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El área educativa tampoco ha quedado relegada del avance de las tic, ya a partir del 2000
se han ido aprovechando las herramientas tecnológicas asociadas en internet, el
desarrollo de los teléfonos inteligentes y los programas de computación que favorecen de
una manera u otra los procesos de instrucción; sin embargo podemos decir que la
evolución de las tecnologías educativas aplicadas en educación no han tenido el desarrollo
tan acelerado que han tenido en otras áreas, como la de las redes sociales, a pesar de que
se han hecho esfuerzos considerables, en acercar al docente y los alumnos al uso de la
tecnología dentro del aula, esta siempre ha sido sub utilizada o relegada a un segundo
plano.
En mi experiencia como estudiante, me toco hacer mis dos últimos años de bachillerato
en online, dada la pandemia. El primer año fue bastante angustiante pues los profesores
que administraron los cursos, muy poco sabían del uso del Classroom, zoom o cualquier
otra red, que nos permitiera estar en contacto en clases.
Se intentó en un primer momento mandar por correo o los grupos de WhatsApp, las
actividades que se iban a desarrollar, y después reenviarlas por correo; pero esto trajo
como consecuencia que ese contacto docente alumno se perdiera.
Fueron muy pocos los profesores que innovaron en el sentido de comenzar a utilizar
camba, PowerPoint para hacer sus presentaciones, apoyarse en videos de YouTube, para
poder trabajar contenidos y reforzar contenidos que se daban en clase, de allí se puede
intuir que aún existe resistencia en el profesorado para considerar a las TIC como un
apoyo. Ureña (ob.cit) en relación a esto plantea: “Cada profesor debe autoevaluar sus
posibilidades, conocimientos y habilidades observando a su vez las prioridades y
circunstancias de su alumnado para, a partir de ahí, tomar una decisión que vele siempre
por el bien de éstos.”
Cuando comencé la universidad la dinámica fue distinta, tenía acceso a través de los
módulos a mayor cantidad de información, una precisa explicación de los contenidos,
apoyo de vídeos de algunos docentes y apoyo de vídeos de YouTube y videos
institucionales, para que yo pudiera llevar a cabo todo lo que era mi trabajo cómo
estudiante. Así mismo existe una preocupación constante por la conectabilidad, pues el
acceso al internet, así como una variada gama de canales de comunicación con la
universidad, así mismo se observa la integración de las TIC, en la constante oferta de
desarrollo profesional
En este sentido comparto la primera premisa del autor Ureña (2016) en la cual plantea,
que se debe fomentar el apoyo a la docencia, para educar con las nuevas tecnologías.
Actualmente existen en internet una gran y variada cartelera de cursos y talleres
orientados a la formación de habilidades y destrezas en diferentes áreas. Incluyendo la
educativa con una variada formación patrocinada, muchas veces, por universidades de
renombre tanto nacionales como internacionales y certificaciones gratis. sin embargo el
hecho de que estén en las redes, no implica que los docentes se motiven a trabajar con
ellas por esto es que es importante motivar al docente a integrarse en este nuevo
paradigma, y buscar herramientas tecnológicas de bajo costo, para aquellas zonas de
escasos recursos (WhatsApp)
En relación a esto, tengo la experiencia de una profesora de biología que fue muy
dinámica en sus actividades, trabajamos con las pizarras interactivas en sus clases, ella nos
colocaba imágenes para que nosotros por grupos pudiéramos colocar los nombres,
enviaba videos, o nos daba los links de páginas donde nosotros podíamos hacer trabajo
colaborativo interactivo, como woodward donde a través de un juego nos evaluaba, la
experiencia fue muy emotiva y yo sentí que en realidad estaba teniendo aprendizajes
significativos; otros profesores solamente mandaban el PDF, lo leíamos y hacíamos un
resumen.
De tosa esta experiencia puedo concluir, que el docente debe estar ganado para poder
trabajar con las tecnologías, y de una u otra forma orientar y ayudar al alumno para que
se apropie de la misma.
Desde el punto de vista educativo nosotros como nativos tecnológicos, nos hemos
apropiado de la tecnología, como un hecho cotidiano, ya que la usamos para
comunicarnos, entretenernos, interactuar con otras personas, crear contenido, en este
sentido, esta generación posee el manejo intuitivo de la tecnología, lo que tenemos que
aprender es el cómo usar estas habilidades en nuestra formación educativa.
Cómo lo señala Ureña López (ob.cit), “la nueva pedagogía…debe centrar su actividad en
ayudar a sus alumnos a desarrollar las habilidades instrumentales-cognitivas necesarias
para seleccionar, organizar, analizar, contextualizar y/o sintetizar la información”
Una de las actividades que se deben fomentar dentro del aula de clases, es el aprender a
discriminar el uso de la información, a reconocer las fuentes, a comprender mejor el
contenido que está trabajando y procesando. En palabras de Ureña (ob. cit) que sean los
propios usuarios quienes deban realizar ante este tipo de medio un filtrado básico que les
permita discriminar la verosimilitud y la calidad de la información a la que acceden.