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MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN ALTERNATIVA DE CONFLICTOS

TEMA 7

LA MEDIACIÓN:
ÁMBITOS DE APLICACIÓN
Contenidos

1. Mediación familiar

1.1. La Mediación Familiar algo más que una alternativa de resolución de 5. Mediación penal
conflictos
1.2. Variables y desencadenantes del conflicto familiar 5.1. Mediación penal con adultos
1.3. Conflictos/temas familiares objeto de mediación 5.2. Mediación penal juvenil
1.4. Los menores en el proceso de mediación 5.2.1. La mediación en la LO 5/2000 y Real Decreto 1774/2004.
Principios
2. Mediación escolar 5.2.2. Fases del proceso

2.1. Conflictos/temas más frecuentes en el ámbito escolar 6. Mediación Policial


2.2. Servicios de mediación en los centros educativos. Los alumnos mediadores
2.3. Determinación del conflicto en el ámbito escolar
● 6.1 ¿Qué es mediación policial?
6.2 Infracciones objeto de la mediación policial
3. Mediación en el ámbito sanitario Infracciones patrimoniales
Infracciones relacionales
4. Mediación comunitaria
7.- Mediación en el ámbito penitenciario
4.1. Mediación intercultural
7.1 Proceso para la resolución de los conflictos mediante la mediación:
4.1.1. Tipos de mediación intercultural 7.2 Fases
4.1.2. La figura del mediador intercultural 7.3 La mediación penitenciaria como mecanismo de solución pacifica de
4.1.3. Funciones del mediador intercultural conflictos en prisión
4.1.4. Ámbitos de la mediación intercultural
La Mediación se ha extendido exponencialmente y ha alcanzado gran popularidad en los
últimos años. Además de razones de tipo estructural y operativo que explican esta expansión
exitosa, la razón fundamental es que las sociedades democráticas y participativas reclaman
cada vez más el protagonismo y la posibilidad de toma de decisiones de sus miembros, sobre
todo en aspectos que les afecte directamente. En estos espacios las personas, aunque pidan
ayuda a un profesional, no dejan en manos de otro sus propias decisiones, sino que
adquieren la habilidad de aprender a dialogar, a mirarse desde otro ángulo y a llegar a una
solución común.

Tal y como destaca la Ley 5/2012 de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles
las ventajas de la mediación como vía alternativa al proceso judicial o a la vía arbitral, es su

capacidad de dar soluciones prácticas, efectivas y rentables a determinados conflictos entre
partes que no han sido capaces de poner fin a la situación de controversia y que recurrirán a
los tribunales de justicia sólo en el caso de que no sea posible componer la situación. Esto es
una realidad en los distintos ámbitos y a raíz de la profesionalización de la mediación, los
campos de aplicación de esta práctica han ido proliferándose y ya se recogen experiencias
significativas en mediación familiar, escolar, comunitaria, empresarial, penal y civil y mercantil,
entre otras.

Las bases comunes, tanto conceptuales como de funcionamiento se encuentran recogidas en


la citada Ley, por lo que nos centraremos, de forma muy resumida y con pequeñas
pinceladas, en elementos específicos de cada uno de los ámbitos.
1. MEDIACIÓN FAMILIAR

1.1. La Mediación Familiar algo más que una alternativa de resolución de conflictos

De las distintas modalidades de Mediación, la que más desarrollo y expectativas ha generado


en países de los cinco continentes es la Mediación Familiar. Su trascendencia se debe no
sólo a la importancia que la familia como núcleo de convivencia— tiene en el tejido social de
todas las sociedades, sino y sobre todo, a los múltiples beneficios que aporta la mediación
como técnica generadora de espacios de diálogo y de estabilidad a nivel personal y social.

Sin lugar a duda, la mediación ayuda a resolver conflictos, pero entendemos y defendemos
que esta técnica más que una forma de resolver conflictos “es una manera de entender la
vida y de ayudar a las personas y a los grupos”.

Consideramos que atrás deben quedar los planteamientos en los que la mediación estaba
orientada fundamentalmente a “establecer justicia” por métodos complementarios
jurisdiccionales o como una forma alternativa a la justicia para conseguir acuerdos y que
debe aparecer la mediación como una opción que pueda ayudarnos a convertir las tensiones
de una sociedad plural y compleja en oportunidades de crecimiento personal y de
comprensión de los demás (Folger y Jones, 1999).

Por tanto, la Mediación Familiar se debe presentar hoy en día ya no como mera técnica para
resolver las diferencias, sino como una “filosofía”, un nuevo estilo de afrontar los conflictos
familiares.
Inicialmente la mediación familiar se entendía como una alternativa de solución de vínculo de pareja,
pero en la actualidad se hace referencia a cualquier conflicto que surja en el seno familiar, En la línea
primigenia se nos presentan las definiciones de Lisa Parkinson y de Haynes cuando indican:

La mediación familiar es una forma de poner fin al matrimonio sin convertir a los miembros de la
pareja en adversarios. Este marco de trabajo ofrece la oportunidad de negociar su propio acuerdo de
separación o divorcio, presuponiendo que la decisión de separarse o divorciarse ya ha sido tomada
(Haynes y Haynes, 1989).

...“aquel proceso en el que una persona imparcial ayuda a los involucrados en una ruptura familiar, y
en especial, a las parejas en vías de separación y divorcio, a comunicarse mejor entre ellos y a llegar
a sus propias decisiones conjuntas, sobre la base de una información suficiente, res-pecto de
algunos o de todos los temas relacionados con la separación, el divorcio, los hijos, la economía o el
patrimonio familiar.” (Parkinson, 2005)

Como se puede ver, son definiciones que contemplan que la estructura de la familia nuclear se rompe y
ante cuya situación se ofrece la mediación familiar como alternativa.

En este escenario existen dos realidades:

a) cuando la pareja no tiene hijos, se trabajará para frenar la escalada del conflicto y se tomarán
decisiones que afecten a las partes;

b) cuando la pareja tiene hijos, aparte de trabajar lo que hemos comentado se velará además por
fomentar la coparentalidad positiva.
Pero la mediación familiar, ha ampliado sus límites y ya no se centra sólo en la
separación y el divorcio, sino que hace referencia a cualquier conflicto familiar que surja
entre cónyuges, parejas de hecho (estables o no), entre padres e hijos, abuelos con
nietos, entre hijos o los que surjan entre los adoptados o acogidos y sus familias
biológicas, adoptivas o de acogida; preferentemente los relativos al ejercicio de la patria
potestad, guarda y custodia, régimen de visitas, pensiones, uso del domicilio familiar,
disolución de bienes gananciales o en copropiedad, cargas y ajuar familiar, así como, en
general, aquellos otros que se deriven o sean consecuencia de las relaciones paterno-
filiales y familiares. Los siguientes párrafos se hacen eco de este planteamiento:

un procedimiento extrajudicial y voluntario en el cual un tercero, debidamente


acreditado, denominado mediador familiar, informa, orienta y asiste, sin
facultad decisoria propia, a los familiares en conflicto, con el fin de facilitar vías
de diálogo y la búsqueda por éstos de acuerdos justos, duraderos y estables y
al objeto de evitar el planteamiento de procedimientos judiciales contenciosos,
o poner fin a los ya iniciados o bien reducir el alcance de los mismos.

una intervención en un conflicto o una negociación por parte de una tercera


persona aceptable a las partes, imparcial y neutral sin ningún poder de
decisión y que pretende ayudarlas a que por ellas mismas desarrollen un
acuerdo (una “entente”) viable, satisfactorio y capaz de responder a las
necesidades de todos los miembros de una familia, en particular las de los
hijos e hijas.

una técnica que ha sido constatada durante años con el fin de encauzar de
forma óptima los conflictos familiares y reducir la consecuencias negativas que
se deriven de los mismos
Pero consideramos que en los procesos de mediación familiar, además de la
elaboración de acuerdos, se ha de buscar un cambio en la construcción de la
realidad y en las reglas de interacción, de manera que ayude a todos los miembros a
adaptarse a una nueva estructura familiar. Por ello entendemos que la mediación
familiar no es solamente una fórmula más o menos eficaz para la resolución de
conflictos —que sin duda ayuda a resolverlos o a gestionarlos— sino que debe
ir más allá y se debe transformar en un procedimiento mediante el cual las
partes redefinan un conflicto irresoluble como resoluble, pues se sienten a sí
mismas como competentes para ello.

Además, esta forma de abordar los problemas les puede dotar de las herramientas
que les permitan actuar de forma autónoma y eficaz en su proceso de cambio, en el
que los conflictos sean considerados más que como problemas como oportunidades
para crecer y les ayude a convertir las tensiones de una sociedad plural y compleja
en oportunidades de crecimiento personal y de comprensión de los demás (Folger y
Jones, 1999).

Creemos que “si los conflictos son utilizados de forma creativa, nuestra capacidad de
tolerancia y empatía pueden crecer, haciéndonos descubrir, legitimar y hasta valorar
a la persona o al hecho que se interponga en nuestro camino” (Ripol-Millet,2001).
1.2. Variables y desencadenantes del conflicto familiar
LUYEN EN LA TRANSFOR
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Hoy en día, las denominadas transformaciones globales BL M
IA IL
(económicas, tecnológicas, científicas, etc.) están provocando R IA
A
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R
cambios multidimensionales y tensiones en la vida cotidiana de las
personas y de las familias en particular. Actualmente, la familia CULTURALES
está pasando por una transformación en su estructura y en su
papel y/o función, por lo que el conflicto en su seno cobra más
fuerza que nunca, especialmente cuando se resuelve mediante la
ESTRUCTURALES
ruptura del núcleo familiar. La familia ha cambiado mucho, tanto EMOCIONALES
que más que hablar de “la familia” hemos de hablar de “las
familias” ), pues cada vez más existe una compleja, rica y
creciente variedad tanto de los sistemas
familiares como de las dinámicas existentes en el seno familiar.

Son muchos los aspectos y circunstancias que confluyen en la


transformación familiar y que desencadenan conflictos en su seno,

Dentro de los múltiples factores que se pueden analizar nosotros


destacamos:

SOCIOPOLÍTICAS Y
DEMOGRÁFICAS
ECÓNOMICAS
Factores estructurales familiares

La perspectiva sistémica sobre la familia contempla que el sistema familiar sea considerado “no sólo
como un simple compuesto de elementos independientes, sino como un todo inseparable y coherente”.
En la familia las relaciones tienen características únicas: son íntimas, continuas, variadas y complejas;
se dan en situaciones de trato directo y son complementarias, Desde esta concepción holística o integral
de la familia hemos de tener en cuenta que las unidades del sistema familiar están interconectadas de
tal modo que un cambio en una parte del sistema repercute en las demás, lo que conlleva que cualquier
situación de conflictividad más o menos profunda y prolongada, por ejemplo, en el equipo conyugal
afecte a las relaciones con el equipo parental y a los patrones educativos y normativos que realizan los
progenitores, Por el contrario, el bienestar de los padres influye en las trayectorias vitales y satisfacción
de los hijos y viceversa, Por ello, los resultados y la satisfacción en la relación de pareja y/o la de los
hijos va a depender de compartir los conflictos que surjan de manera inevitable, y asumir los nuevos y
diversos roles y/o papeles a desempeñar en las distintas situaciones familiares,

Factores culturales y socio-económicos.

El conflicto en las relaciones familiares, y en especial los conyugales, hay que situarlos en un nuevo
escenario, en el que se deben tener presentes nuevos referentes culturales que nos permitan
comprender la complejidad, la importancia y la actualidad de los mismos. Dentro de estos referentes
podemos destacar:

Los cambios en la función parental


La nueva construcción social de la mujer
La creciente incorporación de la mujer al trabajo extra-doméstico
La autonomía creciente del individuo como sujeto de derecho con mayor independencia y libertad
personal,
La dificultad de la conjunción de las autonomías de los dos miembros de la pareja,
El deterioro de la convivencia debido a la falta de comunicación de la pareja o a la incompatibilidad
conyugal;
Factores sociopolíticos

Con la llegada de la democracia y la promulgación de leyes como la primera ley del divorcio en
1981 o primera ley de despenalización del aborto en el año 1983, Ley 15/2005, de 8 de julio, en
materia de separación y divorcio, se normalizan muchas situaciones familiares que durante décadas
fueron rechazadas o simplemente obviadas.

Un paso más en la tolerancia se produce con la promulgación de la Ley 13/2005, de 1 de


Julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio
por lo que personas del mismo sexo podrán contraer matrimonio civil, siendo, además,
titulares de derechos y deberes, equiparándose de esta forma a las uniones
heterosexuales.

Factores demográficos

Desde finales del siglo pasado en la sociedad española destaca, entre otros, la
disminución en las tasas de nupcialidad y el aumento de la cohabitación, el descenso de
la natalidad, el creciente auge del fenómeno del divorcio, así como un aumento en la
esperanza de vida de la población (Rivas, 2007). Todas estas circunstancias afectan no
sólo a la estructura sino también a la dinámica familiar que tendrá que buscar
alternativas para afrontar estos nuevos retos,

Factores emocionales

La estructura familiar tiene sus fundamentos en relaciones directas, personales,


cargadas de emociones y basadas en la afectividad. En las familias, las emociones se
viven con mayor intensidad, ya que sus efectos positivos o negativos son más intensos
que en otros contextos.

Cuando la insatisfacción afectivo-emocional se instala en el equipo parental o de pareja


se suelen desencadenar conflictos debido a la incomunicabilidad conyugal que van /n
crescendo y que si no se abordan desde el diálogo generan el deterioro de la relación.
LOS TEMAS MÁS RECURRENTES Y QUE DEBEN SER OBJETO DE ACUERDO, APARTE DE LOS
PROPIOS DE LA IDIOSINCRASIA DE CADA FAMILIA, SON:

a) Atendiendo a aspectos legales

Patria potestad compartida.


Patria potestad con excepciones.
Separaciones de hecho no judiciales: capitulaciones de bienes ante notario, con remisión al Registro de
Propiedad.
1.3. Conflictos/temas familiares objeto de mediación Prescripciones legales en relación con los cambios de guarda y custodia, y régimen de visitas.

b) Atendiendo a aspectos económicos y financieros


En primer lugar, hemos de aclarar que la ley determina que no
pueden ser objeto de mediación las situaciones de violencia sexual Pensión alimenticia para los hijos.
y aquellas en las que se produzcan malos tratos físicos y psíquicos Pensión compensatoria para la parte que la solicita.
Guarda y custodia (formas de financiación).
a menores o entre adultos.
Patria potestad (salud, ocio, educación integral,...).
Régimen de visitas.
Por el contrario, es objeto de mediación cualquier conflicto familiar Separación de bienes.
que surja entre cónyuges, parejas de hecho (estables o no), entre Liquidación de bienes. Disolución de bienes gananciales o en copropiedad, cargas y ajuar familiar.
Uso del domicilio conyugal.
padres e hijos, abuelos con nietos, entre hijos biológicos, adoptados Cambio de vivienda.
o acogidos, entre las familias bilógicas, adoptivas o de acogida, Cambio de lugar de residencia.
familias extensas, etc., siempre que verse sobre materias que sean Obligaciones fiscales: declaración conjunta o separada de la renta, de venta de los bienes, etc.
reconocidas en el ordenamiento jurídico vigente.
c) Atendiendo a aspectos educativos

Distribución de responsabilidades educativas y establecimiento de pautas consensuadas. Clarificación


de las figuras paterna y materna.
Establecimiento de criterios educativos: elección de colegio, tipo de educación, actividades
extraescolares, etc.
Conveniencia o no de la intervención de terceros en la educación de los hijos (abuelos, tíos, etc.).
1.4. Los menores en el proceso de mediación

La inclusión de los menores está referida mayoritariamente a los procesos derivados de la separación
o divorcio, habida cuenta que es en esas circunstancias donde los pequeños resultan afectados por
las decisiones que sus progenitores establezcan en el ejercicio de la coparentalidad. Por tanto, no es
un tema baladí, sino que hay que considerarla en aras al buen funcionamiento y aplicación de los
acuerdos que se tomen.

¿Deben participar los menores en el proceso?

La inclusión de los niños no es una cuestión que goce del consenso entre los mediadores:

algunos manifiestan que supone colocar al menor en una posición que no le compete y asumir
roles que le son ajenos.

Por el contrario, otros, sostienen que de forma férrea que los menores deben participar, pues
consideran que responde al ejercicio de los derechos reconocidos a los menores, tales como
el derecho a conocer, a estar informados, a opinar, a expresar sus deseos, a recibir ayuda y a
participar en el proceso, toda vez que los padres van a tomar decisiones que les afectan a
ellos.

No puede establecerse una norma al respecto y el modo a través del cual se articule la participación
de los niños, pero es preciso que el mediador cuente con formación básica en materia de mediación
pero complementada con el dominio de la psicología evolutiva, habilidades específicas en la
comunicación con niños y experiencia en el mundo relacional infantil.
Nuestro planteamiento es que se debe contemplar la participación de los
niños en algún momento del proceso por varios motivos:

a) Porque es necesaria la participación de todos los sujetos en aquellos


procesos en que estén implicados, con independencia de que sean niños,
puesto que son agentes del propio proceso.

b) Porque en el proceso de mediación, y tras escuchar la historia de ambos


cónyuges, es fundamental conocer esa “tercera historia” que completa el
círculo familiar, pues da sentido e integra la narración de los progenitores. Los
niños tienen derecho a ser escuchados cuando se trata de asuntos que les
afecta directamente (Convención de los Derechos del Niño, ONU, 1989).

c) Porque las decisiones que se vayan a adoptar les afectan directamente. Por
ello, es fundamental que estén previamente informados de cuáles son y en qué
términos se están fraguando esas decisiones.

d) Porque participar en un proceso de toma de decisiones genera autonomía,


evita la sensación de abandono, contribuye a la reflexión, aumenta el sentido
de la responsabilidad y elimina el sentimiento de impotencia de no poder
aportar soluciones e ideas para resolver el conflicto (Rae, 2006, citado en
Valero, 2010).

e) Porque a veces resulta más fácil plantear los miedos y dudas ante un tercero
que ante los progenitores.
El papel del mediador, en situaciones de separación ya sea con los padres y/o con los Hablar y explicar de forma clara, abierta y adaptada a la
hijos, puede ser descrito en los siguientes términos: edad del niño, la razón de la ruptura y hacerlo los dos
juntos, pues si no cabe la posibilidad de que culpabilice al
progenitor que no está.
a) Fortalecer el equipo parental, ayudando a los progenitores a recuperar la competencia
como padres y a diferenciarla de la relación de ex-cónyuges. Explicar la razón por la que se separan (a más edad, más
razones y más específico), dejando claro que la
responsabilidad de la separación pertenece a los padres y
b) Manejar adecuadamente el propósito explícito que los padres tienen de no hacer que el niño no tiene ninguna culpa.
daño a sus hijos,
Expresar y admitir los sentimientos que se están
c) Ayudar a los progenitores a pasar a una paternidad/ maternidad centrada en el vivenciando, pues esto permite que el niño exprese los
menor, suyos. Reconocerle que están disgustados por lo que les
está pasando y que es normal sentirse muy triste.
e) Prevenir acerca de las posibles interferencias de terceros, familiares, amigos, que
Aclarar que nunca se les va a dejar de querer y que se van
puedan distorsionar los mensajes que los padres transmiten a sus hijos en estas a seguir viendo. Conforme avance el proceso y el régimen
circunstancias en que deciden separarse. acordado en la separación, se debe ir informando al niño,

f) Plantear la forma de realizar la comunicación a los hijos la decisión de separación, Avisar de la situación con tiempo, sobre todo en niños
concretando —según las edades de los hijos y otras circunstancias relevantes el contenido, mayores y adolescentes para permitirles preguntar y
el cuándo y el cómo hacer esa comunicación. expresar aquello que piensan y sienten antes de que uno
de los padres se vaya.
2. MEDIACIÓN ESCOLAR

Cuando se habla de mediación en el ámbito educativo, no sólo se hace referencia a


un servicio más de la comunidad educativa sino que responde a una filosofía más
profunda: es un planteamiento del centro que apuesta por la paz y la cultura.
Interesa destacar que en los centros escolares predomina —o debe predominar— la
mediación preventiva frente a la de índole restaurativa, ya que el conflicto no sólo es
una realidad y un hecho más o menos cotidiano en el seno de las organizaciones,
sino que exige afrontarlo como “un valor que sirva de base tanto para la crítica
pedagógica como de lucha ideológica y articulación de prácticas sociales y
educativas liberadoras”

La mediación escolar contempla la formación, la intervención, la reparación y la


reconciliación ante las dificultades que surgen en el día a día de los centros
escolares. El ámbito escolar, junto con el familiar, es el marco por excelencia para la
prevención, ya que ofrece a los integrantes de la comunidad educativa la
oportunidad de optar por el diálogo, la cooperación, la participación activa, etc. que
les permita modificar cognitivamente la situación de conflicto, acercarse a su interior
y explorar su manera de ser para acercarse al otro.
El objetivo del proceso es, aparte de intentar solucionar el conflicto, garantizar un clima pacífico
que repercuta favorablemente en la tarea que cada uno (profesores y alumnos) tiene
encomendada.

La mediación escolar se puede utilizar en tres niveles: mediación entre alumnos, entre
profesor-alumno y entre cualquier persona de la comunidad educativa. Por tanto, sus
beneficios inherentes no se circunscriben sólo a los alumnos-mediadores sino que pueden
repercutir positivamente en todos los miembros de la comunidad educativa, ya que:

Aprender de las propuestas de solución de conflictos permite abrir un abanico de


posibilidades ante situaciones difíciles que muchas veces parecen imposibles de resolver.
Aprender del manejo del conflicto y de los propios errores ayuda a crecer como personas y a
sentirse más seguros en situaciones semejantes.
Aprender a valorar que los principios de voluntariedad, confidencialidad y respeto funcionan
para cambiar situaciones y motiva a que se puedan incorporar como valores en sus
actuaciones dentro y fuera de las aulas,
Aprender que el ejercicio de ciertas actitudes contribuyen a mejorar las relaciones es un
descubrimiento fascinante para muchos de los alumnos que trabajan en mediación.
2.1. Conflictos/temas más frecuentes en el ámbito escolar

La fuente de malestar más frecuente en las relaciones entre los educadores el alumnado y las familias
que pueden generar más conflictos se debe a que no confluyen las expectativas entre ellos, no sólo de
lo que el educador espera del educando, sino también en función de lo que éste espera del profesional
de la educación. Esto genera una sensación de insatisfacción que desencadena distintos tipos
conflictos. Así podemos encontrar:

Conflictos de relación Las controversias que suceden en el entorno escolar contemplan conflictos en
distintas situaciones de interacción y distintas esferas, no sólo entre alumnado sino también entre
alumnado y profesorado, profesorado y familias, profesorado y profesorado, familias y alumnos. Los
conflictos de relación más frecuentes normalmente están generados por problemas de adaptación a las
diferencias individuales, por la falta de flexibilidad ante la presencia de comportamientos heterogéneos,
porque existe una escasa relación personal y la que se establece se basa en el poder, o porque no se Determinación de
l conflicto en el ámbito escolar
da una comunicación fluida. Determinar qué
conflictos son m
y cuáles no, es ta ediables en el ám
Relacionados con el rendimiento El conflicto puede surgir, bien por la falta de motivación de los rca que no result bito escolar
presente el Dec a fácil, Es prioritario
reto de derechos tener
educandos, por la dificultad o falta de aptitudes del estudiante para alcanzar el nivel de rendimiento que así como el Regla y de ber es de los alumno
mento de Régim s,
institucionalmente se pide, o bien porque el nivel de exigencia y de homogeneización no contempla una donde se recoge en Interior (RRI) de
el análisis de la l centro
sometidas a med s situac iones que han si
atención personalizada y unos criterios de evaluación adaptados a las necesidades de los educandos, iación. do
sino que se ciñen en cumplir los programas oficiales. Es recomendable
, con carácter pr
todos aquellos evio, realizar un
casos que se ha estudio de
durante el curso n re gistra do en el centro
Relacionados con la disciplina Surgen cuando un miembro de la comunidad educativa reacciona anterior, estudian
y la resolución de do las hojas de incide
contra el sistema por entender que coarta su libertad. Dentro de los temas más frecuentes nos los mismos. Evalu ncias
un conflicto se ar q ué habría ocurrido
hubiera sometid sí
encontramos: burlas y menosprecio hacia el educador, o de éste hacia los educandos haciendo ejercicio aplicar el RR, y o a mediación en lu
gar de
escoger alguno en
de su autoridad; ruidos, interrupciones, conductas violentas, no acatamiento de normas de reglamento, se hu q ue , tr as haber aplicado cl
biera presentado
mediación. Obse la op ortunidad de acud
funcionamiento. La creación de un clima acogedor en el que todos se sientan seguros, aceptados y rvar qué conf
lictos se dan
ir a
frecuencia, aqué con mayor
motivados para el estudio, facilita la tarea de los docentes y, con ello, el aprendizaje de los alumnos. llos en que se ha
los órganos dire reincidido, y recl
ctivos apliquen amar que
determinados tipo m ed idas preventivas en
s de problemas.
Conflictos de poder Los conflictos de poder pueden ser por problemas de jerarquía (no hay respeto
en los roles profesorado-alumnado) o de índole emocional en el que uno de los miembros ejerce el
poder psicológico sobre otro. Dentro de estos últimos, y debido a la gran trascendencia que tiene
abordamos el bullying o acoso escolar.
Características del acoso o bullying
Debe existir una víctima indefensa atacada por un agresor o
grupo de agresores. La intimidación se puede ejercer en solitario o
Bullying en grupo.
Presencia de desigualdad de poder (desequilibrio de fuerzas)
Ante una situación de acoso suele haber diversidad de respuestas por entre el acosador y el acosado. Es una situación desigual, de
parte del niño o niña acosado-a. Estas respuestas están en función de las indefensión para la víctima.
circunstancias personales y del tipo de acoso o abuso (físico, sexual, Existencia de una acción agresiva repetida, durante un período
amenaza, chantaje, etc). La principal manifestación suele ser de ansiedad, largo de tiempo y de forma recurrente.
pero pueden presentarse también trastornos emocionales, baja La intimidación se dirige a sujetos concretos, nunca al grupo.
autoestima, inseguridad, apatía, problemas del sueño, bajo rendimiento
La agresión crea en la víctima la expectativa de poder ser blanco
escolar, rechazo al colegio y un gran desajuste psicológico y personal.
de ataques nuevamente. Surge el miedo y la huida.
Con frecuencia la víctima del acoso puede llegar a una situación de
Las agresiones pueden ser fisicas (golpes), verbales (insultos),
indefensión que le genera una gran “desesperanza”, pues al comprobar
contra las pertenencias, (hurtos) O simplemente de exclusión del
que no puede controlar los sucesos de su entorno, “huye” y no afronta el
problema. En algunos casos, la situación de bullying es tan fuerte que grupo.
puede desencadenar en un suicidio.

La familia, la sociedad y el entorno escolar no pueden estar al margen de


este problema. Es necesaria la participación y la implicación de toda la
comunidad: padres y madres, profesorado y colectividad educativa, deben
diseñar estrategias de prevención para que estas situaciones no sucedan.
La mediación puede ser una de ellas.
TIPOS DE BULLYING

El acoso escolar o bullying es un problema que se da con frecuencia en las aulas de todo
el mundo. En ocasiones es difícil de detectar, no solo porque tenga lugar lejos de la
presencia física y la visibilidad de los adultos, sino porque tiende a diversificarse y, en el
caso del ciberbullying, aprovecha las nuevas tecnologías para amplificar los actos de
humillación a la víctima. Preservando, además, el anonimato de los acosadores.

Hasta el momento se han tipificado seis tipos de bullying, dándose frecuentemente


situaciones de varios tipos de acoso contra la misma víctima durante mucho tiempo:
meses, todo un curso escolar, e incluso varios años.
Bullying físico
Es el tipo de acoso más común, especialmente entre chicos. Implica un contacto físico entre los agresores y la víctima, y suele
manifestarse en forma de golpes, empujones e incluso palizas de uno o varios agresores contra una sola víctima. En ocasiones se
produce también el robo o daño intencionado de las pertenencias de la víctima. Se considera una de las conductas de acoso escolar
más graves ya que, además del daño psicológico, quien lo padece también sufre daños a nivel físico que pueden llegar a ser muy graves.

Bullying psicológico
En este caso existen persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro. Son acciones que dañan la
autoestima de la víctima y fomentan su sensación de temor, con el problema añadido de que son las más difíciles de detectar por parte TIPOS DE BULLYING
de profesores o padres porque son formas de acoso o exclusión que se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda
advertir la situación.

En el agredido aumenta el sentimiento de indefensión y vulnerabilidad, pues percibe este atrevimiento como una amenaza que tarde o
temprano se materializará de manera más contundente.
Bullying verbal Otra de las formas de bullying más común es el verbal. Son acciones no corporales que se llevan a cabo con la finalidad
de causar un daño psicológico. Las conductas pueden consistir en discriminar, difundir chismes o rumores, realizar acciones de exclusión
o bromas insultantes y repetidas del tipo poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse de los otros, generar rumores de carácter
racista o sexual, etc. Es más utilizado por algunas chicas a medida que se van acercando a la adolescencia.

Bullying sexual Se presenta en forma de asedio que incluye comentarios o actos de naturaleza sexual. Por ejemplo, referencias
malintencionadas a partes íntimas del cuerpo de la víctima, propagación de rumores de índole sexual, o subir a la red fotos de la víctima
desnuda o como protagonista de un contenido sexual. Incluye el bullying homófobo, que es cuando el maltrato hace referencia a la
orientación sexual de la víctima por motivos de homosexualidad real o imaginaria. En los casos más graves puede llegar a dar lugar a
conductas de abuso sexual sobre la víctima.

Bullying social Pretende aislar al niño o joven del resto del grupo, ignorándolo, aislándolo y excluyéndolo. Puede ser directo: excluir, no
dejar participar a la víctima en actividades, sacarlo del grupo de WhatsApp de clase. Pero también indirecto: ignorar, tratar como un
objeto, como si no existiera o hacer ver que no está ahí.

Ciberbullying o bullying cibernético Con el acceso masivo a las nuevas tecnologías, cada vez son más frecuentes este tipo de actos.
Es un tipo de acoso muy grave y preocupante por la gran visibilidad y alcance que se logra de los actos de humillación contra la víctima y
el anonimato en que pueden permanecer los acosadores. Los canales son muy variados: mensajes de texto en móviles, tablets y
ordenadores, páginas web y blogs, juegos online, correos electrónicos, chats, encuestas online de mal gusto, redes sociales, suplantación
de identidad para poner mensajes, etc.
2.2. Servicios de mediación en los centros educativos. Los alumnos mediadores

Como se ha comentado, la mediación escolar no representa una forma de pacificación de las


relaciones en el seno de la institución escolar, sino que ha de estar asociada a un verdadero
proceso educativo que permita difundir un nuevo modelo de regulación de los conflictos, de índole
consensual, que abarque las nociones de contrato, confianza y equidad.

Para iniciar un Programa de Mediación en un centro se exige la previa autorización del consejo
escolar, y es necesario contar con la aprobación de al menos la mitad del claustro de profesores,
comunicarlo a padres y madres cuyos hijos hayan sido elegidos como futuros mediadores, a
quienes debe solicitarse la autorización para que éstos actúen. Dichos alumnos, tras la formación
a que nos hemos referido, actúan en los pequeños conflictos diarios que surgen entre sus
iguales, y su función “oficial” de mediadores les compete para intervenir a petición de los
involucrados o por iniciativa propia cuando surge una discusión fuerte o una pelea.

Queremos subrayar el papel clave que tienen los alumnos en el proyecto de mediación, ya
que diversos estudios han demostrado que allá donde no hay alumnos mediadores, la
mediación no tiene éxito. Los alumnos, pues, son los grandes protagonistas, al extremo
que sin ellos la mediación escolar pierde su carácter genuino. Pueden transmitir no sólo la
información directa acerca del servicio sino también prestar la ayuda necesaria en situaciones de
conflicto concienciando y orientando a sus compañeros hacia el servicio de mediación. Ello puede
ocurrir antes de que se les aplique el Reglamento de Régimen Interno, o bien una vez hayan
cumplido la pena (si han sido castigados), como una oportunidad de reintegrarse en la vida del
centro de manera efectiva y con mejores relaciones con sus compañeros.

En algunos centros españoles existen docentes mediadores que, también tras la preparación
adecuada, ejercen esa función en caso de conflicto entre compañeros o entre un profesor y un
alumno. Se insiste, no obstante, en la figura del alumno mediador, que ha de ser elegido por sus
compañeros democráticamente ya que conviene que sean líderes con influencia entre sus
iguales. Mencionar algo que por obvio puede parecer menos relevante, y es que la existencia de
“mediadores oficiales”, no excluye en modo alguno la posibilidad de que cualquier docente o
compañero pueda mediar espontáneamente y conseguir diluir el conflicto. No hay exclusivismo
alguno,
3. MEDIACIÓN EN EL ÁMBITO SANITARIO

El sistema sanitario tiene como objetivo no sólo la atención a nivel de salud a todos los
ciudadanos sino prestarla con la máxima calidad por lo que se dota a la ciudadanía de
sistemas de participación en el sistema sanitario público. Por ello y entre otras ofertas, a) El paciente y su entorno familiar. Todos ellos acceden al servicio en condiciones difíciles
para optimizar el funcionamiento, sobre todo cuando han surgido conflictos, aparece la en virtud del estado de ánimo condicionado por la enfermedad. No sólo tienen que ser
mediación en el ámbito sanitario. Destacar que los conflictos más habituales no atendidos, sino que deben tener a su disposición cauces de participación en el sistema y en
caso de conflicto, intentar su resolución de forma extrajudicial.
derivan sólo de la negligencia imputada a los profesionales sino que abarcan un mayor
espectro de situaciones. Para comprender el amplio abanico de conflictos que b) El centro hospitalario. Dentro de los múltiples conflictos que se pueden presentar en el
desencadenan en la mediación es primordial partir de las múltiples interacciones que centro destacamos:
se producen en el ámbito sanitario y que provienen de tres elementos imprescindibles:
Conflictos generados por la propia organización y su relación con los profesionales. Por el modo
de entender y de gestionar el trabajo y a los trabajadores: organización de equipos de trabajo
el paciente y su entorno, en el propio centro hospitalario y los aspectos legales inadecuados, distribución horaria, insuficiente remuneración, distribución y limitación de recursos
(profesionales o físicos), el acoso laboral, etc.
Especialmente, las disputas que se producen a consecuencia de la convivencia de los Conflictos entre los profesionales: producidos por la disconformidad del personal sanitario en la
organización, funciones, mala comunicación interna, asignación de funciones que no
pacientes que sufren dolor físico o psicológico que caracteriza su estancia en los corresponden, rencillas profesionales, falta de definición de las propias tareas,
centros hospitalarios, y las producidas entre los familiares o allegados de los mismos, Conflictos profesional-pacientes: provocados por la mala comunicación entre el personal
pueden ser solventadas desde el entendimiento, que dará lugar a una mejora de administrativo/sanitario, la falta de confianza, por mala praxis médica.
Conflictos paciente-paciente: generados por tener que compartir espacios con personas
calidad de vida y relacional de todos los individuos que integran el sistema hospitalario.
desconocidas que a veces invaden la intimidad, por problemas de entendimiento en enfermos y
Por el contrario, la utilización de mecanismos judiciales sólo perpetúa el malestar acompañantes,
aparejado a la situación de vulnerabilidad y agravado por el surgimiento de la
problemática. c) Aspectos legales. Por un lado, hay que considerar los conflictos derivados del
desconocimiento de la legalidad en situaciones puntuales (accidentes, maltrato,
violaciones...) y la inseguridad que genera en las actuaciones del personal sanitario y sus
Por ello, cada vez con mayor énfasis, personal experto en mediación sanitaria se
posibles repercusiones. Por otro lado, las disposiciones legales que rigen el funcionamiento
postula a favor de la implantación de este sistema de gestión y resolución de conflictos de la Administración Sanitaria y determinan el modo en que el mediador debe realizar su
en los centros sanitarios. Desde una óptica preventiva, implementar servicios de labor entre el centro sanitario y las personas usuarias.
mediación en los hospitales reduciría considerablemente las denuncias, reclamaciones
y quejas de los usuarios, al solucionar, en menos tiempo y con menor coste emocional,
los contratiempos surgidos en la relación del servicio sanitario-paciente. Además, el
mediador es un profesional especializado en el ámbito sanitario, con capacitación
diversa (enfermería, medicina, psicólogo, abogado o trabajador social) y muy
conocedor del sector.
4. MEDIACIÓN COMUNITARIA

La mediación en el ámbito comunitario es la que se desarrolla en el escenario de convivencia local entre un


grupo de personas que comparten tanto un espacio físico como preocupaciones sociales, políticas y
económicas. Los conflictos en estos contextos o colectivos sociales surgen cuando los ciudadanos, miembros
de una determinada comunidad, no coinciden en la forma de cumplir determinados acuerdos que la propia
comunidad —de forma implícita o explícita— considera que son necesarios para la convivencia cotidiana.

La mediación comunitaria se presenta como una vía para devolver a la comunidad el poder de gestionar sus
propios conflictos y que se acerquen a su resolución de forma satisfactoria, pues “implica al ciudadano como
un miembro activo más en la búsqueda de soluciones sociales y lo corresponsabiliza en la resolución de sus
problemas”

Este tipo de mediación presenta dos modalidades:

a) Creando un espacio institucionalizado, en el que trabajen profesionales de la mediación que actuarán


con la finalidad de ayudar a los miembros integrantes de la comunidad a afrontar los conflictos para evitar que
esas diferencias se conviertan en acciones violentas y así mejorar la convivencia ciudadana.

b) Sin ofrecer un espacio concreto, pero trabajando para que los ciudadanos y agentes sociales de esa
comunidad entre los que se ha desatado un conflicto asuman e integren la cultura de la mediación y
desarrollen habilidades que les permitan una convivencia pacífica así como fomentar la cultura del diálogo, la
tolerancia, el respeto a las opiniones de los demás y la cohesión social.

En ambas modalidades lo importante es fomentar el diálogo, la participación y la negociación entre los


miembros de una comunidad con la finalidad de que juntos puedan encontrar soluciones consensuadas en las
que se integren las necesidades y los intereses de las partes implicadas.

Del amplio espectro de conflictos que surgen en el seno de la comunidad como constructo dinámico y
complejo, a pesar de no ser idéntica a la mediación comunitaria, nos interesa abordar la mediación
intercultural, no sólo por las características particulares y el impacto que tiene en la perseguida “convivencia
para la paz social” sino por la multiplicidad de actuaciones que abarca (social, educativa, sanitaria, judicial...)
y la visión amplia y englobadora de muchos conflictos comunitarios.
4.1. Mediación intercultural

La mediación intercultural ha ido surgiendo en nuestro país como un proceso ineludible


ante la nueva realidad social, pluricultural y transcultural, y en respuesta a las
necesidades convivenciales que se han generado.

Se pone el énfasis en mejorar las relaciones interpersonales entre grupos de personas de


diferentes culturas, con el objetivo de conseguir el reconocimiento del otro y el
acercamiento de las partes, a través de la comunicación y comprensión mutuas, como vía
para regular los conflictos que pudiesen existir, todo ello apoyado desde una adecuación
institucional.

La mediación intercultural tiene diversos matices, ya que es una aproximación integral


que propicia la relación entre personas que provienen de culturas diferentes, con la
finalidad de obtener el reconocimiento mutuo como una riqueza de diversidad que, a
través de la convivencia, puede generar creativamente nuevas identidades personales y
una nueva ciudadanía. Para ello, la labor del agente de mediación intercultural es
esencial: intervendrá para potenciar que las partes se encuentren, se reconozcan,
superen los obstáculos necesarios, se “afecten” las unas de otras y, en suma, convivan
creativamente.

Destacar que este proceso no implica necesariamente la existencia de una parte


autóctona y otra foránea sino que puede tenar lugar entre miembros de una familia
foránea con disantos procesos migratorios, o entre personas de distinto origen donde se
da el contexto de interculturalidad y sin que ninguna de ellas sea autóctona. El
tratamiento de la diversidad intercultural, por tanto, debe ser multifactorial, abierto,
dinámico, flexible y complejo,
Giménez (1997) denomina como “situaciones sociales de
multiculturalidad significativa” a los factores que están presentes en las
mediaciones interculturales Estos factores que se 1mterrelacionan entre
sí y que todo mediador debe detectar, conocer y abordar adecuadamente
son: Factores personales, factores situacionales y factores culturales

Factores personales aquellos rasgos, variables, o pautas vinculados


predominantemente a la idiosincrasia, personalidad e individualidad de
los sujetos involucrados en el proceso de mediación.

Concibe los factores situacionales como los rasgos, variables o


características del contexto donde se desenvuelven los individuos,
grupos o instituciones participantes en la mediación.

Por último, hace referencia a los factores culturales como aquellas


pautas de conducta y normas, valores, creencias, etc.. que el individuo
ha adquirido mediante aprendizaje en su proceso de socialización y que
comparte con los otros miembros de su mismo grupo étnico, socio-racial
o cultural
Tipos de mediación intercultural

En toda mediación intercultural, sea del tipo que sea, deben aparecer cuatro requisitos básicos: Inclusión,
equidad, participación activa y finalidad intercultural

Existen varias clasificaciones, según los parámetros desde que se observa, esto es: en función de los objetivos,
número de participantes, lugar de encuentro, etc.

a.- Si atendemos a los objetivos la mediación intercultural puede ser:

La mediación preventiva tiene como objetivo prevenir conflictos interculturales facilitando la


comunicación, la comprensión y la formación de personas con códigos y manifestaciones culturales
diferentes tanto en colectivos autóctonos como foráneos
La mediación rehabilitadora es aquella que interviene en la resolución de conflictos ya
desencadenados por discrepancias y divergencias de los valores en el seno delas propias minorías o
entre las minorías culturales y la sociedad mayoritaria.
La mediación creativa es un paso más avanzado, pues no trata sólo de solventar un conflicto sino
que supone un proceso de transformación de las normas, o más bien de creación de nuevas normas
basadas en las relaciones emergentes entre las partes

b - Por el número de participantes, la mediación intercultural puede ser personalizada o grupal.

La personalizada se puede dar tanto con personas de culturas diferentes como con personas autóctonas
de diferentes manifestaciones culturales. Estos encuentros se realizan generalmente a través de entrevistas
con fines diferentes: información, asesoramiento, atención médica, atención jurídica, orientación laboral, etc.
Otro tipo de mediación es la grupal, que se realiza con un grupo de personas de la misma cultura o de
culturas diferentes en encuentros festivos, sociales, formativos, etc. Esta mediación en grupo ha de ser
siempre discreta, intentando la comunicación libre de los protagonistas del encuentro.

c) Otra clasificación pone el foco en la ubicación donde tiene lugar. Así, la mediación intercultural puede
ejercerse desde el despacho, es decir, desde alguna organización a la que acuden las personas en busca de
referencias; o desde el terreno, cuando es el profesional quien sale al encuentro de los participantes en su
propio espacio vivencial.
4.1.2. La figura del mediador intercultural

El agente de mediación intercultural será ante todo profesional. Se ha de convertir en un referente para las
personas con las que se relaciona, pero además, se presentará como "ser intercultural" que sabe vivir con la
diferencia, es decir, como un sujeto que ha superado los estereotipos y los prejuicios que impiden, no sólo
reconocer la dignidad de las otras personas y su idiosincrasia, sino también aceptarse a sí mismo como
individuo diferente, con múltiples facetas y culturas. El agente de mediación intercultural ha de ser una
persona sin fronteras sabe interpretar y valorar los elementos marginales para extraer lo más significativo y
básico para la construcción de seres dignos, únicos y libres.

Su profesionalidad está referida a su saber hacer y operar desde criterios metodológicos y técnicas
adecuadas en el desempeño de la labor. Deberá poseer las cualidades ya descritas en la figura del
mediador, como son la seguridad y autoestima personales, el optimismo, la flexibilidad para incorporar
nuevas informaciones y captar matices de la realidad que analiza, la capacidad de escucha activa y de
sintonizar con las emociones y sentimientos de los otros, de comunicación, de asertividad, de resiliencia, de
empatía, etc. y todo ello hacia un objetivo concreto: que las personas con culturas diferentes puedan convivir
y construir un mundonuevo desde una postura abierta al diálogo y a la construcción conjunta de una
ciudadanía renovada.

4.1.3. Funciones del mediador intercultural


De forma general podemos indicar que la funciones del mediador intercultural son:

Garantizar que personas autóctonas y foráneas interactúen de forma positiva.


Revelar y traducir rasgos culturales, lenguaje, tradiciones, memoria , religión
Entrenar para el consenso, buscando lo común y lo diverso desde lo que se puede construir.
Prevenir, prever y resolver conflictos causados por la diferencia cultural.
Velar para que se respete la igualdad derechos y se resuelvan necesidades de bienestar.
Garantizar que todos los procesos entre autóctonos y foráneas tengan consecuencias inclusivas y
sensibilizar a la ciudadanía sobre el enriquecimiento que supone la diversidad cultural.
Crear redes de interacción y fomentar el empoderamiento de los excluidos y activar estrategias de
convivencia y encuentro.
Reformular los proyectos de vida que los extranjeros diseñaron al venir y ayudarles a adecuarlos a la
realidad
4.1.4. Ámbitos de la mediación intercultural

La mediación intercultural es un eje transversal que debe estar presente en diversos ámbitos y por ello, una labor
primordial del mediador es prestar colaboración a otros profesionales, ayudándoles o alumbrándoles en cuestiones de
interculturalidad. Entre los ámbitos de actuación podemos destacar algunos más comunes en los espacios de
interculturalidad como

El ámbito familiar: pueden tratarse de problemas de pareja o de matrimonio mixto, problemas de separación, problemas
con los hijos, reconciliación, temas relacionados conla reagrupación, problemas de adaptación, violencia de género,
dificultad en la adaptación a las costumbres, etc. a mediación, al igual que se describió en el apartado referido a la
mediación familiar, se basará fundamentalmente en favorecer la comunicación asertiva entre los miembros de la familia
para resolver sus desavenencias, y en facilitarlos medios para solventar los conflictos.

El ámbito social: está referido a la mediación que se realiza en diferentes aspectos de la convivencia social y que tienen
que ver con problemas y necesidades que se les plantea a los mediados con respecto a la vivienda, desacuerdos vecinales,
violencia de género, dependencia, servicios, etc.

El ámbito laboral: en este terreno la actuación del mediador puede contemplar varios aspectos como, por ejemplo, el
apoyo a agentes de inserción laboral o servir de soporte ante las dificultades de entendimiento en el espacio laboral, ya sea
entre propios compañeros o entre empleados y empleadores.

El ámbito educativo: en el ámbito educativo las dificultades fundamentales suceden por la falta de adaptación al centro, el
rechazo entre compañeros y, a menudo, por el desentendimiento cultural y la infravaloración de la cultura foránea frente a
la autóctona. Los programas educativos basados en la multiculturalidad no siempre suponen una solución integradora
porque ignoran el valor que supone integrar elementos y contenidos de la diversidad cultural.

El ámbito sanitario: la diversidad cultural trae asociada habitualmente diferentes concepciones de la salud, del cuidado, de
los hábitos de higiene, de sexualidad, maternidad, del as formas de curación y el trato de enfermedades en general etc.
diametralmente opuestas a lasque se manejan en el espacio autóctono. Por ello, el mediador ha de tener en cuenta el
componente intercultural para una adecuada resolución en pro de un desarrollo saludable.

Ámbito judicial: la atención jurídica es uno de los ámbitos de especial interés en la actuación de los profesionales de
mediación intercultural. Muchos de los problemas que se generan en torno a la inmigración tienen implicaciones legales, y
tanto los profesionales de los diversos ámbitos como los propios inmigrantes necesitan asesoramiento en materia de
extranjería. Por tanto, los agentes en mediación intercultural han de tener una preparación adecuada y un conocimiento de
la vigente legislación que les permita transmitir y negociar puntualmente cuestiones de relevancia.
5. MEDIACIÓN PENAL
La lentitud en la resolución de los procesos judiciales que dificulta el objetivo corrector y resocializador
de la pena, la insatisfacción con que es recibida , en algunas ocasiones-, la respuesta judicial, y el
hecho de que las víctimas en el proceso penal ocupen un papel secundario, ha provocado que en los
últimos años se empiece a aplicar la mediación (Justicia Restaurativa) como sistema alternativo de
resolución de conflicto en el ámbito penal, no sólo para mitigar la sanción penal, sino, sobre todo, para
que la víctima ocupe un papel protagonista en el proceso. "La Justicia restaurativa pone en el
epicentro la figura de la víctima”

En este sentido, la mediación supone que víctima y autor del delito, ayudados por un tercero, asumen
la búsqueda de soluciones respecto al conflicto que les enfrenta a consecuencia del hecho delictivo y
recuperan todo el protagonismo, pues serán ellas quienes decidirán la forma en que quieren reparar
el daño y ser reparados.

Según Feirrós, Sirvent, Simons, y Amante (2011), la mediación penal es un proceso extrajudicial y
voluntario, cuyo objeto es que los involucrados en un conflicto penal, con intervención de un tercero
neutral e imparcial, sean guiados a la obtención de un acuerdo mutuo y satisfactorio. Este tipo de
mediación se realiza entre la víctima y el autor/a de la infracción,

Se produce en el seno del proceso penal pero en una fase ajena a él y tiene como finalidad que ese
autor/a repare el mal causado para satisfacción de la víctima.

La mediación entre víctima-infractores es la expresión más extendida de la Justicia Restaurativa,


movimiento o paradigma en Criminología y Victimología que pone el énfasis en la participación de las
partes en el proceso penal y en el papel reparador de la justicia. Los programas de Justicia
Restaurativa habilitan al infractor, a la víctima y a la comunidad para que den una respuesta al hecho
punible y al conflicto que ha generado

Se busca proteger por igual:

el interés de la víctima (el ofensor reconoce el daño e intenta repararlo),


el del autor (no será sujeto de procedimiento judicial)
y el de la comunidad (lograr la rehabilitación del sujeto y prevenir su reincidencia)
Aunque este concepto tenga diversidad de significados para designar variedad de prácticas alternativas para la
resolución de conflictos, su objetivo esencial es, desde un conjunto de principios rectores y valores, concienciar e
implicar al autor, a la víctima, a las personas de apoyo y, más ampliamente, a todos los miembros de la
comunidad, con el fin de identificar y abordar los daños y las obligaciones y restaurar las relaciones sociales
afectadas por el hecho delictivo.

La mediación circunscrita al ámbito penal presenta unas características propias que la diferencian otras
mediaciones (familiar, escolar, comunitaria...) y que son:

1. El punto de partida no es el conflicto que las enfrentan sino el propio hecho penal.
2. El Juez, de acuerdo con el Ministerio Fiscal es el que deriva los casos a mediación. Esta derivación podrá
ser de oficio o por solicitud de las partes.
3. Las partes están determinadas por el Derecho Penal, que establece quién es el autor y quién es la
víctima.
4. No existe total igualdad entre las partes. Con la mediación se asume un cierto equilibrio moral entre las
partes, y en la Justicia Restaurativa suele haber un cierto desequilibrio moral que debe explícitamente ser
reconocido. Lo que sí debe existir en la mediación para conseguir el equilibrio entre las partes es dar a cada
una por igual la posibilidad de exponer y explicar su punto de vista.
5. El resultado o los acuerdos de esta mediación no será confidencial entre ellas, sino conocido al menos
por la autoridad judicial, que podrá validarlo o desestimarlo.
Otros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de la mediación penal son:

Participación de todos los implicados: infractor, víctima y demás personas que resulten afectadas porque
se les haya vulnerado derechos.

Comprensión de la infracción. Es fundamental que el infractor comprenda y reconozca la infracción cometida.


Es muy importante determinar la significación subjetiva del hecho, es decir, qué interpretación hacen del mismo
tanto el que ha delinquido como el que ha sido víctima.

Responsabilidad. Es más amplio que la mera comprensión de la infracción. El autor del ilícito asumirá el daño
concreto producido y comprenderá las consecuencias que su acción han generado en otros. Hay que conocer la
atribución de la intencionalidad a la hora de cometer el hecho delictivo. El reconocimiento de los hechos nunca
puede significar una declaración auto-inculpatoria, es decir, nunca se podrá trasladar al procedimiento judicial.
Hemos de destacar que la responsabilidad es el motor del cambio, provoca sentimientos de deuda y motiva el
hallazgo de soluciones . Además, suele tener efectos preventivos en el sentido de que reduce la reincidencia.

Reparación (o compensación): se debe poner el acento en aquello que necesita la víctima para sentir que se le
ha redimido y para recobrar el sentido de seguridad. Unas veces se trata sólo de información, otras, supone una
reparación económica, devolución de lo sustraído, y otras, tienen que ver incluso con un resarcimiento de tipo
emocional o reparación de perjuicios personales y morales. Esto último sucede cuando la víctima y el infractor se
conocían anteriormente o mantenían vínculos afectivos y/o familiares.

Restitución y servicios comunitarios. La Justicia Restaurativa en programas de mediación juvenil contempla la


reparación del daño causado mediante pagos, devolución del objeto, sustitución por otro, o prestaciones de
servicios directos en beneficio de la víctima, así como la prestación por parte de infractor de servicios
comunitarios como reparación a la comunidad, sin contacto directo con la víctima. Pero además, se trata de
fortalecer la comunidad y convertirla en un lugar más seguro y justo.
5.1. Mediación penal con adultos

La única alusión de nuestro Ordenamiento a la mediación de adultos es para prohibir su aplicación,


aunque esta precisión se hace respecto de los hechos constitutivos de violencia de género y,
más en general, respecto de todas aquellas materias que engloban el ámbito de competencia objetiva
de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer.

En los supuestos de violencia de género los delitos cometidos presentan una agravación especial
debido a la carga emocional y psicológica importante por lo que esta interdicción parece razonable ya
que la desigualdad existente entre víctima y agresor semeja enorme debido a la mayor vulnerabilidad
de la parte que sufre los hechos delictivos

Son muchas las voces que abogan para que se dé cobertura legal a la mediación penal en el
enjuiciamiento de mayores de edad e, incluso, permitirla, con mayor o menor intensidad en materia de
violencia de género. Quienes enarbolan estas iniciativas lo hacen sobre la base de las experiencias
llevadas a cabo en diversos órganos jurisdiccionales, impulsadas por determinadas entidades privadas
e incluso públicas, así como por el Consejo General del Poder Judicial.

Estas experiencias han puesto de manifiesto también que se ha buscado el cobijo de las instituciones
procesales para dotar al acuerdo mediador de eficacia mitigadora o alternativa apena, y en su virtud, se
han aceptado el sobreseimiento de la causa (archivo de actuaciones contra el infractor), se ha
transformado el procedimiento por delitos en juicio de faltas y se ha aceptado la conformidad del
acusado.
5.2. Mediación penal juvenil
En el contexto penal juvenil, La Ley 5/2000 y su reglamento regulan de forma muy explícita la aplicación
de la justicia restaurativa, describiendo el proceso a seguir en las llamadas soluciones extrajudiciales.
También la Recomendación nº 19 del Consejo de Europa exponen a serie de pautas a considerar en la
aplicación de los procedimientos de mediación penal, juvenil o adulta.

Las principales son:

Que exista consentimiento de las partes. Es decir, que haya voluntad ambas por ya que ninguna debe ser
obligada a iniciar un proceso de mediación.
Que haya confidencialidad de las conversaciones durante el proceso.
Que exista reconocimiento de hechos por parte del infractor: constituirán la base de la mediación penal
Que el resultado de la mediación no pueda usarse como indicio o testimonio de culpa.
Que el mediador sea neutral y esté formado convenientemente en mediación.
Que el proceso sea imparcial, con respeto la dignidad de las partes y prestando especial atención a su
vulnerabilidad.

5.2.1. La mediación en la LO 5/2000 y Real Decreto 1774/2004.

Tras varios años de experiencias, la Ley Orgánica 5/2000 de 12 de Enero, de Responsabilidad penal del menor y
su reglamento (aprobado por Real Decreto 1774/2004, de 30 de julio) vinieron a regular de forma explícita la
justicia restaurativa en el ámbito penal juvenil, estableciendo un modelo de mediación y reparación
extrajudiciales.

Se configura a través de una doble iniciativa, de manera que la llegada de los asuntos penales al Programa de
Mediación-Reparación tiene lugar, bien a instancia del Ministerio Fiscal o bien del Equipo Técnico.

En el primer caso, se solicita al Equipo Técnico un informe sobre la conveniencia de adoptar una solución
extrajudicial más adecuada al interés del menor y dela víctima. A la vista del informe, el Ministerio Fiscal aprecia
la posibilidad de desistir en la tramitación del expediente judicial. En el segundo caso, el Equipo Técnico, durante
la evaluación de la situación del menor, puede apreciar la conveniencia de su inclusión en el proceso de
mediación y, al efecto, informar al Ministerio Fiscal y al letrado del menor.

Los criterios referidos al interés del menor van más allá de su voluntad de participar o no en la solución
extrajudicial. La valoración de idoneidad del acceso al programa de mediación incluye elementos varios,
pero sobre todo, su responsabilización y su capacidad para reparar
5.2.2. Fases del proceso

1.Fase de contacto menor, padres y letrado


PROCESO DE MEDIACIÓN PENAL
El Equipo Técnico expondrá al menor la posibilidad de la solución extrajudicial del artículo 19 de la
Ley y se recabará la conformidad de sus representantes legales. Si el menor o sus representantes
legales manifiestan su negativa, el Equipo Técnico lo comunicará al Ministerio Fiscal e iniciará la
elaboración del informe de la situación del menor que se establece en el artículo 27.

Esta fase del proceso de soluciones extrajudiciales tiene los siguientes objetivos:

a. Evaluación de la conveniencia o idoneidad de solución extrajudicial con el menor. El


punto de partida de las soluciones extrajudiciales es el reconocimiento de conducta
infractora y sus consecuencias por parte del menor, que puede ser total (coincidente con el
punto de vista de la víctima) o parcial, en cuyo caso se haría necesario un proceso para
completarlo. Aparte de reconocer que la conducta propia va contra de la norma social y de
que esa conducta ha generado daño en otras personas, se debe asumir las consecuencias
de ese daño mediante deseos activos reparadores (componente reparador).
b. Evaluación de la voluntad explicita de participar activamente, mediante la información
que transmite el mediador acerca de las soluciones extrajudiciales y los pasos a dar
(contacto con la víctima, posibilidad de su no participación y búsqueda de alternativas....). Se
incluye el consentimiento informado. En el supuesto de que el hecho haya sido cometido
en grupo, esta evaluación individual debe completarse con una entrevista grupal que
permita repartir responsabilidades y poder realizar una propuesta global de conciliación-
reparación.
c. Oír al letrado del menor, informándole y recabando su punto de vista. Tras la fase de
contacto con el menor, el mediador ha de estar en disposición de decidir acerca de la
participación del menor en la solución extrajudicial. Si se da este último supuesto, se realiza
informe de valoración positivo y se continúa el proceso con la evaluación del Equipo Técnico
para el informe del proceso judicial.
2. Fase de contacto con la víctima

a) Valoración del grado de victimización:

Es muy importante conocer: El grado real de riesgo/daño sufrido, la intensidad del suceso, la
percepción que se tiene sobre el mismo, apoyo social o familiarexistente, los recursos psicológicos
de afrontamiento que se poseen y la mayor o menor vulnerabilidad de la víctima, pues ésta va a
depender de la edad, concurrencia de otros problemas, estabilidad emocional, la percepción de
ataque directo a su persona, si existe relación anterior o no con la víctima, etc.

b) Evaluación de la voluntad y capacidad de la víctima para participar en una solución


extrajudicial.

Se deben tener en cuenta los siguientes criterios: asesorarse de que la víctima reconoce al menor
como interlocutor válido en la solución extrajudicial, de que tiene deseos de solventar el conflicto, de
que existe la voluntad de participar activamente en el proceso y la ausencia de deseos vindicativos o
de venganza. Tras esta fase, el mediador ha de estar en disposición de decidir si la víctima se
muestra conforme o disconforme con la intervención en un proceso de mediación; si es
conveniente o no que participe y, en función de ello, el tipo de programa que se ha de aplicar. Los
programas que se emplean en las soluciones extrajudiciales pueden ser:

Programas con participación (directa o indirecta) de la víctima: Se cita a víctima e victima e


infractor a un encuentro cuyo objetivo es la avenencia, concretando los acuerdos de la misma y su
posterior reparación. Es importante que el mediador utilice técnicas y herramientas que permitan
flexibilizar las posiciones de ambas partes. También es posible, si la víctima así lo pide, que no
tenga lugar el encuentro directo y sí la conciliación indirecta (por ejemplo mediante escrito) y el
tipo de reparación (económica, social...).

Programas sin participación de la víctima: La no participación de la víctima puede deberse a la


negativa propia, es decir la firme voluntad de no participar directa ni indirectamente. También
puede deberse a criterios de interés del menor. El que la víctima no participe no significa que el El 79% de casos de mediación con menores infractores terminan con éxito
infractor haya de salir de la solución extrajudicial. En estos casos el Reglamento concreta lo que de
una forma genérica la ley establece como actividad educativa: tareas socioeducativas y
prestaciones en beneficio de la comunidad. Esta distinción confiere validez tanto a las
actividades de tipo comunitario como aquellas que persiguen un beneficio educativo propio más
directo(asistencia a cursos, etc.).
c) Fase de evaluación e informe:

El Equipo Técnico tiene que poner en conocimiento del Ministerio Fiscal el


resultado del proceso de mediación, así como los acuerdos y su grado de
cumplimiento, o bien los motivos por los cuales no se haya podido llevar a
efecto, a tenor de lo dispuesto en los artículos 19.4 y 19. 5 de la Ley. Todo
ello para que el Ministerio Público tenga criterios de decisión suficientes
para dar por concluida la instrucción y solicitar el archivo de las
actuaciones o, en su caso, continuar el expediente si el menor no cumpliera
la reparación o la actividad educativa acordada.

La práctica cotidiana desvela algunas cuestiones metodológicas


controvertidas en la mediación penal, tales como la limitación de su
aplicabilidad en función de la gravedad de la infracción, la valoración de la
reincidencia, la evaluación de la responsabilidad asumida por el menor o la
oposición de la víctima.

No obstante, las evaluaciones empíricas realizadas indican que, en


conjunto, la mediación penal reduce la reincidencia general, disminuye la
victimización secundaria, ofrece en los usuarios una opinión de satisfacción
con la justicia, y aminora los costes de la administración de justicia
MEDIACIÓN POLICIAL

1.- ¿QUÉ ES LA MEDIACIÓN POLICIAL?

Podemos decir que la mediación policial es aquella que se realiza en el seno de las
instituciones policiales. Pero no nos referimos a la mediación informal que ha hecho el
patrullero de toda la vida en la calle, sino a procedimientos formales de mediación,
desarrollados por servicios policiales especialmente destinados a ese cometido. Desde
este punto de vista se trata de una cosa reciente, apenas iniciada en los años noventa del
pasado siglo, en países significativamente avanzados como Canadá, pudiendo
identificarse dos vertientes de la mediación policial:

a) La aplicación, por el servicio de prevención y patrullaje en las calles de las


ciudades, de un modelo de trabajo internacionalmente denominado policía comunitaria o
policía de proximidad, en el que la mediación policial actúa como forma de expresión de la
llamada mediación comunitaria, que se ha desarrollado en los barrios de las grandes
ciudades, promoviendo un modo de resolución de conflictos de convivencia sin relevancia
penal que requiere de la participación activa de los ciudadanos.

Este tipo de mediación puede ser afrontada por el agente mediante una formación básica
en habilidades comunicativas, susceptible de ser impartida en las propias dependencias
policiales.

b) La creación de oficinas de mediación en las propias comisarías: dichos servicios


pueden estar conformados por mediadores externos, o por los propios agentes de policía
pero, en este caso, no basta con policías con buena voluntad o determinadas aptitudes
comunicativas; es imprescindible que se hayan formado adecuadamente en mediación y
que sepan utilizar bien sus técnicas
LAS INFRACCIONES DE LA MEDIACIÓN POLICIAL

Este apartado hace alusión, dentro de los conflictos que cabe abordar desde la El caso de la vaporeta misteriosa.

institución policial, a aquellos en que más ventajas pueden obtenerse frente al Servicio de mediación UGR-Jefatura Superior de Policía de Granada. Octubre de 2012. M.
proceso judicial tradicional, ya sea por la facilidad de lograr la reparación, como Una señora se presentó encomisaría, decidida a denunciar a tres empleados que habían
participado en larealización de unas obras de reforma de su domicilio porque, según ella,
es el caso de las infracciones patrimoniales con nula o escasa violencia; o por
aquéllos lehabían sustraído una vaporeta (máquina de limpiar al vapor) valorada en más de
la capacidad transformativa de la relación interpersonal de los protagonistas, 1.000 euros (lo que constituiría un delito de hurto, castigado, según el art. 234 CP,con entre
seis y dieciocho meses de prisión). Nuestras dos mediadoras laconvencieron de que, al
léase aquellas infracciones que tienen lugar en el marco de un vínculo estable.
menos, intentase la mediación y después pusiera la denunciasi no daba resultado. Se
celebraron dos sesiones con los empleados, en las que éstosclamaron al cielo por su
Pequeñas infracciones patrimoniales inocencia, mientras que la señora no abandonaba su postura.Los empleados manifestaron a
las mediadoras que la única explicación plausible eraque otras cuadrillas de operarios, o
incluso algún vecino, hubiesen cogido el aparato,pues, a consecuencia de las obras, el piso
No pretendemos referirnos a las manifestaciones violentas de los delitos había permanecido accesible a cualquieradurante varios días. Por ello, pidieron tres días de
tiempo para investigar lo sucedido,a lo que la señora accedió, concediendo ese plazo para
patrimoniales, que exceden con mucho de las posibilidades de mediación que el misterio se resolvese ointerpondría la denuncia. Expirado el plazo, la señora acudió a
policial, sino a pequeños hurtos, o incluso a deudas dinerarias de poca entidad su piso y comprobó,para su sorpresa, que alguien había depositado la vaporeta en su lugar
original. Perolo más curioso es que, a la misma vez, los empleados habían llamado a
que, pese a no constituir ilícito penal y por lo tanto no ser denunciables, llevan nuestrasmediadoras para ofrecerse a pagar el valor del artefacto, pues, aunque
al sofocado acreedor a buscar amparo en la comisaría de policía. En este tipo seguíanmanteniendo su inocencia, no querían exponerse al descrédito de su empresa
dereformas y lamentaban no haber podido dar con la vaporeta durante esos tres días.
de conflictos, los procesos comunicacionales y la intervención en la relación Laseñora les llamó uno por uno para pedir disculpas y, aunque probablemente
personal entre los protagonistas, que como vamos a ver a continuación son nuncallegaremos a conocer la verdad de lo sucedido, con este final feliz se logró evitar un
seguro proceso judicial.
capitales cuando dicha relación va a continuar en el futuro, ceden ante la
finalidad utilitarista de reparación del daño. La mediación puede estimular la
pronta y ágil compensación de la víctima, por lo que pocas objeciones deberían
ponerse a su viabilidad en estos supuestos. El concepto de reparación en esta
clase de conflictos va a tener un contenido eminentemente materialista, pero no
puede confundirse con el de indemnización civil
Conflictos relacionales

Como hemos podido constatar por propia experiencia, en la


realidad diaria de los quehaceres policiales abundan las
explosiones circunstanciales de ira entre personas cercanas,
que a menudo derivan en denuncias cruzadas que luego no
van a ninguna parte pero contribuyen a elevar simples
discrepancias a la categoría de diferencias irreconciliables.
Cuando los protagonistas están condenados a entenderse,
esto es, han de seguir manteniendo su nexo vecinal, familiar,
comercial o de amistad, el trabajo del mediador policial puede
ser decisivo en la superación del verdadero conflicto —el
latente—, ya que sólo de este modo se superará la episódica
explosión y se garantizará que ésta no vuelva a repetirse
7.- MEDIACIÓN EN EL ÁMBITO PENITENCIARIO

La Constitución Española de 1978 despeja cualquier duda sobre la finalidad de las penas de privación de libertad, en
ella se establece que la finalidad de la pena no es otra que la rehabilitación del ciudadano, su reinserción social. Así se
establece en el artículo 25 de la Carta Magna. Esto significa que la finalidad de las mismas están orientadas a que los
condenados a estas penas sean capaces de asumir un comportamiento adecuado para vivir en sociedad.

Sin embargo, ésta no es una misión fácil. El contexto donde se desarrolla el cumplimiento de las penas de privación de
libertad, son generalmente centros cerrados, centros penitenciarios donde las condiciones forzadas de convivencia con
otras personas que ni han elegido, ni conocen, provocan un avivamiento de los conflictos entre los internos y un clima
poco propicio para la consecución de este fin.

Los diferentes ambientes y situaciones en los que se encuentran los individuos pueden condicionar sustancialmente el
comportamiento de los mismos y sus actitudes, y las prisiones, como instituciones totales en las que un número
elevado de individuos unidos entre sí por igual situación no deseada —privación de libertad en nuestro caso—, aislados
de la sociedad por un período de tiempo limitado, comparten la vida de manera estrecha, organizada
administrativamente, que condiciona el comportamiento generando situaciones de conflicto.

La prisión, por sí misma, dispone de unos condicionantes negativos que pueden desencadenar el conflicto o, al
menos, no se contempla la prisión como el entorno físico más idóneo para la vida social y para las relaciones
interpersonales. El hecho mismo del encarcelamiento, la privación de la libertad individual sin posibilidad de
compaginar el recluso su vida cotidiana actual con la anterior, la permanencia obligada en un espacio cerrado que
enmarca la vida cotidiana, la convivencia forzada con otras personas de circunstancias muy heterogéneas con un
punto de referencia común: el delito, el futuro incierto, la consiguiente reducción de relaciones interpersonales, la
limitación de los espacios o momentos para la intimidad, la estructura jerarquizada de la prisión, las estructuras
informales de poder, etc. El recluso se ve inmerso en un mundo estrictamente organizado y planificado en el que debe
reconstruir una nueva individualidad con arreglo a su nueva vida. Todo ello sometido al logro del objetivo de la
reeducación y reinserción social y al deber de convivir pacíficamente.

Esta situación descrita puede desencadenar en el recluso sentimientos de frustración, sufrimiento, hostilidad,
predisposición para las reacciones agresivas, etc., y escasa o nula predisposición para la resolución no violenta de
conflictos, al margen de la ausencia de habilidades en cierto número de individuos para ello que pueden entender que
la violencia es la mejor forma de resolución de un conflicto o la única forma a veces.
Proceso para la resolución de los conflictos mediante la mediación:

Los inicios de la mediación penitenciaria en España son muy recientes, y no van más allá del año 2005, cuando la
Asociación de Mediación para la Pacificación de Conflictos inició su actividad en Valdemoro (Madrid III). Era un programa
destinado a solucionar conflictos dentro de la prisión, haciendo uso del diálogo y el respeto como herramientas para
lograr acuerdos y resolver diferencias derivadas de la convivencia en la cárcel.

Con la experiencia obtenida en el desarrollo de los programas «piloto» en el centro de Madrid III y otros centros se
impulsó desde la Secretaría General un programa denominado «Resolución dialogada de conflictos» en colaboración con
la Universidad de Comillas de Madrid. Se elaboró un protocolo de intervención de resolución dialogada de conflictos en el
medio penitenciario.

A través de este protocolo de intervención se pretende implantar nuevos métodos y técnicas que permitan mejorar la
convivencia, el aprendizaje del diálogo y la tolerancia como instrumentos tratamentales de la función penitenciaria

Tras varios años de funcionamiento del programa, éste se encuentra consolidado dentro de la dinámica de dicho centro.
A este proyecto se han unido otros centros más, valorándose muy positivamente los resultados derivados de su
implantación.

Fases

La mediación es un proceso estructurado que se desarrolla a lo largo de distintas fases, que se han ido implementando
en los diferentes establecimientos penitenciarios españoles en los que se ha llevado a cabo el «Programa dialogado de
conflictos»:

Lo que se persigue es gestionar los problemas de convivencia entre personas que, de forma obligada, tienen que
compartir en un espacio cerrado, y la mediación es una herramienta más, una alternativa a la resolución de los conflictos,
para disminuir la tensión y pacificar las relaciones entre las personas privadas de libertad. Para otros, esta actividad debe
encuadrarse en el área de tratamiento, puesto que lo que se trata al fin es de modificar comportamientos y conductas de
personas que por su personalidad, sus aptitudes, generan problemas de convivencia en el centro.
1. Fase de iniciación. Es el punto de inicio, cuando una solicitud de mediación es recibida y esta puede llegar a través de dos vías distintas:

La primera, la solicitud voluntaria del interesado. Por esta vía es el propio interno el que solicita a la Institución iniciar un proceso de mediación con
el fin de poder resolver algún conflicto que haya surgido con otro interno.
La segunda, por el inicio de un expediente disciplinario.

2. Fase de desarrollo
Resolución 2.1. Entrevista inicial explicativa. En esta entrevista inicial con cada una de las partes de manera individual se ofrece una explicación clara de la
dialogada mediación, sus principios y objetivos y también del papel del mediador desde los principios básicos que rigen su labor. El objetivo es generar

de confianza en el proceso de mediación; es necesario que los afectados comprendan y acepten las normas básicas de la mediación y del papel del
mediador para decidir, autónomamente, su participación en el proceso.
conflictos 2.2. Indagación de lo sucedido. Una vez establecidos los contactos preliminares, comienza la indagación cuidada acerca del conflicto, al menos de
forma superficial. El objetivo no es otro que el de recabar información sobre el conflicto, la persona y su situación.
FASES
2.3. Aceptación y compromiso. Son los siguientes contactos con cada una de las partes enfrentadas, antes de que se produzca el encuentro entre
las mismas. A lo largo de estos contactos, se profundiza en el contenido del proceso de la mediación, confirmando la predisposición positiva para la
misma, la asunción de responsabilidad y las expectativas hacia el proceso.

3. Fase de encuentro dialogado. El encuentro dialogado entre las partes enfrentadas, va a permitir la comunicación efectiva y respetuosa entre las
partes, y establece la plataforma para trabajar en la solución del problema desde los intereses comunes.

4. Fase de terminación. La mediación finalizará con la redacción de un Acta de Reconciliación firmada por las partes y por el mediador. El Acta se
entregará a la autoridad del centro penitenciario que se determine para ser tenida en cuenta a los efectos procedentes.

5. Fase de Seguimiento. Transcurrido un plazo de tiempo prudencial, es conveniente la realización de un seguimiento para comprobar el grado de
cumplimiento de los acuerdos, la evolución de la relación con el compañero y los posibles cambios en su situación como consecuencia de la mediación.
LA MEDIACIÓN PENITENCIARIA COMO MECANISMO DE SOLUCIÓN PACÍFICA DEL
CONFLICTO EN PRISIÓN

No cabe duda de que la mediación penitenciaria, entendida como sistema de gestión de conflictos o
de problemas interpersonales de forma pacífica y dialogada en que una parte neutral o mediador
(profesional penitenciario o no) ayuda a los internos implicados a resolver de forma pacífica el
conflicto, se constituye en el medio penitenciario como una valiosa herramienta para el logro de los
fines y objetivos penitenciarios. Mediante la mediación penitenciaria los internos implicados en el
conflicto tienen acceso a un procedimiento racional de solución de sus problemas interpersonales que
en muchos casos le suponen un obstáculo, a veces insalvable, para la satisfacción de sus intereses
de obtención de oportunidades de participación penitenciaria y de acceso a situaciones regimentales
que le aproximan a la libertad.

De la misma forma la mediación penitenciaria llevada a cabo con éxito proporciona a los internos
instrumentos de evitación de futuros conflictos con otros internos y les enseña a relacionarse con sus
compañeros de internamiento desde el respeto a las personas.

Por otra parte, la Administración penitenciaria también obtiene sus propios beneficios mediante la
resolución pacífica de conflictos, por cuanto se normalizan las relaciones entre los internos, se crea un
ambiente adecuado para el éxito del tratamiento y de normal convivencia que favorecerá el logro de
los fines penitenciarios.

De esta forma, tras un procedimiento de mediación penitenciaria llevado a cabo con éxito, la
Administración gana y el interno también, por lo que todo son ventajas.

Por ello, desde el año 2007, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias tiene implantado el
Programa de Resolución Dialogada de Conflictos, que está ofreciendo unos resultados absolutamente
positivos
BIBLIOGRAFÍA

MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. ISABEL LUJÁN HENRIQUEZ.


ED. UPGC. 2015. PAG. 205-240

TRATADO DE MEDIACIÓN EN LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.GUILLERMO


OROZCO PARDO JOSÉ LUIS MONEREO PÉREZ. 2015- PAG: 373- 394

MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS: TÉCNICAS Y ÁMBITOS


HELENA SOLETO, EMILIANO CARRETERO MORALES.2011. PAG. 477-497

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