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La insuficiencia renal aguda es la pérdida súbita de la capacidad de los riñones para eliminar el
exceso de líquido y electrolitos, así como el material de desecho de la sangre.
Es más común en personas que ya están hospitalizadas, en particular las que necesitan
cuidados intensivos. Además, suele ser secundaria a una cirugía complicada, una infección
generalizada, después de una lesión grave o cuando el flujo de sangre a los riñones se
interrumpe.
Aunque suele ser reversible, la severidad es variable y puede requerir tratamiento sustitutivo
de la función renal durante un tiempo.
Esa reducción en el volumen puede llevar a la ausencia de orina o anuria. Debido a esa
disminución en el volumen de la orina, si existe una entrada incontrolada de líquidos, se
produce una retención de agua que lleva a la aparición de edemas o incluso una sobrecarga
cardiorrespiratoria que desencadena.
Es capaz de provocar una gastritis con pérdida de apetito y trastornos en el ritmo intestinal. Se
produce anemia provocada por una disminución de la formación de glóbulos rojos, así como
un aumento de las pérdidas, incluso por cierta facilidad para el sangrado.
Edemas.
Síndrome urémico.
Disminución de la cantidad de orina. Anuria.
Entre los sistemas más afectados se encuentra el neurológico con desarrollo de una neuropatía
y sobre todo encefalopatía metabólica progresiva con deterioro de la capacidad cognitiva que
en casos graves lleva al coma.
Por supuesto, la aparición de todos estos síntomas dependerá del estado basal del paciente, su
edad y estado de nutrición, así como por la presencia de otros fallos orgánicos.
La insuficiencia renal aguda se puede producir por que fallen algunos o todos los mecanismos
que intervienen en la filtración glomerular.
Puede producirse un descenso del filtrado al disminuir la presión de filtración por una
reducción de la presión arterial o una hipovolemia importante (absoluta por hemorragia o
deshidratación, o relativa por mala distribución de la volemia vascular como ocurre en los
cuadros sépticos, ascitis, oclusiones intestinales).
Puede producirse esa insuficiencia renal aguda por pérdida de unidades funcionales, como
sucede en las glomerulonefritis o bien por la acción de tóxicos como algunos medicamentos
(incluyendo el contraste intravenoso).
Otras causas de insuficiencia renal aguda son las que se presentan cuando se produce un
cuadro obstructivo que no permite la eliminación del filtrado, como ocurre cuando hay una
obstrucción prostática o por compresión ureteral por masas o ganglios.
Existen diversos factores que pueden predisponer a la aparición de esta enfermedad, como
son la edad avanzada, infección crónica, diabetes, hipertensión arterial, trastornos
inmunológicos, problemas renales y hepáticos de base, hipertrofia prostática y obstrucción
vesical.
Somnolencia, dificultad respiratoria, fatiga, confusión e incluso coma en los casos muy graves y
asociados, normalmente, a otras enfermedades
Tratamiento
El tratamiento comienza por corregir la causa que ha ocasionado esa insuficiencia renal. Esto
se puede observar claramente cuando existe una deshidratación o hipotensión, reponiendo
volumen, o cuando existe una obstrucción, siendo en este caso el empleo de una sonda o
nefrostomía la solución.