Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Enemy
Kristen Callihan
La presente traducción ha sido llevada a cabo sin ánimos de lucro, con el
¡Disfruta de la lectura!
Créditos
Moderadora de Traducción
Flor
Traductoras
Myr62
Jessibel
Flor
Kiki
PawnBee
Moderadora de Corrección
Lelu
Correctoras
Lelu
jpartenopaeo
Flopyta
Sra.Swag♡
Lectura Final
Jessibel
Diseño
Jessibel
Contenido
Sinopsis Capítulo 18
Prólogo Capítulo 19
Capítulo 1 Capítulo 20
Capítulo 2 Capítulo 21
Capítulo 3 Capítulo 22
Capítulo 4 Capítulo 23
Capítulo 5 Capítulo 24
Capítulo 6 Capítulo 25
Capítulo 7 Capítulo 26
Capítulo 8 Capítulo 27
Capítulo 9 Capítulo 28
Capítulo 10 Capítulo 29
Capítulo 11 Capítulo 30
Capítulo 12 Capítulo 31
Capítulo 13 Capítulo 32
Capítulo 14 Epílogo
Capítulo 15 Agradecimientos
Delilah sabía que era el diablo. Que saliera con su hermana Samantha, un
poco malvada, tampoco era nada fácil. Cuando terminaron la relación, fue un
Entre Macon y Delilah todavía chisporrotean chispas, sólo que este calor se
desesperada por evitar que su débil madre se entere del robo de su hermana.
Es una receta para el desastre, pero Macon no puede evitar aceptar la oferta.
Aunque está claro que Delilah lo odia, hay algo en ella que le hace sentirse
como en casa. Además, ya no son niños, y lo que una vez fue una amarga
rivalidad tiene el potencial de convertirse en algo más dulce. Algo así como un
para siempre.
Prólogo
Hace diez años
Delilah Baker: Oh, vamos. Todo el mundo sabe que será Macon. No es que se
lo merezca.
Macon Saint: Delilah Baker. Hablaría tanto y tan fuerte que los alienígenas se
secundaria, y lo disfrutaste?
Macon Saint era el diablo. Cualquiera con una pizca de sentido común lo
sentido común que Dios les había dado. No, todos lo adularían como si fuera
un dios. Sospeché que esa era la verdadera marca del diablo: convertir a las
sido esculpido por la mano de Dios, cabello negro tan espeso y brillante que
bien podría haber tenido un halo flotando sobre él. Sí, era así de hermoso. Sí,
era así de bonito. La única que podía rivalizar con él en cuanto a pura
características que crecían más rápido que otras, solo Macon y Sam
permanecían inmunes.
por qué compartíamos el mismo aire. Era una cosa en la que estábamos de
observaba mientras iba en bicicleta por la calle. Era delgado como un riel y
cinco centímetros más bajo que yo. Me sentí extrañamente protegida por él,
Entonces volvió sus ojos hacia mí. Esos ojos oscuros, tan oscuros y marrones
que eran casi negros, rodeados de espesas y largas pestañas. Unos ojos que
las chicas llamarían hermosos y por los que suspirarían durante todos
—¿Qué?
Se encogió de hombros.
No entendí a este chico. Había sido cortés, tal como mi madre me había
enseñado.
—He vivido aquí toda mi vida. ¿Crees que no me daría cuenta si alguien nuevo
—Eres un idiota.
—Y tú eres molesta.
Lo que sea que podría haber dicho se perdió en el tiempo, porque Sam
decidió aparecer en ese momento. Más chica que yo por solo diez meses,
nosotras, ya que estaba claro para cualquiera que tuviera ojos que yo me
Con su cabello rubio y brillante, y trenzas francesas, ella sonrió. Los dientes
respondió.
—Así es.
llama tener un cerebro que funciona. Lo siento, ustedes dos no saben nada
sobre eso.
nombre?
—Macon Saint.
—¿Macon? Rima con bacon. Amo el tocino. Oh, pero Saint es genial. Te ves
como un ángel. No una niña bonita, por supuesto. Un chico ángel. ¿Puedo
llamarte Saint? ¿Vives en esa gran casa? Es muy bonita. ¿Te gustan las
Por la forma en que lo dijo, con ese acento zalamero, supe que estaba
Puse los ojos en blanco, pero a ninguno de ellos le importó, y eso había sido
todo. Macon se había ido con Sam a comer galletas y yo me había convertido
irritante y burlón.
Dos años más tarde, Macon creció varios centímetros y se convirtió en el
cuando mis padres no miraban. Lo peor era que me dolía estar cerca de él.
Nunca salí ni tuve novio. Nadie me invitaba a salir y yo no sabía cómo invitar a
que hice se sentían intimidados por Sam y Macon y no querían venir a mi casa
por miedo a encontrarse con ellos. Lo que significaba que o bien iba a las
veíamos. Pero no fue hasta el final de nuestro último año que mi aversión se
mío.
una. Falta más de un mes para el baile de graduación. ¿Por qué me dices esto
ahora?
Sam puso los ojos en blanco.
—¿Por qué? ¿Por salir con el diablo? ¿Poner el listón tan bajo que el resto de
—Cita —me burlé—. Tu cita es un muñeco Ken de tamaño natural, con menos
personalidad. Prefiero ir sola al baile de graduación que tener que lidiar con
eso.
—Mentirosa. Apuesto a que si Matty Hayes te lo pidiera, irías con él. —Maldita
sea Sam por ver lo que yo no quería que viera. Estaba un poco enamorada de
Mis hombros se tensaron, y una ola fría de pavor me recorrió ante el sonido
de mí por debajo de la mata de su estúpido cabello estilo Zac Efron. Cada vez
que veía a Macon Saint, la reacción era visceral, un puñetazo en el plexo solar.
Era hermoso, seguro, pero eran sus ojos los que lo hacían. Ardían como si
Mamá siempre decía que era fantasiosa con mis palabras, pero esa era la
verdad: cruzar miradas con Macon era como adentrase en una furiosa
Él resopló.
conmigo en el pasillo antes del almuerzo, dejó que su mirada oscura y salvaje
desaprobación.
Porque eso es lo que era: un perfecto estafador, engañando a otros para que
—Supongo que eres una de esas personas que ve más allá de la belleza y solo
me hice la interesante.
—Lo soy.
Asintió como si confirmara algo que solo él sabía antes de acercarse. Cuando
—Dime, Patatita. ¿Es un alma hermosa lo que estás mirando cuando piensas
habitación?
paso.
para admitirlo.
—Ha sido divertido, Patatita —me dijo con una voz risueña. Una voz muy
queso a la parrilla y las papas estaban en el menú del almuerzo del día
hacia mí. El rey del instituto Shermont me había etiquetado y todos actuaron
en consecuencia.
—No dejes que Saint te afecte. Sólo se está divirtiendo. —Sus ojos azul-
que te haya puesto un apodo. Nadie más tiene uno de él. Ni siquiera yo.
gustara mucho.
una onda brillante—. Necesitaría algo más. Algo que signifique nuestra
profunda conexión.
Tan pronto como lo dije, supe que era poco amable. El bonito rostro de Sam
—No —atajó bruscamente—. Dijiste lo que dijiste. Ya sabes, Saint tiene razón;
—Siempre con una broma —dijo Sam, aunque no había estado bromeando.
Ella cruzó los brazos sobre su pecho—. Tu problema es que no sabes cómo
jugar el juego.
sus puntos con los dedos—. Cuando todo el mundo asume que eres la
—¿Esto es lo que crees que debería ser? —interrumpí—. ¿Una falsa intrigante?
Entonces, Sam se encogió de hombros.
—Falsa o no, así es como la gente más exitosa sale adelante. Conspiran,
—Si eso es el éxito, entonces no quiero ser parte de él. Prefiero fracasar y
tener conciencia.
Sam resopló.
graduación. Sola.
Luego, se marchó.
Eso me hizo tomar una decisión. Fui con mamá a comprar un vestido. Porque
no me iban a llamar cobarde. Elegí un clásico vestido tubo largo hasta el suelo
Fui sola. Lógicamente, sabía que no era la única persona que no tenía pareja;
pero eso no impidió que los nervios se apoderaran de mí cuando caminé por
el pasillo principal hacia el salón del hotel donde se celebraba nuestro baile de
graduación.
Entonces lo vi.
Macon estaba de pie justo detrás de su grupo de amigos, con una expresión
francamente, como si no debiera estar allí. Debía estar con gente hermosa, de
fiesta en un yate o caminando por una pasarela parisina, tal vez. No sabía por
No recuerdo haberme movido, pero acabamos cara a cara, sus ojos oscuros
—Has venido.
Bueno...
maquillaje que llevaba, mi cabello peinado con rizos sueltos; no me sentía yo,
—Siento decepcionarte.
pero una onda comenzó a recorrer la sala, una corriente subterránea de risas
La fuente era la mesa del buffet, y cuando miré en esa dirección, encontré
hacia la mesa. Las risas brotaron, los susurros con la palabra “patatita”
unas cuantas patatitas, una de las cuales golpeó mi falda, dejando un reguero
de grasa a lo largo del satén. Me estremecí, con la piel ardiendo. Al otro lado
del camino, mi hermana me miraba con los ojos muy abiertos y asustados,
brillaba en sus ojos, una extraña mezcla de emociones que no podía descifrar.
enfrentamiento.
—Tú.... imbécil —siseé—. Puede que los tengas a todos engañados, pero yo
sé la verdad. Eres feo por dentro. Un alma inútil que nunca encontrará la
redención.
Su rostro perfecto se llenó de rabia, pero no dijo nada, sólo enseñó los
había terminado.
humillación y rabia. Una hora más tarde, Sam llegó a casa, llorando, con el
maquillaje corriendo en ríos oscuros por sus mejillas. Macon la había dejado.
—Dijo que había terminado con las hermanas Baker —sollozó, acurrucada a
—Lo siento mucho, Delilah. Siento mucho haberlo elegido a él antes que a ti.
Puede que Macon Saint me hiciera daño, pero había vuelto a unir a las
hermanas Baker. Nuestra familia se mudó poco después, y nunca volví a ver a
tiempo.
Capítulo 1
La abuela Maeve solía decir, “el odio endurecerá tu masa; un buen horneado
en días. Sam, quien se suponía que iba a buscar el regalo de mamá mientras
porque Sam casi siempre anda corta. Cuando está llena de dinero, por lo
Soy una chef profesional, no una panadera, y se nota. Pero estoy decidida a
mejorar mi juego.
paquete de levadura.
Número desconocido: Sam, si no traes tu trasero aquí en 30 minutos,
llamaré a la policía.
Es un texto tan extraño que sólo puedo mirar el teléfono y fruncir el ceño. No
Ahora esto me hace tomar una pausa. Muchas veces Sam me ha acusado de
Esta tiene que ser la broma más tonta del Día de los Inocentes, Sam. Al
menos finge ser alguien que no seas tú misma.
enlatada.
Oh, eso fue un golpe bajo y fuera de lugar. Envío una respuesta de inmediato.
Hay una pausa, y casi puedo sentir a Sam preguntándose si debería dejar la
principal tiene el mismo nombre que mi hermana y no yo. Algo con lo que Sam
sí misma. Especialmente con algo que es verdad; Sam nunca puede quedarse
quieta para ver una película. Algo que solo unos pocos saben. Sam es
No quiero creer nada más que esta es Sam tratando de molestarme. Es una
mentirosa excelente, una profesional donde yo no soy más que una aficionada.
Pero hay algo en el texto, un tono que transmite una inquietud genuina y me
Hay otra pausa prolongada. Una que siento en mis huesos. Mi estómago se
contrae mientras espero. Ya no se siente como una broma. Pero tiene que ser.
¿Patatita?
Tomo una respiración aguda y dolorosa, mis dedos hormiguean. Todo el
cuerpo tenso.
Aparte de Sam, solo una persona sabe que Sixteen Candles es mi película
No, no pensaré en Macon Saint. Dios sabe que he hecho todo lo posible para
que todo el mundo, menos yo, parece estar obsesionado. No sabía que él
programa. Ahora, era todo lo que podía hacer para mantenerme alejada de
eso, con cada persona que conozco hablando de eso en las redes sociales
—El sarcasmo hace que tu rostro haga gestos de maneras poco atractivas.
—¿Qué tal cuando saco la lengua? No me mires así. Soy una proveedora de
alimentos en Los Ángeles, Sam. He conocido a mucha gente famosa. La
mayoría de ellos no han sido muy impresionantes.
—Pero tú no sabes que ellos los conocen. Conocimos a Saint antes de que
fuera famoso. Es más probable que las personas te muestren su verdadero yo
cuando no están preocupadas por la fama.
patata cuando era más vulnerable. Hasta el día de hoy, no soporto las
patatitas.
hermana pudo o no haber visto dicho trasero hace mucho tiempo, cambié de
tema. Ella sabe cuánto odio a Macon. El hecho de que ahora lo esté usando
este tiempo?
No, no, no. No son los mensajes de texto de Macon Saint. Sam no ha hablado
con él desde que la dejó la noche del baile de graduación. Es una cuestión de
tenga gente para enviar mensajes de texto por él, por el bien de Pete.
¿Patatita?
¿Nena?
Espera. ¿Qué?
hasta que pierda la cabeza. Tengo que cortar esto de raíz, ahora. Tomo una
—¡Qué!
Ignoro su sarcasmo.
—Por qué no decir: “Ha pasado tanto tiempo. ¿Cómo has estado?” Al menos
Oh, cómo recuerdo esa irritante presunción. El hecho de que esté hablando
con Macon después de todo este tiempo me inquieta tanto que me tiemblan
Hace un ruido, fue casi una risa, pero algo más seco.
—Nadie me llama Macon así. Como si fuera una maldición o un mal sabor de
Cuando éramos niños, su mamá lo llamaba pequeño Saint, lo cual era extraño
Él resopla.
quedo con el ceño fruncido, no es que él pueda ver eso. Continúa en tono
qué parecías pensar que estaba fingiendo ser Sam, no tiene ningún sentido.
—Es el Día de los Inocentes —murmuro—. Pensé que era una broma mal
—Quisiera.
Sí, yo también.
Si tengo que creer que le estaba enviando un mensaje de texto a Sam (¿y por
Dave. Tuve que lidiar con un Dave que lloraba y se enfurecía alternativamente
Maldición.
Muevo mis pies y frunzo el ceño. Era como la abuela Maeve, maldita sea.
Podría haberlo expresado de otra manera, pero después de haber lidiado con
Aunque no sabía mucho sobre la señora Saint como persona, todos sabían
sobre su reloj. Era la envidia de todo el pueblo. No era tanto un reloj, sino una
aunque no uno que usaría todos los días como lo hizo la señora Saint.
nudo de pavor surge en mi interior. Sam codiciaba ese reloj. Oh, cómo le
preciado.
La verdad duele.
tuvo tanto éxito que finalmente pude comprar un pequeño bungaló en Los
Feliz. Unos meses más tarde, Sam se mudó al desván sobre mi garaje porque
le faltaba dinero.
dijera que había estado saliendo con Macon. No tenía ni idea de que
estuvieran en contacto.
—Eso no significa que sepa todo lo que sucede en su vida —digo finalmente.
Macon hace un ruido que suena demasiado lastimero antes de responder con
Pero él está en su vida, ¿no? Han estado trabajando juntos por un mes. Y
—He estado fuera durante una semana —continúa—. Regresé a casa ayer,
Pero lo hago.
—Ser mi asistente es un trabajo las veinticuatro horas del día —dice como si
esto fuera obvio—. Tengo una casa de huéspedes. Sam se estaba quedando
allí.
No extraño la forma en que su tono implica que piensa que es extraño que no
me haya dado cuenta de que Sam vive en otro lugar durante semanas. Me di
cuenta. Pero estoy acostumbrada a que ella vaya y venga. Mi lugar es más un
—Mentira. La maldita mujer pidió ver el reloj por “los viejos tiempos”, y fui lo
—Bien...
—No es suficiente. Casi podría dejar pasar el resto, pero ese reloj significa
algo para mí. Ha ido demasiado lejos esta vez. Estoy pidiendo ayuda a la
policía.
—Por favor.
Las palabras salen disparadas y queman mi lengua. Odio haberlo dicho. Pero
no puedo recuperarlas.
horrible de que también sea literal. Perdimos a nuestro padre el año pasado, y
vuelta para mirarla y me quedé atónita por lo mucho que había envejecido,
como si mi padre se hubiera llevado su chispa de vida con él. Sam y yo somos
—Bueno, tenía que preguntar, qué pasa con el ridículo marco de tiempo que
estás proponiendo.
posible que ni siquiera esté en la ciudad. Podría haber saltado a Las Vegas,
descubrir cómo se lo puede permitir. Demonios, tal vez haya sido una ladrona
que darme más de veinticuatro horas. No soy una Jack Bauer femenina,
maldita sea.
Un ruido estrangulado, como una risa prolongada, llega a través del teléfono.
Una neblina de color rojo inundó mi visión. Lo juro, si estuviera frente a mí,
—Dos días.
Bufo.
—Cinco.
—Tres —responde—. Eso es lo mejor que puedo hacer por ti, Patatita.
Pero diablos, no lo culpo por su enojo o por querer que esto se haga.
—De acuerdo.
—Tres días —repite. Me relajo un poco hasta que termina con—: Te espero a
estoy…
I-dio-ta.
Tengo que creer que habla en serio; el Macon que conocí nunca decía lo que
cada vez que nos poníamos en la órbita del otro. La idea de enfrentarlo,
encontrarme con esa mirada fría y engreída una vez más, hace que mis
Sólo una vez, me gustaría poner de rodillas a ese hombre, verlo desesperado y
jadeando por mí como muchas mujeres lo están por él. Hay pocas
posibilidades de que luzca como lo hago en este momento, cubierta de harina,
—Te enviaré un mensaje de texto con mi dirección. Estoy deseando que llegue
el momento, Patatita.
Mi mano tiembla cuando dejo el teléfono. Llevo las últimas dos semanas un
dolor constante, así que podría echarle la culpa a eso, pero sería mentira.
despacho.
Me giro hacia la ventana y al mar que hay más allá, pero no veo la vista. Veo a
Delilah. A sus ojos grandes del color de las galletas de jengibre, rodeados de
gruesas pestañas oscuras, un rostro redondo con una nariz chata y labios
rosados. Esa boca siempre se movía, siempre escupía ácido verbal dirigido a
mí.
Cristo, ella sonaba exactamente igual. No, eso no es correcto; ella me irritó de
La forma en que su voz capta el nombre de Sam hace que se me pongan los
North, y él está sintiendo los efectos. Me enoja. Dondequiera que vaya Sam,
sigue la destrucción. Aprendí esa lección hace mucho tiempo, pero como un
Todos crecen, razoné. Sam incluida. Solo que ella no lo había hecho. Ni un
solo día de trabajo había pasado cuando trató de meterse en mi cama. Muy
habitación con ella. Sabía que tenía que despedirla. Pero no había tiempo.
Mi madre fue una figura bastante lejana en mi vida; tenía sus propios
—No —digo entre dientes, recordando que North está esperando una
—No si no te dejo hacer tu trabajo como es debido. Además, fui yo quien fue
aquí.
Mis labios se curvan, pero no es una sonrisa. Estoy demasiado... inquieto para
eso.
—Delilah.
bofetada mental; está claro que los analgésicos que estoy tomando están
una parte de ella está a mi lado, mirando por encima de mi hombro con su
Durante un asfixiante segundo, la veo tan clara como el día, tal y como era la
satén verde que se ceñía a unas curvas en las que yo no tenía que fijarme,
con unos ojos marrones dorados que chisporroteaban de odio y una piel
teñida de ira.
Me quedé mudo, sin poder decir una palabra mientras me hacía pedazos con
la suya.
Lo último que me dijo fue que yo no valía nada y que me odiaba. Estaba claro
—Lo que ves es lo que obtienes con Delilah. Ella te lo da directamente. —No
no.
¿Conozco a Delilah? Sí, la conozco, aunque ella odiaría eso. Y me conoce a mí.
Siempre.
Maldición, mi cuello está tenso. Levanto el brazo para apretarlo y mis costillas
gritan en protesta.
Los ojos de North se entrecierran. Sabe que me duele, pero por suerte no lo
señala.
—Acabas de decir que Delilah era una persona sincera. Así que, ¿le crees?
—Sí. Por desgracia. —Vuelvo a mirar el mar. Ahora todo está de cabeza—. Y
Delilah.
asentándose allí. Vendrá aquí, con o sin Sam. Apuesto a que vendrá sola. Lo
quiera admitir o no, Delilah sabe tan bien como yo que cuando Sam se escape,
encuentro obsesionado con eso, con ella: ¿Será la misma? ¿Me odiará tanto
como antes?
Sin quererlo, saco la billetera del bolsillo y extraigo la maltrecha tarjeta que
Dear Delilah Catering Co. está impreso en un naranja intenso sobre un fondo
rosa intenso. Los colores son demasiado llamativos para la chica melancólica
Siento que una sonrisa curva mis labios, y eso me enoja. No tengo por qué
Eso también me enoja. Pero no puedo negar la anticipación que siento en mis
que esté aquí a las cinco el día de la fecha límite. No puedo evitar añadir "o si
no", sabiendo que eso la enojará. Cuando me contesta con un emoticón que
pone los ojos en blanco y me dice que me vaya a la mierda para poder
lo muestre.
Capítulo 3
con eso. Quiero hacer lo que ha hecho Sam y desaparecer. Dios mío,
que ella había desviado sus llamadas a mi teléfono, tampoco podría llamarla.
Culpo este descuido a estar nerviosa por tener que hablar con Macon Saint
por primera vez en diez años. Así que me he quedado para buscarla,
Busqué toda la noche. Sam sigue perdida en acción, se ha ido como si nunca
sol y todos los que la rodean simplemente están en órbita. A menudo me deja
niñas, mis padres simplemente aceptaban como un hecho que yo sería la líder
quitar.
Ahora, estoy paseando por mi soleada cocina, mis dedos están fríos y
brillantes y esponjosos que hice hace una hora en un triste intento de aliviar
Odio decepcionarla.
voz.
—Eres una pesimista horrible, cariño. Te aseguro que siempre son cosas
buenas.
—En serio —dice mamá con sorna—. ¿Y qué te hace creer eso? ¿En su
opinión profesional?
desvanece.
—No, nena. No he sabido nada de Samantha desde hace más de una semana.
—Ella se ríe ligeramente—. Lo cual es casi normal para ella. ¿Por qué?
Porque quiero estrangularla con mis propias manos, pero la necesito aquí para
Mamá, lo siento mucho, pero voy a tener que cancelar el almuerzo de hoy. Yo...
que lo ayude.
profundamente mi interior.
para el fin de semana. Más fácil para todas partes. No te preocupes por eso
hacerme compañía.
miedo cuando esas dos se van solas juntas. El caos generalmente se produce.
—Conduciremos hasta Santa Bárbara —continúa Mamá—. Ella ha estado
pidiendo ir.
Y es por eso que la amo. Supongo que la mayoría de la gente ama a sus
gusta mi madre. Me gusta hablar con ella, sentarme en su cocina y dejar que
el suave sonido de su voz se deslice sobre mí con todo el cálido consuelo de
—Gracias mamá. Lo haré maravilloso, lo juro. Pero si Sam aparece hoy, por
favor házmelo saber. Y... bueno, por favor no dejes que se vaya antes de que
yo llegue.
Supongo que mi pedido de mantener a Sam encerrada fue demasiado. Aun así,
juego a la estupidez.
—Delilah... no me mientas.
reflejo que nunca he sido capaz de sofocar—. Realmente tengo que ayudar a
un amigo. —El término amigo es una broma cuando se trata de Macon, pero
Porque tengo que saber hasta dónde llegar. Aunque solo sea por mi propia
tranquilidad.
Mamá suspira.
apuro.
inevitabilidad.
Cierro los ojos contra la oleada de ira y decepción que siento por mi hermana.
—Soy madre, Delilah —dice mamá con voz cansada—. Nunca renunciaré a mis
hijas. Y siempre cortaré hasta los huesos cuando alguna de las dos esté
herida. Ustedes dos chicas son todo lo que me queda. Después de tu papá...
—Mamá…
Me está matando.
—Estoy bien —dice en voz baja—. Solo estoy tratando de explicar que estoy
compuesta de partes. Tu padre era una gran parte de mí. Pero también están
Sam y tú. Nunca podría renunciar a ninguna de ustedes; sería como renunciar
Durante tres días he buscado. He llamado a todos los mejores resorts dentro
de una distancia razonable en auto: Sam odia volar, pero también ama su
ladrillo darme cuenta de que, durante años, he sabido que mi hermana usa
Estaba furiosa por esa incómoda pepita de verdad, incluso llegué a irrumpir en
con la esperanza de que hubiera alguna pista de lo que había estado haciendo
barbudos ardientes.
sea en vano, pero si tengo que conducir todo el camino hasta la casa de
Así que aquí estoy, con el cabello bellamente peinado y en ángulo alrededor
Uno no va a la batalla sin armadura. Con ese fin, me pongo mi blusa favorita,
de punto color crema y manga corta que se pega en todos los lugares
favorables, pero fluye alrededor de mis lugares menos deseables y una falda
azul tinta que abraza mis caderas y se ensancha suavemente alrededor de mis
rodillas.
Imperturbable. Profesional.
está a seiscientos pies a mi izquierda. Por supuesto que Macon viviría justo en
la playa.
Con mucho trabajo y un poco de suerte, algún día podría convertirme en una
chef famosa y poder vivir aquí. En este momento, ni siquiera podría alquilar
entrada bloqueado por una gran puerta de madera. Lo que pasa con la costa
de Malibú es que el atractivo exterior significa poco más que tener un buen
garaje o una puerta grande. La verdadera belleza de las casas está reservada
para los propietarios. Y mientras que la mayor parte de Malibú es una franja
Aun así, me encuentro atascada, con los labios entreabiertos, la boca seca y
Respóndele, imbécil.
conduzco, mi corazón late con fuerza contra mis costillas. Una pequeña casa
una casa blanca mucho más grande que mira hacia el océano.
Hay cuatro estilos principales de casas favorecidos por los ricos en el sur de
—Puedes hacer esto —me susurro a mí misma, presionando una mano contra
mi vientre turbulento.
Afuera, el aire es fragante con manzanilla silvestre, limones dulces y el aire
salado del mar. El suave arrullo del océano más allá parece burlase en mi
Se parece a James Bond, para ser honesta. Bastante guapo con cabello rubio
intimidante. Sus ojos azul cielo me examinan, pero siento que es curioso, no
antagónico.
—Delilah.
—Lo sé.
los dos menciona que Sam no está conmigo. Tal vez él también esperaba eso.
Por milésima vez esta mañana, me trago mi irritación con Sam. No me
ayudará ahora.
—Adelante.
Es espacio, luz y paz. De alguna manera se las arregla para ser grandiosa sin
sentirse vacía.
—Cierto.
techos artesonados, paredes con paneles de color blanco crema y, más allá, el
Una pesadilla.
Odio que Macon Saint, también conocido como el diablo, viva aquí, que pueda
mirar por estas ventanas del piso al techo todos los días. Odio estar celosa.
La casa es extremadamente tranquila y huele levemente a madera y cítricos.
Cada pocos metros, la brisa del mar se cuela por las ventanas abiertas y
juega con las puntas de mi cabello. Pasamos por un comedor y una sala de
malos.
entender el hecho de que es famoso. Tal como están las cosas, apenas puedo
pensar en cómo voy a verlo por primera vez en diez años. Vomitaré si lo hago.
mira.
Mis pasos vacilan. Por supuesto que no me parezco; cualquiera con una buena
vista sería capaz de decirlo de un vistazo. Aun así, me sorprende que lo haya
decepcionada.
en temperamento.
Queda claro que Sam ha lanzado sus anzuelos en North en algún momento. A
—Sí. —Su mirada se dirige a mis pechos tan rápido que podría haberlo
pasado por alto si no hubiera estado mirando su rostro. Entonces sus ojos se
insulto.
El calor baña mis mejillas. North es capaz de activar el encanto cuando quiere.
Sí. Eso.
El sonido de mis tacones golpeando contra las tablas del suelo me levanta el
ánimo. La abuela Belle solía decir que una mujer que usa sus mejores tacones
rojos y su lápiz labial rojo favorito puede lograr cualquier cosa. Hay algo de
verdad en sus palabras. Cuando la abuela Belle se puso sus zapatos rojos y
una capa brillante de Dior Rouge, resplandecía con una confianza interior que
Si bien no poseo la belleza clásica de la abuela Belle, ni creo que Macon Saint
actúe nunca como un cachorro obediente, admito que me siento un poco más
poderosa con mi lápiz labial de gamuza roja, Jimmy Choos y Ruby Woo.
Estoy tan nerviosa en este punto que estoy segura de que mi pulso late
—Adelante.
North abre la puerta y luego da un paso atrás para dejarme espacio para
corriendo hacia la ventana más cercana como el León Cobarde. Pero en vez
Hay momentos en la vida en los que todo se ralentiza, todos los sentidos se
de cristal retráctil abierta con vista al océano; los muebles empotrados con un
musculoso, su puro físico. Y veo los detalles. Los detalles son los que me
desconciertan.
Sus ojos se fijan en mí, y por un momento vuelvo a tener diecisiete años. Esos
ojos, de color marrón albaricoque, bajo unas cejas negras que son rectas y
furiosas. Cuando era una niña, esos ojos se las arreglaban para parecer
feroz e ira, del tipo que castiga a los malhechores con una mirada.
—Lo siento. —Me fuerzo a sonreír, aunque se siente tensa en mi rostro—. Fue
—No, no, sigue. Hace años que nadie me insulta a la cara. Yo diría que unos
diez años.
incipiente tan espesa que es casi una barba, esboza una media sonrisa.
—Tal vez. Tal vez no. —Se encoge de hombros—. Y me veo terrible, así que...
demasiado carisma para un solo hombre. Sólo está muy golpeado y en una
silla de ruedas. Una escayola cubre su pierna izquierda desde la rodilla hasta
el pie. Tiene otra escayola blanda en la muñeca derecha. Lleva el cabello tan
corto que raya en lo militar, pero también destaca la limpia estructura ósea de
—Lo siento.
escalofrío.
—Una amiga me dijo una vez que cuando una mujer se pinta los labios de rojo
quedado para hacer negocios usara esa palabra delante de mí, me habría
dado la vuelta y me habría ido. Pero este es Macon. Nos hemos insultado
Patatita.
Estoy tan tentada de replicar que mis labios se crispan. Pero ha señalado la
—El día que me ofrezca a tener sexo con alguien para salir de una situación
—No estaba preguntando. Quizás deberías empezar a explicar por qué estás
con fuerza? Sus manos son anchas, sus dedos largos. Mi sexo se contrae con
la idea de ser penetrada por esos dedos, de ser utilizada por él.
Pero nunca he tenido sexo de odio. Sexo caliente, sudoroso y furioso. Sexo de
odio con Macon. Mmm... Podría dejarlo débil y jadeando por más, y luego salir
a zancadas de la habitación.
Pensar en Macon junto con el sexo es sólo pedir una caída en lo más
profundo del pantano. Al igual que caer en sus juegos mentales. Siempre
Macon me observa. Estoy siendo abiertamente sexual, pero hay poder en eso.
un poco.
—Claramente.
—Porque es malo.
Sam es arrestada.
—Lo sé.
enterrado. Fue la única vez que sentí verdadera pena por Macon, y firmé de
El agujero se hace cada vez más profundo. Y aquí estoy sin pala.
—Lo sé. Lo siento. Realmente lo siento. Pero si pudieras darme más tiempo
para...
interesantes. Eso tiene que contar para algo, teniendo en cuenta lo aburrido
Si él lo dice. Además, prefiero darle una patada en la espinilla buena cada vez
—Mira, Sam es una porquería total por lo que hizo. Y sé que no puedo
callado.
—Todo lo que puedo hacer es intentar cubrir la pérdida. —Me tiembla la mano
dólares que...
—Espera. —Levanta una mano para adelantarse a mí—. No puedo aceptar ese
cheque.
—Delilah.
Dios, es casi peor cuando dice mi nombre real. Al menos con Patatita mi
tiene una voz de whisky, profunda, áspera y somnífera. Hace que una mujer
no sé qué me pasa; debo estar ovulando o algo así. Porque no puedo sentirme
—No puedo aceptar el cheque —repite con firmeza—. Porque el reloj vale
—Demonios.
garganta.
—No bromees.
—Es un Patek Philippe de oro rosa con una esfera enchapada con diamantes.
Me desplomo en mi silla.
—Sé que los relojes Patek Philippe son caros. He visto a bastante gente por
Los Ángeles llevando uno. Pero nunca pensé que esa maldita cosa tuviera el
precio de un condominio. —Macon enarca una ceja, porque los precios de los
inmuebles aquí no son ninguna broma, arrugo la nariz—. Bien, el pago inicial
Su boca se tuerce.
—A pesar de los aires que se daba mi padre, la familia de mi madre era la que
tenía dinero. La casa, los autos, el reloj... todo era suyo. Y ella se lo recordaba.
Extrañamente, parece que Macon lo aprobaba. Por otra parte, nunca se llevó
bien con su padre. No mucha gente lo hizo. George Saint era una bestia, y
—Bien...
—Macon...
—Delilah.
—La única vez que hablamos de ti desde el instituto fue cuando Sam dijo que
contacto.
desesperada.
—Sentir pena por Sam es siempre una receta para el desastre —murmuro.
cerrados.
—No estoy aquí por Sam. Estoy aquí por mi mamá. Papá murió el año pasado,
y somos todo lo que tiene. Personalmente, podría matar a Sam por esto. Me
Macon suelta una carcajada. Una parte perversa de mí también quiere reírse,
—Ella sabe cómo es Sam —dice casi con suavidad. Pero no es por mí; sé que
postura.
—Hay una diferencia entre saber y experimentar. Ya han llevado a mamá dos
resaltan con fuerza. Traga con fuerza y luego libera visiblemente su tensión.
—No quiero hacerle daño a tu mamá. Pero Sam es una ladrona. Me ha robado
destrucción donde quiera que vaya. Y que me aspen si esta vez se escabulle.
Los actos de Sam no son los míos, pero estoy tan avergonzada de ella ahora
rostro sólo sirve para llamar la atención sobre sus labios y la suave curva de
vertebral.
—¿Cómo lo sabes?
respuesta.
reloj de mi mamá?
—Imbécil.
—Realmente no es de tu incumbencia.
—Según todos los indicios, era un gran éxito. Diablos, durante el año pasado,
Dios. ¿Sabía que estaba aquí desde hace tanto tiempo? Y obviamente no
quiso emplear mis servicios. Eso escuece. Aunque no debería. Nos separamos
pequeña cocina industrial que alquilaba para el negocio, seguía viviendo con el
fue financiera.
Su tono implica todo tipo de cosas que me hacen estremecer las entrañas.
—Si estás sugiriendo que de alguna manera trabajé con Sam para estafarte
—Oh, no te hagas el tímido. Por supuesto que sí, cuando estás sentado ahí,
retorcerme.
—Me voy de gira por Asia para aprender nuevas técnicas y recetas.
catering.
Macon se vuelve a sentar en su silla y sigue pasando la punta del dedo por su
—No tienes trabajo, así que no puedes pagarme. —Sí, claro. Maldita sea, abro
la boca para decir... Abro la boca para decir... algo, cualquier cosa, pero él
de espanto.
tiempo.
Se le escapa un suspiro de sufrimiento.
—No.
delgado y ágil. Sigue siendo delgado, pero ahora parece que podría jugar de
—Mira, Delilah, entiendo tu situación. Pero eso no cambia lo que hizo Sam.
respirar. Esto no puede terminar así. Macon Saint no puede destrozar más a
—Tómame.
Tómame.
De acuerdo, eso salió mal. Pero enderezo la columna vertebral. El Macon que
todo lo que se mueve ahora. Pero sus ojos están llenos de irritación—.
sentimental.
hacerlo—. Los mejores asistentes ganan entre cien y ciento cincuenta mil al
año. Los chefs ejecutivos personales pueden ganar hasta ciento cincuenta mil
también.
—Un año de trabajo equivaldría a trescientos mil dólares. Dices que volverá en
año con Macon. Además, sé que Sam volverá antes de eso. Que tenga el reloj
una vez, veo que una emoción verdadera colorea sus mejillas.
Sam?
puedo parar.
—Oh, sí, lo hiciste. —Su labio se curva en una mueca—. Es mucho peor de lo
que crees.
vez que hago algo por Sam. Sin embargo, confío en saber que eres mejor que
esto.
Me mira fijamente.
Con un parpadeo, se echa a reír. El sonido de su risa es tan jovial que mis
ofrecerías.
Porque perdí la cabeza. Porque no se me ocurre nada más que ofrecer. Pero
me va a echar.
—No lo hago. Tú eres la que está aquí suplicando que te acepte en lugar de
responsabilizar a Sam.
hombre en diez años, y ya estoy discutiendo con él más que con nadie desde
entonces. Ni siquiera mis peleas con Sam tienen este ir y venir. No se limita
Discutir con él es como probarse unos jeans ajustados que sacaste del
aunque ajustados. Puede que no sea exactamente cómodo, pero sin duda la
experiencia te empodera.
—Hace tres años —digo—. Sam desapareció durante una semana. La policía
agravada por un ataque de pánico. Y eso fue cuando papá estaba vivo para
calmarla. Así que, cuando digo que su corazón no puede soportarlo, no es una
hipérbole.
—Se fue con un chico. Dijo que solo se descompuso su auto y que iba a
Sigue hablando.
por los viejos tiempos. —Su sonrisa es tensa y poco divertida—. La mocosa
arreglar el daño.
realmente aturdida.
—Está claro que tengo un punto débil cuando se trata de las hermanas Baker.
—De acuerdo, no lo hagas. Tal vez fue simple arrogancia asumir que podía
controlar el resultado si Sam trabajaba para mí. No lo sé. —Se sienta hacia
pasar.
de este acuerdo.
—Eso es lo que dices —murmura. Pero un brillo calculador entra en sus ojos
entre nosotros. ¿No es eso lo que siempre quisiste? ¿Que yo estuviera bajo tu
control?
Hay una extraña especie de noción entre nosotros, una pesada pausa en la
que se congela, sus músculos se tensan. Una corriente corre entre nosotros,
zumbando sobre mi piel. Entonces Macon ladra una risa corta y dura.
Esta oferta tuya, es un viaje mental. Quieres que me sienta culpable, que me
Me muevo en mi asiento, el impulso de mirar hacia otro lado es tan fuerte que
—Tengo ganas de aceptar, sólo para ver cómo te comes tus palabras. —Se
echa hacia atrás y junta las manos sobre los abdominales—. Apuesto a que
saldrías corriendo de esta habitación tan rápido que harías oscilar las cortinas.
Ese calor que escuece se convierte en una ráfaga de fastidio.
—No estoy huyendo. Sean cuales sean mis motivos, mi oferta es real. Puede
que Sam sea una causa perdida, pero le debo a mi mamá más de lo que
intacta.
anticipación.
incluidos.
—Y si Sam vuelve con el reloj antes de que acabe el año, me quedo con el
—Es justo. Pero como trabajas para mí, haces lo que digo, sin preguntas, sin
sostener este pequeño acuerdo sobre mi cabeza. Estarás de acuerdo con ello.
complaciente conmigo.
—¿Cuál fue tu primera pista, detective?
Dios mío, lo dice como si le gustara la idea. Como si tuviera planes para mí.
puño.
Como Sam.
Ojalá supiera leer mejor a Macon. Apenas revela algo que claramente no
quiere que vea. Pero hay cosas que tengo que saber.
manera.
permanece.
Dios. No puedo creer que esté haciendo esto. Que lo esté presionando.
¿hasta medianoche?
—De acuerdo.
por supuesto, pero es todo lo que tengo. No puedo hacer esto. No puedo.
Sí que puedes.
puedo.
bienvenida.
teléfono.
tenía en mente. Con la tripa hundida, intento pensar en qué decir para que mi
madre no se asuste.
DeeLight: Mamá, es la mitad de la noche. Tal vez esté dormida. ¿Por
qué tú no lo estás?
MamaBear: Tengo sesenta años y vivo sola. Nunca duermo. Veo HGTV y
dos y dos.
—Hola, mamá.
—Oh, esa chica —dice con exasperación—. ¿Por qué siempre hace esto?
Suspira.
—Lo sé.
—No.
sus lágrimas.
de perder a tu papá.
Maldición.
—Lo sé.
que me dio Macon. El pánico inunda mi sistema y hace que mis palabras sean
bruscas.
—¿Qué haríamos sin ti, Dee? Mi niña sensata y firme. Estoy bastante segura
estoy mirando las palabras como si no tuvieran sentido. Pero lo tienen. Quiere
Qué insolencia. Maldición. ¿Por qué tiene que ser ella? ¿Por qué es la única
Mi corazón hace todo lo posible por salirse del pecho. Mi mente va a toda
Lo hice.
hecho desde que Delilah se puso en plan Padrino y me hizo una oferta que
sabía que no podría rechazar. De alguna manera, sabía que no dejaría pasar la
consuelo familiar, por muy arrogante que parezca. Pero después de haber
crecido en la casa que tuve, la atención positiva era como salir al cálido sol
tan hambriento de algo bueno, de algo mío, que dejé caer la guardia. Pronto
Samantha a metros de distancia. Mira a dónde me llevó eso. Ahora, ¿dejo que
que conoces.
Sea cual sea el caso, aparentemente no poseo una pizca de sentido común
cuando se trata de esta chica, esta mujer. Ahora es toda una mujer. Su
líneas elegantes. Delilah Baker es un melocotón maduro, con unos labios rojos
follables.
—No vayas allí, hombre —gimo en la oscuridad. Pero estoy allí y no puedo
escapar.
hombros.
infierno, Macon, que hizo con cada mirada hacia mí. No tengo ninguna duda
de que Delilah quería desquiciarme todo el tiempo que hablamos. Nunca pudo
Siempre he odiado eso de Delilah. Ella luchaba contra mí con uñas y dientes,
aprovecha de ello, porque no creo ni por un segundo que Sam vaya a volver y
enmendar su error.
Me sorprendí a mí mismo aceptando la loca oferta de Delilah, con una parte
de mi mente gritando que cerrara la boca y dejara que la pobre mujer se fuera.
Que dejara pasar todo el asunto de Sam. Pero no lo hice. No puedo. No quiero
ahora se comporta con inmadurez hacia mí. Pero en el momento en que volvió
ocurrir.
—Maldición.
Es una idea terrible. La mujer me odia a muerte, y con razón; fui un imbécil
con ella en mi juventud. La herí de una manera que me hace estremecer. Ella
destrozándonos mutuamente.
He estado solo durante los últimos diez años. Desde que me convertí en
Arasmus y heredé todo el asunto que conlleva la fama, me cerré a todos los
Y ahí está el problema. La gente ve lo que quiere ver, le gusta lo que quiere
deja engañar por el brillo exterior. Nunca lo ha hecho. Si eso es algo bueno o
alejo ahora. Por lo que sé, podría ser el diablo el que me insta a hacerlo. Pero
hermosa. El hecho de que me guste la casa hace que quiera patear algo,
—Delilah.
detrás de mí.
Hay muchas cosas que puedo decir, pero me imagino que las ha escuchado
todas.
North me mira como si estuviera loca antes de esbozar una sonrisa irónica.
—Bueno, me llamo así por mi tía abuela Delilah, que se ahogó en un pastel.
azul, para llevarla a una reunión social el lunes por la noche, cuando se
—Yo...
—No te dejes arrastrar por una de las historias de Delilah, North —dice de
mi mente, siempre fue invencible e inmune a las lesiones. Sin embargo, sigue
siendo un imbécil.
—Tomate jitomate.
—Vamos a dejar para después todo el asunto —termina North con un guiño.
Sonrío.
En sus instrucciones, Macon dijo que tenía que empacar lo suficiente para al
reunir lo que creía que iba a necesitar para el año y hacer los arreglos para
—Lo siento, Patatita. No vas a tener la casa de huéspedes. North vive allí.
—¿Por qué?
parpadea como si saliera de la niebla. Yo, en cambio, suelto una carcajada sin
humor.
—Inténtalo. Te reto.
la gallina ciega con este acuerdo, para ver quién cede primero.
—De acuerdo, niños. Voy a traer las maletas de Delilah. Quiero ver caras
Resopla ligeramente.
—Ahora ya sabes cómo me he sentido todos estos años —digo con alegría.
En el instituto, Macon siempre fue al menos diez o quince más alto que yo.
—Es ridículo en una casa de dos pisos —admite con un toque de auto-
lienzos y no se fiaba de que los bajaran por las escaleras. Su única petición a
puertas y deslizo hacia atrás una puerta interior. Macon entra y pronto
estamos subiendo.
—Otra semana; luego iremos al médico y me pondrán una bota para caminar.
—¿Nosotros?
curva de mi mano.
—Entonces, ¿en qué consiste la parte de asistente?
Los bordes de sus labios se curvan. No es una sonrisa. Parece más bien una
victoria.
—Harás las cosas por mí, sin hacer preguntas. Y obviamente me ayudarás
mientras me curo.
—De acuerdo —digo, sin sentir exactamente alivio, pero como si hubiera un
ciertamente no es una mierda. Todo esto lo sabe bien. Sólo está siendo...
pantalla?
—No. Pero Sam sí. Aunque no puedo decir que haya sido suficiente para
Su mirada se estrecha.
delicado tratar con Macon Saint. Así que me limito a mantener mi insulsa
Afortunadamente, me da un respiro.
Nos detenemos en una puerta que está al final de la suya. Esperaba el otro
extremo de la casa.
la historia.
—¿Tú crees?
una zona de estar en un lado y una cama con un cabecero de lino de color
brillante y el cielo iluminado por el sol. Unas puertas francesas que se abren a
de caña.
prepararme el desayuno.
Casi había olvidado por qué estaba aquí.
una sala de vinos con paredes de cristal, un acogedor estudio y un gran salón
vistazo.
hostelería Sub-Zero.
latón.
—A La Cornue.
Unos cuarenta mil dólares de venta al público. Juro que mis ojos lloran un
poco.
uso el microondas.
amargo en algo casi infantil. Me deja sin aliento. Estoy tan aturdida por la
algas.
que Macon y yo no nos llevamos bien. Es fácil hacerlo, y eso ha sido siempre
a una llama brillante. Sólo que yo soy la que se quema constantemente. Todos
—Tendrás que decirme cómo quieres tomar tus comidas —digo, manteniendo
mi atención en mirar lo que tengo para trabajar—. ¿Quieres que las entregue
una mierda.
nutricionistas del estudio. Voy a tener que ser creativa porque no hay mucho
tono mesurado.
Porque puede que tome uno de los preciosos tomates autóctonos que tienes
expuestos en esta cesta y te lo tire a la cabeza.
que te da de comer.
diente.
Esas reliquias son cada vez más tentadoras. Capta la dirección de mi mirada y
parece encantado.
recordarlo. Tengo que ignorar que también amo pelearme con él.
verdad.
—Te estoy haciendo huevos en una nube con tomates asados, aguacate
Enciendo el horno antes de buscar cuencos y una sartén. Oh, Señor, todo de
—Suena... esponjoso.
—Lo son.
tazones y un batidor.
—Delilah.
Vuelve a suspirar.
—Un sinfín de personas me llaman Saint. Sólo tú me llamas Macon con esa
de forzarla a salir.
—Me gusta.
trato.
Me doy la vuelta.
—Te engañé.
sube al rostro.
—Tú... tú...
carcajadas.
—Me voy, me voy —dice, todavía riendo mientras gira y empieza a alejarse.
Casi se pierde de vista cuando vocea por encima del hombro—. Yo también te
extrañé, Patatita.
Por suerte para él, está fuera de alcance. Tomo otro huevo y sigo con mi
desayuno.
Capítulo 7
una nota para saltarse el desayuno, y luego almuerza, una ensalada de pollo
a recogerlo y yo sigo con mis asuntos. Hasta ahora, me ha dicho por mensaje
que empezaré con todas las tareas administrativas más tarde. Aprovecho para
y vieiras.
como la seda. La luz del sol entra a raudales por las ventanas y recorre las
allí, bebiendo un café con leche hecho con la cafetera de calidad comercial, y
ojeo las revistas que he descuidado durante meses, sin encontrar nunca
Con un ritmo más lento que el que usaba en mi cocina de catering, empiezo a
Había dejado de cocinar así, para una sola persona, para mí misma. De alguna
amaba.
mesa de la cocina, sobré él, una mancha de luz ámbar que tiñe su piel de
—En realidad estaba pensando en lo mucho que me gusta cocinar —le digo,
acercándome a la nevera.
dice a la ligera.
Le dirijo una mirada y abre los ojos como si fuera totalmente inocente.
—Por desgracia, los tomates se acabaron. Pero tengo una cabeza extra de
juro por Dios. —Contiene una sonrisa, dibuja una X sobre su amplio pecho y
sigue mis movimientos mientras recojo miel y especias—. Siempre fluyes por
escuchar.
—¿Lo hago?
demás.
Lo asimila con una breve exhalación, y sus labios se juntan, entre una sonrisa
y una mueca.
—Las apariencias engañan. —Asiente con la cabeza hacia mí—. ¿Qué estás
haciendo ahora?
inunda el aire.
—Huele a Acción de Gracias —dice mientras sirvo el café con leche en dos
tazas.
—Aquí tienes.
—Delicioso.
Hace una pausa, sus ojos se encuentran con los míos por encima del borde de
su taza de porcelana.
sienten?
—Porque no nos gusta que nos mimen —responde con una pequeña sonrisa.
—Ves, esa es la parte extraña de esto —digo, tomando mi café con leche—. A
los hombres les encanta que los mimen. Nunca he oído tanto lloriqueo como
—Te estás perdiendo el factor clave. —Macon deja su taza sobre la mesa. Un
Culpo al vapor de mi café con leche por el calor que se apodera de mis
mejillas.
¿Tienes un novio que podría hacerte pasar un mal rato por este arreglo?
tengo curiosidad.
Ah, Parker. Había sido perfecto sobre el papel: guapo sin ser intimidante,
después del sexo. Siempre una ventaja. También había sido demasiado fácil
—¿Qué pasó?
—No te adaptaste.
vergüenza admitirlo.
—Roncaba.
vez en cuando.
—Lo sé. No soy una completa imbécil. —Lo miro cuando arquea una ceja—.
No lo soy. No estabas allí. Eso no era normal. Roncaba tanto que su perro
—¿Y él no lo sabía?
—El hombre dormía como si estuviera en un coma inducido por los ronquidos.
atraviesa al recordarlo, como una motosierra al chocar con una roca—. Tal vez
—De todos modos, si ni siquiera podía pasar una noche real con él, ¿cómo
tú? —pregunto, queriendo que mis fracasos románticos dejen de ser el centro
de atención.
—Ja. Ja. Ya sabes lo que quiero decir. ¿Tienes alguna novia que me va a ver
poder contratar a una chef, pero no, no he tenido novia desde... bueno, tú
hermana.
¿Diez años y ninguna otra relación cercana con una mujer? Es a la vez un
crimen y un poco horrible saber que Sam ha sido su única novia. ¿Rompió el
—No estoy hecho para el largo plazo. No es divertido para mí. Francamente,
fantasma. De acuerdo, más bien como un duende; Sam nunca sería del tipo
Terminamos nuestros cafés con leche en un silencio reflexivo, y luego lavo las
—De acuerdo.
Me quedo quieta.
Macon inclina la cabeza como si intentara verme desde un nuevo ángulo. Sea
lo que sea lo que ve, sus rasgos se atenúan y un humor irónico inunda su
mirada.
estrepitosamente.
pretender que soy simplemente una chef para un actor famoso. Pequeños
detalles, como que el actor es Macon Saint, es mejor dejarlos en los confines
le gusta levantarse con el sol cada día. Si los humanos tuvieran que levantarse
ingredientes tan larga como mi brazo, que incluye espinacas, col rizada,
manzanas y algas. Agrego agua de coco y medio plátano para darle un toque
denunciar un robo?
sobre mi cabeza. Después de eso, estoy haciendo la señal del dedo medio.
No sé si Macon toma su bebida con pajita o no, pero antes encontré una
texto.
ConMan: De repente me muero por verte hacer ese gesto. Sube aquí
—Aquí tienes.
con una vista impresionante y una pequeña cúpula en la esquina que cuenta
grados, Macon está sentado detrás de un escritorio. Me hace señas para que
desaparecido.
Toma su batido sin mirarlo, pero luego se detiene cuando la tonta pajita roja
le golpea en la nariz.
extremo de la paja. Debería verse ridículo, Macon chupando con fuerza una
pajita torcida para niños y sus delgadas mejillas ahuecadas por la fuerza que
Me muevo para irme, pero levanta una mano y señala un sillón de cuero y
Cruzo las piernas y hago rebotar ligeramente la pierna que está arriba con
impaciencia.
—Tengo una nueva asistente —le dice a Karen, brindándome una mirada
de llevar unos pantalones cortos de jean que llaman la atención sobre mis
las piernas, cambiando a la otra pierna. Hace demasiado calor en esta maldita
habitación sin cortinas que cubran el sol de la mañana que calienta mis
abanicarme.
Una sonrisa lenta se despliega sobre los labios de Macon, y levanta la cabeza
Con deliberación, levanto el dedo corazón y finjo pintarme los labios con él.
—Llámalo instinto —le dice a Karen. Y luego mira hacia el océano, dando otro
Karen dice algo que hace que sus fosas nasales se abran con clara irritación.
simplemente... no.
Suena tan ofendido que mis entrañas se contraen. Porque no hace falta ser un
genio para saber que Karen pregunta si estamos follando. Macon se frota la
frente.
cual está bien: se supone que los empleadores no deben pasar el rato con los
empleados.
mirada me taladra con tanta fuerza que pincha mi esternón como un molesto
—Es arsénico. Habría optado por polvo de galleta, pero estás a dieta.
exageraba el descaro del que es capaz esa boca. Está claro que no.
—Mi memoria es cristalina, Con Man. No finjas que no fuiste igual de malo.
Nos miramos el uno al otro desde lados opuestos de su escritorio mientras las
pensando.
Tal vez tenga la intención de que sea una amenaza, una promesa, tal vez, de
que algún día habrá un ajuste de cuentas, pero suena como algo más, casi
—En esa lista, sí. —Asiente con la cabeza hacia el teléfono, que he dejado
sobre el escritorio—. Solo tus llamadas, las de Karen y las de North sonarán
en mi teléfono.
—¿Por qué? ¿Porque no voy a contestar? —Su expresión está entre pobre
No parpadea.
nadie sabe quién eres, pero si, en algún momento, alguien se te acerca y
pregunta por mí, finge que no sabes de qué están hablando, vete y llama a
North o a mí inmediatamente.
—¿Intentas asustarme?
Delilah.
Lo dice tan serio que no me atrevo a bromear, aunque quiero hacerlo. Porque
—Te he enviado una lista de tareas para la semana. Se pueden añadir cosas a
voluntad.
Tiene una gran lista de correos electrónicos que quiere que responda, un
calendario que reprogramar, llamadas que devolver. Tengo un guion que debo
seguir cuando hablo con la gente, pequeñas y bonitas formas de evitar dar
detalles sólidos sobre las lesiones de Macon. También se espera que compre
una larga lista de regalos de cumpleaños para varias personas y que los
todas son de tiendas especializadas de Los Ángeles. Que son de todos los
—No sabía que fueras un comprador, Con Man. Esto parece una lista hecha
Resopla.
—Ya lo descubrirás.
Sonríe ampliamente.
Lo sabe. Sus ojos oscuros brillan con anticipación. Sin embargo, no le daré la
—Ah, y espero un refrigerio a las diez. Deja de hacer caras y ponte a trabajar,
tortuga.
rota, desdibujando las líneas, haciendo que la sangre corra más rápido hacia
La voz del servicio de mi automóvil llega desde algún lugar por encima de mi
cabeza.
—¿Señor Saint?
Solo tomaremos una foto más. Siente el músculo de su brazo. Es muy duro.
Me están tomando fotos atrapado en este auto. Me están tocando. Mientras
estoy retorcido en este maldito auto. Una mano agarra mi brazo. Grito, me
estruendo.
Es su voz, que ya no es dulce como la miel, sino aguda e iracunda, una voz
—Estaba dormido. —Me paso una mano por el rostro y lo encuentro húmeda
estoy mintiendo. Pero maldita sea si quiero ver esa pena en sus ojos—.
Su nariz se arruga.
eso, ¿no?
habitación.
enfría la piel.
—No lo hagas —espeto. Mi mente grita que estoy empeorando las cosas, pero
Se detiene, con la mano todavía extendida hacia mí. Tiene dedos delgados,
Esto es lo que ella hace; me expone, deja al descubierto todas las partes que
—Maldición.
—Aquí, déjame…
Extiende su mano, pero retrocedo.
—¡Maldita sea!
—No...
mandos de mi silla y chocando con todo, Delilah dando saltos para que no le
aplaste los dedos de los pies mientras me grita que la deje ayudar.
—No me digas qué... —La lámpara se cae del escritorio con un gran
ojos están abiertos de par en par, los labios entreabiertos por su agitada
enfatizar—. Y parte de ese trato era que obedecieras mis órdenes sin
rechistar.
Veo que se esfuerza por mantener la calma. Toma una bocanada de aire y sus
escritorio.
Estoy expuesto.
pechos.
—¡Lárgate! ¡Lárgate!
agresivo que Delilah realmente salta. Su lindo rostro palidece, y sin decir una
La veo irse, horrorizada por mis acciones. Nunca he perdido los estribos así. Y
por algo tan mezquino y sin fundamento. Ella estaba tratando de ayudar. Y yo
su tamaño y su fuerza para intimidar a los más débiles y pequeños que él.
—Maldición.
—¿Delilah?
Pero mientras grito, veo su auto a través de las ventanas superiores mientras
se aleja.
con tanta fuerza que mis dedos palpitan. El grito de Macon todavía resuena
en mis oídos.
Siempre discutimos, pero nunca me gritó así. La fuerza de su rabia había sido
Nada vale esta mierda. Tenía una vida. Una buena. No la dejé en suspenso
—Maldición.
Con él.
—No importa.
importa. De todas formas, fue una locura ofrecerme así. Llevaré a mamá a
Lo ignoro durante tres timbres. Una parte de mí quiere tirar el teléfono por la
—¿Qué?
Su voz me llega desde todas las direcciones, profunda pero muy tranquilo.
—Lo siento.
—¿Delilah?
Me aclaro la garganta.
—Ya lo dijiste.
que significa que me dirijo hacia el norte, Dios sabe dónde. Me detengo en el
alguien así.
tablas que da al lado noroeste del solar. Es básicamente una cabaña de playa
en ruinas, pero tiene un gran espacio exterior con vistas al mar de primera
calidad. Hubo un tiempo en el que soñaba con tener un lugar así. Un lugar en
—¿No perderás los estribos? Macon, también podrías decir que vas a dejar de
discutiré contigo.
Pongo los ojos en blanco, pero no puede verlo. Aun así, tengo la extraña
sensación de que sabe perfectamente lo que estoy haciendo. Tal vez sea
porque casi puedo imaginarme su rostro, sin sonreír, pero con las comisuras
de los ojos arrugadas por el humor irónico, su expresiva boca forzada en una
línea dura. Tenía esa expresión cada vez que llegábamos a un punto muerto,
¿No empiezan todos los hombres diciendo eso? Ni siquiera debería estar
hablando con él. Pero de alguna manera lo hago, porque sé que yo también le
habría gritado si las cosas hubieran cambiado. En algún lugar dentro de mí,
dejándome tomar mi tiempo para responderle. Macon puede ser tan paciente
Miro el viejo restaurante. A veces los sueños cambian. Así es la vida. Puedo
otro tomate.
Vuelve, ¿Por qué quiero hacerlo? ¿Qué tiene él que me hace sentir más viva
sueños y vivir en el ahora mismo. Maldita sea, quiero volver. Debo estar
—De acuerdo.
sentado allí en su lugar—. Pero me voy por esta noche. No quiero verte. O
saber de ti.
mañana, Patatita.
palabra.
Le cuelgo a Delilah antes de hacer algo ridículo, como intentar charlar con ella
mientras conduce de vuelta a casa. Me ha dejado claro que tengo que dejarla
hacia el suelo. Todo sale mal y aterrizo con fuerza sobre la cadera. El dolor
trozos de un plato.
—¿Necesitas algo?
Con una mueca de dolor, me llevo el pulgar a la boca y encuentro una astilla
North empuja mi silla hacia atrás y pasa un brazo por debajo de mis hombros.
Me sienta en la silla.
—Hora de la ducha.
—Maldita sea.
está perdido. Con las costillas y la muñeca rotas en un lado y la pierna rota en
el otro, no puedo ponerme en una posición estable sin sentir dolor enorme
ahora mismo.
North me ha estado ayudando. Debería contratar a una enfermera profesional,
El orgullo es una bestia extraña. Tendemos a pensar que hacemos las cosas
por nosotros mismos, sin apoyarnos en los demás. ¿Fue mi orgullo o mi ego lo
me hace pensar que tal vez el verdadero orgullo es más bien la capacidad de
En cualquier caso, mi respeto por quienes han tenido que reajustar su modo
encierra para pasar la noche. La mujer no anda con pies ligeros. A pesar de
ha hecho.
mundo que la rodeaba. A pesar de todas las apariencias, era una chica tímida,
Lógicamente, también debería haberse arrastrado por la vida. Pero no. Una
Esta noche maté la luz vital de su bonito rostro. Grité como un tirano.
—Soy un imbécil.
North, que había vuelto con su impecable sincronización, arquea una ceja.
cabeza.
habitación.
—No lo sé. Últimamente no estoy bien. —Me pellizco el punto tenso entre las
—Lo haré.
North me lanza una mirada larga antes de inclinar la cabeza hacia un lado. Un
—¿Qué te pasa?
Deja de moverse.
—¿Qué, ahora? —pregunto más por irritación que por otra cosa.
—Le dije que quizá no tuvieras tiempo para él, pero insistió en esperar.
Martin tenga vía libre en mi casa. Dudo que haga algo tan grosero como
—Está en el estudio.
A juzgar por el tono de North, está claro que sabe exactamente por qué
pregunté.
El estudio está bastante aislado del resto de la casa. Lo que también significa
encontrará con nosotros. Nunca oculté que he buscado a Sam. Pero el tema
buen ejemplo de una vida vivida a toda prisa. Las líneas ya se abren en
abanico desde las comisuras de sus ojos y rodean su delgada boca. Sus ojos
Le ofrezco a North una copa, pero niega con la cabeza y apoya un hombro en
la puerta cerrada.
—¿La encontraste?
encontrarla.
North mira hacia otro lado, apenas conteniendo un gruñido. Hablar de Sam
actuación.
Hace un sonido de disgusto y se termina su bebida de un rápido trago.
—Yo también.
era lo que había planeado decir. Pero ahora que lo he hecho, levanto la
—¿Cómo Delilah?
de mí. Fue arrestada por conducta temeraria y acoso, pero está en libertad
carretera.
mierda de esta noche fue todo por orgullo. En cierto modo, es más fácil que
admitir el miedo que persiste, las pesadillas. Hace tiempo me dije que nunca
más tendría miedo de nada. Lástima que las emociones no escuchen las
órdenes.
Martin me pasa su teléfono. Hay una foto esperándome. Es una foto del rostro,
hecha de forma barata y cursi, del tipo que se ve en los carteles de las
sido tratado como una cosa mientras estaba atrapado en esos restos
desmoronados.
collarín, y por un segundo sin aire, vuelvo a estar bajo la vigilancia de mi padre.
No. Esta vez soy yo quien tiene el control.
North.
hubiera sido hace un mes, estaría en un bar exclusivo, rodeado de gente que
tan silenciosa que puedo oír fácilmente la televisión. Está viendo About a Boy.
misma película. Delilah tenía catorce años, las mejillas regordetas y una
gruesa trenza que corría como una serpiente oscura sobre sus hombros
Hugh Grant soltó una ocurrencia que me hizo reír. Delilah también se rio. Me
intentábamos por todos los medios no mirarnos, así que era un golpe visceral
bocaza.
Frunció los labios, dirigiéndome esa mirada fulminante suya, la que me había
encontrado en falta.
—Delilah es más bien una amante de Marcus —dije, desafiándola a que mirara
hacia mí. Marcus era el bicho raro de la historia. Torpe, solitario, maltratado
Quiero llamar a su puerta, pedirle que me deje entrar, tengo tantas ganas que
me tiemblan las manos. Pero me alejo. Los dos hicimos promesas. Me gusten
Macon deambula por los puestos del mercado de agricultores al aire libre al
que lo he traído, con el rostro medio oculto bajo el ala de una gorra de béisbol
verde descolorida.
—Entre otros lugares. —Este es uno de mis mercados favoritos, ya que está
temporal y la sustituyeran por una escayola flexible y una bota para caminar.
Macon se quejó de estar encerrado demasiado tiempo, así que le dije que
—Las cosas pueden salirse de control cuando menos lo esperas —dijo con
firmeza.
no lo aceptó.
—Es tu primera vez aquí. —Me pongo gafas de sol para poder ver sin
constantemente problemas.
—¿Puedo tener una muestra? —le pregunta Macon al hombre que atiende el
puesto, un joven hípster con una barba poblada y un tatuaje que dice «Grow It
evaluando cuán intenso podría ser este fan. Entonces su relajada sonrisa de
Esa sonrisa solía chirriar como los clavos que bajan por una pizarra. Pero no
Jed me pide una foto con Macon y utilizo diligentemente su teléfono para
mango.
—Bueno, has encantado a ese tipo. Estoy bastante segura de que estará
—¿Encantado? Más bien una mierda. Soy el rey de mierda. —Lo dice sin una
pizca de orgullo o autocompasión, tan distante que bien podría estar hablando
Me detengo abruptamente.
—No finjas que no es cierto. Siempre sueltas lo que sientes. Era una de las
—Sí. Todo lo que tenía que hacer era presionar uno de tus botones, y sabía
—Oh, vamos, Patatita. Eres muy inteligente. Sabías lo que estaba haciendo.
Hay que reconocer que lo sabía. Sólo que no sabía que él sabía lo fácil que
Una pareja que pasa por delante lo mira y luego vuelve a mirarlo. La barba
—¿Por qué no hemos sido siempre así? —pregunta, estudiando mi rostro con
El sol brilla y el aire tiene un toque de mar. Todavía tiene su brazo alrededor
de mis hombros, su torso está presionado contra el mío. Se siente bien, este
entender esta sensación. Según todos los indicios, un medio abrazo de Macon
debería ponerme en alerta total. En realidad, creo que nunca nos hemos
tocado voluntariamente.
Intento recordar alguna vez que hayamos tenido algún contacto físico
alejo del calor de su brazo. Me deja ir fácilmente como si esta no fuera una
adelante.
boca.
—¿Aún no? —Su voz se llena de ironía—. ¿Es por las escenas de sexo en las
que aparezco o por mi desnudez en general por lo que estás evitando, abuela?
Mis ojos se entrecierran en una advertencia que no hace más que hacer que
—Más bien quiero ver tu reacción ante mi trasero desnudo —dice con un
guiño rápido.
Resoplo.
—Infantil.
—¿Contigo? Culpable.
Estoy a punto de desenvolver mi mitad del mango, pero me detengo ante sus
palabras.
—Lo de fingir. Me pasé toda la vida fingiendo ser otra persona; pensé, ¿por
—No sabía cómo —me responde, igual de bajo—. Nadie en mi casa lo hizo
nunca.
Macon cambia su peso a la pierna mala, hace una mueca de dolor y se apoya
en la pierna buena. Agarra el suave pomo de color ámbar con forma de huevo
que hay en la parte superior de su bastón con la suficiente fuerza como para
—Por eso me encantaba ir a tu casa. Para bien o para mal, todos ustedes
eran completamente ustedes mismos. Era hermoso y extraño para mí, como si
estuviera viendo una entrañable obra de teatro, pero los actores hablaban en
un idioma extranjero.
mandíbula cuadrada y su nariz audaz y de puente alto. Los mismos labios bien
suaves. Sigue teniendo una peca en la esquina del ojo derecho. En una mujer
perfectas.
Quiero preguntarle por qué su familia no era ella misma, por qué sentía la
Quiera o no, Macon ha entregado una parte de su intimidad. Una que dudo
aguantara, nos sentaba a todos como una familia y teníamos que “expresar
nuestras quejas”.
Está claro que Macon está a un pelo de partirse de risa. Sus ojos están
brillantes de contención.
—¿Te refieres a las festividades?
—No me digas.
con mojarnos con la manguera y lamentarse por lo que hizo mal. —Si cierro
los ojos, puedo imaginarlo ahora: mamá con las manos en las caderas y una
Se ríe libremente.
—Oh, hombre, siento mucho no haber sabido esto en ese entonces. Habría
—Fue una pesadilla para las dos. Tú y Sam estuvieron en pareja durante toda
El tendón a lo largo de su cuello sobresale mientras mira hacia otro lado, con
—Sam era quien más hablaba y yo fingía escuchar. Pero nunca se trataba de
—Pero tú...ella... Dios, Macon. Estuviste con ella de forma intermitente durante
años. ¿Por qué te harías eso si pensabas que ella era aburrida? ¿Por qué le
—Mentira.
Sam había pensado que Macon era la bomba. Lo amó durante un tiempo.
Se rasca la barbilla.
—Veamos; Si no recuerdo mal, dijo: “No me caes bien, Macon Saint, pero
aparte de mí, eres la persona más guapa de esta escuela, así que deberíamos
estar juntos”.
—Eres gay.
—¿Qué? No. —Sus cejas se elevan—. ¿Por qué diablos pensarías eso?
—Estás describiendo a Sam como si tuviera barba, Macon. Saliste con ella
gustaban los chicos. Con Sam estaba a salvo, Delilah. No hacía preguntas y en
todo.
Realmente no quiero examinar las razones puramente egoístas por las que me
en la vida real.
—El hecho de que seas un libro abierto no significa que todos lo sean. —Sus
pretendemos ser algo que no somos. Es solo a unos pocos elegidos a los que
—Más bien papel de periódico. —Me mira de forma directa—. Puedo leerte
Resoplo.
—De acuerdo, soy bastante abierta, pero lo entiendo. Todo el mundo tiene un
—¿Por qué crees que te encontré tan molesta? —bromea Macon—. Porque
Sonrío ampliamente.
—Pensé que ustedes dos eran de plástico. No que fingían una relación.
cosas con Macon. Lo cual es una sorpresa. La gente crece; lo sé. Pero
Ver es creer. No había estado cerca de Macon durante una década. No había
visto el cambio de niño a hombre. Y aunque parezca y actúe más maduro, mis
es pensar lo peor de él. Sólo que, poco a poco, me hace replantearme eso.
comisura, un lugar que nunca pensé que fuera particularmente sensible. Sin
través de mi cuerpo.
Ese maldito lugar casi tararea ahora, un pequeño cosquilleo, y es todo lo que
puedo hacer para no lamerlo. Macon mira mis labios como si supiera que
algodón caliente.
estaba aquí. No nos está observando, sino que está escudriñando el perímetro,
neutral. Quiero retorcerme. Soy muy consciente de lo bien que puede leerme y
—Mmm…
—Fue estúpido, pensar que caerías en eso. —Su voz es baja mientras da un
fuiste.
—Claro.
Macon apoya una mano en el tronco del árbol, su gran cuerpo se inclina hacia
interior casi me toca la mejilla. Dios, tiene unos ojos muy bonitos. Tengo
problemas.
Una sonrisa se dibuja en su boca cuando su mirada baja hasta la mía. Su voz
—No importa lo que diga, ¿verdad? Podría decirte que verte chupar ese
jugoso trozo de mango ha sido uno de los momentos más eróticos de mi vida.
Que quiero lamer la curva rosada y carnosa de tu labio inferior para ver si es
dulce y pegajoso.
sexo.
—Qué maldita boca sensual —susurra—. Siempre frunciéndome el ceño con
Macon, que observa cómo mis pechos suben y bajan con creciente agitación.
Las puntas de mis senos rozan su pecho con cada respiración que tomo. Su
—¿Macon?
—Sí.
—Lárgate.
Macon se echa hacia atrás como si estuviera sorprendido, con las cejas
Al día siguiente, cuando North llega con el auto, Macon le dice que vamos a
—No, tengo menús que planificar y una lista de tonterías frívolas de las que
ocuparme.
conducir hasta Laguna Beach para recoger, porque por supuesto no hacen
Al oír eso, me lanza una sonrisa sesgada que no llega a sus ojos.
ganarse a la gente?
Su risa es engreída, y me doy la vuelta para mirar por la ventana para que no
vea mi sonrisa.
lugar para ver y ser visto, pero también es encantador, como los restaurantes
lejos del consultorio del médico y tomando el cálido sol, estoy feliz.
Las bebidas están llegando cuando una mujer de aspecto hostil con un
una bestia.
Siempre es una bestia. Pero sospecho que ella lo sabe y está más preocupada
por hacer una gran entrada. La mujer es alta y delgada, su largo cabello
esfuerzo que supone tener el cabello así de perfecto; o bien dedica unas
alisado se rindió con la ducha de esta mañana, y no soy tan experta con la
Karen toma asiento y golpea los codos sobre la mesa con un dramático
suspiro. Es mayor que Macon y yo, tal vez cinco años, y hay una dureza en
ella, como si las líneas en su boca estuvieran hechas por el ceño fruncido en
sorbo de su té helado.
para el papel.
Frunzo el ceño ante la idea de que Macon tenga que ocultar el hecho de que
amor de Dios.
hasta que las puntas de los dedos de Macon tocan mi rodilla. El contacto es
estuviera viendo por primera vez. Sus ojos azules hacen un inventario rápido.
—Ya veo a lo que te refieres —le dice a Macon, descartándome con un giro
de su hombro.
las estrellas con las que trabaja, soy bastante simple. No destaco entre la
línea de visión con su gran hombro. O tal vez solo quiere crear un obstáculo
Karen se ilumina.
—Oh, Dios mío, lo tengo. Este es ultrasecreto, así que no quiero decir
demasiado aquí.
haré.
Su nariz se arruga.
—Tiene que ver con una franquicia de cómics en particular y un nuevo
puedes creer?
—No me digas. —Aunque su voz es tenue, puedo ver la emoción que esconde.
Está ahí si sabes dónde mirar, en el ligero temblor de su mano que descansa
quiere esto.
salario que quiera. Y si bien Macon claramente no tiene que preocuparse por
específicamente.
—De acuerdo.
Me mira, y nuestras miradas chocan y se mantienen. El restaurante parece
“¿Puedes creer esta locura?” La cosa es que puedo. No hay límite a lo que
—De acuerdo —dice de nuevo en afirmación, con sus ojos todavía fijos en los
atención en Macon.
Engullo mi comida.
que agregar. De vez en cuando, Macon me pide que ponga una cita o una
con la que Macon puede atraerme, solo para tirarme por un precipicio cuando
menos lo espero.
Y estoy enojada conmigo misma por sentirme reprendida por Karen, de todas
las personas.
hacia él.
Me vuelvo hacia North, que está recostado en su silla, sus ojos azules brillan
—Dime algo...
En cierto modo lo amo en ese momento. Porque lo sé, lo sé, me está llamando
nena para irritar a Macon. Está en sus ojos y en la forma en que tuerce la
—¿Los agentes en esta ciudad toman clases de Perra Cliché 101 por aquí?
Un músculo en su mandíbula inferior se contrae mientras Karen resopla con
un sonido de molestia.
Ambos sonreímos.
Oblígame.
—Más tarde.
Ten cuidado. Podría comerte para el desayuno. —Su mirada pasa por encima
—Discúlpate. —Por un segundo, creo que me está hablando a mí, pero por
una vez, su mirada láser se dirige a Karen—. Has estado antagonizando con
Delilah desde que llegamos. Lo cual no es una buena jugada, ya que ella va a
lengua para evitar hablar. Pero finalmente lo hace, escupiendo las palabras
—Siento haber insinuado que eras algo más que una comida ligera.
Oh, las cosas que quiero decir a eso. Pero sólo empeoraría las cosas. Aun así,
Estamos sentados afuera a la luz del sol y, sin embargo, se siente como si las
que somos ni cómo se supone que voy a sobrevivir viviendo con él.
he metido yo misma. Maldita sea. Pero no puedo pensar así. Porque hay un
momento antes de que acabe el año, lo cual hará, entonces me pagarán los
meses que he trabajado, sin pagar el alquiler. Voy a tomar ese dinero,
pesa sobre mis hombros mientras North nos lleva de vuelta a la casa. Tal vez
líneas de risa amistosas alrededor de sus ojos. Aunque North no dice una
Entrecierra los ojos y lanza una mirada en mi dirección. Cualquiera que sea la
Sólo que no me dan mucho respiro. En cuanto North nos deja en la entrada de
—Si se trata de no ser amable con Karen, lo juro por Dios, Macon, te
—No me importa Karen; estaba siendo una mierda. —Agacha la cabeza para
hablar?
vuelve oscura.
—Tu vida personal es tuya —gruñe—. Pero North está fuera de los límites.
y la suelto lentamente.
—¿En serio?
Quiero reír. Quiero abofetear su rostro. Tal como están las cosas, mi
Una raya roja se extiende por la parte superior de las mejillas de Macon, y juro
que el hombre gruñe. Retumba en ese amplio pecho suyo mientras aprieta su
boca.
—Él no es para ti, Delilah. A menos, por supuesto, que te gusten las sobras de
Sam.
No solo para mí, sino también para North. Mi rostro se siente tenso y caliente.
carrera también.
En el segundo que digo las palabras, las quiero de vuelta. El horror me recorre,
frío y brillante. ¿Por qué dije eso? ¿Por qué? ¿Por qué?
satisfecho de sí mismo.
Con eso, gira sobre su talón bueno y cojea con gracia de vuelta a la casa.
Capítulo 12
—Estoy en problemas.
acrobacias que no se haya roto uno o diez huesos. Claro, te dolerá muchísimo
Debería hacerle creer que estoy hablando de ponerme en forma, pero está
—Delilah es el problema.
—¿Qué? —Esa sonrisa de suficiencia está creciendo—. ¿No crees que lo es?
Delilah es bonita. Muy bonita. Nunca será la primera persona a la que todos
mujeres hermosas florecen como flores en un jardín bien cuidado. Pero entre
inesperadamente vívida y compleja, lo que te hace dar cuenta de que las rosas
Él ríe.
lejos.
—No, no mantengas la distancia. Los locos siguen ahí fuera. No permitiré que
mí, sabiendo que me estoy hundiendo. A pesar del terror, la principal emoción
cosas en esta vida vacía mía. Delilah siendo lastimada por mi culpa no será
otra.
—Entendido.
probarla.
North se ríe.
de mi parte.
cocina india. Tendrás que buscar el resto en Google porque no voy a revisar la
larga explicación de Delilah. Una vez fue suficiente para toda la vida.
de Delilah y el destello iracundo de sus ojos hizo que valiera la pena. Eso y
cada vez que discutimos, sus pechos tienden a sacudirse. Llámame cerdo por
darme cuenta, pero lo hago, y lo disfruto cada maldita vez que sucede.
argumento débil, pero la verdad más profunda es una que apenas puedo
mamá solía decir que peleábamos como ratas por una chatarra. Pero respeto
Las mujeres con las que me acuesto están felices de quitarme la atención y
tiempo. E incluso entonces, había sido un leve interés en el mejor de los casos.
Es algo asombroso darse cuenta de que nunca he estado tan caliente por una
sexo nunca ha significado mucho para mí. Una picazón rascada, pero no algo
esencial. Se supone que los hombres no deben admitir que su vida sexual es
—Nunca miraste a Sam como si ella fuera… —Su voz se desvanece con un
encogimiento de hombros.
—Mantequilla.
galletas.
—Lo que significa que son terribles —murmuro, descontento por mi dieta
restrictiva.
Sus ojos parpadean. Ojos extraordinarios, el color tan castaño claro que
North.
Mandón.
¿Trasero Mandón?
Delilah sonríe.
—Chocolate oscuro sin harina con trocitos de mantequilla de maní. Tiene un
galleta.
—¿Malcriada? —Ella coloca una mano en sus anchas caderas—. ¿Se supone
Sus ojos se entornan, pero mantengo los míos en el plato. Puede que me tire
—Ya son dos veces que has jugado tu pequeña carta de señor de la mansión.
Sonrío, divirtiéndome.
—¿Cuál fue la promesa? Correcto. La tercera vez que lo hago, haces un gesto
de masturbación.
perezosa.
voluntaria.
Ella no parpadea.
—Mantequilla —dice.
—¿Perdón?
Su mirada se lanza entre North y yo. Lo mataré si deja ver lo que realmente
—De acuerdo. Me rindo. Eres la mejor chef del mundo, y nada de lo que
—¡Qué!
—Delilah Ann Baker —grito detrás de ella—. ¡Vas a pagar por eso!
Las carcajadas alocadas son la única respuesta.
North. Y necesito irme; Karen me ha pedido que recoja algunos guiones para
Alianza.
Ya que North tiene un toque de Indiana Jones, creo que es un buen escolta.
North se detiene.
—¡Qué lindo! Estoy segura de que haces un gran trabajo con las acrobacias.
Saco mis llaves y me dirijo a mi amado MINI Clubman que ha estado inactivo e
—Nunca lloriqueo.
lloriquear.
—Hasta ahora, parecías ser un tipo bastante relajado. ¿De verdad te molesta
—¿Macon? ¿Por qué, porque estamos haciendo mandados juntos? Gran cosa.
sea.
—Dímelo tú.
del auto a toda velocidad. Con sus credenciales, probablemente haría un papel
Está claro que North siente que vendió la privacidad de Macon al admitir esto.
caso.
respuesta, y casi puedo escucharlo hacer una mueca. Con los ojos muy
abiertos, miro a North—. Oh, Dios mío, también recibiste el sermón, ¿no?
Su sonrisa es irónica.
—¿El sermón de “si miras de soslayo a Delilah, te romperé las piernas”? Sí.
—La mía no fue tan violenta. Más que una advertencia iracunda. —Mis labios
estándar. —No parece que crea que esa sea la razón por la que Macon
interfirió. Yo tampoco.
Macon ha estado metiendo sus narices en mi vida amorosa desde que éramos
niños. A todos los chicos por los que mostré algún interés se les informó
—Tú no estabas... Quiero decir, creo que eres genial y bonita, pero...
Se aclara la garganta.
segundo, imagino que está contemplando saltar del auto en movimiento, pero
luego su expresión se aclara con una ráfaga de color y entrecierra los ojos.
Me echo a reír, mientras giro hacia la próxima carretera. Por una de tantas
—Es muy incómodo hablar de esto. Realmente, estoy molesta por principio. Y
—¡Oye!
—No encuentro fallas en estas cualidades. Conozco a Saint desde hace dos
también.
—Sé que Samantha tomó el reloj. —La ira tuerce sus labios e invade sus ojos
todo. Así que debes saber que, aunque Saint puede ser un imbécil de vez en
cuando, está claro, al menos para mí, que sus acciones hacia ti no están
—No tienes que decir nada. —North niega con la cabeza, riéndose por lo
bajo—. Esto es muy incómodo. Pero quería que supieras que eres valorada
—Todos tienen una historia. Algunas son aburridas, otras no, pero todos
—Mi familia está en el negocio de las acrobacias: papá, hermano, hermana, yo.
—¿De veras?
No lo confundiría con Macon ni por un segundo, pero aparte del color del
una barba poblada que cubre su mandíbula. Nunca me han gustado las barbas,
—Dado que Saint y yo hacemos las escenas de lucha con espadas, también
enloquecido y el accidente...
contacto con la realidad. Nos las arreglamos para mantener esta parte fuera
de las noticias, pero dos mujeres intentaron seguir a Saint a casa una noche y
estaban resbaladizos. Saint perdió el control del auto. Las mujeres también se
—Jesús.
mes pasado si reaccionaría como una mamá oso protectora sobre Macon
de Macon.
—Sí, debería haberlo hecho. Pero trata de no ser demasiado dura con él. Es
como torturarlo para que hable de eso. —North frota un dedo a lo largo de su
—¿Y hay más de esta gente? —Mi voz es tenue, el miedo por Macon aprieta
Considera su respuesta.
—Es difícil saber quién va a actuar mal. Pero Saint y el estudio acordaron
guardaespaldas si lo desea.
¿Si lo desea? Mejor que lo haga.
con una pizca de compasión le importaría. Pero eso no explica lo personal que
los Strokes.
Hay una pared dedicada a sus clientes, con fotografías de Karen riéndose con
grandes bíceps. Macon mira fijamente a la cámara, con una leve y educada
sonrisa en su rostro.
Miro ese rostro ahora, mi trasero duele por estar sentada en una silla de cuero
tan estrecha que juro que está diseñada para eliminar a los indeseables
basándose solo en el ancho del trasero. Hay otras dos personas atrapadas
como Matt Bomer. Ambos están tensos, pero tratando de no parecer así.
Ella también es hermosa, debe ser un requisito, y usa tacones de aguja que
son demasiado pequeños. Debería saberlo; pasé unos buenos quince minutos
zapatos.
supongo que es más fácil decirlo que hacerlo a pesar del hecho de que estoy
usando Keds, o puedo molestar a Karen. Molestar a Karen suena mucho más
divertido.
Soy una mujer de pocos talentos. Cocino, horneo y sé canciones. Puedo llevar
una melodía, pero no voy a ganar ningún premio. Pero tengo la capacidad de
para ellos.
vale. Agrego movimiento a mis manos porque cada actuación es mucho mejor
Dado que estoy de pie en la silla más estrecha del mundo, mi reverencia no es
de su cabello o de mí.
—Calentando los motores —digo—. Sin embargo, estoy mucho mejor con un
acompañante.
—Señora Baker para ti. Y tampoco lo es esperar interminables horas solo para
Ahora, dame los malditos guiones antes de comenzar con las melodías del
Delilah se fue con North cómo hace una hora. Di la bienvenida a la prórroga,
sabiendo que seguía enojada conmigo por no tener idea de cómo arreglarlo.
Lo tomo como una buena señal, ya que ella me está enviando mensajes. O de
Si, estoy contando los segundos hasta que te vea de nuevo. (Insertar aquí mis
ojos en blanco)
No es en años, es en kilometraje.
Muerdo mi labio para evitar sonreír como si ella pudiera verme, incluso cuando
No puedes hacer ese tipo de argumento hasta que me hayas visto manejar un
látigo.
¿Cuál es mi yo real?
Unos pequeños puntos aparecen en mi pantalla, entonces se detienen y
pero sus palabras me dejan incómodamente cálido. Nunca he sido bueno con
los cumplidos. No sé cómo lidiar con ellos, especialmente con los de Delilah.
Para nada.
Cubro el momento mandando otro mensaje antes de que ella pueda hacerlo.
Pero no lo harás.
Maldita sea, tienes razón. Ugh. De acuerdo. Te ayudaré. Pero no lo haré por
mi cuenta. Te daré consejos, pero tiene que venir de ti para que el contenido
sea auténtico.
Puedo presionar sobre el asunto, insistir en que ella se haga cargo por
¡No te atrevas!
¡Idiota!
Ahora, Delilah, no te pongas muy pervertida con tus peticiones. Mi límite son
las fotos de traseros.
¡ARGH!
forma decepcionante, y me voy sin saber qué hacer. Usualmente, estaría fuera,
visitando conocidos, trotando por la montaña, lo que sea que ocupe mi mente.
Con North y Delilah fuera, la casa es tranquila y callada. El golpe distante del
mar contra la bahía es un zumbido constante. Una hora pasa, todo muy
Al crecer, nada era mío. Ni siquiera mi habitación. Podía haber sido invadido
sin ninguna advertencia. No había ningún lugar seguro. Solía soñar con mi
propio lugar, diseñarlo en mi mente, donde podría ser, como se vería, crecí en
una mansión, así que sabía todo sobre espacios hermosos. Eso no me
la piscina. ¿Acaso nada? La última vez que la vi en traje de baño fue cuando
tenía trece años. Me atrapó viéndola unas cuantas veces, para mi desgracia, y
no estaba feliz. No puedo decir que la culpe. Estaba molesto también, tanto
por haber sido atrapado y por mi falta de control. Fue un alivio cuando dejo de
Solo que, me dejo completamente solo con Sam. La realización de eso sin
Es North.
Me hielo por dentro ¿Han aparecido más fotos? Pagó mucho dinero para
Estoy tan sorprendido que no estoy seguro de poder confiar en lo que estoy
viendo. Pero ahí está Delilah, parada en una silla en lo que parece ser la
oficina exterior de Karen y entonando a Gloria Gaynor con tal sentimiento que
Se me escapa una carcajada. Me río tan fuerte que mis costillas magulladas
protestan. Pero no puedo parar. Sigue saliendo de mí. Me río hasta que salen
comienzo de nuevo.
mucho más. Está claro que está haciendo ese espectáculo para molestar a
De repente, siento mucho no haber estado allí para presenciar todo esto en
persona.
—¿Cómo qué?
—Despedirla, obviamente.
estilo marroquí con pollo y bulgur—. Ha sido la mejor carcajada que he tenido
Bueno, le daría uno si estuviera trabajando bajo un salario. Ah, y eso duele.
—Nada. Yo iba llevando mi día de trabajo, un día que incluye hacer tu carrera
Maullidos es una gran palabra para describir el canto de Delilah. Mis labios se
crispan y me entran ganas de perder el control una vez más. Me contengo y
—No puedes estar hablando en serio sobre mantenerla por aquí —dice
para ti.
—Karen —digo de manera calmada—. Apreció que estés molesta, pero esta
—¿Estás de su lado?
—Después de todos esos años trabajando juntos, ¿todo lo qué he hecho por ti?
—Esto está por debajo de ti —digo en voz baja—. Hacer comentarios sobre
eso.
Quiero soltar este teléfono. Quiero comer mi almuerzo. En realidad, solo
quiero ver a Delilah y burlarme de ella por el video. Sí, soy un poco infantil
No digo nada.
hace saber, de alguna manera ellos saben que los ve. Se irritan solo porque no
—¿Qué pasa entre ustedes dos? —pregunta Karen, ahora de manera más
directa.
asistente profesional.
—Cocina increíble.
—Macon —comienza Karen, duda antes de comentar—. ¿Tiene algo contra ti?
¿Es eso?
—No hay nada que manejar —atajo—. Estoy colgando la llamada ahora. Mi
arriba, donde estoy sentada, pintando mis uñas de los pies—. Tuviste un gran
día.
a kilómetros.
—Ella siempre se queja. —Su atención se dirige a mis dedos. Una pequeña
sonrisa es esbozada en sus labios y golpea con sus largos dedos los brazos
Presionó mis labios contra mi rodilla doblada para ocultar mi sonrisa, termino
Oklahoma! Si es necesario.
Macon resopla.
Sigo odiando el hecho de que usara tirantes y cantara “The Surrey with the
Fringe on Top” y aun así lograra que todas las chicas se desmayaran.
Cae el silencio y Macon mira hacia el Pacífico, donde el sol que se hunde se
al teléfono.
—Ni hablar. —No sé cómo se las arregla, pero me encuentro tendida sobre su
Lo veremos juntos.
Dejo salir un sonido que está entre un gemido y una queja. Sea lo que sea, es
lamentable.
—Sí.
Incapaz de soportarlo, oculto mi rostro en su cuello. Su aliento se atora, pero
—Oh, vamos —dice, siendo más cuidadoso—. Este video es una belleza. La
—No sabía qué más hacer. Me dejó esperando por dos horas.
traviesa.
—Hay que ponerla en Tinder y decir que le gustan los pañales en el sexo.
Me río disimuladamente.
—Y la música disco.
—Pañales disco.
—Oh, por Dios. Ella es la que lo grabó y lo puso en YouTube. Esa perra.
—Estoy bastante seguro de que fue Elaine, su asistente. —Sus ojos brillan con
—No —murmuro antes de esconder mi rostro una vez más—. Solo amarra
—Eso sería un desperdicio total de talento. —Su voz es más baja ahora,
naranja sobre un océano índigo, ahora está dejando violentos tonos de rosa,
lavanda y verde azulado. La brisa vespertina se mantienen sobre nosotros,
trayendo el aroma del océano. Se está sintiendo frío, pero el cuerpo de Macon
Se queda quieto por un segundo antes de que sus dedos viajen a lo largo de
la curva de mi cadera.
—La amo también, cada borde, ventana y tablilla. Es muy grande para una
persona, diablos, es muy grande para dos, pero es privada, cómoda y claro
también está la vista. —Descansa su cabeza contra la silla, expulsa una gran
Mis ojos se cierran por sí solos. De repente, me siento relajada. Podría estar
Santa mierda.
Sí, lo hice. ¿Por qué hice eso? Doy un paso hacia atrás y recargo mi trasero
contra la barandilla del balcón. Tengo que pensar en otra cosa, más que en lo
bien que se sentía estar en sus brazos. Tengo que ponerle un fin a toda esta
recuerdo….
—¿North?
—¿A quién le importa quién me dijo? —Estiro mis brazos con frustración—.
—¿Ah sí? ¿Te refieres a decirme que los atraparon y ahora están tras las rejas?
Gruñe una maldición y pasa su mano sobre su rostro, las púas de su incipiente
—No están en la cárcel. Sí, estoy tomando precauciones y eso incluye tenerte
protegida.
que te referías a que tenemos que ser muy cautelosos y atentos. ¡No a que
alguien te acosaba!
—¡Lo sé!
guerrera suya.
—¿Por qué no me lo dijiste?
Maldición.
me desquitaría.
Delilah, ¿qué puedo decir? Me arruinó. Lo odio. Pero debí haberte dicho.
corta y acelera.
—¿No? —Me inclino hacia él, mi cuerpo tiembla de ira—. ¿Qué pasa si alguien
—Ella fue la que les dijo dónde estaría. —Voltea a verme de nuevo, sin
—Así de bajo cayó. La mujer que me sacó de mi camino confesó que le pagó
—Perra.
—No.
Me giró hacia él. Está mirando fijamente a la noche, las líneas de su cuerpo
son duras. Cuando hice mi oferta, pensé que él era el que recibía el mayor
beneficio. Y que mis servicios a regañadientes eran algo de gran valor para él.
—Realmente no lo sé. —Deja salir una risa sin humor—. Ya no estoy seguro
de nada.
Me deja de pie allí, conmocionada e inquieta terriblemente. Miro las olas que
tendría que estar aquí. Podría escapar, volver a mi vida ordinaria y olvidarme
de enamorarme de él.
Capítulo 14
con los ojos de todo el mundo mirando cada uno de mis movimientos me hace
Dark Castle fue divertido. Fue gratificante saber que mi trabajo da placer a los
demás. Pero no fue mi trabajo lo que hizo que esas dos mujeres me acosaran.
Un poco más de tiempo, me digo. Eso es todo lo que necesito. Un poco más
encuentro gravitando.
La cocina.
Las esencias flotan desde la cocina, bailando por los pasillos para
Acércate, parecen decir esos olores. Ven a ver lo que tenemos para ti.
Ven.
las curvas de su cuerpo mientras toma una cuchara para probar una salsa. La
regazo durante esos pocos minutos sin sentido. Me sorprendió bastante que
que pudiera asustarla. Era cálida y suave, su piel bronceada olía a mantequilla
Quería dejar que mis manos recorrieran esas curvas regordetas y memorizar
cada una de ellas. Fue un acto de cuidadosa coordinación para evitar que se
Tentador.
No hay mención del abrazo o la incómoda conversación sobre Sam. Por eso,
estoy agradecido. Tal vez sea mejor que no hablemos de Sam. Nunca.
Ha estado inclinada sobre una estufa, por lo que el rubor en sus mejillas
podría deberse al calor. O tal vez no. Ella asiente hacia un recipiente de
aprobaciones.
—Creo que ambos sabemos cómo me siento acerca de esa maldita lista.
—Sí.
los ojos y gimo. Rico, profundo, denso, no tengo las palabras para hacerle
justicia.
Abro los ojos para encontrarla mirando con una expresión ilegible en su rostro.
Lamo la cuchara, desesperado por conseguir otra probada. Esta vez suelto un
gemido.
platos.
—Sí.
realmente el dolor, pero es relajante y algo hecho solo para mí. Acepto su
una nota en el margen de lo que parece ser una receta, luego me atrapa
mirándola.
—Mi diario de recetas. —Lo cierra—. Al principio, nos enseñan a escribir las
sobre la cubierta. Me mira con cautela como si pudiera burlarme de ella. Toca
un nervio muy profundo que su confianza en mí sea tan escaza, que mis
acciones pasadas hayan causado esta falta de confianza. Así que le doy lo
recetas, por supuesto. Pero notas sobre mi papel. O lo que sucedió en el set
—¿En serio?
Sus labios se separan por la sorpresa. Sí, no sospecho que tuviera alguna idea
incomodidad, tan fea y molesta como una camisa de paja. Me deshice de ese
pasado hace mucho tiempo, pero algunas cosas realmente nunca desaparecen;
Delilah asiente lentamente, con los ojos aún abiertos y fijos en mí.
—Lo hace —dice ella después de un segundo incómodo. Tengo la sensación
de que está más sorprendida de que tengamos algo en común. Yo no. Incluso
cuando estar cerca de Delilah me hizo querer arrancarme la piel solo para
alejarme de sus ojos críticos, sabía que estábamos forjados del mismo metal.
—Aparte de eso, sí. Podrías haber cocinado para ti y hacer otra cosa.
docenas de veces cuando éramos niños. Pero ella nunca fue de las que
—Fui a la universidad porque era lo que se suponía que debía hacer, ¿sabes?
Asiento con la cabeza. Porque hice lo mismo. Seguí el camino que la sociedad
me había fijado.
hacer cuando saliera? Me sentí... sofocada. Tenía este impulso de crear... algo.
preguntaba, ¿qué era lo que más disfrutaba? Y me di cuenta que eso era
como el mío.
—Un mentor mío me dijo una vez que la comida es algo común que nos une a
platos que nos dan placer, desarrollamos la historia de nuestra humanidad, así
—Una vez leí una cita que decía que la buena comida cura nuestra alma.
—El plato correcto ciertamente puede hacerlo. —Se inclina hacia mí, su
haga feliz.
de la escuela.
Parpadea, separando los labios rosados, pero se recupera rápidamente con
—Sí.
queso.
Sonríe.
—Empeorará si lo hago.
rebanadas.
hacer esto?
Caigo un poco más bajo su hechizo, mis paredes se derrumban en lugares que
centro.
donde aprendes que cocinar involucra todos los sentidos. Gusto, sí. Pero
Escuchamos el chisporroteo.
perfectamente dorado.
cuidar los sándwiches para que queden como quiero. Todo el tiempo nuestros
—La mejor parte. Cortarlo para abrirlo. —Su ceja se arquea en señal de
de saber a pecado.
—Por favor —digo, con sentimiento—. Como si me fuera a hundir tan bajo.
Hago el primer corte y soy recompensado con un fino crujido, seguido por el
Tomo un bocado.
Tú.
Yo.
Delilah usando rodilleras, su espeso cabello recogido hacia atrás en una cola
Hogar
Seguridad.
Un temblor me recorre las entrañas. Abro los ojos, queriendo alejarme del
una respuesta.
—Recuerdo esos días —digo con voz gruesa—. Tu mamá gritándonos que nos
despacio.
—Sí.
mejor.
silencio.
—¿Así que eres chef porque quieres evocar recuerdos? —pregunto después
de un tiempo.
—No exactamente. —Se limpia las manos con una servilleta—. Así que
El calor pasa por debajo de mi cuello, y lucho por controlarlo, pero maldita sea,
Su sonrisa es irónica.
—Pero luego llegué a Los Ángeles y comencé el negocio. Me atoré con los
constantemente me desanima?
noción de los días. Diablos, a veces estoy tan cansado que ni siquiera sé
luego pienso en no trabajar más y me siento vacío. Nunca esperé que actuar
se apriete. No debería estar aquí en lugar de Sam. Debería dejarla ir. Debería
decirlo. Pero parece que no puedo hacer que mi boca forme las palabras.
perspectiva.
—Un chef tiene que descubrir quién es y cómo quiere expresarlo al mundo.
Quiero que sea verdad, pero no puedo creerlo. Soy un estorbo, no soy de valor.
Me estremezco.
—Ay.
—¿Y cuándo todo esto esté hecho? —La agudeza en mi garganta se expande,
haciendo que mis palabras suenen ásperas—. ¿Todavía irás a esa gira?
Se toca el labio inferior con el borde de los dientes.
—Sabes, por primera vez en años, no estoy mirando hacia adelante. Solo me
En eso discrepábamos. Por primera vez en años, todo lo que veo es el futuro.
levantarme y salir de la cocina poco tiempo después, es que será así porque
hablar del incidente. También es muy difícil no pensar en ello, pero me las
molestan. Sobre todo, estoy perturbada de lo fácil que fue acurrucarme con él.
arrepentimiento se apodera de mí. Estaba más que cómoda ahí con Macon.
Y luego está Sam. Sé, sin duda que, no la veré hasta que esté bien y lista para
Esto es mucho peor que la vez que desapareció durante un mes después de
gastarse el valor de la matrícula de un semestre en un fin de semana en Las
Vegas con sus amigas. En ese entonces, papá estaba vivo y muy molesto.
Solo regresó sigilosamente cuando se quedó sin dinero, y solo porque, estoy
eso se fue. El reloj probablemente fue un robo impulsivo, una forma rápida de
corazón tierno de mi madre como siempre. Pero también quiero venganza por
hubiera dicho que me sentiría protectora con Macon Saint, me habría reído
Maldita sea, no lo sé. La niña triste y muy llorona en mí dice que salga de aquí
y me proteja. La adulta en mí dice que tal vez Macon no sea tan malo. Tal vez
cualesquiera que sean, y yo planifico mis menús y tras obtener el visto bueno
y olivos esparcidos por los alrededores. Algo que aprovecho tanto como
puedo.
La parte de asistente en mi trabajo no es la mejor; estoy de compras,
trayendo comida. Pero sobre todo recibo sus llamadas. Muchas llamadas. Y
Aparte de sus problemas, hay un problema personal que tengo que manejar, y
suficientemente alto como para que su trasero descanse sobre esta. La altura
perfecta que, si quisiera, podría colocar a una mujer en ese mármol frío,
está cada vez más abarrotada, es más difícil esconderme de las cosas que no
quiero abordar.
—No, le diré... alguna cosa. No estoy segura de qué, en este momento, pero
Macon hace una pausa y me mira por debajo de sus cejas rectas.
maquillaje.
—Esta es tu casa ahora —dice Macon en voz baja—. Organiza el brunch aquí.
—Lo sé.
conmigo.
«Ustedes dos deben dejar de lado su obstinado orgullo y arreglar este
distanciamiento, Delilah —dijo mi madre cuando me quejé—. Si ese chico
necesita un refugio seguro de su vida hogareña de vez en cuando, no se lo
Hasta el día de hoy, no tengo idea de por qué pensó en las visitas de Macon
Echo a un lado esos recuerdos. Si pienso en ellos por mucho tiempo, voy a
querer lanzarle mi taza. Tengo que vivir con mi némesis ahora. El pasado
nuestro pasado. ¿Se imagina a sí mismo como la parte herida? Supongo que
lo era a veces.
Cualquiera que sea el caso, cruza los brazos sobre su pecho y me dirige una
mirada llana.
—Adelante.
Exactamente, un día después, mamá y su mejor amiga, JoJo, llegan a la casa
—Bueno —dice mi madre—. Puedo ver por qué renunciaste a caminar por
Hasta ahora, le he dicho a mamá lo mínimo: que acepté un trabajo como chef
Tenemos la casa para nosotras solas. Macon y North están en Los Ángeles,
haciendo Dios sabe qué. Creo que inventaron una excusa para huir.
Los ojos gris azulados de mamá, tan parecidos a los de Sam, brillan con
interés.
Tiene que serlo. Las personas famosas valoran su privacidad —le dice a
mamá.
Tal vez sea porque han sido amigas durante tanto tiempo, pero a pesar de
triángulos alrededor de sus delicados rostros, ambas son altas y a las dos les
necesidad de correr hacia ellas y pedirles un abrazo. Porque las dos juntas me
hacen sentir como una niña otra vez, segura y protegida. Siempre las miré con
asombro, queriendo tener la confianza única que tenían cuando crecí. Todavía
—Tal vez su jefe es una mujer, Jo —Mamá me sonríe—. Saca a tu sexy tía
La tía JoJo ignora a mamá con el pretexto de rascarse la ceja. Por mucho que
me encantaría verlas pelar, porque sus peleas pueden ser épicas, respiro y
confieso.
—Es Macon.
—¿Macon?
De manera tonta, asiento.
—¿Macon Saint?
—Sí.
—Ya veo.
—Es una gran oportunidad. Macon es famoso. Los chefs obtienen mucha
Me temo que eso suene tan horrible para sus oídos como lo hace para los
míos.
—No podía mirar. Era como ver a mi propio hijo... sabes. Por el amor de Dios,
si pudiera hacer una búsqueda. “¿Macon Saint tendrá sexo en Dark Castle
esta noche?”
Gran error.
La expresión de mamá se vuelve mordaz. Una mirada a JoJo hace que mi tía
—Macon tiene sus pros y sus contras, como cualquier otra persona. Pero
la que esperaría que trabajaras. Ahora dime qué te pasa. —Sus ojos me fijan
en el lugar—. ¿Es por el dinero? ¿Tiene algo que ver con Sam? Debe de ser,
Mi madre no es tonta. Sabía que ella se daría cuenta de algunas cosas. Así
Sam me enseñó eso, pero en realidad, fue mi papá. El truco es que tengo que
contarle a mi madre una versión retorcida de la verdad para que ella la crea.
es fácil.
encuentre.
—Te ayudaré a hacerlo. Pero sabes que Sam no aparecerá hasta que esté
bien y preparada. —La tomo del codo y la guío hacia donde JoJo está
vista del océano antes de que inspeccionen la mesa. Me las arreglé para
encontrar un mantel de lino natural, algunas velas de vidrio caído y una gran
pude hacerlo.
romero que metí en las servilletas de lino—. No tenías que hacer todo esto.
—No puedo creer esta vista. —JoJo suspira mientras mira el océano. Se
vuelve hacia nosotros y sus rizos canosos se levantan con la brisa—. Ese
—Siempre lo ha tenido. —Mamá toma el asiento que saco para ella—. Gracias
chismeando.
decir más.
—Limonada para mí, ángel. —Se inclina más allá de mí para mirar a mi
madre—. Esto debe de ser parte del dinero de su familia. Resulta que la
familia de Cecilia era más rica que un evangelista de televisión con dientes
brillantes.
sin pensar.
—¿Un imbécil?
que sus hijos no están cerca para escuchar. No lo considero un defecto, pero
—Eso no significa nada. Ya sabes, dicen que los chicos son más malos con
—Odio ese dicho. La maldad es la maldad. Decirle a una chica que hay algún
tipo de acción buena detrás de todo es decir que es correcto que ella sea una
víctima.
—Porque tú y yo fuimos criadas con la frase 'los chicos serán chicos’ arrojado
a nuestros rostros. —Se recuesta en su silla y vuelve el rostro hacia la luz del
sol—. Yo digo que debería ser “los penes serán penes, y un pene que se porta
—Bueno —dice finalmente mamá con un leve jadeo—. Ahí tienes, Dee. Si ese
—Ojalá no le dé motivo para hacer eso —dice una voz profunda y divertida
detrás de nosotros.
sol reflejándose en su cabello negro. Una leve sonrisa se dibuja en sus labios.
—Estás de regreso.
—Lo estoy.
—Así como tú, querido muchacho —exclama JoJo—. Muy guapo. Tienes la
mandíbula de un joven Robert Redford, incluso si está oculta por todo ese
descuido. Ahora ven aquí y dales a tus mayores un beso como es debido en
la mejilla.
cumpleaños.
Mamá es toda risitas.
Su sonrisa es un encanto.
—No creo que sea capaz de hacerlo. Se sentiría una falta de respeto. Para mí,
Señor, ayúdame.
—Chico dulce.
Traidor.
Va a agarrar una silla vacía del frente y fulmino con la mirada a mamá, que me
Macon.
ojos se iluminan con picardía. Pero no dice nada mientras dejo mi enorme
Un momento incómodo cae sobre la mesa. Lo dijo con un rostro serio, pero
"Ciertamente lo hace".
verdad. Contra una pared, todo caliente y sudoroso. Y duro. Muy, muy duro...
un sorbo de té.
—Ah, sí, tía abuela Delilah, asfixiada con una tarta de ruibarbo y fresa.
—Prefiero una buena tarta de leche desnatada o crema de coco —le dice a
Macon.
tuerce.
—Soy partidario de la tarta de melocotón.
—Oh, por el amor a las tartas —exclamo—. ¿Podrías decirnos por qué me
—Siempre estoy diciendo eso, pero ella piensa que la estoy molestando.
mordisco a su rollo de langosta y luego se seca los labios con una servilleta—.
—Le dije que no lo hiciera —JoJo se sirve otra flor de calabaza—. Dije, “Andie,
—¿Qué tiene de malo Fern? —pregunta mi madre, extendiendo las manos con
No puedo...
Los anchos hombros de Macon están temblando, su rostro enrojece detrás del
—¡No podría hacer eso! Charlotte muere al final. Habría sido mala suerte.
Macon pierde el control con una gran carcajada. Se ríe tan fuerte que se
recuesta en su silla, llevándose una mano al pecho. Se ríe tanto que sus ojos
espectáculo porque Macon Saint riendo con todas sus fuerzas es un evento
de belleza innegable. Es tan jovial que me hace empezar a sonreír. Antes de
bajo su hechizo, y pronto todos estamos riendo como locos bajo el sol
amarillo.
Capítulo 16
SammyBaker: ¿Por qué hay un video viral tuyo cantando en una silla?
Tuve que alejarme por un tiempo. No te preocupes. ¿Qué pasa con el canto?
¿Eso es todo lo que tienes que decir? ¿Qué pasa con este lío con Macon?
¡Sam!
¡Sam!
—¡Maldita perra!
Lanzo mi teléfono sobre la cama y me recuesto en las almohadas, mis nervios
escondiendo, pero bueno, ella regresará en unos meses, lo que significa que,
exactamente cuándo regresará. No, solo se molestará como yo, y por nada.
¿Por qué envió un mensaje de texto? ¿Había visto mi video? Entonces, a pesar
atención.
Dejaré que se sienta cómoda de nuevo, esperaré hasta que baje la guardia y
voy a tantear el terreno. Eso es todo lo que puedo hacer. Presionarla solo hará
ahora están desenvueltas. Hace ejercicio con North todos los días, siguiendo
que salga de la casa y vuelva a la vida, solo que yo también tengo que ir. Es
un evento diurno, lo que significa que es bastante informal, pero sigo atrapada
Macon mientras camina por la alfombra roja, los flashes de las cámaras
necesario con toda la seguridad a cargo del evento. Me recibe Timothy Wu, el
de minutos, pero debo decir que luce un traje a rayas y una corbata amarilla
con lunares.
Macon en una entrevista. Hizo que pareciera que no estaba agradecido por su
Una cosa que sé con certeza acerca de Macon es que nunca da por sentado
su trabajo.
—Entonces, ¿por qué aceptaste tener otra reunión? —le pregunto a Timothy.
Eso resume bastante bien todo. Aquí, Macon es una mercancía, un producto
genuina todavía está allí, eso es lo que lo hace tan atractivo, pero es como si
se hubiera lanzado una pared de vidrio entre él y todos los demás. Y lo que
Todos aquí son iguales. Todos ellos caminan en sus propias vitrinas, todos en
la mentira. Lo odio. Odio tener que ir tras su camino, actuando como si lo más
piensa de él.
Soy una chef, no una asistente. Quiero aprender a hacer fideos en Hong Kong,
estábamos preparando una gran cena. Extraño los aromas de la buena comida
Cocinar para Macon es un desafío porque tengo que idear comidas saludables
que sepan tan bien que él no sepa lo que se está perdiendo. Hasta ahora, solo
he tenido un éxito a medias porque el hombre quiere sus postres y los quiere
mucho.
Estoy sentada con otros asistentes en una mesa en la parte trasera de la sala,
imbécil que esperaba que fuera. Eso es parte del problema. Él me gusta. Me
hacen sonreír: sus chistes ridículos, la forma en que sus ojos se arrugan
cuando sonríe, incluso la forma en que mueve su mandíbula cuando come una
manzana.
autos avanza para recoger a las celebridades. Sobre el mar de gente dando
reposo se ilumina, una curva sutil en sus labios, un levantamiento de sus cejas
así, solo que ahora, en lugar de ver resentimiento e irritación en sus ojos, veo
un placer genuino.
traje gris hecho a medida que enfatiza su altura y hábiles hombros. No usa
corbata, pero tiene su camisa blanca abierta en el cuello, dejando al
codo.
—Ahí estás.
de mi estatura: aprendes algo nuevo todos los días. Aparto los ojos antes de
—La próxima vez, te invitaré a cenar y nos sentaremos en cualquier lugar que
nos plazca.
débil.
algo al oído, solo para encontrar a Chris mirándome como si hubiera perdido
la cabeza.
Mis labios se contraen. Chris. Chris Chadsworth, una de las estrellas más
populares de Hollywood.
—Oh, estoy seguro de que mi mano en su rodilla le hizo entender eso. —Me
guiña un ojo cuando me río, pero algo en mi tono debe delatarme porque su
—No me pasa nada. —Nada que yo pueda arreglar, y nada que quisiera que él
notara, en cualquier caso. No me voy a quejar con él, y me irrita que dejo que
se vean grietas. Intento que mi voz sea más ligera—. Estoy un poco cansada;
eso es todo.
suficiente.
La línea tensa de sus hombros se relaja y agacha la cabeza para que sus
Lo miro incrédula.
Déjame aclarar, porque así como tienes razón también estás equivocada. Hay
momentos en los que estoy trabajando y siento que por fin he encontrado mi
Sus ojos oscuros se agudizan cuando me mira, y una nube se forma sobre sus
finas facciones.
mano encuentra la mía. Enlaza nuestros dedos, dándome un ligero tirón para
que tenga que levantar la vista hacia él. Veo el remordimiento en sus ojos.
—Lo eres.
Puedo soportarlo.
—No quiero que “lo soportes”. Fui un imbécil al aceptar esto cuando sabía
—Ya no quiero esto —dice con voz áspera, tan bajo que casi pasa
de tu felicidad.
No sé qué decir. Nuestro acuerdo se siente como una nube sobre nosotros,
me pregunto si mi desgana tiene algo que ver con Sam. O si es todo por
Macon.
—Mi felicidad nunca fue parte de la ecuación —susurro, más para mí que para
él.
volviendo su piel del color del barro secado por el sol. Doy un paso hacia él,
—¿Macon...?
El hombre que camina hacia nosotros es una versión más vieja y gris de
oblicuas y los ojos oscuros como el carbón. Sólo su boca es diferente, fina y
plana con una amargura que parece ser una aflicción permanente. Tiene un
hijo.
—Diría algo acerca de que la olla llama negra a la tetera, pero no tienes
tiene una fealdad tan fría que en ese instante no se parecen en nada.
Mi sangre se hiela con sus palabras, y expulso un suspiro que duele cuando
—Lo único que me enseñaron tus golpes fue a odiar. —Las palabras de
Macon son como clavos que perforan profundamente—. Pero entiéndelo bien.
La piel colorada de George palidece antes de que el rojo regrese con fuerza.
—Te dejé de una pieza —responde Macon, aunque su voz es baja y fuerte—.
Dile a todos quién eres realmente. Una mierda sin valor, sin espinas…
—¡No! —La palabra brota de mi boca como un disparo. De alguna manera
de George Saint sin darme cuenta. Pero no voy a dar marcha atrás. La ira tiñe
través de mi sangre como cal viva—. No harás tal cosa. Saldrás de este lugar
paso adelante. Todo sucede a la vez, una especie de extraño y feo baile en el
Saint vacila.
—Te reconozco ahora. La rechoncha Baker con la boca grande. Solías pelear
como un gato con mi chico. Sabía que quería follarte con odio en ese
entonces. Le dije que no se molestara, ya que tenía a la hermosa hermana
escucharías. ¿Caíste en los barrios bajos ahora, muchacho? Debe ser algún
Hasta ahora, nadie parece haber notado nuestro argumento. La gente se ríe y
charla en grupos. Pero eso podría terminar fácilmente con un buen golpe.
—Vete ahora —digo, mirando hacia arriba, con toda mi atención puesta solo
—No hay ninguna razón en absoluto —está de acuerdo en voz baja—. Vamos
cariño.
Nos da la vuelta para que nos vayamos cuando George Saint ataca por última
por ti.
odioso hombre que le dio la vida. Y lo hace. Su brazo está firme alrededor de
Hay un zumbido incesante en mis oídos mientras camino junto a Macon, con
una sonrisa de dolor pegada a mi rostro. Supongo que él también lleva algún
con el padre de Macon tomó probablemente dos minutos. Y, sin embargo, fue
Pero Macon le toca el brazo, inclinándose para que nadie más pueda escuchar.
—En el contacto.
Cierra la puerta trasera y abre la puerta del acompañante. Sus ojos muestran
Ninguno de los dos dice una palabra mientras él maniobra entre el tráfico sin
que recibí con él cuando teníamos dieciséis años. Entonces había sido el
preferido del profesor, algo que me molestaba como siempre. Más aún
segundo.
con determinación, como si solo tuviera que llegar a su destino y todo fuera a
salir bien.
Curiosamente, no se dirige a Malibú sino al sur, hacia Hollywood. No lo
cuestiono, pero me relajo todo lo que puedo y observo el paisaje que pasa
Macon toma aire y sale del auto, cerrando la puerta tras de sí. Me levanto de
demasiado. Cierra sus ojos con fuerza durante un largo momento, y luego se
—Estoy bien. —No lo parezco, pero no creo que vaya a discutir—. ¿Y tú?
hueco.
—Lo siento.
tenido que lidiar con él? Te aseguro que ninguna de las dos cosas es ni
George Saint le dijo a Macon y por la forma tan desagradable en que nos
trató.
Dado que parece que tengo una memoria fotográfica cuando se trata de
diversión.
gritado una advertencia justo antes, así que, ¿cómo no podías saber que
estaba allí?
Unos surcos profundos delinean su boca apretada.
—La razón por la que no oí fue porque tenía agua en los oídos desde la noche
estómago agitado.
—Macon...
—No. —Levanta una mano, con una mirada severa y suplicante—. Solo... no.
lo que me hacía funcionar, y juraba que podías ver cada una de mis
Fue tan humillante que me desquité. Te odiaba porque pensaba que veías mi
—No —susurro con fuerza—. No tenía ni idea de que él... —No puedo terminar
sin querer lanzar un grito al cielo o darme la vuelta y cazar a George Saint.
—Ahora lo sé. Y me siento tan estúpido por mis suposiciones. Y por hacerme
nos parecíamos en eso, en arremeter contra los demás, hasta que se convirtió
aplastan.
—Siempre decía que yo no era nada como él. Que era una completa
decepción. —Unos ojos agridulces me miran—. Que era una suerte que yo
—No te merecía —gruño, devolviéndole las palabras que Macon me dijo sobre
—Sin embargo, cree que se merece el dinero. Ha estado intentando una y otra
abuelo creía, con razón, que mi padre era un estafador. Insistió en proteger
los bienes de mi madre. El querido papá no recibió nada más que lo que hizo
por su cuenta.
—Creo que la idea era que dijera que sí para ganarse la confianza de mi
madre, y luego engatusarla para que lo rompiera. —Macon tragó saliva con
mucho tiempo.
menuda, delgada como un hueso, con el cabello castaño que siempre le caía
en una sábana lisa hasta la parte superior de los hombros. Sus ojos, del color
Había una fragilidad en Cecilia Saint que hacía que una persona quisiera
quedo quieta.
—Lo siento, Macon. Siento que el padre equivocado te haya dejado y que el
—Eres adoptada.
—Sí.
molestó saber que Samantha era hija de sangre de mamá y papá, y yo no,
No ayudaba el hecho de que Sam fuera guapa y popular mientras que yo era
la niña problemática, que siempre se metía en peleas con Macon o con quien
porque mis padres me querían con todo lo que tenían. Nunca me trataron más
que como su querida hija, aunque algo torpe. Así que traté de enterrar esos
mío. Eran todo lo que tenía. Lo eran todo. Pero la preocupación, la necesidad
llegó el papeleo para mí. Siempre decía que estaba doblemente bendecida.
Hay un aire pensativo en Macon, y aprieta las manos donde descansan sobre
Entiendo lo que dice; soy bajita, con curvas, cabello oscuro y ojos marrones.
Sam son rubias y de ojos azules, altas, delgadas y de piel blanca como la
en el espectro más frío, mientras que yo soy todo tonos cálidos. Todo lo cual
significaba que, si nos veías a todos juntos como familia, yo destacaba como
diferente.
—¿Cómo lo supiste?
Todavía tengo pesadillas con todas esas malditas bolitas cayendo a mis pies.
visto antes.
es interminable.
—Me pareció mejor dejarlo así. Además, tengo padres. El hecho de que no me
—Son unos padres estupendos —dice con cariño—. Antes deseaba que fueran
míos.
desagradable.
eso.
—Quizá algún día me haga uno de esos kits de ADN y vea de qué estoy hecha.
—Eso te lo puedo asegurar —dice fácilmente—. Azúcar y especias y todo lo
bueno.
conjunto, difuminada por el sol. Las líneas de tensión marcan la piel alrededor
de sus ojos.
—Sí, lo eras.
—¿Qué?
—Según recuerdo, dijiste que no importaba lo guapo que fuera, siempre sería
emoción tierna cuando éramos niños, nunca me dejó ver nada más que esa
—Maldita sea —susurro, apretando las manos—. Eso fue una mierda y un
exceso de dramatismo.
Lentamente, como si temiera que me fuera a echar a correr, toca las puntas
de mis dedos con los suyos y, por algún acuerdo silencioso, entrelazo
no pudiera detenerse.
torcer sus rasgos—. Las cosas que nos dijimos. Fuimos horribles.
pecho.
Me encuentro dudando.
hacia el interior.
—Supongo que lo soy. Siento haberte causado dolor hace tantos años, Delilah.
Entonces era una persona infeliz, y tú te llevaste la peor parte, por desgracia.
cintura.
Parpadeo hacia el cielo, respiro profundamente y lo suelto.
—Un día de mierda —coincide con una risa ronca—. Con pollo seco y
Se mete las manos en los bolsillos y estudia el horizonte. El sol está bajo en el
tregua?
Una tregua. Lo que significa que seríamos algo más parecido a amigos.
Macon Saint como mi amigo, es algo que nunca pensé que diría, pero se
—Vengo con regalos —anuncia, colocando una caja grande en la mesa del
Sonríe ampliamente.
la deja sobre la mesa ante un asiento vacío—. Tienes cosas que firmar.
carreras de diversión para niños o viajo con mis coprotagonistas para conocer
—¿Crees que mis páginas de redes sociales son una mierda? —Me encuentro
Mi boca se tuerce.
—Lo recuerdo.
parte que menos me gusta del trabajo, tiendo a bloquear muchas cosas.
Timothy lo sabe y lo hace lo menos doloroso posible. Por eso vale su peso en
oro.
Estoy bastante seguro de que Delilah lo tiene a mano solo para torturarme.
dulce en paz.
conseguiste?
—Delilah lo hace.
—No hay necesidad. Ella sabe. ¿Y dónde está hoy tu ayudante superchef?
—En su habitación.
nos dejó a ambos heridos, pero nos unió de una forma inesperada, pero
—Dado que hoy está abierto a temas delicados, tenía la intención de hablar
—Soy consciente.
Timothy suspira.
quieres que vean eso. —Su voz adquiere una nota de simpatía no deseada—.
—¿Feliz? —Paso una mano por mi cabello—. Está bien, lo tomo. ¿Cómo
—Una cita.
amorosa.
estimulante.
—Y crees que ser vista en una cita conmigo se lo dará. —Resoplo—. Vamos.
¿En serio?
—Sí, en serio. —Me golpea el antebrazo—. Deja de ser obtuso. Estás sexy
ahora mismo. Podría estar más sexy. Pero sigues siendo uno de los actores
—Así que, si sales con Anya, eso la ayudará con un impulso de relaciones
Vamos, ella es genial y una gran fan tuya. Su publicista dice que realmente
apreciarían la ayuda.
Odio que tenga sentido. Y que me ha hecho sentir culpable si rechazo a Anya.
—Hombre... —Froto mis ojos cansados—. No creo que esté para citas.
crear una imagen que ya no sé si me gusta. Sería una mentira decir que no
habíamos estado más que dispuestos a terminar la noche con sexo casual.
Una buena liberación de toda la presión con alguien que sabía exactamente
pasillo y, más allá, a la habitación de Delilah. Ir a una cita con Anya no debería
dejar de pensar en ella no importa. Nada puede salir de esto... sea lo que sea,
de todos modos. Así que, ¿por qué no salir, seguir con mi vida y sacarla de mi
cabeza?
roma me roza el cuello. El tacto roza mi piel y baja por mi columna vertebral.
Con un grito estrangulado me agito, con los brazos atrapados en las mantas.
Una risa masculina hace que mis ojos se abran de golpe. Macon se sienta en
Entrecierro los ojos y tiro de las cobijas. Dios, huele bien. Quiero acurrucarme
e inhalarlo.
sé por experiencia que él se siente cálido y fuerte. Una posición perfecta para
—¿Por qué sigues en la cama? ¿Sabes que son las once y media? ¿Qué pasa?
Cruza sus grandes brazos sobre el pecho y espera una respuesta con
impaciencia.
Hay algo en Macon que me toca muy de cerca. Soy consciente de él a un nivel
que no tengo con nadie más. ¿Es por nuestro pasado? ¿O es sólo una
amigos. Amigos que coquetean. Lo sé, pero aún no puedo confiar en él.
—Tengo mi periodo —le digo—. Me siento como una mujer muerta e hinchada
y no quiero levantarme.
ponerme cómoda de nuevo. Antes era una bola de angustia palpitante, pero
—Ya lo hice.
Se inclina más cerca, trayendo el aroma del jabón de salvia que usa y algo
en casa. No me gusta nada esa idea. Lo miro con una ceja arqueada para
devuelve la mirada.
—Delilah.
La advertencia en su tono me hace resoplar.
Lamentablemente, no existe tal diosa del período, solo una malvada diabla que
hace de mi vida un infierno una vez al mes. Estoy débil como un trapo de
forma de que deambule por la casa de Macon sin sostén. De ahí, mi día
autoimpuesto en la cama.
ser capaz de pensar en otras cosas que no sean la risa de Macon, las bromas
—Shoo —murmuro—. Vete antes de que alguien te tire una casa encima
también.
Macon pone los ojos en blanco ante mi cita del Mago de Oz y luego se
—De acuerdo. Pero le voy a dar a North el premio al empleado del mes.
Tal como predije, Macon no se mueve, pero apoya una mano en su cadera y
me mira por debajo del oscuro abanico de sus pestañas. Todo el humor se
cuello con una mano. Es injusto lo bien que se ven sus bíceps.
—Entonces, tómate todo el día —dice finalmente—. Voy a salir esta noche.
él puede ir a donde quiera. Pero hay algo casi cargado de culpa en la forma
Sus labios se presionan como si estuviera librando una batalla interna, pero
cita. Debería esperarse; Si bien podría llamarlo imbécil, no se puede negar que
es hermoso. Demonios, es famoso. Eso allí mismo lo haría tener sexo incluso
una tonelada.
sido demasiado frívola? ¿No es suficiente? Sea cual sea el caso, está claro
Las fosas nasales de Macon se ensanchan con una inhalación, pero me dirige
cuanto se va y cierra la puerta sin hacer ruido, me cubro con las sábanas y
maldigo mis malditas hormonas. Lo extraño tan pronto como está fuera de
que Macon odia los guisantes y nunca pensaría en mirar detrás de ellos. Sí,
vacía. Afuera hay una pared de oscuridad, y las luces de la cocina reflejan mi
barbilla.
para cerrar los poros y tomo una larga ducha caliente. Enfundada en mi bata,
mi gente y caería en una vida glamurosa similar a la de Sex and the City. No
sucedió de esa forma. Hice amigos, pero con los años esas relaciones han
incluso están teniendo hijos ahora. Lo que significa que hay poco tiempo para
pasar el rato en los bares, y hablo cada vez menos con mis amigos.
las cosas. Como era de esperar, algunos amigos están ocupados (después de
todo, es viernes por la noche), pero Jia responde y me pide que la visite a ella
Bien.
Genial.
Maravilloso.
La soledad me inunda con tal fuerza aturdidora que aspiro como si pudiera
siquiera debería importarme más, pero lo hago. Lo que no pude decirte antes
hiciste, sé que les dijiste a esos acosadores dónde estaría. Estoy tan
estás escondiendo. Maldita sea, Sam, esto tiene que terminar. Macon se
merece algo mejor de lo que le diste. Sí, Macon. Él no es tan malo. Ya no.
Solía ser decisivo. Era una de mis mejores cualidades. Reflexiono sobre ello
como si fuera un filete duro en lugar de un atún fresco y sabroso. Maldita sea,
hasta el sabor de la comida me hace pensar en ella. Delilah, la mujer que
Debería estar pensando en la mujer sentada frente a mí. Anya Sorenson. Ella
labios carnosos y una piel perfecta de color caoba. Anya tiene el brillo natural
fácil de tratar.
Me gusta. Y estoy siendo una terrible cita. Me trago la comida y esbozo una
sonrisa.
Anya hace una pausa, con los palillos a medio camino de un trozo de rollo de
aguacate.
Su sonrisa decae.
constantemente.
Es una de las razones por las que algunos actores se meten en las drogas:
—He aprendido a tomar una siesta como un experto. —Tomo otro trozo de
sashimi—. Ayuda.
tiempo.
una cámara. La escucho chasquear para tomar una foto. Una mirada rápida
mirada se aparta de la mía. Aunque no me importa. Por eso estoy aquí, para
hace cuestionar todo. Me hace dudar. Odio las dudas, maldita sea.
recordarme que hay muchas mujeres en el mundo. Una es tan buena como
cualquier otra.
—Sabes, ahora solo hay una cosa que me distrae del trabajo.
Está lo suficientemente cerca como para que pueda percibir una pizca de su
el olor de Delilah.
—¿Qué?
—El sexo.
Cierto.
—Sexo.
nombre?
¿Conozco ese sexo? No. No, maldita sea, no lo hago. Sé cómo complacer a
supliquen. ¿Y por qué? Para que no se den cuenta de que no estoy tan
haya tenido la cabeza entre las piernas de una mujer. ¿Qué triste es eso?
¿Por qué demonios tenía que ser Delilah? ¿Por qué ella? Cualquier otra
salto corriendo.
¿Por qué no podía ser Anya, mirándome con interés y esperando una
respuesta?
—El sexo hace bien al cuerpo —digo. Una frase común seguida de mi
característica sonrisa.
Una parte de mí quiere gemir porque me lo está poniendo muy fácil. Y una
Y luego me habría ido a casa tan solo como siempre, triste e infeliz.
Su sonrisa se desvanece.
—Pero no estás para eso.
—Me gusta alguien que no está interesada en mí. He intentado superarlo esta
—Oye. —Ella extiende la mano y cubre mi mano con la suya—. Todos hemos
Ella ríe.
—Muy cierto. Pero te diré esto; evitarlo no hará que desaparezca ni te sacará
de Villamierda.
Su sonrisa es amplia.
—Probablemente —concuerdo.
casa está silenciosa y oscura, solo las luces delanteras están encendidas. Con
pasos silenciosos, subo las escaleras, sin querer despertar a Delilah, pero me
¿Ella se ha ido?
No esperaba eso. Se escapa una risa sin humor. Tan malditamente seguro que
que de alguna manera las encuentre más apetecibles y menos aburridas que
gran sala.
otro lugar. Al instante, recuerdo que Delilah está ahí fuera y también una de
mientras escribo
Se suponía que debía quedarse en casa. Se suponía que debía estar vigilada.
vestido ceñido al cuerpo y usando esos tacones rojos que invitan a follarla,
otra vez. Ella salió poco después que yo; ahora es la una de la mañana. Oh,
cómo han caído los poderosos. Le dije que iba a salir toda la noche, dejándole
bastante claro de que estaba saliendo con alguien, ¿y ella se quedó, se puso
celosa? No. Salió sola. Como debería. Solo que ahora estoy solo en casa y me
No tengo un nombre para las emociones que se agitan en mis entrañas, pero
no me gustan. Dejo el teléfono, cierro los ojos y aspiro. Tengo que creer que
está a salvo. Pero eso no impide que los otros pensamientos se impongan.
Acosé a Delilah por miedo e ignorancia. No hay excusa para ello, y no tengo
idea de cómo compensar lo que he hecho. Pero tengo que hacerlo porque
esta necesidad de ella sólo está creciendo más fuerte, más profunda. Me
importa. Mucho.
Todo podría arder si las cosas se van al diablo entre nosotros, y la perdería
vuelva a casa sólo para saber que está a salvo, sólo para poder oír su voz y
ver su rostro, me deja perfectamente claro que no puedo seguir fingiendo que
no me importa.
pensaba que yo no estaba mirando. Ella no parece darse cuenta de que siento
su mirada sobre mí como una mano caliente acariciando mi piel. Todo. El.
Maldito. Tiempo.
satisfacción. Fue un momento de perfección. ¿Se sintió así para ella? Tal vez.
Tal vez no. Una vez que se dio cuenta de lo que había hecho, salió de allí
—¿Qué estoy haciendo? —Mi voz suena ronca en la oscuridad. Presiono una
gente, puede que vean algo que no les guste. Delilah ya ve cosas malas en mí.
luces del frente y del pasillo que dejé encendidas. Su visión es casi suficiente
tacones dando patadas, uno de los cuales vuela más lejos de lo previsto. Se
fuerza. Giro tan rápido que tengo que agarrarme a una de las columnas que
Macon está sentado en un sillón bajo junto a la ventana, con la luz de la luna
un susto de muerte.
reconozco los pequeños vuelcos felices que están dando mis entrañas al verlo.
Macon no se mueve.
No es exactamente una demanda, pero hay una cierta agudeza en su tono que
de agua fría saborizada. Tomo un largo trago antes de volver con él.
—Salí a cenar.
restaurante, pero no estaban allí esa noche. La comida era casi tan buena
como la tuya.
Su sonrisa es débil.
hidratación es clave.
—Yo no lo llamaría una cita exactamente. —La mirada de Macon se cruza con
la mía—. Timothy hizo los arreglos. Anya es una estrella en otra serie que la
red está promocionando. Pensaron que se vería bien que nos vieran juntos.
Estupenda. Genial.
Agita una mano perezosa como si quisiera rellenar los espacios en blanco.
Los relleno perfectamente. Una sensación de ardor sube por mi pecho. Creo
—¿Estás borracho?
—Y no estabas en casa.
—No.
Mentiroso.
—¿Y qué? ¿Le diste a Anya un paseo en el regazo de Macon y luego estabas
tan agotado que tuviste que sentarte aquí en la oscuridad, pensando en cosas
profundas?
paseos en mi regazo.
Dejo que eso se asiente, pero mi interior sigue dando vueltas y revoloteando.
vuelve cautelosa.
—No quise.
Macon casi sonríe, pero todavía está molesto por algo. Sus dedos tamborilean
—¿Has llegado alguna vez a una encrucijada en tu vida? ¿Cuándo crees que lo
El cristal está mojado con condensación; mis manos están demasiado frías.
Agarro el vaso con más fuerza, siento la piel estirarse sobre mis nudillos.
—Mamá solía decir que el cerebro puede mentirte, pero el corazón siempre
correcta.
Macon toma aire y lo suelta, su pecho se mueve con la acción, pero no hay
nada relajado en él. En todo caso, está más tenso ahora, agitado y tenso en la
silla.
—Creo que tienes razón —dice con dulzura y se gira para mirar por la ventana
Me despierto con hambre. Déjame corregir eso; Me despierto con más hambre
muy claro. Quiero a Delilah. Nadie más lo hará. Sam, el reloj, mi confianza rota,
esas cosas son parte del pasado. Si quiero un futuro, tengo que dejarlas ir.
Delilah podría quererme, pero está claro que no está dispuesta a arriesgarse a
luche por Delilah. Mi cabeza me dice que proceda con extrema precaución.
Delilah me ha enviado por mensaje de texto y que me está esperando. Está allí,
con un vaso helado en la mano, y la luz del sol que entra por las ventanas
Mucha piel. Se exhibe tanta piel gloriosamente curvilínea. Lleva unas braguitas
de biquini de color verde oscuro y una camiseta blanca ajustada que coquetea
Juro por todo lo que es sagrado que me tiemblan las rodillas. Doy un paso
Mi mano tiembla mientras tomo un largo trago. Lo que sea que haya
canela mezcladas con café. Golpea mi sistema con una patada de bienvenida
—Soy un gran lector —digo con facilidad, aunque estamos tan cerca que mi
No quiero que se vaya todavía. Verla hace que mi día sea más brillante.
medalla.
—¿Lo harías? —No estoy por encima de pelear sucio. Alcanzo el dobladillo de
—Ah, detente—. Se está riendo de nuevo, pero un fino rubor se extiende por
—Bromeaba.
—Coqueteabas.
Sonrío sin remordimientos, luego me distraigo con el brillo de sus ojos color
que está haciendo, pero es suficiente para que mi hambre regrese con toda
su fuerza. Estoy así de cerca de babear. Solo para estar seguro, deslizo el
agita.
—Quiero un postre.
misión en la vida.
—No. Fruta. —El hecho es que ya no puedo comer un mango sin querer
consiguiendo irritarme.
—Eso es verdad.
enfrenta a mí.
No está en mis brazos. Mi boca no está en la suya. Pero sigue siendo una
—Veamos... oh, Dios, las opciones. ¿Tus galletas de caramelo? ¿Tu Tarta de
severo y enojado.
qué estaría enojada por su pastel de crema de plátano? Ha hecho los mejores
que he probado en mi vida. El hecho de que no haya probado una desde que
teníamos trece años y aún recuerde lo buenas que están debería decirle... el
bonito vestido de verano azul y blanco sin sostén. Un joven descerebrado que
Maldición…
—Está bien, lo recuerdo... —No te rías. No te rías. Pero, Dios, ese pastel había
antes de detenerse.
Sí. Estaba pensando en dónde cayó el pastel. Se enfadó tanto conmigo que
me tiró la tarta en el rostro. Sólo los rápidos reflejos nacidos de años de evitar
Bountiful. La malvada señora. Lynch, la esposa del pastor, no fue tan rápida.
—¿Sí?
bomba.
gimnasia que me habías visto quitarme el traje de baño y que tenía un “pene
de dedal”?
Su boca se cierra de golpe.
—De acuerdo —rectifica—. Pero ahora no voy a ir por ahí dejando dedales por
Su ojo se estremece.
dedal.
—Sí, pero tú también pareces muy segura de ese hecho. ¿Has estado
—Es difícil pensar lo contrario. —Su tono es tan doloroso que todo en mí se
paraliza.
Por primera vez, me doy cuenta de lo que estoy enfrentando cuando se trata
de Delilah. Sí, nos hemos dicho cosas malas a lo largo de los años. Sí, ambos
saberlo, hice un daño que ha dejado heridas que aún no han sanado. Mientras
Está claro que eso ha influido en la forma en que ella cree que yo la veía.
Algunos dirán que ya debería haberlo superado. Pero sé muy bien cómo las
una década evitando a mi padre, odiándolo, y todo lo que tuvo que hacer fue
lanzarme unas cuantas palabras adecuadas, y volví a ser ese niño herido y
Ella se sonroja.
—Pequeña, por favor créeme cuando digo que la visión de tus tetas en ese
—Fue una mierda, sí. Pero una táctica de distracción necesaria para mi
quería que nadie se diera cuenta de que tenía una erección furiosa. Y
perdóname por el pánico, pero era mi primera erección inducida por la visión
pública.
—¿Tu primera?
—Sí, señora.
—Mentira.
una piedra al ver la forma de los pechos de mi mayor némesis? —Me llevé la
después de eso. Una vista de tus pechos, y ahí iba, tan duro como una vara
—Tú... —Ella toma aire—. No puedo creer que me estés diciendo esto. —
tarta.
inexpresiva, Delilah.
Arquea una ceja y mis labios tiemblan. Delilah me dirige una sonrisa a
regañadientes, sus manos van a sus caderas. La acción empuja sus pechos. Y
se siente insultada.
—Macon.
La miro.
Espero que no. Dios, me encanta burlarme de ella. Todo su cuerpo se ilumina
cuando lo hago, juegos previos ¿Se da cuenta de que eso es lo que estamos
haciendo?
definitivamente sonriendo.
—Más bien parecen melocotones. Melocotones maduros y jugosos.
cambiar su postura.
Ahora está sin aliento, sus gloriosos pechos suben y bajan con la agitación.
es como la miel.
—Pensé que querías tarta de plátano —dice, con una mirada aturdida en sus
ojos.
sirviente.
Podría haberme alejado, dejarlo pasar. Pero ella se quita la camisa, revelando
un diminuto bikini al estilo de los años sesenta y ese cuerpo con curvas por
caer la camiseta como un desafío, y luego se pasea por una tumbona. Sí,
podría haberlo dejado pasar si ella no hubiera mirado hacia atrás, una mirada
entre mis piernas. Todo por una pequeña broma con Macon. Quiero mentirme
a mí misma y decir que no fue nada diferente al ligero flirteo sin sentido que
hemos mantenido desde que entré en su oficina hace todas esas semanas.
para mí. No sé qué pensar. El sexo siempre ha sido una cuestión de placer
para mí. No tengo dudas de que el sexo con Macon sería increíble. Pero tener
hecho de que tengamos que vivir juntos, sabiendo que el robo de Sam nos ha
correcto.
hubieran crecido más que mi piel, dejándome hinchada y tensa. Estoy nerviosa
Maldito sea ese hombre. Maldito sea su lienzo de dos metros de músculos
Dios, casi gimo cuando se limpió el rostro con la parte inferior de la camiseta,
diferente a lo que significa en Los Ángeles. Allí, “calor” significaba sentir que
estabas entrando en una sauna cada vez que salías a la calle. Aquí, el calor es
más brillante, un sol intenso y un calor que te tensa la piel. Es raro sentir ese
Cierro los ojos e intento olvidarme de todo. Una sombra bloquea el sol y
entreabro un ojo para encontrar a Macon, que se cierne sobre mí, con su
El bikini que llevo es modesto para los estándares actuales y, sin embargo, me
que levantaba y acunaba mis pechos y cómo la parte inferior cubría mi trasero
y marcaba mis caderas en el punto justo para halagar mi cuerpo. Pero ahora,
todo lo que puedo pensar es que mi barriga tiene un bulto y mis muslos tienen
pequeños hoyuelos.
—¿Puedo ayudarte?
rostro. Le hace parecer más joven y me recuerda al chico que conocí antes.
mía.
Como si no pudiera evitarlo, vuelve a mirar hacia abajo y sus dientes se traban
poco más. Los ojos de Macon se abren de par en par, sus labios se separan.
querer hacer tonterías, separar los muslos lo suficiente como para atraer su
atención hacia allí, volver a estirarme para que toda la longitud de mi cuerpo
sudor y a jabón, y eso hace mella en mis hormonas, porque quiero arrastrarlo,
pensar es en cómo sería deslizarse y resbalar contra esa piel firme, mi propia
Jesús.
—Veo que has estado pensando las cosas en ese sospechoso cerebro tuyo,
ceño fruncido hacia el claro cielo azul. No puedo calmarme. Sus palabras me
por fin lo alcanzo. Las escaleras son bastante anchas y están colocadas en un
Macon mira por encima del hombro mientras baja cojeando otro escalón.
menos que hayas venido a decirme que te diste cuenta de lo que ya sé o que
rondar.
No sé cómo explicarlo sin sonar como una madre gallina, pero la idea de que
Estoy frente a él ahora. Todo está bien. Al menos si podemos llegar sanos y
salvos a la arena.
—¿De verdad crees que podrías atraparme? Delilah, te aplastaría como a una
uva si me cayera.
Las cejas oscuras se juntan cuando una luz maligna destella en sus ojos.
—Sí. Y un día te voy a comer. Ahora mueve tu trasero. Quiero salir de estas
escaleras.
Sigue mis pasos el resto del camino hacia abajo como si de alguna manera
—Ya está —digo, con las manos en las caderas—. Has bajado sin problemas.
Ahora llama cuando necesites ayuda para volver a subir y vendré a buscarte.
—¿Llama cuando...? Oh, por el amor de Dios.
—Oh, no, no lo harás —dice con una risa oscura—. Me has seguido hasta aquí;
codo.
Unas cuantas cosas van mal. Su bastón, del que depende, se hunde en la
cuando aterrizo. El pesado cuerpo de Macon cae sobre mí, nuestras caderas
chocan. Sin embargo, reacciona rápidamente y carga la mayor parte de su
peso en los codos. Estoy rodeada por él, sus brazos me sujetan, sus caderas
bien acunadas entre mis piernas abiertas. Soy tan consciente de lo cálido y
Sus ojos buscan los míos, la genuina preocupación se muestra en sus oscuras
profundidades. Sonrío a pesar del creciente ardor entre mis piernas y el ritmo
acelerado de mi corazón.
—Oh, Dios, tenías razón —digo con un gemido exagerado—. Soy una uva. ¡Me
cuenta de cómo eso hace que ciertas cosas presionen y pinchen áreas que se
están volviendo más sensibles. Pero lo hago. Mis muslos se aprietan mientras
mis pezones se tensan bajo mi endeble camiseta y la parte superior del bikini.
dispara de placer.
Veo el conocimiento de eso en sus ojos, la necesidad de responder. Su
—Delilah...
Sus labios rozan los míos, y entonces soy yo la que avanza, al encuentro de su
boca. O tal vez nos movemos juntos. Todo lo que sé es que nos estamos
tanto tiempo que fuera casi demasiado para soportarlo. Y es tan bueno. Tan
suya. Inclina la cabeza y su lengua se desliza hacia dentro para probarlo por
en llamas.
muy profundamente. Me arqueo contra él, sujeta por su pecho, sus dedos
dispara mi lujuria.
Nos convertimos en alientos calientes, mordiscos, lametones, pequeños
sonidos sin palabras. Está arremetiendo contra mí, su dura pene se mueve
contra mi abertura. Se siente tan malditamente bien que gimo en su boca, mis
como para sentir esa gorda cabeza presionando y empujando allí, pero
él. Él gime largo y dolorido, todo su cuerpo se mueve con sus embestidas
me quite la mía.
Una bofetada húmeda de agua se estrella contra nosotros, fría como el hielo y
Por un segundo, no sé qué diablos pasó, solo que estoy empapada, mi cabello
cuelga mojado y tengo arena en mis ojos. Entonces me doy cuenta de que
estamos en la playa, la arena debajo de mí ahora está mojada. Vuelvo a mirar
al océano. Una ola rebelde nos golpeó, dejando atrás salmuera espumosa y
hermoso cuando se ríe, los ojos como estrellas oscuras, la boca abierta y feliz.
—Vamos arriba.
La mirada de Macon sigue mi cuerpo, con una sonrisa aún en sus ojos.
—Ansiosa. Me gusta. Sabes, si hubiera sabido lo agradable que serías
Suena tanto como el Macon de antaño, el que solía burlarse de mí, que se me
enfría la piel.
Macon se eleva más lentamente que yo, pero con mucha más gracia.
Es tan fácil para él desechar el pasado. Sólo puedo suponer que es porque
—Un error.
—Ya me he hecho una idea —interrumpe irritado—. Y eso es una mierda. —Se
pasa una mano por el cabello mojado—. Era perfecto. Hasta que decidiste
huir de esto.
De nuevo, lo hace parecer tan fácil. Él, que tiene menos que perder. Por otra
parte, todo ha sido fácil para Macon. Espera que el mundo caiga en su regazo.
Un ceño fruncido oscurece sus rasgos y pone las manos sobre sus delgadas
caderas.
—No estaba enamorado de ti, si es eso lo que preguntas. Pero siempre hubo
—¿Crees que esto se trata solo de sexo? ¿Crees que si follamos… —me
—¿Y por qué es eso? —Da un paso más cerca—. ¿Por qué te hago enojar,
Delilah?
Extrañamente, esto parece calmarlo, pero no cede, su tono sigue siendo duro
e insistente.
—¿Ahora me odias?
—No.
—¡No lo sé!
Pero es mentira.
Y él también lo sabe.
Le devuelvo la mirada, mis labios lucen hinchados y doloridos por sus besos,
admitirlo.
—Desear y tener son dos cosas diferentes, trabajo para ti. No, tacha eso,
—He dicho que ya no quiero esta deuda entre nosotros. —Levanta los brazos
las palabras salieron de mi boca. Pero al verte de nuevo... por primera vez en
años, sentí algo más que estar malditamente entumecido, y aparté mis dudas.
mierda.
Resopla.
control o venganza. Era la única forma en que sabía que podía estar cerca de
ti. Nos separamos con tanto odio y dolor entre nosotros. Quería tener la
oportunidad de saber quién eres ahora. Para mostrarte quién soy. —Macon se
mareada, enmudecida.
qué lo hiciste en primer lugar? ¿Era realmente todo por Sam? ¿O era algo más?
—Qué pena.
Giro sobre mis talones y me dirijo a las escaleras.
Presioné demasiado, dije demasiado. Tal vez no debería haberla tocado, pero
en todo lo que pasó hoy, es lo único que no se sintió mal. Ya sea que quisiera
admitirlo o no, he querido saber cómo se sentiría ser besado por Delilah Baker
Ser besado por ella. Hay una distinción en eso. Significaba que ella miraba
de mí mismo por ser un tonto. Puede que me deseara en ese momento, ese
No es bueno.
North viene a ayudarme a subir las escaleras. El hecho de que Delilah lo haya
silencio; no puede haber pasado por alto que tanto Delilah como yo estamos
dárselo. Podría haber ido a mi habitación a ducharme, algo que necesito hacer
incómodo.
Tal vez tenga razón. Si cedemos a este deseo y las cosas salen mal,
arrogancia. Nunca debí aceptar su oferta. Nos ha atrapado a los dos. Pero si
arrepentimiento del pasado, una herida que no se había curado bien. Tal como
están las cosas, ahora es más como un Fantasma de las Navidades Pasadas,
recordándome todas las formas en que la he jodido. Debería terminar con esto.
mierda. No la necesito. Tuve una vida antes de Delilah. Una buena vida.
Timothy quiere saber si quiero otra cita con Anya. No gracias Timothy.
Un par de mis compañeros de reparto quieren saber si he oído algún rumor
Sentado aquí pegajoso y mojado con arena y lodo del océano, me doy cuenta
de que la única persona que podría llenar ese espacio vacío acaba de
Delilah podría tener razón. Podríamos ser un desastre. Podríamos vivir para
lamentarlo. Pero está completamente loca si cree que voy a dejar pasar esto
sin luchar. Porque si hay algo que sé que es cierto, es que todo lo que vale la
términos de odio a... ¿qué? ¿Lujuria? ¿Es esto simple lujuria o algo más? Y si,
asientan como una piedra caliente sobre mi corazón. Consideré la oferta que
había estado insensible hasta que regresé a su vida. Yo también había estado
entumecida. Tan... muerta por dentro. No puedo negar que desde el momento
angustiante.
golpea mi espalda haciendo poco para aliviar mi cuerpo rígido—. Soy una
idiota.
Una gran idiota orgullosa, atrapada en una red de mi propia creación.
Si no viviéramos juntos, me sentiría más segura para explorar esta nueva cosa
heridas si las cosas se van al diablo. Aquí no tengo eso. Ni siquiera hemos
él. Sé, sin que me lo digan, que está en su habitación igual que yo en la mía.
totalmente nerviosa.
ConMan: Te necesito.
saco de encima.
PatitaTemerosa: ¿Aclaración?
Retraigo una sonrisa. Este Macon, el lado del hombre que nunca antes conocí,
¿Con qué?
¿¿¿En serio???
Por qué no puede entrar en mi habitación está más allá de mí. Y por qué tiene
pero aún se las arregla para ser acogedora. Tiene una chimenea, un glorioso
asunto de piedra blanca cortada que llega hasta el techo abovedado y una
Deliberadamente, ignoro la gran cama con paneles de estilo Mission, con las
boca y tiran de las esquinas de sus ojos. Me dedica una sonrisa prolongada.
—Hola.
—Hola.
pensar en su boca, en cómo sabe, en esos suaves ruidos de deseo que hace.
Dios, lo intento, pero está ahí, flotando sobre mi piel y calentándome. Sus ojos
—¿Qué pasa?
a la playa...
¿Dónde?
—Mis costados, espalda, maldición... No sé. Mi torso. Toda la zona no está
bien.
temiendo que le haga más daño, temiendo que no me detenga con un solo
toque.
—No era un problema hasta que me acerqué para abrir los grifos y todo se
agarrotó.
“Te haremos sentir el dolor hasta que llores”. Me fui a casa y me moví en
contrajo y terminé en mi piso durante una hora hasta que llegó mi madre para
—De acuerdo —digo en voz baja—. ¿Has tomado algo para el dolor?
—Ya estoy tomando medicamentos para mi pierna —gruñe, su expresión es
Solo entonces me doy cuenta de que todavía tiene arena, pequeños trozos de
Macon me lanza una mirada como si no pudiera decidir si reír o poner los ojos
en blanco.
—Lo que sea que te ponga en marcha, Patatita. —Su humor decae—. Llevo
bañera, pero no funciona. ¿Podrías por favor, por el amor de todo lo que es
masculina caliente.
—Claro.
El cuarto de baño de Macon es... sorprendente. Tan grande como mi
como para dos personas y está situada en un hueco con ventana para
dorado.
Me mira de reojo.
Refunfuño, me acerco y abro los grifos que están en el centro para que una
Sonrío ampliamente.
baño de burbujas.
—¿Ahora sí? —murmura en voz baja, pero luego me lanza una mirada
—¿Sabes? —murmura por lo bajo, pero luego me dirige una mirada inocente
No estaba bromeando sobre su amor por las burbujas. Múltiples geles de baño
ocultar mi sonrisa, vierto un poco de gel en el agua que sale del grifo. Los
fragancia sutil pero deliciosa, como meter la nariz en el cálido hueco del
Niego con la cabeza ante mi mente errante. Es hora de que me vaya. Solo que
los labios de Macon siguen apretados, y lleva una camisa arenosa y húmeda
Su expresión es de espanto.
brazo.
—Maldición.
Macon Saint. Pero es un proceso tan lento y horrible, en el que Macon aprieta
los dientes, suda frío por el dolor y hago una mueca de simpatía, que ambos
—¿Ahogarte en la bañera?
Pobre hombre. Miro la bañera llena. Los laterales de cobre son altos y se
—Ya lo creo.
Oh, pero es un desafío mantener los ojos cerrados. Su lado cálido y duro
para bajar sus pantalones de chándal. No ayuda que cuando tanteo para
Decente. Ja. Nada en la imagen que tengo a la vista es decente. Con los
como la tinta.
Se le escapa un bufido.
—Ni de broma. No voy a mover ni un músculo. En algún momento tendrás que
—Se quedará.
—No.
martirio.
baño de burbujas. Pero no me dejo engañar. Sus ojos pueden estar cerrados,
—Sí, quiero que me laves el cabello —dice con voz áspera—. Sí, quiero que
—No lo sé.
Es lo último que espero que diga. Los hombres que he conocido nunca
quieren hablar las cosas. Pero Macon simplemente se sienta allí, rey de su
Él sonríe.
—¿Ojos criticones?
relajadamente.
la bañera.
aire.
Los labios de Macon se separan suavemente. Los lame y luego me mira a los
ojos.
Quiero apoyar la cabeza en su hombro, meterme en la bañera con él, con ropa
abanicos puntiagudos, su piel brilla como un bronce bajo las luces bajas del
baño.
—Sé que piensas que todo me resulta fácil, Delilah. En la superficie, es cierto.
Se pasa una mano por su rostro mojado y se queda mirando por la ventana,
Los ojos de Macon sostienen los míos como si estuviera deseando que lo
entendiera.
—Estaba bien con todo eso. Y entonces volviste... Delilah, eres la única
persona viva que me conoce de verdad. Eso solía enojarme. ¿Pero ahora? Se
Un salvavidas. Nunca he sido eso para nadie. Y traté de romper esa conexión
que... es un salto de fe para mí, ¿cierto? Como la persona con todo el poder
—Delilah —dice con una risa seca—, si crees que no tienes poder sobre mí,
—Lo sé.
—Estamos terminando el trato —dice—. Tiene que terminar para que esto
funcione.
—¿Y Sam?
Las comisuras de sus labios se tensan por un segundo; luego suelta otro
—¿Desde cuándo?
Maldita Sam. No quiero que sus actos se ciernan sobre nosotros. Cuanto
por ahora...
—Lo siento —digo—. Por todo eso. Odio lo que hizo Sam.
meñiques se tocan.
mi costado.
sido alquilada.
—Me quedaré aquí. —Sale en un susurro. Pero lo oye muy bien y deja escapar
Mi cuerpo no quiere ir despacio. Lo quiere ahora. Pero la chica tímida que una
vez fui tiene más control sobre mí de lo que pensaba. Y ella es cautelosa.
—Podemos hacer lo que quieras. —Hace una pausa, frotándose las comisuras
Es linda la forma en que piensa que no puedo verlo tramando mi ruina sexual.
—Macon, acabo de llegar al punto en que solo quiero matarte algunas veces
Macon se ríe.
estamos intentando.
—Macon...
para que por fin, maldita sea, por fin, pueda ver esos hermosos pechos.
—¡Macon!
Dios, quiero que haga todas esas cosas y más. Quiero desnudarlo, lamer su
cálida piel. Lamerlo como un helado derritiéndose en una cuchara. ¿Por qué
Lo que sea que vea en mis ojos hace que la sonrisa se le borre del rostro,
—¿Tocarte?
Oh, Dios. Quiero eso. Es una piel suave y resbaladiza y unos músculos
líquida—. ¿Quieres?
Una parte de mí todavía no puede creer que estemos aquí, hablando de esto.
—¿Lo quieres?
—Sí, lo quiero.
—Dios...
—¿Levántate mujer?
—Imaginaste bien.
suficiente como para que el agua fluya por su espalda en lugar de salir de la
bañera. Es un buen recordatorio de que, por mucho que quiera tocarlo, y por
mucho que él obviamente quiera que lo haga, también le duele. Con toda la
delicadeza que puedo, le enjuago el cabello y le paso una mano por la frente
para evitar que el agua le entre en los ojos. Siento su cuidadosa respiración,
casi como si tuviera miedo de moverse, y su calor. Dios, hay tanto calor que
sale de él.
Cuando su cabello está mojado, cierro los grifos.
—Vuelve a descansar.
Más lento de lo que debería, pero se siente bien tener mis manos sobre él.
Mis dedos se deslizan por la dura curva de su cráneo, hasta las gruesas
cuerdas de su cuello.
Sus músculos son tan fuertes aquí que me duele clavar los dedos, pero sus
continuar.
bronceada de su cuello para recorrer las colinas y los valles de sus anchos
Macon suspira, baja los párpados y me acerco, mis pechos chocan contra el
de mis labios. Quiero saborearlo como lo hago con un buen chocolate negro,
sabor.
concentración.
Las patas del taburete rozan con fuerza cuando me pongo a su lado y vuelvo
a mirar hacia él. Con los párpados entreabiertos, espera, con una respiración
mi tortura. Nos rodea el goteo del agua y el áspero chirrido de nuestra agitada
respiración. Deslizo mi mano hacia abajo, palpando ociosamente toda esa piel
suave y resbaladiza. Y entonces lo veo: la punta ancha e hinchada de su pene
saliendo de las burbujas que se disipan, para posarse dura y necesitada sobre
su vientre plano.
Los dos nos quedamos quietos. Estoy mirando el pene de Macon Saint. Me
mareo un poco. Los ojos oscuros de Macon brillan con una pregunta y un
desafío a la vez. Está enroscada con tanta fuerza que su cuerpo se estremece
casi de dolor. Ahora jadea con fuerza, con las mejillas enrojecidas, mientras
sexo se hincha y resbala. Aprieto las piernas para aliviar la presión. Mi mano
bañera. Está tenso, con todos esos músculos finamente forjados apretándose.
Bombeo su pene, apretando un poco más fuerte, yendo un poco más rápido.
—Lo necesitabas, ¿verdad?
Los ojos de Macon se cierran, con el ceño fruncido. Humedece sus labios
Quiero meterme en la maldita bañera con él. Hundirme en este hermoso pene
—Sí.
bombeo, tiro de su pene mientras gruñe y empuja. Jadea, con las cejas
Suavizo mi agarre, pero permanezco con él hasta que se queda sin fuerzas y
que hice.
—Gracias.
de lino son casi ásperas contra mi piel sensibilizada. He estado soñando con
circunferencia.
—Dulce Jesús —murmuro, pasando una mano inestable por mi frente húmeda.
Con las mejillas ardiendo, tomo una larga ducha fría y luego me sirvo un vaso
salido el sol. Una parte de mí quiere ir hasta Macon ahora, decirle… ¿qué?
patas arriba. Las mariposas revolotean sin cesar en mi vientre, y mis dedos se
Tarareando Where Is My Mind? de los Pixies, me siento y veo salir el sol sobre
—¿Ahora qué?
—¿Sam?
Casi no puedo creerlo. Miro hacia la puerta del dormitorio, mi corazón hace
encontrar a Macon, decirle que Sam está al teléfono. Pero ella sólo colgaría y
él probablemente explotaría.
—La única.
—Vaya. —Se ríe, pero está tensa por la molestia—. No llamé para que me
asaran.
—¿Malo? Macon podría haber sido asesinado. Esto es más que malo, Sam.
—¡Oye! No sabía que esa señora era una acosadora. Dijo que era prensa y
Hay veces que no puedo creer que nos criamos en la misma casa. ¿Cómo es
que soy más como mis padres y no de su sangre, y Sam es todo lo contrario?
—Oh, por favor, Dee. Macon es famoso. Tomarse una foto es parte del
trabajo. Me ofrecieron un buen dinero por algo con lo que tendría que lidiar de
—Bueno, no fue así. Y tan pronto como te diste cuenta de lo mal que lo
Despacio.
—Lo sé.
Muy hosco.
mamá.
—¿Qué quieres decir con “¿Qué diablos?” Te dije que estaba limpiando tu
desastre. ¿Qué pensaste que quise decir? —Se me escapa una risa fría—.
¿Qué le había pagado por un reloj de trescientos mil dólares? Jesús, incluso si
tuviera esa cantidad de efectivo, ¿honestamente crees que está bien que
—No pensé que le habías pagado, no. Pensé... bueno, diablos, Dee. Pensé que
Dios mío, eso es justo lo que intenté. Ella sabía que lo haría. Me siento como
una tonta.
—Él no quería que razonáramos con él —siseo—. Iba a la policía. Y tenía que
deslumbrante.
—Yo estaba allí, Sam. Estaba listo para hacer esa llamada.
—Estaba fanfarroneando. Macon ama a mamá, tanto como ese hombre puede
océano, más allá a medida que aumenta ese sentimiento de estupidez. En los
Macon mejor que nadie, que lo entendía en un nivel extraño, no del todo
seguro. Pero Sam tiene razón, ella salía con él todo el tiempo. A pesar de lo
todos estos años. No voy a empezar ahora. Especialmente por algo tan inútil
«Delilah, eres la única persona viva que realmente me conoce por mí.»
Ella está hablando de nuevo, más persuasiva ahora que ha anotado un golpe
directo.
—Lo que significa que sé de lo que estoy hablando. ¿Sabes cuántas veces lo
directamente en su palma.
Fue el novio de Sam durante tanto tiempo. ¿Qué hago siquiera pensando en
Me siento tan hueca y quebradiza como un tronco viejo. Mis labios se sienten
entumecidos.
queman a través de la piel como ácido. No quiero creer a Sam. Quiero creer
en Macon.
tu lugar.
Lo curioso es que bien podría estar hablando de sí misma. Ese conocimiento
me deprime.
—No es tan buen actor, Sam. Te olvidas, yo también lo conozco. Tal vez no
tan bien como tú... —Todo en mí grita que no es cierto. Lo conozco mejor.
cuándo no.
—Un acuerdo de trabajo. —La mentira sabe amarga en mi lengua. Somos más
que eso. Más—. Dadas las circunstancias, Macon ha sido realmente bueno en
todo.
—No has oído ni la mitad de las cosas feas que ha dicho sobre ti. No podía
siquiera verías Dark Castle porque su recuerdo te repugnaba mucho, y eso fue
Ella tiene que saber que me está lastimando. Que ella esté dispuesta a hacerlo
hizo.
favor.
—Regresaré. Pronto.
—Si no estás dispuesta a dejar esa casa... —comienza Sam, haciéndolo sonar
este lugar, con Macon. ¿Es eso una debilidad? ¿Estúpido de mí? No sé. Sam
—Eso es lo que pensé —dice ella—. Así que no muevas el bote. Volveré tan
—¿Lo soy?
Un mes es más que generoso. Aunque me siento como una traidora hacia
voz. No puedo creer que haya estado ansiosa por recibir una llamada de ella.
es Macon.
Las llamadas telefónicas de Sam son como una infección. Trato de quitármela
—¿Estás llorando?
Macon se encuentra en la entrada de la cocina, con el ceño fruncido. Por un
Mi rostro arde con calor. Él debe darse cuenta. Se despliega una sonrisa lenta
—Cebollas. —Dejo el cuchillo, voy a lavarme las manos y mojar mi rostro con
Se toma su tiempo para caminar hacia mí, con esa pequeña sonrisa de
satisfacción esbozada en sus labios. Y aquí estoy, nerviosa como un gato con
atrapando una gota de agua que se me pasó por alto cuando me sequé el
—¿Estás bien?
Sé que está preguntando por algo más que las malditas cebollas.
—Estoy bien.
El ceño permanece.
Sam llamó.
La odio.
Odio preguntarme.
—Macon...
espacio.
atasca en la repetición.
—¿Repetición? —Un surco aparece entre sus cejas—. ¿Qué significa eso?
esas cicatrices. Durante años, cada vez que me miraba en un espejo y veía
defectos, cada vez que escuchaba esa voz en mi cabeza que decía que no era
demonios.
par en par? Maldición, me destroza haberte hecho esto. —Levanta las manos
algunas respuestas.
—Tal vez no puedas. Tal vez sea demasiado tarde para nosotros.
—Lo siento, Macon. No debería haber dicho eso. Lo superaré. —Lo haré. Lo
—Yo también quiero eso. Sin vacilación ni reserva. —Un nudo obstruye mi
es lo que obtenemos.
—Delilah, lo he sabido toda mi vida. La única diferencia aquí es que duele más
Me alejé. No podía ver esa mirada en sus ojos. Lamento. Vergüenza. Un error.
Soy Macon Saint, intocable, el que todos quieren tener cerca. No soy nada.
sentía pequeño e indefenso. ¿Cómo puedo culpar a Delilah por tener la misma
brillante con vetas de cobre y oro hablaban de días pasados al sol. Parecía
Tenía las mejillas regordetas, la nariz respingona y los ojos del color de los
miraba. Y ella era más grande que yo. Por lo menos unos centímetros. Sabía
Conocí la casa. Era una de una docena de casas estilo bungaló construidas en
Había visto a dos niñas corriendo por el césped mientras su padre regaba los
aislamiento, la tristeza. No podía respirar de tanto mirar. Esta niña linda y feliz
Chico estúpido.
Tonto.
Tonto...
lo haría. Le habría dicho a esa dulce niña que sí. Sí, necesitaba un amigo.
Necesitaba tanto uno. Alguien que me mostrara lo que era la bondad simple
para que lo supiera cuando la viera. Así no la empujaría con ambas manos.
Pero no puedo volver. Elegí a la chica equivocada a la que aferrarme en aquel
tantas veces me acusó de ser. Ese niño aún vive, se convirtió en un hombre al
Piensa que somos un error. Para ella, soy uno. Ahora lo entiendo. No quiero
que sea verdad. Pero lo entiendo. Y solo se me ocurre una cosa para arreglar
roble maltratada en la que he comido desde la infancia—. ¿Por qué estás aquí
—Es un dicho.
—Es un dicho terrible. ¿Quién haría eso? ¿Por qué querría imaginármelo?
—Escuché de Sam.
—Sabía que aparecería tarde o temprano. Aunque esperaba que fuera antes.
—No, no creo que lo haga. —Mamá se levanta y empieza a jugar con las
—Esa película siempre me dio ganas de llorar —susurro, con ganas de llorar.
—Me recordó cómo solía ser Macon. Todas las cosas feas.
—Sí.
—Ya veo.
Deja el jarrón sobre la mesa y luego se aleja de él.
de su nombre?
Ella sonríe.
—¿Cuál era esa expresión que tú y Sam solían usar conmigo cuando eran
—Demasiado largo. —La luz del sol brilla a través de la ventana e ilumina su
suave melena rubia. Ahora hay más plata que oro, pero solo resalta su
delicada belleza. Sus ojos brillan con picardía—. Por supuesto que te gusta. Y
—¿Lo es?
miró...
—Como si de repente se diera cuenta de que tú eras la razón por la que Dios
—¡Mamá!
Podría haber pasado toda mi vida sin escuchar a mi madre decir las palabras
placer sexual.
—Mojigata, ¿eh? —Me siento y tamborileo con los dedos sobre la mesa—.
Me eché a reír.
te dimos.
—¿Te refieres a cuando tú y papá tocaron Let’s Do It, Let’s Fall in Love de
Ella se sonroja.
agudos ojos gris azulados me miran fijamente—. ¿Qué está pasando entre tú
y Macon?
Un rubor me invade. No puedo hablar de esto con mamá. Pero nadie más
el ceño ligeramente.
viviendo en su casa.
—¿Viviendo juntos?
Macon. Rara vez pienso en ella junto con él. En estos momentos lo estoy, sin
—Aunque tengo mis dudas sobre qué tan serios fueron alguna vez.
Ella tiene una reacción tardía como si se estuviera dando cuenta de algo, y
la mía.
—Sam y Macon nunca brillaron como tú. Ellos eran... insulsos, apagados de
—Tal vez debería haber intervenido y decirle algo a Sam. Pero parecía
mira con una mirada cariñosa aunque distante, como si recordara otro tiempo.
La miro de reojo.
—Solías decir que éramos como el gas y el petróleo. Y eso no fue algo bueno.
—El gas y el petróleo son combustibles. No es ideal cuando tienes dos niños
frente—. No hay nadie en esta tierra que yo sepa que tenga la capacidad de
—No lo sé.
aunque me encantaría verlos a los dos finalmente encajar, pisa con cuidado,
un dolor y sigue adelante”. Pero algunas heridas se enconan por mucho que
—Quiero estar con Macon libre y relajada. Estuve tan cerca de dejar ir todo
ese viejo equipaje, mamá. Entonces Sam me llama y me recuerda las cosas
horribles que nos hemos dicho y hecho. —Gimo de nuevo y presiono las
palmas de mis manos contra mis ojos—. El viejo miedo y animosidad volvieron
—Estaba devastado.
Dios, la mirada en sus ojos. Necesito ir a casa, ver si está bien. ¿Cuándo se
fechorías?
Trago saliva y parpadeo hacia el techo como si pudiera tener las respuestas.
—El hecho de que estés dispuesta a intentarlo con Macon Saint dice mucho.
murmuro.
—Bueno, claro.
—Cuando las cosas son fáciles, no las apreciamos por completo. —Se pone
de pie y se alisa la falda—. Puede que no tenga una solución clara, pero
—Dios, sí —gimo.
Pero luego pienso en cómo de todos los platos en la vida de Macon que
Como mi sándwich lentamente, mis ojos se cierran con cada bocado porque
no hay nada como su queso asado para devolverme a la niñez, con toda la
vida por delante. Odiaba ser adolescente. Estaba llena de impaciencia por
mentira por lo que es. Porque quiero otra cosa mucho más.
sino trabajar a través de ellas. Podría ser esa chica asustadiza, reaccionaria y
pantalones cortos deportivos sueltos que cuelgan bajo sus caderas, es como
si acabara de salir de la cama. Se pasa una mano por el cabello de punta y
presionar una mano contra mi estómago. Soy yo quien puso esas líneas de
—Hola.
—Hola.
postal.
Me mira con ojos cautelosos y toma asiento. Macon, con los muslos gruesos
separados y los codos apoyados en las rodillas, estudia la caja que sostiene
Él frunce el ceño.
de Macon está en la esquina superior izquierda. Un gran sello rojo con las
derecha, se repiten esas mismas palabras, escritas con letra familiar, solo que
Su ceño aumenta.
—¿No lo devolviste?
Sus labios forman una línea delgada, y sé que está pensando que este es otro
Paso mis dedos sobre la etiqueta, sintiendo las viejas barras donde la letra de
Observo el paquete de nuevo como si realmente pudiera ser una bomba. Pero
Macon se inclina hacia mí, las líneas de su cuerpo se tensan como si estuviera
caja. Las palabras Tiffany & Co. están grabadas en negro en el frente. La
curiosidad me tiene con ganas de abrirlo, ver lo que hay dentro. Pero la carta
Tengo miedo de leerlo. Pero los ojos oscuros de Macon están sobre mí,
cabeza, ese lento acento de mantequilla y miel que antes erizaba mi piel, pero
Delilah,
Mi madre me dijo una vez que, si tienes algo realmente importante que decir,
escríbelo en una carta. Ni un correo electrónico, ni un mensaje de texto, ni
mecanografiado. Pero sí en tinta y papel. La letra de una persona, los lugares
que presiona con más fuerza en la página, las manchas y los errores en la
tinta, muestran su alma. Plasma tus pensamientos en una carta, y el receptor
tiene un registro para siempre, no solo un recuerdo, sino algo que pueden
ahora. Además, estoy mucho mejor cuando puedo pensar en las cosas que
quiero decir en lugar de escupir cualquier tontería que salga de mi boca.
Eso suena débil incluso mientras lo escribo. No sé las palabras correctas para
decir. No sé por qué las cosas siempre se salen de control entre nosotros.
Pero sé que no soporto vivir en mi piel cuando pienso en ti como eras esa
noche. Eso nunca debería haber sucedido.
porque no tenía esperanza ni luz en mi vida. Pero nunca pude quitarme la idea
de que, si Delilah Baker tenía la esperanza de que eventualmente brillaría, a
pesar de toda la mierda que se le presentó, ¿quién era yo, con todas mis
ventajas, para dejar de intentarlo? Yo también te odié por eso, Delilah. Odiaba
que fueras la única que pudiera rascarse las costras que me cubren. Me
hiciste sangrar cuando no quería.
Macon Saint
Escuchar la voz de Macon del pasado nos ha abierto a ambos. Está tan quieto
que bien podría estar congelado. Cuando habla, las palabras crujen como un
cristal frágil.
collar, pero temo que verlo pueda romper mi corazón herido. Su carta casi me
mata. Quiero contarle cosas, abrazarlo y llorar por los dos. Él, el chico
Hacía tiempo que había olvidado lo que dije sobre las estrellas. Eran palabras
significaron algo para él. Es extraño cómo el conocimiento ahora hace que las
—Macon...
—Ábrela, Patatita.
Su voz es terciopelo viejo. No puedo rechazar la solicitud.
cadena es un delicado hilo de oro que sostiene una fila bien espaciada de
devuelto, ¿no?
—Sí —dice lentamente, todavía con el ceño fruncido—. Pero no era mío para
Mi boca se abre.
en señal de protesta, aunque mi mente dice que tengo que dejarlo ir.
—Macon...
—Testarudo.
—Dice la mujer más terca que conozco. —La expresión relajada se desvanece,
suficiente...
continúo con una charla relajada—. Cuando eres tú quien las dice. Pero eso
confianza. No tenías que hacer nada de eso, pero lo hiciste. Y significa algo.
Él parece considerar esto, pero luego se pone de pie, una tensión nueva y más
—¿Más?
doblados.
—Podría contarte todo esto. Pero es el pasado lo que nos persigue ahora, así
El gris bordea mi visión, y exhalo un fuerte suspiro. Quiero decirle que nunca
Con otro suspiro, desdoblo las páginas. Todas las cartas están claramente
algunas en negras, algunas en azules. Uno está garabateado con lápiz borroso.
La letra de arriba es la más antigua, fechada unos meses después de que mi
familia se mudara a Los Ángeles, la tinta negra fue garabateada con tanta
D,
No puedo llorar. Sigo intentando, pero no pasa nada. Solo hay esta maldita
pesadez, una bola negra y gruesa en mi garganta. Pero sin lágrimas. Nunca
Ese collar que envié, del que no quieres saber nada, era la suma de todos mis
ahorros. Años de esconder mis fondos. Mi boleto para salir de aquí. Quería
que lo tuvieras. Una penitencia por todas mis fechorías. Melodramático por mi
Cantidades obscenas.
Pero Macon se ha ido. En algún momento, salió de la cocina. Me duele por él,
por el dolor y la confusión que es tan claro en la página. Quiero llorar por él.
Pero tiene razón; Realmente nunca puedo manejarlo. No tenía ni idea de que
él tampoco podía.
siguiente carta.
Delilah,
Me gradué hoy. Magna cum laude en literatura clásica, un título que mi padre
habría odiado. No es que él estuviera aquí para decírmelo. No había nadie aquí
para verme graduarme. Hice mi caminata, felicité a mis amigos y me fui a
casa.
Estúpido, ¿eh?
No fue de tu parte, Delilah Baker. Era de Darrell y Andie Baker. Sí, tus padres
me enviaron una tarjeta ofreciéndome los mejores deseos por mi graduación.
Me enviaron una tarjeta con un billete de cien dólares adentro. A mí. El chico
Así que aquí estoy para escribirte, deseando nada más en este mundo que
al máximo. Que tal vez, en los rincones más oscuros de tu mente, piensas en
mí solo un poco.
M.A.S
gran abrazo por preocuparse por un chico que no había visto en años. Ella
Hola Patatita,
ambos.
Estoy en una oficina de casting ahora. Sudando mis bolas, esperando que
Te escucho sonriendo, esa voz tuya llena de azúcar y arsénico diciendo: “Por
supuesto que tendrías que intentar volverte famoso, Macon Saint. Siempre te
Quería atención. Pero solo la tuya. No tengo idea de por qué, ya que cada vez
La verdad es que prefiero ser alguien que no sea yo. Quiero la fantasía en
lugar de la realidad. Así que actuaré. Diré palabras que no son mías y
acertadamente.
Tu odio me da fuerza.
Probablemente, soy un maldito egoísta por sentir eso. No, sé que lo soy. Pero
es verdad.
Pero lo hago.
Te
Extraño
Señorita
Delilah
Ann
Baker
Mi pequeña
Caliente
Patatita.
Se me escapa una carcajada. Vaya hombre irritante y grosero. Hombre
hormigueo cálido sobre mis pechos y mis muslos. Sacudo la cabeza, veo las
¡Mira! Soy Arasmus, hijo bastardo de Jon'ash, hermano del Rey Ulser de los
Braxton.
He sido exiliado a las Tierras del Dolor, obligado a luchar por mi comida, mi
refugio, mi existencia. Hasta que...
personajes clave. No estamos siguiendo los libros al pie de la letra, así que no
estoy seguro del destino de Arsamus.
Odio que acabo de recibir la llamada de mi agente, diciéndome que, sí, yo...
Macon Saint, un virtual don nadie en Hollywood, consiguió el codiciado papel
A ti.
Maldición, a ti.
¿TÚ?
silla y miro por la ventana. Es casi demasiado brillante aquí, la luz del sol
rebota en las paredes, haciendo que mis ojos ardan. Por un momento estuve
La forma en que pensaba en mí era tan similar a mis reacciones hacia él, es
inquietante.
Tengo miedo de leer la última, sabiendo que me odia en ella, y soy el
fantasma del que quiere deshacerse. Oh, cómo me arrepiento de mis palabras
antes. Los fantasmas, me doy cuenta, son solo eso, muertos hace mucho
Hola Patatita,
Gané un Emmy.
¿Qué diría yo? Ahora somos extraños. Nada el uno para el otro, excepto un
pasado feo.
Al menos lo soy para ti. Para mí, eres algo diferente.
No tienes idea de que esta noche, cuando me paré en ese podio y dije:
“Agradezco a las estrellas por traerme aquí. Nada es posible sin ellas”.
Siempre tuyo,
Macon
—Oh, Dios —susurro en el silencio. Mis ojos arden cuando los presiono con
y ligero que apenas lo siento contra mi piel y, sin embargo, es el regalo más
sustancial y real que he recibido. Macon me dio todo lo que tenía cuando me
Hay once pequeños diamantes en la cadena. Once. La edad que tenía cuando
de Macon. Cuando llegue mayo, serán once años desde que peleamos en el
baile de graduación.
Todavía me está dando todo lo que tiene.
reaccionará Delilah a mis cartas, ahora las tiene. Ella las leerá y conocerá
habitación. Puedo ver el baño desde aquí, y no puedo mirar ese maldito baño
—Maldición.
Empujo las puertas del balcón y salgo. El sol es caliente y brillante. Vuelvo mi
rostro hacia la brisa y respiro profundo. El aire huele a sal, mar y hierba dulce.
Dejo que me calme tanto como puedo, pero nada realmente ayuda. Solo me
hacia arriba.
Ella se encuentra a unos metros de distancia, sus grandes ojos lucen vidriosos.
forma en que sus ojos color caramelo siempre parecen ver a través de mí. Me
encanta…
embargo, no retrocede, sino que inclina la cabeza hacia atrás y me mira como
mi nariz, la piel en los bordes de mis ojos. Descanso mi frente contra ella, mi
respiración se vuelve más profunda, más rápida. Rozo mis labios contra los de
ella con cada otro beso que me da en la piel porque necesito ese contacto,
—Delilah —susurro, mis pulgares acarician caminos sobre sus sienes—. Todas
—Tú estabas ahí. Siempre estuviste conmigo. —Ella tiene que entender esto.
Cuando pensé en ti, me impulsó. No me sentí solo. Dices que soy la voz en tu
cabeza que te dice lo que no eres. Quiero ser la voz que te diga todas las
incluso cuando estabas en tu peor momento, cuando soñaba con cubrirte con
—¿Acaso lo hiciste?
dándome fuerza, obligándome a ser mejor de lo que pensé que podría. —Su
conocido.
quiere decir que no soy bueno. No soy ni remotamente el mejor. Pero si ella
—Me dije a mí mismo que hice ese trato contigo por mi familia, pero cuando
diez años. Ahora sé que hice ese trato por mí también. Estoy aquí para ti,
escuchar eso.
Por un acuerdo silencioso, Delilah y yo pasamos el día juntos, simplemente
éramos niños, solo que esta vez, es Delilah quien está acurrucada a mi lado
quedarme así toda la noche. Eso es hasta que suena el estómago de Delilah,
Suelto una carcajada, pero las reprimo rápidamente cuando ella me mira.
—Idiota.
una ceja.
momento. Por ahí, tendré que hacerlo porque la gente inevitablemente lo nota.
mostrarte algo.
carretera y el mar. La entrada rocosa tiene suficiente espacio para los autos,
que sopla sobre la arena. El rico aroma de las carnes a la parrilla y las
—Idiota —murmura.
extraordinariamente complacido.
—Muy bueno.
Ella lame una gota de alioli en la comisura de su labio mientras los jugos
—Sí. —Se limpia los dedos con una servilleta—. Aparentemente, no eran nada
Delilah mira fijamente el viejo lugar, su expresión es pensativa como si tal vez
de mi casa. Ella estará cerca de mí. Quiero eso. Ferozmente. Quiero más su
felicidad.
—No estaría sirviendo tacos, así que no es una competencia directa. Creo que
atraída aquí. —Sus manos comienzan a moverse mientras habla, cada vez más
de una vieja cabaña en la playa. No estoy segura del menú, pero está
empezando a tomar forma en mi cabeza. Comida reconfortante, pero no
—Bueno, hay muchas paradas entre una idea y la realidad. No tengo el dinero
ni un patrocinador…
—Y no somos un negocio.
quería que ese arreglo quedara atrás. Me hace gracia para mis adentros
escucharla decir que está aquí porque me quiere, no por lo que podría hacer
—¿Quién?
—Ronan Kelly.
diciendo? Por supuesto que sí. Los hombres ardientes y exitosos corren en
manada.
cuenta de eso.
Gruño.
—¿Quién entonces?
Es mi turno de sonreír.
—Matty Hayes.
—¿La forma en que solías mirarlo como si fuera un dios? —Pongo los ojos en
—Qué irónico, dado que cuando recuerdo ese día, me doy cuenta de que yo
de hablar.
—Sam y tú siempre fuisteis pareja. Yo no tenía a nadie. Me sentí como una
Delilah resopla.
—Sí, bueno, en ese momento, hubiera preferido un novio. Solo había tenido un
beso hasta ese momento. Y eso fue solo por ese estúpido juego de mesa The
Shed.
Demonios.
—Macon...
—¿Qué?
—Delilah, puede que hayamos sido enemigos, pero conocía tu olor como si
conociera tu hogar.
mierda” en voz baja. —Me río del recuerdo—. Estaba impactado como el
—Sí.
—Sabías que era yo, y me besaste de todos modos. —Ella me mira como si
—Eras dulce.
—Me gustó demasiado. Y ahí estabas tú, mirándome con dagas durante toda
la fiesta. Parecía más seguro, más fácil pedirle a Xander que cambiara de
Ella no lo dice, pero ambos sabemos la verdad. Todo cambió esa noche, para
—Considéralo hecho.
—Gracias, Macon. —Me sobresalta con una breve risa divertida—. Debería
estar mareada ante la idea de conocer a Ronan Kelly. Pero todo lo que puedo
imbécil de Xander.
Lo que no le digo es que cada vez estoy más convencido de que quiero que
sea la última mujer a la que besé, la única. El hecho de que ella no sienta lo
No arruines esto.
leyendo guiones.
estaba bien. Tal vez solo quería ver si vendría a buscarme. Sí, soy un maldito
necesitado.
—Dámela y siéntate —digo, haciendo que ponga los ojos en blanco ante mi
Para Delilah la comida es amor. La verdad es que eso más que nada me
Tomo un largo trago y dejo que el sabor del día de Delilah se asienta. Es
Más temprano, fui con North al médico para que me quitaran el yeso. La
de mi piel pastosa.
—¿Y tu espalda?
Un rubor rojizo adorna sus mejillas, pero Delilah no dice nada mientras toma
disfrutando cada maldito sorbo helado. El sol está bajo en el cielo, a punto de
ponerse, y el mar se queda en silencio como si esperara ese último beso de
luz.
serie animada X-Men. Delilah quería ser Rogue, a pesar de que el personaje
—Los amo. Verte en esto sería... Ni siquiera tengo las palabras. Surrealista.
Impresionante.
uno...
—Por otra parte, estas películas son increíblemente populares. —Ella pasa una
—No necesariamente.
—No tiene nada de malo ser una estrella de acción. —Copia mi pose,
estirando sus piernas. Sus pequeños dedos de los pies están pintados de rosa
chicle ahora. Por qué los encuentro tan lindos como el infierno es un
misterio—. Mira a Harrison Ford. Es una de las estrellas más grandes de todos
conseguir papeles en películas tan épicas como Star Wars e Indiana Jones, y
estoy listo.
Ella me da un codazo.
—No sé si quiero.
—¿Eres feliz?
Algo muy dentro de mi estómago se oprime incómodamente.
momento —digo—. Soy feliz en el set, cuando las cosas fluyen. Una buena
completamente en la tumbona. Está tan cerca que todo lo que tengo que
—¿Te sorprendería saber que soy feliz cuando estoy contigo también?
Su sonrisa es pequeña pero complacida. Ninguno de los dos dice nada más.
Me conformo con tumbarme aquí y simplemente ser, porque ella está aquí, y
atardecer vuelve la piel de Delilah color caramelo y sus ojos brillan como el
haré lo que ella desee e iré despacio, comenzando con toques castos y
para descansar allí, cálida y perezosa. Siento ese toque suave hasta el hueso,
Estoy haciendo todo lo posible para no distraerme con sus pechos o la forma
tocarlos.
—¿Macon?
Acaricio su brazo, toco sus dedos. Si hubiera sabido en esa fatídica noche de
mandíbula.
—Pensé mucho. —Su mirada baja a mi boca. Ella tiene toda mi atención
y dulce. Ella hace un pequeño sonido de placer que eriza mi piel, y luego su
desesperado.
Se siente bien. Más que eso. Y es receptiva. Pero quiero las palabras.
Necesito saber que está tan interesada como yo. Delilah tararea en mi boca,
haciéndome cosquillas en los labios. Su cuerpo se arquea contra el mío,
que duele.
Delilah besa como lo hace con todo lo demás, con pasión. Me besa como si
el cielo. Pero ella retrocede, un bonito rubor se extiende por sus mejillas.
—¿Maldita sea?
no volver a alcanzarla.
Se ruboriza, sacude la cabeza como si quisiera salir de la niebla. Quiero
acercarla de nuevo.
Nunca pensé... que me daría cuenta de que sería así... —Su respiración es
Su confesión envía otro rayo de calor a través de mí. Tomo la parte de atrás
deberíamos...
duelen con necesidad. Tómalo con calma. Ella lo quiere lento. Le daré todo lo
tanto calor en sus ojos color caramelo que mi mente se queda en blanco.
—Olvida lo que dije sobre tomarlo con calma. Te quiero ahora.
base de mis pantalones cortos, haciendo todo lo posible por salir. Este es
que estoy bien con esperar. Que no hay prisa. Eso no es lo que sale de mi
boca.
Se ríe, el sonido es amortiguado por mis labios mientras caemos hacia atrás, y
Tan demandante. Lo juro, casi llego al orgasmo solo por eso. Delilah Baker
—Sí. Aquí. —Ella levanta la cabeza. Su cabello está revuelto, sus ojos dorados
alguna objeción…
—Aquí está bien. Bésame. —Gimo cuando lo hace—. Esa boca atrevida. —Me
sumerjo en ella, pruebo su sabor—. Dios, Delilah. Dame otro sabor de esa
boca agria.
Ella tararea, y su mano se desliza hacia abajo para acunar mi pene. Ah, dulce
alivio.
Necesitamos un condón.
por Delilah.
Ella está igual de hambrienta, arrancándome la camisa en el pasillo. Cae en
algún lugar de nuestra estela. Sus dedos fuertes y diestros recorren mis
—Dios, Macon. Eres tan malditamente... —Su lengua rosada toca mi pezón.
Me han llamado así de una forma u otra toda mi vida. Nunca ha significado
nada. Hasta ahora. Porque ella no mira mi cuerpo cuando lo dice. Ella me mira
eso.
que tengo. La cargo los últimos pasos hacia mi habitación, mis labios nunca
mirándonos el uno al otro. Diría que es tímida, pero no es eso. Con los labios
absorbiendo este momento de la misma manera que yo. Quiero recordar esto,
la forma en que la luz acaricia su piel bruñida y hace brillar los mechones
sueltos de su cabello, la forma en que sus ojos están muy abiertos y llenos de
calor.
Apenas reconozco mi voz, es muy áspera. Porque ella está de pie allí, esos
Su sonrisa crece.
que se le pone la piel de gallina. Ella se balancea hacia mí, su palma descansa
No, esto es lo que recordaré por el resto de mi vida. La primera vista de los
con pezones color miel oscura. Me pone tan caliente que estoy temblando. Mi
decir algo como "Finalmente" o "¿Por qué tardamos tanto?" Pero todo lo que
—Eres hermosa.
Parpadea, su respiración se entrecorta cuando froto las puntas de mis
todo lo que puedo hacer para no abalanzarme y chuparlos con fuerza. Tal
como están las cosas, los pellizco y jadea. El sonido va directo a mi pene.
fondo de mi cabeza, estoy tan nerviosa como una adolescente sin experiencia.
cómo llegamos aquí. Porque solo existe él y la forma en que me hace sentir.
Como si fuera una nueva versión de mí misma, recreada en algo glorioso, algo
esencial. Me hace eso con una sola mirada. Quiero brillar para él. Sólo para él.
imagen completa. Nunca he tenido una vista más hermosa. Y luego está sobre
dímelo. —Sus manos grandes, ásperas, con callos de pelear con espadas,
—Macon... —Es una súplica. Para más, para ello en todas partes.
Juega, succiona mis pezones hasta que están hinchados, rígidos y brillantes,
luego frota la parte plana de sus dedos sobre las puntas sensibles en un
círculo lento y firme. La acción es tan lasciva, tan vilmente sexual, que me
retuerzo y gimo contra él, mi pierna se engancha sobre sus delgadas caderas
altura del hueso de mi cadera, hace una pausa. Sus grandes manos se posan
demasiado tiempo.
Lentamente, me abro a él. Siento la exposición en el suave estiramiento de los
Con un gemido, baja la cabeza y besa mi coño como un hombre sin aire. El
placer ardiente e intenso me sacude. Me retuerzo contra esa boca suya que
más.
se vuelva tan hinchado y sensible que estoy medio tratando de escapar. Pero
clítoris como si fuera algo que tiene que hacer, una muestra de afecto
—De todos los sabores que me has dado —dice con aspereza—. Ese fue mi
favorito.
palma por mi vientre y sobre mi pobre sexo provocado. Estoy tan resbaladiza
y lista que dos de sus gruesos dedos se deslizan directamente dentro. Ambos
—Sí.
—¿Cómo lo quieres?
—Macon, ¿sabes cuántas noches he soñado con ese grueso pene tuyo
penetrándome?
—Maldición. Dime.
duro.
Todo el sentido del juego se evapora. Consigue un condón, pero sus manos
juntos. Sus abdominales se contraen cuando paso una mano por sus bolas, su
espalda, en mi corazón.
Luego se desliza sobre mí, dejando espacio entre mis muslos. Cada parte de
porque lo que veo allí no es solo lujuria. Suavemente, como si fuera un sueño,
agacha la cabeza y deposita un beso ligero como una pluma en mis labios
hinchados.
—Delilah.
Es todo.
necesita escuchar.
—Sí, Macon. Sí.
Es demasiado grande para deslizarse con facilidad. Tiene que trabajar para
ello, un poco adentro, un poco afuera, cada vez hundiéndose más profundo.
Y todavía me mira.
El placer nos arrastra con fuerza. Y luego está todo dentro. Se mantiene allí,
palpitando y temblando.
—Oh, demonios —dice con voz áspera. Su beso es ardiente y exigente, casi
—Sí. ¿Crees que es diferente para mí? Siente mi corazón. —Coloco su mano
mí. Nos movemos juntos como si hubiéramos estado haciendo esto desde
Pero al final, rueda sobre su espalda, llevándome con él. Extiende mis brazos
Todo ese poder ha sido puesto delante de mí. Sus pómulos están sonrojados.
El sudor corre por sus sienes. Cada centímetro de él está duro y tenso por la
Estoy organizando una cena para Ronan Kelly, uno de los restauranteros más
un recluso social, pero muchos lo adoran. Tiene treinta y tantos años, es hijo
se refiere.
Y viene a cenar. Todo porque Macon se lo pidió. Podría besar a Macon por
eso. Por muchas cosas. Sabía que el sexo con él sería bueno, intenso. De lo
que no me di cuenta fue de lo cerca que me sentiría de él. El sexo es algo que
entendía. He tenido novios, pero no sabía nada. Porque esta cosa entre
creo que pueda alejarme de él ahora sin desgarrar una buena parte de mí
planeado, mi vida cambiará una vez más. Estaré un paso más cerca de mi
Culpa por acostarme con el novio de la infancia de Sam. Culpa por sentirme
vista, fuera de la mente, y todo eso. Pero alejar algo no arregla nada. Mi
hecho de que no está lista para volver. Trago un bulto de decepción, me visto
Estoy tan condenadamente nerviosa que apenas puedo evitar que me tiemblen
color ámbar que son demasiado grandes, brillantes y asustados. Dejo el rubor,
expresar completamente por qué. Los creé sin pensar demasiado en ello,
Todo está en este menú. Todo lo que significa más para mí. Funcionará, no lo
—Quiero cocinar.
se fue por la ventana; malditas sean las órdenes de producción. Prefiero pasar
Ella cocina; Yo como; hacemos el amor. Una y otra vez. Por dos semanas. No
convertido en mi todo. Pero primero, hay algo que tengo que hacer por los
preocupaciones de tu familia.
mismo contarle sobre los textos más tarde. En este momento, está abajo,
—Hola, Saint. —Entra en el pasillo—. Te ves mejor. Bueno, para una montaña
cubierta de maleza.
Conozco a Ronan desde hace años. Tiene varios restaurantes, todos ellos con
las cosas pasan o no pasan. No sirve de nada preocuparse por cosas que no
puedes controlar. Pero esto es para Delilah. Sé cuánto significa esto para ella,
y no puedo controlar ni una sola cosa sobre esta cena. Quiero que Ronan vea
Con eso en mente, llevo a Ronan a la sala de estar, donde North y su cita
cocina.
canela que abraza cada deliciosa curva. Su trasero es una verdadera belleza.
Quiero pasar mi mano sobre él, darle a ese trasero color melocotón una
—Tengo esto.
—Macon... —Hace una pausa, vacila, luego toma aire—. Gracias por esto.
No estoy seguro de que eso sea lo que realmente quería decir, pero no voy a
presionarla.
—No hay nada que agradecer. —Acaricio la curva de su mejilla, le dedico una
fría que desmiente totalmente el caos nervioso que me mostró. Intento seguir
momento tan fuerte de la infancia que juro que prácticamente siento el sol en
la espalda.
Después de nuestras bebidas, nos hace sentar y llega nuestro primer plato.
—El menú de esta noche —nos dice Delilah—, es una versión de lo que estoy
pensando ofrecer. Es una compilación de las cosas que amo y aprecio. Sin
disponibles de la semana.
Sonríe fácilmente.
—Te dejaré que inventes el nuevo eslogan. Para mí, un plato es tan bueno
—No es ningún truco, señor Kelly. Es amor. El amor por la comida y el deseo
Delilah. Con las ostras, estoy en la orilla, nadando en el calor del día. Nos sirve
cena de domingo, solo que mejor, modificado de una manera que me dan
ganas de probarlo una y otra vez. La panna cotta de suero de leche con
Nunca quise mirar demasiado de cerca en ese momento, pero me está dando
El sabor es erótico. El calor y la lujuria me inundan en una ola que hace que
Entonces me golpea como una patada en el pecho. Este plato somos nosotros.
North me mira como si estuviera loco. Delilah arquea una ceja pero no dice
comida. Diablos.
El silencio es ensordecedor. Ronan ahoga una risa con una tos. Los ojos de
surgen de nuevo, duro, necesitado, pero templados con algo que no quiero
North mira hacia otro lado como si estuviera luchando por no reírse de mí
también. Pero Ronan, quien me gusta cada vez más, se sienta y asiente.
—Tengo que estar de acuerdo con Macon. Sinceramente, estoy atónito. Este
simples ingredientes.
bruscamente en todo eso, tal como lo hice yo. Sexo y salvación en un plato.
No lo soporto más.
—Macon —siseo tan pronto como salimos del comedor—. ¿Qué diablos te
pasa?
de él con mis tacones altos. Lo sigo de buena gana porque no voy a montar
una escena. Lástima que él ya lo haya hecho. Otro estallido de rabia caliente
último.
—¿Estás drogado? —Es una lucha mantener mi voz baja—. En serio, ¿tomaste
—Sé que estoy fuera de lugar. Yo... —Se pasa una mano por el cabello lo
algo... maldición.
Me doy cuenta de lo buen actor que puede ser Macon. Hasta ahora parecía
tan tranquilo, un lago fresco sin apenas mostrar una oleada de emoción.
desquiciado.
—De acuerdo —le digo con calma porque ahora me está asustando—.
Pero hay tanto calor y emoción en sus ojos que mi boca se seca—. Dime que
estoy equivocado.
historia. Siempre. Mi mirada choca con la suya—. ¿Entendiste eso? ¿Solo con
una probada?
Sus fosas nasales se ensanchan mientras asiente brevemente.
No sé qué decir. Estoy expuesta. Totalmente. Tanto para él como para mí.
—¿Lo decías en serio? —pregunta, mirándome con ojos tensos—. Toda esa
—Macon…
Su boca está sobre la mía, sus manos sujetan mi cabello. Va por todo,
cualquier comida. Y lo dejo. A pesar de todos mis miedos, también siento esta
Y luego cambia, se vuelve suave y se derrite. Me derrito con él, cayendo en él.
Debilita mis rodillas y mi corazón. Tal vez yo también le hago eso, porque se
mantienen cerca.
suficiente.
nosotros. Siempre debe haber más. Otro toque. Otra probada. Más profundo,
más duro, más largo. Él es el rico dulce que tanto tiempo se me ha negado. Y
soy suya. Lo siento en cada caricia que perdura, en cada aliento que atrapa, el
—Te adoro. —Otro beso caliente y codicioso—. Te adoro, Delilah Baker. Cada.
la mía—. Eso es por lo que te traje aquí, para decírtelo. Porque no podía
lo sigo besando.
Porque lo hago. Cada parte de él, incluso los rincones oscuros donde teme
pisar.
—Maldición —gime, girando de modo que estoy presionada contra la pared.
Su grueso muslo se desliza entre los míos y se frota contra mi sexo. Gimo, y
—Vamos arriba —jadeo, mis manos se deslizan bajo su camisa para encontrar
Desde el fondo del pasillo llega el sonido de una risa. North dice algo, y hay
otra ronda de risas. Macon hace una pausa, nuestros labios se rozan con cada
respiración entrecortada.
Estoy tensa y resbaladiza. Mis pechos duelen donde presionan la dura pared
de su pecho.
—Si lo haces, te llevaré arriba. —No puedo dejar de trazar la línea hinchada de
malvado.
aliento. Toma mi mano entre las suyas y tira de mí hacia nuestros invitados.
—Promesas, promesas.
Pero sé que cumplirá. Así que lo sigo de buena gana, la felicidad fluye por mis
venas como la luz del sol. Esto es la felicidad. Es tan pura y frágil que siento
control creativo total del menú. Seré responsable del capital y la promoción.
lo quitan.
Capítulo 30
—Necesito moverme.
—Todavía no.
—Sádico.
Me estremezco cuando ese glorioso pene suyo sale, haciéndome sentir cada
lento. Me estoy retorciendo sobre él, y le encanta. Sus ojos oscuros brillan
mientras me penetra.
Desnudos al sol y tirados en una silla que apenas nos sostiene, me ha estado
Se congela, y luego con otro gemido, todo ese poder y necesidad se libera.
placer crece y aumenta hasta que estoy lamentándome, con los ojos cerrados
como si de alguna manera pudiera aferrarme a la sensación para siempre.
más. Llega al orgasmo con un gran grito, su cuerpo grande hace fuerza contra
el mío.
encima de mí, pero sostiene la mayor parte de su peso sobre sus rodillas.
—Delilah, yo...
siempre toca y nadie más sabe el código de acceso. O eso pensaba. Hasta
que escucho una voz que conozco tan bien como la mía. La fría conmoción y
gruñe una maldición y se estira para cubrirme, incluso cuando se gira para
esta fuera su casa, y yo fuera una intrusa que ha encontrado con su hombre.
serio?
Dado que todavía está medio sobre mí, bloqueando mi cuerpo con el suyo,
la manta a mi alrededor.
La intensidad de su grito nos sobresalta tanto a Sam como a mí. Ella palidece,
suficientemente alta para cubrirlo todo, pero las partes esenciales están
reconfortante.
Los ojos de Sam se estrechan ante el gesto, y sus labios se fruncen en una
de estallar de nuevo.
—Sam —le digo antes de que pueda hablar—. Vete. Acabas de entrar en la
Lo juro por todos los dioses de la cocina, ¿aparece ahora? ¿Ahora? ¿Y así?
Uso el tono que usa mamá cuando está a punto de imponer la ley. Y funciona.
Sam nos lanza a Macon y a mí una larga mirada de odio, pero luego levanta la
contra mis costillas. No debería sorprenderme que esté aquí. Le pedí que
sensible.
Con un suspiro, me dirijo a Macon. Un rojo opaco tiñe sus mejillas, y parece
—¿Qué? ¿Cuándo?
—Justo antes de la cena con Ronan. Quería que esto con Sam y nosotros
terminara. Para que sigamos adelante. —El temor oscurece su mirada—. Iba a
Nuestra ropa está arriba. Estuvimos follando lentamente por la casa todo el
aprendiendo qué excita al otro, aislándonos del mundo. Cada segundo, caía
El regreso de Sam se siente como una cuchilla cortando todo eso. Por dentro
escaleras arriba.
—No puedo creer que haya vuelto —gruñe, pisando fuerte como para mostrar
su ira.
Es una tontería que me importe, pero no estoy pensando con claridad. Todo lo
todo.
—No pensé en cambiarlo —dice Macon, frunciendo el ceño—. Nunca se me
El temor crece dentro de mí. Sabía que regresaría. Lo supe por un tiempo y no
complicada para tenerla con Sam pasando el rato abajo. Y soy una gallina.
mano.
—Tu obra, supongo —dice a modo de saludo. Mirándome por encima del vaso,
como si lo fueras.
Él no parpadea.
—Le dijiste a las malditas acosadoras dónde estaría. Y mientras estaba allí en
El silencio resuena. Porque, ¿qué puede decir a todo eso? Nada, y todos lo
sabemos.
—¿Dónde has estado, Sam? —Mi voz es grave e inestable. Estoy tan
misma habitación.
—Aquí y allá. —Toma otro sorbo de té—. Tenía algunas cosas de las que
necesitaba ocuparme.
inexpresivo.
se pone de pie.
indignación.
Nos ignora.
—Él era mío. ¡Durante años! Mi primer hombre. Mío. Eso lo coloca fuera de
los límites.
—Cállate —dice Sam, sin mirar en su dirección. Solo tiene ojos para mí—.
¿Con él? Entiendo que es atractivo y famoso, pero está fuera de tu alcance,
Dee.
Un aleteo de culpa me hace cosquillas en la conciencia porque hay un código
entre hermanas. Y lo rompí. Pero empujo esa culpa lejos. En la superficie, soy
complicado.
cansé de los insultos. Quieres estar molesta por esto, de acuerdo. No puedo
decirte cómo sentirte, pero puedo decirte que cuides tu boca. Ya no puedes
Resopla.
—Lo que solo lo empeora. Te he dicho una y otra vez que no creas una
de histeria.
—Lo sabía. ¿Qué ha estado diciendo? Supongo que te habló del baile de
graduación…
Sam lo ignora.
—¿El baile de graduación? —repito como un loro, mi mirada salta entre ellos.
Silencio.
—Así es como consiguió que lo perdonaras, ¿no? —Se ríe, corta y
desquiciadamente—. Te lo dijo.
—Bien, de acuerdo. Lo hice. Pensé que sería divertido. Solo fue una broma
estúpida, un error. Pero él. —Señala a Macon—. Prometió que nunca lo diría.
Mintió.
fantasma. Y Macon allí furioso, luciendo horrorizado. Pensé que era su culpa.
Lo llamé despreciable.
Una broma.
Y fue obra de Sam. Mi hermana. Oh, cómo lloró esa noche. Me dijo cuánto lo
sentía. Pensé que se refería a la mala acción de Macon. Pero fue ella. Pasé
escucho a Macon maldecir. Mis oídos están zumbando. Sam me mira con
Por primera vez en mi vida, actúo sin pensar. Mi mano sale disparada y se
Delilah sale de la cocina con tranquila dignidad, dejándome a solas con Sam.
Quiero tanto ir con Delilah que me duele el corazón, pero sé que mi chica
Sam mira en la dirección que tomó Delilah, llevándose una mano a la mejilla
—¿No le dijiste?
—¿Por qué lo haría? Lo mantuve en secreto todos estos años. —Algo que
verdad se asentaba como una piedra quebradiza debajo de mis costillas cada
devastada si supiera que su propia hermana la humilló con esa broma cruel.
Sam palidece.
Estoy empezando a pensar que Sam siempre lo estuvo. Que la única razón por
la que se aferró a mí con tanta fuerza cuando éramos niños fue porque sabía
—¿Por qué estás aquí? —le pregunto a Sam cuando no dice nada—. ¿Por qué
ahora? Y no me vengas con esa mierda de pedir prestado el reloj. Sabías que
—Vi una foto de ustedes en esa gala. Tenías esa mirada en tu rostro. Conozco
Demonios, ustedes se odiaban. ¿Se supone que debo creer que estás qué, de
repente enamorado?
¿Por qué es eso? Y no me vengas con la mierda de estar apegada a mí. Hace
felices. —Cuando mira hacia otro lado y levanta la barbilla en señal de desafío,
sigo adelante—. ¿Qué le dijiste? ¿Qué yo era tuyo? —bufo con disgusto—.
pecho.
momentos en los que nos divertimos, cuando ella era la única persona a la
que podía recurrir. Me preocupaba por ella y la odiaba a la vez. Para bien o
—No quiero borrarlo porque es parte de mi historia. Fuiste una amiga cuando
—Pero también sacamos a relucir la fealdad del otro, era malsano y mezquino.
escondiste.
—Lamento eso. Realmente lo hago. Sé que fue horrible. Pero no pensé que
esa mujer te haría daño. Pensé que era una reportera. Está bien, sí, fue una
El reloj que está sobre la mesa, brilla al sol como un ser vivo. Verlo trae una
Delilah en mi vida.
—¿Sabes por qué Delilah se puso en contacto conmigo? —le pregunto a Sam.
Duda por un segundo, pero luego su nariz se arruga, y sé que es por molestia.
—Recibí sus mensajes de texto. Sé que estaba suavizando las cosas para mí.
Si no fuera una mujer y diez veces más débil que yo, estaría tentado a
—Un año de trabajo en lugar de viajar por Asia como había planeado. Todo
Niega con la cabeza como si fuera tonto, está tratando de ser paciente
conmigo.
—Una vez que Delilah te contó sobre la salud de mamá y cómo mi arresto
Odio que tenga razón. Cuando llegara el momento, no habría sido capaz de
seguir adelante. El hecho de que Sam entienda esto sobre mí antes que yo,
cagas en ella cada vez que puedes. Si eso es a lo que llamas amor, tal vez
Sin nada más que decir, voy a buscar a la mujer que me enseñó lo que
Delilah está acurrucada en la cama. Tan pronto como entro, levanta la cabeza.
—Cariño...
su cabello.
—No puedo creerlo —dice, su voz apagada en mi piel—. ¿Cómo pudo hacer
eso?
—Sopla.
Lo hace, y uso otro pañuelo para secarle las lágrimas. Delilah se recuesta,
cuándo realmente me golpeó, pero ahora lo siento con cada respiración que
—Todo este tiempo, fue Sam quien hizo esa estúpida broma. —Los ojos
enrojecidos se encuentran con los míos—. Nunca dijiste una palabra. Nunca te
defendiste.
—¿Con qué propósito? Me odiabas y amabas a Sam. Era mejor para todos si
—Nunca te odié de verdad, Delilah. Esa noche, entraste con ese vestido
tarde.
Porque Delilah es la única que realmente me ve por mí. No quiero perder eso.
hecho de que pudieras perdonarme a pesar de pensar que te había hecho eso
fue un regalo único. ¿Cómo podría lastimarte egoístamente solo para poder
—En cambio, me quedé pensando que mi hermana era alguien en quien podía
confiar.
Se ríe amargamente.
—Y pensaba que estaba protegiendo a mamá y Sam. Me llamaste mártir por
eso.
Maldición.
Delilah resopla y luego inclina la cabeza hacia atrás para parpadear hacia el
—No hay nada de malo en tratar de ayudar a las personas que amas. Eso es
lo que sé ahora.
—La golpeé.
a Sam.
—Quiero golpearla de nuevo.
Suena tan feroz que tengo que sonreír. Como si no pudiera contener su furia,
—Me llamó.
—¿Cuándo?
Mis oídos comienzan a sonar. No estoy seguro de lo que estoy sintiendo, pero
no es bueno.
—Todo este tiempo que hemos estado juntos, ¿has estado en contacto con
Sam?
Me duele el maldito corazón. Pensé que éramos una unidad cuando se trataba
agarro las puntas—. Jesús. Aquí estoy sintiéndome como un canalla porque no
que hizo?
—Sí, apuesto que lo hizo. —Doy un paso firme hacia ella, pero me detengo,
había llamado?
—Lo hice... —Se muerde el labio—. Pero dijo que no volvería si te lo decía. Así
una mejor explicación. Quiero que me diga que me estoy equivocando, que no
puso a Sam antes que a mí. Ocurrió desde las cartas. Un pensamiento me
golpea, y me balanceo sobre mis talones. Mi piel se siente fría cuando fuerzo
las palabras.
había tratado cuando éramos niños... —Se estremece, sin mirarme a los
ojos—. En realidad, fue por Sam, ¿no? ¿Qué dijiste hace un momento? ¿Qué
Sus ojos se cierran con fuerza por un segundo. Cuando los abre, están
Duele. En formas para las que no estaba preparado. Puedo soportar que
Delilah no me haya hablado de Sam si pensó que eso haría que la mocosa
—No soy perfecta. Algunas cosas están tan arraigadas que es difícil liberarse
—Sam —me burlo—. Siempre la maldita Sam. Se caga encima de ti, y todavía
—Acabas de decirme que no estaba mal tratar de ayudar a las personas que
amas.
mierda. ¿Qué hay de mí, Delilah? Me abrí, te mostré cada rincón oscuro que
lo suficiente como para decirme la verdad sobre por qué tenías dudas.
entender esto?
—Cuando éramos niños, todo lo que tenía era mi orgullo —digo con firmeza—.
Pensé que proteger mi orgullo era lo más importante del mundo. Pero crecí y
—Macon...
—Si no podemos confiar el uno en el otro con las peores partes de nosotros
Nos miramos en silencio. Y espero a que me diga algo para hacerlo mejor.
Que me ama, que no tendré que preguntarme si siempre pondrá a Sam por
—¿Te vas?
hiciera?
Esperaba que me dejara en paz por un tiempo hasta que me calmara, no que
nosotros.
—Además —dice, caminando hacia la puerta del dormitorio—. Hay cosas que
Mentí por ella y te causé dolor. Quieres espacio. Sí, Macon, voy a hablar con
mi hermana.
Es un puñetazo en el estómago.
—Entonces vete.
enciende en sus ojos. Pero veo el dolor allí también. Cuando habla, su voz es
rígida.
Todo se derrumba bajo mis pies. La confesión de Sam fue cómo un martillo
neumático llevándose mi base sólida. Pero la pelea con Macon fue peor. Por
Una mentira sigue siendo una mentira. Se suponía que íbamos a superar todo
eso, comenzando de nuevo con todo lo que estaba sobre la mesa. Sin
llamada de Sam.
el punto?
Las lágrimas nublan mi visión. Me echó. Eso dolió más que nada. Salí de su
hermana, algo que sé que lo enoja, pero estoy tan disgustada con ella,
donde ir. Un sollozo estalla tan pronto como salgo de la propiedad de Macon.
dejarlo atrás se siente como una traición. Una parte de mí quiere darse la
momento de privacidad.
años. Estoy medio tentada de pedir galletas de mantequilla de maní. Pero aquí
—De acuerdo —dice, dejando el trapo—. ¿De qué se trata todo esto?
—Macon...
Es todo lo que puedo decir antes de perder el control.
Cuando las lágrimas brotan de mis ojos, jadea y se sienta a mi lado para
—¿Te lastimó? —pregunta suavemente, pero hay una promesa en su voz que
—¿Sam? ¿Regresó finalmente, entonces? ¿En qué se metió esa chica esta vez?
para que no tenga que sentir todo el impacto de ellas. Le cuento todo,
—Bueno, maldición —dice. Ahogo una carcajada y arquea una ceja—. Algunas
controlar mis lágrimas. Ahora soy un maldito grifo que gotea. Toda una vida
de no llorar deshecha en una sola noche—. Macon estaba tan dolido porque
cubrirla.
—Delilah, cariño, tiene razón. ¿Por qué te ofreciste a trabajar para pagar su
—Delilah Ann, ¿me estás diciendo que piensas que soy tan delicada que no
—¿Sí?
Esa ceja rubia plateada se arquea de nuevo. Esta vez es una advertencia.
—Cariño. —Su mano vuelve a la mía—. ¿De qué se trata esto en verdad? ¿Por
—Era una niña tan rara, un verdadero desastre la mayor parte del tiempo.
—Estoy orgullosa de ti. —Agarra mis hombros y me aparta para mirarme a los
ojos. Los suyos están llenos de lágrimas—. Escúchame bien, Delilah Ann. Tú
—Mamá...
—Sí.
Mamá agarra una servilleta y me la da, pero no me deja ir. Me arropa contra
sido así. No hay nada de malo en eso. Pero no dejes que Sam se aproveche
—Mamá, es tu hija.
Se encoge de hombros.
—Amo a mis hijas, pero las veo a ambas claramente, con fallas y todo.
—¿Te importa?
—¿Lo amas?
Amor. Mi corazón da un gran latido. He evitado el amor toda mi vida.
Lógicamente, no debería haberlo hecho. Sabía cómo era una relación feliz; el
matrimonio de mis padres era ideal. Y, sin embargo, cada vez que pensaba en
—No tienes que decirme lo que sientes por Macon. Tienes que decírselo a él.
Luchas por todos los que amas. Tal vez sea hora de demostrarle a Macon que
¿Es eso lo que quería de mí? Recuerdo la mirada en sus ojos cuando dije que
mi corazón crece tanto y es tan profundo que apenas puedo respirar. Una
cosa es cierta; mamá tenía razón cuando dijo que nunca superaría a Macon.
Capítulo 32
La luz de la pantalla parpadea sobre la oscura sala de cine. Miro fijamente las
imágenes que se reproducen con los ojos desenfocados. Solo he venido aquí
—¿Cómo lo adivinaste?
Tennessee Williams.
North sonríe.
Con un gruñido, giro la cabeza hacia atrás para mirar la pantalla. Nos
—Me gusta esta película. —Me recuerda a Delilah. Diablos. Casi la eché de mi
—Cierto.
No quería decir eso, pero ahora que lo he hecho, me siento peor. Porque si
esto es amor, no es la cosa esponjosa que dicen que es. Y North está aquí
North resopla y niega con la cabeza como si estuviera siendo ridículo. A decir
trato.
—No parezcas tan horrorizado —dice—. No creo que sea obvio para Delilah. Y
—Ya no.
—No. —Pellizco el espacio dolorido entre mis ojos—. Iba a hacerlo. Pero luego
—Sí.
Miro en su dirección, pero él niega con la cabeza y ahoga una risa corta.
—No me mires. Soy la última persona que podría darte un buen consejo sobre
las mujeres.
Parece como si estuviera saboreando algo asqueroso—. Nunca fue amor con
—Me lo temía—murmuro.
como si no entendiera.
—Te advertí que te alejaras de ella porque sabía cómo opera y no quería que
Ambos nos quedamos callados por un momento antes de que North vuelva a
hablar.
Se ríe.
—No es que esto no haya sido divertido. —Se tranquiliza—. Lisa Brown está
muerta.
La sangre sale de mi cabeza tan rápido que mis manos se estremecen. Lisa
las sombras más oscuras de mi corazón, puedo admitir que me dio un susto
de muerte.
—¿Cómo?
—¿Y Michelle Fredericks? —La amiga que estaba con ella—. ¿Qué pasa con
ella?
meses.
Se acabó. Cierro los ojos y aspiro un par de veces. Cuando puedo hablar, mis
—¿Por qué?
No puedo mirarlo.
alivio.
nunca se rinden. Por supuesto que vas a sentir alivio cuando esa amenaza
desaparezca.
—Porque está muerta.
hombre.
de la muerte real, mis celos y mi orgullo herido pierden sentido. Ella cometió
—¿Qué?
Se dirige a la puerta.
—¿North?
—¿Lisa Brown? ¿Tenía algún familiar? Tal vez debería... No sé. ¿Debería
mira.
—Sin familia.
Pienso en Lisa Brown. Una mujer que, por alguna razón, se fijó en mí como su
soledad.
No puedo dormir. Macon está ahí fuera, dolido y molesto, y yo estoy metida
en una cama. El peso de eso hormiguea en mi piel y tiro las sábanas hacia
me encuentro frente a frente con la última persona que esperaba ver: Sam.
Ninguna de las dos dice una palabra mientras Sam y yo vamos a la cocina. Me
sirvo un vaso de agua y tomo un gran trago que me quema la garganta. Por
mucho que quiera ir con Macon ahora mismo, hay cosas que necesito decirle
a mi hermana.
—Esa maldita broma con las bolitas de patatas. ¿Por qué me hiciste eso? Lo
Todo lo que quería del baile de graduación fue divertirme. Y me quitaste eso.
—No lo sé.
—Oh, tonterías. Tienes una buena razón para todo. Porque todo en la vida es
un juego, ¿no?
—¿De qué? ¿Ser una solitaria? ¿De qué toda la escuela se burle de mí? ¿De
Sam?
Sam frunce el ceño, pero luego se ríe como si yo fuera una ilusa.
—Y, sin embargo, nunca me miró como te miraba a ti. Nunca me habló como
Sus celos son tan extraños para mí que solo puedo quedarme boquiabierta.
—No. No todo.
—¿Entonces qué?
orgullosos de ti. —Su voz adopta el tono de mamá—. Nuestra Delilah volvió a
—Tenían que decir todo eso. ¡Porque yo era malditamente miserable, y ellos lo
sabían!
—Lo dijeron porque lo decían en serio, Dee. No puedes ser tan despistada.
—¡Ni siquiera era su hija! —Mi grito sale de la nada, hiriendo mi pecho, mi
garganta.
—Soy adoptada.
Sam traga saliva con fuerza, y luego da un paso vacilante para acercarse. Su
voz se atenúa.
—Ya no. —Mi conversación con mamá alivió los últimos restos de esas
ustedes.
amarme.
Mi risa es desquiciada.
—No puedo creerlo. ¿Todo este tiempo estuviste celosa del amor de nuestros
maltratada, pero se siente bien dejarlo pasar. Sam termina con una
acepto su abrazo. Huele a Chanel y a los cigarrillos que sé que todavía fuma a
escondidas.
suficiente.
—Él insistió. La noche que me dejó, dijo que lo haría por mí por todo lo que
habíamos pasado juntos, pero que había terminado con las hermanas Baker.
estaba protegiendo a ella, no a mí. Esto otra vez. Las mismas viejas
—Debiste decírmelo.
—Lo sé.
¿Quiere una galleta por hacer lo correcto? Por dentro, me entumece un poco
versión de ella.
—Fue estúpido tomar el reloj. Nadie lo tocaría… —Se detiene con un sonido
de vender el reloj.
—Esto no es gracioso.
necesito dinero.
—Sammy…
arreglarlo.
Mi impulso es replicar, regañarla. Pero de repente estoy cansada. No quiero
El reloj en la pared hace tic-tac alto y claro mientras ella me mira. Alguna
preocupa que sea tan simplista con su problema. Me preocupa que, a pesar
empezar ahora.
fuera... —Tomo una bocanada de aire y la miro de frente—. Sí, esto es serio.
Me importa.
—Eso no es cierto...
—¿Te dijo que te ama? —Su tono implica que ya sabe que no lo hizo.
—Y nunca lo hará. —Ella camina hacia mí, con esa maldita lástima en su
maldito rostro—. Porque te está tomando por tonta. Sé que no me crees, pero
—¿Por qué eres así? —respondo agresivamente—. ¿Por qué odias tanto todo
lo bueno que llega a mi vida? Esto va más allá de los celos. Es cruel.
Sam se detiene.
—Dee —entona como si yo fuera una niña—. Si tienes esos miedos, debes
Ella me conoce muy bien. Conoce todos los puntos débiles y las formas de
dar un golpe directo. Siempre lo ha hecho. Quiero reírme hasta aullar. La bilis
Sam se queda ahí, engreída, pero haciendo lo posible por parecer triste.
arriesgar nuestra relación con alguien tan vacío emocionalmente como Macon
Macon. Cada palabra que dijo. Cada palabra que dije. La forma en que me
se rio conmigo, tomó mi mano, me habló de su dolor. Las cartas que escribió.
—¿Samantha?
—Te quiero —interrumpo—. Pero has sido una hermana de mierda. Llámame
perderla.
sueño. Tal vez me lo imaginé todo. Tal vez todavía estoy atrapado en los
restos de un auto.
cabeza da vueltas. La casa es demasiado grande para oír algo. Podría ser
Delilah. Por otra parte, podría no serlo. Me levanto de la cama, agarro mi
pared.
camiseta rosa con los que se fue. Está demasiado oscuro para verla bien,
debería estar aquí. El hecho de que no lo sepa es una tragedia—. ¿Está bien?
en cuando.
Una sonrisa lenta florece.
Dios, quiero hacer las paces. Y luego reconciliarnos un poco más. Pasar toda
—¿Vienes a la cama?
Delilah camina hacia la cama, dirigiéndose en una franja de luz de luna que se
De ninguna manera.
dolorosa.
—Lo estaré.
Lo que significa que ahora no lo está. No puedo evitar tomar sus manos y
Su mirada busca mi rostro con una ternura que siento a lo largo de mi piel.
—Pero, sobre todo, lamento no haberte dicho exactamente por qué me sentía
vulnerable. Puede que me equivoque cuando se trata de ti, Macon, pero confío
—No sé por qué es así. Hemos tenido una educación esencialmente idéntica.
duele, y, sin embargo, me da pena porque podría ser mucho más, aunque
Lamento haber tratado de hacerte sentir culpable por ayudarla. Estaba celoso,
y no debería estar…
cuando mi madre dijo que siempre mantendría la esperanza en Sam, fue por
que te dejara. Insinuó que nuestra relación abriría una brecha entre ella y yo
—Delilah...
me golpean—. ¿Qué?
Con los labios entumecidos, la miro fijamente, incapaz de decir una palabra, y
—¿Macon?
Hasta ella.
Delilah.
Delilah me ama.
Sonríe y se aparta lo suficiente para mirarme. Dios, todo está en sus ojos.
—Voy a amarte, Macon Saint. Tanto tiempo y con tanta fuerza que no vas a
Es un alivio.
—No sé mucho sobre el amor, aparte de lo que siento por ti. Puede que me
equivoque, pero sé esto: eres totalmente preciosa para mí. Te honraré cada
Enmarco su rostro con mis manos mientras las palabras salen graves e
Dios mío, el hombre es sexo en cuero con esa ropa. Nunca sabré cómo no he
su espada cuando su mirada choca con la mía. Una lenta y dulce sonrisa se
mirándolo.
—¿Ojos sexy?
Con un gruñido bajo que va directo a todos mis lugares felices, me levanta y
nos lleva a los dos de vuelta al pequeño sofá, esta vez conmigo sentada a
Macon juega con las puntas de mi despeinado cabello. Desde fuera llegan los
Cuando Macon tuvo que volver al trabajo, me animó a seguir mi viaje por Asia,
que él siempre estaría allí, esperándome. Estaba lista para ir, pero de alguna
estaba allí para compartirlo conmigo. Así que nos vamos en otoño.
El restaurante, al que llamaremos Black Delilah, está en proceso de renovación.
Hablo por Skype con Ronan a diario, y esperamos abrir el año siguiente.
Debajo de mí, Macon se mueve un poco para estar más cómodo. Pero no me
suelta.
Él resopla.
—¿Quiero saberlo?
su gran hombro.
—¿Estás segura?
Todavía no tengo un perro. Mamá dice que soy alérgica y papá no quiere
En otras noticias, hoy llamé a Macon Saint un canal anal, la cosa más vil y
repugnante que se me ocurrió. Lamento decirlo, mamá estuvo de acuerdo. Si
hubiera sabido que estaba detrás de mí, habría esperado hasta más tarde
para llamar así a Macon.
Ahora mis dedos están irritados y malolientes porque pasé el día puliendo
toda la plata, incluida la vajilla navideña de la abuela Belle. La única justicia es
que Macon también tuvo que pulirla porque mamá lo escuchó llamarme
maldita.
Pero sigue sin ser justo porque Sam, que empezó todo el asunto diciéndole a
Macon que la sopa de ostras de mamá me dio diarrea, escapó libre como un
pájaro. ELLA tenía una vista clara de la entrada de la guarida y cerró su gran
boca tan pronto como vio venir a mamá.
Macon.
A los dos.
Querido diario,
Hoy era el día en que planeaba participar con mi primer pastel en el horneado
de verano de la iglesia. Siempre he estado esperando para tener trece años, la
Querido diario,
Anoche, besé a un chico. Primer beso. Fue agradable. Hasta que no lo fue. En
Solo fui a la fiesta de cumpleaños de Geoff Martin porque mamá dijo que
sería de mala educación ignorar la invitación. No tenía ganas de decirle que
Quería vomitar. Correr. No sé. Sam me llamó gallina, así que me quedé.
Nunca vi el rostro del chico. Todo lo que sé es que su aliento olía a menta, y
chico más suspirado de la escuela. ¡Qué asco! Todas las chicas, excepto yo,
habían querido sacar su número. No sé cómo lo hizo, pero sé que Sam hizo
trampa para conseguir ese número. Fue la Srta. Calcetines Engreídos toda la
noche.
la delantera. No es que dijera algo; soy una dama, después de todo. Aunque
puede que haya elogiado la destreza atlética del equipo de Greenfield. Sam
me llamó traidora; tiene que mostrar lealtad a la escuela, es una animadora.
que solo estaba un poco tenso por estirarse demasiado. Oh, pero es un buen
actor, dejando que veamos solo un poco de dolor en sus ojos, dejando que
mamá piense que está tratando de ocultar esa mueca de dolor. Funcionó
Odio odiar cuando Macon cena con nosotros. La rata siempre me hace caras
que nadie más capta. Eso, o me patea bajo la mesa, o trata de aplastar mis
dedos con su gran y estúpido pie. Esta noche me pondré mis botas con punta
de acero que mamá odia y le daré una buena paliza.
Delilah Ann
Querido diario,
Dicen que hay una fina línea entre el amor y el odio. No sé si eso es cierto
para todas las situaciones, pero ¿para mí? Bueno, juzguen ustedes. Porque
amo a Macon Saint. Tengo tantas palabras para Macon: amor, lujuria, ternura,
alegría, esperanza y amor. Siempre amor. En algún momento del camino, él y
yo nos hicimos parte el uno del otro. Todo lo que necesitábamos era accionar
el interruptor. ¿Estás sorprendido? Dado que todo este libro estaba dedicado
a Macon, de alguna manera dudo que alguien lo esté. Siempre se trató de
Fin
Agradecimientos
Muchas gracias a mi encantadora agente, Kimberly Brower; al maravilloso y
editora, Lauren Plude. Estoy muy contenta de que por fin hayamos vuelto a
de las autoras más vendidas del New York Times, el Wall Street Journal y el
USA Today. Sus novelas han recibido buenas críticas de Publishers Weekly y
Library Journal. Su primer libro, Firelight, recibió el Sello de Excelencia de la
revista RT y fue nombrado mejor libro del año por Library Journal, mejor libro