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El arte

El arte es también una interrupción al consenso de lo sensible.

Los actos estéticos son reconfiguraciones de la experiencia que apuntan a cuestionar el


reparto de lo sensible.

El arte es un desacuerdo sobre el régimen de visibilidad existente.

El arte es un dispositivo que genera articulaciones entre:

a) Formas de visibilidad,
b) Maneras de subjetivación política
c) Distintos modos de pensar.

La relación entre estética y política reside, entonces, en la manera en que las formas de
visibilidad que el arte propone, intervienen en el reparto de lo sensible y en su
reconfiguración.

A diferencia del reparto de lo sensible, el arte no sirve para establcer las reglas de la
existencia común, sino para intervenir en las maneras de hacer esas reglas, en las
maneras de hacer dentro del sistema establecido.

Las prácticas artísticas son maneras que intervienen en la distribución general de las
maneras de hacer y en sus relaciones con las maneras de ser y formas de visibilidad
(11).

“La política del arte consiste en interrumpir las coordenadas normales de la experiencia
sensorial” (19).

Los enunciados estéticos construyen mapas de lo visible y lo decible,

Proponen nuevas relaciones entre modos de ser, modos del hacer y modos del decir.

Definen variaciones de intensidades sensibles, percepciones y capacidades de los


cuerpos. (49).

La política del arte reside en ese poder de introducir sujetos y objetos nuevos, en hacer
visible aquello que no lo era, en escuchar como seres dota de la palabra a los
marginales.

El arte reconfigura lo sensible pero su efecto es indecidible, indeterminable: nunca


sabemos cuál será su efecto.

El arte aparece como aquello que manifiesta un desacuerdo ante la realidad.

“Hoy el terreno estético es aquel donde se continúa una batalla que ayer produjo las
promesas de la emancipación y las ilusiones y desilusiones de la historia”.
¿Qué hace el arte? Subjetiva, modifica las relaciones entre lo visible y lo decible y por
tanto piensa la realidad de otra manera y modifica las coordenadas de la acción política.

Es decir, la política no es estética porque use tal arte o tal medio estético para hacerse
aceptar. Es estética porque supone un recorte de lo sensible que indica si y como los
cuerpos ocupan un lugar en la comunidad. La política es estética desde su principio
mismo.

El arte no es política en primer lugar por los mensajes y los sentimientos que transmite
acerca del orden del mundo. Tampoco es política por la manera en que representa las
estructuras de la sociedad, los conflictos o las identidades de los grupos sociales. Es
política por la brecha o distanciamiento mismo que toma en relación con esas
funciones; por el tipo de tiempo y de espacio que instituye; por la manera en que recorta
ese tiempo y puebla ese espacio…. La política trabaja la división de lo sensible y el arte
se aproxima a la política por el hecho de que opera un recorte del espacio material y
simbólico.

Entonces,

El arte y lo político intentan hacer visible otras formas de experiencias o sea nuevas
formas de relacionarse con el reparto de lo sensible.

La política del arte reside en ese poder de introducir sujetos y objetos nuevos, en hacer
visible aquello que no lo era, en escuchar como seres dotados de la palabra a los
marginales.

Entonces, reconfigurar los mapas de lo sensible es reivindicar la visibilidad de algo o de


alguien que anteriormente no era visible.

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