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Departamento de Filosofía – IES Al-Qázeres

PSICOLOGÍA
2º Bachillerato

6. Psicología social

Francisco Claver - Psicología


Departamento de Filosofía – IES Al-Qázeres

BLOQUE VI. PSICOLOGÍA SOCIAL

ÍNDICE

1. ¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA SOCIAL?


2. LA COGNICIÓN SOCIAL: LA PERCEPCIÓN DE PERSONAS
3. LAS TEORÍAS DE LA ATRIBUCIÓN
3.1. La atribución causal: Fritz Heider
3.2. La atribución de responsabilidad: Harold Kelley 2
3.3. El error fundamental de atribución: Lee Ross
4. LAS ACTITUDES
4.1. La teoría de la disonancia cognitiva de Leon Festinger
5. EL PENSAMIENTO GRUPAL
6. LA INFLUENCIA SOCIAL
6.1. Personalidad autoritaria (Adorno) y situaciones intergrupales (Sherif)
6.2. La conformidad y la influencia de la mayoría: Solomon Asch
6.3. La obediencia a la autoridad: Stanley Milgram
7. EL LIDERAZGO Y SUS TIPOS
8. LA PSICOLOGÍA DE MASAS: GUSTAVE LE BON
9. EL FANATISMO, LA VIOLENCIA Y EL TERRORISMO
9.1. Amos Oz, Contra el fanatismo
10. AL CINE!
11. A LEER!
12. AUTORES MÁS RELEVANTES

1. ¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA SOCIAL?

Un vídeo para comenzar: https://youtu.be/jTuZlxpSL9Y?si=jDLTL_5cETc3YFr1

TEXTO 1. Los raros. “¿Y qué importa si los demás no nos entienden? Cuando nos exigen hacer sólo lo que
entienden, lo que hacen ellos es tratar de imponérsenos. Si dicen que somos “raros” o “insociables”, que lo
digan. Lo que les molesta, sobre todo, es nuestra libertad y nuestra valentía de ser nosotros mismos. A nadie
tenemos que rendir cuentas, mientras no hagamos daño a nadie. ¡Cuántas vidas se han arruinado por esta
necesidad de “explicarse”!, lo que suele querer decir que la explicación se “entienda”, esto es, se apruebe.
Que juzguen nuestros actos y, por ellos, nuestras intenciones verdaderas, pero sepamos que una persona libre
sólo debe rendir cuentas a sí misma, a su razón y a su conciencia, así como a las pocas personas que
puedan tener justo derecho a ello.”
Erich Fromm, Del tener al ser

Los seres humanos nacen y se desarrollan en un contexto social y adquieren hábitos, valores y pautas de
conducta (o prejuicios y conductas desadaptadas) a través de la interacción social. Muchas personas
desempeñan un papel relevante en nuestras vidas porque son la fuente de nuestras emociones (amor, envidia,
celos), el origen de muchas formas de recompensa (alabanzas, aprobación y afecto) y de castigo (críticas,
desaprobación y rechazo). Toda nuestra vida está dominada por lo que aprendemos de otros, por cómo
valoran lo que creen que hemos aprendido y cómo reaccionan ante nuestras acciones. Descubrimos lo que
somos capaces de hacer gracias a nuestra participación en la vida social.

La psicología social investiga cómo influye la presencia de los otros en los pensamientos y conductas de
las personas. El medio cultural, la estructura social y sus experiencias influyen en la identidad social y en
cómo perciben e interpretan la realidad social.

La psicología social es una disciplina que nace como ciencia independiente en 1908 con la
publicación ese mismo año de dos trabajos:

-El manual Psicología social, del sociólogo Edwrard A. Ross (1866-1951).


-La Introducción a la Psicología Social del psicólogo William McDougall (1871-1938).

Serán, sin embargo, los estudios del estadounidense Floyd H. Allport (1890-1978) en la década de 1920 los
que consolidarán esta disciplina como ciencia. Considerado, por tanto, como el fundador de la Psicología
social, publica en 1924 Social Psychology, una de las obras que inicia esta rama de la psicología. Floyd Allport
escribió: “No hay psicología de grupos que sea esencial y totalmente una psicología de los individuos”. La
Psicología Social no debe ser situada en contradicción a la psicología del individuo; es una parte de la

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psicología del individuo cuya conducta estudia en relación a ese sector de su ambiente que comprende sus
semejantes”. En este sentido se podría definir como el estudio científico de la conducta de los individuos
cuando entran en relación con otros individuos.

Allport rechaza el concepto de instinto y de aportaciones colectivas. Sostiene que el comportamiento proviene
de muchos y diferentes factores, incluyendo la presencia y acciones de otras personas. Adaptó el conductismo
de Watson y el experimento de laboratorio a la psicología social. Además, aportó el concepto de “facilitación
social”, el cual hace referencia a que algunas conductas duran más cuando uno está en compañía que solo
(ej: si haces deporte duras más acompañado que cuando estás solo); pero esto tiene el inconveniente de la 3
concentración porque la presencia de otros nos activa, por lo que facilita unas conductas y empeora otras. Las
conductas que dominamos se hacen mejor acompañado, sin embargo, las conductas que no dominamos se hacen
mejor solos o con poca gente. Allport sólo estudió la facilitación social de mejora.

Las interacciones de los individuos son las que producen la


sociedad, y esta, con su cultura y sus normas, actúa sobre los
individuos. La cultura constituye una forma de vida y moldea
nuestra percepción y nuestra conducta de maneras que con
frecuencia ignoramos. Es casi imposible imaginar la vida sin
otras personas, aunque a veces nos desconciertan porque
perciben el mundo de forma diferente a la nuestra, no
comprendemos los motivos de sus acciones o hacen cosas que
no esperamos. Los seres humanos nacemos formando parte de
la sociedad por lo que los grupos sociales van a influir en
nuestra forma de ser y de pensar desde nuestro nacimiento y
lo harán mediante el proceso de socialización. La
socialización es el proceso por el que los individuos aprenden, interiorizan y asimilan las normas, los
valores, las ideas, los conocimientos y los comportamientos de su grupo social, lo que les permite
adaptarse a él. Tradicionalmente, las funciones de socialización son: la reproducción de la estructura y el orden
social, la adaptación y participación del individuo en la sociedad, y el desarrollo individual de cada persona.
Los agentes de socialización más conocidos son:

 La familia: aporta la primera experiencia social y por eso suele ser la red social más fuerte y duradera
para el individuo. En ella ensayamos la comunicación social y desarrollamos la empatía.
 La escuela: añade la educación formal con sus normas y valores, además de conocimientos.
 Los compañeros: son fundamentales en algunas etapas de la vida. Con ellos se aprenden habilidades
sociales, roles sexuales, hábitos de comportamiento…
 Los medios de información: su influencia es enorme. Hablamos sobre todo de televisión y redes
sociales.

Toda cultura tiene sus propias pautas de comportamiento que resultan extrañas para aquellos que proceden
de otro ámbito cultural. Actividades cotidianas que parecen muy normales en un contexto pueden resultar
extrañas en otro. En este sentido suele ser difícil evitar el etnocentrismo que consiste en juzgar otras culturas
mediante la comparación con la propia. Como las culturas humanas son tan variadas, en muchas
ocasiones quienes provienen de una cultura determinada suele resultarles difícil aceptar las ideas o el
comportamiento de los pertenecientes a otras.

Actividad 1. Lee este mito cherokee y reescríbelo de manera que o


bien se trate de un texto etnocéntrico nórdico o de alguna tribu
africana.

TEXTO 2. “Para los indios Cherokees de las montañas Great Smoky


de América del Norte, como para otras muchas culturas, el ser
humano es la obra más perfecta del Creador, quien lo creó haciendo
primero un horno y encendiéndolo. Luego preparó una masa de
arcilla. Entonces, de la masa que había preparado, dio forma a tres
figuras humanas. Colocó las figuras en el horno y esperó a que se cocieran. Mas su impaciencia por ver el
resultado de su experimento, que coronaba su obra de creación, era tan grande, que retiró una figura
demasiado pronto. Estaba lamentablemente a medio cocer, pálida, de color desagradable. Pero buena o mala

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ahí estaba y de ella desciende el tipo de hombre blanco. Su segunda figura salió bien, en el tiempo justo y la
forma como él la había pensado. Muy morena, le agradaba en todos los aspectos, y esta figura fue el
antepasado de los indios. Tanto la contempló, que se olvidó de sacar del horno la tercera forma, hasta que
vio que se estaba tostando. Abrió la puerta rápidamente y encontró su última figura carbonizada y negra. Fue
lamentable, pero no había nada que hacer; aquello fue el primer negro.” Herkovits, El hombre y sus obras.

Aunque en psicología social se utilizan distintos métodos, el más empleado es el método experimental. Con
este método, lo que se pretende es crear una situación controlada en la que puedan contrastarse las
predicciones derivadas de las hipótesis planteadas. La modificación de la variable independiente lleva a 4
observar si esos cambios modifican también la variable dependiente. Los experimentos en psicología social
han sido controvertidos en ocasiones. Los problemas éticos y las secuelas que se pueden dejar en los
participantes es algo que hay que valorar antes de llevar a cabo un experimento psicosocial. En este sentido,
los famosos experimentos sobre la obediencia de Milgram (1961) y el de Zimbardo en la cárcel de Stanford
(1971) son dos claros ejemplos que provocaron una gran polémica en su momento.

Philip Zimbardo nació en Nueva York en 1933 en el seno de una familia de origen
siciliano, y fue compañero de clase de Stanley Milgram en el instituto James Monroe,
en el Bronx. Se licenció en el Brooklyn College de Nueva York y se doctoró en Yale.
Impartió clases en varias universidades antes de pasar a la de Stanford en 1968,
donde sigue dando clases. En el año 2000, declaró que estaba de acuerdo con
George Armitage Miller en que había llegado el momento de “llevar la psicología
al público”. Su carrera refleja esa idea. En la década de 1980 presentó una serie de
televisión cuyo tema era “descubrir la psicología”. En el mismo año 2000 recibió un
premio por su contribución a la psicología general y dos años más tarde fue elegido
presidente de la Asociación Americana de Psicología.

Los estudios sobre la obediencia realizados por Milgram pusieron de manifiesto que las personas
obedecen a las figuras de autoridad incluso en contra de sus propios principios morales. Philip Zimbardo
quiso descubrir cómo se comportarían si fueran ellas quienes estuvieran en una posición de autoridad con poder
absoluto. ¿Usarían o abusarían del poder concedido? En 1971 realizó el experimento de la cárcel de Stanford
en el que participaron 24 estudiantes universitarios de clase media, previamente sometidos a una evaluación
que había confirmado su salud mental. Se decidió a cara o cruz qué sujetos asumirían el papel de guardias y
el de prisioneros, y poco después, un domingo por la mañana, los prisioneros fueron detenidos en su casa,
fichados en una comisaría real y trasladados al sótano del Departamento de Psicología de la Universidad de
Stanford, transformado en una prisión ficticia.

El entorno carcelario

Para que la experiencia pareciera tan real como fuera posible desde el punto de vista psicológico, tan pronto
como llegaron se les desnudó, registró y desparasitó y les dieron uniformes y sábanas. Para intensificar la
sensación de anonimato y deshumanización, solo se les llamaba por el número asignado, y una cadena en
torno al tobillo les recordaba que estaban privados de libertad. Los guardias vestían uniformes de estilo
militar y gafas de sol (para impedir el contacto visual), llevaban llaves, silbatos, esposas y porras, y
vigilaban las 24 horas del día. Se les concedió control absoluto
sobre los prisioneros y autorización para aplicar las medidas que
consideraran necesarias para mantener el orden. Para sorpresa
de los investigadores, el entorno llegó a ser tan peligroso para
los participantes que el estudio tuvo que interrumpirse a los
seis días. Todos los guardias habían abusado de su autoridad;
habían negado la comida o privado de colchón a algunos
prisioneros, los habían encapuchado, encadenado y obligado
a limpiar los retretes con las manos. Para matar el aburrimiento,
les obligaron a participar en juegos degradantes. Un prisionero
fue liberado al cabo de 36 horas víctima de un llanto incontrolado,
ataques de rabia y depresión severa. Cuando otros prisioneros
mostraron síntomas de malestar agudo, Zimbardo entendió que la situación se había vuelto peligrosa y puso
fin al experimento. Zimbardo probó que se pueden inducir conductas perversas en personas buenas por
inmersión en “situaciones totales” con una ideología legitimadora y normas y funciones aprobadas. En
palabras de Zimbardo, las repercusiones son inmensas: “El acto más horrible que haya cometido jamás un ser

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humano… podría cometerlo cualquier de nosotros bajo las presiones contextuales idóneas”.

¿Qué sucede cuando se introduce a alguien bueno en un lugar perverso?

 Personas normales y sanas empiezan a comportarse de acuerdo con la función social que se les ha
asignado.
 Los que están en una posición de poder usarán (y abusarán) de su autoridad.
 Las que se hallan en una posición subordinada acatarán la autoridad. 5
 Es el poder de las situaciones sociales, y no la disposición personal, lo que lleva a la conducta
perversa.

Actividad 2. Responde a las siguientes cuestiones:

1. ¿En qué consiste el experimento Zimbardo?, ¿cuándo se realizó?


2. ¿Cuáles fueron las instrucciones?
3. ¿Qué consecuencias se derivaron del experimento?, ¿cuál fue el resultado final?
4. ¿Qué se pretendía demostrar?
5. ¿Es justificable desde el punto de vista ética la realización de este experimento?
6. Elabora una opinión personal a favor o en contra del experimento, argumentado tu visión.

Otro ejemplo paradigmático, aunque no científico, es la performance


“Rhythm O”, de Marina Abramovic (1974). La artista puso sobre
una mesa puso 72 objetos y un cartel: “puedes hacer lo que quieras”.
Abramovic le dijo a los espectadores-participantes que no se iba a
mover durante 6 horas, sin importar lo que le hicieran. Los objetos
(flores, plumas, cuchillos, una pistola cargada…) podía ser utilizados
de manera destructiva o placentera, como ellos quisieran. Al principio,
los espectadores fueron pacíficos y tímidos, pero escalaron a la
violencia rápidamente. En sus palabras: “La experiencia que aprendí
fue que… si se deja la decisión al público, te pueden matar… Me sentí
realmente violada: me cortaron la ropa, me pegaron rosas al estómago, una persona me apunto con el arma en la
cabeza y otra se la quitó. Se creó una atmósfera agresiva. Después de exactamente 6 horas, como estaba planeado,
me puse de pie y empecé a caminar hacia el público. Todo el mundo salió corriendo, escapando de una confrontación
real.” Esta performance muestra lo fácil que es deshumanizar a una persona que no se defiende, y es
particularmente llamativa porque desafía directamente lo que pensamos sobre nosotros mismos. Revela algo
terrible de la humanidad: la facilidad con que la gente puede dañarse entre sí, bajo circunstancias inusuales.

2. LA COGNICIÓN SOCIAL: LA PERCEPCIÓN DE PERSONAS

Vivir en sociedad implica conocer a los demás para poder relacionarnos con ellos. Al hablar de cognición
social nos referimos a la percepción que tenemos de otras personas y de nosotros mismos. Turner la define
como “todos los procesos psicológicos implicados en la obtención, uso, almacenamiento y modificación del
conocimiento acerca de las personas”. La información que nos llega desde el medio social es procesada por
nuestro psiquismo, es decir, la recibimos, seleccionamos, transformamos y organizamos para construir una
representación de la realidad. Una vez procesada, la información dará lugar al conocimiento que nos permitirá
comprender, adaptarnos y actuar sobre nuestro ambiente.

Los estudios sobre percepción revelan que las personas no registran todos los estímulos emitidos por el medio,
sino que los seleccionan y simplifican en función de ciertas leyes y de otras variables subjetivas. Una vez
seleccionados, los estímulos son clasificados en categorías e interpretados en función de esas categorías. ¿Cómo
percibimos a los demás?, ¿Cómo procesamos toda la información que nos llega sobre esa persona?,
¿Cómo elaboramos la primera impresión sobre las personas?

Solomon Asch hizo un experimento en 1946 que es conocido como el modelo de los rasgos centrales. Asch
distinguía entre rasgos centrales, aquellos que tienen una influencia mayor sobre la impresión final de la
persona, y rasgos periféricos, aquellos que tiene mucha menos influencia. La hipótesis que planteó fue que la
impresión que nos formamos de las personas tiene que ver con estos rasgos centrales. Su experimento consistió

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en elaborar dos listas compuestas por siete adjetivos que hipotéticamente describían a una persona anónima.
Las dos listas contenían seis rasgos idénticos (inteligente, habilidosa, trabajadora, decidida, práctica y
prudente) y únicamente diferían en el séptimo rasgo que unos casos era afectuosa y en otros fría. A un
grupo de estudiantes le dio a leer la lista de siete adjetivos que contenía el rasgo afectuoso, y a otro la lista
que contenía el rasgo frío. Los estudiantes tenían que evaluar a la persona descrita. Asch descubrió que las
personas que habían leído la descripción en la que aparecía el rasgo afectuoso se formaron una impresión
mucho más positiva de la persona que aquellos a quienes les había tocado la lista con la palabra fría. También
el orden en que se presentan las características es relevante para la impresión que tendremos de ella. Asch
demostró que si el listado que presentaba a los estudiantes sobre la persona anónima la describía en 6
primer lugar con adjetivos positivos y dejaba para el final los negativos, esto influían más que si era al
revés. La conclusión que podía desprenderse de este experimento es que cuando conocemos a una persona,
nos formamos una primera impresión global a partir de los fragmentos de información que recibimos
sobre ella.

La apariencia física es otro factor importante a la hora de formarnos una primera impresión de las personas
que nos rodean. Se han hecho multitud de estudios que confirman que existe una tendencia a atribuir a las
personas físicamente atractivas características positivas (inteligentes, habilidosas, competentes, amables,
exitosas…). Sin embargo, a veces se asocia el atractivo físico con características negativas (vanidad,
superficialidad, poca inteligencia…).

Las primeras impresiones que tenemos de las personas pueden tener una gran
influencia en el conocimiento posterior de esa persona. Richard K. Merton
describió en 1948 el efecto denominado La profecía que se cumple a sí misma
(efecto Pygmalión o efecto Rosenthal) Si alguien tiene una determinada
expectativa sobre otra persona se comportará con ella de forma que su
expectativa inicial quede confirmada. Hay varios mecanismos que pueden
hacer que la conducta que hemos derivado de nuestras expectativas se cumpla:
provocando que la conducta de la otra persona se corresponda con nuestra
expectativa o limitando el rango de conductas que la otra persona puede
hacer. Por ejemplo, si saludamos amablemente a alguien probablemente nos
devolverá el saludo de forma similar. En este caso hemos provocado que la
conducta del otro se ajuste a nuestra expectativa tratándolo como pensamos
que esa persona nos tratará. Si, por ejemplo, un día encontramos a alguien que
nos cae mal dando una mala contestación a un amigo nuestro, probablemente
pensemos que es alguien que no merece ser nuestro amigo sin darle otras
oportunidades para que nos muestre alguna otra faceta más agradable a nuestros gustos. ¿Qué haríamos si
esto mismo lo hace una persona que nos cae muy bien y con quien tenemos una estrecha relación? La profecía
que se cumple a sí misma es un efecto que se produce constantemente en nuestras relaciones sociales. Si
tratamos a un niño de una forma infantil pensando que es todavía muy niño, él se comportará así. Mientras que
si le hablamos como una persona adulta, intentará responder a la percepción que tenemos sobre él. Y es que
nuestras creencias y expectativas sobre otras personas influyen en su comportamiento. De la misma forma,
las expectativas de una persona sobre sí misma pueden dar lugar a su propia confirmación.

Actividad 3. Busca dos ejemplos de la profecía que se cumple a sí misma.

Las impresiones que nos formamos sobre las personas están muy
influidas por los estereotipos que poseemos sobre los diferentes grupos
sociales. Un estereotipo es un conjunto de creencias sobre las
características que forman un grupo social. Por ejemplo, el
estereotipo consensuado que puede tener un español blanco de clase
media urbana sobre los gitanos estaría relacionado con estas palabras:
vago, ladrón, cante, baile, familia, machismo. Existen muchos tipos de
estereotipos raciales, de género y nacionales (o regionales). Las
características en las que más nos fijamos cuando conocemos a alguien
son aquellas que las clasifican en función de su sexo, edad, etnia… Las
funciones que cumplen los estereotipos son varias: en primer lugar,
simplifican el conocimiento de la realidad al eliminar los matices y ordenar el mundo social en categorías.
Por ejemplos, si creemos que los catalanes son tacaños (tópico absurdo) no dedicaremos tiempo a pensar en
los casos individuales que nos afecten, sino que supondremos que todos los catalanes comparten dicha

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característica. En segundo lugar, compartir estereotipos ayuda a la cohesión grupal, enfrentándonos a aquel
grupo social que no comparte nuestros estereotipos. Precisamente esta función de cohesión social es la causa
de los prejuicios que tenemos hacia otros grupos que no son el nuestro.

Gordon Willard Allport (1897-1967) fue un psicólogo estadounidense, que impartió clases en la Universidad
Harvard. Se volvió famoso por su teoría de la personalidad, que se enfoca sobre el adulto en sí mismo más
que en la niñez o las experiencias y emociones infantiles. En su obra The Nature of Prejudice (1954) hace
importantes contribuciones al análisis del prejuicio.
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Un prejuicio es, en palabras de Allport “una actitud suspicaz y hostil hacia una persona que pertenece a
un grupo, por el simple hecho de pertenecer a dicho grupo, y a la que, a partir de esta pertenencia, se le
presumen las mismas cualidades negativas que se adscriben a todo el grupo”. Los prejuicios generados a
partir de los estereotipos pueden dar lugar a actitudes discriminatorias.

El experimento de Duncan. La violencia intrarracial. En 1976, Duncan realizó un estudio en el que pretendía
explicar la violencia interracial e intrarracial. Para ello pidió a los sujetos del estudio, estudiantes
estadounidenses de universidad blancos, que observasen un vídeo en el que aparecía una discusión cada vez
más violenta en la que al final un participante empujaba al otro. Duncan fue variando el color de piel del
protagonista (agresor) y de la víctima. Una vez visto el vídeo debían describir lo que habían visto usando
determinadas categorías como “jugando” y “conducta violenta”. Más de un 70 % eligió “conducta violenta”
cuando se mostraba a un protagonista negro. Cuando el protagonista era blanco, solo un 13 % utilizaba
esta categoría. Duncan pidió entonces que explicase la conducta que acababan de observar. Cuando el
protagonista era negro, su conducta violenta se explicaba por factores personales de quien agredía. Al
explicar esta conducta violenta de los protagonistas blancos, los sujetos exculpaban la conducta apelando
a la situación (ambiente).

Actividad 4. Resume las ideas centrales del experimento de Duncan.

Errores que distorsionan nuestros pensamientos y juicios sociales

Nuestro pensamiento es más vulnerable al error de lo que sospechamos. La capacidad de la mente humana es
grande para sostener creencias falsas y crear expectativas ilusorias del mundo social. Para comprender
este mundo, muchas veces usamos atajos mentales que nos llevan a establecer juicios falsos o tomar decisiones
erróneas. Veamos algunos ejemplos.

 Pensamiento egocéntrico. Tendencia a percibir que el propio yo tiene más importancia en los
acontecimientos de lo que sucede en la realidad. Muchas personas recuerdan los acontecimientos
pasados como si ellos fuesen sus protagonistas, con capacidad para controlar e influir en su curso y en
el comportamiento de los demás.
 Pensamiento estereotipado. Tendemos a pensar que las personas que pertenecen a un mismo grupo
comparten atributos y rasgos similares.
 Ideas preconcebidas. Las ideas preconcebidas de un hecho condicionan nuestras impresiones y
recuerdos. Así, los seguidores de un equipo de fútbol siempre creen que los árbitros son favorables al
equipo contrario.
 Sesgo de confirmación. Las personas buscan información que confirmen sus creencias y no atienden a
las evidencias que refutan dicha información.
 Efecto del falso consenso. Es la tendencia a creer que otras personas comparten nuestras actitudes en
un grado mayor del que es en realidad. La excesiva identificación con un grupo puede ejercer una
influencia poderosa en nuestros pensamientos, emociones y acciones.
 Vigilancia automática. Tendemos a ser muy sensibles a la información social negativa.
 Pensamiento contrafactual. Consiste en pensar en las posibles alternativas de hechos que ya han
ocurrido. Por ejemplo: “si no hubiera perdido el tiempo…”, “si no me hubiera divorciado…” Imaginar
qué vida tendríamos si hubiéramos tomado decisiones distintas es un ejercicio absurdo, porque nos
anula, nos hace sentir tristes y culpables.
 Visión retrospectiva. Es la tendencia a exagerar después de saber el resultado de un acontecimiento.
Es el efecto del “ya lo sabía yo”, y puede llevarnos a creer que las cosas no podrían haber sucedido

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de otro modo.

El autoconcepto

Hemos hablado de la percepción que tenemos de otras personas pero la cognición social se refiere también
a la percepción que tenemos acerca de nosotros mismos.

Es lo que suele llamarse autoconcepto, es decir, la capacidad del


individuo para pensar conscientemente sobre uno mismo. Esto nos 8
ayuda a construir una identidad significativa y al mismo tiempo guía
nuestro comportamiento y emociones. Cuando hablamos de identidad
nos referimos tanto a la identidad personal como social. Desarrollamos
nuestro auto-concepto en interacción con los demás ya que lo que
los otros dicen de nosotros nos ayuda a construir nuestra propia
identidad. Es importante también saber que nuestro comportamiento
varía en función de con quién nos estemos relacionando en cada
momento.

Actividad 5. Señala tres rasgos de ti mismo que te definan. Pregunta a tu compañero por los tres rasgos que
mejor te definen. Dinos tres rasgos que te hubiera gustado poseer.

3. LAS TEORÍAS DE LA ATRIBUCIÓN

Conocer nuestro entorno social supone no solo percibir lo que nos rodea sino interpretarlo. Las personas intentan
explicarse el movimiento incesante de la vida social, y, al hacerlo, actúan como los científicos (“psicología
naive”): recurren a establecer conexiones entre determinadas conductas observables y causas no observables.

3.1. La atribución causal: Fritz Heider

Un tema de gran interés para la psicología social es la atribución causal, que trata de analizar cómo
explicamos las acciones de las personas. Es esencial para la predicción y control de nuestro ambiente
social. Nuestros pensamientos, sentimientos y acciones respecto a otras personas están mediatizados por las
causas que atribuimos a su conducta. El proceso atributivo es la explicación de “por qué” una persona actúa
de una determinada manera.

La teoría de la atribución fue desarrollada fundamentalmente por el psicólogo Fritz Heider


en su obra La Psicología de las Relaciones Interpersonales en 1958. La definió como un
método para evaluar cómo la gente percibe su propio comportamiento y el de los
demás. Heider analizó cómo, en toda interacción social, las personas explicamos los
acontecimientos sociales cotidianos que ocurren a nuestro alrededor. A partir de la
observación, indicó que inferimos que nuestra conducta y la de otros es causada por
factores personales o por factores ambientales. De alguna manera actuamos como
“científicos ingenuos” atribuyendo causas a lo que sucede, distinguiendo dos tipos:

Causas internas (factores personales) Causas externas (factores ambientales)


Rasgos de personalidad, aptitudes, inteligencia, Situación personal, suerte, dificultad de la tareas,
motivación… presión social, acciones de terceras personas...

Por ejemplo, un profesor puede preguntarse si el rendimiento deficiente de un alumno se debe a falta de
motivación y habilidad (atribución disposicional) o a circunstancias físicas y sociales (atribución situacional).

3.2. La atribución de responsabilidad: Harold Kelley

La pregunta sería: ¿hay alguna manera de saber cuándo atribuimos una acción a causas internas o
externas? Según Harold Kelley (1972) la atribución dependerá de tres factores:

 Consenso con las respuestas de otras personas.


 Consistencia con la forma de responder de esa persona en otras ocasiones.

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 Distintividad de la manera en la que la persona responde a otros estímulos.

Si los factores tienen una alta intensidad tendemos a atribuir la causa al estímulo y si son bajas lo hacemos a
la persona. Supongamos que Pedro (persona) empuja a Sergio (estímulo) en el recreo. Nos preguntamos por
qué. Si resulta que otros niños empujan a Sergio (alto consenso), Pedro siempre empuja a Sergio en los recreos
(alta consistencia) y Pedro no empuja a otros niños (alta distintividad), entonces atribuimos la causa de la
acción de Pedro a Sergio. Y al contrario, si los factores son de baja intensidad lo atribuiríamos a la persona
que ha realizado la acción.
9
Otro ejemplo. Un sujeto sin una especial afinidad por el jazz, atribuirá el embelesamiento de Juan en un
concierto de jazz a rasgos internos ("A Juan le gusta el jazz") antes que a rasgos de la situación, pues la
conducta de Juan es consistente (siempre queda embelesado en los conciertos de jazz), pero no goza de
consenso (no a todo el mundo le gusta el jazz) ni está asociada distintivamente a este concierto en particular.

Sin embargo, la mayoría de las veces que buscamos la causa de una acción en realidad lo que estamos
haciendo es atribuir la responsabilidad de esa acción. Es por eso que muchas veces damos excusas y
justificaciones. Una excusa es por ejemplo: "en realidad no le disparé; la pistola se disparó accidentalmente”.
Una justificación podría ser “sí, es cierto que le disparé pero es que estaba a punto de volar el edificio”.

Imaginemos a una pareja visitando por primera vez una mezquita en una zona costera. Él siente calor y se
quita la camisa. Uno de los fieles interrumpe su oración y le recrimina. Salen y en la cafetería ella le dice: “¿por
qué has hecho semejante estupidez?”. La pregunta no busca la causa pues en ese caso bastaría con un simple
“sentía calor” sino que pretende atribuir responsabilidad, por eso él podría responder “¿cómo iba a saber yo
que son tan mojigatos?” Se trata de una respuesta que intenta atribuir la responsabilidad no en él, sino en las
personas a las que ha ofendido.

3.3. El error fundamental de atribución: Lee Ross

Quienes perciben las acciones de los actores sociales, sin embargo, cometen multitud de errores en sus
atribuciones casuales y de responsabilidad. Los seres humanos no siempre intentan averiguar por qué suceden
las cosas, pero sí se preguntan por las causas de los sucesos negativos o dolorosos. A veces, cometen sesgos
cognitivos cuando procesan la información social. Entre los errores de atribución más comunes (sesgos) tenemos:

 El error fundamental de atribución. Lee Ross lo definió como la tendencia de las personas a
minusvalorar el poder de la situación, al atribuir la conducta de otra persona a sus características
o cualidades. Es decir, consiste en subestimar el impacto de los factores situacionales y sobrestimar el
rol de los factores disposicionales en el control de la conducta. Se enfatizan exageradamente los factores
personales del actor en detrimento de los factores externos. En contra, cuando explicamos nuestro
comportamiento, lo atribuimos a causas externas. Por ejemplo, si un amigo llega tarde a una cita es
porque es un irresponsable, pero si tú llegas tarde, es por culpa del tráfico. Otro ejemplo de lo más
corriente es atribuir una conducta violenta a la agresividad del actor. El problema de este sesgo es
que a veces percibimos como responsable de su situación a personas que son víctimas de ella.
 Sesgo favorable al yo. Es la tendencia a atribuir el éxito a causas internas (“aprobé Historia”) y el
fracaso a causas externas (“me han suspendido Biología”). Las personas se ven a sí mismas como
responsables del éxito y el fracaso se lo achacan a otros, así protegen y refuerzan su autoestima.
Este sesgo es común en deportes de equipo, donde el éxito del propio equipo se atribuye a las
características de los jugadores y no a la suerte.
 Sesgo actor-observador. Tiene que ver con la asimetría o diferencia existente al hacer atribuciones
entre el actor y el observador para explicar la conducta. El actor tiende a atribuir la acción a factores
externos (situación) y el observador a factores internos (disposición). Ejemplo: si me tropiezo con un
bache en la acera (actor), echo la culpa al mal estado de la acera, a la desidia del ayuntamiento; si
veo cómo alguien se tropieza con ese mismo bache (observador), pienso que es muy torpe, que es una
persona distraída.
 Sesgo egocéntrico o falso consenso. Consiste en sobreestimar el “grado de acuerdo” que los demás
individuos tienen con tus ideas, actitudes y comportamientos. En ocasiones, nos justificamos diciendo
que todo el mundo lo hace igual. Ejemplo: “Suspendí matemáticas, pero suspendió toda la clase”.

Las atribuciones tienen consecuencias cognitivas, emocionales y afectivas lo que influye tanto en las expectativas

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como en la conducta de las personas. Por ejemplo, si un estudiante atribuye su fracaso en el estudio a su falta
de habilidad lo más seguro es que espere seguir fracasando.

Actividad 6. Responde a las siguientes cuestiones:

a. ¿En qué consiste el "error fundamental de atribución"?


b. Busca ejemplos de los cuatros sesgos de atribución que hemos estudiado.

4. LAS ACTITUDES 10

La psicología social, como se ha dicho anteriormente, estudia la conducta que los individuos mantienen al
relacionarse con otros. Suponemos que son las actitudes las que influyen en la conducta por lo que actitudes
sociales nos sirven como indicadores o predictores de conductas, por eso son tan interesantes para el
investigador.

Las actitudes son las predisposiciones a valorar de una forma positiva o negativa ante un estímulo. A la
hora de evaluar un estímulo, sea este una persona, un objeto concreto o abstracto, nos basamos en creencias
y conocimientos que poseemos sobre tal objeto, de actitud (componente cognitivo), en los sentimientos y
emociones que nos provoca (componente afectivo), y en la experiencia que tenemos de comportamientos
anteriores (componente conductual). Estos tres componentes de la actitud pueden ir unidos o separados al
hacer una valoración del objeto. La creencia de que las actitudes guían nuestra conducta hace que los psicólogos
sociales consideren la posibilidad de cambiar actitudes puesto que cualquier cambio en las actitudes de las
personas supondría un cambio en su comportamiento. Después de la segunda guerra mundial el interés central
de la psicología social se centró en la modificación de actitudes a través del mensaje persuasivo. El campo
en el que más se ha trabajado con la persuasión ha sido la publicidad. Un ejemplo claro de mensaje persuasivo
es la Guerra de los mundos de Orson Welles o el programa Operación Palace en Salvados, de Jordi Évole
sobre el 23F. Ambos demostraron el poder de la radio y la televisión como medios para lanzar este tipo de
mensajes.

Las instituciones influyen con frecuencia en la conducta de los individuos, no mediante la persuasión sino
mediante incentivos, normas sociales o sanciones. Esto puede acarrear consecuencias importantes y la más
estudiada es la expresada en la conocida como…

4.1. La teoría de la disonancia cognitiva de Festinger

…teoría de la disonancia cognitiva de Leon Festinger (1957). La discrepancia entre


las actitudes y la conducta nos provoca malestar porque nos gusta ser coherentes.
A veces existe un desacuerdo entre lo que hacemos y lo que creemos que
deberíamos hacer. En ese momento nos sentimos mal porque nos encontramos en
disonancia cognitiva. Sin un individuo se comporta de una forma que va contra sus
actitudes para obtener un beneficio la disonancia será mayor si el beneficio es poco
importante. Ejemplo: Si alguien cree que hay que ahorrar y luego se gasta bastante
dinero en un producto surge la disonancia en su cognición. Esta disonancia será mayor
cuanto más innecesario e inútil sea el objeto comparado. ¿Cómo se reduce la
disonancia? Según Festinger se suele reducir la disonancia cognitiva cambiando las
percepciones para hacerlas compatibles con la conducta que seguimos. Ejemplo: podríamos reducir la
disonancia pensando que ha sido un día muy duro y que el mes que viene ahorraremos más.

Actividad 7. Pon un ejemplo de disonancia cognitiva y señala una forma de reducir el conflicto mental que
genera.

5. EL PENSAMIENTO GRUPAL

A lo largo de todo este tema estamos analizando los factores que influyen en la conducta social de los individuos
ya que no somos seres aislados sino que vivimos en comunidad. Los grupos sociales son muy variados, tienen
distintas estructuras y diferentes tipos de organización pero todos aquellos a los que pertenecemos nos marcan
de alguna manera.

Un grupo es un conjunto de personas que tienen objetivos comunes y comparten una identidad social (ej.

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Ser alumno del IES Al-Qázeres). En todo grupo hay una estructura que consiste en un sistema de roles (papeles
que desempeñan los actores) y un conjunto de normas que regulan las distintas funciones del grupo (ej. En una
clase hay roles diferentes como el de profesor o los que se establecen de manera informal entre los alumnos;
de la misma forma también existen normas que facilitan el cumplimiento de la función para la que existe el
grupo). Uno de los roles más estudiados por la importancia que tiene en la facilitación o no de la conducta
grupal es el rol de líder. Los roles suelen llevar a diferencias de status, es decir, posiciones diferenciadas en
el grupo dependiendo del rol que desempeñe. Un grupo social puede estar más o menos cohesionado.

Tradicionalmente pensamos que los grupos toman mejores decisiones que los individuos, porque están 11
cohesionados y cuenta con miembros especialistas. Sin embargo, hay muchos ejemplos de lo contrario. A veces,
los grupos formados por personas expertas adoptan malas decisiones que tienen consecuencias
desastrosas. Un ejemplo claro de un grupo que tomó una mala decisión sucedió el 17 de abril de 1961, cuando
3.400 exiliados cubanos, entrenados por la CIA, desembarcaron en bahía de Cochinos (Cuba) con la intención
de derrocar a Fidel Castro. Tras el fracaso, el presidente Kennedy reflexionó en voz alta: “¿Cómo pudimos ser
tan estúpidos?”

En 1972, el psicólogo social Irvin Janis (1918-1990), de la Universidad de Yale, identificó ocho síntomas del
pensamiento grupal:

1. Ilusión de invulnerabilidad. Muchos grupos desarrollan un optimismo excesivo que les ciega para
ver los peligros cuando deben tomar decisiones importantes.
2. Creencia incuestionable en la moralidad del grupo. Los miembros asumen la moralidad inherente al
grupo y no se preocupan de los asuntos éticos de las consecuencias negativas de sus decisiones.
3. Estereotipos del oponente. Muchos grupos consideran que sus oponentes son malos para negociar y
desprovistos de inteligencia para defenderse.
4. Racionalización colectiva. Los grupos rechazan los desafíos justificando colectivamente sus decisiones
y usan la mentira, si es necesario, en la defensa de sus intereses.
5. Presión hacia la conformidad. Los dirigentes de un grupo refutan a aquellos que suscitan dudas
sobre los planes del grupo, utilizando el sarcasmo personal contra los disidentes.
6. Autocensura. Los individuos no expresan desacuerdos para no romper la armonía, lo que provoca
fallos en la búsqueda de alternativas ante un conflicto.
7. Ilusión de unanimidad. Sirve para no romper el consenso. Como no se produce ninguna voz
discordante todo el grupo supone que la decisión tomada es unánime.
8. Guardianes de la mente. Todo grupo protege la información que haría dudar de la eficacia o la
moralidad de sus decisiones. Algunos integrantes hace de “policías del pensamiento” para favorecer
la cohesión social.

¿Qué podemos hacer para reducir el pensamiento grupal?

 Informar a los miembros del grupo sobre el pensamiento grupal, sus causas y sus consecuencias.
 Que el líder se muestre imparcial y no asuma ninguna posición al comienzo del proceso de toma de
decisiones.
 Solicitar a los miembros del grupo que evalúen de manera crítica cada alternativa.
 Seleccionar a un miembro del grupo para que asuma el rol de “abogado del diablo”, que

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argumentará en contra del consenso para resaltar posibles fallos en las decisiones.

Conflictos en el grupo

Los conflictos son inherentes a la naturaleza humana, forma parte de nuestra vida, sin ellos sería imposible la
maduración humana. Ante los conflictos son posibles tres posturas: huir (postura irresponsable, porque el
conflicto permanece), acrecentar el conflicto o afrontarlo. Dar respuestas viscerales o irracionales, sin
reflexionar es lo peor que se puede hacer en una situación conflictiva.
12
Deberíamos aprender de lo que Erik Erikson definió como “la verdad de Gandhi”: consiste en buscar una
verdad más comprensiva, un concepto más abierto acerca del modo en que las personas se relacionan unas
con otras, de forma que todos los implicados encuentren algo positivo en el acuerdo general.

El consenso descarta los procedimientos que intentan promediar las opiniones para alcanzar un compromiso,
proponiendo en su lugar una solución nueva y creadora.

6. LA INFLUENCIA SOCIAL

Los grupos influyen en las personas que los componen, así se viene demostrando en numerosos estudios
realizados en psicología social. La psicología social investiga cómo interactúan y se influyen unos individuos a
otros, qué relaciones sociales mantienen entre sí y cómo la sociedad en la que viven condiciona sus vidas. Pero
¿cómo asimilamos la influencia social y construimos nuestra vida?

La influencia social consiste en un cambio en las creencias, actitudes o conductas de un individuo por la
presencia o acción de otras personas.

La psicología social ha creado en el laboratorio simulaciones de situaciones sociales que nos enseñan el
poder de la influencia social sobre nuestras creencias y actitudes, nuestras acciones y decisiones y se manifiestan
en el conformismo, la obediencia a la autoridad y en la conducta grupal. Los tipos de influencia grupal en
el individuo más conocidos son:

La influencia informativa fue estudiada por Sherif (1936) y se produce siempre que el grupo da al individuo
determinada información que antes no poseía. Dicha información le hace actuar de una forma diferente a
como lo haría cuando no poseía la información que el grupo le dio.

La influencia normativa fue estudiada por Asch (1951) y hablamos de ella cuando la persona actúa de la
misma manera que los otros componentes del grupo por el simple hecho de no entrar en conflicto con los
demás o por el miedo a ser rechazado.

Los dos tipos de influencia expuestos tienen varias características en común:

-la primera es que quienes ejercen la influencia y quienes la reciben tienen más o menos el mismo estatus.

-La segunda es que la presión ejercida sobre el individuo no es explícita sino implícita.

-Por último, los que ejercen la influencia no pretenden controlar o sancionar la resistencia del individuo.
Imaginemos una situación de influencia en la que quien ejerce la influencia tenga un estatus alto, ordena
expresamente realizar una acción determinada y controla si la persona cumple o no las órdenes.

No debemos hablar únicamente de relaciones interpersonales dentro de los grupos. Los medios de comunicación
han recogido en muchas ocasiones relaciones conflictivas entre personas que pertenecen a diferentes grupos.
El conflicto intergrupal es un fenómeno que preocupa a las sociedades y por eso la psicología social estudia
las causas del conflicto social entre distintos grupos étnicos, religiosos, políticos…

La investigación sobre relaciones intergrupales se centra en el estudio de lo que los individuos hacen, sienten
o piensan en una situación en la que emerge de forma clara su pertenencia o identificación con algún
grupo social. Por ejemplo, la batalla campal que ocurrió a orillas del Manzanares entre socios ultras del
Atlético de Madrid y el Celta de Vigo y que se saldó con el asesinato de Jimmy Romero Taboada.

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5.1. Personalidad autoritaria (Adorno) y situaciones intergrupales (Sherif)

Hay teorías que explican los conflictos intergrupales como resultado de la


estructura psíquica o de los esquemas cognitivos de los individuos, es decir,
abordan el problema desde un enfoque individual. La teoría más conocida es
la de la Personalidad autoritaria de Theodor Adorno (1950). La hipótesis
central de esta teoría, que pretendía entender la barbarie nazi, era que las
actitudes sociales de una persona expresan tendencias profundas de su 13
personalidad. Esa personalidad le haría adoptar actitudes antidemocráticas,
encontrar satisfacción en la sumisión a la autoridad al mismo tiempo que dirige
la agresión hacia las minorías sociales u étnicas o a los grupos sometidos a la marginación social. Se trataría e
individuos intolerantes predispuestos a la xenofobia, el racismo o la discriminación social. Sus formas de pensar
suelen ser muy rígidas, con muchos prejuicios. Esta teoría ha sido muy criticada desde la psicología social, sobre
todo por su metodología.

Frente a este tipo de estudios la psicología social prefiere entender el conflicto


intergrupal de una manera no individual. Muzafer Sherif (1954) comenzó una
serie de experimentos de campo en campamentos de verano para comprender
cuáles eran las causas del conflicto entre grupos. El experimento se conoce
como Robber´s Cave Experiment (experimento de la “Cueva de los
ladrones”). La hipótesis principal era que el conflicto intergrupal era una
respuesta de la gente normal en situaciones intergrupales en las que los
intereses de los grupos son incompatibles. Los estudios realizados se
organizaban en 3 fases:

1. Formación de los dos grupos: los investigadores separaron a los amigos en grupos
diferentes (The Rattlers / The Eagles). Estos realizaban actividades independientes que
facilitaron la creación de la estructura del grupo. Después de varios días los dos grupos
desarrollaron espontáneamente jerarquías y grados sociales internos (intragrupo). En
esta fase, por tanto, ya se vieron indicios de favoritismo endogrupal.
2. Competición intergrupal: se introdujo un conflicto de intereses entre los dos grupos
mediante juegos competitivos (si uno ganaba, el otro perdía). En esta fase aumentó la cohesión del propio
grupo y la discriminación al otro.
3. Reducción del conflicto: se introdujeron metas que solo podían alcanzarse con la colaboración de los
miembros del grupo.

5.2. La conformidad y la influencia de la mayoría: Solomon Asch

Reflexión 2. ¿Eres conformista?

El conformista se adapta a lo establecido, está orgulloso de coincidir absolutamente con lo que todo el mundo
piensa y hace. Su odio hacia los hombres preocupados nace de la comprensión de que a través de la
indagación se socavan las costumbres, los hábitos, la moral; es decir, lo establecido. El conformista carece de
dos cualidades humanas: coraje y valentía. El conformista se adueña del conocimiento para garantizar su
tranquilidad y para transformar todas las disciplinas en algo cómodo y no inquietante. En sus manos, el saber
sirve para evitar el apasionamiento. Los conocimientos son disecados como lo es un cadáver en la mesa de
operaciones. El conformista no hace del saber una experiencia existencial. Se parece más bien a aquel que
contempla, echado en la playa, el furor del mar sin atreverse a navegar por él. El conformista busca lo idílico,
no quiere salir de la facilidad, goza de su sosiego y no se arriesga.

Actividad 8. Responde a las siguientes cuestiones:

1. ¿Cómo nos influyen otras personas en nuestro pensamiento, juicios y comportamientos?


2. ¿El conformismo permite a los demás manejarnos con facilidad y socava la fe en nosotros mismos?

La vida social se regula por unas normas o reglas sociales que indican cómo hay que comportarse en diferentes
situaciones. A veces recibimos presiones de personas o grupos para que nuestras actitudes y comportamientos
se acomoden a modelos sugeridos o impuestos. En otras ocasiones nos adaptamos a una norma para no recibir

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la desaprobación de los demás, o mantenemos una lucha constante en defensa de nuestra individualidad,
aunque la mayoría enarbole la bandera conformista.

La conformidad consiste en un cambio de pensamientos, conductas o actitudes por la presión real o


imaginaria de un grupo. El individuo actúa de manera diferente en grupo que cuando está solo.

En 1951, el psicólogo Solomon Asch investigó el conformismo, por el cual una persona
acepta la norma o el juicio defendido por la mayoría. Asch realizó un experimento con un
grupo de siete estudiantes (seis cómplices del experimentador y un “sujeto ingenuo”). Su 14
tarea era sencilla y consistía en decidir en dieciocho ocasiones cuál de las líneas era
semejante a una línea patrón. En las dos primeras comparaciones y en otras cuatro
distribuidas a lo largo del experimento, los cómplices respondieron correctamente, pero en
las doce restantes lo hicieron de forma incorrecta y señalaron una línea
errónea. En esa situación el sujeto ingenuo sufre una “pesadilla
epistemológica”, ya que se encuentra ante un conflicto: responder según sus creencias o
aceptar a una mayoría equivocada. ¿De quién se fía, de sus sentidos o de sus compañeros?
Al final, el 33% de los sujetos que participaron en el experimento se conformaron con la
opinión de la mayoría. Lo hicieron por diferentes razones: unos por temor a ser rechazados
por el grupo y otros por el miedo a la soledad o al peligro del aislamiento social. El experimento demuestra
que la presión social indujo a muchos de los voluntarios a plegarse a las informaciones erróneas del grupo.
¿Qué factores influyen en la conformidad?

 El tamaño del grupo. No es igual oponerse a un grupo pequeño que a un grupo grande.
 La falta de unanimidad en el grupo es muy eficaz para reducir la conformidad.
 La respuesta en público o en privado. Si el sujeto dice la respuesta en privado y no en un grupo, la
conformidad disminuye.
 El grado de atracción que tiene el grupo para el individuo. Los sujetos se someten a la opinión del
grupo para obtener una recompensa (aceptación) o evitar el ridículo y el rechazo.

Asch creía que, ante una tarea fácil, los jóvenes no claudicarían ante la presión grupal. Sin embargo, un tercio
se amoldó a la mayoría. Hoy en día se dice que padecemos el síndrome Solomon cuando tomamos
decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir o destacar en un grupo social. Ahora bien,
si una persona es conformista ante una mínima presión, ¿qué hará cuando sea coaccionada de forma directa?

Erich Fromm (1900-1980). Nació en Frankfurt, Alemania. Brillante pensador, trató de


aplicar la teoría psicoanalítica a los problemas sociales y culturales de su tiempo. Cursó
Filosofía en Heidelberg y Psicoanálisis en Munich y Berlín. El ascenso de Hitler al poder
le llevó a establecerse en EE.UU., donde fue profesor en Columbia, Nueva York y Yale.
En esos años publicó sus obras El miedo a la libertad (1941) y El arte de amar (1956).

TEXTO 3. Erich Fromm. El miedo al aislamiento

“Después que Hitler llegó al poder surgió otro incentivo para el mantenimiento de la lealtad de la mayoría de
la población al régimen nazi. Para millones de personas el gobierno de Hitler se identificó con “Alemania”.
Una vez que el Führer logró el poder del Estado, seguir combatiéndolo hubiera significado apartarse de la
comunidad de los alemanes; desde el momento en que fueron abolidos todos los demás partidos políticos y
el partido nazi llegó a ser Alemania, la oposición al nazismo no significaba otra cosa que oposición a la
patria misma. Parece que no existe nada más difícil para el hombre común que soportar el sentimiento de
hallarse excluido de algún grupo social mayor. Por más que el ciudadano alemán fuera contrario a los
principios nazis, ante la alternativa de quedar aislado o mantener su sentimiento de pertenencia a Alemania,
la mayoría eligió esto último. Puede observarse muchos casos de personas que no son nazis y sin embargo
defiende al nazismo contra la crítica de los extranjeros, porque consideran que un ataque a este régimen
constituye un ataque a Alemania. El miedo al aislamiento y la relativa debilidad de los principios morales
contribuyen a que todo partido pueda ganarse la adhesión de una gran parte de la población, una vez
logrado para sí el poder del Estado.”
El miedo a la libertad, Capítulo 6. La psicología del nazismo

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5.3. La obediencia a la autoridad: Stanley Milgram

Edward Said se preguntó: “¿Cómo una nación civilizada que había producido los mejores filósofos y músicos de
Europa, así como algunos de sus más brillantes científicos, poetas y eruditos, pudo caer no solo en la locura del
nazismo, sino en uno de los más terribles programas de exterminio humano de toda la historia?”

A partir de la derrota del nazismo de Adolf Hitler, la psicología social se preguntó: ¿cómo
fue posible que en Alemania, entre 1933 y 1945, fueron obedecidas las órdenes que
suponían el asesinato de millones de personas?, ¿Cómo un dictador puede transformar a 15
persona racionales en masas ciegamente obedientes? En 1961, el psicólogo Stanley Milgram
(1933-1984) dirigió en la Universidad de Yale una serie de experimentos que
demostraron aspectos sorprendentes sobre la obediencia humana. Por ejemplo, que no se
requiere de una personalidad perturbada para causar daño a otras personas. En 1974
publicó sus conclusiones en el libro Obediencia a la autoridad.

La obediencia a la autoridad consiste en seguir la voluntad de otra persona o institución, y así no nos
consideramos responsables de nuestros actos. Milgram descubrió que personas corrientes estaban dispuestas
a infligir descargas a un extraño si un investigador se lo pedía.

En el experimento participaron personas de diversa edad y condición social,


a quienes se informó de que el objetivo del estudio era la influencia del
castigo sobre el aprendizaje. Este requería de tres personas, el director del
estudio, el alumno y el profesor. A uno se le asignaba el papel de
“profesor” (sujeto ingenuo”) y a otro el de “alumno” (cómplice del
investigador). El papel de “profesor” consistía en decir una lista de
palabras: cielo/azul, lluvia/paraguas, león/salvaje, etc., que el alumno
debía memorizar, mientras permanecía atado a una silla electrificada en un
cuarto separado. Después, el “profesor” repetía una palabra: azul, y
preguntaba a cuál estaba asociada: mar, cielo, ojos, cinta. Si el “alumno”
cometía errores (lo que hacía de vez en cuando por orden del
experimentador), el profesor le aplicaba descargas eléctricas, y cada vez
era más intensas (desde 15 voltios hasta 450 voltios). Naturalmente, la
víctima era un actor que simulaba dolor y gritaba a medida que el
“profesor” elevaba el voltaje de las descargas. Si el profesor dudaba o se negaba a administrar el castigo, el
experimentador le decía que debía continuar. Si, a pesar de todo, el sujeto se negaba a continuar, el
experimento concluía.

Milgram quería saber hasta qué punto el “profesor” seguiría sus instrucciones, cuántas descargas estaría
dispuesto a aplicar. Este creía que las descargas eran auténticas, porque había visto cómo habían atado al
“alumno” unos electrodos en las manos. En una encuesta previa, 40
psiquiatras hicieron esta predicción: solo un 4% seguiría torturando
a la víctima a 300 voltios y un 1% aplicaría la descarga más alta.
Pero, ¿cómo reaccionaron los sujetos ante la presión de la autoridad, de
la víctima (alumno) y de su conciencia? Milgram descubrió que el 65%
mostró una obediencia total y continuó hasta los 450 voltios. Anotó
que la conducta de los sujetos mientras duró el experimento mostraba el
conflicto que sufrían: estaban tensos y muy nerviosos. Aunque algunos se
preocupaban por el “alumno”, siguieron obedeciendo a la influencia
social. El investigador quería saber si las personas pueden hacer daño a otros solo porque una autoridad se
lo ordena, y qué ocurre cuando las exigencias de la autoridad se oponen a su conciencia. Los resultados
obtenidos son estremecedores, porque los sujetos no eran sádicos, sino que actuaban condicionados por la
situación. Obedecían a la autoridad.

Los experimentos de Milgram muestran que la bondad o maldad de los actos de una persona dependen
más de la situación que de su personalidad. Existe un paralelismo entre la conducta de estos sujetos y quienes,
en tiempos de guerra o de paz, son capaces de obedecer órdenes irracionales y asesinar a personas
desarmadas. ¿Qué factores influyen en la obediencia a la autoridad? Destacan estas variables: la cercanía de
la víctima y el “ejecutor de las descargas”, la difusión de la responsabilidad y si existe o no un modelo

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desobediente.

Actividad 9. Responde a las siguientes cuestiones:

a. ¿Qué fue el experimento Milgram?


b. ¿Podrías aplicar este experimento a alguna situación real?
c. ¿Qué demostró este famoso experimento?
d. ¿Crees que la obediencia debida exime de responsabilidad?, ¿Por qué?
e. ¿Qué conclusiones podemos extraer de los experimentos de Asch y Milgram? 16
f. Elabora una opinión personal a favor o en contra del experimento, argumentado tu visión.

TEXTO 4. “Nos han educado en la obediencia absoluta, en la jerarquía, en el nacionalismo; nos


han atiborrado de eslóganes, embriagados de ceremonias y manifestaciones; nos han enseñado
que lo único justo era lo que favorecía a nuestro pueblo, y que la única verdad era la palabra
de nuestro jefe. ¿Qué queríais que hiciésemos?, ¿Cómo podíais pretender de nosotros un
comportamiento distinto? Hemos sido ejecutores diligentes, por eso hemos sido elogiados y
ascendidos. Las decisiones no las hemos tomado nosotros. […] Por eso no somos responsables
y no podemos ser castigados”.
Rudolf Höss, Yo, comandante de Auschwitz, Madrid, Arzalia, 2022.

6. EL LIDERAZGO Y SUS TIPOS

El liderazgo es uno de los procesos grupales básicos. Se considera líder


a la persona que ocupa un puesto de dirección en algún nivel de la
jerarquía de una organización formal. Las personas otorgan mayor
legitimidad a aquellos líderes que comparten sus ideales, valores y
aspiraciones.

Liderazgo. En todo grupo u organización, la persona que ejerce de


líder orienta al grupo hacia unos objetivos y mantiene la cohesión
grupal para mejorar su eficacia.

Las características del liderazgo eficaz:

 Tener seguridad en sí mismo y un sistema de valores propio, demostrando al grupo aceptación y


confianza.
 Saber elegir los objetivos con el grupo y dirigir a sus principales colaboradores, delegando
atribuciones y funciones.
 Capacidad de resolver problemas, tomar decisiones y motivar a los miembros del grupo hacia el
trabajo creativo.
 Competencia en la solución de conflictos grupales, comprendiendo sus causas y enfrentándose a
ellas.
 Talento para lograr el desarrollo del grupo, aprendiendo de la experiencia y fomentando la crítica y
evaluación del trabajo realizado.

La vida de un grupo está condiciona por tres tipos de liderazgo:

 Autoritario: La organización del grupo es rígida y jerárquica y el líder ordena las tareas que hay que
realizar, sin tener en cuenta las ideas de los demás ni explicitar en qué criterios basa sus decisiones o
actuaciones. El clima social y afectivo de un grupo con liderazgo autoritario es negativo, su cohesión
grupal es débil, y sus miembros trabajan en presencia del jefe, pero si este falta, su rendimiento es
mínimo.
 Democrático: Un líder democrático es elegido, no impuesto. Si el líder logra que el grupo se sienta
cohesionado y motivado, delegará las tareas y se limitará a la supervisión. Esto produce mayor
independencia y autonomía para los integrantes del grupo. En los grupos con liderazgo democrático
el ambiente es positivo y su cohesión, fuerte, resiste mejor los ataques de división que provienen del
exterior y obtienen un rendimiento alto.

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 De laissez-faire (dejar hacer): El líder no insiste en hacer cumplir las normas y da completa libertad,
pero es pasivo, tampoco da seguridad al grupo y piensa que este se sentirá motivado de forma
natural. Además no participa en los debates del grupo y no realiza alabanzas ni críticas hacia otros
miembros del grupo. El clima grupal es negativo y la satisfacción de sus miembros y su cohesión es
mínima.

Autocrático Democrático Laissez-faire


1. Designación del líder y toma de decisiones 17
Líder elegido o designado. Toma él Líder elegido democráticamente. La forma de elección no importa.
solo las decisiones. No admite Admite discusión. Las decisiones se Inseguro. Se toman decisiones merced
discusión. toman deliberando en común. a deseos individuales.
2. Actuación del líder frente al grupo
Directivo en el plano del contenido y No directivo en el plano del No directivo en todos los planos. Su
del procedimiento. No toma en contenido, directivo en el forma de dirigir no es dirigir. Deja al
cuenta ninguna otra idea. procedimiento para llegar al grupo a su aire.
objetivo señalado.
3. Desarrollo de la tarea
En líder usa todo su potencial para la El líder facilita y organiza el trabajo Todos pueden expresar sus
tarea. Admite aportaciones al colectivo. Ayuda al grupo a percibir sentimientos como quieran, pero el
trabajo, pero no discusión en la sus procesos, así como sus causas y líder no organiza las actividades
forma de hacerlo. Se hace motivaciones. Comparte la para una productividad positiva.
responsable de todo. responsabilidad con el grupo. Nadie asume ninguna
responsabilidad.
4. Productividad y satisfacción del grupo
La productividad es alta, pero sin El grupo produce de forma positiva y El grupo está a gusto, pero la
una satisfacción adecuada. Se con satisfacción. No hay apenas productividad es escasa o nula. La
pueden generar sentimientos de agresividad, ni oposición, ni tensión. creatividad se da solo en miembros
agresividad y oposición, el clima es El trabajo producido resulta original aislados. El proceso es desordenado
negativo y falta cohesión. El grupo se y constante. El espíritu de equipo es y sin madurez. Hay inseguridad,
derrumba si el líder no está presente positivo y el grupo perduraría por sí confusión y pasividad, y
y activo en todo el proceso. solo si faltara el líder. ocasionalmente agresividad. El líder
es ineficaz.
Tipos de liderazgo, Fuente: T. Nuñez y F. Loscertarles: El grupo y su eficacia, Barcelona, EUB, 2003.

TEXTO 5. Liderazgo narcisista. “Este tipo de líderes llevarán la contraria a


aquellos que les den sugerencias o propongan cambios y a su vez culparán a
los de alrededor de sus fracasos. Pero ¿cuáles son los componentes psicológicos
de este tipo de comportamiento? Ellos son la arrogancia, sentimiento de
inferioridad, su insaciable necesidad de reconocimiento y superioridad,
hipersensibilidad, ira, falta de empatía, amoralidad, inflexibilidad y paranoia.
[…] Su insaciable necesidad de reconocimiento y superioridad es su forma de hacer
frente a esos sentimientos de inferioridad que hemos visto, llegando a tener
numerosas vías por las que demostrar esa superioridad y potencia. […] La empatía
es un rasgo muy importante en el liderazgo y carecer de este componente les convierte en personas
egocéntricas e ignorantes de consejos exteriores.
Estos componentes tan negativos les hacen responder de forma violenta, llegando a ser tachados de personas
amorales, y utilizan esa amoralidad en su propio beneficio para mantener el poder sobre sus seguidores, algo
que tarde o temprano puede volverse en su contra. También son personajes irracionales, inflexibles y
paranoicos, llegando a crear enemigos donde no había.”

Raúl de Diego (coord.): Empleo, personas y organizaciones. Cambios y transformaciones, Madrid, Pirámide, 2015,
p. 149.

Actividad 10. Responde a las siguientes cuestiones:

1. ¿Qué diferencias existen entre los tres tipos de liderazgo: autocrático, democrático y liberal (laissez-faire)?
2. ¿Los narcisistas son buenos o malos líderes? Justifica la respuesta.
3. ¿Qué rasgos paranoicos muestran los líderes narcisistas?

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7. LA PSICOLOGÍA DE MÁSAS: GUSTAVE LE BON

Efecto “espectador” o difusión de la responsabilidad de Latané y Darley (1968). Un fenómeno que suele
darse en las multitudes es la difusión de responsabilidad que ocurre cuando la responsabilidad no ha sido
asignada de una forma explícita. El caso más conocido es de Kitty Genovese, una mujer de Nueva York
asesinada cerca de su casa a puñaladas. 38 vecinos escucharon sus gritos de ayuda por aproximadamente
media hora, pero ninguno la ayudó pensando cada uno que algún otro lo haría.
18
Una de las líneas de investigación más frecuentes en la psicología social es saber por
qué los individuos se contagian del comportamiento de los demás y se limitan a
repetirlo sin cuestionarse nada. La psicología de masas es el estudio del
comportamiento de las multitudes. Cuando se habla de masa o multitud no nos
referimos a un grupo organizado y estructurado para buscar metas comunes, sino a
un conjunto de gente que actúa junta. Gustave Le Bon (1841-1931), uno de los
fundadores de la psicología social y autor de Psicología de las masas (1895) define la
modernidad como “la era de las masas”, e insiste en la mentalidad única y no
reflexiva que asume la colectividad en determinados momentos. Le Bon se
pregunta: ¿qué son las masas?, ¿por qué ejercen tanta influencia sobre la vida
individual?, ¿cómo modifican la mente del individuo? Le bon destaca las siguientes
características la conducta multitudinaria:

 Alma colectiva. La multitud tiene un alma colectiva (“pensar colectivamente es la regla general. Pensar
individualmente es la excepción”) En la masa el individuo se desvanece. Muchos individuos con diferentes
personalidades, ocupaciones o estilos, al pertenecer a la masa, poseen un alma colectiva que les hace
pensar, sentir y actuar de forma totalmente diferente a como lo harían si estuvieran solos. Según Le
Bon: “las masas no acumulan inteligencia, sino mediocridad”.

“Las asambleas parlamentarias que llegan a cierto grado de excitación se equiparan a las masas heterogéneas
corrientes y sus sentimientos presentan, en consecuencia, la particularidad de ser siempre extremados. Podrán
realizar actos heroicos o incurrir en los peores excesos. El individuo deja de ser él mismo y votará las medidas
más contrarias a sus intereses personales”

 Sentimiento de omnipotencia con ausencia de responsabilidad. Cuando los individuos forman parte
de la masa, el anonimato les hace adquirir un sentimiento de poder invencible, lo que les permite
rendirse a sus impulsos, y su conducta es favorecida por la desaparición de la responsabilidad
individual.

“La violencia de los sentimientos de las masas se exagera más aún, sobre todo en las masas heterogéneas,
por la ausencia de responsabilidad. La certeza de la impunidad, tanto más acentuada cuanto más numerosa
es la masa, y la noción de un considerable poder momentáneo debido al número, hacen factibles para la
colectividad sentimientos y actos que resultan imposibles para el individuo aislado. En las masas, el imbécil,
el ignorante y el envidioso se ven liberados del sentimiento de su nulidad y su impotencia, sustituido por
la noción de una fuerza brutal, pasajera, pero inmensa. En la masa, el imbécil, el ignorante y el envidioso se
ven liberados del sentimiento de su nulidad y su impotencia”

“En aislamiento, el individuo puede ser una persona cultivada, pero en la masa es un bárbaro, perdidos sus
rasgos personales, se convierte en un autómata sin voluntad”

 Sugestionabilidad y credulidad. En la masa la personalidad desaparece y el individuo no tiene


conciencia de sus actos. La masa carece de espíritu crítico, por eso considera Le Bon que “las leyendas
y relatos más extravagantes se propagan en ella con facilidad”.

“La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado. Pero, desde el punto de vista de los
sentimientos y de los actos que los sentimientos provocan, puede, según las circunstancias, ser mejor o peor.
Todo depende del modo en que sea sugestionada”.

Francisco Claver - Psicología


Departamento de Filosofía – IES Al-Qázeres

“La desaparición de la personalidad consciente, el predominio de la personalidad inconsciente, la


orientación de los sentimientos y las ideas en un mismo sentido, a través de la sugestión y del contagio, la
tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas, son las principales características del
individuo dentro de la masa. Ya no es él mismo, sino un autómata cuya voluntad no puede ejercer dominio
sobre nada. Por el mero hecho de formar parte de una masa, el hombre desciende varios peldaños en la
escala de la civilización. Aislado era quizá un individuo cultivado, en la masa es un instintivo y, en
consecuencia, un bárbaro. Tiene la espontaneidad, la violencia, la ferocidad y también los entusiasmos y los
heroísmos de los seres primitivos a los que se aproxima más aún por su facilidad para dejarse impresionar por
palabras, por imágenes y para permitir que le conduzcan a actos que vulneran sus más evidentes intereses. El 19
individuo que forma parte de una masa es un grano de arena inmerso entre otros muchos que el viento agita
a su capricho”

 Contagio mental. La conducta de las masas es contagiosa y el individuo sacrifica su interés


personal al colectivo. A las masas se las conduce fácilmente a morir por el triunfo de una creencia o
una idea o se las entusiasma por alcanzar la gloria o el honor. Esta circunstancia aumenta la capacidad
para el heroísmo y la barbarie.

“En las asambleas parlamentarias encontramos las características generales de las masas: simplismo de las
ideas, irritabilidad, sugestibilidad, exageración de los sentimientos, influencia preponderante de los
líderes. Pero dada su especial composición, las masas parlamentarias presentan ciertas diferencias”

“El régimen parlamentario sintetiza, por otra parte, el ideal de todos los pueblos civilizados modernos. Refleja
la idea, psicológicamente errónea pero generalmente admitida, de que muchos hombres reunidos son más
capaces que un reducido número de ellos de adoptar una decisión sabia e independiente acerca de un
determinado asunto”

 Falta de razonamiento e hipersensibilidad emocional. Las masas son poco aptas para el
razonamiento y muy hábiles para la acción compulsiva, porque obedecen a sentimientos muy
primitivos. El individuo puede aceptar la contradicción y el debate, en cambio, la masa no los soporta
jamás. En la masa se produce una obediencia a consignas enérgicas y simples. No hay dudas ni
incertidumbre. Se produce un servilismo ante una autoridad fuerte, que además utiliza la
manipulación. Le Bon afirma que “un manipulador debe exagerar, afirmar y no intentar jamás
demostrar algo mediante razonamientos”.

“En las masas humanas, el conductor o líder desempeña un papel considerable. Su voluntad es el núcleo en
torno al cual se forman y se identifican las opiniones. La masa es un rebaño que no sabría carecer de amo”

 La masa solo reflexiona por imágenes. En el siglo XXI tanto el cine como la televisión o Internet
evidencian cómo se pueden utilizar estos medios para manipular a las masas y que hagan lo que la
persona manipuladora quiera.

Debate en clase:

¿Por qué es necesario estudiar la psicología de las masas?


¿En el interior de las masas reina la igualdad? ¿Se disuelven en la masa las frustraciones del individuo aislado?
¿La simplicidad y exageración de los sentimientos de las masas los preservan de la duda y la incertidumbre?
¿Qué poder es el que mantiene cohesionada a las masas?
¿Es la ideología como un mapa de la realidad social y una forma de pensar capaz de crear una conciencia
colectiva?
Explica por qué el individuo, más que vivir su propia vida, se centra en la experiencia de hechos colectivos y
grupales.
¿Las masas se caracterizan por la adhesión total y la falta de análisis crítico a las propuestas del líder?
Describe las condicione sociales que pueden producir conductas violentas.

Actividad 11: Después de ver el documental El siglo del individualismo, Adam Curtis, 2002, contesta a las
preguntas siguientes:

Francisco Claver - Psicología


Departamento de Filosofía – IES Al-Qázeres

 ¿Quién fue Edward Bernays y qué le aportó el psicoanálisis?


 ¿En qué áreas introdujo la persuasión en la sociedad de masas?
 ¿Cuál era su objetivo con respecto a las masas?
 ¿Qué pretendió hacer Walter Lipman?
 El documental plantea dos visiones muy diferentes del ser humano, una la defenderá Bernays
basándose en Freud y la otra la defenderá Roosevelt con ayuda de Gallup. ¿Puedes decir cuál es
cada una de ellas?
20
8. EL FANATISMO, LA VIOLENCIA Y EL TERRORISMO

En nuestra época ha crecido el interés por el estudio de la agresión y la violencia, dado que vivimos en un
mundo en el que el asesinato, las violaciones, las guerras y el comportamiento agresivo son noticia habitual.

El fanatismo, la violencia, la guerra y el terrorismo son las principales amenazas a la vida humana, a la
democracia y a la estabilidad política de las naciones. El fanatismo es enemigo de la razón y lleva en sí el
germen de la violencia, cuyo riesgo es generar una espiral de odio que siempre acaba en un sangriento
ritual de destrucción. La psicología puede ayudar a conocer por qué un individuo se convierte en fanático y
terrorista, cómo están formados los grupos terroristas y cómo actúan. La persona fanática, que tiene una
percepción distorsionada de la realidad, se cree poseedora de la verdad y trata de imponérsela a los demás
a sangre y fuego.

Los rasgos psicológicos de una persona fanática son:

 Inmadurez y dependencia emocional.


 Búsqueda de emociones fuertes.
 Dogmatismo o rigidez del pensamiento, jamás acepta la duda o la crítica.
 Personalidad paranoide que se caracteriza por la desconfianza patológica, el orgullo exagerado,
la pobreza afectiva y una agresividad sin límites.
 El fanatismo y el terrorismo necesitan líderes con una inteligencia maquiavélica, que tengan seguri-
dad en sí mismos, capacidad de deducción y de manipular la conducta de los demás. Los líderes
saben que los individuos tienen tendencia a obedecer. El fanatismo y el terrorismo se alían para destruir
en un instante lo que una acción puede tardar siglos en construir.

Las características ideológicas del fanático son:

 Se cree el depositario de la verdad absoluta y no admite que otras personas tengan razón.
 El fanatismo es perverso, una fuerza ciega que obliga a renunciar a ser uno mismo.
 Trata de imponer sus creencias y normas de conducta por la fuerza, sin respetar las libertades de
los demás.
 Se guía por sentimientos y creencias irracionales, menospreciando el pensamiento y la razón. Sigue
ciegamente la ideología de un líder carismático.
 Tiene una visión simplista de la realidad, establece una frontera entre un “nosotros” perfecto” y un
“ellos” miserable e inferior. Necesita un enemigo externo al que acusar de sus frustraciones.

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 Desprecia a los extranjeros e inmigrantes, a quienes considera chivos expiatorios contra los que
puede actuar con violencia (nacionalismo, xenofobia).
 No admite la igualdad de sexos y defiende posturas misóginas. Ciertos grupos religiosos y sectas se
oponen a aceptar el derecho a la igualdad de las mujeres (machismo).
 No admite la separación entre religión y Estado, considera que las leyes civiles deben estar subordi-
nadas a los textos sagrados (fundamentalismo religioso).

CITAS DE VOLTAIRE SOBRE EL FANATISMO 21


“Una vez que el fanatismo se ha apoderado de un cerebro, la enfermedad es casi incurable.”

“Decimos una necedad, y a fuerza de repetirla, acabamos creyéndola”.

“El ejemplo más horrible del fanatismo que ofrece la historia fue el que dieron los habitantes de París la noche de
San Bartolomé, destrozando, asesinando y arrojando por las ventanas a sus conciudadanos que no iban a misa.”

“Desapruebo lo que dices pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.” (Cita de Evelyn Beatrice Hall
erróneamente atribuida a Voltaire)

“El fanatismo es un monstruo que osa decirse hijo de la religión.”

“También hay fanáticos que conservan la sangre fría, pertenecen a esa clase los jueces que sentencian a muerte a
los que no han cometido más crimen que el de no pensar como ellos... Las leyes y la religión, en vez de ser para
ellas (las costumbres humanas) un alimento saludable, se convierten en veneno en los cerebros infectados.”

“El fanatismo es a la superstición, lo que el delirio es a la fiebre, lo que la rabia es al cólera. El que tiene éxtasis,
visiones, el que toma los sueños por realidades y sus imaginaciones por profecías, es una fanático novicio de
grandes esperanzas; y podrá pronto llegar a matar por el amor de Dios.”

Es difícil la recuperación de un fanático que se ha convertido en un idiota moral y ha expulsado los sentimientos
de compasión y humanidad de su horizonte mental. Joseph Conrad publicó en 19’7 El agente secreto, donde
resalta el objetivo del terrorista: “es un acto de ferocidad destructivo tan absurdo que es incomprensible,
inexplicable, casi impensable”.

Si la mayoría de la gente rechaza la violencia, ¿por qué algunas personas se convierten en terroristas? Freud
y Cioran (“no se mata más que en nombre de un dios o de sus sucedáneos”) nos enseñaron que la tragedia del
ser humano es saber que no hay Paraíso, que ya no puede haberlo y que los intentos de hacerlo posible con
bombas o tiros en la nuca son delirios regresivos, individuales o colectivos, con dolorosas consecuencias.

“El asesinato nunca será para mí un objeto de admiración y un argumento de libertad; no conozco nada más servil,
más detestable, más ruin, más obtuso que un terrorista.” François René de Chateaubriand: Memorias de
ultratumbra, Barcelona, Acantilado, 2012.

8.1. Amos Oz, Contra el fanatismo

Amos Oz (1939-2018) nació, escritor israelí, nació como Amos Klausner. Vivió en el kibutz
Hulda y participó en la Guerra de los Seis Días y en la de Yom Kippur. Estudió Literatura y
Filosofía en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Publicó con 22 años y ejerció como
periodista en varios periódicos. Perteneciente al Partido Laborista Israelí, fue cofundador
del movimiento pacifista Paz Ahora. Miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes,
trabajó como profesor de Literatura en la Universidad Ben-Gurión. Entre otros premios,
recibió el Israel de Literatura, el Goethe y el Príncipe de Asturias de las Letras en el año
2007. De entre su obra, que comprende ensayo, poesía y novela, habría que destacar
títulos como La caja negra, Donde aúllan los chacales o su biografía novelada, Una historia
de amor y oscuridad, llevada al cine en 2015. Uno de sus libros más conocidos es Contra el
fanatismo:

“Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. En esa tendencia

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tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al
hermano en vez de dejarles ser. El fanático es una criatura de lo más generosa. El fanático es un gran altruista.
A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte. Liberarte
del pecado, del error, de fumar. Liberarte de tu fe de tu carencia de fe. Quiere mejorar tus hábitos alimenticios,
lograr que dejes de beber o de votar. El fanático se desvive por uno. […] el fanático está más interesado en
el otro que en sí mismo por la sencillísima razón de que tiene un sí mismo bastante exiguo. El señor Bin Laden y
la gente de su calaña no sólo odian a Occidente. No es tan sencillo. Más bien creo que quieren salvar nuestras
almas, quieren liberarnos de nuestros aciagos valores: del materialismo, del pluralismo, de la democracia,
de la libertad de opinión, de la liberación femenina… 22

“Pero para defender el islam no sólo hay que golpear a Occidente y


golpearlo fuerte. No. Al final, hay que convertir a Occidente. Sólo
prevalecerá la paz cuando el mundo se haya convertido no ya al islam, sino
la variedad más rígida, feroz y fundamentalista de islam. Será por nuestro
bien. Bin Laden nos ama esencialmente. El 11 de septiembre fue un acto de
amor. Lo hizo por nuestro bien, quiere cambiarnos, quiere redimirnos. Muy a
menudo, todo comienza en casa. Precisamente por la urgencia tan común
de cambiar a un ser querido por su propio bien. Comienza por la urgencia
de la autoinmolación por el bien de un vecino muy querido. Comienza por la
urgencia de decirle a un hijo: “tienes que hacerte como yo, no como tu madre”
o “tienes que hacerte como yo, no como tu padre” o “por favor, sé muy
diferente de ambos”. O cuando los cónyuges se dicen entre sí: “tienes que
cambiar, tienes que hacerte como yo o de lo contrario este matrimonio no
funcionará”. Con frecuencia, comienza por la urgencia de vivir la propia
vida a través de la vida de otro. De anularse uno mismo para facilitar la
realización del prójimo o el bienestar de la generación siguiente”.

“Sólo el que ama puede convertirse en traidor. Traición no es lo contrario de amor; es una de sus opciones.
Traidor –creo- es quien cambia a ojos de aquellos que no pueden cambiar y no cambiarán, aquellos que
odian cambiar y no pueden concebir el cambio, a pesar de que siempre quieran cambiarle a uno. En otras
palabras, traidor, a ojos del fanático, es cualquiera que cambia. Y es dura la elección entre convertirse en un
fanático o convertirse en un traidor.”

“El fanatismo surge por doquier. Con modales más silenciosos, más civilizados. Está presente en nuestro
entorno y tal vez también de nosotros mismos. ¡Conozco a bastantes no fumadores que te quemarían vivo por
encender un cigarro cerca de ellos! ¡Conozco a muchos vegetarianos que te comerían vivo por comer carne!
Conozco a pacifistas (algunos de mis colegas del Movimiento de Paz israelí, por ejemplo) deseosos de
dispararme directamente a la cabeza sólo por defender una estrategia ligeramente diferente a la suya para
lograr la paz con los palestinos.”

“No estoy sugiriendo que cualquiera que manifieste opiniones vehementes sea un fanático, claro que no. Digo
que la semilla del fanatismo siempre brota al adoptar una actitud de superioridad moral que impide llegar
a un acuerdo”.

“Al mismo tiempo, descubriremos que, a menudo, los fanáticos son sentimentales sin remedio”.

“Conformidad y uniformidad, la urgencia por “pertenecer a” y el deseo de hacer que todos los demás
“pertenezcan a”, pueden constituir perfectamente las formas de fanatismo más ampliamente difundidas,
aunque no las más peligrosas. Recuerden La vida de Brian, esa maravillosa película de Monty Python, en la
que el protagonista dice a la multitud de sus futuros discípulos: “Sois todos individuos!”, y la multitud responde
a gritos: “Todos somos individuos!”, excepto uno que dice tímidamente con un hilo de voz: “Yo no”. Pero todos
le mandan callar enfadados. Una vez dicho que la conformidad y la uniformidad son formas morigeradas pero
extendidas de fanatismo, tengo que añadir que, con frecuencia, el culto a la personalidad, la idealización de
líderes políticos o religiosos, la adoración de individuos seductores, bien puede constituir otras formas
extendidas de fanatismo”.

Debate en clase:

1. ¿Cuál es el origen del fanatismo?

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2. ¿Qué distorsiones perceptivas y cognitivas padece una persona fanática?


3. Explica estos rasgos psicológicos del terrorista: inmadurez emocional, impulsividad y personalidad pa-
ranoide.
4. ¿Cuáles son los motivos por los que una persona ingresa en una organización terrorista y permanece
en ella?, ¿por qué mataban los terroristas de ETA?
5. ¿El terrorismo está relacionado con la enfermedad mental? ¿Cómo influyen las ideologías en las accio-
nes terroristas?
6. La educación, la tolerancia y los valores democráticos, ¿son el mejor antídoto para prevenir el fana-
tismo y la violencia? 23

9. AL CINE!

12 hombres sin piedad, EEUU, 1957. Dirección: Sidney Lumet, Reparto: Henry Fonda, Lee J. Jacob, Jack
Warden, E. G. Marshall, Martin Balsam, Ed Begley. Duración: 95 minutos. Los doce miembros de un jurado
deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos
de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una
duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto.

American History X, EEUU, 1998. Dirección: Tony Kaye. Reparto: Edward Norton, Edward Farlong, Fairuza
Balk, Stacy Keach, Elliot Gould. Duración: 119 minutos. Derek, un joven "skin head" californiano de ideología
neonazi, es encarcelado por asesinar a un negro que pretendía robarle su furgoneta. Cuando sale de prisión
y regresa a su barrio dispuesto a alejarse del mundo de la violencia, se encuentra con que su hermano
pequeño, para quien Derek es el modelo a seguir, sigue el mismo camino que a él lo condujo a la cárcel.

Black Mirror (serie de TV), Reino Unido, 2011. Capítulo White Bear. Dirección: Carl Tibbetts. Duración: 60
minutos. Victoria es una mujer que no recuerda quién es. Despierta en un lugar donde casi todo está
controlado por una señal de televisión. Junto con algunas de las pocas personas que -supuestamente- no se
ven afectadas por la emisión deben detener el transmisor, llamado "Oso Blanco", mientras sobrevive a un
despiadado grupo de perseguidores. El episodio refleja varios aspectos de la sociedad contemporánea
como la cobertura mediática de asesinatos, los efectos de la tecnología en la empatía de las personas,
la desensibilización, la violencia como entretenimiento, la vigilancia, los conceptos de justicia y castigo, etc.

El club de la lucha, EEUU, 1999. Dirección: David Fincher, 1999. Reparto: Edward Norton, Brad Pitt, Helena
Boham Carter, Meat Loaf, Jared Leto, Van Quattro. Duración: 139 minutos. Un joven hastiado de su gris y
monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que
sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace
que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder
descargar sus frustraciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador.

El club de los poetas muertos, EEUU, 1989. Dirección: Peter Weir. Reparto: Robin Williams, Robert Sean Leonard,
Ethan Hawke, Josh Charles, Dylan Kussman, Gale Hansen. Duración: 124 minutos. En un elitista y estricto colegio
privado de Nueva Inglaterra, un grupo de alumnos descubrirá la poesía, el significado del "carpe diem"
(aprovechar el momento) y la importancia vital de luchar por alcanzar los sueños, gracias al Sr. Keating, un
excéntrico profesor que despierta sus mentes por medio de métodos poco convencionales.

El indomable Will Hunting, EEUU, 1997. Dirección: Gus Van Sant. Reparto: Matt Damon, Ben AfFleck, Robin
Williams, Minnie Driver, Casey Affleck. Duración: 126 minutos. Will es un joven rebelde con una inteligencia
asombrosa, especialmente para las matemáticas. El descubrimiento de su talento por parte de los profesores
le planteará un dilema: seguir con su vida de siempre -un trabajo fácil, buenos amigos con los que tomar unas
cervezas- o aprovechar sus grandes cualidades intelectuales en alguna universidad. Sólo los consejos de un
solitario y bohemio profesor le ayudarán a decidirse.

Experimenter. La historia de Stanley Milgram. EE.UU, 2015. Dirección: Michel Almereyda, Reparto: Peter
Sarsgaard, Winona Ryder, Taryn Manning, Duración: 87 minutos. Stanley Milgran fue influenciado por la
historia de Adolf Eichmann, uno de los organizadores del Holocausto, responsable de la muerte de seis
millones de judíos bajo el mandato de Hitler. Sus experimentos en la Universidad de Yale (1960-1963) sobre
obediencia a la autoridad explican cómo unas personas sanas eran capaces de administrar dolorosas
descargas eléctricas a otros en beneficio de la ciencia, cumpliendo así las órdenes del investigador. Demostró
que la bondad o maldad de los actos de una persona depende más de la situación que de su personalidad.

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Experimento en la prisión de Stanford, EEUU, 2015. Dirección: Kyle Patrick Alvarez. Reparto: Billy Crudup, Ezra
Miller, Michel Angarano, Tye Sheridan, Johnny Simmons. Duración: 122 minutos. Esta película está basada en
una historia real que tuvo lugar en 1971, cuando el psicólogo Philip Zimbardo, de la Universidad de Stanford,
desarrolló uno de los experimentos de psicología social más impactantes: en unos pocos días convirtió a un
grupo de ciudadanos de clase media en verdugos sádicos, por un lado, y víctimas sumisas, por otro. La
psicología social se ocupa del estudio de cómo la interacción social determina la conducta individual. Esta
película nos da una visión pesimista sobre el papel que juega la libertad en la conducta humana.

La naranja mecánica, Reino Unido, 1971. Dirección: Stanley Kubrick. Reparto: Malcon McDowell, Patrick Magee,
Michael Bates, Adrienne Corri, Warren Clarke, John Clive. Duración: 137 minutos. Gran Bretaña, en un futuro 24
indeterminado. Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia
desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más
salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el
asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de
reeducación que pretende anular drásticamente cualquier atisbo de conducta antisocial.

La Ola, Alemania, 2008. Dirección: Dennis Gansen. Reparto: Jürgen Vogel, Frederick Lau, Jennifer Ulrich, Max
Riemelt, Christiane Paul. Duración: 110 minutos. En Alemania, durante la semana de proyectos, al profesor de
instituto Rainer Wenger (Jürgen Vogel) se le ocurre hacer un experimento para explicar a sus alumnos el
funcionamiento de un régimen totalitario. En apenas unos días, lo que parecía una prueba inocua basada en
la disciplina y el sentimiento de comunidad va derivando hacia una situación sobre la que el profesor pierde
todo control.

Manhunt: Unabomber (Miniserie de TV), EEUU, 2017. Dirección: Andrew Sodroski, Jim Clemente, Tony
Gittelson, Greg Yaitanes. Reparto: Paul Bettany, Sam Worthington. Duración: 45 minutos. Desde su cabaña
remota en las montañas de Montana, entre los años 1978 y 1995, el matemático y terrorista Theodore
Kaczynski, apodado "Unabomber", envió por carta 16 bombas a diferentes objetivos, como protesta por la
sociedad moderna industrializada y la destrucción de la naturaleza. Las bombas de Kaczynski mataron a tres
personas e hirieron a otras 23. Un agente del FBI, experto en perfiles criminales, intentará desvelar la
identidad de asesino.

Persépolis (animación). Francia, 2007. Dirección: Marjane Satrapi. Duración: 95 minutos. Narra la
conmovedora historia de una niña iraní desde la revolución islámica hasta nuestros días. Cuando los
fundamentalistas toman el poder, forzando a las mujeres a llevar velo y encarcelando a miles de personas,
y mientras tiene lugar la guerra entre Irak e Irán, Marjane descubre el punk, ABBA y Iron Maiden. Cuando
llega a la adolescencia sus padres la envían a Europa, donde conoce otra cultura que nada tiene que ver
con la de su país. La protagonista se adapta bien a su nueva vida, pero no soporta la soledad y vuelve con
su familia, aunque eso signifique ponerse el velo y someterse a una sociedad tiránica.

Ventajas de ser un marginado, EEUU, 2012. Dirección: Stephen Chbosky. Reparto: Logan Lerman, Emma Watson,
Ezra Miller, Mae Whtiman, Paul Rudd. Duración: 103 minutos. Charlie es un joven tímido y marginado, escribe
una serie de cartas a una persona sin identificar en las que aborda asuntos como la amistad, los conflictos
familiares, las primeras citas, el sexo o las drogas. El protagonista tendrá que afrontar dificultades, al tiempo
que lucha por encontrar un grupo de personas con las que pueda encajar y sentirse a gusto. Su banda sonora
es espectacular.

10. A LEER!

Gabriel Tarde, Las leyes de la imitación, 1890


Èmile Durkheim, Las reglas de método sociológico, 1894
Gustave Le Bon, La psicología de las masas, 1895
Gabriel Tarde, Estudios de Psicología Social, 1898
Edward A. Ross, Psicología Social, 1908
William McDougall, Introducción a la Psicología Social, 1908
Sigmund Freud, Totem y tabú, 1913
Wilhelm Wundt, Psicología de los pueblos, 1916
Sigmund Freud, Psicología de las masas y análisis del yo, 1921
Floyd H. Allport, Psicología social, 1924
George H. Mead, Espíritu, persona y sociedad, 1934
Erich Fromm, El miedo a la libertad, 1941
Theodor W. Adorno y otros, La Personalidad Autoritaria, 1950
Gordon Willard Allport, La naturaleza de los prejuicios, 1954
Kurt Lewin, Resolving Social Conflicts, 1954

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Erwing Goffman, La presentación de la persona en la vida cotidiana, 1956


Fritz Heider, La psicología de las relaciones interpersonales, 1958
Serge Moscovici, El psicoanálisis, su imagen y su público, 1961
Philip Zimbardo, The Stanford Prison Experiment, 1972
Stanley Milgram, Obediencia a la autoridad, 1974
Serge Moscovici, Psicología Social, 1984
Amos Oz, Contra el fanatismo, 2003
Philip Zimbardo, El efecto Lucifer. El por qué de la maldad, 2007
VV.AA., 50 experimentos imprescindibles para entender la psicología social, 2016 25
José Ignacio Alonso, Psicología. Bachillerato, 2023.

11. AUTORES MÁS RELEVANTES

 Alfredo Moffatt (1934-2023)  Ignacio Martín-Baró (1942-1989)


 Amos Oz (1939-2018)  Jean-Léon Beauvois (1943-2020)
 Boris Parygin (1930-2012)  Kurt Lewin (1890-1947)
 Edward Alsworth Ross (1866-1951)  Leon Festinger (1919-1989)
 Émile Durkheim (1858-1917)  Maritza Montero (1939)
 Enrique Pichon-Rivière (1907-1977)  Muzafer Sherif (1906-2008)
 Erich Fromm (1900-1980)  Philip Zimbardo (1933)
 Erwing Goffman (1922-1982)  Serge Moscovici (1925-2014)
 Floyd H. Allport (1890-1979)  Sigmund Freud (1856-1939)
 Fritz Heider (1896-1989)  Solomon Asch (1907-1996)
 Gabriel Tarde (1943-1904)  Stanley Milgram (1933-1984)
 George Herbert Mead (1863-1931)  Theodor W. Adorno (1903-1969)
 Gordon Willard Allport (1897-1967)  Wilhelm Wundt (1832-1920)
 Gustave Le Bon (1841-1931)  William McDougall (1871-1938)

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