Está en la página 1de 6

Tema 1.

La reducción de la delincuencia por medio de la disuasión e incapacitación penal

3. Incapacitación.
3.1. Introducción: De la incapacitación selectica a la masificación carcelaria por
medio de la incapacitación generalizada.

La función incapacitadora de las sanciones penales, sobre todo de la de prisión, se


ha convertido de alguna forma en el último refugio para quienes no han querido perder el
tiempo en argumentos sobre disuasión general o disuasión especial. En la medida en que
un delincuente se encuentre encarcelado, estamos previniendo cualquier delito que el
mismo pueda cometer, al menos los que requieran su presencia personal fuera del
contexto carcelario. Autores conservadores argumentan que, si ponemos a un número
suficiente de delincuentes activos en prisión, conseguiremos una reducción efectiva de la
delincuencia.

La incapacitación como fin legítimo de la pena se remonta al trabajo del pensador


inglés Jeremy Bentham, aunque la mayoría de los debates políticos y académicos sobre la
función de la pena hasta la década de los 70 ignoraron este trabajo. Así, aunque durante
buena parte del s. XX se asumía una filosofía rehabilitadora para la mayoría de los
penados, para determinados delincuentes habituales se consideraban medidas que
tomaban en cuenta su “incorregibilidad” y tomaban un cariz incapacitador.

La crisis sobre la función de la prisión se generó tras la publicación del trabajo de


Martinson, que afirmaba que la rehabilitación no funcionaba. La respuesta fue decir que
las prisiones funcionan por medio de la incapacitación de los delincuentes. La diferencia
entre los autores conservadores y los que tenían una misión minimalista de las penas
(ambos a favor de la función incapacitadora de la prisión) residía en los sujetos
merecedores de semejante sanción.

Terrie Moffit
propuso a principios de los 90 la distinción entre 2 trayectorias
delictivas ogrupos de delincuentes.

Por un lado, los delincuentes crónicos: este grupo minoritario comienza a


presentar problemas de conducta e hiperactividad durante la infancia como
consecuencia de deficiencias biológicas y neurológicas que interaccionan con un
contexto familiar y comunitario traumático y deficiente que resulta en una
socialización deficiente; este grupo minoritario de delincuentes crónicos tiene
una larga carrera delictiva que persiste durante su vida adulta y son responsables

1
Políticas de Seguridad y Prevención del delito. 1º Semestre. Grado de Criminología.
Tema 1. Introducción

de un número desproporcionado de delitos.

Por otro lado, están los delincuentes limitados a la adolescencia: se trata de un


grupo proporcionalmente mayor de delincuentes que inician su carrera delictiva
como consecuencia de las dificultades asociadas al proceso de transición a la
adolescencia y como resultado de las influencias de amigos delincuentes o
antisociales; este grupo presenta una trayectoria delictiva más limitada, que en
su mayoría cesa sus actividades delictivas durante la transición a la vida adulta y
la adopción de roles más maduros como consecuencia del establecimiento de
relaciones de pareja o la entrada en el mercado laboral.

Estos datos empezaron a ser empleados para defender el uso de estrategias de


incapacitación selectiva. Según Peter Greenwood y Allan Abrahamse una política criminal
orientada a la identificación de estos delincuentes crónicos para su incapacitación en
prisión, en lugar de políticas generalizadas de incapacitación colectiva para todo tipo de
delincuentes, sería una política más eficiente y efectiva.

La National Academy of Science, dirigida por Alfred Blumstein, analizó los datos e
interpretaciones de Greenwood y Abahamse y llegaron a conclusiones más críticas, sacando
a la luz los problemas que suponía la incapacitación selectiva, que pasó a un segundo
plano tras este panel.

Los estudios sobre los efectos inocuizadores de las penas privativas de libertad
han tomado dos enfoques que podrían considerarse, al menos en teoría, complementarios:
losestudios individuales realizados por criminólogos y los estudios agregados realizados
poreconomistas.

Los estudios individuales intentan desarrollar estimaciones de la cantidad de


delitos cometidos por delincuentes activos mientras se encuentran en libertad por medio
de la realización de encuestas de autoinformes. Estas encuestas permiten estimar cuántos
delitos se previenen por medio de la incapacitación penal de individuos. Este sistema es
problemático porque:

 asume que las estimaciones obtenidas por medios de delincuentes penados


pueden extrapolarse a delincuentes en el futuro, y

 porque no es fácil generar estimaciones que se puedan aplicar


directamente a políticas penales concretas.

El enfoque adoptado por los economistas emplea datos agregados para generar
estimaciones del impacto de la población penitenciaria en los niveles de delincuencia. El

2
Políticas de Seguridad y Prevención del delito. 1º Semestre. Grado de Criminología.
Tema 1. Introducción

objetivo de estos estudios es encontrar una estimación del efecto de los cambios en la tasa
de población penitenciaria sobre los niveles agregados de delincuencia o, en términos más
técnicos, la “elasticidad” de las tasas de delincuencia en relación con cambios en las tasas
de población penitenciaria. Este enfoque también plantea problemas de interpretación y
metodológicos:

 trata de encontrar soluciones no siempre satisfactorias al problema de la


simultaneidad de las políticas penales y las tasas delictivas;

 es incapaz de separar elefecto inocuizador del efecto disuasorio de prisión;

 y existen dudas sobre la omisión de variables relevantes en este tipo de


estudios.

3.2. Los estudios sobre frecuencia individual de delincuencia e incapacitación.

La incapacitación como estrategia de control penal pretende reducir la


delincuencia dejando fuera de circulación a los delincuentes durante el período de su vida
en el que despliegan una mayor actividad criminal. Este modelo asume que es
fundamental asegurar mantener entre rejas a los delincuentes durante buena parte de su
carrera criminalsi queremos reducir la cantidad de delitos que comenten. La cantidad de
delitos que se previene por medio de la incapacitación, por tanto, depende de 5 factores:

la tasa individual de delitos que los delincuentes cometen cuando se


encuentran en libertad;

la probabilidad de que un delincuente sea detenido y condenado;

la probabilidad de que el delincuente reciba una pena privativa de libertad;

el tiempo que pasa en prisión;

y la duración de su carrera criminal.

Casi todos los estudios sugieren que la prisión ejerce un efecto de supresión o
reducciónde la delincuencia, pero el tamaño del efecto varía considerablemente de estudio
a estudio. La magnitud del efecto de incapacitación depende de forma muy notoria de las
estimaciones de lambda, de la tasa individual de delitos cometidos por los delincuentes
mientras se encuentran en libertad (a mayor lambda, mayor efecto de la incapacitación).

3
Políticas de Seguridad y Prevención del delito. 1º Semestre. Grado de Criminología.
Tema 1. Introducción

Aunque buena parte de la investigación sobre la incapacitación se ha centrado en tratar


de estimar lambda, la frecuencia de la actividad criminal, otros parámetros que son
igualmente importantes han recibido menos atención. La efectividad de cualquier
estrategia de incapacitación depende no solo de lambda, sino también de otros factores,
como la duración restante de la carrera criminal de los delincuentes (cuanto menor sea el
tiempo residual de duración de su carrera criminal, menos tiempo habrán de pasar en
prisión los delincuentes).

La conclusión que se puede extraer es que siempre habrá algún beneficio en cuanto
a la reducción de la delincuencia, por medio del encarcelamiento de un delincuente activo.
Sin embargo, la magnitud de este impacto dependerá en gran medida de cuánto se acerca
a la tendencia media del delincuente en cuestión, en qué punto de su propia carrera
criminal este sujeto se encuentre, y del grado en que otros delincuentes estén
reemplazando a aquél.
Las estimaciones de frecuencia de delitos basadas en datos más recientes son
aproximadamente la mitad de los datos más antiguos, lo que sugiere la posibilidad de que
las políticas de encarcelamiento masivo han resultado en el encarcelamiento de
delincuentes menos activos y en una reducción de los beneficios de las penas privativas
de libertad. Por otro lado, incluso si quisiéramos aplicar las políticasde inocuización de
forma más selectiva, algunas simulaciones sugieren que la obtención de resultados
sustantivos en niveles de delincuencia requeriría aumentos que seguirían siendo masivos
en la tasa de población penitenciaria.

3.3. Los estudios econométricos sobre prisión, incapacitación y niveles


agregados de delincuencia.

Los estudios econométricos están menos interesados en separar incapacitación de


disuasión, sino que están más interesados en averiguar si aumentar la población
penitenciaria es una medida que reduce la delincuencia y que ofrece más beneficios que
costes.
Varios de los estudios sobre esta cuestión han tratado de verificar si el masivo
incremento en el uso de la prisión en los EEUU ha sido uno de los factores determinantes
en el descenso observado en los niveles de delincuencia durante la década de los 90.
Generalmente, se considera que los estudios que ofrecen estimaciones más fiables
son aquellos que emplean unidades de agregación más pequeñas, que toman en
consideración la relación recíproca entre tasas de delincuencia y tasas de población
penitenciaria, y que toman en consideración otros factores que son relevantes para

4
Políticas de Seguridad y Prevención del delito. 1º Semestre. Grado de Criminología.
Tema 1. Introducción

entender la evolución de la delincuencia. Stemen encontró tres artículos de Spelman y Levitt


que reunían estas características. Estos artículos consideraban que un aumento en la
población penitenciaria del 10% viene a estar asociado con una reducción de la
delincuencia entre el 2 y el 4%. Quienes mantienen que la “prisión funciona” ven estos
datos como evidencia de que es así. Los oponentes a la prisión, en cambio, interpretan
estas figuras como muestra del limitado impacto de la prisión. Spelman, de hecho,
considera que, dado el coste presupuestario de las prisiones, estos efectos no son como
para entusiasmarse.

Liedka y sus colaboradores, por otro lado, han desarrollado análisis que sugieren
que el aumento de la población penitenciaria en aquellos estados que ya tienen una tasa
de penados a penas privativas muy elevada, tiene menos impacto en los niveles de
delincuencia que el aumento en estados con poblaciones penitenciarias más pequeñas.
No obstante, hay autores que son muy críticos de este tipo de estudios
econométricos y consideran que no ofrecen evidencia convincente de los efectos de la
prisión. Durlauf y Nagin, por ejemplo, consideran que los métodos de series temporales
empleados por la mayoría de estos estudios no ofrecen evidencia de que la prisión haya
causado reducciones en los niveles de delincuencia.
Un problema fundamental de estos estudios es el grado en el que incluyen todas
las variables teóricamente relevantes para explicar variaciones en los niveles de
delincuencia.

En todo caso, es importante destacar que la cuestión del impacto de la prisión no


es solamente una cuestión de efectividad, sino también de eficiencia. La opinión
dominante, tanto entre criminólogos como entre economistas, es que en países como
EEUU, en los que se ha producido un aumento masivo de la población penitenciaria, los
costes de la prisión han superado sus posibles beneficios.

La expansión carcelaria en EEUU vino acompañada de recortes en las partidas


presupuestarias. Además, los costes sociales de la prisión son posiblemente más elevados
que los costes presupuestarios, dado que afectan de forma desproporcional al sector más
joven de la población. Estos costes menos aparentes incluyen el coste a las familias y las
comunidades de los penados, los costes de oportunidad resultantes de segregar del
mercado laboral durante un período importante a un número considerable de
contribuyentes, y el efecto negativo sobre el valor del capital humano y la salud de los
penados.

5
Políticas de Seguridad y Prevención del delito. 1º Semestre. Grado de Criminología.
Tema 1. Introducción

3.4. Consideraciones finales.


Durante los últimos 30 años los estudios sobre el impacto de las sanciones penales
sobre la delincuencia que han sido desarrollados por criminólogos, psicólogos y
economistas han crecido en volumen y, sobre todo en complejidad técnica. Es cierto que
se ha avanzado en nuestro conocimiento sobre estas cuestiones y que, sobre todo, muchas
de las asunciones más simplificadoras sobre el impacto de las sanciones penales han
quedadodesvirtuadas. Sin embargo, es muy difícil traducir de forma resumida este amplio
campo de investigación en un conjunto limitado de lecciones de política criminal
directamente aplicables. Es claramente posible señalar que la expansión que estamos
observando en eluso de la pena de prisión tiene una efectividad limitada y crea numerosos
problemas financieros y sociales.
Existe, además, un convencimiento cada vez mayor de que hay formas más
eficientes dereducir la delincuencia. Como destacaba recientemente el Comité de Justicia
de la Cámara de los Comunes del Reino Unido:
“La prisión es un mecanismo relativamente inefectivo para reducir la delincuencia, con
la excepción de la protección que ofrece al público por medio de la contención física de los
delincuentes más serios. Para otro tipo de delincuentes, la prisión es un mecanismo demasiado
caro para dispensar justicia y buscar la rehabilitación”.

3º Curso del Grado de Criminología. Políticas de Seguridad y Prevención del delito.


Centro Asociado de Ponferrada.

6
Políticas de Seguridad y Prevención del delito. 1º Semestre. Grado de Criminología.

También podría gustarte