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Características de la escultura y pintura románicas
individual, sino genérico: con las formas, estereotipadas, se quiere representar a toda la
humanidad o a las personas divinas. Ello explica la impresión de que todas las figuras “se
parecen”.
- En la composición, clara, ordenada y simétrica, impera el “horror al vacío” u “horror
vacui”.
- En cuanto a la localización:
o La escultura tuvo una presencia casi exclusiva como revestimiento
arquitectónico por lo que hablamos principalmente de relieve escultórico que se
subordina al marco que le ofrece la construcción. Por este motivo, se localiza
casi de con exclusividad en:
o La portada de la iglesia: en el tímpano se despliega el tema más amplio,
formando frecuentemente escenas; en las arquivoltas se suelen colocar figuras
geométricas, vegetales o pequeñas figuras dispuestas radialmente; en el parteluz
se coloca una imagen de Cristo, la Virgen o el Santo al que está dedicado el
templo y en las jambas pueden estar las columnas desnudas, con los capiteles
decorados con relieves, o colocarse alargadas figuras de apóstoles o santos,
superpuestas a los fustes. Entre los conjuntos escultóricos más destacados
sobresalen el Pórtico de San Pedro de Moissac, el Pórtico de Santa Fe de
Conques, el Pórtico de San Lázaro de Autun, el Pórtico de San Vicente de
Ávila, y el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
o Los capiteles de la iglesia y de las arquerías de los claustros de los monasterios,
como vemos en los capiteles del claustro del Monasterio de Santo Domingo de
Silos.
o La pintura al fresco (a veces con retoques al temple) decora las extensas
superficies de los muros del interior de los templos, con especial atención a los
ábsides. Las pinturas son de colores vivos, puros y planos delimitados por
gruesas líneas. Las figuras están en un espacio irreal y carecen de profundidad y
volumen. Los mejores ejemplos pictóricos los localizamos en la iglesia de san
Clemente de Tahull (Lérida), las pinturas murales del ábside de santa María de
Tahull, la pintura mural del altar de la iglesia de san Quirze en Durro (Lérida)
y el conjunto pictórico de la cripta (o Panteón de los Reyes) de san Isidoro de
León.
Existe también un arte no decorativo como las esculturas exentas en distintos
materiales: piedra, marfil o madera, y frecuentemente policromada (Majestat Battló) y la
pintura sobre tabla (frontal de la Seu de Urgell, Lleida). Los temas básicos son: el de Cristo
crucificado (rígido, de cuatro clavos, inexpresivo, con ojos saltones y vestido) que pretende
resaltar la divinidad de Cristo por encima del sufrimiento humano; y el de la Virgen Theotokos
(sedente, con el niño sobre las rodillas totalmente frontal, sin que exista comunicación con la
madre). Esta última es otra imagen de la iconografía bizantina.