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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
DIRECCION REGIONAL DEL EJE CACIQUE GUAICAIPURO
DIRECCION DEL ESTADO LA GUAIRA
EJE MUNICIPAL “JOSE MARIA VARGAS”
PROGRAMA DE FORMACION DE GRADO DE ESTUDIOS JURIDICOS

LAS CONDICIONES MATERIALES, SOCIALES Y POLITICAS


EXISTENTES EN LA SOCIEDAD ESCLAVISTA ANTIGUA Y
SU INCIDENCIA EN EL DERECHO

EQUIPO: No 4
INTEGRANTES:
Eurídice Cardona Liendo V- 6.143.923
Rosa Elena Suárez V- 16.521.003
Yurmaira Suárez V- 13.935.447
Nazareth Moreno V- 31.201.823
Gregoria Noguera V- 10.113.079
Yefri Padrón V- 13.673.837
Reihelen Navas V-25.523.194
Alba Betancourt V-17.960.295
UNIDAD CURRICULAR: Análisis Sociológico del Derecho
FACILITADOR: Prof. Víctor Cabrera
SECCION: 1-2-10
Octubre, 2023
INDICE DE CONTENIDO

INTRODUCCION
OBJETIVOS
1. Esclavismo y sus orígenes
2. La Crisis del Esclavismo Antiguo
2.1. Sublevación de los esclavos en Roma
2.1.1. La de Aristónico de Pérgamo
2.1.2. La de Tryphon y Salvio
2.1.3. La de Espartaco
3. La sociedad esclavista en la Antigüedad y su contribución a la Legitimidad, desde una
perspectiva cultural
4. Los derechos de los esclavos y su consideración en la Antigüedad
5. Legitimidad del derecho al esclavo y su regulación jurídica en la sociedad esclavista antigua
5.1. Ventajas y Desventajas para los esclavistas
6. Condiciones materiales, sociales y políticas existentes en la sociedad esclavista antigua
y su incidencia en el Derecho
7. Concepciones del Derecho en la sociedad esclavista antigua
7.1. Abolición de la Esclavitud
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION

La historia de la esclavitud en el mundo antiguo, está estrechamente vinculada a la guerra.


Las fuentes documentales del mundo antiguo como: las de Mesopotamia y Egipto, de los
pueblos originarios de Israel, Grecia, Roma, Persia, o de civilizaciones como la maya, la china,
la azteca y la hindú están llenas de referencias a la esclavitud vinculada a eventos bélicos.
A menudo, los prisioneros de guerra eran reducidos a la esclavitud por los vencedores y obligados a
trabajar en tareas militares o civiles, como mano de obra en trabajos de construcción, ingeniería o
agricultura. También, era común su utilización para el servicio doméstico.

Muchos hogares de la Antigüedad; sobre todo, de las clases altas, requerían el trabajo de uno
o más esclavos como mano de obra habitual. Independientemente, de los testimonios y
documentos escritos; también se encuentran pruebas de esclavitud, como mano de obra y como
ayuda doméstica entre los pueblos que no poseían escritura, como los nómadas de Arabia,
los pueblos nativos de América, los cazadores y recolectores de África, Nueva Guinea y Zelanda, y
entre pueblos europeos del Norte, como los vikingos.

En la Antigua Roma, la esclavitud fue una institución plenamente aceptada y absolutamente


esencial para su mantenimiento; debido a su gran dependencia del trabajo desarrollado por la
mano de obra esclava, lo cual le permitirá desarrollarse tanto social como económicamente y
mantener su hegemonía política en su marco geográfico de actuación.

Con el paso del tiempo, la sociedad romana fue tomando conciencia de su dependencia del
trabajo esclavo; lo cual motivó a ciertos cambios en la percepción y trato hacia éstos, en un intento
por mantener su obediencia y sumisión, así como para evitar posibles revueltas que pudieran hacer
tambalear el modo de vida romano.

El pensamiento romano consideró la esclavitud como una fatalidad del destino, y en


líneas generales, no se cuestionó la presencia o legitimidad de esta institución; ya que siempre
había estado presente, ni tampoco su posible derogación. Muchos amos, incluso se negaron a
considerar la manumisión de sus esclavos.

Pese, al estricto mantenimiento y perpetuación de la esclavitud en el mundo romano,


paradójicamente su propia estructura interna, además de servir para instaurar una bien definida
estructura de subordinación, mostró cierta flexibilidad en lo que respecta a la diversidad de tareas y
distinto trato que se le dio a los esclavos, quienes llegaron a tener contemplados ciertos derechos,
a pesar de su condición como tales.
El número de esclavos en Roma fue muy numeroso, llegando a alcanzar entre el 20 y 30% de
la población total a fines del siglo I de nuestra era; siendo su papel esencial para el
desarrollo socioeconómico de Roma, que dependió prácticamente en su totalidad del trabajo de la
mano de obra esclava y en la configuración de su propia identidad cultural como pueblo.

La esclavitud se convirtió en un pilar fundamental económico para Roma.


Durante el Alto Imperio Romano y la República se estima que entre 15 % y 20 % de la población
eran esclavos, y hasta el siglo II, que se promulgaron las leyes de protección, un amo podía
legalmente matar a un esclavo.

Existieron, otras formas de adopción de la esclavitud además de la guerra, tales como la


sanción penal o el pago de deudas. Así, entre algunos grupos africanos, las mujeres y los niños eran
entregados como rehenes de deudas u otras obligaciones hasta su pago; y, si el pago no se realizaba,
los rehenes pasaban a ser considerados esclavos. Muchas de las sociedades antiguas, tenían un
mayor número de personas esclavas que libres, gracias a la costumbre de reducir a la esclavitud a la
población que tenían bajo su control. Por lo general, la esclavitud incluía el abuso y la crueldad
por parte, de los amos hacia los esclavos, aunque, a menudo, éstos podían recibir un
trato más humanitario, sólo si eran considerados como bienes valiosos.

La esclavitud es una situación jurídica en la cual una persona es propiedad de otra.


La esclavitud ha existido desde los inicios de los grandes imperios. En vez, de acabar con las vidas
de aquellos que perdían una guerra, se les aprovechaba como mano de obra cautiva.
Otra forma, de ser esclavo era porque contraían deudas o habían cometido asesinatos.
Los esclavos eran considerados "bienes muebles", "cosas", "objetos", por lo que podían ser
comprados y vendidos como mercancías. En la Antigua Roma, no tenían ningún derecho, estaban
supeditados por completo a la voluntad de los amos, que incluso podían disponer de sus vidas.

En la sociedad esclavista, no podían tener propiedades ni cargos públicos, mientras que sus
amos podían explotarlos en diversas clases de tareas o venderlos a otros hombres libres.
Constituían el peldaño más bajo de la sociedad. Los esclavos recibían su alimentación, vestimenta y
vivienda de sus amos, a quienes les debían fidelidad.

La sociedad esclavista antigua, fue un periodo histórico en el que prevaleció la esclavitud


como una forma de producción y trabajo. En este contexto, se establecieron concepciones del
Derecho que reflejaban una visión desigual y deshumanizadora de las relaciones sociales.

El Derecho en la sociedad esclavista, se basaba en la idea de la propiedad y el


control absoluto de los dueños de esclavos sobre sus vidas y trabajo. Además, se argumentó que
algunos individuos tenían un Derecho natural de dominio sobre otros.
Estas concepciones del Derecho generaron un profundo impacto en la sociedad esclavista
antigua y establecieron las leyes y normas que regulaban las relaciones entre los dueños y
los esclavos.

Este trabajo busca de distinguir con claridad las condiciones materiales, sociales y políticas de
la sociedad esclavista antigua, permitiéndole al estudiante conocer las implicaciones de la existencia
y perpetuación de esta institución a lo largo de la historia de Roma en la ciencia social del Derecho,
basado en el contenido programático de la unidad curricular de Análisis Sociológico del Derecho y
del Pensamiento Jurídico; a fin de que el conglomerado estudiantil establezca el papel que juegan
los procesos de evolución de las clases sociales, en la lucha por sus derechos fundamentales, que
permitan garantizar la inclusión, la igualdad, la equidad, la justicia y la libertad de los
seres humanos, cuyos valores coadyuven para la creación de nuevas concepciones filosóficas del
Derecho y su influencia histórica en las leyes de las sociedades modernas.
OBJETIVOS:

1. Establecer la importancia del esclavismo y su influencia en la sociedad esclavista.


2. Distinguir en forma clara y precisa las condiciones materiales, sociales y políticas de la
sociedad esclavista en la Antigüedad.
3. Determinar la incidencia de las condiciones existentes en la sociedad esclavista antigua
en el Derecho.
4. Conocer las distintas concepciones del Derecho y su influencia en la legislacion de los
derechos humanos en el mundo actual.

TEMA II: ANTECEDENTES Y ORIGEN DEL PENSAMIENTO JURIDICO


OCCIDENTAL
1. ESCLAVISMO Y SUS ORIGENES

Aunque, el conocimiento actual sobre los orígenes de esta institución en el mundo romano
es escaso; es probable que, del mismo modo que ocurrió en el seno de otras sociedades de la
Antigüedad, debió de ser usual contar con mano de obra esclava para la realización de
determinadas actividades. Incluso, en pequeños núcleos de la población, la presencia de esclavos
fue algo común, obtenidos gracias a la captura de habitantes en pueblos circundantes o mediante
transacciones comerciales.

Se conoce como “esclavismo”, al sistema de producción económica; cuyo sostén es la


mano de obra esclava; es decir, personas que son propiedad de un amo y que pueden ser explotadas
como fuerza de trabajo así como vendidas y compradas.

A diferencia de otras formas de esclavitud, el esclavismo fue un modo de organización de


la economía que funcionó en algunos períodos de la historia, como en Grecia y Roma en la
antigüedad y en las plantaciones americanas que dependían del comercio de esclavos capturados
en África a partir de la Edad Moderna.

En ambos casos, los esclavos eran una fuerza de trabajo importante en la producción agrícola,
la construcción o la servidumbre, además de ser concebidos como un bien que podía ser
comercializado.

Dependiendo de las épocas, los seres humanos podían ser esclavizados y obtenidos como
fuerza de trabajo por diversas vías: capturados en guerras o incursiones militares, comprados a
intermediarios, sometidos a relaciones de dependencia personal por deudas o nacidos de otros
esclavos.

La esclavitud fue legalmente abolida en gran parte del mundo en el siglo XIX luego de
intensas luchas de los sectores llamados abolicionistas, en la senda del reconocimiento de los
derechos fundamentales de todos los seres humanos. No obstante, persisten formas contemporáneas
de esclavitud en algunos lugares del mundo.

Orígenes de la Esclavitud
La esclavitud existió en muchas sociedades del pasado, como el antiguo
Egipto, Mesopotamia, la Europa feudal o los imperios inca y azteca. En general, los esclavos eran
prisioneros de guerra o personas que, por tener deudas, fueron sometidas a relaciones de
dependencia personal por un amo o una institución. Podían ser empleados en tareas agrícolas,
domésticas, constructivas, militares o incluso, destinados al sacrificio.

En estas sociedades la esclavitud no era una institución importante ni estaba muy extendida.
Sin embargo, adquirió mayor protagonismo tanto en Grecia y Roma durante la Edad Antigua como
en las relaciones entre Europa, África y América en la Edad Moderna.

El término “esclavismo” se emplea generalmente para nombrar a la modalidad de producción


basada en mano de obra esclava que existió en Grecia y Roma durante la antigüedad, llamada en
ocasiones “modo de producción esclavista”. A diferencia de otras formas de esclavitud, en estas
sociedades los esclavos conformaban la base productiva de la economía.

En la antigua Roma, también las tareas domésticas y artesanales dependían del trabajo de los
esclavos; así como el trabajo en el campo, en las minas y en la construcción de obras públicas.
Además, algunos eran forzados a participar en espectáculos públicos como gladiadores.
Los esclavos podían pertenecer a un individuo o al Estado y, en algunos casos, podían obtener la
libertad mediante un pago o por disposición de su amo.

Una famosa rebelión de esclavos contra la República romana tuvo lugar en el sur de Italia
entre los años 73 y 71 a. C., dirigida por el gladiador Espartaco.
2. LA CRISIS DEL ESCLAVISMO ANTIGUO

Los esclavos fueron reemplazados por colonos semi-libres y, luego siervos.

El sistema esclavista romano, fue gradualmente reemplazado por el régimen de colonato en el


que una persona; muchas veces un esclavo liberado, recibía en usufructo una tierra
que no le pertenecía; pero que cultivaba, para vivir y para pagar una renta al propietario.
Este último podía ser su antiguo amo, quien le ofrecía a cambio protección.

Las razones de la crisis del esclavismo antiguo son motivo de discusión entre los
historiadores: algunos destacan la escasez de nuevos esclavos por la reducción de conquistas; otros
otorgan importancia a la conveniencia de los terratenientes de contar con dependientes semi-libres,
que les debieran; también servicios militares y, algunos señalan el afán del Estado por recaudar
mayores impuestos al gravar a los colonos.

Dado que los colonos estaban atados a la tierra, se suele considerar que eran individuos
semi-libres con características similares a los siervos del régimen feudal. Finalmente, el régimen del
colonato y otras instituciones introducidas por poblaciones germánicas dieron origen al feudalismo
en Europa.

En el caso de Roma, los datos que se disponen para fechas anteriores al siglo III a.C.
son bastante exiguos, y los pocos que se tienen dan a entender que en aquellos momentos la
esclavitud era un fenómeno de escasa envergadura y únicamente los más acaudalados podrían
disponer de mano de obra esclava, aunque no en abundancia.

Todo este panorama, cambiará cuando Roma inicia su proceso de expansión territorial.
Debido a las diversas contiendas emprendidas por los romanos, el número de esclavos y la
importancia de la esclavitud aumentarán vertiginosamente.

Hacia el año 225 a.C., Roma contaba con 600 mil esclavos, y poco más de
dos (2) siglos después, esa cantidad se había incrementado hasta los 2 millones, constituyendo
aproximadamente un 35% del total de la población romana.

Esos datos, permiten hacerse una idea de la creciente importancia que la esclavitud estaba
empezando a tener en el mundo romano. Con el aumento del número de esclavos disponibles,
también lo hicieron las actividades en las cuales fueron utilizados. Aunque, en un primer momento,
se había utilizado la mano de obra esclava como sirvientes o asistentes domésticos, con el paso del
tiempo acabaron estando presentes en la práctica totalidad de las distintas esferas de la
vida romana.
Un detalle a tener en cuenta sobre la esclavitud en el mundo romano, es que, a diferencia de
otras instituciones esclavistas de otros periodos históricos, en Roma no se basó en criterios étnicos o
raciales; aunque es sabido que tenían predilección por unas u otras procedencias, dependiendo para
que actividades. Por ejemplo, para el servicio doméstico prefirieron etíopes, egipcios y otros
asiáticos, mientras que los esclavos de origen heleno, debido a su mayor cultura, desempeñaron su
labor en el campo educativo o de las artes.

En el mundo romano, muy pocos fueron los que estuvieron a salvo de caer bajo el yugo de la
esclavitud; debido a los diversos modos de poder pasaron a engrosar las cifras de la masa esclava,
que podía provenir fundamentalmente gracias a tres vías romanas o periodos históricos de Roma,
donde los esclavos fueron obtenidos, como fruto de las distintas guerras emprendidas por Roma
contra los diversos pueblos de su entorno.

Tras, la culminación de un conflicto armado, era costumbre que los vencedores tomasen a los
vencidos como prisioneros para venderlos como esclavos. La más importante y destacada,
especialmente, durante las primeras etapas de la historia.

Un ejemplo de ello, es cuando tras la finalización de la Tercera Guerra Púnica


en 149-146 a.C. y la definitiva derrota de Cartago a manos romanas, Publio Cornelio Escipión
vendió a toda la población de la capital cartaginesa como esclavos.

Otro, ejemplo similar es recogido por Flavio Josefo en su Guerra de los Judíos, cuando dice
que al menos 97 mil personas fueron capturadas y vendidas como esclavos por los romanos
durante 185-129 a.C. También, llamado Escipión Emiliano, fue un político y militar romano del
siglo II a.C., conocido por ser el conquistador de Cartago tras la finalización de la
Tercera Guerra Púnica. En Hispania, se logró terminar con las guerras celtíberas y
destruir Numancia.

Aunque, la mayor parte de esclavos que llegaban a Roma eran fruto de sus victorias militares,
algunos otros lo hicieron de más allá de sus fronteras; siendo el caso de aquellos prisioneros que,
a consecuencia, de guerras tribales entre distintos pueblos que habitaban tras el limite, vendían
sus prisioneros a los romanos a precios sensiblemente más bajos que los que hubieran alcanzado
en la propia Roma. Otra manera, de poder llegar a formar parte de la masa esclava era por medio
del secuestro.

Un ejemplo de ello, es el célebre episodio ocurrido al propio César en su juventud, cuando fue
secuestrado por piratas cilicios en el año 75 a.C. para ser vendido como esclavo, pero al percatarse
de quien era su distinguido prisionero, los piratas decidieron, con el fin de maximizar sus
beneficios, pedir un rescate de 50 talentos por la libertad de César.
Esta decisión se acabará revelando como un error, ya que tan pronto fue liberado,
César emprendió una incesante campaña para acabar con todos ellos. Los esclavos, también podían
proceder de la propia Roma, gracias a los nacimientos ocurridos dentro de la población esclava.

Otros, movidos por la ambición, lo harían para alcanzar una buena posición social, como
por ejemplo, como administradores de amos acaudalados o en la administración imperial.
Un ejemplo de lo mencionado fue el caso de Marco Antonio Palas, que pese a pertenecer a una
noble familia arcadia, decidió ofrecerse como esclavo a una poderosa dama de la familia caesaris,
logrando llegar a estar al frente de la gestión de las finanzas imperiales bajo el reinado del
emperador Claudio (año 41-54 d.C.).

Como se puede apreciar, prácticamente todo el mundo era susceptible de llegar a


convertirse en esclavo. En el supuesto, de aquellos individuos de condición libre que habían sido
esclavizados mediante la violencia y en contra de su voluntad, algunos tuvieron la oportunidad de
escapar a su destino; porque pudieron probar fehacientemente, su condición de ciudadanos
romanos; pero desafortunadamente, no todos ellos gozaron de tal posibilidad.

Convertirse en esclavo, suponía pasar a forma parte del estrato más bajo de la
sociedad romana y ser privado de cualquier tipo de derecho del cual disfrutaban los hombres libres;
ya que se consideraba que los esclavos no eran más que una propiedad más, susceptible de poder ser
vendida, regalada o heredada del mismo modo que cualquier otro bien.

Tan sólo, aquellos que eran de libre condición podían aspirar a ser ciudadanos romanos, ya
que el hecho de ser libre era un requisito esencial para gozar de los derechos y privilegios que iban
aparejados a la consideración como tal.

Desde el mismo nacimiento de la esclavitud como institución en el seno del mundo romano,
las fronteras entre la libertad y la esclavitud llegaron a difuminarse significativamente.
Se puede decir, que en cierto modo llegaron a existir tres gradaciones de libertad, las cuales fueron:

 Los Ingenui: todos aquellos sujetos de libre condición que, de acuerdo con la
legalidad romana, no podían ser esclavizados.
 Los Libertini: individuos libres que habían sido esclavos en el pasado, pero que gracias a
su manumisión, habían conseguido recuperar su libertad.
 Los Servi: todos aquellos que en virtud de las leyes romanas estaban sometidos a
esclavitud.

Sublevación de los esclavos


El régimen de expansión imperial de Roma, genera consecuencias sociales de gran magnitud;
como lo fue el crecimiento explosivo de la mano de obra esclava; al efecto, a finales del
siglo II a.C., se observa las sublevaciones entre las cuales cabe mencionar:

a) La de Aristónico de Pérgamo:

Esta sublevación tiene lugar entre el 138 y el 132 a.C., en Sicilia. Dicha revuelta, duró
siete (7) años; se debió a la sobreexplotación que se ejercía de la mano de obra esclava.
El número de los sublevados llegó a alcanzar hasta 200 mil hombres y las fuerzas militares de
Roma fueron impotentes para reducirla al momento, de allí su larga duración.

b) La de Tryphon y Salvio:

Esta segunda importante revuelta se produjo entre el 104 y el 101 a.C., también en Sicilia,
causada por la reducción de un numeroso grupo de familias libres a condición de esclavos.
Esta revuelta fue dirigida por Atenión, quien se coronó rey de los sublevados con el
nombre de Tryphon.

Al mismo tiempo, que se sublevaba Atenión, cerca de Heraclea, un sirio llamado Salvio,
al mando de 200 mil sublevados, tomó las armas contra los romanos.

Después de cuatro (4) años de lucha, este movimiento fue reducido por Lucinio Lúculo.

c) La de Espartaco:

La más importante sublevación de los esclavos en Roma se producirá entre 73 y


el 71 a.C., fue la sublevación comandada por Espartaco. La sociedad romana en su desarrollo
histórico a partir del siglo V a.C., venia sustentándose sobre la explotación de la mano de obra
esclava, la mayor parte de la población del dominio romano llegó a ser esclava.

En el año 73 a. C., un esclavo de la Escuela de Gladiadores de Capua, llamado Espartaco,


completa con sus iguales y con 74 hombres el inicio de la revuelta, al poco tiempo las fuerzas de
Espartaco, habían crecido en forma sorprendente hasta el punto de que el peligro en que se vio
Roma, se comparaba a las acciones de Aníbal.

Espartaco era griego, sumamente inteligente y prudente, su movimiento coincide con la


crisis que vivía la República Romana, después de la muerte de Sila, de allí su duración y su
extensión por casi toda Italia. El movimiento de Espartaco, fue sometido y, posteriormente,
disuelto básicamente por la desorganización y por las defecciones que se produjeron en el
seno del movimiento. Roma supera la crisis, y se afianza al sistema de explotación esclavista.

3. LA SOCIEDAD ESCLAVISTA EN LA ROMA ANTIGUA Y SU CONTRIBUCION A


LA LEGITIMIDAD DESDE UNA PERSPECTIVA CULTURAL
La posesión de esclavos no se limitaba sólo a las elites de la política y de la sociedad romana,
también podían ser propietarios miembros de las clases sociales más bajas e, incluso los mismos
libertos. Además, el número de esclavos que podían poseer era muy variable, dependiendo de la
fortuna del señor. Los más favorecidos hacían gala de una ostentación competitiva,
se vanagloriaban de la cantidad de esclavos que poseían, casos extremos de hasta 8.000 esclavos;
ya que era un signo del estatus socioeconómico del propietario.

La sociedad esclavista

El sistema productivo esclavista se basaba en el trabajo forzado de esclavos, es


decir, trabajadores que no eran ni libres ni asalariados y que estaban desprovistos de cualquier tipo
de derechos, pues eran tratados como mercancía. No podían tener propiedades ni cargos públicos, y
sus amos podían explotarlos en diversas clases de tareas o venderlos a otros hombres libres.
Constituían el peldaño más bajo de la sociedad.

Los esclavos recibían su alimentación, vestimenta y vivienda de sus amos, a quienes


debían fidelidad. En caso de que un esclavo fuera asesinado, el asesino debía indemnizar a su dueño
con el valor correspondiente. Además, los niños nacidos de mujeres esclavas eran considerados
esclavos y propiedad del mismo dueño, aunque en América a comienzos del siglo XIX algunas
sociedades impulsaron la libertad de vientres antes de abolir totalmente la esclavitud.
Mientras estuvieron vigentes los principios jurídicos del esclavismo, solo los amos podían conceder
la libertad a sus esclavos, medida conocida por el derecho romano como “manumisión”.
Los esclavos liberados eran conocidos como “libertos”. En algunos casos, esta manumisión
dependía de un pago hecho por el esclavo a su amo.

Definir la sociedad romana como esclavista, sólo desde un punto de vista económico, aunque
indudablemente lo fue en lugares y momentos concretos, limita la importancia que tuvo en la
cultura de Roma, donde no veían al esclavo solamente como un medio de producción tal y como se
entiende en un sistema capitalista, sino que, en una sociedad profundamente jerarquizada como la
romana, donde dominaba la conciencia de clase y la autoridad que los estratos superiores ejercían,
la posesión de esclavos era un signo indiscutible del poder y del prestigio del propietarios.

Los domini, generación tras generación, influidos por la educación que recibían en sus casas y
en las escuelas, asimilaban desde la infancia la capacidad y el derecho a dar órdenes a sus servi.

Para los propietarios el trabajo físico era degradante, propio de esclavos y de las clases más
humildes, que no tenían otro medio para subsistir. El rico podía dedicar su vida al ocio, su trabajo se
limitaba a dar órdenes oportunas a sus esclavos.
El derecho y la autoridad que el señor ejercía sobre sus siervos se fundamentaban en la idea
de que la esclavitud se origina en la guerra, donde el vencedor tiene el derecho a disponer de la vida
del vencido, matarlo o perdonarle la vida y convertirlo en su esclavo, lo cual venía a ser un
aplazamiento de su muerte; de este modo la esclavitud, se consideraba un estado de muerte en vida.
Además, la degradación, el paso de un estado de libertad a otro servil era considerado por los
romanos como lo más vergonzoso y abyecto, pues equiparaban la pertenencia a una clase social
baja, y la esclavitud era la más baja, a la bajeza moral.

Aunque, no se tengan documentos directos en relación con la experiencia de los esclavos,


las consecuencias de caer en la esclavitud deberían ser terribles; ya que no han sido pocos los
pueblos vencidos que optaron por el suicidio colectivo ante semejante perspectiva.
Los que no optaron por esa medida se veían privados de su libertad y del control de sus vidas,
separados bruscamente de sus lazos familiares, que casi con seguridad no volverían a recuperar
puesto que los vencedores ni los reconocían ni los respetaban.

Vendidos y trasladados, desde su lugar de origen a Roma o, a otros centros de comercio de


esclavos, viajaban hacia lo desconocido sufriendo todo tipo de vejaciones y violencias durante el
trayecto, y además estaba el impacto psicológico, lingüístico y cultural que suponía el
cambio radical desde una sociedad tribal no urbanizada a una ciudad como podía ser Roma,
cuya apariencia física imponía y su complejidad estructural en todos sus aspectos, siendo una
situación muy difícil de asimilar.

El primer lugar de destino, era el mercado de esclavos, donde la venta de éstos tenía la misma
consideración que si de ganado o animales de carga se tratara, no había diferencias jurídicas en
estos tipos de transacciones, se regulaban por un edicto de los ediles, magistrados que supervisaban
el mercado y cuya labor principal era evitar que el vendedor engañara al comprador.
El vendedor, por ley, debía informar de los defectos físicos, enfermedades, carácter, reputación,
etc., de la mercancía expuesta y los detalles quedaban reflejados en los documentos de
compraventa; los cuales podían ser utilizados como prueba, en caso de dolo o engaño.
Para asegurarse, de que no adquirirá un esclavo defectuoso o demasiado problemático, el esclavo
era considerado como una propiedad problemática, el comprador podía examinarlo como si de un
objeto o animal se tratara, totalmente despojado de su dignidad humana.
4. LOS DERECHOS DE LOS ESCLAVOS Y SU CONSIDERACION EN LA
ANTIGUEDAD

Pese, a que en la mayoría de ocasiones, la esclavitud implicó unas condiciones de vida


caracterizadas por su extrema dureza; debido a las labores desempeñadas y a los posibles malos
tratos por parte de los amos, con el paso del tiempo se llegará a producir cierta mejora, causado
por algunos cambios legislativos y a la propia evolución de la mentalidad romana.

Se consideraba, que los esclavos eran depositarios de una serie de derechos, pese a su
condición; ya que se trataba de seres humanos y, como tales, eran capaces de tener y cumplir con
una serie de normas morales.

Con la exposición de los recién nacidos, lo que se esperaba es que acabase muriendo, pero en
ocasiones éstos eran recogidos por traficantes de esclavos y, lo que en principio podría parecer un
acto de misericordia que salvaría la vida de esos niños, paradójicamente les condenaba a una vida
llena de privaciones como esclavo.

Algunos pensadores, como Séneca o Plinio el Joven, abogaron por un tratamiento más
igualitario y, en definitiva, más humano. El hecho de convertirse en esclavo era considerado como
una fatalidad que podía afectar hasta a los más poderosos.

Para Séneca, la esclavitud existía porque Roma lo permitía, pero eso no debería constituir un
impedimento para que se mostrase mayor comprensión y sensibilidad hacia los esclavos.
Asimismo, y según Séneca, pese a su desafortunada situación los esclavos poseían ciertos derechos
al tratarse de seres humanos.

Curiosamente, a pesar de su apoyo en favor de los esclavos y al reconocimiento de sus


derechos, Séneca nunca llegó a manumitir a ninguno de los suyos. Otros, como Catón, manifestaron
que los esclavos no podían ser, bajo ningún concepto, sujetos de derechos, y escribió sobre el duro
trato que infligió a sus esclavos en su obra: “Sobre la Agricultura”.

En relación con la vestimenta de los esclavos, Catón deja translucir su escasa compasión por
éstos y su condición, al afirmar que lo único que necesitaban era cambiar de ropas y de
calzado una vez cada dos años.

En líneas generales, los resultados obtenidos por ambos fueron bastante pobres.
En algunos momentos, la actividad pirática en el Mediterráneo convirtió el viaje por sus aguas en
algo extremadamente peligroso, siendo frecuente que muchos individuos de libre condición fuesen
apresados para ser posteriormente vendidos al mejor postor.
En tiempos de Augusto (año 27 a.C.- 14 d.C.) el secuestro de personas de libre condición para
ser vendidas como esclavos, alcanzó cuotas insospechadas; provocando que el propio emperador
tomase cartas en el asunto, mediante la promulgación de una serie de leyes para lograr acabar
con el problema.

Entre las medidas adoptadas, se puede mencionar el establecimiento y despliegue de


cuerpos del ejército en aquellas zonas en donde el fenómeno se manifestaba con mayor incidencia,
inspecciones rutinarias de talleres y de otros lugares de trabajo en busca de ciudadanos libres que
hubiesen sido privados de su libertad por la fuerza, o bien mediante la ilegalización de gremios y
cofradías susceptibles de beneficiarse de mano de obra gracias a esta actividad delictiva.

Pese a sus esfuerzos, Augusto fue incapaz de acabar con el problema, y muchas de sus
medidas se prolongaran junto a otras nuevas de la misma naturaleza durante el reinado de su
sucesor, Tiberio (año 14-37 d.C.).

La legislación romana consideró que toda la descendencia de una esclava era también esclava,
sin importar la identidad o posición social del padre. Es probable, que muchos esclavos fueran
fruto de relaciones entre hombres libres y esclavos, así como de éstos con sus amos.
Aunque técnicamente, no fue constitutivo de ninguna ilegalidad hasta los últimos momentos del
Bajo Imperio, el abandono de recién nacidos fue un modo bastante habitual para conseguir
nuevos esclavos.

La esclavitud, también fue empleada por la legislación romana como elemento punitivo contra
determinadas conductas y actos delictivos. La mayor parte de los condenados a la esclavitud,
llevaron a cabo sus labores en minas o canteras en condiciones de vida de gran dureza, aunque
algunos otros también fueron destinados a la arena como gladiadores. En el caso de los condenados
a muerte, se contempló la posibilidad de esclavizarlos hasta el momento de su ejecución.

Asimismo, el hecho de haber contraído una gran cantidad de deudas podría ser un camino
para acabar convirtiéndose en esclavo si se conseguía demostrar la incapacidad del deudor de saldar
todas ellas. El acreedor podía entonces, pedir a los tribunales autorización para vender a su deudor
como esclavo.

En algunos casos extremos, no fue infrecuente que sujetos de libre condición; pero sumidos
en la pobreza, optasen por venderse a sí mismos como esclavos con la esperanza de encontrar un
buen amo que les procurase sustento y un lugar en donde cobijarse.

En teoría, y según lo legalmente estipulado en Roma, un ciudadano romano no podía ser


esclavizado; excepto en el supuesto, de que hubiese llevado a cabo ciertas conductas delictivas que
pudieran llevar aparejadas la pérdida de libertad, y por lo tanto, su esclavitud.
Del mismo modo, no se contempló la posibilidad de que un liberto llegase a formar parte de
los Ingenui, a menos que, debido a razones dignas de elogio o por servicios distinguidos para con el
Estado romano, éste mostrase su aprobación.

Liberto, fue un esclavo de origen griego que llegó a ocupar el cargo de secretario imperial en
los reinados de Claudio y Nerón. (año 1-63 d.C.), según Tácito, era descendiente de los reyes de
Arcadia, en el Peloponeso. Varias obras literarias romanas tomaron como tema argumental la
difusa frontera entre la libertad y la esclavitud. Por ejemplo, en su obra titulada: “Los Prisioneros”,
Plauto narra como un esclavo llamado Tíndaro es hecho prisionero junto a su amo tras haber sido
derrotados en una batalla. Tíndaro ignora que en su infancia había sido vendido como esclavo por
un antiguo esclavo de su padre y que realmente él es el hijo de su nuevo amo.

Dentro la clase esclava, también existieron varias categorías. La mayor parte de funcionarios
imperiales eran esclavos, y algunos de ellos lograron tener gran influencia y poder.

En contraposición a éstos, estaban los esclavos rurales que, en líneas generales, constituyeron
el escalón más bajo de los esclavos. En una posición intermedia se encontraron los esclavos urbanos
y domésticos, que gracias a la proximidad y la convivencia con sus amos, llegaron a gozar de
algunos privilegios impensables para los esclavos rurales. Pese, a su distinta posición o labor
encomendada, un elemento común a todos ellos, fue el sometimiento a la voluntad, casi omnímoda
de sus amos.
5. LEGITIMIDAD DEL DERECHO AL ESCLAVO Y SU REGULACION JURIDICA
EN LA SOCIEDAD ANTIGUA ESCLAVISTA

El esclavo ante la ley estaba totalmente desprotegido y privado de todos sus derechos, no se le
reconocían las relaciones de parentesco, no podían casarse legalmente, sus hijos eran ilegítimos y
propiedad del dueño de la madre, no podían acceder a la propiedad aunque algunos podían disponer
de un peculium, en especie o en metálico, por gracia de su dueño el cual podía revocarlo en
cualquier momento. Además, el propietario no tenía la obligación de proporcionarles ninguna
calidad de vida, limitándose en la mayor parte de los casos, el de atender sus necesidades básicas de
alimentos, vestimenta y cobijo. El esclavo se compraba, vendía, alquilaba, prestaba, regalaba,
castigaba, premiaba, le cambiaban el trabajo, le separaban de su familia, incluso lo podían liberar;
vivía en un estado de completa inseguridad, totalmente ajeno al control de su propia existencia.

Esclavitud y violencia estaban íntimamente ligadas lo cual se ponía de manifiesto


principalmente a través de la explotación sexual y el maltrato físico. Una esclava estaba siempre
expuesta a agresiones sexuales por parte de cualquier hombre libre e, incluso por un esclavo de
rango superior.

La prostitución era un negocio donde iban a parar multitud de mujeres y niños esclavos.
Era perfectamente normal que un propietario pretendiera satisfacer sus deseos sexuales o
los de sus amigos con esclavos o esclavas; muchos de éstos, eran elegidos para ese fin.
Si alguna vez se cuestionaba este “uso” no era por el reconocimiento de cierto derecho a los
esclavos, la opinión de éstos no contaba, sino por proteger la propiedad de agresiones
que les pudiera causar desperfectos, o bien, por la salud moral de los que cometían
los abusos sexuales.

En cuanto al maltrato físico, éste no era en modo alguno reprobable, por lo que si el amo lo
consideraba oportuno, el esclavo sería azotado, golpeado, lesionado, torturado e incluso mutilado;
aunque, esto último era contraproducente, pues iba en contra de la productividad del esclavo y
por tanto de su rentabilidad. Acerca de esto, Columela, escritor de temas sobre productividad
agraria, aconsejaba humanizar el trato de los esclavos para que estuvieran contentos y
fueran más productivos, lo cual benefició a los esclavos.

No obstante, también fueron muchos los esclavos que contaron con la benevolencia de sus
dueños y fueron tratados con consideración y afecto, llevando en general una vida cómoda y
agradable; o los que se adaptaron rápidamente a sus nuevas circunstancias y obtuvieron grandes
ventajas personales, ya que los esclavos ambiciosos tenían muchas posibilidades de conseguir una
buena posición social y económica; sobre todo los que pertenecían a la familia imperial o a los
propietarios más poderosos del momento, los cuales tenían una vida relativamente cómoda,
incluso lujosa, de lo cual se jactaban sus propietarios, que presumían engalanándolos y
otorgándoles privilegios.
De esto, quedaban al margén los esclavos rurales (rustici) que formaban el grueso de la
población esclava y que vivían en condiciones de mera subsistencia o infrahumana como los que
trabajaban en las minas. Roma se abastecía de esclavos, principalmente, de los prisioneros hechos
en sus guerras de conquista. A veces, la esclavización y la deportación fueron masivas, como dato,
desde el año 50 a. C. hasta el 150 d. C., el Imperio demandaba cada año más de 500.000 esclavos.
Para hacernos una idea, la deportación de esclavos negros africanos hacia América, en su momento
de mayor apogeo, no fue superior a 60.000 anuales.

La segunda forma de abastecimiento en importancia, la primera a partir de la Pax Romana,


fue la reproducción natural de la población esclava. Los hijos de los esclavos adquirían la
condición de su madre, aunque el padre fuese un hombre libre. No cabe duda, que la descendencia
de los esclavos, reportaba importantes beneficios a los propietarios, por lo que la potenciaban y la
recompensaban con la promesa de la manumisión a partir de un cierto número de hijos o liberando
parcialmente a la madre de sus tareas.

Otros, mecanismos de provisión de esclavos fueron: el abandono de niños, hecho habitual en


el mundo romano; debido, principalmente, a la pobreza, o bien, para evitar una excesiva partición
del patrimonio con demasiados herederos; el comercio más allá de los límites del Imperio,
donde los comerciantes los intercambiaban por sal, grano, etc.; y finalmente, el rapto y la piratería,
que además conllevaron un cierto grado de inseguridad, pues se daban incluso dentro del
ámbito romano.

Todos estos mecanismos de acopio de esclavos, la diversidad de procedencias y destinos de


éstos, contribuyeron a que el conjunto de la población esclava dentro del Imperio fuese muy
heterogéneo, factor decisivo junto con la variedad de ocupaciones que desempeñaban, para que
entre ellos, no se creara una conciencia o solidaridad de clase que los motivara para rebelarse en
conjunto contra el orden establecido.

Por otra parte, la gran mayoría de los esclavos, por costumbre, cultura o instinto de
supervivencia, aceptaban su condición, y los males que padecían, eran algo inherente a ésta.
Entre la población esclava, también estaba establecida una jerarquía; condicionada,
primordialmente, por el trabajo que realizaban; pero también por su procedencia, de modo que los
esclavos se valoraban, más o menos, según la zona geográfica de la que eran originarios.

El tamaño de la familia a la que pertenecían, compuesta por el propietario y los esclavos, y


el estatus social del dueño también jugaban un importante papel en la jerarquización de la
población esclava.

Los que pertenecían a casas urbanas eran superiores a los que eran de casas rurales.
Los nacidos esclavos (vernae) estaban mejor considerados por sus propietarios que los que habían
conocido la libertad.
Más, determinante para establecer la categoría del esclavo era el trabajo, o las funciones que
tenía encomendadas, y había tal variedad que se puede decir que no había ocupación que no pudiera
ser desempeñada por un esclavo, con la excepción del servicio militar, además era fácil que un
mismo individuo realizara varias tareas de cierta importancia. En este contexto, era muy normal que
surgieran discusiones sobre quién ocupaba un nivel más alto.

Por otro lado, en las élites de la sociedad romana y en la familia imperial, el


personal doméstico tenía una estructura muy organizada, en la que la especialización tenía mucha
importancia en la promoción del esclavo, de forma que podía ir ascendiendo a puestos de mayor
responsabilidad hasta alcanzar altos cargos como funcionarios de la administración, en la gestión de
las empresas del dueño o en el mundo de las finanzas y del comercio.

Éstos esclavos encumbrados gozaban de muchos privilegios, aunque podían caer en desgracia,
ser degradados y despojados de ellos; puesto que no eran, sino una dádiva de su propietario.
Podían formar una familia y conservarla, acceder a la propiedad, incluso de esclavos; y, por último,
podían alcanzar la libertad, lo que más anhelaban.

La manumisión podía ser formal o informal, es decir, de derecho o sólo de hecho con
condiciones del propietario. En la formal, además de la libertad, se les concedía la ciudadanía
romana, lo cual llevaba implícito el reconocimiento de sus derechos.

Los procedimientos para otorgar la libertad a los esclavos, por manumisión eran
básicamente tres (3) maneras:

1) Introduciendo oficialmente el nombre del esclavo, en el registro de ciudadanos romanos en


el momento de elaboración del censo;
2) Declarando ante un magistrado o gobernador provincial, que el esclavo era en realidad una
persona libre y que su esclavitud era un error;
3) O, a través del testamento, en el que el propietario le concedía la libertad a su muerte.
En ocasiones el esclavo podía llegar a un acuerdo con su dueño y comprar su libertad.

La manumisión, fue una práctica común en Roma y sus territorios a lo largo de su historia.
Un esclavo, por afecto, favores prestados, méritos, cualidades personales, buena voluntad del
propietario, podía convertirse en liberto e, incluso ser aceptado e incorporado a la alta
sociedad romana; como es el caso, de algunos libertos imperiales, que por el sistema de
promoción social, así como por su excepcional riqueza o experiencia, alcanzaron la cima de la
escala social llegando a desempeñar cargos políticos, gracias al apoyo de la aristocracia romana.
Pero, lo más habitual era que se les siguiera viendo como siervos, no permitiéndoles olvidar
su pasado, y la mayor parte de los libertos, simplemente, subieron un peldaño en la estratificación
social romana, pasando a formar parte de la plebe, con ello la necesidad de ganarse la vida con
su trabajo; por lo que muchos de ellos, siguieron trabajando para sus anteriores propietarios,
ahora patronos.

El ritmo de nuevas manumisiones al final del periodo de la República era tan alto, entre otras
cosas, porque daba prestigio al propietario liberador, que hizo que Augusto aprobara una
Ley restrictiva, la Lex Fufia Caninia, en la que se establecía un máximo de liberaciones en función
del número de esclavos que se poseía, pues este aumento de las manumisiones unido a la
disminución de la provisión de esclavos al terminar las guerras de conquista, dieron como resultado
un déficit de esclavos, con el consiguiente aumento del precio de éstos; por tanto,
una menor rentabilidad. La solución fue la sustitución de esclavos por libertos, primero en el
ámbito del tejido productivo urbano, más tarde en las zonas rurales donde los esclavos fueron
sustituidos por colonos, agricultores que trabajaban, en virtud de un contrato.

Ventajas y desventajas para los esclavistas


El esclavismo era una práctica inhumana y cruel, pero a los ojos de los esclavistas se
caracterizaba por tener ventajas y desventajas:

 Ventajas para los esclavistas: La mano de obra esclava era muy barata, pues no recibía salario ni
tenía derechos sobre los frutos de su esfuerzo, excepto aquello que su amo tuviera a bien darle para
su sustento. Además, en muchos casos los esclavos podían ser asignados a labores muy sacrificadas
o consideradas indignas.
 Desventajas para los esclavistas: El trabajo esclavo no ofrecía ningún incentivo al esclavo dadas
las condiciones de explotación y violencia a que estaba sometido, por lo que a menudo se recurría al
miedo, las amenazas y los más viles castigos. Las preocupaciones respecto al mejoramiento de la
producción y la rentabilidad motivaban la crueldad de los amos y esto podía promover resistencias
y revueltas de esclavos.

No obstante, en algunas ocasiones los propios tribunales se erigieron en defensores de los


derechos de los esclavos o, en su defecto, mostraron cierta benevolencia. En caso de duda, siempre
se inclinaron, aunque muy levemente, a favor de estos. Por ejemplo, cuando un amo tomaba la
decisión de manumitir a un determinado esclavo, esta era irrevocable, lo cual conllevaba la pérdida
de cualquier derecho que hubiese tenido sobre el esclavo.

Pero, incluso tras haber obtenido la libertad, el antiguo esclavo estaba sujeto a una serie de
obligaciones para con su antiguo amo a través de una relación de clientela. Se esperaba que el
liberto accediese a las peticiones de su ahora patrón y mostrase lealtad para con él, además de
mostrarle el debido respeto.
Por su parte, el patrón debía velar por el bienestar de su cliente, incluyendo su
representación frente a las autoridades, así como auxiliarle económicamente mediante préstamos.
Como contraposición a lo anteriormente mencionado, la legislación romana contempló la tortura de
los esclavos para que estos confesaran las faltas o delitos de sus amos.

Los romanos amedrentaron, frecuentemente, a los esclavos con la posibilidad de someterles a


crueles castigos, que eran habitualmente utilizados para mantener el control sobre la gran masa
esclava de Roma, cuyo número superaba con creces al de ciudadanos libres.

El conocido jurista latino Ulpiano, llegó a establecer un procedimiento legal para que los
tribunales de justicia pudiesen llevar a cabo los interrogatorios de esclavos con mayor efectividad.
Para ello, y de acuerdo con Ulpiano, en primer lugar se debería interrogar a aquel esclavo que
mostrase mayor predisposición a revelar la verdad para, de ese modo, infringirle la menor
tortura posible.

Los tribunales romanos contarán con buen número de leyes procedimentales para evitar la
vulneración innecesaria de los derechos de los esclavos. Gracias a esas leyes, un hombre libre que
hubiese caído en la esclavitud como consecuencia de amenazas o de maltrato físico, así como por
deudas, tenía la posibilidad, y en su defecto también su familia, de proclamar su libertad y elevar su
denuncia a los órganos de justicia en contra de su amo.

Otro posible ejemplo, de actuaciones judiciales en favor de los esclavos fue la afirmación de
su derecho a la manumisión si así lo había establecido su amo antes de fallecer. Si un esclavo había
satisfecho parte de la cantidad acordada con su amo para comprar su libertad y este último fallecía
antes de poder hacerlo, los herederos de su amo estaban obligados a liberarle.

Asimismo, la legislación romana defendió la condición de statu líber de los esclavos, la cual
se mantendría incluso si sus amos fallecían inesperadamente o eran vendidos a terceros, y en virtud
del acuerdo alcanzado, los esclavos tenían derecho a ser manumitidos.

En algunas ocasiones los propios emperadores restituyeron a sus esclavos su derecho de


nacimiento, lo cual les permitió gozar de una serie de privilegios que en su mayor parte estaban
reservados exclusivamente a los hombres libres.

Entre las distintas leyes promulgadas a favor de los esclavos, puede mencionarse la
“Lex Petronia”, que prohibió a los amos arrojar a sus esclavos a las fieras del circo excepto si
contaban con autorización legal para ello. En tiempos de Claudio, se estableció que todo aquel
esclavo que hubiese sido abandonado por su amo en el templo de Esculapio, en el supuesto de que
sanara, este obtendría automáticamente su libertad.
Asimismo, Adriano (año 117-138 d.C.) se pronunciará en contra de la ejecución de los
esclavos imperiales aunque estos fuesen considerados culpables de algún delito, y en contra de su
tráfico, que consideraba inmoral. Por su parte, Antonino Pío (año 138-161 d.C.), llegó a considerar
la muerte injustificada de un esclavo ajeno como si se hubiese realizado contra uno de su propiedad.

Finalmente, durante el reinado de los distintos emperadores romanos cristianos, se llegará a


establecer que todo aquel esclavo que hubiese sido abandonado a su suerte por su amo, tendría la
consideración de hombre libre.

Respecto a la figura de la manumisión, esta fue una posibilidad que tuvieron los esclavos para
recuperar o lograr su libertad. Una de las maneras más habituales de hacerlo, era mediante su
compra por el propio esclavo. Si su amo mostraba interés en ello, era posible que lograse acordar un
precio que sería satisfecho con su peculium, aunque también cabía la posibilidad de que un tercero,
siempre de condición libre, lo hiciera en su lugar.

Otra posible manera, fue gracias al establecimiento de una estrecha relación de confianza con
su amo, siendo mucho más habitual y estando a mayor alcance de los esclavos urbanos
que los rurales; debido a la mayor cercanía y convivencia de los primeros con sus amos.
En otras ocasiones, la manumisión se debía a deseo expreso del amo para contraer matrimonio legal
con una esclava o adoptar a un esclavo con el cual mantenía una estrecha relación personal,
o, sencillamente, sin que hubiese motivación alguna.

Algunos autores latinos como Columela, defendieron la manumisión de todas aquellas


esclavas que hubiesen tenido tres (3) o más hijos. En cualquier caso, la manumisión era una
decisión que solo podía ser tomada por el amo, que mediante su concesión, buscaba mostrar su
magnanimidad frente a los demás. En ningún momento ni bajo ninguna circunstancia, un esclavo
podía pedir, y mucho menos exigir, a su amo la manumisión. Únicamente, podían interceder
por ellos, otros hombres libres.

Otros privilegios, con los que contaron algunos esclavos, fueron sobre la gestión económica
del hogar de sus amos, llegando a desempeñar determinados negocios en su nombre.
Asimismo, tuvieron la posibilidad de emprender los suyos propios; siempre y cuando, su amo lo
autorizase.

En Roma, todos los esclavos tuvieron derecho a su propio peculium; es decir, a contar con
una serie de bienes, usualmente dinero, que el amo podía concederles para que éstos los
administrasen de la manera que consideraran. No obstante, el dueño del peculium seguía
siendo el amo, teniendo el esclavo únicamente cierta capacidad para administrarlo, así como para
incrementarlo gracias a la realización de tareas adicionales. Algunos esclavos, no supieron cómo
utilizar su peculium correctamente ni comprender su importancia, tal y como parece demostrar la
promulgación de buen número de leyes en contra de su uso indebido.
En la mayor parte de los casos, fue empleado para comprar su libertad, pero no fue
infrecuente que algunos otros llegasen a utilizarlo para adquirir sus propios esclavos para que
hicieran su trabajo. Los esclavos rurales, no gozaron de tantos privilegios como sus
homólogos urbanos, pero no obstante, lograron tener algunos. Es evidente, que no disfrutaron de la
misma libertad de movimientos; pero al menos, y en contraste con muchos individuos libres, pero
extremadamente pobres, fueron dotados de vestimenta y manutención por sus amos, cosa que los
libres tenían que procurarse por sí mismos.

Las condiciones de trabajo de los esclavos rurales fueron mucho más duras que en la ciudad,
especialmente, porque sus propietarios estuvieron más interesados en obtener el máximo beneficio
posible de su trabajo que en dispensarles un buen trato. Sin embargo, algunos lograron mejorar sus
condiciones de vida gracias a sus conocimientos agrícolas y contacto más frecuente con sus amos,
llegando a ocupar puestos de responsabilidad, como por ejemplo, la gestión de las tierras de cultivo.

En situación mucho peor, estaban aquellos que trabajaron en minas y canteras, muchos de
ellos murieron; debido al maltrato que padecieron a manos de amos, sin escrúpulos.

Otro derecho, que tuvieron contemplados los esclavos dentro del mundo romano fue la
posibilidad de unirse a otros de su misma condición en una especie de relación marital consentida
pero carente de validez legal, el contubernium.

La legislación romana nunca se planteó considerar la unión entre esclavos como un


matrimonio legal, al tratarse este de un privilegio propio de sujetos libres.

El contubernium fue utilizado por numerosos juristas romanos para implantar varios
impedimentos refrendados legalmente, para evitar en el caso de los libertos, posibles uniones
incestuosas que pudiesen surgir a consecuencia del matrimonio legal de estos (cognatio servilis).

Asimismo, los esclavos pudieron mantener sus propias creencias religiosas, pudiendo incluso
llegar a ejercer el sacerdocio en la religión que profesaran; incluyendo a partir de un determinado
momento, incluso el cristianismo, que como nota curiosa, en ningún momento se manifestó en
contra de la esclavitud, y mucho menos en exigir la abolición de la institución.

Incluso, tras la muerte y, sobre todo una vez se adoptó el cristianismo como religión oficial
del Imperio, los esclavos tendrán derecho a dar sepultura a sus seres queridos. Ulpiano afirma, que
los lugares de enterramiento de los esclavos tenían la consideración de lugar sagrado y que no se
podía levantar construcción alguna en estos lugares mientras el terreno perteneciese al
antiguo esclavo, a sus herederos o bien a su antiguo amo.
Con el paso del tiempo, los legisladores romanos fueron incorporando modificaciones sobre
los derechos y privilegios de los esclavos. Debido a la influencia del pensamiento cristiano de que
todos los hombres nacen iguales, los emperadores de época bajo imperial promulgarán más medidas
que contribuirán a humanizar las condiciones y trato de los esclavos, aunque no tomarán la decisión
de acabar con la esclavitud debido a su profundo arraigo desde tiempos antiguos y el gran peso que
esta institución tenía dentro del sistema socio-económico romano.
6. CONDICIONES MATERIALES, SOCIALES Y POLITICAS EN LA
SOCIEDAD ESCLAVISTA ANTIGUA Y SU INCIDENCIA EN EL DERECHO

En la sociedad esclavista antigua, las condiciones materiales se caracterizaban por la


propiedad de esclavos como principal forma de producción y trabajo. Los esclavos eran
considerados, de total propiedad de sus dueños y se les obligaba a trabajar en diversas
actividades económicas, como la agricultura, la minería, la construcción y el servicio domestico.

Esta dependencia de la mano de obra esclava, tenía un impacto significativo en el Derecho,


ya que se establecieron normas y leyes que regulaban la relación entre los propietarios de esclavos y
los esclavos.

En cuanto a las condiciones sociales, la sociedad esclavista antigua estaba dividida en


dos (2) clases sociales principales: Los propietarios o dueños de esclavos y los esclavos.

Los propietarios de esclavos disfrutaban de derechos y privilegios; mientras que los esclavos
carecían de libertad, eran considerados como un bien de propiedad.

Esta jerarquía social, tenía una influencia directa en el Derecho, al establecerse leyes que
protegían los derechos de propiedad de los dueños de esclavos y limitaban los derechos y
libertades de los esclavos.

En cuanto a las condiciones políticas, la sociedad esclavista antigua solía estar gobernada por
sistemas autoritarios, como las monarquías, posteriormente, la república y el imperio romano,
donde los propietarios de esclavos tenían un poder y una influencia significativa en las decisiones
políticas de los gobernantes y estructura política en las instituciones de Roma.

La legislacion, también estaba diseñada para mantener el control sobre los esclavos,
garantizando la estabilidad y el orden social.

El Derecho, por lo tanto, reflejaba y legitimaba estas estructuras políticas, protegiendo sólo
los derechos de los propietarios y manteniendo la opresión sobre los esclavos.
7. CONCEPCIONES DEL DERECHO EN LA SOCIEDAD ESCLAVISTA ANTIGUA

De acuerdo, con las distintas concepciones del Derecho en la sociedad esclavista


durante la antigüedad, es importante mencionar que el Derecho en esta época, se basaba
principalmente, en la idea de la propiedad y el control sobre los esclavos.

Los dueños de esclavos tenían el derecho absoluto sobre sus esclavos y podían ejercer un
control total sobre ellos. Sin embargo, también existían reglas y normas que protegían a los esclavos
de abusos extremos por parte de sus dueños.

Estas concepciones del Derecho reflejan una visión de desigualdad y deshumanizadora de la


sociedad esclavista antigua, donde las personas eran tratadas como objetos y explotados por sus
dueños, no reconociéndose plenamente sus derechos y dignidad humana.

En la sociedad esclavista antigua, prevalecían principalmente, dos (2) concepciones del


Derecho:

1. Derecho de Propiedad:

En esta concepción, el Derecho se basaba en la idea de que los esclavos eran considerados
propiedad de sus dueños. Los propietarios de esclavos tenían un derecho absoluto sobre ellos,
pudiendo comprar, vender, heredar y disponer de ellos, según su voluntad y conveniencia.
Los esclavos por su parte, eran tratados como objetos, no se consideraba que tuvieran
derechos propios.

2. Derecho Natural de Dominio:

Esta concepción del Derecho, afirmaba que algunos individuos nacían con el derecho natural
y legitimo de dominar a otros. Se consideraba que los esclavos, estaban destinados a servir a sus
dueños o amos, porque era un orden natural que los propietarios de esclavos por tener el control
sobre ellos. Esta idea se justificaba; a través de argumentos raciales, étnicos o incluso, religiosos,
afirmando que ciertas personas estaban destinadas a ser esclavas.

Estas concepciones del Derecho, justificaban y perpetuaban la opresión y la falta de


reconocimiento de los derechos y libertades humanas de los esclavos.

Sin embargo, esto parece haber sido siempre raro, por complejas razones sociales.
En cualquier caso, la Ley Cornelia, del 82 a. C., prohibió a los amos matar a sus esclavos,
la Ley de Petronio del 32 a. C., vedaba que los esclavos fuesen obligados a combatir en el circo,
que bajo el emperador Claudio, si un amo descuidaba la salud de su esclavo, hasta el punto de su
muerte, podría ser acusado de asesinato, aunque se recuperó en el templo de Esculapio, que el
esclavo podía ser libre.
En la Antigüedad, existieron varios exponentes de la historia esclavista, en los que se
establecieron estas concepciones del Derecho, entre ellos se destacan:

1. Aristóteles: El filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.), fue uno de los principales
exponentes de la concepción del Derecho de Propiedad en la sociedad esclavista antigua.
En su obra “La Política”, argumenta que la esclavitud era necesaria y natural, justificando la
existencia de una clase de personas, destinadas a ser esclavas.
2. Justiniano I: El emperador bizantino Justiniano (482-565 d.C.), promulgó el
“Corpus Iuris Civils”, un Código legal que compilaba legislaciones anteriores, que tuvo una gran
influencia en la concepción del Derecho en la sociedad esclavista. A pesar que, contenía algunas
protecciones para los esclavos, se basaba en la idea de que éstos eran propiedad de sus dueños.
3. Filósofos estoicos: Los filósofos estoicos como Séneca (4 a.C.- 65 d.C.) y
Epicteto (55-135 d.C.), también desempeñaron un papel importante en la concepción del Derecho
en la sociedad esclavista antigua. No obstante, aunque reconocían la humanidad y dignidad de los
esclavos, no cuestionaron la institución de la esclavitud y, en cambio, abogaron por una actitud
moralmente justa por parte de los amos hacia sus esclavos.

Séneca, en el siglo I, establece los informes para los crueles amos con sus esclavos y éstos
fueron insultados públicamente. Durante el periodo romano, Séneca será uno de sus más
destacados representantes. En general, para los romanos era de mal gusto cuestionar la condición
libre o esclava de un sujeto.

Gracias, a corrientes de pensamiento como el estoicismo; pero, sobre todo, con la


adopción del cristianismo, como religión oficial del Imperio, esa progresiva “suavización” de la
esclavitud se hará más patente; pero, pese a ello, la mayor parte de los esclavos siguieron
soportando numerosas privaciones de todo tipo y sometidos a los designios de sus amos.
Crisóstomo Dion, un griego estoico que vivió en tiempos del emperador Trajano, pasó dos
discursos, que se debatieron en el Foro por dos (2) días, para luchar contra la esclavitud.

El emperador Adriano, en el siglo II, reanudó las leyes de Petronio y Cornelia.


El legislador Ulpiano, un estoico del siglo III, proclamó ilegal que los padres vendieran a sus hijos a
la esclavitud. Y el emperador Diocleciano (siglo III-IV) ascendió a ilegal reducir el acreedor a un
deudor y que cualquier persona pudiese venderse a sí misma a la esclavitud para pagar una deuda.
Estos, son sólo algunos destacados exponentes quienes establecieron y mantuvieron en el tiempo,
las concepciones del Derecho en la sociedad esclavista durante la Antigüedad.

Es muy importante, tener en cuenta, que estas ideas no fueron aceptadas universalmente,
donde se levantaron voces disidentes en diferentes épocas en la historia de la humanidad, aunque
tuvieron menos influencia en la configuración general del Derecho en esta sociedad occidental.
Abolición de la Esclavitud
La esclavitud fue legalmente abolida en los países occidentales en el siglo XIX, en primer
lugar por la influencia del pensamiento liberal que se había extendido tras la Revolución francesa y
en segundo lugar por el impulso de los abolicionistas europeos y americanos.

En 1794 la recién creada República francesa declaró la abolición de la esclavitud en Francia y


sus colonias, pero esta medida solo duró hasta 1802 y recién en 1848 fue establecida de modo
definitivo. En el norte de los Estados Unidos la esclavitud fue abolida entre fines del siglo XVIII y
comienzos del siglo XIX; pero solo alcanzó la totalidad del territorio estadounidense, tras la derrota
de los estados esclavistas del sur en la Guerra de Secesión (1861-1865).

Un antecedente importante de la abolición definitiva de la esclavitud fueron las leyes de


libertad de vientres que se implementaron en América a comienzos del siglo XIX, por ejemplo en
las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1813, que determinaron que hijos e hijas de esclavas
nacían libres. También fue un precedente la abolición del comercio de esclavos que se instauró
en Reino Unido en 1807 pero no prohibía la esclavitud en sí.

Entre los primeros países que abolieron legalmente la esclavitud se contaron Haití
(1804), Chile (1823), México (1829), Reino Unido (1833), Francia (1848) y Argentina (1853).
El último país americano en abolir la esclavitud fue Brasil (1888).

Aún así, en muchos lugares del mundo se denuncia actualmente la persistencia de diversas
formas de esclavitud, mayoritariamente ilegal.

CONCLUSIONES
La experiencia servil, presenta una gran complejidad y diversidad por lo que difícilmente
se puede llegar a establecer un conjunto de características generales que la definan.
En ocasiones, se podían manifestar en un mismo individuo, a lo largo de su existencia, rasgos o
hechos contradictorios como la manumisión, la venta, el éxito material, la violación física, etc.
La gran variedad en el trato que los propietarios dispensaban a sus esclavos y en la forma de vida de
éstos impiden una definición genérica; por otro lado comprensible dado que entraban en juego
relaciones y sentimientos personales que hacían de cada caso una situación más o menos particular.

La esclavitud en Roma debe considerarse como una institución social, entendida como la
relación que unía a esclavos (servi) y dueños (domini). Entre ellos, se creaban una serie de vínculos
similares a los que se pueden dar entre emperador y súbdito, padre e hijo, oficial y soldado, pero
con una diferencia sustancial: el propietario ejercía sobre el esclavo un poder absoluto; éste se
encontraba en todo momento a disposición del amo, de un modo discrecional, sin posibilidad de
desobedecer, ni condiciones, ni compensaciones estipuladas de antemano.

El señor esperaba de él sumisión y lealtad, de lo contrario sería coaccionado y forzado a


obedecer de la forma que el señor considerara apropiada. No había entre ellos ningún acuerdo o
fórmula de reciprocidad en derechos y deberes, sino una relación dirigida unilateralmente para
ejercer un derecho, el del propietario, que consistía en la exigencia y satisfacción de servicios de
índole muy diversa a prestar por el esclavo.

Aunque, la consideración general en el mundo romano sobre los esclavos y su condición no


pasó más allá; de ser vistos como cualquier otra propiedad y tener que soportar en la mayor parte de
ocasiones, unas condiciones de vida deplorables y un trato denigrante; en algunos casos no fue así,
quizá más que por humanidad o por salvaguardar la inversión que muchos amos habían efectuado
con su compra.

Sí hubo revueltas, como la liderada por Espartaco en el año 73 a. C., o, a menor escala,
la conspiración del 24 d. C. en el sur de la península itálica, pero no fueron muy habituales, o
al menos, no hay constancia de ellas. Los esclavos romanos perseguían más mejorar sus
condiciones de vida o alcanzar la libertad de un modo individual, y para ello, las modalidades más
comunes de resistencia a la esclavitud; derivadas casi siempre, de la excesiva crueldad en el
trato recibido, fueron: la fuga, el suicidio, el asesinato de los amos, la mentira, el robo,
simular enfermedades, reducir su productividad laboral, los sabotaje. Estas formas de rebeldía a la
opresión que, si bien, desde la perspectiva del esclavo estaban perfectamente justificadas, para la
moralidad de la sociedad romana, eran del todo imperdonables aunque; por otro lado, previsibles,
debido a la baja condición moral que se les suponía a los esclavos.
No obstante, ante las situaciones que conllevaron la insensibilidad e injusticias, se suscitaron
ciertas corrientes de pensamiento y disposiciones legales en búsqueda de favorecer la situación de
los esclavos y reconocerles ciertos derechos, pese a su condición.

El número de esclavos y la importancia de esta institución se i ncrementaron notablemente a


lo largo de la historia de Roma. A finales de la República y a comienzos del Imperio, la mayoría de
la fuerza de trabajo en Roma estaba conformada por esclavos; que estuvieron presentes
en prácticamente, todos los ámbitos de la vida romana, lo cual hizo que la dependencia de Roma
en la mano de obra esclava, fuese cada vez mayor para el mantenimiento de su estructura
socioeconómica y su preeminencia política.

Los esclavos y su trabajo fueron el auténtico motor de Roma, con la cada vez mayor
toma de conciencia de los romanos de su dependencia respecto a éstos, con el fin de mantener su
modo de vida y el orden establecido, les otorgarán algunas esperanzas de mejora, como por ejemplo
la posibilidad de ser manumitidos y convertirse en hombres libres; así como cierta, movilidad social
dentro de la clase esclava, que permitirá a muchos de ellos, ocupar posiciones de responsabilidad.
La sociedad esclavista antigua, se caracteriza por unas condiciones materiales, sociales y políticas
que sustentaban el sistema de esclavitud.

Aunque, la Antigua Roma fue esencialmente una sociedad esclavista que permitió la
existencia y perpetuación de esta institución a lo largo de su historia, paradójicamente mostró cierta
flexibilidad en el tratamiento de los esclavos, lo cual permitirá que aquellos que por distintos
motivos hubiesen caído bajo el yugo de la esclavitud fueran depositarios de ciertos derechos a pesar
de su condición.

Lamentablemente, para la historia no han perdurado documentos importantes que


proporcionen información sobre la esclavitud, desde el punto de vista humano del esclavo.
Por el contrario, son muy abundantes los historiadores que ilustran la forma de actuar y los
prejuicios de los propietarios, así como obras jurídicas que demuestran la compleja legislación
sobre la esclavitud y tratan de solucionar cualquier problema que surgiera con la “propiedad”
en relación con aspectos legales y sociológicos, tales, como la manumisión, la alimentación,
la vestimenta, la compra-venta, etc., que son principalmente: La Ley Romana de las Doce Tablas,
La Ley del Digesto, papiros, inscripciones y obras literarias de la época que abarcan, no sólo la
Roma itálica, sino la totalidad del imperio unificado política y administrativamente.

A lo largo, de la geografía y de la cronología de la República y del Imperio Romano,


la esclavitud fue un pilar básico en su estructura social y económica, y el derecho a esclavizar un
axioma incuestionable.
En este sentido, algunos emperadores, intelectuales, filósofos estoicos como Séneca o el
cristianismo contribuyeron a que, progresivamente, en la sociedad romana se desarrollara un
nuevo espíritu de humanidad, aunque la idea de la inferioridad servil estaba tan arraigada en la
conciencia colectiva, que en ningún momento se planteó la posibilidad de una reforma social donde
se plasmara esta corriente humanitaria en el plano material o legal, quedándose en algo más
abstracto, reconociéndose la igualdad espiritual entre los hombres, pero manteniendo y respetando
la institución servil.

De hecho, se argumenta que el cristianismo contribuyó a su legitimación introduciendo


nuevos conceptos teológicos como el de pecado y la esclavitud era uno de los castigos impuestos
por Dios; el sometimiento sin resistencia, como deseo de Dios, garantizaba la salvación espiritual y
la vida eterna para los “siervos del Señor”, denominación que eligieron para sí y sus seguidores los
primitivos líderes cristianos; siendo contradictorio, porque Dios es amor y misericordia, jamás
establecería la esclavitud del hombre para el hombre como un acto de sumisión; siendo contrarios a
los preceptos cristianos establecidos por Jesucristo en sus mensajes, ayer, hoy y siempre.

En esta sociedad antigua, predominaban básicamente dos (2) concepciones del Derecho:
El Derecho de Propiedad, que le otorgaba a los propietarios de esclavos un control ilimitado y
autoritario sobre ellos, como simples objetos y, el Derecho Natural de Dominio, que se basa en
la idea en que algunos individuos estaban destinados a ser esclavos por naturaleza.
Estas concepciones filosóficas del Derecho, indudablemente, justificaron la opresión y
la falta de reconocimiento de los derechos humanos del esclavo.

Es importante, comprender y estudiar estas concepciones del Derecho en la


sociedad esclavista antigua para reconocer las profundas injusticias y desigualdades que existieron
en ese periodo histórico en la lucha por los derechos humanos de las clases sociales en el mundo.
.
Gracias, al reconocimiento de una serie de derechos y privilegios por parte de lideres esclavos
libertos en el mundo romano, los esclavos lograron alcanzar un reconocimiento social más
próximo a los ciudadanos de libre condición que en cualquier otro periodo de la historia, y su
influencia y trabajo constituyeron un elemento de gran importancia en la conformación de la propia
identidad cultural de Roma.

En la sociedad esclavista antigua, la abolición de la esclavitud no ocurrió en una


fecha específica; ya que fue un proceso, que se dio de forma gradual y no uniforme en diferentes
regiones y períodos históricos. Sin embargo, en términos generales, se puede decir que la esclavitud
en la sociedad esclavista antigua comenzó a disminuir con la transición hacia el feudalismo y la
expansión del cristianismo en el Imperio Romano, y su abolición se consolidó en la Edad Media y
la Edad Moderna.
A partir del siglo XVIII, aparecen los movimientos abolicionistas de la esclavitud, debido a
la Declaración de los “Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y la Revolución Industrial”.
En las naciones de América, la abolición de la esclavitud se produjo después de la Independencia.

La Convención sobre la Esclavitud entró en vigor en 1927 y recogía la prohibición de la


esclavitud, que se considera como un crimen contra la humanidad. Pero sigue existiendo en
determinados países (India, Sudán, Brasil o Mauritania) y ha reaparecido en otros bajo ciertas
condiciones excepcionales, como es el caso de la mano de obra infantil esclava en el Sudeste
asiático o determinados tipos de prostitución en todo el mundo. En un estudio publicado por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2012, se estima en cerca de 21 millones en el
mundo son víctimas de trabajo forzado.

En el mundo actual, la influencia de la sociedad esclavista antigua y la institución de la


esclavitud se hacen evidente en varios aspectos. Por un lado, el legado de la esclavitud se refleja en
las desigualdades sociales y económicas que persisten en muchas sociedades, ya que la esclavitud
era un sistema basado en la explotación y la dominación de una clase sobre otra.

A pesar de la condena moral y legal casi universal de la esclavitud, persisten formas modernas
del comercio de esclavos porque coinciden con las creencias culturales y religiosas locales y
proporcionan beneficios económicos en determinadas partes del mundo.

Hoy en día, ante el desarrollo de un amplio espectro jurídico, que contempla prohibiciones
legales nacionales como internacionales, ha sido parcialmente exitoso en la eliminación de la
esclavitud; ya que sigue siendo muy difícil, imponer las leyes contra el tráfico de seres humanos,
especialmente, con las nuevas modalidades de esclavitud generadas por los frecuentes
movimientos migratorios, quienes cada día, desde su lugar de origen se movilizan a otras
naciones del mundo, en búsqueda de mejorar su calidad de vida; donde los esclavistas modernos,
se aprovechan de su condición por la necesidad de traslado para el cruce de fronteras; siendo los
migrantes cruelmente esclavizados, a fin de pagar un alto precio por su supuesto beneficio.
Por lo tanto, relativamente los recientes mecanismos legales, no pueden desplazar a la esclavitud
que tiene una larga historia cultural, política y económica en todo el mundo.

No obstante, la lucha contra la esclavitud y la defensa de los derechos humanos se han


convertido en un pilar fundamental del Derecho Internacional; al igual que, para numerosas
organizaciones y movimientos a nivel global, brindando su aporte ante el innegable reconocimiento
de que todos los seres humanos son iguales en dignidad y derechos, sin importar su raza o
condición, tiene sus raíces en el rechazo a la deshumanización inherente a la esclavitud.
De allí, amerita destacar que; aunque la esclavitud formal haya sido abolida en
gran parte del mundo, aún existen, formas modernas de esclavitud, como el tráfico de personas,
la explotación laboral y la servidumbre por deudas. La lucha contra estas formas contemporáneas de
esclavitud; sigue siendo, relevante y urgente de resolver en la actualidad; reafirmando la necesidad
de promover y proteger los derechos humanos básicos de todas las personas, sin excepción.

El éxito requerirá de esfuerzos coordinados para identificar y suprimir su práctica


dondequiera que ocurra. El entendimiento de la esclavitud desde una perspectiva histórica, sus
manifestaciones modernas y los sistemas legales vigentes para combatirla, permitirá que los
lideres jurídicos, políticos y militares avancen en la consecución de esta meta.

A medida, que evolucionamos hacia sociedades más justas y equitativas, es fundamental


aprender de la historia, a fin de trabajar para garantizar la dignidad y los derechos fundamentales de
todos los seres humanos, sin importar su condición social, etnia o cualquier otra, que permita lograr
libertad, justicia, igualdad y equidad de todos, simplemente, en búsqueda de la Justicia Social.

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