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Taller Camino de Luz Santa Fe, agosto 2023

Salud y enfermedad espiritual

1. ¿Qué significa que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios?

El ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, lo que significa que el hombre tiene
una naturaleza divina, que es reflejo de la naturaleza divina de Dios. Esta imagen divina en el hombre
es una participación en la vida divina, que le permite al hombre conocer y amar a Dios, y cumplir su
destino divino. La semejanza con Dios, por su parte, es una realización común de Dios y del hombre,
que requiere la colaboración de la voluntad humana con la gracia de Dios.

La imagen de Dios en el hombre es una capacidad innata que tiene el ser humano para
reflejar la naturaleza divina de Dios, para participar en la vida divina y para cumplir su destino
divino. Esta imagen divina en el hombre es una realidad actual, que se manifiesta en la capacidad del
hombre para conocer y amar a Dios, y en su llamado a la santidad y a la perfección.

La semejanza con Dios se refiere al cumplimiento de la imagen divina en el hombre, al


desarrollo de ésta conforme a su naturaleza integral y a la realización de su perfección. En otras
palabras, la semejanza con Dios es la realización plena de la imagen divina en el hombre, que se logra
mediante la colaboración de la voluntad humana con la gracia de Dios. La semejanza con Dios es
una realidad virtual, que tiene que realizarse por la libre participación del hombre en la gracia
deificante de Dios.

En resumen, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, lo que significa que tiene
una naturaleza divina que le permite conocer y amar a Dios, y cumplir su destino divino, y que esta
semejanza con Dios requiere la colaboración de la voluntad humana con la gracia de Dios. En otras
palabras, el destino divino del ser humano es la unión con Dios, la participación en la vida divina
y la realización de la perfección, que se logra mediante la colaboración de la voluntad humana
con la gracia de Dios.

1. ¿Qué es la salud primordial del hombre?

La salud primordial del hombre es equiparada por los Padres con el estado de perfección al que
está destinado por su naturaleza. Para el ser humano, la perfección es ser deificado, y pertenece a su
propia naturaleza el llegar a ser dios por gracia. En efecto, Dios creó al hombre a su imagen y
semejanza, y le dio desde el origen, inscribiéndola en su ser mismo, la posibilidad de conformarse
enteramente a Él.

Ser "deificado" significa que el hombre tiene la posibilidad de llegar a ser dios por gracia, ya
que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. El hombre posee facultades espirituales y de
amor que le permiten acercarse a Dios y alcanzar el grado más alto de perfección al que está
llamado por naturaleza. En el conocimiento/contemplación de Dios mismo, que es un don de Dios y
se realiza por el Espíritu Santo, el hombre es plenamente deificado.

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2. ¿Qué son las facultades del ser humano?

Las facultades del ser humano son las capacidades o poderes que posee el ser humano para
conocer, actuar y relacionarse con el mundo que le rodea. En la teología cristiana, se distinguen
tres facultades principales del alma humana: la inteligencia, la voluntad y la sensibilidad.

La inteligencia es la facultad que permite al ser humano conocer la verdad y comprender la


realidad. Es la capacidad de conocer la verdad de las cosas, de comprender su naturaleza y su relación
con Dios.

La voluntad es la facultad que permite al ser humano elegir y decidir. Es decir, es la capacidad
de elegir libremente entre el bien y el mal, de decidir qué hacer y qué no hacer, y de orientar la vida
hacia Dios.

La sensibilidad es la facultad que permite al ser humano percibir y sentir el mundo que le rodea.
Es la capacidad de percibir los estímulos externos a través de los sentidos, de sentir emociones y de
experimentar placer y dolor.

A continuación, se enumeran algunas de las facultades del ser humano:

a) ¿En qué consiste la facultad del conocimiento?

La facultad del conocimiento se refiere a la capacidad del ser humano para conocer y
comprender la realidad objetiva de las cosas. Según el texto, en el estado primero del hombre, todas
sus facultades se hallaban ordenadas a Dios. Sin embargo, después de la caída, el hombre perdió el
conocimiento espiritual y directo de Dios que tenía antes, y se sumió en la ignorancia y el olvido de
Dios. Los conocimientos del hombre caído son proyecciones ilusorias de su conciencia caída, y se
constituyen no solo para colmar el vacío intelectual dejado por la pérdida del conocimiento espiritual,
sino también con el objetivo de satisfacer unas necesidades la mayoría de las veces materiales y que
en su mayor parte son definidas por las pasiones mismas . En resumen, la facultad del conocimiento
se refiere a la capacidad del ser humano para conocer y comprender la realidad objetiva de las cosas,
pero esta facultad se ha visto afectada por la caída del hombre y su pérdida del conocimiento espiritual
y directo de Dios.

¿En qué consiste la patología de conocimiento?

Según el texto, la patología del conocimiento consiste en la perversión y decadencia del


conocimiento y sus órganos en el hombre caído . Esta enfermedad fundamentalmente es la ignorancia
de Dios, que es la causa del hombre . En el estado primero del hombre, todas sus facultades se hallaban
ordenadas a Dios, pero después de la caída, el hombre perdió el conocimiento espiritual y directo de
Dios que tenía antes, y se sumió en la ignorancia y el olvido de Dios . Los conocimientos del hombre
caído son proyecciones ilusorias de su conciencia caída, y se constituyen no solo para colmar el vacío
intelectual dejado por la pérdida del conocimiento espiritual, sino también con el objetivo de satisfacer
unas necesidades la mayoría de las veces materiales y que en su mayor parte son definidas por las
pasiones mismas . En resumen, la patología del conocimiento consiste en la pérdida del conocimiento
espiritual y directo de Dios, y en la proyección de ilusiones y la satisfacción de necesidades materiales
definidas por las pasiones.

b) ¿En qué consiste la facultad de desear y del gozo?

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La facultad de desear (έπιθυμία, έπιθυμητικόv, έπιθυμητική, δύναμις) se refiere a la capacidad


del ser humano para desear y tender hacia Dios, y unirse a Él . Según el texto, esta facultad ha sido
puesta en la naturaleza humana para que pueda desear a Dios y elevarse hacia Él . Sin embargo, después
de la caída, el hombre ha tendido a buscar la felicidad y la realización en cosas que no pueden satisfacer
su verdadero anhelo de Dios, lo que se considera una patología del ser humano . Por otro lado, el gozo
se refiere a la experiencia de placer o felicidad que se obtiene al satisfacer un deseo o alcanzar un
objetivo . Según el texto, el objeto del deseo y el placer obtenido son desproporcionados a la naturaleza
de la facultad de desear y al gozo al que ella está destinada . En otras palabras, el hombre ha tendido a
buscar la felicidad y la realización en cosas que no pueden satisfacer su verdadero anhelo de Dios, lo
que lleva a una insatisfacción y tristeza . En resumen, la facultad de desear se refiere a la capacidad
del ser humano para desear y tender hacia Dios, mientras que el gozo se refiere a la experiencia de
placer o felicidad que se obtiene al satisfacer un deseo o alcanzar un objetivo, pero ambos han sido
afectados por la caída del hombre y su tendencia a buscar la felicidad en cosas que no pueden satisfacer
su verdadero anhelo de Dios.

¿En qué consiste la patología del desear y el gozo?

La patología del desear y el gozo se refiere a la perversión y decadencia de la facultad de desear


y el gozo en el hombre caído . Según el texto, después de la caída, el hombre ha tendido a buscar la
felicidad y la realización en cosas que no pueden satisfacer su verdadero anhelo de Dios, lo que se
considera una patología del ser humano . En el caso del deseo, esta patología se manifiesta en la
búsqueda de placeres sensibles que no pueden satisfacer el verdadero anhelo de Dios . En el caso del
gozo, esta patología se manifiesta en la insatisfacción y tristeza que resulta de buscar la felicidad en
cosas que no pueden satisfacer el verdadero anhelo de Dios . En resumen, la patología del desear y el
gozo se refiere a la perversión y decadencia de la facultad de desear y el gozo en el hombre caído, que
se manifiesta en la búsqueda de placeres sensibles y la insatisfacción y tristeza resultante de buscar la
felicidad en cosas que no pueden satisfacer el verdadero anhelo de Dios.

c) ¿En qué consiste la facultad de la agresividad?

En la teología cristiana, la facultad de la agresividad o irascible (θυμός) es una de las facultades


del alma humana. La agresividad es una potencia que pertenece a la naturaleza del ser humano y es
uno de los componentes del alma humana desde su creación.

La agresividad tiene una función importante en el ser humano en su estado de salud, ya que se
opone a todo aquello que puede separarlo de Dios y del camino de la deificación al que Dios lo ha
destinado por naturaleza. La agresividad es como un arma que posee cada uno de los otros dos
componentes principales del alma humana, la inteligencia y el deseo, y que actúa solo contra la
Serpiente que les tienta y les propone deleitarse con los placeres de la carne y gozar de la gloria de los
hombres.

¿De qué trata la patología de la agresividad?

La patología de la agresividad se refiere a la enfermedad y desviación que afecta a la potencia


agresiva o irascible en el hombre caído. En el estado de salud, la agresividad se utiliza para oponerse
a todo aquello que puede separar al hombre de Dios y del camino de la deificación.

En el hombre caído, la agresividad se desvía de su función normal y se orienta de manera


antinatural hacia la satisfacción de los deseos sensibles. Esto implica una búsqueda desordenada y
descontrolada de los placeres sensibles, en lugar de oponerse a todo aquello que pueda separar al

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hombre de Dios. En lugar de dirigirla contra aquello que lo aparta de Dios, lo dirige hacia los demás y
actúa como un arma agresiva.

d) ¿En qué consiste la facultad de la libertad?

En la teología cristiana, la facultad de la libertad es una de las facultades del alma humana. La
libertad es la capacidad de elegir libremente entre diferentes opciones, y es una característica esencial
del ser humano, que lo distingue de los animales y de las cosas inanimadas. La libertad es una
capacidad que se ejerce en el ámbito de la voluntad, y se manifiesta en la elección de los actos que se
realizan.

La libertad es una facultad que está en estrecha relación con la razón y la voluntad. Implica la
capacidad de elegir el bien y de rechazar el mal, y está orientada hacia la realización de la naturaleza
humana en Dios. Es una capacidad que se ejerce en el ámbito de la voluntad, y se manifiesta en la
elección de los actos que se realizan.

¿De qué trata la patología de la libertad?

El hombre ha sido creado por Dios con la capacidad de ser libre, con una voluntad
independiente y el poder de determinarse a sí mismo. Es una de las propiedades de la naturaleza divina
y Dios la ha puesto en el hombre al crearlo a su imagen.

Sin embargo, en el estado de caída, la libertad del hombre se ve afectada y desviada de su


propósito original. La patología de la libertad se manifiesta en la esclavitud del hombre a las
necesidades y deseos sensibles, en lugar de estar orientado hacia Dios y su voluntad. En lugar de
utilizar su libertad para participar de la perfección divina, el hombre caído se encuentra esclavizado
bajo el yugo de las necesidades y deseos sensibles.

Esta desviación de la libertad también se relaciona con la división de las facultades del hombre.
La libertad original del hombre, orientada hacia Dios, le permitía llegar a ser como Dios por gracia.
Sin embargo, en la caída, la libertad se desvía y se somete a las necesidades y deseos sensibles, lo que
altera la imagen del hombre como imagen de la naturaleza soberana.

e) ¿En qué consiste la facultad de la memoria?

La memoria es la capacidad de retener y recordar información, experiencias y conocimientos


adquiridos a lo largo de la vida. Es una facultad que está en estrecha relación con la inteligencia y la
voluntad.

Cuando la memoria del hombre está ocupada por completo en el recuerdo de Dios, esta facultad
es, en el estado primero y normal de la naturaleza humana enteramente unificada, simple y homogénea.
En ella, todos los pensamientos del hombre se concentran hacia lo que constituye para su espíritu el
único objeto de atención. En el recuerdo de Dios, el hombre «fija su atención en un único objetivo
hacia el que hace converger activamente todos los pensamientos que surgen... en su espíritu». La
memoria se vuelve, por consiguiente, estable e inmóvil, y conoce la calma.

¿En qué consiste la patología de la memoria?

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La patología de la memoria consiste en una perversión de su actividad: si en el estado normal


de la naturaleza humana, la memoria sirve exclusivamente, conforme a la finalidad de su naturaleza,
para el recuerdo de Dios y del Bien, y olvida, por tanto, toda realidad sensible y todo mal, por el pecado
se convierte, por el contrario, contrariando su naturaleza, en olvido de Dios y del Bien, y en recuerdo
del mal y de las realidades sensibles.

La patología de la memoria puede afectar la relación del ser humano con Dios y con los demás,
ya que puede llevar a la obsesión por el pasado, el resentimiento, la envidia y la venganza. La curación
de la patología de la memoria implica la disciplina y la educación de la memoria para que esté en
armonía con la razón y la voluntad, y así contribuir al crecimiento espiritual del ser humano.

f) ¿En qué consiste la facultad de los sentidos y las funciones corporales?

La facultad de los sentidos se refiere a la capacidad del ser humano para percibir y conocer el
mundo material a través de los sentidos . Según el texto, la percepción sensible es un proceso a la vez
somático y psíquico, en el que la sensación es la modificación física de un sentido al contacto con un
objeto, y mediante ella se comunica al alma una información objetiva sobre las apariencias del objeto
. Luego, el dato sensorial es interpretado por todas las facultades que contribuyen en el alma al
conocimiento, en un proceso complejo en el que intervienen la inteligencia, la memoria, la imaginación
y el deseo . Por otro lado, las funciones corporales se refieren a las actividades que realiza el cuerpo
humano para servir de instrumento al alma en su relación con la creación material . Según el texto, el
cuerpo adquiere conocimiento de los seres sensibles y mediante los órganos del cuerpo puede entrar
en relación con ellos y actuar sobre ellos . En resumen, la facultad de los sentidos se refiere a la
capacidad del ser humano para percibir y conocer el mundo material a través de los sentidos, mientras
que las funciones corporales se refieren a las actividades que realiza el cuerpo humano para servir de
instrumento al alma en su relación con la creación material.

¿En qué consiste la patología del desear y el gozo?

La patología del desear y el gozo se refiere a la perversión y decadencia de la facultad de desear


y el gozo en el hombre caído . Según el texto, después de la caída, el hombre ha tendido a buscar la
felicidad y la realización en cosas que no pueden satisfacer su verdadero anhelo de Dios, lo que se
considera una patología del ser humano . En el caso del deseo, esta patología se manifiesta en la
búsqueda de placeres sensibles que no pueden satisfacer el verdadero anhelo de Dios . En el caso del
gozo, esta patología se manifiesta en la insatisfacción y tristeza que resulta de buscar la felicidad en
cosas que no pueden satisfacer el verdadero anhelo de Dios . En resumen, la patología del desear y el
gozo se refiere a la perversión y decadencia de la facultad de desear y el gozo en el hombre caído, que
se manifiesta en la búsqueda de placeres sensibles y la insatisfacción y tristeza resultante de buscar la
felicidad en cosas que no pueden satisfacer el verdadero anhelo de Dios.

3. ¿Qué ocurrió con las facultades del ser humano luego de la caída?

Según la teología cristiana, todas las facultades del ser humano se vieron afectadas por la caída
original y se corrompieron en mayor o menor medida. La caída original llevó a la pérdida de la gracia
original y a la entrada del pecado en el mundo, lo que afectó a todas las dimensiones del ser humano,
incluyendo su cuerpo, alma y espíritu.

Estas facultades se desviaron de su función normal y se orientaron de manera antinatural


hacia la satisfacción de los deseos sensibles y la separación de Dios. La corrupción de las facultades
del ser humano se manifiesta en una serie de enfermedades y desviaciones, como la patología de la

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libertad, la patología de la memoria, la patología de la imaginación, la patología de los sentidos y de


las funciones corporales, entre otras. Estas enfermedades y desviaciones afectan a todas las
dimensiones del ser humano y lo alejan de su propósito original de participar en la perfección divina.

a) ¿Cómo se define al deseo y a la pasión en la teología cristiana?

En la teología cristiana, el deseo y la pasión son dos términos que se utilizan para referirse a
las inclinaciones y movimientos del alma humana hacia los bienes sensibles. A continuación, se
define cada uno de estos términos:

1. Deseo: El deseo es una inclinación natural del alma humana hacia los bienes sensibles
que son necesarios para la vida y el bienestar del ser humano. El deseo es una facultad del alma
que permite al ser humano buscar y obtener los bienes necesarios para su subsistencia y desarrollo. En
su estado normal, el deseo se orienta hacia Dios, que es el objeto natural y normal del deseo humano.

2. Pasión: La pasión es una inclinación desordenada del alma humana hacia los bienes
sensibles que lleva al ser humano a buscarlos de manera desordenada y descontrolada. La pasión
es una inclinación que se desvía de su función normal y se orienta hacia la satisfacción de los deseos
sensibles de manera antinatural. Las pasiones son movimientos del alma que se desvían de la razón y
la voluntad, y que llevan al ser humano a actuar de manera desordenada y descontrolada.

En resumen, el deseo es una inclinación natural del alma humana hacia los bienes sensibles que
son necesarios para la vida y el bienestar del ser humano, mientras que la pasión es una inclinación
desordenada del alma humana hacia los bienes sensibles que lleva al ser humano a buscarlos de manera
desordenada y descontrolada. El deseo se orienta hacia Dios, que es el objeto natural y normal del
deseo humano, mientras que las pasiones se desvían de la razón y la voluntad y llevan al ser humano
a actuar de manera desordenada y descontrolada.

b) ¿Qué paso con el deseo luego de la caída?

En la teología cristiana, el deseo se convierte en pasión cuando se desvía de su función


normal y se orienta hacia la satisfacción de los deseos sensibles de manera desordenada y
descontrolada. La pasión es una inclinación desordenada del alma humana hacia los bienes sensibles,
que lleva al ser humano a buscarlos de manera desordenada y descontrolada.

El deseo se convierte en pasión cuando se desvía de su función normal de buscar los bienes
necesarios para la vida y el bienestar del ser humano, y se orienta hacia la satisfacción de los deseos
sensibles de manera antinatural. Esto puede ocurrir por diversas razones, como la falta de control de
la razón y la voluntad, la influencia de los sentidos y las emociones, la falta de formación moral, entre
otras.

Cuando el deseo se convierte en pasión, pierde su capacidad de ser controlado por la razón y la
voluntad, y lleva al ser humano a actuar de manera desordenada y descontrolada. Las pasiones pueden
ser muy fuertes y difíciles de controlar, y pueden llevar al ser humano a cometer actos que van en
contra de su naturaleza y su propósito original.

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4. ¿Qué es el pecado ancestral?

El pecado ancestral se refiere al pecado original cometido por Adán y Eva en el Jardín del
Edén. Este pecado consistió en desobedecer a Dios al comer del fruto del árbol del conocimiento del
bien y del mal. Como consecuencia de este pecado, el hombre se apartó de Dios y perdió la gracia
divina que lo había creado a su imagen y semejanza.

Antes de la caída (pecado ancestral) el hombre tenía facultades espirituales, como su


inteligencia, que es una imitación de la de Dios, y su voluntad libre, creada a imagen de la de Dios,
que le permitía orientar todo su ser hacia Él. Además, el hombre tenía potencias de desear y de amar,
que reproducen en él la caridad divina, permitiéndole unirse a Dios.

La perfección que poseía el ser humano antes de la caída consistía en que había sido creado a
imagen y semejanza de Dios, lo que le permitía acercarse a Él. El hombre tenía facultades
espirituales, como su inteligencia y su voluntad libre, que le permitían conocer y amar a Dios.

Después de la caída, la potencia de desear y amar del hombre se vio afectada. Al dejar de
tender hacia Dios con todo su ser y de abrir todas sus facultades a la gracia increada de Dios, el espejo
de su alma se oscureció y ya no reflejaba más a su Creador. Como Adán dejó de participar de la Fuente
de toda perfección, las virtudes que había en él se marchitaron, y perdió la semejanza con Dios que
había comenzado a realizar desde el momento de su creación.

El pecado ancestral produjo la pérdida del centro espiritual del ser humano, la dislocación
de su alma, la pérdida de sus fuerzas iniciales, el trastorno, la perversión y el deterioro de todas sus
facultades, y el estado de enfermedad y sufrimiento que esto instaura.

El castigo por el pecado ancestral no lo inflige Dios, sino que se deriva de forma natural y
necesaria de la caída. El pecado ancestral constituye una enfermedad muy grave que afecta a todo el
ser del hombre y priva de su salud original. El alma y el cuerpo del hombre sufren la misma suerte,
degenerando juntos.

El origen de las enfermedades espirituales tiene su causa en el pecado ancestral. El hombre,


al apartarse de Dios, se privó de la condición divina a la que estaba destinado y vive en un estado de
alienación. La apostasía del hombre lo ha alienado contra su naturaleza, y esto ha llevado a la aparición
de enfermedades y sufrimientos.

El apartarse del Principio de su ser y de todos los seres lleva al hombre al no-ser. Atanasio
de Alejandría afirma que al perder el pensamiento de Dios y volverse hacia la nada, los hombres
quedan privados del ser.

Esta separación de Dios causa todos los males para el hombre, ya que pierde los bienes
divinos de los que ya participaba y que estaba destinado a poseer plenamente. Al apartarse de
Dios, el hombre se aleja de su verdadera naturaleza y de su verdadero propósito, que es asimilarse a
Él por el Espíritu.

Esto corrompe sus facultades, que por naturaleza están orientadas hacia Dios, y desvía las
tendencias impresas en su naturaleza. Como resultado, se producen graves desórdenes en su ser
completo, en su alma y en su cuerpo, que dejan de estar en unión con Dios. Esta caída del hombre
implica alejarse de su propio principio y ser arrastrado irracionalmente hacia el no-ser. Al alejarse
voluntariamente de lo mejor y del ser, el hombre se convierte en autor de su propia decadencia. Por

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lo tanto, se dice que cae desde arriba, ya que tenía el poder de dirigir su alma irresistiblemente hacia
Dios, pero eligió cambiarlo por lo peor y el no-ser.

g) ¿En qué consiste el conocimiento y la ignorancia?

El conocimiento se refiere a la capacidad del hombre para comprender la realidad objetiva


de las cosas y para vivir en armonía con la voluntad divina. Este conocimiento se basa en la gracia
divina y en la participación del hombre en la vida divina, y se expresa en la experiencia de la verdad,
la belleza y el bien.

La ignorancia, que es todo lo contrario a lo anterior, se manifiesta en la tendencia del hombre


a buscar la felicidad y la realización en cosas que no pueden satisfacer su verdadero anhelo de Dios.

El conocimiento que el hombre perdió, era diferente del conocimiento racional y empírico que
el hombre adquirió después de la caída, que se basa en la observación y la clasificación de las
apariencias de las cosas, pero que no puede alcanzar la verdad objetiva de las cosas sin la ayuda de la
gracia divina.

h) ¿En qué consiste el conocimiento fantasmagórico?

En la teología cristiana, el conocimiento fantasmagórico se refiere a un tipo de conocimiento


que es ilusorio y engañoso, y que se basa en la percepción deformada de la realidad debido a la
caída del ser humano en el pecado. El conocimiento fantasmagórico es un conocimiento que se basa
en la apariencia de las cosas, sin tener en cuenta su realidad objetiva. Este tipo de conocimiento se
deriva de la ignorancia y el olvido de Dios, y se caracteriza por ser parcial, inconstante, diferente y
hasta opuesto a la verdad revelada por Dios.

Este conocimiento fantasmagórico se opone al conocimiento verdadero, que se basa en la


realidad objetiva de las cosas y en la verdad revelada por Dios. Por el contrario, el conocimiento
verdadero es un conocimiento que se deriva de la razón iluminada por la fe, y que busca la verdad y la
armonía con la voluntad de Dios. Este conocimiento verdadero se manifiesta en la búsqueda de la
verdad, la belleza y el bien, y en la experiencia de la presencia de Dios en la vida.

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