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Departamento de

SALUD y ACTIVIDAD FÍSICA

DINÁMICA DE GRUPOS Y PROCESOS MOTIVACIONALES

Clase N° 11

¡Hola a tod@s!

En esta última clase de la materia no quería dejar de presentar la


detección y la selección del talento en los deportistas, para dejarles la inquietud
de que también les puede tocar trabajar con niños o adolescentes en algún
deporte específico o en la iniciación deportiva multideportiva.

LA DETECCIÓN, SELECCIÓN Y DESARROLLO DEL DEPORTE


EN EDADES TEMPRANAS

La mayoría de los profesores, entrenadores y profesionales que trabajan


en el desarrollo del deporte a edades tempranas, coinciden en la importancia
de ampliar la cantidad de participantes que practiquen un determinado deporte,
buscando las bondades de desarrollar un sistema de selección de talentos
deportivos.

Pero para ello se consideran necesario contar con protocolos que les
permitan aplicar un sistema de trabajo que facilite la detección y selección de
los niños deportistas. La dificultad de no contar con protocolos específicos ni
con un Programa de trabajo unificado lleva a que cada profesional deportivo
proponga sus propios objetivos de detección, selección y desarrollo del deporte
en cuestión.

En el niño deportista, existen diversos factores que deben ser analizados


y considerados, entre los cuales se encuentran: condición física, desarrollo
intelectual, el apoyo que la familia le brinda, lo que podríamos llamar un
desarrollo armonioso que se verá reflejado en el deportista.

Hay adolescentes que se destacan en un determinado deporte, y al ser


alejados de su contexto social, familiar, para lograr una mejora en sus logros
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deportivos, por el desarraigo se produce un retroceso en el nivel de su
rendimiento y sus marcas, porque no se consideran todos los aspectos para su
desarrollo que van desde los aspectos morfo-fisiológicos, pasando por los
aspectos psicológicos y considerando también los aspectos sociales.

El deportista es un todo, es un ser humano integral, con cualidades


físicas, una familia, sus entrenadores, es su propia disciplina y la contención de
sus amigos, el trabajo de los profesionales de la salud que lo atienden, sus
emociones y la estabilidad de necesidades cubiertas básicas o no. Aspectos
que algunos profesionales olvidan al momento de seleccionar las actividades o
entrenamientos, y que deben ser considerados tratándose de niños o
adolescentes que se encuentran en su etapa de crecimiento.

Conceptualización del talento deportivo

Al trabajar en el proceso de la detección y desarrollo del talento, cuesta


imaginar la cantidad de conceptos relacionados entre sí que existen, como así
también, la multitud de perspectivas con las que se puede afrontar su
problemática. Dicha situación, de inicio, causa una gran complejidad y dificultad
para entender el proceso correctamente, al mismo tiempo que genera, en
muchas ocasiones, ideas o conceptos que no se corresponden con la realidad
(Gagné, 2004; Lorenzo, 2001; Tranckle & Cushion, 2006).

Hopf (1997), ha manifestado la dificultad del abordaje del talento


deportivo y señala que, dada su complejidad, el estudio de los componentes
del rendimiento solo resuelve una parte del significado del constructo.

Para Gabler y Ruoff (1979; en Baur, 1993, p. 6), el talento deportivo es


aquel que, “en un determinado estado de la evolución, se caracteriza por
determinadas condiciones y presupuestos físicos y psíquicos, los cuales, con
mucha probabilidad, le llevarán, en un momento sucesivo, a alcanzar
prestaciones de alto nivel en un determinado tipo de deporte”.

La investigación en el campo de la detección o del desarrollo del talento


ha tendido normalmente a ser monodisciplinar, adoptando normalmente una
visión genetista o ambientalista (Phillips, Davids, Renshaw, & Portus,
2010). Para para seguir avanzando en el conocimiento del desarrollo del
talento, es preciso adoptar una perspectiva multidisciplinar e integradora,
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donde las diferentes perspectivas y ciencias aporten sus metodologías y
resultados.

El talento debe ser entendido como un concepto dinámico, que


evoluciona a lo largo del tiempo, a medida que se produce la interacción entre
las características del deportista y su contexto (e.g.; Gilar & Castejón, 2003;
Simonton, 1999, 2001), y que hay que entender que las características del
deportista van evolucionando a lo largo del tiempo, lo que supone diseñar
diferentes herramientas de detección en función de la edad y tal vez también
del momento evolutivo. Es decir, los atributos varían en función del tiempo y el
espacio.

El niño deportista está en constante crecimiento, por eso hay que tener
especial cuidado ya que un sistema de selección basada en el resultado puede
dejar afuera deportistas que han cambiado o crecido en tiempos diferentes de
la media. Suele suceder, en algunos casos, que niños de contextura alta, con
percentiles de altura mayores al 90%, porque la coordinación no es su mejor
habilidad, pasan desapercibidos o no son considerados a edades tempranas.

Hay que asumir también que se trata de una construcción social y no


natural. Esto se debe, en primer lugar, a que son otros quienes deben
reconocer que alguien tiene talento. Culturalmente debe ser reconocido, debe
existir una estructura sobre el campo en cuestión. Es necesario establecer
acuerdos previos sobre la estructura del conocimiento aplicable al campo de la
detección temprana o no de los futuros atletas.

Actualmente, podemos encontrar bibliografía que nos describen por lo


menos dos tipos de modelos o sistemas de detección de talentos deportivos,
que se relaciona con las características del sistema deportivo del país. En
general, la base de estos modelos utiliza sistemas de predicción conformado
por una batería de test que evalúan condiciones físicas, psicológicas y
antropométricas.

Desde un punto de vista más ortodoxo, los resultados permiten predecir


a mediano y largo plazo el futuro rendimiento de un deportista o atleta. Hoy en
día existen autores que quieren implantar nuevos sistemas que incluyen la
formación y evolución del deportista. Se puede considerar que actualmente dos

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de los modelos para la detección y selección de jóvenes talentos deportivos
son:

 El Modelo empírico o Científico.

 El Modelo Formativo o de Desarrollo.

El modelo empírico o científico

Este modelo se trata de un proceso de selección de talentos de forma


empírica o científica, considerando valoraciones aptitudinales y actitudinales de
niños/as o jóvenes deportistas. A partir de estas valoraciones se realizan
predicciones a medio y largo plazo.

Salmela y Réginer (1983) la Detección de jóvenes talentos


deportivos es una predicción a largo plazo en cuanto a las posibilidades de que
un individuo posea las capacidades y los atributos necesarios para alcanzar un
nivel de performance dado en un deporte determinado.

Sin embargo, la Selección de talentos deportivos es como una


operación que se apoya sobre una predicción a corto plazo, en cuanto a las
posibilidades de que un sujeto dado en el seno de un grupo de atletas posea
atributos, el nivel de aprendizaje, el entrenamiento y la madurez para realizar
una mejor performance que el resto de los miembros del grupo en un futuro
inmediato (López J., 1995).

Salanellas, F. (1996) considera al término Captación de talentos


deportivos, como una predicción de una actuación inmediata o descubrimiento
de atletas que tendrán la oportunidad de figurar entre los primeros finalistas.
Por su parte, Hahn (1998) asienta que existe tres tipos de talentos:

Talento Motriz General. Aquel que es capaz de aprender con rapidez


una alta gama de movimientos.

Talento Deportivo. Serán aquellas personas que además de poseer


esa capacidad de aprendizaje rápido para las habilidades motoras están
predispuestos a someterse a un Programa de desarrollo deportivo.

Talento Específico Deportivo. Son quienes necesitan una serie de


requisitos físicos y psíquicos para alcanzar rendimientos específicos en un
deporte.
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Hernández Corvo (Profesor de la Escuela de Medicina de la Educación
Física y el Deporte), (2007), trata acerca de dos conceptos, que a su juicio
determina la identificación de campeones: la posibilidad y la
potencialidad. "El primero hace referencia al derecho innegable de toda
persona a hacer ejercicio físico. Se trata de un derecho que hay que fomentar
desde la escuela. El segundo implica la selección de unas personas que, por
sus características, pueden llegar a ser ganadores". Sigue apuntando este
autor que no existen fórmulas mágicas para la selección de talentos deportivos.

Diferentes condiciones, entre las que se encuentran las educacionales,


psicológicas y sociales condicionan las cualidades físicas de los niños. Las
profesionales que se dedican a esta labor tienen que trabajar en tres fases:
detección, selección y desarrollo. La detección, tratando de identificar a los
niños con las mejores condiciones, la selección buscando armonizar esas
características con las exigencias de cada deporte y el desarrollo que persigue
potenciar al máximo todas las habilidades para adecuarlas a la técnica de la
disciplina que se practica.

Al no haber una fórmula mágica en la detección de talentos deportivos


hay un factor a desarrollar especialmente que es la competición, con el objetivo
de que ayude a potenciar todas las habilidades, se requiere de equipos
interdisciplinarios para acompañar el desarrollo.

En definitiva, la selección de talentos deportivos no es otra cosa que el


proceso a través del cual, se individualizan personas dotadas de talento y
aptitudes favorables para el deporte, con la ayuda de métodos y test
científicamente válidos (Nadori, 1989).

El modelo de desarrollo o formativo

La expresión de detección de talentos está sustituida por la


de desarrollo de la pericia en el deporte (Salmela y Durand-Busch, 1994),
conceptualización que desea destacar más el seguimiento de los efectos del
entrenamiento y de la práctica deliberada en los individuos, que acceden a un
deporte y que progresivamente van alcanzando niveles más elevados de
pericia, dada la dificultad de predecir unos resultados futuros a partir de unos
resultados iniciales.

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Salmela (1997) confirma que "talento" debe ser sustituido por el de
"experto". Para este autor la piedra angular del desarrollo de la experiencia es
la práctica sostenida y estructurada con el principio de mejorar el rendimiento
deportivo, y es aquí donde el entrenador adquiere un protagonismo importante.
Añadiendo además que se necesita un mínimo de 10 años para acceder a la
categoría de experto.

Estos autores mencionan requisitos que se deben dar para que se


produzca ese desarrollo en el deportista:

1. Una práctica deliberada, entendida como una práctica estructurada con


el expreso deseo de progresar y mejorar y no con el deseo de pasarlo
bien o de entretenerse. Para la mayoría de los autores existe una
relación proporcional entre tiempo de entrenamiento acumulado, y es
aquí donde el proceso de detección de talentos se ajusta dentro de ese
proceso formativo del deportista y la planificación a largo plazo de su
vida deportiva.

2. La presencia de un elevado compromiso por parte del deportista para


poder superar todos aquellos inconvenientes que le surjan a lo largo de
toda su vida deportiva, y le permita asumir el grado de sacrificio
necesario para soportar las sesiones de entrenamiento.

3. Algunos autores añaden la necesidad de que el deportista sienta un


estado subjetivo de placer y concentración durante el desarrollo de
su actividad que le permita trabajar, de formar concentrada, durante
largos periodos de tiempo.

El Modelo de “Los tres anillos” de Renzulli (1978), considera que el


talento no es un constructo unidimensional, sino que se basa en la combinación
de tres características:

- Habilidad general por encima de la media.

- Alto nivel de compromiso con la tarea.

- Alto nivel de creatividad.

Las habilidades superiores a la media pueden ser de aplicación general


o específica a un dominio particular. El segundo anillo, se asocia con la
persistencia, la voluntad de trabajar insistentemente o por cuenta propia

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relacionadas con la realización de una tarea concreta. Y el tercer anillo, acerca
de la creatividad que está asociada a la capacidad de una persona para
desarrollar ideas innovadoras. Para este autor ninguno de estos anillos
aisladamente, sino que requieren de la interacción de estos tres anillos en
conjunto. También es importante observar que cada anillo contribuye con
características esenciales para que una persona pueda tener un alto
rendimiento.

Por su parte García-Verdugo (2005) subraya que, si se pretende


conseguir que un joven deportista explote todo su potencial, se deben respetar
una serie de reglas básicas:
Evitar la especialización precoz
Tratar de manera individual al deportista, respetando sus características,
nivel evolutivo, maduración, desarrollo.
Progresar en los estímulos que se le proporciona al atleta.
Entrenar y competir en función de la etapa en la que se encuentre el atleta.
Dedicarse a la especialidad deportiva en función de la edad del deportista.

Tests de detección de talentos deportivos

Para la detección de talentos, Hofman & Schneider (1985, citados en


Weineck, 2005), investigan y determinan en que capacidades se tiene que
basar una prueba de detección con altas capacidades deportivas para el
atletismo:

a) Composición corporal adecuada


b) Velocidad de carrera
c) Fuerza rápida
d) Resistencia
e) Coordinación
Hay autores que idean baterías de test, dejando fuera el factor
emocional porque es difícil de medir y poseen las siguientes características:
 Determinar el nivel de capacidad física y habilidades motrices del deportista.
 Predecir el potencial de éxito de los deportistas
 Motivar a los deportistas para que mejoren en los entrenamientos.

Por ello se requiere revisar el uso de mediciones antropométricas y de


valoración motora, por lo menos como elemento principal en la predicción del
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futuro de un deportista debido a que las pruebas, son más adecuados para un
diagnóstico de un momento determinado de la vida deportiva.

Autores como Coté & Hay (2002) señalan importante centrarse en el


desarrollo de un deportista joven con capacidades deportivas altas mientras
que otros creen que la evaluación multidimensional permanente, sería lo
aconsejable, dentro de un marco de acuerdos teóricos y diferenciales que no
sean eliminatorios. (Martin 2004)

El motivo es que el rendimiento motor de un deportista está muy


influenciado por el desarrollo de su personalidad y viceversa, (Grosser &
Starischka, 1988; De la Torre,1998; Rojas 2013), como, por ejemplo, el
liderazgo, el manejo de las situaciones bajo presión, la toma de decisiones, etc.

Buns (2011) señala que, con piernas cortas, cabeza grande, torso
pequeño, es difícil el equilibrio. Esta reflexión nos lleva inevitablemente a
conceptualizar, coordinación, velocidad, fuerza.

Al momento de planificar en forma estratégica la detección, la selección


y el desarrollo deportivo con los niños, si bien es importante tener en cuenta la
secuenciación y progresión de los trabajos con capacidades condicionales esto
no resuelve por si solo la compleja decisión del trabajo en la iniciación
deportiva. Criterios tales como postura, estabilidad y equilibrio, propiocepción,
ritmización, diferenciación, frecuencia, condiciones asimétricas, variabilidad,
motivación, herencia deben incorporarse en los Programas de detección de
talentos. Y en momento de la detección de las cualidades sobresalientes de los
talentos deportivos, deben considerarse las condiciones biológicas y las
condiciones psicosociales de los niños.

Pruebas para la iniciación deportiva

En todo deporte se valoran las capacidades físicas del deportista.


Siempre encontramos una cualidad física que se destaca y sin duda estará
relacionada con una práctica motriz.

Poner en práctica en la iniciación deportiva, pruebas que determinen


inicialmente las aptitudes de los deportistas desde lo motriz, para encaminar a
los niños hacia la enseñanza y entrenamiento en los diferentes deportes,
debería ser uno de los objetivos iniciales de un Programa planificado de
detección y selección de talentos deportivos.
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El proceso de detección y selección de atletas en las exigencias de
entrenamiento deportivo no se puede ver aislado del proceso que inicia el
desarrollo de las habilidades y destrezas motrices que componen la base de
cualquier manifestación deportiva (PILA, 2012).

Este proceso supone un seguimiento del cual son responsables distintos


actores a lo largo de todo el proceso de desarrollo de aquellos niños que han
llamado nuestra atención en algún aspecto. Un plan a largo plazo donde en
cada etapa se puedan evaluar a todos los niños escolarizados desde varios
aspectos y orientarlos en etapas futuras en el deporte elegido.

Pila Hernández (2003) propone una pirámide para un sistema de


detección de talentos orientados al nivel competitivo:

excelencia
Sistema competitivo

talentos deportivos

prospecto deportivo

iniciacion deportiva y aptitud para el deporte

Figura Ni 1. Sistema competitivo (Pila Hernández,2003)

El autor define cinco niveles en el proceso de detección y selección de


talentos en donde se van mejorando aptitudes y cualidades hacia la excelencia
deportiva.

Cuando los niños todavía no se inician en un deporte, pertenecerían al


Nivel 5, donde es necesario evaluar su condición física, capacidades motrices,
medidas antropométricas, percentiles, etc. Supondría una evaluación general
con una mirada amplia de esta base o reserva deportivas.

Esta evaluación es la que se considera que podría ser efectuada en las


escuelas por profesores de Educación física e implicaría una intervención e
intención del sistema educativo para poder realizarla. También creemos que

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podría realizarse en clubes y lugares donde se realice actividad no formal, ya
sea recreativa o deportiva.

El Nivel 4, incluiría a quienes presenten aptitudes para una o varias disciplinas


deportivas. Las evaluaciones para realizarse deberían estar orientadas a
determinar si estos niños pueden ser incluidos dentro de las exigencias de un
Programa de entrenamiento deportivo.

EL Nivel 3, estarían quienes ya están iniciados en el entrenamiento, con


ciertos niveles de conocimientos y habilidades en el deporte, lo que permiten
ser evaluados con un nivel superior de exigencia, denominándose prospecto
deportivo

EL Nivel 2, incluye atletas considerados talentos deportivos, dada las


características del desarrollo alcanzado y los registros desarrollados en las
competencias. Generalmente forman parte de preselecciones en categorías
menores o juveniles.

EL Nivel 1, incluye el talento de excelencia deportiva, aquel contemplado como


atleta de elite, integrante de equipos y selecciones nacionales.

Sin embargo, para el autor los cinco niveles de talentos deportivos y sus
evaluaciones, no constituyen la única forma de ascenso deportivo, considera
que paralelamente pueden desarrollarse e incorporarse en los diferentes
niveles, aquellos que no son detectados en pruebas, pero que provienen de
otros deportes o de sistemas de competencias diferentes.

Detección de talentos en los niños atletas

“La selección de talentos desempeña un papel fundamental para el inicio


de la formación a largo plazo de un atleta con perspectivas para el alto
rendimiento, por lo que las pruebas de ingreso a utilizar deben ser informativas
y exigentes, independientemente de las características de cada deporte”.
Zatsiorski, V. M (1989). Metrología deportiva.

Según Wanceulen et. al. (2008) para la detección y selección de talentos


deportivos se requiere conocer cuáles son los parámetros por utilizar, teniendo
en cuenta los siguientes factores de análisis, con sus respectivas dimensiones
para poder obtener información más completa de cada niño.

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Factores Morfo fisiológicos En donde se encuentran las dimensiones de
cineantropometría (estructura, movimiento, somato tipo, lesiones, talla-peso y
composición corporal), las capacidades motoras, condicionales: fuerza,
resistencia, velocidad, y las coordinativas. Además de las habilidades y
destrezas específicas del fútbol como los componentes técnicos, y la
inteligencia corporal cinestésica.

Factores Psicológicos y Cognitivos, considerando las dimensiones de


motivación, carácter, competitividad, valentía, autoconfianza, sacrificio, y
autocontrol, capacidades e inteligencia táctica (capacidades para el juego y
conocimiento en la toma de decisiones)

Factores Sociales, con las dimensiones del entorno del atleta, hábitos de
vida saludables, situación formativa, nivel de entrenamiento, nivel de
competición, salud y medios adecuados a su formación.

Una de las mayores debilidades de los Programas de detección y


selección de talentos deportivos es no considerar estos factores con sus
respectivas dimensiones al momento de evaluar a un niño de forma integral.

A su vez, Gardner (1999) postuló una teoría sobre las inteligencias


múltiple (MI), que influyó notablemente en la conceptualización y medición del
talento (Von Karolyi, Ramos For & Garner, 2003). El proyecto Spectrum
(Krechevsky 1998) un ejemplo de la teoría MI en acción, suministra a los niños
un entorno amigable y enriquecido donde los mismos pueden ser evaluados y
observados en un contexto significativo.

Aceptar el deporte supone aceptar la competición, y al mismo tiempo


reconocer que esta posee valores educativos. El sentimiento positivo sobre el
que se funda la competición es la afirmación de uno mismo, que Bouet (1968)
convierte en el común denominador de las motivaciones de los deportistas. Lo
que el deportista busca en el deporte, y de forma notoria en la competición, es,
sobre todo, el placer de sentirse fuerte, física y moralmente, de superarse, de
sobrepasar el obstáculo exterior, de vencer al adversario.

Para que estos niños desarrollen su talento motriz tiene que ser
adecuadamente estimulado, sostener esa motivación en el tiempo y
desarrollarse, necesitando un ambiente adecuado donde el moverse
inteligentemente lo haga disfrutar.
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El entrenamiento deportivo en la infancia

Según Hahn (1988), en el entrenamiento con niños, el fin es la


expansión de todas las posibilidades motoras para conseguir un amplio
repertorio motor, en base del cual se podrían aprender, formas motrices
específicas, con mayor facilidad y rapidez y de forma más estructurada. Pero la
experiencia nos indica que rápidos rendimientos deportivos no aseguran un
atleta que se desarrolle armónicamente a largo plazo. El objetivo no es un
incremento rápido de los rendimientos deportivos, que, a pesar de ser factible,
tendría poca duración, porque pronto se presentaría una sobresaturación
deportiva.

Diversos autores han propuesto que en los niños sólo se debe


plantear un entrenamiento básico y multilateral, que desarrolle una base
variada y amplia en los diferentes deportes, y la formación de un buen
esquema motor, teniendo en cuenta que cada niño tiene diferentes tiempos de
aprendizaje, debiéndose reorientar los contenidos en función de sus progresos
individuales, para que no se produzca la saturación deportiva.

En el trabajo de desarrollo de las habilidades atléticas, es necesario


elegir correctamente las actividades y los juegos que ayuden a facilitar y
fomentar la participación individual y grupal de los niños, planteando
situaciones de aprendizaje adecuadas acordes al nivel de desarrollo. Los
juegos y actividades que se les plantean a los niños deben colaborar en la
manifestación del movimiento, trabajando las dimensiones: cognitiva,
socioafectiva, volitiva y motora.

Tanto más rica será la actividad o el juego planteado cuantas más


dimensiones se vean afectadas en la realización de estos. Para Lagardera
(1988) "la acción sobre el cuerpo nunca es parcial, cualquier intervención sobre
él afecta a todo el sistema. De ahí su importancia, su proyección integradora".
Por lo tanto, el atletismo en los niños es idóneo para desarrollar las distintas
dimensiones, cognitiva, socia-afectiva, volitiva y motora.

Por un lado, se presenta un componente motor importante de que a la


ejecución de los modelos o gestos deportivos se refiere, lo cual implica la
puesta en acción de una o varias capacidades motrices (físicas o
coordinativas). Por otro lado, a través de las pruebas colectivas se contribuye a

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reforzar el carácter socializador que cualquier aprendizaje que estas edades
debe poseer, pruebas colectivas de relevos contribuiremos a reforzar el
carácter socializador que cualquier aprendizaje a estas edades debe poseer.

El niño, además de una necesidad natural de movimiento y de


comprobar sus límites, muestra interés por su condición física, utilizándolo
como medida para destacar sobre los demás, no sólo por competencia, si no
también formando su autoestima, tan importante para el aprendizaje. Se debe
empezar a trabajar paulatinamente en el desarrollo de las cualidades físicas,
siendo las más convenientes la capacidad aeróbica, la amplitud de movimiento,
la fuerza, la resistencia muscular, las capacidades coordinativas, el tiempo de
reacción y la velocidad gestual, entre otras.

Pero más importante que analizar las cualidades a desarrollar, es


oportuno reflexionar sobre los medios a utilizar, diferenciando entre una
experimentación práctica y la reiteración sistemática, que ya pasaría a ser
entrenamiento. Así, cuando el niño salta, está experimentando, pero si le
obligamos a realizar series de X saltos, con la intención de mejorar la fuerza
explosiva, se convierte en un entrenamiento pliométrico o de multisaltos (Liarte
y Nonell, 1998). Otro ejemplo podría ser el del niño que juega a relevos o
persecuciones de forma esporádica (experimenta), diferenciándolo de aquél
que todos los días realiza relevos de 80 m., lo cual desencadenaría en un
entrenamiento.

Reconocemos que a lo largo de la vida existen periodos más propicios


que otros para el desarrollo motor, en función de las características biológicas y
psicológicas del individuo. Una vez conocidas éstas, es primordial aprovechar
las fases más críticas o sensibles para el desarrollo de una determinada
capacidad. Así, un estímulo adecuado sobre un sujeto en desarrollo produce un
mayor efecto que sobre uno ya desarrollado (Martín, 1982, citado por Hahn,
1988). Por ello, si en esta edad no se aplican dichos estímulos, no se alcanzará
el máximo nivel genéticamente posible, aunque se pueda desarrollar
posteriormente, por debajo de sus posibilidades funcionales.

La orientación de rendimiento, defendida desde federaciones y clubes


deportivos, persigue desarrollar una técnica y una condición física que permitan
optimizar el resultado obtenido en una disciplina, reduce la importancia de los

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resultados al poner su eje sobre el desarrollo integral de sus practicantes,
fomentando el interés por la práctica deportiva y la adherencia a ésta.

Tenemos mucho para seguir abordando acerca de esta temática, y


porque no de trabajar profesionalmente con las edades tempranas, que
requieren de una gran dedicación por tratarse de niños y adolescentes que
recién se inician al deporte. Les dejo la inquietud.

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