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La concentración

Ciclo 2020 - 2021


¿Cómo está tu capacidad de concentración?

La capacidad para centrar la atención en estímulo seleccionado


(concentración). La concentración implica la capacidad para
enfrascarse por completo en el momento presente, por ejemplo, de
una competición, y centrar la atención en el estímulo relevante
dejando de lado el irrelevante. La concentración es importante en
toda actividad deportiva; el aislamiento de un equipo deportivo antes
de un partido o una competición, aumenta la concentración. Es una
destreza que se puede mejorar con una educación específica
(educación de la concentración).
¿Cómo está tu capacidad de concentración?

La tecnología y sus incesantes avances están acelerando el progreso de la


humanidad de muchas formas; entre ellas, modificando sustancialmente
el trabajo del conocimiento. Ha conseguido que cualquiera que trabaje en
esa área se sienta ahogado ante la continua y torrencial lluvia de correos
electrónicos, reuniones, avisos y mensajes que se entrometen
constantemente en su vida, convirtiéndola en un continuo flujo de ruido y
distracciones que termina afectando a demasiados aspectos del
comportamiento.
Ya va siendo hora de que nos preguntemos si realmente somos
capaces de soportar, procesar y asimilar el enorme volumen de
información, de estímulos y de ruido que constantemente llega, y que
produce que la atención cambie de foco con la suficiente frecuencia
como para que afecte negativamente.
Parecen muy claros las consecuencias y los problemas que
generan estas avalanchas de trabajo. Una consecuencia directa
es haberse habituado a tratar de atender varias cosas a la vez y,
con ello, caer en la multitarea, poco o nada productiva.
“La dispersión de la multitarea nos convierte en enamorados de la irrelevancia”
Catherine L’ecuyer.

Otra consecuencia de este bombardeo incesante consiste en que nuestro cerebro


termina por no discernir con claridad, de modo que pierde parte de su capacidad
para distinguir lo irrelevante de lo que realmente importa, lo que conduce a acabar
atendiendo cosas fútiles y de poca importancia, más fáciles y tentadoras que la
atención a verdaderas prioridades.

Pero no sientan bien ni la vorágine ni la velocidad; éstas conducen a la angustia, los


malos hábitos y el estrés en vez de al crecimiento y desarrollo, tanto personal como
profesional.
Algunas personas buscan soluciones mágicas que no existen, y terminan empeorándo todo
cuando comprueban que no logran mejorar su entorno. Por ejemplo, es muy común ponerse
a buscar remedio a través de lo que se lee o se escucha, sin ser conscientes de que las
soluciones, para lograr implantar medidas que resulten efectivas contra la dispersión que
ocasiona la abundancia de distracciones en el trabajo, están dentro de la cabeza de cada
persona.

Un buen remedio, y que depende de uno mismo, consiste en buscar la soledad. Se trata de
alimentar la capacidad para estar en soledad buscando la paz mental que nos llevará a la
ansiada concentración, tan necesaria para despachar y solventar muchos de los trabajos
que cualquiera puede tener a lo largo de su jornada.
Hay que tener la disciplina, y los hábitos necesarios, a fin de conseguir poner los
medios precisos para poder alejarnos mentalmente del ruido que nos rodea y,
así, alcanzar el estado mental que nos permita concentrarnos en nuestros
problemas; o, si es el caso, en lo que tengamos que solucionar o completar. Se
necesita crear un espacio donde se pueda centrar uno en sus propios
pensamientos, sin distracciones, sin ruido interno o externo, donde la mente de
cada cuál pueda enfocarse en lo que tenga delante por sí misma para que, de
este modo, la capacidad de concentración llegue a ser una ventaja en nuestro
trabajo.
● Identifica qué te distrae.

Hay un tipo de listas que nos puede ayudar cada vez que intentemos alcanzar ese
estado, como las listas de control popularmente conocidas como check list. La idea
consiste en identificar qué es lo que te puede provocar una distracción y anotarlo
en una lista para que, cada vez que necesites concentrarte, puedas revisarla e ir
poniendo los medios necesarios que eviten las distracciones.

Por ejemplo: si sabes que el correo electrónico puede ser una fuente de distracciones,
en tu lista figurará una línea donde ponga “apagar el gestor de correo electrónico”. Si
te ocurre lo mismo con las llamadas que recibes a través de tu móvil, deberá aparecer
otra línea en la que hayas apuntado “apagar el móvil”. Esto mismo deberás hacer con
cada situación que veas o supongas que pueda o suela distraerte.
● Habitúate a incorporar periodos de soledad en tu trabajo.

Trátalos como si tuvieras una reunión o una cita, aunque en este caso sea
contigo mismo. Si necesitas poner un recordatorio en tu calendario, ponlo y hazlo
hasta que se convierta en un hábito. Si pasas parte del día en reuniones y, el
resto, atendiendo las requisitorias de clientes, jefes, o compañeros; si además
tienes que responder a cantidad de correos electrónicos y de llamadas
telefónicas, vas a tener que buscar, aunque sean pequeñas, islas de paz de,
al menos, media hora para que tu mente aborde los temas más difíciles que
estén entre tus prioridades.

“Las cosas empiezan a encajar con absoluta perfección cuando estamos concentrados en lo que
queremos” Paulo Coelho.
● Analiza cuándo puedes aprovechar mejor tu energía mental.

Para ello convendría identificar esos momentos en los que tus niveles de energía
son los más adecuados para concentrarte, así como evitar aquellos en los que el
cansancio acumulado sea un problema añadido a la hora de mantener o
lograr la concentración necesaria.
● Evita a toda costa caer en tareas basura.

Las redes sociales, You Tube e internet pueden llegar a poseer una especie de
atracción fatal para algunas personas, por ejemplo, quienes se dejan tentar por
esos cinco minutos que van a pasar en desconexión de su duro trabajo para,
luego, suponen, volver con más energía a sus obligaciones. Pero la realidad
suele ser bien distinta. Porque esa “pequeña consulta” para ver qué han
publicado en Facebook sus amigos, les arrastra de una historia a otra y a
continuación a un video de You Tube e inmediatamente a otro para, después,
terminar perdidos entre páginas de internet, mientras el tiempo pasa
inexorablemente así junto a la oportunidad de concentrarte para atender otras
tareas más importantes.
● Aprende a focalizarte en lo relevante.

Una de las razones por las que te puede costar concentrarte en lo relevante para
ti, radica en el exceso de compromisos que has aceptado, sí, ésos que te sientes
en la obligación de atender. Sobre todo, puede que seas muy generoso con
urgencias que, en realidad, correspondan a otros, pero toma en cuenta
seriamente que hacerlo te lleva a ir actuando a largo del día como un
verdadero bombero que va apagando fuegos uno detrás de otro, sin atender,
por ello, lo que es importante para ti.
● Aprende a apartar de tu foco ciertas tareas.

Por mucho que tu optimismo, tu coraje y tus creencias te lleven, incluso de


modo irreflexivo, a tratar de ayudar a los demás y a decir eso de “yo me
ocupo” a todo lo presenten delante de ti, lo cierto es que tienes un límite y
una capacidad de horas para trabajar. Pero es muy fácil ir acumulando cada
vez más tareas pendientes, hasta que llega el momento en que te
encuentras ante un verdadero problema si pretendes gestionar bien tu
trabajo. Ésa es la razón de que debas forzar tomarte momentos de paz y
concentración para aclarar todo lo que tengas pendiente. Es decir, para
aclarar a qué reuniones no merece la pena que vayas, qué tareas debes
rechazar y cuáles debes delegar. Y esto deberás hacerlo varias veces al
día.
Una característica de trabajo del conocimiento de este siglo XXI, es que todo
trabajador necesita unos espacios, físicos y temporales, donde lograr la
necesaria concentración para pensar sobre su trabajo, para dar solución a los
problemas que se le presenten, y para poder tomar con serenidad las decisiones que
deba de tomar.

El estar durante toda su jornada lidiando con ruido interno y externo y con
distracciones, te impedirá lograr ese estado de flujo, que todo el mundo ansía, en que
te encuentres inmerso en una tarea tan satisfactoria que pierdas no sólo la noción
del tiempo sino también de todo lo que te rodea hasta que la completas.
El volumen de información que te llega, junto a todas las comunicaciones que
puedes mantener en un día cualquiera, han conseguido convertir la
concentración en un estado difícil de lograr. Habrá que poner límites, habrá
que poner obstáculos e interponer puertas para controlar tu entorno cuando
quieras concentrarte pues, de lo contrario, te constará mucho llevar a cabo
ciertos trabajos que, además, suelen ser de los importantes.
Resistencia física
La resistencia es una de las capacidades físicas básicas, particularmente aquella
que nos permite llevar a cabo una actividad o esfuerzo durante el mayor tiempo
posible. Una de las definiciones más utilizadas es la capacidad física que posee un
cuerpo para soportar una resistencia externa durante un tiempo determinado.
La resistencia aeróbica es la capacidad de nuestro metabolismo, para aplazar o
soportar la fatiga y el agotamiento. Se obtiene mediante la combustión de las
células musculares. La resistencia aeróbica permite realizar esfuerzos físicos, como
las carreras de grandes tramos, algo similar pero no completamente igual a lo que
sucede con la resistencia anaeróbica.
Resistencia nerviosa
Los movimientos voluntarios del cuerpo humano se producen gracias a la
contracción/relajación muscular generada por estímulos nerviosos. Estos
estímulos funcionan de forma binaria (activan o no activan) y la fuerza del músculo no
depende de la intensidad del estímulo sino que depende de dos factores:

1. La sección de las fibras musculares que se activan con el estímulo o dicho


de forma simple, lo grande que sea el diámetro del músculo. A mayor sección,
mayor fuerza.
2. La cantidad de fibras musculares que se activan con el estímulo de forma
simultánea (o lo que técnicamente se conoce como la capacidad de
reclutamiento de la motoneurona). Cuanto mayor reclutamiento, mayor fuerza.
Resistencia nerviosa
Sabiendo esto, cuanta más masa muscular tengamos y mayor capacidad
para movilizarla al mismo tiempo, mayores niveles de fuerza aunque
conviene puntualizar, que en actividades de resistencia, el ratio peso/potencia
cobra una relevancia capital. Por ello, mayor masa muscular puede representar
mayores niveles de fuerza pero menores niveles de rendimiento, especialmente
cuando hay que luchar contra la gravedad. Sin embargo, mayores niveles de
reclutamiento siempre supondrán mayores niveles de rendimiento. De las
anteriores afirmaciones se puede deducir hacia dónde deberá ir dirigido el
trabajo de fuerza durante los entrenamientos: reclutamiento antes que
hipertrofia.
Resistencia nerviosa
El rendimiento en las actividades de resistencia relacionado con el sistema
neuromuscular, es el resultado del trabajo realizado con los músculos
implicados en el movimiento técnico de cada actividad deportiva. Una
bajada de rendimiento se explica por una caída en la capacidad de
producir fuerza que tiene su origen a nivel central (en el sistema nervioso)
y/o periférico (en el sistema muscular) y que se puede concretar, de forma
aislada o simultánea en:
Resistencia nerviosa
Fatiga central

a. Menor capacidad para reclutar de forma simultánea las fibras musculares. Por tanto,
menos fibras trabajando al mismo tiempo, menos fuerza y menor amplitud de
movimiento.
b. Menor frecuencia de estímulos eléctricos. Por tanto, menos llamadas a las fibras para
que trabajen, menor frecuencia de contracción y menor frecuencia de movimiento.

A modo de ejemplo claro al respecto, la fatiga central es lo que nos provoca que cuanta más
distancia hayamos corrido en cierta carrera o entrenamiento, menor longitud y frecuencia de
zancada, con lo que a igual número de pulsaciones, menor velocidad.
Resistencia nerviosa
Fatiga periférica

a. Alteraciones en la recepción del mensaje eléctrico que generan perturbaciones


en el proceso de contracción/relajación muscular.
b. Caída de la capacidad intrínseca de las fibras musculares para generar fuerza.

Otro ejemplo clarísimo que más o menos hemos sufrido todos en cuanto a la
perturbación del mensaje eléctrico serían las rampas provocadas por la
deshidratación. Estas provocan contracciones indeseadas de forma involuntaria que
no permiten ejecutar los movimientos correctamente ni con la intensidad deseada.
Resistencia nerviosa
De forma generalizada, todos los practicantes de actividades de resistencia suelen basar
todo su entrenamiento en el trabajo del sistema cardiovascular, desestimando cualquier tipo
de sesión relacionada con la fuerza y la velocidad. Y esto es un error. Se ha demostrado que
el trabajo de estas dos cualidades físicas mejora el rendimiento en las actividades de
resistencia gracias a una mejora de los mecanismos de transmisión de las órdenes
nerviosas con lo que hay una contribución directa en la economía de los movimientos.

A nivel práctico, y gracias a la tecnología actual, podremos evaluar estos niveles de fuerza y
eficiencia y la evolución que los entrenamientos generan en estos valores. Ello nos llevará a
mejorar nuestro proceso de entrenamiento y a un mayor aprovechamiento de nuestras
sesiones de trabajo.
¿Qué es la resistencia
física?
¿Qué es la
resistencia
nerviosa?
¿Por qué es
importante
conocer estos
dos conceptos?
Let’s practice

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