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Universidad Nacional de Costa Rica

Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión

Historia de la Teología

II Ciclo 2023

Víctor Madrigal Sánchez

Nombre de estudiante:

Geohana Miranda Barrera

II Monografía: La Iglesia Medieval.


Introducción

El siguiente trabajo responde a un ejercicio de producción académica a partir del


instrumento de la monografía. El objetivo general será contextualizar y desarrollar algunos
elementos centrales de la Iglesia medieval, a la luz de fuentes y metodologías, aportadas
por el docente Victor Madrigal. El trabajo se dividirá en una sección general, dos sub
apartados, y una conclusión.

1. La Iglesia Medieval.

En la eclesiología medieval se presentan una serie de particulares importantes


que se derribaran en la conformación de una expresión del cristianismo que será
comprendida como la forma legítima en los siglos venideros. En este momento
histórico se debe tomar en cuenta el papel que toma la Iglesia en la realidad de su
tiempo, tanto en los niveles social, político como cultura. La Iglesia dado la profunda
inserción en su tiempo paso de secta judía a ser una Iglesia universal: católica.
(Codina, 1990, p. 51)

Codina expone un elemento que definirá el devenir histórico de aquel momento


tiene que ver con que la Iglesia en el afán de defenderse de los ataques, y
pretensiones de los señores feudales, y príncipes, adopto una uniformidad teológica,
litúrgica, y cultural, con un gobierno centralizado en Roma, esto será el costo de
defender su libertad:

Gregorio VII inicia una fuerte reforma eclesial, la llamada reforma gregoriana,
en una lucha por defender la libertad de la Iglesia, pero el precio de esta reforma
es un gran centralismo romano. La Iglesia se convierte en una gran abadía, bajo
el control papal. Se ha dicho, con razón, que el gran cambio de la Iglesia
patrística de comunión a la Iglesia de cristiandad se da propiamente en el año
1000, con Gregorio VII. Otro doloroso costo de esta centralización gregoriana es
la separación del oriente en 1054. Oriente ya no se siente a gusto en una Iglesia
fuertemente centralizada y uniforme. (Codina, 1990, p. 52)
La Iglesia comenzara a actuar más como un elemento de integración social,
como fuerza cimentadora que configura una sociedad desprendida de múltiples
fragmentos culturales dispersos del antiguo imperio:

Así, la Iglesia ha pasado de ser comunidad a ser la república cristiana y


luego la jerarquía clerical. Los laicos están sujetos a la Iglesia, es decir, a la
jerarquía. Desde esta postura, se comprende que los primeros tratados de
eclesiología sean tratados de la jerarquía, sobre todo papal, frente a los
laicos, sobre todo al emperador. La Iglesia está teológicamente escindida.
(Codina, 1990, p. 53)

El desplazamiento como elementos centrales de la fe cristiana de la profecía, la


mística, y la radical espiritualidad martirial que habían comenzado a tener menos
relevancia desde los siglos anteriores en pos de formulaciones legalistas, y dogmas
de fe, se irán paulatinamente profundizando a un más en la época Medieval aunado
a otros elementos distintos como el culto a los Santos, el patronato etc.

En los siglos IX y X, hubo un dualismo de autoridad en la Iglesia, con el


emperador gobernando la Iglesia, y el papa como vicario de Cristo. La Reforma
Gregoriana en el siglo XI reforzó la centralización en Roma y el papado, dando lugar
a una Iglesia más clerical y jurídica. En el período del siglo XII al XIV, el poder papal
alcanzó su apogeo, pero también se secularizó. La eclesiología evolucionó de una
Iglesia de comunión a una de autoridad y poder, con el papa como centro supremo y
una visión más jurídica de la Iglesia.

Es importante señalar que la eclesiología medieval evolucionó desde una visión


simbólica y sacramental en la época patrística hacia una perspectiva más lógica y
jerárquica en el segundo milenio. Esta transformación implicó la subordinación de la
pneumatología (la guía del espíritu), a la centralidad del Papa y la jerarquía, y un
enfoque jurídico y apologético. La eclesiología como tratado independiente surgió en
respuesta a los conflictos de poder entre el papa y los líderes temporales, y esta
perspectiva marcó la dirección futura de la eclesiología, alejándola de su enfoque
original en la comunión y el misterio sacramental.
La eclesiología de la cristiandad anclada en sus triunfalismos como expone
Codina produjo dos elementos trágicos, quiebres que marcaran la eclesiología, a
saber, la separación de la Iglesia de Oriente, y el desgarre de la reforma, sucesos
estrechamente ligados al mantenimiento de una eclesiología del poder, centralista y
acomodada.

La evangelización de América Latina durante la época de la conquista y la


colonización reflejó la eclesiología de la cristiandad medieval, donde la Iglesia
estaba estrechamente vinculada a la expansión política y geográfica. A pesar de
las distintas posturas teológicas que surgieron, la línea dominante justificaba la
conquista y la evangelización forzada de los indígenas, aunque también hubo
voces liberadoras que defendieron una evangelización pacífica y criticaron los
abusos. La Iglesia y el Estado se fusionaron en esta empresa, a menudo
marcada por la violencia y la opresión, pero que, a pesar de sus luces y sombras,
llevó a la consolidación del cristianismo en América Latina. (Codina, 1990, pp. 59-
61)

Respuesta profética a este contexto aparece el monacato, una resistencia


comunitaria a la separación del oriente, movimientos populares, y laicales, y el
conciliarismo. Codina señala además como elemento central de esta época que,
a nivel interno de la Iglesia, y la eclesiología se escinden dos grupos
diferenciados: la Iglesia clerical considerada como la Iglesia clerical considerada
como Iglesia, y lo laicos. La reforma vendría a desarrollarse en este contexto.
(Codina, 1990, p. 52)

2. El fenómeno de la reforma.

El fenómeno de la reforma -concepto acuñado por los historiadores


protestantes del siglo XIX-, según Codina ha sido comprendido con cierta
simplicidad. La reforma protestante por un lado conllevo un deseo de volver al
evangelio, además de incorporar una reacción contra la Iglesia Romana
jerarquizada y centralizada, es en este último sentido que se ha dado mayor énfasis
histórico. Pero, por otra parte, en la Iglesia Católica se suscitaba otra reforma que a
su modo planteaba también una vuelta al evangelio, y una reacción frente al
protestantismo, a dicha reacción se le conoce como contra reforma.
Este último aspecto de reacción frente al protestantismo es el que prevaleció, en
donde se aspiraba a un restauracionismo católico que suponía una vuelta a la
eclesiología medieval, más que a las fuentes Patrísticas. “Trento no fue capaz de
renovar la eclesiología desde una vuelta a las fuentes, sino que se limitó a defender
la fe que la Reforma atacaba. Su postura es, en el fondo, una vuelta a la
eclesiología medieval” (Codina, pág. 75)
Codina señala que en el proceso reforma- contra reforma se puede afirmar con
toda seguridad, implico actitudes muy poco evangelizadoras entre ambas partes
contendientes.
Un par de elementos críticos sumamente interesantes que apunta Codina propios
de este periodo fueron 1) la no convocatoria de los obispos de latinoamericanos al
Concilio de Trento: de no haber sido este el caso, para algunos historiadores, tal
vez hubiera sido posible que en Trento se colocara el tema de la violencia de la
conquista, y la tragedia de los indígenas eliminados o esclavizados en nombre del
evangelio. 2) El otro elemento importante que señala Codina es que “la Reforma
inicia la modernidad, caracterizada por el individualismo social, económico, político y
filosófico […] no se puede negar tampoco que la reforma estuvo ligada a la
emergente clase burguesa, una nueva clase social privilegiada con respecto a los
más pobres” (Codina, pág. 76)

Conclusión

La eclesiología de cristiandad medieval, aunque marcada por su contexto


histórico, presenta aspectos positivos y negativos. La Iglesia paso de secta a Iglesia
católica, pero esto llevó a la pérdida de su fuerza mística y radicalidad. La
eclesiología se centró en el poder y la estructuración jurídica en detrimento de la
comunión y la dimensión evangélica. A pesar de las críticas y movimientos
proféticos, esta eclesiología persistió, lo que contribuyó a la separación del oriente y
la Reforma.

En América Latina, la historia de la evangelización y la conquista dejó una huella


profunda, con una fe a menudo más doctrinal que liberadora. Sin embargo, la
eclesiología liberadora contemporánea busca responder a esta interpelación
histórica, situándose en continuidad con la corriente profética de la primera
evangelización de la iglesia primitiva.

Finalmente, en el periodo de la iglesia medieval se erigen figuras como san


Francisco de Asís como un modelo de solidaridad y opción preferencial por los
pobres, lo que responde a lo que se señaló arriba como una respuesta profética en
donde aparece el monacato en el contexto de los excesos de la iglesia jerárquica.
América Latina, se inspirará del testimonio de distintas comunidades proféticas de
donde brotaran las conocidas comunidades cristianas de base que permiten a los
pobres constituirse en una Iglesia más horizontal y participativa, su ejemplo
enriquece las intuiciones de la Iglesia, en miras acentuar el tema de la misión
liberadora entre los pobres y desde los pobres.

Referencias

Aguirre, R. (2010). Del movimiento de Jesús a la Iglesia cristiana. Verbo Divino.

Codina, V. (1990). Para comprender la eclesiología desde América Latina. Verbo Divino.

Dulles, A. (1975). En Modelos de la iglesia. Estudio crítico sobre la iglesia en todos sus

aspectos. Sal terrae.

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