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CAPITULO 1 – PODER, POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA

TEXTO 1 - VALLÉS
CAPITULO 1 – PODER, POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA

TEXTO 1 – VALLÉS - ¿Qué es la política?

Política: un término familiar y controvertido


Política es un término multívoco, dotado de sentidos diferentes según el ámbito y el momento en que se
emplea.

La política como gestión del conflicto social


La política es como una práctica o actividad colectiva, que los miembros de una comunidad llevan a cabo.
La finalidad de esta actividad es regular conflictos entre grupos. Y su resultado es la adopción de decisiones
que obligan (por la fuerza en algunos casos) a los miembros de la sociedad.
El punto de partida de nuestro concepto de política es la existencia de conflictos sociales y de los intentos
para sofocarlos o para regularlos. Es decir, la política produce decisiones respecto a un conflicto, las cuales
tienen carácter vinculante, son decisiones que afectan a la sociedad estamos obligados a hacer o
comportarnos según las mismas. Esto es así debido a la existencia de una autoridad.

¿Qué explica esta presencia constante de desacuerdos sociales?


El origen de conflictos se sitúa en la existencia de diferencias sociales, que se convierten a menudo en
desigualdades. La distribución de recursos y oportunidades coloca a individuos y grupos en situaciones
diferentes. Tales desequilibrios, además de muchos otros ejemplos, entre individuos y grupos generan una
diversidad de reacciones.
En este marco de incertidumbre, la política aparece como una respuesta colectiva al desacuerdo. Se confía
a la política la regulación de la tensión social, porque no parecen suficientemente eficaces otras posibilidades
de tratarlas como podrían ser la fidelidad familiar, la cooperación amistosa o la transacción mercantil.

¿Qué distingue a la política de estas vías de regulación social?


Lo que caracteriza a la política es el intento de resolver las diferencias mediante una decisión que obligará
a todos los miembros de la comunidad. Es este carácter vinculante o forzoso de la decisión adoptada lo que
distingue a la política de otros acuerdos que se adoptan en función de una relación de familia, de amistad o
de un intercambio económico. Esta decisión vinculante se ajusta a un conjunto de reglas y pautas.
Se alude al cumplimiento obligado de las decisiones políticas. Este cumplimiento obligado presupone que la
capacidad de obligar incluye el uso de la fuerza. Esta posibilidad de usar la fuerza física o de la amenaza es
característica de la política frente a otras fuentes de control social. No todas las acciones políticas integran
alguna dosis de violencia, pero no la excluyen.

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No es posible aludir al término “solución” del conflicto ya que esto implicaría que todas las personas estén
satisfechas y esto es muy difícil de conseguir. La política no consigue siempre solucionar los conflictos,
aunque así lo prometan y proclamen. Cuando se gestiona o maneja una determinada disputa, lo que se
procura es preservar una relativa cohesión social, se busca reducir el riesgo de desintegración social. Esta
desintegración se produce cuando cada grupo decide tomarse la justicia por su mano, acudiendo por sistema
a la venganza privada.
La política puede contemplarse como un seguro colectivo que las comunidades asumen contra la amenaza
de un derrumbe del edificio social. La política se convierte en garantía de que la cohesión de este edificio
persistirá, porque las tensiones provocadas por desequilibrio y desigualdades internas serán reguladas de
un modo suficientemente aceptable para el mayor número de los miembros del colectivo.

¿Qué caminos ofrece la política para modificar los equilibrios sociales existentes y alcanzar nuevos
equilibrios que se acerquen más al modelo ideal de cada uno?
¿Cuál es el objetivo último de la política? ¿Asegurar la libertad o garantizar la vida? Si se entiende que le
corresponde asegurar la libertad, no podrá hablarse de la existencia de política en sociedades sometidas al
despotismo de un tirano antiguo o de un dictador contemporáneo: el despotismo no es compatible con la
política si se admite que su dominio se funda en la eliminación de libertades.

En la raíz del conflicto social


¿De dónde arrancan los conflictos que la política se ve obligada a gestionar? ¿Cuál es el origen de las
desigualdades?
Las desigualdades se originan en el hecho de que no todos los miembros de una comunidad gozan de las
mismas oportunidades.
Esto se manifiesta de múltiples modos:
• En el disfrute de habilidades y talentos considerados a veces como naturales: inteligencia, capacidades
físicas y psíquicas, sensibilidad artística, etc.
• En los roles desempeñados en las funciones reproductiva y familiar, según el género, la edad, el
parentesco, etc.
• En la posición ocupada en la división social del trabajo productivo, en la que los sujetos pueden
desempeñar oficios o profesiones catalogadas como manuales o como intelectuales y en las que asumen
papeles de dirección o posiciones subalternas
• En la capacidad de intervenir en las decisiones que se toman en los procesos culturales, económicos o de
la comunicación.
• En el acceso a los recursos o a las rentas generadas por la actividad económica o al estatus o privilegios
derivados del reconocimiento social
• En la adscripción a identidades simbólicas de carácter étnico, nacional o religioso

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• En la ubicación en el territorio que da lugar a un acceso diferenciado a recursos de todo tipo.
Tales diferencias de situación marcan fracturas entre grupos.
No importa sólo que las diferencias tengan un fundamento objetivo o cuantificable, que pueda medirse en
términos monetarios, también importa la percepción social de la diferencia, es decir, que la sociedad atribuya
valor o prestigio a determinadas situaciones, mientras que otras sean vistas como negativas o de menor
valor. El valor o desvalor que la sociedad imputa a cada situación origina discrepancias y enfrentamientos.
El origen de la política puede atribuirse también a una desigual distribución de valores en una determinada
sociedad y a los intentos de corregirla.

Las fronteras variables de la política:


Hasta hace un siglo, las condiciones de trabajo de los asalariados fueron consideradas como un asunto
privado que no debía tratarse desde la política. La alteración del paisaje o la explotación de recursos
naturales ha sido durante años un tema ajeno a la regulación política. El estatuto subordinado de la mujer
en muchas esferas de la vida social fue admitido como el efecto inevitable de una condición biológica, que
la política no podía alterar.
En cambio, la infidelidad matrimonial o la homosexualidad fueron sancionadas con penas de prisión, porque
se estimaba que alteraban el orden social y merecían, por tanto, la intervención represiva de la autoridad
política. Estos ejemplos muestran que no es constante la presencia de la política en la regulación de
conflictos producidos por diferencias humanas. Por lo tanto, puede decirse que las fronteras de la política se
van alternando a lo largo de la historia.
Las etapas de la politización:
1) Identificación de una distribución desigual de valores y recursos, que es percibida como inconveniente o
arriesgada;
2) Toma de conciencia por parte de los colectivos implicados y expresión de sus demandas, exigencias y
propuestas para corregir la situación y controlar el riesgo que acarrea;
3) Movilización de apoyos a las demandas y propuestas, acumulando todo tipo de recursos y buscando el
mayor número de aliados entre otros grupos y actores;
4) Traslado del conflicto al escenario público, reclamando la adopción de decisiones vinculantes para toda
la comunidad. Estas decisiones, que pretenden modificar el desequilibrio anterior; deben contar con el
respaldo de la coacción que administran las instituciones.
En cada una de estas etapas ideales, se reproducen las tensiones y los antagonismos.

¿Sociedades sin política?


¿Es imaginable una sociedad sin política? La existencia de comunidades de tamaño reducido, vinculadas
por lazos de parentesco, en las que los bienes necesarios para subsistir son compartidos. En estos grupos,

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la generosidad mutua sustituye a la apropiación individual de los recursos básicos. Se trata de comunidades
igualitarias.
Dado lo elemental y lo simple de su organización y de sus necesidades, pueden permitirse el lujo de
prescindir de estructuras políticas permanentes. Decisiones y sanciones son tomadas por la propia
comunidad.

Algunas definiciones clásicas de la política


• La política como control sobre personas y recursos, vinculado a formas de poder o de dominio sobre los
demás, imponiéndoles conductas que no serían espontáneamente adoptadas.
• La política como actividad desarrollada a través de un sistema de instituciones públicas, será política toda
actividad inserta en instituciones estables autorizadas para ejercer una coacción sobre la comunidad.
• La política como actividad dirigida por valores de orden y equilibrio social, sería política toda actividad
encaminada al fomento del bien común o del interés general, mediante la redistribución de valores.
• La política como actividad vinculada a la defensa de la comunidad contra una amenaza exterior. La
preparación para la guerra y la organización militar estarían dentro de una actividad política.

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TEXTO 2 - VALLÉS
TEXTO 2 - VALLÉS - ¿Qué es el poder político?

Política y poder: dos perspectivas.


Cuando se trata de la política se hace inevitable la referencia a la idea de poder, la ciencia política ha sido
considerada por algunos como cratología: una ciencia del poder, encargada de estudiar su naturaleza, su
distribución y sus manifestaciones.
Existen muchas definiciones de poder, y esta gran variedad puede ordenarse en torno a dos grandes líneas,
la que entiende el poder como un recurso disponible y la que concibe el poder como resultado de una
relación.
• Cuando se interpreta el poder como un recurso se tiende a prescribirlo como una cosa que se tiene o se
posee. La cuestión importante es cómo apoderarse del poder, cómo administrarlo. El poder es un recurso
controlado por individuos, grupos, clases o élites. Considerar el poder como algo exclusivo, controlado
monopolísticamente. Se maneja como instrumento y se aplica sobre los demás para obtener de ellos
determinados resultados.
• Cuando se piensa en el poder como efecto de una relación, el poder no se posee, acompaña a la
situación de que se disfruta en relación a otra persona o grupo. Quien desea poder no debe apoderarse
de nada, debe situarse. Se habla de quien está bien situado o tiene una buena situación. Se presenta
más como una oportunidad que como un recurso. De esta manera el poder no aparece como un
instrumento que se aplica sobre otros para conseguir efectos, sino que se ve como la probabilidad de
que se produzcan ciertos resultados favorables para un determinado acto, a partir de la relación que este
actor mantenga con otros. ¿Qué posiciones facilitan el dominio de unos actores y el acatamiento de
otros?

• En síntesis, puede decirse que la primera visión identifica al poder con la capacidad de imponer límites
y privaciones a la capacidad de decisión de los demás, obligándoles a conductas no queridas por ellos.
En cambio, la segunda visión descubre la relación de poder en el intercambio o la comunicación que
mantienen diversos actores, sin perder de vista que la aceptación de unos acompaña siempre a la
imposición de otros. Recursos y situación están relacionados. Porque de una u otra forma, es el control
de determinados recursos o capacidades el que sitúa a algunos actores en situaciones estratégicamente
más ventajosas que a otros y les confiere más poder, o en sentido contrario, de una situación ventajosa
se deduce un acceso más fácil a los recursos necesarios para reforzar la propia posición.
• Una definición útil del poder político es la que lo equipara a la capacidad de intervenir en la regulación
coactiva del conflicto social. Si el poder político equivale a esta aptitud para incidir en la regulación del
conflicto podemos atribuir poder político al gobierno que toma decisiones. El poder no se ejerce
solamente desde las instituciones públicas ni puede decirse que reside de forma exclusiva en el estado.

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TEXTO 2 - VALLÉS
Fuerza, influencia, autoridad
¿De dónde nace esta capacidad de intervención? El poder político está hecho de tres componentes: fuerza,
influencia y autoridad.

Ejerce Recurre a la Quiere producir actitudes de: Quiere obtener:


Fuerza Amenaza Temor Acción o inacción de otros actores
Influencia Persuasión Convicción Acción o inacción de otros actores
Autoridad Reputación Confianza Acción o inacción de otros actores

• Hablamos de fuerza o coacción cuando existe capacidad para negar o limitar a otros el acceso de
determinados bienes u oportunidades. Son acciones que privan a algunos de bienes que poseen o
de oportunidades que pueden presentarse. Hablamos de influencia cuando el poder político se basa
en la capacidad para persuadir a otros de que conviene adoptar o abandonar determinadas
conductas. Esta aptitud para la persuasión depende del manejo y difusión de datos y argumentos,
con los que se persigue modificar o reforzar las opiniones y actitudes de los demás.
• Con la influencia se intenta convencer, y con ello, movilizar el apoyo del mayor número de ciudadanos
para sostener o para resistir a determinadas propuestos. Los instrumentos que sirven para esto:
propaganda y organización.
• El poder político también se manifiesta como autoridad cuando las indicaciones de un sujeto
individual o colectivo son atendidas por los demás, porque cuenta con un crédito o una solvencia que
se le reconocen de antemano. Hace innecesaria la aplicación directa de la fuerza. Esta acumulación
de crédito o de confianza que exhibe quien goza de autoridad puede provenir de factores diversos.
La práctica efectiva del poder ha de recurrir con frecuencia a combinaciones que integran los tres
elementos.

¿Cómo se manifiesta el poder político?


Podemos observar el ejercicio del poder político en multitud de actos de carácter individual y colectivo: la
declaración pública que el líder de la oposición hace a la prensa criticar la acción del gobierno, el acuerdo
que adopta un consejo municipal, la manifestación popular que protesta por determinadas medidas políticas.

Tres niveles de intervención política si tomamos como ejemplo la situación creada por la implantación de
una factoría que genera residuos tóxicos:

• El poder se manifiesta abiertamente cuando los diferentes actores se esfuerzan por incidir sobre el
desenlace final del conflicto abierto por la implantación de la factoría. Para ello discutirán públicamente

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sobre la conveniencia o no de ubicar la instalación. Plantearán propuestas, debatirán y se tomará una
decisión.
• El poder político adopta formas menos visibles. Así ocurre cuando se dan actuaciones destinadas a
evitar que un determinado conflicto se politice. El poder aquí no busca una decisión sino una no-decisión.
Se busca dejar el tratamiento al margen del debate político. Por ello se ha llegado a definir la política
como el arte de impedir que la gente participe en los asuntos que les conciernen.
• Se condiciona de manera todavía más encubierta la actividad política. Cuando un actor consigue que
una situación de desigualdad o desequilibrio no sea vista como problemática.

En el primer nivel el poder se ejerce impulsando una determinada decisión colectiva sobre un problema
social. En el segundo nivel, el poder se aplica para evitar que el problema sea sometido a decisión política
dejándolo al acuerdo libre de las partes o a la imposición de hecho de una parte sobre la otra. En el tercer
nivel se procura que pase socialmente desapercibida la existencia misma del problema.

La otra cara del poder: la legitimidad


Quien ejerce poder impone ciertos límites a la voluntad de otros actores. Cualquier actor que interviene en
un conflicto aspira a que su intervención no tenga que descansar exclusivamente en su capacidad de forzar
la voluntad de los demás: aspira a que éstos admitan sus propuestas sin necesidad de acudir a la coacción.
Para ello, pretende justificar su intervención, es decir, presentarla como justa y merecedora de la aceptación
voluntaria de todos los actores. Esta capacidad para conseguir que sean aceptados los límites que el poder
impone suele conocerse como legitimidad. El poder político aspira siempre a ofrecer dos caras indisociables.
Con la primera exhibe coacción y amenaza. Con la segunda, la cara de la legitimidad, aporta argumentos e
intenta convencer de que su presencia es conveniente y adecuada. Un poder político que pretenda ser
duradero y no sólo momentáneo deseará acumular tanto la fuerza como la legitimidad. Aspirará a que la
coacción física sea siempre el último recurso al que se acude cuando no son eficaces otros mecanismos
destinados a asegurar la adhesión de los demás de sus decisiones.

De dónde nace la legitimidad


Decisiones serán percibidas como legítimas en tanto en cuanto se ajusten a los valores y a las creencias
que dominan en una sociedad. Si concuerda con lo que aquella sociedad considera conveniente o digno de
aprecio, una decisión o una propuesta adquieren mayor legitimidad y cuentan con más probabilidades de
ser aceptadas. En cambio, cuanto más lejos están de las ideas y valores dominantes, sólo la aplicación de
una mayor dosis de coacción podrá hacerlas efectivas.

La noción de legitimidad, por tanto, vincula el poder con el mundo de las ideas y de los valores.

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TEXTO 2 - VALLÉS
Tres fuentes de legitimidad del poder: la traición, la racionalidad y el carisma.

• Tradición: lo que justifica las propuestas del poder es su adaptación a los usos y costumbres del pasado.
• La racionalidad: hay que adoptar tal decisión, porque es la que conduce razonablemente al objetivo
elegido.
• El carisma: también puede conferir legitimidad a una propuesta o a una decisión una cualidad
extraordinaria o excepcional de quien la formula o la adopta. El carisma, es decir, la gracia o el don
personal, que acompaña a un personaje puede producir tal admiración y confianza que sus opiniones y
mandatos son acatados sin necesidad de recurrir a los modelos anteriores. Se atribuye esta legitimidad
carismática a los líderes con dotes de seducción capaces de impulsar una convincente visión de lo que
ha de ser el futuro colectivo.
• Rendimiento: el poder puede fundar su legitimidad en el resultado de sus propias actuaciones. Si este
resultado es percibido como satisfactorio y se ajusta a las expectativas generales, su legitimidad queda
reforzada y los mensajes y órdenes que emite son bien recibidos.

La realidad nos revela que el poder intenta siempre obtener su legitimidad de todas las fuentes posibles. En
los sistemas políticos actuales, tradición, legalidad, carisma y rendimiento son invocados para reforzar las
correspondientes capacidades políticas.

Legitimidad, legalidad y constitución.


Es fácil verificar que el término legitimidad evoca la conformidad de un mandato o de una institución con la
ley. La legitimidad nacional es la que se ampara en normas estables y formalizadas. En la actualidad, son
las leyes y las constituciones las que contienen estas normas. La constitución es justamente una norma
suprema, de la que derivan todas las demás. La legitimidad del poder en los sistemas liberales se apoya en
la existencia de una constitución, en la que una comunidad política establece las reglas fundamentales de
su convivencia.

El concepto de legitimidad es más amplio que el de legalidad. La legalidad comporta la adecuación de una
decisión o de una propuesta de ley vigente, la legitimidad no señala el ajuste de esta misma decisión a un
sistema de valores sociales, que van más allá de la propia ley escrita, incluida la constitución.

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CAPITULO 1 – PODER, POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA
TEXTO 3 - OLSON
TEXTO 3 – OLSON – LA LÓGICA DE ACCIÓN COLECTIVA
Las clases sociales dan pie a pensar con frecuencia que van a actuar en interés de sus miembros. La forma
más típica de esta creencia esta encarnada, por supuesto, en la afirmación marxista según la cual en las
sociedades capitalistas la clase burguesa hace que el gobierno sirva a sus propios intereses.

Una vez que la explotación del proletariado ha llegado a determinado nivel, y ha desparecido la «falsa
conciencia», la clase obrera se revelará en su propio beneficio y establecerá una dictadura del proletariado.
De modo general, si los individuos de determinada categoría o clase social tuviesen un grado suficiente de
interés propio, y si todos ellos coincidiesen en un interés compartido, el grupo actuaria también en favor de
sus propios intereses.

Si examinamos con cuidado la lógica de la frecuente- suposición que se recoge en el párrafo anterior, cabe
apreciar que es básica e indiscutiblemente errónea.

Pensemos en los consumidores que reconocen que pagan un precio más elevado por un producto, debido
a un monopolio o un arancel discutible, o en los trabajadores que reconocen que su calificaci6n merece un
salario más alto. Preguntémonos cuál sería la acción más idónea para un consumidor individual que desease
combatir un monopolio apelando a un boicot, o que un grupo de presión se opusiera al arancel. Imaginemos
que tendría que hacer un trabajador que pensase que una amenaza de huelga o una ley de salario mínimo
elevaran su jornal. Si el consumidor o el trabajador dedican unos cuantos días y un poco de dinero a
organizar un boicot o un sindicato, o a ejercer presiones para lograr una legislación que proteja sus intereses,
habrá sacrificado tiempo y dinero.

¿Que obtendría con este sacrificio? En el mejor de los casos, el individuo lograra que la causa avance algo
(a veces, imperceptiblemente). Sea como fuere, habrá conseguido una minúscula participación en la
ganancia que obtenga de la acción. El hecho mismo de que el objetivo o el interés sean algo común al grupo
y compartido por este, lleva a que las ganancias conseguidas mediante el sacrificio que realice un individuo
para servir a esta meta común sean compartidas por todos los miembros del grupo.

Si el boicot, la huelga o las presiones tienen éxito, mejoraran los precios o los salarios para todos los
miembros de la categoría correspondiente, de manera que al individuo que forma parte de un gran grupo
con un interés común solo Ie tocara una participación diminuta en los beneficios logrados a través de los
sacrificios que lleve a cabo el individuo, con objeto de lograr este interés común. Dado que cualquier
ganancia se aplica a todos los miembros del grupo, los que no contribuyen para nada al esfuerzo
consiguieron tanto como los que hicieron su aporte personal. Vale la pena «dejar que 10 haga otro», pero el
otro tampoco tiene demasiados incentivos -si es que tiene alguno-- para actuar en favor del grupo.

Por lo tanto, en ausencia de factores que ignoren por completo las concepciones mencionadas en el primer
párrafo de este artículo, habrá una acción de grupo muy débil, en el hipotético caso de que la haya. En tal

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eventualidad, la paradoja consiste en que -si no se dan combinaciones o circunstancias especiales, sobre
las que volveremos más adelante- los grandes grupos, por lo menos si están compuestos por individuos
racionales, no actuaran en favor de sus intereses de grupo.

En pocas palabras: los animadores políticos que tratan de organizar la acción colectiva tendrán más
posibilidades de éxito si se esfuerzan por reunir grupos relativamente homogéneos. Los dirigentes políticos
cuya tarea consista en conservar la acci6n organizada 0 concertada también habrán de apelar al
adoctrinamiento y a reclutar con criterio selectivo para aumentar la homogeneidad de sus grupos clientes.
Esto es así, en parte, porque los incentivos selectivos sociales suelen estar más disponibles en los grupos
que disfrutan de una mayor homogeneidad, y en parte, porque la homogeneidad ayudara a lograr la
coincidencia de opiniones.

Cuando sólo unos cuantos miembros componen el grupo, también es posible que negocien entre sí y
acuerden una determinada acción colectiva. En tal caso, la acción de cada uno de ellos ejerce un efecto
perceptible sobre los intereses y el curso de acción que sigan los demás, de manera que todos tienen un
incentivo para actuar estratégicamente, es decir, de que tomen en cuenta el efecto de las opciones
individuales sobre las opciones de los demás. Esta interdependencia entre las distintas empresas o personas
que constituyen el grupo puede darles un incentivo para negociar mutuamente en beneficio recíproco. En
realidad, si los costos de la negociación son escasos, para continuar negociando entre si será necesario
maximizar las ganancias del grupo hasta lograr 10 que llamaremos un resultado óptimo de grupo (O lo que
los economistas denominan a veces un «óptimo de Pareto»). Una manera en que las dos empresas antes
mencionadas pueden obtener ese resultado es acordando que cada una de ellas se encargue de la mitad
de los costos de la acción colectiva. En consecuencia, cada empresa soportará la mitad del costo de dicha
acción en interés común, y recibirá la mitad de los beneficios. Por lo tanto, habrá un incentivo para continuar
la acción en interés colectivo hasta que se maximicen las ganancias globales de la acción colectiva.

En toda negociación, sin embargo, cada una de las partes tiene el incentivo de buscar para sí misma el
máximo porcentaje de las ganancias del grupo, y también suele darse un incentivo para amenazar con el
bloqueo o sabotaje la acción colectiva --es decir, «endurecerse>>- si no se consigue el porcentaje deseado
de esas ganancias. Por lo tanto, es muy posible que la negociación no logre un resultado óptimo de grupo,
y quizá tampoco permita alcanzar un mínimo acuerdo sobre una acción colectiva determinada.

Como explico en otro sitio, la consecuencia de todo esto es que a menudo los «pequeños» grupos se dedican
a una acción colectiva sin que existan incentivos selectivos. En determinados grupos pequeños (grupos
privilegiados) se presume, de hecho, que se conseguirá parte del bien colectivo. A pesar de ello, la acción
colectiva resulta problemática, incluso en las circunstancias más favorables, y en cada caso particular los
resultados son imposibles de determinar.

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TEXTO 4 - MOSCA
TEXTO 4 - MOSCA – LA CLASE POLÍTICA
En todas las sociedades, desde las medianamente desarrolladas, que apenas han llegado a los preámbulos
de la civilización, hasta las más cultas y fuertes, existen dos clases de personas: la de los gobernantes y la
de los gobernados.

La primera, que siempre es la menos numerosa, desempeña todas las funciones políticas, monopoliza el
poder y disfruta de las ventajas que van unidas a él. La segunda, más numerosa, es dirigida y regulada por
la primera de una manera más o menos legal, o bien de un modo más o menos arbitrario y violento, y recibe
de ella, al menos aparentemente, los medios materiales de subsistencia y los indispensables para la vitalidad
del organismo político.

Si es claramente admisible que un solo individuo no puede comandar a una masa sin que exista una minoría
que lo sostenga, es más difícil postular, en cambio, como un hecho constante y natural, que las minorías
mandan a las mayorías y no éstas a aquéllas. Pero éste es uno de los casos, como tantos que se dan en
las demás ciencias, en que la apariencia de las cosas se opone a su verdadera realidad. Es forzoso el
predominio de una minoría organizada, que obedece a un único impulso, sobre la mayoría desorganizada.

La fuerza de cualquier minoría es irresistible frente a cada individuo de la mayoría, que se encuentra solo
ante la totalidad de la minoría organizada. Al mismo tiempo se puede decir que ésta se halla organizada
precisamente porque es minoría. Cien que actúen siempre concertadamente y con inteligencia, triunfarán
sobre mil tomados uno a uno y que no estén de acuerdo; y al mismo tiempo, si son cien y no mil, les será
mucho más fácil a los primeros entenderse y actuar concertadamente. Las minorías gobernantes están
constituidas por lo común de tal manera que los individuos que las componen se distinguen de la masa de
los gobernados por algunas cualidades que les otorgan cierta superioridad material e intelectual, y hasta
moral; o bien son los herederos de quienes tenían estas cualidades. En otras palabras, deben poseer algún
requisito, verdadero o aparente, que sea muy apreciado y se valore mucho en la sociedad en que viven.

En las sociedades primitivas, que están todavía en el primer estadio de su constitución, el valor militar es la
cualidad que permite más fácilmente el acceso a la clase política o dirigente.

En general, pues, en todos los pueblos que han entrado recientemente en el estadio agrícola y relativamente
civilizado, encontramos el hecho constante de que la clase militar por excelencia corresponde a la clase
política y dominante. En muchas partes, el uso de las armas quedaba reservado exclusivamente a esta
clase; pero también fue habitual que los miembros de la clase gobernada fueran eventualmente enrolados,
aunque siempre como agregados y en los cuerpos menos estimados.

Como en Rusia y en Polonia, como en la India y en la Europa medieval, las clases guerreras y dominantes
acapararon la propiedad casi exclusiva de las tierras, que en los países no muy civilizados son la fuente
principal de producción de riqueza. Pero, a medida que la civilización progresa, el rendimiento de estas

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TEXTO 4 - MOSCA
tierras aumenta, y entonces, si otras circunstancias concuerdan, puede producirse una transformación social
muy importante: la cualidad más característica de la clase dominante pasa a ser la riqueza antes que el valor
militar; los gobernantes son los ricos, más que los fuertes.

La principal condición necesaria para que se opere esa transformación es la siguiente: es preciso que la
organización social se perfeccione de manera que el respaldo de la fuerza pública resulte más eficaz que el
de la fuerza privada. En otras palabras, se necesita que la propiedad privada sea tutelada suficientemente
por la fuerza práctica y real de las leyes para que no sea necesaria la tutela del propietario. Esto se obtiene
mediante una serie de cambios graduales en el ordenamiento social que transforman el tipo de organización
política, que llamaremos «Estado feudal», en otro tipo, esencialmente diferente, que denominaremos
«Estado burocrático». Ya podemos afirmar que la evolución a la que nos hemos referido suele verse muy
facilitada por el progreso de las costumbres pacíficas y de ciertas prácticas morales que la sociedad adquiere
con el progreso de la civilización.

Una vez consumada dicha transformación ocurrirá que, así como el poder político produjo la riqueza, ahora
la riqueza producirá el poder. En una sociedad ya bastante madura, cuyas fuerzas individuales están
limitadas por la fuerza colectiva, si por un lado los poderosos son por lo general los ricos, por otro basta ser
rico para convertirse en poderoso. En realidad, es inevitable que, cuando está prohibida la lucha a mano
armada, y sólo se permite la que se hace a fuerza de billetes, los mejores puestos sean conquistados por
los que están más provistos de dinero. Es verdad que existen Estados con una civilización avanzadísima,
organizados en base a sólidos principios morales, que parecen excluir esta preponderancia de la riqueza.
Pero éste es uno de los tantos casos en que los principios teóricos no tienen más que una aplicación limitada
en la realidad de las cosas.

En las sociedades en que las creencias religiosas tienen mucha fuerza y los ministros del culto forman una
clase especial, se constituye casi siempre una aristocracia sacerdotal que obtiene una parte más o menos
grande de la riqueza y del poder político.

Sólo en una fase muy avanzada de la civilización, las nociones especializadas y la verdadera cultura
científica, despojada de todo carácter sagrado y religioso, se convirtieron en una fuerza política importante;
y fue entonces cuando permitieron el acceso a la clase gobernante a quienes poseían esos conocimientos.
Pero aun en este caso hay que tener presente que lo que tenía un valor político no era tanto la ciencia en sí
misma como sus aplicaciones prácticas que podían beneficiar al pueblo o al Estado.

En la Europa de hoy y en América, la clase que aplica los hallazgos de la ciencia moderna a la guerra, a la
administración pública, a las obras y a la sanidad públicas, ocupa una posición social y políticamente
destacable; y en los mismos países —al igual que en la Roma antigua— es absolutamente privilegiada la
condición del jurista, del que conoce la complicada legislación común a todos los pueblos de antigua

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TEXTO 4 - MOSCA
civilización, especialmente si a sus nociones jurídicas agrega la elocuencia que más seduce a sus
contemporáneos.

En ciertos países encontramos castas hereditarias: la clase gobernante se halla absolutamente restringida
a un número determinado de familias, y el nacimiento es el único criterio que decide el ingreso a dicha clase
o la exclusión de la misma.

Sobre este punto queremos formular dos observaciones. La primera es que todas las clases políticas tienden
a volverse hereditarias, si no de derecho, al menos de hecho. Todas las fuerzas políticas poseen esa
cualidad que en física se llama inercia; es decir, la tendencia a permanecer en el punto y en el estado en
que se encuentran. El valor militar y la riqueza se conservan fácilmente en ciertas familias por tradición moral
y por efecto de la herencia. Y la práctica de los grandes cargos, el hábito y casi todas las aptitudes para
tratar los negocios de importancia, se adquieren mucho más fácilmente cuando se ha tenido con ellos cierta
familiaridad desde pequeño. Aun cuando los grados académicos, la cultura científica y las aptitudes
especiales, probadas por medio de exámenes y concursos, permiten alcanzar los cargos públicos, no
desaparecen las ventajas especiales que favorecen a algunos, y que los franceses definen como las
«ventajas de las posiciones adquiridas».

En realidad, por más que los exámenes y concursos estén teóricamente abiertos a todos, la mayoría siempre
carece de los medios necesarios para cubrir los gastos de una larga preparación, y otros no tienen las
relaciones y parentelas mediante las cuales un individuo se sitúa rápidamente en el «buen camino», que le
evita las vacilaciones y errores inevitables cuando se ingresa a un ambiente desconocido, donde no se
tienen guías ni apoyos. La segunda observación es la siguiente: cuando vemos una casta hereditaria que
monopoliza el poder político en un país, se puede estar seguro de que tal estado de derecho ha sido
precedido por un estado de hecho.

Antes de afirmar su derecho exclusivo y hereditario al poder, las familias y las castas poderosas debieron
tener el bastón de mando muy seguro en sus manos, debieron monopolizar absolutamente todas las fuerzas
políticas de la época y del pueblo en el que se afirmaron. De otro modo, una pretensión de este género
habría suscitado protestas y luchas muy enconadas. Señalemos también que, con frecuencia, las
aristocracias se han vanagloriado de su origen sobrenatural o al menos diferente y superior al de la clase
gobernada. Un hecho social importantísimo explica esta aspiración: toda clase gobernante tiende a justificar
su poder de hecho, apoyándose en un principio moral de orden general.

Recientemente, la misma pretensión recibió el apoyo de un grupo de científicos: algunos autores,


desarrollando y ampliando las teorías de Darwin, creen que las clases superiores representan un grado más
elevado de la evolución social y que, por lo tanto, ellas son mejores que las inferiores por constitución
orgánica.

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CAPITULO 1 – PODER, POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA
TEXTO 4 - MOSCA
Frente a este hecho y a las teorías que tienden a exagerar su alcance, se puede oponer siempre la misma
objeción: que los individuos pertenecientes a estas aristocracias debían sus cualidades especiales, no tanto
a la sangre que corría por sus venas, como a la esmerada educación que habían recibido y que había
desarrollado en ellos ciertas tendencias intelectuales y morales con preferencia a otras’’.

Se dice que esto puede ser suficiente para explicar las aptitudes puramente intelectuales, pero no las
diferencias de carácter moral, como serían la fuerza de voluntad, el coraje, el orgullo, la energía. La verdad
es que la posición social, las tradiciones de familia y los hábitos de la clase en que vivimos contribuyen más
de lo que pudiera creerse al mayor o menor desarrollo de las cualidades señaladas. En efecto, si observamos
atentamente a los individuos que cambian de posición social, ya sea para mejorar o para empeorar, y que
entran como consecuencia de ello en un ambiente diferente al que estaban acostumbrados, podemos
comprobar fácilmente que sus actitudes intelectuales se modifican mucho menos sensiblemente que las
morales.

El coraje guerrero, la energía en el ataque y el estoicismo en la resistencia son cualidades que por mucho
tiempo se han creído monopolio de las clases superiores. Ciertamente, con respecto a estas cualidades la
diferencia innata entre un individuo y otro puede ser grande; pero para que se presente en mayor o menor
medida en una categoría numerosa de hombres influyen, sobre todo, las tradiciones y las costumbres del
ambiente.

Si verdaderamente la clase política perteneciese a una raza diferente, o si sus cualidades dominantes se
transmitiesen principalmente por medio de la herencia orgánica, no se comprendería por qué, una vez
constituida esta clase, tendría que declinar y perder el poder. Se admite comúnmente que las cualidades
propias de una raza son muy tenaces y, si nos atenemos a la teoría de la evolución, las aptitudes adquiridas
por los padres son innatas en los hijos y, con la sucesión de las generaciones, se afinan cada vez más. De
este modo, los descendientes de los dominadores deberían ser cada vez más aptos para la dominación, y
las otras clases deberían ver cada vez más lejana la posibilidad de medirse con ellos y sustituirlos. Sin
embargo, la más vulgar experiencia basta para aseguramos que las cosas no ocurren precisamente así.’

Lo que vemos es que, no bien cambian las fuerzas políticas, se hace sentir la necesidad de que otras
actitudes diferentes de las antiguas se afirmen en la dirección del Estado; y si las antiguas no conservan su
importancia, o se producen cambios en su distribución, cambia también la composición de la clase política.
Si en una sociedad aparece una nueva fuente de riqueza, si aumenta la importancia práctica del saber, si la
antigua religión declina o nace una nueva, si se difunde una nueva corriente de ideas, al mismo tiempo
tienen lugar importantes cambios en la clase dirigente.

Las clases políticas declinan inexorablemente cuando ya no pueden ejercer las cualidades que las llevaron
al poder, o cuando no pueden prestar más el servicio social que prestaban, o cuando esas cualidades y
servicios pierden importancia en el ambiente social en que viven
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CAPITULO 1 – PODER, POLÍTICA Y CIENCIA POLÍTICA
TEXTO 4 - MOSCA
Es natural que sobrevenga un período de renovación, o, si se prefiere definirlo así, de revolución, durante el
cual las energías individuales tienen importante participación y algunos de entre los individuos más
apasionados, más activos, más audaces e intrépidos, pueden abrirse camino desde los grados inferiores de
la escala social hasta los más elevados.

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CAPITULO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 5 - SCHUMPETER
CAPITULO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO

TEXTO 5 - SCHUMPETER
CAP XXI: La Teoría Clásica de la Democracia
La filosofía de la democracia del siglo XVIII puede ser comprendida en la siguiente definición: el método
democrático es aquel sistema institucional de gestación de las decisiones políticas que realiza el bien común,
dejando al pueblo decidir por sí mismo las cuestiones en litigio mediante la elección de los individuos que
han de congregarse para llevar a cabo su voluntad. La meta, pues, es el bien común, faro orientador de la
política en las respuestas concretas a las cuestiones que se plantean en la convivencia. En consecuencia,
se supone también una voluntad común del pueblo (voluntad de todos los individuos con uso de razón).
Dicha meta trata de alcanzarse mediante la elección de los individuos que, congregados, puedan decidir lo
mejor para todos. Se produce así una representación (democracia representativa) a la hora de interpretar,
reflejar o materializar la voluntad del electorado. Supuesto lo anteriormente dicho, la democracia adquiere
una significación inequívoca. Su único problema es cómo implantarla.
Ahora bien, en primer lugar, no hay un bien común unívocamente determinado, en el que todo el mundo
pueda estar de acuerdo: para los distintos individuos y grupos el bien común ha de significar necesariamente
cosas diferentes, están enfrentados por diferencias irreductibles de valores.
En segundo lugar, ni siquiera aceptando un bien común suficientemente definido, como el máximo de
satisfacción económica de los utilitaristas, supondría ello respuestas igualmente definidas para los
problemas singulares y, en consecuencia, discrepancias.
En tercer lugar, el concepto particular de la voluntad del pueblo o voluntad general, adoptado por los
utilitaristas, se desvanece en aire, puesto que presupone la existencia de un bien común discernible por
todos y claramente determinado. Los utilitaristas hacen derivar la voluntad del pueblo de las voluntades de
los individuos de forma ingenua. Pues eso sólo es posible si dichas voluntades gravitan hacia un bien común
reconocido como útil por todos.
Tanto la existencia como la dignidad de esta especie de volonté générale desaparecen tan pronto como nos
falta la idea del bien común. Y ambos pilares de la teoría clásica se desmoronan en polvo inevitablemente.
Se trata, en consecuencia, de construir otra concepción más realista que pueda salvar la falta de unidad y
de sanción racional, dada la necesidad práctica de atribuir a la voluntad del individuo una independencia y
calidad racional que son completamente irreales, sobre todo ante problemas cualitativos.
“La naturaleza humana en la política”. Se constata que las ideas de la personalidad humana como una
unidad homogénea y de una voluntad como el móvil principal de la acción han ido desestimándose en el
campo de las Ciencias Sociales, teniendo en cuenta sobre todo la importancia de los elementos extra
racionales o irracionales de la conducta humana, así como los fenómenos propios de la psicología de las
multitudes.

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CAPITULO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 5 - SCHUMPETER
“Todo parlamento, toda comisión, todo consejo de guerra compuesto de una docena de generales
sexagenarios, muestra, aunque sea en una forma atenuada, alguno de los rasgos que aparecen tan
claramente en el caso de las chusmas, especialmente un sentido de responsabilidad reducido, un nivel
inferior de energía intelectual y una sensibilidad mayor para las influencias extra lógicas”. Admite, que hay
un campo más reducido, de mayor o menor extensión y amplitud según los casos, que se distingue por su
sentido de la realidad o familiaridad y responsabilidad.
Por ejemplo: el fabricante, el tendero o el obrero no necesitan salir de su mundo para tener una opinión
racional defendible (acertada o errónea) sobre la limpieza de las calles o el emplazamiento de los mercados.
Pero puntualiza que, en muchas controversias nacionales que atañen pecuniariamente a los individuos y a
los grupos directamente, los electores demuestran ser jueces malos, respecto de sus intereses, e incluso
corrompidos, pues sólo toman en consideración el corto plazo. Por lo que ese sentido limitado de la realidad
explica un sentido limitado de la responsabilidad y la falta de voliciones efectivas. Con ello, llega a concluir
que el ciudadano normal desciende a un nivel inferior de prestación mental tan pronto como penetra en el
campo de la política.
Se vuelve de nuevo infantil y primitivo, y su pensamiento se hace asociativo y efectivo, con lo que se generan
dos consecuencias deplorables: someterse a impulsos o prejuicios irracionales o extra racionales, y expresar
una voluntad no auténtica sino fabricada, conforme a las técnicas de la propaganda comercial. En estas
circunstancias, la información imparcial y los argumentos que se presentan como pruebas acerca de los
problemas políticos sólo se toman en consideración cuando concuerdan con las ideas preconcebidas del
ciudadano. Pero lo más probable es que dicha información y argumentos obedezcan a una intencionalidad
política.

CAP XXII: Otra Teoría de la Democracia


En una nueva concepción de la democracia, en el que la elección de los representantes se considera como
el fin que se subordina al fin primario del sistema, hay que redefinir el método. El papel del pueblo es crear
un gobierno o algún otro organismo intermediario, el cual dará origen a un ejecutivo nacional o gobierno. En
este sentido, “método democrático es aquel sistema institucional, para llegar a las decisiones políticas, en
el que los individuos adquieren el poder de decidir por medio de una lucha de competencia por el voto del
pueblo.
Los aspectos positivos de la nueva concepción son subrayados en 7 puntos:
Esta nueva visión del procedimiento democrático:
1) Proporciona un criterio para poder distinguir a los gobiernos democráticos de los demás. Se establece un
procedimiento cuya existencia o cuya ausencia es fácil de comprobar. Por ejemplo: una monarquía
parlamentaria puede cumplir los requisitos del sistema democrático si el monarca está prácticamente
obligado a nombrar para el Gabinete a las mismas personas que se eligen por la vía parlamentaria; pero

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CAPITULO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 5 - SCHUMPETER
una monarquía constitucional no entra en la definición democrática porque los electorados y los parlamentos
carecen de poder para establecer el nombramiento de la comisión gobernante.
2) Además, esta nueva teoría sobre el método democrático deja espacio suficiente para el reconocimiento
del hecho vital del caudillaje, mecanismo esencial de toda acción colectiva. Se reconoce, en consecuencia,
la voluntad fabricada en la base de la construcción democrática.
3) Constatar que las voliciones individuales no se afirman directamente, por regla general, sino que son
expresadas y vitalizadas por algún líder político que las convierte en factores políticos.
4) Al igual que en la vida económica siempre hay competencia, en este caso por el voto libre.
5) La libertad individual, respecto del sistema democrático, se convierte en una cuestión de grado, pues la
relación entre democracia y libertad no es rígida y puede ser alterada.
6) El electorado fiscaliza a sus líderes negándose a reelegirlos o negándose a reelegir las mayorías
parlamentarias que los apoyan, pues las subversiones que derriban a un gobierno o a un ministro individual,
o bien los fuerzan a seguir una determinada línea, pasan a ser casos excepcionales y contrarios al espíritu
del método democrático.
7) La voluntad de la mayoría es evidentemente voluntad de la mayoría y no la voluntad “del pueblo”, lo que
en algunos la proporcionalidad impide crear gobiernos eficientes y puede ser un verdadero peligro en épocas
de especial tensión.

Conclusión:
“Si la aceptación del caudillaje es la verdadera función del voto del electorado, la defensa de la
representación proporcional se derrumba, porque sus premisas ya no son válidas. El principio de la
democracia significa entonces simplemente que las riendas del gobierno deben ser entregadas a los
individuos o equipos que disponen de un apoyo electoral más poderoso que los demás que entran en la
competencia”.
En democracia, la función primaria del voto del electorado es facilitar la creación de un gobierno, es decir,
decidir quién debe ser quien lo acaudille (un Primer Ministro), o un órgano intermedio que se reconoce como
Parlamento. Otra cuestión es cómo crea un Gobierno un Parlamento, según el procedimiento
correspondiente. En definitiva, el Primer Ministro llega al cargo como jefe de su partido en el parlamento; en
casos límite, puede ejercer coacción sobre su propio partido apoyándose en otro partido; y en casos
normales se convierte en cabeza de su partido en el país, adquiriendo una situación bien distinta de la que
tenía por la jefatura del partido.
¿Cuál es el papel del Gabinete?
El Gabinete es un producto conjunto del Parlamento y del Primer Ministro. Considerado desde el punto de
vista del Partido, es como un conjunto de sub líderes que refleja su estructura y proyección programática.
Tiene una función o caudillaje asociada a los negocios corrientes (en modo alguno subordinado a ellos) que

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CAPITULO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 5 - SCHUMPETER
despachan los miembros individuales del gabinete en los distintos departamentos para los que son
designados a fin de manejar las palancas del mando de la máquina burocrática.
Tiene una relación remota, si es que la tiene, con la de “vigilar que la voluntad del pueblo se cumple en cada
uno de estos departamentos”. Pero es claro que el pueblo se encuentra a menudo con resultados en los que
nunca pensó. En cuanto al parlamento, además de establecer y derribar gobiernos hace bastantes otras
cosas: legisla e incluso administra (el presupuesto es el ejemplo más importante).
Ahora bien, en cuanto al forcejeo de los partidos, sus movimientos respectivos están determinados por
situaciones estratégicas o tácticas, a modo de ejércitos que operan unos contra otros; ya que, “el fin primero
y principal de cada partido político es prevalecer sobre los demás a fin de conseguir el poder o permanecer
en él... Fundamentalmente, pues, la producción corriente de decisiones parlamentarias sobre cuestiones
nacionales constituye precisamente el método por el que el parlamento mantiene o se niega a mantener a
un gobierno en el poder o por el que el parlamento acepta o rechaza el caudillaje del Primer Ministro”.
Excepciones:
- En primer lugar, el caudillaje político conforme al método democrático no es absoluto, sobre todo a causa
de la propia competencia contemplada en el sistema. Prevalece, además, en la gestión el sentido práctico.
- En segundo lugar, cuando se abandona la preocupación por ciertos problemas surgen opciones distintas
que entran en la escena política para hacerse cargo de ellos, pues el valor social no es necesariamente el
valor determinante de la actividad política. Ocurre en política como en economía. En economía prevalece el
afán de lucro sobre el sentido social de la producción que exige proveer los medios para satisfacer
necesidades como el comer y el vestirse. En política prevalece la lucha en la competencia por el poder sobre
la función social del gobierno.
- En tercer lugar, sobre el electorado, decir que su alcance está muy restringido por la existencia de los
partidos y por el procedimiento o método democrático aceptado. Los partidos tienen sus programas y
seducen con sus promesas de bienestar público pero un partido es un grupo de militantes que se proponen
alcanzar el poder político. La psicotecnia de dirección, la propaganda, las consignas, y las marchas, en su
caso, son elementos esenciales en su acción política para alcanzar el poder y permanecer en él.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 6 - DAHL
TEXTO 6 – DAHL - LA POLIARQUIA: PARTICIPACIÓN Y OPOSICIÓN

Conceptos
El desarrollo de un sistema político que facilite la oposición, la rivalidad y la competencia entre el gobierno y
sus antagonistas es una faceta importante del proceso democrático. Los procesos de democratización y de
desarrollo de la oposición no son idénticos.
El gobierno democrático se caracteriza por su continua aptitud para responder a las preferencias de sus
ciudadanos, sin establecer diferencias políticas entre ellos. Denominamos democracia al sistema político
entre cuyas características se cuenta su disposición a satisfacer entera o casi enteramente a todos los
ciudadanos.
Para que un gobierno no responda durante un período de tiempo dado a las preferencias de sus ciudadanos
sin distinciones políticas, todos ellos deben tener igualdad de oportunidades para:
1. Formular las preferencias:
• Libertad de asociación
• Libertad de expresión
• Libertad de voto
• Libertad para que los líderes políticos compitan en busca de apoyo
• Diversidad de fuentes de información

2. Manifestar las preferencias:


• Libertad de asociación
• Libertad de expresión
• Libertad de voto
• Elegibilidad para la cosa pública
• Derecho de los líderes políticos a competir en busca de apoyo
• Diversidad de fuentes de información
• Elecciones libres e imparciales

3. Recibir igualdad de trato por parte del gobierno en la ponderación de las preferencias:
• Libertad de asociación
• Libertad de expresión
• Libertad de voto
• Elegibilidad para la cosa pública
• Derecho de los líderes políticos a competir en busca de apoyo: derecho de los líderes políticos a
luchar por los votos.
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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 6 - DAHL
• Diversidad de fuentes de información
• Elecciones libres e imparciales
• Instituciones que garanticen que la política del gobierno dependa de los votos y demás formas de
expresar las preferencias

La democratización consta de dos dimensiones: el debate público y el derecho a participar.

Derecho a participar en las elecciones y en el gobierno


Hegemonía cerrada: gobierno más próximo al ángulo inferior izquierdo.
Si este se desliza hacia arriba tiende a abrirse más al debate público (tránsito de una hegemonía cerrada a
una oligarquía competitiva). Si evoluciona horizontalmente obtiene mayor participación, caminando así a una
mayor popularización, es decir, se hace más representativo (tránsito de una hegemonía cerrada a una
hegemonía comprensiva).
Democracia: se situaría en el ángulo superior derecho (poliarquías). Estas poliarquías son sistemas
sustancialmente liberalizados y popularizados, muy representativos a la vez que francamente abiertos al
debate público. La mayoría de los sistemas actuales se encuentran en la zona central.

Puntualizaciones
La democratización comprende ciertas transformaciones históricas bien definidas. Una de ellas es el tránsito
de hegemonías y oligarquías competitivas a regímenes casi poliárquicos. Otra es la modificación de las cuasi
poliarquías en poliarquías plenas, otra es la plena democratización de las poliarquías.
Competitivos en las organizaciones sub nacionales, hegemónicos a nivel nacional.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 6 - DAHL

Org. Sub nacionales Bajo Régimen Nacional Alto

Supuestos:
Cuando los regímenes hegemónicos y las oligarquías competitivas evolucionan hacia la poliarquía aumentan
las oportunidades de participación y de debate auténticos, y, por consiguiente, el número de individuos,
grupos e intereses cuyas preferencias hay que considerar al ejercer el poder político.
Toda transformación que ofrezca a los opositores al gobierno mayores oportunidades para traducir sus
metas en actos políticos respaldados por el Estado, implica la posibilidad de conflicto con los individuos,
grupos o intereses a los que deponen en tal gobierno.
Cuanto más hondo sea el conflicto entre el gobierno y la oposición, mayores serán las posibilidades de que
cada uno niegue al otro la participación efectiva en el ejercicio del poder político. Cuanto más fuerte sea el
conflicto, más alto será el precio que cada uno tendrá que pagar para tolerar al otro.

Axiomas:
1) La probabilidad de que un gobierno tolere la oposición aumenta en la medida que disminuye el precio de
dicha tolerancia.
2) La probabilidad de que un gobierno tolere la oposición crece en la medida en que aumenta el precio de
suprimirla.
3) En la medida en que el precio de la supresión exceda al precio de la tolerancia, mayores son las
oportunidades de que se dé un régimen competitivo.

Precio de la tolerancia
Costos
Precio de la represión
Probabilidad de un régimen competitivo.
Cuanto más bajo es el precio de la tolerancia más seguridades tiene el gobierno. Cuando más alto el precio
de la supresión mayores son las seguridades de la oposición. Las condiciones que proporcionan un alto
grado de seguridad mutua, tanto para el gobierno como para la oposición, propenden a originar y preservar
oportunidades más amplias para que la oposición discuta la conducta del gobierno.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 6 - DAHL
¿Tiene importancia la poliarquía?
Razones para pensar que la transformación de un régimen hegemónico en otro más competitivo o de una
oligarquía competitiva en una poliarquía produce consecuencias significativas:
1) Están en primer lugar las libertades de corte liberal clásico que forman parte de la definición de debate
público y de la participación: oportunidades para oponerse al gobierno, para formar organizaciones políticas,
para expresarse libremente en materias políticas sin miedo a las represalias del gobierno, leer y oír puntos
de vista distintos sobre una misma cuestión, emitir voto secreto en elecciones donde los candidatos de los
distintos partidos luche por obtener esos votos y, tras las cuales, los derrotados acepten pacíficamente la
victoria de los ganadores, etc.
2) La participación abierta y la competencia política combinadas originan un cambio en la composición
política de los dirigentes, especialmente entre aquellos que obtienen sus cargos por vía electiva, es decir,
los miembros del parlamento. Al acceder nuevos grupos al sufragio, los candidatos más afines con las
características sociales de los recién incorporados obtienen mayor participación en los cargos colectivos.
3) A medida que el sistema se hace más competitivo o más representativo, los políticos buscan el apoyo de
los grupos que van ganando el acceso a la vida política, y responden de maneras muy diversas a las nuevas
oportunidades de participación y de debate público.
4) En todos los países, cuantas mayores oportunidades haya para expresar, organizar, y representar las
preferencias políticas, mayor será el número y variedad de preferencias e intereses políticos con
probabilidades de estar presentes en la vida política. Por consiguiente, en todo momento y en todo país, el
número y variedad de preferencias representadas en el proceso político suelen ser mayores cuando su
forma de gobierno no es ni una poliarquía ni un régimen mixto; y mayores serán en éste que en una
hegemonía.
5) Las consecuencias que acompañan a las formas de gobierno con umbrales de participación y debate
público muy bajos son, desgraciadamente, oscuras. Es un campo en el que se hace muy difícil emprender
investigaciones transversales a nivel nacional.
6) Se podría especular sobre las consecuencias derivadas de las diferencias ente los regímenes. Así, por
ejemplo, cabe la posibilidad de que, si las diferencias persisten durante períodos de tiempo prolongados, los
distintos regímenes influyan en las creencias, actitudes, cultura y personalidad de sus ciudadanos.

¿Qué condiciones favorecen significativamente las oportunidades para el debate público y la poliarquía?
Condiciones:
Secuencias históricas, grado de concentración en el orden socioeconómico, nivel de desarrollo
socioeconómico, desigualdades, segmentación subcultura, control extranjero y creencias de los activistas
políticos.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 7 - PRZEWORSKI
TEXTO 7 - PRZEWORSKI - Que esperar de la democracia

Escritor polaco, período de plena disconformidad con la democracia.


Características del ideal Democrático: Przeworski, 2010.
• Pueblo único soberano
• Debe gobernarse a sí mismo
• Todas las personas serán tratadas por igual y sus vidas estarán libres de interferencias indebidas de otros
(incluido el gobierno).

La democracia ha enfrentado repetidamente 4 DESAFIOS que, en la actualidad, continúan provocando una


insatisfacción intensa y muy extendida:
1) La incapacidad de generar IGUALDAD en el terreno socioeconómico.
2) De hacer sentir a la gente que su PARTICIPACION política es efectiva.
3) De asegurar que los gobiernos hagan lo que se supone que deben hacer y no hagan lo que no se les ha
mandado hacer. Déficit de REPRESENTACION de las ciudadanías por sus gobernantes.
4) De equilibrar orden con LIBERTAD.

Al mismo tiempo, la democracia siempre vuelve a despertar nuestras esperanzas.


¿Cuáles de estas incapacidades son contingentes (propias de ciertos contextos y coyunturas específicas) y
cuales son estructurales, inherentes a cualquier sistema de gobierno representativo?
Las democracias aparecen en variaciones y sus incapacidades en gradaciones.

Democracia y “Democracia”
DUNN:
1) ¿Cómo fue que las instituciones políticas evolucionaron hasta ordenamientos en los que partidos políticos
compiten en elecciones periódicas y ocupan cargos en función del resultado de éstas?
2) ¿Cómo fue que llegamos a llamar a esos ordenamientos “Democracia”?
• La palabra democracia apareció en el siglo V a.C en un pequeño municipio del sureste de Europa; adquirió
una mala reputación y desapareció del uso.
• 1531: primera aparición en inglés.
• 1771: Encyclopaedia Britannica: “Democracia es lo mismo que gobierno popular, en que el supremo poder
está en las manos del pueblo”.
• 1780: entró en el discurso público en Europa. Aparece la “aristocracia” como su antónimo. “Demócratas”
eran los que querían que todos disfrutáramos de los mismos derechos que los aristócratas.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 7 - PRZEWORSKI
• Primera mitad del siglo XIX: surgió una visión positiva de la Grecia antigua como una democracia. Aunque
la identificación de los buenos gobiernos como “democracias” solo llegó a ser la norma después de la
Primera Guerra Mundial.
• Al tiempo, “democracia” terminó siendo la etiqueta que todos los gobiernos querían tener.
• 1955: Encyclopaedia Britannica: se define democracia como “una forma de gobierno basada en el
autogobierno del pueblo, y en la época moderna, en instituciones representativas libremente elegidas, un
ejecutivo responsable ante el pueblo, y una forma de vida basada en el supuesto fundamental de la igualdad
entre los individuos y su igual derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.
• En la actualidad: demócratas son aquellos que aprecian las tres instituciones representativas, la igualdad
de todos y la libertad para todos.
• Pericles: se llama democracia porque el gobierno está en manos no de los pocos sino de la mayoría. En
las disputas, todos son iguales ante la ley. La libertad es una característica de nuestra vida pública.

DEMOCRACIA DEMOKRATIA = DEMOS (pueblo) + KRAITEN (gobierno)

Ideales, acciones e intereses:


Antes del establecimiento de instituciones deben existir determinadas ideas. Las instituciones políticas se
crean en un acto deliberado donde el último punto es la redacción de una constitución.
Para diferenciar las ideas y las acciones: nos preguntamos qué es lo que podemos observar y lo que no.
Observamos lo que algunos protagonistas dijeron e hicieron, pero no podemos observar lo que querían ni lo
que pensaban.
Siempre que las palabras y las acciones divergen podemos pensar que hay intereses en juego.

2 TESIS PESIMISTAS SOBRE EL ORIGEN Y EL ALCANCE DEL IDEAL DEMOCRATICO:


• Ideal lógicamente incoherente e irrealizable en la práctica
• Son instituciones creadas para la defensa de los intereses de grupo minoritarios. o Si, la democracia es
una institución creada para preservar intereses, pero todas las instituciones lo son.

Según el autor del texto, estas críticas dicen una parte de la realidad, son legítimas.
o No podemos pedirle algo a la democracia que nunca se ha dado con ningún sistema. Si, es verdad, existe
incoherencia, pero no hay algún registro histórico de que algún sistema sea más coherente y realizable en
la práctica que la democracia.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 7 - PRZEWORSKI
Igualdad, participación, representación y libertad:
El principio de que el pueblo, en singular, se gobierna a sí mismo no se traduce fácilmente en un sistema
institucional en el que las personas (en plural) se gobiernan a sí mismas. Por lo que paso a ser un tema de
discusión el hecho de si era posible implementar este principio. Cuando la realidad de las divisiones sociales,
económicas y políticas se hizo evidente, la idea de que todo el pueblo pudiera ser representado
simultáneamente por alguien se hizo insostenible.
Ser gobernados por equipos de políticos seleccionados en elecciones periódicas se transformó en la
segunda mejor posibilidad. Se trata de un sistema de toma de decisiones colectiva que refleje del mejor
modo las preferencias individuales y haga lo más libre posible a la mayor cantidad de personas.
Este sistema tiene que satisfacer 4 condiciones:
• Cada uno de los participantes debe poder ejercer la misma influencia en la toma de decisiones colectiva.
• Cada uno de los participantes debe tener alguna influencia efectiva en las decisiones colectivas.
• Las decisiones colectivas deben ser implementadas por los elegidos para implementarlas.
• El orden legal debe permitir la cooperación segura sin interferencias indebidas.

1) Igualdad:
• Tensión inevitable entre igualdad política e igualdad económica
• A pesar de todos los discursos sobre ser todos iguales, la igualdad en la que se pensaba era la igualdad
política formal, se imaginaban procedimientos que dieran a todos iguales oportunidades de influir en los
resultados colectivos y también en la igualdad ante la ley. No era igualdad social ni económica. El misterio
es porque la democracia no genera más igualdad económica.
• Es posible que existan barreras económicas y tecnológicas para alcanzar la igualdad. Igualar los activos
productivos resulta muy difícil. Pero incluso si se igualara la capacidad de obtener ingresos, en las
economías de mercado la desigualdad resurgiría. Es muy probable que la igualdad sencillamente no sea un
equilibrio económico factible
• Ningún tipo de instituciones políticas logro eliminar completamente la desigualdad económica
• La igualdad política requiere mayor igualdad económica.

2) Participación:
• Tensión entre participación, productividad política y estabilidad política. (¿Cuánta gente puede participar
en la democracia? ¿Cuánta gente tolera la democracia como participantes?)

• Si bien los votantes tienen varias opciones, nadie puede, en forma individual llegan a elegir cuando votan,
y tampoco sus votos tienen un efecto causal sobre los resultados, las decisiones colectivas que surgen de
ese proceso solo reflejan distribuciones de las preferencias individuales.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 7 - PRZEWORSKI
• Relación entre ofertas políticas (similares) y participación electoral.
• Aun cuando los competidores electorales presenten propuestas políticas claras, los votantes solo pueden
elegir entre lo que alguien ha propuesto. Por lo que no eligen entre todas las posibilidades concebibles. Y
como la competencia electoral empuja a los partidos
• a ofrecer plataformas similares, las opciones que se presentan en las elecciones son escasas

3) Representación:
• ¿Es posible la representación perfecta?
• Dilemas de toda relación “principal-agente”. Autonomía del mandatado vs control del que manda.
• Importancia de la rendición de cuentas.

4) Libertad:
• Paradoja: la promesa democrática de libertad.
• La democracia tiene límites en relación la extensión de la igualdad económica, la participación
efectiva, a la agentividad perfecta y la libertad. Sin embargo, no hay ningún sistema político que
pueda funcionar mejor. La política, en cualquier forma o estilo, tiene límites en la conformación y
transformación de las sociedades.
Se intenta materializar en el marco institucional de los estados modernos.
Para los protagonistas, libertad quería decir que el gobierno debía permitir a los ciudadanos cooperar
manteniendo el orden, aunque sin violar arbitraria o innecesariamente la libertad individual. Sin embargo,
lograr un equilibrio entre el orden y la no interferencia ha resultado difícil.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 8 - LIPSET
TEXTO 8 - LIPSET - Algunos requisitos sociales de la democracia: desarrollo económico y
legitimidad política.

Las condiciones asociadas con la existencia y estabilidad de la sociedad democrática han sido una
preocupación básica de la filosofía política, por lo que se aborda este problema desde un punto de vista
sociológico y conductista.

Introducción
• No hay ninguna condición vinculada de forma habitual a un sistema político determinado. Definiremos la
democracia como un sistema político que, de forma regular y constitucional, proporciona oportunidades
para cambiar a los gobernantes.

Es un mecanismo para resolver el problema de la elaboración de decisiones sociales entre grupos de


intereses contrapuestos, que permite que la mayor parte posible de la población influya en estas decisiones
a través de la posibilidad de elegir entre candidatos alternativos para el desempeño de un cargo político.
Esto implica una serie de condiciones específicas según las definiciones de Max Weber y Schumpeter:
• Una ‘’fórmula política’’, sistema de creencias, que legitime el sistema democrático y que especifique las
instituciones.
• Un grupo de dirigentes políticos en el poder.
• Un grupo o más de dirigentes, que no están en el poder y que actúan como oposición legítima intentando
conseguir el poder.

Primero, si un sistema político no se caracteriza por un sistema de valores que permita el ‘’juego’’ pacífico
del poder, no puede haber ninguna democracia estable (Estados latinoamericanos).

Segundo, si el resultado del juego político no es el otorgamiento periódico de autoridad efectiva a un grupo,
un partido o una coalición estable, el resultado será un gobierno inestable e irresponsable y no una
democracia (Italia fascista).

Tercero, si las condiciones que facilitan la perpetuación de una oposición eficaz no existen, la autoridad de
los funcionarios se maximizará y la influencia popular sobre la política será mínima (dictaduras).

• No hay por qué prever una correlación demasiado alta entre aspectos de la estructura social como renta,
educación, religión, por una parte, y democracia, por otra, ni siquiera sobre las bases teóricas, porque,
en la medida en que el subsistema político de la sociedad actúa autónomamente, una forma política
particular puede persistir en condiciones normalmente adversas para el surgimiento de esa forma.
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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 8 - LIPSET
O puede desarrollarse una forma política determinada debido a un síndrome de factores históricos
políticamente únicos, aunque características sociales importantes favorezcan esta forma.
• No hay que valorar excesivamente las elevadas correlaciones que revelan los datos entre democracia y
otras características institucionales de las sociedades, porque acontecimientos excepcionales pueden
explicar bien la persistencia o bien el fracaso de la democracia en cualquier sociedad concreta. Max
Weber sostenía con firmeza que las diferencias entre las pautas nacionales solían ser reflejo de
acontecimientos históricos decisivos que en un país ponen en movimiento y un segundo proceso en otro.
• Los principales criterios que se utilizan en este artículo para situar a las democracias europeas son la
continuidad ininterrumpida de democracia política desde la primera guerra mundial y para América Latina
es el de si un determinado país ha tenido un historial de elecciones más o menos libres durante la mayor
parte del período comprendido entre el final de la primera guerra mundial y el momento actual.

Desarrollo económico y democracia


• Los hombres han afirmado, desde Aristóteles hasta el presente, que sólo en una sociedad próspera, en
la que vivan relativamente pocos ciudadanos en condiciones de auténtica pobreza, podría darse una
situación en la que la masa de la población participase inteligentemente en la política y desarrollase
autocontrol preciso para no dejarse arrastrar por demagogos irresponsables.

• Se han establecido varios índices de desarrollo económico: la riqueza media, el grado de


industrialización y urbanización y el nivel de instrucción son mucho más altos en todos los casos en los
países más democráticos. Los índices de riqueza utilizados son la renta per cápita, el número de
personas por vehículo de motor y por médico y el número de aparatos de radio, teléfonos y periódicos
por millar de habitantes.

• Se ha dicho muchas veces que cuanto más instruida está la población de un país, más posibilidades hay
para la democracia; la instrucción amplía el horizonte humano y el factor de diferenciación más
importante entre los que dan respuestas democráticas y los demás ha sido la instrucción, pero ello por
sí solo no estabiliza sus democracias. Es posible, sin embargo, que la instrucción haya servido para
inhibir otras fuerzas antidemocráticas: datos de la Alemania posnazi indican claramente que la educación
superior está vinculada en este caso al rechazo del gobierno de un hombre fuerte y un partido, por lo
que es una condición necesaria en el mundo moderno.

• El aumento de la riqueza y de la instrucción ayuda también a la democracia, porque debido a él los


estratos inferiores recibirán presiones contrapuestas que reducirán la intensidad de su adhesión a
determinadas ideologías y harán que tiendan a apoyar menos a los extremistas.

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TEXTO 8 - LIPSET
• También la renta nacional está relacionada con los valores políticos y el estilo de la case superior. Cuanto
más pobre es un país y más bajo es el nivel de vida absoluto de las clases más bajas, mayor es la
presión sobre los estratos superiores para que traten a las clases inferiores como seres que quedan
fuera del ámbito de la sociedad humana. Las marcadas diferencias en el estilo de vida entre quienes
están en la cúspide y quienes están en la base, hace que esto sea psicológicamente necesario.

• También parece guardar cierta relación con ella la presencia de instituciones y organizaciones
intermedias, capaces de actuar como fuentes de poder compensatorio y de reclutar participantes en el
proceso político. Según lo describe Tocqueville y otros, las organizaciones son una fuente de poder
equilibrador, impiden que el Estado, o cualquier fuente de poder privada importante, dominen todos los
recursos políticos, ayudan a aumentar el interés y la participación en la política.

Legitimidad y democracia
• Legitimidad y eficacia: en el mundo moderno el desarrollo económico es una condición básica para que
la democracia se sostenga.
• La estabilidad de un determinado sistema democrático no depende sólo de su eficacia en la
modernización, sino también de la eficacia y la legitimidad del sistema político. Por eficacia se entiende
la actuación concreta de un sistema político y por legitimidad se incluye la capacidad de un sistema
político para generar y mantener la convicción de que las instituciones políticas existentes son las más
convincentes o apropiadas por la sociedad. El nivel de legitimidad de los sistemas políticos democráticos
contemporáneos depende, en gran medida, de los medios con que se hayan resuelto los temas clave
que han dividido históricamente a esa sociedad.
• La legitimidad, en sí y por sí, puede vincularse con diversas formas de organización política, que incluyen
las opresivas.
• Una crisis de legitimidad es una crisis de cambio, y sus raíces han de buscarse en el carácter de cambio
de la sociedad moderna.
• Se puede proponer la hipó tesis de que la crisis de legitimidad se produce durante una transición hacia
una estructura social nueva si:
a. Todos los grupos importantes no se aseguran el acceso al sistema político al principio del período de
transición o, al menos, tan pronto como plantean las exigencias políticas.
b. El estatus de las instituciones conservadoras importantes está amenazado durante el período de
cambio estructural.

• Una prueba palpable del nexo que existe entre la legitimidad preservada de las instituciones
conservadoras y la democracia es la relación entre monarquía y democracia.

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TEXTO 8 - LIPSET
• Las naciones que han pasado del absolutismo y la oligarquía (vinculados a una Iglesia del Estado) a un
Estado de bienestar democrático reteniendo las formas de la monarquía, suelen ser más capaces de
realizar cambios, manteniendo a la vez un hilo continuo de legitimidad en sus instituciones políticas.
• La preservación de la monarquía ha asegurado, al parecer, la lealtad hacia el sistema de los sectores
aristocráticos, tradicionalistas y clericales de la población, molestos con el crecimiento de la
democratización y el igualitarismo. Las capas conservadoras se ganaron o conservaron la lealtad de los
nuevos ciudadanos.
• La continuidad de las situaciones primarias e integradoras durante un período de transición en el que
están surgiendo nuevas instituciones sociales es una fuente primordial de legitimidad.
• El segundo tipo general de pérdida de legitimidad depende de cómo afrontan las sociedades el problema
del ‘’acceso a la política’’. Siempre que pasan a ser políticamente activos nuevos grupos, un acceso
relativamente fácil a las instituciones políticas legítimas tiende a asegurar la lealtad al sistema de estos
nuevos grupos, que pueden, por su parte, permitir que los viejos estratos dominantes conserven su
propia integridad de estatus.
• Los sistemas políticos que niegan a los nuevos estratos el acceso al poder político, salvo a través de
medios revolucionarios, también impiden que se desarrolle la legitimidad provocando esperanzas
milenarias en el terreno de la política.
• Los grupos que se sienten obligados a penetrar en el cuerpo político por medios violentos, tienden a
exagerar extremadamente las posibilidades que otorga la participación política. Dando por supuesto una
razonable eficacia, si el estatus de los principales grupos conservadores resulta amenazado, o si se
niega el acceso al sistema político en períodos cruciales, seguirá en entredicho la legitimidad del sistema.
Incluso en sistemas legítimos, una quiebra de la eficacia, repetida o permanente durante un largo
período, amenazará su estabilidad.
• Una prueba importante de la legitimidad es en qué medida determinadas naciones han elaborado una
‘’cultura política secular’’ común, festividades y rituales nacionales que sirven para mantener la
legitimidad de diversas prácticas democráticas.
• Puede haber variaciones nacionales en el grado de legitimidad que los diversos estratos otorgan a sus
instituciones políticas. Y conocer el grado relativo de legitimidad de las instituciones políticas de una
nación es de importancia básica si se pretende analizar la estabilidad de esas instituciones cuando surge
una crisis de eficacia (pg. 134).
• El vínculo entre el análisis de la legitimidad y el análisis interior de la contribución a la democracia del
desarrollo económico, es evidente en los procesos a través de los cuales regímenes con escasa
legitimidad pueden obtenerla, y lo contrario, en los que están relacionados con el desmoronamiento de
un sistema legitimado. Así, las naciones que se han adaptado con más éxito a las exigencias de un
sistema industrial son las que tienen menos tensiones internas y o bien preservan su legitimidad
tradicional, la monarquía, o establecen nuevos símbolos fuertes de legitimidad.
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TEXTO 8 - LIPSET
• Legitimidad y división: la eficacia prolongada del sistema como un todo puede llegar a legitimar el sistema
político democrático, como en los casos de los Estados Unidos y Suiza. Por lo tanto, además de los
requisitos clave de un sistema político democrático fue igual en las condiciones que sirven para moderar
la intensidad de la lucha partidista.
• El carácter y el contenido de las principales divisiones que afectan a la estabilidad política de una
sociedad están básicamente determinados por factores históricos que han influido en el modo de resolver
(o de no resolver a lo largo del tiempo) los principales problemas que dividen a la sociedad.
• En los tiempos modernos surgieron tres problemas principales en los estados de Occidente: el primero
fue la cuestión religiosa: el lugar que debía ocupar la Iglesia y/o la existencia de diversas religiones
dentro de la nación. El segundo fue el de la admisión de los estratos más bajos, entronización del acceso
al poder a través del sufragio universal, y el derecho legítimo a negociar colectivamente en la esfera
económica. El tercero fue la lucha constante en torno a la distribución de la renta nacional. Aliviar
tensiones, una detrás de otra, contribuye a la estabilidad del sistema político. La cuestión religiosa, en
lugar de la Iglesia en la sociedad, se afrontó y se resolvió en la mayoría de las naciones protestantes en
los siglos XVIII y XIX, y dejó de ser motivo de polémica política grave. Es en los países católicos de
Europa a los que les corresponde proporcionar ejemplos de situaciones en que el enfrentamiento
histórico entre fuerzas clericales y anticlericales, provocado por la revolución francesa, ha seguido
dividiendo a los hombres políticamente hasta el día de hoy.
• El tema de la ciudadanía o de la igualdad política también se ha resuelto de diversas formas. Por ejemplo,
en la Alemania de los Hohenzollern se negó a los trabajadores el sufragio libre y lo mismo sucedió en
Prusia hasta la revolución de 1918. En Francia, los trabajadores obtuvieron el sufragio, pero se les
negaron derechos económicos básicos hasta después de la segunda guerra mundial.
• Muchas políticas como la de weltanschauung ha reducido también las posibilidades de una democracia
estable, intentar crear a menudo un ‘’entorno integrado’’, en el que el máximo posible de la vida de los
miembros está encapsulado en actividades ideológicamente vinculadas.
• Hay que establecer una diferenciación analítica básica entre partidos de representación que refuerzan
la democracia, y partidos de integración que la debilitan. Los primeros consideran que la función del
partido es primordialmente la de conseguir votos durante el partido electoral (partidos de las democracias
angloparlantes y de Escandinavia…) y a los partidos de integración, les interesa, sobre todo, hacer que
el mundo se ajuste a su filosofía básica o weltanschuung. Piensan que la lucha política o religiosa es un
enfrentamiento entre la verdad divina o histórica por una parte y el error básico por la otra. Necesitan
impedir que sus seguidores se vean expuestos a las presiones contrarias que traería consigo la
disminución de la fe.
• Las dos agrupaciones que han seguido estos procedimientos han sido los católicos y los socialistas, que
antes de 1939 procuraron aumentar las comunicaciones interreligiosas e interclasistas creando una red
de organizaciones económicas y sociales vinculadas a la Iglesia y al partido. Las organizaciones
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TEXTO 8 - LIPSET
totalitarias, fascistas y comunistas, ampliaron al límite máximo posible el carácter integracionista de la
vida política.
• El aislamiento puede intensificar la fidelidad al partido o a la Iglesia, pero también puede servir para
impedir que un partido llegue a nuevos estratos.
• Los partidos que quieran llegar a conseguir una mayoría por métodos democráticos deben prescindir, en
último término, de sus tendencias integracionistas. La única justificación para aislarse del resto de la
cultura es una vigorosa fidelidad a la idea de que el partido posee la única verdad, que hay determinados
temas básicos que deben resolverse con el triunfo de la verdad histórica.
• Los católicos pueden aceptar los supuestos de la democracia política, pero nunca los de la tolerancia
religiosa. Muchas cuestiones políticas en las que en otros países se puede llegar perfectamente a una
negociación, se agravan por la cuestión religiosa y no pueden resolverse.
• Siempre que la estructura social ‘’aísla’’ espontáneamente del contacto con opiniones diferentes a grupos
o individuos con una actitud política similar, los aislados tienden a respaldar a los extremistas políticos.
• Las fidelidades y afiliaciones múltiples y políticamente incoherentes son estímulos que sirven para
reducir la emoción y la agresividad que entraña la elección política.
• Cuando un hombre pertenece a una diversidad de grupos de manera que todos le predisponen hacia la
misma elección política, está en la situación del trabajador aislado, y es mucho menos probable que sea
tolerante con las opiniones de la oposición, o que contemple con ecuanimidad la posibilidad de que la
oposición llegue al poder.
• Los datos disponibles indican que las posibilidades de una democracia estable se fortalecen en la medida
en que los estratos sociales, los grupos y los individuos tienen una serie de afiliaciones políticamente
importantes de carácter general.
• Una democracia estable exige una tensión relativamente moderada entre las fuerzas políticamente
contendientes. Y la capacidad del sistema para resolver las cuestiones clave que dividen a los individuos
antes de que surjan otras nuevas facilita la moderación política.
• El sistema se debilita en la medida en que se permite que las divisiones de religión, ciudadanía y
‘’negociación colectiva’’ se acumulen y se refuercen entre ellas estimulando la hostilidad partidista.
Cuando más reforzadas y correlacionadas estén las fuentes de división, es menos probable que exista
tolerancia política.

Sistemas de gobierno y democracia


De la hipótesis de que las bases generales de división son más convenientes para la vitalidad de la
democracia, se deduce que los sistemas bipartidistas son mejores que los sistemas multipartidistas, que los
sistemas electorales que suponen la elección de funcionarios según una base territorial son preferibles a los
sistemas de representación proporcional y que el federalismo es superior al estado unitario.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 8 - LIPSET
• Los partidos que no se orientan nunca a la obtención de una mayoría procuran maximizar el apoyo
electoral de una base limitada.
• La proposición de que la representación proporcional debilita la democracia en vez de apoyo en el
análisis de las diferencias entre situaciones multipartidistas y situaciones de partidos mayoritarios.

En este sentido, la representación territorial ayuda a estabilizar los sistemas políticos, forzando a los grupos
de interés a buscar sus fines sólo dentro de un marco electoral que obliga a tener en cuenta intereses
diversos, y fuerza al pacto y al compromiso.
El federalismo sirve para fortalecer la democracia porque aumenta la posibilidad de múltiples fuentes de
división. Añade valores e intereses regionales a otros que recorren la estructura social como clase, religión
y etnicidad.
Crea una fuente adicional de división general y figura como fuente de resistencia a la centralización del poder
y base de adiestramiento de nuevos dirigentes políticos; proporciona al partido que está ‘’fuera’’ una
participación en el sistema como un todo.
Cuando la eficacia y la legitimidad son tan bajas que debilitan los cimientos de la democracia, los factores
constitucionales que fomentan el multipartidismo contribuyen a que haya menos posibilidades de que el
sistema sobreviva.

Problemas de la democracia contemporánea


La pauta característica de las democracias occidentales estables de mediados del siglo XX es la de una fase
‘’pospolítica’’. Hay relativamente poca diferencia entre la derecha y la izquierda democráticas: los socialistas
son moderados y los conservadores aceptan el Estado de bienestar.
En gran medida, esto es consecuencia de que en esos países los trabajadores han ganado su lucha por la
ciudadanía y por la participación política.
• La lucha por los derechos civiles tuvo dos aspectos: el político (el acceso al poder a través del sufragio)
y el económico (institucionalización de los derechos sindicales de participación en las decisiones que
afectan a los salarios y a las condiciones de trabajo).
• El único problema doméstico clave actual es la negociación colectiva para salvar las diferencias de la
división del producto total en la estructura de un Estado de bienestar keynesiano, y esos problemas ni
exigen ni precipitan el extremismo de ninguna de las dos partes.
• En la mayoría de los países de la Europa oriental y de la Europa latina, la lucha por la integración de la
clase obrera en el cuerpo político no concluyó antes de que apareciesen en escena los comunistas para
hacerse con la división de los trabajadores. En Europa, en los inicios de la política moderna, los
trabajadores se enfrentaban al problema de obtener la ciudadanía, el derecho a participar en el juego
político, que los estratos burgueses y aristocráticos dominantes que controlaban la política les negaban.

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TEXTO 8 - LIPSET
• Todo el sistema está cabeza abajo. La izquierda de las democracias estables europeas creció
gradualmente en una lucha por más democracia y dio expresión a los descontentos del inicio de la
industrialización, mientras que la derecha retuvo el apoyo de los elementos tradicionalistas de la
sociedad, hasta que el sistema alcanzó un equilibrio como entre una derecha y una izquierda
modificadas.

Importantes:
• Las naciones que tienen mejores perspectivas, Israel, Japón, Líbano, Filipinas y Turquía, tienden a
parecerse a Europa en uno o más factores importantes: un elevado nivel de instrucción (salvo Turquía),
una clase media considerable y creciente, y un mantenimiento de la legitimidad política por grupos no
izquierdistas.
• Dada la presión a favor de la industrialización rápida, y de la solución inmediata de problemas crónicos
de pobreza y hambre a través de medios políticos, es improbable que muchos de los nuevos gobiernos
de Asia y África se caractericen por un sistema de partidos abierto que represente básicamente valores
y posiciones de clase distintos.

En conclusión, la democracia no se alcanza sólo por actos de la voluntad; pero las voluntades de los
hombres, a través de la acción, pueden conformar instituciones y acontecimientos orientándolos en
direcciones que aumenten o disminuyan la posibilidad de que la democracia surja y sobreviva.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
TEXTO 9 – PRZEWORSKI – Democracia y desarrollo económico
Se discuten dos cuestiones:
1- Si el desarrollo económico afecta el surgimiento y la supervivencia de los regímenes políticos
2- Si los regímenes políticos afectan el desempeño económico.

El texto acá habla del ejemplo de Malí en época de dictadura (año 1985), que tuvo un crecimiento de PBI
per cápita del 5.35%, comparado con el de Francia que era un país con democracia que ese mismo año
creció solo un 1.43%, pero termina en decir que no es relevante la comparación, se concluye que, si
comparamos el crecimiento de una democracia contra el de una dictadura, es erróneo hacerlo).

Democracias y dictaduras
La democracia es un régimen político en el que los que gobiernan son seleccionados por medio de
elecciones libres y competitivas. Operativamente, la democracia es un régimen en el que los titulares de los
cargos pierden las elecciones y deben abandonarlos. Por lo tanto, mi definición de la democracia es
schumpeteriana o «electoralista». Las dictaduras son tratadas como una categoría residual: las «no
democracias».

Desarrollo económico y dinámica de los regímenes


Introducción
Cualquier observador casual señalaría que las democracias son poco frecuentes en los países pobres y
habituales en los países ricos. Entre 1950 y 1999, de las 1335 observaciones anuales de países con ingreso
per cápita por debajo de USD 1000, solo notamos 142 años de democracia. De las 880 observaciones
anuales de países con ingresos superiores a USD 8000, solo 147 años fueron de dictaduras. En realidad, si
únicamente tomamos el ingreso per cápita, predeciremos correctamente el 75 % de las 5179 observaciones
anuales de los regímenes.
Existen dos razones potenciales para este patrón. Una, presentada por la teoría de la modernización, plantea
que es más probable que surjan las democracias a medida que los países se desarrollan económicamente.
La segunda, plantea que es posible que las democracias surjan sin relación alguna con el desarrollo
económico, pero una vez establecidas por cualesquiera sean los motivos, sobreviven en países
desarrollados.
Con el objeto de comprender por qué un país tiene un régimen en particular este año, debemos conocer qué
régimen tuvo y qué condiciones enfrentó durante el año anterior. A esto lo llamo la «dinámica de los
regímenes»: el proceso por el cual los dos regímenes surgen y mueren.
Dado que nos estamos ocupando solo de dos tipos de regímenes —democracias y dictaduras—, una
nace cuando la otra muere.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
La observación más general sostiene que las transiciones a la democracia suceden en una amplia variedad
de condiciones, mientras que las transiciones a las dictaduras presentan patrones bien definidos. Otra forma
de expresarlo es que resulta sencillo predecir estadísticamente si una democracia sobrevivirá, pero es casi
imposible predecir si se establecerá.

Transiciones a la democracia
1- Es poco probable que las democracias se establezcan en países pobres, tienen más posibilidades de
surgir en países con niveles medios de ingreso y, reiteramos, es menos probable si hay dictadura en un país
con un nivel alto de ingreso per cápita. Por lo tanto, no es cierto que el desarrollo económico dé lugar a la
democracia: si una dictadura sobrevive en un país que devino lo suficientemente rico, la transición a la
democracia es menos probable.
2- También esto es cierto respecto a la tasa de crecimiento económico. En promedio, las dictaduras tienen
casi las mismas probabilidades de sobrevivir cuando sus economías crecen que cuando declinan durante
uno, dos o tres años consecutivos. Algunas dictaduras mueren después de varios años de crecimiento
continuo, mientras que otras caen tras varios años de decadencia económica.
3- Resulta complejo evaluar el impacto de la distribución del ingreso, dada la escasez de datos, pero
parecería ser que las dictaduras son más vulnerables cuando la desigualdad de la distribución funcional del
ingreso es amplia (la participación de la mano de obra en el sector manufacturero es baja) y cuando el
ingreso familiar es más concentrado.
4- Consideremos que una variedad de otros factores —incluidos la historia política pasada, la
heterogeneidad etnolingüística, la distribución de las tres religiones y la herencia colonial— agregan poco
poder predictivo.

En resumen, parece que las dictaduras mueren en una amplia variedad de condiciones. Algunas
desaparecen en medio de las crisis económicas, pero otras se desvanecen tras un largo periodo de
prosperidad. Unas terminan cuando fallece el dictador que las estableció. Algunas colapsan como
consecuencia de las derrotas sufridas en las guerras externas. Otras se desmoronan ante la presión de la
comunidad internacional. Por lo tanto, las dictaduras están sujetas a múltiples riesgos.
El crecimiento económico puede debilitar al régimen autoritario haciendo que la economía sea demasiado
compleja para ser manejada por órdenes, aunque el declive económico también puede poner de rodillas una
dictadura al socavar su demanda de legitimidad. La presión externa puede debilitar a una dictadura, pero
también puede ofrecerle un eslogan de unidad nacional contra la injerencia extranjera.
La democracia es un régimen multilateral: es un régimen en el que los grupos de personas con intereses en
conflicto procesan sus conflictos de acuerdo con ciertas reglas. Para establecer la democracia, los distintos
grupos deben acordar el desacuerdo: deben aceptar un marco de instituciones dentro del cual procesarán
sus conflictos. Sin embargo, si las instituciones democráticas generan consecuencias distributivas, los
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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
actores estratégicos pueden defender el statu quo de la dictadura o establecer uno nuevo, aun si un sistema
democrático generaría resultados de Pareto-superior.

Supervivencia de las democracias


1. Ninguna democracia jamás cayó, incluso en el periodo anterior a la Segunda Guerra Mundial, en un país
que tuviera un ingreso per cápita más alto que el de la Argentina en 1975, que era de USD 6055. Las
democracias ricas sobrevivieron contra viento y marea a guerras, protestas, escándalos, crisis económicas
y gubernamentales. En países con ingreso per cápita por debajo de USD 1000, la probabilidad de que una
democracia muriera durante un año particular era de 0,0845, que implica que su expectativa de 201 vida
fuera de alrededor de doce años. Entre USD 1001 y USD 3000, esta probabilidad era de 0,0362 para una
duración esperada de veintisiete años. Entre USD 3001 y USD 6055, la probabilidad era de 0,0166, que se
traduce en una expectativa de vida de sesenta años. Y ya sabemos qué sucede cuando el ingreso per cápita
supera los USD 6055: la democracia dura para siempre.
2. La educación, en especial los años de escolaridad de un miembro promedio de la mano de obra, aumenta
la probabilidad de que una democracia sobreviva. Aun cuando el ingreso y la educación están muy
correlacionados, su impacto parece ser, en cierta medida, independiente. No obstante, el impacto del ingreso
per cápita parece ser mucho más fuerte.
3. El impacto del crecimiento económico en la supervivencia de la democracia es difícil de determinar. Los
patrones empíricos muestran que la democracia es más frágil en países donde el ingreso per cápita se
estanca o disminuye.
4. Toda conclusión sobre el impacto de la distribución del ingreso en la supervivencia de la democracia se
ve obstaculizada por la escasez y la baja calidad de los datos. Pero entre los pocos casos para los que se
dispone de datos comparables, las democracias tienen más probabilidades de sobrevivir cuando el
coeficiente de Gini o la proporción del ingreso del quintil superior e inferior son más bajos.
5. Las democracias tienen más probabilidades de sucumbir cuando un partido controla gran parte (más de
dos tercios) de las bancas de la Cámara Baja del Poder Legislativo. Asimismo, las democracias son más
estables cuando los jefes de gobierno cambian con frecuencia, mayor que una vez cada cinco años (pero
no tan seguido como cada dos años).
6. Desde Montesquieu (1995 [1748]), mucho se ha dicho acerca de la importancia de la cultura para el
surgimiento y la supervivencia de la democracia. «el énfasis que el protestantismo concede a la
responsabilidad individual promueve el surgimiento de valores democráticos» El único efecto de las
religiones que surgió del análisis estadístico es que las democracias tienen más probabilidades de emerger
en países con mayor cantidad de católicos. Ni el protestantismo ni el islamismo tienen efecto en el
surgimiento o la supervivencia de la democracia.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
7. El legado colonial muestra poco efecto en la estabilidad del régimen, una vez considerado el resto de los
factores. Los índices de fracaso 203 democrático son mucho más elevados entre las democracias
establecidas después de 1950. Sin embargo, este efecto desaparece cuando se controla el ingreso, lo que
indica que la diferencia observada se debe a los bajos ingresos de estos países y no directamente a su
herencia colonial.
8. Las democracias parlamentarias tienen muchas más posibilidades de sobrevivir que las presidenciales:
la expectativa de vida de una democracia parlamentaria es de setenta y cuatro años, mientras que para una
democracia presidencial es de veinticuatro años. En cierta medida, esta diferencia se debe a que con mayor
frecuencia las democracias presidenciales son un legado de las dictaduras militares, por lo que la influencia
militar puede persistir, mientras que las democracias parlamentarias se originan más a menudo a partir de
dictaduras civiles.
9. Por último, no es cierto que una democracia tenga más posibilidades de sobrevivir si lo ha hecho durante
largo tiempo. La probabilidad de que una democracia muera cae cuando las democracias se tornan más
antiguas, pero este resultado desaparece una vez que se controla el ingreso per cápita.

Si bien la educación, la distribución del ingreso, las instituciones políticas y las relaciones de las fuerzas
políticas producen cierto impacto en la supervivencia de la democracia independientemente del ingreso per
cápita, el papel de este último es abrumador.

Resumiendo
Sabemos que las democracias son frecuentes en los países económicamente desarrollados y poco comunes
en los países muy pobres. Observamos este patrón no porque las democracias tienen más probabilidades
de surgir como consecuencia del desarrollo económico, sino porque tienen muchas más posibilidades de
sobrevivir si surgen en países más desarrollados. Los caminos que conducen a la democracia son variados.
De hecho, parecen no seguir ningún patrón predecible. Sin embargo, una vez establecida, por cualesquiera
sean las razones, la supervivencia de la democracia depende de pocos y fácilmente identificables factores.
Entre ellos, el principal es el nivel de desarrollo económico captado por el ingreso per cápita. Pero las
instituciones políticas también son importantes.

Regímenes políticos y desarrollo económico


Producción total, inversión y producción per cápita:
El razonamiento resiste la reconstrucción. Primero, este argumento asume que la gente pobre tiene mayor
propensión al consumo. Este es el motivo por el cual la democracia puede ser compatible con el crecimiento
con altos, pero no bajos niveles de ingreso. Segundo, el modelo de crecimiento subyacente se lo atribuye al
aumento del stock de capital físico. Por último, la democracia siempre responde a las presiones de consumo
inmediato.
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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
Así, la cadena de razonamiento es la siguiente:
(1) la gente pobre quiere consumir de inmediato;
(2.1) cuando los trabajadores pueden organizarse, aumentan los salarios, reducen las ganancias y
disminuyen la inversión (ya sea bajando la tasa de rendimiento, o el volumen de las ganancias, o ambos);
(2.2) cuando la gente puede votar, los gobiernos distribuyen el ingreso separado de la inversión (ya sea que
impongan impuestos y los transfieran o que asuman una menor inversión pública); y (3) la reducción de la
inversión desacelera el crecimiento.
Los argumentos a favor de la democracia no son tan fuertes, pero todos se enfocan, de una forma u otra,
en la asignación eficiente: las democracias asignan mejor los recursos disponibles para usos productivos.
Debido a que los gobernantes autoritarios no rinden cuentas a los electores, no tienen incentivos para
maximizar la producción total, sino solo sus propias rentas.
Para evaluar el impacto los regímenes en el crecimiento, procedo en dos pasos:
Primero: analizo si los insumos productivos crecen a las mismas tasas en los dos regímenes. Se trata de
una comprobación de la hipótesis que establece que los regímenes no afectan las tasas de crecimiento de
los recursos productivos.
Segundo: para cada régimen por separado, estimo un modelo de función-producción,
Y=AF(K,L)=AKαLβ , en forma de crecimiento:

En la que los puntos sobre las variables indican derivados de tiempo, de manera que, para cualquier X, X =
dX/dt, y X/X es la tasa de crecimiento, mientras que λ es el instrumento para la variable de régimen. Los
coeficientes A/A (tratados como constantes, ya sea para regímenes o países o años, según los métodos de
estimación), α y β proporcionan estimaciones objetivas de la selección del progreso técnico y de la eficiencia
con la que el capital social y la mano de obra, respectivamente, contribuyen al crecimiento en cada régimen.
Por lo tanto, esta es una comprobación de la hipótesis que establece que la eficiencia con la que se usan
los recursos es la misma en los dos regímenes.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI

Se analiza ese cuadro, presenta los valores promedio observados y corregidos de la selección de cuota de
inversión y de tasas de crecimiento del capital social, la mano de obra, ingreso total y población para los dos
regímenes.

Inestabilidad política y crecimiento económico


Los regímenes políticos no producen ningún efecto en las tasas promedio de crecimiento del ingreso total.
Una opinión generalizada, por la influencia de Huntington (1968), sostiene que para el desarrollo económico
lo importante es la estabilidad política y no las instituciones políticas particulares. Cualquier sistema de
instituciones políticas promueve el desarrollo, siempre que se mantenga el orden político. El peligro es la
«inestabilidad política».
La estabilidad política, medida por cambios pasados y futuros en el Ejecutivo y por la frecuencia de huelgas,
manifestaciones y disturbios, es mucho mayor en las democracias. Aun así, la inestabilidad política afecta
el desempeño económico solo en las dictaduras. Los cambios del jefe del Ejecutivo, si bien son mucho
menos frecuentes en las dictaduras, son económicamente costosos solo en estos regímenes. Ya sea debido
a las limitaciones institucionales o a las motivaciones de los gobiernan las democracias, ni los pasados ni
los futuros cambios de jefes de gobierno afectan el crecimiento en las democracias. Pero en las dictaduras,
el crecimiento económico disminuye significativamente cuando el mandato de los gobernantes está
amenazado. Lo mismo sucede con diversas formas de «malestar sociopolítico»: huelgas, manifestaciones
anti gobierno y disturbios ocurren con mayor frecuencia en las democracias, pero solo retardan el
crecimiento en las dictaduras.
Una vez que se comprende que los mismos fenómenos políticos tienen distintos significados en los diversos
regímenes, no resulta sorprendente que los actores económicos reaccionen ante ellos de manera disímil.
En las dictaduras, toda vez que el régimen se ve amenazado, que los gobernantes cambian o se espera que
lo hagan, que los trabajadores se armen de coraje para realizar huelgas o las masas manifiestan su oposición
al gobierno, la economía sufre. En democracia, todos saben que el gobierno cambiará cada cierto tiempo,
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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
que los trabajadores pueden hacer huelgas y que las personas pueden expresar su insatisfacción con el
gobierno de diferentes formas. Por lo tanto, cuando estos fenómenos salen a la luz, como máximo provocan
que la economía bostece.

Mortalidad, fertilidad y crecimiento de la población:


El impacto más extraordinario de los regímenes está en el crecimiento de la población, que es mucho más
rápido en las dictaduras. Asimismo, esta diferencia no desaparece cuando se controla el ingreso per cápita
y una multiplicidad de otros factores, incluidos la herencia colonial; la cantidad de católicos, protestantes y
musulmanes; la participación de las mujeres en la fuerza laboral; el capital humano y la inscripción de las
mujeres en la educación secundaria.
Ahora bien, cabe señalar que la tasa de crecimiento de la población (tasa neta migración) puede
descomponerse como la diferencia entre la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad. Por lo tanto, un motivo
por el cual la población crece más rápido en las dictaduras podría ser que tienen tasas de mortalidad más
bajas. Si las dictaduras y las democracias tenían el mismo ingreso per cápita y si coexistían durante el mismo
año, las tasas de mortalidad serían de 10,4 para las dictaduras y de 9,2 para las democracias, mientras que
la expectativa de vida («vidas») sería de 61,2 en las dictaduras y de 67,1 en las democracias. Esas son
diferencias enormes.
Pero sin importar lo que se controle, en las dictaduras las mujeres tienen un promedio de 0,5 hijos más que
en las democracias. En ambos regímenes, la fertilidad se reduce bruscamente cuando las mujeres asisten
a la escuela secundaria, pero es mayor cuando el gasto en educación pública es superior. Una explicación
simple es que la educación secundaria aumenta los ingresos de mercado de las mujeres y, por lo tanto, los
costos de oportunidad de tener hijos, mientras que el gasto público en educación reduce esos costos. Lo
que resulta más sorprendente es que el gasto público en seguridad social y en salud disminuya fuertemente
la fertilidad en las democracias, pero que no tenga impacto alguno en las dictaduras. Asimismo, una vez que
se consideran esos gastos, la participación de las mujeres en el trabajo no impacta en la fertilidad. En
consecuencia, las familias responden a la incertidumbre inherente a las dictaduras acumulando el bien
menos riesgoso para ellas: los hijos.

Conclusiones
En todos los aspectos que analizamos, las diferencias entre los países pobres y ricos son enormes. Aun si
las democracias ocasionalmente surgen en los países pobres, son extremadamente frágiles cuando deben
enfrentarse a la pobreza, mientras que en los países ricos son invulnerables. Por consiguiente, la gente
pobre tiene muchas más probabilidades de ser gobernados por dictadores. Por supuesto, la pobreza implica
que las personas consumen menos. También viven menos, tienen más hijos, de los cuales muere una mayor
cantidad, y tienen más posibilidades de sufrir violencia colectiva. No obstante, cuando uno piensa en
términos del bienestar, las personas con bajos ingresos llevan una vida pobre.

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CAPITLO 2 – RÉGIMEN POLÍTICO Y RÉGIMEN DE GOBIERNO
TEXTO 9 - PRZEWORSKI
Los regímenes políticos no tienen ningún impacto en el crecimiento del ingreso total cuando se observa la
totalidad del espectro de condiciones de los países. A diferencia de las preocupaciones mayoritarias, las
democracias no reducen la tasa de inversión, incluso en los países pobres.
Al parecer, cuando los países son pobres, es poco lo que los gobiernos pueden hacer, por lo que si los
gobernantes son elegidos o si conservan el poder a la fuerza no marca una diferencia para el crecimiento
económico. En los países ricos, los patrones de crecimiento ya no son los mismos. Las dictaduras dependen
del crecimiento de la mano de obra y del mantenimiento de los bajos salarios, mientras que las democracias
pagan salarios más altos, usan la mano obra más eficazmente y se benefician más del progreso técnico. Sin
embargo, mientras el crecimiento en las dictaduras ricas está más vinculado con la explotación laboral que
en las democracias ricas, de manera que las distribuciones funcionales del ingreso sean distintas, las tasas
promedio de crecimiento del ingreso total son casi las mismas.
De este modo, no encontramos la más mínima prueba de que la democracia necesite ser sacrificada
en el altar del desarrollo.
El ingreso per cápita creció más rápido en las democracias. La causa es que estas tienen tasas de
crecimiento de la población más bajas. A pesar de la rápida difusión de los avances médicos, las tasas de
mortalidad continúan siendo, de algún modo, más altas en las dictaduras y la expectativa de vida es mucho
más corta.
En las dictaduras, la población crece con mayor rapidez porque sus tasas de natalidad son más altas y la
diferencia se debe a una mayor fertilidad, no a las estructuras etarias de la población.
Las mujeres son particularmente afectadas por las dictaduras. Participan en actividades remuneradas a las
mismas tasas que en las democracias y como trabajadoras cobran salarios más bajos. Sin embargo, también
tienen más hijos, ven morir a una mayor cantidad de ellos y ellas mismas tienen más probabilidades de
fallecer en el parto.
Si bien las democracias están lejos de ser perfectas, en las dictaduras las vidas son duras y cortas.
Las dictaduras son regímenes en los que los gobernantes políticos acceden al poder y lo conservan por la
fuerza, que utilizan para evitar que el pueblo exprese su oposición y para reprimir a los trabajadores. Dado
que gobiernan por la fuerza, son muy vulnerables a cualquier signo visible de disidencia. Son
económicamente exitosas solo si son «estables», si nadie espera que los dictadores cambien o que la
dictadura sea abolida. Dado que sus políticas y su desempeño son tan impredecibles, no permiten que las
personas planifiquen sus vidas, lo que hace que las familias deban acumular el bien menos riesgoso: los
hijos. Al final, el ingreso per cápita crece más lentamente y las personas viven menos en las dictaduras.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 10 - PEGORARO Y ZULCOVSKY
CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS

TEXTO 10 – PEGORARO Y ZULCOVSKY - Las formas de gobierno


Criterios para diferenciar regímenes de gobierno
• Fuente de legitimidad (relacionada con la modalidad de acceso al cargo: elección popular vs elección por
legislativo).
• Plazos fijos o flexibles para la permanencia en los cargos.
• Rendición de cuentas: cuál es el cuerpo político ante el cual el gabinete es responsable.

Clasificaciones modernas
Tres formas de gobierno democráticas: los parlamentarismos, los presidencialismos y los
semipresidencialismos.

PARLAMENTARISMO
Lijphart (1987) los parlamentarismos se caracterizan por:
• El jefe de gobierno “Primer ministro” y su gabinete son responsables (designados y removidos) ante el
poder legislativo. (Dependen de la confianza del mismo)
• Los primeros ministros son formalmente siempre elegidos por el poder legislativo (legitimidad indirecta)
• El poder ejecutivo es colectivo o colegiado. (la toma de decisiones recae en todo el gabinete).

Para Sartori el principio fundador de los parlamentarismos es que el parlamento es soberano (no existe una
separación del poder entre el gobierno y el parlamento; el poder ejecutivo-legislativo se comparte). La
elección directa, y por un período flexible, del parlamento.

EL PODER EJECUTIVO:
Es dual: integrado por el gobierno y la jefatura de Estado (se diferencian por sus funciones). El jefe de
gobierno se encarga de lo político-administrativo y el Jefe de Estado de la representación simbólica y de
corte ceremonial.
El órgano ejecutivo es colegiado porque se conforma por un primer ministro y otros que tienen a cargo la
administración de las diferentes áreas políticas. El primer ministro se coloca en el vértice del gabinete. En
general, todos los miembros de éste, son al mismo tiempo, miembros del parlamento.
La jefatura de Estado es un cargo ocupado por el Rey (en las monarquías) o por el presidente (en las
Repúblicas). Este accede al cargo a través de una elección del parlamento y lo ostenta durante un período
fijado de antemano.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 10 - PEGORARO Y ZULCOVSKY
4 formas para elegir al primer ministro:
1) El monarca propone al ocupante de cargo y el parlamento a través de un voto de confianza ratifica la
elección.
2) Se lo elige a propuesta del Rey, sin necesidad de un voto de confianza
3) El presidente propone y el parlamento ratifica explícitamente.
4) El parlamento eleva la propuesta y procede a la designación, sin intervención del jefe de Estado.
Duración del mandato: decide el parlamento (2 formas):
• A partir de un pronunciamiento contario al jefe del gobierno, desaprobando un pedido de confianza por
parte de éste
• El parlamento expide un voto de desconfianza o censura hacia el primer ministro a instancias de sus propios
miembros.

El mandato del ejecutivo en esta forma de gobierno no se halla sujeto a ningún tipo de plazo y su duración
depende de la conservación del apoyo del parlamento.

EL PODER LEGISLATIVO
El parlamento es el único de los órganos del gobierno con posibilidad de reclamar una legitimidad
democrática directa a partir de su elección popular. Los parlamentarios en esta forma de gobierno no poseen
mandatos fijos.
El primer ministro cuenta con la posibilidad de apelar al jefe de Estado para solicitarle disolver el parlamento,
lo que implica un nuevo llamado a elecciones y lograr un nuevo cuerpo parlamentario y un nuevo gobierno.

Esto demuestra la existencia de medidas de intervención recíprocas de un cuerpo sobre el otro-


interdependencia por integración. No existe independencia entre los poderes de gobierno, ni tampoco
separación- característica: fusión de los poderes.

Tipos de parlamentarismo:
• Modelo de Westminster: El poder ejecutivo prevalece por sobre la asamblea legislativa. Según Sartori
(1994), la relación que el jefe de gobierno posee respecto a los demás integrantes del poder ejecutivo adopta
la modalidad de un primero por encima de sus desiguales. Se trata de un modelo en el cual el jefe de
gobierno es quien realmente dirige y lleva adelante el curso del gobierno, conformado a partir de un solo
partido. El jefe del poder ejecutivo es a la vez el de su partido y difícilmente pueda ser destituido por un voto
parlamentario. Gobierna sobre los ministros de su gabinete, que se encuentran a él subordinados y puede
tanto designarlos como reemplazarlos según su parecer.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 10 - PEGORARO Y ZULCOVSKY
• Parlamentarismo de asamblea: El primer ministro es un primero entre los iguales. Alude a todos los tipos
de parlamentarismo clásico donde el jefe de gobierno se renueva junto con todo su gabinete. El paso de los
partidos políticos en la conformación del gabinete resulta fundamental en este tipo de gobiernos.
• Parlamentarismos controlados: El jefe de gobierno es un primero entre sus desiguales, ya que puede
no ser líder del partido oficial, y su permanencia en el cargo es esperable aun ante recambios en el gabinete,
dado que este último no es nombrado por el parlamento.

Posee la capacidad de destituir a sus miembros, pero estos no tienen la misma facultad con respecto a él.

PRESIDENCIALISMO:
Sartori- un presidencialismo es tal cuando el presidente:
• Es electo popularmente
• Mandato con plazo fijo: no puede ser despedido del cargo por una votación del parlamento o congreso
durante su período preestablecido
• Encabeza o dirige de alguna forma el gobierno que designa.

Otras definiciones más acotadas consideran que el presidencialismo se caracteriza por la elección separada
y directa del ejecutivo y de la legislatura por un mandato fijo, o bien exclusivamente por la existencia del
mandato fijo del presidente. (Shugart y Carey)
Naturaleza de la legitimidad de los poderes ejecutivo y legislativo directa: tanto el presidente como el
congreso son electos por el voto popular.

PODER EJECUTIVO:
Presenta una estructura unipersonal, y entre las diferentes instancias de toma de decisión no existen
medidas de intervención reciprocas, sino una interdependencia por coordinación. La unipersonalidad del
cargo implica que en una misma figura se concentra la jefatura del Estado y la del gobierno.
La conformación del gabinete depende pura y exclusivamente de él (del presidente), quien designa y
remueve a sus ministros. Éstos no pueden integrar el parlamento simultáneamente. Sólo el presidente posee
poderes formales y por ende es responsable exclusivo de las decisiones adoptadas.
Sartori (1994) contempla tres formas de elección del presidente
1) Elección directa: el candidato que gana las elecciones es designado presidente sin más trámite
2) Elección indirecta a través de un órgano electoral: los votantes se pronuncian a favor de una figura
presidencial tras elegir a los electores que adhieren al mismo, y que se reunirán en un segundo momento
para consagrar al presidente.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 10 - PEGORARO Y ZULCOVSKY
3) De carácter indirecto: existe un cuerpo intermedio entre la voluntad de los votantes y la elección final del
presidente que sí tiene la potestad de alterar las preferencias del electorado.

Respecto a la duración de los mandatos, estos van desde los 4 a los 6 años.
Shugart y Carey (1992), Mainwaring y Shugart (2002) y Haggard y McCubbins (2001) identifican dos tipos
de poderes presidenciales:
1) Constitucionales: pueden desagregarse en legislativos o exclusivamente presidenciales.
2) Partidarios: guardan estrecha relación con la estructuración del sistema de partidos y se constituyen en
un indicador significativo a la hora de medir la influencia sobre la mayoría oficial en la legislatura, a la vez
que el grado de disciplina partidaria.

PODER LEGISLATIVO:
En esta forma de gobierno los miembros del congreso poseen un mandato fijo, mientras que el presidente
no cuenta con la facultad de disolver el órgano legislativo. Simultáneamente, el gabinete no es designado o
desbancado mediante el voto parlamentario, lo cual lo convierte en una prerrogativa exclusivamente
presidencial.
Es posible visualizar dos esquemas de gobierno a partir de la relación que se establezca entre el presidente
y el congreso:
• La primera alude a la idea de gobierno unificado, donde el presidente posee una mayoría parlamentaria en
ambas cámaras, que dirige y controla a partir de una fuerte disciplina partidaria.
• La segunda, por oposición a la primera, denominada gobierno dividido. Aquí no existe unión entre los
poderes, sino que a la separación institucional se le adiciona la división política.

La dinámica de relación entre el ejecutivo y legislativo en este escenario afectará el ejercicio del gobierno,
dando lugar a cinco posibles resultados:
• Parálisis en la toma de decisiones
• Alto nivel de conflicto
• Micro legislación producto de negociaciones y compromisos
• Altos costos para la toma de medidas de gobierno
• Desviaciones significativas de los preceptos básicos del presidencialismo: amenaza de disolver el
congreso, amenaza de juicio político.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 10 - PEGORARO Y ZULCOVSKY
TIPOS DE PRESIDENCIALISMO:
• No todos los presidentes tienen los mismos poderes desde el punto de vista institucional (poderes reactivos,
poderes activos)
• Los presidentes latinoamericanos son más poderosos institucionalmente que el presidente de EEUU.
• Juan Bautista Alberdi “los nuevos estados de la América española necesitan reyes con el nombre de
presidentes”.

SEMIPRESIDENCIALISMO:
Según Sartori: Un diseño semipresidencial se caracteriza por:
• Combinación entre legitimidad directa del presidente y legitimidad indirecta del primer ministro.
• Se basa en la idea de poder compartido: el presidente debe compartir el poder con su primer ministro; a
su vez, el primer ministro debe conseguir un apoyo parlamentario continuo.
• Se trata de una forma “mixta” de gobierno entre el presidencialismo y el parlamentarismo
• El presidente tiene un mandato fijo y el primer ministro un mandato flexible.
• El carácter bicéfalo y dual del órgano ejecutivo (presenta una estructura de autoridad dual, ya que es
compartido entre el jefe de Estado y el jefe del gobierno)

PODER EJECUTIVO:
Presenta una estructura de dos centros de poder desiguales. Uno de ellos está representado por el
presidente, mientras que el otro está encarnado en la figura del primer ministro.
El primer ministro no posee legitimidad directa, es designado, apoyado o removido por la institución
parlamentaria.
Existe una relación de necesidad entre las dos “cabezas” del poder ejecutivo. El presidente no posee la
facultad de gobernar por sí solo, ya que sus propuestas deben ser encauzadas por medio del gobierno que
conduce el primer ministro.

PODER LEGISLATIVO:
El parlamento es elegido directa y popularmente por un período fijo, pudiendo ser disuelto anticipadamente.
De la configuración de las mayorías y minorías presente en la institución parlamentaria es posible distinguir,
como ya se señaló, la cabeza ejecutiva que prevalecerá. Con mayoría unificada prevalece el presidente, y
la aplicación de las convenciones constitucionales, mientras que con una mayoría dividida el que prevalece
es el primer ministro y la constitución escrita.
Es posible identificar tres formas de interacción entre el presidente y el primer ministro, y tres escenarios
resultantes:

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
• En situaciones de gobierno dividido, el presidente ostenta una función meramente reguladora y prima el
primer ministro, produciéndose lo que se conoce como cohabitación.
• En los casos de gobierno unificado donde el presidente no es líder de su partido, éste asumiría funciones
de carácter simbólico, quedando el poder efectivo en manos del primer ministro, líder real de la mayoría en
el parlamento.
• Ante situaciones de gobierno unificado donde el presidente es el líder de su partido, su poder asume
características similares a las de un presidente en un esquema presidencial, relegando al primer ministro un
mero ejecutor.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
TEXTO 11 – DOWNS - Teoría Económica de la Acción Política
¿Cuáles son los supuestos que deben guiar las acciones de los gobiernos? ¿Con qué lógica, en qué sentido
se mueve el gobierno? Muchos economistas afirman que los gobiernos no actúan como los demás agentes
económicos buscando siempre maximizar sus beneficios (actúan racionalmente). Sino que por el contrario,
su función es maximizar el bienestar social.
Surgen de esto 2 problemas:
• Qué significa el término “bienestar social”
• No hay ningún acuerdo sobre como maximizarlo.

Aun si pudiéramos definir bienestar social y existiera un acuerdo sobre como maximizarlo, ¿Cuál es la razón
para creer que los hombres que dirigen el gobierno tendrían motivaciones suficientes para maximizarlo?
Afirmar que deberían no significa que lo harán.

Schumpeter:
Señala que el gobierno no está siendo considerado como parte del proceso de división del trabajo, en el que
cada agente tiene tanto un motivo privado como una función social. Afirma que los gobiernos o los partidos
en general “tienen su motivo privado y una función social”. Motivaciones de status, económicas, de poder,
etc. (Todo agente realiza una función social como medio para lograr sus propios fines privados)
• Entonces, para formular una teoría económica de la acción gubernamental deben ser tenidos en cuenta
los motivos de quienes dirigen dichos gobiernos.

Modelo de toma de decisiones gubernamentales (Downs):


Definiciones:
1) En la división del trabajo, el gobierno es el agente que tiene el poder de coerción sobre todos los otros
agentes de la sociedad; es el punto en que se concentra el poder “ultimo” en un área determinada.
2) Una democracia es un sistema político que tiene las siguientes características:

• 2 o más partidos compiten por el control del aparato gubernamental en elecciones periódicas.
• El partido (o coalición de partidos) que obtiene la mayoría de los votos gana el control del aparato
gubernamental hasta la siguiente elección.
• Los partidos perdedores no intentan impedir que los ganadores tomen el poder, ni los ganadores utilizan
el poder adquirido para impedir que los perdedores compitan en la siguiente elección.
• Son ciudadanos todos los adultos sanos y cumplidores de la ley que son gobernados, y cada ciudadano
tiene un voto, y solo uno, en cada elección.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
Axiomas:
1) Cada partido político es un equipo de hombres que solo desean sus cargos para gozar de la renta, el
prestigio y el poder que supone la dirección del aparato gubernamental
2) El partido (o coalición) ganador tiene el control total de la acción gubernamental hasta la siguiente
elección. No existen votos de confianza entre elecciones, por lo que el partido gobernante no puede ser
sustituido antes de la elección siguiente. Tampoco es desobedecida ninguna de sus órdenes, ni es
saboteada por una burocracia intransigente.
3) El poder económico de los gobiernos es ilimitado. Pueden nacionalizar cualquier cosa, pasar cualquier
cosa a manos privadas o adoptar cualquier medida intermedia entre estos dos extremos.
4) El único límite al poder gubernamental es que el partido que lo ejerce no puede restringir de ningún modo
la libertad política de los partidos de la oposición o de cada uno de los ciudadanos, a menos que busque ser
derrocado por la fuerza.
5) Cada agente se comporta racionalmente siempre (persigue sus fines con el mínimo empleo de recursos
escasos y solo emprende acciones en las que el ingreso marginal excede el costo marginal).

Los partidos se comportan racionalmente en todo momento ya que ofrecen algo al mercado que la gente
compra con su voto.

Hipótesis central:
En una democracia, los partidos políticos formulan su política estrictamente como medio para
obtener votos. No pretenden conseguir sus cargos para realizar políticas preconcebidas o servir los
intereses de cualquier grupo particular, sino que ejecutan políticas y sirven a grupos de intereses para
conservar sus puestos.
Su función social (consiste en elaborar y realizar políticas mientras se encuentran en el poder) es un
subproducto de sus motivaciones privadas (obtener la renta, el poder, el prestigio que supone gobernar).

Resumiendo:
• El gobierno siempre actúa para maximizar su caudal de votos. Es un empresario que vente política a votos,
en lugar de productos a cambio de dinero.
• El partido de gobierno compite con otros partidos que tienen sus mismas características.
• Si la acción del gobierno maximiza o no el bienestar social depende de cómo la competencia influye sobre
su comportamiento.
• Los ciudadanos también operan con racionalidad y utilizan su voto en las elecciones como un medio para
seleccionar el gobierno que más los beneficie (que les asegure mayor nivel de utilidad).

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
(En este texto: Racional = Eficiente. No es sinónimo ni de racionalidad lógica ni de racionalidad psicológica).
Pero hay un problema: CONOCIMIENTO IMPERFECTO Y COSTOS DE INFORMACION.
Para examinar la naturaleza de las decisiones gubernamentales, Downs, tiene en cuenta 2 contextos:
1) Mundo en el que existe el conocimiento perfecto y la información no es costosa.
2) Mundo en el que el conocimiento es imperfecto y la información costosa.

Análisis: el impacto del conocimiento imperfecto sobre la acción política en una democracia:
Conocimiento imperfecto significa:
• Los partidos no saben exactamente lo que los ciudadanos desean
• Los ciudadanos no siempre saben lo que el gobierno o su oposición ha hecho, está haciendo, hará
efectivamente o debería hacer para beneficiarlos.
• La información necesaria para superar la ignorancia de los partidos y de los ciudadanos es costosa.

Conocimiento imperfecto y persuasión:


• En un mundo de conocimiento perfecto, ningún ciudadano puede influir en el voto de otro. Cada uno sabe
lo que más lo beneficia, lo que el gobierno está haciendo y lo que otros partidos harían si estuvieran en el
poder. Las campañas electorales no serían necesarias.
• Pero en el mundo real, la ignorancia existe, y la distribución del conocimiento es desigual, lo cual implica
desigualdad en los niveles de certeza sobre las preferencias. Hay algunos que conocen más, saben más y
entonces son capaces de influir en las preferencias de aquellos indecisos que no saben a quién votar (son
capaces de persuadirlos). Los persuasores no están interesados en ayudar a los indecisos a ser menos
indecisos; solo desean obtener una decisión que ayude a su causa.
• Esto tiene consecuencias importantes para el funcionamiento del gobierno. Políticamente los ciudadanos
dejan de ser iguales (algunos son más importantes porque son capaces de influir en las decisiones de otros).
Debido a eso, los partidos tienen fuertes incentivos para diseñar políticas que se ajustan a las expectativas
de estos ciudadanos influyentes, ya que si consiguen su voto posiblemente también consigan una gran
cantidad más.

Esto significa que, mientras la comunicación entre los votantes y los gobernantes sea imperfecta, un
gobierno democrático, en un mundo racional, estará siempre dirigido hacia una base cuasi representativa,
cuasi descentralizada, independientemente de su estructura constitucional formal.
Conocimiento imperfecto e ideología:
• En un mundo con conocimiento perfecto tampoco existiríamos ideologías. No habría diferentes
interpretaciones, visiones del mundo; sabríamos exactamente que nos conviene.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
• En nuestra sociedad, comparar todas las formas en que difieren los partidos en competencia llevaría mucho
tiempo, incluso los ciudadanos no siempre poseen información suficiente para valorar las diferencias.
Tampoco conocen de antemano que problemas enfrentará probablemente el gobierno en el periodo
siguiente. Por eso muchos votantes encuentran útiles las ideologías de partido; evitan la necesidad de
relacionar cada cuestión con su propia opinión del “bienestar social”.

Si existe una correlación entre ideologías y políticas, basta con comparar ideologías para inferir las políticas;
y así el ciudadano puede elegir fácilmente que partido votar. IDEOLOGIA = ATAJO COGNITIVO: nos
permiten tener elecciones reduciendo significativamente los costos de acceso a la información y el
conocimiento.
• Cada partido inventa una ideología para atraer más votos, pero una vez creada quedan relativamente
limitados por ellas. Los partidos no pueden variar sus ideologías; no pueden abandonarla repentinamente o
alterarla radicalmente sin provocar desconfianza en los votantes. Además, los partidos no pueden adoptar
ideologías idénticas, deben crear diferencias suficientes para que su ideología se distinga de las de sus
rivales y así atraer votantes.

El análisis de las ideologías políticas puede realizarse con una analogía espacial de la acción política:
Supuestos:
1) Los partidos se ordenan de izquierda a derecha en forma reconocida por todos los votantes.
2) Las preferencias de los votantes tienen un punto máximo en algún punto de la escala y una pendiente
decreciente constante a cada lado del punto máximo.
3) La distribución de la cantidad de votantes a lo largo de la escala es variable de una sociedad a otra, pero
fija en una sociedad concreta.
4) Una vez colocado en la escala política, un partido puede moverse ideológicamente bien a la izquierda o
bien a la derecha, pero no puede ir más allá del partido más cercano hacia el cual se está moviendo.
5) En un sistema de dos partidos, si cualquiera de ellos se aleja del extremo más cercano hacia el otro
partido, los votantes extremistas del final de la escala pueden abstenerse porque no ven diferencias
significativas en la alternativa que se les ofrece.

Distribución de las preferencias de los ciudadanos:


• DISTRIBUCION NORMAL: Incentiva competencia centrípeta: los partidos se mueven hacia el centro
porque allí se concentra la mayoría del electorado.
• DISTRUBUCION BIMODAL: Incentiva competencia centrifuga: los partidos se mueven hacia los extremos
más próximos porque allí se concentra la mayoría del electorado.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
Un gobierno estable, en una democracia con dos partidos, requiere una distribución de votantes en
forma aproximada a la curva normal. Cuando existe tal distribución, los dos partidos llegan a
parecerse mucho; por lo que cuando uno reemplaza al otro en el gobierno, no son previsibles
variaciones drásticas de política.
En cambio, cuando el electorado esta polarizado (distribución bimodal), un cambio en el gobierno produce
un cambio radical de la política. La democracia no llega a generar un gobierno efectivo/estable cuando el
electorado esta polarizado.
• DISTRIBUCION MULTIMODAL: Sistemas de partidos pluripartidistas. Cada partido tiene incentivos para
mantenerse en una posición y diferenciarse de sus competidores más próximos. El comportamiento óptimo
de cada partido es mantenerse en su posición e impedir que otros partidos se le aproximen.

En un sistema multipartidista, para agradar a la mayoría de los votantes, el gobierno debe ser una coalición
de partidos y debe incluir en su conjunto de políticas algunas apoyadas por cada partido de la coalición. Así
el gobierno “remunera” a los votantes de cada grupo por su apoyo. Sin embargo, al abarcar su programa
políticas que reflejan una amplia variedad de puntos ideológicos, no existe ninguna cohesión o integración
posible entre ellas.
Que un sistema tenga dos o más partidos depende de la distribución de los votantes en la escala y de las
normas electorales que rigen el sistema.
“Equilibrio Político”: existe un estado de equilibrio político cuando no pueden formarse con éxito nuevos
partidos y cuando ningún partido está motivado para cambiar su posición.
Se formarán partidos hasta que la distribución de votantes este “saturada”, hasta que no haya suficiente
“espacio” ideológico entre los partidos existentes para permitir la aparición de otros significativamente
diferentes a ellos.
La posición política y la estabilidad de los gobiernos en una democracia son relativamente independientes
del número de partidos; dependen principalmente de la naturaleza de la distribución de votantes o de la
escala izquierda-derecha.
La distribución de votantes determina si la democracia lleva o no a un gobierno efectivo.
El ingreso marginal de la información adquirida en el terreno de los votos se mide por la ganancia esperada
de votar “correctamente” y no votar “incorrectamente”. Es la ganancia en utilidad que un votante cree que
obtendrá si apoya al partido que realmente le proporciona mayor utilidad, en lugar de apoyar a otro. Sin
embargo, que el partido “correcto” gane no depende de cada votante, por lo que se puede concluir que
es irracional que la mayoría de los ciudadanos adquieran información política con propósitos de
voto.
¿Para qué adquirir información costosa si mi voto no cambia nada?
Es racional, desde el punto de vista de cada individuo, el minimizar su inversión en información política, a
pesar de que la mayoría de los ciudadanos podrían beneficiarse sustancialmente si todo el electorado

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 11 - DOWNS
estuviese bien informado. Como consecuencia, los sistemas políticos democráticos se ven abocados a
operar a una eficiencia menor que la máxima. El gobierno no
sirve a los intereses de la mayoría tan bien como lo haría si ésta estuviese bien informada. Pero nunca se
informará bien, puesto que el hacerlo es colectivamente racional, pero individualmente irracional; y en
ausencia de cualquier mecanismo que asegure una acción colectiva, prevalece la racionalidad individual.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 12 - CINGOLANI
TEMA 12 - CINGOLANI - Partidos políticos
Partidos Políticos
• Los partidos políticos son los agentes que llevan adelante la misión de transformar demandas sociales en
acción política; mediadores entre la sociedad y el estado.
• Son la primera y principal forma institucionalizada de participación política.

Definición
Tres enfoques:
• ENFOQUES FUNCIONALISTAS: entienden los partidos como una consecuencia de las necesidades
sistemáticas de la estructura social de contar con nuevos agentes políticos.
• ENFOQUES NORMATIVOS: los conciben como entidades con una fuerte carga ideológica, cuyos fines
últimos están ligados a esta carga y tienen un objetivo particular
• ENFOQUES RACIONALISTAS: se concentran en las estrategias que estas organizaciones poseen (los
medios) para lograr acumular poder (el fin).

DEFINICIONES SEGÚN AUTORES:


Matas Dalmases: (Perspectiva normativa): Asociación de individuos unida por la defensa de unos intereses
organizada internamente mediante una estructura jerárquica con afán de permanencia en el tiempo y cuyo
objetivo sería alcanzar el poder político, ejercerlo y llevar a cabo un programa político.
David Easton: (Perspectiva funcionalista): Los partidos son entendidos como canales de trasmisión hacia
los poderes públicos de las demandas de la población, mediante los cuales se decide que políticas públicas
deben efectuarse para garantizar la convivencia pacífica y el progreso social.
Max Weber: Los partidos son formas de socialización que, descansando en un reclutamiento formalmente
libre tienen por fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de su asociación y otorgar por este medio a
sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales.
Anthony Downs: Los partidos son congregaciones de personas que buscan obtener el control del aparato
gubernamental a través de cargos en elecciones regulares.
Giovanni Sartori: Cualquier grupo político identificado con una etiqueta oficial que se presenta a las
elecciones y puede sacar en elecciones (libres o no) candidatos a cargos públicos.
Alan Ware: Una institución que busca:
• Tener influencias sobre el aparato del estado, generalmente a través de cargos en el gobierno
• Suele consistir en más de un interés de la sociedad procurando agregar varios de ellos.

La principal característica de los partidos políticos es que son instituciones políticas que vinculan al
estado con la sociedad civil.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 12 - CINGOLANI
Funciones
Se desarrollan de modo bidireccional: atendiendo, por un lado, a la interacción entre el partido y los
representados, y a la interacción entre el partido y el estado, por el otro.
En tanto representantes:
• Agregación y filtro de demandas
• Estructuración de las demandas sociales
• Movilización e integración social
• Estructuración del voto.

En tanto gobernantes:
• Reclutar, formar y seleccionar personal político
• Diseño de las políticas publicas
• Seguimiento y evaluación de las políticas
• Control de los representantes por parte de los representados.

Origen y evolución histórica


2 enfoques clásicos sobre el origen:
1) Enfoque institucional (Duverger): 2 orígenes de los partidos:
• Origen interno: nacen en el seno del parlamento, se unen personas que defienden las mismas ideas.
• Origen externo: nacen por ejemplo en la sociedad civil para llevar al parlamento intereses que no están
representados.

2) Teorías centradas en los “clivajes” sociales (Lipset y Rokkan)


Los partidos derivan de la evolución histórica de las “4 fracturas” causadas por la revolución nacional y la
revolución industrial en el eje territorial y funcional. (Hay que mirar los procesos sociales e históricos)
Revolución nacional: 2 clivajes
• Dimensión territorial: clivaje periferia-centro.
• Dimensión funcional: clivaje estado-iglesia (surgen los partidos católicos).

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 12 - CINGOLANI
Revolución industrial: 2 clivajes.
• Dimensión territorial: clivaje ciudad-campo (surgen los partidos agrarios).
• Dimensión funcional: clivaje trabajadores-propietarios (surgen los partidos obreros).

Tipos de partidos políticos


1. Partidos de notables (S. XIX)
• Los integrantes no son políticos profesionales, sino figuras destacadas de la sociedad que pueden vivir
PARA la política y no DE la política.
• No tienen una actividad política permanente.
• Representan intereses burgueses.
• Vinculo con sus seguidores basados en la confianza.
• Pequeños partidos, participan pocos, de elite.

2. Partidos Burocráticos de masas (1era mitad S.XX)


• Surgen por la extensión del voto.
• Enorme partido político con muchas personas.
• Partidos de afiliación.
• Financiación por grupos de interés o fondos públicos.
• Posición de ventaja/privilegio del colegiado y de los representantes públicos.
• Acentuación de la ideología
• Papel central de los “creyentes”
• Acentuación sobre los problemas concretos.
• Partidos incluyentes

3. Partidos “catch all” (atrapa todo): Kirchheimer (2da mitad S.XX)


• Alude a la transformación de los partidos burocráticos en partidos profesionales electorales.
• Comienza a articularse la formación de un electorado en el que tienen un menos peso relativo las religiones
y las diferencias de clase, empujando al cambio organizativo funcional e ideológico a los ya obsoletos
partidos de la 2da post guerra.
• Desarrollo del estado de bienestar y avance de la modernización social que eliminan los conflictos de clase.
• Los partidos se vuelven polis clasistas: recogen adhesiones en todos los sectores de la estructura social.
• Se debilita la estructura burocrática

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 12 - CINGOLANI
4. Partidos cartelizados: Katz y Maier
Según ellos ya no rinde estudiar los partidos desde el punto de vista de su base social, ya que todos tratan
de ser “catch all”; se debe cambiar el ángulo y mirar su relación con el estado.
En un contexto de pocos partidos y altos niveles de alternancia hay incentivos para formar un cartel: todos
los partidos permanecen en la esfera del poder (gobierno y oposición, ambos son siempre partidos
gobernantes).
• Los partidos pasan a formar parte de la burocracia estatal.
• Se debe estudiar qué recursos estatales administran y como lo hacen.
• La competencia pierde sus efectos benéficos.

A pesar de su popularidad, el concepto de partido cartel tampoco está exento de problemas:


Gandel y Diamond proponen una nueva tipología construida a partir de 3 dimensiones:
1- La naturaleza de la organización partidaria: divide a los partidos entre aquellos que tienen estructuras
fuertes y débiles.
2- La orientación pragmática del partido: los opone entre partidos ideológicos y pragmáticos.
3- Tolerancia frente a sus competidores: los divide en pluralistas y protoegemónicos.
A partir de estas dimensiones distingue 5 géneros de partidos con sus respectivas especies:
1- Partidos de elite
2- Partidos de masas
3- Partidos étnicos
4- Partidos electoralistas
5- Partidos movimientistas.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 13 - CINGOLANI
TEXTO 13 - CINGOLANI - Sistemas de partidos
• Subsistemas del sistema democrático en los que “se producen relaciones de competencia y cooperación
entre los partidos” (Ware)
• Variables a considerar para la caracterización de los diversos sistemas de partido:
1) Fragmentación (calculada por el número efectivo de partidos parlamentarios que conforman el sistema).
2) Polarización ideológica y clivajes o líneas de conflicto
3) Institucionalización

Tres enfoques de los sistemas partidarios:


1) Enfoque morfológico (Duverger):
• Primera caracterización – aquella que permite diferenciar los sistemas de partido según el número de
unidades que compiten en él.
• Dos criterios para contar cuantos partidos políticos hay en un sistema:
• Cualitativo: Partido es importante desde el punto de vista del:
a) Gobierno
b) De la oposición/chantaje
• Cuantitativo: Número efectivo de partidos (a partir de la votación de los mismos).
• Clasificación de sistemas de partidos: sistemas monopartidistas (un partido), bipartidista (dos partidos) y
multipartidista (tres o más partidos).

Para el autor la mejor opción está dada por los sistemas bipartidistas, fundamentando de la siguiente
manera. Estos ordenan de modo claro el sistema político, oponiendo a dos interlocutores que son fácilmente
diferenciables. Una segunda razón es porque éste modela a los partidos, puesto que existen altas
probabilidades de alternancia y también a los electores quienes se ven obligados a elegir entre dos opciones.
También garantiza la formación de mayorías sólidas que tienen un amplio control del gobierno una vez que
acceden a él. Por último, otorga a los votantes una capacidad mayor de premiar o castigar al partido en
ejercicio del gobierno a través de su voto, lo cual hace recaer un mayor peso de la responsabilidad política
sobre ello.

2) Enfoque de competencia espacial y distancia ideológica (Schumpeter y Down)


• Similitud con el mercado, lógica de oferta y demanda
• Este modelo entiende que los partidos son actores racionales maximizadores de votos y los líderes no son
otra cosa que empresarios de la política.
• Los votantes son consumidores que eligen a los partidos en función de la maximización de sus intereses
personales.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 13 - CINGOLANI
• Todos los partidos se sitúan en alguna posición a lo largo de un mismo eje de izquierda a derecha. Se
define en función de la posición adoptada con respecto al grado deseado de la intervención del Estado en
la economía. Según la estimación de los autores la curva de distribución de las preferencias indica que la
gran mayoría del electorado se sitúa en el centro.
• Downs: estrategia de los partidos es detectar en qué posición se encuentra el electorado más volátil, ya
que es el que suele definir una elección, especialmente cuando se compite por un solo cargo. Si éste se
encuentra en el centro, la dinámica de la competencia es centrípeta (hacia el centro) mientras que si se
ubica en los extremos la dinámica será centrífuga (hacia los polos).

La principal crítica que se ha realizado a este modelo es que resulta demasiado simplista y poco explicativo
de la realidad.
Giovanni Sartori: Toma como base el enfoque de competencia espacial de Downs completando algunas
cuestiones inherentes a la concepción morfológica de Duverger.
Agrega una nueva variable al estudio del sistema de partidos: La distancia ideológica, dividiendo el
multipartidismo en moderado y polarizado. Esta división se relaciona con los dos tipos de dinámicas, la
centrípeta y la centrifuga, respectivamente.
Incorporo otra variable, la de la competencia, que clasifica los partidos:
• En sistemas unipartidistas competitivos y no competitivos.
• En pluralismo moderado y polarizado.

Pluralismo moderado: configuración similar al sistema bipartidista, donde preponderan las tendencias
centrípetas. La diferencia con el sistema bipartidista estriba en que existe más de un clivaje o línea de división
social.
Pluralismo polarizado:
a) existen partidos anti sistema importantes que buscan socavar la legitimidad del régimen democrático;
b) existen oposiciones bilaterales, es decir, a ambos lados del espectro, lo cual implica que son mutuamente
excluyentes y sin posibilidades de coaligarse;
c) el centro métrico se encuentra ocupado, lo cual hace que no esté disponible para competir por él;
d) los polos se encuentran a una gran distancia ideológica entre sí, lo cual implica diferencias muy profundas;
e) existen fuertes impulsos centrífugos, provocando que el centro pierda votos a favor de los extremos;
f) la ideología de los partidos anti sistema se percibe como doctrinaria;
g) existen oposiciones irresponsables, que hacen que el partido del centro no se encuentre afectado por el
riesgo de la alternancia y se lo vea con perspectivas de gobernar indefinidamente, puesto que resulta muy
difícil la conformación de coaliciones alternativas, y finalmente
h) prolifera un tipo de política de súper oferta, según la cual los partidos que están en los extremos se atreven
a realizar promesas de muy difícil realización, dadas sus magras posibilidades de acceder al poder.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 13 - CINGOLANI
El último criterio que utiliza Sartori, trata de la relevancia de un partido contra otro, refiriéndose a la fuerza
de los partidos. Dichos criterios son:
El potencial de gobierno o coalición de partido: hace referencia a las posibilidades que una fuerza tiene
de formar parte del gobierno a través de una coalición mayoritaria. Esto no es proporcional a la cantidad de
votos que reciba cada partido ya que un partido con bajo porcentaje de votos puede lograr formar parte de
las negociaciones del gobierno. Esta característica es propia de los partidos orientados hacia el gobierno
Su potencial de chantaje: consiste en la capacidad de un partido de alterar el esquema de competencia
con su aparición. Es una característica propia de los partidos antisistema, partidos orientados hacia la
oposición.

3) El enfoque genético, la teoría del congelamiento y las “familias de partido” (Duverger y Sartori)
El enfoque genético se centra exclusivamente en la cuestión de los clivajes existentes en una sociedad y en
cómo éstos explican la lógica de la interacción entre los partidos.
Luego de la emergencia de las cuatro fracturas sociales mencionadas anteriormente, Lipset y Rokkan
sostienen que se produce un “congelamiento” de los sistemas de partidos que coincide con los procesos de
democratización y ampliación del voto. Este congelamiento se debe al fortalecimiento de ciertos vínculos
entre ciudadanos y organizaciones políticas, en un contexto histórico de ampliación masiva de los derechos
políticos.
La idea del congelamiento, sin embargo, ha sido desafiada y parcialmente reformulada por dos tipos de
argumentos distintos:
a) La literatura sobre las llamadas familias espirituales de partidos, que concibe nuevos movimientos
minoritarios como capaces de generar nuevos clivajes.
b) Investigaciones que proveen evidencia empírica acerca de profundos cambios en los sistemas de
partidos, como los altos índices de volatilidad electoral, la pérdida de fuerza relativa por parte de partidos
tradicionales o el declive en la participación electoral, etc.

Según von Beyme (exponente principal del enfoque sobre las familias) existirían nueve tipos de familias
espirituales:
1. Partidos liberales y radicales.
2. Partidos conversadores.
3. Partidos socialistas y socialdemócratas.
4. Partidos demócrata-cristianos.
5. Partidos comunistas.
6. Partidos agrarios.
7. partidos étnico-regionalistas
8. Partidos de extrema derecha y
9. Partidos ecologistas.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 13 - CINGOLANI
Definiciones importantes:
• Polarización- Distancia entre el partido más de izquierda y más de derecha.
Positivo: oferta clara.
Negativo: Conflicto.
• Fragmentación- Cantidad de partidos que tiene un sistema de partidos.
• Fraccionalización- Cantidad de fracciones que tienen los Partidos políticos.

Algo para no olvidar.


Los sistemas de partidos no cambian fácilmente ya que la estructura social no cambia fácilmente, asimismo
porque los partidos responden a reglas institucionales, que por lo general se mantienen igual, no cambian.
Existe una conexión entre sistema electoral y el formato de sistema de partidos:
El sistema electoral (variable independiente) condiciona el formato del sistema de partidos (variable
dependiente).

Sistemas electorales que funcionan a través de:


• La mayoría: implica que el que gana la elección se lleve todos los cargos en disputa. Genera- Bipartidismo
La representación proporcional: implica que dependiendo de la cantidad de votos que se tenga, los cargos
que se le van a dar en el poder. Genera multipartidismo

En Uruguay hay combinación de ambos tipos de sistemas: Para la elección del presidente el sistema de
mayoría, para la elección del parlamento el sistema de representación proporcional.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 14 - BOIX
TEXTO 14 - BOIX - Partidos e ideologías
Propósito general del texto: mostrar la manera en que los partidos políticos y los gobiernos influyen en la
economía mediante la exploración de la interacción y los efectos de tres estratos de variables: las
preferencias de los partidos, las ideas o modelos instrumentales que manejan los partidos, y la dimensión
institucional.

Argumento teórico 1:
Boix hace una reivindicación de los partidos y las ideas políticas.
Los partidos políticos desempeñan un papel relevante en el curso de le política económica y en el rumbo de
la economía. Aunque constreñidos por las instituciones domesticas por la economía internacional en el
ámbito de las políticas estrictamente macroeconómicas, gobiernos y partidos cuentan con la autonomía
suficiente para afectar los factores productivos o condiciones estructurales de la economía de acuerdo con
sus preferencias.
Los partidos son coaliciones de intereses e ideas, pueden llegar a ser iguales en este sentido ya que son
racionales. Son agentes que se mueven en un mercado competitivo, el mercado de los votos, y cumplen
una función social.
• Los partidos importan.
• Instituciones + gobierno limitan el manejo macroeconómico
• Hay diferencias entre izquierda y derecha.

Debate teórico:
Los partidos políticos no son una variable significativa para explicar la orientación de la política económica.
Sino que esta se explica predominantemente por factores internacionales, diseños institucionales,
estructuras estatales, influencia de otros actores como los grupos de presión, influencia técnica, etc.

Argumento teórico 2:
Todos los partidos políticos son elegidos bajo la promesa de proporcionar un crecimiento sostenido y niveles
más altos de bienestar social.
Lo que distingue a los partidos socialdemócratas de los conservadores es el énfasis que cada fuerza política
pone en el principio de igualdad. Además, los partidos políticos adoptan diferentes políticas económicas
siempre y cuando estén convencidos de que estas políticas son estrategias factibles para conseguir sus
objetivos finales.
Los gobiernos socialdemócratas (de izquierda) movilizan primordialmente al sector público para modificar la
economía por el lado de la oferta a fin de reconciliar crecimiento e igualdad. En cambio, los gobiernos
conservadores (de derecha) se inclinan por emplear el mecanismo de mercado para optimizar las tasas de
ahorro y de inversión, y así acelerar el crecimiento económico
.
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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 14 - BOIX
• Izquierda: conciliar igualdad y crecimiento
• Derecha: prioriza el crecimiento.

Partidos de Izquierda: Su estrategia es que el estado tenga un papel activo. Él es quien puede hacer
posible maximizar, al mismo tiempo, crecimiento económico e igualdad. Buscan maximizar la intervención
estatal. Intensificar el gasto público directo e indirecto, aumentar la productividad de todos los sectores, pero
especialmente de trabajadores y regiones más atrasadas.
Partidos de Derecha: Buscan minimizar la intervención estatal para permitir que agentes privados
encuentren su punto de equilibrio en consumo e inversión. Su estrategia se centra en el mercado. Buscan
reducir la presión fiscal, la inversión pública, privatizaciones, etc.
Los partidos tienen un impacto fundamental en el conjunto de políticas elegido para influir por el lado de la
oferta de la economía.
El argumento de Boix se considera “contracorriente”.
Boix polemiza con enfoques teóricos muy influyentes en el campo de la ciencia política y de la economía
política en general, pero también polemiza con buena parte del sentido común ciudadano.
En el sentido común de los ciudadanos porque estos piensan que “todos los partidos están para la misma y
se arreglan entre ellos”. Boix dice que las ideas de los partidos son diferentes y sus políticas también.
Entonces, si aceptamos el argumento de Boix, no es posible sostener que “todos los partidos son lo mismo”.
Pueden llegar a serlo desde el punto de vista de sus motivaciones e intereses, pero sus ideas son diferentes,
y sus políticas, que se correlacionan con sus ideas, también lo son.
Para el saber económico más aceptado, los partidos políticos no son una variable significativa para explicar
la orientación de la política económica. Desde esta perspectiva, la política económica se explica
predominantemente por factores internacionales, diseños institucionales, estructuras estatales, influencia de
otros actores como los grupos de presión, influencia técnica, etc. La economía, o al menos la definición de
su orientación estratégica, estaría fuera del campo de influencia de los políticos.

Evidencia empírica del argumento de Boix: INDICADORES


Boix hace un análisis estadístico económico de países de la OCDE (organización para la cooperación y el
desarrollo económico) entre 1960 y 1990.
INDICADORES:
1- Estructura del impuesto a la renta
2- Tamaño del sector público empresarial
3- Gasto en capital fijo
4- Gasto en educación Gasto en
5- Gasto en políticas de reconversión laboral. capital humano.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 14 - BOIX
La izquierda gasta más porque creen en el estado, mientras que la derecha, al creer que los privados pueden
proveer todo y que no es necesario el estado, gasta menos.
• Hay un incremento en los indicadores cuando gobierna un partido de izquierda y una disminución cuando
gobierna un partido conservador.

La economía no puede desconectarse de las elecciones. Esta relación tiene lugar en un doble sentido. Por
un parte, todos los gobiernos, dependen por igual de su popularidad electoral y adecúan la ejecución de su
política económica a los vaivenes de la opinión pública. Por otra parte, los partidos idean políticas y
estrategias electorales para crear y sostener coaliciones electorales. Los partidos se esfuerzan por moldear
la opinión pública y recibir su apoyo.
En la puesta en marcha de su estrategia económica preferida, todo gobierno está limitado, por la evolución
del ciclo económico. Una recesión económica implica tanto una sustancial pérdida de apoyo como un
descenso significativo de los ingresos fiscales y un gasto social más elevado.

Dilemas a largo plazo. Opinión pública, impuestos y consumo (público)


Con el apoyo al Estado de bienestar extendido entre la inmensa mayoría de la sociedad, los conservadores
pueden ser incapaces de reducir los impuestos de modo significativo, esto es, hasta los niveles que
prometieron o que creyeron apropiados para impulsar el crecimiento. Los socialdemócratas, a su vez,
pueden tener que abandonar sus planes inversores si se enfrentan a fuertes demandas de más gasto social.
Los partidos políticos se esfuerzan por superar estos dilemas intentando labrar las preferencias, intereses y
creencias del electorado. Para ese propósito, los políticos recurren a diversas estrategias: elaboran
programas ideológicos amplios, ajustan cuidadosamente sus políticas económicas y sociales y crean
estructuras organizativas capaces de mantener unida a su coalición electoral. Es cierto, sin embargo, que
formar la opinión pública no es algo que se logra fácilmente puesto que el éxito del gobierno depende en
parte de los factores que escapan a su control: la estructura del sistema electoral, las estrategias de los
partidos de la oposición, la evolución de la economía y el puro azar. En todo caso, ningún partido en el poder
ignora la necesidad de construir esa clase de hegemonía política y cultural que dará a sus dirigentes y a sus
soluciones políticas una mayoría parlamentaria sostenida.

La formación de una opinión pública conservadora


Los partidos conservadores pueden poner en práctica con éxito una estrategia económica no
intervencionista bajo las condiciones institucionales apropiadas. Nada impide la transferencia de la
formación de capital de manos públicas a privadas, el desmantelamiento de toda política industrial activa, la
flexibilización del mercado de trabajo, la venta del sector público empresarial, y la reestructuración del
sistema impositivo en beneficio de las fuerzas del mercado.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 14 - BOIX
En la mayoría de los países, los partidos no socialistas defienden firmemente un sistema público de
protección social y descartan la idea de que un programa de reforma económica y liberalización, de los que
son firmes partidarios, deba incluir la desaparición del Estado de bienestar.

La construcción de una coalición socialdemócrata


Los partidos socialistas sostienen que una estrategia económica centrada en maximizar la tasa de inversión
de un modo que combine el crecimiento y más igualdad consolidará una amplia coalición interclasista,
incluyendo la tradicional clase trabajadores y segmentos de la clase media, de la siguiente manera. Al
aumentar la productividad de las regiones, sectores económicos y la población activa en general, y, en
definitiva, la competitividad de la economía, una tasa de inversión pública elevada tiene dos consecuencias
desde el punto de vista electoral. En primer lugar, al permitir salarios más altos sin amenazar el rendimiento
de la economía, contribuye a reducir directamente la desigualdad. En segundo lugar, una productividad más
elevada permite incrementar los tipos impositivos sin socavar la inversión privada, y, por tanto, extender, el
Estado de bienestar.
En otras palabras, con el uso de las políticas de inversión apropiadas, que genera crecimiento e ingresos
por impuestos en un círculo “virtuoso”, amplios sectores de la clase media tienen un fuerte incentivo para
apoyar la causa socialdemócrata.

Mecanismos constitucionales y dilemas electorales


Al considerar la dimensión electoral de la puesta en práctica de la política económica, se ha subrayado,
cómo, por una parte, la distribución de preferencias entre el electorado, y, por otra parte, las estrategias
políticas específicas ideadas por los partidos en el gobierno, interactúan hasta constreñir o, en su caso,
impulsar las políticas económicas desarrolladas por las autoridades públicas. La capacidad de los partidos
políticos para imponer soluciones particulares a la economía doméstica depende asimismo de lo que se ha
denominado la “estructura de oportunidades políticas” dentro de la que compiten y operan los partidos:
primero, las reglas para llegar al poder, y, segundo, las estrategias electorales de otros partidos. Ambos
elementos determinan la naturaleza del sistema de partidos.

Instituciones, partidos políticos y la economía


Para una literatura teórica importante y cada vez más influyente, las condiciones de la oferta de la economía
dependen del “marco institucional de la economía doméstica, esto es, el conjunto de “convenciones”
institucionales o reglas y acuerdos institucionales formales o informales dentro de los que las empresas
están integradas y operan. Estos entornos institucionales establecen, estructuras de incentivos específicas,
o limitaciones y oportunidades, que determinan los tipos de opciones y estrategias que las empresas pueden
desarrollar racionalmente para seguir siendo competitiva. Esta literatura afirma que sólo bajo un cierto orden
institucional “economía de mercado coordinada” pueden contar las empresas con el tipo concreto de
relaciones cooperativas y bienes colectivos que les permitirá embarcarse en estrategias competitivas de alto

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 14 - BOIX
valor añadido en mercados mundiales. Por el contrario, las empresas que operan en una denominada
“economía de mercado descentralizada” no tienen acceso a esta clase de factores de producción y tienen
que limitarse a seguir estrategias productivas de costes laborales bajos y bajo valor añadido.
El éxito de aquellas empresas que desarrollan una estrategia productiva de alto valor añadido, donde la
competitividad se basa en la calidad más que en los factores de precio, depende de dos amplias condiciones.
En primer lugar, exige la existencia de relaciones a largo plazo, resistentes a las fluctuaciones propias del
ciclo económico, entre empresas y sus clientes, que permitan a las primeras llevar a cabo aquellos procesos
de adaptación a las necesidades cambiantes de los segundos que caracterizan la producción de calidad. En
segundo lugar, exige, la presencia de trabajadores altamente cualificados, tanto en los niveles de gestión
intermedia como en las plantas de producción.
Para la mayoría de la literatura que vincula la existencia de una economía “coordinada” con el desarrollo de
estrategias productivas de alto valor añadido, la mayoría de las cualificaciones necesarias se adquieren
mediante un proceso de formación dentro de la empresa.
Como consecuencia, estas cualificaciones tienen la naturaleza de “bienes públicos” y, en ausencia de las
condiciones institucionales apropiadas, su provisión corre el riesgo de ser insuficiente por las siguientes
razones. Las empresas que producen productos de alto valor añadido, están interesadas, en primer lugar,
en contratar a buenos estudiantes procedentes de escuelas que los formen adecuadamente. En segundo
lugar, en formar a los empleados subsiguientemente en el lugar de trabajo.
Solo una economía muy “coordinada”, donde los vínculos entre empresas, bancos y trabajadores
sindicalizados son fuertes, puede solucionar los problemas de bienes públicos que invaden los mercados.
Las economías “coordinadas” están constituidas por ciertas instituciones que refrenan el comportamiento a
corto plazo de las empresas que llevaría a la provisión insuficiente de los factores de producción necesarios
para competir en calidad. La existencia de fuertes vínculos entre empresas y bancos permite a las primeras
asegurarse apoyo financiero incluso durante períodos en los que registren pérdidas. Los bancos están
dispuestos a financiar a las empresas a cambio de una clara información sobre los planes de
reestructuración de estas últimas: y esto sólo ocurre en un ambiente con fuertes vínculos entre empresas y
capital financiero. Las empresas, generalmente integradas en organizaciones empresariales vigorosas,
mantienen asimismo fuertes lazos y una estrecha relación cooperativa con los trabajadores. Empresas y
trabajadores mantienen un “contrato tácito”. Este, tiene claras consecuencias sobre las estrategias
alternativas de que disponen las empresas.
Finalmente, la existencia de organizaciones empresariales poderosas pone coto a la competencia “desleal”
entre empresas a la búsqueda de trabajadores cualificados. Una “infraestructura institucional” coordinada, y
la clase de factores de producción que van asociados a ella, permite mantener, tras importantes shocks
exógenos, la estrategia competitiva de alto valor añadido y permite evitar la reducción de salarios y del
sistema de protección social. Se supone que una economía “coordinada” será capaz de re cualificar
rápidamente a sus trabajadores, y, por tanto, evitará el dilema entre reducción del salario social o aumento
de impuestos para financiar más inversión pública.

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CAPITULO 3 – PARTIDOS Y SISTEMAS PARTIDARIOS
TEXTO 14 - BOIX
Considérese, por el contrario, la naturaleza de una economía descentralizada, las organizaciones
empresariales y los sindicatos son débiles, el mercado de trabajo está descentralizado y sólo débilmente
regulado y la movilidad de los trabajadores es alta. Operando en este entorno institucional, las empresas se
ajustan racionalmente al ciclo económico mediante despidos. Más en general, no hay incentivos para invertir
en capital humano de un modo sostenido.
La formación dentro de la empresa o los acuerdos financieros entre empresas y bancos entrañan usar una
clase especial de información que las empresas serán reticentes a compartir con cualquier autoridad pública.
Las economías coordinadas, alivian la dureza del trade off entre desempleo e igualdad a que se enfrentan
los gobiernos. En una economía completamente coordinada, con unos trabajadores altamente cualificados,
los conservadores tienen pocos incentivos para bajar el salario social. Los socialdemócratas pueden intentar
acelerar las políticas de inversión, pero lo hacen, en una situación en que el desempleo permanece a un
nivel bastante tolerable. En las económicas descentralizadas, las opciones en política económica a las que
se enfrentan gobiernos y partidos políticos se hacen más dramáticas. Los políticos saben que no reducir el
salario social tendrá efectos nocivos en el empleo. Pero también entienden que bajarlo dará como resultado
una desigualdad.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS

TEXTO 15 - HALL & SOSKICE - Variedades de capitalismo


Institucionalidad (ej. Regulación laboral y del mercado de capitales; ámbitos de intercambio de
información y acuerdo) influye en estrategia de coordinación entre empresas

Dos modos de coordinación entre empresas:


1. Economías de mercado laborales: base en competencia de mercado
Equilibrio en base a oferta y demanda desregulada.
2. Economías de mercado coordinadas: base en condición estratégica
Redes estado-asociaciones empresariales- sindicales.
Esas estrategias funcionan en relación al tipo de institucionalidad
Ejes de diferenciación:
-Relaciones entre empresas
-Relaciones laborales
-Formación profesional

Economías de Mercado liberales:


EU, Can, RU, Irl, Ausl, NZ

Economías de mercado coordinadas:


Ale, Aus, Hol, Bel, Sui, Ita, Jap, Din, Nor, Sue, fin
Otros modelos coordinados:
Fra (coordinación estado- elite empresarial, sin incluir sindicatos)
Por, Esp, Gre (condiciones para coordinar con empresas, pero no con sindicatos por haber varias
centrales sindicales en competencia)

EU (liberal):
Relación entre empresas:
-Por competencia y contrato (ej. Difusión de tecnología en base a captar personal de otras o
contratar permisos de uso)
Mercado de trabajo:
-Desregulado en contratación (fácil contrato y despido; “robo” de trabajadores entre empresas) y
salario (por empresa)
-Asociaciones empresariales y sindicales poco extendidas
Formación laboral:
-Genérica; permite fluir entre empresas (en contexto de relaciones laborales inestables). Impartida
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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
por el sistema educativo formal, sin participación de las empresas.
Requisito:
-Mercados de control empresaria: valor de empresas y acceso a crédito según valor de acciones, en
base a información publica sobre flujo de caja a corto plazo.
Consecuencias:
-Las empresas presionan hacia desregulación y mantener baja incidencia de sindicatos, para
favorecer competencia.

Alemania (coordinada):
Relación entre empresas:
-Redes de cooperación y control estado-empresas (información, innovación, difusión de tecnología)
-Consenso: en la red y organización interna (incluyendo trabajadores, clientes y proveedores
principales)
-Confiabilidad (de la información vertical por las empresas y del estado)
Mercado de trabajo:
Regulación salarial (por rama) y de contrato (estabilidad laboral, menor “robo de trabajadores”)
-Se cumple en base a sindicatos y asociaciones empresariales extendidas.
Formación laboral:
-Por fondos públicos gestionados con empresas y sindicatos.
-Formación especializada para la rama y vinculada a inserción en las empresas que lo co-financian.
Requisito:
-Mercados de Gobernanza empresarial: acceso a crédito (con base estatal) considerando
información de la red sobre perspectiva de largo plazo.
Consecuencias:
-Las empresas apoyan la regulación, como parte de la estructura de coordinación.

Resultados:
No se diferencian por resultado en productividad global sino en distribución.
*Liberal: Mayor tasa de empleo, mayor desigualdad de ingresos.
*Coordinación: menor tasa de empleo y jornada menor, mayor igualdad de ingresos
(conclusión similar a Przeworski democracia/ dictadura y a Boix izquierda/ derecha)

Ventajas Institucionales comparativas:


-Visión clásica: Teoría de ventajas comparativas según especial abundancia de un factor de
producción (Samuelson y Stolper, 1941)
-Critica (Krugman, 1991): Cuestiona con éxito la teoría clásica sin establecer explicación alternativa.
-Hall y Soskice: Los empresarios definen que bienes producen en función del sostén institucional que

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
ahí para cada producción (ventajas institucionales comparativas)
Trasciende el institucionalismo exclusivamente ligado a promoción de competencia de mercado (ej.
North, 1990).

Enfoque de análisis previo:


-Análisis de economía política comparada (desde Shonfield, 1965): compara modos de articulación
estado-empresas por países. La tarea del decisor en economía política es como hacer que las
empresas hagan lo que el estado busca (contexto de desarrollo keynesiano)
-Hall y Soskice: El tema del estado es como lograr que las empresas se coordinen mejor entre sí. Sea
por un modelo de competencia de mercado (mejorar la competencia) o de coordinación estratégica
(mejorar la competencia) o de coordinación estratégica (mejorar la capacidad de acordar e integrar).
-Vinculo a políticas sociales (régimen de bienestar):
_Coordinadas corresponden a regímenes de altas prestaciones estatales.
_Liberales o regímenes de prestaciones estatales básicas y para bajos recursos. Pero el móvil de
cada uno no son solo partidos de izquierda y sindicatos sino también empresariado.
-Régimen de gobierno:
-Coordinadas corresponden a parlamentarismos de asamblea (gobiernos por acuerdo)
-Liberales corresponden a modelos Westminster, de decisión unilateral por un solo partido (con
menor integración formal de acuerdos con empresas).

Globalización:
No implica convergencia.
Cada una puede adaptarse según sus pautas (y regularlas según ellas: se ve en que UE se resiste a
apertura plena de mercado a áreas basadas en lógica liberal).

Understanding the diverging trajectories of the United States and Western Europe:
Parte de la literatura sobre variedades del capitalismo tiene una comprensión problemática de la
divergencia entre variedades europeas y estadounidenses. Esto es más mercado en los influyentes
trabajos de Hall y Soskice, que contrastan la “economía de mercado coordinada” de Europa con la
“economía de mercado liberal” de Estados Unidos. Argumentan que las empresas europeas están
integradas en complejas redes de coordinación con otros empresas, sindicatos y estado. En estados
unidos, por el contrario, las empresas serian altamente autónomas y autosuficientes, y no integradas
a redes con obligaciones reciprocas. Estados Unidos es una economía de mercado liberal debido a
esta mayor autosuficiencia de las empresas.
Este argumento confunde la ideología de negocios de EEUU con la economía real.
Joseph Stiglitz, economista ganador del Premio Nobel, que presidio el Consejo de Asesores
Económicos bajo Bill Clinton, aporto una anécdota contundente. Cuenta con los CEOs, de las

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
principales corporaciones de EEUU normalmente llegaban a su oficina con discursos idénticos.
Cada uno de ellos declaro su lealtad a la economía de libre mercado y la preferencia por que el
estado tenga un rol económico tan pequeño como sea posible. Sin embargo, cada uno señaló que su
industria particular era especial, y para su viabilidad de necesitaría una acción firme y afirmativa por
parte del gobierno federal.
Stiglitz menciona específicamente el caso de Paul O’Neill, CEO de Alcoa, quien luego fue primer
secretario del tesoro de George W. Bush. O’Neill era un firme defensor del libre mercado, pero
necesitaba que la administración Clinton ayudara a Alcoa a organizar un cartel mundial del aluminio
porque esa era “la única forma de liderar con la capacidad ociosa de esta vital industria”.

Bresser-Pereira (2012): Five models of capitalism


-Liberal(anglosajón)
-Social(europeo)
-Integración social endógena (Japón)
Mayor igualdad salarial y mayor estabilidad del empleo. Escasa proyección estatal en política social
(La protección social recae en gran parte en familias y empresas)
Se ha movido luego hacia el liberal. Por ejemplo, la estabilidad laboral de por vida en las grandes
empresas, que es el rasgo más característico de este modelo, está desapareciendo.
-Desarrollista (asiático)
Inspirado en el japones. Estrategia nacional de desarrollo (basada en marco legal de incentivos a
inversión) con fuerte intervención estatal en la economía, y bajo nivel de protección laboral.
-Liberal-dependiente (latinoamericano):
Elites dependientes. Ausencia de estrategia de desarrollo nacional. Alianza política entre burguesía
industrial consolidada, y luego pasa solo a promotor.
Alto grado de desigualdad. Sistema de protección social compensatorio (mientras que los países
asiáticos dinámicos, que no muestran tal desigualdad, mantienen al estado alejado del ámbito social).

Schneider (2009): Hierarchical market economies and varieties of capitalism in Latin America
Latinoamérica: economías jerárquicas de mercado.
Cuatro características que estructuran el acceso de las empresas a capital, tecnología y trabajo:
-Grupos económicos (gran peso económico relativo de un conjunto reducido de grupos empresariales
de propiedad familiar: racimos jerárquicos de empresas subsidiarias de una principal)
-Corporaciones multinacionales (gran peso económico relativo de transnacionales, principalmente de
EEUU, de relacionamiento jerárquico con sus filiales locales, y en relación con los grupos económicos
locales)
-Trabajo no calificadoras
-Relaciones laborales atomizadas.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
TEXTO 16 – VALLÉS - LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Entre la política y las políticas
Definiciones
• Decisiones de carácter vinculante adoptadas formalmente por instituciones públicas con el fin de
afectar cierta área de conflicto local.
• Conjunto interrelacionado de decisiones y no-decisiones que tienen como foco un área
determinada de conflicto o tensión social. Se trata de decisiones adoptadas formalmente en el marco
de las instituciones públicas (lo cual les confiere la capacidad de obligar), pero que han sido
precedidas de un proceso de elaboración en el cual han participado una pluralidad de actores
públicos y privados.
• Otra definición subraya el aspecto intencional de la política publica, al describir como tal un
conjunto ordenado de decisiones que responden a una serie de objetivos previamente seleccionados
por las instancias públicas.
Comportamiento intencional, acción (o inacción con sentido) que involucra a varios actores
(decisiones y operadores) en un curso de acción (un proceso) decidido por una autoridad formal –
legal competente de manera obligatoria para la sociedad y con efectos (producto e impacto) en el
sistema político y social (grupos objetivos y beneficiarios finales).

Políticas públicas y coerción


Lo que distingue a este conjunto de decisiones que calificamos como política publica es que
incorporan una cierta dosis de coerción u obligatoriedad.
Se trata de determinaciones que se imponen sobre la comunidad, porque derivan de la autoridad y
cuentan con alguna legitimidad política.
El componente coactivo de una política se manifiesta de modos diferentes.
La coacción es ejercida directamente señalando conductas obligadas.
Se manifiesta indirectamente: no se obliga a adoptar una conducta precisa, pero se establece que —
en caso de darse— debe ajustarse a determinadas condiciones o escalas
Sacado de la clase: actores recursos y restricciones de las políticas publicas
Actores:
• Los gobernantes
• Los partidos políticos
• La burocracia publica
• Los grupos de interés
• Los técnicos o “analistas simbólicos”
• Los organismos supranacionales
• Los medios de comunicación.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
Recursos:
• Personal, fuerza, dinero, información, organización, convenios.
• Apoyo político, tiempo, infraestructura.
Restricciones: Normas que regulan la producción de políticas e instituciones públicas establecidas.
Tipos de políticas publicas según tipo y modalidad de coerción estatal:
1. Políticas distributivas: Asignación directa de nuevos recursos a individuos o grupos particulares en
uso de potestades gubernamentales. No supone detracción de recursos a actores o sectores
específicos (juego de suma positiva): puede haber varios ganadores simultáneamente. Ej.:
subsidios, exoneraciones, permisos.
2. Políticas redistributivas: Dictado de criterios generales que otorgan ventajas a grupos o sujetos
indeterminados (que pueden aprovecharlos o no). Modifican la situación existente de posesión de
recursos, suponen detracción de recursos a ciertos actores o sectores sociales para asignarlos a
otros (juego de suma cero). Ej.: seguridad vial, educación.
3. Políticas regulativas: Norma obligatoria que obliga o prohíbe, afectando el comportamiento de los
ciudadanos. Supone la limitación de libertades individuales. Ej.: prohibición de fumar, obligación de
usar cinturón de seguridad.
Excepción: normas “auto regulatorias” cuyas restricciones para algunos suponen beneficios para
otros. Ej.: habilitación para ejercer profesiones.
Políticas constitucionales o institucionales: Son las que señalan los procedimientos y las reglas de
juegos generales a las que debe Afectan indistintamente a todos los actores que intervienen en el
proceso. Ej.: la constitución, normativa electoral, creación de un ministerio, etc. El ciclo de las
políticas publicas

El proceso: la formación de la agenda


El proceso de elaboración y aplicación de una política publica incorpora (en una secuencia o cadena)
una gran variedad de actividades individuales y colectivas.
Una visión simplificada o idealizada del proceso nos los presentaría del modo siguiente:
• Los grupos de interés y los partidos canalizan las demandas de diferentes sectores sociales que se
refieren a un determinado ámbito de tensión o discrepancia: la educación, las comunicaciones, la
sanidad, etc. Los actores colectivos integran estas demandas y las convierten en propuestas
legislativas.
El parlamento examina dichas propuestas, las corrige y enmienda y, finalmente, las aprueba en
forma de ley de obligado cumplimiento.
• El gobierno o ejecutivo toma la responsabilidad de convertir estas leyes o decisiones de carácter
general en normas de carácter más detallado que permitan aplicarlas a situaciones específicas.
Las administraciones atienden a los casos individuales y organizan a este fin los recursos materiales
y personales, distribuyen incentivos positivos y negativos entre los afectados.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
• Finalmente, quien tiene la autoridad para hacerlo valora las consecuencias de la aplicación de la
política y, a la vista de las mismas, decide continuarla, reformarla o terminar con ella.
Proceso demasiado simple. El proceso, en realidad es más complejo y con actores que no siempre
aparecen a primera vista, por ello barajaremos en el ciclo de las políticas publicas propuesto en el
esquema anterior.
En cada una de las etapas conviene hacer algunos comentarios:
• El proceso arranca a partir de una situación problemática, que provoca cierto grado de tensión o
controversia.
Un problema o una issue, entendida como cuestión controvertida es una situación insatisfactoria
para algún colectivo, para el cual se da un desfase entre la situación percibida y la situación
deseada.
Pero el hecho de que el problema sea una construcción social, dificulta su misma definición; lo cual
se acrecienta, porque muchas situaciones problemáticas mantienen entre si una relación de
interdependencia.
• En cualquier caso, lo que convierte una situación en problema merecedor de atención política y su
inclusión en la agenda es la distancia entre lo percibido y lo esperado.
En síntesis, lo que da lugar a la iniciación de un proceso de intervención publica es la capacidad de
algunos actores para transformar una de las grandes divisorias o cleavages (que subyacen en toda
sociedad) en un problema tratable: es decir, una situación acotada o localizada, en torno a la cual se
movilizan determinados sectores que proponen reaccionar ante la misma con decisiones de carácter
obligatorio.

La elaboración y selección de políticas


Una vez incorporada una cuestión a la agenda política, interesa saber cómo se elaboran aquellas
propuestas de reacción (o proyectos de políticas publica) y que determina la selección de unas y el
descarte de otras. Proceso de decisión según definición de objetivos fijados y los medios disponibles
(4 modelos de formulación de políticas públicas).
Un primer modelo presenta la selección de una política como resultado de un proceso presidido por
la máxima racionalidad, es decir, por la aplicación organizada de medios adecuados a la consecución
de fines definidos.
Supone conocimiento perfecto, cálculo exacto de costos y beneficios de la selección de políticas.
El resultado final es la selección de la propuesta que ofrece los resultados más satisfactorios al
menor coste posible.
De ahí la elaboración de una versión corregida del proceso, calificada como de. racionalidad
limitada. Se acepta que la definición del problema es imperfecta, que la información existente es
parcial, que los recursos son limitados, etc.
El proceso se conforma con llegar a resultados razonables (aceptables o parcialmente satisfactorios

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
para buena parte de los implicados)
En segundo lugar, una política puede haber sido diseñada sin prestar atención a los diferentes
operadores que intervendrán en su implantación y al tipo de relaciones que mantienen entre sí.
Finalmente, hay variables de entorno que refuerzan o debilitan la realización de la política en
cuestión, especialmente el ciclo político (estable o inestable) y el ciclo económico (de expansión o de
recesión), el clima de la opinión, la carga transformadora que incluye aquella política y las
resistencias que puede provocar, etc.

La implantación de las políticas


Se expresa la idea de que elaboración e implantación no son dos etapas tajantemente diferenciadas
y encomendadas a dos tipos de agentes totalmente aislados unos de otros.
En efecto, la aplicación más efectiva de una política suele darse en la medida en que sus objetivos y
sus medios van adaptándose a las condiciones específicas de sus destinatarios: nivel cultural,
situación social, ubicación territorial, etc.
Y esta adaptación continua de la política corre a menudo a cargo del. ejecutor. de la misma: el
funcionario o agente —docente, medico, policía, trabajador social, funcionario de atención al publico
— que está en contacto directo con la situación conflictiva y con los ciudadanos involucrados en ella.

La evaluación y la sucesión de las políticas


El debate político es, en gran medida, una permanente evaluación de los resultados de las diferentes
políticas públicas:
• ¿Que se ha conseguido tras la aplicación de una determinada política?
• ¿En qué medida se han alcanzado sus objetivos?
• ¿Hay que acabar con una determinada política o hay que corregirla?
Un buen ejercicio de evaluación exige una previa determinación de indicadores y de valores
Es posible en muchos casos establecer algunas medidas básicas que calibren el impacto de la
política emprendida. Estas medidas combinan la valoración del output (o acciones desarrolladas) y la
valoración del outcome (o impacto de estas acciones sobre determinadas dimensiones de la vida
social)
Se tiende a confiar la evaluación a instancias más independientes: órganos públicos de supervisión
(como puede ser un tribunal de cuentas reforzado), centros de investigación académica o
consultores privados especializados.
De este examen del ciclo que genera y aplica una política publica cabe extraer dos conclusiones.
Es fácil reconocer la importancia de la aportación que hacen en cada una de sus etapas los factores
económicos (de asignación de recursos), técnicos (de conocimiento experto en ingeniería, medicina,
educación, etc.) o de gestión (para coordinar las organizaciones que intervienen en el proceso).
En cada una de las etapas de este ciclo reaparece siempre en primer plano su sustancia

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS
propiamente política, manifestada en el conflicto que está en la raíz misma de la política.

Los actores del proceso: líneas, triángulos, redes


Modelo lineal

Grupos de interés y partidos canalizarían demandas, delimitarían cuestiones, las incorporarían a la


agenda política y trasladarían a las instituciones representativas (parlamento) las políticas
proyectadas para intervenir sobre aquellas cuestiones. Por su parte, los gobiernos se
responsabilizarían de su implantación.
Modelo reticular (o de community policy)

Red o comunidad centrada en una temática determinada.

¿Influye la política sobre las políticas? Los. estilos.


Se ha concluido la existencia de cuatro estilos:
Anticipativo-consensuado (1): Suecia o Japón
Reactivo-consensuado (2): Gran Bretaña
Anticipativo-impositivo (3): Francia
Reactivo-impositivo (4): adoptada por los gobiernos ante el estallido imprevisto de una crisis.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 16 - VALLÉS

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TEXTO 18 - VALLÉS
TEXTO 18 – VALLÉS - La acción colectiva: los grupos de interés y los movimientos sociales

Los actores políticos como protagonistas


La política no es una actividad exclusiva de los políticos, sino que el comportamiento político tiene
una dimensión colectiva: el acto político de un sujeto individual se integra en un conjunto de actos
realizados por otros, con el objetivo de aumentar la incidencia sobre la toma de decisiones.
Los actores colectivos tienen gran protagonismo, como pueden ser, por ejemplo, los partidos
políticos. Pero junto a ellos, también se destaca la actividad de otros colectivos como los sindicatos
que hacen una huelga, una organización ecologista que promueve el cuidado del ambiente, etc.
A pesar de que estos son muy variados, es posible definirlos por algunas características en común:
• La asociación voluntaria de los miembros
• La estabilidad relativa de su actividad, ya que no son fenómenos circunstanciales como una
"charla de paso".
• La comunidad de intereses y objetivos que produce una cierta homogeneidad entre los individuos.
• Línea de acción coordinada y organizada, mediante el uso de medios e instrumentos diversos.
La presencia dominante de los grupos organizados en el escenario político, se explica por el intento
de conservar o modificar la posición y los intereses de los miembros de cada grupo en el conjunto
social; a veces con actitudes conservadoras, otras propugnando cambios e innovaciones, pero
siempre en los de mejorar su situación.
La acción política suele ser concertada entre varios sujetos del mismo grupo, que comparten una
misma posición y un mismo proyecto y que se organizan de modo relativamente centralizado. Sin
embargo, esta acción coordinada no suele tener una adhesión masiva, sino que implica solo a una
parte del grupo (Solo una parte de los asalariados se agrupan al sindicato, no todas las mujeres se
adhieren a un colectivo feminista; a pesar de que luego todos perciban los beneficios por su lucha).

Una tipología
Los actores políticos colectivos adquieren más protagonismo cuando aparece la política de masas y
se abre un amplio espacio para la intervención política. De esta manera, vemos la presencia de
dichos actores en los procesos históricos que dieron lugar a las revoluciones liberales, las
movilizaciones obreras y democratizadoras del siglo XIX.
A medida que el sistema político facilita la expresión de las demandas de los diversos grupos
sociales, aparecen estos agentes. La teoría liberal en un principio no los tuvo en cuenta, pero luego
fueron incorporados a su modelo de organización política, al inicio con resistencias y finalmente,
otorgándoles protección legal.
En las sociedades contemporáneas, la complejidad de las estructuras sociales y la politización de
cuestiones que en otros tiempos eran dejadas al libre acuerdo de sus protagonistas, han multiplicado
el número de actores políticos colectivos, acentuando su diversidad.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 18 - VALLÉS
Podemos diferenciar tres grandes tipos de actores colectivos: los movimientos sociales, los grupos de
interés y los partidos políticos. Para diferenciarlos nos basamos en tres criterios:
• La estabilidad de su estructura: Puede ser sólida y permanente como en los grupos de interés y en
los partidos políticos, o variable y con oscilaciones como en los movimientos sociales.
• El discurso que desarrollan: Las propuestas que promueven pueden tener una pretensión global,
que abarque todos los campos temáticos, como es el caso de los partidos. Pueden, por otro lado,
concentrarse en un solo tema de carácter especifico (económico, religioso, cultural). O si no, pueden
subrayar una sola dimensión que afecte a la pluralidad de campos temáticos (Ejemplo: movimiento
feminista que adopta la discriminación de género como motivo de intervención política en varios
campos: familiar, laboral, político, cultural).
• El escenario preferido para su intervención: En algunos casos, este escenario puede ser el ámbito
institucional (parlamento, gobierno), como lo es en los partidos. En otros casos, el escenario es extra
institucional, con tendencia a adoptar formas de actividad no convencionales, como son los
movimientos sociales.
Esta tipología permite un orden relativo de la diversidad, pero supone una reducción de la realidad,
dejando fuera las situaciones intermedias o de transición: históricamente podemos ver tránsitos de
un tipo a otro, como puede ser la conversión del movimiento ecologista en un partido.

Los grupos de interés: influir y presionar


Estos grupos de interés que tienen como objetivo principal influir sobre el proceso político, defienden
propuestas que afectan a los intereses de un sector determinado de la comunidad, como vimos. Se
proponen participar en la elaboración de las decisiones políticas relacionadas a sus intereses, pero
sin asumir responsabilidades institucionales; actúan sobre las instituciones, pero sin ejercer el poder
que estas administran.
En base a este criterio, algunos autores clasifican a estos grupos como "grupos de presión", ya que
no persiguen ocupar el poder institucional, sino presionar el mismo.
El clasificar estos grupos no es tarea trivial, dada la extrema diversidad y la abundancia de los
grupos existentes, y dada su actuación intermitente y en algunos casos poco visible, etc. De todas
formas, se puede establecer una clasificación teniendo en cuanta los intereses que defienden:
• Grupos de interés relacionados con la esfera económica: se organizan en función de sus posiciones
en el ámbito de las relaciones económicas. Organizaciones patronales, sindicatos, asociación de
consumidores, grupos empresariales sectoriales, jubilados, pensionistas.
• Grupos de interés que agrupan a determinados colectivos sociales en función de características de
género, edad, lugar de residencia, condiciones físicas, etc. Es una categoría amplia y heterogénea.
• Grupos de interés que promueven determinadas causas de contenido ideológico o cultural.
Confesiones religiosas, asociaciones protectoras del patrimonio natural, etc.
• Grupos de interés que persiguen ciertos objetivos políticos, pero sin aspirar a la elaboración de un

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 18 - VALLÉS
proyecto global de gobierno. Grupos que luchan por el respeto a los derechos humanos, colectivos
de solidaridad con pueblos en situación de crisis, etc.

Las formas de acción, los métodos y los recursos de los grupos de interés
Los métodos de acción pueden ordenarse de la siguiente manera:
• Actividades de persuasión, con el recurso de la transmisión de información y documentación.
• Actividades económicas, con el mecenazgo de actividades sociales y culturales, la contribución a la
financiación legal de los partidos o la corrupción de otros agentes.
• Actividades en el campo jurídico, resistiendo el cumplimiento de obligaciones legales,
interponiendo recursos para exigir la paralización de determinadas decisiones o reclamar
indemnizaciones por supuestos danos derivados de las mismas.
• Acciones de intimidación o coacción, que van desde el uso de la fuerza para interrumpir la
actividad económica (huelga) o social (ocupación, interrupción del tránsito) hasta la violencia física
contra bienes y personas.

Los métodos van unidos a los recursos accesibles a cada organización. Entre ellos:
• El número de sus afiliados y de otros sujetos que puedan ser movilizados por el grupo
• Las posiciones de sus miembros en el proceso de elaboración de políticas o en el ejercicio de
determinadas funciones.
• La solidez económica de la organización.
• La consistencia y disciplina del grupo para llevar a cabo acciones o negarse a otras.
• La habilidad mediática para presentar determinados intereses sectoriales como asociados al
interés general, y para persuadir la opinión publica.
• La capacidad de relación y coalición con otras organizaciones.
No es necesario decir que dichos recursos, están repartidos de forma desigual entre las distintas
organizaciones. Del uso inteligente y oportuno de estos medios, dependerá el grado de influencia
que cada grupo consiga sobre la regulación de las diferentes cuestiones.

Lobbies, agencias, empresas de servicios y administraciones


Junto a los grupos de interés aparecen otros actores públicos colectivos que mantienen puntos de
contacto con los grupos de interés, pero no pueden ser identificados con ellos. Se trata, de las
agencias instrumentales y algunas empresas de servicios, y de algunos servicios públicos y
administraciones.
Las agencias instrumentales y las empresas de servicios de influencia, son entidades que ofrecen
sus conocimientos a los grupos de interés. Hay tres tipos:
Los lobbies: Son gabinetes de asesoría, consultaría y presión, que se especializan en conectar a los
grupos de interés con los parlamentarios, los miembros del ejecutivo o los funcionarios. Tiene como
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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 18 - VALLÉS
tarea básica contribuir a la confección de estrategias y campanas de influencia que lleven a la
practica a favor de los intereses del sector. (Politólogos, economistas y periodistas, políticos
retirados).
Las agencias de relaciones públicas y de publicidad, venden sus servicios a los grupos de interés y a
los lobbies que actúan por ellos. Diseñan campanas a favor y en contra de determinados temas
sensibles para determinados grupos. Su intervención es decisiva en las campanas que pretenden
restaurar la imagen de ciertas empresas
Los medios de comunicación.
La posición de algunas administraciones públicas y de los cuerpos de funcionarios que las gestionan
merece importancia, ya que forman parte del aparato institucional del estado y deben velar por el
interés general, y no por intereses sectoriales. Sin embargo, suelen intentar influir en decisiones que
no les corresponden, actuando como grupo de interés sin que sean tan asimilados a ellos.
Esta intervención impropia se puede manifestar de tres maneras:
Se produce cuando determinados cuerpos de funcionarios intervienen a favor de sus intereses
profesionales, elaborando o boicoteando determinadas políticas.
Cuando determinados servicios o personal de la administración condicionan la elaboración de
políticas globales en materia de objetivos, inversiones, sistemas de reclutamiento de personal, etc.
Cuando los sectores de la administración que controlan los recursos de coerción (jueces, policías,
militares), se apropian de atribuciones políticas que no les corresponden o ejercen funciones de veto
sobre decisiones de otros órganos estatales. Estas interferencias reducen el ámbito para una
intervención ciudadana e incrementan el riesgo de deslizamiento hacia modelos autocráticos de
decisión.

Los movimientos sociales: una realidad dinámica


Los movimientos sociales se presentan como fenómenos menos integrados que los grupos de interés
y los partidos, y de fronteras más difusas. Incorporan una pluralidad de núcleos (clubes,
publicaciones, colectivos locales) conectados entre sí mediante una articulación débil,
descentralizada y nada jerárquica.
Sus objetivos se sitúan en varios ámbitos de las relaciones colectivas. El movimiento ecologista es
un buen ejemplo, acerca propuestas que afectan al transporte, la biodiversidad, etc. Además, los
movimientos sociales expresan preferencia por las vías de intervención política no convencionales.
Los movimientos sociales son, entonces, actores políticos cuya apariencia cambia; estos
desaparecen como tal cuando evolucionan hasta convertirse en partido o grupo de presión
Los nuevos movimientos sociales, surgen en Europa occidental y EEUU en 1960. Son hijos de las
contradicciones y paradojas del capitalismo tardío de las democracias occidentales. Primaron nuevos
valores sociales sobre los valores materialistas tradicionales, hacían hincapié en cuestiones como
calidad de vida, protección del medio ambiente, afirmación de identidades. De esta manera,

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 18 - VALLÉS
llegaban al debate público ciertas incertidumbres sobre el futuro de la sociedad desarrollada y de sus
miembros; surgiendo nuevos conflictos que superan las líneas divisorias de clase o religión.
Ante esta falta de respuesta de los actores tradicionales y de las instituciones, empezaron a
afianzarse iniciativas de intervención pública, que recibieron el nombre de nuevos movimientos
sociales. El éxito o fracaso de estas iniciativas, depende de la estructura de oportunidades políticas
con la que se enfrente cada actor, es decir, un conjunto de condiciones que favorecen o dificultan la
cristalización (accesibilidad a las instituciones tradicionales, posibilidad de tener aliados entre elites,
etc.). Esta estructura, explica las diferencias en el ritmo de aparición y en el grado de solidez de
estos movimientos.
En un primer momento, los nuevos movimientos sociales levantaron banderas de carácter
contestatario y progresista. Posteriormente, esto se modificó, aparecieron movimientos sociales con
intereses sumamente conservadores, que adoptaron las mismas formas de expresión. Por otra parte,
aparecen movimientos sociales en países en vías de desarrollo y con estructuras políticas
autoritarias (movimientos rurales).

¿Como se organizan y de qué modo actúan?


Los movimientos sociales se han caracterizado por su estructura ligera y poco estable. Tienen una
tendencia a rechazar las derivas oligárquicas, burocráticas y centralizadoras de otros actores como
son los partidos o grupos de interés. Se inclinan por métodos de participación directa, practica
asamblearia, dedicación voluntaria, rotación de responsabilidades directivas. No cuentan con una
afiliación permanente, lo que los lleva a la fragmentación y dispersión. A pesar de los problemas
expuestos, se distinguen tres fenómenos colectivos que pueden entrar en esta categoría:
Un movimiento social, equivale a la articulación de núcleos que comparten la adhesión a unos
mismos valores, pero no es una organización única. Podemos incluir a los movimientos ecologistas,
pacifistas, feministas o gay.
Agrupaciones más estructuradas que actúan en combinación o en competencia con otras
organizaciones tradicionales. Se les llama "movimientos sociales organizados".
Grupos de acción con objetivo único, llamados también "movimientos monotemáticos". Su existencia
se da por una situación o problema específico, y puede terminar cuando esa situación sea resuelta o
pierda la capacidad de atraer al público. En lo que refiere a las formas de actuación, los movimientos
sociales surgen de la desconfianza o el rechazo hacia los canales políticos institucionalizados; por
este motivo recurre hacia formas de actividad no convencionales, que van desde acciones
espectaculares (acampadas, festivales) hasta la llamada acción directa, que incluye un cierto grado
de coacción y violencia. Aunque esto no quiere decir que no se recurra a formas de intervención
convencionales. En sus objetivos y en sus estrategias, los movimientos sociales combinan una doble
lógica. Por una parte, son instrumentos de participación en el proceso político y quieren obtener
determinados resultados prácticos, debiendo entrar en contacto con el poder establecido (para

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 18 - VALLÉS
confrontar o pactar con el). Y, por otro lado, han subrayado el aspecto simbólico o expresivo al tratar
la acción colectiva, son medios para expresar una identidad personal y de grupo.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
TEXTO 19 - PANEBIANCO - EL ROL DE LA BUROCRACIA
El rol político de las burocracias
- La distinción entre política y administración es un principio cardinal de la tradición política
occidental
- La ejecutoriedad de los roles burocráticos tiene 2 implicaciones:
a) La idea de burocracia debe ser políticamente neutral es decir igualmente dispuesta a seguir las
ordenes políticas cuales fueran dichas órdenes y quienes sean los titulares legítimos del poder
b) La idea del carácter técnico y no político de la actuación de la burocracia
- La distinción entre política y administración no se ha sostenido en los análisis empíricos sobre el
funcionamiento de las estructuras burocráticas públicas. Se ha reconocido:

EN PRIMER LUGAR: El carácter ambiguo y contradictorio q es propio de la situación de las burocracias


publicas en los regímenes democráticos. si estas están vinculadas al principio de la NEUTRALIDAD
POLITICA obligadas a seguir directrices de las autoridades legítimas sean estas cuales sean del modo
más cerca posible al ESPIRITU de estas mismas directrices es por otro lado cierto que la actividad
administrativa requiere para desarrollarse un cierto margen de discrecionalidad. A su vez la
autonomía discrecional proporciona a la burocracia un poder autónomo de toma de decisiones q
puede ser más o menos grande, pero q se enfrenta con la prescripción de neutralidad política.
La autonomía discrecional no es propia únicamente de las ramas altas de la administración:
también los funcionarios de rango inferior con un contacto más directo con el Publico y/o las
clientelas externas poseen normalmente una notable autonomía de hecho en la ejecución de las
directrices políticas.

EN SEGUNDO LUGAR: el mito de la separación entre política y administración y la idea del carácter
meramente ejecutivo de la burocracia ha perdido buena parte de su antigua credibilidad con el paso
de los regímenes oligárquico-liberales a regímenes de democracia en masas. En la fase liberar la
ilusión del carácter técnico y puramente ejecutivo de la burocracia estaba alimentada por la
homogeneidad política y la armonía de intereses q existía entra la clase parlamentaria y gubernativa
burguesa y los altos funcionarios. Todo cambia con el advenimiento de las democracias de masas.
Cuando entra en la escena política los partidos socialistas y cuando asumen duchos partidos a los
largo de los periodos más o menos largos el control del gobierno nacional viene a menos la
precedente homogeneidad política entre las elites partidistas y las burocráticas. Las burocracias
poseen formidables recursos para boicotear y hacer fracasar los programas de gobiernos que les
desagradan, por otro lado, la creciente intervención en la economía que lleva consigo la
consolidación de las democracias en masas empuja a la burocracia a asumir tareas de mediación
entre el estado y los grupos de interés,

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
POR ÚLTIMO: el mito de la separación entre la política y administración se pone definitivamente en
discusión por el reconocimiento de la existencia en los sistemas político-administrativos. De dos
tipos de decisiones políticas:
1. Un primer tipo representada por aquel conjunto de decisiones q por su importancia electoral y x
su excepcionalidad (ej. Decisiones en situaciones de crisis) requiere la participación directa y activa
de las elites político-partidistas (el ministro, el gobierno, los parlamentarios, etc.)
2. Un segundo tipo representado por el contrario por una gran cantidad de micro decisiones
cotidianas q recaen en la expresión DECISIONES DE RUTINA, las cuales suardas las una a las otras
son en realidad el componente claramente mayoritario de las deliberaciones q son tomadas dentro
de la maquinaria estatal. Las burocracias casi siempre coparticipan en la elaboración de las
decisiones del 1er tipo y x lo Gral. elaboran autónomamente las decisiones de 2do tipo.

Las interacciones entre el subsistema político-administrativo y el subsistema político-partidista


pueden examinarse desde 2 ángulos:
PERSPECTIVA DUALISTA: trata de responder a la pregunta de quién controla que en el tire y afloja
entre elites políticas-partidistas y elites burocráticas consideradas como grupos distintos, cada una
con sus propias peculiaridades. Pertenecen a este grupo tanto las teorías q mantienen la
preeminencia política de las burocracias en los procesos de toma de decisiones de los regímenes
democráticos contemporáneos (teóricas estado-administrativo) como las teóricas q afirman la
persistencia de la primacía de la POLITICA EFECTIVA como las teóricas q distinguen posibilidades
diferentes en los distintos casos nacionales. También pueden unirse a esta perspectiva los intentos
de clasificar las estrategias de control sobre las burocracias adoptadas por las elites politicoelectivas.

Las 2 estrategias de clásicas de control consisten en:


• Autorregulación burocrática
• Spoils System
• AUTORREGULACION BUROCRATICA: El control depende de la existencia de un esthos burocrático
profesional de la cual forma parte la imparcialidad política: la burocracia se limita a sí misma y
acepta no usurpar las competencias de los políticos de nombramiento electivo gracias a la
interiorización de valores profesionales
• SPOILS SYSTEM: el control se asegura mediante distribuciones de los papeles y de las tareas
administrativas a los seguidores del partido del gobierno.
• Otro método es el RECLUTAMIENTO y en la SELECCION de los cuadros burocráticos sobre bases
particularistas, la elite política se asegura el control sobre la burocracia publica colonizándola total o
parcialmente. Lo q diferencia con la Spoils System es q en este caso el reclutamiento sobre las bases
políticas se obtiene transformando y haciendo de hecho inoperantes los criterios meritocráticos en
vigor, aunque x lo general una burocracia formada de este modo sigue siendo un cuerpo de

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
profesionales mantenidos de forma permanente. El Spoils System actúa de modo visible y legal, el
sistema de control es invisible e ilegal. El inconveniente del clientelismo como sistema de control
proviene del no despido de los funcionarios. (En cada cambio de gobierno los nuevos gobernantes se
encuentran con propios clientes y con funcionarios ligados al partido adversario). una forma mas
blanda del clientelismo político es aquella que actúa no sobre el reclutamiento ni sobre la selección
en los niveles medio-inferiores, si no sobre la composición de los niveles superiores de la jerarquía
burocrática promoviendo funcionarios políticamente de confianza y disminuyendo los que no lo son.
• Ultima modalidad de control consiste en el EMPLEO DE FUNCIONARIOS POLITICOS, es decir de
nombramiento político con tareas de coordinación y de control sobre la burocracia ordinaria: LOS
EQUIPOS (staff) presidenciales estadounidenses, los gabinetes (cabinet) ministeriales franceses, los
estratos de funcionarios políticos en Canadá, en Suecia y otros países. En este caso el control no
actúa por la vía interna a la administración si no por vías externas: funcionarios SUI GENERIS
(reclutándose en las filas de la burocracia o no) destituidos discrecionalmente por la clase política en
el gobierno, q tienen la tarea de mediar entre el gobierno y los funcionarios de carrera y de controlar
a los segundos a cuenta de los primeros.

En lo que respecta a la participación política de los funcionarios, las diferencias más notorias son de
acuerdo a la involucración directa en la actividad público-activa. En general el grado y el tipo de
participación directa de los funcionarios en las actividades público-electivas parecen incidir en la
relación entre elites burocráticas y elites político-electivas. Cuando dicha participación es inexistente
porque esta vetada o porque se ha vuelto desacostumbrada (gran Bretaña, Dinamarca) las dos elites
mantienen identidades distintas, cuando ducha participación está presente en forma masiva la
identidad político-partidista y la burocrática tienden a solaparse y a confundirse. Una presencia
masiva de funcionarios en la política pública se considera como un indicador del PODER POLITICO de
la burocracia.

Los recursos de los que disponen las clases político-electivas son 3:


• LEGITIMIDAD (El hecho de q la formula política democrática confía solo a las clases politicoelectivas
el poder de toma de decisiones
• CONTROL SOBRE EL PRESUPUESTO DEL ESTADO (distribución de las financiaciones
indispensables
para la burocracia)
• PODER LEGAL DE LIMITAR, MODIFICAR O EXPANDIR COMPETENCIAS DE LAS DIVERSAS
AGENCIAS

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
BUROCRACIAS PUBLICAS CONTROLAN LOS RECURSOS:
1. Competencia profesional (Weber) monopolio de las informaciones necesarias para la formación de
las decisiones políticas. dicho monopolio permite con frecuencia a las burocracias hacer q se
desvanezca el control formalmente ejercido por las clases político-electivas casi siempre
2. Capacidad de movilizar a los grupos – clientela en defensa de las políticas propias
3. Ideologías burocráticas: conjunto de argumentaciones esotéricas q toda agencia elabora para
defender sus propias políticas
4. Ventaja de la estabilidad y la permanencia frente a la mayor inestabilidad y volatilidad de las
cases política- electivas

GRADO DE INFLUENCIA BUROCRACIAS PUBLICAS SOBRE DECISIONES POLITICAS: varia según los
factores
1. Grado de politización del problema en discusión: cuanto más elevada es la politización, o sea
cuanto más fuerte es la atención de la opinión publica en los modos de abordar el problema.
2. Nivel de sofisticación técnica del problema; cuanto más técnico es el argumento, cuanto mayor es
el papel decisivo q juegan los conocimientos esotéricos monopolizados por la burocracia, tanto
mayor es su influencia
3. Características político – organizativas de la burocracia publica (de la agencia o del ministerio
implicado) cuanto más compacta es la agencia o del ministerio implicado en el proceso de toma de
decisiones.

Existe una gran diferencia si el estado es FEDERAL o UNITARIO CENTRALIZADO, si el parlamento


tiene poderes de control sobre la administración amplios o bien restringidos, si este representa o no
un canal de transmisión de los intereses alternativos a la burocracia, si finalmente el ejecutivo este
relativamente cohesionado y controlado firmemente por el jefe de gobierno o bien si esta
fragmentado en centro de poder semiautónomos.
En general se mantiene que el control político de la burocracia es tanto más eficaz cuanto mas
cohesionado, menos fragmentado es el marco político-institucional. Desde este punto de vista lo q
realmente cuenta es el tipo de sistema de partidos, además de las características del partido de
gobierno.
En el caso de gobiernos monopartidistas estables, dotados de mayorías parlamentarias
cohesionados (Ej. los británicos) el control parece ser más eficaz. en el caso de gobiernos de
coaliciones inestables la competición entre partidos puede dar lugar una acentuada PARTICION de la
administración, E los partidos q forman la coalición, en su intento de superarse mutuamente, se
ven empujados a ampliar su propio control sobre el aparato administrativo mediante técnicas
clientelares, cuando la inestabilidad de los gobiernos es muy pronunciada, se puede crear un VACIO
DE PODER en la cima q contribuya a aumentar la esfera de intervención y de influencia política de la

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
burocracia.

LA TEORIA DEL VACIO DE PODER: la influencia política de la burocracia es inversamente


proporcional a la fuerza, a la cohesión y a la capacidad de liderazgo de las elites político- electivas,
aunque muy difundida, ha sido sometida a muchas críticas:
1. Esta teoría simplifica la relación entre elite burocrática y la elite político- electiva, relaciones
q difícilmente puede resumirse con una simple alternativa del tipo autonomía/dependencia. Los que
pertenecen a las 2 elites tienen un interés común en cooperar y por lo que es difícil al final
establecer quien ha ejercido una influencia mayor sobre el proceso de toma de decisiones, por otro
lado cuando se dan conflicto y lazos de hierro entre las 2 elites sus resultados varían según la
constelación de factores.
2. El liderazgo político débil no corresponde necesariamente una burocracia estatal fuerte.

PERSPECTIVA DE LA POLITICA BUROCRATICA: Con respecto a la afirmación dualista dicha perspectiva


no cree posible distinguir el papel y el peso de los políticos y de los burócratas en los procesos de
toma de decisiones.
Funcionarios y políticos de nombramiento electivo se convierten, en 2 categorías de actores entre las
muchas q participan en el proceso de toma de decisiones.
Desde la política burocrática se hace difícil distinguir no solo el papel de los políticos y de los
administradores en el proceso de toma de decisiones.
Debe tomarse en cuenta las divisiones existentes tanto en el interior de la elite administrativa, como
en el interior de la policía – electiva. La interacción politica-burocratica no puede interpretarse como
una especie de tira y afloje entre 2 grupos ni puede reducirse a la alternativa entre autonomía y
dependencia si no q ha de concebirse como un sistema más complejo. No solo juegan las divisiones
internas dentro de cada uno de los grupos de elite si no q la competición y las alianzas dentro del
sistema político-electivo se entrecruzan con la competición y las alianzas dentro del sistema
burocrático, dando lugar a conflictos entre coaliciones transversales q ven implicadas en ambos las
fracciones de la burocracia y de la clase político- electiva.
La perspectiva de la política burocrática es utilizada tradicionalmente en el análisis del sistema
político –burocrático altamente fragmentados. El grado de complejidad y de fragmentación de los
sistemas politico-burocraticos es el factor crucial para establecer cuál de las 2 perspectivas a mas
tradicional, dualista o la de política burocrático resulta más apropiada.

La burocracia militar
• Los establecimientos militares modernos se caracterizan como organizaciones complejas,
independientemente de sus dimensiones.
• El análisis de las organizaciones militares, de las fuerzas armadas requiere por ello una doble

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TEXTO 19 - PANEBIANCO
operación:
1. Establecer si existen o no puntos de contacto rasgos comunes, entre las organizaciones militares y
los otros tipos de organizaciones complejas. Se trata de establecer en q se asemejan las
organizaciones militares y las administraciones civiles. Es posible señalar las semejanzas del papel
político de los militares y de los burócratas civiles.
2. Se trata de no perder de vista las peculiaridades irreductibles de la organización militar, aquellas
peculiaridades q hacen SUI GENERIS la relación militar/política. Lo q diferencia a los militares, no solo
de los administradores civiles, sino también de cualquier otro grupo u organización q opere dentro
del sistema estatal. Los militares son especialistas en la gestión de la violencia (LASSWELL) según
modalidades y objetivos institucionalmente definidos.

Las consecuencias q trae son:


• Aun en tiempos de paz la organización militar tiene como fin último sobre el cual moldearse al
combate. X muy diversas q puedan ser las actividades de la organización militar todos giran en
última instancia en torno a la posibilidad de conflictos armados.
• Lo que lo diferencia de la administración civil ordinaria es q tiene como ambiente relevante el
escenario internacional. Al estar encargada de la tarea de asegurar la seguridad nacional, la
organización militar está directamente inmensa en aquel sistema de acciones y reacciones q deriva
de la competición político-estratégica internacional.
• Las organizaciones militares no se diferencian mucho de las administraciones civiles, las fuerzas
armadas comparten muchos rasgos con las administraciones civiles en cuanto a organización
burocrática.
• Época de weber: la organización militar no presenta problemas particulares de análisis porque no
se aparta demasiado en su funcionamiento y en su actuación de las demás organizaciones
burocráticas.
• HUNTINGTON: Para el la organización militar es un cuerpo de profesionales. Un grupo funcional con
características especializadas. 3 CARACTERISTICAS COMUNES A TODAS LAS PROFESIONES:
1. Competencia: obtenida x medio de una formación educativa especializada
2. Responsabilidad
3. Corporativismo
• Es posible mantener que ambas dimensiones LA BUROCRATICA (WEBER) y LA PROFESIONAL
(HUNTINGTON) coexisten con igual importancia en la organización militar. La organización militar
está sometida a tensiones imposibles de eliminar q están inscritas en su propia estructura q
dependen de la existencia de la burocracia y profesionalización. estas tensiones inciden en el
funcionamiento de la organización, son una fuente en ningún caso secundaria, de sus conflictos
internos, influyen en os comportamientos de sus miembros en relación al entorno y condicionan las
relaciones entre militares y el sistema político.

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
• JANOWITZ: obra THE PROFESSIONAL SOLDIER representa uno de los modelos más importantes
para la investigación sociológica y politológica sobre la institución militar, además esta obra es el
primer intento sistemático de examinar las transformaciones más recientes de la organización
militar, estas transformaciones afectan según JANOWITZ a una pluralidad de dimensiones: la
autoridad organizativa, la capacidad técnica presente en el seno de las fuerzas armadas, las bases
de reclutamiento de los oficiales, los modelos de carrera, el adoctrinamiento y los logros políticos.
• Primer lugar: los desarrollos tecnológicos de Bélgica modifican las formas de autoridad presentes
dentro de la organización militar. La modernización de las fuerzas armadas al introducir
especializaciones técnicas cada vez más sofisticadas determinan un declive de las viejas formas de
disciplina rígida. Las características técnicas de la guerra moderna requieren soldados altamente
especializados y motivados. Cada miembro del equipo militar debe prestar una contribución técnica
al éxito de la operación, por lo que cuanto más se mecaniza la formación militar .la consecuencia
que contrae es una transformación del funcionamiento de la organización militar.
• Segundo lugar: reducción de las diferencias de capacidad, de competencia y de especialización
entre la elite militar y la elite civil. Los oficiales deben adquirir especializaciones nuevas, capacidades
y competencias antes reservadas a los profesionales civiles. Una preparación miliar tradicional no
basta para guiar a una organización enfrentada con sistemas cada vez más complejas.
• Tercer lugar: se modifica tanto en EEUU y EUROPA Las bases de reclutamiento.

MILITARES Y POLITICA: las relaciones entre el estado y la organización militar en los distintos países
asumen fisonomías distintas dependiendo de una pluralidad de factores:
• El formato (finer) de la organización militar
• Los niveles de desarrollo económico y tecnológico
• Las guías y los ritmos de los procesos de construcción del estado y de la nación
• Modalidades de procesos de democratización

HUNTINGTON: aborda la problemática del control civil, la idea clave hace referencia al vinculo q se
instituye entre profesión militar y el poder político. Los fracasos de la elite política en el
mantenimiento del control sobre la organización militar se atribuyen a una falta de profesionalización
de los militares y/o perdida de profesionales debido a intervenciones incorrectas de las elites
políticas.

PROFESIONALIZACION: proceso mediante el cual los militares adquieren las competencias


especializadas necesarias para la aplicación de la violencia, la responsabilidad necesaria para q el
recurso a la violencia tenga lugar según los fines repartidos en la sociedad y según reglas y limites
establecidos institucionalmente, la orientación CORPORATIVISTA, la lealtad organizativa y el espíritu
de cuerpo necesario para q la organización militar pueda sobrevivir y prosperar.
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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
CRITERIOS SEGUN HUNTINGTON Q PERMITEN MEDIR EL GRADO DE PROFESIONALIZACION:
• El nivel de formalización de los requisitos necesarios para entrar a formar parte del cuerpo de
oficiales
• Las características de estado mayor, centro propulsor de toda la organización
• El grado de cohesión corporativa
• Nivel de competencia de los oficiales

ESTRATEGIAS DE CONTROL (HUNTINGTON)


1. CONTROL SUBJETIVO: explica x medio de injerencias directas de los civiles en la organización
militar y en la actividad de pertenencia de los militares, los resultados control subjetivo son
contraproducentes, retardan, bloquean, o desvían de su curso natural el proceso de
profesionalización de las fuerzas armadas y determinan de forma regular la politización y la
formación de facciones de los militares, así como la neutralización política de los militares.
2. CONTROL OBJETIVO: Existe cuando una organización militar en la cual el proceso de
profesionalización se ha logrado completamente o en vías de completarse. Se posee control objetivo
cuando se establece una clara y estable división del trabajo centrada en el mutuo respeto de las
respectivas competencias entre militares y civiles. El control objetivo es típico de las democracias
políticas estables q han resuelto sin excesivas tenciones el problema de convivencia entre elites
políticas civiles y elites militares.

CRITICA A LA TEORIA HUNTINGTON:


- Es aquella cual no siempre y no necesariamente un elevado de nivel de profesionalización de las
fuerzas armadas sirve para alejar a los militares de las tenciones de injerencia en la esfera civil.
- Los aspectos burocráticos de la organización militar, las relaciones militares –política al menos en
un tiempo de paz pueden tratarse como un caso particular de la relación entre política y
administración.
- En termino de política burocracia los problemas se hace referencia a:
Naturaleza de las líneas de división en el seno de las fuerzas armadas y su reflejo político
Naturaleza de las líneas de división entre el sistema político y su reflejo sobre la organización
militar.
El tipo más común de línea de división dentro de las fuerzas armadas es el INTERARMAS, la
tradicional competencia entre el ejército de tierra, marina y la aviación para acapararlos recursos
escasos y materiales o no materiales.
La competencia entre las coaliciones se desarrolla de un modo bastante parecido a la de los sectores
civiles del aparato estatal.
En general la forma es q existe una relación inversa entra la intensidad de la competición interna y la
intensidad de la competición dentro de cada una de las armas

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CAPITULO 4 – ESTADO, SOCIEDAD Y POLÍTICAS PÚBLICAS
TEXTO 19 - PANEBIANCO
En general las líneas de división existentes entre los sistemas político influyen en las relaciones
militares-políticas al interactuar con reforzando o desalentando las tensiones y conflictos en el seno
de la organización, una elevada fragmentación del sistema político facilita y exaspera la competición
político-burocrático y las divisiones dentro de la organización militar.
MILITARIZACION Y BUROCRATIZACION: Se entiende por militarización a aquel proceso en base al cual
los militares adquieren un papel preponderante en el estado y los valores, las ideologías, los
intereses de los militares van impregnando progresivamente a todo el sistema político superando a
todos los demás valores, ideologías o intereses.
El proceso de militarización es muy similar al evocado por el termino BUROCRATIZACION. La
expansión de los aparatos burocráticos y el crecimiento de poder de los lideres burocráticos en
menoscabo de los demás detentadores del poder político y/o social.
El proceso de militarización puede darse en ausencia de incrementos en los recursos y en el poder
de las burocracias civiles o puede darse la militarización y burocratización con procesos ligados y el
aumento del poder de las burocracias militares va al mismo ritmo q el refuerzo de las demás
burocracias.

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 20 - PETER H. SMITH
CAPITULO 5 -AMERICA LATINA

TEXTO 20 - PETER H. SMITH - LOS CICLOS DE DEMOCRACIA ELECTORAL EN AMÉRICA LATINA

Durante los últimos 25 años la democracia ha echado raíces en la región. Muchos observadores
consideran este desarrollo como una señal de madurez política, otros observadores piensan que este
desarrollo es el resultado inexorable y benévolo de la liberalización económica y del libre comercio;
otros más le dan crédito a la influencia y al ejemplo de Estados Unidos.

CICLOS Y TENDENCIAS
Cuando América Latina se preparaba para entrar al siglo XX, existían tres formas definidas de
régimen político. Una era el caudillismo, el sistema mediante el cual los hombres fuertes militares o
paramilitares luchaban entre si a fin de imponer su autoridad sobre la nación. Eran luchas brutales
por el poder: las reglas de combate eran primitivas y los gobiernos surgían y caían con regularidad.
Un segundo patrón tomo la forma de “dictaduras integradoras”: dictaduras centralizadoras que
buscaban reducir las tendencias centrípetas del caudillismo y establecer la hegemonía del Estado
nacional.
Una tercera variante podría llamarse “oligarquía competitiva” o “republicanismo oligárquico”. Los
regímenes de este tipo hicieron uso de elecciones periódicas para ocupar puestos políticos y por lo
general cumplieron con el procedimiento constitucional formal. Al mismo tiempo, restringieron la
competencia efectiva a las facciones de la elite gobernante mediante drásticas restricciones al
sufragio y a través de formidables requisitos para ser candidato. Aunque este régimen ostentaba una
fachada democrática, poco tenía que ver con un gobierno del pueblo; al contrario, consagraba el
dominio de una minoría. En las relaciones entre las elites y las masas, la oligarquía competitiva
mostro muy poco respeto por el Estado de derecho, pues en situaciones de conflicto de clases,
prevalecía el poder brutal.
En este artículo, se define “democracia electoral” como la existencia de elecciones libres y justas. La
mayoría de los ciudadanos adultos deben tener derecho al voto y debe existir una competencia
genuina entre los candidatos que buscan ocupar puestos públicos. La ausencia de elecciones —o la
realización de elecciones a todas luces fraudulentas— significa que un país no es democrático.
Para identificar el cambio político a lo largo del tiempo, he clasificado cada ano para cada país de la
siguiente manera:
• “Democrático”, cuando los líderes nacionales asumieron o mantuvieron el poder como resultado de
elecciones libres y justas; esto es, cuando hubo una competencia abierta por el apoyo de una parte
sustancial de la población adulta.
• “Semidemocrático”, cuando los lideres llegaron al poder mediante elecciones que fueron libres,
pero no justas, ya que solo un candidato tenía posibilidades reales de ganar, o cuando los lideres
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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 20 - PETER H. SMITH
electos fueron obligados a compartir el poder efectivo con grupos no electos (como terratenientes o
militares) o a cederles el poder.
• “Oligárquico”, cuando la competencia electoral fue libre y/o justa, pero limitada a las elites
dominantes y el sufragio estaba restringido a una proporción muy pequeña de la población adulta.
• “No democrático” o autocrático, en cualquier otro caso o durante los años de golpe militar.
Los años de golpe militar están clasificados como no democráticos
Los criterios de clasificación son relativos, no absolutos, que intentan capturar estándares en el
tiempo. Un problema notorio se refiere a la privación del derecho al voto femenino, pues negarle el
voto a más de la mitad de la población adulta es, a todas luces, no democrático; de acuerdo con
principios fundamentales, cualquier régimen que carezca del sufragio femenino debe ser clasificado
como no democrático o autoritario. Sin embargo, vale la pena señalar que Estados Unidos,
comúnmente considerado “democrático” ya en la década de 1820, no concedió el sufragio a las
mujeres sino hasta 1920.
En el lapso de un siglo, se revela un progreso notable de la democracia electoral en América Latina.
Cerca de 1900 no había democracias en ninguna parte de la región; para el año 2000, más de tres
cuartas partes de los países realizaban elecciones libres y justas.
En torno a esta tendencia lineal ascendente, se circunscribe tres amplios ciclos de cambio
democrático. El primer ciclo, que se extiende de 1900 hasta aproximadamente 1939, estuvo
dominado por la competencia oligárquica. En su punto más alto, alrededor y después de 1910, las
elecciones intraoligarquicas dominaron en más de la mitad de los países de América Latina.
El segundo ciclo se extiende de 1940 a 1977. Este ciclo está marcado por el surgimiento parcial y la
desaparición casi completa de la democracia electoral. Los datos revelan un abrupto repunte en la
política democrática que coincide con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Hubo una caída temporal
a principios de la década de 1950, principalmente como resultado de golpes militares, seguida de
una recuperación bastante rápida. Para 1960, el ano más alto de este periodo, nueve países de
América Latina eran democracias electorales y otros tres eran semi democracias. A partir de
entonces, el resto de la década de 1960 y principios de la de 1970 fueron testigos de un patrón en
ascenso de intervenciones militares armadas y cada vez más brutales. A mediados de la década de
1970, había solo cuatro democracias en la región: Colombia, Costa Rica, Venezuela y Republica
Dominicana. En estas circunstancias tan desfavorables, a fines de la década de 1970, comenzó un
tercer ciclo que continuo durante los años ochenta y tuvo su punto máximo a fines de la década de
1990. Para 1998, había 15 democracias electorales, cuatro semi democracias y ningún régimen
autocrático. Y para el año 2000, casi 90% de la población de América Latina disfrutaba de la
democracia electoral.
A principios de la década de 1950, el desarrollo socioeconómico provocaba el ascenso de las clases
medias y, en países grandes, la creación de partidos y organizaciones de masas, incluidos los
sindicatos. Estos sectores nacientes solían abogar por una reforma electoral, en parte, por convicción

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 20 - PETER H. SMITH
democrática y, en parte, porque una reforma electoral mejoraría sus posibilidades de ganar acceso
al poder. Estos acontecimientos produjeron cambios permanentes en la política de América Latina
(entre otras cosas, ayudan a explicar la creciente dependencia en regímenes semidemocráticos, a
medida que los líderes de las clases media y alta tomaban previsiones para evitar que los
movimientos de la clase trabajadora y los partidos radicales triunfaran en el proceso electoral).
Por un margen muy amplio, la forma más frecuente de régimen político en la América Latina del siglo
XX fue la autocracia.
El gobierno no democrático prevaleció casi la mitad del tiempo durante la fase inicial del siglo (52%),
un poco más durante el periodo intermedio (55%) y luego disminuyo a 24% a lo largo de la fase final.
Los regímenes oligárquicos prevalecieron ampliamente en 1900-1939 y luego disminuyeron hasta
casi desaparecer. En cambio, la incidencia relativa de la democracia ascendió constantemente y con
fuerza, de 5% en la fase inicial a 30% en la segunda fase y a 55% en la tercera y última fase.
Los datos revelan que la ola democrática más reciente no puede atribuirse al fin de la Guerra Fría. La
aparición de la actual democracia electoral en América Latina comenzó a fines de la década de 1970
y principios de la de 1980, mucho antes de 1989 o 1990 y, por lo tanto, no puede deberse al colapso
del socialismo o a la caída del Muro de Berlín. Ciertamente, la rivalidad entre Estados Unidos y la
Unión Soviética ejerció una influencia negativa en las posibilidades de democracia desde la década
de 1940 hasta los años ochenta. A primera vista, en efecto, parece que el ritmo de cambio político
en América Latina reflejo el desarrollo general en el resto del mundo. Desde una perspectiva global,
Samuel P. Huntington (1991) ha postulado la existencia de tres amplias “olas” de democratización:
• Una “extensa ola” que se extiende aproximadamente de 1828 hasta 1926, seguida (y finalizada)
por una “controla” que duro de 1922 a 1942,
• Una “breve ola” de 1943 a 1962, seguida de una controla de 1958 a 1975, y
• Una “tercera ola” de 1974 a 1990 (la época en que Huntington estaba completando su
investigación).
La primera —extensa— ola de democratización, descrita por Huntington, comenzó en Estados Unidos
(en 1828) y se extendió principalmente por la Europa del siglo XIX. A principios del siglo XX, abarco
cuatro países de América Latina: Argentina, Chile, Colombia y Uruguay.9 La segunda ola tomo forma
a la sombra de la Segunda Guerra Mundial; comenzó con la democratización de las potencias del
derrotado Eje (Alemania, Italia y Japón), gano fuerza durante el proceso de descolonización de la
posguerra (como en la India) y afecto a América Latina con la adición de Costa Rica, Venezuela,
Bolivia, Brasil, Perú y
Ecuador a las filas democráticas. La tercera ola comenzó con el derrocamiento de la dictadura de
Salazar en Portugal en 1974 y se dispersó primero hacia el sur de Europa, la tercera ola se extendió
a América Latina de finales de la década de los años setenta hasta la década de 1990 y abarco
América Central y partes del Caribe.
Esta periodización parece apropiada para América Latina, pero solo con grandes reservas. Una de

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TEXTO 20 - PETER H. SMITH
esas reservas se relacionan con la primera fase de Huntington. Implica un gran esfuerzo de
imaginación interpretar el cambio político de América Latina a principios del siglo XX como una “ola”
—sería más bien una ondulación, diría un cínico—, pues involucro experimentos democráticos
únicamente en tres países. Por otro lado, el republicanismo oligárquico lograba significativos avances
en toda la región. En la medida en que este fenómeno puede verse como “proto democrático”,
represento una separación cualitativa de la política caudillista y, en cierta medida, un campo de
entrenamiento para formas más auténticas de democracia electoral. De hecho, los sistemas
oligárquicos de América Latina se asemejaban de manera considerable a las practicas
contemporáneas en la Europa continental de fines del siglo XIX. En esta perspectiva, es concebible
caracterizar el periodo de 1900 a 1939 como una “ola”.
Las fases siguientes plantean menos complicaciones. Mientras la política de masas llegaba a
América Latina, de fines de la década de 1930 a la de 1950, la democracia electoral echo raíces en
casi la mitad de los países de la región. Este movimiento fue contrarrestado por dos controlas; una
breve a mediados de la década de 1950 y una más duradera (y brutal) en las décadas de 1960 y
1970. El periodo siguiente y final, de 1978 hasta el año 2000, también revela una “ola” claramente
definida
El uso de “olas” como metáfora de definición genera la impresión de que el surgimiento y declive de
la democracia política son procesos naturales: olas que crecen en fuerza e intensidad con el tiempo,
alcanzan su cresta y, más tarde, bajo la fuerza de la gravedad, siempre se desvanecen.11 Otro
problema importante se relaciona con la causalidad. La metáfora oceanográfica de Huntington
sugiere que las transiciones políticas en todo el mundo estuvieron conectadas entre sí, o a una causa
común, de una manera observable. Por tanto, América Latina sencillamente estaba formando parte
de procesos globales, aunque retrasada con respecto a los países principales y en menor medida,
pero de todas maneras como parte de una tendencia general.

¿DOMINOS DEMOCRATICOS?
Dejando de lado los asuntos globales, hubo patrones regionales definidos dentro de América Latina.
Hubo esfuerzos titubeantes de democratización al principio, marcados por un ligero declive en el
inicio del siglo; más tarde vino un incremento modesto pero constante que llego a su cresta en el
punto medio y se allano a partir de ahí. Finalmente, hubo un agudo repunte cerca del final. Un patrón
regional estaba claramente en proceso.
Una interpretación es que pudo haber existido un proceso de difusión, un efecto de demostración en
donde el alza (o la caída) de la democracia en un país fomento resultados similares en naciones
cercanas o colindantes. Esto es especialmente posible en sociedades con altos niveles de conciencia
de los fenómenos regionales. Así, los grupos de oposición en el País Y podían obtener apoyo moral y
ayuda material de la caída de una dictadura en el País X, ya que esto podía convencerlos de que la
victoria es posible, inspirarlos para persistir en su lucha y ayudarlos a extender su base de apoyo.

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TEXTO 20 - PETER H. SMITH
De igual modo, los gobernantes militares podían aprender de acontecimientos en países cercanos;
estos gobernantes fueron especialmente conscientes de los términos en que los gobiernos militares
dejaban el poder en otros países: si podían encontrar maneras de protegerse a sí mismos y a sus
intereses una vez que volvieran a los cuarteles, entonces podía ser totalmente aceptable dejar los
palacios presidenciales.
Sin embargo, otra posibilidad es que los países estuvieran sujetos a influencias y factores causales
comunes. Era más probable que esas fuerzas fueran externas que internas, en vista de la amplia
diversidad en la composición interna de las sociedades latinoamericanas. Estas fuerzas podrían ser
intelectuales o ideológicas, incluidos el ascenso (y caída) de la teoría marxista y la creciente
convicción de que la democracia electoral era más prometedora que una revolución violenta. Podían
ser económicas, especialmente para países tan dependientes del comercio internacional y del capital
transnacional. Y podrían ser políticas: desde las imposiciones unilaterales de Estados Unidos hasta
sucesos tan trascendentales como el fin de la Guerra Fría.

VARIACIONES SUBREGIONALES Y EL COLOSO DEL NORTE


El panorama de América del Sur indica claramente tres ciclos diferentes: un periodo oligárquico (con
democracias modestas pero incipientes) de 1900 a fines de la década de 1930, una curva
democrática en forma de “M” de mediados de los años cuarenta a mediados de los años setenta, y
un subsiguiente auge democrático de fines de la década de 1970 hasta el año 2000 (y más allá).
Casi todos los países que tornaron hacia la democracia electoral en este periodo final habían tenido
un experimento democrático durante el periodo de 1940 a 1970; también habían tenido experiencias
previas con la competencia oligárquica en los albores del siglo. El único país recién llegado al
proceso fue Paraguay.
México, América Central y el Caribe presentan un panorama totalmente diferente. En esta región,
solo uno o dos países podrían ser descritos como democráticos de la década de 1940 a la de 1980.
Posteriormente, comenzó un brusco incremento en la incidencia de la democracia y la semi
democracia, el cual culmino con las elecciones libres y justas de México en el año 2000, cuando ocho
de nueve países eran democracias electorales. Una sencilla inspección revela que estas dos
subregiones pueden haber respondido a diferentes oportunidades, presiones e incentivos. Una
diferencia importante proviene de los cambios en el contexto internacional. Como ya se señaló, las
naciones sudamericanas lograron alcanzar la democracia durante el decenio de 1980, a pesar de la
continuación de la Guerra Fría. En contraste, el fin de la Guerra Fría ayudo a hacer posible que países
de América Central instalaran democracias electorales a lo largo de la década de 1990.
Este análisis también ofrece una observación geopolítica. En el campo de las relaciones
interamericanas, es axiomático que Estados Unidos ha ejercido más presión, poder e influencia
alrededor de la cuenca del Caribe —México y América Central incluidos— que en América del Sur
(Peter Smith, 2000). Y es claramente evidente, que la democracia electoral empezó más temprano y

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TEXTO 20 - PETER H. SMITH
se extendió más ampliamente en América del Sur que en el Caribe.
La influencia estadounidense evito, o cuando menos retraso, el surgimiento de la democracia política
en países de América Latina. Alternativamente, y con mayor seguridad, podría concluirse que la
influencia de Estados Unidos no garantizo la incidencia de elecciones libres y justas.
Es bien sabido que la extensa ocupación militar estadounidense no creo las bases para la
democracia electoral en América Latina y que Washington abiertamente aplaudió o participo en el
derrocamiento de regímenes democráticos, a mayor participación de Estados Unidos, más tardía es
la aparición de la democracia electoral (y probablemente menos duradera).
Si bien es posible hablar de “redemocratización” en América del Sur, este término no puede aplicarse
a México o a América Central o al Caribe. Ciertamente, América Central tuvo una experiencia
sustancial con el republicanismo oligárquico a principios de siglo, pero eso sucedió hace mucho
tiempo y gran número de esos regímenes dieron paso a dictaduras militares a principios de la
década de 1930. Desde entonces y hasta mediados de los años setenta, esta subregión conoció poco
de la democracia electoral.

LECCIONES DEL TIEMPO: LA EXPERIENCIA PREVIA


Uno de los teoremas más comunes de la ciencia política sostiene que es más probable que los países
con experiencia democrática previa se vuelvan democráticos que aquellos países sin dicha
experiencia. En contraste con la idea del contagio regional, que subraya el papel de los desarrollos
simultáneos en países vecinos, este hipo tesis se centra en el papel del aprendizaje histórico dentro
de cada país.
Como iniciar, en un principio, ¿la democracia? . ¿Como adquieren experiencia “previa” los países?
En su forma más optimista, la hipo tesis estipula que los países deberían ser capaces de alcanzar una
democracia estable sobre la base de una experiencia democrática previa. Los países con repetidas
experiencias obviamente están teniendo problemas con la democracia. Los países sin experiencia
previa no tendrán la oportunidad de asimilar lecciones importantes.
Entre los 13 países que se volvieron democráticos por primera vez en los ciclos de 1900-1939 y de
1940-1977, ocho lograron restaurar la democracia después de solo una experiencia previa: Bolivia,
Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, República Dominicana y Venezuela. De entre estos
ocho, seis seguían siendo democráticos en el año 2000 (Ecuador y Venezuela regresaron a la
categoría de “semidemocráticos”). Brasil y Uruguay recuperaron la democracia después de dos
experiencias previas. Solo Costa Rica alcanzo una democracia duradera sin ningún episodio previo
de experiencia democrática.
Argentina y Perú tienen numerosos episodios democráticos y experiencia previa bastante amplia (un
promedio de casi 20 años entre los dos países). Estos casos contradicen el hipo tesis de la
experiencia previa debido a que ambos países vivieron múltiples episodios democráticos y, sin
embargo, han sufrido repetidos colapsos. No obstante, a final de siglo ambos países eran

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 20 - PETER H. SMITH
democráticos.
Otra categoría más consiste en casos recientes de democratización en países sin experiencia previa.
Esta categoría incluye a los seis países que se iniciaron en la democracia durante el tercero y ultimo
ciclo del siglo: Haití, Paraguay y cuatro países de América Central. Si no fuera por su breve coqueteo
con la democracia en 1911-1912, México también estaría en este grupo. En este momento, es
demasiado pronto para decir cuan duraderos serán esos gobiernos.

DEMOCRACIA E INESTABILIDAD
¿Cuánto dura la democracia? . ¿Han cambiado con el tiempo los patrones de durabilidad?
El tipo de régimen que sobrevivió durante más tiempo fue la democracia electoral, con un rango de
1 a 48 años y una media de 13 años. El segundo lugar le corresponde al autoritarismo no
democrático, con una media de 12.3, seguido de cerca por la oligarquía competitiva, con una media
de 10.6. En términos generales, la esperanza de vida de los tres regímenes fue más o menos la
misma, alrededor de 11 a 13 años. Estos lapsos son muy cortos; y debe recordarse que fueron
cambios de régimen, no solo de gobierno. Además, los lapsos son notablemente uniformes: ninguno
de esos regímenes fue inherentemente más duradero que los otros; la democracia era tan vulnerable
de perecer como la autocracia (y viceversa). Como podría esperarse, los regímenes
semidemocráticos —con su carácter intermedio— tuvieron esperanzas de vida aún más cortas, con
un promedio de menos de 6 años.
Las tasas de supervivencia de la democracia sufrieron cambios interesantes. Las democracias
electorales que surgieron durante el ciclo de 1900-1939 duraron en promedio 21 años. Las
democracias inauguradas durante el periodo de 1940-1977 fueron sustancialmente menos
duraderas, y sobrevivieron en promedio 14.2 años. Y aunque la evidencia sea incompleta, parece
que las democracias electorales que comenzaron en el ciclo de 1978-2000 están resultando
relativamente estables. Para el año 2000, los sistemas democráticos de la década de 1980 ya había
durado un promedio de 14.9 años, y la mayoría de ellos seguían bastante fuertes. La democracia es
cada vez más duradera.
En términos globales y comparativos, los regímenes de América Latina han mostrado un nivel
excepcionalmente alto de inestabilidad.
. ¿Cuál ha sido la correlación política de estabilidad e inestabilidad en América Latina?
Existe una asociación negativa entre la estabilidad del régimen y los niveles de democracia. Cinco
países (El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y Paraguay) sufrieron solo un cambio importante
de régimen durante el siglo XX y disfrutaron de menos de 20 años de experiencia democrática;
mientras que cuatro países con tres cambios de régimen (Chile, Colombia, Uruguay y Venezuela)
tuvieron más de 40 años de experiencia democrática. Todos los países con más de tres cambios de
régimen (Argentina, Brasil, Ecuador y Perú) tuvieron de 21 a 40 años de experiencia democrática.
De hecho, Brasil tuvo 37 años democráticos, mientras que Argentina y Ecuador tuvieron 40 cada

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TEXTO 20 - PETER H. SMITH
uno.
Los experimentos en la democracia no siempre tienen éxito, pero a menudo producen resultados
positivos. Solo los que lucharon por la democracia fueron capaces de cosechar los frutos de ese
esfuerzo.

CONCLUSIONES
El análisis revelo componentes lineales y curvilíneos en los procesos de democratización a lo largo
del siglo XX. Si bien la autocracia resulto ser la forma de régimen que más prevaleció en conjunto, la
democracia revelo un incremento constante, aunque con alzas y bajas. El “timing” —o sincronización
— de las oscilaciones cíclicas propicio que la atención se concentrara en tres amplias fases
históricas: 1900-1939, 1940-1977 y 1978-2000.
La noción de que las “olas” mundiales de democratización causaron, o explican, el cambio político
dentro de América Latina resulto sin fundamentos. De igual modo, la idea de que Estados Unidos
podría o habría promovido la democracia fue desafiada por el hecho de que las regiones
latinoamericanas que estuvieron bajo mayor influencia estadounidense resultaron las menos
democráticas.
Factores endógenos de América Latina resultaron más persuasivos. El análisis de las series de
tiempo revelo la aparente existencia de un “efecto domino” a través del cual la democratización del
País X aumentaría la probabilidad de un cambio similar en los países vecinos Y y Z. Dicho proceso fue
aparente en América del Sur durante gran parte del siglo y en América Central durante la década de
1990. Al mismo tiempo, el análisis encontró evidencia considerable a favor de la idea de que la
experiencia previa con la democracia aumentaría la probabilidad de tener experiencias democráticas
posteriores, y que una sola experiencia previa establecería los elementos suficientes para restaurar
la democracia.
El hipo tesis del domino no explica por qué el País X se vuelve democrático en un principio, y la
hipo tesis de la experiencia previa no explica como adquieren los países la experiencia “previa”
necesaria. Aun así, estos argumentos señalan un punto muy importante: los factores que promueven
la democratización en América Latina tendió a ser factores internos de la región, más que
externos.
Los resultados empíricos de este estudio sugieren que la democracia electoral en América Latina
ahora está más difundida —y probablemente sea más duradera— que nunca antes.
APENDICE. CLASIFICACION DE LOS REGIMENES ELECTORALES,
Como se indicó en el texto, los anos para 19 países de América Latina de 1900 al 2000 se han
clasificado de acuerdo con el siguiente esquema:
• Democracia electoral = elecciones libres y justas.
• Semidemocrática electoral = elecciones libres, pero no justas, o cuando las elecciones no son la
base real del poder político.

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 20 - PETER H. SMITH
• Republicanismo oligárquico (u oligarquía competitiva) = las elecciones se limitan a las elites
dominantes y están restringidas a menos de la mitad de la población adulta masculina.
• Otro = no democracia.
Las clasificaciones cubren años consecutivos en cada tipo de régimen. El inicio de los periodos
“democrático”, “semidemocrático” u “oligárquico” es clasificado de acuerdo con el ano de la primera
elección nacional. La no democracia es una categoría residual, excepto por los anos de golpes
militares, los cuales son clasificados positivamente como no democráticos. Los anos de ocupación
militar por parte de una potencia extranjera (por ejemplo, Estados Unidos) también son clasificados
como no democráticos.

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 21 - PÉREZ-LIÑÁN
TEXTO 21 - PÉREZ-LIÑÁN - CRISIS PRESIDENCIALES: gobernabilidad y estabilidad democrática en
América Latina, 1950-1996
En contraste con los regímenes parlamentarios- en donde el primer ministro puede disolver el
parlamento, o los parlamentarios pueden impulsar un voto de censura- los sistemas presidencialistas
se muestran extremadamente rígidos: el ejecutivo típicamente carece de poderes para disolver el
congreso, y el congreso solo puede destituir al presidente a través del juicio político, un
procedimiento extenso y pocas veces utilizado. Ejecutivo y legislativo se ven entonces obligados a
coexistir en un marco de confrontación, generando una crisis de gobernabilidad.

Crisis presidenciales y gobernabilidad


Crisis presidencial: toda forma de conflicto constitucional en el cual uno de los dos poderes electivos
del presidencialismo (ejecutivo o congreso) promueve o acepta la disolución del otro. Constituye una
crisis presidencial todo aquel episodio en el cual:
1) El presidente amenaza con disolver el congreso
2) El congreso pide la renuncia del presidente
3) Uno de los poderes apoya una intervención militar para clausurar al otro.
Por definición, toda crisis presidencial involucra una crisis de gobernabilidad, pero lo opuesto no
puede afirmarse.
Entre 1950 y 1996, América Latina continental experimento unas 39 crisis presidenciales.
Como es visible, esta definición abarca fenómenos muy diversos.
En primer lugar, las crisis presidenciales representan la configuración política más representativa de
los “peligros del presidencialismo”. El intento de una rama de gobierno por anular a la otra- en el
marco de una constitución presidencialista que no ofrece mecanismos para ello- genera las
condiciones “de laboratorio” para el colapso del régimen político.
Si los críticos del presidencialismo están en lo cierto, es justamente bajo circunstancias de crisis
presidencial que la ruptura del régimen debería tener lugar.
Esto no significa que toda forma de ruptura del régimen vaya asociada a una crisis presidencial (los
militares pueden tomar el poder para destruir al presidente y a un congreso), pero una gran mayoría
de las crisis presidenciales debería llevar al colapso del régimen. Incluso si las crisis presidenciales
no son condición necesaria para la ruptura del régimen, debería ser-de acuerdo con la teoría clásica una
condición casi suficiente para ello.
En segundo lugar, las crisis presidenciales pueden ocurrir en regímenes estrictamente democráticos,
dudosamente democráticos, o sencillamente autoritarios. Los conflictos entre el Ejecutivo y el
Legislativo no son privativos de las democracias.
En todo sistema presidencial en el cual la división de poderes otorga al congreso suficiente
autonomía para cuestionar las decisiones del poder ejecutivo, una crisis presidencial resulta posible.
Crisis presidenciales y estabilidad política: una tipología

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 21 - PÉREZ-LIÑÁN
. ¿Cuáles son las consecuencias de las crisis presidenciales para el presidencialismo latinoamericano?
. ¿Varían estos efectos cuando el régimen es democrático? Estas consecuencias pueden identificarse
en dos dimensiones.
En el nivel del régimen político la cuestión es si la crisis se resuelve dentro del marco constitucional
vigente o si conduce a una intervención militar y a la ruptura de las reglas que regulan el ejercicio
del poder en el régimen. En el primer caso, las reglas son respetadas (incluso si estas son las
“reglas” de un régimen autoritario) y la resolución de la crisis es orgánica. En el segundo caso, las
reglas son violentadas y el régimen mismo entra en crisis.
La segunda dimensión a ser considerada refleja el efecto de las crisis presidenciales sobre la división
de poderes (el pilar del modelo presidencialista). Toda crisis presidencial puede resolverse en tres
dimensiones:
1. En favor del congreso (con la remoción del presidente).
2. En favor del presidente (con la clausura del congreso).
3. En forma simétrica (el Ejecutivo y el Legislativo salen de la crisis en una posición similar, o bien
porque ambos han sobrevivido, o bien porque ambos han sido depuestos.
La interacción de estas dos dimensiones analíticas genera seis tipos ideales que reflejan los patrones
históricos de resolución de las crisis en América Latina:

REMOCION DEL PRESIDENTE POR JUICIO POLITICO


El juicio político es un proceso constitucional
por el cual el congreso delibera para remover al presidente de su cargo. (Panamá 1955) Hasta la
tercera ola de democratización, el juicio político era virtualmente desconocido en América Latina.

GOLPE LEGISLATIVO
Todas aquellas crisis en las cuales el congreso y los militares actúan
conjuntamente para deponer al presidente. Incluye situaciones en las cuales las fuerzas armadas
apoyan al congreso en su confrontación con el ejecutivo (Panamá 1951). Pero también incluye una
mayoría de casos en los que el congreso pasivamente legitima un golpe militar contra el presidente
y nombra a un sucesor para preservar una imagen de legalidad.

DISOLUCION CONSTITUCIONAL DEL CONGRESO


Los regímenes puramente presidenciales
típicamente carecen de mecanismos legales para disolver el congreso. Cuando ellos existen (como
en las constituciones de Perú o Uruguay), las condiciones para la disolución son altamente
restrictivas y virtualmente imposibles de activar. La excepción a esta regla es Paraguay 1967.

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TEXTO 21 - PÉREZ-LIÑÁN
AUTOGOLPE
Toda alianza del presidente y los militares para clausurar el congreso. Esta categoría
incluye al menos tres fenómenos:
o El primero es un golpe a través del cual un presidente electo democráticamente clausura el
congreso para fortalecer su poder y luego convoca a elecciones legislativas para lograr una
legislatura favorable.
o El segundo, el presidente realiza un movimiento similar, pero la elección legislativa nunca se
materializa y el régimen evoluciona hasta un patrón abiertamente autoritario en el que los militares
terminan por controlar el poder (Uruguay 1973-84)
o El tercer, un presidente que lidera un régimen autoritario descubre un foco de disidencia en un
congreso supuestamente servil y lo clausura para consolidar su poder.

ESTABILIZACION POLITICA
Proceso por el cual la crisis presidencial se desactiva sin llegar a la
disolución de ningún poder electo. La estabilización representa una categoría residual (y por lo
general normativamente deseable).

JUNTA MILITAR
Constituye una instancia de derrota mutua para el Ejecutivo y el Legislativo. La
ausencia de una resolución constitucional para la pugna de poderes permite a los militares tomar el
poder y deponer al presidente tanto como a los legisladores (Ecuador 1963).
Contrariamente a lo que podría suponerse, la mayor parte de las crisis no se han resuelto
históricamente en favor de del Poder Ejecutivo. En primer lugar, solamente un 20% han concluido con
una disolución del congreso liderada por el presidente, mientras que el 80% restante condujo a la
destitución del presidente, a la toma del poder por los militares, o a un acuerdo de poderes. En
segundo lugar, el efecto de las crisis presidenciales sobre la estabilidad del régimen político es
mucho menos nocivo de lo que podría esperarse. El 44% de las crisis no ha generado una ruptura del
régimen, permitiendo una resolución constitucional.

Crisis, democracia e inestabilidad


¿Por qué las crisis presidenciales de gobernabilidad no siempre generan inestabilidad política? Una
posible explicación podría radicar en que la muestra estudiada incluye crisis presidenciales ocurridas
bajo regímenes democráticos tanto como autoritarios. Los críticos del presidencialismo, sin embargo,
han sostenido que los conflictos Ejecutivo-Legislativo son particularmente nocivos para la
democracia. Si este argumento es acertado, la gran mayoría de las crisis ocurridas bajo condiciones
democráticas debería conducir a la ruptura del régimen, mientras que las crisis ocurridas en un
régimen autoritario podrían ser inofensivas para el régimen.

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 21 - PÉREZ-LIÑÁN
Para explotar este hipo tesis se clasifico a los 39 casos con la naturaleza del régimen al momento de
la crisis. Las categorías utilizadas son: 1) democracia plena, 2) semi democracia, 3) autoritarismo.
Los resultados de este análisis resultan sorprendentes y contradicen abiertamente las expectativas
teóricas: de las 16 crisis ocurridas en un contexto democrático, solo el 37% generaron alguna
ruptura de reforma institucional, mientras que el 58% de las crisis ocurridas en un contexto semidemocrático
y el 82% de las ocurridas en regímenes autoritarios concluyeron de este modo. Es decir
que la capacidad de las crisis presidenciales para desestabilizar al régimen político decae
monótonamente con el grado de democratización.
Explicación:
1. En la medida en que los regímenes se alejan del ideal democrático, sus reglas típicamente operan
en forma sesgada para concentrar el poder en algunos pocos actores políticos.
2. Bajo condiciones democráticas el costo de invocar una intervención militar es infinitamente mas
alto. Dado que el sistema garantiza reglas imparciales para procesar los conflictos, la solución
pretoriana no aparece como única alternativa.
3. Los políticos latinoamericanos han aprendido el alto costo de la dictadura, y la resolución de una
disputa puntual entre el presidente y el congreso difícilmente justifica poner en riesgo la delicada
estructura del edificio constitucional.
Cuanto más democrático es el régimen, menor es el incentivo de los políticos (en el Ejecutivo y en el
Legislativo) para desafiar las reglas constitucionales.

La paradoja del presidencialismo


Este ensayo ha definido las crisis presidenciales como crisis de gobernabilidad generadas por la
“doble legitimidad” propia de la división de poderes presidencialistas. De acuerdo con la critica
clásica, estos episodios ponen a prueba la estabilidad de la democracia y muestran la escasa
flexibilidad de las constituciones latinoamericanas para resolver los conflictos institucionales.
El análisis de 39 casos históricos ocurridos entre 1950 y 1996 sugiere que las crisis de
gobernabilidad entre el ejecutivo y el legislativo generan más inestabilidad justamente cuando el
régimen es menos democrático.
Esto representa una sutil ironía para los críticos del presidencialismo. Si las debilidades estructurales
del presidencialismo tienden a impedir la institucionalización de la democracia, estas representan un
obstáculo mucho mayor para la institucionalización del autoritarismo.
Este hipo tesis permite explicar por qué, tras la tercera ola de democratización, la pugna de poderes
ha resultado menos nociva para la estabilidad política de la región que en décadas anteriores. Los
conflictos institucionales se suceden como en el pasado, pero la capacidad de los regímenes
latinoamericanos para procesarlos parece ser cada vez mayor.

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TEXTO 22 - O'DONNELL
TEXTO 22 – O'DONNELL - Pobreza y desigualdad en América Latina

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TEXTO 23 - PRZEWORSKI
TEXTO 23 - PRZEWORSKI - DINERO, POLITICA Y DEMOCRACIA

-. ¿Como se abaten las desigualdades? Uno de los caminos es el fiscal: países de la región tienen
presión fiscal de 9% de su producto bruto. *…+ Y eso tiene que ver con *que+ el Estado esta
cooptado por los poderes facticos. Es decir, no es que esos Estados sean débiles, sino que están
cooptados por intereses particulares que determinan la baja capacidad de generación de recursos
para después redistribuirlos. Director de banco público de Uruguay, entrevista para el proyecto.
-. Como desarrollar la democracia ciudadana en países con millones de pobres, donde la pobreza
permite a cualquier partido, cualquiera que sea su posición ideológica, comprar votos?
Representante de partido político mexicano, entrevista para el proyecto
- Tenemos elecciones, pero no son competitivas, porque no tenemos un sistema de financiamiento
justo. Eso permite que el que más plata recibe llegue al poder, y eso a su vez hace que no tenga
independencia. Tampoco le permite crear una burocracia profesional, porque se ve cooptado.
Tampoco es capaz de cobrar más impuestos, porque siempre es cooptado por grupos de poder.
Representante de una organización no gubernamental de Guatemala, entrevista para el proyecto.

Influencia política y recursos económicos


Las decisiones que toman los gobiernos afectan el bienestar individuos. La esencia de la democracia
es que los ciudadanos influyan en los gobiernos, ejerciendo libremente su derecho en elecciones, a
expresarse en público, a manifestarse en forma pacífica y a realizar actividad política. Pero los
recursos que cada actor puede aportar a la competencia por la influencia política son desiguales.
Observación que ya en 1844 Marx definió la dualidad entre reglas universales y recursos desiguales
de la siguiente manera: el Estado anula a su modo las diferencias de nacimiento, de estado social,
de cultura y de ocupación al declarar el nacimiento, el estado social, la cultura y la ocupación del
hombre como diferencias no políticas; al proclamar a todo miembro del pueblo, sin atender estas
diferencias, como coparticipe por igual de la soberanía popular... No obstante, el Estado deja que la
propiedad privada, la cultura y la ocupación actúen a su modo, es decir, como propiedad privada,
como cultura y como ocupación, y hagan valer su naturaleza especial.
Esta dualidad ha sido identificada repetidas veces, el presidente del Comité de Redacción de la
Constitución de 1950 de la India, B. R. Embudar (citado en Gua, 2008: 133) la futura republica
entraba en una “vida de contradicciones”: en política reconoceremos el principio de un hombre, un
voto y un voto, un valor. Por nuestra estructura económica y social, seguiremos negando el principio
de un hombre, un valor en nuestra vida social y económica. . Cuanto tiempo seguiremos viviendo
esta vida de contradicciones? . Cuanto tiempo seguiremos negando la igualdad en nuestra vida
social y económica? Si seguimos negándola por mucho tiempo, lo haremos a riesgo de nuestra
democracia política.
La idea de que la igualdad política no es posible sin la igualdad social y económica fue la piedra
angular de la democracia social. Jean Jaures (1971: 71) creía que “el triunfo del socialismo no será
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TEXTO 23 - PRZEWORSKI
una ruptura con la Revolución francesa sino la realización de esta en nuevas condiciones
económicas”; mientras que Eduard Bernstein (1961) veía en el socialismo simplemente “la
democracia llevada a su conclusión lógica”. Sin embargo, la desigualdad económica y social persiste
y su incidencia en la desigualdad política sigue siendo una cuestión candente de la democracia.
Evaluar el impacto de los recursos económicos (a los que me referiré simplemente como “dinero”) en
la política democrática y en sus resultados no es una tarea simple por varios motivos:
1. Este impacto ha sido, hasta cierto punto, inherente al sistema económico capitalista, en el que las
decisiones que afectan a la sociedad entera, son de inversión y el empleo, son prerrogativa de
dueños privados de recursos productivos. El proceso democrático, aun cuando funcione
perfectamente, se ve limitado por estas decisiones privadas.
2. La desigualdad socioeconómica puede causar desigualdad política sin gasto de dinero u otro
esfuerzo costoso por parte de individuos o grupos ricos si la pobreza o la desigualdad afecta
directamente la participación política de grupos de menores ingresos. Excepción hecha de Estados
Unidos y, en menor grado, de Francia y Suiza, las tasas de participación electoral no difieren mucho
en función de ingresos y educación (véase Przeworski, 2010: 93-94). Sin embargo, Salt (2006)
encontró que, entre los países cuyos datos sobre desigualdad están disponibles en los Estudios de
Ingresos de Luxemburgo, a mayor desigualdad, menor interés político, menor frecuencia de debates
políticos y menor participación electoral de todos los grupos, excepto de los del quintil de mayores
ingresos. Puesto que el ámbito de este ensayo se circunscribe a los efectos de los usos activos de los
recursos económicos para influir en la política; es importante tener en mente que la desigualdad
económica puede ser suficiente para generar desigualdad política sin que medie acción alguna por
parte de grupos acaudalados. Un problema de identificación es distinguir el efecto directo de la
desigualdad económica de su efecto a través de gastos políticos diferenciales.
3. El impacto del dinero en la política no puede reducirse a la “corrupción”. Pero son abundantes los
escándalos de corrupción. Tales escándalos no se limitan a países menos desarrollados ni a
democracias jóvenes. Sin embargo, reducir el papel político del dinero a casos de “corrupción” es
sumamente engañoso. Conceptualizado como “corrupción”, la influencia del dinero es algo anómalo,
fuera de lo común. Se nos dice que cuando los grupos de presión sobornan a legisladores o
burócratas, se corrompe la democracia. Luego no hay nada que decir cuando los grupos de presión
hacen donativos políticos dentro del marco de la ley. Para existir y participar en elecciones, los
partidos políticos necesitan dinero. Puesto que los resultados de las elecciones son importantes para
los intereses privados, es comprensible que procuren ofrecer su amistad a partidos e incidir en los
resultados de las elecciones. El hecho de que las mismas acciones sean licitas en algunos países e
ilícitas en otros es, a fin de cuentas, de importancia secundaria. La influencia del dinero en la política
es un rasgo estructural de la democracia en sociedades económicamente desiguales.
4. Es escasa la información sobre los usos del dinero en la política. Hasta cierto punto por la
naturaleza licita o ilícitamente. Conclusión general derivada de encuestas realizadas en 22 países,

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por el National Democratic Institute for International Aff airs (Bryan y Baer, 2005: 3), es que “poco se
sabe acerca del dinero en partidos políticos o en campanas. El financiamiento de los partidos
políticos es en extremo poco claro”. En cuanto a América Latina, Zovatto (2003: 10) comenta que “la
información sobre las finanzas de los partidos políticos es escasa porque la cultura de la
transparencia y la obligación de rendir cuentas al Estado y a la sociedad civil han estado ausentes
del escenario político y partidista de la región”. La información sobre donativos a causas políticas
solo está disponible desde hace poco tiempo y en un punado de países. La información sobre los
gastos en lobby solo existe en Estados Unidos.
5. Aun cuando se tuviera esta información, el impacto causal del dinero en el proceso electoral, en
los resultados legislativos y en las decisiones burocráticas y regulatorias es difícil de identificar
porque la dirección de la causalidad es a menudo confusa. Las estimaciones sobre estos efectos
varían quizá debido a sus diferentes diseños metodológicos.
Quizá en lugar de regular, sería más eficaz implementar mecanismos con los cuales la gente pobre
pudiera unir sus recursos a fin de contrarrestar la influencia de los ricos.

Capitalismo y democracia: dependencia estructural del capital


Las decisiones políticas son limitadas en cualquier economía capitalista porque las decisiones
económicas cruciales (de empleo e inversión) son prerrogativa privada. La ideología del capitalismo
democrático se contradice a si misma: se dice simultáneamente a la gente que cuando votan, elijen,
y que algunas de sus opciones retrasarían el crecimiento económico o reducirían la eficacia. Esta
ideología propone la existencia de un poder impersonal e irremediablemente natural, inherente a la
propiedad. Sin embargo, las tensiones no se disipan: si muchas personas se quedan al margen del
proceso político es porque lo que puede ser decidido por votación está limitado por la propiedad del
capital. Bobbio (1989) “la cuestión no es quien vota, sino que se vota”. En un sistema capitalista la
mayoría de los recursos productivos son propiedad privada. La propiedad es institucionalmente
distinta de la autoridad política, esta separación es necesaria para que existan los mercados. En
consecuencia, son dos los mecanismos por los cuales se asignan los recursos a ciertos usos y se
distribuyen entre los hogares: el mercado y el Estado. El mercado es un mecanismo en el cual los
recursos son asignados por sus dueños. El Estado también asigna recursos, incluso aquellos que no
posee, y los derechos inherentes a ellos son diferentes de los del mercado. Dada la coexistencia de
estos dos mecanismos, una forma de ver el proceso político es; los actores políticos revelan sus
preferencias políticas al votar, el resultado se traduce en políticas como la tasa impositiva, que
supuestamente deben poner en práctica los gobiernos elegidos. Luego los agentes económicos
maximizan su utilidad dentro de los límites de la política, decidiendo cuanto ahorrar y cuanta mano
de obra habrán de suministrar. Siempre que los agentes privados respondan de un modo
descentralizado a las políticas de los gobiernos, la opción política se ve limitada por la anticipación
de las decisiones privadas. El poder limitante de agentes con atributos diferentes depende de la

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magnitud de dichos atributos y de la elasticidad con que son suministrados. El poder limitante del
capital emana del hecho de que no se requiere ninguna organización o acción colectiva para que
obstruya esta limitación: es suficiente con que cada compañía busque independientemente su propio
interés. Así, aunque el Estado pueda depender políticamente de los obreros u otros grupos
organizados, el hecho es que estructuralmente depende del capital. Aunque la globalización puede
hacer que la redistribución de ingresos sea más cara en términos de su efecto en las inversiones y el
empleo, esto no necesariamente restringe la variedad de opciones disponibles para los electores. En
efecto, Przeworski y Meseguer (2006) sostienen que si la globalización aumenta la desigualdad en el
país, aumenta la distancia entre plataformas redistributivas ofrecidas por los partidos políticos de
izquierda y de derecha. El alcance de las decisiones políticas se limita en la medida en que los
gobiernos dependen estructuralmente de agentes privados. No todos los sistemas capitalistas
democráticos son iguales. Una ciencia política que ignore las limitaciones económicas de la
soberanía popular esconde un rasgo común de las demás democracias: existen en sociedades donde
el futuro de todos depende de las decisiones privadas de aquellos que controlan los recursos
productivos. La soberanía popular está limitada por la propiedad privada de los recursos colectivos.
El hecho de que una opción este limitado por el exterior no implica que su mecanismo sea
defectuoso. Si los ciudadanos conocen las consecuencias de sus opciones, las elecciones les
permiten tomar las mejores decisiones dadas sus creencias sobre las consecuencias.

Dependencia política del dinero


La política cuesta dinero, los partidos necesitan dinero para existir, para organizar campanas
electorales, para sondear la opinión pública, para atraer a sus partidarios a las urnas, para persuadir
a los indecisos, cubrir gastos de salas de reuniones, transporte, impresión de materiales, etc. En
algunos países el público en general se opone a la financiación publica de los partidos políticos y
considera la financiación privada como corrupción. Cuánto dinero, las elecciones son caras, pero su
costo vario enormemente de un país a otro. Es natural que traten de buscarlo donde puedan. Becker
(1983) la política es una competencia de influencias. Pero olvido mencionar que esta competencia no
se da entre iguales. Algunos competidores no pueden igualar su costo marginal de influencia política
con sus beneficios marginales porque tienen “limitaciones presupuestarias”. Esquemáticamente,
podría creerse que el dinero hace que los resultados políticos favorezcan a los donantes si:
1. Los donativos políticos afectan las plataformas ofrecidas por los partidos en las elecciones;
2. Los donativos de campana afectan los resultados de las elecciones;
3. Los donativos políticos o el lobby afectan las decisiones legislativas,
4. Los donativos políticos, el lobby o los sobornos descarados inciden sobre las decisiones ejecutivas
o regulatorias.
En algunos países se recauda dinero para un candidato mientras que en otros países son los partidos
políticos los que recaudan y distribuyen el dinero.

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Posibles formas en que el dinero puede incidir en los resultados políticos, pero, también pueden tener
efectos directos en los resultados legislativos, así como en las decisiones ejecutivas o regulatorias.
Para apreciar cuan complejos pueden ser estos mecanismos causales, consideremos el estudio de
Grossman y Helman (2001), distinguir el papel del dinero en la compra de plataformas o de votos
en Estados Unidos. Los partidos maximizan la probabilidad de ganar una mayoría de escaños,
mientras que los grupos de presión maximizan el bienestar de sus miembros. Hay dos tipos de
electores: los electores estratégicos maximizan la utilidad esperada mientras que los electores
impresionables influenciados por la publicidad de campana. Los grupos de presión hacen donativos
de campana, los políticos eligen políticas y los electores votan, no necesariamente en este orden, los
donativos pueden desempeñar un doble papel. Pueden usarse al inicio de la campana para inducir a
los partidos a anunciar plataformas que sean del gusto de los cabilderos o pueden usarse una vez
que se han anunciado las plataformas para llevar los votos hacia el partido que se acerque más a los
cabilderos. Si solo hay un grupo de presión, se concluye que:
1) para influir en sus plataformas, el grupo contribuye con ambos partidos, dando más al partido
favorito para ganar; 2.1) si las plataformas resultantes son iguales, el grupo de presión se muestra
indiferente en cuanto a cuál partido ganará y no hará más donativos;
2.2) Si las plataformas resultantes siguen siendo diferentes, el grupo contribuye con fondos
adicionales para inclinar la elección en favor del partido que este más próximo a sus intereses.
Grossman y Helman (2001: 339) “los donativos inciden en los resultados políticos alejándolos del
interés público, influyendo en las posiciones de los partidos y quizá en las probabilidades de la
elección”. El motivo de las elecciones (los donativos destinados a inclinar las elecciones en favor del
partido cuya posición anunciada está más próxima al gusto del grupo de presión) se debilita cuando
varios grupos de presión compiten por influencia, porque cada uno puede aprovechar los donativos
de los otros. A fin de cuentas, las plataformas reflejan los donativos y se desvían del bienestar del
elector promedio.

Dificultades metodológicas
Es difícil identificar los efectos de los donativos políticos en plataformas partidistas, decisiones de
votaciones individuales y en resultados legislativos. Consideremos algunas posibilidades diferentes que
no se excluyen mutuamente:
1. Los grupos de presión, “cabilderos”, usan los donativos políticos para influir en las plataformas
partidistas.
a. Si un grupo de presión logra persuadir a todos los partidos principales para que adopten
programas a su gusto, entonces no importa cual partido gane y no tiene que hacer donativos de
campana para influir en los electores. Además, si un cabildero logra establecer una relación de largo
plazo con un partido, no tiene que comprar votos legislativos cada vez que un punto de su programa
político afecte sus intereses “en el momento”.

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b. Si los intereses de un cabildero solo coinciden con los de uno o más partidos, el cabildero
contribuye a aumentar la probabilidad de que este partido o partidos entren en el gobierno.
2. Los candidatos tienen preferencias diferentes en cuanto a políticas. Los cabilderos saben quienes
son y hacen donativos a los candidatos cuyas posiciones los llevarían a adoptar políticas favorables a
sus intereses. El dinero de campana compra votos populares. Mientras están en el poder, los
candidatos elegidos atienden las políticas de su preferencia, promoviendo así los intereses de los
cabilderos.
3. Los cabilderos esperan que ciertos partidos o candidatos ganen las elecciones. Hacen donativos
para los que esperan sean los ganadores y esperan recibir favores a cambio.
Todas las investigaciones muestran que los ganadores de elecciones reciben donativos más altos que
los perdedores. . Esto se debe a que el dinero compra votos o a que el dinero va tras los ganadores
esperados? La verdad es que a final de cuentas las políticas pueden ser las mismas, ya sea que los
donativos de campana hagan que se incline la balanza electoral en favor de un candidato apoyado
por un grupo de cabilderos o que un candidato que hubiese ganado de todos modos se endeude con
un grupo de cabilderos. No se debería confiar en quien reclama que los ganadores que recibieron (o
gastaron) más dinero deben su victoria a los donativos de campana. Se ve también en que los
legisladores voten de cierto modo porque reciben sobornos de los cabilderos o que los cabilderos
apoyen a legisladores cuyas preferencias sean similares a las suyas.

Efectos de los donativos políticos en las elecciones


Zovatto (2003: 16) “El dinero si compra votos y no solo en los Estados Unidos”. . El dinero compra
votos o los votos generan dinero? . como compra los votos? . Acaso la publicidad política cambia las
preferencias de los electores? Hansen y Rosen Stone (1996). De quien compran los votos: de los
indecisos o de los que se abstendrán de votar? . ¿A favor de quién? (Stratmann, 2005) Los hechos
observados son contundentes: ganan quienes reciben y gastan más dinero. Así se ha observado al
menos en Estados Unidos, Brasil, Chile, Francia, Japón, Corea del Sur y Uruguay. Sin embargo, la
pregunta causal (. ganan porque gastan más dinero?) ha recibido respuestas sumamente diversas.
Hay muchas pruebas de que el impacto marginal de los gastos de campaña en los votos es menor
para los candidatos que se reeligen, que ya disfrutan de un alto nivel de apoyo, que para los nuevos
candidatos. Se duda de esta observación. Stratmann (2005: 137) “los investigadores académicos en
su mayor parte tienen problemas para establecer una conexión causal y cuantitativamente
importante entre el gasto y los votos *…+ Hasta ahora no se ha logrado ningún consenso en cuanto
a la eficacia de los gastos de campaña en los votos”. Jacobson (1978) los gastos de campaña no
aumentaron los votos para los candidatos a reelección en las elecciones parlamentarias de Estados
Unidos. Green y Krasno (1988), sin embargo, varios eruditos sostuvieron que los métodos
estadísticos usados por Jacobson tenían errores al no considerar la endogeneidad de los donativos de
campana. Nótese otra vez que los donativos pueden canalizarse a candidatos cuyas posturas

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políticas se acercan a las de donantes potenciales, de aquellos que probablemente cambiaran su
postura en respuesta a los donativos, o de aquellos que tienen mayores probabilidades de ganar.
Para evaluar el efecto causal del dinero, es necesario considerar por que se hacen donativos a
determinados candidatos. Los estudios en los que se ignora esto, y que además no controlan la
“calidad” de los candidatos, son víctimas de la endogeneidad y de los sesgos que representan las
variables omitidas. Campante (2007) encontró que cuando la desigualdad es mayor, menos
individuos hacen donativos, pero sus donativos son mayores, hasta el punto de que la suma total de
donativos aumenta a mayor desigualdad. Por su parte, la desigualdad reduce la participación de los
pobres en relación con la de los ricos. Nótese que Campante no identifica el efecto causal de los
donativos en los resultados de las elecciones, sino solo los efectos aislados de la desigualdad en los
donativos y en las diferencias en la participación, que en conjunto favorecen a los ricos. El efecto
neto consiste en que, si la redistribución de ingresos está en juego en las elecciones, el efecto de la
desigualdad no es monotónico: primero aumenta la redistribución y luego disminuye a medida que
aumenta la desigualdad. Esta es una conclusión importante porque sugiere que las sociedades
iguales tienden a hacerse más iguales mientras que las desiguales se tornan más desiguales.
Benabou (2000), quien simplemente supuso que el peso político de los individuos aumenta con su
ingreso, y llego a la conclusión de que, según sus condiciones, los países pueden terminar con una
alta desigualdad y poca redistribución o con más igualdad y más redistribución. Parece que el dinero
es más productivo para los candidatos nuevos que para los que se reeligen, que importa más en
contiendas reñidas y que tiene un efecto significativo en aquellas no tan reñidas (aquellas en las que
no hay candidatos a reelección). Sin embargo, estas generalizaciones deben tratarse con precaución
porque diferentes métodos tienden a generar resultados diferentes.

Efectos en el lobby en decisiones legislativas


Los efectos del dinero en los votos de los legisladores son igualmente polémicos. Ansolabehere, de
Figueiredo y Sander (2003) quedaron perplejos por el hecho de que las cantidades de dinero dadas a
legisladores son mucho más pequeñas que el valor que los donantes obtienen de las decisiones
legislativas, un descubrimiento que va en contra de la teoría económica en general y el modelo
influyente de Becker (1983). Además, llegaron a la conclusión de que el impacto de los donativos en
los votos legislativos son mínimo en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Esta conclusión
no es universalmente aceptada. Stratmann (1998) ha descubierto que los donativos de grupos
agrícolas aumentan en periodos previos a importantes votaciones legislativas sobre políticas
agrarias. Stratmann (2002) ha mostrado que después de que no fue aprobado en el Congreso un
proyecto de ley para liberalizar a las compañías financieras, estas aumentaron sus donativos y el
nuevo proyecto fue aprobado con los votos de los legisladores que recibieron dichos donativos.
Stratmann (2005: 146) llego a la conclusión de que los donativos políticos realmente afectan los
votos legislativos y que, además, este es un “mercado al contado” en el que los donativos aumentan

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cuando están en juego las cuestiones importantes para los donantes potenciales.
El lobby ha sido objeto de mucho escrutinio, pero las pruebas de sus efectos vienen casi
exclusivamente de leyes puntuales o de encuestas. Puesto que los datos sobre el gasto en lobby solo
se limitan a Estados Unidos, el efecto sistemático del lobby es casi desconocido en otros países. Las
pruebas que se tienen indican que los cabilderos tienen un gran efecto en la legislación. Quizá el
estudio más completo es por Macher, Mayo y Schiffer (2011), acerca de la influencia sobre el
gobierno de aproximadamente 6 000 compañías, en 60 países. Dicha influencia es mayor en los
países de derecho consuetudinario que en los de derecho romano, en industrias más concentradas,
por compañías más grandes y más viejas, y por compañías multinacionales, exportadoras y
paraestatales, a diferencia de compañías privatizadas y transnacionales. Aproximadamente un tercio
de todas las compañías afirman que son influyentes, casi sin diferencia en cuanto a la rama de
gobierno sobre la cual se ejerce la influencia. Campos y Giovanonni, otra encuesta entre 3 945
compañías en 25 sistemas económicos de transición, para examinar si el lobby y los sobornos son
sustitutos o complemento, y se inclinan por lo primero. El lobby es más eficaz que los sobornos como
instrumento de influencia. El lobby es más frecuente en países de ingresos más altos, mientras que
los sobornos son más frecuentes en países más pobres, donde el monto que se asigna a ellos es
menor. El lobby parece aumentar su influencia política de 25 a 30% de las compañías. Adhikari,
Derashid y Zhang (2006) descubrieron en Malasia que las compañías con conexiones políticas pagan
menores tasas de impuestos. Afirman que el capitalismo en países desarrollados (por ejemplo,
Estados Unidos) tiene su base “en el mercado”, mientras que en los países menos desarrollados se
“basa en las relaciones” o en el “amiguismo”. Sin embargo, Richter, Samphantharak y Timmons
(2009) encontraron que en Estados Unidos el lobby sirve para reducir la tasa impositiva pagada por
los despachos de cabilderos, pues al aumentar la actividad de los despachos registrados se reduce
su tasa impositiva entre 0.5-1.5%. Kim (2008) encontró que los gastos de lobby de las compañías
americanas tienen un efecto positivo en el rendimiento del capital de las compañías en relación con
el mercado y, en menor grado, con su industria. Figueiredo y Silverman (2006) descubrieron que las
universidades que recurren a cabilderos reciben más fondos federales para investigación. Graetz y
Shapiro (2006) describen, la forma en que grupos de presión convencieron a una mayoría del publico
de Estados Unidos de que apoyara la abolición del impuesto sobre herencias que solo se imponía a
los muy ricos. Mancuso (2003) relata la historia de un buen lobby en favor de concesiones publicas
en Brasil. No debe considerarse que estas conclusiones signifiquen que el lobby tiene siempre éxito
en la esfera política. Cuando los intereses de poderosos cabilderos están en conflicto, se pueden
neutralizar entre sí. Cuando la opinión publica apoya o se opone de manera abrumadora a una ley en
particular, no prevalecen los intereses empresariales. La industria del tabaco, por ejemplo, sufrió
varias derrotas en el ámbito federal en Estados Unidos.
Aunque Santos (2011) la Confederacao Nacional da Industria ejerce una fuerte influencia sobre la
legislación en la Cámara de Diputados de Brasil, dicha influencia se limita a ciertas comisiones: si un

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proyecto de ley llega a una sesión plenaria y, en particular, si la votación es nominal, los cabilderos
de esta industria pierden su eficacia. Pero los cabilderos tienen gran influencia sobre la legislación.
Este efecto puede deberse a que los grupos de presión a menudo tienen la información y la
experiencia que no tienen los legisladores, los estudios que usan los gastos de lobby indican que su
influencia no se limita a la información.

Efectos en el lobby en decisiones ejecutivas y regulatorias


Desde que Stigler (1972) ataco la regulación, las investigaciones sobre la relación entre los
reguladores y las compañías reguladas se han concentrado en situaciones en las que las agencias
regulatorias promueven los intereses que supuestamente deberían regular, sobre todo creando
barreras para su ingreso. Carrigan y Coglianese (2011)No han llegado a nada concluyente en cuanto
a su alcance. La relación entre los reguladores y el regulado no es bilateral porque las agencias
regulatorias son a su vez supervisadas por el Congreso y el presidente. Hay polémica sobre el grado
en que el Congreso controla a las agencias regulatorias. Estudios sobre regulación; Gordon y Hafer
(2005) las inspecciones que lleva a cabo la Comisión Regulatoria de Energía Nuclear de Estados
Unidos, en el que se ha determinado que la burocracia monitorea con menos frecuencia a las
compañías con poderosos donadores políticos, que también son los que menos cumplen las leyes. Su
explicación es que las donaciones políticas indican la voluntad de las compañías de impugnar fallos
adversos en los tribunales y, puesto que la agencia regulatoria tiene presupuesto y personal
limitados, prefiere evitar posibles luchas costosas. Este estudio es innovador porque muestra que
“las compañías pueden obtener concesiones políticas de los reguladores mediante gastos políticos
en funcionarios electos, incluso sosteniendo una constante conducta legislativa (sin cabildear)”.
Explica lo que mencionaron Ansolabehere, de Figueiredo y Sander (2003), las ventajas debidas a
donativos políticos son mucho mayores que los mismos donativos. Como indican Gordon y Hafer
(2005: 246) “los gastos políticos corporativos parecen pequeños comparados con las ventajas de
acciones legislativas, porque revelar una disposición para luchar es siempre menos costoso que la
lucha en sí misma”. De Figueiredo y Edwards (2005) encuentran que los donativos de campana
tienen un efecto significativo en las decisiones regulatorias de las comisiones de servicios públicos
estatales en Estados Unidos.

Regulación de las finanzas políticas


Dado el efecto corruptivo y desigual del dinero, son muchos los intentos que se han hecho para
regular esta situación, pero abundan las recomendaciones en que debería ser regulado y como. La
regulación es muy diferente de un país a otro, por lo que se refiere a transparencia y financiamiento
público y privado. Pierre, Svasand y Widfeldt (2000) indican que, desde 1989, la proporción de
subvenciones estatales en los ingresos totales de partidos políticos de Europa Occidental oscilaba
entre 25.1% en Austria y 84.2% en Finlandia. Según idea, de 116 países 75 tienen algún tipo de

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regulación de financiación política y 41 no tienen nada. 59 países tienen leyes relativas a la
divulgación de donativos a partidos políticos mientras que 52 no las tienen. La mayor parte de los
países permiten donativos privados, incluso de contratistas del gobierno (82 las permiten y 27 no las
permiten). Por su parte, en 83 hay algún esquema para la financiación pública directa de partidos
políticos, mientras que en 61 no hay nada, y en 81 los partidos reciben tiempo aire gratuito en
televisión durante las campañas electorales, mientras que en 34 esto no ocurre. Otra fuente indica
que 156 países permiten la financiación privada y 28 no la permiten, mientras que 106 proveen
financiación pública directa y 110 financiación pública indirecta, y 46 no disponen de este
mecanismo.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) proporciona información
sobre reglas de divulgación de donativos políticos en 118 países (2003). De estos, 15 están
clasificados como de “alta” divulgación. Brasil es el único país latinoamericano en esta categoría. Los
niveles de divulgación se clasifican como “medio” en 26 países, entre los que se incluyen Argentina
y Colombia. Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México y Perú se incluyen entre los 30 países que
tienen reglas de divulgación “bajas”. Veinte países reúnen esta información, pero no la revelan al
publico; entre ellos esta Republica Dominicana, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y
Venezuela. Por ultimo, 27 países no tienen ninguna regla de divulgación, y entre ellos se incluye a El
Salvador y Uruguay. Son conocidos los aspectos legales de la regulación de la financiación política en
América Latina, ello se debe principalmente al esfuerzo de Zovatto (2003.y Griner y Zovatto 2004).
Salvo el caso de Venezuela, todos los países latinoamericanos combinan diferentes formas de
financiación pública con donativos privados. Ya en 1928 se había introducido el concepto de
financiación pública en Uruguay. Conforme a las fórmulas de financiación pública, se distribuyen
recursos principalmente sobre la base de la fuerza electoral de los partidos en elecciones pasadas,
con umbrales mínimos y a veces en combinación con otros criterios. La mayor parte de los países
prohíben los donativos privados por parte de algunos donantes potenciales, solo ocho prohíben los
donativos por parte de compañías que tienen contratos con el Estado. Por su parte, solo siete países
latinoamericanos imponen límites a los donativos individuales. Todos proporcionan libre acceso a los
medios de comunicación estatales y algunos también a medios privados durante campanas
electorales. Con excepción de Uruguay, en todos los países se designa algún órgano específico para
vigilar que se cumplan estas disposiciones, y se aplican diversas sanciones en caso de
incumplimiento. Tras observar que “la divulgación del financiamiento de campanas y de partidos
políticos es la piedra angular sobre la cual descansan todos los intentos por controlar el dinero en la
política”, el resumen ejecutivo (2003: 1) afirma que “como forma de libertad de expresión, las
finanzas políticas están vinculadas a la salud y la fuerza de una democracia. Las leyes y reglamentos
para controlar las finanzas políticas corren el riesgo de sofocar los derechos básicos de los
ciudadanos de proporcionar financiación al candidato o partido de su elección”. Este enfoque
contrasta notablemente con el del Consejo de Europa (Walecki, 2007), que además de transparencia

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TEXTO 23 - PRZEWORSKI
establece límites a la financiación, prohíbe algunas fuentes de fondos, así como financiación pública.
Un área en la cual todas las recomendaciones convergen es la transparencia. Se supone que la
transparencia debe ser eficaz porque es menos probable que los ciudadanos informados y racionales
voten por candidatos o partidos cuyos intereses sean diferentes de los propios. Hay algunas
evidencias empíricas que indican que esto es cierto: Stratmann (2005: 136) señala que tanto los
modelos teóricos como los estudios experimentales indican que “los electores son menos sensibles a
los mensajes de campana cuando creen que los candidatos han obtenido fondos de campana
prometiendo favores a sus donantes”. Sin embargo, Persily y Lammie (2004) sostienen que la
mayoría de los encuestados americanos creen que el sistema de finanzas de campana contribuye a
la corrupción en el Gobierno. Esta percepción se diluyo cuando aumentaron estrepitosamente los
donativos políticos. Aunque la transparencia es necesaria, limitar la divulgación pone una carga
excesiva sobre electores individuales. Y si los electores más pobres prestan menos atención a la
información política que los más ricos, siendo la diferencia más notable en sociedades mas
desiguales (Salt, 2006), confiar solo en la transparencia perpetua las diferencias de clase. Mas
controvertidos son los límites y restricciones de los donativos individuales y de grupo. Si los
donativos de campana tienen poco efecto sobre el voto por los candidatos a reelección, pero un
mayor efecto en el voto por candidatos nuevos, las limitaciones de gastos políticos favorecerían a los
candidatos a reelección. Por lo tanto, Sahuguet y Persico (2006) afirman que los límites de gastos
tienen efectos anticompetitivos. Por su parte, Campante (2007) sostiene que los limites en los
donativos privados igualarían la competencia, pero solo si fueran muy estrictos. Sin embargo, por
muy plausibles que sean estas afirmaciones, no tienen mucho apoyo empírico. Habiendo examinado
elecciones legislativas en 45 estados de Estados Unidos entre 1980 y 2000, Stratmann y Aparicio-
Castillo (2005) encontraron que los limites más estrictos están vinculados con márgenes inferiores
en favor de los candidatos a reelección y un gran número de candidatos. Por su parte, Houser y
Stratmann (2005) encontraron que las campanas financiadas con fondos públicos inducen la
existencia de candidatos de una “mayor calidad” que ganan por márgenes más amplios. La
explicación podría ser que, aunque los límites de gastos hacen difícil que los contrincantes se den a
conocer frente a los candidatos a reelección ya prominentes, también permiten igualar los gastos
para candidatos nuevos de alta calidad con limitaciones presupuestarias. Otro argumento contra
topes en los gastos es que si las diferencias marginales en los gastos de campana tienen un gran
efecto en la distribución de votos y si la ejecución no es perfecta, los limites en los gastos
favorecerían a los tramposos que no son detectados (Ferreira Rubio, 2004: 78). La dificultad técnica
de los sistemas de financiación pública, a su vez, es la forma de asignar fondos y recursos gratuitos,
en particular para tener acceso a la televisión. La práctica predominante es distribuirlos según los
resultados electorales anteriores. El principal argumento contra este procedimiento es que se
anquilosa el sistema de partidos. Por otra parte, como lo señalan Morales Quiroga y Pineiro Rodriguez
(2010), en el caso de Chile, esta regla induce a los candidatos a la reelección, con un lugar seguro, a

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tratar de maximizar su número de votos con los ojos puestos en las próximas elecciones. Un
argumento más general contra la financiación pública es que aísla a las elites partidistas de sus
bases, liberando a los partidos de la necesidad de tener que movilizar a sus miembros. Otra critica
consiste en que las normas que disponen transferencias en especie en cantidades iguales tienen
efectos anticompetitivos (Sa huguet y Persico, 2006). Sin embargo, parece que ninguno de estos
argumentos contra la financiación pública (que hace a los partidos dependientes del Estado y que
petrifica el sistema de partidos) es válido en Europa Occidental (Pierre, Svasand, y Widfeldt, 2000).
A mi leal saber y entender, no hay estudios multinacionales acerca del efecto de estos regímenes
normativos sobre los resultados de las políticas, aunque hay quienes afirman que el financiamiento
político desempeña un papel limitado en algunos países. Los participantes en el volumen corregido
de Griner y Zovatto (2004) no señalan un solo estudio sistemático del impacto real del dinero en la
política. Escribir más reglas es fácil y ni siquiera se opondrían a ellas quienes perderían si no se
aplicaran, porque las normas ya existentes tienen poco efecto. Como lo señala PintoDuschinski
(2002: 81) “hay *…+ demasiadas leyes que poco se aplican”. Se supone que deben aplicarse
mediando importantes sanciones y monitoreo independiente, pero la cuestión es porque los órganos
que regulan el financiamiento político no están sujetos a la misma influencia del dinero como otras
agencias reguladoras. Esta es claramente un área en la que la presión popular y las organizaciones
de la sociedad civil tienen un papel importante que desempeñar. Quizá lo más importante es que la
regulación no es la única manera de igualar la influencia política de grupos económicamente
desiguales. El campo de juego político parece ser más equitativo en países en los cuales los sectores
más pobres de la sociedad han sido organizados por partidos políticos asociados con sindicatos
poderosos u otras organizaciones de masas. La desigualdad de la financiación política, con la
consiguiente influencia, proviene de la desigualdad de recursos económicos en la sociedad. Esta es
la razón por la cual la competencia política es desigual. La gente con más recursos puede gastarlos
hasta el punto en que los beneficios marginales de sus gastos políticos igualan los costos
marginales de los donativos, mientras que la gente pobre no lo puede hacer porque tiene un
presupuesto limitado (y quizá porque tiene más que ganar). (Corvalan y Vicente, 2011). En el
pasado, los partidos de izquierda podían contrarrestar la desigualdad económica aumentando las
cuotas de sus numerosos miembros o acudiendo al apoyo financiero de los sindicatos. Sin embargo,
las contribuciones de los miembros de todos los partidos han disminuido y el poder de los sindicatos
ha menguado en muchos países, lo cual ha hecho que los partidos sean más dependientes de los
donantes adinerados. Los movimientos en contra de los sindicatos en algunos países, en particular
en Estados Unidos, tienen por lo tanto consecuencias políticas y económicas, al dejar a los pobres
incapacitados para juntar sus recursos en las contiendas políticas. Sin embargo, los mecanismos y
las organizaciones mediante los cuales juntarían sus recursos quienes menos tienen son una opción
importante a la regulación jurídica. En este caso, internet, cuyo acceso todavía es muy desigual,
ofrece una posibilidad atractiva. Tal como quedó demostrado en la campana de Obama, internet

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 23 - PRZEWORSKI
puede ser un instrumento eficaz para igualar el campo de juego electoral.

Dinero y democracia
El dinero tiene infinitas formas de infiltrarse en la política. Cuando se imponen límites a la
propaganda política de los candidatos, la publicidad es controlada por grupos “independientes”.
Cuando se prohíbe a las corporaciones hacer donativos a candidatos. Cuando las leyes imponen
límites a los donativos a partidos políticos. Los partidos y los políticos individuales aceptan dinero de
grupos de presión porque lo necesitan para llevar a cabo sus actividades políticas, pero también se
sospecha que se benefician materialmente de favores. Datos sistemáticos y Anecdóticos indican que
los beneficios son a menudo de índole financiera. La razón de por qué los políticos dejan sus puestos
siendo más ricos que cuando los ocuparon por primera vez sigue siendo un misterio. También
abundan los ejemplos de políticos jubilados y ministros que encuentran empleos lucrativos en el
sector privado. Tales ganancias privadas constituyen casos de “corrupción”. Los efectos del dinero en
la perpetuación de la desigualdad funciona independientemente de si las formas particulares de
influencia política sean legales o no en un país determinado. No es de extrañar que las masas de
ciudadanos democráticos en todo el mundo consideren que los políticos son corruptos. Además del
efecto deslegitimizado de la idea de corrupción, la influencia desigual del dinero privado sobre la
política tiene varios efectos corrosivos en la democracia:
1. Perpetua la desigualdad económica y social. Si la influencia de los ricos aumenta con la
desigualdad ya existente, el resultado es que las sociedades desiguales redistribuyen menos que las
más igualitarias (Benebou, 2000). Por lo tanto, los países originalmente desiguales se tornan mas
desiguales, mientras que aquellos en los que existe igualdad siguen siendo iguales.
2. Conduce a menudo a una ineficiente asignación de recursos productivos. Incluso si el gobierno no
es corrupto, guiado únicamente por el criterio de la eficacia económica, si las empresas acaudaladas
pero improductivas y las altamente productivas organizan grupos cabilderos iguales, el gobierno
puede adoptar políticas ineficientes en respuesta a sus presiones (Esteban y Ray, 2006).
3. Desalienta la participación y el interés político de los sectores más pobres de la sociedad. Si la
gente pobre percibe que su participación política es vana porque las políticas son influidas por
grupos de presión, entonces dejaran de participar.
4. Se reduce la gama de posibilidades para los ciudadanos en las elecciones. Si los donativos
políticos influyen en las plataformas electorales de todos los partidos que tengan una oportunidad de
entrar en el gobierno, se reduce la gama de opciones de los electores (Grossman y Helman, 2001).
5. Aumenta los costos totales de la competencia política. Este efecto puede depender de la forma de
la regulación (Sahuguet y Persico, 2006).
6. Socava la confianza en las reglas del juego político, no solo entre el público en general sino
también entre los actores políticos. Este efecto es particularmente peligroso para las instituciones
democráticas, porque si algunas fuerzas políticas creen que no tienen oportunidad de ganar

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CAPITULO 5 -AMERICA LATINA
TEXTO 23 - PRZEWORSKI
conforme a las reglas, pueden inclinarse por buscar recursos fuera del marco institucional
(Przeworski, 2011).
7. Conduce a la invasión del Estado, por parte de los intereses privados, “la privatización del Estado”
(García Laguardia, 2000). La igualdad política perfecta no es factible en sociedades económicamente
desiguales. Pero las democracias no pueden fallar en su compromiso con la igualdad política. Aun
cuando sea inevitable una dosis de desigualdad política, aunque no entendemos completamente
cómo es que los recursos económicos afectan los resultados políticos, la influencia corruptiva del
dinero es el flagelo de la democracia. Algo está mal cuando, a la pregunta sobre cual institución
tiene más poder, un grupo plural de ciudadanos responde que los “bancos”.
No obstante, controlar el acceso del dinero a la política no es un asunto simple. Las reformas deben
basarse en una idea analítica clara de las sendas causales por los cuales los recursos desiguales
afectan los resultados políticos, además de en datos empíricos sólidos, pues de lo contrario serán
vanos o hasta contraproducentes. Si bien aprobar leyes puede ser sencillo, su aplicación efectiva por
parte de las entidades de gobierno está sujeta a las mismas presiones que otras políticas. El papel
de las organizaciones de la sociedad civil es pues crucial: son necesarias para supervisar la
aplicación de las normas con independencia del gobierno y, quizá lo más importante, para reunir los
recursos de las muchas personas con bajos ingresos a fin de contrarrestar la desigualdad en el
acceso político.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET -¨LA DEMOCRACIA EN URUGUAY:
UNA PARTIDOCRACIA DE CONSENSO¨
Uruguay constituye un caso excepcional dentro del contexto latinoamericano en lo que refiere a su
régimen político democrático. Instituciones calificadoras en la materia, lo ubican invariablemente en
posiciones de privilegio. Esto no es un fenómeno ocasional ni reciente. Se trata seguramente del país
que más tiempo ha vivido bajo regímenes democráticos en América Latina, sufrió solo dos rupturas
institucionales (1933 y 1973).

1. El origen de la democracia uruguaya


El origen se sitúa habitualmente en torno al establecimiento de la Constitución de 1918. Este texto
establecido los rasgos más característicos del sistema electoral junto con una serie de garantías
fundamentales para el ejercicio del sufragio.
La democratización en Uruguay coincide por tanto con la modernización del sistema de partidos y su
configuración como un sistema partidario de tipo competitivo.
El núcleo central del sistema de partidos uruguayo (los llamados “partidos tradicionales”) es tan
antiguo como el país mismo. La mayoría de los historiadores ubica su origen en la “Batalla de
Carpintería”, primera acción militar que los enfrento en el año 1836. En ese momento surgieron las
“divisas” –cintillos que servían para distinguir a los integrantes de cada uno de los bandos.
La relación entre el Partido Colorado y el Partido Blanco o Nacional en su lucha por el poder político
se planteó hasta principios del siglo XX en términos fundamentalmente bélicos. La disputa entre
blancos y colorados cruza toda la historia del país y determino, hasta el año 1971, la existencia de
un sistema bipartidista cuyo predominio nunca fue puesto en duda.
La fortaleza y permanencia de los partidos tradicionales, superando los proyectos “fusionistas” y
“principistas”, puso en el orden del día la necesidad de establecer reglas para su coexistencia
pacifica.
La elaboración de un marco institucional democrático resulto entonces de un conflictivo proceso que,
a lo largo de una década y tras duras batallas cívicas, articulo en forma más o menos equilibrada las
preferencias de los dos principales actores políticos.
Las características del sistema político uruguayo de entonces, particularmente su persistente
bipartidismo fraccionalizado, en el contexto de un peculiar balance de fuerzas, hicieron necesaria la
adopción de un conjunto de instrumentos consensuados. La inclusión de algunos institutos como la
representación proporcional y las garantías para el sufragio en el ordenamiento jurídico-electoral,
atiende, en primer término, a que el nacimiento de la democracia uruguaya es en definitiva una
operación concertada entre los partidos y que su mantenimiento dependía, y quizá depende aun, del
mantenimiento de ese mismo acuerdo.
La pacificación requería un compromiso que involucrara a ambos partidos y no podía ser impuesta
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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
desde el poder, sino que debía suponer el establecimiento de reglas de juego democráticas.
El pacto fundacional de la democracia uruguaya contiene un paquete de instrumentos juridico-politicos.
De todos ellos, el único que a priori puede calificarse como imprescindible para la
instauración de una poliarquía, es el conjunto de garantías que se otorgan para el libre ejercicio del
sufragio. No es posible construir democracia alguna sin asegurar el voto secreto, igual y universal, así como
el contralor del procedimiento
electoral y la libertad política de partidos y electores. Todos los demás aspectos contenidos en el
pacto –los que propiamente pueden denominarse de ingeniería político-electoral–, e incorporados en
la Constitución de 1918 (el Ejecutivo bicéfalo y semi colegializado, el doble voto simultaneo y la
representación proporcional en la Cámara de Representantes), son contingentes, puede existir
democracia con o sin ellos.

2. La democracia uruguaya, una construcción de consenso


La democracia uruguaya es la más antigua y estable de América Latina y, tras la dictadura militar
(1973-1984), se encuentra plenamente consolidada. La democracia existe a partir del cumplimiento
de una serie de requisitos institucionales que pueden resumirse en:
i. La provisión electiva y periódica de los cargos de gobierno,
ii. El carácter competitivo de esas elecciones, y
iii. La legitimidad de esos procedimientos.
La primera exigencia se cumplía en Uruguay con anterioridad a la Constitución de 1918, aunque no
de forma permanente. A partir de ese momento, solo durante la última dictadura se evadió la norma.
El segundo requisito como competencia implica una serie de garantías reciprocas en cuanto a las
libertades políticas que incluyen las propias garantías básicas del sufragio. Se puede decir que en
Uruguay ese requisito también comienza a llenarse a partir de 1918.
Finalmente, es necesario que los resultados sean aceptados por parte de la totalidad o la casi
totalidad de los actores involucrados, que el perdedor reconozca su derrota y espere el cumplimiento
de los plazos establecidos para intentar concretar sus aspiraciones de gobierno a través de los
mismos mecanismos que lo declararon perdedor.
Por esto, se puede afirmar que fue a partir de la Constitución de 1918 que se comienzan a cumplir,
en términos generales, los requisitos que exige una definición operativa de democracia.
Uno de los principales rasgos de la democracia uruguaya, que surge de la historia de su evolución y
de las características de su pacto fundacional, es que se trata de una construcción de consenso. Se
establecido en Uruguay por consenso y la ingeniería institucional establecido la regla del consenso
como fundamento básico de la convivencia democrática. Los dos quiebres institucionales del siglo XX
(1933 y 1973) muy bien pueden atribuirse a la ruptura de ese consenso, así como las dos
restauraciones democráticas (1942 y 1984) están fuertemente asociadas a su reconstrucción.
La idea de una “democracia de consenso” está vinculada fundamentalmente al concepto de

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
consociational democracy de Arend Lijphart (1989).
La peculiaridad uruguaya consiste en que la tensión central que divide a su sociedad pre
democrático es directamente el conflicto entre partidos.
Desde el punto de vista institucional procedimental, la construcción de una consociational
democracy –siempre siguiendo a Lijphart– debe cumplir una serie de requisitos:
- La primera característica es “...un gobierno de la gran coalición de los líderes políticos de todos los
sectores significativos de la sociedad plural” (1989)
- El veto mutuo o mando de la ‘mayoría concurrente’, que sirve como una protección adicional a los
intereses vitales de la minoría”; y
- La proporcionalidad como norma principal de la representación política”.
La necesidad de cumplir con estos últimos dos requisitos es lo que sugiere que Uruguay se
estructuro jurídicamente en la forma de una democracia de consenso.
Otra característica significativa de la democracia uruguaya es la relativamente alta autonomía de la
política a lo largo de su historia, que la diferencia radicalmente del resto de las naciones
latinoamericanas. Esto junto con la ausencia de actores capaces de imponer su hegemonía en el
largo plazo constituyo una condición que propicio la exigencia del consenso en la ingeniería
democrática.
Se ha privilegiado el papel de los partidos tradicionales por su centralidad política, por su vocación
para establecer acuerdos y su capacidad para gestionar la conducción del país, particularmente a
través del expediente de la coparticipación, esto es, de la distribución de las posiciones de gobierno
y la cogestión. Esta centralidad que tuvieron los partidos amerito calificar a la democracia uruguaya
como ‥partidocracia‥, y se fundamenta en que la “...centralidad de los partidos uruguayos como
actores políticos dominantes constituye una línea de larga duración de nuestra historia y una clave
configuradora de nuestra política”.
Por esto, la centralidad partidaria uruguaya ha sido un factor esencial para que la autonomía política,
el consenso y la estabilidad democrática sean los rasgos más característicos de su sistema político
en el largo plazo.

3. Las tres poliarquías del siglo XX


La democracia uruguaya muestra tres periodos muy bien definidos:
a) 1918-1933;
b) 1942-1973;
c) 1985 al presente.
Estos tres periodos poliárquicos de la historia uruguaya presentan algunos elementos similares y
también diferencias muy notables.
3.1. Primera poliarquía: 1918-1933
Nace con la reforma constitucional de 1918 y se extiende hasta el golpe de Estado del presidente

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
Gabriel Terra en 1933.
Durante este periodo se pusieron en práctica mecanismos institucionales legítimos que permitieron
resolver las disputas políticas. Los uruguayos eligieron regularmente a los gobernantes y los partidos
políticos coparticiparon en la gestión del gobierno. Los dirigentes políticos tuvieron que adaptarse a
la convivencia y a la competencia electoral limpia y abierta. Los aparatos partidarios tuvieron que
adaptarse a las reglas de juego democráticas, estableciendo una nueva relación con la ciudadanía.
A pesar de estos logros, la Constitución de 1918 presento algunos defectos que, con el paso del
tiempo y la acumulación de conflictos, generaron problemas de gobernabilidad que influyeron
profundamente sobre el proceso democrático. El Poder Ejecutivo, dividido en dos órganos
independientes y casi autónomos, provoco dificultades en la toma de decisiones.
El choque entre los dos órganos del Ejecutivo estímulo a los críticos de la Constitución a promover
una nueva reforma.
Este esquema se agravo particularmente cuando el país debió enfrentar la crisis económica de
comienzos de la década del treinta.
Por otra parte, la Constitución de 1918 presento problemas relativos al timing electoral. Este régimen
determino la realización de once elecciones en tan solo catorce años. Si bien eso fue positivo, ya que
educo a la ciudadanía en el ejercicio del sufragio, entrada la década del treinta, la sucesión
interminable de elecciones genero una influencia negativa sobre el desempeño político nacional.
La combinación de conflictos en el Ejecutivo, la hiperactividad electoral y la crisis económica
desencadenaron un escenario de polarización política donde proliferaron las propuestas de rupturas
institucionales.
La intención del presidente Terra de realizar una consulta popular en torno al problema constitucional
–proponiendo la supresión del CNA– genero a comienzos de 1933 una violenta réplica del Parlamento
y del CNA. La aplicación de Medidas Prontas de Seguridad –régimen de excepción previsto en la
Constitución– y el rechazo a esas medidas por parte del cuerpo legislativo, generaron las condiciones
para el desenlace del golpe de Estado del 31 de marzo de 1933.
El contexto de una crisis económica de gran envergadura, derivada del crack de la bolsa
neoyorquina de 1929 jugo un papel importante, pero la inmadurez del sistema político uruguayo
parece haber sido el factor preponderante para explicar la interrupción de la vida institucional.
3.2. Segunda poliarquía: 1942-1973
El segundo periodo democrático se inicia en 1942 y se extiende durante treinta años.
La transición hacia un régimen democrático se inicia cuando el presidente Alfredo Baldomir –electo
en 1938– inicia un complejo proceso de negociación con la oposición, que nuevamente tiene como
centro a la reforma constitucional.
Tras duras disputas, y luego de sucesivos realineamientos dentro del Partido Colorado, la salida
democrática se concreta a través de un golpe de Estado llevado a cabo por el propio presidente de la
Republica en febrero de 1942 (bautizado en la época como el golpe “bueno” en contraposición con el

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
de 1933). El país retoma la senda democrática en noviembre de ese año con la realización de
elecciones nacionales donde se aprueba la tercera reforma constitucional de la historia.
Este periodo se caracterizó como de “complejizacion del consenso”.
El sistema político uruguayo experimento en este lapso los niveles más altos de inclusión de su
historia. La realización de elecciones en forma regular muestra una ampliación significativa del
padrón electoral, para lo cual fue decisiva la extensión del sufragio a la mujer y el aumento
sustantivo de la participación electoral.
Se crearon una serie de organismos estatales, en particular, la Ley de Consejos de Salarios (1943)
establecido la creación de ámbitos centralizados de negociación de los aumentos salariales, con la
participación de sindicatos, cámaras empresariales y delegados del gobierno. Por otra parte, la
creación de prestaciones sociales de carácter universal, junto al aumento de la cobertura educativa,
complejizo aún más la relación entre Estado y sociedad civil.
Los recursos públicos derivados del Estado benefactor (jubilaciones, pensiones, empleos públicos y
prebendas de diversa índole) comenzaron a utilizarse como moneda de cambio para la captación del
voto de amplios sectores ciudadanos.
Durante este periodo se suceden cuatro gobiernos consecutivos del Partido Colorado (1942-46,
1946-50, 1950-54, 1954-58) que marcan la etapa de auge de la “democracia uruguaya”. También en
esa etapa se reforma nuevamente la Constitución, consagrándose, como principal novedad, el
colegiado integral en el Poder Ejecutivo.
A mediados de la década del cincuenta, el Uruguay ingresa en una crisis económica que se
extendería durante buena parte de la década del sesenta. Estancamiento económico, niveles
inflacionarios sin comparación y una drástica caída de los salarios serian algunos de los resultados
más dramáticos de este periodo. A nivel social se suceden las movilizaciones sindicales y
estudiantiles, crece la polarización y nace la guerrilla urbana de inspiración “foquista” (Movimiento
Liberación Nacional - Tupamaros). En lo político, la ciudadanía impone cambios en los elencos de
gobierno en cada elección.
En 1958 se produce la primera alternancia gubernativa en casi cien años, cuando el Partido Nacional
obtiene el triunfo. Cuatro años más tarde este partido retiene el Ejecutivo, pero cae derrotada su
principal fracción, el herrerismo, a manos de la Unión Blanca y Democrática.
En la siguiente elección de 1966, el Partido Colorado retorna al gobierno luego de ocho años de
dominio nacionalista. En esta oportunidad también se aprueba la quinta reforma constitucional del
siglo, que reestablece la Presidencia unipersonal en actuación con un Consejo de Ministros. Los anos
subsiguientes serán de polarización y violencia, con paros sindicales, movilizaciones estudiantiles y
hasta muertos en las calles.
En la elección de 1971, el Partido Colorado vuelve a triunfar, pero fracasa un nuevo intento de
reforma constitucional que apuntaba a permitir la reelección presidencial. El presidente saliente,
Jorge Pacheco Areco, que participo en la campana electoral y en verdad gano la elección, cedió su

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
lugar a Juan María Bordaberry, un oscuro político de escasa fe democrática, que diez años antes
había ocupado un puesto en el Senado por el Partido Nacional. En ese año también se produce la
ruptura del bipartidismo, con el surgimiento del Frente Amplio, una coalición de partidos de
izquierda, que consigue el tercer lugar con algo más del 18% de los votos.
Tras la asunción de Bordaberry, se producen duros enfrentamientos entre tupamaros y militares. El
Parlamento aprueba la Ley de Estado de Guerra que otorga a las Fuerzas Armadas una importante
autonomía respecto al poder civil.
El 27 de junio de 1973, el presidente Bordaberry junto a las Fuerzas Armadas concretan un golpe de
Estado que sumiría al Uruguay en la interrupción democrática más larga de su historia.
Entre las múltiples causas que originaron el Golpe, señaladas por dirigentes políticos y académicos
se destacan:
a) La incapacidad de los partidos políticos para formular una salida a la crisis institucional que vivía
el b) La lógica de guerra desatada por la irrupción de la guerrilla, que provoco la derechización de las
Fuerzas Armadas y su accionar autónomo;
c) La incapacidad de los gobiernos de la década del sesenta para formular alternativas de desarrollo
a la crisis estructural que sufrió el país;
d) La situación de Uruguay en un escenario internacional caracterizado por la guerra fría entre
Estados Unidos y la Unión Soviética.
En forma sintética podría decirse que la acumulación de estos factores provoco una situación
insostenible que condujo a la quiebra del régimen democrático.
3.3. Tercera poliarquía: 1985 a la fecha
Luego de más de una década de dictadura militar, Uruguay retorno a la democracia en el mes de
marzo de 1985. La transición comenzó en el año 1980 cuando el gobierno militar intento legitimar su
régimen mediante la aprobación plebiscitaria de una nueva Constitución. La derrota sufrida en las
urnas obligo al gobierno militar a presentar un cronograma de apertura donde se preveía la
realización de elecciones internas en los dos partidos tradicionales y el desarrollo de elecciones
nacionales en 1984. Durante ese periodo los militares desarrollaron negociaciones con los partidos
políticos autorizados, mientras en las calles crecía la movilización popular a favor del cambio de
régimen. El Pacto del Club Naval acordado entre los lideres partidarios y los representantes del
gobierno dictatorial permitió finalmente la realización de elecciones en noviembre de 1984. De este
modo, la transición fue completada bajo la dirección de los partidos políticos que presentaban una
amplia renovación de su elenco dirigente y un vigor inusitado tras el largo periodo dictatorial. En los
comicios de ese año fue electo presidente Julio María Sanguinetti, marcando el retorno al gobierno
del Partido Colorado.
Durante el gobierno de Sanguinetti (1985-1990), el país inicio un proceso de reinstitucionalización.
Los derechos políticos y las libertades civiles fueron reimplantados, se derogaron los actos
institucionales del gobierno autoritario y se puso en funcionamiento la tradicional división de Poderes

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
del Estado uruguayo. En el Parlamento se sancionaron leyes de amnistía para los presos políticos que
habían cometido delitos antes de 1973 y para los militares que habían violado los derechos humanos
durante la dictadura. Esta última ley, ampliamente resistida por una parte importante de la sociedad,
fue sometida a referéndum el 16 de abril de 1989, siendo el resultado favorable a su mantenimiento.
En las siguientes elecciones de 1989, retorno al gobierno el Partido Nacional de la mano de Luis
Alberto Lacalle. Durante su mandato fueron impulsadas una serie de reformas estructurales
orientadas a la apertura de la economía, la desregulación de mercados y la privatización de algunos
importantes sectores de la actividad estatal. También en ese periodo, Uruguay ingreso al MERCOSUR
y sus exportaciones a la región prácticamente se duplicaron. La caída de la inflación y el crecimiento
de la economía permitieron una disminución de la pobreza y una mejora en la distribución del
ingreso. El impulso liberal de Lacalle encontró su freno en el referéndum del 13 de diciembre de
1992, que derogo la Ley de Reforma de las Empresas Públicas. El periodo de bonanza iniciado en
1991 se mantendría hasta fines de la década cuando Brasil devaluara su moneda.
En las elecciones de 1994 volvió triunfar el Partido Colorado, permitiendo así un segundo mandato
de Julio María Sanguinetti. El resultado de esta elección mostro prácticamente un empate entre los
tres principales partidos, ya que los colorados lograron una mínima ventaja sobre el Partido Nacional
(un 1%) y sobre el Frente Amplio (un 3%). Esta situación alentó la discusión de una nueva reforma
constitucional que modificara la forma de elección del presidente de la Republica. Luego de arduas
negociaciones, en 1997 se sanciono una enmienda constitucional que establecía la elección
presidencial por balotaje (exigencia de la mayoría absoluta de los votos para ser electo, y en su
defecto, segunda vuelta con los dos candidatos más votados), la candidatura presidencial única por
partido (eliminación del doble voto simultaneo a la Presidencia) y la realización simultanea de
elecciones primarias en todos los partidos para elegir a los candidatos presidenciales. Durante la
segunda presidencia de Sanguinetti, también se impulsaron otras reformas trascendentes como la
de la seguridad social, la seguridad ciudadana y la educación.
En 1999 se puso en marcha el nuevo sistema electoral. En primera vuelta el candidato presidencial
del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, consiguió ubicarse en primer lugar, pero sin alcanzar la mayoría
absoluta. En el segundo turno, obtuvo el triunfo el candidato del Partido Colorado, Jorge Batlle, que
conto con el apoyo del Partido Nacional. La Presidencia de Batlle fue realmente complicada, pues al
periodo inicial sobrevino un largo periodo crítico donde el país debió enfrentar toda clase de
problemas: cierre de mercados cárnicos, aumento de los precios del petróleo, crisis financiera en la
Argentina, crisis financiera y bancaria en Uruguay, dificultades en el relacionamiento internacional
(ruptura de relaciones con Cuba, problemas con los demás socios del MERCOSUR), etc.
Con la tercera poliarquía, el Uruguay retorno a su mejor tradición democrática.
Los partidos políticos dominaron nuevamente la escena, logrando superar coyunturas complejas
como la Ley de Amnistía a los militares, las reformas estructurales de los noventa y la crisis
financiera del 2001. Sin embargo, la poliarquía debió lidiar con los problemas típicos de las

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TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
democracias modernas, como, por ejemplo, algunos brotes de corrupción política, ciertas dificultades
en el funcionamiento de los organismos de contralor, la ausencia de regulación en el financiamiento
de la política, etc.

4. La democracia y la cultura política en Uruguay


La democracia uruguaya tiene su centro gravitacional en los partidos políticos, pero su larga
tradición y su estabilidad se asientan en una ciudadanía que adhiere con firmeza a los valores
democráticos, proporcionando el indispensable soporte de legitimidad al sistema político.
En materia política, el rasgo característico más destacable de la opinión publica uruguaya es el alto
nivel de adhesión a la democracia como sistema de gobierno.
En términos comparados latinoamericanos, Uruguay ocupa una posición de liderazgo en la materia
que está asociada a su temprano desarrollo político democrático, generador de un entramado
institucional capaz de dar consistencia y continuidad al sistema.
Los valores democráticos de los uruguayos están asociados a la centralidad que ha tenido la política
en la vida cotidiana. Sin embargo, en el correr de los últimos anos, puede observarse una tendencia
decreciente en el interés en política que, de todas formas, muestra saltos en las instancias
electorales.
El mantenimiento de una fuerte adhesión democrática en el contexto de un incremento del
desinterés por la política puede explicarse por la presencia de un grupo creciente de “demócratas
desencantados” como los denominan algunos autores (Rossel, 2002). Este grupo se caracteriza por
una generalizada percepción negativa de los desempeños de los sucesivos gobiernos
posdictatoriales. Aunque los uruguayos consideran masivamente a la democracia como la mejor
forma de gobierno, no creen haber tenido los mejores gobiernos.
La caída en el interés por la política ha estado asociada también al deterioro de la imagen de las
instituciones más relevantes para la salud democrática: el Parlamento y los partidos.
Los cambios se han manifestado en la sistemática pérdida de votos de los partidos tradicionales, que
habían hegemonizado el escenario político-electoral durante más de un siglo, y el consecuente
crecimiento electoral de la oposición de izquierda, al punto que esta última se ubicó como el partido
más votado en la elección de 1999.
En definitiva, los uruguayos tienen una visión negativa de los partidos políticos en conjunto, pero no
han buscado referentes políticos alternativos ni se han marginado del sistema, sino que han
promovido, de forma gradual pero incesante, un largo proceso de renovación de la elite política a
través de sucesivas instancias electorales.
El comportamiento electoral de los uruguayos es la prueba más elocuente de su fuerte adhesión a la
democracia y a los partidos políticos. Las actitudes políticas de los uruguayos los conducen elección
tras elección a pronunciarse a favor de algún partido político; expresan su confianza en los partidos
políticos y en las instancias electorales, con bajos niveles de transferencia de votos de uno a otro y

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TEXTO 24 - DANIEL CHASQUETTI Y DANIEL BUQUET
una dirección estable del flujo.
Finalmente, en las instancias de democracia directa (plebiscitos y referéndums), que en muchas
ocasiones han sido promovidos desde ámbitos no partidarios, las directivas emitidas desde los
partidos han sido el factor decisivo del resultado. Altman (2002) demostró que “cuando los
uruguayos van a las urnas para decidir sobre una iniciativa popular, fundamentalmente toman en
cuenta las sugerencias de su fracción política”

5. Los desafíos pendientes de la democracia uruguaya


A. En el año 2004, la democracia uruguaya enfrenta el desafío de sortear el problema de una nueva
alternancia en el gobierno. Los partidos políticos, en tantos actores centrales del sistema, estarán
sujetos a la tensión de procesar un relevo gubernativo inédito en la historia del país.
B. La democracia uruguaya deberá resolver ciertas cuestiones relacionadas con la violación de los
derechos humanos durante la dictadura. La “Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado”
aprobada en diciembre de 1986 establecido una amnistía para los militares que hubiesen incurrido en
hechos de dicha naturaleza, dejando la posibilidad de investigar el paradero de los detenidos
desaparecidos. Un referéndum realizado en mayo de 1989 ratifico la vigencia de la ley y cerro en
forma aparente la discusión sobre el tema. No obstante, con el transcurso del tiempo y
particularmente a partir de la gestión realizada por la “Comisión para la Paz” designada por el
presidente Jorge Batlle, comenzaron a surgir problemas relacionados con estas temáticas. Las tareas
en la búsqueda de los restos de los detenidos desaparecidos se toparon frecuentemente con el
resguardo de las Fuerzas Armadas y la falta de voluntad política en el gobierno para profundizar las
investigaciones, al tiempo que algunos casos de desapariciones y asesinatos de uruguayos en
Argentina han terminado por darle una dimensión internacional a la cuestión. A todo esto, se suma el
accionar decidido de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, las cuales han
presentado demandas contra civiles que participaron en los gobiernos militares y que no se
encuentran amparados por la Ley de Caducidad.
C. Existen una serie de desafíos vinculados con la calidad del funcionamiento de algunas
instituciones democráticas emblemáticas como el Parlamento, el Poder Judicial y los organismos de
contralor. Estos organismos suelen mostrar deficiencias a la hora de cumplir cabalmente con sus
cometidos, ya sea por carecer de los recursos presupuestales adecuados, ya sea por no haber
iniciado un proceso de modernización de sus estructuras burocráticas y políticas.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
TEXTO 25 – GONZALEZ - ESTRUCTURAS POLITICAS Y RUPTURAS DEMOCRATICAS

GOLPE DE ESTADO DE 1933


En 1933 un presidente colorado Batllista elegido democráticamente, Gabriel Terra, disolvió el
parlamento e inicio un régimen de facto bajo el pretexto de supuesta necesidad de una reforma
constitucional. Apoyado por gran parte del partido colorado y la mayoría blanco herrerita. Se
considero al golpe de estado como una reacción de las clases altas conservadoras y en particular de
las elites terratenientes contra una constante declinación de sus fortunas económicas desde la
finalización de la primera guerra mundial, agravada por la gran depresión, el golpe de estado surge
como resultado de presiones generadas por la gran depresión en una joven democracia aun no
plenamente consolidada.
También se sostiene que una dinámica política estrictamente nacional contribuyo enormemente al
golpe. En primer lugar, había un presidente que demostró tener una fe democrática débil, ya que
hasta el apoyo de su propio partido se estaba deteriorando antes del golpe y que además desde el
inicio de su presidencia Terra hizo campaña contra constitución existente, porque considerada que
no se sabía quién gobernaba en Uruguay, debido a que el gobierno estaba dividido en demasiadas
instancias, sumando el problema de no tener las mayorías políticas para controlar cualquiera de las
instancias.
A causa de esto Terra tenía poco poder real para promulgar medidas, pero que quería actuar según
su propio saber y entender. Para imponer sus puntos de vista empezó por circunvalar la ley y las
practicas establecidas, generando nuevos conflictos que incrementaban la tensión, intentando
justificar estas medidas con un bastante increíble escenario de amenaza comunista. Generando así a
Terra, como presidente, en un blanco de críticas.
El golpe de estado finalmente se instrumentó mediante un acuerdo que fundamentalmente aseguro
la unión de la mayoría blanca al golpe a cambio de ciertas garantías y de mayor influencia en el
gobierno. El golpe fue enteramente civil, se neutralizo al ejército, que permaneció en los cuarteles, y
en su lugar se utilizó a las fuerzas policiales. El comportamiento de facto fue comparativamente
benigno, por ello fue caracterizado como la “Dictablanda”.
La nueva constitución se aboco directamente a la resolución de los dos problemas fundamentales de
Terra.
1. El primero concerniente a la resolución de los problemas institucionales con la reinstalación de un
jefe de gobierno unipersonal y en la supresión del Consejo Nacional de Gobierno
2. El segundo el de obtener las mayorías legislativas para apoyar al presidente, que se debía
fundamentalmente a la racionalización de los partidos dominantes, fortaleciendo la posición de las
fracciones principales dentro de cada partido tradicional, para desalentar la racionalización.
Particularmente a las mayorías que sostenían el régimen.
La salida del régimen de facto requirió otro golpe de estado, el “golpe bueno” de la tradición liberal

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
en 1942. Fue un ejemplo claro de separación entre legalidad y legitimidad, ya que el régimen puede
instalarse ilegalmente, pero debe legitimarse por el proceso democrático posterior y sobre todo debe
funcionar de acuerdo con las normas democráticas.
La elección de 1942 demostró que la mayoría de la población no apoyaba a los políticos vinculados
al régimen de facto, además de que la abstención electoral como instrumento político desapareció
completamente.

LA RUPTURA DEMOCRATICA DE 1973


Las décadas que precedieron al golpe de estado de 1973 se caracterizaron por un estancamiento
económico y un incremento lento pero sostenido de la intranquilidad social. La tasa promedio del
producto bruto interno (PBI) per cápita decreció sistemáticamente desde 1951-1955 hasta 1966-
1968, la importancia de estas cifras se comprende mejor en relación con las tasas comparativas de
las economías de mercado europeas que eran superiores, llevando a una relativa
desindustrialización del país. En 1953 Uruguay era uno de los países semi-industrializados con mejor
posicionamiento (3 en 19), pero en 1973 su posición relativa cayo considerablemente, acompañando
esto por una caída en el salario real de los trabajadores urbanos, siendo a su vez la de los salarios
rurales, las jubilaciones y las pensiones aún más afectadas.
Todo este proceso económico derivo en agitación social y polarización política. Los sindicatos
urbanos relativamente fuertes se activaron y el número de trabajadores afiliados aumento.
El comportamiento electoral de los uruguayos reflejo su impaciencia creciente ante la crisis, se
dieron constantes cambios de mando entre blancos y colorados, siendo quizás el más notorio cambio
el nacimiento del Frente Amplio en 1971, habiendo la izquierda intentando dos veces antes la
formación de una coalición, pero en ambos casos con escaso éxito electoral. El Frente Amplio unifico
a toda la izquierda legal, una fracción de los colorados dirigida por Michelini y un grupo de blancos
dirigido por Erro.
Las respuestas a la crisis a nivel popular no fueron las únicas relevantes, ya que antes de los años 60
un pequeño grupo radicalizado de militantes izquierdistas comenzó a construir un movimiento de
guerrillero urbano, los Tupamaros. Grupo convencido de la inutilidad de los esfuerzos pacíficos en
aras del progreso social y concluyeron que la lucha armada era inevitable. El grupo no dejo de ser
pequeño hasta su derrota final, pero su impacto en el sistema político uruguayo fue muy fuerte por
dos razones:
1. Transmitieron la imagen como mínimo de que la policía por sí sola no podía con ellos, involucrando
al ejército en el esfuerzo antiguerrillero.
2. Eran la oposición inmediata, verdadera, a tal punto que eran oposición de izquierda de la izquierda
legal, que quedó atrapada entre fuerzas opuestas. Existían grupos menores dentro de la izquierda
legal que se vinculaban con los tupamaros, pero el desacuerdo básico se tenía con la guerrilla era de
procedimiento.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
La elección de 1971 mostro que casi un quinto de la población nacional, y un tercio de los
montevideanos, no eran leales al orden establecido (de derecha). Significando una situación
potencialmente mucho más peligrosa que todo lo que pudiera crear una pequeña guerrilla por si
sola, contrarrestando con los otros cuartos quintos de la población que se oponían a la guerrilla
definitivamente.
En síntesis, los militares se encontraron ante una situación de alto riesgo potencial y con un mandato
masivo para derrotar la subversión del movimiento revolucionario tupamaro. Ese mandato no definía
los métodos para realizar su trabajo, pero el objetivo era claro.
En 1971 la propia idea de lealtad era poco clara ya que el propio gobierno no acataba las normas
existentes. Y con respecto a la conducta de las elites tradicionales hay dos problemas diferentes:
1. Porque no fueron capaces de resolver los problemas sociales y económicos que enfrento el país
durante las dos décadas precedentes al golpe de estado de 1973? Fue responsabilidad de los
partidos tradicionales porque solo ellos estuvieron a cargo sucesivamente del gobierno, y se debió a
que no fueron capaces de establecer ningún conjunto de medidas coherente y estable.
2. Porque no pudieron detener la casi obvia espiral descendente que desemboco en el golpe de
estado? Existencia de dos presidentes consecutivos con una muy débil fe democrática, siendo el
primero de ellos Jorge Pacheco Areco, que al igual que Terra en 1933, dejo de respetar las reglas del
juego que lo llevaron a la presidencia. No tenía mayorías parlamentarias, ni dirigía su propio partido,
pero tenía sus propias ideas sobre la lucha contra las guerrillas y otros asuntos. Utilizo la existencia
de las guerrillas como justificativo para imponer Medidas Prontas de Seguridad, que uso para
soslayar al parlamento e imponer sus medidas.
La tentativa de reelección de Pacheco fallo, pero su estrategia política logro que su elegido José
María Bordaberry asumiera el cargo, escogiéndolo a este para el logro de sus propios fines.
Bordaberry solo pudo gobernar gracias a la decisión del resto de los colorados de que el mal menor,
dadas las circunstancias, era que continuara en el cargo para ayudar a evitar desastres mayores. En
el ano de asunción del mismo, fue el de la confrontación final entre Tupamaros y militares, logrando
este último destruir en seis meses completamente la organización política y militar de la guerrilla.
El ejercito esencialmente actuó por su cuenta, ya que su comandante en jefe nominal, el presidente
Bordaberry no podía controlar siquiera a su propia facción en su partido y mucho menos al ejército.
Después de finalizadas las operaciones militares contra las guerrillas, en 1973 con la guerrilla
terminada, los altos mandos militares tuvieron mayor interés en las raíces políticas ideológicas de la
insurgencia de izquierda para poder evitar cualquier oportunidad de que reapareciera.
El comportamiento y las demandas del ejercito eran inaceptables para una legislatura civil
independiente y el primer rechazo importante a sus demandas provoco el golpe de estado de 1973,
poniéndose el presidente del lado del ejército.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
LECCIONES DE LAS CRISIS
Una primera lección que surge de la historia de los dos golpes de estado se refiere al problema
sustantivo más importante que condiciona la estabilidad política uruguaya reside quizás en las
relaciones del país con el resto del mundo. Se puede entonces afirmar que las crisis que condujeron
a las dos interrupciones de la democracia tenían una dimensión externa importante, pero es erróneo
considerarlas como exageradamente determinadas exclusivamente por este punto, el deprimente
funcionamiento de la economía uruguaya mostro que las presiones externas no eran las únicas
causas de la crisis.
Por una parte, la inhabilidad de las elites políticas para resolver los problemas del desarrollo, y por
otra su inhabilidad para resistir y eventualmente superar dentro de un marco democrático la
acumulación de los problemas provenientes de la primera falla. (Problemas de desarrollo y de la
democracia)
La existencia de gobiernos muy fraccionados, divididos y sin grandes apoyos sociales, lleva:
1. A que un partido sin mayoría legislativa no puede mantener medidas controversiales y las
medidas capaces de enfrentar con éxito una crisis profunda y generalizada solo pueden generar y
ser controversiales. Concluyéndose que el formato y la lógica del sistema de partidos parlamentario
tendió a bloquear las decisiones políticas necesarias para combatir la crisis.
2. Los dos partidos que gobernaron durante la crisis siempre fueron partidos racionalizados, y
como el núcleo del electorado de sus principales fracciones en general eran diferentes y abarcaba un
amplio espectro de intereses. La estructura interna de los dos partidos principales de derecha
también tendió a bloquear el tipo de decisiones políticas necesarias para combatir la crisis.
Cualquiera de estos aspectos considerados por separado puede provocar una paralización política,
por lo que su acción simultanea fue una fuerza poderosa que tendió a la inmovilización política.
El cuasi-presidencialismo (presidencialismo a partir de 1966) uruguayo congelo la paralización
generada por la estructura de partidos y del sistema de partidos, y este efecto tiene al menos dos
dimensiones:
1. Inamovilidad de las fechas de las elecciones
2. Carencia de flexibilidad para lograr coaliciones, los partidos que forman parte de la coalición de
gobierno asumen más riesgos que el desgaste normal de gobernar.
El presidente no es como el primer ministro, en el parlamentarismo, no hay posibilidad de
reemplazarlo por desacuerdos políticos, cualquiera sea la intensidad de estos. Para lograr esto es
preciso entablar un procedimiento político-criminal como el juicio político, que no es parte normal de
la vida política. La posición institucional de un presidente necesariamente implica que los socios
minoritarios de una coalición gobernante tienen que participar en una posición subordinada, que les
es perjudicial políticamente y a la cual aportan capital político sin ninguna garantía, y que si la
misma se rompe el presidente solo pierde el apoyo adicional que le aporta la coalición. Los miembros
del parlamento de un partido gobernante tienen más influencia sobre un primer ministro de que

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
pueden tener sobre un presidente, un primer ministro debe estar siempre recreando su liderazgo.
Los efectos de las estructuras políticas uruguayas en el problema del desarrollo suponen un sistema
de partidos estructurado y un gobierno de partido, que significa que los políticos de alto nivel que
toman las decisiones pertenecen al mismo partido, pero en general a fracciones diferentes. Los
gobiernos democráticos uruguayos siempre han sido gobiernos de partido.
Pudo apreciarse que en primer lugar que las crisis democráticas ocurrieron cuando asumieron la
presidencia individuos con una fe democrática débil. En una poliarquía por lo menos parcialmente
consolidada la posición institucional del presidente combina una mezcla de recursos y presiones que
por definición es única. Ya que un primer ministro no tiene la misma independencia relativa de los
presidentes frente al parlamento, carece de la legitimidad de ser elegido directamente por todo el
electorado y si dirige un partido gobierno minoritario solo puede durar solo mientras las mayorías lo
permitan. Un presidente (jefe de estado y gobierno) es más poderoso que un primer ministro (jefe de
gobierno), y maneja una mayor presión.
En un sistema político suficientemente sofisticado como para ser una poliarquía relativamente
consolidada es difícil implementar un golpe de estado contra el presidente, excepto en el caso de
que sea particularmente inepto. Bordaberry cuando intento detener a los militares (febrero 1973)
nadie confió en él, y, por lo tanto, nadie lo ayudo, e incapaz de detener a los militares, negocio con
ellos, y logro mantenerse como presidente del régimen de facto a cambio de otorgar al golpe militar
el prestigio de su cargo obtenido, que en su momento lo logro a través de elecciones.
El papel que el parlamento jugo en ambos golpes demuestra la importancia del factor puramente
institucional más allá de los atributos personales. Los dos golpes de estado fueron precedidos por
conflictos entre el parlamento y el presidencialismo, y que en ambos casos las mayorías
parlamentarias rechazaron pretensiones del presidente, siendo un obstáculo para la voluntad
presidencial y que, en su última sesión anterior a su disolución ilegal, dejaron en claro su postura
antiautoritaria. El parlamento, aunque sin eficiencia y con retraso, defendió la democracia frente al
presidencialismo que renegó de ella.
Otra diferencia crucial entre los regímenes presidencialistas y parlamentarios es que la aplicación de
un voto de censura por parte del parlamento, y el reemplazo del jefe de gobierno por un líder mas
confiable, en una etapa anterior a la del conflicto final de la crisis entre presidente-parlamento
hubiera reducido los riesgos de una crisis democrática.
La conclusión más importante de este análisis es la presencia de los mismos temas para responder
tanto al problema democrático como al de desarrollo. Cuando el país enfrento crisis sociales y
económicas agudas, la creciente fragmentación y racionalización del sistema de partidos condujo
al bloqueo político que a su vez inhibió la promulgación de medidas capaces de manejar esos
problemas.
El factor de riesgo presente en las dos crisis democráticas fue el cuasi-presidencialismo uruguayo (el
poder no se concentra en una persona, sino que se comparte, se da un ejecutivo pluripersonal, un

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
consejo), y la racionalización de los principales partidos agravo sus efectos, siendo rasgos
estructurales estables en el sistema político uruguayo. Se concluye que por sí misma la
racionalización era un obstáculo considerable para dar soluciones al problema de desarrollo y para
controlar efectivamente la conducta de los presidentes poco demócratas.
Dos estructuras políticas demostraron ser adversas a la estabilidad democrática:
1. La racionalización de los partidos bloqueo la implementación de medidas capaces de enfrentar
graves crisis.
2. Primero el cuasi-presidencialismo, y luego el presidencialismo pleno (a partir de 1966)
suministraron los medios que necesitaban individuos pocos confiables para imponer su voluntad
contra la legalidad y de esa manera anular la democracia
Sin embargo, por al menos dos razones, no puede afirmarse que solo estos factores y sus
interacciones causaron los golpes de estado:
1. Ambos golpes de estado fueron precedidos por crisis económicas y sociales
2. Las circunstancias internas y la personalidad de los actores principales, fundamentalmente de los
presidentes, tuvieron un papel importante
Pero estos factores si definieron un marco político particularmente inepto para soportar crisis
profundas, la democracia se desplomo bajo la presión de los dos grandes desafíos que tuvo desde
sus inicios.
El fortalecimiento del presidencialismo en la constitución de 1966 fue simplemente la solución que
las elites políticas consideraron más adecuada a la difícil situación política uruguaya, pero
suponiendo que, si se buscaba estabilidad democrática con esto, se equivocaron.
Por otra parte, la racionalización fue muy útil a la instauración democrática en particular a sus
etapas iniciales, obligando a negociaciones continuas al interior de los partidos, fortaleciendo y
estimulando las prácticas democráticas. La racionalización convirtió a todos en interesados
directos de la pureza del sufragio, contribuyendo a la eliminación del fraude electoral. Nunca se
considero cambio alguno en el doble voto simultaneo (DVS), porque se lo considero benéfico, el cual
se basa en un sistema de lemas y sub lemas.
En síntesis, dos de los pilares centrales que permitieron la construcción de la democracia uruguaya,
racionalización y presidencialismo, demostraron no ser adecuados para mantenerla.
Los presidencialistas implican riesgos adicionales para la estabilidad de los sistemas políticos
altamente polarizados. El punto crítico se refiere a la posición del presidente en el bloque
gobernante:
1. Si el presidente está a la derecha del bloque de la derecha
2. Si el presidente está a la izquierda del bloque de la izquierda
Si sucede alguno de estos dos casos, es muy posible que la polarización se agudice y que el sistema
se acerque a una ruptura democrática, como sucedió antes del golpe de estado de 1973 con
Bordaberry y Pacheco Areco.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 25 - GONZÁLEZ
En una constitución presidencialista es incierto el vínculo entre el presidente y el parlamento. La
racionalización del partido de gobierno debilita esta vinculación, y esto permite o incluso promueve
conflictos entre los poderes legislativo y ejecutivo, y así fue exactamente antes de los golpes de
estado de 1933 y 1973 en Uruguay.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 26 - Filgueira – Garcé – Ramos – Jaime – Affé

TEXTO 26- LOS DOS CICLOS DEL ESTADO URUGUAYO


El Estado uruguayo ha sido uno de los más desarrollados en Latinoamérica.
1904 marco el inicio del Moderno Estado Uruguayo, el inicio del Batllismo, de la democracia y de la
hegemonía colorada en el país. A partir de 1933 se produce el golpe de Estado el cual divide a los
dos partidos tradicionales (Blancos y Colorados).
En 1942 retorna el Batllismo hasta el 1973 que se produce otro golpe de Estado atravesando por un
Autoritarismo.
En 1985 retorna la democracia y se crea el tercer partido: el Frente Amplio.
Las grandes etapas serian:
- 1904 a 1932
- 1933 a 1941 – Golpe de Estado (Gabriel Terra –Político uruguayo-)
- 1942 a 1973
- 1973 a 1984 – Golpe de Estado
Los Estados no son el reflejo de los partidos políticos, si bien las pujas políticas afectan a los Estados,
la historia del Estado no es la historia de los partidos políticos. El Estado no es producto de los
partidos.

La historia del Estado uruguayo se divide en dos etapas:


1. La primera etapa de expansión con un fuerte optimismo en cuanto a la capacidad del Estado para
regular el mercado, incorporar a la sociedad e impulsar el desarrollo del país (1904 – 1958).
2. La segunda etapa que va desde 1959 a 2000, las elites están por encima, luego los grupos
sociales y, por último, los ciudadanos que plasmaron en el Estado la idea de que los mercados y la
sociedad civil deben adquirir un mayor rol en el desarrollo nacional.

Primera etapa: Consolidación – Expansión y Crisis del Estado (1904 – 1958)


Crisis y proyectos
La crisis de 1890 y 1929 tuvieron el mayor impacto en los modelos alternativos de desarrollo y en el
triunfo de las opciones que asignaron al Estado un rol en la conducción del proceso económico y
social. De la crisis de 1890 nació el Batllismo y de la 1929 el Turismo.
La crisis de 1890 tuvo un fuerte impacto intelectual y político, el Estado debía asumir un rol mas
activo en la economía.
En 1929 se produce el fin de una fase de crecimiento y el inicio de una recesión.
La crisis enfrento a los partidos Colorados y Blancos. El Estado comenzó a asumir un rol de
regulación del comercio exterior y de las finanzas, además de impulsar políticas de promoción
industrial.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 26 - Filgueira – Garcé – Ramos – Jaime – Affé

Las funciones del Estado


El Estado se caracteriza por detentar un territorio dado, el monopolio legítimo de la coacción
(función coactiva).
Junto a la función coactiva el Estado desarrolla la función productiva, reguladora y social.
En el plano económico la participación del Estado permite rebajar el precio, mejorar la calidad de los
servicios, incrementar los ingresos del Estado y rebajar los impuestos.
En el plano social se justifica en términos de equidad brindando beneficios a clases sociales que de
otra manera nunca los tendría.
Por último, en el plano político los Batllismos argumentaron que las nacionalizaciones permitían
frenar el drenaje de oro al exterior y por ende la consolidación de la soberanía nacional.
Durante este periodo quedo consolidado el dominio industrial y comercial del Estado mediante la
política de nacionalizaciones y estatizaciones y el establecimiento de monopolios legales (BHU).
La función reguladora es una de las características más importantes del Turismo y profundizada
luego por el Neo-Batllismo.
A comienzos del 30 el Estado interviene fuertemente en la economía a través de la regulación de la
actividad cambiaria y del comercio exterior. El Estado tendrá un papel fundamental en la regulación
del mercado laboral, en la salud, en la enseñanza, la vivienda y parcialmente en la seguridad social.
Las políticas sociales de los primeros 30 años se apoyan en un ideal igualitario y liberal, el espíritu
del Turismo es notoriamente más proactivo a plasmar las desigualdades existentes además de
procurar un control vertical del Estado a sectores organizados del mismo.

Aspectos organizacionales
El Estado uruguayo fue modificando su conformación aumentando el número de funcionarios y
diversificando organizacionalmente. El primer Batllismo tuvo un moderado aumento de funcionarios
públicos, mientras que en los años 1931 a 1955 hay un incremento notable en el empleo público. El
Turismo procuro incidir en el mercado laboral a través de obras públicas y no tanto mediante el
empleo público. En la era Neo-Batllista el empleo público creció fuertemente. En 1930 el Estado
uruguayo se diferenció funcionalmente aumentando el número de Ministerios y se reestructura el
Ejecutivo por dos Órganos. Otro indicador del incremento del tamaño del Estado es el presupuesto
de la Administración Central.

La lógica política y el espacio técnico en la construcción del Estado uruguayo


Tanto en la Administración Publico como en las Empresas del Estado existe un fuerte control político
partidario de la burocracia, la pertenencia partidaria influye en la carrera administrativa más allá de
las aptitudes técnicas y las destrezas profesionales.
La construcción de la maquinaria estatal y de su burocracia es controlada por los partidos

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 26 - Filgueira – Garcé – Ramos – Jaime – Affé

tradicionales (Blancos y Colorados) y ello afecta a la forma en que el Estado crece y funciona.
La creciente participación de la oposición en el Gobierno junto con otros factores hace que estos se
controlen entre sí y contribuyan a la profesionalización de la política y a la creación de un cuerpo de
dirigentes políticos intermedios.

Segunda etapa: El Amortiguado repliegue del Estado (1959 – 2000)


Crisis y proyectos
Ha medidos de los 50 la economía uruguaya entro nuevamente en crisis debido al saldo desfavorable
del comercio exterior, la inflación y el estancamiento productivo.
Al comienzo de los 60 se diseñaron dos proyectos de reforma del Estado: 1) el proyecto liberal, el
cual propone disminuir la incidencia del Estado en la economía y mayor incidencia privada. 2) el
proyecto desarrollista (racionalista), propone aumentar la capacidad política y técnica del Estado.
Debido a la crisis de mediados de los 50 emergieron dos propuestas de reformas diferentes. Una
manifestaba el discurso liberal marcando el papel del mercado y cuestionando los excesos del
Estado Batllista. La otra propuesta combinaba la tradición dirigiste con el discurso racionalista.
Para la primera, el Uruguay precisaba menos participación del Estado. Para la segunda, un Estado
diferente.
La victoria del partido Nacional en 1958 marco el inicio de la etapa de la liberalización del Estado
uruguayo.

Funciones del Estado


La función reguladora del Estado disminuyo durante los últimos 40 años, se tiende a la liberalización
de los precios y desregularización de los mercados.
Se crea la Ley de reforma cambiaria y monetaria como punto de partida del liberalismo.
A partir de 1959 el Estado modifico su política industrial, el retroceso del estatismo y el incremento
del papel de la actividad privada también se ven en la función social del Estado, pero menos
arraigada que la función reguladora (económica).
En cuanto a la función de vivienda y educación, toma una posición desarrollista, recién en los anos
90 se ve una visión liberal al igual que en la seguridad social.
La función productiva también se ve afectada, los servicios públicos tuvieron transformaciones, por
ejemplo, en los precios. Los privados tienen mayor participación en la prestación de servicios.
Uruguay se fue encaminando hacia una política de desmonopolización y de asociaciones entre el
sector público y el capital privado.
En cuanto a la función coactiva, las fuerzas armadas cobraron protagonismo especial que
desemboco en el golpe de Estado de 1973.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 26 - Filgueira – Garcé – Ramos – Jaime – Affé

Aspectos organizacionales
El número de funcionarios empieza a descender recién en los años 90, además de crearse un
sistema de incentivos al retiro de los funcionarios. Se produce una reestructura de puestos de
trabajo.
En 1966 se reforma la Constitución incorporando grandes modificaciones en el Estado, buscando
crear condiciones institucionales que le permitieran al Estado desempeñar el papel de promotor y
orientador de desarrollo económico y social.

La lógica política y el espacio técnico en la retracción del Estado uruguayo


Desde los años 60 hasta ahora se intenta aumentar la productividad de la Administración Publica
mediante reformas y programas.
Entre 1958 y 1973 la lógica clientelar no se modificó sustantivamente hasta la Dictadura. A partir de
1985 a la fecha se da un triple movimiento de clientelismo cuyas fases se denominan: Repliegue –
Mutación – Refugio.
- Repliegue: El político profesional ha dado paso al especialista, el economista y el planificador en
muchas áreas del Estado. La reforma educativa muestra un ascenso de la lógica técnica sobre la
política.
- Mutación y Refugio: Ha mutado desde la modalidad del club político y del intercambio
individualizado de votos por empleos y jubilaciones a uno de clientelismo más elitista de
contrataciones e intercambio de regulaciones por apoyos económicos y de opinión publica entre
grupos de interés y partidos. Estas modalidades se han refugiado en los espacios donde resultan
más eficaces, ya no se ven tantas irregularidades administrativas y corrupciones.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 27 - Garcé
TEXTO 27 – GARCÉ - La era progresista

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 28 - Daniel Buquet-Rafael Piñeiro
TEXTO 28 - Daniel Buquet-Rafael Piñeiro - LA CONSOLIDACION DE UN NUEVO SISTEMA DE
PARTIDOS EN URUGUAY
Introducción
Uruguay cuenta con unos de los sistemas de partidos más institucionalizados de América latina en
este trabajo se busca aprovechar la oportunidad que brinda el caso uruguayo, para comprender en
que consiste y como se prodúcela institucionalización de partidos.
El particular ciclo electoral uruguayo incluye, cada 5 años desde 99 tiene entre 3 y 4 convocatorias:
1) En junio se realizan las elecciones internas
2) En octubre se lleva a cabo la elección general (senadores, diputados y 1ra vuelta presidencial
3) Segunda vuelta presidencial cuando los candidatos no llegan a la mayoría absoluta de votos.
4) En mayo del año siguiente, se desarrolla las elecciones subnacionales (intendentes)
Las elecciones muestran una transformación sustancial de la pauta de evolución del sistema de
partidos uruguayos en los últimos 40 años. Las elecciones de 2004-05 fueron evaluadas como las de
mayor cambio político. Por primera vez ganaba un partido que no era blanco ni colorado, culminaba
un proceso que comenzó en el 71 con la formación del FA. El FA fue creciendo con la misma medida
que el PC y PN perdían voto. En el 2009 se no se pudo observar ninguna modificación en el
comportamiento electoral uruguayo, o sea la elección del 2009 es la primera de una nueva era, una
nueva normalidad, diferente al bipartidismo.

La evolución del sistema político uruguayo en el mediano plazo


El sistema de partidos uruguayos ha mostrado una evolución muy predecible a lo largo de las
últimas décadas. Se califica al sistema de partidos uruguayo como altamente institucionalizado, esta
noción de institucionalización está fuertemente asociada a la idea de estabilidad. El sistema de
partido uruguayo ha sufrido trasformaciones muy significativas a lo largo de las últimas décadas,
institucionalización de un sistema de partidos es un proceso de largo plazo. Es el resultado de
procesos de acumulación y aprendizaje, estos no se institucionalizan de un día para otro la
explicación del resultado debe ser subsidiaria de la en el mediano y largo plazo de la acción de elites
y votantes de los respectivos sistemas políticos. Palabras de Cavarozzi y Casullo “la experiencia
latinoamericana nos ensena que la institucionalización política seria, una delicada dinámica
homeostática, más que una simple posición estática del sistema”. Estos sistemas no son
simplemente aquellos que ofrecen continuidad, si no, los que son capaces de procesar una
transformación cuando es requerida sin producir crisis o ruptura institucional.
En Uruguay se ha procesado una lenta transformación del sistema partidario que culmino con el
triunfo electoral del FA en 2004. La institucionalización de un sistema de partidario no parece estar
determinada por la continuidad de sus componentes si no por la continuidad de las pautas de
interacción entre componentes que cambian a lo largo del tiempo.
En la actualidad el sistema de partidos uruguayo se caracteriza por la presencia de 4 partidos con

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 28 - Daniel Buquet-Rafael Piñeiro
represe. Parlamentaria. PC, PN (antiguos como el país), FA (llamado inicialmente como de “ideas”) y el
PI (que producto de una escisión del FA se identifica con el centro izquierda).
Los cambios han constituido en la sistemática pérdida de votos de los partidos tradicionales y el
crecimiento de los “desafiantes” que culmina con el triunfo del FA, proceso que ha sido explicado por
la academia a partir de factores económicos-sociales-políticos.
La distribución de fuerzas políticas en el Uruguay desde 1971 marcaba la imposibilidad crónica de
que el gobierno electo contara con mayorías parlamentarias propias; dificultad que aumenta
considerando que el presidente no suele ser el líder indiscutido de su partido si no solo de su fracción
El partido que accedía al gobierno no contaba con mayorías legislativas propias y debía pasar por la
formación de acuerdos políticos más o menos estables (coaliciones) para poner en práctica su
programa de gobierno. Estos rasgos formaron parte del sustento argumental de la reforma
constitucional de 1997 que introdujo el balotaje.
La reforma del 97 vino a conformar el marco institucional que se adecuo y consolido una dinámica
política de bloques diferenciados ideológicamente. De un lado el FA fue ocupando crecientemente el
espacio desde la izquierda hacia el centro, los partidos tradicionales se fueron restringiendo a la zona
del centro a la derecha. El FA se fue desplazando desde sus posiciones más radicales hasta ubicarse
como un partido de corte social democrático ocupando el espacio que los partidos tradicionales iban
dejando vacío cuando asumían e intentaban implementar políticas de ajuste reformas en el llamado
“consenso de Washington”. La competencia la dictadura fue creciendo en torno al eje de izquierda
derecha.
Los votantes de izquierda votan casi exclusivamente por el FA, los de derecha entre los partidos
tradicionales y los del centro se dividen en ambos bloques
Uruguay constituye uno de los sistemas políticos de América latina que exhibe mayores niveles de
polarización ideológica, también presenta los mayores niveles de identificación partidaria en América
latina, solo superado por EEUU y Rep. Dominicana, Uruguay es un caso que combina alta
identificación partidaria y polarización.
El proceso de cambio político en Uruguay había mostrado tal grado de estabilidad que en el 2000
permitió predecir el resultado de la elección del 2004 con un extraordinario nivel de precisión
El sistema de partidos era estable en Uruguay hasta que el viejo equilibrio bipartidista dejo de
funcionar –el número de competidores comenzó a crecer –partidos a variar- y electores a cambiar de
una elección a otra.
Las reglas aprobadas en el 97 pretendieron adaptarse a la nueva configuración partidaria sistema DV
(doble voto) facilito la coordinación entre PC y PN-alimento competencia entre bloques diferenciados
ideológicamente. Las nuevas reglas también contribuyeron a que el FA pudiera resolver sus conflictos
internos (elecciones internas)

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 28 - Daniel Buquet-Rafael Piñeiro
Las elecciones primarias presidenciales
La reforma del 97 obliga a los partidos a presentar una candidatura única para presidente y vice pre.
La eliminación del DVS (doble voto simultaneo) supuso la incorporación de un mecanismo para
seleccionar en cada partido la candidatura única a presidente y vice: elecciones primarias abiertas y
simultaneas para todos los partidos 4 meses antes de la elección nacional. Los candidatos resultan
de obtener una mayoría absoluta dentro de su partido o 40% y al menos 10 puntos de diferencia con
el segundo. Si no se alcanza los requisitos queda en manos de un colegio elector nacional.
Las elecciones internas cumplen diversas funciones, en el plano Inter partidario es relevante contar
con altos niveles de participación. Una participación alta es una señal auspiciosa en la perspectiva
de la competencia nacional. Los efectos de las primarias abiertas pueden generar efectos
perjudiciales, la evidencia en EEUU muestra que los partidos que tienen una contienda más dura
suelen ser más perjudicados en las elecciones generales, pre candidatos elevan nivel de críticas a
sus contendientes en consecuencia reciben críticas más duras. El candidato ganador sale debilitado
ya que el candidato de otro partido va usar las críticas que utilizo su rival en las internas.
La evidencia en Uruguay es escasa ya que solo se han usado en 3 ocasiones: (2004 Tabaré FA
candidatura única, 1999-2009 Batlle PC- Mujica FA) sus candidaturas fueron las más competitivas de
todas
Pueden apuntarse algunas tendencias: 1) las elecciones primarias han estimulado su utilización
efectiva para designar el candidato presidencial de los partidos, los PT (partidos tradicionales)
siempre habían utilizado el DVS con esa finalidad. El FA siempre critico esa multiplicidad de
candidaturas.
Con la obligatoriedad de las internas sumada a procesos de pugna interna en el FA ayudaron a
definir su candidato presidencial en competencia interna abierta.
La naturaleza de las primarias genera incentivos para que la competencia se concentre entre 2
competidores principales. En este sentido la elección primaria refuerza el esquema bifraccional que
históricamente mostraban los PT e impulsa al FA en la misma dirección
Los partidos con internas competitivas entre 2 candidatos principales tienden a armar su formula
presidencial con el ganador como presidente y el segundo como vice (Batlle-Hierro 1999, Mujica-
Astori 2009), esto pretende compensar el efecto perjudicial que tiene la reñida disputa. La
competencia interna cuando es ajustada, estimula diferencias entre candidatos y luego se hace
difícil recomponer una oferta que contemple a las principales corrientes del partido y se produzcan
fugas de votantes del candidato perdedor. La fórmula presidencial busca reunificar al partido detrás
de la candidatura del triunfador.

Elecciones nacionales y alternancia


En 2004 el FA gano la presidencia y una mayoría absoluta en el poder legislativo, el PN se ubico
como principal partido de oposición y el PC en tercer lugar. En el 2009 ocurrió prácticamente lo

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 28 - Daniel Buquet-Rafael Piñeiro
mismo, el principal cambio es que ha dejado de cambiar.
La volatilidad representa un cambio “neto” de votos entre partidos o bloques de una elección a otra,
los picos de volatilidad entre partidos que se aprecia en el grafico corresponden a “elecciones
criticas”. Triunfo del PN en el 58 luego de años de gobierno del PC, la formación del FA en el 71 y su
triunfo en 2004, la volatilidad entre bloques hasta el 71 era poco significativa ya que las
trasferencias de votos eran entre los PT. En el tramo que va entre el 71 hasta 2004 el principal
cambio electoral en Uruguay se manifestó en un flujo más o menos permanente de votos desde PT
hacia el FA.
Concretamente, si desagregamos la serie en esos periodos, los valores de volatilidad de 2009 se
parecen más a los del Uruguay bipartidista que a los del periodo posterior que se produjeron los
cambios en el sistema de partidos. El análisis de la evolución de esos indicadores reafirma la idea de
que el sistema de partidos uruguayo habría alcanzado un nuevo equilibrio competitivo en el ultimo
proceso electoral.
Dadas las reglas, los actores políticos no tienen incentivos para modificar sus estrategias. Las elites
políticas deciden mantener en términos similares la oferta electoral y los electores mantienen en
términos generales sus preferencias. En Uruguay se utilizó hasta el 94 el sistema de MR (Mayoría
relativa) con DVS para la elección presidencial y a partir del 99 el sistema de doble vuelta o balotaje
unido a elecciones primarias. El sistema anterior se asociaba a un sistema bipartidista. Se puede
decir que el Uruguay bipartidista con su viejo sistema electoral se encontraba en equilibrio.
El uso del sistema de doble vuelta, adoptado por el crecimiento del FA, debería asociarse a tres
competidores viables ya que la elección en primera vuelta genera potencialmente 2 ganadores que
son los que pasan a competir en la segunda vuelta. Debería esperarse que la incorporación del
sistema de doble vuelta en Uruguay favoreciera la fragmentación del sistema de partidos, a
diferencia del sistema de MR que favorece e la concentración.
El balotaje fue implementado luego de que el sistema de partidos había llegado al punto de mayor
fragmentación 3-4.
La última elección de la serie muestra que por primera vez en 20 años el NEP vuelve a
incrementarse, esta evolución parece contradecir las leyes de Duverger. Mientras regia un sistema
de MR el sistema tendió a fragmentarse y a partir de que se adoptó la Vuelta el sistema tendió a
concentrarse. El cumplimiento de las leyes de Duverger depende de comportamientos estratégicos
de partidos y electores. Es posible suponer que una vez que se adoptó el balotaje los
comportamientos de los electores mantuvieron una inercia, incentivos generados por el sistema
anterior que recién en la última elección comenzaron a responder al sistema de doble vuelta. Si esto
fuera cierta seria esperable que en el futuro vuelva a incrementarse la fragmentación continuando la
tendencia iniciada en la elección de 2009 y se mantenga en torno a 3 partidos tal como predice la teoría.

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CAPITULO 6 – URUGUAY
TEXTO 28 - Daniel Buquet-Rafael Piñeiro
Elecciones subnacionales y fragmentación
En Uruguay se eligen simultáneamente 19 gobiernos subnacionales. En esa instancia de dirimen el
cargo de intendente – ejecutivo local. Y los 31 escaños de la junta departamental ámbito deliberativo
y legislativo. Desde el 2000 se realizan al año siguiente a las elecciones nacionales. El sistema de
elección de intendentes, desde el 97 difiere del sistema de elección presidencial en 3 aspectos:
1) La fórmula para elegir intendente es de MR;
2) Los partidos pueden presentar hasta 3 candidatos;
3) Está permitida la reelección.
Cada una de esas diferencias incentiva diversos comportamientos estratégicos en políticos y
ciudadanos. Aunque los datos de elecciones nacionales no permiten confirmar que el sistema de DV
promueve la fragmentación, se puede comprobar lo contrario utilizando los datos a nivel
departamental: el uso del sistema de MR para la elección de intendentes está asociado a una
reducción de la fragmentación. Las elecciones departamentales se realizan 7 meses después que las
elecciones nacionales, votan prácticamente los mismos electores y compiten los mismos partidos,
los comportamientos estratégicos de los electores son claramente esperables, los electores cuentan
con información precisa por el resultado departamental de la elección nacional anterior.
Para verificar que el sistema de MR promueve una reducción de la fragmentación, se desarrolla un
modelo estadístico, en tomar la fragmentación electoral que se produce en cada departamento en la
elección nacional para compararla con la fragmentación que se observa en las correspondientes
elecciones departamentales. De esa forma contamos con 114 observaciones (19 nacionales y 19
departamentales en 1999-2000, 2004-2005 y 2009-2010).
El modelo incluye para indicar la presencia de un intendente que aspira a la reelección,
características de la coyuntura política como particularidades de los departamentos podrían tener
efectos sobre el comportamiento electoral
El NEP departamental promedio en elecciones nacionales es de 2,8 un valor que se aproxima al
tripartidismo, mientras que el NEP promedio de las elecciones departamentales es de 2,3 cifra que
se ubica más próxima a un esquema de competencia bipartidista y la diferencia entre ambos valores
es significativa estadísticamente, confirmando la ley de Duverger para la competencia en las
elecciones departamentales uruguayas: el sistema de elección por MR favorece la concentración
electoral reduciendo el número efectivo de competidores y tendiendo hacia un esquema de
competencia bipartidista.
Parece razonable pensar que ciertas coyunturas tengan impactos relevantes por sí solas; en
particular el ciclo electoral de 2004-05 se produjo luego de la peor crisis económica de la historia del
país y esas elecciones arrojaron niveles récord de volatilidad electoral. En definitiva, más allá de las
reglas existen particularidades locales y coyunturales que inciden en los niveles de fragmentación
electoral, por último, la presencia de intendentes compitiendo por la reelección no genera efectos relevantes
en la fragmentación del sistema de partidos.

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TEXTO 22
SANCHEZ-ANCOCHEA Desigualdad en América Latina

La reducción en la desigualdad del ingreso en América Latina en la última década


Tratar de analizar los cambios en la distribución de la renta en solo una década es siempre complicado ya
que las fuentes utilizadas contienen mucho ruido. Por un lado, el ingreso familiar suele experimentar
cambios coyunturales en distintos momentos del ciclo económico que no se perpetúan en el mediano y
largo plazos. Por otro, las encuestas de hogares que todos los estudios utilizan suelen reflejar en muchos
casos modificaciones ficticias en la distribución dado que no recogen de forma adecuada el ingreso de los
más ricos. Aunque uno debería, por tanto, ser cauteloso en el análisis de los datos, existe una serie de
indicadores que muestran una moderada reducción de la desigualdad en los años dos mil.

Si bien es cierto que la reducción de la desigualdad es en general moderada y, por ello, no conviene formular
conclusiones muy definitivas en torno a estos resultados, hay varios países donde la trayectoria ha sido
bastante llamativa. Los dos con un mejor comportamiento son Argentina y Bolivia, en estos el Gini cayó en
una tasa media anual de más del 2% a partir de 2001. En ambos países, este cambio de tendencia se dio
después de una década de los noventa bastante convulsa en la que reformas neoliberales radicales
afectaron de forma particularmente negativa a los trabajadores con bajos niveles de cualificación.

¿Por qué es América Latina tan desigual?

La reducción en los coeficientes de Gini en los últimos años es indudablemente una gran noticia,
sobre todo porque revierte la tendencia negativa anterior. Para ello, lo más importante es evaluar
si se están dando las condiciones para asegurar la sostenibilidad y la profundización de los logros
recientes. A fin de determinar si esto es así en los distintos países resulta útil considerar las teorías
principales que han tratado de explicar por qué América Latina es una de las regiones más
desiguales del planeta. De cierta manera, la sostenibilidad de las tendencias positivas actuales se
dará si y solo si se revierten los factores negativos del pasado.
La teoría dominante al menos en el mundo anglosajón sobre la alta desigualdad
latinoamericana se remonta al periodo colonial y subraya la existencia de un círculo vicioso entre
desigualdad, desarrollo institucional y naturaleza del proceso político. En dicha explicación, los
impuestos, la educación y otros componentes de la política social juegan un papel predominante.
Para Engerman y Sokoloff (1997), las dotaciones iniciales con las que contaba una buena parte de
América Latina contribuyeron a la consolidación de un modelo de desarrollo excluyente. En México,
parte de América Central y los países andinos, el que hubiera un alto número de indígenas que
había que controlar contribuyó a la creación de sistemas de distribución de la tierra en donde
miembros de la élite española recibían grandes propiedades y el control efectivo sobre un número
elevado de trabajadores. En Brasil y el Caribe, el clima resultó propicio para el cultivo del azúcar que
requería de grandes plantaciones y de un número significativo de trabajadores esclavos.

Tanto Engerman y Sokoloff, como Acemoglu, Johnson y Robinson, tienen una misma explicación
sobre de qué modo se perpetuó la desigualdad política y económica hasta nuestros días. Engerman

resultaron menos democráticas, la inversión en bienes públicos e infraestructura más limitada y las
instituciones que se fueron desarrollando tendieron a crear un acceso [más] asimétrico a las

Norteamérica. Élite que, además, utilizó distintos instrumentos para perpetuar la desigualdad,
incluyendo un gasto en educación concentrado en el nivel universitario, niveles de impuestos muy
bajos y tardío desarrollo de la democracia.

En el siglo XX el gasto en educación aumentó, pero su calidad siguió siendo muy baja y la
relevancia de otros problemas como las fallas en el mercado financiero aumentó. Hay varios
path dependence
lugar, existe cada vez más certidumbre de que América Latina no era en su conjunto más desigual
que otras regiones del mundo desde los siglos XV-XVIII Coatsworth afirma que la aceleración de
la desigualdad se produjo a finales del siglo XIX y principios del XX cuando América Latina se
incorporó a la globalización y se intensificó el proceso de modernización enfocada en el modelo
primario exportador. El aumento en la tasa de retorno de la tierra motivó todo un esfuerzo
gubernamental por reducir el número de pequeñas y medianas propiedades e impulsó la
concentración de la renta y la riqueza en manos de la oligarquía agraria.

La heterogeneidad estructural en la región es significativa no solo entre sectores (la productividad


de los sectores financiero y minero, por ejemplo, suele ser muy superior a la de la agricultura), sino
también al interior de cada uno de ellos. De hecho, gran parte del problema latinoamericano es la
polarización entre unas pocas empresas grandes y un universo de empresas informales y de baja
productividad. Resaltar la importancia de la heterogeneidad estructural en América Latina no
supone negar que haya otros factores que también contribuyan a la inequidad regional. El excesivo
poder de la élite y la falta de políticas públicas redistributivas siguen siendo obstáculos graves.
Nuestro argumento en esta sección es que, aun si se fueran resolviendo estos problemas, la
distribución de la renta no se transformaría de forma radical porque no existirían las bases
materiales para ello, conclusión que es esencial para valorar la sostenibilidad futura de las mejoras
recientes.
¿Por qué disminuye ahora la desigualdad? ¿ Será sostenible esa reducción?
Las publicaciones que han tratado de esclarecer la reducción de la desigualdad en los últimos diez
años son totalmente compatibles con la explicación dominante que discutíamos en la sección
previa. Los trabajos econométricos de panel y los estudios de caso que han sido elaborados colocan
el acento en dos variables fundamentales:

1) La reducción de la brecha salarial entre los trabajadores cualificados y los no cualificados


producto de los aumentos en el nivel de educación, en los salarios mínimos y en los trabajos
no cualificados formales
2) El crecimiento del gasto social gracias, en gran parte, a las transferencias condicionadas

El incremento en el gasto social y la elección de gobiernos de izquierda son también variables


centrales en el análisis que Cornia realiza sobre los determinantes de las mejoras distributivas en la
región. Dicho autor utiliza datos de 18 países para el periodo 1990-2007 a fin de estimar el impacto
estadístico de una serie de variables políticas y económicas sobre el coeficiente de Gini. En su
modelo más completo, las variables dependientes más significativas son el régimen político (tanto
los gobiernos socialdemócratas, como los mal llamados populistas, tienen un efecto positivo sobre
la equidad), la distribución de los años de educación, un tipo de cambio real débil y la evolución del
salario mínimo real y del gasto social como porcentaje del PIB. Este autor considera que los
resultados de su estudio demuestran que en América Latina se está consolidando un modelo
.

Lo que apuntarían estos estudios sobre la desigualdad reciente, por tanto, es que América Latina
podría haber desarrollado un nuevo modelo socioeconómico durante los años dos mil. La transición
a la democracia habría dado lugar ya desde la década de los noventa a un incremento del gasto en
educación primaria y secundaria orientado, especialmente, a los grupos de menores ingresos. Más
recientemente, la consolidación democrática contribuyó a la elección de gobiernos de izquierdas en
buena parte de América Latina que se ocuparon más que en el pasado de los gastos redistributivos.
La democracia ha tenido un efecto positivo incluso en aquellos países como México donde la
izquierda no ha gobernado, pues ha forzado a las diversas administraciones a crear y mantener
políticas orientadas a la población más pobre.

La importancia de estos cambios fue indudable y probablemente positiva. En la región se


introdujeron novedades destacadas en la política social que incorporaron a grupos marginados en
el Estado social por primera vez y, en algunos casos, fomentaron el llamado universalismo básico.
En particular, cuando uno considera a los principales países que formaron parte del movimiento
hacia la izquierda (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela), se pueden
identificar nuevas políticas radicales y socialdemócratas, así como continuidades significativas con
el periodo liberal anterior. Entre las políticas redistributivas más exitosas hay que destacar el
aumento de los salarios mínimos en casi todos los países (con resultados sobre todo llamativos en
Argentina, Brasil y Uruguay), las reformas de los sistemas de salud para establecer un piso mínimo
de derechos para toda la población

La creación de nuevos programas sociales fue posible en parte por la aceleración del crecimiento
económico y el aumento en los ingresos públicos procedentes del boom de las materias primas. En
el periodo 2003- 2008, América Latina experimentó una media década de crecimiento sostenido
que le permitió converger respecto de los países más ricos. De acuerdo con datos del Banco
Mundial, el PIB per cápita regional en dólares en los años dos mil creció a una tasa media anual de
4.1% comparado con el 1.7% de los países de ingreso alto. El estallido de la crisis económica
mundial afectó al crecimiento regional en 2009, pero en los años 2010 y 2011 las economías
latinoamericanas volvieron a expandirse y convergen ahora rápidamente a la media de los países
ricos. Dicho crecimiento se apoyó en mejoras muy significativas de los términos de intercambio de
América del Sur: entre 2003 y 2008 estos se elevaron en un 25.2% en el total latinoamericano con
crecimientos particularmente altos en Chile y Perú (54%) y en Bolivia, Ecuador, Colombia y
Venezuela (95%) (Kacef y López-Monti, 2010).7 Algunos países latinoamericanos se beneficiaron del
aumento en el precio de las materias primas más que en el pasado gracias a políticas más agresivas
de captación de rentas. Quizás el ejemplo más llamativo sea el de Bolivia cuyos impuestos totales a
los hidrocarburos pasaron de menos de 20%, a principios de los dos mil, a más del 80%, después de
que fue más bien una renegociación de contratos.

La falta de políticas explícitas para la promoción del cambio estructural unido al crecimiento
sostenido en el precio de las materias primas en los últimos años generó un proceso de
reprimarización en América del Sur, el peso de las materias primas en las exportaciones totales de
bienes pasó de 41%, en 2000, a 54%, en 2008.

La especialización primario-exportadora generó grandes recursos para impulsar una agenda social
más progresista. Sin embargo, sus efectos directos sobre la distribución primaria de la renta fueron
mucho menos benignos. La producción de recursos naturales es, en general, muy intensiva en
capital con lo que tiene efectos muy limitados sobre la creación de empleos de alta productividad.
Mientras tanto, el aumento de las divisas contribuye a una sobrevaluación de los tipos de cambio (a
través del llamado síndrome holandés) y con ello a un proceso de desindustrialización. Aunque la
región ha hecho un esfuerzo por frenar la sobrevaluación acumulando reservas no ha podido evitar
la caída del sector manufacturero.

Así pues, nos encontramos con un proceso de cambio estructural centrado en el crecimiento de los
recursos naturales, en la caída de las manufacturas en muchos países y en el mantenimiento del
sector servicios como principal empleador. Este proceso contribuyó a reducir la demanda de mano
de obra cualificada y, de esa forma, ayudó a la reducción del diferencial salarial entre trabajadores
cualificados y no cualificados. ¡No es la forma más exitosa de redistribuir ingresos! Además, la
nueva especialización primaria ha contribuido al aumento significativo de las rentas de la tierra con
efectos distributivos muy perniciosos pero no siempre recogidos en las encuestas de hogares.
Conclusión
Existen pocas dudas de que durante los años dos mil una buena parte de los países
latinoamericanos adoptaron políticas más efectivas que en el pasado para aprovecharse del boom
de las materias primas. La región puso en práctica, desde mediados de los noventa, políticas
macroeconómicas cautelosas que ayudaron a responder con medidas anticíclicas a la crisis mundial
de 2008-2009. El aumento del gasto y de la masa monetaria en el momento en que la economía
mundial se ralentizó permitió proteger a los grupos más pobres de la población y mantener los
avances distributivos de los años anteriores.

Gobiernos como el de Argentina, con su impuesto a las exportaciones, o Bolivia y Venezuela, con la
renegociación de contratos con empresas transnacionales, fueron capaces de aumentar sus
ingresos públicos de forma muy significativa y utilizaron muchos de esos recursos para expandir el
gasto social en transferencias y en salud y educación. Aunque existen dudas sobre la eficacia de
algunos de estos esfuerzos parece evidente que las rentas de los recursos naturales se utilizaron de
forma más progresista que en el pasado. Sin duda, estas son noticias muy positivas que no
debemos olvidar ahora que nos encontramos en momentos de crisis económica.

El problema, sin embargo, es que no parece que se hayan dado cambios estructurales de
profundidad en el modelo de acumulación. Todo lo contrario: buena parte de la región
experimentó un proceso de reprimarización y de consolidación de ventajas comparativas
tradicionales. Países como Argentina con la soya, Bolivia con el gas, Chile con el cobre o Venezuela
con el petróleo dependían en 2014 todavía más que hace algunas décadas de la producción de unos
pocos productos que son muy intensivos en capital y crean pocos puestos de trabajo. No debe
sorprender entonces que, ahora que están cayendo los precios de todas las materias primas,
América Latina se encuentre con dificultades para mantener los aumentos en el gasto social y lograr
recuperar la senda del crecimiento. En buena medida, la región ha perdido su motor económico, lo
cual afecta también a otros sectores de la economía como los servicios no transables.

Como queda reflejado en trabajos de Rodrik y de este con Mcmillan sobre el cambio estructural, sin
un sector manufacturero dinámico (junto a la modernización de muchos servicios) es imposible
asegurar un incremento sostenido de puestos de trabajo productivos y con niveles de ingreso.
Fomentar ese cambio estructural es una tarea difícil pero cada vez más urgente en el contexto de
un ambiente internacional poco propicio para los exportadores de materias primas. La región se
encuentra, por tanto, ante el gran reto de construir un modelo más inclusivo en un contexto
económico menos propicio.

A partir del estudio del milagro coreano, el sociólogo estadounidense resaltó la importancia de
crear burocracias weberianas capaces de diseñar proyectos nacionales de desarrollo sin presiones
externas excesivas. Para él, además, era necesario que esas burocracias no estuvieran en una torre
de marfil sino que colaboraran de forma estrecha con los sectores más dinámicos de la élite
económica nacional. Siguiendo este esquema, el primer gran reto para América Latina es el de
mejorar la calidad de la burocracia estatal. Todos los gobiernos deberían invertir más capital
político en llevar a cabo reformas del Estado que conviertan a las burocracias en instituciones
menos politizadas y con un sistema de toma de decisiones más ágil y transparente.

Todavía más difícil que la transformación del Estado es la creación de coaliciones Estado-sociedad
que apoyen una transformación productiva equitativa. Lo más necesario en casi todos los países es
encontrar contrapesos al poder de los grandes terratenientes que no tienen ningún interés en el
cambio estructural, piénsese en el caso argentino y el debate en torno a los impuestos a las
exportaciones. Se necesita, por otra parte, fortalecer una clase de pequeños y medianos
empresarios con deseos de mejorar la productividad de los servicios y de productos
manufacturados concretos y con vinculaciones a los gobiernos de izquierdas. A ellos se deberían
unir parte de los nuevos movimientos sociales que representan a la clase media baja. La creación
de esas coaliciones entre productores dinámicos y movimientos sociales en torno, por ejemplo, a
políticas crediticias o a la protección comercial de sectores específicos debería ser el objetivo de
los gobiernos verdaderamente progresistas pero ha estado hasta ahora demasiado lejos de la
agenda regional. Lamentablemente los cambios políticos recientes en países como Brasil muestran
que avanzar en esa agenda en los próximos años no será nada fácil.
TEXTO 27
YAFFÉ Giro a la izquierda en Uruguay

Analizando los resultados electorales de 1962, Aldo Solad entonó las notas de su célebre "Réquiem
para la izquierda" (1963). Pero el difunto pareció no resignarse a habitar el cajón que se le asignara.
Cuarenta y dos años después la izquierda uruguaya se hizo con el triunfo. El aspecto más
sorprendente de esta historia es que pasada la dictadura, que se propuso, entre otros cometidos,
borrarlo de la política uruguaya, el Frente Amplio (FA) no sólo logró sobrevivir a la dura prueba que
significaron la persecución y ellerrorismo de Estado, sino que, dos décadas después, conquistó el
gobierno nacional con el apoyo de más de la mitad del electorado.

Por tanto, no fue únicamente producto de una situación coyuntural, ni de una campaña electoral
exitosa. La de 2004 lo fue, pero no reside allí la explicación del éxito del FA. En todo caso, esta
campaña consagró un largo proceso. Entonces, mirando más allá de esta campaña, ¿por qué ganó
la izquierda? Pueden reconocerse dos tipos de respuestas a esta pregunta.

1. Por un lado, las que fundan buena parte de la explicación fuera de la política, en la
demografía, la economía, la sociedad, la cultura Mirando del lado de la demanda política,
encuentran en esas dimensiones la explicación del comportamiento de los electores y, por
tanto, los resultados de la competencia política en esa arena.
2. Por otro, las que lo hacen a partir de la propia política, basándose en el análisis de las
variables estructurales e institucionales del sistema político, como marco de la competencia
interpartidaria.

En este sentido, algunas de las principales variables económicas y sociales en el Uruguay


posdictadura, así como la configuración del sistema político, abrieron una ventana de oportunidad
para la izquierda. También plantearon nuevos desafíos. La apertura de esa ventana constituye un
factor necesario pero no suficiente para explicar á triunfo del FA. Para ello debe estudiarse cuál fue
la estrategia de competencia que le permitió superar los obstáculos que se le presentaron y
trasponer esa ventana, para alcanzar la meta. Evidentemente, esto vale para todos los partidos que
compiten. Las condiciones del entorno generan oportunidades y adversidades de diversa magnitud
y signo para cada actor competitivo. Para cada uno de ellos, la estrategia óptima será diferente. El
resultado final depende del grado de eficacia que cada cual logre en la formulación e
implementación de su estrategia maximizadora. En segundo lugar, la capacidad de adaptación y la
estrategia partidaria son, a su vez, resultado de procesos decisorios intrapartidarios.

Los partidos políticos son, ellos mismos, mini-sistemas políticos con actores internos
(líderes y fracciones) que compiten dentro y fuera del partido.

El contexto: desafíos y oportunidades


En el transcurso de los años noventa se produjeron importantes transformaciones en la situación
internacional. Todas ellas tuvieron un fuerte impacto para la izquierda, generando un nuevo
entorno. La crisis y posterior derrumbe de los regímenes comunistas en Europa y la disolución de la
URSS, modificaron radicalmente el orden político internacional. A su vez, golpearon las
convicciones ideológicas de la izquierda en el mundo entero. Para la izquierda latinoamericana, la
desaparición de la URSS y el fortalecimiento de EUA significaron una amenaza y un desafío
desconocidos desde los tiempos de la segunda guerra mundial. En mayor o menor grado, la
presencia del bloque comunista liderado por la URSS había funcionado como un contrapeso frente
a la histórica relación de subordinación de los países latinoamericanos hacia su
desproporcionadamente poderoso vecino del norte. En ese sentido, los márgenes de maniobra
para las políticas "anti-imperialistas" propugnadas hasta entonces, se vieron severamente
recortados.

La crisis del socialismo real tuvo además un evidente impacto ideológico. Buena parte de las
concepciones de la izquierda sobre el capitalismo, el socialismo y la democracia entraban en crisis
junto con los regímenes en los que se había, de una u otra manera, depositado la esperanza en una
sociedad y un camino de desarrollo y de bienestar, alternativos al capitalismo. Había quedado en
evidencia que el socialismo, tal cual había sido llevado a la realidad en los países del bloque
comunista, era contrario a la libertad y ni siquiera había sido capaz de conceder, a cambio, un
elevado bienestar social para todos sus habitantes. También se había evidenciado que la
estatización total de los medios de producción y distribución no era, ni por lejos, más eficiente que
el mercado, desde el punto de vista de la asignación de los recursos y el desempeño de las
economías nacionales. Si socialismo, democracia y desarrollo eran compatibles, por lo menos el
que acababa de caer no era un modelo de referencia para asegurar esa compatibilidad.

Finalmente, algunos procesos como la influencia de las empresas multinacionales, la integración


regional y la conformación de bloques económicos fueron promovidos y fundamentados desde el
renovado impulso ideológico neoliberal, que emergió en los setenta como respuesta a la crisis
capitalista de entonces. Este se fortaleció en los ochenta con la llegada al poder de la "nueva
derecha" en ambas márgenes del Atlántico norte. Catapultado desde los organismos financieros
internacionales, se instaló en Latinoamérica en los noventa, cuando fue adoptado como doctrina
"oficial" y fundamento de las políticas económicas y sociales por la mayor parte de los gobiernos de
esa década. Las reformas estructurales promovidas desde el paradigma neoliberal, aun cuando
avanzaron menos y lo hicieron más gradualmente en Uruguay que en otros países
latinoamericanos, profundizaron el grado de apertura y vulnerabilidad de la economía, así como la
debilidad e impotencia del estado nacional para actuar frente a variables que, por su propia
naturaleza, están fuera de su control.

Los impactos de las reformas plantearon un gran desafío para la izquierda: elementos relevantes de
la realidad para la que se había formulado su programa habían cambiado, y los márgenes de
maniobra de los gobiernos nacionales se habían estrechado mucho frente al peso de los factores
externos. Pero las reformas también contribuyeron a la apertura de oportunidades para el
crecimiento de la izquierda. Por un lado, la reforma del Estado privó a los propios partidos
tradicionales que las impulsaron, de recursos que durante décadas habían asegurado su
continuidad política. La relación con el Estado era consustancial a la supervivencia y al predominio
compartido de ambos partidos. Con la reforma del Estado implementada en los noventa se
autoinfligieron un grave perjuicio.

Por otro lado, las reformas incrementaron el malestar ciudadano hacia los partidos tradicionales
ambientando el trasiego de votos hacia la izquierda. Ello sucedió, básicamente, por dos razones;

1. El discurso y las políticas liberales chocaron contra el arraigado estatismo tradicional de los
uruguayos que los estudios de opinión pública y de cultura política registran
sistemáticamente.
2. La liberalización y apertura de la economía tuvieron impactos sociales (desocupación,
marginación, informatización, desindustrialización) que aumentaron sistemáticamente el
número de disconformes, generando una amplia base social potencialmente opositora a las
reformas y pasible de apoyar a sus críticos.

Sobre estos factores, presentes desde mediados de la década del noventa, se agregaron al
inicio del nuevo siglo los nefastos impactos de la crisis económica desatada en 1999.

RESULTADOS ELECTORALES 1984 2004 (%)

1984 1989 1994 1999 2004


PC 41,2 30,3 32,3 32,8 10,6
PN 35 38,9 31,2 22,3 35,1
FA 21,3 21,2 30,6 40,1 51,7
NE - 9 5,2 4,6 -
Otros 2,5 0,6 0,7 0,2 2,6
100 100 100 100 100

En las elecciones de 1984 y 1989 el FA había consolidado su posición como tercer actor, pero se
había estancado electoralmente. Una parte de ese estancamiento podía quedar explicado por la
escisión que dio origen al NE. Las posibilidades de superarlo y lograr crecer en las siguientes
instancias electorales dependían básicamente de cuatro factores: el desempeño de los gobiernos
de los partidos tradicionales; la suerte del NE como eventual competidor de izquierda; las
posibilidades de los partidos tradicionales de seguir relacionándose en una lógica de gobierno y
oposición que prolongase su alternancia; la distribución ideológica del electorado; y la estrategia
política del FA.

La auto-identificación ideológica de los uruguayos en el período posautoritario evidencia, a


diferencia de su comportamiento electoral, una distribución relativamente estable. Por lo
que debiera desecharse la posibilidad de explicar el cambio del primero por la variación de
la segunda. Hasta la elección de 1999 quienes se autodefinían de izquierda eran una minoría
cercana, pero menor, al tercio, mientras que tanto el centro como la derecha oscilaban por
arriba del tercio.
La experiencia de los gobiernos interpartidarios se continuó después de la dictadura cívico-militar
en forma cada vez más explícita. Se inició entonces un proceso de convergencia entre blancos y
colorados que desdibujó crecientemente sus identidades tradicionales y con ello socavó el
potencial opositor de cada uno de ellos, en particular de los blancos que, a través de algunas de sus
fracciones o en conjunto, prestaron su colaboración a 4 de los 5 gobiernos electos entre 1971 y
1999. El sistema político uruguayo sorteó de esta forma la "difícil combinación" entre
presidencialismo y multipartidismo

La estrategia óptima para la izquierda: teoría y práctica


El desgaste de los partidos tradicionales cogobemantes, en el contexto de la configuración bipolar
del sistema político, y el crecimiento de los perdedores de las reformas liberales, abrieron una
ventana para la izquierda. La crisis económica iniciada en 1999 actuó como un elemento catalizador
de los factores estructurales. Amplió aun más las oportunidades para la izquierda, pero-, también,
el riesgo de una deriva de la crisis "a la argentina", planteó un escenario muy delicado, que la obligó
a afinar muy cuidadosamente la forma de ejercer la oposición.

El mayor desafío del FA residía en diseñar una estrategia que fuese capaz de alcanzar dos
objetivos que eran potencialmente contradictorios: captar el descontento creciente con los
gobiernos de los partidos tradicionales y, al mismo tiempo, conquistar la adhesión de los electores
ubicados en el centro del continuo izquierda-derecha, allí donde se producía la mayor
concentración de la distribución ideológica de los ciudadanos. Mediante el ejercicio de la oposición
a las reformas liberales y la crítica a los partidos tradicionales gobernantes, podía capitalizar para sí
el descontento ciudadano con los gobernantes de turno. Pero si esta oposición antiliberal
radicalizaba al FA hacia el extremo izquierdo del sistema político, no era posible alcanzar el segundo
objetivo. Para ello, era necesario emprender la moderación ideológica y programática.

Oposición, moderación y alianzas eran, pues, los tres requisitos de una estrategia óptima para que
el FA aprovechase la posibilidad que se fue configurando en el entorno. Por ello, la estrategia
óptima sería aquella que lograse combinar acertadamente los tres componentes: la oposición, la
moderación y la ampliación de las alianzas.

Estrategia implementada por el Frente Amplio

1. En primer lugar, ejerció una oposición, sin pausa pero flexible, por momentos radical y por
momentos moderada, frente a los gobiernos de los partidos tradicionales y en particular
frente a las reformas liberales promovidas e implementadas por ellos.
2. En segundo lugar, se produjo un importante proceso de moderación ideológica y
programática.
3. Y en tercer lugar, desplegó y concretó una política de alianzas que le permitió ampliar las
fronteras de la izquierda, incorporando, en sucesivos círculos concéntricos nuevos socios
ubicados más hacia el centro que el propio FA.

Esta estrategia respondió adecuadamente a los desafíos y las oportunidades del entorno que
hemos analizado en el apartado anterior, y es un factor sin el cual no puede explicarse el
acercamiento progresivo y el acceso final de la izquierda al gobierno nacional. El ejercicio de una
oposición dura a las reformas liberales le permitió captar y canalizar políticamente el descontento
de esa parte creciente de la ciudadanía que, disconforme con los resultados de su gestión o
abiertamente perjudicada por ella, fue distanciándose de los partidos tradicionales, gobernantes
coaligados en distintos grados de compromiso durante la mayor parte del período. En segundo
lugar, el corrimiento hacia el centro, desde una propuesta de transformaciones radicales,
"antioligárquicas" y "antiimperialistas", a una de moderadas reformas "progresistas", tuvo por lo
menos tres efectos funcionales al proceso de adaptación partidiaria y formulación de una estrategia
óptima: permitió adaptar las ideas y el programa en concordancia con los cambios producidos en la
economía, la sociedad y la situación internacional y regional; facilitó el acercamiento a potenciales
socios de centroizquierda; amplió la capacidad del FA para ganar la adhesión del electorado de
centro, donde, como hemos visto, se concentraba la mayor parte de los ciudadanos 3 . En tercer
lugar, la concreción de la política de ampliación de alianzas tuvo por lo menos dos efectos
convergentes hacia la optimización de la estrategia: la creación del EP en 1994 facilitó la
moderación programática que había encontrado dificultades para avanzar en el seno del propio FA;
la alianza con el NE en el marco de la NM incorporó como socio al principal competidor en el
espacio de centroizquierda. Estas alianzas fueron, por tanto, doblemente funcionales para la
captación del electorado de centro.

Competencia intrapartidaria: ¿vicio o virtud?


La definición e implementación de esa estrategia fue el resultado de un proceso de debate y opción entre
diversas alternativas planteadas dentro de la izquierda a lo largo del período posautoritario. En el mismo
período, el FA experimentó un importante proceso de institucionalización partidaria, que rigidizó su
estructura y sus procedimientos decisorios.

A lo largo de su historia, han existido algo más de 12 fracciones en el seno del FA. El peso relativo de las
fracciones muestra una gran variabilidad, por lo que sus posiciones se alteran permanentemente, al punto
que ninguna alcanzó el primer lugar en dos elecciones consecutivas. Por otra parte, nunca una fracción
alcanzó la mayoría absoluta de los votos del FA.

Desde los primeros años noventa -tras la crisis del socialismo real, el inicio del impulso neoliberal doméstico
y de la integración regional, y el inicio de la primera experiencia gubernamental de la izquierda en la IMM-
algunos actores internos comenzaron a reclamar la necesidad de adaptar las ideas y el programa de la
izquierda ante las nuevas circunstancias nacionales, regionales e internacionales. Los mismos actores
asumieron los desafíos emergentes del entorno electoral: para crecer había que hacerlo hacia una porción
del electorado que se concentraba en el centro, hacia la derecha del FA, y para ello había que moderar el
programa y desarrollar una política de alianzas orientada a la construcción, a partir del FA, de una
"macrocoalición" más amplia. Esta fue la estrategia que Tabaré Vázquez comenzó a impulsar desde muy
poco tiempo después de haber comenzado su ejercicio como gobernante municipal en febrero de 1990. En
ambos postulados (la necesidad de la moderación y de la construcción de una alianza más amplia), los
renovadores chocaron con resistencias internas que lograron bloquearlos. En aquel momento, tanto Líber
Seregni como Danilo Astori se opusieron a la estrategia propugnada por Vázquez, en particular a su política
de ampliación de alianzas a la que consideraron, bajo acusaciones de "posfrentismo", como un intento por
terminar con el FA para dar lugar a otra formulación político-partidaria.

El liderazgo de Vázquez convivía aún con otros que lo desafiarían por varios años más. La derrota de la
izquierda a manos del PC en las elecciones de 1994, la introducción del balotaje para las elecciones de 1999,
y la nueva derrota de la izquierda a manos de la alianza entre blancos y colorados, profundizaron la
convicción de los renovadores acerca de la necesidad de insistir en la línea de moderar y ampliar mientras se
ejercitaba la oposición. La maximización electoral que la estrategia adoptada producía (duplicando la
votación entre 1989 y 1999) aún no era suficiente para lograr el objetivo principal.

La consolidación del liderazgo de Vázquez aun debía salvar dos desafíos internos. Y lo hizo
consecutivamente, dilucidando los pleitos en instancias cruciales. En primer lugar, Seregni había dado un
doble paso al costado a favor de Vázquez, al apoyar su candidatura presidencial en 1994. Pero mantenía en
sus manos la Presidencia del FA, con un espacio de poder interno muy importante. Vázquez, de alguna
forma, lo compensaba desde la Presidencia del EP, pero Seregni seguía ejerciendo un fuerte liderazgo, y era
secundado por Astori, el otro desafiante de Vázquez, que mantenía posiciones siempre coincidentes con
Seregni, configurando un juego de dos contra uno. En 1996, el rechazo del FA a la reforma constitucional que
Seregni había negociado personalmente con los líderes del PC y el PN, fue el episodio decisivo en la
dilucidación de esta tensión, culminando con su renuncia a la presidencia del FA en febrero de ese año y la
designación de Vázquez por parte del congreso reunido en diciembre. El debate en tomo a la reforma
constitucional también fue el escenario de la primera confrontación fuerte entre Vázquez y Astori. Este se
alineó con Seregni, y apoyó públicamente la reforma, confrontando con firmeza la posición de Vázquez. Los
roles comenzaban a cambiar. Vázquez aparecía como el duro, agregando a los apoyos que ya tenía (de los
"moderados" renovadores), el de los grupos "radicales", aun - cuando estos eran reacios a la renovación
programática. Por eso se habían cobijado en quien, hasta entonces, mejor había encarnado el "frentismo"
ante los embates del "progresismo", el líder de AU (Astori).

El último episodio importante en esta confrontación estuvo dado por el plebiscito en torno a la derogación o
mantención de la Ley de ANCAP, en diciembre de 2003. Este fue el momento final no sólo de la larga puja
entre ambos líderes, sino también de los frecuentes desencuentros que se produjeron particularmente
durante la administración encabezada por Jorge Baffle. Una vez más, Vázquez era el duro, opositor
intransigente a los gobiernos de coalición enfrentado al resto del espectro político nacional, mientras que
Astori aparecía en verdad lo era como el vocero de la parte de la izquierda que ejercía más
moderadamente la oposición, manteniendo capacidad de diálogo y negociación, y propensión al
entendimiento.

El posicionamiento más centrista de Danilo Astori entre 1995 y 2003, lo transformó en una pieza clave de
la estrategia del "progresismo" para las elecciones de 2004. Para entonces, Astori se había vuelto una figura
decisiva para captar la parte del electorado de centro en disputa con los partidos tradicionales, en el que
Vázquez, opositor tenaz y confrontativo, generaba desconfianza e incertidumbre. Una vez más, Vázquez
demostró una gran intuición e inteligencia política: la rápida reconciliación con Astori, tras vencerlo, otra vez,
en el pleito en torno al plebiscito de ANCAP, y su temprana nominación como eventual ministro de
Economía fue una decisiva jugada de Vázquez en el inicio de la campaña electoral en que, finalmente,
obtendría el triunfo.
Conclusión
En el Uruguay posautoritario se configuró una oportunidad para la izquierda. La reestructura económica y
social operada durante la dictadura, y profundizada, por efecto de las reformas liberales implementadas por
los gobiernos democráticos, aumentaron el número de perdedores y, por tanto, de ciudadanos disconformes
con los partidos gobernantes. Por otra parte, los dos partidos tradicionales tendieron a converger ideológica
y políticamente para enfrentar a la izquierda que los desafiaba. Se privaron así de su potencial opositor. En el
campo de la izquierda no logró consolidarse ningún actor que le disputara al FA el predominio en esa zona
del espectro político ideológico. Quedó así dueño de la izquierda y del espacio opositor, en inmejorables
condiciones para captar el creciente descontento ciudadano con los partidos coaligados en el gobierno.

Ese contexto planteaba también desafíos que el FA debía resolver para poder aprovechar la oportunidad que
se le presentaba. En el plano internacional y en la situación nacional, la realidad se había transformado
mucho respecto a aquella que había dado origen al programa original del FA. Para que sus propuestas
resultaran creíbles y responsables, la izquierda debía adaptar sus ideas y sus programas en concordancia con
los cambios que se profundizaban en los noventa, al impulso de la globalización, la integración regional y las
reformas liberales. Por otra parte, la distribución ideológica del electorado mostraba una fuerte
concentración en el centro. Por tanto, no bastaba con captar el descontento con el gobierno, había que
lograr penetrar allí donde se concentraba la mayor parte del electorado, para disputárselo a los partidos
tradicionales que seguían siendo más eficaces en la captación electoral de esa zona de la ciudadanía.

En resumen, las condiciones contextuales propicias para el crecimiento de un partido son necesarias pero no
suficientes. Sin una estrategia óptima, y sin una adaptación a los cambios del contexto, ese partido no
logrará aprovechar plenamente las oportunidades que se configuren en el entorno económico-social y en la
estructura de la competencia política. Los factores que finalmente permiten superar o aprovechar las
dificultades o las facilidades, desde el punto de vista de la producción del resultado óptimo, en términos de
adaptación y formulación estratégica, son: el liderazgo y la competencia interfraccional. La emergencia de un
liderazgo renovador capaz de constituir una coalición interna que supere las resistencias al cambio, asegure
la retención del electorado "duro" e implemente una estrategia maximizadora óptima es una clave
fundamental de las posibilidades del partido para ampliar su electorado y disputar el gobierno.

Esta conclusión se deriva de la experiencia del FA, que ha sido objeto de este artículo, pero tiene validez
general. Por ello, bien puede servir para delinear el proceso de adaptación y reformulación de estrategias
que blancos y colorados deberán emprender ante la situación completamente nueva en que se inscribe su
acción política desde la culminación del ciclo electoral 2004-2005. Al menos, ello es válido si, como es lógico
pensar, se proponen recuperar, tan pronto como sea posible, el gobierno que el FA les acaba de arrebatar.

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