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Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Ensayo:

“Feminismo y Trabajo Social”

Elaborado por:

Gabriela Gamboa Contreras

220563

Materia:

Epistemología del trabajo social

Docente:

Cynthia Yesenia Rivera Cruz


El feminismo y el trabajo social están básicamente vinculados, ya que ambos buscan
abordar y transformar las estructuras sociales que perpetúan la desigualdad de género y
promover la equidad. El feminismo, como movimiento social y conjunto de teorías, se centra
en la promoción de los derechos de las mujeres y la igualdad de género en todas las áreas de
la vida. Por otro lado, el trabajo social es una disciplina que se preocupa por la justicia social,
la inclusión y el bienestar de las personas en la sociedad.

El feminismo y el trabajo social comparten la preocupación por abordar las


desigualdades estructurales y sistémicas que afectan especialmente a las mujeres y a otras
identidades de género marginadas. Los profesionales del trabajo social, al adoptar una
perspectiva feminista, se comprometen a reconocer, analizar y abordar las formas en que las
normas de género, los roles tradicionales y las estructuras patriarcales afectan la vida de las
personas.

En el contexto del trabajo social, el enfoque feminista implica la consideración crítica


de las dinámicas de poder, la promoción de la autonomía de las mujeres, la sensibilidad a las
intersecciones de opresión (como género, raza, clase, orientación sexual, entre otras) y el
compromiso con la construcción de una sociedad más justa e inclusiva. Se empezó a
comprender que las desigualdades de género no solo se manifestaban en términos de igualdad
salarial o acceso a oportunidades laborales, sino que también incluían la intersección con
otras dimensiones como la raza, la clase social y la orientación sexual.

En mi opinión, esta evolución del feminismo ha tenido un impacto crucial en el campo


del trabajo social, donde la comprensión de la complejidad de las experiencias individuales
se ha vuelto fundamental. La tercera ola feminista ha proporcionado herramientas teóricas
para abordar las diversas formas de opresión que las mujeres pueden enfrentar, reconociendo
la importancia de adoptar un enfoque interseccional en la práctica profesional.

Personalmente, como trabajador social, he experimentado cómo estas perspectivas


feministas más contemporáneas han enriquecido mi comprensión de las dinámicas sociales.
Al considerar la intersección de factores como el género, la raza y la clase, puedo ofrecer un
apoyo más efectivo y personalizado a las personas con las que trabajo. La exclusividad y la
sensibilidad a la diversidad se han convertido en elementos centrales de mi enfoque
profesional, gracias a la influencia positiva del feminismo en el trabajo social.
La evolución del feminismo a lo largo de las decadas ha dejado una huella
significativa en las teorías y prácticas del trabajo social. Desde la lucha por los derechos
civiles hasta la comprensión de la interseccionalidad, el feminismo ha contribuido a una
perspectiva más completa y consciente en el abordaje de las desigualdades sociales. Como
profesional comprometido con la justicia social, me siento afortunado de estar inmerso en un
campo que ha abrazado y aplicado estas evoluciones, permitiéndome ofrecer un apoyo más
equitativo y empático a quienes buscan asistencia.

El feminismo y el empoderamiento han dejado su marca en diversas facetas de la


sociedad, y mi experiencia en el trabajo social me ha permitido sumergirme en estos
conceptos interrelacionados. En este ámbito, el feminismo implica para mí el reconocimiento
de las disparidades de género y la defensa activa de la igualdad de derechos y oportunidades
para todas las personas, sin importar su género. Como profesional del trabajo social con
perspectiva feminista, me embarco en un análisis crítico de las estructuras patriarcales que
perpetúan la discriminación de género.

Mi enfoque feminista se destaca especialmente en el abordaje de la violencia de


género. Me centro en proporcionar apoyo a las víctimas, ofreciendo recursos y servicios que
les permitan liberarse de situaciones abusivas. Además, canalizo esfuerzos hacia la
prevención de la violencia de género mediante programas de concienciación y educación.

El empoderamiento de las mujeres, un pilar esencial en mi labor, se materializa en


facilitar el acceso a oportunidades económicas, como la capacitación laboral y el respaldo
para emprender negocios propios. Mi papel crucial en este proceso consiste en dotar a las
mujeres de habilidades sociales y emocionales que les permitan tomar decisiones informadas
y ejercer su autonomía.

La inclusión de la perspectiva de género es otro aspecto clave en mi enfoque. Abogo


por integrar esta perspectiva en todas las áreas de intervención, reconociendo las experiencias
y necesidades únicas de mujeres y hombres. Además, hago hincapié en la atención a la
interseccionalidad, reconociendo y abordando las experiencias de discriminación múltiple
que enfrentan las mujeres debido a la intersección de género con otras categorías como raza,
clase social u orientación sexual.
El feminismo y el empoderamiento juegan un papel fundamental en mi práctica en el
trabajo social. Guían la manera en que abordo las cuestiones de género, fomentando la
igualdad y fortaleciendo a las mujeres como agentes de cambio en sus propias vidas. Mi
enfoque busca transformar las estructuras sociales para empoderar a las personas y superar
las desigualdades de género arraigadas en la sociedad.

La interconexión entre el feminismo y el trabajo social se manifiesta en mi labor


diaria, enfrentando desafíos y aprovechando oportunidades que surgen en esta convergencia.
Uno de los desafíos más notables es la persistente desigualdad de género arraigada en varios
aspectos de la sociedad. Aunque abordo las consecuencias de estas desigualdades en mi
trabajo social, me encuentro ante la tarea compleja de abordar las raíces profundas de la
discriminación de género.

Además, como profesional del trabajo social, me enfrento a obstáculos al abordar y


superar los estereotipos de género profundamente arraigados en la sociedad. Es crucial para
mí colaborar de manera efectiva con el feminismo para desafiar y cambiar estos estereotipos
que perpetúan la desigualdad de género.

La falta de inclusión también se presenta como un desafío en mi práctica, ya que a


veces el trabajo social no reconoce ni aborda completamente las experiencias de mujeres de
diversas identidades, como mujeres trans, mujeres de color o mujeres con discapacidades.
Superar esta falta de inclusión es esencial para garantizar que mi trabajo social sea
verdaderamente holístico y sensible a la diversidad de las experiencias femeninas.

La resistencia al cambio en algunos sectores de la sociedad también se manifiesta


como un desafío significativo en mi día a día. La aceptación de las ideas feministas y la
voluntad de cambiar estructuras sociales arraigadas son cruciales para abordar la desigualdad
de género, y en este contexto, reconozco la importancia de mi papel en abogar por cambios
sistémicos y desafiar las normas existentes.

Por otro lado, las oportunidades en esta intersección son vastas y potencialmente
transformadoras en mi práctica como profesional del trabajo social. La colaboración entre el
feminismo y el trabajo social puede contribuir a la creación de conciencia sobre cuestiones
de género y a la educación de la sociedad. Siento la responsabilidad de sensibilizar a las
personas sobre las desigualdades de género, contribuyendo así a un cambio positivo y
sostenible.

La unión del feminismo y el trabajo social también se traduce en la oportunidad de


generar un impacto significativo en la promoción y el activismo. Abogo por políticas y
cambios que aborden las desigualdades de género en todas las áreas de la sociedad,
contribuyendo así a una transformación estructural.

Finalmente, la investigación crítica se convierte en una herramienta poderosa que


utilizo en mi trabajo social, colaborando con el feminismo. La realización de investigaciones
críticas que arrojen luz sobre las estructuras y sistemas que perpetúan la desigualdad de
género se convierte en la base para la defensa de políticas y prácticas más equitativas.

En resumen, mi colaboración con el feminismo en mi trabajo social presenta desafíos


significativos, pero también ofrece oportunidades para impulsar un cambio social positivo y
abordar las complejidades de las desigualdades de género en mi práctica cotidiana.

En conclusión, quiero resaltar la importancia de entender que el feminismo en el


trabajo social va más allá de simplemente buscar equidad de género. Se trata de comprender
y abordar las complejas intersecciones de opresiones que enfrentan las personas,
considerando factores como raza, clase, orientación sexual, capacidad, entre otros. Como
trabajadora social feminista, me esfuerzo por adoptar un enfoque inclusivo y sensible a la
diversidad de experiencias de quienes buscan ayuda.

Adicionalmente, es crucial reconocer que el trabajo social feminista nos insta a


cuestionar las estructuras sociales y económicas que perpetúan la desigualdad de género.
Abogar por políticas y prácticas que fomenten la igualdad de oportunidades y derechos para
todas las personas, sin importar su género, se vuelve fundamental. Este compromiso implica
no solo abogar por cambios a nivel individual, sino también por transformaciones a nivel
sistémico que desafíen las raíces profundas de la discriminación de género. En mi labor
diaria, busco contribuir a la construcción de una sociedad más justa e inclusiva, donde cada
persona tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente, independientemente de las
etiquetas de género que se le asignen.
Bibliografías

• Albertos, N. (2009). La profesión de Trabajo Social: una mirada feminista a un


proceso colectivo. II Jornada de Trabajo Social: hacia una intervención con
perspectiva de género, 55-65.
https://www.margen.org/docs/curso61-1/unid05/apunte04_05.pdf

• Campos, P. R. (2020). Aportaciones de las teorías relacionales y feministas al Trabajo


Social. Cuadernos de trabajo social, 33(1), 43.
https://www.proquest.com/openview/0cf50a5596df0f2566bfa8a52068c3d8/1?pq-
origsite=gscholar&cbl=55423

• Fernández-Montaño, P. (2015). Trabajo Social Feminista: Una revisión teórica para


la redefinición práctica. Trabajo Social Global-Global Social Work, 5(9), 24-39.
https://revistaseug.ugr.es/index.php/tsg/article/view/3299/pdf

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