Manson 7

https://ignite-books2.blogspot.
com/ Página 1
Este libro llega a ti gracias a:
IGNITE BOOKS
https://ignite-books2.blogspot.com/ Página 2
Sinopsis:
Esta es una novela muy corta que consta de una escena que tiene tres partes y
una escena adicional. ¡Esto fue escrito para ser un regalo GRATIS para los
lectores de Fallen Crest! Y dicho esto, Felices vacaciones de Tijan. (Si no es
gratis, absténgase de comprarlo. Estoy trabajando para hacerlo gratis).
Tabla de contenidos
Parte Uno.
Parte Dos.
Parte Tres.
Material Bonus.
Dedicación
¡Esto fue escrito como un regalo para los lectores de Fallen Crest! ¡¡¡Espero que lo
disfrutes!!!
PARTE UNO:
DESPUÉS DE FALLEN CREST UNIVERSITY :) ANTES DE DONDE SE
RECOGERÁ EL LIBRO DE LOGAN.
"Oye".
Sam levantó la vista del sofá donde estaba sentada, en el sótano, o más
apropiadamente todavía en el sótano. Mark salió de su habitación y se detuvo
sorprendido al verla. Su mano estaba levantada, pasando por su cabello, pero la dejó
caer hacia su costado. Preguntó: "¿No puedes afrontar la música?"
Un estallido de voces sonó desde el piso encima de ellos y ambos miraron hacia
arriba. Mark se refería a la reunión navideña que su madre, su madrastra, había
planeado.
Ella soltó una breve carcajada. "Sí. ¿Cómo te imaginas?" Una sonrisa irónica tiró de
las comisuras de sus labios mientras levantaba la mano, sosteniendo un vaso de
Bourbon en ella.
"¿Mason y Logan aún no están aquí?" Llegó al final y se hundió en el otro lado del
sofá. Era un sofá largo y curvo, por lo que Sam todavía estaba en el lado opuesto de la
habitación mientras lo miraba.
Ella sacudió su cabeza. "Fueron a casa de Helen esta mañana. Cuando se enteró de
que Garrett no solo vendría esta noche, sino que Analise y James también, cambió de
opinión. Dijo que quería hacer lo suyo, con sus propios hijos, y creo que esta noche se
dirige a París".
Mark se rio entre dientes, recostándose contra el cojín. "Nunca pensé que diría esto
sobre Mason y la remilgada madre de Logan, pero fue inteligente por su parte".
Sam gruñó, terminando el resto de su bebida. Ella lo miró y suspiró. Ahora tendría
que levantarse y caminar hacia la barra. Eso implicaría mudarse. Eso implicaría que
tendría que levantar el culo del sofá. Ir a tomar una copa no era el problema. Tenía
miedo de que una vez que se pusiera de pie, Malinda lo supiera mágicamente y abriría
la puerta del sótano. Les pediría que subieran y fueran "sociables" y, como Sam
amaba a su madrastra, subiría las escaleras. El problema: no podía "afrontar la fiesta"
como había dicho Mark. Había gente allá arriba que Sam no quería ver, o
simplemente no estaba lista para hacerlo. Estaba tomando una página del libro de
Logan y estaba esperando hasta tener un buen zumbido antes de dirigirse allí. Debido
a que tenía ese pensamiento irracional de Malinda cuando se levantaba, era buena para
permanecer en su lugar. Su trasero permaneció sentado.
Mark la había estado observando y ahora se rio. "Vamos." Se puso de pie y extendió
la mano. "Te lo llenaré de nuevo".
Ella se tensó, pero se relajó ante su última declaración. "Ay Dios mío. Te amaré por
siempre, Mark".
Tomando el vaso, Mark se rio de nuevo y negó con la cabeza, yendo al bar en la
esquina de la habitación. "No gracias. No quiero eso. Soy bueno con nuestro vínculo
fraterno / fraternal". Alcanzando un segundo vaso, miró hacia arriba y la miró a los
ojos. Una mirada pasó entre ellos y Sam se encontró sonriendo de verdad. No fue
forzado ni presa del pánico. A ella le agradaba Mark. Con toda la locura que había
soportado durante los últimos años, tener un buen hermanastro había sido una guinda
inesperada del pastel, pero sabía a qué se refería. No. No había nada más que una
amistad y un vínculo de hermanastro entre ellos.
Si lo hubiera, se estremeció ante el drama que habría sido. Ella suspiró, relajándose
aún más. "Sí, Mason no estaría contento con eso".
Mark llenó su vaso y lo acercó, además de sostener uno para él también. Después de
entregárselo, se hundió en su asiento. "Oh sí. Entre Mason y Logan, probablemente
terminaría en el hospital en algún momento".
"No son tan malos". Bebió un sorbo y luego pensó en lo que acababa de decir. "No
importa. Lo harías totalmente".
Mark se echó a reír, tomando un gran trago de su vaso. "No tengo ningún deseo de
aterrizar en su lista de mierda, nunca lo hice".
Había estado llevándose el vaso a la boca, pero se detuvo y lo bajó.
"¿Es por eso que siempre fuiste un poco amigable con Logan? ¿Incluso en nuestro
segundo año cuando todavía estaba en la Academia de Fallen?"
Las comisuras de su boca se volvieron hacia adentro, como si estuviera conteniendo

una risa. Se encogió de hombros con aire avergonzado. "Sí. Un poco. Siempre me
llevé bien con Logan, pero una vez que me di cuenta de lo cerca que estabas con ellos,
y supe la erección que Adam tenía por ti, digamos que tenía que tener cuidado a
veces. Ir en contra de los Kades es un movimiento tonto y Adam lo sabía, pero Adam
es Adam. Amo al chico, pero era obvio que ibas a terminar con Mason. Mierda. Todo
el mundo lo sabía. A la gente le costaba aceptarlo, por el motivo que fuera".
La madre de Mark no había comenzado a salir con el padre de Sam hasta el año
siguiente. En ese momento, ninguno de los dos se había dado cuenta de cómo estarían
atados, pero Sam estaba agradecida. Cuando comenzó a salir con Mason y se
convirtió en "familia" con Logan también, las cosas se pusieron tensas antes de que se
transfiriera de la Academia Fallen a Fallen Crest Public School, donde asistieron
Mason y Logan. Hubo enfrentamientos verbales, más de un puñado de
enfrentamientos y un par de golpes lanzados. Pensando en ello ahora, preguntó:
"Nunca hicieron nada malo, ¿verdad? ¿Cómo incendiar el coche de alguien o algo
así?"
Mark se bebió el resto de su bebida e hizo una mueca. "Eso quemó". Se centró en ella
de nuevo. "Nah. Nunca hicieron cosas así. Eso fue solo contra los chicos de Roussou".
Sacudió la cabeza. "Budd Broudou nunca supo a qué se estaba inscribiendo, yendo
contra Mason y Logan".
Sam tuvo que estar de acuerdo. La rivalidad entre Fallen Crest Public School y
Roussou había sido peligrosa. Pensando en ello, se sorprendió de que no les sucediera
nada horrible a ninguno de los dos. Se estremeció ante ese pensamiento, pero
pensando en los últimos años con su reciente batalla contra Park Sebastian, sabía que
debería estar agradecida de que nada le hubiera pasado a ninguno de ellos, incluida
ella misma.
"¿Mark?" La puerta que conducía al sótano se abrió y Malinda gritó: "¿Samantha?"
Compartieron otra mirada. Era el momento de afrontar la música.
Sam terminó el resto de su bebida y Mark levantó la suya, pero ya estaba vacía. Él
gimió. "¿Qué hay de los shots?"
Se puso de pie y ella le ofreció su vaso vacío. "Suena bien para mí."
Tomando ambos, se acercó a la barra y llamó al piso de arriba: "Subiremos en unos

segundos, mamá".
La puerta se cerró, pero en lugar de regresar a la reunión, Malinda bajó las escaleras.
Sam siguió a Mark. Dio la vuelta a la barra y ella estaba parada entre dos de los
taburetes. Ambos se dieron la vuelta cuando Malinda llegó al pie de las escaleras. Se
detuvo, los miró a ambos con los ojos entrecerrados y apoyó la mano en la cadera.
Esperaron, inseguros de cómo procedería.
Ella se rio y resopló al mismo tiempo. "Bueno, prepárame uno también, mi adorable
hijo".
Sam había estado conteniendo la respiración. La soltó ahora, dándole a Malinda una
sonrisa temblorosa cuando su madrastra se acercó a ella. Malinda le pasó un brazo por
los hombros y la apretó contra su costado. "Oh cariño." Peinó un mechón de cabello
de Sam hacia atrás, metiéndolo detrás de su oreja. "Siento mucho lo de tu madre".
Y la verdadera razón por la que Sam no se atrevió a subir esas escaleras fue
nombrada. Analise Stratton, que todavía compartía el apellido de Sam a pesar de que
cambiaría a Kade una vez que se casara con Mason y el padre de Logan, James Kade,
se había invitado a sí mismo a la reunión familiar de Navidad en el piso de arriba. De
hecho, después de llegar a Malinda y la puerta del padre de Sam hace una semana,
Analise había declarado que había "vuelto" de muchas otras formas. Pasó un largo
período en un hogar grupal, pero fue liberada porque se creía que estaba "lista" y
"capaz" de regresar a su vida normal fuera del entorno del hogar grupal.
Y eso significaba que estaba lista para volver a ser la madre de Sam, o lo intentaría.
Así lo expresó ella la noche que llegó. Desde entonces, Sam no tuvo nada que ver con
ella. Analise llamó todos los días. Sam ignoró las llamadas todos los días. Ella vino
dos veces más después hasta que Malinda tuvo una palabra privada con Analise. Sam
no había podido escuchar toda la conversación. Ella había entrado por la puerta trasera
después de una carrera larga y se había detenido antes de salir a la cocina. Una vez
que escuchó la voz de su madre, se quedó paralizada, pero luego escuchó a Malinda
decir: "... tienes que dejarla venir a ti".
"Pero ella nunca lo hará". Analise parecía impaciente. "Solo quiero a mi chica de
vuelta".
"Te has ido por casi dos años, y antes de eso la lastimaste".
Malinda se mantuvo fuerte, pero reconfortante al mismo tiempo. "No puedes volver y
hacer que ella quiera tener una relación contigo de nuevo".
"Porque le han lavado el cerebro. Es por eso…"
Sam inmediatamente se tensó al escuchar la ira en la voz de su madre, pero Malinda

dijo: "Ahora, detente". Su voz bajó, como si se acercara a Analise. "Nadie le ha
lavado el cerebro a esa niña en tu contra, porque ella es una adulta. Está en la
universidad, Analise, y te guste o no, Samantha decidirá si quiere una relación contigo
o no. Me tomó un año entero para que ella se sintiera bien conmigo y he estado aquí.
Vivió conmigo en su último año de secundaria".
"Y gracias por eso."
Sam parpadeó, sorprendida por el cambio repentino en la voz de su madre. Sonaba

genuinamente agradecida.
"Mira", agregó Malinda. "Solo dale tiempo. Dale espacio. Déjala venir a ti".
"Quiero verla en Navidad".
Un nudo se formó en el estómago de Sam. Se movió, se volvió hacia la puerta abierta

y presionó una mano contra la pared. Volvió a contener la respiración.
Hubo un momento de silencio antes de que Malinda se aclarara la garganta. "Bien…"
"Ella es mi hija, Malinda". Analise sonaba firme.
"Lo entiendo, pero tal vez podría tener una pequeña reunión. En su lugar, todos los
miembros de la familia podrían venir aquí. Sam podría sentirse más segura de esa
manera, y no tan forzada a una pequeña cosa íntima".
"¿Crees que ella lo haría?"
"Creo..." Malinda parecía estar eligiendo sus palabras con cautela. "Creo que... tendrás
una mejor oportunidad de tener algún tipo de conversación con ella si sucediera aquí".
"No quiero a Mason o Logan aquí..."
Malinda continuó como si no hubiera escuchado esa parte, "... y especialmente si

Mason y Logan también están aquí".
Sam se mordió el labio. El nudo se aflojó, pero ella no se estaba volviendo menos
tensa. Se estaba relajando con la ira. Su sangre se estaba calentando. ¿Su madre se
atrevió a entrar aquí, se atrevió a exigir unas vacaciones con ella y se atrevió a exigir
que Mason y Logan no estuvieran allí? ¿Las dos personas que habían estado allí para
ella durante los últimos años? Sus dedos se clavaron en la pared, pero no sabía cómo
dejarían marcas de sus uñas.
"Esos chicos me odian".
"Bueno, tienen razón". Malinda dejó escapar un suspiro. "Heriste a alguien que ambos
aman. La protegen ferozmente".
"Y le han lavado el cerebro contra mí..."
"Analise, tienes que parar. No puedes pensar en ellos de esa manera".
"¿Cómo debería… no. Está bien. Mis terapeutas dijeron lo mismo. Son su familia. Se
ocuparon de ella cuando yo no pude. Tengo que recordar eso." Una risa breve, pero
entrecortada vino de la madre de Sam. "La han tenido cuando yo no. Solo me
concentro en eso a veces, pero tienes razón. Necesito agradecerles por amarla y
protegerla".
"Mmm hmm. Creo que es la mejor manera de manejar a esos dos chicos, y ellos ya no
son chicos. Son hombres. Y estarán en su vida para siempre".
"Lo sé. Lo hago. Lo siento. Intenté comunicarme con Mason, pero no me devuelve las
llamadas".
Malinda soltó una risa genuina. "Oh cariño. Lo siento, pero tienes más posibilidades
de hablar con tu hija que eso. Si quieres un consejo, me disculpo con ambos chicos.
Agradéceles por amar a Sam y déjalo así. No aguantaría la respiración por el perdón o
la aceptación de cualquiera de ellos. Demonios, no esperaría nada más que un silencio
civil de ellos. Eso es todo lo que obtendrás".
"Sí..." Su madre se quedó en silencio. "Supongo."
"Escucha" dijo Malinda más fuerte y con una alegría forzada. "Hablaré con Sam, me
aseguraré de que la pequeña reunión esté bien para ella, pero realmente creo que esa
es tu única oportunidad de pasar las vacaciones con tu hija".
"¿Y después de eso?"
"Y… después de eso, dale tiempo. No puedes forzar una relación. Tienes que dejar
que se desarrolle, pero ambas partes deben querer la relación. Ella también tiene que
quererlo".
"Lo sé. Okey." Analise respiró hondo y soltó una risa temblorosa. "Gracias, Malinda.
Has sido tan maravillosa con todo esto. Gracias también por todas las visitas".
"Por supuesto. Bueno. Sam salió corriendo y, si la conozco, volverá a casa pronto. No
estaría aquí si fuera tú".
"Okey. Sin embargo, llámame para hablar de la fiesta".
"Voy a hacerlo"
Un momento después, la puerta se abrió y luego se cerró. Sam de repente se sintió

exhausta de nuevo. Tampoco creía que tuviera nada que ver con su carrera de una
hora. Se quedó quieta, todavía de pie junto a la puerta y esperó hasta que Malinda
regresó a la cocina. Mientras lo hacía, su madrastra la miró. Sam vio la cautela
preparada en el rostro de Malinda. Sabía que Sam había estado allí todo el tiempo.
Sam suspiró y soltó la mano de la pared. "¿Has ido a verla?"
Malinda se estiró y se frotó la frente. Las arrugas estaban tensas alrededor de sus ojos
al igual que de su boca. "Tenía que hacerlo. Era una condición de sus terapeutas.
Lamento no haberte dicho nunca, cariño".
Sam frunció el ceño. No estaba segura de cómo se sentía al respecto, pero levantó un
hombro. "Supongo que tiene sentido. Es mejor para ti lidiar que para mí".
"Lo sé." La mano de Malinda pasó de su propia frente a la de Samantha. Ella la frotó
con el pulgar. "Oh, Samantha. No deberías tener ninguna de estas líneas de
preocupación".
Sam no se apartó y cuando Malinda la atrajo con fuerza para abrazarla, pero no
levantó los brazos para abrazarla. El entumecimiento que siempre había estado allí
cuando se ocupaba de su madre estaba arrastrándose una vez más.
Fue bajo. Se alineaba en la parte inferior de su estómago, pero Sam sabía que nunca
desaparecería, no mientras Analise estuviera de regreso. Se había descongelado con el
tiempo, cuando Analise se fue, pero estaba de regreso.
Malinda la abrazó y le susurró: "Tu madre nunca te hará daño. No la dejaré. David
tampoco lo hará". Presionó un beso en la frente de Sam antes de retroceder. Su mano
todavía estaba en el hombro de Sam. "Pero tengo que preguntar sobre las vacaciones.
¿Estás de acuerdo con eso? Pensé que era la mejor manera de asegurarme de que te
sientas segura y que ella no provoque un escándalo, tratando de obligarte a hacer algo
que no quieres. Ambas sabemos que terminaría en una gran pelea, una que ella
perdería, pero sería un dolor de cabeza para ti lidiar con ella".
Malinda tenía razón. Sam se dio cuenta entonces de que Malinda estaba tratando de
evitar que se dibujara una línea. Y Analise habría hecho exactamente eso. Habría
intentado obligar a Sam a verla. Sam no habría hecho lo que su madre quería y sería
una batalla de nuevo. Sam asintió con la cabeza, tratando de forzar una sonrisa a su
madrastra. Ella murmuró: "Gracias. Sí, estoy de acuerdo con eso".
Malinda le devolvió la sonrisa, aunque todavía parecía tensa. "Solo mantén a Mason y
Logan a tu lado. Estarás protegida. Tu madre tiene miedo de esos dos".
Y ese era el plan, excepto que ambos todavía estaban en casa de Helen. Sam miró a
Malinda ahora, mientras Mark empujaba un shots en sus manos. Analise llegó hace
una hora, pero ni Mason ni Logan estaban presentes. Sam sabía que esa era la razón
por la que nadie se aventuraba a bajar al sótano para pedirle que subiera, pero sabía
que el reloj estaba corriendo, por eso había estado esperando a que Malinda sintiera
que estaba caminando por el sótano. Tendría que subir allí en algún momento de la
noche.
Vio como Mark y su madre tenían una oportunidad. Ella ya tomó el suyo, y ahora
estaba empezando a sentir el alcohol. Esto fue ridículo. Ella estaba en la universidad.
Su madre no había podido lastimarla durante años... no debería tenerle miedo, no
después de toda la mierda que había enfrentado estando en las vidas de Mason y
Logan. Pero tenía la sensación de que no importaba su edad, no importaba dónde
estuviera en su vida, siempre habría una niña dentro de ella cada vez que veía a
Analise.
Respiró hondo y echó los hombros hacia atrás.
Ya fue suficiente. Necesitaba empujar a esa pequeña niña adentro a una esquina
porque Analise no podía tener tanto control sobre ella. Ya no.
Ella dijo: "Estoy lista".
Malinda la miró con gravedad. "¿Está segura?"
Mark dejó la botella de Bourbon. "¿A pesar de que Mason y Logan no están aquí?"
Ella asintió con la cabeza, aunque los músculos de su cuello se habían tensado. "Estoy
segura." El alcohol también la estaba calentando. "Me ayuda a que yo también me
entusiasme un poco".
Mark sonrió. "Bueno, está bien." Dio la vuelta a la barra y señaló las escaleras con la
cabeza. "Hasta que aparezcan Mason y Logan, estaré a tu lado".
"Yo también."
Ambos arquearon las cejas hacia Malinda. Ella les dio una sonrisa tímida. "Bueno,
hasta que mis deberes de anfitriona me alejen".
Mark se rio entre dientes, poniendo su brazo alrededor del hombro de su madre. "No
te preocupes, mamá. Sé que solo tengo que emborracharte lo suficiente y estarás
dando a Analise un poco por tu cuenta".
"Bueno, he sido amable con ella, mucho más amable de lo que quería ser". Miró y
sostuvo la mirada de Sam. "Pero avíseme si es demasiado. A tu madre se le permite
entrar en esta casa solo porque entiendo su dolor, de madre a madre, pero si te lastima,
la echaré. Me he mordido la lengua más de lo que suelo hacer con ella".
"Voy a hacerlo." Sam asintió. "Okey. Vamos. Terminemos con esto".
Los tres subieron las escaleras.
Mientras dejaban la paz y la tranquilidad del sótano, entraron en un país de las

maravillas navideñas. Malinda había decorado la casa durante el fin de semana, pero
con las luces apagadas y las luces navideñas iluminando la habitación, Sam se
sorprendió por lo hermoso que era todo el primer piso. No era solo la sala de estar,
sino también la cocina y el comedor. Todos los mostradores de la cocina y la mesa del
comedor estaban cubiertos de comida. Había fuentes de carne, queso, galletas saladas,
verduras y frutas. Se colocaron unos calentadores en el centro de la mesa con tapas
encima. En un extremo de un mostrador estaba donde se colocaban las bebidas. Se
instaló un tazón grande, junto con botes para sidra caliente, cacao y té.
"¿Tienes un barman, mamá?" Mark estiró el cuello y vio el porche con mosquitero
que se encontraba al otro lado de la cocina.
"Sí, pero creo que ya has tenido suficiente, mi querido hijo, todavía quiero ser una
querida esta noche".
Mark se rio entre dientes y dijo en voz baja: "Creo que soy la última de tus
preocupaciones esta noche, mamá".
Al escuchar el repentino estado de alerta en su voz, Sam se puso rígida y miró hacia
arriba.
Su mirada estaba fija más allá de la cocina y hacia la entrada. Y ahí, al entrar por la
puerta principal, no estaba la razón por la que había estado tensa, sino la razón por la
que experimentó una oleada de calidez.
Mason y Logan entraron, y ambos la miraron a los ojos, le dieron una sonrisa, pero
pasaron por su hombro. Sus sonrisas tranquilas se tensaron instantáneamente y sus
ojos se enfriaron.
Sam lo sabía, sintió su frialdad agregando al revestimiento entumecido de su

estómago, incluso antes de escuchar esas dos palabras pronunciadas detrás de ella.
"Hola, Samantha".
PARTE DOS:
No podía apartar la mirada de Mason.
Su cabello estaba mojado, como si acabara de ducharse, y ya se había quitado el

abrigo, por lo que sus hombros se veían aún más anchos, pero tan deliciosos bajo su
camisa azul marino.
Logan estaba de pie junto a él, ambos luciendo nítidos y en alerta máxima. Mientras
Mason continuaba sosteniendo su mirada, vio por el rabillo del ojo como Logan se
movía hacia ellos. Les dijo a los dos que su madre vendría, pero había pasado una
semana desde que ninguno de los dos vio a Analise, y esa noche no había terminado
bien. Se preparó para lo que fuera a suceder a continuación. Como ella lo hizo,
Logan se detuvo justo frente a ella. Mason vino detrás de él. Ella todavía estaba
mirando la mirada de su novio. Si pudiera, habría tomado su fuerza en ella porque ya
estaba agotada.
Solo Analise. Solo su madre podía hacerle esto.
Luego, escuchó a Logan arrastrar las palabras: "Bueno, diablos. La zorra psicópata del
pabellón psicopedagógico ha entrado oficialmente en el edificio". Miró a Malinda y le
dedicó una sonrisa. Tenía un toque duro. "¿Qué pasa con esto, mamá Malinda? No
pensé que estuvieras deprimida por los tipos a los que les gusta lastimar a Samantha".
Analise respiró hondo cuando Malinda dijo: "Vamos, Logan. Te dijeron que vendría.
Esperaría algo de decencia de ti".
"No." Logan negó con la cabeza, su sonrisa creció. "Veo a la Anaperra y sale mi lado
el imbécil".
"Logan".
Volvió a mirar a Mason, que había hablado. Logan preguntó: "No me digas que estás
de acuerdo con esto".
Mason negó con la cabeza. "No lo estoy, pero no es nuestra decisión".
Le lanzó a Sam una mirada significativa y Logan dejó escapar un pequeño gruñido.
"¿Estás bromeando? Analise asusta a Sam. Nuestro trabajo es ser los idiotas. Lo
estamos haciendo por ella".
"Tampoco estamos en la escuela secundaria".
Logan dejó escapar un sonido de descontento, pero hizo un punto al girar la cabeza
hacia Sam. "Supongo que es tu decisión. ¿Quieres que la destroce o debería atar al
imbécil?"
Antes de que Sam pudiera responder, Malinda avanzó. Se interpuso entre Sam y
Logan, colocando una mano en su hombro y lo giró. Ella habló: "Vas a ponerle la
correa al imbécil y te vas a ir a otro lado porque esta es mi casa. Si, y solo si, Sam
necesita que alguien la apoye, tendré el placer de echar a alguien de mi casa". Ella
enfatizó el "mi" antes de irse con Logan. Antes de que estuvieran fuera del alcance del
oído, Sam escuchó a Malinda decir: "Acabas de llegar y ya me apetece un trago más".
Logan se rio entre dientes. "Es mi encanto, mamá Malinda".
"Dios nos ayude entonces".
Mason se movió hacia adelante para estar de pie frente a Sam, pero mientras él
extendió la mano y entrelazó sus manos, ninguno dijo una palabra. Miró hacia Mark y
arqueó una ceja.
"Oh." Los ojos de Mark se agrandaron. Tosió y se rio. "Oh, sí. Creo..." Se dio la
vuelta, señalando alrededor de la habitación. "Oh sí. Me necesitan allí, junto al... eh,
sí. Yo también voy a tomar una copa".
Mientras se alejaba apresuradamente, Mason y Sam se volvieron como uno solo.

Estaban uno al lado del otro mientras ambos se enfrentaban a Analise.
Samantha miró fijamente a su mamá por un momento. Se veía diferente esta noche en
comparación con las otras veces que Analise pasó por la casa. Había habido una
desesperación aferrada a su madre, pero esta madre, parecía serena. Tranquila. Casi
serena, en cierto modo. Sam frunció el ceño, sin ver el hermoso vestido blanco con el
que estaba vestida su madre, cómo era tan similar al vestido negro que llevaba Sam, o
cómo el largo cabello negro de su madre estaba recogido en una trenza, muy similar a
su propio cabello. No veía que era casi una viva imagen de Analise. Todo lo que
estaba viendo eran los recuerdos a lo largo de los años y el recordatorio de cómo su
madre amenazaba con arruinar la vida de Mason.
Sam solo pudo ver eso anoche, cuando le dijo a su mamá que se fuera al infierno. La
sensación de alejarse, tener un hoyo vacío en el estómago y sentir el agujero dentro de
ella, el que solo una madre debería haber llenado, se ensanchó en lugar de cerrar. Pero
cuando fijó una sonrisa educada en su rostro y murmuró: "Hola", su madre no tenía ni
idea de la agonía que Sam estaba sintiendo.
Mason lo hizo.
Miró sus manos. Los nudillos de Sam estaban blancos. Ella se aferraba a él.
Dijo más, su tono casi ligero y casual, "¿Está James contigo?"
Analise estaba estudiando a su hija, asimilándola toda. Una mirada de asombro asomó
a sus ojos y parpadeó, como si se diera cuenta de que su hija hacía una pregunta.
"¡Oh! Oh sí." Hizo un gesto hacia la sala de estar. "Él está por allá." Sus labios se
presionaron el uno contra el otro antes de agregar: "Creo que él está hablando con
Garrett". Ella le dijo a Mason: "No me di cuenta de que ustedes eran tan amigables
con el padre biológico de Samantha".
Mason entrecerró los ojos, pero también miró. Tal como ella dijo, su padre estaba
hablando con los dos padres de Sam, el biológico y el que la crio. Volvió a mirar a
Analise y la miró con una cortés sonrisa de jódete. "Parece. David también. Todos
parecen llevarse bien, ¿no?"
Los ojos de Analise reflejaron los suyos, entrecerrándose. "Parece."
Sam se aclaró la garganta. "¿Qué quieres, Analise? ¿Por qué estás aquí?"
"Samantha…" Analise se echó a reír, incluso llevándose una mano a la garganta.
Sam la interrumpió, frunciendo el ceño. "Deja la mierda. ¿Quieres una relación

conmigo? ¿Es así?"
La mano volvió a bajar. La sonrisa falsa se atenuó y la cabeza de Analise retrocedió

media pulgada. Estaba reevaluando a su hija. "Pensé que estabas aterrorizada de mí."
"Lo estoy, pero he aprendido a ser una perra mientras quiero cagarme los pantalones
al mismo tiempo". Sam soltó la mano de Mason y dio un paso adelante. Inclinó la
cabeza, inclinándola de modo que estuviera frente a la cara de su madre, de pie
exactamente al mismo nivel. "Sabes que no quiero tener nada que ver contigo. ¿Por
qué estás aquí? ¿Por qué estás forzando tu presencia en toda una casa que no quiere
tener nada que ver contigo?"
Analise contuvo el aliento, pero respondió un segundo después: "Porque me voy a

casar con el padre de Mason y Logan. Porque si tú o ellos me creen o no, lo amo y
ahora que estoy mejor, todos seremos una gran familia feliz. Es por eso."
"¿Entonces es por James?"
"Es por todos los involucrados". Los hombros de Analise cayeron. Algo de la tensión
la abandonó. "Porque realmente quiero tener una relación contigo y quiero una
relación civilizada con ellos". Ella le dijo a Mason: "No me iré a ningún lado. Me
gustaría la paz entre tú, tu hermano y yo. Me gustaría hacer eso por tu padre".
"Entonces, ¿por qué no los querías aquí?" Preguntó Sam.
Mason frunció el ceño.
Analise cerró los ojos por un momento. Los abrió de nuevo mientras levantaba los
hombros y tomaba aire. "Porque es más fácil hablar contigo cuando no están cerca.
Porque sé que siempre me odiarán, así que esperaba tener una oportunidad, solo una
pequeña oportunidad, de tener una conversación decente contigo". Su voz se suavizó.
"Quería disculparme por todo el daño que te causé y quería ver si hay alguna
posibilidad, incluso la más mínima, de que estés dispuesta a empezar de nuevo".
Un brillo de lágrimas se formó sobre los ojos de Analise, pero no parpadeó ni apartó
la mirada. Sostuvo la mirada de su hija y esperó la respuesta.
Sam no dijo nada. No por un segundo, luego otro y otro.
Pasaron más de diez segundos antes de que sus ojos cayeran. Ella dijo "no." Ella
agregó: "Por favor, vete". Y luego se alejó, levantando la mano hasta sus propios ojos
mientras se enjugaba una lágrima.
Mason se quedó atrás, viendo a su novia desaparecer al sótano. Esto tendría

ramificaciones. Incluso si Analise se hiciera monja, él sabía el tipo que era. Maldita
loca. Eso nunca desapareció. Analise lo estaba intentando. Él vio eso. Reconoció eso,
pero vio lo que ella no estaba viendo. No iba a funcionar. Cuanto más empujara, más
se alejaría Sam.
Se dio la vuelta, le temblaba la mandíbula y cruzó los brazos sobre el pecho.
Vio el daño que las palabras de Sam le causaron también, y aunque esta mujer quería
arruinar su vida antes y trató de llevarse a su novia, sabía que destrozarla no ayudaría
a nadie.
"Debes estar teniendo un día de mierda", cortó Analise. Una lágrima se soltó y se
deslizó por su mejilla. Ella lo ignoró. Los ojos de ella brillaron hacia él, ardiendo de
ira.
No dijo nada. Él esperó.
Añadió: "Tú y tu hermano me han odiado desde el primer día. Nunca me diste una
oportunidad". Su mano se movió bruscamente, indicando dónde había ido Sam. "Y
ahora no quiere tener nada que ver conmigo. Ha sido así toda la semana".
"Ha sido así todo el año", la corrigió Mason.
Ella se puso rígida. Su mirada volvió a encontrarse con la de él.
Dijo además: "Y el año anterior a ese". Inclinó un poco la cabeza, pero su voz se
endureció. "Y el año anterior a ese. Y el año anterior a ese, pero durante esos años, no
querías ver el daño que le estaba causando. Esa es la única diferencia".
"Me voy a casar con tu padre".
El asintió. "Lo sé. Lo he aceptado, también Logan".
Ella soltó una risa áspera. "¿De verdad? Podrías haberme engañado".
"Estás malinterpretando algunas cosas aquí". Habló suavemente, inquietantemente

suave. "Si quieres la paz con todos nosotros, por el bien de mi padre, te la podemos
dar. No tenemos que hacer la guerra contra ti, pero eso no es por lo que vienes aquí y
no es por lo que estás presionando. Estás presionando por una relación. Existe una
gran diferencia entre la paz y tener una relación. No puedes pedir una relación. No
con tu hija. No con los hijos de tu prometido. No puedes forzar algo que no daremos".
"Entonces, ¿qué se supone que debo hacer?"
"Nada."
Un sonido amargo salió de su garganta. Se suponía que sonaría como una risa, pero ni
siquiera eso. Sacudió la cabeza mientras caía una segunda lágrima. "Quiero a mi hija
de vuelta"
"Entonces gánatela de vuelta", respondió Mason. Logan regresaba, abriéndose paso

entre la pequeña multitud del bar. Su mirada estaba centrada en ellos y entrecerró los
ojos, levantando una cerveza que estaba trayendo para su hermano.
Mason extendió la mano, pero Analise no la vio. Estaba medio apartada, como si
hubiera ido por donde fue Sam. Estaba de espaldas al lugar de donde venía Logan y
cuando hizo una pausa, levantando una ceja en pregunta, Mason negó con la cabeza
de un lado a otro. Levantó un dedo, pidiendo un minuto.
Logan asintió, dejando que sus manos bajaran hacia atrás para que estuvieran frente a
él.
Mason agregó, hablando en voz baja pero con firmeza: "Muéstrele por qué debería
querer a su madre de regreso. Sam quiere lo mismo que ella siempre ha querido desde
que la he conocido. Quiere recuperar a su familia, y sí, también eres tú. Ella tiene a
Malinda, pero Malinda no eres tú. No crio a Sam en toda su vida".
Analise contuvo el aliento. Parpadeó, dejando caer más lágrimas. "¿Eso crees?"
"Ella quiere algún tipo de relación contigo, sí, pero si intentas forzarlo, nunca
sucederá. No lo fuerces".
"¿Y qué? ¿No debo hacer nada?"
"Sí." La respuesta fue tan simple y Mason la entregó tan pronto como hizo esa
pregunta. Sé cortés con ella. Sé amable con ella, pero eso es todo lo que puedes hacer.
"Tienes que alejarte de ella".
"Eso podría llevar años".
"Si tomara años. ¿A quién le importa?" Sus palabras fueron recortadas de nuevo. "Si
lo fuerzas, nunca sucederá. Siempre. Si no lo haces, puede suceder. Al final, es tu
elección, pero escúchame ahora mismo. Quiero ser muy claro". Esperó hasta que
Analise se volvió para mirarlo directamente a los ojos. Entonces dijo: "Soy mayor.
Logan es mayor. Eso significa que somos más inteligentes de lo que éramos y si
alguna vez vuelves a lastimar a tu hija, lo arruinaremos y no tendrás ni idea de cómo
lo hicimos. Recuérdalo."
Luego, volvió a mirar a Logan y asintió con la cabeza, moviendo la cabeza en

dirección al sótano. Avanzó, liderando el camino. Logan se acercó detrás de él, y justo
antes de que pasaran por la fiesta y bajaran las escaleras, Logan le dirigió a Analise
una sonrisa. Él la reprendió en voz baja.
"¿Sigues esperando conocernos de nuevo?"
PARTE TRES:
"Está bien, Sam." Logan inclinó la cabeza hacia un lado, con una sonrisa burlona en el
rostro, mientras bajaba las escaleras. Sam estaba en la barra, sirviéndose un trago,
cuando él bajó y avanzó, justo detrás de Mason. Logan agregó: "¿Me llenaste la media
con un consolador grande? Di la verdad."
Sam lo miró. Ella no parpadeó. Ella no se movió. Ella no hizo nada, excepto sostener
un vaso vacío frente a ella. Luego, ella le devolvió la sonrisa. "Sí, Logan. Quería
meterte un palo en el culo. Me atrapaste. Estaba en mi lista de deseos esta Navidad".
Ella se abanicó a sí misma. "Santa finalmente llegó este año".
Logan se rio entre dientes. "¿Llegaste, dijiste?"
"Ay Dios mío." Sam puso los ojos en blanco y terminó de servirse un trago.
Ella lo dejó, luego los miró a ambos mientras se deslizaban sobre los taburetes de la
barra. "¿Que es lo que desean muchachos?"
"No no." Logan le tendió la mano. "Solo dame el ron".
Cogió una botella de ron sin abrir y empezó a girarla para abrirla.
Logan se acercó y se lo quitó, dándole otra sonrisa. "Me refiero a toda la botella". Él
movió las cejas hacia ella. "A diferencia de usted, señorita Samantha, estoy pensando
en hacer la lista completa de travesuras de Santa... solo esta noche". Giró la tapa y
agitó la botella en el aire. "De abajo hacia arriba, mi familia. Feliz navi-no".
Sam miró a Mason y señaló una de las botellas de cerveza y Sam la abrió antes de
entregársela. Él le preguntó: "¿Estás bien?"
Levantó un hombro y volvió a agarrar el vaso con ambas manos.
"Como sea. Estaba preparada para ella esta noche, y ahora se acabó. Entonces…" Ella
se encogió de hombros de nuevo. "Sí. Lo que sea. Ella está de vuelta…"
Mason miró a su novia, tal como la vio hace tantos años. Esta noche vio lo mismo que
vio en su rostro la primera vez que ella iba a ser su compañera de cuarto. Daño. Eso es
todo lo que Analise le había hecho a Sam. Incluso tratando de recordar, no podía
recordar un momento en que Analise había estado allí para su hija, o la había apoyado
como debería haberlo hecho una madre. Eso lo había puesto casi furioso en ese
entonces, aunque Sam nunca se dio cuenta realmente de cuán profunda era su furia.
Recordó la noche en que él, Logan y Nate obligaron a que Analise tragara vino por la
garganta. Ahora se encogió al recordarlo, pero era lo que era.
Analise estaba tratando de alejar a Sam de ellos. Ella estaba tratando de lastimarla aún
más y la detuvieron. Le mostraron lo que podían hacer. Fue un juego de poder. Tenían
el poder. Necesitaba darse cuenta, y ahora, todos estos años después, sabía que
Analise no pelearía de la misma manera.
No había estado preparada para que se enfrentaran a ella. Ella contó sobre ellos, le
dijo a su papá lo que hicieron, pero todos fueron en contra de su palabra. Si volvieran
a hacer algo así, Analise contraatacaría con una mejor estrategia.
Él vio eso en ella esta noche. Ella era más inteligente. Estaba más "cuerda", pero eso
la hacía más calculadora y más peligrosa.
Quizás ella realmente quería tener paz en la familia. Creía que ella amaba a su padre.
Y tendría sentido que quisiera tener una relación con su hija. Eso es lo que hacían las
madres, ¿verdad? Incluso las ineptas. Analise parecía haber nacido con el amor
natural que tenía una madre, pero también nació con su enfermedad mental. Podría ser
el buen hijo. Podría ser un buen novio. Al mirar a Logan, Mason consideró incluso ser
el mejor mentor de rol, tomando el camino correcto.
Al diablo con eso.
No era un buen tipo.
No. A pesar de que dijo que jugaría bien con ella arriba, Sam realmente quería una
relación con su madre, Mason no tenía planes de dejarla.
Analise volvió a herir a su novia. No. Observaría y esperaría. Si algo que ella hacía
tenía consecuencias dañinas para Sam, iba a arruinar a su futura madrastra de una vez
por todas.
No se le permitía lastimar a su hija. No si pudiera evitarlo.
"¿Qué estás planeando?" Logan lo señaló con la botella de ron. Entrecerró los ojos y
empezó a sacudir la cabeza de un lado a otro. "Conozco esa mirada. Es tu mirada
calculadora". La comisura de su boca se curvó hacia arriba. "He echado de menos esa
mirada".
Mason le devolvió la sonrisa. "Lo viste hace tres semanas".
Logan se encogió de hombros, colocando el ron en la barra. "Toda esta alegría

navideña y la actitud de 'alégrate' me hacen sentir estreñido. Me dan ganas de cagar en
todo, literalmente. Supongo que deberíamos hacer lo que estés planeando en su lugar.
Será menos complicado".
Mason se dio cuenta del enfoque de Sam. Él encontró su mirada y vio la cautela en
ella. "No la lastimaré, a menos que ella te lastime a ti primero".
Sus hombros se levantaron y su pecho se movió hacia arriba mientras tomaba una
aire.
Ella no dijo nada, no al principio. Luego, su voz se quebró y murmuró: "Le dije que
no quería tener nada que ver con ella".
"Pero todos sabemos que eso es una mierda".
Ella miró a Logan. Añadió: "Vamos, Sam. Esta es tu madre. Nuestra madre casi nunca
vuelve a estar, pero no puedo negar que hay un niño dentro de mí que todavía quiere
su atención". Su tono se calmó. "No puedes negar eso tampoco, ni siquiera a ti
misma".
"No soy..." Pero se detuvo.
Ella lo estaba.
Bajó la cabeza y envolvió el vaso con las manos, sujetándolo con fuerza. Cuanto más
tardaba en responder, más apretaba su agarre. Ella volvió a levantar la cabeza, una
expresión angustiada se cernió sobre ella. "Nunca he tenido más miedo de dejar que
alguien vuelva a mi vida".
"Así que no".
Logan y Sam hicieron silencio, volviéndose hacia Mason mientras decía esas dos
simples palabras. Se apretó contra la barra, pero no alcanzó las manos de Sam.
Sabía que ella habría retrocedido, solo porque no quería ablandarse en ese momento.
Necesitaba permanecer dura. Dijo: "No la dejes entrar. Si decides en algún momento
intentarlo, será entonces. No tiene por qué ser ahora. No tiene por qué estar en tu línea
de tiempo. Es tu llamada. Tu decisión. Tu tiempo. Tú controlas todos los aspectos".
Logan resopló. "A Analise le va a encantar".
"No me importa", le arrojó Mason. Entrecerró los ojos. "Si ella comienza a hablar, la
callaremos. Lo hicimos antes. Lo podemos hacer de nuevo."
Logan le sostuvo la mirada y luego se volvió hacia Sam. Los tres guardaron silencio
por un momento, y en ese silencio compartido, eran tres de ellos contra Analise. Pero
fue más. Fue más profundo. Fueron ellos contra cualquiera que intentó lastimar a uno
de ellos. Era así antes. Ahora era así, y sería para siempre.
La puerta que conducía al sótano se abrió y la música navideña de arriba se filtró hasta
su habitación. La voz de Mark dijo: "Están aquí... creo...". Bajó y asintió. "Sí. En el
bar. Adiviné bien".
Heather Jax lo siguió. Una lenta sonrisa tiró de la comisura de su boca hacia arriba y
levantó las manos. "Les traigo buenas nuevas y alegría".
"Finalmente." Logan se encontró con ella a mitad de camino y tomó algunas de las
bolsas. Los llevó de regreso a la barra. "¿Qué nos trajiste?, Jax, y nota al margen",
hizo una pausa antes de abrir una bolsa y le guiñó un ojo, "¿Cómo están tú y
Channing?"
Ella lo miró con una mirada de advertencia. "Estamos de nuevo".
Logan arrugó la nariz. "¿Eso significa que tampoco hay posibilidad de que 'tú y yo'
estemos 'en' esta noche?"
"De ninguna manera."
"Para que lo sepas, tener un novio está sobrevalorado".
"¿Por qué?" Se echó hacia atrás y cruzó los brazos sobre el pecho. "¿Porque no puedo
conectarme con chicos?"
"Porque no puedes conectarte conmigo". Se pasó una mano por el pecho, sonriendo.
"Soy el Jack Sparrow de Navidad esta noche. Tengo Rum, mi propia espada y la
actitud correcta sobre tu problema".
Heather cerró los ojos, se mordió el labio y luego dejó escapar un suspiro. "Ni siquiera
quiero preguntar, pero no puedo evitarlo". Ella miró a Logan. "¿Cuál es mi
problema?"
"La pregunta que te marcará toda tu vida". Se inclinó y susurró: "¿Debería o no

averiguar dónde colgó Logan su calcetín?"
Sam se echó a reír. Mason negó con la cabeza y Heather puso los ojos en blanco.
Levantó una mano, la colocó sobre la cara de Logan y lo empujó hacia atrás. "Ya sé
dónde está colgada la media. Gracias, pero lo único que realmente quiero de ti..." Su
mano se deslizó por su brazo y le quitó la botella. Blandiéndola entre ellos, sonrió.
"… Es el ron. Feliz Navidad, Logan, pero nunca volveré a bajar por tu chimenea".
Sin perder el ritmo, Logan dijo: "Ho, ho, ho".
"Okey." Sam apretó los labios y luego se aclaró la garganta. Dando la vuelta a la
barra, levantó las manos y dijo: "Dame un abrazo. Mierda, mujer. Te he extrañado."
Mientras Sam y Heather se abrazaban, Logan abrió una de las bolsas. "Santa mierda,
mujer."
Heather se apartó y vio el motivo de su declaración. "Sí." Cogió una de las otras
bolsas y metió la mano en el interior para sacar una botella de cerveza de cuarenta
onzas. Sosteniéndolo, lo mostró como si fuera un premio. "Uno de los beneficios de
hacer funcionar la parrilla ahora, no es que no tuviera la conexión antes, sino lo que
sea". Ella se rio, lo dejó y sacó otra botella de cuarenta onzas. El resto de las bolsas se
abrieron. Todos tenían una botella del mismo tamaño. Hizo un gesto a todos ellos.
"Feliz Navidad, idiotas. Lo mantendré elegante este año. Cuarenta para todos".
Logan gimió, sujetándose con fuerza. Sus cejas se fruncieron hacia adelante y negó
con la cabeza, sus ojos la escudriñaron de arriba abajo. "Me traes un cuarenta onzas.
Te vistes con tus minifaldas de mezclilla y compartes mí mismo humor sexual sucio.
¿Por qué diablos te conoció Channing primero?"
Heather se rio y le dio un beso en la frente. Ella murmuró antes de retroceder: "Tú y
yo nunca trabajaríamos, Logan. Solo sacaría a relucir tu lado sucio".
"Eso está bastante bien para mí en este momento". La miró directamente a los ojos.
"¿Segura que no puedes tomar unas 'vacaciones' de Channing, solo por la noche?"
"Estoy ignorando eso, pero Feliz Navidad a una de mis aventuras favoritas".
Los dos se saludaron, golpeando sus cuellos de botella contra el otro, antes de que
ambos echaran la cabeza hacia atrás y bebieran. Mientras lo hacían, Sam se movió
alrededor del grupo y se apretó contra el costado de Mason. Ella se hundió en él y él
se adaptó, volviéndose de espaldas a los dos coqueteando, con Mark mirando en
silencio. Su boca se torció en una mueca incómoda. Tomando la mano de Sam, la
arrastró alrededor del grupo y la llevó a su habitación. Cerró la puerta, se apoyó en
ella y la atrajo hacia él, tomándola de las manos de nuevo.
Cerró los ojos y apoyó la frente en su pecho.
Mason tomó un lado de su cara, inclinándola hacia atrás para mirarla. Mientras lo
hacía, dijo: "Ella no te hará daño. No la dejaré".
Una lágrima brotó, pero no cayó. Se mantuvo allí, acumulándose en el rabillo del ojo.
"Algunas heridas no se pueden prevenir. Tener una madre así es solo uno de ellas".
Mason dejó escapar un gemido y dejó caer la cabeza para que su frente descansara
contra ella. "Si puedo evitarlo, lo haré. Puedo prometer mucho. Por lo menos."
"Lo sé." Levantó sus manos para presionarlas entre ambos. "Feliz Navidad, Mason".
Él se rio, su pecho se movió levemente, mientras trazaba el costado de su rostro.
Su dedo se deslizó hasta sus labios y se detuvo en la comisura de ellos. "Feliz

Navidad, Samantha".
Ella sonrió, mientras sus propios labios reflejaban su misma expresión. Luego, se
puso de puntillas y presionó sus labios contra los de él. Ella respiró en él.
"Te quiero."
Mason no respondió. Sus labios tomaron el control y cerró la puerta detrás de ellos.
En cambio, se lo mostró a ella.
Material BONUS:
CRONOGRAMA: DESPUÉS DE FALLEN FOURTH DOWN Y ANTES DE
FALLEN CREST UNIVERSITY
Mason estaba en Fallen Crest. Estaba en Boston. Esta Navidad iba a apestar. Ni
siquiera quería contemplarlo mientras estaba acostado en la cama esa mañana.
Garrett había sido genial. Todo el viaje a Boston, volar en primera clase, ser recogido
por él y su conductor, pasar los últimos días en su apartamento que estaba en el centro
de Boston. Todo era glamoroso, de alguna manera efusiva, pero no quería estar allí.
Quería estar en la cama. Quería haberme despertado con Mason a mi lado.
"¿Samantha?" La voz de Garrett llegó a través de la puerta.
Maldije entre dientes, pero grité: "Buenos días". No quería hablar con él todavía, pero
no quería que se preocupara de que algo estuviera mal.
Llamaba cada cinco minutos preguntando si quería algo de comer, algo de beber, si
debería pedir una película, etc.
"Hoy es Navidad".
"Sí." Jodidamente genial. "Feliz Navidad."
"Uh, ¿puedes venir aquí? Hay una sorpresa para ti".
Me dejó una pequeña risa. "Vi el árbol de Navidad. Esos treinta regalos no son
realmente sorpresas".
"No, quiero decir", se inclinó hacia atrás, y su voz se volvió amortiguada. Me senté,
frunciendo el ceño, pero luego lo escuché decir: "Está bien. También te amo." Luego
se inclinó más cerca de la puerta, su voz se volvió clara de nuevo. Dijo: "Estoy
preparando el desayuno para nosotros, pero tengo la certeza de que a ti también te
gusta el café. Aquí hay un café con leche. No quiero que se enfríe".
"Oh." Suspiré. Eso fue muy dulce de su parte. "Okey. Saldré en un rato".
"Entonces me apresuraré con el primer lote de panqueques".
Cuando se fue, me vestí, pero solo éramos Garrett y yo. Si hubiera estado en Fallen
Crest, me hubiera puesto jeans y una blusa mejor. Mason y Logan habrían estado en la
casa todo el día. Es posible que Heather se haya detenido. Infiernos. Gracias a Mark,
estaba segura de que algunos de los Academitas también vendrían.
A este paso, ni siquiera me habría importado.
Cuando me dirigí a la cocina, todo lo que podía pensar era en quién extrañaba en casa.
Las lágrimas estaban en mis ojos, amenazando con derramarse, pero podía escuchar la
voz de Garrett. Estaba de nuevo al teléfono y sonaba muy feliz. Me detuve justo antes
de la cocina y respiré hondo. Estaba en Boston porque Mason y Logan me querían
aquí. Estuve por mi seguridad en caso de que la casa se incendiara, pero maldita sea.
Duele. Mucho.
Quería estar con ellos.
Pero no lo estaba. Estaba aquí, con mi padre biológico.
Forzando una sonrisa en mi rostro, entré a la cocina. Garrett me sonreía, con una
mirada de expectación en sus ojos. Fruncí el ceño. "¿Qué?"
Hizo un gesto hacia la puerta. "Ahí está tu café con leche".
Cuando me volví, jadeé. Tenía razón: mi café con leche estaba allí y Mason lo
sostenía.
Él estaba aquí. Estaba en Boston. Estaba justo enfrente de mí.
Sus ojos se agrandaron al ver mi intención. Tuvo el tiempo justo para poner el café en
la mesa a su lado antes de que me lanzara hacia él.
Envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, mis piernas enrolladas alrededor de su

cintura, y me enterré en su pecho. Él estaba conmigo. Eso es todo lo que me
importaba. "Mason", susurré, pero ni siquiera podía decir su nombre sin ahogarme.
Dejé de intentarlo y simplemente lo abracé.
Sus brazos rodearon mi espalda y me abrazó. Susurró en el hueco de mi cuello y

hombro: "Tengo un día para estar con mi familia. Mañana tengo que volar de regreso
para jugar al fútbol".
Un día. Lo conseguí por un día. Le susurré contra su pecho: "Te amo.
Gracias por esto."
Él tomó la parte de atrás de mi cabeza con un movimiento tierno y susurró de vuelta,

sus labios rozando mi piel, "Te amo también".
"Okey." Garrett se aclaró la garganta detrás de nosotros. "Creo… bueno, mira eso. Me
he quedado sin harina y tengo un repentino deseo de hacer pan. Entonces…"mantuve
mi cabeza enterrada en el pecho de Mason, pero pude escuchar a Garrett moviéndose
y luego la puerta se abrió. Dijo: "Voy a salir por un tiempo. Conseguiré esa harina y
tal vez un poco de vino, no le cuentes a tu papá sobre mí".
Mason se rio entre dientes y el sonido me calentó, deslizándose dentro de mí y

haciendo que todo estuviera bien. Pasó una mano por mi espalda y presionó sus labios
contra mi frente de nuevo. Luego susurró: "Por mucho que me gustaría enterrarme en
ti, no puedo hacerle eso a Garrett".
Lo apreté con más fuerza. Ni siquiera me importaba. Mason estaba allí. Estaba en mis
brazos. Me estaba abrazando. Mi Navidad estaba completa. Incliné mi cabeza hacia
atrás, encontrándome con sus ojos y susurré, una pequeña lágrima apareció en mi ojo,
"Gracias por venir."
Sus ojos vagaron por mi rostro, con una mirada tierna en ellos, y su sonrisa se
suavizó. "Eres familia. ¿A dónde más podría ir?" Estaba a punto de decir el nombre de
Logan, cuando Mason negó con la cabeza. Dijo antes de que pudiera hacerlo: "Amo a
mi hermano, pero él no eres tú. No había elección en mi mente. Eres tú. Siempre eres
tú".
Sabía que era Navidad. Sabía que estaba en Boston para pasar tiempo con mi
verdadero padre y para estar a salvo, lejos de cualquier disputa de la fraternidad si
decidían acercarse a Fallen Crest, pero no me importaba nada de eso en ese momento.
Quería veinticuatro horas de solo Mason. No Garrett. No hablo de nadie más. Solo él
y yo, y pensando en eso, me deslicé hasta el suelo.
Me soltó, pero me atrapó en el último momento para que no golpeara el suelo con
demasiada fuerza. Tomé su mano, enredé nuestros dedos y lo llevé a mi habitación.
"Sam", comenzó Mason.
Negué con la cabeza y comencé a tomar la ropa, luego a tirarla sobre la cama.
Se detuvo en la puerta, mirándome, mientras se apoyaba con ambas manos en el
marco de la puerta. Él frunció el ceño. "¿Qué estás haciendo aquí?"
Metiendo lo suficiente para cubrirme durante un día en una bolsa, agarré mis zapatos
y algunos artículos de tocador, luego me agaché debajo del brazo de Mason y volví a
la cocina. Me siguió y esperó mientras le escribía una nota a Garrett.
Garrett: Me dirijo a un hotel. Lo tengo por 24 horas. No voy a compartir contigo.
¡Nos vemos mañana a esta hora! Sam P.S. ¡Feliz Navidad! Lo siento mucho.
Dejando caer el bolígrafo al lado de la nota, agarré mis llaves, teléfono, abrigo y luego
de nuevo tomé la mano de Mason. Lo saqué por la puerta y nos dirigimos hacia la
calle. Cuando nos acercábamos a la acera, levanté el brazo y señalé un taxi.
Mason preguntó: "¿Estás segura de esto?"
Asentí con la cabeza cuando un taxi se detuvo junto a nosotros. Cuando llegamos,
después de darle el nombre de un hotel, le dije a Mason: "Veinticuatro horas. Solo te
quiero a ti y a mí".
Mason asintió y vi el alivio en su rostro. Lo entendía, hasta cierto punto. Debido a que
Garrett me estaba cuidando, Mason sintió una especie de respeto por él, como si se lo
debía y estar conmigo bajo su techo no era la mejor manera de agradecerle a un chico
por cuidar a su novia. Cuando hablamos de Boston, si debía ir o no, Mason seguía
insistiendo. Lo entendí desde su punto de vista. Sebastian podría ir a Fallen Crest.
Podrían lastimarme, incluso allí, pero si estuviera en Boston, es posible que no se
comuniquen conmigo aquí. Pero me había sorprendido que Mason estuviera de
acuerdo con que yo estuviera aquí con Garrett y me explicó una noche, cuando
estábamos en la cama, "El tipo es un idiota, pero no sabía sobre ti. Cuando lo hizo,
vino a verte".
"Pero él me dejó".
"Regresó a casa para buscar a su esposa y hacer que su familia volviera a estar bien.
Luego volvió a buscar a su hija". Se encogió de hombros, jugando con mis dedos y
mirando al techo. "Una parte de mí respeta eso. Está tratando de hacer que su hogar
sea sólido. Salir con mi mamá, esa no era la manera correcta de comenzar una
relación con su hija, ¿sabes?"
Entonces se volvió para mirarme y vi el leve respeto que tenía por Garrett. Vi al padre
que sería. Me dejó sin aliento. Sabía, lo sentí entonces, que Mason haría cualquier
cosa por su hijo. Independientemente de las circunstancias, fortalecería su vida
hogareña, tal como la describía, para que su hijo sintiera la seguridad que un niño solo
debería sentir.
Empecé a llorar y me llevó una mano al ojo, secándome. "¿Qué ocurre?"
Negué con la cabeza. No pude hablar por un momento. Mason sería el padre que no
había tenido, que yo no había tenido. Mi amor por él creció aún más en mí y sonreí,
susurrando: "Te amo. Eso es todo. No, eso no es todo. Te amo más que nunca."
Él frunció el ceño. "¿Por qué?"
"Simplemente porque sí." Por quien eres. Es por eso. Pero no dije esas palabras. Me
los guardé para mí y me incliné para tocar los suyos con mis labios.
Me arrastró sobre él y profundizó el beso. No se compartieron palabras después de

eso, no por mucho tiempo mientras le mostraba cuánto más lo amaba.
Me besó ahora, devolviéndome a la realidad, y miré hacia arriba para ver que
estábamos en el hotel. Era elegante. Sabía que Garrett lo había mencionado varias
veces cuando dijo que si alguien venía de visita, haría que se quedaran aquí, así que
cuando nos acercamos a la recepción, usé el nombre de Garrett. El hotel era tan
agradable que dudaba que hubiéramos conseguido una habitación de otra manera y
funcionó.
El nombre de mi padre llamó la atención del recepcionista y nos dieron la llave de la

habitación momentos después.
Cuando entramos en la habitación, no tuve tiempo de mirar a mí alrededor. Mason me

levantó y me llevó a la cama, o tal vez yo lo arrastré. Nuestros labios se encontraron y
no hablamos durante mucho tiempo, mucho tiempo. De acuerdo, no hablamos durante
el resto de la noche. Tampoco dormimos. Lo pasamos explorando el cuerpo del otro,
mostrando nuestro amor, recordando cómo se sentía estar el uno con el otro. La
primera vez que se deslizó dentro de mí, cerré los ojos y saboreé el momento. Casa.
Mason estaba en casa. Él era familia. Él era el futuro.
Él era mi alma gemela.
Fue breve, ¡pero espero que todos lo hayan disfrutado!
FIN
Traducido, Corregido & Diseñado en
https://ignite-books2.blogspot.com/

Manson 7

Cargado por

Información del documento

Título original

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Manson 7

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

https://ignite-books2.blogspot.

Había estado llevándose el vaso a la boca, pero se detuvo y lo bajó.

Las comisuras de su boca se volvieron hacia adentro, como si estuviera conteniendo

"¿Mark?" La puerta que conducía al sótano se abrió y Malinda gritó: "¿Samantha?"

Compartieron otra mirada. Era el momento de afrontar la música.

Tomando ambos, se acercó a la barra y llamó al piso de arriba: "Subiremos en unos

Esperaron, inseguros de cómo procedería.

"Porque le han lavado el cerebro. Es por eso…"

Sam inmediatamente se tensó al escuchar la ira en la voz de su madre, pero Malinda

"Y gracias por eso."

Sam parpadeó, sorprendida por el cambio repentino en la voz de su madre. Sonaba

"Quiero verla en Navidad".

Un nudo se formó en el estómago de Sam. Se movió, se volvió hacia la puerta abierta

Hubo un momento de silencio antes de que Malinda se aclarara la garganta. "Bien…"

"Ella es mi hija, Malinda". Analise sonaba firme.

"¿Crees que ella lo haría?"

"No quiero a Mason o Logan aquí..."

Malinda continuó como si no hubiera escuchado esa parte, "... y especialmente si

"Esos chicos me odian".

"Y le han lavado el cerebro contra mí..."

"Analise, tienes que parar. No puedes pensar en ellos de esa manera".

"Sí..." Su madre se quedó en silencio. "Supongo."

"¿Y después de eso?"

"Okey. Sin embargo, llámame para hablar de la fiesta".

Un momento después, la puerta se abrió y luego se cerró. Sam de repente se sintió

Sam suspiró y soltó la mano de la pared. "¿Has ido a verla?"

Respiró hondo y echó los hombros hacia atrás.

Ella dijo: "Estoy lista".

"Voy a hacerlo." Sam asintió. "Okey. Vamos. Terminemos con esto".

Los tres subieron las escaleras.

Mientras dejaban la paz y la tranquilidad del sótano, entraron en un país de las

Sam lo sabía, sintió su frialdad agregando al revestimiento entumecido de su

Su cabello estaba mojado, como si acabara de ducharse, y ya se había quitado el

Solo Analise. Solo su madre podía hacerle esto.

Mason negó con la cabeza. "No lo estoy, pero no es nuestra decisión".

"Tampoco estamos en la escuela secundaria".

Logan se rio entre dientes. "Es mi encanto, mamá Malinda".

"Dios nos ayude entonces".

Mientras se alejaba apresuradamente, Mason y Sam se volvieron como uno solo.

Dijo más, su tono casi ligero y casual, "¿Está James contigo?"

Los ojos de Analise reflejaron los suyos, entrecerrándose. "Parece."

"Samantha…" Analise se echó a reír, incluso llevándose una mano a la garganta.

Sam la interrumpió, frunciendo el ceño. "Deja la mierda. ¿Quieres una relación

La mano volvió a bajar. La sonrisa falsa se atenuó y la cabeza de Analise retrocedió

Analise contuvo el aliento, pero respondió un segundo después: "Porque me voy a

"¿Entonces es por James?"

"Entonces, ¿por qué no los querías aquí?" Preguntó Sam.

Mason frunció el ceño.

Sam no dijo nada. No por un segundo, luego otro y otro.

Mason se quedó atrás, viendo a su novia desaparecer al sótano. Esto tendría

Se dio la vuelta, le temblaba la mandíbula y cruzó los brazos sobre el pecho.

No dijo nada. Él esperó.

"Ha sido así todo el año", la corrigió Mason.

Ella se puso rígida. Su mirada volvió a encontrarse con la de él.

"Me voy a casar con tu padre".

El asintió. "Lo sé. Lo he aceptado, también Logan".

"Estás malinterpretando algunas cosas aquí". Habló suavemente, inquietantemente

"Entonces, ¿qué se supone que debo hacer?"

"Entonces gánatela de vuelta", respondió Mason. Logan regresaba, abriéndose paso

"¿Y qué? ¿No debo hacer nada?"

"Eso podría llevar años".

Luego, volvió a mirar a Logan y asintió con la cabeza, moviendo la cabeza en

"¿Sigues esperando conocernos de nuevo?"