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¿Qué fue la comunidad primitiva?

Cuando hablamos de la comunidad primitiva del ser humano, nos referimos al estadio más antiguo de
organización socio-económica del que se tiene registro en la historia de nuestra especie. Es decir, fue
el primer modo de organización de los grupos humanos primitivos.

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Con el inicio de la civilización humana se formaron las sociedades previas a la llamada Revolución del
Neolítico (hace unos 9.000 años) y al descubrimiento y masificación de la agricultura.

Este término es también sinónimo, en la jerga marxista de la teoría económica, del comunismo


primitivo, que es el modo de organización socioeconómica tribal, comunitario y previo a la invención
de la propiedad privada que la humanidad ejercía en ese entonces.

De acuerdo a la doctrina de Karl Marx, esta organización inicial era la más adecuada para
una comunidad humana nómada o seminómada, que vivía de la caza, pesca y recolección. En ella, las
distinciones de clase, estrato social o incluso de género no eran todavía necesarias, ni relevantes.

Las comunidades primitivas eran modestas en su tamaño y número de integrantes, al menos


en comparación con las que surgieron luego. Ejercían algún modo de cooperación simple entre
individuos, permitiendo así la subsistencia de la población siempre y cuando no creciera demasiado y
sus necesidades superaran la capacidad productiva disponible.

Además, al ser imposible la acumulación de bienes, otras actividades como la innovación o la


expresión artística eran mucho más difíciles. Por todo esto, se las considera el punto de partida de la
civilización humana.

Además: Prehistoria

Características de la comunidad primitiva


Hoy en día se piensa que la comunidad primitiva estuvo determinada por las siguientes características:

 Sociedad nómada o seminómada que vive de la caza, pesca y recolección.


 Ausencia total de propiedad privada y de sistema de clases sociales.
 Ausencia de intercambio económico, comercio o trueque.
 División del trabajo conforme a la edad y sexo, pero siempre en base a la capacidad
física del individuo.
 Herramientas de trabajo sumamente rudimentarias, de origen lítico, o de hueso o de
madera.
 Transmisión matrilineal, es decir, a partir de la madre como garante del patrimonio, en
lugar del padre, como sería después.
 Ausencia de matrimonio, las relaciones íntimas se organizaban en base a
la poligamia (poliginia y/o poliandria) y la prohibición del incesto.
 Bajísima capacidad de producción (apenas para el sustento) y por lo tanto muy poca
capacidad de innovación, de acumulación o de progreso.
 Bajas tasas de supervivencia individual
¿Qué es el esclavismo?
El esclavismo o esclavitud es un modo de producción sustentado en la mano de obra forzada,
sometida, que no recibe ninguna ganancia ni remuneración a cambio de sus esfuerzos y que no goza
además de ningún tipo de derechos laborales, sociales, ni políticos, siendo reducida a la propiedad del
amo o patrono, como si de un objeto se tratara.

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La esclavitud fue sumamente frecuente en las épocas antiguas, en las que constituyó incluso una
figura jurídica, contemplada por el Estado, que se imponía a los vencidos en batalla y a sus familias, o
a los capturados y sometidos en regiones conquistadas militarmente. También se podía llegar a ser
esclavo por deudas (apremio individual) o por haber cometido algún delito.

Prácticamente todas las civilizaciones antiguas practicaron el esclavismo, y el florecimiento cultural


de la Grecia y la Roma antiguas en gran medida se debían a un sistema económico sustentado por
mano de obra esclava. Algo semejante ocurrió con los Imperios Europeos, una vez terminado el
medioevo, quienes colonizaron y conquistaron el continente africano y sometieron a muchos de sus
habitantes a la condición de esclavos. Es por eso que llegan a América los africanos, transportados a la
fuerza por los europeos para que sirvieran de mano de obra en la colonización del Nuevo Continente.

La esclavitud fue abolida en la mayoría de los países de Occidente entre el siglo XIX y el XX, y
hoy en día se considera un crimen contra la humanidad, penado internacionalmente por tratados y
organizaciones globales.

No obstante, siguen existiendo formas modernas de esclavitud, sobre todo aprovechándose de


los ciudadanos más pobres e indefensos de los países vecinos, como ocurre en el sudeste asiático e
incluso en casos puntuales de América Latina. Ciertas formas de prostitución son, también,
consideradas formas modernas de esclavitud sexual.

Puede servirte: Explotación del hombre por el hombre

Características del esclavismo


Los esclavos eran individuos desprovistos de cualquier tipo de protección jurídica, sindical o
social. Constituían la base de la pirámide social, y estaban apenas por encima de los animales de carga,
en muchos casos siendo tratados incluso peor que ellos. Sus jornadas laborales eran extensas y
abrumadoras, y su naturaleza respondía a los deseos y necesidades del amo, quien era su propietario.
Dichas labores podían ser de limpieza, cocina, servidumbre sexual, crianza de los hijos del amo, mano
de obra en construcción, cultivo, demolición o incluso la guerra.

Los esclavos no recibían salario, ni tenían derechos laborales de ningún tipo; pero la posesión de
esclavos obligaba al amo a proveerles de alimento, ropaje, techo y herramientas de trabajo. En los
casos en que el esclavo podía legalmente liberarse, debía restituir al amo el valor de su trabajo en
dinero, como compensación por la pérdida de su patrimonio.
Además, la condición de esclavo era hereditaria, y los hijos nacidos de esclavo podían estar
sometidos también a esta condición. No era inusual, en los casos de esclavitud por contrato, que los
hijos se sometieran como esclavos para pagar las deudas heredadas del padre. Una vez que su labor
cubriera el equivalente al monto adeudado, podían volver a su libertad.

Existieron vendedores y traficantes de esclavos, que eran los encargados de suministrar a los amos
nuevos esclavos, capturados en otras culturas de geografías apartadas, o que podían ser niños
abandonados, hijos no reconocidos, etc.

Esclavismo y feudalismo
El sistema esclavista proliferó en la antigüedad pero en el tránsito hacia la Edad Media sufrió un
retroceso. El sistema feudal, que consistía en la división de los Reinos en pequeñas parcelas
controladas militar y legalmente por un terrateniente, mantuvo la figura del esclavo para casos
puntuales, pero prefirió la del siervo que, a fin de cuentas, trabajaba voluntariamente a cambio de
protección y orden del señor feudal, sometidos a sus leyes y designios.

Sin embargo, los siervos eran libres y podían elegir adónde irse, podían elegir a qué señor feudal
servir, y eran ciudadanos de pleno, a pesar de constituir la clase social más baja del medioevo,
señoreada por la Aristocracia y controlada por el Clero. La labor de los siervos era pagada con una
parte de su producción agrícola (lo demás iba para el terrateniente) y con protección militar ante las
guerras y las invasiones bárbaras, frecuentes para la época.

¿Qué fue el feudalismo?


El feudalismo fue un sistema social, político y económico que predominó durante la Edad Media,
desde el siglo IX al XV. Estuvo caracterizado por el sistema de vasallaje y es considerado por muchos
como la «Edad Oscura», debido a las sangrientas guerras, las epidemias y el escaso avance científico.

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Una de las características principales del sistema feudal fue la descentralización del poder, ejercido a
través de nobles organizados en feudos, que tenían una relativa independencia del monarca, pero
estaban supeditados a su rey con estrechos lazos de lealtad. Los nobles heredaban sus títulos, que
pasaban de generación en generación.

Ver además: Modo de producción feudal

¿Qué era el feudo?


La palabra feudalismo proviene de “feudo”, nombre que se le dio a la organización básica de la
época. El feudo era un contrato entre dos personas: el señor feudal y el vasallo.

En este «pacto» se establecían relaciones mutuas, el vasallo recibía una tierra donde habitar y
protección militar a cambio de una relación de dependencia con el señor feudal. El vasallo debía
administrar la tierra y tomar las armas en defensa de su señor en caso de ser necesario. Además, debía
pagar tributo de su cosecha o producción.
Dentro de esta estructura también existían los campesinos, que eran aquellos que trabajaban la tierra y
estaban bajo el dominio total del señor feudal, por lo que no eran considerados hombres libres.

Durante la época feudal la tierra era garante de dinero y, por lo tanto, la posesión más preciada. Las
actividades económicas eran restringidas y consistían principalmente en la agricultura y en la
producción artesanal.

Origen del feudalismo


El feudalismo surge, en primer lugar, con la decadencia del Imperio Romano, que al perder grandes
extensiones de tierra empezó a perder influencia sobre los pueblos.

La inseguridad producto de las constantes invasiones bárbaras llevó a la decadencia de


las ciudades y a la formación de la estructura feudal, en la que vasallos se ponían a disposición de
un señor feudal y recibían protección tras los muros del castillo.

Todo el ordenamiento social y moral de la época se explicaba bajo la figura de Dios, ya que el rey
había perdido poder político y no era más que el representante divino en la tierra.

Ante la incompetencia de los monarcas para hacer frente a las invasiones y la posterior crisis política y
social, el poder pasó a estar en manos de los señores feudales, que se convirtieron en los jefes
sociales máximos. Ellos debían regular el orden y mantener la paz dentro de su estructura,
impartían justicia, cobraban impuestos y brindaban protección a la población desde el castillo, que fue
erigido como nuevo símbolo de poder.

Características del feudalismo


El feudo fue la estructura social y política durante el feudalismo.
Entre las principales características del feudalismo se destacan:

 El surgimiento de la relación de vasallaje entre un señor feudal y sus vasallos.


 Una sociedad dividida en tres clases sociales diferenciadas: la nobleza, el clero y el Tercer
Estado o el estado llano.
 La construcción de castillos amurallados.
 Una economía basada en la agricultura y la ganadería.
 Las guerras frecuentes por la disputa de los territorios.
 El pago de tributos.
 La Iglesia católica como una gran fuente de poder.
 La descentralización del poder político.

Clases sociales del feudalismo


Durante el feudalismo las clases sociales eran estáticas, es decir, era un sistema social cerrado en el
que no existía la movilidad social sino que la sociedad se dividía en estamentos. Dentro de esta
estructura, que era piramidal, estaban:

 La nobleza. Formada por la realeza y los señores feudales, tenían la mayor parte de las
tierras y el poder político. Se solía acceder a este estrato por linaje.
 El clero. Formado por religiosos que representaban a la Iglesia y cumplían roles
eclesiásticos, políticos, educativos y/o sociales, y tenían privilegios.
 El Tercer Estado. Formado por la mayoría de la población, ciudadanos que no eran nobles
ni clero, no tenían privilegios y pagaban impuestos. Fue un grupo muy variado formado por
campesinos, comerciantes y burgueses.

 Fin del feudalismo


El proceso histórico que marcó el fin del feudalismo no tiene una fecha exacta, fue desarrollándose
de manera dispar por distintas partes de Europa a partir del siglo XIV.

Existen varias causas que lo llevaron a su fin, entre las que están:

 Surgimiento de la burguesía. Muchos historiadores concuerdan en que los viajes a oriente


con fines comerciales generaron una nueva clase social: la burguesía, formada por hombres
libres, pero no nobles.
 Disminución demográfica. La población disminuyó, producto de las pestes y guerras, lo
que llevó a una baja de la mano de obra disponible.
 Nuevas formas de desarrollo económico. La saturación de las tierras llevó a la búsqueda
de nuevas formas de expansión económica entre las que se destacó la industria, su
surgimiento marcó el paso de la Edad Media a la Moderna.
 Disconformidad de los campesinos. La presión y la sobrexplotación de la mano de obra
por parte de los señores feudales, la ineficiencia del sistema agrícola de la época y la baja
poblacional generaron la merma de fuerza de trabajo disponible.
 Crecimiento de las ciudades. Las urbes recibieron a las personas expulsadas o que no
querían pertenecer al sistema feudal

¿Qué es el capitalismo?
El capitalismo es el sistema socioeconómico imperante en Occidente después de la caída
del feudalismo medieval, y dominante en el mundo entero en la actualidad del siglo XXI. Es un
sistema propio de las sociedades industriales burguesas.

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Sus dos rasgos principales y definitorios son: la propiedad privada de los medios de producción y el
libre ejercicio económico. Su nombre proviene de la idea del capital, esto es, del rol central
del dinero en las relaciones de producción y de consumo.

El capitalismo propone que el dinero marque la medida del intercambio de bienes y servicios, y que
sea obtenido de diferentes formas:

 Como remuneración del trabajo, en el caso de los trabajadores.


 Proveniente de las rentas, en el caso de los propietarios.
 Como resultado del riesgo y la inversión, en el caso de los empresarios o emprendedores.
Para que todo ello sea posible, es necesario que exista la propiedad privada, y que el ejercicio
productivo y comercial sea libre, o sea, que cada quien invierta en lo que quiera y coseche los frutos o
las pérdidas que el mercado le depare.

En las sociedades capitalistas, por lo tanto, las relaciones de producción y trabajo, y de consumo de
bienes y servicios, están determinadas respectivamente por un sistema salarial y un sistema de precios.
De esa manera, los individuos consumen lo que la cantidad de dinero que producen les permite.

La sociedad entera funciona, entonces, buscando obtener un beneficio, esto es, un ingreso económico
mayor a los egresos, que permita un excedente de capital (con el cual consumir, invertir o ahorrar).

En el capitalismo es central la “autorregulación” del mercado que marca la relación entre la oferta y


la demanda: los productos más demandados (y por ende más escasos) encarecen, mientras que los
menos demandados (y por ende más abundantes) se abaratan. Esta idea es objeto de numerosos
debates. A menudo es conocida como la “mano invisible” del mercado.

Ver también: Neoliberalismo

Características del capitalismo


El capitalismo puede caracterizarse de la siguiente manera:

 Propone el capital como medida de relación económica, y su obtención mediante la


libertad económica y la explotación de la propiedad privada. Para ello es fundamental que
esta última sea permitida y protegida por el Estado.
 El capitalismo es el sistema económico propio de las sociedades industriales y
burguesas, y su aparición marcó el final del feudalismo. La burguesía (los comerciantes y
más tarde los industriales) desplazó a la aristocracia (los terratenientes de ascendencia
noble) como la clase social dominante.
 Se sostiene en base a la idea de oferta y demanda: los bienes y servicios son demandados
por su público consumidor, y ofertados por sus productores. Dependiendo de cómo se dé
esa relación, los productos serán más o menos costosos y más o menos abundantes.
 En tanto sistema, el capitalismo promueve la competencia y recompensa el riesgo, el
emprendedurismo y la innovación, lo cual se tradujo en el siglo XX en un desarrollo
tecnológico desenfrenado. Al mismo tiempo, permite y recompensa la especulación y la
usura, permitiendo la generación de ganancia a partir de la deuda, el interés y otras
actividades improductivas.

Existen o han existido distintos modelos de sistema capitalista, como son:

 El proteccionismo. Según el cual el Estado fija aranceles y regulaciones para encarecer


artificialmente los productos provenientes del extranjero, y así proteger su industria y
fomentar el consumo de bienes y servicios nacionales.
 El Laissez-faire (del francés “dejar hacer”). Que limita al máximo las intromisiones del
Estado y permite la mayor cuota de libertades al mercado, sin regulaciones de ningún tipo.
 Economía social de mercado. Totalmente contrario al anterior, plantea que el ejercicio
económico debe ser guiado y planificado por el Estado, sin llegar al extremo de asfixiar las
libertades económicas fundamentales.
 Capitalismo corporativo. En el cual el mercado está dominado por corporaciones
jerárquicas y grandes grupos económicos que ejercen el poder y determinan el mercado.

Por otro lado, el capitalismo construye una sociedad dividida en clases sociales de acuerdo a su
ingreso económico y posesión de capitales (o propiedades). Dichas clases sociales son, de acuerdo a la
mirada marxista del capitalismo:

 La burguesía y alta burguesía. Dueña de los medios de producción (fábricas, tiendas,


etc.), o de los grandes capitales de inversión.
 La clase trabajadora. Cuya participación en la sociedad es vender su capacidad de trabajo,
sea calificada (profesionales, técnicos) o no (obreros).
 El lumpen. El sector improductivo de la sociedad.

Origen e historia del capitalismo


En el siglo XIX se desarrolló el sistema de fábricas.
El capitalismo no siempre ha operado de la misma forma en que hoy lo hace. Aunque sus inicios
formales datan del siglo XVI y XVII, hubo importantes antecedentes en diversos momentos y
lugares de la historia.

Su antecedente más directo se ubica hacia el final del Medioevo, a medida que surgía de la sociedad
feudal una nueva clase social dominante: la burguesía, cuya actividad comercial permitía la
acumulación de dinero u otros activos (mercancía, y después maquinaria), lo cual es un rasgo
fundamental para el surgimiento de la lógica capitalista.

El origen del capitalismo estuvo fuertemente determinado por la expansión de la industria


textil inglesa a partir del siglo XVII, gracias a la masificación del trabajo. En el siglo XVIII, con las
primeras máquinas artesanales, comenzó el modo industrial de producción.

El surgimiento de los primeros Estados-nación y la Revolución Industrial fueron elementos


clave en la instauración en Europa del nuevo sistema.

El espíritu del capitalismo clásico de la época fue comprendido por el economista y filósofo escocés
Adam Smith (1723-1790). Fue plasmado en su La riqueza de las naciones (1776), de donde surgió el
fundamento central del libre mercado, que aconsejaba la menor intromisión del Estado posible.

Sus ideas fueron luego parte de la filosofía del Liberalismo del siglo XIX, época que presenció el
desarrollo del sistema de fábricas, y el gigantesco éxodo de las regiones rurales a las urbanas que
éste ocasionó, dando origen así a la clase obrera o proletariado.

En adelante, el capitalismo sufrió enormes cambios en su modo de funcionamiento, impulsado por las
catástrofes económicas del siglo XX y sus dos guerras mundiales. Además, la constante innovación
tecnológica que marcó la segunda mitad de ese siglo, hasta que el capitalismo se volvió global de
inicios del siglo XXI.

Críticas al capitalismo
La contaminación actual es en parte consecuencia del capitalismo.
El capitalismo ha sido duramente criticado desde dos perspectivas, principalmente: la marxista y
la ecológica.

De acuerdo al materialismo histórico propuesto por Marx, el capitalismo es un sistema de


producción inherentemente injusto, en el que las clases proletarias son explotadas por la burguesía
como mano de obra. A cambio, obtienen un salario que usan para consumir, entre otras cosas, los
bienes que ellas mismas produjeron.

O sea, que el trabajo de los obreros es capitalizado por la burguesía, que extrae de ello
una plusvalía o ganancia, eximiéndose así de tomar parte en el trabajo.

Esta mirada, nacida en el seno de la brutal sociedad capitalista del siglo XIX, proponía que el
capitalismo reproducía la pobreza, yendo en beneficio únicamente de las clases pudientes, que
necesitaban de grandes cantidades de trabajadores que explotar.

El capitalismo del siglo XX logró un desarrollo económico y un estado de bienestar que elevó


inmensamente los estándares de vida en Europa y Estados Unidos, suavizando allí los efectos nocivos
del capitalismo y desplazándolos hacia las naciones subdesarrolladas, creando así un mundo
desigual. Además, este desarrollo se logró gracias al colonialismo y el saqueo de los recursos
naturales del llamado Tercer Mundo.

Por otro lado, la crítica ecológica apunta a que la actividad industrial y el consumo de energía que
sostiene el modelo capitalista de producción es inviable e insostenible en el tiempo, ya que impone
un altísimo costo ecológico al planeta. El cambio climático, la contaminación ambiental y la
destrucción de ecosistemas son parte de las responsabilidades que se le achacan al modelo capitalista
mundial.

Capitalismo, socialismo y comunismo


Guerras periféricas como la de Vietnam fueron parte de la Guerra Fría.
Durante todo el siglo XX, el capitalismo en occidente y en otras partes del mundo se defendió como
la alternativa socioeconómica al comunismo. Este último era desarrollado por los totalitarismos del
bloque oriental.

El conflicto entre ambos modos de organización económica y social, conocido como la Guerra Fría,
enfrentó a Estados Unidos y la URSS como líderes de cada grupo, en los campos de la economía, la
innovación tecnológica, la influencia política y la fuerza militar. Sin embargo, fue un enfrentamiento
indirecto: ninguno de estos países le declaró la guerra al otro.

La posición tradicional, heredada del conflicto, destaca del capitalismo sus libertades, su


innovación y su modelo de competitividad, frente a la opresión y la pobreza vividas en los regímenes
comunistas de Asia y Europa del Este. A su vez, el comunismo aspiraba a una sociedad sin clases
sociales y sin las injusticias de los países capitalistas.

Por otro lado, hoy en día el socialismo se considera una doctrina que, inserta en el mundo


capitalista, intenta manejar a través del Estado el ejercicio del mercado para obligarlo a responder
a las necesidades económicas y sociales de la población.
Muchos países capitalistas de relativo éxito poseen modelos tildados de socialistas o, a lo sumo, de
socialdemócratas. Es decir que procuran “domesticar” el capitalismo para darle un rostro más humano.

¿Qué es el socialismo?
El socialismo es una corriente filosófica de pensamiento económico, social y político, así como un
conjunto diverso de teorías políticas, movimientos y sistemas socioeconómicos que en
dicho pensamiento se han inspirado.

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Todas ella tienen en común la defensa de la propiedad pública, colectiva o cooperativa de
los medios de producción de la sociedad, en lugar de su propiedad en manos privadas. Además,
propone la planificación y organización de la vida social y económica desde las fuerzas que componen
al Estado.

Es decir, se trata de un conjunto de modelos filosóficos, políticos, sociales y económicos


cuyo objetivo es construir una alternativa al capitalismo y a la acumulación de capitales y
de propiedad privada que lo caracteriza. Esto con el deseo de construir una sociedad sin clases,
percibida como una sociedad más justa y con una distribución más justa de las riquezas.

No hay, sin embargo, una forma única de socialismo. Ni siquiera hay un consenso respecto de qué es
exactamente o cómo se debería implementar en lo político, social o económico.

Así, existen formas más radicales (que suelen llamarse comunistas) que proponen la abolición de la
propiedad privada, y otras en cambio que proponen la convivencia con la economía de mercado,
aunque bajo formas de control y espíritu social. Lo mismo ocurre en lo político con el respeto a
la democracia y a la diversidad de los partidos: hay quienes proponen la dictadura del proletariado, y
otros que defienden la socialdemocracia.

Puede servirte: Modo de producción socialista

Características del socialismo


Si bien los rasgos del socialismo pueden variar enormemente de acuerdo a su puesta en práctica,
generalmente se consideran como sus características las siguientes:

 Debilitamiento de la propiedad privada en favor de modelos sociales o comunitarios de


propiedad, especialmente en lo referido a los medios de producción (fábricas, por ejemplo).
 Modelo económico que apunta a la producción, más que en la generación y acumulación
de capitales y está dirigido por el Estado.
 Aplicación de diversos métodos de redistribución de la riqueza, como impuestos a los
que más tienen y planes de ayuda para quienes menos tienen, para tratar de uniformar
económica y socialmente a la sociedad.
 Empoderamiento del Estado que, dependiendo del caso, puede o no ir en detrimento de la
democracia y de los partidos políticos.
 Fuerte intervención del Estado en los asuntos económicos y sociales.
 En las variantes más utópicas, plantea la sociedad sin clases sociales: ni pobres ni ricos,
sino una gran masa trabajadora autogestionada.

Historia del socialismo


Karl Marx le dio al socialismo una teoría unificadora y de espíritu racional.
El socialismo nació como movimiento en el seno de la sociedad industrial, aunque su filosofía
posee antecedentes muy anteriores. Se pueden rastrear ideas socialistas o comunistas en textos tan
antiguos como los escritos sobre la República de Platón (c. 427-347 a. C.), en las prácticas
comunitarias de los primeros cristianos, o en la forma de organización socioeconómica del Imperio
Incaico (1438-1533).

El uso del término “socialista” con el sentido contemporáneo data de alrededor de 1830. Se usó para
describir al ala más radical de los diversos movimientos y filosofías políticas nacidos durante los
estallidos revolucionarios del siglo XVIII, que asociaban al capitalismo naciente los malestares
sociales de la época, en especial los seguidores de Robert Owen y Henri de Saint-Simon.

Algunos más pragmáticos y otros más idealistas, estos movimientos compartían visiones mayormente
agrarias del socialismo, y fueron bautizados con ese nombre por Pierre Leroux en su artículo Del
individualismo y el socialismo en Revue encyclopédique de 1833.

Con la Ilustración, que abogaba por el uso de la razón humana en la comprensión y el mejoramiento
de la sociedad, nació el primer socialismo moderno, industrial, que hoy en día conocemos como
socialismo clásico. Sus dos cunas fueron Francia e Inglaterra. Aunque carecieron de un cuerpo de
ideas en conjunto, contaron con importantes pensadores y militantes que allanaron el camino para la
llegada en el siglo XIX del marxismo.

El socialismo marxista revolucionó para siempre el modo de comprender la sociedad y


la historia. A su vez, le dio al socialismo una teoría unificadora y de espíritu racional, “científico” en
palabras del revolucionario alemán Federico Engels (1820-1895). Desde entonces, el socialismo
o comunismo cobró vigencia dentro de numerosos partidos y organizaciones obreras de Europa.

Alcanzó su apogeo político a inicios del siglo XX, con la Revolución Rusa de 1917 que, bajo la
conducción de Vladimir Ilych Lenin (1870-1924), puso fin para siempre a la monarquía zarista. Así se
fundó el primer país socialista (marxista-leninista) de la historia, la Rusia soviética, que después se
convirtió en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS).

Los acontecimientos de Rusia avivaron los sentimientos reaccionarios europeos. Así, fueron utilizados
para justificar ideológicamente el nacimiento del fascismo, un movimiento político dictatorial y
fundamentalmente anticomunista, que desencadenó la Segunda Guerra Mundial.

Al término de la guerra a mediados del siglo XX el mundo asumió formalmente la división en dos
bloques, a lo largo de lo que se llamó la Guerra Fría: el bloque capitalista liderado por Estados
Unidos e Inglaterra, y el bloque comunista o socialista liderado por la URSS y China, que tras
la Revolución Comunista China (1949) había instaurado su propia visión del socialismo, el maoísmo.
Eventos semejantes ocurrieron en otras naciones del mundo, como Vietnam (la Revolución de Agosto
de 1945), Corea (tras la Guerra de Corea de 1950-1953), Cuba (la Revolución cubana de 1959),
Camboya (tras la Guerra Civil Camboyana de 1967-1975), entre otros.

Nacidos en la violencia, muchos de estos regímenes dictatoriales estuvieron involucrados en guerras, o


cometieron genocidios y atrocidades en nombre del “hombre nuevo” o de la sociedad utópica futura.

Sin embargo, hacia el término del siglo XX, y sobre todo tras la disolución de la Unión Soviética en
1991, la mayoría de los países socialistas se habían sumergido en la crisis y se habían visto obligados a
reinventarse y asumir más o menos formalmente una economía de mercado. La última década del siglo
XX anunció la muerte del socialismo y el supuesto “Fin de la historia”, en palabras del pensador
japonés Francis Fukuyama.

Aun así, un nuevo experimento político tomó el título de “Socialismo del siglo XXI”, un término
del economista alemán Heinz Dietrich Steffan. Comenzó a ganar renombre mundial gracias a su
evocación en el V Foro Social Mundial por parte del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez
Frías (1954-2013), en el marco de su autodenominada Revolución Bolivariana.

Socialismo utópico
Socialistas utópicos como Babeuf surgieron tras la Revolución Francesa.
El socialismo utópico es el nombre empleado para referirse a los movimientos socialistas y
revolucionarios que se opusieron al capitalismo temprano, a lo largo de los siglos XVIII y XIX, y
que son previos a la aparición del marxismo. Se trató de vertientes muy distintas entre sí, surgidas a
raíz de los ciclos revolucionarios cercanos al 1800.

Algunos de los más importantes socialistas de esta tendencia aparecieron tras la Revolución
Francesa de 1789. Diversos militantes radicales, como el periodista francés François-Noël Babeuf
(1760-1797), denunciaron que la Revolución había fracasado en el cumplimiento de sus
ideales de libertad, igualdad y fraternidad.

En consecuencia, esto militantes abogaron por la disolución de la propiedad privada, así como el
equitativo reparto y disfrute de las tierras. Estas ideas condujeron a Babeuf a la ejecución, acusado de
conspirar contra el gobierno, lo cual hizo de él un mártir para la causa socialista durante el siglo XIX.

Otro nombre importante fue el de Claude-Henri de Saint-Simon (1760-1825), fundador del socialismo


cristiano. Este movimiento no abogó por la eliminación de la propiedad privada, sino que propuso la
planificación centralizada de la producción.

Así, el socialismo cristiano buscaba anticiparse las necesidades sociales y económicas de


la población gracias a los saberes conjuntos de científicos, industriales e ingenieros, pero también de la
clase trabajadora, quien sería la responsable de conducir la producción económica para el bienestar de
la sociedad entera.

Existía un vínculo entre el socialismo pre-marxista y la filosofía de la Ilustración, que abogaba por
un mundo racionalmente construido.
Por ejemplo, Robert Owen (1771-1858) era un industrial galés cuyos ingenios textiles, altamente
rentables, operaban bajo estándares humanitarios inusuales para la época (no trabajaba nadie por
debajo de los 10 años, por ejemplo). Para Owen, la naturaleza humana no nacía, sino que se hacía, y
por lo tanto el egoísmo era consecuencia de las condiciones de vida, y totalmente reversible.

Así, Owen compró tierras en el estado de Indiana, Estados Unidos, donde en 1825 intentó establecer
una comunidad ideal: cooperativa, social y autosustentable, conocida como New Harmony (“Nueva
Harmonía” en inglés). El proyecto por desgracia fracasó tras unos pocos años, llevándose consigo la
mayor parte de la fortuna de Owen.

Otros nombres importantes dentro del socialismo utópico son los de François-Marie-Charles Fourier
(1772-1837), creador de comunidades socialistas llamadas “falansterios”; Pierre-Joseph Proudhon
(1809-1865), creador del “mutualismo” o socialismo libertario; y los de Louis Blanc (1811-1882),
Étienne Cabet (1788-1856), Jean-Jacques Pillot (1808-1877), Pierre Leroux (1797-1871), entre otros.

Sigue en: Comunismo utópico

Socialismo científico
El socialismo científico fue el fundamento de toda la doctrina marxista posterior.
El socialismo científico es la corriente teórica del socialismo que desarrollaron Friedrich Engels y
Karl Marx, así denominada por sus propios autores. Fue el fundamento de toda la doctrina marxista
posterior y así la distinguió de las vertientes previas, que pasaron a denominarse “socialismo utópico”.

El término «socialismo científico» ya había sido usado por Pierre-Joseph Proudhon en su ensayo ¿Qué
es la propiedad? de 1840 para bautizar a un modelo de sociedad gobernada por la razón y dirigida por
científicos.

La distinción entre el socialismo científico y sus antecesores tiene que ver con la incorporación de la
metodología científica ideada por Marx: el Materialismo histórico. Dicho método propone una
mirada histórica y empírica de la sociedad humana, a partir de la conformación de los medios de
producción y de su control por una clase social determinada.

Así, Marx y Engels combatieron, a través de una mirada científica, tanto a las ideas burguesas
tradicionales de la historia como resultado de grandes hombres y grandes ideas, como a las visiones
socialistas más abstractas, que giraban en torno a las ideas de justicia, libertad e igualdad.

Más en: Comunismo científico

Socialismo y comunismo
Hoy en día no existe una diferencia clara y universal entre los términos “socialismo” o “socialista” y
“comunismo” o “comunista”. Sin embargo, se asocia el término comunismo a las vertientes más
radicales o extremistas, mientras que el socialismo se reserva para formas más laxas o más
combinadas con la democracia.
Sin embargo, el término “comunismo” es previo al de “socialismo”, y fue de uso corriente por los
neobabuvistas (seguidores del legado de François Babeuf). Entre ellos se encuentran franceses como
Jean-Jacques Pillot y Étienne Cabet.

Ambos organizaron un enorme banquete con presencia de más de mil comensales casi todos obreros,
en las afueras de París el 1 de julio de 1840. Allí se discutió la necesidad de cambios profundos para
alcanzar la “igualdad real”, que no pasaba únicamente por lo político.

En esos tiempos, los “comunistas” y “socialistas” se distinguían entre sí, justamente, en su grado de
radicalismo y el compromiso que mostraran con las ideas de lucha de clases. Es justamente por eso que
Marx y Engels eligen el término “comunismo” y no “socialismo” para desarrollar sus tesis filosóficas
y para nombrar la asociación que fundaron en 1847, la liga de los Comunistas.

Sin embargo, tanto Engels como Marx consideraban que socialistas y comunistas tenían un objetivo
común: alcanzar la sociedad sin clases sociales. En ese sentido, el socialismo era un primer estadio,
más laxo, que le abriría las puertas al comunismo, venciendo al Estado y superando la democracia
burguesa.

Socialismo y capitalismo
Desde mediados del siglo XX, el socialismo y el capitalismo se consideran doctrinas
enfrentadas en su tesis filosófica central.

 Socialismo. Aboga por la propiedad pública o social, por una economía dirigida desde el
Estado y tiende a la concentración del poder en las figuras políticas.
 Capitalismo. Defiende la propiedad privada, tiende hacia el libre mercado y hacia la
descentralización del poder político, empoderando la iniciativa privada, como las empresas.

Sin embargo, desde finales del siglo XX no existe realmente una potencia socialista que se oponga
al capitalismo y la globalización, sino algunas naciones con modelos más o menos separados del resto
del mundo. Entre ellas se encuentra China (cuyo socialismo sui generis contempla, desde finales de la
década de 1970, una economía de mercado), Corea del Norte, Cuba o Eritrea

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