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LA PEDAGOGÍA COMO CIENCIA.

• Ciencia: conocimiento cierto y demostrativo de las cosas por sus causas, que versa sobre
lo universal y necesario presente en dichas cosas. (Aristóteles)
• Aristóteles: todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber pero en diversos
niveles:
1. De experiencia: es el que posee alguien que frecuentó mucho un objeto.
2. De ciencia: es el conocimiento de las cosas por sus causas.
• Toda ciencia posee objeto material (lo que estudia una ciencia en general), objeto
formal (aspecto del objeto material que estudia) y método (forma de acceder al primero).
• De la pedagogía:
- Objeto material: el hombre
- Objeto formal: la educación del hombre, la formación de hábitos.
- Método: la enseñanza planificada.
• Pedagogía: proviene del griego paidós (niño) y ago (conducir, guiar). Paidogogía (ciencia
de conducción del niño) y Paidagogo (conductor del niño).
• En Grecia, el Pedagogo era el encargado de guiar a los niños a la escuela. Por lo general,
eran designados para cumplir esa misión los esclavos que por ser ancianos o débiles no
podían desempeñar otras tareas. No era una función elevada. El término no estaba aún
identificado con la idea del maestro que enseña, y menos aún con la del investigador o la
del teórico de la educación.
• Paideia: designó al proceso integral de la formación cultural del hombre. Significó
educación en su pleno sentido formativo.
• Definición de Ruiz Sánchez: “Ciencia de la correcta y adecuada promoción del hombre a
un grado de aptitud que le permita hacer buen uso de su libertad en orden a sus fines”.
• Definición de García Hoz: “Conjunto sistemático de verdades demostradas acerca de la
educación”.
• Definición de Sánchez Buchón: “Ciencia del arte de educar“.

Relación de la pedagogía con la ética:


• La enseñanza es la obra del maestro en el discípulo. Esta obra tiene una significación
metafísica: poner en acto la capacidad del educando; una significación psicológica: formar
hábito; y una significación moral: disponer las fuerzas volitivas del alumno en orden a la
verdad y al bien.
• El fin de la ética es el bien del hombre en general; y el fin de la pedagogía es un bien
particular: la educación. Entonces:
• El fin de la pedagogía (formación de hábitos) depende del fin de la ética (actos humanos
ordenados al bien).
• La pedagogía recibe de la ética sus principios. La ética le ofrece todos aquellos principios
aptos para orientar a la educación (noción de bien, noción de acto humano voluntario,
noción de virtud vicio etc.).
• El sujeto de una está contenido en el sujeto de la otra. El sujeto de ambas es el acto
humano libre y voluntario; la ética considera en él su moralidad, su tendencia al bien.

La educación es posible y necesaria en la definición de Persona.


• La realidad humana está en una permanente relación con la realidad externa a él. Dicha
relación lo enriquece en lo que él es, pero necesita aprender a relacionarse con el mundo
de una forma auténtica y completa, y eso no le viene dado. Sabemos que la educación
contribuye al perfeccionamiento del hombre en aquello que mejor lo caracteriza como
hombre. Lo característico del modo de vivir del hombre es el conocimiento intelectual y la
voluntad.
• Persona Humana: proviene de per – sonare: sonar alto, resonar, sobresalir.
• Según Boecio: “Substancia individual de naturaleza racional”.
- “Substancia” = lo que sostiene
- “Individual” = es indivisible y dividido de todo otro (lo que no es ella es otro)
- “Racional” = por su razón, voluntad y libertad.
• 3 dimensiones del hombre:
a) Singularidad: el hombre posee vida interior, intimidad singular. Para él la vida no está
enteramente establecida, sino que acaba siendo la biografía que se escribe desde la
libertad. El ser capaz de una vida biográfica supone una verdadera singularidad; y esto se
debe a que hay dos acciones que puede realizar la persona cuyo efecto no trasciende sino
que queda dentro enriqueciéndola y que son las que mejor la caracterizan: el entender y el
querer.
b) Apertura: una persona es un individuo subsistente, abierto a la relación con los otros. Es
característico del ser propio, tener una vida íntima. La persona puede tomarse enteramente
a sí misma para disponer de sí. Solo puede darse por completo al otro la persona que
dispone de sí. El ser personal está siempre orientado hacia afuera, hacia la comunicación
con el Otro. Junto a la vida interior hay también en la persona una apertura a los demás, de
manera que es imposible entender la personalidad sin interpretarla como interpersonalidad.
Para salir de uno mismo, uno tiene que tener algo que dar a los demás (intimidad). La
construcción de la personalidad es interactiva, el ser humano se torna yo en el tú (Martín
Buber).
c) Autonomía: la sustancia individual, en tanto que individuo, es intrínsecamente unitaria y
extrínsecamente distinguible de todas las partes (no excluye que tenga partes, pero estas
han de formar un todo unitario). Ser un individuo autónomo exige una clara distinción entre
él y los demás individuos en materia de las acciones libres y responsables. Capacita a la
persona humana para una apertura intencional a la totalidad de lo real; suministra una muy
particular dignidad que no es ajena ni opuesta a su individualidad; determina
específicamente el ser de la persona, distinguiéndola de los demás individuos.
• Libertad: los seres humanos tenemos capacidad de elegir. Elegir significa tener la
posibilidad de optar entre varias opciones que se encuentran a nuestro alcance. Una
persona es libre cuando puede ejercer espontáneamente y en ausencia de obstáculos, su
capacidad de elección. Esto puede estar limitado o condicionado por circunstancias ajenas
a nuestra voluntad.
• Tipos de libertad:
- Libertad psicológica: facultad que posee el hombre de elegir y determinarse por sí
mismo, sin que nadie ni nada pueda forzarlo a decidirse en determinado sentido (libre
albedrío). No puede suprimirla ninguna violencia directa que se pretenda ejercer sobre ella.
Sólo pueden afectarla y a veces anularla, ciertas perturbaciones psíquicas o enfermedades
mentales que afectan la inteligencia y la voluntad. Por esta libertad el hombre se decide a
obrar o a no obrar (libertad de ejercicio), a elegir una cosa o aquello, a obrar de una manera
o de otra (libertad de especificación).
- Libertad física: poder de manejar los propios actos y movimientos (libertad de hacer).
Debemos tener en cuenta que los actos externos son libres en cuanto están acompañados
por la libertad interna y conformes con ella. Esta libertad siempre es limitada, ya que se
reduce al campo real en que se puede ejercer.
- Libertad moral: facultad de elegir conforme al deber siendo éste último su legítimo límite.
Poder, puedo todo, pero solo el deber me señala la correcta acción.
• Las tres libertades interactúan cotidianamente en cada uno de nosotros, siendo la guía la
atenta responsabilidad.

HUMANIZAR EL TRABAJO CON VALORES.


• ¿Por qué se dice que se perdieron los valores en la sociedad? Posiblemente se deba a
que el estilo de la vida moderna globalizada que adoptamos no nos está permitiendo
detener ante todo aquello que nos toca y nos conmueve, ni mucho menos dedicarle su
debido tiempo.
• ¿Estamos perdiendo en realidad los valores o nuestra capacidad para percibirlos?: sin la
percepción de valores, no se puede tomar ninguna decisión, sin ellos toda elección se
vuelve arbitraria.
• Percepción: integración de tres procederes: la captación de valor, el sentimiento de valor
y la vivencia personal de un valor, los cuales representan las rutas que traza nuestra psique
para conducirnos hasta la intimidad de nuestra persona, en donde se halla el espacio
acogedor para conmovernos y poder establecer una relación con el valor.
• Los caminos hacia la intimidad personal no siempre están accesibles para relacionarnos
profundamente con nosotros mismos y conocernos, ya que pueden encontrarse bloqueados
y vulnerados por muchas razones. Tomemos en cuenta que la psique humana está para
hacerse cargo de nuestro cuidado y conservación vital; si vivimos endurecidos, distanciados
de nosotros mismos, nos volvemos poco sensibles, actuamos únicamente en forma reactiva
y tenemos dificultades para establecer contacto con los valores.
• ¿Qué nos impide encontrarnos con los valores?: vivimos integrados al mundo
globalizado en el que impera la ciencia y la tecnología, las cuales transformaron las
condiciones de vida.
Nuestra sociedad también se olvidó del método del conocimiento por contemplación, mejor
conocido como fenomenología, el cual requiere de tener apertura hacia el mundo con los 5
sentidos, de detenerse, de dejarse tocar, de sostener el silencio, de la capacidad de
asombro, de la intuición, de la sensibilidad, de dejar a un lado prejuicios, paradigmas y
suposiciones. Para esto es necesario de la admiración como humanos para recibir y
reconocer las cosas tal y como se nos presentan, para reconocer su relatividad e influencia
con otras cosas, para darnos cuenta cómo son realmente y para lo que están. Solo a través
de la admiración se puede llegar a la esencia de las cosas. Actualmente, esto se ve cada
vez más relegado porque la actividad humana ha sido relevada por los sistemas
automatizados. En un principio, el hombre utilizó su ingenio y creatividad para crear
recursos que reemplazaran, a través de procesos mecánicos, aquellas tareas manuales
monótonas y repetitivas de la industria pero con el paso de los años, las máquinas y la
automatización se apoderaron de muchas otras tareas laborales, profesionales, artísticas y
de servicio, a tal grado, que hemos perdido de vista aquellos propósitos para los que se
crearon los medios tecnológicos, convirtiéndolos propiamente ahora, en el fin mismo. Es
algo así como crearnos un mundo virtual dejando de lado la realidad.
Así, con este progreso tecnológico estrechamente ligado a todos los ámbitos de la vida
cotidiana, nos estamos limitando a vivenciar en ella solamente el valor funcional (utilidad,
beneficio económico, poder y satisfacción) y el valor de uso (atribución de valor) en todas
las cosas, recursos y relaciones humanas. También nos ha llevado al establecimiento de
relaciones virtuales.
Es necesario ir más allá de esta tendencia a ocuparnos tan sólo de nosotros mismos para
recuperar la disposición de abrirnos al mundo exterior, hacia el contacto con lo natural. Sin
esta relación, no es posible sentir y vivenciar genuinamente todos aquellos valores
esenciales que forman la base para la ética, para la toma de decisiones y para hacernos
responsables de ellas y de nuestras labores profesionales auténticas.
Los valores genuinamente sentidos y vividos hacen presente a la persona humana en la
vida personal y profesional; vida que nos demanda acciones creativas y éticas, firmemente
decididas y responsables, que hagan fructífero nuestro trabajo y que trasciendan al mundo y
a la sociedad. En resumen, los valores se distinguen fundamentalmente porque
provocan una transformación en el ser humano.

LA INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA: PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS


ACTUALES - Mónica Valle.
• El psicopedagogo es un profesional cuyo ámbito de actuación se enmarca en torno a los
procesos de aprendizaje. Aprendizaje que no quedan circunscriptos a una etapa de la vida
ni a un ámbito particular y que debe ser entendido como un proceso multidimensional de
apropiación cultural de carácter experiencial, que de manera imprescindible entrelaza
afectividad, cognición y acción.
• La intervención del psicopedagogo no queda restringida al aprendizaje escolar ni a sus
aspectos disfuncionales.
• Ninguna intervención se presenta acabada y disponible a manera de un repertorio técnico
fácil de ser aplicado sino que, por el contrario, supone un arduo y laborioso proceso de
construcción que implica la acción y la reflexión constante. Así, la situación que se configura
como problemática, la naturaleza de la demanda que finalmente da origen a la intervención,
los involucrados en la misma, el ámbito en la que se enmarca, los fundamentos teóricos
conceptuales articulados con una dimensión más estratégico proyectiva sostenida por el
profesional y que orientan sus decisiones, van delineando los rasgos de la actuación.
• Hablamos de la construcción de un conocimiento más situado, ajustado al contexto de la
realidad desde la que se nos interpela profesionalmente, de un conocimiento profesional
que si bien deviene de un conocimiento científico o disciplinar, tiene una singularidad que le
otorga la complejidad e imprevisibilidad que caracterizan a las situaciones de intervención y
que le hacen asumir a este conocimiento un recorrido nada lineal en su construcción.
• El avance en la construcción del conocimiento profesional es posible si se resguardan las
especificidades contextuales de los escenarios de actuación evitando la generalización
apresurada de modalidades de abordaje que, si bien se reconoce su eficacia en
determinados ámbitos, han surgido en condiciones situacionales diferentes.
• Los procesos sociales que llevan a la fragmentación generan situaciones de extrema
vulnerabilidad subjetiva que incide fuertemente en los aprendizajes. En este sentido, la
exclusión es una de las principales problemáticas que llevan al fracaso escolar. Esto incide
fuertemente en la construcción del psiquismo, del pensamiento, en la disponibilidad para el
aprendizaje y en la construcción de la propia subjetividad.
• Propone cambiar el foco de análisis: descentrar la mirada de lo que dificulta el aprendizaje
escolar para recuperar lo que pueden aprender los niños bajo otras condiciones
contextuales diferentes a las que promueve la escuela. Esta descentración nos permite
despegarnos de la idea de déficit y normalización y acercarnos un poco más a la idea de
diversidad en el aprendizaje y en el desarrollo. Esto no supone abandonar la escuela como
ámbito de intervención sino acortar las distancias entre los ámbitos educativos formales y
no formales, volviendo al primero con una mirada más impregnada de confianza en las
posibilidades del que aprende y en la escuela como espacio habilitante de lo diverso.
• Propone la incursión en ámbitos educativos no formales porque allí hay una circulación
más fluida de saberes provenientes de ámbitos diferentes (familiar, escolar y cotidiano), un
posicionamiento más activo del aprendiente y una exteriorización de otras capacidades
vinculadas al hacer, un cambio en la cualidad de las interacciones emergentes entre los que
participan de la situación, generando asimetrías más móviles, un reemplazo de lo
normativizado por un espacio en el que el mismo niño o adolescente se compromete en
términos de participación.

SOBRE LA DISTINCIÓN ENTRE ÉTICA Y MORAL - Gustavo Ortiz Millán.


• Etimológicamente los dos términos no difieren mucho uno del otro, tienen significados muy
semejantes. No parece haber habido un sentido diferenciado de los términos “ética” y
“moral” en el mundo clásico.
• Ética y moral = carácter, costumbre, hábito.
• Según Aristoteles, pensador griego, “el carácter se forma a través del hábito o la
costumbre”. Los griegos sólo usaban la palabra ética.
• Cicerón, pensador romano (latín): propone el término “moral” para llamar a la disciplina
filosófica que estudia las costumbres y que los griegos llamaban “ética”.
• En un primer sentido, entonces, “ética” y “moral” vendrían a ser sinónimos, dado que
ambas se refieren al estudio de las costumbres.
• En la actualidad, mientras que “ética” suele referirse a la disciplina filosófica que estudia
las costumbres, “moral” pasó a referirse al objeto de estudio de la ética, más que al estudio
mismo, es decir, pasó a usarse más con respecto a las costumbres y a las reglas y valores
que las rigen.
• Es cierto que la filosofía moral puede darnos herramientas que nos ayuden a guiar
nuestras acciones, pero esto tampoco garantiza que el filósofo, en tanto filósofo, siempre
nos ofrezca soluciones mejores y definitivas a los problemas morales prácticos.

- El uso basado en la tradición filosófica: Strawson y Hegel


• Se suele tomar la distinción entre “ética” y “moral” como equivalente a una distinción entre
un orden moral interior (el de los ideales individuales de vida) y un orden moral exterior (una
norma impuesta socialmente), respectivamente. En realidad no hay una tradición filosófica
que nos imponga una definición particular sobre otras.
• Strawson: distingue entre “moral”, que es la esfera de observancia de reglas que
posibilitan la existencia de una sociedad, y “ética”, que se refiere a la esfera de los ideales
individuales de vida.
• Región de lo ético: es donde conviven diversos ideales individuales de vida que suelen
ser incompatibles entre sí; donde conviven las distintas perspectivas que los individuos
tienen de la vida, sus distintas “verdades”, sin que haya una sola verdad única y válida para
todos.
• Región de lo moral: es el marco básico, constituido por reglas, que posibilita una vida
social cooperativa y mutuamente benéfica, y que posibilita a su vez los ideales individuales
de vida. La moral es la condición de posibilidad de cualquier sociedad. La moral nos da las
reglas sobre las que basamos nuestras acciones y que sustentan las demandas
socialmente sancionadas que una persona puede dirigir con autoridad a otra; es un sistema
de exigencias recíprocas reconocidas “que nos hacemos unos a otros como miembros de
comunidades humanas, o como términos de relaciones humanas, muchas de las cuales
apenas si podrían existir o tener el carácter que tienen a no ser por la existencia de tales
sistemas de exigencia recíproca”. Acepta que, dentro de una sola sociedad, puede haber
una variedad indefinida de sociedades con reglas morales específicas a ellas.
Hegel:
• Moralitat: se identifica con la obligación moral como la entendía Kant, es decir, como
aquella que se impone el individuo a sí mismo (como parte de una comunidad de individuos
racionales). Se refiere al ámbito de la conciencia y la acción individual. Es la obligación de
realizar algo que no existe. Lo que debe ser contrasta con lo que es. Esta obligación me es
impuesta, no en virtud de ser parte de una más grande vida comunitaria, sino como
voluntad racional individual.
• Sittlichkeit (eticidad, proviene de sitten: costumbre): no se refiere a la costumbre
individual sino que se refiere al aspecto propiamente comunitario en el que descansan las
costumbres, y que está regido por normas y prácticas sociales, pero que al mismo tiempo
posibilita la moralidad individual. Se refiere a las obligaciones morales que yo tengo hacia la
comunidad de la que formo parte. Estas obligaciones se basan en normas y usos
establecidos.
• Es la eticidad (entendida como el mundo comunitario con obligaciones que se basan en
costumbres establecidas) la que prevalece sobre la moralidad (entendida como moral
interior e individual).
• La moralidad individual sólo alcanza su plena realización en el mundo comunitario de la
Sittlichkeit; la vida colectiva de la polis es donde se encuentra el significado y la esencia de
la vida individual.
• Hoy: la “ética” sería equivalente a un ideal individual de vida autogobernada, donde el
individuo actúa según los dictados de su propia conciencia y su meta es convertirse en un
ser “auténtico”, mientras que “moral” haría referencia al sistema de normas impuestas por
la sociedad.

• Autonomía personal: el individuo tiene la capacidad de vivir su propia vida según las
razones y los motivos que toma como propios y que no son producto de fuerzas externas
fuera de su control. Comprende la autonomía moral, es decir, la capacidad que tenemos de
darnos a nosotros mismos los valores y principios con los que decidimos guiar nuestras
vidas morales. Se es autónomo cuando, enfrentado a determinadas presiones y normas
morales, el individuo las evalúa y toma sus propias decisiones. La conducta ética sería
sinónimo de conducta autónoma.
• Autenticidad: ser fiel a uno mismo, así como aquello que es más particular y único de
cada ser humano.

• Ni la etimología ni alguna tradición filosófica nos imponen una determinada manera de


entender los términos “ética” y “moral”. Se trata de una distinción estipulativa que ha
cambiado según la usaron los filósofos.

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