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CLASIFICACIÓN
Tumores Intracraneales:
Existen diversas clasificaciones. Observaremos las que nos competen y de mayor relevancia médica.
OMS grado I: Incluye lesiones con bajo potencial proliferativo, crecimiento expansivo, posibilidad de
cura luego de la resección quirúrgica.
OMS grado II: Lesiones con bajo potencial proliferativo, crecimiento infiltrativo y tendencia a la
recurrencia. Alguna de estas lesiones tienden a progresar a grados mayores.
OMS grado III: Lesiones con evidencia histológica de malignidad, mitosis, anaplasia y capacidad
infiltrativa.
OMS grado IV: Hay Lesiones malignas, mitóticamente activas, tendencia a la necrosis y evolución
Clasificación topográfica: para esta delimitacion utilizamos el tentorio o tienda del cerebelo, si esta
por encima del tentorio es supratentorial, si esta por debajo del tentorio es infratentorial.
a) Tumores Supratentoriales
media
Clasificación Etiológica:
hemangioblastomas).
cerebrales).
Tumores de la Médula: Igual que en los tumores intracraneales, se pueden clasificar en base a la
topografía y a la histología de la neoplasia.
- Tumores cervicales
- Tumores dorsales
- Tumores lumbares
FISIOPATOLOGÍA
A pesar de su diversidad anatomopatológica, los efectos clínicos de los tumores cerebrales dependen
de un número de mecanismos fisiopatológicos relativamente escasos.
Estos componentes se encuentran rodeados por una cubierta ósea inextensible. (que es el cráneo)
Uno de los conceptos más importantes en cuanto a la fisiopatología de los tumores cerebrales es que
crecen en el interior de los límites rígidos e inflexibles del cráneo. La doctrina de Monro-Kellie
explica que el volumen de la cavidad craneal es constante y está constituido por el LCR, la sangre y
el tejido cerebral, por ende cualquier proceso expansivo producirá necesariamente una elevación
de las necesidades volumétricas del encéfalo, una circunstancia crítica que se traduce en distorsión
y herniación del encéfalo a través del foramen magno y en último término en la muerte.
infiltrantes de los tumores cerebrales, por lo que los síntomas precoces pueden ser escasos.
Sin embargo Con el tiempo, todos los tumores cerebrales causan síntomas a través de uno o varios de
los mecanismos
siguientes:
1. Aumento de la Presión Intracraneal provocada por la masa del tumor, el edema cerebral o la
obstrucción del flujo del líquido cefalorraquídeo (LCR);
2. Destrucción, compresión o distorsión local del tejido cerebral, que da lugar a deficiencias
neurológicas específicas;
La HIpertension intracraneal cronica crónica se caracteriza por cefaleas, vómitos y papiledema (signo)
CUADRO CLÍNICO
Los síntomas de los tumores cerebrales son de dos tipos básicos: no focales, relacionados con el
efecto general del aumento de la PIC, y focales, específicos de cada localización y atribuibles a
alteraciones funcionales de la zona de tejido cerebral afectada. Las elevaciones de la PIC son
responsables de muchos de los síntomas inespecíficos producidos por los tumores cerebrales.
Siendo La cefalea es uno de los síntomas que con mayor frecuencia acompaña a los tumores cerebrales.
Cuando se debe a una neoplasia, tiende a mostrar ciertas características especiales. Así, suele ser
una cefalea de tipo "presión" de intensidad moderada, típicamente generalizada o retroorbitaria, más
intensa por la mañana temprano; estas cefaleas tienden a empeorar con la tos, el esfuerzo, la
inclinación hacia adelante o cualquier otra maniobra de tipo Valsalva, se debe a la irritación de las
y vómitos, estos últimos descritos a veces como en "escopetazo" o “proyectil”, sobre todo en los niños.
Entre Los efectos de la elevación de la PIC en el nervio óptico producen visión borrosa, expansión de la
mancha ciega y edema de papila. El sexto par craneal, debido a su largo trayecto intracraneal, es
muy sensible a las elevaciones de la PIC y su alteración funcional se traduce en debilidad del recto
externo y diplopía. Por último, en los niños pequeños, los incrementos de la PIC pueden dar lugar a
Los síntomas focales específicos de cada localización son variables, ya que dependen de las
funciones neurológicas.
Las lesiones que afectan a la corteza motora producen una hemiparesia contralateral. La
afectación de la corteza sensitiva altera una o varias funciones sensoriales. La afectación de la memoria,
el juicio y la personalidad es típica de las lesiones de los lóbulos frontales y temporales.
Las lesiones de los hemisferios frontal y temporal dominantes pueden producir distintas deficiencias
del lenguaje. Las lesiones occipitales producen defectos visuales y hemianopsia contralateral
homónima.
Los tumores de la fosa posterior suelen dar alteraciones de funciones del cerebelo, con pérdida de la
región del hipotálamo y la hipófisis pueden producir una amplia variedad de alteraciones endocrinas
sistémicas.
Cuando los tumores cerebrales afectan los pares craneales, dan lugar a una amplia variedad de
síntomas que tienen gran valor en el estudio de la localización: las lesiones de la base de la fosa
anterior causan anosmia (par craneal I). Las neoplasias paraselares que afectan al nervio y al
quiasma ópticos producen patrones característicos de pérdida de visión. La compresión del nervio
óptico suele provocar una pérdida monoocular de la visión, mientras que la compresión del quiasma
parálisis de los pares craneales que pasan a través de él (III, IV, V y Vl). Los tumores de la fosa
posterior pueden dar lugar a anestesia facial (par V), debilidad facial (par Vll), alteraciones
Por último, los tumores cerebrales pueden producir una actividad convulsiva parcial o
generalizada. De hecho, la aparición de convulsiones recientes en un adulto debe ser considerada
como secundaria a una lesión ocupante de espacio mientras no se demuestre lo contrario. Aunque la
(neoplásica o no), su asociación con los tumores cerebrales suele ser consecuencia de la compresión