende resolver una discrepancia entre el significado (evidente) del
texto y las exigencias de (posteriores) lectores. El moderno estilo de
interpretación excava, y en la medida que excava, destruye, escarba
hasta ‘más allá del texto’ para descubrir un subtexto que resulte ser el
verdadero”. S. Freud: “Interpretar es empobrecer, reducir el mundo,
para instaurar un mundo sombrío de significados. Pensar es siempre
experimentar, nunca interpretar,
Los estudios de enunciación reúnen léxico-gramática y discurso, se
los define como “la búsqueda de los procedimientos lingüísticos con
los cuales el locutor imprime su marca al enunciado, se inscribe en el
mensaje y se sitúa en relación a él” Es diferente si partimos, de
reconocer el discurso o enunciado como una función de coexistencia,
dentro de la que se puede reconocer no obstante la autonomía de
estructuras del lenguaje; por eso dirá Verón que hay que encarar lo
complejo en cuanto tal, porque “lo más complejo sobre determina lo
más simple,

Algunas conclusiones

Podemos decir, que el enunciado es material, la enunciación por


definición pierde su materialidad en cuanto es; el enunciado es
repetible, la enunciación no lo es por definición, cada intento de
repetirla produce en realidad una nueva enunciación; el enunciado es
social, la enunciación es individual.
Las condiciones para que surja un objeto de discurso, para que se
pueda “decir de él algo”, son numerosas e importantes.: ...no se
puede hablar en cualquier época de cualquier cosa; no es fácil decir
algo nuevo; no basta con abrir los ojos, ya que. el objeto existe en las
condiciones positivas de un haz complejo de relaciones;
Estas relaciones no están presentes en el objeto sino en las
instituciones, en los procesos económicos y sociales, sistemas de
normas, tipos de clasificación..., no definen su condición interna sino
lo que les permite aparecer, definir su diferencia... estar colocado en
un campo de exterioridad.
Se abre todo un espacio articulado de descripciones posibles: sistema
de las relaciones primarias o reales; sistema de las relaciones
secundarias o reflexivas, y sistema de las relaciones propiamente
discursivas
Las relaciones discursivas... se hallan en cierto modo, en el límite del
discurso: les ofrecen los objetos de que puede hablar, o más bien
determinan el haz de relaciones que el discurso debe efectuar para
poder hablar de tales y cuales objetos, para poder tratarlos,
nombrarlos, analizarlos... Estas relaciones caracterizan no a la lengua
ni a la situación sino al discurso mismo en cuanto práctica.

Lectura: Semiolingüística y tipos de signos


Elementos de Semiolingüística
no todo lo que se dice es a través de palabras o signos.
Victorino Zecchetto clasifica los signos en dos grandes grupos, a partir de
los canales de transmisión, la forma de los signos, los objetivos del
enunciador y su procedencia:
- signos naturales y artificiales
- signos verbales y no verbales

Signos naturales: si bien no son considerados signos, estos podrían


describirse como los fenómenos que genera espontáneamente la
naturaleza y producen una idea de algo que sucede. En este tipo de no
signo, nos interesa destacar cómo se logra que este tipo de fenómeno se
convierta en un signo a través de la actividad socializada del humano que
le dará entidad. Por ejemplo, una humareda no tiene entidad de signo en
sí, pero la consigue cuando interfiere la convención cultural y se le da un
significado específico, por ejemplo, un incendio.
Signos artificiales: son los elaborados por los humanos con el objetivo
de lograr una comunicación entre sí. En esta clasificación están las
palabras y los idiomas, tal y como los conocemos. Estos son
determinados por convenciones sociales que establecen relaciones entre
un signo y una idea. Por ejemplo, en castellano el signo casa remite a la
idea de construcción edilicia con ciertos espacios, como cocina,
habitaciones y baños, donde vive una o más personas, pero ese signo no
significará lo mismo (o, quizás, no signifique nada) en una sociedad
africana de igual tiempo de existencia. En Argentina, por ejemplo, las
personas adhieren tácitamente a la convención de idea-signo que
supone ese significado de la palabra casa.
Signos verbales: son los más abundantes y los más usados en
cualquier sociedad, incluso pueden ser creados nuevos o resignificados
con el correr del tiempo en cada cultura que se agrega. Hablamos de los
signos lingüísticos que son culturalmente imprescindibles para describir
el mundo o expresar ideas. Cuando hablamos de signos verbales, nos
referimos a las palabras, que no agotan la totalidad de los signos ni
expresan la totalidad de las ideas, pero sí están presentes en cualquier
tipo comunicación humana (sea dicho un enunciado o no), ya que el
lenguaje le pone palabras a las construcciones mentales: “el lenguaje no
es el mundo, ni tampoco el mundo es el lenguaje; sin embargo, el
lenguaje, los signos y el mundo se compenetran mutuamente
Signos no verbales: nos referimos a los signos que se generan en las
sociedades humanas y no están relacionados con las palabras en sí
mismas. Hablamos de las imágenes, los símbolos, los sonidos, las
señalizaciones, los gestos o los movimientos, entre otros. Este tipo de
signos se utiliza mucho para reforzar las palabras o los signos verbales.
De todas maneras, más allá de ser un refuerzo, también comunican y es
importante tenerlos en cuenta en un análisis del discurso, ya que
responden a aquello que describimos como la forma en la que se dice

Los signos verbales y no verbales serán las claves a describir en un


análisis pormenorizado del discurso. Ambos son parte de los llamados
signos artificiales o humanos.
La producción discursiva es considerada una práctica social en sí misma.
Como señalaba Foucault, el objetivo es, entonces, explorar el poder
generador del discurso, en tanto que práctica que no sólo designa
aquellos objetos de los que habla, sino que los constituye. (Íñiguez
Rueda)
el proceso mental en la lectura de un signo consiste en captar
simultáneamente el conjunto de sus elementos, de modo que la relación
entre ellos dé lugar a una significación. Aquello que pensamos y
expresamos no completa la cantidad de signos que conocemos (o
incluso desconocemos) y son parte de la construcción social. Existen
signos que remiten a una idea que no construiremos por desconocer los
signos que las expresan. Además, la tarea significante detrás de estos
signos es una simulación humana de aquello que está representado y se
convierte en perceptible en el significado.
cuando somos pequeños y aprendemos un idioma, existen situaciones o
cosas que no tienen para nosotros un signo identitario. Se complejiza,
entonces, la comunicación y la descripción total de aquello que
queremos. A eso nos referimos con las limitaciones del lenguaje en
nuestro pensamiento. Mientras más amplio sea nuestro conocimiento de
los signos verbales (o del lenguaje), más profundamente podremos
describir la realidad de la cual somos parte
en el análisis de un discurso, hay que tener presente que aquello que se
comunica expresa no solo una parcialidad del total de signos
comprensibles, sino que también remite a una idea representada. Esto
una abstracción: si un medio de comunicación masiva, por ejemplo,
expresa una idea como la sociedad en crisis, esta no ocupa el lugar real
de la sociedad, sino que se trata de un signo que tendrá como
materia significante eso que comprendemos como sociedad y como
crisis. Es una frase descriptiva de la realidad, no aquello que sucede.
Existen algunas herramientas formales para representar al enunciador en
un discurso. Definiremos dos sistemas macro: uno se refiere a los
niveles lingüísticos discursivos y el otro al nivel lingüístico
argumentativo.
En el nivel lingüístico-discursivo:
- Sistema deíctico: es aquel relacionado con el tiempo y el espacio
desde el cual un sujeto se pronuncia (el aquí y ahora del
enunciador). A través de esta herramienta, sabemos desde qué
lugar y en qué momento nos comunican una idea del mundo.
- Sistema pronominal: remite a la identificación del enunciador a
través del uso (en el enunciado) de pronombres personales e
indefinidos y el nosotros inclusivo o exclusivo. Esto nos ayudará a
comprender si un texto o una declaración expresa una idea
personal del enunciador o es una descripción de otros sujetos (por
ejemplo, usa pronombres diferenciadores como yo o ellos), si no
delimita a los sujetos (por ejemplo, dice algunos, tanto o pocos), si
nos incluye en el texto con un nosotros inclusivo (nosotros, los
argentinos) o no lo hace con un objetivo de diferenciación (ustedes,
los lectores).
- Sistema de modalización: esta categoría se refiere a cómo el
enunciador implica o no, en su texto o su alocución, al destinatario
y a sí mismo. En esta línea, pueden aplicarse como herramientas
las determinaciones de un comportamiento alocutivo (se implica al
destinatario en el enunciado), un comportamiento elocutivo (se
deja en claro quién es el enunciador) y un comportamiento
delocutivo (en el cual pareciera no haber huellas de un
enunciador).Estas herramientas serán aplicadas de diversa manera
en los medios masivos de comunicación para diferenciar si un
especialista da una opinión sobre un hecho o un tema, si se trata
de una cobertura donde el sujeto enunciador no influye en el marco
de los sucesos o si se busca incluir o excluir explícitamente al
receptor con alguna finalidad (por ejemplo, de seducción, coerción
o intención poética en una narración).
En el nivel lingüístico argumentativo:
- Existen huellas del enunciador en el uso de operaciones formales
de enunciación a través de conjunciones (y, pues, si), restricciones
(pero, sin embargo), disyunciones (o) y causalidades (entonces, si).
A partir de estos usos formales de herramientas lingüísticas, el
enunciador podrá definir sus argumentos y conducirlos a una
propuesta (relación causal, si A, luego B), una proposición (relación
hipotética, si busca A, haga B) o una persuasión (solamente con A
se llega a B).

Este tipo de herramientas nos dejarán ver en un texto quién habla (el
enunciador) y analizar también qué busca decir ese sujeto, más allá de
las palabras o los signos. No es lo mismo que quiera persuadirnos (por
ejemplo, “si usted vota a X candidato, tendrá mejores sueldos”), que
busque solamente imaginar un escenario (“podría suceder que si usted
vota a X candidato, aumenten los sueldos”) o se refiera a una causalidad
lógica de los hechos o las decisiones (“si vota a X candidato, pierde
poder su opositor Y, entonces, podrían mejorar los sueldos”).
ejemplo real, con el siguiente texto publicado por La Nación online el 16
de julio de 2017:
La polémica sobre la forma en que se notifican las denuncias en cada
distrito apareció rápidamente al conocerse la estadística oficial sobre
robos durante 2016, difundida este mes por el Ministerio de Seguridad.
Cada provincia entrega los datos y se procura homologar un protocolo
para registrar cada delito. Las autoridades de las provincias cuyas
ciudades quedaron con mayores tasas de robos buscaron apoyarse en
esa explicación
Análisis:
En color violeta vemos algunas huellas del enunciador (en este caso, un
periodista del diario La Nación en su plataforma web) que remiten a las
percepciones de temporalidad y la calificación de los hechos según su
mirada (él define que algo es o no es polémico y describe que un
acontecer fue o no veloz). Esto hace referencia al sistema pronominal,
con el que queda en claro que existe un yo y un ellos. Todo esto
marcado en violeta y verde.
A su vez, Gallo describe un tiempo y un espacio (marcado en rojo y
amarillo) que remite a las huellas del sistema deíctico del enunciador. En
ese plano, también define, en estas huellas, a otro que está validado y al
cual el mismo enunciador adhiere como fuente fidedigna de información
(esto le permite, en cierta manera, autodefinir su postura sobre el tema),
que responde al nivel lingüístico argumentativo. Luego el enunciador
queda en medio de una proposición emitida por otros sujetos
involucrados en el texto (que también pueden ser analizados en un
proceso más profundo que implique no solo las huellas del enunciador
formal, sino también las de los demás enunciadores incluidos en el
discurso).

Comprender qué nos dice un enunciador a través de sus huellas


formales en el discurso nos ayudará a entender no solo los signos
expuestos, sino también las intenciones detrás de esos signos
verbales.

Publicación: El valor del signo


El objeto de la teoría saussuriana es lo lingüístico, y el
concepto de signo es su expresión. “la lengua como un
sistema de signos interdependientes, en los que el valor de
cada término resulta solamente de la presencia simultánea de
los otros. La palabra forma parte de un sistema y está revestida
no sólo de una significación, sino también, y sobre todo, de un
valor
Saussure consideraba que es propio de la lingüística definir un
sistema de correspondencias entre sonido y significado y su
análisis implicaba describir cada uno de estos dos planos y sus
interconexiones. El dominio del lenguaje exigía una teoría que
distinguiera estrictamente el acontecimiento concreto vocal-
gráfico (habla o escritura) de su naturaleza de signo, nunca
materializable, y por tanto ideal en cuanto a su esencia.
era necesario hacer explícita la separación entre el sistema y su
manifestación, o entre lengua y habla. Los signos de la lengua,
para Saussure, no son abstractos, son, por el contrario,
concretos, tangibles, y la escritura permite fijarlos en imágenes
convencionales
La lingüística ha estado dominada de manera hegemónica por
el estructuralismo. Por estructuralismo, Milner entiende un
conjunto de proposiciones en relación con la realidad de la
lengua y con la forma de su representación; que pueden ser
resumidas así:
- la lingüística será científica si define la lengua como un sistema
de signos, y sólo en ese caso;
- todas las operaciones necesarias para la ciencia deben
deducirse de dicho principio, y sólo las operaciones deducidas
de ese principio son admitidas en la ciencia

Ninguna de estas proposiciones son aceptadas por la gramática


generativa transformacional (Chomsky) que las niega, que da
por supuesto que la lengua tiene otras muchas propiedades
que no pueden ser reducidas a un sistema de signos. Sin
embargo, a pesar de las nuevas corrientes postsaussurianas, a
la lingüística le resulta necesaria la noción de signo. Y esa
unión de lingüística y signo es reivindicada a partir del Curso de
Saussure.
Saussure presentó una nueva perspectiva del lenguaje y sus
aportaciones sobre la naturaleza del signo lingüístico se pueden
considerar como las más importantes. Su principal aportación
consiste en su teoría del valor como “puramente opositivo,
relativo y negativo” a los elementos fonémicos.
relacionar el signo con los hechos del lenguaje es un lugar
común de la tradición filosófica, desde los estoicos. La teoría
del signo es siempre una teoría de la pluralidad de los tipos de
signos; convencionales, naturales, etc. Saussure, aun
reconociendo diferentes tipos de signos sólo se ocupa de uno:
el signo lingüístico. En ese sentido, el signo lingüístico no es
el objeto de una teoría, sino el medio para exponer una
teoría cuyo objeto es otro muy distinto.
Manfred Frank señala que entre las hipótesis que en el Curso
se despliegan se cuenta sobre todo el “rechazo de que las
palabras del lenguaje representen algún tipo de pensamientos
previamente existentes, así como que estructuras sintácticas
serían representaciones de las síntesis lógicas que vinculan
aquellos pensamientos con predicados
Todo estudio de una lengua como sistema, es decir, de una
morfología, significa estudiar el uso de las formas o la representación
de las ideas. Lo que es erróneo es pensar que existen formas en parte
alguna (que existan por sí mismas fuera de su uso) o que existen
ideas en parte alguna (que existan por sí mismas fuera de su
representación). (Saussure)
Saussure utiliza el término formas o representación de las
ideas, antes de que encontrara los términos significante y
significado. Lo que significa el término “formas” en este
contexto, es la “diferencia o la coincidencia de los signos según
las ideas”, y se resume en las siguientes proposiciones:
no es una determinada entidad positiva de cualquier orden, y de un
orden simple; sino una entidad a la vez negativa y compleja que
resulta de la diferencia respecto a otras formas combinada con la
diferencia de significación de otras formas
La lengua no conlleva ni ideas ni sonidos preexistentes al sistema
lingüístico, sino solamente diferencias conceptuales y diferencias
fónicas resultantes de ese sistema
En lugar de ideas dadas de antemano, hay que considerar los
valores que emanan del sistema
Que algunos piensen que “las partes del discurso sean factores de la
lengua porque corresponden a categorías lógicas—es olvidar, que no
hay hechos lingüísticos independientes de una materia fónica dividida
en elementos significativos
¿En qué consiste la teoría del lenguaje como representación?
Esta teoría se remonta a Aristóteles quien había considerado la
palabra como una representación de los procesos psíquicos y
del pensamiento.
lo que hay en el sonido son símbolos de las afecciones que hay en el
alma, y la escritura es símbolo de lo que hay en el sonido. Y, así como
las letras no son las mismas para todos [léase: “para todos los
pueblos”] tampoco los sonidos son los mismos. Ahora bien, aquello de
lo que los sonidos y las letras son signos, primordialmente, las
afecciones del alma, son las mismas para todos, y aquello de lo que
las afecciones del alma son semejanzas, las cosas, también son las
mismas.
En este fragmento se reconocen los cuatro elementos básicos
que configuran una actividad compleja como es el lenguaje en
sus distintas modalidades, como lenguaje oral o lenguaje
escrito: signos o símbolos sonoros, signos escritos, afecciones
del alma y cosas reales.
Aristóteles atribuye al signo lingüístico el carácter convencional.
Palabras orales o escritas no son naturales sino convencionales
y a la vez no son las mismas para todos (ya que hablamos
distintas lenguas). Si no hubiera una convención social que liga
sonidos determinados y pensamiento, el sonido carecería de
sentido. De esta forma relaciona lenguaje y pensamiento. Por
otro lado, distingue en el sujeto que habla, la voz, como sonido
articulado, y el contenido de pensamiento (nóema)
Aristóteles entiende el signo como representación, como una
forma mental que está por otra real, en la medida en que
guarda relaciones de semejanza con ella. Según Aristóteles, las
representaciones tienen la misma naturaleza que las formas
reales de las cuales son representaciones. No es que primero
conozcamos los conceptos y después las formas o naturalezas
que los conceptos representan
Lo que es importante distinguir es la diferencia entre relación
semántica y relación representativa. La primera se establece
entre palabras-conceptos y la segunda entre conceptos-cosas
Una determinada palabra puede dejar de significar lo que
significaba si se produce algún cambio semántico en el tiempo,
pero con los conceptos no puede suceder lo mismo, ya que “no
están decisivamente condicionados por las palabras en las que
se expresan”. Lo que se aprende por el conocimiento de la
lengua es un significado, una posibilidad infinita de designación
Para los estoicos hay tres factores diferentes que constituyen el
signo: el objeto exterior o referente, la cosa designada, lo que
se encuentra fuera y en correspondencia con la intención de la
palabra que expresa el pensamiento; el significante, y el
significado o que la voz expresa, lo que comprende el que
conoce la lengua, y no comprende quien la ignora.
S. Agustín recoge de Aristóteles esta concepción del signo, así
como de los estoicos. El signo es el instrumento de una
actividad ontológica que podemos llamar pensamiento
(semeiosis), el signum, por ejemplo, debe estar formado por el
signans y el signatum. Agustín ofrece una definición del signo
que sirvió de modelo semiológico durante toda la Edad Media.
Agustín habla de signos y significables, y señala la
representación como lo propio de los signos. La discusión se
centra sobre el signo, la significación —vista como relación
entre el signo (signum) y la realidad (res)
el signo, es la cosa que, además de la especie [o imagen, o
representación] que introduce en los sentidos, hace llegar al
pensamiento otra cosa distinta
S. Agustín divide los signos en dos grupos, los signos naturales
y signos artificiales o convencionales, o "dados" (signa data).
“Los signos dados, son los que mutuamente se dan los
vivientes para manifestar, (...) los movimientos de su alma. Los
signos tienen significado y “el significado de las palabras no
puede mostrarlo el hombre sino con palabras”
Concepto y referente no pueden ser la misma cosa. Es evidente
que como hay objetos en el mundo, también hay términos para
designarlos; y esos nombres con los que se designan los
objetos, son distintos en cada lengua. Saussure hace observar
que no hay un sólo objeto material al que se aplique
exclusivamente una palabra; pero se pregunta hasta qué punto
la idea que une un significante, por ejemplo, sombra,
corresponde a un hecho material determinado; y para él, estas
dos series de investigación no competen a la lingüística
El concepto no puede ser una copia de la realidad esencial de
la cosa. Las cosas no son semejantes a las ideas. “El concepto
como signo formal, según decían los escolásticos, es
precisamente esa pura imagen de (no imagen, sino imagen de)
por ser pura semejanza es por lo que no es semejante (Llano).
Si la representación es una semejanza que es semejante a lo
por ella semejado, es obvio que lo que se quiere subrayar no es
la relación entre un sonido significativo y la cosa real a la que
hace referencia, sino a la relación entre sonido significativo y
significación
Otra referencia que pudo tener influencia en Saussure es Hegel
en lo que se refiere a la naturaleza del signo y a la escritura.
Hegel, define el signo como: Una cierta intuición inmediata que
representa un contenido enteramente otro que el que tiene de suyo. El
concepto es un contenido que la intuición expresa como símbolo; por
el contrario, en el signo nada tiene que ver el contenido propio de la
intuición y el contenido del que ella es signo
Para Hegel, la vorstellung (representación): vor-stellen, (“poner
delante”) es una intuición recordada. La síntesis de la imagen
interior con la existencia recordada es la representación
propiamente dicha, por cuanto lo interior tiene ahora también en
sí mismo la determinación de poderse colocar ante la
inteligencia, o sea, de tener existencia en ella”

un signo que al mismo tiempo también designa a su ser-signo,


disuelve la necesidad de la representación en favor de la
inmediata auto presencia de algo presente”. Saussure se
desmarca de la concepción de la palabra como una
representación de los procesos psíquicos y del pensamiento, y
propone una visión invertida con la tesis, según la cual, “el
mundo no sensorial de los pensamientos se constituye como
resultado de las diferenciaciones y asociaciones en el ámbito de
lo sensorial-fónico
Para Saussure, la lingüística existe –es la gramática
comparada-, el problema es que ignora lo que la hace posible
en el sentido kantiano. Para que la lingüística, como ciencia,
sea posible, es necesario, distinguir los fenómenos de las cosas
en sí; así se obtienen parejas como: lengua/lenguaje, sonido
como flujo sonoro/sonido como significante, la idea o el
sentido/significado, etc.
El carácter esencial del objeto de la lingüística impone a los que
trabajan en ese campo el estudio de un conjunto de realidades
que denominamos lenguas. Decir lenguas hace suponer que se
pueden agrupar, pero también se pueden distinguir entre sí. La
lengua está compuesta de signos socialmente compartidos por
una comunidad, como una totalidad en sí y como un principio
de clasificación, es decir, un sistema de diferencias entre los
signos que son siempre ajenos en cierta medida a la voluntad
individual y social, y éste es su carácter esencial
La lengua es una forma y no una sustancia”, dice Saussure
Una locución, en la que hay equívoco, “es a la vez ella misma y
otra” (Milner). La locución equívoca tiene la particularidad de
que el sentido unitario no siempre es la suma del significado
normal de los componentes. El equívoco consiste en hacer uso
del valor polisémico de algunas palabras y se generan gracias a
las relaciones de homofonía, la homosemia y la homografía que
sustentan el doble sentido y lo dicho a medias.
La puesta en función de la estructura de la lengua es el
discurso, pero, además, éste está abierto al sentido; sentido
que no podría existir sino para un sujeto. Sentido y sujeto son
los puntos de impedimento de la lingüística. El lingüista no
puede ocuparse más que de lo efectivamente dicho y escrito y
no tiene medios para acercarse a la cuestión de quién es el que
así lo expresó y qué es lo que significan sus proposiciones. El
sujeto del discurso de la lingüística es el que soporta las
estructuras lingüísticas y el que realiza las operaciones que el
sistema de la lengua permite, y este sujeto aparece en la
lingüística de tres formas: a) el sujeto como categoría
gramatical; b) el sujeto en la diferencia enunciado/enunciación,
y c) el sujeto como hablante, como operador del lenguaje. De
esta manera, la lingüística se mantiene en la cientificidad en la
medida en que rechaza fuera de sí al sujeto y el sentido.
La lengua es para Saussure un sistema de valores puros, y los
dos elementos que entran en juego en su funcionamiento son
las ideas y los sonidos. La relación entre sonido significativo y
significación como componentes inseparables del signo, lo
explicita Saussure en sus notas; y sugiere la ventaja de utilizar
el término sema, sobre el de signo:
- La palabra sema es un signo convencional que forma parte de
un sistema.
- La palabra sema excluye, cualquier preponderancia y cualquier
separación inicial entre la vertiente vocal y la vertiente ideológica
del signo. Representa el todo del signo, es decir, signo y
significación unidos.
- El sema no existe sólo por su fonía y significación, sino por su
correlación con otros semas

la palabra “sema” es una señal distintiva, marca, sello, que se


aplica al signo que tiene significado. Para Saussure, los signos
o semas y sus relaciones son los que estudia la lingüística, y se
les puede llamar las entidades concretas de esta ciencia.
in embargo, a pesar de la importancia de las unidades,
consideró que era preferible abordar el problema por el lado del
valor porque ése es, para él, su aspecto primero.
principios que presiden toda la cuestión:
El signo lingüístico está constituido por un significante y un
significado. El significante es la huella psíquica del signo en
su esencia, no es fónico, es incorpóreo, constituido, no por su
sustancia material, sino únicamente por las diferencias que
separan su imagen acústica de todas las demás. Entiende por
“significado” el concepto, o también la idea de la palabra.
Declara que “el signo lingüístico no une una cosa y un
nombre, sino un concepto y una imagen acústica”. a
naturaleza del signo es arbitraria porque no tiene con el
significado “nexo ninguno natural en la realidad”. No hay ideas
preestablecidas ni nada es distinto antes de la aparición de la
lengua. El significante y el significado, la representación mental
y la imagen acústica, son pues las dos caras de una misma
noción. El significante es la traducción fónica de un
concepto; el significado es el correlato mental del
significante. Esta relación constituye la unidad del signo
lingüístico. Propone conservar la palabra signo para designar el
conjunto, y reemplazar concepto e imagen acústica
respectivamente con significado y significante
La entidad lingüística no está determinada más que cuando
está deslindada, separada de todo lo que la rodea en la cadena
fónica. Estas entidades deslindadas o unidades son las que se
oponen entre sí. A esta afirmación, Jakobson se opone; para él
son las propiedades distintivas de los fonemas las que cumplen
una función puramente opositiva,
Saussure nos dice que un significante evoca en nosotros el
significado correspondiente, es decir, la idea. Y, por otra parte,
si pensamos en algún objeto en concreto, y en una determinada
lengua en que se encuentra ligado nuestro pensamiento, es la
imagen acústica y motriz, la que surge en nuestro espíritu. En el
Curso, el esquema del signo se puede interpretar como una
relación biunívoca o correspondencia uno-a-uno; en cambio, en
los Escritos, Saussure señala que no es lo mismo la relación de
la forma y de la idea que la relación de la idea y de la forma;
porque si se toma como base la forma A se ceñirá cierto
número de ideas a b c
¿Cuál es el papel característico de la lengua frente al
pensamiento? ¿En qué consiste el valor del signo?
Su papel no consiste en crear un medio fónico material para la
expresión de las ideas, sino el deservir de intermediaria entre el
pensamiento y el sonido, de tal forma que su unión conduce a
deslindamientos recíprocos de unidades
La lengua es un sistema en donde todos los términos son
solidarios y donde el valor del signo, resulta de la presencia
simultánea de los otros. Considera el valor lingüístico, en primer
lugar, en su aspecto conceptual y establece la diferenciación
entre significación y valor. La significación es la contraparte de
la imagen auditiva; el valor es la propiedad que tiene una
palabra de representar una idea.
El valor es un elemento de la significación, que resulta de la
presencia simultánea de otros signos que también van a tener
un valor. Esto significa que las palabras y los conceptos o ideas
vecinas se limitan recíprocamente.
Los valores están siempre constituidos por dos factores:
- por una cosa distinta de cualquier otra cosa, con la que
puede intercambiarse por aquella cuyo valor está por
determinar.

- por cosas similares que se pueden comparar con aquella


cuyo valor se va a determinar.

En la lengua, cada término o elemento tiene un valor


correspondiente por su oposición con los otros términos.
Los valores dependen de una convención inmutable: los
principios de la semiología. Además, son relativos, ya que la
relación entre la idea y el sonido es arbitraria, y son negativos
porque la relación entre los signos lingüísticos de un sistema se
define de forma negativa, ya que un signo es lo que otro no
es
estudia el valor lingüístico en su aspecto material: lo que
importa en la palabra no es el sonido sino las diferencias
fónicas, que distinguen esa palabra de las demás; permiten
distinguir esos signos de todos los demás, ya que poseen la
significación. Ahora bien, Saussure establece que aunque los
dos planos, el significante y el significado, tomado cada uno
aparte, sean puramente negativos y diferenciales, su
combinación es un hecho positivo; puesto que lo propio de la
lengua es justamente el mantener el paralelismo entre esos dos
órdenes de diferencias
La subordinación del significado al valor plantea dificultades
para la articulación entre lenguaje y pensamiento.
Los sonidos provistos de un valor distintivo, llamados fonemas,
son los sonidos capaces de diferenciar las palabras. Esta idea
de fonema, de la idea de lo que es distintivo en el sonido es de
Baudouin de Courtenay. La tarea que planteó a la lingüística
consistía en “hacer el análisis de las relaciones entre las
representaciones acústico-motrices y las significaciones léxicas
y gramaticales

A Saussure le debemos la noción para el estudio funcional de


los sonidos, “la noción de relaciones entre los fonemas, o sea,
la noción de sistema fonológico, y “es mediante el análisis del
funcionamiento de los sonidos en la lengua que se puede
establecer el sistema de los fonemas de una lengua dada”,
tarea de la que se ocupa la fonología.
¿cuál es la diferencia entre el fonema y las entidades
lingüísticas construidas a partir de él? ¿Puede decirse que el
fonema sea un signo?
La palabra es una unidad semántica y, por el contrario, el
fonema, es una unidad semántica con una significación cero. El
valor lingüístico de cualquier fonema en cualquier lengua no es
sino el poder distinguir la palabra que contiene ese fonema de
toda otra palabra que, idéntica –a ella-en los demás aspectos,
contenga otro fonema
El significado de un fonema es su valor diferencial que éste
realiza de forma distinta en todos los contextos en que
interviene: un fonema significa un conjunto de posibilidades de
diferenciación entre significantes, y no un contenido conceptual
fijo
Esta función diferencial es lo lingüísticamente relevante en el
sonido articulado y lo que justifica la inclusión de imágenes
acústicas, elementales en un sistema de oposiciones lógicas: el
llamado ‘sistema fonológico’.
en el caso del fonema, se trata de significantes convencionales que
sirven para significar pero que, a la vez, tomados en sí mismos, no
significan nada. Los fonemas oponen un valor únicamente diferencial,
por lo tanto un valor puramente negativo. Lo que lo distingue de todos los
otros valores lingüísticos y semióticos en general, es que sólo tiene carga
negativa
“los fonemas son entidades opositivas, relativas y negativas”
Todo signo lingüístico se encuentra situado sobre dos ejes: el eje de las
simultaneidades y el de las sucesiones. El fonema es la unidad lingüística
menor, de dos ejes. Las propiedades distintivas se dividen en una clase de
propiedades inherentes, que disponen del eje de las simultaneidades y una
clase de propiedades prosódicas que interesan sólo al otro eje, el de las
sucesiones
Saussure que, considera que el “lazo entre el significante y el significado,
no es arbitrario; sino necesario”

VIDEO
VIDEO
Lectura: Poder discursivo
El poder de los enunciados
al hablar de poder no nos referimos a uno predefinido, unánime o
centralizado, sino más bien a la red de poderes que se entrelazan y se
configuran en una sociedad humana con diversos niveles de resultados,
consecuencias y espacios de influencia. No será igual el poder de un
discurso presidencial que otro emitido por un padre de familia.
A partir de esto, podemos hablar de poderes y ya no de poder en
singular. Estos modificadores discursivos de la realidad (que se dan a
través de las palabras) pueden, inclusive, oponerse, potenciarse o
anularse mutuamente en la red social de la cual los humanos (como
individuos, grupos o instituciones) somos parte y sujetos activos.
por poder hay que entender, primero la multiplicidad de las relaciones de
fuerza inmanentes y propias del dominio en que se ejercen, y que son
constitutivas de su organización; el juego que por medio de luchas y
enfrentamientos incesantes las transforma, las refuerza, las invierte; los
apoyos que dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras,
de forma que forman cadena o sistema. (Carlos Rojas Osario)
los binomios semióticos ampliados en terceridades también deberán
aplicarse al ámbito del poder. Esto significa que no existirá un dominante
y un dominado, sino una red de dominantes y dominados y se
resignificarán los signos emitidos de acuerdo con sus espacios de
acciones, comprensión, significación y aceptación para reformularlos
significados discursivos de manera constante (recordemos la idea de
semiosis social) y reconvertir, muchas veces, el poder de un discurso en
un nuevo signo por parte de los enunciatarios.
un enunciador socialmente calificado como especialista argentino en
Geología (consecuencia de sus aprendizajes universitarios) asegura que
“en 2090 se descongelarán todos los glaciares del mundo como
consecuencia del calentamiento global”. Ese enunciado tendrá un poder
específico que hará tomar medidas individuales de cambios de hábitos y
medidas nacionales de protección del medioambiente. Ese discurso se
enfrentará a otros emitidos por especialistas de igual rango que dirán que
“no está comprobado que eso suceda en este siglo” y opondrán su red
argumentativa de poder. ¿Qué sucederá entonces? Otros enunciadores
generarán nuevos discursos que conlleven una u otra teoría de
calentamiento global y asumirán acciones a favor o en contra de las
decisiones de Estado tomadas en un principio. En esa red de poder nos
encontraremos nosotros, los ciudadanos de la misma sociedad, que
avalaremos o no el primer discurso con cambios en nuestras vidas (a
favor del medioambiente) y si ahondamos más en ese entrelazamiento
de palabras, podremos conformar nuevas hipótesis enunciativas en
nuestro ámbito hogareño. Cada nueva significación de lo dicho
primeramente por el geólogo sobre los glaciares y la acción tomada en el
ámbito de influencia será una nueva forma de ejercicio que esto que
llamamos el poder de las palabras.
pensar en el poder del discurso como una potencialidad de acción
negativa sería una falta de amplitud conceptual, ya que el poder no es
necesariamente represor ni manipulador, sino que puede ser positivo,
seductor, incluso negociador según el caso.
veremos al poder como normalizador, en cuanto ley que determina los
límites de aquello que llamaremos normal y aquello que describiremos
como patológico o fuera de lo normal. Vale aclarar que estos límites se
modificarán en cada sociedad o grupo ampliado de personas, incluso con
el correr del tiempo y generarán movilidad en los discursos de poder por
nuevos paradigmas humanos, evoluciones de pensamiento o mejores
argumentaciones dentro del mismo plano discursivo, que pueden incluir,
tal vez, pruebas empíricas o de la realidad.
Foucault ha puesto en evidencia lo contrario, que la verdad y el bien no
coinciden, que el saber puede ser malo, pues está de cabo a rabo
atravesado por relaciones de fuerza. No muy distante de esto se halla lo
que afirma también Habermas al declarar que el conocimiento puede
seguir intereses particularistas, opresivos; es decir, no siempre coinciden
el bien y la verdad.
¿Es correcto hablar del poder del discurso o, en realidad, el poder es de
las ideas de los humanos que lo expresan a través de signos? Ese
pensamiento, más profundo y filosófico, deja ver al discurso en sí mismo
como un instrumento de poder, más que objeto de poder, y como un
significante de poder (a modo de efecto en la realidad), más que un
sujeto de acción.
no se trata de liberar la verdad de todo sistema de poder, sería una
quimera, ya que la verdad misma es poder, sino de separar la verdad de
las hegemonías sociales, económicas o culturales”
en cualquier análisis de texto que hagamos debe determinarse, en el
enunciador y los actores de re significación de los signos expuestos (y
los ocultos), qué mecanismos de poder están involucrados en eso que se
dice y en la forma en que se dice. Comprender que los discursos son
motivadores de acción (real) en una sociedad, es ahondar en las
explicaciones, argumentos e intenciones de un decir, sobre todo, si nos
basamos en los medios de comunicación masiva.
Para analizar un discurso, entonces, tendremos en cuenta: aquello que
se dice, cómo se dice y el poder de aquello que se dice.
el poder del discurso es un parámetro más que debemos atender cuando
hablamos de análisis pormenorizado de aquello que se dice ya que el
discurso es una práctica, una acción, que no solamente tiene
consecuencias sino también factores (condiciones de producción) que lo
hacen ese tipo de discurso y no otro.

Los efectos de sentido y el poder del discurso


los efectos de sentido de un discurso social se completan y desarrollan
como práctica textual y discursiva, y dan lugar a una o varias
consecuencias –inmediatas o posteriores– en el plano de lo real o de la
acción. Porque como hemos dicho previamente: el discurso es acción y,
a su vez, una herramienta de poder.
hablamos de signos para referirnos a las palabras que permitirán darle
una entidad significante a las cosas que vemos y tocamos. Estos signos
no son únicos e inmodificables, sino contextuales y reformulables en su
sentido, ya que la semiosis social entra en juego y permite que un signo
enunciado pueda tener una nueva entidad en la terceridad, en la que un
sujeto interpreta una palabra o una frase y le da su propia perspectiva. A
su vez, cada uno de esos discursos tendrá sectores sociales de
influencia o poder, que se reflejarán en las condiciones de recepción,
pero se delimitarán en las condiciones de producción y circulación de
dicho discurso. Esta herramienta de poder puede manifestarse o no y en
este punto entran en juego las diversas omisiones de datos o
circunstancias contextuales, sociales y culturales de los sujetos
enunciadores, quienes dirán por aquello que dicen, por cómo lo dicen y
por aquello que no enuncian.
Los efectos de sentido de un discurso tienen, entonces, relación directa
con el poder de este. ¿Cómo logramos finalmente que nuestro decir
tenga el efecto esperado y los parámetros de influencia que buscamos?
Debemos ampliar nuestra mirada acerca de la realidad, aprender
constantemente de los cambios, las necesidades y las limitaciones de la
sociedad en la cual coexistimos y reflejar lo más conscientemente posible
el fragmento de la realidad que buscamos describir. Si luego el efecto de
sentido y poder generado por nuestro discurso no condice con aquello
buscado, tendremos que rever las condiciones de producción y
circulación seleccionadas para, más tarde, analizar la producción de
recepción. Debemos rescatar siempre que no todo efecto social de
significación que modifique nuestro mensaje inicial es negativo o
destructivo. Es más bien un nuevo signo que nos permite jugar nuevos
roles de construcción de un signo diferente que complementa, refuta o
potencia lo dicho anteriormente.

Publicación: El orden del discurso, según Foucault

Foucault plantea en su discurso, que "en toda sociedad la


producción del discurso está a la vez controlada,
seleccionada y redistribuida por un cierto número de
procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y
peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su
pesada y temible materialidad." Para lograrlo, clasifica los
principales sucesos que afectan al orden del discurso
Comienza con los sistemas de exclusión:
En primer lugar: la palabra prohibida. El autor, a riesgo de
provocar controversia, no puede hablar crudamente de
cualquier tema. Las teorías acerca del porqué de esta
prohibición son diversas.
En segundo lugar: la separación de la locura. El loco (¿o
genio?) es el que tiene un discurso incomprensible para la
mayoría. Si la mayoría (más bien la parte respetable de la
sociedad, que dicta las reglas de cómo se tienen que hacer
las cosas) no comprende, no le agradan, o no le convienen
las ideas de un iconoclasta, hacen que éste sea rechazado
por el sistema que controlan
Finalmente: la voluntad de verdad. Un ejemplo claro de esto
es la lógica aristotélica. No decimos que es "mala", sólo que
es más limitante que otras lógicas. Pero la voluntad de una
verdad en las que las cosas son verdaderas o falsas, y no
otra cosa ni las dos al mismo tiempo, es intrínseca hasta del
lenguaje (no todos) y de la forma de pensar
Estos sistemas de exclusión son provocados externamente
por la sociedad (¿y su moral?). Una cosa que hay que notar,
es que, en una sociedad, la clase dominante siempre quiere
permanecer en el poder, y hay veces que hay otra clase que
quiere acceder al poder. Bueno, arrebatarlo. Y definitivamente
una parte esencial para conseguir y mantener y perder el
poder, es el discurso. En respecto a la voluntad de verdad,
ésta es inoculada a la sociedad (a los no locos) por la clase
en el poder. "La verdad depende de nuestras voluntades, y
nuestras voluntades cambian con el tiempo".
En cuanto a los procesos internos que afectan al discurso:
principios de clasificación, ordenación y distribución:
En primer lugar: el comentario. Lo que se diga de un discurso,
definitivamente lo afectará, a través de su interpretación.
En segundo lugar: el autor. La sociedad requiere de una
referencia de quién es el creador del discurso, para darle
credibilidad, predisposición y/o interpretación.
Finalmente: las disciplinas. ¿Podríamos decir que éstas son
dadas por la sociedad en la que se distribuye el discurso
(medicina, filosofía, biología, etc.)? ¿No es similar a la
voluntad de verdad? Es decir, la voluntad de verdad se ve
afectada a través de discursos.
A continuación, Foucault pasa a clasificar los principios que
afectan al sujeto creador de discursos. Están relacionados
con las disciplinas, ya que las sociedades que escuchan el
discurso, finalmente afectan al autor, de forma tal que su
discurso, antes de su gestación, pueda ser escuchado y
comprendido. Esto es nombrado por Foucault como
sociedades de discurso. Pero antes habla del principio de
restricción denominado como ritual, el cual define la
cualificación que deben poseer los individuos que hablan
(¿Qué cualidades debe cumplir un orador del PRI? ¿uno del
CGH? ¿uno del KKK?). El tercer elemento son las doctrinas,
similares a las sociedades de discurso, sólo que las primeras
divulgan su discurso, mientras que las segundas son
cerradas. Finalmente, Foucault habla de una adecuación
social del discurso. Esto es, que, a través de la educación,
finalmente la sociedad forma (o por lo menos influye) a todo
futuro autor.
En todos los principios que afectan al discurso no se
encuentran causas en común. Van de la sociedad y la
voluntad de poder, al deseo y a la moral; pasando por el
prejuicio, y la costumbre. Pero, para accesar a todos esto, y
por los cuales éstos regulan al discurso, es por el discurso
mismo. Estructura maravillosa que se modifica a sí misma.
Tomando ideas de Sistemas Complejos, los principios de la
evolución natural (la vida se modifica a sí misma) y la
evolución del discurso serían similares (los dos se adaptan a
su medio, entre otras cosas).
El planteamiento de Foucault para "atacar" los "problemas"
antes mencionados incluye cuatro principios:
- Principio de trastocamiento: dónde se reconocía el
origen del discurso (el autor, la disciplina, la voluntad de
verdad), hay que reconocer el enrarecimiento del
discurso.
- Principio de discontinuidad: el que existan sistemas
de enrarecimiento del discurso no implica que debajo de
ellos se encontrará un discurso ilimitado, continuo y
silencioso. Los discursos deben de ser tratados como
prácticas discontinuas que se cruzan, yuxtaponen,
ignoran o excluyen.
- Principio de especificidad: la concepción del discurso
como una violencia que hacemos a las cosas, donde los
acontecimientos del discurso encuentran su regularidad.
Esto debido a que las cosas no tienen regularidad per
se. Nosotros se las imponemos.
- Principio de exterioridad: a partir del discurso, ir hacia
sus condiciones externas de posibilidad, sus motivos, y
lo que fija sus límites.

Estos principios se oponen, uno a uno, el acontecimiento a la


creación, la serie a la unidad, la regularidad a la originalidad,
y la condición de posibilidad a la significación. Los cuatro
principios a los que se oponen los propuestos por Foucault
son los que dominaban las ideas

Video: El discurso como ordenador social


Video: El poder en lo que se dice y en lo que no se dice
Lectura: Condiciones de producción, reconocimiento y circulación
La identidad de la prensa
Hablaremos de prensa para referirnos a los medios de comunicación
masiva ampliados, no solamente los que generan textos escritos. La
expansión de la llegada y la profesionalización de los procesos de
construcción definirán su cualidad. Además, la validación social y de
otros medios en cuanto a lo emitido y los enunciatarios o receptores
individuales que leen o escuchan estos discursos, harán de ellos
enunciaciones de signos con capacidad, poder de cambio, incluso de
expresión de la realidad.
en el proceso de análisis del discurso es importante, sino fundamental,
tener en cuenta las condiciones de circulación. Estas, sumadas a las
huellas del enunciador y sus consecuentes huellas de producción de
sentido, completarán la comprensión de aquello que se dice.
¿Qué define las condiciones de circulación?
depende de las diferencias o los efectos entre la producción de un
discurso (y su enunciación) y las condiciones de reconocimiento o
recepción de este. Las condiciones de circulación son diferentes según
cada grupo social, cada momento histórico y cada conjunto de personas
segmentadas según la edad, el lugar, la profesión, el oficio, etcétera. No
es lo mismo un discurso publicado por un medio tradicional en una
realidad interrelacionada o sobre comunicada a través de las redes
sociales, que en una sociedad del pasado en la que Internet no existía o,
al menos, no se la validaba como herramienta de información.
las condiciones de circulación son parte global del proceso de
enunciación, recepción y re significación de los signos discursivos.
Si hablamos, entonces, de medios de comunicación masiva, tomaremos
estos dichos como ampliados e interrelacionados no solamente con la
realidad inmediata, sino también con las realidades anteriores, lejanas,
incluso proyectadas por algún profesional de la palabra. Así se explica
por qué, a partir del poder del enunciado, le damos una entidad diferente
a lo dicho en la prensa que a lo dicho por una persona cualquiera en su
ámbito familiar.
¿Quién nos habla desde un medio? ¿De dónde proviene esa entidad
discursiva? ¿Cuáles son su historia, sus intereses y los parámetros
ideológicos desde los cuales enuncia?
Eliseo Verón habla, en este punto, de una construcción del
acontecimiento y expresa que aquello que comunica un medio masivo es
solo un fragmento de la realidad total con una mirada específica (en la
que se preponderan algunos acontecimientos por sobre otros) y se
utilizan argumentos discursivos de acuerdo con su intencionalidad
(validación de determinadas declaraciones o datos por sobre otros).
ejemplo: conformaremos un escenario donde existe una manifestación
en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que un grupo de
trabajadores reclama frente a una empresa privada por la mejora en los
salarios. En esta protesta se desarrollan acciones que tienen como
consecuencia el corte de una avenida troncal dela ciudad. Un medio de
comunicación toma ese hecho de la realidad y titula, en una crónica
escrita, “Corte y caos en la ciudad producidos por 20 trabajadores”.
Los lectores comunes (y masivos) de esa información podrán
comprender literalmente ese mensaje como “por un reclamo de 20
personas, cientos de otras no pueden movilizarse hacia sus lugares de
trabajo, salud, ocio o familia”. Sin embargo, detrás de ese título existen
mensajes intencionales de omisión de otra información que tiene que ver
con los malos sueldos, la falta de atención de pedidos sindicales y las
falencias en las condiciones laborales. ¿Esto es un espejo de la realidad
o una parcialidad reconstruida desde el discurso con una mirada
determinada de los hechos? Exactamente eso responde la construcción
de la realidad a la que se refiere Verón.
los medios masivos no pueden expresar cada hecho pequeño y grande
que se desarrolle en una sociedad, sin embargo, aquello que
comuniquen será una decisión pensada y confirmada a través de las
palabras o las imágenes de los profesionales dentro de la prensa.
cada análisis del discurso debe tener en cuenta quién es el emisor
masivo (la identidad del medio) para luego significar qué dice y también
qué no dice y comprender por qué omite determinados hechos o datos.

Paper: Efectos de sentido


La cuestión del poder ocupa un lugar apreciable en la obra de
Eliseo Verón. El autor señala en un mismo nivel a la ideología,
lo ideológico y el poder, como el núcleo de su problemática
sociológica.
sus principales trabajos teóricos integran en cierta medida la
pregunta por el poder.
Verón decidió trasladar la pregunta por el poder a los estudios
semióticos para iluminar el funcionamiento de los discursos, sin
embargo El hecho de que Verón el sociólogo tome el recaudo
explícito de encauzar el tratamiento del poder en la
problemática semiótica, no confirma que concibe el poder o
poder social como poder de los discursos.
Verón se desprende de la razón sociológica (y antropológica) y
se desplaza hacia los estudios semióticos, inscribiéndose en el
giro lingüístico de las ciencias sociales y de la teoría crítica y a
partir de allí elige concentrar su atención en el desarrollo de un
marco analítico centrado en los discursos
Es fácil constatar que en el paso de la investigación sociológica
a los estudios semióticos, entre las cuestiones que Verón
arrastra consigo está el tema del poder como problema central
de investigación (y con ello buena parte de la agenda política
de las ciencias sociales), aggiornado en la forma de efectos de
sentido exclusivamente constatables en la recepción de
mensajes
¿Qué es el poder?
Verón emplea tres ideas diferentes de poder a lo largo de su
producción científica:
- El poder como subordinación
- El poder del discurso
- El poder político o público y el poder de los medios

De las tres ideas o grupos de ideas, sólo el poder del discurso


adopta una forma teórica, y por tanto puede ser considerado un
concepto. Las restantes se emplean de manera coloquial, en
frases descriptivas, aunque no por ello resultan insignificantes
Verón define aquí el poder como “subordinación de un individuo
o grupo al otro” y lo asocia en términos contextuales y de modo
poco directo a una “situación de dominio o autoridad”. se
menciona al poder como una “dimensión” y como un “eje”. Las
diferentes alusiones no revisten mayor peso, en especial
porque no se asocia directamente a ninguno de los conceptos
centrales del texto (que son en primer lugar el sentido, la
significación y la ideología).
con el término “poder” nuestro autor designaba “el sistema de
relaciones entre un discurso y sus condiciones (sociales) de
reconocimiento” La definición empleada nueve años después
se asemeja bastante: el poder como un “sistema de relaciones
de un discurso con sus efectos (cuando las condiciones de
reconocimiento conciernen a los mecanismos de base de
funcionamiento de una sociedad)”
Para Verón, el concepto de poder se refiere a la problemática
de los efectos de sentido de los discursos. Considera que el
poder sólo puede estudiarse a través de sus efectos, y remarca
que los efectos de una producción de sentido siempre son una
producción de sentido
uno de los conceptos elementales para entender el poder en
Verón es el de lo ideológico. Tanto el poder como lo ideológico
representan “una dimensión de todo discurso, de toda
producción de sentido que circula en una sociedad
(dimensiones de análisis del funcionamiento social) Años más
tarde los presentaba en términos más específicos como
dimensión de funcionamiento de los discursos sociales.
lo ideológico y el poder, en tanto dimensión de análisis de una
teoría de los discursos, éstos designan "gramáticas
discursivas", siendo la gramática para Verón, un conjunto de
reglas de la producción o del reconocimiento
El poder, la producción y la recepción.
el traslado del poder de la producción a la recepción (o
reconocimiento) para el autor, el análisis del poder como poder
del discurso se sitúa en la recepción dado que concierne a las
relaciones de éste con sus “efectos, mientras que el análisis de
los aspectos ideológicos de un discurso se situaría en la
producción, prestando atención al sistema de relaciones entre
el discurso y sus condiciones de producción. La cuestión del
poder se concentra en el problema de los efectos, y éstos
últimos, a partir del empleo de un argumento estrictamente
metodológico, se circunscriben a la recepción.
para el estudio social del poder y del poder del discurso, la
razón empírica determina los alcances de la teoría y de la
propia inspiración epistemológica: Sólo existe el poder que se
puede constatar en los hechos. La forma de observar el poder
es partir de sus efectos y los efectos se observan
exclusivamente en la recepción.
Verón define la cuestión de los efectos en la etapa de
reconocimiento como la de las relaciones sistemáticas entre
dos conjuntos discursivos: un corpus cuyas propiedades se
analizan y un conjunto constituido por los discursos de los
receptores (en este caso, lectores y no lectores) de
determinados soportes de prensa
Pese a circunscribir los efectos a la instancia de
reconocimiento, vemos como la definición opera desde la
recepción hacia la gramática de producción, desdibujando los
límites entre una y otra a favor de la primera, y creando un
sentido ficticio de totalidad, a partir de señalar una “relación
sistemática entre conjuntos”.
Verón no sólo afirma que el problema principal del poder es el
efecto de sentido de los discursos sino también que el efecto de
sentido del discurso no es otra cosa que su efecto de poder, y
finalmente que el efecto de poder es efecto de creencia
Conclusión: la sustracción del poder
Verón considera el poder como un problema sociológico.
Decide enfrentar las dos teorías del poder del momento en la
izquierda intelectual: la visión “estatista” de Marx y el “monismo
teórico” de Foucault; éste último, como sabemos, desarrollado
en buena medida a partir del rechazo a la primera.
El autor se esfuerza en combatir tres aspectos específicos:
- La identificación del poder con el aparato del Estado
(adjudicado a Marx).
- La confusión entre poder e ideología (Foucault).
- El funcionamiento del poder como una misma y única
gramática (Foucault)
El traspaso del poder de la producción a la recepción sólo se
puede concretar a partir de una reducción específica: la
sustracción de dinámica del poder.
Tanto la exclusión del poder del polo de la producción como su
concentración exclusiva en el problema de los efectos en la
recepción, permiten sustraer el poder de la relación social (de
producción, de circulación y de consumo), y con ello eliminar su
naturaleza dialógica y su dinámica. Para Verón el poder es el
poder del Otro, y no un fenómeno relacional, como en Marx o
en Foucault.
para el autor el poder del discurso es el poder del discurso del
Otro, ya que lo que se registraría en el discurso son los efectos
del discurso del Otro. A diferencia de Marx y Foucault, para
Verón el poder no es una instancia productiva. Por lo tanto, la
sustracción de la dinámica del poder es igualmente la
sustracción de su productividad.
A partir de esta sustracción del poder, Verón inhibe toda
posibilidad de relacionar tres elementos claves para una
perspectiva social del poder: los discursos, los poderes y el
cambio social. La pregunta sociológica de Verón en ningún
momento se arrima al poder como una expresión social.
Sugerimos por lo tanto que partiendo de su modelo analítico, no
estaríamos en condiciones de comprender la relación entre los
poderes y los discursos, y por ende tampoco el poder del
discurso.

Publicación: Condiciones de producción, reconocimiento y


circulación de los discursos sociales, según Verón
PRENSA ESCRITA Y TEORIA DE LOS DISCURSOS
SOCIALES: PRODUCCION, RECEPCION, REGULACION
Una teoría de los discursos sociales, antes que nada, no considera la
prensa escrita como lugar (entre otros) de manifestación de las reglas
de la lengua, sino como uno de los terrenos donde se diseñan, bajo
una forma dominante específica –la de la materialidad de la escritura
-los objetos que le son propios; los discursos. A propósito de la prensa
escrita, dicho de otro modo, se la debe recorrer dentro de la
teorización de los objetos discursivos.
si se parte de objetos complejos, los macro-funcionamientos
discursivos sobre determinan los micro-funcionamientos del lenguaje.
Es por eso que algunos macro-conceptos son aquí fundamentales. Es
a nivel de los macro-funcionamientos que se puede emprender la toma
de las condiciones productivas sobre los discursos, y por lo tanto, la
enraización de estos últimos dentro de la sociedad y de la evolución
histórica.
Los lugares de manifestación de estos macro-funcionamientos
discursivos son, en nuestras sociedades industriales, los medios de
comunicación. El término “medio” señala, para mí, no solamente un
dispositivo tecnológico particular (por ejemplo, la producción de
imágenes y de sonidos en un soporte magnético, sino la conjunción de
un soporte y de un sistema de prácticas de utilización
(producción/reconocimiento).
Los diferentes procedimientos que concluyen a lo escrito impreso, no
son sino dispositivos técnicos. El “medio de comunicación” es por lo
tanto para mí un concepto sociológico y no tecnológico.
EL ANÁLISIS EN PRODUCCIÓN: TIPOS, GÉNEROS,
ESTRATEGIAS.
Llamo ‘sistema productivo’ a la articulación entre la producción y el
reconocimiento de los discursos producidos.
para un análisis en producción, distinguiremos tres nociones: ‘tipo’,
‘género’ y ‘estrategia
Tipos
Para la noción que trata el ‘tipo’ de discurso, me parece esencial
asociarlo, por un lado, a las estructuras institucionales complejas que
constituyen los “soportes” organizacionales, y por otro lado, a las
relaciones sociales cristalizadas de ofertas/expectativas que son los
correlatos de estas estructuras institucionales.
no pueden ser tratadas simplemente como datos sociológicos
“objetivos”; unos y otros son inseparables de los sistemas de
representaciones que, en producción, estructuran lo imaginario
el discurso político: Es en la definición de tipo que intervienen las
hipótesis, teniendo la pretensión de aprehender la especificidad del
tipo, es decir, su diferencia frente a otros tipos. En el caso del discurso
político, una hipótesis de este género consiste en postular la
construcción, a un cierto nivel, de un destinatario genérico
ciudadano-nacional (asociado al colectivo “Nación”), comprometido
en prácticas con respecto del sistema político (y por lo tanto teniendo
expectativas con respecto a su funcionamiento), y a otro nivel, de tres
subespecies de destinatarios: el pro-destinatario, contemplado a
través de mecanismos de refuerzo de la creencia compartida, el
para-destinatario, blanco de mecanismos del orden de la
persuasión, y el anti-destinatario, blanco de los rostros de lo
polémico.
discurso de la información (discurso que tiene por objeto la
‘actualidad’) destinatario genérico ciudadano-habitante (asociado al
colectivo “País” pero motivado por el colectivo “Mundo”) y
comprometido con las diversas rutinas de la apropiación espacio-
tiempo de lo cotidiano. Si el destinatario genérico ciudadano-habitante
se encuentra próximo, en ciertos aspectos, de un pro-destinatario, el
discurso de la información será desconocido para el para-destinatario
y para el anti-destinatario.
discurso publicitario sus relaciones complejas al mismo tiempo con
el mercado económico de los bienes de consumo, con la red
institucional de la comunicación comercial y con la red de los medios
de comunicación, en los cuales el discurso busca su legitimidad, y por
el otro lado, sin conceptualizar sus modalidades de construcción de
toda una galería de para-destinatarios en tanto que consumidores
potenciales.

GÉNEROS
heredada del análisis literario, un género será caracterizado
necesariamente por un cierto agenciamiento de la materia del lenguaje
(para no decir de la escritura, ya que un mismo género puede
aparecer en lo escrito de la prensa y en lo oral de la radio). A falta de
un mejor término, yo identificaría este uso como el de los géneros-L
‘entrevista’, ‘reportaje’, ‘encuesta’, ‘alocución’, ‘mesa redonda’, ‘debate’
y muchas otras expresiones que designan, en forma más o menos
confusa, los géneros-L.
Este nivel de análisis se entrecruza, desde luego, con el de la
identificación de tipos. Ya que un mismo tipo de discurso podrá ser
reconocido bajo diversos géneros-L; la ‘entrevista’, la ‘alocución’, el
‘debate’ para el discurso político, por ejemplo. Por el contrario, desde
luego, un mismo género puede encontrarse dentro de diferentes tipos
de discursos.
hace falta un segundo concepto de género, que nos permita designar
y clasificar lo que se debe llamar los productos. Hablemos, pues, en
este caso de géneros-P. Desde este punto de vista, podemos decir,
por ejemplo, que expresiones tales como ‘cotidiano de información’,
‘mensual femenina general’, ‘news’ (noticias), designan géneros de la
prensa escrita de lectura masiva, así como ‘revista de vulgarización
científica’, ‘emisión de juegos’, ‘emisión de variedades’, ‘feuilleton’
(telenovela), designan géneros de la televisión de audiencia masiva.
Los géneros-P poseen una relación mucho más estrecha con los tipos
de discursos que los géneros-L. Los géneros-P se encuentran muy
directamente ligados a los fenómenos de competencia, dentro del
universo de los medios de comunicación: una “zona de competencia
directa” no es otra cosa que el enfrentamiento de un cierto número de
productos discursivos pertenecientes a un mismo género-P. En la
caracterización de un género-P aparecen muy a menudo ciertos
invariables de “contenido”, es decir, tomar a cargo conjunto
relativamente estable de campos semánticos.
ESTRATEGIAS
Las estrategias discursivas pueden ser definidas, dentro de nuestro
cuadro, como las variaciones confirmadas dentro de un mismo tipo de
discurso o de un mismo género-P. remiten muy directamente a los
fenómenos de competencia inter-discursiva propios del campo de la
discursividad en tanto que mercado de producción de discursos. La
noción de ‘estrategia’, se ve, nos debe permitir rodear en un sector
dado de la red de medios de comunicación, las variaciones, debidas a
la competencia, entre los múltiples representantes de un mismo
género-P. La prensa escrita proporciona ejemplos brillantes de este
tipo de situación y es en consecuencia un terreno privilegiado para el
estudio de las variaciones estratégicas.

LAS CONDICIONES DE PRODUCCIÓN DE LOS DISCURSOS DE LA


PRENSA
La prensa escrita de masa de lectores ya tiene una larga historia como
sector de la producción cultural sometido a las leyes de la
competencia. Es por lo tanto importante precisar bien bajo cuales
condiciones opera el mercado de la prensa de lectura masiva, cuál es
el dispositivo por el cual un título de prensa dado (que llamaremos,
“título de referencia”) se constituye en mercadería definida por su valor
(en el sentido económico del término).
Este dispositivo admite no menos de tres niveles fundamentales.
El primer nivel es el de la producción de su masa de lectores. A las
condiciones de producción les interesa en este caso el conjunto de
características que permiten definir a los lectores a los que apunta el
título de referencia. Son aquí pertinentes la noción de tipo de discurso
en primer término, y a continuación aquellas del género-P y del
género-L. Resulta claro que estas “características” de los lectores no
pueden ser reducidas a variables que definen las Categorías Socio-
Profesionales (CSP). Se trata, por sobre todo, de características socio-
profesionales tales como los productores del título de referencia las
interpretan y las expresan en términos de expectativas de discurso (en
relación a los tipos, a los géneros-L y a los géneros-P). La producción
de lectores no se hace sino a través de percepciones-
representaciones que los actores sociales involucrados en la
producción del título de referencia en tanto que producto, tienen de los
sectores sociales designados como “blanco”.
la producción de esta masa de lectores se realiza en una situación de
competencia. El segundo nivel es el del posicionamiento del título
frente a los títulos de la competencia, tal como los perciben los actores
sociales involucrados en la producción del título de referencia. La
constitución de una masa de lectores supone la estructuración, en el
discurso del título, de un vínculo propuesto al receptor bajo la forma de
lo que yo he denominado en otra oportunidad, un contrato de lectura.
Las condiciones de producción interesan aquí por otros discursos
pertenecientes al mismo género-P, co-presentes en el sector al cual
pertenece el título. El contrato de lectura es del orden de la estrategia,
y en situación de competencia, las estrategias de los títulos se inter-
determinan
Habiéndose producido la masa de lectores, se le adjudica un valor (por
medio de un metadiscurso que es una representación particular del
discurso del título) con el objeto de venderlo como colectivo de
consumidores potenciales entre diversas categorías de anunciantes.
Las condiciones de producción tienen aquí la forma de un conjunto de
restricciones que resultan, una vez más, no solamente
interpretaciones de las características “objetivas” de la población que
constituyen la masa de lectores del título, sino también la percepción
que los anunciantes mismos tienen del título de referencia y de sus
competidores, en función de su propia lectura y, a menudo, en función
también de las imágenes de los títulos que circulan en el ambiente
publicitario
LA APUESTA DE LAS ESTRATEGIAS ENUNCIATIVAS
El universo de la prensa escrita puede ser visto como “zonas de
competencia directa”. Cada “zona de competencia directa” está
compuesta por una pluralidad de representantes de un mismo género-
P que se enfrentan en el seno del proceso de producción-reproducción
de sus masas de lectores. Claro está que estas zonas no son
estancas, las mismas están parcialmente a caballo, ciertos títulos
tienen posicionamiento en las fronteras de muchas de estas “zonas”.
Ciertas “zonas” se encuentran en descenso (en términos de difusión y
ventas), otras se encuentran en acelerado crecimiento, otras se
estancan. Con regularidad aparecen nuevos género-P, constituyendo
el embrión de nuevas “zonas”.
Los títulos que se encuentran en presencia competitiva dentro de una
“zona” en un momento dado están muy cercanos los unos a los otros,
si se los compara en el campo del género-P al cual pertenecen: en
términos de campos semánticos abordados -lo que se traduce por
“grillas” de cortes comparables con lo “real” que tratan-, así como con
respecto a los géneros-L dominantes
Las revistas mensuales femeninas todos los títulos pertenecientes a
esta categoría se organizan alrededor de tres grandes campos
semánticos: la moda, la belleza y la cocina. Además de esta
regularidad temática global, dentro de cada uno de estos campos y por
razones que se relacionan con el ritmo de la temporada del mercado
consumidor y con las prácticas colectivas asociadas a la recreación, se
las lleva a hablar de las mismas cosas en la misma época del año: el
“blanco”, el bronceado, las colecciones, el comienzo de las clases, el
régimen, los regalos para las Fiestas, así como otros temas, regresan
todos los años en la misma época. Dentro de una “zona”, la oferta
presenta, dentro del campo de los grandes ejes temáticos, una
considerable homogeneidad.
¿cómo puede cada uno de estos títulos construir su especificidad,
definir lo que lo singulariza con respecto a sus competidores? Esta
singularización es, desde luego, considerada como capital para la
valorización del título entre los anunciantes: es esta singularidad que
debe permitir justificar, a los ojos de los inversores publicitarios, el
hecho de anunciar dentro de este título en lugar de un título
competidor.
En un universo de discursos donde, desde el punto de vista del
contenido, la oferta es más o menos la misma, el único medio para
que cada título construya su “personalidad” es a través de una
estrategia enunciativa que le sea propio, dicho de otra manera,
construyendo un cierto vínculo con sus lectores. Es por ello que en la
prensa escrita, cada “zona de competencia directa” es un verdadero
laboratorio para el estudio de fenómenos enunciativos: en él se
encuentra una multiplicidad de estrategias enunciativas que “trabajan”
de diversas maneras una misma “materia” semántica: en el campo de
las revistas femeninas la distancia no pedagógica se distingue
entonces de la distancia pedagógica, y ambas se oponen a las
estrategias de la complicidad: en el terreno de las revistas de
decoración, la transparencia del modelo se opone a la opacidad
estetizante de un enunciador legitimado por la singularidad de su
mirada; en los semanarios de información, la desaparición de un
anunciador-testigo de la inmediatez de lo real se distingue del
anunciador-narrador que organiza la actualidad por el medio de los
operadores ficticios, y así sucesivamente.
el análisis del discurso consiste en la referencia, en la superficie
discursiva, de las huellas que conducen a las condiciones de
producción de los discursos. Estas huellas son el soporte de
operaciones que se deben reconstituir, operaciones que toman la
forma de reglas de generación de estos discursos. Un paquete de
estas reglas, definiendo las restricciones de generación de un tipo o de
un género-P, es lo que yo llamo una gramática de producción. Así
pues, en la superficie discursiva, todas las huellas están, si se puede
decir, en el mismo nivel: ¿cómo distinguir lo que señala del tipo, de lo
que lo señala del soporte tecnológico, del género-P, de la estrategia?
LOS FENÓMENOS DE REGULACIÓN
1- Las condiciones de producción mismas pueden admitir
importantes contradicciones internas. La estrategia discursiva
que puede parecer corresponder mejor a la valorización del título
entre los anunciantes, puede no ser compatible con aquella que
parece mejor satisfacer a los lectores del título y que por lo tanto
parece la más apropiada para la producción de la masa de
lectores. Los “compromisos” entre estas instancias pueden tener
como resultado modalidades discursivas que tienen por efecto
ya sea una disminución de la publicidad (con sus consecuencias
sobre la estabilidad financiera del título) o una disminución de la
masa de lectores, ya sea ambos.
2- Un título de la prensa con gran masa de lectores se encuentra
insertada en una zona de competencia directa extremadamente
estructurada: lo más frecuente, varios representantes del mismo
género-P se disputan un mismo “blanco”. Estas determinaciones
inter-discursivas forman un sistema caracterizado por un
equilibrio precario: basta que uno de los títulos existentes
modifique su estrategia de una manera sensible, o que un nuevo
título aparezca en la zona de competencia en cuestión, para que
se altere el conjunto de posicionamiento dentro de la misma.
3- En un sector dado de la prensa, la oferta tanto como la demanda
evolucionan de manera permanente. Los discursos producidos,
por un lado, y las expectativas por el otro, cambian
constantemente. Un ejemplo simple: la llegada permanente de
jóvenes adolescentes al mercado potencial de lectoras de
revistas femeninas; en el otro extremo de la pirámide de las
edades, el envejecimiento permanente de la masa de lectores.
4- Ya que estamos ubicados en el universo de la prensa de gran
masa de lectores (y por lo tanto de gran circulación) debemos
ocuparnos de una masa de lectores que puede variar, digamos,
entre cincuenta mil y más de tres millones de lectores. Esta
masa de lectores es, necesariamente, heterogénea. La evolución
socio-cultural de un sector relativamente pequeño dentro de esta
masa de lectores puede traducirse en un desequilibrio del
contrato de lectura y en consecuencia, en una pérdida de
lectores.
En tanto tales, estos fenómenos de regulación presentan, si se puede
así decir, un punto visible: la conducta compra/no compra. Un sistema
productivo de discursos mediáticos, organizado como un mercado,
engendra automáticamente un principio de clasificación de la
población según las conductas de compra/no compra de las diferentes
mercaderías discursivas propuestas.
Información cuantitativa, sobre todo, pero también cualitativa, que
permite conocer el sexo, edad, estado civil, número de hijos, tipo de
vivienda, el conjunto de prácticas de consumo de la persona, sus
intereses, sus expectativas satisfechas y no satisfechas, las imágenes
vagas o precisas que se asocian con cada título, su “estilo de vida”,
sus opiniones colocándolo dentro de tal o tal corriente socio-cultural,
etc.
Los “efectos” del comportamiento (compra/no compra) son,
efectivamente, los únicos que interesan a los productores: en lo que
respecta al material redaccional del título y de sus competidores,
aquellos que se traducen en variaciones en los comportamientos de
compra y de lectura, y en lo que respecta a la publicidad en la cual los
títulos son el soporte, aquellos que hacen al impacto y la
memorización de los avisos. Interpretados por los productores de los
discursos de la prensa escrita a partir de múltiples datos disponibles,
estos “efectos” forman parte de las condiciones de producción de
estos discursos: los productores podrán ser llevados a modificar la
estrategia discursiva del título en función de estas interpretaciones.
Dentro del sistema productivo de la prensa escrita nos reencontramos
pues accionando, a nivel de las condiciones de producción, una
verdadera teoría de la recepción, que es el resultado de la voluntad de
dominio, por parte de los productores, del conjunto de fenómenos de
regulación.
COMPORTAMIENTO DE COMPRA Y SENTIDO EN RECEPCIÓN
Resulta claro que el comportamiento de compra, al expresar una
preferencia, es un “efecto” localizado en recepción. Pero también
resulta claro que no nos dice estrictamente nada sobre los efectos de
sentido de los discursos que son los objetos de las preferencias así
manifestadas. La preferencia opera sobre un campo de oferta
determinada (la “zona de competencia directa”), ella es pues el
resultado de una selección, más o menos consciente, más o menos
explícita, más o menos reflexiva, pero totalmente opaca con relación a
los mecanismos significantes que lo fundan.
Es necesario antes que nada subrayar que esta “teoría de la
recepción” de la cual hemos hablado se encuentra hasta hoy fundada
en el análisis y la interpretación de datos cuantitativos de encuesta.
Estos datos se relacionan con dos tipos de información: aquella que
describe propiedades “objetivas” del lector (edad, estado civil,
artefactos del hogar que habita, prácticas de consumo, entrada
mensual, etc.) y aquella que se relaciona con los elementos
“subjetivos” (actitudes, opiniones, expectativas, intereses, etc.) Los
únicos datos que inciden directamente sobre las conductas son, claro
está, aquellos que miden las ventas de los títulos. Todos los otros
datos cuantifican las declaraciones de los sujetos encuestados.
estos datos de encuestas demuestran ser menos útiles ahí donde la
competencia es más fuerte: en las “zonas de competencia directa”, es
decir, ahí donde varios títulos pertenecientes a un mismo género-P se
disputan una cierta masa de lectores. En una situación tal, lo hemos
dicho, son las estrategias enunciativas las decisivas, y son ellas
quienes construyen la especificidad del título. Ahora bien, los datos
cuantitativos de la encuesta no proporcionan ninguna indicación que
permita tomar la menor decisión sobre las estrategias enunciativas, en
la medida en que las masas de lectores respectivas de los títulos
existentes están muy próximas las unas de las otras, así como
también en términos de sus características “objetivas” como
“subjetivas”.
los productores de los títulos de la prensa han acudido, más allá de los
resultados de las encuestas, a estudios denominados cualitativos.
Estos estudios, inspirados en su mayoría en la psicología social de las
motivaciones, consisten muy a menudo en la articulación por un lado,
entre un “terreno” (entrevistas semi-directivas o grupos, entre lectores
y no lectores de tales o cuales títulos) y por otro lado un análisis de
contenido de los títulos en cuestión. Esto significa, paradójicamente,
que el enfoque dominante en la investigación aplicada al discurso de
la prensa, es lo que concierne el nivel menos pertinente-el del
contenido-para comprender la dinámica en acción dentro de una “zona
de competencia directa”.
En el sector de la prensa cotidiana nacional de información, por
ejemplo la elección entre Le Figaro y Le Monde se explica con más
facilidad (y, muy probablemente en lo esencial) en términos de
posiciones “ideológicas” de uno y otro sin tener necesidad de hacer
intervenir consideraciones sobre las estrategias enunciativas. La
elección entre Liberation y Le Monde, por el contrario, está
determinada con más fuerza por los elementos que señalan
estrategias enunciativas. Si un grupo de prensa decidiera lanzar, a la
derecha, un periódico destinado a competir directamente con Figaro,
las cuestiones decisivas relativas a su posicionamiento serían de
interés, en primer lugar, a las estrategias enunciativas.
HACIA UNA TEORÍA DEL RECONOCIMIENTO DEL DISCURSO DE
LA PRENSA
En el pasado he insistido mucho sobre la solución de continuidad entre
el análisis en producción y el análisis en reconocimiento de los
discursos sociales. Para expresar esta solución de continuidad, cuya
principal consecuencia es que el análisis de un discurso en producción
no nos permite inferir sus “efectos”, he debido hablar de
desplazamiento entre la producción y el reconocimiento. Esta noción
de desplazamiento me parece hoy en día inapropiada, en particular
cuando se trata del sistema productivo de los discursos de la prensa y
en forma más general, de los medios de comunicación.
La noción de ‘desplazamiento’ se justificaba se trataba de la
formulación de un modelo relativo al surgimiento de las disciplinas
científicas en la historia desde el punto de vista de los funcionamientos
discursivos, modelo aplicado al caso particular de la lingüística de
Saussure. Trataba yo pues con un proceso diacrónico, tratando de
describir la distancia histórica entre las condiciones de producción del
Curso de Lingüística general, condiciones que se remitían a la “matriz
positivista” del siglo XIX, y sus condiciones de reconocimiento a
principios de siglo, cuya “estructura de recepción” fundamental ha sido
la de una concepción instrumental-comunicacional del lenguaje,
totalmente diferente del positivismo. Yo trataba de demostrar que era
este desplazamiento mismo lo que permitía comprender el surgimiento
de la lingüística como ciencia.
Resulta claro que el estudio del reconocimiento no se presenta de la
misma manera cuando uno se interesa por los procesos históricos en
una misma práctica de producción discursiva (en caso de darse,
aquella organizada alrededor del conocimiento del lenguaje) y cuando
uno adopta (como yo lo he hecho aquí con relación a la prensa) un
punto de vista sincrónico, destinado a comprender, en un momento
dado, el funcionamiento de un sistema productivo de discursos. Los
avatares históricos de un texto identificado y singular conducen de
manera bastante natural, según me parece, a cuestiones sobre la
“multiplicidad” de sus lecturas, y en el desplazamiento actualizado por
la comparación entre éstas en momentos diferentes de la historia.
Además, este problema de la “lectura” se presenta en términos
absolutamente particulares cuando se trata de la discursividad
científica, caracterizada por un trabajo específico de recuperación
inter-textual. Estos casos de recuperación son aquellos que justifican
plenamente la fórmula que consiste en decir que el reconocimiento de
un discurso “X” se encuentra “contenido” en un discurso “Y” cuyas
condiciones de producción admiten, entre otros factores, un “trabajo”
sobre ‘X’. El dominio de la historia literaria, que ha dado lugar a teorías
de la recepción, plantea el mismo tipo de problema.
EL ANÁLISIS SINCRÓNICO.
En un enfoque sincrónico relativo a un “sistema productivo” que posee
todas las características de un mercado de consumo de “bienes
culturales”, como se dice (para el caso, los discursos de la prensa
escrita), las cosas se presentan de una forma muy diferente. Antes
que nada, debemos enfrentarnos con los fenómenos de
reconocimiento que no son, efectivamente, ni del orden de la
recuperación inter-textual productiva, ni del orden de un consumo
dominado por lo imaginario de la “creación” como es el caso de la
literatura, pero que implican, por el contrario, un horizonte de
expectativas de consumo del orden de la repetición. El lector “fiel” a un
título de prensa lo es porque sabe precisamente de antemano qué tipo
de discurso va a encontrar. Al mismo tiempo, en el caso de la prensa,
con relación a un discurso ‘X’ cuyo reconocimiento nos interesa, no
poseemos un discurso ‘Y’ de status comparable del cual podamos
decir que “contiene” el reconocimiento de ‘X’.
el único indicador del reconocimiento del cual disponemos, contenido
en el sistema productivo mismo, es la preferencia, expresada por las
conductas de compra (y de no compra). Así pues, esta preferencia es
una primera referencia de una gran importancia. Cuando trabajamos
dentro de una “zona de competencia directa”, las selecciones
expresadas por estas preferencias remiten a las variaciones dentro de
las estrategias enunciativas: tenemos de esa manera una fuerte
asociación entre las conductas (mesurables) y las propiedades
discursivas específicas. El análisis en producción, encargado de
desprender las invariables discursivas asociadas a cada título, define
así el cuadro dentro del cual nos interrogaremos sobre el
reconocimiento.
Orientados por esta fuerte asociación entre la conducta de compra y
propiedades discursivas, podemos hacer producir un discurso a
nuestros lectores y no lectores (en situaciones de entrevistas, por
ejemplo). el hecho de que una preferencia por una estrategia
enunciativa determinada en un sector de competencia dado de la
prensa, se asocie con fuerza a otros invariables referenciables en el
discurso de los sujetos que expresan una preferencia tal. Se trata de
una situación comparable a aquella -banal-que se verifica en no
importa qué sector del mercado de productos de gran consumo:
selecciones diferentes que se conducen sobre las marcas existentes
en un sector dado de productos, se asocian con mucha frecuencia a
imaginarios muy contrastantes. Es así que el discurso de la publicidad
administra las representaciones sociales y se articula a su evolución.
A diferencia de los fenómenos de recuperación inter-discursiva, antes
que nada, los discursos recogidos entre los lectores de la prensa no
tienen conexión regulativa inmediata con los discursos cuyos “efectos”
se trata de comprender. Los fenómenos de recuperación inter-
discursiva, que nos permiten estudiar el reconocimiento dentro de una
práctica discursiva dada (científica, literaria, política, etc.), son del
orden de la regulación endógena de un sistema productivo. La “teoría
del reconocimiento” que hemos visto accionar en el sistema productivo
de la prensa (análisis e interpretación de los datos sobre los lectores,
hechos por los productores) señalan una regulación exógena. Las
palabras que recogemos de los lectores con fines “científicos” para
estudiar los mecanismos del reconocimiento no forman parte de la
regulación exógena, a menos que los productores de discursos no
tengan en cuenta nuestros resultados en sus tomas de decisiones
estratégicas.
Al buscar en el discurso de los lectores las invariables (que se trate de
invariables enunciativas o de invariables de “contenido” –con más
frecuencia las dos categorías son pertinentes) nuestro análisis
destruye lo que ese discurso puede admitir de las relaciones “meta-
lingüísticas” en los discursos de la prensa en cuestión; este carácter
“meta-lingüístico” no es de modo alguno decisivo. A menudo, los
elementos más interesantes para reconstituir ciertas reglas de “lectura”
de los títulos cuyo reconocimiento estudiamos, se encuentran en las
palabras que no conciernen para nada a los títulos en cuestión.
los factores que pueden permitirnos explicar la preferencia por un título
más que por un otro, señalan las representaciones sociales de los
lectores que sobrepasan ampliamente las propiedades discursivas de
estos títulos, tales como las podemos describir en producción, en ese
sentido se trata de factores que serían imposibles prever (o deducir)
de un análisis en producción.
Es aquí que reencontramos la autonomía entre un análisis en
producción y un análisis en reconocimiento. Puesto que estas
representaciones sociales de los lectores que “encuadran” la lectura
derivan de ciertas características de estos últimos, como por ejemplo
su capital cultural. Así, una estrategia enunciativa dada, (por ejemplo,
la pedagogía distanciada vs. la complicidad identificatoria) no tendrá el
mismo sentido para dos sujetos que posean un capital cultural
diferente. Otro elemento que juega un rol importante entre las
condiciones del reconocimiento es la evaluación que el sujeto hace del
género-P en cuestión, y de los títulos que lo representan. Mientras que
la lectura de ciertos géneros-P (y de ciertos títulos) posee un valor-
signo que vuelve a inscribir el acto de compra dentro de una estrategia
más amplia de distinción social por parte del sujeto, otros títulos, por el
contrario, están socialmente descalificados (incluso por lo que los
leen): el fenómeno de la lectura “a escondidas”. Estos factores, como
se ve, son totalmente externos a todo análisis en producción. Las
reglas de una gramática de reconocimiento expresan entonces una
suerte de reencuentro entre las propiedades discursivas que son las
invariables que remiten a condiciones determinadas de producción, y
una modalidad de lectura que remite a condiciones determinadas de
reconocimiento. Solamente, si la circulación discursiva no es lineal es
porque un discurso mediático dado, difundido en la sociedad en un
momento dado, va a provocar una multiplicidad de estos
“reencuentros”.
Dentro del cuadro sincrónico donde nos hemos situado, dado que el
acto de lectura mismo es inasible, el estudio del reconocimiento es un
estudio del lector más que de la lectura, fundado sobre el análisis del
discurso del lector. A través de esto último, hemos llegado a
reconstituir operaciones cognitivas y evaluativas que remiten a
representaciones sociales cuyo sujeto es el “soporte”.
Las condiciones de reconocimiento conciernen entonces a las
variables “objetivas” en las que podemos identificar las categorías de
lectores. Pero una misma configuración de estas variables “objetivas”
con mayor frecuencia se asocia a muchas gramáticas de
reconocimiento.
La cuestión de la eficacia de los dispositivos experimentales para el
estudio de la recepción presenta problemas absolutamente diferentes.
Yo me limitaría aquí a manifestar reservas con relación a este aspecto
referido al estudio de los discursos sociales. Estas reservas derivan
naturalmente de la constatación de la importancia decisiva de los
fenómenos de sobre determinación a los cuales ya me he referido. Por
un lado, un género-L cualquiera, un fragmento de texto, aún un título,
están sobre determinados por el contexto discursivo: por otro lado, el
efecto de sentido de un elemento discursivo cualquiera, como lo
mencionara antes, depende de operaciones de encuadramiento de la
lectura que surgen de representaciones-evaluaciones del sujeto con
relación al título, del género-P, del tipo de discurso, del soporte
mediático, donde aparece el elemento. Hay que interrogarse sobre las
modalidades de recepción de estas configuraciones complejas. Me
parece difícil poder tratarlas por medio de métodos experimentales.
EL ANÁLISIS DIACRÓNICO.
El enfoque sincrónico es el único que nos permite articular
directamente la producción con el reconocimiento. El estudio de la
evolución de los discursos de prensa en un sector determinado,
puede, mientras tanto, estar relacionado con los acontecimientos o
con los indicadores que nos informan sobre los “efectos” de estos
discursos dentro de la sociedad, así como también sobre la manera en
que la evolución socio-cultural resuena en los discursos de la prensa.
Es un ejercicio de historiados, como la de Jauss.
El sector de la prensa con gran masa de lectores que se forma
alrededor del habitat y de las prácticas con las que se asocia
(bricolage, decoración, mantenimiento, jardinería, etc.) proporciona un
muy buen ejemplo de un campo extremadamente interesante para el
ejercicio de una gestión diacrónica.
Se reencuentran ahí, claro está, por una parte, las resonancias de los
avatares de la evolución sociocultural de la sociedad francesa: mayo
68, el surgimiento de las ideologías ecológicas y del “regreso a la
naturaleza”, el impacto de la crisis, etc. Se pueden seguir, por otra
parte, los efectos de las transformaciones de las condiciones de vida
en las grandes ciudades: tanto la problemática de la instalación de las
jóvenes parejas en pequeños departamentos que se han multiplicado
como resultado de las políticas de remodelación urbana, como los
efectos del crecimiento de la producción de las casas industriales pre-
fabricadas, con todos los elementos de lo imaginario en pabellones.
Pero se pueden seguir también los mecanismos de construcción y de
desarrollo de una ideología que se encarga de la introducción y la
difusión en Francia del diseño moderno en el equipamiento de la casa,
y enfrentándose así a lo imaginario tradicional burgués o rústico. Y se
constata entonces que este “trabajo” ideológico, llevado por ciertos
títulos de la prensa de decoración, se ha adelantado mucho a su
tiempo y ha jugado un rol pedagógico fundamental de transformación
de las representaciones sociales, pudiendo traducirse en nuevas
prácticas de consumo: el discurso moderno sobre el hábitat y su
amoblamiento ha existido mucho antes de la instauración de un
mercado económico poseedor de creadores y consumidores.
Es cierto que el análisis diacrónico de la evolución de los discursos de
la prensa es un dominio particularmente rico en enseñanzas sobre las
transformaciones socioculturales, ya que el estudio de la prensa nos
proporciona un observatorio privilegiado de las corrientes que fluyen y
las prácticas y los imaginarios sociales.

teleclase 2
https://drive.google.com/file/d/1uXSHNTUqY9Cm06TDYNfm7FbFIUe9
ZQBv/view

Bibliografía:
Análisis del discurso
Cuando nuestro discurso resulta ser confuso es porque nuestras ideas
no son lo suficientemente claras. A veces el lenguaje llega a entorpecer
la exteriorización de nuestras ideas en lugar de ayudarnos a
comunicarlas.

Los inicios del giro lingüístico


Cambio brusco desde algo que no es lingüístico hacia el espacio
propiamente lingüístico. No es un hecho puntual, sino un fenómeno que
va tomando forma progresivamente.
Arranca de la preocupación de superar la antigua lógica silogística
heredada de Aristóteles e inventar una nueva lógica formal capaz de dar
vida a ese lenguaje ideal y perfecto.
Frege emprendió la tarea inventando la teoría de la cuantificación (base
de la lógica moderna) y sustituyendo las viejas nociones de sujeto y
predicado por las nociones de argumento y función. Esto permitía
transformar los enunciados en proposiciones, cuyo valor de verdad
(proposición verdadera o falsa) podía establecerse de manera
rigurosamente formal.
1- Muchos de los problemas con los que tropieza la filosofía y la
comunicación humana tienen su origen en que el lenguaje
cotidiano se asienta sobre una lógica imperfecta, ambigua e
imprecisa.
2- Las frases construidas en las lenguas naturales descansan sobre
una estructura lógica, pero esa estructura lógica no aparece con
claridad si nos limitamos a contemplar exclusivamente la estructura
gramatical de las frases o si las analizamos con la ayuda de la
lógica aristotélica
3- La nueva lógica, basada en los cuantificadores, permite poner de
manifiesto la auténtica estructura lógica de los enunciados
lingüísticos convirtiéndolos en proposiciones dotadas de un valor
de verdad.
4- Si se consigue establecer la estructura lógica de los enunciados, se
puede poner de manifiesto la estructura del pensamiento
expresado por los enunciados y acceder de esta forma al
conocimiento de los procesos inferenciales.
5- Si el lenguaje constituye un instrumento para representar la
realidad, entonces el análisis del lenguaje puede informarnos sobre
la naturaleza de la realidad.
Este conjunto de presupuestos nos indica, como se produce un
desplazamiento desde el estudio de las ideas por medio de un discurso
mental de carácter privado (introspección) hacia el estudio de los
enunciados lingüísticos, públicos y objetivados, para evidenciar su
estructura lógica.
Un ingrediente incuestionado del discurso público es el enunciado. Son
los responsables de la representación de la realidad.
Se deja de considerar que son nuestras ideas las que están en relación
con el mundo, para pasar a afirmar que son nuestras palabras las que se
corresponden con los objetos del mundo.

El impulso neo-positivista al giro lingüístico


Los pensadores del círculo de Viena estaban convencidos de que el
lenguaje común es un pésimo instrumento para plantear y discutir los
asuntos filosóficos, así como para construir una visión científica de la
realidad.
Por lo tanto, el problema que conviene resolver es el problema del
lenguaje. Es preciso reformar el lenguaje y someter los enunciados a un
riguroso examen para calibrar su consistencia lógica, transformándolos
en proposiciones.
Sólo existen dos tipos de enunciados válidos: los enunciados lógico-
matemáticos (enunciados analíticos) que son absolutamente ciertos
cuando están bien formados, pero que no nos dicen nada sobre la
realidad empírica.
Por otra parte, los enunciados empíricos (enunciados sintéticos) que
versan sobre la realidad, pero que sólo pueden ser aceptados como
enunciados válidos si han sido verificados por experiencias basadas en
el método científico. Todos los demás enunciados carecen de sentido.
Los positivistas lógicos consideran que hay que decir bien las cosas (sin
ambigüedades ni fallos lógicos) y que hay que decir cosas que estén bien
(conformes a la realidad empírica)

La preocupación por el lenguaje cotidiano


Ante la imposibilidad de construir un lenguaje ideal, los pensadores se
orientaron hacia el lenguaje común, intentando comprender las reglas a
las que obedece y los usos a los que satisface. No querían estudiar el
lenguaje para evidenciar sus imperfecciones lógicas, sino simplemente
entender sus mecanismos. Se oponían a reducir el lenguaje a una mera
función de descripción y de representación del mundo.
Es necesario contemplar todos los usos del lenguaje si queremos
entender nuestra forma de pensar, de actuar y de relacionarnos. El
lenguaje es la condición misma de nuestro pensamiento. El lenguaje no
solo hace pensamiento, hace realidades.
El lenguaje tiene propiedades perfomativas, constituyen actos del habla
en tanto que su enunciación es inseparable de la modificación o creación
de un estado de cosas, por ejemplo, el sí matrimonial (pragmatismo). El
lenguaje se constituye en un instrumento activo en la producción.

El impacto del giro lingüístico en las ciencias humanas y sociales


Tres líneas principales:
- El impacto de la lingüística estructural
- El impacto de la corriente analítico-logicista
- El impacto de la corriente analítica centrada en el lenguaje
cotidiano

El impacto de la lingüística estructural


Mayormente el impacto se produjo en la antropología, psicología y
filosofía. El lenguaje es el que habla a través de nosotros. El sujeto se
reduce a un simple efecto del lenguaje
El impacto de la corriente analítico-logicista
Iniciadora del giro lingüístico en la filosofía. Contribuyó a orientar el
pensamiento contemporáneo hacia la problemática del lenguaje.

El impacto de la corriente analítica centrada en el lenguaje cotidiano


La crítica hacia la concepción puramente representacional y designativa
del lenguaje abrió las puertas a una reconsideración de la naturaleza
misma del conocimiento, así como una reformulación de la relación que
media entre conocimiento y realidad, para acabar con una redefinición
del concepto mismo de realidad.
El lenguaje se instituía como constructivo de las cosas, más que
descriptivo de estas.

El lenguaje en las ciencias sociales: fundamentos, conceptos y


modelos
El Giro lingüístico
El giro lingüístico abrió la posibilidad de pensar toda acción humana en el
mismo plano, considerando que no hay operación de habla que no sea
una acción en sentido estricto.

La teoría de los actos del habla


Austin sostiene que cuando hablamos no estamos expresando un
significado, sino que estamos haciendo alguna cosa.
Estableció la distinción entre expresiones constatativas y expresiones
realizativas.
Las expresiones constatativas son aquellas que describen el mundo o las
cosas que forman parte de él y que pueden evaluarse en términos de
verdadero o falso.
Las expresiones realizativas son aquellas que emitidas en las
circunstancias apropiadas no se limitan a ser una mera descripción o
enunciación de aquello que se hace, sino que, rigurosa y directamente, lo
hacen, ejecutan o realizan. En su expresión se consuma una acción.
Las expresiones realizativas no son ni verdaderas ni falsas. Sin embargo
al estar determinadas por ciertas condiciones de contexto, lo que sí
podemos evaluar es su éxito o su fracaso en la realización de lo que
pretenden. (doctrina de los infortunios)
Las expresiones realizativas pueden ser de tres tipos:
- Acto locucionario o locutivo: es el que se realiza al decir
meramente algo. Se trata de un acto que posee significado
- Acto ilocucionario o ilocutivo: es el acto que se realiza al decir
algo, posee cierta fuerza al hacer alguna manifestación, informar,
advertir, ordenar, comprometernos, etc
- Acto perlocucionario o perlocutivo: es el que se realiza al decir
algo, las consecuencias o efectos que genera aquello que es dicho,
persuadir, disuadir, sorprender o confundir

El habla como acción lleva a la práctica la idea según la cual el lenguaje


no es representativo de la realidad, sino que más bien la produce.

La lingüística pragmática
En el estudio del significado, la teoría dominante es la teoría del signo. La
pragmática se ofrece como una alternativa a la misma.
El signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras
En la teoría del signo se postula la existencia del par
significante/significado. Los significados guardan alguna relación con el
mundo, una relación de representación en virtud de la cual podemos
sustituir el objeto del mundo real por la palabra.
La concepción vehiculada por la teoría del signo ha sido el fundamento
mediante el cual se han sostenido y se sostienen muchos estudios sobre
procesos psicológicos y sociales. (estudio del pensamiento, del
aprendizaje, del proceso de comunicación y del proceso de
interpretación)
Paralelamente a la teoría del signo se ubica la teoría de la comunicación

La pragmática se opone tanto a las implicaciones de esta teoría


lingüística simple de significante/significado, como a la teoría de la
comunicación, aportando un punto de vista radicalmente distinto.
Se interesa por los principios que regulan los usos del lenguaje, y en
particular, por aquellas condiciones que hacen del empleo de un
enunciado concreto una acción de comunicación.
Uno de los grupos pragmáticos es el que asume los principios de la
teoría de la relevancia. Es una orientación marcadamente cognitivista,
que ve en el proceso de comunicación una labor del hablante que
empaqueta o codifica lo que quiere decir y una labor de recepción que
desempaqueta o decodifica lo que quiere escuchar. Una de las claves en
la decodificación es la conexión de la relevancia de lo dicho con el
contexto, la cual facilita el tanto el proceso de enunciación como el
proceso de recepción.
Otra concepción es la pragmática no-cognitivista, no hay ningún
significado estable pre-existente o codificable de manera unívoca, sino
que hay un proceso de comunicación en el cual la contextualización es la
única posibilidad de comprensión.
La pragmática afirma que es preciso dar por supuesto que lo que se dice
siempre tiene un sentido que está más allá del significado que acompaña
las palabras. Así es como podemos interpretar las acciones del hablar en
términos intencionales como no intencionales.
En términos intencionales cuando alguien quiere decir algo más de lo
que está diciendo y no dice. (leer entre líneas)
En términos no intencionales, por ejemplo, cuando consideramos la
manera en la que se estructura gramaticalmente una frase, el tipo de
conexiones contextuales que ofrece desde un punto de vista gramatical,
como cuando consideramos las partes del habla que se refieren a
situaciones contextuales puesto que éstas son las condiciones
necesarias para cualquier comprensión de la situación comunicativa.
La diferencia de la pragmática con el modelo tradicional de comunicación
estriba en que más que un canal, lo que tenemos es un contexto de
comunicación, que es preciso conocer para hacer inteligible aquello de lo
que estamos hablando.
No es posible comunicarse sin tener un anclaje lingüístico en esos
contextos físicos, relacionales y sociales, y esa operación lingüística ha
de ser decodificada, porque si no se produce, la comunicación es
imposible.
La deixis
El término se refiere a aquellos elementos de la estructura gramatical que
relacionan el lenguaje con el contexto. Proviene de la palabra griega para
señalar o indicar (demostrativos, pronombres de 1ra y 2da persona, el
tiempo verbal, los adverbios específicos de tiempo y lugar)
Los deícticos codifican pues las relaciones del lenguaje y el contexto de
enunciación. Y lo hacen cumpliendo diversas funciones como señalar o
indicar lugares y/o cosas, personas, momentos, etc.
Los deícticos pueden ser de tres tipos:
- De persona, cuando se refieren a personas e indican el rol que
cada participante tiene en la interacción (hablante, oyente)
- De lugar, cuando se refieren a lugares localizando las personas u
objetos a los que se refiere la conversación
- De tiempo, cuando se refieren a los diferentes momentos de
aquello que se narra tomando como punto de referencia el
momento en que se produce la conversación
- Del discurso, alude a la realización de referencias a partes del
discurso, anteriores o posteriores, en las que se formula el
enunciado. (en definitiva, así pues, sin embargo)
- Social, hace referencia a la codificación de las distinciones
sociales de los roles de los participantes en la conversación. En
particular, cuando indican la relación social entre los participantes

Toda indicación contextual, y consiguientemente la deixis, tiene un punto


de referencia, que se denomina centro deíctico

Las implicaturas
Es una inferencia que los/as participantes en una situación de
comunicación realizan a partir del enunciado o conjunto de enunciados
- Lo que se dice depende de las palabras que se enuncian
- Lo que se comunica es toda información que transmite el
enunciado. Dicha información no es explícita, no se extrae del
significado de las palabras, sino que es implícita y se elabora en el
marco de las normas de la conversación y del contexto de
interacción.

Se distinguen implicaturas convencionales e implicaturas no


convencionales. Las primeras pueden depender del significado
convencional de las palabras. Sin embargo, las segundas no, pues
dependen de las reglas contextuales. Cuando esas reglas son las que
estructuran la conversación, hablamos de implicaturas conversacionales.
Son una consecuencia de los enunciados.
El contexto privilegiado de las implicaturas es lo se llama el principio de
cooperación. Es la consideración de que conversar requiere un deseo de
colaborar con otra persona, que necesita objetivos compartidos.
El principio de cooperación tiene diversas máximas:
- De cantidad: hace referencia a la cuantía de información que se
suministra en una conversación y se relaciona con la modulación
de esta cuantía, en el sentido de que en la cooperación se
contribuya con mayor o menor cuota de información
- De cualidad: alude a la verdad de la contribución informativa y a la
acreditación o aval con que pueden sostenerse las contribuciones
- De relación (relevancia): consiste en aportar contribuciones
pertinentes y directas que abunden en el meollo de la cuestión y no
en sus aspectos fútiles
- De modo: su importancia no recae en su contenido, sino en como
se expresa este. Se relaciona fundamentalmente con la exposición
clara, ordenada, concisa y precisa

Una implicatura conversacional se produce tanto cuando se obedecen


estas máximas como cuando se violan todas o alguna de ellas. Para que
una implicatura pueda ser considerada conversacional y no como
convencional, ha de poder ser inferida. Por ello para que un oyente
pueda inferir que está frente una implicatura conversacional, deberá
apoyarse y manejar los siguientes datos:
- El significado convencional de las palabras dichas, junto con la
identidad de las referencias implicadas
- El principio de cooperación y sus máximas
- El contexto lingüístico o extralingüístico en el que las palabras se
dicen
- Otras informaciones de fondo
- El hecho, o supuesto hecho, de que los interlocutores conocen, o
presumen que conocen, cada uno de los detalles relatados en los
apartados precedentes, y que estos están a su alcance

La Etnometodología
Es el análisis de las actividades prácticas cotidianas. El foco son las
personas en su interacción cotidiana y las actividades que desarrollan en
sus contextos inmediatos. Estas actividades son concebidas y analizadas
como métodos a los que las personas recurrimos para hacer que estas
actividades sean explicables: que sean visibles, racionales y
comunicables en todos los propósitos prácticos y como organizaciones
de todas las actividades comunes de cada día.
No se postula como una teoría sino como una perspectiva de
investigación.
No hay una realidad social independiente de los individuos, cuyo
conocimiento, sólo sea posible desde un pensamiento teórico y una
investigación ajena al sentido común, sino que más bien el sentido
común es perfectamente capaz, no sólo de construir la realidad social,
sino de conocerla y de dar cuenta de ella.

Los cuatro conceptos clave de la Etnometodología


Competencia
La noción de competencia de membrecía, o de miembro competente, no
se refiere a la pertenencia a un grupo social o colectividad, sino más bien
al uso que se hace o puede hacerse del lenguaje natural. Se refiere a la
gestión y manejo del lenguaje
Ser un miembro competente significa ser una persona capaz de actuar,
con conocimientos de procedimientos, métodos y estrategias que
permiten la adaptación y el desenvolvimiento en el contexto social, con
capacidad de engendrar dispositivos de adaptación para significar el
mundo circundante. Entraña el ingreso a un grupo o institución a través
de la incorporación al uso y utilización efectiva del lenguaje común de
ese grupo, aceptándose las rutinas inscritas en las prácticas sociales y
los implícitos de sus conductas.
Frente a la asunción de que nuestro comportamiento es un
comportamiento que sigue reglas, la ETN está interesada en cómo
constituimos esas normas cuando estamos interactuando o actuando.
Por ello, la membresía en términos de la ETN no es compartir ese
background que nos antecede, sino más bien tener la competencia para
la acción conjunta y la interacción.
El lenguaje como ejemplo: La cuestión no está sólo en conocer la lengua,
lo cual nos haría miembros competentes de esa comunidad, sino en ver
si somos capaces de hablar, que es algo totalmente diferente. Conocer
su gramática y su vocabulario no da la competencia.
Indexicabilidad
La enunciación de toda palabra o frase se produce en un contexto. Ese
contexto hace que cada palabra tenga un significado específico.
Comprender una palabra o frase implica siempre un análisis de la
situación que va más allá de la información efectivamente dada en un
momento concreto. Una palabra o una oración, por lo tanto, no conllevan
el significado plenamente, sino que lo adquieren del todo en el escenario
concreto de su producción. Ese contexto de enunciación se extiende a
elementos más allá de la situación inmediata, como pueden ser los
intercambios lingüísticos previos, la relación que mantienen los
interlocutores o la propia historia de cada uno de ellos.
No hay significado posible al margen de sus condiciones de uso y del
espacio social de su enunciación.
La comprensión entre los interlocutores o para cualquier potencial
observador, se hace posible en virtud de esta propiedad que hemos
llamado indexical. La ETN se interesará por ver cómo utilizamos el
lenguaje y observar cómo de forma completamente rutinaria somos
capaces de dar sentido a las palabras.
Las circunstancias que rodean a una palabra son las puertas de acceso a
la acción de compartir sentido.

MÓDULO 3
Lectura: La existencia de receptores pasivos y activos y el rol de
nuevo receptor
Completar la información
hablar de completar la información hace referencia a
comprender o significar la totalidad de aquello que se dice –y
aquello que no se dice. Completar la información no implica
darle el sentido que queramos, de manera voluntaria y
arbitraria, es comprender qué quiso decir y darle un sentido
más amplio, estructurado de acuerdo con nuestros cánones de
pensamiento, nuestras estructuras culturales y aquello que
validamos como descripción de la realidad.
La negación de lo dicho por otros o el aporte de una única
mirada (por momentos pasiva) nos convertiremos en
responsables de la involución de pensamiento.
Completar la información será, entonces, una tarea responsable
y limitada del receptor o el destinatario en relación con aquellos
detalles, datos o factores de quien enuncia que necesitamos
saber.
Se deben incluir en este plano las estructuras sociales,
culturales, políticas, educativas e incluso alfabéticas: “El sentido
brota, de la semiosis y no constituye una entidad autónoma, ni
es una cualidad en sí misma” (Zecchetto).
En el caso de los medios de comunicación masiva, es
importante completar aquello que se dice con la información
que tengamos a mano acerca del periodista que enuncia, el
tema que trata, las características ideológicas, económicas y
políticas del medio de comunicación que lo reproduce y los
factores individuales que permitieron esa mirada de la realidad
por encima de otras posibles.

La recepción pasiva
el momento de la recepción es una instancia muy compleja, ya
que no será completamente abarcable ni predecible. Por el
contrario, es una hipótesis o una idea (receptores pretendidos o
posibles) y luego se configura como tal, con cierta
independencia.
podemos hablar de un estilo de recepción considerado como
pasivo, que podría relacionarse con la aceptación de lo dicho y
no con la construcción que hace el emisor de los mensajes, ni
con los enunciatarios o destinatarios reales que hacen de ese
discurso un motivo, una excusa o un inicio de semiosis social
infinita.
La recuperación incesante de un texto por otro es una de las
condiciones técnicas y semióticas fundamentales del discurso
de la información. Es atravesado en forma constante por
desplazamientos y condensaciones. En ese torrente algunas
palabras, algunos fragmentos de frases terminan por fijarse y se
reproducen en todas las unidades. (Verón)
Verón se refiere a que si bien existirán resignificaciones
constantes, existen fragmentos, párrafos o datos que quedarán
socialmente catalogados o validados como verdades o
descripciones de la realidad tomadas como ciertas. En ese
punto, podemos hablar de la pasividad del receptor, quien, a su
vez, asume como contrato social de lectura que existen signos
que representan determinadas ideas y temas de los cuales se
informa con ciertas pruebas.
Ejemplo: Si uno o varios medios de comunicación informan que
en Argentina una de cada tres personas vive en situación de
pobreza, esa información será tomada como una certeza y una
verdad y no se reformulará la significación con el análisis de las
encuestas realizadas, la comprensión de las herramientas
utilizadas por los encuestadores, el pedido de pruebas y la
demostración de lo dicho de acuerdo con la muestra elegida.
Se toma como cierto y se asume, entonces, una actitud pasiva
frente a esa información o ese dato enunciado dela realidad.
La pasividad no es necesariamente una actitud negativa, sino
más bien de orden informativo. Sin embargo, esta postura o
esta manera de recepción puede verse movilizada con nuevas
pruebas o informaciones posteriores que refuten o demuestren
otra realidad. En ese caso, podremos volver a aplicar
inactividad intelectual o poner en duda cualquier información u
opinión que se comunique sobre ese mismo tema.
Podemos pensar que un destinatario pasivo puede ser el inicio
de una interacción de sentido posterior, que depende de las
relaciones vinculantes que tenga, los demás discursos que
recepte y las ganas (o la capacidad) de elaborar una mirada
personal de lo dicho, como modo de acción del hacer sobre el
decir.

La recepción activa
El receptor activo se siente un protagonista del proceso de
comunicación y no un simple elemento que recibe una
información y la da por cierta sin modificar nada por motivación
propia. Este receptor activo resignifica, pone en duda, enuncia
nuevamente y genera el carácter infinito de la semiosis social
como búsqueda consciente de ser un actor más en esa
comunicación.
Existe, en el universo de los estudios del discurso, una corriente
que estudió la llamada psicología discursiva. Esta se centra en
una de las escuelas de la Filosofía del lenguaje, que busca
comprender los significados de las palabras. Esto se da “no
mediante el examen de las cosas a las que hacen referencia,
sino examinando cómo se utilizan las palabras” (Rueda)
Por lo tanto, podemos hablar de interpretantes (o receptores
activos) para referirnos a las personas que recibirán un
enunciado y serán luego protagonistas de la comunicación.
¿Cómo? Le darán sentido a los discursos y los completarán con
sus ideas o significados precedentes
Así como las condiciones de producción y circulación de un
enunciado tienen implicancia en los significados y las
posteriores acciones sociales, las personas receptivas también
son parte activa de esta semiosis infinita. La psicología
discursiva no solamente hablará de los interpretantes, sino
también de los demás sujetos que son parte (en forma directa o
indirecta) de este circuito de sentido.
En la psicología discursiva se presenta como las formas de
hablar de sentido común de los participantes, como formas en
las que construyen o reducen el estado de objetividad de una
versión de los acontecimientos, a la vez que se ocupa de los
tipos de personas que deberíamos considerar que son, o el
estado de ánimo que deberíamos considerar que tienen.
(Rueda)
Esta descripción, llevada al plano de la recepción, supone un
sujeto o un grupo de sujetos activos, que distinguen los
discursos más o menos cercanos a aquello que consideran
parte de la realidad, de acuerdo con la relación entre aquello
que tienen en su mente y la realidad misma. Nos interesan los
puntos de unión entre los “estados mentales interiores o rasgos
personales y el mundo exterior”.
Esta mirada analítica, más bien pensada para los enunciadores,
funciona en los receptores cuando los asumimos como
responsables y con creencias, conocimientos previos,
capacidad crítica, posibilidad de contrastar ideas, etcétera.
Recibir un mensaje, completar su sentido y (probablemente)
reformularlo harán que el camino de circulación discursiva
tenga sentido, o mejor dicho, que tenga un sentido más
completo e interesante.
Los códigos de significación y de conducta permitirán
decodificar los discursos de forma más completa
Un periodista en un medio de comunicación masiva, además de
enunciador, será receptor de información de manera constante.
Ser conscientes de ese rol nos posibilitará un buen desempeño
de nuestra tarea social. A su vez (y esto nos interesa
puntualmente), prever un receptor activo nos permitirá analizar
las diferentes facetas de la porción de la realidad seleccionada
para comunicar.
ejemplo: si trabajamos en un medio de comunicación y
elaboramos un informe sobre un tema social cotidiano, después
de consultar varias fuentes y recabar datos pertinentes,
daremos una descripción (lo más objetiva posible) acerca de
aquello que llamamos realidad social inmediata. Enunciar esto y
considerar que quedará como una verdad establecida es olvidar
que existen sujetos activos que no solamente comprenderán
qué decimos, sino que también podrán ejercer acciones de
duda, negación, incluso refundamentación de aquello
publicado.
El receptor es cada vez más activo. Con el uso de las redes
sociales, las posibilidades amplias de comunicación con los
periodistas o medios, incluso las instancias facilitadoras de
publicaciones web gratuitas (y a veces muy masivas), los
lectores, los televidentes y los oyentes de los medios de
comunicación son parte (ya no simples receptores) de la
producción discursiva.

Auditorías sociales
Hablar de auditorías sociales no significa policías de la palabra.
Se busca pensar en la comunicación como una actividad de ida
y vuelta constante, en la que no solamente se cumpla
incesantemente la semiosis social infinita de la que hablaba
Eliseo Verón, sino también se contrasten datos, se validen o no
enunciadores y se repliquen o no algunos discursos según lo
decidan los receptores, los destinatarios o los enunciatarios de
aquello que se dice en los medios de comunicación masiva.
Pensar a los medios como espejos de la realidad y únicos
capacitados para decir qué sucede en el mundo no solo es una
idea errónea, sino peligrosa. Lo importante es tener presente
que los medios de comunicación no representan aquello que
sucede en la actualidad, sino que ellos mismos producen una
realidad social. (Verón)
Aquello que se dice en los medios no existe en términos reales,
más allá de los mismos espacios de periodismo o análisis. En
efecto, esto que se comunica es una parcialidad de una
realidad producida. Los efectos que tenga esta comunicación sí
pueden generar resultados o cambios reales a partir del código
de confianza que se produzca respecto de lo enunciado y, así,
otorgarle entidad de verdad o realidad (o, en términos
periodísticos, de actualidad). Como explica Verón, si damos
crédito, es porque hemos depositado nuestra confianza en ese
enunciado.
La mirada de cada persona, su experiencia en la realidad y la
forma que tiene de significar aquello que sucede la convertirán
en auditora de los discursos con diferentes resultados. La
experiencia y la actualidad son los órdenes que permiten a una
sociedad informada validar o no determinados enunciadores,
enunciados y construcciones de poder.

El nuevo rol del receptor


un receptor (al igual que quien enuncia) posee determinadas
estructuras de pensamiento, lenguaje y cultura que delimitarán
sus acciones sobre aquello que se dice. “Un paradigma cultural
incluye creencias, imaginarios colectivos, mitos, valores, modos
de abordar y de solucionar los problemas de la vida”
(Zecchetto)

Nuevo receptor remite a aquella persona con rol activo en el


proceso de semiosis social infinita. Ampliamos las funciones
sociales de los integrantes en un diálogo o un acto de
comunicación y hacemos del receptor un destinatario con poder
de acción sobre ese discurso emitido por otra persona o medio.
El enunciador podrá aplicar en sus discursos algunas
estrategias de acercamientos o seducción hacia las personas
que recibirán aquello que dice, pero estas últimas (en tanto
nuevos receptores) harán de esas palabras nuevas emisiones
de sentido, validarán partes de lo dicho y replicarán aquello que
consideren con las connotaciones particulares. “Tanto la
burocratización del discurso, como el uso de una jerga
autorizada contribuyen a las estrategias de legitimación que
inciden en la legalidad, corrección en las actuaciones,
autorización y normalidad”
El nuevo receptor se convierte, cada vez más rápido, en
enunciador (de acuerdo con la semiosis social infinita), a través
de las nuevas formas de comunicación masiva, ya sean redes
sociales, páginas web, blogs o mensajería instantánea.
Publicación: Nuevas formas de ver la recepción de
discursos mediáticos
dos paradigmas sobre la recepción: uno mecanicista y otro interpretativo,
donde la noción adquiere sentidos radicalmente diferentes.
la Mass Communication Research se había ocupado del efecto o impacto
directo que los medios de comunicación producían en la audiencia. Si
bien la noción de recepción es reformulada de forma continua, es en su
aplicación a la crítica literaria, realizada por un grupo de teóricos
alemanes nucleados en la llamada Escuela de Constanza, a mediados
de la década de 1960, donde puede rastrearse un momento clave para la
reformulación específica de una teoría de la recepción, que tuvo como
objetivo la escritura de una historia de la literatura abordada desde un
punto de vista del lector y el análisis del proceso implicado en el acto de
leer hasta conformar una teoría de la comunicación literaria (Jauss)
fue objeto de debate a partir del desplazamiento desde la recepción
literaria y artística hacia la recepción cultural, convertida en un objeto
privilegiado de análisis de los Estudios Culturales. Richard Hoggart ubicó
el problema en este punto cuando analizó los usos de la alfabetización
masiva a través de dos abordajes complementarios: la descripción de la
cultura de la clase obrera desde el punto de vista de los sujetos, para lo
cual apeló a su experiencia personal, y el análisis literario de las
publicaciones populares, para lo cual utilizó un enfoque literario y mucho
más crítico
inaugura una larga serie de indagaciones sobre el tema en el campo de
los Estudios Culturales, donde la recepción queda asociada a la
problematización de las culturas populares y a los productos de la
industria cultural.
Stuart Hall, suma una mirada marxista a la conceptualización del proceso
de comunicación al reformular el modelo lineal de la comunicación en
términos de una estructura producida y sostenida a través de la
articulación de momentos ligados, pero a la vez distintos de producción,
distribución/consumo y reproducción. De esta manera, la circulación y la
recepción son reincorporadas en el proceso de producción a través de
una cantidad de feedbacks. Hall subraya la ausencia de equivalencia
entre los dos lados del intercambio comunicativo, donde los procesos de
codificación y decodificación pueden no ser simétricos.
Cada sociedad/cultura tiende, con diversos grados de clausura, a
imponer sus clasificaciones del mundo social, cultural y político. Esto
constituye un orden cultural dominante, aunque no sea ni unívoco ni
incontestable. De manera que diferentes áreas de la vida social se
presentan, si bien no determinadas, sí jerárquicamente organizadas en
significados preferentes o dominantes, frente a los cuales la
decodificación se manifiesta como posiciones hipotéticas –dominante,
negociada y oposicional a identificar.
los Estudios Culturales se orientaron a probar de forma empírica estos
supuestos teóricos, hasta formular la necesidad de una etnografía de
audiencia de los medios de comunicación de masas.
lo cual implica toda una redefinición del lugar que ocupa un sujeto en la
estructura social y la función de su relación con la ideología dominante.
La tesis del receptor activo rompe, por un lado, con las concepciones
marxistas de la ideología, que sólo ven dominación y manipulación de la
conciencia, donde el sujeto con sus prácticas reproduce la ideología
dominante. Aquellas teorías de la acción sin sujeto (estructuralismo,
marxismo althusseriano) sólo reconocen una dirección unilateral de la
hegemonía-ideología-dominación. Es decir, la que va del emisor al
receptor, en este caso, pasivo, sin dimensión autonómica en su acción
social y cultural. Por otro lado, la idea de receptor activo supone una
ruptura con la clásica concepción de la comunicación, más conocida
como teoría de los efectos, que plantea el esquema: emisor-receptor-
canal-código-mensaje. En otras palabras, se le reconoce una dimensión
activa en el proceso comunicacional al receptor, ya que toda producción
de mensajes es polisémica y hay múltiples posibilidades de interpretación
desde el consumo por el sujeto.
cabría la posibilidad de encontrar cuáles son las resistencias que desde
el sujeto se establecen con relación a la hegemonía comunicacional. Es
decir, explicar cómo era posible que la gente no creyera todo lo que le
dicen los medios o no comprara todo lo que la publicidad ofrecía.
Es Raymond Williams quien va a lanzar la discusión en torno a cómo
entender el proceso hegemónico, proponiendo que la hegemonía es un
proceso social activo. Para el autor, la hegemonía no es solamente el
nivel superior articulado de la ideología, ni tampoco sus formas de control
consideradas habitualmente como manipulación o adoctrinamiento. La
hegemonía constituye todo un cuerpo de prácticas y expectativas en
relación con la totalidad de la vida: nuestros sentidos y dosis de energía,
las percepciones definidas que tenemos de nosotros mismos y de
nuestro mundo. Es un vívido sistema de significados y valores
fundamentales y constitutivos que en la medida en que son
experimentados como prácticas, parecen confirmarse recíprocamente.
es un sentido de la realidad para la mayoría de las gentes de la sociedad,
un sentido de lo absoluto debido a la realidad experimentada, más allá de
la cual la movilización de la mayoría de los miembros de la sociedad en
la mayor parte de las áreas de sus vidas se torna sumamente difícil.
Entonces, la hegemonía no sería el resultado exclusivo de la lucha de
clases sino la lucha misma, donde los elementos de las distintas clases
se relacionan.
Esta nueva concepción de la hegemonía construye un sujeto activo, no
sentado frente al televisor consumiendo pasivamente las publicidades y
lo que le dicen los medios, sino un sujeto productor de significaciones y
constructor de códigos, con capacidad de resignificación.
Lectura: La influencia de los contextos en la decodificación y efecto
de sentido de los discursos (significación y poder)
Las contraposiciones de datos
Dentro de las posibilidades sobre el rol del nuevo receptor existe la
capacidad de contraponer datos enunciados con aquello que llamamos
realidad o verdad.
Un discurso no es necesariamente un espejo de la realidad, un discurso
es, más bien, una elaboración de pensamientos, estructuras sociales,
sistemas de poder y lenguajes, que son emitidos a través de signos.
¿Cómo completaremos el sentido de esto? Realizaremos una
contraposición. “El sentido funciona a espaldas de la imagen, y sólo
desde ese horizonte es posible comprenderla e interpretarla... Es ese
sentido el que descubren los destinatarios que miran las imágenes”
Además de la capacidad simbólica, existe otra que Zecchetto llamó lo
imaginario. Según este autor, tanto lo simbólico (socialmente convenido)
como lo imaginario (individual y personal) intervienen como elementos de
significación. Lo imaginario, a su vez, tiene dos caras: la individual y la
social (definida por una práctica, una creencia, una rutina, etc. Asumidas
colectivamente) y estas dos tendrán su intervención en la comprensión
de aquello que se dice y completarán su sentido.
Será recomendable tener en cuenta estas facetas al momento de
contraponer datos. Abstraernos de estas cuestiones quitará el sentido
final que se le da, en una sociedad, a un discurso privado o público.
La contraposición no es un ejercicio que realicemos a consciencia en
nuestra vida cotidiana, pero si es nuestro objetivo es dedicarnos al
periodismo, esta deberá convertirse en un mecanismo diario. (¿Por qué
tal persona enuncia determinado dato? ¿Quién habla desde aquella
institución? ¿Qué opinan los sujetos involucrados en un mismo tema
sobre este? ¿Existe otra versión de esos sucesos?)
Contraponer y comparar nos llevará probablemente a la refutación de
una información que dábamos como cierta, y eso nos convierte en
responsables del sentido de nuestros discursos. Esta tarea protege, en
últimas instancias, los efectos sociales de los discursos, más allá de que
nuestros posteriores receptores son nuevos actores que podrán,
asimismo, refutar y establecer nuevos significados de la información que
damos.
Ejemplo: un choque de autos en pleno centro de la ciudad. Como
receptores de información primarios, recibiremos descripciones de los
hechos por parte de los protagonistas y testigos directos. ¿nos
quedaremos con esa información para luego replicar? Sería óptimo
que no fuese así, ya que otras fuentes (como policías, psicólogos o
especialistas en movilidad urbana) pueden tener otra lectura de lo
ocurrido.
Contraponer discursos nos permitirá completar la información
como receptores para luego emitir discursos más cercanos a aquello que
llamamos realidad.

El oficio de comunicar interpelando aquello que sucede


Para ser comunicadores sociales, seremos antes (y constantemente)
receptores de información. De ese rol inevitable dependerán nuestros
desempeños en el oficio, ya que no somos personas aisladas, sino seres
humanos contextualizados que informamos sobre aquello que nos rodea,
expresamos ideas de nuestra época y elaboramos pensamientos de
acuerdo con las miradas macro que nos estructuran.
Hablar del sentido de algo quiere decir, en primer lugar, referirse a las
significaciones que tienen las expresiones culturales, los signos y los
textos o discursos en circulación. Nuestra experiencia comunicativa es
siempre una experiencia de significado. El proceso de comunicación
deriva necesariamente en mensajes con algún significado y estos son los
primeros portadores de sentido. Pero un mensaje de cualquier clase
no se puede comprender separado del contexto en cual se realiza
el flujo discursivo. (Zecchetto)
Esto último se denomina efectos de sentido, que remiten a la idea de
que los signos cobran un significado por el contexto que los rodea y no
por sus significados semánticos: “los contextos dan los matices y van
marcando los márgenes y alcance de los sentidos” (Zecchetto)
A partir de la potestad que tienen los receptores de completar aquello
que fue enunciado, y como un avance más, podrán interpelar aquella
mirada de la realidad y comunicar una nueva idea del mundo.
aquello que se comunica en un medio de información masiva es solo un
fragmento de lo sucedido en un momento y lugar específico y bajo cierta
mirada que delimita qué es comunicable y qué no. Luego vendrán las
valoraciones inconscientes y conscientes de quien ejerce el oficio de
periodista y los factores de circulación que limitarán (o modificarán) el
mensaje final. Si pensamos que antes fuimos receptores de varios
enunciados o discursos, es un ejercicio que nos permitirá oponer datos,
reciclar miradas y discutir y ampliar nuestra estructura de pensamiento.
Quien más ejercite esta acción de apertura, recepción, interpelación y
emisión de un nuevo sentido, más cercano estará a aquello que en una
sociedad llamamos realidad.

Publicación: Los conceptos fundamentales de Verón


VERÓN, Eliseo. Semiosis de lo social. Fragmentos de una
teoría de la discursividad
En esta obra se trata una teoría de la discursividad. Su determinación
conceptual e histórica concierne a la evolución de la problemática de
lo social y se imbrica con el tratamiento del lenguaje, el signo y la
significación, los discursos y las instituciones histórico-sociales.
Con el objeto de comprender lo social, y, en última instancia al
hombre, Verón propone una teoría de los discursos que clarifica la
mediatización que realizamos en el reconocimiento y producción de lo
social, tiene una base triádica y no binaria, al responder a una
concepción del signo basada en los estudios de Gottlob Frege y
Charles Sanders Peirce que le permiten precisar la relación entre
signo -interpretante-objeto para el establecimiento del significado. Por
último recurre a la fundamentación de la Gramática Generativa-
Transformacional de Noam Chomsky.
El tratamiento de la discursividad, como aproximación al sentido a
través del pensamiento ternario sobre el signo, se articula con las tres
partes de la obra; en la primera Fundaciones se detiene en describir
el tejido de la discursividad social para señalar con precisión cómo
surgen los discursos científicos en la historia. Allí propone un modelo
de lectura y lo aplica a la fundación de la lingüística que se lleva a
cabo con el Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure.
Esta fundación se extiende a las demás ciencias.
En la segunda, El tercer término, trabaja sobre la noción de discurso
y hace una exposición sobre el signo que le permite hablar del
discurso ternario.
En la tercera, El sentido inverso, enfrenta desde su teoría de la
discursividad la pragmática o más concretamente a los seguidores de
Austin que han hecho de las exploraciones austinianas del lenguaje
una teoría, aunque no era ese su propósito.
como base de su teoría de la discursividad, Eliseo Verón señala la
diferencia entre "lectura en producción o generación" y "lectura en
repercusión" del texto para tratar, a su vez, el viejo tema de la
contraposición entre ciencia e ideología que como elementos de un
tejido discursivo nos envuelve socialmente desde la modernidad. Esta
teoría de la discursividad da cuenta del surgimiento y desarrollo de las
ciencias en las que las fundaciones son los puntos de partida para la
recepción/producción de los textos científicos. La puesta en relación
de producción (conjunto de relaciones) y recepción de una obra se
denomina circulación. Una fundación es un proceso particular de
circulación en que se vincula una gramática de producción y otra de
reconocimiento.
tanto los procesos de producción como lo ideológico se incluyen en la
producción social de sentido y en ambos es posible señalar la
articulación entre producción, circulación y consumo. Una lectura,
según el autor, es el efecto de sentido en el que se pone en juego dos
tipos de gramáticas que jamás son idénticos: la de producción y la de
reconocimiento.
¿en qué medida la ciencia no es ideológica? la respuesta de Verón es
precisa: Lo ideológico está siempre necesariamente en el discurso de
la ciencia. ¿Por qué? Porque la ciencia está sometida a condiciones
de producción como cualquier otro discurso. Pero como toda
producción se recepciona es en este cómo se la lee donde o cuando
aparece el efecto ideológico. Lo ideológico depende de la recepción o
reconocimiento que se haga de la obra.
tratar de eliminar lo ideológico de la ciencia es no comprender qué es
ideología. Lo ideológico es una dimensión constitutiva de todo sistema
social de producción de sentido. La ciencia es una parte, y se entreteje
con los discursos sociales. De aquí que ciencia e ideología no son
objetos comparables. Una es producto, es una objetivación concreta;
la otra es elemento constitutivo de toda producción social.
el discurso aparece como teniendo una relación directa, simple y
lineal, con lo real; aparece como siendo el único discurso posible
sobre su objeto, como si fuera absoluto; en palabras de Barthes, es el
discurso que se presenta naturalizado. Todo discurso es, en el nivel de
su efecto de sentido, ideológico.
Desde el punto de vista empírico e histórico asumido por el autor los
conocimientos científicos son susceptibles de ser leídos según los
principios que rigen para toda producción de conocimiento.
La ciencia es práctica de producción de conocimientos y no mera
actividad mental. Lo ideológico es el nombre de las condiciones que
hacen posible el conocimiento científico o de cualquier otro tipo. Un
discurso que muestre su ideológico es un discurso científico. La
cientificidad es un efecto de reconocimiento y no de producción.
El sujeto enunciador es el que se puede describir en un texto de
fundación y está surcado por los procesos de producción. Hay sujetos
concretos de la historia y sujetos abstractos de la enunciación de
textos.
Este planteo también permitirá, luego, cuestionar la teoría de los actos
de habla. Verón afirma que los objetos estudiados por la sintaxis y por
la semántica no son los mismos que los sujetos hablantes utilizan en
el plano pragmático. Habría una mediación ignorada por la teoría de
los actos de habla que Verón se encargará de analizar con
detenimiento.
Desde esta teoría de la discursividad Verón critica las posturas
continuistas y rupturales que explican la producción científica. El
continuismo privilegia el momento de producción de un texto
centrándose en la determinación de antecedentes y precursores. Lo
nuevo en un texto de fundación no se puede explicar. Queda sujeto a
lo anecdótico.
Por el contrario la teoría de la ruptura se coloca siempre en el
reconocimiento y considera la nueva producción como un surgimiento
absoluto. Para Verón es un idealismo de sentido contrario al anterior.
La noción de fundación designa los momentos de tensión interior de la
red discursiva de las ciencias, los puntos de desajuste máximos en la
circulación histórica de los textos. Ni continuidad ni ruptura. Es la
fundación como sistema de relaciones entre dos gramáticas: la de
producción y la de reconocimiento, resultado de una práctica
significante que se desarrolla en la historia, la postura de Verón para
explicar la producción científica.
Verón lee Saussure mostrando su producción en relación con los
discursos sociales de la época, es decir, teniendo presente las
condiciones de producción. Este análisis deja en claro que la teoría
comunicacional no aparece en el Curso de Saussure. La lingüística de
la comunicación es la matriz ideológica en la que el Curso fue recibido.
En cuanto al tratamiento del signo cuestiona la lectura comunicacional
que ha sido hecha sobre la lingüística de Saussure apoyándose en los
aportes semióticos de Frege y Peirce.
Una cuestión básica, en la obra que comentamos, es comprender que
lo simple está influido por lo complejo y que, lo complejo, se verifica
como una sobredeterminación. el camino elegido por nuestro autor es
el ir de lo más complejo a lo más simple; esto es: de los discursos
sociales a los actos de habla
el proceso de producción, que una teoría de la discursividad puede
llegar a determinar, son las huellas de las condiciones de producción
dejadas en una obra. Mucho de lo extra textual de una obra escrita
está constituido por otros textos ya producidos en esa época.

Publicación: Los efectos de sentido


Greimas, conciliando el análisis del discurso con las teorías
narratológicas, demostró que cualquier discurso está
organizado en forma narrativa. Al principio, fue la
narración. Tanto una lengua natural como un dibujo o un
filme tienen las mismas posibilidades de manifestar una
organización narrativa, y en un cierto nivel de abstracción
las estructuras narrativas de culturas diversas presentan
extraordinarias semejanzas. Greimas trata de indagar cómo
puede ser pensable, más allá de la manifestación elegida
para expresarlo, una forma de organización del sentido. Se
trata, en definitiva, de interrogar los sistemas de
significación y los efectos de sentido.

Publicación: El discurso como interacción social


El discurso como acción
El discurso puede describirse en distintos niveles de estructura. Estas
estructuras son explicadas de diversas formas, por ejemplo, por la sintaxis, la
semántica, la estilística y la retórica, así como por el estudio de géneros
específicos como los de la argumentación y la narración de historias. Desde
otra perspectiva, el discurso puede estudiarse en términos de los procesos
cognitivos (mentales) concretos de su producción y comprensión por los
usuarios del lenguaje.
El discurso, sin embargo, tiene otra dimensión fundamental. Se trata del hecho
de que el discurso es, también un fenómeno práctico, social y cultural. Los
usuarios del lenguaje que emplean el discurso realizan actos sociales y
participan en la interacción social, típicamente en la conversación y en otras
formas de diálogo. Una interacción de este tipo está, a su vez, enclavada en
diversos contextos sociales y culturales, tales como reuniones informales con
amigos o profesionales, o encuentros institucionales como los debates
parlamentarios.
La utilización discursiva del lenguaje no consiste solamente en una serie
ordenada de palabras, cláusulas, oraciones y proposiciones, sino también en
secuencias de actos mutuamente seleccionados. Por ejemplo, las historias y
los argumentos no sólo tienen estructuras abstractas e involucran procesos y
representaciones mentales (como conocimientos), sino que son, al mismo
tiempo, una dimensión de los actos comunicativos de narración y
argumentación realizados por usuarios reales del lenguaje en situaciones
reales.
Del mismo modo, también el orden de las palabras, el estilo y la coherencia,
entre muchas otras propiedades del discurso pueden describirse no sólo como
estructuras abstractas, como se hace en lingüística, sino también en términos
de las realizaciones estratégicas de los usuarios del lenguaje en acción: por
ejemplo, los hablantes y escritores están permanentemente ocupados en hacer
que sus discursos sean coherentes. Lo que es válido en lo referente a
estructuras del discurso lo es también para su procesamiento mental y para las
representaciones requeridas en la producción y la comprensión: la cognición
tiene una dimensión social que se adquiere, utiliza y modifica en la interacción
verbal y otras formas de interacción.

Los usuarios del lenguaje y el contexto


Los usuarios del lenguaje utilizan activamente los textos y el habla no sólo
como hablantes, escritores, oyentes o lectores, sino también como miembros
de categorías sociales, grupos, profesiones, organizaciones, comunidades,
sociedades o culturas. Interactúan como mujeres y hombres, negros y blancos,
viejos y jóvenes, pobres y ricos, médicos y pacientes, docentes y estudiantes,
amigos y enemigos, chinos y nigerianos, etc., y, en la mayoría de los casos, en
complejas combinaciones de estos roles e identidades sociales y culturales. De
modo recíproco, al producir el discurso en situaciones sociales, los usuarios del
lenguaje al mismo tiempo construyen y exhiben activamente esos roles e
identidades.
Los hablantes por lo general realizan sus acciones en diferentes marcos
comunicativos, sobre la base de diversas formas de conocimiento social y
cultural y otras creencias con distintos objetivos, propósitos y resultados. El
discurso usualmente muestra o señala estas características: en relación con
sus contextos, se dice que el habla y el texto son indicativos. Por ejemplo, los
modos de tratamiento formal en la Cámara de Representantes pueden indicar
precisamente la formalidad de ese suceso legislativo. En síntesis, el discurso
manifiesta o expresa, y al mismo tiempo modela, las múltiples propiedades
relevantes de la situación sociocultural que denominamos su contexto.
El análisis del contexto puede ser tan complejo y con tantos niveles como el
análisis del propio texto o habla. Mientras que las estructuras de una
conversación informal entre amigos pueden estar controladas sólo por unos
pocos parámetros contextuales (como el marco, su conocimiento y sus papeles
sociales como amigos), es posible que sea necesario analizar los noticiarios,
los debates parlamentarios y las interacciones en las salas de tribunales en
relación con elaboradas condiciones y consecuencias sociales, políticas y
culturales.

Habla y texto escrito


La mayoría de los trabajos sobre el discurso como acción se concentran en la
conversación y el diálogo, esto es, en el habla.
Gran parte del habla cotidiana es espontánea y tiene muchas propiedades del
habla improvisada: pausas, errores, reparaciones, falsos comienzos,
repeticiones, superposiciones, etc. La escritura de textos está, en general, más
controlada; especialmente gracias al ordenador, los escritores tienen muchas
formas de corregir y cambiar un texto escrito con anterioridad. Es decir,
mientras el lenguaje oral es “lineal” y “en línea”, el acto de escribir puede
combinar una escritura lineal y en línea con otras formas de “composición”, de
retroceder y reescribir.
los géneros formales del discurso oral, tales como los discursos o conferencias
académicas, bien pueden haber sido preparados como textos escritos y luego
simplemente leídos, con o sin partes espontáneas improvisadas. Así también
las notas, las cartas o el correo electrónico pueden asimismo ser más o menos
espontáneos y mostrar muchos elementos de una escritura no preparada. En
síntesis, el estudio del discurso como acción no puede simplemente
identificarse con el análisis de la conversación espontánea, y tampoco con el
lenguaje oral: muchos géneros combinan el monólogo y el diálogo, partes
escritas y partes habladas, y pueden ser más o menos espontáneos.
Jerarquías de la acción
Cuando hablamos o escribimos, por supuesto llevamos a cabo actos de
escritura y de habla, pero lo importante es que de ese modo realizamos actos
como hacer aseveraciones y acusaciones, responder preguntas, defendernos,
ser corteses, o emplear estrategias de auto presentación positiva. Esto es, el
discurso puede estar constituido por una compleja jerarquía de diferentes actos
en distintos niveles de abstracción y generalidad, por lo cual hacemos X
mediante o mientras hacemos Y.
Prácticas sociales y funciones
Menos utilizada en el análisis de la conversación, y más en el análisis de los
discursos social y político, la noción de práctica social usualmente supone una
dimensión social más amplia del discurso que los diversos actos realizados por
los usuarios del lenguaje en la interacción interpersonal. Por ejemplo, una
interacción entre médico y paciente, entre docente y estudiante, así como un
debate parlamentario o una audiencia judicial no sólo son formas complejas de
diálogo institucional; también constituyen o son partes inherentes de las
prácticas discursivas y sociales más complejas de la atención médica, la
enseñanza, la legislación o “hacer” justicia. De un modo similar, una
conversación cotidiana informal acerca de la inmigración puede ser parte de la
práctica social compleja de comunicar estereotipos étnicos, una práctica que a
su vez puede contribuir a la reproducción del sistema social del racismo.
El estudio del discurso como acción puede concentrarse en los detalles
interactivos del habla (o del texto escrito), pero además puede adoptar una
perspectiva más amplia y poner en evidencia las funciones sociales, políticas o
culturales del discurso dentro de las instituciones, los grupos o la sociedad y la
cultura en general.
Como en el caso de las jerarquías de acción, podemos aquí hablar también de
una jerarquía de funciones: una aserción puede funcionar como un veredicto
cuando la realiza, en un momento apropiado, un jurado en los tribunales, o un
fallo en el caso de un juez, y ese veredicto o fallo puede a su vez funcionar
como una forma de impartir justicia (o injusticia) en un sistema legal específico.
Los usuarios del lenguaje “hacen” todas esas cosas al mismo tiempo, a veces,
incluso, sin percatarse de ello. Un enfoque social integrado hacia el discurso no
debería excluir uno de estos niveles por ser menos relevante o menos social.
Por ejemplo, “hacer justicia” no se limita a procesos judiciales y sus
acusaciones o sentencias, sino que también involucra tomar turnos, formular
preguntas, hacer acusaciones, describir acciones pasadas, utilizar el estilo
legal, etc. Las microacciones más detalladas de las prácticas sociales
complejas son también actos sociales por derecho propio: son actos mediante
los cuales se realizan las prácticas sociales de nivel superior.
Es decir, tanto los aspectos más locales como los más globales del discurso
participan en la realización de las prácticas sociales. De esta forma, en el
análisis social del discurso también encontramos que la realidad social puede
estar constituida y ser analizada en cualquier punto desde un nivel de
descripción más micro hasta uno más macro; por ejemplo, como los (detalles
de) actos y la interacción entre los actores sociales, o como lo que “hacen”
instituciones o grupos completos y cómo ambos contribuyen así a la
producción y reproducción (o desafío) de la estructura social. Cada vez más, el
análisis social del discurso se ocupa precisamente de las interrelaciones entre
las propiedades locales y globales del texto y el habla social.

Lectura: Las facetas del discurso


El rol del analista
los estudios de la interacción (por ejemplo, en la sociolingüística
interaccional, en la antropología lingüística) han mostrado cómo a través
de las prácticas discursivas se realizan otras prácticas sociales. Así han
puesto especial énfasis en el estudio de los usos de el (los) código(s)
lingüístico(s) en el desarrollo de la vida social.
En este marco, el análisis crítico del discurso será el que tomemos
nosotros, a modo de intervención en el orden de lo dicho, para buscar
una mayor conciencia en los sujetos hablantes, quienes podrán dotarse
de herramientas para analizar (completar sentido y poner en duda)
discursos propios y ajenos.
En función de eso, determinaremos las facetas del discurso y
aplicaremos tres conceptos de Íñiguez Rueda:
- discurso como práctica textual
- discurso como práctica discursiva
- discurso como práctica social
El discurso como práctica textual responde a la lingüística estructural
norteamericana, que comprende el discurso como una unidad
lingüística con cierta coherencia y cohesión textual. La práctica de
este tipo de faceta está presente en la existencia de un agente que no
produce el texto y adhiere o niega aquello que enuncia.
Por ejemplo: no será lo mismo analizar un discurso que diga las mujeres
nacidas en París tienen tendencia al arte, que decir sería comprobable
que las mujeres nacidas en París tienen tendencia al arte. La afirmación
es una práctica social y esta es una faceta analizable del discurso.
El discurso como práctica discursiva hace referencia a la idea de
situación social, tiempo y espacio que contextualizan y le dan
sentido a un enunciado. Esta faceta del discurso busca determinar la
relación que existe entre un texto y su contexto
No es posible encontrar en un mismo contexto dos interacciones
idénticas. La movilidad discursiva es parte de cualquier relación humana
alfabetizada.
ya que si bien el discurso se adecua y pliega a la regulación de la acción
social y a los imperativos de un tiempo y un espacio social determinados,
al mismo tiempo, estructura y dota de significado a la acción social,
produce, reproduce pero también modifica aquellos contextos sociales en
los que emerge, a los actores sociales y sus relaciones.
En este caso, nos interesa la relación entre las condiciones de
producción y las de recepción del discurso dentro de la situación
comunicativa, que dejan ver tipos de signos aplicados, dialecto social,
códigos discursivos según los lugares, etcétera. En este punto, nos
interesan, sobre todo, las relaciones discursivas que se establecen y
pueden ser más o menos simétricas, según los registros de poder que se
establecen y los recursos lingüísticos de los interlocutores.
El discurso como práctica social responde a la escuela francesa de
análisis del discurso. Esta busca resaltar la relación dialéctica que
existe entre las estructuras y las relaciones sociales y el discurso.
Esto significa dejar en claro que así como la sociedad con sus
estructuras de lenguaje, su contexto y su pensamiento conforma el
discurso, este incide siempre en las relaciones y las formas de una
sociedad.
Dadas las tres dimensiones del discurso (social, discursiva, textual) a las
que hemos hecho referencia, optar por una u otra posición suele entrañar
la selección correlativa de determinados recursos lingüísticos y
estrategias discursivas dentro del repertorio del que disponen los
hablantes.
Tras delimitar estas facetas del discurso social, seguirá la tarea, más
programática y profunda, de quienes decidimos llamar analistas con
aquello que se dice. ¿Por qué es importante delimitar este rol? Porque
más allá de su implementación consciente o inconsciente este colabora
en la comprensión fiel de los mensajes emitidos y reconoce las huellas
de los enunciadores, los factores de circulación y las acciones sociales
que estos involucran.
Todos podemos ser analistas de discursos en todas las circunstancias
sociales que involucran palabras o gestos y personas en convivencia.
Pensarnos como responsables de la recepción, actores de la acción de
semiosis social y personas que no asumen lo dicho como referencia
directa de la realidad es el inicio de un ejercicio consciente como
destinatario.
Existen dos maneras de realizar análisis de la conversación. Una, la más
fundamental, es construir nuestro conocimiento de cómo funciona la
conversación: qué hacen las personas con su habla para hacerse
inteligibles entre sí y crear la vida cotidiana tal y cómo la conocemos.
Cuanto más podamos construir este conocimiento, más capaces
seremos de llevarlo al otro uso del análisis del discurso; es decir, aplicar
todo este conocimiento a un fragmento de datos concreto y ver lo que
nos dice.
Esta complementariedad entre aquello que entendemos de una
conversación o un discurso (qué es un enunciado, cómo se manifiesta,
qué función cumple, etc.) y aquello que reconocemos luego como huellas
formales que delimitan al enunciador, su sociedad, sus paradigmas de
pensamiento y los marcos discursivos permitirá no solo completar la
información, sino también hacernos más responsables como sujetos de
comunicación, para no ser simples receptores pasivos de aquello que se
dice.
Ambos métodos son igualmente válidos. Elegir uno u otro depende del
objeto de la investigación. Si usted es un investigador básico, puede que
se sienta atraído por el habla más fundamental y por desmontar la
conversación para ver cómo funciona y lo que hace. En cambio, si ya le
interesa un fenómeno determinado –tan amplio como, por ejemplo, la
interacción familiar o tan específico como de qué forma los doctores dan
los diagnósticos a los pacientes–puede recoger datos específicos del
fenómeno y posteriormente aplicar el AC a éste
Pensar que el análisis del discurso es solamente válido para
investigadores de la palabra es un error que puede llevarnos a un estado
de sometimiento y credulidad absoluta.

Publicación: El discurso social como acción


El abordaje del discurso como acción social, se presenta como forma de
habilitar nuevos caminos en la reconstrucción de acontecimientos, mostrando
tanto las estructuras del lenguaje como la ideología que compromete a los
actores sociales de un momento determinado.
el análisis del discurso puede describirse en distintos niveles de estructuras,
tales como:
- La sintaxis: El uso de pronombres, sobre la base de la dualidad
NOSOTROS/ELLOS, es una de las categorías gramaticales más
conocida de la expresión y manipulación de relaciones sociales, status y
poder. De la misma forma, el "estilo" -el conjunto de elecciones que se
hacen entre las posibles estructuras de la forma sintáctica en un
discurso en particular-. Por definición, el estilo es una función del control
ideológico (el uso cortés o descortés en la forma de dirigirse a otro).
- Significado e interpretación: El análisis léxico es el componente más
obvio del análisis ideológico del discurso. Los significados son el tipo de
cosas que los usuarios del lenguaje asignan a cada expresión de
procesos de interpretación y comprensión. De modo que hablante y
receptor pueden asignar distintos significados a la misma expresión, y la
misma expresión puede significar distintas cosas en diferentes
contextos. Muchas opiniones pueden volverse convencionales y
codificarse en el léxico, como por ejemplo los significados negativo y
positivo de los términos "terrorista" versus "luchadores por la libertad".
- Proposiciones: Quién aparece como el villano o el héroe, el victimario y
la víctima, son cuestiones que organizan actitudes ideológicas y tales
percepciones pueden ser proyectadas directamente en estructuras
proposicionales y sus formulaciones sintácticas (activas, pasivas,
nominalizaciones).
- Lo implícito y lo explícito: La función ideológica de ocultar los hechos o
condiciones sociales o políticas "reales" del discurso puede ser
manejada semánticamente mediante diversas formas de dejar
información implícita.
- Estructuras esquemáticas: Las posiciones ideológicas también quedan
plasmadas en las estructuras formales del discurso: qué aparece en el
titular, qué en la bajada, qué enfatiza el copete y qué resalta el cuerpo
de la noticia.
- Estructuras retóricas: Predominan en los contextos persuasivos, y
abarcan la repetición, la supresión, la sustitución, figuras de rima,
paralelismos, comparación, metáforas. Se pueden emplear metáforas
para destacar el carácter negativo de nuestros enemigos,
comparaciones para atenuar nuestra culpa, e ironía para desafiar los
modelos negativos de nuestros oponentes.
- Interacción: Otra forma de expresión ideológica en el discurso son las
estrategias de interacción, en las que quedan impresas la posición
social, el poder y el control que ejercen los miembros sociales de un
grupo. Por caso, los hablantes poderosos podrán controlar las
estructuras contextuales de modo de prohibir la presencia de ciertos
participantes, sancionando formal o informalmente el léxico, cambiando
los tópicos o la agenda de un encuentro.
Además, el discurso puede estudiarse en términos de los procesos cognitivos
concretos de su producción y comprensión por los usuarios del lenguaje.
El discurso tiene otra dimensión fundamental: ser un fenómeno práctico, social
y cultural. Los usuarios del lenguaje que emplean el discurso realizan actos
sociales y participan en la interacción social. La interacción social a su vez,
está enmarcada en diversos contextos sociales, tales como reuniones,
encuentros institucionales entre otras formas culturales.
El enfoque del discurso como acción en la sociedad no significa abandonar la
estructura, ya que la misma se concentra en el orden y la organización. La
utilización discursiva del lenguaje no consiste solamente en una serie ordenada
de palabras, cláusulas, oraciones y proposiciones, sino también en secuencias
de actos mutuamente relacionados. Lo que es válido en lo referente a las
estructuras del discurso lo es también para su procesamiento mental y para las
representaciones requeridas en la producción y la comprensión: la cognición
tiene una dimensión social que se adquiere, utiliza y modifica en la interacción
verbal y en otras formas de interacción.
Los usuarios del lenguaje utilizan activamente los textos y el habla no sólo
como hablantes, escritores, oyentes o lectores, sino también como miembros
de categorías sociales, grupos, profesiones, organizaciones, comunidades,
sociedades o culturas; en la mayoría de los casos, complejas combinaciones
de roles e identidades sociales y culturales. De modo recíproco, al producir el
discurso en situaciones sociales, los usuarios del lenguaje al mismo tiempo
construyen y exhiben activamente esos roles e identidades.
Por otra parte, el discurso manifiesta o expresa, y modela la situación
sociocultural que se denomina contexto. El estudio del discurso como acción
no puede simplemente identificarse con el análisis de la conversación
espontánea y tampoco con el lenguaje oral ya que muchos otros géneros
combinan el monólogo y el diálogo, partes escritas y habladas y pueden ser
más o menos espontáneos.
El estudio del discurso como acción puede concentrarse en los detalles
interactivos del texto o del habla, pero además puede adoptar una perspectiva
más amplia y poner en evidencia las funciones sociales, políticas o culturales
del discurso dentro de las instituciones, los grupos o la sociedad y la cultura en
general.
Aunque el análisis puede identificar diferentes actos o funciones sociales en
diversos niveles, los usuarios del lenguaje hacen todas esas cosas al mismo
tiempo, a veces sin percatarse de ello. Un enfoque social integrado hacia el
discurso no debería excluir uno de estos niveles por ser menos relevante o
menos social. Las micro acciones de las prácticas sociales complejas son
también actos sociales por derecho propio: son actos mediante los cuales se
realizan las prácticas sociales de nivel superior. Por lo tanto en el análisis
social del discurso, también encontramos que la realidad social puede estar
constituida y ser analizada en cualquier punto desde un nivel de descripción
más micro hasta uno más macro, por ejemplo, como los detalles de actos y la
interacción entre actores sociales, o como lo que hacen instituciones o grupos
completos y analizarse cómo ambos contribuyen así a la producción y
reproducción o desafío de la estructura social.
Acción: Definimos el discurso como acción, pero ¿qué es exactamente la
acción y qué hace que los discursos sean una forma de interacción social?
las acciones son la clase de cosas que las personan hacen; las actividades de
los seres humanos tienden a llamarse "actos" sólo si son intencionales. Más
aún, la mayoría de las acciones son ejecutadas para realizar o para producir
alguna otra cosa, esto es, otras acciones, sucesos, situaciones o estados
mentales; es decir, las acciones tienen metas y esto hace que sean
significativas o tengan un "sentido", lo que a su vez hace que sus actores
parezcan tener algún propósito.
el discurso es una actividad humana controlada, intencional y con un propósito:
por lo general no hablamos, escribimos, leemos o escuchamos de modo
accidental. Estas acciones pueden tener propiedades muy diferentes, pero
todos son actos comunicativos. Aunque las intenciones y los propósitos suelen
describirse como representaciones mentales, también son socialmente
relevantes porque se manifiestan como actividad social y porque nos son
atribuidos por otros que interpretan esa actividad: es así como los otros nos
interpretan o definen como personas más o menos racionales y, al mismo
tiempo, como actores sociales.
El análisis de la acción puede depender de la perspectiva que se adopte, en
particular la del hablante o la del receptor. Para un hablante, la percatación, la
conciencia, la intencionalidad y los propósitos pueden estar asociados con
acciones "reales". Para los receptores, lo que cuenta es lo que se dice y sus
consecuencias sociales, o sea, lo que escuchan o interpretan como acción
(intencional). Esto es más o menos lo mismo que ocurre cuando los usuarios
del lenguaje asignan significados a los discursos, atribuyen intenciones a otras
personas y así las definen como actores sociales. Ésta es una de las razones
por la que la mayor parte de los análisis sociales del discurso se concentra
menos en los hablantes, y aún menos en sus (no observables) intenciones,
que en la forma en que las actividades discursivas pueden ser razonablemente
escuchadas o interpretadas, esto es, inferidas como acciones a partir de lo que
se dice, se muestra o se exhibe concretamente. En esta clase de análisis, lo
que prevalece suele ser la perspectiva y la interpretación del otro: la actividad
discursiva se vuelve socialmente "real" si tiene consecuencias sociales reales.
De este modo, las personas hacen muchas cosas "con" el discurso de las que
no se percatan, que no son su intención, que están más allá de su control o
que sólo son interpretadas de esa manera por otros. En síntesis, las
intenciones y propósitos que se atribuyen al discurso pueden tener un alcance
variable: algunas consecuencias de los textos escritos y el habla son concreta
e inherentemente intencionales, con un propósito y bajo control del hablante,
mientras que otras lo son menos.
Si el análisis del discurso es acción, puede suponerse que la producción o la
comprensión de oraciones, palabras, estilo, retórica o argumentación deberían
asimismo entenderse como acciones. Para realizar el discurso como acción
social, necesitamos llevar a cabo no sólo actos ilocutivos (o actos de habla)
como aserciones y promesas, sino también actos locutivos o actos gráficos
concretos de habla o escritura, además de actos proposicionales tales como
significar algo cuando hablamos o escribimos.
En el análisis del discurso como acción, podríamos suponer algún nivel de
acciones básicas (componentes), por debajo del cual la actividad lingüística o
mental ya no es intencional sino más o menos automática y por "debajo" de
nuestro control.
Contexto: El análisis social del discurso estudia típicamente el discurso en
contexto. Sin embargo, aunque utilizada con frecuencia, la noción de contexto
no siempre se analiza con tanto detalle cómo el texto y el habla, si bien los
contextos son, para decirlo de algún modo, la interfaz entre el discurso por un
lado y las situaciones y estructuras sociales por el otro.
el contexto parece implicar algún tipo de entorno o circunstancias para un
suceso, acción o discurso, algo que necesitamos saber para comprender en
forma apropiada el suceso, la acción o el discurso, algo que funciona como
trasfondo, marco, ambiente, condiciones o consecuencias.
En el estudio del discurso como acción e interacción, el contexto es crucial. La
distinción principal entre el análisis abstracto del discurso y el análisis social del
mismo es que el segundo toma en cuenta el contexto. El discurso se produce,
comprende y analiza en relación con las características del contexto. Por lo
tanto, se interpreta que el análisis social del discurso define el texto y el habla
como situados: describe el discurso como algo que ocurre o se realiza "en" una
situación social.
Sin embargo, no todas las propiedades de una situación social son parte del
contexto de un discurso. Los participantes humanos parecen ser elementos
cruciales del contexto, y también algunos de sus roles de acción, tales como
ser hablantes o receptores de actos verbales. Otras propiedades de los
participantes son frecuentemente (pero no siempre) relevantes, tales como ser
hombre o mujer, ser joven o viejo, o tener poder, autoridad o prestigio. Se
consideran a estas propiedades contextuales porque pueden influenciar la
producción o interpretación de (las estructuras de) el texto y el habla; por
ejemplo pueden tener influencia en el uso de pronombres o verbos especiales,
en la elección de temas. Por lo tanto, el contexto se presenta como la
estructura de aquellas propiedades de la situación social que son
sistemáticamente relevantes para el discurso.
El género, la edad, la clase social, la educación, la posición social, la filiación
étnica y la profesión de los participantes son con frecuencia relevantes. Por
otro lado, la altura, el peso, poseer licencia de conductor raramente son
relevantes. Lo mismo sucede con los roles sociales: algunos roles sociales y
relaciones sociales son por lo general relevantes, como ser amigo o enemigo,
tener poder o no poseerlo, ser dominante o dominado, mientras que otros
parecen tener un impacto menos sistemático sobre el texto y el habla y su
comprensión, tales como ser primero o último, ser entusiasta del cine o del
teatro. En otras palabras, las propiedades relevantes de los participantes
constituyen condiciones contextuales de propiedades específicas del discurso.
los tipos de participantes son usualmente parte de la definición teórica como
así también del concepto de sentido común del contexto: las personas adaptan
lo que dicen -cómo lo dicen y cómo interpretan lo que otros dicen-a algunos de
sus roles e identidades, y a los papeles de otros participantes. Este es
precisamente el sentido del análisis del contexto: las estructuras del discurso
varían en función de las estructuras del contexto y pueden, al mismo tiempo,
explicarse en términos de estas últimas estructuras; los contextos pueden estar
determinados y ser modificados en función de las estructuras del discurso; no
se estudian los contextos por sí mismos, como lo harían los científicos sociales,
sino también para comprender mejor el discurso.
El contexto debe incorporar un número de dimensiones del "marco" de una
situación social, tales como el tiempo, el lugar o la posición del hablante y
quizás algunas otras circunstancias especiales del ambiente físico. Respecto al
tiempo, muchos géneros del discurso están ambientados en períodos
temporales específicos, como el caso de reuniones, sesiones o clases. En
relación al lugar, algunos participantes están típicamente en el frente (como los
docentes y conferencistas) o situados en una posición más elevada (como los
jueces) que otros, y señalarán esto con verbos, pronombres y otras
expresiones apropiadas. En general, las expresiones deícticas del lugar y
tiempo (hoy, mañana, aquí, allí, etc.) necesitan estos parámetros contextuales
para ser interpretables. El marco puede también ser privado o público, informal
o institucional, como en el caso de los discursos que están marcados por el
hecho de que se realizan en el hogar o en la oficina, en los tribunales, en el
hospital o en el aula. Algunos géneros discursivos sólo pueden realizarse
válidamente en un ambiente institucional apropiado. En general, los ambientes
institucionales están tan estrechamente vinculados con los géneros del
discurso institucional que interactúan en múltiples formas con las estructuras
del texto y el habla. Los contextos institucionales presentan, además, la utilería
u objetos típicos que pueden ser relevantes para los textos o el habla formal,
tales como uniformes, banderas, mobiliario especial, instrumentos, etc. Las
salas de audiencias de los tribunales, las aulas, y las salas de prensa, entre
muchos otros, "sitios" de géneros discursivos especiales, están repleto de
objetos típicos. Nótese que se vuelven parte del contexto sólo cuando su
presencia está sistemáticamente marcada en la interacción verbal o en los
géneros discursivos de esas situaciones. La relevancia sistemática significa,
entonces, que se requieren propiedades estructurales especiales del habla,
como un orden de palabras diferente, un estilo diferente, actos de habla
especiales, etc. en presencia de esos objetos de la situación.
¿Qué más necesitan los contextos y sus participantes para que el texto y el
habla sean comprensibles, apropiados o válidos? Los actos no verbales
significativos, como las gesticulaciones, las expresiones faciales y los
movimientos del cuerpo. Así, los actos de habla militares pueden requerir
saludos, y algunos actos de habla (como los juramentos) deben realizarse
mientras se está de pie y con la mano alzada. Una multitud de géneros
institucionales combinan textos, habla y otros actos, de modo tal que el
discurso puede ser una condición o una consecuencia estructural de esos
actos.
la acción, presupone intenciones, planes o propósitos de hablantes o escritores
y aunque sean propiedades relevantes de los participantes, también se las
debe admitir en la definición del contexto. Los contextos no sólo necesitan
elementos estructurales en el mismo nivel superior de la situación completa o
suceso. Los contextos toman naturalmente su lugar en configuraciones,
estructuras y sistemas institucional y socialmente complejos. Por lo que el
análisis del contexto puede ser tan complejo como el análisis del discurso.
Muchos discursos encuentran su racionalidad y funcionalidad última en
estructuras sociales y culturales. Por esta razón, tiene sentido analítico
distinguir entre el contexto local o interactivo y el contexto global o social.
También debe considerarse que, los contextos no están más fijos o
determinados que el propio discurso. Pueden ser flexibles y cambiantes, y
puede ser necesario negociarlos, especialmente en la interacción
conversacional. Los discursos pueden estar condicionados por los contextos,
pero también ejercen influencia sobre ellos y los construyen. Esto es, los
discursos son una parte estructural de sus contextos, y sus estructuras
respectivas se influyen mutua y continuamente.
Luego, los contextos, al igual que el discurso, no son objetivos, en el sentido de
que están constituidos por hechos sociales que todos los participantes
interpretan y consideran relevantes de la misma manera. Son interpretados o
construidos, y estratégica y continuamente producidos como hechos relevantes
por y para los participantes.
Desde una perspectiva más cognitiva, podríamos decir que los contextos son
construcciones mentales (con una base social) o modelos en la memoria.
Como el significado y otras propiedades del discurso también se manejan
mentalmente, esto explica el vínculo fundamental entre el discurso y el
contexto: en tanto representaciones subjetivas, los modelos mentales de los
contextos pueden así supervisar directamente la producción y la comprensión
del habla y el texto. Sin esta subjetividad de los usuarios del lenguaje y sus
mentes, los mismos contextos sociales tendrían el mismo efecto sobre todos
los usuarios del lenguaje involucrados en la misma situación. Lo que
obviamente no ocurre. Es decir, además de su definición social acostumbrada,
los contextos también necesitan una definición cognitiva que permita dar
cuenta de la variación personal y la subjetividad, además de explicar el modo
en que las estructuras sociales pueden influir sobre las estructuras discursivas
"por medio de" la mente de los miembros sociales.
Poder: Tanto la acción como los contextos del discurso poseen participantes
que son miembros de diferentes grupos sociales. El poder es una noción clave
en el estudio de las relaciones grupales en la sociedad. Si alguna característica
del contexto y de la sociedad en general tiene efectos sobre el texto y el habla
y viceversa, esa característica es el poder.
el ejercicio del "poder" por un grupo implica la pérdida o limitación de la libertad
de otro grupo
Van Dijk define el "poder" desde una de sus facetas: el control. Es decir, un
grupo A ejerce poder sobre uno B cuando los miembros de A son
habitualmente capaces de controlar a los miembros de B. Esto significa que los
miembros de B no sólo carecen de libertad para hacer los que desean, sino
que también pueden ser conducidos a acordar con los deseos o intereses del
grupo más poderoso, incluso contra sus propios intereses.
Existen tres formas de ejercer el poder:
- mediante la coerción, basada en la fuerza física o institucional (policía,
fuerzas armadas)
- mediante el control exclusivo de los recursos necesarios (alimentos,
trabajo, vivienda)
- mediante el control de la mente de los dominados.

Esta última -que Van Dijk denomina "persuasiva" y en la que centra su


enfoque-implica que el control sobre la mente de los dominados sea sutil e
indirecto. Una vía para ello es el control al acceso del discurso público, de
manera que sólo puedan expresarse ciertas formas específicas de
conocimiento y opinión. Este tipo de control discursivo e ideológico parece
prevalecer en las sociedades contemporáneas de la "información y
comunicación", donde el conocimiento y el acceso a los medios masivos y al
discurso público son esenciales para controlar las mentes -e indirectamente las
acciones-de los otros.
En este contexto, el consentimiento y el consenso desempeñan un rol esencial
en el ejercicio del poder y la reproducción de las ideologías que lo sustentan.
Generalmente, aquellos que tienen poder persuasivo ideológico y discursivo
también poseen el poder coercitivo para reprimir a quienes no se sometan a las
directivas del poder simbólico. Mientras que los sistemas tradicionales de poder
eran coercitivos (con base en el control físico de la acción, violencia o poderío
militar) gran parte del poder moderno es persuasivo, discursivo y, por ende,
ideológico.
incluso la resistencia y la lucha para vencer esa opresión requiere -según Van
Dijk-una base socio cognitiva en término de valores, principios e ideologías
relevantes para los grupos. Y son los líderes e intelectuales quienes
contribuyen en mayor medida al desarrollo de tales ideologías. Pero para ello
es fundamental el acceso al discurso público, que puede comenzar con el
pronunciamiento de eslóganes en las calles, y canalizarse luego en escritos
confeccionados por académicos, políticos, líderes sindicales y otras elites. Por
definición, esos pronunciamientos deben basarse en análisis sociales críticos,
valores o principios éticos del grupo.
Uno de los caminos para comprender el mecanismo de dominación entre
grupos consiste en esclarecer la forma en que los discursos ideológicos de los
grupos son presentados en los medios de comunicación. Cotidianamente, las
ideologías más destacadas en los medios de difusión son las pertenecientes a
las elites, en detrimento de las sostenidas por grupos dominados y opositores.
De todos modos, ello no impide que las elites simbólicas de los medios
(redactores de mayor jerarquía o columnistas destacados) desacuerden con las
ideologías políticas, empresariales y académicas dominantes.
En la sociedad contemporánea, los medios adquieren una relevancia crucial en
la medida que vehiculizan discursos y opiniones confiriéndoles una "voz
pública efectiva".
El creciente control que ejercen las elites sobre los medios de comunicación
(como instrumentos de control ideológico en la sociedad) explica por qué las
ideologías de elite se convierten en dominantes.
Este tipo de poder discursivo necesita tres elementos: discurso, acción y
cognición (intención, propósito, motivación). Un discurso en base a una orden
se interpreta de un modo que lleva a los actores a producir una intención de
actuar como nosotros queremos y es sobre esa intención que se actúa. Los
recursos del poder simbólico pueden estar basados en recursos socio-
económicos, legales y políticos.
Las ideologías populares pueden convertirse en dominantes en la medida que
tengan amplio sustento dentro de uno o varios grupos dominados; sus líderes
tengan acceso al discurso público y a los medios de comunicación -para lo cual
los medios tendrían que estar en connivencia con ellos-; y esas ideologías
populares no sean inconsistentes con los intereses de la mayoría de las elites.
Por lo demás, en los medios de comunicación masiva, la asignación de tareas,
desde la valorización de las noticias que son importantes, hasta la
determinación de quién es entrevistado y quién no, quién es mencionado y
quién no, está sometida a intereses ideológicos. Por ello la confección de
noticias está sesgada hacia la reproducción de un conjunto de ideologías
dominantes, de elite.
Y a pesar de las diferencias personales y la libertad de los receptores en su
procesamiento y utilización del discurso mediático, los efectos ideológicos de
los medios son innegables: la gama de ideologías sociales aceptable es casi
idéntica a la de aquellos que tiene acceso preferencial a los medios. Y aun
cuando se producen debates, oposiciones, diferencias de opinión y diferencias
entre los medios, todo ello se produce dentro de los límites de una variación
ideológica tolerable.
Ideología, en otro nivel, las ideologías también establecen vínculos entre el
discurso y la sociedad. En un sentido, las ideologías son la contraparte
cognitiva del poder.
En la definición cognitiva de "ideología", Van Dijk emplea el concepto
"creencia" para designar "cualquier cosa que pueda ser pensada". En la
medida que las creencias constituyen representaciones del mundo, conllevan
su interpretación y comprensión, con lo cual tales creencias se convierten en
un "mundo-según-nosotros". Ideología como un sistema de creencias sociales
compartidas por "grupos", entre las cuales quedan incluidas tanto las creencias
fácticas (conocimiento) como las creencias evaluativas (opiniones).
Posteriormente el autor restringe más la noción y afirma que la ideología es un
sistema de creencias sociales generales y abstractas, compartidas por un
grupo, que controlan y organizan el conocimiento y las opiniones (actitudes)
más específicas del grupo. Es decir, la ideología sería la base de las creencias
sociales compartidas por un grupo social.
Sólo las creencias sociales -las compartidas por miembros de un grupo o
colectividad y que implican intereses de grupo-son creencias ideológicas.
Estas creencias son abstractas y generales porque permanecen desligadas del
contexto (con lo cual quedan excluidas las creencias particulares referidas a
episodios específicos).
Dentro del sistema de creencias que conforma una ideología se encuentran:
- Las "creencias evaluativas socialmente compartidas" u "opiniones".
Ofrecen una visión de lo que es correcto e incorrecto. Es inconducente
aplicarles a éstas criterios de verdad, ya que se puede acordar o no con
una opinión, pero no se la puede calificar de verdadera o falsa.
- Las "actitudes" (creencias evaluativas generales -opiniones) socialmente
compartidas por un grupo; más concretamente, conjuntos específicos de
esas creencias (por ejemplo, la actitud sobre el aborto).
- Las "creencias fácticas socialmente compartidas" o "conocimiento".
Corresponde someter este tipo de creencias a criterios de verdad (que
Argentina es un país europeo es falso y no verdadero).

Las creencias que conforman una ideología son específicas de grupos sociales
dentro de una cultura general. Las creencias culturales -en cambio-son la base
común de prácticamente todas las creencias sociales de casi todos los grupos
de una cultura dada.
Estructura de las ideologías: Una de las propiedades fundamentales de las
ideologías radica en la autorrepresentación positiva y la representación
negativa de los otros. El esquema de polarización planteado por la oposición
NOSOTROS/ELLOS ofrece un formato de la estructura de las ideologías.
Según esa dualidad, los grupos construyen una imagen ideológica de sí
mismos y de los otros, de modo que NOSOTROS estamos representados
positivamente y ELLOS negativamente. Así, las ideologías son
representaciones de lo que somos, lo que sostenemos, de cuáles son nuestros
valores y cuáles nuestras relaciones con otros grupos (enemigos u oponentes,
que se oponen a lo que afirmamos, amenazan nuestros intereses y nos
impiden el acceso igualitario a los recursos sociales y los derechos humanos).
Desde la dicotomía NOSOTROS/ELLOS, las ideologías pueden legitimar el
abuso del poder, pero también pueden servir a la resistencia y denuncia de la
dominación y la desigualdad.
En general, todas las ideologías sociales y políticas enfatizan uno o más
valores sociales (democracia, libertad, igualdad, independencia), que les
proporcionan al grupo puntos de referencia para la construcción de su
identidad.
De todas formas, los valores positivos que definen el orden moral de una
sociedad son usados por todos los grupos para la legitimación de sus propios
intereses y objetivos. En los grupos dominantes, los valores pueden ser usados
para legitimar su dominación y en los grupos dominados, para legitimar su
oposición, disidencia o resistencia.
las ideologías supervisan cómo los usuarios del lenguaje emplean el discurso
en tantos miembros de grupos, u organizaciones (dominantes, dominados o
competidores), y de ese modo tratan de realizar los intereses sociales y
resolver los conflictos sociales. Al mismo tiempo, el discurso es necesario para
la reproducción de las ideologías de un grupo.
El primer interrogante que se plantea es: ¿qué hacen las personas con las
ideologías? La respuesta es que las ideologías son desarrolladas por grupos
dominantes para reproducir y legitimar su dominación. El discurso en este
enfoque es esencialmente un medio por el cual las ideologías se comunican de
un modo persuasivo en la sociedad y, de ese modo, ayudan a reproducir el
poder y la dominación de grupos o clases específicas.
La función social de las ideologías es principalmente servir de interfaz entre los
intereses colectivos del grupo y las prácticas sociales individuales.
las ideologías son las representaciones mentales que forman la base de la
cognición social, esto es, del conocimiento y actitudes compartidas de un
grupo. Es decir, además de una función social de coordinación, las ideologías
tienen también funciones cognitivas de organización de creencias: en un nivel
muy general de pensamiento, les dicen a las personas cuál es su posición y
qué deben pensar acerca de las cuestiones sociales.
Si las ideologías deben representar los intereses y la autodefinición de cada
grupo, deberá existir un esquema del grupo que posea las contrapartes
mentales de las categorías sociales para describir una identidad grupal:
pertenencia, actividades, objetivos, valores, posición y recursos.
Para el análisis ideológico del discurso, las primeras condiciones son
contextuales: los usuarios del lenguaje deben hablar o escribir como miembros
de grupos.
Ahora bien, se puede restringir la noción de grupo, conjeturando que un
conjunto de personas constituye un grupo si y sólo si -como colectividad-
comparten representaciones sociales (conjunto organizado de creencias
socialmente compartidas, entre las que se cuentan conocimientos, actitudes,
ideologías, etc.).
El conflicto social, la lucha y la oposición son criterios esenciales para la
definición de grupo: los grupos dominantes desarrollan una ideología que sirve
a la reproducción de su dominación; y los grupos dominados desarrollan una
ideología como base para sus actitudes, opiniones, prácticas y discursos de
resistencia u oposición.
Los grupos deben ser además relativamente organizados o institucionalizados
y con un criterio de reclutamiento de miembros basado en la identificación de
un conjunto de propiedades (como actividades, objetivos compartidos, normas,
valores, recursos, posición respecto a otros grupos).
los grupos sociales y sus miembros pueden distinguirse por:
- quiénes son: género, raza, etnicidad, casta, clase, edad, religión, lengua
y origen.
- qué hacen: por su actividad (como los profesionales).
- qué quieren: como los grupos que sostienen causas o propuestas.
- en qué creen: como los grupos religiosos.
- dónde se ubican: cuando los grupos se definen en términos de posición
social y sus relaciones con otros grupos.
- qué (es lo que) tienen o (lo que) no tienen: para los grupos cuya
identidad se basa en el acceso o la falta de él a los recursos materiales o
simbólicos sociales (como los sin techo, los desempleados, los
intelectuales, los ricos, etc.).
es factible detallar cinco factores esenciales para que un conjunto de individuos
constituya un grupo:
- Desarrollar y compartir representaciones sociales.
- La identificación de los miembros del grupo
- La defensa de recursos específicos (como la ciudadanía o la igualdad de
derechos).
- Las relaciones con otros grupos
- Actividades específicas y al menos un objetivo vagamente compartido.
Finalmente, se puede hablar de una estrategia global de comunicación
ideológica a través del discurso que implica cuatro momentos:
- Expresar-enfatizar información positiva sobre NOSOTROS.
- Expresar-enfatizar información negativa sobre ELLOS.
- Suprimir-desenfatizar información positiva sobre ELLOS.
- Suprimir-desenfatizar información negativa sobre NOSOTROS.

Una de las formas más transparentes de expresión ideológica en los discursos


es la elección de las palabras para expresar determinados conceptos (v. gr.
"luchador por la patria" versus "terrorista"). Según los cuatro momentos del
"cuadro ideológico" expuesto más arriba es dable esperar que los "otros"
grupos sean descriptos con palabras neutras o negativas; mientras que nuestro
grupo con términos neutros o positivos.
Desde la perspectiva del análisis de discurso como acción social, deben
considerarse: por un lado, las estructuras discursivas tales como la sintaxis, las
estructuras retóricas, la dualidad implícito/explícito, significado e interpretación
y proposiciones.
En otro orden, y en el marco de las relaciones entre poder y discurso
planteadas por Van Dijk, se abordará el tipo de control ideológico que Van Dijk
denomina "persuasivo". De este modo, y teniendo en cuenta el acceso al
discurso público de los diversos actores sociales, será factible determinar
quiénes se ubicaron en el extremo de la resistencia y quiénes formaron parte
de los grupos hegemónicos.
Finalmente, conviene efectuar una delimitación conceptual. Se denominará
sectores de resistencia u oposición a quienes se consideran opositores al
poder y que pueden desplegar en un sentido contrario muchas de las
estrategias discursivas utilizadas por los poderosos. Sin embargo, pueden
existir formas específicas del discurso características de los que carecen de
poder. Estas formas incluyen medios de difusión (panfletos anónimos, afiches,
etc.) y estructuras lingüísticas específicas (como eslóganes, cánticos,
petitorios, solicitadas, mítines, etc.)
Este cuadro permite el tratamiento de los discursos, que incluirá el análisis de:
- Artículos periodísticos: que conforman el género informativo. Dentro de
esta categoría quedan comprendidas las noticias, cables, crónicas, etc.,
que no posean juicios de valor.
- Editoriales: como opinión institucional del medio y escaparate de su
coincidencia o desacuerdo con las visiones de los grupos interviniente
en el diagrama de poder trazado para un determinado momento.

En síntesis, la interrelación entre lo factual y el abordaje semiótico de eventos


históricos es lo que permite entender el discurso como entidad inscripta en un
determinado cuadro social, político y cultural. Al analizar el discurso como
acción social se puede reconstruir, a partir de marcas presentes en los
artículos y demás, las operaciones y las estrategias mediante las que, una
práctica discursiva confiere sentido a un fenómeno, situación o problema
social, por lo que se pretende demostrar que el discurso no es sólo texto sino
también una forma de interacción entre los procesos de interpretación y la
interacción social, juntamente con la descripción de los contextos cognitivos y
sociales.
Bibliografía: Seis semiólogos en busca de un lector
Eliseo Verón
La teoría semiológica de Verón
Eliseo Verón centra su teoría en el estudio de los discursos sociales. Analiza
cómo los discursos funcionan dentro de la sociedad y producen sentidos. El
enfoque dinámico del signo y diversas cuestiones acerca de la verdad y de lo
real sirven de base para el desarrollo de la obra de Eliseo Verón.
Producción social de sentido
Los discursos sociales
Los discursos sociales son textos, conjuntos presentes en la sociedad que se
componen de diversas materias significantes (escritura e imagen; imagen y
palabra; escritura, imagen y sonido; etc.) y abarcan una forma de abordarlos,
que remite a aspectos extra textuales.
Un texto puede ser o puede no ser tratado desde un punto de vista discursivo:
se puede, por ejemplo, dividirlo en enunciados canónicos (normalizarlo),
destruyendo de esa manera sus propiedades discursivas. La noción de
discurso corresponde por lo tanto a un cierto enfoque teórico en relación con
un conjunto significante dado.
Leer un texto significa entenderlo en relación con otros discursos. No se
termina en sí mismo. Implica describirlo como un sistema de operaciones
discursivas, que atraviesa la clasificación de los niveles sintáctico, semántico y
pragmático. Dentro del sistema de operaciones discursivas encontramos al
proceso de producción de un discurso.
El desarrollo de este proceso se pone de manifiesto a través de huellas que las
condiciones de producción han dejado en el texto, a partir de la realización de
operaciones discursivas. Las huellas son propiedades del discurso que se
relacionan con los procesos de producción social del mismo. (huellas de
valoración, de interpretación, ideológicas de quien produce el discurso, hasta
huellas relacionadas con las condiciones sociales en que fue escrito)
La producción social de sentido remite a la visión integral del sistema
productivo, el cual implica una articulación entre producción, circulación y
consumo. Lecturas que conducen a describir tanto el proceso de producción
como el de reconocimiento o consumo.
El funcionamiento de todo discurso depende de dos tipos de “gramáticas”: de
producción y de reconocimiento. Estos dos tipos de gramáticas jamás son
idénticos.
Implican una serie de mecanismos que forman parte del sistema productivo y
se dan dentro de lo que Verón llama “circulación”.
El concepto de circulación designa el proceso a través del cual el sistema de
relaciones entre condiciones de producción y condiciones de recepción es, a su
vez, producido socialmente.

Teoría de los discursos sociales


Verón desarrolla la teoría de la discursividad o teoría de los discursos sociales,
tomando como punto de partida dos corrientes históricas fundamentales:
- El modelo binario de Saussure
- El modelo ternario de Pierce y Frege
La primera corriente es la del surgimiento de la lingüística como ciencia de la
lengua. La segunda permaneció ajena al desarrollo de la lingüística,
prolongándose bajo la forma empirista, de cierta semiótica anglosajona.
Sin embargo, para el desarrollo de su teoría se basa en el pensamiento de
Pierce por considerarlo un enfoque más dinámico que permite abordar los
fenómenos discursivos.
La influencia de Pierce
El modelo ternario aborda un análisis más amplio que el de la lingüística; la
cual seguidora del funcionalismo reducía el sentido del acto del habla a nivel de
significado y significante, lo cual conduce a una noción estática del signo. Dos
caras de una misma moneda.
Para profundizar el tema del sentido, era necesario, entonces, abordarlo desde
una perspectiva distinta. Frege y Pierce trabajaron la cuestión del sentido de un
modo diferente. Elaboraron sus teorías sobre la base de un modelo ternario.
La teoría de Pierce desarrolla un análisis más abarcativo, el objeto, el signo y el
interpretante.
Nos encontramos con tres categorías o modos de ser: Primeridad, Segundidad
y terceridad. Las categorías son universales y cada una de ellas corresponde a
un determinado tipo de fenómenos: la Primeridad corresponde al orden de la
posibilidad; Secundidad son del orden de los eventos en bruto, singulares. La
Terceridad, del orden de la ley, de la razón.
La producción discursiva del sentido
Lo que Verón dio en llamar teoría de la discursividad o teoría de los discursos
sociales, se presenta como una dimensión translingüística al recuperar dos
problemas, materialidad del sentido y construcción de lo real en la red de la
semiosis.
Interpretante: Operaciones
Signo: Discurso
Objeto: Representaciones
La teoría de la discursividad analiza los fenómenos sociales entendidos como
procesos de producción de sentido. Esta teoría abarca una serie de hipótesis
acerca del funcionamiento de la semiosis social; a la cual Verón define como:
la dimensión significante de los fenómenos sociales.
Toda producción de sentido es necesariamente social: no se puede describir ni
explicar satisfactoriamente un proceso significante, sin explicar sus condiciones
sociales productivas
Todo fenómeno social es, en una de sus dimensiones constitutivas, un proceso
de producción de sentido, cualquiera fuere el nivel de análisis (micro o macro
sociológico)
Todo funcionamiento social implica en sí una dimensión significante; y que a su
vez, todo proceso de producción de sentido está inserto en lo social. Esta
doble hipótesis se manifiesta en el nivel de funcionamiento del discurso en
tanto que sólo en el nivel de la discursividad el sentido manifiesta sus
determinaciones sociales y los fenómenos sociales develan su dimensión
significante.
Al llevar a cabo un acto en sociedad, todo individuo debe tomar en cuenta
aspectos cognitivos y psicológicos comprendidos dentro de normas de
socialización.
La historia, la sociedad, la cultura, sólo se encuentran en lo que produce
sentido en el seno de los intercambios, de las interacciones diversas, de las
instituciones, de las relaciones sociales, en otras palabras, en los discursos.
La teoría de la discursividad aborda también el análisis del sentido.
Se trata de concebir los fenómenos de sentido como apareciendo, por un lado,
siempre bajo la forma de materias significantes; y como remitiendo, por otro, al
funcionamiento de la red semiótica conceptualizada como sistema productivo.
Es evidente que, desde el punto de vista del análisis del sentido, el punto de
partida sólo puede ser el sentido producido.
El análisis opera, entonces, sobre productos (diversos discursos) sobre
fragmentos en los cuales el sistema productivo ha dejado huellas. A su vez,
dicho sistema puede reconstruirse fragmentariamente a partir de una
manipulación de los productos.
Verón trabaja aquello que denominamos actualidad como un proceso
productivo, de un modo similar al proceso de producción de sentido. La
compara con otros procesos de producción que se dan en la sociedad
(producción de una mesa, de un sillón, etc) y la define señalando que de lo que
se trata es de la producción de la realidad social como experiencia colectiva.
Los medios informativos son quienes construyen dicha realidad, crean una
experiencia del devenir social. Los medios son factores relevantes para el
desarrollo del proceso de producción de sentido.
Una red significante infinita
Las imágenes, los textos, los sistemas de acciones que tienen como soporte al
cuerpo, etc, son producciones de sentido bajo la forma discursiva. Todas ellas
se presentan en paquetes de materias sensibles; esto es, tienen una
manifestación material. Un discurso es, entonces, una configuración espacio-
temporal de sentido.
Hablar de una configuración espacio-temporal nos da cuenta de determinadas
condiciones que se dan en la producción del discurso. Por un lado, hay
determinaciones vinculadas con las restricciones de generación del discurso;
son las condiciones de producción. Por otro lado, encontramos
determinaciones que delimitan las condiciones de su recepción; son las
condiciones de reconocimiento.
Entre ambos grupos se da la circulación de los discursos sociales. Esto nos da
la pauta de que la semiosis social es una red infinita. Son discursos que
necesitan de la presencia de otros discursos para su producción.
El análisis de los discursos no es otra cosa que la descripción de las huellas de
las condiciones productivas en los discursos, ya sean las de su generación o
las que dan cuenta de sus efectos.
Todo discurso se relaciona, a partir de determinadas reglas, tanto con sus
condiciones de producción como con sus condiciones de reconocimiento.
Dichas reglas componen lo que Verón llama gramáticas. Las reglas de
generación corresponden a las gramáticas de producción; y las de lectura a las
gramáticas de reconocimiento.
La circulación pone de manifiesto, durante el análisis, la diferencia entre las
huellas de procesos de producción y de reconocimiento, pero, por el contrario,
no presenta huellas propias. El concepto de circulación sólo es, de hecho, el
nombre de esa diferencia.
La enunciación política
La enunciación política parece inseparable de la construcción de un adversario.
Todo acto de enunciación política implica la existencia de otros actos de
enunciación opuestos al propio. Verón toma lo siguiente como hipótesis para el
análisis del discurso político:
El imaginario político supone no menos de dos destinatarios: un destinatario
positivo y un destinatario negativo. El discurso político se dirige a ambos al
mismo tiempo.
Esta hipótesis es solamente aplicable al análisis de este tipo de discursos.
La relación enunciador-destinatario se plantea de tres modos diferentes.
En primer lugar, a partir de una creencia presupuesta se construye el
destinatario positivo que es esa posición que corresponde a un receptor que
participa de las mismas ideas, que adhiere a los mismos valores y persigue los
mismos objetivos que el enunciador. El destinatario positivo es antes que nada
el partidario. Hablaremos, en su caso, de prodestinatario
En segundo lugar, el destinatario negativo será contradestinatario. El lazo con
este reposa, por parte del enunciador, en la hipótesis de una inversión de la
creencia: lo que es verdadero para el enunciador es falso para el
contradestinatario y viceversa. La posición del adversario se plantea como
lectura destructiva.
Por último Verón habla de un tercer destinatario que sitúa en las democracias
parlamentarias occidentales, los indecisos y los llama paradestinatarios. Se
distinguen de los anteriores en tanto que la posición de los indecisos tiene, en
el discurso político, el carácter de una hipótesis de suspensión de la creencia.
Al paradestinatario va dirigido todo lo que en el discurso es del orden de la
persuasión.
El plano del enunciado
Presentan dos niveles que son básicos para su funcionamiento: las entidades y
los componentes.
Las entidades intervienen en la construcción del enunciador y del destinatario.
(nosotros los comunistas, los trabajadores, ciudadanos)
Los componentes operan como articulación entre enunciado y enunciación,
puesto que los componentes definen las modalidades a través de las cuales el
enunciador construye su red de relaciones con las entidades.
Verón distingue cuatro componentes: descriptivo, didáctico, programático e
interpretativo.
El componente descriptivo generalmente implica una lectura articulada del
pasado y del presente.
El componente didáctico, corresponde a la modalidad del saber. Sin embargo,
a través de este componente, presenta un principio general, enuncia una
verdad universal, sin entrar en aspectos específicos.
El componente prescriptivo instala en los discursos políticos todo aquello que
corresponde a reglas deontológicas, es decir, al orden de deber.
El componente programático corresponde al orden del poder hacer (el político
anuncia, promete se compromente)
La problemática de lo ideológico
Verón vincula lo ideológico y el poder de los discursos con los mecanismos
fundamentales del funcionamiento de la sociedad. Llama ideológico al sistema
de relaciones de un discurso (o de un tipo de discurso) con sus condiciones de
producción, cuando estas ponen en juego mecanismos de base del
funcionamiento de una sociedad. Es pues un análisis de las huellas, en los
discursos, de las condiciones sociales de su producción.
Llama poder al sistema de las relaciones de un discurso con sus efectos,
cuando las condiciones de reconocimiento conciernen a los mecanismos de
base de funcionamiento de una sociedad.
Ambos aspectos son, entonces, dimensiones del funcionamiento de los
discursos sociales; y, a su vez, designan gramáticas discursivas porque
también son dimensiones de análisis de una teoría de los discursos.

La pragmática frente a la discursividad social


Los aspectos trabajados desde la pragmática se circunscriben, principalmente,
a la producción.
Si consideramos la tipología de los actos del lenguaje (locutorios, ilocutorios y
perlocutorios) podemos reconocer que tanto el acto locutorio como el ilocutorio
están determinados por convenciones. En lo que respecta a lo locutorio, las
convenciones descriptivas que correlacionan las palabras con los tipos de
situaciones, cosas, sucesos que se pueden encontrar en el mundo y las
convenciones demostrativas que correlacionan las palabras con las situaciones
históricas que se pueden encontrar en el mundo. Tanto el sentido como la
referencia, las dos dimensiones del acto locutorio, están pues determinados
por convenciones.
El acto ilocutorio es el acto efectuado al decir algo, en oposición al acto de
decir algo. El acto ilocutorio es un acto convencional: efectuado en tanto es
conforme a una convención.
Los actos perlocutorios remiten a los efectos realizados sobre los sentimientos,
los pensamientos y los actos del público. Se logran gracias al acto de decir
alguna cosa. Los actos perlocutorios corresponden al orden de los efectos
reales, siendo estos efectos de los actos del lenguaje.
La teoría de los actos del lenguaje presenta una visión limitada de la actividad
expresada en el decir.

TELECLASE:
https://drive.google.com/file/d/1xYGcOdp162BhZOAzKrteoQPzqPSHYg8g/view

MÓDULO 4
Lectura: Discursos web
¿Cómo y cuánto influye esto en los discursos y sus posteriores análisis? Influye en la
forma y las herramientas que suponen el juego de nuevos elementos como los
hipervínculos, los emisores desconocidos y los actores virtuales que enuncian desde
plataformas web sin precedente.
debemos pensar en lo que algunos analistas llaman giro poslingüístico, que intenta
avanzar en las maneras en las que el lenguaje funciona como instrumento que abarca
completamente la realidad, en cuanto construcción discursiva.
Los seres humanos hemos formado nuestras lenguas sobre la base de una
determinada relación al mundo. Esta relación al mundo instituye un espacio
tridimensional poblado de una variedad de objetos, cuyas propiedades se definen
sobre la base de nuestros mecanismos sensoriales y perceptivos prolongados por
nuestras capacidades de análisis, abstracción y generalización. En ese mundo el
tiempo y el espacio constituyen realidades escindidas que discurren por cauces
separados. Nuestros movimientos, gestos y acciones sobre esa realidad, que es como
es porque nosotros somos como somos, han ido forjando nuestros conceptos y el
andamiaje lógico-lingüístico que los constituye
tenemos que intentar pensar a contracorriente del giro lingüístico que ha impregnado
el pensamiento de los hijos del siglo XX
hablamos de que si existen los discursos web (y las personas que viven en sociedad
los reciben, los emiten, los resignifican, etc.), no será pertinente analizar lo dicho
solamente a través de medios tradicionales y soportes validados desde identidad de
grupos de información con experiencia, marco de comunicación
si los blogs, las redes sociales y las páginas web masivas (no mediáticas) existen y
son tomadas por las personas como espacios de información, analizar solamente los
discursos enunciados desde los diarios conocidos, las radios formales o los
programas de televisión profesionales será solo una parte del todo. “Las
comunicaciones móviles experimentan otros espacios y tiempos, otras formas
expresivas, otros consumos y, en suma, otras formas de comunicación”
Los nuevos medios de comunicación permiten nuevas formas de interacción con
novedosos contextos de acción y comunicación y esto lleva a una inevitable
reestructuración de las relaciones entre las personas que viven en una sociedad y las
formas de pensar ese mundo del que son parte.
En su dinámica coexisten procesos como la construcción del sujeto de la enunciación,
la virtualidad en la interacción y el intercambio textual, los cuales están relacionados
con el establecimiento de una interacción interpersonal mediatizada por la tecnología,
más que a las consecuencias o procesos derivados de tal modalidad de
comunicación humana.
Desde esta mirada, y si pensamos en un giro pos-lingüístico, se puede asegurar que
entender al discurso como una construcción de la realidad, que es emitida a través de
signos que representan una idea que será resignificada por los destinatarios, implica
una concepción más amplia, que agrega los conceptos de viralidad, atemporalidad, fin
de las dimensiones físicas y contextuales y, además, reconfiguración de los emisores
en tanto periodistas o comunicadores comunes
Usar herramientas de comunicación web no solamente abre nuevas formas de
enunciación, sino que también influye en la manera en la que vemos el mundo y
construimos la realidad.

Publicación: Géneros en los discursos web

en la actualidad el reclamo se presenta como la urgencia para consolidar leyes


y garantías para que los gobiernos nacionales e internacionales cumplieran sus
responsabilidades de hacerse cargo de la exclusión de las mujeres, de lo local
y lo global. Y este proyecto global, se estructura en la disputa por generar
contenidos alternativos a la globalización neoliberal,
La globalización ha implicado nuevas formas de organización social,
modificando el sentido de espacio y tiempo. Todo esto ha trastocado
identidades y formas de socialización, cuestionando verdades previas y
modificando categorías del conocimiento.
la globalización es un terreno de disputa” contestatario, por contenido,
orientaciones y alcances democráticos. Y por su multidimensionalidad es
donde se asientan las nuevas exigencias y retos, así como las nuevas
posibilidades de los movimientos sociales y de los feminismos
Publicaciones feministas. Representaciones de la exclusión social en su
totalidad
Presentan una importante dimensión de políticas culturales alternativas a las
propuestas por el sistema capitalista. el Banco, es un foro temático que apunta
a reconstruir las relaciones entre lo masculino y lo femenino y de esta manera
aborda el género.
El tema de la desigualdad que promueve el capitalismo en América Latina, va a
ser la constante de las formaciones discursivas que contemplan los sitios web
analizados. Como se advierte hay un común denominador en los movimientos
sociales que han mantenido una desarticulación durante décadas en el
continente, esto es la forma de rever el desarrollo del capitalismo en la región y
presentar propuestas alternativas de desarrollo. También queda manifiesto el
lugar desde el cual la autora en este sitio web, señala que las mujeres
centralizan su accionar para sus fines anteriormente mencionados, estos son
Fundaciones, ONGs y Centro de Investigación. De esta manera ya desde los
primeros sitios aparecen los actores transnacionales que interactúan en los
tiempos de globalización.
La Haine- Proyecto de desobediencia informativa
sitio que buscar atravesar los espacios de poder hegemónicos, quebrarlos y
constituir un orden alternativo al modelo neoliberal. Es una ONG que tiene su
base en España, y una vasta red en el continente latinoamericano. El mismo
sitio promueve campañas de todo tipo que buscan el accionar directo y
combativo. Esto es explícito desde la frase Resistir local pensar global. Y esto
marca para esta organización la importancia de las redes transnacionales
dentro de su proceso de reconstrucción de representaciones globales
Si hay algo que comparten ambas publicaciones es la confluencia de los
movimientos sociales latinoamericanos en su interior, a la vez que la promoción
del cambio social por las desigualdades de la región. Y lo que puede notarse
en ambas publicaciones es que está claro el proceso del movimiento feminista
desde los setenta hasta la actualidad. Incluso las incidencias que ha tenido el
movimiento en otras problemáticas de la región
Academia, gabinetes de investigación y políticas feministas.
En estos sitios pueden verse la interacción que se da entre los movimientos
sociales, los actores transnacionales como ONU, y las Academias o los
gabinetes de investigación que tienen como finalidad la producción, promoción
y circulación de ideas y políticas feministas.
La Academia ha tenido un rol importante en la transnacionalización de los
movimientos sociales, aunque no siempre éste ha influido en acciones
concretas.

La Universidad Libre de Berlín


Muestra la confluencia de actores transnacionalizados que abordan la
problemática social de la región. En esta página Web puede verse que existe
un gabinete de investigaciones exclusivamente dedicado a los estudios de
género.
Las interrelaciones de las que veníamos hablando por primera vez en la
historia tienen un alcance casi planetario. Y esto se debe a varios factores:
- al alcance casi planetario del sistema de producción e intercambio de
mercancías;
- a la creciente difusión y utilización de ciertas tecnologías
comunicacionales;
- al casi fin de los imperios coloniales y de la división del planeta asociada
a ellos;
- al casi fin de la Guerra Fría y de la división del planeta asociada a ella;
- al creciente desarrollo de organizaciones inter y transnacionales

Departamento Ecuménico de Investigaciones – San José de Costa Rica


En el caso de este sitio aparece un nuevo actor que hasta el momento, no
había aparecido involucrado con el movimiento feminista. El ecumenismo es
una tendencia o movimiento que intenta la restauración de la fé entre todas las
iglesias cristianas
El discurso de la página trabaja sobre la crítica hacia las trabas que las
religiones y los fundamentalismos han puesto en el desarrollo de los derechos
humanos de las mujeres latinoamericanas
El otro sitio es www.viencuentrolesbicofeminista.org es una ONG, que
promueve el Encuentro entre los feminismos de los diversos países de la región
y del mundo, con el fin de orientar los planos de discusión teórica para proceder
luego a la acción concreta de reivindicación.
el website Tierramerica El tema central de esta publicación es el medio
ambiente y el desarrollo, aunque hay en sus ediciones un lugar reservado para
el movimiento feminista, aunque no tiene carácter radical, ni alternativo.
Su contrapartida es, el Colectivo de Trabajadoras que posee una posición
exclusivamente contra-hegemónica y el sitio dela Fracción Troskista de la Cuarta
Internacional, que no acuerdan en absoluto con el orden neoliberal y proponen
cambios radicales, teniendo en cuenta la historia que han tenido los feminismos
latinoamericanos. En ambas está muy presente el tema de la década del 70,
época de dictaduras en la región,
Las páginas más destacadas y que promueven una representación de ideas y
políticas feministas diversas en Latinoámerica son Género y Comercio y
Lasdignas. Ambos sitios promocionan la imagen de la mujer equiparada en todo
plano al género masculino. Su posición es bastante radical, en cuanto accionan
directamente, hay espacios para la investigación y el debate pero, la mayor
parte es un posicionamiento de las feministas en un mundo globalizado
A modo de conclusión
en la producción, promoción y circulación de ideas y políticas feministas, no hay
nada definitivamente ganado. Es un terreno de disputas y continuas
negociaciones por instaurar significados culturalmente hegemónicos, que viene
en proceso desde la década del setenta. Internet, en tiempos de globalización,
ha permitido interconexiones de representaciones de este movimiento desde
diversos puntos del globo, en cierto modo podría decirse que ha democratizado
el acceso de las mujeres a posiciones críticas con respecto a las imperantes en la
región.
No obstante es válido mencionar, que no todos los habitantes tienen la misma
posibilidad de acceso a la web y sus sitios, que no todo los programas de
intervención son financiados para que puedan llevarse a cabo en la región. Pero
la situación ha cambiado en gran parte. Hay una conciencia de las
representaciones de ideas feministas más abarcadora que en décadas
anteriores y esto se debe a la aceleración en la comunicación y sus procesos que
la tecnología ha promovido.
Finalmente, es importante advertir, que el movimiento feminista no posee una
única representación identitaria que nuclee a todo el grupo. Hay diversas
luchas, diferentes reclamos y posiciones de acuerdo a las situaciones propias de
cada lugar de la región
Lectura: Cibermedios
Nuevas herramientas de llegar a la verdad
aquellos nuevos espacios o plataformas para ejercer el oficio de la comunicación
(ahora más ampliada) se llaman cibermedios. Estos generaron nuevos procesos
comunicativos, en los que se intercambian los roles de productores y consumidores
de contenido y se promueve la transformación de la idea que tenemos sobre la
información.
¿Podemos pensar, entonces, que la verdad se configura como una descripción de la
realidad tal y cómo es? Así como algunos estudiosos de décadas anteriores
confirmaban que no era de esta forma en la prensa tradicional, actualmente diremos
que la verdad está lejos de ser una construcción única, estática y acabada en la
sociedad. La idea de reflejo se diluye cada vez más y refuerza las acciones de dudas
ampliadas sobre aquello que se dice.
Para llegar a la verdad, entonces, primero debemos definirla: en esta lectura
hablaremos de verdad como el conjunto de discursos que expresan situaciones o
detalles sobre alguna realidad social y que están validados por los interlocutores
involucrados, sobre todo, por los receptores de las enunciaciones emitidas en
herramientas de virtualidad (o carencia de material en el sentido tradicional de la
prensa).
Si pensamos que el periodismo es un sistema de clasificación de la realidad que
determina qué es comunicable y qué no con una mirada específica sobre aquello que
sucede, con un trabajo metódico de comprobación, selección y valoración de los
dichos y los hechos, podremos decir que existe un camino profesional de llegar a una
verdad de interés social. Esto lo diferencia (o lo distancia) de las personas o los
usuarios comunes que expresan opiniones personales y visiones en primera persona
y rompen con los factores de interés social y los de importancia en su tiempo y su
espacio.
Una forma de coordinar o interrelacionar ambos espacios discursivos es pensar que
mientras los medios masivos (expresados a través de nuevas herramientas de
comunicación) definen los grandes temas de cada sociedad, los participantes de esta,
sin oficio, pero con realidades específicas, otorgan, a través de las redes, la
mensajería o los blogs personales, facetas y datos de esa porción de la realidad
seleccionada con alto nivel de prueba. El debate entre personas quedará, en este
caso, fuera de este análisis.

Los grandes temas pueden o no relacionarse y completarse con los temas


secundarios, que serán definidos por la sociedad, los comunicadores, la web en
general y los medios tradicionales.
Sin embargo, la necesidad de las personas de estar online como forma de pertenecer,
reconocer de qué se habla y tener una referencia social amplia puede transformar
algunos temas, antes determinados como secundarios, en grandes temas. Esto
responde, sin dudas, al nivel de viralidad y las consecuencias que esta tiene en la
sociedad real.
A esta viralidad y su configuración como un gran tema que luego se interrelaciona con
discursos posteriores (incluso en los medios tradicionales) se la puede denominar
hipertexto. El hipertexto es una manera (que no es nueva, sino que es más aplicada
en la virtualidad a partir de los llamados hipervínculos o links directos a otros
discursos emitidos en la misma web) de incluir en un texto otros que son anteriores y
están relacionados con este.
De esta manera, y siguiendo algunas escuelas posmodernas de la comunicación, el
hipertexto cambia la configuración y concepción de los textos y sus autores. De esta
manera, el llamado hipertexto pone en entredicho lo que conocemos como narración y
las formas literarias más lineales, poniendo de alguna manera en juicio la trama e hilo
narrativo.
Estos hipervínculos o hipertextos serán los mecanismos que los usuarios comunes
usarán o aplicarán para configurar aquello que consideran la verdad o el reflejo de la
realidad más cercano a aquello que consideran real o verosímil.
Que se reconfigure el acto de comunicar información no representa de todas formas el
fin del periodismo tal y como lo conocemos. El oficio se mantiene con nuevas reglas
de circulación y a través de plataformas relacionadas con la viralidad del universo
web.

Publicación: Lo que generan los cibermedios: periodismo ciudadano

Según Oscar Espiritusanto, periodista y profesor en la


Universidad Carlos III de Madrid, “la poca credibilidad de los
medios, la democratización de las herramientas de
comunicación y la popularización del uso de internet permiten
a ciudadanos y profesionales generar contenido en igualdad
de condiciones técnicas”. Así, los ciudadanos pueden
“informar de lo que los medios no informan, ofreciendo otro
punto de vista documentado sobre una misma realidad”.
Para Gabriel Sánchez, periodista, doctor en Ciencias de la
Información y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria
de Madrid, “el intercambio de papeles no es posible, pues si
el receptor se convierte en emisor y este es el que emite el
mensaje, se distorsiona por completo el panorama de la
comunicación”. Porque, a diferencia del resto de los
ciudadanos, el periodista tiene un “compromiso con la verdad,
la diferenciación entre información y opinión, la verificación de
las noticias y las normas éticas que le incumben”.
los medios de comunicación, antes de internet, eran empresas que se basaban en
la escasez y el control de la información, que acababan por emitir auténticos
monólogos. La interactividad que se podía conseguir con el medio y sus
colaboradores era mínima.
El mundo de la comunicación ha cambiado radicalmente, Estos cambios han
llevado a malinterpretar el rol que el periodismo ciudadano juega en este nuevo
ecosistema comunicacional. Desde algunos sectores, se acusa al periodismo
ciudadano de haber provocado esta crisis, cuando, desde mi punto de vista, es más
que probable que la actual situación sea responsabilidad de los gestores de estos
medios y no de las nuevas herramientas o de la participación activa de los usuarios.
Los ciudadanos empiezan a perder el interés y la confianza en los medios
tradicionales y, en gran medida, en los profesionales que no se plantean cambios
en este nuevo ecosistema informativo. Hay muchas razones por las que los
ciudadanos deciden empezar a crear sus propias piezas informativas o sus medios.
Una de las más importantes es la pérdida de credibilidad en los medios
tradicionales de información.
La poca credibilidad de los medios, desde el punto de vista de los ciudadanos y
también desde el de los profesionales de la información, unida a la
democratización de las herramientas de comunicación y a la popularización del uso
de internet permiten a ciudadanos y profesionales generar contenido en igualdad
de condiciones técnicas.
en protesta contra la corrupción política, la subida del trans-porte público y los
gastos generados por el Mundial de Fútbol de 2014. Los ciudadanos comenzaron a
informar por su cuenta al constatar que los medios tradicionales no estaban
contando lo que realmente estaba sucediendo
Actualmente, la tecnología ofrece a la ciudadanía la posibilidad de organizarse a
través de redes sociales y generar contenido para informar de lo que los medios no
informan, ofreciendo así otro punto de vista documentado sobre una misma
realidad.
Estos nuevos medios suelen tener características diferentes a los tradicionales.
Pasamos del monólogo y escasez de información al diálogo y la colaboración como
pilares principales, junto con los filtros adecuados para gestionar el exceso de
información actual. Lo importante en este nuevo panorama es tener los filtros
adecuados para separar el ruido de la información relevante.
(…)

Lectura: Remediación
Nuevas formas de comunicar y comprender la realidad
Entre las escuelas científicas que estudian la comunicación como
fenómeno social, existe una denominada ecología de medios. ¿Qué
estudia? Analiza las tecnologías y los ambientes comunicativos de cada
tiempo.
si desde finales del siglo XX vivimos un cambio considerable en las
maneras y las herramientas que usamos para establecer diálogos, dar
informaciones e intercomunicarnos, esta ecología de los medios resaltará
la tecnología (y, sobre todo, Internet) como un nuevo hacedor de
ambientes postmodernos.
Las tecnologías inciden en la transformación de la ecología cultural de
las sociedades, un conjunto de cambios culturales que alteran nuestra
percepción del tiempo
Marshall McLuhan, quien asegura que estos cambios o los ambientes
que generan cambios “no se producen al nivel de las opiniones o de los
conceptos, sino que modifican los índices sensoriales, o pautas de
percepción, regularmente y sin encontrar resistencia”. En este sentido,
los medios configuran de alguna manera nuestra conciencia y
experiencias.
De todas formas, no le daremos a los medios la potestad de diseñar
nuestras ideas. En términos reales, sí exponen una manera de
representar el mundo que puede sesgar nuestra percepción de la
realidad, sea esta más o menos cercana a aquello que podríamos llamar
objetividad o verdad.
Si avanzamos en este fenómeno, existen procesos que antes eran
inexistentes y se configuran más allá de nuestra intención. ¿Qué nuevo
fenómeno se configura en este ambiente según la ecología de los
medios? La remediación.
El cambio tecnológico se encuentra asociado con los procesos de
aprendizaje y de transmisión del legado cultural de todas las sociedades.
Las remediaciones que experimentan los medios inevitablemente
producen cambios significativos en los ambientes educativos
En el desarrollo de todo medio de comunicación es posible percibir una
progresiva transformación que responde al propósito, no siempre
deliberado, de hacer al medio más parecido al hombre. Ese proceso es
designado como remediación. La remediación no es un proceso sencillo,
y por supuesto no todas las personas consiguen percibirlo
¿A qué refiere, entonces, el término remediación? Al cambio producido
en la comunicación para mantener vigente a los medios o algunos de sus
elementos. Hay dos tipos posibles (o reconocibles) de remediación: una
interna y otra externa.
- Remediación interna: se produce dentro de un medio de
comunicación, que ya no tiene la masividad que quiere y, a partir
de algún elemento propio, revitaliza su lugar en los medios. Por
ejemplo: un diario que ya no vende ejemplares abre una página
web con todo su staff y seduce a un nuevo público.
- Remediación externa: hace referencia a las estrategias que
aplican los medios para parecerse o competir con otros más
novedosos o creativos. No es necesario un cambio porque el
medio funciona bien, pero ve una potencial amenaza en el exterior
y, por eso, asume la necesidad de cambios. Un ejemplo de esto es
la radio televisada o los diarios que tienen cuenta en Facebook
Live y transmiten en vivo cada semana o diariamente.

¿A qué responde esta necesidad de cambios dentro de los medios? A


las nuevas realidades que surgen de detalles y llegan a niveles de
estructura de pensamiento.
Estos cambios son tan variados que no podremos definir sus confines ni
prever acciones sociales calificables. Se origina, entonces, un modelo de
comunicación interactivo y veloz con usos y prácticas específicos, que
cambiarán constantemente a través de sus usuarios (no solamente los
enunciadores, sino también, y sobre todo, los enunciatarios).
Los cibermedios están produciendo unos cambios estructurales en el
sistema mediático general. Se observa un crecimiento en su consumo
mientras decae el de los medios tradicionales. Todavía no han adquirido
el relieve, atractivo e implantación de éstos, pero se aprecia que van
absorbiendo sus contenidos y, sobretodo, que amplían el abanico a otros
de todo tipo hasta llegar a una hiper-especialización tanto en la
información y formación como en el entretenimiento y formas de
persuasión
Como algunos pensadores aseguran, se acabó́ el concepto de
periodismo como cuarto poder y sus límites o sus estructuras se fueron
con él. Ya no existen los mismos derechos de la información, ya no
asistimos a la misma velocidad de comunicación (tanto en búsquedas o
consultas como en tiempos en los que se conocen masivamente los
hechos que suceden) que en décadas anteriores y tampoco se articulan
los mecanismos de control tradicionales. En resumen, vivimos un
momento periodístico con menos control y más información.
Esta reestructuración dentro los medios y la crisis de las tradiciones no
son producidas desde adentro de estos, sino más bien solicitadas por
una sociedad que ya cambió sus paradigmas sociales de comunicación.
En este universo virtual uno de los actores o los fenómenos más
importantes fueron los blogs. Estos se expandieron rápidamente en la
web y fueron validados por los mismos usuarios en pocos años.
Inclusive, estos desarrollaron comunidades virtuales sostenidas muchas
veces a través de las redes sociales, desde las cuales se desdibujó o
modificó la figura del periodista.
¿En qué sentido hablamos de cambios en la figura del periodista? En
relación con los roles y las redes de información. El cambio en las
condiciones de circulación generó modificaciones en las condiciones de
producción y recepción. Es decir, los nuevos medios de información
(blogs y redes sociales, por ejemplo) modificaron los roles de quienes
informan (con mayor libertad de expresión, gratuidad de los contenidos y
apertura en la participación de quienes reciben la información), a quienes
va dirigido aquello que se dice y la capacidad de llegada de estos
discursos.
lo más probable es que estemos ante un nuevo oficio que se parece,
pero no es periodismo (tal y como lo conocemos). La intercomunicación,
la referencia interconectada y la retroalimentación (o feedback) de las
comunicaciones hicieron del periodismo un concepto más interactivo.
Desaparece, así, el modelo unidireccional (de uno a muchos) y se
instaura definitivamente un modelo multidireccional (de muchos a
muchos).
En estos cambios, se ven involucrados no solamente los medios sino
también las personas, quienes deben comprender y responder a las
nuevas descripciones de la realidad.
para desarrollar un análisis del discurso pormenorizado y efectivo
debemos saber quién enuncia, qué medio lo masifica, hacia quién va
dirigido y qué otros enunciadores son parte de ese discurso inicial.
El rol activo de los usuarios de Internet hace que se conviertan en sujetos
que eligen qué leer, a quién seguir, qué recaudos tomar, incluso, de qué
circunstancias discursivas formar parte en la red de comunicación, ya
que crean sus propios usuarios que comentan y son parte de una red
social activa. Para algunos estudiosos, el nuevo modelo de comunicación
privilegia la velocidad por encima de la veracidad y la calidad
periodística. Para otros, esto exige reacomodar las piezas y hacer del
periodismo un ejercicio más, que no responde a la vieja teoría del cuarto
poder, sino más bien a un oficio que está auditado de manera constante
por la sociedad de la cual forma parte.
En esta última mirada, lo central es el cambio en la manera de
comprender la realidad. Mientras la tradición demostró durante siglos que
las construcciones que hacían los medios masivos de comunicación eran
verosímiles, objetivas y pertinentes, hoy en día todo se pone en duda.
Las personas definen qué consideran cierto y qué no en la nube
interminable de enlaces y redirecciones con informaciones encontradas,
tanto en el sentido de halladas como en el de oposición. ¿Poner todo en
duda romperá con el marco regulador al cual llamamos contrato de
lectura? Por momentos sí, pero para seguir una línea de pensamiento, no
para romper definitivamente con la interacción social.
podremos desconfiar de las miradas, los datos o las fuentes sobre el
tratamiento de un tema, pero hasta un cierto punto. Necesitaremos, en
algún momento, validar algún discurso y contraer una especie de
compromiso tácito de creencia con ese emisor.
De todos estos procesos, finalmente, vemos una reestructuración masiva
de los códigos de comunicación, los límites del periodismo y los nuevos
canales de información que permiten una mirada 2.0 de la realidad, que
será revisionista, ilimitada, incluso, falsa por momentos.
Pensar el ejercicio del periodismo tradicional con las nuevas
herramientas de comunicación será un error que denotará una falta de
remediación externa con consecuencias inmediatas.
Publicación: Adaptación de los medios tradicionales en los tiempos de Internet
La remediación
Aunque cada medio promete cambiar a sus antecesores la promesa de
reforma nos lleva siempre a ver al nuevo medio como medio, es decir a
pescarlo in fraganti en el proceso de inter-mediar.
la inmediatez se convierta en hiper-inmediatez. El proceso de remediación nos
vuelve conscientes de que todos los medios son en un plano tan solo un juego
de signos, algo que nos enseñó el post-estructuralismo. Pero este proceso
marca con no menor fuerza que los medios son un virus cultural y a su vez la
misma máquina de propagarlos
A esta altura de la evolución de la ecología de los medios, sabemos que estos
son artefactos culturales del mismo modo como las fotografías, las películas, y
los softwares son tan reales como los edificios y los aviones.
Tampoco olvidamos que las tecnologías de los medios son redes o híbridos
que pueden ser expresados en términos, físicos, sociales, estéticos y
económicos. La introducción de una nueva tecnología de los medios no
significa meramente inventar un nuevo sofá, sino más bien diseñar o rediseñar
una red de características multi-determinadas.
La World Wide Web no es tan solo un protocolo compuesto de software, texto y
archivos de datos. Es a su vez la cantidad de usuarios que la están utilizando
(y que debieron ser diseñados para usarla) así como todo lo inesperado
(muchas veces incompatible entre sí) que la misma hace posible -y que a su
vez la hacen posible a ella: marketing, publicidad, educación, expresión
personal
Jay Bolter y David Grusin junto a Lev Manovich insisten en que las tecnologías
de los medios o del conocimiento son agentes, sin que ello suponga aceptar el
mito del determinismo tecnológico. Porque lo que ha quedado más que
probado es que los medios digitales no son agentes externos que solo
emergen para volver loca a la cultura bien establecida. Es totalmente a la
inversa, los mismos emergen dentro de los contextos culturales y rediseñan a
otros medios, que están inscriptos en similares contextos.
La remediación viene desde lejos
A principios y mediados de los años 90 Hollywood, la eterna fábrica de sueños,
produjo más versiones de las novelas clásicas que nunca antes en la historia
desde 1930. La reconstrucción histórica fue cada vez más verosímil,
parecíamos habernos subido al túnel del tiempo y haber parado la máquina
justo en el momento preciso.
Lo curioso de las adaptaciones es que si bien presentaron sus escenarios con
una exactitud y detalle nunca vista antes jamás se tomaron a sí mismas como
guiones hechos sobre novelas preexistentes. Porque como espectadores no
nos sirve de mucho saber que lo que estamos viendo fue originalmente una
novela. Es mucho más directo y creíble suponer que la película nos metió en
ese túnel del tiempo y nos dejó frente a frente a la realidad misma, que estar
haciendo malabarismos entre los medios, tratando de ver cuán "buena" o
"ajustada" es la adaptación, que se gana o perdí en el medio, y como
podríamos mejorar aún más, para copiar a la realidad en su mismidad.
Técnicamente se llama repurposing, es decir tomar la propiedad de un medio y
usarla en otro. Pero en el fondo no hay ningún entrecruzamiento de medios
salvo para el espectador, que si leyó el libro podrá imaginarse cuan lograda es
esa operación de traducción.
el contenido de un medio es siempre otro medio (el contenido de la escritura es
el habla; la palabra escrita es el contenido de la imprenta; lo impreso es el
contenido del telégrafo). Porque McLuhan estaba yendo mucho más allá que el
mero reformateo, imaginando un préstamo mucho más complejo entre los
medios, en el cual un medio es incorporado o representado por parte de otro.
Ekphrasis o la representación verbal de la representación visual
Los pintores holandeses incluyeron mapas, globos, inscripciones, cartas y
espejos en sus obras. La forma sofisticada de estos empeños es la ekfrasis es
decir la representación verbal de la representación visual. Según Bolter &
Grusin es precisamente la representación de un medio en otro lo que ellos
denominan remediación, que es también una característica distintiva de los
nuevos medios digitales.
En otras oportunidades hay una intencionalidad manifiesta de los usuarios de
medios de borrar las diferencias antes que de enfatizarlas. En estos casos la
versión digital mejora la anterior, pero permanece fiel a ella. Y lo que aporta es
algo inconseguible en el original, como la inclusión de sonido o de animación
en una enciclopedia, por ejemplo.
La mayoría de los objetos que tenemos en la web comparten esta forma de
remediación que ensalza y mejora lo tradicional sin cuestionarlo. Si bien
podemos manipular con cierta facilidad textos e imágenes, en ningún momento
el nuevo medio aspira a la transparencia, y mucho menos aún busca anular el
valor de la materia prima de la que parte
Pero el medio digital puede ser mucho más ambicioso y transgresor en su
proceso de remediación. Porque puede intentar renovar al anterior en forma
radical como en los casos de los CD musicales que incluyen videoclips, o
distintas interfaces gráficas que permiten interactuar con el material. Y lo
mismo sucede con los DVD de películas, que no solo traen tráilers adicionales,
sino también juegos y búsquedas del tesoro inexistentes en las versiones
originales, manteniendo de este modo un sentido de la multiplicidad o la
hipermediatez.
Hay por último una alternativa en la cual el nuevo medio busca modificar al
anterior por entero, absorbiéndolo de manera tal que la discontinuidad con el
anterior es minimizada integralmente. Pero este intento, con lo ambicioso que
es, está condenado al fracaso, porque el fenómeno de la remediación está
predicado precisamente de la relación entre medios. Nunca el medio antiguo
puede ser borrado por entero. Así juegos de computación llamados nada
casualmente "cine interactivo", remedian al cine.
En ellos los jugadores nos convertimos en personajes de una narrativa
cinematográfica. Como tales tenemos cierto control sobre la narrativa pudiendo
decidir tomar alguno de los caminos prefijados, e incluso manejar el punto de
vista, de manera tal que al jugar podemos ser alternativamente directores o
actores.
Nada sorpresivamente en la Web la que es remediada es la televisión.
Muchísimos sitios web (incluyendo las versiones originales de las redacciones
de Clarín y de La Nación) presentaban un torrente de imágenes, en donde
webcams apuntan a todo tipo de objetos, paisajes y escenarios copiando la
función bien tradicional de las cámaras de televisión
No haremos aquí referencia alguna a los auto-comentarios o auto-referencias
de ciertos medios sobre si mismos (cine que cita al cine, literatura que cita a la
literatura), ya que se trata de las cruzas de remediación más comunes, pero su
gran cantidad muestra que estos cruces datan de antiguo. Lo nuevo del medio
digital son sus estrategias particulares para remediar a la televisión, a las
películas, a la fotografía y a la pintura. Y lo que tienen de específico es al
mismo tiempo lo que no permite singularizarlo como una novedad absoluta.
Lectura: Organicidad en la información
Nuevas formas de comprender el discurso periodístico
Existen muchas investigaciones sobre los llamados cibermedios. En
estos, el foco no solo se puso en las consecuencias, sino también (y
sobre todo) en las características de estos nuevos espacios de
comunicación que se multiplicaron hasta configurar un espacio de duda
sobre el rol del periodismo tradicional.
se centraron fundamentalmente en el análisis de los medios digitales a
partir de los cambios en los diseños, el análisis de los contenidos
emitidos, la posibilidad que da la inmediatez, la gratuidad de las
plataformas, la accesibilidad para interrelacionar otros espacios en
Internet y, a partir de todo esto, las comparaciones con los medios ya
conocidos o tradicionales.
Surgieron algunas dudas con estas nuevas formas de comprender el
discurso periodístico y una de ellas cuestionaba la ubicuidad de quienes
hablan. ¿Se puede decir cualquier cosa desde un espacio llamado
virtual, sin espacio físico concreto y con falencias en las huellas de los
enunciadores?
“La sociedad de la información y el conocimiento es también la sociedad
de la ubicuidad. En el imaginario de la sociedad de la ubicuidad
aprenderemos a desenvolvernos indistintamente en el mundo real y los
mundos virtuales”
El blog o weblog es un sitio web con actualizaciones periódicas, que
recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores. Una
de sus características es que el autor conserva la libertad de dejar
publicado lo que crea pertinente
No es sencillo definir o identificar quien es periodista y quién no ya que
los parámetros de validación social son cada vez más amplios. Sin
embargo, podemos argumentar algunos puntos que se acercan a marcos
de legitimidad (por llamarlos de alguna manera).
Más allá de las plataformas usadas, la diferencia entre aquello que
conocemos como prensa y los medios que llamamos nuevos o
alternativos es la calidad de orgánica o inorgánica de la comunicación.
- Llamamos orgánica a la forma de presentar la información tras
cierto método de clasificación, análisis de las fuentes,
corroboración del contenido extraído de las situaciones y edición
en la forma de presentar esta descripción de la realidad.
- La forma inorgánica, por su parte, hace referencia a la
presentación de datos o descripciones de la realidad sin
decantación de verdades o supuestos, sin selección obligada de
datos y con una mirada personal de aquello que sucede o se dice.
Esta última manera no configura una necesidad de ética
periodística, aunque su responsabilidad existe bajo parámetros
éticos y sociales.

cualquier persona no se convalida como periodista por el solo efecto de


difundir información a través de una herramienta de comunicación, por
más masiva que sea. Son los medios con cierta experiencia,
correspondencia en el oficio y normas de oficio internacionales los que
delimitan los factores de distribución formales. Esto es evidente en la
construcción de la realidad diferenciada, en la que el llamado periodismo
ofrece una clasificación de la realidad y no una versión personal (y, por lo
tanto, sesgada de manera confirmada) de un hecho aislado.
Entre un usuario común de redes sociales y un medio masivo con
plataformas digitales, se encuentran los blogs. Estos provocaron un
inevitable nacimiento de un nuevo estilo de informantes o cronistas, que
emergieron como enunciadores seguidos por miles de personas en todo
el mundo a partir de la narración de historias y hechos.
En efecto, quienes firman o son responsables de algunos blogs son
considerados objetivamente informantes que marcan cierto ritmo de la
información. Incluso, pueden marcar agenda y determinar algunos temas
que luego serán tomados por la prensa tradicional (no solo en el universo
de Internet, sino también en medios audiovisuales, gráficos o radiales).
Sin embargo, más que periodistas, estos son comunicadores usados
como una fuente más por quienes ejercen el oficio con los parámetros
que antes detallamos.
En estos espacios web, los enunciadores pueden ser personas
individuales o grupos amplios. Mientras más voces coexistan, más
variedad y expansión de pensamiento tendrá un blog informativo. La
conectividad será el sistema que convierta esta herramienta en un
espacio de comunicación y resignificación (sin temporalidad ni espacio
determinado) y esto generará, por efecto directo, una nueva forma de
sociabilidad dentro del llamado ciberespacio.
Las comunidades virtuales alrededor de aquello que se conoce como
blogósfera forman parte del universo de blogs que tejen no solo redes de
información, sino también hipervínculos más personales.
¿cómo pensaríamos un análisis del discurso en estos planos sin
temporalidad, sin espacios físicos y con enunciadores desconocidos? Es
una tarea interesante porque aquellas huellas de las que hablamos en
los módulos anteriores muchas veces se disipan.
Como ocurre con los enunciadores reconocidos o tradicionales, en los
blogs o en las redes se construyen textos que aplican los recursos que
ofrecen la lengua y las formas de comunicación no verbal. Por lo tanto,
consideraremos como marcas las herramientas de la Lingüística, sin
ocuparnos (salvo algunas excepciones) del sujeto que se expresa.
En este punto, será prioridad el contenido y en este buscaremos huellas
que relacionen la realidad con las palabras. Es decir, huellas de
intertexto, fotos, imágenes, audios o cualquier tipo de prueba que valide
aquello que se dice.
Esto pone el foco en el contrato de lectura y las condiciones de
enunciación, más que en las de circulación o recepción, ya que en los
medios web los destinatarios configurados en los discursos son
universales y, por lo tanto, demasiado difíciles de configurar o definir.
Habrá que buscar, entonces, en las formas de expresión y los
fragmentos de la realidad construidos, entre otros, las huellas que
definan las intenciones y las valoraciones del sujeto que emisor. Esto se
relaciona con las competencias ideológicas, sociales, educativas y
culturales del enunciador, como también con los factores contextuales
amplios que intervienen en ese proceso de comunicación interactivo.
Si volvemos a la configuración de un enunciatario activo, la perspicacia
en las lecturas, es decir, que no considere todo aquello que se dice como
verdad absoluta, es la opción más cercana a la realidad virtual de la
información que vivimos actualmente, en la que los periodistas
configuran los grandes temas y definen las pautas del oficio, pero deben
estar atentos a los nuevos enunciadores y seleccionarlos.
Para encontrar las huellas de los enunciadores en los discursos virtuales,
el proceso es más complejo que en los medios tradicionales. Sin
embargo, no es imposible. Debemos adecuarnos a las búsquedas a
través de la web para configurar los enunciadores validados y las
informaciones tomadas como representaciones de la realidad. En esta
nueva era de la comunicación, los destinatarios (amplios) son cada vez
más activos en la red de semiosis infinita.

Publicación: El periodismo digital no es suficiente


Democratización de las herramientas: ‘software’ libre y blogs
Los blogs y, sobre todo, las herramientas de generación de contenido
basadas en software libre son una parte de gran importancia en este
camino hacia la consolidación del periodismo ciudadano.
El software libre promueve la libertad de los usuarios para ejecutar,
copiar, estudiar y modificar el software y distribuirlo. No se debe
confundir con software gratuito, aunque en muchas ocasiones el software
libre suele estar disponible sin coste alguno
Activismo y participación son conceptos que comparten un deseo común
por emprender una acción para promover un cambio, algo que se
materializa con la popularización de los blogs, las redes participativas y el
periodismo ciudadano.
En los orígenes del boom del activismo y la participación ciudadana se
encuentran una serie de condiciones sociales que permitieron la llegada
del tan deseado feedback con la audiencia pasiva
Vivimos en la sociedad del prosumer, o sea, del productor-consumidor de
contenidos. El consumidor ya no es un ser pasivo que recibe la
información empaquetada por otros. La información ya no circula en
paquetes cerrados, sino en unidades abiertas, en flujos que se
distribuyen por la Red
Internet es el medio perfecto para colaborar y compartir, la comunidad
del software libre nos lo ha demostrado y Wikipedia también. Muchos han
sido los que han dudado de la credibilidad y viabilidad de Wikipedia, pero
en esta década se ha de-mostrado que el trabajo en colaboración de
miles de personas funciona y se mantiene en el tiempo.
Tres elementos son fundamentales para el surgimiento del periodismo
ciudadano y los medios ciudadanos: publicación abierta, la edición en
colaboración y el contenido distribuido. Desde esta perspectiva, la propia
Wikipedia constituye el más grande y exitoso proyecto de periodismo
ciudadano, en ocasiones con noticias de última hora de los editores de
Wikipedia, y las historias se mantienen con los hechos nuevos que
surgen
Por otro lado, el conocimiento libre y al alcance de todos existe y es
posible mantenerlo en el tiempo. La mayoría de los textos de Wikipedia
reciben una licencia de Creative Commons, lo que ha permitido mirar
desde una perspectiva diferente los derechos de autor.
no estamos actualmente ante una crisis, sino ante un cambio histórico:
«Periódicos, universidades, corporaciones, gobiernos, educación,
sistemas de salud, red de energías..., todo está basado en modelos de la
era industrial, y están fallando
Los medios de comunicación tradicionales, como es lógico, no escapan a
estos cambios. Las nuevas estructuras han de adaptarse a los nuevos
modelos de negocio y, sobre todo, a las nuevas reglas y principios: La
colaboración, la apertura y transparencia, la interdependencia, compartir
la propiedad intelectual y la integridad».
Estos cinco principios se pueden aplicar al periodismo y las empresas
informativas para su desarrollo, pero nos centraremos más en la
colaboración que es el que afecta de manera más directa al fenómeno
del periodismo ciudadano.
«Colaboración, modelo opuesto a la jerarquía. Ahora la colaboración se
puede dar en una escala astronómica: millones de personas han creado
una enciclopedia
la Web 2.0 no son las herramientas sino las personas que están detrás
de ellas. La democratización de las herramientas, el abaratamiento de la
tecnología y el software libre han permitido a los ciudadanos crear su
propio contenido e informarse entre ellos, sin necesidad de la
financiación o el respaldo de una gran empresa mediática.
La tecnología adecuada en manos de los ciudadanos, la crisis de los
medios tradicionales y una creciente falta de confianza y pérdida de
credibilidad en los grandes medios de comunicación o en los canales
oficiales son algunas de las razones por las que los ciudadanos deciden
informarse entre ellos poniendo así los primeros pilares del periodismo
ciudadano. Las grandes corporaciones mediáticas muchas veces
informan de manera sesgada debido a presiones gubernamentales o
económicas.
Es necesario entender el carácter revolucionario de la Web 2.0 y poner
ya en marcha los procesos de adaptación. Este proceso de adaptación
es fundamental ya que si no se produce, asistiremos a un «mediacidio»,
es decir, «al suicidio de los medios tradicionales que no hayan sabido
comprender de que se trata este momento».
Los periodistas ciudadanos, blogueros, periodistas profesionales y otros
individuos dedicados a la información que pudieran surgir deben
colaborar para vivir en este nuevo ecosistema comunicativo. La
colaboración generará mejor información.
Los periodistas profesionales tendrán que colaborar con ellos y repensar
sus funciones en la recogida, transmisión, análisis y diseminación de
información, así como los diferentes campos en los que puede ejercer su
profesión: periodismo de bases de datos, de visualización, o incluso en la
experimentación de nuevos formatos y maneras de presentar la
información.

Publicación: ¿Qué es el periodismo ciudadano?


Se podría caracterizar por:
- Favorecer el trabajo colaborativo: la posibilidad de aportar y recibir
aportes de la red de comunicadores/as que colaboran entre sí.
- Ser horizontal, que implica la inexistencia o la reducción de la
jerarquía mediática.
- Hacer posible la independencia de poderes mediáticos como las
empresas o partidos políticos.
- Explorar otras formas periodísticas trabajando con principios como
la subjetividad asumida o la suma de subjetividades.
- Reducir los intermediarios, incluyendo la posibilidad de que las
mismas fuentes informativas y protagonistas de los hechos se
conviertan en comunicadoras/es.
- Ser pedagógico
- Permitir realizar un trabajo con una cantidad menos limitada de
fuentes.

TELECLASE
https://drive.google.com/file/d/16uFIu1GTeBv4QaHztXpnaW_-_Vqbb5Mz/view

También podría gustarte