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Diagnóstico arqueológico Proyecto “Implementación de un sistema de microriego en

la microcuenca de la comunidad de Andamarca”

1. Descripción de la obra a realizarse

El uso eficiente del agua en la producción agrícola se consigue únicamente con una buena
planificación de riego, es decir, un proyecto que tenga en cuenta el suministro de este recurso
no solo en lo referente a la cantidad requerida, sino también al tiempo que determina sus
posibilidades de uso: los periodos en los que escasea el agua, por ejemplo, o los posibles
cortes de suministro, etc.

En tal sentido el proyecto “Implementación de un sistema de microriego en la microcuenca de


la comunidad de Andamarca” pretende conservar las características originales del lugar que
pretende intervenir: un área con 8 terrazas que conservan sus muros de contención en piedra.
Se espera conservar estos últimos y limpiar la vegetación de la zona. Asimismo, se espera
lograr la habilitación de 4 terrazas para cultivo actual.

Para esto último se pretende implementar un regadío por surcos es un sistema por superficie
denominado riego por gravedad, que distribuirá el agua en la cabecera de los surcos y por
gravedad avanzará hasta el extremo más bajo. Este sistema posibilitará la infiltración de un
suministro de agua mayor al que generalmente se encuentra en circunstancias normales.

Con este método se presenta rescatar el riego que antiguamente se practicaba en las terrazas
agrícolas de origen prehispánico. En relación a la captación y conducción de agua, se realizaron
estudios topográficos que tomaron en cuenta el área que abarca las terrazas a intervenir,
además de la identificación de los tipos de suelo existentes en el área: tierra arcillosa y suelo
rocoso. En consecuencia, en lugares donde predomine una capa de suelo arcilloso será
necesario enterrar la tubería para el sistema de riego por lo menos a 30 cm de profundidad,
mientras que en lugares rocosos solo se hará el adosado. También se realizarán trabajos de
tomas de agua en hormigón armado, y una fuente de llegada de agua que se la realizará en
piedra para no romper el contexto de las terrazas.

2. Antecedentes investigativos de índole arqueológica

2.1 Cuenca del lago Titicaca

La zona de estudio se localiza en la cuenca del lago Titicaca. Este territorio, que abarca
aproximadamente 56.300 km2, fue habitado por diversas poblaciones que explotaron sus
recursos desde una época tan temprana como el 10.000 a.p. Sin embargo, se conoce
relativamente poco respecto a los primeros grupos humanos que ocuparon los alrededores del
Titicaca; en general cazadores y recolectores con alta movilidad residencial que subsistieron
durante el periodo conocido como Arcaico que se extendió hasta el 3400 a.p. (Aldenderfer,
2012).

Alrededor del lago, el Arcaico termina con el cultivo y el pastoreo que consolidan una
existencia cíclica (Flores, 2014). En cuanto al siguiente periodo, el Formativo (2000 a.C-400 d.
C) en la cuenca del lago, además de en la puna al sur del Perú y el norte de Bolivia, implicó la
generalización de asentamientos estables, donde la monumentalidad se habría dado como un
rasgo importante de la ideología de la época que vinculó el mundo material con la subjetividad
humana. Asimismo, aparece la cerámica como principal indicador de estas sociedades
sedentarias, cuya economía y política cambió al tiempo que comenzaron a transformar el
paisaje circundante para establecer una simbolización utilitaria (Mujica, 2012).

Los montículos encontrados en torno al lago Titicaca son prueba de superposición cultural y,
por ende, de la emergencia de sitios permanentes donde se empezó a acumular material
utilitario –como cerámica y andesita– hasta que en el transcurso del Formativo se formó una
red de intercambio de productos en parte gracias a la domesticación de camélidos. Esta
última, junto con la agricultura, reemplazaría paulatinamente a la caza y la pesca como
actividades de subsistencia dominantes. Asimismo, investigaciones efectuadas en
asentamientos sedentarios –ocupaciones que se sobreponen al arcaico con apropiación
definitiva de territorio– alrededor del lago Titicaca evidenciaron múltiples actividades
relacionadas a la organización de fiestas entre comunidades. De esta forma se contribuía a
estrechar los vínculos entre sus miembros. De manera que la arqueología, junto con datos
etnográficos e históricos, parece demostrar que durante el Formativo el mercado de
intercambio comenzó a ser predominante, junto con la relevancia de la noción de prestigio,
una serie de costumbres heredadas y un ritualismo comunitario que permitía la relación entre
poblaciones cercanas (Craig, 2002; Angelo y Lima, 2005).

En adición a todo lo anterior, a lo largo del Formativo emerge una arquitectura monumental
ligada a las fiestas ritualizadas. En sitios como Pukara, localizado en el valle del mismo
nombre, se formaron montículos por el depósito de basura y escombros, a los se sumó la
naciente arquitectura desde finales del Arcaico y durante el transcurso del Formativo. Otro
sitio de la misma época, Jiskairumoko, pasó de ser un residencial semi-sedentario a un sitio
que constaba de una casa semisubterránea que formaba parte de una aldea mayor con
estructuras también semisubterráneas y almacenamiento y fogones que datan desde 2473-
2119 a. C. hasta 1784-1601 a. C. (Flores, 2014).

Por otro lado, la dieta se basó cada vez más en la ingesta de plantas y animales domesticados:
quinua, tubérculos, llamas y cuyes, etc., como evidencia el número de herramientas líticas y
restos óseos de animales. Al mismo tiempo, entre el 1400-1300 a. C., se supone que creció el
nivel del agua en el lago causando la propagación de malezas como chenopodium y tubérculos,
aumentando también la densidad de los animales con la consiguiente ampliación de la
población humana en riberas de ríos del Titicaca (Ibíd.).

Para el 800 a.C. en sitios como Pukara se desarrollaron qochas y camellones y arquitectura
monumental especializada, y a lo largo de la cuenca se manifestó una ritualidad asociada a los
conjuntos arquitectónicos ceremoniales semisubterráneos con monolitos. Al mismo tiempo, se
institucionalizaron tiempos para la siembra, marcado de ganado (lluvia) y cosecha y
apareamiento (sequía) (Ibíd.).

Lo anterior, de acuerdo al investigador Marcos Michel López (1998), significó la aparición de


una serie de tradiciones que comienzan a diferir en el altiplano norte junto y que tienen que
ver co el desarrollo de cerámica, textilería, metalurgia, agricultura y conservación de
alimentos. Estos nuevos componentes de las sociedades del Formativo culminarán con la
primera configuración estatal andina: Tiwanaku, posiblemente caracterizada por ser una
organización clasista y sustentarse en base a una economía de agricultura, aunque también
pudo haber sido una confederación comercial con redes de intercambio.
De este periodo pueden destacarse los sitios de Lukurmata, Qaluyu, Sillumoco temprano,
Ckackachipata temprano y el complejo ceremonial Chiripa en la península de Taraco en el lado
sur de la cuenca. Su economía se basó en recursos circumlacustres, agricultura y pastoreo.

Asimismo, en la cuenca sur del Titicaca la religión cobró importancia creando lazos ideológicos
e identidades compartidas con el centro ceremonial de Tiwanaku que se instaló en las
inmediaciones. Entre el 800-1100 d. C. –periodo que corresponde al Horizonte Medio– se
establecieron centros cívicos ceremoniales con monumentalidad impresionante y cuyas ruinas
se encuentran rodeadas de áreas residenciales (Ibíd.). De esta época son los asentamientos de
Lukurnmata, Khonkho Wankani y Tumatumani. Asimismo, se comenzó a implementar
agricultura en andenes, camellones y qochas.

Para el 1100 d. C. Tiwanaku desaparece por muchas razones que aún se dilucidan y causa un
dilema de reorganización social en las poblaciones de los alrededores cuyas redes de
intercambio colapsaron, especialmente en la cuenca sur del lago donde la influencia de esta
cultura fue preponderante (Arkush, 2012; Michel 1998). Durante el post-tiwanaku emergen los
llamados señoríos aymaras en un periodo conocido como Intermedio Tardío (1100-1450 d.C.).
Aparecen entonces los grupos cerámicos Pacajes, Carangas, Chichas, entre otros. En
concordancia, durante esta época los alrededores del lago Titicaca estuvieron ocupados por
varios grupos étnicos en torno al lago (lupacas, collas y pacajes) a la par de una notable
importancia de la guerra, que refleja la construcción de asentamientos amurallados en altura o
pukaras (Arkush, 2012).

Asimismo, cambios climáticos asociados al inicio de la una Pequeña Era de Hielo –que implicó
un clima más frío, sequias y la bajada del nivel del Titicaca– desencadenaron una serie de
cambios en la forma en que subsistían las poblaciones asentadas en los alrededores de este
cuerpo de agua. En general, las tierras circumlacustres fueron abandonadas y se optó por
ocupar sectores más altos para el pastoreo (Ibíd.).

Por último, también se produjo un cambio en la relación con el mundo espiritual y que parece
reflejar los nuevos conflictos entre las poblaciones locales: los recintos monumentales que
congregaban a las comunidades desde el Formativo fueron abandonados y en su lugar se
construyeron torres funerarias –o chullpas– que cumplían las funciones de demarcador
territorial a través de la presencia de los muertos (Ibíd.).

En cuanto a la ocupación Inka en la cuenca del lago Titicaca, en el lado boliviano esta última es
especialmente relevante en el sector de Copacabana y la Isla del Sol, aunque no hay suficientes
investigaciones al respecto; si bien se tiene certeza de que los inkas ingresaron a esta zona
entre los años 1450-1471 (Stanish, 2012). En el sur de la cuenca se supone que la ocupación
Inka se inició con el mandato de Pachacuti y continúo durante el gobierno de Topa Inka
mediante una estrategia que incluyó intercambios, alianzas y movimientos bélicos (Michel,
1998; Stanish, 2012).

Esta progresiva influencia del Tawantinsuyo en los alrededores del lago se consolidaría con las
campañas militares de Pachacuti que –según fuentes etnohistóricas– habría derrotado al
señorío Colla y establecido la paz con los lupacas, además de consolidar la conquista de las
regiones de Pacajes, Paucarcolla, Omasuyu, Azángaro, y las islas del Sol y la Luna (Stanish,
2012).

Dado lo anterior, los sitios inka fueron numerosos en la cuenca del Titicaca y se visibilizan a
través de la cerámica identificada como Inca local (Ibíd.). Asimismo, también es significativo el
cambio de patrón de asentamiento propiciado por el régimen cuzqueño y la arquitectura de
los edificios administrativos típicos del Tawantinsuyo, como los tambos de almacenamiento; a
lo largo del Titicaca se establecieron centros urbanos secundarios y terciarios en torno a un
sistema vial, complejos de terrazas agrícolas y en relación al Cuzco –capital del imperio Inka–,
conglomerando poblaciones no dedicadas exclusivamente a la agricultura (Ibíd.). Estos
asentamientos sugieren una maximización de la producción y un interés en efectivizar el
transporte de recursos, manteniéndose una gran parte durante la colonia.

Por último, vale la pena señalar que durante la administración Inka la agricultura de
camellones –común en la cuenca del lago– fue relegada por la organización de terrazas
agrícolas en laderas que se consideraba aptas para el cultivo. Esta circunstancia se debió
posiblemente a un cambio climático que determinó una baja en la temperatura e hizo inviable
el cultivo de campos elevados (Ibíd.).

2.1 Municipio de Guaqui y comunidad de Andamarca

El área que abarca el municipio de Guaqui y específicamente la comunidad de Andamarca se


localiza en la cuenca sur del lago Titicaca y en lo que se considera el extremo oriental del Valle
Bajo de Tiwanaku. Las investigaciones emprendidas en la zona sugieren que estuvo bajo la
influencia de la cultura homónima para luego dar paso a los periodos Pacajes e Inka-Pacajes.

En la zona se han realizado pocas intervenciones de índole arqueológica, siendo una de las más
relevantes la del investigador Juan Albarracin-Jordan en 1992, que consistió en una
prospección y apertura de pozos de sondeo. Estos últimos evidenciaron estructuras y espacios
discretos del periodo Formativo (Callisaya, 2010).

Por otro lado, publicaciones posteriores han sugerido que durante la ocupación Inka el área en
torno a la actual población de Guaqui sufrió un aumento demográfico. Al respecto, evidencia
etnohistórica afirma que este asentamiento fue originalmente establecido como un centro
urbano terciario por los incas, que impulsaron la aparición de grandes núcleos poblacionales
en detrimento del patrón disperso de las ocupaciones del Intermedio Tardío (Stanish, 2012). El
objetivo de esta nueva organización de la población probablemente fue la de maximizar la
producción y distribución agrícola asociada a complejos de terrazas ubicados en las laderas
cultivables. Asimismo, Albarracin-Jordan (1996) “sugiere que Guaqui podría haber sido un
puerto y que los habitantes habrían fabricado cerámicas y producido maíz” (Stanish,
2012:355).

3. Localización de la intervención

Comunidad de Andamarca bajo jurisdicción del municipio de Guaqui, provincia Ingavi del
departamento de La Paz y que limita con el municipio de Tiwanaku. Geográficamente, la zona
de estudio se encuentra en la cuenca sur del lago Titicaca y en la región del altiplano norte.

4. Coordenada UTM del sitio

5. Metodología
Figura 1. Localización de la zona que abarcará el diagnóstico arqueológico

4. Ubicación

Inicio de Proyecto 16° 38´ 15” S 68° 50´ 25” W

Final de Proyecto 16° 37´ 56” S 68° 48´ 38” W

5. Objetivos

Tomando en cuenta el marco normativo vigente respecto a la protección del patrimonio


arqueológico, es necesario realizar un conjunto de procedimientos técnicos y precauciones
para la salvaguarda del área arqueológica antes de su intervención. Por ende, se organizará un
diagnóstico arqueológico –previo a la colación de tuberías e intervención de las terrazas
prehispánicas– con el propósito de reconocer espacios de ocupación dentro del área de interés
y evitar la afectación de cualquier resto arqueológico.

Esta intervención arqueológica tiene los siguientes objetivos:


- Objetivo general

Identificar sectores de posible impacto arqueológico durante la implementación de un sistema


de cuatro terrazas prehispánicas en comunidad de Andamarca.

- Objetivos específicos

- Describir a partir de fuentes secundarias el potencial arqueológico de la zona.

- Efectuar un relevamiento de la superficie y en subsuelo del área que abarcarán las


actividades constructivas en busca de restos arqueológicos.

- Evaluar de qué forma se afectará el área arqueológica y en qué manera es posible mitigar el
daño a los restos arqueológicos que podrían encontrarse en las inmediaciones.

6. Metodología

Se estima que las actividades del diagnóstico arqueológico comprenderán dos etapas con sus
propios procedimientos. Durante la primera se pretende llevar a cabo el trabajo de campo y en
la segunda una labor de gabinete que implica el análisis de los materiales recolectados, como
se especifica a continuación:

1. Trabajo de campo

a) Se llevará a cabo una inspección de la superficie que abarcará la obra e inmediaciones en


busca de restos arqueológicos. Esta prospección se complementará con un análisis minucioso
de imágenes satelitales que ayudarán a identificar

b) Asimismo, se efectuarán pruebas de pala cuya profundidad variará dependiendo de las


características de la estratigrafía encontrada.

La excavación se efectuará siguiendo capas estratigráficas naturales o culturales que se


describirán a detalle, al igual que cada uno de los hallazgos arqueológicos identificados, con el
fin de registrar los diferentes momentos de ocupación humana en el tiempo y en el espacio en
el sitio de interés.

c) Se llevará a cabo un relevamiento de las terrazas agrícolas que se plantea intervenir:


descripción, clasificación, planimetría, registro fotográfico. Respecto a la tipificación, esta se
efectuará en base a los siguientes criterios: infraestructura, uso, acabado, forma, estado de
conservación).

Además, se tomarán muestras de suelo con el objeto de caracterizar sus propiedades físicas,
incluyendo el grado de fertilidad, y llevar acabo análisis de flotación que revelen los cultivos
que sostenía.

d) Los artefactos culturales y/o muestras provenientes de los pozos de sondeo se registrarán
mediante un número consecutivo por unidad de excavación.

e) El material recolectado será embolsado y etiquetado conforme a la asignación que se vaya


dando dependiendo de la unidad de excavación o prueba de pala.

f) Se llevarán puntualmente fichas de registro de actividades, sitos, contextos arqueológicos


estratigrafía y hallazgos.
g) Se efectuará un registro fotográfico minucioso de la inspección de superficie y el proceso de
excavación, priorizando los cambios de niveles métricos y/o estratigráficos, así como los
elementos arqueológicos muebles o inmuebles que aparezcan en la excavación.

h) Se harán dibujos de los rasgos arqueológicos relevantes y de las unidades de muestreo.

2. Labor de gabinete

De encontrarse hallazgos arqueológicos y/o recolectarse muestras de algún tipo, los pasos a
seguir para interpretar estos últimos serán los siguientes:

a) Limpieza y lavado de los materiales arqueológicos.

b) Análisis de las muestras de suelo recolectadas.

c) Clasificación tipológica y cronológica de las evidencias arqueológicas.

d) Creación de bases de datos.

e) Revisión bibliográfica.

f) Elaboración de un informe final con la descripción minuciosa de los resultados del trabajo de
campo y gabinete. Además, será preciso incluir recomendaciones para la adecuada
conservación del patrimonio cultural del área intervenida y pronunciarse sobre la viabilidad de
los trabajos constructivos que pretende llevarse a cabo en las inmediaciones.

7. Cronograma

Actividad 5 días 5 días 5 días 2 días 3 días


Trámites X
administrativos
Trabajo de X
campo
Labor de X
gabinete
Redacción de X
Informe final
Entrega del
informe a las X
instituciones
pertinentes
(Gobierno
Municipal de La
Paz y Unidad de
Arqueología y
Museos)
Solución de
observaciones y
recepción del X
acta de
conformidad del
informe final de
parte de la
UDAM
* Se propone que el inicio y finalización del diagnóstico arqueológico tomará 20 días

Bibliografía

Angelo, Dante & María del Pilar Lima Tórrez. Introducción. Arqueología de la cuenca del
titicaca y valles interandinos: nuevas investigaciones. Textos Antropológicos, 2005, Volumen
15, Número 2, pp. 11-20.

Aldenderfer, Mark. “Balances y perspectivas del período Arcaico (8,000 – 1500 a.C.) en la
Región de Puno”. En Arqueología de la cuenca del Titicaca, Perú. Instituto Francés de Estudios
Andinos. Lima, 2012.

Craig, Nathan. “Transiciones del Arcaico Tardío al Formativo Temprano. Una perspectiva desde
la arqueología de la unidad doméstica en dos sitios del valle del río Ilave, cuenca del Lago
Titicaca”. En Arqueología de la cuenca del Titicaca, Perú. Instituto Francés de Estudios Andinos.
Lima, 2012.

Espinoza Soriano, W. (1972). “Copacabana del Collao: Un documento de 1548 para la


etnohistoria andina”. Bulletin de l’Institut français d’études andines, (1).

Flores Blanco, Luis & Henry Tantaleán (eds.). Arqueología de la cuenca del Titicaca, Perú.
Instituto Francés de Estudios Andinos. Lima, 2012.

Flores Blanco, Luis. “El surgimiento del paisaje monumentalizado en la cuenca del lago Titicaca,
Andes Centro-Sur”. Complutum, 2014, Vol. 25 (1): 47-71

Imaña, Alfredo. Caracterizacion y uso de terrazas agrícolas ancestrales en el sector Liquini


comunidad Pucarani, cantón Cohoni, provincia Murillo del departamento de La Paz. Tesis de
grado. Universidad Mayor de San Andrés Facultad de Agronomía, Carrera de Ingeniería
Agronómica, 2014.

Marcos, Michel. Arqueología de Bolivia. Fundación Cultural del Banco Central, 2008

Portugal, Jimena. Arqueología y arte rupestre en el Noreste del Lago Titicaca. Plural Editores,
2017.

Proyecto del Lago Titicaca. En: https://www.lactiticaca.com/es/ [accesado por última vez el 5
de noviembre de 2019]

Seguin, Tedy. “OJELAYA: Exploración subacuática dentro del lago Titicaca”. La Región.
Ministerio de Culturas y Turismo, 2017.

Stanish, Charles. “La Ocupación Inca en la cuenca del Titicaca”. En Arqueología de la cuenca del
Titicaca, Perú. Instituto Francés de Estudios Andinos. Lima, 2012.
ANEXO
FICHAS DE IDENTIFICACIÓN DE SITIOS ARQUEOLÓGICOS
I Identificación del sitio

Sitio: PT – 03 Nombre: Terrazas Silaya Topónimo del lugar: Terrazas

Provincia: Manco Kapac Municipio: San Pablo de Departamento: La Paz


Tiquina

Foto:

II Descripción del sitio

Emplazamiento Emplazado contiguo a la carretera de Extensión 8,10 ha.


acceso a Tiquina.

Complejidad Agrícola.

III Ubicación geográfica

UTM Este 517826 UTM Norte 8208534 Elevación 3947 m.

Progresivas 00+000
Observaciones: . Se encuentra a 225 metros del inicio del eje carretero (fuera DDV), frente a un
Buzon, separado por la presencia de la carretera de acceso a Tiquina, del mismo.

IV Cronología

Clasificación cultural: Prehispánico

Tipología de yacimiento: Agrícola y logístico

Justificación: Se encuentra sobre una loma propicia para la agricultura, tanto por las condiciones
geomorfológicas, como por las características arqueológicas de este tipo de contextos.

V Estado de conservación

Causas de deterioro: Actividades de pastoreo, erosión, presencia de carretera actual..

Superficie impactada: Indeterminado

Observaciones Sitio agrícola con la presencia de terrazas, se observa además,


microlascas de cuarzo dispersas en gran cantidad en la superficie.

El sitio debe ser incluido en el PROGRAMA DE MONITOREO


ARQUEOLÓGICO Y HALLAZGOS FORTUITOS y en el PROGRAMA DE
SEÑALIZACIÓN PREVENTIVA.

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