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FENOMENOLOGÍA DE LA CRIMINALIDAD

Modulo 1. Delincuencia juvenil.


1.Definición

El término delincuencia tiene la misma raíz que delito, qué es la palabra utilizada para describir
una infracción penal. En consecuencia, el término delincuencia hace pensar inmediatamente
en los comportamientos prohibidos por la ley penal.

Por otro lado, el término juvenil hace referencia a la juventud, definida como el "periodo de
vida entre la infanteza y la edad madura". Se trata de una definición que no establece límites
precisos de edad, por lo que genera ambigüedad, esto se ve aumentado en la práctica por la
tendencia a cualificar de jóvenes a personas bien entradas en los treinta.

El lenguaje jurídico, el término en inglés juvenile, es sinónimo de menor. Esto quiere decir que
los textos e investigaciones anglosajonas que se refieren a la delincuencia juvenil tratan los
comportamientos antisociales hechos por menores de edad.

Tenemos que tener presente constantemente, que solo una parte de los comportamientos
antisociales constituyen delitos.

La mayoría de estos comportamientos se pueden calificar de comportamientos problemáticos,


y la investigación ha demostrado que suelen estar correlacionados con la delincuencia.

2. La medida de la delincuencia juvenil.

Puede ser medida utilizando indicadores oficiales de la delincuencia (estadísticas policiales,


judiciales y penitenciarias) o por medio de encuestas de delincuencia auto revelada. Aun así,
estos instrumentos no proporcionan una medida exacta de la delincuencia.

Por lo que hace los indicadores oficiales de la delincuencia, hay que destacar que
generalmente los menores no aparecen en algunas de estas estadísticas.

Las estadísticas oficiales solamente nos proporcionan información sobre la delincuencia que
llega al conocimiento del sistema de justicia penal, dejando de lado todos los delitos que no
son descubiertos.

Para intentar solucionar los problemas de validez y fiabilidad de las estadísticas oficiales, los
criminólogos desarrollaron las encuestas de delincuencia autorebelada.

Por encuesta de delincuencia autorevelada entendemos una encuesta en la que se solicita a


una persona que revele sus delitos cometidos durante un período determinado.

De manera simplificada, el método consiste en formular al encuestado una serie de preguntas


sobre sus actividades delictivas. En consecuencia, la validez de la encuesta depende, en gran
medida, del cuestionario utilizado.

No todas las investigaciones utilizan el mismo cuestionario. Generalmente los investigadores


que lo utilizan intentan mejorar el cuestionario agregando, modificando o suprimiendo
preguntas. Diferentes estudios han investigado con detalle la validez de las encuestas de
delincuencia autorevelada. Estos estudios señalan los defectos principales:
1. Las encuestas de delincuencia autorevelada producen resultados válidos con muestras
compuestas por adolescentes, pero no en el caso de muestras de adultos,
particularmente si estos adultos ya han tenido contacto con la policía.
2. Hay una cierta confusión entre los conceptos de prevalencia y de incidencia de la
delincuencia, por lo que a veces no se sabe muy bien cuál de los dos se está midiendo.

Los problemas de incidencias son particularmente importantes cuando la muestra está


compuesta por personas muy implicadas en la delincuencia, ya que cuando un
comportamiento llega a ser un hábito, es difícil para su autor establecer una frecuencia exacta.

3. Se observan problemas relacionados con la localización de los sucesos en el tiempo.


Dentro de este contexto, podemos denominar “confusión temporal” el fenómeno que
se produce cuando un individuo considera que un suceso se ha producido durante el
periodo de referencia de la encuesta cuando, en realidad, se ha producido fuera de
este periodo.
4. Respecto al modo de administración de la encuesta, el cuestionario escrito plantea
problemas cuando en la muestra se encuentran personas iletradas o analfabetas. En
este caso, el investigador está obligado a excluir a estas personas del análisis
(reduciendo la representatividad de la muestra) o a sustituir el cuestionario por una
entrevista. El inconveniente con los problemas de analfabetismo es que se suele
descubrir cuando se controla el cuestionario ya ha respondido o cuando se llevan a
cabo los primeros análisis de datos, y en este momento, si el cuestionario es
respondido de una manera anónima, es imposible volver a encontrar a la persona
encuestada para someterla a una entrevista.
5. La barrera como son formuladas las preguntas es de suma importancia. Si las
preguntas están redactadas de manera ambigua, las personas pueden revelar
comportamientos que en realidad no corresponden al comportamiento delictivo que
se quiere analizar. Por el contrario, cuando la formulación intentaba analizar un
comportamiento grave (para no intimidar al encuestado) se corre el riesgo de tener un
número elevado de respuestas positivas de parte de personas que, en realidad, no han
cometido el delito en cuestión.
6. La ambigüedad de algunas situaciones de la vida cotidiana. Un comportamiento puede
ser interpretado de manera muy diferente por sus actores y observadores, por lo que
unos pueden considerarlo un delito y otros no. Por este motivo la fiabilidad de una
encuesta de delincuencia autorevelada es a veces discutible.
7. La mayoría de los investigadores suelen construir índices o escalas en los que se
combinan algunos o todos los comportamientos incluidos en la encuesta de
delincuencia autorevelada.
El inconveniente que presentan estas escalas es que a menudo contienen
comportamientos que no son delitos (absentismo escolar) o que son delitos triviales
(colarse en el transporte público). La inclusión de estos comportamientos implica que
muchas veces las personas que en estas escalas se consideran muy implicadas en la
delincuencia, no son más que adolescentes que llevan un estilo de vida ligeramente
desviado.

3.La extensión de la delincuencia juvenil.

La mayoría de las investigaciones criminológicas sobre la delincuencia juvenil han sido


elaboradas como muestras de adolescentes. Los resultados muestran que la mayoría de los
adolescentes cometen delitos. Con una definición amplia de delincuencia, que incluya, por
ejemplo, infracciones de la propiedad intelectual, casi la totalidad de los adolescentes serían
delincuentes.

No obstante, la mayoría de los adolescentes no cometen delitos graves, y la mayoría tampoco


comete una gran cantidad de delitos.

En general, la delincuencia aumenta desde el inicio de la adolescencia (12 años) hasta los
dieciséis o diecisiete años, cuando llega a su punto máximo, y luego comienza a descender.

Cabe destacar que las investigaciones longitudinales hechas en algunos países, indican
también la presencia de un pequeño grupo de adolescentes (entre el 4% y el 10% de la
población) que suelen ser responsables, aproximadamente, de la mitad de los delitos
cometidos por el conjunto de adolescentes. Este grupo reducido de adolescentes continuaría
cometiendo delitos durante la edad adulta.

4.Teorias criminológicas aplicadas a la delincuencia juvenil

Una teoría es una propuesta de explicación de un fenómeno o de las causas de un fenómeno.


Está compuesta por un conjunto de hipótesis vinculadas de manera coherente, y destinadas a
explicar el fenómeno en cuestión o sus causas.

En este contexto hay que distinguir:

 Las hipótesis deterministas: El resultado se producirá, necesariamente, cuando ciertas


condiciones estén presentes.
 Las hipótesis probabilistas: Las probabilidades que el resultado se produzca aumentan
cuando ciertas condiciones están presentes. La criminología utiliza hipótesis
probabilistas y, en consecuencia, sus teorías son también probabilistas.

Cuando se comparan grandes cantidades de jóvenes que viven en barrios desfavorecidos y


favorecidos, las investigaciones constatan que los primeros presentan índices de delincuencia
superior a los índices de los segundos.

* una condición es denominada una variable independiente, mientras que su consecuencia es


denominada una variable dependiente*

La relación causal entre las variables no siempre está clara. Muchas de las teorías
criminológicas tienen su talón de Aquiles precisamente en las relaciones causales que
establecen.

En esta perspectiva, la ciencia exige tres requisitos para que se pueda hablar de una relación
causal entre dos variables:

 La correlación significa que tiene que haber una asociación recíproca entre dos
variables, es decir, una tiene que variar en función de la otra.
 El orden temporal significa que la variable independiente tiene que preceder en el
tiempo a la variable dependiente.
 La ausencia de artificialidad significa que la relación entre las variables no se tiene que
poder explicar por la presencia de otras variables, denominadas factores de confusión
o terceras variables.

Cuando los tres requisitos anteriores se han cumplido, se puede hablar de relación causal. En
cambio, la ausencia de como mínimo uno de estos requisitos implica que esta relación no
existe.
A menudo, en la práctica, el problema principal es el de establecer el orden temporal. Esto se
debe a que la mayoría de las investigaciones criminológicas sobre la delincuencia juvenil
utilizan un modelo de investigación transversal.

A menudo, las investigaciones transversales permiten afirmar que hay una correlación entre
dos variables, pero no es suficiente para demostrar la relación causal entre ellas.

Esta es una de las razones por las que, se ha comenzado a desarrollar algunas investigaciones
longitudinales que aportan elementos de respuesta a algunos de estos problemas de
causalidad. No obstante, las investigaciones longitudinales, son extremadamente costosas, y,
por tanto, poco habituales.

A pesar de estos inconvenientes, las teorías criminológicas son indispensables para


comprender el fenómeno de la delincuencia, en aportar orden a un conjunto de elementos a
menudo disímiles y, a veces, contradictorios. Para estudiarlas y aplicarlas, es conveniente tener
en consideración estos elementos:

1. Las teorías criminológicas, como cualquier saber científico, son provisorias.

En general, el desarrollo tecnológico tiene una influencia clara sobre el saber científico. Por
otro lado, la evolución constante de la sociedad hace necesaria una actualización constante de
las teorías.

2. Para ser científica, toda teoría tiene que ser falsable. Esto quiere decir que tiene que
ser posible refutarla. Cuando resulta imposible probar que una teoría es falsa, no nos
encontramos delante de una teoría sino delante de una doctrina. Por este motivo,
cualquier teoría tiene que identificar claramente cuáles son las variables
independientes y dependientes tenidas en cuenta, explicar claramente la relación
entre estas variables y, eventualmente, las condiciones necesarias para que las
variables independientes tengan un efecto sobre las dependientes.

Cuando todos estos elementos están reunidos, se puede decir que la teoría presenta una
cierta "consistencia lógica".

3. Las teorías criminológicas se inspiran en tres grandes paradigmas. Un paradigma es


una cosmovisión, una manera general de percibir la sociedad que nos envuelve. Estos
tres grandes paradigmas son:
 El libre albedrío, que considera que los seres humanos deciden, en libertad total, el
curso de sus acciones.
 El determinismo, que considera que estas decisiones están condicionadas por
factores externos, que pueden ser sociales, económicos o de otra índole.
 El paradigma del conflicto social parte de la premisa que los seres humanos no
conviven pacíficamente, sino que se encuentra en una lucha relativamente
constante en la que los detectores del poder se intentan perpetuar, y los excluidos
lo intentan obtener.
4. No todas las teorías criminológicas tienen el mismo alcance. Algunas se proponen
explicar el conjunto de la delincuencia y otras se concentran en algunos típicos
específicos de delincuencia.
5. Las teorías criminológicas suelen proponer diferentes niveles de explicación. Algunas
pueden intentar explicar la delincuencia de una persona, mientras que otras se
pueden interesar en la delincuencia de grupos de personas. Desde el punto de vista
teorico, se pueden distinguir cuatro niveles de explicación:
 Individual (la persona)
 Micronivel (grupos íntimos, como la familia, la escuela o el grupo de amigos)
 Mesonivel (grupos de talla media, como un barrio)
 Macronivel (grandes grupos o sociedades, como una ciudad, un país)

No obstante, en la práctica se suelen mencionar únicamente dos niveles: El micronivel y el


macronivel.

4.1. Teoría de la tensión

La teoría de la tensión sugiere que la tensión puede provocar sentimientos negativos como la
frustración y la cólera, y que la delincuencia puede ser una manera de evacuar estos
sentimientos.

La comisión de un delito puede ser una de las formas de liberar estos sentimientos, no
obstante, estos sentimientos también se podrían evacuar a partir de comportamientos por
sociales como la práctica de deporte o participar en actividades convencionales.

En el marco de la delincuencia juvenil, los investigadores intentan identificar:

 Las principales fuentes de tensión


 Las condiciones que provocan que ciertos individuos liberen esta tensión por medio de
la delincuencia

Agnew (2009) considera que hay dos grandes fuentes de tensión:

 El fracaso en intentar conseguir ciertos objetivos


 La presencia de estímulos negativos o ausencia de estímulos positivos.

Los objetivos buscados por los adolescentes pueden ser el dinero, un estatus," sensaciones
fuertes" y la autonomía de los adultos.

La segunda fuente de tensión no tiene que ver con objetivos no conseguidos, sino con la
presencia de ciertos estímulos negativos (rechazo, abusos, negligencia, etc.) o con la ausencia
de estímulos positivos (relación con los padres, compañeros, etc.) que también pueden
provocar frustración y cólera, y ser evacuados por medio de la delincuencia.
Por lo que hace las estrategias utilizadas para gestionar la tensión, Agnew (2009) destaca:
 Las estrategias cognitivas que consisten en reinterpretar la tensión para disminuir su
efecto (" no es grave ", "veamos el lado positivo")
 Las estrategias de comportamiento que consisten en actuar para disminuir el efecto de
tensión (conseguir un trabajo, evitar ciertos amigos, cometer un delito)
 A partir de estrategias emocionales, el adolescente puede intentar contrarrestar las
emociones negativas producidas por el estrés. Podemos observar, que algunas de
estas estrategias pueden conducir tanto a comportamientos prosociales como
antisociales.

Se puede decir que determinadas circunstancias incrementan el riesgo que la tensión conlleve
a delincuencia. Este es el caso cuando las personas bajo tensión disponen de estrategias
limitadas de la gestión de la tensión, de una red social convencional limitada, o están
expuestas a otros factores de riesgo
4.2. Teoría del aprendizaje social

Esta teoría parte del axioma que sostiene que todo comportamiento es aprendido. Considera
que el comportamiento delictivo también es aprendido, y que los modelos que promueven
este aprendizaje son los grupos de personas cercanas al individuo y los medios de
comunicación masiva.
Esta teoría ha tenido una gran influencia en criminología, en la medida en que las
investigaciones empíricas corroboran, sistemáticamente, que los jóvenes que tienen amigos
desviados están más implicados en la delincuencia que los que no los tienen. No obstante,
estas investigaciones no permiten establecer claramente el orden causal de esta correlación.
 Entre los grupos primarios que pueden tener influencia en el aprendizaje de la
delincuencia destacan la familia, los amigos, compañeros de escuela y vecinos del
barrio.
 Entre los medios de comunicación, destaca en el cine, la televisión, los ordenadores y
los videojuegos.

El aprendizaje incluye las técnicas necesarias para cometer delitos y las racionalizaciones
necesarias para justificar, desde un punto de vista ético, la misión de estos delitos.
Las teorías generales sobre el aprendizaje del comportamiento han desarrollado tres modelos
de aprendizaje:
1. El aprendizaje responsivo (condicionamiento clásico) que consiste en llevar a cabo una
conducta como respuesta a un estímulo determinado.
2. El aprendizaje operante es un modelo más complejo que tienen consideraciones
procesos cognitivos que se desarrollan en la mente del individuo y lo hacen evaluar las
consecuencias de sus acciones.

Los investigadores denominan programas de refuerzo la manera con la que las consecuencias
se encadenan con los comportamientos.
 En los programas de refuerzo continuo, la consecuencia se produce cada vez que se
hace la acción.
 En los programas de refuerzo intermitente, la consecuencia se produce solo algunas
veces.

El aprendizaje de la delincuencia funciona, generalmente, con programas de refuerzo


intermitente. Los actos desviados menores no suelen ser castigados por el sistema de justicia
penal, lo que produce al mismo tiempo un refuerzo positivo de la delincuencia ya que, a
consecuencia de su comportamiento, el autor obtiene alguna cosa que puede ser tangible o
intangible. El castigo, que debería engendrar el desistimiento del comportamiento, interviene
pocas veces.

Esto sugiere que un sistema de justicia penal exigiría un programa de refuerzo continuo, es
decir, que cada delito tendría que ser sancionado. Evidentemente, los refuerzos y castigos
también pueden ser administrados por los grupos cercanos a la adolescente, como la familia,
los profesores o los amigos. Esto a veces, conlleva situaciones en las que se producen
refuerzos discriminativos, lo que significa que una persona puede reforzar de manera positiva
un comportamiento (un amigo desviado que aprueba la comisión de un delito) y otra persona
lo puede castigar (los padres que descubren que el hijo ha cometido un delito)

3. El aprendizaje también se puede hacer por imitación (aprendizaje vicario), es posible


aprender por observación, sin necesidad de llevar a cabo el comportamiento
aprendido. El aprendizaje vicario se opone al aprendizaje activo, en el cual la persona
actúa. En el caso del aprendizaje vicario, la persona observa y esta observación activa
procesos cognitivos que le permiten comprender la manera de llevar a cabo el
comportamiento.

Como la educación está orientada hacia el rechazo de los comportamientos sociales, los que
llevan los llevan a cabo necesitan a menudo justificar sus acciones.

En este sentido, Sykes y Matza (1957) pusieron en evidencia una serie de técnicas de
neutralización, entre las que destacan:
 Negar la responsabilidad (" no es culpa mía")
 Negar los daños (" paga el seguro ")
 Negar las víctimas (" los empresarios ya ganan bastante dinero ")
 Condenar a los que condenan el comportamiento antisocial (" los políticos que hacen
las leyes son los primeros delincuentes ")
 Invocar lealtades superiores (" lo hice para ayudar a nuestra causa ")

Los adolescentes también pueden desarrollar valores favorables a la delincuencia. En general,


no se trata de considerar apropiado cualquier tipo de conducta antisocial, sino de aceptar en
general los actos desviados menores (consumo de drogas) y de manera condicional los delitos
graves (considerar que en determinadas circunstancias es legítimo recurrir a la violencia).
Los tres valores asociados con más frecuencia a los comportamientos antisociales de los
adolescentes son la búsqueda de sensaciones fuertes, la búsqueda del éxito a corto plazo y,
para los hombres, la reivindicación de la masculinidad.

4.3. Teoría del control

La teoría del control explica que son los vínculos con la sociedad convencional los que impiden
que la mayoría de la población no cometa delitos graves.
En criminología, la teoría del control por excelencia es la desarrollada por Travis Hirschi en
1969, y conocida como teoría del control social. Para Hirschi los vínculos sociales
fundamentales son:
 Apego: Consiste en identificarse efectivamente, a dar importancia a lo que otras
personas opinen de nosotros y de nuestros actos.
 El compromiso: Consiste en sentirse unido a la sociedad convencional. Los que más
integrados se sienten son los que más cosas tienen que perder en caso de cometer un
delito.
 La participación: Hace referencia al hecho de tomar parte en actividades sociales
convencionales. La hipótesis es que quien participa en este tipo de actividades
difícilmente llevar a cabo actos que afecten al orden social.
 Los valores: El hecho de tener una escala de valores favorable al respecto del orden
convencional implica, un rechazo de los comportamientos contrarios a este orden. Los
adolescentes menos proclives a la delincuencia serían los afectivamente vinculados e
identificados con sus padres y maestros, que tienen aspiraciones y expectativas
laborales y que comparten la creencia en la necesidad de respetar la ley.

Los vínculos sociales actúan de esta manera como controles, como barreras que impiden o
dificultan la comisión de actos antisociales.

Estos controles actúan de manera directa e indirecta, de esta forma:


 El control directo externo es el ejercicio por las personas que vigilan el
comportamiento del adolescente (madres y profesores que lo podrían castigar)
 El control directo interno tiene su fuente en los valores de la adolescente.
 El control indirecto interno depende de lo que el adolescente tiene que perder, en
términos de integración social, en caso de cometer un delito.
 El control indirecto externo depende de las recompensas eventuales que el
adolescente podría recibir si respeta el orden convencional.

Posteriormente, Hirschi elabora junto con Gottredson una segunda teoría, conocida como la
teoría del autocontrol (Gottredson y Hirschi, 1990):
El autocontrol constituye una forma de control interno y consiste en la capacidad de resistir a
los deseos inmediatos.
Las personas con un nivel bajo de autocontrol son más susceptibles de ceder a la tentación que
les provoca las ocasiones de cometer delitos. Este factor tiene una importancia especial
cuando se toman consideración que la delincuencia común produce beneficios inmediatos,
aunque a largo plazo pueda generar consecuencias negativas.

Posteriormente Grasmick y otros (1993) desarrollan una escala de autocontrol que


operacionaliza estos conceptos a partir de unas características de personalidad determinadas:
 La impulsividad.
 La incapacidad de diferir las recompensas.
 La preferencia por las actividades de riesgo.
 La hiperactividad.
 La falta de ambición o de motivación.

Estas características son, a su vez, operacionalizadas en los cuestionarios de delincuencia


autorevelada con afirmaciones (delante de las cuales el adolescente tiene que manifestar su
acuerdo o desacuerdo) como las siguientes:
 " actuó espontáneamente, casi sin reflexionar"
 " me gusta correr riesgos solo para divertirme"
 " para mí, la emoción y la aventura son más importantes que la seguridad "
 " cuando estoy enfadado con alguien, prefiero pegarle que hablarle"
 " pierdo fácilmente el control "

Según Gottredson i Hirschi (1990), el nivel de autocontrol estaría fuertemente influenciado por
la educación recibida durante la infancia y se mantendría relativamente estable a lo largo de la
vida.

4.4. Teoría del etiquetado.

La teoría del etiquetado se inscribe en el paradigma del conflicto social, que postulan este
contexto que los poderes políticos y económicos se establecen las leyes para proteger sus
propios intereses. Esta teoría estudia la reacción social a los comportamientos desviados, es
decir, la manera como la sociedad responde a estos comportamientos.
Al crear una norma penal se etiqueta un comportamiento como delictivo, y en considerar que
un adolescente ha violado esta norma se le etiqueta como delincuente.
Esta teoría sostiene que la percepción de uno mismo se forma en contacto con otros, hasta el
punto de que a veces las personas se acaban comportando según la manera en que otros les
perciben.
Este proceso se produce porque los adolescentes etiquetados como delincuentes son
percibidos por los que le rodean como problemáticos o peligrosos. En consecuencia, suelen ser
rechazados por los miembros de la sociedad convencional.

La teoría del etiquetado no intenta explicar el primer comportamiento delictivo de una


persona, sino que se concentra en la reacción social a este comportamiento. En este contexto
considera que, si el comportamiento delictivo es detectado y sancionado por el sistema de
justicia penal, se inicia el proceso de etiquetado, y este proceso hará que la adolescente
persista en cometer delitos y hasta incrementar la cantidad de delitos cometidos.

Una de las críticas que se ha hecho hasta teoría es que no explica los casos de adolescentes
que continúan cometiendo delitos aún sin haber estar sancionados por el sistema de justicia
penal.

* la desviación primaria (el primer delito) puede provocar una reacción social de castigo y de
etiquetado de la adolescente, y esta reacción puede engendrar la desviación secundaria (la
persistencia en la comisión de delitos).*

La constatación que las intervenciones del sistema de justicia penal suelen tener efectos
negativos hizo que Braithwaite (1989) desarrollara su teoría de la vergüenza reintegradora.
La hipótesis de esta teoría es que la vergüenza que puede sentir el autor de un delito puede
hacer que rechace (y sea rechazado) la sociedad convencional (teoría del etiquetado), pero
esta vergüenza también puede ser utilizada para reintegrar al joven en la sociedad si esta le
otorga una nueva oportunidad.
Esta teoría ha inspirado así la idea de una" justicia restaurativa ", la técnica principal de la cual
consiste en reunir en un mismo grupo al autor del delito, la víctima, sus familiares y otros
miembros de la comunidad. Este grupo intentará llegar a un acuerdo común sobre cómo el
autor puede reparar el daño causado sin recurrir a sanciones penales, de tal manera que la
víctima se sienta desagraviada, el autor acepte su culpa, y la sociedad no lo rechace.

4.5. Teorías del curso de vida.

4.5.1. La delincuencia en la adolescencia y la edad adulta.

En la interacción entre tecnología y ciencia, el desarrollo de investigaciones longitudinales a


partir de la década de 1960 ha permitido a los investigadores, durante la década de 1990
disponer de suficientes datos para comenzar a elaborar teorías sobre la evolución de la
delincuencia a lo largo de la vida. Esta corriente de la criminología se denomina criminología
del curso de vida.

Un artículo de Moffit (1993) ha adquirido con el tiempo una gran importancia en plantear de
manera correcta el debate de fondo y proponer una posible solución, aunque esta también ha
estado criticada. El debate de fondo intenta conciliar dos postulaciones contradictorias:
 Según Gottredson y Hirschi (1990), la implicación en la delincuencia se explica por un
nivel de autocontrol bajo. El nivel de autocontrol es estable a lo largo de toda la vida.
 Las investigaciones criminológicas han observado que la delincuencia aumenta
durante la adolescencia y disminuye después.
Desglosando datos de encuestas longitudinales, Moffit (1993) distingue dos grandes modelos
de delincuencia:

1. Delincuencia limitada a la adolescencia: Se trata del modelo que sigue la gran


mayoría de la población, la implicación es la delincuencia de la cual aumenta
durante la adolescencia y disminuye al final de esta etapa. Este modelo se aplica a
un porcentaje que oscila entre el 90 y el 96% de las personas.
2. Delincuencia persistente durante toda la vida: Hay un pequeño porcentaje de la
población, entre el 4 y el 10%, que presenta tasas elevadas de delincuencia
durante toda la vida.

Para explicar la delincuencia de estos dos grupos, Agnew (2009) propone una teoría integrada,
que combina hipótesis de las principales investigaciones disponibles.
Esta teoría postula que la delincuencia aumenta durante la adolescencia a causa de una serie
de cambios biológicos y sociales:
 Los cambios biológicos están vinculados al desarrollo físico y sexual, el aumento de
testosterona en los hombres y el desarrollo progresivo de la corteza prefrontal del
cerebro, que controla las emociones y que solo se acaba de desarrollar al final de la
adolescencia.
 Los cambios sociales están vinculados al estatus híbrido de los adolescentes, que han
dejado de ser niños pero que aún no son adultos. Durante la adolescencia aumenta la
autonomía, los recursos materiales, y también aumentan las responsabilidades en la
escuela secundaria, lo que determinará en parte el futuro laboral de los adolescentes.

Por lo que hace la delincuencia persistente durante toda la vida, Agnew (2009) señala que las
personas que presentan este patrón se comienzan a implicar muy deprisa en la delincuencia, y
señala que hay investigaciones que han observado comportamientos violentos a los diez años.
Entre las características de personalidad, destacan la irascibilidad y un nivel de autocontrol
bajo. El origen de estas características está vinculado con una educación parental deficiente,
aunque no se descarta que tengan también un componente biológico.

De acuerdo con investigaciones disponibles, Agnew (2009) concluye que, para el grupo de
delincuentes caracterizado por una delincuencia persistente durante toda la vida, las
implicaciones en la delincuencia no disminuyen porque las características de personalidad son
estables y porque una mala educación tiene efectos duraderos.

4.5.2. La violencia durante la primera infancia

Tremblay constata que la gran mayoría de los estudios criminológicos sobre la violencia juvenil
utilizan muestras de adolescentes que tienen entre 12 y 18 años. Estos estudios indican:
 La mayoría de los adolescentes cometen infracciones, generalmente infracciones
menores.
 El pico de la delincuencia se encuentra en los dieciséis años.
 Una minoría de los adolescentes son responsables de la mayoría de los actos violentos
y son también objeto de la mayoría de los arrestos policiales.
 Los adolescentes de este grupo pequeño son más susceptibles que los otros a
presentar problemas de salud física o mental y, cuando han abandonado los estudios,
de estar en desempleo.
Indicó que se habían detectado comportamientos violentos en niños de 10 años, que es la
edad mínima de la mayoría de las investigaciones criminológicas. ¿qué sucede durante los
primeros años de vida?
En otro estudio (Nagin y Tremblay, 1999) con una muestra de niños domiciliados en sectores
socioeconómicos desfavorecidos de Montreal y que fueron seguidos desde los seis a los quince
años, las agresiones físicas fueron evaluadas por el profesorado. Los resultados fueron:
 El 52% presentaba un nivel de agresiones físicas bajo a los seis años. Este nivel
disminuía con el tiempo.
 El 28% presentado un nivel de agresiones físicas elevado a los seis años. Este nivel
disminuía con el tiempo.
 El 17% no presentó tendencias agresivas.
 El 4% presentó constantemente, entre los seis y los quince años, un nivel de
agresiones físicas elevado.
 Los niveles de agresión físicas más elevados para todos los grupos que realizaban estas
agresiones se registró durante los seis años.
 En ningún grupo, la agresión física no " apareció " después de los seis años.

Estos resultados ponen en duda la idea de que las agresiones físicas aumentan con la edad. La
pregunta entonces es, ¿a qué edad comienzan las agresiones físicas?
Tremblay considera que los primeros 24 meses de vida de un ser humano son
extremadamente importantes.
 A los seis meses el bebé puede coger objetos, pero todavía no tiene las capacidades
lingüísticas para pedirlo. Por este motivo, intentará apoderarse del objeto quitándolo,
y si otro bebé se niega, comenzará una disputa.
 Hasta los 12 meses, los bebés dedican la mayor parte del tiempo de juego a descubrir
un objeto a la vez. Entre los 12 y 18 meses se entretienen solos imitando los
comportamientos de la vida real.
 A los 24 meses ya pueden jugar con otros. Es en este momento que las agresiones
físicas adquieren el nivel más alto. Es cuando descubren las relaciones sociales por
medio de las capacidades que han adquirido desde el nacimiento (hablar, caminar,
corre, coger, empujar, pegar).

La mayoría de estas relaciones son positivas, pero los conflictos existen. Es a partir de estos
conflictos que los niños aprenden que pueden hacer daño y que les hagan daño, esto significa
que los conflictos son una parte necesaria del aprendizaje. La mayoría de los niños aprenderá
rápidamente que una agresión física contra otro niño estará respondida con otra agresión
física, y que los adultos no permiten este tipo de comportamientos.
La mayoría aprenderá también a esperar a que otro niño deje de utilizar el juguete y
descubrirá que una buena manera de evitar las interacciones negativas es pedir las cosas en
vez de quitarla por la fuerza.
Tremblay concluye que aprender a ser paciente para obtener lo que se quiere (preferir la
"satisfacción a largo plazo) a la recompensa inmediata) y aprender a utilizar el lenguaje para
convencer a los otros y satisfacer así los deseos propios parecen ser los dos factores más
importantes para prevenir la agresividad física crónica.
Los resultados de las investigaciones de Tremblay ponen en duda la teoría del aprendizaje
social.
El proceso de desarrollo de la agresión indica que no se aprende el comportamiento violento,
sino que se aprende a controlar este comportamiento.
Si durante los primeros años de vida del bebé está rodeado de adultos violentos, aprenderá
que la violencia forma parte de las relaciones sociales cotidianas. En cambio, si está rodeado
de adultos que no toleran la agresividad física y recompensan los comportamientos
prosociales, hay muchas probabilidades que aprenda a utilizar métodos no agresivos para
obtener lo que quiere o para expresar su frustración.
Según Tremblay, los niños que no aprenden durante los años preescolares a encontrar
soluciones para evitar la utilización de la agresión física tendrán problemas serios, aumentando
el riesgo de que sean retirados de su entorno natural para colocarlos en clases, colegios o
instituciones especiales, acompañados de otros niños desviados. Esta situación fomenta el
desarrollo de un comportamiento marginal. Presentan también un riesgo elevado de
abandonar los estudios, de sufrir accidentes graves, de tener comportamientos violentos, de
entrar en contacto con el sistema de justicia penal, de ser diagnosticados con un trastorno
psiquiátrico, de estar en desempleo y de ser padres a una edad primeriza. Los estudios que
han seguido niños agresivos hasta la edad adulta han corroborado las consecuencias
extremadamente negativas de esta violencia.

4.6. Teorías situacionales

Engloban una serie de teorías que se inspiran en el viejo proverbio que sostiene que "la
ocasión hace al ladrón". La la más destacada es la teoría de las actividades rutinarias de Cohen
y Felson (1979), que constatan que las teorías criminológicas tradicionales predecían, a escala
macrosocial, que una mejora de las condiciones socioeconómicas implicaría una disminución
de la delincuencia.
Para que se produzca un delito es necesaria la presencia de tres elementos:
 Un autor motivado
 Un objetivo atractivo
 La ausencia de vigilancia

Por lo que hace los delincuentes, Cohen y Felson consideran que siempre hay personas
dispuestas a cometer un delito si la ocasión se presenta. De manera que, los cambios
ocasionados en las actividades cotidianas de la población han aumentado las ocasiones de
cometer delitos, lo que permite explicar el aumento de la delincuencia sin necesidad de
recurrir a teorías que se interesan en los motivos de las personas para cometer un o no
cometer delitos.
Aplicada a la delincuencia juvenil, esta teoría presta una atención especial en las actividades
cotidianas de los adolescentes. En este sentido, los que más se exponen al riesgo de encontrar
ocasiones de cometer delitos son los que pasan mucho tiempo rodeado de iguales
(adolescentes del mismo grupo de edad, sin necesidad de que sean amigos) llevando a cabo
actividades no supervisadas y desestructuradas en espacios públicos.
Los adolescentes utilizan actualmente una gran cantidad de aparatos electrónicos (móvil,
teléfono, tablet, ordenador, etc.) que constituyen objetivos propicios. En función del estilo de
vida, muchos adolescentes se encuentran con numerosas ocasiones de cometer delitos.
Parte del éxito de la teoría de las actividades cotidianas está vinculado también con la
redacción con la prevención situacional. La prevención situacional consiste en reducir las
ocasiones de cometer delitos.

5.Factores de riesgo y factores de protección

La socialización puede ser definida como " el proceso por el cual los individuos aprenden las
maneras de actuar y de pensar de su entorno, las interiorizan integrándolas en su personalidad
y llegan a ser miembros de grupos en los que adquieren un estatus específico"
La vida pacífica en sociedad sería imposible en ausencia de ciertas normas básicas de
convivencia, y el proceso de socialización intenta inculcar el respeto de estas normas en los
nuevos miembros de la sociedad.
La familia se considera el principal agente de socialización, ya que el individuo convive con los
padres durante los primeros años de vida por lo que recibe la educación elemental.
Desde el punto de vista de las teorías criminológicas, la familia puede ser tanto un factor de
protección como de riesgo en cuanto a la implicación en la delincuencia.
Según la teoría del aprendizaje social, que también prevé que una socialización inadecuada,
por ejemplo, con modelos paternos desviados, hermanos implicados en comportamientos
antisociales o padres que no tienen capacidad para resolver los conflictos familiares de manera
pacífica, constituyen un factor de riesgo.
Siguiendo en esta línea, la teoría del control considera que el riesgo de implicarse en la
delincuencia aumenta cuando los padres no supervisen correctamente a los hijos. En sentido
contrario, la familia sería un factor de protección cuando el control paterno es exigido de
manera correcta.
Al mismo tiempo, una familia con un nivel de conflictos internos elevados constituye una
fuente de tensión para los miembros, a veces forzando a los adolescentes a preferir pasar más
tiempo fuera de casa, y eventualmente, a implicarse en comportamientos sociales, ya sea
porque se les presenta la oportunidad o porque estos comportamientos constituyen una
manera de liberar la tensión.
Desde la perspectiva de la teoría del aprendizaje, se puede afirmar que los hijos de familias
disociadas, conflictivas o los padres o hermanos de las cuales han tenido antecedentes
delictivos serán con frecuencia etiquetadas como problemáticos o conflictivos, lo cual
engendrará el rechazo de sus iguales convencionales y un control más importante ejercido por
parte de las autoridades del sistema de justicia penal.

Hay investigaciones que sugieren que hay una correlación entre familia disociada y
delincuencia, en el sentido que los hijos de familias disociadas cometen más delitos que los
hijos de familias intactas.
En los últimos años, las investigaciones han comenzado a tener en cuenta la complejidad
creciente de las relaciones familiares del mundo contemporáneo. En la práctica, la mayoría de
las investigaciones no disponen de muestras lo suficientemente grandes para crear tantos
subgrupos (correspondientes a los diferentes tipos de familia) y conseguir que estos subgrupos
tengan largo el tamaño necesario para hacer el análisis estadístico.
Una división posible es la que distingue entre:
 Familias intactas
 Familias monoparentales
 Familias recompuestas
Las diferencias no eran de una gran magnitud, además están relacionadas con el clima familiar
en estos diferentes tipos de familias. Esto nos lleva a distinguir entre dinámica familiar (la
calidad de las relaciones entre los miembros de la familia) y estructura familiar. Para
operacionalizar la dinámica familiar, los criminólogos utilizan, en una encuesta de delincuencia
autorevelada, preguntas como las eventuales discusiones entre los padres, la relación entre
padres e hijos. En esta investigación, los adolescentes de familias recompuesta presentaban
resultados más negativos en estas dimensiones que los adolescentes de familias
monoparentales e intactas. Los resultados sugieren que, si la dinámica familiar fuera la misma
en los diferentes tipos de familia, la estructura no tendría importancia.

5.2. La escuela

La escuela (primaria y secundaria) no solo contribuye a la educación de los niños y


adolescentes, sino que también constituye un agente de socialización importante.
Las investigaciones empíricas constatan, de manera sistemática, una correlación entre el
fracaso escolar y la delincuencia.
Globalmente, los adolescentes que tienen problemas escolares suelen estar más implicados en
comportamientos antisociales que los que no presentan estos problemas.
Para operacionalizar el fracaso escolar, los investigadores se utilizan como indicadores, por
ejemplo, el abandono escolar, repetir un año de estudios, etc.
No obstante, la correlación entre el fracaso escolar y delincuencia no implica que el primero
sea la causa de la segunda. Las investigaciones transversales constatan que los dos fenómenos
se presentan al mismo tiempo, pero no permiten establecer relaciones causales.
Teniendo en cuenta los resultados de las investigaciones longitudinales, Agnew (2009)
considera que el efecto causal del fracaso escolar sobre la delincuencia es modesto e indirecto,
en el sentido de que el hecho de no dedicar suficiente tiempo a la escuela deja un tiempo libre
que permite la frecuentación de iguales y de amigos desviados.
Las investigaciones empíricas sugieren que las mejores escuelas se suelen caracterizar porque
tienen clases con un número limitado de estudiantes, les ofrecen buenas condiciones de
trabajo y perspectivas de futuro, controlan la disciplina de los estudiantes, pero al mismo
tiempo recompensan los esfuerzos, disponen de buenos recursos económicos y fomentan
relaciones cordiales entre el sector administrativo y el profesorado. Estas escuelas se
caracterizan porque presentan niveles de conflicto bajos (teoría de la tensión), supervisan
adecuadamente a los estudiantes (teoría del control), promueven métodos de educación
apropiados (teoría del aprendizaje social), evitan que los estudiantes sean calificados como
gandules o problemáticos (teoría del etiquetado) y ofrecen menos oportunidades para
cometer actos desviados (teorías situacionales).

5.3. El barrio.
5.4.
Los barrios desfavorecidos son estudiados por los criminólogos porque muchos de los
delincuentes identificados por el sistema de justicia penal provienen de estos barrios. En este
contexto, la primera operación que hay que hacer cuando se inicia una investigación, consiste
en definir cuáles son los barrios considerados desfavorecidos. Generalmente, para definir
estos barrios, los criminólogos tienen en cuenta cuatro dimensiones:
 Las dificultades económicas de los habitantes, que se pueden operacionalizar
tomando, por ejemplo, el valor medio de compra o de Alquiler de las propiedades del
barrio, el sueldo medio de los habitantes, el porcentaje de desocupación o el
porcentaje de familias que reciben ayudas sociales.
 La población inestable que se puede operacionalizar consultando los registros de las
oficinas de empadronamiento para observar la rotación de las personas que se
instalan en estos barrios.
 La disociación familiar que se puede operacionalizar teniendo en cuenta el porcentaje
de familias monoparentales y recompuestas entre las familias del barrio.
 La degradación urbana se puede operacionalizar a partir de la presencia de grafitis en
las paredes basura en las calles prostitución y venta de drogas. Esto se puede llevar a
cabo mediante observaciones hechas por los investigadores o como se hizo en la ISRD-
2, por medio de preguntas hechas a los adolescentes sobre la presencia de estos
elementos en sus barrios.
Las investigaciones empíricas corroboran que los adolescentes que viven en barrios
desfavorecidos presentan, generalmente, tasas de delincuencia más elevadas que la de los
jóvenes que viven en otros barrios. Esta correlación se puede explicar:
 Un barrio degradado ofrece más oportunidades de cometer delitos o hacer actos
antisociales como pintar grafitis. Consumir o vender drogas. O aprovechar la presencia
de drogadictos para apoderarse de su dinero (teorías situacionales).
 La presencia de otros adolescentes desviados puede favorecer también el aprendizaje
de la delincuencia y la racionalización de la comisión de estos actos (teoría del
aprendizaje social).
 Las dificultades económicas que favorecen un estado de estrés psicológico los
habitantes del barrio, que podría ser liberado con la delincuencia (teoría de la tensión).
 En un barrio peligroso, el control social informal ejercido por los vecinos es inferior al
que hay en otros barrios porque las personas suelen evitar, por ejemplo, paseos
nocturnos en estos barrios (teoría del control).
 Los adolescentes que viven en estos barrios tienen más probabilidades de ser
consideradores adolescentes problemáticos, de manera que tendrán dificultad para
encontrar amigos entre adolescentes convencionales, y al mismo tiempo, podrían ser
controlados con más frecuencia por las patrullas policiales que recorren los barrios
desfavorecidos (teoría del etiquetado).

Un adolescente de un barrio desfavorecido puede sobrepasar los límites impuestos por este
barrio, ya que hay muchos elementos que pueden actuar como factores de protección.

5.4. Los iguales y las bandas juveniles

Cuando los adolescentes cometen delitos, en general lo hacen en grupo. Al mismo tiempo, los
adolescentes más implicados en la delincuencia suelen tener amigos desviados, siendo esta
una de las correlaciones más robustas y constantes en la investigación criminológica.
La criminología se ha interesado no solo por la presencia de amigos desviados sino, de manera
más general, por la de iguales desviados. Todos los compañeros de grado y los adolescentes de
la misma edad del barrio son iguales, pero solo algunos son amigos entre ellos. Algunos de
estos grupos forman bandas juveniles.
Uno de los grupos de trabajo de la Sociedad Europea de criminología (europen Society of
criminology) es el Eurogang Network, que define una banda como: Un grupo durable de
jóvenes que pasan mucho tiempo en la calle y la implicación en la delincuencia de la cual
forman parte de su identidad de grupo.
El grupo Eurogang ha elaborado numerosas investigaciones, los principales resultados
constatan que las bandas de calle europeas están formadas principalmente por minorías
étnicas o nacionales y que su desarrollo es relativamente reciente. Así mismo, los miembros de
estas bandas tienen tasas más elevadas de comportamientos violentos que los que no están
dentro de una banda. En particular, la relación entre comportamientos violentos y pertenecer
a un gang es más robusta para los delitos violentos más graves. En este contexto, el
comportamiento violento típico de los miembros de bandas europeas son las peleas.
Comparadas con las bandas norteamericanas, las europeas presentan tasas más bajas de
violencia, lo cual se puede deber a su desarrollo reciente, a la presencia restringida de armas
de fuego, y al hecho de que los grupos europeos dan menos importancia a la defensa del sitio
físico que ocupa la banda.

6. La teoría general de la delincuencia juvenil de Agnew

Robert Agnew (2009) ha propuesto, recientemente, una teoría general de la delincuencia,


donde el objetivo principal es explicar por qué ciertos jóvenes tiene más probabilidades que
otros de implicarse la delincuencia.
La teoría intenta explicar las características de la delincuencia a lo largo de la vida de una
persona (explicación de micronivel), y también la diferente implicación en la delincuencia de
diferentes grupos sociales (explicación de macronivel).
La teoría de Agnew (2009) utiliza 4 factores explicativos:
 La irascibilidad y autocontrol bajo.
 La educación familiar deficiente.
 Las experiencias escolares negativas.
 La delincuencia de los iguales.

Cada factor corresponde a uno de los grandes aspectos de la vida de los adolescentes:
 El yo
 La familia la escuela
 Los amigos y los iguales

1. Las personas irascibles y con un nivel de autocontrol bajo tienen más probabilidades
de implicarse la delincuencia ya que normalmente viven situaciones de estrés (teoría
de la tensión), suelen buscar recompensas a corto plazo y sensaciones fuertes (teoría
del aprendizaje) y son más fácilmente etiquetadas como problemáticas (teoría del
etiquetado). Este estilo de vida aumenta también las ocasiones que se les presentan
de cometer delitos (teorías situacionales).
2. La educación familiar deficiente hace referencia a la utilización, por parte de los
padres, de técnicas inadecuadas para educar a sus hijos. Estos incluyen principalmente
el rechazo o la negligencia con los niños, un vínculo débil o conflictual entre padres e
hijos, y la ausencia de la aplicación de una cierta disciplina y vigilancia. Una educación
familiar deficiente de estas características genera tensión, implica poco control
directo, aumentando las probabilidades de encontrar ocasiones para cometer delitos,
y pocas cosas para perder en caso de que la adolescente cometa el delito, por ejemplo,
la relación con los padres ya es mala antes de cometer el delito, puede favorecer el
aprendizaje de la violencia en el hogar y aumenta el riesgo de rechazo por parte de
otros adolescentes convencionales.
3. Las experiencias escolares negativas, aumentan también las probabilidades de
implicarse en la delincuencia.
4. El hecho de frecuentar iguales delincuentes también aumenta las probabilidades de
implicarse en la delincuencia, así como en bandas juveniles.

Agnew (2009) considera también que estos factores suelen interactuar entre ellos y que cada
uno influencia o condiciona el efecto de los otros factores sobre la delincuencia. Esto significa
que el impacto de cada factor será más grande cuando también esté presente uno u otros de
los cuatro factores causales de la delincuencia.

Algunos individuos son más susceptibles que otros de presentar los cuatro factores esto se
debe a factores biológicos y medioambientales. Entre los factores biológicos, se incluyen los
efectos nefastos sobre el desarrollo cerebral que pueden provocar ciertas complicaciones
durante el parto y también el hecho de que la madre sea alcohólica o toxicómana o esté
desnutrida durante el embarazo, lesiones cerebrales, exposición a sustancias tóxicas y una
alimentación deficiente durante los primeros años de vida. Entre los efectos
medioambientales, se incluyen las consecuencias indirectas de pertenecer a una familia con un
estatus socioeconómico bajo, lo que puede hacer que el niño crezca en un barrio
desfavorecido, asista a escuelas que no proporcionan una buena educación y esté más
expuesto a asociarse con iguales delincuentes.

7.La prevención de la delincuencia juvenil

Las evaluaciones científicas de programas de prevención de la delincuencia juvenil provienen,


en general, de países anglosajones. Se pueden clasificar los programas existentes en función
de los factores de riesgo. Encontramos programas orientados a la familia, a la escuela, al
barrio, y programas multifactoriales.
Por lo que hace la prevención orientada a la familia, hay programas que se pueden aplicar
antes del nacimiento, programas destinados a formar a los padres y terapias familiares. Por
ejemplo, el programa de paternidad familia- asistente (nurse- family program), qué consiste
enviar asistentes sociales a visitar, ayudar y asesorar mujeres embarazadas que se encuentran
en situación socioeconómicas difíciles, dando resultados muy positivos.

En el marco de la prevención orientada a la escuela, hay cursos que promueven el desarrollo


de las competencias sociales en los niños y adolescentes, y también programas focalizados en
la prevención de ciertos comportamientos como el acoso escolar. Un programa que ha
demostrado su eficiencia es el Perry Preschool Project, que se dirige a niños que tienen entre 3
y 4 años de edad y manifiestan problemas de aprendizaje. El programa dura dos años, con
clases de dos horas y media por día todos los días de la semana durante seis meses por año.
Además, los profesores visitan la casa de los niños cada semana.

Entre los programas orientados a la prevención de los barrios, podemos destacar el programa
comunidades (communities that care) que se preocupan, e intentan reforzar los factores de
protección que podrían evitar que un adolescente se implique en la delincuencia. El programa
se desarrolla en cinco fases: Comenzar, organizarse, crear un perfil, crear un plan, e
implementar y evaluar.

Entre los programas multifactoriales, destaca el programa hermanos/as mayores (big


Brothers/ big Sisters), que se dirige a niños y adolescentes de familias monoparentales, y que
les propone un mentor que pasa con ellos entre tres y cinco horas por semana. También se
destaca la terapia multisistémica de Hengeller, que se dirige adolescentes de entre doce y
diecisiete años y propone intervenciones individuales y familiares, y se ocupa de la relación del
joven con los padres y de promover sus competencias.

Modulo 2. Crimen organizado.


1.La definición de crimen organizado y sus características principales.

1.1Definición del crimen organizado

El sustantivo crimen designa un género que hace referencia a un tipo de actividad delictiva, y el
adjetivo organizado remite a un tipo específico de conducta delictiva que tiene poco que ver
con actos que se producen bajo impulsos o reacciones impulsivas, o que se cometen de una
manera individual. Se caracteriza por dos condiciones:
 El grado de planificación
 La participación coordinada de diferentes individuos en la acción delictiva.

Cualquier delito cometido de manera planificada, mediante la acción coordinada de diferentes


personas, no siempre conlleva un caso de crimen organizado. Para que los sujetos actúen
como actores implicados en un acto de crimen organizado tienen que formar parte de una
organización, que designa un tipo específico de asociación con unas características
determinadas:
 Un conjunto de individuos o de grupos de individuos
 Asociados entre ellos para conseguir ciertas finalidades y ciertos objetivos
 Que asuman y ejerzan una variedad de funciones o tareas diferenciadas
 Que operen de manera coordinada y según ciertas reglas
 Que actúan con una cierta continuidad temporal
Las organizaciones implicadas en el crimen organizado, para diferenciarse de otras
organizaciones, además de las cinco características, tienen que haber estado creadas con el
propósito de obtener y de acumular beneficios económicos mediante la provisión de bienes y
servicios principalmente ilegales.
Dentro de la categoría de crimen organizado hay una amplia variedad de grupos, actividades y
maneras de desarrollarlo que dificultan el diseño de una definición común. Por esto nos
encontramos con tres definiciones:
 Definición de Crimen Organizado de las Naciones Unidas del año 2000: Un grupo
estructurado de tres o más personas que existan durante cierto tiempo y que actúa
concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves con la
intención de obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro
beneficio de orden material.
 Definición del crimen organizado según propuestas europeas va en la línea de la
definición anterior y comparten también la misma filosofía: Flexibilizar el concepto
para incorporar prácticamente cualquier grupo que se dedique a procurar un beneficio
económico con la acción delictiva. En este sentido, se relegan a un segundo plano los
verdaderos riesgos que generan los grupos de crimen organizado por encima de las
bandas tradicionales de delincuentes: Su capacidad de penetración política y
económica.
 Definición criminológica de organización criminal o grupo de crimen organizado que
incluya cualquier organización creada con el propósito de obtener y acumular
beneficios económicos a través de su implicación continuada en actividades
predominantemente ilícitas y que asegura su supervivencia, funcionamiento y
protección mediante recursos a la violencia, la corrupción o la confusión con empresas
legales.

1.2. Características principales del crimen organizado

Para conocer las propiedades distintivas de esta tipología delictiva, abordaremos las
características que conforman la identidad del crimen organizado:
1. Existencia de una organización para emprender el negocio criminal. Esta organización
tiene que ser entendida como la ordenación formal de funciones y normas para la
consecución, en común, de una actividad ilegal con una finalidad determinada.
2. Búsqueda de beneficio económico y uso del blanqueo de capitales. La finalidad
económica y acumulación de riqueza, mediante el crimen organizado, es una
característica indiscutible que facilita la distinción de figuras afines como el terrorismo.
Así mismo, el afán de lucro explica por qué el blanqueo de capitales es una actividad
instrumental y necesaria para las organizaciones criminales como manera de
enmascarar y reutilizar, legalmente, los fondos obtenidos ilegalmente.
3. Continuidad y tradicional en el negocio. Para que haya un crimen organizado tiene que
haber una vocación de permanencia por parte de la organización, una voluntad de
desarrollar el negocio legal de forma continuada, excluyendo los grupos que de
manera esporádica planean acciones delictivas ocasional y oportunistamente.
4. Utilización de la violencia interna y externamente de las organizaciones. La violencia
constituye un medio de desarrollo tradicional de los grupos criminales y su utilización
tiene diferentes objetivos: Cumple finalidades disciplinarias cuando se ejerce hacia los
miembros propios de la organización. Tiene finalidades defensivas cuando se dirige a
miembros de instituciones públicas, agentes de control o sujetos que pertenecen a
otras organizaciones. Cumple con finalidades comerciales cuando los actos violentos
constituyen acciones necesarias y propias del desarrollo del negocio ilegal.
5. Utilización de formas de corrupción en el desarrollo del negocio criminal. La corrupción
es un medio instrumental utilizado a menudo por las organizaciones criminales para
asegurar la supervivencia del negocio criminal y su desarrollo en régimen de
clandestinidad.
6. Confusión con empresas legales. Otro medio de defensa y de protección que utilizan
las organizaciones criminales es la utilización de empresas legales para conseguir,
como mínimo, dos objetivos: Enmascarar su actividad ilegal por medio de la utilización
de empresas fantasmas y el blanqueo de fondos ilegales generados por el mercado
ilícito explotado.

2. Diferencias entre la criminalidad organizada y otras agrupaciones de tipo criminal: Bandas


juveniles y terrorismo.

Las bandas juveniles, especialmente las más complejas y grandes reproducen algunas
características típicas del crimen organizado como la comisión de delitos con violencia, el
desarrollo de una cierta estructura organizativa, una simbología propia y una serie de normas y
hábitos característicos. Lo mismo ocurre con las organizaciones terroristas.
Hay diferentes diferencias que permiten distinguir las bandas juveniles y las organizaciones
terroristas de grupos del crimen organizado.
 En el caso de las bandas juveniles, no están presentes elementos como la corrupción ni
la mayoría de los delitos de motivación económica propios de la delincuencia
organizada.
 El terrorismo tiene más semejanza con la delincuencia organizada, aunque también
hay algunas diferencias decisivas.

La diferencia fundamental entre bandas juveniles y organizaciones terroristas con los grupos
de crimen organizado tiene que ver con la finalidad que justifica la existencia de cada una de
estas agrupaciones delictivas.

El crimen organizado persigue, con el fin principal, la obtención de acumulación de beneficios


económicos. En cambio, la comisión de delitos con motivación económica por parte de las
bandas juveniles y organizaciones terroristas, suelen ejercer una función instrumental respecto
a otros objetivos.

 En el caso de las bandas juveniles, su finalidad última no es enriquecerse o ejercitar la


violencia o el, sino conformar una identidad propia, un medio y estilo de vida
alternativo para sus miembros, por lo que los delitos con finalidad económica
perpetrados por las bandas tienen como propósito el soporte a sus miembros y la
preservación de una identidad e imagen social determinadas.

 Los objetivos perseguidos por las organizaciones terroristas son de tipo político,
religioso o ideológico. Por lo que por lo que es habitual que las actividades para
obtener financiamiento en las cuales se puedan implicar respondan las necesidades
logísticas, de financiamiento de atentados y de supervivencia.

3. La medición del crimen organizado: Aproximaciones directas e indirectas.

3.1. La medida de la criminalidad organizada.


Los informes sobre evaluación de amenaza del crimen organizado que publica las agencias
europeas, como la Europol, nos alertan desde hace años sobre el crecimiento y desarrollo de la
criminalidad organizada. Los motivos recurrentes que se indican como tendencias son:
 La existencia de numerosos grupos activos tanto europeos como no europeos
relacionados con actividades propias del crimen organizado.
 La deriva de los grupos criminales hacia nuevos mercados emergentes en los últimos
años como el tráfico de inmigrantes o el tráfico de personas.
 La posición de determinados dos países europeos como ejes fundamentales en las
rutas y los mercados del crimen organizado internacional.

3.2. Dificultades de medida del crimen organizado

Los principales obstáculos que limitan la medida del crimen organizado son:
1. Impedimentos de tipo conceptual que comienzan por la definición y el concepto de
crimen organizado. El consenso de esta definición no se ha trasladado de la misma
manera al terreno del marco representativo Penal Nacional, ya que el traspaso es
complejo, aunque es imprescindible para proceder a medidas mediante datos
procedentes de fuentes oficiales.
2. La segunda dificultad está relacionada con la medida propia de un tipo de delito
determinado denominados complejos, las maneras de medida de las cuales difieren de
las acordadas para los delitos convencionales. La acción se hace bajo la actuación de
grupos criminales que desarrollan mercados ilegales o actividades ilícitas de las cuales
obtienen los beneficios y que, por esto, necesitan actividades instrumentales
necesarias para el desarrollo de la actividad principal. Además, la transnacionalidad del
fenómeno también dificulta enormemente la medida local, ya que la identificación de
una ramificación de la organización en un sitio determinado no nos aporta información
sobre el volumen correspondiente en su totalidad.
3. La disponibilidad y acceso a datos propios de esta tipología delictiva. Las fuentes
oficiales que nos proveen de datos sobre criminalidad registrada proceden de
instituciones policiales, judiciales o penitenciarias. Estos datos están asociados a la
tipología delictiva establecida en cada código penal, por este motivo, su existencia
estará condicionada por la cualificación penal propia de un territorio determinado. Las
limitaciones de las fuentes oficiales para medir la delincuencia común se convierten en
verdaderos obstáculos cuando medimos delitos relacionados con el crimen
organizado.

Dos de los factores facilitadores más importantes de la delincuencia organizada en un país


determinado son:

 La ausencia de mecanismos de control específicos para luchar contra la criminalidad


organizada
 Los niveles elevados de corrupción policial

Si en un sitio determinado confluyen estos factores, lo más lógico será tener índices escasos de
delincuencia organizada registrados, provocados por el nivel escaso de detección policial.

A partir de los datos policiales, diferentes indicadores pueden ser útiles para medir la
delincuencia registrada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España por lo que hace las
detenciones individuales y a los grupos de crimen organizado identificados o desmantelados.
Desde 1998, hay un aumento tanto de grupos desarticulados como de sujetos detenidos. Este
aumento de volumen de detenidos y grupos se puede explicar, como mínimo, de tres maneras:
1. La primera relacionaría directamente este aumento con una progresión de las
actividades delictivas relacionadas con el crimen organizado en la última década
2. La segunda explicación estaría relacionada con el aumento de la represión de este tipo
de delitos que se encontrarían en la base del incremento de las detenciones policiales
3. La última relacionaría este aumento con la laxitud progresiva de la definición de
crimen organizado para incluir dentro de este concepto prácticamente cualquier
actividad delictiva hecha por más de dos personas de una manera continuada.

3.3. Aproximaciones indirectas para la medida del crimen organizado

Para superar las limitaciones asociadas a las fuentes de información oficial se han desarrollado
diferentes procedimientos. Los más interesantes se basan en mediciones de algunos " indicios
indirectos " del crimen organizado. Por ejemplo, se ha elaborado un índice de percepción del
crimen organizado que se calcula con datos extraídos de cuestionarios rellenados por expertos
y por víctimas potenciales del crimen organizado. Estos cuestionarios preguntan por la
existencia, percepción e importancia de diferentes actividades vinculadas al crimen
organizado, incluyendo prácticas de extorsión, tráfico de, armas y seres humanos.

4. Explicaciones criminológicas del crimen organizado

Para explicar convenientemente el crimen organizado como fenómeno grupal que genera su
principal beneficio con el suministro de bienes o servicios predominantemente ilegales,
tenemos que recurrir a tres planes de análisis diferentes:
1. Un plan estructural, que explica los factores estructurales que permiten la emergencia
de mercados ilícitos en un sitio geográfico determinado.
2. Un plan organizacional, que aborda la explicación de los factores que favorecen la
adhesión de un individuo a una organización criminal de estas características.
3. Un plan individual que aborda la escasa información que tenemos sobre el perfil del
delincuente organizado y sus diferencias con el delincuente común.

4.1. Enfoque estructural: Factores facilitadores de la emergencia de grupos de crimen


organizado

4.1.1. Explicaciones monocausales del crimen organizado

Sobre el conjunto de explicaciones propuestas respecto al origen de la delincuencia


organizada, destacan dos planteamientos clásicos que han estado aceptados ampliamente:
1. La hipótesis del fracaso estatal, que localiza el nacimiento del crimen organizado en
entornos sociales y regiones geográficas donde los Etats desatan alguna de las
funciones que les corresponden, como proteger a la ciudadanía o hacer prevalecer un
sistema adecuado de Justicia. Según esta primera hipótesis, cuando se producen esta
clase de errores los criminales se pueden organizar para usurpar las funciones
estatales insatisfechas y administrarlas de acuerdo con los criterios puramente
comerciales, es decir, ofreciéndola solamente a aquellos ciudadanos que estén
dispuestos a pagarlas.
2. La hipótesis de la economía fallida, que postula un vínculo causal y directo entre
delincuencia organizada y ciertas condiciones económicas como una tasa de
desocupación elevada y sostenida, el empobrecimiento abrupto o crónico de amplias
capas de la población y la proliferación de actividades comerciales propias de la
economía sumergida.
No falta evidencia empírica que confirme cada una de estas hipótesis.

El sociólogo Diego Gambetta ha defendido una idea parecida a la hipótesis del fracaso estatal
en uno de los estudios más originales y minuciosos elaborado sobre la delincuencia organizada
en las últimas décadas.
Este autor explica la aparición y la supervivencia de la Cosa Nostra por su habilidad para crear y
explotar una " industria de la protección privada ", demandada desde siempre en Sicilia como
consecuencia de la debilidad tradicional de las instituciones nacionales en la isla y la
desconfianza arraigada de la misma comunidad siciliana hacia el Estado italiano.
Con posterioridad, la idea de Gambetta ha sido aplicada para estudiar otros tipos de
organizaciones criminales, incluyendo otros grupos italianos, las criadas de Hong Kong o la
Yakuza.

La tesis de la economía fallida es consistente con la proliferación habitual de organizaciones


criminales en países y regiones subdesarrollados o en el contexto de conflictos armados
internos.

4.1.2. Explicaciones multicausales del crimen organizado

Los investigadores prefieren una aproximación multicausal de delincuencia frente a las que
están basadas en una causa única y fuerte. La investigación acumulada hasta la actualidad ha
conseguido identificar una pluralidad de factores sociales, la presencia de los cuales pueden
contribuir a crear escenarios particularmente propicios para el desarrollo de una o diferentes
formas de criminalidad organizada.
Como afirma Jay Albanese, el conocimiento de estos factores facilitadores tiene un alto valor, y
puede ayudar a implementar medidas sociales destinadas a prevenir la formación de grupos
delictivos nuevos.
Los factores facilitadores más relevantes son:
1. Factores económicos.
a. Demanda de productos o servicios: La existencia de una fuerte demanda social
de ciertos productos o servicios constituyen el primer y principal factor de
riesgo para la emergencia de cualquier forma de criminalidad organizada.
Suelen surgir preferentemente bajo ciertas condiciones específicas de
mercado:
 En ausencia de una oferta legal de ciertos productos o servicios socialmente
demandados (desde droga hasta ropa falsificada)
 En circunstancias marcadas por un consumo expansivo de ciertos productos o servicios
no ilegales
 Cuando la oferta legal de un producto o servicio no cubre todas las demandas porque
está sujeta a ciertas regulaciones que nos restringen severamente la posibilidad de una
adquisición legal (como pasa con las armas)
b. Desequilibrio económico como multiplicador del beneficio: La satisfacción de
estas demandas sólo será posible en caso de que haya una oferta suficiente de
los bienes y servicios demandados. Muchos de estos bienes y servicios o de
sus" materias primas " (desde plantaciones para la producción de drogas hasta
mujeres para la prostitución) se suelen producir en otros países menos
prósperos, perjudicados por economías defectuosas o en vías de desarrollo.
c. Globalización: Gracias al incremento vertiginoso del flujo de informaciones de
movilidad de personas y recursos, posibilidad para las nuevas tecnologías de la
comunicación y el transporte por políticas económicas liberadoras, una
porción creciente de la economía mundial se ha integrado a escala planetaria.
Estas condiciones también han estado aprovechadas por organizaciones
criminales para incrementar su actividad comercial y legal. El crecimiento
económico y la apertura de mercados y fronteras asociados a la globalización
han multiplicado las oportunidades para invertir el dinero procedente de la
delincuencia organizada en mercados y negocios legales de todo el mundo.

2. Factores de tipo político e institucional

La delincuencia organizada ha conseguido germinar casi bajo cualquier clase de


régimen político. En consecuencia, la distinción entre sistemas de gobierno no permite
discriminar con precisión qué condiciones políticas resultan más o menos favorables a
la delincuencia organizada. Los factores facilitadores de un entorno político propicio
para la delincuencia organizada suelen guardar relación con alguno de estos aspectos:
a. Influencia de la legislación: Los ordenamientos jurídicos vigentes en un país
pueden facilitar el crimen organizado de distintas maneras
 Mediante el impulso de legislaciones penales que representen un tratamiento
más laxo de los delitos directa o indirectamente relacionados con el crimen
organizado
 Con la aprobación de leyes la implementación de las cuales ayude a crear
algún mercado ilegal que sea explotable por organizaciones criminales
b. Ausencia de control: La ausencia de la ejecución de leyes y falta de persecución
policial y judicial de los mismos criminales crean un vacío represivo, lo que hace
que determinadas actividades delictivas tengan altas posibilidades de quedar
impunes.
c. Corrupción: La relación entre corrupción y delincuencia organizada es de doble
vía. Por un lado, diferentes investigaciones corroboran que la delincuencia
organizada es más prevalente en países que se ven afectados por una corrupción
generalizada.

3. Cambios sociales y tecnológicos


a. El impacto producido por la mundialización de la economía y los procesos de
colapso estatal o transición política confirman este vínculo entre criminalidad
organizada y cambios sociales
b. Cambios que provienen de flujos migratorios intensos y rápidos los cuales
pueden favorecer la actividad de delincuencia organizada en dos sentidos:
 Pueden ser utilizados para el desarrollo de nuevos mercados ilícitos,
multiplicando las ganancias en el fomento de las migraciones ilegales. En
el caso del tráfico de inmigrantes, las mafias les facilitan la entrada ilegal al
país de origen, les facilitan trámites oficiales o el transporte ilegal hasta la
destinación a cambio. Cuando hablamos de tráfico con finalidades de
explotación, los grupos facilitan la entrada para generar, pero su actividad
principal consiste en la explotación sexual, laboral o en régimen de
esclavitud de estos inmigrantes.
 En otros casos, las comunidades de inmigrantes creadas por estos flujos
pueden recibir y ofrecer protección a compatriotas vinculados a
organizaciones criminales de sus países de origen, abriendo el espacio
hacia territorios nuevos donde ocultarse, residir y hacer negocios, o
facilitar información de otras organizaciones conectadas a las primeras o
en cierta forma parecidas.
c. Una última fuente de cambios sociales son ciertas innovaciones científicas y
tecnológicas de una gran magnitud. Algunas se pueden traducir en productos y
bienes de comercio de los que se requiere la creación de mercados ilegales,
con el de las sucesivas drogas inventadas en laboratorios o los algunos
humanos que se trasplantan de forma ilegal. Internet ha generado nuevas
oportunidades de enriquecimiento ilícito en forma de estafas y fraudes en los
cuales no sólo intervienen delincuentes individuales sino grupos criminales.

4. En torno criminal y geográfico, el crimen organizado no se distribuye geográficamente


al azar. La dotación de recursos naturales altamente demandados es una primera
condición geográfica que predispone la atracción del crimen organizado, igual que la
disponibilidad de terreno fértil para el cultivo de las materias primas necesarias para
producir drogas.

4.2. Explicaciones sobre la asociación criminal

Es importante analizar este fenómeno a partir de las sinergias que se producen entre el
individuo y la organización criminal. El autor de la actividad no es un individuo sino una
pluralidad de personas que, en forma de asociación, pretende obtener un beneficio económico
a partir del desarrollo de actividades principalmente ilegales.
La entidad organizativa se convierte en el elemento central de la acción delictiva de manera
que merece ser el elemento explicativo central.
El desarrollo de la acción colectiva de las características del crimen organizado también
presenta algunas ventajas frente al desarrollo de una criminalidad en solitario, como puede
ser: Los beneficios económicos, la ilusión de protección otorgada por el grupo, la capacidad de
desarrollo y promoción delictiva interna del grupo, el aprendizaje de habilidades y técnicas, la
posibilidad de acceso a una amplia red de contactos criminales, etc.

4.2.1. La organización criminal como medio de aprendizaje criminal

Sutherland fue el primer autor que establece una categoría diferente para un tipo de
delincuente refinado, sofisticado y orientado a una criminalidad económica, y constituye el
precedente principal de las teorías sociológicas que abordan también la delincuencia
organizada.
También destaca por su explicación sobre la utilización del aprendizaje como explicación de la
delincuencia asociativa con una teoría denominada asociación diferencial. Según esta teoría, la
conducta criminal especializada y caracterizada por la posesión de habilidades profesionales se
aprende en la intimidad de los grupos o asociaciones y depende de la intensidad, frecuencia,
prioridad y duración de la interacción social en el sino de la asociación criminal.
El grupo criminal ofrece un marco favorable de aprendizaje a sus miembros en dos ámbitos
fundamentales.
1. El grupo constituye un entorno de aprendizaje de técnicas y habilidades para la acción
criminal que, en esta tipología, se relacionaría con el mercado ilícito desarrollado por
la organización.
2. El grupo ofrece la posibilidad de aprender a justificar la actividad ilegal a partir de la
incorporación de definiciones favorables hacia la actividad delictiva. Se reprende el
concepto de definición favorable para profundizar sobre las fórmulas o técnicas de
neutralización por las cuales muchos delincuentes se encuentran justificación en su
acción delictiva y niegan la ilicitud de sus conductas delictivas. Estas técnicas suelen
adoptar diferentes formas de entre las que destacan:
 Aquellos objetivos de los cuales consiste en negar la responsabilidad de la
conducta ilícita aludiendo argumentos como la imposibilidad de hacer otras
conductas o la necesidad de preservar el fin de la organización.
 Las técnicas que niegan el daño o el delito causado en ocasiones en que no hay
víctimas directas o perjudicadas.
 Técnicas que utilizan la descualificación de la víctima o la condena a los que
consideran ilícita la conducta como forma de justificación de la conducta ilegal.
 Técnicas como la apelación a finalidades, superiores como podría ser el
beneficio económico o la defensa de algún valor superior.
 Las técnicas que refuerzan la defensa de la necesidad de la conducta
reprochable.
 La negación o descalificación de la justicia o la ley que los sanciona.
 Los argumentos en el sentido de considerar que estas conductas como algo
natural o fruto de algún derecho adquirido.
Para que se inicie una carrera criminal, tienen que confluir tres condiciones:
 El aprendizaje de las habilidades y herramientas para cometer actos delictivos.
 La interiorización de las definiciones favorables hasta el punto de que estas
definiciones favorables sean superiores a las desfavorables.
 Que la persona tenga la oportunidad de cometer la acción delictiva.

4.2.2. El brote de cultivo: La existencia de grupos criminales en la zona

La desorganización social hace referencia a un proceso de deterioración del tejido físico y


social de un barrio que tiene como consecuencia la pérdida de la capacidad del control y
contención de sus instituciones formales e informales de control social, de forma que se
produce un desarrollo más grande en la actividad delictiva.
Según Shaw y Mckay (1972), los barrios caracterizados por una desorganización social más
grande ofrecen, en una proporción mayor que otros, actitudes favorables al crimen, creando
una subcultura de violencia en que se produce una transmisión cultural del crimen, desde los
delincuentes adultos hasta los más jóvenes.

4.2.3. Organización como estructura de oportunidades

Cloward y Ohlin o (1960) presentan la teoría de la oportunidad diferencial, donde el proceso a


partir del como muchos jóvenes se adhieren a grupos delictivos, teniendo en cuenta que,
aunque todos los seres humanos compartamos los mismos objetivos sociales, las posibilidades
de conseguirlos por medios legítimos no son accesibles para todos los ciudadanos en
condiciones de igualdad.
Quien no consigue los objetivos por medios legítimos (popularidad, dinero, estatus social, etc.)
entran en un estado de frustración que puede precipitar la adhesión a una subcultura criminal
como manera alternativa de obtenerlos.
Las subculturas no son todas iguales, por lo que los autores las distinguen según el nivel de
implicación que tengan en la delincuencia, considerando tres tipologías:
 Una subcultura criminal integrada por delincuentes adultos contradicción y
profesionalidad delictiva.
 Una subcultura conflictiva que integra jóvenes en los que la frustración se manifiesta
en actos delictivos comunes.
 Una subcultura abstencionista caracterizada por la agrupación de jóvenes rebeldes y
descontentos, con una implicación escasa en la delincuencia
4.2.4. La población inmigrante y su mayor vulnerabilidad

La desigualdad de oportunidades legales no se distribuye aleatoriamente la sociedad;


generalmente se concentra en cementos de población que acumulan ciertas condiciones que
disminuyen considerablemente las oportunidades legales.
Estos colectivos están integrados por grupos con déficit social (familias desestructuradas,
absentismo escolar, etc.) o personales (autocontrol bajo, baja inteligencia, etc.) que los hacen
más vulnerables a sufrir este bloqueo de oportunidades legales.
Hay un colectivo que todavía se encuentra con circunstancias peores, se trata del colectivo
formado por la población inmigrante que se incorpora una sociedad de acogida más
desarrollada.
Francis A. J. Ianni, propone la teoría de la sucesión étnica, inspirada, por un lado, en el marco
conceptual proporcionado por la teoría diferencial, para adaptarla a un colectivo
especialmente huérfano de oportunidades legales. Por otro lado, otorga las organizaciones
criminales una funcionalidad social respecto a la población inmigrante que llega al país de
acogida.
Estas organizaciones funcionan para este colectivo, como una escala para progresar en la
movilidad social y conseguir mejorar el estatus social en la sociedad de acogida.

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