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92.

LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA POSTGUERRA Y EL DESARROLLO INDUSTRIAL

1. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA POSTGUERRA.

1.1. Ejército y Fuerzas de Seguridad.

1.2. Iglesia.

1.3. Terratenientes.

1.4. Grupos financieros e industriales.

1.5. Clases medias.

1.6. Obreros agrícolas.

1.7. Obreros industriales.

2. EL DESARROLLO ECONÓMICO.

2.1. Incidencia del carácter nacionalista del Régimen en la economía española.

2.2. Plan de estabilización.

2.3. La tecnocracia y las inversiones extranjeras.

2.4. ¿Qué es una empresa multinacional?

2.5. Etapa desarrollista.

2.6. ¿Quiénes son las multinacionales?

2.7. ¿En qué sectores invierten?

2.8. Balanza de pagos por tecnología.

2.9. El modelo de crecimiento industrial.

2.10. La crisis económica hoy.

3. CUADROS DESCRIPTIVOS.

- Cuadro núm. 1: ingresos y pagos tecnológicos.

- Cuadro núm. 2: Evolución de las inversiones extranjeras autorizadas.

- Cuadro núm. 3: Participación de las Multinacionales en Sociedades del INI.

- Cuadro núm. 4: Inversiones extranjeras y mayoritarias.

- Cuadro núm. 5: Procedencia de las inversiones extranjeras autorizadas.

- Cuadro núm. 6: Empresas multinacionales U.S.A. con una participación superior al 70% y empre-
sas multinacionales europeas con una participación superior al 70%.
1. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE LA POSTGUERRA

El “Nuevo Estado Totalitario” opuesto a las pretensiones de cambio y modernización que había inten-
tado la República, se articuló en varias piezas que, ensambladas entre sí, constituyeron el poder franquista.
El informe FOESSA 1970, establece de esta forma el poder operativo del régimen salido de la Guerra Civil:

Poderes……………….. Traducción Operativa


Otorgador…………….. Jefe del Estado
Disuasor………………. Ejército y fuerzas de seguridad.
Legitimador…………… Iglesia integrista preconciliar.
Mantenedor…………… Terratenientes / Oligarquías financiera e industrial.
Transmisor……………. Élites locales (caciquismo, nutrido de las clases medias rurales).
Gestionador…………… Estratos superiores de la burocracia estatal.

Cortes, Consejo Nacional del Movimiento, Consejo del Reino,


Resonador……………..
directivos de prensa, radio y TV.

Encuadrador………….. Jerarcas y burocracia de la organización sindical verticalista.


Poder decisor…………. Ministros, Subsecretarios, Directores Generales.

A continuación y considerando las dificultades que todavía existen para realizar un completo análisis
sociológico, pasamos a considerar los siguientes poderes, que comprenden la administración que nace bajo
el signo de la guerra.

1.1 El Ejército y las Fuerzas de Seguridad

Un conjunto de casi noventa mil hombres, fue el encargado durante el franquismo del mantenimiento del
orden público (Fuerzas de Seguridad). El Ejército, como tal, era una fuerza de segunda línea que fue utiliza-
da en pocas ocasiones, siendo una de estas en lucha contra las guerrillas.

Durante el período 1939-1975 las fuerzas armadas y las de orden público tuvieron una total adhesión al
Régimen. Fue premiado este tipo de adhesión con entregas de poderes ministeriales a diversos miembros
del ejército y de las fuerzas de seguridad. Al igual, altos cargos de la administración civil y altos cargos en
empresas públicas, como en el INI, fueron ocupados por jefes y oficiales del ejército y las fuerzas de seguri -
dad.

1.2. La Iglesia

La Iglesia fue fiel al Régimen desde 1939 hasta 1960. En los primeros años colaboró estrechamente con
el poder franquista para sostenerlo y consolidarlo. Fue premiada con puestos políticos, además de tener a
sus representantes introducidos en las fuerzas armadas, sindicatos, aparato de censura. Y fue remunerada
en los presupuestos generales del Estado. Igualmente tuvo gran influencia a través de la enseñanza.

Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia sufre una transformación apareciendo las primeras opiniones
en contra del poder establecido y distanciándose poco a poco del Régimen.

1.3. Terratenientes

Este grupo social, que fue siempre reducido, se integró a partir de 1939 en el grupo oligárquico financiero
e industrial, teniendo un importante control en el poder político y prestando toda su ayuda al Régimen.

1.4. Grupos financieros e industriales

Reside en la Banca privada, potenciada por su penetración en todo el sistema económico nacional.

El poder de penetración de la Banca se traducía de forma muy clara en una extensa y tupida red de con-
sejeros comunes entre los bancos y las principales sociedades de las distintas actividades económicas.
Un grupo relativamente reducido de tales consejeros comunes, constituían la personificación de la oligar-
quía financiera, como estrato social en la parte más alta de las clases burguesas, como fracción hegemóni-
ca de la burguesía.
Durante los últimos años esta clase comprende la necesidad de un cambio político y se distancia, con
habilidad, del Régimen.

1.5. Clases medias

En el año 1939 el 17% de la población tuvo un fuerte incremento debido a las promociones salidas de las
universidades y escuelas técnicas, que engrosaron el grupo de profesionales. Pronto se incorporaron al
aparato burocrático del Estado. Esta clase puede decirse que fue integrada por el Régimen, siendo bueno
sustentadora de la administración y control del mismo, perdiendo todo el matiz político que había tenido
durante la República.

1.6. Obreros agrícolas

Desde 1939 a 1971 los obreros agrícolas pasaron de ser de unos dos millones a menos de seiscientos
mil. Esto se debió a las oportunidades ofrecidas por la industria, lo que originó un éxodo masivo de zonas
rurales a las nuevas industriales, creando problemas de vivienda, transportes, higiene. Era una mano de
obra barata y dócil, que, principalmente, procedían de Andalucía y Extremadura.

1.7. Obreros industriales

En 1939 esta categoría de obreros llegaba a los dos millones, alcanzando en 1975 más de cuatro millones.
Los obreros industriales de la postguerra, quedaron encuadrados en la organización vertical-sindicalista,
manteniendo una actitud pasiva ante los bajos salarios y las duras condiciones del trabajo. La incorporación
de mano de obra procedente del campo, en sus primeros años, no aportó ningún tipo de movimiento a esta
clase trabajadora más concienciada pero a partir del año 1960 el auge del movimiento obrero comenzó a
resurgir, creando al Régimen problemas de tipo sindical y aumentando el número de huelgas. Aparecen
nuevas organizaciones sindicales que a partir de ese momento traerán en jaque y serán un continuo que-
bradero de cabeza del aparato político. La clase trabajadora irá organizándose y adquiriendo fuerza parale-
lamente al proceso de desarrollo económico que a continuación analizaremos.

2. EL DESARROLLO ECONÓMICO

2.1. Incidencia del carácter nacionalista del Régimen en la economía española

Tanto por dificultades financieras derivadas de la guerra civil, como por el carácter nacionalista que inspi-
raba al nuevo Régimen político naciente, las primeras trabas a las inversiones extranjeras fueron puestas en
España durante el desarrollo de la guerra. Por un decreto de 5 de Julio de 1937, se prohibía disponer de los
saldos en pesetas en las cuentas corrientes de personas residentes fuera de España. Es decir, lo que en
términos populares significa un bloqueo de los saldos de extranjeros. Una ley de Junio de 1938 había limita-
do la participación en el capital de las empresas mineras por parte de extranjeros al 60% y el 25 de Noviem-
bre de ese mismo año, otra ley da origen al Instituto Español de Moneda Extranjera. Sin embargo, la
norma legislativa de indudable mayor trascendencia es la dictada el 24 de Noviembre de 1939 sobre la or-
denación y la defensa de la Industria Nacional, en la que se establecía que la propiedad del 75% del capital
social de las empresas debía estar en manos españolas. Sólo en determinados casos excepcionales se
autorizaría la ampliación del margen cedido a los inversores extranjeros, que en ningún caso, en el sector
minero sobrepasaría el 49%.

Queremos hacer un pequeño inciso, para señalar que esta etapa comúnmente llamada autárquica, (por
los nacionalistas “Bloqueo Internacional”) obedece más a razones internas que externas. El capitalismo
español tenía la imperiosa necesidad de reorganizarse. Ese supuesto bloqueo acompañado de las medidas
restrictivas que describimos, van a consolidar las posiciones del bloque, o mejor de la fracción del bloque,
del capital financiero español. Es necesaria la obtención de una acumulación casi primitiva del capital a
través del sometimiento de la clase obrera a una producción de plusvalía absoluta, que pasará a ser plusva-
lía relativa en la década de los sesenta. Es pues, una razón de interés capitalista interna y no una imposi -
ción del exterior, aunque el bloqueo fuera la consecuencia de la política española respecto al Eje, pero
siempre obedeciendo a necesidades de acumulación capitalista impuestas por el desastroso estado en que
quedó el país después de la guerra civil.

La Ley ya citada de Ordenación y Defensa de la Industria Nacional, limita la aportación de capital


extranjero a la industria española, a la cuota máxima ya citada. Las sociedades comerciales podían contar
con hasta el 100% de capital extranjero, pero en la minoría sólo hasta el 49%. (Como se sabe, las industrias
de extracción, caso de minería, son las que producen más rendimientos en términos absolutos).
Son los años de la exaltación de la inventiva española ―se financió ya un delirante proyecto de motor de
agua y se alentó oficialmente a un descubridor de la gasolina sintética―, de la autosuficiencia autárquica,
de los varios cambios para el valor del dólar, de la escasez de divisas. Son los años del mercado negro, que
no lo es sólo del pan, sino también de divisas y penicilina. Hombres de confianza, testaferros de sociedades,
ocultan el capital extranjero que representan, para no sobrepasar aquel 25% a que autoriza la Ley. En 1949,
España había acudido al Import-Export Bank para un crédito que le permitiera hacer frente a la penuria de
productos alimenticios. Las condiciones se habían considerado inaceptables; reforma de la estructura eco-
nómica del país y, sobre todo, de la legislación que hacía referencia a la financiación exterior de las empre -
sas españolas. No transigió el Gobierno Español. Tuvo que hacerlo la entidad de crédito norteamericano a
instancias del gobierno de los EE.UU.

Sucesivamente las disposiciones que se van produciendo, ponen de relieve ese carácter autárquico, tan
manido ya, al que se somete la economía española. Así la Ley de 11 de Julio de 1949 sobre nacionalización
bancaria; la Ley de11 de Julio de 1944 por la que se disponía que el capital español debe alcanzar un míni-
mo del 75% en la minería, el decreto de 13 de Abril de 1945 por el que se autoriza al Gobierno para adquirir
la ITT, (el paquete de acciones adquirido fue de 318.641) y la circular de la Dirección General de Aduanas
de 7 de Diciembre de 1951, sobre importación o exportación de valores mobiliarios españoles o extranjeros,
son las leyes más importantes en este período autárquico.

2.2. Plan de Estabilización

El panorama cambió radicalmente al iniciarse en España la preparación del plan de estabilización. Los
escrúpulos nacionalistas se mantendrán hasta el decreto ley de 27 de Julio de 1959.

Dada la importancia de esta decisión la vamos a analizar en un apartado exclusivo.

El decreto mencionado vino a significar una libertad casi absoluta de inversión, sin discriminación ni limi-
taciones de ninguna clase hasta el 50% del capital de las empresas. Para inversiones superiores al 50% se
requiere la previa autorización del Gobierno. Se excluían únicamente las empresas relacionadas con la de-
fensa nacional, los servicios públicos y la información pública. Al mismo tiempo se establecían medidas para
caracterizar modalidades de inversión atendiendo a su forma de realización ―contravalor en pesetas de las
divisas aportadas, pesetas convertibles, pesetas transferibles, maquinaria e instalaciones de procedencia
extranjera, licencias de fabricación y asistencia técnica―. Se otorgaban garantías de transferibilidad de los
beneficios en divisas sin limitación. Se aludía también a la desinversión, ya que pueden convertirse o trans-
ferirse los capitales invertidos y los beneficios obtenidos sin ninguna limitación. Y por último, en lo referente
a disponibilidad del crédito, se señalaba que las empresas en que la aportación extranjera fuera inferior al
25% no tenían limitaciones en esta cuestión; así la participación es superior a la autorización del 25%, po -
drán obtener créditos a medio ya largo plazo hasta el 50% de su capital.

Los primeros tecnócratas asoman la cabeza en el Gobierno. Es la sustitución de los hombres de la autar-
quía. El capital financiero delega en este tipo de gobernantes, que reúnen las características necesarias
para no poner en peligro la hegemonía de esta fracción del bloque dominante.

2.3. La “Tecnocracia” y las inversiones extranjeras

Hombres del “Opus Dei” encauzarán la política económica por nuevos derroteros, visto que la etapa au-
tárquica ha quedado superada por los relaciones económicas con los países del bloque occidental y por el
desarrollo de las fuerzas productivas españolas, a las que hay que liberalizar del corsé salarial para eliminar
conflictos incipientes en una buena parte de la geografía española.

La legislación, ya de por sí liberal, se irá ampliando en los años siguientes con nuevos decretos leyes y
disposiciones legales, que otorgarán nuevas facilidades a la presencia de los inversores extranjeros en Es-
paña. La tecnocracia en el Poder, sabe “convencer” al país de los beneficios que han de esperarse del capi-
tal y la tecnología extranjera. Parte de un hecho cierto del que todo el mundo está convencido: el fracaso de
la etapa autárquica.

Se les dice a los empresarios españoles que la presencia de inversores extranjeros en España, con téc-
nicas y usos desacostumbrados entre ellos, hará más competitivas a las empresas españolas, cara a una
integración de España en Europa. Desde el 1 de Enero de 1958, seis países europeos han empezado a
trabajar en común en la naciente CEE. Este panorama aparece ante los empresarios españoles como un
fantasma y como una esperanza lejos de alcanzar: la integración regional capitalista, necesaria para no
perder el carro del imperialismo europeo.
Los gobiernos tecnócratas, después de una época en la que los políticos hablaron un lenguaje triunfalis-
ta, sin que nunca llegaran a cumplir las metas que prometían, quieren mostrarse sinceros y advierten de los
peligros de una nueva etapa. Afirman que muchas empresas españolas sucumbirán por la competencia de
otras, si no se buscan nuevas técnicas y se emplean nuevos utillajes. No habrá que esperar para ello a una
hipotética integración en Europa, que los tecnócratas, sin hablar de plazos dan como segura. La lucha se
dará en territorio español, pues serán los extranjeros, con su capital y sus técnicas, los que llevarán la guía
de la economía española. Cuando se hablaba de la inversión extranjera, y no hay más que dar un repaso a
los discursos de la época, se planteaba ésta en términos casi de nobleza de competición deportiva. No de
las argucias que buena parte se vieron convertidos en poco tiempo en filiales españolas de alguna “corpo-
ration”. Alguna empresa, incluso, llegó a ser adquirida por capital extranjero con el único propósito de ce-
rrarla. Tal fue el caso de una empresa de maquinaria agrícola de Andalucía que exportaba casi la totalidad
de la producción a Cuba, pero fue cerrada cuando cayó bajo el dominio de financieros norteamericanos,
peones de la política del Departamento de Estado con respecto al bloqueo al que estaban sometiendo a
Cuba.

Bajo esta nueva situación se legalizaban y se clarificaban muchas empresas ya propiedad del capital
extranjero, que habían disimulado hasta entonces la procedencia de su financiación. Muchas empresas
netamente nacionales, descapitalizadas o con una arcaica tecnología, buscarán en el extranjero una inyec-
ción de dinero o la fórmula mágica que les permitiera sobrevivir.

El capital extranjero acudió pronto a los sectores más atrasados de la industria española. Y por todo el
país surgieron numerosas sociedades, que apellidaron su nombre extranjero con las palabras “española” o
“ibérica”, señal inequívoca de que de españolas no tenían absolutamente nada. Se trataba pues, de las
empresas llamadas “MULTINACIONALES”.

2.4. ¿Qué es una empresa multinacional?

¿Qué son estas empresas que han llegado a preocupar seriamente a los Gobiernos que analizan con
cautela cuál es su influencia real sobre intereses nacionales y la política que deben establecer para regular
sus actividades y ejercer un cierto control sobre ellas?

Hay quien ha tratado de definirlas, procediendo por inducción, es decir, establecer una lista de socieda-
des “multinacionales” que parecen inquietar a los Gobiernos y determinar lo que ellas tienen de común.
Generalmente se percibe que cada uno de estos nombres que figuran en la lista, se corresponde con una
casa madre que controla un grupo importante de sociedades de varias nacionalidades.

El término “multinacionales”, está siendo empleado en la lengua castellana como un equivalente al


concepto anglosajón “trusts”, pero lo peligroso de dicho uso es la carencia de una connotación que a nues-
tro entender es fundamental para ligar tal significante a su significado real.

Raymond Vernon, uno de los principales especialistas en el tema que nos ocupa, define a las “multina-
cionales” en los siguientes términos: “Son sociedades que comportan, en general, varias empresas de
nacionalidades diferentes y cuyos activos dependen de jurisdicciones independientes y diferenciadas”.

Creemos que tal definición es incompleta e inexacta y por ello en párrafos anteriores hemos hablado de
ciertas connotaciones importantísimas que se eluden en esta y en otras definiciones al uso.

Si con tales conceptos se pretende afirmar que tienen una base nacional y sus operaciones una exten-
sión territorial que abarca numerosas naciones, nada cabe oponer. Pero si, por el contrario, lo que se pre-
tende es negar la existencia de un centro donde se toman las decisiones más importantes sobre la estrate-
gia del conjunto, entonces resulta sencillamente inadmisible.

Las filiales de las grandes corporaciones estadounidenses, siguiendo los dictados de Washington y efec-
tuando la política que allí se determina en orden, por ejemplo, al comercio con los países socialistas de Eu-
ropa, China Popular o Cuba, constituyen un ejemplo inobjetable de que la nacionalidad sigue siendo un
factor de primer orden, aun cuando jurídicamente se hallan sometidas a legislaciones extranjeras respecto a
las filiales. Nos basarnos, para hacer tales aseveraciones, en el informe Watkins, realizado en Canadá, en
el que se afirma y se demuestra rotundamente que el Gobierno de los Estados Unidos utiliza “las relaciones
entre sociedades madres y sus filiales como instrumentos de política exterior”.

La segunda consideración tiene por finalidad aclarar la confusión que puede surgir de la participación en
una misma empresa de capital extranjero y nacional. Sabido es que si las acciones se encuentran distribui-
das entre un número elevado de propietarios, basta con la posesión de un paquete relativamente corto para
hacerse con el control de la entidad. Pero la confusión puede darse al encontrarnos con la concentración de
las acciones de una empresa en manos de dos o tres propietarios con igual capital nominal, que nos llevaría
a pensar en un equilibrio de fuerzas cuando, en realidad, las cosas suceden de un modo distinto. Es espe-
cial, la aportación de capital-técnica es, en la mayoría de los casos, determinante, y quien la efectúa ―el
inversor extranjero normalmente― pasa a ocupar una posición dominante. Como afirma Hamza Alavi, en
este tipo de inversión “su importancia real es muy superior a su valor nominal”… el control ejercido por el
capital extranjero no tiene, por tanto ninguna medida común con el porcentaje de acciones pertenecientes a
los propietarios extranjeros.

Corrobora lo antes dicho, la situación que se produce cuando el socio extranjero decide retirarse, por el
motivo que fuere, de su participación en la empresa. La única solución que queda a los socios nacionales es
buscar otro socio, extranjero también, que sustituya a aquél, para evitar que la empresa desaparezca.

2.5. Etapa “desarrollista”

Las puertas de España se abrieron a las inversiones extranjeras dentro de un conjunto de medidas libe-
ralizadoras, totalmente imprescindibles para el capital foráneo. Como se sabe, la apertura económica estuvo
precedida, por una larga etapa de presiones exteriores tanto políticas como económicas. Interesaba España
por varias razones:

- Por un mercado potencial de 30 millones de consumidores.

- Por disponer de mano de obra barata, con un índice de conflictos laborales muy bajo, dado el apa-
rato represivo interno y las características del sindicalismo verticalista.

- Porque su grado de atraso económico presentaba campos prácticamente vírgenes y porque podía
absorber una tecnología ya superada en los países industriales.

A estas razones se unió el interés de una legislación “generosamente liberal”: libertad de elección de
sectores industriales, prácticamente total, y libertad de instalación de nuevas industrias en cualquier lugar
del territorio. Los costos sociales de las inversiones eran los más bajos de Europa. La legislación española,
por lo demás, ofrecía suficientes resquicios legales para salvar los mínimos condicionamientos que se ofre-
cían.

La inversión de las multinacionales, como era lógico suponer, se volcó en los sectores que mayor benefi-
cio le podían reportar. Sectores como el del turismo se observa que están bajo los grandes monopolios ex-
tranjeros: los Tour Operator. Extranjeras con las compañías de transportes y las que rigen las grandes
cadenas de hoteles. Se cita este caso en particular, porque normalmente se acude al turismo como panacea
de cancelar deudas exteriores. Provincias como Málaga, que en el sector turístico reciben fuertes inyeccio-
nes de capital exterior, no pueden ver frenada su emigración, siendo mínimos los beneficios sociales de la
inversión foránea, cuyas ganancias buscarán acomodo fuera de nuestras fronteras.

Los planes de desarrollo, idea de la “tecnocracia” hicieron previsiones al respecto apoyando leyes cierta-
mente deficientes que dejaban inerme al capital español contra el inmenso potencial del inversor extranjero.

A todo ello se une la deficiencia tecnológica propia, teniendo que recurrir a la importación de bienes de
equipo y utilización de patentes extranjeras con el consiguiente déficit que supone todo ello en la Balanza de
Pagos.

En la década de los sesenta, de las inversiones autorizadas por los distintos Gobiernos desarrollistas,
más de la mitad del capital invertido lo fue en sectores no amplificadores de actividad, tanto hacia adelante
como hacía atrás, por lo que, en frase del economista José Jané Solá, “.... no eran necesarias ni han ayu-
dado al desarrollo del país”. Entre estos sectores cabe citar, principalmente, el comercio al por mayor, los
bienes inmuebles y el sector de la alimentación, en menor grado, ya que si una industria conservera puede
contribuir al desarrollo agrario de una zona, el capítulo de las bebidas carbónicas, incluido en la alimenta-
ción, no suma actividades ni beneficios subsidiarios. Es decir, las multinacionales han invertido e invierten,
fundamentalmente en sectores especulativos con beneficios a corto plazo, sin aportar una rentabilidad so-
cial; para eso están los Estados de los países en los cuales se invierte. En otros sectores, igualmente espe-
culativos, como el farmacéutico o el automóvil, ni que decir tiene que están en manos de los oligopolios
extranjeros.

2.6. ¿Quiénes son?

Ni siquiera el Gobierno podría dar una respuesta exacta a esta cuestión. La innominación de la declara-
ción de los inversores y la libre transferibilidad de títulos entre extranjeros imposibilita el conocimiento de
cifras reales. Puede, sin embargo, aceptarse la validez de las estimaciones del Ministerio de Comercio que
reflejan la siguiente distribución porcentual por países de la inversión extranjera autorizada (89.823 millones
de pesetas) hasta junio de 1973:
EE.UU……………………. 40,3
SUIZA……………………. 20,7
ALEMANIA………………. 11,4
FRANCIA………………… 5,9
INGLATERRA…………… 4,8
HOLANDA………………. 3,4
ITALIA…………………… 2,9
CANADÁ………………… 1,8
BÉLGICA……………….. 1,7
SUECIA…………………. 1,2
Otros……………………. 5,9

Nada nuevo. Estados Unidos y el capitalismo europeo tienen el predominio. El caso de EE.UU, es el más
adentrado, aún si tenemos en cuenta la inversión que los americanos canalizan a través de sus filiales sui-
zas y el hecho de que los datos anteriores no recojan cifras como la de la instalación de la Ford en Valen-
cia. En suma, España es un mercado incorporado a la Europa capitalista al tiempo que se amplía y se afian-
za el predominio de los EE.UU.

Estos hechos hacen plantearse una nueva interrogante, ¿en qué sectores se invierte preferentemente?
¿Cuál es el grado de penetración del capital extranjero en España? No hay discriminación. Pero el orden
preferencial es el siguiente:
Sector químico…………….. 31,45
Sector metalúrgico………… 30,89
Sector siderúrgico…………. 27,05
Sector automovilístico…….. 27,01
Sector inmobiliario…………. 25,87
Sector hotelero……………… 24,76
Sector alimenticio………….. 21,71
Comercio en general………. 17,86

Datos muy recientes señalan que 1.100 empresas norteamericanas han hecho inversiones en territorio
español, y de ellas, 175 tienen participación superior al 90%, en muchas de las cuales llega al 100%. Hasta
el presente las inversiones norteamericanas en España rebasan los 23.000 millones de pesetas, que suma-
das a aquellas otras inferiores al 50%, alcanzaron de treinta a treinta y cinco mil millones de pesetas.

Después de los EE.UU., Suiza es el país inversor más importante, en lo que a España se refiere, con un
volumen participativo de unos 15.000 millones de pesetas, en concepto de inversiones “autorizadas”, es
decir aquellas que superan el 50% del capital de la empresa. Esta cantidad, sumada a la que no alcanza el
50% de participación, puede rondar la cifra de 20.000 millones de pesetas; cifra que para un país como Sui -
za es verdaderamente importante. Hay que tener en cuenta que Suiza además de sus inversiones propias,
canaliza inversiones procedentes de distintos países que hacen la transferencia a dicho estado y éste a su
vez, a un tercer país, con lo cual abanderan discretamente el capital invertido.

Tras los EE.UU. y Suiza, la República Federal Alemana posee un volumen aproximado de unos 12.000
millones de pesetas, siendo Francia el cuarto país en orden de inversiones, con una cantidad que roza los
6.000 millones de pesetas, siendo la característica principal de estas inversiones el que en muy pocos casos
alcanza el 50% del capital social de las empresas en las que está presente. El Reino Unido ocupa el quinto
lugar con un total aproximado de 4.000 millones de pesetas.

Centrándose en un estudio publicado por el Ministerio de Comercio sobre trescientas grandes industrias
y empresas nacionales, cabe destacar que en 138 de ese número citado, aparece capital extranjero, siendo
en 76 de ellas con carácter mayoritario y en 62 con carácter minoritario. A comienzos de la década de los
setenta, en estas empresas españolas el 40% del capital invertido se centraba en el sector químico y estaba
presente, asimismo, en once de las trece industrias españolas dedicadas a la fabricación de automóviles.

Aludiendo a las perspectivas, cabe apuntar la posibilidad de que, aunque se establezca una política res-
trictiva para un futuro inmediato respecto a las inversiones extranjeras, éstas continuarán afluyendo de una
u otra forma. Es posible que haya sectores hasta ahora no penetrados, como el de la construcción naval, en
los que traten de acceder por la dinámica misma de los oligopolios multinacionales en los que el estanca-
miento es símbolo de retroceso y en los que la expansión continuada es práctica normal. Sin embargo, es
asimismo factible pensar en que si las trabas mínimas que se están introduciendo en algunos sectores, res-
pecto a las posibilidades de desinversión, continúan, las grandes empresas multinacionales quedarán a la
expectativa hasta ver cómo se desenvolverá la situación española en cuanto a política interna se refiere.
Este será uno de los motivos fundamentales para que tales conglomerados económicos se decidan a tomar
uno u otro camino, sin desechar, claro está, una posible intervención, normalmente indirecta, desde los cen-
tros de poder del imperialismo mundial.

2.7. ¿En qué sectores invierten?

Un repaso minucioso a las listas de las grandes sociedades multinacionales, permite apreciar que todas
ellas, en mayor o menor grado, están presentes en España con sus capitales y sus productos. Desde las
fibras artificiales, hasta el bolígrafo o la máquina de escribir. Aparentemente no parece que ejerzan presión
sobre los Gobiernos pero sería ingenuo pensar que eso no es cierto. En el caso de la indecisión española,
sobre los sistemas de televisión en color a implantar, es debido a las diversas presiones que se efectúan
sobre el gobierno de Madrid, hasta el punto de que algún alto cargo al ser entrevistado al respecto señaló
en tono irónico que España, para no defraudar a los “amigos”, está dispuesta a acoger ambos. En el doble
juego, puede ser un arma para presionar a la inversa hacia objetivos comunitarios, pero esto es menos pro-
bable.

La situación es de colonialismo en una gran parte de los sectores:

Químicas…………….. 31,45%
Vidrio………… 45,70%
Alimentación…………. 23,19%
Las cifras son aún más alarmantes cuando se desciende a los subsectores:

Colorantes y pigmentos…………….. 60,91%


Neumáticos………… 59,88%
Ceras y parafinas…………. 53,75%
Detergentes y jabones…….. 51,28%
Panadería y pastas de sopa…………. 48,75%
Electroquímica……………… 48,13%
Galletas y chocolates………….. 44,41%

Inversiones extranjeras aparecen también en el sector público, en muchas de las empresas dependien-
tes del Instituto Nacional de Industria, lo que no deja de ser paradójico. Y no sólo en el ramo del automó-
vil, cuya dependencia es absoluta, sino en empresas como la Nacional de Aluminio.

Basar nuestro grado de dependencia en el capital de las grandes empresas extranjeras puede inducir a
valoraciones inexactas. Se da el caso de empresas “españolas” en las que es mínima la participación de
capital extranjero y que son, en cambio, totalmente dependientes de una multinacional. Es el caso de la
industria del automóvil.

“.....una de las habilidades de las empresas multinacionales, es el control de negocios en cualquier país
haciendo una aportación mínima de capital desde la nación de origen de la empresa matriz El refinamiento
del sistema de control de capitales domésticos del país donde actúan las filiales por dominio completo de
tecnología capaz de aglutinar los capitales, los cuadros directivos...” (La Vanguardia, Barcelona, 28-12-
73).

Cuando existe, además, una participación, se produce una doble sangría en divisas: la repatriación de
beneficios y el pago de les derechos de tecnología. España pagó en 1974 más de 300 millones de dólares
en concepto de asistencia técnica y explotación de patentes. El 85% de aquella cifra correspondía a empre-
sas con capital extranjero.

2.8. Balanza de Pagos por tecnología

Los pagos por tecnología extranjera ascendieron en 1970 a 133,8 millones de dólares y los ingresos por
dicho concepto sólo fueron de 16 millones; es decir, los pagos fueron 8,4 veces superiores a los ingresos.
En los dos años siguientes la relación de intercambios fue todavía más desfavorable, y aunque en el periodo
1973-1974 quedó algo mejorada, la citada relación no alcanzó la cobertura que se advierte en el año 1970.

En términos relativos, el déficit de pagos existente entre el primero (117,8 millones de dólares) y el último
(278 millones de dólares) de los años reseñados es desfavorable hasta el punto de que se multiplica por
2,35.

Por lo demás, conviene señalar que los pagos por tecnología se polarizan en industrias muy determina-
das. Así vemos que de los efectuados en 1973, el 21,3% correspondió a los llevados a cabo por la industria
química; el 19,37%, a la dedicada a la obtención de material de transporte, y el 14,93% a la industria de
maquinaria y equipo eléctrico. Los tres citados conjuntaron, pues, el 55,60% de los pagos realizados por
tecnología.

2.9. El Modelo de Crecimiento Industrial

El modelo de crecimiento industrial español en la década de los sesenta y siguientes, se caracteriza por
el crecimiento en grado sumo de la dependencia respecto al capital y tecnología de unos cientos de grupos
multinacionales, asentados internacionalmente en centros de poder estatales con una capacidad militar
disuasoria suficientemente potente, el Estado español no ha confiado, en el capital financiero interno, que
históricamente ha dado buenas muestras de inadaptación e incapacidad de alcanzar posiciones sólidas en
la división internacional del trabajo promovida por las potencias occidentales. La burguesía española no ha
sabido aprovechar las condiciones favorables para una revolución burguesa al modo clásico, (francés e
inglés) que le ofrecían los períodos de aislamiento en y durante las conflagraciones mundiales, se reservó el
mercado nacional y aumentó la tasa de explotación de los trabajadores, fruto de la guerra civil, y ahora ha
de hacer frente, por un lado a las economías del occidente europeo, totalmente reconstruidas a partir de la
Segunda Guerra Mundial, y por otro a la presión del imperialismo estadounidense, que es cada vez más
fuerte dada la lucha por los mercados. Internamente, perviven dos problemas fundamentales: uno, la divi-
sión de intereses entre las fracciones burguesas de la clase dominante, otro, el aumento de la conflictividad
obrera dado el desarrollo de la misma, tanto cuantitativa como cualitativamente.

Reservando para los grupos capitalistas de interior actividades que eran la base de su poder económico
―banca comercial, principalmente―, el Estado les invitaba a unir su suerte con los grupos no nacionales,
compartiendo el capital en nuevas sociedades. Los límites de esta colaboración son, sin embargo, muy es-
trechos. Salvo en casos de participación estatal o de fuertes grupos bancarios, la propiedad conjunta de
empresas mixtas resulta efímera ante el desnivel tecnológico de los socios, desnivel que, transcurrido un
periodo breve, desliza el equilibrio hacia el lado del grupo extranjero.

2.10. La crisis económica: hoy

El encarecimiento de los productos energéticos a partir del año 1973, influye en el proceso económico
mundial, pero en España al no tomar las medidas necesarias de protección y cambio estructural, por razo-
nes políticas, de un régimen ya agónico, se origina una recesión económica brutal, coincidente con el cam-
bio de régimen y perjudicando su proceso democrático, sentido principalmente por las clases más bajas. El
paro alcanza cifras insostenibles, se producen cierres continuos de empresas, media y pequeña, y como
sector beneficiario aparece la Banca que aumenta día a día su caudal de beneficios y poder económico y
político. Mientras que la inflación oscila entre el 12 y el 15%. La deuda exterior aumenta y la inversión inte-
rior disminuye.

3. CUADROS DESCRIPTIVOS
Cuadro núm. 1: INGRESOS Y PAGOS TECNOLÓGICOS.

Gráfico construido a partir de los datos que recoge la revista “El Economista” de 13-12-1975, pág. 13.

Cuadro núm. 2: EVOLUCIÓN DE LAS INVERSIONES EXTRANJERAS AUTORIZADAS

(En miles de dólares)


Variaciones

Año Importe Absolutas Relativas (%)


1960 2.245 - -
1961 12.207 9.962 443,74
1962 67.712 55.505 454,70
1963 68.712 625 0,92
1964 61.185 -7.512 -10,47
1965 93.998 32.813 53,62
1966 120.136 26.362 28,04
1967 132.505 12.235 10,16
1968 112.960 -19.359 -14,81
1969 61.443 -51.517 -45,61
1970 115.048 53.605 87,24

(850 millones de dólares o lo que es igual a 52.700 millones de pesetas ―a un cambio medio de 62 pesetas por dólar)

Fuente: El Europeo, 28 de Agosto de 1974.


Cuadro núm. 3: PARTICIPACIÓN DE LAS MULTINACIONALES EN SOCIEDADES DEL INI.

EMPRESAS PETROLÍFERAS

Empresa Nacional de Petróleos (INI). Participan en ella:

Texaco (EE.UU) 9,95% del capital social


Chevron Oceanic (EE.UU) 11,01% del capital social
Texaco Panamá (EE.UU) 1,06% del capital social
Societe National de Petroles D’Aquitannie (Francia) 25,01% del capital social
Enterprise de Recherches et D’activites Petrolleres (Francia) 8,0% del capital social

EMPRESAS METALÚRGICAS

Seat (INI). Participan en ella

Internacionales Holding Fiat 35,66% del capital social

Maquinista terrestre y marítima (INI). Participan en ella

Brown Robert (Suiza) 6,74% del capital social


Foster Wheeler (EE.UU) 5,50% del capital social

EMPRESAS AERONÁUTICAS

Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) (INI). Participan en ella:

Northrop Cº (EE.UU) 20,80% del capital social


Louis Breguet Avions Marcel Dassault (Francia) 1,61% del capital social
Will Messersmitt (Alemania) 1,75% del capital social

Fuente: El Economista. 18-12-75


Cuadro núm. 4: INVERSIONES EXTRANJERAS Y MAYORITARIAS

Distribución por regiones (en millones de pesetas)

Vascongad
Extremadu
Andalucía

Castilla la

Castilla la
Canarias

Cataluña
Baleares

Valencia
Asturias

Navarra
Mancha
Aragón

Galicia

Murcia
León
Vieja

as
ra
1960-69 4.410,0 547,9 509,2 1.679,2 508,4 15.325,7 1.483,3 13.279,8 31,5 747,2 704,8 101,5 510,2 1849,3 4.194,7

1970 283,4 195,9 52,0 76,7 91,5 3.243,7 393,3 2.505,4 --- 70,2 --- 9,2 22,3 162,1 948,2

1971 304,3 259,8 260,4 695,6 16,6 3.811,6 996,6 2.136,6 60,0 67,3 --- 8,0 4,0 31,1 263,1

1972 213,1 996,7 58,1 69,8 252,1 3.192,2 214,1 820,8 36,8 1.265,4 --- --- --- 636,2 1.216,7

1973 (1º trimestre) 181,5 22,5 2,5 40,1 --- 857,7 628,2 445,9 --- --- --- --- 77,1 5,0 28,4

Fuente: Boletín Estadístico del Banco de España. Enero 1974

Cuadro núm. 5: PROCEDENCIA DE LAS INVERSIONES EXTRANJERAS AUTORIZADAS

Distribución por regiones (en millones de pesetas)

1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970

Estados Unidos 77,1 446,1 1.218,0 1418,7 886,4 2.746,6 2.397,6 3.585,1 2.067,4 1.373,5 2.355,8

Suiza 4,7 26,4 1.982,6 709,3 998,6 1.088,5 1.769,3 1.938,5 1.592,3 263,9 2.532,2

Alemania R.F. 7,8 18,3 150,3 291,1 444,2 439,4 541,6 770,5 1.784,9 376,4 1.089,0

Gran Bretaña 5,8 22,0 65,7 32,8 264,7 203,8 244,4 267,6 778,6 196,9 445,9

Holanda 19,4 21,2 4,1 291,1 117,5 146,6 483,8 210,6 324,4 294,6 328,8

Canadá, Suecia, Bélgica y otros 7,2 157,6 436,6 754,6 746,8 513,5 1.235,1 412,6 306,7 1224,2 446,9

TOTAL: 134,7 731,9 4.o72,6 4.100,3 3.696,8 5.640,3 7.172,6 8.133,8 7.909,7 4.301,7 7.901,3

Fuente: Anuario económico del Banco Español de Crédito. 1973


Cuadro núm. 6:

A) Empresas multinacionales U.S.A. con una participación superior al 70% en las filiales en España que se
citan a continuación:

Empresa % de participación

Fibras Esso 100


Productos Grasos Esso 80,3
Dow-Unquinesa 82,5
Colgate-Palmolive 98
Pfizer 100
Essex España 100
Avon Cosmetics 75,8
General Eléctrica Esp. 73,6
Westinghouse 72,6
Ckrysler Española, S.A. 97,5
John Deere, S.A. 100
Mantequerías Leonesas 100
Kraft Leonesas 100
Galletas Artiach 75
Papeleras de Vitoria 100

16 Empresas más, en las que el porcentaje de participación oscila entre el 50 y el 70%.

17 Empresas más, en las que el porcentaje de participación oscila entre el 20 y el 50%.

12 Empresa más, en los que dicho porcentaje oscila entre el 5 y 20%.

Estos datos pertenecen al año 1970, por lo que según el semanario “El Europeo” de 28 de Agosto de 1974, están desac -
tualizados. No obstante, sirven para una apreciación mínima.

B) Empresas multinacionales EUROPEAS con una participación superior al 70% en las filiales en España
que se citan a continuación:

Empresa % de participación

Lever Ibérica 100


Hoshcst Ibérica 100
Inds. Químicas Altamira 100
Dunlop Ibérica - 75
Gelupal 75
La Seda de Barcelona 71
Safe Michelin 85
HenKel Ibérica : 100
Solvay & Cia. _ 100
Procter B. Gamble 100
Philips Ibérica 100
Siemens 76,8
E. Máquinas Fenwick 81,4
Talleres Unidos 90,8
Carnaud Galicia 86,7
Hispano Olivetti 71,7
Osram 89,7
Harry Brown 98,1
Zardoya Otis Europea 73,0

24 Empresas más, en las que el porcentaje de participación oscila entre el 50 y el 70%.

32 Empresas más, en las que el porcentaje de participación oscila entre el 20 y el 50%.

12 Empresa más, en los que dicho porcentaje oscila entre el 5 y 20%.

Fuente: Boletín Estadístico del Banco de España. Enero de 1974.


BIBLIOGRAFÍA
DIARIOS:

- La Vanguardia. Barcelona.

- Le Monde. París.

REVISTAS:

- Actualidad económica. Enero 1974.

- El Europeo. Mayo y Agosto de 1974.

- Anuario Financiero de Sociedades.

- Anuario Económico del Banco Español de crédito. 1973.

- Boletín Estadístico del Banco de España. 1974.

TAMAMES, R.: La era de Franco. Ed. Alfaguara.

TUÑON DE LARA, M.: España bajo la dictadura franquista. Ed., Labor.

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