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La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833):


Liberalismo frente a Absolutismo

Estándar 56. Describe la Guerra de la Independencia: sus causas,


la composición de los bandos en conflicto y el desarrollo de los
acontecimientos.
La guerra de la Independencia (1808-1814) es el nombre con el que se designa la resistencia
armada llevada a cabo por el pueblo español ante la ocupación de España por Napoleón.
Significa el principio del fin del Antiguo Régimen y el inicio de un proceso que culminará,
veinte años más tarde, con la revolución liberal.

A. Causas de la Guerra de Independencia.

Los antecedentes más inmediatos al conflicto se encuentran en 1807 con la firma entre
España y Francia del Tratado de Fontainebleau, en virtud del cual se permitía a las tropas
francesas su paso por España para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra, para obligar
a que cumpla el Bloqueo Continental que Napoleón había impuesto a Inglaterra. Con este
pretexto Napoleón dispuso sus tropas en distintas partes de España, lo que levantó serias
sospechas sobre su intención de ocupar la Península. Godoy, valido de Carlos IV, ante esta
situación pretendió trasladar a la familia real a Andalucía; sin embargo, el Motín de Aranjuez
(marzo de 1808) frustra estos planes. El pueblo saquea la residencia de Godoy, exigiendo su
destitución, que tiene lugar de inmediato. Carlos IV, ante la presión popular abdica en su hijo
Fernando VII.
Mientras, las tropas francesas han entrado en Madrid y Napoleón es el árbitro de la situación
española. Carlos IV y Fernando VII acuden a Bayona a entrevistarse con el emperador. Allí
abdican ambos, cediéndole sus derechos al trono. Napoleón nombra a su hermano José rey
de España. Esta fórmula de traspaso de poderes mantenía la apariencia de legalidad. Estas
abdicaciones provocan la reacción popular y el 2 de Mayo estalla el conflicto en Madrid.
B. Composición de los bandos en conflicto.
Cuando surge la guerra de la Independencia las diferentes posturas se van a polarizar en
torno a dos actitudes políticas:
1. La España de José I Bonaparte, era la parte del territorio español ocupada por el
ejército francés. Contaba con el apoyo de los afrancesados, que defendían una
modernización pacífica y gradual de España, que José I parecía garantizar. En esta
opción se encontraban muchos viejos reformistas e ilustrados.
2. La España de la insurrección popular y la resistencia. Integrada por los territorios no
dominados por el ejército francés. Afirmaban luchar en nombre del legítimo rey de
España, Fernando VII. Este grupo se dividía a su vez en dos grupos ideológicos muy
dispares:
a) Los liberales, que compartían el ideario revolucionario francés: libertad, igualdad,
soberanía nacional, división de poderes, monarquía parlamentaria,
constitucionalismo, etc.

b) Los absolutistas, que defendían la tradición del Antiguo Régimen: poder absoluto,
sociedad estamental, economía señorial, predominancia ideológica de la Iglesia,
etc.

C. Desarrollo de la guerra.

En cuanto al desarrollo de la guerra esta se puede resumir en las siguientes etapas:

1. Ocupación y levantamiento. Se obliga a Francia a desistir de una rápida conquista por


la reacción popular y resistencia urbana (sitios de Zaragoza y Gerona) y por la derrota
francesa en la batalla de Bailén bajo el mando del general Castaños. Los franceses
abandonan Madrid y el propio emperador acude a España.

2. Predominio Francés. Durante 1809 se produce una ofensiva francesa y capitulan


Zaragoza y Madrid junto a la derrota en Ocaña. A comienzos de 1810, el territorio
peninsular está prácticamente ocupado (en ciudades, no en zonas rurales), salvo Cádiz.
Las guerrillas adquieren importancia, destacando Francisco Espoz y Mina, el
Empecinado y el cura Merino.

3. Ofensiva hispano-inglesa desde Portugal coincidiendo con la campaña de Napoleón


en Rusia y la retirada de efectivos militares. Las tropas aliadas empujan a los
franceses en su huida. Tras los éxitos de Arapiles, Vitoria y San Marcial, en 1813, entran,
incluso, en territorio francés, hasta la capitulación de abril de 1814. El Tratado de
Valençay pone fin a la guerra. Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España.

En cuanto a las consecuencias de la guerra se ha hablado de "gran catástrofe nacional",


puesto que el desmantelamiento económico del país fue pavoroso. Además parece demostrado
que ingleses y franceses aprovecharon su intervención en la guerra para destruir los
prometedores comienzos de una industria textil que bastaban para alinear a España junto a
los pioneros de la naciente revolución industrial.
Estándar 58. Comenta las características esenciales de la
Constitución de 1812.
Contenidos a tratar:
• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales: Recoge brevemente el contexto de la redacción de la
Constitución: Guerra de la Independencia, formación de juntas locales y provinciales, designación de una Junta
Suprema Central, y convocatoria de Cortes de Cádiz.
• Señala su importancia: primera constitución liberal en España, reinstaurada en el Trienio Liberal, influencia en
América.
• Recoge sus características esenciales:
o Soberanía nacional.
o División de poderes: legislativo (cortes unicamerales), ejecutivo (rey y gobierno) y judicial.
o Nuevo derecho de representación (los diputados representan a los ciudadanos y no a los elementos) y
Sufragio universal masculino indirecto.
o Igualdad ante la ley.
o Afirmación de los Derechos y Libertades individuales: educación (enseñanza primaria obligatoria), libertad
de imprenta, propiedad privada, inviolabilidad del domicilio…
o Confesionalidad católica del Estado.
o Organización territorial: provincias y municipios.
o Creación de la Milicia Nacional.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.

Tras la invasión de España por Napoleón (Guerra de la Independencia) a comienzos del año
1808 y la abdicación de rey Carlos IV y su hijo Fernando VII, se producen revueltas populares
y un vacío de poder que va a ser ocupado por juntas patrióticas formadas por las élites locales.
Las juntas locales se organizaron en juntas provinciales y estas, a su vez, en una Junta
Suprema Central (J.S.C.). Sin embargo, esta J.S.C. no pudo hacer frente a las diversas derrotas
militares y al hostigamiento de los absolutistas, por lo que tomó el poder una regencia
encabezada por el Obispo de Ourense (1810).
La redacción de una Constitución se inició tras una convocatoria de Cortes Generales y
Extraordinarias, que se reunieron en Cádiz por no estar la ciudad ocupada por el ejército
francés. Tras año y medio de discusión, se promulgó el 19 de marzo de 1812, por eso se le
conoce como La Pepa.
Los diputados quisieron aunar la tradición española con el nuevo espíritu revolucionario liberal.
Los principios más destacables de la Constitución son los siguientes:
a) Afirmación de la soberanía nacional.
b) División de poderes: el poder legislativo correspondía a las Cortes, de una única
cámara; el poder ejecutivo quedaba en manos del rey y del gobierno por él designado;
y el poder judicial era independiente
c) Sufragio universal masculino indirecto.
d) Reconocimiento de la igualdad ante la ley y de las libertades y derechos individuales
a la educación, libertad de imprenta, propiedad privada, inviolabilidad del domicilio….
e) Confesionalidad católica del Estado.
f) Organiza territorialmente el Estado en municipios y provincias gobernadas por
ayuntamientos y diputaciones electivos.
g) Se crea la Milicia Nacional para defender los preceptos liberales.
La constitución apenas pudo aplicarse debido al contexto de la guerra. La restauración
absolutista de 1814 la abolió, volvió a entrar en vigor durante el Trienio Liberal (1820-1823) y
quedó definitivamente sin aplicación práctica con la Década Ominosa (1823-1833). Se convirtió
en un mito para el liberalismo universal y modelo para las revoluciones liberales europeas y
americanas.
Estándar 59. Detalla las fases del conflicto entre liberales y
absolutistas durante el reinado de Fernando VII.
El reinado de Fernando VII (1814-1833) supuso un intento de conservar a toda costa el
absolutismo. Una de las primeras decisiones de Fernando VII como Rey fue la anulación de
la Constitución de 1812, dando inicio a una fuerte represión de los liberales. El reinado de
Fernando VII se suele dividir en tres etapas:

1. El sexenio absolutista (1814-1820).

El Tratado de Valençay (1813) firmado por Fernando VII con Napoleón supone el fin de la
guerra con Francia y devuelve la corona a Fernando VII quien regresó a España en un clima
de entusiasmo popular. Desde ese mismo momento los partidarios del absolutismo le incitaron
a restaurar el viejo orden de cosas. En este sentido el monarca recibió un documento de
manos de los absolutistas conocido como Manifiesto de los Persas, en el que se animaba al
monarca a restaurar la monarquía absoluta.
La primera medida de Fernando VII fue el Decreto de 4 de mayo de 1814, por el cual abolió
la Constitución de 1812. Se vuelve por tanto al Antiguo Régimen. Esta restauración absolutista
suponía, al mismo tiempo, la condena de los políticos liberales y el restablecimiento de las
instituciones y privilegios de 1808, tales como la Inquisición o el absolutismo, ambos
recuperados, y la abolición de la Desamortización, entre otros. Además, Fernando VII inició
las persecuciones contra los liberales, lo que le obligó a pasar a la clandestinidad y a formar
sociedades secretas siempre dispuestas a la conspiración. Durante estos seis años, la
característica común en la labor de gobierno fue la permanente inestabilidad debido a los
continuos pronunciamientos militares protagonizados por los liberales, destacando los golpes
fallidos de Díaz Porlier en La Coruña (1815) y el del general Lacy en Cataluña (1817) y uno
triunfante a cargo del oficial Rafael del Riego en Sevilla (1820). El protagonismo de los
militares como árbitros de la vida política compensaba el escaso desarrollo y la debilidad de
la burguesía en España, que por sí sola carecía de fuerza para defender sus pretensiones
políticas y económicas por vías legales. El pronunciamiento de Riego del 1 enero de 1820
triunfó. Ante esta situación, Fernando VII se ve obligado a aceptar la Constitución.
2. Trienio constitucional (1820-1823).
Volvieron los exiliados y aparecieron las denominadas "Sociedades Patrióticas". También
salieron a la calle multitud de periódicos, sobre todo los de tendencia liberal. Las nuevas
Cortes liberales se esforzarán por desmantelar el Antiguo Régimen acometiendo toda una
serie de medidas entre las que cabe mencionar: La definitiva supresión de la Inquisición, se
vuelve a abolir el régimen señorial, se retoma la desamortización, esta vez dirigida a los
mayorazgos, se acometen reformas eclesiásticas (reducir el clero regular), se confecciona el
primer Código Penal, se crea una Milicia Nacional formada por ciudadanos armados dispuestos
a defender la Constitución, etc.
Sin embargo, este periodo también se caracterizó por su continua inestabilidad debido a dos
fenómenos:

• Se produce la división de los liberales en: moderados o doceañistas que creían


imprescindible la colaboración de la monarquía en el proceso reformista; y los
exaltados o veinteañistas, más jóvenes que los primeros y protagonistas del triunfo
de la Revolución de 1820, quienes opinaban que el monarca sólo debía realizar
funciones ejecutivas, y que la revolución debía seguir avanzando hasta aplicar en su
totalidad la Constitución.

• Las constantes intrigas del Rey, intentando apoyarse en cortes extranjeras para
implantar de nuevo el absolutismo. Los absolutistas reclaman la ayuda de la Santa
Alianza. Al final, el Congreso de Verona decide la intervención en España y las
potencias de la Santa Alianza (organización de todas las monarquías absolutas)
encargaron al rey Francés el restablecimiento del Antiguo Régimen en España. En
abril de 1823 Francia envió un ejército denominado "Los Cien Mil Hijos de San Luis".
El 1 de octubre de 1823 Fernando VII implanta de nuevo el absolutismo, iniciando su
3ª y última etapa, con el nombre de "Década Ominosa".

3. Segundo período absolutista o “década ominosa” (1823-1833).

Fernando VII declaró nulos todos los actos del Gobierno durante el Trienio Liberal. El retorno
al absolutismo da lugar a una durísima represión contra los liberales y a una oleada de
emigración de éstos hacia Francia e Inglaterra, donde los exiliados conspiran y mantienen
contactos con el liberalismo europeo. Ahora bien, desde 1826 se advierte en la actitud del rey
una cierta suavización respecto a los liberales más moderados debido a la necesidad de
buscar apoyos en el problema de la sucesión al trono. Ello produce una reacción entre los
absolutistas que da lugar a la formación de los "apostólicos" o "realistas puros", facción ultra
absolutista que aglutina sus fuerzas en torno al infante don Carlos hermano de Fernando
VII, de ahí que se les conozca también con el nombre de carlistas.

En definitiva, el reinado de Fernando VII supone, dentro de la historia de España, la transición


entre el Antiguo Régimen y el Liberalismo.
Estándar 63. A partir del siguiente mapa, explica el proceso de
independencia de las colonias americanas.

Contenidos a tratar:
1. ¿Con qué proceso histórico se relaciona este mapa? Ubícalo en su espacio y tiempo. (1p).
• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales, planteando brevemente las causas del proceso:
o Descontento de la burguesía criolla por su marginación político-administrativa.
o Política comercial restrictiva que no favorece los intereses de las élites criollas.
o Influencia de la independencia de las trece colonias y de las ideas ilustradas.
o La Invasión napoleónica de la metrópoli, el vacío de poder y la deslegitimación de las autoridades
representantes de la monarquía de José

2. Explica el desarrollo de dicho proceso histórico en relación al contexto español. (1p.)


• Relaciona cada una de las etapas de la independencia con el contexto histórico de España:
o 1810-1814: reproducción del fenómeno juntista en las colonias americanas y descontento por
la escasa representación concedida en las Cortes de Cádiz. Paraguay las Provincias Unidas del
Río de la Plata proclaman su independencia.
o 1814-1820: retorno del absolutismo, se acaba con muchos conatos independentistas, pero avanza la
independencia por Colombia y cono Sur
o 1820-1823: los refuerzos para luchar contra el independentismo no llegan a América, periodo
de auge del proceso libertador. El caso de México como reacción frente al triunfo liberal en
España.
o 1823-1833: Finaliza el proceso, comienza la formación de los estados nacionales a partir de la
división de las grandes áreas formadas por los libertadores. España pierde todas sus colonias
salvo Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
• En algún momento hace referencia al mapa de la práctica.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.

1. ¿Con qué proceso histórico se relaciona este mapa? Ubícalo en su espacio y tiempo.
El mapa histórico hace referencia al proceso de independencia de los territorios españoles
de la América continental que sucedió entre 1810 y 1824 (batalla de Ayacucho), enmarcada
en el contexto de la Guerra de Independencia y el reinado de Fernando VII. Se muestran
cuatro fases en la leyenda que trataremos más adelante.
Las causas del proceso fueron:

• El descontento de la burguesía criolla con el gobierno de la metrópoli que otorgaba


los cargos políticos y administrativos a los peninsulares y la progresiva liberalización
del comercio de España con América favorecía más a los peninsulares.

• La independencia de Estados Unidos, la influencia de las ideas ilustradas y la


Revolución Francesa sirvieron de inspiración.

• La Guerra de la Independencia y la crisis política de la metrópoli. En las ciudades


latinoamericanas surgieron también juntas de defensa que pronto se sintieron
legitimadas para convertirse en un poder autónomo.
2. Explica el desarrollo de dicho proceso histórico en relación al contexto original.
En la leyenda del mapa se detalla la división del proceso independentista en cuatro etapas:
a) El periodo de Regencia (1810-1814), con relleno punteado, coincide con la Guerra de
Independencia. Las autoridades americanas no acataron la monarquía de José I
Bonaparte y formaron juntas que se desvincularon de la Junta Suprema Central. Las
juntas de Buenos Aires, Caracas y Quito no reconocen la legitimidad de las autoridades
españolas. En esta fase se independizan Paraguay y las Provincias Unidas del Río de
la Plata.

b) El restablecimiento del absolutismo en España (1814-1820), en negro, significó una


política de intransigencia hacia las colonias que se tradujo en un envío de buques y
soldados para acabar con las revueltas, lo que generó una expansión del movimiento
libertador en América y unos costes económicos insuperables para Fernando VII. A
partir de 1816 el movimiento emancipador se generaliza en América. Se independizan
Chile y parte de la Gran Colombia.

c) En el Trienio Liberal (1820-1823), en cuadritos gris claro, el pronunciamiento de Riego


en Sevilla (1820) impidió la marcha de las tropas españolas para América. Los criollos
realistas de Nueva Granada y México, atemorizados por el ascenso de los liberales en
Madrid, se pasaron al bando independentista. El debilitamiento del poder militar
español fue inmediato. Se independizan México con el general Iturbide, las Provincias
Unidas de Centroamérica, la parte venezolana de la Gran Colombia liderada por Simón
Bolívar, y el Perú liderado por el general José de San Martín.

d) Durante la Década Ominosa (1823-1833), en celdillas o rectángulos inclinados, la


victoria de Bolívar en Ayacucho (1824) hizo irreversible la independencia de las nuevas
repúblicas americanas. Vemos que se independizan Bolivia y la República Oriental del
Uruguay. España pierde todas sus colonias americanas salvo Cuba y Puerto Rico que
serán definitivamente perdidas en 1898 junto a Filipinas.
Para concluir, podemos decir que los intentos de unión de líderes como Bolívar fracasaron y
los nuevos países no lograron su plena independencia ya que Inglaterra y Estados Unidos
suplantaron a España en el control económico y a veces político.
ANEXO
TEXTO 1

Deseando las Cortes generales y extraordinarias remover los obstáculos que hayan podido
oponerse al buen régimen, alimento de población y prosperidad de la Monarquía española,
decretan: 1º. Desde ahora quedan incorporados a la Nación todos los señoríos jurisdiccionales
de cualquiera clase y condición que sean. 4º. Quedan abolidos los dictados de vasallo y
vasallaje y las prestaciones que deban su origen a título jurisdiccional, a excepción de las que
procedan de contrato libre en uso del sagrado derecho de propiedad. 5º. Los señoríos
territoriales y solariegos quedan desde ahora en la clase de los demás derechos de propiedad
particular … 6º. Por lo mismo los contratos, pactos ó convenios que se hayan hecho en razón
de aprovechamientos, arriendos de terrenos, censos, ú otros de esta especie, celebrados entre
los llamados señores y vasallos, se deberán considerar desde ahora como contratos de
particular a particular. 7º. Quedan abolidos los privilegios llamados exclusivos, privativos y
prohibitivos que tengan el mismo origen de señorío, como son los de caza, pesca, hornos,
molinos, aprovechamientos de aguas, montes y demás…. 14º. En adelante nadie podrá llamarse
señor de vasallos, ejercer jurisdicción, nombrar jueces, ni usar de los privilegios y derechos
comprendidos en este decreto; y el que lo hiciere perderá el derecho al reintegro en los
casos que quedan indicados.

Dado en Cádiz a 6 de agosto de 1811

TEXTO 2

Artículo 1. Era costumbre en los antiguos persas pasar cinco días en anarquía después del
fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras desgracias
les obligase a ser más fieles a su sucesor. Para serIo España a V. M. no necesitaba igual
ensayo en los seis años de su cautividad, del número de los españoles que se complacen al
ver restituido a V. M. al trono de sus mayores, son los que finnan esta reverente exposición
con el carácter de representantes de España; mas como en ausencia de V M. se ha mudado
el sistema que regía al momento de verificarse aquélla, y nos hallamos al frente de la nación
en un Congreso que decreta lo contrario de lo que sentimos y de lo que nuestras provincias
desean, creemos un deber manifestar nuestros votos y circunstancias que los hacen estériles,
con la concisión que permita la complicada historia de seis años de revolución.

Artículo 134. La monarquía absoluta (voz que por igual causa oye el pueblo con harta
equivocación) es una obra de la razón y de la inteligencia; está subordinada a la ley divina, a
la justicia y a las reglas fundamentales del Estado; fue establecida por derecho de conquista
o por la sumisión voluntaria de los primeros hombres que eligieron sus reyes. Así que el
soberano absoluto no tiene facultad de usar sin razón de su autoridad (derecho que no quiso
tener el mismo Dios); por esto ha sido necesario que el poder soberano fuera absoluto con
el arbitrario, sin reflexionar que no hay Estado (sin exceptuar la mismas repúblicas) donde el
constitutivo de la soberanía no se halle un poder absoluto [.. ]. No pudiendo dejar de cerrar
este respetuoso Manifiesto en cuanto permita el ámbito de nuestra representación y nuestros
votos particulares con la protesta de que se estime siempre sin valor esa Constitución de
Cádiz, y por no aprobada por V. M. ni por las provincias [.. ] porque estimamos las leyes
fundamentales que contiene de incalculables y trascendentales prejuicios, que piden la previa
celebración de unas Corres españolas legítimamente congregadas en libertad y con arreglo
en todo a las antiguas leyes.
Madrid, 12 de abril de 1814.

TEXTO 3

Sorprendido mi real ánimo, en los momentos de agonía, a que me condujo la grave


enfermedad, de que me ha salvado prodigiosamente la divina misericordia, firmé un decreto
derogando la pragmática sanción de 29 de marzo de 1.830, decretada por mi augusto padre
a petición de las Cortes de 1.789, para restablecer la sucesión regular en la corona de España.
La turbación y congoja de un estado en que por instantes se me iba acabando la vida,
indicarían sobradamente la indeliberación de aquel acto, si no lo manifestasen su naturaleza
y sus efectos. Ni como rey pudiera Yo destruir las leyes fundamentales del reino, cuyo
restablecimiento había publicado, ni como padre pudiera con voluntad libre de despojar de
tan augustos y legítimos derechos a mi descendencia. Hombres desleales o ilusos cercaron
mi lecho, y abusando de mi amor y del de mi muy cara Esposa a los españoles, aumentaron
su aflicción y la amargura de mi estado, asegurando que el reino entero estaba contra la
observancia de la pragmática, y ponderando los torrentes de sangre y la desolación universal
que habría que producir si no quedaba derogada. [.. ] Instruido ahora de la falsedad con que
se calumnió la lealtad de mis amados españoles, fieles siempre a las descendencia de sus
REYES ; bien persuadido de que no está en mi poder, ni en mis deseos, derogar la inmemorial
costumbre de la sucesión, establecida por los siglos, sancionada por la Ley, afianzada por las
ilustres heroínas que me precedieron en el trono, y solicitad por el voto unánime de los reinos;
y libre en este día de la influencia y coacción de aquellas funestas circunstancias; DECLARO
solemnemente de plena voluntad y propio movimiento que el decreto firmado de MI por
sorpresa, que fue un efecto de los falsos terrores con que sobrecogieron mi ánimo; y que es
nulo y de ningún valor siendo opuesto a las leyes fundamentales de la monarquía, y las
obligaciones que, como REY y como padre, debo a mi augusta descendencia.

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