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TEMA 1 LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

Durante el siglo XVIII el Absolutismo era la forma de gobierno imperante en la mayor parte
de las cortes europeas. Este sistema político estaba caracterizado por una estructura social y unas
instituciones muy jerarquizadas, que habían sufrido pocas variaciones desde los inicios de la Edad
Moderna. Las ideas de la Ilustración y una serie de cambios políticos de gran importancia pondrán
de manifiesto la inestabilidad del Antiguo Régimen a lo largo del siglo XVIII.

1. CARACTERÍSTICAS DEL ANTIGUO RÉGIMEN


Este sistema político estaba caracterizado por una sociedad estamental, una economía
basada en la agricultura y la monarquía absoluta como principal forma de gobierno.

A) La sociedad estamental
La sociedad del Antiguo Régimen estaba dividida en tres estamentos: la nobleza, el clero y
el pueblo llano o la plebe. Se trataba de una sociedad muy desigual, en la cual una parte de la misma
poseía grandes privilegios frente a la otra (nobleza, clero), y en la que no era posible la movilidad
social de un estamento a otro.
● La nobleza: se dividía en alta (poseían grandes privilegios, eran parte de la Corte real,
ocupaban altos cargos en la Administración y el Ejército y eran dueños de la inmensa
mayoría de las tierras) y baja (menos adinerada).
● El clero también se dividía en alto (ocupaban cargos superiores dentro de la Iglesia y solían
proceder de familias de la nobleza) y el bajo (procedían del pueblo llano y ocupaban cargos
bajos).
● El pueblo llano o tercer estado: era la gran mayoría de la población. En el encontramos a
los campesinos (eran el grupo más numeroso y con peores condiciones; muchos seguían
siendo siervos y debían pagar un gran número de impuestos) y la burguesía (en su mayor
parte dedicados a profesiones liberales, como el derecho o la banca; aunque algunos poseían
grandes fortunas, no tenían poder político ni privilegios).

B) Una economía agraria


La mayoría del pueblo se dedicaba a actividades del sector primario, principalmente
agricultura y ganadería. Las técnicas usadas eran muy rudimentarias (algunas databan de la Edad
Media) y el rendimiento era muy bajo. Las catástrofes climáticas provocaban grandes hambrunas.
Los campesinos no eran propietarios de sus tierras, sino que pagaban un impuesto a los nobles por
cultivarlas, además de entregarles parte de la cosecha y pagar otros impuestos (como el diezmo a la
Iglesia).
La artesanía era escasa y los métodos de producción anticuados. Los gremios (asociaciones
de artesanos que databan de la Baja Edad Media) seguían teniendo un gran control sobre la
producción. A veces se usaba el "sistema doméstico", en el cual un artesano entregaba materia
prima a una familia campesina para elaborar un producto en su vivienda y luego comercializarlo.
El comercio marítimo estaba monopolizado por grandes compañías. En esta época se
desarrolla el llamado comercio triangular: barcos europeos viajaban a África, donde compraban
esclavos que vendían en América para luego comprar materias primas que traían a Europa.

C) La monarquía absoluta
El absolutismo era el sistema político imperante en Europa en el siglo XVIII. Todos los
poderes (legislativo, ejecutivo, judicial y militar) estaban concentrados en la persona del monarca.
Aunque no tenían el poder religioso, que recaía en la Iglesia, si se consideraba que eran designados
como gobernantes por voluntad divina. Algunas leyes debían ser aprobadas por asambleas con
representantes de los tres estados (como las Cortes, en el caso de España), pero rara vez eran
convocadas y el tercer estado tenía pocos representantes. Una de las pocas excepciones era Reino
Unido, donde había una monarquía parlamentaria (el rey o reina debía someter sus decisiones a la
aprobación del Parlamento) desde el siglo XVII.

2. EL PENSAMIENTO ILUSTRADO
En el siglo XVIII aparece una nueva corriente de pensamiento en Francia: la Ilustración. Se
basaba en el uso de la razón y la búsqueda de la conocimiento, además de en la creencia de unos
derechos naturales del ser humano que no podían ser suprimidos por el Estado. Dio gran
importancia a la ciencia, a la educación y a la filosofía. La publicación de la Enciclopedia, por
Diderot y D´Alembert, contribuyó a su difusión por los países europeos. Este movimiento tuvo un
gran arraigo en la clase burguesa, que sí había recibido una educación y que veía en estas ideas una
oportunidad para mejorar sus condiciones.

2.1. Características de la Ilustración


La Ilustración es un movimiento artístico y cultural que nace en Francia a mediados del siglo
XVIII, y que se extenderá por Europa y América hasta principios del siglo XIX. Inspiró profundos
cambios sociales, políticos, económicos y culturales, como la Revolución Francesa. Las ideas
ilustradas calaron especialmente en sectores de la burguesía que querían mejorar su posición social
e intervenir en política.
La Ilustración aunó varias teorías desarrolladas a lo largo de la Edad Moderna, partiendo del
Humanismo, para defender la búsqueda de la razón y el desarrollo del método científico y de la
técnica como bases para el progreso. Los pensadores de la Ilustración sostenían que el
conocimiento podía mejorar la sociedad y combatir la ignorancia y la superstición, de ahí el gran
desarrollo de diversas ramas científicas, como la química o la medicina. Las letras tuvieron también
un gran desarrollo con la publicación de la Enciclopedia de Diderot y D'Alembert, la difusión de la
prensa escrita y la publicación de diversos textos académicos.
Los salones también tuvieron un papel relevante en el Siglo de las Luces como lugares de
reunión de intelectuales, donde se discutía sobre filosofía, política, economía, ciencia y literatura. Y
se fundaron diversas academias para difundir las ideas por Europa y desarrollar un sistema de
educación superior.

La Ilustración se basaba en el desarrollo de diferentes ideas:


● La búsqueda de la razón: con un porcentaje muy alto de población analfabeta, se
consideraba que la razón era un medio para mejorar todos los aspectos de la vida humana.
Este aspecto chocó especialmente con la religión, ya que la defensa del método racionalista
ponía en duda la inmensa mayoría de creencias religiosas (basadas en la fe). También
impulsó la creación de escuelas primarias y la importancia de la educación y la pedagogía
para alfabetizar al pueblo llano.
● El progreso y la capacidad del ser humano para transformar el mundo basándose en las
leyes naturales y en las investigaciones científicas fue una de las ideas centrales. Se creía
que este podía mejorar la vida de las personas y liberarlas de las estructuras sociales y
políticas asociadas a la Edad Media, que será considerada como una época “oscura” y
carente de conocimiento.
● Los derechos fundamentales: pensadores ilustrados defendían la posesión de una serie de
derechos naturales inviolables, que eran inherentes a todo ser humano, como la felicidad, la
propiedad privada, la vida o la libertad. Este último derecho fue relevante para que cobrara
fuerza el movimiento antiesclavista; también para proponer cambios sociales en favor de la
igualdad de los hombres. Aunque muchos ilustrados eran monárquicos, estaban a favor de
llevar a cabo reformas que garantizaran estos derechos individuales.

Los pensadores ilustrados más importantes son los siguientes:


● Montesquieu: defendió la necesidad de la división de poderes; el monarca conservaría el
poder ejecutivo gobernando el país, mientras que el legislativo sería ejercido por un
Parlamento y el judicial por jueces elegidos de forma independiente a los deseos del
monarca.
● Voltaire: propuso la creación de un Parlamento, a la manera inglesa, y una reforma fiscal
para que los impuestos no recayeran únicamente sobre el pueblo llano.
● Rousseau: defendía la soberanía nacional, es decir, que el pueblo pudiera votar a sus
representantes mediante el sufragio o voto. Una de sus teorías más importantes era la
necesidad de un ¨contrato social¨ entre el gobernante y los gobernados: una Constitución.

2.2. La revolución científica


Los científicos y filósofos de este periodo sentaron las bases del método científico, basado en
la observación directa y en la experimentación (a veces utilizando a seres humanos como objeto de
pruebas). Los avances científicos se desarrollaron al amparo de dos corrientes:
● El empirismo declaraba que no debía aceptarse ningún razonamiento que no pudiera ser
validado mediante la observación y la experimentación. El inglés Francis Bacon es su
principal representante.
● El racionalismo manifestaba que las verdades establecidas por la autoridad y la tradición
debían ser criticadas y puestas en duda, y que el único criterio válido era la razón. Su
principal representante es el francés René Descartes.

Numerosas disciplinas se beneficiaron de los avances científicos y tecnológicos del siglo


XVIII. Los avances en tecnología fueron impulsados por la cambiante economía y el sistema de
producción, especialmente en Inglaterra en los inicios de la Revolución Industrial. James Watt
inventó la máquina de vapor, que posteriormente sería aplicada al primer telar mecánico (Spinning
Jenny) de Edmund Cartwright.
En el ámbito científico, algunos avances fueron la invención del termómetro de mercurio por
Daniel Fahrenheit y la creación de la escala de grados centígrados por Anders Celsius. Carl
Linnaeus creó la taxonomía linneana para clasificar a los seres vivos en distintos niveles
jerárquicos. Benjamin Franklin inventó el pararrayos y Alessandro Volta la pila eléctrica. Antoine y
Marie Lavoisier sentaron las bases de la química moderna, creando numeroso instrumental de
laboratorio y analizando la composición del aire y del agua. Edward Jenner realizó las primeras
pruebas de inmunología y creó la primera vacuna contra la viruela.

2.3. Las mujeres en la Ilustración.


Las mujeres carecían de derechos y experimentaban una gran brecha respecto a los hombres
(ni siquiera eran consideradas individuos, teniendo que depender de parientes masculinos).
Pensadores ilustrados como Kant o Rousseau, aunque defendían que el hombre era libre por
nacimiento, negaban este derecho a las mujeres y seguían relegándolas al ámbito doméstico e
impidiendo su acceso a la educación. Algunas mujeres pertenecientes a la burguesía y a la nobleza
intentaron conseguir mejoras en su situación y equiparar sus derechos a los de los hombres.
● Olympe de Gouges (1748-1793) fue una escritora y política francesa que escribió la
Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, donde defendía la
emancipación femenina, la igualdad de derechos y la igualdad jurídica y legal de las
mujeres respecto a los hombres. También se manifestó en contra de la esclavitud y defendió
los derechos de la infancia. Fue guillotinada por su apoyo a los girondinos.
● Marie-Thérèse Rodet (1699-1777) acudió desde muy joven a los salones literarios de París,
como el de Madame de Tencin. Su salón era uno de los más importantes de la ciudad, al que
acudían personalidades ilustres como D’Alembert, Diderot, Benjamin Franklin,
Montesquieu, Suzanne Curchod y el rey Gustavo III de Suecia.
● Émilie du Châtelet (1706-1749) fue matemática, física y filósofa. Tradujo al francés los
trabajos de Newton y contribuyó a su difusión. A pesar de su brillantez y de cartearse con
numerosos científicos y filósofos de su época, nunca se le permitió entrar a la Academia de
Ciencias francesa, ni tampoco a los cafés donde se reunían los intelectuales.
● María Gaetana Agnesi (1718-1799) fue una filósofa, lingüista y matemática italiana. De
gran inteligencia, creó el primer texto completo de cálculo, aunando los trabajos de
diferentes matemáticos anteriores; la curva de Agnesi lleva su nombre.
● Mary Wollstonecraft (1759-1797) fue una escritora y filósofa inglesa. Es famosa su obra
Vindicación de los derechos de la mujer, en la cual argumentó que las mujeres no son
inferiores al hombre por naturaleza, sino porque se les niega el acceso a la educación.
Wollstonecraft consideraba la educación de las mujeres esencial, ya que ellas son las que se
encargan de la educación de los hijos, y esto les permitiría ser parejas iguales de sus
maridos.

3. EL DESPOTISMO ILUSTRADO Y EL PARLAMENTARISMO


Algunos monarcas del siglo XVIII intentaron adaptarse a los cambios ideológicos y trataron
de aplicar algunas de las ideas de la Ilustración, dando lugar a una nueva forma de gobierno llamada
despotismo ilustrado. Algunos monarcas que aplicaron estas reformas fueron Carlos III (España),
Catalina II “la Grande” (Rusia) o José II (Austria). La frase que caracteriza el despotismo ilustrado
es “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, la cual defendía la idea de que el pueblo llano no
estaba capacitado para tomar decisiones por sí mismo, sino que debían ser “cuidados como niños”.
Algunas de las reformas que aplicaron fueron:
- Mejoras en la educación, fomentando las enseñanzas científicas y creando nuevas instituciones
académicas.
- Modernizaron la burocracia y reforzaron la Administración; también propusieron que los nobles
pagaran impuestos, pero con escaso éxito.
- Impulsaron desamortizaciones (tierras que pertenecían a la Iglesia o a la nobleza pero que
estaban sin cultivar eran expropiadas y vendidas por el Estado a nuevos propietarios para que las
hicieran productivas) y reformas agrarias y urbanas (se realizaron obras públicas y se
embellecieron las ciudades).
A pesar de todas estas reformas, no hubo cambios significativos a nivel social ni político, y
el descontento del tercer estado continuó aumentando a lo largo de todo el siglo XVIII.

Reino Unido (Inglaterra y Escocia se habían unificado mediante el Acta de Unión a


principios del siglo XVIII) tiene la monarquía parlamentaria más antigua. Tras la Revolución
Gloriosa, la dinastía de los Estuardo fue derrocada y María II fue nombrada reina junto a su marido
Guillermo III de Orange. Estos firmaron la Declaración de Derechos en 1689, que limitaba las
funciones del monarca y las supeditaba al Parlamento.
Las repúblicas parlamentarias son menos comunes, gobernadas por miembros de la
nobleza y de la clase burguesa enriquecida a través de asambleas. En el Sacro Imperio
Romano-Germánico y en la Península Italiana había algunos pequeños reinos que conservaban este
gobierno, así como en las Provincias Unidas.

4. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS


Los primeros colonos europeos llegaron en el Mayflower a la costa este de América del
Norte en 1620, en lo que hoy día es Massachusetts, formando la primera colonia en lo que se
conocerá como Nueva Inglaterra. A mediados del siglo XVIII, ya se habían formado Trece
Colonias mediante el asentamiento de colonos británicos y el desplazamiento y expulsión de los
Nativos Americanos.
El Reino Unido utilizaba las colonias como una fuente de materia prima, por lo que
imponía sobre las colonias un monopolio, que impedía que comerciaran libremente con otros
países. Además, los habitantes de las colonias no tenían representación parlamentaria en Reino
Unido y se negaban a pagar los impuestos, ya que se aprobaban sin su participación.
Entre 1764 y 1766, el rey Jorge III intentó poner impuestos a productos básicos, pero los
habitantes de las colonias boicotearon los productos ingleses.
En 1773, el Parlamento británico dio el monopolio de la venta del té a la Compañía de las Indias
Orientales, que además podían vender en las Colonias sin pagar impuestos. La noche del 16 de
diciembre de ese mismo año, un grupo de trabajadores del pueblo se disfrazaron de nativos
americanos mohawk y asaltaron tres barcos en el puerto de Boston, tirando durante la noche toda la
carga de té por la borda en lo que se llamó el Motín del Té de Boston.
En 1775 soldados ingleses tratan de sofocar una revuelta de los colonos. A raíz de esto, un
congreso con representantes de las Colonias se reúne en Filadelfia y organiza un ejército bajo el
mando de George Washington. El 4 de julio de 1776 se reúnen 56 congresistas estadounidenses en
Virginia y se firma la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada por
Thomas Jefferson. La armada británica, la mayor del mundo, se pone en marcha para sofocar la
rebelión. Inicialmente victoriosos, el rumbo de la guerra cambia a partir de la victoria en la Batalla
de Saratoga en 1777, favoreciendo a los colonos. Francia y España deciden apoyar a las Colonias.
En 1781 los británicos, derrotados, proponen un tratado de paz y se reconoce la
independencia de los Estados Unidos. En 1787 se redacta una nueva Constitución basada en los
principios de la Ilustración: un gobierno republicano, bicameral (Cámara de Representantes y
Senado) y democrático. La Constitución estadounidense, basada en ideas de igualdad y libertad,
tendrá un gran impacto en Europa y será una inspiración para la Revolución Francesa.

5. EL ARTE DEL SIGLO XVIII: EL ROCOCÓ Y EL NEOCLASICISMO


Durante el siglo XVIII podemos encontrar el desarrollo de dos estilos artísticos muy
diferentes: el Rococó, nacido del Barroco, y el Neoclasicismo. Ambos estilos nacerán y se
desarrollarán en Francia, expandiéndose por Europa.

5.1. El Rococó
El Rococó fue el estilo preferido por las monarquías absolutistas y la nobleza tras el
Barroco. Tomará de este la libertad compositiva y el uso de la luz y el color, pero buscando menos
efectos de dramatismo y contrastes menos acusados. Es un estilo decorativo, que además de en
arquitectura, escultura y pintura, también tuvo influencia en otras artes menores como la porcelana,
la cristalería o el mobiliario. Se caracteriza por el reflejo de una naturaleza bucólica y por un estilo
de vida hedonista, propio de las clases altas, con temas galantes y amorosos, y a veces mitológicos.
La palabra Rococó deriva de las palabras francesas rocaille (piedra) y coquille (adornos en forma de
concha). Cobró especial relevancia en Francia con el patronazgo de Madame de Pompadour
(amante de Luis XV), y en Rusia con Catalina la Grande, así como en zonas del Sacro Imperio y
Austria. Los filósofos ilustrados criticaron duramente al Rococó, que fue decayendo poco a poco.
En arquitectura se producen pocas innovaciones a nivel constructivo, ya que el Rococó se
aplica sobre todo a nivel decorativo con molduras y ornamentos, frecuentemente en colores blancos,
dorados o pastel. Se emplea la línea en S del Barroco y el uso de colores pastel como el azul o el
verde, con molduras en blanco o dorado formando decoraciones vegetales. Destacan el Palacio de
Catalina en Tsarskoye Seló, el Petit Trianon de Versalles o el Palacio de Schönbrunn en Viena.
En escultura destacan artistas como Bouchardon o Falconet, con esculturas en porcelana o
mármol blanco de motivos amorosos y alegóricos.
En pintura se reflejan la vida cotidiana y las diversiones de la aristocracia, se emplean los
tonos pastel y luces suaves (sin grandes efectos de claroscuro), así como por la abundancia de
elementos de la naturaleza y a veces cierta influencia oriental. Destacan artistas como François
Boucher (retratista de Madame Pompadour) o Jean-Honoré Fragonard (El columpio).

5.2. El Neoclasicismo
El Neoclasicismo es el estilo artístico nacido en base a los principios de la Ilustración. El
descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano y la influencia de Roma en viajeros y
artistas con el Grand Tour favorecieron un retorno a las formas puras de la Antigüedad Clásica y al
abandono del estilo Barroco, asociado además a la Iglesia y a las monarquías. Destaca la influencia
del teórico del arte Winckelmann y el importante papel de las academias en su difusión.
En arquitectura se abandonan las formas curvas y la ornamentación del Barroco para
buscar líneas geométricas y la simpleza decorativa, inspiradas en obras como el Partenón de Atenas
y el Panteón de Roma. Destacan la Iglesia de la Madeleine de París, la Puerta de Brandenburgo de
Berlín o el Museo del Prado en Madrid.
En escultura se emplea el mármol blanco, imitando las ruinas clásicas. Las líneas son
sencillas y puras, sin gestos ni sentimientos exagerados, y destaca el tratamiento de la anatomía. Los
temas son diversos, apareciendo frecuentemente la mitología clásica, pero también el retrato con
función propagandística. Antonio Canova es tal vez el autor más destacado del Neoclasicismo, con
obras como las tres Gracias, Psique reanimada por el beso del amor o Magdalena penitente.
En pintura predomina el dibujo sobre el color y el uso de una luz fría. Al igual que en la
escultura, las emociones son contenidas. En temática se realizaron numerosos cuadros de historia
(se consideraba que el arte debía tener una función didáctica) así como alegorías y mitos griegos y
romanos. También se empleó a modo de propaganda, especialmente en tiempos de Napoleón. Uno
de los artistas más destacados es Jacques Louis David, quien realizó numerosas obras reflejando
momentos de la Revolución Francesa (La muerte de Marat), y que después será retratista de
Napoleón (Coronación de Napoleón). También destaca Jean Auguste Dominique Ingres, por su
virtuosismo en anatomía y calidades texturales e influencia oriental (La bañista de Valpinçon).

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