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- El tambor, que puede ser de acero o de aleación ligera. En este último caso, la pista
de frenado será un zuncho de acero montado a presión en el tambor.
- El plato portamordazas, que tiene las mordazas de freno con su pivote y la leva de
accionamiento.
Un freno de tambor puede ser de leva simple (una sola leva separa las mordazas) o
de doble leva (una leva actúa sobre cada una de las mordazas del sistema de frenos),
lo que multiplica por dos la potencia de frenado y hace a las dos mordazas
"superfrenantes", es decir, que tienen tendencia a "rodear" el tambor.
38² 1.444
––– = ––––– = 12,0
11² 121
Hace algunos años se utilizaron frenos de disco de mando por cable, como en las
Honda CB 125 S3 y N y en las Kawasaki KH
125, para no hablar de las máquina que todavía están en circulación. De hecho,
fueron los italianos los primeros que montaron este tipo de freno: MV en su 200 cm³ y
Mondial en su modelo deportivo de 50 cm³, el Rekord.
En una pinza móvil, encontramos un solo pistón. Al frenar, bajo la presión hidráulica,
este pistón empuja su pastilla contra el disco. Cuando esta pastilla toca el disco, el
pistón ya no puede ir más lejos y es entonces la pinza la que se desplaza en sentido
contrario, haciendo aplicar la segunda pastilla contra el disco. Son posibles dos
montajes:
- Si la pinza desliza lateralmente por ejes solidarios de un soporte, hablaremos de
pinza flotante.
- Si la pinza pivota alrededor de un eje vertical, será una pinza pivotante en la que las
pastillas se desgastan en bisel.
Desde hace algunos años, Honda utiliza también pinzas flotantes provistas con dos
pistones yuxtapuestos, lo que permite el empleo de pastillas de grandes dimensiones.
Sea cual sea el tipo de pinza, el retorno del o de los pistones es efectuado por el retén
por el que desliza el pistón. Cuando el pistón avanza, este anillo de goma sintética se
deforma. En cuanto cesa la presión sobre el pistón, el anillo recupera su forma,
arrastrando el pistón. Esta junta permite también la recuperación automática del
desgaste de las pastillas; este desgaste provoca un avance del pistón mayor que el
normal, avance que el retén no podrá compensar en su totalidad.
El depósito está obturado por un tapón que puede estar roscado o fijado con tornillos.
En el interior del depósito existe una membrana, que queda apoyada en el líquido,
que, de esta manera, no está en contacto con el aire. Ello evita que el fluido se oxide y
se cargue de humedad. Además, esta membrana asegura una buena alimentación del
circuito en caso de inclinación del depósito.
Destaquemos dos orificios en el fondo del depósito que comunican con la cámara del
cilindro maestro. Uno, más pequeño, desemboca delante de la copela primaria
cuando el pistón está en reposo, a fin de permitir la alimentación continuada del
circuito. El segundo, mayor, tapado por el pistón cuando éste está en reposo, permite
la alimentación de la cámara trasera del pistón en el momento de frenar.
Al actuar sobre el mando del freno, el pistón es empujado y comprime el muelle
helicoidal. Después de una ligera carrera del pistón (0,4 mm aprox.), la copela cierra
el orificio pequeño del depósito. En posición de reposo, una ligera liberación de este
pequeño orificio permite asegurar una alimentación continua del cilindro maestro por
el depósito. Cuando este orificio está cerrado, el pistón, al continuar su carrera,
comprime el fluido, que es inyectado en el circuito.
El líquido de frenos
El líquido de frenos, al ser incompresible como todo fluido, transmite la presión del
cilindro maestro a la pinza de freno.
Este líquido debe responder a normas exigentes, debe resistir temperaturas muy
fuertes, ya que está en contacto con el pistón de la pinza calentado por el roce de las
guarniciones. Por ello hay que cambiar este líquido como máximo cada dos años
porque, por su avidez de humedad, absorbe agua poco a poco, lo cual baja
notablemente su punto de ebullición. En el límite, con un uso intenso, un líquido
degradado puede ponerse a hervir en la pinza de freno y, aunque el líquido sea
incompresible, su vapor no lo es.
Además, su fluidez debe mantenerse constante y este líquido debe ser inalterable y
no atacar las juntas del circuito de frenado.
Los circuitos hidráulicos de frenado de las motos utilizan siempre un líquido sintético,
totalmente incompatible con los aceite minerales. El constructor indica siempre a qué
norma debe responder el líquido de frenos, pro ejemplo, norma DOT 4.
En este terreno, el ABS montado por BMW ha cogido la delantera siendo una realidad
comercial, mientras que los sistemas ALB de Honda o D-CEL de Kawasaki aun están
en un estadio experimental cuando se redacta este escrito.
Veamos, pues, en detalle el ABS.
Cada rueda está equipada con un piñón de 100 dientes que gira con ella y pasa por
delante de un captador fijo: es el generador de impulsos.
Hay que destacar que estos captadores no tienen imán permanente y que por ello no
pueden ser influidos por partículas metálicas. La corriente continua que los atraviesa
es transformada en corriente sinusoidal por la rueda dentada.
Las frecuencias de las dos sinusoides enviadas por los dos captadores (uno en cada
rueda) constituyen las informaciones que son comparadas por la unidad de control
electrónico Hella que se encuentra en la parte trasera del sillín.
En lo que se refiere al principio, es simple. Pero un sistema de esta clase exige una
gran fiabilidad, por lo que nuestra descripción -aunque sea esquemática- aún no ha
terminado.
La unidad de control electrónico tiene dos vías de control para cada rueda. Se pasa
alternativamente de la una a la otra cada diez segundos, y mientras funciona un
circuito, el otro es verificado por la unidad de control electrónico.