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INTEGRANTE: HERNÁNDEZ CASTAÑEDA PEDRO MARTIN RAFAEL

CODIGO ESTUDIANTE: U22232163

DOCENTE: MERCEDES OCAMPOR REATEGUI

TEMA: PROBLEMÁTICAS ETICAS

SEMANA 12

2023
La crisis política y social que vive Perú desde la destitución del expresidente Pedro Castillo el

pasado diciembre ha estado acompañada de una ola de protestas, principalmente en las

regiones del sur andino que apoyaban a Castillo. La respuesta de las autoridades ante estas

protestas ha sido motivo de severas críticas por parte de organismos de derechos humanos

como Amnistía Internacional, que denuncia un "marcado sesgo racista" en la represión

policial y militar.

Efectivamente, la reacción del Estado peruano ha sido desproporcionada y excesiva en el uso

de la fuerza letal, con un resultado de más de 60 fallecidos. La gran mayoría de las víctimas

fatales son ciudadanos de regiones rurales empobrecidas, de mayoría indígena o mestiza,

como Apurímac, Ayacucho, Puno y Cusco, que constituyeron la base de apoyo de Castillo.

En contraste, las protestas realizadas en Lima y otras ciudades del país con mayor presencia

de población blanca o mestiza han recibido una respuesta más moderada de las fuerzas del

orden. Esta discrepancia pone en evidencia la discriminación estructural y el racismo

institucional que persiste dentro de sectores políticos y policiales en Perú.

Los manifestantes rurales e indígenas han sido blanco de graves violaciones a derechos

humanos, como uso excesivo de la fuerza letal, detenciones arbitrarias, torturas y tratos

crueles. El Estado los ha criminalizado tildándolos de "terroristas" en lugar de reconocer su

derecho a la protesta contra un sistema que los margina.

Esta discriminación tiene raíces históricas desde la colonia y la imposición de un sistema de

castas raciales que situaba a los españoles en la cúspide y a los indígenas en la base. Aunque

formalmente abolido, el racismo y la exclusión de los pueblos originarios siguen vigentes en


la sociedad peruana actual, reflejándose en mayores índices de pobreza, menor acceso a

oportunidades y nula representación política.

El triunfo electoral de Castillo generó grandes esperanzas de cambio democrático e inclusión

para los sectores rurales e indígenas tradicionalmente excluidos. Sin embargo, su inadecuada

gestión culminó abruptamente con su destitución por el Congreso dominado por partidos de

la élite limeña.

Las masivas protestas surgidas en las regiones que lo apoyaban expresan un profundo

malestar social frente a la persistencia de la desigualdad y la falta de representación política.

Pero el Estado ha optado por reprimirlas duramente en lugar de reconocer los reclamos

subyacentes y buscar canales de diálogo democrático.

Para Amnistía Internacional, esta violencia estatal representa un grave retroceso en materia de

derechos de los pueblos indígenas y estándares sobre uso proporcional de la fuerza y libertad

de reunión pacífica. La conflictividad solo puede encauzarse si se apuesta por reformas que

reduzcan la exclusión estructural y el racismo institucional.

El Estado peruano debe cesar la represión desmedida y abrir canales de comunicación con

representantes de las comunidades indígenas. También es imprescindible que se realicen

investigaciones imparciales sobre las violaciones a derechos humanos y se sancione a los

responsables.

Solo así se podrá transitar hacia una convivencia democrática e intercultural que incluya a

todos los sectores de la sociedad peruana. De lo contrario, la crisis política y social seguirá

escalando de forma peligrosa. La comunidad internacional debe mantener vigilancia sobre el

asunto y exigir garantías para el respeto de los derechos fundamentales.


REFERENCIAS:

-https://cnnespanol.cnn.com/2023/02/16/amnistia-internacional-sesgo-racista-

represion-

protestas-peru-trax/

-https://www.amnesty.org/es/

- https://twitter.com/amnistiaperu?lang=es

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