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Nota del autor:

Este es el primer borrador de Just Friends, lamento mucho si les da


cáncer de ojo, hay muchos errores tanto de ortografía como de
narración, una completa falta de respeto. Ya, hablando en serio, les
paso este PDF para que puedan tener de recuerdo este primer borrador
(Y para que me recuerden mis momentos humildes). Pero antes, aquí
les dejo unas reglas que deben seguir (sin intenciones de sonar serio):

1. Pueden imprimir este pdf, más no hacerlo con empresas grandes que
puedan generar dinero con esto, tampoco está permitida su venta
(Shhh, yo sé que en un futuro esto valdrá millones).

2. Recuerden dar créditos, no roben fragmentos ni escenas, o si lo


hacen, al menos pongan los créditos (No es cierto, no lo hagan porfa,
dos años de trabajo se van).

3. No se lo pasen a ninguna editorial, que van a llorar de horror. (Ya,


modo serio, no lo hagan).

4. No sé, quería que sean 4.

Sin más que decir, aquí les dejo el pdf, sufran con la horrible narración y
si quieren, díganme las cosas en las que puedo mejorar, pero sin tirar
hate porfi, ya no soporto las funas.

Esto está protegido por derechos de autor


amores, no hagan cosas ilegales.
Prólogo

No era la primera vez que Jake, Carlos y Paul se sentían "asqueados" al


escuchar a sus compañeras hablar de sus ídolos, refiriéndose a ellos como
personas que sufren de closeting y que esta más que claro que heteros no
son.

—¡Ay! ¡Hirri Stilis y Liis! — Imitaba Jake, recibiendo en respuesta una risa
por parte de su grupo de amigos.

—¿Por qué son fans de esos gays? Se visten de manera ridícula y ya


traen locas a todas —Agregó Carl, quien miraba a sus compañeras hablar
entre ellas sobre quien sabe que.

Una de las chicas de su curso que estaba cerca los escucho y se les
acercó —¿Y de que se quejan? —Preguntó ella en tono burlón —Si se la
pasan joteando entre ustedes — Agregó de manera irónica.

Era algo normal para todos ver como los hombres del curso se molestaban
entre ellos con que les gustaban los hombres (incluso llegaban a actuar
como si entre ellos quisieran darse igual que a cajón que no cierra) Claro
que lo negaban en frente a los padres y eso, y si otra persona les llegaba a
preguntar que si de verdad eran homosexuales, estos respondían que no
indignados.

—Lo de nosotros es diferente —Defendió Paul, quien estaba comenzando


a molestarse —Nosotros no somos gays, solo nos jodemos entre amigos.
—Si tu lo dices —Respondió ella haciendo notar su indiferencia —Solo
recuerden que entre broma y broma, la verdad se asoma —Dicho esto se
fue a su asiento, dejando pensativo a Jake.

Este trató de ignorarlo, no le gustaba la idea de pensar cómo sería todo si


el fuera homosexual, ese tema le asustaba mucho y cada que se sacaba a
la luz, el solo bromeaba con chistes homofóbicos que le hacían gracia a
varios de sus amigos.
1. Ya vas a empezar

Narrador omnisciente

La mañana comenzó de lo más normal.

Jake se despertó para preparase para la escuela. Estaba cansado y eso


que apenas llevaba 2 semanas en su 3er año —Me veo como un muerto
—Se dijo para sí mismo mientras se miraba al espejo. A los pocos
segundos su teléfono comenzó a sonar, Jake lo prendió y se dio cuenta
que su mejor amigo Carl lo estaba llamando.

—¿Hola? —Habló después de responder la llamada.

—¡Despierta tarado! —Gritó él, provocando que Jake alejara el teléfono de


su oreja inmediatamente, pues lo tenía en alta voz.
—¡No grites! ¡Y para tu información ya desperté! Pendejo.

—Ah.

—Ya chau —Dicho esto, cortó la llamada, no estaba de buen humor,


además eran las 5:50 de la mañana —Comienzo a pensar seriamente en
el suicidio.

Después de esto se alistó, solo podía pensar en la cantidad de tareas que


tenía y en como chatearía por Discord en la clase de matemáticas.

—¡Jake! ¡Ian! —Gritó su madre desde la cocina llamándolo a él y a su


hermano menor de 8 años.

—¡Ya voy! —Respondió con un tono de voz alto y sin querer, le salió algo
agresivo.

—¡No me grites! — Grito su mamá.

"Que mierda"

Pensó al escuchar su regaño —¡Ven a desayunar! —Esta vez se


escuchaba aún más molesta.

El hizo caso a las órdenes de su mamá y salió de su habitación. Se dirigió


a la cocina, trató de poner su mejor cara e hizo un poco aguda su voz

—¿Si mami? —Dijo encontrándose con su hermano, quien estaba


sentándose en la mesa.

—Come de una vez —Ordenó ella en un tono serio.

En respuesta a esto, él se fue a darle un abrazo, con la intención de que


se calmara un poco y deje de estar molesta —Ok mami —Dijo tratando de
no perder su paciencia e iniciar una pelea.
Se fue a la mesa y se sentó dispuesto a comer, pero antes de eso su
hermano menor se le acercó y le susurró al oído.

—La hiciste enojar.

—Lo sé —Dijo y se llevó un pedazo de pan a la boca.

Después de unos minutos terminó de comer y llamó a su papá.

—¡Ya nos hacemos tarde! —Gritó desde afuera del cuarto de su


apoderado.

—Jake son las 6:40 —Habló el señor Mariano saliendo de su habitación


—Ya vámonos.

Ian, Jake y su padre salieron de la casa después de despedirse de su


mamá, la señora Olivia.

El viaje de camino a la escuela era un poco largo, así que Jake intentaba
no dormirse.

Al llegar acompañó a su hermano a su aula y después se dirigió a la suya.


Cuando entró a esta vio a su mejor amigo al fondo de la clase, sintió un
pequeño alivio al verlo, necesitaba hablar con alguien. Se comenzó a
acercar a él y a tan solo unos pasos de distancia de este, estuvo a punto
de saludarlo, cuando alguien se le adelantó y lo abrazó.

Ester Gómez, una chica que ingresó a su escuela en primero de


secundaria y que en las vacaciones de verano de ese año, comenzó a
hablar con Carl. Ahora era su casi algo y para Jake era algo insoportable
ver como estos se coqueteaban y se daban caricias y abrazos todo el
tiempo.

Se dio media vuelta y se dirigió a su asiento. En eso, sintió como su amigo


le tocaba la espalda.
—¿A dónde crees que vas? —Preguntó Carl antes de tirarse encima de
Jake, envolviéndolo en un abrazo—. No te vas a librar tan fácil de mi mi
amor —Soltó una risa.

—Ya vas a comenzar con tus joterías —Dijo Jake dándose la vuelta para
verlo.

—Y a ti te gusta —Respondió, casi al instante recibió un golpe en el brazo.

—Ahorita se pone celosa tu noviecita.

—Nah, ella sabe que solo eres mi amigo —Hizo énfasis en la palabra
"Amigo" con la intención de que Ester lo escuchara.

—¿Hicieron la tarea? —Preguntó un amigo del dúo, interrumpiendo.

Su nombre era Paul, era chico un poco desalineado que dormía 2 horas al
día y a juzgar por su aspecto, muchos de sus compañeros decían que
desayunaba droga.

—¿Que vienes a buscar Pato? —Preguntó Jake en tono sarcástico.

—No hice la tarea de química ¡Y es para mañana!

—Vete a dormir así —Insinuó Carl dándole un empujón.

—¡Ah! ¿Cagón estás? —Respondió él empujándolo de vuelta.

Ambos comenzaron a empujarse entre ellos, mientras que Jake solo se


burlaba.
Por otro lado, Ester y su mejor amiga Raquel miraban aquella escena algo
infantil.

—¿Por qué te gusta puro tonto? —Le preguntó Raquel a su amiga.


—Ni yo sé —Respondió sin poder desviar la mirada de aquella escena.

Luego de unos minutos la clase comenzó, tocaba "Dpcc" y se encontraban


teniendo una charla sobre el amor entre adolescentes.

—Entre hombre y mujer comienza la atracción entre los 13 y 14,


básicamente varios de ustedes ya deben estar pasando por esto —Explicó
el maestro, ocasionando que Carl y Ester crucen miradas y las desvíen
rápido al sentir algo de vergüenza.

"Que cursis" pensó Jake, viéndolo todo desde el otro lado del salón.

—Aunque también hay personas que pasan por problemas y se


confunden, de allí vienen los homosexuales o lesbianas —Siguió.

Jake vio como varias de sus compañeras ponían caras de indiferencia al


escuchar decir esto a su profesor. Por lo qué no pudo evitar decir:

—Igual que el Harry Estilos profe.

—Respeta a mi Harry, Jake —Ordenó su mejor amiga con sarcasmo. A lo


cual todos en él aula soltaron una risa.

—Pero hablando en serio —Agregó su profesor —Hay personas que se


confunden y no van por el lado correcto —Dijo una ves más.

Jake volvió a ver a sus amigas y compañeras poner cara de confusión,


algunas incluso pusieron los ojos en blanco.
El chico solo podía asentir exageradamente con la cabeza, dando a
entender a todos que estaba de acuerdo con la opinión de su maestro.

Al terminar la clase, la mayoría del los del curso se levantaron de sus


asientos y se pusieron a hablar, algunos se tomaban fotos y otros, en
cambio, se quedaban sentados o alistaban sus cosas para la siguiente
clase.
—Interesante la clase de hoy ¿Verdad? —Preguntó Carl mientras se
sentaba en un asiento vacío que se encontraba al frente de su mejor
amigo.

—Y tu que vas a saber de lo que hablamos, te la pasaste viendo a Ester


todo el tiempo —Respondió este.

—Ay ya cállate.

—Hablando de la reina de Roma —Agregó Jake, viendo como Ester se


acercaba a ellos, más bien, a Carl.

—Hola —Dijo con una sonrisa sincera.

—Hola —Respondió Carlos, tratando de poner su mejor sonrisa.

Continuaron hablando como si nada, llegaron a tal nivel de cercanía que


se abrazaron, lo cual hizo que Jake rodara los ojos al ver aquel acto.

—Váyanse a un motel mejor —Dijo mientras le daba pequeños golpes a su


amigo, indicándole que quería que se vaya a otro lado con aquella chica.

"Tendré que soportar esto hasta que sean novios y después terminen, ya
ni en el colegio puedo estar tranquilo" Pensó viendo a sus dos amigos
coquetear al fondo del aula.
2. Me divertí

Carl

Vacaciones- Mes de Febrero. . .

Últimamente eh estado hablando mucho con Ester, la verdad casi no le


prestaba demasiada atención antes, pero desde que mi padre hizo un
comentario (Que la verdad no me gusto para nada) Trato de fijarme más
en las chicas... o al menos eso creo que estoy haciendo.

—¿Quieres ir a ver películas en mi casa?

Estaba hablando con Ester y me mandó ese mensaje. Según tengo


entendido, eso significa "¿Quieres que nos comamos las bocas en mi
casa?" Así que ando en dudas. Aunque ella no es así, eso creo. En el
tiempo que estuvimos hablando se a mostrado como una chica tierna,
obviamente hace algunos chistes subidos de tono, pero creo que es algo
que todos alguna vez hicimos.

—Claro — Respondí.

A pesar de que todos mis amigos me dijeron que si vaya, yo la verdad no


estaba del todo seguro.

—¿El viernes está bien? —Preguntó.


—Si, creo que puedo a las 2 ¿Está bien? —No sé en qué pensaba.

—Si, te veo el viernes —La cagué.

¡LA CAGUÉ!

No quiero ir, es decir, creo que si me gusta... según lo que me dijeron si me


gusta. No se siente para nada como me lo imaginé, pero creo que es algo
¿Bonito? No sabría como describirlo.

Tenía que contarle a mi padre de esto, es una chica, así que si le gustará
la noticia.

—Pa ¿Vives? —No estaba en casa así que mi única alternativa era
hablarle por WhatsApp.

—Si ¿Qué pasó? —Respondió minutos después.

—Pasa que una chica me dijo para ver películas en su casa, el viernes a
las 2 ¿Puedo ir?

—¿Una chica? ¿Ester?

—Si —Confirmé.

—¡Claro que puedes ir! Me cuentas que hicieron 🤫


Ok yo sé que a veces digo que quiero coger y metérsela a alguien, pero no
hablo en serio ¡Tengo 14! Aún no me siento listo.

—Ok.

Sería viernes en 2 días y la verdad me daban ganas de que de camino a


su casa me atropelle un camión y me deje en estado vegetal, así ella
perdería interés en mi y yo no quedaría como el indeciso que no sabe lo
que siente.

Deja de pensar en huevadas Carl.

Cállate conciencia.
Vacaciones— Mes de Febrero —Viernes. . .

—¿Ya estás listo? —Preguntó mi papá, agarrando las llaves del auto y de
la casa.

—Si...

¡NO!

Me daba mucho pánico ir a su casa, no sabía lo que llegaría a pasar ¿Y si


de verdad quería hacer "algo?

Tal vez solo quiere ver películas y ya.

Si tal vez solo sea eso.

—Ya vámonos —Hablé poniéndome mis lentes para no quedar ciego.

Salimos de la casa y nos dirigimos al auto, de verdad me daba terror


averiguar que pasaría.

Al llegar a su casa toqué la puerta y Ester abrió la puerta, viéndome desde


el interior de su casa, con una cálida sonrisa.

—Hola —Dijo ella.

—Hola —Saludé de la manera más estúpida del mundo, mí "Hola" sonó


igual que un abuelo cuando se levanta de dormir.

—Pasa.
Ingresé a su casa, estaba más tieso que un muerto y ni hablar de cómo me
sudaban las manos.

Creo que voy a vomitar.

Hubo un silencio incómodo. En respuesta a esto me senté en su sofá y ella


imitó el gesto, nos quedamos muy quietos, me daban ganas de salir de
esa casa.

La opción de que un camión te deje en estado vegetal estaba mejor


¿Verdad?

Sí, la verdad que sí.

—¿Aquí veremos la película? —Pregunte sin saber que más hacer.

—Si —Respondió Ester —¿Qué quieres ver?

—Lo que tú quieras —Mordí mi labio inferior y me limité a sonreír un poco.

Trágame tierra y escúpeme en el día de mi muerte.

—¿Una de Marvel está bien?

—Si —Al menos la película estaría buena.

Ester puso la película y al inicio todo marchó bien. Puso la de la era de


Ultron, es una de las que más me gusta así que por mi normal.

Estaban en la escena en la que Wanda hacía que Hulk se ponga todo loco,
cuando sentí una mano chocar con la mía.

Te cagaste.

Mierda.
No tienes escapatoria.

Ayúdame Dios padre todo poderoso.

Comencé a alejar mi mano de a poco, pero solo sentía como su mano se


acercaba cada vez más.
Ok ¿Esto hacen las parejas no? Tomarse de la mano y eso, entonces
supongo que eso debo de hacer.

Directamente puse mi mano encima de la suya, no sé porque me hice


tanto alboroto. La verdad se sintió muy normal, es decir, ya agarré la mano
de mi mamá antes, se sentía algo así.

Estuvimos así un buen tiempo, en eso sentí como su cabeza se arrimaba


en mi hombro... ¿Porque los novios se usan de almohada? Literalmente
hay varios cojines cerca. Pero ya que, eso hacen los novios así que
supongo que es normal.

La verdad pensé que todo sería distinto, más emocionante, pero


sinceramente solo sentía nervios. Con que así se siente que te guste
alguien.

Que raro todo.


—Adiós —Dije despidiéndome de Ester con una sonrisa —Me divertí —.
Fue la cosa más aburrida que hice en toda mi vida.

Mi papá estaba esperándome en su auto así que me metí a este.


Obviamente él comenzó con el interrogatorio.

—Y ¿Qué hicieron? —Preguntó con un tono de voz "atrevido".

Mostrando la mejor sonrisa que podía enseñar en ese momento respondí.

—Nos tomamos de la mano y vimos películas.

—¿Solo eso? —Preguntó con cierta decepción.

—Pues si ¿Que querías que hiciéramos?

—Nada.

Dicho esto prendió el auto y volvimos a mi casa.

Al llegar a mi casa fui directo a mi habitación. En el camino a este me


encontré a mi hermana mayor, Valeria.

—¿Que tal te fue? —Preguntó.

—Bien creo —Respondí sin más y abrí la puerta de mi habitación.

—¿Así de mal?

—No fue malo. Es solo que tengo sueño y no ando de ánimos para contar.

—Ajá —Dijo con sarcasmo.

Me metí a mi cuarto y me tiré en mi cama, hundí mi cara en la almohada.


En eso sentí como mi celular vibró, así que lo saqué de mi bolsillo.
Al ver de qué o de quién era la notificación, me di cuenta que era de mi
mejor amigo Jake.

—¿Cómo fue todo? —Preguntó

¿Por qué todos querían saber qué había pasado?

—Pues todo fue increíble. Nos tomamos de la mano y se acostó en mi


hombro.

—XD

Que conversación para más interesante la verdad.

—¿Quieres venir a mi casa? —Pregunté.

—¿Ahora?

—¿Puedes?

—Puedo hasta dormir en tu casa y lo sabes.

—¿Quieres quedarte a dormir?

—En mi casa no están pasando las mejores cosas que digamos así que sí,
si quiero.

—Solo me usas para escapar de tu casa ¿No mierda?

—Tal vez. . . es algo muy probable. Además, en tu casa me aman más que
a ti.

—Pendejo.

—Ya. Le preguntaré a mis padres si puedo ir.


Mientras esperaba a que me responda, fui a la sala para preguntarle a mi
mamá si Jake podía venir.

—Oye mamita hermosa, preciosa.

—No.

—Pero todavía no pedí nada.

—Pero lo harás ¿Qué necesitas? ¿Cuánto cuesta?

—¡No cuesta nada! Solo te iba a preguntar si Jake podía quedarse a


dormir aquí hoy.

—Ah pues normal, sabes que él es bienvenido aquí.

—Oki —Dije antes de darle un abrazo. Debía actuar de la mejor manera si


no quería que cambie de opinión —¡Gracias! — Después me dirigí de
nuevo a mi cuarto.

Prendí mi teléfono y en notificaciones estaba un mensaje de Jake.

—Si me dejaron, voy en 10.

—Ok, también me dieron permiso para que te quedes :)

Bueno al menos si me iba a divertir esa noche.


3. Ester... ¡Ester!... ¡ESTER!

Jake

Inicio de clases - semana 2 . . .

La verdad se me hacía muy raro el hecho de ver a mi mejor amigo con


novia... mas bien un "casi algo". El nunca a tenido una novia, aunque
según lo que me contó, estuvo con una niña a los 5 años, pero eso no
cuenta (duraron un día).

Ahora él se encontraba completamente templado por Ester. Solo me habla


de ella y de cosas que hicieron durante el verano, aunque la mayoría
fueron virtuales, por lo visto se la pasaron bien. Tanto así que ahora estaba
"Ester hizo esto" "Ester hizo lo otro" ¡Ay te amo! Ester...Ester...Ester... ¡Ya
no soportó oírlo hablar de ella y su relación perfecta!

De hecho es cruel. El sabe que no me fue muy bien en el amor (en


especial porque hace unos 3 meses me rechazó la que me gustaba) y me
anda hablando de su linda y hermosa vida amorosa, hace que me den
ganas de tenerla también. Es decir, lo escucho decir "Hablamos hasta la
madrugada"... ¡Quiero!... "Nos tomamos de la mano"... ¡Quiero!... "Se
acostó en mi hombro" ¡QUIERO!

Me gustaría vivir esas experiencias con alguna chica algún día. Aunque
por lo visto por ahora no es posible. Así que mi vida por el momento se
basará en escuchar a mi amigo hablar de su fabulosa ¡ESTER!

Aunque quien soy yo para juzgar. Es decir, ella es una chica bonita, de
cabello castaño, ojos claros, es MUY inteligente y también buena persona.
Es la chica que todo hombre quiere... más bien, que él quiere.

—¿Sabias que me cojo a tu mamá? —Dijo mi amigo Paul sacándome de


mis pensamientos.

—¿Ah?

—Estas muy distraído, ¿En que piensas tanto? —Interrogó.

—Nada, solo que ando con un poco de sueño es todo —Expliqué.

—Ajá ¿Tener sueño es ver a Carl y Ester coquetear? Serruchero de mierda


—Insinuó el.
Ok puedo ser un pendejo a veces, pero nunca le quitaría el novio a alguien
que conozco.

—¡Cállate! No me gusta Carl —Me defendí dándole un golpe en el pecho.

—Nunca dije que te gustará Carl — Respondió el sonriendo —Con que no


solo eres serruchero, también eres un puto.

—¿¡Que hablas Pato!? —Dije exagerando mi indignación.

—Ay ya perdón... pendejo come pinga.

—¡Que te calles! —Grite y lo golpeé con mi libro.


Seguido a esto el se levantó de su asiento y me devolvió el golpe. No me
quedo de otra que también salirme de mi lugar y comenzar una pelea en
modo de juego con el. Eso me ayudo a distraerme y sacar de mis
pensamientos lo estresante que era que tu mejor amigo tenga novia antes
que tu.

Estaba saliendo de mi escuela. Me encontraba dirigiéndome hacia la salida


para esperar a que mi mamá llegue a recogerme a mi y mi hermano.
Mientras iba hacia la puerta hablaba con Carl y llevaba de la mano a Ian.

—¿Puedes recordarme como así se comenzaron a hablar? —Pregunte a


mi amigo.

—No te conté todo ¿Verdad? —Habló el tratando de recordar.

—Solo me contaste que estabas comenzando a hablar con ella y ya.


Nunca como paso o que despertó ese interés en ti. Digo no más, es que
antes ni le hacías caso —Explique mientras miraba como mi hermano se
comía unos dulces que le habían sobrado de un cumpleaños el día de
ayer.

—Bueno pues, estábamos cenando en mi casa cuando mi papá sacó el


tema de porque nunca le presenté o le hablé de una chica. "Yo no
permitiré maricones en mi casa" Eso dijo después de tanta pregunta y
conclusiones que sacaba sin saber nada.
—No entiendo ¿Que tiene que ver con que estes con ella? —Cuestione
confundido.

—Que no quiero que piense que soy como esos gays. Tu y medio salón
saben que no estoy de acuerdo con esas pendejadas —Creo que ya
estaba comenzando a entender —Comencé a hablar con ella porque me
llamo la atención y le hable por Instagram. Es lo que todos hacen al querer
iniciar una relación... al menos la mayoría.

—Está bien supongo, así no piensa que tiras para el otro lado.

—¿Que es tirar para el otro lado? —Preguntó mi hermano metiéndose a la


conversación.

—No te metas en conversaciones ajenas Ian —Hable tratando de no sonar


agresivo.

—Lo siento —Respondió el y bajo la mirada, seguido a esto puso cara


triste.

—Pobre Ian —Dijo Carl acercándose a él —¿Quieres que te compre un


helado? —Le preguntó e instantáneamente la cara de tristeza de mi
hermano cambió a una de felicidad.

—¡Si! —Gritó Ian.

Carl tomó su mano y lo llevó a comprase un helado, al lado de la escuela


vendían dulces y esas cosas, así que Ian tenía muchas opciones para
escoger.

—Manipulando desde temprana edad —Hable y los seguí.


Minutos después llegó mi mamá a recogernos. Mi hermano y yo subimos
al auto, este pequeño ratón estaba muy feliz con su helado (Con el cual
Carl se gastó lo último que le quedaba para sus ahorros).

El quería más a mi hermano a mi.


4.Tareas

Jake

Inicio de clases- 3 semanas. . .

Eso de que nos dejaran proyectos o trabajos en grupo era algo que
detestaba, nunca nos dejaban escoger con quienes tendríamos que hacer
el trabajo y si era así, escogían a la persona que quería antes que yo.
Aunque esta vez era distinto, pues tenía a mi mejor amigo de compañero
de trabajo, su "Casi algo" también, pero eso no importaba, ambos me
caían bien (Aunque a veces me irritaban).

Hoy tendríamos que ir a casa de Carl, pues su casa era más grande y el
internet corría mejor (Cosa que en mi casa casi no había). No me gustaba
la idea de tener que verlo a él con la chica que le gustaba, tendría que
soportar sus cursilerías y a mi amigo actuando como un pendejo. ¿Pero
que más podía hacer? No quería sacar un 0.5 en la clase de español.

Al menos podría verlo y a decir verdad, me gustaba pasar tiempo con el.
Se que puede sonar raro, pero es la verdad.
Ahora me encontraba afuera de su casa, esperando a que me habrá la
puerta. Llegue una hora antes, pues quería tener tiempo para conversar
con Carl un rato.

Agarre mi celular y le escribí.

—Ábreme carajo, me estoy quemando por el sol — Ordené, de verdad me


estaba quemando.

—Ya voy, broncéate un rato —Respondió el.

No pasó mucho tiempo cuando escuche que alguien se acercaba. Seguido


a esto Carl abrió la puerta de su casa.

—Hola —Saludó.

—Hola —Respondí y ambos nos quedamos viéndonos —¿Puedo pasar?


—Pregunté rompiendo el silencio.

—Si, si, pasa —Hablo poniéndose a un costado para que pueda entrar a
su casa.

Eso fue raro.

Al entrar a su casa ambos subimos al segundo piso, allí se encontraba su


sala, la cocina, el cuarto de su hermana y de el.

Tire mi mochila y me acoste en el sofá, poniendo un cojín en mi cara, pues


entraba mucho sol por la ventana y me empañaba la vista. (Ya hace años
que venía a esta casa así que era básicamente mi segundo hogar).

—Apenas llegas y ya te quieres poner a dormir —Dijo Carl acercándose.

—El colegio está haciendo que me mi energía sea igual a la de un viejo


—Respondí.
—Si, si. Pero ya, permiso, quiero sentarme yo también —Ordenó el. El
sofá no era tan grande que digamos, así que todo mi cuerpo ocupaba este.

—No, quiero seguir acostado.

—Solo levántate un rato para que me siente, después ya te acuestas de


nuevo.

Hice caso a sus órdenes y me senté. Seguido a esto el hizo lo mismo y


volví a acostarme, solo que esta vez en sus piernas. Era algo que
hacíamos desde ya hace unos meses, ya era costumbre.

—A dormir —Dije poniendo mi brazo en mi cara para proteger mis ojos de


la luz del sol.

—No, en una hora llegará Ester y tendremos que hacer ese trabajo —Por
un momento olvide que Ester también estaba en nuestro grupo.

—Cuando llegue me despiertas —Dicho esto cerré los ojos, enserio tenía
sueño.

No se cuanto tiempo llevaba dormido, pero ya me estaba comenzando a


despertar, más bien, era uno de esos momentos en los que te duermes y
en eso te "despiertas" pero no abres los ojos porque todavía tienes sueño,
aunque estás un poco consciente de lo qué pasa a tu alrededor.

Sentía como si alguien estuviera jugando con mi cabello, no me gustaba


que los demás lo tocaran, pero supuse que era Carl, además me gustaba.
¿Carl?

¡No! El no conciencia, el que juegue con mi cabello.

Me moví un poco tras tener ese pensamiento raro. Al hacer esto Carl
apartó su mano.

Tu querías que siguiera.

Si... mejor duérmete... no mejor no, ya llegará su noviecita y tendremos


que hacer el trabajo ese.

Abrí los ojos de a poco y mi mejor amigo dijo —Hasta que te despiertas
bella durmiente —Tras esto yo le di un ligero golpe en la cara.

—Cállate —Ordene comenzando a sentarme en el sofá.

—Cállame —Respondió y lo mire con una sonrisa.

—Aquí no mi vida —Dije comenzando a reírme.


—Pendejo —Dicho esto también comenzó a reírse.
—Aún así me amas —Hable desordenando su cabello.

El solo se rio y respondió —Ni que fueras Ester —La sonrisa que se había
formado en mi rostro comenzó a ser forzada ¿Por que tenía que meter a
Ester en todo?. Me limité a tirarle un cojín en la cara.

No pasaron ni 2 segundos cuando un celular comenzó a sonar. Era el de


Carl, lo estaban llamando.
En seguida el se paro del mueble y se dirigió hacia la mesa en la cual
estaba su teléfono.

—¿Si? —Preguntó el tras contestar la llamada —Está bien ya voy —No


escuché que le dijeron, pero estoy seguro de que era Ester y que estaba
abajo esperándolo.
—Hola —Escuché segundos después a lo lejos, provenía de una voz
femenina. Fue cuando comprobé que efectivamente ella había llegado.

Ambos comenzaron a subir y yo solo me ordenaba el cabello despeinado


que me traía.

—Hola Jake —Dijo ella con una amable sonrisa.

—Hola —Saludé tratando de poner mi mejor sonrisa.

No entendía porque me desagradaba tanto, ella era amable.

Es porque estas celoso.

¿Ok?... ese pensamiento fue raro.

Comenzamos a acomodarnos en la mesa para comenzar con la tarea,


estaba fácil, teníamos que hacer una exposición acerca del "CANTAR DEL
MIO CID".
La verdad no me leí ni una página de ese libro, pero todo estaba en
internet.

Al iniciar la tarea vi como Ester le sonría a Carl y este le correspondía.

¿Quieres que te sonría a ti?

¿¡Que mierda conciencia!?

Ok mejor me pongo a hacer la tarea.


Al iniciar la tarea yo fui el asignado para hacer el resumen junto con Carl,
aunque al final comencé a hacerlo todo yo porque él no dejaba de darse
miradas y sonrisas con Ester. Yo solo rodaba los ojos y me hacía el
desinteresado.

Aunque mi paciencia estaba comenzando a acabarse cuando se


comenzaron a tocar "accidentalmente" las manos. Ya me estaba
comenzando a desesperar.
Él estaba muy distraído, a veces ni con ella, es decir, se ponía un poco
serio y miraba a la nada, como si estuviera sobre pensando algo.

—¿Me ayudas a resumir este párrafo? —Le pregunte tratando de hacer


que regrese a la realidad.

—Si —Respondió dándole un vistazo a mi laptop y comenzado a resumir


todo en un Word.

Al fin pensé que ya me haría algo, pero en eso la castaña (La cual estaba
haciendo las diapositivas) dijo —Carl ayúdame — El se quedó sin
responder nada como por 2 segundos y después acepto ir a ayudar a
Ester. Por mi normal, la diapositiva era lo más importante, pero lo que no
me gusto fue que el se quedo hablando con ella de temas que nada que
ver. Comenzó a decirle que se veía linda y esas cosas. No se que me
pasaba pero sentía... ¡No se! Solo quería irme, ya no soportaba estar allí.

—Voy al baño — Hable antes de levantarme de mi asiento.


El baño se encontraba al fondo así que podría estar lejos de ellos por un
momento.

Camine rápidamente a este y me metí. No sabía que me pasaba, ni sabía


que sentía. Ya me había ocurrido otras veces pero era otro tipo de
situación, cuando sentía celos de que algún chico le coqueteara a la chica
que me gustaba. Se sentía algo así pero más fuerte. Aunque no podía ser
eso, Ester no me gustaba, ni me llamaba la atención así que me sentía
realmente confundido.

Moje mi cara y me mire al espejo.

—¿Que te está pasando? ¡Contrólate! —Me dije a mí mismo dándome un


ligero golpe en la cara.

Me arregle el cabello y salí del baño, me repetía a mi mismo entre dientes


"Cálmate". Cuando me encontré con la hermana de Carl, Valeria, estaba
saliendo de su cuarto y me vio en ese estado de... no sé qué estado era,
desesperación supongo.

—Hola Jake ¿Que pasó? —Preguntó ella.

—Nada —Respondí tratando de secar algunas partes de mi cara que


seguían mojadas.

—Ajá y mi hámster sigue vivo —Hablo sarcásticamente —Ya enserio


¿Estas bien?

—Eso creo.

—¿Que pasó ahora?

Cuéntale.

¡No!

Es tu amiga, deberías contarle.

Es hermana de Carl y él podría enterarse.

Sabes que ella nunca dice nada, cuéntale.


Conciencia a veces te odio.

—Es que... no me gusta que Carl y Ester estén tan... no se como decirlo.

—¿Empalagosos? —Preguntó y asentí —Pues hasta donde se, ellos están


quedando en algo, aunque no se, no lo veo tan emocionado a Carl. No es
por ser chismosa pero lo veo más feliz contigo que con ella.

—¿Enserio?
—Seh, aunque Ester me cae bien, es una linda chica. Tal vez son los
nervios de Carl por ser su primer casi algo.
—Tal vez.
—Bueno solo ignóralos.
—Es que no es tan fácil.

Ella se quedó pesando un rato y me miro de pies a cabeza —A menos que


estés celoso —Hablo sonriendo un poco.

—¿Que? No claro que no, no me gusta Ester —Explique, no quería que


piense que le quería quitar la novia a mi mejor amigo.

—¿Y Carl? —Preguntó ella con una sonrisa pícara.

—¿¡Carl!? ¡No! El es, es mi amigo. Además no soy gay —Me defendí


poniendo cara de indignado.

Valeria soltó una carcajada —Solo bromeó... ¿O no?

—¡Valeria! —Ella solo se comenzó a reír.

—Ay estos jóvenes de ahora —Dijo dirigiéndose a la sala.

—¡Tienes 15! Solo me pasas por un año —Hable mientas la seguía.

—Bueno al menos tengo más sabiduría que tú y mi hermano juntos.


Me limite a sonreír y me dirigí de nuevo a la mesa, ella a la cocina, la cual
estaba a unos metros de nosotros.

Carl y Ester seguían coqueteando y rodé los ojos al mismo tiempo que
ponía cara de desagrado.
Al hacer esto dirigí mi vista a la cocina, en la cual estaba Valeria trataba de
no reírse mientras tomaba agua.

En respuesta le saqué el dedo medio.

Bueno al menos mi ánimo ya estaba mejor que antes.

Después de 1 hora al fin terminamos ese trabajo y recogieron a Ester, al fin


se había ido.

Me genera culpa el que no me caiga del todo bien, pero la verdad, ya no


soportaba verla coquetear con Carl y eso.

—¿Quieres ir a mi cuarto? —Preguntó Carl.

—Vamos —Respondí y ambos nos dirigimos a su habitación.

Al entrar a esta me tire de espaldas a su cama y el se tiro encima mío


—¡Me estas aplastando! —Grite y lo tire para el costado.

Ambos nos quedamos acostados viendo al techo. Ninguno decía nada.

—Y... ¿Como va todo con ella? —Pregunté rompiendo el silencio.


—¿Con quien?

—De quien más podría estar hablando.

—Ahh. Pues... bien... eso creo, no se.

—¿No sabes? ¿Como no? Si se la pasan coqueteando y todo.

—Si pero, no lo siento como me imagine que sería, no se, siento que falta
algo ¿Entiendes? —Habló el desanimado.

—Si creo —No, no entendía —Deben ser los nervios supongo.

Ambos dimos un suspiro y nos quedamos en un enorme silencio. No sabía


que hacer, me gustaría darle un consejo pero ni entendí de que me
hablaba. Lo único que se me vino a la mente fue darle un abrazo, aunque
sentía que seria raro, no quería poner las cosas incómodas.

Es mejor no hacer nada.

Abrázalo.

Conciencia no es momento.

Hazlo.

¡No!

No sabía que me pasaba pero me di la vuelta hacía el, lo mire y se veía


realmente desanimado.

¿Por qué no le das un abrazo y ya?

¡Porque sería raro!


No sabía que hacer, estaba en un duelo mental de si abrazarlo o no.
Ese duelo se terminó cuando el también se volteó a verme y me dio un
gran impulso de abrazarlo, así que lo hice.

—¿Que haces? —Preguntó el con un tono de voz que se escuchaba un


poco extraño. También se quedó quieto.

—Cállate —Ordené mientras seguía abrazándolo.

Para mi sorpresa, me correspondió aquel abrazo.

—Que raro eres a veces— Confeso soltando una pequeña risa. Esta
provocó que él ocultara su rostro en mi pecho.

Ante tal gesto se me escapó una sonrisa... ¡Que mierda! ¿¡Por qué sonríes
Jake!?

—Ok esto ya es raro —Lo aparte de mi y sentí toda mi cara arder... Creo
que me estaba dando una reacción alérgica.
Nunca me pasó esto ¿¡Que le pasaba a mi cara!? ¿¡Que ocurría
conmigo!? Dios siento que me voy a desmayar.

Me salí de mis pensamientos cuando mi teléfono comenzó a sonar. Era mi


mamá.

—Creo que ya me vinieron a recoger —Insinué contestando la llamada


—¿Hola?

—Ya estoy abajo —Hablo mi mamá.


—Ok ya voy.

Corte la llamada y dirigí mi vista a mi amigo —Ya me voy.

—Ok, te acompaño.
Nos fuimos a la sala, agarre mi mochila y bajamos las escaleras.

Al llegar a la puerta de salida de su casa me di la vuelta —Adiós — Me


despedí y estuvimos a punto de darnos un abrazo pero no se qué pasó ,
solo se que de la nada el casi abrazo cambio a solo chocar las manos.

—Adiós, cuídate —Se despidió el abriendo la puerta de su casa.

Subí al auto y después de saludar a mi mamá me quede pensando en todo


lo que había pasado, fue una tarde realmente extraña.
5. Pánico

Narrador omnisciente

Clases- 4 semanas . . .

Ya hace un tiempo que los mejores amigos Jake y Carl estaban


comenzando a distanciarse. Más bien, Jake estaba comenzando a ignorar
a Carl, no era porque fue obligado o porque el realmente quería, era
porque quería mantener su estado mental en paz.
Tras ver que su amigo no frenaría todas las cosas cursis que hacía con su
casi algo todo el tiempo, decidió que lo mejor sería mantener la distancia
con el, así tal vez dejaría de sentirse tan ardido al verlo con aquella chica
castaña (Aunque ni sabia el porque se sentía así).

Para el mayor fue un mal día. Ahora se encontraba en su salón, esperando


a que su profesor de matemáticas llegue, odiaba ese curso con toda su
alma, además se la pasaba hablando por discord así que pocas veces
entendía de que hablaba el profesor.

—Hola Jake —Saludó Paul, sentándose adelante de este.


—Hola —Respondió el pelinegro sin ánimos —Me da pereza matemática,
el profesor ni explica bien —Se quejó tirando su cabeza en su estuche.

—Seh, pero bueno al menos vamos a poder hablar —Dijo Paul tratando
de subirle los ánimos.

Jake ante esta idea afirmó con la cabeza dando a entender que estaba de
acuerdo. En eso vio como su mejor amigo y cierta castaña se daban un
abrazo —Ya van a empezar —Habló el rodando los ojos.

—¿Sigues con tus celos homosexuales? —Preguntó aquel chico


desarreglado en tono de burla.

—Cállate —Ordenó —No estoy celoso.

—JJ te conozco desde los 6 años y puedo afirmar que si estas celoso
—Aseguró —Eres un puto —Dicho esto se rio y comenzó a desordenar su
cabello con una mano.

—¿Ah si? Bueno no importa si sea hetero o gay, de todas formas soy más
guapo que tu Pato —Se defendió el mayor en un tono sarcástico.

—Pues si, si, estas guapo —Afirmó el dejando escapar una sonrisa.

—Ya lo sabía Pato, no tenías porque recordármelo. Todos mueren por mi


—Hablo el con una sonrisa en su rostro.

—Ay si, mira como me derrito ante tanta belleza —Afirmó de nuevo Paul
cogiendo la mandíbula de su amigo y pasando su pulgar suavemente por
este.

Aquella acción hizo que Jake sienta algo que no le pasaba desde hace
años, un pequeño cosquilleo por todo su cuerpo. Esto lo dejó
desconcertado así que se limitó a soltar una risa nerviosa ante tal acto.
Su conversación no pudo llegar a más, pues su maestro ya había llegado
al salón, al pelinegro le dejó de importar esa clase, pues se quedó
pensando en lo que había pasado, en la reacción que tuvo. Todo eso lo
dejo un poco alarmado.

¿Que mierda te esta pasando Jake? —Pensó preocupado.


Carl

Clases- 4 semanas. . .

Estos últimos días Jake me a estado ignorando, no me gusta para nada


esa idea, ni siquiera hice algo malo ¿O si?
Por eso mismo quería hablar con él ese día.
Teníamos un cambio de hora, en un momento llegaría el profesor de
matemática, así que quería aprovechar ese tiempo para hablar con el y
preguntarle que era lo que le pasaba.

Lo vi desanimado en su silla, estaba solo así que era el momento perfecto.


Me comencé a acercar a él y cuando estaba a tan solo unos metros de
este, cierta chica me detuvo —Hola Carl— Saludó Ester por 3era vez en el
día.

—Hola —Respondí sin saber cómo hacerla a un lado.

Abrázala y listo, así se ira por un momento.

Gracias.

Hice lo que mi conciencia me dijo, la abracé y tenía planeado hacerlo solo


por 2 segundos, pero al parecer ella no quería solo 2 segundos así que
estuvimos así por más tiempo. No sabía como decirle que no quería
abrazarla y que se quite. Lo pude decir directamente, aunque podría
tomarlo a mal y tampoco quería eso.

En pleno abrazo dirigí mi vista hacia Jake y el ya estaba hablando con


Paul.

Ambos comenzaron a sonreírse. Me pareció extraño pues era otro tipo de


sonrisa. Fue allí cuando me comenzó a ganar el impulso de saber de que
hablaban tanto que estaba entretenida la conversación.

Debería estar feliz, pues Ester comenzó a acariciar la parte de atrás de mi


cabello, pero no podía estar feliz. El simple hecho de verlos haciendo eso
hizo que me sienta... no se que era, pero el sentimiento no era bonito.

Mi paciencia llegó a su tope cuando Paul le acarició la mandíbula a Jake


¿Por que hacía eso? Y lo peor era que mi mejor amigo le sonrió ante tal
gesto.

Tal vez solo están coqueteando en broma. Así como tu a veces haces
con el.

No, no era en broma, no parecía en broma.

¿Y por qué te molestas?

¡CÁLLATE CONCIENCIA!

Hice a Ester un lado, tratando de no verme disgustado —Ahora vengo


—Hablé tratando de mostrar mi mejor sonrisa y me acerque a Jake.

Este intento de llegar a su asiento fue interrumpido nuevamente, pero esta


vez por el maestro de matemática ¿¡Que nadie quería que hable con él
hoy o que!?
Acepté mi derrota y volví a mi asiento, con la esperanza de poder
encontrar otro momento para hablar con el.
6. El recreo.

Narrador omnisciente

Clases- 4semanas . . .

El grupo de las chicas estaba sentada en una esquina, comiendo sus


refrigerios mientras se ponían al día de los chismes nuevos. Obviamente el
que estaba en boca de todos era la supuesta relación que tenían Carl y
Ester.

Todos en 3ero sabían que Carl no era tan amable o tímido, tenía ciertos
problemas, sabían que él en su pasado no fue tan buen amigo que
digamos. Sin contar que el año pasado, junto con 2 amigos más, se la
pasaban molestando a las niñas de su curso.

Ester sabía que con el que estaba saliendo no tenía una buena reputación,
sabía que Carl no era perfecto.
Pero con ella, él era distinto, aunque muchas veces, al momento de irse a
dormir, ella pensaba en que si realmente aquel chico la quería, pues casi
no actuaba como tal.
Solo eran palabras y más palabras. Más no acciones o cosas que
realmente le demuestren que él no se lo tomaba a juego.

Presentía que Carl no siempre se sentía cómodo estando a su lado, por lo


cual a veces tenía que forzarse a mantener su distancia.

A pesar de eso, a Ester si le gustaba Carl, pero aquella chica era algo
inocente, así que siempre dejaba pasar algunas cosas que él hacía,
justificaba aquellas acciones diciendo —Tal vez es la primera vez que tiene
una novia y por eso se aleja — Muy en el fondo sabía que tal vez Carl solo
estaba jugando con ella o algo así, no estaba segura realmente.

—¿Como va todo con Carl? —Preguntaba cierta chica de cabello corto a


su amiga.

—Pues... Bien creo —Respondió la castaña con duda.

—El tipo es un idiota —Agregó su mejor amiga, Raquel.

—¡Que no lo es! Es... tímido.

—La mayoría de las que estamos acá sabemos que el es de todo menos
tímido.

—El ya no es como antes —Dijo una amiga algo cercana a Carl —Bueno...
un poco, pero al menos ya mejoro algo. Aunque si hace algo malo lo
terminas.

—Ni estamos juntos —Hablo Ester —Estamos quedando en algo.

—Novios o no, no tienes porque tolerar malas actitudes —Aconsejo la del


cabello corto, su nombre era Amelia.
—Si, recuerda que todos los hombres de nuestro curso a veces llegan a
tener ciertas actitudes machistas —Agregó Raquel.

—Bueno... si pasa algo les cuento, ya saben que es mi primera relación y


la verdad no se como actuar —Respondió finalmente la castaña.

—Por algo solo me fijo en personajes ficticios —Dijo Amelia.

—Tu si le sabes —Hablo la mejor amiga de Ester chocando las manos con
la pelinegra.

La verdad era que sus compañeros no le tenían mucha fe a ese noviazgo,


pues conocían a ambos chicos y sabían que terminaría siendo una
relación que llegaría a su fin en poco tiempo y tendrían que soportar
momentos incómodos hasta entonces (Sin contar los que vendrían
después de que terminen).

Solo les quedaba aguantar.

Por otro lado, ese mismo día . . .

El chico de lentes se la paso toda su clase de matemática y ciencias


sociales observando a su mejor amigo. Quien parecía estar hablando con
alguien a través de su laptop. A él le dio mucha curiosidad saber de que
hablaban tanto, pues su amigo no dejaba de sonreírle a su dispositivo.

—¿Con quien crees que está hablando Jake? —Preguntó el a través de


Discord a un amigo que tenían en común, Gael.

—¿Yo que voy a saber? Ni me importa ¿A ti si? —Respondió Gael


desinteresado.

—No.

—¿Entonces?

—Nada —Dicho esto volvió a mirar a su mejor amigo, el cual comenzó a


observar a Paul, ambos comenzaron a mirarse mutuamente mientras
trataban de no reírse. Fue allí cuando se dio cuenta de que con quien
estaba hablando Jake, era nada más y nada menos que Paul.

"¿De que tanto hablan que se ríen mucho?" Era lo único que el podía
pensar en esos momentos.

Al tocar el timbre de la hora del recreo este se fue muy desanimado a


juntarse con los hombres de su salón (Eran pocos así que siempre se la
pasaban juntos). Al sentarse para comer su refrigerio, se dio cuenta de que
Jake no estaba en el grupo. Así que Carl pensó que era porque no lo
quería ver, lo cual le preocupó aún más.
—Voy al baño —Dijo el menor levantándose para dirigirse a los servicios
higiénicos.

Al llegar a estos, vio que su mejor amigo (El cual lo estuvo ignorando por
días) También se estaba acercando a los baños.
Ante esto, Carl vio que no había nadie en ese lugar, así que decidió
aprovechar.

Cuando su amigo pasó por la puerta del baño, el lo tomó del brazo y de un
empujón lo metió a este, tirándolo contra la pared. Jake ante tal acto se
asustó y pegó un grito.

—¡Cállate! —Dijo Carl en un tono de voz alto, mientras que con una mano
tapaba la boca del pelinegro —¿Que ocurre contigo? —Preguntó mientras
alejaba lentamente su mano.

El pelinegro se calmó un poco —¿Conmigo? La pregunta sería otra...


¿¡Por qué me metes a un baño de un jalón!? —Preguntó Jake aumentando
su tono de voz.

—¿Por qué? ¡Porqué me estas ignorando y no se la razón!

—¡Ahh!... No te estoy ignorando —Afirmó el con una voz un poco chillona.


Esto hizo que Carl reconociera que él estaba mintiendo, pues esa voz
chillona solo se le salía al momento de mentir.

—Si, si lo haces.
—¿Por qué tendría que hacerlo? —Preguntó de nuevo con una voz aguda.
—¡Eso es lo que me pregunto! —Gritó Carl agarrando de los hombros a
Jake mientras agitaba el cuerpo de este. Estaba comenzando a perder la
paciencia.

Jake se quedó en silencio un momento y pensó por un rato en si decirle a


su amigo la verdad o no.
—¿Quieres la verdad? —Preguntó el mayor poniéndose serio.
—Si.
—La verdad es que ya me cansé de que cada cosa que hacemos siempre
tengas que meter a Ester; Que Ester Esto... que Ester lo otro ¡Ya me tienes
harto! —Contestó haciendo gestos con las manos.
—¿Que esperas que haga? Es mi novia.
—¿Ya son novios?
—Algo así.

Ambos chicos se quedaron en silencio y Carl decidió dejar en claro las


cosas.

—No quiero que me ignores —Explicó un poco más calmado —Eres mi


mejor amigo y... —Un "Te quiero conmigo" paso por su mente, pero pensó
que sería raro, pues nunca en su familia y en su vida escuchó o vio que
algún hombre le dijera a otro esas palabras. Además era Jake a quien se
lo diría y le daban muchos nervios el pensar en cómo se lo tomaría este.

—¿Y?
—Eres como mi hermano.

Estas últimas palabras hicieron que el pelinegro sienta cierta tristeza. No


sabía el porqué, pero sentía decepción.
Carl obviamente noto esto, pensó que fue porque sentía culpa de haberlo
ignorado.

—Ven aquí —Dijo el de lentes antes de abrazar a su amigo, el cual le


correspondió el abrazo al instante —Ya deja de ignorarme —Hablo aún
abrazados. Ninguno quería separarse del otro.

—Y tu deja de ser un idiota —Jake hablaba enserio, pero Carl pensó que
era de broma, así que solo se rio (Aunque muy en el fondo, sabía que
estaba siendo un idiota).
Ambos chicos se quedaron abrazados, hasta que cierto chico desordenado
con cabello un poco corto y greñudo entró al baño. Encontrando a ambos
amigos abrazados.

—¿Por qué no invitan? —Preguntó esté dejando desconcertados a ambos


chicos.
7. Negación.

Jake

Clases- 6 semanas- Martes . . .

Ya habían pasado 2 semanas desde que volví a hablar con Carl. Después
de aquella vez en el baño, entendí que no le gustaba que lo ignore.
Eso me hizo sentir bien de alguna manera. Ósea, me quiere.

Hablando de eso, últimamente me he sentido bastante extraño. Es decir,


cada que veo a Carl o pienso en el, siento algo... "raro" , no sabría como
describirlo, pero ya me ha pasado antes... Cuando me gustaba una chica
en mi 5to grado de primaria, la veía y sentía una inmensa atracción hacia
ella.
Ahora me pasa lo mismo, pero con Carl. Aunque no es que me guste, es
decir... No la verdad no se. Pero cada que lo veo, siento esa atracción,
cada que cruzamos miradas me comienza a entrar la necesidad de verlo
hasta que se acabe el día. Cuando estoy con el, siempre noto algo... se
podría llamar tensión, pero no estoy seguro.
Me siento confundido... MUY confundido, no se que me pasa.

—Hola JJ —Saludó Paul, sentándose en la mesa del costado. Sacándome


de mis pensamientos.

—Hola Pato —Respondí chocando mi mano con la de él en forma de


saludo.

—¿Cuántos meses ya cumples con Carl? —Preguntó.

—¡No molestes!

—Ok, Jake Hernández.

—Está mejor mi apellido.

—Entonces... Carl Ross ¿Te parece? —Preguntó el en tono de burla.

—Me parece que hoy consumiste más droga de lo debido —Para mi y para
la mayoría de los hombres de mi salón, no era un secreto el que Pato se
drogaba. No estábamos de acuerdo con eso, pero no podíamos hacer
nada al respecto.

—No me drogo en las mañanas JJ. El closet te está afectando.

—¡Chúpala Pato! —Grite antes de comenzar a reírme, seguido a esto le di


un pequeño empujón.

—¿Quieres? —Dijo en respuesta, fingiendo un tono "seductor"

—¿Bro? —Me levante de mi asiento y el imito el gesto —Es muy temprano


para andar de gay.

—Pero te gusta JJ.


—¡Cállate!—Respondí riendo y golpeando ligeramente el pecho de Paul.

No me di cuenta de que mi compañera Victoria estaba cerca de nosotros,


así que escucho todo.

Se nos acerco y dijo —Ya iniciaron. A ver, bésense.

—¿Para que? —Pregunto Paul.

—Romper la tensión a veces es bueno ¿Sabían? —Dijo ella con una


sonrisa picara.

—¿Ah si? Ven aquí Pato —Dije antes de acercarlo a mi, el me siguió el
juego.

Ambos juntamos nuestros cuerpos e hicimos como si nos estuviéramos


besando, obviamente no fue así.

—Que heterosexuales —Dijo Victoria burlona.

Eso fue lo mas extraño que hice en toda mi vida.

Seguido a esto, sentí como alguien me agarraba de la cintura y me hacía a


un lado, Era Carl.

Cuando hizo aquella acción, sentí como si la electricidad estuviera


pasando por la parte de mi abdomen.

—No es tiempo de joterias— Habló el separándome de Paul.

—Solo estábamos jugando —Respondió Paul riendo un poco.

—El maestro los va ver —Dijo.


—Ni siquiera llegó —Dije poniendo mi brazo en su hombro. Esto hizo que
lo acercara a mi, él tenía su brazo al rededor de la parte baja de mi
espalda.

Aquello hizo que sienta de nuevo esa atracción, no sabía porque.

Sabes porque.

No entendía que ocurría conmigo. Estaba comenzando a ser bastante


estresante.

—Pero llegará pronto —Dijo bajando un poco la mirada para verme. Si, era
un poco más bajo que el.

—Uhh... un muerde almohadas celoso —Dijo Paul sonriendo de lado y


arrimándose a la mesa.

—Que gays están todos hoy —Dijo Victoria antes de irse con sus amigas.
En respuesta rodé los ojos.

—¿Un que? —Preguntó Carl, no entendía a que se refería Pato con


"Muerde almohadas", la verdad, yo tampoco —Mejor siéntate Paul
—Ordenó el dándole la espalda para verme —Hola bro, no te salude
—Dijo antes de acercarme a él para darme un abrazo.

Le correspondí el abrazo, últimamente estaban siendo bastante seguidos,


pero por mi normal.

Me gusta abrazarlo.

¡Me gustan los abrazos!

En aquel abrazo pose mi cabeza en su hombro, al hacer esto pude oler el


perfume que se había puesto ese día, no lo iba a negar, olía bastante bien.
Suenas como un psicópata.

Cállate Jake.

—¿Qué perfume usas? —Soy un pendejo.

—¿Yo? —Preguntó Carl.

—No, tu mamá. ¡Obviamente te estoy preguntando a ti idiota! —Dije


burlándome de mi amigo, tratando de hacer que se tome todo a broma.

—Pues, no se como se llama, ¿Por qué? ¿Te gustó? —Si —El olor
—También...

¡Cállate conciencia!

—Si... huele bien —Hubo un silencio, pero no era incómodo.

—¿Ya dejaron de hablar del olor del perfume? —Preguntó Paul, quien
estuvo escuchando toda la conversación.

—¡Cállate! —Gritamos Carl y yo al mismo tiempo.

—Lo siento —Respondió él entre risas —Los de 14 coquetean raro


—Hablo al final en voz baja, pero logré escucharlo.

Vimos que el maestro entró al aula, así que Carl se fue a su sitio (El cual
estaba detrás de Ester). Al sentarse en este ella se volteó para saludarlo,
él con una sonrisa le devolvió el saludo, aunque después puso cara de
angustia.

—Bien estudiantes, hoy hablaremos de "La revolución de las trece


colonias" — Otro tema que me importaba una mierda.
Me forcé a prestar atención, pues en esta clase el maestro siempre dejaba
unas preguntas al final para ver si entendimos.

—La revolución —Inició la explicación— Empezó en 1775 —Quiero morir.

Después de 4 horas de Ciencias sociales e inglés. Al fin tocó la hora del


recreo.

—¡Jake! —Gritó Carl desde la puerta —¡Tengo hambre carajo! —Ya


habían pasado 2 minutos desde que inició el recreo y yo aún no terminaba
de enviar unas preguntas que nos dejó el maestro de inglés.

—¡Ya voy! —Grité desde mi asiento.

El se acercó y puso su mesa al costado de la mía —Te acompaño —Dijo


sentándose en esta con su merienda.

—Puedes salir y comer con nuestros amigos ¿Sabias? —Hable mientras


seguía respondiendo esas preguntas de inglés.

—Si, pero no quiero estar con ellos —¿Quería estar conmigo?

Quiere estar conmigo.

Cállate Jake.

—¿Quieres? —Preguntó Carl extendiéndome un táper​con papas.

—Dame —Respondí agarrando todo el táper. Tenía hambre.


—¡Mis papas! —Gritó el tratando de quitármelas.

—¡Invítame!
—¡No te lleves todo el envase!

El trato de quitarme el envase, así que lo aleje extendiendo mi brazo y el


cuando intento recuperarlo se acercó mucho a mi.

Mierda.

Una parte de su cuerpo estaba muy cerca al mío. No era como cuando nos
abrazábamos. Su rostro estaba literalmente a unos 2 centímetros de
distancia del mío. Por alguna razón eso hizo que me distrajera un rato, así
que me quito el táper.

—Toma —Dijo Carl metiendo una papa a mi boca.


—Gracias —Respondí con la boca llena.

—¿Ya terminaste la actividad? —Preguntó el viendo mi laptop.

—No, no entiendo esta parte —Dije mostrándole el ejercicio que me


faltaba.

—Jake, tu familia viene de Estados Unidos ¿Y no sabes inglés?


—Mis padres nacieron aquí y se criaron aquí ¿Qué esperabas?
—Oh, cierto, solo tus primos se quedaron allá.
—A veces envidio a mis primos, se quedaron en el primer mundo.

Lo que decía era cierto, mi papá nació aquí, al parecer a mis abuelos les
gusto el lugar y decidieron quedarse. Mi padre conoció a mi mamá a sus
16 y con el pasar del tiempo decidieron irse a Estados Unidos, aunque
decidieron quedarse aquí por la familia y todo eso.

Mi país es bonito (En paisajes) pero realmente no me gusta como son las
cosas... aunque la comida si. Además, ya tengo toda una vida en este
lugar.

—Si te hubieras ido con tus padres a vivir al extranjero, nunca te habría
conocido —Dijo Carl.

—¿Y eso es bueno o malo?

—Malo. Me caes mal —Dijo haciéndose el desinteresado —¡Obviamente


es bueno! Fue lo mejor que me pasó conocerte.

—¿Enserio?

—Ajá.

Le gustó conocerte... Le gustó conocerte... Le gustó conocerte...

Le gustó conocerme...

Disimula tu emoción. Pareces tarado.

No estoy emocionado.

Me puse serio un momento y en eso alguien me susurro al oído —Hola


Jacobo — Era mi mejor amiga, Grecia.

—No molestes, ya te dije que no me llamo Jacobo.

—Lo siento, Jacobo.

—¡Jacobo es para Jacob, yo soy Jake!

—No te molestes, Jacobo —Esta vez el que hablo fue Carl.


—¿¡Tu también!? —Mis dos mejores amigos comenzaron a reírse y yo
solo les mostré el dedo medio.

—Ya ya, lo siento Jake —Dijo Carl poniendo su brazo en mi hombro —Aw,
te ves tierno cuando te enojas —Hablo agarrando mi barbilla, seguido a
esto me desordeno el cabello. Yo solo sonreí ante esta acción.

—Ok... Yo ya me voy —Dijo mi mejor amiga, me olvide que estaba allí. Ella
se acerco a mi una vez mas y me susurró —A veces se me olvida que solo
son amigos —Dicho esto se alejo.

—¿Que?

—¡Adiós!

Eso me dejo pensando un rato, ¿A que se refería?

Sabes de que hablaba.

No creo que sea eso. Tal vez solo bromeaba.

Después de otros 4 minutos al fin termine ingles, Carl y yo ya podíamos


salir al recreo a ver la escuela que conocíamos desde hace años. En mi
caso, estoy en este lugar desde los 2 años. Era algo aburrido ver el mismo
lugar siempre, pero lo soportaba.

Carl y yo nos sentamos en el piso, comenzamos a hablar de tareas y de lo


que haríamos en la tarde (A parte de tareas y todo eso). En eso se nos
acerco el psicólogo.

El psicólogo escolar no me caía para nada bien, parecía que estudio su


carrera por YouTube.

—Hola chicos —Saludo y se sentó al lado de nosotros. ¿Quién lo invito?


Nadie.
—Hola —Saludamos Carl y yo al mismo tiempo.

—¿Cómo va todo? ¿Ya salen con alguna chica? —Era la tercera vez en
ese mes que preguntaba eso.

—Yo no —Respondí tratando de sonar odioso.

—¿No? ¿Y esa chica con rulos de tu salón que? El otro día los vi hablando
y riendo en la salida.

—Ella es mi mejor amiga —Explique.

—Si quieres te presento a unas de 4to año ¿Qué te parece esa chica que
esta allá? —Pregunto señalando a Valeria, la cual estaba jugando vóley
con sus amigas.

—¿Valeria? Ella es mi amiga.

—¿Entonces que chica te gusta? ¿Qué tal la chica de 2do? Te vi hablando


con ella el otro día.

—El puede tener amigas, no es necesario que alguna de ellas le guste


—Hablo Carl en un tono serio —¿O te gusta alguna? —Pregunto poniendo
su mirada en mi.

—No, ninguna —Respondí.

—¿Lo ve? —Le dijo al psicólogo. El no respondió nada. Ante esto, Carl se
levanto —Vámonos —Dijo tomando mi mano para ayudarme a levantarme,
seguido a esto nos fuimos a otro sitio.

—¿Qué fue todo eso? —Le pregunte mientras miraba como el psicólogo
tenia cara de confundido.
—No entendía que no estabas interesado en nadie. Ese psicólogo me cae
mal.

—Bueno, a mi tampoco me cae bien.

—Estamos a mano —Dijo el.

Literalmente estábamos a mano, el seguía agarrando mi mano.

Llegamos al salón y la mayoría de los de nuestro curso estaban allí, el


recreo aun no había terminado, pero no había nada mas que hacer.

Paul también estaba en este, vio que me estaba tomando de la mano con
Carl, al instante me separe de el y Paul comenzó a sonreír, de una manera
burlona. Le saque el dedo del medio en respuesta.

—Iré a mi sitio —Le dije a Carl antes de acercarme a Paul, el cual estaba
al costado de mi asiento.

—¿Sigues en negación o ya lo aceptaste? —Pregunto de manera burlona.

—¿Aceptar que? —Dije.

—Nah, sigues en negación —Hablo el negando con la cabeza.

Tiene razón.

¡Cállate Jake!
8. Discusión

Carl

6 semanas -Clases -Sábado...

Ya hace unos meses que estoy hablando con Ester, ahora estábamos en
planes de ser algo más que amigos. Aunque para ser honesto, hay
momentos en los que dudo de si seguir con esto.

Es decir, ella es una chica muy linda, inteligente, divertida y básicamente


todo lo que un chico quiere... O eso es lo que siempre escucho.

El punto es que cada que salgo con ella es como si fuera una amiga más.
Y eso que normalmente no hablamos mucho de nosotros. Bueno en mi
caso, solo le muestro la versión de mi que todos conocen. Siento que si
dejo de hacer eso ella se alejará de mi y creerá que soy un aburrido.
No compartimos los mismos gustos, así que nuestras conversaciones solo
se limitan a hablar de la escuela, cosas que queremos hacer, el clima,
como nos fue y eso.
Pero supongo que es normal ¿No?. Según mi papá, los novios no
comparten los mismos gustos, solo una que otra cosa. Con Ester comparto
que nos gustaba los dulces y el universo de Marvel así que... algo es algo.

No sé que estoy haciendo, pero supongo que voy bien. (No creo que eso
de que se te presenten dudas sea bueno, pero tal vez es solo porque
nunca tuve una relación ).

Ahora me encontraba hablando con ella por chat y tocando la guitarra al


mismo tiempo... se me complica mucho la verdad.

—¿Ya terminaste la tarea? —Preguntó por chat.


—¿Había? — Respondí tratando de recordar que tarea dejaron para el fin
de semana.

—La que dejaron para inglés.


—Ah, si lo hice, lo terminé en clase.
—Que bueno. ¿Como va todo?
—Bien.
—¿Que haces?
—Nada, solo estoy acostado en mi cama. ¿Y tu?
—Igual.

Nuestra conversación no iba para más, no sabía ni que temas sacar para
continuarla. Además estaba tocando la guitarra, me daban ganas de
ponerle "Estoy practicando, adiós", pero siento que seria algo cruel, así
que no me quedaba de otra que tratar de seguirle el juego.

—¿Harás algo más tarde? —Preguntó.

A la mierda, mi guitarra es importante, hay prioridades en esta vida.

—Lo siento, pero me tengo que ir, te hablo más tarde, mi mamá me está
llamando para ayudarle a ordenar unos papeles —Una mentira no le hace
mal a nadie.
—Está bien, adiós ♡
—Bye —Estuve a punto de apagar el teléfono, pero se me olvidó que
también debía mandar un corazón, si no sonaría muy seco — ♡

A veces amaba que sea tan compresiva.

Continué tocando la guitarra, practicando algunos acordes que no me


salían muy bien. En eso alguien me mando un mensaje.

—¡¡Ah!! Como joden —Dije prendiendo mi celular. Estaba comenzando a


molestarme. ¿No podían dejar de hablarme al menos por 5 minutos?

—Hola —Era Jake.

Deje mi guitarra a un lado y le respondí —Holaaaaaa.

—Por favor sácame de mi casa —Con ese mensaje me di cuenta de que


había problemas en su casa, otra vez.
—¿Que pasó? —Pregunte preocupado.
—Mis padres, ya sabes. Están gritándose.
—¿Quieres contarme? —Era muy malo para consolar a alguien en
situaciones así.
—Por ahora no, solo quiero salir de aquí y llevarme a mi hermano
conmigo.

Los padres de Jake peleaban muy seguido, era algo a lo que él estaba
acostumbrado, pero aún así no le gustaba presenciarlo.

—Si quieres puedes venir a mi casa.


—No hay quien me lleve.
—Si quieres le puedo hablar a mi mamá, ella está en mi casa y podríamos
traerte aquí.
—No se, no quiero ser una molestia, ya es la 3ra vez en el mes que voy a
tu casa por este problema.
—No te preocupes, siempre serás bienvenido. Además me gusta tu
compañía. Eres un jodido pero te tolero :) —Escribí tratando de bromear
para calmar un poco la situación.

—¿Seguro?
—¡Si! Y de paso te puedes quedar a dormir.
—¿Otra vez?
—Quédate a vivir aquí mejor.
—Quedarme a dormir está mejor, no quiero tener que aguantar toda una
vida contigo —Bromeó el.
—Me amas, yo sé.
—Un poco —Inconscientemente se me escapó una sonrisa —Ni modo,
toca soportar que me patees toda la noche.
—Ja, ja, ja. ¡El que patea eres tu! Mucho Karate Kid te ha hecho daño.
—Cállate. Le preguntaré a mi mamá si puedo ir a tu casa y eso.
—Esta bien, yo le diré a la mía para ir a recogerte.

Dicho esto me levante de mi cama y me dirigí hacia el cuarto de mis


padres. El cual estaba en el primer piso.

Toque la puerta antes de entrar y escuche un "Pasa" por parte de mi


mamá, quien era la única que estaba en este, pues mi padre había salido
con sus amigos.

—Hola mami —Dije poniendo una sonrisa. Vi que ella estaba trabajando.
—No tengo efectivo. Si querías salir con amigos, debiste avisarme antes,
te compraré ropa otro día, tu guitarra eléctrica te la daremos en navidad
después de ver tus notas finales y si, Jake puede venir y si quiere se
puede quedar a dormir ¿Me falto algo más?

Mi mamá me conoce tan bien que a veces me daba miedo.

—Te falto una.


—¿Cual?
—Decirme si podemos ir a recoger a Jake y a Ian de su casa.
—Ah, ¿A qué hora?
—¿A las 12:30 tal vez?
—Si es así entonces si puedo, después ya no, en 2 horas tengo una
reunión de mi trabajo.
—Ok, se lo dire a Jake. ¡Te quiero! —Dije. Seguido a esto le di un abrazo.

Me quede con ella un rato, hablando de sus planes para hoy y de como me
encontraba.

Después de eso regrese a mi habitación.


Tome mi teléfono y vi que Jake ya me había escrito.

—Mi mamá si me dejo ir, a mi y a Ian.


—¡Vamoooos! Seremos dos chicos y un tonto en una pijamada.
—¡Ian no es tonto!
—Yo hablaba de ti...

—Está noche te pateare con gusto —Dijo.


—No si yo te tiro de mi cama primero —Advertí.
—Pendejo.
—Eres. Ya bueno, iré por ti a las 12:30.
—Oc.

Mi cama es pequeña, así que no entraríamos los 3 en esta, pero tenía un


plan.

—Valeria, hermana mía a la cual adoro tanto.


—¿Ahora que hiciste? —Dijo ella dirigiéndose a la cocina.
—¡Nada! Es solo que... Jake vendrá a dormir.
—¿Y?
—Ian también.
—¿¡Ian!? ¡Ahh! ¡Váyanse a la mierda los dos, me robaré a Ian y tendremos
una pijamada! ¡Puta madre, tengo que invitar a mis amigas! —Mi plan
había funcionado, Valeria ama a los bebés. Ian no era un bebé, pero si un
niño muy tierno.
—¡Claro! No hay problema.

Me di media vuelta, mientras escuchaba como ella comenzaba a llamar a


sus amigas.

—Soy un genio —Dije para mí mismo dirigiéndome a mi habitación.

Después de una media hora al fin mi madre y yo fuimos a recoger a Jake y


a su hermano.

Al llegar a su casa vimos cómo la señora Olivia (su mamá) se despedía de


ambos.

—Hola tía Monica —Saludaron ambos a mi mamá. A veces me pregunto


porque ellos y la mayoría de los de mi curso le decían "Tía" a señoras que
ni eran sus parientes.

—Hola niños —Saludó mi mamá con una sonrisa amable. Los quería más
que a mi.

—Holaaaaa —Dije desde el asiento de adelante, viendo cómo Jake


ayudaba a Ian a subir al auto.

—Hola Carl —Dijo Ian chocando su puño con el mío.


—Hasta tu hermano es más educado JJ —Dije.
—Lo siento, hola bro —Saludó.

Después de tantos saludos, al fin nos fuimos a mi casa.


Jake

6 semanas -Clases -Sábado...

—¿¡DE QUIEN ERA ESE LABIAL!?


—¡YA TE DIJE QUE NO LO SÉ!

Apenas eran las 10:38 de la mañana y mis padres ya se encontraban


discutiendo.

—¿Como que no sabes? ¡DE SEGURO ERA DE ESA ARRASTRADA A


QUIEN HACES LLAMAR ASISTENTE!
—¿¡CUANDO VAS A ENTENDER QUE NO TENGO NADA CON ELLA!?
¡ESTAS LOCA!
—¿¡Ah si!? ¡AL MENOS YO NO ME REVUELCO CON LA PRIMERA
MUJER QUE SE ME CRUCE!

Desayunar con tus padres gritándose por toda la casa no era lo más bonito
que digamos.

—Ya me quitaron el apetito —Me dije para mismo y tiré mi desayuno a la


basura.
Seguido a esto me dirigí a mi cuarto, mientras escuchaba como mis padres
seguían gritándose.

Me detuve en la puerta de mi cuarto y vi como peleaban en la sala.

—¡ESTAS LOCA! ¡ENFERMA!


—¡EL ENFERMO AQUÍ ERES TÚ! ¡IDIOTA! ¿¡NO PIENSAS EN TUS
HIJOS!?
—¡ELLOS NO TIENEN NADA QUE VER CON ESTO!
—¡SI LO TIENEN! ¡DESTRUYES A NUESTRA FAMILIA!
—¡DEJA DE DECIR TONTERÍAS! Te van a escuchar —Dijo mi padre
bajando un poco la voz.
—¡QUE ESCUCHEN! ¡QUE SE DEN CUENTA! ¡QUE VEAN QUE CLASE
DE PADRE TIENEN!

Bueno... no era una sorpresa el hecho de que mi papá le era infiel a mi


mamá con distintas mujeres... Ni siquiera sé porque mi madre seguía con
el.

Pensándolo bien, si hay una respuesta para eso: Dependencia.

Mi mamá dependía emocional y económicamente de él.

Así que, siempre que ocurría una pelea, decían que se iban a divorciar,
pero al final los encontraba abrazados en la sala, como si nada hubiera
pasado.
Ya estoy acostumbrado.

Tal vez tengamos dinero (Cosa que agradezco) pero no me gusta para
nada que mi familia sea disfuncional.

Salí de mis pensamientos y me metí a mi habitación.


Al entrar a esta, me di cuenta de que un ruido extraño provenía desde
adentro de mi closet. Sabía con exactitud quien era. Así que abrí la puerta
de este.

Al hacerlo, vi a mi hermano sentado en una esquina del closet, con los ojos
lloros —Los gritos dejan de ser tan fuertes aquí adentro —Dijo él
limpiándose las lágrimas.

—Ian... ven aquí —Dije sentándome a su lado. Seguido a esto lo abracé.

Era el abrazo que me hubiera gustado que me dieran cuando tenía su


edad y escuchaba como mis padres rompían cosas por sus peleas.

Lo entendía, mierda, lo entendía muy bien.

Él se acurrucó en mi pecho y comenzó a llorar, pero ponía sus manos en


su boca, para no hacer mucho ruido. Ver esto solo me destrozo aún más.

No quería que el presencie esto de nuevo.

Quería hablar con alguien, así que tome mi celular y le envíe un mensaje a
mi mejor amigo.

—Hola —Le escribí, viendo cómo mi hermano comenzaba a tranquilizarse.

—Holaaaaaa —Respondió el, haciendo que inicie nuestra conversación.

Luego de unos cuantos mensajes quedamos en que mi hermano y yo


dormiríamos en su casa.
Solo me faltaba pedir permiso.

—Ian —Llame a mi hermano, el cual seguía acurrucado en mi pecho.


—¿Que pasó?
—¿Quieres ir a la casa de Carl?
—¿Ahora?
—En un rato. Haremos una pijamada.
—Si quiero ir, además, me gusta jugar con Valeria.
—¿Ya te gusta que te disfrace de famosos? —Eso hizo a reír a mi
hermano. Yo solo sonreí, no por lo que dije, sino porque lo vi más animado.

—Le preguntaré a mamá si podemos ir ¿Te parece?


—Si —Dijo el asintiendo con la cabeza.

Salí de mi habitación. Mis padres ya no estaban peleando. Solo se


escuchaba el sonido de alguien friendo algo en la sartén. Supuse que era
mi madre (Era la única que sabía cocinar en la casa). Así que me dirigí a la
cocina y allí estaba ella, friendo unas papas en la sartén.

Me acerqué a ella y pude ver que estaba llorando silenciosamente.

—¿Que pasó? —Pregunte tratando de saber más sobre aquella pelea.

—Nada.
—¿Nada?
—Jake, estos problemas no te incumben —Dijo con fastidio.

"No te incumben" eso no era lo que me decía cuando quería que hable con
mi papá para hacerlo entrar en razón.

—Lo siento —Dije viendo como se limpiaba las lágrimas de su rostro —¿Y
papá?
—Salió —Dijo cortando un tomate.
—¿A donde?
—¡No se Jake! —Estaba comenzando a molestarla.
—Perdón.

Ella dio un suspiro y me miró —¿Que pasó?


—Nada, solo quería preguntarte si puedo salir con Ian.
—¿A donde?
—A casa de Carl. Queríamos quedarnos a dormir allí.
—¿Y quien te va a llevar? Yo ahora no puedo.
—Carl dijo que su mamá podría llevarme.
—Si es así entonces si, si pueden ir.
—Bien, gracias —Dije dándole un abrazo.

Ella me correspondió el abrazo y dijo —Respecto a tu padre, encontré un


labial en su auto, no era mío y ayer llego muy tarde. De seguro es de esa
otra mujer.

—¿Por que sigues con el? Ya llevas años sabiendo que te engaña con
varias.

—Estoy con el por ti y por Ian, tú sabes que mis padres se separaron
cuando era pequeña. Sufrí mucho por eso, no quiero que pasen por lo
mismo.

Preferiría que no estén juntos. Preferiría nunca haber tenido que


escucharlos pelear cuando tenia 5 años, hubiera preferido no tener que
llorar en la otra habitación después de haberlos visto golpearse entre ellos.

Preferiría no haber nacido. Así ellos probablemente no seguirían juntos.


Cada uno hubiera tenido una mejor vida.

—Pero yo ya entiendo como van las cosas y sabes que Ian también lo
entiende. Te apoyaríamos si decides divorciarte de papá —Ni mi hermano
ni yo queríamos que nuestros padres estén juntos. El a su corta edad ya
entendía muy bien lo que ocurría con nuestros padres.

—¿Y luego que? Me separo de él y tendríamos que irnos a la casa de tu


abuela.
—Bueno... el que tendría que irse sería el. El inicio con todo esto. Además
ambos quedaron en que esta casa era de mi y mi hermano. Que si algo
llegará a pasar nosotros nos quedaríamos con la casa.
—Aún así, sería mucho gasto. Por eso te pido que por favor hables con tu
papá, para que deje de estás arruinando a esta familia, a ti si te hará caso
— ¿Ven lo que les digo?

Bueno... siempre es lo mismo, mis padres se pelean, mi mamá dije que


hable con el, a las horas me dice que se van a separar y al día siguiente
los encuentro a ambos abrazados y juntitos, como si nada hubiera pasado.

—Está bien, tal vez mañana.


—Promételo.
—Lo prometo.
—Y ya vete a alistar tus cosas y ayuda a tu hermano a que aliste sus
cosas para que se vayan a la casa de tu tía Monica —Asentí y salí de la
cocina.

Tenía fe en que mañana, cuando regrese de la pijamada, todo estaría bien


e Ian no tendría porque verlos pelear de nuevo.

Además, estaría con Carl. No era algo que detestaba, al contrario, me


gustaba estar con el.

Después de un tiempo llegaron Carl y su mamá.

Mi hermano y yo nos despedimos de mi mamá y subimos al auto de la


señora Mónica. Allí estaba Carl, el cual nos saludó con ánimos.

Estaría lejos de mi casa por un día junto con mi mejor amigo ¿Que podría
ser mejor que eso?
9. La pijamada

Narrador omnisciente

6 semanas- Clases- Sábado. . .

12:55 PM

Ian, Jake y Carl se encontraban entrando a la casa del de lentes. Estos


fueron recibidos por un grupo de chicas, Valeria y 3 de sus amigas. Las
cuales terminaron "secuestrando" al pequeño Ian, llevándolo a la
habitación de la hermana mayor de Carl.

—Oh no — Susurró el niño de 8 años, viendo como las amigas de Valeria


sacaban lentes, maquillaje y muchas otras cosas con las cuales
disfrazarían al menor.

—Diviértete enano —Dijo Jake en tono de burla.


Seguido a esto, se metió con Carl a su habitación.
Ninguno dijo nada en todo el camino a casa del menor. Tampoco cuando
entraban a esta.

—Hola —Dijo Carl después de cerrar la puerta, rompiendo el silencio que


se había formado entre estos dos chicos.

—Hola —Respondió Jake, dejando su mochila a un lado.

Carl desde que vio a su amigo saliendo de su casa lo noto triste, sabía que
estaba así por sus problemas familiares. Así que sin decir nada más, tomo
al mayor del brazo y lo acercó a él, uniéndolo a un cálido abrazo, el cual
fue correspondido por el pelinegro.

—¿Estas bien? —Preguntó el de lentes acariciando el cabello de su


amigo.
—Eso creo —Respondió el, ocultando su rostro en el cuello de Carl.

Ambos chicos se quedaron así por unos segundos.

Por un lado Jake se sentía bien y por otro quería empujar a su amigo y
gritarle que lo deje en paz, pues sentía que lo que hacían era algo muy
raro.
Lo que aquella acción le hacía sentir, no le gustaba mucho.

Carl sentía algo extraño en el, no sabía con exactitud que era, pero era
algo agradable y le gustaba. Por otra parte, se sentía preocupado por el
mayor.

2 chicos de 14 años, abrazados en un cuarto, ambos igual de confundidos.

—Carl.
—¿Si?
—Invítame agua —Dijo Jake, terminando aquel abrazo. Una parte de él
quería seguir en este, pero la otra solo pensaba en que era algo
inadecuado.

Ambos chicos se dirigieron a la cocina —¿Y que quieres hacer?


—Preguntó el de lentes mientras su amigo se servía agua.

—Tengo hambre.
—¿No desayunaste?
—Solo un poco.
—¿Quieres pizza?
—¿Hay?
—No, pero podemos hacerla, aunque creo que mejor sería pedir por
delivery.
—Me gusta la idea de hacer pizza casera.
—Igual.

Ambos chicos decidieron hacer pizza casera, solo uno de ellos sabía
cocinar, no muy bien, pero sabía lo básico.

—Solo hay un problema —Dijo Jake revisando la cocina.


—¿Cual?
—No tenemos los ingredientes para hacer la masa.
—¿Y? Las señoras de la cafetería del colegio nos dan pizza y su "masa"
es un pan plano —Contesto Carl agarrando una bolsa con pan —Esto nos
debe servir —Dijo poniendo la bolsa con pan en la mesa.
—Si tu lo dices.

Cada uno tomó un pan y comenzó a poner los ingredientes de la pizza


encima de este.

Jake se dio cuenta de que su amigo ponía el jamón y el queso sin cortar ni
nada.
—¿Que haces? —Preguntó.
—¿Una pizza? Bueno un intento —Respondió Carl.
—Tienes que cortar el queso y el jamón.
—¿Para que?
—Si no lo haces, cuando lo pongas en el microondas no se va a "fusionar"
el queso con el jamón.
—Da igual, en mi boca si lo harán.
—¡Daría lo mismo que comer pan con jamón y queso!
—No, le pondré los champiñones y listo.
—Eres raro.
—Y tu muy normal.

Jake solo podía ver el intento desastroso de Carl para hacer su imitación
de una pizza.

—¿Sabes que? —Dijo el —Trae esa cosa —Habló quitándole a Carl el


plato con la "pizza".

Seguido a esto comenzó a poner los ingredientes cortándolos y en orden.


El ya había terminado el suyo, así que se tomó su tiempo para arreglar lo
que hizo su amigo.

—Lo siento, pero me da cosa que no lo hagas bien —Jake de reojo pudo
ver como Carl sonreía mientras lo observaba arreglar su desastre.

El de lentes se le acercó por atrás al mayor, poniendo sus manos en sus


hombros y apoyando su cabeza en su hombro izquierdo. Aquello provocó
que a Jake se le erice la piel, pues sintió la respiración de Carl por todo su
cuello.

—A veces eres muy perfeccionista —Dijo el en voz baja cerca del oído del
mayor. Este solo sentía como sus nervios aumentaba cada vez más.

—Lo se —Respondió el mientras seguía preparando la pizza de Carl.


Una parte de él quería alejarlo, pues lo que le estaba haciendo sentir Carl
para él no era algo bueno, pero la otra parte no quería que se fuera, quería
que se quede ahí para siempre.

Por otro lado, a Carl se le vino un pensamiento repentino, una imagen de


él en la misma posición en la que estaba ahora, solo que abrazando a
Jake y dejándole un pequeño beso en una parte de su cuello. Tras esto el
quedó desconcertado, así que se alejó y preguntó —¿Ya esta? —Tratando
de ignorar aquello que se le había pasado por la mente.

—Si, toma —Respondió Jake dándole su plato, bajando la mirada para


evitar cruzarla con su mejor amigo, aunque fue algo inevitable.

—Gracias... hay que... meterlas en el microondas.


—Ajá...

Ambos chicos se dirigieron al microondas y Carl no podía dejar de pensar


en lo que había pasado por su mente, se distrajo tanto que ni se fijó en
cuánto tiempo puso el temporizador del microondas.
Según él lo puso menos de un minuto.

Claramente no fue así, y en todo el tiempo en el que esas pizzas


estuvieron en este, ambos chicos solo estaban allí parados, uno frente al
otro, ambos esquivando miradas y perdidos en sus pensamientos.
Salieron de estos cuando sonó la alarma, la cual indicó que ya podían
sacar sus pizzas.

Ambos agarraron sus platos con un mantel y esperaron a que sus pizzas
se enfríen un poco.

—No vi cuanto tiempo las puse en el micro —Dijo Carl tratando de cortar
ese silencio que se había formado entre ambos amigos.

—¿No? Ojalá hayan salido bien.


—Si.
El dúo sin saber que más decir, tomaron sus pizzas y se las llevaron a la
boca. Fue su primer bocado y último, pues la comida sabía horrible.

—Sabe amargo —Dijo Jake poniendo cara de asco.


—Lo puse demasiado tiempo —Dijo Carl alejando su plato —Voy a llamar
al de las pizzas.
—Si mejor —Carl no pudo evitar reírse de la situación.
—¿De que te ríes? —Preguntó Jake.
—Es que, de verdad, saben a mierda.
—Si —Dijo Jake comenzando a reírse también —¿Pues cuando tiempo las
pusiste?
—No se, según yo fue menos de 1 minuto.
—No lo creo, un poco más y quemabas la casa.

Los dos soltaron una risa y seguido a esto Carl tomó su teléfono para pedir
una pizza por delivery.

Jake se sintió aliviado de que aquel momento de silencio ya había pasado.

4:37 PM

—¿¡Que mierda es eso!? —Preguntaba Carl a gritos, mientras se tapaba


los ojos con su mando de juego, después de ver como un algo que parecía
una tarántula gigante se acercaba a su avatar en un juego.

—Cállate Carl, pareces gay —Dijo Jake burlón —Abre los ojos, ya se fue.
Carl hizo caso, pero justo cuando abrió los ojos, aquella criatura saltó
sobre su avatar —¡¡Aaah!! —Se le salió un grito muy agudo.

—Ni Yma Sumác llegó a ese tono tan agudo— Dijo Jake burlándose de su
mejor amigo. Seguido a esto le dio un mordisco a su pizza, la cual ya
estaba un poco fría.

—Ya no quiero jugar este juego de mierda —Dijo sacando el disco del
juego.
—Miedoso.
—Cállate.
—No.

Carl rodó los ojos y se sentó al lado de su amigo —¿Quieres ver una
película? —Preguntó metiéndose a Netflix.
—¿Tengo más opciones?
—No —Dijo agarrando una pizza, era la cuarta que se comía.
—Bueno, ¿Cual vemos?
—No se.
—Pásame el control.

Jake tomó el control remoto y comenzó a buscar buscar películas en el


área de "Nuestra selección para Carl".

—¿Rápidos y furiosos?
—No me llama la atención.
—¿Secreto en la montaña?
—Mi padre me dijo que es una película sucia.
—Entonces no. Mmm... ¿Desde mi cielo?
—La vi 3 veces y las 3 veces llore.
—Bueno, si está triste.

Jake siguió viendo opciones y llegó a una película en la cual estaban 3


actores en la portada los cuales él conocía y Carl también.
—"Las ventajas de ser invisible" —Dijo en voz un poco baja para sí mismo
—¿Ya la viste?

—Ni se de que trata, ¿Tu?


—Tampoco.

Ambos chicos leyeron la sinopsis y les llamo mucho la atención.

—Está bien esa, ademas, sale el de "Flash".


—Ok, esta será.

Jake presiono en "comenzar" a la película y se acomodó en la cama de


Carl, este imito su acción.

Desde el inicio, la película enganchó a ambos chicos, haciendo que estos


la continúen viendo sin importarles nada.

—¿Que es bulinista? —Preguntaba Carl, después de escuchar esa


palabra saliendo de un personaje llamado Sam.
—Bulimista —Corrigió su amigo —Igual, no se que es.

Continuaron viendo la película y se toparon con una escena en la cual se


mostraban a 2 chicos besándose a escondidas en una fiesta.

Fue algo que captó la atención del mayor. Pues después de eso, se narró
como el padre de uno de los chicos era muy fiel a su religión y sus
creencias.
Tras oír esto, solo pudo pensar en sus padres y en su familia en general.

—Ese Patrick es un puto —Dijo Carl.


—Si, tremendo pecador — Agregó Jake sin ánimos.

Después llegó un momento el cual llamó mucho la atención de Carl. El


protagonista Charlie comenzó a salir con una chica llamada Mary
Elizabeth, pero ella no le gustaba realmente.
Al escuchar la narración de Charlie sobre esa relación, se sintió muy
identificado. Así que comenzó a cuestionarse, comenzó a pensar en si
realmente le gustaba Ester o si solo estaba intentando algo con ella por
lastima o presión social.

—¿Como crees que le termine? —Preguntó Jake, sacando a Carl de sus


pensamientos.
—¿Que?
—El Charlie ese, ¿Como crees que le termine a Mary?
—No se, solo se que no terminará bien —Jake asintió ante esta respuesta.

El de lentes tenía razón, pues Charlie terminó besando a una chica que si
le gustaba, haciendo que Mary lo vea y se ocasione un problema.

Más adelante, se reveló que el padre de la pareja de de Patrick, los había


descubierto y dejó muy golpeado a su hijo por estar con otro hombre.
Esto ocasionó preocupación en Jake, se quedó pensando en lo difícil que
es para los de la comunidad LGBT+ ser aceptados. En lo duras que
podían llegar a ser sus vidas solo porque hay personas que no los
aceptan.

"Y supuestamente soy homofóbico" pensó.

Luego se mostró como Patrick besaba al protagonista Charlie, y a Carl le


comenzaron a venir pensamientos repentinos acerca de cómo sería si él
besara a su amigo. Le preocupo un poco el hecho de solo pensar en Jake.

"Carl estas demente" pensó tratando de concentrarse en la película. Se


comenzó a molestar consigo mismo al no poder hacerlo.

Por otro lado, Jake solo podía ver a Sam y Charlie como una linda pareja.
"Charlie es lindo, al igual que Sam" pensó.

Se quedó analizando a ambos chicos. Primero con Sam, pensó en sus


lindas facciones y en lo hermosa que era la actriz. Seguido a esto pensó
en Charlie, en sus hermosos ojos azules, en la linda sonrisa que tenia y lo
atractivo que se veía cuando estaba serio.

Ambos dejaron de prestarle atención a la película, pues estaban perdidos


en sus pensamientos.

5:18 PM

Fue Jake quien dijo algo al darse cuenta de que la película ya estaba
terminando —¿Que te pareció la película?

—Estuvo... bien —Respondió Carl.


—¿Te perdiste verdad? —Preguntó el mayor en tono de burla.
—Si —Afirmó el de lentes soltando una pequeña risa.
—¿Pensabas en algo en específico?
—En tu abuela.
—Hijo de mi tía —Dijo el pelinegro agarrando una almohada y tirándola
hacia el menor.

Carl en respuesta a esto hizo a un lado la almohada que le tiro Jake y se


lanzó sobre este, iniciando una pelea de juego.

Al inicio de esta pelea Jake tomó un poco de ventaja y trató de ponerse


encima de Carl.

—¿Sabes que tengo más fuerza que tú verdad? —Preguntó Carl


burlándose.
—Cállate mierda.
Carl en un movimiento rápido se puso encima de Jake y con ambas manos
tomó las muñecas de este para que no intente ganar.

—Sabes que no vas a poder ganar JJ —Hablo Carl riendo.


—A veces te odio —Dijo el sonriendo.

Jake se dio cuenta de la posición en la que estaban y sus nervios volvieron


a ser como un huracán.

Él era un huracán, de muchas emociones y sentimientos. Se sentía feliz y


enojado, sentía atracción, angustia, frustración y deseo, mucho deseo.

Carl por otro lado, sentía algo extraño en el, lo mismo que cuando estaba
preparando pizza con Jake y el estaba detrás de este. El sentimiento era
parecido, pero ahora venía con más intensidad. Le gustaba eso, pero
también le preocupaba el hecho de no saber que era lo que le ocurría.

El silencio los invadió. El deseo de Jake por acercar a Carl más a él lo


invadió. Las ganas de Carl por hacer aquello que estuvo pasando por su
mente cuando miraban la película se apoderó de él. El deseo que ambos
chicos sentían el uno por el otro solo hizo que todo se ponga muy tenso.
La tensión se apoderó del ambiente.

En eso, alguien abrió la puerta.

—¡Chicos! ¡Vean! —Gritaba Valeria abriendo la puerta, haciendo que Carl


se separe rápidamente de Jake.
—¿Que pasó? —Preguntó el pelinegro, acombándose en la cama.
—¡Mira a tu hermano! —Dijo una amiga de Valeria.

Habían 4 chicas afuera de la habitación de Carl, todas muy emocionadas


queriendo mostrar al pequeño Ian.

—Holaaaa —Dijo Ian, entrando a la habitación.


Aquel niño tenía puesto una peluca rubia, lentes negros con un borde
negro y una camiseta que decía "JUNIOR JEWELS" la cual tenía firmas de
distintos colores al rededor.

—Ian ¿Que te hicieron? —Preguntó Jake riendo.


—¡Soy Taylor Swift! —Grito el, haciendo una pose de modelo en plena
pasarela.

Carl al ver esto solo se rio y olvido por un momento lo que había pasado
hace un rato.

—¡Aaww! —Gritaron Valeria y sus amigas viendo a Ian. 2 de ellas sacaron


sus teléfonos y comenzaron a tomarle fotos al pequeño, el cual solo
posaba como un cantante en pleno concierto.

—Carlos, ¿Pidieron pizza y no me invitaron? —Preguntó la hermana del


mencionado indignada.
—¿No es obvio? —Respondió su hermano.
—¿De donde sacaste dinero?
—Mamá me dejó un poco.
—Como que se comienza a notar el favoritismo —Dijo Valeria. Su hermano
en respuesta solo se rio —Bueno nosotras ya nos vámonos. Ian, ahora
serás Freddie Mercury —Dijo y seguido a esto cerró la puerta, dejando a
Jake y Carl solos de nuevo.

Jake solo quería olvidar esa situación incomoda de hace un rato, así que
cambio el tema apenas y Valeria se fue

—¿Podemos ir a tu terraza? —Preguntó, rogando mentalmente que su


mejor amigo solo olvide todo lo que había pasado y acceda ir.
—Si, vamos —Respondió Carl ignorando todo. Esto alivio al mayor.

Ambos amigos subieron a la terraza, esta no era muy linda que digamos,
literalmente nadie subía allí, los padres de Carl subían una que otra vez
pero a él realmente no le interesaba ese lugar. Hasta que conoció a Jake,
el cual amo la vista que otorgaba esa parte de la casa, sobre todo la vista
a los atardeceres. Así que cada que iba a su casa, casi siempre subía a la
terraza con Carl para relajarse un poco.

Al llegar a esta se sentaron en en el piso, arrimándose en un pequeño


muro.

Habían llegado justo a tiempo para ver el atardecer, a Jake le gustaban


mucho. Le generaba una extraña sensación de paz.

Aunque esta vez todo era distinto. A pesar de que atardecía en colores
rojos y naranjas muy potentes y el clima era perfecto, Jake no podía dejar
de pensar en lo que había pasado hace rato con Carl. Estaba comenzando
a darse cuenta de la situación pero trataba de negarlo.
Se preguntaba qué ocurría con el, que era lo que sentía. Sin contar que
una parte de él estaba comenzando a odiar todo lo que aquel chico de
cabello marrón azabache le provocaba.

Dirigió su vista hacia su mejor amigo, el cual había inclinado su cabeza


hacia atrás mientras tenía los ojos cerrados tras sentir una ligera brisa.

Se quedó observándolo un buen rato, admirando aquellos cabellos con


rizos siendo desordenados un poco por el viento, observó su rostro de
perfil en la luz naranja del sol, vio cómo volvía a inclinar la cabeza hacia
adelante de nuevo en un delicado movimiento. Vio lo perfecto que se vía,
lo hermoso que podía llegar a ser.

Fue allí cuando se dio cuenta de todo.

Fue cuando se dio cuenta que estaba completamente jodido.


12:36 AM

Jake no era bueno para evitar que sus lágrimas salieran, pero si era bueno
para evitar que la gente se diera cuenta de esto.

Allí estaba aquel adolescente de 14 años, llorando al lado de su mejor


amigo, en la habitación de este a oscuras, tratando de que no saliera
ningún sonido de él para que Carl no se diera cuenta de lo que le ocurría al
pelinegro. Le daba la espalda y con una mano se tapaba la boca.

Lloraba por todo lo que le estaba pasando; sus problemas familiares, lo


estresante que era la escuela, sus sentimientos hacia cierta persona de su
mismo sexo y el que estaba comenzó a odiarse a sí mismo por eso.

A pesar de hacer de todo por no ser descubierto en plena crisis, cierta


persona de cabello marrón azabache (El cual estuvo fingiendo estar
dormido) se dio cuenta de esto.

Pasó su mano suavemente por el brazo de su amigo —Jake —Dijo


tratando de llamar su atención.
—¿Que quieres? —Preguntó el mencionado, al cual se le salió un tono de
voz agresivo —Lo siento —Dijo después de darse cuenta de cómo estaba
tratando a su amigo que solo se preocupaba por el. Esto lo hizo sentir aún
peor —Lo siento —Volvió a decir mientras se le salían más lagrimas —Lo
siento, lo siento, lo siento —A parte de sentirse culpable por tratar un poco
mal a su amigo. Se sentía culpable por tener sentimientos "inapropiados"
hacia el. Pensó que tenía que disculparse por eso.

Carl al notar que su amigo solo lloraba más y más lo acercó a su pecho,
uniéndolos a un abrazo —No es necesario que te disculpes —Dijo sin
saber la verdadera razón de esos lamentos —Está bien —Agregó en un
susurro, acariciando el cabello del mayor en el proceso.

Jake solo siguió llorando acurrucado en el pecho de Carl, a este no le


molestaba, al contrario, lo abrazo aún más fuerte.

—Todo va estar bien —Dijo el menor acariciando la espalda del pelinegro.

Al de lentes realmente le preocupaba su amigo. En ese momento olvidó


todo lo que había pasado aquel día. Dejo de lado aquel intento por
mantener distancia con Jake, pues sabía que no iba a funcionar eso de
alejarlo.

—Te quiero Jake —Dijo con honestidad abrazando a su mejor amigo.


—¿Que?
—No me hagas repetirlo, sonó muy cursi. —Agregó soltando una pequeña
risa —Pero es la verdad.
—¿Ya te dije que eres muy raro? —Dijo Jake intentando bromear para
calmarse un poco.
—Casi siempre ¿Ya te dije que eres muy normal?
—Casi siempre.

Ambos chicos soltaron una pequeña risa. Carl se dio cuenta que Jake ya
estaba un poco mejor, pero aún así decidió seguir con aquel abrazo.
Aunque no estaba en sus planes quedarse dormido en este.
10. Carl... Carl... Carl...

Jake

6 semanas- Clases- Domingo. . .

Ya eran las 2 de la tarde y solo podía pensar en todo lo qué pasó en la


casa de Carl.

Estaba con mi madre y mi hermano en el auto de regreso a casa, al


parecer ya todo se había arreglado entre ella y mi padre, no era algo
emocionante, pero al menos ya podría desayunar en paz.

Al recodar todo lo que ocurrió en la casa de mi mejor amigo no pude dejar


de pensar en qué tal vez mi madre leería mi mente. Se que suena extraño,
pero cada vez que pienso en algo que no quiero que los demás se
enteren, de la nada todo está en silencio y siento que me leen la mente.
Suena paranoico, pero es la verdad.

Trate de no pensar mucho las cosas y fijarme en si no me estaba


comportando de manera sospechosa.
Mire hacia el espejo delantero del auto y me cruce con la mirada de mi
madre. Eso solo empeoró todo.
Baje la mirada al instante. Es mejor no pensar en nada.

Carl... Carl... me gustas... Carl... un hombre... Carl... me gustas... Carl...


Carl... Carl...

¡CARAJO!

—Jake —Dijo mi madre en un tono serio, provocando que me ponga


tenso.
—¿Mami?
—¿Almorzaste?
—Si, la tía Mónica nos dio pasta —Sentí como mi alma regresaba a mi
cuerpo.

Tenía que aprender a disimular.

"Como saber si te gusta"

Después de esa pijamada con Carl quería buscar información para ver si
estoy loco o no.

Obviamente no podía contarle sobre esto a nadie, así que internet era mi
única opción.

"Piensas mucho en esa persona"


"Te pones nervioso cuando estas a su lado"
"Te sientes celoso si coquetea con alguien más"
"Cuando estás con esa persona, el tiempo pasa volando"
"Hablan de temas interesantes y la conversación fluye de manera natural."
"Buscas cualquier excusa para mandarle un mensaje."
"Puedes distinguir su olor característico.
"Todo te recuerda a esa persona."

Carajo.

"Para confirmar que te gusta, puedes hacerte estas preguntas para


confirmarlo"

Ay, siento que voy a vomitar.

"¿Me veo en el futuro con él/ella?"


Si.

"¿Me gustaría intimar con él/ella?"


¿¡Que!? Siguiente pregunta.

"¿Me siento más feliz después de un encuentro con esa persona?"


Si.

"¿Ha cambiado algo en mi forma de actuar en nuestra relación de


amistad? (quizás tengas más nervios o vergüenza cuando están juntos o
juntas)"
Si...

Te gusta.

¡No!... es decir, si, pero no.

¡No me puede gustar! Es mi mejor amigo y ambos somos hombres. Eso no


está bien. Es inadecuado. Mis padres me matarían si se enteran.
"Como hacer que alguien te deje de gustar"
Tiempos desesperados requieren de medidas desesperadas.

"Mantén distancia con esa persona, alejarla es la mejor opción de bloquear


esos sentimientos"
¿Mantener distancia?

Al leer ese párrafo, recordé lo que me dijo Carl hace un tiempo.

No quiero que me ignores. Eres mi mejor amigo y...eres como mi


hermano.

No quería que lo ignore... ¡Pero porque me ve como a su hermano!

Agarre mi almohada y ahogué un grito en esta. Después di un suspiro y


tome mi celular para buscar otra cosa que estuve evitando durante todo el
día.

No puedo creer que haré esto.

Di un suspiro y escribí:
"Como saber si soy gay"

Me salieron muchas páginas, ingrese a casi todas las que aparecieron y


me salió mucha información. La mayoría de los sitios decía lo mismo; que
ser gay es algo normal, que debería hablar con alguien y demás cosas que
no me ayudaban.

Creo que aquella pagina tenia razón en la parte en la que me aconsejaba


hablar con alguien sobre esto. En mi familia todos eran homofóbicos así
que no. Tengo un tío gay, pero el esta en Estados Unidos y casi nadie en
mi casa lo menciona, solo lo hacen cuando hablan mal de el y de su
matrimonio con otro hombre.
Se lo podría contar a mi mejor amiga Grecia, ella no es homofóbica,
incluso shipea a Harry Styles y a su amigo Louis Tomlinson. Aunque siento
que no sabría como ayudarme con eso de saber que soy.

Esto es algo que nunca podré contarle a alguien.

Bueno... si hay alguien, pero no creo que sea buena idea.

¡Dios! Comienzo a pensar de nuevo en el suicidio.

Me tire en mi cama y mire al techo sin saber que hacer. En eso, me llego
un mensaje.

—Holaaaa — Era Carl.

Deje mi celular a un lado y no le conteste. No quería hablar con el, quería


alejarlo, quería odiarlo. Y odiaba eso, odiaba el que me gustara, odiaba el
hecho de no poder odiarlo, odiaba desear odiarlo. En estos momentos,
odiaba todo.

—¿Por que me pasa esto a mi? —Dije para mí mismo.

Tal vez solo sea una confusión. Tal vez Carl no me gusta y solo me estoy
confundiendo. Tal vez mi profesor de "DPCC" tenía razón y nada más sea
cosa de la edad.

Es decir, me gustan las mujeres, desde siempre lo han hecho. Y ahora


pienso que me gusta mi mejor amigo... no tiene lógica... ¿O si?, no soy
gay, me gustan las mujeres.

Carl es tan lindo, en todos los sentidos, tiene buenos sentimientos,


tal vez en el pasado no fue la mejor persona del mundo, pero ahora
todo es diferente... tiene buenos gustos, su cabello es tan lindo, sus
ojos son de un marrón oscuro, pero al verlos se siente como si
explorarás por todo su universo, su sonrisa... su personalidad...
Mierda.

¡Concéntrate Jake!

Tengo que dejar de pensar en el.

Carl... Carl... Carl... Carl... Carl... Carl... Carl... Carl... Carl... Carl... Carl...
Carl... Carl... Carl...

—¡Ahhh! —Ojalá me muera mañana. Ojalá me pase un carro por encima.

¿Que tiene Carl Hernández? ¿Por que me hace entrar en una tremenda
locura?
Ese chico me trae loco.

Me siento muy confundido.


11. Nueva semana, nueva llorada.

Carl

7 semanas- Clases- Lunes. . .

—Entonces... ¿Tu y Ester ya son novios? —Preguntó mi amigo, un chico


de cabello negro y lacio llamado Fernando.
—Pues si —Respondí mientras nos dirigíamos hacia nuestra aula.

El día de ayer hice algo que jamás pensé que llegaría a hacer... bueno si,
pero no pensé que aquel momento llegaría así de la nada.

—¿Por donde te le declaraste? —Preguntaba Fernando.


—Por WhatsApp —Ante esta respuesta el se rio.
—¿Por WhatsApp? ¿No pudiste esperar a que sea lunes para decírselo en
persona?
—Es que era el momento, estaba muy seguro de mi decisión.

La verdad era que no. Ni siquiera lo planeé.

Todo pasó muy rápido. Estaba con mi padre, el estaba ebrio y no quería
que me fuera, le escribí a Jake pero no contesto, así que comencé a
hablar con Ester, me estaba contando de una saga llamada "Percy
Jackson" y de que sacarían una serie sobre eso.

Todo iba bien hasta que mi papá me preguntó con quien hablaba y esas
cosas.
Yo le dije "Con Ester pa'" y el me dijo "¿Ya son novios?" Y yo le dije "No
pa', todavía no"' y el me dijo "Deberías pedírselo ahora, luego las chicas se
aburren y se van".

Eso me hizo entrar en duda. No sabía como sentirme ante la idea de que
ella se aburra de mi. No sabía ni lo que sentía por ella.

"Pídeselo ahora, haz lo que te digo, luego te vas a arrepentir" Eso dijo el y
supuestamente los padres siempre tienen la razón, entonces le hice caso.

No sabía ni como pedírselo pero traté de que no sonara muy raro al decirle
de la nada "Oye ¿Quieres ser mi novia?" Trate de hacer que la
conversación fluya hasta llegar a ese momento.

Mi padre tenía razón en algo. Después me arrepentí.


Mi papá estuvo borracho al momento de decirme eso... debí esperar que
todo saliera mal .

—Hola Carlitos —Saludó Paul cuando me senté en mi lugar. Este estaba


conversando con Gael, quien se sentaba al frente de mi asiento.
—Hola Pato —Respondí dándole la mano.
—Ya me contaron —Dijo arrimándose a mi mesa.
—¿Qué cosa?
—Este pendejo... ¡Pues lo tuyo con Ester!
—Ahh, pues si, ya estamos juntos. Somos... novios.

Se sentía raro decir esa palabra, no porque fuera algo anormal, sino
porque no sentía esa emoción de la que tanto me hablaban mis padres
cuando tienes a tu primer amor. Se sentía extraño, yo me sentía extraño.
En definitiva quería sentir ese algo de lo que siempre he escuchado hablar
desde que era un niño. Al inicio supuse que ya lo estaba sintiendo, pero
nada más fue incomodidad y duda lo que experimentaba, o esa es mi
teoría.

—Mira —Dijo Paul viendo a alguien detrás de mi —Ahí viene tu noviecita


—Agregó sonriendo. Seguido a esto se dio la vuelta, para seguir viendo
algo en el celular de Gael.

Me di la vuelta y vi como Ester se acercaba hacia mi asiento, me levante


de este para poder saludarla.

—Hola —Saludé dándole un beso en la mejilla, tratando de poner una


sonrisa.
—Hola Carl —Respondió ella con una linda sonrisa. Se veía feliz,
realmente feliz.

Ahora me siento mal.

—¿Cómo va todo? —No sabía de que hablar ¿De que hablan los novios?
—Bien, quería preguntarte algo.
—¿Qué cosa? —Dije arrimándome a la pared, ella hizo lo mismo pero con
mi asiento.
—¿Quisieras salir conmigo?
—Pero ya estamos saliendo.
—Ósea, ir a algún lugar solo nosotros dos y eso —Cuando dijo eso,
escuché que Paul decía en voz baja "Cojudo" al mismo tiempo que
regresaba a su sitio. En respuesta le di una mala mirada.

—Ahh, pues si, vamos. ¿A donde exactamente?


—¿Al cine está bien?
—Si —Respondí tratando de poner mi mejor sonrisa.
—Bien, ¿A las 5 el viernes? —Siguió con esa sonrisa en su rostro. Pude
ver un brillo en sus ojos.
—Claro —De reojo vi como Jake entró al aula.
—Ok, te veo ese día —Dijo finalmente antes de irse con sus amigas, las
cuales sonrieron al ver que ella estaba feliz.

En definitiva, no me siento bien.

Vi que Jake estaba sentándose en su lugar mientras saludaba a Paul, así


que decidí acercarme para hacer lo mismo.

—Hola JJ —Dije poniendo mis manos en sus hombros. Se le sentía algo


tenso.
—Hola —Dijo el sin ánimos.
Supe que algo estaba mal.

Me senté en el asiento del frente, para poder verlo.

Puse mi mano en su muñeca y le pregunté en voz baja —¿Todo bien?


—Si —Contestó el desviando su mirada hacia el piso.
—Yo me voy —Dijo Paul antes de levantarse de su asiento e irse.

Rodé los ojos y volví a ver a Jake, el cual estaba más callado que de
costumbre. —Ya, enserio —Dije acercándome más a él —¿Esta todo
bien? ¿Tus padres volvieron a pelear? —Pregunte acariciando su muñeca.
Note que sus ojeras estaban más marcadas y sus ojos se veían un poco
rojos.

—No, no es eso, esta todo bien, solo estoy cansado. No dormí mucho
—Me estaba diciendo la verdad, pero no toda.

—Jake sabes que puedes contar conmigo para todo. —El no dijo nada, por
el contrario, solo comenzó a frotarse los ojos con una mano —Jake-
—¡Déjame en paz! —Dijo en voz alta y se fue, quitándome la oportunidad
de decir algo.
Estaba preocupado por el, no entendía que ocurría. Solo quería estar con
Jake, pero sabía que si iba detrás el todo iba a empeorar.

—Me voy un rato y ya se pelearon —Dijo Paul acercándose. —¿Qué


pasó? —Preguntó, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—No se —Respondí sin ánimos, viendo hacia la puerta para controlar mis
ganas de ir a ver cómo estaba ese chico de ojos verdes avellana.
—Deberías hablar con el —Habló sentándose en su lugar.
—¿No escuchaste lo que dijo? Quiere que lo deje.
—Si, pero tu sabes que eso no es cierto. Además, no me jodas con que tú
también quieres dejarlo.
—Bueno no, quiero... —Quiero estar con el —No quiero que me odie.
—Pues habla con el, cuando las cosas se calmen hazlo.
—Si... Me saliste buen consejero Pato.
—Tu sabes que en este salón se pelean desde los 5 años, tengo mucha
experiencia.

Asentí dándole la razón, en eso escuché como alguien entró gritando mi


nombre.

—¡Carl Hernández! —Era Grecia. Al escuchar ese grito me puse tenso.


—¿Ahora que hiciste? —Preguntó Paul.
—¿Está detrás de mi? —Esa chica cuando estaba enojada podía hacer
que te cagaras del miedo.
—Si —Contestó el del cabello largo.

No quería voltearme, no quería ver a esa chica de cabello rizado, la cual


de seguro estaba viéndome con odio.

—¡Carl Hernández Torres! —Dijo golpeando la mesa.


—¡Grecia Palomino Torres!... ¿Que?
—¿Qué le hiciste a Jake? —Preguntó con un tono amenazante.
—¿Por que piensas que le hice algo?
—Porque lo vi metiéndose al baño, estaba triste y cuando entré al salón
me dijeron que te estabas pelando con el.
—Yo no le hice nada.
—Mira primito —Habló resaltado la palabra "Primito" —Si me entero que le
hiciste algo, te las vas a ver conmigo.
—¿Por que lo defiendes tanto? ¿Acaso te gusta?
—Es como mi hermano mayor, ¡Inútil!
—¡Pues para mí también es como mi hermano! Nunca le haría nada.

—Ajá, hermano —Dijo Paul. Reconocí que estaba siendo sarcástico.

Grecia estaba a punto de decir algo más, pero entró la maestra de


comunicación y sonó el timbre.
—Salvado por la campana —Dijo ella —Quítate de mi silla —Recordé que
estaba sentado en su lugar.
—Ya. Pero te juro que yo no le hice nada —Ella no respondió nada, en su
lugar me dio una mirada de "ay aja".

Regrese a mi lugar y vi que Jake no entró de nuevo al aula. Eso solo me


preocupo aún más.
Quiero estar con el, quiero saber que hice mal, quiero que él esté bien.

—Carl —Dijo Gael, sacándome de mis pensamientos.


—¿Qué pasó?
—La profesora te está llamando, está tomando lista.
—Carajo ¡Presente! —Dije en voz alta antes de que la maestra me baje
puntos por distraído.

Concéntrate idiota.
Al final tuvimos la clase de Educación Física. En todo el día solo pude
pensar en ese chico de cabello negro.

Le había mandado un mensaje preguntándole como se encontraba, pero


solo me ignoro, lo se porque estaba en linea y aun así ni revisaba el chat.

Quería saber porque me estaba ignorando ¿Acaso hizo una apuesta? ¿O


era un reto? Tal vez el día en el que se quedo a dormir en mi casa se sintió
incomodo por ese abrazo que nos dimos en plena madrugada. No se
sentía bien el que me ignore, era extraño, si alguien me ignoraba me
importaba una mierda, pero era Jake de quien estábamos hablando y me
preocupaba el hecho de pensar en que se quería alejar de mi.

Todos mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí un golpe en la


cabeza —¡Auch! —Me tiraron una pelota.

—¡Tierra llamando a Carl! —Grito Gael.


—¿Qué paso?
—Estas de arquero en este partido y estas muy distraído. Hasta Ester y
Amelia están jugando mucho mejor que tu.
—¡Ya perdón! Estaba pensando en algo.
—Pues deja de hacerlo.
—Esta bien, esta bien.

Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake...


Jake...Jake... Jake...Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake...
Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake...
Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake...
Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake...
Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake... Jake...Jake...

¡Carajo!
Jake

7 semanas- Clases- Lunes. . .

Mi alarma sonó, haciendo que despierte después de una larga noche.


A pesar de tener una gran ventana en mi habitación, no entraba nada de
luz, pues eran las 5:30 de la mañana, así que el sol apenas estaba
saliendo.

Me puse boca abajo y solté un quejido. No quería ir a la escuela, no dormí


casi nada y me sentía realmente mal.

Anoche estuve con náuseas todo el tiempo y me sentía muy afligido.


Durante la cena hasta las 10 me la pase con un nudo en la garganta y
después no pude evitar llorar hasta quedarme dormido. Me forcé a llorar
de manera silenciosa, pues no quería que mis padres me pidan alguna
explicación del porqué lloraba, eso solo haría que todo sea peor. No quería
decir "Lloro porque creo que me gusta un chico", no era algo de lo que me
sentía orgulloso, era algo de lo que quería deshacerme, quería sacar ese
sentimiento de mi.
En parte me sentía así por mis padres y sus problemas, los cuales ellos
decidían si me deberían de importar o no. Aunque la mayor parte de la
razón por la cual me sentía así de mal, era por un chico de cabello marrón
azabache, el cual era el único que se la pasaba gran parte del tiempo en
mis pensamientos desde hace unos días.

No quería levantarme, me sentía cansado y sentía como si los ojos me


pesaran. Amanecí sudando, así que probablemente olía mal.
Además, tendría que ver a Carl ese día y no quería ni escuchar su nombre.

Todo empeoró cuando llego un mensaje al grupo de los hombres de mi


escuela.

—Carl y Ester ya son novios —Eso lo mando un compañero el cual


siempre ponía todo lo que pasaba en el curso.

Ver eso no se sintió bien. No me sentía bien, no quería nada. Aunque era
obvio que eso en algún momento pasaría, al fin y al cabo, a él le gustan las
chicas, a él le gusta ella.

Solo quería dormir y que cuando despierte todo esté bien conmigo.

—¡Ian! ¡Jake! ¡Levántense! —Mi madre grito y golpeó la puerta de cada


uno.
—¡Ya estoy despierto! —Grite frotándome los ojos.

Me forcé a levantarme de mi cama y alistarme para ir al colegio. Sabía que


ese día no sería bueno, tal vez ni la semana sea buena.

Mientras estaba en el auto de camino a la escuela solo pude pensar en


que ya no podría ver a mi mejor amigo de la misma manera, en que
debería cambiar ese sentimiento en mi, el cual estaba mal y solo me
convertía en un desviado. No quería eso, si mis padres supieran de esto,
estarían muy decepcionados de mi, les daría vergüenza el simple hecho
de ser su hijo, ¿Y Carl? El pensaría que soy un completo maricon, que soy
una persona repugnante. La mayoría de las personas a las que conozco
pensarían eso. No los juzgo, eso es lo que pienso de mi ahora.

Al llegar a la escuela vi a Carl hablando con Ester, ambos estaban


sonriendo y se veían muy felices. Al ver eso rodé los ojos y solo trate de
ignorarlos.

Cuando me fui a mi asiento vi a Paul viendo su celular.


—Hola Pato —Saludé, bajando la mirada al hacerlo para que no se dé
cuenta de mi estado actual.
—Hola JJ ¿Ya te enteraste? Eso de que Carl y Ester ya son novios —"Carl
y Ester son novios", no era una frase que me gustaba.
—Si, me enteré por la mañana.
—Carlitos ya se había tardado.
—Ajá —Respondí sin ánimos.

Después de eso sentí como alguien ponía sus manos en mis hombros, eso
hizo que me tensara al escuchar la voz del que lo hizo —Hola JJ — Era
Carl, la persona a la cual no quería ni mirar.
—Hola —Respondí sin ánimos.

Creo que fui demasiado obvio, pues se sentó al frente de mi y me preguntó


si estaba bien.
—¿Todo bien?
—Si —Conteste bajando la mirada para que no note mis ojos rojos.
—Yo me voy —Dijo Paul, dejándome a solas con Carl.

Carl siguió preguntando y yo volví a sentir esas ganas de vomitar, ese


nudo en mi garganta, esta vez vinieron acompañados de un ligero mareo,
todo era casi igual a lo que había sentido anoche.

El siguió preguntando y yo solo me limité a decirle que era porque no


dormí, aunque en parte si era verdad eso.
Cuanto más tiempo pasaba, más agobiado me sentía. Quería irme, de allí,
quería llorar, no quería ni estar sentado en esa silla.

—¡Déjame en paz! —Grite y salí del aula lo más rápido que pude.

Me sentí terrible, lo había tratado mal y todo por ser un estúpido


confundido, él estaba siendo amable y yo me porté como un completo
idiota. No quería seguir descargando mi molestia en el.

Lo trataste mal y el solo se preocupó...eres igual a tus padres... eres


igual a ellos... lo estás haciendo todo mal...

Comencé a llorar justo al momento en el que entre al baño, así que no


pare y no trate de impedir que las lágrimas salieran de mis ojos.

Me sentía muy desesperado y sentía algo extraño en mi que no era bueno,


se me nubló la vista y comencé a caminar de un lado a otro porque sentía
que en cualquier momento me desmayaría.
A los pocos segundos termine abriendo la puerta de un inodoro, pues
termine vomitando al sentir como se me revolvía el estómago de nuevo.

—¿Y que comiste? —Preguntó la enfermera de la escuela, pasándome un


algodón con alcohol.
—Pan y un jugo —Ese día no había comido mucho, apenas y toque mi
comida.
—Tal vez te dio intoxicación —Dijo ella anotando algo en un cuaderno. Yo
no dije nada, solo seguí oliendo ese algodón como si mi vida dependiera
de ello. —¿Y porque llorabas? —No le incumbe, deme una pastilla y ya.
—Me dolía la cabeza —Conteste en un tono serio, tratando de ocultar mi
desagrado hacia esa pregunta.
—Bien —Anotó algo más y dijo —No te puedo dar pastillas, no sé si te
generará alguna alergia, lo mejor será que regreses a tu casa —¡Gracias!
—Está bien.
—Llamaré a tu mamá y le diré que venga por ti.
—Yo puedo hacerlo, tengo mi celular aquí.
—Lo mejor es que yo lo haga —Dijo buscando su número en un archivo el
cual se le entregó al inicio de clases.

Me sentí aliviado. Podría ir a mi casa y descansar un poco. Por otro lado,


me sentía angustiado, pues mi mamá me llevaría al doctor y de seguro no
me dejaría usar el celular, es su manera de comprobar si realmente estoy
enfermo o no, me parece ridículo, pero no puedo hacer nada.

Después de expulsar hasta lo que no sabía que tenía, solo quería dormir y
no saber nada del mundo hasta despertar.

La enfermera me llevo hasta mi aula para recoger mis cosas y así irme de
una buena vez.

Al entrar a mi salón, pude ver como algunos (Casi todos) se daban la


vuelta al verme entrar, entre ellos estaba Carl, con el cual cruce miradas
por un rato, era inevitable el no verlo y mas aun si sentía su mirada puesta
en mi.

En todo el camino de vuelta a casa solo pude pensar en lo que ocurrió


durante el poco tiempo que estuve en la escuela. En como el pensar en
que me gustaba mi mejor amigo me ponía totalmente mal (literalmente), en
como el hecho de que Carl y Ester sean novios hizo que sintiera como si
todo se derrumbara, en como mi cuerpo se encontraba.
¿Qué le pasaba? ¿Por que tenia ganas de vomitar por todo? ¿Por que
sentía que no podía ni respirar? ¿Por que me gustaba un chico? ¿Por que
no una chica? ¿Qué me pasaba? ¿Qué esta mal en mi?
12. Dudas y más dudas.

Narrador Omnisciente

7 semanas-Clases -Jueves. . .

—¿Ya dejaras de ignorarme? —Pregunto Carl, viendo como Jake alistaba


su mochila para salir de la escuela.

El chico pelinegro no respondió nada, en su lugar solo se fue y le dio un


pequeño empujón a Carl, el cual estaba muy confundido.

—Jake al menos dame una explicación, ¿Estas jugando conmigo o qué?


—El mencionado siguió igual de callado desde que inició la semana.

El de lentes decidió no insistir más y salió de su aula, dejando de lado a su


novia. Ella lo estaba esperando en la puerta y el solo paso de largo como
si nada le importara.
Aquella chica de ojos azules oscuros se quedó confundida y un poco triste
ante esto, pues no era la primera vez que Carl hacia este tipo de cosas.
Por otro lado, las amigas de la mencionada al ver esto comenzaron a
murmurar cosas entre ellas. Para ser más específicos, cosas acerca de lo
idiota que podía llegar a ser el actual y primer novio de la castaña.

—Vamos —Dijo Raquel, sacando a su mejor amiga de ese lugar.

5 chicas que caminaban a varios metros detrás de ellas comenzaron a


hablar acerca de la nueva relación que estaba en boca de todos.
—¿Cuántos meses le dan a esto? —Pregunto Victoria.
—Yo 3 meses —Dijo Amelia tomando agua.
—Yo 3 días —Agrego Pilar, haciendo que todo el grupo se ría de esto.
—No quiero pasar por la etapa de que la parejita del salón termine. No de
nuevo —Hablo Grecia negando con la cabeza.
—Pues prepárate —Dijo Luana —Todos sabemos que no duraran mucho
tiempo —Todas asintieron demostrando que estaban de acuerdo.

Mientras tanto con cierto chico de ojos marrones.

—Ni siquiera me ve —Hablo Carl, quejándose con su hermana en la


puerta de la salida, esperando a que su madre llegue por ellos —¡Nada!
Actúa como si no existiera.
—¿Y por qué te molesta? Si alguien te ignora tú también los ignoras —Dijo
ella. Sabía que su hermano no era alguien a quien le preocupara eso de
tener la aprobación de la gente, mucho menos de sus amigos.
—Es que él es mi mejor amigo.
—Alejandro también lo era, te ignoro y ni te importo. Hasta me dijiste que
se joda por eso.
—Tenia 10, esto es diferente.
—Ya veo —Al decir esto dejo que una sonrisa de lado se formara en su
rostro —Ni siquiera te preocupas si yo te ignoro.
—Ay, pero tú eres familia.
—Dijiste que Jake era como tu hermano el otro día.
—Es diferente.
—Aja —Hablo sarcásticamente aquella chica con mechones rubios.

Hubo un silencio de unos segundos, en los que Carl se sintió examinado


por la mirada que le daba su hermana.

—Es que- yo- ¡Cállate Val!


—No estoy diciendo nada.
—Ya lo hiciste —Valeria ante esto solo sonrió de manera burlona y negó
con la cabeza.
—Vámonos pitufo, ya llego mamá.
—¡Soy más alto que tú! —Se defendió Carl, caminando con Valeria hacia
el auto de su madre.
—No siempre fue así, pi-tu-fo —El de lentes en respuesta puso los ojos en
blanco y siguió caminando, pensando en cómo su mejor amigo lo estuvo
ignorando toda esa semana.

Por otro lado, Jake solo miraba por la ventana del auto de su madre, no
veía algo nuevo, pues siempre usaban la misma ruta para volver a casa,
además, conocía gran parte de su no tan grande ciudad.
Intento bloquear los pensamientos repentinos que le venían sobre Carl, así
que comenzó a preguntarse cómo era la vida de las personas que miraba
a través de la ventana. Pensó que sería algo útil para distraer su mente.

En todo el camino a casa solo vio adultos trabajando, perros callejeros en


las esquinas de cada lugar, señores tomando cerveza, incluso cuando
estaban esperando a que el semáforo rojo cambie a verde, llego a ver a
una anciana mirando una serie que a él le encantaba desde que era
pequeño.

—Ian mira, esa señora está viendo "Al fondo hay sitio" —Dijo, ocasionando
que su hermano se arrime a la ventana.
—Pobre Grace —Hablo Ian al ver como un personaje de esa serie estaba
descubriendo una infidelidad por parte de su pareja.

Aquello hizo que Jake recuerde las infidelidades que su madre descubría
teniendo a este en brazos siendo aun un niño pequeño, como por la edad
que su hermano tenía ahora.

"Esto de ver que hace la gente no está funcionando" Pensó, tratando de


sacar de sus pensamientos el recuerdo de su padre acercando a otra
mujer a él y plantándole un beso en los labios, mientras que su madre
lloraba viendo desde lejos la escena con el pequeño Jake tratando de
secar sus lágrimas.

—Jake —Hablo su madre, sacándolo de sus pensamientos.


—¿Ma'?
—¿Carl ira a la casa hoy?
—¿Ah?
—La semana pasada me dijiste que iría a la casa porque verían el partido
—Aquello hizo que el pelinegro recuerde que tenía planes con Carl para
ver el partido de futbol de su país, Perú, el cual se llevaría a cabo ese día.
—Creo que ya no vendrá —Respondió el, rogando mentalmente que su
mamá no le pregunte por qué su mejor amigo no iría ese día.
—¿Por qué?
—Decidió verla con su padre —Obviamente era una gran mentira, pues a
Carl no le gustaba la idea de estar reunido con su padre y sus amigos
cuarentones borrachos. Jake lo sabía muy bien.
—Ah, pues seremos solo nosotros —Dijo la mamá del mayor, refiriéndose
a la familia de Jake.
—Aja.

Esa misma tarde, casi al anochecer, el de lentes se encontraba sentado en


el sofá de su sala, con su padre y sus amigos tomando cerveza mientras
reían de una manera exagerada y fuerte, al mismo tiempo que veían el
partido por la televisión. El menor solo se sentía aburrido y era algo
extraño para él, pues siempre que había algún juego él se la pasaba muy
bien, incluso le gustaba sentir esa emoción de saber si el equipo de Perú
perdería o ganaría.

Esta vez era distinto y supo el porqué. Aquel chico pelinegro al cual
llamaba "mejor amigo" no se encontraba allí, en su lugar solo había
señores sudorosos y para nada discretos con lo que decían.

—Carlitos —Dijo un amigo del padre de Carl, poniendo su brazo alrededor


de los hombros del menor.
—¿Sí? —Contesto el de lentes tomando un sorbo de su bebida.
—¿Para cuándo la novia? —Pregunto el señor, ocasionando que Carl se
sienta incomodo, pues no creía que aquella información le debería de
importar. Ante una falta de respuesta, el adulto dijo —Ah... No me digas
que eres un puto.
—¿Que? No, no, nada de eso —Respondió el de cabello marrón azabache
en seguida —De hecho, tengo novia, saldremos mañana. —Ante esta
respuesta el adulto sonrió orgulloso.
—Criaste muy bien a tu hijo, Julio —Hablo viendo al padre de Carl, el cual
los miraba sonriendo desde lejos.
"Él ni siquiera me crio" Pensó el de lentes, sintiéndose más incómodo.

El menor pensó que las cosas no podían ser aún más incomodas, hasta
que su hermana mayor se apareció en la sala. Estaba con unos shorts de
pijama y una camiseta grande, al parecer se estaba preparando para
dormir.

—¡Valeria! —Dijo otro amigo de Julio —Estas grande, toda una señorita.
Julio ya debes sacar la escopeta —Todos los señores de la sala,
incluyendo a Julio, rieron de manera fuerte. Por otro lado, Valeria, quien
solo estaba tomando agua, mostro su desagrado rondando los ojos y
dirigiéndose de nuevo a su habitación.

—Es una dramática —Hablo el padre de aquella chica, abriendo una lata
de cerveza en el proceso.

Carl se sintió peor al ver como todos esos hombres se fijaban en cuanto
había crecido su hermana y en cuantos pretendientes tendría.
No dijo nada y se levantó del sofá. Seguido a esto se dirigió al cuarto de su
hermana, sin antes robarse una bolsa llena de papas fritas.

—Val —Dijo en voz alta, tocando la puerta de la habitación de su hermana,


la cual le abrió al instante.
—Entra —Hablo y seguido a esto Carl entro y se tiro en su cama.
—No quiero estar con ellos —Dijo abriendo la bolsa de papas.
—Pero a ti te gusta ver futbol.
—Si, pero la presencia de esos señores no.
—Igual, me hacen sentir incomoda.
—Me di cuenta. ¿Por qué te dijo esas cosas ese señor?
—Porque piensan que es una especie de halago.
—Si, pero a mí me preguntaron si tenía novia y a ti te dijeron algo de una
escopeta.
—Es que tú eres hombre. A ti te preguntarán a cuantas chicas ya
conquistaste, a mí me dirán que no debo hacer eso porque debo hacerme
respetar y que si lo hago seré una puta o una fácil. ¿Entiendes?

Ante eso Carl se quedó en silencio, nunca lo había pensado de esa


manera.

—¿Se te malogro el sistema? —Pregunto Valeria al ver a su hermano muy


pensativo.
—Lo siento, es que nunca lo vi así.
—Descubriste América —Carl solo se rio ante esto. —Aun así, a ti también
te llega lo malo.
—¿Qué cosa?
—Mi habitación no esta tan lejos de la sala. Escuche que uno de esos
hombres pensó que eras gay por no responder si tenías novia.
—Ahh... eso. Si, bueno, tú sabes que yo no estoy de acuerdo con eso de
estar alguien de tu mismo género— Hablo con duda. Valeria solo rodo los
ojos y se sentó al lado de él, seguido a esto tomo un poco de las papas
que Carl había traído.

—Esta será mi cena —Dijo comiéndose las papas.


—¿Por? Papá hará picaña.
—No quiero convivir con sus amiguitos.
—Entonces te acompaño. Tampoco quiero que me estén preguntando
sobre novias y eso. Además, de seguro ni se dará cuenta que no
cenamos.
—Es un mal momento para que mamá no esté en casa.
—Aja.

Ambos hermanos se quedaron en silencio comiendo las papas, tratando


de entender de que trataba la película que estaba siendo transmitida en
televisión.

—Oye Carl —Llamo Valeria.


—Dime.
—¿No se supone que deberías estar con Jake?
—Si, pero ya sabes, el idiota aun me ignora.
—¿Por qué crees que te ignora?
—Por idiota.
—¡Carl!

Carl quería enojarse, quería tener al menos un poco de enojo hacia ese
chico que lo estuvo ignorando durante toda la semana.

—Eso es lo que es...un idiota. Bueno no... ¡Ahh! ¡No puedo enojarme con
el!
—¿Lo extrañas?
—¿Que?
—Que si lo extrañas, a Jake, ¿Extrañas hablar con él? —El menor dudo
unos segundos en si responder esa pregunta.
—¿La verdad? —Val asintió ante esto. Carl primero dio un suspiro y hablo
—No solo extraño hablar con él, extraño estar con él, pasar los recreos
juntos, ver como se reía de mis malos chistes. —Agarro una almohada de
su hermana y la puso en su regazo mientras la abrazaba —Se que suena
raro, pero no quiero que se aleje de mi —. "Extraño ver esos ojos verdes
avellana tener un brillo en ellos de la felicidad, extraño la sensación que
pasaba por mi cuerpo cuando alguna parte de nuestros cuerpos tenía
contacto, extraño abrazarlo y sentirlo junto a mí, poder tocar su cabello, ver
como sus mejillas se ponían un poco rojas cuando se enojaba. Extraño
todo de él". Aquello pasaba por la mente de Carl, pero no se atrevía a
decirlo, ni siquiera quería mantener esos pensamientos en su mente, pues
pensaba que un chico no debería de tener aquellos pensamientos sobre
otro chico.
Aquel adolescente nunca pensó en cuanto quería a Jake hasta ese
momento.

Valeria analizo a su hermano, sus gestos, como se podía ver una felicidad
y brillo en los ojos de su hermano al recordar momentos que pasaba con
Jake. Aunque también se percató de cierta preocupación en el al decir casi
todo lo que pensaba en voz alta.
Comenzó a entender que era lo que le ocurría a su hermano menor.

Pensó que tal vez debería darle un pequeño empujón —Carl.


—¿Sí?
—Responde con honestidad —El de lentes asintió —¿Qué sientes por
Jake? —El menor se quedó desconcertado, nunca se había puesto a
pensar en los sentimientos que tenía hacia ese chico de cabello negro. Al
inicio pensó en responder que una amistad, pero después Valeria dijo
—Mas a fondo que un sentimiento de amistad, eso es lo que siempre se
dice.

Carl comenzó a analizar a fondo ese sentimiento. ¿Qué otra cosa podía
sentir además de amistad?, sabía que había más sentimientos, pero le
aterraba la idea de ponerse a pensar en ello.

Valeria esperaba una respuesta de su hermano, en eso sonó su celular.

—Es mamá —Dijo observando la pantalla de este. —De seguro ya llego


—Al contestar confirmo que su madre ya había llegado, entonces Carl se
ofreció para abrir la puerta, zafándose así de esa pregunta que le había
hecho su hermana minutos atrás. Además, no quería que Valeria vuelva a
pasar por un momento incomodo con esos señores.
Después de todo, Carl se encontraba en su habitación, acostado en su
cama mirando al techo, pensando en aquella pregunta, la cual no dejaba
de repetirse en su cabeza una y otra vez.

"¿Que siento por Jake?" "Sentimientos... ¿Qué clase de sentimientos?"


"¿Amistad? ¿Odio?... ¿Amor? ¿A qué se refería?". La mente del menor
estaba llena de dudas y más dudas.

"Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... ¿Qué es lo que siento por ti?". El de
lentes estaba siendo invadido por el temor de aceptar y saber con
exactitud que era ese sentimiento que le generaba su mejor amigo.

"Amor... Amor... Amor... Amor...No, ese tipo de amor no". Muy en el fondo,
él sabía de qué clase de amor se trataba, lo sabía muy bien.

"Tengo novia... mi amor va hacia ella ¿Es eso lo que siento por ella?
¿Amor o amistad?" Tras generarse esas preguntas, todo en su mente se
complicó aún más.

"Amor... ¿Qué es el amor exactamente? ¿De qué trata? ¿Algún día lograre
entender esto del amor?... Es un misterio... el misterio del amor. Carajo".
13. ¿Amor o amistad?

Carl

7 semanas-Clases -Viernes. . .

¿Amor o amistad? Dos palabras fáciles de distinguir, pero difíciles de


diferenciar.

¿Eso tiene sentido?


No.
Bien.

Amor, era algo que podía tener distintos significados, ya sea amor por
hacer algo, amor romántico, amor a un amigo, amor familiar, amor a los
perros, etc. Pero según Google existen 2 tipos, el amor platónico y el amor
al prójimo.

Amistad, según Google es una relación afectiva entre dos o más personas.

¿Fácil de diferenciar verdad?


Pues no, no para mí.

Me encontraba en el auto de mi madre, de camino a una cita con una de


las chicas más deseadas por los chicos de mi curso y los de otros grados.
Creo que hasta una chica se le declaro una vez.

¿Debería sentirme super feliz? Si. ¿Me siento super feliz? No. ¿Por qué?
Ni idea.

Carl, suenas como el señor del comercial.

¡Trato de ordenar mis ideas!

Esa chica es la definición de casi perfecto ¿Por qué no sentía ni el más


mínimo sentimiento de ESA emoción de la que siempre me hablaba mi
madre?

Me estaba arrepintiendo de muchas cosas y me sentía culpable


¡Tendríamos una cita en unos minutos! Mierda, estaba siendo egoísta.

A la mierda, soy un pendejo.

No quiero decirle la verdad, mis amigos me han hablado de lo feliz que


está ella, además siempre lo demuestra en clase. Es muy buena persona y
no quisiera lastimarla. Aunque de igual manera, si continúo con esto o no
de todas formas la lastimare.

¡No quiero herir sus sentimientos! Pero tampoco estoy seguro de si


debería de continuar con nuestra relación. Ni siquiera se si me gusta o no.

Por otro lado, según mi padre, al inicio siempre se siente cierta negación,
por los nervios y eso. Entonces, tal vez si quiero que sea mi novia, solo
que estoy nervioso y eso es todo ¿Verdad?... ¡Ahhh! ¿Por qué es tan difícil
de entender? ¿Por qué no podía tener una máquina la cual me dijera que
siento por alguien? ¿¡Por qué el amor y la amistad tenían que ser en cierto
punto similares!?

—Carl, ya llegamos —Dijo mi madre, haciendo que me ponga aún más


nervioso.
—Okey —Respondí abriendo la puerta del auto.
—Llámame para que te venga a recoger, recuerda ser amable con ella,
trátala bien, dile que se ve bonita y-
—Si, si, ya se —Hable ya afuera del auto, interrumpiendo lo que iba a
decir.
—¡Y cómprale algo si ves que lo quiere! —Gritó mientras cerraba la puerta.
En respuesta a todo le mostré un pulgar arriba mientras me alejaba.

Ella avanzó lentamente con el auto y abrió la ventana de este —Trátala


bien —Dijo con una mirada amenazadora.
—¡Si, ya entendí mamá!
—Bien—Forzó una sonrisa y se fue.

Camine hacia la entrada del centro comercial, poniendo mis manos en los
bolsillos de mi chaqueta, tratando de no hacer contacto visual con gente
extraña.

Casi todo lo que llevaba puesto era negro, menos mi camiseta que era
azul marino. Parecía la definición de "rebelde" según los adultos y también
de "ratero" según mi país.

Mientras me dirigía hacia el cine me puse a pensar en cómo es una


primera cita, ¿Qué se hace? Y más cuando los del encuentro ya son
novios ¿Qué tenía que hacer? Supongo que tendría que poner en práctica
eso que me dijo mi madre; decirle que estaba bonita y esas cosas.

Ya estaba llegando al cine y la vi desde lejos, llevaba puesto un pantalón


holgado y un top celeste pastel, al lado de ella estaba Raquel.
—Hola —Salude acercándome a ellas.
—Hola Carl —Saludo Ester con una sonrisa.

Raquel no decía nada, solo me miraba con cara de pocos amigos. Vi como
Ester le dio un pequeño golpe con el codo y fue allí cuando esa chica
pelinegra deicidio saludar —Hola Carlos—Dijo mientras me examinaba con
la mirada. Solo la gente que apenas me conoce me dice Carlos, y eso que
conozco a Raquel más tiempo que ella a Ester.

Estaba más que claro que no le agradaba, no la juzgo, he estado siendo


un idiota y creo que los demás se estaban dando cuenta de eso. Además,
Raquel y Ester son mejores amigas desde que ingreso a la escuela.

No sabía que decir, así que solo la salude dándole la mano, seguido a esto
me quede callado ¿Ahora qué? ¿Qué decía?

Estoy seguro de que si Jake estaría aquí ya me hubiera dado en un golpe


en la espalda y me diría algo como "Di algo cojudo de mierda" o "Gil naces
y Gil mueres".

—Bueno Raquel ya se va, ella está nada más para cubrirnos, ya sabes,
padres estrictos —Dijo haciéndole una seña a la pelinegra, la cual puso los
ojos en blanco y le susurro algo en el oído. Recordé que a los padres de
Ester no les gusta la idea de que su hija está creciendo.

—Los dejo solos —Dijo la pelinegra viéndome fijamente a los ojos


—Diviértanse —Agrego antes de irse.

Por un momento pensé que sacaría un arma y me dispararía.

—Perdón por eso —Hablo la castaña jugando con uno de los anillos que
traía en el dedo.
—Está bien —Dije sonriendo de lado para no verme tan serio.
Ella en respuesta solo asintió y bajo la mirada.
¿Ahora qué?

Dile que se ve linda.

—Te ves linda —Hable mientras caminábamos hacia la fila para comprar
canchita.
—Gracias —Respondió sonriendo y bajando la mirada, a veces se me
olvida que es tímida —Tu también.
—Gracias —No salió tan mal.

No dijimos nada más y esperamos a que llegue nuestro turno en la fila,


compramos las entradas por internet así que no nos preocupamos por eso.
Iríamos a ver "Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore" según lo
que tengo entendido, es la tercera película de una precuela de "Harry
Potter" o algo así me dijo Amelia cuando le pregunte que película era esa.
No sabía nada de Harry Potter, solo que es de un niño con lentes
circulares que descubre que es mago y salva al mundo.

Decidí preguntar para sacar más conversación —¿De qué trata la


película?
—¿Nunca has visto "Animales fantásticos"?
—Pues no —Ella negó con la cabeza y comenzó a contarme sobre esa
trilogía.

Para ser honesto, no entendí nada de lo que me decía, solo que le gustaba
mucho aquellas películas. Con razón se lleva muy bien con Amelia.

—Y ahora Grindelwald quiere gobernar el mundo mágico y hacer una


guerra entre muggles y magos —¿Grindelwald? ¿Muggles?
—Suena interesante —No sabía que otra cosa podría decir —¿Y en qué
momento sale Harry?
—La película ocurre 70 años antes.
—Ah... —Enserio no sabía que decir.
Ella siguió contándome un poco más sobre las películas y en eso vi como
la mayoría de las parejas en ese lugar o estaban tomados de las manos o
abrazados. Eso era lo que hacían las parejas y nosotros éramos pareja así
que...

Lo pensé por un rato y decidí abrazarla por el hombro —Cuéntame más


sobre Harry Potter —Dije y ella feliz siguió contándome. Era mejor eso a
que yo opine algo de lo que no sabía un carajo.

El estar abrazados de esa forma solo hizo que Jake aparezca en mi


mente. Recordé cuando estábamos en la escuela y caminábamos por el
aula abrazados del hombro. Cuando con una mano comenzaba a
desordenar su cabello y él se enojaba y me miraba "enojado" con esos
ojos verde avellana que a decir verdad son hermosos. En verdad extraño a
Jake, pero el idiota por alguna razón prefiere fingir que no existo, ya lo hizo
una vez y dijo que era por Ester ¿Por qué lo hace de nuevo?

—Y Harry noquea al trol—Me distraje un segundo y Harry ya dejo


inconsciente a un trol.
—Harry era todo un rebelde.
—Algo así —Le atine.

Después de comprar todo nos metimos a la sala 4 del cine y lo primero


que hice al sentarnos fue meter un puñado de canchita en mi boca, supuse
que así me ahorraría el tener que hablar.
La película inició con un señor algo mayor apareciendo de la nada. Se
reunió con otro hombre en una cafetería y hablaron de un amuleto y de
una cosa arriesgada, al parecer no se llevaban bien.

—Porque estaba enamorado de ti —Esas fueron las palabras que salieron


de uno de los señores en la película. Ester no me dijo que habrían gays.

—Que puto asco —Dijo un señor que estaba sentado en la fila de abajo
—¿Enserio ves esto? —Preguntó viendo a su hija, ella no respondió nada.

No era la primera vez que escuchaba ese tipo de comentarios hacia


personas homosexuales, hasta yo llegue a decirlas cuando tenía entre 11 y
13 años. Ya casi no digo mucho, pero mi padre siempre me ha dicho que
esas personas están haciendo cosas "indebidas". Que tener sentimientos
hacia alguien de tu mismo género es malo.

Sentimientos... sentimientos...sentimientos...

La pregunta de Valeria invadió mi mente otra vez.

Sentimientos hacia Jake... ¿Que siento por Jake?...¿Algo mucho más


allá de amor y amistad?

¡Carlos Gabriel Hernández Torres estas en una cita! ¡DEJA DE PENSAR


EN JAKE!

Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake...
Jake... Jake... Jake...

¡AHHH! ¿¡Por qué mi mente se pone en mi contra!?

Tome un poco de gaseosa y trate de concentrarme en la película. No


entendía nada, así que mire a Ester para tratar de distraerme.
Ella también me miro y no sabía que hacer, así que le sonreí y ella hizo lo
mismo. Creo que su sonrisa salió menos forzada que la mía.

Jake.

¡YA!

No quiero pensar en él, me ignora y quiero hacer lo mismo ¡Pero es


imposible sacarlo de mi mente!

Me siento peor al saber que realmente no quiero ignorarlo. Quiero hablar


con él y que me diga que le ocurre.

¿Qué le pasa a Jake?

Después de unas horas la película terminó y mi cita me hablaba de lo


mucho que le gustó la película. Yo solo preste atención cuando los dos
señores del inicio estaban teniendo una batalla, me preguntaba si en algún
momento se iban a besar para romper la tensión que había entre ellos. Y
que el chico ese llamado Newt era atractivo, sus ojos eran casi iguales a
los de Jake, digo casi iguales porque los de Jake tienen algo especial, no
sé qué es, pero nada se compara.

¡Deja de pensar en Jake!

Cuando estábamos saliendo del cine me había metido al baño y le escribí


a mi mamá pidiéndole que me recoja, en verdad no sabía qué hacer en
ese lugar.
—¿Y a ti que te pareció? —Cuestionó Ester.
—No hubo beso —Comenté para después darle un sorbo a mi bebida.
—Es que eso de que se amaban quedó en el pasado.
—Ya me di cuenta.

Seguimos caminando sin la intención de llegar a un lugar en específico.

Solo podía pensar en cuánto tiempo tardaría mi mamá en llegar, podría


optar por ir solo, pero solo terminaría siendo una víctima de robo.

Estoy siendo egoísta, debería estar pensando en hacer varias cosas con
ella para aprovechar nuestro tiempo juntos, eso es lo que hacen los novios
o las personas que se gustan, pero simplemente quiero irme.

Piensa Carl, ¿Qué otra cosa puedes hacer en una cita?

Caminar y hablar.

Algo menos aburrido.

Hay un lugar de juegos al lado tuyo idiota.

No está mal. —¿Vamos Happyland? —Pregunte viendo ese lugar en el


cual todos iban a jugar.
—No tengo tarjeta —Respondió.
—Yo tampoco, pero hay un juego que se puede jugar así no más, sin
tarjeta.
—Vamos entonces.

Al entrar a ese lugar nos dirigimos a un juego que era una especie de
mesa que tiraba aire y pasabas un disco pequeño con un mango hasta que
este entre en una especie de arco, algo así como en un partido de fútbol,
pero con 3 cosas y una mesa.
No teníamos tarjeta así que jugamos así nada más, estuvo divertido la
verdad.

Ella me pasaba el disco y me gano en las 3 rondas que tuvimos.

—Eres buena en esto —Dije tratando de meter un "gol".


—Soy buena en todo —Hablo devolviéndome el disco y anotando otro
"gol".
—Creo que ya me lo dejaste muy claro —Dije sonriendo, era la primera
sonrisa honesta que estaba dando en esa salida.

En eso mi celular comenzó a sonar. Era mi madre.


—¿Hola? —De seguro ya había llegado por mí.
—Ya estoy en la cochera.
—Está bien, ya voy —Justo cuando me estaba comenzando a divertir.

—Ya llegó mi mamá —Informe guardando mi celular.


—Oh, está bien, te veo el lunes.
—Igual —Me acerque para darle un beso en la mejilla de despedía, lo
normal.

Todo pasó muy rápido, ella se acercó y yo a ella y creo que nos
equivocamos de dirección, pero terminamos dándonos un beso... uno
corto, me aleje apenas ocurrió eso.

Acababa de dar mi primer beso... ¡ACABABA DE DAR MI PRIMER BESO!

—Wow —Susurró ella bajando la mirada mientras trataba de no hacer que


se le salga una sonrisa.
—Wow —Susurré después de ella mientras me quedaba en un estado de
shock.

No me preocupo el hecho de haber besado a alguien, me preocupo el


hecho de no haber sentido nada... ¡No sentí nada! Nunca bese a alguien,
pero según dicen se siente algo y yo solo sentí como mis labios hicieron
contacto con los de una chica, pero nada más.

¿Así era dar besos? Pensé que sería algo más... no sé, diferente.

—Ah... a-adiós —Dije para esta vez sí darle un beso en la mejilla.


—Adiós —Se despidió y me fui de allí, saliendo con más dudas de las que
ya tenía.

—¿Como te fue? —Preguntó mi madre mientras yo me ajustaba el


cinturón de seguridad.
—Bien creo —Di mi primer beso y no sentí nada ¿Por qué no sentí nada?
—¿Te divertiste?
—Si —Estaba comenzando a pensar qué tal vez mis dudas de que si Ester
me gustaba o no estaban yendo por la respuesta "No".
—¿Todo salió bien?
—Ajá —¿Pero por qué no me gustaba?
—¿Apareció un fantasma y se llevó tu mente a otra dimensión?
—¿Que?
—Estas distraído.

Pensé que no sería tan obvio.

—Por lo visto si te la pasaste bien —¡Ella era linda y no me gustaba! O tal


vez sí... ¡Ya no sé nada!
—Si, lo siento, estuvo divertido todo.
—Qué bueno Carl —Dijo mi mamá y seguido a esto pasó su mano por mi
cabello —El primer amor siempre es lindo —¿Así era el amor?

Después de eso volvimos a casa y en todo el camino solo pude pensar en


el por qué no sabía mis sentimientos hacia esa chica. Se supone que
debería estar feliz, pero no es lo que siento ahora.

Tenía que pedir consejos a alguien que ya tenga más experiencia en estas
cosas, alguien que sea mayor que yo o que sea hábil en estos temas.

Valeria no es mala opción.

—Val —Hable tocando su puerta.


—Pasa —Respondió ella y entre en seguida —¿Ahora que hiciste?
—Necesito un consejo.
—Cuando tapas el baño le pones jabón líquido y listo.
—¡Eso no!
—Ah, ¿Entonces qué?

Rodé los ojos y me senté al lado de ella.

—Es sobre una chica.


—Ahh, olvide que hoy tuviste tu primera cita ¿Cómo te fue? —No respondí
nada, en su lugar solo me quedé viéndola a los ojos. —¿Así de mal?
—¡Está todo mal!
—Cuéntame desde el inicio porque no te estoy entendiendo.
—Bien, todo comenzó cuando comencé a seguirla por Instagram —Valeria
suspiro y dijo en voz no muy baja.
—Un hermano más idiota no podía tener. ¡Desde que comenzó el
problema!
—Ya, no me grites. Bien, antes de ser novio de Ester comencé a tener
dudas de si seguir con eso o no.
—¿Entonces por qué le pediste ser tu novia?
—Papá me dijo que lo hiciera cuando estaba borracho —Murmuré, sabía
que me llegaría una reñida por parte de mi hermana.

—¿¡A quien en su sano juicio se le ocurre hacerle caso a un borracho!?


—¡Él está así todo el tiempo! Un poco más y ni le hace efecto.
—Sigue siendo un borracho. Si tenías dudas no debiste hacerlo.
—¡Ya se! Ahora la cague, todo ¡Todo!
—¿Qué pasó en esa cita?

Me acosté en su cama boca abajo y comencé a contarle cada detalle.


Excepto de mis pensamientos hacia Jake.

—Y terminamos dándonos un beso por accidente.


—¿Ya disté tu primer beso? ¿Cómo estuvo?
—Ahí viene la cosa, ese beso me hizo dudar aún más.
—¿No te gustó?
—¡Ni siquiera sentí algo! —Confesé hundiendo mi cara en una almohada.
—¿Nada? ¿Ni un pum? —Cuestionó.
—¿Un pum?
—Ya sabes, cuando sientes una explosión, las mariposas, la felicidad, que
solo existen los dos. Ese pum.
—No hubo pum —Murmuré.

Ella se quedó callada y yo ahogué un grito en la almohada.

—¿Te gusta Ester o solo quieres que te guste? —Preguntó, haciendo que
sienta como si en cualquier momento mi cerebro iba a explotar.
—¿Ah?
—¿Qué sientes por ella? ¿Amor o amistad?
—¡No se! Es por eso que estoy aquí, tú sabes más de estas cosas.
—Para mí que no te gusta.
—¿¡Pero porque no!? —Grite con mi rostro aún hundido en esa almohada.
—Tal vez no es tu tipo... te tengo una pregunta.
—Habla.
—¿Por qué no te gusta que no te guste? —Me quede callado, solo
aparecían más dudas en mí. Me di la vuelta y la miré confundido. —¿Tus
amigos te presionan para que estés con ella?
—¿Que? No. Solo me molestan con ella y esas cosas.

—¿Y papá? Dijiste que él te dijo que le pidas ser su novia.


—Bueno... en parte él es una de las razones por las cuales comencé a
hablar con Ester. Papá dijo que no quería homosexuales en su casa y...
—Comencé a darme cuenta de cómo iba esto —Oh...

—U. Literalmente me estás diciendo que comenzaste a hablar con ella


porque querías demostrarle a papá que no eres gay ¿No es así?
—Eso creo.
—Mira Carl, no debes demostrar nada.
—No soy gay.
—No dije eso. Dije que no debes demostrar nada, si papá cree que eres
gay por no tener novia pues es su problema y si eres gay ¿Qué más da?
Es algo normal.
—No-soy-gay.
—Es un ejemplo. El punto es que hiciste mal en comenzar a aparentar que
tenías interés en ella. Ester tal vez si guste de ti. No puedes andar
ilusionando a la gente como si nada.
—La cague de mil maneras.

Mi hermana tenía razón, estaba haciendo mal en no ser honesto con Ester,
estaba siendo un idiota, me estaba convirtiendo en un mentiroso. Me
estaba convirtiendo en mi padre... ¡Iugh! No iba a ser él.

—¿Qué hago? —Pregunte viendo al techo.


—Decirle la verdad, no puedes seguir con ella si sientes dudas, la gente no
es un experimento.
—¿Y cómo se lo digo?
—Trata de no sonar muy duro, pero dile todo de manera clara y también se
amable.
—No me lo perdonará.
—¿Tú crees?
—Si. Soy un idiota.
—Imbécil, indeciso, traumado, pendejo.
—Si ya entendí.

Tenía que decirle la verdad, no estaba seguro de si en verdad no sentía


nada por ella o qué, pero Valeria estaba en lo cierto, no debí pedirle que
fuera mi novia sabiendo que tenía muchas dudas sobre lo nuestro.

—Gracias Val.
—De nada pitufo.
14. Incómodo

Jake

7 semanas-Clases -Martes. . .

Distraerme y no pensar en Carl... Distraerme y no pensar en Carl...


Distraerme y no pensar en Carl... Distraerme y no pensar en Carl. Solo eso
tenía que hacer.

Ignorarlo también, pero era por una buena causa.

No quería tener sentimientos hacia él, no quería tener la idea de "Me gusta
mi mejor amigo", no quería ser una decepción.

No sé qué tenía mi mente en mi contra, pero todo lo que hacía o veía me


recordaba a Carl. Que si veo una guitarra: Carl, que si veo un gato: Carl,
que si miraba un brócoli: Carl.

¡Todo en mi mente era Carl!


Ahora tendría que verlo todos los días y tendré que ignorarlo. Eso sería
fácil, cuando a Carl alguien lo ignora él también lo hace y le importa una
mierda.

Me siento como en una película, cuando el chico ignora a la chica, solo


que no era una chica a quien ignoraba, sino un chico... eso sonaba aún
peor.

—Hola Jake —Mierda.

Ante el saludo de mi mejor amigo no respondí nada.

—¿Jake? ¿Estas bien? —No. —Jakeee —Cállate. —Ya deja de hacerte el


huevon, ¿Qué pasó?

Bajé la mirada y seguí sin responder nada. Sentí su mirada puesta en mí y


después se fue sin decir nada más.

Quisiera no tener que hacer esto.

—¿Qué te traes con Carl? — Preguntó Paul.


—Nada ¿Por qué?
—Es que todos nos estamos dando cuenta —¡Puta madre! —Lo estas
ignorando.
—No, no pasa nada.
—Ajá y tu odias "Stranger Things".
—Cállate Pato.
—Perdón —Dijo sarcásticamente.

Por un momento mi alma salió de mi cuerpo.

Disimular no es algo que hacia bien, pero ahora lo aplicaré todo el tiempo.

7 semanas-Clases -miércoles. . .

—El equipo de fútbol del salón es bueno en defensiva, César y Javier son
unos muros —Habló Gael mientras que la mayoría de los de nuestra aula
escuchaban atentos. Estábamos en natación, así que casi todos nos
encontrábamos en la piscina. —Tenemos que practicar alguna estrategia,
este año no podemos perder de nuevo.

Quería prestar atención a lo que decía Gael, pero estaba más preocupado
en controlar los movimientos que haría o los que ya estaba haciendo, pues
sentía la mirada de Carl en mí.
Él estaba sentado en las bancas, no haría clases ese día. Si hablaría con
él tal vez supiera el porqué, pero prefiero quedarme con la duda.

Desde que me metí a esa piscina solo sé que me mira y esto lo confirmé
desde ya hace un rato, cuando accidentalmente cruzábamos miradas.
Físicamente parecía que estaba prestando atención a la charla de la
piscina, mentalmente solo podía pensar en cómo evitar a Carl.

Estaba viendo a la nada cuando sentí como alguien me abrazaba por atrás
y apoyaba su rostro en mi espalda, ocasionando que me sienta algo
nervioso. No era como cuando Carl me abrazo aquella vez, pero si me
sentí un poco impresionado al darme cuenta que era un hombre el que
hizo aquella acción.

—Súper hetero ¿No Pato? —Decía en tono de burla Amelia al ver que
Pato me abrazaba de esa manera.
—Obvio ¿No se nota? —Ambos al terminar de decir esto soltaron una
pequeña risa.
—Cállate Amelia —Dije tratando de no sonar muy serio.
—Cállate tu maricon —Respondió con un tono serio, pero fue en broma,
era algo que decían algo seguido en mi aula, también yo lo hacía.
—Estas insultando a tu propia comunidad.
—Lo se.

No me llevaba tan bien con ella, bueno, si lo hacíamos en primaria,


después nuestra amistad se vio derrumbaba por nuestro diferente
pensamiento.

Ella quiere ser feminista y en mi familia no están de acuerdo con ese


movimiento, supongo que yo tampoco. Ella es pro aborto, yo "pro vida"
según lo que me dijo, ella es lesbiana o una mierda así me dijeron y yo
homofóbico... bueno algo así.

—Cállate Amelia —No sabía que otra cosa decir.


—Cállate tú, gay.
—¿No que no te gusta usar gay como insulto?
—Estar con ustedes me afecto. Me contagiaron su idiotez.
—Idiota eres.
—Mira quien lo dice.
—Cállate.
—Solo eso sabes decir.
—Marimacha.
—Al menos yo si lo acepto. Maricon.
—Uhh —Murmuró Pato apartándose de mi —Te cagaron JJ.
—Cállate Pato.
—Cállate tu —Respondió el.
—Mátense —Habló Amelia antes de irse con sus amigas.

Fue la conversación más larga que tuvimos en mucho tiempo.

No me gustó esa charla, ahora su "Al menos yo si lo acepto" estaría en mi


mente todo el tiempo.

7 semanas-Clases -jueves. . .

¿Por qué todo el mundo últimamente quería hablar de la comunidad


LGBT? Es algo que no quiero ni escuchar, pero es lo que más meten en
los temas de conversación en estos últimos días.

—Las empresas que se ponen su foto de perfil con imágenes de la


comunidad LGBT solo lo hacen para marketing. —Dijo Guillermo.
—¿Y tú crees que no se eso? Es obvio que lo hacen por dinero.
—Respondió Amelia.
Estábamos haciendo grupo de trabajo en el curso de "Taller" hacíamos
manualidades así que nos la pasamos hablando toda la hora de clase.

—No entiendo porque celebran ese mes —Agregó Carl —¿Qué deben
celebrar? ¿Qué quieren? ¿Para que marchan? Nadie les presta atención.
—Celebran el orgullo que tienen de ser lo que son, porque fueron
invalidados y rechazados durante mucho tiempo. Además, el marchar es
una forma de celebrar y básicamente manifestarse ante la sociedad para
que esta se familiarice. También buscan otros objetivos, como el dejar de
ser ilegales en varios países. Algo así leí —Respondió Amelia. Bueno al
menos me quito algunas dudas.

Carl y Guillermo estaban cayéndole encima.

—Pero hay algunos que ni son de la comunidad, la mayoría solo están


confundidos —Habló una vez más mi mejor amigo. Creo que uno de esos
confundidos soy yo, eso espero. —Como tú, por ejemplo —Señaló a la de
cabello negro y corto.
—Carlos tú no sabes eso, además yo estoy 100% segura de mi
sexualidad.
—Amelia el que te hayas identificado con uno de los libritos que lees nos
significa que seas parte —Guillermo también estaba comenzado a hacer
que sienta la misma incomodidad que Amelia.
—Mira quien lo dice —Habló Pilar, captando la atención de los que
estábamos en el grupo. —El más homosexual del salón —Agregó
refiriéndose a Guillermo.

Ante esto último todos en el grupo comenzaron a reírse.


Amelia solo se mordía la uña en su intento de que no se le salga una risa,
pero fue inútil.

En parte ese chiste me pareció un poco cruel. Todos en el aula sabíamos


que Guille dijo hace un año que era bisexual, aunque cuando esa
información llegó a los oídos de su mamá nunca más volvió a decirlo. En
su lugar solo se dedicaba a criticar todo.

—Jake estás muy callado —La de cabello corto hablo mientras el resto de
personas seguía riéndose.
—Es que hablan de puros jotos, no me gusta mucho esas idioteces —Era
la primera vez que decía algo así sintiéndome extraño.
—JJ ya quiero ver cuando tus hijos te digan "Papá soy gay" —Comentó
Alessia haciendo que todos pongan su mirada en mí.
—O quien sabe, tal vez tu o alguno de los de este grupo diga eso en un
futuro. Es mejor no juzgar a los demás antes de tiempo —Sentía como
Amelia me escaneaba de pies a cabeza con una sola mirada.
—Siento que si yo diría eso mis padres me dirían "Lárgate de mi casa"
—Hablo Carl y después soltó una pequeña risa.
—Yo ni sería capaz de decir eso —Agregue —Me daría vergüenza yo
mismo —En parte estaba diciendo la verdad.
—Igual —Respondieron Carl y Guillermo.

—Ustedes cállense —Comentó Pilar —Carl tú te la pasas joteando y


Guillermo ya sabemos que tiras para el otro lado, pero actúas como
homofóbico.
—Homofóbico-gay —Agregó Amelia y puso su mirada en mí. ¿Por qué me
veía tanto? Me causaba nervios.
—Ese sería yo —Dijo Carl.
—¿Gay reprimido? —Preguntó Pilar sorprendida.
—¡No! Eso no, lo de "homofóbico".
—Por eso, gay reprimido.
—Cállate Pili.
—Cállate tu muerde almohadas —Respondió ella.

Esta conversión no me gustaba para nada.


7 semanas-Clases -viernes. . .

—¿Ya dejarás de ignorarme? —No.

No hable con Carl en toda la semana y ahora venía a preguntarme si ya lo


dejaría de ignorar a la hora de salida.

No respondí nada, en su lugar solo me fui y le di un pequeño empujón,


tenía fe en que si hacía eso él se molestaría y se alejaría.

—Jake al menos dame una explicación, ¿Estas jugando conmigo o qué?


—No entendió nada.

Otra vez seguí sin responder y me fui. Enserio quería hablar con él, pero
tenía que esperar a que todo este problema que tenía se solucione.

—Hola JJ —Saludó Pato, ya nos habíamos saludado por 3era vez en el


día. Era algo normal entre mis compañeros decir "Hola" así nada más.
—Hola Pato.
—¿Ya sabes del nuevo chisme?
—¿Ahora qué pasó?
—Ester y Carl tendrán una cita hoy en el cine.
—Ah...
—Siento que Carl terminará tirando la canchita.
—Es algo muy probable —Respondí.
—¿Y ya está todo bien con Carl?
—No hablamos.
—Genial —Habló de manera sarcástica —No deja de mencionarte, todo el
tiempo es "Jake no me habla", "Jake me ignora" "Jake, Jake, Jake" Ya nos
tiene hartos.

Y yo que pensé que a Carl le importaría una reverenda mierda el que yo


me aleje.

—¿Por qué lo ignoras? —Preguntó el de piel trigueña.


—Huevadas —Respondí tratando de cambiar el tema.
—Entiendo, no me quieres decir, pero está bien, solo te digo que ignorarlo
todo el año no hará que se solucionen las cosas, una vez trate de hacer
eso con alguien y no me sirvió.
—¿Con quién?
—¿Me vas a decir porque ignoras a Carl?
—No.
—Entonces yo tampoco.

Puse los ojos en blanco y comencé a caminar con él hacia la salida.

—¿Vas a hacer algo hoy? —Preguntó.


—Es viernes, así que no.
—¿Puedo ir a tu casa?
—¿Para?
—Mi madre hoy llegará tarde y mi papá pues, ya sabes, trabajando.
—Ven si quieres, le preguntaré a mi mamá.
—Bueno.
—¿Por qué no puede venir? —Pregunte por WhatsApp a mi madre.
—Mañana, hoy no, tu papá nos llevará a cenar en familia.
—¿Por qué? ¿Pasó algo?
—No, exagerado. Paul puede venir mañana.
—Está bien.
—Tu tía ya está llegando por ti.
—Okey.

Guarde mi teléfono y mire a mi amigo.

—Lo siento, tendremos una cena familiar.


—Oh... —Dijo fingiendo tristeza —Bueno te veo mañana.
—Llevas plata.
—Okey —Dicho esto vio a alguien detrás de mí —Oye creo que tu tía ya
llego. —Me di la vuelta y si, ya había llegado.
—Chau Pato —Me despedí chocando los puños y me fui.

Al menos mañana podría distraerme un rato.


15. Infiltrado

Jake

7 semanas- clases- Sábado...

—¡Wawa! —Saludó Paul dándome un abrazo y luego me dio unas


palmadas en la espalda. Traía puesta una camiseta de manga larga y un
canguro colgado en su pecho.
—¡Pato! —Dije exagerando mi emoción.
—¿Como estas? —Su voz pasó de aguda a grave.
—Bien ¿Tu?
—Bien creo.

Ambos caminamos hacia mi habitación y en el pasillo vimos a mi madre,


quien estaba barriendo.
—Hola tía Olivia —Saludó dándole un beso en la mejilla.
—Hola Paul —Respondió mi madre con un tono relajado. —Jake —Habló
dirigiéndose a mi —Saldré en un rato, iré al gimnasio, mira a tu hermano,
cuídalo.
—Está bien —Respondí.

Seguido a esto Paul y yo nos metimos a mi habitación.

Paul se tiró directo a mi cama boca abajo, hundió su rostro en una


almohada.

—¿Que haremos? —Pregunté.


—No se, yo vine porque en mi casa no hay nadie.
—Que directo.
—Lo se Wawa.

Me acosté en el otro extremo de la cama.

—¿Como te fue ayer? —Preguntó el.


—¿En que?
—En la cena pues tarado.
—Ahh, bien, me fue bien —Mi padre llegó a las 11 de la noche con pollo a
la brasa frío.
—¿A donde fueron?
—No recuerdo el nombre del restaurante.
—Yo ayer no cené.
—¿Por?
—Me di un viajecito y me quede dormido.
—Pato esos viajecitos tuyos no me gustan.
—A mi si.
—Te hacen mal.
—Aún no has probado la droga, pero bueno estás mejor así.
—Eso creo.
No me gustaba eso de que Paul se drogara, a decir verdad, me gustaría
probar la droga, pero el hecho de saber que él se puede hacer adicto con
el paso del tiempo no me gusta.

—¿Hiciste la tarea? —Intente cambiar de tema.


—¿Cual de todas? —Preguntó con voz ronca mientras se daba la vuelta
para frotarse los ojos.
—La de inglés.
—Ah, no la hice. ¿Me la pasas?
—Bueno.
—Okey.

No dije nada más porque al acercarme un poco a Pato me di cuenta de él


olor extraño que expulsaba. Enserio debía darse un baño.

—Báñate Pato.
—Nah, mejor ahorro agua.
—Habló enserio.
—Yo también.

Un silencio invadió el lugar y pregunté algo que se me vino a la mente de


la nada para intentar cambiar el tema.

—¿Tienes hambre?

—¡Se quema la casa! —Gritaba mi hermano desde un extremo de la


cocina.
—¡Hecha agua! —Gritaba el de cabello largo agarrando a Ian.
—¿¡Que crees que estoy haciendo!?
—¡Vamos a morir!
—¡Cállate Ian! —Grite tratando de apagar la sartén que estaba tirada en el
piso quemándose por un intento fallido de cocinar carne para hacer una
hamburguesa.

—Bueno, al menos solo se quemo la sartén —Murmuro Pato.


—Mi mamá va a matarme.
—No si no se lo decimos —Dijo Ian en la mecedora.
—Yo creo que es mejor que no, además esa sartén ya estaba maltratada
desde antes que la usáramos —Explique sentado en el sofá.
—Yo digo que es mejor no decirle nada —Opino Pato.
—Igual —Hubo un silencio. —¿Y tu Ian?
—No diremos nada por el bien de nuestras vidas.

Quemar una sartén no estaba entre mis planes de hoy.

Después de estar sentados por un rato, Paul y yo decimos jugar


videojuegos y mande a Ian a su habitación —No quemes nada —Le dije a
mi hermano menor.
—No me llamo Jake —Respondió.
—Te cago —Habló Pato soltando una risa.
—Cállate Pato.

Cuando mi amigo y yo estábamos jugando videojuegos el no dejaba de


gritar, me recordó a Carl.
—¡Muévete Jake!
—¡No sirve el control!
—¡En cualquier momento aparecerá el fantasma ese que parece la llorona!
—¡No se mueve!
—Mira este cojudo —Habló refiriéndose a mi. —Trae esa cojudeza acá
—Me quito el control y lo golpeó contra la mesa.
—¡Mi control!
—Mira, ya sirve —Dicho esto movió mi avatar en el juego.
—Casi matas a mi control.
—Al menos ya funciona, cállate.
—Cállate tu.

Luego de estar jugando un buen rato, fuimos a mi patio a tratar de jugar


fútbol. Ambos éramos algo malos para eso, pero hacíamos nuestro mejor
intento.

—Ya es la tercera vez que metes un gol estúpido —Hablo el agarrando la


pelota.
—Soy bueno en esto.
—Ni tu te la crees.
—Cállate Pato.
—Cállate tu. Solo eso sabes decir.
—Mátate.
—Ya pareces Amelia.

Hizo que esa odiosa chica de cabello negro aparezca en mi mente. Amelia
no me caía tan bien, no la odiaba pero teníamos una pequeña rivalidad.
Aunque a veces me asustaba el hecho de saber que tenemos cierto
parecido.

—Ni la menciones —Dije. —Sabes que no me cae del todo bien.


—Bueno no es como que tú también le caigas del todo.
—¿Ah si? ¿Dice algo sobre mi?
—No mucho, solo que a veces quiere dejarte a 3 metros bajo tierra.
—Eso si lo sabía.
—Es entendible JJ, desde que dijiste esas cosas sobre ella hace un tiempo
se entiende que esté molesta.
—Ni me lo recuerdes.
—Como digas —Dicho esto pateo la pelota rápidamente y anotó un gol.
—¡Al fin!

Jugamos como por casi 2 horas, al final de todo terminamos muy


cansados y sudados. Estaba 100% seguro de que olía peor que la mierda
de un perro.

Ambos nos dirigimos hacia mi habitación y apague el aire acondicionado,


no quería que nos de una neumonía.
—Pato estás más sudado que yo, parece que te bañaste.
—Ya se y la ropa que traigo puesta no ayuda en nada.

Me dirigí hacia mi armario y saqué un polo que me quedaba algo grande.

—Toma —Se la tire a la cara.


—Gracias —Dijo el tomando esa camiseta.

Agarre otro polo para mi y vi como Paul se sacaba el polo manga larga
mojado que traía puesto. Vi su cuerpo delgado, parecía un poco
demacrado, tenía un hematoma en la parte en la que se encontraban sus
costillas y sus brazos tenían algunas marcas rojas, como si se hubiera
rascado a más no poder. Nunca me fije mucho en eso, en la escuela
siempre usa chompa y cuando tenemos el curso de natación no me doy el
tiempo de ver eso.

—Deja de mirarme, a Carl no le gustará eso —Dijo viendo hacia el piso


mientras se ponía la camiseta.
—¿Que?
—Solo bromeó JJ, a Carl no le molestaría porque sabe que somos amigos.
—¡Pato! Ya te dije que Carl es mi mejor —Estaba comenzó a entrar en
pánico.
—Con "O" de "Novio"
—¡Cállate Pato! —Está vez si hablaba enserio.
—Perdón —Dijo el de manera sarcástica.

Paul hizo que recuerde a Carl y todo por preocuparme de su aspecto ¡Ya
no se puede hacer nada!

—¡Jake!, ¡Ian! ¡Ya llegue! —Escuchamos el anuncio de mi madre.


—¡Ahí voy! —Dije en voz alta.

Paul y yo nos dirigimos hacia la sala. Mi madre estaba sudando y


revisando su celular al mismo tiempo que tomaba un té que
supuestamente te hacía bajar de peso o algo así. Se lo recomendó la
madre de Amelia, ellas y la mamá de Gael eran muy amigas.

—Hola tía —Saludó Paul.


—Hola mamá —Imite la acción.
—Hola niños ¿Estuvieron jugando? —Preguntó al ver nuestro aspecto.
—Si, casi 2 horas de puro fútbol, parece que estoy mejorando en eso
—Respondí.
—¿Tienen hambre? Prepararé la cena —Hablo cambiándome de tema.
—Bien.

Le hice una seña a Pato para irnos y ambos nos dirigimos a mi habitación
otra vez.

—Salimos por las puras —Dijo Pato.


—Si —Respondí entrando a mi cuarto.

—Oye Jake, ¿Y tu papá? —Preguntó el de cabello largo.


—No se, trabajando creo —En todo el día no me pregunte que estaba
haciendo mi padre, pero trabajar es lo que mejor sabe hacer.
—¿Y tus padres? —Pregunté. —Ayer dijiste que no estarían en tu casa y
hoy tampoco están.
—Se fueron de viaje por el trabajo de mi papá, por 3 días, volverán
mañana en la noche.
—¿No pensaron en llevarte?
—Nah, prefirieron dejarme con mi hermano que también se la pasa
ocupado.
—¿Trabajan mucho? Tus padres.
—Si.
—Mi padre igual.
—¿Y tu mamá? —Preguntó.
—No se, se supone que ayudaba en el trabajo a mi padre, pero desde ya
hace unos años no lo hace, me dijo que mi papá le pidió que se dedique
mas a nosotros —No lo hace, se la pasa mas saliendo a no se donde,
limpiando y cocinando.
—Que familias para mas raras que tenemos.
—Medio latino américa tiene ese tipo de familias Pato.
—Arriba el tercer mundo —Dijo.
—Arriba el tercer mundo —Dije.

En la cena mi madre sirvió tallarines rojos, eran mis favoritos.

—¿Y como te va en la escuela? —Le pregunto a mi amigo.


—Pues, bien tía.
—Te resultan fáciles las clases?
—Si —Paul se la pasaba revisando su teléfono en clases.
—¿Y que hay de las chicas? ¿Ya sales con alguna jovencita?—Ay no
puede ser. ¿Por qué los adultos tienen que meter los intereses amorosos
en sus preguntas?

Note la cara de incomodidad de Paul, no puedo juzgarlo, cuando las


amigas de mi mamá me hacían esa clase de preguntas era un tremendo
fastidio.

—Pues no, no me gusta nadie.


—En algún momento alguien te tiene que gustar. Pasa con todos.
—No creo que ese sea mi caso —Respondió el de cabello greñudo.
—Eso decía a tu edad —Dios, hasta yo sentía la incomodidad.
—Si... bueno, tal vez alguna persona me llegue a gustar algún día. Pero
por ahora me siento bien así.

Al final del día Paul tenia que volver a su casa, mi madre se ofreció a
llevarlo pero el dijo que no seria un problema que regrese el solo.

—¿Seguro que no quieres que te llevemos?


—Muy seguro—Respondió sacando una caja pequeña de su canguro.
—¿Qué es eso? —Pregunte.
—Cigarros —Dijo sacando un cigarrillo, para despues prenderlo con un
encendedor que se encontraba en su canguro.
—¿También fumas?
—Eso es obvio —Dijo —Además, con eso en mis manos la gente se
alejara de mi cuando vaya a mi casa, me sirve de camuflaje, pensaran que
les quiero robar.
—¿Ya te ha funcionado antes?
—Hasta sin el cigarro —Ambos soltamos una risa.
—Bueno ya vete antes de que se haga mas tarde —Dije.
—Esta bien —Fingió tristeza. —Por cierto, te devuelvo tu polo otro día.
—Quédatelo si quieres, no me gusta nadita.
—Ah ¿Cagón estas?
—Un poco —El sonrió de lado y se dio media vuelta para irse.

Vi como se alejaba en medio de toda esa oscuridad, eran las 7:30, pero
aun así mi barrio estaba muy solitario.

—¡Metete a tu casa antes de que te roben JJ! —Grito el a lo lejos. En


respuesta saque el dedo medio —¡Que amoroso! —Volvió a gritar.
—¡Adiós Pato!
—¡Adiós Wawa!

Al menos ese día si logre distraerme.


16. Miradas

Carl

8 semanas- clases- lunes...

No hablé con Jake en todo el fin de semana y me enteré que él y Paul se


la pasaron juntos y no me invito. ¿Qué ocurría con ese idiota?

Hace unos días decía que no me podía enojar con él y ahora estaba algo
molesto. Si tenía algún problema conmigo era mejor que me lo dijera.

Tienes un problema con Ester y no se lo dices.

¡Cállate Carl!

El punto es que no quiero que estemos así, peleados o yo que se, quiero
estar bien con él.
—Jóvenes —El maestro llamó la atención de todos en él aula —Como ya
saben, en 2 semanas serán sus exámenes bimestrales, así que necesito
que me envíen todos los trabajos que les faltan y para los que no me
deben nada por favor estudien, no quiero reprobados en mi clase
—Matemática no era un curso que me gustaba, pero trataba de pasar con
una nota promedio. —Sin más que decir, ya se pueden retirar —¡Al fin!

Ya era la hora del recreo, por fin podría despejar mi mente un rato...
bueno, no del todo.

—¿Quieres papa frita? —Dije extendiéndole un táper a mi prima Grecia, la


cual estaba sentada en el piso.
—Eso no se pregunta —Respondió y agarró un poco. —¿Quieres papa
Amy? —Le preguntó a su mejor amiga, Amelia, quien estaba sonriéndole a
su teléfono.
—¿Ah? —Preguntó la menor confundida alzando la mirada al mismo
tiempo.
—Que si quieres papa —Dije extendiéndole el táper.
—Está bien —Respondió y se llevó unas papas a su boca —Están ricas
—Dijo después de masticar, a lo cual Grecia asintió con la boca llena.
—Se las regaló si quieren —Dije dejando el táper en el piso y di un paso
con la intención de irme.
—Acompáñanos —Habló la de cabello rizado.
—Si así quieren —Dije antes de sentarme.

Hace mucho que no comía con un pequeño grupo de chicas, siempre me


la pasaba con los chicos y entre todos nos preguntábamos de que
hablaban tanto las chicas en sus distintos grupos.
Ahora estaba sentada con 2 de ellas, Amelia y Grecia.

—Oigan —Llame su atención —¿Saben que le pasa a Jake? —Pregunté


sin más rodeos.
—No me hablo con el —Respondió la del cabello corto y lacio.
—Ni idea —Dijo Grecia —No estamos hablando mucho últimamente, lo
noto un poco raro.
—Créeme que no eres la única ¿Y tú Amy?
—Ya les dije que no hablo con él —Dijo viendo su teléfono.
—Tu siempre eres muy observadora Amy —Agregó su mejor amiga
—Literalmente sabes que le pasa a todo el mundo.

Ese "Sabes que le pasa a todo el mundo" se reprodujo en mi cabeza una y


otra vez.

—¿Enserio? —Pregunté.
—Ella, Pilar y Ana saben hasta cuántas lágrimas nos sale al día —Habló la
del cabello rizado.

Amelia por otro lado, solo miraba su teléfono y sonreía, al parecer se


estaba mensajeando con alguien.

"Sabes que le pasa a todo el mundo" "Sabes que le pasa a todo el


mundo" "Sabes que le pasa a todo el mundo" "Sabes que le pasa a
todo el mundo" "Sabes que le pasa a todo el mundo" "Sabes que le
pasa a todo el mundo" "Sabes que le pasa a todo el mundo"...

Jamás pensé que llegaría a pasar esto por mi mente, pero debo sacarle
información. Ese día tendríamos "Dpcc" casi todas las clases nos
mandaban a trabajar en grupos, ojalá esta sea una de ellas.

—Oye Carl, ¿Tu no deberías estar con tu novia? —Preguntó Grecia.


¿Debería?
—Ah... sí, iré con ella —Aún no hable con Ester sobre mis dudas, me daba
miedo y no encontraba el momento indicado.

Tengo miedo.
Después de eso me fui en busca de Ester, quien estaba buscando algo en
su mochila.

—Hola —Dije dándole un abrazo.


—Hola —Respondió ella correspondiéndome.
—¿No vas a comer? —Pregunté.
—Ya acabé —Respondió. Bien, ahora no sabía que decir.
—¿Quieres sentarte? —Hable señalando una esquina del aula.
—Está bien. —No sé qué diré cuando estemos sentados, pero ella siempre
tiene un tema de conversación, supongo que de nuevo haré el papel del
que solo escucha.

Enserio tenía que hablar con ella, pero no me armo de valor.

Después de una charla con mi novia sobre nuestro fin de semana al fin
había acabado el recreo, ahora nos encontrábamos en el curso de "Dpcc".

El maestro de "Dpcc" nos mandó a trabajar en grupos el libro de


actividades, sería el momento perfecto para hablar con Amelia. La suerte
estaba de mi lado.

—Carl —Dijo Ester.


—Ya tengo grupo perdón.
—Oh, está bien —Después de eso me fui a buscar a Amelia, la cual
estaba revisando su teléfono de nuevo.
—Hola Amy —Saludé.
—¿Qué pasó? —Dijo apagando su celular apenas se dio cuenta de mi
presencia.
—¿Quieres hacer grupo conmigo? —Ante esta pregunta ella puso cara de
confundida, no la juzgo, rara vez hemos trabajado en grupo y no hablamos
muy seguido, el que yo venga como si nada a pedirle que hagamos grupo
es raro hasta para mí. —¿Y?
—¿De acuerdo? —Seguía procesando todo —Trae tu asiento acá.

Hice caso a lo que me dijo y llevé mi asiento al lado del de ella.

—¿Qué página era? —Preguntó.


—28 y 29 —Respondí de inmediato.
—Okey, tu haz la 28 y yo la 29, después intercambiamos.
—Está bien.

Un silencio invadió nuestro ambiente, ella solo hacía la pagina 29 y yo


pensaba en cómo sacarle charla. ¿De qué podría hablarle? No sabía
mucho de los temas que a ella le gustaban.

Piensa Carl ¿Qué se te viene a la mente al pensar en Amelia?

Harry Potter...

No sé nada de eso.

Rumores...

Eso está peor, se sentiría incomoda o me daría un golpe.

—¿Ya viste la nueva película de Harry Potter?


—El primer día que estuvo en cartelera —Dijo.
—Ah... ¿Qué te pareció?
—No hubo beso —Respondió.
—Dios sí, yo también espere que hubiera un beso entre esos dos señores,
tenían que romper la tensión de algún modo —Al fin se me salía algo de
manera natural. Para mí fue normal, pero ella solo se quedó pensando un
momento.
—Si, aunque su relación quedó en el pasado.
—Si, pero para mí debieron quedar juntos.
—¿De cuándo aquí te gusta un ship gay? —Preguntó.
—No se.
—Ah, bueno. Termina la 28.

Continuó trabajando su página y yo me negué a aceptar que allí terminaría


la conversación.

—¿Te gusta Stranger Things? —Pregunté.


—¿Qué buscas Carl? —Que mierda.
—¿Por qué lo dices?
—Tú ves mis estados de WhatsApp y muchas veces publiqué cosas sobre
Stranger Things, luego estas que me hablas sobre Harry Potter como si te
gustara y me elegiste para hacer grupo de trabajo ¿Qué buscas? —Debí
pensar las cosas antes de venir a interrogar.
—Nada.
—Entonces concéntrate —Ordenó y siguió desarrollando su página.

Me sentí regañado.

Al terminar de hacer todo me quede mirando a la nada. Amelia seguía


hablando con alguien por teléfono y estaba muy aburrido. Aún faltaban
varios minutos para que termine la hora.

A la mierda, tratare de ser algo directo.

—Oye Amy —La llame.


—¿Que?
—Un consejo.
—Habla —Ordeno.
—¿Qué harías si alguien te ignora? Sin razón alguna —Pregunte.
—Pues, depende, si es alguien que me hizo algo malo entonces lo ignoro
también, pero si es alguien cercano a mí y que nunca me hizo nada
entonces trato de saber porque lo hace o trato de buscar un momento para
que hablemos, si no me da una buena razón pues ya que, dejo a esa
persona allí no más, no estoy para rogarle a la gente —Asentí dando a
entender que capte un poco de la información— ¿Por qué? ¿Jake aún no
te habla?

Nunca más le contaré nada a los hombres de mi salón.

—Está raro —Dije. —¿Lo notas raro?


—Solo muy callado. Siempre está habla y habla, escuchar su voz detrás
de mí ya era costumbre.
—Quiero saber qué le pasa.
—Y yo quería estudiar en Hogwarts. Así son las cosas —Asentí ante su
respuesta y dirigí mi vista hacia Jake, quien estaba trabajando
individualmente.

El aún seguía desarrollando su libro, se le notaba concentrado. Pasó su


mano por su cabello haciendo que este se desordene y seguido a esto se
mordió el labio ocasionando que estos tomen un tono rosado. Siempre
hacia eso cuando estaba muy concentrado.

No sé porque, pero no pude apartar la vista, incluso apoyé mi rostro en


una mano. En serio se veía muy bien.

Me estaba sintiendo extraño.

Carajo Carl, deja de pensar en ese estúpido.

—¿Cuánto falta para que acabe la hora? —Pregunté.


—Ya acabó —Respondió la de cabello corto, quien estaba parándose de
su asiento.
Mire a los demás y casi todos estaban afuera, ¿En qué momento sonó el
timbre?

—Hoy jugaremos fútbol, la próxima semana será vóley. Faltan 2 semanas


para los exámenes bimestrales así que tenemos que ir viendo lo que
haremos para el siguiente bimestre.

Educación física dejaba de ser divertido cuando llegabas a secundaria,


pero me gustaba cuando jugábamos fútbol.

—Formen 2 equipos —Dijo agarrando a dos chicas de mi curso. —Grecia,


Dánica, escojan a su equipo —Ordenó.

Después de unos minutos al fin inicio el partido.

Estaba en el equipo de Dánica y ninguno de los grupos lograba anotar un


gol. Por algo éramos considerados los peores jugadores de secundaria.

—¡Guillermo no te salgas de tu arco! —Gritó Gael al ver que Jake casi


anota un gol.

Desde lo lejos pude ver cómo Amelia y Raquel caminaban juntas por la
cancha, no les gustaba el deporte así que se metían para intentar jugar,
porque era su nota, pero al final siempre terminaban paseando y
conversando.

Me quede cerca del arco del equipo contrario mientras que todos a lo lejos
se mataban tratando de agarrar la pelota.
En un movimiento rápido Fernando me pasó la pelota y la patee hacia el
arco con toda mi fuerza.

Todo eso fue en vano.

—Primito —Dijo Grecia con el balón en sus manos. —El día en el que
aprendas a que no meterás un gol conmigo de arquera será un milagro.

—Te odio —Dije y le saque el dedo medio.


—Yo también te quiero Carlitos —Rodé los ojos y me di la vuelta, viendo
como un compañero se caía en el piso de cemento de aquel lugar.

—Auch —Dijimos Grecia y yo al mismo tiempo.

El partido terminó con un espectacular 0 a 0.

Ahora los hombres de mi curso nos encontrábamos en los baños, no


teníamos vestidores, pero el baño era lo suficientemente grande como
para cambiarnos en una parte de este. Obviamente solo debíamos
ponernos otro polo y ya.

—Estoy muerto —Dijo Paul pasándose la mitad de su camiseta por la cara.


Traía un polo blanco con mangas largas azules, él era el único que nunca
se cambiaba delante de todos.

—Igual —Dije sacando un polo limpio de mi mochila.


Escuchaba como todos hablaban de distintas cosas en grupo o parejas.
Me sentía cansado, así que no tenía ganas de hablar con nadie.

Me saqué la camiseta sucia que traía puesta para después pasarla por mi
rostro hasta llegar a mi pecho, sudé más de lo normal ese día, aún seguía
agitado y ya habían pasado varios minutos desde que acabó el partido.
Sentía mi rostro arder y mi cabello estaba todo mojado por el sudor.
El quedar así era una de las razones por las que no amaba educación
física.

Alcé la vista y me encontré con la mirada de cierto chico que me estuvo


ignorando por días. Él estaba de lado y al darse cuenta de que lo vi apartó
la mirada, yo hice lo mismo.

Me comencé a sentir extraño, ese sentimiento se transformó en algo aún


más raro, pero no sabía que era. Jake me estaba mirando y creo que aún
lo sigue haciendo ¡Me estaba mirando! ¡Y me siento muy raro!

Agarré mi camiseta limpia y me la comencé a poner lentamente. "Me


siento raro" era lo único que pasaba por mi mente, me di cuenta de que
mis mejillas comenzaron a arder con más intensidad ¿¡Que me estaba
pasando!?

Ese sentimiento de sentir que me miraban me invadió completamente, me


sentía... ¡No se! ¿Nervioso? no sabía que me ocurría. Trague saliva y el
vello de mi piel se erizo.

¡Estoy sintiendo muchas cosas en un solo día! ¡No sé cómo explicarlo!

—Jake —Habló Gael, haciendo que levante la mirada y vea como él


estaba cerca de mi mejor amigo. Gael inhalo de manera exagerada y
después dijo —Apestas a homosexual —Hizo que todos los hombres de mi
curso se rieran y Jake en respuesta le dio un golpe en la espalda.
No entendía mucho la situación, así que me acerqué a un compañero
—¿Por qué le dijo homosexual? —Pregunté en un susurro.
—Porque no dejaba de mirarte —Respondió Daniel sonriendo de manera
pícara, seguido a esto comenzó a bajar y a alzar sus cejas.

Otra vez esa sensación en mis mejillas.

¿Acababa de pasar algo bueno?, ósea, Jake no dejaba de mirarme. Tal


vez ya quería hablarme, aunque no se ¿Por qué me sentí así? ¿La
emoción de que me quiera hablar? Todo es muy raro, no entiendo nada y
siento que en cualquier momento voy a vomitar.

Me estaba mirando. Me siento confundido.


17.¿Estas bien?

Jake

8 semanas- clases- lunes. . .

Cometí la peor idiotez del mundo, no había un ser humano más idiota que
yo en todo este maldito universo, hasta un burro era más inteligente.

Me quede viendo a Carl y Gael se dio cuenta ¡Me expuso delante de


todos! Y comienzo a creer que no solo él se dio cuenta, tal vez el resto
también lo noto o tal vez él ya se lo dijo a todo el mundo.

¡Soy un estúpido!
Lo peor de todo es que Carl se dio cuenta de esto desde antes que Gael
diga "Apestas a homosexual".

En estos momentos solo quiero tirarme de un edificio.

Me siento mal y creo que ahora si se fue todo a la mierda.

¡Y esto no me debería afectar! ¡Se supone que no me gusta realmente!,


pero es imposible el dejar de pensar en la idea de que él no quiere y nunca
querrá algo conmigo.

Siento que mi mente ahora es un huracán, siento que mis emociones son
un huracán.

Me gusta Carl, pero no sé si me gusta Carl. No soy gay, pero creo que me
gusta un hombre. Estoy ignorando a mi mejor amigo el cual nunca me hizo
nada y todo por pensar que soy gay. ¡Carajo esa palabra pasando por mi
mente refiriéndome a mí mismo no se escucha bien! ¡NADA ESTÁ BIEN!

Me estoy contradiciendo yo solo.

Quiero que alguien me aconseje, quiero que alguien me ayude, pero mis
padres son las personas menos indicadas para esta tarea.

¡Solo quiero ser normal! ¡Quiero dejar de hacer las cosas mal!

Quiero dejar de sentir cosas hacia un hombre.

Quiero que alguien venga y me dispare.

Ni siquiera sé si lo que está pasando por mi mente está o bien o está mal.

—Jake —Habló mi madre, sacándome de todos los pensamientos que me


estaban comenzando a generar un dolor de cabeza.
—¿Mami?
—Llegando a la casa has todas tus tareas por favor, a las 7 saldremos.
—¿A dónde?
—A la mamá de Carl le dieron un aumento de sueldo en su trabajo y entre
las demás mamás nos organizamos para celebrarlo. —Ay mierda.
—¿En dónde?
—En la casa de Carl. — ¡Ay mierda!
—¡Visitare a Valeria! —El que mi hermano gritara muy cerca de mi oído
dejo de importarme al saber que tendría que visitar a Carl.
—Se supone que no deberían ir niños, pero no tengo con quien dejarlos,
ustedes estarán en el segundo piso y los adultos abajo.
—Okey —Dije de manera un poco nerviosa.

Ahora si quería morirme.

Bien, si estoy feliz por mi tía Mónica, ella siempre ha sido muy trabajadora
y muy buena madre, pero no estoy feliz con la idea de estar con Carl, los 2
solos. Si Ian estuviera allí todo sería un poco menos incomodo, pero de
seguro él se la pasara toda la noche con Valeria.

—¡Apúrate Jake! —Gritó mi madre desde la sala.


—¡Voy! —Dije peinándome.

Quería hacer un intento por peinarme, pero me veía mal.

—A la mierda esta cojudeza —Dije y pasé mi mano por todo mi cabello,


peinando este con mis dedos hacia atrás. —Mejor —Dicho esto abrí la
puerta de mi habitación y me desabroché dos botones de mi camisa,
sentía que me asfixiaban.
Llevaba puesta una camisa color pardo y unos pantalones negros, no
tengo ni idea de si eso sea una buena combinación, pero según mi madre
y mi abuela me veo genial en todos los aspectos. Se que eso es la mentira
más grande que poder escuchar en toda mi vida, así que prefiero pensar
que tal vez hay un poco de honestidad en lo que me dicen.

—Ya estoy —Hable.


—¡Que guapo! —Ya sabía. Las mentiras que me dice mi madre están
peores que mi abuela diciendo que yo no soy su nieto favorito.
—Bueno ya vámonos que ya van a comenzar a servir la comida. —Dijo mi
padre.

De camino a la casa de Carl solo pude sentir como mis nervios


aumentaban cada vez más. ¿Si me preguntaba algo sobre porque lo
ignoro? ¿Qué le iba a decir? ¿Estaría callado todo el tiempo? ¿Debería
hablarle y pedirle perdón? ¿Qué razones le puedo dar?

No, mejor me quedare en su sala.

—Alguien se echó mucho perfume hoy —Hablo mi padre en tono de


picardía.
—Yo también me di cuenta —Siguió mi madre.
—JJ quiere impresionar a alguien —Continuo mi hermano, ¿A que mierda
estaban jugando?
—Cállate Ian —Murmuré.
—Ninguna de las chicas de tu escuela ira a la casa de Carl, no más es un
aviso —Mi madre al terminar de decir eso provocó que mi padre se riera al
mismo tiempo que ella.

Si supieran.

—No, para mí que mi hermano quiere impresionar a Ca- — Apenas


escuche ese "Ca" agarre a mi hermano menor y le tape la boca con una
mano.
—Cállate, cállate, por favor cállate —Susurraba con desesperación
¿¡Como carajos sabia!?
—¿A quién? —Preguntó mi madre viéndome desde el espejo retrovisor.
—Creo que Ian iba a decir un nombre con "A", algo así escuche —Hablo
mi padre.
—A... ¿¡Amelia!?
—¡Dios no! Amelia es la persona con la que jamás saldría —Si supieran lo
de Amelia...
—¡Te gusta Amelia! —Grito mi madre soltando una risa al final.
—¡No! —Dije.
—A mi hijo le gusta Amelia —Dijo mi padre sonriendo.
—¡Iugh!

Si Amelia estaría aquí, ya se habría tirado del auto.

¿Por qué mis padres me querían emparejar con cualquier chica?

Mis padres y mi hermano solo se reían, mientras que yo nada más me


tape la cara con las manos mientras me apoyaba en la puerta del auto.

Si tan solo supieran, todo seria menos incomodo.

Al llegar a la casa de los Hernández me quede quieto un rato al ver la


puerta de entrada, mis padres y mi hermano por otro lado, solo tocaban el
timbre de esta casa.

Me quede pensando por un momento en como mierda mi hermano sabía


que era Carl el chico con el cual estaba teniendo cierto problemita ¿Me
espía?, nunca hablo de lo que pienso sobre el en voz alta, tampoco
escribía nada sobre lo que pensaba ¿Cómo carajos sabia?

Tal vez solo escuche mal o tal vez soy demasiado obvio.

Creo que la primera opción me gusta más.

—Hola tía, hola tío —Saludó Carl alegre. —Hola Jake — Dijo en un tono
medio serio al verme. Justo la persona que menos quería ver me abrió la
puerta ¿Acaso Dios estaba en mi contra?, suena irónico que piense eso
siendo ateo.
—Hola Carl —Salude estrechando su mano, se sintió bien hablar con el
después de mucho tiempo.
—Pasen —Dijo haciéndose a un lado para que entremos.

Al ingresar mantuve la mirada baja y escuché como varios adultos reían y


hablaban mientras que una música sonaba de fondo.

—¡Carl! —Dijo Ian lanzándose a los brazos del mayor de piel trigueña, el
cual lo abrazo y lo levanto un poco.
—¡Enano! —Grito riendo en pleno abrazo.
—¡Ya no soy enano! ¡Ya mido 1,30!
—¡Eres un tremendo! —Dijo Carl en voz alta, haciendo que Ian ría.
—¿Valeria está aquí? —Preguntó.
—Si, está arriba —Dicho esto se acercó un poco a Ian y le dijo en voz un
poco baja —Escuche que quiere disfrazarte de Michael Jackson —Ante
esta información Ian se emocionó aún más.
—¡Voy con Valeria! —Le aviso a mi madre antes de subir rápidamente al
segundo piso.

Sonreí al ver a mi hermano así de feliz.

Esa sonrisa se vio borrada cuando me di cuenta que Carl seguía al lado
mío. El traía puesto una camisa negra sin todos los botones de su camisa
abrochados, eso dejaba ver su pecho y este estaba resaltado por un collar
de plata que traía puesto, también tenía puestos anillos de plata y sus rizos
estaban marcados y definidos.

Dios mío, ahora enserio quería besarlo.

¡Iugh!

No me gustaba esa idea, pero era inevitable no pensar en lo hermoso que


se veía.

Mierda ahora siento que quiero vomitar.

—¡Jake! —Saludó la madre de mi mejor amigo en voz alta.


—Hola tía —Respondí —Felicidades —Muy aparte de lo que sea que me
pase con Carl, enserio estaba feliz por su madre.
—Gracias hijo —Dijo y me dio un abrazo, sus abrazos eran realmente
cálidos. —Carlitos no dejes aquí al pobre Jake, llévalo a tu habitación, acá
de repente se aburren. —¡Tía Mónica no me hagas esto!
—Está bien mami —¡No! —Vamos Jake —¡NO!
—¿Pe-pero y la comida? —Pregunte tartamudeando un poco, no quería
estar en un cuarto a solas con Carl.
—No te preocupes por eso hijo, yo les llevare su plato —¡Tía Mónica no!
—Está bien —Por fuera estaba sonriendo, por dentro solo quería matarme.

Carl no dijo nada más y me hizo una seña para ir arriba, carajo alguien
máteme por favor.

Al entrar a su habitación todo el sonido de la fiesta de abajo disminuyo. Vi


como Carl se sentaba en su cama y revisaba su celular. Bueno, al menos
no me interrogaría.
¿Saben algo? Ahora si quería que me interrogue todo lo que quiera. Nadie
estaba diciendo nada, yo estaba sentado en la silla de su escritorio y el en
su celular. Todo era algo incomodo, enserio quería que hablemos, pero no
sabía cómo decirle "Oye Carl, te ignore porque creo que me gustas, actué
de la mierda pero que importa, abrázame y sigamos siendo amigos como
si nada" ¡No! Obviamente no diría eso, estuve mal al ignorarlo y más aun
sabiendo que el nunca hizo nada.

¿Ahora que le diría?, podría inventarle una mentira o yo que se. No puedo
decirle la verdad, si lo hago todo se ira a la mismísima mierda, pero si no lo
hago entonces pensara que estoy jugando con el porque se me dio la
gana.

¡Al fin estoy pensando algo con claridad!

Pero no es suficiente, sigo sin saber que hacer. ¿Qué le digo?

A ver Jake Ross ¡Cálmate!

Dile que quieres hablar con él, dile que fuiste un idiota, luego invéntale una
razón ¡Y listo!...

¡Carajo no! Ya parezco mi padre.

—Carl —Dije.

"El que tenga miedo a morir que no nazca", jamás pensé aplicar esa frase
en una conversación entre mi mejor amigo y yo.
Carl
8 semanas- clases- lunes. . .

Al salir de la escuela mi madre llego a recogerme, se le veía muy feliz y


tenía 2 helados en su mano, ¿Ahora quien se embarazo?

Mi hermana y yo nos miramos confundidos y nos acercamos a mi madre.

—¿Qué paso? —Pregunté.


—Les cuento en el auto —Respondió mi madre.
—¿Tendremos un hermano? —Preguntó mi hermana, me alegra pensar
que no soy el único que pensó en embarazo.
—¡No! —Respondió mi mamá riendo, seguido a esto nos entregó los
helados que había comprado.

Nadie dijo nada más hasta que llegamos al auto, comencé a hacerme
teorías sobre lo que podría estar pasando a parte de un nuevo hermano o
hermana.

¿Ganó la lotería? ¿Se divorciará de mi padre?... bueno eso es algo que


considero imposible, pero pondría feliz hasta a la rata de mi casa.
¿Qué pudo haber pasado?

—¿Ya nos vas a decir? —Cuestionó mi hermana mientras mi madre


arrancaba el carro.
—Me dieron un ascenso en mi trabajo —Contestó ella, esto ocasiono que
mi hermana y yo le diéramos un abrazo, o más bien un intento de eso, al
estar en los asientos traseros del auto era algo difícil abrazar a mi mamá.

Me sentía feliz por mi madre, es contadora, ella es una mujer muy


trabajadora y siempre nos ha hablado de lo mucho que le gustaría que le
den un ascenso.

Mi padre por otro lado es alguien a quien no le va muy bien con eso de
mantener un trabajo estable, no es como que se esfuerce mucho en eso.
Siempre me pregunto que le vio mi mamá a ese hombre.

Al menos espero que él le dé algo o la felicite por su logro.

—Las madres de su aula organizaron una cena —Informó.


—¿Dijiste de SU aula? ¿La mía y la de Val?
—Si, las madres de su colegio son muy sociables.
—Ya me doy cuenta —Dijo Valeria.
—La cena será en la casa a las 7, me llego por sorpresa a la media hora
después de decirle a una mamá que me dieron un ascenso.
—Los chismes corren rápido —Dije.

Al menos ese día comería algo rico y no un recalentado del desayuno.

—¿Solo irán padres? —Preguntó mi hermana.


—Si, aunque Jake e Ian irán también.
—¿¡Ian!? —Hablo Valeria con felicidad.
—¿¡Jake!? —Yo, por el contrario, solo sentía como mi corazón latía muy
rápido, no quería ver a Jake, ósea sí, pero después de ese sentimiento
generado en el baño, no quería tenerlo cerca de mí.
—Jake e Ian estarán arriba con ustedes, tal vez se pongan a tomar alcohol
abajo y no quiero que ustedes estén cerca de eso teniendo esta edad.
—Ay mamá ni que fuéramos a tomar o algo —Dije indignado.
—Yo también tuve su edad —Respondió ella y yo solo negué con la
cabeza.

Ahora me importaba una mierda el alcohol, ¡Jake iría a mi casa! No soy ni


capaz de verlo a los ojos, tiene ojos bonitos... ¡Pero no puedo ni verlos!
Todo por un maldito sentimiento raro que se genera en mi cada vez que lo
veo, no sé qué sea, el querer saberlo me perseguirá por el resto de mis
días.

Podría preguntarle a mi madre ¿Pero y si me dice que estoy loco? O tal


vez ya tengo una enfermedad extraña y puedo contagiar a todos...

¿Enfermedad que solo se presenta al mirar a Jake?

Carajo no tiene sentido lo que estoy pensando.

—Oye mami —Dije armándome de valentía.


—¿Si?
—Es que hoy estaba en la escuela y me pasó algo raro, ósea no sé qué es
pero si fue raro, ya me ha pasado una que otra vez anteriormente y-
—Al punto pitufo —Ordeno Valeria al notar que le estaba dando muchas
vueltas al asunto.
—Está bien... Es que últimamente, cuando miro a una persona en
específico siento algo raro en mí.
—¿Podrías describirlo?
—Si creo, ósea es extraño, es algo en mi estómago y en mi cara, siento
algo raro en mi estómago y después mi rostro comienza a calentarse,
como si tuviera fiebre —Escuché como mi hermana soltaba una pequeña
risa. —¿De qué te ríes? —Pregunté.
—¿¡Enserio no sabes que significa eso!? —Preguntó sonriendo. —Y yo
que pensé que no podías ser más mongolo.
—Por algo lo estoy contando ¡Y no me digas mongolo!
—Ya Val no te burles —Hablo mi madre —Carl, al sentimiento del
estómago se le llama "Mariposa en el estómago". —¿Mariposas en el
estómago? Siempre he escuchado esa frase, en series y películas, pero
nunca supe que se sentía exactamente. ¿Eso era lo que sentía?

No puede ser eso, se supone que el contexto de ese sentimiento es el de


estar enamorado o que te guste alguien. A mí no me gustan los hombres,
eso sería algo inadecuado, ¿Entonces por qué me sentía así?

—¿Por qué preguntas hijo? —Si antes dudaba en decirle, pues ahora
estaba seguro de no contarle nada. —¿Te está pasando con Ester?
—Si —Respondí y sonreí tratando de hacer que no se vea fingida.
—Qué bonito —Dijo Valeria en un tono medio sarcástico.
—Valeria —Mi madre distinguió ese tono y le llamo la atención.
—¿Que? es que no sé qué decir, ¿Felicidades? —Ante esta respuesta mi
madre solo sonrió y negó con la cabeza.
—Me alegro por ti Carl, el primer amor siempre es algo hermoso —Mi
madre se equivocó, tal vez Ester sea mi primer amor, pero, a decir verdad,
no lo estaba viendo como algo tan bonito.

Malditas mariposas, no me sirvieron de ayuda para nada, solo me


generaron más confusión.

Enserio quería hablar con alguien sobre esto, pero no sé a quién se lo


puedo contar, bueno, tal vez si hay alguien que me pueda dar las
respuestas que quiero, aunque me estaría arriesgando mucho.
En unas horas vería a Jake y tenía que saber la razón por la cual me
sentía de esa manera cuando estaba junto a él, pero no quería que la
respuesta sea algo con que me gustaba porque eso sería una atrocidad.

Valeria es solo un año mayor que yo, pero ella sabe más de estas cosas.

—Vale —La llame tocando su puerta.


—Pasa —Dijo y yo entre rápidamente.
—Quiero hablar de algo.
—¿Ya hablaste con Ester?
—No.
—¿Entonces que hiciste?

Me quedé callado y no dije nada, otra vez comencé a dudar, pero tenía
que decirle, tenía que solucionar las dudas que me provocaban dolor de
cabeza.

—Es que... ¿Te acuerdas de lo que hablamos en el auto? Sobre las


mariposas y eso —Obviamente si se acordaba.
—Pues sí, paso hace 1 hora.
—Si, sobre eso... es que... mira... —Solté un quejido al final y me tiré en su
cama.
—¿Me vas a contar algo malo? —Preguntó.
—Ajá —Dije sacándome los lentes para después frotarme los ojos.
—No diré nada —Ella estaba hablando en un tono serio pero calmado.
—Las "mariposas" no las sentí mirando a Ester.
—¿Te gusta otra chica?
—No era por una chica —Cuando dije eso me sentí extraño y comencé a
tener miedo al ver que mi hermana no respondía nada.
—¿Un chico? —¡Sonaba mal! ¡El simple hecho de que mencione a un
hombre ya suena mal!
—Si y por eso no creo que esas mariposas sean porque me gusta ese
chico, ósea eso no está bien y yo soy heterosexual.
—No está mal —Dijo en voz un poco baja —¿Lo conozco?
—Si.
—¿Me quisieras decir quién es? —De nuevo me quede callado, Dios esto
se estaba volviendo incómodo.
—Viene aquí todo el tiempo.
—¿Jake? —Ella al inicio se vio un poco sorprendida.

Comencé a preocuparme al darme cuenta de todo lo que estaba diciendo.


Me urge tener respuestas.

—¿No crees que sea por enamoramiento? —Preguntó.


—Obviamente no, es raro.
—El que tú lo veas raro o malo no significa que realmente lo sea.

Ahora mi cerebro estaba más confundido que antes.

—Esa sensación puede venir de miedo, estrés o amor, cuando te gusta


alguien Carl y tú me dices qué pasa cuando miras a Jake, eso significa
atracción.
—¡Pero a mí no me atrae Jake! —Estaba comenzando a desesperarme.
—No es algo malo.
—¡Si lo es!
—No, el que te atraiga alguien de tu mismo género no es algo malo Carl.
—¡Pero no es así!
—¿Seguro? —Me levanté de su cama y me dirigí a la puerta.
—¡No me gusta Jake! —Dije esto en un grito y salí de su habitación.

¿Qué carajos fue todo eso? ¿Por qué insinuaba que me gustaba Jake? ¡Él
es hombre y yo también! ¡Eso está mal!

De seguro solo era por el estrés, Jake estaba ignorándome y el estrés


debió causar eso. Pero cuando lo miraba no se sentía estresado... ¡Es el
estrés!
Entre a mi habitación y me tire en mi cama, para después apoyar mi rostro
encima de una almohada. Buscaba respuestas y solo me llene de más
dudas.

¿Por qué me sentía así?

Ahora sí que no quería ver a Jake y lo peor era que él llegaría en unas
horas, estaríamos en mi habitación, enserio no quiero verlo.

¡Me ignoró toda una semana y ahora Valeria me dice que siento atracción
hacia el! ¿¡Que mierda estaba pasando!?

No me gusta Jake... No me gusta Jake... No me gusta Jake... No me


gusta Jake... No me gusta Jake... No me gusta Jake... No me gusta
Jake... No me gusta Jake... No me gusta Jake... ¿Por qué ocurría todo
esto?... ¿¡Que está pasando conmigo!?... ¿Por qué Jake me ignora?...
¿Por qué me siento así?... ¿Estrés? ¿Miedo?¡Amor es algo que está
más que descartado!... ¿Por qué solo tengo dudas?... ¿¡Por qué nadie
me puede dar respuestas!? ¿¡Por qué nadie me puede entender!?...
¿¡Que está pasando!?...

Me estaba comenzando a sentir mareado, morderme las uñas era lo único


que hacía, necesitaba aclarar mi mente, pero eso parecía ser algo
imposible, nadie me daba respuestas, al menos no las que quería.

Todo me daba vueltas, mi mente era un lugar de puro tormento y mi


desesperación solo aumentaba cada vez más.

No sé cómo o en qué momento, pero una lagrima salió y después otra y


otra y así continuó hasta que termine abrazando mi almohada. Me sentía
muy frustrado, todo era muy confuso.

Solo quiero un poco de paz.


—Carl —Llamó mi hermana tocando la puerta de mi habitación. —Carl
abre la puerta —No quería que vea que estaba llorando. —Carl voy a
entrar —Me levante de mi cama y me dirigí a la puerta para abrirla antes
de que ella lo haga a la fuerza.

Apenas me vio me abrazo y yo le correspondí, ante esta acción no pude


evitar llorar más, estaba agradecido de que mamá no estaba en casa, de
haber sido así todo estaría aún peor.

—Perdón por gritarte —Dije en llanto.


—Está bien.
—No, nada está bien —Valeria paso su mano por mi cabello, después de
eso me saqué los lentes que en ese momento estaban estorbándome.
—Oye sé que esto puede ser muy confuso —Hablo con voz cálida.
—No es confuso es solo que... no se... solo quiero entender que está
pasando conmigo —No podía evitar dejar de llorar, creo que fue algo que
estuve evitando toda esta maldita semana. —Papá ya estaría
regañándome —Comencé a secarme las lágrimas al recordar eso.
—¿Que importa lo que piense papá? Vendría con su discursito de "los
hombres no lloran" ¿Pero sabes qué? A la mierda lo que él piense, es un
ignorante, Carl si en parte te estas sintiendo así por el pues déjame decirte
que su pensamiento no es correcto, sé que es nuestro padre, pero no por
eso él tiene razón en todo.
—Ya no se ni que está bien o que está mal —Dije tratando de calmarme.
—Ya no sé nada —Volví a llorar al decir esto.

Era algo raro que llore, pero ahora no podía evitarlo.

Mi hermana tomó mi mano y me metió a mi cuarto, seguido a esto se sentó


en mi cama y me hizo una seña para hacer lo mismo.

—Carl tienes 14, no esperes saberlo todo.


—Tú sabes todo.
—Eso no es cierto, me falta mucho por descubrir, estuve igual que tú hace
mucho tiempo y me tomó tiempo entender que ocurría —No entendía
mucho a lo que se refería exactamente, pero comprendía el punto... al
menos eso creo.
—Espero que ese proceso pase rápido —Dije limpiando mis lágrimas una
vez más, no me gustaba que la gente me vea llorar.
—Ay hermanito, vas a pasar por mucho antes de comprender todo.
—No sé a qué cosa te refieres exactamente, pero, ¿Tu ya lo comprendes?
A lo que sea que te pase.
—No del todo, aunque algún día lo haré, o tal vez nunca, uno nunca sabe.
—Uno nunca sabe.

No sé como, pero logré sentirme más tranquilo después de un rato,


aunque mis ojos aun seguían llorosos. Todo paso muy rápido, pero al
menos ahora sabía que podía contar con alguien para todo.

Se notaba que debía hablar con alguien.

No sabía que decirle a mi hermana, así que la abracé. Era lo único que
hacia al no saber cómo expresarme. Supongo que ese gesto habla por sí
solo.

—Gracias —Dije.
—No hay de que hermanito —Dijo.

Valeria era la mejor hermana que una persona que podía tener.

Tal vez no resolvió mis dudas, pero me ayudó de cierta forma.


2 horas después de un momento lleno de paz entre hermanos, llegó el
momento de la intranquilidad.

—¿¡Has visto mi camisa!? —Grite buscando entre mis cajones.


—¿¡Cual de todas!? —Grito ella desde la sala.
—¡La negra!
—¡Todas tus camisas son negras!
—¡Eso no es cierto!

En 1 hora y 30 minutos llegarían los invitados de mi madre y yo aún no


estaba listo. Tal vez a veces puedo ser un cagado, pero me gusta estar
presentable.

—¿¡Segura que no la viste!?


—¡Que no!
—¡No griten! —Grito mi madre.
—¡Estas gritando! —Gritamos mi hermana y yo.

Todo en la casa eran gritos.

—Carl —Tocó mi madre la puerta de mi habitación —Aquí está tu camisa


—Dijo apenas abrí la puerta.
—Gracias mami.
—Val vete a cambiarte —Ordenó al ver que Valeria estaba acostada en el
sofá.
—Voy —Respondió ella.
—¿Tú no te vas a cambiar? —Pregunte.
—Si, pero primero quería asegurarme de que dejarán de gritar.
—Perdón por eso.
—Está bien.

Cuando mi madre salió de mi cuarto me puse la camisa negra que tanto


estaba buscando, después me puse anillos y un collar.
Al verme en el espejo me di cuenta de que no quedaba muy bien mi collar
con la camisa toda cerrada así que me desabotoné 4 botones, no sé
porque pero quedaba mejor.

No sabía qué hacer con mi cabello, así que lo deje así nada más.

Cuando salí de mi habitación vi como Valeria ya estaba lista, se cambió


muy rápido, creo que se puso lo primero que encontró, un vestido negro y
un collar.

—Parece que iremos a un velorio —Hable llamando su atención.


—A ti ni con ese pelo te dejaría ir a un velorio —Dijo viendo mi cabello.
—Ven acá arbusto andante.

Tomó mi brazo e hizo que me sentara en el mueble, después se fue a su


cuarto y al volver tenía una crema para el cabello en su mano y un peine.

—Tienes que saber cuidar tu cabello, pitufo.


—Pero así está bien.
—Para una fiesta de disfraces en la que eres un nido de pájaros si —Puse
los ojos en blanco ante su respuesta y ella comenzó a peinarme y
ponerme crema en el cabello de una manera un poco brusca.

Ella cuidaba mucho su cabello y yo apenas me peinaba.

—¿Y ya sabes que harás con Jake? —Preguntó mi hermana.


—¿Que?
—Ya sabes de lo que hablo. El vendrá a la casa y están ignorándose.
—Él me está ignorando.
—Como sea, el punto es que creo que sería algo incómodo que estén en
el mismo cuarto hoy, sin contar qué hay probabilidades de que se quede a
dormir porque habrá alcohol.
—¿Crees que debería hablar con él? —Mi hermana estuvo a punto de
contestar, pero la interrumpí. —No, yo no seré el que de la iniciativa, ya lo
hice una vez, no le hablaré hasta que él lo haga.
—¿Te imaginas que tu termines hablándole primero?
—En ciertas ocasiones mi orgullo puede ser muy alto —Dije y luego solté
un quejido cuando ella me jalo un mechón demasiado fuerte.

Unos cuantos minutos después vi como mi madre salía de su habitación,


traía un vestido negro con diamantes de imitación, enserio parecía que
iríamos a un funeral.

—Que linda estas ma' —Dijimos mi hermana y yo al mismo tiempo. Era la


verdad, ¿Qué le vio mi madre a mi padre?
—Gracias —Dijo ella peinándose.
—¿Y papá? —Pregunte y ella hizo una mueca.
—Comprando cerveza, ya sabes —Lo que mejor sabía hacer.
—Ah.

Comienzo a creer que él se aprovechó de que habría una reunión y así


encontró una excusa perfecta para comprar cerveza.

Da igual, creo que mi madre se divierte más sin él así que por mi está bien
que no esté.

Todos mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el timbre.


Alguien había llegado y espero que no sea Jake.
—Carl —De una u otra forma termine en este momento incomodo que no
quería que llegara.

Al fin se estaba dignando a hablarme, pero enserio no quiero


responderle... bueno sí, pero no tan rápido.

—Carl —Fingir que estaba mirando mi celular era lo que mejor sabía
hacer. —Carl —Jake cállate. Gracias a ti termine con una crisis mental y
me hablas como si nada.

Sigue hablando.

Egoísta.

—¡Carl! —¿Le respondo o no? —¡Me gusta tu hermana!


—¿¡Que!? —¿¡Que!?
—¿Que?
—¿¡Como que te gusta mi hermana!?
—¡Al fin me respondes!
—¡Te gusta mi hermana!
—¡No imbécil! ¡Era para que me hagas caso! —Me dio un pequeño
empujón.
—¡Ya me hiciste hablarte idiota! —Le devolví el empujón.
—¡Es que quiero hablar contigo!
—¡Pues yo no!
—Por favor —Dijo bajando su tono de voz —Solo escúchame —Hubo un
gran silencio.
—No —Respondí.
—¡Carl!
Dios dame paciencia.

—¿Ahora si quieres hablar conmigo? —Pregunte. Estaba comenzando a


enojarme. —¿Después de haberme ignorado toda la semana? ¿Ahora si
existo? —Él se quedó callado. —¿Ves? ¡No había una buena razón para
ignorarme!
—¡Si la hay!
—Pues dímela.
—No te lo puedo decir.
—¿¡Ves lo que te digo!?
—¡Ya! ¡Está bien! ¡Fui un idiota!
—¡Egoísta!
—¡Ya! —Me dio un empujón, no fue para nada despacio.
—¡Y encima me empujas!
—¡Tú me estas insultando!
—¡Estoy diciendo verdades!
—¡Ya Carl! —No sé en qué momento comenzamos a pelear, pero ya no
podía soportar todo este problema. ¡Ni siquiera me daba una buena
explicación! —¡Se supone que vine a arreglar las cosas!
—¿Por eso o porque te obligaron?
—¡Eso no es verdad!
—¡Tú sabes que sí!

Todos nuestros gritos se vieron silenciados cuando escuchamos que


alguien toco la puerta.

Mi madre entro a mi habitación cuando estaba teniendo una discusión con


Jake, así que tuvimos que actuar como si nada hubiera pasado. No quiero
que nos de la típica charla de la amistad y que somos amigos y no
debemos pelear y bla, bla, bla.

—Deja de mirarme —Dije llevando una papa a mi boca al darme cuenta de


que Jake me estaba mirando desde el otro extremo de la habitación. El
solo apartó la mirada y no sé porque me quede viéndolo un rato más.
—Tú también deja de mírame —Reclamo.

Nos comportábamos como niños.

Somos niños...

Tampoco somos tan jóvenes... Cállate.

El punto es que quiero hablar con Jake, he querido hacer eso desde el
inicio de la semana, pero justo ahora mi orgullo está por encima de todo...
estoy haciendo mal, eso creo.

"Como hacer para hablar con alguien que te ignora"

No puedo creer que esto se quedara en mi historial.

Pregúntale una vez, pero no seas insistente porque vas a conseguir


alejarla más. De forma asertiva, es decir, respetuosa y sincera, explícale
cómo estás percibiendo su comportamiento y como te sientes al respecto.
Cuando parece que no hay solución, lo mejor es que lo aceptes y
continúes con tu vida.

Ay... ¿De nuevo tendré que hacer esto?

Aparte la vista de mi teléfono y me choque con la mirada de mi "mejor


amigo", al cual no sabía si darle un golpe o un abrazo.

Bien... Dejare mi orgullo a un lado.


—Habla —Dije.
—¿Que? —Pregunto Jake.
—Te escucho —Habla carajo.
—Te estuve ignorando porque... —Dijo algo más al final, pero en voz
demasiado baja y la verdad no entendí una mierda.
—¿Que?
—Porque...
—No se te escucha.

¿Qué oculta?

—Tuve un problema con mis padres y... no he estado hablando con casi
nadie —Se notaba a kilómetros que se estaba forzando a no soltar esa voz
aguda que siempre se le salía al mentir.
—A excepción de Paul.
—Por eso dije casi nadie —Susurro.

Me quede analizándolo un rato. Deje mi plato de comida a un lado y me


acerque a él.

Jake estaba sentado en la silla de mi escritorio, así que arrimé mi brazo en


la mesa, poniéndome al frente de él, mantuve la mirada baja para poder
ver a ese chico que me estaba mintiendo.

—¿No me vas a decir la verdad?


—¡Es la verdad! —Esa voz aguda se hizo presente.
—¿Te he dicho que eres MUY malo mintiendo?
—Cállate —Dijo levantándose de la silla y haciéndome a un lado.

Estoy comenzando a considerar la opción de tirarme por la ventana.

Rápidamente lo tome de la muñeca y cuando lo tuve frente a mi puse mis


manos en sus hombros e hice que se siente en mi cama, seguido a esto
me senté a su lado.
Di un suspiro y decidí actuar de manera madura... o eso creo —¿Qué
pasa? —Pregunte tratando de sonar calmado.
—Ya te lo dije.
—No es la verdad —Jake se quedó callado un buen rato, manteniendo la
mirada baja.
—¿Si te lo digo no se lo cuentas a nadie más?
—Sabes que nunca le cuento nada a nadie. Puedes confiar en mi.
—¡Pero júralo huevon! A nadie, ni a tu guitarra.
—Ni a mi guitarra —Dije.
—Es que... —¿Tan mal la estaba pasando? —Me han estado ocurriendo
cosas algo... extrañas.
—¿Cosas extrañas?
—No sabría como decirte, ni siquiera me gusta pensar en eso.
—¿Qué tan malo es? De un 1 al 10.
—11.
—Ay... —Ahora me estaba comenzando a preocupar. —JJ sabes que
puedes contar conmigo para todo ¿No? — Puse mi brazo alrededor de sus
hombros.
—Si, pero enserio no puedo decirte todo, es demasiado... feo. Te estuve
ignorando porque ese problema haría que el que me tengas cerca ya se
convierta en razón suficiente para que me odies, es más, si te lo digo sería
algo espantoso para ti, para cualquiera.

Me quede pensando un rato en posibles teorías. ¿Qué le podría estar


pasando?

—¿Tienes sida? —Pregunte.


—¿Que? ¡No!
—Entonces... ¿Te drogas?
—No, no.
—¿Entonces?
—No tiene nada que ver con una enfermedad o alcohol, mucho menos
algún crimen —Me la estaba poniendo difícil. —Solo... ya no preguntes,
enserio no lo voy a decir. —Tome su mandíbula e hice que levante la
mirada, se veía triste.

No dije nada más y lo acerqué más a mí, él se apoyó en mi hombro el


silencio invadió el lugar. No era incomodo, para nada incomodo, pero si
estaba lleno de misterio.

—No vuelvas a ignorarme. Hablo enserio. Es la peor manera de alejar


alguien, si tienes algún problema conmigo solo dímelo y lo
hablamos—Dije.
—Perdón por eso, en verdad, perdón —Se escuchaba sincero. Ojalá algún
día me cuente que ocurre.
—Tú también perdóname.
—¿Qué? Pero tú no hiciste nada malo.
—Te grite hace un rato.
—Hasta yo me hubiera gritado.
—Aun así, no debí reaccionar así.
—Y yo no debí ignorarte sin razón alguna. Además, estabas diciendo la
verdad, fui un egoísta. —Me quede en silencio un momento.
—Solo un poco —Confesé.
—Cállate —Dijo.
—Cállame —Dije sonriendo.
—¡Carl!
—Perdón —Solté una pequeña carcajada al final. —Arruine el momento.
—Solo un poco.
—Ah, ¿Entonces si quieres callarme? —Me gustaba cuando hacíamos
esto.
— ¡Carlos!
—Ya, ya, perdón.

¿Por qué no hablamos antes?

Me quede con algunas dudas, pero en definitiva estaba mejor hablar de


manera directa.
18. Sospechoso

Narrador omnisciente

8 semanas- clases- Martes…

Jake y Carl, chicos que ahora se sentían felices pero confundidos al mismo
tiempo.

Felices porque ya no mantenían distancia, ya no trataban de ignorarse


mutuamente. Al fin todo volvería a ser como era antes ¿Verdad?

Pues no, no lo seria.

Ahora ambos sabían que algo ocurría, uno más que el otro, pero aun así
ninguno de los dos quería aceptar su realidad.

Aunque sus duelos mentales estaban comenzando a salir al exterior


inconscientemente.
—Los pondré en grupos de 3 y tendrán que hacerme una exposición sobre
uno de los subtemas, yo me acercare a cada grupo y les daré el tema que
les corresponde —Al escuchar salir estas palabras del maestro de
"Ciencias Sociales" todos en el aula se sintieron desanimados. A nadie le
gustaba hacer grupos cuando el profesor era el que los formaba.

—Grecia, Pilar y Guillermo, grupo 1 —Ambas chicas se vieron felices al


estar en el mismo grupo, pero a la vez un poco desanimadas al saber
quién sería el tercer integrante. —Fernando, Dánica y Paul, grupo 2 —
Jake solo cruzaba los dedos para que le toque con personas que si
trabajaran y aporten al grupo —Gael, Sebastián y Raquel, grupo 3 —Carl
por otro lado, solo quería que le toque alguien con quien se lleve bien.
—Jake, Carlos y Amelia, grupo 4 —Ante estas palabras, Amelia hizo una
mueca y se golpeó con su cartuchera al saber con quienes tendría que
trabajar.

El de lentes y el de cabello lacio se miraron y se sonrieron mutuamente,


les gustaba cuando tenían que hacer trabajos juntos.

Los 3 adolescentes juntaron sus mesas y sacaron sus laptops, Jake y Carl
se miraban mutuamente, mientras que Amelia solo observaba como ya
habían solucionado el problema que se traían.

Cuando el maestro termino de formar los grupos se acercó al grupo 4.

—Bueno chicos, ustedes hablaran sobre "Las causas de la revolución


francesa".
—Okey profe' —Respondió la de cabello corto.
Cuando el maestro se fue ella vio como los otros 2 integrantes de su grupo
no dejaban de ver algo en el teléfono de Jake mientras que este estaba
arrimado en el hombro de Carl. —Ya bueno quien hará la diapositiva —Dijo
ella, pero ninguno de los dos hizo caso. —¡Oigan! Este trabajo es para
hoy, concéntrense. Jake ya deja ese celular si no quieres que yo misma te
lo quite.
—Cállate Amelia —Dijo Jake.
—Ah, ¿Así estamos no? —La chica de cabello negro se levantó de su
asiento y se acercó a Jake.
—Ya, ya, perdón, perdón —Hablo el de ojos verde avellana mientras
dejaba su celular a un lado.

Ambos chicos se separaron inmediatamente y Jake guardo su celular


mientras que no apartaba la vista de la mirada asesina de Amelia.

—Perdón —Dijeron ambos amigos.


—Gracias —Respondió la chica para después sonreír amablemente. —Ya,
¿Quién hace la diapositiva? —Preguntó.
—Yo —Respondió Carl en seguida.
—Bien. Son 3 causas y somos 3, así que yo diré la introducción y después
la causa económica, Jake tu dirás las sociales y Carl las ideológicas.
—¿Por qué el dirá solo 2 líneas? —Preguntó Jake en modo de queja.
—Porque el hará la diapositiva —Respondió la chica de ese pequeño
grupo mientras comenzaba a leer su parte de la exposición.
—Ah.
—Carl si necesitas ayuda con la diapositiva avísanos —Hablo la chica.
—Está bien —Respondió el de lentes.

El grupo inicio con su trabajo, pero algo paso en la laptop de Carl, ya que
esta se comenzó a trabar.

—Ayuda, mi laptop esta rara —Dijo llamando la atención de los otros 2


integrantes.
—Virus —Hablo Amelia. —No... no sé, avísame si se arregla, para que
uses mi laptop.
—A ver como esta tu lap' —Jake se acercó a su mejor amigo y se arrimó
en la silla de este, para después apoyar su mentón en el cabello
encrespado del menor. —Esta más lento que yo captando indirectas
—Pronuncio analizando aquel dispositivo. Seguido a esto se separó un
poco de él y dirigió su mirada a Carl, el cual hizo lo mismo. —Si, es virus.
Creo—Dijo apartando la mirada. —Ya te dije que no te metas a "Cuevana",
solo te da virus.
—Es que me quería ver "Piratas del caribe" ¡Y eso no está en Netflix!
—Yo te compraría todos los CD de esa saga, pero prefieres entrar a
paginas pirata.
—¿Ah sí?, cómpramelos y nos vemos todo en mi casa —Bromeó el de
cabello marrón azabache.
—Si así quieres —Hablo Jake sonriendo inconscientemente. Ante eso Carl
también sonrió y sintió una pequeña felicidad en el al ver como ya podía
hablar con su mejor amigo de cosas que le gustaban. El simple hecho de
estar con ese chico hacía que la alegría se apodere de este.

Por otro lado, Amelia solo miraba como sus compañeros tenían una
química innegable. Aquella chica aparto la mirada de ellos y se dio con la
sorpresa de que 2 compañeras ya estaban sacando fotos de ese
momento. La de cabello corto soltó una pequeña risa ante esa situación y
después decidió volver a concentrarse en su trabajo.

—Carl trabaja desde mi laptop —Dijo luego de tomarle una foto a su parte
de la exposición.
—Está bien —Respondió el mencionado.

La chica del grupo se dio cuenta de cómo ambos amigos se miraban, se


percató de que aquellas miradas se veían algo inusuales, para ser más
exactos, no parecía algo de amigos. Cualquiera podía darse cuenta de
eso.

Cada que levantaba la mirada se encontraba con sus compañeros de


trabajo viéndose y sonriéndose una que otra vez.

Jake y Carl no podían evitar que sus sentimientos hacia el otro comiencen
a hacerse más notables. El de lentes ni siquiera podía identificarlos. En
cambio, el mayor si sabía de qué se trataba, aunque una parte de él quería
que todo eso se acabe, la otra solo quería estar junto a el chico que poco a
poco se estaba robando su corazón.

En un momento Jake se dio cuenta de que cierta compañera de grupo se


percató de la situación, así que los nervios se apoderaron de él. Decidió
fingir que estaba tratando de aprenderse la exposición que tendrían, pero
lo único que pasa por su mente era una frase que desde hace unos días
no dejaba de repetirse en su cabeza.

"No la cagues, no la cagues, no la cagues, no la cagues..."

Y como si pudiera comunicarse telepáticamente con cierta chica, se dio


cuenta de que la mirada de esta expresaba mucho más que un simple
"Concéntrate"

Una vez más, Jake confirmo que no era bueno para disimular.

—Grupo 4, al frente —Ordenó el maestro anotando las notas del anterior


grupo.
—Vamos —Dijo Carl mientras levantaba la laptop.

El trio se dirigió hacia la mesa del profesor, para poder conectar el


dispositivo a un cable y que así su trabajo se pueda proyectar en el
televisor.

Al momento de exponer, Carl y Jake se ubicaron en medio de la pizarra,


pero Amelia estaba muy alejada de ambos, así que el pelinegro se acercó
a su compañera y la tomó de la muñeca para llevarla al centro
rápidamente. La chica ante esto se le salió decir —Auch —Fue casi en un
susurro, sin embargo, Jake logró escucharla.

—Pero si apenas te toque —Hablo de manera normal, pues sus


compañeros estaban haciendo un poco de ruido y no podrían escucharlos.
—Piel sensible —Respondió. —Ya hay que comenzar —Continúo
cambiando el tema.
—Ajá, de seguro es por todas esas pulseras que siempre traes puestas
—Dijo haciendo que Amy ponga los ojos en blanco. —Ya, perdón —Hablo
con cierto sarcasmo.

Luego de exponer, el trío se encontraba en el mismo lugar, pero solo Jake


y Carl eran los que hablaban. El de lentes se dio cuenta de lo callada que
estaba su compañera, se fijó en su mirada perdida y en cómo parecía
estar soñando despierta.
Ver esto solo hizo que quiera integrarla más a la conversación, decidió ser
social con ella.

—¿Verdad Amy? —Habló sacando a Amelia de sus pensamientos.


—¿Ah? —Preguntó ella volviendo a la realidad.
—Que Luke Skywalker es superior a cualquier personaje —Comentó el
pelinegro dando un poco de contexto sobre su charla.
—¿Quién es Luke? —Ella se encontraba muy confundida.
—El de Star Wars —Carl era un gran fan de Star Wars, amaba la ciencia
ficción. En cambio, su compañera era más de fantasía.
—Aah... pues sí creo —Respondió con duda.
—Es como un Harry Potter en el espacio —Agregó Jake al notar su
confusión.
—Ah entonces si es superior a cualquier personaje —El de lentes sonrió
ante esto.
—¡No es un Harry Potter en el espacio! —Habló Carl fingiendo indignación.
—Ambos eran jóvenes que llevaban gran parte de su vida sin saber que
tenían unos poderes extraordinarios —Explicó Jake.
—¡Pero no son iguales! —Defendió su amigo.

El mayor solo sonreía al ver al de lentes fingiendo indignación.

—Es el viaje del héroe —Intervino Amelia. —Esa fórmula la han usado en
muchos libros, series y películas. —Explicó.
—¿Ves Carlitos? Son lo mismo.
—Cállate JJ —Habló Carl esperando una respuesta en específico.
—Cállame —Respondió el mayor.
—Cállense los dos —Habló la del cabello corto.
—Está bien, ven mi amor —El de lentes tomo el rostro de su mejor amigo y
lo acercó a él rápidamente, para después hacerlo a un lado, provocando
que todos en el grupo se rían.

Jake sabía que todo sería en broma, pero quería que no lo fuera.

Carl solo se reía, aunque no pudo evitar que ciertas dudas se formen en él.

Amelia se rio algo confundida, se suponía que su compañero tenía novia y


a pesar de que todo fuera una "broma", no estaba segura de que hacer
eso fuera algo respetuoso para su relación. Además, ya notaba algo
extraño entre ellos dos. No solo ella, también algunas compañeras.

Por otro lado, la actual novia de cierto chico solo miraba como su supuesta
pareja estaba siendo un idiota.

—Ya van días que no me habla —Dijo Ester a una de sus amigas.
—Ya se veía venir —Respondió Luana.
—Que directa —Hablo Miguel.
—Es la verdad —La compañera de la castaña hablaba con sinceridad,
todos esperaban que eso pasara.
—Ya hasta le está hablando más a Amy —Comento Miguel, ante esto
Luana se puso los lentes para ver mejor.
—Ay es cierto. Yo pensé que se caían mal —Comentó la chica con pecas y
lentes.
—Se supone que no son de hablarse mucho —Siguió el chico de ese
grupo.
—Ya déjenlo así —Ordenó Ester viendo con tristeza y confusión a su
supuesto novio.

Aquella chica de ojos claros se sentía algo triste.


No sabía que sentir ante los tratos de Carl. Un día podía hablarle de
manera normal, al otro estaba dándole un beso después de una cita y
ahora él no le dirigía la palabra.

Ester se sentía muy confundida. Al ser su primera relación, no sabía que


decisión tomar al respecto.

Leyó los suficientes libros de romance y vio las suficientes películas como
para saber que en estos casos era mejor dejarlo, pero ahora ella estaba
metida en la misma situación que las protagonistas de las novelas y no
dejaba de cuestionarse cuál sería su siguiente paso.

No quería terminar con Carl, pero tampoco quería dejar que este le viera la
cara de estúpida.

"¿Acaso me está engañando?" ,"Tal vez hice algo mal", "¿No fui
buena novia?", "¿Qué pasa con el?", "¿Acaso no puede ser
directo?"...

A veces podía subestimarse mucho y peor aun sabiendo que la persona


que pidió estar a su lado ya ni la miraba.
—Está muy extraño —Dijo la castaña viendo a su "novio" hablar de lo más
normal con el resto de sus amigos. —Hace un momento quería hablar con
él y paso de largo.
—¿Se pelearon? —Preguntó Amelia.
—No, simplemente me dejo de hablar —Respondió Ester.
—¿Y aun sigues con él? —Las sospechas de la pelinegra se hacían cada
vez más grandes.
—Es mi novio... supongo que me toca soportar —Aquellas palabras
hicieron que la de cabello corto comience a sentirse algo molesta con el
chico de cabello marrón azabache.
—Oye, tú no debes soportar ninguna actitud así de nadie. Es tu novio, pero
no por eso debe estar jugando contigo.
—Me robó las palabras—Agregó Raquel, quien estaba al lado de la
castaña.

Ester se quedó en silencio, no sabía cómo tomar todo eso, no sabía qué
hacer con su problema con Carl. Pensaba que ahora era la persona más
insignificante al no saber nada de lo que haría.

—Estoy confundida —Dijo.

Aquella chica de ojos claros estaba comenzando a pensar en acabar con


esa relación.
19. Galio e Itrio

Carl

8 semanas- clases- miércoles...

¡Amo a Jake Ross!

De manera amistosa obviamente.

Mariposas en el estómago... Atracción... ¿Amigos?... Gustos...

Acaben con mi vida de una buena vez.

Jake se quedó en mi casa el lunes y para ser una reunión entre semana,
enserio acabo muy tarde, aunque el lado positivo es que pase tiempo con
mi mejor amigo.
Charlamos sobre lo que hicimos esa semana sin hablarnos. No le conté de
mis crisis, no quiero que piense que soy un enfermo mental o algo así.

El punto es que nos pusimos a hablar mucho. También le enseñe a tocar la


guitarra, él ya sabe algo, pero fue divertido ser su maestro como por 20
minutos.

Al llegar las 10 Jake estaba algo cansado, así que nos acostamos en mi
cama, bueno menos yo. Yo me encontraba sentado en esta y apoyaba mi
cuerpo a la pared, él estaba usando mis piernas de almohada, creo que le
gusta hacer eso.

Algo extraño que ocurrió fue que cuando ese chico estaba acostado a
punto de quedarse dormido, decidí acariciar su cabello. Ya hice eso antes,
aquella vez en la que el vino a mi casa por un trabajo en grupo con Ester.
Solo que en esa ocasión yo aleje la mano cuando él estaba despertando,
me dio cierto temor, pero ahora era distinto. Jake estaba consiente y ya no
tenía tanto miedo de demostrarle afecto, sé que antes lo hacía con eso de
ser novios, pero ahora mis muestras de afecto eran reales y no como una
simple broma.

Aunque pensándolo bien, siempre fueron reales.

Sin embargo, me sentía raro al querer hacerlo. Creo que esas acciones no
eran algo que a mi papá le agraden mucho. Supongo que a mi madre
tampoco.

Ahora me siento confundido otra vez.

¿Hasta cuándo este sentimiento acabara? ¿Hasta cuándo dejare de


cuestionarme cada acción por algo que se genera dentro de mí al estar
con ese chico de ojos bonitos?

Diosito no se si estarás allí o no, pero por favor ya dame una señal.
—¿Y cómo va todo con Ester? —Preguntó Fernando.
—Pues... bien creo —Respondí con dudas.

Olvide que tenía que hablar con ella sobre mis dudas. Aunque no es como
que tengo algo preparado para decir, ni siquiera sé que me pasa.

—¿Seguro? Si te la pasas ignorándola —Comentó Miguel.


—No es verdad —Dije.
—¿Sabes? A veces es mejor hablar con la verdad bro, así evitas
problemas —Siguió el acomodando su cerquillo para después darme unas
palmaditas en la espalda.
—¿Ah? —No sé a cuál de todas las verdades se refería.
—Nada, olvídalo —Dijo Fernando.
—Dime —Ordené.
—Es que escuché que Ester esta enojada contigo porque la estas
ignorando —Respondió el del cerquillo.
—Si quieres terminar con ella es mejor que se lo digas —Aconsejó Fer'.

No sabía que responder, creo que si quería terminar con ella, pero no
estaba seguro del porqué. Mas bien, sí. Ella no me gustaba realmente,
pero no puedo dejar de preguntarme la razón por la cual no me gusta.

—Bro, es mejor decir la verdad —Ya lo se Miguel.

—¿Si o no Jake? —Cuestionó Fernando a mi mejor amigo.


—Ah... ¿Si? —Respondió el con duda.

—JJ estas muy callado —Comentó Miguel, a lo cual estuve de acuerdo,


desde que metieron el tema de mi relación, el dejo de hablar.
—Estoy comiendo —Respondió el interrogado dándole otro mordisco a su
sándwich.
—Pero casi todos hablamos con la boca llena, hasta tu —Continuó el del
cerquillo.
—Pero ya no —Hablo Jake secamente, fue inevitable notar que se
encontraba algo incomodo. —Ahora soy más... educado.
—Lo que pasa es que ahora se cree pituco —Dijo Fer' en tono de burla.
—Pitucaso este limeño —De la nada comenzaron a joderlo.
—Cállate pucallpino —Bueno... al menos Jake ya no estaba incomodo.
—Hablo el limeñito a medias —Defendí poniendo mi mano en el hombro
de mi mejor amigo.
—¿¡Tú también!? —Preguntó fingiendo indignación.
—Perdón —Respondí para después desordenar su cabello.

Jake solo se alejó sonriendo y trato de ordenar su ya despeinado cabello.


Puse mi brazo al redor de sus hombros y le susurré —Perdóname amor
—Hice una pausa —Limeñito.
—¡Ya! Huevon—Reclamó soltando una risa.
—No te enojes mi vida —Oculte mi sonrisa en su cuello y sin querer
termine pasando mis labios por su oreja y una parte de su cara. —Ay
perdón —Dije cuando sentí que él se tensó.
—Está bien —Respondió dando pequeños toques con su dedo a mi
abdomen. Maldito pituco, sabe que las cosquillas son mi debilidad.
—Ya estúpido —Dije riendo.
—No —Respondió el y comenzó a hacerme cosquillas.
—¡Ya! —No dejaba de hacerme cosquillas, así que hice lo mismo.
—¡Oye! —Se fue contra mi abdomen y ambos nos terminamos cayendo al
piso.

Lo bueno era que no estábamos en los pasillos, así que no fue algo
vergonzoso el caerme y casi romperme la espalda.

—¡Imbécil! —Grite entre risas y comenzamos a pelear en modo de juego


en el piso de nuestra aula.

Jake trataba de ponerse encima de mí para ganar, pero al final siempre


terminaba tumbado en el piso. Nunca entenderá que tengo más fuerza que
él.
—¡Seguimos aquí! —Habló en voz alta Fernando.
—Los están grabando —Aviso Miguel apuntando hacia 2 amigas, las
cuales estaban con un celular grabando todo mientras se reían.
—A mí que —Dije y agarre a Jake de las muñecas. —Gane —Según yo ya
tenía la victoria, pero el chico con el cual me estaba peleando tomó un
fuerte impulso y se puso encima de mí.
—Nunca bajes la guardia —Dijo sonriendo de manera orgullosa.

Sonrió y me dio un golpe en el pecho —¡Auch! — Solté un quejido, aunque


el golpe no me dolió, ni siquiera fue fuerte.
—Ay ya perdón —En su voz había cierto sarcasmo.

Esa falsa disculpa dejó de importarme cuando él se acostó en mi pecho y


ocultó su rostro en mi cuello —¿No aprendiste nada con Star Wars o
Piratas del caribe? —Preguntó burlón para después pararse, no sin antes
acomodar mis lentes, los cuales se fueron a un lado por todo el
movimiento.
—Pues, por lo visto... no.

Nuestra conversación se vio interrumpida cuando escuchamos la voz de


Paul —Que bonita pareja —Dijo comiéndose un pan. —¿Verdad Roma?
—Le preguntó a Grecia.
—Confirmó —Respondió ella.

¿En qué momento llegó medio salón?

—Cállate Pato y tú también Grecia —Ordené. Desde que Valeria me habló


sobre las mariposas, ya no quiero que me sigan molestan con Jake, ni con
ningún otro hombre.
—Perdón —Habló Paul fingiendo tristeza.
—No me voy a callar después de ver este video —Hablo enseñándome el
celular con el que 2 compañeras nos estaban grabando.
En el video estábamos Jake y yo peleando con una canción de los minions
de fondo. Salió el momento en el cual el me abrazo, fue una linda
imagen... Mierda, ¡Carl ya para!

—Ah —Dije para después sonreír inconscientemente.

Necesito que alguien me golpee.

Grecia se acercó al de ojos verde avellana y le susurro algo al oído, ante


esto él dijo en voz alta —¡Iugh! Ni que fuera Guillermo —Creo que ya sé
que le dijo.

¿Por qué esa cosa esta siguiéndome? Bueno no es una cosa en sí, pero
no me gusta tener esa palabra rondando por mi mente sabiendo todo lo
que insinuó mi hermana.

Gay.

¡Ya!

No me imagino siendo eso... esta mal... es inadecuado. Además, si Jake


me gustara, ya lo hubiera sabido desde que nos conocimos, más bien, ya
hubiera sentido algo ¿O no?

En fin. Siento que si yo fuera mujer, mi mejor amigo si me gustaría. Pero


siendo un hombre no, eso es de gays.

Tal vez soy gay.

¡No! ¡Definitivamente no!

¿Y si me gusta Jake?

¡Ay no que asco!


Tengo que aprender a controlar lo que pienso.

No creo que sea gay, tal vez me estoy volviendo loco... por Jake... ¡DIOS
MI MENTE ESTA EN MI CONTRA!

—¡Carlos! —Escuché el grito de mi amigo Paul.


—¿Ah? —Pregunté saliendo de mis pensamientos.
—¿Estas bien?
—Si, ¿Por?
—Estas muy pensativo.
—No es verdad.
—Estabas arrimado a la mesa viendo a la nada, te metiste tremendo viaje.
—Ah. No se.
—¿Que no sabes?
—En que pensaba.
—Ah. ¿Ósea que te desconectaste?
—No se.
—¿No sabes nada? —Me quede en silencio un rato.
—No se.
—No, no sabes.
—Pues sí.
—¿Si de que sabes o si de que no sabes?
—No se.

Al menos logré desviarlo del tema.

Paul se quedó confundido, hasta que sentí como alguien me tocaba el


brazo.

—Carl —Era Ester.


—¿Si?
—¿Podemos hablar? —Mierda.

Ella estaba muy seria y estaba casi seguro de a donde se dirigía todo esto.
—Está bien —Dije y sentí como los nervios invadían mi cuerpo.

No pensé que este momento llegaría justo hoy. ¡No se ni que decirle!

Ella tomó mi mano y me sacó del aula, nos dirigimos a una zona en la cual
había algunos salones vacíos y que nadie los usaba. Allí iban algunas
parejas a veces, aunque no para terminar, que era lo que creo que pasaría
en este momento.

Tengo que comenzar a pensar en que le diré.

¡Tuve tanto tiempo y no hice nada!

Al meternos a un salón yo no sabía que decir y había un silencio muy


incómodo.

Sabía que ella quería decir algo, tal vez hasta gritarme.

—¿Quieres terminar conmigo? —Preguntó.


—¿Que?
—Si sabes a qué me refiero —Quise decir algo, pero no pude, porque ella
continuó —Ya me tiene harta estar fingiendo que no me importa el que me
ignores sabiendo que estamos en una "relación" —Cuando dijo relación
hizo comillas con los dedos. —Ya hasta hablas más con Amelia y casi todo
el salón sabe que ustedes no se llevan bien.
—Yo... —No puedo contarle que me está pasando.
—Y no me vengas a decir que en realidad no querías herir mis
sentimientos, porque ya lo hiciste.
—Es que...

Jake... Jake... Hombres... ¿Gay?... ¡No puedo decirle!

Estaba comenzando a sentir como mis ojos se ponían llorosos.

¿¡Ahora porque quería llorar!?


—¡Si me estás engañando con alguien dímelo! Nos ahorraríamos mucho.
—No es eso es que... —Mi voz salía casi en un susurro.
—¿Te gusta alguien más?, ¡Si es así entonces dímelo!

Un gran silencio invadió todo.

—Creo que soy gay.


20. Quédate

Carl

8 semanas- miércoles- clases. . .

Necesito que la tierra se habrá y me trague, necesito desaparecer ahora


mismo.
Acabo de cometer la peor estupidez de toda mi vida.

Acabo de decir que creo que soy gay... ¡Acabo de decir que soy
homosexual!

"Creo que soy gay" ¿¡Por qué mierda dije eso!?

Es lo primero que se me vino a la mente, es algo que me he estado


cuestionando últimamente, pero no exactamente así, ósea... ¡Ya no se ni lo
que pienso!
—No tienes que inventarte algo así —Dijo Ester como respuesta a lo que
había dicho hace unos segundos.
—Es que... no es una mentira —Mi voz salió casi en un susurro.

No me gustó decir eso, no me gustó para nada, pero esto tenía que pasar,
en algún momento debía decirle mis dudas.

—¿Que?
—No... es... una... mentira —Otra vez sentía ese nudo en la garganta.

Ella se quedó callada, pude notar su confusión al escuchar esas palabras,


pero a la vez algo más, como si un "click" hubiera despertado en ella,
como si se hubiera dado cuenta de algo, pues abrió los ojos como plato y
se tapó la boca desviando la mirada.

—Mierda —Maldijo antes de salir.

Ahora me encontraba solo en ese lugar. Muchos pensamientos pasaban


por mi mente, no solo pasaban insultos para mí mismo, también pasaban
muchas dudas.

Me estaba comenzando a desesperar.

¿Qué pasaría si ella le contaba todo a todos?, en esta escuela los chismes
corren rápido. Si las madres se enteran entonces se lo dirán a mis padres.
Mis amigos me verán como un marica. Y Jake... el pensara que soy un
enfermó y querrá que me aleje de él.

Pero ni siquiera sé qué soy. Tal vez no sea gay, tal vez solo me estoy
confundiendo o algo así.

¿Pero y si de verdad lo soy? ¡Eso está mal!


¿Qué van a pensar los demás?, es que Jake es tan... lindo, tiene lindos
ojos, tiene linda personalidad, es el mejor chico que pude conocer en toda
mi maldita vida... ¡Tengo que parar!

Quiero llorar. Las respuestas de mis dudas apuntaban a una dirección, me


gusta Jake.

Esa idea no me gusta, no porque Jake sea malo ni nada, pero no creo que
el que me guste sea algo bueno.

No sé en qué momento paso, pero ya estaba llorando y otra vez sentí la


misma sensación de la vez en la que lloré cuando mi hermana me dio
respuestas, mareos. Esos malditos mareos aparecieron de nuevo. Otra
vez mi respiración estaba faltándome, otra vez ese sentimiento de sentir
que estaba a punto de desmayarme apareció.

Me arrime a una mesa y trate de ahogar mi llanto poniendo mi mano en mi


boca, con la otra solo trataba de limpiar mis lágrimas, pero era como
querer parar la lluvia con las manos.

—¿Carl? —La voz de Jake hizo que levante la mirada de golpe.


—Que- ¿Qué haces aquí? —Tartamudee.
—Estaba tomando agua y vi a Ester, estaba rara, como si algo malo
hubiera pasado. Por lo visto si —Hizo una pausa y se acercó a mi —¿Qué
pasó?

¿Qué mierda iba a decirle?

"Creo que soy gay y creo que te me haces súper lindo y me gusta cada
parte de ti, pero no me gusta eso"

NO IBA A DECIRLE ESO.

El llanto empeoró, sentía que no tenía el control sobre nada en ese


momento.
—Na-Nada, no pasa- nada —Mi voz salía entrecortada. No quería que
esté allí viéndome, no me gustaba que la gente me vea llorar, además él
era la razón por la cual estaba confundido.
—¿Qué pasó? —Preguntó con una voz cálida y puso su mano en mi
hombro.
—¡Nada! —Grite y aparte su mano. Era inevitable no llorar —Solo... vete
—Hubo un silencio —¡Vete! —No... ¡Mierda!, ¿¡Que estaba haciendo!?

Jake se dio la vuelta para irse y me arrepentí de haberle gritado —¡No!,


Quédate —Supliqué tomándolo del brazo.
—¿Me quedó o me voy?
—Quédate —Otra vez mi voz salió entrecortada. —Perdón —Comencé a
llorar aún más —Perdón —El me abrazo y fue cuando me derrumbé
completamente. —Perdón, perdón, perdón...

Estaba siendo un idiota.

Por otro lado, ese abrazo era algo muy reconfortante, el me hacía sentir
bien, y a pesar de que creo que ninguno de los dos sabía que ocurría, el
seguía allí conmigo. Enserio quiero a este chico. Ya no se si de manera
romántica o amistosa, pero lo quiero más que a nada.

—Está bien —Respondió él en un suave susurro. Supongo que lo hizo por


lástima, literalmente no sabía que carajos estaba pasando.
—Nada está bien.
—¿Quieres decirme qué pasó? —Preguntó pasando su mano por mi
cabello, mientras que con la otra acariciaba mi espalda. Ante su pregunta
yo solo negué con la cabeza para después ocultar mi rostro en su cuello.
—Bueno... ven, siéntate —Ambos nos sentamos en el piso y yo solo
trataba de calmarme. —¿Pelearon? —Preguntó.
—Eso creo —Respondí dejando mis lentes a un lado.
—¿Como? ¿Por qué pelearon?
—Nada —No iba a decirle.
—¿No me dirás? —Negue con la cabeza.
El no dijo nada, en su lugar me tomo del hombro y me acerco a él,
haciendo que quede acostado en su pecho. Continúe llorando, ya no me
importaba el mostrarme débil.
Paso su mano por la mitad de mi rostro, comenzó a trazar un camino
desde mi mandíbula hasta mis ojos, allí el limpio mis lágrimas. Después
acaricio mi espalda y con su otra mano acariciaba mi cabello.

Me gusto estar así, no me refería a mis pensamientos, ni la razón por la


cual lloraba, tampoco en que tenía un gran muro en mí que separaba 2
preguntas; ¿Qué es lo que está bien? ¿Y qué es lo que está mal? Me
gustó el hecho de estar abrazados sin nadie más en el salón.

Nos quedamos así un largo tiempo. Podía sentir las manos suaves y
cálidas de Jake recorrer mi espalda, brazo y cabello, como su piel hacía
contacto con la mía y como todo estaba tan silencioso que podía escuchar
claramente los latidos de su corazón.

Mi llanto fue disminuyendo de a poco, aunque no del todo.

—Ya tocó el timbre —Dije luego de escuchar como sonaba la campana.


—Ya.
—¿Ya?, debes volver al salón.
—No.
—¿Por qué no?
—Tu ahora estas mal y no me gustaría dejarte así nada más.
—Pero no debes perder clases. No quiero que te metas en algún problema
por mi culpa.
—Tenemos taller, nunca hacemos nada además de avanzar con ese
estúpido jarrón —Me quede en silencio. —Me quedaré y nada de lo que
digas me hará cambiar de opinión —Si te dijera la verdad, cambiarías tanto
de opinión que hasta desearías nunca haberme conocido.
—Bien.
Me senté y arrimé mi espalda a la pared, tomando así la misma posición
de mi mejor amigo.

No tenía planeado volver a mi aula, tengo miedo de que Ester haya


contado todo.

—¿Ya estás mejor? —Preguntó.


—Un poco —Hable sintiendo mis ojos llorosos. Aún me sentía mal, solo
que ya no lloraba.
—Tranquilo Carl —Pronunció él y limpio mis lágrimas. —Ya todo estará
bien, te prometo que todo mejorará.
—¿Y si no es así? ¿Y si todo se queda mal para siempre?
—Te aseguro que no será así —Dio unas palmadas a mi mano, no quería
que esta se alejara, así que la agarre. —Además yo estaré contigo
—Comencé a trazar caminos imaginarios por su mano hasta su muñeca.
—Te estaré apoyando, ya no te ignoraré, no cometeré la misma estupidez.
—¿Seguro? —Él se quedó en silencio.
—Bueno si tú me ignoras también entonces creo que puedo hacer una
excepción —Solté una risa ante esto.

Él sonrió e inconscientemente hice lo mismo, fue como si el tiempo hubiera


dejado de existir, yo admiraba su sonrisa y el brillo que desprendían sus
hermosos ojos. Todo de él era algo lindo.

Agaché la mirada cuando recordé porque estábamos en ese salón.

—Jake.
—¿Sí?
—¿Te puedo abrazar?
—Las veces que quieras —Respondió y al instante me tire hacia él para
envolverlo en un fuerte abrazo. Esto ocasionó que lo termine tirando al
piso.
Él soltó una risa—¿Me ayudas a sentarme? —Preguntó.
—No, es mejor abrazar de esta manera.
—Si tú lo dices —Dijo y me correspondió el abrazo.

De nuevo un silencio nos invadió, pero no era para nada incómodo, era un
momento de paz, al menos externa, internamente solo tenía una guerra de
dudas y respuestas.

—JJ —Lo llame por su apodo.


—¿Qué pasó? —Aún seguíamos abrazados.
—Te... —Mierda —Quiero.
—Que poético —Habló en tono de burla.
—Lo digo enserio.
—Oh... pues si es así entonces, yo también te quiero. No pienses que digo
eso nada más por contestar, sé que es muy cliché que alguien diga "te
quiero" y que respondan "yo también te quiero" pero yo lo digo enserio, no
pienses que lo digo por obligación o algo así, mi te quiero es muy since-
—Tape su boca.
—Ya me quedo claro —Sonreí.
—Te lo repito por si las dudas. Yo también te quiero —Ambos sonreímos
de manera estúpida en ese momento.

Enserio me gustaría poder disfrutar todo esto al máximo, pero se me hace


imposible cuando literalmente no dejo de preguntarme si lo que estoy
haciendo está bien o está mal.

—Jake.
—Dime.
—¿Esto es raro? —Pregunté con temor.
—¿Qué cosa?
—Ya sabes, estar abrazados, decirnos te quiero, darnos muestras de
afecto, eso. Es decir... somos hombres ¿Es raro?
—Pues... no lo sé. Creo que, si es normal, ósea, no estoy acostumbrado a
las muestras de afecto con hombres, pero creo que es algo normal.
Además, eso hacen varios amigos ¿No?, y pues eso somos, solo amigos.

Si supieras todo lo que pienso de ti...

—Si, solo amigos.

—Tu ve a la enfermería —Ordenó Jake.


—¿Para?
—Si algún profesor me pregunta porque falte entonces diré que estabas
vomitando en el baño y que te sentías mal, que al final te lleve a la
enfermería y eso.
—Ya armaste todo.
—Si, bueno... ¡Actúa enfermo!
—¡Está bien!... mandón.
—¿Como?
—Nada.

De camino a nuestra aula pasamos por los baños y a través de los espejos
de este pude ver como mis ojeras estaban más marcadas de lo usual y me
veía algo demacrado.

—Al menos si me van a creer que vomité —Dije.


—Algo bueno creo.
—Si... creo.
—Bueno me voy yendo. Recuerda, tú te sentías mal, yo me fui a ver que te
pasaba, vomitaste un buen rato y no te podías ni parar, esperamos a que
se te pase un poco y te lleve a la enfermería.
—Copiado —Dije.
—Copiado —Dijo y se dio la vuelta para dirigirse a nuestra aula.

Por un momento vi cómo se alejaba dando pequeños saltos. Se veía tierno


haciendo eso...

—Me voy a ir bien a la mierda —Pronuncié para mí mismo y me dirigí


hacia la enfermería.

Mis dudas no habían desaparecido, pero ahora me sentía mucho mejor.


21. Unas pequeñas disculpas

Jake

8 semanas- miércoles- clases...

Pase casi 2 horas con Carl en un salón... Quisiera decir que fue increíble,
bueno si lo fue, pero no del todo. Él estaba triste y lo encontré llorando,
creo que discutió con Ester y pues son novios así que...

Dejando eso de lado, ojalá Carl se sienta mejor pronto y ojalá arregle sus
problemas con Ester. Supongo que eso de que me guste es una
posibilidad que se hace cada día más grande, estoy tratando de descifrar
cómo va la cosa, pero aun así debo borrar eso de mí, a ese chico le gusta
alguien más, a él le gusta una chica, una mujer.

Aunque es lo mejor para ambos.

Hasta ahora no lo veo, aún sigue en la enfermería, se metió bien en su


papel de enfermo. Ya era la hora del recreo, pero no quería ir a verlo, no
porque estuviera molesto ni nada, sino que lo más probable es que si lo
veo terminaríamos riéndonos por andar mintiendo sobre su estado.

—¡Te comiste mi almuerzo!


—¡No era tuyo! ¡Ya estaba en el piso! —Estaba en mi aula y escuché
como 2 personas se pelean. Tratar de perderte en tus pensamientos era
algo difícil estando en el colegio, a menos que se trate de la clase de
biología.

Amelia y Guillermo eran los protagonistas de aquella pelea, no era algo de


lo cual me debería sorprender ¿Ahora por qué estaban pelando?

Creo que antes eran amigos, pero actualmente parecen perro y gato.

—¡Si! ¡Pero estaba en el piso por tu culpa! —Gritó Amelia.


—¡Lo siento! ¡Pero no fuiste muy rápida! —Se defendía Guille'.
—¡Aun así no tenías por qué tocarlo! ¡Eso era mío!

Me detuve cerca de ambos y me arrimé a la pared para seguir escuchando


esa discusión, a veces sus peleas podían ser muy interesantes.

Me detuve a ver a Amy, ella tenía una mirada de odio hacia mi amigo,
aunque no la culpo, al parecer él se comió su almuerzo.

Ella a veces puede ser muy impulsiva, se mete en peleas solo por querer
pasar el rato, sobre todo con Guille'. Ahora que lo pienso, ¿Por qué lo
hace?, antes era una persona muy pasiva y ahora le gustan las peleas en
las que se deba debatir, en especial si gana, eso es algo raro, cuando
éramos amigos era muy pasiva, lo sigue siendo, pero ya no tanto, al
menos no conmigo o con algunos hombres de nuestro salón.

—No es culpa mía el que tú seas tan lenta y pequeña —Hablo mi amigo
bajando su tono de voz.
—Vete a la mierda —A veces me pregunto por qué dejaron de ser amigos.
—¡Cállate! —Mi compañera le tiro una mala mirada—Maldita lesbiana
—Ay mierda.
—¿Qué dijiste?

Era la segunda vez que escuchaba esas dos palabras salir de mi amigo,
solo que ahora ya no creo que sea algo bueno decirlo.

Ahora que lo pienso... tal vez esa chica pasó por lo mismo que yo, ¿Y si
ella ya entiende todo esto?...

Ya me entró la curiosidad.

—Dije que eres una ¡Maldita lesbiana! —Carajo, comenzaba a entender a


esa chica.
—Oye Guille —Lo llame. Algo en mí me hizo querer intervenir, los
comentarios de ese chico estaban comenzando a enojarme. Y eso que yo
en algún momento le dije esas cosas a mi compañera.
—¿Qué? —Preguntó él.
—¿Te puedes ir? Ya deja de estar molestando —Dije haciendo que se
aleje de mí y Amy.
—¿Qué querías que hiciera? No tolero a esta marimacha de mierda.

Quise decirle algo, pero no pude ni abrir la boca, ya que Amy rápidamente
me hizo a un lado y le dio un golpe a mi amigo en la cara.

—Para la próxima te golpearé más fuerte y en un lugar que no te gustará


—Advirtió y se salió del aula.

¿Que carajos fue todo eso?

—Por huevón —Hable en voz alta y la seguí.

Literalmente yo también llegué a ser como Guillermo, quien iba a pensar


que terminaría como la chica que le cae mal.
—¡Amelia! —La llamé.
—¿Qué quieres? —Preguntó en un tono algo agresivo para después
frenar. —Lo siento, ¿Qué pasó? —Ahora estaba siendo amable.
—¿Estás bien? —Ella comenzó a caminar de nuevo.
—¿Tú que crees?
—Que no.
—Ahí tienes tu respuesta —Freno en el bidón y agarró un vaso para
servirse agua.
—Guillermo si se pasó.
—Escuché cosas peores.

¿Que podría ser peor?

—¿Y también te defendiste así? Qué valiente—


—No puedo golpear a mi mamá ¿O si? —Mierda, por un momento olvide
todo lo que había ocurrido hace un tiempo.
—Perdón. Yo también te llegué a decir lo mismo que insinuó Guille'.
—Si, pero tú no te comiste todo mi almuerzo.
—¿Mal día?
—¿Tú que supones?

Nos quedamos en silencio unos segundos. Ella tomó agua y yo vi como


estaba siendo tolerante conmigo a pesar de la mierda que pude llegar a
ser.

Supongo que es momento de hacer algo bueno por primera vez.

—Te puedo comprar tu almuerzo si quieres —Ella tiró una mirada


desconfiada.
—¿Por qué de la nada eres tan amable? —Preguntó.
—No sé.
—¿Quieres algo en específico?
—¿Comprarte tu almuerzo cuenta? —Amy trató de no reírse.
—No hice la tarea, no podría pasártela.
—No quiero la tarea, ¿Por qué piensas que no puedo ser amable contigo?
—Porque demostraste lo crueles que podían llegar a ser tus palabras —Le
doy la razón en algo.
—Perdón por eso —Fue algo honesto.
—¿Cuál es el truco? —¿Por qué no podía perdonarme y ya?... Jake no
seas conchudo.
—No hay truco, solo es... arrepentimiento supongo. Además, no te hagas,
tú también me dijiste maricón.
—Ya no hago eso. Al menos trato de no hacerlo.
—¿Ah si? ¿Por qué no?
—Decidí que es mejor no reflejar mis inseguridades en los demás —¿Eso
era lo que estaba haciendo yo también?
—Pues yo ya no quiero hacer sentir mal a otras personas.
—¿Te creo?
—¿Si te compró tu almuerzo lo harías?
—Cómpramelo y averígualo —¿Para qué me ofrecí?
—Vamos —Dije y comenzamos a caminar hacia el cafetín.

Era la conversación más larga y a la vez la más rara que había tenido con
ella luego de mucho tiempo. Desde la vez en la que ocurrió ese problema,
nuestra relación no fue la misma.

—¿Qué quieres comer? —Pregunté.


—Lo que sea que haya en el cafetín, con tal de que sea comestible y no
me mande al hospital —Respondió.
—Vi en el informe que mandaron que habría pizza y papa a la huancaína.
—Entonces papa a la huancaína, su pizza es solo un pedazo de pan con
queso y unos cuadritos de jamón —Recordé la vez en la que prepare pizza
casera con Carl. El día en el que me di cuenta de muchas cosas.
—Bien, la huancaína será —Esa comida era la que estaba más cara...

Al llegar al comedor saque el dinero y se lo di, ella me sonrió de manera


algo forzada y se acercó a la multitud de chicos que se encontraba
tratando de comprar su comida.
Luego de unos minutos apareció con una expresión de derrota.

—¿Qué? —Por favor no me digas que aumento el precio.


—La señora ni me hace caso, ya hasta atendió a otros chicos que llegaron
después de mí.
—Trae esa plata —Ordené y me dirigí hacia el cafetín, empujando a
algunos chicos que estaban en el camino. —¡Señito! —La llamé casi
gritando.
—Dime Jake, ¿Qué vas a querer?
—Una papa a la huancaína porfa'
—Ahora te la traigo —Ventajas de que mis padres sean amigos de media
ciudad.

Luego de unos momentos, la señora se acercó a mí con un plato de


comida.
—Gracias —Hable amablemente recibiendo ese plato.
—No hay de que, saludos a tu mami —Trate de hacer que mi sonrisa se
vea lo más real posible.
—Hola JJ —Saludó Paul, sacándome de esa conversación.
—Hola Pato.
—¿Me invitas?
—No. No es mío, es de Amelia.
—¿Le compraste comida a Amelia? ¿Amelia Córdova? —Pude notar cierto
tono de sorpresa en su voz.
—Pues... ¿Si?
—Qué lindo... y qué raro —Comentó y se dio la vuelta para pedir su
comida.

Cuando aparte la vista vi como Grecia y Amelia hablaban sentadas en una


mesa. Me acerqué a ellas y le di su plato a Amy.

—Gracias JJ, a ti si te hace caso la seño'.


—Mis padres la conocen, tengo cierta ventaja.
—¿De cuándo aquí le compras comida a Amy? —Pregunto Grecia
sorprendida y con una sonrisa en su rostro.
—¿¡Por qué todo el mundo se sorprende!? —Pregunté.
—Tú sabes por qué —Respondió la de cabello corto a lo que Grecia
asintió.
—Es que- Yo- Es... Comete esa papa —Ordené después de un intento
fallido por justificar el porqué era amable con la chica de cabello corto de la
noche a la mañana.
—Perdón —Respondió Amy con sarcasmo.

Me senté al lado de Grecia y vi a lo lejos como Raquel y Ester hablaban,


Raquel se veía feliz, mientras tanto, Ester parecía no estar escuchándola,
parecía estar perdida en sus pensamientos. Supongo que está así por su
pelea con Carl.

¿Qué pasó en ese salón?


22. Culpa

Carl

8 semanas- jueves -clases. . .

El día de ayer traté de hablar con Valeria sobre lo que pasó con Ester y
eso. No pude ni decir el nombre de la castaña, ya que cuando toque su
puerta para entrar, ella dijo "Ahora no".

Supongo que la debe estar pasando mal, no me gusta cuando eso ocurre.
Siempre quiero ayudar y saber que le está pasando, pero ella nunca me
cuenta nada y cuando quiero abrazarla me dice que no.

Me veo forzado a dejarla sola, no me gusta eso, no me gusta el saber que


una persona está mal y que no puedes hacer nada para ayudarla, sobre
todo si se trata de mi hermana, mi madre y Jake.

—Hola Carlitos —Saludó mi hermana mostrándose como la persona más


feliz del mundo. Ahora me encuentro obligado a quedarme con la duda de
si de verdad esta feliz o está fingiendo. Es mejor no preguntar sobre lo que
pasó ayer.
—Hola Val, buenos días —Respondí dándole un bocado a mi desayuno.
—¿Mamá no está? —Preguntó sirviéndose agua caliente en una taza.
—No, salió temprano, dejó una nota —Apunté hacia la refrigeradora
tomando un poco de café.
—Hoy nos llevará papá —Val al leer esto hizo una mueca.
—Toca llegar tarde.
—Tal vez ni lleguemos.

Papá tomaba todos los días, nunca se sabía cuánto exactamente, pero
espero que sea uno de esos días en los cuales si podía levantarse.

Mi padre es alguien que ama el alcohol, ojalá nunca termine como él.

—Carl que te dije de ese pelo —Hablo mi hermana al verme despeinado.


—Otra vez no —Ella se metió a su cuarto y al salir tenía un peine y crema
para el cabello.
—Al menos ve presentable a la escuela —Comenzó a peinarme de una
manera algo agresiva.
—Siempre estoy presentable —Me defendí.
—Si, del cuello para abajo — me puso esa crema de rico olor.

Mi hermana comenzó a ordenar mi cabello, así como en la celebración que


le hicieron a mi madre.

—Oye Carl, ¿Qué me querías decir ayer?


—¿Qué?
—Ayer tocaste la puerta de mi cuarto y dijiste que querías hablar conmigo.

Desde ayer me siento algo mal por todo esto de saber si soy gay, no estoy
enojado conmigo mismo, más bien, decepcionado.

Me siento triste al pensar en esa cosa.

Ayer por la noche, casi lloro de nuevo. Mis ojos estuvieron llorosos casi
todo el día, pero como por las 7 de la noche, esos mareos volvieron, no
fueron tan fuertes, pero si hicieron que quiera volver a llorar y que casi no
pudiera levantarme de mi cama.

Tocar la guitarra y escuchar música me ayudo a distraerme, no mucho,


pero al menos evité llorar.

—Ah sí... es sobre Jake.


—¿Qué con Jake?
—Es que... —Creo que soy gay y que él me gusta.
—¿Qué? —Hubo un gran silencio, Val seguía peinando mi cabello y yo
solo trataba de saber por donde empezar.
—Creo que... Jake... me... atrae.
—¿Cómo?
—Que me atrae.
—¿En qué sentido?
—¡Creo que Jake me gusta!

Ay carajo... ¡Lo dije en voz alta!... Que bien se siente decir tus
preocupaciones en voz alta.

Valeria se quedó callada, pero seguía peinándome. Agarró un mechón de


cabello y comenzó a darle forma.

—Con que ya te diste cuenta —Dijo.


—¿Qué?
—Era algo obvio.
—¿¡Que!?

¿¡Que!?

—¿Te sientes bien con todo eso? —Preguntó.


—¡No! ¿Quién se sentiría bien sabiendo que le gusta alguien de su mismo
sexo?
—Bueno si, ni yo me sentí bien al inicio, pensé que era algo malo.
—Sí... ¿¡Que!? —Me di la vuelta y la vi sonriendo.
—Sorpresa —Dijo y me dio la vuelta de nuevo para seguir peinándome.
—¿Eres lesbiana? —Pregunté sorprendido.
—No —Respondió.
—¿Entonces que generó eres?
—Generó es otra cosa, lo mío es una sexualidad.
—Ah.

¿Habían más sexualidades? ¿Cuál es la diferencia entre género y


sexualidad?

—Ya bueno, no importa mi sexualidad, lo importante es que me cuentes


como pasó todo.
—Mejor te comento todo después de clases.
—Si mejor, faltan 27 minutos para entrar, te termino de peinar y nos vamos
—Habló viendo su reloj. Luego de decir esto ella dejó de peinarme y dijo
—Pero me cuentas eh.
—Si, si, cada detalle.
—Es broma, si no quieres no lo hagas.
—Si quiero hacerlo.
—Lo dije solo por si no querías.

A los pocos minutos ella terminó con mi cabello y bajamos al primer piso
para que mi padre nos lleve a la escuela.

Tocamos la puerta de su habitación, pero no hubo respuesta, así que


decidí abrir la puerta.

Al hacerlo lo vi dormido en un pequeño sofá, al lado tenía una cerveza y la


televisión de la habitación estaba prendida.

Valeria me hizo una seña para no hacer ruido y se metió en el cuarto.


Tomo la lata de cerveza y después la dejo.
Al salir susurró —Esta helada, la abrió hace un rato —No podía pasar ni un
día sin tomar un poco de esa maldita cerveza.

Mi hermana entró al cuarto y tocó a mi padre en el hombro. —Pa' —Sin


respuesta. —Pa' —Está vez habló más alto y logró que él despierte.

—Dime hijita —Respondió acomodando sus lentes.


—Tenemos que ir al colegio —Explicó ella.
—Ah... —Apenas parecía estar consiente. —Sí... si, ya los llevo —Se paró
de ese sofá y se estiró —Sálganse, me voy a cambiar.
—Te esperamos en el carro —Pronunció Val tomando las llaves del auto
para después salir y cerrar la puerta con fuerza.

Esperamos un buen rato y cuando vimos que ya faltaban 6 minutos para


que cierren las puertas ambos nos metimos de nuevo a la casa.

Toque la puerta de nuevo, y otra vez no hubo respuesta.

La abrí y vimos que mi padre se había quedado dormido en la cama.

—Que se vaya a la mierda —Susurró mi hermana y cerró la puerta.

Ella salió enojada de la casa, yo la seguí con preocupación. En parte la


entendía, yo también estaba molesto con mi papá en estos momentos.

—Iremos en motocar —Dijo estirando su brazo para parar a uno.


—¿Segura que mamá no nos dirá nada?
—Ya fui en motocar una vez, no creo que una segunda sea tan mala.
—Si tú lo dices.

Cuando por fin logramos subirnos a un motocar nadie dijo nada en todo el
camino, por mí hubiera sido algo normal si tan solo no me hubiera dado
cuenta de que Valeria estaba llorando.
Por el espejo pude notar como mordía su labio inferior para no soltar
ningún sonido. Se limpió las lágrimas y trataba de evitar que le salieran
más. En serio quería hacer algo, pero estoy seguro de que si la abrazo
terminará alejándome o diciendo que la deje sola.

Ojalá algún día papá se dé cuenta de lo inútil que puede llegar a ser.

No es como que nunca este con nosotros, de vez en cuando pasamos el


tiempo juntos, más que todo conmigo que con mi hermana. Creo que por
eso le afecta más.

—Te veo más tarde —Dijo mi hermana antes de meterse a su salón.


Nuestros salones estaban en el mismo pasillo.
—Está bien —Respondí y caminé un poco más para entrar a mi aula.

Al entrar vi a Jake, este estaba hablando con Amelia... ¿Qué carajos hacía
hablando con Amelia?, pensé que le caía mal.

Después vi a todos los que ya habían llegado. Sentí miedo al no saber si


Ester les había contado algo o no

—¡Carlitos! — Saludó mi prima.


—¡Roma! —Le devolví el saludo y le di un abrazo.
—Ahí está Jake —Dijo apuntando a mi mejor amigo. ¿Por qué pensaba
que quería verlo?
—¿Por qué piensas que quiero ver a Jake?
—¿Qué?
—¿Por qué piensas que quiero verlo? — ¿Y si Ester contó algo y por eso
piensa que quiero verlo?
—Porque... ¿Son amigos?
—¿Por qué dudas?
—Es que son amigos, pero por como me hablas parece que se pelearon.
—No, no nos peleamos, pero es el tono con el que lo dijiste. Como si
insinuaras algo más...

Tal vez ya sabe ¡Tal vez ya todos lo saben!

No le conté a Ester que creo Jake me gusta, pero por su reacción, creo
que ya sospecha algo.

—¿Estás bien? —Preguntó Grecia viéndome preocupada. Tal vez solo dijo
donde estaba Jake porque sabe que es mi amigo...
—Si —Respondí dando pequeños toques en su hombro.

Me analizó con la mirada, pude notar la confusión que se formó en ella tras
esa pequeña charla.

—¡Wawa! —Grito Paul antes de darme un fuerte abrazo.


—¡Pato! —Hable en voz alta y entrecortada por el abrazo.
—Al recordar tu carita bonita, cierro los ojos y tú estas conmigo... —A
veces me pregunto por qué Pato cantaba de la nada en pleno abrazo.
—¡Esa canción! Ya me había olvidado que existía —Hablo mi prima.
—¿Cómo te vas a olvidar de "linda wawita"? —Preguntó Paul con
indignación.
—Perdón —Respondió mi prima en un tono sarcástico.
—Por cierto —Dijo Pato —Ahí está Jake —Apuntó a mi mejor amigo, este
seguía hablando con Amelia.
—¿Por qué crees que quiero ver a Jake? —Tal vez ya sabía...
—¡Ahh! Anda ya con Jake, estás muy raro —Grecia después de decir esto
me empujó.
—¡Ya! —Dije y me fui a saludar a Jake.

Él estaba de espaldas, así que la primera en verme fue Amy, que le tocó
un hombro a Jake y le aviso que estaba atrás de él. ¿De qué habrán
estado hablando?

—Hola JJ —Saludé.
—¡Carlitos! —Jake me abrazó, obviamente le correspondí al abrazo. Aún
me sentía muy confundido por todo, pero ese abrazo me hizo sentir bien,
incluso ocasionó que me olvide de todo por un momento.

Sin duda los abrazos de ese chico eran los que más me gustaban.

—Le estaba contando a Amy de la vez en la que nos vimos la 3era


temporada de "Stranger Things" y casi rompemos la televisión —Dijo él
terminado ese abrazo.
—Ahh... ese día... por poco y no me libraba del la reñida de mi mamá
—Dije soltando una risa al final.
—¿En serio tiraron sus latas a la televisión? —Preguntó Amy sonriendo.
—Si, solo que la mía aún estaba llena —Respondí recordando ese día
—Por cierto, ¿Sabes cuando saldrá la otra temporada? —Le pregunté a la
del cabello corto.
—Si, el 27 de mayo.
—Después de 3 años, al fin —Habló mi mejor amigo. Aún sigo en dudas
de porque le habla a Amelia como si nada hubiera pasado.

Quería que nuestra conversación siguiera, pero el profesor de inglés entró


al aula. Bueno, al menos no haríamos mucho en esa clase.
Al finalizar las clases mi padre nos recogió. Ni Valeria ni yo dijimos nada en
todo el camino, en serio estábamos molestos con él. Aunque no es la
primera vez qué nuestro papá no puede cumplir con alguna de sus
responsabilidades.

Al llegar a casa él nos dejó solos, dijo que se iría a trabajar. A este paso,
dudo mucho que de verdad se fue a trabajar... tal vez ni trabajo tiene.

—Y cuéntame, ¿Cómo fue todo? —Preguntó mi hermana abriendo una


bolsa de papas fritas.

Ambos estábamos en el mueble de la sala, no había nadie en casa. Era el


momento perfecto para contarle todo.

—Le dije a Ester que creo que soy gay, porque desde ya hace un tiempo
he estado comenzando a sentir cosas por Jake. La verdad no sé en que
momento paso —Confesé.
—Es bueno que al fin hayas hablado con ella, y sobre lo de Jake, es lo
normal el no saber en qué momento despertaron los sentimientos.
—No creo que sea normal el que me guste un hombre.
—¿Entonces si te gusta?
—¡No!, ósea... ya no sé.

Agarré un poco de sus papas fritas y me acosté en el mueble, poniendo


mis pies en las piernas de Valeria.

—No me gusta esto —Dije y comencé a comerme las papas fritas.


—¿Por qué no?
—Tú sabes por qué.
—¿Por qué papá lo dice?
—No... es que está mal.
—Papá dice que está mal.
—Pero no es por él.
—Si lo es.
—No.
—Si, literalmente él es el único homofóbico de esta familia. A ver dime,
¿Cuándo escuchaste a mamá decir que las personas de la comunidad
LGBT eran pecadores? —Me quede en silencio un rato.
—Nunca.
—Bien, ¿Y con papá? —De nuevo hubo un silencio.
—Desde que tengo memoria.
—¿Ves? Él te metió todos esos pensamientos.
—Pero tú no crees que está mal. Hasta eres parte. Y eso que tenemos el
mismo papá.
—Es que yo decidí no seguir su pensamiento ignorante.

Ahora mismo quería dispararme.

—¿Pero y si su idea está bien? —Pregunté con preocupación.


—¿Crees que está bien el discriminar personas solo por amar?
—Pues... ¿No?
—Papá y la sociedad te jodieron.

Creo que yo mismo me arruine... si tan solo esos sentimientos extraños no


hubieran despertado en mí, tal vez todo en mi mente estaría bien.

—No me gusta sentir eso —Confesé.


—¿Qué cosa?
—No sé que es, pero no me gusta ese sentimiento —Mierda, muy en el
fondo, si sabía de qué sentimiento se trataba, pero prefiero ignorarlo.
—Si sabes que es —A veces pienso que Valeria me lee la mente. —Te
gusta, te atrae.
—¿Cómo estás segura de eso?
Mi hermana sonrió y negó con la cabeza. Después agarro más papas y me
paso la bolsa entera. Las papas eran lo único que me estaban ayudando a
mantener la cordura.

—Bien, háblame de Jake —Ordenó.


—¿Por qué?
—Solo hazlo.
—Bueno —¿Por dónde empiezo? —Jake es un chico desorganizado.
Improvisa mucho, pero siempre se adapta a todo. Le gustan los
videojuegos, sobre todo los de fútbol. Le gusta mucho el fútbol, aunque no
es bueno en eso, pero me dijo que le gustaría aprender. Su cuarto está
algo desordenado, a veces se enoja cuando lo obligo a ordenarlo. Le gusta
la clase de taller porque no hacemos nada, aunque la que más ama es
educación física. Ama los perros, desde hace 3 años me repite que le
gustaría tener un perro negro. Le gusta ver Stranger Things, su superhéroe
favorito es Spider-Man, me acuerdo cuando gritó y me abrazo en el cine
cuando se confirmó el multiverso de Spider-Man. Ese día fue el más feliz
para él, no dejaba de hablarme de lo contento que estaba y de como tuvo
fe, estaba realmente feliz, había cierto brillo en sus ojos que hacían ver
como si en cualquier momento lloraría de la emoción. Sus ojos... tiene
lindos ojos, son tan... bonitos, cuando los veo siento como si él me
transmitiera felicidad. Y cuando sonríe... se ve realmente lindo y más por
sus hoyuelos. Cuando pasa eso me gusta desordenar su cabello, a veces
cuando hago eso sus mejillas toman un tono rosado y pues es muy blanco,
así que cuando aquello pasa es algo imposible que lo oculte. Me gusta
cuando hacemos peleas de juego, siempre gano. También me gusta
cuando me abraza, sus abrazos son muy cálidos y me hacen sentir que
todo estará bien. Él me hace sentir bien... —Ay carajo.

Levante la mirada y vi a mi hermana, ¿Cómo pude ser tan estúpido? No


me di cuenta de a qué dirección iba esa orden.

—Caí —Dije.
—¿Por Jake?
—¡No! No... en tu trampa, hablo de eso.
—¿Seguro? —Suelto un quejido ante esto y a su vez exageró un poco mis
gestos al momento de fingir llanto —Sé que puede ser difícil, pero
mejorarás.
—¿Dejará de gustarme? —Mi hermana ante esto puso los ojos en blanco.
—¡No! Pitufo mongolo —Después de decir esto me tiro un cojín.
—Auch —Hable con un tono triste.
—Vas a aceptar esto —Dijo.
—Es que ni siquiera sé si me gusta ¿Y si es una confusión?
—En la noche escucha música de amor y deja que tu imaginación fluya.
—¿En qué me va a ayudar eso?
—Hazlo y vas a entender.

Esta vez si entendí el punto, pero a decir verdad, me aterra el descubrir


cuáles serán mis pensamientos al hacer eso.

Si fuera mujer creo que todo cambiaría, además, así mis padres y los
demás no pensarían que estoy loco o algo así.

En estos momentos en serio quisiera que me guste Ester.

—Oye Val, algo que también me trae preocupado es que no sé si Ester ya


le contó a todos sobre lo que pasó —Dije.
—Por como me hablaste de ella, no creo que le cuente a alguien, aunque
si eso pasa tendrá una linda charla conmigo. Es mejor que ustedes lo
hablen.
—Me da miedo hablarle.
—Tampoco esperes ignorarla para siempre, Carl.

Tal vez si debía aclarar las cosas con ella. Me aterra todo ahora, pero tal
vez sea lo mejor. Además, tengo que aprender a dejar de ignorar mis
problemas.
Espero que esa charla termine bien.

Era las 7 de la noche y los gritos de mis padres se escuchaban hasta el


segundo piso. Más bien, los de mi madre.

Ella estaba gritándole a mi papá por no llevarnos a la escuela, apenas


escuchaba un "Ya perdón" de él. No me gustaba cuando peleaban. No
porque me doliera o algo así, sino que al final de todo, mamá seguía con
mi padre. A veces deseo que se separen.

Decidí distraerme con algo, así que agarré mi guitarra eléctrica y la


conecté al amplificador. Que bueno que a nadie en mi casa le molesta que
toque la guitarra a pesar de que a veces me salga horrible.

Era algo que me ayudaría a distraerme.

Me puse a tocar la de "Triciclo Perú", era una de las canciones que me


salía a la perfección y ahora no tenía paciencia como para querer intentar
una de la cual me faltaba mejorar.

Me gustaba tocar la guitarra, desde muy pequeño quise aprender. A los 6


años cuando en mi familia no teníamos una buena situación económica
como para que me compren una de juguete, yo me hice una "guitarra" con
una caja y unas ligas, Valeria me ayudo a pintarla de rojo. Fingía ser Brian
May.
Luego me comencé a interesar en más instrumentos, ahora me gustaría
aprender a tocar el violonchelo, lo malo es que no sé si hay algún lugar en
mi ciudad que enseñe a tocarlo.

Deje de tocar la guitarra cuando escuché como alguien tocaba mi puerta


—¡Carl! —Era mi hermana.
—¿Qué pasó? —Pregunté alzando la voz.
—¡Toca más fuerte! —Grito ella.
—¡Ok! —Respondí gritando también.

Hice caso a lo que me dijo y subí el volumen del amplificador.

Ya eran las 10 de la noche, no podía dormir. Me sentía algo ansioso por


todo. Muy pronto serían los exámenes bimestrales, tenía una confusión
enorme ahora, tengo miedo de que mi "novia" le cuente a todos que creo
que soy gay, además, mi padre salió después de la discusión con mi
madre, de seguro se fue a tomar con sus amigos y eso me preocupa, le
puede pasar algo malo al regresar, no quiero eso.

Quisiera hablar con Jake, pero acabamos de hablar hace 20 minutos, tuve
que despedirme porque él estaba cansado y quería dormir.

Ahora estaba solo en medio de todo el silencio de la noche, sin poder


dormir y sin poder mantener la calma.

Haz lo que te dijo Valeria.


Podría ser una buena idea, pero me da miedo.

Hazlo o te quedarás con la duda.

Me odio.

Agarré mis audífonos y los conecté a mi celular. Ingrese a mi lista de


canciones y puse la canción que agregué más recientemente, "What is
love" de Haddaway. Me hacía pensar mucho en mis sentimientos, creo que
no necesita explicación del porqué.

"Oh baby, don't hurt me, don't hurt me, no more. . ."
No creo que Jake sea capaz de lastimarme, al menos no conscientemente.

"No, I don't know why you're not fair, I give you my love, but you don't
care. . ."
Bueno... no le muestro "amor" a Jake, eso creo.

"So what is right and what is wrong?, Gimme a sign. . ."


Esa fue la parte que se sintió más personal, ¿Qué está bien y que está
mal? Es una pregunta que me ha estado ocasionando dolor de cabeza.

En toda la canción había partes en las que se hablaba directamente de 2


personas que se amaban.

En serio intenté pensar en Ester.

Fue imposible.

Era de noche y estaba solo con mis pensamientos, así que deje que estos
fluyeran y deje de bloquear eso que me estaba dando tanto miedo; tener
pensamientos con Jake en un sentido no amistoso.

Cuando esa canción terminó pasó la siguiente, no tenía nada que ver con
el momento, entonces pase a la siguiente canción, era una que mi prima
Grecia había agregado sin mi permiso. La canción de llama "Sofía" de una
tal Clairo. Al inicio dude de si escucharla o no, pero después escuché la
letra y decidí oír la canción completa.

Al parecer la canción hablaba de una chica que le declaraba su amor a


otra y que deberían intentarlo. No era algo con lo cual me identifiqué, pero
pensamientos rápidos de Jake conmigo pasaron por mi mente.

En una parte de la canción dice "Sofia, know that you and I shouldn't
feel like a crime. . . "
básicamente que la relación entre esas dos chicas no debería sentirse
como un crimen. Era exactamente como me sentía ahora, como un
criminal que estaba cometiendo un gran delito, hasta pecado se podría
decir y eso que no soy tan religioso.

Al final de todo, la canción "Good old-Fashioned lover boy" de Queen


comenzó a sonar. Eso hizo que muchos, pero DEMASIADOS
pensamientos vengan a mi mente. Varios de ellos eran muy bonitos, en
cambio otros, eran de culpa.

Siento mucha culpa por todo. Incluso ver a Jake me genera culpa de cierto
modo, a él no le gustaría que yo lo vea de esa manera.

Así me la pase hasta que el sueño comenzó a apoderarse de mí. A pesar


de eso, seguían pasando todos esos pensamientos lindos por mi mente,
no se en que momento me quede dormido.
23. La charla.

Jake

9 semanas- lunes- clases. . .

Ya hace unos días que he estado hablando con Amelia Córdova, cambio
mucho desde que dejamos de ser amigos. A simple vista se notaba por
como se comportaba o actuaba, pero ahora que hablo con ella más a
fondo, se nota un gran cambio, no obstante, aún no pierde esa esencia.
Aún sigue siendo la misma chica que le gusta imaginar cosas y que quiere
vivir en un mundo de fantasía.

Ahora entiendo su gusto por Harry Potter.

Ya me había olvidado como era hablar con ella hasta de cosas imposibles.
Aún sigue creyendo que el multiverso es real, no la juzgo, desearía que si
fuera así.
Al inicio de todo era algo cortante, apenas y me quería decir como se
encontraba. Después comenzó a abrirse un poco más.
Resulta que seguimos compartiendo esas cosas que tanto nos gustaban;
como ver Stranger Things.

Lo bueno de todo es que ya fuimos amigos antes, mejores amigos podría


decirse, entonces la confianza es algo que se ha recuperado en poco
tiempo.

El sábado hablamos hasta la madrugada, como por las 12 de la noche, el


ambiente comenzó a tornarse algo sentimental. Inicio el momento en el
cual comienzas a contar todos tus problemas.

Por lo visto nuestra situación sigue igual. Me dijo que su padre sigue
engañando a su mamá y como sus padres se desquitan con ella. Me dijo
que a veces piensa que es un problema para ellos.

Literalmente nuestros asuntos familiares son muy parecidos, hasta


nuestras madres van juntas al gimnasio. La única diferencia es que ella no
tiene un hermano y que sus padres la tuvieron cuando tenían 18 años.

Primero inicié yo con todo lo qué pasa en mi casa, me aconsejo cuidar


mucho de mi hermano y que lo mejor sería distraerlo o tratar de hacer que
él no vea todas esas cosas. También me dijo que si necesitaba algo
estaría allí.

Había olvidado ese lado sentimental y amigable de esa chica. Obviamente


me disculpé con ella. Deje que todos mis prejuicios me alejaran de Amy,
que lo único que estaba haciendo era tener gustos a los cuales la sociedad
no está acostumbrada.

No me contó nada sobre los rumores sobre su sexualidad y el problema de


ese año. Espero que algún día lo haga. Me gustaría darle a entender que
estoy arrepentido de todo.
Ojalá las cosas hubieran sido de otra manera el año pasado.
—¿Ya están estudiando para los exámenes? —Preguntó Grecia
sentándose en el piso junto a mí y Amy.
—Yo aún no —Respondí.
—Yo peor —Siguió Amelia.
—Igual, lo bueno es que son la próxima semana, así que queda tiempo
—Comentó mi mejor amiga. —Por cierto Amy, ¿Qué harás por tu
cumpleaños?
—Ay es verdad, tu cumpleaños es el 11 de mayo, ¿No? —Casi olvidó que
su cumpleaños estaba cerca.
—Sí, creo que haré una fiesta y eso —Respondió la del cabello corto
restándole importancia.
—Al fin tendrás 14 —Dije. Es la ultima en cumplir años en nuestro curso.
—Si, hasta ahora me pregunto por qué estoy con ustedes, debería estar
en 2do.
—Si, pero prefiero que estés aquí —Hablo la de cabello rizado.
—Y yo prefiero tirarme de un puente —Dijo Amelia, a veces (casi siempre)
bromea con querer matarse.
—Igual —Dijo Grecia en tono de broma.
—Que suicidas —Dije.

A veces se me hace algo difícil entender la razón por la cual algunos dicen
que se quieren morir, yo bromeo con eso a veces, pero no es como que
me quiera morir de verdad.

Deje de lado esos pensamientos cuando vi a Carl, estaba caminando con


Ester, al parecer se estaban dirigiendo a la parte en la que se encontraban
los salones vacíos. Al fin arreglarían las cosas y todo volvería a ser como
antes.
De nuevo tendría que soportar el que estén tomados de las manos y que
se queden de empalagosos sentados en el piso en la hora del recreo.

—Jake —Me llamó Grecia —¿Todo bien?


—¿Qué?
—Estás distraído —Dijo Amy.
—Ah... si, perdón —Dije.

Grecia me analizo con la mirada, después noté como Amelia hacía lo


mismo. ¿Por qué parecía que sacaban mucha información con tan solo
mirarte de arriba a abajo?

—Bueno, me iré a comprar más comida —Informó la de cabello rizado


antes de levantarse del piso.
—Está bien, pero que sea rápido, falta poco para que termine el recreo
—Avisó su mejor amiga.
—Bien.

¿Cómo le hacen para saber todo con tan solo mirarte? ¿Es algún don que
tienen las mujeres o que?

Me detuve a mirar a Amelia, ella estaba comiendo su almuerzo. Decidí que


probaría esa técnica de "escanear con la mirada".

Inicie por el cabello, no hay nada, lo tiene desordenado, como la mayoría


de los de mi aula. Después pase a su rostro, se le veía ojerosa y sus ojos
demostraban cansancio y un poco de seriedad. Luego vi sus mejillas que
la verdad no tenían nada de color, sus labios tampoco, se veían secos y
partidos... Entonces, deduzco que... ¿Le faltan glóbulos rojos?

Tal vez la cara no era algo que analizaban. Seguí con el cuerpo, no había
nada raro, solo su uniforme y un collar. Baje la mirada hasta sus muñecas,
no tenía muchas pulseras, ya van varios días que no las usa, solo traía
puesta una. Note como había unas pequeñas manchas negras en su
muñeca, no veía muy bien que era, así que agarre su mano y la acerque
más a mí, a lo que ella reaccionó algo asustada, pues alejo la mano
inmediatamente.

—¿Qué? —Dije —¿Qué tienes en la muñeca?


—¿Qué? ¿Qué cosa?
—Tienes unas manchitas negras.
—No son manchitas negras —Volví a acercar su muñeca a mí. En efecto,
eran mariposas. Estoy ciego.
—Mariposas, ¿En qué momento te las hiciste?
—En inglés, sabes que nunca hacemos nada.
—¿Por qué te las hiciste?
—Estaba aburrida.
—¿No podías ver tu teléfono?
—Me aburrió.

Todo le aburre.

—Mira —Dijo ella cambiando de tema —Ahí están Carl y Ester —Me giré
para verlos, estaban caminando juntos y hablando sobre Dios sabe que.
—¿Discutieron verdad?
—¿Cómo lo sabes?
—Se nota, estaban muy raros.
—Por lo visto ya arreglaron las cosas —Dije sin muchos ánimos. Debería
sentirme feliz por él. Ahora mismo me siento un mal amigo... todo el tiempo
me siento un mal amigo, si tan solo no tuviera cierto gusto hacía él, nada
de esto estaría pasando.

Vi como ambos caminaba tranquilamente, Carl miraba a Ester con una


ligera sonrisa en sus labios. A los pocos segundos, ambos se dieron un
abrazo.
Era definitivo, todo volvería a ser como antes.
—Si vas a mirarlos mucho, al menos disimula —Hablo Amy llamando mi
atención.
—No los estoy mirando.
—Hasta ese chico de 1ero se daría cuenta de que los estás mirando.
—Cállate.
—Cállame está —Dijo y me saco el dedo del medio. Ante esto yo me reí,
pero esa risa se vio esfumada después de observar a Carl y su novia
hablando.

Creo que comienzo a sentirme celoso.

Soy una mala persona.


Carl

9 semanas- lunes- clases. . .

Hoy al llegar a la escuela vi a Jake hablando con Amelia, de nuevo.

Aunque la verdad, eso dejo de importarme cuando Amy se fue a hablar


con alguien más y me dejo solo con mi mejor amigo. Él me dio un cálido
abrazo, me gustaba que hiciera eso todas las mañanas. No obstante, esta
vez se sintió algo diferente, sentí un ligero cosquilleo en mi abdomen, esa
sensación de mariposas pero más leve. Antes no me pasaba eso, ósea
nada más sentía cierta tranquilidad en mí, supongo que es porque no me
daba cuenta de algunas cosas.

No me siento orgulloso de eso, pero a la vez, me siento bien, él me hace


sentir bien.

A veces me dan ganas de estar con él todo el tiempo (Ya sé que sueno
como un obsesionado).Además, lo estuve observando de vez en cuando
en clase, algunas veces... todo el tiempo. El punto es que en un momento
cuando lo quise observar, me di cuenta de que él ya estaba viéndome. Eso
me generó cierta emoción...

Me siento muy extraño con todo esto. Siento que me gusta todo, pero
también odio todo. Me gusta estar con Jake, pero no la idea de "Me gusta
Jake", me gustan estos sentimientos, pero no tenerlos. Siento que me
estoy contradiciendo con cada cosa que hago. Sin contar el hecho de que
me estoy volviendo algo paranoico.

Ojalá todo esto sea una confusión y que estos sentimientos se acaben a la
semana. Por otro lado, tengo otro problema. Hablar con Ester. No suena
como el problema más grande del mundo, pero ahora eso me tiene
preocupado. ¿Cómo hablaría con ella sin que termine recibiendo un golpe?

Tendré que hacer algo, debo disculparme y hablarlo. Además... quiero


saber si le contó a alguien.

En la hora del recreo decidí que hablaría con la castaña.

Ahora me encontraba repasando mentalmente qué cosas le diría.

"La verdad es que eres una buena chica, pero nunca me gustaste"... No,
eso no." Creo que soy gay"... No, no quiero ir directo al grano, además, ya
se lo dije.
Tal vez debería empezar diciéndole que le daré una explicación, después
que es una gran persona y finalmente aclararle las dudas que tengo.

Buen plan.

—Te escucho —Recalcó Ester mientras estábamos los dos solos en el


mismo salón vacío. Fue cosa fácil el que quiera hablar conmigo. Creo que
también quería hacerlo desde ya hace un tiempo.

En estos momentos me sentía realmente nervioso, ¿Cómo le podría


explicar a mi supuesta novia que en realidad nunca me gustó y que nada
más le pedí que salgamos por la presión de los demás?

—Pues...
—No, espera —Me interrumpió. —Primero escúchame tú a mí —Estaba
preparado para escuchar todos los insultos habidos y por haber. —No
estoy enojada —Dijo, ¿Qué? —Ósea, si estuve enojada cuando me
enteré, pero no porque seas gay o algo así. Me enoje porque no me dijiste
la verdad desde un principio y fuiste tú quien me pidió que fuéramos
novios.—Hizo una pausa y trate de hablar, pero no pude. —Probablemente
lo hiciste porque querías ocultarlo o forzarte a querer a alguien que no sea
un hombre, sé que a veces puedes llegar a ser homofóbico, por no decir
siempre. Acepté estar contigo a pesar de eso, de que seas un
"homofóbico", si me gustaste, Carl, pero después todo comenzó a ponerse
raro. Fue cuando me di cuenta de qué tal vez no somos muy compatibles,
fue muy tarde, lo sé. En estos días que no hablamos lo pensé mucho y me
parece que lo correcto sería que terminemos, eso si o si pasará, espero
que no quede algún rencor o cierta rivalidad entre nosotros, no quiero que
las cosas se queden incómodas por todo el tiempo que nos quede en
secundaria.

Amo que esta chica sea tan comprensiva. Aunque debo aclarar ciertas
cosas.
—Lo que me hiciste me dolió, ya sabes, ignorarme y todo eso, pero ahora
ya te perdone, a pesar de que no me pediste disculpas —Seguí callado, en
serio quisiera saber por donde empezar. —Y si piensas que le conté a
alguien pues te equivocas. No he dicho nada, ni siquiera mencioné la
discusión.

Estoy 100% seguro de que no me perdono del todo. Tal vez ni siquiera me
perdono realmente y solo está fingiendo que nada ocurrió y que todo está
bien.

—Ester, perdón por todo —Me disculpé —No debí pedirte que fueras mi
novia sabiendo que no estaba seguro y perdón por no decirte mis dudas
antes. En serio eres una gran chica, eres increíble, pero... no me gustas
—Ahora creo que me dará un golpe.
—Lo sé, me hubiera gustado que me consultaras todo antes, pero, lo
entiendo. No estabas listo todavía.
—En serio perdón.
—Está bien, Carl. Eres gay y no querías decirlo, es entendible
.—No soy gay.
—Pero eso fue lo que me dijiste.
—Ósea... ay carajo, ¿Cómo lo explicó? —Hubo un silencio, trataba de
ordenar mis ideas y palabras —No estoy de sí soy gay, pero podría ser
una posibilidad, porque... creo que me gusta alguien... un chico.
—¿Jake? —Mierda, si sabe.
—¿Por qué lo dices?
—Es lo primero que se me vino a la mente, literalmente actúan como
novios, a veces hasta parece que se coquetean.
—¿Ja-Jake? ¿Coquetearme? A- ¿A mí? —Dije tartamudeando.
—¿Ves? Te gusta —Hablo la de ojos claros con una sonrisa pícara en su
rostro. Ante esto no pude evitar soltar una risa nerviosa. Después me puse
serio rápidamente, pues olvide que todo esto era algo serio.

¿En serio estaba siendo muy comprensiva? ¿O está planeando algo malo?
—¿De verdad me perdonaste? —Pregunté.—Si, tal vez en el fondo quiero
mandarte a la mierda. Pero por ahora estoy bien con todo. Recuerda que
no estuvimos ni 2 meses juntos y todo comenzó a ponerse raro desde
antes.
—Okey...
—Entonces... ¿Amigos o compañeros?
—Amigos —Dije.
—Amigos —Dijo.

Todo salió bien, eso creo. Ahora nos encontrábamos de regreso al nuestro
salón, estaba siendo interrogado. Aunque me sentía en confianza con ella.

—¿No sabes si eres gay? —Preguntó.


—Es que no estoy seguro, me gusta Jake, eso creo, pero no sé la verdad,
me siento confundido por todo.
—"Gay" No es la única sexualidad.
—Sí... algo así me dijo mi hermana.
—No te apresures en saber cuál es tu sexualidad Carl, lleva tiempo.
—Ya veo —Hice una pausa —¿Cómo sabes tanto de esto?
—Leo muchos libros gay.
—¿Existen de esos? —¿Existen libros gay?
—Sí. Hasta películas.
—Ah, lo de las películas si sabía —Dije sonriendo. Me acordé de la vez en
la que Jake se fue a mi casa y vimos "Las ventajas de ser invisible".

Frene y vi a Ester, aún no podía creer lo comprensiva que era. —Gracias


—Dije.
—¿Por qué?
—Por ser muy comprensiva.
—No hay de que Carl —No dijimos nada más y nos dimos un abrazo. En
serio me gusto que no pensara que soy un enfermo. Creo que es una de
las pocas personas que no pensara eso.
Al separarnos del abrazo aparte la mirada y vi a Jake con Amelia. ¿Otra
vez?

—¿Desde cuándo Amelia y Jake se hablan? —Pregunte.


—Desde... no sé, pero ahora están todo el tiempo juntos.
—Ah.

De lejos pude notar que se llevaban MUY bien.

¿Por qué Jake de la nada se interesó en ella? ¿No se supone que la


odiaba?

¿Ahora estarán así todo el tiempo?


24. ¿Coqueteo?

Jake

9 semanas- Martes- clases. . .

Hoy iría a la casa de Carl, me dijo que le faltaban unas tareas y que quería
que lo ayude. La próxima semana saldríamos de vacaciones, así que
teníamos que entregar todo lo que nos faltaba antes del viernes.

No voy a mentir, me siento nervioso. Ahora que descubrí MUCHAS cosas


sobre mí, me da miedo actuar de manera obvia o hacer algo de lo que me
podría arrepentir (lo más seguro es que si me arrepienta).

Ambos nos encontrábamos caminando por los pasillos de la escuela, no


sabíamos que otra cosa hacer. Era la hora del recreo, pero no había casi
nada en el cafetín, al parecer ya todo había sido reservado.
—Mi mamá me dijo que hoy hará causa de pollo para el almuerzo —Me
informó Carl, porque después de la escuela iría a su casa, su mamá nos
recogería. Me contó lo que paso con su padre hace unos días, es un
completo imbécil ese señor.

—Qué rico, mi tía Mónica hace rica causa —Dije.


—Lo sé, me lo dejaste claro desde la vez en la que te comiste 4 platos el
año pasado.
—No es mi culpa, tu mamá si sabe hacer las cosas bien.
—Si, me creo a mí. Es obvio que hace todo bien.
—Nah, contigo fallo la cosa —Obviamente lo decía en broma.
—¿Qué insinúas JJ? —Preguntó.
—En el físico fallo un poco... mucho —Carl ante esto fingió indignación.
—Soy hermoso y tú lo sabes.
—Claro que no, un feto es más lindo que tú.
—¿Qué cosas dices? —Frenó y se arrimó contra la pared. —Soy el chico
más lindo —Dijo en un tono sarcástico.
—Bueno... vi peores, así que... —Le di un ligero toque en su pecho con mi
dedo índice. —Sí, eres lindo.

Carl sonrió ante esto, al igual que yo.

—¿Entonces si te parezco lindo? —Preguntó.


—Sí.
—¿Solo lindo? —Él se veía seguro, pero su voz salía con cierta
desconfianza.
—Estás pasable —Bromeé. —Tienes lindo cabello —Dije pasando mi
mano por su cabello de manera rápida para desordenarlo.
—¿De verdad?
—Aja —Hicimos contacto visual por unos segundos.

Ay... ¡Mierda!

Estaba siendo gay... ¡Ay!


—Ya vámonos —Dije intentando cambiar el tema.
—Bueno —Respondió él y puso su brazo al rededor de mis hombros.
—Con que crees que soy bonito —Murmuró.
—Cállate estúpido —Le di un pequeño empujón con mi cuerpo.

Ese chico me estaba poniendo nervioso.

—¡Te parezco guapo! —Carl habló en voz alta.


—Dios mío —Me di un ligero golpe en la frente y bajé la mirada. Sentía mis
mejillas arder.

Carl para ya.

—JJ, no te juzgo, no es culpa mía ser atractivo —No es culpa mía el que
me gustes.

—Imbécil —Susurré para después pisar su pie de manera intencional.


—¡Oye! —Dijo e hizo lo mismo.
—¡Por graciosito! —Le pisé el otro pie.
—¡Ya! —Volvió a hacer lo mismo.

Nos la pasamos pisándonos el pie hasta que me caí, más bien, nos
caímos. Carl hizo que pierda el equilibrio, así que me agarré de su polo
para no caerme. Solo conseguí que ambos terminemos en el piso.

Paul nos vio. Solo sonrió y saco su teléfono para tomarnos una foto, luego
volvió al salón. Fue algo un poco extraño.

—Parecemos idiotas —Dije.


—Ya se —Dijo mi mejor amigo.
Ya eran las 2:30 de la tarde, al fin estábamos saliendo de la escuela. Yo
me estaba despidiendo de mi hermano, él se iría con mi mamá.

—Adiós tía —Se despidió Carl de mi madre. Ya era costumbre que los de
mi salón llamaran a las demás mamás como "tía" y no como "señora".
—Cuídense, no hagan nada malo —Dijo mi mamá.
—No vamos a tomar ma', no te preocupes.
—Cuidado con que me esté enterando de que andan tomando alcohol
—Me advirtió ella.
—Ya mamá —Trate de sonar lo más calmado posible.
—Adiós —Mi madre se acercó y me dio un abrazo.
—Adiós —Me despedí.

El azabache y yo comenzamos a caminar hacia el auto de su madre.

Me quedé pensativo por un momento. Había momentos en los que no


sabía que hacer o cómo actuar en frente de Carl, literalmente lo conozco
desde los 7 años y ahora siento que debo cuidar todos mis movimientos.

Mi intento por querer hacer que me deje de gustar se está yendo a la


mierda.

—Jake —Me llamó mientras seguíamos caminando.


—¿Si?
—¿Estás bien? —En su voz había preocupación.
—Si, ¿Por qué?
—Te veo raro. ¿Seguro de que todo está en orden? —No, nada está.
—Si, todo bien.

Al llegar al auto de su madre la saludé. Valeria ya estaba allí.


—El profesor Luis es un pesado —Dijo Val.
—¿Por qué? —Preguntó su mamá.
—Nos dejó un proyecto de investigación en la última semana de clases
normales.
—Ni modo Val, te toca hacer ese trabajo —Habló su mamá frenando en un
semáforo.
—Nunca crezcan —Dijo Valeria viéndonos.
—Val, literalmente somos un año menores que tú —Había cierta burla en
el tono de voz de Carl.
—Ojalá para el siguiente año no nos toque con ese profesor —Dije.
—Ojalá los haga sufrir como lo hace con nosotros —Cuando Valeria dijo
eso, su madre la miró y se rio de la situación.

En todo el camino a casa de Carl me la pasé viendo por la ventana a los


autos y a personas que se veían molestos por alguna razón.

Al llegar a su casa almorzamos y nos quedamos nosotros dos comiendo


porciones extra y tomando gaseosa "Inka cola".

—¿Te falta alguna tarea para entregar? —Preguntó Carl.


—No, hice toda la semana pasada.
—Qué responsable, ¿De cuándo aquí haces todo a tiempo? —Dijo.

Quiero distraerme y no pensar en ti.

—Mucho tiempo libre —Dije y comencé a tomar mi gaseosa.

De reojo pude ver como Carl miraba a alguien detrás de mí, luego hizo
unas señas extrañas, como indicándole a alguien que pare de hacer lo que
sea que estaba haciendo.

Decidí voltearme y vi a Valeria actuando como enamorada. Le daba besos


al aire y se ponía el cabello detrás de la oreja. Dejo de hacerlo cuando se
dio cuenta de que la estaba mirando.
¿Qué mierda?

—¿Carlitos? —Dije volteándome de nuevo para verlo.


—Ah- ¿Jake? —El azabache al decir esto trato de actuar como si nada
hubiera pasado.

Se puso serio e hicimos contacto visual por unos segundos, para después
comenzar a reírnos como unos idiotas.

No entendía por qué nos reíamos, solo me dio gracia todo. Tampoco sabía
por qué me dio gracia. Perdí la cordura, supongo.

Voltee de nuevo y Val ya no estaba, seguí riéndome, no sé porque.

—¿Por qué te ríes? —Preguntó mi amigo riendo.


—No sé —Trate de no reírme más.

Ambos nos pusimos serios de golpe y a los pocos segundos volvimos a


estallar en risas.

Creo que esa gaseosa tenía algo.

—¿Ya vas a terminar con eso? —Pregunté.


—Si, solo lo envió y listo —Ya eran las 5 de la tarde. Solo le faltaba enviar
una tarea más y ya terminaría con todo lo que le faltaba entregar.

Cuando termino se levantó del asiento de su escritorio y se tiró en su cama


de manera brusca. Quise tirarme encima de él como normalmente
hacíamos, pero ahora estaba evitando cualquier contacto físico. Solo le
daba abrazos por la mañana, eso era algo que no quería dejar de hacer.

—Al fin terminé —Dijo el de lentes.


—Ahora sí, haz lo que quieras.
—Quisiera dormir.
—Duérmete pues.
—Bueno —Habló despreocupado —Pero primero me cambiaré este
uniforme —Dijo y se levantó de su cama.

Aún seguía con uniforme al igual que yo. A decir verdad, me incomodaba
ese uniforme, más bien, el polo, la tela de este era un poco gruesa y solo
quería sacármelo.

Carl sacó de su cajón de ropa y un polo negro, tenía un estampado de la


banda "Metallica".

Luego se sacó el polo de su uniforme.

Dirigí mi vista hacia el techo. Era un buen momento para analizar el techo.
Tenía bonito color, se veía resistente.

—Jake —Dijo Carl y me tiro un polo en la cara.


—¿Ah? —Murmuré con ese polo aún en mi cara.
—Cámbiate.
—¿Para?
—Te conozco. No te gusta estar con ese uniforme —Como lo quiero a este
estúpido.

Tome esa camiseta y me quite el polo del uniforme. Me sentía raro. Tenso.

Ahora mi mirada estaba puesta en el piso. No sé porque me sentía así,


muchas veces me cambie en frente de Carl, pero ahora se sentía distinto
todo.
Cuando me puse esa camiseta y levante ligeramente la mirada, me di
cuenta de que Carl estaba arrimado en su escritorio y estaba mirándome.

Me estoy ilusionando yo solo.

Dirigí mi mirada hacia Carl rápidamente y sí, estaba mirándome.

—¿Qué? —Pregunté. El de lentes se quedó callado y separó ligeramente


los labios como para decir algo, pero se quedó pensándolo por unos 2
segundos.
—Tu cabello... está más largo —Dijo con cierta inseguridad.
—¿Si? —Pase mi mano por mi cabello.
—Ajá... —Carl se acercó y pasó su mano por mi mandíbula para después
enterrar sus dedos en mi cabello. —Necesita un corte —Murmuró y apartó
lentamente su mano, la pasó con delicadeza por mi mandíbula hasta llegar
a mi cuello.

Mierda.

Mi piel se erizó, sentí como si la electricidad hubiera recorrido todo mi


cuerpo.

¿Acaso me estaba coqueteando?

Debo dejar de hacerme ilusiones.

—¿Y como va todo con Ester? —Pregunté cambiando de tema,


provocando que Carl se aleje un poco y esa corta distancia que había
entre nosotros desaparezca.
—Ah... pues... terminamos.
—¿¡Que!? —¿¡QUE!?
—Sí, es que ya no daba para más, nunca lo hizo.
—No entiendo.
Él se sentó en su cama de nuevo, se arrimó a la cabecera de su cama. Me
hizo una seña para sentarme al lado.

—Ilústrame —Ordené sentándome al lado del azabache.


—Es que nunca me gustó.
—¿¡Que!?
—Fue por pura presión. No quería que mi papá pensara que era un marica
o algo así.

Me quedé en silencio.

Tal vez no tenía algún interés por Ester, pero le quiso demostrar a su padre
que no era gay.

Nunca tendré alguna oportunidad con ese chico.

—No creas que soy homofóbico o algo así. Bueno, tal vez si llegue a serlo,
es por eso que trate de demostrarle a mi papá que no era gay... algo así.
El punto es que no me gusta y no me gustó nunca. Hice mal en pedirle que
fuera mi novia, pero ya lo hablé con ella y quedamos como amigos.
—Qué mierda —Mis ojos estaban abiertos como platos. ¿De verdad nunca
le gustó?

¡PASE MESES PENSANDO QUE CARL ESTABA PERDIDO POR ESTER!

—Si te preguntan qué pasó entre ella y yo, tú solo di que terminamos
porque sentíamos que la relación ya no funcionaba —Me ordenó mi mejor
amigo.
—Bien —Dije. Aún no podía creer lo que me estaba diciendo. —¿En serio
paso todo eso? ¿Cómo no te pegó?
—Ni yo sé, pero acabamos bien. Al menos eso me dijo —El de lentes
agarró una almohada y hundió su rostro en esta.
Me sentí mal por Ester. Era algo raro, estuve celoso de ella por un largo
tiempo y ahora solo quiero darle un abrazo y decirle que encontrará a
alguien que la quiera tal y como es.

—Fuiste un idiota —Dije.


—Lo sé —Dijo.
—Al menos fuiste sincero con ella y le dijiste la verdad.
—Sí...
—Pasó todo esto con tal de demostrarle a tu papá que no eras gay... wow.
—Fue malo lo que hice, pero... es complicado.
—¿Complicado? ¿Cómo?
—Es que... creo que... —Hubo un silencio —Nada, olvídalo.
—Puedes decirme —Él negó con la cabeza. —¿Por qué no? —Note como
sus ojos se pusieron llorosos. —No, no me digas —Ay, la cagué. —Perdón,
no quise presionarte, perdón.
—No, no, está bien, si fui un idiota. Estoy consiente de las cosas que hice
mal.

No sabía qué hacer, mierda. Mierda. Mierda. ¡Mierda!

—Lo siento, Carl.


—De verdad me gustaría poder contarte, pero no puedo —Literalmente
esta en la misma situación que yo hace unas semanas, solo que la de él
no era porque pensaba que era gay.
—No, está bien.

Lo pensé por unos segundos. Debía distraerlo por un momento.

—¿Quieres ir a la azotea? —Pregunté. —Para que te distraigas, debes


estar agobiándote aquí —Él lo pensó un rato.
—Vamos.

Al llegar a la azotea nos sentamos en el piso. Carl no estaba llorando. O ya


se había calmado o intentaba no llorar por vergüenza.
Nos quedamos en silencio como por 6 minutos. Deje que él se quede solo
con sus pensamientos por un rato.

Si mi yo de hace 2 años hubiera estado en esta situación, le hubiera


parecido raro. Antes ninguno de los dos lloraba en frente del otro, ni
siquiera nos mostrábamos afecto o algo así. Creo que en parte es porque
teníamos miedo de nuestros padres, al menos en mi caso si funciona así.
Mis padres no veían bien el que dos hombres se den afecto, así que aquel
pensamiento también había sido inculcado en mí. Peor si se trataba de
llorar, "Los hombres no lloran" era lo que escuchaba de manera frecuente.

—De nuevo, perdón —Me disculpé.


—No, está bien JJ. A veces me paso de dramático —Dijo soltando una
pequeña risa. Recordé lo que Amelia me había dicho cuando le dije lo
mismo.
—No digas eso, cada persona tiene distintas reacciones ante cualquier tipo
de situación, no invalides tus emociones —Creo que me dijo algo así, no
recuerdo muy bien.
—Bueno, sí, creo.
—¿Ya estás mejor?
—Si —Respondió. —Ya entiendo por qué te gusta venir aquí —Dijo
cerrando los ojos.
—Me da paz este lugar a pesar de que literalmente da vista a la ropa de tu
vecina colgada en su azotea.
—Y a la casa de otros vecinos con una vida de mierda. Pero, ¡Mira el lado
positivo! El atardecer es hermoso —Carl fingió una voz de personaje
animado. Sonreí ante esto.

La vista estaba linda, y no hablaba del atardecer ni de los vecinos.

Nos quedamos viendo todo hasta el anochecer. Literalmente nos la


pasamos sin hablar por casi 2 horas.
No me quejo, ninguno se percató de esas horas sin hablar, porque Carl se
arrimó en mi hombro y se quedó dormido, yo me arrime en su cabeza y
también me quede dormido.

Fui el primero en despertar. Cuando lo hice vi mi celular y ya casi eran las


7 de la noche.

Ahora estaba quieto tratando no moverme, Carl seguía dormido.

Todo estaba oscuro, lo único que nos iluminaba eran los postes de luz de
la calle.

—Carl —Susurré. —Carl —Pase mi pulgar por su rostro, dibujando un


camino invisible hasta llegar a su nariz perfilada. —Carl —Di pequeños
toques en la punta de su nariz —Carl —Él soltó un quejido.
—5 minutos más JJ —Murmuró con los ojos cerrados.
—Ya van a ser las 7 de la noche —Mire mi teléfono de nuevo —Ya son las
7.
—¿Y? Te irás a las 8:30 —Él ni siquiera abría los ojos.
—Ya levántate.
—¡No! —Se tiró hacia mí, provocando que caiga al piso y que él quede
encima de mi pecho. —Quiero seguir durmiendo —Dicho esto me abrazo
como si fuera un peluche.

Me reí de la situación, trataba de ignorar que estaba encima de mí y que


estaba acurrucado.

Con todas mis fuerzas me di una vuelta. Primero quede arriba de él y al


final a su lado. Ambos tumbados en el piso.

—Wow —Dijo Carl luego de abrir los ojos.


—¡Por fin!
—Qué bonito se ven las estrellas desde aquí.
—¿Tienes una azotea y nunca subes a ver las estrellas?
—Pues no, lo comenzaré a hacer todos los días. ¡Se ve hermoso todo!
—Dirigí mi vista hacia el cielo. —Aunque se vería más lindo si tan solo
todos apagaran sus luces y la de las calles.
—Pues sí. Igual está lindo.
—Estamos viendo el pasado —Dijo.
—¿Qué?
—Las estrellas están a una distancia menor de mil años o más.
Técnicamente, estamos viendo el pasado. Nos lo enseñaron en 4to de
primaria ¿No lo recuerdas?
—Me olvidé. Bueno... estamos viendo el pasado.
—Ajá.

Sí se veía bonito el cielo.

Estaba admirando todas esas estrellas, hasta que moví mi mano solo un
poquito y esta choco ligeramente con la de Carl.

Dios quiere que me den 20 taquicardias.

Me quedé quieto, ¡Ahora me da miedo hasta respirar!

—¿Ya estás estudiando para los exámenes? —Fue lo primero que se me


ocurrió decir.
—No. Comenzaré a estudiar mañana —Apartó su mano y la puso en su
pecho.
—Empezarás a estudiar la próxima semana —Dije.
—Si ya sé —Dijo y una sonrisa se formó en su rostro. Fue inevitable no
mirarlo. Tenía un lindo perfil.

Él era muy lindo, es el chico más lindo de todos. Tal vez para algunas
personas esto no sea cierto, pero para mí, él en definitiva es simplemente
hermoso.
—Oye Jake.
—¿Si?
—¿Te gusta Amelia?
—¿Qué? —¿Qué?
—Solo pregunto, están corriendo rumores de que te gusta ella.

Amelia era mi amiga, ¿Acaso no podían dejar de emparejarme con


cualquier chica que se me acerque?

—No es así. Ella no me gusta, antes era mi mejor amiga, ahora solo
estamos volviendo a tener esa amistad y ya —Expliqué.
—Es que los ven juntos y riendo. Los hombres del salón dicen que quedan
bien como pareja.
—Solo lo dicen porque ella es mujer y yo hombre. Si ella fuera hombre, no
dirían lo mismo. ¿O acaso dicen lo mismo de nosotros?
—¿De nosotros? —Carl se puso boca abajo y se acostó sobre su codo.
—Si, ya sabes. No dicen que somos pareja o algo así, porque somos
hombres, entonces para ellos no hay ninguna posibilidad de que nos
gustemos.
—¿Crees que habría alguna posibilidad de nos gustemos? —Preguntó de
manera pretenciosa.
—Ah...Pu-Pues no, ósea —A veces odio que haga cosas como esa.
—¿Ósea? ¿Si piensas en la posibilidad de que nos gustemos? —Una
sonrisa pícara se formó en su rostro.

Ya no sé si todo esto es en sarcasmo o me está coqueteando.

—Que- ¿Qué? —Carl se comenzó a reír y yo también. Solo que en mi


caso todo era por los nervios.

Él me estaba poniendo nervioso de la peor manera.

Las risas pararon cuando escuchamos como alguien tocaba la puerta del
primer piso.
Nos levantamos y me arrimé a un muro para ver a la parte de abajo. Mi
mamá había llegado más temprano.

—¿Bajamos? —Preguntó Carl en voz baja para que mi madre no nos


escuche.
—Nah, no quiero volver a mi casa.
—Bueno, nos quedamos acá.

Nos quedamos arriba un buen rato. Cuando los mosquitos comenzaron a


aparecer decidimos bajar.

—Hola mamá —Saludé cuando vi a mi madre hablando con la mamá de


Carl. Estaban sentadas en el mueble tomando refresco.
—JJ —Dijo mi mamá. No me gustaba que me llamara así. Literalmente
Carl y algunas personas que conozco me dicen así por ella.
—Hola tía Olivia —Saludó mi amigo.
—Hola Carlitos —Al menos mi madre si era equitativa y nos podía apodos
que no nos gustaban a ambos.

Nuestras madres compartieron miradas y sonrieron. Algo tramaban y


espero que no sea mandarnos a un internado para clases intensivas de 12
horas al día. Mi madre me perturba con eso desde que soy un bebe.

—Tenemos algo que decirles —Habló la madre de Carl. Ojalá que el


internado tenga buena comida.
—¿Qué cosa? —Preguntó el de lentes.
—Nos iremos de viaje —Avisó mi mamá sonriendo.
—¿A dónde irán? —Pregunté.
—Más bien, a donde iremos, hijo —¿Cómo?
—¿Ah? —Murmuramos mi mejor amigo y yo al mismo tiempo.
—En una semana saldrán de vacaciones por una semana entera,
entonces, desde la semana pasada, estuvimos planeando un viaje familiar
—Explicó la señora Mónica.
—Entonces... ¿A dónde iremos? —Pregunté.
—Aguaytía, está a 3 horas de aquí. Tampoco esperen que vayamos a
Disney o algo así —Respondió mi mamá.

Aguaytía era un lugar que estaba cerca de mi ciudad, Pucallpa. Tendría


que estar 3 horas sentado en un carro, esa idea no me gustaba, pero pudo
ser peor, pudieron ser 18 horas.

Aunque hay algo bueno en todo esto. Iría a un viaje con Carl.

Sé que mis posibilidades para salir con él tienen un 5% de probabilidad de


ocurrir. No es como que me guste esa idea, pero tampoco me desagrada.
Él podrá estar con una chica y será aceptado por todos, y tal vez yo algún
día también lo haga, eso espero.

Todavía no me gusta la idea de querer estar con alguien del mismo


género. Supongo que tendré que vivir con esa culpa por el resto de mi
vida.
25. Quiero hablar. . .

Carl

9 semanas- Martes- clases. . .

Si me pagaran por cada vez que he pensado en Jake estas últimas


semanas, ya me hubiera comprado 20 guitarras y una batería.

Vino a mi casa y se pasó casi toda la tarde ayudándome con las tareas
que me faltaban. Después nos cambiamos el polo del uniforme.
No voy a negar que cuando eso pasó mi mirada se fue directa a su cuerpo,
no tiene el abdomen súper marcado o supermúsculos, se veía bien. Luego
dirigí la mirada hacia su rostro, estaba de perfil. Fue inevitable dejar de
verlo. Vi su cabello lacio un poco despeinado, estaba más largo, ya hasta
tapaba sus orejas. Observe con atención su nariz aguileña y fui bajando la
mirada hasta llegar a sus labios, tenía lindos labios, rosados y no muy
gruesos pero tampoco muy finos.

Deje de verlo cuando me miro y me atrapo con las manos en la masa.


Me preguntó que ocurría y me tuve que inventar que nada más estaba
mirando el largo de su cabello.

Después de eso me acerqué a él, deje que mis impulsos se apoderaran de


mí y pase mi mano por su cabello de una manera no brusca. Aquello
ocasionó que lo único que quisiera hacer fuera besarlo. Ya sé que estuvo
mal, pero nada más quería sentir sus labios junto a los míos, quería seguir
hundiendo mi mano en su cabello y agarrar su mandíbula para poder
acariciar su rostro.

En este jueguito llamado "Evitar que te guste un chico" estaba perdiendo.

Todos esos pensamientos sobre besarlo se borraron cuando Jake me


preguntó como estaba con Ester. Se lo agradezco, si no hubiera
preguntado, tal vez hubiera cometido el peor error de toda mi vida.

Le conté lo qué pasó con Ester, se sorprendió, hasta mí yo del pasado se


sorprendería al saber lo que hice.

Termine con ganas de llorar, lo cual es extraño, yo fui el que hizo cosas
malas, yo fui el que no tuvo la suficiente valentía como para decirle a esa
chica que no quería nada con ella y que en realidad nada más quería
demostrarle algo a mi padre.

Ojalá pudiera viajar al pasado.

Hice algo así con él en la azotea. Estábamos viendo las estrellas y le dije
que estábamos viendo el pasado, fue algo estúpido, cierto pero estúpido.

En un momento creo que coquetee con él accidentalmente, comencé a


decirle que si pensaba que si podíamos estar juntos y todo eso, me causo
gracia ver como comenzó a tartamudear en su intento de dar una
respuesta.
Antes de eso él rozó su mano con la mía. Tuve que alejarla porque sentí
como si hubiera muchas hormigas y electricidad por toda mi mano, aunque
no se sentía nada mal, pero no sabía qué me pasaba.

—Creo que ya me estoy perdiendo —Dije entrando al cuarto de Valeria,


ella estaba escuchando música cuando ingresé a su habitación sin tocar la
puerta.
—¿Ahora qué pasó? —Preguntó sacándose los auriculares.
—Supongo que de verdad me gusta Jake.
—Ya sabía.
—¡Pero no soy gay!
—Quien sabe, hay más sexualidades.
—¿Como cuáles?
—Podrías ser bisexual.
—¿Que es eso? —Si escuché la palabra, pero nunca me explicaron qué
significaba.
—Es la atracción romántica y sexual hacia hombres y mujeres —Explicó.
—¿Te ha atraído alguna mujer alguna vez? —Preguntó.

Nunca me detuve a pensar eso. Creo que nunca en mi vida me ha gustado


una mujer real. Ósea, solo me han atraído como 2 veces personajes
ficticios femeninos.

—¿Black Widow cuenta? —Pregunté.


—¿Te atrajo?
—Pues... no sé. Es sexy.
—¿Solo te parece sexy?
—También es buena peleando.
—Pero, ¿Te atrajo alguna vez de manera romántica o sexual?
—Creo que no... ¿Que me parezca linda significa que me atraiga?
—No.
—Entonces no.

Considero que algo está mal en mí, nunca me ha gustado ninguna mujer.
—¿Seguro que no eres gay? —Preguntó Val. —Además, hay más
sexualidades, además de gay, lesbiana y bisexual.
—¡Ya te dije que no sé! —Me tire en su cama. —Mejor cambiemos de
tema, no quiero seguir hablando de la sexualidad.
—Entonces, ¿De qué quieres hablar?
—Jake.
—Lo que todos quieren —Habló con sarcasmo. —¿Qué pasó con mi
cuñado?
—Hoy cuando- espera, ¿Dijiste cuñado?
—¿Qué pasó hoy?
—Creo que coquetee con él.
—Cuenta —Se acomodó y ahora si parecía estar interesada en lo que iba
a decirle.
—Ósea no fue tanto un coqueteo. Le dije que necesitaba un corte mientras
mi mano estaba por su mandíbula y luego le insinué que si de verdad
piensa que podríamos estar juntos y hubo bastante contacto físico.
—¿Él hizo algo? —Preguntó.
—Me dijo que soy lindo y comenzó a tartamudear cuando le pregunte que
si creía que podríamos estar juntos —Valeria sonrió.
—¿Piensas hacer algo más?
—No. Es que él es heterosexual, yo no sé si lo soy, pero si me gusta él, de
seguro no lo soy.

Creo que no pasaría de coqueteo discreto, obviamente él creerá que es


broma. No creo que se fije en mí, le gustan las chicas.

—¿Él te lo dijo? —Preguntó.


—Si, siempre que le decían que si era gay o insinuaban algo así, él decía
que era heterosexual.
—Tú también decías lo mismo.
—Si, pero conmigo es diferente.
—Si tú lo dices.
Aún me parece muy raro todo, me siento extraño, ni siquiera puedo decir
"Soy gay y me gusta mi amigo", porque no estoy seguro de lo que soy.
Además, me siento avergonzado.

¿Algún día podré obtener todas las respuestas que quiero?


Jake

9 semanas- Miércoles - clases. . .

—Soy gay, me gusta Carl —Dije viéndome en el espejo.

Estaba practicando como le diría a alguien sobre esto. Ese alguien tenía
nombre y apellido; Amelia Córdova.

Ella no es alguien homofóbica y a decir verdad, creo que sabe más de


estos temas que yo. Quisiera contárselo a Grecia, pero no creo que ella
me entienda en lo absoluto, tal vez se lo cuente más adelante.

—¡Jake ven a desayunar! —Gritó mi madre. En 30 minutos debía estar


llegando a la escuela.
—¡Voy! —Respondí tratando de no gritar mucho.

Antes de salir de mi habitación, escuché como me llagaba un mensaje.

—Buenos días estúpido, tarado, pendejo, homosexual —Era Carl.


—¿Qué quieres mierda? —Me gusta, pero eso no significa que dejaré de
hablarle con "cariño".
Me pregunto como sería hablar con él si fuéramos novios.

—¿Me prestas tus audífonos? —Preguntó.


—¿Y los tuyos?
—Se malograron.
—Bueno... ya los tenías desde hace 4 años, es entendible.
—Seh... bueno, ¿Me los vas a prestar? —Ojalá no los rompa.
—Sí.
—Gracias, bonito
—¿Bonito?
—Es broma.
—Ah, pues, de nada, chico lindo.
— 🫢
—¡Es broma!
—Jajaja ya sé.
—Bye, te veo en el colegio.
—Chau.

Voy a fingir que no me gusta que me llame bonito.

Salí de mi habitación y vi a mi hermano. La puerta de su habitación estaba


abierta, él estaba peinándose.

—Ian, vamos a desayunar —Dije.


—Voy —Dijo dándose la vuelta para verme.

Se veía feliz, después se puso mucho perfume. ¿Desde cuándo cuida


mucho su apariencia? Él nunca se peina, y mucho menos se pone
perfume.

—¿Estás bien? —Pregunte arrimándome en la pared.


—Sip —Salió de su habitación dando saltitos.
¿Qué carajos?

En la escuela me encontré con Carl, él se fue directo a abrazarme. Tenía


ese clásico perfume que se ponía todos los días. Cuando me abrazó, con
una mano me dio caricias en la espalda y con la otra enterró sus dedos en
mi cabello. No había muchas personas en mi aula, solo una compañera
que estaba de espaldas viendo su teléfono con audiculares puestos, así
que decidí quedarme allí con Carl por un buen rato.

Nadie decía nada, estábamos en completo silencio. Eso era algo que me
gustaba, pues ese silencio no era incómodo.

Cerré los ojos y me imaginé cómo sería todo si fuéramos pareja y él me


abrazara así, viéndome como su novio y no como su amigo.

Me siento extraño.

—Hay que hacer esto más seguido —Dijo Carl separándose un poco. Aún
seguía en sus brazos, pero ahora podía ver su rostro y estábamos a una
corta distancia.
—Si —Dije —Dosis diaria de abrazos.
—Me gustan las dosis diarias de abrazos —Le gusta abrazarme... ¡Le
gusta abrazarme!
—A mí no —Bromeé.
—Hijo de tu madre —Se rio después de eso y yo también me reí.
Admire su linda sonrisa por un momento.

—Hola wawas —Saludó Paul entrando al aula.


—Hola Pato —Dijimos y nos separamos rápidamente.
—¿Quieren jugar "full guys" en la clase de ETP? —Preguntó él dejando su
lonchera y su mochila a un lado.
—Bueno —Dijimos ambos.

Pato me agrada, es un amigo algo cercano, pero no quería dejar de


abrazar a Carl.

—Hola Ñarry Potter —Saludó Amelia tocando mi espalda con su dedo.


—¿Ñarry Potter? —Pregunté volteándome para verla.
—El otro día estaba revisando el Facebook de mi mamá, las fotos y eso, y
me encontré con una foto de ambos en la que tú tenías unos lentes
redondos y grandes —Explicó mi amiga.
—¡Ahhh! ¿De la vez a la que fuimos a ver "Las aventuras de Peabody y
Sherman"?
—Ajá.

Cuando Amy y yo éramos mejores amigos, íbamos al cine cada que


alguna película se estrenaba. Recuerdo que fuimos a ver "Frozen" 4 veces
solo porque quería volver a ver la escena en la que Elsa cantaba "libre
soy"

—Eso fue él... 2014 ¿Verdad? —Pregunté tratando de recordar.


—Ajam, teníamos como 7 años —Dijo.
—¡Ay! Me acabo de acordar de que ese día derribamos una figura de
cartón sin querer —Reí recordando ese momento. Recordé que
comenzamos a correr como locos, pero fue en vano porque terminamos
chocando con un trabajador del cine.
—¡Y tú me echaste la culpa! —Se rio.
—¡Tenía 7!
Aquel momento me dio gracia, aunque también un poco de nostalgia, ¿De
verdad ese momento había pasado hace casi 8 años?

—¿2014? —Preguntó Carl uniéndose a la conversación.


—Si —Respondió Amy —Jake en el cine hablaba mucho.
—¡Oye! —Dije fingiendo indignación.
—Ah... sí... 2014, ese fue el año en el que te conocí JJ —Mi mejor amigo
puso su brazo al rededor de mis hombros —¿Ustedes desde hace cuanto
se conocen? —Preguntó.
—Desde hace... —Conté con los dedos —9 años —Dije.
—Ah —Carl habló un poco cortante.
—Yo tenía 5 y Jake 6 —Agregó Amy.
—¿Quién? —Preguntó Carl. Ay carajo.

Carl a veces hacía la broma del "¿Quién te preguntó?" Era algo de lo que
estaba seguro de que haría ahora.

—Jake y yo —Respondió mi amiga. A veces puede llegar a ser un poco


ingenua.
—Te preguntó —Carl sonrió de manera burlona y yo puse los ojos en
blanco para después sonreír también.
—El burro que me contestó —La sonrisa de mi amigo se borró de su rostro
y yo solo puse mi mano en mi boca para intentar no reír.
—¡Punto para Amelia! —Gritó Pato poniendo sus manos en forma de
megáfono.
—¡Cállate Pato! —Dijo Carl en voz alta.
—Perdón.

¿Qué acababa de pasar?


A la hora del recreo busqué a Amy. Creo que se lo diría en ese momento.

O tal vez no. Me estoy comenzando a arrepentir.

—¡Amy! —La llamé.


—¿¡Que pasó!? —Preguntó desde su asiento. Yo estaba cerca de la
puerta con mi lonchera en mi mano.
—¡Vamos! —Le dije apuntando mi almuerzo, dándole a entender que ya
era la hora del recreo y que debíamos ir a comer.

Cuando ella se acercó a mí con su lonchera, la tome de la muñeca y


comencé a caminar hacia un lugar más alejado de todos.

—Quiero decirte algo —Dije caminando hacia un salón, vació.


—¿Okey? —Ella estaba confundida, ¿Y quien no?, de la nada, la estoy
llevando a un sitio para estar a solas y decirle algo serio.

Cuando entramos a ese salón me senté en el piso y le hice una seña para
que también lo haga.

—¿Qué pasa? —Preguntó.


—Quiero hablar de un tema un poco... serio —Saqué mi comida tratando
de hacer que todo fluya con naturalidad, como si fuera una charla normal.

Me estoy cagando del miedo.

—¿Serio? ¿Sobre qué es exactamente?


—Pues... —No sabía como empezar.

Mi arrepentimiento crece cada vez más.


Quiero hablar, pero las palabras no salen de mi boca.

—Mejor no —Dije.
—Puedes confiar en mí.
—Si lo sé, pero, es complicado.
—¿Sobre qué es exactamente?

¡A la mierda!

—¿Tú que harías si fuera gay? —Pregunté de manera directa. Siento que
voy a vomitar.

Amelia se quedó callada, me analizo con la mirada y creo que captó rápido
lo que intentaba decirle.

—Pues, ¿Nada?, todo seguiría igual, seguiríamos siendo amigos y con los
mismos tratos, lo único que cambiaría sería que ya sabría que no eres
heterosexual —Habló ella.
—Ah... ¿Eres homofóbica?
—Le preguntas eso a la persona más homosexual del aula.
—Sí, fue estúpido, perdón.
—¿Por qué preguntas?

No estaba seguro de mi sexualidad, pero si de que ella sabía que cosa


intentaba decirle, solo que se hacía la loca o algo así.

—Amy, seamos honestos, tú sabes que es lo que intento decir —Dije.


—Si, pero no quiero sacar conclusiones sin antes saber con exactitud.
—No me hagas decirlo.
—Bien. No te haré decirlo, supongo que debe ser difícil para ti ¿No? —Por
cosas cómo esta la elegí a ella para contarle sobre esto.

Amy me hacía entrar en confianza, me hacía sentir que no debía tener


miedo, aunque el simple hecho de estar contándole esto a alguien, me
causaba un poco de temor.
—¿Cómo lo sabes? —Pregunté.
—Pase por lo mismo que tú JJ —Ella también salió del closet, hace mucho
conmigo.
—¿Y estás bien con eso?
—¿Con qué?
—Con que sea... ya sabes... gay.
—Pues si, no es como que sea algo o malo o extraño, así que si, todo
normal —Solté un suspiro de alivio.

Recordé cuando ella salió del closet conmigo, fue hace 2 años, en una
noche normal del 2020. Teníamos 12 años. Ella me dijo que era Pansexual
o algo así. Ella me contó algo que era importante, me entregó su confianza
¿Y qué hice yo? Le dije que "WTF", que nuestra amistad no podía
continuar y la bloqueé. Después les conté a todos.

Qué mierda.

Ahora los papeles se invierten, yo soy el que cuenta eso que es tan
importante y ella es la que me debería decir "Nuestra amistad no puede
continuar" al fin y al cabo, me estaría pagando con la misma moneda. Sin
embargo, me aceptó, su reacción no fue la misma que la mía y es algo
increíble, si yo fuera ella, hubiera hecho lo mismo que le hice hace 2 años.

—Gracias —Le dije.


—¿Por qué?
—Por no ser un idiota como yo —Ella sonrió ante esto.
—No te preocupes por eso, no le diré a nadie —A veces me pregunto por
qué es tan buena.
—Te lo agradecería mucho.

Ambos nos quedamos en silencio, ella comenzó a comer su almuerzo y yo


también.
Wow, me sentía bien, se sentía bien decirlo, creo que al fin descargué ese
sentimiento de angustia que se generaba en mí al no saber si decirle a
alguien sobre esto.

Además, mi primera salida del closet (si es que así se le llama a esto) fue
buena, Amy no reaccionó mal y me mostró su apoyo, ojalá todos fueran
así.

—Bueno... Eso salió bien —Hablé llevándome una galleta a la boca.


—Pues si, ¿Alguien más lo sabe? —Preguntó.
—No, solo tú.
—¿Y Grecia?
—Tampoco lo sabe, siento que no entendería mucho sobre esto. Primero
quería contárselo a alguien que realmente supiera sobre esto. Y ella es
heterosexual, así que...
—Bueno, sabe lo básico y lo acepta, pero más a fondo no sabe mucho.
Pensó que era lesbiana, a pesar de que le conté que me gustaba un chico,
fue hace mucho.
—Supongo que si le diré algún día. Oye, pero, ¿No eres lesbiana?
—¿Cómo que no era lesbiana?
—¡No! ¿Por qué todo el mundo supone eso?

Porque yo hace 2 años le dije a todos que eras lesbiana.

Mi yo de hace 2 años pensó que me dijo que era Pansexual solo porque
no aceptaba ser lesbiana.

—No sé —Dije.
—Es sarcasmo, ya sé que fuiste tú el que les dijo eso a todos.
—¿Qué?
—Me lo dijeron tus amiguitos —¿¡Qué!?
—Perdón, perdón, perdón, perdón —Estoy tratando de evitar otra posible
pelea de 2 años.
—Ya, déjalo así —No se escuchaba molesta —Por cierto, ¿Piensas
contárselo a Carl? —Preguntó cambiando de tema.
—No, es otra cosa que quería contarte.
—Cuéntame y exagera.
—Hay un chico que me gusta —Dios, ayúdame a que no me desmaye.
—¿Y eso que tiene que ver con Carl?
—Amy —Hable viéndola a los ojos.

Ella primero me vio confundida, luego abrió la boca sorprendida y me miro


sorprendida.

—¿Qué? —Pregunté, ella no decía nada, estaba en shock.

—¡No puede ser! —Grito —¡Dios! —Ya no gritaba, pero su tono de voz era
alto. —¿Te gusta Carl? —Preguntó en un susurro. Me quedé en silencio y
dije—Sí.
—¡Ahhh! —Soltó un grito agudo —Tremendo plot twist.
—¿Plot twist?
—Giro de la trama.
—Ah, bueno, para mí también fue algo extraño.
—Qué ironía.
—Seh.
—Decías ser homofóbico y ahora te gusta tu mejor amigo.
—Ni siquiera yo me lo esperaba.
—¿Desde hace cuanto que te gusta?
—No lo sé, pero me di cuenta hace poco —No dijimos nada más porque
sonó el timbre.
—Más tarde me cuentas, ya debemos irnos.
—Sí, sí.
—Que raro este día.
—Que rara la vida —Dije.
—Que rara la vida y que lindo desarrollo del personaje te está dando la
vida —Dijo.
Este día fue extraño. Le conté a alguien sobre mis gustos, aunque se sintió
bien. Salió bien todo, pero no sé que me espera con las demás personas.

Ojalá no todos sean tan mierdas como lo fui yo.

El karma puede ser una mierda.


26. Entre broma y broma, una declaración
se asoma.

Jake

10 semanas- Viernes - clases. . .

La semana de exámenes fue muy extraña. Pasaron varias cosas, entre


ellas el que Carl actúe como un celoso.

El lunes un grupo de estudiantes de mi salón se puso de acuerdo para


copiar en el examen de Ciencias Sociales. Ese examen lo hicimos en
nuestras laptops y por ahí se meterían a "Discord" para mandarnos las
respuestas.

Nos descubrieron porque una compañera no se dio cuenta de que el


profesor estaba detrás de ella y el brillo de su pantalla era muy alto.
En ese grupo estábamos, Paul, Amelia, Grecia, Fernando, Gael y casi todo
mi curso.

Carl no estaba, de la que se salvó.

De milagro mi mamá no me pego o algo así.

El martes tuvimos 2 exámenes, uno de ellos era el de Química, estuvo


superfácil, al menos para mí, me iba bien en ese curso.

A Amy no le fue tan bien, término mordiéndose las uñas por todo el resto
del día, ya que le faltaron responder muchas cosas.

El miércoles, el examen de matemática me cagó. Estuvo difícil, en parte


fue porque en ese bimestre, casi todos (por no decir todos) nos la
pasábamos haciendo otras cosas en nuestras laptops en lugar de prestar
atención.

Ese mismo día nos estregaron las notas de ese examen. Saque un 14 de
20. No estaba nada mal, pudo ser peor.

Grecia y yo tuvimos que consolar a Amy porque estaba llorando. Saco 11 y


se la paso estudiando toda la semana. Estaba muy frustrada.

El jueves nos tocó el examen de comunicación. A Carl y a mí nos fue mal,


sabíamos que nuestra nota apenas y llegaría a un 11. A Amy si le fue bien
en este, incluso entregó el examen antes de que el tiempo se acabe.

También nos tocó el examen de religión. Ese fue en nuestras laptops.


Termine con un lindo 90%, para ser ateo y no haber estudiado, no estuvo
nada mal.

El viernes fue el de inglés, este también fue virtual, me fue bien. Termine
con un 85%.
Sin embargo, en el examen de biología, solo 3 personas salieron con
buena nota, entre ellos Carl.

El resto de nosotros no pasaba de un 50%.

Ahora me encontraba en la salida, esperando a que mi madre llegue por


mí. Mañana me tendría que levantar a las 4 am, ya que a las 5 nos iríamos
a Aguaytia, ¿No podíamos ir más tarde? ¡Está a 3 horas de mi ciudad!
Quería dormir más tiempo.

—¿Harán algo en vacaciones? —Pregunté. Estaba en un pequeño grupo.


Amelia, Pato, Grecia, Carl y yo, estábamos sentados en el piso. Mi
hermano estaba, por otro lado, hablando con su amiga.
—¿Ver Harry Potter cuenta? —Preguntó Amy.
—Supongo que si —Dije.
—Yo iré a Lima —Dijo Grecia.
—Yo a mi cocina —Agregó Paul.
—Estamos en las mismas Pato —Habló Amy.
—Ustedes se irán juntos a Aguaytia ¿Verdad? —Interrogó la del cabello
rizado.
—Si —Confirmé.

Amelia me miro y me guiño el ojo. Me ha estado molestando con Carl


desde que le conté que me gusta.

A veces finjo que no me gusta que me moleste con él, pero, ¿A quién
engaño? ¡Amo que me molesten con él!

—Jake —Me llamó mi hermano. —Ya llegó mamá —Informó.


—Voy —Dije —Vamos Carl —Él se quedaría a dormir en mi casa.
—Ya voy.

De camino al auto, mi madre y mi hermano estaban un poco alejados.

—¿Por qué Amelia te guiñó el ojo? —Preguntó mi amigo.


¿Cómo se dio cuenta? Ese guiño no duro ni 1 segundo.

—Me estaba molestando —Respondí.


—¿En qué sentido? —Volvió a preguntar.
—¿Cómo?
—¿Le gustas?
—¿Qué? No.
—¿Cómo estás seguro de eso?
—Solo lo sé.
—Ah, siempre se la pasa contigo y eso.
—Si, pero yo no le gusto. No te preocupes, no tengo nada con ella, celoso.
—Bueno... espera ¿Me dijiste celoso?
—No —Dije con sarcasmo.

Carl estuvo así desde el inicio de la semana. No directamente, me hacía


preguntas discretas sobre Amelia y si estábamos en alguna relación o algo
así.

—¿Te gusta ella? —Pregunté.


—¡No!
—¿Entonces estás celoso de ella? —Pregunté sonriendo, quería que se
viera como una broma de amigos.
—Ah-¿¡Que!?
—No te juzgo, soy irresistible.
—No te lo niego —Carl puso su mano alrededor de mis hombros. —Ya
deja de decir que estoy celoso —Dijo.
—Está bien... celosin —Él se rio.
—¿Tanto te gusta pensar que tengo miedo de perderte?
—No es como que yo te guste o algo así.
—Y...¿Yo si te gustó a ti?
—No, hay mejores.
—¿Mejores que yo? No lo creo.
—Wow, ¿De cuándo aquí tienes tanto ego?
—Es broma JJ.
—Ya lo sé.

Ojalá todo fuera real y no una simple broma.

—Pero hablando en serio, dile no a los celos —Dijo él.


—Pues sigue tu propio consejo.
—Cállate.
—No.

Abrí la puerta del auto y me metí a este.

Espero que mis impulsos de ilusionado no me ganen cuando esté con


Carl.

—¿Estás seguro de esto? —Preguntó Carl nervioso.

Estábamos caminando hacia una tienda que estaba algo cerca de mi casa,
dijimos que iríamos a comprar snacks y eso.

Íbamos a comprar "Four Loko" es una bebida que contiene alcohol. Nunca
la he probado, algunos de mis compañeros y conocidos sí, dicen que sabe
rico.

—Si, ¿Tú estás seguro? —Pregunté. —No te quiero obligar a nada.


—Sí, estoy seguro, pero tengo miedo de que nos descubran —Dijo.
—No creo. Mi papá no está y mi mamá saldrá. Solo estaremos con Ian y él
se la pasa jugando en su cuarto.
—Bueno, pero si nos descubren, diré que no sabíamos que contenía
alcohol.
—Bueno.

Al llegar a la tienda compramos snacks, pero también esas bebidas. Una


para cada uno. Cada una costó 12 soles, en mi país, eso es caro. Al
menos para mí, con 12 soles, me puedo comprar un almuerzo, pero en su
lugar, me ando comprando una bebida que no es para que alguien de mi
edad lo consuma.

Mis papás me matarían si se enteran.

No sé si emocionarme o sentir miedo.

De regreso a mi casa me aseguré de meter todo sin que nadie viera nada.

Cuando mi mamá salió de la casa, comenzamos a tomar.

—No creo que nos haga nada —Dijo Carl —No huele mucho a alcohol.
—Pues no, no nos hará nada.

Veía manchas de colores por toda mi habitación.

Carl se reía por cualquier cosa y yo también. Él estaba tirado en el piso


boca abajo y yo estaba acostado en el borde de mi cama.

—Po-¿Por qué?... estas- El piso se mueve —Dije acabándome esa


bebida.
—¿El piso se mueve? —Preguntó Carl para después reírse. —Ay que
cosas dices —Se volvió a reír y levantó la mirada para observar mejor el
piso —Jake el piso se mueve —Dijo en un tono serio para después reírse
de nuevo.

Él se levantó del piso y tomó su teléfono, apenas y podía estar de pie. Se


metió a "Spotify" y comenzó a sonar una canción llamada "Y es que
sucede así".

—Para ambientar el lugar —Dijo mi amigo y tiró su teléfono en mi cama.


—Qué buena rola —Dije balbuceando.
—Levan... —Perdió el equilibrio —Ay carajo —Apoyo una mano en mi
armario —Levántate —Ordenó.
—Ya, ya —Me levanté y sentí un gran mareo que hizo que me vaya hacia
atrás —¡Ay! —Grite y comencé a caminar hacia atrás para no caerme.
—No te me mueras amor —Habló mi amigo y se acercó a mí. Me quise
acercar también, pero terminé tirándome en sus brazos.
—Me siento- mare... ado —Arrimé mi mandíbula en su hombro.
—Ay yo también —Dijo tratando de no perder el equilibrio.

Cerré los ojos y sentí como si todo estuviera dando vueltas. Sentía como si
estuviera flotando.

—Carl... me voy a morir —No podía ni pronunciar bien las palabras.


—No digas eso Jake, no te mueras.
—No me muero. —Carl me tomó de la mandíbula y me miro a los ojos.
—Promete que... no te vas a morir. Estúpido.
—No, no me voy a morir —Me dio un beso en la cabeza. ¡Amo esto! Pero
me gustaría que no esté borracho y a mi me gustaría estar en mis 7
sentidos...no, 4, ¿5? ¡Ya no se!
—Muy bien —Volví a poner mi mandíbula en su hombro y él enterró sus
dedos en mi cabello —Te quiero mucho como para que te mueras.
—Yo también te quiero mucho, pendejo. —Comenzó a sonar una canción
de Queen. "Fashioned Lover boy" Carl no dejaba de escucharla en clases.
—¡Ay esa canción! —Gritó emocionado y comenzó a cantar. —¡We can do
the tango just for two!... I can serenade and gently play on your heart
strings!
¡Be your Valentino just for you!

Cantaba feo apropósito, o creo que era porque estaba borracho y al igual
que yo, apenas podía pronunciar las palabras.

—¡Ooh, love, ooh, loverboy! ¡What're you doin' tonight, hey, boy?! —Me
tomó de las manos y comenzó a moverme como si estuviéramos bailando.

Comenzamos a bailar torpemente, como si estuviéramos en un vals con


mezcla de salsa. Vals- salsa de borrachos.

—¡Set my alarm, turn on my charm! —Deje que cantará, yo solo me sabía


el coro y una que otra parte.—¡That's because I'm a good old-fashioned
loverboy!... ¡Ooh, let me feel your heartbeat!
—¡Grow faster, faster!... ¡Ooh, ooh, can you feel my love heat?! —Yo
estaba cantando horrible, pero, ¿Qué más da?
—¡Si te la sabes! —Dijo en voz alta.
—La escuchas todos los días, como no —Solté una risita y él me hizo dar
un giro con su brazo.
—¡I'd like for you and I to go romancing!
—¡Say the word, your wish is my command!

—¡Ooh, love, ooh, loverboy! —Cantamos los dos al mismo tiempo


—¡What're you doin' tonight, hey, boy?! ¡Write my letter! ¡Feel much better!
¡And use my fancy patter on the telephone!

Cuando llego él solo de Bryan en la canción, él hizo como si tocara la


guitarra y yo solo me reía.

Me pregunto si este momento lo recordaré mañana. Espero que sí.


—Buenas noches, mamá —Dije y cerré la puerta de mi habitación. —Mi
madre llegó a eso de las 8 y le dijimos que no teníamos hambre. En esos
pocos segundos en los que nos preguntó como estábamos y si teníamos
hambre, mi amigo y yo actuamos lo más normal posible. —Ayúdame
—Dije tratando de ver. Ya había apagado las luces y aún estaba un poco
mareado, así que era difícil mantenerse de pie.
—Voy —Dijo Carl levantándose y ayudándome.
—¿Cono se te pasó el efecto a ti y a mí no? —Pregunté.
—Ni idea —Dijo él y me ayudó a llegar a mi cama. Me tiré en esta apenas
y sentí el colchón.

Carl se acostó a mi lado y se frotó los ojos con las manos.


—¿Crees que mañana nos dolerá la cabeza? —Pregunté.
—Supongo que si —Respondió. —Mi papá a veces se queja de como le
duele la cabeza después de tomar.
—Mis padres también —Dije. —Fue mala idea tomar una noche antes del
viaje.
—Si, pero fue divertido.
—Pues sí.

Hubo un silencio.

—Carl.
—¿Si?
—El techo se mueve —Mi amigo se rio.

¿Cuánto tiempo tardaría en pasarme el efecto de esa bebida?

—Ya hay que dormir —Dijo.


—Si, mejor. Siento que cualquier momento el techo se va a derretir o se va
a caer.
—Yo siento que en cualquier momento voy a vomitar —Habló él.
—No tomó nunca más.
—Igual.

Por más mareado que estaba, trate de dormir, pero no podía. Me sentía
con energía. No quería dormir.

Carl ya tenía los ojos cerrados y yo no podía ni asimilar que ya tenía que
dormir.

—Carlitos —Lo llamé.


—¿Ah? —Murmuró él abriendo los ojos.
—No puedo dormir.
—Cierra los ojos y finge que duermes. Así te quedarás dormido.
—Okey —Hice caso a lo que me dijo y en eso sentí como mi estómago
crujía. —Carlitos.
—¿Si? —Volvió a abrir los ojos y trató de sonar calmado.
—Tengo hambre.

Él se quedó en silencio.

—Yo también —confesó.


—¿Qué?
—No dije nada porque dijiste que no tenías hambre.
—Solo se lo dije a mi mamá porque apenas y nos podíamos mantener de
pie.
—Oh... pues tengo hambre.
—¿Quieres ir a buscar algo en la cocina? —Pregunté.
—Sí, vamos.

Cuando me levante sentí un ligero mareo. ¿¡Cuando pasaría el maldito


efecto!?
Cuando fuimos a la cocina tome una bolsa entera de pan y al volver
tratamos de no hacer mucho ruido.

—Mañana estaremos cagados por el sueño —Habló Carl comiéndose un


pan.
—Ya sé —Dije.

Ya eran las 4 de la mañana. La alarma resonaba por toda mi habitación y


un dolor de cabeza eliminó todo rastro de alegría en mí.

—Levántate —Dijo mi mejor amigo. Este ya estaba fuera de la cama,


mientras que yo seguía con los ojos cerrados.
—No.
—Levántate —Ordenó por segunda vez.
—¿Como tienes tanta fuerza de voluntad? —El bostezó.
—No lo sé... ya levántate JJ —Comenzó a tocar mi hombro.
—Me duele la cabeza —Me quejé y comencé a bufar.
—Pero tienes que levantarte —Con su dedo índice comenzó a dar
pequeños toques en mi cara.
—No.

Él se acostó a mi lado y siguió dando toques a mi rostro con su mano.

—¡Despierta!
—N-O —Dicho esto lo abracé y lo tapé con el edredón de mi cama.
—Oh... no. Eso es juego sucio —No dije nada, él quería moverse, pero
apenas y podía. Lo tenía como un tamal. —¡Jake! Se supone que no me
debo de dormir de nuevo —Seguí sin decir nada, me estaba quedando
dormido de nuevo. —Hijo de tu madre —Habló, no estaba molesto,
insultaba de una manera muy calmada. —!Bueno! Duerme 10 minutos
más.
—Gracias.
—De nada, ¡Solo 10 minutos!
—Si, si, como tú digas.

El muy astuto había puesto más alarmas.

Ahora estábamos en la carretera. Cada familia iba en su respectivo auto.


Yo me la pase todo el camino durmiendo en la pierna de mi hermano, el
cual termino con un calambre.

Hicimos algunas paradas para tomarnos fotos y eso, sobre todo por el
amanecer.

Ahora tenía en mi teléfono una foto de la madre de Carl, de Valeria con sus
ojeras marcadas y una cara seria frente al amanecer, de Carl apuntando al
sol fingiendo una sonrisa, una foto con mi familia, una foto con mi mejor
amigo en la que él está durmiendo en el auto de su madre y yo salgo al
lado con cara de asustado, una en la que mi hermano está vomitando en
plena carretera y otra en la que Carl se pone una mano en la boca porque
al ver a mi hermano así también tuvo ganas de vomitar.

Mi favorita de todas es una que Valeria tomo desde mi celular sin


avisarme. Estoy con Carl detrás del auto de su madre, ambos estábamos
esperando a que nuestros padres terminen de comprar snacks en una
tienda, yo estaba ocultando mi rostro en el pecho del chico que me gusta y
él tenía su brazo en mi espalda.

Lo que en realidad pasó, fue que me sentía un poco mal, por el viaje y
porque ese "Four loko" me había caído mal, entonces, mi amigo me
preguntó si estaba bien. Tomaron la foto en el momento exacto en el que
mi mejor amigo me comenzó a decir que no iba a dejar que tome de
nuevo.

—Pásame la foto —Dijo Carl cuando se la mostré.


—Bueno.

Tremenda sorpresa me llevé cuando vi que la había puesto de fondo de


pantalla en su celular.

También tremenda ilusionada, pero ese no es el punto.

Al llegar a Aguaytia desayunamos y buscamos un hotel. Encontramos uno


con aspecto extraño, pero era pasable a comparación de los otros.

—Chicas con chicas, chicos con chicos —Dijo mi padre.


—Tú y Carl estarán en la misma habitación —Informó mi tía Mónica. —Yo
dormiré con Valeria y tu padre, pues, solo.
—Está bien —Dijo mi amigo.
—¿Cuál es nuestra habitación? —Pregunté.
—La 115 —Respondió mi madre dándome las llaves del cuarto.
—Ok —Dije.
—Si alguien extraño quiere entrar, avísennos —Informó mi mamá. —O
griten.
—Si, si —Hablamos mi amigo y yo al mismo tiempo.

Al entrar a la habitación lo primero que hice fue tirarme en la cama más


grande.
—Claro, deja al amigo del alma en la más pequeña —El de lentes se sentó
en la otra cama. —Y en la más dura además.
—Perdón, así es la vida.
—Da igual, con tal de que estés cómodo por mí está bien.
—Gracias por tu preocupación Carlitos.
—No hay de que JJ.

Ese día no saldríamos, solo descansaríamos en el hotel.

—¿Mañana qué haremos? —Pregunté.


—Según mi mamá, mañana iremos al "velo de la novia", a la "Ducha del
diablo" y a otro lugar que no recuerdo el nombre, pero es una especie de
arroyo.
—Bueno, ojalá no llueva —Dije.
—¿Solo estaremos hoy y mañana no?
—Ajá, pasado mañana ya nos vamos.
—Qué triste —Dijo el azabache fingiendo tristeza.
—¿Por que no te gusta estar aquí?
—No es muy lindo este lugar que digamos, me recuerda a Pucallpa solo
que con menos cosas, pero me gusta estar aquí contigo, eso mejora un
poco la experiencia.
—¿Que harías si no estuviera aquí?
—Me estaría muriendo del aburrimiento.
—Al menos estás saliendo de tu casa —Me senté en el borde la cama.
—Al menos estoy contigo.

El más ilusionado me dicen.

—¿Tanto te gusta estar conmigo? —Pregunté.


—¿Se nota mucho? —Preguntó sentándose a mi lado.
—Un poco.
—Entonces —Se quedó callado. —¿Cómo hago para que se note más?
—A-¿Ah?
—Solo digo. No soy fan de ocultar mis sentimientos, Jake —Acercó su
mano a la mía y entrelazo ligeramente su meñique con el mío.
—Ah, ¿No?

Ay... !AY!

No aleje mi mano, me gustaba estar así, no sé si todo era una broma, pero
ya me estaba dando igual.

Amo esas bromas.

—No —Dijo.
—¿Y de qué tratan esos sentimientos?
—¿No sabes?
—No... —Sentí esas mariposas en el estómago. Esto es una tortura
extrañamente hermosa. Baje la cabeza y trate de controlar mis emociones.

Es imposible controlar las emociones en este momento.

¡A la mierda controlar las emociones!

Esto no está bien, pero solo quiero que me bese y no soy lo


suficientemente valiente como para hacerlo yo. ¿Y si todo es solo una
broma?

—Yo tampoco sé con exactitud —Confesó.


—Y... Te... ¿Te gustaría saber? —Creo que esto ya no es broma.

Acerqué mi mano aún más a la suya y él no se apartó.

—Si —Contestó.

Mi mirada bajó hacia sus labios, él se los mordió ligeramente.

Por favor bésame.


Me sentía tenso, de verdad quería besarlo, estaba comenzando a
volverme loco.

¿Autocontrol? ¿Qué es eso? ¿Se come o qué?

—¿No te pasa que... sientes como si supieras con exactitud de qué se


tratan tus sentimientos o emociones, pero solo intentas bloquearlos o
ignorarlos? —Era exactamente mente lo que me pasaba con ese
sentimiento llamado "amor".
—Sí. Todo el tiempo, y ¿A ti?
—Todo el tiempo —Su tono de voz bajó, dijo eso casi en un susurro.

No estaba controlando nada de mí. Comencé a acercarme a él lentamente


y creo que él se acercó también. Su mirada pasó de mis ojos a mis labios y
su puso su mano en mi hombro, gracias a eso logró hacer que me acerque
un poco más.

Estaba a una distancia corta de sus labios y alguien tocó la puerta.

—Carl —Llamó su mamá.

Rápidamente nos alejamos.

—Yo voy —Me avisó el de lentes.

Se levantó y abrió la puerta, su mamá le preguntó si estaba todo bien y si


no faltaba nada o algo así.

No le preste mucha atención a esa conversación.

¡CASI BESO A CARL!

¡Mierda! ¿¡Qué ocurre conmigo!? ¡No debí hacer eso!.


Pero él también se acercó... ¡Ya no entiendo nada!
Me levanté de la cama y me metí al baño mientras que mi amigo aún
hablaba con su madre.
Me miré en el espejo, estaba rojo, mis mejillas estaban rojas, parecía un
tomate.

—¿Por qué hiciste eso? —Me pregunté a mi mismo susurrando —Y... ¿Por
qué él hizo eso?

Ese chico me tiene confundido.

—Contrólate Ross —Me dije a mí mismo y salí del baño.

Al hacer esto vi como el azabache cerraba la puerta. No quería hablar del


tema, así que me tire en mi cama y me cubrí con el edredón de esta.

—A dormir —Dije tratando de no sonar nervioso.


—Oh, okey. Buenos días.
—¿Buenos días? ¿No serían buenas noches?
—No, aún no es de noche, serían buenos días.
—Ah...
—Duerme bien.
—Si, eso haré.

Creo que entendió que no quería hablar de lo que había pasado.

Cerré los ojos y esperé a que nos llamaran para ir a almorzar.

Me gustaría que todo fuera un sueño.


Es una especie de sueño con mezcla de pesadilla.

Me gustó que estuve a punto de besar a Carl, pero en parte me aterra,


esto es algo nuevo y me siento muy asustado.

En estos momentos, el miedo es lo único que no me deja en paz.


27. Pum

Carl

10 semanas- Sábado - Vacaciones...

Ayer casi beso a Jake... ¡CASI BESO A JAKE! Y le dije varias cosas
reveladoras ¡Dios!

No me arrepiento de nada... bueno, si, si me arrepiento.

No porque no me guste Jake o algo así, sino porque no estoy seguro de


esto, ¿Y si es una maldita broma? Siempre hemos bromeado con ser
pareja y ¡Maldita sea! ¡Ya no puedo reconocer que es falso y que es
verdad!
Ayer, después de ese casi beso, él se durmió hasta la hora del almuerzo.
No hablamos mucho después de eso. Pero hoy si quería hablar con él, no
me gustaba el silencio incómodo que se había formado entre nosotros.

—Buenos días, bello durmiente —Saludé saliendo del baño. Estaba


tratando de actuar lo más normal posible, no quería que él se sienta
incómodo.
—Buenos días —Saludó él bostezando. —¿Qué hora es? —Preguntó
peinándose el cabello con una mano.
—Las 8:30. Mi madre me dijo que nos iríamos a desayunar en 20 minutos.
—Oh... ¿No puedo dormir un poco más? —Aquí vamos de nuevo.

Jake en su vida pasada, fue un oso perezoso. No tengo pruebas, pero


tampoco dudas.

—No, saldremos en 20 —Dije.


—Me duermo por 10 minutos y me alisto en 10.
—Te tardas mil años en alistarte, levántate.
—No —Se acostó de nuevo y se tapó con el edredón hasta la cabeza.

Me acerqué a su cama y con todas mis fuerzas jalé esa colcha.

—¡Oye! —Se quejó mi amigo con los ojos cerrados.


—No puedo creer que haré esto —Tome sus pies y jalé de estos hasta que
las piernas de este ya se encontraban afuera de la cama.
Él soltó un grito agudo ante esto.
—¿Qué fue? —Preguntó desconcertado.
—Levántate —Ordené.

Se sentó en el borde de la cama e hizo una mueca de desagrado.

Me acerqué a al pelinegro y dijo —Quería seguir durmiendo —Al verme


parado al frente de él, apoyó su cabeza en mi abdomen y lo uso como
almohada.
—¡No te duermas! —Hablé en voz alta.
—Ajá —Dijo cerrando los ojos.
—¡Te estás durmiendo!
—Solo estoy cerrando los ojos.
—Estás durmiendo.
—Te odio.
—Que amoroso.

Se levantó de la cama ¡Por fin!

Se dirigió al baño y se alistó.

Al salir del hotel, desayunamos caldo... en tremendo calor...

Después cada uno se subió a su auto. Aunque esta vez hubo un cambio.
Mi padre fue en el auto de la familia Ross y Jake en el auto de mi familia.

—¿Te puedo usar como almohada? —Preguntó él.


—No sabía que tus verdaderas intenciones eran usarme como almohada.
—Soy todo un rebelde —Dijo con sarcasmo.
—Está bien, úsame.
—Gracias —Sonrió y se acostó en mi pierna.
—¿A qué hora dormiste? —Preguntó Valeria desde el asiento delantero.
—8 —Dijo Jake.
—¿Y así tienes sueño? —Volvió a preguntar sorprendida.
—Ajá.
—Sus ancestros son osos perezosos —Agregué.
—Seh —Dijo el de piel clara antes de cerrar los ojos.

Luego de un tiempo, llegamos al "velo de la novia" es una catarata que


tiene varias leyendas. Aunque solo recuerdo una en la que había una
novia llorando por su prometido que había muerto en una guerra.
Cruzamos por un puente y caminamos por un largo tiempo, hacíamos
paradas para tomar fotos y eso. Más bien, para que nuestras madres se
tomen fotos.

Al llegar al velo se veía más grande de lo que yo recordaba.

—Está helada —Dije metiendo mis pies al agua.


—Es catarata ¿Qué esperabas? —Preguntó mi hermana burlona.
—No pensé que estaría tan fría —Dije.

Nuestros padres ya se habían metido al agua, yo y Jake éramos los únicos


que aún no nos metíamos.

—¿Te vas a meter? —Preguntó Jake sacándose el polo gris que traía
puesto.
—Está helada —Dije. —Solo meteré mis pies.
—¿Si? —Él metió sus pies. —¡Está perfecta! —Dicho esto se tiró al agua
como si nada.

Aquello hizo que un poco de agua caiga sobre mí. Lo bueno era que
estaba con una camisa, sin los botones abrochados, pero al menos me
cubría un poco.

Luego de un rato, Jake salió con una piedra medio transparente en la


mano.

—¿Qué es eso? —Pregunté.


—Un cuarzo.
—Ah ¿Y para qué la tienes?
—Amelia sabía que vendría a arroyos y cataratas, entonces, me dijo que le
busque un cuarzo.
—Ah, ¿Para qué sirven?
—Ni idea.
Jake se acercó a su mochila y guardó esa piedra. Después se secó el
abdomen y el rostro con su toalla, seguido a esto se puso su polo.

—¿Ya vas a salir? —Pregunté.


—Sin ti es aburrido —Dijo. —Además, quiero ir a comprar algo para comer.
—Pero la única tienda está un poco lejos.
—Ni modo, tengo hambre y mi papá me dio permiso de ir.
—Te acompañó —Dije.
—Bueno.

Comenzamos a caminar hacia esa tienda. Observé como varias parejas


estaban tomadas de las manos o tomándose fotos besándose.

Podían hacerlo con total normalidad sin que nadie les dijera nada, al fin y
al cabo, eran hombre y mujer.

—¿Vas a querer algo? —Preguntó Jake.


—Sí.
—Okey.

Nos detuvimos cuando vimos otro puente por el cual habíamos pasado,
este se movía mucho y sus tablas estaban demasiado separadas.

—La cagada este puente —Dije.


—Sí.
—¿Pasas?
—No, tú primero.
—No, tú.
—No.
—Me asusta.
—A mí también.

Di un paso al frente y tomé a Jake de la mano para que me siguiera.

Ese puente se movía mucho, un poco más y se rompía.


—¡No me sueltes! —Gritó Jake cuando un señor pasó rápidamente,
haciendo que ese puente se mueva bastante.
—¡Tú no me sueltes a mí! —Grité agarrándome de un pedazo de soga,
ese puente estaba sostenido por unas malditas sogas que parecía que se
iban a romper.

Al cruzarlo, no solté su mano. Nuestros padres no podrían vernos y no


había muchas personas en esa área.

—Ahí está la tienda —Informó.


—Ya me di cuenta.

Yo pedí unas papas fritas y él unos piqueos.

Al volver, mi amigo fue el que tomó la iniciativa, me tomó de la mano y


entrelazó los dedos. Aquello hizo que me sorprenda un poco, él no es
mucho de tomar la iniciativa.

Me gusta que nos tomemos de la mano, aunque no me gusta admitirlo.

Hay muchas cosas que me gustaría admitir, pero me avergüenzan un


poco.

Nos volvimos a detener cuando estuvimos al frente de ese puente.

Aquí vamos de nuevo.


Ya estábamos saliendo de ese lugar, ahora nos iríamos a tomarnos unas
fotos en un lugar llamado "la ducha del diablo" es una catarata que tiene la
forma de la cara de un señor.

Me encontraba lejos de mis padres y Jake, estaba junto a Valeria. Quería


contarle lo que había pasado ayer.

—Val —Llame su atención.


—Habla.
—Ayer pasó algo.
—¿Qué cosa? —Deje de caminar y ella también. Quería que los demás se
alejaran un poco más.
—Ayer —Susurré. —Casi...
—¿Por qué susurramos? —Preguntó en un susurro.
—Porque ayer... casibesoaJake —Al final hablé muy rápido y en un
susurro.
—¿Qué?
—CasibesoaJake.
—Más despacio —Ordenó.
—Casi... beso... a... Jake
—¿¡Qué!?

Mi hermana se tapó la boca al darse cuenta de que habló en voz alta.

—¿Cómo que casi besas a Jake? —Preguntó en voz baja.


—No sé cómo pasó, solo estábamos hablando y coqueteamos y de la
nada comenzamos a acercarnos y llego mamá.
—No puede ser —Dijo sonriendo. —¿Él no se apartó?
—No, hasta se acercó.
—¡Oh por Dios!
—Shh, baja la voz.
—Perdón.
—Ahora no sé que hacer.
—¿Besarlo tal vez?
—Pero no sé si él siente lo mismo, además, me da vergüenza.
—¿Cómo que te da vergüenza?
—Aún no proceso muy bien el que me guste un chico —Comencé a
caminar para que no sea vea tan sospechosa nuestra conversación. —Y
no es como que me llene de tanta valentía como para ir y decirle "Oye
Jake, me gustas, bésame" ni sé si de verdad le gusto o solo le doy pena o
si todo es solo una broma, recuerda que siempre bromeamos con
gustarnos, aunque en mi caso ya deje de bromear.

Si fuera por mí, ya hubiera besado a Jake en ese puente, pero no estoy
seguro de cómo vaya a reaccionar.

—No te avergüences de tus sentimientos, créeme, a ese chico le gustas


—Dijo mi hermana.
—¿Cono estás tan segura de eso?
—¿Nos has visto como te mira? ¿Ni en cómo se pone nervioso cuando te
le acercas mucho?
—No me había fijado en eso...
—Pues yo si, y a Jake le encantaría un beso tuyo.
—¿Si?
—A veces, es mejor correr riesgos.
—Correr riesgos...
—Y si no me crees, fíjate en cómo te ve y en cómo reacciona si te acercas
mucho a él o si le coqueteas.
—¿Si se pone nervioso cuenta?
—Bastante.
—Bien.

Caminamos hasta el auto y al entrar, vi a Jake hablando con mi madre.


—Con que derecho —Dijo mi mamá. —Es una buena carrera, Carl me dijo
que quería estudiar Medicina.
—Si, también me lo comentó.
—Yo pensé que quería hacer algo que tenga que ver con la música —Dijo
Valeria adentrándose a la conversación.
—La música no es lo único que me gusta —Dije.
—Pero un poco más y respiras música —Habló Jake burlón, a lo que mi
mamá se rio.
—Te doy la razón —Dijo ella. —¿Y a ti Valeria? ¿Qué te gustaría estudiar?
—No tengo ni la menor idea —Contestó mi hermana.
—Bueno... tienes tiempo de pensarlo todavía —Dije.
—2 años se me hace muy corto —Habló ella. —Pero ya, estamos de
paseo, no me hagan pensar en la universidad.
—Perdón —Dije en un tono sarcástico.

Mi madre arrancó el auto y vi como Jake se frotaba los ojos, otra vez de
sueño. Comienzo a confirmar mi teoría de que sus ancestros son
perezosos.

—Si quieres acuéstate en mi pierna —Susurré.


—Voy —Dijo y se acostó en mis piernas. Se veía lindo durmiendo. Yo
cuando dormía parecía una lagartija mal hecha.

En todo él caminó a esa otra catarata, me puse a pensar en la vez en la


que nos conocimos.

Fue en el 2014, tenía 7 años. Estaba en un parque de diversiones, sentado


en el piso, me encontraba llorando porque me había perdido. Ese día
había salido con mi hermana y mi papá, era obvio que eso no acabaría
bien.

Jake se había acercado a mí con una pelota de fútbol en la mano.


—¿Por qué lloras? —Preguntó él viéndome como si fuera la cosa más
interesante del mundo.
—Me perdí —Chille y seguí llorando como un loco.
—Oh no. . . —No dijo nada más y se sentó a mi lado.
—¿Por qué te sientas?
—Mi mamá dice, que cuando te pierdes, es mejor quedarse en un solo
lugar y esperar a que te encuentren.
—Pero, ¿No deberías estar con tu mamá?
—Ella está allí —Dijo apuntando hacia su madre. —Es mejor acerté
compañía a dejarte solo y que un extraño venga y te lleve.
—¿Y si nos llevan a los dos?
—No creo que un ladrón pueda con los dos, además, mi mamá está
viéndome, si un ladrón viene ella le pateara la cara.
—Ah...

Después de eso nos la pasamos hablando, él me dijo que estudiaba en el


colegio privado "Nikola Tesla" no tenía ni idea de quien era ese señor, pero
si de que ese colegio era bueno y que mi madre quería meterme a mí y a
Valeria allí. Le dije a Jake que tal vez lo vería el año que viene y él me dijo
que me estaría esperando.

Luego de estar hablando por un largo tiempo (Y luego de que dejara de


llorar) la mamá de Jake se nos acercó y él le dijo que me había perdido y
que nadie venía por mí.

Su madre me preguntó el número de mi mamá (que de milagro me lo


sabía) y la llamó.

Mi madre llegó, le dio una reñida a mi papá. Después buscó a mi hermana,


la cual estaba en una rueda de la fortuna y al final le agradeció a la madre
de Jake por llamarla. Dijo que era mejor irnos, pero yo quería seguir
jugando con Jake, así que nos quedamos por más tiempo y ella se hizo
amiga de la madre de mi amigo.
Se cayeron bien e hicieron que nuestros padres se conocieran, allí
comenzó esa amistad entre las dos familias.

Quien iba a pensar que me iba a terminar gustando el hijo mayor de la


señora que llamó a mi mamá cuando estaba perdido.

Que cosas de la vida.

Cuando llegamos a la catarata, tomé una que otra foto. La catarata no me


gustó mucho a decir verdad, pero al menos pude tomar una majestuosa
foto en la cual mi papá casi se cae por resbalarse con una roca.

Estuvimos unos minutos en ese lugar, posteriormente, decidimos ir a


almorzar.

Yo me pedí unas papas con pollo, estaba rico. Pudo haber sido un día
lindo, si tan solo no hubiera comenzado a llover.

El lugar era abierto, así que nos comenzamos a mojar.

Solo nos quedaba un lugar por visitar, así que terminaron diciendo que era
mejor regresar al hotel y que mañana iríamos a ese lugar por unas horas y
después volaríamos.

Yo quería seguir paseando.


—Descansen, a las 7 iremos a cenar —Me avisó mi madre.
—Está bien —Dije y me metí a la habitación 115.

Me senté en la cama y vi a Jake, este estaba sacándose los zapatos.

—¿Ahora que haremos? —Pregunté.


—Se me ocurre algo —Dijo.
—¿Qué cosa?
—Descargue una película de Star wars antes de venir —Informó.
—¿De verdad?
—Aja.
—¿¡Y recién me lo dices!?
—No quería gastar mi batería cuando estábamos paseando.
—¿Cuál de todas es?
—La primera —Jake se puso sus audífonos y sacó su celular. —¿No
vienes? —Preguntó haciéndome una seña para sentarme al lado de él.
—Voy.

Me puse un audífono y comenzamos a ver la película.

A ese chico de ojos verde avellana no le gustaba mucho Star Wars,


además tiene un serio problema con el sueño, así que se quedó dormido
en mi hombro.

Eso es raro, en la escuela nunca se queda dormido y se levanta antes de


las 6 de la mañana.

Supongo que la semana de exámenes lo cansó mucho.


Él dormía y yo seguía viendo la película. Todo estaba completamente
normal hasta que le llegó un mensaje a Jake, su celular estaba en
vibrador, así que solo aparecieron en la pantalla.

Era un mensaje de Amelia, pude ver que decía "Ya se besaron?"

Ay... por... dios...

Tal vez es una broma...

Llegó otro mensaje de ella "QUE" creo que era uno en el cual estaba
respondiendo un mensaje de Jake.

Mensajes seguidos aparecieron.

"NOPUEDESER"

"HFDKJSLNJSKDN"

"BROOOOOOOODNKJDSDISJDKAWI"

"COMO QUE LA MAMAAAAAAAA"

"Mamá*"

"Debiste ser más rápido"

"GHOSBFLSBD QUE SALADO" Salado era alguien que tenía muy mala
suerte en algo.

"Me avisas que pasa después"

¿Le contó lo del beso?

No te hagas el pendejo.
Le contó lo del beso... ¿Cómo que debió ser más rápido? ¿Si quería ese
beso? ¿O ella solo lo está jodiendo con que si quería besarme?

—Carl —Habló Jake despertándose.


—¿Si?
—¿Quién me está escribiendo?
—Amelia —Apenas dije esto él tomó su celular rápidamente.
—¿Qué dijo?
—A-Ah... no sé, estaba viendo la película y no me fijé.
—Okey... ya después le hablo —Hizo algo en su celular y después volvió a
poner la película.

"—¿Si se pone nervioso cuenta?


—Bastante."

Dios ilumíname o elimíname.

—¿Vas a seguir durmiendo? —Pregunté.


—Quiero ver si me agarra el sueño —Se arrimó en mi hombro.
—Okey chikibaby —Bromeé, comenzaré a tomar en cuenta el consejo de
Valeria sobre las reacciones.
—¡Oh Dios! ¡Cállate! —Mi amigo se rio después de decir eso.
—Ok... corazón de melón —Trate de no reírme, creo que era algo muy
obvio que esos apodos eran en broma.
—¡Suena raro!
—Perdón... pastelito —Contuve la risa.
—¡Ya pareces Suzie! —Dijo en voz alta y me dio un ligero empujón. Lo
tomé del brazo.
—Perdóname —Fingí seriedad —Cuchurrumin —No me reí, pero no pude
evitar sonreír.
—¡Eso suena como "cucaracha"! —Ahora si comencé a reírme.
—Cucaracha eres —Dije y Jake se alejó y me dió un golpe con la
almohada.
—¡Auch! —Tome otra almohada y se la tiré, pero el la esquivó.
—JA-JA- Que huevón.
—¡Tu mamá!

Comenzamos a golpearnos con las almohadas. Jake era el que pegaba


más fuerte.

Parecíamos 2 gatos peleando.

En un momento él hizo que pierda el equilibrio, termine tirado en la cama y


él se subió encima de mí, para después comenzar a ahogarme con una
almohada.

—¡No respiro! —Mi grito sonó ahogado y él se detuvo y se acostó a mi


lado. —Casi me matas —Dije.
—Esa era mi intención —Dijo soltando una risa.
—Idiota —Hablé riendo.
—Quieres mucho a este idiota.
—Tú lo has dicho —Fíjate en sus reacciones. —Te quiero, idiota. —Él
sonrió y desvió la mirada hacia otro lado.
—Yo también te quiero, pendejo.

Sin más que decir, me dio un abrazo. Al inicio me quedé quieto y después
puse una mano en su hombro derecho.

—Ya, perdón —Dijo separándome.

Sonreí y lo abracé rápidamente. Ese chico de ojos bonitos escondió su


rostro en mi pecho y yo acomodé mi mentón en su cabello.

No me resistí más y besé su cabeza lentamente.

—Okey, me pasé de meloso —Me disculpé.


—Está bien —Dijo separándose. Estaba sonrojado.
—Aaww estas rojito.
—¿¡Qué!? —Se llevó una mano a la frente y bajo la cabeza, intentando
ocultar su rostro.
—¡Estas rojooo!
—¡No molestes! —Agarró una almohada y me la tiró.
—¡Oye! Con que quieres segunda ronda.
—Puede ser —Me tiró otro almohadazo.
—De esta si no te salvas —Advertí y comenzamos de nuevo con otra
pelea de almohadas.

Ojalá él también guste de mí.

—Buenas noches, mamá —Me despedí de mi mamá antes de entrar a la


habitación del hotel.

Habíamos regresado de cenar. Estaba lloviendo un poco fuerte desde


antes de irnos a comer.

El clima en la parte selva es muy extraño. En un momento puede hacer


mucho calor y al otro parece que caerá un huracán.

Salimos a las 7 y regresamos a las 10, nuestros padres se habían puesto a


beber cerveza.

—¿No tienes frío? —Pregunté metiendo mis manos a mi suéter, tratando


de darme calor.
—Un poco —Contestó Jake.
—¿Solo un poco? Yo me estoy muriendo de frío.
—Tú tienes frío hasta si estamos a 30 grados.
—Pues... sí.

Tomé mi ropa para dormir y me metí al baño para cambiarme y hacer mi


rutina de siempre antes de ir a dormir. Lo hice lo más rápido posible, en
serio tenía mucho frío. Lo bueno era que me había bañado antes de ir a
cenar.

Al salir seguía con mi chompa puesta, me tiré en la cama más pequeña y


traté de abrigarme. Fue inútil, tenía 2 sábanas y con una no era suficiente
para abrigarme.

Cuando Jake salió del baño me vio en el mismo estado que Jack de
"Titanic".

El idiota se rio de mí y apagó las luces, solo quedó encendida una lámpara
que estaba al lado de Jake en una mesita de noche.

Mientras que él estaba en su cama que era el doble de grande que la mía
y que sí tenía una colcha lo suficientemente gruesa como para abrigarlo,
yo estaba en una cama que estaba más dura que una piedra y que de
caliente no tenía nada.

Me envolví como si fuera un tamal.

—¿Tanto frío tienes? —Preguntó Jake burlón.


—Ni te lo imaginas —Respondí.
—Ven aquí —Dijo haciendo un espacio para que me acueste con él.
—Voy.

Me acosté al lado de Jake. Mi cuerpo estaba frío y este lo notó.

—Estas frío —Dijo.


—Ya sé, ¿Será que no tenía una colcha? —Pregunté de manera
sarcástica.
—Si, perdón.
—Está bien, al menos ahora dormiré sin frío.
—Ajá, buenas noches, Carl.
—Buenas noches.

Cerré mis ojos, pero un fuerte trueno se escuchó, provocando que me


levante del susto. Comenzó a llover más fuerte y toda la habitación se
iluminó por un rayo que cayó cerca del hotel.

—Jake —Dije con miedo.


—¿Si?
—¿Te puedo abrazar?
—Ay, olvide que te asustan las tormentas —Dijo. —Está bien, ven aquí.

Nos acercamos más y casi salto del susto cuando se escuchó un trueno
más fuerte.

—¡Ay! Carajo —Maldije abrazando más fuerte a Jake.


—No te vas a morir, las posibilidades de que te caiga un rayo estando en
un cuarto, son... inexistentes... creo.
—Crees...
—¡Ya! —Ser rio —No seas tan dramático, no te pasará nada.
—Se siente como si, sí.
—Créeme, no te va a pasar nada.
—Lo mismo me dijiste cuando nos subimos a ese juego hace tiempo y
termine adolorido por una semana.
—Perdón por eso.
—Pensándolo bien, ya da igual, me gustó pasar el tiempo contigo.

Se sintió extraño decir eso. Ósea, ya se lo he dicho antes, pero ahora


estaba lloviendo, solo estábamos nosotros dos en esa habitación, era de
noche y era uno de esos momentos en los que sentías que no existía
nadie más al rededor.
Recordé lo que me dijo Valeria "No te avergüences de tus sentimientos,
créeme, a ese chico le gustas" y también recodé esos mensajes de
Amelia.

A veces correr riesgos es algo que me gustaría que no existiera, pero, si


no lo hago, nunca sabré como se siente Jake ni como sería estar con él.
(Que a decir verdad, es algo que amaría)

—De verdad, me gusta estar contigo —Confesé, mis palabras eran muy
sinceras.
—¿En serio?
—Si, ¿Eso... te parece bien?
—Sí —Respondió de inmediato. —Quiero decir, sí —Está vez ya no había
mucha emoción en su voz.
—No estás mintiendo, ¿O si?
—Ya no puedo —Contestó.
—¿Qué cosa?
—Con esto.
—Sé más específico, Jake.

Mi amigo se sentó y se arrimó en la cabecera de la cama, hice lo mismo.

—Ya no puedo seguir fingiendo. Tú y yo sabemos que algo pasa aquí


—Habló mi amigo en un tono serio.
—Y con "algo" ¿Te refieres ah...? —Quería estar seguro de mi teoría. Él
desvió la mirada y soltó un suspiro.
—¿Sabes qué? Déjalo así —Se escuchaba un poco molesto —Ya me iré a
dormir —Dicho esto se volvió a acostar y se cubrió con el edredón.

Ay... creo que eso respondió indirectamente mi pregunta.

—Jake —Sin respuesta. —Jake — Baje el edredón que le cubría hasta el


cabello.
—¿Qué? —Preguntó con cierta molestia.
—Quiero hablar.
—Pues hazlo.
—Es difícil.
—Entonces no lo hagas.
—¡Pero si quiero! —Grité y ambos nos quedamos callados.

—Perdón —Dijimos al mismo tiempo.

Me volví a acostar, pero me puse de lado para poder verlo.

—Perdón por gritar —Me disculpé.


—Tú perdóname a mí —Dijo. —Perdón si te sentiste presionado o algo
así.
—Lo haré si tú me perdonas.
—Te perdono.
—Y yo a ti.

De nuevo hubo un silencio.

—Y... ¿Qué querías decirme? —Preguntó Jake.

Aún estando de lado, con ayuda de mi brazo me levanté ligeramente para


poder observar mejor a ese chico.

—Es... —Se escuchó un trueno. —¡Carajo!, Maldito trueno de mierda —Di


un suspiro y traté de calmarme, el estar nervioso y el que haya una
tormenta afuera no ayudaba. —Ya, es que... ¡Ahh! No sé por donde
empezar. —¡No encuentro las palabras! ¡Dios! —Tú... sabes que... tú me...
—¿Yo te...?

Dios, sé que no creo en ti y que a veces hago chistes sobre que no


existes, pero por favor, que Jake no se enoje conmigo.

—¿Sabes... otra de las razones por las cuales termine con Ester?
—Pregunté.
—Ester... no, no sé.
—¿Quieres saber?
—¿Es necesario? —Me miró con ojos tristes.
—Sí.
—Entonces dime.

Al carajo todo.

—Porque me di cuenta de que me gustabas —Confesé.

Jake se quedó en silencio, solo esa lámpara alumbraba el lugar y otro


trueno sonó, me molestó un poco, pero no reaccioné ni nada, solo quería
saber la respuesta que ese chico me daría.

—Jake, por favor, di algo.


—Bésame —Dijo en voz baja y mi cuerpo se tensó cuando rápidamente
me tomó de la camiseta que traía puesta y me acercó a él.

Sus labios y los míos hicieron contacto. Sentí sus manos cálidas subir de
mi pecho hasta mi cuello y yo lo tomé de la espalda para tenerlo lo más
cerca posible.

Se puso encima de mí y enterró sus dedos en mi cabello. Tomé su


mandíbula y lo besé con desesperación.

Al inicio fue un beso torpe, nunca he besado a nadie, al menos no se está


manera. No sabía si estaba haciéndolo bien, pero deje que las cosas
fluyeran.

No quería que ese momento termine. Éramos 2 chicos besándose con


desesperación en una noche lluviosa. Sin padres, sin personas que
puedan interrumpirnos, solo nosotros dos y el sonido de la tormenta.
Ya no sentía frío, los truenos ni siquiera me importaban, solo quería sentir
los labios de Jake haciendo contacto con los míos, solo quería sentirlo a él
junto a mí.

Hubo un momento en el que lo aparté y me quite el suéter que traía


puesto, mis mejillas ardían y estaba seguro de que me encontraba muy
sonrojado, además, sentía como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho,
las "mariposas" no se iban y lo único que necesitaba era a Jake.

Todo era una explosión de emociones.

Así que eso era de lo que me hablaba Valeria, eso era ese "PUM".

¡Me gusta ese "PUM"!

Me gusta todo ahora, me gusta que ese "Pum" sea con Jake, me gusta un
chico.

Me gusta Jake Ross.


28. Primer beso, primer problema

Narrador omnisciente

10 semanas- Domingo - Vacaciones...

Carl se despertó cuando los rayos del sol se hicieron presentes. Abrió los
ojos lentamente y se dio cuenta de que todo lo que había pasado anoche,
no fue un sueño nada más.

Se despertó con Jake durmiendo en su pecho, con su suéter tirado al otro


extremo de la cama y con un poco de frío al solo estar con un polo y un
short de pijama.

Todas esas caricias, todos esos besos y Jake correspondiéndole, todo fue
real.
Lentamente tomó su teléfono, el cual estaba debajo de su almohada, vio
que su mamá no le había mandado nada, eran las 8 de la mañana, pero
por la borrachera que se dieron sus padres la noche anterior, entendió su
situación.

Bajó la mirada y vio al pelinegro durmiendo, este estaba de perfil, la luz del
día iluminaba su rostro y a Carl le gustó ver eso, ante sus ojos, Jake se
veía como un ángel.

Decidió dejarlo dormir un poco más, quería aprovechar cada segundo con
ese chico de ojos verde avellana, ahora que ambos sabían lo que sentían
el uno por el otro, quería que ese momento de paz y a solas que estaban
teniendo no acabe nunca. Al fin y al cabo, al salir de esa habitación,
tendrían que fingir que nada había pasado.

Ante los ojos de casi todos, ellos eran mejores amigos que tenían una
linda amistad y nada más, a nadie se le pasaría por la mente que un
romance podría pasar entre ambos. Eran hombre y hombre, nadie se
imaginaría a 2 chicos juntos, el simple hecho de imaginarlos juntos
resultaba repugnante para muchos.

El azabache cerró los ojos y abrazó ligeramente al chico que le gustaba,


no quería despertarlo, pero evitar abrazarlo no le funcionó.

A las 9:20 de la mañana, ambos chicos se estaban alistando para irse a


desayunar. Todo estaba normal, solo que ahora sabían que se gustaban.
Cuando se estaban alistando a veces cruzaban miradas y hacían contacto
visual, sonreían inconscientemente cuando eso pasaba.

Se hablaban como si todo estuviera normal, pero tenían cierta timidez. La


noche anterior la vergüenza y timidez eran palabras que no conocían, pero
ahora sentían que eran las únicas que rondaban por sus mentes y por todo
su ser.

Al salir de la habitación se encontraron con Valeria y la señora Mónica en


la recepción.

—Buenos días —Saludó ella a ambos chicos.


—Buenas —Saludó Valeria.
—Buenos días —Saludaron ambos al mismo tiempo y con cierto
nerviosismo.

No eran muy hábiles para mantener la calma y saber disimular.

Cuando ya todos estaban listos, se fueron a "Cheesman" este lugar tenía


un pequeño lago y una pequeña catarata, era fácil subir a esta. El agua era
cristalina, pero helada, no obstante, para casi todos no era un problema.
Excepto para Carl, este apenas y metió sus pies. Ni siquiera se había
puesto una ropa de baño. Además, el clima no ayudaba mucho.

—¿Por qué no te metes? —Preguntó Carl viendo al pelinegro, este


también había metido sus pies nada más y estaba con una camiseta y
unos shorts, estaba sentado junto a su "mejor amigo" en una roca.
—No es divertido meterse al agua y que nadie esté contigo —Respondió
él.

En ese lago se encontraba Valeria jugando con Ian, la señora Mónica y la


señora Olivia tomándose fotos y los señores Mariano y Julio bebiendo
cerveza.
Jake y Carl estaban un poco alejados de ellos, además el sonido alto de la
música que habían puesto los dueños del lugar hacía que sea imposible
escuchar su conversación.

—¿Qué harás cuando regresemos a pucallpa? —Preguntó Carl.


—Dormir y... no sé la verdad. Creo que solo eso, salir, ver a los avengers e
ir al cumpleaños de Amelia.
—¿Será su cumpleaños? ¿Cuándo?
—El 11 de mayo, cumplirá 14.
—Ah, ¿Ya entregó las invitaciones?
—No, me dijo que invitara a todos, incluyéndote.
—Hablas como si no debería invitarme.
—Después de como actuaste en la semana de exámenes, ni yo te
invitaría.
—Estaba... estaba celoso —Confesó.
—Uy, ni se notaba —Habló Jake sarcástico.
—Perdón, pensé qué tal vez querías algo con ella y ya sabes, me gustas y
no sé, supongo que me sentí inseguro.
—Me gusta oírte decir eso.
—¿Qué estaba celoso? —Preguntó Carl sorprendido.
—¡No! Que te gusto.
—Te lo deje claro ayer en la noche y no solo con palabras.
—¿Estás seguro de eso?
—Muy seguro, si quieres puedo aclarártelo de nuevo.
—Dime fecha y hora.

Ambos chicos se miraron y soltaron unas risitas. Apenas y ponían


mantener la calma cuando se coqueteaban discretamente, ahora que lo
hacían sin ningún filtro, sus emociones estaban explotando.

Eso si, se sentían un poco extraños, era algo nuevo para ellos y no sabían
si coquetear con un hombre debía ser diferente o igual que coquetear con
una mujer.
—Disimula —Dijo Jake viendo a sus padres.
—Uy, me olvidé. Bueno... disimulo —Carl suspiró. —Habla brother
—Fingió un tono de voz muy grave. —¿Pa' cuando tres flacas ricas
brother? —El azabache intentaba aguantar la risa, mientras que el
pelinegro ya se estaba riendo a carcajadas. —Puta ¿Por qué te ríes
brother? —Carl no aguantó más y comenzó a reírse. —¡Dios que asco!
¡No vuelvo a hablar así en mi vida!
—Y pensar que hace 2 años yo quería hablar así... me doy asco.
—No te preocupes, mi yo de hace 2 años también daba asco.

Ambos se rieron y el azabache decidió aprovechar que no ponían


escucharlos para tratar de aclarar algunas dudas.

—Por cierto, se lo contaste a Amelia, ¿Verdad? —Preguntó Carl.


—¿Cómo sabes?
—Es que si vi los mensajes que te envío —Confesó.
—¿¡Qué!? —Jake se llevó una mano a la frente y bajó la cabeza. —Que
vergüenza.
—Está bien JJ, fue unas de las cosas que me hicieron sospechar.
—¿De qué?
—De que yo también te gusto —El azabache se acercó más a al mayor y
le susurró al oído —No estaba muy seguro de que me ibas a corresponder
—su amigo sonrió ante esto.
—Me pasó exactamente lo mismo.
—Que idiotas. Llegue a pensar que nada más estabas bromeando, como
siempre solíamos hacer antes —Jake rio.

La charla de ambos se vio interrumpida cuando la madre del mayor los


llamó para que tomen unas bebidas que habían pedido.

—Aquí están, de piña y de papaya —Entregó esos batidos a ambos y las


dos familias se sentaron en unas rocas grandes para comenzar a tomar lo
que les habían traído.
—Está rico —Dijo Ian tomándose su jugo de mango.
Los adultos comenzaron a hablar. Hablaban más que todo de otras
personas, conocidos o personas cercanas a ellos. Hablaban sobre sus
vidas y de lo que hacían, pero no de una manera positiva.

Jake siempre se ha preguntado porque casi todos los adultos hablan mal
de otras personas entre ellos.

¿No tenían otro tema de conversación?

—El otro día me enteré de algo horrible —Habló la madre del pelinegro.
—¿Qué cosa? —Preguntó Mónica.
—Me dijeron que en un colegio que está por mi distrito pasó un problema
preocupante —Olivia captó la atención de todos.
—¿Drogas? —Preguntó el padre de Carl.
—Al parecer, 2 niñas de segundo grado de primaria le contaron a su
maestra que eran lesbianas y se tomaron de las manos en frente de ella, la
maestra no dijo nada y esas niñas siempre se iban con ella para tomarse
de las manos y darse besos en las mejillas, actuar como novias
básicamente. Descubrieron a la maestra y la despidieron. ¡Qué horror! Esa
maestra debió decir algo, no es posible que 2 NIÑAS de segundo grado
estén pensando en cosas como el lesbianismo —Contó y opinó Olivia,
haciendo que Jake sienta un gran remordimiento al instante.
—Pobres niñas, tan chiquitas y ya con basura en la cabeza —Habló el
señor Julio.
—De seguro una de ellas tiene una mujer lesbiana en su familia y le contó
a su amiguita para que ambas actúen como tal, solo son niñas, no saben
diferenciar lo que está bien o está mal —Opinó Mariano.

Jake se quedó callado ante esto. Confirmó que sus padres no lo


aceptarían a pesar de ser su hijo.

Escuchar esas palabras salir de sus padres solo hicieron que sienta un
gran nudo en la garganta.
Carl se dio cuenta de que su mejor amigo no se encontraba muy bien.

Ross ya se sentía mal al descubrir que le gustaba un hombre y que ahora


sus padres muestren su total desprecio hacia las personas que se sienten
atraídas a alguien de su mismo género, solo hizo que él quiera llorar.

¿Tan mal estaba que a una niña le guste otra? Él podría entender si se
quejaban de que eran novias a una edad muy corta, a algunos no les
agrada eso, pero el que hablen mal de ellas solo por gustarse no le pareció
algo agradable.

Muchas veces sus padres le habían preguntado a él que si ya tenía novia


cuando él tan solo era un niño que no terminaba ni el 2do grado de
primaria.

Que ahora hablen mal de esas niñas era algo confuso.

—Mamá, ¿Puedo subir a esa catarata? Recuerda que Amy me pidió que le
lleve cuarzos y tal vez allá arriba encuentre algunos —Preguntó Jake.
—Está bien, sube, ten cuidado, tal vez hay serpientes o algo así.
—Sí, tendré cuidado.

Jake se levantó y subió a esa pequeña catarata. Una vez arriba, comenzó
a seguir el camino por el cual toda esa agua había llegado hacia ese lago.
No le importo caminar por ese lugar con agua fría y piedras que le
causaban cierto dolor a sus pies. Quería alejarse lo más que podía de ese
grupo de adultos.
Quería estar solo. No quería que ellos se den cuenta del rechazo que
había sentido al escuchar esa conversación.

Mientras más caminaba, más se le comenzaba a nublar la vista. No quería


ponerse a llorar, pero fue inútil.

Cuando se dio cuenta de que ya estaba lo suficientemente lejos, comenzó


a llorar sin parar.
Se puso a pensar en lo que tenía con Carl. En cómo eso podría afectar a
ambos. No quería que ese chico corra un gran riesgo.

"Tal vez si estoy mal y estoy arrastrando a Carl conmigo" pensó Jake
sintiéndose como la peor persona del mundo.

Toda su vida ha vivido en un ambiente lleno de homofobia y prejuicios. El


que ahora él haya descubierto que también le gustaban los hombres,
era algo que le estaba costando aceptar.

Aceptó que le gustaba Carl, pero aceptar ese sentimiento, esa atracción
"inapropiada" hacia él, solo lo hacía cuestionarse sobre si él estaba bien o
estaba mal.

—Jake —Lo llamó Carl, haciendo que este se voltee un poco asustado. El
azabache había seguido a su amigo. Sabía que algo no estaba bien.
—¿Qué? —Pronunció a duras penas.
—¿Estás bien?... ¿Qué estupidez estoy diciendo? Es obvio que no estás
bien.
—¿Escuchaste lo que dijeron? —Preguntó con voz rota.
—Sí...
—Ellos no van a aceptarme.
—¿Cómo estás tan seguro?
—¿No oíste como hablaron de esas niñas?
—Tal vez si ven que eres tú ellos cambien, eres su hijo.
—No van a cambiar, ¿Crees que yo podré cambiar el pensamiento que
han tenido por años?

Carl no supo qué responder. Sabía que Jake tenía razón, pero no iba a
admitirlo, no quería empeorar la situación. Aunque su mejor amigo ya se
había dado cuenta de lo que intentaba hacer.
—¿Ves? Hasta tú sabes que ellos no me van a aceptar —Dijo el pelinegro
dejando en claro que sabía las intenciones de su amigo. Trató de dejar de
llorar, pero fue inútil.
Durante todo el desayuno y el trayecto hasta ese lugar, Jake estuvo con
cierta preocupación. Le gustaba Carl, pero ahora ambos estaban en algo y
sabía la cantidad de riesgos que tenía esa relación entre ambos.

Por otro lado, Carl también estaba consciente de eso, pero trataba de
ignorarlo, intentaba fingir que nada pasaría y que todo estaría bien entre
ambos sin el desprecio de otros de por medio.

—Entonces no se los digas —El de lentes no sabía que decir, no sabía que
aconsejarle a su amigo, no sabía nada ahora, pero no quería que él esté
triste. Odiaba ver que alguien estaba mal y no saber qué hacer.
—No pienso hacerlo, mucho menos ahora que escuché todo eso, pero no
es tan fácil, ellos se pueden dar cuenta en cualquier momento, tal vez ven
algún mensaje o si nos ve alguien más puede contarle a ellos lo que vio. ¡Y
tú! No quiero que corras ese riesgo de ser descubierto, ¿Qué pasa si tus
padres nos descubren y su reacción es mala? No quiero que te traten mal
solo por querer estar conmigo, no quiero que esto afecte en tu vida —Jake
no pudo continuar porque su mejor amigo se acercó y lo abrazó.

El pelinegro lloró desconsoladamente. Se imaginó que el tener una


relación con alguien de tu mismo género era algo difícil, pero no que
estaría llorando por eso mismo a las horas de haberse declarado al chico
que le gustaba.

Pensó en Amelia y en Guillermo. Ambos fueron rechazados por sus


familias, pero solo uno sí pudo ignorar lo que el resto decía.

Después recordó a su tío el cual nunca veía, recordó que nada más lo
conoce porque en su familia hablan mal de él por el simple hecho de ser
gay.

Jake en su pasado llegó a discriminar a personas de la comunidad


LGTBIQ+. Sin embargo, ahora lamentaba mucho haber hecho eso.
—Jake, me gustas mucho, sé que esto es difícil, apenas han pasado horas
desde que nos besamos por primera vez y ya hay un problema —Habló
Carl abrazando al chico que le gustaba mientras acariciaba su espalda y
su cabello. —Pero te juro que si quiero estar contigo, no me importa correr
riesgos, y si pasa algo malo no será tu culpa, yo estoy aceptando esto,
porque te quiero y no me importa que dirán los demás.
—¿Como estás tan seguro? Tu mismo lo dijiste, solo han pasado horas
desde que nos hemos besado por primera vez, ¿Y si te arrepientes? ¿Qué
pasará cuando comiences a recibir comentarios malos de los demás?
—Los miraré con mala cara y me pasaré por la raja las cosas malas que
quieran decirme.
—Tal vez eso dices ahora y más adelante te vas a arrepentir.

Jake estaba siendo muy pesimista, aquello hizo que Carl se confunda un
poco, no era algo típico de él ser alguien que solo le saca lo negativo a una
situación, aunque entendía que su "casi algo" podía estar asustado, hasta
el mismo lo estaba.

—Yo si quiero estar contigo, pero ahora todo está muy tenso así que... ¿Y
si lo piensas? Piensa en todo esto por el tiempo que quieras, si quieres
que sigamos con esto, que sigamos intentándolo, habla conmigo —Dijo el
de lentes de manera calmada.
—¿Estás seguro? —Preguntó el de ojos claros.
—Muy seguro.
—¿No estás molesto?
—Para nada —Respondió con honestidad.

Jake si quería estar con Carl, le gustaba demasiado, pero estaba


asustado, todo era algo nuevo para él, estaba feliz porque el chico que le
gustaba le correspondió, pero el sentimiento de culpa no lo dejaba
tranquilo.

—¿Ya estás mejor? —Preguntó el menor.


—No mucho, pero ya no quiero llorar —Si quería seguir llorando.
—No tienes que responderme hoy lo que te dije, piénsalo por el tiempo
que quieras.
—Gracias, Carl.

Carl también escuchó lo que dijo su padre sobre esas niñas, pero a este
punto de su vida y después de los consejos de su hermana, las opiniones
de su papá comenzaban a importarle muy poco o nada.

—Carl.
—¿Si?
—¿Me ayudas a buscar cuarzos? —Preguntó Jake inesperadamente.
—¿Qué? —Preguntó el azabache en un tono burlón.
—Es que si regreso allá y mi mamá ve que no tengo ningún cuarzo para
Amelia, pensará que vine aquí a hacer otra cosa o tal vez sospeche algo.
—Ah cierto, se supone que viniste a este lugar por eso. Bueno, te ayudo.

Ambos comenzaron a buscar cuarzos, había momentos en los que Carl le


salpicaba agua fría a Jake apropósito y viceversa.

El de lentes trataba de actuar como si todo estuviera normal, no quería


comportarse algo misterioso y mucho menos ignorar a su amigo. Trataba
de evitar que un ambiente tenso se forme entre ellos.

—Ya encontré otro —Informó el azabache con un cuarzo rosa en su mano.


—Este es medio rosa.
—Está lindo —Dijo Jake admirando esa piedra. Le gustó mucho esa
piedra, más que todo por el color, la mayoría de los que habían encontrado
eran blancos y un poco pequeños.
—¿Te gusta?
—¿La verdad? Bastante.
—No creo que Amelia se enoje si te quedas con un cuarzo.
—Pues no.
—Toma —Dijo Carl extendiendo su mano.
Jake tomó la mano del de lentes para agarrar esa piedra, pero una vez que
tomó su mano, no la soltó. Lo miró y aún agarrando su mano, lo acercó a
él y le dio un suave beso en los labios. Quería aprovechar que nadie los
estaba viendo. El beso fue un poco corto, pero para ambos, se sintió como
si apenas fuera el primero que se daban.

—Te quiero, amigo —Habló el pelinegro separándose y haciendo énfasis


en la palabra "amigo" haciendo notar su sarcasmo. Técnicamente Carl aún
seguía siendo su mejor amigo, pero él lo miraba y lo quería como algo más
que eso.
—Yo también te quiero, amigo —Respondió el azabache sonriendo.

Ambos regresaron hacia donde estaban los demás, disimularon lo mejor


que pudieron. Aunque era obvio que los adultos no se darían cuenta de
nada, no se les pasaría por la mente que sus hijos se gusten, mucho
menos que se hayan besado.

Solo amigos.

Nada más, ¿Verdad?


29. Dudas y confusiones

Jake

11 semanas- Lunes - Vacaciones...

Estaba tirado en mi cama, ayer al llegar a Pucallpa, me encerré en mi


habitación y le mandé un mensaje a Amy.

—Tengo mucho que contarte jdlwbdksbd, en persona. Además también


debo entregarte tus cuarzos —Le escribí y y ella respondió.

—Voy a tu casa o qué?

—Sisisi

—Crees que tu mamá te va a dejar?


—Si, le caes bien, demasiado bien.

—Bueno, me avisas.

—Ok. Toca chisme y del bueno XD

— 🤨
Ella vendría hoy a mi casa, le contaría todo lo qué pasó con Carl.

Carl... no he hablado con él desde que ese último "te quiero, amigo", es un
corto tiempo sin hablar, pero haré que este sea un poco más largo. Quiero
tener tiempo de pensar en todo y saber qué decirle. Quiero saber usar las
palabras correctas y no darle a entender que no quiero nada con él (Que
es algo que creo que hice sin querer en la última charla que tuvimos).
Además, él también debería pensarlo mejor.

Le pediré consejos a Amelia, ella solo ha tenido una relación en su vida,


pero sabe más de esto que yo. Amy no es madura en su máximo
esplendor, pero da mejores consejos que yo, al igual que sus amigas.

Además, hace mucho tiempo que no viene a mi casa, quiero pasar una
tarde de amigos y de chismes.

—¡Hijita! —Escuché decir a mi mamá abriendo la puerta. Ya había llegado.

Salí de mi habitación y me acerqué a la puerta de entrada. A lo lejos pude


ver a mi mamá abrazando a Amy mientras que ella tenía una cara que te
daba a entender que quería ayuda.

Otra vez tenía esa cantidad un poco exagerada de pulseras.

—Hola, Amy —Dije haciendo que mi madre se aparte de ella.


—Hola, Jake —Saludó ella.
—Bueno hijo, estaré en mi cuarto, ustedes diviértanse. Por cierto, hijita, te
ves muy linda —Halagó mi mamá.
—Gracias, tía —Respondió ella, aún no perdía la costumbre de decirle tía
a mi madre.

Cuando mi mamá se fue ambos nos fuimos a mi habitación.

—A los años —Dijo mi amiga viendo mi habitación. —No ha cambiado


nada —Comentó.
—¿Y tu cuarto si? —Pregunté burlón.
—Pues, me cambie al segundo piso así que, sí.
—Ah.

Se sentó en mi cama y se quedó quieta, sin hacer nada. Antes ella se


tiraba en mi cama o se la pasaba viendo mis figuras de superhéroes.
Ahora era como si nos hubiéramos conocido hace poco.

—¿Qué haremos? —Preguntó.


—Chismear creo.
—Buen plan. Cuéntame y exagera.

Me senté a su lado y traté de ordenar mis ideas para saber como decirle
todo con calma y de a poco.

—Me chapé a Carl en la noche en el cuarto del hotel —No me sirvió


ordenar las ideas.

Ella se quedó sorprendida, se tapó la boca con la mano para ahogar un


grito y creo que por la emoción se tiró para atrás.

—¡No jodas! ¿En serio? —Preguntó sonriendo.


—Sí, vio los mensajes que me mandaste, en los que reaccionabas a lo que
te conté, de que casi nos besamos y eso. Es que estábamos viendo una
película desde mi celular y yo me quedé dormido. Entonces leyó todos los
mensajes que llegaron.
—Uy, me hubieras avisado.
—Igual, dice que le sirvió de ayuda para darse cuenta de que a mí me
gustaba él.
—¿Entonces estuvo bien que viera los mensajes o no?
—Creo que sí.
—Cupido me dio sus dones, no sirven conmigo pero al menos con los
demás sí.
—Aunque pasó un problema.
—¿Cuál?
—Mis papás comenzaron a hablar mal sobre los de la comunidad y bueno,
como que me puse a llorar... un poquito y... puede ser que le haya dado a
entender a Carl que me daba miedo seguir con lo que sea que tengamos.
—Creo que entiendo... dame más detalles.

Agarré una almohada y la puse encima de mis piernas.

—Mis padres dijeron cosas horribles sobre unas niñas, parece que eran
novias, pero ellos comenzaron a hablar mal de eso y pues, ya sabes...
—Conté.
—Se sintió feo y te sentiste rechazado.
—Si, eso. Me puse a llorar, no enfrente de ellos. Comencé a dudar de si de
verdad quiero estar con Carl. Ósea, si quiero, pero quiero estar realmente
seguro de que estaré dispuesto a aceptar los problemas que aparecen
cuando estas con alguien de tu mismo género. Imagínate que acepté
seguir con todo y que cuando seamos novios me avergüence o me sienta
inseguro de todo o hasta arrepentirme, terminaría lastimándolo o
confundiéndolo. No quiero eso.

Mi amiga se quedó callada, creo que hasta ella no sabía qué hacer en este
tipo de situaciones.

—Necesito unos cheetos —Dijo.


—Entonces, ¿Si quieres estar con él, pero te da miedo arrepentirte?
—Preguntó comiendo unos cheetos.

Nos encontrábamos regresando a mi casa, nos fuimos a la tienda a


comprar sus cheetos. Yo me compré una gaseosa.

—Si, y ahora no me arrepentiría, pero ¿Y si más adelante pasa eso por el


miedo que tengo? No quiero que eso ocurra —Contesté.
—Si no lo intentas, nunca lo sabrás. Frase típica de mamás, pero es cierta.
Es mejor que veas como van las cosas, si te reprimes y no aceptas seguir
solo por miedo del futuro, entonces nunca podrás hacer nada literalmente
—Dijo ella.
—¿Debería arriesgarme?
—Si, además, que más da lo que piensen los demás, si te juzgan,
simplemente manda su opinión a la punta del cerro.
—No creo poder mandar a la punta del cerro las opiniones de mis padres.
—No es necesario que les cuentes. No es algo malo ser parte de la
comunidad lgbt, pero, estamos en Perú y en pucallpa además, así que, te
recomiendo no decirles nada si sabes que son homofóbicos.
—Si son homofóbicos, bastante.
—Entonces no les digas nada.
—¿Crees que me harían algo?
—Podrían aceptarte solo porque eres su hijo o mandarte un psicólogo... o
sacarte de la casa.
—¿Mandarme al psicólogo? Pero se supone que no es una enfermedad.
—Si, pero ya conozco a 2 personas que han sido mandadas al psicólogo
por eso y he escuchado el caso de otras 3 a las cuales les paso lo mismo.
Y los mandaron pero no para saber su sexualidad, los mandaron para
"corregirlos".
_ ¿A ti que te hicieron cuando saliste del closet?
— Psicólogos, iglesia, expulsión de casa y casi un exorcismo.
—¿Qué? —Pregunté asustado.
—Larga historia.

Le di un sorbo a mi gaseosa y la miré preocupado. ¿Qué tanto había


pasado en esos 2 años?

—¿De verdad puede pasar todo eso? —Pregunté.


—Depende de como sean tus padres.

Solo sabía que con Amy había pasado un problema en cuanto a su


sexualidad. Incluso los padres de nuestro salón hablaban de eso, pero
nunca supe qué pasó con ella realmente. Deje de saber de esa chica
cuando salió del closet conmigo.

Algo así ocurrió con Guillermo también. Solo que yo no deje de hablarle,
pero si lo llevaron a terapia, al menos eso me contaron.

¿Por qué siguen todos el mismo consejo de mandar a sus hijos a terapia?
Se supone que no es una enfermedad.

¿No había alguien que aconseje apoyar a los hijos?

—Oye... ¿Cómo has estado últimamente? —Pregunté de repente. Ya me


preocupaba todo esto. Ahora si entendía un poco lo que ella podría estar
sintiendo. Aprendí a entender sus emociones de una manera no muy
bonita.
—¿Bien? ¿Por qué la pregunta? —Tal vez lo hizo de nuevo.
—Solo quería saber, creo que ya hablamos mucho de mí. ¿Qué hay de ti?
—Nada interesante.
—¿Segura? ¿Cómo van las cosas en tu casa? ¿Contigo como va todo?
—Bien, ¿Oye y Carl que dice? —No me cambies de tema.
—Yo pregunté primero.
—Y yo quiero que tú respondas primero.
—Yo pregunté primero.
—Y yo no quiero responder —Le di un ligero empujón con mi hombro.
—Eso es no es justo, primero debe responder el que fue interrogado
primero —Ella me devolvió el empujón con el hombro, pero un poco más
fuerte.
—No siempre debe ser así —Dijo ella. Le di un empujón más fuerte.
—Siempre fue así —Me respondió peor.
—No es verdad —Ahora si nos empujábamos en serio.
—Si lo es.
—No.
—Sí.
—¡Que no! —Reí.
—¡Que si! —Sonrió.

Nos comenzamos a empujar mutuamente, estábamos en plena calle, a tan


solo unos metros de llegar a mi casa. Un señor en su motocar qué pasaba
por ahí nos miró de manera extraña.

—¡No empujes! —Gritó ella empujándome.


—¡Tú no empujes! —Grité empujando.

Me acordé de las veces en las que hacíamos eso hace mucho tiempo.
Bendito déjà vu.

De tanto empujarnos, no medí mi fuerza y ella terminó cayéndose, pero la


muy astuta me agarró del hombro y los dos terminamos en el piso. Esto
ocasionó que mi gaseosa se derrame.

—Auch —Se quejó y me dio un golpe con su bolsa de cheetos.


—Se murió mi gaseosa —Me levanté y le extendí mi mano para ayudarla a
levantarse.
—Si, ya me di cuenta —Dijo tratando de sacarse la gaseosa que había
caído en su polo.
Tomó mi mano y al alzar su brazo, sus pulseras bajaron un poco, dejando
a la vista marcas rojas. Aquello hizo que me ponga serio.

Ay mierda.

¡Ay mierda!

Lo volvió a hacer.

Ella alejó su brazo rápidamente y se levantó por su cuenta.

Fingí que no había visto nada.

—¿Ahora que voy a hacer con mi polo? —Preguntó viendo su ropa


mojada.
—Te prestó un polo —Un recuerdo apareció en mi mente. —Ay me acabo
de acordar de esa vez en carnaval —Traté de hacer como si todo estuviera
bien y como si no hubiera visto nada.
—¿Cuál de todas las veces?
—Cuando te mojaron antes de entrar a mi casa —Ella se quedó quieta y
conectó neuronas.
—¡Ahh! ¡Si, si, si! ¡Dios! ¡Y me tuvieron que poner tu ropa!
—Parecías hombre.
—Spoilers que llegaron demasiado lejos.
—¿Qué?
—¿Qué?

¿Ah?

—Oye y aún no me dices que cosa te dijo Carl —Agregó ella.


—Pues, él fue el que me dijo que lo piense.
—¿Así de manera directa?
—Si, lo hablamos en ese mismo momento.
—Es bueno mantener comunicación. No se ignoren o algo así —Me quedé
en silencio. —¿Qué?
—Cuando me comencé a dar cuenta de que me gustaba, lo ignoré.
—No puede ser.
—Si puede.
—Bueno... no te juzgo, soy capaz de hacer lo mismo.
—¿Ves? ¡Unión de iguales? —Toqué la puerta de mi casa.
—Pero yo aún no lo hago.
—Pero lo harías —Se quedó callada.
—Unión de iguales.

Estábamos en mi habitación viendo "Stranger Things", haciendo teorías de


lo que podría pasar en la 4ta temporada y criticando parejas de la serie.

Trataba de evitar sacar el tema de su brazo.

Le terminé prestando a Amy un polo de Spider-Man que ya no me


quedaba muy bien.

—No entiendo por qué shipean a Steve y Robin —Dijo ella.


—Yo antes los shipeaba, hasta que dijo que era lesbiana y ya no lo hice.
—Bueno, si llegué a pensar que podrían ser algo, hasta que Robin dejó en
claro que no le gustaban los hombres.
—¿Y qué piensas de Once y Mike?
—Bonita pareja, pero últimamente Mike me está llegando al pincho —Se
supone que pincho en mi país (En cuanto a jergas) es el órgano
reproductor masculino.
—Tú no tienes pincho.
—Tan mal cae que me llega a algo que no existe.

Nuestra conversación se vio interrumpida cuando mi hermano entró a mi


habitación y se sorprendió al ver a mi amiga.

—¡Amy! —Gritó mi hermano y subió a mi cama para darle un abrazo.


—Hola, Ian —Saludó ella.
—¿Ya son amigos otra vez? —Preguntó mi hermano.
—Si enano, ya vete.
—No —Dijo él y se sentó en el medio de ambos, haciendo que casi me
caiga de mi cama.
—¿Ya te vas? —Pregunté.
—No —Respondió y se puso cómodo.
—Genial —Hablé en un tono sarcástico.

Comienzo a pensar seriamente en que mi mamá lo mando.

Al fin mi hermano se había ido, ahora estaba tirados en el piso, como Carl
cuando nos habíamos emborrachado. Solo que esta vez éramos Amelia y
yo escuchando "Careless Whisper".

—¡Please stay!—Cantaba Amy dándole pequeños golpes al piso. —¡And


I'm never gonna dance again!... ¡Guilty feet have got no rhythm!
—¿Tú también te enamoraste o qué? —Pregunté.
—¿De un personaje ficticio cuenta?
—No.
—Entonces no. Estoy más sola que una papaya.
—Las papayas también tienen compañía —Dije riendo.
—Las papayas no tienen novias.
—No pero si compañía.

Nos quedamos en silencio.

—¿Por qué hablamos de papayas? —Pregunté.


—No sé. Creo que Carl te trae loco... y medio mongolo —Sonreí.
—Un poco, mucho. ¿Y a ti quien te trae así?
—Yo ya soy mongola por naturaleza —Se quedó en silencio y escuchó la
canción. —¡So I'm never gonna dance again! ¡The way I danced with you,
oh! ¡now that you're gone!
—Pareces drogada —Dije.
—Creo que se me subió el azúcar —Me reí. —No en serio, me siento
mareada —Me puse boca abajo.
—¿Cómo?
—Nada ya —Dijo frotándose los ojos. —¿Cómo le harás con Carl?
—Preguntó cambiándome el tema.

¿Por qué solo me cambia el tema?

—Creo que le diré todo lo que pienso —Respondí. Entendí que era mejor
no insistirle y dejar que me pregunte todo lo qué quiera. —Aunque no sé
cómo... tampoco sé que pienso exactamente... creo que debo ordenar mis
ideas.
—Tienes tiempo todavía.
—Se lo quiero decir en persona, pero no en mi casa, imagínate que algo
sale mal o la cago como siempre. Tendría que quedarse en mi casa hasta
que su mamá quiera recogerlo. No podría mandarlo de un cuarto a otro
para darle tiempo para que se calme si es que digo algo mal y lo hago
enojar o llorar o hacerlo sentir rechazado o dar a entender que no quiero
nada con él-
—Jake —Me detuvo ella. —Estás paranoico.
—Ya sé —Dije acostándome boca arriba otra vez.
—Tomate tu tiempo para ordenar tus ideas y encontrar las palabras que le
quieres decir a Carl. Hablar con la pared ayuda. Finge que el es la pared.
—¿Tú haces eso?
—No, pero me dijeron que ayuda.

¿Hablar con la pared? No pierdo nada con eso... tal vez voy a parecer
loco, pero ojalá ayude.

La puerta de la entrada de mi casa se cerró. Mi amiga ya se había ido, mi


mamá estaba en su cuarto, mi hermano igual y mi padre, trabajando o
cometiendo adulterio por ahí.

Nadie me iba a interrumpir, era el momento para hablar con mi maldita


pared.

Me metí en mi habitación y cerré la puerta. Me senté en mi cama y me


quede frente a frente con mi pared.

Bien, ¿Cómo empiezo?

—Hola —Estoy saludando a una pared... —¿Qué se supone que te debo


decir? Se supone que debería fingir que eres Carl, entonces... Hola, Carl.

Ojalá nadie esté viendo esto.

—Ya sabes que... me gustas mucho y decir eso en voz alta ahora se siente
extraño, pero en mi cabeza no deja de repetirse, literalmente mi mente
está casi todo el tiempo "Me gusta Carl... Me gusta Carl... Me gusta Carl..."
y es raro porque nunca había sentido algo así por alguien, y sumando el
hecho de que eres hombre y yo me la pase pensando durante toda mi vida
que era hetero, pues si, se me hace raro todo aunque tal vez no lo sea. No
sé porque hablo de lo mucho que me gustas, creo que quedo claro con
todo lo que pasamos anteriormente, tal vez no aclaré que me gustas
mucho, pero sí que me gustas. El punto es que... perdón si te hice sentir
mal o te di a entender que no quería nada, es que me da miedo todo
ahora, mis padres sobre todo. Me da miedo el que puedan hacer. Sin
contar el hecho de que no quiero que esto también te afecte, aunque si me
quieres a tu lado como algo más que un amigo, no creo que esto de evitar
que te afecte en algo sea posible.

Tal vez para cuando le diga esto a Carl él ya haya cambiado de opinión.

—No sé si tú también quieres estar conmigo ahora que ya lo pensaste,


pero yo...

Mierda. ¡Si quiero estar con Carl!

Pero... ¡Ahhhh! ¡Tengo miedo!

Correr riesgos... bien, juro que si eso de correr riesgos sale mal, me tiraré
un disparo en la cabeza.

—Si quiero estar contigo, quiero seguir con todo esto. Tengo miedo, pero si
no arriesgo nada, nunca podré saber lo que podríamos llegar a ser. Estoy
asustado, pero porque todo esto es nuevo, ni siquiera sé si soy gay, creo
qué hay más sexualidades, no las conozco mucho la verdad, pero tal vez
no sea gay, si me gustan las mujeres, pero ahora me gustas tú y esto es
muy confuso. Ay, me estoy desviando del tema.
El punto es que... quiero saber si tú también quieres continuar con todo
esto.

Me quede en silencio.
Debí grabar todo lo que dije.

—Wow, gracias pared —Dije y me tumbé en mi cama.

Ahora que lo pienso... ¿Qué soy exactamente? Yo mismo acabo de decir


que no sé si soy gay, pero si no es así entonces, ¿Qué soy?

¿Cómo se supone que uno sabe su sexualidad? ¿La elige o solo se da


cuenta?

Tome mi teléfono y le escribí a la única persona que sabía sobre mis


gustos.

7:32pm

—¡Amyyyyyy!!!!!Pejroqhfowjdosjdlw pene —Le escribí a mi amiga. —Pene


al final no iba perdón.

—Ni llegó a mi casa y ya estás jodiendo —Me respondió.


—JSKAJDSKJSA tu auto corrector le sabe.
Perdón.

—XDDD Es que me acaba de surgir una duda existencial hablando con mi


pared.

—Cual?

—Como se sabe cual es tu sexualidad?

—Buscando un test de sexualidades?

—Hay de esos?

—Acaso nunca viste Heartstopper?


—Que porongas es eso?

—No sabes lo que es el paraíso... Ya bueno es una serie y se hace


mención de los test de sexualidades.

—¿Como lo encuentro?
al test, no a la serie.

—Solo busca "Test de sexualidad" o algo así.

—Son confiables?

—No se, un poco, creo que es más que todo para darte una idea de a
donde van tus gustos, no se la verdad, además, la mayoría de esos test
solo pone 4 sexualidades, homosexual, heterosexual, asexual y bisexual.

—¿Hay más?????????

—Si.

—Puctasumare

No se lo que es asexual, pero conozco otras 3 sexualidades y ahora


vienen y me dicen qué hay más que solo esas.

—Yaya, gracias, te digo que me sale —Escribí.

—Ok.

7:45 pm.

—AMYYYYFISHFISHFIQHFKQJFOWJFOQNFOJWLDJQODHOAHFLAH
DLAJSLQBDKKQJDLAJDLQJLEWJJFLSBD —Escribí desesperado.
—Que


Eso que significa?????? Soy bisexual?? O homo???

—Hazte otro.

—Yaya.

7:52 pm

—AMYYYYFYQIFUKS

—¿Qué salió?

Ahora no se si soy bi o pan, creo que bi acierta más.


—Eso ya sería cosa tuya, investigar y todo lo demás —Dijo ella.

¿De verdad estaba bien antes?????????

—Escuché algo sobre eso.

—OOOOOOO

ME LLEGAN AL PINCHOOO

—Awwww un homo dando sus primeros pasos 🥰


—Calla, me estreso, en un rato comenzará a caerse mi pelo.
—Lo que te espera JJ.

—No digas esoooooooo ya me entraron muchas dudas desde el primer


test.

—Bueno, bueno, igual no es como que debas saberlo ahora. Yo me di


cuenta de que también me gustaban las mujeres hace casi 3 años y hasta
ahora no se mi sexualidad con exactitud.

—3 AÑOS Y AÚN NO SABEEEESSS?!?!?

—Ajá.

—Mátenme.
XD

¿Cuanto tiempo tendría que pasar para que sepa cuál era mi sexualidad?
Carl

11 semanas- Lunes - Vacaciones...

Me quedé mirando mi celular, con la esperanza de que Jake no se haya


arrepentido y que me diga "Te amo Carl, vamos a casarnos y a tener 2
gatos y un perro"

Aunque le dije que le daría tiempo así que no me debo desesperar.

Quise salir de mi habitación, pero escuché como me llegaba un mensaje y


me tire a mi cama para ver de quien era.

Era de Grecia.

"VOY A CONOCER A HARRYYYYYYY


AAAAAAADADQOEUQI&;@/&;"-&"

Me importa un carajo, pero, debo responderle algo.

3:45 pm:

—¿Al Styles? —Pregunté

—SISISISIIDIS ME COMPRÉ BOLETOS PARA SU CONCIERTO EN VIP,


aunque mi papá se enojó porque no compre las de platinum.
—Que lindo es tener plata

Ya quisiera yo que mi papá se enojara conmigo por no comprar entradas


en platinum.

—IQORKQLRJQOJR VOY A CONOCER A HARRYYYYDAKHDAK

—No te me mueras, ¿Quien me va mantener entonces?

—JAJAJAJA

—xd
Por cierto, sabes algo de Jake?

—Está con Amelia

—Ah, ok

—¿Por? Pasó algo??

Lo besé y el a mí y me gustó, el me gusta, me gusta tu mejor amigo.

—Nada, solo pregunto.

Bueno al menos ahora sé que está con Amelia.

No quiero obligarlo a nada ni sonar desesperado, pero ojalá Amy le diga


que me dé una oportunidad y que no tenga miedo al que dirán los demás.

Valeria me dijo algo así. Le conté todo cuando estábamos almorzando. Mi


mamá no estaba y mi padre tampoco, así que le conté lo que había
pasado en la habitación 115 ese día lluvioso.

Ella casi se ahoga con su refresco.


—¡Ay goloso! —Me dijo en un tono pícaro cuando ya no se estaba
ahogando. Yo me sonrojé de la vergüenza y los nervios. Se burló de que
parecía un tomate durante toda la comida.

Me dijo que no debo tener miedo. Si tengo un poco de miedo a decir


verdad, aunque creo que lo que más me invade es la curiosidad. No sé
nada sobre lo que me está pasando, es algo muy nuevo, a penas y
conocía el término gay hace unos meses.

Ahora me di cuenta de que soy gay o eso creo y no es como que yo


hubiera planeado que todo esto pasara.

Incluso me puse a investigar en internet. Entre a muchos sitios web,


resulta qué hay más sexualidades de las que yo creía.

También me vi varios videos, de personas que descubrieron su sexualidad


y de otras que explicaban sobre este tema.

Todo eso en una mañana.

Obviamente lo vi con audífonos. Si mis padres vieran las cosas que están
registradas ahora en mi historial de búsqueda, tal vez me terminarían
sacando de mi casa.

O al menos mi papá si haría eso.

También vi videos de personas que pasaron por el rechazo de sus padres


al salir del closet.
Terminé llorando al escuchar todas las cosas que les hicieron. Me imaginé
cómo sería si mis padres me rechazaran, no fue bonito tener la frase
"Estás enfermo" dicha por mis padres rondando por mi cabeza por un buen
rato.

Lo bueno es que sé que cuento con el apoyo de mi hermana.


No tengo más familiares que me apoyarían... tal vez Grecia si lo haría,
pero mis tíos no.

Ni siquiera me llevo muy bien con mis tíos o primos, no es como que me
caigan mal, pero no sé cómo llevarme bien con personas a las que apenas
y veo.

Mis abuelos paternos vienen a mi casa de vez en cuando, mis abuelos


maternos ni siquiera están en mi ciudad, nunca los conocí, pero están
vivos, eso es lo único que sé. La hermana de mi mamá, ósea la mamá de
Grecia, apenas y ve a mi madre cuando me va a recoger a la escuela.
Nunca supe qué pasó entre ellas. Es un total misterio la relación que tuvo
mi mamá con su familia. Supongo que no fue para nada buena, por algo
no conozco a casi nadie de mi familia materna. Paterna... bueno, creo que
no quieren que un borracho con 2 hijos se vaya a visitarlos entonces...

Y Grecia... bueno, más que una prima es como una amiga, ni siquiera
sabía de su existencia hasta que me metí a mi actual colegio y nuestras
madres se volvieron a ver después de mucho tiempo al recogernos.

Wow, no tengo a nadie más que a mi madre y a mi hermana.

Ojalá mi mamá no sea homofóbica.

Ojalá me acepte (Si es que en algún momento se llega a enterar de esto).

Si el concepto "Rechazo" no existiera, tal vez no me daría miedo todo esto.

Pero si existe y miento si digo que el que me guste un hombre y lo que eso
trae no me asusta.

Supongo que toca aparentar por un largo tiempo.

Al menos hasta que termine la universidad y tenga una carrera y un trabajo


estable.
Pensar en esto hace que no sienta tranquilidad y ahora es en lo único que
pienso.

¿Algún día todo esto va a parar?


30. El chico de 19 años

Advertencia: En este capítulo se hará la mención de abuso.

Jake

11 semanas- Miércoles - Vacaciones...

Estaba viendo mi teléfono, leyendo artículos sobre la comunidad LGBTQ,


los test solo hicieron que dude más de mi sexualidad, así que debía
informarme más sobre esto.
Había mucha información sobre esto, me sentí inútil al darme cuenta de
que no sabía nada del tema.

Aprovecho el tiempo de estar solo en mi cuarto. Ayer hablé con Paul y hoy
iría a su casa. Me dijo que últimamente ha estado muy solo y se siente
aburrido. Salir de mi casa es algo que me gusta, además estoy de
vacaciones, no quiero pasármela encerrado.

Me estaba levantando de mi cama, cuando me llegó un mensaje de Amy,


era una imagen. Ya había mandado la invitación de su cumpleaños.

Este sería el viernes 13, me contó que lo celebraría ese día, su


cumpleaños es el 11, hoy, así que no haría nada.

Acto seguido, me comenzaron a llegar mensajes muy seguidos.

—Jake
Jake
Jake
Jake
Jake
Jake
Gay
Perdón

—Habla
Gay HAKFJKSHF
XD

—Para mi fiesta tienes que ir de acuerdo a la temática.

—Pero dice Euphoria, esa no es una serie de adolescentes deprimidos?

—Si, pero la temática será como la estética de la serie, no los problemas,


esos ya los tengo hasta de sobra
—¿Como se supone que me debo vestir??

—No se JAKFKAJD
Ponte brillitos

—Pero voy a parecer gei

—No eres?
Perdón

—XDDD
Oye
Oye
Oye
Oye

—Habla

—Invitaste a Carl??

—Sisi, hablaras con el?

—Si

—Hasta el viernes??

—Ajá

—Bueno, el local tiene sitios en los que pueden estar solos así que,
normal.

—El oscurito...

—JAKE
—PERDÓN

Si iría Carl, tengo tiempo de practicar lo que diré hasta el viernes. Me da


miedo cagarla y conociéndome, creo que podría pasar.

Por favor Diosito o lo que sea que esté allí, no dejes que termine
arruinando todo como siempre.

Lo bueno es que hoy podré distraerme. No creo que nada malo pase, eso
espero.

—¡Pato! —Grité estirando los brazos para abrazar a mi amigo.


—¡Wawa! —Gritó Paul correspondiéndome el abrazo.

Comenzamos a gritar como estúpidos mientras saltábamos aún


abrazados.

Actuábamos como si no nos hubiéramos visto hace años.

No me gusta aceptarlo, pero amo los momentos en los que puedo


comportarme como un completo idiota que solo piensa en diversión y
pasar el rato con amigos.

—¡Cállate Paul! —Gritó su mamá desde su habitación.


—Perdón —Respondió mi amigo cerrando los ojos, como si estuviera
esperando que algo malo pase.
Pato me hizo una seña para quedarme callado.

Después ambos nos dirigimos a su habitación, esta estaba en el segundo


piso. Al lado de la habitación de su hermano, el cual no estaba.

—¿Cuándo regresa tu hermano? —Pregunté.


—La semana que viene —Respondió él con cierta felicidad.

Su hermano se fue a estudiar psicología a la ciudad de Lima. Viene a


Pucallpa en vacaciones o en fechas importantes. Paul se lleva muy bien
con él, por algo siempre se le ve feliz cuando este se queda. No sé ni su
nombre, pero por como Pato hablaba de él, se ve que es buena persona.

Cuando ingresé a la habitación de mi amigo, pude ver una pequeña bolsa


de plástico, tenía polvo blanco adentro, no pasó mucho para saber que
era.

Sentí como si el ambiente se tensara.

—¿Tu mamá no te dice nada? —Pregunté.


—No, ni siquiera entra a mi cuarto —Respondió restándole importancia a
la situación.
—Oh, ¿Y tu papá?
—Apenas y viene a la casa.

Me pregunto por qué la gran mayoría de personas en mi salón tienen


familias muy cagadas.

En toda la tarde, mi amigo y yo comenzamos a jugar videojuegos y nos


pusimos al día.

Me comenzó a contar algunos chismes y cosas que habían pasado.


Resulta que un amigo mío ya tenía novia, una compañera de mi salón. Y
parece que 2 compañeros míos se pelearon en una llamada porque uno le
coqueteo a la novia del otro.
Ahora todos le dicen "El serruchero", que es alguien que se metió con la
pareja de otra persona.

—Qué pendejo —Dije.


—Con tal de que no se maten al regresar al colegio, todo normal.
—No sé, sería la primera pelea a golpes en nuestro salón.
—Bueno, si, al fin pasaría algo interesante. —Se quedó callado. —Por
cierto, Jake, te toca ponerme al corriente con tu vida, ¿Cómo va todo?
¿Qué tal todo con Carl? ¿Ya te enamoraste? —Preguntó.

¡Carajo!

—¿¡Qué!? —Dije con miedo. —¡No me gusta Carl! —Se me salió una voz
chillona.
—Ajá, yo nunca dije que te gustara Carl—Lo miré y él se rio.—¡Tu solito te
exhibes! —Dijo riendo.
—Ay mierda —Llevé una mano a mi frente y el miedo me invadió.

Creo que Paul se dio cuenta, porque su sonrisa desapareció y me miró


todo serio.

—Espera, no me digas que de verdad tienes algo con Carl —Negué con la
cabeza lentamente, y por su mirada, creo que me exhibí solito. —¡Ahg!
Qué asco —Dijo Paul. —Nah es broma, solo bromeó JJ, no tengo nada en
contra de los gais.

Me quedé en silencio, no sabía qué decir, siento que de nuevo me está


bromeando, pero también que ya sabe. Siento que si digo cualquier cosa
podría dejarme expuesto.

—Ya, no te quedes así, ni que te fuera a pegar o algo —Dice mi amigo y


yo solo me quedo viéndolo, me da miedo lo que puede llegar a pasar.
—¿Te está dando un ataque o por qué no te mueves? —Reaccioné.
—No, no, es solo que... nada, creo que me desconecte por un momento.
—¿No agarraste droga, verdad? —Preguntó mi amigo viendo hacia la
mesa en la que se encontraba esa sustancia.
—No, no.
—Bien.

Genial, ahora me tendré que quedar con la duda de si él de verdad se dio


cuenta o si solo estaba bromeando.

—¿Tienes 2 bicicletas? —Pregunté viendo dos bicicletas en el garaje de mi


amigo.
—Una es de mi hermano —Me respondió él. —Tú usarás la mía y yo la de
él.

Luego de haber jugado un buen rato y haber pasado un momento


incómodo en el que creo que deje expuesta mi sexualidad. Pato y yo
decidimos salir un rato, a pasear por ahí en bicicleta.
¿Hay riesgo de que nos roben? Si, pero al menos pasaré el rato
vagueando por ahí.

Ambos sacamos esas bicicletas y cuando estaba afuera de la casa de mi


amigo, él se metió un rato para sacar la llave de su casa o al menos eso
me dijo.

Me quede solo afuera, saqué mi celular para ver qué hora era, me distraje
revisando las notificaciones que me habían llegado, que no me di cuenta
de que un sujeto se me estaba acercando.

—Oye niño —Dijo un chico acercándose, sacándome de todos mis


pensamientos y haciendo que me asuste un poco.

Por favor que no sea un ratero, por favor que no sea un ratero, por
favor que no sea un ratero, por favor que no sea un ratero. . .

Desvíe la mirada e intenté ignóralo.

—¡Niño! Te estoy hablando —Ignóralo.

Lo observé, parecía joven, un adolescente.

—Hasta que me haces caso, gringo —Dijo poniendo sus manos en sus
bolsillos. —¿Eres de por aquí? —Me preguntó.
—Que le importa —Respondí, a lo que él solo sonrió.
—Con que me saliste arrogante, ¿Ya te crees por ser pituco? —Pituco era
alguien con mucho dinero. Él como me llamaba ya no me importaba, ese
chico me estaba dando miedo.

Me quede callado y trate de acercarme a la puerta de entrada de la casa


de Paul. Esta estaba un poco abierta. Fue imposible, ese extraño me tomo
del brazo, ocasionando que sienta un gran escalofrío.
—¿A dónde crees que vas? —Preguntó.
—No es de su incumbencia —Respondí sin pensarlo.
—¿Ah si? ¿Quieres llegar a tu casa hoy? —Estaba frío, ese sujeto me
acercó a él y comencé a temblar por el miedo.
—Sí... —Respondí en un susurro.

Paul donde sea que estés, por favor sal.

—¿Traes dinero? —Preguntó pasando su mano por mi espalda lentamente


hasta llegar a mis bolsillos.
—No —Respondí manteniendo la mirada baja.

Aquel extraño no dijo nada, en su lugar, metió una mano en mi bolsillo y


con la otra me tomó fuertemente del brazo.

Ni siquiera podía reaccionar, solo tenía que correr unos cuantos


centímetros y entrar a la casa de mi amigo.

Me sentía congelado, no podía ni moverme.

—Ya déjame —Dije a duras penas. El pánico se apoderó de mí.


—¿Crees que te haré caso? Me saliste un poco estúpido, niño —Puso su
mano en mí entre pierna. Fue cuando reaccioné.
—¡Basta! ¡Basta! —Grité dándole un empujón.

Mi vista se nubló. De tanto miedo que tenía, no me había dado cuenta de


que estaba comenzando a lagrimear.

Comencé a caminar hacia atrás y me choqué con alguien, esa persona me


tomo del brazo.

—El chico viene conmigo —Dijo Paul.


—¿Es tu amigo? ¿Este gringito es tu amigo? —Preguntó ese otro chico
burlón.
—¿Estás tomado? —Preguntó mi amigo.
—¿Tú que crees? —Preguntó ese otro chico.
—Ya deja de molestar Alberto —Se conocían.
—¿Nunca te enseñaron a compartir?
—Vete a la puta —Insultó Paul, haciendo que el otro se ría.
—Si, si, como tú digas Patito —Ese sujeto agarró a mi amigo y lo acercó a
él. —Acuérdate que me debes una —Le susurró algo más al oído, pero no
escuché.
—Bien, pero con mis amigos no te estés metiendo, idiota.

El otro chico solo se rio y se alejó.

Paul me tomó de la mano y me metió a su casa rápidamente.

—¿Te hizo algo? —Preguntó.


—¿Ah? —Respondí tratando de procesar todo lo que había pasado.
—Que si te hizo algo, ¿Te ofreció algo? ¿Qué te dijo?

Comenzó a preguntarme muchas cosas, yo no sabía que responder. Nada


se sentía real ahora. Mi mente estaba en otro lado, podía sentir los latidos
de mi corazón, latía tan fuerte que era como si se fuera a salir de mi pecho
y me concentré tanto en mi respiración, que por un segundo olvidé como
se tenía que respirar.

—¿Qué mierda pasó? —Pregunté y fue cuando una lágrima cayó.


—Ay carajo —Dijo mi amigo antes de que sintiera que perdía todo mi
equilibrio.
El llanto había parado, mis ojos estaban llorosos y la brisa que pasaba por
mi ser me hacía sentirme un poco más calmado.

Estaba sentado en el balcón de la casa de mi amigo, después de ese


suceso extraño, al fin había logrado calmarme.

Ni siquiera estaba seguro de cuál era la razón por la que lloraba.

No sabía si era porque aquella situación fue la primera vez en la que


intentaron robarme, o porque las manos de ese tipo tocándome y la idea
de lo que pudo haber pasado si Paul no llegaba, fueron la peor sensación
que pude experimentar.

Creo que ambas.

—¿Quién era él? —Pregunté, a lo que Paul se quedó callado y pensó por
un buen rato en sí decirme quién era ese chico.

Tuve un mal presentimiento. Una mirada puede decir mucho.

—Se llama Alberto —Habló finalmente. —Es él que me vende la droga,


tiene 19 años—Volvió a quedarse callado. —Le gusta meterse con
menores —Confesó.
—Ya me di cuenta —Dije en un tono serio pero calmado.
—Por eso me asusté cuando te vi con él. Es un hijo de puta.
—¿A ti te hizo algo? —Pregunté.

Paul volvió a quedarse callado. Desvió la mirada, se mordió las uñas y por
su mirada pude notar que había preguntado algo que despertó un mal
recuerdo en él.

—No —Respondió en voz baja.

Creo que entendí un poco de la situación, así que no pregunté más.


Las teorías de lo que pudo haber pasado, comenzaron a aparecer por mi
mente.

—¿No te robó nada? —Preguntó mi amigo sacándome de mis


pensamientos.
—No, de milagro —Dije. —Además, solo tenía mi celular en la mano.
—Bueno, tienes razón con que fue de milagro. Un iPhone es tentador para
cualquiera —Sonreí ligeramente, estaba tratando de hacer que el mal rato
pase.
—Mejor no hay que hablar de este tema —Comenté. —Ya no quiero saber
nada de ese tal Alberto. No creo que podré dejarlo como una mala
experiencia nada más, pero al menos quisiera dejar de hablar de eso
—Confesé.
—Está bien. Entiendo, nadie quiere a Alberto, es como una nube negra
que aparece para joderte el día.
—Jodió el mío.
—Y a mí la vida —Susurró Paul, pero logré escucharlo.

Vine a la casa de mi amigo para pasar una linda tarde y en su lugar,


termine pasando por una muy mala experiencia y odiando a un chico
llamado Alberto.

Tengo una teoría sobre lo que ese chico le hizo a Paul, además de
venderle sustancias ilegales. Espero que mi teoría sea falsa.

Si yo que estuve con ese chico por menos de 5 minutos termine llorando,
no me imagino como debería sentirse Paul, que por lo visto, lo conoce
desde hace un largo tiempo.

Hoy fue un día muy extraño.

A veces las cosas pueden pasar sin un previo aviso y de manera muy
rápida. Pueden ser buenas o malas. En mi caso, me tocó una de las
malas, de esas que te hacen cuestionarte hasta de tu propia existencia.
31. Amigos, pero no tanto

Carl

11 semanas- Viernes - Vacaciones...

Últimamente (por no decir hace semanas) me han estado apareciendo


pensamientos muy autodestructivos, como que soy un maricón... un
enfermo... un degenerado...

La verdad, no me gustan, para nada, pero según internet y según mi


hermana, es normal tener esos pensamientos cuando apenas y estoy
descubriendo mi gusto hacia los hombres.
Ya ni siquiera me importa si es normal o no, solo quiero que acaben. Me
hacen sentir una pésima persona, pero no puedo evitar pensar en qué tal
vez si lo soy y que en realidad eso de que me guste un hombre si esta muy
mal. Sin embargo, también hay veces en las que mando todos esos
pensamientos a la mierda y digo que él que me gusten los hombres es
algo normal.

Es como una montaña rusa llena de subidas y bajadas de autoestima,


amor propio y aceptación.

Hoy, esa montaña estaba en su punto más alto de autoestima, aunque con
ciertos fallos técnicos que amenazan con hacer que baje.

Hoy sería la fiesta de Amelia, estoy 100% seguro de que veré a Jake. No
habló conmigo en casi toda la semana y espero que hoy si quiera.

Si es así y me pide tener una vida juntos con 2 gatos y un perro seré el
más feliz, y si eso no pasa, me pondré a llorar en plena fiesta y me pondré
todo loco tomando una gaseosa.

Valeria me acompañaría, mi madre no puede por el trabajo y mi padre... no


queremos que se ponga como borracho y termine dejándonos de lado u
olvidándose de nosotros en ese lugar.

—¿Segura que con camisa está bien? —Pregunté viendo a mi hermana.

La fiesta sería de "Euphoria" y decía que teníamos que ir de acuerdo a la


temática, entonces le pedí ayuda a mi hermana. Ella si se vio esa serie.

Ahora estoy tratando de evitar que me ponga brillos en la cara.

—Si, Carl. Camisa está bien —Respondió.


—Pero es negra.
—¿Y?
—¿No debería ser blanca?
—No, negra está bien. Además a ti te gusta el negro, no te quejes —Puse
los ojos en blanco.
—Bien.

Traía puesta una camisa negra con pantalones formales negros y zapatos
negros.
Si una viejita me ve, diría que soy emo.

—Ponte algún collar y anillos —Ordenó mi hermana y se acercó a mi


espejo para ver si se estaba poniendo correctamente su maquillaje.

Ella traía un vestido pegado y un poco corto, de color negro y con muchos
brillos.

Cuando me puse todo lo que me dijo, agarré crema para el cabello y un


peine. Comencé a arreglarme el cabello yo solo.

—¿De cuándo aquí tomas la iniciativa de peinarte? —Me preguntó Valeria


sorprendida.
—Jake va a estar ahí —Respondí y me miré al espejo mientras le daba
forma a mis rulos.
—Wow, Jake logró alguien que nadie pudo.
—¿Qué me gusté un hombre?
—Que te peines.

Sonríe ante esto y me seguí arreglando el cabello. Estaba tratando de


ocultar que me estaba cagando del miedo.
—Solo un poco —Le dije a mi hermana.

Terminó negociando conmigo e hizo que acepte que me ponga un poco de


sombra de ojos como un pequeño delineado.

—¡Chiquito! —Ordené.
—¡Ya! Será pequeño, lo prometo —Juró ella.
—No quiero terminar como tú.
—¡Oye! Mi delineado es hermoso. Cállate, que ahorita te hago mal tu
delineado y vas a parecer mapache.
—Me callo.

Cumplió lo que prometió y me hizo un delineado muy pequeño, además


me puso un poco de sombra negra en mi párpado inferior.

—Me veo como un mapache —Dije.


—Está bien.
—Me veo lindo —Admití.
—Te verías mejor si te dejarás poner un poco de brillo. Al menos en el
lagrimal —La miré y luego me mire en el espejo de nuevo.
—Bien, ponme brillo... ¡Pero solo en el lagrimal!
—¡Ay! Te quiero tanto hermanito.

Cuando terminó de ponerme ese brillo me puse perfume. No sabía cuál


era la cantidad necesaria, recordé que a Jake le gusta mi perfume, así que
no sabía cuánto tenía que ponerme como para que dure toda la noche.

—¡Ya Carl! Te vas a gastar todo el perfume —Dijo Val.


—Perdón, pero a Jake le gusta mi perfume.
—Y también le gustas tú, ya relájate, todo va a salir bien.
—¿Y si me dice que no quiere seguir con... lo que sea que tengamos?
—No va a decir eso, confía en mí. Si sigues pensando que él dirá que no,
entonces atraerás que él diga que no.
—Ay... Jake me ama, Jake me ama, Jake me ama,
Jake me ama... —Comencé a decir varias veces.
—¡Bien! Sigue así pero en tu mente.
—Piola.

Me quede callado repitiendo en mi mente una y otra vez; Jake me ama...


Jake me ama... Jake me ama... Jake me ama... Jake me ama.... Jake me
ama...

—¿Te imaginas que Jake te diga que la luna se ve hermosa hoy? —Habló
Valeria sonriendo.
—¿Que significa eso?
—Es como una declaración de amor.
—Oh... ¿Te imaginas que me diga eso? —Pregunté e inconscientemente
sonreí.
—Manifiéstalo.
—Jake me dijo que la luna está hermosa hoy, Jake me dijo que la luna
está hermosa hoy, Jake me dijo que la luna está hermosa hoy, Jake me
dijo que la luna está hermosa hoy...
—¡Pero en tu mente!
—Ya, perdón —Respondí con sarcasmo.

Al salir de mi casa pude ver que la luna no se veía... todo estaba nublado,
que linda vida.

Al llegar al local en el que se supone que sería la fiesta, me dieron ganas


de regresar a mi cuarto y esconderme en mi armario.
Bueno, en términos metafóricos, técnicamente estoy en el armario... más
bien, en el closet.

Aquel lugar, en el que sería la fiesta, era un terreno muy grande, había 3
locales y solo uno estaba decorado, tapado con telas y se escuchaba
música.
Los otros dos locales eran más pequeños y estaban vacíos, con mesas
con polvo y sillas amontonadas.

—Diviértanse —Dijo mi madre. —Vengo por ustedes a las 10 —Informó


antes de irse.

Cuando comenzamos a dirigirnos al local, me comenzaron a sudar las


manos. Me estoy muriendo.

—Ay... ay... me cago carajo —Dije.


—Cálmate animal —Ordenó mi hermana.
—Perdón, pero siento que voy a vomitar... y no insultes a los animales.
—Todo va a salir bien, confía.
—La fe es lo más hermoso de la vida.
—Sí. Ten fe con que Jake te dirá que la luna se ve hermosa hoy.
—Ni siquiera hay luna, todo está nublado.
—Cállate, todavía son las 5.
—Pero falta poco para que sean las 6.
—Calla, ten fe con que más tarde las nubes se habrán ido y se verá la
luna.
—Bien.

Ojalá todo salga bien... no, todo va a salir bien.


Jake

11 semanas- Viernes - Vacaciones...

Anoche no pude dormir, bueno, si, pero mis sueños no eran muy bonitos.

Tuve una pesadilla horrible.

Mis padres descubrían que me gustaban los hombres y me rechazaban,


Carl me decía que todo fue un error y que le daba asco, mis amigos se
enteraron de todo y fui excluido. También escuchaba gritos, de Paul,
gritaba por ayuda. Y al final de todo, apareció ese tal Alberto, todo era
como ese día, pero esta vez, Paul no aparecía y ese chico me tocaba en
más partes, no podía ni moverme, me sentía paralizado, no podía
despertar.

Cuando lo hice, pasó un gran sentimiento de alivio por todo mi cuerpo.

Estaba sudando y estaba muy agitado. El sol apenas estaba saliendo y me


dio miedo volver a dormirme.

Nunca estuve tan agradecido de haber despertado temprano.


Trate de olvidar todo mi sueño y enfocarme en el ahora, trate de pensar en
positivo mientras observaba el amanecer por mi ventana.

—Hoy irás a la fiesta de Amy, hablarás con Carl, tendrán una espectacular
noche y vas a juerguear con tus amigos. Nada va a salir mal... —Comencé
a tronar mis dedos. —Nada va a salir mal... —Recordé que pensé lo
mismo antes de ir a la casa de Paul. —Mierda.

Me sentía muy nervioso y paranoico. ¿Y si la historia se repetía y algo


salía mal?

Ahora mismo me preocupaba todo. Además, una nueva preocupación se


había agregado a mi lista; Paul.

Quería saber que le pasaba, que pasaba en su vida. Nunca me había


preocupado con que consumiera droga. Incluso cuando los hombres de mi
salón nos enteramos de que consumía, creíamos que era algo cool. Ahora
no lo veo de esa manera, me siento muy angustiado.
Sumando el hecho de qué Paul le debe algo a ese tal Alberto, todo es un
caos.

Ojalá algún día Paul quiera contarme que es lo que le pasa.

Me encontraba arreglándome para el cumpleaños de mi amiga. Traía


puesto una camisa blanca con unos pantalones formales de color pardo,
iguales a mis zapatos, también traía un collar de oro que era una especie
de cadena y un reloj.

Trate de verme lo más presentable posible. Si iría Carl, quería tratar de


cuidar mi apariencia. Eso es raro, literalmente hasta dormí con él y me
veía como cucaracha aplastada, pero ahora, solo quiero verme bien.

Así como él, Carl siempre se ve bien, he escuchado como a veces dice
que se ve feo o que está feo, pero a decir verdad, es un chico bastante
atractivo, al menos para mí.

Él es hermoso y estoy dispuesto a golpear a quien me diga que no.

—¡Jake apresúrate o llegarás tarde! —Escuché decir a mi mamá desde la


sala.
—¡Voy! —Respondí.

Mi mamá me dejaría en esa fiesta, creo que es en parte era bueno, no me


estaría vigilando a cada rato.

Cuando salí de mi habitación ella me miró y sonrió.

—Que guapo —Dijo. —¿A qué chica quieres sorprender? —Sonreí y acto
seguido puse los ojos en blanco.

Lo siento, mamá.

—A nadie —Dije.
—¿Y por qué sonríes?
—Me dio risa el comentario.
—Ponte perfume si quieres que te recuerde por ese olor en específico
—Ay que buen consejo.
—¡Mamá! —Hacerme el loco es mi nuevo pasatiempo.
Me volví a meter a mi habitación para ponerme perfume. Una vez hecho
esto, tomé mi celular porque escuché que me llegaba un mensaje.

Era de Grecia.

—¿Ya vienes? —Preguntó.

—Si si, ya voy

—Ok.

—Carl ya está allá?

—Todavía no.

—Sabes si va ir?

—Si va a venir, me mando foto de cuando estaba comprando el regalo.

—Bien

Ojalá no termine desmayándome o algo así.

Me puse a ver estados, quería ver si alguien ya había publicado algo sobre
esa fiesta.
Solo vi como varios de mis contactos ponían a sus parejas con la canción
de "viernes 13" de fondo.

¡Dios! En todas mis redes sociales solo me han salido personas que ponen
imágenes de su pareja y esa maldita de canción de fondo.

¡Ya me tienen harto!

O como diría Amelia...


"Me llegan al pincho"

—¡Cuídate! —Dijo mi mamá a lo lejos.


—¡Sí, mamá! —Respondí y entre al local.

Había muchos globos morados, azules y plateados en todo el lugar, luces


de colores y una mesa muy decorada en la que había bastante comida y
refresco.

Ya me dio hambre.

—¡JJ! —Saludó mi amigo Fernando, detrás de él estaba Gael y "El


serruchero"
—¡Fer! —Dije y chocamos las manos.
—A los años, bro —Saludó Gael.
—Wawita —Dijo Paul haciendo a un lado a mis otros amigos.

Desde ese día, Paul y yo hablamos con normalidad por el celular. Era
bueno saber que las cosas no se pondrían tan incómodas... bueno, fingir
que nada había pasado no era algo correcto que digamos, pero siento que
si saco el tema ambos nos pondremos bastante incómodos.

—¡Patito! —Dije dándole un abrazo.


—¿A dónde tan pituco? —Preguntó Sebastián.

Odio cuando me dicen pituco.

—No me digas así —Ordené.


—Ya, no te enojes... pituco —Le di un pequeño empujón.
—Cálmate serruchero —Dije, ocasionando que los demás se rían.
—Jodido —Habló Sebastián.
—Eres —Respondí. —Por cierto, ¿Dónde está Amelia?
—Por ahí —Contestó Pato apuntándola con el dedo.

Me acerqué a mi amiga. Traía un vestido blanco acampanado color perla,


la tela era medio brillosa, no sé cómo se llama la verdad. También traía
puesto un collar de perlas con unos guantes negros con manga de encaje,
estos traían unas pequeñas cuencas blancas y le llegaban hasta los
codos.

Su maquillaje era como los colores de los globos y tenía brillos adhesivos
del mismo color de su ropa.

Que tremenda.

Casi todas las chicas que habían llegado estaban con vestidos brillosos, al
igual que su maquillaje.

Por otro lado, mis amigos estaban con ropa normal, como para salir al cine
o para ir a andar en bicicleta.

Espero que lo que me haya puesto siga al menos un poco de la temática.


—¡Amy! —Dije y nos dimos un abrazo.
—¡Al fin alguien que siguió un poco de la temática! —Dijo ella. —Hola, JJ.
—Feliz no cumpleaños —Dije dándole su regalo.
—Gracias —Respondió.

Me puse a hablar con todos mis amigos, esperábamos a que llegara más
gente, además, todavía no entrábamos en ambiente de bailar ni nada y no
es como que a mis amigos les guste bailar delante de sus padres así que...

—¡Oye Jake! —Me llamó alguien, pude reconocer que era la voz de Gael.
—Dime.
—Mira discretamente atrás de ti —Me giré rápidamente para ver que
había. —¡Discretamente cojudo! —Gael me dio un golpe en la cabeza y
me giré hacia él otra vez.
—¡Ya! Perdón, ¿Qué pasa?

Le piden ser discreto al que se le nubla la vista si le mencionan la palabra


"Gay" o "Carl" y que se le baja la presión si esas dos palabras están juntas
en una oración con el verbo "Gustar".

—Hay una chica atrás de ti —Informó. —No ha dejado de mirarte —Dijo


sonriendo.
—Ah.
—¿Ah? Como que "Ah", mírala, es linda.

Me giré discretamente... o eso creo.

—¿La del vestido celeste? —Pregunté desviando la mirada.


—Sí —Confirmó él.
—Pues si, si está linda —Dije y seguí tomando gaseosa.
—¿Por qué sigues aquí? Háblale.
—No.
—¿Por qué no?
—No quiero, háblale tú.
—A mí no es a quien mira.
—Lástima.

Dije esa última palabra y como si de una serie de Netflix sobre


adolescentes estadounidenses se tratara, vi a Carl entrar al salón.

Fue como si todo y todos desaparecieran y nada más existiéramos él y yo.


Nunca antes me había sentido tan feliz de verlo, ni tan nervioso.
Esa sensación extraña en mi estómago se hizo presente y mi corazón latía
cada vez más rápido.

Creo que Gael seguía hablando, pero no lo escuchaba.

Observé a Carl. Se veía muy bien, baje la mirada y fingí que estaba
pensando en qué bocadillo iba a agarrar de la mesa. Después comencé a
tomar gaseosa mirando hacía otro lado.

—Hola, Carl —Dijo Gael y me volteé rápidamente, encontrándome con la


mirada de mi mejor amigo.

Él estaba con sombra de ojos negra en la parte inferior de su párpado,


tenía un delineado pequeño y un poco de brillo en el lagrimal.

Dios mío señor ayúdame, padre todo poderoso.

Apenas y lo vi como por 2 segundos, solo bastaron esos 2 segundos para


hacerme ahogar con mi gaseosa.

—Jake, ¿Estás bien? —Preguntó Carl poniendo su mano en mi hombro y


eso solo hizo que me olvide de como respirar.
—No te me mueras, hijo —Dijo Valeria mientras que yo tosía y trataba de
recuperar la compostura. Ni me había dado cuenta de que había llegado
con Carl.
—¿Ya estás mejor? —Preguntó el azabache y yo asentí con la cabeza,
para después alejarme.
Busqué a Amy mientras seguía tosiendo un poco y cuando la encontré, la
agarré de la mano y la llevé a un lugar un poco alejado del resto de
personas.

—Jake estás rojo —Dijo ella. Se dio cuenta porqué estábamos en un lugar
en el que la luz era blanca y no de colores.
—Ya sé, me ahogué con la gaseosa —Informé y ella se rio. —¡No te rías!
Me ahogué porque Carl apareció y se veía tan lindo y me olvide de como
se respiraba y puso su mano en mi hombro y creo que casi me muero.
—Aww, pánico gay. Que lindo.
—No es lindo, creo que me deje expuesto, además, Valeria estaba allí.
—¿Quién era Valeria? —Preguntó.
—Su hermana.
—Oh, ¿No sabe? Sobre... ya sabes que.
—Si sabe, Carl me dijo que si sabía.

Observé como Amy miraba discretamente hacia el lugar en el que estaba


Carl y Valeria.

—Se ve chévere —Dijo. En mi país se supone que eso es alguien o algo


agradable o estupendo.
—Es chévere.
—¿Entonces por qué te preocupas?
—Ahora me importa mucho su opinión o lo que piense de mí. Es la
hermana del chico que me gusta, así que quiero que piense bien de mí o
que diga cosas como "Jake es el chico perfecto para ti, cásense".

De verdad quería que Valeria piense eso, quiero que le hable a Carl bien
de mí. Si es que Carl aún quiere seguir con todo, ella podría ser mi
cuñada.

—Oh, bueno no la conozco, así que no puedo asegurarte nada. Lo que si


te puedo asegurar, es que si no le hablas a Carl hoy, tendrás que pasártela
toda la fiesta evitándolo y eso sería incómodo — Habló mi amiga.
—Bien —Busqué con la mirada a Carl. Este estaba hablando con Ester en
la mesa de bocaditos. —Ahora no, está hablando con Ester.
—Espera a que terminen de hablar. Deben estar poniéndose al día o
aclarando algunas cosas.
—¿Cómo sabes?
—No se han hablado desde hace mucho y pues... son exs novios.
—Ah, bueno, le hablo cuando termine de...

No pude terminar lo que iba a decir, porque alguien nos interrumpió.

—Hola, Jake —Saludó Valeria.


—Hola, Val —Saludé. —Ella es Amelia, la cumpleañera —Las presenté.
—Amy, ella es Valeria.
—Hola, Amy —Habló Valeria sonriendo. —Así que tú eres la anfitriona
—Amelia asintió. —Ven. Ya deja de estar hablando con este mongolo
—Tomó a Amelia de la mano.
—¡Oye! —Dije ofendido.
—Broma JJ —Habló la hermana de mi amigo y se llevó a Amelia con ella.

La anfitriona me miró asustada mientras que Valeria se la llevaba.


Amy apenas y hablaba con otros chicos además de los de mi salón. El que
Valeria se la lleve como si nada fue extraño hasta para mí.

Comienzo a pensar con que lo hizo apropósito.

Desvíe la mirada y vi a Carl, este seguía hablando con Ester.

Me quedé en donde estaba y comencé a repasar mentalmente lo que le


diría. Ojalá diga todo tal y como lo había planeado, aunque conociéndome,
creo que le terminaré diciendo todo al revés o me quedaré congelado.

Cuando vi que Ester se alejó, me di cuenta de que ya era el momento de


hablarle.

Mierda, me voy a desmayar.


Me acerqué a la mesa me puse al lado de Carl.

—Hola —Dije con cierto pánico.


—Hola, Jake —Nos miramos. —¿Ya no te estás ahogando? —Reí ante su
pregunta.
—Eso creo.
—¿Eso crees? —Debí pensar mi respuesta 2 veces.
—Sí.

¿Cómo le hago para hablarle? ¿Qué debería decir?

"Oye, ¿Podemos hablar?"

Ya estamos hablando.

Pero no de ese tema, cojudo.

Ay conciencia, no sé que haría sin ti.

—¿Quieres hablar? —Preguntamos los dos al mismo tiempo. Sonreímos


ante esto. —Si —Respondimos al mismo tiempo, ahora si nos
comenzamos a reír.

Voy a fingir que una parte de mi risa no es por los nervios.

—¿Hablamos aquí? ¿O en otro lugar? —Pregunté.


—En otro lugar creo —Respondió Carl. —Hay otros locales aquí y nadie
nos vería, podríamos hablar por allí.

El oscurito...

¡JAKE!

—Bien, vamos —Dije.


—Yo salgo primero y después tú —Ordenó Carl y yo asentí.
Él salió del lugar y a los pocos segundos yo también.

No quería tener que irnos de este sitio, una declaración en una fiesta con
luces violetas es algo de película, pero en su lugar, tendría que ir con Carl
discretamente a un lugar en el que nadie nos vea, porque si lo hacían, tal
vez terminaríamos en terapia.

Nos metimos a un local que estaba con muchas sillas, mesas y cajas.
Además, había un lugar en el que había un espacio oscuro. Solo había
una luz a los lejos, así que eso me dejaba ver un poco, pero el resto
estaba completamente oscuro y tapado, muy alejado de los demás.

Era el lugar perfecto para hablar.

—Entonces —Dijo Carl. —Dime todo lo que quieras, tus preocupaciones y


eso. Insultante, en tailandés si eso quieres, te escucho —Se apoyó en la
pared.

Suspiré y traté de ordenar mis pensamientos.

No lo arruines.

—Lo estuve pensando, y si quiero estar contigo. Quiero seguir con todo
esto. Me asusta lo que pueda llegar a pasar en un futuro, ya sabes, lo que
dirán los demás o lo que puedan hacer las personas cercanas a nosotros
si llegan a enterar, sé lo malas que pueden llegar a ser, yo mismo fui uno
de ellos cuando Amelia salió del closet conmigo, la traté horrible y me
arrepiento mucho de eso.
El punto es que estoy dispuesto a dejar de lado esos comentarios,
porque... —Me detuve. —Me gustas, me gustas mucho, no sé desde hace
cuanto exactamente, tampoco sé cómo pasó, ni siquiera sabía que me
gustaban los hombres hasta que sentí celos porque estabas de novio con
Ester y no conmigo —El de lentes sonrió.

Me quedé en silencio de nuevo.


—Imbécil —Dije y Carl frunció el ceño confundido. —Perdón, es que dijiste
que te insulte.

Carl se acercó a mí sin decir nada, me tomó de la cintura y me abrazó.

Le correspondí, fue una abrazó cálido y cariñoso. Ocultó su rostro en mi


cuello y un gran sentimiento de paz me invadió. Me sentí bien, estar con él
me hacía sentir así.

Él era todo lo que estaba bien.

Me dio unas caricias en la espalda, para después darme rápidamente un


beso en la mejilla.

—¿Es un abrazo de qué quieres seguir conmigo o es uno de amistad y


solo me estás abrazando para no sufrir? —Pregunté y escuché la risa de
mi amigo... o mi "casi algo"... o no sé.
—La primera opción. Creí que esa noche había quedado claro cuánto me
gustabas —Dijo.
—Ah... si, sobre eso... —Hice una pausa. —Perdón si en ese viaje te di a
entender en algún momento que no me gustabas o que no quería nada.
—Está bien, no me hiciste creer eso.
—Es que estaba asustado por todo y creo que dije algunas palabras
incorrectas... o ya no sé.
—Lo entiendo, yo también me sentí asustado... más bien, me siento
asustado. Te mentiría si te digo que esto no me aterra —Pasó su mano por
mi cabello. —Pero, dicen que es normal, según lo que leí.
—¿Pasará algún día? —Pregunté con la esperanza de que me diga que sí.
—Sí —Respondió y sentí un alivio.
—Ojalá se acabe pronto.

Nos quedamos callados. Creo que volví a usar las palabras incorrectas... o
tal vez ya estoy paranoico.
—Hablo del miedo, no sobre lo nuestro —Dije con cierto desespero. —Lo
nuestro me gusta, o sea a veces me asusta, pero me gusta. No es que sea
masoquista o algo. Me gustas tú... no es que tú seas aterrador o algo así...
o sea —No pude continuar.
—Ya entendí —Habló soltando una pequeña risa.
—Perd...

No pude terminar de pronunciar la palabra "perdón", ya que Carl se acercó


a mí rápidamente y me besó.

—Entiendo, JJ. Estás paranoico. Si sigues tratando de explicarme algo que


ya entendí, te callaré de alguna manera —Advirtió él.
—La manera en la que me acabes de callar hace un rato me gusta —Dije.
—¿Ah, si? —Preguntó y puso su mano en mi hombro.
—Sí —Confirmé.

Ambos nos miramos y nos reímos. Sentí mis mejillas arder. Que bueno
que estaba un poco oscuro, así no podría ver que estaba completamente
sonrojado.

No podía mantenerme serio ni para coquetear con mi crush.

—¿Cómo dicen en las películas? —Preguntó y se quedó pensando unos


segundos. —Ah, si, "Ya cállate y bésame" —Ordenó Carl, imitando a esos
actores en las películas.
—No, bésame tú —Respondí exagerando dramatismo.
—No, tú —Respondió picándome en las costillas, haciendo que sienta
cosquillas.

Nos reímos de nuestra pequeña actuación.

—¿Piedra, papel o tijera? —Preguntó.


—Dale, dale —Dije y comenzamos a jugar.

Gané y miré a Carl de manera burlona.


—Perdiste. Tú bésame —Hablé.
—¿Premio o premio?
—¿Besarme? Castigo —Él rio.
—Ven aquí —Me tomó de la nuca y me besó.

Ese extraño hormigueo recorrió todo mi cuerpo.


Los labios de Carl acariciaron los míos con delicadeza. Él traía puesto
unos anillos, estos estaban fríos, así que cuando sus manos se deslizaron
por mi cuello, se me erizó la piel y también sentí sus rizos perfectos tocar
mi rostro.

Sus labios eran suaves y cálidos. Intenté memorizarme cada segundo de


este momento.

Puse mis manos al rededor de su cintura y lo acerqué más a mí.

Él besó se intensificó al rato y di unos pasos hacia adelante para


acercarme más al de piel morena, pero en su lugar, solo lo empujé un poco
y terminó arrinconado contra la pared.

—Perdón —Dije cortando ese beso. Creo que le hice doler la espalda.
—No me disgustó —Sonrió al decir esto.
—¿Qué? —Pregunté confundido y él solo me volvió a besar con más
intensidad.

Sus manos bajaron de mis hombros hasta mis codos y yo enterré mis
dedos en su cabello, el cual ya estaba un poco desordenado.

Nos besamos y nos besamos, hasta que alguien apareció.

—¿Chicos? —Escuchamos una voz masculina, haciendo que Carl y yo


nos separemos rápidamente. —¿De qué me perdí? —Preguntó Paul
confundido, tenía un cigarro en la mano, se veía sorprendido.

Me asusté un poco, pero al ver que era Pato, traté de tranquilizarme.


—Piola —Dijo Paul y le dio una calada a su cigarro. —¿Ya son novios?
—Preguntó y bajo la mirada hasta nuestras manos. —Aww, se toman de
las manos. Eso es TAN gay... y lindo.

Carl y yo no dijimos nada.

—¿Qué? —Preguntó el de piel trigueña. —¡Ya no me miren así! Ni que


fuera un asesino o algo parecido —Me debería sentir aliviado, pero me
siento un poco asustado aún.
—¿No te molesta? —Pregunté.
—No, ¿Por qué me tendría que molestar? —Respondió Pato. —No
estaban haciendo algo malo, solo se besaban —Mi miedo comenzó a
desaparecer. —Nada más me sorprendí, aunque debí verlo venir —Se
quedó callado observando a la nada. —Seh, debí verlo venir —Dijo
viéndonos. —Bueno, me voy, sigan con su amor tercermundista —Avisó.

Tiró su cigarro y lo piso. Después comenzó a alejarse.

¿Qué acaba de pasar?

—No le digas a nadie —Dije en voz un poco alta.


—Tampoco soy cagón —Respondió sin dejar de caminar y sin mirar atrás.
—Gracias —Habló Carl. ¡Al fin dice algo!
—De nada, golosin —Sonreí al escuchar ese apodo.

Cuando Paul ya estaba un poco lejos, me percaté de que la mano de Carl


estaba fría.

—¿Estás bien? —Pregunté.


—Sí, es solo que, me asusté —Se quedó callado. —Creo que fue la
primera vez que ví toda mi vida pasar por mis ojos y escuché borroso.

¿Escuchar borroso?
—No te preocupes. Paul no dirá nada —Afirmé. Espero que no diga nada.
—Ojalá.
—Creo que de mí ya sospechaba.
—¿Cómo así?
—Es que el miércoles fui a su casa y puede ser que sin querer queriendo,
le dije que me gustabas —Me separé de él.
—¿Indirectamente? —Preguntó.
—Es que me preguntó algo relacionado con enamoramiento y luego te
menciono y estaba paranoico, así que le dije que no me gustabas, pero su
pregunta no tenía nada que ver con eso.
—Oh.
—Casi me desmayo... o como dices tú, escuché borroso y pues, no
disimulé.
—Que bueno que no es homofóbico o algo así —Dijo.

Que bueno que no fue como yo hace 2 años.

—Eso espero —Dije. —¿Ya te quieres ir?


—Si, ya me dio miedo —Contestó Carl.
—Igual —Comencé a alejarme de ese lugar. —Vamos —Ordené.
—Voy —Respondió y comenzó a seguirme.

Me dio miedo que alguien que nos conozca nos vea. Uno no sabe si esa
persona le puede contar a alguien o guardarse ese secreto.

—¿Yo entro primero y después tú? —Preguntó Carl.


—Bueno.

Cuando ya estábamos llegando a la entrada, me di cuenta de que Carl


había dejado de caminar, observando algo a lo lejos.

—¿Qué pasó? —Pregunté y trate de mirar hacia la misma dirección.


Me di con la sorpresa de que Valeria estaba afuera del lugar. Estaba con
un chico, este estaba en una moto.

Ambos se estaban besando.

—¿Valeria tiene novio? —Pregunté.


—No lo sabía —Respondió Carl, observando sorprendido aquella escena.
—No es de la escuela —Afirmó. Conozco a casi todos en la escuela y su
rostro no se me hacía conocido para nada.
—Se ve buena persona... o bueno, su cara se ve de buena gente —Opiné.
—Ojalá si sea bueno —Dijo el de lentes. —Y ojalá algún día tenga la
confianza de contarme.
—¿Estás molesto?
—No, solo sorprendido —Hizo una pausa. —Wow, ya entiendo a Pato
—Sonrió. —Solo que yo no me lo veía venir.
—Igual.

Ambos nos quedamos viendo aquel momento.

—Es lindo —Dije. —¿Crees que sea de pucallpa? —Pregunté.


—Yo soy de pucallpa, ¿No te parezco lindo? —Preguntó Carl fingiendo
indignación.
—¡No quise decir eso! Si eres lindo, hermoso, bonito, bello, el más lindo de
pucallpa, más guapo que Nicola Porcella —Cal rio. —El más lindo de toda
Latinoamérica, no dejas ni a los Europeos.
—Ya entendí —Dijo riendo. —Y para tu información, nadie es más lindo
que Nicola Porcella —Habló entrando al lugar.
—Si hay más lindos —Aseguré.
—¿Ah, si? ¿Quién?
—Andrés Wiese —Dije.
—Pucta, que rico —Expresó en tono de burla.

Nos reímos y nos percatamos de que todos ya estaban bailando en ese


lugar.
Más bien, las mujeres y uno que otro hombre, la gran mayoría de hombres
de los de mi salón estaban sentados en las sillas hablando o jugando en
su celular.

A veces me aburren.

No sabía si ir a bailar o no, hasta que unas compañeras nos agarraron a


mí y Carl y nos unieron a ese baile.

Pusieron de todo, música brasileña, clásicos del rock en español, músicas


de mi País y también de la selva, bailamos y gritamos mucho cuando
pusieron eso. Mi amigo Joel viene de Piura, se mudó a pucallpa hace 1
año, así que no sabía como bailar, se quedó quieto y solo sonreía sin
saber que hacer.

Inclusive sonó una canción llamada "Mi bebito fiu fiu", ¡Esa canción ya me
tiene harto!

Hubo un momento en el que pusieron canciones que la gente suele


"perrear". Se pusieron a hacer eso hombres con mujeres o mujeres con
mujeres.
Una chica intentó bailarme de esa manera y me alejé asustado.

Amy solo se reía, no bailaba así. No, porque no quisiera, sino porque sus
padres estaban ahí y no dejaban de vigilarla, además ella quería bailar con
sus amigas y me dijo que para sus padres eso sería raro.

Habían algunas parejas que se bailaban tan sensualmente, que parecía


que harían eso con ropa.

Que hormonales y raros son los adolescentes de ahora.

Te comiste a tu mejor amigo en el oscurito.

Cállate.
Una parte en la que todos cantaron a todo pulmón, incluyéndome a mí y
Carl, fue cuando pusieron "Atrévete-te-te". Esa canción hablaba de salirse
del closet. Casi me quedo sin garganta.

Cuando sonó la canción "Tú eres ajena", todos comenzaron a bailar en


parejas. Algunos de mis compañeros hombres bailaban con otros
hombres, así que aproveche y tomé a Carl.

Cantábamos esa canción casi gritando y con mucho sentimiento, como si


nos hubiera pasado lo mismo que decía la canción.

Baile hasta que no pude más y me fui a sentar a una de las sillas de una
mesa. Carl fue a sentarse conmigo.

Estaba muy sudado, al igual que todos y apenas podía respirar.

Vi que todos los demás seguían bailando. Algunas chicas se habían


sacado los zapatos con tacón para bailar mejor o yo qué sé. ¿Cómo
resistían tanto?

—¿Quieres que te traiga algo para tomar? —Preguntó Carl.


—Si, por favor, siento que toda el agua que tenía en mi cuerpo se esfumó
—Dije y Carl rio.
—Ya vengo.

Se fue a la mesa en la que estaban todas las bebidas. Yo me quedé


sentado en esa silla y traté de recuperar mi respiración.

Hasta que escuché como sonaba mi celular, este estaba guardado en el


bolsillo de mi pantalón y cuando lo saqué, vi que era un mensaje de mi
madre.

—Jake —Mandó ella. —Dormirás en la casa de Carl hoy, ya hablé con su


mamá y me dijo que sí puedes quedarte a dormir.
—Por?
Pasó algo?
Papá te hizo algo? —Estaba preocupado.

—Cosas de adultos.

—...
Bien.
Y el Ian?

—Con tu tía, se quedará con ella.

—Esta bien.
Te veo mañana ma

—Si si, diviértete

—Okey.

¿Ahora qué pasó?

Me salí de mis pensamientos cuando una chica se sentó a mi lado.

—Hola —Saludó, era la misma chica que me estaba mirando al inicio de la


fiesta.
—Hola —La saludé y volví a poner la mirada en mi teléfono.
—Oye te me haces conocido —Dijo ella con un tono simpático.
—Oh.
—¿Estudiaste en "Jorge Chávez"? —Preguntó.

"Jorge Chávez" es un colegio estatal, yo nunca he ido a un estatal.


Además, estoy en el mismo colegio desde inicial.

—No, nunca estuve allí —Respondí.


—Te juro que pensé que si —Hizo una pausa. —¿Cómo dijiste que te
llamabas?
—No dije como me llamo.
—Entonces, ¿Cómo te llamas?
—Jake.
—¿Tienes Instagram?

Okey, ya veo a donde va esto.

—No —Si tengo Instagram. —Algún día me crearé una cuenta.


—¿Facebook? —Preguntó.
—Tampoco, no usó redes sociales —Mentí. —Solo WhatsApp.
—¿Si? —Preguntó sorprendida. —Rola número —Dijo.

No supe que decir, no quería darle mi número, pero tampoco quería decirle
eso.

—¡Jake! —Me llamó una voz masculina, era Carl.

Se acercó a donde estaba y me tomó del brazo.

—¡Ven a ver lo que trajo Gael! —Dijo y me llevó a otro lado, sacándome de
esa situación un poco incómoda.

Te quiero tanto Carlitos.

—¿Esa chica quería tu Instagram? —Preguntó.

¿Cómo mierda sabía?

—¿Cómo sabes? —Pregunté confundido.


—Se acercó a mí cuando estaba sirviéndote agua. Me preguntó cosas
sobre ti y eso.
—¿Y qué le dijiste?
—Que eres tímido, que no hablas mucho y que te gusta hacer Tiktoks.
—¡Eso no es verdad! —Dije ofendido.
—Ya sé —Dijo y me pasó un vaso con agua.

Entendí por qué le dijo eso a esa chica.

—Ah, ya entendí —Hablé y comencé a tomar agua.


—Lo siento, JJ.
—Igual, no quería darle mi Instagram —Carl sonrió. —¿Eso si te pone
feliz, verdad? —Pregunté en un tono burlón.
—No sabes cuánto —Respondió guiñándome el ojo.
—Ay —Dije riendo. —Estúpido —Traté de ocultar mi risa tomando agua,
pero Carl me pico en las costillas con su dedo y eso hizo que escupa todo
porque me dio cosquillas.

Ambos nos reímos y me volví a ahogar.

Ya era la segunda vez que me ahogaba con el agua y todo por culpa del
chico que me gusta.

Carl me pone nervioso.


—Que se supone que le tengo que decir???????
Ayuda ptmr me voy a morir
Eso rimó jfksjdsknsk —Le escribí a Amelia en el auto de la madre de Carl.

Ya estábamos yendo a la casa de mi "amigo". Eran las 11:30 de la noche,


la mamá de Carl se quedó a hablar un rato con otras señoras y nos
quedamos por más tiempo.

—Ya le vas a pedir que sea tu novio o que?? —Preguntó Amy.

—No, aún no.


Pero quiero decirle algo lindo además de "me gustas"

—Muy bien, vayan despacio

—Tardamos 7 años :v

—Poquito.

—Con Angel cuánto tiempo tardaste?

Ángel es su ex. Fueron novios como por 1 año, desde los 11 hasta los 12.
Se gustaban desde el primer grado de primaria, todos pensaban que se
iban a casar o algo así.
Terminaron por... por mi culpa. O bueno, algo así.

Ay dios, quiero asesinar a mí yo del pasado.

No había mencionado a Ángel en ninguna conversación, hasta este


momento.

—Mmmm
Bueno, siempre supimos que nos gustábamos, a pesar de ser amigos.
Además las mamás del salón querían que estuviéramos juntos y eso
Ya sabes
#amorheterosexual
Ya bueno, el punto es que
Comenzamos a tratarnos como novios a los 5 meses de hablar por celular
y esa cosa.
Y nos besamos a los 2 meses de ser novios
O3
Nono 1
Ya no sé ya FJKAJDKJAKD

—5 meseeessss?!?!?

—Si, es que yo le decía que no me dejaban tener novio


Por la edad y eso
Y era verdad

—Y como es eso de que se besaron a los 2 meses?!?

—Teníamos 11 pues, un beso era súper extremo para nosotros

—Ash, Entonces que hago?

—Yo que se, déjale en claro a Carl tus emociones o no se


Algo pues miersa
mirra
Muerda
Mierda *

—miersa 🤟
Creo que ya se lo deje en claro

—Ay cierto, se fueron a chapar.

—FHQLFOQF COMO SABES

—Ay
De verdad?

—Ay

—Ampay 😘
Ya, dile algo bonito, con palabras, no con besos.

—Pero que le digo?

—Algo que no sea "Me gustas" pero que si deje en claro que te gusta.

—Pides mucho

—Ab
Dile
Mmm
Déjame buscar

—Ok ok.

Apagué mi teléfono cuando sentí como Carl ponía su cabeza en mi


hombro.
Observé por el espejo delantero que se estaba quedando dormido.
Luego me crucé con la mirada de Valeria, la cual me guiño el ojo y sonrió.

Por otro lado, la madre de Carl también me vio a través del espejo, aquello
hizo que desvíe la mirada asustado.

Tenía miedo de que se enoje o algo, pero no dijo nada. Solo nos vio y
siguió conduciendo.

Que alivio.

Volví a mirar mi celular cuando me llegó un mensaje.

—YA SEEEEEEEE
DJAKSBAKFBKAJFLAJDLWJDLSJFLSJDLWJDLWKLDNEKDJWLDHDKK
WKENEED DIWOWJDLWKW
gay

—Dime

—Me acordé de un video de unas personas que se decían "la luna se ve


hermosa hoy, no lo crees?" Es como una especie declaración de amor
Dile eso

—segura?

—Dile eso o te mueres 🔫


—Ya ya, déjame buscar más y voy a ver si se lo digo.

—Okey :D

—¿Crees que lo va a entender???


—Ni idea, si no lo entiende entonces, yo que se, cuéntale que significa y
eso

—Ash
Ash
ASH
Que raras son las relaciones
Pero qué bonito que sea con Carl

—Que sola estoy

—Oe oeoeoe
Y con esa declaración de amor, como se supone que él debe de
responder?

—Se supone qué hay 2 formas


"Puedo morir en paz" =Si es correspondido.
"Siempre lo ha sido"= no es correspondido
Pero ya que, no creo que Carl sepa que se debe responder eso, ademas,
no creo que se necesario.

—Bueno
Ojalá si entienda

—Seeee

Me puse a buscar información sobre esa frase.

Resulta que es una leyenda japonesa, trata sobre la historia de un amor


prohibido, de una princesa y un plebeyo.
La princesa estaba comprometida con otro y eso fue un impedimento para
que pueda ser feliz con el plebeyo.
En su última noche juntos, el plebeyo observaba la luna y decidió
confesarle su profundo amor a la princesa, diciendo "La luna está hermosa
hoy, ¿No lo crees?"

Me recordó un poco a mí y a Carl, no es que yo esté comprometido con


alguien, pero los demás esperan que esté con una mujer y si estoy con él,
solo recibiría malos tratos. En cierto modo, el que estemos juntos no es
algo que esté permitido.

Es injusto.

—Ya llegamos —Avisó la madre de Carl.

Carl se levantó de inmediato con mucha energía. Se pasó la mano por su


cabello y salió del auto.

¿De verdad estaba durmiendo?

Al subir a la habitación de Carl nos sentamos en su cama, no sabía que


hacer y no tenía tanto sueño.

¿Qué se supone que hacen las personas después de besarse y


declararse?, más bien, ¿Qué se supone que debo hacer yo? ¿Cómo debe
ser una relación de un hombre con otro hombre? ¿Hay algún tipo de
comportamiento exacto o regla que se deba seguir? ¿O es como una
relación de hombre con mujer? ¿Cómo puedes estar con alguien sin poder
darse muestras de afecto en público? ¿Cómo estás con alguien cuando
literalmente nadie puede verlos juntos porque todos piensan que es malo?

Romeo y Julieta no podían estar juntos, pero eran hombre y mujer, al


menos algunas personas los apoyaban, además, esa relación terminó con
ambos muriendo, así que no puedo usarla como ejemplo a seguir.
Creo que me miraré alguna película o serie homosexual algún día. Espero
que al menos me sirvan de ejemplo.

¿Cómo se llamaba esa serie que me mencionó Amelia?

¿Heartopper? ¿Heartestopper? ¿Heartspotter?

Creo que era "Heartstotter"

¿O era "Hearttettor?

—¿Qué hacemos? —Preguntó Carl, sacándome de mis pensamientos.


—No sé, ¿Tú que quieres hacer?
—No sé —Me quedé callado.
—¿Vamos a la azotea? —Pregunté.

Si no íbamos a hacer nada, al menos que sea en la azotea.

Amo esa azotea.

—Vamos —Dijo Carl y me tomó de la mano.


—¿Hacemos una carrera? —Pregunté.
—No, te voy a ganar.
—¿Si? —Dije y después lo empujé, haciendo que se caiga de espaldas en
la cama.
—¡Oye!

Comencé a correr hacia la azotea. En el camino, Carl me alcanzó y me


empujó, haciendo que me choque con la puerta del baño.

Nos la pasamos empujándonos y agarrándonos hasta que yo termine


llegando primero a esa azotea.

—¡Ja! Te gané —Presumí.


—Por trampa —Dijo.
—Ya, ¿Y? Gané.
—Estúpido —Me dio un pequeño empujón.
—Te gusta este estúpido.
—Pues si —Confirmó y me desordenó el cabello.

Sonreí inconscientemente. Me gustan los momentos en los que parece


que coqueteamos, me gusta que esos momentos salgan de manera
natural, si le quisiera coquetear con intensiones de hacerlo o planeándolo,
siento que terminaría diciendo algo muy extraño o demasiado tonto.

—¿Nos sentamos? —Pregunté.


—Bueno —Respondió y ambos nos sentamos en el piso.

Todo se siente extraño, es decir, sé que me gusta un chico, me besé con


ese chico y ahora estamos en su azotea, sentados en el piso. Es un
sentimiento extraño el amor o el que te guste alguien y más aun sabiendo
que durante toda tu vida, solo te han gustado mujeres.
Esto es muy raro para mí, pero me gusta.

Carl se arrimó en mi hombro y tomó mi mano. No dijo nada, solo comenzó


a trazar caminos imaginarios de mi mano hasta mi muñeca.

No voy a mentir, me gusta cuando me toma de la mano.

—¿Qué haces? —Pregunté.


—Tomo tu mano —Respondió Carl. —¿Te molesta?
—No, nada de lo que hagas me molesta —Él sonrió.
—Eso fue cursi —Habló riendo.
—Cállate —Reí. —Intento ser romántico.
—Callame —Dijo y lo miré de manera irónica. —Intentó ser romántico
—Agregó. —¿Ves? Ya estamos igu... —No terminó su frase, ya que le di
un beso corto en los labios.
Cuando terminé ese beso, Carl sonrió y ocultó su rostro con sus manos y
cabello.
Noté que sus mejillas estaban rojas.

—Ay nervioso —Dije con tono de burla.


—Estúpido —Respondió él.
—Lo que te pasa por hacerme ahogar 2 veces.
—Perdón, pero no es mi culpa.
—Bien, entonces tampoco es mi culpa que ahora estés igual que un
tomate.
—¡Oh, cállate!

Me dio un empujón, haciendo que quede en el piso y él encima de mí,


seguido a esto, se acostó a un lado.

Ambos nos quedamos acostados en el piso, en completo silencio,


sintiendo la brisa de la noche recorrer nuestros cuerpos.

Pude observar el cielo nocturno, estaba un poco nublado, pero aún así,
podía observar la luna.
No era luna llena, era una media luna, pero aún así, se veía bien. Además,
desde la casa de Carl, se podía admirar ese satélite en un tamaño aún
más grande de lo habitual.

—La luna se ve hermosa hoy, ¿No lo crees? —Aproveché en decirle a Carl


eso que tenía planeado.

Miré al de piel morena, este también me miró y sonrió.

—No sabes lo mucho que deseaba oírte decir eso —Habló finalmente.
—¿Si? —Pregunté sorprendido.
—Si —Dijo. —Ya puedo estar en paz.
—Oh por Dios —Reí.
—Eres increíble, amigo. —Recalcó la palabra "amigo".
—Tú también, amigo.

Y sin más que decir, como si estuviéramos en una película, nos besamos.

Lo besé y él me besó y nos besamos y sentí que todo al fin estaba bien.

No sentí culpa, ni un solo pensamiento de eso, al menos no durante el


beso.

Me gusta esto de besarnos a la luz de la luna.

Me gusta Carl, en una manera romántica y no amistosa.

No quiero que seamos solo amigos.

A la mierda la amistad.
PARTE 2:

𝙼𝙾𝚁𝙴 𝚃𝙷𝙰𝙽 𝙵𝚁𝙸𝙴𝙽𝙳𝚂

—————————————————

Jake y Carl al fin están juntos.

Jake y Carl ya descubrieron lo que es el amor.

Al menos eso creían. . .

Ahora se deben enfrentar juntos al mundo en el que viven.

Jake y Carl.

Carl y Jake.

¿Qué pasará cuando estos dos vean lo injusta que su realidad puede
llegar a ser?

Entre broma y broma, el sufrimiento se asoma.

—————————————————

Advertencia: En está segunda parte se tocará más a fondo temas


sensibles como la salud mental, autolesiones, abuso físico y mental,
homofobia, etc.
1. Ups...!

Carl

14 semanas- Viernes -clases...

La brisa del viento movía mi cabello mientras cerraba los ojos. Pasar una
tarde del viernes en mi casa con Jake, era algo que estaba comenzando a
disfrutar.

—Oye, Carl —Dijo Jake, llamando mi atención.


Este estaba acostado en mi pecho.

—Dime.
Nos encontrábamos en la azotea de mi casa. Jake y yo habíamos llevado
almohadas y muchas sábanas. Intentamos hacer una especie de carpa,
pero no funcionó, no sabíamos ni cómo se hacía, así que solo nos
acostamos encima de las almohadas y sábanas.

—Quieres... —Se detuvo y comenzó a dibujar círculos con su dedo en mi


polo.

—¿Quiero...?

—Quieres... ¿Quieres tener una cita? —Preguntó. —Solo nosotros dos, en


el lugar que tú quieras.

Sonreí y Jake se sentó en el piso.

—Si no quieres esta bien —Dijo.

—¿Me estás jodiendo? —Pregunté en un tono burlón. —Si quiero, obvio


que quiero, ¿Por qué no querría tener una cita contigo?

Él sonrió y se acercó más a mí.

—Bueno, entonces ¿Cuándo sería? ¿Y dónde? —Preguntó.

—No sé, ¿A dónde se debe ir en las citas? —Pregunté. —No digas al cine,
no se puede hablar nada en ese lugar —Dije.

—Bueno, la verdad no sé.

—¿Buscamos por internet? —Pregunté sentándome en el piso también.

—Ya, ya.

Saqué mi teléfono y busqué en Google.


"Que cosas se pueden hacer en una cita"

Comencé a leer junto con Jake.

—"Un día de pícnic" —Leí en voz alta.

—No, nos mirarían raro, además, nos pueden robar —Dijo Jake.

Tenía razón.

—"Autocinema"—Leyó Jake.

—No tenemos autocinema.

—"Escalar una montaña juntos" —Ambos nos miramos y nos reímos.

—La única montaña que tenemos, es la de cemento con piedras en pistas


en plena construcción —Dije.

—"Salir a pasear con sus perritos" —Leyó Jake. —No tenemos mascotas.

—Eso, además, prefiero a los gatos. A ver, que otra cosa dice —Hice una
pausa. —"Cine en tu jardín" —Leí. —No tenemos jardín, carajo.

—"Una noche mirando las estrellas", "Cena en tu terraza"... —Leyó el


pelinegro. —No tentemos jardín, pero tú tienes una terraza... o algo así.

—¿Quieres cenar en mi azotea? —Pregunté.

—¿Pedimos pizza mientras vemos Star Wars? —Preguntó él.

—¿Y hacemos una carpa?

—¿Con dulces y con mucha gaseosa?

—¿Con canciones de rock de fondo?


—¿Y comer tanta azúcar que terminemos en el hospital por exceso de
dulce?

Sonreímos ante tanto.

—!Ya! —Gritamos al mismo tiempo y chocamos las manos.

—Rica diabetes —Dije.

Me gusta que Jake y yo casi siempre pensamos en lo mismo.


Aunque es raro que haya ofrecido ver Star Wars, él no ve eso, ni le gusta,
solo a mí.

—¿De cuándo aquí te gusta Star Wars? —Pregunté.

—Desde nunca, lo dije porque a ti te gusta y quiero que la pases bien.

—El estar contigo basta para pasármela bien —Jake sonrió.

—Que cursi —Dijo.

—Y te gusta —Respondí.

—Cállate —Me acerqué a ese chico de ojos bonitos y le di un corto beso


en los labios.

—Bueno —Dije. —Me callo —Dicho esto, comencé a dejarle más besos
cortos.

—Algún vecino nos puede ver —Dijo Jake apartándose y sonriendo


ligeramente. —Aún no es de noche.

Había casas al frente de la mía, las cuales eran de 3 o 2 pisos, al igual que
la mía, así que, antes del anochecer, cuando todos estaban despiertos,
algunos podrían llegar a vernos.
—Ya, ¿Y? —Pregunté. —Que vean —Agregué y acerqué a Jake a mí,
haciendo que nuestros labios se junten en un tierno beso, que con el pasar
de los segundos comenzó a intensificarse, pero no tanto como para hacer
que ambos nos pongamos en plan de adolescentes hormonales.

Acaricié la mandíbula de ese chico. Claro está que no es nuestro primer


beso, pero a pesar de que ya hayan pasado unas semanas desde que nos
besamos en la habitación 115, yo lo sigo sintiendo como el primero que
nos damos en toda la vida.

Me separé de él tratando de recuperar el aliento.


Lo analicé. Observé como sus labios tomaban un tono rosado, como se
sonrojaba y como esos hermosos ojos verde avellana hacían contacto
visual con los míos.

¿Podía ser alguien más hermoso que Jake Ross?

No lo creo.

—No puedo —Dijo Jake, para después sonreír y tapar su rostro con una
mano.

—¿No puedes qué?

—Eres muy —Hizo una pausa. —Hermoso —Bastaron esas 3 palabras


para hacerme sonrojar y hacerme sentir esa sensación extraña en el
estómago.

Estábamos en uno de esos momentos en los que no nos importaba el


hecho de que nos gustemos siendo hombres, esos momentos me
gustaban, podía expresarme o hacer varias cosas con Jake sin sentir culpa
o avergonzarme de cómo era.
—¿Seguro? —Pregunté recordando algo que había pasado hace unos
días. —Ese chico de 5to no opina lo mismo —Dije teniendo presente
aquella situación.

Hace unos días un chico en la escuela se burló de mi color de piel.


Solo me fui al baño a lavarme las manos y un chico blanco entró junto con
2 de sus amigos. Primero me vio por unos segundos y cuando estaba
saliendo del baño, pude escuchar "¿Vieron a ese negro?" Después
comenzó a reírse.

Toleró los "chistes" de mis amigos sobre mi color de piel, pero ese chico
era un completo extraño y lo que dijo no me gustó para nada. Literalmente
solo lo conozco como uno de esos chicos mayores que tienen un alto nivel
social.

Soy de piel morena clara (al menos eso me han dicho), soy igual que mi
padre, pero incluso él me ha llegado a hacer comentarios un poco
ofensivos.

Aunque creo que no le había tomado tanta importancia, hasta ese día,
supongo que fue porque el que me lo dijo fue un extraño y con mis
amigos... bueno, creo que a ellos ya estoy acostumbrado.

—¿Daniel? Ah, si, ese inútil —Jake hizo una pausa. —Ignóralo, es un
cojudo de mierda.

—Comentarios como esos hacen que a veces quiera ser blanco, así como
tú.

—Eres lindo tal y como eres.

—Mi autoestima depende mucho del día, hora, fecha, clima y lugar —Dije.

Jake tomó mi mano con delicadeza y dijo —Me encargaré de ese chico.
—¿No vas a golpearlo? ¿Verdad? —Pregunté preocupado. No quería que
se meta en algún lío por mi culpa.

—No, no, ni sé pelear —Respondió soltando una risa. —Haré otra cosa, no
te preocupes, está todo bajo control.

—No hagas nada alocado —Ordené.

—No te preocupes, está bien, confía en mí.

—Si así lo dices... —Dije con cierto temor.

—Tranquilo, no me pasará nada malo.

—Eso espero.

—¿No confías en mí? —Preguntó Jake, fingiendo indignación.

—¿¡Qué!? ¡No!

—¿¡No confías!? —Está vez hizo más drama.

—¡No! ¡No! ¡No! —Hablé tratando de no reír y agarré sus brazos con
ambas manos. —Si confió en ti, me entendiste mal.

—Que maldito —Jake rio al decir esto.

—Hijo de puta —Insulté y me tiré encima de él, haciendo que comencemos


una pelea física de juego.

Sabía que él estaba exagerando su indignación y que solo lo hacía para


molestar, pero el que nos gustemos no podrá quitar las cosas que
hacíamos antes de saber esto.

Pelear (no de manera seria) como perro y gato.


—¿Qué dijiste de mi mamá? —Preguntó Jake riendo mientras me daba
pequeños golpes.

—Que chucha te importa, sordo —Respondí poniéndome encima de él,


para después tomar sus muñecas con mis manos y así poder evitar que se
mueva o intente ganarme esa pelea.

Recordé aquella vez en la que estábamos en mi cuarto y nos comenzamos


a pelear en juego también. Terminamos en la misma posición de ahora,
solo que en ese entonces yo no sabía que me gustaba, además, mi
hermana entró a la habitación con sus otras amigas y no es como que
haya podido hacer algo más que solo separarme de Jake.

—No sabes cuánto me gusta que estés en esta posición —Habló Jake y se
comenzó a reírse carcajadas. Entendí su juego.

—No sabes cuánto me gusta oírte decir eso —Le seguí el juego y sentí
como mis mejillas me comenzaron a arder.

Lo decíamos de broma.

Hace tiempo decías de broma que te gustaba Jake.

Cállate.

—Ni te imaginas lo rojo que estás —Dijo Jake sonriendo maliciosamente.

—Ni te imaginas como te voy a callar.

Jake me quitó los lentes y desordeno mi cabello otra vez.

Sin más que decir, me acerqué a él con la intención de besarlo. Sin


embargo, escuchamos como alguien abría la puerta mientras decía
—Chicos, ¿Quieren piqueos? — esa persona tenía una voz femenina.
Era mi madre.

Al oír eso, me alejé rápidamente de mí "amigo".

El miedo se apoderó de mí, pero este comenzó a desaparecer cuando me


di cuenta de que mi mamá aún no abría toda la puerta y miraba en
dirección hacia el piso.

Espero que no haya visto nada.

—¿Ma'? —Pregunté sentándome en el piso, tratando de no hacer notar mi


voz de asustado.

Jake también se sentó en el suelo rápidamente.

—Les traje piqueos —Dijo con voz animada y calmada.

¡No vio nada!

¡Señor, me has mirado a los ojos!

—Gracias, tía —Agradeció Jake, recibiendo esa bolsa de piqueos.

—De nada —Habló mi mamá y se dirigió a la puerta de entrada de la


azotea. —Por cierto, Carlitos, cuida tus lentes, nos los rompas —Agregó
apuntando a mis lentes, los cuales estaban en el piso.

—Si mamita —Respondí volviendo a respirar.

Cuando ella cerró esa puerta, solté un suspiro de alivio.

—Carl —Habló Jake. —Ahora entiendo a qué cosa te referías cuando


dijiste que escuchaste borroso.

—Se me bajo la presión —Dije.


—Igual —Dijo.

En definitiva, estar en el closet era algo que no me gustaba para nada,


¿Pero qué se podía hacer?

No soy aceptado, ni lo seré.

Al menos no por mis padres.

Por mis amigos... la verdad, no sé.

Amelia me acepta, aunque ella no es tanto una amiga, es más bien, una
compañera.

Me pregunto si mis otros amigos me aceptarían.

Con Guillermo fue un poco extraño. Cuando él nos dijo que era bi hace un
tiempo (como 1 o 2 años), lo dijo por WhatsApp, todos le dijeron "a", "que
bueno", "Queee??????", "no te enamores de mí no más", "xd?".

Yo fui uno de los que puso "xd?", y Jake le dijo que estaba bien y que todo
normal. Lo cual es raro, el mismo me contaba como trataba a Amelia
cuando ella salió del closet con él y a comparación de como trato a
Guillermo, con mi compañero si fue amable (Aunque los chistes
homofóbicos no faltaron).

—Para la próxima, mejor hagamos cosas cómo está en tu cuarto —Dijo


Jake.

—Si, mejor. Una cosa más a la lista.

Jake y yo hicimos una lista. Una lista en la que pusimos reglas para tratar
de formar una relación no amistosa y que nadie se entere.

Me conformo.
Ninguno de los dos quiere decir nada.

En parte, es por nuestra seguridad.

Maldita ciudad.

Maldito Perú.

Maldita sociedad.

Aunque, Jake y yo técnicamente seguimos siendo amigos.

O algo así.

No hemos hablado de eso aún, por ende, sigue siendo mi mejor amigo o
eso creo.
Es más como un "casi algo".

Me gustaría decir que amaría que Jake sea mi novio, pero la simple idea
de pensar en "tengo novio" se me hace un poco extraña.

Aún no me acostumbro a todo esto, me siento un poco culpable, no sé si


Jake ya se acostumbró. Tal vez yo soy el único de los dos que todavía
sigue sin aceptar al 100% que no es heterosexual.

Creo que aún no estoy listo para entrar en una relación con un hombre. Va
en contra de todo a lo que me he acostumbrado a ver.

Esa idea me hace sentir un poco mal conmigo mismo.

Ojalá algún día pueda hablarlo con Jake.

Y ojalá me pueda aceptar. Por ahora debo seguir mostrándome positivo


con Jake y seguir diciéndole que todo esto pasará y la aceptación llegará.
Es raro, si quiero estar con él, pero la idea de una relación de hombre con
hombre me da un poco de miedo. Supongo que una relación debe ser
bonito, Jake y yo nos tratamos como lo harían los novios.

Pero una etiqueta me asusta.

Una frase me asusta.

"Noviazgo de dos hombres".

Me siento como un maldito indeciso.

No entiendo mucho de esto, al menos aún no.

¿Por qué las cosas no son tan fáciles como en las películas adolescentes
que sacan en Disney Channel?

Sé bien que le dije a Jake que quería estar con él.

¡Y es verdad!

Y no es como que le tenga miedo al compromiso, pero me siento


asustado, se me hace algo muy raro y es estúpido, porque Jake y yo ya
somos como novios solo que sin esa etiqueta.

Me quiero matar.
-Reglas que debemos seguir (se pueden
romper de vez en cuando)-

18 de Mayo, 2022

Hora: No sabemos.

Lista de reglas que Jake Ross (Yo) y Carl ̷R̷o̷s̷s̷ ̷ Hernández, crearon para
mantener su relación no amistosa en secreto.

1. No muestras de afecto en público (abrazos si)

2. NO tomarnos de las manos en público, para todos eso es gei.

3. Decir que X chica esta linda o que saldríamos con ella (la peor regla)

4. Tratarnos como "compas" delante de todos. (En especial delante de


nuestros padres) Con Amelia y Valeria no.

5. Hablar como amigos por chat y poner "MRHXDQG" —> Momento Rarito
Homosexual XD Que Gay/ Si queremos ponernos en modo pareja
tercermundista normal.

6. Solo besos cuando estemos en el cuarto de cualquiera de los 2 (Si nos


gana la loquera, mandamos esta regla bien a la mierda)

Jake y Carl están de acuerdo con este papel reciclado todo feo y arrugado,
a partir de ahora deberán seguir estas reglas y si las rompen a cada rato
entonces deberán ver películas que odian y no podrán hablarle al otro por
2 días.

a
2. Que se joda Daniel

Jake

13 semanas- Martes -clases...

Un estúpido ofendió a Carl por su color de piel.

Yo conozco a ese estúpido, es hijo de uno de los amigos de mi padre.

Mi papá vende autos y el papá de ese otro chico también, así que ese inútil
de Daniel también tiene dinero. La cosa es que él si se cree la gran cosa
por tenerlo.

Y resulta que también se cree mucho por ser blanco.

Que asco.
¿Cómo se atreve a burlarse de Carl?

¿Cuál es su maldito problema?

Maldito racista.

—¿Por qué quieres hacerle eso a Daniel? —Preguntó Marco, un amigo de


4to de secundaria.

—Ofendió a un amigo mío —Respondí.

No me iba a quedar sin hacer nada, así que tenía un plan para hacer que
Daniel sufra.

Y que otra cosa mejor que hacer que un chico adicto a los videojuegos se
quede sin laptop y sin teléfono.

Además, solo sería un sufrimiento por corto tiempo. Si sus padres tienen
mucho dinero, le compraran otro dispositivo al día siguiente.

—¿Al menos sabes hackear? —Preguntó Marco, acomodándose los


lentes.

Ambos estábamos sentados en las carpetas de su salón.

—No, por eso te necesito a ti —Marco era muy bueno hackeando. Gracias
a él pude pasar mis exámenes el año pasado. Entró a la laptop de los
profesores (ni idea de cómo lo hizo) y sacó todas las respuestas, pero solo
me lo contó a mí y a un amigo suyo. Le pagué 100 soles por esas
respuestas.

—Ah... ya entiendo. No.

—Te pagaré.
—¿Cuánto? ¿5 soles? —Preguntó burlón.

—40 —Dije, haciendo que él se ponga más serio.

—50 —Aumentó el precio.

—45.

—49.

—10.

—Está bien, está bien, 45 será — Sonreí de manera orgullosa. —¿Qué


quieres que haga?

—Mira, yo me haré amigo de Daniel por Discord, me haré pasar por


alguien de otro país o yo qué sé, pero la cosa es que cuando ya tenga su
confianza entrarás tú, te pasaré la cuenta por la que hablo con él y... no sé,
mándale algo que haga que su laptop quede sin información, sin datos,
inservible —Me quedé pensando. —Métete a su celular desde allí si es
que eso se puede.

Mi amigo sonrió.

—Si puedo hacer eso —Hizo una pausa. —¿Tan cercano a ti es ese
amigo? —Preguntó.

—Sí, cállate.

—Bueno, bueno.

Saque un billete de 10 soles de mi bolsillo y se lo puse en su carpeta.

—Un adelantó, has lo que te dije y te pago el resto.


—Tardaré un poco y supongo que para ti también será un poco tardado
hacerte su amigo, ¿Para la próxima semana está bien?

—De acuerdo.

—Trato —Dijo y me dio la mano.

—Trato —Me quede callado. —Hablamos como mafiosos.

—Si ya sé —Mi amigo rio y yo también.

Amo cuando consigo lo que quiero.

Ahora solo me quedaba hacerme amigo de Daniel. Eso sería fácil, solo
tenía que mandarle una solicitud de amistad por Discord y hablarle como el
hombre más clasista, racista, homofóbico, machista, sexista y egoísta.

Eso es fácil. Tuve amigos así y ya sé cómo se comportan. Incluso yo


llegué a ser así hace mucho.

Me odio.

14 semanas- Jueves -clases...


—Y puta, esa tipa era una regalada, pero con buen cuerpo —Me escribió
Daniel en nuestro chat en Discord.

Me dan ganas de mandarlo a la mismísima mierda, pero aún no es


momento.

—¿Y ese que se cree? —Preguntó Amelia.

Estaba viendo como hablaba con Daniel, se ofreció a ayudarme.

—Se nota que no tiene ni autoestima —Agregó viendo con desagrado esa
conversación.

—Lo único bueno de esto es que ya soy su amigo, así podré hacerlo sufrir
por un rato—Dije

—Que estupida esa chica —Le respondí a ese chico.

No me gustaba hablar así.

—Es igual a una chica de mi colegio, se llama Ester y es tremenda puta,


solo juega con los hombres —Mandó Daniel.

Voy a fingir y haré como que no estoy enojado ahora mismo.

—¿Si? Que hizo???

—Es una que está en 3ero, tengo amigos que han querido con ella, incluso
yo
Pero ella solo te coquetea y luego te anda diciendo que confundiste las
cosas y se aleja
Que se cree???
Ni que fuera la gran cosa
Solo por tener a varios detrás de ella ya piensa que puede hacer lo que
quiera?
El mercado se llena cuando la carne es barata

Señor dame paciencia. . .

—Me suena a dolido —Dijo Amy. —Por favor, dime qué harás que sufra.

—Si lo haré, este tipo es un asco de persona.

Jamás pensé que odiaría tanto a alguien, hasta que lo conocí.

15 semanas- Lunes -clases...

Carl y yo tendríamos una cita, quedamos en que iría a su casa el viernes.


Tendría que pedir permiso para quedarme a dormir, pero mi mamá siempre
acepta, así que por eso no me preocupo.

Me preocupo porque no sé como me debo de comportar.

O sea, debo ser como siempre, pero me da miedo decir algo mal y cagarla.

Quiero que sea algo bonito y que ambos lo disfrutemos, no quiero que la
cague como siempre.
—¿Ya pediste permiso? —Preguntó Carl.

Nos encontrábamos caminando por la escuela, era la hora del recreo.

—Lo haré hoy —Respondí.

—¿Quién llevará cada cosa?

—Yo la pizza y los dulces, tú la gaseosa.

—¿Nada más?

—Ajá.

—Bueno —Se quedó callado y sonrió.

—¿Por qué sonríes? —Pregunté.

—Valeria dijo que no nos pongamos intensos, que no quiere hormonales


en la azotea —Reí al escuchar eso.

—¿Qué? —Seguí riéndome. —Ni que fuéramos a coger o algo así.

—Ya sé, no pasamos de los besos —Carl bajó la voz, para evitar que
alguien que esté pasando por ahí nos escuche.

—Eso, solo son... unos besitos y ya.

La única vez en la que dejaron de ser solo besitos y pasaron a ser


succionadas de alma, fue en esa noche lluviosa en la que Carl me confesó
que le gustaba.

—¿Seguro de que nadie subirá a la azotea? —Pregunté.


—Nah, mi mamá los viernes se duerme temprano, sale más temprano del
trabajo y quiere descansar. Mi papá, pues, es viernes, regresa en la
madrugada o no regresa hasta el otro día por la mañana o tarde, y con
Valeria normal, ella nos ve y no dirá nada.

—Okey, ojalá no interrumpan.

—Con que no quieres que interrumpan —Dijo Carl sonriendo.

—Pues... no, no quiero, imagínate lo mal que la paso cuando estas encima
de mí y no puedes besarme porque alguien entra —Dije fingiendo tristeza,
quería molestar a Carl un rato.

—Ay, pobre de mi cucarachina, pero bueno, ¿Qué se puede hacer?


—Respondió fingiendo pena.

—¿Cucarachina? —Comencé a reírme. —¿No se te ocurrió otro apodo


más bonito?

—Ratita mal formada —Dijo Carl tratando de no reírse.

—Ay Dios mío —Seguí riéndome. —Cucarachina está bien.

—Cucarachina pituca —Agregó y me reí aún más fuerte.

—¡Que no soy pituco!

—Ajá y yo tengo plata —Dicho esto, Carl puso su brazo al rededor de mis
hombros, juntándome más a él. —Perdón mi cucarachina pituca.

—Odioso —Dije sonriendo.

—Este odioso se tiene que ir al baño —Dijo Carl alejándose. —Luego la


profesora Andrea no me deja ir —Siguió y antes de meterse a los baños
preguntó —¿Me esperas?
—Si, si —Respondí y de la nada mi teléfono comenzó a vibrar, alguien me
estaba mandando mensajes. —Aquí te espero.

Me quedé afuera de los baños y saqué mi teléfono.

Eran mensajes de Marco.

—JAKR
JAKE
JAKE
JQKE
NO ME LO VAS A CREER
RESPONDEEEE
ES URGENTE —Mandó él.

—Que

—ES SOBRE DANIEL

—¿Ya hackeaste su lap?

—SIII
ENCONTRÉ VARIAS COSAS
TAMBIÉN INGRESE A SU WHATSAPP Y CELULAR

—Que encontraste??

—Le saqué capturas a todo antes de eliminar toda su información.

—Hay algo interesante????

—Sisis, le es infiel a Amanda y la engaña con Renata

—QUEEE
QUEEE
QUEEEEE
QUEEEEEEEJFOSJFOS
QUEEE

Amanda es su novia, está en el mismo año que él y en el mismo salón.


Renata es la hija del subdirector.

—SIII ASÍ QUEDEE


LOCO
CON RENATA
CONCHASUMARE
QUE CAGADO
Y NO SABES QUE OTRA COSA ENCONTRE

—QUE COSAA???

—Ve porno de animales.


También encontré más cosas de infidelidades con otras mujeres
Y eso

—QUE
QUEEE
QUEEE
AYNOMEJODAS

—¿Quieres que filtre las cosas que encontré?

—No no, mejor no, solo deja cagado su cel y su laptop

—Ok ok

Apagué mi teléfono.

¿Qué carajos pasaba con Daniel?


Salí de mis pensamientos cuando vi a Carl salir del baño.

Este fue directo a lavarse las manos, iba a decir algo, pero vi como Daniel
también salía del baño junto con unos amigos.
Este vio a Carl y no disimuló su risa.

—¿Otra vez este negro? Extínganlos por favor —Dijo él y sus amigos
comenzaron a reírse, para después alejarse.

Note como Carl tenía una mirada triste.

Daniel vete a la mierda.

Saqué mi teléfono y le escribí a Marco.

—Cambio de planes
Filtra
TODO

—Hasta su historial?

—Si si
También filtra los mensajes que me mandaba hablando mal de sus amigos
y de otras personas

—Bueno bueno
Ese amigo tuyo te hizo brujería o que?

—fjowjfandp
es como mi hermanito —Mentí.

—Ohh
...
Ok
Publicaré todo lo de Daniel en Instagram y Twitter.
—Ya, ya
Te pagaré 10 soles más

—Rica oferta
Bueno
Te aviso cuando todo esté en redes

—Está bien

Apagué mi teléfono y me acerqué a Carl.

No quería que él se sienta mal por unos racistas sin cerebro.

—Oye —Dije poniendo mi mano en su hombro. —¿Estás bien? —Que


estúpida pregunta, era obvio que no estaba bien.

—Si —Respondió de manera cortante y agarró un papel para secarse las


manos.

—Carl —Intenté llamar su atención, pero él no dijo nada y se metió al


baño.

Lo seguí y cerré la puerta, vi que no había nadie, así que aproveché eso.

—Ven —Le dije a Carl y lo acerqué a mí para abrazarlo.

Él me correspondió ese abrazo, fue uno largo y silencioso. Hundió sus


dedos en mi cabello y ocultó su rostro en mi cuello.
Yo le di unas caricias en la espalda y en el cabello.

—¿Por qué esos chicos son así? —Preguntó él.

—No tienen uso de razón.


—¿Acaso les molesta ver personas que no sean blancas? ¿Cómo tienen
amigos? La mayoría de los que están aquí no son blancos. ¿Qué ocurre
con ellos?

—Esos tipos son unos imbéciles, tú eres hermoso tal y como eres. Carl no
debes sentirte mal por tu color de piel, es preciosa, tú eres precioso, ellos
son los que están mal —Intenté consolarlo.

—¿De verdad?

—Sí, eres muy lindo y amo tu color de piel. No eres blanco, ¿Y qué? No
debes complacer a esos idiotas y dejar que vean que eso te afectó, porque
eso solo hará que piensen que tienen un nivel de superioridad alto.
Demuestra que te importa una mierda su opinión.

—No creo poder bloquear esos comentarios tan fácilmente.

Me separé un poco de él y tomé su mano.

—Eres la persona más linda que he conocido, por dentro y por fuera —Le
di un beso en la mano. —Que se joda el que diga lo contrario.

—Que se jodan ellos. Que se joda Daniel.

—Que se joda Daniel.

Sin más que decir, lo tome de la nuca y lo besé. Fue un beso tierno y un
poco corto.

—Y que se joda la regla 6, por hoy —Dije y Carl dejó escapar una sonrisa.

Amaba verlo sonreír.

—Que se joda la regla 6, por hoy —Habló Carl y me dio un beso corto en
los labios.
—Ya me encargué de ese chico —Dije.

—¿Si? ¿Qué hiciste?

—En unos minutos o unas horas lo vas a ver.

—Espero con ansias —Dijo acariciando mi mejilla, para después salir de


los baños.

Salimos de los baños y vi a los lejos a Daniel. No quiero admitir esto, pero
se merece todo lo que le va a pasar.

A todos les llega el karma, lo más probable es que a mí también me llegue


el karma en algún momento, pero por ahora, yo seré el karma de alguien
más.

—¡Eres un ridículo! —Gritó Amanda, la novia de Daniel, después de tirarle


a este toda el agua que tenía en una botella. —¡Terminamos! —Bueno,
ahora ex.

Había un gran círculo de personas afuera de mi escuela, se filtró todo y en


la salida todos acorralaron a Daniel.

Todos comenzaron a reírse y a burlarse de ese chico que se creía la gran


cosa.

Carl era uno de los que no dejaba de reírse.


El que ríe al último ríe mejor.

Aquella situación comenzó a alterarse cuando entró el novio de Renata,


este estaba molesto, fue directo a golpear a Daniel, iniciando una pelea a
golpes.

—¡Pégale! ¡Pégale! —Gritó Carl, para después reírse de la situación.

—¡Sácale a la chucha! —Grité, fingiendo que no fui parte de este


problema.

Luego de unos segundos, Carl me tomó de la mano y me sacó de ese


lugar.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

—El director se estaba acercando —Dijo y cuando me giré para ver a ese
grupo amontonado, observé al director y a otros profesores agarrando a
Daniel y al novio de Renata. —Que buen show.

—Ya no te va a molestar, y si es así, mándalo a la mierda y sácale en cara


todo lo que hizo.

—No sabes la satisfacción que sentí cuando ese otro chico le pegó.
Merecido.

—Por racista.

—E infiel —Dijo Carl viendo hacia otro lugar, buscando con la mirada a
alguien. —Oh, ya llegó mi mamá —Avisó. —Te veo mañana —Dijo y
chocamos los puños.

Quería darle un beso, pero estábamos con muchas personas cerca que
podían vernos, así que no.
—Adiós —Me despedí.

Observé cómo se iba, cómo buscaba a Valeria y ambos subían a ese auto.

De verdad me hubiera gustado darle un beso de despedida a ese chico.

No es mi novio o al menos aún no hablamos de eso, pero da igual, una


etiqueta no es necesaria... eso creo.
3. La cita

Narrador omnisciente

15 semanas- Viernes -clases...

Valeria, Jake y Carl, se encontraban sentados en el piso, esperando a que


vinieran a recogerlos.

Jake intentaba ocultar sus nervios, ese día por la tarde, tendría su primera
cita con Carl. Eso lo tenía muy alterado. El pelinegro fingía que observaba
a su hermano para cuidarlo y que no se vaya a otro lado, aunque no todo
era mentira, si lo observaba, veía como el pequeño Ian hablaba con una
de sus compañeras.
Por otro lado, Carl estaba igual de nervioso y no dejaba de hacerse
escenarios ficticios en su mente, escenarios en los que estaba junto con
Jake, ambos eran felices y todo en esa cita salía bien.

—Ya llegó mamá —Avisó Valeria viendo un mensaje que le había


mandado su madre. —Vámonos —Le ordenó a su hermano menor.

—Ya, adiós Jake, te veo en la tarde —Se despidió chocando los puños con
su "amigo", seguido a esto, le guiño el ojo, haciendo que el pelinegro
sonría inconscientemente.

De camino al auto de la señora Mónica, Valeria quiso sacar un tema que


pensó que era necesario hablarlo con su hermano menor.

—Oye Carl —Llamó su atención.

—Dime.

—No hagas nada alocado con Jake.

—¿A qué te refieres?

—Ya sabes... tener... relaciones sexuales... o si lo hacen, recuerda siempre


usar protección, existen enfermedades de transmisión sexual y para evitar
eso usa condón.

Carl se quedó pensando, en su escuela lo único de educación sexual que


le dieron fue sobre embarazos y la mensuración. En su casa su padre
nunca le habló de nada de eso y su madre tampoco.

—Pero no haremos nada de eso, aún somos jóvenes —Dijo el menor.

—¿Y? Tengo amigos que perdieron su virginidad a los 12, a veces uno no
se controla.
—Pero no haremos nada.

—Es más recomendable que aún no inicien su vida sexual, por la edad y
porque su cuerpo no está preparado. Pero si se ponen en plan de
alocados...

—No, no, no haremos nada —Respondió Carl, ese tema era algo que
nunca le habían sacado hasta ese día. —Aún no está en mis planes perder
la virginidad, pero, gracias por el consejo.

—¿Papá nunca te ha hablado de esto? —Preguntó Valeria.

—No. Nunca me sacó este tema, solo me insinuaba cosas como que haría
eso con alguna chica algún día o así, pero solo eso.

—A mí tampoco me dijo nada, investigué por mi cuenta —Dijo la del


cabello azabache. —Ahora me di cuenta de que no sabes mucho de esto.

—No me detuve a investigar ni nada —Confesó Carl pensativo.

—Por ahora solo te aconsejo controlarte y si eso no pasa, pues usa


protec... —Valeria no pudo continuar, ya que Carl la interrumpió.

—Protección, si, ya sé —Dijo bajando la mirada avergonzado, nunca había


pensado que el momento de tener "la charla" de la que todos hablaban,
llegaría afuera de su escuela y sería con su hermana mayor.

—Bueno, bueno, pero es por seguridad.

—Si, si —Se quedó callado antes de abrir la puerta del auto de su mamá.
—Igual, gracias.

—De nada, pitufo.

Ambos entraron el auto sin decir nada más.


Por otro lado, Jake aún seguía esperando a que llegue su mamá a
recogerlo.

Observó como Paul estaba esperando que alguien venga por él, así que
decidió acercarse.

—Hola, patito —Saludó, a pesar de ya haberlo visto minutos antes.

—Hola, Wawita —Saludó feliz.

—¿Por qué tan contento? —Preguntó Jake con curiosidad. Eran pocas las
veces que veía a su amigo de esa manera; con ojos llenos de brillo y con
un rostro que irradiaba alegría.

—Mi hermano vendrá a recogerme, iremos a almorzar al centro comercial


y después iremos al cine —Respondió Paul rápidamente. —Luego me dijo
que me ayudara con mi tarea y en la noche me llevará a comer churros
—Agregó tratando de ocultar su emoción.

El hermano mayor de Paul regresó a su casa hace unas 3 semanas.

—¿Todo hoy?

—No sé, dijo que si el tiempo no alcanza, continuaremos mañana.

—¿Por cuánto tiempo se quedará?

—2 meses.

—¿2 meses?

—Ajá, 2 veces sin Alberto —Bajó la voz al decir eso.

—Sin Alberto... ¿2 meses sin consumir? —Preguntó Jake.


—Así es.

—¡Bien! —Habló Jake dándole unas palmadas en la espalda a su amigo.

"Ojalá su hermano venga más seguido" Pensó el de ojos claros.

—¿Cómo se llama? —Volvió a preguntar Jake. A pesar de que Paul


mencionó a su hermano en varias ocasiones, este nunca dijo su nombre.

—John —Dijo.

—¿John? —Jake se quedó pensando.

John y Paul. Fue cuando se dio cuenta.

—¿Tus padres son fans de los Beatles? —Preguntó Jake, dándose cuenta
de ese juego de nombres.

—Hasta que alguien se da cuenta —Dijo Paul. —Y si, mi papá es fan.

—Oh... ¿Cómo mierda nunca me di cuenta? ¿Cuántos años tiene?

—Preguntas mucho, y ya está por llegar a los 20.

—Si, perdón. Es joven.

El pelinegro no pudo decir nada más, ya que John llegó por su amigo.

—Ahí está, chau wawita —Se despidió y corrió hacia donde se encontraba
su hermano.

Paul abrazó a John y Jake notó lo feliz que era con él.

Su amigo realmente amaba a su hermano.


Jake se distrajo de sus pensamientos cuando vio a su papá acercarse.
Buscó con la mirada a su hermano menor y cuando lo encontró, lo tomó de
la mano, listo para que ambos vayan a casa.
Jake

15 semanas- Viernes -clases...

—QUE ME PONGOOOOOOO FJQKFOWFJIS AY AYUDA DJQKDBKS


MÁTENME —Le escribí a Amelia.

—No se, nunca tuve una cita


🤖
—Nunca?????

—Con la psicóloga no más

—O
Bueno
Pero al menos tienes una idea de que se hace???

—No JAKSKAJS
—Con que ropa irías???

—Creo que tenemos un gusto muy diferente en ropa Jacobo

—Ash
Pero si fueras hombre
Que usarías???

—A ver
Se supone que es casual todo
Así que...
Un polo (no de esos que tienen cuello)
Y un pantalón jean con una zapatilla facha (no de esas que usas para
jugar fútbol, usas eso y te mato)
Pero que ambas prendas se vean decentes, tampoco vayas como si
tuvieras puesta una pijama

—Mmm
Ya
Un polo color crema que no tiene ningún diseño esta bien?

—Si creo

—Ya
Gracias Amy

—De nada
Por cierto, ya compraste la pizza esa?

—Está cerrada la pizzería


Q rico
Compraré pollo a la brasa

—Oooo
No espero menos de mi futura pareja
Si no me trae pollo a la brasa
No quiero nada

—jjskajskajska

—Ya bueno
Cámbiate mierda

—perdón

Toqué el timbre de la casa de Carl, ya había llegado y me estaba


muriendo.

Mi papá me preguntó en el camino que porque estaba llevando mucho y


eso.

Le dije que pasaríamos una "noche de hombres".


Que hablaríamos de chicas y eso.

—Cuídate hijo —Dijo mi padre antes de irse.

Valeria fue la que me abrió la puerta.

—Hasta que llegas —Habló viéndome de arriba a abajo y de abajo a


arriba. —Dime jovencito, ¿Cuáles son tus intenciones? —Entendí su juego,
aquella pregunta me causó gracia.
—¿Tener una cita? —Respondí con dudas.

—Mira jovencito, quiero que Carl llegue a casa a las 10 —Deje escapar
una sonrisa.

—Traje pollo a la brasa —Dije y Valeria sonrió.

—A la mierda. Que llegue a las 12, entra, entra.

Entré a la casa de Carl, subí al segundo piso y este estaba saliendo de su


habitación, cuando me vio, se volvió a meter rápidamente.

—¡Jake trajo pollo a la brasa! ¡Es el indicado! —Gritó Valeria afuera de la


habitación de su hermano.

Me quedé sentado en su mueble, sentía que iba a vomitar en cualquier


momento.

Cuando el chico que me gustaba salió, escuché borroso.

—Hola, Jake —Saludó.

—Hola, Carl —Saludé.

Hice contacto visual con él y fue como si todo se hubiera detenido.

—Chau —Dijo Valeria metiéndose a su cuarto, haciendo que salga de


todos mis pensamientos.

—¿Vamos? —Preguntó Carl.

—Vamos —Respondí.
No sé porque no sabía como actuar, y literalmente hablamos por celular
todos los días, lo veo casi todos los días y ya hasta lo besé en varias
ocasiones.

Mi mejor amigo (si es que así se le puede decir) y yo, llevamos todo a la
azotea.

Intentamos hacer una carpa, lo bueno es que si nos salió.

Por ahora todo va bien.

—¿Qué quieres ver? —Pregunté prendiendo la laptop de Carl.

—Star Wars —Respondió al instante.

—¿Cuál de todas las 20 mil qué hay? —Pregunté.

—La 3era, la de "la venganza de los sith".

—¿Tienes Disney plus?

—Apenas y tengo Netflix.

—Oh, bueno, te presto mi cuenta de Disney —Dije y me metí a mi cuenta


desde su laptop.

Comenzamos a comer el pollo a la brasa mientras veíamos la película. Fue


la primera vez que de verdad le presté atención a una película de Star
Wars, aunque no entendía nada.

—Darth Vader es guapo —Habló Carl después de tomar un sorbo de su


gaseosa.

Ya habíamos terminado de comer y a decir verdad, Darth Vader si estaba


guapo.
—Ah, ok. Ya entendí —Dije fingiendo dramatismo.

—No, no, me entendiste mal.

—Ya, Carl. Acuérdate —Intentaba no reírme.

Saqué mi teléfono y me metí al buscador de Google. Carl se acercó a mí


para ver lo que escribía.

—"¿Cómo ser Darth Daver?" —Leyó en voz alta.

Nos miramos y fue cuando no pude contener la risa y él tampoco.

—Eres un tarado, ¿Lo sabías? —Dijo Carl en voz alta.

—Este tarado te gusta, ¿Lo sabías? —Respondí intentando coquetear, o


como le dicen en mi País, intentando "gilear".

—No me digas —Habló de manera sarcástica.

—Si te digo —Dicho esto, él comenzó a dejarme besos cortos por toda la
cara.

—Pues si, si me gustas, tarado.

—¿Ya no va a ser cucarachina pituca?

—Tarado será tu otro apodo —Carl puso su brazo al rededor de mis


hombros. —Además, antes también te decía así.

—Las buenas costumbres no se pierden —Sonreí, observando los ojos del


chico que estaba a tan solo unos pocos centímetros lejos de mí.

—Las buenas costumbres no se pierden —Lo besé después de que dijera


eso.
No sé que fue lo que me hizo Carl, pero ahora me siento perdido.

Solo quiero que me permita ser una de las personas a las que el ama.

Mi mirada se encontraba apuntando hacia el cielo, intentaba contar


cuantas estrellas había, más bien, cuántas estrellas yo podía ver.

Estaba acostado en el piso, Carl se encontraba a lado mío, mientras que


"What is love", una canción de los años 90 sonaba.

Terminamos poniendo una playlist de canciones de los años 80 y 90, una


que otra de los 70.

Ambos comíamos dulces. Sé que estaba mal, en cualquier momento nos


podíamos ahogar o algo así.

—Jake —Llamó mi atención el de lentes.

—Dime.

—Me gusta mucho tu cara —Dijo y me quede pensando. —Perdón


—Comenzó a reírse y yo también. —Quería decir algo para gilearte, pero
no sé cómo —Reí.

—A mí me sale inconscientemente —Dije.


—No entiendo como antes coqueteábamos en broma.

—Ahora ni sabemos qué cosas decir —Me quedé callado. —Pero gracias
por el halago.

—Me siento estúpido.

—A mí también me gusta mucho tu cara —Lo miré y tomé su mano,


entrelazando nuestros dedos —Ahora somos dos estúpidos.

Amaba que nos agarramos de las manos.

Nos quedamos callados. Cerré los ojos, sentí el viento pasar por mi cuerpo
y rostro. La concentración me abandonó cuando noté como Carl comenzó
a darme pequeñas caricias en la mano con su dedo pulgar.

Sentí un ligero cosquilleo y dejé escapar una sonrisa.

—¿Recuerdas esa vez en la que estábamos viendo las estrellas y te dije


que estábamos viendo el pasado? —Preguntó Carl, rompiendo el silencio.

—Sí.

—Ignoremos el hecho de que fue algo estúpido, pero lo dije porque... creo
que me sentía un poco nervioso por todo y quería sacar temas que nada
que ver. En esa época comencé a darme cuenta de que me gustabas.

—Oh, bueno, no fue estúpido, es verdad lo que dijiste. Aunque entiendo


que hayas estado nervioso, yo también intentaba negar que me gustabas.

—¿Alguna vez te ha gustado otro hombre? —Preguntó Carl, haciendo que


me quede pensativo.

—No —Respondí después de un rato. —Eres el primer chico que me ha


gustado, ¿Y a ti? ¿Te ha gustado otro hombre antes que yo?
—No... eso creo, tal vez si, pero no me daba cuenta. Eso si, nunca me ha
gustado una chica, ni en mi niñez. Solo recuerdo haber pensado que
alguien era atractiva, aunque según mi hermana, el que alguien te parezca
atractivo no significa que necesariamente te guste, que debe haber más
sentimientos, más cosas además de solo fijarse en lo físico.

—Oh... entonces no me gustas —Mentí haciéndome el relajado.

—Ya —Habló Carl sentándose. —Así estamos —Soltó mi mano.

Mierda, ahora no sé si de verdad está molesto o solo está fingiendo.

—No, no, es mentira —Me senté y puse mi brazo al rededor de los


hombros de Carl.

—Ya, Jake, ya —Dijo y apartó mi brazo.

—¡Carl! Era bromita —Él miró hacia otro lado, ignorándome. —Carl
—Hablé en voz alta y me acerqué más para verlo a los ojos, cuando hice
esto, noté que estaba sonriendo. —¡Carl! —Él comenzó a reírse. —¡No me
asustes así!

—Tú también hiciste lo mismo hace un rato, ahora estamos a mano —Me
miró y sonrió de manera orgullosa. —Solo te pago con la misma moneda.

—Idiota —Insulté y me senté enfrente de él, quedando cara a cara con


este. —Pero hablando en serio, me gustas, de verdad me gustas.

—¿Qué dijiste? No te oí —Puse los ojos en blanco.

Maldito astuto.

—Me gustas —Repetí. —Me gustas, me gustas, me gustas, me gustas,


me gustas, me gustas, me gustas... —Dije mientras me ponía de rodillas y
me acercaba más a él. —Me gustas —Lo besé en la mejilla. —Me gustas
—Le di un beso en la frente. —Me gustas —Comencé a besarlo por toda la
cara diciendo "me gustas". —Y... me gustas —Dije antes de darle un beso
en los labios.

Lo besé y Carl me tomó de la cintura, acercándome más a él, por la


posición en la que estábamos, termine encima de este.

Fue un beso lento y profundo. Carl lentamente se acostó en el piso y


mientras lo besaba pasó sus manos por mi espalda hasta llegar a mis
hombros, seguido a esto me abrazo y tomó un gran impulso para dar una
media vuelta, intercambiando nuestros lugares.

—De nuevo así —Dije.

—Si, pero esta vez nadie nos va a interrumpir.

—¿Como estás tan seguro?

—Solo confía —Dicho esto me devolvió el beso con desesperación, como


si fuera la última vez que nos besaríamos, como si el mundo fuera a
acabarse en unos segundos.

Envolví mis brazos al rededor de su cuello, nuestros labios se juntaron una


y otra vez.
Los labios de Carl eran suaves y sabían a caramelo de limón.
Mi lengua se restregó contra la de él, aquello provoco cierta sensación
placentera en mí.

Enterré mis dedos en el cabello de Carl por la nuca y este soltó una
especie de que quejido.

—A mí también me gustas —Dijo Carl en vos baja, casi en un susurro.

Me dio un beso en la mejilla y fue bajando de a poco, hasta llegar a mi


mandíbula.
Sentí su respiración agitada cerca de mi cuello, aquello solo despertó
cierto deseo en mí, quería que Carl no parara.

—¿Está bien si... —Hizo una pausa y me miró directamente a los ojos,
pude ver cierta timidez en él. —¿Está bien si beso tú... —No terminó de
decir su pregunta, ya que lo interrumpí.

—Sí—Dije. —Sí, está bien.

Un escalofrío recorrió por todo mi ser cuando sentí los labios de Carl hacer
contacto con la piel de mi cuello. Además, mis mejillas comenzaron a
arder.

Me besó lentamente, haciendo que sienta un ligero hormigueo al rededor


de mi cuello, aquel sentimiento de placer comenzó a intensificarse y no
pude evitar comenzar a jadear.

Me dejé llevar.

Y creo que él también.

Comenzó a besarme por otras zonas de mi cuello.


Cerré los ojos y agarré su cabello con fuerza.

Me sentía en el cielo.

Incluso comenzó a sonar "Take My Breath Away" en la laptop, la verdad,


no sé si esa canción quedaba con el momento, pero amaba el ritmo.

En estos momentos amaba todo.

Volví a poner los pies en la tierra cuando sentí una gota de agua caer en
mi mano y después otra y otra.

—Mierda —Maldije.
—¿Es en serio? —Carl se separó de mí. — ¿Lluvia? —Habló fastidiado.

Maldito clima cambiante.

—Toma —Dijo Carl pasándome un vaso lleno de cubos de hielo.

Me succiono hasta los pecados y mi cuello ahora era una clara prueba de
eso.

—Perdón —Se disculpó Carl poniendo un cubo de hielo en una de las


marcas que me dejó. —¿Te duele? —Preguntó.

—No —Respondí y agarré otro cubo de hielo, para después ponérmelo en


otra marca que me dejó ese chico de cabello bonito. Tenía un espejo en la
mano, así podría ver en que lugares había dejado esos chupetones.

Ya estábamos en su cuarto, eran las 10 de la noche y la lluvia era cada


vez más fuerte, pero no tan fuerte como mi miedo a que mis padres vean
esos chupetones.

—Aquí dice que también hay que dar masajes —Leyó Carl en su laptop.

Estábamos desesperados por querer borrar esas marcas.

—Espera un momento —El de lentes salió de su habitación y cuando


regresó, traía en la mano un envase color púrpura. —Es de mi mamá, dice
crema para el cuerpo, no sé si sirve en cosas como esta, pero al menos
hay que hacer la prueba.

Carl se sentó a mi lado y puso un poco de crema en su mano, seguido a


esto comenzó a dar masajes en uno de esos chupetones. Esta vez si me
dolió y fue imposible no soltar un quejido.

—Lo siento —Dijo él y comenzó a dar masajes más suaves con su dedo
pulgar. —De verdad perdón.

—Está bien —Dije. —Lo disfruté —Confesé.

—Si, bueno, ahora no creo que lo estés disfrutando mucho.

—Pues no, pero esto sale, además me quedaré a dormir aquí, así que aún
tengo tiempo de borrar esto.

—Perdón —Volvió a decir Carl.

—Oye —Dije tomando a Carl de mentón, con mi mano fría. —De verdad,
no me molesta esto.

—Tu mano está fría —Dijo él sonriendo.

—Shh, calla bonito. El punto es que no estoy molesto.

—Me dijiste bonito.

—Si, ya sé, es que si eres.

—Que tierno —Carl pasó su mano por mi cabello.

—Lo sé. Ahora sigue dando masajes —Ordené.


—Si, perdón —Habló él y siguió ayudándome a borrar ese "pequeño"
problema de cuello.

Estuvimos como una hora así, hubo un momento en el que comencé a


reírme por como estábamos y Carl también comenzó a reírse. Es que en sí
creo que la situación era un poco extraña.

Lo peor era que las marcas tenían un color morado con rojo y mi piel es
blanca, así que estas resaltaban mucho.

De tanto, llegué a mandarle un mensaje a Amy, esta me dijo que me ponga


una cuchara helada y que me dé masajes con eso.

Lo bueno es que logramos hacer que esas marcas desaparezcan, pero no


del todo, quedaron como manchas rojas, eran poco visibles, solo si alguien
se acercaba demasiado a mi cuello si se daría cuenta.

De la que me salvé.

—Ahora vengo, voy a dejar todo esto en su lugar y apagaré las luces
—Avisó Carl agarrando el vaso, la cuchara y la crema que había traído.

—Okey —Dije. —Voy a cambiarme —Informé abriendo mi mochila.

—Si, si —Dijo y salió de la habitación.

Todo se quedó en completo silencio, solo se oía el sonido de la lluvia.

Me puse un pijama (ropa de diario que ya no usaba) y cuando me estaba


poniendo el polo, escuché un trueno.

Carl abrió la puerta de su habitación y la cerró rápidamente, como si


alguien lo estuviera siguiendo.

—¿Qué pasó? —Pregunté.


—¿Escuchaste ese trueno? —Preguntó asustado.

Sonreí inconscientemente.

—¿Te asustan los truenos, pero la oscuridad no?

Carl lo pensó por un momento. —¿Si? —Respondió con duda.

Solté una pequeña risita. —Ya cámbiate —Le quité los lentes y los puse en
su escritorio.

Me gustaba verlo sin lentes, podía admirar mejor sus lindos ojos.

—Bueno —Dijo él.

Él se cambió y yo me tiré en la cama, me tapé los ojos con una almohada


y fingí que estaba durmiendo.

En eso, se escuchó otro trueno.

—¡Puta madre! —Maldijo Carl, apagó la luz y se tiró en la cama, para


después abrazarme como si fuera un peluche.

—El trueno no te va a comer —Dije.

—Eso dices tú.

—¿Por qué te asustan tanto? —Pregunté mientras que ambos nos


poníamos debajo del edredón.

—No sé —Respondió él.

—¿Pasó algo? ¿Cayó algún rayo cerca de tu casa o algo así?


—Creo que me comenzaron a asustar los truenos desde qué... —Se
quedó callado. —No, nada.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

—Creo que me veré como un exagerado si te digo.

—¿Por qué?

—Es que... te cuento si me prometes no burlarte o algo así.

—Está bien, no me burlaré.

—Hace unos años, creo que tenía como 6 o 7 años, el punto es que, en
esta misma casa, cuando no existía el segundo piso. Valeria y yo
dormíamos en la misma habitación. Una noche, ambos estábamos
jugando en nuestra habitación y de la nada escuchamos como la puerta
principal de la casa se abría, salimos para ver quién era y eso, resulta que
mi padre había regresado. Se había ido por unos días, fue por una pelea
creo, se fue por casi una semana y no supimos nada de él.

Me pregunto si mi papá y el papá de Carl se pusieron de acuerdo para ser


tan inútiles como padres.

—Entonces —Continuó contando mi "amigo". —Mi mamá se enojó mucho,


así que ella y mi papá comenzaron a discutir. Valeria y yo nos metimos de
nuevo al cuarto y mis padres comenzaron a gritarse. En ese momento
estaba lloviendo, con truenos y eso. Mis padres no dejaban de gritarse y
escuchamos como comenzaron a tirar cosas. Después escuchamos como
golpeaban las paredes y así. El sonido que hacían al hacer todo eso, era
tan fuerte que no sabía si lo que escuchaba eran truenos o una pelea que
se había salido de control.

—Ay, Carl... —Sin más que decir, lo abracé.


Sentí lástima por él, sé lo feo que puede llegar a ser que tus padres se
estén matando a golpes o que actúen como si se odiaran.

—Ya sé, es patético —Dijo él.

—No, no lo es —Él ocultó su rostro en mi pecho y comencé a acariciar su


cabello.

—Gracias por no burlarte.

—La persona que se haya burlado de esto es un idiota.

—Bueno... mi padre si es que es un idiota —Me quedé callado. —Ya que,


olvidemos esto, ya no quiero hablar de él.

Se escuchó otro trueno, así que abracé a Carl aún más fuerte.

—Me la sudan los truenos —Dijo.

No quise mencionar a su padre, ya que él dijo que no quería seguir


hablando de él.

—Imagínate que es Thor, haciendo cosas de... Thor —No sirvo para
consolar a las personas.

—Uhh, Thor —Habló Carl en un tono seductor.

—¡Carl!

—¿Qué?

—Ahora tendré que buscar como ser Thor.

—¿Ah, si? Bueno, entonces yo tendré que buscar como ser Spider-Man.
Amas a Spider-Man desde... siempre.
—Pues si.

Tenía razón, amo a Spider-Man desde que tengo memoria.

—¿Estás seguro de que Spider-Man no fue tu primer crush? —Aquella


pregunta me dejó pensativo.

Mierda, eso podría ser cierto.

—Carl, me acabas de dejar otra duda existencial.

—Lo siento, al menos ya sé con quién me engañarías —Reí.

—Perdón Carlitos, pero es que es Spider-Man.

—Está bien, lo entiendo. Spider-Man será el único con el que dejaré que
me engañes — Reí. —Ya ahora sí, anda a dormir —Ordenó.

—Ya, ya —Dije. —Buenas noches, Carl —Le di un beso en la cabeza.

—Buenas noches cucarachina pituca mal formada —Dijo él.

—Que romántico.

—Lo sé.
4. Me dejé llevar

Jake

15 semanas- Sábado -clases...

—Jake Ross
No vayan rápido
Vayan despacio
TIENEN 14 MIERDAS
NO SABES NI LAVAR TU ROPA —Me regañó Amelia.

—PERDOOOON
Pero
AY NO SE
EN MENOS DE 2 MESES CUMPLO 15
Y si se lavar mi ropa 🔫
—Mira, si entiendo lo de los adolescentes que hacen esto a temprana
edad y bla bla bla
El otro día una amiga trajo a su prima a mi casa porque tenía tremendos
chupetones que le había dejado el novio (Y la prima tiene 13)
Con 13 ya le dejaron todo eso
Aprende a respetar tu edad Jake

—Igual no pasamos de los besos

—Pero para la próxima tengan un poquito de


❤️Autocontrol❤️
Además
Esos chupetones te pueden matar

—Que
Si?

—Se hace un coágulo de sangre y te me mueres.

—Chucha
Pero ya no están

—Buena suerte.
Igual
Respeta
Tu
Edad

—Pero tú harías lo mismo


Y sin bromas
Si se te presenta la oportunidad
Harías lo mismo si o no?

—...
Estamos hablando de ti no de mi

—Ahí si cambia la cosa no?


—Si 🥰
—Ash
Igual solo fue una vez
ME DEJE LLEVAR

—Se nota
Tu y Carl ni siquiera son novios

—Ya se
Pero me deje llevar
Un poquito

—Tan poquito que me escribiste en la noche para preguntarme cómo se


sacaban los chupetones

— ...

—No vayan demasiado rápido


Cuando en una relación vas demasiado rápido
Algo sale mal

—Perdón

—Ya que
Ya pasó un dementor por tu cuello
Que se puede hacer

—Volver a repetirlo?

—AUTOCONTROL DIJE

—PERDÓN
Ni siquiera mi mamá se enfadó por esto.

Si lo supiera si me reñiría, pero ese no es el punto.

Jake... autocontrol.

Ayer no conocía el autocontrol.


Carl

15 semanas- Sábado -clases...

No pensé que lo de ayer fuera tan malo.

Ahora tenía a mi hermana regañándome por eso.

—Me dijiste, que no... harían... nada —Recalcó.

—Sí...

—¿Y qué fue lo que hiciste?

—Besarle el cuello a Jake —Bajaba la voz con cada palabra que salía de
mí.

—Carl —Dio un suspiro. —No estoy molesta ¿Okey?, son cosas que
pasan... pero, para la próxima, contrólate un poquito al menos.
—Pero tu misma me dijiste ayer que eso de ponernos alocados era
normal. ¡Hasta me diste un consejo sobre cómo cuidarme de las
enfermedades de transmisión sexual!

—Si, lo sé, pero no pensé que de verdad se podrían como adolescentes


hormonales.

—Perdón. Creo que me deje llevar.

—¿Crees? —Me quedé callado.

—Me dejé llevar —Corregí.

—Primero que nada, ¿Jake y tú ya son novios? —Preguntó.

—No.

—Y con más razón tienes que controlarte. Cuando ya se tratan como


novios y aún no lo son, sale mal.

—¿Cómo estás tan segura?

—Soy un año mayor que tú y nadie me aconsejó nada, así que ya pasé
por más cosas y por eso mismo te aconsejo que te controles, puedes
llegar a hacer cosas de las cuales te vas a arrepentir. Además tienes 14
aún, al menos espera a cumplir 15.

Volví a quedarme callado, Valeria tenía razón, tenía que controlarme y


pensar al menos 2 veces antes de hacer las cosas.

—Está bien, perdón, seré más consciente para la próxima —Me disculpé.

—De acuerdo —Dijo ella. —Respeta tu edad.

—Está bien.
—Dios, nunca pensé que algún día llegaría a reñirte por andar de
hormonal con un chico.

—Yo nunca pensé que llegaría a estar con un chico.

—En fin, adolescentes.

—Terribles.

—Y gais.

—Me sucede —Dije y comencé a reírme.

—¡Ya! No te rías.

—Perdón, perdón.

16 semanas- Lunes -clases...

Caminaba hacia mi salón, Jake y yo últimamente estábamos llegando más


temprano. Habíamos quedado en eso para poder hablar no solo como
mejores amigos. A las 6:45 aún no había nadie en él aula, así que no
podrían escucharnos ni nada.
Cuando entré a mi salón, vi a Jake sentado en su carpeta, estaba
revisando algo en su celular.

—Hola, JJ —Saludé en voz alta y dejé mi mochila en el piso, para después


sentarme a su lado.

—Hola, Carlitos —Saludó y arrimé mi cabeza en su hombro. —¿Te


riñeron? —Preguntó él.

—¿Cómo sabes? —Pregunté.

—Fue una pregunta. Amy me regañó por... —Me tocó el cuello. —Eso.

—Ay, a mí me regañó Valeria —Dije.

—¿También te dijo lo del autocontrol?

—Si —Respondí. —Tienen razón. Además, me asusté cuando vi como te


había dejado el cuello.

—No estaba tan mal —Si estaba. —Pero ya que, no hay que volverlo a
hacer.

Lo miré y él me miró.

—¡Nah! —Dijimos al mismo tiempo y comenzamos a reírnos.

Lo tomé de la mano. Nuestras manos estaban encima de la mesa, así que


cualquiera podría vernos, pero no había nadie.

—Autocontrol Jake, autocontrol —Dije.

Jake sonrió.
Escuchamos como alguien se acercaba, así que nos tuvimos que separar.
Raquel entró al salón.

—¿Y si te ligaste a esa flaca? —Pregunté, fingiendo un acento de niño rico


consentido.

A veces Jake hablaba así.

—Sí, linda la flaquita —Dijo Jake y comenzó a reírse. Yo también comencé


a reírme.

¿Hasta cuando tendremos que fingir?

Bueno, mejor no me quejo, no es como que esté listo para decirlo.

Ni siquiera tengo una sexualidad definida, creo que soy gay, pero no estoy
seguro... o tal vez aún no lo acepto.

Ni modo, tengo que seguir fingiendo y hacer creer a todos que Jake es mi
mejor amigo. Técnicamente, si lo es, pero... no tanto.
5. ¿Cena familiar? Toca llorar
Diccionario peruano:
Chibolo/ Chibola: Niño/a/- que es joven- muchacha/o/
Pituco/ Pituca: Que tiene mucho dinero, pertenece a una clase social alta y
que hace notar eso o que se cree por tener mucho dinero.
————————————————————

Jake

17 semanas-Martes -clases...

Me encontraba acostado en la pierna de Amelia, estábamos en un


pequeño grupo, en el campus de la escuela.

Este pequeño grupo estaba conformado por Paul, Amelia y yo.

Estábamos en el curso de "DPCC" y ya habíamos hecho todo lo que nos


faltaba, así que hablábamos mientras esperábamos a que toque el timbre
de la hora del receso.
Carl no estaba con nosotros, él estaba hablando con Ester y Raquel.

—Oye, Jack —Dijo Paul.

—Es Jake —Corregí.

—Okey, Jack —Puse los ojos en blanco. —Ese tal Marco, ¿Tiene
Instagram? —Preguntó Paul.

—Si, ¿Por qué preguntas? —Interrogué con curiosidad.

—Es que en la mañana me llegó una solicitud de Instagram, de un tal


Marco —Respondió él.

—¿Tiene como foto de perfil a un perro con lentes? —Pregunté.

—Ajá.

—Entonces si es él.

—¿Quién es Marco? —Preguntó Amelia.

—El chico del que te hable, el hacker —Contesté.

—Aah, ¿El de 4to?

—Si, el que está en el grupo de natación, el musculoso ese —Respondió


Pato y sonreí.

A lo lejos vi como Grecia se acercaba, hace mucho que he dejado de


hablar con ella, o sea, si hablamos normal y nos tratamos bien, pero ya no
es como antes, creo que me comencé a alejar desde que me di cuenta de
mis sentimientos hacia cierto chico bonito llamado Carl.

—Chicos, tengo una crisis —Dijo ella sentándose con nosotros.


—¿Qué pasó? —Preguntó Amy.

—Es que me compre 3 entradas en VIP para el concierto Harry Styles y mi


mamá me había dejado llevar a una amiga, Adriana.

Si no estaba con Amelia, Renata o Pilar, estaba con Adriana.

Es una chica que no estudia en nuestra escuela, pero siempre están


juntas.

—¿Y qué con eso? —Pregunté aún acostado.

—Que cambiaron el lugar en el que será el concierto y no pregunten como,


pero conseguí 2 entradas en platinum, porque en ese nuevo lugar, los
asientos en VIP ahora serían al lado del escenario y no podría ver a Harry.
Entonces me tuve que cambiar de posición. Ahora no sé si quedarme con
Adriana en los lugares de VIP o ir a los de platinum —Contó ella.

Todos nos quedamos callados.

—Que tragedia —Dije para acabar con el silencio.

—Olvida la amistad —Dijo Paul.

—Eso, eso, yo que tú, me iría a los de platinum —Agregó Amelia.

—¿Pero como le digo a Adriana que ahora no estaremos en el mismo


lugar?

—Ni puta idea —Dije.

—¿Y si hablo con mi mamá para que nos deje ir solas en platinum?
—Habló Grecia.

—Sí, inténtalo —Dijo Amelia, Paul y yo asentimos ante esto.


—Está bien, ¡Gracias! —Agradeció Grecia y tomó su celular, para después
comenzar a escribirle a alguien e irse mientras lo hacía.

La observé alejarse, me pregunto como reaccionaría si le cuento lo que


tengo con Carl.

—¿Cuánta plata gana su papá al mes? —Preguntó Paul.

—Ni... puta... idea —Volví a responder.

—Yo también quisiera ir a un concierto —Habló la del cabello corto.

—¿Has ido a Disney... pero nunca a un concierto? —Preguntó Pato.

—Ja, ja, es igual a mí —Dije fingiendo una risa.

—No, nunca, solo una vez, al de "Soy Luna" —Contestó mi amiga a la


respuesta de mi amigo.

—Que lindo —Pato habló con sarcasmo.

—Mi banda favorita está separada y su vocalista está muerto —Explicó


Amelia.

—¿Queen? —Pregunté.

—Si —Respondió ella.

—Ya, pero hay otros cantantes —Habló Paul.

—Si, pero ninguno viene a Perú.

—Si vienen.

—Cada mil años.


Deje de prestar atención a la conversación de mis amigos cuando observé
a Carl.

Este seguía hablando con Ester y Raquel.

Se veía bastante bien, es muy lindo o eso pienso yo.

Su cabello está un poco más largo y ya comenzó a cuidar más de este, así
que sus rizos se ven mucho mejor que antes. Ni hablar de su sonrisa, tiene
una hermosa sonrisa y su perfil... precioso.

No digo que sea perfecto, pero hay momentos en los que me pregunto
como es que un chico como él está interesado en mí.

Cuando lo veo es como si todo se pusiera en cámara lenta, así como en


las películas y la canción que se oye de fondo es la de "Out of My League"
específicamente en la parte que dice "40 days and 40 nights... I waited for
a girl like you to come and save my life..."
Solo que en lugar de "girl" (chica) sería"boy" (chico).

Jake.

Como lo quiero a ese desgraciado.

Jakeeeee...

Ay, mierda.

!CARL ME MIRÓ!

Aparté la mirada rápidamente. —Chicos —Llamé la atención de Paul y


Amelia.

—¿Qué quieres? —Preguntó mi amigo.


—¿Carl está mirando hacia acá? —Pregunté sentándome en el piso.

Amelia hizo como si estuviera analizando TODO el campus y después me


miró.

—Está viniendo hacia acá —Informó ella.

—¿¡Qué!?, mierda —Maldije.

—¿Por qué te da pánico? Hasta durmieron juntos —Cuestionó mi amigo.

—Eso, eso —Amy estaba de acuerdo con lo que dijo Paul.

—Es que lo estaba mirando, no sé por cuánto tiempo, pero él se dio


cuenta y no sé en que momento, así que me siento avergonzado
—Cuando dije esto, Amelia y Paul intercambiaron miradas.

—Que raro eres a veces —Dijo Pato.

No pude decir nada más, ya que sentí como alguien se tiraba encima de
mí.

—¡JJ! —Era Carl. —¿Tan guapo me veo hoy que no puedes dejar de
mirarme? —Preguntó en un tono burlón. Después se hizo a un lado y se
acostó en el piso, yo también ya estaba tirado en este.

Decía que me parecía a una cucaracha aplastada, bueno, ahora soy una.

—Tenías algo en la cara —Mentí.

—¿Ah, si? ¿Qué? —Preguntó él.

—Esto, mira —Puse mi mano en su mejilla y después le di un ligero golpe.

—Auch —Dijo Carl. —Gracias.


—De nada —Dije y Carl me pico en las costillas con su dedo. —¡Oye!
—Reclamé.

Cualquier cosa me daba cosquillas.

Carl volvió a picarme en las costillas.

—¡Ya! —Reí y él volvió a darme otro toque. —¡Carl! —Este comenzó a


reírse.

En mi intento de defenderme, provoqué una pelea física de juego. Creo


que comenzó a ser algo que hacíamos muy seguido para tener contacto
físico.

—Ya van a comenzar —Escuché decir a Pato.

Termine encima de Carl, pocas veces ganaba esa clase de peleas.

—No se pongan de golosos aquí —Ordenó mi amiga.

—Si, no quiero traer agua helada después —Dijo Paul.

—Perdón —Dije y me hice a un lado.

Carl y yo nos sentamos en el piso.

—Y dime brother, ¿Cómo has estado? —Le pregunté a Carl sobre


exagerando un acento de niño rico que es consentido, o como siempre me
dicen, exageré un acento de niño pituco.

—Muy bien brother, aquí conquistando a muchas flacas ricas —Contestó


Carl con el mismo acento.

No pude evitar sonreír y Amelia y Paul se rieron.


—¿Por qué hablan como chibolos pitucos? —Preguntó Amelia.

—Eso. Con Jake es algo normal, a él se le hace ese acento a veces,


¿Pero tú, Carl? —Habló el greñudo.

—Disimular —Dije. —¿Y cómo qué hablo como pituco? —Mi pregunta fue
ignorada.

—Hablamos así a veces de broma o simplemente para disimular, como


dice Jake. Por los estereotipos y eso —Dijo Carl.

—Ahh, con razón.

Deje de prestar atención a la conversación.

¿De verdad hablaba cómo pituco a veces?

—¡Ian no salgas del colegio! —Le ordené a mi hermano, él se había


puesto a correr con su compañera hacía no sé dónde.

Ya era la hora de salida y estaba caminando con Amelia hacia la puerta de


entrada, para esperar a nuestros padres y eso.

Ella estaba de sueño, casi siempre está con sueño. A veces pienso que
tiene anemia o algo así.

—Tengo hambre —Dijo y abrió su lonchera.


Mierda.

Cuando revisó su lonchera, vio que no le hice caso a lo que me había


dicho horas antes.

—Jake —Dijo y sentí como mis nervios crecían. —¿Te comiste mis rollos
de canela? —Preguntó.

Mierda.

Me dijo que no me los comiera.

Y me los comí...

—No... —Mentí.

—Jake... —Me perforó con la mirada.

—Es que estaba rico —Dije.

—¡Jake! —Cerró su lonchera. —¡Te dije que no te los comieras!


—Comenzó a golpearme con su lonchera.

—¡Perdón!

—¡Al menos me hubieras sobrado uno!

—¿Por qué me pegas?

—Lo aprendí de mis padres —Bromeó y dejó de pegarme.

Estoy seguro de qué... no, no estoy seguro, sé que esa no fue una broma.
Antes de esa pelea, en la que nos alejamos, ella me contaba todo lo que
pasaba en su casa y entre esas cosas estaba el que sus padres le
pegaban.

—¿Todavía te pegan? —Pregunté, tratando de no sonar serio.

—La última vez que lo hicieron fue hace un año, ahora ya no, solo me
amenazan con hacerlo.

—¿Y estás bien con eso?

—Es mejor eso a que me peguen —Contestó relajada, como si fuera lo


más normal del mundo.

—Y hace un año, ¿Por qué te pegaron exactamente?

Ella desvió la mirada.

—Te cuento otro día —Dijo. —Ya vinieron a recogerme, adiós —Se
despidió con un beso en la mejilla.

Se fue con una señora que no era su mamá, de seguro era alguien que
trabajaba en su casa o algo así.

—¡Te veo mañana! —Grité para qué me escuche, pero ella ya estaba muy
lejos.

A veces me dan ganas de secuestrarla y decirle que me cuente todo lo qué


pasó cuando nos alejamos.

Suenas como un loco.

Si, ya sé.

—¡Jake! —Escuché la voz de mi hermano decir mi nombre.


Lo busqué con la mirada y me di con la sorpresa de que este estaba a mi
lado.

—¿Qué pasó enano? —Pregunté.

—¿Me prestas dinero?

—¿Para qué?

—Le quiero comprar un helado a... —Con cada palabra que decía bajaba
la voz, no logré escuchar lo que quiso decir al final.

—¿Ah?

—Le quiero comprar un helado a mi amiga... —Dijo con timidez.

Oh no...

¡Ya le gusta alguien!

Nunca pensé que este momento llegaría.

¿Yo también tendría que hablarle a Ian sobre las aves y las abejas?

Cálmate, Jake. Tal vez solo es amable con su amiga.

—Está bien, toma —Saqué 2 soles de mi bolsillo y se los entregué.

Ian sonrió. —Gracias hermanote —Agradeció y se fue corriendo hacia


donde estaba su amiga, para después tomarla de la mano y llevarla a un
pequeño puesto de helados que estaba afuera de la escuela.

—Que rápido que crecen —Dije viendo como mi hermano le daba un


helado de vainilla a su amiga.
Me quedé observando aquella escena.

Mi hermano menor que es literalmente una copia en miniatura de mí, le


compra un helado a su amiga que tiene cabello corto color negro y piel
trigueña.

Me recuerda a mí y a Amelia cuando éramos más pequeños.

Solo que yo no le compraba helados.

Tampoco tenía dinero como para hacerlo.

Tal vez Ian solo quiera a su amiga como una amiga nada más.

Aunque si hubo una época en la que me gustó Amelia, pero fue de muy
corto tiempo y tenía cómo 8 años.

Tal vez a Ian si le gusta esa niña.

¿Y si es gay y todavía no se ha dado cuenta?

Cállate.

—Jake, Ian, esta noche tendremos una cena familiar —Informó mi madre.
—Iremos a "Orlandos" y quiero que estén listos para esa cena desde antes
de las 7.
"Orlandos" es un restaurante de carnes. Siempre vamos ahí cuando hay
esas "cenas familiares", es raro, hay veces en las que cenamos los 4 y no
es como que hagan la gran cosa por eso.

Sin contar el hecho de que me siento extraño cuando comemos todos en


estas cenas familiares. Literalmente el matrimonio de mis padres está muy
cagado.

El día después de la fiesta de Amelia, me enteré de que mi mamá le había


encontrado otra infidelidad a mi papá.

Es algo hipócrita todo.

—Pero ya cenamos todos juntos como hace 2 días —Dije.

—Ay, hijo, tienes que aprovechar que logré convencer a tu padre de que
nos lleve a cenar en un lugar bonito —Dijo.

—Bueno, bueno.

Ojalá no vuelvan a hablar de temas homofóbicos.

Ojalá mágicamente hayan cambiado su pensamiento y que ahora digan


que ser de la comunidad LGBT es normal y que no hay nada de malo en
eso.

Tomaba una limonada mientras escuchaba hablar a mi papá con alguien.

Apenas y llevábamos como 20 minutos en ese restaurante y en todo ese


tiempo había estado recibiendo llamadas del trabajo.
—Si te deje usar ese auto fue porque tenías que llevar a mi mamá a donde
ella te indicara, no te lo di para que salgas con tus amigos y estés vagando
por ahí —Al parecer mi papá estaba discutiendo con uno de sus
trabajadores. —Tienes hasta mañana para devolver ese auto si no quieres
que te despida —Amenazó por teléfono.

De seguro era uno de sus trabajadores que están en Lima, ya que mis
abuelos no viven en la misma ciudad que yo. La mayoría de mi familia no
vive en la misma ciudad que yo.

—No me vengas con cojudezas —Maldijo mi papá, mi hermano me miró


asustado y abrió los ojos como platos al escuchar esa palabra. —¿Sabes
qué? Quiero que devuelvas ese auto hoy y te bajaré el sueldo.

Uy.

Mi papá corto esa llamada y me miró.

—Así es como debes de tratar a los trabajadores, debes ser firme y no


dejar que te lleven la contraria —Dijo.

—Okey —Respondí y le di otro sorbo a mi bebida.

Mis padres se pusieron hablar de otras cosas y mi hermano tomó el celular


de mi mamá para ver videos en YouTube.

Trajeron la comida, yo pedí un lomo fino con tacacho y maduro frito.


Estaba delicioso.

Todo hubiera salido bien si tan solo mi papá no hubiera sacado un tema
que estuve rogando que no tocara.

—Ayer despedí a Kevin —Informó y mi mamá se sorprendió.

Creo que Kevin era el contador de una de sus tiendas de autos o algo así.
—¿Por? —Preguntó ella.

—¿Quién era Kevin? —Pregunté yo.

—Un trabajador de la tienda —Respondió mi papá. —Lo despedí por


desviado —Dijo.

—¿Desviado? —Preguntó mi mamá. —¿Robó algo?

—No, desviado pues, mujer. Tiraba para el otro lado, no quiero decir
homosexual —Bajó la voz cuando pronunció la palabra "homosexual".
—Ian está aquí.

—¿Qué es homosexual? —Preguntó mi hermano en voz alta. Yo también


quiero esa audición —A un compañero lo insultaron diciéndole eso, es que
no quería jugar fútbol, pero, ¿Qué es?

Todos nos quedamos callados, mis padres se miraron entre ellos y se


notaba lo nerviosos que se pusieron.

Jake no digas nada.

—Cuando un hombre está con otro hombre —Expliqué.

—Si y eso está mal —Dijo mi mamá.

—¿Por qué está mal? —Preguntó mi hermano.

—Porque es raro, va en contra de la naturaleza humana —Habló mi papá


y se tomó un poco de la cerveza que le habían traído.

Tú vas en contra de la naturaleza humana.

—No creo que sea tan malo —Dije bajando la mirada y llevándome un
pedazo de carne a la boca.
—¿Cómo dices? —Uy, mi papá es sordo.

—Que no creo que ellos vayan en contra de la naturaleza humana


—Especifiqué mejor lo que quise decir antes. —Son personas normales
como tú y yo.

—No, de normales no tienen nada, o sea, ¿Hombres? Las mujeres son


mucho mejores, lo mismo con las lesbianas, ¿Por qué fijarse en las
mujeres cuando existen los hombres? —Creo que mi papá acaba de salir
del closet.

—Eso... es... homofóbico... —Dije con cierto miedo.

—Tu padre y yo no somos homofóbicos, Jake —Defendió mi mamá. —Es


solo que no nos parece natural y bueno ver a un hombre con otro hombre
o a una mujer con otra mujer. Son dos cosas distintas.

¿Qué?

—Es que ellos no son extraños o algo así, son personas completamente
normales y no creo que despedir a un trabajar por andar con un hombre
sea algo adecuado, él no hizo nada malo y tampoco creo que pronunciar la
palabra "homosexual" delante de Ian sea algo malo, es una palabra nada
más. Mi papá hace un rato dijo "cojudezas", en voz alta, Ian escuchó eso,
pero no les importó —Dije y mi mamá me fulmino con la mirada.

No quise ver a mi papá, lo más probable es que me estaba mirando con


decepción... o ira.

—Jake, ¿Podemos hablar afuera un momento? —Dijo mi mamá.

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.


Debí quedarme callado.

No debí decir ni una puta palabra.

—Está bien —Dije y me levanté de mi asiento.

Mi mamá y yo salimos del restaurante.

Solo me esperaba lo peor.

Una vez afuera, ella me tomó del brazo.

—Mira, Jake, tu padre ya está demasiado estresado porque abrirá otra


tienda en Lima y además ya tiene bastante trabajo aquí como para que
vengas con tus estupideces a malograrle la cena —Presionaba cada vez
más fuerte mi brazo con cada palabra que salía de ella.

—Perdón... —No sabía que otra cosa decir.

—Ahora vas a entrar a ese lugar, le pedirás disculpas a tu papá por tus
tonterías y te sentarás a comer calladito y sin decir nada más. Habla solo
si tu papá te pregunta algo —Presionó aún más mi brazo. —¿Entendiste?

Me mordí la lengua para no decir nada más.

—Sí, está bie... —Dije y mi mamá no me dejó terminar.

—¿Si qué?

—Sí, mamá.

—Ya entra y cuidado con decirle a tu padre algo de lo que pasó aquí
—Amenazó.

—Sí, mamá —Volví a decir y me metí de nuevo a ese restaurante.


Nunca más volveré a decir algo así delante de mis padres.

Que estúpido.

Estúpido... estúpido... estúpido...

Soy un completo imbécil.

—Pa', perdón por lo de hace rato, fue una tontería —Me disculpé con él.

Mi papá asintió y me senté de nuevo en la mesa.

Ian solo me miraba con cierta preocupación.

Ojalá él si sea hetero, así no tendrá que pasar por toda esta mierda.

Continuamos cenando y mis padres volvieron a actuar como si nada


hubiera pasado.

—Cuéntame, Ian, ¿Ya te gusta alguna chica de tu salón? —Preguntó mi


papá.

Ian solo bajó la mirada con timidez y después se le escapó una sonrisa.

—Se llama María —Dijo. —Es una amiga que está en mi salón.

Mis padres sonrieron orgullosos.

—Que bueno hijo, no te sientas avergonzando, es lo normal —Mi mamá


me miró. —Que un niño esté con una niña es completamente normal.

Bien, soy anormal.

—¿Y a ti ya te gusta alguien, Jake? —Preguntó ella.

—Sí —Respondí sin pensarlo dos veces.


—¿Ah, si? ¿Quién? —Interrogó mi papá sonriendo.

—Es... una chica que está en mi colegio —Mentí.

—¿Está en tu salón? —Preguntó mi papá.

—No, no, ella... está en 4to de secundaria, es amiga de Valeria, la conocí


cuando estaba en casa de Carl, ella estaba ahí haciendo tarea con Valeria
—Hablé sin muchos ánimos.

Que linda historia me inventé.

Si quería que mis papás no se dieran cuenta, ahora tendría que comenzar
a crear más historias cómo está.

—Aww ¿Y cómo se llama? —Que te importa, mamá.

—Lucia —Dije. —Se llama Lucia.

Genial, ahora tendría que fingir que me gustaba una tal Lucia de 4to.

El regreso a mi casa no fue muy lindo.

Mis padres hablaban como si nada y yo solo me quedé callado observando


el cielo nocturno por la ventana.

Lo único que pasaba por mi mente era mi mamá regañándome y la


estúpida homofobia de mis padres.
Estaba más que claro que nunca me iban a aceptar, ellos solo pensarían
que soy un estúpido anormal que está desviado o algo así.

Ya ha pasado un tiempo desde que descubrí que me gustan los hombres,


pero aun así sigue pasando por mi mente que de verdad estoy mal, que el
enfermo soy yo, que mis padres tienen razón y en realidad soy un
degenerado.

Estar tan perdido en mis pensamientos hizo que no me diera cuenta de


que una lágrima ya estaba cayendo.

Me la limpié e intenté no llorar.


Sentía un nudo en mi garganta.

Ahora solo quiero meterme en mi cuarto y no salir nunca más.

—Buenas noches —Les dije a mis padres antes de cerrar la puerta de mi


habitación.

Apenas la cerré, no pasó ni un segundo cuando la primera lágrima cayó.

Después cayó otra y otra y otra.

Tuve que taparme la boca con una mano para no hacer ruido.

Quise mandarle un mensaje a Carl, pero cuando tomé mi celular, escuché


como alguien tocaba la puerta.

Rápidamente me sequé las lágrimas y abrí la puerta.


Era mi hermano.

—¿Qué haces... —No terminé de formular mi pregunta, ya que él entró a


mi habitación sin decir nada.

Con ambas manos sostenía dos platos medianos, cada uno tenía una
rodaja de pastel de chocolate.

—En la cena estabas triste, así que le pedí a papá que comprara dos
tortas de chocolate en ese restaurante —Explicó sentándose en mi cama.
—Una para mí y otra para ti —Puso sus piernas debajo del edredón de mi
cama. —Ven —Ordenó indicando que me siente a su lado.

No supe que decir, no quería que se quedara, pero tampoco quería


sacarlo.

Me senté a su lado sin decir nada.

Ian prendió la televisión de mi cuarto con el control remoto, puso el canal


de "Disney Junior" y se puso a ver una serie llamada "Bluey".

Comenzó a comer su pastel de chocolate, así que hice lo mismo.

Luego de un rato, Ian al fin decidió hablar.

—No creo que ser homosexual sea algo malo —Dijo y lo miré sorprendido.

—¿Qué?

—Maria tiene dos mamás, aunque nadie en la escuela lo sabe, si hay


reuniones en los que se necesite a los padres, entonces una de sus
mamás va con su hermano y dicen que el papá de María no está —Contó
mi hermano.
Me quedé sorprendido ante esto, era la primera vez que escuchaba sobre
una familia de dos mujeres en mi ciudad.

—Y... ¿Estás bien con eso? —Pregunté. —¿Te parece bien una familia
formada por dos mamás?

—Sus mamás si se quieren —Respondió Ian. —Eso es bueno, eso creo.

—Si, eso es bueno.

—Entonces... si estoy bien con eso —Dijo y siguió comiendo su pastel, se


había ensuciado con este, el glaseado de chocolate estaba regado por
toda su boca, un poco más y llagaba hasta su nariz.

—¿De verdad no te molesta? —Comencé a lagrimear.

—Nopi.

—Okey —Dije y se me salió una lágrima.

Continué comiendo el pastel mientras sentía como las lágrimas caían de


mis ojos.

Dejó de importarme que Ian viera eso.

Ya no sabía por qué lloraba exactamente. Creo que era por lo que dijeron
mis padres, pero también porque escuchar a mi hermano decir eso, fue
algo que me hizo sentir bien. Al menos alguien de mi familia no me mirará
mal.

Lloré aún más cuando mi hermano puso su mano en mi espalda y me dio


un abrazo.

Estaba muy sentimental.


No puedo creer que mi hermano de 8 años entienda que ser como yo es
algo normal y que mis padres que ya son adultos de 46 años no entienden
nada.

—Te quiero mucho hermanito —Dije limpiándome las lágrimas.

—Yo también hermanote —Dijo él.

Es lindo ver como alguien de tu familia si te apoya.


6. Miércoles de llanto

Carl

17 semanas -Miércoles -clases...

Tener a mi mamá desayunando conmigo era algo que no podía ver muy
seguido, pero ahora aquí estaba, tomándose un jugo mientras esperaba a
que Valeria y yo termináramos de comer para que nos lleve a la escuela.

Casi nunca comía con nosotros, por el trabajo y porque sus horarios para
comer no eran los mismos que el de mi hermana y yo. Aunque se siente
un poco reconfortante el saber que hace un esfuerzo por estar con
nosotros a pesar de todo.

Estoy orgulloso de ella, pudo sacar adelante a la familia sin ayuda de


nadie.
Es una lástima el no saber mucho de ella. Aparte de lo básico, como su
carácter, su color favorito y esas cosas.

Valeria sabe más de ella, no tengo pruebas pero tampoco dudas. Creo que
es algo entre mujeres o yo qué sé.

—Ya terminé —Informé levantándome de la mesa. —Gracias —Dije para


después ir al lavatorio de la cocina para lavar mi plato.

Seguido a esto me fui al baño para lavarme los dientes por segunda vez.
Caminado por el pasillo de regreso al comedor, no hice mucho ruido, así
que antes de que mi mamá y mi hermana pudieran verme, escuché mi
nombre.

Frené rápidamente para que no me vean.

Quería saber que decían de mí.

—¿Ya le dijiste lo de la salida? —Preguntó Valeria.

—Aún no. Creo que será sorpresa —Respondió mi mamá. —¿Crees qué
funcione?

—La verdad, no sé. Carl a veces es raro.

—Val —Le llamó la atención mi mamá y después se rio. —No hables así
de tu hermano.

—Es verdad —Respondió Valeria y escuché que soltaba una pequeña risa.

No estoy entendiendo nada.

—Hola, ¿De qué hablan? —Pregunté adentrándome en la conversación.

—Queti —Respondió mi hermana.


—¿Queti?

—Quetimporta —Fulmine a Valeria con la mirada.

—Que graciosa —Dije con sarcasmo.

—Aww gracias —Cuando mi hermana dijo esto, le di una sonrisa falsa.

—Odiosa —Dije.

—Odioso eres —Dijo.

—No saben cuánto disfruto ver como actúan como niños, pero debo parar
esta interesante pelea para recordarles que tienen escuela —Habló mi
mamá.

—Perdón —Dijimos mi hermana y yo al mismo tiempo.

Mi madre se levantó de la mesa. —Está bien —Dijo. —De vez en cuando


se puede llegar tarde —Dicho esto se acercó a mí. —¿Tienes algún
examen hoy? —Preguntó.

—No —Respondí, quería saber por qué me preguntaba eso.

—Bien.

Me siento confundido.
—Buenos días aborto de la naturaleza —Le escribí a Jake.

Estaba en el auto de mi mamá, mi hermana y yo nos encontrábamos


sentados en los asientos de atrás del auto. Ya se me hacía un poco tarde
para llegar a la escuela.

—Holahola
Come Trola
Tu nariz contra mis bolas
Jajajajajajajjajajaja
Perdón.
A que hora llegas?
Tengo que contarte algo —Escribió Jake.

—Ya estoy llegando


Qué pasó???
Nono mejor cuéntame cuando llegue

—Sisi
Ya hasta Ester y Raquel me preguntaron por ti
Dicen que tienen
🔥chisme🔥
—jflsjflsjdka
Ya llego
Espérense

Volví a hablar con Ester desde la fiesta de Amelia, me sentía mal después
de todo lo qué pasó y quise volver a intentar una amistad con ella.

Los primeros días Raquel me miró con mala cara.

Ahora hasta me busca junto con Ester para el chisme.

Que buen progreso.


Guardé mi teléfono cuando el auto frenó, ya habíamos llegado.

Abrí la puerta.

—No, no —Dijo mi mamá y la miré confundido.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

—Chau, mami —Se despidió Valeria y salió del auto. —Chau, pitufo
—Cerró la puerta sin decir nada más.

¿Qué carajos?

¿Acaso tenía cita con el doctor y no me dijeron nada?

Tal vez me toca una segunda dosis de alguna vacuna o algo así.

—Ma' me cerró la puerta —Reclamé.

—Si, hoy no irás a la escuela.

No sé si sentir felicidad o sentir miedo.

—¿Tengo cita con el doctor y no me dijeron nada? —Pregunté.

—No, no es eso.

—¿Iremos a adoptar un gato? —Mi emoción creció.

—No.

—Ah —Yo si quería adoptar un gato.

Mi mamá arrancó el auto y saqué mi teléfono.


—Hoy no voy
Jflajdfjlo estaba afuera
Pero no voy
Ns porque
Te cuento después —Le escribí a Jake y apagué mi celular.

¿Ahora por qué no iría a la escuela?

Todo este ambiente de misterio me la suda.

—Es que me he dado cuenta de qué... —Habló mi mamá y lo primero que


se me pasó por la mente fue "Ya sabe que eres gay". —Últimamente no
hemos estado hablando mucho y ya sabes, no pasamos demasiado
tiempo de madre e hijo.

El señor me ha mirado a los ojos por segunda vez.

—¿Pero y Valeria?

—Si paso tiempo con ella —Creo que no soy el favorito.

—Ah, no sé si sentirme feliz por ella o mal porque no soy el favorito —Dije
mirando a la nada. —Con que este es el precio de ser el segundo hijo
—bromeé.

Mi madre se rió.

—No tengo favoritos.

—Yo creo que sí.

—A tu hermana nunca la saqué de la escuela para pasar todo el día con


ella.

—Pero si pasas más tiempo con ella.


—No me hagas dar media vuelta.

—Perdón —Dije, creo que estoy comenzando a molestar.

—No te disculpes —Dijo ella sonriendo. —Saldré todo el día con ella el
viernes, hoy tiene examen y me dijo que el viernes tienes una exposición.
Ella sale el viernes y tú te quedas.

Ah, con razón.

¿No quieres venir acá adelante? —Preguntó.

—Voy —Hablé pasándome a la parte de adelante.

Mi mamá no frenó ni nada, me fui adelante con el auto en pleno


movimiento. Termine ensuciando el apoyabrazos con mis zapatos.

—¿A dónde vamos? —Pregunté limpiando con la mano lo que había


ensuciado.

—¿A dónde quieres ir?

—A Europa —Bromeé.

En parte era verdad, quería ir a Europa o a cualquier lugar fuera de


Latinoamérica.

—Ay, que barato —Dijo mi mamá con sarcasmo.

—¿Ir a comer helado está bien? —Ir a comer helado a las 7 de la mañana,
¿Por qué no?

—Si, eso si entra en mis posibilidades —Sonreí.


Este día de "madre e hijo" es algo ¿Raro?, bueno no es raro, solo un poco
repentino.

No me esperaba esto, aunque lo aprecio, al menos uno de mis padres si


quiere estar conmigo.

Llegamos a un lugar que estaba cerca de la plaza central de mi ciudad.


Vendían helados regionales y los clásicos.

Cuando estaba mirando la heladera para escoger el sabor de mi helado,


me llevé con la sorpresa de ver uno que se llamaba "Pitufo".
No pude evitar sonreír.

Saqué mi teléfono y le mandé una foto a Jake y a Ester de ese helado.

—JAKAJKAJAJAJAJJAJA
Hace un tiempo me comí ese helado
XD —Escribió Jake.

—Que tal su sabor?

—Horrible

—ok
—Perdón
Por cierto
Qué haces ahí?

—Mi mamá me sacó de la escuela


Para pasar un día de madre e hijo o algo así

—:o
Aprovecha
No cualquier día tu mamá te saca de la escuela

—Seeee
Me dices que hacen en clase

—Oki
Oki wtf
...
Comete tu helado

—Oki 😜
—CTMR CARLOS

—Perdón

Apagué mi teléfono y pedí un helado de fresa.

Me senté en una mesa y esperé a que mi mamá pidiera su helado.

En eso me respondió Ester.

—No entendí —Puso.


—Mi hermana me dice pitufo

—Aaaaaa
JSJSJJS
Helado de Carl

—Si XD

—Suertudo por no venir


Estamos en comunicación
Y la profesora está de mal humor

—Uy
Avísame si dejan tarea

—Si si
Por cierto
Raquel y yo tenemos
Chisme
😈
—Me cuentan mañana
😈
— 😈
— 😈
—Ya bueno te hablo después
La profesora le llamó la atención a Fernando por usar el celular
:^

—Ok ok
Bye
Me pregunto como Ester puede ser tan amable y no tener rencores
después de lo que pasó.

Lo bueno es que ya somos amigos, es mejor así, como novios no


pegábamos ni con cemento.

—No había de mango, así que pedí de aguaje —Informó mi mamá


sentándose conmigo.

—Hace mucho no como helado de aguaje —Dije.

—¿Pido otro?

—No, no, está bien.

—¿Seguro?

—Si, ma'.

No me gustaba pedir varias cosas en un solo día, sé que solo era helado,
pero aun así me sentía un poco mal.

Recuerdo cuando mi mamá no podía comprarnos muchas cosas a mí y a


Valeria, solo lo hacía en navidad o en nuestro cumpleaños.

Creo que me quedé con la costumbre de no pedir mucho. Tanto que hasta
pedir dos helados en un día se me hace pedir mucho.

—¿Y cómo te va en la escuela? —Preguntó mi mamá.

—Bien... eso creo —Comí un poco de mi helado con una cuchara. —No
me gusta matemática.

—¿Te va mal en matemática?


—No, pero no me gusta.

—Ay a mí tampoco me gustaba, la odiaba.

—Pero eres contadora —Okey, ahora estoy confundido.

—No me gustaba, tiempo pasado. Aprendí a amarlo, más que todo por mi
carrera y eso.

—Oh. Creo que tendré que hacer lo mismo, para medicina se ve


matemática —Mi mamá asintió ante esto.

¿Por qué quiero estudiar medicina si odio la matemática? Ni idea, pero


para toda carrera se necesita de la matemática... ya no quiero crecer.

—¿Mi papá que estudió? —Pregunté.

—No tiene una carrera —Respondió mi mamá.

—Ah —¿Por qué no lo vi venir? —¿No había dinero cuando era joven?

Pensé que mi papá si tuvo una carrera, pero como era muy irresponsable
apenas y se quedaba como por 2 meses en un solo trabajo.

—No, tu padre si podía pagarse la universidad —Respondió mi mamá.


—Es solo que era... —Se quedó callada.

—¿Flojo?

—Si, eso.

Como se nota que no sé mucho de mi papá y eso que vive conmigo.

—¿Y como va todo con tus compañeros? ¿Hiciste un nuevo amigo?


—Interrogó mi mamá cambiando de tema.
—Pues, bien, me tratan bien y sí, hice 2 amigas nuevas —Respondí.

—Que bueno, ¿Cómo va todo con Jake?

Ay mamá...

Va todo muy bien, nos gustamos y es un chico muy lindo conmigo.


Me gusta mucho, nos besamos cada que podemos y me hace sentir
mariposas, es raro todo, pero bonito, lo quiero mucho.

—Es un buen amigo —Contesté. —Él es... —Cómo mi novio. —Cómo mi


hermano.

—Tienen una linda amistad, aunque juegan mucho creo, ¿Qué tanto hacen
en la azotea? —Cuando mi mamá dijo esto, me comencé a ahogar con mi
helado.

Comencé a toser, los nervios me consumieron.

Recordé todo lo que hice con Jake en esa azotea.

—Cuidado hijo —Dijo mi mamá acercándose para después darme unos


golpecitos en la espalda.

—Estoy bien —Logré decir.

Me estaba muriendo.
Ya estaba en el auto con mi madre, habíamos terminado de comer. Ella
recibió una llamada de su trabajo, así que tendría que ir a resolver un
problema.

Iría con ella. Hace mucho que no voy a su trabajo.


Cuando era pequeño si iba casi todos los días con mi hermana, mi madre
no tenía con quien dejarnos.

—¿Cómo te va en el trabajo? —Le pregunté a mi mamá.

En todo el día no le pregunté cómo le va.

—Bastante bien, hay días estresantes, pero no hay ningún problema que
no pueda solucionar —Respondió.

Algo que agradezco es que mi mamá ahora cambió. No era mala, pero
antes, cuando estaba más pequeño, como por ahí de los 5 o 6 años, ella
nos trataba un poco mal a mí y a Valeria si se sentía estresada.

Ahora no es así y me gusta que ya no sea así.

—Y... ¿Cómo te va con papá? —Pregunté con cierto temor.

Ella se quedó callada, carajo, no debí preguntar nada.

—Pues... tu padre es... ya sabes —Estaba claro que no sabía qué


responder.

—Si, si, no debí preguntar, perdón —Me disculpé.

—No, no, está bien. Tienes derecho a preguntar y también a saber,


¿Quieres que sea honesta sobre la relación que tengo con tu padre?

Lo pensé por un momento.


Obviamente sé la respuesta, su relación está de la mierda, ni siquiera sé si
amaron en algún momento en su pasado o algo así. Pero me gustaría
escuchar la versión de mi madre y confirmar si todo lo que pienso y veo es
verdad. —Si —Dije.

—Arruinada, nuestra relación de marido y mujer está arruinada, diría otra


cosa, pero no quiero decir malas palabras delante de ti —Hizo una pausa.
—Creo que tú también sabías eso.

Que sorpresa, mi teoría era cierta.

—Si, pero quería oír tu versión —Nunca antes había tenido una charla así
con mi mamá.

—Las cosas están mal, eso es lo único que se me viene a la cabeza.

Me quedé callado, no era algo que fuera deprimente para mí, creo que ya
me acostumbre a esa mala relación. —¿No has pensado en el divorcio?
—Pregunté con timidez.

—Si —Respondió y sentí como si todo tomaba color.

—¿De verdad? —Pregunté tratando de ocultar mi emoción.

—Si, el único hombre que necesito para ser feliz eres tú, mi hijo.

Traté de ocultar mi sonrisa, ¿Mi mamá divorciándose de mi padre? Eso sí


que es piola.

—Somos felices los tres; Valeria, tú y yo. No necesitamos a alguien más


¿O si? —Expresó mi mamá. —Aunque si ni tú ni tu hermana quieren que
nos separemos, entonces no lo haré. Quiero verlos bien.

—No creo que llegues a escuchar una sola queja de nosotros —Me quedé
callado. —Tienes razón, con lo que dijiste hace un rato, somos felices los
tres, siempre hemos sido solo tres y por mí así está bien.
—Exacto, así estamos bien —Ella sonrió.

—Muy bien —Dije y sonreí.

Un divorcio entre mis padres era algo que me ponía feliz, lo cual es raro,
supongo. No debería ponerme feliz, debería ser algo triste, sin embargo,
me pone contento esta noticia.

Comienzo a pensar con que esta salida fue planeada para anunciarme un
divorcio.

—Espérame en mi oficina si quieres, tiene aire acondicionado —Informó mi


mamá y asentí.

Ella se fue a arreglar ese asunto de su trabajo, dejándome solo. Me metí


en su oficina, prendí el aire acondicionado y me senté en la silla con
ruedas que estaba al frente de su escritorio.

No sabía qué hacer. Quería hablar con Jake, pero decidí que mejor no,
porque no sabía en qué curso estaba, tal vez estaba en matemática y si le
mandaba un mensaje solo lo distraería, así como en la clase de
comunicación.

Solté un suspiro por el aburrimiento y comencé a dar vueltas con esa silla,
miraba el techo y me preguntaba cuánto tiempo tardaría mi mamá.

Me detuve para analizar toda la oficina.


Estaba muy ordenada.

Había papeles bien acomodados en varias carpetas y en la mesa tenía


una foto de mí y de Valeria cuando éramos unos bebés.

Valeria estaba con un vestido rosado de Minnie Mouse y yo con una


camiseta de los power rangers. Mi hermana estaba de pie, supongo que
estaba caminando. Yo estaba sentado en el piso y la miraba con asombro.
Mi cabello rizado estaba un poco largo, parecía un brócoli.

Es raro ver las fotos antiguas, te causa cierta nostalgia ver como eran
antes y como están ahora.

Los niños de esa foto nunca se creerían que ahora los dos están con un
chico. (Si es que Valeria sigue con el chico con él se estaba besando en la
fiesta de Amelia)

Seguí viendo todo, había una laptop y varias cosas de oficina.

Aburrido.

Dirigí la mirada hacia la biblioteca y había muchos libros grandes con


títulos largos que me dio flojera leer, se veían aburridos. Eran rojos,
algunos negros y otros verdes.

Solo me llamó la atención los que estaban en la repisa del medio, estos
eran de un tamaño regular, como los libros de Star Wars que tenía en mi
habitación.

Leí los títulos que estaban en los lomos.

Me sorprendió ver toda la saga de Crepúsculo, no sabía ese gusto que


tenía mi madre hacía esa saga de vampiros.

Después vi uno que era negro con un toque verde azulado.


—Aristóteles y Dante —Leí en voz alta.

Saqué el libro, me llamó la atención esos nombres. Son nombres que he


escuchado, de hombres que han sido famosos por escribir o algo así, no
estoy seguro. Creo que eran filósofos.

Vi la portada de ese libro, tenía un título más grande aún. La diferencia con
este y con los otros que también tenían títulos grandes era que este si me
llamaba la atención.

"Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo"

Supuse que se trataba de la historia de Aristóteles y Dante y como llegaron


a ser conocidos o algo así.

El libro era un poco viejo, estaba marcado con post-its y cuando lo abrí, vi
que el libro tenía muchas anotaciones, no entendía mucho lo que decían,
no entiendo la letra de mi mamá, pero se notaba que había leído ese libro
muchas veces.

Noté que había otro que tenía el mismo título, este era celeste. Pude notar
que tenía un separador en medio de este.

¿Cómo mi mamá tenía tiempo para todo?

Intenté leer un poco del libro que tenía en mis manos. Me fui directamente
a la última página.

—No, dijo —Leí para mi mismo, susurrando. —Bésame —Ah.

Eso fue lo mismo que me dijo Jake.

—No. Y luego sonrió. Tú bésame a mí —Que poético. —Puse mi mano en


su nuca. Lo jalé hacía mí. Y lo besé. Lo besé. Y lo besé. Y lo besé —Creo
que no lo besó.
¿Quiénes eran los que se estaban besando?

La puerta de la oficina se abrió y casi pego un grito por el susto.

—Ay, mamá —Expresé, llevándome una mano a mi pecho.

—Perdón, Carl.

—No sabía que leías —Dije mostrándole el libro que tenía en la mano.

—Con que andabas de curiosito. Ese libro es bonito —Dijo.

—Supongo que la historia si, el libro está destrozado —Bromeé y ella


sonrió.

—Es un buen libro —Opinó. —Aristóteles y Dante se enamoran.

Cuando dijo eso, me contuve para no decirle "Ja, ja, son como Jake y yo".

—Oh. Que lindo —Dije y puse el libro de vuelta en su lugar.

—Igual, no es el tema principal —Miré ese libro con curiosidad.

Mi madre no tenía problema con que ambos eran hombres... o tal vez
alguno de los que me menciono en realidad es mujer pero con un nombre
de hombre.

Creo que si es posible que una chica se llame Aristóteles, abreviado es


"Ari".

Si... creo que ese libro es heterosexual.


—¿Qué quieres ver? —Me preguntó mi mamá.

Ya habíamos regresado a mi casa. Eran las 11 de la mañana y mi mamá


ya tenía todo el día libre.

—No sé, creo que ya me vi todo Netflix —Contesté. —¿Hay algo que usted
quiera ver? —Pregunté. —¿Alguna serie que te guste?

Mi mamá se quedó pensando y luego respondió. —Hay una serie que he


estado queriendo ver —Mi mamá se sentó conmigo en el sofá.

—¿Cómo se llama?

—Heartstopper.

¿Heartstopper?

Heartstopper... se me hace conocido ese nombre. Creo que Jake lo


mencionó, en una de nuestras muchas conversaciones.

Tomé el control remoto y escribí "Heartstopper" en el buscador de Netflix.

Lo primero que apareció fue una portada con ese título. Había un chico
rubio cargando a un chico delgado y con cabello rizado.

Ohhh, ahora recuerdo que fue lo que mencionó Jake.

Es una serie de dos chicos que se enamoran.

¿Mi mamá sabía eso? ¿O solo pensó que en la portada había dos amigos
siendo amigos nada más?
Mierda, me siento como cuando no sabía si le gustaba a Jake o no. Me
mataba la duda.

—¿Está es? —Pregunté.

—Si, si, escuché buenas reseñas.

—Okey —Dije y le di a comenzar.

Tenía muchos nervios. Quería observar la reacción de mi mamá al ver esa


serie.

Primero se presentó a un tal Charlie Spring, es un lindo chico, es amable.

Demasiado amable.

Desde un inicio se mostró que era gay. Literalmente su fondo de pantalla


decía "Pánico Gay" pero en inglés.

Me sentí extraño cuando vi a Nick Nelson.

Era un chico rubio... o castaño, no sé. Apareció por un corto tiempo, solo
dijo "Hola".

Luego vino una escena en la que gran parte de mi atención se fue hacia mi
mamá.

Un tal Ben y Charlie se besaron.

Mire discretamente a mi mamá y ella no mostraba emoción alguna,


literalmente no había ninguna expresión en su rostro.

Después volvió a aparecer Nick varias veces diciendo "Hola".

Es lindo.
—A cuanto a que se enamoran —Dijo mi mamá sin molestia alguna.

Después volvió a salir Ben, negó conocer a Charlie y mi mamá volvió a


ponerse seria.

—Me cae mal Ben —Opinó mi mamá.

Me daba miedo abrir la boca y decir algo malo que haga que mi mamá
saque todo de contexto y termine quedando expuesto.

Pero, a mí también me cae mal Ben.

Si no tuviera miedo se lo hubiera dicho.

Terminamos el primer episodio y rápidamente puse el segundo. Me gustó y


quería más.

Nick Nelson estaba hermoso. Me sentía raro cuando lo miraba, es que...


es lindo y no me gusta que se me haga lindo, siento que le estoy siendo
infiel a Jake, pero no somos nada, pero aun así me da culpa.

A la mierda, él me engañaría con Spider-man.

En el segundo capítulo se mostró como Charlie sufría de acoso escolar por


ser gay.

Tengo miedo de que me pase lo mismo.

Al llegar al tercer episodio, Nick y Charlie se besaron, pero no fue un beso


cortito, fue un beso... BESO.

O como dicen algunos, fue un tremendo chape.

Nick después de ese beso se fue y dejó a Charlie sin decir nada más.
Fue cuando pregunté algo que estaba intento no preguntar desde hace
mucho.

—Oye ma' —Hablé para llamar la atención de mi mamá.

—Dímelo.

—Si tuvieras un hijo gay... —Guardé silencio por un momento. —¿Qué


harías? —Pregunté sintiendo que me moría.

—Bueno... lo mandaría a un psicólogo —Ok, no le contaré nada sobre mi


sexualidad. —Pero para que lo ayude a aceptarse, ya sabes, hay personas
de la comunidad LGBT que no se aceptan y un psicólogo ayudaría.

Comienzo a considerar como opción él contarle a mi mamá sobre mi


sexualidad.

—¿No tienes algún problema con que tu hijo sea gay? Digo... suponiendo
que ese es el caso —Carajo, casi me delato.

—No, no tendría un problema con eso. Lo aceptaría, es algo normal y no


hay nada de malo.

Sentí como si un gran peso se me quitara de encima.

Mi mamá no lo ve como algo malo...

Ella me aceptará...

¡Mi mamá me aceptará!

—Uhm, ¿No eres homofóbica? —Pregunté.

Sé que ya es muy obvio que no lo es, pero aun así quiero volver a
confirmar.
—No, no soy como tu padre.

¡Ay, si me aceptaría!

Intenté no sonreír.

Sentía una gran felicidad y tranquilidad.

Mi mamá no pensaría que soy raro, ella si me querría tal y como soy.

Comencé a sentir un nudo en la garganta. Ahora quería llorar.

Estaba siendo muy exagerado, pero aún no proceso que mi mamá si me


aceptaría.

Desvíe la mirada e intente no llorar, ya había comenzado a lagrimear, así


que muchas lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.

No sabía si quería llorar de felicidad o que carajos, el sentimiento era muy


raro.

Mi desesperación creció cuando una lágrima cayó y mi mamá lo notó.

—¿Estás bien, hijo? —Preguntó y fue cuando comencé a llorar aún más.

Agaché la cabeza y me froté los ojos, haciendo que mis lentes se muevan.

Mi mamá no dijo nada más, en su lugar, solo me abrazó.

Fue un abrazo cálido.

Me sorprendió ver que no reclamo nada, no dijo nada. No como cuando


lloraba en frente de mi padre y él me decía "Los hombres no lloran".

Con ella era diferente.


Me sentí aceptado y apreciado.

Aquello solo hizo que quiera llorar aún más.

Desde que descubrí que me gusta Jake, la aceptación hacia mi sexualidad


no era algo que experimentaba...

Al menos no con mis padres.

En estos momentos me siento como la persona más afortunada del


mundo.
Jake

17 semanas -Miércoles -clases...

Hoy fue un día horrible.

Ayer no pude dormir bien por estar llorando como idiota, entonces, hoy me
la pase con sueño en todos los cursos.

El profesor de matemática me llamó la atención porque me quede dormido


como por 4 segundos.

Maldito Galen.

Además, no vino Carl y Paul me molestó y me dijo "¿Hoy no vino tu


hombre?" Me reí, me pareció gracioso, pero un compañero lo escuchó y
me miró raro (por no decir que me miró mal).

¡Me llegan al pincho todos!

Mierda, ya parezco Amelia.


Ahora estaba en el auto de mi padre con mi hermano. Estábamos
esperando a mi papá, este estaba en una de sus empresas, dijo que tenía
que ver unos papeles y no sé qué más.

Ya se estaba tardando.
Salimos de mi escuela a las 2:30 y ya eran las 3:02.

Lo sé porque el de la radio no dejaba de decir la hora con su voz animada.


Me estresa.

Ahora me estresa todo.

—¿A qué hora crees que salga papá? —Me preguntó mi hermano.

—Ni idea —Dije y saqué mi celular. —Lo voy a llamar.

Oh sorpresa, no pagaron la línea de mi teléfono.

Solté un quejido y guardé mi celular. —Quédate aquí —Le ordené a mi


hermano mientras abría la puerta.

—¿A dónde vas?

—A buscar a papá, ya me dio hambre.

Mi hermano asintió y cerré la puerta del auto.

Entré a esa tienda y el ambiente cambió completamente.


Afuera hacia un calor infernal, en cambio, en esta tienda había aire
acondicionado y todo estaba muy fresco.

Me dirigí a la oficina de mi papá, hace un tiempo no venía a esta tienda en


específico. Fue una de las primeras que abrió en pucallpa.
Mientras caminaba hacia esa oficina me di cuenta de que varios
trabajadores me comenzaron a mirar. Yo solo desviaba la mirada y hacía
como que miraba los autos que había en ese lugar.

—Hola, Jake —Saludó animadamente un señor mayor, lo conocía.

—Hola, señor Víctor —Saludé y él me dio la mano. Hace mucho tiempo


que no lo veía.

—¿Me ayudas a llevar estos papeles? —Preguntó de manera repentina.

—Ah... es que estoy buscando a mi pa-

No pude terminar de hablar porque él me interrumpió.

—Ayúdame —Dijo pasándome una carpeta con muchos papeles dentro.

—Está bien —Acepté e intenté no poner mala cara.

Llevamos esos papeles hasta una oficina, solo sentía como mi estómago
crujía por él hambre.

Y también sentía la mirada de los demás. Logré ver como un trabajador


me miraba y le susurraba algo a otro. Este también comenzó a mirarme.

Fue incómodo.

—Bueno, ahora si iré a buscar a mi papá —Informé y me alejé


rápidamente.

—¿No quieres ayudar-

—Necesito almorzar —Dije y me fui.

Ahora si, a buscar a mi papá.


Cuando ya estaba a tan solo unos metros de distancia de su oficina,
apareció una chica.

—Hola, Jake, ¿Verdad? —Preguntó, era otra trabajadora, aunque no la


conocía.

—Si —Respondí bajando un poco la mirada, esa trabajadora era más baja
que yo.

—¿A quién buscas? —Preguntó.

—A mi papá. Está en su oficina —Informé apuntando hacia esa oficina.

—Ah, si, el señor Ross. Ahora está ocupado.

—Dijo que vendría a ver unos papeles —Seguí caminando y ella se acercó
rápidamente.

—Está ocupado, no puedes entrar.

No respondí nada y seguí caminado.

—Tiene una reunión —Habló rápidamente. —Está ocupado.

Me tomó del brazo fuertemente. —¡Oye! —Me quejé y rápidamente me


hice a un lado.

Estaba confundido. Pero seguí avanzando.

Abrí la puerta de esa oficina.

Mala idea.

Fue como si un balde de agua fría me hubiera caído en ese momento.


Mi papá tenía a una mujer encima de su mesa, con la camisa
desabrochada y él ni camisa tenía. Ambos se besaban y él tenía una mano
en la cintura de esa chica, la otra estaba en su pierna.

Cerré rápidamente la puerta y miré a esa otra chica que intentó evitar que
viera esa escena.

Ella me miró con lástima y no supe qué decir, ni que hacer.

Después dirigí la mirada hacia el señor Víctor, el cual estaba detrás de mí,
este también me miró con lástima.

Todos los trabajadores que estaban cerca me miraron con pena.

Mierda, ¿Todos sabían que era lo que ocurría dentro de esa oficina?

No dije nada, solo caminé hacia la salida para volver a ese auto.

Lo único que recibía eran miradas de adultos sintiendo pena.

Me mantuve serio. Mi mente no procesaba, no sabía qué sentir ni que


pensar.

Si sé que mi padre le es infiel a mi mamá, pero verlo con esa chica, ver
como ambos estaban en un encuentro intimido, fue algo que no quería que
se quede grabado en mi mente.

Abrí la puerta del auto y me metí en este. Mi hermano estaba sentado


jugando con sus colores. No le iba a decir nada.

—¿Ya vendrá papá? —Preguntó.

—Si —Respondí serio.

Pasaron menos de 2 minutos cuando vi a mi papá saliendo de esa tienda.


Se metió al auto, me miró y desvíe la mirada hacia la ventana, me apoye
en la puerta e intenté darle a entender que no quería hablar con él.

Él entendió y arrancó.

En todo el camino a casa no hablamos.

Solo mi hermano hablaba con él y este apenas le prestaba atención.

Al llegar a mi casa salí del auto rápidamente.

Entré a mi casa y vi a mi mamá en la cocina, la saludé y no le conté nada


de lo que había visto. Ella estaba de buen humor, se veía feliz, no quería
que eso cambiara de golpe.

—¿No vas a comer? —Preguntó mi mamá.

—Me compré un almuerzo en el colegio, estoy lleno —Respondí.

Me metí en mi habitación y me senté en mi cama. Aún estaba muy


sorprendido por todo.

Solté un suspiro y fue cuando la primera lágrima cayó.

Comencé a llorar desesperadamente.

Me mentí en mi armario para que no me escucharan. Aunque también fue


mala idea. Me sentía muy afligido y el meterme ahí hizo que me sofocara
más.

No sé qué pasó exactamente, pero en medio de tanta desesperación


terminé vomitando en el baño.

Hoy sí que fue un día horrible.


7. Raro

Carl

17 semanas -Jueves -clases...

Hoy no vino Jake.

Le hablé por WhatsApp y me dijo que ayer vomito y que su mamá no lo


quiso mandar hoy por seguridad.

También me mando un mensaje lindo.

Paul se la pasó molestándome por mi reacción.

Mi nuevo apodo es "Bandera roja".


Ahora estoy sentando con Amelia y Paul. Ellos y mi hermana eran los
únicos con los que podía mostrarme triste porque Jake no estaba.

Con Ester no, es mi ex y hacer eso sería cruel, supongo.

—Él me dijo que ya está bien, ¿Por qué no lo trajeron? —Hablé


acostándome boca abajo en el piso de mi aula.

—Estás haciendo un gran drama solo porque tu hombre no vino hoy, que
gay —Dijo Paul.

—¿Mi hombre? —Pregunté dejando escapar una sonrisa.

—Le dijo lo mismo a Jake, ayer —Informó Amelia.

—Mi cucarachina pituca no vino —Fingí entrar en llanto.

—Ayer tú no viniste, Jake fue el que se quedó solo. Ahora tú eres el que
está solo. Es el karma —Dijo la del cabello corto.

—Me llega al huevo el karma, mi pituco manyado limeño no vino —Volví a


fingir llanto.

Me sentía raro diciendo eso.


Antes hacía algo así, decía cosas como "Mi amor no vino" o "¿Dónde está
mi amante?", pero lo decía en broma.
¡Ahora no es broma!
Bueno un poco si, pero antes éramos solo amigos, ahora estamos en algo
que va más allá de solo amistad.

—Dime, Carlitos, ¿Qué se siente tener un novio con plata? —Preguntó


Pato.

—No es mi novio —Dije y me quedé callado. —Aún.


—Son "casi algo", creo —Habló Amy. —Igual, ¿Qué se siente?

Me quedé pensando.

—No es como que Jake me compre cosas o así, pero, ir a su casa si es


lindo. Es tremenda casa —Dije. —Además una vez me trajo pollo a la
brasa.

—Quiero plata —Dijo mi amigo.

—Igual —Dijimos Amelia y yo.

Nos levantamos del piso cuando vimos que nuestra tutora ingresó al aula.

—Jóvenes —Llamó la atención de todos. —Váyanse a sus sitios.

Tocaba tutoría, nuestra tutora también era nuestra maestra de arte. Es una
mujer amable, su nombre es Grecia, igual que el de mi prima. Aun así,
odio arte y tutoría, y eso que en tutoría no hacemos nada además de
hablar de temas problemáticos.

Siempre es el mismo tema; violencia familiar y el machismo, a veces el


respeto en el aula.

Una vez intentamos hablar del suicidio, pero todas las chicas se fueron
contra Guillermo, este se la pasó diciendo que todos fingían tener
depresión o algo así.

—Les tengo que informar algo, siéntense por favor —Ordenó la maestra.

Me fui a mi lugar y desordené un poco el cabello de Ester con una mano,


ahora su asiento está al lado del mío.

—Les tengo que informar que el día de mañana cada uno tiene que traer
un juane y si quieren alguna bebida regional —Informó mi tutora. —Como
el sábado será San Juan, haremos actividades mañana, a partir de las 11.
Será como una pequeña celebración un día antes, también traigan un polo
de cambio.

¿Mañana sería San Juan? ¿Cómo no me di cuenta?

San Juan es una festividad en la que se rinde homenaje a San Juan


Bautista.

Se celebra en la Selva Peruana y yo estoy en pucallpa así que celebro


esto desde... que nací, creo.

—¿Necesariamente tiene que ser juane? —Preguntó Victoria, una


compañera.

—Supongo, es parte de la tradición —Respondió mi profesora.

—Pero no me gusta el juane —Dijo sin muchos ánimos.

¿Cómo no le va a gustar el juane? Es la comida más rica que he probado


en mi vida.

—Lástima —Respondió Paul.

Victoria solo puso cara de fastidio y soltó un suspiro.

Sigo sin entender como no le gusta el juane.

—Por favor avísenle esto a los que no vinieron hoy —Ordenó mi maestra.

—Okey, miss —Respondió una compañera.

Mañana no tendríamos clases, amo que no tengamos clases. ¿Quién no


ama no tener clases?
—Bueno, ahora sí, comencemos con el tema de hoy —Habló la profesora
Grecia. —Hoy hablaremos sobre un tema que afecta a muchos jóvenes.

¿Suicidio?

—La homosexualidad —No me jodan.

¿Sobre homosexualidad?

No quiero hablar sobre homosexualidad.

O sea, si quiero informarme más sobre eso, pero no en mi salón, y más


aún sabiendo que soy... homosexual.

¿Dios me está castigando?

Eres ateo.

—¿Quién sabe qué es la homosexualidad? —Preguntó la tutora y un


amigo levantó la mano.

—Joaquín —Respondió Gael y casi todos se rieron.

Joaquín era un chico que apenas había entrado ese año a mi escuela.

Al igual que Jake y yo, él también decía de broma ser gay o coqueteaba de
broma con otros amigos míos.

Me pregunto si él también está en el closet.

—Graciosito —Dijo mi maestra sonriendo. —¿Alguien más sabe qué es?

Grecia levantó la mano.

—Cuando a una persona le gusta otra de su mismo género —Dijo.


Ja, ja, yo con Jake.

Cállate.

—Muy bien —Dijo la profesora. —En esta clase vamos a debatir sobre
este tema. Me darán su punto de vista y llegaremos a una conclusión.

—¿Qué tipo de conclusión? —Preguntó un compañero.

—Si está bien o está mal —Respondió. —De si merecen los mismos
derechos que nosotros o no.

—Genial, debitaremos sobre nuestros derechos básicos —Escuché como


Amelia le decía algo en voz baja a su amiga.

No creo que esta clase termine con un "Merecen derechos".

—Diego, ¿Crees que la homosexualidad está bien? —Preguntó mi tutora.

—Bueno, en términos religiosos, yo creo que está mal, porque Dios creo al
hombre y a la mujer para que la mujer esté con el hombre y el hombre con
la mujer —Respondió él y al instante me sentí mal.

Ni siquiera sé por qué me sentí mal, no creo en Dios.

—Diego tú eres ateo —Recalcó Pilar.

—Si, lo sé, pero así lo hizo Dios.

—¡Arriba la homofobia! —Gritó Guillermo.

Eso decía yo y ahora me gusta un chico.

Vi como Amelia levantaba la mano.


—En mi opinión, mi compañero Diego está equivocado. Está metiendo la
religión y no es como que todos aquí tengamos las mismas creencias
—Dijo ella.

Mi papá decía lo mismo que Diego, pero él también toma y hace muchas
cosas que también son consideradas pecado.

—Es pecado —Opinó Diego.

—En tu religión será pecado, pero no todos creemos en Dios y no todos


pensamos lo mismo de él. El respeto no debería basarse en las creencias
de uno, debería ser mutuo. No es como que los homosexuales le hagan
daño a alguien —Habló Pilar.

—Cállate Pilar —Ordenó Guillermo.

—Cállate tú, homosexual —Respondió ella y casi todos se rieron.

Yo solo me quedé callado.

—Paul —Llamó la maestra. —¿Tú qué opinas?

Todos miraron a Paul, incluyéndome.

—Yo digo que no hay que discriminarlos, son normales—Se quedó callado.
— Arriba los homosexuales —Opinó y algunas chicas aplaudieron. Aunque
creo que fue como una especie de broma, ya que Paul apenas y parecía
estar en sus cinco sentidos.

Solo sonreí y él me mostró su dedo pulgar hacia arriba.

No quería seguir en esta clase, escuchar opiniones homofóbicas solo me


hacían sentir mal.

Es raro ver como antes decía lo mismo que Diego o hasta peor.
Que raro ver como cambian las cosas.

La clase acabó y solo terminé muy pensativo con todo.

—¿Qué pasaría si Dios si existe y de verdad me iré al infierno? —Le


pregunté a Ester comiéndome unas papas fritas.

—No creo que te vayas al infierno.

—¿Pero y sí, sí?

—Para mi Dios es alguien amable y pasivo, él acepta a todos. Al menos


así me lo imagino.

Ester si cree en Dios, pero tiene una idea diferente de él.

—¿Crees que me castigué? —Pregunté con miedo.

—No. Él no castiga, la vida si —Hizo una pausa. —Además no creo que te


castigue por querer a alguien.

—¿Y si Diego tiene razón?

—Carl estás paranoico. Diego es mongolito.

Me mordí el labio con frustración y después me llevé otra papa a la boca.

Que bueno que Jake no vino hoy.


Tal vez abría llorado o algo así.

Odio verlo llorar.

El simple de hecho de que esté triste me pone triste a mí también.

—¿Y qué tal sí...

—Carl —Mi amiga me interrumpió y me miró. Sabía que estaba a punto de


decir algo muy pesimista.

—Perdón.
Jake

17 semanas -Jueves -clases...

Me levanté a la misma hora de siempre, 5:30, y lo único que quería era


quedarme dormido para siempre.

No en el sentido de querer morirme.

Quería quedarme en mi cama y dormir hasta que la semana se acabe.

Ayer después de vomitar y no comer me dormí a las 4 de la mañana.


Me la pase llorando y pensando en muchas cosas sobre mi padre.

No me podía borrar esa imagen de la cabeza.


Él estaba con alguien más en un encuentro íntimo, y claramente no fue
algo agradable de ver.

Me senté en mi cama y me froté los ojos.


Me sentía mal y no solo emocionalmente.

—Jake —Mi mamá entró a mi cuarto diciendo mi nombre.

—Buenos días —Dije agachando la cabeza, no quería que viera que tenía
los ojos rojos por estar llorando. Aunque ya tenía una excusa por si llegaba
a preguntar.

—Vuelve a dormir si quieres, hoy no iras a la escuela —Informó y me


quedé confundido.

—¿Por?

—Ayer vomitaste, estás mal. De repente en la escuela vuelves a vomitar.


Mejor quédate aquí por seguridad.

Sentí alivio.

—Está bien —Dije y me volví a acostar.

—Descansa —Dijo y me dio un beso en la cabeza.

Ese momento de mi papá engañando a mi mamá volvió a aparecer en mi


mente.

¿Le tengo que contar a mi mamá? ¿Cómo lo haría? ¿Otra vez se


pelearían y nos iríamos a la casa de mi tía o de alguien más? ¿Qué pasará
con Ian? ¿De nuevo tendré que llevarlo a otro lugar para que no escuché
esa pelea de adultos?

Creo que no le diré nada.


Sonidos fuertes me despertaron.

No sé por cuánto tiempo me habré quedado dormido, pero escuchaba la


licuadora, seguramente venía de la cocina.
También escuchaba como unas chicas cantaban.

Reconocí la canción que cantaban a los segundos.

Era una canción de un grupo musical de mi País, se llama "Explosión" y


casi todas las madres de mi escuela (por no decir todas) escuchan a ese
grupo.

Solté un quejido e intenté taparme los oídos con una almohada.

Seguido a esto escuché como mi estómago crujía.

Después de esa mala experiencia el día de ayer, no comí. Bueno, solo un


pan a las 10 de la noche.

Me moría de hambre.

Volví a soltar un quejido y agarré mi celular. Ya eran las 11 de la mañana.


Vi que tenía como 7 contactos preguntándome si iría a la escuela o no.

No quería hablar con nadie.

Hasta que vi que Carl también me escribió.


—JJ
Vas a venir?
Estas bien?
Te paso algo?
Bro * —Mandó él.

Seguí leyendo los otros mensajes que me había enviado Carl.

—HOLA AMOR TE AMO


JAKJSKAJSKAJ
Ola soy Amelia
Te hablo por aquí porque sé que aquí si vas a contestar
🤨🤨🤨
Tenemos trabajo en grupo
Oeoeoe por qué no vibraste?
Vicente
Viniste *
Alucina
Carl te tiene como "Pituco fav"
JQKFJALD
Que homos
Ok chau

Sonreí al ver los mensajes de mi amiga.

Después vi que también me había mandado un audio.

—¡JAKE AYUDAAA! —Gritó Amelia.

—¡Dame mi celular mierda! —Gritó Carl, se le escuchaba un poco lejos.

—¡JAKE TU FLACO ME QUIERE MATAR! —Gritaba mi amiga y se le


escuchaba agitada. Al parecer estaba corriendo.

—¡Dame mi teléfono!
—¡Si me acerco a ti me vas a pegar!

El audio se cortó cuando escuché como Amelia gritaba desesperada.

Creo que Carl de verdad la estaba matando.

—Jake cualquier cosa que te haya mandado Amelia bórralo de tu mente


MRHXDQG
Menos mal te gusto 🤙
Te quiero pedazo de homosexual
Muak

Sonreí inconscientemente al leer los últimos mensajes.

—Holaaaaaa —Respondí.
Ayer vomité 😀🤟
y mi mamá no me quiso mandar hoy por seguridad dice
Oye no mates a Amy jflabdkansi
Que trabajo en grupo tenemos?
Ah y si estoy bien.

No estaba bien.

—Me tienes como tu pituco fav?


HFLSJD
Que bonito
Yo te tengo como "Café con leche" XD
MRHXDQG
Fjlsbfkqjdkajfiqmbfobadiqbkdkabwkqvdjqnbdlsbfoabfojqodhakjdkq
Yo también
Te
Quiero
Mucho
"Amigo"
Eres mi persona favorita
(Además de Peter Parker 😋)
Por cierto, como es eso de "Menos mal te gusto"?
Me encantas y te lo deje muy claro, si no es así entonces solo dímelo y te
lo vuelvo a aclarar
Jaja
Gay
Muak
❤️
Creo que fui un poquito cursi...

Ya que chucha.

—Toma —Dijo mi mamá poniendo un plato con comida en la mesa.

—Gracias ma' —Dije sentándome en una silla.

Me sentía mal. No podía decirle nada a mi mamá sobre esa cosa que vi
ayer en la oficina de mi papá. Bueno si podía, pero no quería.

Tengo miedo.

Me siento culpable.
—Si quieres cambia de canal —Dijo saliendo de YouTube y poniendo el
canal de las noticias. Seguido a esto me entregó el control del televisor.

—Okey —Respondí y dejé el control.

No quería ver nada. Además, las noticias a veces podían ser interesantes.

Mientras comía mi desayuno-almuerzo, pasaron muchas noticias, la gran


mayoría eran casos muy tristes.

Paso un hombre que asesino a su exesposa a cuchillazos, también el de


una niña que fue violada por su tío policía.

Pasaron como 3 casos de abuso sexual hacia menores de edad.

Ojalá ninguna de las personas que conozco pasen por algo así. Es triste
saber que hay alguien que conozco a alguien que tal vez esté pasando por
esto y no puedo hacer nada.

—Pobres niñas —Dijo mi mamá. —A veces el mundo me decepciona.

—Igual.

Comencé a tomarme un jugo mientras seguía viendo las notificas.

Hablaron de un tal "boca chueca" y de que es la tercera vez que lo atrapan


robando celulares.
Me generó gracia, y más aún cuando escuché las cosas que decía.

Me llevé una sorpresa cuando pasaron el caso de un chico que fue


golpeado afuera de su escuela por ser homosexual.

No pude evitar sentir miedo al ver eso.

¿Y si me pasaba lo mismo?
No conozco a personas que golpearían a otras por ser gais, pero uno
nunca sabe.

No creo que algún día pueda salir del closet, y tampoco sé qué cosa haré
si Carl algún día me pide contarle a otros sobre lo nuestro.
No quiero que piense que estoy intentando negarlo o algo así.

—Jake —Me llamó mi mamá apareciendo en la sala, no me asusté, se le


escuchaba de buen humor.

—¿Mami?

—Tu papá te trajo una sorpresa en la mañana—Informó sonriendo.

—¿Ah?

—Si, la acabo de dejar en tu cuarto.

—Oh... iré a ver —Intenté fingir felicidad.

Dejé mi plato en el lavadero y me dirigí hacia mi habitación.

Al entrar vi una caja en mi cama, está estaba envuelta con papel de regalo
que tenía pelotas de fútbol dibujadas.

Estoy seguro de que este regalo no fue por las buenas notas o por ser un
hijo responsable y bueno.

Me acerqué a esa caja y la abrí.


En su interior había una caja del reloj smartwatch, unos AirPods, una
camiseta del equipo de fútbol "Alianza Lima", y unos auriculares gamer.

—Que chucha —Dije viendo todo lo que había comprado.


Levanté la mirada y vi los mismos AirPods y auriculares en mi mesa, los
tenía desde hace 6 meses.

¿Estaba comprando mi silencio?

Si.

¿Qué se supone que quiere qué le diga?

"Oye papi, ya vi todo lo que me compraste, de seguro te salió muy caro, no


le diré nada a mamá, te quiero"

Iugh.

Espero que le haya salido caro todo lo que me compró y que ahora tenga
10 deudas.

El lado positivo es que ahora tengo más cosas.

Al menos mi papá me hubiera dicho perdón... ya que.

Él es así.

17 semanas -Viernes -clases...


¡Al fin veré a Carl!

Eso si era emocionante.

Carl me informó que hoy celebraremos "San Juan" en mi escuela, así que
solo tendríamos 2 clases antes de tener todo el resto del día libre en el
colegio.

Entré a mi salón y vi al chico que alegra mis días.

—¡Cucarachina pituca manyado limeño! —Gritó Carl.

—¡Café con leche pitufo homosexual! —Grité yo.

Ambos gritamos al mismo tiempo y tiré mi mochila al piso, seguido a esto


corrí hacia él para abrazarlo.

Literalmente me tiré hacia él por un abrazo. Carl me abrazo y enrollé mis


piernas en sus caderas.

—Ya han pasado mil años —Dijo tratando de mantener el equilibrio.

—Te extrañé —Confesé abrazándolo más fuerte.

—Yo más —Respondió él.

—No, yo más.

Ambos hablábamos con un tono dramático y de película.


Amo hacer esa clase de bromas.
Además, estábamos solos en ese salón.
—Jake en cualquier momento me caigo —Logró decir Carl riendo, dejando
a un lado esa pequeña broma.

Me separé de él. —Perdón.

—Está bien, me gusta abrazarte —Dijo bajando la mirada.

—¿Qué fue de tu vida en todo este tiempo que no nos vimos? —Pregunté.

—Fue genial, me fui de viaje por todo el mundo y saqué un doctorado


—Respondió Carl con sarcasmo.

—Ay, que poquito.

Ambos sonreímos.

—¿Y cómo has estado tú? —Preguntó el de lentes.

Mal, he estado muy mal.

—Te tengo un regalo —Dije evadiendo esa pregunta.

Tomé a Carl de la mano y lo llevé conmigo hasta mi mochila. De esta


saqué los AirPods y los auriculares que mi papá me había comprado.

Ambos seguían con todo el plástico que envolvía sus cajas.

—Toma —Dije entregándole ambas cajas.

Carl las miró sorprendido.

—Ay —Hubo un corto silencio. —Perdón, pero no lo puedo aceptar —Dijo.

—Sí, si puedes.

—No. Debió costar muy caro.


—Mi papá los compró, pero yo ya los tenía, así que no los necesito.

—Jake, no sé... es que es un regalo costoso y no es mi cumpleaños, así


que no sé...

—¿Y? Un regalo es un regalo, es egoísta negar un regalo.

Carl soltó un quejido. —Vas a insistir hasta que acepte, ¿Verdad?

—Si —Respondí poniendo cara de inocente.

—Está bien, lo acepto.

Sonreí victorioso y le di un abrazo, este fue correspondido.

—Te debo una —Dijo él.

—No en realidad.

—Te odio.

—Yo te odio más.

Odio matemática.
Matemática no era un curso en el que me iba mal, intentaba mantener un
promedio con el que al menos apruebe, pero aun así lo odio, además, ¿De
qué me va a servir la factorización de trinomios?

Ya me dio sueño.

Ayer tampoco me dormí temprano.

Últimamente, me he estado sintiendo un poco ansioso por todo lo qué


pasó con mi papá.
No sé que hacer.
Debería decirle a mi mamá, pero no puedo.

Además, llegué a pensar que mi mamá se lo merecía por homofóbica. Fue


un pensamiento qué pasó de la nada, me sentí muy mal después de eso.

Pensé en todo cuando llegó la noche.

En mi papá, en lo que tengo con Carl, en que soy un enfermo, en cómo


sería la reacción de mi mamá al enterarse de lo que vi.

Fue como si todos los pensamientos negativos aparecieran de la nada. No


quería pensar en lo malo de mi vida, pero solo estábamos mi mente y el
silencio, así que fue inevitable no pensar en todo.

Apoyé mi mejilla en mi mano mientras seguía viendo lo que escribía el


profesor en la pizarra.

Todo estaba muy aburrido.

Vi a mis otros compañeros y ya 3 se habían quedado dormidos.

Me pregunto como serán sus vidas.

¿Alguno de ellos tiene una familia funcional?


Lo único que se es que Grecia si tiene una familia funcional.

Quisiera que mi familia fuera como la de ella.

Dormité sobre mis brazos, ocultando mi rostro.


Me sentía muy cansado.

No sé por cuánto tiempo me quedé así, pero de la nada sentí como si algo
me diera un pequeño golpecito en el hombro.

Me levanté y busqué con la mirada qué cosa me había golpeado.

Me encontré con una bola de papel en el piso.

La agarré y al abrirla vi que era una nota de Carl.

Estas bien?

(Soy Carl XD)

Levanté la mirada y vi a mi mejor amigo. Este me estaba mirando con


preocupación.

—Si —Dije en voz baja, sabía que no me escucharía, así que asentí con la
cabeza.

A juzgar por su mirada, me di cuenta de que sabía que mentía.

Mentir no es algo en lo que soy bueno y eso está más que claro.
Me encontraba sentado en el piso, ya era la hora de celebrar "San Juan",
lo estábamos celebrando un día antes, pero al menos podría pasarme todo
el día sin hacer nada en la escuela.

Comía el juane que me había comprado mi madre en la mañana.

Estaba sentado con Amelia, Paul y Carl.

—¿Qué harán mañana por San Juan? —Preguntó Amy.

—Iré a San José con mi familia —Contestó Carl.

San José es el río más contaminado que haya visto, pero todos van ahí en
San Juan.

—Yo también iré —Informó Amy.

—Yo iré a la piscina —Dije.

—Yo iré con mi hermano a San José también —Habló Paul.

Mierda, todos irían a San José. No quería ir solo con mi familia a la piscina.

—¿Nadie va a ir a la piscina? —Pregunté.

—Creo que todos iremos a San José —Respondió Amy. —Ester, Raquel,
Gael, Fernando, Pilar, Gia. No sé quién más, pero si, la mayoría iremos a
San José.

—Oh —Genial, estaré solo con mi hermano y mis padres.

No digo que esté mal, pero sería aburrido.


Además, estaría gran parte del día con mi papá. Ahora se me hace muy
incómodo el simple hecho de verlo.

Todos los de mi grupo seguíamos comiendo, cuando de la nada unos


señores comenzaron a tocar una música con bombos y flautas, era música
regional.

Cada año, los directores siempre contrataban a un grupo de señores para


que tocaran canciones de la selva.

No pasó mucho para que los niños de primaria comenzaran a bailar y a dar
saltos.
Entre esos niños estaba mi hermano, este estaba bailando con una niña,
supuse que era Maria.
Ambos se tomaron de las manos y comenzaron a dar muchas vueltas.

Ojalá Ian nunca vea a su papá cogiendo con otra.

Mierda ¡Conciencia cállate!

¡Deja de pensar en eso!

—Jake —Me salí de mis pensamientos al escuchar la voz de Carl.

Ni Amelia ni Paul ya estaban allí. Todos los de mi curso se habían unido a


todos esos demás alumnos que se habían puesto a bailar con esa música
regional.

—¿Qué pasó? —Le pregunté a Carl.

—¿Seguro qué estás bien?

—Si —Mentí. —¿Por qué preguntas?

—No te ves bien.


—Gracias —Hablé con sarcasmo.

—No, o sea, siempre te ves bien, ahora te ves bien, pero se te ve triste.

—No es verdad.

—Jake, te conozco —Carl puso su mano en mi hombro. —No estás bien.

—Es que... —Dude por unos segundos si debía contarle o no. —Pasó algo
con mi pa... —No pude terminar mi frase porque un globo con agua cayó al
lado de nosotros.

—Ay, no jodan —Maldijo Carl antes de que otro globo cayera cerca de
nosotros.

Todos (los de secundaria) habían comenzado a tirarse globos con agua de


la maldita nada.

Ni que fuera carnaval.

—¡Jake, ven! —Gritaba Amy tirándole un globo con agua a Grecia.

—¡Así estoy bien! —Respondí.

No tenía ganas de nada.

—Ve con ellos —Le dije a Carl.

—No.

—¿Por qué no?

—No quiero.

—Se están divirtiendo, ve.


—No. quiero.

—No te contaré nada —Si quería contarle, pero no quería que no juegue
con los demás solo por estar conmigo.

—Está bien, no me cuentes, igual no me iré. No quiero ir con ellos.

Puse los ojos en blanco y lo miré serio. —Qué insistente eres.

—¿Ah si? La vaca no se acuerda cuando fue ternero.

—¿Ya te dije que te odio?

—Yo también te quiero, Jake —Sonrió haciéndose el inocente. —Mira, si


no quieres decirme está bien, pero al menos déjame quedarme contigo,
pasar momentos tristes es un poco menos doloroso si estás con alguien.

—Está bien, puedes quedarte. Aunque, si quiero decirte, pero aquí no.

Estábamos en el campus de la escuela. Todo secundaria y primaria se


encontraba aquí, así que alguien podría escuchar lo que decía.

Me levanté y tomé la mano de Carl para ayudarlo a levantarse.

—¿Pasó algo con nosotros? —Preguntó Carl mientras caminábamos hacia


nuestro salón.

—No, no, no pasó nada con nosotros, no estoy triste por eso —Si estaba
un poco triste por eso.

No por nuestra relación de "no amigos", ¿O si? Es que aún no me


acostumbro a la idea de saber que me gusta un hombre, que me beso con
un hombre y hasta que he dormido con un hombre que me gusta.
—Es por... —Me quedé callado cuando un grupo de chicos pasó al lado
nuestro. —Un problema familiar —Continúe diciendo.

—¿Qué pasó?

—Es que... tú sabes que mi papá es un...

—Infiel.

—Sí, eso. La cosa es que yo ya me había acostumbrado a eso, cuando


era más pequeño incluso pensaba que era normal que un hombre hiciera
eso —Comencé a hablar más rápido. —Y el otro día lo vi teniendo sexo
con otra mujer...

Mi voz comenzó a entrecortarse.


Solo quería llegar rápido a mi salón.

—Y no sé, eso fue muy... fue muy... —No pude decir nada más, ya que
Carl me abrazo y fue cuando comencé a llorar.

Llorar era lo único que estaba haciendo en toda esa semana, no me sentía
tranquilo. Me sentía débil y odio sentirme así.

Le correspondí el abrazo a Carl. Estábamos en un salón, nadie nos podría


mirar raro o juzgarnos.

—Ni siquiera se disculpó —Logré decir —Esta semana ha sido una


completa mierda —Me forcé a dejar de llorar, no quería que Carl crea que
tenía que ser mi terapeuta o algo así.

—Ay Jake... lamento tanto que hayas tenido que ver eso —Dijo él mientras
acariciaba mi espalda. —Tu papá es...

—Un completo imbécil, lo sé —Comenté aún abrazándolo. —Simplemente,


podría decirle a mi mamá que ya no la ama y se separan, pero nooo, tiene
que estar de mete y mete con otra —Me comencé a enojar y le di unos
golpes a Carl en el brazo por cada "mete" que decía.

—Ya, pero no me pegues.

—Perdón —Me disculpé. —De verdad perdón —Lo volví a abrazar.

—Está bien —Dijo.

—No, no está bien. No debería pegarte si estoy enojado o algo así.

—Pero no fue con intención de lastimarme.

—Igual está mal.

—No... —No lo dejé continuar.

—¿Podemos solo sentarnos y no hablar más del tema? —Pregunté


ocultando mi rostro en su cuello. —Ya sé que yo comencé a contarte, pero
ya no quiero hablar de eso.

Soné como un indeciso, pero ya no quería seguir agobiando a Carl.

—Está bien, está bien —Dijo él y ambos nos sentamos en el piso.

Ninguno de los dos dijo nada, solo apoyé mi cabeza en su hombro y cerré
los ojos. Aún seguía con ganas de llorar, pero no permitiría que otra
lágrima saliera.

—¿Qué hiciste con tu mamá en esa salida? —Pregunté intentando


cambiar el tema.

Carl se tardó unos segundos en responder.


—Pues, al inicio solo fuimos a comer un helado, después me llevó a su
oficina y vi que se había leído un libro que se llama... eso no importa, el
punto es que busqué información sobre el libro, es un libro gay. Llegando a
mi casa nos pusimos a ver una serie gay, la que me comentaste,
"Heartstopper". Me puse a llorar al pensar en que mi mamá si me
apoyaría, entonces ella me abrazó y no me preguntó por qué lloraba, creo
que sabía que no quería que me pregunte.

Wow... la mamá de Carl si lo apoyaría.

—¿De verdad? Entonces... podrías salir del closet con ella, te aceptaría,
¿Verdad?

—Sí, eso supongo. Aunque aún no estoy seguro de que soy realmente. No
sabría si decirle "Mamá, soy gay" o "Mamá, soy bi" o "Mamá soy
Pansexual". Hay demasiadas sexualidades y a decir verdad, no sé cuál es
la que debo elegir.

—Amelia me dijo que eso no se elige, dijo que uno lo descubre.

—Valeria me dijo lo mismo, pero aun así, me genera un conflicto no saber


exactamente que soy.

—Pero... ¿Tienes alguna idea de lo que podrías ser?

—Sí, creo que soy —Hizo una pausa y se quedó mirando a la nada. —Gay
—Logró decir. —Nunca me ha gustado una mujer y ya sé que estuve con
una, pero no lo sentí como algo romántico o lindo, fue más bien...
incómodo. Aunque no sé, tal vez algún día me llegue a gustar una mujer...
no lo veo probable ahora, pero uno nunca sabe... —Se quedó callado.
—Mierda, todo esto es MUY confuso.

—La verdad es que sí, es muy raro y confuso. ¿Puedes creer que Amelia
todavía no sabe cuál es su sexualidad y ya han pasado casi 3 años desde
que comenzó a descubrir que le gustaban las mujeres?
—¿En serio?

—Si —Solté un suspiro. —Ya veo lo que nos espera a nosotros... a mí.
Con cada persona es distinto.

—Qué raro es todo.

—Ojalá esto fuera más fácil —Mantuve la mirada baja y pude ver como
Carl acercaba su mano lentamente y entrelazaba sus dedos con los míos.

Un ligero cosquilleo recorrió mi cuerpo y fue como si sintiera amor recorrer


por mis venas, ¿Eso es posible?

Con Carl todo es mejor, él es un gran chico y haría lo que sea por seguir a
su lado.

A veces pienso que lo nuestro no está bien, sin embargo, estoy


comenzando a quitarle importancia a eso. Bien o mal, da igual, Carl es el
chico con el que quiero estar.

—¿Crees que algún día todo estará bien? —Pregunté.

—Sí... eso espero —Respondió él.

Lo miré y él me miró. Sus ojos desprendían cierto brillo, aquello hizo que
se vea muy atractivo. Fue como si todo y todos hubieran desaparecido y
que solo quedábamos él y yo.

Y en ese silencio, Carl me besó.

Fue un beso suave muy cerca de mis labios. Después siguió hasta llegar a
estos y si hubiera estado de pie, juro que me habría caído al piso.
Sentí sus manos calidad y suaves hacer contacto con mi piel.
Pasó sus dedos por mi mandíbula hasta llegar a mi cabello y comenzó a
hacer suaves mimos en este.

Fue un beso tierno y la adrenalina de estar besándose en la escuela hizo


que todo sea más emocionante.

—Oye Jake... —Me llamó una voz que reconocí rápidamente.

Me alejé de Carl y al mirar hacia la puerta, confirmé que aquella voz era de
Marco.

Este estaba estupefacto y tenía entre abierta la boca, no se movió ni dijo


nada hasta unos segundos después.

—Okey, adiós —Dijo bajando la mirada para después irse.

—Puta madre —Maldije en voz baja y me levanté rápidamente para ir tras


él.

Corrí hacia mi amigo y cuando lo alcancé lo tomé del brazo.

—Marco —Dije un poco agitado. —Lo que viste...

—No, no, está bien. Yo no vi nada —Afirmó con cierto nerviosismo.

—Por favor, por favor, no digas nada, por favor —Supliqué con miedo.

Él se quedó callado, me miró nervioso y luego dijo —Mi papá es


pansexual—Confesó de la nada.

Okey, eso no me lo veía venir.

—Que —Logre decir.


—Sí, es que se casó con mi mamá, pero sabía no era hetero, y cuando yo
nací le confesó a mi mamá que era pansexual, pero ella se lo tomó muy
bien... eso no importa —Habló bastante rápido. —El punto es que, no diré
nada. Yo no vi nada, adiós —Dicho esto se alejó.

Ahora el sorprendido soy yo.

¿Qué mierda acaba de pasar?

Me di media vuelta y regresé a mi salón muy confundido y un poco


preocupado.
Al entrar a este, pude ver como Carl caminaba nervioso de un lado a otro.

—Jake —Pronunció al verme. —¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Marco dijo


algo malo?

Mi mente seguía intentando procesar lo que me había dicho Marco.

—No dirá nada —Logré decir.

—¿Seguro?

—Muy seguro.

Mi mejor amigo soltó un suspiro de alivio y me abrazó. —Me asusté mucho


—Confesó.

—Si... igual yo.

—No hay que volver a besarnos en la escuela.

—Digo lo mismo.

Apenas terminé de decir eso, Carl me besó.


—A partir de ahora —Ordenó y asentí.

Esta semana sí que ha sido muy rara.

Ahora alguien más sabe sobre mi sexualidad y no es como que yo haya


querido decirle.
8. Te quiero

Jake

19 semanas- viernes- clases . . .

—Descubrí que era bisexual a mis 20 años —Estaba mirando un video en


YouTube sobre un chico que contaba su experiencia al descubrir que era
bisexual. —Pero me di cuenta de que me gustaban los hombres a los 11
—Mierda.

Ya era el tercer video que miraba y en algunas partes lo hacían ver o muy
fácil o muy complicado todo.

Sentí como mi celular vibraba y cuando lo prendí, pude ver que mi amiga
me estaba escribiendo.

—Jakeeeeeeeeee —Era Amelia.

—Dime
—Estoy teniendo una crisis gay

—Me pasa jsjskakajsaks

—Creo que soy trans

—Que

—Es que bvgchbdjskna


Desde hace 2 años habían veces en las que me sentía como hombre
y otras veces como mujer
Ahora pienso que soy hombre todo el tiempo y me siento como uno
Pero podría ser solo que tengo un estilo o personalidad como la de un
"Tomboy"
Pero
NO SEEEE
AAAA
Podría see bi género
AAAAA
😭
—Me perdí en "Creo que soy trans"

—mátate
Te quiero 🥰
—Perdón

Después de eso se fue de línea.

Creo que no le serví de mucha ayuda...

Luego de esa conversación corta y extraña, me llegó un mensaje de Carl.


—Se mi novio, te amo chico de ojos bonitos
Nah no te creas
JAKAJAJ alucin
Soy Valeria
Quería ver tu reacción
Estoy aburrida
Ok
Chau

Bueno...

Estuve a punto de mandar un tremendo testamento de las razones por las


que si diría que si...

—Mátate oe —Le escribí a Valeria.

—Jake?
Por qué quieres que me mate

—Que
Carl?

—Si..?

—NO PARA TI NO ERA ESE MÁTATE


PERDOOON

—Ahre soy Valeria


JAJAJKAJSKA
Ay que alucin
JQKJSKADJ

—SUICIDATE
Dejé mi teléfono a un lado y seguí mirando el video.

De nuevo mi teléfono comenzó a sonar.

¡Dejen de joder por un rato!

Eran mensajes de WhatsApp, al parecer ya había pasado el silenciador


que le había puesto al grupo de chismes de mi aula.

Entre al chat por curiosidad y había como 1000 mensajes.

—Es que son tan lindoooooooos —Mandó una compañera.

—Creen que regresen?

—Un remember?

—Yo digo que no durarán mucho

¿De quién mierda hablaban?

—De que hablan??? —Pregunté.

—Jakeeeee
Tu eres mejor amigo de Carl
Sabes si ya volvió con Ester? — Interrogó un amigo.

—Que

—Ya viste las fotos???


Se nota a KILÓMETROS que volvieron

¿Qué?

—Que fotos?
De la nada 6 fotos fueron enviadas.

En la primera, Carl estaba con Ester y ambos sonreían, en la segunda


ambos se daban un abrazo, en la tercera Carl le desordenaba el cabello a
Ester y así eran las demás pero con otro tipo de ángulos.

—SON MUY BONITOOOOOS —Mandó una compañera y todos mandaron


lo mismo o cosas como que estaban de acuerdo.

Pídele una explicación a Carl.

No, no es mi novio, me veré intenso.

Tal vez está jugando contigo y de verdad está con Ester y ambos
están viendo que tanto puedes caer...

¿Qué mierda? No, Carl no haría eso.

Pídele una explicación.

No.

Hazlo.

No. No. No.

—Oye Carl
😁
—JJ
Perdón por lo de Valeria
XD
Ya dime
Qué pasa calabaza?
—Este
Es que
Es que
Es que

—Habla habla
Más bien
Escribe escribe*
Mal chiste perdón
Ya
Habla

Le mandé una captura de lo que estaban diciendo en ese grupo de


chismes. Carl no estaba, siempre sacan a las personas de las que
hablaran y después los vuelven a meter.

—Que
Pero
Yo no estoy con Ester
Es mi amiga
Que les pasa
Solo porque estamos hablando y riendo ya piensan que somos pareja????
Como me caga la gente
Ni si quiera saben que el que me gusta eres tú
Tú y solamente tú

Bueno.... ¿Cómo pude ponerme de inseguro?

A veces eres tonto. Eres guapo, tienes buenas notas, tu papá te


dejará sus empresas y puedes salir del País las veces que se te de la
gana ¿Cómo pudiste si quiera pensar que Carl se fijaría en alguien
más?

Cállate, eso sonó demasiado egocéntrico.


Ok.

—Jake, si de verdad llegaste a pensar que pasaba algo, pues déjame


dejarte claro que yo no tengo nada con ella. El que me gusta eres tú,
contigo es con quien quiero estar, no con Ester ni con nadie más. Que eso
te quede muy claro.

Pensé por un momento que podría contestar.

—Ay
Me escuché muy serio
Te quiero pedazo de homosexual <3

—Ay Carl
Yo también te quiero mucho
La verdad
Si me sentí un poco... Celoso
Perdón por eso.

—Está bien, yo también me hubiera sentido celoso si algo así llegara a


pasar pero contigo y con alguien más

—Y como que pedazo de homosexual??

—Eso eres
Digo-
Perdón
😜
—a
Te puedo llamar?

Carl no respondió, en su lugar, me llamó.

—Hola calabaza —Saludó él animadamente.


—¡Café con leche! —Dije.

—Dime.

—¿Tienes planes para mañana?

—Nop, solo tocar la guitarra eléctrica y romperle los tímpanos a mi familia.

—Wow, que buen plan.

—Vivo la vida al máximo, o sea, ubícate brother —Imitó un acento de niño


mimado.

—Oye yo hablo así... a veces...

—Pero en ti si se escucha bien. Hagas lo que hagas, te ves bien


haciéndolo.

—Lo sé —Respondí fingiendo que no me había puesto rojo como un


tomate. —Bromita, gracias Carlitos, eso se escucha bien viniendo de ti.

—Lo sé.

—Ya.

—Ya.

—¿Estas queriendo reírte verdad? —Pregunté después de escuchar una


pequeña risita ahogada.

—No —Respondió él riendo.

Sonreí ante esto y me tiré en mi cama. Carl a veces se ríe en momentos


raros. Me gusta burlarme de eso.
—¿Estas sonriendo? —Preguntó él.

—No —Ahora me dieron ganas de reírme.

—Okey, te creo —Carl no dejaba de reírse.

—¡Ya! —Maldita risa contagiosa. —¡Carl ya! —Intentaba no reírme, pero el


seguía, era como si con cada "Ya" que dijera el aumentara sus ganas de
reír. —¡Carl!

Después de 3 horas aún seguimos en llamada.

—Te estoy ganando —Le recordé a Carl mientras jugábamos un juego de


autos.

—No me lo recuerdes. ¡Mi laptop es lenta!

—Ya, pero te estoy ganando.

—Que lindo internet que tengo —Habló él sarcásticamente. —Se cayó un


poste por la zona en la que vivo.

—Que mierda, ¿Cómo?

—La verdad, no sé cómo, pero fue hace 2 días, aún no vienen a arreglar
ese poste. Ya que, no me sorprende, la zona en la que vivo está más
cagada que mi economía.

—Por mi casa también hay robos.


—Si pero cada 1 año, puro pituco vive por donde estas tú.

—Calla.

—Te diría cállame, pero estas al otro lado de pucallpa así que no puedo.

—Jaja, que gay.

—Si soy, si soy... o no, no sé.

—Yo creo que soy bi —Dije bajando un poco la voz, por seguridad.

—Yo aún no sé si soy gay o bi.

—¿Te asusta?

—¿Qué cosa?

—No descubrir nunca cuál es tu sexualidad.

—No, no me asusta... bueno, un poco, ¿Y a ti?

—Mucho.

—¿Crees que sea necesario tener en claro que somos?

—Hmm... no. Además, tenemos muuuucho tiempo para saberlo —Que


lindo fingir que no me estresa el hecho de que podrían pasar años para
que al fin descubra mi sexualidad.

—Bueno, si. Igual, que estrés no saber.

—Ya somos dos.

Me quedé callado unos segundos y gané el juego.


—Te volví a ganar —Presumí.

—Maldito.

—Yo siempre gano.

Eran ya las 8 de la noche. Carl y yo seguíamos hablando.

—Y entonces, esa chica estaba con su supuesto ex y con su novio. El


novio la descubrió y pintó el auto del padre de su novia. Ahora están en un
proceso penal o algo así —Me contó Carl, era uno de los chismes de los
que que se había enterado por Ester y Raquel.

—Ese chico no le tiene miedo ni al diablo.

—Lo peor es que el papá de esa chica es juez.

—Yo digo que se va a la cárcel.

—Es menor de edad, está en 5to de secundaria.

—Y todo porque la novia le fue infiel... No entiendo a los infieles —No


entiendo a mi papá.

—Yo tampoco. Jamás sería infiel.

—¿Ni si se tratara de Darth Vader?


—Bueno... es Darth Vader...

—Ya.

—Pero hablando en serio —Dijo Carl rápidamente. —Yo jamás sería infiel
—Se quedó callado un rato. —Jamás te sería infiel a ti.

—Yo a ti tampoco —Me quedé en silencio. —No soy como mi padre


—Agregué.

—Lo sé.

—Te quiero mucho como para hacer algo así —Confesé tirando mi celular
en la mesa, para después hacerme hice bolita en mi silla esperando la
respuesta de Carl.

—Yo a ti también te quiero mucho —Sonreí inconscientemente y sentí una


sensación extraña en el estómago.

Me tiré en mi cama junto con mi celular y me acosté boca abajo.

—¿Si? —Pregunté.

—Sí —Respondió Carl muy seguro.

Hundí mi rostro en mi almohada y comencé a dar pataditas en la cama.

Me veía muy estupido y agradezco que no haya sido una videollamada.

—Carl.

—Dime.

—¿Quieres salir?
—¿Cuando?

—Mañana.

—¿A que hora?

—5, al lugar que tú quieras.

—¿El mundo feliz? —El mundo feliz es un parque de diversiones que está
en mi ciudad. En ese lugar conocí a Carl.

—Está bien, a ese lugar será.

—Sería como... ¿Una cita?

—Mhm... si, creo que si.

—Segunda cita.

—Ajá. Ojalá esta vez no llueva.

—Ojalá no te pique ningún mosquito.

Me quedé procesando un rato hasta que finalmente entendí.

—Ah... ¡No! Esta vez no habrán mosquitos —Intenté no reírme.

—Que lastima.

—Si, es triste.

Ambos reímos y sentí mi rostro arder al recordar ese día.

Bueno, tendría una cita con Carl mañana. Ahora si había un buen plan.
2 de la mañana y aún no terminábamos esa llamada.

Incluso cenamos en llamada y fuimos a bañarnos en llamada. Obviamente


no metí mi teléfono en el baño, solamente lo dejé en mi mesa.

Tenía sueño, pero no quería cortar esa llamada.

—¿Crees que algún día nuestros padres se enteren de esto? —Preguntó


Carl.

—Ojalá nunca se enteren.

—Aunque si eso llega a pasar, ojalá que nos acepten.

—Con los padres que tengo... lo dudo mucho.

—Igual. Bueno con mi papá. Por él era homofóbico antes.

—Igual —Hubo un silencio de unos segundos. —Me arrepiento de haber


sido homofóbico y haber lastimado a mis amigos.

—¿A quienes?

—Guillermo y Amelia. A Guillermo le hacía chistes homofóbicos y a


Amelia... ya sabes, eso.

—Si... lo bueno es que ya cambiaste.

—Ambos cambiamos
—Además ya eres amigo de Amy de nuevo, eso es bueno.

—Si, todavía no se por qué me perdono, no es como que le hubiera pedido


disculpas, pero si.

—¿Ella te ha mencionado algo al respecto de ese tema?

—No, creo que no quiere recordarme lo idiota que fui.

—Deberían hablarlo y no dejarlo como algo que ya pasó y ya.

—Si, creo que si.

Escuché como Carl bostezaba. —Es mejor hablarlo a guardarse todo para
siempre —Dijo.

—Si... oye.

—Dime.

—¿Tienes sueño?

—Si.

—Yo también —Dije frotándome los ojos.

—¿Ya quieres cortar?

Me quedé pensando un rato. —¿Podrías... quedarte en llamada hasta que


me duerma? —Pregunté con cierta timidez.

—Claro —Dijo él. —Pijamada virtual.

Sonreí y cerré los ojos. —Buenas noches Carl.

—Buenas noches Jake.


—Te quiero —Logré decir.

—Y yo a ti.

Poco a poco me quedé dormido. Era una de las pocas veces en las que
lograba dormirme con total felicidad y tranquilidad.

Creo que nunca antes habíamos durado tanto en una llamada, disfrute
cada momento.

Ojalá Carl me quiera tanto como yo lo quiero a él.


9. La rueda de la fortuna

Carl

19 semanas- Sábado - clases . . .

Hoy sería el día en el que le pediría a Jake si puedo ser su novio.

Me estoy muriendo.

Lo he estado pensando y quiero formalizar algo con él, no solo besarlo y


ser tenerlo como un mejor amigo.

No sé si él quiera... Dios siento que voy a vomitar.

—Entonces, ¿Si nos vas a poder llevar? —Le pregunté a mi papá.

—Pueden ir caminando —Respondió viendo su celular.


—Está un poco lejos.

—Son hombres, vayan solos.

Mi mamá entró a la casa y creí que era momento de irme.

—Hola, hijo —Saludó ella. —Julio —Le dijo a mi papá con seriedad.

—Hola ma' —Saludé sin muchos ánimos.

—¿Tu papá te llevará a ese parque? —Preguntó ella.

—Que él vaya solo con Jake. No son chivitos para tener que llevarlos yo
—Habló mi papá.

¿Qué?

—¿Qué cosas estás diciendo? —Preguntó mi mamá con cierto fastidio.


—Al menos lleva a tu hijo a un lugar. Es lo mínimo que puedes hacer.

—Ya, Mónica, no empieces.

Mi mamá fulminó a mi papá con la mirada y después me miró.

—Vámonos arriba hijo, yo te voy a llevar —Dijo ella y asentí callado.

Ambos comenzamos a subir al segundo piso y me sentí mal... por un


momento.

Hasta que vi como mi papá abría otra lata de cerveza.

No nos daba dinero ni para comer, ¿De dónde sacaba tanto para
comprarse cerveza?
A veces me pregunto si mi papá de verdad quiso tener una familia.

Eran las 4:50 de la tarde y escuché como alguien tocaba la puerta.

Bajé para ver quien era y al abrir la puerta me encontré con Jake.

—Hola —Saludé. A pesar de que Jake sonrió, tenía una mirada triste.

—Hola, bro —Saludó y vi que atrás de él estaba su padre viendo todo


atentamente.

Aparté la mirada y tuve un mal presentimiento.

—Pasa —Dije.

—Adiós pa' —Se despidió Jake y entró rápidamente.

Cerré la puerta y el pelinegro saludó a mi papá y ambos subimos


rápidamente al segundo piso.

Al entrar a mi habitación, Jake se sentó en mi cama y dijo —Tuve una


pequeña discusión con mi papá.

—¿Sobre qué? —Me acerqué a él y comencé a acariciarle el cabello.

—De la nada él sacó el tema de que el hijo de su amigo salió gay y que no
quiere eso para mí. Después dijo "Ni me vayas a salir con eso, que ahí si
me molesto mucho contigo, Jake. Eres mi heredero y primer hijo, no voy a
dejar que me vengas con mariconadas".

El pelinegro apoyó su cabeza en mi abdomen mientras soltaba un suspiro,


lo abracé y seguí acariciando su cabello.

—Nunca me aceptará —Dijo.

—No digas eso Jake.

—Es la verdad.

—Vas a ver que con el tiempo van a cambiar y tal vez hasta te apoyen.

—Lo dudo mucho.

Me senté al lado de Jake y puse mi brazo al rededor de sus hombros.

—Cualquier cosa que pase, lo superaremos. Además, tú sabes que


cuentas con mi apoyo y hasta mi mamá te ama más que a mí. Sin contar
que lo importante es que primero te aceptes tú —Dije.

—No sé si pueda —Respondió él y arrimó su cabeza en mi hombro.

—Eso dices ahora, ya vas a ver que si vas a poder. Ahora estás estresado
—Acaricié su brazo. —Y yo te ayudaré con eso.
—¡Ay Carl! —Gritaba Jake mientras que el juego en el que estábamos
daba muchas vueltas mientras nos ponía de cabeza (literalmente).

—¡Vamos a morirnos!

—¡Así no era como yo lo recordaba!

—¡Ya sé! —Grité antes de que ese juego en el que estábamos comenzara
a dar muchas vueltas a 360 grados.

Cuando salimos de ese juego, tenía algunos moretones en el brazo y en la


pierna.

—Creo que el chico que controlaba el juego quería desquitarse con todos
los que estábamos ahí —Dije sobándome el brazo.

—Me mareé más que la vez en la que tomamos ese Fourloko.

Ambos nos sentamos en un banquillo y Jake sacó su celular.

—¿Puedo tomarnos una foto? —Preguntó.

—Creo que sigues mareado. Bueno, está bien.

Jake desordenó mi cabello y tomó una foto en el proceso.

—La voy a publicar a mis historias de Instagram —Se quedó callado.


—¿Puedo?

—Okey, nada más no pongas una canción de algún reguetonero que habla
sobre cómo su esposa es cachuda y que le gustan las tetas —Jake rió.

—Está bien que a veces escuche a Bad Bunny, pero eso no significa que
necesariamente tenga que actuar como un hetero con comportamientos
extraños en su máxima expresión —Sonrió.
Me acerqué a él y vi como publicaba esa foto.

Estaba yo sonriendo con su mano en mi cabello y al parecer Jake usó un


filtro que le daba a la foto un efecto medio borroso. O creo que movió su
teléfono al tomar la foto... no sé, el flash me dejó ciego.

—Me veo raro —Dije.

—Te ves lindo —Sonreí inconscientemente y traté de ocultarlo.

Jake puso un corazón pequeño en la foto y preguntó —¿Lo publico en solo


amigos o en general?

—No sé... ¿Qué crees que digan los demás?

—No sé. ¿Y si les damos a entender que estamos en algo de a poco?


Primero a nuestros amigos más cercanos y eso.

—Mmm, creo que si —No dije nada más y le di a publicar en "Solo


amigos".

—Y al que no le gusta, que chupe pinga —Habló mi "amigo" antes de


levantarse y tomarme de la mano. —Vámonos al tagadá —Comenzamos a
caminar tomados de la mano.

Quería quedarme por más tiempo en ese banco, habría sido un buen
momento para pedirle a Jake que sea mi... novio.

—Hace mucho no me subo a ese juego —Dije.

—Yo nunca me subí a ese juego.

El tagadá era un juego mecánico que era como una especie de disco que
giraba con todos los demás allí adentro sin ninguna protección ni nada.
Seguíamos caminando hacia ese juego, hasta que un grupo de chicos que
pasaban a nuestro lado nos miraron mal.

Jake y yo nos separamos y mantuve la mirada en el piso.

¿Así será siempre?

—Que incómodo —Dije y me golpeé mentalmente por decirlo.

—Que chupen pinga —Habló Jake restándole importancia, seguido a eso


me tomó de la mano de nuevo y me llevó hacia ese juego.

Fue lindo ver como le restó importancia a las miradas de los demás,
aunque no sé si era verdad o si solo estaba fingiendo seguridad.

—¿No te importa que nos miren mal? —Pregunté.

—No —Respondió Jake rápidamente, desviando la mirada.

—Bueno —Comencé a tener dudas de su respuesta, pero decidí dejar el


tema ahí nada más.

Al llegar a ese juego, nos subimos y mi cita vio que no había ningún
cinturón de seguridad ni nada.

—¿Por qué no hay cinturón? —Preguntó.

—Porque la idea del juego es ver cuanto duras sin caerte.

—¿Me tengo que agarrar de este pedazo de metal y ya?

—Ajá.

—Si me muero dile a mi hermano que lo quiero mucho.


—No te vas a morir.

Éramos varios los que estábamos allí. Había un grupo de chicos y chicas
parados.

—¿Cómo no les da miedo querer estar parados? —Preguntó Jake.

—Es un poco más emocionante. Yo solo he ido de pie 2 veces hace


mucho, terminé cayéndome y con dolor de espalda.

—Sí, recuerdo como te quejabas a cada rato... ojalá no me caiga.

—Te agarraré para caernos los dos y terminar en el hospital.

—Así si me gusta.

El juego comenzó y de una manera muy brusca. Los que estaban parados
se cayeron al instante, aunque seguían levantándose.

Jake solo gritaba y decía que se iba a morir.

Había veces en las que me burlaba de él. Lo malo fue que al hacer eso me
distraje y en un movimiento muy fuerte, me caí.

Me caí de espaldas y Jake rápidamente me tomó de la mano.


Eso solo ocasionó que cayéramos los dos.

Intenté levantarme, pero su lugar, solo conseguí darme un buen golpe en


la espalda... otra vez.

—Hijo de puta —Maldije a duras penas, esperando que ese golpe me


dejara adolorido por las siguientes 2 semanas.
Escuchaba como Jake hablaba de su investigación sobre su sexualidad.
Ambos comíamos snacks sentados en un banquillo de ese parque de
diversiones.

—Entonces, estoy en duda de si soy bi o gay. Pero creo que podría ser bi,
es lo más probable —Se quedó callado por un momento. —Perdón, ya te
vengo diciendo eso como tres veces.

—Está bien —Respondí mirándolo a los ojos.

—No, debe ser estresante escuchar lo mismo.

—No. Puedes hablarme de lo que quieras, escucharte nunca será


estresante —Confesé sin pensarlo dos veces.

Carl eso fue demasiado cursi.

Me sentí más calmado cuando Jake sonrió.

—Perdón, eso fue un poco cursi —Dije.

—Me gusta que seas cursi.

—Eso fue cursi.

—Cállate.

—Perdón.
Ambos sonreímos y me sentí extraño. Lo miré y admiré sus hermosos ojos
que ahora tenían cierto brillo.
Jake parecía un ángel.

Me hizo sentir como si una ola pasara encima de mí y como si ahora mi


cuerpo fuera un huracán de emociones.

A veces pienso que me hizo un amarre.

Nunca pensé que podría llegar a sentir algo así por alguien.

Pregúntale.

No, aún no es momento.

Mierda, ¿Cuándo será el momento?

No quiero decirle de la nada "Oye Jake, seamos novios" y que literalmente


no sea el momento indicado.

—Te ronsojaste —Habló Jake rápidamente. —Digo, te sonjaste-


sonrojaste.

—Se te bugeo el habla.

—Shut up —De la nada me dijo "Cállate" pero en inglés. —Tú te


sonrojaste.

—No, me "ronsoje" —Me burlé de él.

Él abrió la boca para hablar, pero no se le salió nada. —Vámonos a otro


juego mejor —Se levantó del asiento en el que estábamos y me tomó de la
mano.

Caminamos hasta llegar a la rueda de la fortuna.


—¿Quieres subir aquí? —Preguntó Jake.

—Sí, vamos.

Me recordó a una película que me vi con mi hermana. Se llama "Love,


Simón" y ojalá tenga tanta suerte como Simón para que mi crush me dé un
beso superespectacular en una rueda de la fortuna.

Dimos nuestros tickets para entrar y al estar en una cabina sentí que me
iba a morir.

Se movía mucho y sentía que en cualquier momento nos íbamos a caer.

—Nos vamos a caer... nos vamos a caer... nos vamos a caer... —Repetía
rápidamente mientras intentaba agarrarme de algo.

—¿Le tienes miedo a esto y no a esa cosa que gira y no tiene ningún
cinturón de seguridad?

Me quedé callado un momento. —Si —Respondí.

—Que raro eres a veces.

—Te gusto, el raro no soy yo.

—Ay... como amo ser raro.

—¿Ah, si? —Pregunté acercándome más a él.

De la nada se me desapareció el miedo por caerme.

—Si —Confirmó Jake y cuando estábamos en lo más alto de esa rueda,


me besó.
Puso una mano alrededor de mi nuca y yo solo sentí que me moría... en el
buen sentido.

Aún se sentía como la primera vez.

No sé si a él también le pasará lo mismo.

Carl...

Creo que este es el momento de preguntarle.

Pregúntale ya

¿Y si no quiere?

Pregúntale

Mejor espera un poco más...

—Oye Carl —Dijo Jake.

—Dime. No espera, ¿Es algo malo?

—No... creo.

—Bueno, dime.

—Lo he estado pensando y... ya nos hemos besado como 16 veces y...
—Se quedó callado y apartó la mirada. —Quiero hacer las cosas bien
contigo. Lo he estado pensando y quería preguntarte si... —Bajo la voz.
—¿pudedosertunovio? —Habló muy rápido.

—¿Qué?

—Que si puedosertunovio —No lo entendía.


—¿¡Qué!?

—¡Que si puedo ser tu novio! —Jake gritó tan fuerte que un grupo de
amigos que estaban en la cabina de al lado nos escucharon y nos miraron.
—¿Ustedes qué? —Preguntó Jake con fastidio y ese grupo apartó la
mirada. Él volvió a mirarme y soltó un suspiro. —Eso salió mal —Se
desordenó el cabello y pude notar como se ponía rojo como un tomate.

—No, no salió mal.

Se me adelantó...

—No fue como lo planeé en mi mente —Confesó Jake.

—En mi mente yo iba a ser el que te preguntaría si podía ser tu novio...

—¿Qué?

—Hoy te iba a pedir que fueras mi novio.

—¿De verdad?

—Sí.

—¿No lo dices solo por qué yo ya lo dije?

—No.

—¿De verdad?

—Sí.

Se quedó callado

—¿De verdad? —Volvió a preguntar.


—¿De verdad quieres que sea tu novio?

—Sí... sí, sí, sí.

—Bueno, pues yo también quiero que seas mi novio.

Ambos nos miramos y nos quedamos en un completo silencio, pero no fue


incómodo.

—¡YA BÉSENSE! —Gritó una chica del grupo que nos había visto hace un
rato.

—¡DILE QUE SÍ! —Gritó un chico de ese grupo.

No pude evitar reír y Jake tampoco. Wow, no todos nos van a mirar mal.

Miré a Jake y le sonreí —Sí... quiero... que seamos novios —Dije sintiendo
como un hormigueo pasaba por todo mi cuerpo.

—Pues... yo... también... quiero —Dijo él.

Carajo... ya somos novios...

¡Jake y yo ya somos novios!

¡N-O-V-I-O-S con todas sus letras!

—Somos novios —Dijo Jake y una risa se formó en su rostro. —¡Somos


novios!

—¡Somos novios!

—¡Bésense ya, carajo! —Gritó otra chica de ese grupo.


Jake y yo nos reímos y me sentí como en una comedia romántica, de las
que me hacía ver mi hermana cuando tenía como 12 años.

—Yo digo qué hay que hacerles caso —Opinó mi... Novio.

—Si, yo también.

Sin decir nada más, nos acercamos y nos dimos un beso en frente de ese
grupo de personas. Se sintió bien el no ser juzgados y en su lugar ser
vistos como chicos normales que se gustan.

Aunque fue raro que ese grupo comenzara a aplaudir y a gritar como fans
en un concierto.

Jake se acercó a mí y me susurró al oído. —Ese grupo de chicos son


demasiado gritones.

—Si, ya sé.

—¡BÉSENSE DE NUEVO! —Gritaron y creo que todos los que estábamos


en esa rueda escucharon. —¡BESO! ¡BESO! ¡BESO!

—Dios mío, que intensos —Dije.

—Sí... aunque no creo que otro beso estaría mal.

—Pues no.

Jake y yo nos besamos otra vez y ese grupo volvió a gritar.

—Que irritantes —El pelinegro y yo hablamos al mismo tiempo.

—¿Cuánto falta para salir de esta rueda? —Pregunté.

—2 minutos.
—Genial. 2 minutos para salir de aquí... no me malentiendas, no quiero
dejar de estar contigo, quiero dejar de escuchar a estos chicos que me
están rompiendo el tímpano.

—Si, yo también.

Jake tenía sus manos al rededor de mi cintura y me pagaba cada vez más
a él. Su respiración era agitada y me besaba como si fuera la última vez
que nos veríamos.

Hasta que vibró mi celular.

—Si no son los gritones, es mi celular —Maldije.

Al prender mi celular pude ver que mi mamá me había enviado un


mensaje. Ya había llegado por mí.

—Ya llegó mi mamá —Dije.

—Ah... quería pasar más tiempo contigo.

—Yo también. Quería pasar más tiempo contigo sin escuchar a esos
gritones gritando "¡Beso! ¡Beso!" —Jake se rió y asintió con la cabeza.

—Sí... no extrañaré a esos gritones. Ni modo. Te veo el lunes —Él me


abrazó. —Te voy a extrañar.
—Solo no nos veremos un día.

—24 horas, 1440 minutos, 86400 segundos.

—Ay... si es mucho tiempo. ¿Hacemos llamada cuando llegue a mi casa?

—¿Otra pijamada virtual?

—Ajá, aunque si no quieres entonces no.

—Me fascinaría.

Ambos sonreímos como unos estúpidos.

—Bueno, te veo el lunes —Jake me dio un beso suave y corto.

Salimos del callejón oscuro en el que estábamos y le di a Jake un último


abrazo.

—Adiós —Me despedí.

—Adiós.

Me alejé intentando ocultar mi sonrisa.

Esta cita me gustó.

Aún no me creo que Jake y yo ya seamos novios.

Caminé hasta el auto de mi mamá y al entrar a este ella notó mi felicidad


rápidamente.

—¿Te fue bien? —Preguntó.

—Si —Jake ya es mi novio. —Me fue muy bien.


—Que bueno, hijo.

El chico que me gusta ahora es mi novio y siento que cada vez me gusta
más.

En definitiva me fue muy bien.

—¿Te la pasaste bien con Jake?

—Sí —Me mordí la lengua para no sonreír.

—Que bueno.

Nos quedamos en un completo silencio.

—¿Hay algo que quieras decirme? —Preguntó mi mamá.

—¿Ah? No, no, nada... ¿Por qué preguntas?

—Te ves muy feliz.

—Es que... me la pasé bien, nada más.

Ella me sonrió y me dieron muchas ganas de decirle a mi mamá la verdad


de todo. Pero recordé qué tal vez se lo podría tomar a mal, uno nunca
sabe, así que esas ganas se me pasaron.

Ojalá algún día tenga el valor para decirle todo.

Y ojalá me acepte y no me vea como un bicho raro.


10. ¿Novios? Novios.

Jake

20 semanas- Lunes - clases . . .

Carl ya es mi novio...

Le pedí que sea mi novio en nuestra segunda cita. Tuve una tremenda
charla con Amelia sobre porque debería pedírselo, pero que me daba
miedo.

Al final de todo si me animé. En sí ya éramos como novios pero no de


manera "oficial".

Resulta que Carl también me pediría lo mismo ese día.

Fue lindo. Aunque habian unos chicos gritones que nos rompieron los
tímpanos.
Después de eso nos la pasamos en llamada como por casi 23 horas.
Desde que llegué a mi casa hasta la noche siguiente.

En plena llamada nos acordamos de que al día siguiente tendríamos 2


exámenes bimestrales.
En medio de tanto nos olvidamos de la escuela, así que nos pusimos a
estudiar en llamada.

Ahora caminaba hacia mi aula, con el corazón amenazando salirme del


pecho (no sé si por los exámenes o por Carl) y mis ánimos hasta el tope
(Eso si era por Carl).

Al ingresar en esta, lo primero que vi fue a 4 pares de parejas...

Oh por Dios... ahora Carl y yo somos una más de esos pares...

—¡Gaelito! —Saludó Amanda entrando al salón, es una chica de 4to año


que hace poco se hizo novia de mi amigo Gael.

—¡Bebé! —Saludó él y rápidamente se acercaron para comenzar a


besarse como desagraciados.

Después vi como Charles y Tiffany no dejaban de besarse y acariciarse el


mentón. Sus besos sonaban bastante fuertes.

Desvíe la mirada y me encontré con Grecia y un conocido de 4to año.

Ella tenía sus brazos al rededor de su cuello y él al rededor de su cintura...


no sabía que Grecia ya tenía novio (Si es que eso es lo que son).

Me di la vuelta y vi a Ariana y Joaquín. Ella estaba sentada en sus piernas


y él la tomaba de la cintura. Ambos se sonreían y se daban besos cortos.

Iugh.
Haces lo mismo con Carl.

Cállate.

Nunca podré hacer eso con Carl. No en frente de todos.

Podría ir y saludarlo con un beso en los labios, después le podría decir


"¿Cómo amaneció mi chico favorito?"

Podría hacer eso, pero no.

Todos están aquí y... no.

Hablando de Carl, ahí está él. Está sentando en su carpeta, viendo su


teléfono.

—Carlitos —Me acerqué.

—JJ —Dijo él y se acercó a mí para darme un abrazo. —¿Cómo


amaneciste calabaza? —Preguntó en voz baja.

—Bien, ¿Y tú? —Pregunté mientras seguíamos abrazados.

—Ahora que te veo, bien —Sonreí inconscientemente.

—Iugh —Escuché decir a alguien. —Están en la fase de Luna de miel


—Era Amelia.

—Hola, Amy —Saludamos Carl y yo.

—Hola, papás.

—¿Papás? —Pregunté.
—Ajá. Hay 4 parejas en este salón... bueno ahora 5, 4 de esas parejas son
mis padres adoptivos. Son mi familia número 4 —Respondió ella.

—Oh. ¡Hija! —Dijo Carl abriendo los brazos para darle un abrazo.

—¡Papi! —Dijo mi amiga animada y ambos se abrazaron. —Ya, déjame


—Volvió la seriedad en su voz.

—Perdón.

Sigo sin saber como Carl en un inicio estaba celoso de Amelia... la


persona más homosexual que he conocido (Además de Carl).

—Bueno, me voy. Sigan de empalagosos —Informó ella antes de irse.

—Segundo día de novios y ya tenemos una hija.

—Que mala suerte la nuestra.

—Ya sé.

Carl estaba acostado en mis piernas mientras que yo le daba mimos en el


cabello.

O eso me hubiera gustado hacer.


Ya habíamos dado el primer examen, así que teníamos 3 horas libres, para
repasar o para hablar de tonterías que no tienen nada que ver con los
exámenes.

Soy uno de los que prefiere hablar de tonterías que no tienen nada que ver
con los exámenes.

—¿Entonces no estás con Ester? —Le preguntó un compañero a Carl.

—No. No estamos en una relación además de la de amigos y no quiero


que eso cambie —Respondió Carl con seguridad.

—Ajá y yo soy gay. Es obvio que mientes. Mira, hasta te sonrojaste —Se
burló otro amigo.

Todos en nuestro grupo se rieron y comenzaron a decir cosas como que a


Carl aún le gusta Ester y bla, bla, bla.

Observé a MI novio y en efecto, no se había sonrojado.

—Ustedes no saben nada. No estoy interesando en Ester, ahora mis


sentimientos y mi amor en general pertenecen a alguien más —Dijo el de
piel morena.

—Uy, ¿Quién es la afortunada? —Preguntó Fernando.

Quién es ÉL afortunado.

—A ti que te importa —Dije.

—Está bien JJ —Habló Gael. —No diremos nada. Si Carl está con una
chica entonces que bien por él. No es tan joto como creíamos —Cuando
dijo eso, todos se rieron.

Que se vayan a la puta.


Carl sonrió forzadamente y se levantó. —Me voy al baño un momento
—Informó antes de irse.

—Iré a comprar agua, ya vengo —Dije y me levanté, para después


comenzar a seguir a Carl.

No se fue al el baño, se metió en uno de esos salones alejados y vacíos en


los que había muchas cosas sin usar.

Obviamente entré con él.

—¿Carl?

—¿Por qué tienen que hacer esos chistes? —Preguntó él.

Me quedé callado y no supe qué responder.

Ahora me siento raro al ver como al igual que Carl, también pido que dejen
de hacer sus ridículos chistes, pero antes también los hacía y hay veces
en las que pienso que me los merezco por ser un estúpido en el pasado.

—No sé por qué me quejo si antes decía lo mismo —Habló Carl. —Aun
así, es estresante y molesto que a cada rato insinúen que esté con una
chica y que vean a la homosexualidad como algo que es para reírse.

—Literalmente ayer publiqué una foto de nosotros dos con un corazón, ¿Y


no captaron nada?

—Creo que nadie se imagina a nosotros dos como pareja.

—Sí... somos hombres —Me quedé en silencio por un buen rato. —Para
ellos es raro.

—Oye Jake.
—Dime.

—¿Te da... miedo decirles... sobre lo nuestro? —Preguntó Carl.

Mierda.

¿Ahora qué respondo?

¡Obviamente me da miedo! Pero siento que si le digo que si tal vez podría
hacerlo sentir mal. De repente él ya quiere decirles a algunos.

—Porque a mí si me da miedo —Dijo y solté un suspiro de alivio.

—Me cago del susto, Carl. Me aterran. Con Guillermo fueron "amables"
pero después no dejaron de molestarlo y de hacerle bromas con que era
gay incluso después de que él dijera que ya no lo era. Y con Amelia...
bueno... ella... ella hasta bromea con lo lesbiana que es y sus amigas
siendo heteros también lo hacen, así que no sé.

—Pero ya nadie la molesta. Nadie le dice nada. Solo en el momento


indicado... bromeó tanto que se cansaron.

—O tal vez con ella no les dé risa.

—¿Cómo?

—Cuando tú y yo bromeábamos diciendo que éramos novios, todos se


reirán. Pero cuando alguna de las chicas bromeaba diciendo que eran
novias, solo las mujeres se reían y un grupo de los hombres, incluido yo,
decíamos "que asco" o pensábamos que no lo decían en broma.

—Hasta ahora lo hacen. Tú no, por suerte.

—Sí...
—O tal vez a Amy si la toman en serio.

—No, ella me dijo que siente que no es así.

—Oh. ¿Entonces por qué con Amy y Guillermo es diferente?

—Ni puta idea.

— Ojalá a nosotros nos traten como a Amy, en el sentido de que ahora no


le hacen bromas pesadas y eso. ¿Crees qué los traten diferente porque
uno es hombre y la otra mujer?

—Ni... puta... idea.

—Además, con cada uno fue diferente cuando salieron del closet. Con
Amy fue horrible, pero con Guille fue más... relajado y eso que Guille salió
del closet primero.

—¿Será que Amy tenía novio cuando salió del closet?

—Bueno sí...

—Además, no fui de mucha ayuda para que todo se mantuviera calmado...


¡Dios! ¡Odio a mí yo del pasado!

¡ODIO CUANDO RECUERDO TODO!

—No estamos hablando de eso, eso quedó en el pasado —Dijo Carl.

—Fui un inútil.

—Estamos hablando de la reacción de los demás, no de ese problema.

—¡Mi reacción fue estúpida! ¡Tal vez hay otro estúpido que nos quiera
hacer lo mismo que mi yo de hace 2 años le hizo a Amelia!
—No lo veo posible.

—Ella ni siquiera está enojada conmigo por eso.

—Jake hay que dejar de hablar de tú yo de hace 2 años. El mío también


cometió errores.

—¡Tú no les dijiste a todos que tu mejor amiga era lesbiana!

—No... pero pude haberlo hecho.

—Tú y yo sabemos que no es cierto.

—Jake, basta. Eso quedó en el pasado. Amy ya te perdonó, son mejores


amigos de nuevo. Ya todo está bien —Carl se acercó a mí.

El hecho de que Amelia me haya perdonado así nada más, me hace


sentir... no sé. Quisiera que me golpeara y me dijera todas mis verdades.

Pero ella no haría eso.

—Golpéame —Le dije a Carl.

—¿Qué?

—Que me golpees.

—Oye Jake... vinimos aquí a hablar de los comentarios de nuestros


compañeros... ¿Y ahora quieres que te golpee?

Me quedé callado. —Ajá.

—No voy a hacerlo.

—¿Por qué no?


—Me educaron para nunca golpear a una mujer ni a mi pareja y tú eres mi
pareja, así que no lo haré.

—Pero yo te estoy pidiendo que lo hagas.

—Y yo te estoy diciendo que no.

—Golpéame.

—No.

—Golpéame.

—NO

—¡Golpéame!

—¡Que no!

—¡Si! ¡Golpéame!

—¡Cálmate! ¡No lo voy a hacer!

Si Amelia no me va a golpear por todas las cosas estúpidas que hice,


alguien tiene que hacerlo.

—¡Pero yo si quiero que lo hagas! —Dije.

—Y yo no lo voy a hacer.

—Habló en serio. Vamos, ¡Golpéame!

—¡No!

—¡Golpéame, maricón! —Cuando dije eso, fue cuando sentí un golpe en la


cara.
Carl es fuerte.

—No puede ser —Dijo él tapándose la boca con ambas manos. —¿Estás
bien?

—Si —Dije sobándome el cachete. —Buen golpe Carlitos.

Mi novio se acercó a mí y me abrazó.

—¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! —Dijo para después comenzar a dejarme


muchos besos en la cabeza. —Es que ya no sabía como hacer que
reaccionaras.

—Está bien. Yo te pedí que lo hicieras.

—¿Por qué querías que te golpee?

—Porque me lo merezco... y porque Amelia no se hubiera atrevido a


golpearme.

—Es que ella ya superó ese problema. El único que no lo ha superado has
sido tú. Estábamos hablando de cómo podrían reaccionar los demás,
mencionó una parte del problema de Amy, UNA PEQUEÑA PARTE y ya te
pusiste como loco a pedirme que te golpee.

—Es que desde que me di cuenta de que me gustan los hombres, me he


sentido mal porque Amy me ha tratado muy bien desde que salí del closet
y yo la traté muy mal cuando ella hizo eso. Ni siquiera le di unas buenas
disculpas. A veces creo que todos me tratarán tan mal como yo la traté a
ella. Ya sabes, el karma.

—No creo que nuestros amigos hagan eso. Ya sé que podrán estar con
sus bromas pesadas, pero en ese nivel de hace años no. Es mejor que lo
hables con Amy. Ella te va a entender.
—Fui un terrible amigo.

—Conmigo no.

—Eso ya lo sé —Sonreí. —O sea, es obvio, fui tan buen amigo que ahora
somos novios.

—¡Oye!

—Perdón —Ambos reímos y volví a abrazar a Carl. —Y sobre lo del


decirles a los demás...

—¿Crees que debamos darles primero unas indirectas?

—Si. Podríamos decirles, en... no sé. Creo que ya veremos cuando será el
momento.

—Si —Carl seguía abrazándome.

Ambos nos quedamos en un total silencio. El solo me acariciaba la espalda


mientras nos abrazábamos.

—¿Carlitos te puedo besar?

—Jake... hoy tus cambios de humor están muy raros.

—Son por los exámenes, ya cállate —Me acerqué a él con la intención de


besarlo.

—¿No digo? La homosexualidad te está afecta... —No lo dejé terminar


porque lo besé.

Él se dejó llevar y ninguno de los dos dijo nada más.

He estado queriendo hacer eso desde que entré a mi salón.


Tenía miedo de que alguien nos descubra besándonos en ese salón.
No soportaban ni ver a un chico y una chica besándose, hubiera sido peor
ver a 2 chicos. Tal vez hasta nos hubieran suspendido o algo así.

Nos separamos cuando mi teléfono comenzó a vibrar.

Eran mensajes de Amelia.

—JAKEEEEE
EL EXAMEN YA VA A COMENZAR
De seguro ya estás besándote con tu noviecito 😏😏😏
VEN YA CTMR
QUERÍAS QUE TE AYUDE
PUES APÚRATE
QUE ESTOY HACIENDO MI MAYOR ESFUERZO POR GUARDAR UN
LUGAR QUE ESTÉ CERCA DEL MÍO PARA AYUDARTE CARAJO
Te quiero 😁
¿Cómo qué el examen ya iba iba a comenzar?

—¿Carl?

—¿Si?

—El examen ya va a comenzar —Dije guardando mi celular rápidamente.

—Ay no me jodan.
Carl, Amy y yo estábamos sentados en el suelo.

Teníamos dos horas libres y podríamos ir a nuestras casas, así que en


lugar de aprovechar esas dos horas para estudiar, decidimos hablar de
otros temas.

—¿Creen que deba decirle a mi mamá que soy gay? —Preguntó Carl
bajando la voz.

—No sé —Respondí.

—¿Tú qué crees Amy? ¿Cómo reaccionó tu mamá cuando saliste del
closet con ella? —Interrogó él.

Mi amiga se quedó callada y me miró.

Era como si me estuviera diciendo con la mirada "Ayúdame ¿Qué hago?"

—No creo que su reacción ayude en esta situa... —Intentó decir ella, pero
Carl la interrumpió.

—Dime, por favor. Quiero saber cómo podría ser la reacción de mi mamá.

—Bueno... ella me mandó a terapia y me quitó el teléfono por meses.


Además me llevaba a reuniones de la iglesia —Contó ella y pude ver como
el miedo invadió a mi novio.

Los ojos dicen mucho.

—Igual, depende mucho de cómo sea tu mamá —Agregó Amy tratando de


relajar un poco la situación. —¿Viste algo que pueda ser una clara
evidencia de que tu mamá apoya a los de la comunidad?

—Vio Heartstopper conmigo.


—Ay no jodas —Habló mi amiga.

—Y dijo que le gusta la pareja que hacen Tara y Darcy.

—Yo creo que si te va a apoyar —Dije.

—Y un día vi en su librero un libro que parecía ser gay.

—¿Qué libro era? —Preguntó la del cabello corto.

—Aristoteles y... ¿Cómo se llamaba?

—¿Aristoteles y Dante? —Preguntó Amelia.

—Ajá, eso.

—Okey, es obvio que tu mamá te va a apoyar —Dijo ella. —Ve y dile


"Mamá, soy gay". Si se enoja contigo, entonces sería algo raro de su parte.

Yo también quisiera que mi mamá o mi papá leyera libros gais y vea series
gais conmigo.
Lastimosamente, es algo que nunca va a pasar, como el que me acepten,
eso tampoco pasará.

Carl tiene suerte de tener a mi tía... suegra Mónica como mamá.

Ay.

Es mi suegra...

Ay.

—Podrías decirle en las vacaciones, tendremos 2 semanas así que


puedes aprovechar eso —Dije. —Además, quiero reunirme contigo el
viernes sin que tu mamá esté supervisando al saber que ya somos novios.
—Bueno, eso también —Carl se mordió el labio ligeramente. —Intentaré
decirle en vacaciones. No prometo nada.

—Awww, ya estás en la etapa de la salida del closet con la mamááááá.


Estoy tan orgullosa —Habló mi mejor amiga fingiendo secarse las
lágrimas.

—¿Qué etapas me faltan?

—Yo qué sé.

—Perdón.

Wow... Carl ya saldría del closet con su mamá.

Ojalá no me pida hacer eso, porque no sabría como decirle que me aterra
mucho mi mamá y mis padres en general... bueno él lo sabe, pero igual,
que miedo.

Al menos uno de los dos será aceptado.


11. Mamá...

Carl

20 semanas- Viernes - clases . . .

—Mamá, soy homosexual —Dije mirándome al espejo. —No, así no


—¡Algo más discreto! —Mamá, soy pasivo... ¿Qué? —Me comencé a reír
después de decir eso. —Dios... eso suena a que me gusta que me den por
atrás. A ver, otra vez —Solté un suspiro intentando ponerme serio.
—Mamá, me gustan los chicos... creo que soy gay... sí, así está bien.

Tomé mi mochila y salí de mi habitación.

Hoy sería el último día de clases del segundo bimestre, lo hablé con Jake y
le dije que podría intentar salir del closet con mi mamá, hoy.

¡Hoy!
Jake me dijo que es mi decisión cuando salir del closet con mi mamá y que
si es así, lo mejor sería que primero le diga que me gustan los chicos y no
directamente que estoy con él. Como para que primero asimile un poco la
situación.

Salir del closet con mi mamá vino a mi mente de la nada (literalmente).

Una noche me puse a pensar en que Jake ya es mi novio y que


normalmente cuando una persona y tú ya son pareja deben formalizar y...
eso.

¡No sé si ya deba decirle a mi mamá!

Estoy muy nervioso.

No solo por los últimos exámenes, sino también por ver la reacción de mi
mamá.

Diosito sé qué tal vez no estes ahí o tal ya no me quieres en tu reino,


pero por favor, mándame una señal.

Me subí al auto de mi madre. Hoy mi papá nos llevaría a la escuela.

—Buenos días —Dijo.

—Buenos días —Dijimos Valeria y yo entrando al auto.

Estábamos animados porque después de ese día tendríamos 2 semanas


de vacaciones. Mi papá no podía arruinar eso.

En todo el camino a la escuela él no dijo nada, por nosotros estuvo bien.


Era mejor eso a que abriera su bocata y dijera algo que nos ponga de mal
humor en un instante.

—Pórtense bien —Dijo cuando mi hermana y yo salíamos del auto.


Ninguno de los dos dijo nada.

Cuando cerré la puerta, Valeria recién habló.

—Como si él se portara bien —Dijo.

—Me pregunto si alguna vez lo hizo.

—Supuestamente era alguien muy creyente de Dios y se iba a la iglesia


todos los fines de semana y eso. Usaba un rosario todos los días y leía la
biblia ¿Puedes creerlo? —Contó mi hermana burlona.

—¿Si? Yo solo sabía que él y mamá se conocieron en una iglesia. ¿Qué


otra cosa pasó?

—No sé, mamá no me contó más.

Día número 849 confirmando que mi hermana es la favorita de mamá y a


la que le cuenta más cosas que a mí.

—Por cierto, ¿Si le dirás a mamá que eres gay? —Me preguntó Valeria.

—Sí, creo que sí. Después de la escuela, ¿Puedes salir más rápido del
auto?

—Está bien.

Ambos seguíamos caminando hacia nuestros salones.

—¿Tú también le dirás? —Pregunté.

—¿Qué cosa?

—Que te gustan las chicas.


—Ah, sí... sobre eso... creo que soy hetero.

—¿Ah?

—Ya sé que te dije qué también me gustaban las chicas, pero lo estuve
pensando y fue una confusión, o sea, me estaba descubriendo y pensé
que era bisexual, pero no, soy hetero.

—Ah, ¿Y si yo también estoy en una confusión?

—Por eso no te quería decir.

—¿Por qué no?

—No quería que pensaras que porque yo estaba en una confusión, tú


también lo estás. Cada uno es diferente.

No me lo veía venir... nunca me veo venir nada de mi hermana. Es muy


reservada, a veces.

—¿Cómo supiste que era una confusión? —Pregunté.

—Porque pensé que me gustaba una amiga mía, es que me parecía


atractiva y pensé que solo por eso ya me gustaba y ajá. Hasta que nos
besamos porque estábamos en una fiesta y resulta que no me gustaba, no
sentí nada, nada de nada, solo me parecía atractiva y ya —Explicó ella.

—Oh... ¿Y estás con un chico ahora? —Pregunté.

—¿Qué?

—Te vi besándote con un chico en la fiesta de Amelia.

—Ah, si, él. No quiero hablar de ese estúpido.


—Okey.

Apenas lo menciono y resulta que ya no están juntos.

—¿Cómo vas con Jake? —Preguntó ella.

—¿Bien? Vamos bien. No podemos actuar como pareja delante de todos,


tenemos que seguir fingiendo que solo somos amigos, pero entre nosotros
todo está bien.

—Está bien, no actúen así delante de todos. No porque esté mal, sino
porque ya a veces es molesto y... chistoso. ¿Viste como son Gael y
Amanda?

—Sí.

—Cuando Gael se va a mi salón no dejan de besarse y de decirse mi amor


y bebe. No se despegan por nada.

—Literalmente solo se alejan por un tiempo porque están en diferentes


grados.

—Amanda no deja de hablar de él cuando estamos en clase. Ya comienza


a ser molesto.

—Gael está peor —Mi hermana llegó a su salón. —Te veo después —Dije.

—Adiós.

Me metí a mi salón y lo primero que vi fue a Charles y Tiffany besándose.

Son tiernos.

Pero a veces se pasan de tiernos.


Después desvié la mirada y vi a Victoria y Amelia burlándose de ellos.

Amelia estaba roja de tanto aguantarse la risa.

—Carl Ross —Dijo Paul acercándose a mí.

—Hola, pato.

—Todos aquí me están dando asco. Están que se lengüetean cada 2


minutos y ni sé si esa palabra existe. Gracias por no ser así con Jake.

Jaja...

—No es como que pueda.

—Es broma Ross —Puso su brazo al rededor de mis hombros y se acercó


más a mí. — Sé que se lengüetean cuando nadie los está viendo.

Me reí de una manera... extraña.

—No es verdad —Dije intentando dejar de reírme.

—Carl estás rojo.

—¿Yo? ¡No!

—La bandera roja regresó.

—Cállate pato.

De pronto, Jake entró al aula y Paul me hizo a un lado en un pequeño


empujón.

—¡Wawa! —Dijo él abrazando a Jake.

—¡Pato!
—Creo que a tu prometido le está dando alergia —Dijo Paul.

—¿Qué?

—Sí, mira su rostro, está tan rojo como un tomate —Habló Pato de manera
calmada y fingiendo cierta preocupación.

—¡No es verdad! —Dije intentando ocultar mi rostro.

—¿Estás bien Carl? —Preguntó Jake acercándose a mí.

—S-Sí, estoy bien —Vi como Paul se burlaba de mí y mientras Jake no


miraba, le saqué el dedo medio a mi amigo.

—¿Seguro?

—Si, Carl. ¿Seguro? —Preguntó Paul burlón.

—Sí, estoy bien. Es solo que, Pato está molestando.

—Oh, okey —Mi novio me abrazó y pude ver como Paul me miraba con
una expresión burlona en su rostro.

No entendí el punto de su broma.

Pero si hizo que me ponga nervioso con una frase.

Ese era el punto de su broma.

Ah.

Cojudo.

—¡Carl! —Ester me abrazó por detrás.

—¡Hola! —Dije intentando mantener el equilibrio.


—Necesito hablar.

—Ay, ¿Ahora qué pasó? —Pregunté.

—Tengo chisme.

—Voy.

—¡Si, Carl, yo también te quiero! —Gritó Jake.

Nadie dijo nada, ni nos vieron raro, pero supongo que es porque ya están
acostumbrados a ver como actuamos como novios.

—Dime, ¿Qué pasó? —Le pregunté a Ester mientras dejaba mi mochila a


un lado y nos sentábamos en el piso.

—Creo que me gusta un chico.

—¿Qué?

—Creo que me gusta mi vecino.

—¿Qué?

—Se mudó a mi barrio hace unos 4 meses y ahora creo que me gusta.

—¿Qué?

—¡Ya deja de decir "Que"!

—Perdón, pero me perdí en "gusta".

Ese chico del cual me hablaba Ester, ya lo había mencionado antes.

Muchas... muchas... muchas veces.


Mis sospechas de que le gustaba eran ciertas.

—Es que no sé, creo que me gusta, pero él un día me dijo que prefiere
salir con chicos —Explicó ella.

Me quedé callado y no supe qué decir.

—Todos los que me gustan son gais —Dijo ella y solté una pequeña risa.

Ella me miró y me puse serio.

—Perdón —Dije. —Te dijo que prefería salir con hombres, no que le
gustan solo los hombres.

—Primero pensé que yo también le gustaba porque me daba besos en la


mejilla y en cada parte de mi rostro a cada rato y ahora me viene a decir
eso.

—Que cruel.

Yo fui más cruel.

—Malditos hombres —Dijo ella.

—Yo soy hombre.

—Ya sé.

—Ah.

Ay.

Ahora me siento como Jake con Amelia.

Ay.
—¡Jake! —Lo llamé.

Él se acercó a mí rápidamente.

—¿Qué pasa corazón?

¡Me dijo corazón!

—Golpéame.

—No jodas.

Ester, Jake, Amelia, Paul y yo estábamos en una esquina de nuestro


salón.

Intentábamos hacer una recreación de cómo seria salir del closet con mi
mamá.

—A ver, yo soy el carro —Dijo Paul sentándose en el piso. —Ester y Jake


son los asientos de atrás y Amelia es tu mamá.

Amy se sentó atrás de Paul e intento no reírse.

—Siéntate hijo —Dijo ella tocando el piso.

—Se supone que le diré cuando Valeria ya salga del auto —Dije.
—Ah. Entonces... ¡Habla pues!

—¡Perdón!

Desordené mi cabello e intenté no estresarme. Fue inútil porque ya estaba


muy estresado.

—3... 2... 1... ¡Acción! —Gritó Paul.

—Mamá... —Abrí la boca para decir algo y no supe que decir.

—Ahí es donde tienes que decir que eres gay —Susurró Ester.

—Ya sé... —Me tiré hacia atrás y terminé apoyado en Jake. —¿Por qué es
tan difícil?

—Porque te da miedo que tu mamá reaccione de mala manera —Contestó


él de manera calmada mientras ponía sus brazos al rededor de mis
hombros. —Tranquilo, todo saldrá bien. Estoy seguro de que tu mamá
reaccionará de buena manera.

—¿De verdad lo crees? —Pregunté con miedo.

—Sí. Todo estará bien —Afirmó él y me dio un beso en la cabeza.

Ambos nos miramos y nos quedamos en un completo silencio.

—Genial, ya se pusieron de melosos —Dijo Paul.

—Cállate, Paul. Arruinas el momento —Se quejó Amy. —No me dejas ver
qué cosas escribiré en mi libro.

—Perdón.

—¿Vamos a ensayar si o no? —Preguntó Ester.


—Ya voy —Dije volviendo a mi lugar.

—3... 2... 1... ¡Acción! —Gritó Paul.

Salía de la escuela. No sentía felicidad, sentía nervios.


Muchos, muchos nervios.

Ya habían terminado los exámenes, debería de estar feliz, pero no, nada
de eso, estaba muy, muy nervioso. Sentía muchas ganas de vomitar. Me
sentía un poco mareado y tenía esas mariposas en el estómago, pero no
como las que siento como cuando estoy con Jake, eran otras que en lugar
ser mariposas parecían ser grillos.

—¿Si irás hoy a mi casa? —Le pregunté a Jake intentando ocultar mi


nerviosismo.

—Si, mi mamá dijo que si podré quedarme a dormir.

—Que bien —Dije sonriendo.

Cálmate.... Cálmate... Cálmate...

Sentí como me sudaban las manos, así que me comencé a secar en mis
pantalones.

—Carl.
—¿Si?

—¿Estás bien?

—¿Por qué no lo estaría?

—Estás tan sudando que tus rizos del frente se marcaron como cuando te
bañas —Dijo él.

—¿Qué?

—Estás nervioso.

—¡No!

—¿Te da miedo lo que dirá tu mamá? —Me quedé callado.

Jake me miró con preocupación y me tomó de la mano. Seguido a esto me


llevo hacia nuestro salón, el cual ya estaba vacío, pues todos ya estaban
afuera esperando a que los recojan o ya yéndose a sus casas.

—No estoy nervioso —Dije una vez adentro.

—Si, si lo estás y mucho.

—No.

—Sí. Yo también lo estoy.

—¿Por qué?

—Por la misma razón que tú.

—¿Por miedo a cómo reaccione mi mamá?


—Sí. No quiero que algo malo te pase si es que ella tiene una mala
reacción. Sé que no será así, pero aun así me siento muy asustado y yo
no soy el que saldrá del closet con su mamá —Jake puso sus manos en
mis hombros. —Carl todo va a salir y bien. Además, no es obligatorio que
se lo digas ahora, no hay presiones. Si no estás listo entonces no lo estás,
no hay nada de malo en eso. Tómate tu tiempo —Puso un mechón de mi
cabello atrás de mi oreja. —¿Okey?

—Okey.

—Si algo llega a salir mal, tú sabes que cuentas con mi apoyo. Yo estaré
para ti y me quedaré a tu lado pase lo que pase —Sonreí y mi novio me
dio un abrazo.

El abrazo fue uno muy largo y no quería soltarlo.

—Te quiero, Carl.

—Yo también te quiero, Jake.

Él me dio un beso en la mejilla y terminó con ese abrazo.


Yo quería que siguiéramos abrazados, pero su hermano de seguro estaba
afuera, esperándolo y mi hermana también.

—Todo estará bien —Dijo acariciando mi mandíbula.

Asentí y quise besarlo, pero aún había algunas personas pasando por
nuestro salón y me dio miedo que nos vieran.

—¿Nos vamos? —Preguntó él.

—Vamos.
Me senté en la parte de adelante del auto.

Voy a vomitar.

Pasaban los minutos y mientras veía como nos acercábamos hacia mi


casa, solo quería retroceder el tiempo y volver a iniciar el día.

—Hijo ¿Estás bien? —Preguntó mi mamá.

—Sí.

—Estás sudando.

—Hace calor.

—Estamos con aire.

No puedo estar calmado, ¿Cómo se supone que puedo estar calmado


cuando literalmente saldré del closet con mi mamá?

—Ya llegamos —Dijo Valeria, terminando la conversación.

Lo dijo con un tono extraño. Como si quisiera decirme "Ya es hora de que
le digas que eres gay".

¡Dios!

Cuando entramos a la cochera, mi hermana salió del auto rápidamente,


dejándome solo con mi madre.

Ay por Dios.
—Oye mami —Ella me miró. —Te quería decir algo.

¡Ay carajo, se me sube la presión!

—¿Qué pasó?

—Mamá... —Soy gay.

Soy gay.

Soy gay.

Soy gay.

Me gustan los chicos.

Me gustan los chicos.

¡Habla!

—Saque 78 en el examen de biología —Dije y supe que la había cagado.

—Oh, ¿Por eso estabas nervioso? ¡Está bien! 78 es una A, es una nota
aprobatoria. Tranquilo, hijito —Habló mi mamá y me dio unas palmadas en
el hombro.

—Sí... —Abrí la puerta y salí del auto rápidamente. Cerré la puerta y dije
en susurro. —Soy gay.

Soy un estúpido.

Estúpido... estúpido... estúpido... estúpido... estúpido...

¡Debí decirle!

¡No era tan difícil!


Soy un cobarde. Un maldito cobarde.

Subí al segundo piso con los ánimos a dos metros bajo tierra.

—¿Y cómo te fue? —Preguntó Valeria, quien estaba acostada en el sofá.

—No pude ni decirle la palabra "soy" —Respondí y me metí a mi


habitación.

Tiré mi mochila y cuando me acosté en mi cama, me hice bolita con la


cobija.

No quería levantarme. Solo quería quedarme en mi cama y recordarme lo


miedoso que soy.

Me quedé envuelto como un tamal, pensando en todo.

¿Qué van a pensar mis amigos cuando vean que todo el tiempo que los
estuve molestando con mis preocupaciones fueron en vano?

¿Por qué es tan difícil?

¿Por qué esto no pasa con los heterosexuales? Ellos no tienen que
ensayar para después ir y decir "Mamá, soy heterosexual".

No sé cuánto tiempo pasó, pero creo que me quedé dormido, porque


desperté cuando sentí como alguien se tiraba encima de mí.

—¡Carlitos! —Era Jake. Me abrazó como si fuera un peluche y yo apenas


estaba recuperando la conciencia. —Ya te estaba extrañando.

—¿Jake?

—No, soy tu mamita. Sí, soy Jake.


—¿Por cuánto tiempo me dormí?

—No sé, son las 3:32.

—Ah, no dormí ni una hora.

—¿Cómo te fue con tu mamá?

Me quedé callado y oculté mi rostro en su pecho.


¿Cómo le digo que todo fue en vano?

—No le dije nada. No pude, tenía miedo —Ser directos es la mejor


solución.

Me funcionó con Jake.

—Está bien. Eso explica por qué tu mamá no me miró raro y hasta me
abrazó más fuerte que a una almohada —Respondió él.

Solté una especie de llanto que no sabía si era de verdad o falso.

—De verdad pensé que me sentía listo para decirle —Dije. —Pero en ese
momento... no sé, me dio miedo. Nuestra relación de madre e hijo ha
estado cambiando en estos últimos años y me da miedo que todo eso se
vaya a la mierda porque soy gay. No puedo ni decir "Soy gay" sin sentir
algo extraño que no sé cómo describir.

Abracé a mi novio y seguí sintiéndome extremadamente inútil.

—Está bien, Carl. No estabas listo, es todo. Lo intentaste —Él me daba


mimos en el cabello y me comencé a sentir un poco mejor. —Recuerda
que no hay presiones.

—No me imagino como será cuando salga del closet con mi padre.
—¿Te imaginas saliendo del closet con tu padre?

—No. Por él era homofóbico.

—Entonces no es necesario que pienses en eso ahora. Date tu tiempo.

—¿Por qué es tan difícil decir solo dos palabras? "Soy- Gay"

—Lo mismo me pregunto. Yo me podía declarar a una chica sin ningún


problema, pero contigo... —Hubo un silencio. — No, contigo ni pude, tú te
me declaraste.

—Si no lo hubiera hecho, no estaríamos así ahora.

—¿Ves? Fuiste valiente, te arriesgaste mucho. Ya vas a ver que con tu


mamá podrás hacer lo mismo. Saldrás del closet y ella te aceptará —Jake
hablaba con una voz calmada.

Era la primera vez que lo escuchaba así. Tan calmado y dando consejos
de esa manera.

—¿Ya te dije que te quiero? —Pregunté.

—Sí.

—Bueno, te lo vuelvo a recordar. Te quiero — Ambos nos miramos y nos


sonreímos.

Aún abrazados, nos acercamos con la intención de besarnos, hasta que


alguien abrió la puerta de golpe, haciendo que Jake y yo nos separemos
rápidamente.

—¡Hola, chicos! —Era mi hermana.

¡Carajo, se me bajó la presión por las huevas!


Ella sostenía una gaseosa y dos vasos en su mano. —Les traje gaseosita
—Valeria hablaba con un tono de voz extraño, demasiado amable.
Además, sonreía... —No se olviden de dejar de la puerta abierta.

Ah, ya entendí.

—¡Valeria, no molestes a tu hermano! —Gritó mi mamá desde... la sala,


creo.

—Puerta abierta —Volvió a decir mi hermana.

Que incómodo.

El pelinegro y yo nos miramos.

Desde el día en el que le dejé esos chupetones, dejé paranoica a mi


hermana.

—Oye, hijito —Mi mamá apareció afuera de mi habitación. —Jake y tú


dormirán en la sala.

—¿Por qué? —Pregunté.

—Hay más espacio —Respondió ella y se fue a su habitación.

Valeria solo me miró con seriedad y volvió a repetir lo mismo. —Puerta


abierta.

—¡Ya entendí! —Le grité y ella se fue.

¿Qué acababa de pasar?

En los 7 años que Jake ha venido a mi casa nunca nos habían pedido que
dejemos la puerta abierta ni que nos vayamos a dormir a la sala porque
había más espacio.
—Okey... —Habló mi novio, cortando el silencio incómodo que se había
formado. —Tu sala tiene netflix.

—Entonces... ¿Está... bien dormir ahí?

—Ajá.

—Bueno.

Genial, ahora mi privacidad se desvaneció.

Hoy se suponía que Jake y yo veríamos Spider-Man y después de verdad


veríamos Spider-Man.
Pero no, ahora nos quieren en la sala y si estábamos en mi cuarto
entonces la puerta debe estar abierta.

No me imagino como será mi mamá cuando salga del closet con ella y se
dé cuenta de que me estuvo dejando hacer pijamadas con mi novio.
12. Te quiero, papá.

Jake

21 semanas- Miércoles - Vacaciones . . .

Odio cuando mis padres pelean.

Estoy acostumbrado a eso, bastante acostumbrado, pero aun así lo odio.

Y es peor cuando nos usan a mí y a mi hermano como jueces para ver


quien tiene la razón y mandarnos a hacer quedar mal a uno con el otro.

Era exactamente lo que mi mamá estaba haciendo ahora, y no conmigo,


con mi hermano.

—Ian, tienes que decirle a tu padre que si él no despide a esa perra que
tiene como empleada, yo le pediré el divorcio y le quitaré su custodia. Dile
que ustedes no lo verán nunca más —Le ordenaba a mi hermano mientras
él solo escuchaba con atención.

Ay, por Dios.

Mis padres han estado peleados desde antes que iniciaran las vacaciones.

—Mamá, mamá, basta —La miré mal y ella hizo lo mismo conmigo. —Ian
ve a tu cuarto.

—Pero mamá dijo que le diga papá que si no despide a la perr... —No lo
dejé terminar.

—No digas eso —Ordené. —No tienes que decir malas palabras, eres muy
pequeño. Solo tienes 8 AÑOS —Hablé más fuerte al momento de decir su
edad. —Ve a tu cuarto.

—Está bien —Él se fue y observé con enojo a mi madre.

¿¡Yo no podía decir la palabra "Gay" delante de mi hermano, pero ella si


podía ordenarle pronunciar la palabra "perra" como un insulto!?

—¿En serio? —A veces me gustaría que no nos metieran en sus peleas.

—¿Qué? Hacías lo mismo a su edad y no te andabas quejando —Dijo.

—Si, porque tú me lo ordenabas y no había nadie que me dijera que


estaba mal.

—Ay, ya, Jake. No quieras hacerte el maduro. Estresas —Habló ella con
fastidio y le dio un sorbo a una copa. Genial, estaba tomando.

—¿Otra vez estás tomando?


—No te quejes. Tu padre hace lo mismo como 3 veces por semana y no te
veo quejándote.

—Él es un caso perdido, tú no.

—Solo... déjame disfrutar por un momento —Me quedé callado y observé


cómo se tomaba todo el vino de esa copa de una sola pasada. —¿Quieres
un poco?

—¿Qué? No —Okey, voy a fingir que no tomé antes.

—¿Tu papá te dijo que estaba mal?

—Obviamente.

—Ay... tu padre. Así es él, un hipócrita. Él comenzó a tomar alcohol cuando


tenía 12.

—Ah.

—Pero claro, siendo un mentiroso e hipócrita, era obvio que te iba a decir
que tomar alcohol está mal.

—¿De qué estás hablando? —Mi padre entró a la cocina.

Creo que ya tengo que irme.

—¿Ya te vas de nuevo a la oficina? —Preguntó mi mamá.

—Sí, olvide unos papeles —Explicó él y ni yo le creí.

Eran las 8 de la noche, era obvio que mi papá no se iba a trabajar.

—Si, claro. Diviértete con los saltos que dará Daniela —Habló mi madre.
—¡Olivia! ¡Jake está aquí, por Dios! —Reclamó mi padre molesto.

—¿Y? ¡Como si él no supiera de todas las perradas qué haces! —Si, me


tengo que ir.

Intenté salir de la cocina, cuando mi papá puso su mano en mi hombro.

—¿¡Le contaste!? —Preguntó mi papá.

Mierda, mierda, mierda, mierda.

—¿Contarme qué? —Preguntó mi mamá.

Abrí la boca para decir algo pero no pude.

—¡Jake! ¿¡Contarme qué!?

—Jake, ni se te ocurra decir algo —Amenazó mi padre.

Mierda, mierda...

—¡Jake!

—¡Jake, no te atrevas!

—¡Déjalo hablar! ¡Siempre haces esto! ¡Quieres tener todo bajo tu control!
—Reclamó mi mamá.

—¿¡Yo!? ¡Tú eres la enferma que siempre está vigilándome y controlando


a donde voy, con quien estoy y a qué hora estoy en cada lugar!

—¡Tengo mis razones! ¡De tantas mujeres con las que te has acostado ya
perdí toda la confianza!
—¿¡Entonces por qué sigues conmigo!? ¡Podemos divorciarnos si así lo
deseas!

—¿¡De verdad me estás diciendo esto!?

Otra vez intenté salir de la cocina, pero mi mamá me tomó del brazo.

—Jake —Me llamó. —¿Acaso no fue tu padre el que me dijo que yo no


podía separarme de él?

Aquí vamos de nuevo.

—Si... él dijo eso —Dije.

—Pues tu madre ya me cansó, ella puede meterse con la cantidad de


hombres que quiera. A mí no me va a importar —Habló mi papá.

—¡Asqueroso! ¿¡Acaso crees que yo soy cómo tú!?

—Quien sabe. Tal vez ya llevaste a varios a la cama y vienes aquí a


hacerte la víctima. Como siempre.

—¿¡Cómo te atreves!? ¡Maldito infeliz!

—¡Cállense! —Grité. En verdad estaban estresándome. —¡Mamá! ¡Tú


eres una irresponsable, inmadura que no sabe cómo lidiar con sus
problemas sin hundir a otros también! ¡Y vi a papá con una de sus
amantes en su oficina! Y papá... ay ¿¡Qué quieres que diga!? ¡Ya todos
saben que te tuviste sexo con casi todas las mujeres de tu trabajo! ¡Me das
vergüenza! ¡Malditos enfermos!

Salí rápidamente de la cocina después de decir eso.

Ay... por... Dios...


Gritar eso se sintió bien.

Mierda. Ahora me van a odiar.

¡Qué importa! Eso se sintió increíble.

¡No puede ser!

¿¡Por qué dije eso!?

Malditos hipócritas.

Cállate.

Ay... solo faltó que grite que me gustan los hombres.

Me siento como Spider-Man... pero con dinero.

¿Por qué me siento triste?

A veces me pregunto eso. Tengo una vida que muchos quisieran tener
(Según mi papá). Estudio en uno de los mejores colegios de mi ciudad,
puedo irme a vivir a Estados Unidos sin problemas, soy lindo, mi familia
tiene dinero, yo tendré ese dinero algún día (Si es que no me desheredan
por gay), y tengo un novio que me quiere y es guapo y es mi novio y es
guapo y se llama Carl y es mi novio y se llama Carl.
Justo ahora, mientras escucho "Back to Back" de Amy Winehouse y me
como los chocolates más ricos qué haya probado en toda mi vida, me
pregunto por qué me siento triste si tengo todo lo que alguien podría
desear.

Digo, sé que mi papá es infiel y un poquito pegado al alcohol y que mi


mamá es una mujer que es dependiente de él en todos los sentidos y que
solo nos usa a mí y a mi hermano para solucionar sus problemas, pero no
es mucho a comparación de los problemas de otros.

Como los de Amelia o los de Carl. Incluso los de Paul.

Ellos si tienen verdaderos problemas.

Me tomé muy en serio la frase que mi papá siempre me decía. "Tus


problemas no son nada comparados con los de los demás, tienes la vida
perfecta, esa es una gran ventaja".

En esa época no sabía lo que hacía, pero se entiende el punto.

Dios, me siento como un pituco dramático.

Salí de mis pensamientos cuando me llegó un mensaje.

—Holaaaaaa
Gay
Jskadjaldj ya parezco Amelia —Era Carl.

—Dime
Si, ya se como habla ella y las demás del salón
XD

—Como estas cucaracha pituca?


Todo bien?
Podría decirle lo qué pasó con mis padres, pero no. No quería agobiarlo
con mis problemas.

—Bien —Escribí. —Y tú? Como va todo con tu mamá?

—Bien
Oye
Te cuento

—Cuéntame

—Me compró un shampoo que dice "Love is Love"


Y tiene la bandera lgbt estampada en la tapa
Dijo que solo encontró eso en la farmacia

—JAKJAJAJAJAJAJJA
Estas seguro de que no quieres decirle a tu mamá?

—no sé
Le dije que la marca de ese shampoo apoyaba a los homosexuales
Me dijo "Ya sé"
Lo dijo con un tono normal

—Bueno
Sin presiones
Tómate tu tiempo

—Si
Y con tus padres
Como va todo?

—Bien
Y con tu papá como van las cosas?

—Jake
—Dime

—Me estás cambiando el tema

A veces olvido que también fue mi mejor amigo y sabe todo de mí y me


conoce muy bien.

—Pasó algo? —Preguntó.

—Mmm

—Como que mmm


Qué pasó?

—les grité de todo

—Como?

—Les grite lo que pensaba


Y no he salido de mi cuarto
No quiero verlos
Solo les grité y me fui

—Wow
Ninguno fue a tu cuarto a hablar contigo?

—No

—Ninguno te llamó?

—No

—Los dejaste pensando


No creo que estén molestos
—Igual, me da miedo salir y verlos. Además, creo que ya provoqué un
divorcio

—no era eso lo que querías?

—Si, pero así no

—Ya veo
En algún momento hablaras con ellos
Así que te aconsejo que primero dejes que ellos hablen, luego les
contestas de manera calmada y sin gritar
Y si no te hablan
Pues habla tú
La comunicación es mejor

—Y si no quiero? 🙀 —Escribí de manera sarcástica.


—No hables pues imbécil

—Perdón corazón
Te quiero 🤟
—Yo también maldito hijo de perra

—Cállate aborto
Por eso no cachas

—Quien habla
Eres más virgen que el aceite
Además si yo quisiera cachar lo haría

—Comooo????

—Eres más fácil que la tabla del 1


—Me ofendes
🖕
—Perdón calabaza
Yo también te quiero 🤟
Al menos ahora si estaba sonriendo.

Continuamos hablando y llegamos a uno de esos momentos en los que


nos ponemos sentimentales y estamos en modo cursis o poniendo
confesiones.

10:34 pm

—Crees que algún día podamos estar bien sin necesidad de ocultarnos de
los demás? —Pregunté. —Ya sabes, besarnos en público sin necesidad
de ir al oscuro, poder tomarnos de la mano sin que el resto nos mire mal,
poder decir que eres mi novio y no tener que estar fingiendo que somos
heteros.
Casarnos, tener una familia...
Okey eso ya es mucho

—Nono, está bien


Poder hacer todas esas cosas si sería lindo
Sobre todo poder casarse y tener una familia
Aunque eso aquí es imposible

—Mis padres quieren que tenga una familia


Y
Bueno ya sabes
————> 🏳️‍🌈
—Jsdjajsjsjs
De todas formas si puedes
Adoptar es una opción

—Si, pero para ellos es raro


Siento que no aceptarían que adoptara un Niño si estoy con un hombre
Ni adoptar les parece bien por el simple hecho de que no es de sangre

—Y que es lo que tú piensas?

—Me da igual
Quiero tener una familia
Y si es a tu lado mejor
Imagínate a nosotros con una hija
Siento que se nos perdería el primer día XD

—Si XDHFKAJD
Lo que importa es tu opinión
Tus padres no criaran a tu hija
Tu si

—Nosotros *
No soy padre soltero 🙄
—Perdón 😞
Nosotros *
Y eso es lo importante
Vas a ver que criaremos a nuestro hija de la mejor manera
Y no seremos como nuestros padres
Algún día podremos hacer muchas cosas juntos
Y no nos tendremos que avergonzarnos de eso
Además, te quiero tanto que siempre daré mi mayor esfuerzo por cualquier
cosa que tenga que ver contigo
Después de leer eso le comencé a sacar más de 20 capturas.

Lo amo tanto.

—Aaaayyyyy Carl

—Que dije mal


😨
—Nadaaaaa
Esa es la cosa
No dijiste nada malo
Te quiero tantooo
😭😭😭😭
—ME ASUSTAS BURRO

—Cállate
Te quiero mucho Carl
De verdad no sabes cuánto
Eres el mejor chico que conocí

—Yo también te quiero ❤️‍🩹


—Te voy a sacar de latam ‼️

—...
Esa oferta me gusta
😈
No puedo creer que un chico como él esté conmigo.

Soy en verdad afortunado.


Carl

21 semanas- Miércoles - Vacaciones . . .

Tuve una larga conversación con Jake, fue muy linda y creo que cada día
me gusta más. Es raro sentir eso, aún no me acostumbro a la idea de
saber que soy gay.

Toda mi vida pensé que me gustaban las mujeres y ahora estoy


perdidamente enamorado de un chico. Eso sí que es algo que puso mi
mundo de cabeza en cuestión de meses.

Aunque a veces me siento un poco mal al saber que no soy como los otros
chicos, más bien, como los chicos que mis padres esperan que sea... o
más bien, como mi padre espera que sea, es el típico hombre que solo
quiere un hijo que tenga una linda novia con buen cuerpo, que esté
dispuesta a servirme, casarse conmigo y tener muchos hijos.
Y no lo digo yo, me lo dijo él en distintas ocasiones.

¿Cómo podría siquiera decirle que me gustan los hombres?


Porque su deseo de que me case y tenga hijos si puedo cumplirlos. Yo me
quiero casar y tener hijos. Aunque considerando que me gustan los
hombres y estoy en Perú... supongo que adoptar un niño será algo difícil,
pero no imposible.

Aunque no sé por qué ando pensando en eso, todavía tengo 14.

¿Qué te pasa Carl?

Demasiados chats con Jake.

Cálmate.

Ahora solo me encuentro en el primer piso de mi casa. En este solo vive mi


papá y el auto.
De los dos, el auto es el que sirve más.

No paso mucho tiempo aquí, solo bajé para agarrar mi mochila.

Ya eran las 12 de la noche, olvidé que mi mamá me dijo que recoja mi


mochila de la lavadora, lo bueno es que no se dio cuenta de que no le hice
caso, así que podría arreglar todo antes de que me dé una extensa charla.

Estaba a punto de subir al segundo piso, cuando escuché como alguien


abría la puerta.

Era mi papá.

Estaba mojado por la lluvia y tenía una botella de vidrio en su mano.


Contenía alcohol, obviamente.

—Hola, papá —Saludé y noté que apenas podía mantenerse de pie.

La mochila tendría que esperar.


—¿Por qué no estás durmiendo? —Preguntó él.

No podía ni hablar.

—Te ayudo —Dije y puse su brazo al rededor de mi hombro, necesitaba


llevarlo a su cuarto. Somos del mismo tamaño, así que podía ayudarlo.

—¿Tu mamá ya llegó?

—Hace 5 horas. Te llevaré a tu cuarto.

—No quiero ir a mi cuarto —Mi padre se alejó de mí y se sentó en una


pequeña mesa que se encontraba al lado del auto.

—¿No irás a dormir?

—No vine para aquí a seguir durmiendo —Se quedó callado y puedo jurar
que se quedó dormido por unos segundos. —Me despidieron del trabajo
—Informó.

—Oh —¿Me tengo que hacer el sorprendido?

—Vine a relajarme —Intentó sacarse los zapatos y cuando no pudo se


enojó consigo mismo. —Tráeme una cerveza —Ordenó. —Está en el
refrigerador de mi cuarto.

Me quedé quieto y no supe qué hacer. ¿Debería traerle su cerveza no


dejarlo ahí?

—¿¡No me oíste!? —Okey, le traeré la cerveza.

Dejé mi celular y mi mochila en la mesa para ir a buscar esa maldita


bebida que ha estado consumiendo a mi papá desde que tengo memoria.
Me metí a su habitación, olía realmente mal. Se notaba que no la había
limpiado desde hace tiempo y tenía latas de cerveza por todas partes.

La idea de que mi padre sea alcohólico me pone realmente triste, pero


también me avergüenzo de eso.

Había un refrigerador pequeño, lo abrí y me encontré con 2 latas de


cerveza. Agarré una y salí de su habitación.

Caminé por el pasillo y cuando llegué hacia donde estaba mi papá, pude
ver que tenía mi celular en su mano.

Carajo, mi teléfono no tiene clave.

Sentí como el miedo me invadía y no me quise mover.

—Carl —Me llamó mi papá mientras revisaba algo en mi celular. —Carl,


ven acá —Se escuchaba molesto.

—Toma —Dije entregándole su cerveza, fingí seguridad en mi voz.

Seguido a esto intenté quitarle mi teléfono, pero él se levantó y se hizo a


un lado.

—¿Qué mierda es esto? —Me empujó de una manera brusca y siguió


leyendo algo.

—¿Qué-Qué cosa?

—¿¡Carl que carajos estás haciendo!?

—¡Dame eso! —La desesperación me ganó así que le grité y le quité mi


teléfono.

Él estaba revisando el chat que tenía con Jake.


—Tiene que ser broma —Expresó con molestia y solo me dieron ganas de
correr. —Así que, eres gay.

Mantuve la mirada baja y no dije nada, no podía ni ver a mi papá a los


ojos. Lo único que sabía con exactitud era que estaba molesto.

—Tengo un hijo maricón —Dijo y sin darme cuenta mi respiración había


comenzado a faltarme. —Carl... —Levanté la mirada y vi como agarraba
su botella de vidrio —¿Acaso no te eduqué bien? — Ni siquiera me
educaste. —¿O quieres que sea más duro contigo? —Me miró con
decepción. —¿Eso es lo que quieres? ¿Qué te trate cómo a un hombre de
verdad?

—¿De qué estás hablando? —Pregunté con miedo.

Él soltó un suspiro con enojo.

—Bien. Eso es lo quieres. No quiero a personas como tú en mi familia


—Dijo eso de una manera tan cruel, que me sentí una de las peores
personas del mundo. —Tómate esto —Ordenó pasándome su bebida.

—Pero eso es...

—Ya lo sé. Tómatelo. Tienes que aprender a ser un hombre y dejar de lado
todas esas tonterías.

—No voy a tomarlo.

—Tienes que.

—No.

—Tómatelo.

—Papá, basta —Dije intentando no llorar.


Él me agarró de la nuca y me acercó a esa cerveza.

—Te lo vas a tomar. Es por tu bien.

Intenté alejarme. —No quiero.

—Tómatela —Me acercó esa cerveza a mi boca y yo solo intentaba


hacerme a un lado, pero no podía. —Tómatela —Habló más fuerte.

—No lo voy a hacer.

—¡Tómatela!

—¡Que no lo voy a hacer! —Me hice a un lado con todas mis fuerzas,
haciendo que un poco de esa bebida se derrame en el suelo.

—¡Puta madre, Carl! —Mi padre azotó esa botella de vidrio contra la mesa,
ocasionando que esta se rompa al instante.

Cerré los ojos y fue cuando la primera lágrima cayó.

—¡Carajo! ¿¡Acaso yo te crié así!?

—No... —Comencé a retroceder con miedo de que me hiciera algo.

—¿¡Entonces por qué mierda me vienes con estas estupideces!? —Le dio
un golpe bastante fuerte a la pared.

—Cállate, por favor, cállate —Susurré.

Las lágrimas seguían saliendo y era lo que menos quería ahora.

—¿¡Estás llorando!? —Mierda. — ¿¡De verdad estás llorando!? Te voy a


dar una buena razón para que llores.
Me tomó bruscamente del brazo y fue cuando reaccioné.

—¡No voy a dejar que te vayas por ese mal camino! —Gritó y alzó la mano
para golpearme.

No sé cómo, pero en un impulso lo empujé y me metí a la habitación que


solía ser mía y de Valeria cuando éramos niños.

Cerré la puerta con seguro y mi desesperación comenzó a subir.

—¡Carl! —Gritaba él desde afuera mientras le daba golpes a la puerta.


—¡Abre la puerta! ¡CARL!

Comencé a llorar con desesperación y me arrimaba a la puerta con miedo


de que la abriera.

Me senté en el piso, ya que no podía ni mantenerme de pie. La respiración


me faltaba y solo quería irme.

—¡Juro que esta noche te me vas a ir de esta casa! —Gritaba mi padre.

Quería que llegara mi madre o alguien, pero estaba lloviendo y se


escuchaban truenos, era imposible que escucharan.

Tomé mi teléfono y llamé a mi hermana.

—Contesta... contesta... contesta... —Decía para mi mismo mientras


intentaba ignorar todas las cosas horribles que me gritaba mi papá desde
el otro lado.

—¿Carl? —Ella contestó.

—¡Valeria! Ayúdame, por favor, ayúdame.

—¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Estás llorando?


—Papá está como loco.

—¿¡En donde estas!?

—En el primer piso —Sentí como alguien le dio un fuerte golpe a la puerta,
uno tan fuerte que juro haber escuchado cómo esta se rompía. —¡Val papá
se metió a mi celular y leyó que soy gay! ¡Rompió una botella de vidrio y
ahora quiere sacarme de la casa! —De nuevo le dieron otro golpe a la
puerta. —¡Valeria ven ya!

Colgué el teléfono y escuché otro golpe.

Debí esperar que esto pasara. Debí quedarme arriba. Debí saludar a
mi papá y subir cuando tenía la oportunidad.

—¿¡Julio que estás haciendo!? —Escuché a lo lejos la voz de mi mamá.

Carajo, ¿Y si ella también me quiere fuera de la casa?

Alguien tocó la puerta.

—Carl, soy Valeria, ábreme —Ordenó ella y escuché como mis padres
comenzaron a discutir.

Apenas me pude levantar. Cuando abrí la puerta mi hermana entró al


cuarto y volvió a cerrar la puerta con seguro.

—¿Qué pasó? —Preguntó.

No respondí nada, en su lugar solo la abracé y comencé a llorar aún más.

—¿Te golpeó? —Negué con la cabeza —¿Cómo se enteró?

—Revisó mi teléfono —No pude evitar escuchar la pelea que tenían mis
padres.
Intenté acercarme a la puerta para abrirla y ver que pasaba, pero mi
hermana me detuvo.

—¿Por qué estabas aquí?

—Que importa —Intenté acercarme otra vez a la puerta para escuchar


mejor la discusión de mis padres.

—¿¡Quieres que tu hijo se entere de todo lo que hiciste!? —Le gritaba mi


padre a mi mamá. —¿¡Pero que digo!? ¡Él es igual a ti! ¡Es el mismo
desperdicio que tú!

—¿De qué está hablando? —Le pregunté a Valeria mientras intentaba


secarme las lágrimas.

—Carl, mamá se encargará de papá, tú solo quédate aquí.

Escuchamos un estruendo.

—¿Eso fue un trueno o algo se rompió? —Pregunté con miedo.

—No sé...

—¿Y si le está haciendo algo a mamá?

—Carl, no sé, pero mamá me dijo que no saliéramos.

—¡Pero le puede estar haciendo algo malo! ¡No me voy a quedar aquí!
—Abrí la puerta rápidamente y al salir vi varias cosas tiradas.

Busqué con la mirada a mis padres y me encontré con la sorpresa de que


ambos estaban en la puerta.

—No quiero que vuelvas a esta casa —¡No, no, no, no!
—¿¡Cómo te atreves!?

Me quedé en un estado de shock al ver esa escena. Mi madre estaba


sacando a mi padre de la casa, solo con una mochila y un abrigo.

Mi hermana me tomó del brazo, pero yo no tenía intensiones de moverme.

—Por 18 años estuve manteniéndote mientras que tú solo te gastabas el


poco dinero que ganabas en alcohol. Creo que con eso ya pagué lo que
hiciste por mí —Aclaró mi mamá.

—Gracias a mí tienes todo esto. De no ser por mí ahora estarías en la


calle. ¡Eres una malagradecida! ¡Maldita lesbiana!

¿¡Qué!?

—Yo ya pagué mi deuda contigo. Te soporté por mucho tiempo y dejé que
te quedaras sin tener que hacer absolutamente nada, pero no voy a
permitir que te metas con mis hijos ¿Oíste? ¡Lárgate si no quieres que
llame a la policía! —Dicho esto le cerró la puerta en la cara.

Una lágrima cayó por mi mejilla y un sin fin de pensamientos invadieron mi


mente.

Papá se había ido.

Y odio admitirlo, pero no quería que eso pasara.

¡No quería que nada de esto pasara!

Me encontré con la mirada de mi madre y sentí un gran nudo en la


garganta. No sabía que hacer, ¿Qué carajos se suponía que tenía que
hacer?

Bajé la mirada y subí al segundo piso rápidamente.


Las lágrimas invadieron mis ojos así que todo se veía borroso. Sin darme
cuenta ya había comenzado a temblar y solo quería morderme las uñas.

—Carl —Me llamó mi mamá, pero solo seguí caminando hasta mi


habitación. Me daba vergüenza y miedo verla. —Carl —Me tomó del
hombro e hizo que me girara hacia ella.

Me abrazó. Solo me abrazó. Y se sintió tan bien, que comencé a llorar casi
a gritos.

—Perdón, perdón, perdón —Dije.

—No tienes por qué disculparte.

—No debí bajar, debí quedarme arriba. ¡Nada de esto hubiera pasado!
—Hablé con la voz entrecortada.

Me separé de mi mamá y vi como mi hermana me miraba con lástima.

—Carl, esto no tiene nada que ver contigo —Dijo Valeria.

—Exacto, tu padre fue una mala persona por mucho tiempo, él fue el
causante de esto —Explicó mi mamá.

—¡Si tiene que ver conmigo! ¡Él se puso así por mi culpa!

—Hijo, eso no es verdad. Él se puso así por el alcohol.

—¡No, mamá! —Me puse a llorar aún más. —¡Se enojó e intento
golpearme porque SOY GAY! —Luego de decir eso me tape la boca con
ambas manos.

Hubo un gran silencio y me insulté mentalmente por haber dicho eso.


—No debí decir eso —El pánico se apoderó de mí. —No debí decir eso...
—Evitar llorar ahora era imposible.

—Carl —Mi mamá me habló.

—No debí decir eso.

—Carl, Carl, está bien, está bien —Dijo ella.

—¿Qué?

—Ya... ya lo sabía.

—¿Qué?—El aire me comenzó a faltar y hacía lo mejor que podía para


poder respirar.

—Okey, siéntate —Ordenó mi mamá y me senté en el piso del pasillo.

Ella hizo lo mismo, mi hermana se sentó al lado y yo solo sentía mucho,


mucho pánico.

—¿Cómo sabías? —Pregunté.

—Te vi con Jake... cuando estaban en la azotea y les llevé piqueos. Fingí
que apenas estaba llegando para no incomodar... —Me quedé callado y
me sentí realmente confundido. —No creo que eso esté mal. Te apoyo y te
quiero tal y como eres. Te gusta Jake, a él le gustas tú y solo quieren ser
algo más que amigos. No hay nada de malo en eso.

—Carl, yo también sabia que mamá sabía. Solo que no quería decirte por
qué ambas queríamos que tú estuvieras listo para salir del closet. No
queríamos forzarte a nada —Comentó mi hermana.

—Te queremos tal y como eres. No hiciste algo mal, solo estás siendo tú
—Explicó mi mamá con tranquilidad.
Un nudo se formó en mi garganta, sentía una punzada en el pecho y solo
quería seguir llorando, pero esta vez el sentimiento era un poco diferente.
Mi padre acababa de irse de la casa, pero mi mamá aún seguía conmigo,
al igual que mi hermana, eso era algo reconfortante.

—Estaremos bien —Dijo mi madre abrazándonos a mí y a mi hermana.


—No les va a faltar nada. Podrán ver a su padre si así lo desean, pero les
prometo que él nunca podrá lastimarlos —No creo que quiera verlo
después de esto. —Los quiero y son lo único que necesito.

Observé a mi hermana quien ya había comenzado a llorar al igual que yo.


No estoy muy seguro de cómo era la relación que tenía con mi padre, pero
sí sé que ella lo quería.

Todo pasó muy rápido.

¿Acaso fue mi culpa?

—Carl, ¿Tu padre de verdad no te hizo nada? —Preguntó mi mamá.

—No —Miré mi brazo, el cual tenía unas marcas rojas que mi papá había
dejado después de haberme agarrado demasiado fuerte el brazo. —No me
hizo nada.

Sabía que algo malo podría pasar si salía del closet, pero nunca pensé
que ese algo sería que mi padre fuera echado de la casa, y todo en menos
de una hora.

Siento que acabo de destruir a una familia.


13. Te amo y a ti te odio

Carl

21 semanas- Jueves - Vacaciones . . .

Me levanté luego de escuchar ruidos en la cocina.

Abrí los ojos con pesadez y vi a mi hermana durmiendo al otro lado de la


cama.

Mierda. Todo lo qué pasó ayer fue real.

Solté un suspiro y me quedé un buen rato acostado intentando procesar


todo.
Cuando me levanté me metí directamente al baño. Hice me aseo personal
y al mojarme la cara con agua volví a confirmar que nada era un sueño.

Al salir del baño me puse los lentes, no veía un carajo, solo una macha
que se movía en la cocina.
Maldita miopía.

—Buenos días, mami —Saludé cuando pude ver con claridad. Intenté
actuar con normalidad.

Siento un poco de vergüenza al ver a mi mamá y saber que ella sabe que
soy gay y qué tal vez ahora se le puede estar pasando por la mente que
me gusta el pene y no la vagina.

Okey, eso sería raro.

—Buenos días —Saludó ella mientras servía jugo en un vaso. —Ya está el
desayuno. ¿Puedes ir a despertar a tu hermana?

—Creo que es mejor que duerma un poco más. Ayer se durmió muy tarde
—Valeria no dejó de llorar en toda la noche. No sé cuando paró
exactamente, yo también me quedé dormido en medio del llanto.

—Sí... mejor hay que dejarla dormir —Dijo ella.

Me senté en la mesa, en la cual había pan, mantequilla, mermelada,


queso, jamón, huevo, palta. De todo.

Mi madre me trajo un vaso con jugo de fresa mientras que ella le daba un
sorbo a su café.

Hubiera preferido café.

Ambos comenzamos a comer y nos quedamos en un profundo silencio.


De seguro está pensando en lo mucho que te gusta el pe...
¡CÁLLATE!

Odio mi mente.

—Y... ¿Entonces? —Pregunté intentando sacar una conversación.

Tengo que seguir el consejo que le di ayer a Jake.

—¿Hijito? —Preguntó ella.

—¿Qué era eso que le dijiste ayer a papá? —Interrogué con miedo.

Si escuché que fue lo que le dijo a mi padre, no todo pero una parte.
Quería que ella me explicara mejor.

—La verdad.

—Oh... okey —Le di un sorbo a mi jugo de fresa. No sé exactamente a qué


verdad se refiere.

Supongo que es la que trata sobre mi mamá siendo lesbiana. ¡Necesito


que ella me explique!

—¿Estás enojado? —Preguntó.

—No tengo razones para estarlo —Respondí sin entender a que se refería
exactamente.

Agarré un pan y comencé a cortarlo por la mitad.

—Oye mamá.

—¿Si?
—La verdad... no sé de qué me hablas —Confesé. —Ayer... —Hice una
pausa y no supe si continuar o no. —Ayer escuché una cosa y ahora no sé
si me estás hablando de esa cosa o de otra —Bajé la mirada mientras
decía todo eso. —Estoy confundido.

Ella se quedó callada por un momento. —¿Qué escuchaste?

Aaaayyy...

—Escuché que... —Ojalá mis oídos aun sirvan. —Que papá te dijo
lesbiana y que gracias a él estás aquí —Hablé rápidamente.

—Es verdad —Contestó ella.

—¿Qué?

—Soy lesbiana —Dijo.

—Oh... okey —Mordí mi pan, al cual ya le había puesto mantequilla.

—¿Estás bien con eso?

—Sí... Yo soy gay —Ay, ¿¡Por qué dije eso!? —Estamos igual
—Mátenme.

Ella soltó una pequeña risa y me sentí un poco más relajado.

—Lamento que te hayas tenido que enterar en estas circunstancias


—Habló mi madre.

—Está bien. En algún momento iba a saber.

—Así como yo en algún momento me iba a enterar de que estas con cierto
Ricky ricon.
No puede ser... ella también piensa que Jake es pituco.

Solté una risa nerviosa y mis mejillas comenzaron a arder.

NOO, ahora no Carl.

—¿Ya son novios? ¿O son cómo esos jóvenes de ahora que se besan sin
ser nada? —Preguntó y volví a reír.

Por un tiempo lo fuimos.

—Sí, el... es... mi novio —Contesté y me sentí raro al decirle esas dos
palabras a mi mamá.

—Que lindo. A tu edad yo también tenía un novio —Estuve a punto de


decir algo como "¿De verdad?" Hasta que dijo. —No duramos ni una
semana. No me gustaba.

—Oh... ¿Y tuviste una... novia?

Ella se quedó callada por un momento y luego contestó. —Sí. A los 16.

—¿Y qué pasó con ella?

—Larga historia.

—¿Cómo se llamaba?

—Su nombre era Jennifer.

Asentí y fingí que no quería saber más.


Odio ser chismoso, pero es la costumbre. Creo que es hereditario.

—¿Quieres que te cuente la larga historia? —Preguntó.


—Cada detalle —Confesé.

—Dios, eres igual que yo.

—Ya sé.

Era la primera vez que sabía más cosas sobre mi mamá.


Bueno, más cosas sobre su vida en Iquitos y básicamente todo antes de
que yo naciera.

—Bueno, la conocí en la escuela aunque nunca antes había hablado con


ella. Hasta que un día, en vacaciones, estaba saliendo de la iglesia se me
cayó mi rosario y ella lo recogió, me lo dio y cuando hablamos nos caímos
mal —Contó con cierta emoción.

—Los que se pelean se aman —Dije recordando aquella frase.

No me sucede. La única vez que me pelee con Jake de una manera fea,
fue cuando... ay, fue cuando descubrí que me gustaba y a él le gustaba
yo... ay.

—Nos vimos en la escuela y estábamos en salones distintos, pero ella era


muy, MUY mala en matemática. Eso nos hizo juntarnos 3 veces a la
semana y... ya sabes.

—Jaja, es como yo —Dije. No me va mal en tan mal matemática pero lo


odio.

—Es igual ti.

—¿De verdad?

—Si, ambos tienen rulos, a los dos les gusta el rock, aman a los gatos por
alguna extraña razón y tienen cierta atracción romántica hacia el negro.
—Wow... podría ser mi mamá.

—Y que lo digas, tú y Valeria son una mezcla de ambas —Los dos


sonreímos.

—¿Por qué terminaron?

—Mis padres eran muy religiosos y fue todo un desastre —Contó ella y
noté como su mirada se apagaba.

—¿Por eso te casaste con papá?

—Se podría decir que sí... él me ayudó a tener una carrera y a quedarme
por un poco más de tiempo en mi casa.

—Oh... gracias por no haber sido así conmigo.

—¿A qué te refieres?

—Bueno, una vez escuché una frase que dice que los abusados...

—Se convierten en abusadores —Siguió sin dejarme terminar la frase.


—Si la escuché. Me di cuenta de que me estaba convirtiendo en una, ya
sabes, cuando tú y Valeria eran más pequeños. Me prometí dejar de serlo.

—Lo estás haciendo bien.

—Gracias.

Continuamos comiendo mientras ella seguía contándome lo qué pasó con


esa tal Jennifer.

Fue una larga conversación. Pasaron muchas cosas y ahora me siento


afortunado de tener a al menos un padre que me apoye.
Hubo un momento en el que dejó de contar y quería saber más, pero ella
simplemente cambió de tema.

Luego de un rato intenté preguntarle sobre mi padre. ¿A dónde fue?


¿Sabe algo de él? ¿Algún día lo veré de nuevo?

Todas esas dudas desaparecieron cuando ella dijo. —Me pregunto en


donde estará tu padre.

Ja, al parecer no tiene intenciones de volver o algo. Aunque después de la


amenaza que le dio mi mamá, es obvio que no querrá volver.

Yo tampoco quiero que regrese, pero quisiera saber al menos cómo está y
si no le robaron los órganos o algo así.

¿Estoy preocupado? Sí, pero también estoy enojado con él por lo que
pasó.

No sé cómo sentirme al respecto.

—Hijo —Me habló mi mamá, sacándome de mis pensamientos.

—¿Si? —Pregunté y seguí tomando lo que quedaba de mi jugo.

—Si quieres puedes traer a Jake a la casa —Cuando dijo eso casi me
ahogo.

—¿Ah?

—Ya sé que son novios, pero eso no significa que tenga que dejar de venir
a la casa —Me sentí aliviado y aterrado, ¿Se puede sentir esas dos cosas
al mismo tiempo? —Aunque deberán dejar la puerta abierta y si se queda
a dormir debe ser en la sala.

—Pero-
—Pero nada, no quiero dos jovencitos de catorce queriendo hacer cosas
que a su edad no se me pasaban por la mente.

—¡Mamá! El "pero" no iba por lo de dormir en la sala —Aclaré


avergonzado.

—Ah.

—Te iba a preguntar si podía traer a unos amigos más.

—Ah. Está bien, ¿A quiénes?

—Amelia y Paul.

—Amelia... ¿La que tiene cerquillo y cabello corto?

—Ajá.

—¿Paul es el alto ese...? —Tengo muchos compañeros altos. —¿Medio


morenito con cabello largo?

—Si, ese.

—Está bien. Tráelos.

—Bien.

Obvio no los mencioné porque son los únicos amigos que se ofrecen para
estar de algo conocido como "violinistas".

Aunque son mis amigos, así que está bien.


Abrí la puerta. Jake ya había llegado.

Le conté lo qué pasó por el celular y me dio una larga charla. Intentó
hacerme sentir mejor, pero no me sentía mal...

—¡Carl! —Él me abrazó apenas y entró a mi casa.

Me tomó por sorpresa aquel acto. Aun así, le correspondí y nos quedamos
así un buen rato. Jake pasaba sus manos por mi espalda y sentía su
respiración muy cerca de mi nuca. Fue un abrazo bastante cálido.

—Jake, estoy bien. De verdad —Afirmé mientras le susurraba al oído e


intentaba tenerlo más cerca de mí.

No sé si esas palabras eran ciertas.

—Igual, déjame abrazarte —Asentí mientras seguíamos abrazados.

—Te extrañé —Dije. —Seis días es mucho.

—Ya sé. No me imagino como serán en las vacaciones de dos meses.

—Ni pienses en eso todavía —Amenacé y ambos reímos.

El abrazo todavía seguía, pero me gustaba.

Tenía a Jake muy cerca y sentía su cabello y su respiración en mi cuello.


Fue imposible no dejarle un beso en el cuello y comenzar a subir hasta
llegar a sus labios.
El de ojos bonitos solo se dejó llevar y pasó su mano por mi mandíbula.
Continuamos así hasta que escuché como alguien se acercaba hacia las
escaleras.

Me dio miedo y le di tremendo empujón.

Mátenme.

—¡Perdón! ¡Perdón, perdón! —Le dije a Jake y pude ver a mi mamá bajar
las escaleras.

—¡JJ! —Dijo ella muy animada y a juzgar por la cara de mi novio, pude ver
que él entendió la situación.

—Hola, tía —Saludó. Jake no es bueno para fingir que no está nervioso.

Que raro que le diga "tía" a mi mamá. O sea, antes era normal, pero ahora
es mi novio y... no sé, es raro.

—¿Cómo has estado hijo? —Preguntó mi mamá y cuando vi la cara de


"ayúdame" de Jake, intenté no reírme.

—Bien, bien. ¿Y... usted? —Una pequeña sonrisa de lado se me escapó.


Él nunca le había hablado de esa manera a mi madre.

—Bastante bien. Ya me enteré.

—Ah-Ah... ¿De qué cosa?

—De lo que pasó entre tú y mi hijo.

Cubrí mi boca con mi mano para que no se notara que quería estallar en
risas.

No le dije a Jake que mi mamá ya sabía que estábamos juntos.


Solo le dije que ella ya sabía que era gay.
—¿Qué... qué cosa? —Preguntó él con nervios.

Me comencé a reír después de eso.

—Perdón, perdón —Dije y seguí riéndome. Tomé al pelinegro de la mano y


comenzamos a subir las escaleras. Él estaba muy confundido.

—¡Es bueno tenerte en la familia! —Habló en voz alta mi madre al ver que
ya estábamos un poco lejos.

Ambos nos metimos a mi habitación. Cerré la puerta y me tiré en mi cama.


No pasó mucho tiempo para que sintiera que una almohada se estrechaba
contra mi cabeza.

—¿¡Qué fue todo eso!? —Preguntaba Jake mientras me daba otro


almohadazo.

—¿Qué cosa? —Me hice el inocente.

—"Ya sé que tú y mi hijo son novios"

—Eso no fue lo que dijo.

—Fue algo parecido.

—Perdón. Mi mamá me dijo que ya lo sabía.

—¿¡Qué!? ¿Desde cuándo?

—¿Te acuerdas del día en el que me pediste que tuviéramos una cita y mi
mamá entró con unos snacks cuando nos estábamos besando y
supuestamente no nos vio? —Pregunté.

—Sí.
—Pues si nos vio, pero me dijo que no quería incomodar así que fingió que
recién llegaba.

—Oh... con razón ya no me deja dormir en tu cuarto.

—Ya sé. Pero lo acepta, para ella está bien —Conté con emoción.

—¿De verdad?

—¡Si! Incluso me dijo que podemos salir y tener citas, que ella me llevaría
y todo.

—Wow, ¡Carl, tu mamá te acepta! —Habló Jake en voz alta.

—¡Mi mamá me acepta!

Ambos gritamos y el de ojos bonitos se tiró encima de mí para darme un


fuerte abrazo.

—¡Estoy muy feliz por ti! —Afirmó después de hacerme caer hacia atrás.
—Ya vamos avanzando —Dicho esto, me dio un beso en los labios.

Sonreí al verlo así y me sentí en verdad feliz.

—Te quiero —Dije.

—Y yo a ti —Dijo.

Amo a Jake Ross.

Al fin algunas cosas van bien.

Siempre supe que Jake y yo demostrábamos nuestro amor más con actos
que con palabras.
Era algo que me tenía que esperar desde el momento en el que le pedí
que sea mi novio.

Ahora es uno de esos momentos en los que me recuerda que su manera


de demostrarme cariño es con contacto físico.

Ambos estábamos acostados en la cama mientras nos besábamos


mientras que canciones en inglés que estoy seguro de que hablaban sobre
lesbianas sonaban.

—¡Un amigo nunca se abandona! —Cantaba Amelia mientras aumentaba


el volumen de la canción que estaba poniendo.

Aquello solo hizo que Jake y yo nos comenzáramos a reír.

—Perdón Amy —Dijo él.

—Y perdón Paul —Agregó Paul con indignación.

—Calla, maricón. Cuando tenga pareja te haré lo mismo —Respondió ella


al comentario de mi novio.

—¿Quién querría salir contigo? —Dijo Jake en un tono burlón. —Te va


peor que a una piedra.

—Perdónanos Amy —Dije.

—Malditos homosexuales. Ay, como los odio —Expresó ella en un tono


cariñoso, seguido a esto siguió cantando. —¡My girl! ¡My girl! ¡My girl! Puta
sumakina, estoy tan sola.

Me siento como un aprovechado ahora.

—Algún día, cuando publique un libro, van a ver este momento escrito en
sus páginas —Ambos volvimos a reír después de que ella dijera eso.
—También escribe el momento en el que yo les tiré agua —Ordenó Paul
mientras abría su botella de agua. Eso hizo que Jake y yo nos
separáramos rápidamente.

Bueno al menos estaré en un libro.

—Es una mascarilla que te saca las espinillas —Explicaba mi amiga


mientras se aplicaba un líquido espeso negro en la nariz.

—Está fría —Dijo Jake aplicándose la misma sustancia en el rostro.

—Yo también quiero —Amy me pasó esa cosa y me la comencé a poner


en el rostro. —¿Y qué cuentas? —Pregunté a la del cabello corto.

—¿Ya tienes con quien llevarme al cine para estar de mal tercio?
—Preguntó mi novio.

—Quisiera —Respondió ella. —Todos mis intereses amorosos fueron un


fracaso total.

—Cuenta —Le pedí a mi amiga. No sabía mucho de ella y ahora acababa


de mencionar un tema de conversación interesante.

—Bueno, primero Ángel —Ángel era un excompañero de mi escuela. —Me


terminó por bisexual —Contó.

Eso ya lo sabía... creo que todos los saben, él nos lo contó... y Jake
también... ay.
—Luego una chica de Chile con la que estuve de novia como por tres días.
Era todo virtual, obviamente, de por sí eso ya es un mal inicio.

—¿Tan poco?

—Ambas teníamos 12. Llevábamos tres días y ya me andaba mandando


mensajes un poco subidos de tono. Además, era la primera novia que
estaba teniendo, así que me asusté y la bloqueé... fui horrible —Explicó.

—Oh.

—Luego una chica de México que me gustaba mucho, mucho. Un día me


dijo "Oye, me gustas, pero yo no soy lesbiana ni bisexual, pero siento que
me gustas, pero soy hetero".

¿Ah?

—¿Y qué pasó con ella? —Preguntó Pato.

—Mi mamá se enteró de mi sexualidad, unas madres le aconsejaron cosas


raras. Revisó mi teléfono, encontró mis chats con ella, me prohibió hablarle
y a ella le dijo lo mismo. Además, me contó que esa chica le dijo que tenía
15, lo cual fue raro porque a mí me dijo que tenía 12 al igual que yo. En fin,
larga historia.

—¿Le volviste a hablar? —Pregunté.

—Sí, pero ya tenía otras cuentas y me contestó en febrero de este año.


Hablamos y ya no era lo mismo que antes, además ya me gustaba otra
chica, así que preferí mejor dejar ese recuerdo atrás.

—Ay —Expresé sin saber que otra cosa decir.

—Después de ella está otra chica que la conocí cuando tenía 12, casi 13 y
ella casi 15. Me gustó desde el primer momento, además dijo que le
gustaban las chicas. Incluso bailamos una canción de Queen y hubo un
día, cuando yo ya tenía 13 y ella 15, en el que nos acercábamos mucho y
ya saben, eso, que hasta mi tía que tiene mi edad me dijo que parecía que
teníamos algo. Ese mismo día esa chica y yo nos dejábamos besos cortos
al rededor de toda la cara y cerca del labio.

—¿Y se hicieron novias? —Preguntó Jake.

—No, a las semanas me dijo que me veía a mí y a mis amigas como sus
hermanitas menores.

—Hermanas mi pito —Habló mi amigo.

—Y luego dijo que era heterosexual. Además, hizo cosas que prefiero no
contar. Y bueno, al último está un chico del salón. Creo que ustedes ya se
saben la historia. A inicios de este año él se fijó en mí y me forcé a sentir
algo por él. Hice mal, pero lo bueno es que no llegamos a ser novios.

—¿Hablas de Valerio? —Preguntó Jake.

—Ajá.

—El que te...

—Sí, ese.

—¿Qué te hizo? —Pregunté con curiosidad.

—Bueno... quería tocarme todo el tiempo y en una clase lo hizo. No le


importó que yo dijera que no muchas veces. Da igual, ya no hablamos
—Contó la menor del grupo.

—Oh... qué idiota —De verdad le iba mal. — ¿Y ahora? ¿Te gusta
alguien?
Ella se quedó callada y luego respondió con duda. —Sí, creo que me está
comenzando a gustar alguien. Una chica.

—¿Sí? —Preguntó Jake emocionado. —¡No me dijiste nada! ¿Quién es?

—Ya la conoces y ustedes dos también. Todos la conocen —Se acostó en


mi cama.

—Ah... ¿Pilar? —Preguntó Jake.

—¡No! Ella no.

—¿Ariela? ¿Sofía? —Intenté adivinar. —¿Valeria?

—Solo he hablado con Valeria una vez.

—¡Pero di nombres muchacha! —Ordenó Paul con desesperación.

—Victoria —Dijo Amy.

—¿¡Qué!? —Gritamos mi novio y yo al mismo tiempo.

—¿¡Te gusta Victoria!? ¿¡Esa Victoria!? —Volvió a preguntar Jake.

—Sí.

Jake tuvo un crush en Victoria el año pasado.

—A mí también me gustaba ella el año pasado —Confesó él.

—Ah... hasta compartimos gustos.

—Amistad —Dije. —Pero Vick es hetero.

—Ya lo sé.
—Eres un imán de heterosexuales —Le tiré una mala mirada a Pato
después de que dijera eso.

—Perdón —Se disculpó y sonrió de manera inocente.

—Paul tiene razón —Dijo Jake.

—Te odio —Expresó Amy.

—Yo también a ti —Respondió mi novio.

—Ahora tengo a dos homosexuales, presumiéndome que se hicieron caso


—Expresó Amelia. —Duren.

Sonreí y seguimos hablando. Los chismes de adolescentes son raros y


eso que soy uno.

También hay algunos que son un poco fuertes y preocupantes. Aunque por
alguna extraña razón, esos son ignorados, y los demás (incluyendo a los
adultos) nada más se fijan en los que no tienen tanta importancia o en los
que son considerados como típicos problemas de adolescentes.

Como cuando te peleas con algún amigo, saben que te peleaste con ese
amigo y es como que "Oh, ya que, eso no te afectará en nada", pero ellos
no saben cuál fue la razón de esa pelea, no saben que fue lo que ocasionó
que esa amistad esté a punto de irse al caño.

Sin contar el hecho de que también hay otros problemas aún más fuertes
que los dejan pasar.

Me pregunto por qué harán eso.

—La mascarilla ya secó —Avisó Amy luego de contarnos una experiencia


traumática de su niñez. —Va a doler.
Jake hizo lo mismo de contar algo que lo traumó y yo también. Llegamos a
uno de esos momentos en los que compartimos traumas y cosas así. Por
mí estaba bien, con tal de que no tocaran el tema de mi padre y su
desaparición, todo en orden.

—Auch —Expresó mi amiga mientras se sacaba esa mascarilla de su


nariz.

—¿Te duele? —Preguntó Jake.

—Obviamente —Respondió ella.

Jake y yo nos miramos con preocupación. Nos habíamos puesto esa


mierda en toda la cara.

Me intenté sacar la mascarilla, comencé por la mejilla y cuando la intente


levantar me dolió.

—Jake, si duele —Confirmé.

—¿Qué? —Él también intentó sacársela y vi su rostro al darse cuenta del


dolor que tenías que pasar para quitarte esa cosa. —¡Ay! Eres una
pendeja —Le dijo a Amy.

—¿Yo? Yo no me puse la mascarilla en toda la cara —Respondió ella con


un tono burlón. —¿Quieres que te ayude a quitártela?

—¡No! —Contestó mi novio y seguido a esto volvió a intentar quitarse esa


cosa.

—¡Buena Dorita! —Dijo Paul burlón y chocó las manos con Amelia, como
si hubieran hecho un plan que había resultado ser exitoso.

Con que esto me gano por besuquearme con mi novio delante de dos
solteros.
Luego de unos minutos de puro dolor y sufrimiento, al fin nos habíamos
sacado esas mascarillas y también logré tener un tiempo con Jake.

Resulta que se puede distraer a Amelia solo con una laptop, audífonos y
Harry Potter.

—No ha despegado la mirada de esa laptop —Dije observándola.

—Debimos hacer esto hace horas —Dijo el pelinegro viendo como Harry
desaparecía por una chimenea a través de algo verde.

Por otro lado, Paul solo se había quedado dormido, o eso creo. Ni sabía si
respiraba. La mitad de su rostro estaba cubierto por la capucha de su
chompa.

—Al fin. Oye. Ahora que tenemos un momento sin interrupciones, ¿Qué
pasó con tus padres? ¿Hablaron? —Pregunté.

—Bueno... no me dijeron nada, pero todo está bien. Actuaron como si


nada —Contestó.

¿Por qué miente?

Jake siempre hace la voz un poco más aguda cuando miente y no es algo
que sabe ocultar.

—¿De verdad? ¿Ninguno dijo nada al respecto? —Pregunté.

—Nop, todo bien.


Tendría que dejar insistir.

—Okey —Dije y puse mi brazo al rededor de sus hombros. Seguido a eso


le di un beso en la cabeza y me puse a pensar en la razón por la cual no
me quería decir la verdad.

Jake me abrazó y se acurrucó en mi pecho. ¿Qué había pasado?

—Oigan, ¿En esta laptop hay Netflix? —Preguntó Amy dándose la vuelta
para vernos. —Ah, están siendo gais —Dicho esto se dio la vuelta de
nuevo para volver a ver la laptop.

—Al menos tengo con quien ser gay —Respondió Jake.

—Cállate manyado.

Reí al escuchar su conversación.

—¿Ves? Hasta Carl opina lo mismo —Habló el de ojos claros.

—¿Yo? Yo no dije nada —Me defendí.

—Déjame ver a mi Potter, Ross —Ordenó la pelinegra.

En respuesta a eso, mi novio le tiró una almohada y ella se levantó y le tiró


la almohada de vuelta.

—¿Qué están haciendo? —Preguntó Paul mientras levantaba.

Sí respiraba.

Nadie respondió nada, en su lugar, el de ojos claros le tiró una almohada.

—¡Jake Ross Williams! —Gritó él y lo golpeó con otra almohada.


Era obvio que iba a comenzar una pelea de almohadas.

Se golpeaban entre todos y no sabía qué hacer porque yo no tenía


ninguna almohada.

—¡Ya, paren! —Ordenaba Pato. —Golpeen a Carl —Sugirió y Jake me dio


un golpe con una almohada.

—¡Aprovechado! Sabes que no tengo ninguna almohada —Reclamé y


agarré mi cobija, la doblé como si fuera una bolita y lo golpeé con eso.

—Bueno, ahora si te puedes defender —Dijo Amelia antes de darme otro


golpe.

Se armó un desastre. Iniciamos una guerra de almohadas (y una cobija) y


comenzamos a correr por todo mi cuarto y a golpear al que se nos pusiera
al frente.

Fue divertido y por un momento logré distraerme de todo. Logré olvidar lo


qué pasó la noche anterior y me sentí en verdad bien.

Ojalá sea así todos los días.

No estaba preparado para nada.

Ojalá este momento de diversión nunca acabe.


Es triste saber que eso no pasará.
Jake

21 semanas- Jueves - Vacaciones . . .

Ya han pasado más de 12 horas desde lo ocurrido y solo le he dicho a mis


padres "Buenos días", "¿Puedo ir a la casa de Carl?", "Tuvo un problema
muy fuerte con su papá y es mi mejor amigo, quiero apoyarlo", "Está bien".

Solo eso.

Y en todas esas conversaciones me han respondido de una manera muy


incómoda. "Buenos días" "¿Por qué?" "Ok"

Ahora tengo que subir al auto de mi padre y estar solo con él hasta llegar a
la casa de Carl.

Su casa queda lejos de la mía y creo que este viaje será incómodo para
ambos.
Salí de mi casa y subí al auto con mi padre.

Ninguno de los dos dijo nada, nos quedamos en un profundo silencio y por
mí estaba bien. Ya sé que Carl me aconsejó que hablara con él si él no lo
hacía, pero, ¿A quién engaño? Me da miedo siquiera decirle "La noche
anterior".

—Oye, hijo —Mierda.

—¿Papá?

—¿Por qué dijiste todas esas cosas ayer? —¿Por qué crees? No respondí.
—Jake, si yo te hablo, tú tienes que responder —Habló de una manera
pasivo-agresiva.

—Es que tú y mamá estaban... no sé, me provocaron mucho estrés.

—¿Estrés?

—Si, estrés.

—Ni siquiera sabes lo que es el estrés. Tienes una muy buena vida, a tu
edad yo no tenía eso del "estrés" —Dijo alzando la voz y de una manera
muy antipática.

—Créeme, si tengo estrés, sobre todo por ti y por las cosas qué haces
—Respondí enojado.

—¿Y a ti que te importa? Solo te tienes que concentrar en tus estudios y


en nada más, Jake. He sido un buen padre, te he dado lo que querías y
más. No me vengas con que ahora te sientes estresado con lo que pasa
entre tu madre y yo. Antes ni te quejabas.
—¿Tú también? Primero, mamá y ahora tú. Si antes no me quejaba era
porque no sabía que era lo que pasaba, nadie me aconsejó nada. Ahora
ya me doy cuenta de las cosas.

—No me vengas con eso, Jake. Ayer estuviste muy mal, no tenías por qué
gritarnos así a tu madre y a mí. Ella lloró toda la noche por TÚ culpa.

Eso no lo sabía...

—¿Y qué hay de ti? ¿Acaso tú no estás mal? ¿¡Acaso yo no he llorado por
ti varias veces!? —Alcé más la voz. Me estaba comenzando a enojar con
mi padre.

—¿¡Por qué lo harías!?

—¿¡Y encima lo preguntas!? ¿¡Quieres que te recuerde ese día en el que


te vi con esa chica en tu oficina!? ¿¡Quieres que te recuerde aquella vez
en la que por tu culpa mamá tuvo que dormir en el patio!? ¿¡Quieres que te
recuerde todas las peleas que hubo en casa por todas TUS infidelidades!?
¡No eres un santo! —Sin darme cuenta ya había comenzado a lagrimear y
sentía un gran nudo en la garganta.

—¡Ya lo sé! ¿¡Y eso a ti qué!? ¡A tus padres se les trata con respeto!

—¡No me vengas a hablar de respeto! ¡Ni siquiera sabes el significado del


respeto!

—¡Yo a mis padres si los respetaba! ¡No como tú!

—¡Primero aprende a respetar a tus hijos y esposa antes de pedirme que


yo lo haga! ¡Clásico de ti! ¡Dices una cosa y haces todo lo contrario!
¡Mamá tiene razón, eres un hipócrita! —Luego de decir eso bajé la mirada,
ya que no quería que mi padre se diera cuenta de que había comenzado a
llorar.
—¡Carajo, cállate! ¡Algún día me vas a agradecer todo lo que estoy
haciendo por ti! ¡No seas un malagradecido y hazme caso, es por tu bien!
¡Deja de meterte en los asuntos que tengo con tu madre, respétanos y has
lo que te decimos! ¡No-seas-una-carga!

Con cada palabra que salía de su boca solo me sentía peor y lloraba aún
más. No soportaba estar ni un minuto más con él.

Abrí la puerta del auto y me quité el cinturón, mi padre frenó rápidamente


cuando esto pasó.

—¿¡Qué haces!? —Preguntó.

—¡Ya no te aguanto! —Grité saliendo del auto. —¡Nadie lo hace! —Cerré


la puerta de golpe.

Comencé a caminar y mi padre bajó la ventana del auto mientras me


seguía con este.

—¡Jake ven acá! —Ordenó.

—¡No! ¡Ya vete!

—¿¡No quieres que te lleve a la casa de Carl!?

—¡Me iré caminando! ¿¡A ti que te importa!? ¡Soy una carga! ¿¡No!?
—Contesté mientras seguía caminando.

—¡Ya déjate de tonterías y sube al auto!

—¡Ya te dije que no! ¡Me dejaste en claro lo mucho que no me quieres!

—¡Está bien, perdón! ¡Ahora, sube al auto!

—¡Ni siquiera eres sincero! ¡Lárgate!


—¡Te voy a castigar, Jake Ross!

—¡No... me... importa! ¡No me importa! ¡Ni a ti te importo! ¡Nadie te


importa! ¡Ya lárgate!

—¡Te estoy advirtiendo, Jake!

—¿¡Quieres que le cuente a mamá con detalle todo lo que vi ese día!?
—Amenacé.

—¡Está bien! ¡Me voy! ¡Conste qué yo te advertí! —Aceleró rápidamente y


se fue, dejándome solo.

No lo puedo creer. Pensé que mi padre se iba a disculpar o algo así, creí
que con lo que dije ayer, al menos habría un cambio en su persona. Pero
no, él sigue igual o hasta peor.

Seguía llorando mientras caminaba hacia la casa de Carl y se me


dificultaba ver, ya que al estar llorando se me nubló la vista.

Llegué a una gasolinera y me metí rápidamente a la parte de los baños.


Me encerré en uno y me quedé allí.

Quería llorar todo lo que quería sin que nadie me viera.

Me quedé allí como por casi 20 minutos o eso creo. Al llegar a la casa de
Carl no quería que me viera en un estado desastroso. Ya la está pasando
mal por lo de su papá y no quiero que piense que soy una carga ni nada.
Solo quiero estar ahí para apoyarlo, no para agobiarlo.

Salí del baño y me fui directo al lavabo para mojarme la cara. Me vi en el


espejo y me sentí peor, pero no deje que ninguna lágrima saliera.

Me sequé los ojos e hice de todo para evitar que se notara que había
estado llorando.
No sé por cuánto tiempo me estuve mirando en el espejo para hacer que
mis ojos no se vieran llorosos, pero al final lo conseguí, me veía totalmente
normal, como si nada hubiera pasado.

Salí de esa gasolinera e intenté mantener mi mente en blanco. Fue un


poco difícil, pero no imposible, además, era la primera vez que caminaba
completamente solo por las calles de mi ciudad y me sentía un poco
asustado.

Ojalá que mi castigo no sea tan malo.

Al llegar a la casa de Carl lo primero que haré será abrazarlo y no


mencionar nada del tema.

Dios, no puedo creer que esto esté pasando.

—No digas nada —Me dije a mi mismo cuando me encontraba afuera de la


casa de mi novio.

Toqué la puerta y traté de ponerme lo más feliz que pude.

—¡Te veo en mi cumpleaños! —Le informé a Amy y Paul mientras se iban


—Si es que lo celebro —Agregué recordando la pelea que había tenido
con mi padre.

Carl y yo nos volvimos a meter en su casa.

—¿Cómo que "Si es que lo celebro? —Preguntó Carl imitando mi voz.


—Tú siempre lo celebras como por toda la semana.
—Sí... —Guardé silencio por un momento. —Pero este año no sé si haré
eso —Este año ni se si llegaré a cumplir 15.

—Oh, okey —Comenzamos a subir hacia el segundo piso y me llegó un


mensaje.

Prendí mi teléfono. Era de mi madre.

Mierda, mierda. No quiero ver, no quiero ver.

A la mierda, voy a ver.

Desbloquee el teléfono y leí el mensaje.

"Ya me enteré que fue lo que le dijiste a tu papá. Estoy muy molesta
contigo, hoy no vas a dormir aquí, ya verás como le haces pero no te
vamos a abrir las puertas de la casa. Para que aprendas a comportarte"

Me quedé helado.

No puede ser, ¿Qué dijo mi padre?

Ya sé que estuvo mal la forma en la que le grité, pero ¿Por qué a mi si me


deja afuera de la casa y a él no?

—Jake —Me llamó Carl.

—¿Uhm?

—¿Estas bien?

—Si, si —Apagué mi teléfono y seguí subiendo. —Oye... ¿Crees que me


pueda quedar aquí esta noche?

—Tendría que preguntarle a mi mamá, ¿Qué pasó?


—Nada... es que... —¿Ahora qué le digo? —Mis papás... van a salir y...
quieren que... van a tener una cita —Respondí.

—Mi mamá ahora está trabajando, pero cuando regrese le preguntaré. No


creo que diga que no.

Ojalá que no diga que no.

¿En dónde iba a pasar la noche?

—Okey —Dije y me metí a la habitación de Carl.

—¿Está todo bien?

—Si, ¿Por qué preguntas?

—Te ves raro.

—Gracias —Respondí fingiendo indignación. Quería desviar el tema.

Me senté en su cama y sonreí ligeramente para hacer como si todo estaba


bien.

—O sea, no que te ves raro en el sentido de que tu aspecto se ve raro.


Hablo de tu comportamiento —Se sentó a mi lado y puso su mano en mi
hombro. —Te noto un poco preocupado.

—Así es mi cara.

—Conozco tu cara desde los 7 años y así no es. Es más como de un


pendejo mimado.

—Cállate, idiota —Reí y le tiré una almohada.

—Pero en serio, ¿Todo en orden?


—Si —Sonreí y le di un beso en los labios. —Estoy contigo, así que todo
está bien —Dicho esto le volví a dar otro beso.

—Amo cuando te pones cursi —Dijo él.

—Cállate y bésame —Hablé casi en un susurro

—Cállame —Respondió y me besó.

Sonreí en el beso y recordé cuando decíamos eso siendo solo amigos.


Ahora tengo la mano de Carl literalmente en mi pierna mientras que se
intenta acercar más a mí a pesar de que ya nos estemos besando.

Estar con Carl me hace sentir bien, hace que me olvide de todo y todos.
Una vez escuché una frase que decía que estar enamorado se sentía igual
que estar drogado. Bueno, Carl me hace sentir así.

Seguíamos besándonos hasta que alguien abrió la puerta.

—Oigan chicos —Era Valeria. —Bueno me voy —Cerró la puerta y la


volvió a abrir. —Puerta abierta —Ordenó y ahora si se fue.

—¿Por qué siempre nos interrumpen? —Preguntó el moreno.

—Me gustaría saber lo mismo.


La madre de Carl nos hacía la cena a todos mientras que yo estaba
sentado en el mueble, esperando el momento para preguntarle si podía
pasar la noche allí.

—Oye mami, ¿Jake puede quedarse a dormir? —Preguntó Carl.

Siempre se me adelanta.

—No sé, hijo. Sabes que hoy tengo una cena y saldré, llegaré tarde y no
creo que los padres de Jake estén de acuerdo —Tía no me hagas esto.
—Tendría que preguntarles. En un rato le llamo a tu mami—No, por favor,
no.

—Ah... es que... está... ocupada —Dije.

—Solo será un momento —Dijo ella. —Igual, la llamaré después —Asentí


y rogué mentalmente que no la llamara.

Creo que si la madre de Carl lo hace, entonces mi madre se enojará


conmigo porque pensará que le dije algo sobre lo que pasó o no sé.

Me levanté del mueble y me dirigí a la cocina con cierto miedo.

Me acerqué a la señora Mónica con la intención de convencerla de que me


dejara quedarme en su casa.

—Tía —Hablé en voz baja para que solo ella me escuchara.

—Dime, hijito —Respondió ella en voz baja.

—No creo que sea necesario que llames a mis padres. Por ellos está bien.

—¿Por qué hablamos en voz baja? —Preguntó y sonríe ligeramente.

—No... no quiero que nadie más escuche.


—Oh... entiendo —Ella volvió a cocinar. —¿Pasó algo en tu casa?
—Preguntó en voz baja. Su voz transmitía mucha paz y seguridad.

Me quedé callado por un momento. —Sí —Respondí. —Pasó algo y... no


me quieren en casa —No puedo creer que le haya dicho. —No esta noche.

—Entiendo —Comenzó a sacar unos platos. —Te puedes quedar aquí


—Hizo una pausa y sirvió una porción de arroz en uno de esos platos. —El
tiempo que quieras, cuando tú quieras —Me sentí aliviado y ella desordenó
mi cabello. —Ahora lávate las manos. Ya estoy sirviendo la cena.

Asentí y no me esforcé en ocultar mi felicidad. —Está bien —Me metí a la


cocina para lavarme las manos.
—Gracias, tía.

—No hay de qué.

Cuando terminé de lavarme las manos me acerqué a ella. —¿Podrías...


podrías no decirle a Carl la verdadera razón por la que me estoy quedando
aquí? —Pregunté con cierto miedo.

Ella se quedó callada por un momento. —Entiendo, hijo. No diré nada


—Volvió a desordenar mi cabello y me sentí en verdad aliviado.

—Gracias —Dije de nuevo.

—No hay de que, hijo.


Ya eran como las dos de la mañana. La señora Mónica me había dejado
dormir en el cuarto de Carl con él. Fue por seguridad, salió a cenar con
alguien y no quería que me quede solo en la sala.

Ahora estoy solo con Carl. Aunque él ya está dormido.

Me siento extraño.

No puedo dormir y la madre de Carl ya volvió como hace 3 horas.

Al estar en un completo silencio en la noche, solo puedo pensar en todo. Y


con todo me refiero a todo lo negativo qué pasó hoy.

Duérmete ya.

No puedo dormir.

Tu padre te va a matar.

Si el no lo hace tú lo harás.

Duérmete.

¡Dios!

Necesito irme, pero no a mi casa.

Me levanté e intenté ser lo más silencioso posible para no despertar a Carl.


Me dirigí hacia la puerta y la abrí con mucha delicadeza. No la cerré, solo
la dejé entreabierta.

Subí hasta la azotea y al llegar a esta me senté en el piso.


Hacía un poco de frío, pero podía soportarlo.

El aire corría por todo mi rostro y era refrescante, aunque todo se sentía
tan solitario y silencioso. Estaba yo solo con la luna, las estrellas, la luz de
las calles y el viento.

Tal vez ahora estaría durmiendo en mi casa con una gran frazada y un aire
acondicionado en 23 grados. Pero por mi estupidez ahora no me quieren
en casa.
Y lo más probable es que mis padres estén pensando lo peor de mí.

En parte los juzgo, pero por otra no. Esa parte que no juzgo de ellos es la
que es homofóbica.
Ellos aún no saben sobre mi sexualidad y si se llegan a enterar, lo más
probable es que no me dejen entrar nunca más a casa. Tal vez ni quieran
verme.

Ahora las cosas están feas y tensas entre nosotros, no me imagino como
será cuando se enteren de que soy... de mis preferencias.

¿Por qué las cosas tenían que ser así?

¿Algún día van a quererme por completo?

¿Algún día me quisieron?

Oh por Dios.

Jake estás llorando.

Eres patético.

Estoy solo, ya que. Puedo llorar en paz.


—¿Jake...? —Mierda. Al parecer Carl ya se había dado cuenta de que no
estaba con él.

—¿Qué... Qué haces aquí? —Pregunté secándome las lágrimas


rápidamente.

Él no respondió nada. En su lugar, solo se sentó a mi lado.

Yo desvié la mirada para que no notará que estaba llorando.

Intenté dejar de llorar, pero ocurrió todo lo contrario, lloré aún más. Me
sentí inútil al ver que ni con eso podía mantener el control.

Carl puso su brazo alrededor de mis hombros y me acercó a él sin decir


nada. Me acurruqué en su pecho y fue cuando no aguante más.

Lloré y no importó el que él estuviera conmigo.

—No me digas qué pasó si no quieres —Dijo Carl. —Pero sea lo que sea,
quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti. Eres mi novio y antes de
eso fuiste mi mejor amigo, siempre podrás contar conmigo —Dicho esto
me dio un beso en la cabeza. —No es necesario que me respondas
—Agregó.

Asentí ante lo último que dijo y en parte me sentí bien al recibir su apoyo,
pero por otra mal por recibirlo, ya que la idea era que él no me viera en
esas condiciones.

No quiero que piense que soy una carga y que se canse de mí.

Ahora me siento la peor persona del mundo.

Aunque estoy en verdad agradecido por tener a un novio tan comprensivo.

Ojalá esto nunca termine.


14. ¿Feliz cumpleaños?

Jake

22 semanas- Miércoles - Vacaciones . . .

27 de Julio... feliz cumpleaños a mí.

Al fin 15 años. Si tengo suerte llegaré a los 16.

Ya estoy preparado para recibir mensajes hasta de personas de las que ni


me acordaba que existían.

A las 12 de la noche recibí el mensaje de Carl... bueno más bien el


testamento de Carl. También un saludo de Amelia, Paul, Valeria, la señora
Mónica / mi suegra, Grecia (fue raro porque con ella ya casi ni hablo) y de
algunos amigos míos.
Me despertaron unos mensajes esta mañana.

Mensajes de más amigos y compañeros que me deseaban un feliz


cumpleaños, también de unos conocidos en Facebook que de seguro ni se
acordaron, solo me saludaron por la notificación que envía la app.

Me metí a Instagram y vi que Carl había publicado una historia. Era una en
la que estábamos los dos comiendo unos dulces cuando estábamos en
ese parque de diversiones el día en el que nos hicimos novios. Había un
texto que decía "Feliz cumpleaños cara de pinga, tqm mal parido ❤️❤️❤️".
Ay que amoroso.

Le di "me gusta" a la historia y alguien abrió la puerta de mi habitación.


Apagué rápidamente mi teléfono y me tranquilicé al ver que era mi
hermano.

—¡Jake! —Gritó él mientras corría hacia mí cama. —¡Feliz cumpleaños!


—Se subió a mi cama y se sentó a mi lado. —¡Mira! Te hice un dibujo
—Me entregó una hoja en la cual había un dibujo en la que estábamos los
dos y yo tenía una pelota de fútbol en mi mano.

—Wow, que bonito —Dije tratando de encontrarle forma a algunas partes


de ese dibujo. —Gracias, Ian —Mi hermano menor me abrazó y le
correspondí aquel acto.

—¡Hijito! —Escuché la voz de mi madre antes de que entrara a mi cuarto.


Fue cuando mi sonrisa desapareció.

El día después de que me negaran la entrada a casa ellos actuaron como


si nada.

Mi madre solo me dijo "Espero que te comportes bien". Solo asentí para no
causar más problemas.
Todo volvió a ser como antes, o bueno, ellos volvieron a tratarme como
antes. De una manera normal. Nadie volvió a tocar el tema.

Estoy bien con que lo hayan olvidado, pero a la vez no, porque la verdad
aún me siento mal después de eso. Sigo resentido y el simple hecho de
estar en mi casa me pone triste.

—Feliz cumpleaños, hijito —Dijo mi mamá con felicidad mientras me daba


un abrazo.

—Gracias —Respondí y ella me dio un beso en la cabeza. Intenté alejarme


pero estaba sentado en mi cama con un edredón que no me dejaba ni
mover los dedos de los pies.

Después de ese momento un poco incómodo para mí, mi papá entró a mi


habitación con una caja un poco grande.

—Feliz cumpleaños, hijo —Dijo él feliz.

¿Por qué me siento mal?

—Gracias, papá —Dije sin ningún tipo de expresión en mi rostro, viendo


como él ponía esa caja en mi cama.

—Abre tu regalo —Ordenó mi padre.

Asentí y me acomodé mejor para poder acercarme un poco más a esa


caja. Cuando la toqué sentí como si se moviera.

Ay.

No me digan.
La abrí rápidamente y vi a un cachorro en esta.
Solté un pequeño grito y saqué a esa cosita que era más pequeña que mi
mano.

Okey estoy exagerando.

—¡Que bonito! —Expresé mientras lo cargaba.

—Es un bulldog inglés —Explicó mi madre.

—Cuídalo, me costó más de la mitad de tu año escolar —Aclaró mi padre


con una sonrisa pero sabía que era una amenaza de que si no cuidaba a
ese perro me iba a matar.

—Si lo voy a cuidar —Dije. —Como no voy a cuidar a esta cosita tan linda
—Agregué acariciando a ese perrito.

Sus ojos eran azules grisáceos y su pelaje era de tonos grises, canelas y
blancos.

—¿Lo puedo tocar? —Preguntó Ian.

—No —Dije.

—Tiene casi 3 meses —Informó mi madre.

—Es un bebitooooo —Hablé intentando no hacer voz de bebé o algo así.


—Awww miren como nueve su colaaaa —Un poco más y lloraba por el
simple hecho de ver a ese perro.

—Bueno te vamos dejando. Alístate y para desayunar —Ordenó mi madre


mientras se levantaba.

Asentí y todos salieron de mi habitación, dejándome solo con mi nueva


mascota.
—Que bonito eres —Ahora si hice la voz más aguda que pude. —¿Cómo
te llamas? Ay, como si hablaras. Que cojudo —Hablé mientras le daba
cariñitos.

Saqué mi teléfono y le escribí a Carl.

—CARLLL

—Dime quinceañero 🐛🐛
—ME REGALARON UN PERRIRO
To*

—A VEREEEER

—MIRA

Le mandé una foto del perro acostado en mi pecho.

—AAAAAAAWWWWWW
QUE LINDOOOOOOOOO
o linda
Que es?

—Es macho

—Cómo se llama????

—No sé todavía
Por eso te escribo
Tienes que hacerte cargo de tu hijo

—Otro hijo ya?


Asumecha
😨
—Qué nombre le ponemos?

—Mmmm
Max?

—No
Es muy básico

—Nuestros nombres son básicos 😑


—Por eso
El de nuestro hijo debe ser único y diferente 😘
—Nada es único y diferente
Pero bueno
Mmmm

—Ya fue lo único


Hay que ponerle el nombre de Spider-man
Peter 🏳️‍🌈
—El de Darth Vader mejor

—Peter Vader

—Hernández

—Ross Hernández *

—Peter Vader Ross Hernández


Listoooooo
Nuestro segundo hijo 🐛🐛🐛
—Siiii
A este si lo podremos criar desde el inicio
No como con Amy que nos vino medio turuleca

—Oyeeeee
Amelia es una muy buena hija 😡😡😡
—Perdón corazón

— 🔫🔫🔫🔫
—Perdoooon

— 😡
—Bueno y el apellido de nuestro hijo es Hernández Ross no?
😁
—Siiii😁
—Su apellido es Ross Hernández *

—Puto

—Yo también te quiero ❤️


Dejé mi teléfono y volví a acariciar a Peter.

—Te llamas Peter Daver Ross Hernández. Yo soy tu papá Jake Ross
Williams y Carl Hernández Torres es tu otro papá. Amelia Córdova
Carbajal es tu hermana —Dije mientras el perro me miraba con atención
con sus lindos ojitos. ¡Ese perro es muy bonito, Dios! —Tu abuelo es un
hombre... es un hombre, en fin, gracias a él estás aquí, hizo algo bueno.
Se llama Mariano Ross, igual que Mariano Guzmán de "Encanto", la de
Disney —Me levanté de mi cama y comencé a buscar ropa para
cambiarme.

No puedo creer que le esté hablando a un perro.

A tu hijo.

Es un perro.

—Tu abuela es una señora muy bonita, pero muy rabiosa. Ojalá te trate
bien. Su nombre es Olivia Williams. En fin —Me comencé a cambiar. —Tu
tío es un niño de 8 años que se llama Ian Ross.

Cargué a mi perro y lo llevé hasta el baño de mi habitación. —Como ya


sabrás, hoy cumplo 15 años —Le puse pasta a mi cepillo y comencé a
lavarme los dientes. —Mis amigos van a venir a mi casa y también tu
padre —Balbuceé. —Vamos a hablar con mis amigos y creo vamos a
bailar o algo así, no entendí muy bien lo que me dijeron tus abuelos.

Cuando me terminé de asear, salí del baño con el perro aún en mi mano y
me dirigí hacia el comedor.

—Vas a vivir muy bien aquí —Dije.

Al llegar al comedor vi a mis padres y a mi hermano sentados en la mesa.

—Jake, tus primos y tíos están en llamada. Te quieren saludar por tu


cumpleaños —Informó mi madre. —Pásame al perro, le daré su comida
—Dicho esto me pasó su celular.

Casi todos mis primos y tíos viven en Estados Unidos. Les tengo envidia.

Me llaman como 4 veces al año y tengo que hablarles en inglés. No me


gusta hacer eso, no es que no sepa inglés, simplemente me da pereza.
—Hola —Dije en inglés viendo hacia la pantalla del celular.

—¡Hola, Jake! —Saludaron ellos igualmente en ingles. —¡Feliz


cumpleaños!

—Gracias —Se nota que tengo tantas ganas de vivir.

—¡Pásala bien primito! —Dijo mi primo, Oliver.

—Te enviamos un paquete con unos regalos, de seguro te llega en


cualquier momento —Informó una de mis tías. Me costó un poco
entenderla por lo rápido que habló.

—Oh, pues muchas gracias —No sabía que otra cosa decir.

—¡Algún día ven a visitarnos! —Dijo mi tío.

—Si, eso haré —Ni idea de si subiré a un avión este año.

—¡Te esperamos primito! —Habló mi otro primo.

—Cuídense y gracias por los regalos —Dije.

—¡Adiós! —Dijeron ellos.

—Adiós —terminé esa videollamada. —Ojalá hayan mandando regalos


bonitos —Ahora si estaba hablando en español.

—Igual debes estar agradecido con lo que te manden —Dijo mi madre.

—Perdón —Dije

—Ya ven a comer —Ordenó mi padre y me senté en la mesa.


Las cosas con mi padre han vuelto a la normalidad. Sigo resentido, pero,
¿Qué más puedo hacer?

Mi madre me sirvió panqueques y jugo de papaya. Que milagro.


Normalmente desayunamos caldo de pollo o algo así.

—Gracias, ma'.

—Te quiero, hijito —Dijo y me dio un beso en la frente.

De seguro eso no pensabas cuando me dejaste afuera de la casa.

Jake...

Malditos hipócritas.

—¿Y... que haremos hoy? —Pregunté.

—Bueno, van a traer luces de colores, va a venir un DJ y va a haber un


barman que les entregará a tus amigos bebidas virgenes, o sea, sin
alcohol —Explicó mi padre. —Algo sencillo.

—Ah. Okey —Dicho esto, observé como Peter comía. Me dieron ganas de
dejar mi desayuno y sentarme a su lado para ver cómo comía.

Se veía tan tierno ese maldito perro.

Ojalá a mi papá se le haya bajado la presión 4 veces cuando vio el precio


del perro.

—Bueno ya me voy a trabajar —Avisó mi padre mientras se levantaba.


—Los veo en la noche.

—¿Vas a llegar para cantarle el "feliz cumpleaños" a tu hijo? —Preguntó


mi mamá.
—Si... si llego —Ojalá llegue.

Nunca llega.

Aunque eso pasaba porque mis anteriores cumpleaños duraban hasta las
9, pero este año será diferente.
Durará hasta... hasta donde tenga que durar.

Ojalá que si llegue, quiero que mis padres estén allí para que me canten el
"Feliz cumpleaños".

—Adiós —Dije sabiendo que no lo vería en todo el día.

Si es que lo veo entonces sería un verdadero milagro.

Ya que. Al menos ahora tengo a Peter. Al fin me trajo algo bueno en este
mes.

Carl ya había llegado.

Le dije que viniera más temprano. Solo un poco más temprano.

La invitación que les mandé a todos decía que tenían que venir a las 7 pm.

Carl llegó a las 11 de la mañana.

—¡Carlitos! —Lo abracé y me forcé a no darle un beso, mi madre podría


ver.
—¡JJ! ¡Feliz día quinceañero!

—¡Gracias! Otra vez.

Entramos a mi casa y Carl saludó a mi mamá de lejos, pues ella estaba


limpiando.

Al meternos a mi habitación, cerré la puerta y ahora si lo besé.

—Soy irresistible, lo sé —Habló mi novio.

—Cállate —Rió y tomé su mano. —Tienes que conocer a tu hijo.

—A ver a Peter Daver —Lo llevé hasta mi cama y vi que mi perro estaba
envuelto en mi cobija. —¡Aaaaaaaw! ¡Que cositaaaa! —Expresó Carl.
—¡Es una pulga! ¡Parece un riñón! —Lo cargó y lo levantó. —Simba —Dijo
en un tono dramático.

—Como podrás ver, Peter, tu padre a veces puede ser un hombre un poco
dramático.

—¿Si? Pues tu padre a veces puede llegar a comportarse como todo un


pituco presumido y mimado —Lo miré con indignación. —Pero aún así lo
quiero —Agregó.

—Aaaw, yo también te quiero —Él de piel morena me dio un beso corto.

—El perro nos mira raro —Dijo.

—Solo nos mira. Debe tener curiosidad al ver a dos personas besándose.

—Dos hombres besándose.

—Es lo mismo.
—Bueno si.

—Ven aquí, Peter Vader Ross Hernández —Dije y cargué a mi mascota.


—Lo voy a llevar al patio. Necesita salir.

Salí de mi habitación y me dirigí hacia el patio trasero de mi casa.

Jalé la puerta de vidrio y cuando llegué al patio dejé al perro en el pasto.

—Ve a descubrir el mundo —Le ordené. —Y a hacer pipí —Me di media


vuelta con la intención de meterme a la casa, pero escuché que me
seguían.
Volví a darme media vuelta. —Peter, tienes que hacer pipí, y jugar. Conoce
el pasto al menos.

El perro solo me miró, se sentó y comenzó a mover su cola.

—¿Quieres que juegue contigo? —Le pregunté.

—Yo si quiero —Respondió Carl abriendo la ventana de mi habitación.

—Ja, ja, que chistoso.

—Pero hablando en serio, yo si quiero jugar contigo y con Peter.

—Pues ven aquí —Ordené.

Carl no recorrió casi toda la casa para llegar hasta el patio, en su lugar,
solo cruzó por la ventana.

—¡Ven Peter Vader! —Dicho esto, él corrió hacia el perro y este comenzó
a escapar.

Estuve a punto de decir algo, hasta que el perro soltó un pequeño ladrido
(o un intento) y ahora comenzó a perseguir a Carl.
—¡Eso Peter Vader! —Grité dándole ánimos a mi mascota.

En eso Carl me tiró una pelota.

—Auch —Dije unos segundos después de recibir el golpe.

—¡Ven a jugar!

—No, aquí estoy bien —Dije y vi como Peter corría hacia mí mientras
dejaba pequeños ladridos y movía su cola.

—¿Ves? Hasta Peter quiere que vengas a jugar.

—Está bien —Puse la pelota en el piso y la pateé, en respuesta a esto,


Peter se fue tras esta.

—¡Vamos Peter! —Gritó Carl.

En un repentino movimiento, el perro dejó la pelota a un lado y se fue


hacia el de cabello marrón azabache.
A continuación, le mordió el pantalón y no lo soltó.

—Peter déjame —Ordenó de una manera calmada mientras intentaba


alejarse del perro, pero este obviamente no le hizo caso. —Peter déjame
—Rió y siguió caminando... o al menos eso intentaba. Al tener al perro
mordiendo su pantalón se veía obligado a cojear.

Me dio ternura escuchar al perro gruñir porque Carl no dejaba de moverse.

—Aw, que bonito es —Expresé.

—¿Yo o nuestro hijo?

—Los dos.
—Te daría un beso, pero tu mamá nos puede ver.

—Si... lo sé —Dije sin muchos ánimos. —Igual tenemos casi toda la tarde
para pasarla en mi cuarto así que...

—¡Oh, por Dios! ¡Cállate! —Ordenó él e intentó darme un golpecito en el


hombro, pero no pudo, pues casi se cae por culpa del perro.

—Solo bromeó, Carlitos —Aclaré intentando o reírme.

—Que chistoso —Habló sarcásticamente. —Ya ven a jugar con tu hijo.

—Voy.

Estuvimos jugando por media hora.

Yo seguía con energía y me sentía muy normal. No es como que haga


actividad física todos los días, pero juego fútbol de manera regular y no me
cansé tanto.

En cambio Carl ya no podía ni respirar.

Estaba desplomado en el sillón que se encontraba en el patio.

Le llevaba un vaso con agua y una manzana.


—Toma —Dije dándole el agua y la manzana.

Se sentó bien en ese sofá —Gracias —Respondió él y se tomó toda el


agua de una sola pasada.

—Más despacio, no quiero que te ahogues o algo así.

—Tarde, ya me tomé todo.

—Ya me di cuenta.

Comenzó a comer su manzana y vi como Peter lo miraba con atención.

Sentí mi teléfono vibrar y lo saqué.

Paul me había enviado un mensaje.

—JJ
Amigo mío del alma
😝
—Que quieres

—Invitaste a Marco a tu cumpleaños?

—Obviamente

—Yap

—Son amigos?

—Si

—Desde cuando?

—Que te importa
—Ya 👍
—Gay

—Soporta

Dejé mi teléfono a un lado y me senté al lado de Carl.

—Oye, Jake.

—Dime.

—Olvidé tu regalo en mi casa.

—Ah.

—Cuando mi madre me recoja te lo daré.

—¿O sea a las 11 de la noche?

—Si —Sonrió haciéndose el inocente y le desordené su cabello


perfectamente peinado.

Es raro ver a Carl peinado, pero se ve aún más lindo.

—Oye, Jake.

—¿Si?

—Soñé contigo.

—¿Y que soñaste?

—Que me ponías cacho —Carl volvió a poner esa sonrisa de inocente.

—Que-
—Que me eras infiel.

—Si sé que es poner cacho, ¿¡Cómo que te puse cacho!? —Pregunté


sorprendido.

Carl intentaba ocultar su risa, haciendo que yo también comience a querer


reírme.

Siempre supe qué hay momentos en los que la pareja de uno sueña con
que el otro le es infiel, pero no pensé que eso pasaría con Carl.

Ya sé que los sueños no se controlan, pero aun así, debió ser extraño ver
como yo hacía quien sabe que qué con alguien más.

¿Tengo pinta de ser infiel?

—En mi sueño te estabas besando a lo desagraciado con una chica y un


poco más y se sacaban la ropa —Contó él riendo levemente. —Y luego me
viste y dijiste "Lo siento, Carl, pero me gusta alguien más. Ya vete"

—¿Y que hiciste?

—Me fui pe' —Dicho esto comenzó a reírse.

Su risa se convirtió en llanto.

—Es que era tan real —Dijo abrazándome.

—Ya, ya, solo fue un sueño —Intenté consolarlo correspondiéndole ese


abrazo y dándole palmadas en la espalda.

—Fui cachudo en un sueño.

—En un sueño no cuenta.


—En el sueño si contó.

No sé si esta situación me da risa o angustia.

—Igual tú sabes que jamás te sería infiel —Dije.

—Ya sé.

—¿Entonces?

—Quiero que me abraces.

—Ah.

—Además cuando me desperté estaba con los ojos llorosos y volví a


confirmar lo mucho que me gustas —Agregó en voz baja.

—¿Podemos ir a mi cuarto?

—¿Para?

—Te quiero dar un beso, pero aquí es muy riesgoso.

—Está bien, pero te quiero abrazar por un rato más.

—Okey.

Ambos nos quedamos abrazados en un profundo silencio.

Hasta que sentí algo caliente en mi pie.

Ay no jodas.

—Carl.

—Dime.
—Creo que el perro se orinó en mi pie.

—¿Qué? —Nos separamos y vimos a Peter.

En definitiva, el perro se había orinado en mi pie.

—¡Peter Vader! Cuando te dije que tenías que hacer pipí no me refería a
que tenía que ser en mi pie —El perro solo me ignoró y siguió caminando.

—Ni te entiende.

—Ya sé.

—Tal vez es homofóbico.

—Tal vez.

Observaba como mi hermano se subía al auto de mi tía materna, este se


estaba llevando a mi perro.

Ian y Peter dormirían en casa de la hermana de mi mamá esta noche por


la fiesta que habrá en mi casa.

Me hubiera gustado que Peter se quedara.

—¡Diviértete! —Gritaba Ian.


—¡Lo haré! ¡Cuida al perro! —Le ordené y el asintió.

Estuve a punto de cerrar la puerta de mi casa, hasta que ví como alguien


llegaba.

Eran dos amigos míos y Ángel, mi ex compañero, ex amigo y ex de


Amelia.

—¡JJ! —Saludó Charles y me dio un abrazo. —¡Feliz cumpleaños! Toma tu


regalo —Me dio un obsequio y me limité a sonreírle.

—Gracias —Dije y Miguel me dio su regalo.

—Feliz cumpleaños —Dijo este.

—Gracias —volví a decir mientras me hacía a un lado para que entraran a


mi casa.

Charles y Miguel entraron, sin embargo, el chico de cabello castaño y con


una vibra un poco extraña se quedó afuera.

—Hola, Jake —Saludó Ángel. —Cuanto tiempo.

—Si... cuánto tiempo.

—Feliz cumpleaños, amigo —Me entregó un regalo.

—Gracias —Hubo un silencio entre nosotros. —Pasa.

Él entró y cerré la puerta.

—Oigan, chicos. La fiesta será en el patio trasero, los demás ya están allá
—Informé a los recién llegados y traté de no hacer mucho contacto visual
con cierto chico de cabello castaño.
Ángel y yo antes éramos muy buenos amigos.

Cuando él y Amelia se hicieron novios para mí fue extraño porque tenía


que soportar ver como se besaban (lo bueno era que no lo hacían en el
salón) y como se decían lo mucho que se querían y bla, bla, bla. Solo que
a mí no me gustaba ninguno de los dos, creo.

En esa época tenía como 11 años y le conté todo a mis padres. Ellos
dijeron qué tal vez era porque me gustaba Amelia (en parte era un poco
cierto, ella si me gustaba, pero cuando teníamos como 7 años). El punto
es que solo ignoré lo que me dijeron mis padres y cuando Amelia salió del
closet con Ángel yo fui un completo idiota.

Fui un maldito I-D-I-O-T-A.

Así que le dije a Ángel, "Termínala, termínala, no te merece"

Y como el no soportó que su novia le dijera que era pansexual, pues me


hizo caso.

A todo esto ya teníamos como 12.

Tan chiquito y ya cagando relaciones.

Ahora ya no hablamos y no tengo intenciones de hacerlo. Ni siquiera lo


invité.

¿Quién mierda lo invitó?

Si yo no estoy feliz de verlo no me imagino como estará Amelia.

Escuché el timbre.

Mierda.
Que no sea Amelia.... Que no sea Amelia... Que no sea Amelia...

Abrí la puerta.

—¡JJ! —Gritó Amelia y me abrazó. —¡Feliz cumpleaños!

—Gracias.

Ay no.

—Pasa, pasa —Le dije a Amy y esta entró.

—Toma tu regalo —Me dio una caja envuelta en papel rosa con decoración
de barbie. —No encontré más papel, de todas formas lo vas a romper.

—Da igual —Dejé el regalo en la mesa junto con los otros regalos. —Oye,
estem...

—Dime.

—Este...

—Jake, ¿Por qué Ángel está aquí? —Preguntó Carl acercándose.

—¿¡Qué!? ¿Ángel está aquí? —Preguntó Amy.

—No sé quien lo invitó —Hablé en voz baja.

—Ya me quiero ir —Dijo mi amiga.

—¿Por qué? —Preguntó Carl.

—Pasaron cosas. En fin, lo odio —Explicó ella. —Y el también me odia;


por homosexual y por ser su ex.
—¿Te odia por homosexual? Entonces también me odiaría a mí —Habló
mi novio.

—¿Quién te odia? —Preguntó una voz masculina y solté una grito del
susto.

—¡Paul! ¡Carajo! ¿¡Cómo entraste!? —Pregunté recuperando mi


respiración.

—La puerta está abierta —Explicó él. —Además tu mamá me dejó pasar.

—Oh, está bien.

—Estábamos hablando de que Ángel está aquí —Explicó Carl.

—¿Ángel? Ah, ese no me cae bien, se ha hecho demasiado presumido


—Expresó Paul.

Ángel antes era presumido a veces, por lo visto ahora se hizo más
presumido.

—No te preocupes Amy, yo estaré contigo. Además de seguro no pasa


nada —Dijo el de lentes mientras sacaba a Amelia de mi casa y la llevaba
hacia el patio.

—Ojalá —Dijo ella.

Ojalá que de acá no salgan con más odio que antes.

Y ojalá que Ángel no vea nada sospechoso entre Carl y yo porque ahí si
estaría cagado.

—Feliz cumpleaños wawa —Dijo Paul.

—Igualmente —Contesté observando a Ángel a lo lejos.


—¿Ah?

—Digo, gracias.

—¿En dónde dejó tu regalo?

—En la mesa.

—Okey —Dejó mi regalo en la mesa y se acercó a mí. —¿Quién más va a


venir? O bueno, ¿A cuantos invitaste?

—No a muchos. A ver, a todos los del salón, a mis amigos de 4to y dejé
que traigan a sus parejas, a mis amigos de 2do y dejé que traigan a sus
parejas, a mis amigos de 5to y también dejé que trajeran a sus parejas. Y
a amigos externos.

—Uy si, que poquitos.

—Pero son pocos.

—Jake, cuando dices "mis amigos de 4to" te refieres a todo 4to, lo mismo
con los de 5to... bueno, casi todo 5to. Faltó que mencionaras a tus amigos
de primero.

—Ah, cierto. También a mis amigos de primero.

—Dios mío.

—¡Solo a hermanos de unos de 4to o 5to! Ellos ya verán si los traen o no.

—Que suerte que tienes un patio y una casa muy grandes.

—¿Gracias? Ya que, invité a Marco.

—Ta bien.
Creo que exageré un poquito con las invitaciones.
Pero mi mamá me dijo que invite a todos mis amigos y eso hice.

Aunque aún no se porque Ángel está aquí.

Ya casi todos habían llegado, y solo podía pensar por qué carajos invitaron
a Ángel sin mi permiso.

Ahora Amelia estaba de mal humor.

Y yo también.

Estábamos sentados en unas sillas de plástico. Éramos los de siempre;


Paul, Carl, Amelia y yo.

Amy se tomaba una piña colada sin alcohol mientras tenía la mirada baja.
A veces dejaba su bebida para mensajearse con una de sus amigas, lo
cual era raro porque su amiga estaba a tres metros de ella. Solo que su
amiga estaba en un grupo que estaba hablando con Ángel.

Literalmente pestañeé y Amelia comenzó a apretar su vaso tan fuerte que


este se rompió. Al parecer leyó un mensaje que no le gustó.

Que bueno que su vaso era de plástico.

—¿Qué pasó? —Pregunté.


—Ángel le estaba recordando a todo ese grupito de allí que me terminó por
"Pansexual" y Valerio recién se enteró, así que él y Ángel hicieron una
apuesta para ver si me puede dar un beso esta noche, porque según
Valerio, a mí aún me gusta él — Amy habló muy rápido, pero se le
entendió.

—Que putas —Maldijo Pato.

—Si supieran que soy lesbiana —Mi amiga habló en voz muuuy baja.

—¿Cómo? —Pregunté pensando que escuché mal.

—Nada —Contestó. —Ay no, Valerio viene para acá.

—Dile "Chupa pito" —Aconsejó Pato.

Observé como mi compañero se acercaba hacia nosotros y solo pude


pensar en lo mucho que odio que Ángel esté en mi casa.

—Amelia —Habló Valerio.

Valerio es un chico alto, pelinegro y usa lentes. Tiene una apariencia


robusta y casi siempre usa camisa.
Se parece al padre de Amelia.

Eso es raro.

—¿Quieres bailar? —Le preguntó a mi amiga e hice de todo para que no


se notara que me quería reír.

—No tengo ganas —Respondió ella en un tono seco. Todos nos quedamos
callados. —¿Por qué sigues aquí? —Le preguntó a mi compañero.

—Ah, si... ¿Quieres algo para tomar? —Preguntó el de lentes (No mi ser
amado, el otro de lentes).
—No gra... No, espera, si quiero, una gaseosa. Jake, ¿Tú quieres algo?
—Me preguntó la pelinegra.

—Cualquier bebida que esté dando el barman —Respondí.

—¿Y tú, Carl? ¿Paul? —Interrogó a todos.

—Gaseosa —Respondieron ambos.

—¿Nos podrías traer eso a todos por favor? ¿Si? —Amelia le puso una
cara y unos ojos de inocencia a Valerio que hasta yo me creí sus "buenas
intenciones".

—Si, claro —Contestó mi compañero con una sonrisa y se fue a conseguir


todo lo que habíamos pedido.

—Ay, me salió una ronchita —Ahora mi amiga volvió a la normalidad.


—Creo que soy alérgica a los machitos sin remedio.

—¿No le vas a decir nada a Valerio? —Preguntó Paul.

—No —Respondió la de vestido verde.

—¿Por qué?

—Me da flojera.

No dije nada.
Valerio nos iba a traer bebidas así que no me iba a quejar.

Además ya sé lo qué pasó entre él y Amelia, así que por mí que haga lo
que quiera.
Me quedé observando como ese chico alto y robusto servía gaseosa, y me
encontré con la presencia de otro chico con lentes que si me cae bien y si
quiero que esté en mi casa.

—¡Jake! —Saludó Marco. —Feliz cumpleaños, bro —Chocó puños


conmigo y se mostró realmente feliz.

Siempre está feliz.

Yo también quiero tener ese nivel de felicidad.

—¡Marco! —Me contagió su sonrisa.

Marco traía puesto unos jeans anchos, un polo amarillo canario, una
chaqueta que tenía un pin de metal del pato Donald y muchos anillos.

—Ya dejé tu regalo en la mesa —Explicó y saludó a Carl chocando puños.

Paul se levantó del mueble y le tocó la espalda a Marco para que este se
diera cuenta de su presencia.

Cuando el de una gran felicidad lo vio, casi grita.

—¡Pato! —Se lanzó hacia él y le dio un fuerte abrazo. Hasta lo levantó un


poco del piso.

A parte de tener mucha felicidad, tiene mucha fuerza por estar en el equipo
de natación.

No me imagino como estará la respiración de Paul en estos momentos.

—¡Te extrañé! —Le dijo a Pato, el cual se veía bastante acostumbrado a


esa clase de abrazos.
—Que bueno. Al menos uno de los dos si extraña al otro —Respondió mi
amigo mientras ese abrazo terminaba.

Marco solo dio una carcajada, al igual que Paul.

Crucé miradas con Carl y luego con Amelia.

¿De cuando aquí se llevaban tan bien?


¿Pato soportando abrazos así?

Algo no cuadraba.

—Hola... ¿Amelia? —Habló el que traía puesta una chaqueta.

—Hola, Marco —Saludó ella amablemente y mi amigo se sentó al lado de


Paul.

—Ahí viene Valerio —Informó Carl.

—Y Victoria —Agregó Amy viendo hacia otro lado.

—¿Por qué todos se ponen tensos? —Marco estaba igual de confundido


que yo cuando descubrí que me gustaba Carl.

—¿Lo puedo poner al corriente con el chisme? —Pregunté. —Él es de


confianza.

—Si, si —Respondió mi amiga sin mucha importancia y al ver quien estaba


a un metro de ella entendí porque.

—¡Amy! —Era Victoria. —¿Quieres ir a bailar? —Le preguntó con una


sonrisa.
Fue como si la felicidad volviera al cuerpo de mi amiga, sus ojos se
iluminaron de una manera en la podría jurar que vio al ser más increíble
del mundo.

—Si, si —Respondió rápidamente y se fue con ella.

—Y luego dice que CREE que le gusta —Recalcó Pato en un tono burlón.

—Ya me perdí —Dijo su acompañante.

Observé cómo Valerio se acercaba y tuve que cerrar la boca. No podía


contar un chisme si el chisme estaba presente.

—¿Y Amelia? —Preguntó mi compañero.

—Bailando, ¿No ves? —Cierra la boca, Jake.

—Ah, ok. Tomen sus bebidas.

—Gracias —Dijo Carl amablemente y Valerio se fue.

—Okey, ahora si te pondré al corriente —Le dije a Marco preparándome


para contarle el chisme completo.

Llegaba la noche y eso solo hacía que todos se pusieran a bailar.


Lo típico de las fiestas; primero hablan, entran en ambiente, bailan, hacen
cualquier cosa, etc.
Dije que no trajeran alcohol. Por mis padres y porque hay chicos de 13
hasta 16 años.
Era bueno que ninguno de los que tienen hermanos en primero de
secundaria hayan querido traerlos.

Yo aún no había entrado mucho en el ambiente de fiesta y de decir "Oh por


Dios, ¡Quiero bailar hasta que se me caigan los pies!", pero varios de mis
invitados ya hasta estaban besándose como unos locos.

Encontré a cómo 2 siendo infieles.

—¡Suéltate más, Jake! —Gritó uno de mis amigos de 5to.

—¡Eso hago! —Respondí dejando de bailar para tomarme una gaseosa.

En un inicio lo único que hacía la mayoría era grabar videos para


Instagram o para alguna red social.
Hasta que el DJ puso reggaeton antiguo, eso hizo que todos se levantaran
de sus asientos.

Bailaba cerca de mi grupo (Carl, Paul y Marco) hasta que comenzó a sonar
"Baila morena".

Todos pegaron un grito tan fuerte que creo que hasta mi papá que ni
estaba en casa escuchó.

Hasta yo pegué un grito...

—¡Amo esta canción! —Gritó Carl dando unos saltos.

—¿¡Quien no!? —Habló Marco.

Carl y Marco parecían tener la misma energía de un perro con muy buena
salud y muchas ganas de jugar.
Paul y yo éramos todo lo contrario. Ni siquiera podíamos acomodarnos al
ambiente de la fiesta.
Creo que es cosa de crespos con lentes el tener tanta energía.

La canción seguía sonando y quería ir hacia el barman para tomarme una


bebida, pero sentí como alguien me tomaba del brazo.
Y luego otro más me agarro de la cintura y otro del hombro.

Y así termine en una silla rodeado de mis compañeros de 5to.

Oh carajo, me iban a hacer un baile que siempre le hacen a los


quinceañeros en su fiesta.

Mátenme.

—¡Es hora de que te diviertas JJ! —Gritó uno de ellos y se acercó a mí


para comenzar a bailarme de una manera "sensual" al ritmo de "baila
morena".

Ayuda

Todos gritaban, algunos graban, otros ponían sus manos en mis hombros
para que no me moviera.

Ayuda

Mi amigo puso sus manos en mis hombros y comenzó a mover sus


caderas al ritmo de la canción.
Parecía un completo experto en eso.

Ayuda

Busqué a Carl con la mirada, me encontré con la sorpresa de que este se


estaba riendo y grabando todo.
Maldito traidor.

Pasó el espectáculo en el que hombres y algunas mujeres me bailaron de


una manera en la que ni yo me atrevería a bailar.

Ahora era uno más de los que pasaron por ese momento de los quince
años.

No sé si esto pasa con todos, pero en definitiva fue algo vergonzoso estar
como 10 minutos sentado en esa silla con todos esas personas
bailándome de esa manera.

Y lo peor es que todo quedó grabado y publicado.

—¿Te gustó tu baile erótico? —Preguntó Carl sentándose a mi lado.

Ese traidor había grabado todo.

—Ja, ja, que chistoso —Dije sarcásticamente.

—No sabía que te gustaban mayores —Dijo.

—Ay, ¡Cállate! Fue vergonzoso.

—Y chistoso.

—Solo un poco.

—¿Quieres que te pase el video? —Preguntó.


—No gracias, ya lo veré en historias de Instagram.

—Hasta en Facebook —Agregó y ambos reímos. —Si seguiríamos siendo


solo amigos, también te hubiera bailado, pero nah, lastima que somos
novios.

—Hubiera pagado por ver eso.

—En tus sueños, Ross —Volvimos a reír.

Hablaba en serio.

Hubiera pagado por ver eso.

Dirigí mi vista hacia la mesa y caí en cuenta de que aún no cantábamos el


"feliz cumpleaños".

—Voy a servirme agua, estoy que me muero —Informé mientras me


levantaba.

—Estuviste sentado todo el tiempo que te bailaron.

—Da igual, necesito agua —Agregué. —Ahora vuelvo.

No quería agua.

Quería saber si mi padre iba a venir en algún momento.

Me metí a la casa y busqué a mi mamá, la cual estaba en la cocina


sirviéndose agua.

—Oye, mamá, ¿Sabes si..


—No, no sé, Jake. Estoy muy cansada y me duele la cabeza. No sé en
donde estará tu padre y ni me importa. Mira, me voy a tomar una pastilla y
me iré a dormir.

—Ah.

—Si quieres que alguien se quede a dormir está bien. Toma —Sacó dinero
en efectivo de su bolsillo y me lo dio —Si quieren pidan pizzas o algo para
que cenen.

—Está bien.

—Te quiero —Me dio un beso en la cabeza y se dirigió hacia el pasillo,


perdiéndose en la oscuridad de este.

—Este año no hay soplar las velas —Me dije a mi mismo.

Me di media vuelta, guardé el dinero que me dio mi madre y estuve a


punto de volver al patio, hasta que escuché como tocaban el timbre.

¿Quien putas llega a esta hora?

Tu papá.

Sería raro que él no haya entrado por la cochera.

Volvió a sonar el timbre.

Tal vez si sea mi papá.

¿Si podré soplar las velas?

Me acerqué a la puerta y al abrirla vi a una mujer. Se veía de unos 25


años. Era delgada y traía puesto un vestido escotado con estampado de
flores.
—¿Si? —Fue lo primero que salió de mi boca.

—¿Aquí vive el señor Mariano Ross? —Preguntó ella en un tono de voz


amable.

—Si —Respondí. —Pero no se encuentra en estos momentos —Tal vez


era una trabajadora.

—¿Le podría decir que pasé por aquí?

—Claro, ¿A nombre de quien?

—Astrid Vargas, su novia.

Escuchar esas dos ultimas palabras fueron como recibir un balde de agua
fría.

¿Su novia?

—En gusto conocernos al fin. Mariano me ha hablado mucho de ti, dice


que eres su sobrino favorito —Explicó ella.

¿¡Sobrino!?

¿¡Ese imbecil estuvo diciendo que era su sobrino!?

Me forcé a sonreír. —Si... bueno le diré que pásate por aquí. ¿Que...
quería decirle algo en específico?

—Quería darle una sorpresa, pero pues me dijiste que no se encuentra así
que. Ni modo.

—¿Qué... qué sorpresa? Si se es que se puede saber.


—Nada en específico, solo quería pasar un rato con él. Es que no pudimos
estar juntos en nuestro aniversario.

—¿Aniversario de cuánto tiempo?

—Dos añitos —Contestó feliz.

¿¡Dos años!?

—Oh... si, bueno... —Soy su hijo. —Le diré que pasaste. Adiós.

—Adiós —Cerré la puerta sin poder creer todo lo que había escuchado.

El nunca va a cambiar.

¿A cuantas mujeres les habrá dicho que soy su sobrino?¿Cuantas


novias ha de tener?¿Alguna vez embarazó a alguien?¿Acaso tengo a
algún hermano que ni yo conozco?¿Cuantas mentiras va a seguir
diciendo?

Caminé hasta la cocina y un grupo de amigos se me acercó.

—Jake, Jake, mira —Dijo uno de ellos abriendo una mochila, la cual tenía
3 botellas de pisco.

Cada uno de mis amigos tenía una mochila, supongo que cada una tenía
alcohol.

—Tómenselo, mi mamá se fue a dormir así que ya no hay problema —Dije


restándole importancia y ellos se fueran hacia el patio.

Me senté en el mueble de la sala y solo pude pensar en lo que había


pasado.
Ya no quería fiesta, quería que todos se fueran, quería quedarme en mi
habitación y no salir nunca más.

Curiosamente, ninguna lágrima salía, pero me sentía realmente mal.

Era como si mi cuerpo supiera que había gente y que no podía soltar
ninguna lagrima.

Moví un poco la cortina y tuve vista hacia el patio. Ya habían comenzado a


servir alcohol y a mezclarlo con la gaseosa y con otras bebidas.

Si, eso necesito.

Emborracharme.

Tal vez así me olvide de todo, así como mi papá se olvida de que tiene
hijos y esposa cuando está borracho.

O como mi mamá se olvida de los malos tratos de mi padre cuando está


borracha.

Me levanté y me dirigí hacia la mesa de bebidas en el patio. En esta ya se


encontraba el pisco, también había cerveza, fourloko y ron.

Agarré una lata de cerveza y la abrí sin importarme nada.

Estuve a punto de tomarla, hasta que escuché como alguien gritaba.

—¡Noooo! —Carl tiró la lata al piso de un manotazo.

—Ay.

—Alcohol no —Dijo. —Toma gaseosa —Agarró un vaso con gaseosa y lo


olió. —No, tiene pisco. Toma algo del barman —Agarró mi mano y me llevó
hasta el barman.
Agarró un vaso con una bebida de colores y me la dio.

—Toma esto —Ordenó.

—Pero...

—Nada de peros, la última vez que tomaste fue un desastre y eso que
estabas solo conmigo. Ahora estas con muchas personas. Además apenas
acabas de cumplir 15.

—Pero es que...

—Jake.

—Bien —Tomé esa bebida sin alcohol.

—Así están bien.

Sonreí fingiendo que nada había pasado.

—¡Jake, ven! —Me llamó un amigo.

—¡Voy! Ya vengo —Le dije a Carl y me dirigí hacia el grupo en el que se


encontraba mi amigo.

En este grupo habían algunas personas de 5to, unos de 4to y unos de mi


salón.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

Uno de ellos me dio un vaso con una de las bebidas que estaba dando en
barman.

—¿Estas seguro de que no van a ver todo lo que trajimos? —Preguntó uno
de ellos.
—Muy seguro —Respondí sabiendo que mi padre tal vez no llegaría esa
noche a casa.

—¡Buena! ¿No vas a tomar? —Preguntó otro.

—Ay, si no quiere que no tome —Dijo una amiga.

—No voy a tomar —Informé viendo a Carl a lo lejos. —Bueno ya me voy


yendo.

—¡No te vayas amigo! Quédate un rato más —Dijo uno riendo e hizo que
me sentara con ellos.

—¿Okey? —Acepté quedarme porque sabía que no me dejarían ir.

Comenzamos a hablar de muchas cosas y me comencé a sentir raro.

Me relajé mucho y dejé de sentir mi cuerpo, lo cual fue muy raro.

Mi mente se desconectó y me sentía muuuuuy bien.

Fue como si una ola invisible de relajación estuviera pasando.

—No siento mis piernas —Dije en voz alta y mis amigos se rieron al igual
que yo.

—Toma —Uno me dio un dulce. —Eso ayuda sentir las piernas.

—Gracias.

—Chicos creo que me estoy fusionando con la almohada —Habló una


amiga.

—Solo dile que no te quieres fusionar —Aconsejé. —Como cuando estas a


punto de meterte en una relación y no quieres nada.
—¡Exacto! —Gritó otro amigo y todos reímos.

—¿Por qué me siento como en una piscina? —Pregunté intentando


recuperar mis sentidos.

—Porque conseguimos polvos mágicos, duh —Respondió otro amigo.

—¡Aaah! —Me comencé a reír. —Ay, me iré a caminar.

—¿Por qué?

—Tengo calor.

—¿Y?

—Caminar me da frío —Respondí haciendo que todos se rían.

Me levanté y comencé a caminar, pasando por todas las personas que


estaban bailando. Me dieron muchos mareos al ver varias luces de
colores.

Todo era muy extraño.

Era como si todos se movieran de una manera lenta, pero yo iba a un ritmo
normal.

Observé a parejas besándose, al mismo DJ bailando con mis invitados, a


uno que otro llorando por alguna razón y a algunas personas con ganas de
vomitar.

Me metí a mi casa y al llegar a la sala vi a Paul y Marco sentados en el


mueble viendo "Barbie: Life in the Dreamhouse", al lado tenían a una chica
y un chico besándose.

Seguí caminando con la intención de... no sé, pero quería ir a algún cuarto.
Abrí una puerta y me encontré con dos chicas de segundo besándose en
el cuarto de limpieza.

—Ay, perdón —Dije cerrando la puerta y luego la abrí de nuevo. —Está


puerta no tiene seguro, pero le pueden poner otra cosa para que no la
abran de nuevo —Cerré la puerta y la volví a abrir. —No diré nada, las
amo —Ahora si me fui.

Caminé hasta mi habitación sintiendo como si todo el pasillo diera vueltas


y más vueltas.

Al abrir la puerta de mi habitación me encontré con que Amelia estaba


sentada en mi cama y las luces led estaban prendidas en un tono celeste.

—¡Hola! —Dije. —¿Por qué mis luces están prendidas? —Cerré la puerta.

—Así estaban cuando llegué —Recordé que yo las había prendido.

—Ah —Me senté a su lado. —¿Por qué estás triste amiguita? —Pregunté.

—¿Por qué actúas como drogado?

—Porque estoy drogado.

—Se nota.

—¿Cómo que se nota?

—Tus pupilas están dilatadas y tus ojos están irritados.

—Ah. Le metieron droga a mi bebida —Expliqué riendo.

—Oye eso es algo muy malo —Dijo ella en un tono serio.

—Ya que, fue una broma.


—No, Jake, no deberían hacer eso. No tengo nada en contra de que
consuman, cada quien con su vida, pero tampoco es para que le estén
metiendo eso a tu bebida sin tu consentimiento.

—Ya que, me siento mejor. Ya ni recuerdo porque me sentía mal.

—Ay, Jake.

—Calla, aún no me dices porque estás triste. No me digas que no porque


te vi triste cuando entré y nadie que esté feliz viene a un cuarto a estar
sola en una fiesta.

—Es por Ángel —Dijo.

—¿Lo extrañas?

—Ay, de verdad estas drogado.

—Perdón.

—No es por eso.

—¿Entonces?

—Lo escuché hablando con sus amigos y estaba diciendo "No entiendo
como Amy puede decir que ahora es bi con preferencia a las mujeres.
Tuvo un novio, además no parece bisexual. Yo creo que lo dice por moda.
Si yo quisiera, haría que vuelva a ser hetero".

—Que idiota, ¿Le dijiste algo?

—No. Hice como que no escuché. Además todos se rieron y... no sé, por
un momento me dio un deja vu del 2020, cuando todos se habían
enterado, cuando todo se fue a la mierda, cuando ni me querían en casa.
Me asusté y me mareé mucho así que vine aquí.
—¿Esto te pasa muy seguido? —Ella solo me miró y no dijo nada. —¿Tu
mamá nunca te ha llevado a que te revise algún... eso? Psicología... eso
—No podía ni pensar con claridad.

—Si sabe como me siento, pero la vale. Ah pero si le digo que de nuevo
me gustan las mujeres, te aseguro que me llevaría hasta al psiquiatra.

—Oh... lamento mucho esta situación Ana.

—Soy Amelia, drogo.

—Perdón, Amelia —La abracé. —Perdón por lo que hice, hace 2 años y
perdón por no haberte apoyado hace un año cuando pasó todo eso, en
verdad lo siento mucho.

—No es tu culpa.

—Si lo es, yo también era como Ángel, creo que hasta por mí terminaron.

—Ya lo sé.

—¿Cómo?

—Yo me entero de todo. Además perdóname por haber puesto en un


grupo de gente virtual que te gustaba Ángel y también haberle dicho a
algunas de nuestras amigas lo mismo.

—¿Qué?

—Fue hace 2 años y estaba enojada.

—Está bien. Tu perdóname a mí, Amely.

—Es Amelia, y si te perdono.


Ambos seguíamos abrazados cuando creo que me quedé dormido por
unos segundos.

—Eso te hizo más fuerte —Dije cuando abrí los ojos.

—Cállate. No quería ser más fuerte con eso. Quería que "My little pony"
me hiciera fuerte con sus enseñanzas. No que mi mamá me hiciera fuerte
sacándome de la casa.

—Perdón —Me disculpé.

—Estas drogado.

—Y tu borracha.

—Yo no estoy borracha.

—¿No?

—No. Mi mamá vendrá por mí y ella sabe distinguir muy bien cuando
alguien está borracho. No quiero que me saque de la casa de nuevo —Rió
luego de decir eso.

—Oye...

—Mis traumas, mis chistes.

—Perdón.

—Además te estoy contando esto porque estas drogado y tal vez no te


acuerdes de esto mañana.

—Cojuda.
—Perdón.

Estaba a punto de abrir la puerta para que Amelia se vaya. Su madre ya


había llegado a recogerla y luego de estar hablando como por media hora
en ese cuarto no iba a despedirme así nada más.

También quería seguir con ella porque no podía ni caminar.

—Te quiero, Ana —Decía mientras la abrazaba.

—Es Amelia.

—Cuídate.

—Tu también, JJ. Adiós.

—¡Adiós! —Abrió la puerta y se fue.

Genial, ya no tengo en donde arrimarme.

Caminé y no sabía a donde tendría que ir.

Ni siquiera sabía en donde estaba.

—Jake.

—¡Carl! —Me tiré hacia él y lo abracé. —Te estuve buscando por


muuuucho tiempo.
—¿Jake estas borracho? —Preguntó viéndome.

—¡No! ¿Acaso huelo a alcohol?

—Está drogado —Dijo Paul. —Mira sus pupilas.

—Hola, patito —Saludé con amabilidad mientras me apoyaba en Carl.

—Los de mi salón consiguieron droga no sé de donde —Informó Marco.


—Uno de ellos le metió droga al vaso de Jake.

—Genial, doparon a Jake —Habló Carl intentando mantener el equilibrio


para que no me cayera.

—Creo que una ballena se metió al baño —Dije.

—Está mal viajado. Lleva a Jake a su cuarto y que no salga —Le ordenó
Paul a mi novio.

—¿Y ustedes? —Preguntó Carl.

—Paul y yo ya nos vamos —Dio a conocer el mayor del grupo. —Chau,


Jake. Estuvo bonita tu fiesta.

Solo asentí mientras sentía que me iba para atrás.

—Adiós, Jake —Se despidió Paul.

Ambos salieron de la casa.

—Vamos —Me ordenó Carl y comenzó a caminar.

—Hola, Carlitos.

—Hola, JJ.
—¿Tú eres mi novio, cierto? —Pregunté desconcertado.

—Si, soy ese.

—¡Siii! —Me quedé callado. —¿Tú crees que seamos gais? —Él soltó una
carcajada luego de que dijera eso.

—Camina, bonito.

—Tu también eres bonito. Eres muy fuerte también.

—¿Ah?

—Tienes unos lindos y perfectos rulos y... —Tomé una de sus manos.
—Unas muy bonitas manos. Eres muy bueno con los dedos —El volvió a
reírse.

—¿Por qué te ríes?

—Por nada —Abrió la puerta de mi habitación y entramos a esta.

Me tiré en mi cama y Carl se acercó. Me quitó los zapatos y prendió el aire


acondicionado de mi cuarto.
Sacó un polo de mi armario y me lo dio.

—Quítate la ropa —Ordenó.

—Ay, primero un café ¿No? —Él volvió a reírse a carcajadas.

—¡Tu camisa y tu polo están mojados por el sudor! Te digo que te los
quites para que te cambies y duermas mejor.

—Aña.
Me levanté de la cama e hice lo que me dijo. Seguido a esto volví a
acostarme en esta.

—Acuéstate conmigo —Ordené haciéndole un espacio.

—Está bien.

Se echó a mi lado y lo abracé, poniendo hasta mi pierna encima de este.

—Te quiero mucho, Carlitos —Dije en el abrazo.

—Yo también te quiero mucho.

—¿Quieres ser mi novio?

—Ya somos novios.

—Ah... ¿Quieres ser doblemente mi novio?

—Si, si quiero.

—¡Si! Somos doblemente novios.

Cerré los ojos y casi me quedo dormido.

—Te quiero mucho, Carlitos —Dije levantándome para darle un beso en la


mejilla, pero no alcancé y terminó siendo en el cuello.

—Con que así se siente que te bese en el cuello —Dijo este y yo solo
seguí.

Paré para besarlo en los labios y estuvimos así por un rato hasta que Carl
me alejó.
—Jake —Quería seguir besándolo. —Amo cuando nos besamos, pero
estas drogado.

—¿Y qué? —Seguí besándolo pero él me paró.

—Yo estoy en mis cinco sentimos y tú... creo que solo estas en tres
—Explicó. —Tal vez ahora haces algo que no querías hacer estando
sobrio.

—Entiendo —Me perdí en cuatro sentidos. —No te puedo besar porque


tienes cuatro sentidos.

—Ah... si eso.

—Si —Volví a abrazarlo. —Te quiero mucho Carlitos.

—Yo también te quie...

—Nunca pensé que estaría con un hombre —Lo interrumpí. —Pero ahora
somos doblemente novios y te quiero besar, pero no puedo porque tienes
cuatro sentidos.
Antes pensaba que estar con un hombre era asqueroso y ahora creo que
es lo más bonito que me pudo pasar. Eres un buen novio y un buen amigo.
Perdón si a veces no hago lo suficiente, pero te juro que aún trato de
aceptarme —Me quedé callado mientras seguía abrazándolo.

Cerré lo ojos y pensé en lo mucho que me gusta ese chico.

—Creo que estoy enamorando de ti —Confesé.

Solo estuve con los ojos cerrados como por cinco segundos. Bastaron
cinco segundos para que me quedara dormido.

—Jake —Dijo Carl despertándome. —Jake.


—¿Si?

—¿Qué fue lo que dijiste hace un momento?

¿Qué dije?

—¿Qué?

—Lo que dijiste hace un rato.

—Que te quiero mucho, Carlitos —Lo abracé más fuerte.

—No, después de eso.

—¿Qué cosa?

Él se quedó callado.

—Nada, olvídalo —Dijo. —Yo también te quiero mucho, Jake —Dicho esto
me dio un beso en la cabeza.

No sé qué cosa le habré dicho hace un rato, pero ojalá no haya sido nada
malo.
Me gusta mucho Carl como para haber dicho algo malo y no recordar que
cosa fue.

Lo quiero tanto.

—¿Vas a dejar de tener cuatro sentidos? —Pregunté.

—Si.

—Okey.

Fue lo ultimo que dije.


Sentí sus manos hacerme masajes en la cabeza, aquello solo me relajó
aún más, haciendo que me quede dormido al instante.
15. Un reencuentro decepcionante

Carl

22 semanas- Martes - Vacaciones . . .

Jake me es infiel.

Desperté de mi sueño de golpe.

Carajo.

Acababa de tener un sueño en el que Jake me era infiel... y resulta que


estaba llorando en vida real.

Dios mío.

Me senté en mi cama y comencé a secarme las lágrimas.


¡Ay, Dios mío!

Jake me trae completamente loco.

—¡Chicos, a desayunar! —Gritó mi mamá desde la cocina.

Me levanté y me fui rápidamente al baño. Tenía que mojarme la cara para


que no se notara que estaba llorando, no quería que me pregunten y tener
que decir "Es que soñé que mi novio le metía lengua a otra".

Me lavé los dientes y me puse mis lentes.


No se me veía tan mal.
No se notaba que estuve llorando dormido por quedar como un cachudo.

Salí del baño y me dirigí hacia el comedor, en el cual ya se encontraba mi


hermana y mi mamá.

—Buenos días —Dije con voz ronca.

—Buenos días —Mi madre y mi hermana hablaron al mismo tiempo.

Me senté en la mesa y vi que de desayuno había sopa.

En este calor de mierda.

—Valeria, Carl, necesito hablar con ustedes —Informó ella en un tono


serio.

Mi hermana y yo cruzamos miradas, no sabíamos que tan grave sería.

—Me encontré con su padre el otro día —Cuando dijo eso dejé de comer y
creo que hasta de respirar. —Él ahora está quedándose con su primo y se
encuentra bien —Al menos estaba bien. —Hablé con él y vamos a
divorciarnos. —Estaba bien con eso. —Y vendrá hoy a la casa para sacar
sus cosas —Ay.
—¿A... a qué hora? —Pregunté.

—Me dijo que en la tarde —Contestó mi madre. —Pero trataré de salir


antes del trabajo para llegar antes que él y estar aquí mientras saca todo.

—¿Y si no llegas? —Preguntó Valeria.

—Si voy a llegar —Aseguró mi madre.

—¿No podemos ir contigo al trabajo? —Preguntó mi hermana.

—Hoy tengo una junta y después tengo que ir al banco. ¿Estás segura de
que quieres estar por horas parada en el sol esperando a que sea nuestro
turno?

—No, pero es mejor que ver a papá.

—Valeria.

—Perdón.

No sabía qué decir.

Luego de que mi padre haya intentado golpearme y sacarme de la casa,


no sabía si quería verlo o si quería evitarlo por el resto de mi vida.

Debía querer la segunda opción, pero a decir verdad, si necesitaba ver a


mi padre.

No quería admitirlo... no en voz alta.

Es extraño. Me quiso matar y aun así quiero saber cómo está.


Al fin y al cabo es mi papá, ¿No? Antes de que se hundiera mucho más en
el alcohol, no era tan mal padre. Si hubo buenos momentos, aunque ahora
solo los tengo como algo borroso al fondo de mi mente, no obstante, por
mí está bien, quiero conservar el recuerdo de que alguna vez tuve un
padre que si actuó como tal.

—Carl —Me llamó mi madre.

—¿Si, mamá?

—¿Tú que piensas?

—Yo... yo me quedo —Contesté sin pensarlo mucho.

—¿Por qué? —Preguntó mi hermana.

—Porque... —¡Quiero ver a papá! ¿No es obvio? —Tengo que avanzar con
el regalo de Jake —Dije. —Dijiste que ibas a ayudarme —Le recordé a
Valeria para hacer que la situación se vea más normal y que no se note
que estaba mintiendo.

Mi hermana me fulminó con la mirada. —Bien, me quedo, pero no abriré la


puerta hasta que llegue mamá.

—Bien —Dije.

—Bien —El enojo que transmitían los ojos de mi hermana podían matar a
cualquiera, no sé como seguía vivo.

—Niños —Mi mamá nos habló en un tono pasivo y calmado, pero su


acción luego de eso fue darnos una palmada en la frente, haciendo que mi
hermana y yo dejemos esa tensión de pelea. —Coman —Ordenó.

No me quedo de otra que obedecer y mantener la mirada en mi plato (Si la


levantaba, me encontraba con la mirada asesina de mi hermana).
Mamá ya se había ido al trabajo, solo estábamos mi hermana y yo en la
casa.
El estar los dos solos en la casa es algo a lo que ya nos hemos
acostumbrado desde hace mucho tiempo, pero ahora siento algo de miedo
al saber que estamos solos y que mi padre podría venir en cualquier
momento.

Para matar el tiempo, mi hermana me estaba ayudando a hacer el regalo


de Jake.

—Ojalá me engañe el maldito —Dije haciéndole unos recortes a un papel


azul. —Solo un pendejo como yo hace estas cosas.

—Carl, solo fue un sueño. Jake no te engañó —Me recordó Valeria.

—Ya sé —Me quedé callado y seguí cortando. —Con que me engañe, lo


mando a cagar —Dije. —Claro, pero aquí el burro haciendo detalles.

Mi hermana sonrió al oírme hablar así.


Hasta yo quería reírme de mi mismo, era la primera vez que me expresaba
así de alguien.

Si quería hacerle el regalo a Jake, siempre le hago algo para su


cumpleaños, además de darle de un regalo ya comprado.

Solo que ahora es mi novio... y siento que ahora me veré como esos
chicos que les dan detalles a sus parejas. Me siento extraño.

—Burro, pero original —Dijo la del cabello largo y rizado.

—Original mis huevos, Amelia me paso la imagen de Pinterest.

—A Jake le va a gustar.

—Ojalá, me duelen los dedos y todavía no acabo.


—Y eso que te estoy ayudando.

Solté un suspiro y quise agarrar otro papel, pero cuando hice aquella
acción el papel resbaló y sentí un ardor en mi dedo índice.

—¡Auch! ¡Me corté con papel! —Grité y me llevé el dedo a la boca.

—Jake, valora su esfuerzo —Valeria hizo como si estuviera orando.


—¿Jake alguna vez hizo esto por ti? —Preguntó.

—Bueno, me daba las figuritas de Minecraft que venían en sus cuadernos


y las armábamos juntos. Y un día me regalo unos audífonos.

—Y también te trae pollo a la brasa... sigue cortando —Ordenó la mayor.

—Okey —Obedecí y seguí cortando a pesar de ya no sentir la mano.

Luego de estar unas horas haciendo ese regalo de mierda, al fin habíamos
terminado.

—Y su funko de Spider-Man —Metí la caja del muñequito de plástico en


otra caja y al fin la cerré. —Listo, ¿Qué más quiere?

—Ojalá algún día me hagan estos detalles —Dijo mi hermana.

—¿No que te parece muy cursi?


—Pues si, pero en el momento en el que te dan eso ya no se siente tan
cursi como pensabas... además depende mucho. Si me regalan un dibujo
de Minnie con la frase de "Mi tóxica favorita" ahí si me moriría y no de
amor.

—Si Jake me hace eso comenzaría a cuestionarme sobre nuestra


relación... aunque Jake si me daría eso, pero en broma, no sería en serio.

—¿Cómo sabes?

—Porque él dice que esa clase de frases son demasiado tercermundistas


y básicas.

—Toda la razón.

Sonreí y el teléfono de mi hermana comenzó a sonar.

—¿Ma'? —Creo que mamá ya llegó. —Sí, está bien —Colgó la llamada.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

—Mamá ya llegó —Al fin. —Y papá también —Váyanse a la puta.

Ay dios, me siento extraño.

Si quiero ver a papá, pero al mismo tiempo no quiero ver a papá.

—Mamá dice que nos quedemos aquí —Informó y apagó su celular. —Yo
me voy a mi cuarto.

—¿No podemos bajar?

—Es mejor que nos quedemos aquí —Dijo ella. —Ve a tu cuarto.
—Está bien —Agarré algunos materiales que habíamos usado y me dirigí
hacia mi habitación.

Dejé esos materiales en la mesa y me acosté en mi cama.

—No tardaré mucho —Escuché la voz de mi padre a lo lejos.

Quédate acá.

Intentó golpearte y sacarte, quédate acá.

Tal vez ya se le pasó el enojo.

Si sale y se muere entonces la última vez que lo viste habrá sido


cuando peleaste con él.

No seas estúpido, no se va a morir.

Su riñón de seguro ya ni sirve, se va a morir.

Carajo, me odio

Me levanté de mi cama y abrí la puerta muy despacio para no se escuche


que estaba saliendo de mi habitación.

Bajé las escaleras y me encontré con mi padre.

—Hola, papá —Saludé y me forcé a no hacer ningún tipo de contacto


físico.

—Hola, hijo —Habló él en un tono amable.

¿De cuándo aquí habla en ese tono amable?

De seguro esta así porque mi mamá está al lado de él.


Hablando de mi madre, ahora se ve sorprendida de verme.

—Voy a empacar mis cosas —Informó mi padre y se fue a su habitación.

—¿Carl qué haces aquí? —Preguntó mi madre en un tono de voz bajo.


—Se suponía que debías quedarte arriba.

—Quería ver a papá —Respondí desviando la mirada.

—¿Y tú hermana?

—Se quedó arriba. No quiere bajar.

—Iré a verla, no tardo —Informó. —Si tu padre te hace algo solo grita.

—¿Y si me hace algo y no alcanzo a gritar?

—Me encargaré de que la nueva casa de tu padre sea la cárcel —Dicho


esto subió al segundo piso.

—Con una llamada de atención estaría bien —Me dije a mi mismo.

Me quedé procesando un rato hasta que escuché como mi papá movía


unas cosas en su habitación.

Me dirigí a esta para ayudarlo a alistar sus cosas.

No es como que tenga muchas, pero aun así quiero ayudar.

—Te ayudo —Dije entrando a su cuarto.

—No, no —Dijo él rápidamente. —No toques mis cosas.

—¿No quieres ayuda?


—Claro que quiero, pero no tú ayuda —Respondió mientras ponía su ropa
en una maleta. —Tal vez si tocas mis cosas me contagies.

—¿Contagiarte? Pero si no tengo gripe.

—Hablo de tus... cosas.

—¿Qué?

—Ay no te hagas el loco, Carl. Te gustan los hombres. No quiero que me


pases esa enfermedad a mí.

¿Qué carajos?

Mi padre cree que estoy enfermo.

Bueno es entendible. Yo también pensaba eso, pero ahora ya no.

Se comprende que me diga eso...

—No estoy enfermo... la homosexualidad no es una enfermedad.

—Claro que es una. Tu madre es lesbiana y ahora tú eres gay.

—Pero si fuera así entonces hasta usted estaría contagiado.

—Claro que lo estuve, pero fue hace mucho. Ya me curé, ya estoy bien.

Ay no me jodan.

¿A mi papá también le gustan los hombres?


O... le gustaron.

—Pero por lo visto tu madre no. Así que ahora tú tienes esa enfermedad y
el que está mal soy yo —Expresó mi papá.
—Pero ya te dije que no es una enfermedad.

—Como quieras —Se quedó callado por un momento. —Pero yo no quiero


hijos así.

—Soy tu hijo lo quieras o no. Y no... estoy... enfermo.

—Yo quería un hijo, y ahora tengo dos hijas.

—¿Qué? Soy gay, no transexual.

—¡No digas eso! —Habló casi gritando. —No digas "Soy gay". Haces que
quiera darte un golpe.

—Pero eso es lo que soy.

—¿Y lo dices así nada más?

—¿Si? —Cuando dije eso, él metió su ropa a su maleta de golpe y me


miró serio.

—¿Sabes? Estoy feliz de que tu madre y yo vamos a divorciarnos. La


custodia de los hijos siempre se la dan a la madre. Ya no tendré que verte.
No tendré que soportar tener que ver a un hijo enfermo.

No me pegó, pero se sintió como si lo hiciera.

¿No me quiere?... ¿Mi papá no me quiere?

—Bien... —Dije antes de salir de su habitación mientras la vista se me


nublaba.

¿Ya no me quiere solo por mi sexualidad?

¿Hice algo malo?


—¿Oye Carl tu padre... —Me choqué con mi madre cuando subía las
escaleras. —¿Carl? —Ella me tomó de los hombros para verme mejor,
pero bajé la mirada para que no se diera cuenta de que estaba con los
ojos llorosos. —¿Qué pasó? —Preguntó con cierto desespero.

—Nada —Respondí y me hice a un lado para subir a mi habitación.

Al entrar a esta, mis lágrimas salieron al primer parpadeo y lo único que


quería hacer en ese momento era esconderme en algún lugar y no salir
nunca más.

El distanciamiento con mi papá inició cuando comencé a entrar en la


pubertad, pero siempre tuve presente que me quería... ahora me trata
como si fuera una persona totalmente diferente.

A veces me gustaría que él nunca se haya enterado de que soy... gay.

Me tiré en mi cama y abracé a mi almohada, buscando un poco de


seguridad.
Ya sé que era una almohada, pero no tenía a nadie más a quien abrazar.

Y no quería llamar a mi hermana, a veces siento que la agobio mucho con


el tema de mi sexualidad.
Sin contar que ella también se siente triste por el "accidente" con papá,
accidente que yo provoqué.

Estuve pensando en todo por un corto tiempo, hasta que escuché que
tocaron la puerta.

—Carl —Era mi madre. —Carl tu papá ya se fue.

Que importa que se haya ido. Estando en casa o no, igual me va a ver
como un enfermo.
—Solo abre la puerta —Oí como mi hermana dijo eso antes de abrir la
puerta.

Ay no.

Por favor mátenme.

—Carl —Mi hermana hablaba con un tono de voz más serio que mi madre
cuando rompo algo.

—Val, no seas tan dura —Dijo mi madre.

—Lo siento, pero le dije que no tenía que bajar.

—Él no tiene la culpa.

—Si la tengo —Dije aún acurrucado en mi cama.

—Cállate, Carl. No la tienes —Me interrumpió mi hermana. —Pero no


debiste bajar.

—Quería ver a papá —Dije y comencé a llorar más.

Ya ni siquiera traía puestos mis lentes, estos se habían empañado y


mojado un poco por mis lágrimas, así que me los quité.

Alguien se sentó en mi cama, no sé si era mi hermana o mi madre o


ambas.
Luego ese alguien pasó su mano por mi cabello delicadamente.

—Hijo, no te culpes —Habló mi mamá. —La culpa fue de tu padre por


reaccionar así, ¿Qué fue lo que dijo?
—Que estoy enfermo —Respondí. Seguido a esto me senté en mi cama y
abracé a mi almohada. —Que no quería tener un hijo así —Una lágrima
cayó. —Que él pasó por lo mismo, pero que se le quitó.

—Como si fuera una enfermedad —Habló mi hermana con desagrado y se


sentó en el otro lado de la cama.

—¿Sabes que no es una enfermedad? ¿Verdad? —Preguntó mamá.

—Ya no sé... —Me quedé pensando por un momento. —Papá dice que se
le quitó... ¿Él era...

—A papá le gustaban los hombres —Confesó Valeria.

Dios, ¿Acaso toda mi familia es gay?

—O le gustan... no sé —Agregó ella.

—Es complicado —Dijo mamá.

—¿O sea es verdad? ¿A él le gustaban los hombres?

Mi hermana y mi madre cruzaron miradas.

—Si —Contestó mamá. —Ya es tiempo de que lo sepas. A tu padre


también le gustaban los hombres, pero nunca dijo con exactitud su
sexualidad.

—¿Entonces por qué se casaron? —Pregunté.

—Eran otras épocas... Estuvo mal, lo sé, pero éramos jóvenes y no


sabíamos que hacer —Respondió mamá. —Fue un matrimonio por
conveniencia.

—¿Entonces nunca se quisieron?


—Si lo quise —Dijo. —Pero no de esa manera, ¿Entiendes?

—No, o sea si, pero... ¿No? —Estoy confundido. —¿Por qué nos tuvieron?

—Fue algo que decidimos ambos —Contestó mi madre rápidamente. —Lo


que sea que hayamos hecho su padre y yo, no tiene nada que ver con
ustedes. Nuestras familias no iban a aceptarnos, así que nos casamos y
nos mudamos a esta ciudad. Decidimos tener hijos porque ambos siempre
quisimos tener hijos.

—¿Y por qué él terminó así? —Pregunté.

—Mira, hijo. A tu papá no se le quitó su sexualidad —Explicó ella de


manera calmada. —Solo que luego del rechazo que recibió por su familia
él se deprimió y se refugió en alcohol. Además comenzó a odiarse a sí
mismo y decidió serle muy fiel a las personas que dicen que la
homosexualidad es una enfermedad.

—Cosa que no es cierto, porque si fuera así hasta yo estaría contagiada y


no es así —Dijo Valeria.

—O sea, ¿No estoy enfermo? —Volví a preguntar.

—Claro que no, mi amor —Mi madre me abrazó. —Tu padre piensa que es
así por lo que le tocó vivir. Eso no significa que el que esté mal seas tú. Yo
te amo tal y como eres.

—Y yo también —Agregó mi hermana.

—Te amamos y no queremos que cambies, solo queremos tu felicidad. No


importa si te gustan hombres o mujeres, si eres trans o aro o pansexual.
Queremos que te sientas libre y que no pienses que por los pensamientos
ignorantes de otros tienes que esconderte —Cuando mamá dijo eso, me
sentí en verdad afortunado.
—Y también queremos que confíes en nosotras —Ordenó Valeria. —Sé
que a veces puedo ser un poco...

—¿Mandona? ¿Renegona? —Pregunté.

—Si, eso —Afirmó la mayor. —Pero quiero que sepas que puedes
contarme todo. No te voy a morder o algo así —Dio a conocer mi hermana
y puso su mano en mi hombro. —Todo va a estar bien, Carl.

—Papá no me quiere —Dije.

—Claro que te quiere —Afirmó mi madre. —Los quiere a ambos.

En el fondo sabía que ella estaba mintiendo.

—Solo hay que darle tiempo para que se tranquilice —Aconsejó mamá y
me dio un beso en la cabeza.

Me quedé en silencio abrazando a mi madre.

No sé si de verdad mi papá va a cambiar su forma de pensar.

Es raro que él haya pasado por lo mismo (el auto descubrimiento y esas
cosas), y que ahora en lugar de entenderme, solo me quiere hacer pasar
por lo mismo que él.

Aunque la verdad, amo que mi mamá no sea así y que me muestre su


apoyo.

Me hace entender que en realidad el que está mal no soy yo, y eso se
siente muy bien.

No sé qué sería de mí si mi mamá no me hubiera aceptado.

Es mejor no pensarlo.
Aún tengo muchas preguntas.

¿Qué fue lo qué pasó realmente con mis padres?

Todo es muy confuso ahora...

Desearía tener todas las respuestas.

22 semanas- Miércoles - Vacaciones . . .

Unos hijos de puta drogaron a Jake.

Hasta comenzó a besarme desesperadamente.

No es que no me guste besarlo, al contrario, amo besarlo, pero está


drogado y como su novio que está en perfecto estado y con sus cinco
sentidos, no quiero que él me esté besando sabiendo que tal vez no quiere
hacerlo y solo es por los efectos de la droga.

Lo bueno es que creo que ya se quedó dormido.

Antes de eso dijo que creía que estaba enamorado de mí... eso fue muy
lindo, pero luego se durmió un rato y cuando despertó ni se acordaba de lo
que me dijo.
Como ahora está dormido, lo único que hacía era acariciarle el cabello.

Hasta que me llegó un mensaje de mi mamá.

—Ya estoy afuera, traje el regalo de Jake —Decía este.

Ni modo. A dejar a Jake.

Me levanté cuidadosamente de la cama para no despertarlo. Aunque no


me preocupé en no hacer mucho ruido.
Literalmente había una gran fiesta en su patio, así que ruido había hasta
de sobra.

Cuando pasé por la sala, por lo lejos vi que casi todos en el patio estaban
tomando y bailando.

Hasta el DJ estaba ahí.

Salí de la casa de Jake y me dirigí hacia el auto de mi madre.

—¿Qué tal te fue? —Preguntó mi mamá entregándome el regalo de Jake.

—Bien.

—No tomaste, ¿No?

—No, ni siquiera hay alcohol —Mentí.

—Que milagro. Igual, eso es bueno.

—Ajá —Dije antes de meterme a la casa de Jake otra vez.

Una mentira al año no hace daño.


Quería dejar el regalo de Jake en la mesa, junto con los otros regalos, pero
habían muchas personas y un gran desastre. Así que mejor me fui a su
cuarto.

Al entrar a este lo vi dormido, cerré la puerta y dejé el regalo en su mesa,


la que estaba al lado de su cama.

Me quedé observando a mi novio por un momento.


Era imposible no verlo.

Jake se ve lindo cuando está dormido.

Jake es lindo.

No puedo creer que esté con un chico como él.


No puedo creer que estoy con un chico.

Si a mí yo de hace 3 años le dijeran que ahora soy novio de Jake y que


estoy completamente loco por él, ese Carl del pasado se hubiera reído a
más no poder.

Creo que ya me enamoré.

Y es raro porque no es lo mismo que decir "Creo que me gusta".

Uno es más fuerte que el otro y eso me asusta un poco... pero a la vez me
fascina.
Jake

22 semanas- Jueves - Vacaciones . . .

Desperté luego de escuchar como picoteaban mi ventana.

No le di importancia porque estoy seguro de que era algún pájaro, como


siempre.

A lo que si le di importancia fue a que no sabía como llegué a mi cama.

O sea, ayer estaba con mis amigos tomando una bebida sin alcohol del
barman. Luego de eso solo tengo recuerdos borrosos en los que estoy con
Carl... y besando a Carl.

También tengo hambre.


Mucha hambre.

Me levanté de mi cama rápidamente y salí de mi habitación para dirigirme


a la cocina.

Al llegar a esta agarré un bol y le puse cereal y yogurt. Seguido a esto me


puse a comer como loco.
Ni siquiera me tomé el tiempo de sentarme en la mesa. En verdad tenía
mucha hambre.

En eso que estaba comiendo, mis padres aparecieron y me vieron


fijamente, como si me estuvieran analizando.

Observé a mi papá y recordé a cierta mujer que lo buscaba el día de ayer.

¿Le diré algo al respecto?


Claro que no, de todas formas el que saldrá perdiendo seré yo.

—¿Buenos días? —Dije luego de ver cómo seguían mirándome serios y se


mantenían callados. —¿Qué?

—No, no creo que tomó —Dijo mi padre.

—Yo tampoco —Dicho esto mi madre pasó al lado mío y me di cuenta de


que traía una bolsa llena de botellas de alcohol y latas de cerveza.

Mierda.

Ni se molestaron en deshacer la evidencia.

Tengo que pensar mejor a quienes invito a mi casa.

Vete antes de que tus padres te hagan preguntas.

Vete antes de que se te ocurra decir algo sobre tu papá.

Al fin me sirves para algo conciencia.

Me hice caso a mi mismo y regresé a mi cuarto junto con el bol con cereal
y yogurt.

Al entrar a mi habitación, pude ver que había una caja roja en mi escritorio.
¿Era un regalo?

Espero que si.

Cállate materialista.

Dejé el bol a un lado y abrí esa caja cuidadosamente.


Dentro de esta había una nota que decía "De tu mejor amigo", la palabra
mejor amigo estaba en rojo y subrayada, así que capté rápidamente de
quien era el regalo.

Carl siempre en mi cumpleaños me regalaba algo que tenía una nota con
ese mensaje (Y un detalle hecho a mano).

Saqué esa nota y vi que había un Spider-Man de cartón, como si fuera un


personaje de Minecraft, este sostenía un banderín que decía "Be mine".

Sonreí inconscientemente y saqué esa figura con mucha delicadeza, para


después ponerla al lado.

Ahora en esa caja solo había otra caja más pequeña que estaba cubierta
con un papel azul.

Rompí el papel y vi que era un funko pop de la película de "Spider-Man:


No way home", el que es interpretado por Tobey maguire.

¡Al fin tengo un funko del Spider-Man de Tobey Maguire!

Ahora me gusta más Carl.

Eso sonó materialista.

Cállate, Jake.

Dejé el funko a un lado y vi que había una nota.


La abrí y leí lo que decía.

"Creo que el "be mine" fue mucho...


En fin, ¡Feliz cumpleaños!
Te quiero mucho "amigo"
Ojalá te haya gustado el regalo
Espero que sí, porque si no te mato hijo de puta

Con amor,
Carl ♡"

—Me encantó el regalo —Dije sonriendo como un estupido.

Al carajo, amo a mi novio.


16. Rumores

Jake

24 semanas- Lunes - clases . . .

Otra vez en la escuela... mátenme.

Mis pequeñas vacaciones ya habían terminado y no veía la hora para que


comiencen las otras.

Normalmente cada año tenemos vacaciones de una o dos semanas luego


de que un bimestre termine, y bueno al final del cuarto bimestre tocaban
las vacaciones de casi 3 meses, que eran las que más me gustaban.

Ahora estoy empezando mi tercer bimestre, así que falta como... mucho,
falta mucho.
Lo bueno de todo esto es que podré ver a Carl, a mis amigos y a Carl.

¿Ya dije que podría ver a Carl?

En fin, quiero pegarme un tiro.

—JJ —Dijo Amelia apresurando el paso para alcanzarme.

Ambos nos estábamos dirigiendo a nuestro salón.

—Hola, Amy —Saludé.

—¿Podrías ponerle veneno a mi almuerzo de hoy? —Preguntó. —Me


estarías haciendo un gran favor.

—Quisiera, pero luego me quedaré solo y no tendré con quien hablar de


mis cosas homosexuales —Respondí con sarcasmo.

—Tienes a Marco.

—Marco no es homosexual.

—Bueno, entonces tienes a Paul.

—Él tampoco es homosexual.

—Jake, tú decías no ser homosexual.

Me quedé callado.

—Cállate —Dije soltando una carcajada y seguido a esto le di un pequeño


empujón, haciendo que ella choque con Victoria.

A Victoria se le cayeron varios cuadernos de distintos estudiantes.

—¡Perdón! —Dijo Amy agachándose para ayudarle a recoger todo.


—Vi que fue Jake, no te preocupes Amy —Respondió ella de manera
calmada.

¿Qué es esto?

¿Una novela de Wattpad?

Le di un toqué a Amelia en el hombro y me metí a mi salón.

En este estaban las típicas parejitas, a veces odio llegar temprano.

Busqué con la mirada a Carl y este aún no llegaba, así que decidí
sentarme y hablar con alguien (Si es que puedo hacer eso. La mayoría
están compartiendo saliva)

No entiendo como de todas las parejas qué hay aquí, solo a una la paran
castigando por besarse.

¡Literalmente casi todas esas parejas lo hacen!

Es algo extraño que solo castiguen a una.

—¡JJ! —Se acercó mi amigo Diego junto con otros dos amigos; Julián y
Miguel.

Era un grupo de chicos un tanto extraño.

Recuerdo cuando Diego ingresó a la escuela y en el grupo de hombres se


puso a decir que tenía fotos íntimas de ciertas chicas y que quería con una
de veintidós.

Recuerdo que ese día lo mandé a dormir.

Julián y Miguel eran casi lo mismo que él.


Esto me pasa por no tratar de unirme en la conversación de otros grupos.

—Hola, Diego —Saludé.

—Que buena fiesta —Dijo Julián.

Eso fue extraño. Normalmente en mi salón nunca hablamos de la fiesta de


alguien.

Como si fuéramos los de "La rosa de Guadalupe".

—¿Gracias? —Dije.

—Oye —Llamó mi atención Miguel. —¿Qué te traes con Amy?


—Preguntó.

—¿A qué te refieres? —Pregunté.

—Ay no te hagas, nos dimos cuenta de que estuviste con ella en tu cuarto
como por casi una hora —Habló Diego.

¡También estuve con Carl en mi cuarto!

—¿Y? ¿Qué tiene? —Volví a preguntar haciéndome el pendejo.

—Ay, Jake. No me digas que la tuviste para ti solito y no aprovechaste


—Se burló Diego.

—¿Qué carajos les pasa? No hice nada con Amelia, es mi amiga


—Respondí tratando de ocultar mi enojo.

—Deberíamos creerle —Sugirió Julián. —Ella esta loca por Valerio.

—¿Quién les dijo eso? —Interrogué.


—Valerio —Respondieron los tres.

Ahora no sé si reírme de ellos y de Valerio o sentirme mal por Amy.

Es raro que siempre la asocien con hombres y ella siempre ha sido muy
abierta con su sexualidad (Al menos en nuestro salón) y creo que es
lesbiana, si es que no escuché mal ese día.

—Créanme, Amelia no tiene nada que ver con Valerio —Dije.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque ella es... —No la cagues de nuevo. —todo... lo opuesto a Valerio.

—¡Ja! En eso tienes razón, ¿Recuerdan cuando dijo que era bisexual?
—Preguntó uno de mis... amigos.

—Yo no le creo —Dijo Diego. —La bisexualidad ni existe. No te pueden


gustar dos personas a la vez.

—Es dos géneros —Corregí. —No dos personas.

—Es lo mismo. El punto es que la vimos de novia con Ángel y con Valerio.
Es hetero —Siguió hablando Diego.

—Ella nunca fue novia de Valerio —Aclaré.

—Como haya sido. No le creo su cuento de ser bisexual.

Me quedé callado mientras Julián y Miguel asentían.

—¿Y qué dices de Guillermo? ¿A él si le crees que es gay? —Pregunté.

—Si —Respondió el de inmediato.


—Pero a él siempre lo hemos visto con chicas, además, recuerda que
ahora dice que es hetero.

—¿Y qué?

—Tal vez es bisexual —Dije.

—Eso ni existe.

Me sentía muy incómodo ahora.

Diosito ayúdame.

¿De verdad no existe?

—¡Gringo! —Gritó Carl desordenándome el cabello.

¡Gracias papá Dios!

—Hola, Carl —Saludé sonriendo.

—¿Ustedes qué? Váyanse —Le dijo mi novio a los otros.

—Pero estamos hablando —Dijo Diego con ojos de tristeza.

—¿Y a mí-qué-me-importa? —Respondió Carl poniendo los mismos ojos


que él. —Desaparece.

Mi amigo puso los ojos en blanco y se fue junto con los otros dos.

—Hola, JJ —Carl me saludó de una manera más formal.

Se sentó en el asiento de al frente y se giró para poder hablar frente a


frente.
—¿Te contaron que parece que soy novio de Amelia? —Pregunté
sabiendo que diría que sí.

—Si —Soy un tremendo. —En fin, sé que no es cierto.

—¿Ah, si? ¿Cómo? —Pregunté sarcásticamente.

—Después de que en tu cuarto hayas querido besarme como un loco y


que hayas dicho algo cursi... pues si, me queda claro que no es cierto lo
que dicen —Respondió en voz baja. —Además todos sabemos que Amy
muere por Victoria.

—¿Tú también las viste? —Pregunté sonriendo.

—SII —Respondió feliz. —¿Tú crees que a Victoria también le guste?

—No —Respondí y Carl me miró serio. —¿Qué?

—Era para que dijeras que sí.

—Solo soy sincero.

—Me gusta que seas sincero.

—Ay mejor dime que te gusto y ya —Sugerí intentando no sonreír.

—No quiero alimentar tu ego —Respondió él.

Puse mi mano encima de la suya y aproveché que había traído mi suéter


escolar, para tapar nuestras manos con este.—¿Por qué? Me gusta oírte
decir que te gusto —Me quedé callado por un segundo. —Eso sonó
narcisista.

—Yo amo a los narcisistas.


—Mejor di que me amas, ¿No?

Carl abrió la boca como si fuera a decir algo. —No, mejor no —Habló
luego de dejarme en espera.

En mi mente me lancé hacia Carl para besarlo.

—¡Dios! Necesito que ya sea recreo —Dije tirándome encima de mi


cartuchera.

—Si yo también —Dijo Carl acariciando mi cabello.

¿Y luego los shipeables somos Amy y yo?

Nos quedamos en silencio un momento, hasta que escuchamos como


unos compañeros se acercaban.

Levanté mi mirada y vi a Charles y Tiffany tomados de la mano, se estaban


acercando, así que Carl y yo pudimos escuchar un poco de su
conversación.

—¿Prometes que me amarás por siempre? —Preguntó Tiffany a su novio.

—Te lo prometo, ¿Y tú a mí?

—Hasta que me muera.

Se alejaron un poco de nosotros, lo suficiente como para comenzar a


reírme con Carl a carcajadas sin que nos escuchen.

No sé porque nos burlábamos... nosotros estamos igual o peor.

—¿Me vas a amar por siempre amorcito? —Me preguntó Carl haciendo
voz de bebé en modo de imitación a esa pareja que tenían los nombres de
dos muñecos asesinos.
—Si bebé, ¿Y tú a mí? —Le seguí el juego.

—Si amorcito.

—Bésame —Intentaba no reírme.

—No, tú bésame —Respondió él a duras penas por aguantar la risa.

Lo que hice luego de eso puedo jurar que fue para seguir la broma...

Tomé mi suéter y me acerqué a él, tapando nuestros rostros con ese


suéter.
Primero hicimos como si nos estuviéramos besando, pero me di cuenta de
que nadie notaría la diferencia (sobre todo por el suéter tapando) así que...
lo besé de verdad... y él me siguió...

¡Pero nadie se dio cuenta!

Lo confirmé porque un amigo dijo.

—Joteo de compas.

Cuando me separé de Carl, este me miró sorprendido y sus mejillas


tomaron un color rojo carmesí.

—Se suponía que no seríamos como las otras parejitas del salón —Dijo
desviando la mirada y sonriendo un poco.

Él estaba en verdad sonrojado.

—Muy tarde.

Ya era demasiado tarde para muuuuuuuuuuuchas cosas.

Y eso que faltaron más u.


—Y volvió la bandera roja.

—¡Paul! ¡Carajo! —Grité viendo a Paul sentado al lado de nosotros.

—¿Hace cuanto que estás ahí? —Preguntó Carl.

—Lo suficiente como para saber que se convirtieron en la típica pareja


colegial —Respondió este y le dio un sorbo a su jugo.
Carl

24 semanas- Lunes - Clases . . .

¡JAKE ME BESÓ EN PLENO SALÓN!

AAAAAAAAAAAAAAAAJRIGJWKSKCK

¡DIOS!

¡ME MORÍ!

¡SE ME SUBIÓ LA PRESIÓN!

—They will have to choose a building and they will give me a presentation
on it —Dijo la profesora de inglés y ni me tomé la molestia de traducir en
mi mente lo que dijo.
La clase de inglés es una muy buena manera para calmar mis emociones
y dejar de ponerme rojo con tan solo recordar como Jake me besó en
pleno salón.

—Estas rojo, de nuevo —Me dijo Paul en inglés y me di cuenta de que aún
seguía teniendo un poco de emoción.

En fin, ya se me pasará por completo... en algún momento.

Le caigo muy bien a la maestra de inglés, además mis notas en este curso
son muy buenas.

Si mi grado tuviera dos salones, yo estaría en avanzado, y no lo digo yo,


me lo dijo mi profesora.
Pero claro, en mi grado solo somos 20 alumnos, así que apenas y
llenamos un salón.

—Van a trabajar en grupos de tres —Informó mi maestra, de nuevo en


inglés. —Por si no me entendieron, harán una presentación sobre un
edificio y será en grupos de tres.

—Yo con Carl —Dijo Jake.

—Escojan a uno más —Ordenó mi profesora.

—Paul —Dije sin pensarlo mucho.

Paul no sabe mucho de inglés, pero ni modo.

Paul, Jake y yo juntamos nuestras carpetas, al igual que los demás


grupos.

—¿De qué edificio escribiremos? —Preguntó Jake sentándose.

—¿Del Empire State? —Dije.


—De seguro todos harán sobre eso —Dijo Paul.

—Entonces... ¿Del Burj Khalifa? —Volví a sugerir observando mi libro.

—Bueno, ¿Está bien, Jake?

—Si, de todos modos quedará como tarea, faltan como 8 minutos para que
acabe la clase —Respondió Jake viendo su reloj.

Dios, su reloj brilla más que mi futuro.

—Entonces será del Burj Khalifa —Dije encendiendo mi laptop para


comenzar a hacer la exposición.

—¡Carlitos! —Un amigo se acercó, su nombre es Diego.

—¿Qué pasó? —Le pregunté.

—Escuché algo MUY interesante en el cumpleaños de Jake —Informó.

—¿Qué cosa? —Preguntó Jake con cierto tono de susto.

Diego me miró y dijo. —¿Es verdad que tu papito te abandonó?

—Diego, basta —Paul habló en un tono serio.

—¿Quién te dijo eso? —Pregunté sintiéndome realmente incómodo.

—Un conocido, nos pusimos a hablar en la fiesta de Jake y bueno... su tía


vive al lado de tu casa y ella le contó que un día había mucho griterío en tu
casa, y que luego de eso tu papá terminó en la calle —Contó él y parecía
que estaba intentando ocultar una sonrisa.

¿Por qué carajos eso sería divertido?


Me quedé callado mientras él solo me miraba.

—¿Entonces si es verdad? —Preguntó y una ligera sonrisa se formó en su


rostro.

—No... no es así —Respondí con cierta duda. —Él no me abandonó.

—¿Seguro? Porque tu papá se fue de casa y por lo que me contaron no


regresó. Eso es abandono —Explicó él. —¿No lo sabías? —Preguntó con
"lástima".

—Ya vete con tu grupo —Ordenó Jake molesto.

—Pero dime, Carl, ¿Es verdad? —Diego en verdad me estaba haciendo


sentir muy incómodo.

¿Mi papá me abandonó?

Porque se supone que mi madre lo sacó de la casa... él nunca regresó


para vernos en sí, pero volvió... al menos para sacar sus cosas.

"¿Sabes? Estoy feliz de que tu madre y yo vamos a divorciarnos. La


custodia de los hijos siempre se la dan a la madre. Ya no tendré que verte.
No tendré que soportar tener que ver a un hijo enfermo."

Carajo, ¿De verdad me abandonó?

—No es verdad —Dije con dudas. —Ya ve con tu grupo.

—Pero quería seguir hablando —Ya ni siquiera miraba la expresión que


tenía, solo podía mirar hacia el piso.

Me levanté y traté de no perder la paciencia.


—Mira, Diego —Puse mi mano en su hombro y comencé a caminar con él,
con la intención de llegar hasta su grupo. —Tienes que volver a tu grupo
porque deben avanzar con el trabajo que nos dejaron —Expliqué de la
manera más calmada posible.

—Bien, me voy —Di media vuelta para volver a mi lugar. —Al igual que tu
papá —Se comenzó a reír.

No sé qué me pasó, pero me sentí en verdad molesto.

No me controlé y... le di un golpe... y luego otro... y otro... y otro...

Las manecillas del reloj sonaban con cada movimiento, el lugar estaba en
un completo silencio.

El director estaba sentado al frente de Diego y yo, y tenía una expresión


neutral en su rostro.

De reojo pude ver como mi compañero seguía con un trapo obstruyendo la


sangre que salía de su nariz.

Carajo, me siento realmente mal por él.

Lo que hice no estuvo bien... y lo peor es que yo no tengo ningún rasguño.


Bueno en el rostro no, solo en mis nudillos.
Ni siquiera a mis lentes les pasó algo. En cambio Diego... él tenía la nariz
rota, el labio roto y un ojo rojo que estoy seguro que se hará morado.
Además sus codos estaban llenos de sangre porque se raspó cuando lo
tiré al suelo.

Soy mucho más alto que él, así que...

No debí pegarle.

Dios, me estoy convirtiendo en alguien que conozco...

En ese momento me sentía en verdad molesto.

Incluso cuando Jake, Paul, Ester y Amelia me agarraron, yo solo quería


que me soltaran para seguir golpeándolo.

El padre de Diego ya estaba ahí y no quería verlo, porque estaba seguro


de que me estaba dando una mirada asesina.

Alguien tocó la puerta de la oficina del director.

—Pase —Ordenó este y entró mi mamá.

Rápidamente desvíe la mirada hacia el suelo para evitar ver su rostro de


decepción.

—Buenas tardes, padres de familia —Dijo el director en un tono muy serio.


—Como ya lo pueden ver, sus hijos se pelearon —El director me dio una
mala mirada. —Ese comportamiento es inaceptable en esta institución
educativa —Hizo una pausa. —Por lo que tengo entendido, el que
comenzó con los golpes fue el joven Carl, y el padre del agredido solicita
expulsión inmediata.

—¿Ya se sabe las razones por las que esta pelea comenzó? —Preguntó
mi madre.
—Buena pregunta, queríamos que ustedes llegaran para que sus hijos
digan que fue lo que provocó esto —Ya me quiero ir.

—Carl —Mi mamá habló en un tono serio. —¿Por qué te peleaste con tu
compañero? —Preguntó.

—Porque es un... —Respondió el padre de Diego y no pudo terminar.

—Señor, cállese —Interrumpió mi madre. —Carl, ¿Por qué le pegaste a tu


compañero?

—Porque se estaba burlando —Respondí.

—¿De qué se estaba burlando? —Me preguntó el director.

—De que mi papá me abandonó —Respondí.

—Ay, por favor, los jóvenes siempre hacen eso —Volvió a hablar el papá
de Diego.

—Cállese señor —Dijo mi mamá alzando la voz. —Director, mi hijo ahora


está en un estado muy depresivo por los problemas que he estado
teniendo en casa, no veo razón por la que este señor deba invalidar los
sentimientos de mi hijo. El problema con su padre es muy reciente y él aún
está en un proceso de duelo.
Mi hijo ha sufrido mucho, además usted sabe que su conducta siempre ha
sido muy buena y tiene muy buenas notas.
Una expulsión sería muy injusto, sin contar que el joven Diego también
estaba molestando a mi hijo.

—Podría solo suspender a su hijo por dos días —Dijo el director.

—¿Y si vuelva a golpear a mi hijo? —Preguntó el padre de mi compañero.


—No habrá razón para que lo vuelva a golpear, a menos que su hijo se lo
busque —Dijo mi mamá y de reojo pude ver como el señor la fulminaba
con la mirada.

—Bien, entonces su hijo estará suspendido por dos días y el hijo del señor
Benjamin tendrá que ir con la psicóloga de la escuela 3 veces a la semana,
al menos por una hora —Decretó el director.

—Oiga, eso es injusto —Se quejó el señor Benjamin.

—Lo siento señor, pero su hijo agredió a su compañero verbalmente y


también continuó con la pelea, según lo que me informó la maestra.

El padre de Diego no dijo nada más y tomó a su hijo.


—Vámonos —Habló con molestia y salió de la oficina.

—Ya pueden retirarse —Informó el director.

—Gracias por dejar que mi hijo siga en esta escuela —Agradeció mi


madre. —Vámonos, Carl —Me levanté y me sentí asustado.

Era obvio que mi mamá estaba molesta conmigo.

Caminamos por los pasillos en dirección a la salida.

De reojo vi como los de mi salón se amontonaron en la puerta para ver


como me iba.

Malditos chismosos.

—Tuviste suerte —Dijo mi madre, cortando el silencio que había entre


nosotros. —Tu director es amigo mío.

—¿Son amigos?
—¿Por qué crees que pago menos tu pensión escolar y la de Valeria?

—Oh... ¿Qué favor le hiciste?

—Lo ayudé a salir del closet con su esposa.

¿¡Qué hizo qué!?

—¿Mi director es gay?

—Biromántico y asexual.

—Oh... —No sabía que se podía ser dos cosas a la vez.

¿Qué es ser asexual?

¿Qué es es ser biromántico?

Y según yo ya lo sabía todo.

Por lo visto aún me falta informarme de muchas cosas.

—Su relación con su esposa ahora está mucho mejor que antes —Dijo
ella.

Con razón mi mamá paga 500 soles la mensualidad del colegio, cuando
esta en si cuesta 850

Y considerando que el director también es el dueño...

—Fue suerte, pero de mi castigo si no te salvas —Aclaró mi madre.

—Pero...

—Pero nada. Estuviste muy mal Carl —Hizo una pausa. —Ya te dije que la
violencia nunca va a ser la solución.
Por fin salimos de la escuela.

—Lo sé —Dije caminando hacia el auto.

—¿Entonces por qué golpeaste a tu amigo? —No dije nada.—Tienes que


aprender a controlar tus impulsos, Carl. No siempre vas a tener que
golpear a tus amigos. Comentarios como esos siempre van a llegar y al
final no vas a poder estar golpeando a quien quieras —Su tono de voz era
muy serio y firme.

—Perdón —Se me hizo un nudo en la garganta al recordar las cosas que


dijo Diego.

—¿Qué fue lo que te dijo? —Cuando mamá me preguntó eso, no pude


evitar comenzar a llorar.

—Dijo que papá me había abandonado —Dije con la voz rota. —Y tiene
razón —Mi madre me abrazó cuando me vio así.

A veces odio ser así.

—Tu padre no te abandonó —Dijo mi madre mientras me daba unas


caricias en la espalda.

—Claro que lo hizo. El ya ni siquiera me quiere ver, hasta está feliz por no
verme, el mismo me lo dijo —Salía una lágrima tras otra.

Creo que mi madre ya está acostumbrada a que me ponga a llorar así


delante de ella.

No lo puedo evitar.

Creo que por eso mi padre a veces pensaba que era débil.
—Ya vas a ver que tu padre con el tiempo va a entender todo y volverá a
estar con ustedes.

—No me mientas... —Susurré, pero creo que escuchó. —Dime algo que
sea cierto, ya no quiero que me digas que él va a cambiar porque sé que
no es verdad.

Mi madre se quedó callada por un largo tiempo, y supe que tenía razón.

El nunca iba a cambiar.

Papá nunca iba a cambiar.


17. Cállate Diego

Jake

24 semanas- Jueves - clases . . .

Últimamente, mi padre ha estado muy raro conmigo.

Él que debería estar raro soy yo.

Una de sus amantes vino a mi casa el día de mi cumpleaños y dijo que yo


era su sobrino.
Yo debería estar actuando raro con él, pero claro, no puedo, si lo hago,
solo me recordará que no debo sentirme mal y que sus problemas no son
cosa mía.
Además, me puede sacar de la casa de nuevo, entonces... es mejor
quedarse callado.

No sé por qué, pero siento que a mi padre le dijeron que soy prostituto o
algo así.

El lunes me dijo; "Jake, hijo, ¿Cómo has estado? ¿Todo bien en la


escuela? ¿Qué tal te va con tus amigos? ¿Ha pasado algo raro?"

Para empezar, esas cuatro preguntas son demasiadas en un mismo


momento y en una sola oración, y para estar hablando de mi papá, pues
sí, fue raro.

Además, cuando le contesté, me preguntó; "¿Ya tienes novia?"

Obviamente, le dije que no.

Tengo noviO, no noviA.

Incluso hoy en la mañana lo atrapé viéndome fijamente mientras


desayunaba.

Él ni me mira.

Fue extraño.

Otro comportamiento que noté, fue que se la pasó hablando con Peter
Vader y respondiéndose a sí mismo como si fuera Peter Vader.

Eso me causó gracia.

Se respondía a sí mismo diciendo "Si, patrón" lo decía con una voz muy
chillona y levantaba las patitas delanteras de Peter y hacía como si
estuviera en una pelea de combate.
—Hijo —Me llamó él.

Por favor que no me pregunte nada raro.

Estamos en pleno camino a la escuela.

—¿Pa'?

—¿Cómo va todo con Carl? —Me preguntó y por un momento se me subió


la presión. —Me enteré de que lo suspendieron.

Mi alma regresó a mi cuerpo.

—Pues todo está bien con él. Diego lo estaba molestando y pues, Carl
solo se defendió —Contesté.

—¿Y todavía te agrada Carl?

—Pues si pa', solo se estaba defendiendo, yo hubiera hecho lo mismo.

—Además, Carl es un buen chico —Agregó Ian —El otro día le hablé por
Roblox para que me ayudara con mi tarea de matemática.

A bueno, le pide ayuda al cuñado.

Mi padre no dijo nada, solo siguió manejando.

Al llegar al colegio, mi hermano bajó rápidamente para encontrarse con


uno de sus compañeros.

—Ten buen día —Dijo mientras bajaba.

Era la primera vez que me decía eso desde que entré a la secundaria.

Creo que su noviecita ya le contó que fue a la casa.


Cerré la puerta y entré a la escuela.

Al fin vería a Carl de nuevo, estuvo suspendido por dos días y Diego se la
pasó haciéndose la víctima.

Amelia dijo que se parecía a un tal Draco Malfoy y no en el físico, lo


busqué en Pinterest... (Si está bien guapo ese Draco, es como yo)

En fin, el punto es que algunos de nuestros amigos se pusieron a favor de


Diego y decidieron no hablar con él y hacerle la ley del hielo.

Y con las chicas... bueno, pues una de ellas hasta gritó "¡Pégale Carl!"
Cuando ocurrió la pelea.

Obviamente, yo estoy a favor de Carl, y no es porque sea mi novio ni nada.


El mismo me dijo que estuvo mal, y en parte creo que sí, pero por la otra
solo pienso que yo también hubiera hecho algo así, o sea, no lo habría
golpeado, pero si le hubiera pagado a Marco otra vez para que haga lo
mismo que con Daniel.

—¿Listo para ver a tu amor? —Preguntó una voz conocida.

—¡Carajo Paul! —Grité asustado. —¿De dónde sales?

—No sé, tal vez yo ni exista y solo soy un producto de tu mente creado por
la esquizofrenia.

—¿Entonces como Carl te ve?

—Tal vez tienen alucinaciones compartidas.

—Ya cállate que ahorita me pondré a dudar hasta de la existencia de Carl.

—Tal vez él se murió y tu mente lo está creando porque no aceptas que se


murió.
—Paul —Hablé en un tono serio.

—Perdón, wawa. No he estado durmiendo bien.

—Yo te podría dar unas gomitas que te ayudan a dormir —Dijo una voz
femenina, era Amelia.

—¿Y tú de dónde saliste?

—Estuvo atrás todo el tiempo —Respondió mi amigo.

—Ah.

—Dime más de esas gomitas —Le dijo a la del cabello corto y rodeó sus
hombros con su brazo, seguido a esto se alejaron.

¿Por qué a veces desaparecen de la nada cuando estamos hablando?

—¡JJ! —Gritó el chico que alegraba mis días.

Ahora creo que sé por qué Pato y Amy se fueron.

—¡Carlitos! —Dije dándome la vuelta para abrazar a Carl en pleno pasillo.

—Dos días son mucho.

—Fueron como dos años.

—Y luego se burlan de Tiffany y Charles —Habló Ester caminando hacia el


aula.

Puse los ojos en blanco recordando que ayer se descubrió que Tiffany le
estaba poniendo el cuerno a Charles.
Levanté la cabeza y observé a mi novio—¿Te enteraste de que Tiffany y
Charles terminaron? —Le pregunté a Carl aun abrazándolo.

—Si y pobre Charles.

—Se está echando la culpa, dice que por no ponerle suficiente atención
ella lo engañó.

—No pienso que eso sea una razón para serle infiel a alguien.

—Igual.

Estuve a punto de decir algo más, hasta que sentí que alguien nos estaba
viendo.

—Y aquí tenemos a los mejores amigos joteando como siempre —Habló


Gael mientras nos grababa.

Carl y yo nos dimos cuenta de la posición en la que estábamos, así que


nos separamos rápidamente.

—Cierra el hocico, animal —Insultó el de lentes.

—¡Oye! —Gritó indignado Gael. —No insultes a los animales —Dicho esto
se acercó a mí y me tomó del brazo. —Ya vámonos al salón.

Mientras me llevaba de un brazo, el otro estaba intentando agarrar al de


piel morena (cosa que fue imposible).

—¿Estás del lado de Carl o Diego? —Le pregunté a mi amigo


aprovechando que ya estaba un poco lejos del primer mencionado.

—De Carl, obvio.

—Muy bien, podremos seguir siendo amigos.


Al entrar al salón vi que ya casi todos habían llegado.

Me giré un poco para ver si Carl ya estaba entrando y en efecto, sí. Volví a
darme la vuelta y ahora todos y con decir todos es TODOS, se dieron la
vuelta y pusieron los ojos en él.

Algunos solo lo miraban sorprendidos y otros (los que estaban del lado de
Diego) lo miraron con desagrado.

Me acerqué a uno de ellos y le chasqueé los dedos en la cara. —Al menos


disimula ¿No? —Le dije en voz baja y le di un empujón en la cara para que
desvíe la mirada.

Me senté atrás de Carl y no era difícil notar que casi todos lo estaban
mirando.

—¿¡Pueden dejar de mirar!? —Hablé en voz alta haciendo que todos


desvíen su mirada.

—Creo que ya todos me odian —Dijo Carl dándose la vuelta para mirarme.

—Ya se les va a pasar —Aseguró Paul sentándose al lado de nosotros.

—Ojalá —Volvió a decir el de lentes con una mirada triste.

Odio a Diego.
Ya era la hora del recreo y los hombres estaban divididos en dos grupos.

—Ni que fuera "Capitán America: Civil War" —Dijo Carl agarrando su
lonchera para salir del aula. —Me llegan al pincho.

Ambos salimos del aula junto con Paul, con la intención de sentarnos en
algún lugar para comer tranquilos.

La señora de la cafetería ya había traído mi desayuno, así que no tenía


que ir hasta la tienda para comprar.

—Chucha, me cayó mayonesa —Dije viendo mi camisa manchada.

—Por gil —Dijo Paul.

—Voy a limpiarme —Informé y me levanté para ir directamente al baño.

Al llegar a ese sitio, agarré papel higiénico y me comencé a limpiar.

Creo que solo lo empeoré.

Volví a frotar en esa mancha y de la nada escuché como alguien salía de


uno de los baños.

Era el conchudo de Diego.

Se acercó a los lavamanos sin decir nada.


Era mejor que no dijera nada.

—¿Por qué estás del lado de Carl? —Genial, ya abrió la boca.

—No debiste burlarte de su situación —Respondí.

—Solo dije la verdad. No sé cómo sigue aquí, debieron haberlo expulsado.


—No expulsaron a los que filtraron fotos íntimas hace 2 años, ¿Crees que
van a expulsar a Carl por darte tu merecido?

—Bueno, mientras siga aquí yo lo seguiré molestando.

—Ya deja de decir tonterías, tú no harás nada.

—No eres mi papá para darme órdenes. Puedo molestarlo hasta que me
canse. Encima de no tener papá, es un salvaje y niño de mami.

¡Es que no puedo con Diego!

¡Ese chaparro me genera violencia!

—Mira, Diego —Hablé en tono de voz serio. Bajé la voz para que solo él
pueda entender lo que decía. —Si no dejas de molestar a Carl, te las vas a
ver conmigo. Si fuera por mí, te mandaría al hospital —Él intentó hablar,
pero lo interrumpí. —Sabes bien que puedo hacerlo. Y al que van a
expulsar va a ser a ti y no a mí, yo puedo hacer lo que quiera contigo y no
me darán ni una advertencia.

¡Al fin se quedó callado!

Gracias Diosito.

Cállate ateo.

—Ya no jodas, Diego. Cámbiate de escuela mejor —Sugerí y lo aparté.


—No estoy bromeando —Dije y me di media vuelta para salir de ese lugar.

Lo que le dije es cierto.


Puedo hacer lo que quiera en esta escuela y no me dirán nada.

Eso es lo bueno de tener dinero.


Tengo que sacarle provecho a los privilegios que todavía tengo.
Digo todavía porque hasta que mis padres se enteren de que soy gay,
perderé hasta la dignidad.

—Diego está bien raro, ya ni me mira —Dijo Carl con miedo.

—¿Por qué será? —Pregunté haciéndome el loco.

Alistaba mis cosas para irme a casa. Ya era la hora de salida y por fin
podría ir a dormir.

Ya todos se habían retirado del aula, solo quedábamos Carl y yo.

Ando fingiendo que no me tardé en guardar mis cosas apropósito.

—Mi mamá me va a dejar si no te apuras —Advirtió mi novio, quien estaba


esperando a que termine de guardar todo.

—Ya voy, ya voy —Me faltaban meter como 4 cuadernos, mi cartuchera y


mi laptop, la cual estaba cargando.

—¿Qué vas a hacer hoy? —Interrogó.

—La tarea de matemática.

—¿Recién la vas a hacer? —Preguntó burlón.


—Sabes que no me gusta matemática.

—Quería ver si podíamos salir hoy, pero, pues tienes tarea.

—Tengo que dejar de procrastinar —Dije arrepintiéndome de no haber


hecho la tarea. —Podemos salir mañana.

—¿No tienes tarea? —Otra vez ese tono burlón.

—Shh, hoy haré todo lo que me falta y mañana soy todo tuyo —Al fin
terminé de guardar mis cosas.

—Me gusta esa frase —Dejó escapar una sonrisa.

—¿Voy a tu casa? —Me puse mi mochila y comenzamos a dirigirnos a la


salida del salón.

—Estaba pensando en ir al cine. Ya se estrenó esa película en la que sale


Aaron Taylor-Johnson.

—¿Tren bala?

—Ajá.

—Hay que ir a verla, mañana.

—Mhm... segunda cita —Carl está muy burlón hoy.

—Segunda cita —Le seguí el juego.

—Espera —Me frenó cuando ya estábamos afuera del aula.

Sin decir nada me llevó adentro de nuevo.


—No me despedí bien —Dicho esto se agachó un poco y me dio un beso
muy cerca de los labios.

—Yo quería que sea en los labios.

—Estaría rompiendo la regla 6 —Salió del aula y yo lo seguí.

—Ya me llegan esas reglas.

—A mí también.

Ojalá algún día podamos dejar esas reglas.

Es una lástima saber que no podemos ni tomarnos de las manos en


público.

¡ODIO LAS MATEMÁTICAS!

Me llega al huevo cuantos litros de agua se pueden juntar con ochenta


barriles de 70 de diámetro que llenan a 50 minutos por hora.

Los ejercicios que dejó el profesor los puedo hacer, pero me da una
tremenda pereza ponerme a pensar y a analizar.

En pleno cálculo, escuché un golpe.


Ay no jodan.

Otra vez mamá y papá.

—Ya no quiero vivir —Dije acostándome encima de mi cuaderno.

No lo decía de forma literal.

—¡Es todo tu culpa! —Escuché la voz de mi padre.

¿Ahora por qué se están peleando?

Alguien abrió mi puerta.

Mis padres entraron a mi habitación.

¿Otra vez me iban a meter en su pelea?

O acaso estoy en problemas.

Ay por favor que no sea eso.

Ambos se quedaron callados.


Mi madre estaba llorando, pero me veía realmente enojada.

¿Ahora qué hice?

—¡Mira lo que le haces a tu madre! —Habló en voz alta mi padre.

Se escuchaba muy enojado.

—¿Qué hice? —Pregunté confundido.

—Dame tu celular —Ordenó mi madre.

Me estaban asustando.
—¿Para qué?

—¡Solo dámelo! —Cuando dijo eso me hizo a un lado de golpe y tomó mi


celular.

—¿¡Creíste que no nos íbamos a enterar!? —Mi padre me gritó y pude ver
como mi madre entraba directo a WhatsApp.

Ay no...
PARTE 3:

𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝚃𝚁𝙰𝙽𝙶𝙴𝚁𝚂

—————————————————

Jake y Carl son novios

Jake y Carl se ven obligados a ocultar su relación.

Pero desafortunadamente, las mentiras siempre se saben, tarde o


temprano.

Pobre Jake y Carl.

Pobre Carl y Jake.

¿Qué tan malo es su amor, como para causar una desgracia total?

Entre broma y broma, una separación se asoma...

—————————————————

Advertencia: En está tercera parte se tocará más a fondo temas


sensibles como la salud mental, autolesiones, abuso físico y mental,
homofobia, etc.
1. ¿Y Jake?

Carl

24 semanas- Viernes - clases . . .

Ayer tuve la mejor siesta de mi vida.

No hice nada de tarea porque ya había terminado todo, así que por fin
pude relajarme y dormir.

Soñé que me iba a estudiar a España, pero esa escuela parecía un


backroom. Además, tenía muchos pasillos con los que podías
teletransportarte.
Incluso se aparecieron unas chicas que me dijeron negro de mierda, pero
hablaban en inglés, solo que yo las entendía en español.

Eso fue raro... el sueño en general fue raro.

Se lo conté a Jake apenas desperté, o sea, a las 10 de la noche.


No me contestó y eso que él duerme bien, pero bien tarde.
De seguro se quedó muy cansado luego de hacer todas las tareas que le
faltaban.
Ojalá las haya terminado todas, hoy saldremos y tendremos una cita o algo
así... ¡Dios una cita!

Ya tuvimos una cita antes, pero de todas formas me siento igual de


nervioso y entusiasmado, al igual que la primera vez.

Esta vez no habrá "mosquitos", no quiero tener que pasar por lo mismo
que en mi casa.

—¡Carlitos! —Saludó Paul apenas y me vio entrar al aula.

Estuve a punto de preguntarle algo.

—Jake aún no llega —Dijo antes de que pudiera hacerle esa pregunta.

—¿Cómo supiste que te iba a preguntar eso?

—Yo sé todo.

—¿Sabes si Jake terminó su tarea?

—No, ni me contestó cuando le pedí ayuda con matemática y eso que le


hable a las 6.

—Tal vez tenía el celular apago para hacer su tarea.

—No creo, también le hablé a las 8 y no contestó. Supongo que no quería


ayudarme.

—Yo también le hablé y no respondió.

—Ah, entonces de seguro al gil ese se le malogró el cargador... otra vez.

—De repente.
Hablar con Pato hizo que se me olvidara por un segundo que aún tenía mi
mochila puesta y que no estaba en mi asiento.
Con razón ya me estaba doliendo la espalda.

Me saqué la mochila y me senté en el mismo lugar de siempre.


Me di media vuelta para ver en dirección a la puerta y ver si Ester, Amy o
Jake ya habían llegado.
En su lugar, solo vi como el odioso de Diego entró.

Ojalá hoy esté igual que ayer, sin joder.

—Buenos días —Saludó el maestro al entrar al aula.

Estuve a punto de sacar mis cosas, hasta que recordé que todavía
faltaban 6 minutos para empezar con la clase.

Escuché unas voces chillonas gritar de manera alegre.


Rápidamente, supe que esas voces venían de Amelia y su amiga Ariella.

Mi hija ya llegó.

Detrás del abrazo que se daban esas dos chicas, observé a Ester entrar.

Ya todos estaban aquí y mi cuchurrumino aún no llegaba.

Mientras lo esperaba decidí ponerme los audífonos que le robé a mi


hermana.

Me puse a escuchar una canción que se me quedó pegada luego de


escuchar a Amy cantarla a cada rato.
"Supalonely" de BENNE.

La letra era algo triste, pero la canción en sí me ponía de buen humor.


—Jóvenes, ya vamos a comenzar —Anunció el maestro.

Que-

¿Jake no va a venir?

—No vino mi gringo —Dije acostado en el piso.

Ya era la hora del recreo y mientras comía unas galletas, comencé a hacer
un drama porque cierta persona homosexual y millonario no vino.

—¿Seguro que no está enfermo? —Preguntó Amy.

—Ya le mandé mensajes y ni le llegan... ¿Y si le dio dengue?

—No creo, no es temporada de dengue —Respondió Ester.

—De seguro solo se le rompió el cargador —Volvió a decir Paul.

—Ajá, ya sabes que a veces es un poco descuidado —Dijo Amelia.

—Exacto, es igual a ti —Bromeó mi amigo con Amy.

—Cierra el pico.

—Tu manga está en tu crema.

—La pucta Sumakina —Maldijo ella.


Me pregunto como se encuentra Jake ahora.

No me creo eso de que se le malogró el cargador.


Tiene como tres repuestos que nunca han sido abiertos.

En fin, ojalá se encuentre bien.

Si no es así, tal vez pueda ir a su casa y con fe no me contagio de la gripe


o enfermedad que tiene.

Dios, sueno como un enamorado loco por pasar tiempo con su pareja.

Eres un enamorado loco.

Oh por Dios... me estoy convirtiendo en Charles con Tiffany.


2. ¿Por qué?

Jake

24 semanas- Viernes - clases . . .

Abrí los ojos con pesadez, tras escuchar ruidos externos.

Cada parte de mi cuerpo me dolía y luego de ver mi mano con un raspón


que aún tenía un poco de sangre fresca, comprendí que en verdad estaba
completamente jodido.

El estómago me gruñía por el hambre, y cuando me quise sentar, todo mi


brazo experimentó un gran dolor y eso que apenas me había movido un
poco.

Cuando por fin pude salir de la cama, me dirigí hacia mi baño, en este lo
primero que vi fue mi rostro, el cual tenía un moretón en la parte de mi
mentón.
Mis padres se enteraron de mi relación con Carl, y fue como si el mismo
diablo hubiera poseído sus cuerpos.
Mi madre me dio un golpe en la cara, "¿¡Acaso no tienes vergüenza!?", me
preguntó y obviamente no contesté.

Me dijo muchas cosas negativas, entre esas estaba que era una completa
decepción.

Por otro lado, mi padre solo me miraba con seriedad, pero su mirada
transmitía enojo... mucho enojo.

No pude decir nada, era imposible decir algo sabiendo que podrían usar
todo en mi contra.

No emití ni un solo sonido, solo se escuchaba mi respiración entrecortada


al momento de llorar.
Hasta que mi madre preguntó; "¿Acaso eres gay?".

¿Qué se supone que iba a responder?

Pudo ser un «no», pero ellos pensarían que estaba jugando.

Al no responder, solo recibí otro grito, exigiéndome que contestara.

Como no dije nada, mi padre me tomó del brazo y me sacó de la


habitación mientras gritaba "¿¡Vas a hablar!? ¿¡Acaso te criamos mal!?"

Respondí que no, solo esperaba que me soltara, pues estaba apretando
tan fuerte, que por un momento creí que me fracturaría el brazo izquierdo.

Lo único que logré fue empeoré la situación...


Papá con todas sus fuerzas me tiró hacia el piso y al caer a este sentí
como si me quemaran.
Mi piel rozó con la textura escabrosa de la mayólica y mi mentón, mis
codos y rodillas salieron lastimados.
Seguido a esto me golpeó las veces que quiso, pero no en la cara, sino en
lugares que se pueden cubrir fácilmente con ropa.

Se fue de la casa sin decir nada y mamá me dejó allí, tirado y con heridas
que mancharon el piso con sangre.

El único que se me acercó fue mi hermano. Aunque no pudo hacer mucho


por mí, pues mamá se dio cuenta y se lo llevó a su habitación.

"Ni te le acerques" le ordenó a mi hermano.

Esa noche no recibí ni un plato de comida.

No recuerdo exactamente en qué momento me dormí, solo que estaba


llorando tanto que... fue como si no pudiera respirar.

Ahora tendré que salir de nuevo y no quiero ni abrir la puerta.


El miedo que tengo de ver a mis padres es algo que nunca había
experimentado.

¿Por qué hicieron eso?

¿Acaso es tan malo querer a otro hombre siendo hombre?

Volví a observar mi rostro.


Solo tenia esa marca en el mentón, habían otras en diantas partes de mi
cuerpo, pero no quería verlas.

¿Por qué hicieron eso?

Siempre los obedecí, hacía todo lo que querían... ¿Ahora me castigan por
algo que no es malo?

No es justo...
Una lágrima se desbordó por mis mejillas y al ver un enorme silencio, se
escuchó cuando cayó al lavamanos.

Necesitaba gritar y llorar todo lo que quisiera hasta lograr sentirme bien.
Sin embargo, lo único que podía hacer era guardar silencio e intentar parar
las lágrimas.

Me abracé a mí mismo, buscando un poco de consuelo.


En su lugar solo me llené de coraje al ver que mis intentos de calmar el
llanto no funcionaban.
Era algo imposible.

Me mordí el labio al recordar todo lo que dijeron mis padres. Todo lo que
dijo mi madre...
Enfermo. Decepción. Vergüenza...

¿Qué estoy haciendo mal?

¿¡Por qué hicieron eso!?

¿¡Por qué deben ser tan injustos!?

Un gran dolor se presentó en mi labio, haciendo que toda mi atención se


vaya este.
Me lo toqué y al ver vi pulgar noté que este estaba con sangre.

—Mierda —Maldije y apresuradamente tomé un papel del baño.

Limpié la sangre que se desbordaba por mi boca.

Esa mierda duele.

Volví a mirarme en el espejo, a toques suaves intentaba parar el sangrado.

Fue cuando me di cuenta de algo.


Ya no estaba llorando.

¿Por qué ya no estaba llorando?

Ya no sentía nada de lo que sentía antes.

¿Acaso fue por el dolor?

Bueno... al menos esa herida sirvió para algo.

Ya eran las once de la mañana.

Mi madre solo me mandó un mensaje a las ocho, dijo que hoy no iría a la
escuela.

No salí de mi habitación en ningún momento, pero sabía que mi hermano


si fue al colegio, no escuchaba su voz.

Mierda, tengo hambre.

Tienes que salir en algún momento.

¿Y si me vuelven a golpear?

No puedo estar sin comer todo el día.

Tengo que salir.


Hace más de veinte minutos estoy parado al frente de la puerta de mi
habitación.

Desearía que todo esto fuera una pesadilla, una horrible y cruel pesadilla.

Me armé de valor y abrí la puerta.

Di un paso y los latidos de mi corazón estaba tan acelerados que por poco
se me salía del pecho.

El tiempo parecía ir lento y cada paso que daba un paso se sentía como
acercarse a la muerte.

Ojalá que no me golpeen otra vez.

Llegué a la cocina y me encontré con mi madre, esta estaba cortando unos


vegetales.

—Buenos días —Dije con cierto temor.

Ella solo me miró y luego siguió haciendo sus cosas.

—Hasta que te levantas —Dijo con fastidio. —Ya no hay nada para comer.

—Comeré cereal entonces.

Sin decir nada, mamá se acercó a una repisa, tomó el cereal y me lo tiró.
El empaque cayó directo en mi cara.

—Gracias —Recogí el cereal que estaba en el suelo.

—¿Qué te pasó en el labio?

—Se rompió cuando papá me tiró al piso—Mentí.


Se dio media vuelta y siguió cocinando.

—Si alguien pregunta —Dijo sin verme. —Vas a decir que estabas jugando
con tu hermano y que te caíste.

—Está bien —El silencio nos invadió, solo se escuchaba el sonido del
agua hirviendo y como mi madre cortaba los vegetales. —¿Y papá?
—Pregunté intentando acabar con el silencio.

—Trabajando.

—¿Qué estás preparando?

—Saltado de pollo —Se quedó en silencio por un momento y me miró.


—¿Los gais comen eso?

¿Qué clase de pregunta es esa?

—¿Sí?

—¿No deberías saber?

—No soy gay...

—Pero estabas con Carl. Es lo mismo.

Volví a quedarme en silencio, me acerqué lentamente a mamá, pero por


las dudas mantuve una distancia de aproximadamente un metro.

Me decidí por preguntar algo.


Me dio miedo hacer aquella pregunta, considerando que mamá estaba con
un cuchillo y enojada... pues sí, daba miedo.

—¿Quién... les contó? —Interrogué.


—Pues el papá de Carl, idiota.

—Ah...

—Tienes suerte de que tu padre no te haya matado.

Tiene suerte de que no llamé a la policía.

—¿Por qué dejaste que me pegara? —Pregunté en voz baja.

—Te lo mereces.

—No hice nada malo.

—¿Crees que ser gay no es malo?

—Pues no.

—Ridículo. ¿Y con Carl? ¿En serio? ¿No podías elegir a alguien menos
pobre?

—No es pobre y si ese fuera el caso no tiene nada de malo —Comencé a


alzar más la voz.

—¡Él ni te quiere! De seguro solo está contigo porque sabe que nuestra
familia lo puede sacar de la miseria en la que vive

—Eso no es verdad.

—¡Y sigues! Ya déjate de estupideces, ¡Estás confundido! Deja de


defenderlo.

—No estoy confundido —Traté de calmarme y dejar de gritar. —Yo sé que


me gusta y no estoy enfermo como dijiste ayer, tampoco estoy confundido.
Me- gustas- los- hombres.
En un ataque de enojo, ella tomó el hervidor y me lo tiró.
Por suerte lo esquivé, pero un poco de agua caliente cayó sobre mi mano
derecha.

El lugar se quedó en un completo silencio.

—¡Me tiraste agua hirviendo! —Grité enojado.

—¡Tú me estás provocando! —De la maldita nada comenzó a llorar.

—¿¡Estás llorando!?

—¿¡No ves qué esto me duele más a mí que a ti!?

—¿¡A ti te duele!? ¡Dejaste que papá me golpeé y ahora me tiras agua


hirviendo! ¿¡Y a ti te duele!?

—¡No sabes todo lo que pasé para tenerte!

—¡Al carajo! ¡Loca de mierda! —Grité sin medir mis palabras y me retiré de
la cocina.

Estaba tan enojado que por un momento no sentí el ardor de mi mano.


En esta ya había una mancha roja y me comenzó a doler mucho.

Me dirigí hasta el baño y me mojé la mano con agua fría.


Mi respiración se entrecortó y no podía dejar de temblar por el dolor.

¿¡Qué mierda ocurre con mis padres!?

¡Están comportándose como unos putos locos!

Tal vez ni siquiera me dejen ver a Carl... tal vez me cambien de escuela o
algo así...
Desearía que el señor Julio nunca hubiera abierto la boca.

¡Desearía hasta ser mujer!


Así mis padres no verían mal mi relación con Carl.

En este momento deseo muchas cosas y entre ellas está el querer


morirme.

¿Por qué tienen que ser así?

Son mis padres... se supone que deben apoyarme…


3. Sorpresas y llanto

Jake

24 semanas- Sábado- clases . . .

Lastimosamente, desperté, y todo seguía igual.

Creo que hasta peor, pues solo podía escuchar gritos, los cuales reconocí
al instante, era mis padres, otra vez.

Traté de levantarme lo más rápido posible, pero fue inútil, pues volví a
tirarme en la cama luego de sentir un gran dolor por todo mi cuerpo.

Cuando recuperé las fuerzas me senté lentamente y al escuchar un fuerte


estruendo me asusté.

Salí de mi habitación para ver que había ocurrido y me encontré con un


escenario desastroso.

Un marco que colgaba en la pared ya estaba en el piso, había pedazos de


vidrio por el pasillo e incluso había una botella de vino rota, ahora todo el
piso estaba lleno de ese líquido oscuro y rojizo.
Vi a mi mascota atrapada en medio de todo ese desastre, no podía ni dar
un paso, pues se lastimaría las patas al caminar sobre vidrio.

Me acerqué a él con mucho cuidado y lo cargué.

A lo lejos se podía escuchar a mis padres discutiendo, su pelea llegó hasta


la cochera.

Dejé a Peter en su cama y me dirigí hacia donde estaban mis padres.

Mamá estaba con una maleta, papá solo le gritaba y lo que más me
preocupó fue que mi hermano estaba allí, llorando e intentando hacer que
mamá suelte su maleta.

Me acerqué a ellos acelerando el paso y tomé a mi hermano de la muñeca.

Mamá solo me vio, estaba llorando y se podía ver que papá la había
golpeado en el cachete.

Sin decir nada abrió la puerta y salió.

Mi hermano corrió tras ella y la tomó de la mano, intentó hacer que se


quedara.

Mi madre de un empujón lo tiró al piso.

—¡Oye! —Hablé en voz alta y me acerqué. —¡Con Ian no te metas!


—Ayude a que este se levantara. —¿A dónde vas?

—¡Lejos de esta asquerosa familia! —Exclamó y se subió a su auto, el cual


por alguna razón estaba afuera.

—Mami, no me dejes... —Dijo mi hermano acercándose al auto, tenía una


voz rota y estaba llorando a mares.
Mi madre solo lo miró con lástima —Voy a volver —Dijo y arrancó el auto.

Mi hermano intentó perseguirla y alcanzar el auto, pero fue inútil.

¿Qué está pasando? ¿Por qué mamá no está dejando? ¿Esto es real?
¿Acaso es un sueño?

Me acerqué a Ian y lo tomé del hombro, al hacer esto el se giró hacia mí,
me abrazó y ocultó su rostro por mi abdomen, para continuar llorando.

Mierda, esto si es real...

Mamá nos dejó...

Luego de casi dos horas, mi hermano por fin dejó de llorar, pero porque se
había quedado dormido en medio del llanto.

Intenté consolarlo, pero no logré mucho, no soy muy bueno para esas
cosas.

Lo observé mientras dormía, es tan pequeño y ya está pasando por estas


cosas.

¿Por qué mamá se fue?

¿Acaso fue por mí?


¿Le estoy arruinando a mi hermano la oportunidad de tener una
mamá?

Todo pasó muy rápido...

Otra vez esas ganas inmensas de llorar aparecieron.

Me levanté cuidadosamente e hice el menor ruido posible para salir de la


habitación de mi hermano.
No quería despertarlo, necesitaba descansar.

Estuve a punto de entrar a mi habitación, hasta que vi a mi perro a lo lejos.

Este de nuevo estaba acorralado por pedazos de vidrio, fue mala idea
dejarlo en su cama.

Me acerqué a él y lo levanté, recibiendo un pequeño lloriqueo de su parte.

—¿Ya estás feliz? —Preguntó mi padre y casi suelto al perro del susto.

Me giré lentamente hacia él y vi que estaba tomando pisco.

—¿Feliz de qué? —Pregunté confundido.

—De que tu madre se haya ido.

—¿Por qué estaría feliz?

—¿Acaso no lo sabes? —Se acercó a mí lentamente —Tu madre se fue


por ti.

—¿Qué?

—No soportó la idea de tener un hijo maricón —Me tomó del mentón —Si
fuera por mí, también te abandonaría, pero no soy tan cobarde —Me dio
una palmada en el cachete, cerré los ojos pensando que me golpearía.
—Todavía tengo fe de que vas a cambiar, así que, lo quieras o no, no vas
a ver a Carl.

Sentí una presión en el pecho, no quería creer nada de lo que me estaba


diciendo, pero sabía que era verdad.

Él me hizo a un lado y se acostó en el mueble de la sala. Sin decir nada


más me fui de ese lugar con Peter aún en mis manos.

En el camino hacia mi habitación mi vista comenzó a nublarse, otra vez iba


a llorar...

Cerré la puerta de mi cuarto y me senté en el piso, fue como si mi cuerpo


hubiera recibido una señal en verde, pues las lágrimas comenzaron a salir
cuando pestañeé.

Dejé a mi mascota a un lado y me abracé a mí mismo, lloraba en silencio,


ya ni siquiera sabía cómo dejar de hacer eso.

Mamá de verdad se fue por mi culpa...

Estoy arruinando todo.

Incluso estoy arruinando mi relación con Carl, papá ya no dejará que lo


vea...

¿Nunca más podré ver a Carl?

Estoy arruinando todo..

Tras sentir mucha desesperación por no poder encontrar un poco de


calma, comencé a rasparme el brazo izquierdo con mis uñas.
No sé por qué lo hice, pero pensé que si seguía iba a encontrar al menos
un poco de calma.

No paré, hasta que sentí las patas de cierto cachorro posarse en mi pierna.

Observé a Peter, este se subió a mis piernas y luego se acercó a mi rostro


para comenzar a lamerme.

Sonreí un poco, lo alejé de mi rostro.

No podía abrazarlo, pues todavía era muy pequeño.

Decidí acariciarle la cabeza con delicadeza.

—Ya no veremos a mamá... por mi culpa —Dije con voz rota y por un
momento no pude respirar —Tampoco veremos Carl —En lugar de
calmarme, solo empeoré mi estado de ánimo.

Lo único que se escuchaba por toda la habitación eran mis sollozos, ya ni


siquiera podía dejar de temblar.

Solo quiero que todo esto acabe.


Carl

24 semanas- Domingo- clases . . .

Jake y yo no hemos estado hablando.

No sé nada de él.

Mis mensajes ni le llegan, es como si tuviera el celular apagado.

Creo que se tomó demasiado en serio las reglas y por eso no me ha


hablado en dos días.

Me siento preocupado, no le contesta a nadie y ni se conecta a los juegos


en línea.

Que Jake se desaparezca así es muy extraño.

Le di un sorbo a mi café y seguí haciendo teorías sobre las posibles


razones por las que desapareció.

Estoy sentado en mi escritorio, ni siquiera puedo hacer la tarea de tanto


estar pensando en él.

¿Qué le habrá pasado?

¿Y si tuvo algún accidente?


Mi celular comenzó a vibrar.

Lo prendí con la esperanza de ver un mensaje de Jake, pero en su lugar,


solo observé muchos mensajes de un grupo.

El grupo era de los hombres del salón.

Por alguna extraña razón se llama "Alcohólicos anónimos".

Todos mandaban mensajes y vi que me mencionaron.

Desbloquee mi teléfono y me metí a aquel grupo.

—Qué pasó? —Pregunté.

—CARLOS AL FIN LLEGAS —Escribió Gael.

—Que fue???

—Sabias que Jake era gay?

¿¡Qué!?

Ay no, ay no.

—De qué hablan????

—La madre de Jake le dijo a mi mamá que se va a ir a Estados Unidos y


que es gay

¿¡QUÉ!? ¿¡Estados Unidos!?

—Ya pero sabías o no???

—Jake no parece gay


—Esooo yo pensé que era hetero

—Carl tú sabías????

¿¡Qué carajos!?

¿¡Por eso no me contesta!?

¡¡Sus padres se enteraron!!

¿¡Cómo se enteraron!?

—De seguro hasta eran novios —Escribió Diego.

—JAKDJLAJDLAJDL

—Uy si como no JALXJALNFALCN

—...
Carl tenías algo con Jake?

—...
CARL USTEDES SON NOVIOS???

—Oigan eso si tiene sentido


El otro día los vi bien juntitos mientras hablaban de no sé qué

Ay no... ay no...

—Carl no responde

Mierda, mierda, mierda...

—Se imaginan que todo este tiempo sí fueron novios???


—QUE
Asco 😐
—XD

—Que gaaaaaaaaais

—JAJAJA JOTOS

—Cállense idiotas buenos para nada —Escribió Paul.

—Con razón Jake no tiene novia

—Se contagiaron
XD

Mierda.

¡Esto no tenía que ser así!

¡No tenían que enterarse así!

Me puse completamente frío al ver como todos comenzaron a asumir que


era gay.
Algunos mandaron insultos, otros se burlaban y algunos solo decían que
se callaran.

Ya no me importaba saber quien me apoyaba y quien no.

¡Ahora saben que soy gay!

Comencé a temblar y mi corazón latía demasiado rápido, como si se fuera


a salir de mi pecho en cualquier momento.

Esto no puede estar pasando, esto no puede estar pasando...


Al poco tiempo mi respiración me comenzó a faltar, todo se veía borroso y
me levanté de mi asiento, para caminar de un lado a otro, no podía creer lo
que estaba pasando.

Mi mente se desconectó de mi cuerpo y ni soportar estar de pie, así que


me senté en el piso, mientras mi respiración me faltaba cada vez más y
más.

¡Ay no, ay no, ay no!

—Todo va a estar bien —Dijo mi hermana mientras me daba unas caricias


en el cabello.

Ya había pasado más de una hora y lo único que cambió, fue que mi
cuerpo volvió a la normalidad, pero las lágrimas seguían saliendo.

—No dije nada, pero de seguro ya saben que somos novios —Dije con la
voz entrecortada. —Yo no quería que ellos supieran —La cabeza comenzó
a dolerme de tanto llorar.

—Y no deben saber —Dijo Valeria, dejándome confundido.

—¿Qué?

—No les dijiste nada, no confirmaste nada y no debes aclararle nada a


nadie si no quieres.
No les debes nada.
—Pero ahora tal vez hasta me molesten en la escuela. Uno de ellos dijo
que era asqueroso ser gay.

Yo antes decía que era asqueroso ser gay...

—Ay, Carl... en verdad me gustaría poder decirte que eso no es cierto,


pero hasta tú sabes que es verdad.
Hay personas idiotas que piensan que ser gay está mal. Lastimosamente,
solo debes ignorar esos comentarios. No hay nada más que puedas hacer
—Mientras me abrazaba, me daba mimos en el cabello con una gran
delicadeza.

—Yo no quería que las cosas fueran así...

—Lo sé, y en verdad siento mucho que esto esté pasando.

—Todo estaba yendo tan bien... ¿Por qué nos pasan estas cosas a
nosotros? Además, mis amigos hablan como si fuéramos otras personas,
como si ahora fuéramos algo completamente extraño.

—Ya vas a ver que se les va a pasar y olvidarán el asunto.

—Y lo peor es que los padres de Jake ahora saben que somos novios...
—Me acomodé mejor para ver a mi hermana. —Valeria, sus padres son las
personas más homofóbicas qué hay en este mundo, ¿¡Y si le hicieron
algo!? —Pregunté exaltado.

—¿Cómo qué?

—Su padre es hasta capaz de golpearlo... además en el grupo dijeron que


lo mandarían a Estados Unidos, ¿¡Y si se queda allí para toda la vida!?
Incluso creo que le quitaron el celular, ya no responde a ningún mensaje.
Valeria, no quiero que me separen de él, no quiero que lo lastimen, no
quiero que él sufra...
Mi hermana se quedó en un completo silencio, era como si estuviera
buscando las palabras para decir algo que me haga sentir mejor, pero en
su búsqueda no encontró nada, pues el silencio siguió y siguió.

No dije nada al respecto.


No quería presionar a Valeria para que me dijera algo, no es como que ella
sea mi psicóloga y si así lo fuera, supongo que de todas formas no tendría
todas las respuestas.

Tengo muchas ganas de ver a Jake.


Necesito preguntarle cómo está, necesito saber si sus padres le hicieron
algo, necesito saber si lo volveré a ver.

¿Por qué cuando todo parece ir bien tiene que pasar algo malo?
4. Preguntas y más preguntas

Carl

25 semanas- Lunes- clases . . .

—Adiós, cuídense. Si algo pasa me llaman —Se despidió mi madre antes


de arrancar el auto.

No quiero entrar a la escuela por obvias razones.

Anoche no pude dormir, ahora me arden los ojos por tanto llorar y de
seguro me veo fatal.

—Vamos —Dijo mi hermana tocando mi hombro.

Entramos a la escuela, y mi corazón se aceleró.

Mi hermana y yo caminamos por inicial y primaria y antes de llegar a la


zona de secundaria, pasamos por un grupo de chicos de quinto año, de
como unos 16 años, estos dejaron de hablar cuando me miraron, ni
siquiera disimularon.
Me dieron esas típicas miradas que te provocan querer esconderte.

Intenté ignorarlos y seguí caminando.

—Si te pasa algo avísame, ya sabes que estoy al lado de tu salón —Dijo
mi hermana.

Solo asentí y ella se metió a su aula.

Seguí caminando y vi que a lo lejos había otro grupo de chicos que por
poco y me desnudaban con la mirada.

Me metí a mi salón tras tanta incomodidad y al entrar todos se giraron para


verme, como un grupo de castores cuando escuchan un ruido extraño.

—Hola, Carlitos —Saludó Ester apareciendo detrás de mí.

—Hola —Saludé sin muchos ánimos.

Me dirigí a mi asiento sintiendo las miradas de todos, en especial las de


mis amigos.

El corazón no dejaba de latirme muy rápido y las manos me sudaban, no


podía respirar con normalidad, se me hacía bastante pesado.

Me senté en mi lugar y Gael, quien estaba al frente, se volteó para verme.

—¿De verdad eres gay? —Preguntó.

—¿Buenos días?

—Lo siento, buenos días —Siguió observándome —. No tengo nada en


contra de los homosexuales —Dijo —. Soy un aliado, mi amiga es
lesbiana... bueno, también es tu amiga, pero... ajá.
No dije nada al respecto.

—No soy homofóbico, te respeto.

—¿Gracias?

—Y... ¿Te gusta Jake?

—Que te importa —Respondí bruscamente.

—Oye...

—Lo siento.

Desvíe la mirada y pude notar que un grupo de hombres nos estaba


observando con atención.

—¿Vas a decirles mi respuesta? —Le pregunté a Gael, creo que ya sabía


por qué me estaba hablando —. ¿Estás aquí para andar de chismoso?

—¿Qué? ¡No!

—Porque si es así, entonces mi respuesta es ¿¡Qué chucha les importa!?

—No estoy hablando contigo para estar de mensajero, lo juro.

Mi desconfianza estaba al máximo.

—Sácate, Gael —Ordenó Paul y lo tomó de la camisa para sacarlo de su


asiento, seguido a esto se sentó.

—Hola, pato —Saludé.

—¿Estás bien? —Preguntó.


—¿Tú qué piensas? Ya todos saben que soy gay y Jake se irá a Estados
Unidos... —Susurré —. ¿Sabes cuándo va a volver?

Paul solo negó con la cabeza.

Carajo, ¿Y si no regresa?

—¿Sabes algo más sobre Jake? ¿Qué fue lo que pasó? —Pregunté.

—Bueno, ayer me puse a investigar y... los padres de Jake se enteraron...


por... tú...

—¡Solo dilo!

—Por tu papá.

—¿¡Qué!?

—Habló con el padre de Jake y pues...

¿¡Mi padre ocasionó todo esto!?

¿Por qué tuvo que hacer eso?

¿No fue suficiente con decirme que no me quería?

¿¡Tanto me odia!?

Solté un suspiro y apoyé mi rostro en mis manos.

¿Por qué esto está ocurriendo?

—¡Oye, Carl! —Una insoportable voz retumba por mis oídos.

—¿Qué quieres, Diego? —Pregunté con fastidio.


Él se acerca hacia nosotros y se apoya sobre mi mesa.

—¿De verdad eres gay? —Interroga con una sonrisa burlona.

—¿De verdad tu madre te dejó? —Le pregunta Paul.

Esa no me la sabía.

—No estoy hablando contigo —Responde con cierto enojo.

—No te debo ninguna explicación —Digo.

—No lo niegues, ya todos lo sabemos.

Me quedo en silencio, ¿Qué se supone que se debe hacer en este tipo de


situaciones?

—No tengo nada en contra de los gais como tú, ¿Sabes? Los tolero —Dice
mi compañero —. Nada más no te enamores de mí.

¡En serio quiero meterle una patada a ese enano!

—¿Por qué quieres saber tanto si soy gay o no? —Pregunté —. ¿Acaso te
gusto o algo así?

—¿Gustarme tú? ¡Ja! No soy un marica.

—¿Ah, sí? ¿Entonces por qué te importa tanto mi sexualidad? ¿Por qué
cada que desvío la mirada te atrapo observándome? ¿Por qué siempre te
me acercas? ¿No que te caigo mal?

Diego solo me miró con desprecio.

—Ya lárgate, cojudo —Dijo Paul dándole un empujón, haciendo que este
chico se vaya.
¿Así sería todo a partir de ahora?

¿La gente me miraría mal y se me acercarían para hacerme preguntas


incómodas?

Ser gay me ha traído muchos problemas...

—¿Todos en el salón lo saben? —Le pregunté a Paul.

—También los de otros grados...

Con razón todos me miraban.

—¿Sabes algo de Jake?

—Eso quería decirte... Ya todos saben que tienes una relación con Jake...
¿No viste esa publicación?

—¿Cual?

—En el perfil de Instagram, en el que exhiben a los de la escuela,


publicaron que tienes una relación con Jake.

Mierda, mierda, mierda.

¡Ya todos lo saben!

¡Ya no es un secreto!

¡Así no tenían que ser las cosas!

Otra vez esa presión en mi pecho apareció y respirar se hacía cada vez
más difícil.

No llores... no llores...
—No te preocupes por ese usuario. —Creo que Paul se dio cuenta de mis
ganas de llorar —. Le dije a Marco que la hackee, él accedió y pronto ese
perfil dejará de existir.

—Gracias, pero ¿Qué más da? Ya todos lo saben. Tendré que soportar las
miradas de todos y los insultos...

—Hay muchos estudiantes en esta escuela, Carl, ve el lado bueno, no


todos aquí son homofóbicos.

—Igual, es muy... Yo no quería que supieran.

—Entiendo, pero ya está hecho, solo debes demostrar que no te afecta y


que no te importa lo que dirán. Mira a Amelia, pasó por lo mismo y ahora
puede gritar a los cuatro vientos que le gustan las mujeres y hay personas
que sí juzgaron, pero otras se lo tomaron como algo normal, porque es
algo normal.

Ni siquiera estoy seguro de poder mostrarme así ante todos.

—Gracias por el consejo —Dije.

—De nada —Dijo de manera calmada —. Tómalos en cuenta, hijo de puta,


no por nada estuve practicando toda la noche.

Dejé escapar una sonrisa.

Creo que lo único bueno en todo esto, es que tengo amigos que si me
quieren.

Quisiera que Jake también esté aquí...


Jake

25 semanas- Lunes- clases . . .

El sonido de una voz masculina me sacó de mis pensamientos.

—Estimados pasajeros, se les informa que pronto aterrizaremos en la


ciudad de Lima, por favor mantengan sus cinturones abrochados —El
informe del piloto resonó por todo el avión.

Esta mañana, papá nos ordenó a mí y a mi hermano que alistáramos


nuestras maletas.

No nos dio una explicación, solo nos dijo que lo hagamos rápido, pues
nuestro vuelo saldría en 2 horas.

De camino al aeropuerto nada más pude pensar en que mi padre se


estaba tomando muy en serio el prohibirme ver a Carl.

Obviamente, no podía llorar en ese momento y ahora que estoy en un


avión a punto de llegar a Lima y ver a mis abuelos, no puedo ni lagrimear.

A pesar de que sean las doce de la tarde, tengo mucho sueño.


Ayer tampoco pude dormir, era imposible hacerlo sabiendo que todo se
está yendo al carajo. Además, el dolor de mi cuerpo por los golpes todavía
no para.

Me siento en verdad cansado.

A los pocos minutos el avión aterrizó y lo primero que hice fue ponerme
una chompa negra que me quedaba un poco grande.

La ciudad de Lima se encuentra en la costa, así que hace frío la mayor


parte del año.

Al entrar al aeropuerto recogimos nuestras maletas.

—¿Los abuelos vendrán por nosotros? —Le pregunté a papá.

Él negó con la cabeza, seguido a esto se acercó a una agencia de taxis y


comenzó a hacer los pagos.

Mi hermano y yo lo esperamos en la puerta de salida.

—¿Por qué estamos aquí? —Me preguntó mi hermano.

—Todavía no sé —Respondí.

—Aún no estamos de vacaciones —Dijo mi hermano, infló una de sus


mejillas mientras pensaba en una respuesta —. ¿Me prestas tu celular?

Fruncí el ceño ante esa pregunta tan inesperada

—Mamá me lo quito —Informé.

—Oh... a mí también me quitó la tablet.

—¿Por?
—Es que se enteró de que jugaba Roblox con Carl y me la quitó porque
dice que es malo.

¿Qué demonios?

—Carl no es malo —Aclaré.

—Ya sé, no creo que seas novio de alguien malo.

—Exacto —Espera... —¿¡Qué!?

—¿No son novios?

—¿Tú como sabes eso? —Mamá me dijo que no le comentara nada a Ian
de mi relación con Carl, porque dice que lo estaría mal influenciando.

Ian se quedó completamente callado.

Quise insistir, pero papá se acercó a nosotros.

—Ya vámonos al taxi —Ordenó.

Mi hermano y yo hicimos caso y en el camino hacia la movilidad, solo pude


pensar en:

¿Cómo mierda mi hermano sabe que somos novios?

Aún no puedo procesar lo que está pasando, es como si todo fuera un


sueño, un sueño del cual quisiera despertar.

De camino a la casa de los abuelos solo asomé mi cabeza en la ventana


del auto y volví a perderme en mis pensamientos, tanto así, que me quedé
dormido.
—Hijos —La voz gruesa de mi padre me hizo salir de mi sueño profundo
—. Ya llegamos, levántense.

Abrí los ojos con pesadez y observé que el auto se encontraba afuera de
una gran casa.

Salgo del auto y lo primero que hago es frotar mis brazos en busca de
calor.

Estábamos en el distrito de Miraflores, este se encuentra muy cerca del


mar, así que el frío es un poco fuerte.

Una señora de cabello corto y tez pálida se acercó a nosotros y comenzó a


sacar nuestras maletas del auto.

Por lo visto, mis abuelos despidieron a la anterior empleada doméstica.

Me acerqué para ayudarla, pero mi padre me frenó, poniendo su mano en


mi pecho.

—Deja que ella lo haga —Dijo y me dio media vuelta para entrar a la casa.

Asentí sin reprochar nada y nos metimos esta.

Había un gran patio con flores de muchos colores, al pasar por este
tuvimos que caminar por un sendero de piedra.

La casa era realmente grande y bonita, tenía dos pisos, estaba pintada de
color blanco y café, las puertas eran de vidrio y al entrar a esta se pudo
observar un enorme televisor, que bien podría ser del tamaño de una
pantalla de cine.
Había pinturas colgadas en la pared y la alfombra que se encontraba
debajo de los muebles combinaba muy bien con la decoración del lugar, la
cual me recordaba mucho a la época victoriana.

—¡Hijito! —Exclamó mi abuela, acercándose a mi padre con los brazos


abiertos.

—Hola, mami —Saludó papá feliz y correspondió aquel abrazo.

Mi abuela, Charlotte Stewart de Ross, es una persona bastante cariñosa y


risueña, además, le gusta darme dinero.

Es más baja que yo y su cabello rubio cada vez va tirando más a blanco.

—¡Hola, hijito! —Se acercó a mí y me dio un abrazo bastante fuerte, lo


cual fue malo, pues presionó varias partes en las que tenía moretones.

—Hola, abuelita —Dije intentando no soltar un quejido.

—¿Qué te pasó en la cara? —Preguntó viendo mi labio roto y mi mentón


raspado.

—Me caí jugando con Ian.

—Ay, hijo, debes tener más cuidado.

—Sí, eso haré.

Me hizo a un lado y abrazó a mi hermano, el cual se veía bastante


incómodo por aquel acto.

—¿Y papá? —Preguntó mi padre.

—Trabajando —Respondió ella —. Niños, ustedes pueden ir yendo a su


habitación.
Cuando nos mudamos a la ciudad de Pucallpa, veníamos aquí cada año
en vacaciones, así que mi hermano y yo teníamos habitaciones propias.

Ian, al ser menor, antes no tenía una habitación, pero con el tiempo
mandaron a construir un cuarto solo para él.

Mi hermano y yo cogimos nuestras maletas y nos dirigimos a estas, lo


bueno era que estaban en el primer piso.

—Ian —Llamé la atención de mi hermano antes de que se metiera a su


cuarto.

—Dime.

—Por favor no digas nada de lo que pasó, tampoco menciones nada de


Carl, ¿Okey?

—Okey.

Asentí y me metí a mi cuarto.

Este seguía igual, con una cama de dos plazas, un escritorio, una
televisión y un sofá al frente de este.

A pesar de que hacía mucho frío afuera, por dentro, la casa era bastante
cálida, así que encendí el aire acondicionado.

Me tiré en la cama, boca arriba y cerré los ojos, esa habitación en verdad
era bastante tranquila.

Solté un suspiro y me imaginé cómo sería todo si tan solo el señor Julio no
hubiera dicho nada.

Tal vez ahora estaría hablando con Carl, tal vez ahora estaríamos
haciendo una llamada mientras hacíamos tarea.
Tal vez si hubiéramos llegado ese día al cine.

Nunca antes había adorado tanto el poder imaginarme cosas qué tal vez
no pasarían.

Alguien tocó la puerta y abrí los ojos de golpe.

—Pase —Ordené y me senté en la cama.

Mi padre abrió la puerta.

Mi piel se puso fría y creo que comencé a temblar un poco.

Ahora, cada que lo veo o escucho su voz, solo quiero esconderme.

Él se acercó lentamente y se sentó a mi lado.

—No vayas a decir nada, no digas que yo te golpeé, tampoco digas lo que
viste ese día en mi oficina. Solo cierra la boca —Habló de una manera
firme y amenazante —. Tampoco menciones a Carl.

—No diré nada —Desvíe la mirada, era imposible verlo directamente a los
ojos, estos parecían poder matarte en un segundo.

—Así me gusta —Se levantó de la cama —. No te acomodes mucho,


mañana nos vamos.

—¿Qué? ¿A dónde?

—¿No te lo dije? Nos vamos a Estados Unidos.

—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

—Tú y tu hermano necesitan despejar un poco la mente después de tanto,


además, tal vez allí conozcas a alguna chica y vuelvas a ser normal.
¿Volver a ser normal?

—Nos vamos mañana por la noche —Dicho esto salió y cerró la puerta.

¿Nos iremos a Estados Unidos?

¿Cuándo volveremos?

¿Podré ver a mis amigos otra vez?

¿Le importará a mi mamá que me vaya?

¿Podré ver a Carl otra vez?

De nuevo las ganas de llorar aparecieron, junto con esa sensación intensa
de querer rascarme el brazo.

Ninguna lágrima salía y por más que quisiera, no podía hacerme nada,
pues estaba con un polo de manga larga.

El nudo en mi garganta, la falta de oxígeno y el no poder llorar, fueron algo


tan desesperante, que inconscientemente comencé a rascarme la mano.

Necesitaba sentir algo, necesitaba expulsar todo el coraje que tenía.

¿Por qué todo se está derrumbando?


5. Vacío

Jake

25 semanas- Lunes- clases . . .

Las manos de Carl hacían contacto con la mía y sus labios, sus suaves
labios, me besaban con delicadeza.
Esos hermosos ojos cafés me transmitían paz y su sonrisa solo me hacía
entender qué hay personas a las cuales vale la pena querer.

—Hijito, no te duermas —Dijo mi abuela y abrí los ojos de golpe.

Estaba sentado en la mesa del patio y tenía muchas ganas de volver a mi


cama y dormir.

—¿No vas a comer? —Preguntó mi abuelo, Oliver Ross Bianchi.

—No tengo mucha hambre —Respondí viendo mi plato de comida, en este


había pan francés con mantequilla y jamón.
—Si no quiere comer, que no coma —Habló mi padre.

—Bueno. —Mi abuelo se limpió con una servilleta —. Yo ya terminé. —Se


levantó de la mesa y le tocó el hombro a mi padre —. Mariano y yo nos
iremos al club.

Mi padre asintió y se levantó, seguido a esto le dio un beso a mi abuela en


la cabeza.

—Nos vemos más tarde — Dijo.

Ambos se levantaron de la mesa y se fueron sin decir nada más.

En todo el desayuno, en verdad me dieron ganas de gritar lo que mi padre


me había hecho, pero fui muy cobarde y solo guarde silencio.

—Así que, se van a Estados Unidos — Dijo mi abuela.

—Sip —Respondió Ian, dándole una mordida a su pan.

—Espero que se diviertan mucho.

—¿Ya me puedo retirar? —Pregunté con los ojos lagrimeándome por el


sueño.

—Claro, hijo.

Me levanté de la mesa y me dirigí lentamente a mi habitación.


En el camino, sentí una mano en mi hombro.

—Hijito.

Era mi abuela.

—¿Sí?
—Ten —Sacó un rollo de billetes en dólares y me los dio —. Para que te
puedas comprar cosas y de paso me traigas un recuerdito —Esto último lo
dijo con una sonrisa radiante.

Elevé las comisuras de mis labios y tomé ese rollo de billetes.

—Gracias —Dije.

Ella me dio un beso en la cabeza y se fue sin decir nada más.

Con un poco de felicidad en mí, entré a mi cuarto y oculté el dinero en lo


más profundo de mi maleta.

Fue doloroso tener que agacharme un poco para poder hacer eso.
El dolor de mi cuerpo aún no paraba.

Maldije en voz baja y me acosté en mi cama, acurrucándome en esta, mi


piel se erizó tras sentir un poco de frío en las sábanas.

Cerré los ojos y me concentré en el canto de los pájaros, en toda la


tranquilidad que había en esa habitación y en el hermoso silencio.

Eso me hizo recordar aquella mañana en la que desperté en los brazos de


Carl.
Él aún seguía dormido, así que cerré los ojos para disfrutar el momento,
pues la noche anterior nos habíamos dado nuestro primer beso y para mí
no había nada mejor que saber que mi amor era correspondido.

Esa noche en la que nuestros labios hicieron contacto y en la que mi


corazón latía muy rápido, fue la mejor que haya tenido en toda mi vida, a
pesar de sentir miedo, pues estaba besando a otro hombre, y eso me
gustaba.

Carl me gustaba y lo sigue haciendo.


Abrí un poco los ojos y una lágrima salió.

A veces un momento feliz, puede convertirse en un recuerdo que te hace


sentir que nada se puede comparar con eso, qué momentos así nunca
volverán a ocurrir y que esa felicidad nunca la podrás experimentar otra
vez.

Alguien tocó la puerta.

—Pase —Dije y me sequé la lágrima.

—Hola —Escuché la voz de mi hermano, estaba dándole la espalda, pero


por como habló, no estaba feliz.

Me di media vuelta para verlo.

—¿Qué pasó? —Pregunté.

Él se acostó a mi lado sin responder.

—Me enteré de que estabas con Carl porque un día estaba metido en tu
closet y los vi besándose —Dijo.

¿Pues qué pregunté?

—Y sabía que te gustaba porque una vez entré a tu cuarto cuando estabas
dormido y estabas diciendo "Me gustas" y luego "Carl" —Hizo una pausa
—. ¿Sabías que a veces hablas cuando duermes?

Sabe más de mí que yo mismo...

—Se lo conté a María, es que pensé que era raro —Siguió hablando —.
Ella me dijo que no tenía de qué preocuparme, que era como si a mí me
gustara una chica de mi salón.
Lo observé sin ningún tipo de expresión en mi rostro, no sabía qué
responder o cómo reaccionar.

—Me contó lo de sus mamás y también me pareció raro y cuando fui a su


casa, vi que no había gritos, ni peleas y sus mamás se miraban felices,
enamoradas, como dice mami cuando habla de su relación con papi, solo
que lo de ellas si es real— Ian me miró —. Jake di algo, pareces tarado.

—Esa boquita —Dije —. No sé qué decirte.

—No me parece raro que estés con Carl, es como si yo estaría con María,
solo que ustedes se besan, como mamá y papá, eso si es asqueroso
—Hizo cara de asco y sacó la lengua, como si quisiera vomitar.

Sonreí y seguí sin decir nada, toda esa información me vino de golpe.

—Yo nunca voy a besar a nadie —Dijo.

—Ajá —Sonreí burlón.

—¿Por qué papá te pegó? —Preguntó de repente.

Aquello ocasionó un silencio incómodo.

—Porque... —¿Cómo podría contestarle de una manera calmada sin hacer


quedar a papá como el malo? —. Odia a los gais y los repudia.

—Ah... oye eso es malo... ¿Mamá también los odia?

—Supongo.

Por eso se fue.

—¿Por qué?
—No lo sé.

Él infló una de sus mejillas y miró a la nada, confundido.

—¿Crees que volveremos a ver a mamá? —Interrogó.

—Si —No iba a decirle que no, eso sería cruel.

—Cuando discutió con papá, solo gritaba que él era un hijo de puta.

—Oye, no digas eso.

—Perdón, pero eso le dijo.

—Estaba enojada.

—¿Entonces yo puedo decir...

—No.

—Oh, bueno. Mis amigos lo hacen.

—Tus amigos están mal, tienen entre ocho y nueve años, Ian, ni deberían
pensar en malas palabras.

Él asintió y volvió a ver un enorme silencio.

—¿Sabes por cuánto tiempo nos quedaremos en Estados Unidos?


—Preguntó.

—No, ¿Tú sabes?

—No.

—Ni siquiera podré hablar con mis amigos, ni con María. No tengo mi
tablet.
—Yo tampoco podré hablar con nadie.

Ian soltó un suspiro y me dio un abrazo.

—Quiero volver a Pucallpa —Dijo.

—Yo igual... —Respondí y miré hacia el techo, no podía hacer nada más
que aceptar una derrota.

—Ojalá nada de esto hubiera pasado.

Seguí observando el techo, como si eso sirviera de algo, y en eso, sentí


una gota de agua caer sobre mi pecho y luego otra y otra.

Dirigí la mirada hacia mi hermano y a juzgar por su forma de respirar, creo


que estaba llorando.

Lloraba de una manera muy silenciosa.

No supe qué decir, ni que hacer, nunca he sido bueno para consolar a las
personas, pocas veces experimenté eso, así que solo lo abracé más fuerte
y espere a que llorara todo lo que quisiera.

Me siento en verdad inútil por no saber cómo calmarlo.

Me siento muy inútil.


6. No soy homofóbico, pero...

Carl

25 semanas- Martes- clases . . .

Nunca llegué a pensar que mi compañeros llegarían a estresarme de esta


manera.

—Entonces, ¿Quién es el hombre y la mujer de la relación? —Preguntó


Victoria.

Por alguna razón, ese día decidió sentarse con mi grupo.

—¿Cómo? —¿Hombre y mujer de la relación?

—Ya sabes, quien es el que manda y quien el pasivo y eso.

La observé unos segundos, mirándola directamente a los ojos.


—¿Cómo? —Vuelvo a preguntar aún más confundido.

—No existe hombre y mujer en una relación gay, por algo son gais
—Explicó Amy.

No entiendo, ¿De qué estamos hablando?

—Bueno, ya que —Victoria volvió a mirarme —. Oye, tengo un amigo


pansexual, tal vez debería presentártelo.

Dios, aquí vamos de nuevo.

Desde que todos saben que soy gay, ya van tres veces en las que me
ofrecieron presentarme a sus amigos gais.

No confirmé que estoy con Jake, pues no sé si el estaría de acuerdo. Por


esto algunos piensan que ando soltero. Aunque la verdad, es muy
incómodo que me quieran presentar a cualquier hombre homosexual de
por ahí.

—No, gracias —Respondí amablemente con una sonrisa.

—¿Por? Tal vez quedarían bien. Aunque el es un poco pasivo y tú


también, así que no sé si quedarían.

Volví a sonreír ante eso.

En mi mente solo podía pensar; Vete a la mierda.

Desvíe la mirada para ver a Paul, quería saber si él entendía algo de esto.

Creo que nos comunicamos con la mente, pues él elevó un poco los
hombros, dándome a entender que tampoco entendía un carajo.

—¿Seguro?
—Ya cállate, huevona —Le ordenó Amy.

—Perdón.

Un silencio incómodo se apoderó del lugar.

¿Tendré que soportar esto hasta que termine la escuela?

¿Qué acaso mis compañeros también tratan así a sus otros amigos
que son parte de la comunidad?

¿Por qué no solo se olvidan del tema?

Algo golpeó mi cabeza con cierta delicadeza.

—¡Oye, Niño!

Dios mío, señor padre todo poderoso...

Me giré lentamente hacia esa voz que estoy seguro que provenía de un
hombre.

—¿Si? —Dije intentando ocultar mi nerviosismo.

—¡Mi amigo también es joto! ¿No quieres meterle tu pene o algo así?
—Dicho esto se rio con su grupito de amigos.

Odio esta ciudad.

—¡¿Por qué mejor no se la metes tú?! —Le respondió Paul.

—Pato, te quiero mucho, pero no quiero problemas.

—¿Por qué dejas que te molesten? —Interrogó Ester.

—Yo... solo no quiero meterme en problemas.


No quiero que me terminen golpeando hasta dejarme en el hospital.

—En serio, algún día no voy a tolerar a esos imbéciles buenos para nada
—Informó mi amigo con cierta molestia.

—¿Y qué harás? —Preguntó Amelia con cierto tono burlón.

—Llamar a Marco y a mis amigos del barrio peligroso —Contestó súper


calmado.

—Ay, yo también tengo de esos —dijo Ester.

Bueno, al menos tengo a personas de barrios peligrosos de mi lado.

Igual, que cagada tener que soportar esto.

Me llegan al pincho todos y a veces me gustaría poder gritarle a cualquiera


que me diga algo sobre mi sexualidad.

Me gustaría poder gritar que cierren la maldita boca, que nada de esto es
su asunto y que coman mierda.

Pero no puedo hacer eso.

Si pudiera tan solo gritar que cerraran la maldita boca, sería tan feliz.

Odio la clase de natación.


Siempre termino con tres litros de agua en el oído y pulmones, con la piel
más bronceada que antes y con el cabello más duro que el pan de ayer.

Además, en la zona de hombres se la pasan jugando y ahogando a otros.

Subí los escalones y cuando entré al lugar de las clases, me fui directo a
los vestidores, pero antes de entrar, el maestro me llamó.

Cuando dirigí mí mirada hacia él, pude ver que no estaba solo. Habían
unos seis compañeros a su lado.

—Ven, aquí —Ordenó el maestro, sentado en su silla.

Me acerqué hacia ellos con cierto miedo.

¿Ahora qué pasó?

¿Hice algo malo?

Tal vez solo quiere informarme algo.

Ay, Dios...

—¿Si, profesor? —Pregunté y esa sensación de pánico apareció, de


nuevo.

—Ehh... hay algo que tus compañeros quieren decirte —Informó muy
relajado.

—¿Qué pasó?

—No queremos que estes en la pista de los hombres —Dijo uno de ellos
con cierta timidez.

¿Qué?
—¿Por?

—Eres gay.

—¿Y?...

—No queremos que nos toques o que te fijes en uno de nosotros


—Respondió Diego con firmeza.

¿Qué carajos?

¿Por qué me fijaría en uno de ellos?

¿Qué tenía que ver eso con mandarme al grupo de las chicas?

—Oigan... yo jamás los tocaría y mucho menos me fijaría en ustedes


—Respondí sin saber exactamente que sentía.

Todo esta situación es confusa... e incómoda.

—Pero, profe, no sabemos si miente o no —Volvió a hablar Diego.

—Oye yo no mien... —No pude continuar, pues el maestro me interrumpió.

—Jóvenes, no quiero peleas —Hizo una pausa y se quedó pensativo por


un momento —. Hernández, vas con el grupo de las niñas.

—Pero, profesor...

—No quiero discusiones. Ve con el grupo de las chicas.

Esto es tan injusto...

—Si, profesor —La mirada que les di a mis compañeros no podía tener
más odio.
¿Qué faltaba? ¿Qué me mandarán a su vestidor?

No soy un pervertido...

—Hubiera preferido que te mandaran al vestidor de las chicas —Confesó


Diego acercándose —. Quien sabe si trajiste tu celular a la piscina, tal vez
nos quieras grabar o algo así.

No respondí nada.

Por mi salud mental, debería tratar de ignorar esos comentarios...

Eres una chica, eres un pervertido, tus amigos te están alejando.

¡Cállate, Carl!

—No es en mal plan, nada más quiero proteger a nuestros compañeros.

—Ya deja de joder.

—Estoy diciendo verdades. Uno nunca sabe cómo puede llegar a ser un
gay, además, ya eras gay hace mucho, ¿No?, de seguro disfrutabas estar
con nosotros... en serio que asqueroso eres.

Me quedé parado y vi como se alejaba lentamente. En verdad odio todo


esto.

—Tu solo te armas tremenda historia —susurré.

—¡Ve a chupar penes a otro lado! —Dicho esto, los que estaban detrás de
nosotros comenzaron a reírse.

La sangre me estaba hirviendo de la rabia y me sentía tan tenso por todo,


que no pensé bien las cosas, así que me tiré directo hacia él.
—¿Vas a decir algo? —Preguntó el psicólogo de la escuela.

Luego de una segunda pelea, me llevaron al área de psicología en lugar


de la dirección.

Estuve callado hasta ahora, con los brazos cruzados y la mirada baja,
intentaba evitar el contacto visual.

No respondí a las preguntas del psicólogo. Sabía que el también decía


cosas sobre mí.

—Carlos, no puedes estar golpeando a tu compañero, mucho menos tirarlo


a la piscina.

—Eso se lo merece.

—¿Por qué? ¿Por ofenderte?

Y por ser tremendo hijo de puta.

—No puedes golpear a cada persona que te diga algo malo.

Pero si lo puedo golpear a él.

—Tienes que aprender a controlarte.

—Que se controle él —Ay no, lo dije en voz alta.

—Mira, ya sé que estás enojado porque te dijo cosas sobre tu género.

—Sexualidad —Corregí.
—Es lo mismo. El punto es que no puedes esperar a que te respete si tú
no lo haces.

—¿Respetarlo yo? Se la pasa diciéndome cosas ofensivas, ¿Cómo quiere


que lo respete?

—Debes entenderlo, él no está acostumbrado a estas cosas.

—¿Debo dejar que me moleste por ser un ignorante? ¡¿Qué clase de


consejo es ese?!

—Carlos, entiendo que estas enojado con todos porque se descubrió tu


relación con Jake, pero...

—No, no entiende.

—Claro que lo hago.

—Si lo entendiera no estaría diciéndome que respete a Diego. Si lo


entendiera no estaría diciéndole a todos que soy gay y que no se notaba
que era un "marica".

Él se quedó en silencio.

—No me venga a decir que lo entiende, porque le aseguro que no sabe


nada sobre esto.

Me levanté bruscamente, por poco y tiraba la silla.

—¿A dónde crees que vas?

—A Narnia me voy, a Narnia —Respondí con sarcasmo.

—Todavía no acabó la sesión.


—Faltan 4 minutos —Abrí la puerta —. Bonita tarde —Salí y cerré la puerta
de golpe.

Odio esto, odio esto, odio esto...

Un chico pasó por mi lado y me miró de manera extraña.

—¡¿Tú que ves estúpido?! —Le grité y este se fue a un paso acelerado.

Quería gritar y golpear cualquier cosa que se me pusiera en frente.


Me sentía bastante afligido, era como si todo me enojara, como si todo
fuera un maldito estorbo.

Comencé a agitarme, se me hizo difícil respirar, así que me desalojé la


corbata con desesperación y rabia, como si fuera romperla.

Caminé hacia uno de los bancos que se encontraba por la cancha de


fútbol.
No había nadie allí y al menos llegaba el aire.

Me senté, pero aún así me sentía mal.

Primero estuve enojado y con cada segundo pasaba, ese enojo se


convirtió en frustración y esa frustración llevó a que lágrimas amenazaran
con salir.

Me froté los ojos intentando parar el llanto, pero en su lugar solo lloré más
y más.

Todo es muy injusto, todo es malo, ¿Por qué esto me debe estar
pasando?
¿Por qué no podía tener algo bueno con Jake sin que nadie esté
juzgando?
¿Por qué todos me tratan diferente?
—¡Carlitos! ¡Hola, muchacho! —La voz del maestro hizo que casi me
muera del susto.

Me giré un poco para que no me viera y me sequé las lágrimas.

El profesor es un hombre algo bajito, tiene muchas canas y a veces la


panza se le sale de la camisa.

—Hola, profesor —Dije a duras penas.

—¿Qué pasó, Carlitos? ¿Por qué ya vuelta estás llorando? —Preguntó con
su acento selvático algo marcado y con la misma energía de siempre.

—Por nada, profesor.

—Nah, nadie llora por nada, ¿Qué ya pues pasó, hijo? —Se sentó a mi
lado y le dio un mordisco a su chocolate.

No respondí.

—¿Te han molestado? ¿Quién ha sido? Pa' bajarle nota.

—Es que... estaba con el psicólogo.

—¿El Sebastián? ¿Qué te hizo ese dañado?

Me quedé callado, tenía mucho miedo de contestar.


Ese miedo hizo que volviera a llorar.

—¿Te dijo algo por ser gay?

A este punto ya no me sorprende que sepa que soy gay.

—Algo así —Respondí y otra lágrima salió.


—Pucha, hijo. ¿Qué te dijo ese igualado?

—Que debería respetar a Diego.

—¿No lo respetas?

—Se la pasa insultándome por ser... gay.

—Que conchudo ese muchacho. ¿Qué le hiciste o qué?

—Lo golpeé y lo tiré a la piscina.

—Nah, pues merecido, ¿No? No debería insultarte.

¿Qué?
¿Un profesor diciendo que no debería insultarme?

—O sea, a veces bromean entre ustedes y eso, pero si a ti no te gusta,


pues está bien poner límites y si eso no sirve, entonces para la próxima
asegúrate de mandarlo al hospital —Se rió —. Nah no es cierto, pero igual
estuvo bien que le pusieras un paro.

Lo observé confundido.

—¿No está mal que sea gay?

—Claro que no, hijo. Mira, todos somos medio chivitos.

Esa palabra la usaban para referirse a los gais.

—¿Eh?

—Claro pe', hasta yo soy medio chivito.

—¿De verdad?
—Si, una vez me besé a mi amigo en plena borrachera, fue hace muuucho
tiempo. Resultó que mi amigo si era gay.

—Oh...

—¿Ya ves? Está bien ser gay, no te preocupes. Solo Dios tiene la última
palabra.

Olvidé que el maestro es creyente.

—Sé lo que quieras, hijo, bésate a todos los hombres que quieras, disfruta
—Se quedó callado por un momento —. Ay verdad, tú estás con Jake...
—De nuevo se quedó callado y pensativo.

Por un momento el pánico volvió al pensar que me diría algo malo por eso,
pero en su lugar solo dijo;

—Bésatelo donde quieras, diviértanse, pero no demasiado —Sonrío—. Y


ya deja de llorar, que luego los chismosos tus compañeros te preguntarán
porqué estás así, al igual que yo.

Sonreí ante eso.

—¿Chocolate? —Me hizo ver la barra que tenía —. A mí me ayuda cuando


me siento triste.

Acepté el chocolate y este me pasó la barra entera.

—Gracias —Dije.

—No te preocupes, hijo. En mi oficina tengo más.

Volví a sonreír y se me salió una pequeña carcajada.


El maestro siguió hablando, hablaba tan rápido y contaba cosas tan
interesantes, que nos quedamos allí un buen tiempo.

Lo bueno de todo eso fue que poco a poco dejé de llorar, me sentía más
tranquilo, ya no quería matar todo lo que se moviera.

Aunque de todas formas, todo me seguía pareciendo una completa


mierda.
7. El viaje

Jake

25 semanas- Martes- clases . . .

Recuerdo cuando a veces pensaba en lo que pasaría si fuera gay y cómo


sería todo.
Ahora lo sé y en lo único que pienso es en cómo hubiera sido todo si tan
solo no tuviera gustos "extraños".

Todo es una ola de pensamientos, últimamente no puedo evitar


cuestionarme.

¿En verdad estoy mal? ¿Por qué mis padres ahora me odian? ¿Y si en
serio estoy confundido?

Desde que me mencionaron estar confundido, me confundí más que


cuando comencé a descubrir que me gustaba Carl.
Es raro porque es como si ellos supieran más de mí que yo mismo.

Eso es muy jodido.


Se supone que ser gay, o en mi caso bisexual, no debería ser un
problema, pero ahora que mis padres lo saben y comentaron al respecto,
no puedo evitar pensar en qué hay algo mal en mí.

Es fácil para algunos simplemente decir "solo ignóralos". Son mis padres,
no es como que pueda ignorarlos, no es como que pueda dejar a un lado
las miradas que me dio mi madre o la forma tan despreciable en la que me
mira mi padre, ni la forma tan violenta en la que me golpeó.
Anoche, por mi cabeza no dejaba de resonar todas las cosas hirientes que
me dijeron.

Siento que me estoy volviendo loco.

Llegué a pensar en que tenían razón, tal vez si soy un enfermo, tal vez si
hay un Dios que me odia por mis preferencias, tal vez en verdad no
merezco amor ni respeto.

Esa sensación de no encajar y sentirme menospreciado me está


consumiendo.
Es como si me estuviera hundiendo, como si una nube gris de cosas
negativas me estuvieran succionando por dentro y como si no pudiera
hacer nada al respecto, como si siempre estaré así.

Eso me hace sentir... solo, es como estar en un mundo aparte.


Todavía no puedo creer que todo esto está pasando. Todo habría sido
mejor si tan solo fuera heterosexual.

Esto es tremenda mierda y da mucho miedo... no quiero sentirme así para


siempre, pero lo único que pienso es en que jamás volveré a sentirme en
paz o bien conmigo mismo.

Es extraño, ayer logré reírme con unos chistes que hizo mi abuelo en la
cena y a las 2 horas estaba llorando en mi habitación.
Necesito volver a pucallpa, hablar con Carl y estar con él.
Lo extraño demasiado, estar sin él por razones cómo estás se siente como
si te dieran una patada en el pecho.
Me pregunto si lo volveré a ver, si volveré a sentir sus abrazos o aunque
sea escuchar su voz.

Al menos me hubiera gustado despedirme...

Salí de mis pensamientos cuando escuché el sonido de la puerta de vidrio


abrirse.

—Hola, hijo —Saludó mi padre, con los brazos hacia atrás.

Desde hace no sé cuánto tiempo estoy sentado en una banca en el patio,


según yo ya pasaron 3 horas, el tiempo pasó muy lento.

—Buenas tardes —Saludé bajando la mirada.

—Mira lo que te traje —Llevó las manos hacia el frente y en estas estaba
Peter Vader con cara de asustado.

—¡Peter! —Dije con cierta emoción y me acerqué a él para poder


acariciarlo.

Mi padre me lo dio y pude cargarlo como si fuera un bebé recién nacido.

—¿Qué hace aquí? —Pregunté sintiendo como el perro me lamía la mano.

—No sé cuándo volveremos, y lo extrañaría.

—Oh.

No sabe cuándo volveremos... No sabe cuándo volveremos... No sabe


cuándo volveremos...
—Además, ya hablé con tu tío y me dijo que si podemos llevar al perro a
su casa.

—Peter, vas a ser internacional.

Mi padre solo se rio y le acarició la cabeza a mi mascota.

—Bueno, me tengo que ir, debo hacer unas cosas antes de irnos de viaje.

No respondí. No me gusta que me recuerden ese estupido viaje.

—Alista tu maleta, recuerda que debemos estar a las 6 en el aeropuerto.

—Si, ya sé —Contesté sin muchos ánimos.

—Adiós, cuídate.

—Adiós —De quien debería cuidarme es de ti.

Papá se fue como si nada, fue lindo tener a Peter de vuelta, pero la
sensación de frustración por saber que no podía hacer nada para que no
me sacara del país fue mayor que la felicidad que sentí al tener al perro en
mi brazos.

—Cuídate, hijito —Dijo mi abuela mientras me daba un abrazo.

No dije nada, seguía procesando que en unas dos horas estaría en un


avión que me llevaría a México y luego a Estados Unidos.
—Tu también mi bebito —Ella se acercó a mi padre y le dio un fuerte
abrazo.

¿Cómo es que siguen tan amorosos con él a pesar de todo? ¿No saben
nada? ¿Tan bien oculta mi padre toda la mierda que hace?

—Chau, mami —Dijo papá.

¿Cómo ese hombre que ahora se ve tan calmado no está recibiendo


su merecido?

¿Por qué las cosas le sigue saliendo bien a pesar de todo?

¿Por qué nadie se da cuenta?

Observé a mi hermano de reojo, este también estaba mirando aquella


escena con seriedad.

¿Por qué la gente mala nunca es tratada como tal?

—Ya los dejo porque luego pierdo el vuelo —Mi padre tomó una maleta
—Adiós, papá.

Mi abuelo solo le dio un apretón de manos.

—Cuídense —Dijo.

—Vámonos —Papá tomó la maleta de mi hermano y se metió al


aeropuerto junto con este.

Fui detrás de él con mi maleta en una mano y en la otra tenía a Peter en


una jaula, en eso sentí como alguien me tocó el hombro.

—Hijo —Era mi abuelo —. Toma —Sacó un sobre blanco de su casaca


—Para que te compres cosas, no se lo digas a tu padre.
Ay... como amo a mis abuelos.

—Gracias —Sonreí inconsistentemente y guarde el sobre en mi casaca


azul.

—Buen viaje, ojalá conozcas alguna chica linda —Mi abuelo me despeinó
el cabello.

¿Chica linda?

Yo ya tengo un chico y si es lindo...

Al entrar al aeropuerto busqué con la mirada a mi padre.


Al verlo fui casi corriendo tras él.
Este estaba dejando las maletas en el mostrador de equipaje.

Ni se dio cuenta de que no estaba.

—Oye, Jake —Tomó mi maleta y se la pasó a la señora que nos estaba


atendiendo.

—¿Pa'? —Pregunté intentando recuperar el aire.

—¿Quieres un Starbucks?

—No.

—¡Yo quiero una cajita feliz! —Gritó mi hermano.

—Anda a comprarle esa cosa, yo los alcanzo luego. — Sacó su billetera y


me dio una tarjeta —. Cómprate algo si quieres.

Asentí y tomé de la mano a mi hermano para subir.


Podría hacer tantas cosas con esta tarjeta, pero mi padre me mataría pues
sigue todos los movimientos de esta... bueno, su asistente lo hace.

Ay dios, otra vez esa escena apareció en mi cabeza.

—Oye Jake —Dijo Ian.

—¿Si?

—¿Y si compramos un vuelo de regreso a pucallpa con esa tarjeta?

—No podemos.

—Papá no está aquí.

—Lo sé, pero sabe cuánto y en qué se gasta el dinero de esta tarjeta,
además si volvemos a pucallpa ¿A donde iríamos? No sabemos en dónde
está mamá y no podríamos ir a la casa porque no tenemos las llaves y nos
encontraría pues nos buscaría en casas de amigos.

Ni siquiera puedo comprar un pasaje con el dinero que me dieron mis


abuelos, pues si quiero conseguir uno ahora, de seguro me cobrarían el
triple del precio original.

—Ah... que mierda —Habló mi hermano.

—¡Ian!

—¡Perdón!
No quiero irme del país, no quiero irme del país.

Si esto no fuera un intento de alejarme de mis amigos y de Carl, no estaría


deseando quedarme.

¿Y si papá quiere abrir un negocio allí y nos quedamos?


¿Y si quiere que me quede y me deja al cuidado de mi tío?

No quiero dejar todo atrás, esto ni siquiera era parte de mi plan de vida.

Un sonido se hizo presente en toda la sala.

"Buenas noches damas y caballeros, les informamos que el vuelo LA1505


con destino a la ciudad de México ya está listo para abordar. Les
recordamos a todos nuestros pasajeros que al momento de iniciar el
abordaje traer con ustedes su pasaporte abierto donde se encuentra su
fotografía, su pase de abordar y su formato de migración"

Ay no... no quiero, no quiero.

—Vamos —Ordenó mi padre.

Me mordí el labio al intentar no hacer un escándalo por no querer subirme


a ese avión.

No quiero alejarme más de mi ciudad, además el vuelo durará seis horas y


al llegar a Mexico tendré que subirme a otro avión y estar tres horas allí.

No sé cómo estaré nueve horas con la mente en paz intentando no llorar


de la rabia.

Tomé la mochila de mi hermano y caminé junto con él hasta la puerta de


embarque.
Esperábamos a que llegue nuestro turno para pasar y lo único que quería
hacer era correr.
Desearía que las cosas fueran tan fáciles como para poder huir y volver a
mi ciudad a aclarar todo y estar con Carl.

—Siguiente.

Mierda, es nuestro turno.

Bajé la mirada para que no se me note las ganas de llorar que tengo y de
un momento a otro mi hermano me tomó de la mano para avanzar.

—Tú y tu hermano irán en los asientos del frente, en el 2a y b. Yo estaré


en la fila 5 por si me necesitan.

¿Esto en verdad está pasando? ¿En verdad estoy a punto de subirme a un


avión con destino a Orlando?

Todo se siente tan irreal...

Al entrar al avión me senté en donde me indicaron, no lloré, pero porque


no sentí nada.
Fue como si mi mente se hubiera salido de mi cuerpo, solo observaba
como todo pasaba y mi cuerpo hacía cosas que mi mente no ordenaba.

Quiero volver a casa.


8. Molesto

Aviso: Los diálogos que estén en cursiva es porque están hablando en


inglés.

Carl

25 semanas-Miércoles- clases...

Educación física me llega al pincho.

Lo bueno es que tengo un poco de resistencia física y corro rápido, así que
dar las quince vueltas por toda la escuela que nos pidió el profesor Gilberto
no estaba siendo tan difícil.

Mis mejillas estaban ardiendo y el sudor que generaba mi cuerpo hizo que
mis rizos se marcaran aún más gracias a que el sol estaban matándome,
como siempre.
—¿Eso es lo más rápido que puedes correr? —Preguntó cierto chico
chaparro y cuya presencia me estorba —. Creí que los gays corrían rápido.

No respondí, solo me concentré en terminar el ejercicio.

Vi a los lejos a Ester y Amelia, estas parecían estar muriendo.

—¡No dije caminar! —Les llamó la atención el profesor y comenzó a


perseguirlas, haciendo que griten del susto y corran.

Sonreí y al cruzar una línea blanca me tiré al piso por el cansancio. Cerré
los ojos tras ser atacado por los rayos del sol y al sentir como si todo se
oscureciera los volví a abrir para ver quién estaba allí.

—Hijito, levantase o se me muere —Ordenó el maestro extendiendo el


brazo.

—¿Por qué me moriría?

—Porque estabas corriendo, tu corazón está acelerado. Si te acuestas así


te puede dar un paro cardíaco.

—Ah —Tomé su mano y me levanté.

—Camina —Me dio una palmada amistosa en la espalda.

Hice caso a sus órdenes y caminé fingiendo que no quería tirarme en el


suelo de nuevo.

A lo lejos escuché las risas de unos compañeros, estas se hacían cada


vez más fuertes.

—¡Oye, Carl!

¡Dios, cómo joden!


—¿Qué? —Pregunté girándome hacia ellos.

—¿Ya te cansaste? —Preguntó burlón uno de los amigos de Diego.

Josué era mi amigo, pero por obvias razones, ahora solo hablamos cuando
se acerca para molestar.

—Ya terminé, cojudo —Respondí.

—¡Sin caminar! —Volvió a gritar el profesor y se llevó un bocado de turrón


a la boca.

No dije nada cuando se fueron, solo seguí caminando.

Es raro ver como los chicos con los que me llevaba tan bien y consideraba
mis amigos, ahora son los que me molestan y gritan a los cuatro vientos
que soy gay.

Lo bueno es que no todos son así.


El otro día, Fernando me dijo que no le importaba si era gay, pues no era
como esos gays afeminados... eso último fue extraño, pero al menos no
me molesta como otros.

—¡Carlos! —Me llamó el maestro.

—¿Profe? —Pregunté acercándome.

—¿Y qué pasó con Ross? ¿Ya sabes algo de él?

—No, todavía no —Respondí sin muchos ánimos y me senté a su lado.

—¿Si sabes por qué se fue?

—Si, se fue porque su padre no quiere que su madre ni yo lo veamos.


—¿Si? —Su sorpresa era igual que la mía cuando me enteré —. Que
dañado de hombre —Frunció el ceño —. Llevarse a su hijo no le quitará lo
gay ni el amor a su madre.

—Pues no... ah y Jake no es gay, es bi.

—Qué será eso.

Sonreí y por un momento se me pasó por la mente explicarle lo que era,


sin embargo, él se me adelantó en hablar.

—¿Turrón? —Me extendió un paquetito de turrón de doña pepa.

—Gracias —No iba a rechazar eso.

Hubo un momento de silencio entre ambos, solo se escuchaba a los de 5to


año nadar en la piscina y el sonido del plástico del dulce.

—¿Y cómo vas tú? ¿Tus compañeros fueron más amables hoy?

—Un poco.

—¿Alguien te molestó?

—Solo los del grupito de Diego. O sea, como seis personas.

—Pero en tu salón solo son diez hombres.

—Ahora le caigo mejor a las chicas por alguna razón. Dicen que tener un
amigo gay les emociona...

Al parecer, ahora ser gay es lo único para lo que sirvo.

—¿Y a ti te emociona?
—No, chicas con las que ni hablaba ahora me dicen mejor amigo. El otro
día quisieron maquillarme y una de ellas me dijo que le acomode el sostén.

Solo dejé que me maquillaran, nada más me hicieron un delineado y


siendo honestos, me veía bien.

—Ya veo, igual, recuerda que no solo eres "el chico gay" eres más que
una sexualidad.

—Si... eso creo.

Ya no estoy seguro de nada, todos me hacen ver que solo soy un chico
gay y que eso es lo único que me define.

Creo que sólo cuatro amigos saben eso.

—A ver, falta como media hora para que acaben las clases, así que
jugaremos un poco. Quiero que todos jueguen —Explicó el maestro.

—¿Qué vamos a jugar profe'? —Preguntó Paul.

—Hoy los hombres van a elegir, la próxima clase serán las mujeres.

Apenas y dijo eso, todos los hombres comenzaron a gritar que querían
jugar fútbol.

Si Jake estuviera aquí, estaría haciendo lo mismo.


—Ya, entonces jugarán fútbol —Dijo el maestro.

—Ni modo, Carl, para la próxima te toca elegir a ti —Se burló Jorge.

Casi todos se rieron, incluso Paul.

No supe que hacer, así que solo me forcé a reírme.

Tal vez solo es una broma amistosa.

—Ya, ya, hagan 4 equipos mixtos, los dos jugarán y el ganador competirá
con el ganador y lo mismo con los que pierdan. Que solo sean equipos de
cinco, por favor.

Me quedé sentado para ver si alguien me elegía en su equipo y me llevé


una gran sorpresa cuando Josué me eligió para estar en su equipo, equipo
que estaba conformado por cuatro chicos que me molestaban.

—¿Te quieres unir? Ya todos los grupos están completos.

Carajo, tenía razón.

—Está bien —Dios, soy yo de nuevo...

El partido comenzó y creo que hasta Amelia se dio cuenta de mi


incomodidad.

Corrí para alcanzar la pelota y antes de llegar a esta alguien me dio un


empujón con el hombro.

Casi me caigo y de reojo vi que era alguien de mi equipo.

Pensé que se confundió, pero cuando pasó lo mismo como unas cuatro
veces y con distintas personas de mi equipo, entendí que no era un
accidente.
El balón pasó por mi lado de nuevo, pero no me acerqué por miedo a que
me vuelvan a empujar.

—¡Pero toma la pelota, Carl! —Gritó uno de ellos.

—¡¿Cómo si no puedo acercarme sin que me empujen?!

El silbato del profesor sonó.

—Sin pelear chicos.

Me callé y seguí jugando.

De nuevo la pelota estaba cerca de mí y me gritaron que vaya tras esta.

Al acercarme, alguien me dio un fuerte empujón por detrás.


Mis piernas temblaron y perdí por completo el equilibrio, intenté
sostenerme de algo, pero no pude, así que finalmente perdí el control y caí
hacia adelante, chocando contra el suelo al mismo tiempo en el que un
ardor se presentó en las palmas de mis manos, en mis codos y mis
rodillas.

El silbato del maestro sonó y escuché como la gente se acercaba.

Me levanté con cuidado y cuando bajé la mirada vi como esos lugares en


los que llegó el dolor ahora estaban sangrando.

—¡¿Y a ti qué te pasa, imbécil?! —Escuché la voz de Paul.

Al darme la vuelta vi como este empujaba a Diego.

—¿Qué? —Dijo él con cara de inocente.

Paul le dio un empujón y el maestro llegó para separarlos.


—¡Ya basta! Diego, ve con el director —Ordenó.

—¿Yo por qué?

—¡Ve con el director! —Habló en voz alta.

Mi compañero asintió y me miró con odio mientras se alejaba.

—Carl, tú vienes conmigo a la enfermería.

El profesor se acercó y puso una mano en mi espalda para llevarme hasta


ese lugar.

Sentía un dolor intenso en cada raspón y en la parte de mi pecho, ese


golpe hizo que se me entrecortara la respiración y que un dolor punzante
aparezca cada que me moviera.

Llegar a la enfermería se me hizo una eternidad.

—Ay, ¿Qué le pasó? —Preguntó la enfermera.

—Un compañero lo empujó —Explicó el maestro.

—Ven, siéntate.

Me senté en una de las camillas y vi como la enfermera sacaba algodón y


una venda.

—No encuentro la crema. Iré a comprar otra en la farmacia del frente


—Dejó las vendas a un lado —. Ahora vengo. Profesor, ¿Podría ayudarlo a
lavarse las heridas?

—Si, no hay problema.


La enfermera salió y me quedé sentado, rogando que cuando me lavaran
las heridas, no me doliera mucho.

—Vamos, hijo.

Me levanté con cuidado y me acerqué al baño.


El profesor abrió el caño y al instante sentí agua pasar por mis manos.

Fruncí el ceño por el dolor y cuando él puso jabón en sus manos, me dolió
y ni me había tocado.

Cuando si lo hizo, un ardor insoportable recorrió todo mi brazo.

—Hijo, ya sé que duele, pero no llores.

Si no hubiera dicho nada, no me habría dado cuenta de que ya estaba


llorando.

—Listo, ya está, ¿Ves? Ya pasó. Ya todo está bien.

Tomé papel para secarme, aproveché para bajar la mirada, pues aunque
ya no había nada que me provocara dolor en los raspones, las lágrimas
seguían saliendo y saliendo.

Otra vez ese sentimiento de no tener nada de autocontrol apareció.

—¿Ahora por qué lloras? —Interrogó mi profesor.

—Por nada —Volví a sentarme en la camilla.

—Siempre hay una razón... No me digas que lloras por el inútil de Diego.

Creo que es un poco obvio.


—¿En serio lloras por él? —Se quedó callado —. Mira, si estuvieras
llorando por Jake, lo entendería, pero estás llorando por Diego... y por sus
amigos creo.

Me sequé las lágrimas rápidamente, recordé que estaba con un profesor.


Lo conozco desde hace años, pero eso no quita el hecho de que sea un
profesor.

—Hijo, me gustaría decirte que no llores, pero eso no arregla nada.

Ahora mismo siento como si nadie pudiera arreglar nada, como si yo no


pudiera hacer nada para arreglar mi vida.

—Mira, ya sé que todo lo que todo esto de salir del closet puede ser muy
pesado y sobre todo si tienes compañeros así —Hizo una pausa —. Yo
cuando tenía tu edad, también pensaba que ser gay era algo subnormal.

Ah, bueno.

—Pero cuando conocí a ese amigo, me di cuenta de que son gente


normal. No hay de malo en ser gay, es como ser zurdo, no puedes obligar
a un zurdo a ser diestro.

—Ellos no entienden eso.

—Pero vas a ver que pronto lo harán, además, tienes que aprender a no
vivir de los comentarios de la gente. Eres un buen chico y no mereces que
te traten así, ya sé hay gente un poco mongolita y lastimosamente difícil
cambian, por eso debes aprender a valerte por ti mismo, a no dejar que
comentarios así te afecten.

—No es tan fácil...

—Lo sé, pero no es imposible. Tienes mi apoyo y el de tu familia, ¿O no?


—Si, de mi mamá y mi hermana.

Desearía poder decir lo mismo de mi padre.

—¿Ves? Y de tus amigos también, tus verdaderos amigos.

Por alguna razón me sentí bien al oír eso, pues por un momento pensé
que estaría... bien.

Eso es raro... al menos para mí.

Desearía poder sentirme así todos los días.

—Todo va a estar bien, hijo.

¿Qué tanto le costaba a papá decirme eso?


Jake

25 semanas- Jueves- clases . . .

¿Por qué cuánto más lo quiero hay menos posibilidades de tenerlo?

Froté mis ojos para intentar despertar al cien por ciento.


Después de ocho horas de vuelo al fin habíamos llegado a Orlando.

Una señora con antifaz para dormir, creo que de unos cincuenta años,
estaba asomada en mi hombro.
Estuve a punto de despertarla, pero el piloto habló, haciendo que todos se
levanten.

Vi por la ventana y todo estaba soleado, aunque no tanto como en


Pucallpa. Este clima es como el invierno en mi ciudad.

Me quedé observando a todos los que se levantaban y salían del avión,


cuando ya no había casi nadie me levanté con mi mochila de mano y salí
con mi padre y mi hermano.

Recogimos nuestras maletas e hicimos una gran caminata hasta llegar a


un lugar en el que nos pedían rellenar unos formularios y responder
preguntas.

Estuve un buen tiempo allí.


Vi a varios chicos y chicas que parecían de mi edad, la gente en Estados
Unidos si está guapa.
No es como que en mi país no haya gente guapa, pero acá vaya que si
tienen buenos genes.

—Vámonos —Ordenó mi padre.

Había olvidado lo pesado que era pasar de un país a otro y peor si es


Estados Unidos.

Se supone que mi padre nació aquí y se crió como un buen


estadounidense hasta los 3 años, luego se fue a Perú, pero de todas
formas viajaba a Estados Unidos cada 3 meses.

Pensándolo bien, si hubo una buena razón para que mi madre se fijara en
él, lástima que no la sacó del país, al menos no para vivir.

—¿Iremos a la casa del tío James? —Preguntó mi hermano intentando


arrastrar su maleta sin que choque con el piso.

—Si, él vendrá a recogernos.

Ayudé a mi hermano con su maleta al llegar a unas escaleras eléctricas.

Mientras bajábamos busqué con la mirada a mi tío, pero había mucha


gente así que no pude localizarlo.

Seguimos caminando y en eso escuché.

—¡Mariano Ross! —Gritó una voz masculina con un acento muy distinto al
mío.

—¡Gabriel Stewart! —Habló mi padre en voz alta.


Ahí estaba mi tío-abuelo Gabriel Stewart, o como lo pronuncian acá
"Geybriel" Stewart.

Suena como "Gay".

—Jake, ya estás enorme —Dijo él en inglés.

¿Tendré que hablar en inglés todo el tiempo?

—Hola, tío —Saludé con un apretón de manos.

Él es el menor de los hermanos de mi abuela, tiene un hijo que también es


mi tío, aunque yo le digo primo. Es raro decirle tío a un chico que me lleva
solo 9 meses.

—¿No vino Taylor? —Preguntó papá.

—No, es que no ordenó su habitación.

Me da paja tener que traducir todo en mi mente.

—Vengan, el auto está por aquí.

Nunca creí que desearía esto pero... quiero volver a Perú.

Caminamos solo unos metros hasta el auto de mi tío. Me senté en la parte


de atrás con mi hermano, mi padre fue en el asiento de adelante.

—¿Y quien es ese perrito? —Preguntó viendo a Peter en manos de papá.

—Es el perro de Jake.

—¿Es un bulldog?

Dios, ya me quiero ir.


Desvíe mi mirada a la ventana, era muy clara la diferencia entre Orlando y
Pucallpa.

Cuando vi a mi hermano me di cuenta de que este estaba igual de mala


gana que yo.

Papá y mi tío solo hablaban y hablaban, la verdad, en algunas partes mi


cerebro traducía todo en automático y en otras mi mente solo pensaba en
lo mucho que no quería estar aquí y en lo injusto que es todo.

Fue un largo camino ir desde el aeropuerto a su casa. Esta está ubicada


en un conjunto residencial bastante bonito, hay un parque enorme,
piscina, juegos recreativos para los niños y las casas son como
mansiones.

La de mi tío es de unos tres pisos, por alguna extraña razón, pues este
solo vive con su hijo.
Se separó de su esposa hace años, nunca me enteré bien de ese chisme.

Arrimé mi cabeza en la ventana y cerré los ojos para intentar imaginarme


en otro lugar.

—Ya llegamos —Dijo mi tío estacionándose afuera de su casa.

¿Qué? ¿En qué momento me dormí?

Sin decir nada bajé del auto junto con mi hermano, me dirigí hasta la
cajuela de este y me encontré con mi padre.

—Toma a Peter —Ordenó pasándome al perro —. Jake.

—¿Pa'?

—Ni se te ocurra mencionar algo sobre tus... cosas.


—Está bien —La verdad, ya no quiero mencionar nada de mi sexualidad,
ya no quiero tener que explicar cosas y que la gente me vea mal.

Tomé mi maleta y sujeté a Peter con fuerza para que no se me caiga, no


pesa nada pero igual me da miedo.

—Hay habitaciones listas para todos —Informó mi tío abriendo la puerta.

Yo solo quiero ir a mi habitación, en Perú.

Al entrar a la casa vi todo muy cambiado. Creo que estaba más bonita que
antes.

Las paredes estaban pintadas de un color blanco, las escaleras estaban


cubiertas con una alfombra de terciopelo café, había una mesa de vidrio,
encima de esta se encontraba un árbol bonsai.
Había muchas fotos en las paredes, la gran mayoría eran de mi primo a lo
largo de los años, las otras eran de él con su padre haciendo distintas
actividades.

Quise explorar un poco más la casa, pero escuché una voz que no
reconocía.

—¡Primito! —Era Taylor.

Había crecido bastante, al parecer le pusieron brackets y se había hecho


la permanente, pues ahora tenía rulos y una sección de su cabello,
específicamente la parte de adelante, estaba pintado de un color azul.

Se acercó y me dio un abrazo que casi me hace gritar del dolor. Todavía
no desaparecían los moretones.

—Hola —Dije a duras penas.


Cuando me soltó saludó a mi padre con un apretón de manos y a mi
hermano casi lo hace volar.

—Ven —. Me tomó de la mano y me llevó con él —. Tienes que conocer mi


habitación, ¿Dormirás conmigo verdad?

—Claro.

No quiero dormir con él, no porque me caiga mal, solo quiero llorar en paz.

—Espera, estoy dejando mi maleta.

—La sirvienta se encargará de eso.

—Ah.

Subimos las escaleras, fingí no morirme de dolor.

—Tienes que contarme todo, tenemos... ¿Cuanto tiempo te quedas?

—No sé.

—Bueno, supongo que tenemos mucho tiempo para ponernos al día.

Sigue teniendo la misma energía de siempre.

Él y Marco se llevarían bien.

—Supongo.

¡¿Cuántas escaleras hay aquí?!

Al llegar al segundo piso, Taylor corrió hasta su habitación. Yo apenas y


podía caminar, así que fui un poco lento.

—¿Oye me invitas agua? —Pregunté con la mirada baja.


Cuando la levanté vi su cuarto y me llevé tremenda sorpresa.

Había una enorme bandera lgbt colgada en la pared...

¡Ay no jodan!
9. En la cuerda floja

Carl

25 semanas-Jueves- clases...

"Wicked game" sonaba en los audífonos que Jake me había regalado.

Ya era la hora de salida y me encontraba al fondo de la fila de hombres,


esperar mi turno para salir se me hacia eterno.

Anoche no pude pegar un ojo, por más que intenté, solo pude dormir tres
horas, nunca me había desvelado así.
Gracias a eso hoy estuve de sueño todo el día y acabé durmiéndome en
todas las dos horas de una clase y cabeceando en las otras.

Además, mis compañeros siguieron molestando. Uno de ellos me tiró


chicha morada por "accidente", ahora las vendas de mis manos están
moradas, otro me metió el pie y no pude hacer nada, me dijeron que si me
metía en otra pelea, sería suspendido por una semana.
Y lo peor es que me estoy muriendo de hambre, creo que no traje mi
dinero, pues este no estaba en mi mochila, así que sólo comí un pedazo
de keke seco que compró Amelia. No la culpo, el comedor de la escuela ha
dejado a muchos en el hospital y un keke seco no está mal.

—Oye Paul, ¿Me lo metes? —Preguntó Marco pasándole una botella con
agua a mi amigo.

—Ok —Este la tomó —. ¿Por donde?

—Por atrás pues.

—Okey cariño, no te va a doler.

—¿Qué? —Marco comenzó a reír luego de entender el juego de Paul.

—Mariconada —Dijo Amelia pasando por su lado.

Esos dos son como Jake y yo cuando aún éramos mejores amigos.

—Avancen, jóvenes —Ordenó el prefecto.

Caminé con la mirada baja, solo la levanté cuando el profesor Gilberto se


despidió con un "Cuídate".

Es feo salir del colegio, todos los de secundaria y los padres de primaria
buscando a sus hijos se juntan, es como una avalancha, además el lugar
es un poco estrecho para la cantidad de personas qué hay.

Ya estaba a unos metros de llegar al portón, Marco y Paul seguían


riéndose.
Pasar tanto tiempo con Marco me dejaba la vista empañada y eso que sólo
traía puesto el uniforme de la escuela y unas pulseras, collares y anillos
coloridos.

Creo que ese chico nació con saturación al cien.


Intentaba ocultar mi risa y en eso, literalmente de la nada, apareció un tipo.
Se le notaba molesto, además, su mirada me dio cierto miedo, era fría,
tenía ojeras marcadas y sus ojos se veían como los de un león a punto de
cazar a su presa, era del mismo tamaño que Paul, tenía el cabello corto y
llevaba puesta una chaqueta gris.

Tomó a mi amigo del brazo con fuerza y este se giró asustado.

Puse los audífonos en mi cuello para escuchar mejor la conversación.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó mi amigo.

No sé qué dijo el otro tipo, pues le susurró al oído y de inmediato se lo


llevó.

—¿Y ese quién es? —Pregunté acercándome a Marco.

—No sé, pero me dio miedo —Marco estaba muy preocupado.

No creo que ese sea su hermano, su hermano era un poco más bajo,
además, por como habla Paul de él, este era una persona pacífica y no
daba miedo ni tenía cara de drogado.

—Carl, vámonos —La voz de mi hermana me sacó de mis pensamientos


—. Ya llegó mamá.

—Okey, chao —Me despedí de Marco —Si Paul te dice algo me avisas.

Este asintió y noté que buscaba a mi amigo con la mirada.

Caminé junto con mi hermana, intenté hacer lo mismo que Marco, pero
Paul ya se había ido.

¿Y ese quién era?


Pasamos al lado de un señor que vendía aguaje. Obviamente mi hermana
se frenó para comprar unos, se unió a la larga fila.

—Tu ve yendo —Se sacó su mochila y me la dio —. Lleva eso.

—Oe no seas así —Me quejé intentando agarrar su mochila, pesaba como
10 kilos.

—Porfa', te compro aguaje.

A bueno.

—Okey —Acepté sonriendo.

Tomé su mochila y antes de seguir caminando me puse los audífonos,


ahora estaba sonando "Under pressure" de Queen.

Todo me recuerda a Jake, Jesucristo.

Queen me recuerda a Jake porque cuando lo conocí él no sabía de su


existencia.
Recuerdo que me ofendí tanto que le terminé contando toda su historia
esa misma tarde.

No sabía ni las tablas de multiplicar pero me sabía toda la historia de una


banda.

Quería explicarle todo a Jake... Dios, no puedo dejar de pensar en Jake.

Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake... Jake...

Me siento como cuando descubrí que me gustaba y no dejaba de pensar


en él.

Mientras más lejos está, más lo deseo.


Ay que maricón.

Tu cállate, Carlos.

—¡Hola! —Dijo alguien antes de quitarme los audífonos de un tirón.

Otra vez no.

—¿Qué quieren? —Le pregunté al grupo de "amigos" que no dejaba de


molestarme.

—¿De verdad le contaste a tu mamita todo lo que hacemos? —Preguntó


Alejandro.

—Yo no dije nada.

—¿Entonces por qué el subdirector habló con nosotros? —Interrogó


Josué.

—No sé, ¿Tal vez es porque me molestan delante de todos? —Dije en un


tono sarcástico.

—No te hagas el loco, Carlos.

—Mira quien habla —Le contesté a Diego —. Ya no jodan. Diego, pásame


los audífonos —Ordené.

—Son bonitos —Dijo —. ¿Cómo los pudiste comprar? Son de Apple, tu no


podrías pagar eso.

—Eso a ti que, ¿Ya me los das? Por favor.

—¿Los robaste?

—Me los regalaron, idiota.


—No te creo —Sonrió burlón —. ¿Quién querría darte algo tan valioso a ti?
No sirves ni para ser un hombre.

En serio quería golpearlo, pero recordé que podían suspenderme.

—Devuélvelos.

—No. Alguien como tú no debería tener esto.

—¿Alguien cómo yo?

—Ya sabes, un inservible enfermo —Contestó Alejandro.

Solo lo miré mal y sin decir nada me acerqué a Diego para quitarle los
audífonos, pero se los pasó a Jorge.

—Tú no te mereces esto —Dijo esté alzando el brazo para que no tome lo
que me pertenecía —. No mereces ni ser llamado hombre.

Todos los de ese grupo rieron a carcajadas, y de un momento a otro mi


hermana apareció por detrás y le quitó los audífonos a mi compañero.

—Para lo único que sirves es para molestar —Le dijo y me devolvió los
audífonos —. Con razón ni tus padres te quisieron.

¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿No qué sus padres estaban de viaje nada más?

Bueno yo tampoco tengo papá...

Mi hermana me tomó del brazo y me sacó de ese grupo.

—Chibolos estúpidos, como si eso a ti te importara.

—Ajá...
No debería importarme.

—No es como que ellos tengan la razón en las webadas que dicen
—Siguió hablando.

¿Pero y si sí la tienen?

—Son un montón de pendejos.

"Ya sabes, un inservible enfermo"

Me acerqué al auto y abrí la puerta, como siempre, me senté en la parte de


atrás.

Mamá estaba hablando por teléfono, al parecer era algo del trabajo.

Cuando cortó saludó a mi hermana con un beso en la cabeza y al


momento de girarse para verme, creo que se dio cuenta de que tuve un
mal día.

—¿Por qué esa cara? —Preguntó.

—Es que... —Valeria estuvo a punto de contar todo.

—Nos dejaron demasiada tarea —Mentí.

—¿Si? Ay no, yo quería salir a comer un postre con ustedes en la tarde.

—Lleva a Valeria, yo tengo mucha tarea por hacer.

—Bueno, pero igual te puedo llevar el postre que quieras a la casa, te


mandaré una foto para que elijas.

—Está bien —Contesté desganado.


Arrancó el auto y mi hermana me dio una mirada algo juzgadora.

No iba a decirle a nada a mamá, no quería meterme en más problemas. Si


reclamaba algo en la escuela, solo lograría que el psicólogo de una charla
que comience por un "la mamá de una persona, no diré nombres me dijo
que..." y en ese instante todos sabrían que fue la mía y me molestarían
más.

Tal vez ese grupito otra vez diría que soy un inservible enfermo, que no me
merezco nada, que no merezco ser llamado hombre...

Tal vez me vuelvan a empujar y tirar al piso.

Tal vez las burlas sigan.

Tal vez no se olviden nunca de mi sexualidad y me molesten con eso


hasta que me gradúe.

Bajé la mirada y fue como si una nube gris me envolviera, las palabras de
mis compañeros no dejaban de repetirse una y otra vez en mi cabeza.
Era como bucle que no podía frenar y cuyo único propósito era hacer que
llore. Lo peor de todo es que lo estaba logrando, pues mis ojos se
volvieron como cristales empañados y sentí una presión en el pecho, que
parecía intentar frenar muchas emociones a punto de estallar.

Cerré los ojos y me arrimé en la ventana del auto, tal vez así pararía todo
el caos que estaba dentro de mí.

El viaje de camino a casa se me hizo eterno y en todo ese tiempo solo


podía pensar en todo lo que había pasado.

—Ya llegamos, hijito, despierta —Dijo mamá pensando que me había


quedado dormido.
Mantuve la mirada baja para que no se diera cuenta de mi estado y salí
con rapidez del auto.
Mamá se quedó en este, pues tenía que ir a trabajar.

—Sírvanse su comida, por favor.

—No tengo hambre —Dije antes de meterme a la casa.

Subí las escaleras casi corriendo y al entrar en mi cuarto fue imposible no


llorar.

El dolor había estado llevado en silencio finalmente estalló en un llanto


desgarrador, así que a los pocos segundos me llevé una mano a la boca
para no hacer mucho ruido.

Sentía como si me estuviera ahogando al no poder liberar toda esa rabia y


tristeza que tenía dentro de mí. Era como intentar gritar dentro de una
pesadilla.

—¡Carl! ¿Seguro que no quieres almorzar? —Preguntó Valeria a lo lejos.

Intenté recuperar el aliento y luego de una respiración entre cortada


contesté.

—No tengo hambre.


Jake

25 semanas- Jueves- clases . . .

¿Mi primo se hizo gay?

Bueno realmente no sé si uno se hace gay o ya es por naturaleza pero,


¿Mi primo es gay?

—¿Qué? —Preguntó él.

No respondí.

¿Cómo podría responderle?

"No nada, es que no sabía que eras homosexual"

Y yo que pensé que yo y mi otro tío éramos los únicos homos de la familia.

—¿Seguro? Te hiciste más pálido de lo que ya estás.

—Es que... —¿Debería preguntar? —. No sé cómo preguntarte.


—Dime, dime.

—Bueno —Me quedé pensando unos momentos —. Taylor... ¿Eres


homosexual?

Eso fue muy directo, Jake.

—No —Respondió —, no creo.

—Ah, es que, la bandera.

—Ah si, es que soy género fluido —Dijo con cierta mirada juzgadora.

—A mira, que lindo.

—Si —Parecía que estaba esperando a que diga algo malo.

—¿Y qué es eso? —Pregunté incrédulo.

Nunca antes había escuchado esas dos palabras.

Generó fluido... generó...fluido... ¿Cómo un género fluye?

No entiendo.

—Me identifico con diferentes géneros, en distintos momentos de mi vida.

—Oh... interesante —Parezco estúpido.

—Ah y mis pronombres son él y ella. Hay personas que se identifican con
"elle", yo no, no más es para que sepas.

Es demasiada información, se me están explotando los circuitos de mi


sistema.

—Ah... okey... bueno... ¿Ahora eres mi tío o mi tía?


Ay creo que dije algo malo...

¿Esa pregunta es ofensiva?

¡Me van a doxear en twitter!

—Tu tío —Dijo dejando escapar una sonrisa —. Aunque varíale y no solo
me trates como él.

Creo que se nota mucho que no sabía nada sobre el tema.

—Bueno, hola tío... primo, es raro decirte tío.

Me adentré aún más en la habitación para sentarme en un sillón inflable


color lila que estaba cerca de la cama.

—No te molesta, ¿Verdad? —Interrogó él... ella... ¿Qué?

—No, para nada. Apoyo a los de la comunidad, soy aliado.

Tan aliado que hasta soy uno de ellos.

Intenté expresarme de la mejor manera. Ya sé que mi padre y abuelos son


de acá y que mi madre sabe inglés, pero yo no nací sabiendo ese idioma
así que me da miedo decir algo incoherente.

—¿Tus padres lo saben? —Pregunté.

—Obvio, ¿De donde crees que salieron todas esas cosas? —Preguntó
señalando una repisa llena de mercancía con los colores del arcoíris —.
Son regalos de papá, los de mi madre están en la habitación que tengo en
su casa.

¿Por qué mi papá no puede ser así?


—A veces es un poco incómodo, una vez mi padre se puso una camiseta
que decía "Amo a mi hijo Queer" fue algo vergonzoso que mis amigos
vieran eso.

¿Vergonzoso? ¡Yo quiero pasar ese tipo de vergüenza!

—Ah... ¿Y... qué hay con tu sexualidad? —Intenté sacar conversación para
no quedarme como un idiota procesando todo.

Género... fluido... género-fluido... géééénero... fluidooo.

—Pues, la verdad, por ahora creo que solo me gustan las chicas. Hasta
tengo novia, va en mi preparatoria.

—Olvidé que acá si tienen preparatoria ¿Cómo se llama? Tu novia.

—Lily, es muuuy linda, es pelirroja y su sonrisa es... preciosa... ella es


preciosa —Sonrió.

—Si que te gusta —Dije en un tono un poco burlón.

—No lo digas con ese tono.

—Perdón.

—¿Nunca te ha pasado algo así? ¿Nunca te ha gustado alguien?

Si... y palabra gustar queda corto.


Carl no solo el chico que me gusta, es el chico que alegra mis días y
cuya felicidad me hace sentir bien, es el chico por el que moriría o
viviría.

—No —Contesté luego de sentir un nudo en mi garganta —, no me ha


pasado.
Las palabras de mi padre resonaron en mi cabeza una y otra vez.

No debía contar nada.

—Pues déjame decirte que es muy lindo.

Y doloroso.

—Y le caigo muy bien a su padre.

El suyo me odia.

—Su mamá me ama.

La suya también me ama.

—Nuestras familias en general se llevan muy bien.

Nuestras familias se odian.

—Que lindo, Tay —Fingí no sentir envidia.

—¿Y cómo va todo en Perú?

Mis padres me odian, no puedo ver a mi novio y creo que ya todos


saben que tengo un novio y no una novia.

—Va muy bien —Intenté sonreír —. No podría estar mejor.

—¿De verdad? He oído que desde dos mil dieciséis hasta ahora ya van
teniendo seis presidentes.

—Ah, si, ahora estamos con Pedro Castillo —Reí recordando la crisis de
mi país.

—¿El del sombrero?


—Ese mismo.

La crisis de Perú está igual que mi estabilidad emocional.

—¿De verdad no quieres quedarte aquí?

Me quiero ir de aquí.

—Tal vez en un futuro —Dije.

Uno muy lejano.

—Ah, cierto —Dijo Taylor y luego se levantó de la cama. —¿Quieres


dormir aquí? —Apuntó a su cama. — ¿O aquí? —Abrió lo que pensé que
era un gran closet, en este había una cama con luces led al rededor.

—A la bestia.

—¿Que?

—Está bonito.

—¿Entonces donde quieres dormir?

—En ese closet, obvio.

En el closet estoy... bueno no tanto.

—Puedes dejar tu ropa en uno de esos cajones, hay como tres que sólo
están para llenar espacio.

—Está bien.

Sin muchas ganas intenté levantarme de la cama, por obvias razones fingí
no que no me dolía tener que moverme.
—Por cierto —Habló Taylor —¿Qué tal todo con Carl?

¡¿Ay qué?!

—¿Qué?...

—¿Siguen siendo amigos? ¿O les gustó la misma chica y se pelearon?

—¿Cómo? ¿Qué?

—Perdón, pero en serio se veían como esa clase de chicos que se


peleaban por la que les gustaba y le dedicaban goles.

—Ah —Solté un suspiro de alivio —. No peleamos ni nada, seguimos


siendo amigos —Sonreí —, buenos amigos... bastante buenos.

—¿Y con Amy? La ultima vez que viniste me dijiste que se habían peleado
porque te dijo que era pansexual.

—Ah... ay si —Taylor todavía piensa que soy así, ¡Se quedó con esa
imagen de mí! —. Ya le pedí perdón, somos amigos de nuevo. Ah y no es
pansexual, es lesbiana.

—Ay, me pasó, creí que era chica trans, luego creí que era cis, luego creí
que era bi, luego creí que era queer, luego volví a creer que era trans y
luego conocí lo que es ser género fluido.

—Ay si, creo que le está pasando lo mismo... ¿Por qué tantos cambios?

—Es normal, solo es autodescubrimiento. Además prefiero eso a


quedarme con la duda.

Ay... ¿Y si me pasa lo mismo que a ellos?


¿Y si no soy bi? ¿Y si soy gay? ¿O pansexual? O... Tal vez no sea
hombre...

¡Ay! ¿Y cómo se supone que debo saber eso?

Bueno si creo que soy hombre... bueno no creo, soy.


Y las mujeres también me gustan...

Define gusto.

¡Cállate!

—¿Estás bien? —Preguntó Taylor.

—¿Eh?

—Te quedaste volando un rato.

—Ah, no, no es nada, estoy bien —Me quedé pensativo por otro momento
—. ¿Tienes tu celular?

—Obvio, ¿Por?

—¿Me lo podrías prestar?

—Claro.

Estuvo a punto de sacar su teléfono y en eso alguien tocó la puerta.

—¿Puedo pasar? —Era mi tío.

—Pasa —Ordenó Tay.

—¿Puedes venir un momento, por favor? —Le preguntó con cierta


seriedad.
—Voy.

—Ah y Jake, aquí está tu maleta —La dejó al lado.

—Gracias.

Salió de la habitación y cerró la puerta.

Me quedé solo en ese enorme cuarto, era el momento perfecto para


explorar. Su cuarto en verdad estaba lleno de cosas y colores.

Me levanté del sillón y lo primero que vi fue su estantería, estaba al lado de


la ventana, tenía objetos en modo gay; un peluche pequeño, una taza que
decía "Be who you are", una banderita que supongo que era la de los
género fluido, unos lápices, collares, lentes y dos funkos, eran dos chicas,
una de ellas tenía cabello corto, marrón y una camiseta lila con blanco y la
otra era rubia, con el cabello color turquesa y casi toda su ropa era negra.
Al lado vi un toca discos, detrás de este había un álbum con una chica
rubia en este.

—Lover —Leí en voz alta lo que decía.

Taylor es fan de Taylor.

Habían muchos posters de películas y series pegadas en su pared y


dibujos hechos a mano.

Como se nota que tenemos gustos diferentes.

No entiendo por qué ponen tanta cosa, yo con tal de tener 5 funkos en mi
repisa estoy bien.

Hasta su piso estaba decorado con una alfombra que parecía tener una
especie de bordado hippie.
Me salí de mis pensamientos cuando abrieron la puerta.

—Volví —Dijo, ya no se le veía tan alegre.

—¿Qué pasó?

—Es que, es que... si.

—Habla.

—Ya no te puedo dar mi celular.

Mierda.

—¿Por qué? —Pregunté intentando mantener una expresión neutral.

—Me dijeron que estás castigado y que no te debo dar mi teléfono, ni mi


laptop, ni mi tablet.

—¡Oh, vamos!

—Perdón, primito —Tenía cara de apenado.

Solté un suspiro e intenté no dejarme llevar por la frustración.

—Está bien —Dije finalmente.

—Lo siento, pero no quiero problemas con mi papá, mucho menos con tu
padre, me da miedito.

—Si, ya somos dos —Subí mi maleta a la cama y comencé a sacar mis


cosas.

—Su vibra hace que me quiera pasar incienso por horas.

—Igual.
No entendí una mierda de lo que dijo, pero creo que se refiere a que mi
padre le desagrada.

Saqué mi ropa de manera brusca y la dejé en la cama casi que tirándola.

En verdad mi padre estaba siendo un completo idiota.

¿Alejarme de todos así como si nada? ¿Prohibirme hablar con mis


amigos? ¡Con Carl!

Es un jodido, es como tener una astilla metida en el pie que solo me causa
problemas y más problemas.

—Oye, pero no golpees mi cama —Dijo Tay y me di cuenta de lo brusco


que estaba siendo.

—Lo siento.

Intenté sacar más ropa, pero en su lugar me frustré más al punto de querer
llorar, así que sin más me tiré en la cama y hundí mi cara en la almohada.

—¿Estás bien? —Interrogó mi primo.

—Si, nada más estoy cansado.

De vivir.

—Entonces descansa, creo saldremos en la noche así que puedes dormir.

—Está bien.

—Si quieres puedo salirme.

—No gracias, así está bien —Intenté ahogarme con esa almohada.
—Bueno, si quieres algo solo dime.

—Está bien —Me acomodé mejor antes de hundir mi rostro de nuevo.

Cerré los ojos con fuerza y los puños, aplastando parte de la almohada,
intenté contener la frustración que amenazaba estallar en cualquier
momento,
¿Por qué esto está pasándome?
Todo estaba yendo tan bien, las cosas estaban yendo tan bien... ¿Por qué
todo tenía que irse a la mismísima mierda?
Primero me sentí horrible cuando descubrí que me gustaba Carl, pero lo
acepté y ahora somos novios... ¡¿Por qué carajos tenía que llegar todo
este desastre?!
¡Cada vez que intento avanzar, cada vez que intento encontrar un poco de
tranquilidad todo se desmorona!
¡Ya sé que no fui la mejor persona en el pasado, pero ya cambié! ¡¿Por
qué lo que sea que guíe mi vida no puede entender eso?!

Las lágrimas amenazaron con salir, al igual que las ganas de gritar por la
rabia.

Me giré un poco hacia la pared para poder respirar mejor y me mordí el


labio para no gritar, pero fue inevitable no dejar que una lágrima saliera.
Esta se desbordó lentamente y sentí algo romperse dentro de mí.
Rápidamente me sequé la lágrima, pero cayó otra y otra y otra...

Necesito que esto pare.


10. El peso del silencio

Jake

25 semanas- Domingo- clases . . .

Ya es mi tercer día aquí.

Sigo sin creer que papá pueda estar tan tranquilo, como si nada hubiese
pasado.
Incluso me habla delante de todos como si nada.

Creo que sabe mi inconformidad, pues cuando me trata bien delante de


todos, me mira de una forma extraña, se le ve feliz, pero sus ojos expresan
otra cosa, como si estuviera tratando de decirme que finja estar bien.

Es frustrante que nadie se dé cuenta de las cosas que hace.

—¿Ya te irás a bañar? —Preguntó Taylor sin quitar la vista de su laptop,


estaba jugando en Roblox con Lily.

—Si creo.
—Okay, después voy yo.

Sacó su teléfono y le tomó foto a la pantalla. Había ganado el primer lugar


en un juego de crear conjuntos de ropa.

Taylor es una persona tan pacífica y tan feliz... yo también quiero eso.
Su vida ahora se me hace tan perfecta que es imposible no envidiarlo.

Miré de reojo como se reía mientras hablaba con su novia, se veía como
un niño cuando le dan un dulce cuando comenzó a dar vueltas en su silla
gamer.

Ese debería ser yo.

Abrí la puerta del baño y me metí a este para tragarme las ganas de
contarle todo a Tay.

Su baño es bastante grande, además tiene un Jacuzzi y velas aromáticas.


Me comentó que su momento del baño es su parte favorita del día y ya veo
por qué.

Yo no uso el Jacuzzi, solo me doy una ducha rápida, como ahora.

Siento que si me tardo mucho, voy a sobre pensar las cosas y acabaré
llorando como en mi primera noche aquí.

Aunque eso no quita el hecho de que me guste estar encerrado en ese


baño, es como estar alejado de todos mis problemas por un momento.

Salí de la ducha y me puse mi pijama de la cadera para abajo, antes de


ponerme el polo, saqué la crema que papá me compró ayer.

Me miré en el espejo unos momentos, los moretones resaltaban bastante


en mi piel y más ahora que está un poco pálida.
Con mucho cuidado me puse la crema en los hematomas que aún no
desaparecían.

Empecé con el que tenía por la clavícula, me mordí el labio apenas y mis
dedos hicieron contacto con mi piel, no debía hacer ruido. Seguí con el que
tenía en la costilla y luego bajé hasta la cadera.
Después me di media vuelta para poder ver mi espalda, tenía como cinco
moretones en esta así que fui rápido al aplicarme la crema para que no me
doliera tanto.

Aunque creo que fue mala idea, pues me dolió aún más, y al intentar no
gritar, acabé con el labio lastimado, de nuevo.

Dejé la crema a un lado y me mojé la boca para sacar el sabor a sangre


que tenía en esta. No me había mordido tan fuerte, pero si varias veces al
rededor de estos días, así que mis labios ya estaban sensibles.

Me miré en el espejo por un momento, no solo aprecié mi boca partida con


cierta sangre, también vi que estaba ojeroso y con una mirada perdida.
Eso era un recordatorio de como la felicidad que tenía había desaparecido.

¿Hasta donde llegará todo esto?

Antes de comenzar a llorar decidí tratar de ignorarlo.

Iba a cepillarme los dientes, busqué la pasta dental, pero no la encontré.

—¡Tay! —Hablé en voz alta.

—¡Dímelo!

—¿La pasta?

—Detrás del espejo, solo ábrelo.


—Ah... ¡Bueno, gracias!

No sabía que su espejo era una especie de puerta para las demás cosas.

Al abrirlo me llevé con la sorpresa de ver varios frascos que contenían


pastillas.

—¿Y en dónde chucha está la pasta? —Dije en voz baja —. Ah acá está
—La saqué y cerré la puerta.

Al cepillarme fui rápido, me ardía el labio hasta si me los relamía.

Me puse mi camiseta y antes de salir del baño solté un suspiro para


intentar poner mi expresión más neutral, o bueno, la menos triste.

—¿A qué hora dijo tu papá que cenaríamos? —Pregunté.

—Como en menos de una hora —Siguió, se quedó pensando y observó la


hora en su laptop —. ¡En 15 minutos! —Se levantó asustado de su silla.

Con que la impuntualidad es de familia.

—Lily, mi amor, te hablo después —Dijo y luego de unos segundos se sacó


los auriculares.

—Lily, mi amor —Imité.

—Tú cállate, por eso no tienes novia.

Sonreí sabiendo cuál era la razón por la que no tenía novia.

Mierda, ya pensé en Carl de nuevo.

Taylor corrió de un lado a otro buscando su toalla y su ropa para dormir.


—¿Por qué te apuras tanto si cenaremos aquí? —Pregunté.

—Papá odia que lo deje esperando al momento de comer y peor si hay


visitas —Dicho esto se metió al baño.

Sonreí burlón mientras me secaba el cabello con la toalla.

La dejé tendida al lado y fue cuando escuché el sonido de una notificación.


Taylor había dejado su laptop encendida...

Laptop encendida... laptop encendida... ¡Muévete!

No debería tomarla sin permiso.

Vas a poder hablarle a Carl.

Tal vez me haga muchas preguntas si me descubre.

No debes decirle nada.

Vas a poder ver si puedes mandarle un mensaje a Carl.

—Te odio —Susurré.

No era para mí, era para mi papá.

Me acerqué a esa laptop y no lo pensé dos veces antes de meterme a


safari para buscar "Instagram".

No sabía cuánto tiempo tardaría Taylor así que debía ser rápido.

Al entrar a Instagram vi que si tenía una cuenta registrada.

Mierda.
Si me salía no podría registrarme de nuevo, pues no sé su contraseña y tal
vez se daría cuenta.

Además, soy tan estúpido como para recordar mis contraseñas pues a
todas las tenía guardadas en la nube.

Ahora si que me odio.

Piensa... piensa... piensa...

¡Ni si quiera sé el número de Carl!

Piensa... piensa... piensa

¡Ya sé!

Busqué el perfil de Carl, iba a escribirle desde ahí.

La ducha dejó de sonar.

¡Apúrate!

"No se encontraron resultados"

¡¿Qué?!

¡Ese es su nombre de usuario!

Busqué el perfil de Amelia para ver si podía buscarlo entre las personas a
las que ella seguía.

Al entrar a este busqué su nombre de usuario.

"No se encontró nombre de usuario"

Me metí a mi perfil y busqué una foto en la que Carl hubiese comentado.


No encontré ni un solo comentario y eso que el si me había dejado varios.

—Carl no hagas esto ahora —Intenté seguir buscando pero escuché como
abrían la puerta.

Salí de Instagram y rápidamente me tiré en el sillón inflable.

—¿Papá llamó? —Preguntó Taylor secando su cabello.

—No, aún no.

—Estoy a tiempo entonces —Se acercó a su laptop y la cerró.

Mi oportunidad de hablarle se fue.

—¿No quieres unas pantuflas? —Preguntó viendo mis pies.

—¿Tienes más?

—Si, te presto una si quieres.

Las pantuflas que lleva puestas ahora son de delfines... pues, ya que.

—Si, por favor.

Se acercó a un cajón y al abrirlo se podía apreciar muchas pantuflas muy


esponjosas de distintos colores y formas.

—¿Cuál quieres?

La mayoría eran azules.

—Cualquiera.

Como se nota que le gusta el azul, hasta sus brackets son azules.
—Bueno toma —Sacó unos de Elsa y me los tiró en la cara.

—Oe, ¡Mi hermoso y perfecto rostro! —Dije en voz alta fingiendo


indignación.

—Tú sí que no cambias —Dijo burlón.

—Envidioso —Sonreí y me puse las pantuflas.

El envidioso soy yo.

Taylor abrió la puerta y me hizo una seña para salir.

—Oye, ¿Quieres salir mañana? —Preguntó mientras bajábamos las


escaleras.

—¿Para?

—¿Para qué conozcas la residencia? La última vez que viniste no te pude


ni mostrar bien mi casa. Además, quiero que conozcas a mis amigos.

—¿A los que viven por aquí? ¿O a los de tu escuela?

—A los que viven por aquí.

—Está bien —Dije sin muchos ánimos.

—Lily también vendrá —Avisó antes de caminar hacia el comedor.

Al llegar a este vi a la sirvienta acomodar los vasos y cubiertos.

—Buenas noches, jóvenes —Saludó de manera muy formal.

—¿Qué hay de comer, Char? —Preguntó Taylor muy animado.

—Espaguetis con albóndigas —Respondió ella muy amablemente.


—¿Tu primo come carne? —Preguntó.

Su acento era diferente al americano, así que me costó traducirlo en mi


mente.

—No sé, Jake ¿Comes carne?

—Si, ¿Tú no?

—No.

Taylor y Amelia se llevarían bien.

—Hola, Tay —La voz de mi padre resonó por todo el comedor.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentirlo detrás de mí, y la cosa empeoró


cuando puso su mano en mi hombro.

—Buenas noches —Me dijo con una mirada algo intimidante.

—Buenas noches —Desvíe la mirada y me acerqué a la mesa para no


tenerlo tan cerca.

Al sentarme, el padre de Taylor entró al comedor con una bolsa de papel


en brazos.

—Hola, hola —Saludó animado y le pasó la bolsa a la sirvienta —Traje


pan, ¿Podrías ponerle mantequilla? —Le preguntó.

Ella aceptó y se lo llevó. Apenas y se alejó, cuando mi tío se giró y Taylor


se aventó para darle un abrazo.

—Hola, cariño —Dijo él, mientras lo abrazaba le iba dejando besitos en la


cabeza.
Ambos se veían felices al poder verse y darse muestras de afecto.

Eso es raro... o eso creo.

—¿Cómo te fue hoy? —Preguntó Taylor, se separó de mi tío y ambos se


acercaron a la mesa.

—Bastante bien —Sonrió —¿Y a ustedes qué tal les fue?

—A mí bien, estuve jugando con Lily.

Estuve a punto de preguntar por qué no fue a la escuela, pero recordé que
acá ya están en sus vacaciones de verano.

—¿Vendrá mañana no? —Preguntó.

—Si, Jake ya la va a conocer, ah y le daré un tour por la residencia.

La empleada llegó con dos platos en la mano, uno se lo dio a mi padre,


quien se había sentado en la silla del frente, y el otro me lo dio a mí.

—¿Tienes novia? —Preguntó mi padre.

—Sip.

—Ah mira, que lindo Taylor —Dijo para después mirarme directamente a
los ojos —. Aprende —Susurró.

Puse una falsa sonrisa. Ya me estaba arruinando la cena.

—Buenas noches —Dijo mi hermano bostezando, entró al comedor con los


ojos cansados, cabello despeinado y con la ropa mal acomodada.

Se nota que estuvo durmiendo.


—Hola, hijito —Dijo mi tío viendo como mi hermano se sentaba en la
mesa.

Ian solo saludó con la mano para después apoyar su mentón sobre esta
sin muchos ánimos.

La empleada, que creo que se llama Char, apareció con otros platos y los
dejó sobre la mesa. Eran para mi tío y Taylor, aunque el plato de Tay no
tenía albóndigas.

—¿No te gustan las albóndigas? —Pregunté.

—Soy vegetariano —Respondió antes de llevarse un bocado a la boca —.


¿Algún problema? —Preguntó con la misma mirada juzgadora que me
había dado cuando me dijo que era género fluido.

—No, no —Respondí de inmediato.

Su rostro cambió, ahora se le veía igual de inofensivo que siempre.

¿Por qué me mira así cada que me dice algo sobre él?
¿Acaso yo soy el problema?
Tal vez piensa que sigo siendo igual que mi yo de hace 3 años.

Comencé a comer y Char le trajo su comida a mi hermano, esta estaba


servida en un plato de plástico.

—¿Y cómo te va en la escuela? —Me preguntó mi tío.

—Bien —Respondí intentando no sonar cortante.

No quería que después me sacara mucha información.

—¿Ya tienes novia? —Preguntó Taylor burlón.


—¿O novio? —Agregó su padre —. Digo, no es necesario, solo pregunto.

—O los dos.

—Taylor.

—¿Qué? Puede ser poliamoroso.

Elevé las comisuras de los labios, estuve a punto de sonreír, pero vi a


papá, este me estaba observando de mala manera, su mirada era
amenazante, como si supiera que diría algo demasiado revelador.

—No —Contesté —. No tengo pareja —Respondí sin apartar la mirada a


mi padre.

—Que novedad —Dijo Taylor.

—Taylor —Habló mi tío.

—Perdón.

Sonreí ante la situación y seguí comiendo, es mejor comer y quedarse


callado a responder algo malo.

—Oye, papá —Dijo mi hermano.

—Dime.

—¿Cuándo volveremos a ver a mamá? —Preguntó.

Creo que mis tíos entendieron lo que dijo, pues los invadió el silencio y el
ambiente se volvió algo tenso.

—No sé, ya come —Respondió cortante.


—Pero ya quiero verla.

Vi que mis tíos presentaban mucha atención a la charla.

—¿Cuándo regresas a la escuela? —Le pregunté a Taylor, quería


distraerlos.

—En septiembre —Respondió.

Estuve a punto de preguntar otra cosa, pero se escucharon sollozos.

Ay no.

Dirigí la mirada hacia el asiento de mi hermano, este ya tenía los ojos rojos
y muchas lágrimas saliendo de estos.

—Ian, ya basta —Ordenó papá.

Creo que empeoró aún más la situación, ya que sus lágrimas se


intensificaron, cada sollozo resonaba con más fuerza, como si hubiera
contenido ese llanto durante mucho tiempo y finalmente encontrara el
desahogo.

Se retiró de la mesa sin decir nada y sin pensarlo dos veces fui tras él.

—Disculpen —Dije antes de salirme del comedor.

Ian se fue a su habitación, estuvo a punto de cerrar la puerta, pero se dio


cuenta de que estaba detrás de él. Solo me miró por unos momentos en
completo silencio, acto seguido se lanzó hacia mí para darme un abrazo
bastante fuerte.

—Quiero ver a mamá —Dijo en llanto.


Me estrechó en sus brazos con mayor fuerza y quedé casi paralizado ante
la situación

¿Qué debía hacer?

Nunca he sido bueno para consolar a las personas, mucho menos a mi


hermano.

¿Qué se supone que le diga? No puedo mentirle así nada más y decirle
que mamá aparecerá por la puerta en cualquier momento, creo que hasta
él sabe la razón por la que se fue.

—¿Por qué tuvo que irse? —Preguntó.

—No lo sé —Mentí. No iba a decirle que su madre se fue por mi culpa.

—¿Ella ya no nos quiere?

—No digas eso —Lo aparté y me puse de rodillas para poder verlo
directamente a los ojos —. Claro que te quiere, ella daría la vida por ti.

—¿Entonces por qué se fue? —Las lágrimas parecían ser imposibles de


parar.

—Porque... —Mierda —, porque...

—No nos quiere.

—¡Si te quiere! Te quiere muchísimo —Me quedé en silencio unos


momentos —. Mira, a veces las personas que nos quieren, no pueden
quedarse.

—Mamá si podía, podía llevarnos con ella.


—Bueno, dijo que volvería, pero papá nos trajo aquí, así que... —Dios creo
que solo lo estoy empeorando —. Mamá tuvo que firmar un documento de
autorización y si lo hizo fue por algo.

Ni puta idea de si se necesita autorización, pero es lo mejor que se me


ocurrió.

—¿Crees que ella quiso que viniéramos aquí?

—Si —Dije intentando no hacer quedar mal a mis padres.

—¿Por qué?

—Tal vez quería que nos distrajéramos un rato. Que tuviéramos unas
pequeñas vacaciones.

—Estas vacaciones no me gustan.

—Intenta mirar el lado bueno. No irás a la escuela y estoy seguro de que


saldremos a pasear a muchos lugares. Recuerda que aquí es verano.

Mi hermano solo agachó la cabeza, otra lágrima cayó, así que pasé mi
mano por su rostro para limpiarla.

—¿Volveremos a Perú, verdad?

—Si —Dije de inmediato —. Vamos a volver y todo será como antes.

—Está bien —Su rostro solo expresaba derrota.

—Ya quita esa cara —Le di una caricia en el rostro.

Se quedó callado y me miró con ojos bastante tristes.

—¿De verdad todo volverá a ser como antes? —Preguntó.


En verdad odio tener que mentirle a mi hermano.

—Si —Respondí.
11. ¿Te gusta?

Carl

25 semanas- Lunes- clases . . .

El corazón me latía muy rápido y las manos me sudaban, los pasos que
daba eran cada vez más rápidos y sentía una gran punzada en el pecho.
No era la primera vez que eso pasaba, pero cuando estas siendo
perseguido por unos imbéciles que solo saben molestar, la cosa cambia.

Los mismos compañeros de siempre me estaban siguiendo desde ya hace


un buen rato, no sé qué es lo que quieren, pero espero que solo sea cosa
de mi mente y que realmente no me están acosando.

Aumenté la velocidad de mis pasos y ellos también.

Mierda, creo que si me están siguiendo.


Ingresé rápidamente a los baños y me apresuré a entrar en uno de los
sanitarios; sin embargo, en ese preciso instante, alguien golpeó la puerta
desde el exterior.

—¡¿En serio creíste que no nos enteraríamos?! —Habló Diego en voz alta.

—¿De qué hablas?

—¡Te dijimos que no dijeras nada y lo primero qué haces es ir a llorar a la


falda de tu mami!

—¡Yo no dije nada! Además no es mi culpa que mi mamá si me quiera


—Dije lo último casi en un susurro.

Fue mala idea, pues volvió a golpear la puerta con fuerza.

—¡Ya vas a ver lo que te haré cuando abras esa puerta pedazo de imbécil!

—¡Ay, ya! Si no fueran 4 ya te habría dejado en el hospital —Respondí


intentando no gritar.

Me resulta fácil defenderme, cuando se trata solo de una persona, pero


cuando son cuatro, ni con patadas podría.

—¿Por qué sigues defendiéndote? —Esta vez habló Josue —. Todos


sabemos que el que pierde serás tú. Si nos metemos en problemas
nosotros saldremos ganando y tú no porque... ya sabes —Dijo en un tono
pacífico.

—No, no sé.

—¡Pues porque eres gay! —Gritó uno.

—Tu cállate a ti nadie te está hablando.


—Sabes que tengo razón, nadie que realmente importe se pone de tu lado,
ni siquiera tu padre fue capaz de quedarse.

Auch.

Abrí un poco la boca para decir algo, pero no salió ni una palabra.

—Dime algo, ¿En verdad te gusta ser gay? O sea, ¿En serio te gusta tener
que aguantar el rechazo de todos? ¿Te gusta que todos te miren raro? ¿Te
gusta ver como los demás piensan que eres un enfermo?

Me quedé en total silencio, pero en mi mente todas las respuestas eran no,
no y no.

—Muévete, yo sé abrir estas puertas —Dijo Alejandro.

Apenas y dijo esto, la puerta comenzó a moverse de manera brusca.

Mierda, mierda.

Intenté buscar una forma de salir, no podía arrastrarme por el piso, el


espacio era muy angosto para mí.
Además, si me paso a otro baño, de todas formas me agarrarían, así que
trepar tampoco es una opción.

Siguieron moviendo la puerta y vi como el cerrojo se comenzaba a salir.

—Escuela de mierda, para esto pagan tanto —Susurré.

No pasaron ni cinco segundos, cuando la puerta se abrió y de un momento


a otro, todos estaban encima de mí.
Esto probablemente es una de las cosas más asquerosas que haré en mi
vida, eso espero.

¿Esos hijos de puta no podían buscar otra forma de molestar?

Me puse de rodillas para poder mirar mejor hacia el sanitario, tenía que
hacer esto rápido o me sentiría aún más asqueado.

Metí la mano y sentí el agua llegar hasta mi muñeca, tomé mi celular y lo


saqué, ocasionando que salpique un poco de agua con orina en mi
camisa.

En serio, en estos momentos quisiera que alguien me tire un disparo.

Mis estúpidos, ignorantes, conchudos, igualados, cabrones, imbéciles,


cojudos e hijos de su puta madre de mis compañeros me agarraron para
ver como tiraban mi celular en un baño con orina de un desconocido.

Lo bueno, o malo de esto, es que terminé pateando a uno y a otros los


hice chocar contra la pared por el impulso.

Me sentí mal, así que les pedí perdón al instante.

Aunque ahora que lo pienso, fue algo estúpido pedirles perdón.

Ojalá les haya dolido.

Me acerqué al caño y mojé más mi teléfono, era eso o que se quede con
los líquidos de alguien más.

Lo dejé a un lado y me puse jabón en las manos, me puse tanto que se


expandió hasta casi llegar a mis codos.
Froté y froté para que todo esa asquerosidad saliera.

Tenía tanta rabia que por un segundo mis ojos comenzaron a


humedecerse, eso casi me lleva a un llanto probablemente incontrolable,
pero alguien abrió la puerta.

—No soy cojudo, lo juro —Le dije a Marco al notar que se quedó viendo mi
celular mojado.

—¿Entonces por qué... —Se quedó pensativo —¿Fueron tus compañeros?


—Interrogó.

Por su tono de voz, podía notarse que estaba casi seguro que mi
respuesta sería un sí.

—¿Cómo sabes?

Paul se asomó para ver la vergonzosa escena.

—Los vimos saliendo, Alejandro, Josué y Jorge estaban con cara de


adoloridos —Respondió este.

—¿Te golpearon? —Preguntó Marco.

—No, pero tiraron mi celular a un baño con orina —Dije fingiendo una
sonrisa.

Paul entró y se acercó a mi teléfono.

—Mételo en arroz y ya está fresco.

—Eso espero.

—Y a ellos mételes un golpe —Agregó.


—¿Quiénes dijiste que eran? —Marco seguía con sus preguntas.

—Diego, Jorge, Alejandro y Josué.

—Okey.

Paul cogió mi teléfono y comenzó a envolverlo en papel.

—¿Quieres comer con nosotros? —Preguntó.

No sabía que responder.

—No creo que tengas a alguien más con quien comer ¿O si?

—Que cagón.

—Gracias.

Tomé mi celular y los tres salimos de baño.


Estaba un poco enojado al ver que Paul si tenía razón en lo que decía, al
igual que con Josué y los chicos de internet.

Últimamente todos tienen razón al suponer cosas malas de mí.

—Un momento —Frené y me acerqué a Amelia, quien estaba en la fila de


espera para llenar su botella con agua —¿Todavía tienes mi dinero
verdad? —Pregunté con dudas.

—Toma —Me devolvió la plata que le había dado.

—Gracias —Sonreí y regresé con Paul y Marco.

Ambos estaban igual de confundidos.

—¿Le diste tu plata a Amelia? —Preguntó Marco.


—Si.

—¿Cómo por?

—Si la dejo en mi mochila, me la roban, ya sabes quienes —Comencé a


caminar hacia la bodega.

—¿Y si te la quedas tú?

—Me vacían los bolsillos.

—Que pendejos.

—Ya sé.

—Y tú también, pedazo de pisado —Paul siempre tan directo.

—Ya sé...

—Deberías poner un paro —Y Marco tan obvio...

—¿Cómo no lo había pensado? —Respondí de la manera más sarcástica


posible, y con algo de enojo —. Ya ni tengo cuenta de Instagram, la
suspendí.

—¿Por?

—Porque unos compañeros y unos imbéciles desconocidos no dejan de


mandarme mensajes ofensivos.

—¿Por qué no los bloqueas?

—Tienen como mil cuentas, ya parecen fans.

—¿Y tus otros amigos?


—No tiene —Respondió Paul.

—Cagón —Dije —. Solo tengo cuatro, Ester, Amelia, Paul y tú.

—¿Y los demás?

—También tengo unas supuestas mejores amigas que se pusieron ese


título de la noche a la mañana y que les gusta usarme como su muñeco.

Me llega que estos últimos días solo me hablan para charlar de maquillaje,
chismes, chicos y cosas que la verdad no me interesan.

—Y no tengo más amigos hombres, todos me miran raro y me tratan


diferente.

Llegamos a la bodega y no habían muchas personas.

—Un sándwich de pollo por favor —Pedí y al instante me lo dieron.

A Marco le dieron una rebana de keke de chocolate y a Paul un refresco.

—Todos ahora están de cagones —Hablé con frustración.

—No me sorprende, gran parte de mis amigos se pusieron así de jodidos


cuando salí del closet —Dijo Marco.

—¿Qué?

—Me trataron igual, salí del closet diciendo que era gay, pero en realidad
soy pansexual, solo que no sabía.

—¿No que tu papá era pansexual?

—Larga historia que se resume en un "entré en pánico"


—Oh...

¿Cómo no lo pensé antes?


Tiene más sentido.

—¿Y cómo es que ahora todos te tratan bien?

—Porque pasó el tiempo e intenté olvidarlo, además, hice nuevos amigos,


eso es lo que tú deberías hacer.

—¿Olvidar?

—Hacer nuevos amigos oe —Paul me dio un pequeño golpe en la cabeza


luego de decir eso.

—No, gracias.

—¿Por?

—Tal vez me topo con otros cagones que se desaparecen igual que mi
papá —Bromeé, pero no les dio risa.

—¿Está bien...? Pero si quieres, aunque sea distraerte, Paul y yo iremos a


una fiesta mañana, como el viernes habrá asueto y no tendremos clases el
día siguiente, es el momento perfecto para salir.

—¿Fiesta en donde?

—Un grupo de chicos de otras escuelas alquilaron una casa en el que


habrá un tono en la que podrá entrar cualquier persona, obviamente
pagando entrada.

—¿Cuánto? —Pregunté interesado.

—Veinte soles, ¿Quieres venir?


—No sé si mi mamá me dejará ir, no es como que sea tan permisiva con
todo.

—¿Te deja hacer pijamadas?

—Si.

—Ya está pues, ya tienes permiso.

Mi cara de confusión hizo que Paul me vea burlón.

—A veces me pregunto si eres o te haces —Dijo —. Escúchame oe


huevon, le preguntas a tu mamá si es que puedes ir a dormir a casa de
Marco, si te dice que si pues ya tienes permiso porque de la casa de
Marco nos iremos a esa fiesta, su papá nos va a llevar.

—Oh...

Nunca había hecho eso.

—¿Y? ¿Quieres o no? —Preguntó.

Si me voy a esa fiesta le estaría fallando a la confianza que tengo con mi


mamá... si no voy, me quedaré deprimido en mi cuarto...

No puedo traicionar la confianza de mi madre así...

—Ya, ¿Por dónde se paga?

—Podrías darme a mí los veinte soles y yo se los doy a uno de los


organizadores —Respondió Marco.

—Okey, ¿A qué hora debo estar en tu casa?

—Si quieres, saliendo del colegio te vienes conmigo y Paul.


—Okey.

—Mañana se tonea —Dijo Paul alegre.

Sonreí fingiendo que no me daba miedo saber que mi madre podría


descubrirme.

Ojalá no se enoje tanto... que bueno que no sigue siendo igual de cristiana
intensa como antes de conocer a esa tal Jennifer, si no ahora ni podría
tener novio.

Ay Dios ayúdame.

Últimamente mi situación en casa se ha vuelto un poco extraña.


Ya casi no hablo, apenas y digo buenos días, adiós, si, gracias, por favor y
buenas noches. Parezco un bebé aprendiendo a hablar.

—Oye, ma' —Dije jugando con mi comida.

—Dime, mi amor —Respondió al instante.

Creo que hasta ella se sorprendió.

—¿Crees que mañana pueda salir?

—¿A dónde?

—A una pijamada, en la casa de Marco.


—¿Quién era Marco?

—El compañero de Valeria, él alto, con rulos y lentes de Harry Potter.

—Ah... ya, ya ¿Quienes estarán?

—Paul y él.

—Está bien, puedes ir.

—¿Si?

—Si.

Me sonrió y me dio una caricia en el cabello.

—Que bueno que ya estás saliendo, de nuevo —Dijo.

Asentí y volví a bajar la mirada.

—¿Val, tu también irás a una pijamada no? —Le preguntó a mi hermana.

—Si, si —Respondió ella.

Mi hermana me dio una mirada cómplice.

—Ya acabé, gracias —Dijo, se levantó con su plato en manos y se fue a la


cocina.

—Yo también, gracias —Hice lo mismo.

No había terminado de comer, ni siquiera había pasado de los cinco


bocados.

—¿Vas a ir? —Preguntamos mi hermana y yo al mismo tiempo —. Si


—Respondimos perfectamente sincronizados.
—Iré con mis amigas.

—¿A qué hora comienza?

—Ocho de la noche.

—¿Hasta qué hora piensas quedarte?

—Hasta donde dure, ¿Tú por qué vas a ir?

—¿Porque quiero?

—No tienes la edad.

—Eres un año mayor que yo, mongola.

—Yo soy yo pe, no quiero que tú te malees.

—Yo hago lo que quiero.

—¿Qué sigue? ¿Qué publiques fotos mientras vapeas con Bad Bunny de
fondo?

—Ay si, que graciosa —Dije con sarcasmo.

—¿Ya van a lavar su plato? —Mi hermana y yo casi sáltanos del susto.

Mamá a veces es muy silenciosa.

—Si, si —Dije y le quite su plato a mi hermana para lavar el de ambos.

Así que mañana tendré una fiesta e iré con mi hermana... ojalá no esté
como niñera detrás de mí.
Jake

25 semanas- Lunes- clases . . .

Quiero un papá.

Uno de verdad.

Ver a mi tío darle todo el amor del mundo a Taylor es algo que me llena de
envidia.
No me gusta ser envidioso, me gusta que me envidien, pero no puedo
evitarlo al verlos juntos, justo como ahora.

Taylor está haciendo el desayuno con su papá mientras bromean y se


molestan entre ellos. Al parecer, tienen una sirvienta que puede hacer lo
que ellos quieran, pero hoy simplemente querían pasar el rato juntos, así
que tengo que verlos cocinar desde el mueble de la sala mientras le doy
caricias a Peter.

Incluso mi hermano, quien estaba viendo la tele en, no podía dejar de


obsérvalos de re ojo.
¿Por qué mi papá no puede ser como mi tío? ¿Por qué nunca cocinamos
juntos? Digo, ninguno de los dos sabe cocinar, pero podríamos hacer otras
cosas, o simplemente quemar la cocina juntos.

Aunque la verdad, ya ni ganas de tener a mi padre cerca.

—¿Tú que dices? ¿Papá es bueno o malo? —Le pregunté a mi perro.

Tomé sus patitas delanteras y lo puse en dos patas.

—Es una caca —Respondí con la voz aguda, como si fuera de mi perro —.
Ay, Peter, no seas grosero, ¿Acaso tu hermana te enseñó eso?

—Jake está hablando con el perro —Dijo mi tío en voz baja, de todas
formas lo escuché.

—Si, la esquizofrenia viene de familia.

—¡Escuché eso! —Dije en voz alta.

Mis tíos se giraron algo asustados.

—¿Quieres cocinar con nosotros? —Preguntó Taylor intentando cambiar


de tema.

Hice como si lo pensará y me tardé unos segundos en contestar.

—No, gracias —Respondí fingiendo que no quería ir.

Acaricié a Peter en la cabeza, este estaba igual de quieto que siempre.

A veces pienso que mi perro tiene depresión.

—¡Jake! —Taylor llamó mi atención.


—Dime.

—Luego de desayunar salimos.

—Está bien.

No quiero salir.

Ya se me fueron las ganas.

Solo quiero ir a encerrarme en el cuarto que separó mi tío, hacerme bolita


junto con Peter y ponerme a llorar.

Vi de re ojo como mis tíos se reían y pasaban tiempo de padre e hijo.

Creo que me gusta torturarme.

Intenté no ver mucho la escena, aparté la mirada y me concentré en jugar


con Peter.
Así estuve un buen tiempo, me sirvió para hacer que mi perro juegue un
poco y que no parezca que se quiere morir.

Pasaron los minutos y hasta yo recuperé un poco los ánimos.

—Ya está la comida —Dijo mi tío-abuelo.

—Voy —Me levanté y me senté en la mesa, al igual que Ian.

En la mesa habían panqueques en un plato, al lado estaba otro con fruta


picada, también había crema, manjar y mermelada de fresa.

Luego de ver todo eso mi tío apareció con otro plato con tostadas y Taylor
con una caja de jugo de naranja.
Típico de gente del primer mundo, en mi zona me daban caldo con una
pata de gallina.

Mis tíos se sentaron y comenzaron a poner lo que querían en sus platos.

—¿Y mi papá? —Preguntó mi hermano.

—Salió —Respondió mi tío.

—¿A dónde?

—Se fue a hacer unas cosas en el banco —Respondió y se llevó un


pedazo de fresa a la boca.

Eso no es cierto, papá no llegó anoche.

—Okey —Dijo mi hermano y comenzó a servirse.

A veces me da pena ver como la gente le miente a mi hermano, aunque


me pregunto si es que él realmente no sabe nada. Quiero decir, es un niño,
no un idiota.

—¿Cómo son tus amigos? —Le pregunté a Taylor para intentar distraerme.

—No son como yo, o sea si, pero no. Ya los vas a conocer.

Asentí y seguí comiendo.


No hablé mucho después de eso, así que volví a perderme en mis
pensamientos negativos.
Esta mierda es como un bucle del cual solo puedo salir si hago otras
cosas.

—Ya terminé —Dije luego de un buen rato.

—Alístate y nos vamos.


—Está bien.

Me levanté de la mesa y recogí mi plato.

—Gracias, estuvo rico.

—Deja tu plato ahí, yo ya los llevo —Dijo mi tío —. Vayan a alistarse.

—Okey.

Esperaba que dijera eso.

Taylor y yo salimos del comedor y nos dirigimos a su cuarto, ambos


seguíamos en pijama así que nos teníamos que cambiar.

Yo me terminé yendo al baño para cambiarme, me puse lo primero que


encontré en mi maleta, unos bermuda beige y una camiseta blanca de
chanel.

Y mis zapatos solo fueron unas zapatillas Nike blancas bastante básicas.

—Ya estoy —Dije saliendo.

—Ay y yo me sigo haciendo el cuidado de la piel —Respondió Taylor y


comenzó a apurarse.

Lo bueno es que ya se había cambiado, traía puesto un polo holgado con


rayas amarillas y azules, un pantalón negro y unas converse.

—¿Tienes cosas para cuidarte la piel? —Pregunté.

—Pues si.

—Yo apenas y me lavo la cara.


—Se nota —Contestó cortante.

Me acerqué para ver mejor todas las cremas que tenía.

Había hasta un labial de Dior.

—¿Usas maquillaje?

—Solo labial.

—¿Eso no es para mujeres?

Creo que dije algo malo, pues mi primo se giró a verme con cara de pocos
amigos.

—No —Dijo.

—¿Y para qué lo usas?

—Para no verme como tú.

—Ja, ja, que gracioso —Dije con sarcasmo. —¿Qué es esto? —Tomé un
frasco, al abrirlo vi que tenía unas tiras de algo que parecían ser de goma,
estas estaban en un agua medio extraña.

—Son parches de ojos. Úsalos si quieres.

¿Eso no es lo que usan las chicas?

—Son frescos e hidratan —Agregó —. Se ponen abajo del ojo, no encima.

—¿Okey? —Tomé uno, estaba helado.

Me lo puse en donde me indicó y llegué al cielo.

—A la bestia —Expresé.
Taylor solo sonrió y se puso ese labial de Dior.

—Ya estoy.

—¿Me puedo quedar con estas cosas hasta que aparezcan tus amigos?
—Pregunté masajeando con mis dedos.

—Si quieres.

Ambos salimos del cuarto y al pasar por la cocina vi a mi tío junto con mi
hermano.

—Jake, iré al parque con tu hermano —Dijo bajando la voz —. Ya sabes,


para que se distraiga.

—Oh, si, si, está bien.

—Lindos parches —Dijo burlón.

—Primera vez.

Mi primo y yo salimos de la casa, el clima estaba fresco y la calle bastante


tranquila.
Había sol, el cielo estaba despejado y la vista era linda por las casas, o
más bien, por las mansiones que habían al rededor.

—¿A donde vamos exactamente? —Pregunté.

—Al parque, y no te preocupes, acá es seguro.

—Si, ya me di cuenta.

No me van a asaltar dos tipos en una moto lineal.

—¿Cómo es Lily? En personalidad.


—Ya la vas a ver, aunque llegará un poco tarde, pero igual la vas a ver.

—¿Cómo se hicieron novios?

—Es una historia un poco extraña.

—¿Por qué?

—Me robé su mochila.

—¿Qué?

—O sea, no fue tanto así, es que ella y yo llevábamos el mismo tipo de


mochila y un día ambos estábamos sentados en el pasillo, al momento de
irme, agarré su mochila pensando que era la mía y al llegar a mi casa la
tiré y algo sonó muuuy fuerte.

—¿Los libros?

—Su laptop, rompí su laptop.

—Mientras más avanzas se pone peor.

—A la mañana siguiente la busqué y cuando le dije lo qué pasó se enojó


mucho.

—¿Y..?

¿Cómo eso los llevó a ser novios?

—Me miró mal hasta que le compré una laptop nueva. Después de eso
pensé que el asunto había quedado ahí, pero luego de un tiempo estaba
en la cafetería y derribé mi gaseosa... en su laptop.

—Oye que cojudo eres —Dije en español.


—Si hablo español —Respondió.

Verga...

—Ah... ya ¿Y qué más?

—Bueno volvió a enojarse, pero también se rió por que no era la primera
vez así que tuve que comprarle otra laptop, solo que esta vez le dije que
me acompañe para que escoja cuál. Le terminé comprando una Mac,
estaba barato. En fin, nos hicimos amigos y el resto, pues ya sabes.

—¿Volviste a malograr su laptop?

—No... por ahora no.

Ambos reímos, tanto que por un momento estuve a punto de decirle "Con
mi novio la historia también fue algo extraña".

No llegué a decirlo, pues un chico apareció por detrás.

—¡Tay! —Gritó luego de haberse tirado encima de este.

Me saqué los parques antes de que se diera cuenta.

—Que no se haga costumbre —Dijo mi primo luego de que ese tipo se


haya puesto a un lado — ¿Quienes ya están allá?

—Todos, solo faltamos nosotros y... ¿Quién eres tú? —Se giró para poder
verme mejor.

Lo observé con más detenimiento, era un poco más alto que yo, tenía el
cabello rizado, la piel muy blanca y pálida y sus ojos eran grises, bastante
bonitos la verdad.

—Él es mi sobrino, Jake, pero le digo primo —Respondió Taylor.


Ese chico parece emo, toda su ropa es negra, también gris y tiene muchas
pulseras y cadenas.

—Jake, él es Noah, mi mejor amigo.

Ese tal Noah me observó de pies a cabeza.

—Tu primo es lindo —Dijo en una voz algo baja.

Obvié el hecho de que usó la palabra "hot", en mi mente solo dijo "lindo".

—Ya sé —Respondí.

—Si te entiende —Habló Taylor.

—¿Y? —Contestó.

¿Otro gay?

—¿Dónde están tus otros amigos? —Pregunté.

—Por acá.

Los tres comenzamos a caminar, no por mucho tiempo, como a los dos
minutos llegamos a un parque y a lo lejos vi a un grupo de chicos.

Habían dos chicos y dos chicas.

Al acercarnos, pude observar mejor a cada uno, había una chica rubia y de
piel clara, estaba con unos jeans ajustados y una camiseta floja, la otra
tenía cabello afro, piel negra, traía puesto una falda celeste con estampado
de cuadros y un polo blanco ajustado con botones hasta el busto.
Las dos eran casi igual de delgadas.
Al lado de ellas había un chico de piel bronceada, alto, de cabello lacio y a
juzgar por como sus músculos se hicieron notar en su polo cuando se puso
de brazos cruzados, deduje que hacía ejercicio.

Bastante ejercicio.

A la bestia, necesito que me pase rutina.

Este estaba conversando con un chico casi de su mismo tamaño, de piel


morena, cabello afro y corto. Traía puesto lo mismo que yo, pero sus
shorts eran negros y su camisa era de un amarillo pastel, además, tenía
unos lentes negros cubriendo sus ojos.

—Hasta que llegan —Dijo la que traía puesta una falda.

—Perdón, ya sabes como soy —Se disculpó Taylor.

—¿Ese es tu sobrino? —Preguntó la rubia.

—Ah, si, el es Jake.

Saludé con una mano y seguí observando a todos detenidamente.

—Con que tu eres de quien tanto habla Taylor —Esta vez habló el que
parecía director de gimnasio.

—Eso no cierto —Agregó mi primo.

—Un gusto, Jake —Saludó la de la camisa con botones en un apretón de


manos—. Me llamo Rosemary.

—Lindo nombre.

—Lo sé.
Esta es de las mías.

—Ella es Andy —Apuntó a la de la camisa holgada —, él es su novio, Ben.

—Hola —Dijo este amabilidad.

—Y ese de lentes es mi primo, Finney.

Finney solo me sonrió.

—Y supongo que ya conoces a Noah —Siguió Rosemary.

—Si, ya lo conocí —Contesté viendo al mencionado.

Este me guiñó el ojo.

—Todos aquí tenemos la misma edad, excepto por Ben, que es un año
mayor y por Finney que pues es un año menor —Aclaró Taylor.

—¿Todos son de la misma escuela? —Interrogué.

—No, solo Rose y Finn —Contestó Andy.

—Oh, okey.

—¿Y qué hay de ti? ¿Eres de Perú verdad? —Preguntó Ben.

—Si.

—¿Es cierto que andan en llamas?

¿Qué?

Luego de que haya dicho eso, Noah le dio un ligero golpe con el codo.

—¿Qué? Solo pregunto —Hizo una pausa —. ¿Vives en los árboles?


—¿Tienen internet? —Está vez el que preguntó fue Finney, quien también
recibió un golpe con el codo por parte de su prima.

—Si, si tenemos, casas en el suelo, electricidad, edificios... McDonals...


—Me sorprende ver cómo piensan que seguimos en los mil ochocientos.

Aunque para ser honesto, la sociedad sigue igual que antes.

—¿Perú queda cruzando la frontera?

—Ese es México, idiota —Le respondió Rose a su primo —. ¿Acaso no


prestan atención a sus clases de Geografía?

—Es obvio que no —Dijo mi primo, de reojo pude ver que hizo señas para
que pararan.

—¿Y cuánto tiempo te quedarás? —Consultó Andy.

—Todavía no sé.

—¿Te gusta el fútbol? —Esta vez fue Ben.

Creo que ya sé por qué se ve tan corpulento.

—¿El americano?

—Ajá.

—No, el fútbol si, el americano no.

—¿Y tienes pareja?

La pregunta de Noah hizo que me quede helado por un momento.

¿Debería decirles?
Taylor es género fluido, podría ser que ellos lo acepten.

O tal vez son como tú con tus amigos, ninguno te acepta pero sigues
ahí.

Si dices algo te podrían mirar mal, o quererte.

"No le digas a nadie... no le digas a nadie... no le digas a nadie..."

—Si, tengo novio, se llama Carl.

Todos me miraron asombrados, sobre todo Taylor.

—¡¿Qué tú qué?!
12. Un lugar seguro

Jake

25 semanas- Lunes- clases . . .

Lo dije...

En español, pero lo dije.

¡Ay!

¡Se siente tan extraño!

Digo, suena bonito decir "Mi novio, Carl" pero estoy hablando de un
hombre...

¡AY!

Me siento muy homosexual.


—¿Hablan español? —Pregunté.

Aunque haya dicho que tengo novio en otro idioma, creo que igual me
entendieron.

—No sé mucho español, pero estoy seguro de que dijiste novio —Contestó
Finney.

—¿Tienes novio? —Preguntó Taylor sonriendo de una forma algo burlona,


pero también se le notaba sorprendido —¿Tú? ¿Y es Carl?

—¿No qué eras homofóbico? —Preguntó Andy.

—¿Cómo sabes...? —Observé a mi primo.

—¿Sabes que te quiero mucho, verdad? —Este puso su mano en mi


hombro y sonrió fingiendo inocencia.

Ya para qué juzgarlo, yo también hubiese hablado mal de mí mismo si


conociera a mi versión de antes de los catorce.

—¿Entonces si tienes pareja? —Volvió a preguntar Noah —Que tristeza.

—Hasta ahí llegó tu romance de verano —Dijo Rose.

—¿Siempre es así? —Indagué.

—Si el chico me gusta, si —Respondió este igual de coqueto.

Es raro, pero no puedo culparlo... ¿A quién no le gustaría?

—No seas metido —Le advirtió su amiga—¿Cómo se conocieron?

—Era mi mejor amigo, lo conocí cuando éramos pequeños en un parque


con juegos mecánicos.
—¿Y mi tío lo sabe?

La pregunta de Taylor hizo que me quede callado de nuevo.

Creo que la mirada que le di le dio a entender que se lo contaría después.

—Ya tenemos otro homosexual en el grupo —Dijo cambiando el tema.

—Entonces Ben sigue siendo la inclusión forzada —Se burló su novia.

—¿Qué?

No entendí.

Quiero decir, si sé lo que es inclusión forzada, pero en este caso yo sería


la inclusión forzada, al igual que Taylor.

—Yo soy chica trans —Dijo Andy —, Rosemary es pansexual, su primo es


demi y Noah es bisexual.

¿Qué?

Pero todos son de la comunidad...

Ah... ya entendí.

¿Y qué putas es demi?

—¿No tienes un problema con eso? —Preguntó Ben, esta vez se le notaba
algo serio.

—No.

De nuevo me siento extraño, quiero decir, en Pucallpa solo conocía a una


persona abiertamente parte de la comunidad.
Y ahora estoy literalmente en un grupo lleno de gente así.

Como yo.

Ay.

Además lo dicen con tanta naturalidad.

¿Cómo lo dicen con tanta naturalidad?

Que ironía, mi padre me trajo aquí para "distraerme" y lo primero que hago
es conocer a un grupo de gays.

Y a Ben.

—Yo soy... —¿En serio voy a decir esto? —Soy... si.

—¿Apenas y saliste del closet verdad? —Preguntó Finney.

—Ni eso.

—Ay, pero no te preocupes, aquí, como podrás ver, nadie te va a juzgar,


igual si no quieres, no lo digas.

—Exacto, tómate tu tiempo —Aconsejó Tay.

—El proceso de aceptación es difícil y peor aún si nunca te han informado


sobre estos temas —Dijo Rose.

En serio me siento muy avergonzado, no puedo decir una simple palabra a


menos que me agarre un impulso, como me pasó antes al decir que tengo
novio.

Si lo sobre pienso mucho, entro en crisis, pues no dejo de preguntarme;


¿En serio me gustan los chicos?
Quiero decir, si lo sé, sé que me gustan, pero es extraño, no es algo que
tenía planeado, tampoco algo que quería ser.

Es en estos momentos en los que recuerdo lo único bueno; cuando me la


paso tan bien, cuando estoy con Carl y simplemente somos nosotros, se
me olvida por un momento que no me gusta ser así.

—No le tomo mucha importancia —Mentí y ellos lo sabían.

—Todo a su tiempo.

Ojalá no sea mucho.

—En fin, Jake, ¿Te gusta hacer ejercicio? —Preguntó Ben literalmente de
la nada.

¿Ah?

Levanté la mirada y el mentón para poder ver el final del juego para
escalar.

—¿En serio tienen esto en un parque? —Pregunté sorprendido —. Y


tienen dos parques.

—Tres —Me corrigió Ben.

—Peor.
Ahora estábamos en otro parque, este igualmente era de la residencia,
pero tenía juegos para casi todos.

Desde un columpio con asiento para bebé, hasta máquinas para hacer
ejercicio.

Que bonita residencia.

—¿Vas a subir? —Preguntó.

—Claro —Dije sin pensarlo mucho.

Taylor y Andy estaban trepándose en otro juego para escalar, pero este era
con sogas y tenía forma de pirámide.

Por otro lado, Rosemary y Finney estaban sentados en un banco, bajo la


sombra de un árbol, solo miraban lo que hacían los demás y hablaban de
quién sabe qué.

Esos dos se me hacen bastante elegantes, hasta sus expresiones


corporales son muy sofisticadas.

Y luego está Noah, quien estaba colgado como Tarzan en unas pelotas
inflables que se encontraban atadas en un aro sostenido por cuatro tubos
de fierro altos.

—Ponte esto —Me pasó un arnés que estaba enganchado a una soga
gruesa —. Y esto —Me dio un casco.

—¿Tú me vas a sostener?

—Obvio, ¿Parece que te haré caer?

Parece que puede agarrar hasta a dos personas al mismo tiempo.


—No.

—Entonces sube.

Le hice caso y me puse el arnés y el casco.

Ya sé que dije que me quería morir, pero no hablaba en serio.

Tragué grueso y con un poco de inseguridad puse una mano en una piedra
de escalada, luego la otra y casi que temblando puse un pie.

—¿No me vas a soltar verdad?

—¿Cuándo te he fallado?

—Te conocí hace menos de una hora.

—Exacto.

Protégeme señor.

Comencé a escalar con un poco de dificultad, había piedras pequeñas en


las que no alcanzaba ni mi dedo y el temor por pisar mal y caerme era
grande.

—¿En Perú tienen esto?

Otra vez con sus preguntas.

—Sí —Respondí y comencé a escalar más rápido.

—Solo pregunto, no te ofendas.

Sus preguntas son cosas como; ¿En Perú tienen agua?

¿Cómo no quiere que me ofenda?


Me apresuré en llegar a la cima de este juego, se me estaba haciendo
difícil, pero al final casi que me volví experto y todo para demostrarle que si
tenemos de esos en mi país.

—Ya llegué.

—Eso fue rápido, ahora baja.

—Voy.

Estuve a punto de poner un pie en una roca, pero se escuchó la voz de


Andy.

—¡Ben! ¡¿Me ayudas?! —Habló en voz alta, intentaba bajar del juego al
que se había subido.

—¡Voy, amor!

Ben dejó la soga y se fue sin más, pero a los segundos se dio la vuelta y
vio que yo aún seguía en ese juego.

—¡Ay, perdón! —Se volvió a acercar —¡Noah!

—¡Dime!

—¡Ayúdalo! —Me apuntó con el dedo y volvió a irse.

Hijo de su grandísima madre, por eso no debo confiar en desconocidos.

Noah se acercó mientras yo intentaba ocultar el pánico que sentía al


pensar en que me podía caer.

—¿Te dejó solo? —Preguntó burlón.

—¿Tú que crees?


—A ver baja y yo te agarro, pero ni se te ocurra caerte, no tengo tanta
fuerza como para poder evitar que se te rompa un hueso.

—Gracias por los ánimos.

—De nada.

Ahora tenía más miedo que antes.

—Si te mueres, le diré a Carl que lo querías.

—Prefiero decírselo yo, además se llama Carlos.

—¿Cuánto tiempo llevan juntos?

Puse mi pie en una piedra, y tembloroso, comencé a bajar.

—Casi dos meses —Respondí para intentar quitarme el pánico de encima


—. Aunque no celebramos aniversario, será para cuando lleguemos al
año.

—¿Cómo sabes que llegarán al año?

—Solo lo sé, así que ya estoy guardando dinero para comprarle una "Red
Special"

Espero que si lleguemos al año.

—¿Sus padres aprueban su relación?

¿Por qué siempre me tienen que recordar eso?

Me quedé callado unos segundos y seguí bajando.

—Su madre me ama.


Igualmente, eso espero.

—¿Y cómo va su relación?

—Íbamos bien.

—¿Íbamos?

—Vine aquí y ahora no tengo contacto con él —Di un salto y mis pies por
fin tocaron el piso.

—¿Y no te gustaría conocer a otras personas?

Sonreí burlón.

—Ya sé a dónde vas, no funcionará —Me saqué el arnés.

—Bueno, lo intenté —Bromeó.

—Suerte con el siguiente —Le entregué el casco.

—Suerte con Carl.

Noah en cierto modo me recuerda a mí cuando Carl aún estaba con Ester.

Con razón no quiso hablarme un buen tiempo.

Si mi novio prefiere estar con su amigo quien le coquetea y le tira


indirectas, yo también me pondría mal.

—Ya llegó Lily —Informó Noah viendo detrás de mí.

Me di media vuelta y vi a una chica pelirroja, de cabello largo y lacio, casi


de mi tamaño, tenía pecas en los brazos y la cara, bastante corpulenta,
traía puesta una blusa con tiras de color rosa y una falda violeta.
No pasó mucho cuando apareció Taylor, quien prácticamente se lanzó para
abrazarla, ella hizo lo mismo, lo agarró de la cintura y lo levantó unos
cuantos centímetros del suelo.

—¿Hace cuánto no se ven?

—Cinco días.

—Oh...

Mejor no juzgo, yo haría lo mismo con Carl de no ser porque la gente nos
miraría raro.
Apenas y puedo abrazarlo cuando no hay mucha gente cerca.

Taylor y Lily se acercaron a donde estaba, ambos se veían felices juntos.


De por sí mi primo ya es demasiado feliz y con Lily parece que está en su
lugar favorito.

—¡Primito! —Habló casi gritando —. Ella es Lily —Intentó ocultar su


felicidad.

—Hola, Jake —Dijo en un tono amable.

Con que a ella le rompió las laptops.

—Hola —Intenté verme lo más amable posible.

Lily se veía bastante simpática y generosa.

Ojalá si sea así y no me pregunte si en mi país tenemos comida.

—Taylor me ha hablado mucho de ti.

—¿En serio? —Lo observé algo sorprendido, no es la primera vez que me


dicen eso.
—Cosas buenas, cosas buenas —Aclaró ella.

Es obvio que no son cosas buenas.

La última vez que nos vimos fue cuando tenía trece, a esa edad no tenía
muchas cosas buenas, si hablamos de respeto.

—Hola, mi amor —Apareció Rose por detrás, al estar más cerca de Lily le
dio un abrazo.

Los del grupo se acercaron a nosotros y cada uno saludó a la chica.

—Así que ya conoces al nuevo —Dijo Ben.

—Gracias por dejarme arriba de ese juego —Lo interrumpí.

—No me culpes, tenía que ayudar a Andy —Pasó su brazo al rededor de


los hombros de su novia.

—No me dijiste que lo habías dejado ahí —Le reclamó esta.

—Lo siento, mi amor, pero tú eres más importante —Le dio un beso tierno
en la mejilla —. Sin ofender —Me vio de reojo.

—Estuvo bien —Dijo Noah —, fue una oportunidad para acercarme a Jake.

—¡No seas metido, Noah! —Le volvió a decir Rose.

—¡Es broma, es broma! —Levantó las manos en señal de inocencia —.


Pero si quieres no es broma —Me miró con picardía.

Rose le dio un golpe con el codo.

Este tipo si es que es gilero.


—Ya tiene novio, ¿No escuchaste? —Le recordó Ben, pero al instante se
cubrió la boca con una mano — Ay... perdón... Jake, de verdad
perdóname.

¿Por qué pedía perdón?

—¿Okey? No entiendo —Dije.

—No es como que me hayas permitido decirlo.


Lily no lo sabía y tú deberías decir eso, no yo.

—Oh... ¿Si?

Que extraño, normalmente siempre es al revés.

Todos me miraron desconcertados.

—Si, Jake —Esta vez habló Lily —. Tú debes ser el que diga su sexualidad
o identidad, aunque de todas formas, no le debes explicación a nadie
—Dijo esto último más relajada.

¿No le debo explicaciones a nadie?

—Ah... —Intenté no ponerme tan pensativo —De todas formas, Ben tiene
razón, tengo... novio.

Lily por un momento se sorprendió, pero luego le dio una mirada asesina a
Noah.

—No, Noah, ese no es para ti Noah.

—Solo bromeo —Respondió y volvió a clavar la mirada en mí.

Está bromeando... está bromeando...


De todas formas, todo mi amor homosexual es para Carl... y Spider-Man.

—Okey... —Dije —. Entonces... ¿Qué quieren hacer? —Cambié de tema.

—Yo quiero ir a tomarme un frappé, hace mucho calor —Respondió Finney


moviendo su mano como si de un abanico se tratara.

—¿Te dejan salir de la residencia? —Preguntó Ben.

—Sí.

—Entonces hay que ir a un Starbucks.

Todos dijeron que si excepto yo, y creo que eso hizo que Ben interprete
mal la situación.

—Un Starbucks es...

—¡Si sé lo que es un Starbucks! Tenemos de esos en Perú.

En Pucallpa no, pero si en Lima.

En Pucallpa no hay ni mierda.

—Entonces vamos —Dijo Rose.

—Olvidé mi dinero en la casa de Tay —Dije.

—Ah, está bien. Está barato, yo te invito —Dijo este.

—Bueno.

—Le diré a Christian que nos lleve —Avisó Andy sacando su teléfono.

—¿Quién es Christian?
—Mi chofer.

Hizo la llamada y en menos de dos minutos, ya estábamos subiendo a su


camioneta.

—Hola, chicos —Saludó el chofer.

—¡Hola! —Andy me tomó del brazo y me acercó más al asiento de


adelante —Mira, él es Jake.

—Hola —Saludé agarrándome de su asiento para no caer hacia adelante.

—Un gusto, Jake —Sonrió y arrancó —. ¿Al Starbucks, verdad?

—Si.

Esa camioneta tenía ocho asientos y con todo el chofer éramos nueve, así
que en los asientos de atrás, Taylor, Lily, Rose y Finney iban algo
apretados.

—Todo esto es tu culpa, Jake —Me reclamó Taylor cuando se le


adormeció la pierna.

—Sufre en silencio.

El camino hacia la cafetería fue algo largo, pensé que habría algún
Starbucks más cerca.

Al llegar al lugar nos sentamos en unas sillas de madera y algunos


tuvieron que agarrar más de otras mesas que nadie estaba usando.

Cada uno pidió una bebida y un postre, yo por otro lado, no tenía tanta
hambre, así que solo pedí un café helado.

—¿Y cómo es tu escuela? —Preguntó Noah.


Él y yo éramos los únicos que no estábamos haciendo nada.

Ben le estaba haciendo unas trencitas a Andy, Rose y Finney hablaban y


Lily y Taylor se estaban besando, no de una forma alocada, pero si lo
suficiente como para recordarme que ya no tengo cerca a mi novio.

Me siento tan solito.

—¿Mi escuela? Pues... están bien.

A veces sale agua marrón de los lavabos, la enfermería no tiene ni


pastillas, tenemos aire acondicionado, eso debería ser bueno, pero
muchas veces solo sale aire caliente, los baños huelen a mierda,
despidieron a tres maestros por pedófilos, se roban las cosas, ya van más
de quince casos de niños con infecciones en el estómago por la comida y
la infraestructura está igual de buena que la fidelidad de mi papá.

Para ser uno de los colegios más caros de mi ciudad, es una cagada.

—Digo, no es como las de aquí, no tenemos casilleros en los pasillos ni un


teatro, pero... está bien. ¿Y tu escuela qué tal?

—No voy a la escuela.

Eso si me sorprendió.

—¿No?

—O sea, sí, pero por línea. Estudio desde casa.

—Ah, ¿Por qué?

—Me da la gana.

—Ya quisiera yo esa libertad de elegir.


Sonrió burlón.

¿Hay algo de lo que no me enteré?

—¿Nunca fuiste a una escuela en presencial?

—Si, si fui. No me gustó —Pasó una mano por su cabello rizado, aprecié
mejor sus mechones pintados de rubio —Es mejor estar en casa.

—¿Cómo socializas o qué?

—Si puedo hacerlo, pero no quiero.

—Estás socializando conmigo.

—No me queda de otra, ¿O si? Además, contigo haría más que solo
hablar —Bromeó.

—Ja, ja, no gracias. No eres mi tipo.

—No es para ti, Noah —Le dijo Finney.

—No seas metido —Volvió a decirle Rosemary.

Por un segundo olvidé que estaban al lado y que podían escuchar toda la
conversación.

—Búscate a otro —Le aconsejó.

—Exacto, mi tipo es un chico moreno, con lentes y rizos, alto, cuyo nombre
comienza con "C" y se apellida Hernández.

Oh por Dios... ¿En serio dije eso?

—¿Ya ves? Lo único que tienes son los rulos —Dijo Rose.
—Ay que lindo, yo también quiero a alguien así de fiel —Esta vez habló
Finney.

—Es lo mínimo —Aclaró Noah.

En mi contexto familiar, que mi padre sea fiel sería el real estándar.

—¿Te gusta mucho Carl, verdad? —Preguntó Rose.

—Pues... —Ay, otra vez —Sí.

Tragué grueso sabiendo que esas palabras estaban saliendo de mi boca.

Es diferente cuando en vez de decírselo a Carl, se lo digo a otras


personas.

—Que lindo.

Sus reacciones también son muy diferentes.

—Ay, extraño a mi ex —Confesó Noah.

—¿Entonces si tenías novio?

—Pues si, pero ahora solo tengo a un chico delante de mí hablando de lo


mucho que le gusta un tal Carl.

—No es mi culpa.

—Lo sé, igual, que lindo que se gusten.

"Que lindo que se gusten..."

Mierda, parezco un bebé reaccionando asombrado cada que me dicen


algo bueno sobre mi relación con Carl.
No es la primera vez que me pasa, pero me sigue sorprendiendo.

Además, ahora estoy en un grupo de gente que ya salió del closet y que
no me juzgarían o mirarían raro si menciono algo sobre mi sexualidad.

—¿Les cuento como lo conocí?

—Vivo por cuento ajeno —Respondió Finney arrimándose a la mesa.

Creo que esta gente me está comenzando a agradar.


Carl

25 semanas- Martes- clases . . .

La alarma sonó, pero yo ya estaba despierto.

Al apagarla tuve un poco de dificultad, pues sonaba desde mi celular y


este estaba jodido por el agua que le había entrado.

Lo dejé a un lado, cuando por fin logré silenciarlo y luego de esto intenté
levantarme de la cama, pero solo logré sentarme y quedarme mirando a la
nada.

Tenía mucho sueño, anoche me dormí a la una de la mañana y me levanté


a las cinco. No podía dejar de pensar en lo que pasará hoy.

¿Qué clase de tontería haría ese grupo de compañeros? ¿Cuáles serán


las miradas nuevas? ¿Qué profesores se me quedarían viendo en la hora
del receso? ¿Hoy me quitarían mi dinero? ¿Podría comer? ¿Lloraría de
nuevo?
Y lo más importante; ¿Hoy todo seguirá siendo igual?

Solo sé dos cosas; me estoy engañando al pensar en que algo va a


cambiar.

Y la otra es que en definitiva hoy no sabré nada de Jake.

Todo está siendo una mierda, simplemente quiero que ya todo acabe, a
veces en serio quisiera morirme.

Me froté los ojos y con mucha pereza me levanté de la cama.

Caminé hasta mi ropero y esa pequeña acción hizo que ya quiera tirarme a
dormir de nuevo.

Saqué mi uniforme, el cual olvidé planchar y con mucha lentitud me lo


puse.

Había estado lloviendo toda la noche, así que hoy, aparte de la camisa y el
pantalón, me puse el suéter azul de la escuela.

Me senté en la cama para ponerme los zapatos y apenas terminé, volví a


tirarme en esta.

—Por favor, que ya no me molesten —Dije en voz alta antes de


levantarme.

Salí de mi habitación, mamá no estaba, salió a trabajar temprano, hoy


también tendría que ir solo con Valeria a la escuela.

Me lavé los dientes, me mojé la cara con agua fría y pasé un poco de esta
por mi cabello.

—Buenos días —Dijo mi hermana al verme.


—Hola —Respondí sin ánimos.

—Te hice tu café.

—Gracias.

Me senté en la silla y tomé un pan.

Casi que me forcé a terminarme ese pedazo de pan, pues no tenía


hambre, pero tampoco quería desmayarme.

—¿Ya nos vamos? —Pregunté al terminarme mi café.

Valeria asintió y tomó el dinero que mamá había dejado en la mesa.

Tomamos un motokar y por unos segundos me quedé dormido en este.

Al llegar a la escuela caminé junto con mi hermana y volví a sentir las


miradas de todos, creo que ya se está haciendo costumbre.

Al llegar a mi salón me senté en mi pupitre y dormité sobre mis brazos.

En verdad tengo muchas ganas de volver a mi cama y quedarme ahí todo


el día.

Desvíe la mirada y vi a un grupo de compañeros hablando, creo que me


quedé observando mucho tiempo, pues uno de ellos me miró directamente
a los ojos y dijo:

—¿Qué tanto me ves? ¿Acaso te gusto?

Todos los del grupo rieron.

—Estas pendejo si piensas que alguien realmente te va a querer


—Respondí y saqué el dedo del medio.
Sus amigos volvieron a reír y escuché lo que alguien le dijo.

—Ni el gay del salón se fija en ti.

¿El gay del salón? ¿Así me dicen ahora?

Comienzo a odiar esta maldita escuela.

Intenté ignorarlos y volví a poner la mirada en mi mesa.

La primera clase que teníamos era matemática, apenas comenzó me


quedé viendo a la pizarra por un momento, pero a los segundos sentía que
todo se nublaba y que me pesaban los ojos.

Volví a usar mis brazos como almohadas y sin querer, me quedé dormido.

—Carl —Alguien tocó mi hombro —. Levántate Carl.

A duras penas abrí los ojos y vi que no había nadie en el salón.

Que carajos, ya era la hora del recreo, ¿También me quedé dormido en


biología?

—¿Ya es recreo? —Le pregunté a Amelia para confirmar si en serio me


quedé dormido casi cuatro horas.

—Sí, toma —Ella me pasó su teléfono.

—¿Qué pasó?

Me tomó de la mano y me llevó hasta el fondo del aula.

—Me quedaré afuera por si viene el prefecto.

El prefecto odia que nos quedemos dentro de los salones.


Pero, ¿Por qué querría quedarme adentro?

—Pero...

—Apresúrate, que el recreo acaba en seis minutos.

—¿Qué?

Ella salió y como dijo, se sentó al lado de la puerta, al parecer estaba con
sus amigas.

Apenas y sé como me llamo y me deja solo.

Confundido, observé su celular y vi que estaba en una llamada con un


usuario que desconozco.

Acerqué el teléfono a mi oreja.

—¿Hola?

—¡Carl! ¡Por fin contestas!

Ay por Dios.

—¿Jake?
13. Su voz

Jake

25 semanas- Martes- clases . . .

En serio no sé cómo llegué a esto.

—Y bueno, eso fue todo lo que pasó con Carl —Dije finalizando toda la
historia.

Desde ayer hasta hoy, me la pasé contándole a mi primo y su grupo la


razón por la que terminé en Estados Unidos.
Claro que ahora ya no estamos en Starbucks, sino en el comedor de la
casa de mi primo.

—¿En serio pasó todo eso? —Preguntó Taylor —Tu papá le dijo al mío que
fue porque eras adicto al celular y que te estabas haciendo violento por
eso.

—¡¿Qué?!

¡¿Qué mierda?!

¡¿No se le podía ocurrir otra mentira más estúpida?!

¡¿A cuánta gente le ha mentido de esta manera?!

—Eso no es verdad —Dije intentando ocultar mi enojo.

—Por eso no te quise dar mi teléfono.

¡Dios! ¡En serio estoy muy enojado ahora!

—Que pendejo.

Junté mis manos por debajo de la mesa y cerré los puños con tanta fuerza
que sentí mis uñas raspar mi piel.

—No sé que dijiste, pero si es un insulto pues si, que idiota —Dijo Finney.

Mi pierna derecha temblaba y mis ganas de levantarme y buscar a papá


para gritarle todos los insultos y verdades que existían eran grandes.

No entiendo como mi padre está haciendo esto, no entiendo como nadie


se da cuenta, ¿Cómo carajos se sigue viendo como el bueno de la
historia?
¡Todo le está saliendo bien!

Estuve a punto de levantarme de la mesa, pero Noah puso su teléfono en


la mesa.

—Si Taylor te da su teléfono se meterá en problemas —Dijo —. La


contraseña es uno, cinco, cero, tres.

—Gracias —Dije antes de tomarlo —¿Le puedo hablar por Instagram? No


sé su número.

—Sí, entra.

Me metí a la aplicación y busqué con rapidez su usuario.

—No me sale su perfil, el otro día intenté buscarlo y tampoco aparecía.

Es como si el destino quisiera que no le hable.

—Háblale a otro amigo, dijiste que ahora están en clases allá —Aconsejó
Rosemary.

—Sí, sí.

Busqué mi perfil y me fui a mi última publicación, en esta habían


comentado varios amigos que no sabían sobre mi relación con Carl. Bajé y
bajé hasta llegar a un comentario de Amelia. Sin pensarlo dos veces entre
a su perfil, le di a seguir y comencé un chat con ella.

—AMELIAAA
RESPONDEEE
ES URGECJNTE

Mis manos temblaban, no podía escribir bien, apenas y logré sostener el


teléfono.
—No contesta.

—De seguro está en alguna clase —Dijo Ben y se acercó un poco más a
mí para poder ver la conversación.

¡¿Justo hoy no quería ver su teléfono en clases?!

—Tranquilo Jake, ya va a contestar —Habló mi primo.

—Estoy tranquilo.

—Siento tu pierna moverse como si tuvieras un bicho en el zapato.

Se escuchó el sonido de una notificación, fue tan fuerte que hizo eco por
toda la casa.

—¡Mira, mira! —Ordenó Andy para luego levantarse de su silla y venir a


donde yo estaba.

Volví a desbloquear el teléfono y casi salté al ver que Amelia había


contestado.

—????
Y tú quien eres?
Por qué me gritas ctmr
Mi tío es militar, mi tía abogada y los amigos de mi papá son jueces

—SOY YO

—Yo que

—JAKE PUES

—AY
—AY

—AYYYYY

—AAAAA

—HOLAAAA

—HOLAAAAA
pásame con Carl

—Si aquí todo está bien gracias por preguntar, qué tal tú?
Ya comienza a notarse nuestra amistad

—Okey perdón

—No te puedo pasar con Carl, estoy en la laptop y aparte, está dormido

¿Carl durmiendo en clase? ¿Qué clase de mundo es este?

—Despiértalo pe

—Estoy jugando roblox

—PERO AMY

—Chúpala
Ya
espera

—NONO

—MARE decídete pe mierda

—Mejor espera a que sea la hora del recreo y me llamas desde tu celular
—Ya, ya

—GRACIAAAAS
TE QUIERO
BESOS

Mi corazón latía a mil por segundo y mis manos ya comenzaban a sudar.

—¿Qué dice? —Preguntó Finney asomando su cabeza para ver mejor.

—Hablaré con él cuando llegue la hora del recreo, mi amiga me va a


llamar y podremos hablar.

—Reencuentro gay —Dijo Ben.

¡Por fin!

Solo me toca esperar a que sea la hora del receso.

—Te está escribiendo —Avisó Tay.

—¿Qué?

Volví a ver el teléfono, este en seguida empezó a vibrar.

—¡Ay!

—¡Contesta! —Me ordenó Noah.

Hice caso y contesté aquella llamada.

—¡Amy! —Me levanté de la silla y me comencé a alejar del grupo.


Cuando me giré para verlos, estos parecían estar molestos, incluso Finney
me hizo señas. Capté que querían escuchar la conversación, lo cual no
saldría bien de todas formas, pues no entienden español.

—¿Y, cómo estás? —Le pregunté a mi amiga mientras me seguía


alejando.

—Ahora si preguntas.

—Ya, perdón, pero entiende.

—Sí, entiendo, tu novio es Carl y pasaron dramas homosexuales.

—¿Cómo sabes?

—Intuición.

—¿Intuición de homosexual?

—Exacto, ya, espera, voy a despertar a Carl —Informó.

¡Ay!

La inquietud volvió a hacerse más intensa.

Ya vas a hablar con Carl... ya vas a hablar con Carl...

No podía estar quieto, me paseaba de un lado a otro, mis pasos


aumentaban su velocidad cada segundo, al igual que la temperatura de mi
cuerpo, solo que esta en vez de subir, bajó.

—¿Hola?

Escuchar su voz de nuevo hizo que mi cerebro libere más dopamina de lo


normal.
—¡Carl! ¡Por fin contestas!

—¿Jake?

—¡Sí, sí! ¡Hola!

Me sentía tan feliz que no pude ocultarlo, parecía un niño a quien le habían
comprado un dulce.

—¡Jake!

—¡Carl!

Fingí que no me estaba quedando sordo por el grito que dio.

—¡¿Qué pasó?! ¿Cómo estás? Te fuiste de la nada.

—¡Mi papá me trajo aquí! No fue porque yo quería, lo juro.

Vi como Noah se acercó un poco a mí, pero se mantuvo a como unos tres
metros de distancia, se apoyó en la pared y actuó como si nada.

—¿Te quitó el celular? —Preguntó Carl.

—¡Si! Por eso no pude hablarte.

—¿Ya te lo devolvieron?

Carl se escuchaba algo cansado.

—No, no, un chico me prestó su celular.

—¿Y el tuyo?

—En Pucallpa.
Recordar que todo está en Pucallpa hace que me sienta peor, pero esta
vez no fue así, pues estaba hablando con mi novio.
Sueno como un loco, pero realmente no pensé que llegaría a hablar con él
de nuevo. Por como van las cosas, esa posibilidad era baja.

—¿Y cuándo regresas?

Odio no tener respuestas.

—No lo sé —Dije arrimándome a la pared.

—¿Pero si vas a regresar?

—Sí... eso si.

Odio tener que mentirle.

—Te estaré esperando.

Odio no tener idea de nada.

—Aunque... —Agregó Carl.

—¿Qué pasó?

—Las cosas acá no están tan bien.

—¿Qué pasó? —Volví a preguntar.

—En la escuela, ya sabes... todos se enteraron y...

Mierda.

Era bastante obvio que pasaría, pero tenía esperanzas de que no llegaría
a ocurrir nada y que mi relación con Carl se mantendría en secreto.
¿Cómo fui tan estúpido?

Por eso Amelia sabía que había pasado algo y quiso ocultármelo.

De seguro ahora deben de estar diciendo lo peor de mí, de seguro deben


estar diciéndole cosas a Carl y no estoy con él. En estos momentos en
serio me dan ganas de hacer lo que sea por llegar a Pucallpa, necesito
acompañar a mi novio, no puedo dejarlo solo, mucho menos sabiendo la
mierda que pueden llegar a ser los de la escuela.

—¿Qué dicen? —Pregunté. La verdad, no sé si siento enojo, tristeza o


ganas de golpear a alguien.

—Solo molestan un poco, ya sabes, hacen bromas.

—En serio lo siento, esto no debía ser así...

Nada de esto tenía que pasar, mis padres nunca tuvieron que saber nada,
si Carl no se hubiese fijado en mí ahora estaríamos riéndonos por
cualquier babosada en la hora del recreo.

—No es tu culpa —Dijo, por su tono de voz, sentí su tranquilidad.

—¿Cómo?

—No es tu culpa —Volvió a repetir aún más lento.

—No deberíamos estar así.

—¿A qué te refieres?

—No deberíamos estar hablando por medio de teléfonos de otras


personas mientras estamos a miles de kilómetros de distancia cuando no
hemos hecho nada malo.
Realmente, yo si hice algo malo, hice muchas cosas malas antes de que
mi interés por Carl comenzara, pero nunca pensé que tendría que pagar
por ello.

—Lo sé, pero no creo que podamos hacer mucho.

—Sí, es lo más triste —Dije intentando no sonar derrotado.

—¿Volverás a hablarme?

—Si, si, ya veré como —Me quedé en silencio hasta que recordé su cuenta
desaparecida —. Oye verdad, ¿Qué pasó con tú insta? No me apareció
cuando te busqué.

—Ah... eso, tuve que cerrarlo.

—¿Por?

—Mensajes de gente estúpida —Respondió sin más.

¿Mensajes de gente estúpida? Eso suena exactamente como mi yo de


primer año cuando vi que dos amigos salieron del closet. No eran
mensajes bonitos los que dejaba.
Mis ganas de ver a Carl se intensificaron.

—¿Estás bien? —Pregunté.

Nos sumergimos en un silencio que duró lo suficiente como para hacerme


pensar en lo peor.

—Si —Dijo.

—¿Estás seguro?

—Sí... yo... Ay mierda.


—¿Qué? ¿Qué pasó?

—David está viniendo, me tengo que ir.

David, el prefecto, odia que los alumnos se queden dentro de las aulas,
desde que se filtró una foto en la que dos estudiantes se besaban en
estas.
Ahora cada que encuentra a una persona dentro de su aula, le quita lo que
sea que tenga en manos, es por eso que ya muchos han pasado por su
oficina para tener su teléfono celular de vuelta.

—Me crearé otra cuenta en Instagram, le diré a Amelia que te pase el


nombre ¿Okey?

—Si, si, me avisas.

—Está bien, te quiero, adiós.

—Adiós, te quie... —No pude terminar la palabra, pues la llamada se cortó.

Maldito David, en serio me llega al pincho ese huevón.

—No, no entendí nada de lo que dijo —Dijo Noah alejándose.

—¿Para esto te enseñan español?

—Hubiesen mandado a Taylor entonces.

Apagué el teléfono y me acerqué a ellos.

—¿Y qué tal? —Preguntó Finney.

—Según él bien.

—¿Eso no es bueno?
—Sí... —Si tan solo no fuera una mentira —. Es bueno.

¿Por qué tiene que mentir?

Es obvio que no está bien. Espero que cuando consiga algo por donde
hablarle, me cuente todo lo que está ocurriendo en la escuela.
Me da pánico saber qué hay gente tratándolo mal, Carl es un chico que si
se sabe defender, pero cuando es en cantidad, es difícil, y eso lo descubrí
de la peor manera con cierta persona.

No quiero que se haga algo o se lastime...

A veces quisiera retroceder en el tiempo para volver a fingir que es mi


amigo.

Carl
25 semanas- Martes- clases . . .

Nunca pensé que esto de salir del closet sería tan difícil. De hecho, cuando
molestaba a Amelia y Guillermo hace años, era divertido, por alguna razón,
pero ahora que lo veo desde su perspectiva, es una completa mierda tener
que soportar todo eso, ¿Cómo es que resultaba gracioso en primer año?

Seguí frotando con papel higiénico mi camisa de la escuela para ver si así
se quitaba la mancha.

Tuve una llamada con Jake, fue de lo más lindo volver a escuchar su voz,
sentí un hormigueo recorrer todo mi cuerpo desde el primer momento en el
que mencionó mi nombre. Pero, lastimosamente, el prefecto David estaba
pasando por los salones así que tuve que cortar, no quería que le quiten el
celular a Amelia por mi culpa.
Al salir vi al grupo de Diego, apenas y los miré, de por sí ese grupo me
aterra, pero tenía que ir a comprarme el desayuno, entonces intenté pasar
rápido por su lado. Eso hice y uno de ellos "accidentalmente" me tiró
chicha en la camisa.

¡Chicha! ¡La bebida más morada y arruina ropa qué hay!

Esos imbéciles están colmando mi paciencia.

—¡Carlitos! —Se me acercó Paul con una sonrisa de oreja a oreja —. Uy


—Su sonrisa desapareció al ver mi uniforme.
—Diego —Dije sin muchos ánimos al recordar sus palabras de disculpa
cuando vio que su bebida había caído sobre mí.

—Si, ya me di cuenta.

—Ese grupo de mierda... —Tallé más fuerte —, les gusta hacerle la vida
imposible a las personas.

Volví a mojar con agua el papel, para después pasarlo por la camisa una
vez más.

—Ya te dije, golpéalos —Aconsejó sin mucho remordimiento.

—No puedo, si no me suspenderán de la escuela y mi madre va a


matarme.

—Yo los podría golpear por ti.

—No, te meterás en problemas.

—Nah, ¿Qué le hace una mancha más al tigre?

Quisiera tener la misma confianza que Paul, es uno de esos chicos a los
que todo les importa un carajo.
Eso me vendría muy bien ahora.

—Es que igual no quiero que los golpees —Dejé a un lado el papel.

—Bueno, yo me ofrecí. De todas formas, si cambias de opinión, ya sabes.

—Si, gracias... Oh, por cierto, adivina con quien hablé —Esto último lo dije
con una felicidad que apareció de la nada.

—¿Tu jefa?
—¡No! Con Jake.

—¿Qué? —Sonrió de lado —¿Si?

—¡Si! Después de mucho tiempo —Ahora el que sonreía era yo.

—¿Y qué te dijo?

—Que no está en Estados Unidos porque quiere y que no tiene su


teléfono.

Bajé la mirada para poder ver mejor mi camisa, esta aún seguía con la
mancha, ya no se notaba tanto, pero de todas formas será difícil hacer que
salga.

—¿Le prestaron un teléfono?

—Si, un chico.

—Que amable —Fue extraño ver cómo Paul mostró algo de burla en su
frase.

—¿Verdad? Ah y como no tengo mi cuenta de Instagram le habló a Amelia


para que ella me pase con él.

—Si no te habla es porque no quiere, ¿En dónde me consigo uno así?

—En cuarto año —Respondí burlón.

Cuarto año era el grado en el Marco estaba.

—Ja, ja, no me quiero meter con tu hermana.

—¿Huh? ¿Mi hermana? —¿Acaso no capta la indirecta? ¿O se está


haciendo el loco? —Yo hablaba de Marco.
—¡¿Marco?! —Se cruzó de brazos e intentó ocultar su sonrisa—. ¡Nah!
Entre Marco y yo no hay nada.

Paul y Marco se comportan exactamente igual que Jake y yo antes de


comenzar nuestra relación. Solo que ellos se hacen chistes un poco más
sexuales.
El otro día, Marco bromeó con ir a un Motel con Paul y este le siguió la
broma, incluso buscó un motel por internet.

—Ay, ajá —Dije con sarcasmo. No le creo nada.

—¡En serio! Ya estoy comprometido.

—¿Qué? ¿De verdad?

—Nah, es joda. Todos son unos cagones —Dijo esto con cierta seriedad.

—¿Todos? ¿Con o?

—¡Ay! ¡Sabes lo que quise decir! —Volvió a reír y me dio un pequeño


golpe en la cabeza con su mano —. Mejor sigue hablándome de Jake,
¿Qué te dijo?

—No mucho la verdad, David apareció y solo logré decirle que todos en la
escuela ya se habían enterado y que suspendí mi cuenta de Instagram,
pero quedamos en volver a hablar, me crearé otra.

—¿Y por qué no mejor vuelvas a activar la que ya tenías?

—Me seguirán escribiendo.

"En serio eres gay??? Que ascooo yo no podría decir eso en voz alta y
mucho menos vivir tranquilo sabiendo que estoy enfermito"

Lo que me enviaron resonaba en mi cabeza.


"Prefiero tener un hijo drogadicto a tener un hijo gay"

—Me crearé otra cuenta y me pondré un nombre anónimo —Dije


finalmente.

—Si así quieres.

Creo que Paul notó que estaba algo desganado.

—Vamos Carlitos, quita esa cara. Hoy vamos a tonear y no te quiero ver
deprimido —Dijo acercándose a mí para poner su mano en mi hombro.

—Gracias por los ánimos.

—No hay de que, estoy seguro de que si Jake hubiese podido hablar
conmigo, me hubiese dejado de encargo que vea que estés bien.

Sonreí porque lo más probable es que hubiese pasado eso.

—Pues sí.

—¿Ves? Ya sonríes.

—Pensar en Jake es bueno.

Paul se alejó un poco para mantener la distancia, negó con la cabeza y


tuvo un intento fallido de no reír.

—Tonto enamorado.

—Mira quien habla.

—¡Que no me gusta Marco!

—¿Y quién mencionó a Marco?


Creo que esta vez si lo agarré de sorpresa, pues no supo qué responder.

—Cierra el hocico—Dijo para después irse.

—¡Yo sé cosas! —Grité, quería seguir molestándolo de lejos.

—¡Si, si! ¡Nos vemos en la salida! —Siguió caminado, pero en menos de


dos segundos paró y se dio media vuelta —. ¿Trajiste tu ropa, verdad?

Le dije a mi madre que llevaría a la escuela mi pijama para dormir en casa


de Marco.
No todo era mentira, si traje mi pijama, pero también traje una ropa para
salir en la noche.

—Sí, está en mi mochila.

—Ok, ok, ahora si ¡No molestes!

—¡No eres mi mamá!

Me sacó el dedo del medio y se lo devolví.

Amo nuestra amistad.

Sonreí y volví a agarrar más papel para pasarlo por mi camisa mojada.

A veces los golpes de realidad hacen que mi ánimo cambie drásticamente.

Pero ya que, como dice Paul, hoy iré a una fiesta y no puedo ponerme
triste. Sin contar el hecho de que Jake quisiera que esté bien.

Quiero hablar con él de nuevo, me pregunto como serían las cosas si él


estuviera aquí.

¿Tendría más respeto?


No lo sé, pero lo que sí sé es que nos apoyaríamos mutuamente.

O eso prefiero pensar.


14. ¿Qué pasó?

Carl

25 semanas- Martes- clases . . .

Me pregunto por qué a la gente le gusta molestar por las razones más
estúpidas posibles. Me pregunto, por qué a mí me gustaba molestar por
razones estúpidas.
¿Cómo es que el sufrimiento de alguien llega a ser divertido? ¿Cómo es
que ver que esa persona se va destruyendo puede ser entretenido?
Es irónico que me pregunte esto y que no le encuentre respuesta. Cuando
hacía aquellas bromas y estaba en lo más alto de mi poder, por alguna
razón, solo consideraba que eran pequeñas cosas. Estúpido. No tenía ni
idea de lo que sentía la persona con quien me metía.
Ahora lo sé, y estoy seguro de que si veo a mi yo de hace unos años, le
daría un golpe para que se calle y no le joda la existencia a otros.

Con razón Amelia me miraba feo hasta inicios de este año.

Sentí agua caer en mi rostro y ropa en media reflexión.


—Ay, lo siento —Dijo un chico de quinto año —. No te había visto.
Volteó su gorro de goma para sacar el agua que le quedaba.

Me sentí muy tonto, pues estuve a punto de creerle, hasta que vi cómo se
fue a contarle a sus amigos su increíble hazaña.

¿En serio Marco soporta entrenar con estos pendejos?

Paul y yo esperábamos a que este acabara su entrenamiento. Las clases


ya habían terminado hace casi cinco horas, nos quedamos en la escuela
después de la salida y comimos ceviche en un restaurante que estaba al
frente, luego esperamos a que sean las cuatro para que Marco entre a sus
clases. La condición que dio su padre para que este si pueda ir a la fiesta,
fue que asistiera a sus clases de natación de hoy y el día después de la
"resaca".
Para Marco estuvo bien, al parecer, no era la primera vez que hacía eso.

Aunque él y su padre bromeaban, pues no puede emborracharse, le


preocupa bastante mantenerse en buen estado por ser deportista.

—Victor se cree la gran huevada —Dijo Paul observando cómo ese chico
se metía a los vestidores.

—Ya que, ya me mojaron la ropa —Pase mi camisa por mis lentes para
secarlos —, de nuevo.

—A veces me desesperas.

—¿Qué? —Levanté la mirada confundido.

Paul me miró serio, se quedó tan callado que lo único que se escuchaba
era el silbato del profesor y las patadas de los chicos de la academia
chocando con fuerza sobre el agua.

—No te defiendes —Habló luego de un rato.


—Si lo hago, no más no tiene caso.

—Si así lo dices...mi oferta de dar unos cuantos golpes sigue de pie.

—¿Tú contra chicos que entrenan o simplemente tienen más fuerza? Te


van a sacar la chucha.

—Tal vez solo con uno si pueda, a los otros se los encargo a mis amigos.
Si sabes a qué clase de amigos me refiero —Sonrió con maldad para
después desviar la mirada.

Me burlé con él, pues entendí que hablaba de sus amigos que ya han
visitado la Maranguita.

—No quiero golpearlos, ya me metí en problemas por eso —Dije,


intentando contar las advertencias que me habían dado—. En fin, ¿Sabes
de otras personas que irán a esa fiesta? —Pregunté para cambiar de
tema, pero no obtuve respuesta, tampoco una sola mirada —Resulta que
mi hermana también irá, le mintió a mi mamá con lo de la pijamada. Por mi
no hay problema, no más espero que no esté de niñera.

De nuevo no obtuve respuesta, creo que ni me escuchó.

Fruncí el ceño indignado ante tanta falta de atención a lo que decía.

Noté que mi amigo se quedó observando a un punto fijo, así que me puse
los lentes de nuevo para poder ver que era lo que observaba con tantas
ganas.

—Ajá y todos son iguales —Dije viendo cómo Marco se sacaba el gorro de
natación para después pasarse la mano por su cabello —. Paul —Al
parecer, mi amigo estaba más concentrado en ver su cuerpo trabajado que
en nuestra conversación —, Paul —volví a decir —. ¡Marco!
Marco se giró para vernos, lo que hizo que mi amigo al instante desvíe su
mirada hacia mi.

—¿Ahora si, no pendejo? —Pregunté burlón.

—¡Carlos! —Me gritó amenazante.

—No seas mañoso pato, eso es muy gay.

—Mira quien habla.

—Al menos yo no me quedé viendo al tipo mamado mientras salía de la


piscina.

—¿De quién hablan? —Preguntó cierto chico, lo que hizo que casi me de
un paro cardíaco.

Me giré lentamente para ver a Marco, este estaba secándose el cabello


con una toalla.

—Estábamos... hablando... de... de... —Dijo Paul tartamudeando un poco.

—¿Viste Stranger Things? —Pregunté.

—Si.

—Bueno hay una escena en la que está el hermano de Max paseándose


por la piscina y bueno tú sabes que ese tipo está... si —Intenté arreglar mi
error.

—¿Y Paul se quedó viéndolo? —Preguntó burlón.

—Si, si... digo, ¡No! —Mi amigo estaba perdido —. Carl solo bromeaba.

—¿Okey? —No estaba convencido del todo —. Bueno... iré a cambiarme.


Se alejó de nosotros y se metió a los vestidores.
Una vez adentro, Paul me miró como si fuera a asesinarme en ese mismo
momento.

—¿Qué? —Pregunté fingiendo inocencia.

—Tenías que tener catorce maldito chibolo pulpín.

—Oe tú tienes quince no jodas, repitente de mierda.

—Mierda te haré si me sigues dejando expuesto, huevón.

—Que chucha me vas a hacer tú a mí chibolo mongol.

—Te voy a acusar con Jake pedazo de cojudo.

—Ay qué miedo, mira como tiemblo —Dije con sarcasmo —. Concha tu
mare.

Hicimos contacto visual por un momento y nos reímos de nuestro


comportamiento.

¿Pelear? Nah, eso no es algo que hagamos solo porque sí.

—Marco no se tarda mucho cambiándose, en un rato ya nos iremos


—Informó Paul.

—¿Cómo sabes? —Pregunté con cierta sonrisa.

—¡Basta! ¡Solo dije que no se tarda!

—Okey, perdón —Fingí lamentarlo.

—¿Y qué hay de Jake?


Esa pregunta salió de la nada.

—Pues nada, no me ha hablado aún —Dije esta vez sin muchos ánimos.

Si quería que me hable, pero daba miedo que su padre lo descubriera, no


quería que se meta en más problemas nada más por unos minutos de
conversación.
Además, si su padre se entera, lo más probable es que no podamos hablar
nunca más.

—Ya salió Marco, vámonos —Avisó mi amigo luego de un rato y nos


levantamos del banco.

Marco seguía con el cabello húmedo, su ropa también estaba algo mojada,
específicamente su polo, el cual tenía muchos colores difuminados entre
ellos.

—Mi papá ya llegó —Informó bebiendo un poco de agua.

Salimos de la zona en la que se encontraba la piscina, esta estaba


separada de la escuela solo por unas rejas de cobre pintadas de plateado.

—¿Cómo no te cansas de estar así todos los días? —Pregunté mientras


seguíamos caminando.

—¿Por qué lo dices?

—Vi lo que les hizo hacer el profe. Los explota.

Marco río y negó con la cabeza.

—Ya estoy acostumbrado. A parte, me gusta la natación. Aunque sí tiene


sus momentos en los que no me gusta asistir a las clases, ya sabes, estoy
desde las cinco de la mañana hasta las seis y media y al acabar las clases
estoy desde las cuatro hasta las siete. Me ocupa mucho tiempo y hay tipos
que me caen mal.

—Pero te gusta.

—Ajá —Volvió a darle un sorbo a su botella —. Incluso intenté convencer a


Paul para que entrene conmigo.

—Sigue soñando —Respondió este.

—¿Por qué? Tienes que hacer ejercicio.

—Sigue... soñando... —Repitió.

Puso los ojos en blanco y se giró a verme.

—No, no —Dije —. Tocar la guitarra ya es un buen ejercicio.

—Para las manos —Se burló.

—Igual, sí quiero hacer ejercicio, iría al gym.

—Flojos de mierda.

Al llegar al portón de salida de la escuela vimos a su padre estacionado en


su auto. Nos acercamos y al entrar, todos saludamos.
El padre de Marco era literalmente él. Tenía los mismos ojos, el mismo
cabello, a excepción de que este era más oscuro, la misma sonrisa y
lentes algo parecidos a los de su hijo. Solo faltaba que también sea
homosexual y ya tendría a la real fotocopia.

—Hola, chicos —Saludó arrancando el auto.

—Jefe, él es Carlos —Dijo apuntando hacia la parte de atrás.


Aquel señor me sonrió y yo saludé con la mano.

—Y a Paul ya lo conoces.

Me giré lentamente hacia Paul, no puedo evitar querer molestarlo.

—Ya conocías a su papá —Dije.

Conocer al padre de alguien es algo muy pequeño, pero por mi tono, Paul
entendió lo que quería insinuar.

—Sí, es que el otro día hicimos una pijamada —Agregó Marco.

Esa oración fue suficiente como para sonreír aún más e intentar no reírme
por la forma en la que Paul reaccionó ante mi comportamiento de fan loco.

Si mi amigo hubiese tenido la oportunidad, ya me habría lanzado del auto.


En todo el camino a la casa de Marco me miró como si estuviese a punto
de sacar un cuchillo. Aun así, no hizo nada, creo que fue porque el padre
de Marco le comenzó a hablar sobre un equipo de fútbol; Cristal. Se la
pasaron hablando sobre sus jugadas hasta que llegamos a la casa de mi
amigo. Era mi primera vez allí, así que casi se me sale preguntar que si
podía pasar.

La casa de Marco por fuera tenía un portón de metal y una puerta del
mismo material. Encima del los muros que la separaban de las otras
casas, había un cerco eléctrico. Al entrar a su casa vi que esta era de un
solo piso, estaba toda pintada de blanco con ciertos detalles marrones en
algunas zonas pequeñas. Su patio era enorme, tenía un arco para jugar
fútbol y encima de este había otro arco para basketball.

Apenas y estábamos caminando hacia su puerta y en eso se apareció una


niña, la hermana de mi amigo. Creo que tiene unos nueve años. Esta traía
puesto una tiara de plástico y un polo de fútbol de Argentina.
—¡¡Ñaño!! —Gritó antes de tirarse hacia su hermano.

Me recordó a Valeria, ella también me decía "ñaño" (lo cual significa


hermano) cuando estaba más pequeño.

—Hola, Sofia —Dijo Marco atrapando a su hermana entre sus brazos.

—Mamá salió —Avisó antes de que su hermano se la pasara a su papá.

—Si y tu hermano también saldrá hoy —Habló este mientras todos


entrábamos a la casa.

—¡Pero Marco dijo que hoy veríamos Barbie! —Reclamó ella quitándose el
cabello rizado y despeinado de la cara.

—Eso no es cierto —Respondió poniendo cara de confusión —. Yo te dije


que la veríamos el viernes.

Sofia intentó no reír.

—No —Dijo casi a carcajadas.

—Mira ve, mentirosa me saliste —Dijo Marco.

Él nos hizo una señal para irnos, dio un paso y ella se tiró directo a su
pierna, para abrazarla como si su vida dependiera de eso.

—¡No te vayas! —Gritó mientras su hermano daba pasos lentos al intentar


caminar con ella aún colgada como un mono.

—No me hagas pasar roche, Sofia —Dijo arrimándose a la pared para no


caerse.

Paul sonreía burlón. Incluso hizo que Marco soltara la pared para ver si
este se caía.
—¿Y tú quién eres? —Preguntó la niña cuando lograron hacer que suelte
a mi amigo.

—Carlos. —Dejé mi mochila en la cama de mi amigo.

—¿Y por qué mi hermano te trajo? —Preguntó. Esta vez se veía algo
desafiante — ¿Eres su enamorado? —Levantó una ceja y se acercó más a
mí.

—¡¡Sofía!! —Gritó el mencionado.

Paul no aguantó y tiró una carcajada. Intentó callarse poniendo una mano
en su boca, pero yo también comencé a reírme, así que fue imposible que
no se escucharan nuestras burlas hasta el otro lado de la casa.

—No es mi novio —Respondí una vez que me calmé —Mejor pregúntale a


Pa...

No acabé mi frase, ya que alguien me tiró un almohadón en la cabeza. Lo


más probable es que ese alguien haya sido Paul, pues Marco estaba
sacando a su hermana de la habitación.

—Te estaré vigilando jovencito —Informó la pequeña apuntándome con el


dedo.

Me quedé boquiabierto ante tanta protección por parte de una niña, que de
seguro ni acaba la primaria, hacia su hermano que se gradúa el año que
viene.

—Perdón por eso —Dijo Marco entrando de nuevo a su cuarto.

—No hay problema, me cayó bien —Dije.

—¿Si? Bueno, le gustaste.


—¿Qué?

—Cuando pregunta si alguien de los que traigo es mi novio, es porque


quiere saber si está soltero —Sonrió burlón.

Eso si que me cogió por sorpresa, pero al parecer a Paul no, este volvió a
reírse como si ya se lo hubiese visto venir.

—La edad, el estado civil y mis preferencias hacen eso imposible —Dije
tirándome en la cama de mi amigo. Me sorprendió sentir tanta frescura en
esta.

—Y yo —Agregó Marco —. A mi hermana o se la lleva a una chica o la


iglesia. No confío en los hombres.

—Tú eres hombre —Dijo Paul —. Y te gustan los hombres.

—Ya sé...

A pesar de haberme reído, no creo que todos los hombres sean iguales,
quiero decir, ya sé que mi novio fue uno de esos... y yo también... y
nuestros padres...

¡No todos los hombres!

—¿A qué hora nos iremos? —Pregunté.

—En treinta minutos, así que es mejor que se alisten rápido. —Agarró una
toalla —Yo me iré a bañar, acabo de salir de una piscina que de seguro
está peor que Chernobyl.

Mi amigo se metió al baño, así que Paul y yo hicimos caso y nos


cambiamos. Obviamente no en esa habitación, había otro baño en la casa.
Primero entró pato y luego yo. Realmente no sabía cómo debía vestirme,
entonces metí en mi mochila lo más "normal" que encontré en mi armario;
un polo negro con estampado de "The Rolling Stones" y unos jeans para
nada ajustados. En los zapatos no la pensé mucho, no sabía cuál usar y
ocupaban mucho espacio, entonces decidí ir con los que voy a la escuela,
que nada más son unas North star en blanco y negro.

—¿Crees que me confundan con uno de esos estéticos? —Le pregunté a


Paul al ver mi estado.

—Meh, de seguro habrán muchos de esos —Respondió atándose las


agujetas de sus zapatillas.

Me senté en la cama de Marco y tomé mi teléfono. No había ninguna


notificación de Jake, ni de Instagram. Me metí a esa aplicación y actualicé
el inicio, tenía un poco de fe con que así saldría un mensaje de él.
Claramente, no fue así. De todos modos, hubo algo que hizo que no me
sienta tan mal: No habían mensajes ofensivos de gente que no conocía.

Crearme ese perfil falso fue buena idea.

—No conoció a alguien más, no te preocupes —Dijo Paul acostándose en


la cama.

—Eso no me preocupa —Dije.

—¿Entonces?

—Me preocupa que su papá se de cuenta de que volvimos a hablar. Si ya


lo llevó a Estados Unidos, ¿Qué otra cosa haría cuando vea que no
funcionó sacarlo del país?

—¿A quién lo sacaron del país? —Preguntó Marco saliendo del baño —.
Perdón, pero no es como que haya estado tan lejos de ustedes.

—Chismoso —Respondí.
Ni tanto, a estas alturas, ya debería saber.

—A Jake se lo llevaron a Estados Unidos, por... ya sabes —Contestó Paul.

—¡Chismoso!

—Ni que llevándolo a otro país se la vaya a quitar lo gay —Respondió


Marco.

—No es gay —Aclaré.

—Se me entendió.

Asentí poniendo cara de derrota.

No tenía ni los ánimos para ir a una fiesta en estos momentos. Ya ni sé por


qué acepte esta salida, debí quedarme encerrado en mi cuarto, hubiese
podido dormir y quitarme el cansancio que tengo ahora. Pero ya acepté, ya
no puedo decir que no quiero ir, o bueno sí puedo, pero no quiero quedar
mal con los únicos amigos que tengo ahora, sin contar a Ester y Amelia,
aunque ni tanto, casi no hablamos.

No me gusta forzarme a hacer las cosas, pero ya no queda otra opción.

Cuando Marco dijo que ya nos iríamos solo hice caso, todos fuimos al
auto, incluido la hermana, quien se la pasó intentando convencer a mi
amigo de que jugando con ella pasaría un mejor rato. Mientras hacía eso,
aproveché que estaba cerca de la ventana para arrimarme a esta y cerrar
los ojos por unos momentos. No logré dormir, fue por las huevas.

Al llegar a ese lugar me sorprendió ver lo grande que era la casa. La


música se escuchaba hasta la esquina y mucha gente, sobre todo
adolescentes, llegaban en grupo en autos, caminando, en motos y
motokares. Fue extraño ver como un grupo de chicos que parecían ser
mayores de veinte entraban, mientras que otro montón de gente que
parecía tener entre doce y trece años se metía detrás de ellos.

—¿Seguros que aquí es? —Preguntó el padre de Marco.

—Si —Contestó este.

—Está bien, si quieren se me cuidan —Dijo cuando salimos del auto —.


No es cierto, no es cierto. Si llegan borrachos tengan asegurado que sus
padres lo sabrán —Esta vez ya no tenía un tono tan bromista.

—¡Cuidadito! —Advirtió su hermana triándonos una mirada asesina.

Cuando ella y su padre se fueron, entramos a esa casa. El ambiente


cambio de un momento a otro, de escuchar la música como un eco, pasó a
ser un sonido muy fuerte con el que se tenía que gritar para que te
escuchen, de ver a chicos despidiéndose de sus padres con un beso en la
mejilla, pasé a ver como varios de ellos se pasaban humor por la boca.

Ya me quiero ir.

La casa era de dos pisos, todo estaba lleno de luces violetas, azules y
verdes, varias de esas hacían distintas formas. Incluso habían luces en la
piscina.
Aquello me mareó un poco, no estoy muy acostumbrado a ver tanta luz...
no estoy muy acostumbrado a ir a fiestas así en general.

—¡Marco! —Gritó un chico alto con el cabello cortado en capas. Lo


reconocí al instante, era Aled, uno de último año —. ¡Hasta que llegas!

—¡Mejor tarde que nunca! —Respondió él.

Ni aunque gritaran entendía bien lo que decían.

—¡Así que trajiste a Carl!


Ya no me sorprende que sepa mi nombre.

—¡Hola! —Saludó sonriendo.

—Hola —Dije fingiendo una sonrisa.

Ni siquiera fue una sonrisa como tal, nada más elevé un poco las
comisuras de mis labios.

—¡Aquí hay bebidas! —Dijo Aled.

Nos pasó un vaso azul a cada uno, por la luz verde de esa zona, pude ver
que habían dulces adentro de ese vaso.

—¿Qué es esto? —Pregunté.

—¡¿Qué?!

Aled se acercó más a mí.

—¡¿Qué es esto?! —Grité.

—¡Smirnoff con powerade y dulces!

¿Qué chucha dijo?

—¡Pero también hay fourloko, pisco y ron! —Informó apuntando a otros


vasos.

Creo que mi cara de confusión lo dijo todo.

—¡¿Nunca lo probaste?! —Preguntó Marco.

—¡No!

Dios, de acá saldré sin garganta.


—¡Siempre hay una primera vez! —Gritó Aled y se llevó a Marco con él.

Me quedé solo con Paul viendo esa mesa, ¿Debía tomarme eso? No veo
refresco por ningún lado.

—Si no quieres tomar no lo hagas —Dijo Paul bebiendo el vaso que el otro
chico nos había dado.

Tuvo que acercarse mucho a mí para no gritar.

—¿A qué sabe?

—A trago.

—Waoh, que gran respuesta me diste.

—Es que no sabría como explicarlo. Igual y es tu decisión probar, no mía


—Volvió a darle otro sorbo a su bebida.

No quiero beber, pero esa cosa se ve rico. O sea, tiene dulces, los dulces
son ricos...

—¿Debería tomar? —Le pregunté a mi amigo.

—No sé... si lo haces está bien, ya vas a cumplir quince, no es la gran


cosa.

No es la gran cosa... ¿Y si me pasa lo mismo que a mi padre y termino


siendo un borracho porque no pude estar con el chico que quería?

O tal vez de verdad no sea la gran cosa...

—Fue pe —Dije antes de beber un poco.


No era mi primera vez tomando alcohol, pero si probando esa cosa.
Primero se sintió dulce, y así se mantuvo un tiempo, estuvo rico hasta que
ese sabor a gomitas azucaradas pasó a ser algo amargo.

—No está tan mal —Dije.

—No te preocupes tanto —Paul puso su mano en mi hombro —. Disfruta lo


que queda de la noche, aprovecha que no están tus padres, ni tu novio.

—Sería mejor que Jake estuviera aquí, tal vez hubiésemos apostado a ver
quién conseguía pareja de baile primero.

—¿En serio?

—Ajá.

—¿No se enojaría si bailaras con alguien más?

—¿No? ¿Por qué tendría que hacerlo? —bebí un poco más.

Paul se quedó pensativo, parecía que había descubierto algo nuevo.

—Que liberal —Dijo luego de un rato.

—¿Huh?

—Nada. Ven, vamos a bailar.

Me tomó de la mano y me llevó al medio de toda esa multitud de gente.

Unos saltaban, otros se bailaban de manera sensual y unos no bailaban,


solo se manoseaban mientras se comían las bocas.

Yo fui uno de los que saltaba o hacía cualquier movimiento que surgiera en
el momento, también dependía bastante de la canción.
Aunque al inicio estaba muy tenso, apenas y movía un poco los pies y
tomaba más de esa bebida. Luego de unos cuantos vasos, comencé a
soltarme, de a pocos. Era como si mi felicidad y mis ganas de simplemente
existir aumentaran con cada sorbo y paso que daba.
Incluso conseguí otra pareja de baile, era una chica con los dos mechones
del frente pintados, llevaba vestido rojo pegado y dos aretes de argollas
plateados.
Paul bailaba con su amiga, que tenía el cabello muy lacio, le llegaba hasta
la cintura y traía puesto un vestido de dos piezas negro.

—¡¿Me invitas un poco?! —Preguntó esa chica casi gritando, refiriéndose


a lo que estaba tomando.

—¡Si, si, ten!

Se tomó todo y de golpe.

Volví a acercarme a la mesa, ahora parecía que quería chocarme con


todos. Además, no recordaba cual de todos los vasos tenía lo que yo
estaba bebiendo, comencé a ver las cosas medió borrosas y por alguna
razón, por un momento pensé: ¿Qué estoy haciendo en esta mesa?. En
eso vi a Paul y a las dos chicas bailando, hizo que recuerde la razón por la
que estaba buscando otro recipiente. No podía pensar.

¿Qué estaba tomando?

Agarré uno que traía gomitas dentro, supuse que eso era lo que estaba
bebiendo. Al tomarlo noté que era Fourloko, del mismo que había probado
con Jake ese día.
No lo dejé, el sabor dulce seguía, no había problema.

Volví con esa chica, bailamos en grupo junto con su amiga y Paul, a veces
en parejas, solo dejaba pasar el momento, comenzó a valerme tres picos
lo que hacía.
Me sentía bien. Estaba feliz. No quería que ese sentimiento pase.

Mientras bailaba, se me vino por preguntarle su nombre a esas chicas. En


toda la noche habíamos cruzado palabras, pero en ninguna de ellas
mencionamos nuestros nombres.

—¡Yo me llamo Diana! —Respondió la del vestido rojo.

Era extraño tener que hablar gritando.

—¡Yo soy Rosa! —Siguió su amiga —. ¡Ya lo habíamos dicho!

¿En qué momento?

Dejé de pensar en eso y me concentré en seguirles la charla. Intentaba


seguir el consejo de Marco.
Dije intentaba, porque luego de eso quisimos hacer un pequeño juego:
Diana, Paul y yo teníamos que tomar cuatro vasos con pisco de la mesa, el
que terminaba más rápido ganaba.

No recuerdo bien cuál era el premio o que conseguía, pero acepté sin
pensarlo dos veces.

Cuando jugamos, el alcohol pasó por mi garganta como si fuera fuego y


por cada vaso que tomaba sentía que me ardía, que quemaba. Sin
embargo, no paré de tirar más vasos sin nada de líquido al suelo.

—Que... —Sentí como toda la vista se me nublaba —¡¿Qué hora es?!


—Pregunté luego de que la intensidad bajara un poco.

Ya ni siquiera sentía lo que pasaba a mi alrededor. La música no se


escuchaba igual, era como si estuviese buceando en la piscina. Solo que
esto se sentía bien. Era un eco resonando por mi cabeza y nadie al
rededor importaba.
—¡Las once y cincuenta! —Respondió alguien regresándome a la realidad.

No lo a reconocía. Su rostro se veía algo... ¿Extraño?

—¡¿Qué?! ¡¿Tan rápido?!

Hace cinco minutos eran las ocho y algo, ¿Hace cuánto estoy aquí?

Busqué a Paul con la mirada, sentí la necesidad de estar cerca de él, pero
no lo encontré.

—¡¿Y Paul?! —Pregunté.

—¡Se fue hace tiempo! —Diana apuntó el lugar por el que este se había
metido.

Decidido, pasé por medio de toda la gente, que ya estaban mucho más
energéticos y eufóricos que antes. Saltaban con mucha energía, cosa que
no me gustó, pues me chocaba con casi todos y a veces sentía que me
caía hacia adelante y con todos allí, no sabía como moverme sin molestar
a alguien.

Cuando llegué a un pasillo oscuro, solo la luz que salía de un cuarto lo


alumbraba. Aun así, había gente entrando y saliendo, algunas hasta
estaban sentadas en el piso.

¿En donde estoy?... ¿Paul está por aquí?

Me acerqué, caminé lento para no perder el equilibrio. Me arrimaba a la


pared intentando mantenerme de pie.

Habían cuatro puertas en todo el pasillo, sin contar la que estaba abierta,
de la cual salía una luz amarilla. Caminé y abrí cada una de estas con
cierta dificultad, hasta que llegué a la tercera.
Me quedé loco cuando vi a Paul y Marco besándose en el baño como si su
vida dependiera de ello. Pararon al verme allí.

No sabía si había visto bien y ya ni mis lentes hacían que diferenciara


entre una mancha y una persona.

¿Eran ellos mis amigos o solo unos extraños parecidos?

—Holaaa —Dije.

Luego de eso tuve que apoyarme en el muro, pues casi me caigo hacia el
costado.

—No te quedes ahí, cierra la puerta —Ordenó Paul.

Levanté el dedo pulgar, sonreí como idiota y cerré la puerta de golpe.

¿Marco no era hetero? No... era Pansexual... ¿O ese era Pato?...


¿Qué? ¿Por qué un pato sería pansexual? Un pato gay.

Reí por mis propios pensamientos, luego froté mis ojos con una mano para
intentar ver todo con mejor claridad y cuando di un paso al frente, de un
momento a otro solo sentí que chocaba contra el piso.

—Auch —Dije cuando sentí un dolor en el mentón.

Escuché la risa de unos chicos después de tremendo golpe.

—¿Ustedes que pendejos? —Intenté vocalizar levantándome del piso.

Me escucharon, pues por ese pasillo el ruido no era tan fuerte como en la
sala. Aún se escuchaba con claridad, pero al menos el eco que retumbaba
como tambores no estaba allí.

—¿Cuánto tomaste? —Preguntó uno de ellos.


Los observé con más claridad, eran dos chicos, estaban sentados en el
piso arrimados en la pared. Uno de ellos traía puesta una camisa y el otro
una camiseta que tenía una frase bonita, o eso creía, no podía leer bien.

—No estoy borracho, nada más me caí —Intenté levantarme de nuevo,


pero casi me voy de lado.

—Siéntate oe, ahorita besas al piso de nuevo.

Obedecí, creo que hasta gatee, pero llegué a sentarme y a apoyarme en la


pared.

—¿Y tú vienes solo o qué? —Preguntó uno que tenía el cabello peinado
de lado.

—No... no... vine con dos amigos.

—¿Y en dónde están? —Preguntó el otro.

—Chapando.

—¿Cómo?

—Por ahí —Dije cambiando mi respuesta.

Intenté buscar un poco de estabilidad en medio de todas las vueltas que


daba mi cabeza. Observé a un punto fijo y no aparté la mirada. Fue inútil,
pues todo giraba al rededor de ese punto, o más bien, parecían los
movimientos de una piscina cuando la gente comienza a tirarse.

—¿Tú cómo te llamas? —Le pregunté al que estaba a mi lado.

—Luca —Respondió—. Y él es Vicente.

—¿Y tú cómo te llamas? —Me interrogó Vicente.


—¿Yo?

—No, la vecina, tú pues.

—Carlos —Sentía que me quedaría dormido en cualquier momento —,


pero me dicen Carl —Cerré los ojos y me puse en posición fetal para
arrimarme sobre mis piernas.

—¿Carl? ¿Cómo el de "The Walking dead"? —Dijo Luca.

—!Si! Ese que no tiene ojo —Reí.

—Lástima que murió —Agregó Vicente.

—¡¿Se murió?! —Levanté la cabeza de nuevo.

—Si.

—Y a mi que me caía bien —Confesé.

En mi vida he visto esa serie.

—¿Me invitas? —Le pregunté a Luca. Tenía un vaso casi lleno.

—No, luego ni te vas a poder levantar.

—Ok, gracias ¿Vicente tú tienes?

—Yo no tomo —Respondió este.

—Yo tampoco —Dije.

—Pero estas borracho.

—Si... ¿Por?
—No es pregunta. Es afirmación.

—Ah, pero ya sé que estoy borracho, ¿Por qué me lo afirmas?

—No, es que... olvídalo.

¿Ah?

Apoyé mi cabeza en la pared y me pasé una mano por el cabello, no sé


por qué pensé que así se me pasaría algo.

Tenía que esperar a que Paul y Marco salieran, entonces, seguí hablando
con esos chicos para ver si así pasaba el tiempo. El mismo sentimiento de
estar volando siguió en toda nuestra conversación.
A veces no entendía un carajo de lo que decían, y creo que ellos no
entendían lo que yo respondía, así que la charla fue más risa que otra
cosa.

¿Nos reíamos de algo gracioso? Si. ¿Sabía de que? No.

Ahora veía puntos de colores, no distinguía si eran los de la fiesta o que,


pero parecía que crecían y caían lentamente hacia la nada, para después
desaparecer sin que me diera cuenta.

Como mi papá.

Reí para mí mismo cuando ese pensamiento se me cruzó. No voy a mentir,


casi lloro, pero mis ganas de reír eran más grandes.

—Mi amiga me dice que fue abuso, pero fue increíble —Dijo Vicente.

Acaba de escuchar una historia muy extraña de cómo perdió la virginidad a


sus trece con una de dieciséis, cuando sentí mi teléfono vibrar.

—Un momento —Avisé sacándolo de mi bolsillo.


Al verlo casi se me sale el corazón y toda la claridad de las cosas
parecieron volver de un momento a otro por unos cuantos segundos.

—¡¡Me está llamando mi mamá!! —Grité desesperado.

—¿No sabe que estás acá? —Preguntó Luca riendo.

—¡No!

—¡Ja! Pendejo —Dijo Vicente.

—No más lo hago porque me caíste bien. A ver, ven, yo te ayudo —Luca
se levantó del piso, después de eso me dio la mano para ayudarme a
levantarme —. Vamos arriba, allá no hay mucho ruido. Cholo, agárralo que
luego se cae —Le ordenó a su amigo.

Este asintió y me tomó de los hombros con un brazo. Rodeó estos para
que yo pueda hacer lo mismo y así no me caiga.

Caminamos rápido hasta llegar a las escaleras. Luca subió casi que
corriendo con mi celular en mano.

Cuando yo llegué con Vicente, el ya había contestado. Se había metido al


fondo del pasillo de ese lugar, casi no se escuchaba el ruido de afuera.

—Si, es que se fue al baño, ah ya volvió, se lo paso —Dijo antes de darme


el teléfono —. Si no puedes, me lo pasas —Susurró.

—¿Alo, jefa? —Pregunté intentando sonar lo más sobrio posible.

—¿Quién es ese niño que me respondió? Tu me dijiste que solo irían


Marco y Paul.

¿A donde? Yo no le conté sobre la fiesta... ah no, la pijamada.


—Es que se unió de último minuto, es un amigo que Paul hizo en...
natación —Cerré los ojos con pesadez y caí en cuenta de mi error —. Diré,
Marco. Que Marco hizo en natación.

—Ah... ¿Y cómo vas?

—Bien mami —Una nube negra invadió mi vista y casi me voy hacia
adelante, de no ser por Luca y Vicente, me caía —Estoy bien, nos estamos
divirtiendo.

Creo que mi madre estuvo a punto de decirme "Okey", pero de la nada se


comenzaron a escuchar gemidos, provenían de un cuarto cerca de
nosotros.

¡Mierda! ¿No podían cachar en otro momento?

—¿Por qué hay gemidos? —Interrogó mi mamá de inmediato, levantando


la voz.

—No, no es que...

—¡No me estes viendo cochinadas Carlos!

—¡No, no! Es que están molestando porque estoy hablando con usted, ya
sabes como son.

—¡Eso está mal Carlos Gabriel!

Luca se tapó la boca para no reírse.

—¡Pero no estoy viendo nada!... ¡Ya cállate, Paul!

De seguro Paul seguía de arrecho con Marco.


—Más te vale, ¿Mañana a qué hora paso a recogerte? —Seguía
escuchándose enojada.

—¿A las... ocho?

—¿De la mañana?

—De la noche.

—Cinco de la tarde.

—Está bien.

Por favor corta ya, corta ya.

—¡No veas cochinadas!

—¡Si, mamá! Te quiero.

—Yo también —Seguía enojada.

Cortó la llamada y no pasó ni un segundo cuando los dos chicos que


estaban conmigo comenzaron a reírse a carcajadas.

—¡Ay no puede ser! —Gritó Vicente golpeando la pared por su risa.

La risa de ese tipo era bastante ruidosa, y contagiosa, pues de solo


escucharla me reí casi que a carcajadas.

Luca por otro lado era más discreto, volvió a tapar su boca con una mano y
se rió casi que en silencio.

—¡Pensaba que estabas mirando porno! —Vicente por otro lado, no le


importaba gritarle a todos en la cuadra —. ¡Y tu bien borracho! Ay... me
caes bien —Confesó limpiándose una lágrima.
—¿Qué?

—Sigues borracho... ven, hay que bajar —Ladeó la cabeza apuntando


hacia las escaleras.

Con el sentimiento de que estaba volando aún presente, caminé junto a


esos chicos. Cuando ya estábamos cerca de las escaleras, una chica con
vestido negro de cuero apareció por estas, me costó unos segundos
reconocer que era mi hermana. Estaba en una llamada telefónica.

—Si mamá, estoy bien. Estamos viendo una película —Mintió.

Alzó la mirada y me vio allí, supuse que en un estado desastroso, pues se


sorprendió un poco, se le notaba por su mirada.
Acabó la llamada con mi madre. De ser por mí, ya me hubiese ido, pero se
quedó en las escaleras y no tenía salida.

Quería bajar y no sabía como decirle que se moviera.

—¿Carl, estás borracho? —Preguntó con un tono de enojo y me tomó del


brazo.

No tenía tiempo ni la suficiente estabilidad como para aguantar sus


molestias, como si ella nunca se hubiese emborrachado en su vida.

—¿A ti qué te importa? —Pregunté e hice un movimiento brusco para que


me soltara.

Sin decir nada más, bajé las escaleras, con mucho cuidado, de por sí ya
me encontraba en mal estado y las escaleras apenas y se notaban, pues
estas eran alumbradas solo por las luces de colores que estaban en
constante movimiento.Casi al llegar al final, me detuve un momento,
estuve a punto de darme media vuelta para subir de nuevo y hablar con mi
hermana. No lo hice, sabía que me estaba matando con la mirada.
Me arrimé en la pared y bajé la mirada, cerré los ojos con fuerza e intenté
buscar algo de estabilidad.

Cuando abrí los ojos de nuevo, la música volvió a escucharse como si de


un eco se tratase. Fue inevitable no prestar más atención a mi alrededor,
una chica que tampoco podía mantenerse de pie por sí sola pasó por mi
lado con dos chicos, estos se dirigían al segundo piso. Al bajar la mirada vi
a un chico dormido en el suelo, al lado estaban unas chicas rotándose un
cigarro electrónico mientras se burlaban de cómo este tipo parecía estar
conociendo a la muerte; en el otro extremo de ese lugar, dos jóvenes,
calculé que de unos trece años aspiraban algo que me cuesta pensar que
era droga, aunque así era, y por otra parte, una pareja se besaba con tanta
intensidad que parecía que cogerían en ese mismo momento.

—¿Te está pegando mal? —Preguntó alguien tocando mi hombro.

Volví a la realidad de un segundo a otro. Me giré para ver a la persona que


había hablado, era Luca.

Ya no recordaba su pregunta, o si el de verdad Luca, tal vez era un extraño


que me vio parado cual poste o alguien que quería venderme droga.

—Está volado —Dijo Vicente —. Ven, vamos a sentarnos —Me tomó del
brazo y me comenzó a guiar.

Por un momento yo también me agarré de su brazo, las ganas de dormir


eran enormes y me costaba más abrir los ojos. Seguirlo era lo único que
podía hacer.
Era, pues al pasar por la cocina, otros dos chicos se me quedaron viendo y
se acercaron a mí luego de un rato.

—¿Qué te pasó? —Preguntó uno de ellos. Reconocí la voz al instante, era


Marco.

—¿Cuánto tomaste? —Paul habló.


—¿Ustedes son sus amigos? —Interrogó Luca.

—Si, ¿Y ustedes quienes son? —Continuó Paul algo serio.

—No lo conocemos, lo vimos en el piso porque lo dejaron abandonado.

—No lo abandonamos —Dijo Marco, a quien solo vi como dos veces en la


fiesta cuando se supone que vinimos juntos.

—Si, bueno, no sabemos cuánto bebió, pero no puede ni pararse, incluso


lo llamó su mamá y apenas y pudo librarse de que lo vayan a buscar
—Explicó Vicente.

—¿Tú madre te llamó? —Preguntó Paul.

Quiero irme a mi casa.

Asentí y como si de una fuerza sobrenatural se tratara, algo me empujó


hacia atrás. De nuevo Vicente tuvo que agarrarme.

—Si mi padre te ve así no dudará en contárselo a tu mamá, ahí si te cagas


—Advirtió Marco —¿No tomaste antes?

Intenté ver mejor su rostro, no podía distinguir si estaba molesto o relajado.

—¿Tenías papá? —Se me salió decir.

—Ay, Dios, ¿Es tu primera vez bebiendo?

—Segunda.

—Se nota.

—Igual y tomó bastante, ya sabrás como debe de estar —Agregó Paul.


No entendía nada, ¿De qué estábamos hablando?
Jake

25 semanas- Martes- clases . . .

—No contesta —Dije para mí mismo luego de haber sido mandado al


correo de voz, de nuevo.

Era de noche, ya casi todos se habían ido a sus casas, menos Ben y
Noah, quienes se fueron a sus casas solo para volver a la de Taylor, pero
esta vez con pijamas. Que no se note que querían saber lo que pasaba.

Noah me prestó su celular de nuevo para llamar a Carl, Amelia ya me


había pasado su nueva cuenta y lo comencé a seguir. Cuando quise
llamarlo no contestó, mucho menos vio los mensajes que le envié. No
sabía si tendría más oportunidades para hablarle, así que en serio quería
que responda.

De todos modos, espero que no esté contestando porque salió y ahora se


está divirtiendo y disfrutando la vida.

En serio espero que sea eso y no que lo asaltaron o lo golpearon o ya se


mató... ay.
No sé qué está pasando allá y por lo que me dijeron, las posibilidades de
que ya se haya matado es algo probable. Prefiero creer que no es así.
Digo, yo sé que es no es así... igual uno nunca sabe...

Cállate, Jake.

Apagué el teléfono y salí de la habitación en la que me había metido solo


para hablar con Carl.

Pasé por un pasillo que se veía como un hotel, pues tenía varias puertas
que lo más probable es que sean cuartos vacíos.

En esta casa solo viven tres personas no jodan.

Al llegar al final de este casi se me sale el corazón al ver a mi padre allí,


hablando con Taylor, Ben y Andy.
Cuando me vió me saludó con una sonrisa en el rostro, se veía tan feliz y
sobre todo, inocente.

—Hola pa —Saludé arcándome con miedo.

—Hola, hijo. Así que ya tienes amigos —Dijo con simpatía.

—Ajam —Observé de reojo a los otros.

Estos estaban igual que mi padre, sonrientes y con cara de ángeles.

—Uno de ellos me estaba comentando que juega fútbol americano.


Deberías comenzar a practicarlo —Bajó el tono de voz y habló con un
poco más de seriedad —, te vendría bien hacer algún deporte en estos...
tiempos por los que estás pasando —Sonrió.

Lo miré directamente a los ojos, ¿Cómo es que puede verse tan angelical
ahora? ¿A qué se refiera con "en estos tiempos por los que estás pasando
ahora"? ¿Qué quiso decir? ¿Qué por no hacer deportes me gusta Carl?
Eso es estúpido.

—Si, si, creo que le diré que me enseñe —Hablé tragándome las otras
cosas que quería decirle.

—Bien, te veo en la cena, tengo que trabajar —Avisó y me dio dos toques
en la cabeza antes de irse.

Maldito.

—No entendí —Dijo Noah rompiendo el silencio.

—Tu papá se ve amable —Siguió Ben, pero al segundo se corrigió —O


sea, no digo que sea amable, solo se ve amable.

—De amable tiene el no haberme matado a golpes.

—¿Cómo?

A veces me gusta que no entienda español.

—Dije que de amable solo tiene la cara.

—Si... tu papá es guapo —Dijo Noah.

—¡No, Noah! ¡Ni con el hijo, ni con el papá! —Le advirtió Ben.

—¡Pero es guapo! ¿Acaso ya no puedo decir que alguien es guapo?

—Te conozco, y no, el papá no es una opción.

—Ahorita dice que se lo quiere coger —Agregó Taylor.

—¿Por qué querrías cogerte a mi papá? —Le pregunté a Noah.


—Yo no me quiero coger a tu papá —Respondió levantando ambas manos
como un inocente.

—¿Entonces por qué dice que te lo quieres coger?

—Solo está bromeando, yo no me quiero coger a tu papá.

—Ya, nadie va a coger a mi papá.

Medio Pucallpa ya lo hizo, pero alguien más a la lista sigue siendo horrible.

—¿Por qué siguen con lo de cogerse a mi tío? —Preguntó mi primo —Hay


cosas más importantes que eso.

—Exacto, como saber qué pasó con Carl —Dijo Ben.

—¿De qué hablaron? —Interrogó Noah.

—No contestó.

Los tres chicos delante de mi se pusieron serios de golpe.

—¿Me estás diciendo que distrajimos a mi tío por nada?

—¿Lo distrajeron?

—Si, tuve que hablarle sobre mi relación con Andy y sobre como somos
respetados por todos ya que hombre y mujer ¡Si! ¡Heteros! —Dijo Ben
fingiendo felicidad al final —Bueno técnicamente si somos heteros, pero
nadie lo ve así... en fin, esa es otra historia. El punto es que estuvimos
como idiotas hablándole de que somos tus nuevos amigos heterosexuales
¡¿Y todo para que nos digas que tu noviecito no contestó?!

—Si —Confirmé con una sonrisa.


—¿No que ese Carl respondía rápido?

—Se supone.

—¿Y?

—No sé, debió salir o algo así, no me haré drama porque no respondió.

Tal vez ya ser murió...

Cállate, Jake.

—Bueno no, pero igual ¿Si quiera sabe a todo lo que nos exponemos por
culpa de tu papá?

—No... no sabe.

—Con razón. Bueno, entonces al carajo, ya me quedé sin la segunda parte


del cuento —Relajó los brazos en señal de derrota.

—Por eso se quedaron a dormir —Informó Taylor —. Si, son unos


chismosos.

—Si... eso me lo pegó Andy... en fin, si te manda mensaje me dices, de


todas formas no creo que vayamos a dormir esta noche.

—Tal vez tú no dormirás, pero yo necesito mis nueve horas de sueño.

—No te van a salir arrugas —Dijo Noah, al parecer, no era la primera vez
que escuchaba esas palabras salir de la boca de Taylor.

—Es mejor prevenir.

—¿Ya? No entiendo una mierda, voy a tomar agua —Avisé antes de


alejarme de ese grupo para meterme a la cocina.
De por si a veces no entendía mucho de lo que hablaban pues lo hacían
muy rápido y mi nivel de inglés no tan profesional. Mucho menos iba a
entender si hablaban de arrugas o no sé qué mierda.

Agarré un vaso y me serví agua del caño, que confié en que si salía
purificada.

—Oye, Jake —Una voz masculina se escuchó detrás de mí.

—Dime —Le dije a Noah.

—Mira, llegando a mi casa recordé que tenía un celular que ya no uso


—Sacó aquel objeto y lo dejó en la mesa —. No tiene chip pero puedes
usar Instagram.

—¿Me lo prestas?

—Te lo regalo —Corrigió acercándolo más —. No puedo estar aquí todo el


tiempo y no creo que quieras perder un segundo para hablar con Carl.

Sonreí inconscientemente. ¿Acababa de regalarme un celular? ¡Acababa


de regalarme un celular! Es justo lo que necesito para hablar con Carl.

—¿No te debo nada? —Pregunté intentando quitarme la confianza.

—No, o sea, tu lo quieres y, ya sabes, se nota. No podré dormir tranquilo si


sé que puedo ayudar y no hago nada —Metió sus manos a los bolsillos de
su pijama —. Además, son mi nueva novela en vivo.

—Gracias. ¿Y cómo es eso de novela en vivo? —Pregunté burlón.

—Un show en la realidad.

—Con que soy tu espectáculo —Me hice el ofendido.


—¡Yo no dije eso! —Se defendió entre risas —. Ya me di cuenta de que les
gusta sacar de contexto lo que digo.

Me burlé y tomé el celular. Este estaba sin batería, era un iPhone, supongo
que el ocho o seis, no distinguía muy bien.

—¿Seguro que no hay truco? —Volví a preguntar.

—Basta, ya sé que te coquetee pero no iba en serio.

—¿De verdad? Porque se veía real —Dije con intenciones de molestarlo


—. Como el que te quieras coger a mi papá.

—¡Yo no me quiero coger a tu papá! —Volvió a defenderse.

—¡Y siguen con lo del papá! —Gritó Taylor desde la sala.

—¡No tengo nada que ver con su papá! —Gritó —. No me gusta tu papá
—Me miró esta vez.

—Ya sé, solo estoy jodiendo.

—En mi defensa, no te conozco bien, podría ser que estás riendo pero en
realidad estás enojado conmigo o algo así.

—No estoy enojado. ¿Cómo voy a estar enojado cuando acabas de darme
un celular para hablar con mi novio? —Caí en cuenta de que volví a decir
"novio" —. Ay eso suena raro.

—Si, luego te acostumbras.

—¿De verdad?

—No sé, no me acompleja decir que me gustan los chicos.


—Quisiera.

—Con nosotros puedes decir hasta que te gusta la verga, no te preocupes


—Se dio media vuelta y caminó de regreso a la sala.

Luego de unos segundos procesé lo que había dicho.

—No me gusta la verga —Le dije siguiéndolo.

—Si, si como digas —Frenó en seco —. ¿Ese tal Carl tiene verga?

—¿Si? —Fruncí el ceño confundido por su pregunta.

Sonrió como desquiciado.

—Ya te quiero ver cuando te pida que se la me...

—¡Cállate! —Ya habíamos llegado al sofá, así que agarré un cojín y se lo


tiré.

—¿Siguen hablando del papá? —Preguntó Ben.

—¡Cállate! —Esta vez gritó Noah y se fue contra Ben casi que como un
león cuando ve a su presa.

Ambos se pusieron a pelear. Por obvias razones, Ben iba a ganando.

Dejé de ver su pelea y me senté al lado de Taylor, quien estaba acostado


en el mueble viendo la televisión.

—Oye Jake —Dijo poniendo su mirada sobre mí.

—Dime.
—Cuando dijiste que... tu padre de amable solo tiene el no haberte matado
a golpes, ¿A qué te referías? —Preguntó bajando la voz.

Mierda, olvidé que si habla español.

—Yo... nada, o sea, solo lo dije por decir —Mentí.

Mi primo me miró con desconfianza y seriedad. Fue extraño, yo no quiero


que se enteren de lo que hizo mi padre, pero, realmente no me molestaría
si lo descubre.

—Bien, porque no sé cómo sean las cosas en tu país, pero acá y en


muchos otros golpear a un menor de edad es ilegal —Informó.

—Si, lo sé...

—Podría ir a la cárcel por eso. Pero bueno, si solo bromeabas no hay


problema.

Hablaba con tranquilidad, pero su forma de expresarse y decir las cosas


me hacía pensar que si sabía lo qué pasó.

Como dicen, se estaba haciendo el huevón.

—Si, solo bromeaba —Desvíe la mirada e hice como si no tuviera


importancia.

—¿Quieres dormir con Ben o con Noah? —Preguntó repentinamente.

—¿Qué?

—Solo tengo dos camas, uno dormirá conmigo y otro contigo, ¿Con quien
quieres dormir?
¿Dormir con él que me preguntará si en mi país hay agua o dormir con el
que me coqueteaba y dijo que era "caliente"?

—Contigo —Respondí finalmente.

Mi opinión valió una mierda. Al final Ben terminó contándome su relación


con Andy hasta las dos de la mañana.
15. Cuando miras a otra chica tengo...

Jake

25 semanas- Miércoles- clases . . .

Yo no pedí nacer.

O sea, sí, sí, muy lindo la plata, viajes y demás, obvio mi yo de bebé
estaba encantando con llegar a este mundo, pero mi yo de ahora solo
quiere desaparecer de una buena vez.

Dirigí la mirada hacia mi padre, quien bebía tranquilamente una taza de


café. Anoche llegó temprano, se durmió temprano y ahora está con toda la
paz del mundo tomándose un puto café.
¿Cómo hace eso? ¿Cómo puede estar tan tranquilo? ¿No tiene
remordimiento? ¿Es una especie de psicopata?
Si yo tuviera un hijo y lo hubiese golpeado y alejado de su madre, ya
estaría viendo formas de acabar con mi vida por semejante atrocidad. Tal
vez ya estaría entregándome a la policía.

Papá se percató de que lo observaba, cruzamos miradas y me dio una


sonrisa sin dientes... ¡Me sonrió! ¡¿Qué putas?!
—¿Te vas a comer eso? —Preguntó Ben viendo mi plato, el cual estaba
casi lleno. Solo me había comido dos panes.

—No, toma —Respondí sin quitarle los ojos de encima a papá.

—Graciaaas —Sin más, se comió todo muy desesperado.

—¿Y en donde estudias? —Escuché como mi jefe, digo, mi padre, le hacía


preguntas a Noah.

Tomé un poco de café disimulando que no estaba prestando atención, este


era igual de amargo que mi situación actual.

—Estudio desde casa —Contestó.

—Ah mira, debería aplicar eso con mi hijo.

Casi me ahogo con mi bebida al escuchar eso.

¿A cual de los dos hijos se refería?

Noah se giró lentamente hacia mi y movió los labios sin emitir un sonido,
de todas formas, se pudo entender su "Sorry".

Maldije mentalmente y volví a agachar la mirada. Esas palabras saliendo


de la boca de papá en estos tiempos, son para tomarse en serio. Y no
puedo hacer nada. No puedo gritar. No puedo llorar. No puedo hablar. No
puedo si quiera dar mi opinión.

No es que algo muy fuerte haya pasado, a comparación de otras veces,


pero ahí va la cosa; ya han ocurrido muchas cosas malas y ver que nadie
hace nada en contra de papá hace que me pregunte; ¿Él en serio está
mal?. Tal vez si es un pecado ser parte de la comunidad, tal vez si hay un
Dios que en estos momentos lo está protegiendo y por eso me mira con
una estúpida cara de felicidad justo ahora.
—Tay, se quedarán solos, saldré con tu tío —Informó mi tío levantándose
de la mesa.

—¿A donde irán? —Pregunté con curiosidad.

—Que te importa.

—A comprar —Respondió mi tío al mismo tiempo que papá.

Como se nota la diferencia.

Asentí sin más y también me levanté de la mesa.

Llevé mi taza hasta el lavatorio y Gabriel me dijo "Déjalo allí, Charlie lo


lavará". Hice caso y luego de hacer eso, a lo lejos vi a Peter, este estaba
lamiendo su plato, ya se había acabado todo.

—Hola, mi amor —Dije intentando evitar la voz aguda. Lo agarré con


ambas manos y lo levanté, hasta tenerlo acurrucado en mi pecho —.
¿Cómo estás guapo? —Este me lamió la cara —. ¡Aaay! Que bonito eres
pedazo de bolita ¿Quieres más comida? ¿Si? —Lo puse en el piso de
nuevo y agarré un puñado de croquetas que había en una enorme bolsa al
lado. Las tiré en su recipiente y este volvió a comer como loco —. ¡Que
lindo! —Mascullé —. Te amo mucho mi hijo, tu papi está aquí y te ama, ¡Te
ama! —Confesé acariciando su cabeza.

—Aaaw, te pareces a mi cuando estoy con Andy —Dijo Ben.

No voy a mentir, casi me cago del susto.

—¿Eres así con Andy? —Pregunté burlón.

—Obvio ¿Tu no eres así con Carl? —Bajó el tono de voz al hacer su
pregunta.
—Depende.

—¿Depende?

—Depende de qué tanta valentía tenga para comportarme así —Contesté


casi en un susurro —. Ya sabes, hasta ahora me da vergüenza verlo a los
ojos después de besarlo.

Hablando de vergüenza, acabo de recordar cuando tuvimos esa cita en su


azotea... ese día, después de todo, no podía ni hacer contacto físico
accidental con él, lo cual era muy contradictorio, pues minutos atrás nos
estábamos dando amor sin palabras.

Es que hasta ahora se me hace muy surreal el simple hecho de estar


dando amor hasta con palabras a un tipo, digo, no es cualquier tipo, es
Carl; mi mejor amigo, confidente, alma gemela desde que nos conocimos.

Aun así, no puedo evitar recordarme que en efecto... estoy con un hombre.
¡Eso es de gays!

—Ya luego te acostumbras —Dijo Ben.

—¿Si?

—No sé, supongo. No me avergüenza besar a Andy o darle cariñito. De


hecho —Sonrió cual bobo enamorado —, es mi momento favorito del día.

—Lindo. Me gustaría ser así con Carl —Confesé.

—Dale tiempo al asunto, supongo que no debe ser fácil descubrir que no
solo te gustaban las chicas. Es normal —Aconsejó bastante relajado, para
después acercarse a Peter y agacharse para poder acariciarlo —¡Que
lindo! Ay que hacer que conozca al perro de Andy.

—¿Tiene perro?
—Si, todos acá tenemos, menos Taylor y Noah. Noah tiene gato y pues
Taylor... se le murió su hámster y desde ese entonces no quiere más
mascotas.

—Oh.

—En fin. Tu papá saldrá ¿No es así?

—Si —Se me prendió un foco en la cabeza luego de decir eso —. Tengo


que hablar con Carl.

—Hasta que te das cuenta de tu oportunidad.

—A veces soy medio lento.

Papá me dejó más hueveado de lo que ya estaba.

Sonreí ante mi pensamiento y me puse de pie.

No debería estar bromeando sobre eso, pero no lo puedo evitar. Me hace


sentir mejor en ciertas ocaciones.

—Bajen más la voz —Ordenó Noah entrando junto con Taylor —. Hasta la
cocina se escucha que quieres hablar con Carl.

—¿Las paredes son de papel o qué? —Pregunté confundido.

—No te preocupes primito, nuestros padres ya están saliendo —Informó


Taylor.

—¿Entonces ya puedo hablar con Carl?

—Si.

Sonreí inconscientemente después de eso.


—Okey —Dije aún mantenimiento esa felicidad en mi rostro.

Me di media vuelta y me acerqué a las escaleras, para comenzar a subir.


Di pasos apresurados, pero me detuve al escuchar más detrás de mí.

—¿Por qué me siguen? —Interrogué viendo a Noah, Ben y Taylor detrás


de mí.

—¿Por qué no? —Me devolvió Ben.

—No escucharán lo que hablo con Carl.

—Yo solo voy contigo para mostrarte en donde puedes hablar sin que
estos te sigan —Dijo Taylor haciendo a un lado a sus amigos —. Ven —Me
tomó del brazo y me llevó hasta su habitación.

Al entrar a esta, tomé el celular y al voltearme, la ventana ya había sido


abierta por mi primo, este me hizo una seña para acercarme. Al asomarme
hacia afuera, no podía ver el piso, había mucho espacio entre la ventana y
el techo, lo que si podía hacer, era caminar por allí y hasta acostarme y
estaría seguro de que no me caería.

—Ve ahí —Ordenó Taylor.

Hice caso y al pasarme al otro lado él hizo lo mismo.

—Sube por aquí —Siguió, apuntó a unas agarraderas de metal que


llegaban hasta una ventana.

—¿No me pudiste mostrar esto antes? —Pregunté.

—No me confiaba mucho.

—¿Tan mala vibra doy? —Usé una frase que él suele decir cuando ve a
alguien que le cae mal.
—Si, la verdad que si. Das vibras de araña venenosa —Contestó
sonriendo —. Sube.

—Tú das las mejores vibras, en serio —Dije sarcástico.

—Lo sé —Sonrió de forma angelical.

Subí con cuidado y al llegar a la altura de la ventana, Taylor me dijo que la


abriera. Así lo hice y vi un lugar en el que fácil podían caber dos personas
o hasta tres, allí habían luces al rededor, todo el techo que tenía forma de
pirámide tenía estrellas (supuse que fosforescentes) pegadas en este y
había una cama con peluches y una colcha en el suelo.

—Waoh —Dije con asombro.

—Métete, que ya me cansé de agarrarme de esta cosa.

—Ok, ok —Entré y caí sobre ese suave colchón.

—Papá lo mandó a construir hace años —Contó —. Dice que es para más
tranquilidad. En fin, acá puedes hablar con Carl y nadie te va a escuchar.
Si viene tu padre solo le digo que estás en el baño o yo qué sé, pero te
aviso.

—Está bien. Gracias —Sonreí sin dientes, de forma honesta.

—No hay de que, ahora si adiós, quiero hablar con Lily —Volvió a bajar las
escaleras, dejándome completamente solo allí.

De forma apresurada, prendí aquel celular, el cual había dejado cargando


toda la noche. Cuando este retomó la señal, varios mensajes comenzaron
a llegar y como me lo esperaba, eran de Carl.

[Noah_xywi] Harry_S128
Hace una hora

—Holaaaa
Perdón por no responder
Hola maricón
Soy Paul
Carl está vomitando
Un toque
Hola ya soy Carl
Te cuento después
Anoche estuvo todo bien crazy 😨
Hola Jacoboooooo
Soy Marco
Oye de casualidad no quieres que hackee a alguien más? Necesito dinero
Hola amor
Volví
Soy el amor de tu vida
Nah no es cierto
Soy Paul
Carletos se fue a tomar agua
Jake mira ponte serio
tienes competencia
Hay una chica que quiere con tu novio
Se llama Sofia, tiene 9 pero es bien asalta tumbas

¿La hermana de Marco quiere con Carl? Eso si es crazy.

—Jelou
Como que estás vomitando?
O estabas, no sé

Esperé calmando unos minutos, me quedé viendo el techo estrellado de


ese lugar. Me relajé bastante, pues era bastante fresco y había un
completo silencio.
Hasta que sonó el celular.

—Holaaaaaaaa
Jow ar yu?
Ventana window
Manzana apple

—Eres Marco, Paul o Carl?

—Carl
Ya volví a mi casa
Me sentía de la puta madre

Me mandó una foto de él acostado en su cama, estaba tapado con una


colcha azul.

—Por?
Qué pasó?
Comiste algo que te cayó mal?

—Bebí algo más bien


Salí de fiesta con Marco y Paul
Chupé unas chelas hasta quedar todo tirado
No unas chelas no, no más quería saber que se sentía ponerlo
Tomé pisco y Fourloko y Smirnoff
Y no sé qué más me metí pero ya sabrás como estoy

¿Ese fue el chico que en mi cumpleaños tiró el trago que estuve a punto
de beber?

—Ay pero ni quince años tienes —Escribí recordándole lo que me había


dicho en mi cumpleaños.

—Calla
Me ganaron las ganas
Además el ambiente estaba como serie de delincuentes
Ahhh e hice amigos
Un tipo llamado Luca y otro que se llama Vicente

—Hiciste amigos en plena borrachera?

—Ajá
Ya ni recuerdo sus caras pero los tengo en Instagram así que
X
Y tú cómo estás?

—Maso
Ya sabes
Me llega al pincho mi papá
Pero bueno
Mi primo me mostró un lugar en el que puedo hablar contigo tranquilo sin
que nadie joda 😍
Le envié una foto de mí sacando la lengua de lado.

—Y ese gringo???
Papirico te doy y no consejos 🫦
JAJAJJA
Bromita

—Cómo que bromita? 😔


—JAJDAKJD
Oye hablando enserio
Te ves más blanco
O es la cámara?

—La cámara lo más probable


Oye
Oye
Oye

—Dímelo

—Puedes hacer videollamada?

—Sisi

—Podemos
Hacer

No terminé de escribir, pues Carl ya me estaba llamando.

—¡Hola! —Dije después de contestar.

—Hola —Respondió Carl con un tono de voz apagado.

Me senté en la cama y arrimé el celular en un pequeño estante que estaba


al lado.

—No quiero que me veas la cara me veo de la mierda —Dijo. Solo se veía
su techo.

—Está bien —Bajé mi celular para que esté apunte al techo también.

—¿Por qué lo bajas?

—¿Qué tiene?

—No jodas, yo si quiero ver tu cara.

—Pero...
—Tienes una belleza para admirar, apura, súbele a la cámara —Ordenó
—. Ay... soné muy mandón.

—De esos me gustan —Le dije.

—Ay.

—¡Aaay! —Gritamos los dos al mismo tiempo.

Subí la cámara y en esta me veía con bastante iluminación, no de manera


exagerada, pero si la suficiente como para que se me note hasta el grano
que me salió ayer.

—Mariconada —Se me salió decir.

—Si eres.

—Tu también —Dije burlón.

—No más que tú.

—¿Ah, si? Te recuerdo que fuiste tú quien se me declaró —Me miré en la


cámara unos momentos. En serio me veía bien guapo.

—Y yo te recuerdo que tú me besaste.

Sonreí y desvíe las mirada del celular.

A ver, estoy guapo, eso ya se sabe. Tengo que aprovecharlo, ningún


pucallpino va a llamar la atención de Carl mientras yo exista.

—Y tú me seguiste el beso —Respondí.

—¡Tú casi te montas encima pedazo de gay! —Rió recordando eso.


—¡El gay eres tú! —Le recordé burlón.

—Ah bueno, si —Hizo una pausa y asomó la mitad de su rostro a la


cámara, solo se le veían los ojos y su cabello tapado con una capucha
—¿Qué te pasó en la cara?

Intenté disimular como mi sonrisa se fue desapareciendo poco a poco. Me


asusté al recordar que aún tenía el labio y el mentón algo dañados por el
golpe que me di cuando me tiraron al suelo.

Me mordí los labios y volví a elevar las comisuras de estos.

—Nada —Respondí y al instante vi que fue estúpido decir eso —. O sea,


no es que no me haya pasado nada, no más que no es la gran cosa. Me
caí jugando con los amigos de mi primo —Dije todo muy rápido.

—Auch, ¿Pues a que jugaban? Que hasta morado te dejaron el mentón.

—Ah es que... —Piensa inútil piensa —es que uno de ellos juega fútbol
americano y pues me tumbó sin medir su fuerza. Se llama Ben —Agregué
para cambiar el tema —. Le decimos la inclusión forzada porque es el
único que no es parte de los LGBTIQ cuarenta más —Sonreí con
inocencia.

—¿Todos son gays o qué?

—Si, hasta hay una chica trans y un demisexual.

—¿Qué es eso?

—Ni puta idea pero si. Supongo que de esos que se arreglan mucho.

—Esos son los metrosexuales.


—Ah... —Me quedé pensativo unos segundos —. Aunque, si se arregla
mucho. Si le sacan plata a eso, yo apenas y me lavo la cara. Y ojalá que
no me haya escuchado Taylor porque luego me dice que se me nota.

Carl río burlón.

—Si, a mi también se me nota.

—Ay si, hablando de tu aspecto, ¿Por qué tomaste tanto? ¿No que
estamos muy jóvenes? —Pregunté con curiosidad.

—Es que Paul me dijo que disfrute que no estabas tú ni mi mamá.

Levanté ambas cejas sorprendido ante eso.

—Ni que yo fuera impedimento. Aunque bueno si es que te vas a poner a


beber todo lo de la mesa pues si sería un impedimento. Pero fuera de eso
no.

—Creo que se refería a los celos o así. No sé.

—¿Celos? ¿Yo por qué tendría celos? —Pregunté ofendido.

—Ni idea.

—O sea, no es como que uno de allá tenga más bendiciones que las que
Dios me dio.

—Hay un poco de palabras en tu egocentrismo —Dijo Carl.

—Lo siento.

—Aunque ni te preocupes, no me fijaría en nadie que no seas tú.

—No lo digas, eso ya se sabe.


Noté que sonrió por la forma en la que sus ojos se enchinaron.

—No cambies porfa' —Pidió.

—No te preocupes, difícil que lo haga, eso ya es cosa de los Ross... y de


los Williams.

Rió.

—Ay verdad, oe, oe, oe.

—Dime, dime, dime.

—¿Quién te dio el celular?

—Ah, un chico. Se llama Noah.

Volví a pensar unos momentos. Ahora que mencioné a Noah ¿Debería


decirle lo que hizo? O sea, podría hacer que Carl se sienta mal, ¿Pero si
no le digo y se entera? Aunque sería difícil que se entere porque ni hablan
el mismo idioma, pero ¿Y si lo hace?... Nah no creo que se entere.

—Ah y sobre Noah.

—¿Qué con el gringo?

—Me coqueteó cuando llegué aquí —Bajé mi tono de voz por cada palabra
que decía.

Carl ahora sí mostró la cara. Se le veía con ojeras y algo pálido.

—¿Qué el gringo qué? —Preguntó confundido.

—Me coqueteó.
—Ah —Levantó ambas cejas y luego desvió la mirada hacia otro lado.

—No te preocupes, no le di ni la hora.

—Ajá, ¿Y él te dio ese celular?

Miré hacia ambos lados, ojalá no la haya cagado.

—Si.

—Ah —Se mordió el labio e hizo una pausa —¿Y cómo es Noah?
—Sonrió.

—Este... es color papel, literalmente. Tiene rizos, su cabello lo pintó de


rubio, pero se nota que era negro, por sus raíces. Estem, se viste como
emo, tiene un piercing en la nariz, pecas... ah y sus ojos, oye tengo que
aceptar que ese tipo si tiene lindos ojos, son grises claros ¡Grises! —Noté
que Carl puso los ojos en blanco y luego sonrió de nuevo—Pero nada se
compara con los tuyos —Agregué con miedo.

—Ajá. ¿Qué te dijo cuando te regaló el celular? —Ay creo que la cagué.

—Que quería que hablemos porque no le gustaba ver que no estemos


juntos. Dice que somos su pareja favorita.

—¿Después de haberle coqueteado le dice que son su pareja favorita? Ojo


ahí hermanito —Una voz femenina se escuchó.

—Valeria no ayudas —Dije fingiendo enojo.

—Gracias, Val —Dijo mi novio.

—En serio no pasa nada, el no más me dijo que tenía un novio pero que
era una mierda y que quisiera una relación como la de nosotros.
—¡Ah...! ¿Cómo la de nosotros? —Él sonrió, de manera muy fingida
—Ah...

—¡Ya me callo! —Me tiré en la cama y me hice bolita. Luego caí en cuenta
de algo —¿Oye estás celoso? —Volví a sentarme en el colchón.

—Nah como crees —Respondió Valeria.

—Cállate, Valeria —Dijimos él y yo al mismo tiempo.

—No estoy celoso —Respondió finalmente —. Digo, que amable Noah.

—Si.

—Muy amable.

—Si.

—Bastante...

Silenció el micrófono y comenzó a decirle cosas a su hermana. Luego de


casi un minuto, volvió a encenderlo. Se escuchó el sonido de la puerta
cerrándose y por fin habló.

—Okey si estoy celoso.

—Pero ¿Por qué?

—¡Porque ese gringo quiere meterse con mi hombre! —Soltó una


carcajada luego de esto.

Ya entendí, creo que está bromeando.

Creo.
Espero que así sea.

—Pero yo no le doy bola —Aclaré.

—No pero uno nunca sabe cómo es la gente. No es que no confíe en ti, no
confío en él —Se llevó una mano a la frente —. Ay, ya me estresé, Juan
—Habló cómo señora.

Si, estaba bromeando.

—Yo solo te quiero a ti María Josefa —Le continúe el juego.

—¿Entonces por qué no le dices que se vaya a la re concha su mare a esa


gata rompe hogares?

—Es que no lo entiendes Josefa —Fingí drama.

—Claro que lo entiendo, ¡Ya no me quieres! —Se llevó una mano a la boca
y fingió llanto.

—¡No es así, bebé! !Eres el único!

—¡Más te vale Juan Miguel! —De cara de enojo pasó a una feliz y
sonriente —¿Qué tal me queda el papel de novio celoso?

—Bien, bien —Respondí intentando no reír.

—¿Ves? Nací para esto.

—Deberías actuar en "Luz de Luna".

—¡Si! Salí tan buen actor que te hice que creer que ya no estoy enojado
con ese tal Noah.

Se me borró la sonrisa, otra vez.


—No te enojes conmigo.

—No, contigo no me enojo amor, todo bien —Mandó un beso volado a la


cámara —. Yo hablo de ese blanquito colonizador.

Casi me desmayo luego de escuchar eso.

—¿Acaso dijiste amor? —Sonreí de lado.

—Ay.

—¡¡AAAY!! —Volvimos a gritar como locos.

—En fin, no te preocupes, todo bien contigo.

—Si, haré que conozcas a Noah ¿Okey?

Asintió.

—No necesitas demostrarme nada, esta bien —Dijo.

¿A mi que chucha? Igual lo voy a hacer.

—¡Ay! Hablando de gatos rompe hogares. ¡Te cuento!

A veces me da risa cuando a Carl se le sale el acento de la selva.

—¡Cuéntame!

—Es sobre Paul y Marco.

—¿Qué con ellos?

—Acomódate que esto está para caerse de patas.

Me acosté en la cama.
—Ya, cuenta.

—Ya, mira...

Mientras me daba una introducción sobre lo que había pasado, no pude


evitar pensar en que Carl se había puesto celoso. Digo, no es la primera
vez que lo veo celoso, pero si la primera vez que me dice que lo está.

¿Ya llegamos a esa etapa en la que decimos cuando nos sentimos


inseguros de alguien?

Bueno... es mejor que la de la decepción, supongo.

¿En qué estoy pensando?

¡Ojalá no llegue esa nunca!


Carl

25 semanas- Jueves- clases . . .

—Es que en serio, no aguantas —Dijo Paul recordando mi borrachera de


ayer.

—Ni sé cuánto tomé.

Después de haber vomitado al salir de esa fiesta y de haber amanecido


con un dolor de cabeza que te mueres, Paul no dejaba de repetirme que
soy un pollito.

Nos detuvimos en un pequeño muro de cemento que estaba al lado de


unos árboles de bambú y nos sentamos en estos para seguir comiendo.

—Tomaste como diez vasos —Dijo —. Aunque, pensándolo bien, bebiste


Fourloko, eso está fuerte, pero igual, no jodas. Si no aguantas, ¿Pa' que
tomas?

—Te recuerdo que tú me dijiste que no me preocupe—Le recalqué dejando


de lado que también mencionó que no estaba ni mi mamá, ni mi novio.
—O sea, si pe huevón, pero no sabía que eras pollito.

No respondí por unos momentos, pues estaba masticando mi sándwich.


Horrible para ser honestos, me lo compré en el cafetín de la escuela, pero,
era eso o nada.

—Olvídalo —Dije —. Mejor háblame de Marco.

Si él cambia el tema preguntándome por Jake, ¿Por qué yo no puedo


hacer lo mismo?

—¿Con Marco? —Se hizo el huevón.

—Ajá, los vi de arrechos en la fiesta, de eso si me acuerdo bien, no me


quieras ver la cara de cojudo —Le advierto.

—Ah, si. Pues nada.

—¿Nada? No jodas, si hasta parece que te lo quieres cachar —Bromeé


sabiendo que en verdad parece que sí.

—No somos nada —Aclaró con seguridad —Y no seremos nada.

—¿Por qué no? Si a él le gustas y a ti te gusta él ¿O no?

Se quedó callado unos momentos, mirando a la nada, lo pensó un poco,


su pierna comenzó a moverse rítmicamente de arriba abajo, como si se
controlara por sí sola y luego de un rato de puro silencio incómodo
respondió:

—Es que yo ya tengo novio.

Okey, eso sí me cayó por sorpresa.


—¡¿Qué?! —Cuando me di cuenta de que hablé muy fuerte, intenté bajar
la voz —. ¿Novio? ¿Tú?

Él asintió y se encogió de hombros, restándole importancia.

¿Paul con novio? Me vi venir que le gustarán los tipos, me vine venir que
se traía algo con Marco, pero nunca se me pasó por la mente que ya
tuviera novio. En serio se lo traía bien guardado.

—¿Y cuánto tiempo llevan juntos? —Pregunté intentando atar los cabos
sueltos.

—Dos años.

—¡¿Quééé?! —Mis ojos se abrieron de par en par, en serio me veo como


un idiota por tanta sorpresa —. ¿Cómo nunca nos enteramos? —Seguí
con él interrogatorio.

—Porque a comparación de ti, yo no me metí con un chico de mi escuela,


ni de mi mismo salón —Respondió con su clásico aire de superioridad.

No le dije nada, más bien, seguí pensando en cómo es que pudo ocultarlo
por tanto tiempo. Aparte, si tiene novio, ¿Le estaba siendo infiel?

—Entonces, ¿Tienen una relación abierta? —Pregunté.

—No.

—Pero te besaste con Marco —Recalqué confundido —. ¿No sería


infidelidad?

Mi amigo le dió un mordisco a su keke de vainilla y se tomó su tiempo en


masticar y tragar para recién contestar.
—Si —Confirmó —, pero eso ya no es tu asunto —Dijo sin mirarme a los
ojos, a pesar de eso, seguía siendo intimidante.

—Okey... —Paul es infiel, ¿No debería decirle a su novio?... ¿Qué estoy


pensando? Ni siquiera lo conozco, tal vez solo me está mintiendo para
negar de mejor manera que tiene algo con Marco —. Te cuento que ayer
hablé con Jake y hoy en clase también —Dije cambiando el tema.

—¿Si? Con razón, parecías vicioso —Dice burlón.


Puse los ojos en blanco, ¿En serio no sé disimular?
—Por eso me puse al fondo, no quería que se dieran cuenta de que
estábamos hablando —Le di un sorbo a mi refresco de camu camu —.
Ayer hablamos por llamada.

—¿Y qué tal? ¿Ya perdió el acento? —Preguntó burlón.

—Ja, ja —Fingí reír —. No, sigue hablando como manyado.

—¿Y ya te dijo cuando va a volver?

Quisiera decirle lo que Jake me respondió, pero, ni él estaba seguro de su


respuesta, o al menos eso parecía.

—Según él dice que pronto.

—¿Según él? —De nuevo ese tono burlón —Entonces no sabes cuando
volverá. Jake no es el que decide, su papi lo hace —Dijo haciendo énfasis
en lo último.

—Pero ojalá vuelva —Intenté ocultar mi temor de que se quede allá.

—Igual y si se queda no sería taaan malo, o sea, es Estados Unidos. Tiene


mejor futuro allá que acá.
Aquello, por una extraña razón, resonó por mi cabeza. Paul tenía razón, si
él se queda en Estados Unidos también podría ser algo bueno, es un
mejor país y las oportunidades y estilo de vida es muchísimo mejor que en
Perú.

—Pues... si —Respondí luego de unos segundos —. Aunque igual quiero


que regrese.

—Supongo que él también. A menos que haya conocido gente nueva y se


sienta feliz, no creo que se quiera quedar.

De nuevo sus palabras se repitieron una y otra vez como un eco sin final.
¿Y si Paul tenía razón?

—Cállate, me das miedo —Ordené intentando no pensar mucho.

Intenté no pensar en sus nuevos amigos y en cierto chico que de seguro


tiene belleza angelical, tiene dinero y también le gustan los hombres.

—Lo siento. Si va a volver, era joda.

—Ya sé —Fingí seguridad.

Ni siquiera sabía si estaba entre los planes de su padre volver a pisar


Pucallpa.
Pensándolo bien, su padre tiene varias empresas aquí, casi por todo el
departamento de Ucayali y también tiene unas tiendas en la ciudad de
Lima, bastante exitosas la verdad. Nada más tiene una en Estados Unidos,
pero no creo que por solo una se quede allá sabiendo que en Perú está
toda su mina de oro.

¿Verdad?... ¿Verdad?

Jake tiene familia allá, lo podría dejar y volver solo.


Cállate pendejo, no te asustes.

El timbre comenzó a sonar y Paul y yo estábamos cerca de este. No solo


me sacó de mis pensamientos, también hizo que se me dañe el oído,
ahora lo único que me hacía ruido, era la campana.

Al fin, llegó mi momento favorito del día, la hora de salida.


Es extraño que piense eso, a mi siempre me ha gustado la escuela, o sea,
ya sé que la escuela es una mierda, pero tenía amigos, buenas notas y en
general todo iba bien. Decir que quiero irme es algo que mi yo de antes no
creería posible.
Antes tenía ganas de volver y ahora tengo un dolor de cabeza y ganas de
dormir (Sin contar que me sudan lugares que no sabía que sudaban).

Logré pasar a la siguiente zona del colegio por medio de una fila de puros
hombres. El prefecto no dejó pasar a las chicas porque una de ellas se
tardó unos segundos en avanzar. En cierto modo nos favorece a nosotros,
al menos a mí. Así no tengo que esperar media vida a que pase una fila
enorme de puras mujeres. Quiero largarme lo más pronto de aquí.
Me giré para ver a quienes estábamos dejando atrás y en esa multitud de
chicas, vi a mi hermana.

Mierda, tendré que quedarme más tiempo.

Seguí caminando en orden por indicaciones de los profesores que


supervisaban los pasillos. Pasé por el lado de una profesora que me
enseñaba en primaria, esta estaba hablando por medio de un micrófono,
llamaba a los niños por sus apellidos cuando sus padres ya habían llegado
a recogerlos. Continué caminando, con una punzada dolorosa en mi
espalda aumentando cada segundo, hasta que llegué a la zona de los
niños de inicial. Vi a Amelia recoger a su primo y a una compañera, Flabia,
salir con su hermana menor.
Pude haber llegado hasta la puerta, de no ser porque alguien me tomó del
hombro y casi que me arrinconó contra la pared de golpe.

—Paul, ya te dije que tengo novio —Advertí asustado.

—Si, yo también —Se separó un poco de mí. Pude notar su inquietud,


pues sus manos estaban juntas, jugueteaba con sus dedos y no podía
quedarse quieto

—Ese es el problema.

—No entendí.

—Está enojado, está muy enojado y necesito que me ayudes.

Abrí la boca para decir algo, pero vi que uno de los molestosos, Josué, el
religioso, se acercó.
Paul no perdió el tiempo, se giró hacia él y con un simple "Ya deja de
joder" y un pequeño empujón, hizo que este se vaya.

—Gracias. ¿Está enojado por lo de Marco? —Interrogué estando casi


seguro de que la respuesta sería un sí.

En efecto, si fue un sí. Es muy obvio, ¿Creía que su novio nunca se daría
cuenta o qué? Pero pensándolo bien... ¿Cómo se dio cuenta? Esto es lo
que no me gusta de que me dejen con el chisme a medias.

—Necesito que me ayudes.


—¿En qué? No pienso hablar con él y decirle que es mentira eso de que
casi cachan en un baño.

Puso los ojos en blanco y me miró serio.

—En primer lugar, no cachamos. En segundo, quiero que me lleves a tu


casa.

—¿Por qué a mi casa?

—¿¡No entiendes hasta ahora!? Está viniendo a buscarme, necesito irme.

—Pues vete a tu casa.

—¡Vive doblando la calle! ¡No puedo hacer... —No terminó su frase, pues
un chico, que estoy seguro que ya he visto antes, apareció por detrás y lo
tomó del brazo.

Es en este momento en el que digo: Adiós.

—¿Qué tú no eres el de la foto? —Preguntó viéndome con enojo.

—A él ni siquiera le gustan los hombres, ya vámonos —Dijo Paul


interponiéndose.

Aquel tipo, solo soltó un quejido, tomó a Paul del brazo con fuerza y se lo
llevó casi que arrastrándolo.
Ya sabía que lo había visto antes. Hizo lo mismo la primera vez que lo vi.
¿Esa vez Paul también lo habrá engañado?

Mirándolo mejor, se ve mayor. Calculo que de unos veinte años, pero lo


más probable es que sólo sea otro más que tiene aspecto de haber nacido
el siglo pasado (Así como Paul).
Sentí la vibración de mi teléfono en mi pierna. Metí mi mano en mi bolsillo
y lo saqué rápidamente. Tal y como lo sospechaba, Jake me había
mandado un mensaje.
Al abrirlo, vi que era una foto tomada desde arriba, de un chico de piel
trigueña y ojos oscuros, su cabello era liso, pero con un levantamiento al
final, algo esponjoso y traía puesto una camiseta de un equipo, no pude
ver de qué, pero supuse que de basket o tal vez de fútbol americano.

—Hiiiiiii —Escribió.

—Que

—Are you Jake's boyfriend???

—Jake te quitaron el celular?

—Jake talks a lot about you

—Yeah?

De algo debe servir que esté en inglés avanzado.

—Yeeeeeees he says that you are the most beautiful boy in paculpa

—Pucallpa —Corregí intentando no reir.

—A
HAHAHAHA

Primera vez veo a alguien reírse con la h.

—And where's Jake? —Pregunté.

—In the bathroom


Wait
¿Okey? ¿Ese fue el chico qué le prestó el celular? Mierda, y si está guapo.

—Caaaarrllll
perdón
Tomaron mi teléfono

—JAJAJA
Si ya me di cuenta
Él te prestó el celular?

—Nop
Ese es Noah
Ben es la inclusión forzada XD
Ben ni es blanco Carlitos

—Ay verdad
JAKJXKWJXIWJD

—Además Noah hoy no vino


Solo Ben
Estábamos mirando película
La de Scream
Y ajá, me fui al baño y Ben tomó mi celular

—Carl —Me llamó mi hermana —. Vámonos —Ordenó.

Hice caso a sus ordenes, caminé junto a ella, pero volví a pegar mi vista
en el celular.

—Igual, como ya contestaste


Que tal te fue hoy???

—Bien bien bien

Mal. Mal. Mal.


—Es que como hoy hablamos... —Agregué en el chat.

—Ay
Basta
me chiveas ajsjkasjaks

—EDJFHDJSAK calla gay

—Mira quien habla


Para tu información, soy bi

—Bien chivo

—Yaaaaa
no se supone que eso es homofóbico?

—y?

—Somos novios

—...
NO ME DIGAS
SOY GAY??? 😨😨😨😨😨😨
—Si bro 😔
—OH NO
MIS DERECHOS

Reí y cuando desvíe la mirada, vi a Diego y Josué. Se me borró la sonrisa


en un instante. Guardé mi teléfono por si querían venir a molestar.
Al salir del colegio y ver que ya no los tenía a la vista, volví a sacarlo.

—Nuestros —Respondió Jake.


—Basta
Desaparecieron
Como mi papá-

—Oye 🧍
—Ríete

—JAJAJAJA 🤣🤣🤣 que gracioso eres amigo 😂😂


—Muy bien, me saliste obediente

—que
Tu vieja te salió obediente
(Te quiero mucho tía Monica)

—Suegra*
Hablando de tu suegra
Mira

Subí al auto y saludé a mi madre con una sonrisa.

—Estás feliz —Dijo ella devolviéndome la sonrisa.

—Sip, posa —Avisé antes de tomarle una foto con la cámara. La cual tardó
en cargar, mi celular seguía cagado después del "accidente" con el
sanitario.

—¿Para quién es? —Preguntó mamá.

—Para Jake.

—¡¿Jake?! —Preguntaron mi madre y mi hermana al mismo tiempo.

—Si. —Le envíe la foto de mi madre a mi novio.


—¿Y cómo está él? —Interrogó mamá.

—Supongo que mal, con todo lo que está pasando —Dijo Valeria y de
reojo pude ver como mamá le hizo una cara algo extraña, de esas que te
advierten sobre algo.

—Me dijo que consiguió amigos allá y que uno de ellos le prestó un celular.
Es que su padre le quitó el que él tenía —Expliqué, algo mal, pues seguía
contestando mensajes.

Jake me había mandando una foto tomada desde la cámara trasera, se


veían sus piernas tapadas con una colcha, al tipo deportista acostado boca
abajo y a su primo tirado en una especie de colchón que parecía ser una
pelota inflable.

—¿Su padre sabe? —Siguió preguntando mamá.

—No.

—Ten cuidado, hijo —Habló en un tono serio y me miró desde el retrovisor


—. No sabemos cómo vaya a reaccionar.

Yo creo que sí sé, pero hasta donde me contó Jake, no es bueno.


Después de haberle visto ese labio roto, no creo que sea bueno.

—Si mami, no te preocupes —Preocúpate mami, preocúpate.

—Si ese viejo te dice algo me avisas.

—Okey —Asentí sabiendo que lo más probable, es que no diga nada.

Volví a poner la vista en mi celular, ahora Jake me había mandado una foto
en la que toda la canchita que estaban comiendo, ahora estaba en el piso.
—Fue Ben —Envió.
Y se supone que ese es el capitán de fútbol americano

—Es el capitán?
Solo falta que su novia sea la porrista

—Si es

—Q
Serio?

—Ajá
CHISME
No te conté
Me dijo que por eso comenzaron a hablar
Ella era nueva y se unió al equipo
Un día ella estaba sacando algo de su casillero (cosas de gringos)
Y Ben estaba pasando por ahí y chocó con una chica con lentes y libros

—Su actual novia

—No no, era una extraña


Y bueno Ben le dijo "Ni con lentes ves bien amiga"

—Ay
Yo soy esa chica

—jssjasaksj sii maldito chejo

Siempre tan romántico.

—La cosa es que Andy (su novia) se rió de eso


En silencio, cuando la otra ya se había ido
Ben la escuchó y comenzaron a hablar
No te voy a contar todo, Ben se quedó hasta las 2am narrando hasta cómo
fue su primer beso

—AWW
Que lindo que tu pareja haga eso

—Yo tambien lo hice


No más es un dato
XD

—Contaste cómo nos hicimos novios??


Aish
Poner eso suena bien gaaaay

—Lo sé!!
Es lo mismo que yo digo

—JAJAJAJ

—Ah y si, conté hasta cómo nos conocimos


Al grupo de mi primo
Creo que ya nos convertimos en su espectáculo de cierta forma

—Raro
Imagínate ser el espectáculo de alguien
Como si estuvieramos en alguna película

—O un libro

—La gente vería todo lo que hacemos

—Hasta las veces en las que te llevé al oscurito


—SHHH
No lo recuerdes
Que me dan ganas

—HWINFEOJF
Y así dices que yo soy el gay?

—Bueno tú eras el que me llevaba allí...


En parte si lo eres

—BASTA
Me siento muy homo 😭
—Yo también 😭
—Te quiero mucho bro

—Igual bro
Oe
Porq nos seguimos diciendo así?
Ya somos pareja

—Es que ya me acostumbré a tratarte por apodos más... Amistosos


Y tú también lo hacías
Cómo la época en la que me decías chiva loca

—Bueno te estaba dando un spoiler de tu futuro...

— 🖕🏻
— 🖕🏻
—Lindo futuro el que me esperaba

—No vuelvo a ignorar los "Usa este audio" de tiktok


—jkassaks
Igual y el futuro si fue lindo en cierta parte
O sea, soy tu novio

Le sonreí como un idiota al teléfono.

—Ay
Me pasé de coqueto

—Un poco no más


No tanto como yo ese día

—Cual

—En la azotea
"Mosquitos"

—Ahhh
Jajkjskajsas
Era besito no succionar mi alma

—JASKASJDHS
Perdón

El auto frenó y mamá nos informó que ya habíamos llegado a casa. Abrí la
puerta del auto y esperé a que mi hermana termine de abrir la puerta de la
casa con la llave.

—Se calientan su comida, vuelvo a las ocho —Dijo mi madre antes de


arrancar el auto.

Entramos a la casa, subimos con calma al segundo piso y Valeria tiró su


mochila en el sofá al llegar.

—Yo comeré después —Dijo caminando hacia su cuarto.


—Yo también —No despegué la vista de mi teléfono después de eso. Solo
me dirigí hasta mi habitación y me encerré en esta para seguir hablando.

—Oye oye

—Dime cholo

—No deberíamos tener un apodo bonito?

—Cómo

—O sea
Ya sabes
Las parejas siempre tienen un apodo así bien
Cursi

Me acosté en mi cama y tapé la mitad de mi cuerpo con mi sábana.

—Mmm
Pero si tenemos

—Cucarachina pituca y rata de alcantarilla no cuenta


Hablo de uno lindo

—Como cual?

—No sé
Ariana le dice a Joaquín "mi negro" y él le dice a ella "mi blanca"
Algo así

—Quieres que nos digamos así?

—No no
Ya sé que si somos pero no
Ese apodo ya es suyo
—Mmm
Ratita de alcantarilla no estaba bien? 😔
—Es que eso es más de bros
Aunque si me gusta pero quiero tener mi momento pareja peruana
pucallpina 😭
—Ya me acostumbré a decirte cosas de bros
Mmm
Moun amour

—Eso lo sacaste de Heartstopper 👺


—Ash
Mmm
Mi tóxico fav 😍😍
Nah no es cierto
XD
Amor?
JKAJDKA mariconada

—Dije apodo
No lo que ya soy
JAKJDA si somos

—Mmm
Deja le pregunto a Ben y Taylor
Ya
Mira
Ben le dice a Andy "Mi hermosa chica" y Taylor a Lily "Mi linda flor"

—Que hermosa flor que hermosa flor que linda floooooor

Escribí la letra de una canción peruana con un nombre casi igual al apodo.
—Pensé lo mismo jakjdkajd
Ya a ver
Mmmmmm
Mmmmmm
MMMMMMMM
Rata si me gustaba 😔
—Si a mi también 😔
—Tu si quieres me puedes decir el amor de mi visa

—No sería de mi vida?

—También
Pero digo de mi visa porq
Te dije que te voy a sacar de latam 💐
—Primero regresa y luego me cuentas 😭😭
—Ash
Ya no se puede ser romántico en estos tiempos 🙄🖕
O prefieres que te trate mal?

—Depende de mi estado de ánimo


Na no es cierto
JKAJDKW

—XDD
JAJAJAJS
masoquista
En fin
Hablando en serio
Que apodo te puedo poner

—Mmmm
—Ayyy ya sé
Mi chamaquito 😍😍😍
—Eso es del al fondo hay sitioooo

—Noooo
De AFHS es mi chamaquita ☝️
A ver
My beautiful beautiful boy 😋

—Me gusta
Pero te lo sacaste de Eternals

—Ni te la viste y si sabes que lo dicen?


Carajo
A ver
Cariño
Cielo
Mi vida
Corazón
Flor
Joya

—Te metiste a la misma página que yo

—La de 150 apodos no?

—Si

—CIQOJXOWKD
Ratita me gusta corazón 😭
—A mi también 😭
Me dijiste corazón
Ay chivo
—jakajksqkjd
Chivo serás tú

—Rata de alcantarilla me gusta

—Cholo de mierda también

—Cucarachina

—Cojudo

—Pituco

—Charapa

—Huambrillo

—Mi pucallpino 😔
—Mi limeñito 😭
—Mi chejo 😔
—Mi mariposon 😔
—Ese me gusta
Merepresenta

—Chejo tmb me gusta


Ya que chucha dime cómo quieras

—Te llamaré por lo que te gusta


Ya rata cheja? 💐
—Te quiero mucho chivo loco 😭
—Yo más mi pucallpino con cara de shipibo 💖
—Yo más mi huambrillo cara de cholo 💗
—No me hables así que me enamoro

—La crisis en Perú está fuerte perdón

Volví a reír como desquiciado, y me acomodé en una posición fetal en la


cama para más comodidad.
Esa conversación iba para horas.
16. Deseo

Carl

27 semanas- Martes- clases . . .

En estos días, los pupitres de la escuela se han hecho bastante cómodos y


las voces de los profesores, más relajantes.

Allí va mi manera de justificar que me estoy durmiendo en sus clases. En


cierto modo si es cierto, las voces de los maestros están buenas para
narrar cuentos de niños para dormir. Y ni hablemos de las sillas, me dejan
con dolor de cuello, pero cuando se cierra los ojos y se pierda la
conciencia, eso no se siente.

—Hernández —Llamó una voz femenina —Hernández —Tocó mi brazo y


desperté al instante.

La profesora de comunicación, es una de las que debería abrirse un canal


de "asmr".
—¿Si, profesora? —Pregunté intentando mantener los ojos abiertos
después de que la luz me cegara más de lo que ya estoy.

—Ve con tu grupo —Ordenó —. Y comienza a dormir más temprano, es un


colegio, no tu casa.

—Si, perdón.

¿Grupo? ¿Cuál grupo?

Mi mirada se pasó por todo el salón, la mayoría estaban juntando sus


mesas en parejas de dos y los que ya lo habían hecho revisaban algo en
sus laptops.

—Carlos —Me llamó otra voz femenina.

Me giré y Amelia estaba con su laptop en su silla, la cual trajo desde el otro
lado del salón.

—Somos pareja —Continuó.

—Ah —Me rasqué la cabeza con una mano —¿Y qué hay que hacer?

Ella prendió su laptop.

—Una exposición sobre el Romanticismo, tenemos que hacerla en treinta


minutos, la presentaremos hoy —Informó y se sentó —Trae tu silla.

Mátenme, yo quería seguir durmiendo.

Hice caso y llevé mi asiento a su lado, junto con mi laptop. La prendí y


esperé a que el mal internet del colegio funcione.

—Te paso el link del Canva, cada quien hará dos temas —Dijo en un tono
de voz seco, para después comenzar a frotarse los ojos.
Con que no solo yo estaba durmiendo.

Esperé a que me envíe el link y al meterme a este comenzamos a trabajar


en nuestra exposición. Ambos estábamos muy callados, ni siquiera
hablamos para saber si los subtemas que elegiríamos se repetirían. Es
raro que no hablemos, no es como que seamos tan amigos, aun así, es
incómodo.

—¿Ya hiciste matemática? —Pregunté intentando sacar conversación.

—No.

—Pero es para mañana.

—Sí.

—¿Quieres que te ayude?

—Si quieres.

Pero tú ayúdame a mí carajo, ¡Dime algo más! ¡Al menos mírame al


responder!

Que me responda así ya no es normal.

Mi laptop emitió un sonido, un mensaje me había llegado. Era de ella.

—No te voltees
pero nos están tomando foto

Voltee asustado y un grupo de compañeros, nos estaba observando. Uno


de ellos tomaba foto, era Alejandro. Obviamente dejaron todo eso de
hacerlo cuando me vieron.
—Carajo que no te voltees te dije —Habló esta vez, mantuvo una voz baja
y no despegó la mirada de su dispositivo.

—¿Por qué nos toman foto? —Pregunté en un susurro.

—¿No escuchaste lo que dijeron cuando la miss estaba haciendo grupos?

—¿No?

—Se pusieron a decir que los dos gays de la clase serían pareja —Sonrió
—. No se les ocurrió algo más original.

—Oh... recién me doy cuenta de eso.

—Ni yo me había dado cuenta, se fijan tanto en huevadas —Lo dijo con
tanta normalidad y con cero preocupación.

—Realmente —Solté un suspiro pesado por la nariz e intenté cubrirme con


mi cabello, justo en ese momento fue cuando comencé a sentir las miradas
de todos.

Lo más probable es que estoy siendo paranoico, pero una vez que ya
notas que te observan, es imposible sacárselo de la cabeza.

No debería ser la gran cosa, no es la gran cosa, pero en serio ¿Quién


mierda se fija en la sexualidad de los que harán grupo? ¿Acaso alguien
dice "los dos heteros harán el trabajo"? ¿Y las fotos para qué? ¿Fotos para
qué? ¿Hay algo que quieran hacer con ellas?

Odio que ahora todo lo que señalen es que soy gay.

Continué haciendo el trabajo, ayudó un poco a que me distraiga, pues la


maestra, para controlar el tiempo, puso una cuenta regresiva de treinta
minutos en el televisor. Entonces, la presión de que tenía que acabar
rápido fue mi pensamiento principal. Tanto así que lo hice con 10 minutos
de sobra.

—¿Te falta mucho? —Le pregunté a Amelia.

—Algo.

Tuve curiosidad y me puse a espiar lo que hacía, a comparación de mí,


que solo puse un texto y el título encima de una plantilla, ella estaba
ordenando todo de nuevo y le agregaba detalles para que ciertas cosas
resalten aún más.

Al menos Karen, la profesora, se daría cuenta de que si trabajamos los


dos.

El tiempo pasó y solo podía meterme a revisar estados de WhatsApp y de


Instagram para ver si es que alguien publicó algo.

—Chicos ya es hora —Avisó Karen.

Llamó al primer grupo, este era de tres, expusieron bastante rápido y casi
nadie prestó atención. Lo bueno es que no se les ocurrió hacer preguntas.

—Ahora Córdova y Hernández.

Apenas y Karen dijo eso, casi todos comenzaron a gritar, era un grito
agudo, algo alocado y uno de mis compañeros gritó el clásico "Sau".

¿Por qué Amelia solo se ríe? ¿Cómo le hacen para no incomodarse?

A veces odio que ella se apellide Córdova ¡Ordenan por la letra de tu


primer apellido! Era obvio que saldríamos segundos.

Me caen mal. Todos.


Mi amiga y yo nos levantamos, ella llevó su laptop y la conectó al cable de
la televisión, para así poder transmitir lo que habíamos hecho.

—Ay mis mariposones —Dijo Alicia en un tono coqueteo.

Mi pareja solo sonrió y se puso al medio de la pizarra para comenzar con


la exposición.

Cuando me tocó a mí decir mi parte, una compañera sacó su celular y


junto con otra comenzar a ver si me estaban enfocando bien con la
cámara.

Al terminar de decir todo sobre el maldito movimiento literario, una de ellas


dijo:

—A ver haz una pose —Rió.

Arquee una de mis cejas y fingí que no entendía a que pose se refería.

—Que no te dé pena cho' —Esta vez habló Gael —No disimules, de nada
sirve. Árbol que nace torcido no se endereza.

Su risa fue como un contagio, pues luego de él varios le siguieron al


instante.

No supe qué hacer, y en un intento desesperado por hacer notar que no


me importaba, sonreí sin dientes y fingí simpatía.

—Ya chicos, basta —Dijo la maestra —Luciana guarda ese teléfono si no


quieres que te lo quite y se lo entregue a David —Amenazó.

—Gracias —Dije, dando por finalizada a de la exposición.

Mi compañera y yo volvimos a nuestros lugares. Ya ni sé por qué me


enojo, si todos los días es lo mismo, y creo que siempre se quedará así y
tendré que aguantar toda la mierda de mis "amigos".

—Y bueno, al final solo pasó eso, ya estamos bien —Paul me contó lo qué
pasó con su novio y el cacho, Marco.

—¿Así nada más?

—Ajá.

Ambos estábamos sentados en el piso, junto a la puerta de salida de la


escuela. Por mi parte, esperaba a que mamá llegue por mí, Valeria dijo
que se quedaría en la escuela por un trabajo, así que solo estaba yo, en
compañía de mi amigo, quien esperaba a que su novio venga por él.

—¿Y Marco sabe de esto? —Pregunté con curiosidad.

—Sí.

¡Ah no jodan!

Abrí los ojos de par en par y la mandíbula casi se me cae de la sorpresa.

¡¿Cómo que Marcó si estaba consciente de eso?!

—No me mires así —Ordenó.

—Lo siento, pero ¿No se siente mal al saber que es el cuerno? ¿Tú no te
sientes mal?
—Si, la verdad que si —Confesó con una expresión neutral.

No parece.

Estuve a punto de preguntar, pero el mismo chico de la semana pasada


entró a la escuela y se acercó a nosotros, esta vez ya no se le veía
enojado, muchos menos desesperado. Por el contrario, caminaba de forma
relajada, incluso le sonrió a Paul al verlo y a mí y me saludó con la mano.

Ni esa acción hizo que deje de tenerle miedo.

—Te veo mañana —Dijo Paul desganado. Se levantó y su novio le agarró


la mochila.

¿Y este quién es? Porque no se parece en nada al otro.

Me despedí con la mano y observé como se alejaban, cual pareja feliz que
apenas y estaba comenzando una relación. Como Jake y yo.

Hablando de Jake, me comentó que hoy iría al cine con sus amigos. No
pude evitar pensar en nuestra segunda cita fallida. Debimos ir al cine ese
día. A veces me gusta imaginar cómo hubiese sido, tal vez hubiésemos
amado la película o tal vez ni siquiera le hubiéramos puesto atención por
andar haciendo otra cosa. Yo hubiese pedido canchita dulce y Jake salada,
odia la dulce con todo su ser, al igual que la pizza con piña. Lo más
probable es que ese día me hubiese hecho bullying por no poder ver en
donde nos sentábamos y yo lo hubiese callado con un beso... o con un
puñete.

Dios, extraño besarlo. Extraño todo de él, extraño ver sus ojos todo el
tiempo y como estos desprenden un brillo que te hipnotiza, extraño poder
pasar mis manos por su cabello, por su cuello y hasta entrelazar mis dedos
con los suyos. Desearía poder tenerlo a mi lado justo ahora, desearía
poder sentir su respiración cerca de mí al estar en un abrazo que dure
horas.
Eso es lo que no me gusta de esto, ahora mismo solo deseo, deseo tantas
cosas y es frustrante porque no puedo obtener nada.

El sonido de mi celular me trajo de vuelta a la realidad. Mamá estaba


llamando.

Que bueno que esta vez si estoy sobrio.

—¿Aló, ma'? —Pregunté esperando a que me dijera que ya había llegado


por mí.

—Hijito, me salió algo en el trabajo, ¿Podrías volver solo a la casa?

Ay no jodan.

—Está bien ma'.

—¿Pero tienes ahí sencillo para que pagues el pasaje? ¿Y la llave de la


casa también?

—Si, si, acá tengo —Respondí aliviado. Hoy no me habían quitado el


dinero, tuve que esconderlo en mi cartuchera.

—Okey, avísame cuando llegues. Cierras bien la puerta, no quiero que


alguien entre y te maten —Advirtió paranoica.

Ya sé de donde lo saqué.

—Está bien, mami, no te preocupes.

—Te quiero.

—Yo también ma'. Te veo después.

—Te calientas tu comida.


—Si, mami, si.

—Chao, ¡Cierra la puerta!

—¡Ya, mamá!

Colgué la llamada y me levanté del piso. Me di una sacudida rápida para


limpiarme el uniforme y salí de la escuela. Al hacer esto vi a Amelia
saliendo de una multitud de personas que estaban comprando helado.

—Hola, Amy —Saludé.

—Hola, ¿Me ayudas? —Preguntó lamiendo su helado, este se estaba


derritiendo rápido —¿Me lo metes? —Preguntó mostrándome monedas
que tenía en su mano.

—Hay otras palabras que puedes usar para eso ¿Sabias? —Dije burlón.

Ella puso los ojos en blanco.

—¿Ya pero si me ayudas?

—Pasa —Me dio el dinero y se dio la vuelta, dejándome cara a cara con su
mochila.

—En el bolsillo grande.

—Ok, ok —Guardé su plata y se giró de nuevo.

—Gracias —Le dio otra lamida a su helado de chocolate con vainilla —.


Chaooo.

Continuó con su camino y estuve a punto de darme la vuelta y seguir con


el mío, pero recordé que había una pregunta que tenía pendiente.
—¡Oye, oye! —Casi que corrí para alcanzarla. Pues habían muchas
personas y obstruían el paso.

—Dime —Siguió caminando en intenté ir despacio, para tener más tiempo


de charla.

—Sobre lo qué pasó hoy en clase —Hice una pausa — ¿A ti te incomoda?

—¿De qué hablamos? —Preguntó con confusión.

—Ya sabes, cuando salimos a exponer y los demás...

—¡Aaah! Si, eso. Pues si, a veces si —Esta vez le dio un mordisco a ese
helado.

—Ah, es que parece que no. Digo, solo te burlas como ellos y te ríes.

—Ya es costumbre —Contestó sin más.

—¿Por qué no les dices algo?

—Lo mismo te pregunto.

Creo que ya entendí el punto.

—O sea, ¿Nunca dejaron de molestarte?

—No, si lo hicieron. Ahora solo me tiran comentarios "graciosos" —Hizo


énfasis en la palabra —, y bueno los otros dos son novios. Técnicamente
ahora todo está tranquilo.

—Lo siento por eso —Dije con honestidad.


—Está bien, Carl —Frenó y me miró —. Ahora sabes lo que se siente
—Desvío la mirada al instante —Ya llegó mi papá, te veo mañana —Sonrió
sin dientes y se alejó.

No entendí. ¿Eso fue un "¡Toma por puto!" o un "Te perdono"?

O los dos... ya no sé.

Carlos muévete, estás parado cómo estúpido.

Reaccioné y seguí caminando, me puse al lado de la pista y levanté una


mano para parar un motokar. Habían muchos, pues era la hora de salida,
así que hasta se apuraron para ver quien llegaba primero.

De camino a casa me quedé pensando en qué estaría haciendo Jake


ahora. Espero que esté riendo o haciendo algo que no tenga que ver con
peleas con su padre. En serio me siento muy mal por él y por su hermano.
Todo este chongo nada más por estar conmigo.

A veces me pregunto cómo serían las cosas si no estuviésemos juntos. Él


aún seguiría aquí, tal vez seguiríamos viéndonos en todas las salidas y
esperaríamos juntos a nuestros padres, le seguiría comprando a Ian su
helado para que no se sienta triste por algo que dijo Jake, seguiríamos
molestándonos en clases y lo más importante, nadie nos juzgaría.

A veces siento que todo esto es mi culpa. Al fin y al cabo, yo me declaré y


yo fui quien dejó a su novia por eso.

Intenté dejar de pensar en aquello y me concentré en ver si el motocarrista


me estaba llevando por el lugar correcto.

Pasamos por un boulevard que estaba divido por una acera llena de
árboles, habían girasoles en esta zona y una estatua de un león. Al final de
este pude ver la pollería "Shulita".
Ya me dio hambre.

El motokar siguió avanzando y al doblar a otra calle, vi un minimarket,


cuando ya estábamos cerca de este, hice que el señor frene.

—Espere un momento —Le dije antes de meterme.

Lo más probable es que no me den ganas de comer lo que hizo mamá.


Cocina rico, de hecho, las madres del salón siempre le piden que cocine
para actividades de la escuela, pero ahora no tengo ganas de comer algo
saludable, si es que se me entiende.

En fin, la cosa es que traje dinero extra de mi casa, quería pedirle a mamá
que me deje comprar algo y que lo pagaría yo. Pero como ahora no está,
ni modo, me tocará gastar de verdad.

Caminé por esa tienda, solo había un señor atendiendo.

Pasé por la zona de comida y vi varios productos empaquetados, entre


ellos, unas papas con sabor a pollo a la brasa. Lo agarré y seguí
caminando. Al llegar a la zona de bebidas, vi varias gaseosas, pero
ninguna del sabor que quería. Seguí paseándome por esa zona y vi un
congelador lleno de bebidas alcohólicas.

No, esta vez no.

Me di media vuelta y di unos pasos para acercarme a caja.

Había Smirnoff en lata.

No. Solo dije que sería una vez y ya, estaba en una fiesta.

Cómprate una gaseosa al menos.


Me di media vuelta de regreso a los congeladores. Abrí la de las gaseosas
y tomé una Inca-Kola.

¿Una vez más no hace daño, no? Es solo uno.

Cerré la puerta y abrí la otra, tomé el Smirnoff y me acerqué a caja de una


vez por todas.

El señor me miró y arqueó una ceja.

—¿Saliendo del colegio? —Preguntó.

—Soy repitente —Mentí y sonreí sabiendo que no me iba a creer.

El solo sonrió y puso las dos cosas en una bolsa blanca de plástico.

—Son diez soles —Extendió la bolsa.

—Gracias —Le di mi dinero, el cual ya había sacado de mi cartuchera


antes de salir del motokar.

Salí con la bolsa y volví a subir a mi transporte.

Llegué a casa en unos dos minutos, aquella tienda estaba cerca. Aunque
mamá casi no nos deja ir a esta pues dice que es peligroso y que los
secuestros a niños han aumentado mucho. En parte es cierto, pero no me
gusta no poder ni ir a unas cuadras de mi casa solo.

Abrí la puerta y me metí rápido, la cerré con llave y subí al segundo piso.
No le diré a mamá que casi me olvido de ponerle seguro a la puerta.

Al llegar me fui a la cocina y vi que mamá había cocinado locro... mejor se


lo dejo a Valeria.
Me metí a mi habitación saqué esa bolsa de papas, comencé a comerlas
poco a poco, me tomé mi tiempo en saborearlas, ¡Eran papas con sabor a
pollo a la brasa! ¡Son las dos cosas que amo más en el mundo! Aparte de
Jake, claro.

Ay... ¿De verdad lo amo? ¿Él me ama? ¿Cómo es amar? ¿Qué es


amar?

Carajo, ya. Jodanse y pásenme el Smirnoff.

En serio pásenlo, tengo sed.

Lo abrí y tomé, olvidé el detalle de que este es puro y no mezclado con


dulces ni power rade. Ya fue, ya lo compré, además, no sabe tan mal.

Me pregunto si así también sabrá la cerveza, si es que si, pues entonces


entiendo un poco a mi padre. Para ser honesto, también entendería eso de
beber para olvidar, que es algo que todo el mundo hace, incluso mi madre.

No obstante, yo no quiero olvidar nada, nada más quiero sentirme mejor,


en la escuela, en casa y todo el tiempo, pero no sé cómo hacerlo. Lo que
si sé, es que con alcohol se puede sentir algo de felicidad por unos
momentos, eso lo comprobé en aquella fiesta. Claro que después de eso
viene la resaca, los dolores insoportables de cabeza y las ganas de
vomitar, pero, a comparación de otras veces, en la que mis compañeros
me dicen cosas, me acosan y hasta me golpean todos los putos días, ese
dolor de cabeza se puede soportar. Sin contar que todo el tiempo está
rondando por mi mente las cosas que me dicen que soy y que no soy, las
preguntas de "¿En dónde mierda está mi papá?" tampoco faltan y las de si
seré alguien bueno para Jake, a veces se me cruzan.

No creo que con una simple lata logre entrar a ese nivel de felicidad que
espero, pero al menos estaré más relajado, o eso deseo.
No. No me estoy haciendo adicto, es solo por esta vez. Puedo dejar esto
cuando quiera y sin problema. No soy igual que papá.

Me comenzaron a llamar, dejé a un lado mis papas y observé quien era.

Jake quería hacer una videollamada.

Respondí al instante.

—¡¿Qué pasa causa?! —Saludó sonriendo.

—¡Gaaa! —Le respondí siguiendo el juego —¡Holaaa!

—¡Holaaa! —Paró al ver por los lados —Una señora me vio raro —Hizo
una mueca de desagrado y volvió a ver a la pantalla —. Mira en donde
estoy —Levantó el teléfono y enfocó a dos chicos, uno estaba muy bien
vestido, con la ropa bien planchada y un collar de oro. El otro parecía
vagabundo.

Fuera de eso, también noté que estaba en un centro comercial.


Específicamente, en el área de comidas, atrás podía ver un Mcdonald's

—Mira, mira, te presento a dos de mis... amigos se podría decir —Dijo y


volteó la cámara —Este es Finney —Dijo enfocando al que se veía pituco,
este saludo con la mano, sus movimientos eran suaves y me dio una
sonrisa desdentada, bastante amistosa—. Y este es Noah —Me enseñó al
vagabundo.

A la mierda, puta su mare, está guapo ese concha su mare.

—Hii —Dijo sonriendo de oreja a oreja.

—Hi —Respondí e intenté no poner cara de culo.


Le comenté a Paul sobre él y lo primero que me dijo fue: "Aguas, que de
seguro está esperando a que terminen. Y cuida de Jake, con un descuido
se te van, así son todos, nunca nadie es cien por ciento fiel".

Me sentí mal después de eso, pero intenté creer que no todo lo que dice
es cierto... eso espero.

Jake volvió a enfocarse y apoyó su celular en la mesa.

—Este celular tiene un popsocket de "Stranger Things" —Dijo él.

—¿Noah también vio la serie?

—Si, hasta conoció a Finn Wolfhard.

—Waoh —Dije con asombro.

Yo también quiero conocer a Finn. Que envidia.

—¿Y si van a ver la película?

—Si, si, no más que Ben, Andy, Taylor, Lily y Rose se fueron a comprar
comida.

—¿Qué van a ver?

—La de Pesadilla en la calle Elm.

—¡Ay! ¿Te acuerdas cuando vimos la primera?

—¡Si! Ese día desperté abrazándote —Confesó y casi se me bugea el


cerebro.

—¿Si? Yo no recuerdo eso.


—Es que desperté antes que tú y me alejé porque... ajá —Desvío la
mirada algo avergonzado —Que palta.

—Que gay.

—También —Asintió sonriendo.

Podría quedarme viendo esa sonrisa por el resto de mi vida.

—¿Oye, pero cómo que verán esa? ¿La pasan por el cine? —Pregunté y
le di un sorbo a la lata.

—Ah es que no iremos al cine de aquí, nada vinimos por la comida. Finney
tiene un cine en su casa.

¿Y lo dice como si nada?

—Si se le nota —Dije.

—¿Qué cosa?

—Lo platudo.

—Ah —Rió —. Si, hasta tiene una estatua en su piscina.

—¿Pues en qué trabajan sus padres o qué? Yo la única piscina que tengo
es la cocha que se forma afuera de mi casa cuando llueve.

¡Ay, Dios! Jake se ve tan lindo cuando se le enchinan los ojos y su


sonrisa te contagia felicidad.

Mátenme.

—Me sucede. No más no tengo piscina porque mis padres pensaron que
Ian se podía ahogar.
—Yo no tengo porque estoy aguja.

—No te preocupes, yo te daré una cuando nos vivamos juntos.

—Ay, me endulzas el oído maldito blanquito —Reclamé, fingiendo que no


me gustaban aquellas palabras. No quiero parecer interesado.

—¿No que ese era ya-tu-sabes-quien?

—Shh, tu también lo eres.

—Bueno. Quedaste colonizado, qué pena —Dijo con cierto tono de


superioridad.

Reí sabiendo que en otro contexto histórico, si hubiese sido así y no de


forma amorosa.

—Si hubiésemos existido en la época de la conquista de Perú, lo más


probable es que sería tu esclavo —Dije cayendo en cuenta.

—¿Premio o castigo?

—¡Ya! No estoy para hormonalidades.

—Eso no me decías ayer —Sonrió coqueto.

—¡Jake!

Él se burló y vaya que se rió bien.

Ayer realmente no pasó nada, solo se me salió decir en una llamada que
quería que me lo metieran, pero antes de eso estaba hablando de que dejé
mi mochila en el primer piso. Pero claro, como tengo una pareja bastante
mal pensada, fue imposible no evitar que me termine diciendo "Yo lo hago
y con ganas".
Fue broma, pero en serio ¡Estaba hablando de mi mochila!

—Te odio, me mariconeas —Le dije tapando la mitad de mi rostro.

Me pone nervioso con esa clase de cosas por más joda que pueda ser.

—Bueno ya te voy dejando, ya trajeron la comida —Me mostró varias


bolsas, solo diferencié la que tenía sushi y una caja de pizza.

—Está bien, chaooo.

—Te quiero —Dijo bajando la voz.

—Yo igual.

—Besos. En la boca también.

—¡Jake!

—¡Muak! —Cortó la llamada luego de haberse burlado.

Es en estos momentos en los que sonrío y me acuesto en mi cama para


seguir repasando todo lo que hablamos. Hace que me sienta como
drogado... o tal vez es el trago. Ni puta idea, pero ojalá si tengamos otra
llamada.

Lástima que yo no puedo llamarlo primero, es por seguridad, nunca se


sabe cuándo su padre estará allí.

Desearía hacer esto más seguido.

Mi celular volvió a vibrar. Lo prendí pensando que era Jake, pero en su


lugar, me encontré con alguien más.
Luc_a67
Holaaaaa

¿Quién mierda era Luca? ¿Y por qué lo sigo?


Jake

27 semanas- Martes- clases . . .

Me da mucha envidia ver a Taylor darle cosquillas a Lily, para luego pelear
con ella porque no quiere las cosquillas, y que al final ambos terminen
riendo y besándose.

Me recuerda mucho a las veces en las que peleaba así con Carl y
terminaba en lo mismo.

También envidio a Taylor porque puede decirle a su padre de forma muy


tranquila "Oye papá, me compré un gorro lgbt, mira, está bonito".

Me recuerda a las vez en las que papá me dió con sus puños justo en las
costillas.

También envidio a Taylor por tener el grupo de amigos perfecto, todos se


apoyan entre ellos y si te juzgan, nada más es por no saber apreciarte a ti
mismo o por haber dicho algo cuestionable.

Me recuerda a lo drogado que estaba en mi cumpleaños cuando le acepté


un vaso de gaseosa a un amigo.
Jamás pensé que algún día llegaría a tenerle envidia a alguien, pero llegó
Taylor a demostrarme lo contrario. Lo peor de todo es que no puedo
juzgarlo, más bien, él debería juzgarme a mí por haber sido tan mierda con
él años atrás al decirle que era un afeminado.

Lo bueno es que no todo está tan mal, o eso creo. Papá hoy, antes de que
vengamos al mall, estaba leyendo algo, lo ocultó cuando me vio allí y me
trató bien... o sea, me dijo "Buenos días hijito ¿Cómo estás?" Eso si que
está raro.

También salió con mi hermano, dijo que lo llevaría a comer un postre y a


pasear a Peter.

No voy a mentir, me dio miedo. Espero que mi hermano no regrese con un


trauma nuevo.

—¡Hay que entrar a Sephora! —Habló Andy en voz alta.

Taylor, Lily, Rose y Finney aceptaron al instante y ese grupo casi que corrió
hacia esa tienda.

Vinimos al centro comercial a comprar comida, pero creo que realmente


fue una excusa para comprar otras cosas, pues lo de la comida fácil y se
pide con una llamada.

—¿Qué hay en Sephora? —Pregunté confundido.

—Productos para la piel, ya sabes, maquillaje, cremas... —Respondió Ben


—Andy ama esta tienda —Dicho esto se alejó y se acercó a ella, pero no
tanto, pues mantuvo una distancia de como un metro.

Noah y yo caminamos detrás de ellos.


Esta es la clase de tienda que no es para mí. Por el contrario a mi primo y
algunos de sus amigos que miraban todo y hasta agarraban algunas cosas
para comprar.

Yo también quiero comprar algo pero no aquí, quisiera algo para Carl y a él
tampoco le gusta mucho eso del maquillaje. Aunque una vez me comentó
que le gustaría usar mascarilla...

—¿Hay mascarillas? —Le pregunté a Noah.

—Si, si, por allá —Me apuntó a una zona que estaba más al fondo.

—Acompáñame, quiero buscar algo para Carl.

—Claro.

Pasé por el lado de Ben, este estaba tomándole foto a cada cosa que
tocaba su novia.

Al llegar al fondo, comencé a ver todas las mascarillas y me confundí


mucho. Habían unas de tela, en cremas y hasta de goma.

—¿Cuál se supone que es la mascarilla que se usa? —Pregunté.

—Pues todas, tontito.

—Ay, ¿Cual debería comprarle a Carl?

—¿Le gusta de las que se pegan como goma y luego debes arrancarlas?

—No. De esas las odiamos —Contesté recordando la vez en la que Amelia


no nos advirtió del color que causaban.

—Bien, pues cómprale las de tela, son las clásicas.


Me lo pensé por unos momentos, ¿Y si ese no es el tipo de mascarilla de
las que me hablaba?

—Serían sesenta y cuatro dólares —Dijo la cajera.

—Tenga —Le entregué el dinero en efectivo.

Le compré una de cada una. Necesito estar seguro.

¡Gracias abuela!

Fui el último en salir de la tienda, cada uno ya tenía una bolsa, incluso
Ben, que estaba cargando la de Andy.

—¿A donde vamos ahora? —Pregunté.

—A comprar la comida —Dijo Finney.

—Está bien, vamos.

Caminamos por todo el mall y subimos a otro piso. Esto en serio es


gigante.

Cuando estábamos pasando por unas tiendas de ropa, vi a lo lejos una


tienda de funko pops y en su estampado de la vitrina, había una imagen de
Luke Skywalker versión muñeco.

—Ustedes adelántese, iré a ver algo —Avisé.


—Iré contigo —Dijo Finney —. Yo también quiero ver un funko.

—¿Cómo sabes que quiero ver eso?

—¿Hola? Es lo único bueno de esta zona.

Este si me entiende.

—Nos alcanzan allá —Dijo mi primo.

Nos alejamos de aquel grupo y caminamos juntos hacia la tienda.

—¿Qué funko quieres? —Interrogué.

—Uno de Sailor Moon, es para una amiga.

—Curioso, yo también estoy buscando un funko para alguien.

—¿Para tu noviecito? —Sonrió bromista.

—Él no lo es todo... bueno sí, si es para él.

—Que lindo. Ya quisiera yo saber cómo es eso de darle cosas a tu pareja.

—¿Nunca haz tenido pareja?

—Solo intentos, pero nunca llegamos a algo serio —Respondió él —.


Incluso una vez intenté con un chico.

—¿Y qué tal?

—Resulta que salí heterosexual.

—Oh ¿Y cómo se lo dijiste? —Nuevo chisme.


—No pude hacerlo, descubrí que estaba conmigo por el dinero antes de
decírselo. Me ahorró una charla bastante incómoda.

—Ay.

—Que lindo que tu novio no sea así contigo.

—Si, es el mejor novio que he tenido —Me quedé procesando unos


momentos —. Y el único.

Finney sonrió.

—Quisiera, pero luego veo como Taylor y Lily se devoran los pecados y se
me pasa —Dijo poniendo mala cara —. No quiero sonar clasista, pero eso
es de salvajes, o sea, ¡Por favor! Piensen en los niños.

Reí al escuchar lo que decía, me recordó mucho a los videos de gente


manifestando en contra de los homosexuales.

—No los juzgo, yo haría lo mismo con Carl —Confesé.

—¿En público? ¿Con gente que ni conoces? —Preguntó sorprendido.

—¡Ay! No, así no, eso es vulgar. Al igual que publicar hasta las
conversaciones y peleas con la pareja en los estados. O sea, a nadie le
importa lo nefasta que sea tu relación, si no te pedí chisme pues no me lo
des —Confesé dejando salir mi lado rajón.

—¡Exacto! Tu si me entiendes.

—Relación privada...

—Pero no secreta —Terminó la frase.

Ambos nos miramos sorprendidos y sonreímos ante esa conexión mental.


Si pudiera decir que me gustan los hombres, lo mío con Carl no sería un
secreto.

—¿Por qué no hablamos así antes? —Pregunté abriendo la puerta de la


tienda.

—Ni idea. Pero ya me caes bien.

—¿Si? Pues tú tampoco estás tan mal.

¿Nuevo amigo? Listo. Ya es hora de comenzar a limpiar mi círculo social.


Además, es un grupo de gays, no me vendría nada mal hacer unas
cuantas amistades.

Con tal de que papá no se entere, por mí está bien.

Ese hombre ya arruinó varias cosas, espero que al menos de esto no se


de cuenta.
17. Confianza

Jake

28 semanas- Viernes- clases . . .

No me gusta idealizar personas, no soy esa clase de gente que pone a los
demás en un pedestal y los admira. Más bien, a mi me gusta ser la
persona a la que admiran, pero si hablamos de Carl, la cosa cambia.

No es como que desde siempre lo haya idealizado. De hecho, la primera


vez que lo vi, pensé que era un indigente. Nunca se lo he dicho
obviamente, pero es que estaba llorando en el piso de un parque y su polo
estaba manchado, eso deja mucho espacio para teorías. Y pensar que me
acerqué porque estaba sentado al lado del saltarín, lugar al que yo quería
subir. Me detuve nada más porque el señor que controlaba el juego no
estaba. Si es que ese hombre si hubiese sido responsable, ni lo habría
topado. No es como que me haya llamado tanto la atención, por el
contrario, me dio miedo.

Ahora que pienso esto... que locura que ese niño con el que no tuve el
clásico "amor a primera vista" ahora es con el que me hace sentir las
"mariposas en el estómago" y hablo de las bonitas que te ponen como
drogado.

Quiero decir, ¿Cómo es que esperan que no me guste? Si es literalmente


el chico que hace que piense en el amor. Es él que hace que me pierda en
su mirada y en mis pensamientos al repasar una y otra vez las primeras
veces en las que comencé a comprender que no quería una amistad.

Me siento feliz al saber que aunque no le hubiese hablado ese día, igual
nos habríamos conocido, pues al siguiente año se inscribió en mi escuela.
Recuerdo que desde el día en el que comenzamos a estudiar juntos, nos
hicimos más unidos de lo que ya éramos.

Me pregunto si es que habrá sido el destino o tal vez una simple


coincidencia. De todos modos, no importa, estoy agradecido de tenerlo en
mi vida.

—¿Por qué me miras así? —Preguntó Carl acomodando su cámara.

—¿Acaso ya no puedo verte? —Vacilé. Me acomodé mejor en la cama, no


quería relajarme mucho y quedarme dormido.

Eran las siete y media de la mañana en Florida y en Perú estaban a una


hora menos.
Me levanté temprano porque hoy iría a la playa con todo el grupo de Taylor
e Ian. Me alisté rápido, nada más me puse un camisa y un traje de baño
tipo short. Taylor por otro lado, estaba tardándose más de lo normal. Así
que quise aprovechar para hablar con Carl mientras este se alistaba para
el colegio.
—No es que no puedas verme —Dijo atando su corbata azul —, no más
quiero saber por qué me ves.

—Porque eres lindo —Confesé sin más. Estar aún con sueño hace que se
me olvide lo que es la vergüenza y el pánico de sentirme gay—, y el
uniforme te queda muuuy bien.

El sonrió algo tímido y desvió la mirada, seguido a esto, fingió que estaba
viendo algo en su mochila.

—Gracias —La cerró aún viendo ese algo que de seguro no existía.

Ponerlo nervioso es muy fácil, ya me di cuenta. Si solo con un "te ves


lindo" ya no puede ni ver a la cámara, entonces con algo más subido de
tono le da taquicardia. Ya lo comprobé, es lindo, parece que va a conocer
a Jesús.

—Oye, por cierto ¿Vas a salir hoy? —Pregunté.

—No.

—Ah, es que me puse a chismear las historias de los del salón y vi que
harán una reunión —Expliqué —Además Amy me dijo que invitaron a casi
todos.

Carl se quedó callado unos momentos, supuse que era porque se estaba
poniendo las zapatillas.

—Ah... si, si, esa reunión —Habló finalmente sin tomarle importancia—. No
tengo ganas de ir.

¿Carl sin ganas de salir? Eso si es raro.

—¿Todo bien?
—Tengo tarea de inglés —Respondió amarrándose las agujetas —Me da
paja hacer tarea, pero ajá, es para ser responsable. Te vas a tener que
poner al día, esta semana nos explotaron de tareas.

—Ay verdad las tareas —refunfuñé —. Podría decirle a papá que nada
más pague para pasar.

Carl soltó una pequeña carcajada. Él y yo sabemos que eso no va a


ocurrirá, no porque papá no pueda, nada más porque ahora sabe que salí
"maricon". No creo que quiera hacerme favores nunca más.

—En fin —Dije restándole importancia —. ¿Y como vas? Más bien, ¿Cómo
estás?

—No estamos haciendo mucho en clase, como es mes de aniversario


—Dio una respiración pesaba —, están más preocupados por eso que por
las clases —Explicó llevándose un pedazo de pan a la boca.

Su madre había ido a trabajar muy temprano, ese día tendría que ir en
motokar junto con su hermana.

—Me voy a perder el partido de fútbol —Dije.

En el tercer bimestre son las olimpiadas. Yo quería estar ahí.

—Igual, siempre perdemos —Recordó con mala gana.

—Calla, al menos puedo ver como se quieren matar entre todos —Dije
casi riendo.

En mi salón siempre hemos tenido una maldición y es que nunca ganamos


en nada que tenga que ver con actividades escolares. Siempre nos ganan,
la mayoría de esas veces, son los de el año de Marco.

—Ya me voy yendo —Avisó peinándose con los dedos —. Cuídate.


—Está bien, estudia —Ordené fingiendo voz de profesor estricto.

Él asintió.

—Adiós, te quie... —No terminé lo que iba a decir. Carl cortó.

Ya es la quinta vez que pasa esto. No es solo que corte justo antes de que
acabe mi "te quiero", también es que cada que le saco un tema de la
escuela o sobre su vida en general, me responde cortante, cruzamos unas
cuantas palabras y ya está finalizando la llamada. Aunque entiendo que
ahora tenga que ir a la escuela, tal vez ya estoy exagerando.

No, no entiendo. ¿No se supone que teníamos confianza? Me está


ocultando algo, tal vez, es que hasta yo noto como se pone incómodo
cuando le pregunto si está bien.

—¿Ya estás listo? —Preguntó Taylor saliendo del baño con un frasco de
pastillas y una toalla en su mano.

—Hace casi una hora.

—Lo siento —Metió lo que traía en una mochila —. Los demás vienen en
un rato, el chofer de Andy nos llevará.

—¿Por qué tenemos que ir tan temprano?

—Porque así no hay tanta gente.

Asentí y me puse unas sandalias negras.

—Iré a ver a Ian. Avísame cuando ya estén abajo —Informé y salí de la


habitación.

Anoche me quedé hablando con mi hermano hasta que este se durmió. Me


contó todo lo que hizo con papá y Peter, este los volvió a sacar a pasear,
dijo que lo llevó a comer helado y a Peter le dio una galleta para perros
que vendían en aquel lugar. Se la pasaron hablando de la escuela.
También mi hermano me comentó que quiso sacar el tema de mamá, pero
que justo llamaron a papá por teléfono. Mi hermano no es tonto, se dio
cuenta de que él solo fingió.
Después de eso fueron a un parque de diversiones y dijo que había un
juego que tiraba agua por unos huequitos, corrió allí con Peter y este se
dio su primer baño.

Me hubiese gustado ver eso, en persona. Nada más lo vi por un video que
me mostró mi padre.

En conclusión, se la pasaron bien. No me siento mal por eso, al contrario,


es bueno que papá por fin pase tiempo al menos con uno de sus hijos, el
único con el que tiene algo de chance para que puedan tener una relación
estable.

Conmigo nunca fue así y creo que jamás lo será, además, yo me iré a la
universidad al acabar quinto año y ahora estamos en Septiembre, solo
quedan dos años y unos meses para recuperar el tiempo perdido, lo cual
veo imposible. Sin contar que ahora soy el hijo gay de mi familia, eso lo
vuelve peor.

Toqué la puerta del cuarto de mi hermano.

—Pase —Respondió este.

—Buenos días —Puse mi mejor cara, no quería que se me note lo


deprimido, ya no más. Si mi hermano está comenzando a sentir al menos
algo de felicidad en medio de todo esto, no pienso arruinárselo con mi
mala gana.

—¿Ya nos vamos? —Preguntó poniéndose su polo de manga larga, el cual


también sería su ropa de baño.
—Cuando lleguen los demás.

El ladrido chillón de Peter resonó por la habitación, seguido de un


movimiento dentro de la mochila de mi hermano.

Dirigí mi mirada hacia él lentamente, quise ponerme serio y fingir que no


me quería reír.

—Ian, ¿Ibas a llevar al perro en tu mochila? —Pregunté en un tono sereno.

—No —Negó y la mochila volvió a moverse.

—¿Entonces tú mochila cobró vida?

—No —La agarró y puso la mirada que me da Peter cuando hace algo
malo.

Se la quité e intenté abrirla, pero este se tiró hacia mí seguido de un


"¡Nooo!"

—Déjame llevarme a Peter —Rogó abrazando la mochila.

—No te lo puedes llevar ahí, ¡Se puede morir!

—¡Claro que no! La dejé medió abierta para que respire.

—Mira, si podemos llevarlo, pero no en tu mochila pues —Volví a


quitársela y esta vez si me dejó abrirla.

Saqué a Peter, este estaba todo tieso y cuando lo cargué seguía sin
moverse, solo miraba a la nada, asustado.

—Ay cosita —Dije poniéndolo sobre mi pecho —. ¿Qué te hicieron mi


amor? —Le di palmaditas, como si de un bebé se tratara —. Aluchito mi
wawita —Ahora el bebé era yo —, ¿Quieres ir a la playa? ¿Si? Irás
conmigo y no con este tío irresponsable.

—¡Le dejé un huequito!

—Y también un traumita —Imité su voz.

Alejé a Peter e hice que me mire, estábamos cara a cara.

—¿Ya estás mejor, mi amor? —Le pregunté y me lamió.

No sé si tomarlo como una buena señal, siempre hace eso.

—Ven, hay que ponerle su correa —Ordené y mi hermano volvió a cerrar


su mochila. Se la puso y ambos caminamos hasta la sala —. Tengo
entendido que los bulldogs sufren mucho de golpes de calor —Repetí lo
que había leído cuando me regalaron a Peter —¿Crees que esté bien si lo
llevamos a la playa?

Ian solo elevó los hombros y frunció el ceño.

—¡Taylor! —Llamé a mi primo.

—¡Dime! —El bajó las escaleras con sus cosas.

—¿Puedes buscar si es que si puedo llevar a un bulldog a la playa?

—Está bien —Dejó todo en el piso y sacó su teléfono. En tan solo unos
segundos ya estaba leyendo lo que le salió —. A ver, dice que entre las
once y cinco no es recomendable llevarlos, que tenemos que llevarle agua
fría, una especie de bloqueador, una sombrilla, unos flotadores y toallas
húmedas.

Este perro es como un bebé.


Es un bebé.

Agarré su correa y arnés y comencé a ponérselo.

—Tengo todo, menos los flotadores y el bloqueador. Ni sabía que existían


de esos para los perros —Dijo y comenzó a buscar todo lo que había
mencionado.

—Te doy dinero —Escuché la voz de papá detrás de mí, hice mi mejor
esfuerzo para no pegar un grito, ese hombre en serio es silencioso.

Me di media vuelta con las manos aún temblándome.

—Hola, papá, buenos días —Saludé con la mirada baja.

—Buenos días, hijito.

¿Hijito?

Papá sacó su billetera, de esta agarró unos cuantos billetes y me los dio.

—Peter nos salió caro —Bromeó para después despeinarme el cabello.

Intenté sonreír.

¿Qué putas?

—Gracias —Dije aún con una sonrisa fingida.

—Cuidas bien a Peter y a tu hermano, por favor. Yo saldré con tu tío más
tarde —No hablaba en un tono amenazante, más bien, estaba relajado.

—¿De nuevo?

—Si, a las doce.


Casi todos los días sale con él a la misma hora.

—Si —Comenzó a dirigirse hacia la cocina —Si quieres te traigo algo


—Volvió a girarse hacia mí —, para comer o no sé, ¿Qué quieres?

Ya, lindo. Que no joda.

—No quiero nada, gracias.

Guardé el dinero.

¿Cómo espera que reaccione papá? Después de haberme dejado todo el


cuerpo moreteado espera a que le diga "¡Si, papá, cómprame un pastel, te
quiero!".

—Está bien —Dijo él sin una pizca de enojo —, si cambias de opinión me


dices.

—¿Cómo?

¡Me quitaste el celular, estúpido!

—Le dices a Taylor que te preste su teléfono —Salió de la habitación.

Si tan solo me hubiese dicho "Acá hay un celular para que me hables" y
me hubiese entregado una caja con un teléfono nuevo, sería tan feliz.

Me quedé en completo silencio, le abroché a Peter la correa y este movió


la cola (O más bien, lo que quedaba de ella).

—Le hubieses pedido algo —Dijo Taylor acercándose a mi y a mi hermano.

—¿Por qué? No quiero nada —Respondí cortante.

—Tal vez tu papá quiera hacer las pases. No sé, solo digo.
Ay Taylor, si tan solo supieras todo lo que hizo antes de venir aquí.

—Yo no quiero hacer las pases con él.

—Se entiende, pero no vas a vivir con odio toda la vida.

"Odio es lo que se merece" quise responder, pero lo llamaron por teléfono.


Él contestó y tal y como lo sospechaba, ya habían llegado por nosotros.

—¿Por qué fuimos los últimos? —Pregunté.

—Mi casa es la que está más cerca de la salida de la residencia, los


demás viven más al fondo —Respondió cargando toda su bolsa llena de
cosas. ¿Qué tanto lleva? Parece que se irá de viaje por días.

Ambos salimos de la casa. Llevaba conmigo dos pequeña mochilas de


mano, mi hermano solo cargaba a Peter y lo abrazaba como si su vida
dependiera de ello.

—Deja que camine, se va a hacer chuncho —Le ordené. Él solo me miró


con una ceja arqueada —. Se va a morir.

Lo bajó al instante.

A lo lejos vi la camioneta de Andy. El chofer abrió la puerta y Taylor lo


saludó sonriente.

—Iremos algo apretados —Advirtió Ben intentando pegarse más a la


puerta, con tal de dejar espacio. Este traía puesto unos shorts azules con
una camisa con estampados de palmera.

Casi todos iban vestidos así, menos Lily y Andy, ellas traían unos vestidos,
la primera de color lila y la segunda de color celeste pastel. Oh, y
Rosemary traía puesto unos shorts de campana blancos y una camisa
blanca amarrada a su cintura.
—¡Que lindo perrito! —Gritó Andy y al instante se lo arrebató a mi
hermano.

—¡Que chiquitito! —Gritó Ben arrebatándoselo a su novia —Hay que


turnarnos —Acostó al perro en sus piernas.

No dije nada, ya Peter había sufrido bastante metido en esa mochila.

En su lugar, me puse a buscar una forma en la que Ian y yo entremos. No


pasó mucho, al final, él acabó sentado en mis piernas. Tortura para mí, ya
me imagino cómo acabará mi circularon y peor aún cuando se puso de
costado para poder usar la puerta como almohada y dormir.

—¿Primero podemos pasar por algo para comer? —Preguntó Finney. Se


le notaba lo recién levantado, cosa que es raro, pues él y su prima son los
que más arreglados están siempre.

Todos estaban somnolientos era bastante temprano, de todas formas ya


tenían que acostumbrarse, pronto comenzarían las clases en Estados
Unidos, de hecho, en algunos lugares ya estaban prestándole atención a
algún maestro que de seguro odiaba su trabajo.

El chofer primero nos llevó a un Starbucks, el mismo de la otra vez. Yo


pedí un sándwich de pavo y un café, le pregunté a mi hermano que quería
para pagárselo, pero me dijo que él lo haría, pues papá le había dado
dinero.

Papá nunca le daba dinero a mi hermano.

Luego de eso comimos en el auto. Veía como Ben le daba de comer a


Peter las galletas para perro que le había comprado en ese lugar.

Después de eso pasamos por una veterinaria, nada más quería buscar ese
bloqueador para perros, me salió algo caro, pero no iba a quejarme, era
para mi perro-hijo.
De nuevo, Ben fue el que le puso ese producto, yo solo lo miraba con
atención, era eso o ver a Taylor y Lily darse amor. Crucé una mirada crítica
con Finney, este solo movió los labios y se le entendió un "Hay un niño
presente, vulgares."

Al llegar a la playa, Noah y Ben salieron casi que disparados del auto.

—¿Cuánto tiempo estaremos aquí? —Pregunté caminando junto con


Finney y Rosemary.

—Supongo que hasta la una o menos —Respondió ella —. Es que nada


más venimos a la playa o muy temprano o de noche, no nos gusta estar
cuando hay demasiada gente.

—La mayoría de las veces venimos temprano, también influye mucho que
a las únicas raras a las que les gusta tomar sol, sean Taylor y mi prima.

La mencionada lo miró con desagrado y algo ofendida.

—Necesito vitamina D —Dijo poniéndose unas gafas oscuras con


decoraciones de diamantes.

Estoy casi seguro de que eran de diamantes de verdad.

—Pues toma efervescente —Le respondió su primo.

Hasta que llegamos a unas reposeras de madera con unas sombrillas


cubriéndolas del sol, ellos no dejaron de debatir lo que era bueno o no
para la piel.
Honestamente, ni supe lo que decían, no me interesaba mucho como para
que mi cerebro lo traduzca en automático.

—¿Vas a pedir algo? —Preguntó Rose cuando me senté.

—¿Cómo?
Ella ladeó la cabeza hacia otra dirección y vi como una chica con una
camiseta blanca, al igual que sus shorts, se acercaba con tres cartas en
sus manos.

—Conocen a nuestros padres, siempre venimos a esta playa, ya saben


que cuentas usar y eso —Explicó Finney sentándose en la silla del frente
—¿No quieres pedir algo?

—Ah... Este... no, gracias. —No iba a gastar más dinero.

En serio estamos mal, ¿Cómo que ya nos estamos limitando con el


dinero? ¿Qué sigue? ¿Vivir en una casa con techo de hoja de palma?

Cállate que la mamá de tu novio vivía en una casa con techo de hoja
de palma.

Pobre Mónica. Debió ser difícil.

—Yo invito —Dijo Finn —, además está barato.

—Pero...

—No seas grosero.

—Bueno.

¿Cómo es que este es un año menor que yo?

Honestamente, si estaba algo feliz, quiero decir, hace un calor de la gran


pucta. No tanto como en pucallpa, pero si necesitaba algo fresco.

Al final nada mas pedí una piña colada sin alcohol. Rose, Finn y yo
estábamos sentados en esas sillas, nos relajábamos sintiendo la brisa
fresca, Rose leía un libro y su primo miraba un documental en Netflix.
Mientras tanto, Noah, Ben y mi hermano corrían y jugaban cual beagles y
goldens bebés, por eso no pasó mucho tiempo cuando Peter ya estaba
sentado en mi lugar con cansancio, ese perro parece tener depresión.
Aproveché para darle masajes.
Por otro lado, Andy, Lily y Taylor hacían videos bailando, cantando y a
veces los dos últimos se daban muestras de amor, seguido de un "¡Iugh!"
de mi hermano.

No pude dejar de pensar en que por primera vez, después de los últimos
sucesos, estaba viendo a mi hermano con mucha felicidad, él no podía
dejar de sonreír y gritar. Además, Ben y Andy son buenos haciendo el rol
de padres, hicieron que mi hermano se distraiga por un buen rato, pues
comenzaron a hacer un castillo de arena, ambos le explicaban a mi
hermano como se hacía y él hacía una imitación algo mala. Después de
eso terminaron enterrando a Ben en la arena y le hicieron una cola de
sirena.

Me pregunto como sería eso con mis padres, quiero decir, nunca hemos
pasado un tiempo así. Mi hermano nunca ha experimentado lo que es que
tus padres se junten un rato y jueguen contigo. Yo solo lo hice unas
cuantas veces, hace muchos años, cuando tenía siete. Recuerdo esa
época muy bien, mamá había anunciado su embrazo y por unos nueve
meses, papá se comportó como el padre más fiel, amable y responsable
del mundo. Esos meses no hubieron peleas, ni infidelidades, ni un grito se
escuchaba, solo risas y un matrimonio feliz.

Después Ian nació y como a la semana papá volvió a metérsela a otra y a


beber cada fin de semana.

No saben cuánto desee que Ian vuelva a estar en el vientre de mamá.

—¡Te dije que te pongas bloqueador! —Le gritó Taylor a Noah.

—Se me pasó —Respondió este cual niño intentando no hacer un


berrinche.
—Si mi pisi, ¡Te puede dar cancer! —Taylor sacó un enorme bloqueador de
su mochila —. Póntelo.

—Pero es que es pegajoso.

—¡Es por tu bien! —Se puso un poco de crema en las manos y empezó a
aplicarla en la espalda de Noah de forma algo brusca. —Y alégrate de que
no le diré nada a Andy.

Noah se comenzó a aplicar el bloqueador a duras penas.

Taylor se quedó para asegurarse de que se lo ponga por todo el cuerpo.

—¿Quieres jugo? —Le preguntó a su amigo.

Este extendió el brazo y Taylor sacó de su mochila un jugo de manzana y


unas galletas de avena.

No pues con razón estaba tan llena esa cosa.

De esta también sacó su frasco de pastillas, se tomó una y volvió con su


novia.

—Parece tu papá —Le dije a Noah burlón.

—Cumple su papel de papá-mamá muy bien —Se sentó en la punta de mi


asiento y comenzó a comerse las galletas.

—¿Y Andy?

—Ella es otra, una vez me hizo una escena por haber llegado muy tarde a
mi casa.

Sonreí imaginándola apuntando con alguna sandalia.


—¿A qué hora llegaste? —Pregunté.

—A las ocho.

—¿De la mañana?

—Ajá.

Casi se me cae la mandíbula de la impresión.

—¿Pues a donde fuiste? —Pregunté sorprendido.

—Ah, bueno... —Noté como se ruborizaba —. Es que esa noche me di una


escapada con mi novio, quiero decir... mi ex actualmente —Noté como su
sonrisa iba desapareciendo.

—¿Pero a dónde fueron o qué? Ocho de la mañana no es poco.

—Nos fuimos a Nueva York, compramos boletos de ida para las diez de la
mañana y de vuelta a las cinco de la mañana.

—Waoh —Solté una carcajada —¿Cómo no se me ocurrió antes? —Me


quedé pensativo un momento e imaginé de forma rápida a Carl y a mi
haciendo eso —. ¿Y qué hicieron?

Cada pregunta hacía que se sonroje más, en serio no lo superaba.

—Nos fuimos a pasear por la quinta avenida y luego caminamos por el


central park, era Diciembre, así que patinamos sobre el hielo e hicimos dos
hombres de nieve —Sonrió con nostalgia —. También nos fuimos a la
estatua de la libertad y pues ya sabes, nos besamos, mucho. En todo el
paseo me habló de un libro que estaba leyendo y no dejó de mencionar lo
mucho que se parecía a un álbum de Taylor Swift.

—Eso suena lindo.


—Si, pues —Se le borró la sonrisa casi en un instante —, igual me dejó
traumado y de mi "Lover era" pasé a mi "Midnights era".

—No entendí —Dije sonriendo —, supongo que tiene que ver con Taylor...
la cantante.

—Si, me escuché todas sus canciones con tal de entender las cosas que
él me decía —Río burlándose de sí mismo.

—¿Pero qué te hizo? Si es que no te incomoda, claro.

¡Que no le incomode por favor! Ya me metió un chisme.

—Ah, este, pues... —Hizo una cara de desagrado, como asqueado —.


Compartió un... Fue una mierda —Cambió lo que iba a decir —. Él era
Kanye y yo Taylor Swift.

Otra vez, no entendí.

—Entiendo.

Me quedé sin chisme.

—Ajá, ¿Y cómo vas con Carl?

—Bien —Desvíe la mirada hacia Peter.

—¿Y por qué lo dudas?

—Ah... por nada —Bajaba el tono de voz con cada palabra.

—¿Pasó algo?

—No —Dije al instante —, o si... no, es que... Ay no sé.


Noah me miró confundido y algo burlón.

—Es que, mira, pasa que cada que le pregunto de su día o... de su vida en
general, solo me cambia el tema o me responde algo corto —Parecía
entender —. El otro día le pregunté cómo estaba, solo un "¿Cómo estás?"
Y me dijo "Tengo que irme a dormir" —Conté imitando el tono con el que
respondió —¿Pues qué pregunté?

—¿Tal vez solo quería avisar?

—No dijo nada más y colgó como a los 2 segundos. Cuando estaba en
Perú, el siempre respondía con un "Bien" y luego me hablaba de su día y
de por qué le había ido bien —Peter se puso boca arriba y aproveché para
rascarle la panza —. Además, nuestras llamadas ya no duran mucho, me
para cortando porque dice que debe hacer tarea.

Noah me extendió una galleta de avena. Acepté y comencé a comerla con


cara de querer morirme.

—Me pasó lo mismo —Dijo —. En mi caso fue porque me estaba negando


y usando.

—No me digas eso —El miedo en mi voz era muy notable.

—No digo que sea tu caso, tal vez es porque algo le está pasando.
Podrías preguntarle directamente, "¿Oye, estás bien?" Y decirle todo lo
que piensas —Le dio un sorbo a su jugo de manzana —. Es mejor hacer
eso a esperar a que mágicamente te diga lo que le ocurre. Experiencia.

—¿Por qué no puede saber mágicamente lo que pienso?

—Me pregunto lo mismo. Oye, pero, ¿No se supone que te tiene


confianza?

—Pensaba lo mismo.
—Ah. Igual se entiende, uno no siempre quiere contarle ciertas cosas a
otro por más confianza o años que se conozcan.

Mire a la nada, sin ánimos.

—O tal vez solo estoy exagerando. Es que no sé, no quiero verme como
un novio posesivo o algo así —Peter era tan terapéutico.

—Habla con él, si no sale bien — se quedó pensando unos segundos —...
ahí si ya no sé.

Reí intentando no entrar en crisis.

—Gracias.

—De nada, JJ.

Di un suspiro pesado. Si algo le estaba pasando a Carl, necesitaba


saberlo, pero se me complicaba la cosa al estar a miles de kilómetros de
distancia.

¿Cómo le hacen los que tienen relaciones virtuales? En serio necesito un


consejo de ellos. Todavía no sé cuándo volveré a mi ciudad y no quiero
que Carl piense que no puede confiar en mí. Y es raro que llegue a pensar
eso, se supone que antes de todo éramos mejores amigos.
Carl

28 semanas- Viernes- clases . . .

Sentí que como si mi espalda se estuviera rompiendo, considerando que


me acababan de tirar hacia los casilleros de madera, espero que aún
pueda caminar después de esto.

Caí al piso, al igual que los otros objetos de los demás casilleros. Un
cuaderno me cayó seguido de una calculadora. Maldita escuela, ¿No
podía ponerle puertas o hacer más grandes esas cosas?

La verdadera pregunta sería, ¿No podían expulsar a gente jodida?

Mala suerte que estos casilleros solo están en los salones y no al exterior.

—¿Dónde está la plata? —Preguntó Diego.

—Ya te dije que hoy no traje dinero —Respondí intentando levantarme del
piso, pero el dolor seguía punzando mi espalda.

—¿Crees que somos cojudos? —Preguntó Alejandro, agarró mi mochila y


la abrió. Sin nada de paciencia, la volteó y todas mis cosas cayeron al
piso, por suerte había dejado mi laptop en mi mesa.
Desvíe la mirada y vi al grupo de chicas que decían ser mis "mejores
amigas", Amelia estaba allí, creo que es la única de ese grupo con la que
todavía mantengo amistad. Las otras solo me mandaron a comer mierda
luego de haberles dicho que no me interesaban sus charlas y que me jodia
que siempre me estén tratando como mujer.

Ahora estaba siendo molestado y ni me miraban.

—Tu vas a recoger todo eso —Le dije intentando no hacer muecas por el
dolor.

—¿Y qué más? —Se burló Alejandro —. ¿Dónde está la plata? —Con
brusquedad, me tiró la mochila directo en la cara.

Volví a ver a ese grupo. Amelia ya estaba viendo lo que me hacían con
lástima y cuando nuestros ojos se toparon, solo volteó hacia su comida y
continuó escuchando la conversación de sus amigas.

—¿Ya estuvo, no? —Preguntó Josué —. No trajo dinero.

—¿Y tú le crees? —José estaba igual de burlón que Diego —. Por eso te
ven la cara de imbécil.

Josué se enojó y se acercó al piso para revisar mis cosas. Cuando tomó
mi cartuchera y la agitó, supe que ese día no iba a comer.

—Acá está la dichosa plata —Dijo él y abrió la cartuchera, tiró todo al


suelo, el dinero cayó y se regó.

Diego tomó todo lo que tenía, incluido lo que me había sobrado de la


anterior semana.

—Veinte soles —Dijo acabando de contar —. No pensé que tendrías tanto


para un almuerzo.
—¿No que eras pobre? —Interrogó José.

—De seguro su flaco lo mantiene —Se rió Diego y se llevó todo el dinero a
su bolsillo —. Gracias, Carl.

La sangre me hervía, quería levantarme y darle unos buenos golpes para


que me devuelva mi dinero, pero el dolor en mi espalda estaba
comenzando a empeorar, al igual que mis ganas de llorar. Lo único que
logré fue sentarme.
Ellos eran cuatro y yo nada más tenía una posible lesión y miedo a que me
expulsen.

—Sin decir nada porque para la próxima te irá peor —Advirtió Alejandro —.
Aprende a defenderte como hombre y no a correr a la falda de tu mami.

—Tu harías lo mismo de no ser porque te abandonaron —Respondí sin


pensarlo mucho.

Grave error.

A los dos segundos, ya estaba recibiendo una patada en la pierna


izquierda.

—Ya, Ale, basta —Dijo Josué apartando a su amigo —. Y tú también Carl,


deja de provocarlo —Me dijo con enojo.

Le saqué el dedo del medio y se alejó, mirándome mal, claro.

Me sentía tan mal conmigo mismo por no haber hecho nada.

Al querer levantarme, no sé si fue por vergüenza o rabia, pero logré llegar


hasta mi asiento. Al sentarme casi pegué un grito, no es como que sean
cómodos ni como que mi espalda ahora esté en las mejores condiciones.
Intenté contener las lágrimas, no era solo el golpe, sino también ver como
todos mis amigos están siendo unas completas mierdas, ya ni siquiera
tengo a Jake a mi lado. Es como si causara que todos se alejen de mi,
¿Todo esto porque estoy con Jake? ¿Acaso él también pasará lo mismo?
No me quiero ni imaginar las cosas que dirán de él, no quiero ni imaginar
como la debe estar pasando ahora que su padre se lo llevó y lo más
probable es que no regrese.

Un mensaje llegó, era de Jake.

—Holaaaaaa
Cómo estás? 😋
No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que vi mi reflejo en
el teléfono.

—No puedo hablar ahora, estoy en clases.

—Ou
Bueno
Hablamos después 💗
Apagué el celular y lo escondí entre mis cuadernos. No iba a dejar que
Diego o cualquier entrometido vea que estoy hablando con Jake. Ayer lo
hicieron, Gael y Rosi creyeron que iba a ser divertido comenzar a leer los
mensajes que tengo con él en voz alta.

Obviamente les arrebaté mi celular antes de que llegaran a algo más allá
de una conversación como amigos.

A este paso, ni siquiera yo quería que Jake vuelva, tendría que soportar a
todos estos huevones y ya está pasándola mal con su padre, sin contar
que aún no se sabe en donde está su mamá.
Caminaba solo a casa, le había pedido prestado dinero a mi hermana,
quien no se molestó en darme lo que le había sobrado del día, tendría un
ensayo en la escuela y mamá pasaría por ella más tarde. Nada más me
dio cuatro soles, lo cual no alcanzaba para el pasaje de vuelta a casa, así
que iba a usarlo para comprarme alguna chucheria para almorzar.

Mamá dijo "Por favor, cómprate tu almuerzo en la escuela". Pero claro, al


no tener dinero no compré nada y al final de las clases le mentí a mi
hermana diciendo que de tanto que compré ya no tenía plata para el
pasaje.

Con cuatro soles no me alcanzaba ni para el plato de entrada, así que iba
a pasar por un minimarket y me compraría algo que me mantuviera lleno
hasta la cena, o al menos que me ayude a aguantar un poco.

Entré al mismo de la última vez, el mismo señor estaba en caja. Me fui


directo hasta él fondo, no había nada que se me antojara, hasta que ví las
papas con sabor a pollo a la brasa. Tomé dos y las pagué.

Continué caminado a casa. A lo lejos vi un grupo de chicos, parecían ser


de un colegio estatal, pues los chicos traían el clásico uniforme de una
camisa blanca y un pantalón negro con zapatos formales y las chicas la
camisa blanca con una falda negra con tiras, unas medias largas y zapatos
que parecían ser bastante incómodos.

Aquel grupo reía y se hacían bromas entre ellos. Lo que daría por volver a
tener uno así en estos momentos. Ganas de que me cambien de escuela
no me faltan.
Al llegar a casa, me encerré en mi habitación y me puse a ver una serie
mientras comía las papas. Tenía que aguantar hasta las ocho de la noche
o tal vez más. Y no es como que quería hacer algo, me dolía la espalda y
la pierna, solo deseaba descansar y rezar para que la molestia
desaparezca y que no se quede así por varios días.

Ya me estaba quedando dormido, cuando alguien envió un mensaje.


Sorprendentemente, no era de Jake, era de Luca.

Hace unos días hablé con él, no hubo mucha charla para ser honesto, solo
hablamos de cómo estaba y de algún día volver a salir y esas cosas.

Después de eso no volvimos a hablar.

Prendí el teléfono.

—Hola —Respondí.

—Te cuento que se acaban de llevar a un amigo preso

—Que

—Siii es que resulta que le encontraron polvo blanco en su mochila

—Traficante?

—Si si, ya se sabía, pero igual


Todos están tristes y asustados

—Por?

—Es que ya no venderá más y ajá en mi escuela hay muchos drogos


Ajá ajá
Y también pues, harán inspección mañana
—Cómo se lo llevaron preso?
No es menor de edad?

—Está en quinto pero repitió como uno o dos años


La cosa es que ya tiene 18

—Alv
En mi colegio también hay drogadictos
Pero más que todo son los que tienen Plata

—Aaaaa Siisisis el me dijo que también le vendía a unos de tu colegio

—Que

—Siii
A unos pitucos manyados
Dice que le da risa como hablan

—XD
Yo tengo un amigo que es pituco

—Solo uno?
Es que como ajá tu colegio es el Nikola Tesla
Pensé que tendrías más amigos así

—Ah
Bueno en mi salón no hay muchos así

—O
En el mío no más hay uno
Parece gay

—Pero
—Tiene cara
Una vez dijo ser lesbiana
Pero ese no es el punto
Mmm
Oye
Yo podría ser lesbiana?

—...
No?

—Pero y si quiero ser lesbiana?

—Eres hombre

—Pero quiero ser lesbiana

—Mano que mierda


XD

—Jajdkajdkja
AAAAAA
Ya que entramos al tema de las lesbianas
Tengo un amigo que tenía novia
Ajá ajá
Y mira ve te cuento todo desde antes para que entiendas
A ver, en mi tercero grado de primaria entró una chica nueva

Este me sacará charla hasta el día siguiente. ¿Eso es bueno malo? Ojalá
bueno, necesito algo de distracción por hoy.
18. ¿Qué ocurre?

Carl

29 semanas- Jueves - clases . . .

—Es que también me duele la cabeza —Le mentí a mamá.

—Pues en el colegio te tomas una pastilla —Respondió ella mientras le


daba vueltas a los frijoles.

Eran las seis y diez de la mañana y yo seguía en pijama, con la esperanza


de faltar ese día.
Era uno de los más pesados, en especial porque tendríamos tutoría, que
es como orientación, así que era el momento en el que todos hablaban y
daban opiniones de cualquier tema que lleve preparado la maestra. ¿Y
adivinen qué? Ella misma me dijo que hoy se hablaría de la homofobia y el
respeto hacia los demás. ¡Van a pensar que yo dije algo! De nuevo. No
quiero seguir escuchando otras palabras ofensivas por parte de mis
compañeros. No quiero escuchar otro "Pero es que es una bromaaa, no te
hacemos nada, dramática". Si, con A y ni con O.

—En el colegio ni dan pastilla, solo lo hacen en casos de emergencia


—Llevé una mano a mi estómago fingiendo dolor—. Mami, me duele —Me
quejé y ella por fin soltó su cucharón.

Puso su mano en mi frente y comprobó que se me había subido la


temperatura.

—Ay, si estás caliente —Ahora sí estaba preocupada —. Tal vez sea


infección —Comenzó a buscar entre los cajones —. Si te dejo acá, ¿Quién
te va a atender?

—¿Yo?

Se la pensó unos momentos, analizaba la situación como si no supiera


cuidarme. Luego continúo con su búsqueda en el cajón, del cual sacó unas
pastillas.

—Desayunas y tomas esto —Me dejó el blister al lado —, te preparas un


anís o té de canela y clavo, ahí tengo un montón, el otro día compré —Se
sacó el mandil —. Llevaré a tu hermana al colegio, hoy día también tiene
ensayo, entonces volveré con ella a las... ocho.

—Pero su ensayo es hasta las seis.

—Si pero yo salgo del trabajo a esa hora. Valeria se quedará en la casa de
una amiga —Se tomó lo que quedaba de su café —. Carl, por favor
cuídate, te voy a dejar con llave, si pasa algo, no sé, se quema la casa o
entra alguien ahí tienes la otra llave para que salgas —Me dio una que
teníamos de repuesto.

—Okey, mami. Si me sé cuidar —Dije algo ofendido.


—Ay es qué contigo también —Me dio un beso en la cabeza —. Me da
miedo con qué me vayas a salir.

—Con embarazos no —Bromeé, pero hablé en un tono serio. Creo que por
eso tardó en entender.

—Ni aunque te gustaran las chicas, mi amor —Respondió en un tono


pasivo-agresivo. Su sonrisa fingida hizo que quiera reír.

—Iré a acostarme —Le devolví la sonrisa y me fui directo a mi cama.

Ya sabía que ponerme muchas cobijas encima desde las cuatro de la


mañana harían que mi temperatura aumente.

Casi me muero de calor, pero al menos hoy no iré a la escuela.


No sabía qué hora era, pero estaba disfrutando de un profundo sueño. El
clima estaba perfecto para dormir y mi cama estaba más cómoda de lo
habitual.

Estaba, Luca me mandó como veinte mensajes.

—CHOLO DE MIERDA
HOLAAAA
TE CUENTO ÑAÑO
LA QUE ME GUSTA SALIÓ PREÑA
WBOOOOON
Hola me llamo Luca y creo que será gei
Ojalá le pongan un nombre bonito
El apellido del padre es Shupingahua
El nombre al menos debe salvarse
Pobre niño
Le harán bullying toda su vida
Pobre mi amiga
Encima se mete con un cara de bagre
2 meses tiene
Ajá ajá
Una vez Vicente también tuvo alerta de embarazo
Pero salió negativo
Te imaginas a Vicente como papá?
Loco
Se olvidaría de que es papá
XD
Mano le haremos baby showeeeeer
Crees que sea niña o niño?
Me pregunto si volverá al cole después de eso
Pobrecita 😭
—Que pucta quieres estaba durmiendo carajo mierda
—Lee pues

—Ah
:o
Cúantos años tienes?

—No te habíamos dicho?


Ya bueno yo tengo 15
Vicks 17
Mi amiga 15 también
El Shupingahua 16

—Solo te pregunté tu edad cho


TU edad

—Yyyyyy???
Para que tengas chisme completo

—Bueno ya encontrarás a otra chica

—Ojalá
Mareee
Ya vuelta me siento triste
JJAJAJAJA
😭
—XDD
Yayaya
Llora llora

—Que gran consuelo eres

—Debería estudiar psicología


(No puedo ni con mis problemas)
—JKQJDLAJDLAKD

Observé la hora, eran las once y media de la mañana.

—Oe
No deberías estar en el colegio?

—Nono
Es que por una huevada del aniversario del colegio
Ni hoy ni mañana hay clases
Además iré a una reu con unos amigos
Tu no deberías estar en el colegio también?

—Hoy no fui

—Vago
Quieres ir?
A la reu no a tu colegio

—Para?

—Para que salgas pe


Si ese día en el tono estabas diciendo que ya no salías y que estabas igual
de encerrado que rapunzel

—Que
Si?

—Siii
No te grabé porq me estaba riendo
Decías cosas bien raras XDD

—Calla
Tu me preguntaste si podías ser lesbiana
—JAKJSKAJSJ
Ya pero
Si quieres venir?

—Solo será reunión?

—Ajá ajá
Nada más yo y unos amigos del colegio
Van a llevar trago y comida

—Ah
Podría ser

—Ahí si no huevon?
Trago trago
Borracho
Ya bueno es a las dos

—Está bien
Veré si puedo ir

—Oka
Puedes invitar a alguien si quieres

Ni tengo alguien a quien invitar.

—Ya
Te hablo después quiero desayunar

—Vago
Ya ya lárgate

— 👍
¿Debería ir? Mamá ni cagando me dará permiso, se supone que me quedé
en casa porque me sentía mal.
Por otro lado ¿Qué haría en casa? No tengo tareas desde hace como una
semana y la reunión es a las dos, mamá vuelve a las ocho, tengo hasta
tiempo de sobra de ir y venir. También tengo la llave.

Pero estará gente que no conozco... ¿Eso sería bueno? No saben nada de
mi, podría pasar un rato sin que saquen el tema de mi sexualidad y mi
relación con Jake.

Imagina estar un rato tranquilo y hasta hacer nuevos amigos... pero,


mierda.

—¿Voy o no voy? —Me pregunté a mí mismo viendo al techo.

Ahora mismo siento que tengo a un diablito en mi lado izquierdo


diciéndome "Carl, tienes que ir, hace mucho no sales" y en mi lado
derecho siento que tengo un angelito diciéndome "No, Carlitos, no vayas,
no le hagas caso, es una pérdida de tiempo".

Creo qué tal vez no debería ir.

Me metí a WhatsApp, me puse a ver estados de otras personas, nada más


para distraerme.

Pasé por un estado que había sido publicado por una compañera, en este
se veía a los de mi salón celebrando un gol que habían metido en un
partido de fútbol contra los de cuarto año. En este se podía ver cómo Paul
le metió un gol a Marco, quien estaba de arquero. Todo mi curso corrió
hacia él y saltaron de alegría, esto iba acompañado de muchos gritos.
Incluidos los del profesor de Educación Física.

Se veían tan felices. Un salón unido del cual ya no me siento parte.


Cállate, me deprimo más.

Ya fue, voy a salir.

Esperaba afuera de una casa de un piso con una puerta de metal pintada
de negro.

Hasta que Luca me abra la maldita puerta muero.

Me perdí al intentar encontrar este lugar, luego de unas llamadas y unas


cuantas indicaciones, por fin había llegado.

—Holaaa —Saludó Luca.

—A los años —Dijo Vicente detrás de él —¿Tú no deberías estar en el


colegio?

—No quise ir hoy.

—Bueno —Le dio un sorbo a su pulp de durazno —. Pasa, pasa


—Envolvió su brazo al rededor de mis hombros.

Antes de entrar a la casa tenía que pasar por un enorme patio.

—¿Cuántas personas son? —Pregunté al escuchar risas y música


proveniente desde el interior de la casa.

—Como veinte.
—¿Qué? —Observé a Luca —¿No que solo sería una reunión?

—Pues algo así ¿No? —Respondió desorientado.

—Es como un salón entero.

—Unos cuantos de cada grado —Agregó Vicente.

Supongo que ese estará en quinto año. Ya pasará a la universidad y dejará


la escuela. Ya quisiera, es lo que más necesito.

Al entrar al lugar, vi a muchos adolescentes, unos jugaban en una Play


Station, otros comían pizzas, pero la mayoría solo hablaban en pequeños
grupos, en distintas zonas.

—Ven —Luca me tomó de la mano y me llevó hasta un grupo de chicos


que estaban comiéndose unos cheetos de la mesa del centro. En este
grupo habían dos chicas y un chico —. Volví, miren, este ser... ven más
acá —Hizo una pausa y me acercó más al grupo de un jalón —. Es Carlos,
pero le dicen Carl.

—Como el de "The Walking dead" —Dijo una chica que tenía el cabello
rizado pintado de rojo vino.

—¡Si! Eso es lo mismo que yo le dije —Luca sonrió.

—¿Donde estudias? —Preguntó el chico.

—En el Nikola Tesla —Dije casi que susurrando.

—¿Nikola Tesla? —La otra chica, que traía dos mechones de frente
pintados de azul sonrió y cruzó miradas con su amiga —. ¿Le conoces a
Alejandro Sánchez?

Eso si me tomó por sorpresa.


Cómo olvidar a Alejandro Sánchez, la semana pasada me pateó por
haberme metido con el abandono de sus padres. En mi defensa, me
estaba robando el dinero y dijo que solo corría a llorar hacia la falda de mi
mamá.

Sin contar que me llega al pincho.

El moretón que me dejó por el golpe sigue ahí.

—Aaah, si, si, lo conozco, ¿Por?

—¿Sabes si está saliendo con alguien? —Preguntó ella.

—Primero presentaste y luego le sacas información —Dijo Vicente burlón


—. Mal educada.

Todos en ese grupo rieron.

—Lo siento, me llamo Rosa.

Rosa la los mechones azules.

—Yo Raysa —Dijo la otra chica.

Raysa la del cabello rojo que tiene aires de homosexual.

Cállate Carlos.

—Y ese de ahí —Continuó Raysa y apuntó al chico —. Es Victor.

—Dile Beto —Informó Luca.

—Ya ahora si ¿Sabes si tiene novia? —Continuó Raysa.

—Así es siempre —Dijo Vicente agarrando otro pulp de la mesa.


—No, no tiene novia —Respondí.

Me sorprendería si es que ese fuera el caso.

Rosa le sonrió a Raysa, esta sacó su teléfono y comenzó a escribirle a


alguien.

Ya me perdí.

Todos dirigimos la mirada hacia la puerta cuando esta se abrió. Dos chicos
traían bolsas grandes blancas en los que se podía ver, por la
transparencia, tragos.

Al parecer no soy el único borracho. Gran parte de los chicos que estaban
en la casa se acercaron para ver qué agarrarían.

Pusieron esa bolsa en la mesa y vaciaron todo con cuidado en dos


recipientes grandes con hielo. Era lo de siempre, Smirnoff, Four Loko,
Mike's y cerveza San Juan.

Puta madre, parece que los tragos ahora me siguen a todos lados. Y a los
de mi salón también, hace unos días tuvieron una reunión en la que fue
casi todo el curso, se juntaron en una casa y sus historias de WhatsApp
eran ellos bebiendo, grabaron a una compañera llorando en el baño,
también a unos que se quedaron tirados en el piso, a uno lo tuvieron que
bañar y otro vomitó en el pasto.

Hubiese querido ir.

—¿Vas a tomar? —Me preguntó Luca.

—No, no... Tal vez uno.


—Y yo le dije a ese huevon "Ya me mandaron capturas" ¿Y sabes qué me
dijo? "Ay créele a cualquiera y no a mi que soy tu novio" ¡Ese me veía cara
de cojuda! —Rosa contaba una experiencia con su ex.

No sé en qué momento entramos en confianza, pero se pusieron a hablar


sobre las relaciones más feas que habían tenido en su vida. En el piso,
cuando teníamos los muebles al lado.

A Rosa ya se le comenzaba a notar las cinco latas de San Juan.

—Ya deja de reírte —Me ordenó.


Yo también me estaba comenzando a marear con las seis latas que iba.
Esa mierda sabía horrible, como a maíz podrido, pero por alguna razón,
solo seguí abriendo otra y otra.

—Ya no tomen ya —Ordenó Raysa quitándonos las latas —. Pulpines


borrachos.

—¿Cuántos años tiene? —Pregunté tras escuchar lo que dijo.

—Diecisiete —Respondió Vicente —. Va en mi salón —Humo salió


expulsado de su nariz. Me quedé observando como este se iba perdiendo
en el aire—. ¿Quieres? —Me extendió algo que se veía como un USB
largo.

—¿Qué es?

—Vape.

—Aaah... esos cigarros que... pium —Moví mi dedo índice en círculos,


imitando un tornado.

Él soltó una carcajada.

—Ajá, eso —Dijo aún con una sonrisa burlona.

—Pasa.

Me lo dio y a la primera calada que le di, me agarró una tos de perro.

—Tos de principiante —Dijo Victor.

Quería volver a hacerlo, el humo hizo que sienta frescura por toda la boca.

—¿Por qué está fresco? —Pregunté.


—Es de menta.

—Ah.

Raysa volvió, esta vez sin nada en manos. Cuando se sentó, Rosa se
puso a jugar con su cabello.

—Te toca a ti Grimes, ¿Cual fue tu peor experiencia? —Interrogó Raysa y


todos los de ese pequeño grupo prestaron atención.

—Este... —Intenté mantener la visión clara y la mente despejada —. No,


no tengo una.

Tengo un novio.

—¿Si quiera tienes novia? —Habló Victor.

Intenté captar mejor su pregunta, pero honestamente, nada más quería


volver a mi casa y dormir. No entendía a que iba la pregunta, ni me sentía
dentro de mi cuerpo ¿Eso es normal?

—No.

De tanto mareo, terminé apoyando mi cabeza en el hombro de Luca.

—¿Hasta ahora no has tenido pareja? —Preguntó Vicente sorprendido.

Solo negué varias veces, mientras los ojos se me iban cerrando.

Si tengo, Jake.

—¿Se durmió? —Preguntó Victor después de unos segundos ¿O Vicente?


Sus voces me confunden.

—Yo creo que si —Respondió Luca.


—Acaba de tomar, no dejen que siga durmiendo —La voz algo chillona de
Rosa si se distingue.

—No me dormí —Dije abriendo los ojos con pesadez.

—Hace media hora que estás con los ojos cerrados.

—¿Qué? —Me froté los ojos ¿Tanto tiempo había pasado? —. Ay, no veo
nada.

—¿Te quedarás con Luca?

Negué lentamente con la cabeza, si me movía mucho me venían mareos.

Fue mala idea haber cerrado los ojos "unos segundos".

—¿Así vas a volver a tu casa?

—¿Tan mal me veo? —Pregunté sintiendo como si todo se me viniera


encima.

—Algo. Ven —Luca se levantó y me tendió la mano —. Te van a matar si te


ven así y todavía no me he metido con tu hermana.

Ayudó a que me levante y comenzó a llevarme a no sé dónde, estaba más


concentrado intentando mantener el equilibrio.

Con mi... ¿Qué?

Abrió la puerta y me metió a un baño.

—¿Cuántos dedos ves? —Me mostró su mano.

No podía ni con el sueño y quería que cuente dedos.


—No... no... no sé —Volví a frotarme los ojos.

Detrás de Luca se aparecieron Rosa y Vicente.

—Lu, ni siquiera puede mantenerse de pie —Habló Rosa antes de meterse


y ayudarme.

—Que vomite —Aconsejó Vicente expulsando humo, para luego darle un


sorbo a una lata de no sé qué.

—¿Cómo voy a vomitar? —Pregunté confundido y algo asustado.

—Para que expulses el alcohol pues —Me regañó Lu.

—Pero... ¡Nooo!

—Métete el dedo —Vicente se burló.

—No en serio, métete el dedo —Ordenó Rosa.

Quise decir que no, pero creo que de nuevo me pasé de vasos y mi mamá
me iba a matar si me veía así. No me dio permiso ni para salir, si me
encontraban en ese estado no la contaría para el otro mes.

No sé si fue porque ya tenía el estómago relajado, pero a los segundos ya


estaba expulsado hasta la comida de la semana pasada.

—Que asquito —Dijo Vicks, pero se quedó ahí, observando.

De la nada apareció Raysa con tres botella de agua.

—Toma todas —Ordenó.

Detrás de ella apreció Víctor con su celular.


—¡No grabes! —Le gritó Rosa y seguido a esto le dio un manotazo al
celular.

—Perdón —Se disculpó él y se acercó más para ver.

Yo ya estaba tomando todo lo más rápido que podía. Era eso o que mi
mamá me saque la puta a palazos.

—Apura, ya son las nueve y media ¿Hasta qué hora te dio permiso tu
mamá? —Preguntó Raysa.

—¡¿Nueve y media?! —Casi me ahogo con el agua.

—Si.

—Puta madre ya me cagué.

—¿Por? ¿Hasta qué hora te dieron permiso?

—Ni siquiera me dieron permiso, tenía que estar allá a las ocho.

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda ¡Me van a colgar!

Ya no sabía si estaba frío por la cerveza o por la cojudez que acababa de


aventarme.

—Yo te podría llevar —Dijo Vicente —Mis padres también quieren que
vuelva a casa.

—Si, por favor.

—Yo voy contigo —Agregó Luca —. No creo que puedas sostenerlo por tu
cuenta.

Vicente le dio un manotazo en la cabeza.


—Apenas te conozco y ya te vas... —Dijo Rosa —al cielo.

Ya me estaba acabando la última botella. La adrenalina con alcohol es una


muy mala combinación.

—Lávate la cara —Luca abrió el caño.

Me mojé hasta la cabeza.

—¿Van a ir en Motokar? —Preguntó Beto.

—Caminando, si nos vamos en motokar se va a dormir —Dijo Vicente.

Rosa se apoyó en Raysa, ella también estaba algo mareada, pero la


diferencia era que ella si había planeado todo. No como yo que salí sin
siquiera saber cómo iba a volver.

—Nos vamos yendo entonces, ya es tarde —Vicente guardó su vape.

—Pasa tu ig —Dijo Victor.

—Yo se los paso después —Luca me agarró de la cintura y me ayudó a


mantenerme de pie.

Salimos del baño. De camino a la puerta de salida vi como todos los que
estaban tomando ya se habían puesto a bailar con música que salía del
televisor de la sala.

—Bonita reunión —Dije sarcástico.

Una vez en la calle me puse a pensar hasta en mi existencia.

Las calles por las que pasábamos, por desgracia, estaban oscuras y
silenciosas. Luca y Vicente hablaban, yo solo decía una que otra cosa que
se me cruzaba por la mente.
No puedo creer que dije que ese día me quedaría en mi habitación y ahora
estoy caminando con mareos y unas ganas de dormir muy fuertes.

Se suponía que nada más sería una cerveza, quería probar, nunca antes
había tomado cerveza, me ganó la curiosidad por sentir el sabor. Si mi
papá lo toma mucho es por algo.

Sabía tan mal, pero se sintió tan bien.

—Ya estamos cerca ¿Cómo te sientes? —Preguntó Vicente.

Lo miré y no respondí.

—Mmm, ya.

Al menos ya podía caminar bien.

Creo que lo único que me relajaba un poco era que no me había llamado
mi madre.

¿Y si pensaba que seguía en casa?

—Si tu mamá te dice algo tú solo asiente e intenta no responder algo muy
complejo. Créeme, uno cree que dice cosas con sentido y en realidad te
ves más pa' allá que pa' acá —Aconsejó y me sacó un sobre de su bolsillo
—Toma, es menta.

—Gracias —Logré decir y me lleve ese dulce a la boca.

—Nos dices qué tal —Dijo Luca.

Ya estaba fuera de mi casa, me esperaba lo peor, de eso estoy seguro.

—Suerte, Carlitos.
—Gracias —Dije y abrí la puerta con la llave.

Entré con mucho cuidado de no hacer bulla.

Las esperanzas de que piense que seguía en casa se fueron un poco al


carajo cuando escuché una pelea a gritos que provenía del segundo piso.

Mamá y Valeria estaban peleando.

—¡¡No me hizo nada mamá!! —Gritó mi hermana.

Mamá le dijo algo que no logré escuchar, subí lentamente por las
escaleras y lo que decían me dejaba cada vez más sorprendido (Y algo
asustado).

—¡¡Mira cómo estás!! ¡¿Cómo me vienes a decir que no te hizo nada?!


—Le respondió mamá.

Es en estos momentos en los que no sé si quedarme o subir.

No fue hasta que escuché algo romperse cuando entré para saber qué
pasaba.

Parecía que un tornado había pasado por la casa. Las fotos que estaban
acomodadas por el televisor ya estaban en el piso, un jarrón ya hacía
añicos al lado de mamá.

Valeria tenía su blusa negra rota, un moretón en el brazo y ¿Chupetones


en el cuello?

Estaba llorando, noté que mamá también, pues se giró a verme.

—¿Qué haces...? —Valeria estuvo apunto de preguntar, pero mamá la


interrumpió.
—¡¿Dónde estabas?! —Me preguntó casi a gritos.

No supe que responder, me quedé congelado.

Ella se acercó y me tomó de los hombros con ambas manos, con bastante
fuerza.

—Sopla —Ordenó. Mierda. —¡¡Carlos, sopla!!

Hice caso a sus órdenes con miedo y al ver su reacción después de eso,
supe que la menta no había servido para un carajo.

Podré ser más alto que mi madre, pero aún así, le tengo miedo cuando
hago algo malo.

Una lágrima cayó por su mejilla. Se tapó la boca con una mano y continuó
llorando en silencio.

Me acerqué a Valeria. No entendía lo que estaba pasando antes de que


llegara.

—¿No estabas en un ensayo? —Le pregunté a mi hermana.

—¿Tú no estabas en tu cuarto?

Ambos cerramos la boca cuando nuestra madre volvió a dirigirnos la


mirada.

—Carlos —Me llamó. No supe que responder —, vete a tu cuarto.

Asentí, estuve a punto de dar un paso, pero Valeria me tomó del brazo.

—¡¿A él lo dejas ir como si nada?! —Estaba enojada.


—Valeria —Mamá se acercó y me soltó de su agarre —. Está borracho, no
va a servir de nada si le hablo ahora.

—No, no es por eso ¡Es porque a él nunca le dices nada!

Ay, ¿Qué?

—Valeria no digas eso, no es cierto —Mamá también volvió a verse


enojada.

—¡Si es verdad! ¡Todo siempre es Carl! "¡Ay que a Carl le pasa esto!" "¡Ay
Carl tiene esto!" "¿Sabes que le pasa a tu hermano?" ¡Todo se trata de él!

Creo que me perdí de algo más.

—Oye Val... —Puse mi mano en su hombro, pero ella me dio un empujón.

—¡No me toques!

El trago seguía en mi cuerpo y se notaba, le contesté sin filtro alguno:

—¡Ay! Vete a la puta, Valeria.

—¡¡Carlos!! —Me gritó mamá.

—¡¿Qué te pasa?! —Mi hermana no se podía ver peor.

—¡¿A ti qué te pasa?! Actúas como desquiciada loca.

—¡¿Desquiciada yo?! ¡Díselo a mamá! ¡Ella sabe en dónde está papá pero
no quiere decirlo!

¿Qué mamá qué?


—Esto no tiene nada que ver con tu padre —Aclaró mamá con firmeza —.
Yo no sé nada de él. Hija, créeme, intenté buscarlo. Yo no sería capaz de
alejarte de tu padre —Ya comenzaba a quebrársele la voz.

—¡Eso no es cierto!

—Valeria, de todas formas eso no va al caso. No me intentes cambiar de


tema.

¿Qué le había pasado a mi hermana? ¿Por qué sacaban el tema de papá?


¿Y por qué eso no tenía nada que ver? ¡¿Entonces qué pasó?! ¡Estoy
confundido!

Valeria me miró y fue como recibir dagas directo en el pecho.

—¡¿No le vas a decir nada?! —Me reclamó todavía con lágrimas en los
ojos.

Mi mente ya no daba para más.

Me empujó y luego insinuó que mamá no la quiere.

—No —Dije y me di media vuelta para irme.

Mi hermana comenzó a pegarme ya decirme "Pedazo de idiota bueno para


nada, no me ayudas en una mierda ojalá nunca hubieras nacido" "Vete a la
mierda por eso te hacen bullying".

Honestamente, ni siquiera me dolía cuando me golpeaba, mi corazón latía


a mil por hora y mi mente vagaba cual ballena en el mar.

¿Cómo sería ser una ballena?

Nada más lo que me decía resonaba.


Nunca había visto a mi hermana así de agresiva (conmigo nunca había
sido así).

Se drogó.

Cállate ya.

En medio de todos sus insultos (Y a mamá ordenándole que deje de


hacerlo) me reí. Por alguna razón, me dio risa. Sobre todo la ballena
nadadora.

Necesito dormir.

—¡¿Y tú de qué te ríes?! —Aunque ella estaba así de... alterada, ya no


quería contestar.

Me pesaban tanto los ojos como para poder soltar otro insulto.

—¡¡Valeria, ya basta!! —Le volvió a gritar mamá.

Fue bueno, eso creo, pues volvió a pelear con ella.

No entiendo nada y ya no me podía importar menos, no sé de qué hablan,


ojalá se callen. Quiero-dormir-ahora.

Si me quedo más tiempo despierto, terminaré pensando en todo lo que


dijeron y en mi papá. No quiero llorar, mis ojos ya no dan.

Caminé hasta mi cuarto, ignorando que detrás de mi estaba la mismísima


tercera guerra mundial.

Alguien tomó la manga de mi camisa, pero luego de un pequeño


movimiento algo brusco la soltó. Ya no quería que me dijeran nada.
Me metí a mi cuarto y cerré la puerta. Di unos cuantos pasos antes de caer
en mi cama, la extrañé tanto. Cerré los ojos un rato y por fin sentí
tranquilidad (sin contar que mamá ya se había llevado a Valeria a su
cuarto).

Todavía tenía mi celular metido en el bolsillo de mi pantalón, era incómodo,


así que lo saqué y lo prendí para ver la hora. Todo estaba borroso, pensé
que era el celular, así que presioné varias veces con tal de que se aclare.
Como mi celular sigue cagado por el agua que le entró, al presionar unas
notificaciones de unos mensajes, se pasó a WhatsApp, luego se fue al
chat de Jake y de un momento a otro, ya lo estaba llamando.

Intenté cancelar la llamada, pero se había congelado la pantalla.

—¡Puta madre, no!

Jake

29 semanas- Jueves - clases . . .


—Y ya pues después de eso me fui al auditorio —Contaba todo muy
emocionado y con una sonrisa sincera en el rostro —¡Es como en las
películas! Como en High School Musical, me sentí Troy.

Después de no haberme contestado en todo el día, Carl por fin había


llamado. Algo tarde, eran las once de la noche, casi las doce, pero llamó.

Mi día había sido interesante. Mi tío me llevó con él para recoger a Taylor
de la escuela, este estaba en la biblioteca así que tuve que caminar por
toda su preparatoria. Lo encontré besándose con Lily. Asco. Lo bueno es
que después de eso me dio un recorrido por su colegio, tan Americano y
tan Disney, solo faltó que se pusieran a cantar y a bailar una coreografía
muy compleja.

—¡Aaah! Y no te conté, ¡Los casilleros estaban decorados! Y habían


chicos que andaban con patinetas en los pasillos. ¡Pensé que eso solo
pasaba en las películas! Ah y vi que tienen cursos extracurriculares, hay
uno de música, te hubiese gustado verlo... —Me callé de golpe al darme
cuenta de algo —Oye, Carl.

Sin respuesta.

—Carl.

Sin respuesta, de nuevo.

—Caaaarl.

—¿Mmh? Dime... dime —Tenía la voz ronca y apenas y pudo pronunciar


su "dime".
—¿Me estás escuchando?

—Si, si.

—¿Y qué opinas?

De nuevo, un silencio incómodo que se pudo interpretar como un "No


escuché nada de lo que dijiste y estuviste hablando como imbécil".

—Carlos —Insistí en una respuesta.

Escuché su respiración agitada, parecía estar agotado y no me haré el


idiota, se notaba que estuvo durmiendo en todo el tiempo que hablé.

—Oye, Jake. Este... la verdad no escuché nada —Confesó ¿Por qué no


podía pronunciar bien? —. Lo siento, estoy cansado —Dijo a secas.

—Pues... me lo hubieras dicho antes.

¿Para qué llamaste?

—Si, si, perdón.

—Está bien, entonces... ve a dormir —No quería que esto sea más
incómodo de lo que ya era —. Cuídate, te quiero.

Carl no respondió, solo colgó.

Ay... esto... ay.

¿Ahora siento como un vacío en el pecho? Si, ahora lo siento. Mierda.

No dolió.

No... si, si dolió.


Me hice bolita en la cama y abracé uno de los muchos ositos que había en
esta.

¿Qué acababa de pasar?

Hace tres días mantuvimos una conversación normal, no hicimos ninguna


llamada, solo hablamos por texto. Fue lindo. Carl me dijo te quiero,
mencionó lo mucho que me extraña y que ya esperaba a que nos
volvamos a ver. No dejó de mandarme corazones, se portó muy amoroso
en las dos horas que tuvimos de conversación.

Pero ayer parecía que lo que me había dicho no era cierto,


intercambiamos unos cuantos textos, menos de diez. Me dijo que estaba
ocupado y que tenía que hacer unas tareas. Después de eso no volvió a
hablarme.

Y hoy... le mandé un mensaje de buenos días, luego otro en el que Peter


estaba con un disfraz de oveja, seguido a este le dije que estaba yendo a
conocer la escuela de Taylor ¡Le deseé un buen día y que ojalá le esté
yendo bien en el colegio!

Cuando me llamó en verdad pensé que era porque quería que hablemos.

Y hasta ahora no pude hablar con él sobre sus emociones.

Si llamó y fue para no escuchar ¿Entonces por qué lo hizo? ¿Acaso dije
algo malo? Tal vez fue porque mencioné a Noah, o tal vez llamó por error.

No exageres.

Ya no sé. No me quiere decir nada, si hablamos pues un día dice que me


extraña y al otro ya no me habla. Esta semana ha sido como si
estuviéramos peleados, o como si él estuviera enojado. Hubieron días
enteros en los que no me habló, dijo que está muy ocupado porque estaba
estudiando para los exámenes bimestrales que son la próxima semana y
que ahora están pasando cosas en su casa, pero cuando le pregunté que
pasaba, solo cambió de tema. Como siempre.

Quisiera pedirle algún consejo a Taylor ahora mismo, pero está durmiendo,
se llevó una pastilla diminuta a la boca y a los pocos minutos ya estaba en
los brazos de Morfeo. Por eso no me importó hablar fuerte, ni así se
levanta.

¿Y ahora qué hago? No quiero hablarle a otro de sus amigos, tal vez ya
estén durmiendo.

Necesito un trago (comida).

No cené por andar durmiendo. Tal vez por eso estoy sentimental, no sé si
soy el único al que le pasa, pero mis emociones se descontrolan cuando
tengo hambre.

Bajé con cuidado de no hacer ruido, de todas formas era fácil, pues el piso
de las escaleras y gran parte de la casa estaba cubierto por una enorme
alfombra. Mis pasos no se escuchaban si caminaba a una velocidad
regular. De todas formas, cuando todo está muy silencioso, hasta tu
respiración suena muy fuerte.

Al llegar a la cocina vi una luz prendida que provenía de la sala, no le hice


caso, en su lugar, me puse a husmear por la refrigeradora y cual película
de terror, al cerrar la puerta de esta vi a papá allí.

Casi pego el real grito de terror.

—Ay pa', me asustas —Dije fingiendo que mi corazón no latía a mil por
ahora.

Este estaba con su pijama, o sea, un polo azul y unos pantalones de tela
flojos de color celeste. También traía en su mano una copa con vino.
—¿Tanto miedo doy? —Sonó relajado y algo burlón.

Clásico de él, en su juventud, según lo que me contó mi madre, era el


típico chico malo que usaba chaquetas de cuero, todas querían con él y
siempre se metía en problemas.

Lo único que cambió fue que ahora en vez de usar chaquetas negras de
cuero, usa trajes negros de seda. Ah y todas aún quieren con él, incluido
algunas de mis amigas. Conmigo puede ser muy mierdita, pero con otra
gente, es bastante carismático... con razón nadie nota que me golpeó.

—Es que te apareciste de la nada —Le respondí.

Papá se acercó a una bolsa de papel y me la dio.

—Lo pedí porque no bajaste a cenar y conociéndote...

Abrí la bolsa, dentro había un triple, tenía lechuga, tomate, huevo y una
crema blanca. El pan estaba tostado y olía bastante bien.

—Gracias —Dije y lo saqué para comenzar a comerlo.

—No comas tan rápido, te vas a atorar —Dijo caminando hacia la sala.

Lo seguí para ver que estaba haciendo, al parecer estaba leyendo un libro
en el sofá, no pude reconocer de qué era.

También noté que la botella de vino seguía medio llena.

—¿Me invitas? —Le pregunté.

—No.

—No me digas que es por la edad, tú dijiste que a mi edad ya tomabas


—Me senté al otro extremo del mueble.
—Yo pues —Le dio otro sorbo a su copa —. No quiero que termines como
Julio.

Apenas y dijo eso, mis músculos se tensaron y comencé a considerar


seriamente en correr. Hace tiempo que no mencionaba nada de Carl ni su
familia, no sé porqué, pero me ponía nervioso escuchar a mi padre decir
algo que tenga que ver con él.

—No, no creo —Dije fingiendo demencia.

Papá sonrió.

—¿Y qué lees? —Pregunté cambiando el tema.

—Un libro.

Puse los ojos en blanco.

—Si sé que es un libro, pero de que va o que.

—De cosas.

—¡Pa'!

Él volvió a reírse burlón.

—Oye, ¿Y cómo te sientes acá? —Preguntó de la nada.

—Ah, bien creo. Me gusta la residencia.

—Si pero ¿Y con tu primo? ¿Cómo te sientes? Vi que ya hiciste amigos.

—Ah si, me caen bien. A veces no entiendo lo que dicen pero me caen
bien.
—Ya me di cuenta. Ah, una pregunta.

Ay no... me dan miedo sus preguntas.

—Dime.

—Y ese tal Noah, ¿Es... gay?

Casi me ahogo con mi triple. ¿Y eso qué fue?

Si me sigue haciendo eso, terminaré huyendo de la casa.

Tosí un poco e intenté recuperar el aliento.

—Noah... es... no es que... él...

—Es que yo le veo medio —Extendió la muñeca y luego la dejó caer —. Ya


sabes.

Imité su acción confundido, luego me di cuenta a lo que se refería.

—¡Aaah! Ya entendí.

—O sea, normal ¿No? No más quiero saber.

¿Normal? ¿Acaso papá acaba de decir que es normal? ¿Mariano Ross


acaba de decir que es normal?

—Si es... un poquito —Solté. Si no se hubiese tratado de mi padre, habría


dicho "Si, bastante".

Todos en ese grupo son homosexuales.

—Si, se le nota —Dijo.

—¿Cómo?
—Que le gustas.

Necesita parar si no quiere que me atore.

—¿Que..?

—¿Tú no lo notas? —Preguntó confundido —¿Seguro que eres mi hijo?


—Miró al cielo, decepcionado, o algo así —. Cuidado con ese muchachito.

—No, no te preocupes, no me gusta... es hombre... Iugh —Tragué grueso,


ya comenzaban a sudarme las manos.

—¿Y cómo te llevas con...? Esos niños de ahí... lo que tienen el pelo así
bien... ¿Cómo se dice? ¿Afro?

Está haciendo demasiadas preguntas.

—¿Ah? Con... ¿Finney y Rosemary?

—Ajá.

—Ah, pues bien. El otro día fui a la casa de Rose.

—¿Y cómo es? Tu tío me dijo que su familia es dueña de una aerolínea.

Abrí un poco la boca con sorpresa. Con razón tenían hasta una estatua de
Afrodita.

Con razón Finney me dijo que esa bebida de treinta dólares estaba
bastante barata.

¡Con razón Noah viajó con su novio sin mucho problema! Ahora todo tiene
sentido.

—¿No podías tener una aerolínea tú también? —Le pregunté a papá.


—Estoy bien con los autos, cuando acabes la universidad tú vas a seguir
con eso.

—¿Me vas a dar tus tiendas? —Pregunté con cierta felicidad.

—Voy a ver —Comenzó a servirse más vino —De repente me sales drogo,
ay no. No te dejaría ni diez céntimos.

—No deberías preocuparte por eso. Más bien, preocúpate porque no estoy
yendo a la escuela.

—No, eso ya está arreglado. Ya hablé con Lundberg —Ese era el apellido
del dueño y director de mi escuela —, pasarás de año. Adam me debe
muchas cosas. Lo salvé varias veces de sus cagadas en la universidad.

Al menos no me tendré que poner al día...

—¿Qué tanto se puede hacer en una universidad? —Pregunté con


curiosidad.

—Pues, una de las cosas por la que casi lo sacan fue porque se metió con
una profesora.

Intenté ocultar mi asombro.

—¿Y tú qué cosas hiciste?

—Mmh, una vez por estar con él en el momento incorrecto, terminé parado
en medio de toda la biblioteca de la U. Se cayó todo en fila, como las
fichas de dominó.

Ya me imagino lo que terminó pagando mi abuelo.

—Recuerdo que ese día conocí a tu mamá —Dijo y su mirada pasó de ser
divertida a ser inexpresiva y vacía.
—¿Cómo?

—Ella estaba en la biblioteca. Quería devolver un libro.

—¿Y...?

Mamá nunca se había tomado el tiempo de contarme esa historia. A veces


pregunto quien de los dos es el menos romántico. O tal vez nunca me dijo
nada pues recuerda ese día como una maldición o un problema que
apareció en su vida.

—La miré y le sonreí burlón. Después le guiñé el ojo y ya sabes. Era muy
linda y su novio no estaba allí, ¿Qué más podía hacer? Si te gusta alguien
solo te acercas y le coqueteas.

—Eso ya lo sé.

—Muy bien, te crié bien.

Sonreí.

Que mierda, sonreí.

—¿Mamá tenía novio? —Esto ya me recuerda a cierta historia.

—Obvio, si hubieras visto tu madre en esas épocas —Dio una sonrisa


desdeñosa.

—¿Y qué más pasó?

Papá se acomodó mejor en el sofá.

—A ver, después de haberle guiñado el ojo me fui corriendo. No por


vergüenza, fue porque los profesores ya estaban viniendo a buscarnos a
Adam y a mi —Se tomó todo el vino de una sola pasada —Tu mamá era
muuuy difícil.

—¿Por?

—No me hacía caso porque sabía que estaba con media universidad.

Y ahora con media ciudad.

—Después de meses por fin me dio un beso. Su novio me quiso buscar


pelea.

—¿Seguía con él?

—Si, sus padres, tus abuelos, lo amaban. Ya sabes, era el chico que
estaba estudiando para ser doctor que vestía como abuelo.

Genial, pudo haber estado con un doctor bueno y se metió con mi papá.

—¿Y qué te vio? —Mierda. Pensé en voz alta —. Además del físico.

No mentía, por algo yo también salí bastante atractivo.

—Quisiera decir que el dinero, pero ella también tenía —Se la pensó unos
momentos —Mi personalidad.

¿Personalidad es igual a chico que te trata mal?

Me pregunto como habrá sido papá en esa época. ¿Habrá sido mejor? O
peor... ni idea, conmigo siempre fue la misma mierda.

—En una relación, los primeros meses siempre son lindos —Me explicó —.
Luego comienzan las peleas... y peleas... y más peleas.

—Y luego la separación.
El me miró con cierta confusión.

—El matrimonio —Me corrigió.

—Y luego la separación.

—Los hijos.

—Y luego la separa...

—¿Tanto deseas que nos separemos?

¿Cómo? ¡Obviamente deseo eso! ¡Con toda mi alma!

¿Cómo se atreve a hacer esa pregunta sabiendo todo lo qué pasó? Todos
los cuernos que metió, todas las noches sin llegar a casa, todas las peleas
a gritos que tenían ¿Acaso eso es su significado del amor?

—Es lo mejor ¿No? Podrías estar con las que quieras sin necesidad de
ocultarlo —Se me salió decirlo en un tono agresivo.

—Jake...

—Pa', ya te has metido con tantas mujeres que ni yo sé si tengo hermanos


perdidos por ahí —No estaba midiendo mis palabras, pero es que en serio
me enojó su estúpida pregunta.

—Esa vez en la tienda, solo fue una vez, Jake.

—¿Una vez? —Intenté no levantar tanto la voz —¿Entonces por qué una
señora... no, una jovencita, se apareció en la puerta de la casa a
preguntarme por ti?

Se le notó sorprendido, parecía que le había dado justo en el clavo.


—¿Cómo dices? —Preguntó intentando procesar lo que le estaba
diciendo.

—Una chica se apreció en la puerta de la casa el día de mi cumpleaños.


No recuerdo su nombre —Mentí—, pero que lindo que seamos tus
sobrinos más queridos —Dije sarcástico.

Él se quedó completamente callado y en efecto, confirmó lo que aún tenía


esperanza de que sea mentira.

—¿Ves lo que digo? Un divorcio no te vendría mal. No tienes nada que


perder.

—No es así de fácil, Jake.

—Papá, puedes hasta quitarle nuestra custodia a mamá y tú lo sabes.

—Jake yo no pienso divorciarme de tu madre —Respondió con una


expresión serena.

—Hace un tiempo no decías lo mismo —Si no me calmaba, acabaría


despertando a toda la casa por los gritos.

—Estábamos discutiendo.

—¿Y las veces en las que engañaste a mamá también estaban


discutiendo?

—Jake...

—Es que ¡¿Cómo te atreves a preguntarme "Tanto quieres que nos


separemos" sabiendo lo qué pasó?!

Él me susurró un "Cállate" y apuntó con el mentón a los pisos de arriba,


que era en donde dormían mis tíos, la empleada y mi hermano.
Hice caso, pero no por ellos, sino porque si seguía gritando lo más
probable es que me meta otro golpe.

Volví a hablar, esta vez traté de sonar calmado. Por desgracia, se me salió
un tono pasivo-agresivo.

—Pero claro, te quitas la culpa porque mamá se fue por mí —Dije


sintiendo como se me cristalizaban los ojos.

Cálmate, ni se te ocurra llorar ahora.

—No mientas —Dijo.

—No estoy mintiendo. Eso es lo único que has estado haciendo desde ese
día —No iba a decir "el día en el que descubrieron mi relación con Carl"
pero según yo, si entendió a lo que me refería.

A mi padre se le notaba bastante afligido, la pierna había comenzando a


temblarle y sus dedos ya estaban entrelazados. Ya no tenía una postura
erguida, más bien, estaba apoyando sus brazos en sus piernas, como si ya
estuviera listo para levantarse y largarse.

—¿Acaso no ves que estoy intentando arreglar las cosas?

—¿Cómo? ¿Dándole dinero a Ian? ¿Trayéndome comida? Pa', eso lo


puede hacer cualquiera —Dejé el triple a un lado. Ya no tenía hambre.

—¡¿Entonces qué quieres que haga?! —Al instante se dio cuenta de que
ya estaba hablando muy fuerte.

—¡Pídeme perdón! Llévame a Perú de vuelta, ¡Sé un mejor padre! —Ya se


me estaba haciendo difícil pronunciar las palabras, pues sentía que en
cualquier momento saldría un llanto —. Y ya deja de mentir, es lo único
que sabes hacer.
Me arrepentí al instante de lo que dije, papá ya estaba enojado y supuse
que en cualquier momento sentiría su mano golpear mi rostro, pero, por
alguna razón, eso no ocurrió.

—¿Quieres la verdad? —Preguntó con mucha seriedad.

—¡Si!

—Bien... no sé si esto te hace sentir mejor, pero tu madre no se fue de la


casa por ti.

Escuchar esas palabras hizo que sienta un ligero escalofrío recorrer toda
mi columna. ¿Mamá no se fue por mi? Eso lo fue lo que me dijo aquel día.

"¿Acaso no lo sabes? Tu madre se fue por ti."

Recordaba muy bien sus palabras, era una de las cosas en las que
pensaba casi todo el tiempo.

—Ella se fue porque... —Continuó con la voz temblorosa —dejé...


embaracé a una chica.

Fue en ese momento, justo en ese momento, fue cuando sentí como si un
balde de agua fría me cayera encima.

No sabía qué era peor, si el hecho de que haya embarazado a otra o que
todo este tiempo me haya hecho creer que mamá abandonó a mi hermano
por mi culpa. Porque siendo honestos, a mi ya me abandonó hace mucho
tiempo.

—Jake.

Me llevé una mano a la boca, intenté procesar lo que acababa de decir. Ya


ni siquiera podía verlo directo a los ojos. Ya no quería ni compartir el
mismo asiento... ¿Cómo se atreve? ¿Cómo es que pudo...? ¿Ese es su
intento de ser mejor papá?

—Cállate —Le respondí sin pensarlo mucho. Sentí una lágrima


deslizándose lentamente por mi mejilla —Tú... —Solté un suspiro y me
levanté.

No sabía que decir ¿Qué es lo que se dice cuando tu padre te revela que
ahora lo más probable es que estés esperando un hermano de otra madre
sabiendo que aún sigue casado con la tuya? "¿Felicidades?" "¿Gracias por
decirme?" O tal vez un "Vete a la mierda".

—Jake... —El me tomó del brazo.

Mi respuesta no fue nada calmada. Con un movimiento rápido lo aparté y


de no ser porque ya todos dormían, le habría gritando.

Subí rápidamente al segundo piso, viendo todo borroso tras las lágrimas
que no dejaban de salir. Me metí en la habitación de Taylor y la cerré con
seguro.

Al acostarme en la cama, me mordí el labio para no hacer mucho ruido.


Quería gritar, quería golpear a papá, quería maldecirlo y hacer que sufra.

¿Qué mierda pasaba por su cabeza? ¿Por qué hacía todo esto? Aunque
diga que va a cambiar, ya no le creo nada, gente como él nunca cambia. Y
pensar que yo en el fondo si tenía algo de esperanza en que el matrimonio
de mis padres si podría volver a funcionar. Me siento estúpido, me siento
muy estúpido.

Lo peor es que no es la única cosa. Todo este tiempo creí que mamá se
fue por mi culpa. Todas las malditas noches me repetía que mi hermano no
tendría una madre a su lado ¡Por mi culpa! Y ahora me dicen que no es
así. Hay un poco de alivio, pero se sigue sintiendo muy jodido saber que él
sabía que no era cierto y que aun así me hizo creer que si.
¡¿Qué diablos le pasa?!

Me abracé a mi mismo, intentando calmar el vacío que sentía en el pecho,


pero cada sollozo que daba era como desprenderse de una parte de mi
alma.

Lo único que lograba, era sentirme peor y peor...


19. El último silencio

Carl

29 semanas- Viernes- clases . . .

Escuché como alguien abría la puerta y se metía a mi habitación. Abrí un


poco los ojos y vi que todavía estaba algo oscuro, supuse que eran las
cuatro de la mañana. No analicé mucho quien se estaba sentando a mi
lado, sabía que era mamá. Lo supe porque estaba llorando, o eso creo,
era como un llanto muy silencioso. De todas formas, volví a dormir cuando
comenzó a acariciarme el cabello. No tuve tiempo ni para preguntar algo,
mi sueño era más fuerte y me dormí al instante.

Volví a despertar cuando los rayos del sol ya entraban por mi ventana y
todo se podía ver con claridad. De nuevo, fue porque mamá entró, esta
vez no fue difícil distinguir el olor del café de las mañanas. Además, ya
estaba más consciente esta vez.

Ella se sentó en la cama y comenzó a jugar con mi cabello. Supuse que


tenía intenciones de despertarme.

—Hijito —Dijo con una voz suave —. Ya está listo el desayuno.


Abrí los ojos de a poco, a pesar de eso, un dolor de cabeza se hizo
presente.

Por mi expresión, creo que mamá supo al instante lo que me pasaba.

—Ven a desayunar para que te tomes una pastilla —Dijo.

—Buenos... días —Dije ya viendo mejor.

Ella estaba arreglada, como siempre, tenía un mechón de cabello recogido


por un clip de una flor de bronce y un vestido floreado color rosa pastel.
Pero algo no se veía bien, tenía unas enormes ojeras y se le notaba que
había estado llorando por muchas horas. Entonces, volví a caer en cuenta
de todo lo que pasó ayer.

—Hoy llegarás un poco tarde al colegio —Dijo.

—¿Por? —Pregunté con la voz ronca.

—Ya son las siete —Elevó las comisuras de sus labios —El director ya me
dio permiso de llevarlos más tarde. Solo por hoy. Tampoco se pasen. Tuve
que apagar las diez alarmas que tienen tu hermana y tú.

Sonreí por eso, ignorando que todo lo que me dijo Valeria anoche se
apareció de golpe como agua fría luego de que haya mencionado su
nombre.

—En un rato voy —Dije.

—Está bien. No te demores mucho que se enfría —Mamá volvió a darme


una sonrisa cálida, de esas que te dan a entender que estás seguro y que
nada va a pasar.

Claro, eso no siempre es cierto, las sonrisas engañan y mucho.


Asentí ante su petición y vi como salió de mi habitación.

No quería levantarme todavía. Me dolía la cabeza y aún tenía sueño, pero,


lo hice porque hasta mi cuarto llegaba un aroma a café, tocino, huevo frito
y pan caliente.

Primero me cambié de ropa, me puse un polo holgado y unos pantalones


que usaba de pijama. Después fui al baño con mucha pereza y me lavé los
dientes. También me mojé toda la cara con agua fría, a ver si así
despertaba de una buena vez.

Al irme al comedor vi a mi hermana allí sentada, comiéndose un pan con


mermelada. Ya no traía la blusa rota de ayer, pero todavía se le notaban
esos chupetones en el cuello y también que había estado llorando.

Y que no se bañó.

Creo que a mi también se me nota.

—Buenos días —Dijo ella sin muchos ánimos, ni siquiera fue capaz de
verme.

No le dije nada, anoche me mandó bien a la mierda.

—Toma —Mamá me dio una taza con café y volvió a la cocina.

Inconscientemente desvié la mirada desde mi pan hacia mi hermana. Se


veía desastrosa, como si tres tornados le hubieran pasado encima.

Tenía el rímel corrido, sus ojeras la hacían ver como un mapache, su


cabello estaba todo grasoso y greñudo y parecía que había inhalado coca,
pues sus ojos estaban muy rojos. Sus ánimos estaban igual que los míos,
se veía bastante triste, su mirada era vacía, solo reflejaba desgracia.
Hicimos contacto visual, como por un microsegundo, me daba miedo que
con una sola mirada vuelva a estallar y a saltar cual león al ver a su presa.

Soy el más alto de la casa o como me dicen algunos “el hombre de la


casa”, se supone que eso es quedar como “el macho pecho peludo”, aún
así, mi madre y mi hermana me dan miedo. No soy capaz ni de mandar a
un perro.

También papá me asusta... pero ese ya no está.

Aunque... ahora que estoy más lúcido, ¿Acaso anoche no estaban


peleando por eso? ¿O solo me lo imaginé?

No tuve tiempo para recordar, pues mamá se sentó en la mesa y le dio un


sorbo a su café.

—Tengo que hablar con ustedes —Dijo con cierto temor.

Ni mi hermana ni yo contestamos, solo nos quedamos tensos, eso se


notaba bastante, sobre todo a Valeria, esta se veía lista para salir del
comedor.

—Con lo qué pasó anoche... —Mamá se quedó en silencio, se la estaba


pensando bastante —. Miren, yo sé que esta situación es difícil para
ustedes, entiendo que extrañen a su padre y si yo supiera en donde se
encuentra ya se los habría dicho...

Valeria le dio un golpe a la mesa con ambas manos al levantarse y se fue


sin decir nada. Solo se escuchó un portazo proveniente de su habitación.

Me quedé observando a mi madre. Estaba a nada de llorar de nuevo.

—¿Nadie sabe en dónde está? —Pregunté.

Ella negó con la mirada baja.


—Ya lo busqué, lo llamé, hablé con sus conocidos. Nadie supo darme una
respuesta.

Me sentía muy mal por ella, en serio parecía que en cualquier momento se
quebraría.

—Entonces... ¿Por qué Valeria dijo que tú sabías en donde estaba?


—Rogué mentalmente que ella en serio haya dicho eso.

Mamá suspiró y entrelazó sus dedos.

—Anoche la encontré con un chico.

¿Y eso qué tiene que ver con papá...?

—¿Ya? —Esperé su respuesta, confundido.

—Carl, el chico tiene veintidós.

Por unos momentos me dejó de importar que aún no obtenía la respuesta


a mi pregunta. Toda mi atención se fue a aquellas palabras "El chico tiene
veintidós". ¿Qué carajos? ¿Él fue el que le hizo todos esos chupetones a
mi hermana? ¿Cómo es que ella está con un chico... no, un chico no, un
hombre así?

—Él le ha estado diciendo mentiras. Me hace quedar mal para


aprovecharse de tu hermana...

Se detuvo al escuchar a Valeria salir de su habitación. Esta se fue directo


al baño, no sin antes mirarnos mal, y volvió a dar un portazo.

—Ayer —Continuó —, los encontré mientras iba al colegio para recogerla,


estaban en una calle oscura. Carl si yo no hubiera llegado, ¿Qué cosas le
habría hecho? —No se contuvo y entró en llanto —. Valeria dice que no le
hizo nada, pero estaba forcejeando y tenía la blusa rota...
Era difícil verla en ese estado, creo que era la primera vez. No es esa
clase de persona que llora delante de todos y tenerla así es la prueba de
que en serio se jodio todo. Y una de las razones soy yo.

Y aquel viejo... jóven. ¿Qué diablos hacía con mi hermana? ¿Acaso no


sabe que apenas acabará la secundaria el año que viene? ¿O acaso es un
imbécil sin respeto alguno? Sea lo que sea, nunca antes había tenido
tantas ganas de golpear (y denunciar) a alguien.

Piensa, si los vio al lado de la escuela entonces es obvio que fue


hasta allá solo por ella.

Hijo de puta.

Mamá seguía ahogándose en su desgracia, quise decirle algo, quise hacer


que sonriera, pero no sabía cómo y eso me hizo sentir inútil.

—Y también tú —Agregó, esta vez si pudo pronunciar bien —. ¿Por qué


llegaste así a la casa? Carlos yo confié en que te quedarías, ¿Y que
aparezcas borracho? ¿Acaso quieres ser cómo tu padre?

Me quedé mudo por unos momentos y al querer responder se me volvieron


a adelantar.

—Me decepcionas —Soltó, con bastante sinceridad.

Prefería mil veces que me riña, que me castigue o incluso que me de un


golpe para aprender la lección, sin embargo, de su boca salieron palabras
que jamás pensé que llegaría a escuchar.

“¿Acaso quieres ser cómo tu padre? Me decepcionas…”

—Lo… lo siento —Respondí con sinceridad —Yo no quiero ser como papá.
No lo volveré a hacer.
—Claro que no lo volverás a hacer. Estás castigado. Quiero lo mejor para
ti, no voy a permitir que vuelvas a llegar así de nuevo —Su tono de voz
transmitía firmeza —. Te llevaré a un psicólogo si eso es lo que necesitas,
pero no te voy a perder a ti también. Eres muy jóven para andar en eso
—El enojo ya se le notaba.

—Yo…

—Cuando Valeria salga del baño te metes tú, tengo que llevarlos al
colegio. — Se levantó de la mesa con el plato y vaso de mi hermana. Los
llevó hasta la cocina y al volver a acercarse me dio un beso en la cabeza
—Te quiero.

Asentí con la mirada baja, creo que ya hice mucho.

De camino a la escuela, Valeria traía puesto unos audífonos inalámbricos


que sabe Dios quién se los dio.

Estaba sentada con una mala postura, traía los brazos cruzados y su ceño
fruncido levemente. Seguía enojada.

¿En qué momento volvería a hablarme?

Ni cuando le daba su periodo se ponía así, al menos no conmigo.


Al entrar al colegio se fue directo a su salón, caminando a paso rápido. Me
dejó atrás y creo que fue una forma de confirmar que no quería tenerme
cerca.

Llegué a mi salón, todos se voltearon para verme, fue de forma tan


sincronizada que hasta parecía que lo habían ensayado.

—Oe, ¿Tan tarde? —Se burló Gael.

Ya eran las nueve y media de la mañana.

—Buenas noches —Dijo Grecia.

—Buenos días, profesor —Saludé al ingresar.

—Pasa hijo, pasa —Respondió para volver a ponerle atención a lo que


estaba proyectando en la pantalla.

—Oe para eso mejor no hubieras venido —Escuché la burla de Fernando.

—Sáquelo, profe’.

Me reí de eso último y me fui a mi asiento.

Matemática es un buen curso para dormir, el profesor siempre nos


aprueba, nunca nos reclama si no participamos y además, este bimestre
estamos viendo temas fáciles.

Usé mis brazos como almohada, ya me estaba quedando dormido, hasta


que recibí un mensaje. Era de Jake.

No tuve tiempo para leerlo, Alejandro clavó la mirada en mí, no iba a


arriesgarme a que me quite el celular y que lea toda la conversación que
tengo con Jake en voz alta, así que decidí apagarlo y guardarlo, como he
estado haciendo desde que comenzó la semana.
Me tocaba esperar hasta las diez y diez, que era cuando comenzaba el
recreo.

Ya no quería dormir, ya me pusieron los ojos encima, eso no es bueno. Me


pregunto qué harán ahora ¿Me van a quitar el dinero? ¿Me van a
empujar? ¿Golpear? ¿O harán algo “gracioso”? Como el lunes, cuando
Jorge me agarró de las caderas y comenzó a moverse como si estuviera
cogiéndome, cuando le dije que no me contestó con un “¿No es eso lo que
te gusta?” y se cagó de risa. O tal vez solo me digan chivo, rosquete,
mariposón o se te quema el arroz.

Espero que sea lo último. Todos me dicen así ahora, antes también lo
hacían, pero solo a veces y entre ellos se llaman por eso apodos. Es lo
más suave, lo que más me resbala a comparación de otras cosas.

Me quedé jugando con los dedos hasta que sonó el timbre. Me fui directo
al baño con mi teléfono, abrí el chat con Jake, nada más logré ver un
sticker de un Goofy flotando en el agua que mandó.

Apenas y pude sonreír por eso, alguien abrió la puerta de los baños y por
reflejo guardé el teléfono en mi bolsillo. Fue lo mejor, los que habían
entrado eran Diego y Josué.

No me dijeron nada, solo me miraron con una expresión neutral. Aún así
tuve miedo, y salí lo más rápido que pude.

Volví a mi salón, vi a Amelia comiéndose un sandwich de pollo. Al notar mi


presencia, se acercó.

—Hola —Saludó con cierta timidez.

—¿Qué pasó?

—En biología la miss hizo grupos para un trabajo de investigación. Sobre


las enzimas y eso.
Me pregunto por qué nunca puede verme a los ojos.

Waoh, está igual de mierda que yo. De tan solo verla ya me deprimí.

—En fin, tenemos que hacer un trabajo en grupo —Siguió.

—¿De cuántos?

—De dos. Me tocó contigo.

—Ah, está bien.

—Ajam…

Se llevó una mano a su bolsillo y se mordió el labio inferior, estoy casi


seguro de que quería decir algo.

—¿Algo más? —Pregunté.

Al parecer la hice salir de su trance.

—No, no, solo eso.

Asentí con inseguridad sobre sus palabras.

—¿Estás bien? —Pregunté.

—Sí, sí, ¿Tú?

—Sí.

Ella sabe que miento y yo sé que ella miente.

Con razón Amy no tiene tantos amigos, da depresión.

Tal vez yo estoy muy pesimista hoy.


O en serio me ofendí porque solo se quedó mirando mientras otros
me robaban el dinero.

Caminé hasta mi salón, no tenía hambre, estoy seguro de que si como


algo ahora terminaré vomitando. Tuve suficiente con el pan que comí en mi
casa.

Me senté en el piso y vi como un niño de primer año estaba sentado en la


mesa en la que se ubican los profesores. Este hablaba con Jorge y
Alejandro. Me costó darme cuenta de que era el primo de Josué. Lo
recordé cuando este y Diego volvieron y se pusieron a hablar entre ellos.

Hubo un momento en el que noté como Alejandro me señaló con el dedo.


No me sorprende ser su tema de conversación. Ya fui el tema de
conversación de los padres, de los profesores, de mis compañeros, de los
de otros grados y hasta de los conserjes.

Todo es tan… ¿Triste?, Estoy cubierto por una neblina llena de desdichas
y se siente como si no fuera a desaparecer nunca.

Realmente no sé qué cosa buena sacarle a esto, intento encontrar algo


que me haga sentir bien de nuevo.

Mi relación con Jake podría ser… podría. Es raro, quiero decir, sí me gusta
y mucho, lo quiero tanto y con él realmente me siento bien, él era esa luz
en medio de la neblina. Pero ya no está y es feo no poder ni contar con la
ayuda de alguien a quien quieres, en este caso, mi novio. Y… bueno, no
es como que tenga ganas decirle que me siento solo y que solo quiero un
abrazo suyo. No hay nada de malo en eso, lo sé, pero ya la está pasando
mal y venir a decirle “Oye necesito cariño, no soporto que estés allá, me
siento mal y siento que todo se está derrumbando por lo que pasó. Desde
que somos novios, todos me han estado dando la espalda y a ti también,
es como si nadie quisiera que estemos juntos”. Creo que sería algo muy
malo de mi parte, le haría pensar que tiene otro problema.
Carajo, me siento como algo malo. Tal vez si Jake no estuviera conmigo,
su vida ahora estaría mucho mejor. Yo seguiría en mi desgracia, lo de mis
padres se sabría tarde o temprano, Valeria conocería a ese chico tarde o
temprano, pero, al menos tendría a mis amigos a mi lado, al menos lo
tendría a él.

Si tan solo ese día me hubiese quedado callado…

El otro día me pasé un poco, le dije a Jake que lo extrañaba demasiadas


veces y estuve a punto de confesarle cómo iban las cosas, casi le revelo
todo lo que pienso. Me arrepentí al instante. Mencionó algo de su padre y
no quería empeorar las cosas.

Sonó el timbre, el recreo había acabado.

Me quedé más tiempo sentado, hasta que la profesora de comunicación


entró. Fue en ese momento cuando decidí levantarme. Ya todos mis
compañeros estaban colocando sus teléfonos en una especie de zapatero
dividido en veintiséis secciones. Lo habían mandado a poner para no
distraernos con los teléfonos, obviamente no todos siguen esa regla, pero
cuando el maestro sí da miedo, todos dejan sus celulares sin importarles
nada.

El primo de Josué seguía allí, hablando con la profesora, la cual acomoda


sus cosas a un lado.

Ese niño obstruía mi paso y no es como que pueda ir por otra dirección,
pues todos estaban amontonados intentando acomodar los teléfonos en
donde se encontraban sus nombres.

—Permiso — Le llegó lo que dije —. Permiso —Volví a decir esta vez más
fuerte. De todos modos me ignoró —. Oye, permiso —Le toqué el hombro
—Niño —Le comencé a tocar el hombro varias veces —Oye…
Después del sexto toque por fin se volteó, de una forma muy agresiva,
hasta me miró mal.

—¡¿Qué quieres?! —Preguntó con agresividad.

—Que me des permiso —Vi como ya todos se iban, dejando espacio —.


No, ya nada —Rodeé la mesa.

No entiendo por qué tanto desagrado.

Lo miré confundido y este seguía con su mirada de odio.

Sonreí burlón sin querer, era un chibolo de como doce años, era chistosa
su expresión, me recordó a un Angry Bird.

Volví a mi lugar. Qué extraños estos dos mil diez.

Ya me imagino lo que le habrán dicho mis compañeros.

A la hora de salida volví a ver a mi hermana, no habíamos hablado en todo


el día, ni me miró cuando pasó por mi lado en el segundo receso. No
entiendo qué le pasa ¿Yo qué culpa tengo de que la hayan descubierto?

Estábamos en la fila para salir y aproveché que la tenía cerca.


—Val —Dije. No volteó, pero continué —¿Mamá nos vendrá a recoger?

Ya sabía que no, solo quería que me dijera algo.

No respondió, al contrario, comenzó a hablar con su amiga.

¿Qué se supone que hice? ¿Fue por no haberle dicho algo a mamá
mientras discutían? En mi defensa, ella me pegó y no es como que haya
estado en mis cinco sentidos, o como dijo Jake en su cumpleaños, mis
cuatro sentidos.

Caminé luego de que nos dieran las indicaciones para salir. Al llegar a la
puerta vi como Paul se iba con su novio, que extraño, estaba feliz. Al
contrario de Marco, que se pasó de largo con cierto enojo.

Otros que se la viven en un drama.

Seguí caminando, quería alejarme de toda la multitud y llegar a un lugar en


el que no tenga que pelear por un motokar. Fui hasta el colegio de al lado;
“Jesús de Nazaret”, las únicas cuatro personas que pasaban por allí eran
estudiantes de mi colegio, pues las puertas de salida de cada colegio
estaban en distintas calles.

Había un poco de barro, hace dos horas llovió, pero nada más duró treinta
minutos,ya estaba saliendo el sol , el clima aquí es raro.

Cuando ya estaba lo suficientemente lejos, alguien me tomó del brazo. Di


media vuelta asustado, supuse quienes serían.

—¿Qué? —Le pregunté a Jorge.

—¿Qué hacías con Leo? —Interrogó.

—¿Leo?
—El primo de Josué —Dijo Diego.

—Nada —Contesté confundido.

—No mientas —Dijo Josué.

—No miento, ni siquiera hablamos.

No entendía a qué iba toda esta conversación.

—Él dijo que te le acercaste de una forma extraña —Explicó Alejandro.

—Y que lo tocaste —Agregó Jorge.

—Sí, el brazo.

—¿Por qué?

—¡Porque no me daba permiso! ¿Qué es lo que quieren? —Dije con


desespero.

—¡Que no te le vuelvas a acercar! —Gritó Diego —Maldito pervertido.

—¡¿Pervertido por qué?! —Capté sus acusaciones.

—Carl ya deja de mentir, Leo nos contó todo, dijo que hasta le sonreíste.

—¡Me estaba burlando! ¡¿Qué les pasa?! No soy un maldito loco.

—¡Eso no fue lo que él nos dijo! —Gritó Alejandro.

—¡Pues es un mentiroso!

No debí haber dicho eso, al segundo Alejandro ya me estaba dando justo


en el cachete.
Soy su nuevo saco de boxeo.

—¡¿Qué te pasa imbécil?! —Grité luego de haberlo alejado de un


empujón.

Un ardor se apoderó de esa parte de mi cara. Estaba furioso, quería


responder, pero no podía, eran cuatro y yo estaba solo, cosa de la que
tenían ventaja, ningún profesor podía intervenir.

¿Cómo se les ocurría acusarme de algo así? Saben muy bien que tengo
novio, además, los de primero se ven como unos malditos fetos.

—¡Deja de mentir! —Me gritó Diego.

—¡No estoy mintiendo! —Se me seguían acercando, así que fui


retrocediendo poco a poco.

—Sí, claro —Podía notar el sarcasmo en su voz —. Honestamente, no me


sorprendería que nos estes engañando. Todos sabemos como es la gente
como tú.

—¿Como yo?

—Ya sabes a qué me refiero.

Sentí a alguien agarrarme los brazos por detrás.

—Ya se me estaba olvidando —Habló Alejandro —Ni creas que hoy te


salvas de darnos plata.

Forcejee y logré zafarme, pero sin mi mochila. No sé si por suerte o


desgracia, pero tenía el dinero en mi bolsillo.

Mis compañeros tiraron todas mis cosas al piso, incluidos mi celular y


laptop, esta tenía un protector y se ensució por el barro.
Luego de ver que no caía nada que les importe, tiraron la mochila y me
vieron enojados. Excepto Josué, este estaba más bien asustado.

—¿Y la plata? —Me preguntó Jorge.

Me quedé callado por unos momentos.

—¡¿En dónde está?!

—¡Gasté todo! —Mentí para que me dejaran en paz.

Fue todo lo contrario, en su lugar, recibí un insulto por parte de todos y un


empujón de Alejandro.

Estaba al borde de una alcantarilla que para mi mala suerte no tenía reja,
así que caí en esta, provocando que mis pantalones y parte de mi camisa
se mojen con agua sucia y verdosa que tenía un olor insoportable.

No podía creer lo que habían hecho, ni ellos se lo creían.

Cual cobardes huyeron, menos Josúe, este se quedó con la boca


entreabierta y con una expresión de angustia. Se acercó y me dio la mano,
de un manotazo la hice a un lado y me levanté por mi cuenta.

Mantuve la mirada en el piso, de reojo podía distinguir como a unas 5


personas viendo aquella escena. Rogué mentalmente porque fueran
padres de familia y no chicos odiosos de secundaria, mucho menos de mi
sección.

Sentía las mejillas arder, no sabía si por la vergüenza o por la rabia.


Tampoco sabía si estaba comenzando a llorar por eso o por las cosas que
me habían dicho. El dolor y el dinero era lo de menor importancia en esos
momentos.
Recogí mis cosas sin decir nada, hice a Josué a un lado, caminé sin poder
ver bien, tenía los ojos empañados por las lágrimas y creo que también por
el fuerte olor que ahora desprendía.

—¡Carl! —Reconocí la voz de Valeria al instante.

No me giré a verla, solo seguí caminando. Quería estar solo, no soportaba


que otras personas me vieran en ese estado.

—¡Carl! —Volvió a decir ella.

Aceleré el paso. Valeria tampoco era la persona más indicada con la que
hablar.

Ella me tomó del brazo y algo enojado me di media vuelta, no sin antes
soltarme de su agarre con un gesto repentino.

—¿Estás…? —Quiso preguntar algo.

—¿Ahora si me quieres hablar? —Pregunté con enojo.

—Oye…

—¿Por algo me hacen bullying, no?

Ella me miró, con el mismo sentimiento que estaban teniendo todos hacia
mí: lástima.

—Vete a la mierda, Valeria —Dije sin pensarlo mucho.

Seguí caminando. Cuando estuve aún más lejos busqué mi dinero en mi


bolsillo, pero este ya no estaba.

De seguro se cayó cuando estabas en el agua.


Maldije mentalmente, estuve a punto de gritar, lo hubiese hecho de ser
porque una señora pasó con su hija, ambas me miraron feo y se taparon la
nariz al pasar.

Observé cómo se iban. Me sentía cansado, ya no quería seguir


caminando, la cara me dolía y de seguro tenía los ojos bastante rojos.

Me quedé observando la pista, pasaban muchos motokares, motos y


autos… Es en momentos así en los que nada más quiero dar un paso y
dejar que uno de esos me haga sentir el descanso eterno. De esa forma ya
no tendría que seguir soportando todo esto, ya no sería una molestia para
los demás, se estarían librando de un problema.

Continué caminando. Tuve que sacarme las zapatillas, las piernas ya


comenzaban a dolerme y supuse que era por la humedad.

Al llegar a casa, lo primero que hice fue meterme al baño, me quedé


llorando allí como una hora. Al salir me cambié y me tiré en la cama boca
abajo, tomé un respiro, por fin estaba en mi lugar de paz.

Me sorprendió ver como aún no paraban las lágrimas, estas ya parecían


salir en automático. Estaba tan agotado que no me importó.

Cerré los ojos con pesadez, hasta que mi cama comenzó a vibrar.

Recordé que mi celular seguía guardado. Lo saqué, estaba un poco sucio


por el barro. Fui con este hasta la cocina y mojé un trapo para limpiar el
desastre con cuidado.

Mi celular ya estaba cagado, no dejaba de entrar y salir de distintas


aplicaciones, se abrían solas o mi celular se apagaba unos segundos.

Volví a llorar. Todo estaba arruinado, mi mochila y mis cuadernos estaban


sucios, no sabía si mi laptop se había roto y mi teléfono luchaba por
encontrar algo de estabilidad.
Y cuando pensé que nada podía ser peor, recibí una llamada.

Carajo, olvidé el mensaje de Jake.

Me estaba llamando, quise contestar rápido, podía ser una emergencia. Mi


celular tardó casi veinte segundos en responder, pero por fortuna, sí se
escuchaba bien el audio.

—Hola —Saludó, Jake.

Di un suspiro, tragué grueso e intenté borrar cualquier tono de voz que


deje en evidencia que estaba llorando.

—Hola.
Jake

29 semanas- Viernes- clases . . .

Ya era la cuarta vez en el día que revisaba mi teléfono, esperando la


respuesta de Carl.

—No te preocupes, JJ, ya va a contestar —Intentaba tranquilizarme Noah.

Vino a casa de Taylor a hacer nada, tengo entendido que como se


conocen desde hace mucho ya es normal para Charlie, la empleada, ver a
Noah caminando por la casa o tomar algo del refri.

Taylor seguía en la escuela, al igual que todos los de su grupo.

—¿Crees que debería hablar con él? O sea, tener las conversaciones esas
en las que se comienza con un…—Me aclaré la garganta —Amor,
tenemos que hablar.

Se me salió una carcajada después de eso.

Fingía que no estaba asustado por tener esa clase de charla.

Observé los mensajes que le había mandado a Car.


—Hola
Oye
Estás?
Pasó algo, te necesito :(

—Yo digo que sí —Respondió Noah finalmente.

Me quedé observando a la nada, supuse ya estábamos llegando a esa


etapa en las que las parejas tienen sus… ¿Peleas? , etapa de la que no
todos salen. Eso me aterra, no puedo ni imaginarme terminar con Carl.

No es solo mi novio, también mi mejor amigo desde que tenemos siete


años, ¿Cómo se aguanta una ruptura luego de eso?

Es mejor no averiguarlo.

Que bueno que hasta ahora no tuvimos una pelea como tal.

—¿Estás bien? —Interrogó llevándose a la boca un puñado de canchita.


Noah se encontraba muy agusto viendo “Chicas pesadas”.

—Si… no… ay no sé —Me senté a su lado, en el piso, y abracé mis


piernas buscando una especie de consuelo — Creo que Carl ya no confía
en mí, ¿Y si ya no quiere estar conmigo? Tal vez ya no le gusto…

—Jake —Le dio un sorbo a su gaseosa —, solo a un estúpido le dejaría de


gustar alguien como tú.

Me la pensé un rato.

—Sí, sí, tienes razón.


—¿Quieres? —Me extendió su envase de canchita.

Asentí y comí un poco. Intenté ver la película que había puesto, mis ojos
miraban como cuatro chicas caminaban por un centro comercial vestidas
de rosa, pero mi mente solo podía pensar en Carl y en cómo se
encontraba. Algo no estaba bien.

Volví a prender mi teléfono, me metí a nuestro chat. Casi me atraganto con


la cancha al ver que estaba en línea. Al fin iba a responder.

Esperé y esperé, hasta que vi como volvía a desconectarse a los minutos.

—Ahora vengo —Informé y me levanté.

Fui directo al cuarto en el que originalmente me iba a quedar, le puse


seguro a la puerta a pesar de que papá no estaba en casa. Aunque eso no
era lo que me importaba en esos momentos.

¿Por qué Carl no contestó?

Caminé por toda la habitación nervioso, no podía dejar de sobrepensar en


las posibles razones por las cuales no quería hablarme.

No seas dramático, tal vez está ocupado.

Todos los días, a cada hora, no importa si es de día o de noche. No


quiere contestar y ya.

No entendía como podía estar en línea y no responder. Ya me cansó, no


entiendo qué le pasa, ni siquiera disimuló, me dejó en visto desde la
mañana, ni un "Ahora no puedo contestar".

Paré de golpe.

Iba a llamarlo.
No sabía si estaba enojado o triste, de lo que sí estaba seguro es que no
podía más con la duda.

¿Estaba jugando conmigo?

El teléfono sonó por un buen rato, hasta pensé que tampoco respondería.
Sorprendentemente no fue así.

—Hola —Dije.

Oculté mi enojo.

—Hola.

—¿Estás ocupado? —Pregunté fingiendo calma.

—Mmh, no-no —Dijo con la voz algo entrecortada.

No estaba ocupado… ¡No estaba ocupado!

—¿Entonces por qué no contestas? —Está vez si se me salió decirlo algo


molesto.

—Jake...

—Me dejas en visto desde la mañana y ni creas que no vi que estabas en


línea. Gracias por dejarme allí como si nada.

—Oye...

—No, no, déjame hablar —Ordené —. Y escúchame esta vez ¿Quieres?

Él se quedó callado. ¡Como siempre!


—¿Estás molesto? Ya van días en los que te comportas igual, anoche ni
escuchaste lo que te conté. Estabas durmiendo, sí, también lo noté —Solté
todo lo que me molestaba y lastimaba, sin frenar ni tomar un solo
respiro—. Entiendo que estás ocupado, pero ¿Acaso haces tarea las
veinticuatro horas del día? Y encima cada que te pregunto que te pasa ¡No
respondes! Carl yo no soy adivino —No podía creer que le hablaba y no
para decirle todo lo que amaba de él —. Hoy te dije que estaba triste, ¡Te
dije que te necesitaba! ¡Y me dejaste en visto! No sé qué es hiriente para
ti, pero para mí eso duele. Ya no me cuentas nada, respondes cuando se
te da la gana, ¡No puedes responder ni un “¿Cómo estás?”!

—¿Qué? Sí te contesto, no mientas.

—Un “Estoy haciendo tarea” no es una respuesta. No tiene nada que ver.

—¿Pues qué quieres que te diga? ¡Es lo que estoy haciendo!

—¿Y así te atreves a decir que miento? —Pregunté indignado.

—¿Cómo?

—Hablé con Amelia el otro día.

—¿Y?

—Me dijo que este bimestre ha estado muy relajada porque hasta ahora
solo les han dejado ¡Dos tareas! ¡Dos!

Hubo un silencio incómodo.

—¿Ya ves lo que te digo? ¿Qué ocurre? Solo eso quiero saber, ¿Por qué
estás actuando tan extraño? —Me llevé la mano a la boca y casi que en
automático comencé a morderme las uñas.
—No pasa nada, Jake. De todos modos, si ese fuera el caso, no es asunto
tuyo.

Una sensación de indignación que amenazaba con escapar, invadió mi


pecho.

—¿Qué no es mi asunto? ¡Soy tu novio! ¿Sabes qué es lo que eso implica


verdad? Tus sentimientos sí me importan.

Al parecer a él no le interesaban los míos en lo absoluto.

—¡Pues yo estoy bien! ¡Está todo bien! ¿Qué más quieres? —Mintió.

—Y sigues…

—Ya te dije lo que querías saber.

—¡No me estás diciendo la verdad! ¿Por qué te pones en este plan? ¿No
me tienes confianza?

—¡Claro que la tengo!

—¡Pues parece que nada más estás jugando conmigo!

—No lo entiendes —Dijo en voz baja, apenas y pude escuchar bien.

—Ayúdame a entender entonces. Carl, éramos mejores amigos antes de


ser novios. ¡Sabía cómo te sentías! No me ignorabas… me tenías más
confianza que ahora.

—Entonces nunca debimos habernos metido en esto.

Estaba casi susurrando, pero creo que escuché bien lo que dijo.

—¿Qué…?
—Tal vez nunca debimos ser novios.

—Oye… esto… —No podía procesar bien sus palabras —esto no tiene
nada que ver con la conversación… —No tenía nada que ver, pero era
importante, mierda, si que lo era —, ¿Qué quieres decir?

—Jake, desde que estamos juntos todo ha sido un caos… yo… no sé si


una relación así sea la mejor.

Se me hizo un nudo en la garganta. El enfado ya había desaparecido y no


por algo bueno.

—Yo también estoy consciente de eso —Pronuncié a duras penas


—¡Pensé que tú también sabías en lo que te estabas metiendo!

—¡Yo no estaba listo para algo así!

—¿Entonces por qué seguiste? —Pregunté sentándome en el piso —¿Por


qué…? ¿Por qué dijiste que te gustaba? ¿Por qué me demostraste que me
querías? ¿Por qué…? —Tenía tanto miedo de su respuesta, que ya no
quería oírla. Me arrepentí hasta de haberlo llamado.

—Tal vez no quería lastimarte… o estaba muy confundido… Tal vez otros
tienen razón al decir que esto puede pasar. Tú mismo lo dijiste, antes de
todo éramos mejores amigos.

—¿Por qué ahora vienes a decirlo? ¿Por qué así?

—Querías la verdad —Su voz temblaba ligeramente cuando habló —, tal


vez lo mejor sería no seguir.

Una ola de miedo recorrió toda mi columna vertebral, incluso mis manos se
pusieron frías. No podía creer lo que estaba escuchando.

—No. No. No. ¿Acaso tú…


—Estoy terminando contigo.

Fue justo en ese momento en el que sentí como si el mundo se me viniera


encima.

—Carl…

—Es lo mejor para los dos.

—No, no es lo mejor.

—Yo… lo siento.

—¿Lo sientes? ¿Qué? Oye, no me puedes dejar así.

Escuché su respiración entrecortada y a los pocos segundos, colgó.

Hasta ese momento, pensaba que las películas mentían al decir que el
sentimiento del corazón roto era real.

Intenté procesar todo, pero no podía. En mi mente nada más resonaba que
Carl había terminado conmigo.

Todo había acabado y de una forma tan repentina.

¿Qué mierda acababa de pasar?


20. Decisiones

Carl

31 semanas- Martes- vacaciones . . .

Recuerdo bien aquella noche en la habitación "115" luego de que Jake me


haya correspondido.
Recuerdo que luego de habernos besado me acarició el cabello con la
mano temblorosa y los dedos fríos, también que con cierto temor me dio
un abrazo.

Ambos estábamos tan avergonzados de lo que había pasado, el corazón


me latía a mil por hora y ni hablar de él, juro que hasta pude sentir sus
latidos sincronizar con los míos.
"Lo siento" le dije sintiendo miedo por lo que había pasado. Él respondió
con un "Está bien".

No sé si se mintió así mismo para no sentirse culpable luego de todo, pero


si hizo que yo me sienta mejor. Él siempre ha sabido como hacerme sentir
mejor, en cambio yo... acababa de hacer la mayor estupidez de mi vida.

Una semana ya había pasado desde que terminamos.

Desde que le terminé.

Jake y yo estábamos discutiendo por mi falta de atención, no sabía que


responderle, no iba a decirle todo lo que me estaba pasando, no es que no
le tenga confianza, es que en serio no quiero empeorar las cosas y que
sienta que tiene un problema más. Y sin contar que realmente me da
mucha vergüenza verme débil e inservible.

No sabía que otra cosa decir, quería huir, quería acabar la llamada y
encerrarme en mi habitación, todo estaba mal, necesitaba escapar.

Sin pensarlo dos veces terminé con él, le mentí sobre mi "confusión", pero
en parte dije cierta verdad; ojalá no lo hubiera metido en eso.

Pensé que él estaría mejor sin mí.

Me arrepentí de lo que dije apenas y colgué, había sido un completo


estúpido, aquello me costó perder a una de las personas que más quiero
en este mundo.

Quise llamar de nuevo, pero creo que sería muy conchudo de mi parte
venir con un "terminamos" y llamar a las horas para decir "Quiero que
volvamos a estar juntos".

Jake iba a mandarme a la puta si le decía eso.


Como una persona que se aguanta los errores que cometió, me puse a
llorar.

"¿Por qué hice eso?" Era lo único que pensaba... y unos insultos hacia mi
persona también.

Pasé toda la tarde y noche llorando por mi decisión, incluso mi madre me


llegó a preguntar qué me pasaba, obviamente le dije la verdad, quitando
de lado que ese día me habían tirado a la alcantarilla y qué tal vez mi
laptop esté arruinada. Me dio una extensa charla sobre los primeros
amores y la superación. No presté atención, no recuerdo nada, solo se me
venían a la mente los pensamientos en los que me recalcaba cuanto la
había cagado.

Todo el fin de semana estuve tirado en mi cama, a duras penas y estudié


para los exámenes, así que en estos me fue terrible. Nada más logré
sacarme notas algo decentes en ciertos cursos y eso que en algunos me
ayudó Amelia, que estaba igual o peor que yo en la escuela.

Sí los profesores de física, matemática, inglés y comunicación están de


buen ánimo, tal vez me pongan una A.

Lo único bueno de todo es que falta un bimestre más para acabar el año,
así que todavía puedo salvarlo. No obstante, por ahora estoy de
vacaciones y no ya no sé qué hacer.

Son las once de la mañana, mamá está trabajando, yo desperté hace una
hora, no acabé toda mi comida y mis ánimos están igual que los de mi
hermana: Bastante pésimos. Está igual de deprimida que yo desde que
mamá le metió una denuncia a su novio.

Desde hace diez minutos que estoy acostado en la cama observando mi


teléfono, tengo tantas ganas de llamar a Jake y arreglar las cosas, pero no
tengo ni la menor idea de con qué cara decirle lo arrepentido que estoy.
Cerré los ojos y me imaginé cómo sería si ahora estuviera a mi lado
dándome un abrazo, imaginé el contacto de su piel con la mía, tal vez
estaría dándome cariños en las manos o en el cabello y me estaría
diciendo lo mucho que me quiere...

Tomé mi teléfono y me metí a nuestro chat, busqué un audio que me había


mandado hace mucho. Necesitaba oír su voz.

Creo que fue peor, a la segunda reproducción ya estaba llorando.

Esto me pasa por idiota.

No me aguanté más y lo llamé.

Timbró, timbro y timbró, pero no hubo respuesta.

Hundí mi cara en la almohada, deseaba desaparecer, quería que la tierra


me trague y me desintegre para no tener que volver a soportar
despertarme otro día más.

Me senté en mi cama, ya estaba cansado hasta de llorar, no sabía de qué


otra forma podía afrontar todo.

Ya no tengo amigos, no tengo un padre, mamá está decepcionada de mí,


no quiero hablarle a Valeria y mi novio... ex, mejor amigo, compañero y la
mejor persona que pude conocer, ya no está conmigo y de seguro ahora
me odia.

Ni siquiera soy capaz de contestar los mensajes del grupo al que me unió
Luca sin sonar como un aburrido.

Me levanté de la cama y busqué un poco de ropa decente, haría lo mismo


que mi hermana ha estado haciendo desde ya hace unos días: Escaparme
de casa.
¿Qué más da? Si me descubren, puedo delatarla y lo mío quedará como si
nada. No es como que yo tenga un novio al que ayudar a salir de prisión...
no es como que tenga novio.

Me puse unos shorts negros de algodón y un polo beige que usé para ver
la película de el hombre araña con Jake el año pasado.

De camino a la salida sólo pude pensar en lo mucho que nos divertimos


ese día, el señor Mariano nos había comprado entradas para el
pre-estreno, recuerdo que Jake gritó muy fuerte cuando apareció Andrew
Garfield y gritó aún más cuando salió Tobey Maguire. Hasta me abrazó de
tanta emoción, casi se le cae la canchita.

Seguí caminando, no sabía que hacer, ni a donde ir. Sin embargo, era
mejor que quedarme en casa ahogándome en mi desgracia.

Llegué hasta al mini Market de siempre, traía conmigo un poco de dinero,


así que entré a ver qué iba a comer esta vez.

Saludé al mismo señor de siempre y caminé por los pasillos de ese lugar.

Podría comprarme unas papas, tal vez un helado, hacía mucho calor, o
hasta unos cheetos de bolsa grande para mi solo.

Estuve a punto de decirme por eso, pero escuché la campana de la tienda


sonar, casi que por instinto me giré a ver quien era y fue en ese momento
en el que mi corazón dejó de latir por un segundo.

Papá estaba allí, tenía puesto un polo con manchas negras, su cabello
estaba muy despeinado, las ojeras se le habían marcaron aún más y hasta
subió de peso.

Me di media vuelta asustado, caminé más al fondo, si papá me veía iba a


ser mi fin.
Papá también se fue en mi misma dirección, agaché la cabeza para que no
me viera y mientras él ya estaba llegando a los refrigeradores, yo ya
estaba dirigiéndome de nuevo a la puerta de salida.

Hubo un momento en el que estuvimos en el mismo lugar, solo nos


separaba la tira larga de cajones con chucherías. Quise verlo mejor, pero
el miedo que tenía hizo que siga avanzando.

Cuando estuve a punto de salir me di media vuelta, como lo suponía, en


las manos ya tenía un six pack de cerveza.

No sé qué me pasó, pero no podía dejar de verlo, fue muy tarde cuando
reaccioné, pues papá ya estaba a tan solo 2 metros de mí. Por fortuna, no
vio mi rostro, aproveché eso y me di media vuelta, fingí que era un
comprador más mirando productos para la limpieza del hogar.

—¿Otra vez? —Le preguntó el señor de la tienda.

—Me pagan por algo —Respondió papá, se escuchaba cansado.

—¿Y tu mujer está de acuerdo?

—Esa ya no está conmigo, estoy libre. Y que bueno que las mujeres son
las que se quedan con la custodia de los hijos.

—¿Por qué? ¿Te salió un drogadicto?

Se escuchó el sonido de el recibo siendo impreso.

—Algo así —Respondió papá —. Los dos me dejaron mucho que desear.

¿Cómo?

¡¿Cómo es que ese está hablando de dejar mucho que desear?!


—Sí pues, así son a veces, mal agradecidos —Respondió el señor.

—Gracias —Dijo papá, de seguro tomando la bolsa con cerveza.

Salió del lugar. Si se hubiera quedado más tiempo habría respondido a lo


que decía, lo cual sería mucho peor para mí.

Intenté calmarme, ya no era solo lo que dijo. ¡Papá seguía acá! No había
regresado a Iquitos, no estaba muerto, ni en el hospital ¡Estaba vivo! ¡Y
creo que hasta trabajando! Aún así ni se molestó en aparecer y en ver
como estábamos... ¿Y decir que somos una decepción? Para él nunca
seré nada.

Sentí mis ojos humedecerse, caminé de nuevo hasta el fondo del pasillo y
tomé esa bolsa de cheetos. Es mejor tragase las penas a ir tras papá y
gritarle hasta de lo que se va a morir.

Abrí uno de los refrigeradores y busqué que podía tomar. Estaba indeciso,
hasta que vi la botella de Smirnoff, aquella que no sabía mucho a alcohol y
era más bien como una gaseosa. No me emborracharía, solo sería algo...
tranquilo y suave.

Tal vez no sea buena idea... no quiero terminar como papá...

Tu padre es un hipócrita, tu puedes hacer las cosas diferentes, uno


solo no te hará así.

Agarré la botella con culpa, en serio quería tomarlo pero no dejaba de


resonar en mi mente las palabras que había dicho mamá.

Con la mano temblorosa caminé hasta caja y pagué sin problema alguno,
el señor ese ya estaba acostumbrado.
Salí de la tienda, con miedo de encontrarme con papá. Miré a ambos
lados, no estaba allí.
No voy a mentir, me sentí mal, de nuevo.

Ese sentimiento fue reemplazado por uno de pánico cuando alguien me


tocó el hombro.

Di media vuelta rezándole a todos los santos y ví a mi profesor de


educación física.

—Ay, hola —Saludé sintiendo mi alma volver a mi cuerpo.

Hace tiempo no hablaba con el profesor, al menos no en clases, recibí una


amenaza por parte de ciertos compañeros, si me veían hablando con él en
la escuela sería mi fin.

—Hola, hijo —Saludó, pero tenía la mirada fija en un solo lugar —¿Y eso?
—Apuntó a la botella de Smirnoff que tenía en mi mano derecha.

—Ah... esto...

Me la arrebató sin mucho esfuerzo.

—¿Él de la tienda te vendió esto? ¿Si sabes que tiene alcohol, verdad?

Mi mirada me delató.

—Pero claro que sabes que tiene alcohol —Siguió burlón —. Hijo mira ya
sé que eres adolescente y ja, ja, la chacotera, pero créeme, esto te
malogra el cerebro.

—Es que...

—De seguro ya se lo malogró al que te lo vendió.


—Es que papá quiso... —No sabía que decir.

—Carlitos no te dejes engañar por esto —Levantó la botella hasta mi rostro


y la sacudió un poco.

Sacó algo de su bolsillo, ocho soles en monedas de 2.

—Toma —Me lo entregó y con un simple golpe en un fierro hizo que la


chapa de la botella se caiga —Una vez al año no hace daño —Tomó un
poco —A mi edad —Recalcó —No a tu edad, estás muy chibolo todavía.

—¿No se supone que es profesor de educación física? —Pregunté burlón.

—¿No se supone que eres menor de edad? —Contraatacó.

Di una pequeña carcajada. Por dentro me estaba muriendo, me sudaban


hasta los huesos... si es que eso es posible.

—No le diga nada a mi mamá —Fingí no estar desesperado.

—Si te vuelvo a encontrar con esto lo haré.

Asentí.

—Camina con cuidado, ahorita esos gota a gota están que matan así les
des tu plata —Dijo dándome la mano.

Volví a asentir fingiendo una sonrisa, en serio espero que no le diga a mi


mamá.

Me despedí de él y cuando ya estaba lo suficientemente lejos di un suspiro


de alivio.

Por lo menos no me miró feo.


Seguí caminado con la bolsa de cheetos en la mano. Creo que fue una
mala idea haber salido de casa, dejando de lado que ahora mi profesor me
ve como un borracho, mi padre está por ahí, viviendo su vida, mientras que
Valeria está con un huevón de veintidós, mamá no sabe que hacer y yo
estoy siendo el saco de boxeo escolar.

A veces quisiera que papá nunca hubiese conocido a mi madre. Tal vez
ahora estaría en Iquitos o en alguna otra parte siendo feliz junto a su
novia... o novio, no tengo ni puta idea.

En definitiva, eso suena mejor a estar aguantando a dos hijos que te


salieron maleados, que lo más probable es que no quiso tener...
¿Qué?

Eso es cierto, nunca me explicaron cómo y por qué nacimos Valeria y yo.
Se supone que mis padres estaban juntos para aparentar ¿No? O se lo
tomaron demasiado en serio... ya no sé.

Doblé a la otra calle y al seguir caminando intentando descifrar por qué


nací, vi a alguien a los lejos.

Mierda.

Papá estaba viniendo justo hacia mi dirección.

Intenté retroceder, pero de todas formas me vería, creo que estaba


regresando a esa tienda. Además, el pánico me agarró, mis piernas
siguieron caminando, era como si a fuerzas querían que me tope con él o
que le diga algo.

Intenté agachar la cabeza y hacer como si estuviera revisando los cheetos.


Mientras mas caminaba más sentía un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.

Papá ni se percató de que yo estaba allí, pasó de largo, en mi mente fue


como una de esas escenas en cámara lenta y solo podía pensar "Mírame".
Pero no quería que me viera, solo que... ¡No sé!

¿Y si me vió y nada más se hacía el loco?

Giré la cabeza para verlo, ni reconoció a su propio hijo. No reconoció la


ropa que él me compró, no reconoció ni mi rostro, no era como que tuviera
una capucha o algo para hacerme pasar por alguien más.

De nuevo esa sensación de un vacío, sensación por la cual salí en primer


lugar, apareció y con bastante intensidad. Se supone que papá es un
hombre malo, no debería tener tristeza por él.

Ahora si quería llegar rápido a casa.

Mi corazón latía a mil por hora, retumbaba en mi pecho como un tambor y


hacía que mis manos se congelen.

Casi que corriendo llegué a mi destino, metí la llave con las manos
temblorosas, me confundí como dos veces, lo cual me ponía aún más
nervioso.

Al entrar cerré la puerta de golpe y subí corriendo a mi cuarto. Quería


llorar, a gritos, quería sacar todo lo que tenía dentro, pero por más de que
estaba solo, no pude.

Mis gritos eran ahogados por mi mismo, solo salía una que otra lágrima,
pero no era suficiente, ya nada era suficiente.

La cosa empeoró cuando escuché a alguien tocando la puerta.

El intento de llanto se detuvo casi que al instante. Hubo un silencio de


como unos segundos que se sintió como horas y de nuevo, cuatro golpes
provenientes de la puerta.

Contuve la respiración en pánico.


¿Acaso era papá?

Si se dio cuenta de que estaba allí y me siguió... eso es malo, es muy


malo. Estoy solo en casa, no puedo ir a abrir la puerta así como así.

Seis... o siete golpes resonaron por toda la casa.

Podría ser Valeria volviendo de la casa de su "amiga"... es muy temprano.

Me armé de valor y me decidí por bajar a ver quien era.

Con cada escalón que pisaba sentía como si un pedazo de mi alma


estuviera abandonando mi cuerpo. Al llegar a la puerta ya estaba casi listo
para irme.

De nuevo esos golpes...

Quise preguntar "¿Quién es?" Sin embargo, el miedo era más grande, que
esa pregunta se quedó atascada en mi garganta.

Extendí la mano con temor y al abrir la puerta lentamente casi me


desmayo.

—Hola.

Jake estaba ahí.


Jake

31 semanas- Martes- vacaciones . . .

Tal vez no fui el mejor novio, tal vez esa charla en la que aclaramos las
cosas no significó nada, tal vez sus "te quiero" no significaron nada, tal vez
yo nunca fui ni signifiqué nada.

Nunca pensé que un chico, sobre todo Carl, me iba a llegar a romper el
corazón y por una... puta... llamada...
No es la mejor forma de terminar con alguien. Mucho menos cuando solo
quería hablar porque ¡Woah! Nuestro primer y último problema de pareja.

No sé cuántas veces usé la chompa de Noah para limpiarme las lágrimas.


Tampoco cuántos abrazos me dio Taylor, ni cuantas llamadas y consejos
recibí de Ben y Andy. Ni cuántas veces Rosemary y Finney no dejaron de
repetirme "Si no te aprecia ya encontrarás a alguien más, no gastes tus
lágrimas por alguien que ni tuvo las bolas para terminarte cara a cara".
Todo en un mismo día.

Estaba tan destrozado. Ya no tenía a mi madre, ni a mi padre, ni a mi


novio. Todavía tenía a mi hermano y amigos (al menos en Estados Unidos)
, ya sé, pero sigue siendo una completa mierda.

Me la pasé encerrado en el cuarto de Taylor hasta el día siguiente.

No sabía que el que alguien te termine de verdad se sentía así de feo. Es


extraño, se siente como si te hubiesen quitado algo vital para vivir o para
funcionar. No es que no pueda vivir sin Carl, pero se sintió así.

Quería llamarlo de nuevo y gritarle que se vaya a la mierda por no darme


una explicación clara. También quería decirle que podíamos agregarlo,
podíamos hablar de lo que pasaba y llegar a un acuerdo sin tener que
terminar.

Soy muy orgulloso como para hacer eso al minuto de que hayan tomado
una decisión.

—Sacas las cosas de tu maleta —Dijo papá.

Soy orgulloso, sí, pero no siempre.

Habíamos tenido un vuelo de casi nueve horas (sin contar el tiempo de las
escalas) para llegar hasta Pucallpa. Estaba cansado, todavía sentía el olor
de los aviones y ni hablar del dolor de cuello.

Pasaron tantas cosas el día después de que me terminaran.

El padre de Taylor nos llevó a todos a un restaurante elegante para


almorzar. Yo no dejé de ver a papá con odio desde el otro lado de la mesa,
incluso mi hermano se dio cuenta de que algo pasaba.
Solo podía pensar en que él tenía la culpa de todo. Y con todo me refiero
literalmente a todo lo malo que me pasó desde que nací.

Al salir de aquel lugar, por alguna extraña razón, mi tío, Taylor e Ian se
fueron en taxi a otro lugar. No me dijeron a dónde, me dejaron
completamente solo con papá.

Eso fue peor.

Nosotros paseamos en el auto de mi tío. No quería que me pregunte


muchas cosas porque de por si ya estaba a nada de explotar. Era un
maldito fósforo.

Hicimos una parada en un mini market para comprar unas gaseosas. Yo


pedí una Coca-Cola en lata, papá nada más unas gomitas.

Todo estaba relativamente tranquilo hasta que preguntó "¿Sabes algo de


Carl?". Con solo mencionar su nombre le contesté feo.

"¿Cómo voy a saber? Si por tu culpa ya no lo veo".

"Ay, ya, yo solo preguntaba".

"Haces preguntas estúpidas".

Por fortuna, todavía no nos habíamos subido al auto. Tal vez nos
habríamos accidentado.

La pelea aumentó, pero no por papá, sino por mí. El decía que me calme y
yo le gritaba hasta de lo que se iba a morir.

"Mamá tenía razón al decirte hijo de puta todo este tiempo". . . "Carl
terminó conmigo por tú culpa". . . "Mamá nos dejó por tú culpa". . . "A
veces desearía que estés muerto". . . "Vas a morirte solo y no voy a
estar ahí, tampoco Ian ni nadie porque eso es lo que te mereces". . .
No sé cómo salí vivo después de eso.

No estaba pensando con claridad. Caminé en línea recta intentando


escapar. ¿Sabía a donde iba? No, pero ya estaba en automático. Me
hervía la sangre y en cierta parte tenía miedo de que papá me agarre a
golpes en ese mismo instante.

Y sobre todo, no quería que me vea llorar. Puedo llorar delante de


cualquiera (a veces) menos delante de papá.

Cuando sentí que me tocaba el hombro, no sé si fue por impulso, por


miedo o simplemente porque se me salió ser agresivo, pero al final de todo
terminamos en el auto de regreso a casa de mi tío. Yo ya había dejado de
llorar por miedo, me mantuve viendo la lata de gaseosa que ya estaba
manchada con la sangre de papá. Este estaba con un trapo en su frente,
intentando limpiarse la herida.

Me sentí muy mal por lo que hice, no dejé de pedirle perdón después de
ver su mano teñida de rojo luego de alejarla de su rostro. Para ese
momento ya no se aguantó y me dio un lapo, me salvé de recibir más
golpes porque le dolía la cabeza.

Me sentí peor cuando antes de llegar a la residencia dijo:

"Iba a decirte que volveríamos a Perú".

Pensé que se iba a arrepentir y a hacerme quedar más tiempo.


Sorprendentemente, no fue así. Por el contrario, mientras le curaba la
herida de la frente dijo que volveríamos el lunes de la próxima semana y
que estaríamos llegando el martes en la mañana.

—Yo llevaré a Ian a su cuarto —Informó cargando a mi hermano en


brazos, este estaba dormido.
Pasé la mejor semana de mi vida antes de volver. En definitiva, no dejaría
de hablar con el grupo de homos... y Ben.

Por un momento estuve a punto de decirle a papá que ya no quería volver,


al fin y al cabo, no estaría dejando mucho en Perú.

Eso lo sentí solo por un momento, al llegar la noche y quedarme solo con
mis pensamientos, nada más quería estar bajando del avión en el
aeropuerto todo feo de Pucallpa.

Y lo hice, no obstante, tenía un problema que aún destacaba en mi mente.

¿Qué pasará con Carl?

En mi última semana en Florida, en mis pensamientos nada más rondaba


que al regresar hablaría con él.

Ya había regresado y no voy a mentir, quería buscarlo y decirle que


volvamos a estar juntos.

También quiero gritarle que se vaya a la...

A papá no le agradaría ni que le dirija la palabra.

Después de dejar mi maleta en mi habitación me senté en el mueble de la


sala. Me temblaban las piernas, ¿Tendría que hablar con él? Yo quiero
arreglar las cosas, en serio quiero. Pero sería demasiada humillación...
mátenme.

Extraño mucho a Carl, venir aquí y no hablarle sería algo muy difícil de
aguantar.

—¿Qué pasó? —Preguntó papá entrando en la sala.


—Nada —Respondí pensativo —No, es que... ¿Crees que me puedas...
llevar... —Mátenme —a la casa de Carl? —Dije lo último casi en un
susurro.

Mi padre me miró confundido y con cierta molestia.

—A ver, primero, no me gusta que estés con él, tú ya sabes lo que pienso
al respecto —Se acercó —Y segundo ¿Cómo vas a querer hablar con tu
ex? —Preguntó indignado.

—¿Ah?

—¿Acaso yo te crié de esa forma? Tú no debes ir a rogarle a nadie, él


tiene que rogarte a ti, no al revés.

Bueno si, tiene razón, pero ese no es el punto.

—¡No le iré a rogar! —Me defendí —. Nada más quiero que... hablemos.

Papá puso cara de disgusto.

—No, Jake. No te voy a llevar a ningún lado.

—Iré yo solo entonces —Respondí sin pensarlo dos veces.

—Vete pues, pero no te voy a llevar a humillarte y encima con un hombre.


No seas ridículo, ya pareces tu mamá.

Con esto último en serio me indigné y lo hice notar.

Me levanté del sofá y comencé a acercarme a la puerta.

—Me voy a ir, en serio —Amenacé.

—Vete pues, ya verás tú cómo llegas —Contraatacó.


—Si me matan va a ser tu culpa.

—Tú quisiste irte.

Abrí la puerta, salí y antes de cerrarla dije:

—¡Tú culpa!

Una vez afuera, quise entrar de nuevo.

Mierda. ¿Y ahora cómo llego?

Otra decisión estúpida.

La casa de Carl estaba a la otra punta de la ciudad. Yo vivía en el distrito


de Yarinacocha, él en Manantay, que además de ser una de las zonas más
peligrosa, también tendría que pasar por Callería... mátenme.

Y debería cruzar pistas gruesas en las que ocurren muchos accidentes...


mátenme.

Tienes que hablar con Carl, si no lo haces ahora jamás volverán a


estar juntos.

Tal vez me mande a la mierda.

Jódete entonces, jamás sabrás por qué te término y tendrás que


volver a tu casa a decirle a tu papá que no te fuiste.

Empecé a caminar.

Me arrepentí tocó cruzar por una pista muy transitada, que se encontraba
en la entrada a Yarina o al menos eso decía "Bienvenidos a Yarinacocha".

Mátenme.
No iba a regresar, ya había avanzado bastante.

Me quedé como cinco minutos esperando a que alguien más se ponga a


mi lado, para que crucemos al mismo tiempo.

No es que no sepa cruzar pista, es que esta está con mucho tráfico.

Cuando por fin pasé al otro lado seguí caminando, a lo lejos vi el "Mundo
feliz", lugar en el que le pedí a Carl que seamos novios.

Una sensación de nostalgia me invadió, respiré hondo y continué


caminando hacia otra dirección. No iba a llorar en la calle.

Además no tenía tiempo de pasar por ahí, tenía que ir por otra calle, una
bastante grande que me llevaría directo a Manantay.

Caminé y caminé, me sentí como la pulga aventurera.

Me di cuenta de que en serio prefiero ir en auto. Pasé por el lado de unos


borrachos, intenté no ser mal educado pero mis piernas se movían rápido,
tenía miedo de que me roben o algo así. Digo, no tienen nada que robarme
además de mi reloj, aun así, que puto miedo.

Estaba cansado y eso que no caminé tanto con en los parques de Disney,
creo que el miedo me está afectando.

Al llegar a Manantay suspiré con alivio, no faltaba mucho para llegar a la


casa de Carl.

Su casa está casi al fondo, idiota.

Pasé por una pista construida sobre un río, me quedé observando las
casas que estaban construidas en este y que eran sostenidas por cuatro
palos para que el agua no entrase a ellas. Algunas ni tenían buena
madera, y eran bastante pequeñas.
Que forma tan exótica de vivir.

Recuerdo que una vez salió una noticia en la que un hombre se suicidó y
luego otra en la que un viejito fue llevado por el agua y su cuerpo se
encontró allí.

Ya me dio miedo, otra vez.

Casi al final de esa calle, llegué un mercado, me llegó el olor fuerte a


pescado, vi que habían acomodado sus puestos en la pista y que por
donde debían estar estaban construyendo un mercado nuevo, tenía que
dar una tremenda vuelta... decidí que mejor pasaría por él.

Me metí a aquel curioso y apestoso lugar. Vi a señores vendiendo plátano,


distintos tipos de peces, una señora que vendía pollo tenía un pihuicho en
su hombro y un señor por el otro lado vendía hámsters y un monito.

Me tuve que tapar la nariz y contenerme las ganas de ir con el señor a


gritarle que lo que estaba haciendo era ilegal.

¿En dónde están los policías cuando se les necesita?

Lo que uno hace por ir a ver a un huevón.

Cállate, Jake.

Al llegar hasta el final, por fin pude respirar bien. Continué mi camino, ya
nada más tenía que llegar a la esquina, doblar una calle y andar hasta casi
al fondo de esta.
Mientras más me acercaba más pánico tenía.

¿Y si terminábamos definitivamente? ¿Y si de verdad estaba confundido y


solo estuvo conmigo por pena? Si es que es así entonces no tendría
ningún problema con mandarlo a la mierda.
Espero que no... mátenmeeeee.

Al llegar a la esquina de la calle, vi a Carl abriendo la puerta de su casa.


Apresuré el paso, ya estaba a tan solo unos metros de distancia, lo llamé
pero no escuchó, ya estaba adentro para cuando eso pasó.
Me mordí el labio, fue tan desesperante que no se diera cuenta de mi
presencia... o tal vez si pero me ignoró...

Practiqué mentalmente lo que le iba a decir, intenté omitir las partes en las
que le decía que era un idiota.

Idiota al que quieres de regreso.

Al llegar a su puerta extendí la mano, la cual ya se encontraba fría por el


pánico. Con inseguridad, toqué la puerta.

No contestó nadie.

Insistí, insistí varias veces, no iba a irme. Ya llegué hasta aquí, vine a la
otra punta de la ciudad, es muy tarde para tirar la toalla sin siquiera hacerle
saber que volví.

El corazón se me salió del pecho cuando abrió la puerta. Fue como verlo
aquella vez en la que teníamos que hacer una tarea en su casa. Después
de mucho tiempo nuestras miradas se cruzaron, ambos nos quedamos en
un completo silencio, hasta que por fin hablé.

—Hola.

No podía creer que por fin lo tenía allí, delante de mí. Quería lanzarme a
sus brazos y besarlo, besarlo hasta dejarle los labios rojos y sin aliento.

Me contuve, por obvias razones.

—¿Puedo pasar? —Pregunté.


No contestó y yo ya estaba adentro.

Dejé la puerta abierta, por si era necesario hacer un escape dramático.

—Tenemos que hablar —Dije.

Carl seguía anonadado.

—Sobre lo que pasó —Seguí —. Mira no te vengo a rogar, solo quiero que
hablemos y que me expliques por qué me terminaste. Esa llamada no fue
una buena explicación. Y en serio, ¿Cómo me vas a terminar por llamada?
Eso no se hace, encima en una de tres minutos, ¡Tres minutos, Carlos! Al
menos me hubieses mentido un poco más de tiempo.

Carl ya tenía los ojos cristalizados y le temblaba la pierna.

—¿Estás llorando? —Pregunté.

El negó con la cabeza.

—Pues parece que quieres llorar.

Volvió a negar.

—¿Estás bien? —Ya me estaba desesperando.

No contestó, por el contrario, se quedó viéndome con ojos tristes.

—¿Vas a hablar? —Se me salió en un susurro —No. Fue mala idea venir
aquí —Me acerqué a la puerta —Ya me voy, no te molestaré nunca más.

Puse un pie afuera, en serio fue mala idea haber venido si se iba a quedar
así.

—¡Oye no, no, espera!


Carl me tomó del brazo e hizo que me de media vuelta hacia él, en un
movimiento rápido me envolvió en un abrazo del cual no pude resistirme.
Le correspondí a los pocos segundos, tenía sus brazos al rededor de mi
cintura, de verdad me estaba sujetando bastante fuerte.

—Perdón, perdón, perdón... —Repitió varias veces cerca de mi oído.

Puse mis manos en su espalda, quería tenerlo aún más cerca, por fin
podía sentir su cuerpo, su respiración y sus rizos chocar con mi mejilla.

Casi le planto un beso, pero de nuevo, me contuve y lo aparté.

Jamás había tenido tantas ganas de besarlo.

—Espera. Tienes que darme una explicación —Ordené.

Me alejó de la puerta y la cerró.

—Es... —Quiso hablar. Se notaba que no sabía qué decir.

—¿Por qué me terminaste?

—Por idiota —Contestó rápidamente.

—¿Yo?

—¡No! ¡Tú no! ¡Yo! ¡Yo fui el idiota!

—No es una buena explicación.

—Jake... es que...

¿Por qué le costaba tanto hablar?

—Me han estado pasando cosas —Dijo después de uno segundos.


—¿Qué cosas? —De nuevo me estaba desesperando que no me dijera las
cosas con claridad.

—Me... ¿Qué haces aquí?

—A papá se le dio la gana de volver —Respondí al toque —. ¿Qué cosas


te pasan?

—Es... me han estado molestando en la escuela.

Cobró sentido que sus piernas y brazos tuvieran moretones.

—¿Te hicieron eso? —Apunté a sus piernas con preocupación.

Asintió con temor.

—¿Y por qué no me dijiste nada? Se supone que no teníamos confianza


¿No?

No sabía si era peor que no me haya contado o que me haya terminado


por eso. ¿Lo habían obligado? ¿O lo hizo por decisión propia? No tiene
sentido que me haya terminado por eso... ¿Pensó que lo iba a juzgar
también?

—No lo entenderías —Mantenía la mirada baja.

—Pues ayúdame a entender —Supliqué.

—Tampoco quiero cansarte con ese problema.

Las piezas ya comenzaban a encajar, aún así, seguía con cierto enojo... o
desespero.

—¿No me quieres contar por no querer cansarme? Carl cosas cómo estás
son importantes no puedes hacer como si no existieran.
—¡Lo sé! ¡En serio lo siento! —Me tomó de la mano, pero la aparté.

No era porque no quería tocarlo, nada más quería hacerme el difícil, al


menos hasta que me explique todo.

—Se supone que ambos aceptamos estar en esto. ¿Y qué me dices de lo


de "estar confundido"? —Hice unas comillas con mis dedos —. ¿Eso es
real? No me mientas.

—No es real, no sabía que más decir.

—Y decir lo más hiriente que se te pasó por la mente fue mejor ¿No?
Háblame con la verdad.

—Jake yo nunca quise terminar contigo.

—¡¿Entonces por qué lo hiciste?! —Elevé un poco la voz, solo un poco.

—¡Iba a ser peor si seguíamos juntos! O eso pensaba.

—¿Mejor? Cómo se nota que no estuviste ahí cuando te necesitaba


porque no sabes nada.

Ay, creo que si me pasé.

Carl no respondió, hizo lo que mejor sabía hacer.

—Aceptaste estar conmigo porque me querías —Seguí.

—Todavía te quiero.

—¡Deja de decirlo y mejor demuéstralo, imbécil! Hablamos de esto, dijiste


que sí querías estar conmigo ¡Tú fuiste él que me dijo que me tomara mi
tiempo! No puedes venir como si nada a terminarme y con mentiras. Eso
no se hace —No me quería ver más patético, ya era suficiente con venir a
la casa de mi ex. Me contuve las lágrimas, esa es mi especialidad... o era,
se ha vuelto más difícil ocultar mis emociones.

—¡Ya te pedí perdón! ¡Dime que más puedo hacer! —Carl por otro lado, no
se controlaba. Hasta la voz se le salía algo rota.

—¡Decidirte!

—¿Decidirme?

—¡Sí! Carl yo en serio quiero estar contigo —Confesé ahora sí dejando mi


dignidad de lado —. Puedo aguantar las burlas de todos, aguantar los
golpes de mi padre y las miradas que nos darán los adultos. Estaré contigo
en lo que necesites y en me alejaré si me lo pides. Te daré respeto, amor,
todo lo que te mereces y más, pero si tú no puedes hacer eso entonces lo
mejor sería dejar todo en el olvido. Así que necesito saber ¿Quieres estar
conmigo si o no?

Me miró con cierto asombro, supuse que seguía procesando lo que había
dicho. No iba a apresurarlo esta vez a darme una respuesta en segundos,
esperaría, pero no horas, ni días, si se tardaba tanto en decidir también
estaría mal. Quería una respuesta rápida pero no demasiado.

Un sí o un no definiría si lo nuestro seguiría o se acabaría, esta vez para


siempre.

Todo dependía de una palabra.


Epílogo

Jake

32 semanas- Lunes- clases . . .

El sonido de las motos, motokares y autos era lo único que se escuchaba.


Y ni tanto, pues estaba dentro del auto de papá de camino a la escuela.
Tenía sueño, observé a otras personas por la ventana para ver si así me
mantenía despierto. Habían señoras vendiendo desayunos, niños saliendo
de sus casas con sus mochilas con rueditas y padres dejando a sus hijos
en mi escuela.

Papá frenó el auto en el pequeño estacionamiento de afuera.


Por el rabillo del ojo pude ver que me estaba observando, de seguro se
estaba preguntando "¿Y a este qué?"

No lo juzgaría si es que eso se le estaba pasando por la mente, pues no


despegaba la mirada de la cajuela del auto, no quería dormirme, sentía los
ojos tan pesados, que parecía que en cualquier momento se cerrarían para
siempre.

—No hagas caso si te molestan —Dijo —. No quiero problemas. Tú te lo


buscaste, aguanta —Agregó en un tono seco.

Me giré hacia él, no oculté mi confusión, ni mi mala mirada.

"¿Yo me lo busqué?" Quise decirle, pero ya estaba lo suficientemente


cansado como para comenzar otra pelea.

—Okey —Dije y me desabroché el cinturón, para después abrir la puerta.

Estuve a punto de cerrarla, cuando papá salió de este y con un llamado


hizo que me detenga.

—¿Qué? —Dije listo para defenderme de cualquier cosa mala que diga o
haga.

—Toma —De su bolsillo sacó mi celular —. Está sin batería.

Temeroso, lo agarré.

—Gracias —Me di media vuelta, dispuesto a entrar a la escuela.

De nuevo, me detuvo.

—Dime.

—Si te molestan defiéndete —Cambió de repente de opinión —. No


pueden hacerte nada, sabes que puedo sacarlos del colegio sin problema.

Aquellas palabras se sintieron, de un modo extraño, reconfortantes. Papá


había estado raro desde que volvimos, más amable de lo usual, y con eso
me refiero a que no dice tantas estupideces como antes y me compra
como tres cosas nuevas todos los días.

Y con lo de ahora puedo decir que ya se volvió loco.

Creo que le resetee el cerebro con esa lata.

Asentí ante lo que dijo. Hasta mi hermano, que todavía intentaba sacar su
mochila del auto, lo miraba confundido.

—Vamos, Ian —Dije cuando se acercó. Tomé su mano y caminé con él


hasta la entrada. Fue allí cuando me detuve y me giré para volver a ver a
papá, ¿Qué había hecho ahora?

—¿Me acompañas a mi salón? —Preguntó mi hermano, haciendo que


regrese a la realidad.

Seguí caminando. Él prefecto, quien siempre está en el pasillo para anotar


a los que llegan tarde o con algo que rompa con el código de vestimenta,
me vio y no fingió su sorpresa.

—Hasta que vienen, ya va acabar el año ya —Dijo riendo.

—Con este bimestre remonto —Le respondí sonriendo, intenté sonar


simpático.

Creo que lo logré, pues sonrió y él rara vez sonríe.

Mi salón estaba al fondo, en todo ese recorrido me sentí como un modelo


en pasarela, los profesores, los conserjes y conocidos de otros salones se
me quedaron viendo con sorpresa. Unas chicas susurraron cosas, un
grupo de amigos de quinto año me siguieron con la mirada. Hasta el
psicólogo asomó su cabeza por la ventana de su oficina solo para ver.

¿Debería sentir miedo?


No sé, por alguna razón, lo disfruto. Es como si fuera lo último en noticias.

—Te veo después —Le avisé a mi hermano cuando llegamos a su aula.

—La gente nos está mirando —Respondió él.

—Por ellos no te preocupes. Su vida es aburrida, somos lo único


interesante que tienen. Siéntelo como un halago.

Asintió.

—Y si me preguntan, digo que... —Miró hacia el techo para recordar su


mentira.

—Que nos fuimos a unas vacaciones todo pagado porque se nos dio la
gana.

Volvió a asentir y se metió a su salón. Mientras me alejaba, escuché como


todos sus compañeros gritaban "¡¡Iaaaaaaaaaaaaan!!".

Que lindo, me recordó a mí cuando en primaria me iba a unos viajes y


volvía después de semanas.

Él más largo que tuve fue cuando estuve en Asia.

Desde el otro lado, unas compañeras me vieron y en seguida se metieron


al aula.

Lo que me espera...

Ojalá no tenga que dejar a gente en el hospital... digo, no soy bueno


peleando, pero puedo pagarle a alguien para que lo haga.

Al entrar, me sentí más importante todavía. Todos me miraban,


honestamente me valió, mis ojos nada más se posaron en una persona.
Carl estaba en los asientos del fondo, dormía usando su chompa como
almohada. Como siempre, se veía tan angelical. Sentí como si el corazón
comenzara a latirme más rápido, después de mucho volvía a verlo en la
escuela. Supuse que también eran los nervios, todos saben lo qué pasó.

Quise acercarme a Carl y darle los buenos días con muchos besos, sin
embargo, me dirigí a la otra punta del salón. No podía acercarme así nada
más, no después de su decisión.

Al llegar a mi asiento me topé con Paul, Gael y Fernando sentados al


rededor, estaban hablando de algo, se callaron al verme.

—¡Jake! —Casi que gritó Fernando.

—A los años —Le siguió Gael.

Les sonreí y acomodé mis cosas.

—Casi me quedo allá —Bromeé chocando el puño con cada uno — ¿Y


qué fue? —Ya sabía que no me iban a decir nada de la foto, mucho menos
algo sobre Carl y yo.

—No mucho —Respondió Gael.

Observé a Paul, ambos intercambiamos unas miradas cargadas de


complicidad. Esas palabras no eran ciertas.

—Perdimos en las olimpiadas contra los de cuarto —Agregó Fernando —.


Pero Paul metió dos goles —Le dio pequeños golpes con el puño al
mencionado.

—Sí, on. Marco estaba bien distraído —Gael parecía confundido.


Siguieron hablando de lo raro que estuvo ese día y cómo Marco no sirvió
para estar de arquero. También me preguntaron qué cosas hice estando
en otro país.

No presté mucha atención, sin darme cuenta ya estaba mirando a Carl otra
vez, esta vez estaba despierto, me vio, pero al instante desvió la mirada e
hizo como si revisara su cuaderno.

Quiero acercarme y preguntarle cómo amaneció, que planes tiene, si


quiere que salgamos y quejarme porque volví al colegio.

Desearía que a todos aquí les valiera la vida de los demás. Podría estar
con él.

Cuando comenzó la clase, no dejé de pensar en lo que todos estarían


diciendo de mi ahora. Me pregunté cuantos amigos tendría después de
aquel escándalo.

—Y es por eso que dicen que Taylor Swift escribió "All the young dudes".

Amelia todavía es una amiga.

—¿Si quiera le gusta Harry Potter?

—Ni idea.

Continué escribiendo lo que el profesor de ciencias sociales anotaba en la


pizarra. En serio tenía que remontar este bimestre.

Me giré y vi a Carl hablando con Ester, creo que le estaba explicando algo
de la clase.

—¿Y qué tal los yunaites? —Preguntó Amy.

—Bien, creo. Hice amigos, ¿Si te conté?


—Sí, sí. Un tal Noah, unos primos, Taylor, su novia, Andy y su novio, creo.

—Sí, los voy a extrañar —Agregué con sinceridad y con cierta tristeza.

Extrañaré a cada uno de ellos. Hacen que me den ganas de volver.

—Me pasa con mis amigos virtuales... solo que yo nunca los he visto en
persona. Tal vez sean ladrones de órganos y yo ahí mostrándoles mi casa.

—A veces me preocupas. Si quieres te hago conocer más gente.

Ella se asustó y negó con la cabeza varias veces.

—No es necesario —Dijo finalmente.

Puse los ojos en blanco, en forma de burla. Por alguna razón, mi mirada
volvió a posarse en Carl. Esta vez, Amelia sí se dio cuenta.

—¿Por qué no le hablas? —Preguntó.

—No puedo —Contesté casi en un susurro.

Una pizca de esperanza se formó en mi cuando cruzamos miradas. No


duró mucho, volvió a hacer como si no hubiese pasado nada y continuó
hablando con Ester.

—Ya veo —Dijo Amelia. También se quedó viendo la escena, dejando que
un silencio se forme —. ¿Me prestas tajador?

Se lo di sin despegar la mirada de ese chico. Y justo hoy tenía que ver
verse especialmente lindo, su cabello no podía estar mejor, había crecido
un poco desde que me fui, sus rizos estaban más marcados y unos
cuantos le caían por el frente. Sus ojos daban cierto resplandor y su
uniforme... nunca antes me había sentido tan gay, ¡Dios!
—¡Ya, presten atención! —El maestro golpeó la pizarra repetidas veces —.
A ver este bimestre toca economía. Por favor atención que yo tampoco sé
mucho de esto, me especializo en historia, no en economía. De hecho,
deberían contratar a un profesor diferente para este curso...

Me puse a vagar en mi mente, el maestro siguió hablando de cómo la


escuela necesitaba cambiar en varios aspectos.

Lo bueno es que después tuvimos que irnos a la clase de inglés.

Amo inglés, es uno de mis cursos favoritos. En mi escuela tenemos inglés


básico y avanzado, yo estoy en avanzado obvio. Es súper fácil, ya tengo
una nota sobresaliente asegurada.

Lo único malo es que Carl también está en avanzado, y se llevó toda mi


atención. Incluso la profesora me reprendió por no haber respondido a su
pregunta; ni siquiera la había escuchado, estaba más concentrado en la
forma en la que Carl escribía que en los pasivos y sus estructuras.

Después de eso tuve que sacarle charla a la profesora. Hice que sonría un
poco. Así se olvidó al instante de mi pequeña distracción. Hasta comenzó
a hablarme en inglés y a preguntarme cosas sobre mi viaje.

Dijo que había mejorado mucho con mi pronunciación.

Me senté al frente de su mesa, así que estuve hablando con ella mientras
hacía los ejercicios del libro.

En eso, escuché como en las mesas del fondo se burlaban. En avanzando


solo somos nueve personas, gran parte de mi salón están en básico, así
que se puede escuchar casi todo y más porque el salón es pequeño.

No iba a darle importancia, pero escuché un "Jake no se ve gay" y toda mi


atención se fue a esa mesa. No voltee, para que vean que seguía en lo
mío, pero por las voces, pude reconocer que eran tres chicas, Emma,
Anais y Laura; y un chico, Jorge.

—¿Sabrá de la foto? —Preguntó Laura.

—Ojalá no —Dijo Anais.

—¿Defenderá a Carlos? El huevón actúa como la mujer de la relación


—Se burló Emma, dijo algo más, pero no logré entender, lo susurró.

Es hombre.

—Si pues, ese ni se defiende. Hasta parece que le gusta que lo molesten
—Luego de ese comentario, Anais se rió.

A ti te va a gustar cuando te ponga en tu lugar.

—Chivo es, que esperabas —Soltó Jorge, esto sí lo escuché bien.

Hijo de...

No me aguanté más y me levanté. Fingí estar lo más calmado posible y me


acerqué a ellos con una expresión relajada, pero simpática.

—¿Tienen algo que decirme? —Pregunté amablemente.

—No —Contestó Anais agresiva.

—Los escuché. Sobre todo a ti —Dirigí la mirada hacia Jorge —. Tal vez mi
papá debería hablar con él tuyo, él si sabe cuál es su lugar.

No fue un insulto, pero igual lo asusté. El padre de Jorge trabaja en la


empresa de la que mi papá es dueño. Y no es como que sea el mejor de
todos, pero papá le dio trabajo por lástima. No estaban pasando por la
mejor situación económica y en esa época consideraba a Jorge un amigo,
quise hacer algo bueno por él.

—¿Y eso qué? —Preguntó Emma.

—¿A ti que te importa? —La observé y sonreí —. Con razón Javier te


engañó. Si estuviera con alguien como tú haría lo mismo.

Ni cagando sería infiel, eso es de nacos.

Anais se levantó enojada, incluso golpeó la mesa. Se comenzó a acercar a


mí y la frené con unas palabras.

—¡Miss, me están molestando! —Todos los profesores sabían lo que había


pasado ¿No? Tengo que poner a mi favor todo ese concepto de detener el
bullying y la discriminación.

—¡Oigan! Dejen a su compañero en paz —La profesora se levantó y se


acercó a nosotros —. No me hagan notificarle a sus padres.

—¡Pero miss...! —Anais quiso hablar.

De nuevo, la detuve.

—Me están insultando —Dije haciendo como si estuviera a punto de llorar.

—¡Eso no es cierto!

—Miss, pregúntele a Ester —La apunté, estaba a una silla de distancia de


aquel grupo.

Ella levantó la mirada asustada.

Pude haber apuntado a otros, pero ella era la que más me servía en estos
momentos.
—Ester, ¿Es cierto lo que está diciendo Jake? Dime la verdad.

Ella primero me vio a mí y luego a alguien que estaba detrás, supuse que
a Carl, porque su respuesta fue un sí.

—Le estaban diciendo chivo y maricón de mierda —Agregó.

Ay, esa si no me la sabía.

La profesora Dalia soltó un suspiro pesado, los vio con bastante


decepción.

—Lo siento, pero tendré que notificárselo a su tutora —Dijo.

¡Ja! Eso significaba que pronto sus padres tendrían una charla con ella. Yo
no puedo hacer mucho, pero ellos sí.

—Y se me separan por favor —Añadió.

Comenzó a decir en qué lado se sentaría cada uno, para que no sigan
charlando durante esta clase ni las siguientes.

Mientras volvía a mi lugar, sentí sus miradas llenas de odio. Ya extrañaba


eso.

Vi a Carl sentado, este seguía escribiendo, pero ahora sonreía, no pude


apreciarlo bien pues se intentó tapar la boca con una mano.

Podría verlo así todo el día.

—Jake.

Los corazoncitos que había formado al rededor explotaron con la voz de la


profesora.
—¿Si, miss?

—Les diré a sus padres sobre eso. Si algo así vuelve a pasar solo dime, a
mí o a tu tutora, pero no te quedes callado. No deben hacerte bullying.

Que bueno que no habrá necesidad de hacer que papá hable con su mejor
amigo el derrumba bibliotecas.

Asentí fingiendo estar asustado por lo que pueda pasar.

No pasará una mierda, ¿Qué van a hacer? ¿Golpearme? Hay cosas


peores que puedo hacer, un simple golpe se desaparece con crema y listo
(Ya lo comprobé).

Cuando tocó el timbre del recreo, quise acercarme a Carl, fue imposible,
este salió casi que corriendo del aula. Tuve que contenerme para no correr
detrás cual perrito faldero.

En el salón dejé mis cosas, no podía quedarme adentro, tampoco tenía


tanta hambre. No supe que más hacer, así que quedé en ir a joder a Paul y
Marco un rato.

Paul no deja de hablarme de él, ya parece enamorado.

Caminé hacia la cancha, de allí vi a Paul y Marco en el fondo de un pasillo


sin salida, a través de una gran reja estaban viendo como algunos chicos
de quinto jugaban fútbol contra unos de segundo.

Me dirigí hacia ellos, quise decirles un simple "Hola", sin embargo, alguien
me tomó de la camisa y de un jalón me metió a un salón vacío.

Hubiese pegado un grito de no ser porque me taparon la boca.

—Perdón —Dijo Carl burlón.


Aparté su mano de un golpe y fingí estar indignado.

—¡Casi me matas del susto! —Espeté dándole un golpecito en el hombro.


Carl siguió riéndose —. ¿No que me darías una señal?

—Esta es la señal —Puso sus brazos al rededor de mi cintura y me acercó


más a él.

—Un mensaje habría bastado —Reí dejando mi drama de lado. Envolví


mis brazos al rededor de sus hombros y lo acerqué para besarlo. Si que
fue muy bien correspondido —. Te odio.

—Yo te odio más —Acarició mi mandíbula y de forma apresurada volvió a


hacer que nuestros labios se unan en un beso.

Después de haberle hecho aquella pregunta en su casa, contestó con un


"Sí" sumado de un pero. Estuve a punto de hacerle otro drama, hasta que
escuché de que iba ese "pero". La idea es que hoy Carl tendría tiempo de
asimilar que estaríamos juntos frente a los demás, que él diría cuando
estaba listo para volver a acercarnos como lo hacíamos normalmente.
Acepté, obviamente, yo también quería un poco de tiempo.

No tenemos en mente andar agarrados de las manos, mucho menos


besarnos delante de los demás, no es como que estemos listos para eso.
Sin contar que el colegio es bastante estricto con el tema del contacto
físico entre estudiantes. Un abrazo ya es razón para que te manden a
dirección.

El que ahora estemos abrazados de esta forma después de habernos


besado ya es romper las reglas.

Si nadie nos ve, no pasó.

—¿Ya estás listo? —Interrogué. Acomodé unos mechones de su cabello


mientras esperaba su respuesta.
—Eso creo, ¿Tú?

—Sí que lo estoy —Dije con seguridad.

Carl no se veía muy convencido de sus propias palabras. Creo que hasta
temblaba un poco.

—Está bien —Lo tomé de las manos, intenté darle confianza —No
estamos haciendo nada malo.

—Ya sé... solo...

—¿De verdad quieres hacer esto?

—¡Claro que quiero! Pero... ya sabes, tengo miedo.

Quise hablar, pero esta vez yo fui al que interrumpieron.

—Jake yo sí quiero estar contigo —Soltó. Esto si se escuchaba como algo


sincero —Mi miedo no es una razón para dejar de hacerlo. Te quiero, en
verdad. Tú lo vales.

¿Si saben como es cuando sientes que todo tu rostro, o bueno, tus mejillas
se calientan? ¿Y sientes que toda la sangre pasa a esas zonas en
específico? Si nunca lo experimentaste, que triste, porque a mi me estaba
pasando justo ahora, sumado de unas mariposas en el estómago que
hacían que me estremezca.

Creo que el que haya pasado su mano fría por mi nuca también aportó
algo a mi reacción.

—Es que tampoco quiero obligarte —Dije.

—Yo sí quiero hacer esto.


—No te van a hacer nada .—Le aseguré. Sin previo aviso, él me abrazó y
ocultó parte de su rostro en mi cuello. Sí, había crecido un poco en el viaje
—Tal vez una que otra mirada —Continúe mientras él presionaba más mi
cintura con sus brazos —. Yo ya me encargaré de eso. Pero créeme, nadie
se meterá contigo, eso te lo puedo asegurar —Le di caricias en el cabello,
intenté tranquilizarlo.

Ese día en su casa, en su azotea, me contó todo lo que le había estado


pasando en el tiempo que me fui. Estaba destrozado, lloraba con cada
cosa que me decía y hasta después de eso siguió llorando.

¿Y cómo no? Me dijo que lo han estado molestando, que lo empujaron a


una alcantarilla, que lo golpearon y que ahora su celular está hecho
mierda. También que el psicólogo y los profesores han estado siendo unos
completos inútiles (o eso es lo que yo pienso) y por último contó lo que
había pasado con su papá.

Todo en ese orden.

A mis problemas los dejé para cuento de otro día, esa tarde en específico
me concentré en hacer que se calme. En serio se veía muy mal, parecía
que en cualquier momento saltaría de su segundo piso.

Lo llevé a su habitación y se quedó dormido mientras lo consolaba. No soy


el mejor dando consejos para esta clase de cosas, no soy un especialista
como para ir y solucionarle toda la vida, pero sí estuve allí. Me quedé a
dormir en su casa, su madre y su hermana cuando me vieron se
sorprendieron.

Supuse que pensaron lo mismo que papá: "Ya volvió con su ex".

Ni siquiera habíamos regresado, no hablamos bien de eso hasta que se


levantó y cenó.
Tuvimos una charla de como casi una hora antes de dormir y en
conclusión, volvimos. Se me fue la dignidad, ya sé, no suena muy lindo
eso de volver con tu ex. Papá casi se muere cuando le dije.

Si todo eso es un error, pues Carl es la clase de errores que cometería una
y otra vez .

Ay, en serio me tiene huevón.

—¿Solo miradas? Bien, creo que a eso ya estoy acostumbrado —Dijo


viéndome a los ojos.

—Y sobre Diego y esos... —Me contuve para no decir un insulto


denigrante hacia su persona —no te preocupes. Ya me encargaré de ellos.

—¿No vas a golpearlos? ¿O si? —Preguntó con miedo.

—¿Golpearlos? Ay no. Claro que no .—Vi como se tranquilizó —Haré algo


peor.

Volvió a mirarme con miedo.

—Ya sé que no te puedo parar, pero, mientras no te pase nada todo bien.

—No me pasará nada, ya viste lo que hice en inglés.

Sonrió. Me gusta cuando lo hago sonreír en momentos así, es justamente


lo que busco, hacerlo feliz.

—¿Cómo es que a ti sí te quieren los profesores?

—Les conviene. —Pasé mi mano por su mejilla —Todo estará bien.

Asintió. Ya no estaba temblando, sus manos ya no estaban frías y esta


vez, si se lo veía un poco más decidido.
—¿Puedes sacarme charla hasta que lleguemos al salón? —Preguntó
—De lo que sea.

—Solo si dejas que mire mal a cualquiera que nos vea.

—Trato.

—Trato.

—Aunque a mí me gusta que me vean.

—¿Por qué te gusta que te vean? —Interrogó con burla.

—Me gusta la atención. Ya sabes, todos viendo, hay pura gente envidiosa,
sin vida, sin aspiraciones, reprimidos, sin una relación, cachudos... otros
son solo gente estúpida...

—Entiendo, creo.

—Bien... —Quise preguntar algo, pero dudé un poco en si hacerlo o no. Al


final tuve que — ¿Ya quieres salir?

—Sí —Contestó al instante.

—Entonces va... —No terminé de hablar, me calló con un beso antes de


eso.

—Para calmar los nervios —Se encogió de hombros con una sonrisa
nerviosa.

—Hay que hacer eso más seguido.

Lo tomé de la mano y lo saqué de aquel salón.

Tuve que forzarme a soltarlo.


—Háblame de cualquier cosa —Dijo mientras comenzaba a caminar.

—Bien, el otro día salí a comer con mi papá y mi hermano —Vi como unas
chicas de mi salón se nos quedaron viendo —, le dije sobre la cita.

—¿Y qué te dijo?

Ambos ignoramos el "Oe ¿Sí están juntos?" que le preguntó un chico de


segundo a uno de quinto.

—Primero me miró serio y hasta mi hermano se preparó para correr.

"¿Qué? Ana mira" le dijo una de quinto a su amiga.

—¿Y después?

—Ya me dio dinero y me llevará.

—¿Qué? ¿En serio? —Carl se notaba emocionado.

Un chico le susurró algo a su amigo y después se burló. Supe que hablaba


de nosotros porque nos siguió con la mirada.

Lo miré feo, le quise contestar, pero tampoco era para hacer tanto
escándalo. Además ya estaba hablando con Carl, es mejor invertir mi
tiempo en eso que perderlo con unos idiotas con los que ni comparto
salón.

—Hasta yo me sorprendí —Seguí con la charla —. Ya compré las


entradas, están en mi mochila. Las tendría en mi celular, pero recién me lo
devolvieron hoy.

Hoy tendríamos una cita, iríamos al cine por la tarde y veríamos "Vértigo".

—¿Qué canchita compraste?


—La mixta.

A Carl le gusta la canchita dulce, no sé por qué, es raro ¿Cómo vas a


mezclar algo salado con caramelo?

Aún así, a él le gusta eso y quiero que disfrute la cita.

—También te pedí tu perro caliente y tu cremolada —Agregué.

—Te quiero tanto, amigo —Susurró.

—Ya, pero quítale lo último.

Me había dejado de fijar en la gente que estaba a nuestro al rededor, nada


más me concentré en aquella conversación, hablar con Carl hizo que se
me olvide el resto y que en mi mente solo seamos nosotros dos.

Al llegar a la puerta del aula nos sentamos en el piso, tal y como lo


habíamos planeado. Continuamos con nuestra conversación, hasta que
noté cómo Carl se ponía algo incómodo, no sabía por qué, estuve a punto
de preguntar, pero esta vez habló.

—Nos están mirando feito —Sonrió, para disimular obviamente.

—¿Quienes? —No iba a voltear, todavía no.

—Emma, Luis y Victoria —Jugó con sus dedos y mantuvo la mirada baja.

Me giré para verlos con desagrado, estos desviaron la mirada al instante.

Quise decirles que parecían huevones ahí mirando como cojudos. Me


contuve porque Carl puso su mano en mi rodilla.

—No les digas nada —Dijo captando mi atención.


—Pero...

—No, Jake. Así esta bien.

Si es gente de mi salón, necesito hacer que se mantengan en su lugar.

A ver, Emma es la cachuda que debe colegiatura desde Julio, Victoria se


emborracha, hace un escándalo a cada reunión que va solo con un vaso y
de paso exhibió a varios en la página de confesiones y a Luis una vez se le
salió mostrar su historial, es otro furro que busca cosas turbias.

¿Qué podría hacer con esa información?

O podría inventar un chisme...

—No les hagas nada —Volvió a hablar Carl.

—Pero...

—Nada.

Fingí tristeza.

—¿Pero a los otros sí puedo hacerles algo no? —Pregunté refiriéndome a


Diego, Alejandro, Jorge y Josué.

Él se la pensó un poco antes de responder.

—Preferiría que no, pero si eso quieres.

Obvio que iba a hacer algo. Nadie se mete con la gente que me importa y
sale libre como si nada.

Carl me importa y mucho, esos tipos no volverán a meterse con él y no


importa si después de eso me quedo con enemigos de por vida.
Estoy dispuesto a todo.
Carl

32 semanas- Lunes- clases . . .

Mi yo de inicios de año jamás pensó que terminaría así.

Movía la pierna de arriba a abajo, mis uñas por poco y se clavaban en la


silla en la que estaba sentado y mi corazón latía muy rápido.

—¿Ya estuviste con una psicóloga antes? —Le pregunté a mamá.

Ella nos trajo a mí y a mi hermana aquí, a un centro de salud del gobierno,


este se llamaba "Dulce amanecer", es el centro de Manantay.

Nos dijeron que tendríamos una especie de "entrevista" con una psicóloga,
una psiquiatra y un supervisor, o algo así entendí. Los tres estarían en un
cuarto y evaluarían la gravedad de mi situación.

Valeria ya estaba en aquel cuarto, obviamente no a voluntad propia, al


menos espero que le hagan cambiar su opinión respecto al chico con el
que está.

—No, será mi primera vez —Respondió.


Ella también tendría una entrevista.

—¿Me van reñir? —Pregunté con temor.

Mamá sonrió de lado.

—No, los psicólogos no hacen eso, si lo hacen entonces dime y te pongo


en otro centro.

Asentí repetidas veces.

Mamá puso su brazo al rededor de mis hombros y me acercó a ella.

—Es por tu bien —Me susurró y seguido a esto me dio un beso en la


cabeza —, quiero que tú y tu hermana mejoren ¿Sí?

Volví a asentir. No me negaba a recibir ayuda, nada más tengo miedo de


que no me sirva y que en verdad no tenga remedio.

Vi como un señor pasó con unos folders, unos eran verdes, algunos rojos,
la mayoría eran amarillos. Noté que estos tenían un nombre grabado, pues
una señora pasó agarrando uno.

—¿Y qué tal con Jake? —Esta vez preguntó mamá.

—Bien.

—Hoy van a saliiir —Me molestó con un tono de voz burlón.

—Solo iremos al cine —Sonreí. No me salió eso de fingir que no era la


gran cosa.

¡Obvio que es la gran cosa! Es Jake de quien estoy hablando, una cita con
el mismísimo Jake Ross, que ahora que todos saben que es bi, ya hasta
hay chicos que se han fijado en él.
¿Me debería preocupar por eso?

Supongo que no, es mi novio.

No sé mucho de estas cosas de pareja.

—Oye, hijo.

—Dime.

—¿Y ya volvieron?

Se me salió reírme.

—Hace tiempo.

—Bueno. Jake me cae bien.

—¿Te gusta como yerno?

—Mientras tu seas feliz... —Hizo como si Jake no fuera la mejor opción


—Es broma, tienes a un buen chico. Cuídalo.

—Claro que lo haré.

Me dio una mirada irónica. Sabe que yo fui quien le terminó.

Quise decir algo, pero mi hermana se acercó a nosotros. Tenía los ojos
llorosos, se intentó limpiar con las manos.

—Quieren que pases para que te digan algunas cosas —Le informó a
mamá.

Ella se levantó y en seguida se fue a esa habitación.


Valeria se sentó a mi lado, jugó con sus dedos y se mantuvo callada un
buen rato. Hasta que finalmente dijo:

—Perdón por haberte golpeado —Hizo una pausa y me miró —, y por


haber dicho que merecías el bullying que te hacen.

"Perdón"

Es algo que me gustaría oír más seguido.

—Está bien —Respondí cortante.

—En serio, perdón.

—Está bien.

No sabía que decir, pero en serio me gustaron sus disculpas.

—Lo digo de verdad —Dijo con los ojos tristes.

—Yo también estoy lo estoy diciendo de verdad.

Ella me miró con desconfianza. Me encogí de hombros, lo que menos


quería ahora es que vea que si me había afectado lo que dijo.

Mamá apareció, no sé si por fortuna o por desgracia, porque después de


eso me dijo que ahora era mi turno.

Me levanté con miedo, consideré salir corriendo, hasta que recordé que la
puerta de salida estaba cerrada con llave.

Tendría que contarle mis problemas a gente extraña y no sabía que me


dirían, si me juzgarían o si darían por perdida mi situación. Tengo derecho
de estar asustado.
Caminé lentamente por un pasillo, se notaba que era un centro del
gobierno, ni siquiera estaba bien pulido el cemento de una pared, la otra
era de madera y no una muy resistente, parecía que en cualquier momento
se caería.
Ya que, es esto o pagar cien soles por consulta. No es un lujo que me
pueda dar.

Al llegar al lugar sentí mis manos frías, casi que temblando abrí la puerta.

—Buenas tardes —Saludé.

Habían tres señoras, supuse que la que sonreía y se veía mucho más
amable que las demás era la psicóloga. Es igual a las practicantes de mi
escuela, todas por alguna razón se ven como la señorita miel.

Todas saludaron al mismo tiempo, una que se veía muy seria y de cómo
unos cincuenta años me indicó en donde sentarme. Cuando lo hice, todas
mantuvieron la mirada fija en mí, eso fue peor para mis nervios.

—Y bien... —Comenzó la que supuse que era la psicóloga.

Espero no salir con ganas de matarme de aquí.

¡No me maté!

¡Tampoco lloré!
Casi lo hago, ¡Pero me controlé!

Eso era necesario, muy necesario, pues ahora estoy yendo de camino a la
cita con Jake.
Él no puede saber que comenzaré a ir a terapia. Ya sé que dijimos que nos
contaríamos todo, pero no puedo con la vergüenza de ir y decirle que
estoy yendo por problemas con el alcohol.

No vi en qué folder anotaron mi nombre, si en uno rojo o amarillo. Supongo


que me quedaré con esa duda.

Tampoco escuché lo que le dijeron a mamá.

Tal vez un "Señora, su hijo es una vergüenza". Entendería si en serio


dijeron eso.

De todos modos, me cayó bien la psicóloga, hablaba en un tono de voz


muy calmado y todo el tiempo se mantuvo bastante amable. La psiquiatra
me dio desconfianza, en un momento parecía que se iba a dormir (O creo
que si lo hizo).

Que bueno que con ella nada será como una cita al mes.

—Ya llegamos —Avisó mamá.

Bien, tengo que poner mi mejor cara, no será muy difícil, ver a Jake hace
que me ponga del mejor ánimo.

Sigo sin saber cómo me perdonó.

Ahora en serio debo esforzarme para ser lo suficiente para él. Él ya lo es


para mí, creo que hasta es más de lo que pedí cuando dije lo que quería
en una relación a los ocho años, que vaya que si eran unos estándares
algo altos.
Me despedí de Valeria y mamá, quien antes de que yo salga me dio veinte
soles.

Entré al centro comercial, este no era muy grande. Como dice Jake "Está
en Pucallpa, no esperes mucho". Da igual, no tardé tanto tiempo en llegar
al cine.

Sentía que me sudaban las manos.

¡Cálmate, huevón! ¡Jake no puede tomarte de la mano si están


sudando! ¡Que roche!

Cuando vi a Jake a lo lejos, casi me desmayo.

Traía puesto una camisa de manga corta de color verde oliva, unos shorts
color pardo y unas zapatillas Nike.
Al estar más cerca de él, también vi una cadena no muy gruesa de oro en
su cuello.

Se veía radiante, sus ojos estaban más hermosos de lo normal,


desprendían cierto brillo. Sus labios y sus mejillas estaban rosadas y el
perfume que se puso parecía estar embrujado, pues me dejó templado.

—Hola, bro —Bromeó él al verme.

Nos saludamos con un choque de puños y un abrazo con palmaditas en la


espalda. Cual mejores amigos, obvio.

Si fuera por mí, lo habría besado, pero habían unas cuantas personas y
queremos llegar vivos a nuestras casas.

Uno nunca sabe.


Por eso mismo elegimos una cita el lunes en clases, porque no habría
tanta gente y así podríamos darnos un poco más de afecto, al menos en la
sala del cine.

—¿Ya pediste la canchita? —Pregunté.

—Sí, acá está —Se hizo a un lado y pude ver un combo de canchita mixta
y dos gaseosas.

Entramos a la sala de cine número cuatro y nos sentamos como a la mitad


de esta. Era la vista perfecta, la que siempre elegíamos cuando íbamos al
cine, esta vez no fue la excepción.

Aún así, creo que ambos sabíamos que no iríamos solo a ver una película.

—Al fin —Dijo Jake. Este se había arrimado a mi hombro —, nuestra


segunda cita.

No había mucha gente en esa sala, de hecho, no había nadie en esa sala.
Por esa misma razón, no me dio miedo tomarlo de la mano y entrelazar
nuestros dedos. Tampoco tuve miedo de darle un beso en la cabeza.

Con él me sentía seguro de hacer todas esas cosas.

—Estoy feliz de que hayas regresado —Dije dándole caricias a su mano


con el dedo pulgar.

—Y yo de que estemos juntos.

No voy a mentir, me gusta cuando nos ponemos de empalagosos.

Jake sonrió dulcemente, podía ver sinceridad en sus ojos.

Cada momento valía la pena.


La atmósfera era tan tranquila, compartimos risas y unos cuantos besos,
hasta se nos olvidó que estábamos viendo una película.

Me sentía tan bien a su lado. Todo en él estaba bien, era el hombre más
afortunado.

En un momento nos pusimos a hablar de las cosas que habían pasado


para llegar hasta este momento. Y vaya que fueron muchas.

—Oye, Jake.

—Dime.

—No me arrepiento de haberte confesado todo ese día.

Es raro como puedo cambiar de opinión. Ya no creo que haya sido algo
malo declararme. Más bien, creo que fue la mejor decisión que tomé en mi
vida.

Jake no dijo nada, por el contrario, me dio un beso, uno suave y


reconfortante. Nuestros labios se juntaron con ternura, el tiempo pareció
detenerse, el mundo desapareció.

Al final, solo éramos él y yo.

El momento tuvo que parar cuando a Jake le comenzó a vibrar el celular, lo


hubiese ignorado de no ser porque fueron varios mensajes.

—¿Ahora qué? —Preguntó él con fastidio.

Sacó su teléfono, de estar enojado pasó a tener confusión. Miró su


teléfono en un estado de shock, como si algo malo hubiese pasado.

—¿Qué pasa? —Pregunté.


No respondió.

—¿Jake?

Después de unos segundos por fin reaccionó.

—Recibí un mensaje de mamá.

¿Fin?

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