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Crecimiento y Desarrollo del Escolar.

Teorías que sustentan el desarrollo del


Escolar y Adolescente

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA


CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL ESCOLAR

El niño escolar es aquel con edad comprendida entre los seis y los once años, considerada
como la de mejor salud durante el ciclo vital humano. En esta etapa ocurren cambios más
lentos, comparados con las edades anteriores, que sin embargo, son trascendentales. Los
conocimientos que desarrollan en las instituciones educativas aunadas con los que
adquieren en la familia y grupos sociales los impulsan en su desarrollo. Algunos padres
empiezan a notar en ellos ciertas preferencias, ya sea en arte, música, teatro, deportes,
entre otras; el acompañamiento amoroso facilita explorarlas y tomar decisiones de acuerdo
con sus particularidades.
Aspectos del desarrollo físico: Estatura y peso
Durante la tercera infancia, el crecimiento
se desacelera de manera considerable.
Habrá diferencias considerables en
estatura, peso y tipo físico entre los niños
de este rango de edad. Es importante
recordar que los antecedentes genéticos,
al igual que la nutrición y el ejercicio,
pueden afectar el crecimiento de un niño.
Aun así, aunque es posible que no sean
evidentes los cambios en el día a día, se
suman para crear una sorprendente diferencia entre los niños de seis años de edad, que
todavía son pequeños, y los de 11 años de edad, muchos de los cuales empiezan a
parecerse a los adultos. Los niños crecen cerca de cinco a 7.5 cm por año entre los seis y
11 años de edad y su peso aumenta a casi el doble durante el mismo periodo. Las niñas
retienen un poco más de tejido adiposo que los niños, una característica que perdurará
incluso en la adultez. Aunque la mayoría de los niños crece en forma normal, hay algunos
que no lo hacen. Un tipo de trastornos del crecimiento surge a partir del fracaso del cuerpo
en producir la suficiente hormona del crecimiento.
Desarrollo de los dientes y cuidados dentales
La mayoría de los dientes adultos brotan durante la tercera infancia. Los dientes de leche
empiezan a caerse alrededor de los seis años de edad y son reemplazados por los dientes
permanentes a una tasa de cerca de cuatro dientes por año a lo largo de los próximos cinco
años.
Desarrollo cerebral
El desarrollo cerebral durante la infancia es menos espectacular que durante la lactancia,
pero suceden cambios importantes. Las imágenes de cerebros infantiles estudiadas en
forma longitudinal les están permitiendo a los neurocientíficos mapear estos cambios del
desarrollo. Un cambio de este tipo es la pérdida en densidad de la materia gris
(aglomeración cercana de cuerpos celulares) en ciertas regiones de la corteza cerebral.
Este proceso, que refleja la poda de
dendritas no utilizadas, está equilibrado por
un continuo aumento en materia blanca en
los axones o fibras cerebrales que
transmiten información entre neuronas a
regiones distantes del cerebro. Estas
conexiones se ensanchan y mielinizan (Se
recubren de aislamiento), empezando por
los lóbulos frontales y moviéndose hacia la
parte posterior del cerebro.
Entre los seis y 13 años de edad, ocurre un marcado crecimiento en las conexiones entre
los lóbulos temporal y parietal, que manejan funciones sensoriales, de lenguaje y de
comprensión espacial. El crecimiento de materia blanca en estas regiones desciende
alrededor del periodo crítico de la adquisición del lenguaje. En conjunto, estos cambios
aumentan la velocidad y eficiencia de los procesos cerebrales. Mientras que la mielinización
de la materia blanca procede del frente y hacia atrás, la pérdida de materia gris parece
moverse de manera aproximada en dirección inversa. En un estudio longitudinal de 13 niños
de los cuatro y hasta los 21 años de edad, la reducción en materia gris se inició entre los
cuatro y los ocho años de edad en las regiones que sustentan la actividad sensorial y motora
básica; después, aproximadamente entre los 11 y los 13 años de edad, esta disminución
pareció moverse de atrás hacia adelante a las áreas de los lóbulos parietales que están
involucradas en habilidades tales como atención, lenguaje y orientación espacial; por último,
en la adolescencia tardía, hacia las áreas de la corteza prefrontal que controlan el
razonamiento y otras funciones de orden superior. Esta secuencia corresponde
aproximadamente al orden en que estas partes del cerebro se desarrollaron durante la
evolución humana. Otra manera en que los neurocientíficos miden el desarrollo cerebral
es por medio del grosor de la corteza. Los
investigadores han observado un engrosamiento cortical entre los cinco y los 11 años de
edad en los lóbulos temporal y frontal, que manejan el lenguaje.
Al mismo tiempo, ocurre un adelgazamiento en la porción trasera de la corteza frontal y
parietal en el hemisferio izquierdo del cerebro. Este cambio se correlaciona con mejorías
en el desempeño de la porción de vocabulario de las pruebas de inteligencia. También se
han detectado cambios del desarrollo en el cuerpo calloso, que conecta a los hemisferios
izquierdo y derecho. La mielinización progresiva de las fibras del cuerpo calloso conduce a
una transmisión más acelerada de la información entre ambos hemisferios
Un mapeo longitudinal del cuerpo calloso de los tres a los 15 años de edad reveló un patrón
de crecimiento de adelante hacia atrás. Entre los tres y los seis años de edad, el crecimiento
más rápido sucedió en las áreas frontales que regulan la planeación y organización de las
acciones. Entre los seis y los 11 años de edad, el crecimiento más acelerado fue en el área
que primordialmente sustenta el pensamiento asociativo, el lenguaje y las relaciones
espaciales; este crecimiento se desaceleró entre los 11 y 15 años de edad, lo cual
posiblemente coincida con el final del periodo crítico que se ha propuesto para el
aprendizaje de un nuevo idioma.
Se han encontrado diferencias sexuales en estos patrones de desarrollo cerebral. En un
estudio transversal de 61 niños y 57 niñas de seis a 17 años de edad, los niños mostraron
una pérdida marcadamente mayor en materia gris y un crecimiento en materia blanca y en
las fibras del cuerpo calloso. Las niñas también exhibieron estos cambios, pero a tasas
menos aceleradas.
Ojos
Los ojos se han desarrollado por completo, tiene la visión más aguda y mejor enfoque que
antes, se aproxima a los 20/20 (de 9 – 11 años), es decir, que debe observar con claridad
los objetos colocados a 6 metros de distancia. El escolar adquiere el sentido de
profundidad, para ello tiene que hacer uso coordinado de los ojos y la facultad de fusión
por parte del cerebro. La fusión aparece hasta que queda restablecida la visión central
Corazón:
El peso del corazón al empezar la etapa escolar es 4 veces mayor que el del Recién Nacido,
a los 9 años es igual a 6 veces. El corazón ocupa una posición más vertical debido al
desarrollo relativamente mayor del ventrículo izquierdo y del descenso del diafragma. La
presión sanguínea en el niño puede variar grandemente día a día y esto se debe a muchos
factores: problemas emocionales, gritos, movimientos, lo cual modificará la presión sistólica.
Abdomen
El abdomen es plano debido al desarrollo alcanzado por músculos rectos anteriores y
oblicuos. El proceso de crecimiento y desarrollo del aparato digestivo y renal ha alzado su
máxima plenitud. La secreción diaria media de orina, a partir de los 8 años, es de 800cc a
2000cc en 24 horas.
Sistema Endocrino
Es un periodo donde inicia de manera incipiente el funcionamiento de las glándulas
sudoríparas y sebáceas. Para cuando llegue a la pubertad los órganos reproductores están
iniciando su funcionamiento pero aún no han alcanzado el desarrollo y la capacidad del
adulto. Los órganos del sistema endocrino se encuentran situadas en lugares del cuerpo
muy separados: en la cavidad craneal, en el cuello, en la cavidad torácica, en la cavidad
abdominal, en la cavidad pélvica y fuera de las cavidades del cuerpo. Las hormonas que
liberan son muy importantes para las funciones corporales. Regulan instintos básicos y
emociones, como los impulsos sexuales, violencia, ira, miedo, alegría y tristeza. También
estimulan el crecimiento y la identidad sexual, controlan la temperatura corporal, ayudan en
la reparación de tejidos dañados y ayudan a generar energía.
Sistema inmunológico
La respuesta a la infección es específica y localizada, los niveles normales de
inmunoglobulinas del adulto se alcanzan durante los años escolares. A partir de los 7 años
se produce un aumento de la capacidad inmunitaria lo que hace al niño más resistente a
las enfermedades. Los niños presentan un aumento de tamaño de los ganglios, que tienen
participación importante en las defensas del organismo. Son posibles de palpar al examinar.
Nutrición y sueño
Para sustentar su crecimiento continuo,
desarrollo cerebral y esfuerzo constante, los
niños de edad escolar necesitan comer y dormir
el tiempo suficiente y de manera adecuada. Por
desgracia, demasiados niños no cumplen con
estos requisitos.
Necesidades nutricionales
El niño en etapa escolar adquiere mayor
autonomía en diversos aspectos, entre ellos la
alimentación. Es capaz de comer solo, aunque al principio necesita ayuda para cortar con
cuchillo y mastica sin dificultad. El niño va consolidando sus hábitos alimentarios,
condicionados por la familia y las influencias externas, debido al aumento del contacto
social. El proceso educativo es esencial para fomentar la alimentación saludable, tanto en
el ámbito familiar como en el escolar. No es una etapa de cambios cualitativos en la
alimentación, pero sí que se irán aumentando las cantidades aportadas de cada alimento
de modo progresivo. El niño ha de ser capaz de aceptar cualquier tipo de alimento,
presentado de la misma manera que para los adultos.
En promedio, los niños en edad escolar necesitan ingerir 2 400 calorías diarias; más en el
caso de niños mayores y menos en el caso de niños más pequeños. Los nutricionistas
recomiendan una dieta variada que incluya cantidades abundantes de granos, frutas y
verduras y niveles elevados de carbohidratos complejos, que se encuentran en las papas,
las pastas, el pan y los cereales.
A fin de evitar problemas de sobrepeso y cardiacos, los niños (al igual que los adultos)
deberían obtener sólo cerca de 30% de sus calorías totales a partir de las grasas y menos
de 10% del total a partir de grasas saturadas. Los jugos de frutas y las bebidas endulzadas
deberían limitarse a 236 a 354 ml por día. A medida que los niños crecen, aumentan las
presiones y oportunidades para una dieta poco saludable. Muchos niños no desayunan o lo
hacen muy rápido y obtienen al menos un tercio de sus calorías a partir de aperitivos,
incluyendo bebidas endulzadas.
Patrones y problemas de sueño
Las necesidades de sueño disminuyen de 11 horas por día a los cinco años de edad a poco
más de 10 horas a los nueve años de edad y a cerca de nueve horas por día a los 13 años
de edad. Aun así, muchos niños estadounidenses duermen menos de lo que necesitan. Los
niños de primero a quinto
grado escolar duermen un promedio de
nueve y media horas por día, menos de
las 10 a 11 horas que se recomiendan. Y,
a medida que los niños crecen, cerca de
uno de cada cuatro duerme menos los
fines de semana. Los problemas de
sueño, como resistencia a irse a la cama,
insomnio y somnolencia durante el día son
comunes durante estos años, en
parte porque muchos niños, a medida que crecen, tienen permiso de determinar sus
propios horarios para dormir. Más de 40% de los niños en edad escolar cuentan con un
televisor en sus recámaras y estos niños duermen menos que otros. Mientras más tiempo
pasan los niños viendo televisión, en especial a la hora de dormir, más probable es que se
resistan a ir a la cama, que se tarden en quedarse dormidos, que se sientan ansiosos a la
hora de dormir y que se despierten temprano.
Desarrollo motor y juego físico
Las habilidades motoras continúan
mejorando durante la tercera infancia. Estas
destrezas pueden afectar la capacidad del
niño para escribir en forma pulcra, vestirse de
forma adecuada y realizar ciertas tareas
domésticas, como tender la cama o lavar los
platos. Sin embargo, para esta edad la
mayoría de los niños en sociedades no
alfabetizadas y transicionales salen a trabajar
y esto, junto con las labores
adicionales del hogar, en especial en el caso de las niñas, les deja poco tiempo para los
juegos físicos. Los niños en edad escolar con mucha frecuencia tienen habilidades motrices
fuertes y fluidas. Sin embargo, su coordinación (en especial ojo-mano), resistencia,
equilibrio y capacidades físicas varían.
Desarrollo del lenguaje
Los niños que están comenzando la edad escolar deben ser capaces de usar oraciones
simples, pero completas que contengan un promedio de 5 a 7 palabras. A medida que el
niño progresa a través de los años de escuela elemental, la gramática y la pronunciación
se vuelven normales. Al ir creciendo, los niños usan oraciones más complejas. El retraso
en el desarrollo del lenguaje puede deberse a problemas auditivos o de la inteligencia.
Además, los niños que no son capaces de expresarse bien pueden ser más propensos a
tener comportamientos agresivos o rabietas. Un niño de 6 años normalmente puede seguir
una serie de 3 órdenes consecutivas. Hacia la edad de 10 años, la mayoría de los niños
pueden seguir 5 órdenes consecutivas. Los niños que tienen un problema en esta área
pueden tratar de cubrirlo respondiendo de forma insolente o haciendo payasadas. Rara vez
pedirán ayuda porque temen que se burlen de ellos.
La Escuela
A los 5 años, la mayoría de los niños están listos para comenzar a aprender en un ambiente
escolar. Los primeros años se centran en el aprendizaje de lo básico. En el tercer grado, el
enfoque se vuelve más complejo. La lectura se centra más en el contenido que en la
identificación de letras y palabras. La capacidad para prestar atención es importante para
el éxito tanto en la escuela como en la casa. Un niño de 6 años de edad debe ser capaz de
concentrarse en una tarea durante al menos 15 minutos.
Para los 9 años, un niño ya debe estar
en capacidad de centrar la atención
durante una hora aproximadamente. Es
importante que el niño aprenda a
hacerle frente al fracaso o a la
frustración sin perder la autoestima. Hay
muchas causas de fracaso escolar, que
incluyen: Problemas de aprendizaje,
como problemas para
leer, Factores estresantes, como el acoso, Cuestiones de salud mental, como la ansiedad
o la depresión.
Juego en el recreo
Los juegos que los niños juegan durante el recreo son informales y organizados de manera
espontánea. Es posible que un niño juegue a solas mientras que en un grupo cercano los
compañeros de escuela se persiguen unos a otros alrededor del patio. Los niños juegan
juegos más físicamente activos, mientras que las niñas favorecen los juegos que incluyen
la expresión verbal o contar en voz alta, como avión o saltar a la cuerda. Tales actividades
durante el recreo promueven un crecimiento en agilidad y competencia social y fomentan la
adaptación a la escuela. Cerca de 10% del juego libre de los escolares durante los primeros
grados consiste de juego físico vigoroso, el cual es un juego rudo que implica forcejear,
patear, luchar, agarrar y perseguir, y que a menudo va acompañado de risas y gritos. Este
tipo de juego puede asemejarse a una pelea, pero se hace de manera juguetona entre
amigos. El juego físico vigoroso alcanza su expresión máxima en la tercera infancia; en
general, la proporción desciende a cerca de 5% para los 11 años de edad, una proporción
aproximadamente igual a la de la segunda infancia.
Comportamiento
Las dolencias físicas frecuentes (como dolor de garganta, de estómago y en las
extremidades) pueden deberse simplemente a un aumento de la conciencia corporal del
niño. Aunque no suele haber evidencia física que corrobore dichas dolencias, es necesario
investigarlas para descartar una posible enfermedad importante. Esto también le asegurará
al niño que el padre se preocupa por su bienestar. La aceptación de los compañeros se
vuelve más importante durante los años de edad escolar. Los niños pueden involucrarse en
ciertos comportamientos para formar parte de "un grupo". Hablar acerca de estos
comportamientos con el niño permitirá que este se sienta aceptado en dicho grupo, sin
cruzar los límites de los patrones de comportamiento en la familia. Las amistades a esta
edad tienden a establecerse principalmente con miembros del mismo sexo. De hecho, los
niños que están en los primeros años de la edad escolar a menudo hablan sobre como los
miembros del sexo opuesto son "extraños" y "terribles". Los niños se vuelven menos
negativos hacia el sexo opuesto a medida que se acercan a la adolescencia. Mentir, hacer
trampa y robar son ejemplos de comportamientos que los niños en edad escolar pueden
"probar" a medida que aprenden a lidiar con las expectativas y normas establecidas para
ellos por la familia, los amigos, la escuela y la sociedad. Los padres deben manejar estos
comportamientos en privado con sus hijos (para que los amigos del niño no lo molesten).
Los padres deben mostrarse dispuestos a perdonar y aplicar castigos que correspondan al
comportamiento. Es importante que el niño aprenda a hacerle frente al fracaso o la
frustración sin perder la autoestima.

TEORÍAS QUE SUSTENTAN EL DESARROLLO DEL ESCOLAR Y ADOLESCENTE

LA TEORÍA DEL DESARROLLO COGNITIVO DE JEAN PIAGET.

Las teorías cognitivas se centran en el estudio de la estructura y desarrollo de los procesos


del pensamiento, especialmente cómo afecta esto a la comprensión de la persona sobre su
entorno. De todas las teorías cognitivas una de las más populares es la que se extrae de la
obra de Jean Piaget. Piaget suponía que los niños a cada edad tienen capacidad para
resolver determinadas cuestiones y problemas. Comenzó estudiando los errores de los
niños. Piaget se dio cuenta de que los niños con las misma edad cometían los mismos
errores y él por lo tanto establece una secuencia evolutiva en el proceso cognitivo.
El concepto de etapas de desarrollo de Piaget: La idea central de estadio de Piaget fue
que se trataba de un período de consolidación y “perfección” de estructuras (operatorias) y
que éstas se conjugan y vierten a un equilibrio. Piaget caracteriza este momento culminante
de cada etapa como el de la implantación de una estructura de ensamble (estructura de
conjunto o estructura global). Vemos, por ahí, que la noción básica piagetiana de estructura
(particular) se prolonga en “estructura global” para caracterizar un estadio y que este hecho
está profundamente vinculado a otra de las nociones clave de Piaget: equilibrio o
equilibrado. Piaget nos brinda una concepción perfectamente holística o sistémica en su
planteamiento de los estadios. Al tiempo que exponía estas ideas, Piaget reconoció que la
existencia de sus estructuras de ensamble topaba con un fenómeno que él mismo había
consignado y que denominó decálogos, es decir, desfases o desajustes en la aplicación de
la misma estructura en varios dominios. Por otra parte, el hecho de establecer relaciones
entre estructuras particulares a efectos de definir una “estructura global” no es un problema
trivial: es la clave para definir el sistema, o sea, la estructura de ensambe. Parece que Piaget
intentó encontrar la contrapartida de cada una de estas (o de alguna de estas) en modelos
matemáticos que describían formas progresivas de operar de la mente, pero luego no insistir
más en este paralelismo. Hacia el final de su trayectoria, reconoció que no había que tomar
demasiado al pie de la letra su noción de estructura de ensamble. Las estructuras
cognitivas cambian en el tiempo, configurando etapas del desarrollo. Para que aquellas
estructuras configuren una etapa, deben guardar un orden temporal invariable, sin importar
demasiado la edad en que cada una de ellas se presenta, pero sí que se integren
naturalmente en las posteriores.
Etapa de las operaciones concretas (de 7 a 12 años)
En este periodo que va de los 7 a los 11 años,
el niño puede aplicar la lógica, aplica
principios. El niño ya no conoce
intuitivamente sino racionalmente. El niño
hace uso de algunas comparaciones lógicas,
como por ejemplo: la reversibilidad y la
seriación. Sin embargo, no maneja todavía
abstracciones. Su pensamiento está anclado
en la acción concreta que realiza.
Es el periodo escolar. Esta etapa está
marcada por una disminución gradual del pensamiento egocéntrico y por la capacidad
creciente de centrarse en más de un aspecto de un estímulo. Pueden entender el concepto
de agrupar, sabiendo que un perro pequeño y un perro grande siguen siendo ambos perros,
o que los diversos tipos de monedas y los billetes forman parte del concepto más amplio de
dinero. Sólo pueden aplicar esta nueva comprensión a los objetos concretos (aquellos que
han experimentado con sus sentidos). Es decir, los objetos imaginados o los que no han
visto, oído, o tocado, continúan siendo algo místico para estos niños, y el pensamiento
abstracto tiene todavía que desarrollarse.
Etapa de las operaciones formales (de los 12 años en adelante)
Va de los 12 años en adelante. Hablamos del
adolescente y del adulto. Es la etapa del
pensamiento abstracto, no solo piensa de la
realidad, sino cómo puede hacer las cosas,
ya puede hipotetizar. En este periodo los
niños comienzan a dominar las relaciones de
proporcionalidad y conservación. A su vez,
sistematizan las operaciones concretas del
anterior periodo, y desarrollan las llamadas
operaciones formales, las cuales
no sólo se refieren a objetos reales como la anterior, sino también a todos los objetivos
posibles. Con estas operaciones y con el dominio del lenguaje que poseen en esta edad,
son capaces de acceder al pensamiento abstracto, abriéndoseles las posibilidades
perfectivas y críticas que facilitan la razón. Pueden aplicar la reversibilidad y la conservación
a las situaciones tanto reales como imaginadas. También desarrollan una mayor
comprensión del mundo y de la idea de causa y efecto. Esta etapa se caracteriza por la
capacidad para formular hipótesis y ponerlas a prueba para encontrar la solución a un
problema.
Otra característica del individuo en esta etapa es su capacidad para razonar en contra de
los hechos. Es decir, si le dan una afirmación y le piden que la utilice como la base de una
discusión, es capaz de realizar la tarea. Por ejemplo, pueden razonar sobre la siguiente
pregunta: ¿Qué pasaría si el cielo fuese rojo?”. En la adolescencia pueden desarrollar sus
propias teorías sobre el mundo.
Esta etapa es alcanzada por la mayoría de los niños, aunque hay algunos que no logran
alcanzarla. No obstante, esta incapacidad de alcanzarla se ha asociado a una inteligencia
más baja.
TEORÍA DEL DESARROLLO PSICOSOCIAL DE ERIKSON

Erik Erikson contempla que los niños, a través de su desarrollo cognitivo, psicológico y
motor, van transcurriendo una serie de etapas que les permiten acceder a ciertas
competencias de una complejidad cada vez mayor.
Alcanzado cada nivel madurativo, si el individuo ha logrado la competencia que corresponde
a su etapa vital, experimentará una sensación de dominio, que Erikson describe como
“fuerza del ego”. Adquirir esas destrezas y competencias facilita que el niño pueda superar
las exigencias que se le presentan durante los años venideros. Otro aspecto importante en
la teoría de Erik Erikson es que cada etapa viene marcada por un conflicto que permite el
desarrollo psicológico y madurativo del individuo. Cuando la persona va resolviendo todos
y cada uno de los conflictos, experimenta un cambio cualitativo en su madurez psicológica
y cognitiva. Si no lo logra, puede verse estancado y arrastrar una serie de déficits.
Laboriosidad vs. Inferioridad:
Este estadio se desarrolla entre los 6 años hasta los 12 años. Los niños de esta edad
observan la realidad y se preguntan por cómo funcionan las cosas. También es un momento
de generatividad, descubren el mundo con sus propias manos y realizan un sinfín de
actividades en las que ponen todos sus recursos cognitivos y físicos. Es por eso
que los niños deben sentir que los maestros
y los adultos, especialmente los padres, les
estimulan positivamente para desarrollar sus
inquietudes y llevar a cabo estas
actividades, sobre todo las que se realizan
en grupo de iguales. Si se da el caso en que
los niños son minusvalorados o tenidos de
menos, pueden desarrollar sensaciones de
inferioridad que les volverá individuos con
propensión hacia la inseguridad y la timidez.
Exploración de la Identidad vs. Difusión d e la Identidad: Esta etapa se produce durante
la adolescencia, y la pregunta recurrente es: ¿quién soy yo? Es un momento de análisis y
reflexión acerca de la identidad. Los individuos que están en la etapa de la adolescencia
empiezan a querer ser autónomos y a mostrarse distantes con sus padres.
Prefieren pasar tiempo con sus amigos y
compañeros y comienzan a tomar decisiones
sobre su futuro: qué quieren estudiar, dónde
quieren vivir, qué tipo de persona quieren ser. En
esta etapa, el adolescente empieza a valorar sus
propias posibilidades y destrezas en base a sus
experiencias pasadas. Esta constante búsqueda
puede generar dudas y confusión acerca de su
identidad.

TEORÍA PSICOSEXUAL SEGÚN FREUD

Para Freud, la sexualidad humana es una de las principales vertientes de la energía vital
que mueve el comportamiento del ser humano. Esta energía, a la que se le puso el nombre
de libido, es la fuente de los impulsos que hacen que tendamos hacia ciertos objetivos a
corto plazo y, a la vez, obligan a otras instancias de nuestra psique a reprimir estas
tendencias para no ponernos en peligro o no entrar en conflicto con el entorno en el que
vivimos. La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está
presente ya desde las primeras semanas de nuestra vida, lo cual significa que nuestra
vertiente sexual no nace en la adolescencia, tal y como muchos investigadores de su época
sostenían. Pero las repercusiones de esto no tienen que ver simplemente con localizar el
inicio de nuestro desarrollo sexual en uno u otro punto de nuestro calendario vital. Tiene
implicaciones profundas en el modo en el que Freud relacionaba nuestra personalidad con
nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.
Una de las ideas esenciales detrás de la teoría del desarrollo psicosexual de Freud es que
el modo en el que gestiona la satisfacción de la libido durante la infancia deja unas huellas
en nuestro inconsciente que se harán notar durante la vida adulta. Así, si los factores
externos a un niño hacen que no pueda satisfacer estas tendencias tal y como se desearía
(por ejemplo, a causa de las reprimendas de sus padres), esta angustia se traduce en una
fijación que tiene que ver con ideas relacionadas a una zona erógena en concreto (que no
tiene por qué estar en el área genital). Para Freud, por tanto, en el desarrollo psicosexual
interviene tanto la biología como la crianza.
Etapa de latencia
Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta
el inicio de la pubertad. La etapa de latencia se
caracteriza por no tener una zona erógena concreta
asociada y, en general, por representar una congelación
de las experimentaciones en materia de sexualidad por
parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos
y amonestaciones recibidas. Es por eso que Freud
describía esta fase como una en la que la sexualidad
queda más camuflada que en las anteriores. La etapa de
latencia ha estado asociada a la aparición del pudor y la
vergüenza relacionada con la sexualidad.
Etapa genital
La etapa genital aparece con la pubertad y se
prolonga en adelante. Está relacionada con los
cambios físicos que acompañan a la adolescencia.
Además, en esta fase del desarrollo psicosexual el
deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan
intenso que no se puede reprimir con la misma
eficacia que en etapas anteriores. La zona erógena
relacionada con este momento vital vuelve a ser la
de los genitales, pero a diferencia de lo que ocurre
en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las
competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de
carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con otras
personas. Es el nacimiento de la sexualidad adulta, en contraposición a otra ligada solo a
las simples gratificaciones instantáneas y obtenidas mediante actividades estereotípicas.

DESARROLLO MORAL SEGÚN KOHLBERG

Kohlberg definió el razonamiento moral como los juicios sobre aceptación o desviación a la
norma. Sus estudios de razonamiento moral están basados en el uso de dilemas
morales o situaciones hipotéticas en las que una persona debe tomar una decisión.
Kohlberg definió el nivel de razonamiento moral a partir de la solución de los dilemas. Notó
que el desarrollo moral estaba relacionado a la edad y estableció tres niveles con 2 etapas
cada uno. De estas seis etapas, muchas personas progresan sólo hasta la cuarta o la
quinta, son universales, es decir, son válidas para cualquier era y cultura, además de
irreductibles. Por otro lado, van apareciendo según el niño interactúa con el entorno social.
Los estadios son lineales, es decir, siguen un orden invariante en el desarrollo de cada
individuo. Del mismo modo, los estadios o etapas no son acumulativos ya que ninguna
persona puede pertenecer a dos estadios a la vez. Por lo tanto, cada uno de ellos es un
todo indivisible.
Kohlberg se interesa en el proceso lógico que se pone en marcha cuando los valores
adquiridos entran en conflicto (dilema moral), porque es cuando verdaderamente se ejercita
el juicio moral. El proceso es similar al explicado por Piaget: Se produce un desequilibrio:
entra en conflicto el sistema de valores. Hay que restaurar el equilibrio: asimilando el
problema, sus consecuencias,... o acomodar su pensamiento para abordar la crisis e idear
cómo resolver los conflictos de su sistema de valores. El ejercicio del juicio moral es un
proceso cognitivo que nos permite reflexionar sobre nuestros valores y ordenarlos en una
jerarquía lógica. Esto no se limita a momentos puntuales o extraordinarios de nuestra vida
sino que es integrante del proceso de pensamiento que empleamos para extraer sentido a
los conflictos morales que surgen en la vida diaria.
En los primeros años de vida, los niños aprenden las normas de buena conducta sin
entender todavía su sentido y sin ser capaces de guiar su actuación de acuerdo con ellas
(egocentrismo). Es a partir de los 6 años cuando empieza a desarrollarse la capacidad de
asumir roles, de adoptar diferentes perspectivas a la propia. Esta capacidad es clave para
el crecimiento del juicio moral: sólo cuando el niño puede asumir el rol del otro puede
sopesar su propia exigencia frente a la del otro.
Según se ha comentado anteriormente, Kohlberg definió tres niveles en el desarrollo moral,
cada uno de los cuales está relacionado con la edad. Estos niveles son:
Nivel I: Moralidad Preconvencional (de los 4 a los 10 años)
El énfasis en este nivel está en el control externo. Los niños observan los patrones de otros
ya sea para evitar el castigo o para obtener recompensas. En este nivel el niño responde a
las reglas culturales y a las etiquetas de bueno y malo, correcto o equivocado, pero
interpreta estas etiquetas ya sea en términos de las consecuencias hedonísticas o físicas
de la acción (castigo, recompensa, intercambio de favores) o en términos del poder
físico de quienes enuncian las reglas y etiquetas. El nivel se divide en las siguientes dos
etapas:
Etapa 1. La orientación de obediencia por castigo: Las consecuencias físicas de una
acción determinan la bondad o maldad sin considerar el significado humano o el valor de
estas consecuencias. La evitación del castigo y el respeto incuestionable al poder son
valiosos por su propio derecho, y no en términos del respeto por un orden moral subyacente
que se sustenta por el castigo y la autoridad (esto último sucede en la Etapa 4). Es decir,
las personas obedecen las reglas para evitar el castigo. Una acción buena o mala está
determinada por las consecuencias físicas.
Etapa 2. La orientación instrumental−relativista u orientación por el premio personal:
La acción correcta consiste en aquello que instrumentalmente satisface las propias
necesidades y ocasionalmente las necesidades de los otros. Las relaciones humanas son
vistas en términos mercantilistas. Los elementos de igualdad, de reciprocidad y del mutuo
compartir están presentes, pero siempre son interpretados en una forma práctica. La
reciprocidad es un asunto de me das y te doy no de lealtad, gratitud o justicia. Con lo cual,
las necesidades personales determinan la aceptación o desviación. Se devuelven favores
a partir del intercambio si te ayudo, me ayudarás.

Nivel II: Moralidad de conformidad con el papel convencional (de los 10 a los 13 años)
Los niños ahora quieren agradar a otras personas. Todavía observan los patrones de otros
pero los han interiorizado en cierta medida. Ahora quieren ser considerados bueno por
gente cuya opinión es importante para ellos. Son capaces de asumir los papeles de figuras
de autoridad lo suficientemente bien como para decidir si una acción es buena según sus
patrones. Con lo cual, tienen en cuenta las expectativas de la sociedad y sus leyes sobre
un dilema moral.
Etapa 3. La orientación de concordancia interpersonal o de niño bueno−niña buena:
El buen comportamiento es aquél que complace o ayuda a otros y es aprobado por ellos.
Hay mucha conformidad a imágenes estereotipadas de lo que es mayoría o comportamiento
natural. El comportamiento frecuentemente es juzgado por la intención (tiene una buena
intención) se convierte en algo importante por primera vez. Se gana aprobación por ser
bueno. El niño mantiene buenas relaciones y busca la aprobación de los otros.
Etapa 4. La orientación de ley y orden: Hay una orientación hacia la autoridad, las reglas
fijas y el mantenimiento del orden social. El comportamiento correcto consiste en hacer el
propio deber, mostrar respeto por la autoridad, y mantener un orden social dado que se
justifica en sí mismo. Al decidir el castigo para una mala actuación, las leyes son absolutas.
En todos los casos, debe respetarse la autoridad y el orden socialestablecido.

Nivel III: Moralidad de los principios morales autónomos (De los 13 años en adelante,
si acaso)
En este nivel se llega a la verdadera moralidad. Por primera vez, la persona reconoce la
posibilidad de un conflicto entre dos patrones aceptados socialmente y trata de decidir entre
ellos. El control de la conducta es interno ahora, tanto en los patrones observados como en
el razonamiento acerca de lo correcto y lo incorrecto. Los juicios están basados en lo
abstracto y por principios personales que no necesariamente están definidos por las leyes
de la sociedad.
Etapa 5. La orientación legalística o de contrato social: Generalmente tiene tonalidades
utilitaristas. La acción correcta tiende a ser definida en términos de los derechos generales
del individuo, y de los estándares que han sido críticamente examinados y acordados por
la sociedad entera. Hay una clara conciencia del relativismo de los valores y opiniones
personales y un énfasis correspondiente hacia los procedimientos y reglas para llegar al
consenso. Aparte de lo que es constitucionalmente y democráticamente acordado, lo
correcto es un asunto de valores y opiniones personales. El resultado es un énfasis en el
punto de vista legal, pero con un énfasis sobre la posibilidad de cambiar la ley en términos
de consideraciones racionales de utilidad social (más que congelarse como en los términos
de ley y orden de la Etapa 4). Fuera del ámbito legal, el contrato libremente acordado, es
cumplido como obligatorio.
Etapa 6. La orientación de principios éticos universales: Lo correcto es definido por la
decisión de la conciencia de acuerdo con los principios éticos auto−elegidos que apelan a
la comprensión lógica, consistencia y universalidad. Estos principios son abstractos y éticos
y no son reglas morales concretas como los Diez Mandamientos. La etapa 6 supone
principios universales de justicia, de reciprocidad e igualdad de derechos humanos, y de
respeto por la dignidad de los seres humanos como personas individuales. Lo que es bueno
y conforme a derecho, es cuestión de conciencia individual, e involucra los conceptos
abstractos de justicia, dignidad humana e igualdad. En esta fase, las personas creen que
hay puntos de vista universales en los que todas las sociedades
deben estar de acuerdo. Como el razonamiento moral, claramente es razonamiento, el
avance en el razonamiento moral depende del avance en el razonamiento lógico; la etapa
lógica de una persona pone un cierto tope o límite para la etapa moral que pueda alcanzar.

REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS
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Modelo de abordaje de Promoción de la Salud. Acciones a desarrollar en el eje temático
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