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LA BRUJA DE CHANCAY

Cuenta la leyenda que el comando chileno dueño del litoral peruano con la caída del "HUÁSCAR", había una
causa y muy poderosa para esta visita de los chilenos pues días antes "LA COVADONGA" vieja goleta chilena
había sido hundida por un torpedo disfrazado, fabricado por un grupo de Chancayanos entre los que se cita a
Manuel Cuadros y otro de apellido Negreiros ayudados por el teniente Oyague. los chilenos venían a vengarse,
y pronto la población aterrorizada, se estremecía bajo el bombardeo sin respuesta, sin embargo, lo peor no
había pasado.

Tampoco se hizo esperar mucho tiempo, y allá fueron las hordas de desembarco, ansiosas de saqueo, incendio
y exterminio.

Entre tanto la población, presa del pánico y de la desesperación, sin más esperanza que su fe en Dios, llenaba
los tres templos de la Villa de Arnedo, elevando rogativas para que el furor del enemigo se humanizara. ¡Madre
nuestra de los Dolores, apiádate de tu pueblo!

La Virgen los Dolores, tradicional y milagrosa imagen de nuestra Madre Celestial, con esa dulce y tristísima
expresión que cautiva los corazones, parecía consolar a sus devotos, prometiéndoles velar por ellos en tan
difícil situación.

En efecto, el día fijado por los invasores para el desembarco, amaneció nublado, tan nublado que apenas se
veía un metro más allá de las cubiertas de los barcos.

La salida del sol no pudo decepar la espesa cortina de neblina, causando la desesperación de los marinos; el día
siguiente fue tan oscuro como el anterior y tanto más los que vinieron y ya era casi una semana.

Catalejo en mano, los jefes chilenos trataban de penetrar las brumas, pero... ¡oh, sorpresa!, allí mismo, casi a la
borda, todos pudieron ver entre la neblina, una sombra oscura que se movía de un lado a otro, entre ellos y la
costa. Era una mujer vestida con negro manto y con una corona que lanzaba destellos de oro y plata.

Cristianos al fin, aunque endurecidos por nel crimen de la guerra reconocieron que lo que aparecía ante sus
ojos, era la imagen de la Virgen María que les cerraba el paso flotando sobre las aguas y entre la blanca bruma,
como si paseara triunfante sobre las nubes del cielo.

Enfurecidos los chilenos gritaron todos:

- ¡es la bruja! - ¡fuego con ella! - ¡matemos a la bruja que no nos deja desembarcar!

Y disparaban llenos de temor y odio, mientras en tierra los poblados se asombraban del prodigio y colmaban el
templo, dando gracias a la santísima Madre de Dios, cuya imagen como otra prueba del milagro, mostraba la
parte inferior de su manto húmedo y cubierto de arena.

Lentamente el mar se fue despejando y los chilenos a pocos días pudieron desembarcar furiosos por la
jugarreta de la Bruja y decididos a buscarla y hacerla pedazos, la buscaron, pero no la hallaron en ninguna de
las Iglesias a pesar que se esmeraron en la búsqueda y no la encontraron porque sus devotos la habían
escondido en una de las casas de la plaza de armas, sin pensar que los soldados acamparían en la misma plaza
y al no encontrar a la Virgen en los templos buscarían en las casas.

Los chilenos buscaron de casa en casa hasta que golpearon a culatazos la puerta, detrás de la cual se
encontraba apenas cubierta y mal disimulada la imagen de la Dolorosa. Revisaron la casa de pies a cabeza,
pero al salir pasaron de largo sin ver a la virgen que estaba al alcance de sus manos. Todos cayeron al piso con
lágrimas de emoción.

Pero tomaron la decisión de sacar a la Santísima Virgen por que los chilenos volverían. Sacaron la imagen en
un burro bien cubierta y haciéndole la señal de la cruz, pasaron por las narices de los soldados, pero parecían
no ver el grupo que estaba sacando a la Virgen. La llevaron a la hacienda de Torre Blanca donde fue puesta
fuera de peligro.

La búsqueda de la Bruja continuo por todo el pueblo, pero no pudo ser hallada. Gracias a este milagro, Chancay
conserva como uno de sus más grandes tesoros, la efigie de la Reina del Cielo, a quien todos llaman "LA
DOLOROSA" o "LA BRUJA DEL MAR" como la llamaron los chilenos en esa infausta época de la Guerra del
Pacífico y que es desde entonces considerada la PROTECTORA del pueblo de CHANCAY. Y es por eso que
Chancay guarda especial veneración a nuestra divina Protectora.

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