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ACTO ADMINISTRATIVO

Elementos

Un acto es válido únicamente cuando concurren los elementos esenciales fijados


por las normas jurídicas que los crean y dan lugar a su existencia. Nuestro
ordenamiento identifica cinco elementos o requisitos de validez del acto
administrativo:

● Competencia

● Objeto o contenido

● Finalidad pública

● Motivación

● Procedimiento regular

2.1. Competencia

El acto administrativo debe ser emitido por el órgano facultado en razón de la


materia, territorio, grado, tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente
nominada al momento del dictado y en caso de órganos colegiados. Asimismo, debe
cumplir los requisitos de sesión, el cuórum y la deliberación indispensables para su
emisión.

Se debe entender la competencia como sinónimo de capacidad. La sustentación de


ello la da Santofimio, al señalar que la competencia es una aptitud que recibe la
administración del ordenamiento normativo y que le sirve para manifestar y ejecutar
válidamente su voluntad (1994, p. 71).

Acosta identifica dos factores para identificar la competencia de un órgano para


emitir un acto administrativo: (i) la potestad atribuida al órgano u organismo a cargo
de la función administrativa y (ii) el régimen de la persona o conjunto de personas
que revestidos de funciones administrativas, representan al órgano u organismo
titular de la competencia.(2013, p. 1).

2.2. Objeto o contenido

Los actos administrativos deben expresar su respectivo objeto, de tal modo que
pueda determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su contenido se
ajustará a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, por eso deben ser lícitos,
precisos, posible física y jurídicamente, y comprender las cuestiones surgidas de la
motivación.

De acuerdo con el artículo 5 de la Ley 27444, el objeto o contenido del acto


administrativo es aquello que decide, declara o certifica la autoridad. En esa línea,
en ningún caso será admisible un objeto o contenido prohibido por el orden
normativo, ni incompatible con la situación de hecho prevista en las normas; ni
impreciso, obscuro o imposible de realizar.
El contenido debe comprender todas las cuestiones de hecho y derecho planteadas
por los administrados, por lo que debe involucrar otras no propuestas por estos que
hayan sido apreciadas de oficio, siempre que la autoridad administrativa les otorgue
un plazo no menor a cinco (5) días para que expongan su posición y, en su caso,
aporten las pruebas que consideren pertinentes.

2.3. Finalidad pública

La finalidad pública en la Ley 27444, según Ulloa, busca responder la pregunta


¿qué propósito persigue el funcionario que representa a la entidad al dictar un acto
administrativo? En palabras de dicho autor, la ley «nos explica que el objetivo del
funcionario no es otro que salvaguardar el interés público proscribiendo cualquier
interés personal ya sea en beneficio propio o de un tercero” (2015, p. 91).

Es decir, la finalidad es pública, está estrechamente relacionada con el interés


público. Todo acto administrativo es válido mientras sea de interés público.

Por su parte, Acosta (2013, p. 3) identifica algunas maneras mediante las cuales
puede violarse la finalidad pública de un acto administrativo:

A. Perseguir una finalidad personal de funcionario.


B. Perseguir una finalidad distinta en favor de la Administración, pero no
sustentada por ley.
C. Perseguir cualquier finalidad en favor de un tercero (particular, otro
funcionario o grupo de poder).

2.4. Motivación

El concepto de actos administrativos observa que estos deben estar debidamente


motivados en proporción al contenido y conforme con el ordenamiento jurídico.
Acosta señala que “la motivación es la declaración de las circunstancias de hecho y
de derecho que han inducido a la emisión del acto. Está contenida dentro de lo que
usualmente se denominan considerandos” (2013, pp. 3-4).

De acuerdo con el artículo 6 de la Ley 27444, la motivación debe ser expresa,


mediante una relación concreta y directa de los hechos probados relevantes del
caso específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas que con
referencia directa a los anteriores justifican el acto adoptado. Entonces, la
motivación es la fundamentación, las razones, motivos que contiene un acto
administrativo. Además, permite interpretar claramente las razones de la autoridad
administrativa para emitir un acto y es, a su vez, una garantía para el administrado.

No es admisible como motivación la exposición de fórmulas generales o vacías de


fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto.

¿Qué sucede si la autoridad administrativa incumple con motivar adecuadamente un


acto administrativo? Morón señala que “la consecuencia sobre los actos es la
nulidad (cuando se omita la motivación o ella revele contravención legal o
normativa) o la necesidad de dictar un nuevo acto para enmendarlo (en caso de
motivación incongruente, imprecisa, insuficiente o parcial). Adicionalmente, la
infracción del deber de motivación conlleva la responsabilidad administrativa para el
autor del acto” (2019b, p. 244).

2.5. Procedimiento regular

El procedimiento regular, en palabras de Morón, implica que “una vez regulado un


procedimiento para la producción de determinado acto administrativo, cualquier
modificación a ese acto, aun cuando no esté regulado explícitamente así, debe
seguir las mismas formalidades prescritas para su constitución (paralelismo de
formas procedimentales)” (2019b, p. 223).

En ese sentido, Ulloa identifica dos clases de vicios del procedimiento regular: “[…]
los esenciales y los no esenciales. Si se produce un vicio trascendente en el
procedimiento; entonces el acto administrativo será pasible de nulidad; más, si el
defecto producido no es esencial, estaremos ante un caso de conservación del acto
administrativo” (2019, p. 95).

Principios rectores

Algunos puntos que caracterizan a los principios jurídicos y, por ende, a los
principios rectores del procedimiento administrativo son los que a continuación se
mencionan:

1. Ejecutividad: La ejecutividad es la idoneidad del Acto Administrativo para


obtener la finalidad para la cual fue dictado. La ejecutividad está conformada
por la condición particular de dichos actos cuya efectividad involucra
actuaciones y operaciones materiales a ser cumplidos por el propio órgano
que lo dictó o por cualquier otro órgano.

2. Ejecutoriedad: Lo importante de la ejecutoriedad es que la gestión puede


obtener el cumplimiento del ordenado todavía en oposición a la voluntad del
administrado y sin necesidad de recurrir a los órganos jurisdiccionales, de la
misma forma que lo instituye la Ley de Procedimiento Administrativo General.

3. Impugnabilidad: Los Actos Administrativos, en inicio, son propensos de ser


impugnados, sea administrativamente por medio de los recursos
administrativos existentes si es existente esa vía; y/o judicialmente, por medio
del proceso contencioso administrativo, nombrado previamente impugnación
de acto o resolución administrativa como figuraba en nuestro Código
Procesal Civil.

4. Irrevocabilidad: En inicio, los actos administrativos son irrevocables una vez


emitidos por la autoridad a la que le competa el asunto y en el supuesto de
que favorezcan al administrado. Debido a lo cual, los actos administrativos
declarativos de derechos o intereses legítimos no tienen la posibilidad de ser
revocados, modificados o sustituidos, de oficio.

5. Discrecionalidad limitada: La Ley consagra la vida de discrecionalidad


administrativa de forma restrictiva, permitiendo que, por disposición legal o
reglamentaria, logre dejarse varias medidas o providencias a juicio de la
autoridad competente.

En conclusión, los principios rectores del método administrativo son las hipótesis de
actuación de la Gestión Pública; se conciben y se regulan en el ordenamiento
jurídico como valores inamovibles producto de una compleja evolución de las ideas
en el campo social, político y jurídico de nuestra cultura occidental. Es el habitante,
titular de derechos y deberes, el que constituye el eje cerca de la cual gira el
Derecho Administrativo, de allí que sus instituciones como el método administrativo
y los principios rectores que lo sustentan, aparecen como las garantías ineludibles
de custodia de el individuo, dentro de un Estado social y democrático de derecho
cuya funcionalidad es servir de equilibrio en medio de las necesidades particulares y
los intereses colectivos.
Bibliografía

Santofimio, J. O. (1994). Acto administrativo: Procedimiento, eficacia y validez.


2.a ed. México D. F.: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México.

http://ru.juridicas.unam.mx/xmlui/handle/123456789/9941

Acosta Olivo, C. A. (2013). Análisis de los requisitos de validez del acto


administrativo y los principales vicios que lo afectan. Actualidad
Gubernamental, (54).

https://nanopdf.com/download/analisis-de-los-requisitos-de-validez-del-acto-
administrativo-y-los_pdf

Morón Urbina, J. C. (2019a). Comentarios a la Ley del Procedimiento


Administrativo General. Nuevo Texto Único Ordenado de la Ley 27444. 14.a ed.
Lima: Gaceta Jurídica.

http://www.minedu.gob.pe/transparencia/2021/pdf/TUO_27444-PROCED_AD
MINISTRA-Final.pdf

Ulloa Ibáñez, Á. (2015). El acto administrativo y sus elementos constitutivos:


Estudio sobre la piedra angular del derecho administrativo. Revista del Foro,
(102), 78-97.

https://vlex.com.pe/vid/acto-administrativo-elementos-constitutivos-7724657
29
Pesci Flavia, (2014). Procedimiento administrativo y contencioso
administrativo - Los principios rectores del procedimiento administrativo, pp.
9-43.

http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/texto/REDAV/14/REDAV_201
8_14_259-300.pdf

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