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PRIMERA EVALUACIÓN ENTONOLOGÍA AMERICANA

Felipe del Canto

Javiera Carvajal

En el presente texto se desarrollarán diferentes perspectivas de cómo se han


abordado los diferentes conceptos de otredad, etnicidad y raza, considerando sus
diferentes interpretaciones y abordajes con el fin de clarificar sus concepciones y
reflexionar en torno a sus expresiones en la vida moderna.

La otredad ha tenido diferentes abordajes etimológicos que, acompañados por los


contextos sociales, temporales y raciales, estos se unen para una apreciación o
consideración de un otro desde una perspectiva en la cual este otro es distinto moral o
físicamente. Esta diferenciación con el otro como exclusión desde lo que se considera
propio hacia un grupo cultural determinado deriva en diferentes otredades y formas de
abordarla y relacionarse con los demás.

Una de estas formas, es la concepción negativa del otro, donde este es visto de
forma categóricamente inferior. Esto se puede apreciar, quizás sin el concepto de otredad
como tal, con el colonialismo en América, continente que experimentó luego de la invasión
colonial como estos determinaban una jerarquía y superioridad cultural autoimpuesta
frente a las culturas originarias, para con el paso del tiempo crear una cultura racista para
con los descendientes de estos pueblos, donde intentaban separar unos de otros con
conceptos de superioridad racial.

En el siglo XIX el “otro mítico”, este “otro” era visto como una criatura lejana y con
características que rozaban lo fantástico, donde se sabía que existían según lo contado
por los versados en la materia, pero el pensar en ellos como un par o algo cercano no
estaba en la norma. Por otro lado, el “otro exótico” pertenece a un lugar lejano del propio,
nace con la corriente cientificista y el “descubrimiento” de nuevas culturas, se les
reconoce como humanos reales pero ajenos a la sociedad que los piensa, se les observa
como ejemplares de su propia cultura. 

Más adelante según las teorías evolucionistas existen “otros” que pertenecen a
estadios socioculturales “superiores” o “inferiores”, por lo que hay culturas más
desarrolladas que otras. Estas categorías impuestas por los países dominantes de la
época marcaban características raciales, religiosas y/o morales por encima de las otras
otredades del planeta, autodenominandose como grupos más avanzados y civilizados que
otros considerados primitivos. 

Por último, en contexto contemporáneo de migraciones y dinamismo cultural, el


otro cultural es abordado como objeto de estudio en las diferentes ramas de las ciencias
sociales. Este otro aparece por los años sesenta e intenta entender todas las realidades
de los diferentes grupos sociales que conviven y se relacionan en la cotidianidad,
intentando abarcar las diferentes dimensiones de otredad que existen, ya sean étnicas,
raciales, religiosas, de género o edad.

El concepto de etnicidad es joven dentro de las ciencias sociales, fue acuñado por
primera vez en los años cincuenta por el sociólogo David Reisman, sin embargo, etnia y
étnico tienen una larga trazabilidad a lo largo de la historia, desde sus diferentes raíces
etimológicas se entienden como los “otros”, ajenos y en oposición a “nosotros”, “nosotros”
funciona como categoría para referirse a una identidad compartida en oposición de otras
identidades compartidas. Esta noción de diferencia permitió el uso del concepto en
problemáticas migratorias.

La etnicidad se puede entender desde diversas perspectivas, las dos principales


divergen en, la comprensión de la etnicidad como la cultura, en cuanto a la continuidad de
ciertas características, y, la segunda como categoría diferente a la cultura y que busca
integrar las diversas alteridades en la construcción de definiciones.

 El primordialismo, enfoque relacionado a la primera corriente teórica mencionada,


busca la categorización de diferentes atributos o características de manera que se cree
una gran fuente de información universal, de esta manera tener un abordaje metodológico
comparativo buscando semejanzas y diferencias hasta lograr generalizaciones sobre los
datos recolectados. 

Las etnias son reconocidas como fenómenos naturales, como un hecho, lo que
direcciona la focalización hacia las manifestaciones actuales de esta sin considerar el
origen.  Existen y continúan debido a los “vínculos primordiales” mencionados por Greetz
(1963), es decir linajes “sanguíneos” o una historia común compartida. 

Por otro lado, el constructivismo, entiende que la etnicidad funciona para


problematizar el contacto entre alteridades, limita el nosotros de los otros y cómo los
distintos conjuntos de sujetos se identifican, permite organizar las diferencias culturales y
construir identidades mediante la selección de elementos culturales interiorizados, la
aceptación o rechazo de ciertos rasgos estará limitada por la interacción dinámica entre
actores sociales. No tiene una relación biológica o con cuestión de linaje. Dentro de las
diferentes sub corrientes constructivistas se explica la construcción de la nación y el
estado como fenómeno histórico y variables de la etnicidad.

La raza ha sido utilizada mayormente para separar individuos por su apariencia


física, es decir, se atribuyen ciertos rasgos para categorizar las diferencias físicas entre
sujetos, ha funcionado para segregar a aquellos que no cumplen con los cánones
eurocéntricos.  Sin embargo, la raza no existe como tal, esta se construye a medida que
la historia fue marcando estas diferencias, por lo que la raza funciona desde el dinamismo
histórico que ha tenido, se conformado a base de las interacciones entre otredades. 

En un principio a las diferencias fenotípicas se les daba significados clasificatorios,


casta, inferioridad o superioridad, derecho a estar con ciertas personas, las cuales se
convertían en filtros sociales para ayudar a unos y dejar rezagados a otros. A lo largo del
siglo XX distintas teorías en torno a la raza fueron surgieron, en principios de siglo la
teoría eugenésica otorgaba a la raza características hereditarias que influyen en el
comportamiento y el físico, dando a entender que las descendencias de razas “diferentes”
entre sí resultan biológicamente dañinas. 

A mediados de siglo la biología evolutiva, avalada por científicos de la época,


comenzó a concebir, que las razas se diferencian por variaciones que marcaban
diferencias genéticas entre unas razas de otras. Esto no solo se usó para fines científicos
biologicistas, sino que se extrapolo a todas las disciplinas de la época dando paso al
evolucionismo cultural y otras corrientes. A finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI
las corrientes científicas demostraron que no existía variación genética entre los seres
humanos, lo que permitió el comenzar a desechar ideas en cuanto a esta clasificación.
Mientras los cientistas biólogos le daban significados, por un lado, los
investigadores sociales también trabajaron en los conceptos que se tenían de raza, estos
no se basan en la separación genética - biológica, sino más bien hacen alusión a la
importancia social que en su momento existió sobre la raza la que brindaba un sentido de
diferenciación sobre grupos sociales determinados, para diferenciar linajes y estirpes de
ciertos individuos sobre otros. 

A su vez como determinante de pertenencia a un grupo se utilizó la raza como


herramienta visual para formar grupos socioculturales solo por apariencia fenotípica.
Desde las ciencias sociales se puede entender como raza a una forma cultural
determinada de concebir y darle sentido a la realidad mediante factores físicos que con el
paso del tiempo se intentó justificar la segregación racial desde la biología, para
determinar que solo existía una separación en el imaginario cultural determinada por el
sentido de la vista.

A modo de conclusión se debe comprender que los tres temas centrales relatados
se desarrollan a medida que la sociedad y las diferentes culturas lo han hecho. La
globalización, ha ayudado a eliminar un poco las fronteras territoriales que se han
construido, y, en consecuencia, incrementado las migraciones, de esta manera enfrentado
otredades, razas y etnicidades. Por otro lado, ha difuminado en parte las líneas negativas
de la diferencia en la cotidianidad, la masificación de información ha permitido el
comprender las alteridades desde sus diferencias tratando de contribuir en eliminar los
prejuicios que han predominado por tanto tiempo. 

Sin embargo, aún persisten algunas reproducciones de estos sesgos, donde


siguen vigentes ciertas apreciaciones sobre un otro étnico, como se puede apreciar en la
siguiente cita de Radcliffe Brown donde se puede ejemplificar como era la visión del otro
en el pasado para avalar términos de discriminación racial sobre el otro donde se llegó al
punto de pensar que por ser otro social, no se era apto para ciertas necesidades sociales
que aún siguen vigentes como lo es el trabajo:

Los marineros negros fueron atacados no simplemente porque se los consideraba


“racialmente” inferiores, sino porque estaban ocupando trabajos que podrían ser
realizados por aquellos, es decir, los blancos, que se suponía que tenían más derecho a
ellos. (en virtud de derecho de nacimiento y ‘raza’).  Ratcliffe (2004)

El ser humano tiende a la necesidad de buscar un grupo de pertenencia,


categorizar para distinguirse entre la multitud, dándole un sentido de pertenencia para
sentir la seguridad, social, económica y moral que produce el pertenecer a un grupo
cultural determinado, privilegiando a los “suyos” y separando a los “otros”, para así no
perder la división casi instintiva entre seres humanos. 
BIBLIOGRAFÍA

Ratcliffe, P. (2004). ‘Race’ Ethnicity and Difference. Imagining the Inclusive


Society. Open University Press.

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