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Los ámbitos
de 14 xubj¡-tho_
lugares, los Espacios
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rios del espacio),
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rridos), como 4, tanto Agina-
ciones, jurarquiz: de los procesos Sobre las
—miunus. de práct
Etc.) y las Subjetiv (A =
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los lugaires. La iv¡¡l:u';u:'lr:nc elamp..
— primera Parte
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documentaci = Y es
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delictivos, pobreza y marg y ares =y EsE pacios L in sEruro
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inalidad urba na). sepy s y
Espacios y representaciones
Las representaciones sociales o col
ectivas no han sido un tema ajeno en los
análisis
y los estudios geográficos. De hecho, en el ¢
amino de la geografía de
las represen-
;ut:ff)I]L'S (Bailly citado por Musset 2009, xx1), tomand
0 como marco sus lll'.¡IIL'XI!ÚI.H'.S
geohistóricas, enfatiza en los aportes que pudiese dej ar
este ámbito ya que “el estudio
de las representaciones espaciales nos interroga sobre | as mo
dalidades de aprehensión
del mundo y el estatuto de la realidad, es decir, el problema de | a adecuación entre la
realidad,
i lo que percibimos
reibi y 7 nuestros
nuestros discur
discursos sobre la realidad”.
las rep
losE imaa ginarios s yy las resresentacii ones5 delel
rep crio,
espaaci
Esp las
lugar, el construir la identidad para sí a partir del lugar
su toporrepresentaciones, se constituyen en un eje analit;
en el cual reside, el interés por la memoria”. Por
co de la geografía, al ser vinculadas con la cxp¡ír']íl “T-
parte,
arrte Guy
- Di Méo
n Á
(1996,
1 62), plantea que los espacios
espacial, sus espacios de vida, vividos y sociulog- ——
de vida hacen referencia a la cotidianidad del individuo,
- , La noción deimaginario es entendida cmu(;u; se
105 CAaminos y »corridos recurrentes, los espacios donde
habitan sus redes sociales (familia, parej: amigos), ba- ceso del pensamiento humano a través del cuz 1“ Drjº_
JHAN
JOHA ANDRES
, 5 AYVENDANO ARIAS
n meia practica del mundo, en
e
al otorgamien Entido
de Sentido
pdas
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el ] imaginario es
1 imagen” Mentay
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tá Mediad, o
rede inales como narraciones,
95 E recuierdos
- ard Debarbieux ha busc 5,
.5. Berni ado preci
- espacio eim aginario, liT(lIl͡Il-l(..,lI']
: “.m_gr
m¡áfico como aquel Conun:
ario & Mo de
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.'I x enes 1 a individuo 0 UN grupo— un s nii'u;;,,h,
l ser 5 lx cia relativa a una localizació Una dis.
Í E g e '.utl-nh't“¡l'ºn de fenómenos en
| ción 01 el Espacir
| Concepcio.
0 que s e5 y prac cas espaciales. (
ycione 2003, 489)
¡nario claramente es un
a manera de re-
| slE ]iIImS
yS 1-……. ——¡|]o
Jusgare
individuales, colectivos, rea
s y los les
territorios
mediados
ales, con
k.)':.;..; ;_.“ donde, para est
a, reflexión las
las "-"Pcl,—wit:;, ;-1:¿1:¡(1 urbana y de pobreza han
em-
— es de …b”."__,_c en una fuente de
estudio sobre la
P w"wr“l:«;ms_ Ahora bien, las fepresentaci
| Y'Ínt_…_.¡¿—ió" *I'"'":;. L._;" una escala q.
más amplia a| a de
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Vive su pareja
Vive con su famili sus amigos '¡I
[papá: mamá y' --
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del diseño
preestablecidas
Figura 84, Convenciones
s conve
<e le en tr egan pequeña
da participante individ
Notas: 1)@ ca . co ns tr uido de manera
el ma pa
ubique sobre
para que las de Álvarez-Cor
tecedente
referencia el an
16
Fuente: Avendaño (20
A e
£ que es categoriizzaadda
a la cmdadA.
e y el sur
con el
3 Hernando Sanz (1999, : |, ciudad; 3) esca
— 4
la Se
10) considera que los
aportes cho má s endetallada qu ] - T ctoria. l, my.
9e0gréficos al tema del :
crimen, la deli; ncuenc as
e las ,dos anteri
or es
todo, de la violencia. ia y sobre Da rt ir
las particiones 5 qu QUe se pre ,
a se vincula a
Eitando a Da
vid Herbert (1982) se e se Producena .
Encuentran en dos urbanos —el centro a partir de los y
vertientes “Aquellas hitos
, las avenidas
analizar de una proclives a Tnºll'()pu]itanas, lo
forma mi nuciosa las regu
laridades que
cuerpos de agua
y algunas iufrac s
han conducido struclu
a las descri 'P barrios, edificio ras
ciones de las varia ciones (sectores.
[..] de los indices que hace n par
s) —
de d Evencia; y aque
colectivo, muy te del Conoc
orientacione
s que han pr
llas otras
asociado a lo imienta
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escala urbana
dias Estadisticas ofic
lales de L cr
te, con los b ar
cala micro, asociada,
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añadido)
imen en
rios de resi fin almen-
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r incipa] (est
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o) y
JOHAN ANDRÉS
AVENDAÑO
ARIAS
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los espacios de vida
Seguramente
serajustada a los casos esp,
:
paraesta reflexión, as NecesaSPe
r
cíficos a
"E
saric
de las reflexiones EN torno de
za y lar rginalidad ur Inse
. b; ana en Boye
del ejercicio se debió a que,1€, sinsin pr
los resultados y los análigis 1
400 mapas mentales, 5e
aciones
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| Cuatcuyatr
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mente .— mMarez
de la edad Umenores s de
50 años, o adultos 1£8 3 años, I
YOres cop más de -
o ral social testudiantes prui'r-.-iu“;,](.\‘
pensionados, ;
entre Otros),
Respecto a la es
cala neral-ma
la grafica cro
ción de ln
repres E
límites y los perímetros de entación E“sSpaci: al 1 ¿
2 1§
radica Bogotá, e
en que el im aginario actor
colec *tivo
participantes
) ded
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: Telerencias se
decir, que se desconocen los límites (políti
“Spaciales: ag
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—
nistrativos, ambientales, = 1e
etc.
:
en el sentido cart- es : , si no de la
iano no Imagen
de In i. de qué tan
amplia es Bogotá, cuál es su forma física re
su dimensión y Proporción, tal
car en el ejemplo de la COmo se pueded e veverifj-
figura 85. Este rifi del
Primer nivel
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de lles, permitiend
no se o
las representaci relaa ciona a coOn
ones sobre tangi!
o pobrez inseguridad > refterenci
forma detallada; en realidad se de hubiese
constituye en la y *rado que
sibilidad de comprender po
lesen mayor
los marcos y las re
re ncias
que poseen los ciudadanos sob
re la ciud ad fi a, para
asi luego analizar cuál es
el alcance de sus n arrativa
s
territoriales.
de la ciudad o le
En esta misma es cala, muchos otros escasamente
muck s de las i
delimitaron la ciudad a través de una tidad” y
forma alargada, diferencia de ieron \‘I‘-_' IANETA 5
como ameba (figura 86a), quizá siendo esta la m nificativa.
ercana a losf límites urbanos; otros dibujaron semi-
Cerc:
círculos, dejando el límite en los Cerros Orientales
ndo a Lynch 1197960)
(figura 86b); otros ni siquiera pusieron "i'l'ulnh',- ;
recuerda que existen ci
delimitaron su espacio a través de la trama vial (figura e5 Urbanos:
tos d e referencia
86¢). También hubo casos significativos r.'qm. .hg_uret.\: vias, limi
ALES
ADOS Y REPRES SENTACIONES SOCIOESPACIALES
a L ONES: -
S
RIOS,
IMAGINARIO 516 GNIFI
TOPORREFF 5 EN4TACI
MÁPAS MENTALES rETATO AL OIS LD
SECTOR DDONDS
CUDA KASTA:
0€ MACRNE NTD: — —
AP
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POGOTA — 2 A
CEAl
CUDADMACACCI
NA NTO MI
PAPA ER ey
MARA: TD
_TILA A0
Nota: edad de 29 años; perteneciente a clase media; con manejo de las cuatro escalas de
tación: 1) octágono como límite de la ciudad; 2) espacio binario con el sur inseguro
y el norte seguro (carita feliz); 3) hitos urbanos como la Universidad Javeria-
na, la Aven irrera 7a y la Avenida Caracas con Transmilenio: 4) barrio de residencia.
Esta profunda generalización de los trazos de la quienes pudiesen haber llegado hace poco. Lo mismo
ciudad que hacen los ciudadanos pareciese más una ocurre con quienes son más jóvenes y
tendencia que una excepción, lo que lleva a pensar que, por ende,
podrían tener menos relación urban
que los habitantes y residentes de la ciudad, indistin- 4, puesto que, con
contadas excepciones, un ad
tamente de su condición particular, poseen gran ulto poseeigual referencia
des- que ellos. Implica esto,
información entonces, que al mo
del contexto espacial de la misma. Así, mento de
relacionar insegurida
en una de las variables de identificación, d/miedo con el es Pacio,
se preguntó Jetos no
los su-
cuentan con abundante S Nive
sobre el tiempo de residencia en Bogotá, les de Contexto
sin emba rgo, como sí sucede al momento
: de analizar víncul
esta variable no marcó tendencia
significativa que lle- micro. La abstracción t am os más
vara a afirmar, por ejemplo, que los bi én permitirá eE
nacidos en Bogo- xplicar, pos-
[L‘I'HJI‘!TI('TIT.(‘, la
tá contaran con mayor nivel de referencia respecto
manera como
rm¡chos de lo
a nos asumen referenc s ciudada-
las espaciales gene
rales.
JOHAN ANDRES
AVENDANO ARIAS
II
Kvorm
Fuente: Avi
SOCIOESPACIALES
SIGNIFICADOS Y REPRESENTACIONES
NTACIONE IMAGINARIOS,
TOPORREPRESE
Ahora bien, al descender ; 250 en Bo- robre y sus barrios están
a la escala meso « muy pe an in dad
nun os de1
Eolid, emerge una toporrepresentación dominante de . blroblemas. (Ave
CAvendañ
en RD ndaño 2016
2 = -'
torno a dos grandes categorías: una ciu
a
dad
f
seg
seg
ur a
hacia el rte” y una ciudad insegura hacia el “sur Los ejemplos de cómo los ciudadanos e
(de le 100 mapas mentales pedidos, el 94 % y Otro vez est a dualidad
Mfirmaron
realizó _ son €Normes:
este tipo de relacién). Lo interesante de » este ;
1 mirar ; ; ; sa Puedde y val
este
terr
stema la imagen del octágono de la
es que se fue consolidando en la medida que figura285,
g 01,
gura 86a,
figura 86a, lala “ameba”,
“ameba”, y y much
muchas deas
de -las que - vendrá n: Ju,
.
se terminaron de aplicar los instrumentos. Además, si i go, y enen ell
ellas lala ascoincid
coincid encia
encia eses másmás que AEA
suficiente Cómo =
337 Ti » neri b ar- no
bien este ejercicio se realizó durante periodos,
preguntarse entonces: ¿por qué, si las YAt sz
a lo] I d diRremes eS
,
: s, esta SR Participan,
e50
n lade rdos
epreaños seguido
sentació d temporalidad no iinfluyóÓ prorovienen de diferentes contextos ,_.nc-in
n e una Bogotá dual, en función historias de vida, gru ct-nnr'm¡i
rr¡
pos etarios, roles y
Experiens
de lo que los ciudadan consideran espacios seguro las
os s coinciden casi que domin
antement . en p articionar
1
1105. Los ejemplos que se podrían traer a men- ciudad en dos, en función de la se, Beuri a
dad/inge
l'l.l-‘-'l. real mente desbordarían el espacio J_.:urj.l::-.i,
mismo de la las zonas pobres y solventes? Es Inguietante
-aracterizac
caracter 16 ión ,
a ser representaciones propias de que, Pesa
cada individuo, .
y expresiones memorables como los interpretaciones espaciales sobre Bogotá Stas
» £ Nivel me
nesdela figura 87. La de la izquierda corres- poseen muchas r o,
coineidencias ¥ simili
al simple mapa que elaboró una joven estudian tud
esperadas. Siguiendo €5 que las
a Stuart H all (1997;
se alta de 16 años, que estaba culminando sus :¿unq]l ello
tiene sentido en el hecho de que Perten
estudios de bachiller ato. Alli claram
ente represent a ecemos ala mis
a ma cultura, hacemos parte de 1 mism
Be como o mundo 5
una partición entre norte y sur, mencio- ocial que
habitamos y construimos conjunta
nando en su texto justificativo: sinmlr:‘mu;um.
que, por ende, poseemos referente nte, y
Bog S compartidos “aj ]]¡
it se parte en dos a partir del Cent
ro. Hacia parte de una misma cultura, co ¡L.º.-¡.
el norte yo vivo una n sistemas de rc
dad bonita, tranqu f—:rutu:i;:
ila, segura similares » permite construi le
y moder hacia el sur, que la verdad es muy r ng u ajes Comunes, Sign
poco a través de las pal abras, los *—' os
lo que conozco, sé es que muy º…]“ºftilmicn[()y,-. EN si, es
peligrosa, la gente es €l sistema de sentidos de nues
tra cultura” (Hal] 1997, 15)
JOHAN AN DRÉ
RES .QVF_ND y
ANO ARIAS
rritorial
en el “norte” ,
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habitantes,
que grafic
see raices e
sociale
VETS0Ss IlI¡IIl.'¡—¡
bonita, orde
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Espacios pú
residencia
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grandes, con “ge,
cos altos, con dj;
importe . r.--url.,:u.-.'.
l, en
de polici a €, indu
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ciudad sur es car
blación y
y mugre, personas Pobres o,
espacios públicos ,',I[-¡_._¡…¡“.x.-
y pequeñ
as y Viviend
a EN arrieEn
das, caos, ngdo,
aspectos
fisje, S dete
Teriore
r;
cia de peleas, tránsito de habitani
de » 3
a 'Sumo de
de call
calle
dy
Ogas,
e inseguridad. aracaos
ñ
€ tiene así una fiel evidencia de ¢
idealizaciones de un módelo con
rio. Los ving -ulos
mapas mentales y ]3¢ n:
confrontación ent re la “ciud
adp
racional y la ciudad informa]
Popular, aut
y vital. Es decir, son
rL']ar.-:unn.u-i;.-n-_-—
… de
habitar, pero ta
mbién de asigna
r ¢
los ideales y los refer,
vado con ello a la im
plantación”
les a los habitantes de
un lado y, del otro, “
bien” y “población pobre”
una representación de las formas de
-
norte como una ciudad materia] plan
y predecible, monótona,
está tan bien ubicado que no se espe
Haussmann,
as populares
54 sobre una ba
NES SOCIOESPACIAL
curso es verdaderamente un lenguaje: a ciudad hablaa3 5
incide sobre la manera con qué los parisinos viven
sus habitantes, nosotros hablamos a nuestra ciudad =
su ciudad. Esta organización del espacio mediante
ciudad en la que nos encontramos, sólo con habitarla
su historia, organiza la percepción de los diferentes
recorrerla, mirarla”.
barrios en una representación socio espacial am- el proceso ¢,
pliamente compartida. Hacia el norte y el este que
En este sentido, es posible afirmar que
municativo del que se valen los cartógrafos —en este cago
serán rechazados los pobres y los inmigrantes, con
el ciudadano que elaboró su mapa mental—, los lectores
nombres despectivos [.. ]. Es una representación 50-
de las cartografías y los investigadores, se soporta enla
cial que condensa en u agen cosificante históri-
comprensión de los signos utilizados para representan
334 ca, relaciones sociales y prejuicios. (1976, 471)
estas din dmicasas y entidades espaciales; Humberto Ec -O
De lo anterior emergen dos hechos interesantes a (citado por Silva 1978, 91) define.
el no“como cualquier
significado preciso»
nalizar en esta mesoescala a la luz de los mapas men- entidad mínima que parezca tener
Esto, en el marco mismo de las representaciones espa-
tales: el sistema de convenciones gráficas (signos) que
utilizan los sujetos para representar estas categorias; ) cializadas, posibilita asumir que los signos se valen de
diversas formas para relacionar un significado Y una
dénde y cómose define la línea divisoria entre la ciudad
grafía, para lo cual es útil la tipificación propuesta D.
segura e insegura, pobre y solvente. Suavita y Flóre
I’L‘lrt_(‘ (Silva 1973) quien agrupa los signos en ¡¡_Úm_…
(1993), en su análisis de percepción y comprensión car-
índices y símbolos. Sus diferencias permiten asumir ni-
tográfica, proponen el estudio de las formas y mecanis-
veles de representación gráfica de ciertos datos, hechos -
mos utilizados por el lector para mediar en los procesos
de aprehensión de la información gráfica, apoyados en situaciones geográficas que, a través de una cartografía,
la semiologia gráfica de Jacques Bertin (2005), la € al cumplen la función de re-presentar (traer a), de manera
indirec imente se inspiróen el trabajo de Roland Bar- escalada, algo que proviene del espacio hacia la mente y
thes (1998, 260): “La ciudad es un discurso, y este dis- la conciencia del individuo (Jodelet 1986, 47¿)
JOHAN ANDRÉS
AVENDAÑO
ARÍAS
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aria que divige
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del entramado público, o del mobiliari.
urbar |I s de los y espacios
espacio
mente ins te enun altaa-
año y barrial alt ar un heeho delictive o un episodio vio vío.
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ind ica que sus repr donde tuvo lug:
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Insatisf: F.e 'CCióny en este EA h Il r nsacióAEn
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% En torn o de las Fepresentaciones
de las donde se cometen elitos e
de la ej territoriales los. Por ello, los lugares
- g
"a Ciudad, - 5€se profundizó cons titu yen en terr;
en otros aspeet Él transcurren hechos violentos, se
€lemplo, se preguntó 5 Aspectos, Así, por
do o espacios topofóbicos
5 “SUNtó a e
ral 18% que se siente se- torios del r
Buro cuengál era la razón ce . anos, gent ido conductas
ntr Ide su afirmación, a lo que, rio de los ciudad . .
de man, lo afirma Capron (2009)
Anera comi 5 . hacia ellos, t al como
Un, tanto a nivel Bogotá como barrial y tiva ha 1 los lugares, más allá de un a
EN una p orción
Prop
Esimilar. le asignaron la justific: -ión nificación ne
de ser lugares : perspectiva f jonal o contenedora del espacio, es |,
tares tranquilos y conocidos, y la presencia y topofabia
efectivida E que aquellos pocos que Yi Fu Tuan (2007, 129) ha definido comomiedo
Ividad de la policía. Es decir
2 . es decir, ese vínculo del , el re
hábitat hacia el
sient
Que se sien e: -
uE se tes seguros lo atribuyen, por su experien , lo cual se conden
vida R ;
conocer chazo, los conflictos y € ] desapego sa
Cla
de
de
vida, a la cotidianidad que les permite o lo que Matthews y ur
los espacios;
transitar sin mayores prejuicios, incluso por lugares en temor hac
do la sensación negativa -
de reconocer bert (2008) h ; denomina
haber * 5™ además
donde pudiese
de yego hacia los lugares, que llega a producir incluso
que la presencia policia | es un factor que disuade al de-
limitacionesde tránsito.
lincuente o lo “protege” de algún hipotético peligro.
Los ciudadanos abordados para esta investigación
o lugares de mayor
ubicaron por lo m enos seis ámbitos
Espacios inseguros y delictivos es decir espacios topo-
miedo e inseguridad (figura g90),
Felipe Javier Hernando Sanz (1999, 13) y Avendano
crimino fóbicos, pu es se convierten en formas de trampas urba
2016) documentan cómo, desde los estudios
ialización de hechos del ictivos
nas que facilitan la mate
lógicos y en lo que se han denominado la génesis de las
o violentos. Además,las veinte opciones fueron
todas
geografias del crimen, las asociaciones entre dinámicas
para algún
s valoradas, es decir que en cada una de ellas,
sociales, morfologías urbanas y ocurrencia de hecho » riesgo, aclarando que podían
grupo poblacional, exi
delictivos datan, incluso, del siglo xix. Ciertamente, la
seleccionar todas las que desearan, pues no son mutu a-
Escuela Cartográfica de Criminología sienta las bases
mente excluyentes. Los casos dominantes son duimj(-,
teóricas y metodológicas para el desarrollo de la geo-
de los puentes (43-4 %); los sectores marginales (34%):
grafía de la violencia urbana, cuyo “objetivo fue el es-
tablecimiento de las variaciones en el espacio y en el rondas de ríos, quebrad as, caños y humedales (30-'5%].-
one s y
sus principales diferenciaciones espaciales” (Hernando to por los puentes : ales
peaton EN estaci
(24.6 %); yy en Es
paraderos de Transmilenio (23.3 %).
Sanz 1999, 13). Ello da cuenta de la forma como se han
venido construyendo cierto tipo de toporrepresenta- En general, todos esto :asos hacen referencia a ES-
ciones que, si bien han sido ricamente documentadas pacios de tránsito peatonal, los cuales corresponden a
(Guerrien 2002; Lindón 2006a; Martel y Baires 2006; infraestructuras obligatorias de circulación, que hi.¿ln
Mucchielli 2013; Niño 1998), para el caso de Bogotá es “economizan” el tiempo de desplazamiento al querer
un campo que ha sido opacado por los análisis cuan- acotar un tránsito, o son las únicas opciones, como el
titativos o meramente cartográficos, lo cual también caso de los puentes peatonales. Ejemplos de ello S0
constituye una oportunidad para el desarrollo de las ilustrados con las figuras 90a y 9ob, con dos si'tin; 1nx
geografias locales. cruce, uno en el norte y otro en el sur; es claro quu‘u:ttl
."»f;r,--iw'_\ Baries (2006) consideran que la ir]lit].:[‘rl de tipo de infraestructuras condicionan la movilidad (,:t ;
lo inseguro deriva de tres fuentes principales: las ex- un diseño funcional, pero no están pensadas en L…
periencias personales, los relatos de otras personas y diseño apropiado, al punto de que facilitan
| la vicliul?
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presentaciones; es lí cuando las legitima Y las ub
1997, 209). Esta arquitec= 5 Ubica
propia estas narrativas ( Pred
2000), rige al nivel de una realidad dada.
rurización y estetización analizada por 50J
“positiva ,
aoración
fuertemente como parámetro de Pobrezas y marginalidades ""'hiil'l;a_-‘;'!
E
en los c -riterios ¡ de sig-
estando casi que compenetrados Mexión acerca de las lupr,rr¡—[,.-¿.__¡¡_.…,“_…l
los En ls aciones
que reproducen sent
represe ac ione 5 : sobre
ntac
nificación ios sociales de la pobreza y la d…'¡-l'“'lld ;
o es que e imag >Ualda,
lugar 5 y los espacios. Sin emba rgo, lo llamativ sociales
los actores mostraron las diferentes dime
esta misma también es una const
rucción, es ; decir que n i
siones constitutivas, según la experie ncia vivida
los parámetros estéticos de “el incia y sutileza urba- en
sus barrios y localidades. Aun cuando no se hizo My
culturalmen
342 na”, también hacen pa rte de una ideología evidente, en cada una de las definiciones que e,
porlo
:
te situada en un periodo histórico concreto y que, construían o de los ejempl s
icar lo s
ifics os que ponían siempre había
tanto, puede cambiar y en consecuencia modif
un referente espacial. El enfoque de caracterización =
criterios de valoración estética de la ciudad.
soportó en la realización de cartografías sociales, ¡[…IIU
Finalmente, la estetización en sí mi: 1a NO se constitu-
que estas se entienden como un camino que despie rta
ye en un problema en la valoración espacial, la dificultad
aquellos recuerdos primarios, de la inf
:-'.—'i.e en el significado asignado: iluminado, vanguardista, ancia: el Poder
dibujar. Acá no interesa si se es un gran
el 1nte, suntuoso, costoso y exclusivo; en oposición está arquitecto
un ama de casa, o un adulto mayor que no sabe leer
lo vetusto, en mal estado y oscuro e indeseado. Estos va-
lores, de manera frecuente, son asignados no solo a espa- ni escribir, pues todos ellos, sin excepción, se dejan
consumir por esa magia que tiene el dibujar, del Poder
eios y lugares, sino también a los habitantes que practican
su cotidianidad en unos y otros: elegante, gente de “bien” hablarde su cotidianidad con otro lenguaje: |5 imagen
y seguro, frente a descuidado, “pobre” e inseguro; un Quizá el secreto se encuentra en que cada uno de los
determinismo altamente reduccionista, excluyente y pe- participantes empieza a darse cuenta de que posee Te
ligroso en sí mismo. Ciertamente, es una manera de evi acumulado de saberes y experiencias que solo se lo
ha
denciar cómo se imponen los espacios sobre el individuo, dado el habitar su territorio, un con
junto de informa-
cómo se condicionan las prácticas reales y las maneras ción que es importante y útil. No es, además, un ejer-
de relacionamiento, y no al contrario, puesto que hay un cicio difícil, en tanto que entre todos hablan
¥ plasman
“empoderamiento” de la función y la forma urbana,de sus en el mapa su día a día, lo que
ven en las calles, en
mobiliarios y equipamientos, para regular y condicionar el barrio; lo único que hacen es poner en un papel su
las formas de vida. Dado que estas estructuras son regu- espacio vivido.
lares y racionales, la cotidianidad tiende a ser ordenada,
En palabras de Guy Di Méo (2007) este
racionalizada, homogenizada y controlada (Jacobs 1993). tipo de car-
tografías pueden verse como
Así, en estas valoraciones se da por sentada un ejercicio de “espaciali-
una dad de las identidades colectivas”.
“realidad” y se estandarizan como mecanismos Un sujeto, bien sea
que en su sentido g rupal o indivi
nasifican un ideal de deber ser, como dual, relaciona los Marc
el caso de | a os
materiales de sus espacios
gente de bien"; y también el ideal del Eeográfico y de sus
no deber ser, rios con los acontecimi rit
como la vida del delincuente o del hab entos de sus propias
itante de la ca- viw.‘nc;::;_
les asigna simbolosy va
lle, al punto de que tales valoracio lores. Desde la perspe
nes se convierten en ctiva m:i:;
general, puede solicitá
referentes: “[en] esta sociedad rsele a los participan
las masas pareciesen tes de ]o\-
talleres que grafiquen
aceptarla inevitable dominaci su espacio de vida
ón y la supremacía de las (camin;:nq 5
de splazamientos regulare
distintas formas de ch'[í.—urw.- s del individuo), o
s"[I.:'r'c'hrrf' 1983, 11), Más su eq¡;(¡;;í&
allá de comprender la evi vivido (de prácticas
dente diferencia social, e imaginarios), pero
a est territorialidades (e tambil'—n 1'10»
S€ contunde] y se5 acepta co
o -
xperiencia territoria
mo forma de naturalizar l del il-ld' "
de
las duo). Es decir, el tipo de
sigualdades de las co relación que se pose
ndiciones sociales. En
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genización de los presentación de sy
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mucho allá. Al hahac
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nciia o la In
i tencionalida 8 El siguiente - a apartado es y
d de Sus re 2013). .
n extracto de Avendaño (2011: