Está en la página 1de 5

REVISTA DE CONCILIACION SOBRE LA MATERIA DE FAMILIA

ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA CONCILIACIÓN FAMILIAR

De todas las ramas del Derecho el de Familia incide decisivamente en el desarrollo del conglomerado
social que se halla a la base de cualquier ordenamiento jurídico. La familia es importante para el
derecho por la educación para la adecuación social que se establece entre padres e hijos y demás
personas dependientes de este núcleo.

Consciente de este rol socializador de la familia nuestra legislación, para acentuar más la relación
entre el derecho y la llamada célula básica de la sociedad, implementó la Ley de Conciliación
Extrajudicial. Dicha ley regula ciertas materias conciliables o conflictos de índole familiar, tales como
tenencia, alimentos, régimen de visitas, liquidación de sociedad de gananciales, entre otros. Esta no
es sólo una reforma administrativa de la justicia, que se agotaría en los fines de: Desjudicialización,
la racionalización en la administración de justicia y la institucionalización de los medios alternativos
para la solución de conflictos.

Sucede que todo problema de tipo familiar revela un aspecto público muy sensible, que el derecho no
puede dejar de apreciar. Es el aspecto que la Conciliación Especializada en Familia cuida, capacitando
a los conciliadores en un estricto manejo de las etapas y funciones que son parte del proceso
conciliatorio, en función de lo que el artículo nueve de la ley 26872, Ley de Conciliación, señala
como "El interés superior del menor".1

El interés superior del menor es el respeto a la dignidad humana del menor y la búsqueda de su
máximo bienestar posible, casi siempre relejado a un segundo plano frente a los conflictos
sentimentales de los adultos. La conciliación en asuntos de familia se orienta no tanto a la
preservación de las relaciones matrimoniales o uniones de hecho como a la salvaguarda de los
derechos del menor ante conflictos familiares que pudieran menoscabarlos. Esto se hace evitando
engorrosos trámites judiciales que, a menudo, deterioran más la estabilidad familiar.

En el siguiente escrito analizaré brevemente los rasgos básicos de este tipo de conciliación. Me
ocupare, especialmente, de aclarar ciertos detalles sobre los conflictos que pueden solucionarse
siguiendo la conciliación especializada en familia. Al final plantearé algunas reflexiones.

I.- CARACTERÍSTICAS DE LA CONCILIACIÓN FAMILIAR

Las conciliaciones en materia de familia, a parte del cuidado y la diligencia esperada en la conducción
por parte del conciliador, requieren estar apoyadas en el esfuerzo y sapiencia de un equipo
multidisciplinario conformado por médicos, asistentas sociales, sicólogos, siquiatras, sociólogos y
otros especialistas. La razón de esta prescripción es muy sencilla. Los conflictos desencadenados en
el seno familiar traen consigo un conjunto de elementos que escapan a la apreciación del derecho o
al análisis jurídico. Son más bien de índole diversa y compleja. Un entrecruzamiento de urgencias
sociales, culturales, económicas, morales y hasta sicológicas. Las relaciones interpersonales crían
lazos no sólo contractuales. Incluso, en la base de estos últimos se puede descubrir otros tipos de

1
En el artículo 9 de la Ley 26872, modificado por la ley 27398, se dice claramente que en los
conflictos conciliables de familia: “El conciliador tendrá en cuenta el interés superior del niño

8 de febrero de 2018 1
REVISTA DE CONCILIACION SOBRE LA MATERIA DE FAMILIA

compromisos, expectativas y uniones que sólo con un estudio interdisciplinario pueden salir a la luz,
descubriendo su densidad y prioridad para las relaciones familiares.

En nuestra legislación existe un vacío lamentable al no explicitarse la intervención del equipo


multidisciplinario en el manejo de un conflicto familiar en sede de conciliación extrajudicial. Un
tratamiento integral de tales tipos de conflictos amerita una mención contundente, que juzgamos
debió ser en el artículo 31 del reglamento a la Ley de Conciliación. Y es que en ese artículo se
encuentra la única base legal para poder implementar, aunque de manera limitada, la intervención
del equipo multidisciplinario bajo la figura de la Co-conciliación. Es decir, la posibilidad de que dos
o más conciliadores conduzcan la audiencia de conciliación por razones de una mejor asistencia a
las partes2

La conciliación extrajudicial en asuntos de familia ayuda a quienes de repente han deteriorado su


vínculo matrimonial pero que, sin embargo, seguirán participando de una familia redefinida en
función de los hijos. En no pocos casos, la secuela de la pérdida del vínculo sentimental y el propio
divorcio afecta de manera distinta a los que fueron cónyuges. Uno de ellos tiende a verse como
víctima y culpar de esa condición al otro. Esto influye negativamente en la autoestima de estas
personas que tendrán que seguir viéndose con ocasión de sus hijos. De ahí la pertinencia de que tales
circunstancias emocionales y afectivas de los padres se supere a través de un acuerdo conciliatorio
equitativo. Una terapia del diálogo que de alguna manera compensa el desencuentro comunicacional
de los conciliantes, los que tendrán que rehacer su vida en múltiples sentidos.

La conciliación familiar asume el reto de consolidar los indispensables canales de comunicación entre
los que han dejado de estar unidos por vínculos matrimoniales o afectivos, pero que deberán preservar

2
A la conciliación se la menciona en el numeral primero del artículo 31 del reglamento a la Ley
26872, que está modificado por el Artículo 1 del Decreto Supremo Nº 016-2001-JUS, en los
siguientes términos:

“Para el cumplimento de sus funciones el conciliador deberá:

1. Analizar la solicitud de conciliación con la debida anticipación y solicitar al Centro de Conciliación,


cuando la situación así lo amerite, la participación de otro Conciliador en la Audiencia de
Conciliación”.

8 de febrero de 2018 2
REVISTA DE CONCILIACION SOBRE LA MATERIA DE FAMILIA

la continuidad de la familia en aras de los menores. A pesar de la separación de los padres la familia
subsiste, claro que replanteada en función de otras exigencias. El que la conciliación familiar permita
la intervención de un profesional cualificado y neutral en conflictos familiares conciliables, asegura
una ayuda efectiva a los padres para reorganizar las nuevas relaciones de los miembros de la familia3.
Incluso, no exageramos si sostenemos que uno de los objetivos de la conciliación familiar es
reorganizar las relaciones familiares, cuestionadas por el conflicto, con el mínimo coste emocional.
Esto supone una cooperación de ambas partes en la toma de decisiones respecto a sus hijos, vivienda,
bienes, etc.

Es favorable la comunicación entre la pareja a que invita la conciliación extrajudicial, pues sólo así
podrán no sólo adoptar acuerdos responsables y satisfactorios mutuamente, además, les servirá para
aligerar la tensión emocional que la separación pudo haber generado en cada miembro de la familia.
A parte de esta ventaja, la conciliación familiar facilita a los conciliantes generar soluciones adaptadas
a sus necesidades. Devuelve la responsabilidad a todas las partes involucradas en el conflicto.
Disminuye y relaja la presión y crisis emocional de los integrantes de la familia inmersos en el
problema. Beneficia a los hijos al propiciar el entendimiento entre sus padres. Cierra el paso a
situaciones de violencia, mejorando la calidad de la relación de las personas conflictuadas. Reduce el
costo económico y de tiempo. Alienta el cumplimiento de los acuerdos y su duración en el tiempo.
En suma, la conciliación se realiza en un espacio de diálogo, respeto y entendimiento.

El Conciliador no representa ni debe representar los intereses de ninguna de las partes. No toma
decisiones, no se parcializa con las pretensiones de alguno de los conciliantes, ni tiene una solución
ya pensada para el problema que descuida el interés de los menores. El conciliador extrajudicial
especializado en familia se define como un facilitador de la comunicación entre los que participan en
el proceso. Y gran parte de su formación consiste en desarrollar destrezas en el uso de herramientas
comunicacionales4.

II.- MATERIAS CONCILIABLES DEL DERECHO DE FAMILIA.

Ante conflictos de familia la conciliación sólo se inicia cuando las partes aceptan que solas no pueden
encontrar la solución a sus apremios y que recurrir a este medio alternativo de resolución de conflictos
es preferible a someterse a la decisión de un juez. Si bien el conciliador es un tercero distinto a las
partes, son ellas las que asumen el protagonismo y el control en el procedimiento que conducirá

3
La exigencia del rol responsable del conciliador se plantea, entre otros artículos, en el artículo 20
de la ley 26872: “El conciliador es la persona capacitada y acreditada que cumple labores en un
Centro de Conciliación, propicia el proceso de comunicación entre las partes y eventualmente
propone fórmulas conciliatorias no obligatorias”
4
No en vano el artículo 33 del reglamento, numeral 2, exige como otro requisito del conciliador su
capacitación en el uso de técnicas de conciliación: “Acreditar capacitación y entrenamiento en
técnicas de conciliación, de acuerdo con lo establecido en el artículo siguiente”

8 de febrero de 2018 3
REVISTA DE CONCILIACION SOBRE LA MATERIA DE FAMILIA

eventualmente a la superación de sus diferencias. El conciliador genera y facilita el diálogo entre los
conciliantes5. La audiencia de conciliación se inicia con la exposición de los interlocutores de su
visión del problema. El conciliador garantiza que cada parte se manifieste libremente, que sea
escuchada por la otra y, en especial, que ambas comprendan que no se trata de rivalizar en las
posiciones sino de armonizar en un interés común e insoslayable: El interés de sus hijos.

El conciliador fomentará en lo posible, antes de barajar fórmulas de acuerdo en torno a las


controversias, la estabilidad y claridad emocional de los conciliantes. Desde el manejo prudencial de
las emociones hasta el cultivo de la reconciliación en algunos conflictos que así lo requieran, y las
partes lo permitan, el conciliador alentará a las partes que se enfrenten a sus diferendos no sólo de la
mano de conceptos puramente jurídicos. También estarán guiados por pautas morales que sólo la
conciliación es capaz de hurgar y propiciar entre los interlocutores. De suerte que el conciliador no
está confinado a la búsqueda de acuerdos, su función es rescatar o fortalecer las relaciones humanas
que se hallan a la base de cualquier conflicto y que ha sido resquebrajado por este6.

Los límites del derecho casi siempre son los de la literalidad de la norma. Hay un excesivo apego de
la justicia a una ley que suele ser rebasada por la propia realidad que pretende regular. En los
conflictos familiares existen dos horizontes de relaciones resquebrajados. Por un lado, la ruptura
sentimental y amorosa de la pareja y, de otro lado, el conflicto estrictamente conciliable, que tiene
una relevancia jurídica, independientemente de la relación de pareja de los padres conciliantes. Dicho
de otro modo, en todo procedimiento de separación matrimonial hay dos facetas perfectamente
diferenciadas: el aspecto sentimental de la misma y el aspecto jurídico. Una cosa es la separación de
las personas y otra muy distinta la separación de los patrimonios, por ejemplo. Es bien sabido que
ambos campos se influyen el uno al otro continuamente, sobre todo al principio del conflicto familiar.
El aspecto jurídico suele quedarse en las fronteras del derecho disponible de las partes. Pero la
conciliación extrajudicial busca, además, gestionar el conflicto interpersonal y humano, base para
cualquier otro entendimiento, incluido el jurídico.

En la medida de lo posible el conciliador intentará en primer lugar dirigir sus esfuerzos a clarificar
las posiciones y los aspectos que tienen que ver más con el ámbito personal de la pareja y, más tarde,
correctamente ubicados, se abordarán aspectos circunstanciales y conciliables. Así, el derecho
positivo se complementa y enriquece con la conciliación.

Cumplir ésta función le exige al conciliador especializado en familia determinados conocimientos


legales sobre las materias conciliables de esta área del derecho. Sucede que algunas controversias
aunque conciliables deben calificarse también ciertas condiciones apremiantes para invocar un
derecho. Por ejemplo, régimen de visitas es una materia conciliable de familia, pero debe evaluarse

5
El artículo 3 de la ley 26872 define al conciliador de la siguiente manera: “es la persona capacitada
y acreditada que cumple labores en un Centro de Conciliación, propicia el proceso de comunicación
entre las partes y eventualmente propone fórmulas conciliatorias no obligatorias”
6
No en vano la conciliación procede del término latino conciliare que significa componer los ánimos
de las partes indispuestas por su problema o conflicto.

8 de febrero de 2018 4
REVISTA DE CONCILIACION SOBRE LA MATERIA DE FAMILIA

si el solicitante cumple con pasar la pensión de alimentos. Además, se deberá considerar la capacidad
económica del obligado a ella.

El artículo 9 de la ley 26872 establece como materias conciliables relativas al derecho de familia las
siguientes:

· Alimentos

· Tenencia

· Régimen de Visitas, y

· Liquidación de Sociedad de Gananciales.

Son cuatro conflictos familiares conciliables señalados taxativamente por el legislador. Sin embargo,
la ambigüedad se origina cuando a reglón seguido se agrega que también son conciliables otros
conflictos familiares. La pregunta que se impone es saber qué otros conflictos son conciliables del
derecho de familia. Y la respuesta es que tales otros asuntos para ser conciliables deben cumplir con
dos condiciones:

a. Debe ser un conflicto que se derive de una relación familiar.

b. Que ese conflicto derivado de una relación familiar verse sobre la facultad de libre disposición
de los conciliantes.

Por ejemplo, bajo el rubro de otros conflictos conciliables en temas de familia puede verse: permiso
de viaje de un menor o variación de régimen patrimonial de la sociedad conyugal.

En cualquier caso, sin embargo, debe recordarse que las materias conciliables del ámbito de familia
sólo ameritan una conciliación voluntaria, esto es, la parte interesada (o ambos conciliantes), elige el
escenario en que desea que se resuelva su controversia: O la vía judicial o la conciliación extrajudicial.
La posibilidad de elegir la conciliación, y no recurrir a ella por imposición de la norma, determina
ese carácter voluntario de la conciliación familiar.

Para esclarecer la manera cómo es tratado un conflicto conciliable pongamos por ejemplo un caso y
pasemos luego a analizarlo.

CONCLUSIÓN

La conciliación extrajudicial en temas de familia es atractiva para los integrantes de una familia, que
padece algún conflicto conciliable, en razón de que los aspectos controversiales puramente familiares
habrán quedado resueltos con el protagonismo exclusivo de los integrantes de la familia, sin necesidad
de un juez. La familia, con la conciliación, participa regulando sus asuntos desde la perspectiva de lo
que es mejor para los menores. Y es natural que así sea porque son los miembros de una familia los
que saben que es lo más conveniente para los hijos. El rol del conciliador extrajudicial especializado
no desnaturaliza esta gestión familiar de sus propias diferencias, por el contrario, alienta a las partes
conciliantes hacia ese horizonte de solución.

Por otro lado, el manejo sereno y confidencial de la conciliación familiar evita que las cuestiones
relativas a los hijos sean utilizados por los padres conciliantes como un instrumento para presionar
hacia una determinada “solución”, motivada por intereses subalternos y problemáticos.

8 de febrero de 2018 5

También podría gustarte