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quiten los créditos de quienes nos esforzamos para brindarles
está historia traducida. Esta no es una traducción realizada por
una editorial o autopublicada por los mismos autores en habla
hispana.
Mariela
Traductores
Emmie NataliCQ
Majo Val3
Mariela Valen<3
Moderador de Corrección
Mariela
3
Correctores
Annabrch Lila
Mariela Pily
Pagan
Revisión
Candy20 y Mariela
Diseño
Mrs. Carmichael
Índice
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
4
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Epílogo
Sobre la Autora
Sinopsis
Las cosas para Lance y Samantha ha sido la perfecta imagen desde que
se reunieron hace cuatro años. Ellos están felizmente casados con una
pequeña niña y otro bebé en camino. La carrera de Lance con los Forbidden
Gods es más fuerte que nunca. Samantha tiene algunos de los libros más
vendidos y su carrera como escritora está despegando.
En tan solo unos pocos meses, ese mundo perfecto empieza a romperse.
Lance tiene que ir a una gira sin Sam. Él tiene diferencias creativas con la
gerencia sobre la última producción de la banda que lo ha dejado frustrado.
Sufre perdida tras perdida, sin saber si él puede aguantar mucho más. Se
vuelve al alcohol para adormecer el dolor igual que lo hizo hace tantos años
cuando Sam lo dejó.
Sam intenta ser fuerte por su familia cuando la tragedia amenaza con
separarlos pero cuando Lance no está para ella cuando más lo necesita, ella se 5
cuestiona todo lo que ella creía sobre ellos y su amor.
Él la miró con una sonrisa. —Entonces mejor nos apresuramos, ¿eh? —le
preguntó antes de moverla de un tirón sobre su espalda en el sofá debajo de él.
Rápidamente, tiró de sus pantalones de yoga debajo de sus caderas,
provocando un grito de ella. Él gimió cuando vio que no tenía bragas debajo—.
Joder, Sam, ¿has estado caminando desnuda así todo el día? —Pasó la mano
por un muslo desnudo.
—No quiero líneas de las bragas debajo de mis pantalones de yoga, así
que duh, sí. Nunca llevo nada debajo de ellos —jadeó sin aliento mientras él
abrió las piernas y se acomodó entre ellas. A Lance le encantaba ir debajo de
ella y lo haría por horas.
—Te das cuenta de que cuando sea que te pongas los pantalones de yoga
a partir de ahora te voy a atacar, ¿no? —preguntó Lance antes de inclinarse
para correr su lengua sobre sus pliegues ya mojados. Ella siempre fue muy
sensible a su toque y lista para él.
Cuando por fin dejó de temblar, él se deslizó por su cuerpo. Ella extendió
las manos y tomó su cara, tirando de él para darle un beso. Ella siempre lo
besaba después de que descendiera sobre ella. Por alguna razón, el sabor de
sí misma en él la volvía loca. Él no iba a quejarse; era increíblemente sexy.
Todo sobre Sam era increíblemente sexy, sin embargo. Podía encenderse
observándola cepillarse sus dientes.
—Estoy contando con eso —le contestó sobre su hombro mientras subía
las escaleras para levantar a Emma de su siesta.
Su cabeza cayó hacia atrás en el sofá y cerró sus ojos. ¿Cómo lo iba a
lograr estos siguientes pocos meses sin Sam? Estaba acostumbrado a estar
alrededor de ella todo el tiempo. Ellos por lo general tenían sexo al menos una
vez al día, tal vez más, así que supuso que tendría que reencontrarse con su
mano mientras estaba fuera.
—Su majestad espera; será mejor que nos vayamos. —Rio Sam y tomó la
mano de él—. Ya vamos, cariño —llamó a Emma. Los dos caminaron a la
cocina para encontrar a su hija y se dirigieron hacia el parque.
El resto del día fue perfecto… casi perfecto. Sería cuando finalmente
consiguiera a Samantha desnuda en la cama y la jodiera tontamente. Planeaba
hacerla venir tantas veces antes de irse por la mañana, ella no sería capaz de
caminar todo el día.
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Era un día de otoño magnífico en Wisconsin, perfecto para una visita al
parque. No había nada mejor que escuchar el sonido de la risa de su hija
mientras bajaba por el tobogán una y otra vez. Mientras caminaba de regreso
del baño, se detuvo un minuto para ver a sus dos chicas. Su corazón realmente
dolía cuando pensaba en lo mucho que las amaba a las dos.
Entonces ahí estaba su hija Emma. Antes de regresar junto con Sam, él se
imaginaba que nunca tendría niños. Sam lo había dejado después de un susto
de embarazo con su antigua novia Nicole cuando tenía dieciocho. Ahora se
había dado cuenta cuan mal podría ser tener un hijo con alguien a quien no
amas y no quería hacer eso. Tener un bebé con Sam había sido la cosa más
natural en el mundo. Emma era la luz de su vida y ella definitivamente lo tenía
envuelto alrededor de su dedo. Ahora estaban agrandando su familia y no
podía estar más emocionado.
Tenía la carrera que siempre había soñado. Ellos estaban dirigiéndose a
una enorme gira por primera vez y estaba tan emocionado. Estaba disgustado
con que Sam y Emma no estarían con él, pero la emoción de tocar para una
multitud consiguió su adrenalina como ninguna otra cosa podía.
Sí, la vida era malditamente muy perfecta ahora. No podía pedir nada más.
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Capítulo 2
Traducido por Val3
Se levantó del banco y caminó hacia Lance y Emma. Los rizos rubios de su
hija fueron empujados hacia atrás por la cola de caballo y nunca cesaba de
sorprenderla cuanto se parecía a su padre. Su corazón dio un vuelco,
pensando en cuanto ella amaba a esas dos personas y casi les trajo lágrimas a
los ojos. Algunas veces no podía creer que esta fuera su vida; parecía
demasiado buena para ser verdad.
Tragó sus emociones. ¿Listos para irnos? preguntó con una sonrisa.
Mocoso le dijo a Lance, riendo, tomando su otra mano. Suena bien
para mí. Saben que no puedo decirle que no a la pizza.
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Él levantó a Emma y la apoyó en su cadera.
Sus palabras enviaron una chispa de deseo directo a su núcleo. Estiró sus
manos y ahuecó la cara de él, mirando profundamente en sus ojos azules.
Ella besó suavemente su pecho. No quiero estar lejos de ti, Lance.
Ella asintió y mordió su labio. Estaba siendo boba. Debían de ser las
hormonas del embarazo. Lo siento. Supongo que ahora que estás a punto de
irte, soy un desastre caliente. 15
Él le dio esa sonrisa infantil que la llevaba a sus años como adolescentes y
la puso de espaldas. Pero tú eres mi desastre caliente bromeó antes de
besarla.
Ella se estiró para tocar su cara. ¿Por qué estás llorando? preguntó
con una mirada preocupada en su rostro.
Oh, bebé. Corrió sus dedos por su cabello y lo acercó para un beso.
Yo también te amo.
Samantha rio. No confía en ti para estar a tiempo, ¿huh? Jason era el
mejor amigo de Lance y el baterista de Forbidden Gods. Estaba casado, tenía
cuatro niños y no vivían tan lejos de Lance y Sam.
Él rodó fuera de ella. No. Sabe que odio levantarme y que tengo un
momento incluso más duro dejándote. Se inclinó y besó su vientre. Te ves
tan jodidamente sexy preñada con mi bebé bromeó con una sonrisa cruel.
Ella rodó sus ojos. Está bien, que manera de ser elegante. Rio y tiró
una almohada hacia él. El rio, atrapando la almohada y lanzándola de vuelta a
la cama. Se levantó y no pudo evitar admirar su cuerpo mientras se deslizaba
en sus vaqueros. Sus pezones se endurecieron por el deseo. Estaba tentada a
arrastrar su sexy trasero de nuevo a la cama, pero tenía que irse.
Hablo en serio dijo, caminando para agarrar unas cuantas cosas
y meterlas en el bolso que había empacado la noche anterior. Debe ser una
cosa de hombres, pero saber que te he dejado embarazada es un increíble
incentivo para mí.
Ella sacudió la cabeza. Es tentador, pero tengo el sentimiento de que vas
a hacer más que solo lavarme la espalda y luego llegarás tarde. Entonces
Jason estará enojado contigo. Rodó fuera de la cama y tomó su bata. Voy
a hacer algo de café.
Ella abrió la puerta y se forzó a tragar una risa mientras veía a Jason
parado allí, sus cejas fruncidas y sus brazos cruzados. Hola, Jason. Ya está
listo para irse.
Dios. Lisa dijo que la llamaras si necesitas cualquier cosa. La esposa
de Jason, Lisa, era una buena amiga de Samantha. Tenía el presentimiento de 18
que ambas estarían hablando un montón durante los siguientes meses
mientras sus hombres estuvieran juntos en la carretera.
Estoy listo para irme, hombre dijo Lance. Se agachó para darle otro
beso. ¿Te hablo después? preguntó.
Te amo, Sam murmuró antes de caminar por la puerta con Jason. Lo
miró poner su maleta en el maletero y entraron. Él le dio un adiós y le sopló un
beso antes de que se alejaran.
El carro estaba fuera de vista antes de que finalmente cerrara la puerta con
un pesado suspiro. Esperaba que estos tres meses pasaran rápido. Entre su
nuevo libro, su gira y Emma, tenía el sentimiento de que lo haría y eso era
bueno, porque pronto estarían juntos, lo mejor.
Capítulo 3
Traducido por Mariela
—Lo sé, hombre —dijo Jason—. Pero ellos dijeron que, si no lo hacemos,
tendrán que dejarnos ir. Nuestro mánager fuertemente sugiere que al menos
vayamos a hablar con ellos.
—¿Pensé que les había gustado todo? Era así cuando dejamos Los
Ángeles hace unos meses. —Dejó de pasear y restregó su cara con su mano.
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—Les gustó. Alguien más arriba debe haber escuchado algo que no les
gustó. Ellos ni siquiera me dijeron qué necesita ser arreglado. Algo sobre no
siendo lo suficientemente “comerciales” o algo así —murmuró Jason.
Él asintió con la cabeza. —En un minuto. Tengo que llamar a Sam —dijo,
volviendo a sentarse y agarrando su teléfono.
Jason rodó sus ojos y soltó un bufido. —Ustedes dos son terribles. No
tardes demasiado, es casi la hora de salir.
—No lo haré. Solo quiero decir hola muy rápido. Se ha convertido en una
especie de ritual antes del espectáculo —admitió tímidamente, golpeando el
botón para marcar Sam. Ella contestó a la primera llamada.
—Hola, nena —sonrió él. Siempre era bueno escuchar su voz—. ¿Cómo
están mis chicas?
—Estoy contenta de que hayas llamado. Estoy escribiendo como una mujer
loca. Los fanáticos están insistiendo por mi próximo libro —hizo una pausa—, y
luego… mi editora quiere nuestra historia.
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—¿Qué quieres decir? —preguntó.
—No, vida real, como memorias. Ella quiere que escriba acerca de tu
banda también. Podría ser buena publicidad también para ustedes, chicos.
A pesar de estar de mal humor, Lance se las arregló para tener una
excelente función. La música siempre había sido un escape para él, casi una
forma de terapia, y esta noche no era la excepción. Incluso con la posibilidad
de tener que re-grabar algo de su álbum y extrañar a su familia, se perdió en la
música y tuvo otro espectáculo estelar.
Era tarde, pero estaba tan alterado para dormir ahora. Estaba
decepcionado de no haber tenido la oportunidad de hablar con Sam. Salió de la
cama y se deslizó dentro de sus vaqueros antes de ir a agarrar una botella de
agua del refrigerador.
Abrió la puerta y escuchó algún murmullo procedente de la dirección del
sillón. Negó con la cabeza. Uno de los chicos debía tener una chica en el
autobús. No extrañaba esos días en absoluto.
—¡Lance! —lo llamó su bajista Rick—. Ven acá. Alguien quiere decir hola.
Dice que te conoce.
Lance rodó sus ojos. Había oído eso antes de otras chicas que querían
conseguir llegar tras bastidores a la banda. Él había tenido su parte justa de
sexo con seguidoras antes de que Samantha volviera a entrar en su vida, por lo
que sabía cómo eran; todas ellas afirmaron “conocer a alguien” con el fin de
llegar detrás del escenario.
—Oh, sí, lo dudo —dijo, caminando hacia Rick y la chica que estaban en el
sofá del autobús. Normalmente, no jugaría, pero estaba aburrido. Vamos a ver
a la seguidora loca que reclamó conocerlo.
Oyó un gemido y una risita proveniente de Rick y Nicole y casi chilló. Iba a
tener que hablar con Rick mañana por la mañana. Ningún hombre debe estar lo
suficientemente desesperado para tocar esa mujer. Rick tenía que alejarse lo
más lejos de ella como pudiera. Esperaba poder llegar a él antes de que ella se
las arreglará para meter sus garras demasiado profundas.
Tomó a Emma fuera del coche con un gemido. Se estaba poniendo más y
más difícil el cargar a Emma alrededor con su vientre creciendo. Extrañaba
tener la ayuda de Lance. Tan pronto como puso a Emma en el sendero, fue
corriendo a la puerta de enfrente. La abuela Renee la mimaba como loca y
Emma era la luz de su vida. 25
Renee abrió la puerta incluso antes de que Samantha tuviera la
oportunidad de tocar. —¡Hola, ahí! —las saludó, inclinándose para recoger a
Emma. Sam creyó ver su mueca de dolor, pero no estaba segura, por lo que no
dijo nada—. ¿Cómo está mi niña? —preguntó a Emma, dándole un beso en la
mejilla.
—Lo está haciendo bien —contestó—. ¿No has hablado con él?
—Lo he hecho —respondió—, pero quería ver qué pensabas tú. Hablé con
él esta mañana y parecía diferente, molesto o algo. ¿Ustedes pelearon?
Samantha negó con su cabeza. —No, estamos bien. Tal vez estaba
cansado. Yo lo extraño como loca y se suponía que íbamos a hablar por Skype
la otra noche y me quedé dormida. Él entiende cuan cansada estoy y se está
volviendo difícil para mí mantenerme despierta hasta tarde, entre escribir,
Emma y este embarazo.
—¿Por cuánto tiempo ha estado sucediendo? ¿Lo sabe Lance? ¿Por qué
no dijiste nada antes?
—Realmente pensé que era nada, solamente la vejez. No quería
preocuparlos. Están tan ocupados. —La desestimó con un movimiento de su
mano.
—Está bien, pero con una condición —convino Sam—. Tienes que decirle
acerca de esto tan pronto como averigües los resultados, especialmente si es
algo serio. Apuntó a Renee. No iba a dejarla salirse con la suya y no decirle a
su hijo acerca de algo tan importante.
Samantha rio. —Está bien, ¿Quién soy para dejar pasar una comida hecha
en casa? Hemos estado teniendo un montón de comida para llevar en nuestra
casa con Lance lejos y yo ocupada escribiendo. Suena perfecto para mí.
Él respondió de vuelta.
También te amo.
Lágrimas inundaron sus ojos cuanto más pensaba acerca de ello. ¿Por qué
mierda estaba Nicole con Rick? Cerró de golpe su computadora portátil y se
fue al sofá. Se dejó caer y se estremeció cuando sintió una punzada de dolor
en su vientre. Respiró hondo y se frotó el estómago. Tenía que mantener la
calma. No era nada. Lance estaba casado con ella ahora y no tenía nada de
qué preocuparse.
—No lo sé, nena. Una noche ella estaba en el autobús y ha estado unida a
la cadera de Rick desde entonces. —Él no parecía más feliz de lo que era con
todo el asunto.
—Sam, le advertí a Rick acerca de ella, pero está enamorado. Hasta ahora
ella apenas me habló.
1
Siglas en inglés que significan “¿Qué demonios?”
Ella escuchó su suspiro al otro lado del teléfono y se lo imaginó corriendo
sus manos a través de su cabello. —Lo iba a hacer. Apenas hemos tenido
oportunidad de hablar desde que la vi. Han sido cinco minutos aquí, cinco
minutos allá. No es algo que solamente quisiera decir, así como así.
Ella mordió su labio, tratando de no llorar. —Ha sido un largo día. Necesito
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ir a la cama.
Se calmó y agarró la manta de detrás del sofá. Dormiría aquí esta noche.
La idea de la cama vacía que compartía con Lance era demasiado. Quién
sabe, tal vez dormiría aquí hasta que regresara.
Lance cerró sus ojos. Hace un tiempo, habría estado de acuerdo con
impaciencia para ir de copas y un pedazo de culo, pero ese tiempo se fue hace
mucho. Ahora lo único que quería hacer era volver al hotel y llamar a
Samantha.
Jason miró hacia él. —¿Qué dices? ¿Quieres ir? —preguntó, encendiendo
el coche.
—Lo que sea —aceptó Lance de mala gana. ¿Quién era él para arruinarles
a los otros chicos un buen momento? Pensó en llamar a Samantha de camino,
pero realmente no quería que él resto de los chicos escucharan su
conversación, y estaba seguro como el infierno de no querer decirle que
estaban yendo a un club de desnudistas. Después del fiasco de Nicole, la
última cosa que ella necesitaba escuchar era que estaba en un bar con
mujeres desnudas.
Lance no dijo nada, tomando un trago de su soda. Tal vez Jason tenía
razón. Seguro, extrañaba a su esposa e hija, pero en unos pocos meses
estaría de regreso en casa con ellas. Estaba irritado acerca de su álbum, pero
estaba agradecido de ser capaz de hacer lo que amaba.
Ella movió la mano de él lejos, una sonrisa maliciosa en su cara. —Vi eso,
pero tú y yo, ambos sabemos que no significa ni mierda.
—Lo siento, Sam. Son solo las 9 acá en Los Ángeles. No estaba pensando
en que ya estuvieras en la cama —admitió suavemente—. Solo necesitaba
escuchar tu voz…
—Está bien —bostezó ella—. Últimamente he estado realmente cansada.
He estado yendo a la cama después de poner a Emma a dormir, algunas
noches incluso no puedo mantener mis ojos abiertos por mucho tiempo.
Terminó incluso más frustrado que antes. Sam sonaba tan exhausta y él
odiaba no estar ahí para ayudarla. Iba a hablarle a Lisa y a su mamá mañana
para que la revisaran, y tal vez ayudarla si pudieran. Se sintió culpable por
estar en la carretera lejos de ella cuando más lo necesitaba.
Tomó un trago de cerveza que había abierto y negó con su cabeza. No era
suficiente. Necesitaba algo más, algo más fuerte. Revisó su mini-bar
nuevamente y encontró algo de whiskey. Lo abrió y se tomó la botella en unos
pocos tragos.
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Capítulo 6
Traducido por America_12
Tenía que admitir que estaba nerviosa acerca de esta cita. ¿Qué si Renee
tenía cáncer? ¿Y qué si era demasiado avanzado para hacer algo? Se
estremeció ante la idea. Lance sería un desastre.
Puso su mano sobre su vientre, sintiendo que el bebé pateaba. Una sonrisa
se dibujó en sus labios; este bebé seguro tenía piernas fuertes. Estaba
bastante segura de que era un niño, pero iba a salir de dudas en unas dos
semanas. Lance iba a tratar de llegar a casa para ir a la cita con ella y no podía
esperar para verlo.
Contoneándose después ella se fue tan rápido como pudo. Cuanto más
grande era, más difícil era moverse con cualquier velocidad. Hizo perseguir a
Emma interesante y eso era casi imposible a veces.
Renee negó con la cabeza y lloró contra su pecho. Sam se mordió el labio,
tratando de luchar con sus propias lágrimas. Si Renee estaba reaccionando de
esta manera, la noticia no podría haber sido buena. 38
Sostuvo a Renee durante unos minutos, dejándola llorar en sus brazos.
Finalmente, se apartó para conseguirle un pañuelo de su bolso. Se lo dio y
Renee se sonó la nariz y respiró hondo.
—Oh, Renee —susurro Sam, pasando una mano por la cara—. Lo siento
tanto.
Condujeron hasta Lisa para recoger a Emma, ninguna de las dos dijo una
palabra. El sonido de “I Remember You” llenó el coche tranquilo y Sam entró
en pánico. Era Lance llamándole, pero no podía hablar con él ahora. Estaba
demasiado emocional. Miró a Renee.
—Hay que decirle pronto… esta noche o mañana. Él tiene que saber lo que
está pasando.
Renee miró hacia arriba, con los ojos rojos por las lágrimas. —Lo siento,
Sam —se disculpó—. Le diré. Lo prometo. Ahora, iré por Emma y déjame
tenerla esta noche. Necesito algo de tiempo de abuela. Puedes dormir o
escribir o lo que sea.
Renee asintió con firmeza. —Sí, estoy segura. Creo que va a ser algo
bueno mantenerme ocupada con Emma esta noche. Se va a alejar mi mente
de todo por un rato.
Sam aceptó de mala gana. Tuvo que admitir que la idea de conseguir algo
escrito y dormir en la mañana siguiente sonaba bien. Tal vez podría tener algún
tiempo sexy en el teléfono o un vídeo chat con Lance también.
Ella se bajó del coche para llegar a Emma. Una noche más de pretender
que la vida era perfecta no estaría de más.
Sam se las arregló para hacer algunos avances en su novela con Emma
fuera por la noche. Tenía problemas para concentrarse en un principio dado la
noticia anterior, pero con el tiempo se perdió en sus personajes.
Él gimió. —Ahora que sé que no estás usando ropa interior en esas cosas,
son las cosas más atractivas de la historia. Es mejor que estar desnuda. Te
imagino totalmente acostada allí.
—Pobre bebé. —Se rio en voz baja. Movió su mano entre sus piernas,
deslizándose dentro de la cintura de sus pantalones—. Si estuvieras aquí, ¿qué
me harías?
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—Más bien lo que no te haría, Sam —gruñó—. En primer lugar, me
gustaría quitarte la ropa y luego atarte a la cama porque tengo la intención de
burlarme de ti durante mucho tiempo. No me gustaría que te fueras a ninguna
otra parte.
Ella asintió con la cabeza, y luego recordó que no podía verla. —Sí —jadeó
sin aliento.
—Buena chica.
Ella hizo lo que le mandó, trabajando su vagina con sus dedos. Pronto
estaba jadeando por teléfono. —Lance —gimió.
—Sí, Lance, por favor —rogó. Odiaba cuando se burlaba de ella así.
—Pon tu dedo en el clítoris para mí. Imagina que es mi dedo ahí, tocándote
gruñó.
—El sexo telefónico contigo es tan caliente. Por supuesto que prefiero que
sea sexo real, pero ¡me lo llevo!
Ella se echó a reír. Sí, sexo real con Lance era mucho mejor y cuando
llegara a casa en dos semanas para su cita con el doctor, tenía la sensación de
que apenas dejarían la cama.
—Y tengo un lío aquí. —Él se rio entre dientes—. Buenas noches, Sam. Te
amo.
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Capítulo 7
Traducido por Mary Haynes
Lance estaba cansado. Este loco horario que había parecido una buena
idea cuando estaban planeando la gira ahora lo tenía exhausto. Hicieron una
presentación casi todas las noches, subiéndose a un autobús o un avión justo
después para que los llevara a la siguiente ciudad. Se estaba haciendo
demasiado viejo para esta mierda.
En pocos días, vería a Sam y a Emma. Estaría volando a casa para la cita
de ultrasonido de Sam y no podía esperar. Necesitaba un par de días con sus
chicas para recargarse.
Levanto la mirada, al notar movimiento por el rabillo del ojo. Había sido
Nicole saliendo para ir al baño. Trató de no rodar los ojos y volvió su atención a
la hoja de papel que tenía delante.
No había sido capaz de convencer a Rick que Nicole no era buena. Ella lo
había envuelto alrededor de su dedo y apenas se alejaba del lado de Rick.
Lance logró evitarla en su mayor parte y afortunadamente se quedó lejos de él.
De vez en cuando la pillaba mirándolo, pero eso era todo. Le había murmurado
tal vez dos palabras desde la primera noche que la encontró en el autobús y no
planeaba decirle más.
Lance subió la mirada cuando una sombra se cruzó por su papel y allí
estaba ella, sentada frente a él. Llevaba una camisa de Rick y probablemente
nada más debajo. Él los había oído todavía en ello cuando se levantó. Su largo
cabello rubio estaba desordenado, colgado a la mitad de la espalda. Era lo
suficientemente bonita, pero Lance se preguntaba con frecuencia que había
visto en ella durante todos esos años. Se notaba que había tenido una vida
difícil por las arrugas de su rostro; el tiempo no había sido amable con ella.
Ella cruzó los brazos sobre su amplio pecho. Él tenía la sensación de que
eso es lo que a Rick más le gustaba acerca de ella. —Eso fue hace mucho
tiempo —dijo ella.
Dejó la hoja de papel y lápiz a un lado. —Tu mentira casi arruinó mi vida.
Perdí a Sam. —Suspiró.
—Pero la encontraste de nuevo, así que todo está bien —respondió con un
bufido.
—Tuve suerte. Tuvimos suerte. Es un milagro que estemos juntos de
nuevo después de todos esos años separados.
—Lo que sea, Lance. Todavía eres un idiota. Ella puede tenerte —
murmuró, levantándose de la silla y se fue enojada hacia la parte trasera del
autobús con Rick, cerrando la puerta detrás de ella.
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cuatro días y descansar un poco. Lance tenía muchas ganas de ver a
Samantha y a Emma.
Sam había sido capaz de conseguir una cita para su ultrasonido mientras él
estuviera en casa y no podía esperar para saber el sexo de su bebé. Ellos no
pudieron descubrir lo que iban a tener con Emma, pero esta vez querían saber
para que pudieran planificar. Sabía que Sam estaba esperando un niño para
que pudieran tener uno de cada uno, pero él en realidad quería otra niña.
Totalmente podía verse a sí mismo viviendo en una casa llena de mujeres y le
encantaba la idea.
Rick sacudió la cabeza y se pasó la mano por la cara. —En realidad no.
Suspiró—. Escucha, la otra noche Nicole volvió a la cama enojada después
de hablar contigo. ¿Qué pasa con ustedes dos?
Rick suspiró. —Lo sé. Conozco su historia y lo que te hizo. Lo siento por
eso, pero creo que ahora es diferente. Realmente.
—Tal vez —dijo Lance—. Pero realmente no quiero hablar con ella y por
eso estaba enojada. Con quién estás no es asunto mío y no estoy encantado
de que esté aquí, pero a menos que se interponga en mi camino,
prácticamente voy a ignorarla.
Miró a Sam. Era aún más hermosa de lo que recordaba, más de lo que vio
en sus sueños. Su estómago realmente había crecido durante su ausencia; le
encantó. —Hola, tú —susurró en voz baja, atrayéndola hacia él con su brazo
48
libre.
—Hola —respondió ella, con los ojos llenos de lágrimas mientras enterraba
la cara en su pecho.
Ella asintió y sollozó. —Te he echado mucho de menos, Lance. —Lo miró.
Él no pudo dejar de notar los círculos oscuros bajo sus ojos. La culpa lo
apuñaló por dejarla sola mientras él salía y perseguía su sueño.
Sam se apartó primero. —Vamos a llevarte a casa —dijo con una sonrisa.
Lance sonrió sorprendido hacia ella. —Sí, vamos a llevarme a casa. —
Estuvo de acuerdo. No podía esperar a llegar a casa.
Apretó la mano de Sam. Ella se volvió a mirarlo con una leve sonrisa en su
rostro, pero no parecía iluminar sus ojos color avellana como estaba
acostumbrado. ¿Qué le pasaba? ¿El bebé estaba bien? ¿Estaban bien? Tal
vez estaba cansada. No podía esperar hasta que tuviera la oportunidad de
estar a solas y hablar.
—Tu mamá ha estado cocinando una tormenta en nuestra casa para ti.
Pensó que la última cosa que quisieras hacer es salir a comer y he estado muy 49
ocupada. —Se encogió de hombros cuando se acercaron a su casa.
Ella rodó los ojos y sonrió, una sonrisa de verdad esta vez, luciendo como
la Sam que conocía y amaba. —Imagínate —se rio—, ha pasado un tiempo.
Podría hacer eso.
Ella no tenía idea de cómo iba a reaccionar Lance ante la noticia del cáncer
de su madre, pero tenía la sensación de que no iba a ser bueno. Estaba tan
unido a ella que la idea de perderla sería devastadora para él.
Caminó hacia la casa detrás de Lance. Emma corrió hacia el interior, pero
antes de que Sam pudiera seguirla, él cerró la puerta. Tomó su rostro entre sus
manos y empujó su cuerpo suavemente contra la pared.
Ella se rio y lo golpeó con su paño de cocina. —No había nada de pequeño
sobre ese beso, Lance. —Miró a Sam—. Yo sé que ella te ha extrañado, así
que voy a dejarlo pasar, pero al menos espera hasta que Emma este en la
cama para atacar de nuevo.
—Está bien, mamá. Puedo hacer eso. Ahora, ¿cómo estás? —preguntó
mientras la tomaba para un gran abrazo. Sam se mordió el labio, luchando por
contener las lágrimas mientras Renee la miraba.
Renee miró hacia el cuarto de baño donde los gritos de su nieta y la risa de
su hijo podían oírse ligeramente —Lo sé —respondió, secándose las manos en
un paño de cocina.
—Esta noche. —Se mantuvo firme Sam
Sam miró a Lance y notó que tenía una nueva camiseta. —¿Caíste dentro
y tuviste que cambiarla? —Sonrió, señalando su camiseta.
Miró su camisa y se rio. —Sí, las cosas se pusieron un poco locas allí. —Le
hizo cosquillas a Emma, provocando una risa en ella—. ¿Cierto, bebé?
Se sentaron alrededor haciendo una pequeña charla sobre algo, pero Sam
conseguía ponerse cada vez más ansiosa, preguntándose cuando Renee
finalmente iba a decir algo. Tal vez si los dejaba solos, finalmente, le diría.
Ella miró a Renee. No iba a darle otra oportunidad para evitar decirle a
Lance que estaba enferma. —No, tienes que ponerte al día con tu mamá. Yo lo
haré esta noche. Dile buenas noches a papi. —Emma besó a Lance antes de
que Sam la tomara en sus brazos. Ella se volvió sobre sí misma alrededor de
Sam a pesar de su vientre. Vuelvo en un minuto.
Llevó a Emma a su habitación y consiguió que estuviese lista para la cama.
Estaba distraída mientras le leía un cuento, pues estaba tratando de escuchar
la conversación en la sala de estar. Oyó voces que se levantaban un par de
veces y esperó que Lance no estuviese siendo demasiado duro con su mamá.
Antes de que Sam pudiese siquiera abrir la boca para responder, Renee
habló. No debes estar enojado con ella, Lance. Quería decirte, pero le dije
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que no. Quería decírtelo cara a cara, no por teléfono. Esta es la primera
oportunidad que he tenido.
Cerró los ojos cuando oyó el clic de la puerta cuando Renee se fue.
Llamaría a su mánager y cancelaría el resto de la gira. Tenía que conseguir
para su madre los mejores médicos en Los Ángeles para obtener una segunda
opinión. No había manera de que simplemente aceptara lo que le había dicho.
Sam se sentó derecha y entrecerró los ojos hacia él. —Sabes que eso no
es cierto dijo, frotando su vientre con su mano—. Tengo excelentes médicos
aquí y lo mismo ocurre con Emma.
Se recostó en el sofá con un suspiro. —Lo sé, pero tengo que hacer algo
por ella. No puedo solo aceptar que va a morir. —Sus ojos se llenaron de
lágrimas ante la idea de perder a su madre—. Durante mucho tiempo, éramos
solo nosotros dos. Éramos un equipo. Antes de ti y Emma, era todo lo que
tenía —murmuró, su voz temblorosa por la emoción. Él no iba a llorar.
Pasó su mano por la parte delantera de sus vaqueros, su polla dura como
una roca, mientras la miraba acostada delante de él. Tuvo que luchar contra la
tentación de enterrar su eje en su interior. Todavía no. Quería probarla primero.
Era como un hombre que había sido atrapado en el desierto durante días y solo
ella podía saciar su sed.
Él levantó la vista hacia su rostro. Ella tenía los ojos cerrados con fuerza y
estaba ahuecando sus pechos en sus pequeñas manos, rodando sus pezones
entre el pulgar y el índice. Era el momento de hacerla gritar su nombre.
Él se inclinó y lamió a lo largo de su hendidura con solo la punta de su
lengua, corriéndola desde su culo hacia arriba. Un suave gemido escapó de
sus labios, estimulándolo. Había extrañado estos pequeños sonidos que le
provocaba y quería escuchar más.
Ella pasó las manos sobre sus hombros, envolviendo sus piernas alrededor
de su cintura, llevándolo aún más profundo. —Yo también te extrañé —susurró
ella, moviendo sus caderas debajo de él.
Ella le ordeñó con sus húmedas y cálidas paredes durante lo que pareció
una eternidad, consiguiendo hasta la última gota de su semen. Guau. No se
había venido así desde que él y Sam habían tenido sexo por primera vez.
No quería derrumbarse sobre ella por miedo a herirla o al bebé, por lo que
salió de ella con un gemido y la arrastró con él. Envolvió su brazo alrededor de
su hombro y la besó en la sien. —Santa Mierda, nena —susurró.
Ella respiró hondo. —Sí.
—Tal vez debería irme más a menudo —bromeó, deslizando una mano por
el muslo de ella.
Ella lo miró a los ojos. —No, no de nuevo. No estás dejándome como esta
vez nunca más. Lo decidí esta noche.
—Sí. Después de este viaje, no más giras y si ellos insisten, ustedes están
viniendo conmigo. No sí, y, o peros al respecto —dijo con firmeza. Él
pertenecía aquí a casa con su familia y si el resto de la banda o su mánager no
estaban de acuerdo, eso sería una lástima. Se estaba haciendo demasiado
viejo para la mierda de las giras de todos modos.
Miró a Sam notando que sus ojos se estaban poniendo pesados; estaba
58
agotada. Entre Emma, su escritura, su embarazo, y el estrés de su madre
estando enferma, probablemente tenía más de lo que podía manejar. Se sentía
terrible por dejarla con todo eso.
—Voy a estar ahí, está casi dormida —susurró sobre la espalda de Emma
mientras la frotaba suavemente.
—Lo siento, creo que Emma tuvo una pesadilla. Ella se despertó gritando.
—Yo lo siento, no la escuché. Debo haber estado muy cansado. Sabes que
no duermo bien en esos autobuses, sobre todo sin ti a mí lado —dijo llegando a
ella cuando se deslizó fuera de la bata y se metió de nuevo en la cama.
—Está bien. No duermo tan bien sin ti en nuestra cama. También estoy
empezando a estar realmente incómoda y tengo veinte semanas —gimió.
—Está bien, esta noche somos solo nosotros —dijo suavemente, rodando
sus caderas sobre él para que pudiera sentir la humedad entre sus piernas—.
Pero mañana, tenemos que hablar de ello. ¿Trato?
Ella se echó a reír. —Lo puedo asegurar. Me encantaba viajar con ustedes,
pero dormir en ese autobús apestaba casi todo el tiempo.
Ella asintió con la cabeza y se levantó. Golpeó su culo con una sonrisa,
provocando un grito antes de que ella agarrara su taza de café y se dirigiera al
fregadero. Era tan bueno en hacerla sentir sexy y deseada todo el tiempo con
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solo el gesto más simple.
Uh oh. Eso no sonaba bien. Se dio la vuelta y la cara de Lance estaba roja;
conocía esa mirada. Nunca la había visto dirigida a ella y no tan a menudo, era
una mirada de rabia. ¿Qué habrían querido Jason y su mánager que lo hicieron
enojarse de tal manera? Ella sabía de la discográfica queriendo rehacer
algunas canciones, pero no había oído hablar de ello en las últimas semanas,
por lo que pensó que se había solucionado. Tal vez no.
—Los malditos quieren que vuele a Los Ángeles hoy para que podamos
rehacer esas pocas canciones. De hecho, casi insisten. Si no lo hago, me voy
—farfulló.
Sam sintió que su corazón caía. Ni siquiera había estado en casa un total
de veinticuatro horas. Tenían que hablar de su madre y mañana tenían
agendada la visita al ultrasonido para saber el sexo del bebé. No podía irse ya.
Tragó saliva y contuvo las lágrimas. —¿Estás seguro? Tal vez deberías
llamar a Jason primero antes de saltar a conclusiones —dijo, tratando de
mantener la calma.
Ella consiguió ver a Emma y vestirla antes de volver a Lance. Oyó algunos
gritos y algunas malas palabras y casi tenía miedo de lo que pudiera decirle
cuando hablará con él. Simplemente no podía tener que salir ya. 63
Cuando se acercó a la cocina con Emma en sus brazos, se dio cuenta de
que él estaba inclinado contra el mostrador, con los brazos cruzados sobre su
pecho desnudo. Podía decir por las tensas esquinas de su boca que no tenía
buenas noticias.
Tomó a Emma de ella tan pronto como entró. Le dio a su hija un beso en la
mejilla y miró a Sam. —Nena —susurró. Tuvo que luchar contra un sollozo. El
tono de su voz lo decía todo.
Se dejó caer en sus brazos. No esperaba que se tuviera que irse tan
pronto. Un sollozo brotó de su garganta. no podía sostenerlo más. Estaba tan
devastada porque tuviera que abandonarla tan pronto y ya no se preocupaba
por ocultarlo. Estaba cansada de ser fuerte.
Ella lo abrazó por última vez, incapaz de decir nada más. Lo soltó y volvió
su atención a Emma, consiguiéndole un popote para sorber la leche para
distraerse mientras Lance subía a buscar sus maletas.
Se sentaron en silencio así hasta que se oyó el claxon del taxi en el camino
de entrada. Se puso de pie y caminó hacia la puerta mientras Lance le dijo
adiós a Emma. No podía ver eso o podría perder la compostura de nuevo.
Lance pronto la siguió.
—Trata de no ser demasiado duro con Jason. Sin su sensatez, quién sabe
dónde estarías —dijo, acariciando el pelo de la frente.
—Te amo. Por mucho que es una mierda que te vas, tenemos toda una
vida juntos, Lance. Esto es solo una gota en el océano —dijo en voz baja
tratando de sonreír. No estaba segura de si ella estaba tratando de convencerle
o a sí misma de que el tiempo iría rápidamente.
Él le dio esa sonrisa sexy de medio lado que la hizo enamorarse de él hace
todos esos años. —¿Qué haría yo sin ti, Sam? —preguntó.
Se agachó y le apretó el culo. —Joder, ojalá hubiera tenido más tiempo con
ese cuerpo sexy tuyo —dijo, besándole el cuello.
Él asintió con la cabeza y la dejó ir. —Lo haré —dijo, inclinándose para
agarrar su bolsa—. Te llamaré esta noche. —Se inclinó y la besó de nuevo.
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Capítulo 11
Traducido por Emmie
Lance llegó a Los Ángeles y tomó un taxi hasta el hotel donde el resto de la
banda se hospedaba. Trató de no ser amargo sobre el hecho de que había
tenido que dejar a su familia temprano para volver a grabar canciones que
habían considerado hacer. No le haría ningún bien actuar de esa manera y
acabaría por hacer toda la experiencia miserable.
Fue al teléfono del hotel y ordenó poco más de whisky, esta vez una botella
más grande. Esas pequeñas cosas eran para los gatitos. Encontró su teléfono
en el suelo debajo de la mesa y se echó en la cama. Él escribió texto rápido a
Sam.
Te extraño.
Claro que solamente la había dejado esa mañana, pero volver a verla solo
hizo que le doliera el corazón aún más ahora que estaba lejos de él. No podía
alejar a su madre fuera de su cabeza tampoco. Estaba tan cabreado que aún
no tuvo la oportunidad de llamar a cualquier médico en Los Ángeles todavía. 68
Tenía que salir aquí lo antes posible y que la revisen. Se negó a aceptar que no
había nada que se pudiera hacer por ella.
Abrió la puerta para encontrar a Jason parado allí. —¿Qué tal? —preguntó
Jason, comprobando a Lance de pies a cabeza—. ¿Estás bien?
Rodó los ojos y fue a sentarse en la cama. —Estoy bien. ¿Por qué? —
¿Dónde estaba el whisky?
Lance hace un gesto con la mano. —No te preocupes por esa mierda.
Puedo manejarlo. Solo tengo un par de copas por la noche antes de
acostarme. Voy a parar tan pronto como llegue a casa —dijo.
Jason levantó una ceja. —Entonces, ¿por qué has estado escondiéndolo
de mí? Si es “no es gran cosa”, no debes beber en secreto —regañó,
levantándose para sentarse en la cama por Lance—. Escucha, sé que estos
últimos meses han sido difíciles. Extrañas a tu familia...
Jason se puso de pie. —Bien, pero Lance, por favor ten cuidado. A pesar
de estos obstáculos en el camino de los últimos meses, las cosas entre tú y
Sam van bien. No lo arruines por hacer algo estúpido.
Todo lo que pudo hacer fue asentir. Tenía miedo que si decía algo iba a
romperse a llorar. Él no iba a hacer eso, sobre todo delante de Jason.
Su amigo se volvió hacia él cuando llegó a la puerta. —No jodas las cosas.
Lo digo en serio. Tu familia te necesita, sobre todo ahora. La banda también te
necesita. No podemos hacer esto sin ti. —Abrió la puerta—. Eso es todo lo que
voy a decir al respecto. Eres un muchacho grande, sabes las consecuencias de
tus acciones.
—Estás una hora atrasado y los jefes están furiosos. Nunca terminaremos
si no traes tu culo aquí —silbó Jason en el teléfono—. Y mejor que no huelas a
alcohol cuando llegues aquí.
Yo también te extraño.
Su cabeza cayó hacia atrás en el asiento y cerró los ojos, dispuesto a parar
los golpes. El taxi llegó al estudio y miró el reloj en su teléfono. Ya eran las
once. Los chicos iban a estar enojados. Había esperado por sus culos en más
de una ocasión; no los mataría esperarlo a él por una vez.
—Por supuesto que sí. Sabías que iba a ir —se burló de él—. Digamos que
vas a estar viviendo en una casa llena de estrógeno.
—Te voy a contar todo, pero tienes que ir a la cama y cuidar de mi niña —
dijo en voz baja.
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Capítulo 12
Traducido por Emmie
—Hola. 74
—Hola, Sam, soy Jason —dijo la voz en el otro extremo. Estaba
decepcionada de que no fuera Lance. ¿Por qué la llamaba Jason?
—Estoy bien —dijo. Hubo una larga pausa en el otro extremo—. ¿Has
hablado con Lance últimamente?
—Un poco aquí y allá, ¿por qué? —preguntó—. ¿Está todo bien?
—Bueno, en realidad no. —Su corazón empezó a latir con fuerza y sus
palmas sudaron.
Jason suspiró.
—No sé, Sam. Voy a vigilarlo por el resto de la gira, pero después de eso,
creo que necesita rehabilitación. Nunca fue allí y creo que le haría bien —
admitió—. Sé que las cosas han sido difíciles con él estando lejos de ti y con
los problemas con el ensayo. También me habló de Renee. Creo que solo
quería escapar de sus pensamientos en la noche.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Sabía que Lance había estado molesto
por lo de su madre, pero no tenía ni idea de que estaba haciéndole tanto daño.
¿Por qué no le contó a ella?
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—Por favor, cuídalo por mí, Jason —murmuró, su voz casi un susurro.
—Buena idea, pero cuídate también, Sam. Tienes que pensar en Emma y
el bebé. Me dijo que era otra chica. Está en la luna ante la idea de estar en una
casa llena de mujeres.
—Sí, estaba preocupado por tener un niño. Me alegro de que esté feliz.
Llevó a Emma al centro comercial para pasear y almorzar. Dejó que jugara
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en el área de los niños mientras se hizo cargo de algunos correos electrónicos.
Fue una buena distracción y ayudó a salir de casa.
Sam respiró hondo para tratar de controlar el dolor y se dio la vuelta para
ver cómo estaba Emma. Tenía un gran corte en la frente en el cristal de la
ventana trasera de su coche y la sangre brotaba. Desabrochó el cinturón de
seguridad y salió del coche, cayendo de rodillas al instante por el dolor en el
estómago. ¡El bebé! El bebé tenía que estar bien. Sin embargo, tenía que llegar
a Emma.
Sam asintió. Jadeaba ahora, el dolor casi insoportable. Si cerraba los ojos
por un minuto el dolor se aliviaría. Apoyó la cabeza en el reposacabezas. Podía
oír a la extraña mujer hablar con Emma, diciéndole de poner algo en su corte
para ayudar a la hemorragia, pero tuvieron que esperar a la ambulancia antes
de que pudieran sacarla del coche.
Lo último que oyó Sam fueron los gritos de Emma mientras se quedaba en
el olvido.
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Sam abrió los ojos, sin saber dónde estaba. Todo su cuerpo herido y sus
ojos estaban borrosos. Estaba unida a un montón máquinas diferentes. Fue
entonces cuando se acordó de que se había accidentado. Una sensación de
temor se extendió a través de ella. ¿Dónde estaba Emma? ¿Cómo estaba el
bebé?
—Está bien. Tenía un corte en la frente, pero los médicos la cosieron y está
bien. Está con Lisa —le aseguró rápidamente Renee.
Asintió con la cabeza, casi con miedo de preguntarle sobre el bebé. Echó
un vistazo a su estómago. Renee debió haberlo notado.
—El médico te dirá con seguridad, pero te hicieron tacto. Estabas en labor
de parto cuando te trajeron, y has tenido un poco de sangrado. Piensan que lo
consiguieron parar, pero te mantienen en estrecha vigilancia y será por unos
días, o más si es necesario.
Una lágrima resbaló por su mejilla. ¿Qué podría estar haciendo? ¿O estaba
desmayado allí después de ir de juerga?
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—Está bebiendo de nuevo, Renee —susurró, cerrando los ojos.
Renee asintió.
Su boca estaba seca, como si solo hubiera comido una bolsa entera de
algodón. Su cabeza se sentía como si una banda marchase en el centro de
ella. Solía beber mucho más antes de sentirse así. Solo había tomado un par
de copas en el club anoche antes de que tomar un taxi de vuelta al hotel.
Lance resopló —Lo que sea. Ahora ¿qué es tan importante como para
estuvieras listo para derribar mi puerta? —preguntó.
—Están bien, por lo que sé. Emma tenía un corte y le pusieron algunos
puntos. Ella esta adolorida y asustada, pero está bien. Está en nuestra casa y
Renee está en el hospital con Sam. Ella está adolorida por el impacto y se puso
en trabajo de parto. Supongo que había estado sangrando también.
Agarró la camisa de Jason —Por favor, dime que ellas están bien —
suplicó.
—¿Qué?
—Ella sabe que estabas bebiendo y sabe que probablemente esa razón no
pudimos encontrarte —le confesó Jason a su amigo.
—Yo lo hice.
Lance no supo qué decir. Jason tenía razón. Ellos eran más que amigos.
Ellos eran familia.
Lance puso su cabeza entre las manos. Jason tenía razón. Debería haber
sabido que no podría manejar la bebida.
—No lo haré —dijo mientras Jason cruzaba la puerta. Sus ojos se llenaron 81
con lágrimas. ¿Qué haría si Sam no quería verlo?
Lance y Jason volaron a casa sin hablar mucho con el otro. Lance había
llamado a su madre para decirle que estaba en camino y consiguió un buen
regaño de ella. Estaba asustado de verla y aterrorizado de ver a Sam.
Esperaba que ella no le diera la espalda.
Cuando llegaron al aeropuerto, Jason tomó un taxi a casa, pero Lance fue
directo al hospital. Tenía que ver a Sam tan pronto como fuese posible. El
camino al hospital le pareció una eternidad y estaba hecho una bola de nervios
en el momento en que llegó allí. Trató de no correr a la habitación de Sam,
pero estaba ansioso por verla.
—Hola, mamá —la saludo, caminando con ella cuando volvió a sentarse al
lado de Sam—. ¿Te importa si me siento? —le preguntó a Sam, señalando la
silla al lado de su madre.
Ella se encogió de hombros, sin decir una palabra. Esto no iba a ser fácil.
Está bien; se lo merecía. No había estado allí cuando lo necesitó.
Los tres se sentaron en silencio, la tensión era tan espesa que casi se
podía cortar con un cuchillo. Renee finalmente habló—: Voy a salir. Ustedes
dos necesitan hablar. Volveré en un rato —dijo. Ella miró a Lance—. No lo
arruines o tendrás que vértelas conmigo. Ya planeo darte una patada en el
culo, así que no lo empeores.
—Sam, siento no haber estado aquí —dijo, viendo hacia abajo a sus pies.
—No me mientas tampoco. ¿Por qué estás bebiendo otra vez? —pregunto
de nuevo, cruzando los brazos sobre su pecho.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. —Porque soy débil —admitió él. No había
en realidad una buena razón—. Te extrañaba y las cosas con la banda me
estaban estresando. Nicole estaba alrededor y solo caí en los malos hábitos.
Luego me enteré de que mamá estaba enferma y no pude hacerle frente. Era
más fácil con unos pocos tragos.
Una lágrima bajo de la mejilla de Sam. —¿No soy suficiente para ti? —
preguntó en voz baja.
Él se estiró por su mano, pero ella la quitó. —Mierda, Sam, lo eres todo
para mí. No te merezco. No tiene nada que ver contigo. Era yo. Estoy jodido.
—Pero Lance, se supone que somos un equipo, entonces tiene todo que
ver conmigo. Estabas lastimado y no viniste a mí. Eso me duele más de lo que
sabes. Se suponía que eres capaz de venir a mí con cualquier cosa. —El dolor
en su rostro era evidente mientras ella intentaba luchar por mantener las
lágrimas.
Lance suspiró. —Lo sé, pero tú estabas ocupada con la escritura y Emma.
Sabía que estabas tan cansada mientras estaba fuera y no quería agobiarte.
—Te amo, y has estado bien sobre no beber durante mucho tiempo. Jason
me dijo que no habías ido a rehabilitación la primera vez y que lo habías
tratado por tu cuenta.
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Él asintió, sintiendo un rayo de esperanza en sus palabras. Tal vez ella le
iba a dar una oportunidad.
—Estoy furiosa contigo justo ahora, Lance, pero tomé votos y estaré aquí
para ti. Te ayudaré en lo que pueda, pero me tienes que dejar entrar. No puedo
hacer nada si no me lo dices —reprendió ella.
Él no podía hablar con las lágrimas que corrían por su rostro. Sam era su
ángel y con ella a su lado, podría hacer esto.
84
Capítulo 14
Traducido por Val3
Lance rio. Te verás maravillosa en lo que sea que vistas. Él besó su
cuello. Seguro, yo la cuidaré. Tengo que estar allá temprano, pero Lisa dijo
que te llevaría a ti y a mamá más tarde.
Suena bien. Asintió. Voy a tomar una ducha rápida y correr hacia el
centro comercial.
Él sonrió y levantó una mano para tocar la de ella. Solo escucha, Sam
dijo. Se llama “Everything’’.
Empezó a tocar una melodía en su guitarra la cual era lenta, pero alegre.
Ella empezó a golpear el suelo con su pie al ritmo de la canción, observando a
su sexy marido tocando la guitarra, descalzo, vestido solamente con unos
vaqueros y una playera en su cocina.
I rest my head on
(Descanso mi cabeza)
Ella asintió y tocó la cara de él con sus manos. Gracias. Gracias por
escribirla y gracias por compartirla conmigo. Te amo.
Qué mal que Emma está despierta bromeó. Te diría que me llevaras
de nuevo a la cama. ¿O estoy demasiado embarazada para ti?
Ella rodó los ojos y se levantó. Lo que sea, ahora simplemente te lo
aguantas. Rio.
Él se estiró y golpeó su trasero mientras salía. Ella chilló y rio, tratando de
correr lo mejor que pudo con su embarazado cuerpo. Lace la atrapó y la
encerró en sus brazos para un beso.
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Epílogo
Traducido por Mariela
Un año después.
Estaba terminando la sesión del día y Emma había bajado a ver. Ella
amaba estar con él en su estudio. A pesar de que tenía solo cuatro años, ella
tenía un gran oído para la música e incluso le había preguntado su opinión
sobre cómo sonaban las cosas cuando estaba atorado. 91
La banda se fue y estaba terminando algunas cosas cuando Sam vino
abajo sosteniendo a su hija Madeline, a quien ellos llamaban Maddy. Ella había
nacido unos días después del concierto de bienvenida a casa de Lance.
Maddy gritó y aplaudió cuando vio a su papá. Ella se abalanzó sobre los
brazos de Lance y la atrapó mientras volaba por el aire. Sus dos hijas eran
definitivamente las niñas de papá.
Sam besó a Lance en la mejilla. —¿Todo listo aquí? —Asintió—. Sí, eso
creo.
—Sí, solo deja apago las cosas aquí y estaré justo arriba —dijo,
extendiéndole a Maddy de vuelta a Sam.
—Suena bien. Vamos niñas. —Ella las apuró. Tomando la mano de Emma
y subiendo las escaleras.
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Sobre la
Autora
Scarlett vive en el medio oeste de los Estados Unidos con su esposo y sus
dos niñas. Ella incursionó en la escritura inmediatamente después de la
universidad, pero no fue hasta que tomó los blogs que comenzó a escribir en
serio. Escribió algunas aburridas piezas por encargo para algunas
publicaciones en línea, después se volvió a su verdadera pasión, ficción.
93
Traducido,
Corregido y
Diseñado en:
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