Está en la página 1de 25

DIÓCESIS DE LA GUAIRA

SEMINARIO SAN PEDRO APÓSTOL


FENOMENOLOGÍA DE LA RELIGIÓN
OCTUBRE 2022 – FEBRERO 2023

EL CULTO Y LA DEVOCIÓN A LA SANTÌSIMA VIRGEN MARÌA, CONCEBIDA


DESDE LA IGLESIA CATOLICA Y LA IGLESIA ANGLICANA: DOS
TRADICIONES COMPARADAS

Tutor: Autor:
Enrique González Aarón Flores
V- 26.648.630
aaronflores505@gmail.com

Febrero de 2023
Contenido
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................3
CAPITULO I:....................................................................................................................................4
PRESENTACIÓN DEL TEMA.......................................................................................................4
Planteamiento de la Investigación........................................................................................4
Formulación................................................................................................................................6
Objetivos.....................................................................................................................................6
Objetivo general:...................................................................................................................6
Objetivos específicos:..........................................................................................................6
Justificación...............................................................................................................................7
CAPITULO II:..................................................................................................................................8
DESARROLLO DEL TEMA.......................................................................................................8
La persona de la Virgen María............................................................................................8
Las Enseñanzas sobre la Virgen.....................................................................................12
La Virgen María en la Liturgia...........................................................................................16
Piedad y Devoción Mariana..............................................................................................18
Nuestra Señora de Walsingham......................................................................................19
CAPITULO III:...............................................................................................................................20
CONCLUSIONES......................................................................................................................20
CAPITULO IV:...............................................................................................................................21
REFLEXIONES Y PROPUESTAS PASTORALES..............................................................21
BIBLIOFRAFÍA.............................................................................................................................22
NOTAS...........................................................................................................................................23
INTRODUCCIÓN

El tema sobre la Santísima Virgen María ha sido tema de controversia dentro del
cristianismo durante casi toda su historia. Las interpretaciones de las diferentes
confesiones cristiana entorno a la Santísima Virgen María han variado desde la
unánime aceptación de maría como madre de Dios, hasta la discordancia en otros
temas marianos como la inmaculada concepción de maría.
La iglesia católica y la iglesia anglicana, como otras confesiones e iglesias
tradicionales, tienen en algunos puntos en común
CAPITULO I:

PRESENTACIÓN DEL TEMA

Planteamiento de la Investigación

El cristianismo es conocido como la religión más numerosa y profesada en la


historia; también es conocida como una de las religiones más divididas y
fragmentadas en el mundo. Cada grupo de cristianos profesa su fe central en
Jesús de Nazaret como “el Cristo”, el Hijo de Dios, Señor salvador del mundo, y
veneran las enseñanzas de Jesucristo como verdad de fe; pero, cada grupo difiere
en la interpretación de las enseñanzas de Jesús de Nazaret.
El cristianismo ha sufrido divisiones durante toda su historia, ya desde sus albores
mismos -a mediados del siglo I- se puede notar las luchas internas y
separaciones; la contrariedad de ideas entre algunos de sus lideres o la
discordancia entre alguna que otra doctrina considerada -por las facciones que la
apoyan- de origen apostólico.
Esto lo podemos apreciar en los relatos bíblicos del concilio de Jerusalén, donde
se discutió el tema de la ley mosaica en la Iglesia, respecto a lo que los
judaizantes (partidarios de Santiago el menor) defendían y los helenos (partidarios
de San Pablo) rechazaban, otro episodio bíblico semejante es cuando el apóstol
San Pablo exhorta a los corintios que no deben dividirse tomando partido con los
apóstoles o sus discípulos.
Desde el siglo I hasta nuestro siglo, los seguidores de Jesucristo han tenido
disputas doctrinales que posteriormente provocaría con un cisma; en la cristiandad
estaban el grupo mayoritario que eran -según Antonio Piñero- “la gran iglesia”,
esto es aquellos cristianos que tenían creencias en común y los grupos menores,
estos eran los grupos disidentes que dudaba o no aceptada una doctrina tenida
por común entre la mayoría de los cristianos.
El primer grupo de cristianos que se separó de manera oficial de la gran iglesia
fueron los gnósticos, cuyo mayor rival fue el obispo de la ciudad gálica de Lyon:
san Ireneo. Luego le siguen -con 150 años de diferencia- el grupo de los arrianos
condenados en los primeros concilios niceno (325) y constantinopolitano (381) y
separados oficialmente en 380 cuando Teodosio el grande promulga el edicto de
Tesalónica en la que colocaba al cristianismo niceno (catolicismo) como la religión
oficial del imperio romano.
Pero el primer cisma formal ocurrido en la historia del cristianismo fue en el
concilio de Éfeso (431) cuando fue condenado Nestorio y sus seguidores, al negar
la Divina Maternidad de María, este grupo es conocido con el nombre de
nestorianos; luego veinte años después sucedió lo mismo con el grupo que
negaba la unión hipostática de Cristo; Eutiquio, Dióscoro y los seguidores de
estos, los monofisitas fueron excomulgados en el concilio de Calcedonia en el año
451.
Durante la edad media ocurrió un evento conocido como “el Gran Cisma” (1054)
donde la iglesia de occidente y las iglesias de oriente se separaron mutuamente
por discordancia doctrinales, practicas, cuestiones de poder, entre otras cosas.
Este cisma fue la mayor fracción que tuvo la cristiandad hasta quinientos años
más tarde en el siglo XVI con la reforma protestante en la Europa renacentista.
En la Europa de 1517 comienza un movimiento religioso -que más tarde serian
conocido como la Reforma Protestante- iniciado por un religioso agustino de
origen alemán: Martín Lutero.
Con la reforma protestante -encabezadas por Martín Lutero, Juan Calvino, Ulrico
Zwinglio y Enrique VIII- se iniciaría un periodo de guerras donde el poder de la
santa iglesia de roma y sus dogmas se pondrían en tela de juicio. Doctrinas como:
la supremacía pontificia, la eucaristía y demás sacramentos, el sacerdocio, la
indulgencia, la Virgen María y los santos, entre otras.
Entre todas las ramificaciones del protestantismo, el anglicanismo es la más
peculiar, puesto que es la más católica entre todas las ramas de la reforma
(luteranismo, calvinismo, presbiterianismo, metodismo, anabaptismo, etc.) al
contrario de otros movimientos reformados que se alejaban de las tradiciones
católicas; en cambio, la iglesia anglicana tras el cisma 1534, mantuvo sus
tradiciones católicas heredadas de la cristiandad medieval. Lográndose afirmar la
premisa de que la iglesia anglicana es la más católica entre las iglesias
protestantes.
Ahora bien, la iglesia anglicana ha sufrido cambios en su gobierno pastoral, en sus
reflexiones teológicas, en su liturgia y en su piedad desde el cisma de 1534; han
reformado, cambiado o dejado intactas algunas cuestiones doctrinales y litúrgica,
en relación con católicos o protestantes (Luteranos o Calvinistas); pero
extrañamente su percepción sobre la santísima virgen y la espiritualidad y piedad
mariana ha tenido concepciones variantes a lo largo de la historia, desde un
silencio general hasta un fructífero protagonismo mariano en la vida litúrgica y en
las artes.
El mariólogo español monseñor Enrique Llamas Martínez dice lo siguiente:
“El silencio oficial en torno a la Virgen María no hizo enmudecer ni a los
teólogos ni a los fieles… Muchos teólogos anglicanos han expuesto
cuestiones marianas y han profesado una entrañable devoción a
Nuestra Señora. Han escritos, es Verdad, más desde el sentimiento
devocional que desde el plano de una fe fría.” (Doctrina y Piedad
Mariana en el Anglicanismo, pág. 305, 1977).
La comunión anglicana debido a sus distintas ramas: la iglesia alta (High Chruch),
la iglesia media (Broad Church) y la iglesia baja (Low Church), no hay un
consenso entre lo que debe ser creído, practicado y celebrado; aunque estas
tengan por común aceptación” los treinta y nueve artículos” y “el libro de oración
común”.
Por lo tanto, al no existir una teología oficial anglicana, no hay una concepción
general en torno a la “Bienaventurada Virgen María” (a excepción de su Divina
Maternidad), sino solo individual o particular de cada iglesia parroquial o
diocesana.
“La Doctrina mariana de los teólogos anglicanos debe ser considerada
como testimonio devocional, más que un intento de explicación
propiamente teológica de prerrogativas y privilegios.” (Doctrina y Piedad
Mariana en el Anglicanismo, pág. 305, 1977).

Formulación

Por lo tanto, debido a esta falta de unidad doctrinal se podría llegar a pensar lo
siguiente: ¿Qué es lo que realmente piensa el anglicanismo con respecto a la
persona de la Virgen María? ¿Qué semejanzas o diferencias hay entre la tradición
anglicana y la Tradición Apostólica del catolicismo respecto a la Virgen María?
¿Puede haber un acuerdo común en estas dos tradiciones, en referencia a Santa
María Virgen?

Objetivos

En este orden de ideas, se puede partir de algunos objetos en el que se moverá la


presente investigación, estos serían los siguientes:
Objetivo general:
- Comparar la concepción del anglicanismo y el catolicismo referente
a la persona de la Virgen María.
Objetivos específicos:
- Distinguir las enseñanzas marianas de la iglesia anglicana y de la
mariología católica.
- Especificar los puntos en común de la tradición anglicana y la
Tradición Apostólica católica respecto a la Virgen María.

Justificación
CAPITULO II:

DESARROLLO DEL TEMA

La persona de la Virgen María

La Santísima Virgen María ha estado presente en la vida de la iglesia desde


tiempos inmemoriales; reconocida con gran cantidad de títulos como el de
Theotokos (Madre de Dios) el más grande y excelso mérito de todos los títulos de
la Virgen y por el que proceden los otros títulos: Odighitria (la que muestra el
camino), Panhagia (la Toda Santa o Santísima), inmaculada, Señora, Reina, entre
muchos otros.
Este reconocimiento de parte de la cristiandad hacia la Madre de Jesucristo
“nuestro Dios y Señor” (Canon Romano) es por la participación ella -la Virgen
María- en la historia de la salvación; pero esta concepción de “la persona de María
y su papel en la historia de la salvación” es distinta entre las principales
denominaciones cristianas: Catolicismo, Ortodoxia, Ortodoxia Oriental, Asiria
Oriental, Armenia, Protestantismo, Anglicanismo, etc.
Pero solo de las denominaciones antes mencionadas son necesarias para esta
investigación: el Catolicismo y el Anglicanismo. En las siguientes líneas se
puntualizará y se pondrá en evidencia las concepciones de estas dos
denominaciones cristianas en torno a la Virgen María y su papel en la historia de
la salvación y en la vida de la iglesia a través de los siglos.

La Iglesia Católica:

La iglesia cristiana que más ha dado gloria a la santísima madre de Dios es sin
duda alguna la Iglesia Católica, el interés por la Virgen María iniciaría con los
mismos evangelios, sobre todo con la tradición lucana, escritor sagrado que más
ha escrito sobre María (los primeros capítulos del Evangelio de Lucas y Hechos de
los Apóstoles).
Desde mediados del siglo I la iglesia ha tenido presente a la santísima virgen
maría y su participación en la historia de salvación, pues fue ella la que concibió a
“Jesucristo nuestro Dios y Señor” (Canon Romano), así lo predicaron los primeros
símbolos de la fe:
“1. Creo en Dios Padre omnipotente, creador del cielo y de
la tierra; 2. y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, 3. que fué
concebido por obra del Espíritu Santo y nació de María Virgen…” (E.
Denzinger, Magisterio de la Iglesia, pág. 06, Herder, 1963)

la iglesia tiene por activa la participación de la virgen maría en la historia de la


iglesia, debido a su constante intercesión como madre de la iglesia y sus
continuas apariciones (permitidas por la iglesia).

La devoción, piedad y espiritualidad mariana ha tenido un desarrollo muy complejo


desde el siglo I, fue a partir del concilio de Éfeso (431) que aumentó su devoción
en toda la cristiandad, en occidente el papa San Sixto III (432-440) manda a
construir una iglesia sobre la basílica liberiana dedicada a Santa María como
Madre de Dios -hoy conocida con el titulo de Basílica Santa María la Mayor- y en
oriente apareció el himno griego de los “Akathistos a la Madre de Dios” una serie
de cantos litúrgicos bizantinos entonados en los viernes de cuaresma en los ritos
orientales.

Aunque los padres de la Iglesia ya la tenían presentes en sus escritos; desde San
Cirilo de Alejandría (en oriente) en su constante defensa de la Divina Maternidad
de María, San Fulgencio de Ruspe (en occidente) con su defensa de la Perpetua
Virginidad y escritos como el “Protoevangelio de Santiago” o los escritos
asuncionistas del siglo IV, lo que popularizó la persona de María dentro de la
Iglesia.

Este aumento de la devoción a la Madre Virgen se vio fue en la Edad Media con la
común devoción a la Virgen Madre en toda la Cristiandad oriental y occidental
(sobre todo en esta última); personalidades como san Juan Damasceno o San
German de Constantinopla (en Oriente) y San Bernardo de Claraval, Santo
Domingo de Guzmán o San Simón Stock (en Occidente) fueron los mayores
propagadores de la devoción a maría.

Ayudaron las honras a María durante el medioevo, los títulos de la nobleza


medieval: Señora (propuesto por san Bernardo como “Nuestra Señora”), Reina,
Dama y los grandes santuarios a ella dedicados: Zaragoza, Montserrat, Reims,
París, Walsingham, Worcester, Loreto y Roma, en occidente o las iglesias de la
anunciación o la visitación de Nazaret en oriente, etc.
También hay que tener en cuenta las leyendas doradas sobre las apariciones de
la Virgen en diversos lugares de Europa. En el siglo XVI debido al ataque de la
reforma protestante hacia la doctrina católica en especial a la persona de la Virgen
María, la iglesia a través de su reforma a partir del concilio tridentino (1545-1563)
busco de defender las verdades de fe entre ella lo referente a Santa María Virgen
y su papel en la historia de la salvación.

En los siguientes siglos aparecen santos y papas propagadores de la devoción a


María, personalidades como: San Luis María Grignion de Montfor, San Alfonso
María de Ligorio, San Antonio María Claret, San Pío V, Beato Pío IX, León XIII,
San Pío X, Pío XII entre muchos otros.

Los siguientes papas desde el Vaticano II se han caracterizado por su contribución


a la espiritualidad mariana, un ejemplo de ello son los documentos del s. Pablo V o
las catequesis de S. Juan Pablo II.

Esto dice San Pablo VI al final del año de la fe en 1968:

"Creemos que la Bienaventurada María, que permaneció siempre


Virgen, fue la Madre del Verbo encarnado, Dios y Salvador nuestro,
Jesucristo y que ella, por su singular elección, en atención a los méritos
de su Hijo redimida de modo más sublime, fue preservada inmune de
toda mancha de culpa original y que supera ampliamente en don de
gracia eximia a todas las demás criaturas.

Ligada por un vínculo estrecho e indisoluble al misterio de la


encarnación y de la redención, la Beatísima Virgen María, Inmaculada,
terminado el curso de la vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la
gloria celeste, y hecha semejante a su Hijo, que resucitó de los
muertos, recibió anticipadamente la suerte de todos los justos; creemos
que la Santísima Madre de Dios, nueva Eva, Madre de la Iglesia,
continúa en el cielo ejercitando su oficio materno con respecto a los
miembros de Cristo, por el que contribuye para engendrar y aumentar la
vida divina en cada una de las almas de los hombres redimidos." (El
Credo del Pueblo de Dios, 1968)

Y san Juan Pablo II dice esto en su encíclica "Redemptoris Mater":

"María es introducida definitivamente en el misterio de Cristo a través


de este acontecimiento: la anunciación del ángel. Acontece en Nazaret,
en circunstancias concretas de la historia de Israel, el primer pueblo
destinatario de las promesas de Dios. El mensajero divino dice a la
Virgen: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1, 28).
María «se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel
saludo» (Lc 1, 29). Qué significarían aquellas extraordinarias palabras
y, en concreto, la expresión «llena de gracia» (Kejaritoméne)."

La persona de la Virgen y su papel en la historia de la Salvación, ha sido


importante para la Iglesia Católica, debido a su desarrollo a través de la historia.

“Lo que la fe católica cree acerca de María se funda en lo que cree


acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María ilumina a su vez la fe
en Cristo” (CEC, n. 487, 1992)

La Iglesia Anglicana:

Aunque en la iglesia anglicana exista un silencio oficial en referencia la virgen


María, debido a su carencia de oficialidad teológica, lo cierto es que esta iglesia
pocas veces ha respetado ese silencio mariano, esto puede entenderse
Las Enseñanzas sobre la Virgen

Existen varias enseñanzas en torno a la Santísima Virgen María, estas


enseñanzas o doctrinas sobre la virgen se divide en dos tipos: las enseñanzas
discutibles y las verdades inerrantes.
Estas enseñanzas han variado en la interpretación teológica de algunas
confesiones cristianas desde el punto aceptar la Maternidad, la Concepción, la
Asunción y la Virginidad como verdad revelada, inerrante e infalible (como en la
Iglesia Católica) hasta el extremo de aceptar solo la Maternidad como verdad
inerrante y las demás como enseñanzas piadosas, discutibles y de interpretación
libre e individual (como en el anglicanismo).

La Iglesia Católica:

Las doctrinas en torno a la virgen y ensenadas por la iglesia católica son muchas y
variadas, que el estudio sobre las mismas ha merecido un apartado en la
disciplina teológica católica, recibiendo el titulo de Mariología (el estudio sobre
María).
Estas doctrinas son enseñadas a los fieles, por medio de homilías y catequesis:
estas enseñanzas mariológicas se dividen en dos: las doctrinas discutibles y los
dogmas.
Las doctrinas discutibles son las que son aceptadas, pero pueden ser
cuestionadas por los estudiosos; estas doctrinas sobre María gira en torno a títulos
como el de Reina, Nuestra Señora, Hija de Sión o en su relación con Jesucristo o
la Iglesia como el de “Madre de la Iglesia”, “Odighitria”, “Medieanera”,
“Corredentora”, “Auxiliadora”, etc,
Los dogmas en cambios son verdades de revelada de manera explícita o implícita
por Dios, en la Iglesia Católica existen cuarenta y cuatro dogmas, de las cuales
solo cuatro son referentes a María; estos dogmas son: la Maternidad Divina de
María (431), la Virginidad Perpetua de María (649), la Inmaculada Concepción de
María (1854) y la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo (1950).
La Divina Maternidad de María: es dogma que predica que María es Madre de
Dios debido a la unión de las dos naturalezas -humana y divina- que hay en la
persona divina de Cristo, así lo expresa la iglesia en el catecismo:
“Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2, 1; 19, 25;
cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como
"la madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf Lc 1,
43). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del
Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la
carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la
Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es
verdaderamente Madre de Dios [Theotokos]” (CEC n.491, 1992).
Este dogma fue proclamado el 11 de octubre de 431 en el Concilio de Efeso.
La Virginidad Perpetua de María: es el dogma que María concibió a nuestro señor
Jesucristo siendo virgen, y que no solo fue virgen antes del parto, sino durante del
parte el parto, e inclusive después del mismo. Esta doctrina era común entre los
padres de la iglesia y defendida por ellos, esto dice el catecismo sobre esta verdad
de fe:
“Desde las primeras formulaciones de la fe (cf. DS 10-64), la Iglesia ha
confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María
únicamente por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el
aspecto corporal de este suceso: Jesús fue concebido absque semine
ex Spiritu Sancto (Concilio de Letrán, año 649; DS, 503), esto es, sin
semilla de varón, por obra del Espíritu Santo.” (CEC, n. 496, 1992)
Este dogma fue proclamado en 649 en el segundo Concilio de Letrán.
La Inmaculada Concepción: es el dogma que afirma que la Virgen preservada del
pecado original en el primer instante de su concepción, en atención a los méritos
de Jesucristo:
“Para ser la Madre del Salvador, María fue "dotada por Dios con dones
a la medida de una misión tan importante" (LG 56). El ángel Gabriel en
el momento de la anunciación la saluda como "llena de gracia" (Lc 1,
28). En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio
de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por
la gracia de Dios.” (CEC, n. 490, 1992)
Este dogma fue solemnemente proclamado por el papa Pío IX el 08 de diciembre
de 1854:
“... Para honor de la santa e indivisa Trinidad, para gloria y ornamento
de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y
acrecentamiento de la religión cristiana, con la autoridad de nuestro
Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y
con la nuestra declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina
que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de
toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción
por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los
méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por
Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los
fieles. Por lo cual, si alguno, lo que Dios no permita, pretendiere en su
corazón sentir de modo distinto a como por Nos ha sido definido, sepa y
tenga por cierto que está condenado por su propio juicio, que ha sufrido
naufragio en la fe y se ha apartado de la unidad de la Iglesia, y que
además, por el mismo hecho, se somete a si mismo a las penas
establecidas por el derecho, si, lo que en su corazón siente, se atreviere
a manifestarlo de palabra o por escrito o de cualquiera otro modo
externo.” (Ineffabilis Deus, DS.1651).
La Asunción de María: es el dogma que proclama que al final de la vida de María,
esta por lo méritos de su hijo Jesucristo, no conoció la corrupción del cuerpo, sino
que fue elevada por la gracia de Cristo en cuerpo y alma al cielo:
"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha
de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta
en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina
del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de
los señores y vencedor del pecado y de la muerte" (LG 59; cf. Pío XII,
Const. apo. Munificentissimus Deus, 1 noviembre 1950: DS 3903). La
Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular
en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de
los demás cristianos” (CEC, n. 966, 1992)
Este dogma fue proclamado solemnemente por el papa Pío XII el 01 de noviembre
de 1950:
“Por eso, después que una y otra vez hemos elevado a Dios nuestras
preces suplicantes e invocado la luz del Espíritu de Verdad, para gloria
de Dios omnipotente que otorgó su particular benevolencia a la Virgen
María, para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del
pecado y de la muerte, para aumento de la gloria de la misma augusta
Madre, y gozo y regocijo de toda la Iglesia, por la autoridad de nuestro
Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y
nuestra, proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente
revelado: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María,
cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la
gloria celestial.
Por eso, si alguno, lo que Dios no permita, se atreviese a negar o
voluntariamente poner en duda lo que por Nos ha sido definido, sepa
que se ha apartado totalmente de la fe divina y católica.”
(Munificentissimus Deus, DS 2333)
La Iglesia Anglicana

En páginas anteriores se dio a conocer la inexistente oficialidad doctrinal dentro


del anglicanismo y por tanto de ninguna doctrina mariana; exceptuando, la Divina
Maternidad de María y La Virginidad Perpetua, gracias a la aceptación de los
concilios griegos. Los otros dogmas como la inmaculada concepción de María (tan
defendida por teólogos ingleses y cuya fiesta comenzó a celebrarse en Inglaterra)
en cambio, queda a la libre interpretación y aceptación de los fieles anglicanos.
La Virgen María en la Liturgia

La liturgia es el acto principal de las iglesias cristianas tradicionales, sobre todo de


la iglesia católica y la iglesia anglicana; por la liturgia se tributa el culto a Dios por
medio de la celebración de la Eucaristía y demás sacramentos; este culto de
tributo a Dios por medio de la Santa Misa (llamada así por católicos y anglicanos)
se celebra a través de un calendario litúrgico con fiestas mayores (Navidad,
Pascua, Pentecostés) y fiestas menores con el grado de fiesta, memoria y
conmemoración de algún tributo de las personas divinas o en referencia a la
Virgen María y a los Santos.
En las dos confesiones cristianas hay fiestas comunes, estas son: la Anunciación
(25 de marzo). La Visitación (31 de mayo), la Asunción de María (15 de agosto), la
Natividad de María (08 de septiembre) y la Concepción de María (08 de
diciembre).

La Iglesia Católica:

La iglesia tiene presente a la virgen principalmente en los misterios de la


encarnación, de la natividad de nuestro señor Jesucristo y de la pascua, pero esto
es solo de forma vaga, aunque dentro de estos tiempos podemos observar
algunas conmemoraciones, fiestas y solemnidades en torno a María (como la
solemnidad de la Madre de Dios en tiempos de navidad o la conmemoración de
los dolores de María en el último viernes del tiempo de cuaresma).
Aquí esta un tracto del IV prefacio de Adviento:
“En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos
por el misterio de la Virgen Madre. Porque, si del antiguo adversario nos
vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sion ha germinado aquel
que nos nutre con el pan de los ángeles, y ha brotado para todo el
género humano la salvación y la paz. La gracia que Eva nos arrebató
nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres, la
maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una
vida nueva.”
Pero a parte de tener un papel en las festividades de los grandes tiempos
litúrgicos, por el carácter hiperdúlico de la devoción mariana existe en la iglesia
católica, otras fiestas, solemnidades y memorias universales o regionales con
respecto a celebrar litúrgicamente la memoria de la Santísima Virgen.
La primera celebración mariana celebrada fue la fiesta de la Dormición de María
(actual fiesta de a asunción) en oriente desde el siglo VI y en occidente en VII el
día 15 de agosto. Otras fiestas marianas se celebraron primero en oriente y luego
en occidente, es el caso de la natividad de María celebrada en el siglo VI en
oriente y en el siglo VII, otras fiestas son la anunciación (desde el siglo IV), la
concepción (desde el siglo VIII), entre otras.
Las fiestas de las apariciones son conmemorativas y pueden ser universales con
carácter de fiesta (como el Rosario, Lourdes o Fátima) o regionales como es en la
mayoría, en el misal romano la virgen tiene un común propio, igual que unas
lecturas y prefacios; al igual que el sábado y el mes de mayo están dedicado a
ella.
Las grandes celebraciones marianas son: La Inmaculada Concepción (08 de
diciembre), Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), Santa María Madre
de Dios (01 de enero), Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero), la Anunciación
del Señor (25 marzo), Nuestra Señora de Fátima (13 de mayo), la Visitación (31
de mayo), Nuestra Señora del Carmen (16 de julio), la Asunción de la Santísima
Virgen María (15 de agosto), Santa María Reina (22 de agosto), Natividad de la
Virgen María (08 de septiembre), Nuestra Señora de los Dolores (15 de
septiembre), Nuestra Señora del Rosario (07 de octubre), la Presentación de la
Santísima Virgen (21 de noviembre), entre muchas otras. La liturgia católica tiene
muy presente a la Santísima Virgen en sus celebraciones.

La Iglesia Anglicana

La liturgia para los anglicanos lo es todo es su principal motor para vivir su estilo
de vida religiosa,
Piedad y Devoción Mariana
Nuestra Señora de Walsingham
CAPITULO III:

CONCLUSIONES
CAPITULO IV:
REFLEXIONES Y PROPUESTAS PASTORALES
BIBLIOFRAFÍA
NOTAS

También podría gustarte