Está en la página 1de 12

EL ACTO

ADMINISTRATIVO Y SUS
ELEMENTOS.
UNIDAD 2

Edgar alonso romero paz


Código: 220349956
Materia: teoría del acto administrativo
Semestre: tercero
CENTRO UNIVERSITARIO DE LA COSTA UDG
2.1 Modalidades del acto administrativo. Motivo y finalidad
El acto administrativo es un acto realizado por la Administración Pública y tiende a
producir un efecto de derecho, en forma unilateral y ejecutiva, para el
cumplimiento de los fines del Estado contenidos en la legislación administrativa.
En todo acto administrativo concurren determinados elementos o conjunto de
circunstancias exigidas por la ley, de los cuales depende su validez, eficacia y
proyección administrativa y así pueda producir sus efectos. Estos actos crean,
modifican o extinguen una situación jurídica.

La doctrina Administrativa clasifica a los elementos del acto administrativo en:

 Sujeto
 Voluntad
 Objeto
 Motivo
 Fin
 Forma

El Sujeto. - el acto administrativo emana de una autoridad administrativa y la


autoridad o sujeto de la administración pública es la persona revestida de mando,
su carácter o representación emana de ser titular del órgano del Estado y tiene
facultad de decisión Por extensión de la palabra autoridad, se debe considerar que
el acto administrativo emana de la autoridad pública, esto supone que deriva de un
ente público y dentro de este, el acto emana del órgano competente para ello y por
último el titular del órgano, el cual debe tener la aptitud para actuar en relación con
dicho órgano y en relación con los interesados. Por tal motivo el sujeto en el acto
administrativo en sentido restringido se habla de un sujeto activo y otro pasivo; el
primero es el órgano competente del Estado que produce el acto mediante la
emisión de la declaración unilateral de voluntad con efectos jurídicos subjetivos; el
papel de sujeto pasivo corresponde al particular a quien afecta el acto
jurídicamente.
El objeto. - es la sustancia que lo determina, es decir aquello que el acto decide,
certifica, opina, dispone o permite.

El objeto. - en el acto administrativo en sentido restringido, consiste en lo que el


sujeto activo del mismo “decide, certifica u opina”, y debe ser lícito, cierto,
determinado, física y jurídicamente posible, razonable y moral.

El doctor Luis Humberto Delgadillo Gutiérrez afirma que el objeto, se identifica


como la materia o contenido del acto, el cual, de acuerdo al derecho común, debe
ser cierto y jurídicamente posible, es decir, que la materia a que se refiere el acto
será real y pueda ser objeto de la actuación de la administración, de acuerdo a la
ley.

Algunos ejemplos del elemento objeto serían el nombramiento de un funcionario,


el otorgamiento de una concesión o una declaración de expropiación.

La voluntad. - Facultad de decidir y ordenar la propia conducta. (Diccionario de la


Real Academia Española).

La voluntad. - Es uno de los elementos esenciales del acto administrativo. Para


saber cuál es el órgano que debe expresar la voluntad del estado en la realización
de un acto administrativo, hay que observar lo que disponen las leyes, ellas
clasifican a los órganos y les fijan las materias que deben atender.

En el acto administrativo la voluntad está referida al sujeto activo, o sea, al órgano


emisor; no puede ser tácita y debe declararse en forma expresa en los términos
previstos por la norma jurídica aplicable, a efecto de que el sujeto pasivo quede
debidamente enterado y, por tanto, en condiciones de cumplir con las obligaciones
que el acto le impone y de ejercer los derechos que le confiere.

Para el doctor Miguel Acosta Romero, la voluntad del sujeto activo debe ser
espontánea y libre; figurar dentro de las facultades el órgano; no ha de estar
viciada por error, dolo, violencia u otra causa; y debe expresarse en los términos
previstos en la ley.
El motivo. - El motivo o la motivación del acto administrativo es el antecedente de
hecho o de derecho que provoca y funda su realización. Siempre hay razones que
deciden a la administración pública a emitir un acto administrativo determinado.

La motivación o fundamentación de una resolución administrativa, llamado por


algunos autores la causa que la origina, constituye por lo tanto una garantía para
el particular afectado.

Art. 16 Constitucional: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia,


domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento.”

En materia administrativa nos encontramos que cuando la autoridad (sujeto activo)


dicta una resolución (manifestación de la voluntad) debe exponer los motivos que
ha tenido, a fin de que el gobernado (sujeto pasivo) esté en posibilidad de conocer
las razones, causas y fundamentos de dicha resolución.

La finalidad. - En todo acto administrativo hay siempre un fin último, que es el


resultado que la administración obtiene, útil y convenientemente, para el interés
general. Un acto administrativo no debe ser desviado de sus fines, ya que
rompería con el principio de legalidad de un país que expide normas para realizar
determinados propósitos sociales. José María Boquera Oliver explica: “El fin, como
elemento del acto administrativo, es aquello que pretende la voluntad del titular de
poder administrativo con los efectos jurídicos que unilateralmente crea e impone.”
La doctrina señala que el fin debe ser de interés general o público, estar apegado
a la ley, figurar dentro de la competencia del sujeto activo y tratar de alcanzarse
mediante actos establecidos en la ley.

La forma. - En cuanto a la forma de la declaración está constituida por las externas


para la validez de un acto jurídico. Son los elementos externos que integran el
acto administrativo o modos de determinar y manifestarse externamente la
voluntad pública. Se ha distinguido entre formalidad y forma en derecho
administrativo, la formalidad son los requisitos legales para que el acto se
manifieste. La forma es la parte de la formalidad y se refiere estrictamente al modo
como debe acreditarse la voluntad administrativa que origina el acto.

Pallares dice: “Forma es el modo de ser exterior del acto procesal que nos permite
percibirlo por medio de los sentidos, por tanto, equivale a la configuración externa
del acto”. Ejemplo: Cuando la ley establece que los actos se deben dar en forma
escrita en castellano y que las fechas y cantidades se expresen con letras y no
con números. En el desarrollo del procedimiento administrativo las leyes prevén el
cumplimiento de ciertas formalidades, mismas que culminan con el acto definitivo,
consistente éste en la decisión administrativa o acto administrativo. Por tal motivo,
se exigen determinadas formalidades, tales como órdenes escritas para los actos
administrativos consistentes en notificaciones, publicaciones y expresiones que se
requieren para que un acto sea válido. Otros casos se refieren a la publicación en
el Diario Oficial de un reglamento o la notificación personal de un acto
administrativo que afecta al particular. El artículo 16 constitucional alude al
mandamiento escrito como una formalidad administrativa. La forma en el derecho
administrativo tiene normalmente el carácter de una solemnidad necesaria no sólo
para la prueba sino principalmente para la existencia del acto y es que en esta
última rama del derecho el elemento formal constituye una garantía automática de
la regularidad de la actuación administrativa.

2.2 Requisitos constitucionales del acto administrativo


FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN, CONCEPTO DE.

La garantía de legalidad consagrada en el artículo 16 de nuestra carta magna,


establece que todo acto de autoridad precisa encontrarse debidamente fundado y
motivado, entendiéndose por lo primero la obligación de la autoridad que lo emite,
para citar los preceptos legales, sustantivos y adjetivos, en que se apoye la
determinación adoptada; y por lo segundo, que exprese una serie de
razonamientos lógico- jurídicos sobre el por qué considero que el caso concreto se
ajusta a la hipótesis normativa.

FUNDAMENTACION Y MOTIVACION. DEBEN CONSTAR EN EL CUERPO DE


LA RESOLUCION Y NO EN DOCUMENTO DISTINTO.
Las autoridades responsables no cumplen con la obligación constitucional de
fundar y motivar debidamente las resoluciones que pronuncian, expresando las
razones de hecho y las consideraciones legales en que se apoyan, cuando éstas
aparecen en documento distinto.

MOTIVACION, CONCEPTO DE.-

La motivación exigida por el artículo 16 constitucional consiste en el razonamiento,


contenido en el texto mismo del acto autoritario de molestia, según el cual quien lo
emite llega a la conclusión de que el acto concreto al cual se dirige se ajusta
exactamente a las prevenciones de determinados preceptos legales. Es decir,
motivar un acto es externar las consideraciones relativa a las circunstancias de
hecho que se formula la autoridad para establecer la adecuación del caso
concreto a la hipótesis legal.

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. SU DISTINCIÓN ENTRE SU FALTA Y


CUANDO ES INDEBIDA.

Debe distinguirse entre la falta y la indebida fundamentación y motivación; toda


vez que por lo primero se entiende la ausencia total de la cita de la norma en que
se apoya una resolución y de las circunstancias especiales o razones particulares
que se tuvieron en cuenta para su emisión; mientras que la diversa hipótesis se
actualiza cuando en la sentencia o acto se citan preceptos legales, pero no son
aplicables al caso concreto y se exponen las razones que la autoridad tuvo para
dictar la resolución, pero no corresponden al caso específico, objeto de decisión, o
bien, cuando no existe adecuación entre los motivos invocados en el acto de
autoridad y las normas aplicables a éste.

ACTOS DE MOLESTIA. REQUISITOS MÍNIMOS QUE DEBEN REVESTIR PARA


QUE SEAN CONSTITUCIONALES.

De lo dispuesto en el artículo 16 de la Constitución Federal se desprende que la


emisión de todo acto de molestia precisa de la concurrencia indispensable de tres
requisitos mínimos, a saber:
1) que se exprese por escrito y contenga la firma original o autógrafa del
respectivo funcionario;

2) que provenga de autoridad competente; y,

3) que en los documentos escritos en los que se exprese, se funde y motive la


causa legal del procedimiento.

Cabe señalar que la primera de estas exigencias tiene como propósito evidente
que pueda haber certeza sobre la existencia del acto de molestia y para que el
afectado pueda conocer con precisión de cuál autoridad proviene, así como su
contenido y sus consecuencias. Asimismo, que el acto de autoridad provenga de
una autoridad competente significa que la emisora esté habilitada constitucional o
legalmente y tenga dentro de sus atribuciones la facultad de emitirlo.

Y la exigencia de fundamentación es entendida como el deber que tiene la


autoridad de expresar, en el mandamiento escrito, los preceptos legales que
regulen el hecho y las consecuencias jurídicas que pretenda imponer el acto de
autoridad, presupuesto que tiene su origen en el principio de legalidad que en su
aspecto imperativo consiste en que las autoridades sólo pueden hacer lo que la
ley les permite; mientras que la exigencia de motivación se traduce en la expresión
de las razones por las cuales la autoridad considera que los hechos en que basa
su proceder se encuentran probados y son precisamente los previstos en la
disposición legal que afirma aplicar. Presupuestos, el de la fundamentación y el de
la motivación, que deben coexistir y se suponen mutuamente, pues no es posible
citar disposiciones legales sin relacionarlas con los hechos de que se trate, ni
exponer razones sobre hechos que carezcan de relevancia para dichas
disposiciones.

Esta correlación entre los fundamentos jurídicos y los motivos de hecho supone
necesariamente un razonamiento de la autoridad para demostrar la aplicabilidad
de los preceptos legales invocados a los hechos de que se trate, lo que en
realidad implica la fundamentación y motivación de la causa legal del
procedimiento.
2.3 Efectos del acto administrativo
Para que el acto administrativo pueda producir todos sus efectos es necesario que
reúna los siguientes elementos:

Legalidad.

Validez. (Calidad del acto jurídico que no se haya afectado por vicio alguno y por
tanto es idóneo para surtir sus efectos)

Eficacia. (Capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera cuando ningún


obstáculo se opone al despliegue de sus efectos y por tanto a su ejecución.

Dichos elementos se dan a través del procedimiento administrativo. El acto


administrativo surte sus efectos a partir de su expedición, siempre que no
contenga alguna determinación que lo dilate, lo posponga o suspenda, tales como,
su publicación, notificación o requerir de la aprobación del superior. En estos
casos el acto administrativo no debe producir sus efectos sino hasta que alcance
su perfección jurídica y eficacia. El efecto es la consecuencia, el resultado, la
reacción de un hecho o una conducta legalmente regulada y subordinada a su
finalidad.

El acto administrativo entra en vigor desde que se emite por la autoridad


administrativa o en el plazo que señala la ley, pero si este acto afecta intereses
particulares, el acto debe ser notificado al perjudicado y es a partir de este
momento cuando el acto es oponible al cumplirse con los requisitos legales y es
válido en tanto que no se declare legalmente su invalidez.

Los efectos del acto administrativo: Derechos personales e intransferibles y


obligatorios: El acto administrativo es perfecto, por su propia naturaleza, produce
determinados efectos jurídicos cuya importancia cada día es creciente, debido a
que el estado moderno ha ampliado considerablemente el campo de su acción.
El efecto más importante del acto administrativo relacionado con los particulares
es que los derechos y obligaciones que engendra tienen un carácter personal e
intransmisible.

2.4 El acto administrativo como creación de derechos


El acto administrativo en tanto declaración unilateral de voluntad de una autoridad
puede crear, modificar, trasmitir, reconocer, registrar, o extinguir derechos y
transmitir obligaciones, es de carácter subjetivo y están referidos a casos
concretos
Derechos personales
Se hace referencia a aquellas facultades que por el orden jurídico y precisamente
en reconocimiento de su propia personalidad,
Ejemplo; Autorización para pescar, autorización para tala de árboles, autorización
de portar armas (derechos personales),.Los derechos reales Se definen como
aquellos derechos que atribuyen a una persona, natural o jurídica, una facultad
inmediata de dominación más o menos plena sobre una cosa, Ejemplo;
Expropiación, la regulación de tierras, bienes, derechos patrimoniales.

2.5 Efectos frente a terceros


Efectos de los actos administrativos respecto de las personas que intervienen: El
acto administrativo produce sus efectos entre quienes actúen como partes en su
formación tales como la administración pública u otros entes, o los administrados.
Debe distinguirse a las partes del acto jurídico al autor, a los causahabientes y a
los terceros.

El autor: Es el que ha sido parte en el acto, es decir la autoridad que lo crea.

El causahabiente: Son los que reciben un derecho por transmisión universal o


particular que les hace la autoridad o que tienen un derecho sobre determinados
bienes de la autoridad administrativa.

El tercero: Es una parte ajena a los actos que realiza el autor, pero puede recibir
un perjuicio o un beneficio del propio acto.
En el derecho administrativo la regla general consiste en que las situaciones
jurídicas creadas por el acto administrativo son oponibles a todo el mundo.

El concepto de tercero interesado, adquiere en el derecho administrativo una


importancia extraordinaria, ya que en todos los actos administrativos deben
tomarse en cuenta los derechos creados legalmente, es por esta razón que
algunas leyes administrativas tienen un capítulo al cual se le denomina “la opción
administrativa tiende a crear defensa para los terceros perjudicados por los actos
de la administración pública”.

Ejemplo: El artículo 69 de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en


materia minera establece este principio.

Otro ejemplo se da en el artículo 126 de la Ley Federal de Aguas de Propiedad


Nacional.

2.6 El silencio administrativo


La autoridad administrativa no da siempre una respuesta categórica a las
instancias de los particulares, sin que puedan los interesados determinar cuál es el
alcance de su situación. El Derecho Administrativo reconoce que hay numerosos
casos en que la autoridad administrativa no está obligada a informar a los
particulares de sus actos, porque así puede exigirlo la seguridad, la tranquilidad y
los intereses públicos. Cuando un asunto se convierte de interés nacional, los
informes son de la misma naturaleza, pero puede el poder público no hacer
referencia a aquellos asuntos que por su naturaleza delicada constituyan un
perjuicio para el país. Los funcionarios están obligados a cuidar de que
determinados asuntos no trasciendan al conocimiento público, ni impliquen
perjuicios a la nación. Para todos estos casos no hay reglas fijas, ni principios
generales, este capítulo del Derecho administrativo entra en el terreno del arte de
la política, para estimar todas las consecuencias de una indebida divulgación.

El artículo 8o de la Constitución indica: “Los funcionarios y empleados públicos


respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que éste se formule por
escrito, de manera pacífica y respetuosa, pero en materia política, sólo podrán
hacer uso de este derecho los ciudadanos de la República. A toda petición deberá
recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la cual tiene la
obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario”.

El artículo 8o de la Constitución es muy limitado, ya que se reduce a un acuerdo


escrito de la autoridad y dar conocimiento al interesado. Es necesario, por lo tanto,
que esa abstención de la autoridad administrativa tenga un determinado efecto
jurídico, que elimine los obstáculos de la inactividad administrativa. La mejor
solución adecuada es aquella que estima que si pasado un término limitado no se
obtiene una respuesta de la Administración, debe presumirse que hay una
resolución negativa. Es una forma sui géneris de manifestarse la voluntad de la
Administración pública y permitir al particular la contribución de los trámites y de
los recursos procedentes.

Ejemplos: El Código Fiscal de la Federación dispone en el artículo 37:

“Las instancias o peticiones que se formulen a las autoridades fiscales deberán


ser resueltas en un plazo de cuatro meses; transcurrido dicho plazo sin que se
notifique la resolución, el interesado podrá considerar que la autoridad resolvió
negativamente e interponer los medios de defensa en cualquier tiempo posterior a
dicho plazo mientras no se dicte resolución, o bien, esperar a que ésta se dicte.
Cuando se requiera al promovente que cumpla los requisitos omitidos o
proporcione los elementos necesarios para resolver, el término se comenzará a
correr desde que el requerimiento se haya cumplido”. Por su parte la Ley del
Tribunal de lo Contencioso Administrativo del D. F., Art. 21, fracción III, 2o párrafo
ordena: “En materia fiscal, las instancias o peticiones que se formulen deberán ser
resueltas en el término que la Ley fije, a falta de éste, en el de 90 días; el silencio
de las autoridades se considera como resolución negativa cuando no den
respuesta en el término que corresponda”. En resumen puede decirse que hay
silencio administrativo “cuando la ley, ante la falta de pronunciamiento que la
Administración tiene el deber de hacer, presume la existencia de un acto
administrativo”.
Bibliografía

Rocha, P. V. (2013, 20 junio). Acto Administrativo Mexicano. Scribd.


https://es.scribd.com/presentation/148975454/Acto-Administrativo-Mexicano

Razo M, S. (2015, 17 octubre). La Fundamentacion y Motivacion de Los Actos

Administrativos. Scribd. https://es.scribd.com/document/285495690/La-

Fundamentacion-y-Motivacion-de-Los-Actos-Administrativos

También podría gustarte