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Perú ha sido testigo de una serie de protestas que han sacudido el país en las últimas semanas.
Aunque estas manifestaciones han sido impulsadas en parte por la insatisfacción generalizada
con la situación política y socioeconómica, es esencial analizar el contexto más amplio en el
que se desarrollan. El racismo arraigado y la discriminación histórica han dado forma a las
dinámicas de poder en Perú, y estas han encontrado expresión en la represión de las
protestas. El caso reciente en Perú, en el cual Amnistía Internacional acusa a las autoridades
peruanas de "marcado sesgo racista" en la represión de las protestas, ha generado un debate
importante sobre la relación entre la ciudadanía, el Estado de Derecho y la discriminación
racial en el país. Según un informe de la organización, las muertes en las protestas se han
concentrado desproporcionadamente en regiones con poblaciones mayoritariamente
indígenas. Amnistía Internacional señala que "las regiones con mayoría de población indígena
representan solo el 13% de la población total de Perú, pero sufrieron el 80% del total de
muertes registradas desde que comenzó la crisis". El informe documenta numerosas muertes
en las que "todas las víctimas parecían haber recibido disparos en el pecho, el torso o la
cabeza, lo que podría indicar, en algunos casos, el uso intencional de fuerza letal" dicho
informe de la Amnistía Internacional señala que las áreas con mayoría de población indígena
han sufrido la mayoría de las muertes desde que comenzaron las protestas. Esta discriminación
racial y la exclusión histórica han llevado a la existencia de una "ciudadanía tutelada y
subalternizada" en el país. Esto se ha traducido en una falta de reconocimiento y respeto por
los derechos de las poblaciones indígenas y afroperuanas. El Estado de Derecho es un
concepto fundamental que garantiza que el poder estatal esté sujeto a limitaciones legales y
que los derechos humanos sean respetados. El informe de Amnistía Internacional subraya la
importancia del respeto de los derechos fundamentales como elemento esencial del Estado de
Derecho. La actuación estatal en Perú debe estar en consonancia con el imperio de la ley y la
protección de los derechos humanos. ¿Debería Perú otorgar un estatus de autonomía a las
regiones con poblaciones indígenas como medida para abordar la discriminación histórica y las
tensiones políticas en el país? En cuanto a esta pregunta, puedo concluir que se realiza un
esfuerzo por abordar las persistentes desigualdades y discriminación que han afectado
históricamente a los pueblos indígenas en Perú, se podría argumentar que el Estado peruano
debería reconocer oficialmente a los pueblos indígenas como entidades con derechos y estatus
político independientes. A continuación, detallo porque estamos a favor de otorgar un estatus
de autonomía a las regiones con poblaciones indígenas en Perú como una vía para reconocer y
respetar sus derechos culturales, promover la inclusión y abordar las desigualdades históricas.
En primer lugar, la discriminación histórica contra las poblaciones indígenas en Perú ha llevado
a un marcado sesgo racista en la represión de las protestas en el país, lo que se refleja en la
desproporción de muertes en las regiones con poblaciones indígenas, como Amnistía
Internacional señala: "Si bien las regiones con mayoría de población indígena representan solo
el 13% de la población total de Perú, éstas sufrieron el 80% del total de muertes registradas
desde que comenzó la crisis." Las protestas en Perú se desencadenaron en respuesta al juicio
político y arresto del expresidente Pedro Castillo en diciembre, y han revelado una profunda
insatisfacción con las condiciones de vida y la desigualdad en el país. Las protestas en Perú se
originaron en la desconfianza de gran parte de la población hacia el sistema político y las élites
gobernantes, lo que refleja una brecha significativa entre los ciudadanos comunes y sus
líderes. Las demandas de elecciones anticipadas en las protestas subrayan la importancia de la
participación ciudadana y la toma de decisiones democráticas como una forma de abordar la
insatisfacción política y social en el país.
En segundo lugar, es fundamental destacar que la discriminación racial y la represión
desproporcionada experimentada en las regiones con poblaciones indígenas durante las
protestas resaltan la crítica necesidad de abordar el racismo estructural arraigado y la
exclusión de las poblaciones indígenas en el país. La trágica concentración de muertes en áreas
indígenas enfatiza la urgencia de confrontar tanto el racismo sistémico como la discriminación
estructural que, a lo largo de la historia, han impactado de manera negativa a estas
comunidades y que, lamentablemente, persisten en la sociedad peruana en la actualidad. Lo
que es aún más preocupante es la falta de respuesta efectiva por parte del Estado ante las
legítimas demandas de los manifestantes indígenas, lo que subraya la importancia crítica de
reconocer y abordar las profundas desigualdades sociales y económicas que estas
comunidades continúan enfrentando en el país.
Fuentes:
3. Fernández Rivas Plata, G., & Zambrano Chávez, G. "Ética y ciudadanía. Los límites de la
convivencia". En Título del libro. Editorial.