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SUYAKUY

(Esperanza)

Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano...


Nos encontrábamos en un pueblito pequeño, rodeado de cerros que parecía el
espejo del cielo. ¡Este era tan maravilloso!, sus montañas pintorescas llenas de
flores tan hermosas como las estrellas alumbraban el paisaje, aquella aldea tan
bella se encuentra en Áncash (Huaraz, Perú), su nombre Quishuar, un
apelativo peculiar, puesto por los lugareños, haciendo referencia a su creencia
en una planta ancestral incaica.
Lamentablemente muchos habitantes eran mezquinos y machistas, que no
valoraban a la mujer andina.
Aquí vivía Killa (Luna) una niña muy preciosa siempre andaba recolectando
Waytas (flores silvestres) en la puna, usaba dos trencitas que hacían resaltar
su majestuoso cabello que era tan suave como la lana de sus ovejitas, sus ojos
eran como dos luceros del cielo en el ande. Ella residía con su madre Julia,
quedando huérfana de padre cuando tenía tan solo dos años y medio de edad.
Como madre soltera, la vida no era nada fácil para ella, no encontraba trabajo y
no tenían que comer.
Los campesinos eran indios machistas y exclamaban:
-! ¡Aquí se necesita de “cholos” fuertes como el toro! ¡Una Warmi (mujer) no
puede!!, el trabajo en la chacra era muy demandante.
Es así como la señora Juliana tuvo que irse a otro pueblo llamado Coris, en
busca de algo mejor para encontrar un trabajo como criada.
Sin embargo, Killa, que así se llamaba su hija tuvo que acompañarla, dejando a
sus animalitos pues poseía dos becerritos y una obejita. Ella estaba muy triste
ya que amaba mucho a su pueblo y entre lágrimas recitó:
¡Quishuar munasqa, jallp'a jay nacesqayta rikuwarqan
(“Quishuar querido, tierra que me vio nacer”)
Kunan punchawmi saqisqayki ichaqa chaylla kutimusaq!
(“Hoy te dejo, pero pronto volveré”)
A la corta edad de 14 años tuvo que trabajar con su madre en la hacienda
"Huascarán" sometiéndose ambas a una agonía. Al principio de su llegada a
Coris, que también era un pueblo muy bello rodeado de cerros verdes y flores
tan coloridas como el arcoíris y una laguna que era el reflejo de la hermosura
del ande, quedaron maravilladas. Las primeras semanas en la hacienda no
sintió la agonía que después pasaría y Killa exclamaba:
¡hatun mama!
¡Esto es un mosqoy! (sueño).Se dijo para sí.
La señora Julia se convirtió en la cocinera de la hacienda preparando platillos
exquisitos como el cuy chactado, sopa de cabeza de cordero, su pachamanca
y chancho asado solo eran unos de los platillos especiales de la región. El
Huascarán era muy famoso por su deliciosa "chicha morada", así que la
mayoría de trabajadores se encargaba de cosechar el maíz morado en las
chacras de Amaru, el dueño de la hacienda, que se encontraba en un viaje
exportando su chicha. Este era un hombre muy rico que tenía una hacienda
enorme, donde se preparaba la mejor chicha de la región, todos la querían
degustar.
Días después llegó Amaru a la hacienda (que por cierto era gigante), se bajó de
su carruaje y desde ese momento todo cambió, la servidumbre se asustó por
su inesperada llegada; las criadas siguieron con sus labores y otras se
escondieron, Killa y su madre se preguntaron ¿por qué? ¿Acaso el dueño era
alguien cruel?, pues pronto lo descubrirían.
Al llegar la noche, Amaru mandó llamar a una criada, después de unos minutos
los gritos se escuchaban por toda la casa como la de un gacela salvaje, la
desgarradora voz de la chiquilla iba desapareciendo.
Al día siguiente Julia se enteró de que Amaru abusó de la criada, ella estaba
muy indignada así que se lo contó a los demás, pero ellos ya sabían sobre
estos hechos, que ocurrían ya que estaban acostumbrados a ver tanta
injusticia, pues él ya lo había hecho antes con muchísimas jovencillas de la
hacienda.
Julia y Kylla querían protestar, pero nadie las apoyó ya que le tenían mucho
miedo al hacendado.
Por la tarde Killa acompañó a los indios de la hacienda a cosechar maíz, una
de sus labores como criada era recolectar los maíces más hermosos para las
chichas.
Fue en este instante donde Killa se dio cuenta lo maravilloso que era la
naturaleza, rodeado de velos blancos, todo lo que existía a su alrededor
reflejaba la belleza y la creación de Dios, los cerros llenos de plantas coloridas
y otras medicinales, llegó a la conclusión de que la sierra era una belleza sin
igual y qué su esplendor era gracias a la Pachamama pues ella les otorgaba
deliciosos alimentos como en este caso era el maíz morado.
Los indios eran muy amables, personas humildes, que tristemente sufrían de
muchos abusos, ellos le contaron a Killa muchas de las costumbres de este
nuevo pueblo y que pronto se iba a celebrar la fiesta más grande de Coris en
homenaje a la pachamama para agradecerle por todos los alimentos brindados
ese año; por ello tenían que trabajar mucho, ya que la chicha sería la bebida
que se tomaría en esas festividades.
Este día para Killa fue mágico, debido a que los indios eran personas muy
generosas y comprensivas que le hacían sentir como en casa, pero al caer la
noche, regresando a la hacienda, este día tan ameno se convirtió en una
pesadilla. Amaru se enteró que tenía una nueva criada joven y esta era Killa,
fue llamada hacia los aposentos del dueño, ella estaba muerta de miedo y sus
piernas temblaban cual dos hojas de flores, tenía un muy mal presentimiento.
- ¿Así que tú sumak niña eres mi nueva criada? - dijo Amaru
-Por favor señorcito, papacito, no me haga daño se lo ruego- dijo
tartamudeando la chiquilla
Amaru con una sonrisa temeraria se acercó a ella para tocarla, sin embargo,
ella no se dejó y le mordió en el brazo.
-¡India maldita! ¿Quién te crees para lastimarme? ¡Vas a morir!
Killa estaba paralizada por el miedo al ver al hombre tan furioso, pero logró huir
de la habitación gracias a su madre pues ella se ofreció quedarse en lugar de
su hija.
-Señor mío, papacito, perdone a mi hija, ¡ella es solo una niña! (Explico Julia)
Killa estaba devastada pues su madre tuvo que sacrificarse por ella.
- ¡Es mi culpa, perdóname mamita por mí tienes que quedarte con ese
saqra,opa ! -decía llorando.
Pasó el tiempo y sus días eran una tortura por los abusos cometidos por
Amaru, ella le rogaba a la pachamama misericordia y su único consuelo era
admirar tristemente el horizonte del ande.
Los indios se dieron cuenta de la triste situación que estaba pasando la
muchacha y crearon un plan para que Killa pueda huir, fue así que logró
escapa en unos carruajes de repartición de chicha a Huaraz "La ciudad de los
sueños”, se subió Killa obligada por su madre para que pueda salir del
sufrimiento y ser feliz en la capital.
Después de largos días de viaje. Killa llegó a la ciudad con la promesa de
volver algún día a Coris. Fue muy difícil su estadía en Huaraz porque no tenía a
nadie, pero gracias a que era una cholita muy trabajadora logró salir adelante y
estudiar convirtiéndose en una gran escritora y herborista.
Escribió su primer libro "Suyacuy", donde relataba todas sus experiencias
vividas y a todos los maltratos que se veían sometidos los indios.
Tras largos años, logró volver a Coris reencontrándose con su madre que se
encontraba enferma, pero Killa le ayudó a recuperarse con plantas medicinales
pues estudio botánica y viajó por cada pueblo para conocer sus creencias
ancestrales y gracias a ello también escribió otro libro.
Se encargó de todos los cholitos, indios de la comunidad, los ayudó dándoles
hierbas como la: Coca, uña de gato, matico, canchalagua. Hierbas medicinales
que ayudaron a su recuperación inmediata pues Killa descubrió el gran poder
que tenía la medicina natural.
Finalmente llegó la fiesta a la pachamama todos los comuneros bailaron al
compás del huayno y corneta agradeciendo a la Pacha Mama por sus cultivos.
Killa y los escoleros cantaban de felicidad; los cerros bailaban alegremente al
compás de la música.
Kay t’ikariq, k’anchariq hallp’ata qowarqanku sach’akunayoq, qurakunayoq,
mayukunapi ch’uya unuyoq.Runakunaqa manan concienciayoqchu mana
ñawiyoq, allin kawsayllapin yuyaykunku, allpa ruruchiywan.Ichaqa kunan

punchawmi gracias niyku qukuykuq kasqaykimanta kuyasqay mama pacha-🎶🎶

(Nos dieron esta tierra floreciente y brillante con árboles, pasto y agua limpia en
los ríos. Las personas no tienen conciencia viven sin reflexionar como ciegos,
sin ojos, solo piensan en el bienestar, a través de la productividad del suelo.
Pero hoy te agradecemos tu generosidad querida Madre naturaleza).
KILLA

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